Está en la página 1de 4

Caso 3 – Ética,

Contabilidad Y
Denunciantes
Es frecuente que las compañías dependan de los contadores
para salvaguardar su ética. Los contadores tienen la
responsabilidad especial de asegurarse de que los
administradores actúan con integridad y de que la
información dirigida a los consumidores, proveedores,
reguladores y público es exacta. Si los contadores no toman
con seriedad esta responsabilidad, o si la empresa ignora los
reportes de los contadores, es posible que se desencadenen
consecuencias graves. Tan sólo hay que ver a WorldCom o
Enron. En ambas organizaciones fue un contador quien
decidió convertirse en denunciante, alguien que reportó
hechos indebidos a su supervisor. Los contadores de
WorldCom y Enron que hicieron la denuncia se convirtieron
en dos de las tres Personas del Año de la revista Time. En
junio de 2002, Cynthia Cooper, vicepresidenta de auditoría
interna de WorldCom, dijo al consejo de administración de la
empresa que asientos contables fraudulentos habían
convertido una pérdida de 662 millones de dólares en una
ganancia de 2.4 mil millones en el año 2001. Esta revelación
condujo a otros descubrimientos que en total, sumaban 9 mil
millones en registros contables falsos —el fraude más grande
de la contabilidad en toda la historia. Cooper estaba
orgullosa de WorldCom y muy motivada hacia su éxito. No
obstante, cuando ella y su equipo de auditoría interna
descubrieron los actos sin ética de sus superiores, se
sorprendieron y no titubearon en hacer lo correcto. No
mostró ninguna alegría cuando el CEO, Bernie Ebbers, y el
CFO (siglas en inglés de Chief Financial Officer, que en
español corresponde al cargo de director de finanzas), Scott
Sullivan, fueron esposados y aprehendidos. Ella simplemente
aplicó lo que había aprendido cuando se sentaba a mitad de
la primera fila en sus clases de contabilidad en la Mississippi
State University. Los contadores hicieron preguntas difíciles,
encontraron las respuestas y actuaron con integridad.
Convertirse en denunciante no ha resultado fácil para
Cooper, pues para algunas personas es una heroína, pero
para otras es el villano de la historia. Sin embargo, sin fijarse
en la reacción de los demás,
Cooper sabe que hizo lo que debería de hacer cualquier buen
contador —decir la verdad sin importar cuán dolorosa sea.
En Enron, Sherron Watkins tuvo una experiencia diferente.
Obtuvo su grado en contabilidad en la University of Texas, en
Austin, y comenzó su trayectoria en Arthur Andersen, de
donde salió y dejó la contabilidad cuando asumió un puesto
en Enron, en 1993. Pero en la primavera de 2001 volvió a la
arena financiera, para trabajar directamente con el CFO,
Andrew Fastow. Conforme se familiarizaba con la
contabilidad de Enron, descubrió los pasivos no registrados
que hoy son famosos. En agosto escribió un memorando al
CEO, Kenneth Lay, y tuvo una reunión personal con él, en la
que le expuso el “engaño contable muy elaborado”.
Posteriormente, ella descubrió que en lugar de que se
investigara el timo, su reporte había originado un
memorando del consejero legal de Enron que llevaba por
título “Asunto laboral confidencial” que afirmaba entre otras
cosas lo siguiente: “. . . cómo manejar el caso con la
empleada que escribió el reporte delicado. . . las leyes
actuales de Texas no protegen a los denunciantes dentro de
las empresas . . . ”. Además, su jefe confiscó el disco duro de
su computadora y ella fue degradada de puesto. Ahora, ella
se lamenta por no haber llevado el asunto a niveles más
altos, pues pensaba que Lay tomaría sus advertencias con
seriedad. Al final, Watkins demostró que estaba en lo
correcto. Mientras que muchos en Enron sabían lo que
pasaba, lo ignoraron. La formación contable de Watkins hizo
posible que percibiera las irregularidades y la impulsó a
reportarlas. Otra empleada de Enron, Lynn Brewer, dijo que
cientos, quizá miles, de personas dentro de la empresa
sabían lo que ocurría, y eligieron mirar hacia otro lado.
Watkins tomó la decisión ética y no se hizo de la vista gorda.
Fuentes: “The Party Crasher”, Time, 30 de diciembre de 2002
a 6 de enero de 2003, pp. 52-56; “The Night Detective”, Time,
30 de diciembre de 2002 a 6 de enero de 2003, pp. 45-50; M.
Flynn, “Enron Insider Shares Her Insights”, Puget Sound
Business Journal, 7 a 13 de marzo de 2003, p. 50.

También podría gustarte