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APRENDIZAJE (DBA):
NIEVEL DE DESEMPEÑO:
Superior: Frente a hechos de actualidad formula puntos de vista propios, dando cuenta de
un análisis apropiado de la situación por medio de un texto escrito.
Alto:
Frente a hechos de actualidad formula puntos de vista propios, dando cuenta de un
análisis apropiado de la situación.
TEMÁTICAS RELACIONADAS:
Texto de opinión.
Lectura crítica.
ANEXOS: Talleres
Me sentí haciendo un ejercicio similar durante los últimos meses, cuando mis
permanentes preguntas me llevaron a escudriñar en Netflix, donde una de las
películas que he producido, La tierra y la sombra (2015), hace parte del menú.
Cuando existían las puntuaciones, era de las peores valoradas en la media;
pero, discriminados, los puntajes eran o bien altísimos o bien bajísimos. Esto
no se debía a que la película fuera mala o buena. Era, en realidad, desconocida
porque nada direccionaba hacia ella; en suma, estaba invisibilizada por el
mismo medio que la hacía “exclusiva”, pues solo se podía acceder a ella a
través de esta plataforma.
El valor de lo exclusivo
Netflix pasó de los DVD vía correo electrónico a ser una plataforma que en
2010 contaba con un total de 7285 títulos en Estados Unidos, de los cuales el
93 % eran películas (6755) y solo un 7 % (530) series. En 2018, la cifra cambió
de manera importante: 72 % (4010 títulos) corresponde a películas y 28 %
(1569 títulos) a series, de las cuales el 60 % es contenido exclusivo de la
plataforma.
Habría que preguntarse también qué pasa, como en casi todo, con las
pequeñas joyas que se pierden en ese mar de envolturas: las películas, o
incluso las series, muchas de ellas documentales, que sin la fuerza de la
publicidad se ven abocadas al desvanecimiento, a una suerte de ostracismo
que las hace inalcanzables para el público. (El primer semestre de 2018, Netflix
de hecho invirtió cerca de 1000 millones de dólares en publicidad, pero para
promocionar prioritariamente su contenido exclusivo.)
Consumir y acceder son entonces cosas opuestas: accede quien conoce otras
rutas, quien posee o intuye otras búsquedas; consume quien se sujeta al
menú sin indagar en él, sin ver a los costados las otras múltiples opciones.
Entonces, ¿qué nos queda? ¿Gran cantidad de muchas cosas parecidas y poca
calidad? Reitero: la calidad es sin duda la gran ausente, y aunque ese concepto
puede relativizarse, es en realidad muy simple: tiene que ver no solo con las
condiciones de fabricación-producción de algo, sino con que las partes que le
componen lleguen o busquen llegar a la excelencia, sacar lo mejor de sí. La
calidad no necesariamente está ligada a los presupuestos, sino a la coherencia,
a la búsqueda, a la ética con que se produce, se narra y se transmite.