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INTRODUCCIÓN

El síndrome de la boca ardiente (SBA) o estomatodinia es una alteración sensorial


que los pacientes experimentan con pinchazos y dolor además de quemazón,
ardor o picor en la cavidad bucal, especialmente en la lengua. También se puede
ver afectado el paladar, las encías, los labios o la orofaringe. En ocasiones
aparecen otros síntomas como xerostomía o disgeusia.

Afecta, mayormente, a mujeres de edad media y avanzada, que han alcanzado la


menopausia.

En los últimos años se ha asociado a disfunciones neurológicas. Se encuentra


relacionado con una serie de factores locales y sistémicos posibles
desencadenantes, por lo que se considera de etiología multifactorial.

El tratamiento va dirigido a mejorar la sintomatología y controlar los factores. Las


terapias propuestas consistentes en control de factores locales, factores
sistémicos y psicológicos y algunas indicaciones farmacológicas.

La falta de signos clínicos aumenta su complejidad y hace difícil su diagnóstico, al


cual se le ha prestado atención esporádica en la bibliografía, durante los últimos
50 años. Sigue siendo una materia objeto de considerable controversia y falta de
comprensión.

En términos generales, el SBA continúa siendo objeto de estudios en el ámbito de


la medicina bucal en busca de un diagnóstico más preciso y de una terapéutica
más eficaz.

En el presente trabajo describiremos los aspectos fundamentales de esta


patología lo que nos dará una visión general de este padecimiento.
I. DEFINICIÓN

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor la define como una «entidad
nosológica distintiva caracterizada por el incesante ardor oral o dolor similar en
ausencia de cambios detectables en las mucosas» y como un «ardor doloroso en
la lengua o en otras membranas mucosas orales», mientras que según el
Subcomité de Clasificación de Cefaleas de la International Headache Society se
trata de una «sensación de ardor intrabucal sin aparentes causas de origen
médico u odontológico», con el nombre de «síndrome de la boca quemante» en el
epígrafe.

El dolor puede limitarse a la lengua o asociarse a otros síntomas, como sequedad


subjetiva de la boca parestesias y alteraciones del gusto. En general, la sinonimia
terminológica en la literatura pone énfasis en la calidad y/o localización de los
dolores en la cavidad bucal, con causales locales, sistémicos y neurológicos.

El síndrome de la boca ardiente (SBA) es un cuadro clínico muy frecuente,


caracterizado por una sensación espontánea anormal descrita por el paciente
como quemazón, ardor, escozor, que afecta la mucosa bucal, generalmente en
ausencia de datos clínicos y de laboratorio que justifiquen estos síntomas. La zona
de mayor afectación es la lengua (punta y bordes), por lo que se le ha llamado
"glosodinia" y "glosopirosis" (lengua ardiente). Comúnmente, además de ardor, los
pacientes experimentan síntomas tales como alteración del gusto, sensación
punzante, sequedad, intolerancia a las prótesis.

II. EPIDEMIOLOGÍA

Los datos de prevalencia del síndrome de boca ardiente son escasos y además
varía mucho de unos estudios a otros. En la población general se estima que
afecta aproximadamente al 3,7%. 

Por sexos, la prevalencia es notablemente más elevada en mujeres que en


hombres, en una proporción que, según algunos investigadores, puede llegar a ser
de 33 a 1. La prevalencia en general ronda el 14% para el caso de las mujeres en
menopausia, aunque puede oscilar entre un 10% y 40% según la Asociación
Internacional para el Estudio del Dolor; aunque también aparece en edades más
avanzadas.

El hecho de que su diagnóstico sea dificultoso hace más difícil determinar sus
índices epidemiológicos.

III. ETIOLOGÍA

Es motivo de controversia establecer si se trata de un trastorno de origen


fisiológico o si más bien constituye la manifestación de alteraciones
psicosomáticas. A tenor de los datos disponibles, la interpretación más
documentada es la que apunta a la etiología multifactorial, con especial atención a
la raíz fisiológica.

Unos estudios apuntan a neuropatías tanto centrales como periféricas, que


posiblemente en algunos pacientes representan un síndrome de dolor psicológico.

Según estudios estomatológicos la SBA es una expresión sintomatológica


sensitiva y específica de la alteración funcional traumática del Compromiso
Articular Temporomandibular como una variante peculiar en algunos pacientes, de
tal forma que puede coincidir o no con cefaleas y/o mareos.

Actualmente se habla del síndrome de la boca ardiente primario o idiopático, en el


que no se pueden identificar clínicamente alteraciones orgánicas locales a las que
atribuir los síntomas o el SBA secundario, para el que existe una causa conocida.
Entre algunas causas que pueden desencadenar la sensación de quemazón en la
lengua o un SBA secundario están: la anemia, la deficiencia de vitaminas, la
diabetes mellitus, las infecciones por bacterias u hongos, las reacciones alérgicas,
las enfermedades que provocan sequedad bucal (como el síndrome de Sjögren),
entre otras.

Otras causas que pueden provocar quemazón son los bordes afilados de los
dientes o la presión de una prótesis dental, así como hábitos parafuncionales que
pueden causar identaciones en el borde de la lengua o lesiones por mordisqueos,
síntomas típicos de personas con mucho estrés. La mucosa también puede
reaccionar de forma alérgica a determinados alimentos o, en casos raros, al
material que utilizan los dentistas para rellenar los empastes dentales.

En muchos casos el componente psíquico juega un papel relevante. El estrés y el


miedo pueden provocar e intensificar el dolor ardiente e incluso hacer que se
prolongue en el tiempo o que no se pueda resolver con ningún tratamiento.

En los casos en los que los síntomas de quemazón en la mucosa o la lengua se


consideran una enfermedad en sí misma porque no existe ninguna patología a la
que se halle asociada, entonces, se habla de síndrome de la boca ardiente
primario, estomatodinia o glosodinia. Recientes estudios han encontrado
evidencias de un posible mecanismo neuropático en su naturaleza, aunque se
discute si es un mecanismo neural periférico o central.

Los pacientes con sensación de quemazón en la lengua acuden frecuentemente


primero al dentista. Tras una entrevista el dentista explora minuciosamente la boca
y la mucosa de la lengua. Si se observan alteraciones del tejido visibles, como la
presencia de puntos de una coloración anómala o puntos sin papilas (depapilados)
en las zonas doloridas de la boca, el dentista podrá sospechar algunas de las
posibles causas de las molestias.

IV. CUADRO CLÍNICO

El paciente refiere dolores o molestias que van alternando entre lengua, paladar,
encías,ansias o labios y que asocian con:

 quemazón
 lengua reseca o entumecida, picor, hormigueo
 encías doloridas e hipersensibles
 paladar abrasado/abrasivo, de lija
 labios cortados
 sabor metálico

El paciente puede presentar xerostomía subjetiva —sensación de sequedad en la


boca sin una causa aparente como la hiposalivación—, parestesia oral —
hormigueo por ejemplo— y alteraciones en el gusto o el olfato —disgeusia y
disosmia. Al tener la sensación subjetiva de sequedad, el paciente tiende a buscar
alivio bebiendo compulsivamente agua, preferiblemente fría, y dado que no se
conoce el modo de aliviar los síntomas, a aislarse de su entorno y a caer en
estados depresivos.

La sensación de ardor en la boca puede ser un síntoma de otra enfermedad


cuando se encuentran factores locales o sistémicos implicados, por lo que en tal
caso, no se es diagnosticado con este síndrome, que se caracteriza por aglutinar
síntomas sin explicación médica. Las sensaciones dolorosas pueden provenir del
dorso de la lengua en los dos tercios anteriores, pero también del paladar duro o
de la mucosa de los labios.

El dolor es persistente, aunque de intensidad variable. Los pacientes tienen


dificultades para determinar patrones temporales de intensidad del dolor, si bien
en este tiende a seguir una curva ascendente a lo largo del día: prácticamente
ausente al principio de la mañana, suele alcanzar el pico máximo al final de la
vigilia. Tampoco hay datos de correlación directa con hábitos relativos al estilo de
vida o a la dieta.

V. DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de SBA se establece por exclusión. A él se llega después de


haberse confirmado que los síntomas que refiere el paciente no se deben a ningún
proceso conocido, ya sea sistémico o periférico, que pudiera ser asociado a:

 candidiasis
 deficiencias en la secreción salivar
 efectos secundarios de medicamentos antidepresivos o IECA
 ansiedad o estrés
 tratamientos de radioterapia o quimioterapia
 alcoholismo
 enfermedades del sistema inmunitario (como el síndrome de Sjögren o el
lupus)
 diabetes
 anemia ferropénica, avitaminosis
 insuficiencia renal

VI. TRATAMIENTO

No siempre es posible determinar si el causante del síndrome de la boca ardiente


es una enfermedad común subyacente o si se debe a la mala posición de una
prótesis dental o causa similar. Todavía no se ha establecido un manejo clínico
para el tratamiento del SBA. En pacientes mayores o de más tiempo de evolución
el SAB es más difícil de tratar.

El tratamiento en el síndrome de la boca ardiente está orientado principalmente


a controlar la ansiedad y el estrés, evitar la irritabilidad de la mucosa oral y el
apretamiento dental.

Asimismo, se recomienda pulir las cúspides palatinas y linguales prominentes o


cortantes. Existe un protector dental de plástico que evita la acción irritativa directa
sobre la lengua por los movimientos parafuncionales. Se recomienda usar
conjuntamente con un gel a base de áloe vera por sus efectos antiinflamatorios.
Asimismo, también se ha comprobado el efecto calmante de lubrificantes
tópicos para mejorar las molestias.

Para controlar las molestias del SAP también se pueden recetar algunos fármacos
que pueden aplicarse de forma tópica, como los desensibilizantes periféricos o
el clonacepam, y por vía oral, como el ácido α-lipoico, anticonvulsionantes y
antidepresivos. Para eliminar la molestia principal de ardor, se puede usar
la capsaicina.

Por otro lado, para el manejo del estrés y la ansiedad puede tener resultados la
terapia cognitiva. Hay que tener en cuenta que en pocas ocasiones desaparecen
las molestias por completo
Para determinar el manejo más adecuado, es prioritario confirmar que la
quemazón no es consecuencia de algún otro factor local o sistémico. Si estos
quedan descartados, los tratamientos estándar actuales proponen, con resultados
dispares:

 clonazepam
 paroxetina combinada con terapia cognitivo-conductual
 lubricantes tópicos con el control de parafunción oral
 aplicación de láser con diodo de energía de bajo nivel (47.6% de reducción
media del dolor)
 ácido alfalipoico (AAL) y gabapentina (GABA), en combinación o por
separado.
 pregabalina
 capsaicina, AAL o lisozima-lactoperoxidasa
 terapia cognitivo-conductual
 terapia cognitivo-conductual + AAL
 acupuntura
BIBLIOGRAFÍA

 Perdomo, M.; Chimenos, E. Síndrome de Boca Ardiente. Facultad de Odontología,


Universidad de Barcelona. AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 19 -
Núm. 4 – 2003

 Arrabal, Visctoria. Nuevo Tratamiento para el Síndrome de Boca Ardiente.


Universidad Nacional del Rosario, Argentina. Publicado 2011-11-22. Consultado
en: http://www.unr.edu.ar/noticia/4323/nuevo-tratamiento-para-el-sindrome-de-
boca-ardiente

 Martín, Cristina. Síndrome de la boca ardiente (estomatodinia). Redacción


Onmeda. Publicado 2016-4-19. Consultado en:
http://www.onmeda.es/enfermedades/sindrome_de_la_boca_ardiente.html

 Artículo Wikipedia. Glosodonia. Wikipedia.org. Publicado 2016-9-21. Consultado


en: https://es.wikipedia.org/wiki/Glosodinia

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