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Activación de linfocitos B
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La maduración de los
linfocitos B pasa por tres estadios claramente definidos. En el primero, las células más
primitivas, células pro‐B no producen Igs, pero expresan moléculas de superficie propias de
la estirpe B, tales como CD19 y en ellas produce la recombinación de los segmentos génicos
D y J de las Igs. Después se formarán las células pre‐B, que tienen capacidad de sintetizar la
cadena pesada mu que al ser sólo citoplasmática no actúa como receptor y no puede
reconocer ni responder a antígenos. En estas células ya se han reorganizado los
complejos génicos V, D y J de las Igs. El siguiente estadio que corresponde a los linfocitos
B inmaduros, se caracterizanpor tener ya capacidad de producir cadenas ligeras, que
asociándose a las cadenas pesadas mu forman las inmunoglobulinas de tipo IgM. Por último
se forman los linfocitos B maduros que ya expresan las cadenas pesadas mu y delta que,
asociándose con las cadenas ligeras, hacen que estas células expresen las inmunoglobulinas
IgM e IgD, con la misma región V y consecuentemente la misma especificidad por el
antígeno.
Es llamativo como el
organismo además de generar
esta enorme diversidad de
receptores que reconozcan
múltiples antígenos, es
necesario seleccionar de todas
estas especificidades generadas
al azar las no dañinas para el
propio organismo. De no ser
así, los anticuerpos generados
con reactividad frente a lo
propio (autoanticuerpos)
producirían la destrucción de los tejidos propios. Por ello las células B inmaduras que
interaccionen con antígenos son eliminados por un proceso denominado apoptosis, procesos
por el cual mueren los linfocitos debido a una fragmentación de su DNA.
Receptor de los linfocitos B
Además existe lo que se conoce como correceptor de células B, que está por las
moléculas CD21 (CR2), CD19 y CD81. De ellas, el CD19 posee un alto gran número de
tirosinas en el tallo citoplasmático y el CD21 tiene la capacidad de unirse al producto
catalítico del complemento C3d. Esto permite que las células B puedan unirse a bacterias
que se requieren destruir debido a que ellas poseen en su membrana C3d como residuo de la
acción sobre las mismas del complemento. Al conjunto del receptor simple y correceptor se
se suele denomianr como complejo del receptor de linfocitos B (BCR completo) (Figura,
BCR completo).
No todos los linfocitos, tanto B como T, se activan frente a un antígeno determinado, sino
que lo hacen sólo aquellos (clonos) que poseen el receptor adecuado para dicho antígeno
(Figura, selección clonal).
Esto se debe a que los linfocitos B, al igual que los linfocitos T, precisan de al menos dos
señales para su activación.
Laprimera señal es dada por el complejo BCR tras su unión al antígeno con lo que se pone
en marcha la cascada de segundos mensajeros en estos linfocitos. Sin embargo, hoy sabemos
que esta señal por sí sola no es suficiente para una activación completa de los linfocitos B.
Para ello es necesaria al menos una segunda señal proveniente de los linfocitos T y que es
mediada por ciertas citocinas que propiciarían la proliferación y diferenciación de los
mismos. Para ello también se requiere la adecuada interacción entre ambos tipos de linfocitos,
B y T, mediante las moléculas de adhesión. Así, las células B expresan las moléculas de
activación CD80 y CD86 que interactúan con la molécula CD28 de linfocitos T para una
buena activación de los primeros. También es de gran importancia que las moléculas CD40L
se unan a CD40 presentes en linfocitos T y B respectivamente para que estos últimos puedan
activarse y diferenciarse de manera adecuada (Figura, antígenos T dependientes).
Por otra parte, sabemos que en ciertas circunstancias también los linfocitos B pueden
activarse en ausencia de linfocitos T. y en este caso si habla activación B independiente de
linfocitos T.
Es de destacar que los linfocitos B pueden actuar como células presentadoras de Ags, al igual
que lo hacen las células dendríticas. Cuando los linfocito B interaccionan a través de su BCR
con antígenos, éstos pueden ser engocetados y procesados en sus péptidos en el interior de
dichos linfociots. Esto hace que puedan ser presentados posteriormente unidos a las
moléculas HLA de membrana a los linfocitos B.
Es importante destacar que las partes del antígeno reconocidas por los la inmunoglobulina de
membrana de los linfocitos B, pueden ser distinta a las que reconcomen los receptores de los
linfocitos T. Así por ejemplo, los linfocitos B pueden interaccionar con hidratos de carbono
del antígeno, mientras que los linfocitos T, lo harían con péptidos de dicho antígeno (Figura,
epítopos).
Diferenciación de linfocitos B
En este proceso intervienen citocinas, IL‐4, IL‐5 e IFN‐γ, producidas por linfocitos T. Por
otra parte tras la activación de los linfocitos B, también se producen células memoria B, que
se caracterizan por permanecer largo tiempo, muchos años, en el organismo y cuando se
activan producen IgG o IgA o bien IgE que son inmunoglobulinas de la respuesta inmune
secundaria. (Figura, tipos de respuesta).
Es de destacar que estas Igs que se producen como consecuencia de la activación de las
células memoria, siguen expresando el mismo tipo de regiones variables. Esto hace que sigan
reconociendo los mismos antígenos aunque sean de distinto isotipo que las células originarias
pero con un aumento muy significativo de la afinidad de estos anticuerpos con sus antígenos,
debido sobre todo, a las mutaciones espontaneas de los genes que las codifican.