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26 ESTUDIOS SOBRE lA SUBJETIVIDAD FEMENINA

lenguaje de la ciencia?,.. ¿ N o será realmente necesario neutralizar el


pronombre respetando la experiencia de quienes fundaron las comunidades
científicas?. .. ¿C) precisaremos mantener la ficción cuando hablamos de
"la mujer" desde el Género, sabiendo, como sabemos, que "ante el lenguaje
no cabe ninguna ingenuidad"? (Barthes).
Extraña y fascinante sensación ésta de escribirnos como siendo aquéllas
de las que se habla, cuando hablamos de nosotras.
¿ D e qué o de quién nos distanciamos?... ¿ Q u é lazo cortafimos o no
logramos anudar cuando, a través del lenguaje, convalidamos a Aquélla
que otros definieron como "la Mujer"?...¿Cuál es el lazo de sangre, el lazo
de amor que nos m a n ü e n e acordonadas en esa matriz que nutre la inevi-
table aceptación de los convenios con la cultura? Capítulo I

EVA G I B E R T I

INTRODUCCION:

M U J E R E S Y SALUD MENTAL

por M A B E L B U R I N

A lo largo de esta presentación he citado y recordado a .Ungen Habermas en


Ciencia y técnica como ideología: Eliseo Verón en Semiosis de la ideología y
el poder: Remo Bodei en Comprender, modificarse. Modelos y perspectivas de
racionalidad transformadora: Amparo Moreno en El modelo viril de la
historia: Gadamer en Verdad y razón: Charles Moraze en La lógica de la historia:
Gregorio Klimovsky en Ciencia y aniiciencia en psicología: Félix Schuster en
Explicación y predicción: Sigmund Freud en sus Obras completas: Marvin
Harris ea El desarrollo de teoría antropológica: Barbara Eliieinreich y Deirdre
Englisli en Brujas, comadronas y enfermeras.
También una comunicación personal de R, Yáñcz Coiiés y coineniarios LIC Da\'id
Maldavsky,
ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 29

Este libro presenta un desarrollo de ideas singular en el campo de la


salud mental; pese a tratarse de un terreno en el que tenemos escasa trayectoria
-en la historia de las ciencias humanas, medio siglo es relativamente poco
tiempo-, sin embargo a lo largo de ese período hemos ido avanzando
notablemente en nuestro país en diversas concepciones teckicas y técnicas
que fueron definiendo el campo de la salud mental. Lo novedoso planteado
aquí es que hemos de considerar un área específica dentro del campo de la
salud mental el de la especificidad de las mujeres.

A . El campo de la salud mental

¿ D e qué hablamos cuando nos referimos a salud mental? Según lo


planteado en nuestro estudio no relacionamos a la salud mental con un
estado de "normalidad" (concepto referido a una tradición psiquiátrica en
este campo). Tampoco la relacionamos con nociones tales como "armonía"
o " e q u i l i b r i o " (concept(;s referidos a un discurso exclusivamente
psicodinámico que, convalidado por ciertas concepciones tecnocráticas,
suponen que la salud mental es un estado al que hay que arribar mediante
implementaciones técnicas utilizadas por los "expertos"). Proponemos
hipótesis acerca de la salud mental como;

a) Un área de estudios que, en lo relaüvo a las mujeres, merece una


cuidadosa labor deconstructiva y reconstructiva respecto de los parámetros
sobre los cuales se ha basado tradicionalmente. En nuestra propuesta, los
parámetros sobre ios que ejercemos tal labor de crídca, de deconstrucción-
y de reconstrucción, son, principalmente, la maternidad, ¡ajexualtdad y el
trabajo.
b) Simultáneamente, una revisión críüca de las prácdcas sociales que
inciden sobre la salud mental de las mujeres y scjbre sus modos de enfermar
(proponemos el análisis de p r á c t i c a s sociales tan diversas como his
psicoterapias, la educación, las prácticas económicas, etc.).
c) A la vez, sugerimos hipótesis acerca de la salud mental de las
mujeres c o n c i b i é n d o l a como loia si/nación de amflicto, y asociamos la
prevención v la promoción de la salud mental con actitudes de crítica )• de
debate -no sólo en el terreno i n t r a p s í q L i i c o - respecto a las representaciones
culturales ofrecidas a las mujeres. En este sentido, en nuestro análisis cobra
un valor preponderante la noción de la construcción del género sexual
f:menino \u incidencia sobre la salud mental de las mujeres, como uno
de los determinantes claves de la situación de conflicto,
d) Consideramos que tal situación confljcdva encuentra una de sus
mejores formas de expresión en la constitución de ¡a subjetividad fennnina, para
lo cual hemos centrado buena parte de nuestro análisis en el estudio de la
3O ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETI VIDA D FEMENINA
T ESTUDIOS SOBRE LA SUB.IETIVIDA D FEMENINA 3 i

configuración de los deseos constitutivos de la subjetividad femenina, )' en las lo largo de varios capítulos de este libro, nos ha interesado destacar el
pt)sibilidades de transformación de tales deseos. modo en que determinadas representaciones culturales sobre las mujeres
¿Con cuáles problemáticas básicas operamos en salud mental? Nos han incidido sobre la configuración de SU aparato psíquico, especialmente
siguen pareciendo válidas las propuestas por Freud en E l malestar en la sobre sus deseos. En este senado hemos insistido acerca de la incidencia
cultura (1): la capacidad de amar y trabajar. Per<; nos proponemos acotar, del deseo matemal sobre la consutución de la subjedvidad femenina, a la
en relación a las mujeres, ¿qué clase de amor? y ¿qué clase de trabajo? Ante vez que la función del mismo como agente de regulación y de coqtrol
estas preguntas, intentamos: a) una labor crídca sobre los deseos amorosos social sobre la salud mental de las mujeres.
de las mujeres (que han sido hasta ahora orientados casi con exclusividad
hacia el deseo matemal), y sobre los deseos de trabajo de las mujeres La mayoría de las estudiosas ladnoamericanas sobre la condición
(principalmente el trabajo doméstico, el trabajo matemal y sus extensiones femenina destacan la notable influencia ejercida en Ladnoamérica por las
en formas laborables c x t r a d o m é s d c a s ) ; b)una interpelación a las prácticas tradiciones culmrales heredadas de la colonización luso-española, y por la
sociales que ofrecen representaciones culturales para las mujeres Iglesia Católica sobre las formas de organización social, especialmente en
predominantemente dentro de esos límites sobre el amor y el trab.ajo. En lo que se refiere a las mujeres en el seno de la familia patriarcal con una
cuanto al ítem a) se trata de una labor critica y deconstructiva que se observa, sexualidad regulada por el deseo matemal. A eUo se agregaron, más
especialmente, en aquellos c a p í t u l o s en los cuales se analizan las especiflcamente en nuestro país otras formas de colonización europeas
determinaciones histórico-sociales según las cuales el deseo matemal pasó que contribuyeron al crecimiento de amplias capas medias de la población,
a ser consüturivo de la subjedvidad femenina. Planteamos allí un momento con sus pardculares valores, creencias y modos de operar sobre los criterios
histórico-social singular, a pardr de la Revolución Industrial, en que se de salud y enfermedad mental de las mujeres. Allí destacamos que la
operaron cambios en las condiciones de existencia, de modo que tanto el subjedvidad femenina surge como un ef^ecto, un producto de ciertas
amor matemal como el trabajo en la intimidad d o m é s d c a pasaron a ser concepciones y prácdcas sociales acerca de las mujeres, a la vez que insisümos
garantes de la salud mental de las mujeres. E n cuanto al ítem b), la en su mulidetermina- ción en la configuración de su aparato psíquico.
interpelación a las prácticas sociales es diversa: en disantos niveles de análisis,
se observa en aquellos capítulos referidos al traba)o y la vida coüdiana, a la Entendemos que el estudio de la especificidad de las mujeres en el
educación de las mujeres, a los modos de crinfiguracicin del deseo de campo de la salud mental está en formación. Está creciendo rápidamente
poder, a las prácucas con el dinero, a las teorías y prácdcas sobre la situación en nuestro país, en EE.UU. y Europa, especialmente en Francia y España',
de gesta y crianza, etc. gracias al aporte conjunto y crídco a la vez de estudiosas, de los movimientos 1 ^
de mujeres \ de psicoanalistas y psicoterapeutas interesadas en analizar
El campo de la salud mental ha sido, a lo largo de la lústoria, uno de
c ó m o inciden y se interceptan la problemádca del género sexual femenino
los que m á s sC ha prestado como lugar privilegiado donde ejercer control
con la salud mental de las mujeres. Por ahora, la labor más intensa ha sido:
social sobre los miembros de cada cultura, determinando normas y
sanciones en r e l a c i ó n a lo que d e b e r í a considerarse "saludable" o
"enfermizo" [Eoucault (2), Basaglia (3) entre otros autores]. a) Una labor apasionada, por parte de los movimientos de mujeres,
de denunciar las condiciones de existencia bajo el signo de un régimen de
Según esta concepción, en lo que se refiere a las mujeres la salud
mental ha quedado capturada d e n t r o de los l í m i t e s de ciertas
representaciones culturales que les indicarían la configuración de una
' E n f-.sp;iñ;i, C. Sácnz Bufn.T\-enrui'a (9), y entre Ins psicoanalistas, E.Dío Blcichmar
subjetividad "saludable". A propósito de esto hemos realizado al comienzo
(10); E n l-iaucia, L . Itigaray (11). S. Kofman (12), M. Tt.tok (13), F Doltó (14), G,
de nuestro estudio (capítulo I I . 1) una bre\'e \parcial reseña histórica que
Lemoinc-I.uccioni (15), M, Montrelav (16), P, /\ulagcnier (1"); en Inglaterra, J . Mitcliell
refiere las condiciones según las cuales, en distintos momentos histórico-
(18); en E E . l ' U , N. Chodorow (!')), Ph. Chesler (20), R. .Mouluon (21), R. Oliver (22), R
sociales las mujeres podían considerarse a sí mismas como sujetos. Tal
Bart (23), E n nucítro país, el área de salud menta) de las inuiercs nicreciíi atención de \'arias
reseña sólo pretende indicar los diversos de\'enires históricos, sobre la noción
estudiosas: E, Sartoris y E , Rapella (24), A.M. Fernández (25), G, Bnnder (26), S, Fendrik
de su)eto para las mujeres, y su asociación con la salud mental, ya que
(27), H, Giberu (28), R. Goldstein (29), desde muy di\-ersas pei'spccti\-as y abarcando
consideramos que es necesaria una tarea de d e c o n s t r u c c i ó n )• de
problemáticas especificas (la fnu¡cr terapeuta, la psicoterapia de muicrts, los grupos
reconstrucción histórica de la subjedvidad femenina. Diversas autoras se
terapcuricos de inuieres, la prevención de la salud en el \-inculo materno-intantJI, la lerapia
han ocupado de esta problemática, desde diferentes perspecuvas: L. Irigaray
familiar sisiémica \l rol de gcnern sexual femenino, ci rclcv'amiento de las condiciones de
(4), M, I.anger (5), Sacnz Buenaventura (6), Basaglia (7), Ph. Chcsler (8J,
salud mental de l;is niu|cres en la /\i>;cnuna. etc.).
ere, solo por mcnciunnr algunas ele ellas. \, por nucsrra parte, a
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represión-opresión, por los cuales enferman las mujeres. adaptación a las condiciones adversas" (ya que enfatizamos la actitud de
b) Interesantes descripciones de algunas cuadros psicopatológicos cuestionamiento c r í t i c o ) , o bien el concepto de " i n d i v i d u o " (aquí
tradicionales de las mujeres (pnncipalmente histerias, fobias y depresiones) destacamos la concepción de "sujeto" y no de "individuo") parecería sin
entre cuyas multideterminaciones se destacan: 1) las formas de socialización embargo que muchas de nuestras propuestas son coincidentes con las que
temprana de las niñas; 2) ia represión ejercida sobre el deseo sexual; 3) las dicho organismo mundial propicia para "proteger, promover )• recuperar
prácdcas sociales relativas á la maternidad y sus consecuencias. ("Nido la salud mental". Una de sus afirmaciones merece nuestra especial atención;
vacío", capítulo 11); 4) los ideales yoicos construidos sobre la base de ideales " E l hombre es un ser pensante; su experiencia interior vinculada a la
sociales acerca de la pareja y la familia, especialmente de la familia nuclear; experiencia del grupo interpersonal -en otras palabras, la vida mental- es lo
etc. que da valor a las vidas c e las personas. Ser humano es pensar, sentir,
c) Se han realizado reievamientos de múltiples formas de psicoterapias aspirar, desear y conseguir, y ser social. En consecuencia, el fomento de la
de mujeres, individuales y grupales, y propuestas altemativas a las mismas. salud no sólo ha de dirigirse a preservar el elemento biológico del organismo
E n ellas, generalmente se incluyen análisis de los modos de operar de las humano, sino que además ha de ocuparse de estimular su vida mental".
psicoterapeutas mujeres. Aun cuando consideremos el riesgo de esta afirmación -nesgo sobre el
d) Una tarea que nos resulta particularmente interesante es el aporte que alertarnos, de disociar la "vida mental" de la "vida biológica"-, no
de psicoanalistas mujeres que contribuyen ai campo de la salud menta! de obstante nos parece pertinente aquello que alude a los modos de pensar,
las mujeres, desde una perspectiva femenina no-sexista. A lo largo de vanos sentir, aspirar, desear, etc., de todo ser humano, como aspectos pertinentes
de los capítulos de este libro se citan a las estudiosas que así han procedido, a su salud mental. Este informe de la O M S destaca, entre los Ítems
y a sus trabajos m á s relevantes. necesarios a considerar dentro de la p r o m o c i ó n y prevención de la salud
e) T a m b i é n se han realizado estudios epidemiológicos sobre salud mental, factores tales como los de u r b a n i z a c i ó n y cambios sociales,
mental que, si bien no ubican a las mujeres como grupo específico, sin migración, legislación, trastornos en la organización familiar (por ejemplo,
embargo señalan algunas constantes tales como la mayor tenc encia al uso "familias incompletas" con la madre como jefa de hogar, o "situaciones
de p s i c o f á r m a c o s ' [ C a s u l l o y Erbstein (30) |, la presencia de cuadros de stress familiar" cuando existe un enfermo crónico en la familia), tecnología
psicopatológicos como la depresión en mujeres de mediana edad [P. Bart y vida cotidiana, etc. Asimismo, pone el énfasis en recomendar metodtjlogías
(31)]. multidisciplinarias para enfocar tales trastornos, generar proyectos
f) Algunos estudios definen sintomatologías específicas de las mujeres, comunitarios de apoyo mutuo y de autoayuda, "promover la participación
que a veces configuran verdaderos cuadros c í n i c o s ("ansiedad de activa de la gente y elevar su conciencia social de forma que (...) lleguen a
reinserción", "fobia a la desfloración", "neurosis del ama de casa", etc.). conocer la necesidad de organizarse ellos mismos y de cooperar en la
La mayoría de estas problemáticas han sido analizadas a lo largo de este solución de sus problemas". Algunas de las problemáticas planteadas en
libro. este informe, como por ejemplo el abuso de psicotrópicos, fue abordado
Tal variedad de teorizaciones, de prácticas, de piropuestas, constioiyen en nuestro medio por L. Sartoris y E. Rapella (33), quienes señalan que "las
verdaderos desafíos para seguir avanzando con enmsiasmo. Para eUo, hemos mujeres reconocen y/o consumen mas psicofármacos que los hombres,
realizado este trabajo: como aporte a la deconstrucción, reconstrucción y haciéndolo muchas veces por indicación médica. Ei uso indeljido de los
transformación del campo de la salud mental relativo a las mujeres. p s i c o f á r m a c o s constituye un problema nacional". Las autoras basan sus
afirmaciones en el estudio realizado durante los años 1979 y 1980 por el
Programa de Invcstig;iciones en Epidemiología Psicjuiátrica (34). En
B. Algunas definiciones sobre la salud mental este estudio se destacan "los datos que para, nuestrtj a n á l i s i s son
relevantes"; 1) el grupo constituido por "amas de casa" (88 % de las mujeres
La Organización Mundial de la Salud, a través de su Organización encuestadas) presentaba con ina}'or frecuencia "síndromes neuróticos no
Panamericana de la Salud (1983) (32), ha definido a la salud mental como específicos"; 2) el grupo etáreo que presentaba ma\'or sintoiTiatol(;gí;i
un estado de bienestar, y no sólo como la ausencia de enfermedad. Afirma neurótica y psicótica estaba comprencido entre los 32 y 56 añf)S. Datos
que "los factores sociales influyen de modo determinante en el equilibrio como éstos confirmarían nuestras hipótesis stjbre la mayor pre\'alencia
psíquico, en el bienestar personal y en la participación del individuo en os de deterioro en la salud mental en las mujeres amas de casa _\ que transitan
objetivos comunitarios", factores que "constituyen la esencia de la salud por In así llamada "edad media de la vida". Nf)s resultaría sumamente
mental". Si h'ien consideramos necesario un debate amplio \ profundo estimulante para a\-anzar en nuestras hi[X")tcsis abrir líneas de in\'cstig;ición
acerca de algunos de sus términos, como por ejemplo el de "facilitar la q u e perminer:in análisis más refinados d e esta problemática (35) tal como
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lo hemos planteado ya en otras oporamidades. praxis?), e) "Formar y mantener relaciones armoiiiosas con los demás."
E n nuestro medio A . Stolkiner (36) refiere que en diversos ¿ Q u é clase de "relaciones armoniosas"? (¿Sin conflictos manifiestos?).
documentos de la Organización Panamericana de la Salud se describe a la ¿ C ó m o se define a "los d e m á s " ? (¿A partir de la noción de "individuo"?
salud mental como "un campo de prácdcas en las cuales confluyen, a veces ¿ C o m o "el otro social"?), f) "Participar constructivamente en los cambios
antagonizan, distintos espacios conceptuales sostenidos en cuerpos teóricos que puedan introducirse en su ámbito físico y social": sería interesante
o ideológicos diversos". Asimismo, la expresión "salud mental" se suele retinar el concepto de "participación constructiva.", concepto al que A,
presentar en un doble sentido; "por una parte, alude a un estado o situación Stolkiner dedica amplia e x p l i c a c i ó n . La caracteriza diciendo que "la
subjetiva de «bienestar mental o psíc]uico)) que suele definirse en relación participación es en sí un hecho de salud mental, en la medida en que permite
con su antagónico; enfermedad. Desde otra perspectiva designa un área a las poblaciones (y a los sujetas) salir de un lugar "imaginario" (y real) de
de acciones dentro de la salud pública, que reconocen como sujeto a sometimiento a una "autoridad", sentida como omnipotente y arbitraria.
comunidades o poblaciones". E n cuanto al primer sentido que señalamos, La ruptura de los vínculos de "servidumbre"- real entra en interacción
esta autora cita las siguientes definiciones, extraídas de documentos de la dialéctica con la rupmra de las formas de "servidumbre imaginaria". En el
Organización Panamericana de la Salud: "Salud mental: estado sujeto a capímlo V I se retoma éste planteo. Por ahora, queremos señalar que en la
fiuctuaciones provenientes de factores biológicos y sociales, en que el participación, consideramos que los cambios no "se introducen" sino que
individuo sé encuentra en condiciones de conseguir una síntesis satisfactoria "se producen", y nos ocupamos ampliamente de esta clase de producción
de sus tendencias instintivas potcncialmenie antagónicas, así como de de las mujeres.
formar y mantener relaciones armoniosas con los d e m á s y participar E n cuanto a la segunda de las definiciones citadas, sólo nos
constructivamente en los cambios cjue puedan introducirse en su ámbito limitaremos por ahora a señalar que consideramos que el campo de acción
fisico y social". En cuanto al segundo de los sentidos señalados, cita la donde puedan ejercitarse prácucas que favorezcan las condiciones de salud
siguiente definición: " E n la actualidad, salud mental no sólo es s i n ó n i m o mental de las mujeres, todavía está en construcción. Aquí aportaremos
de la tradicional higiene menta!, ni de la clínica psiquiátrica, sino que im]Dlica algunos recursos que apuntalen tales prácdcas, como por ejemplo, recursos
un sentido mucho m á s amplio y abarcativo, e incluye la problemática de de conocimientos sobre los modos de enfermar de las mujeres, así como
salud y enfermedad mental, su ecología, la utilización y evaluación de las recursos técnicos, tales como los grupos de reflexión de mujeres.
instituciones, su personal, el estudio de las necesidades de la comunidad y
los recursos para satisfacerlas. . ." La misma autora, A. Stolkiner (37), describe tres modelos utilizados
Respecto de la primera definición, nos interesa interrogarla en los en la .w/W mental en nuestro país, que caracteriza como: 1) concepción
siguientes aspectos: a) "fluctuaciones provenientes de factores biológicos y liberal clásica; 2) concepción desarroUista; 3) concepción participativa. En
sociales"; ¿a q u é se refiere con el t é r m i n o "fluctuaciones"? (así planteado la primera, destaca su positivismo, correspondiente a un "modelo médico
parece vago e impreciso y no ayuda a definir el estado al que se remite). h e g e m ó n i c o " , curativo, no-preventivo, basado en la acción del médico
Nosotras nos referimos aquí m á s bien a "estados conflictivos" que a ante un sujeto pasivo. La enfermedad es considerada una desviación de la
"fluctuaciones"; "factores biológicos y sociales", ¿se pueden disociar así norma, con eventual connotación moral. La atención en salud mental es
ambos términos, creando la ilusión de que unos no están contenidos en las asilar, manicomial, con terapias biológicas. En el segundo modelo, sostenido
otros que no se determinan unos a otrt)S? Nuestra crítica se refiere a la sobre la acción de un equipo multidisciplinario, la concepción es tecnocrática,
suposición de un falso dualismo, inexistente c t ) m ü tal en las praxis sobre dando lugar a una planificación normativa. Con esta concepción surge la
salud mental, h) " E l individuo"; ¿alude a la posible existencia de un sujeto psiquiatría dinámica, los servicios de psicopatología en los hospitales, los
indiviso, ni dividido ni desgarrado por su sobredetcrminacii'm? l.'.n el centros de salud mental de la comunidad, ccjmo asimismo la creación de
presente libro, preferimos referirnos a "sujetos", no a " indn'iduos". c) las carreras de psictilogia en nuestro país (hacia los años 60). Se trataba de
"Se encuentra en condiciones de": ¿ c ó m o se han logrado rales condiciones?, tormar a los "expertos" o "profesionales" de la salud mental. Según esta
^;cuáles son los rcc]uisicos para "encontrarse en condiciones de"? d) autora, actualmente estamos asistiendo a una concepción participativa sobre
"C^onseguir una s í n t e s i s satisfactoria de sus tendencias instintivas la salud mental, concepción que si bien se encuentra en gestación, reconoce
potencialmente a n t a g ó n i c a s " : ¿a q u é se refiere el concepto " s í n t e s i s la necesidad de una atención primaria integral de la salud, v concibe al
satjsfactoria"? (¿integración":', ¿coherencia?). ¿Es posible arribar a tal síntesis? sujeto en tanto sujeto social actix'O. Se basa en la población, con la
¿A q u é se denomina "tendencias instinti\-as potencialmente antagóraicas"? criiaboración de equipos transdisciplinarios. Su ideología incluve una
(¿Amor-odio? ¿Instinto de \-ida-insunto de muerte? ¿Otras?). ¿Ccjino se c o n c e p c i ó n e s t r a t é g i c a - p o l í t i c : i - t é c n i c a ; centrada en un prov^ecto de
define que son "potencialmente antagónicas"? (;En su esencia? ; E n su c o n c i c n t i z a c i ó n - t r a n s f o r m a c i ó n . Si bien reconoce que todaMa no hav
36 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETI VIDA D FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 37

programas específicos de salud mental con esta concepción, se propone mucho )' siempre m á s , tener urca libertad sexual indiscriminada, potencia a
realizar "programas pardcipadvos integrales e intersectoriales". toda prueba exhibir un coche cada vez m á s grande, etc.". Racker define
Reconocemos, ¡unto con esta autora, la necesidad de que las mujeres este modelo de salud mental como " h i p o m a n í a c o " , aunque este adjetivo,
se integren como sujetos acdvos, pardcipantes de su cultura. E n nuestro tomado de la psicopatología, puede parecer contradictorio con el sustantivo
a n á l i s i s esta c o n d i c i ó n requiere procesos de t r a n s f o r m a c i ó n en las de "salud mental". Pero es un modelo adaptado a "ia ideología de la
representaciones psíquicas y sociales acerca de las mujeres como sujetos. sociedad de consumo, expresión del alto desarrollo capitalista alcanzado
Sostenemos que es necesario, para que tal transformación representacional en los países del "primer mundo" (. . .). Para Freud, la meta de un
se produzca, a puesta en marcha de otros deseos en las mujeres, m á s allá psicoanálisis bien llevado era lograr que el paciente pudiera amar y trabajar
del deseo rnatemal segtin el cual, hasta ahora, se ha idendficado a las mujeres mejor, Freud trataba pacientes de clase media y alta, y el criterio de "trabajar
como sujetos. De ello nos ocupamos en varios de los p r ó x i m o s capítulos. mejor" puede ser adaptativo o no, según la pertenencia de clase, el tipo de
trabajo, etc. Esta autora también critica las metas exitistas del psicoanálisis,
p r o d u c t o de la " i d e o l o g í a del é x i t o " de la escuela p s i c o a n a l í t i c a
C. Ideología y salud mental norteamericana, especialmente del éxito e c o n ó m i c o que, en su cita de H .
Racker, aparece como garante de salud mental. El tema del dinero también
E Basaglia y F. Basaglia Ongaro (38) destacan cpe, en t é r m i n o s de constituye una problemática para ser estudiada por nosotras,en nuestro
salud mental, se ha udlizado una ideología de la diferencia sobre la enferijiedad abordaje a la salud mental de las mujeres, pero su análisis es diferente. N o
mental que asegura la m a r g i n a c i ó n social de aquéllos considerados como se trata, aquí de una cuestión de cantidad de dinero obtenido, acumulado y
diferentes, adoptando sistemas de control social que garanticen tal administrado (según la dialéctica del tener para ser, correlativa a una
marginación, de acuerdo con diversos niveles de desarrollo socioeconómico. perspectiva fálico-narcisista en el desarrollo libidinal), sino de la cualidadát
Según lo analizan, la ideología médica (psiquiátrica) permite un juicio polítíco- tales hechos. Nos interesan, m á s bien, c ó m o se producen tales hechos (la
morai que reconoce en las definiciones científicas un a u t é n u c o carácter generación del dinero, y su distribución), m á s que la normativización de
clasista, sin tapujos o enmascaramientos artificiosos. La realidad es que ¿7/ cuáles deben ser los resultados a obtener. Especialmente en algunos capítulos
ideas claves son las de la clase dominante. Anticipamos lo que tantas veces (rV.3, V y VI) analizamos la relación entre el dinero y el trabajo, y su incidencia
señalaremos en nuestro análisis: en la p r o b l e m á d c a de la salud mental de sobre la salud mental de las mujeres, especialmente desde ciertos parámetros:
las mujeres, si bien está determinada por valores de clase, reconocemos un a) las diferencias im-puestas en nuestra culmra a las condiciones de trabajo
orden de d e t e r m i n a c i ó n c]ue atraviesa los cnterios clasistas para ubicar la para ambos g é n e r o s sexuales (diferentes entre trabajo d o m é s t i c o y
perspectiva sexista como productora de condiciones de vida enfermantes. extradoméstico, y su distribución jerárquica en nuestra cultura) ; b) la
Es por ello que, a lo largo de este estudio, enfadzamos el análisis de la diferencia entre las prácticas sociales que favorecen u obstaculizan para
c o n f i g u r a c i ó n del género sexual femenino, como g é n e r o devaluado (39), ambos géneros sexuales la obtención, acumulación y distribución del dinero;
desjerarquizado (40), en nuestra cultura, salvo en aquella representación c) los efectos que tales prácticas sociales tienen sobre la constitución de la
social que glorifica la imagen de las mujeres-madres. subjetividad sexuada.
Foucault (42) destaca "el papel represivo del manicomio en el cual se
T a m b i é n M . L á n g e r (41) señala que el concepto de salud mental denc encierra a la gente y se la scjmete a una terapia -química o psicológica-
bases no solamente ideológicas, políticas \ sociales, sint) hasta sexistas, en sobre la cual no tienen ninguna opción (...) (esta acción represiva se prolonga)
diferentes sociedades y clases. Cita a Franca Basaglia ("La mujer y la locura", en los asistentes sociales, los orientadores profesionales, los psicólogos
en Antipsiquiatría j política, E d . E x t e m p o r á n e o s , M é x i c o , 1980), quien escolares (..,), Toda esa psiquiatría de la vida cotidiana que constituye una
demuestra que la sociedad comienza a preocuparse por la salud mental del especie de tercer orden de la represión y de ia policía (,,,), La psicopatol(,)jj;ía
ama de casa de clase obrera solamente cuando ésta ya no está en condición de la vida cotidiana re\'ela posiblemente el inconsciente del deseo; la
de d e s e m p e ñ a r su simple papel. Sin embargo, esta autora distingue desde psiquiatrización de la vida cotidiana, si se la examinase de cerca, re\'claria
la perspectiva psicoanalítica respecto de la salud mental, dos factores que posiblemente lo invisible del poder". Estas afirmaciones nos obligan a
considera definitonos: la meta que ccjnsciente o inconscientemente el analista pensar en la extensión que puede hacerse a los psicoterapeutas, como agentes
tiene para cada uno de sus pacientes, }• su idea de la salud mental. Para esto de control v tle policiamientf) según lo plantea este autor. Area problemática,
cita a H . Racker, psicoanalista, quien describe a cierto gi'upo de psicoanalistas que suscita enormes contro\'ersias actualmente en nuestro medio, Estarí:imo!.
argentinos que tienen un ideal de salud mental, comparado por varicjs una \-cz más ante un problema de colonización, en el sentido que lo planten
otros gi-upos psicoánah'ticüs internacionales, "c|ue consiste en ganar siempre foucault cuando señala c|ue, va que actualmente la colonización n o es posible
38 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 39

de teorías y prácticas acerca de determinados temasprobiemas.


en fonrm directa, los grupos dominantes la ejercen a través de sus "agentes
Las críticas y comentarios dentro mismo del libro, realizadas por
de contr(3l social" (¿incluyendo en ellos a profesionales y técnicos de la
Emilce D i o Bleichmar al capítulo I I , generan un modelo de diálogo y
salud?) Por ello es que consideramos que este punto dene capital importancia
controversia, durante el procesen de producción del texto. Creemos que
y se nos mipone la necesidad de revisar nuestros criterios de salud y
una técnica de este tipo puede enriquecer y agilizar el análisis de las
enfermedad, en el área de la salud mental de mujeres, para aproximarnos
problemáticas planteadas.
a una atenta vigilancia sobre nuestro propio d e s e m p e ñ o c ó m o agentes de
salud mental.
¿Por qué otorgamos un sentido remarcable a la definición de la
psicoterapia como un trabajo (capítulo I I I . l ) realizado entre la terapeuta y la
D . Problemáticas en la salud mental de las mujeres paciente; y a la noción de alianza de trabajo en el comienzo de la psicoterapia
en las crisis vitales? Porque al concebirla así, bajo los términos de una relación
Nos hemos propuesto un texto de estudio y de debate. Los temas de trabajo, podemos a su vez otorgar nuevos sentidos a aquello que
tratados tienen preferentemente un abordaje teórico-crídco, donde se Greenson (43), en 1967, denominaba "los derechos del paciente", como
recopilan datos o informes de diversos autores, se los interroga y se uno de los rasgos de los derechos humanos en general. E n su capítulo
proponen altemadvas de c o m p r e n s i ó n para esas problemáticas. y\sí lo referido a la alianza de trabajo, señala, respecto del analista; (...) "La
hicimos en las breves referencias históricas relativas a la constitución de la humanidad del analista (.. .) se expresa también en la actitud de que el
subjetividad femenina, en el análisis de la pulsión de dominio y la pulsión paciente tiene derechos y que se le debe respeto como individuo (...). El
epistemofílica, en las reflexiones e interrogantes sobre la crisis de la mediana paciente que acude en busca de tratamiento está, al menos temporal y
edad en las mujeres (capímlos //. /, UL.2, IU.3 y U.2). parcialmente, abrumado por su patología neurótica, y en ese estado de
Oü'os tienen un enfoque preferentemente teórico-tccruco, como el desvalimiento relativo es propenso a aceptar sin discriminación cualquier
capítulo sobre "Psicoterapias de mujeres: algunos aspectos relevantes" (Inés promesa de beneficio (...). A fin de contrarrestar la tendencia a someterse
Castro), "Un binomio en crisis: la madre y su hija adolescente", "Vicisimdes por angustia o por masoquismo, es necesario que el analista atienda a la
de la reorganización pulsional en la crisis de la mediana edad en las mujeres" necesidad que el paciente tiene de estima y respeto de sí mismo y de dignidad
(Mabel ÍVlaldavsky f3urin). Algunos capítulos destacan ciertas prácticas mientras es psicoanaüzado (...). Para la alianza de trabajo es imprescindible
sociales y los modos c ó m o éstas inciden sobre la salud mental de las mujeres, que el analista manifieste constante interés por los derecloos delpaciente mientras
como los denominados "Hacia una maternidad participativa" (Susana dure el análisis". (El subrayado es nuestro.).
Velázquez), "Trabajo, salud mental y vida cotidiana en las mujeres", y "La li-.ste autor fue uno de los primeros en formular tales derechos,
Educación, las Mujeres y la Salud Menta" (Mabel Maldavsky Burin). Otros criticando el autoritarismo de ciertos psicoanalistas; para nosotras, esta
capítulos costituyen reflexiones y propuestas teórico-críticas, sobre la base referencia histórica cobra: mayor importancia en este momento histórico-
de experiencias en grupos de reflexión de mujeres, acerca de problemáticas social en nuestro país, en que entran dentro de un amplio debate en el
tales como "La dependencia e c o n ó m i c a y la salud mental de las mujeres" psicoanálisis las actitudes autoritarias y rígidas, a la vez que nos planteamos
(Clara Coria ). "La queja en la vida cotidiana: una forma de contra- interrogantes dentro del área de la salud mental, sobre los derechos que
violencia femenina" (Esther M(mcarz), "Una crisis vital en la mujer: ia tienen como ciudadanos las personas enfermas mentales.
edad madura" (DoUy C a r r e ñ o ) . En el capitulo referido a "Identidad de, Entendemos que esta problemática no puede omitirse cuando se
género \s de salud menral" (Irene Meler) se puede observ;u' un analizan los criterios utilizados para definir la salud y la enfermedad men-
minucioso análisis de algunos conceptos claves del psico-análisis, tales tal.
como el deseo de fusir')n-\'ínculo idcntiflcatorio de la niña con su madre,
el desarrollo del narcisismo femenino, las metas sexuales activas \ pasivas En cuanto a la salud mental, cada \'ez encontramos maj'or énfasis en
en las mujeres, rc^^i5iones del masoquismo )' del super}'ó femeninos, etc.; criterios referidos a la flexibilidad en lugar de la rigide:^ en la organización
todos ellos son analizados, deconstruidos )' reconstruidos a la luz de! psíquica; a la creatividad en lugar de la repetición en cuanto a los modos de
conce|3to de género sexual femenino, y de c ó m o di\'ersas concepciones realización de intereses; a la paiiicipadón comunitaria, o en grupos diversos, que al
teóricas inciden sobre los parámetros utilizados para definir la salud mental iiidiridual/smn y al aislamiento, como modos de acción \ participación social,
de las mujeres. En medio de todos estos temas, ha\ una p r < 5 b l e m á t i c a f-.sto se relaciona con la consideración de un sujeto psíquiccj que, en su
t|ue atraviesa y opera como determinante privilegiado sobre el resto: la misma constitución es un sujeto social. Esto supone incluir, dentro de los
iiiiitcníidúd, dcflnida aquí comoprobh'iiiática, esto es, cu/iw un, co>i¡/iiito cniijliclivo c r i r c r i o s d e salud mental d e las mujeres, su participación social cnuio ciudadanas,
40 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 4 1

a la vez que con derechos cívicos, hecho que hemos sugerido al señalar la manejo y solución integradora de los conflictos. Afirma que también
insistencia con que Greenson (1967) se refiere a "los derechos de ios consiste en una relación o en una aptitud sintetizadora y totalizante, en la
pacientes". Son las p r o b l e m á ü c a s de este dpo, y su incidencia sobre la resolución de antinomias que surgen en su relación con la realidad.
consutución del aparato psíquico, las que nos han llevado a explorar la En lo que se refiere a la salud mental de las mujeres, aquí fue definida
gestación de deseos múltiples, m á s allá de la esfera matemal y doméstica, como una práctica conflictiva, cuya resolución necesita ser concebida como
como problemáticas inherentes a la salud mental de las mujeres. un largo proceso que involucra sin duda no sólo una transformación dentro
A. Fiasché (44) sostiene que la p r e v e n c i ó n primaria en salud mental mismo de cada uno de los términos del conflicto (por ejemplo, un orden
es el punto de partida para pensar esta p r o b l e m á t i c a en los p a í s e s pulsional-descante / un orden de representaciones culturales disponibles
latinoamericanos. Afirma que "el acceso a! conocimiento y a la teoría del para la constitución de la subjetividad femenina), sino también el hallazgo
conocimiento es la matriz básica de la p r e v e n c i ó n primaria" en salud men- de articulaciones, confrontaciones, interacciones, enu-e los términos del
tal. " E l analfabetismo genera un déficit en la salud mental en tanto y conflicto. Esta movilidad y esta dinámica de la situación conflictiva es lo
cuanto no posibilita el qué, el c ó m o y el porqué de la experiencia, integración que ofrece mejores garantías para la salud mental de las mujeres según los
indefectiblemente necesaria para lograr un nivel de conceptualización que t é r m i n o s cjue acabamos de proponer: flexibilidad en lugar de rigidez,
permJte desarrollar favorablemente al yo del placer y al yo de realidad. La creatividad en lugar de la repetición, la participación gi-upal o comunitaria
preservación de la capacidad epistemofilica es la mejor defensa de la salud mental; es la en vez del individualismo y del aislamiento.
matrir^ básica para aprender de la experiencia, el descubrimiento délo desconoadoy la En todas las situaciones en que nos referimos a la salud mental de las
permanente validaciónj convalidación del pensamiento. Preservarlo implica realit^ar una mujeres -aun en aquellas en las que hablamos de estados de crisis- tenemos
operación preventiva primaria trascedente (...)". Si subrayamos esto último es presente que nos referimos a un yó cjuepadece conflictos, y que trata de reducir
porque descubrimos, alborozadas, que nuestra propuesta de incluir la las tensiones impuestas no sólo por las demandas del Ello y las exigencias
p u l s i ó n e p i s t e m o f í l i c a y el deseo de saber en las mujeres como un del Superyó-Ideal del Yo, sino también por las determinaciones impuestas
componente constitutivo clave de la subjetividad, a la vez que como una por cierta realidad cultural, que hemos caracterizado como cultura patriarcal,
condición inalienable para la p r e s e r v a c i ó n de su salud mental (capítulo y por las representaciones que tal cultura ofrece al género sexual femenino.
III.2) coincide con la a p r e c i a c i ó n de otros autores estudiosos de esta En este sentido, existen para nosotras prácticas de salud que se pueden
problemática. realizar no sólo en las "acciones generales de salud" (OMS), sino en la
Pero hay otra afirmación m á s con la cual coincidimos con este autor, praxis cognitiva; se trataría de superar los viejos conflictos teoría-práctica,
respecto a la prevención primaria en salud mental; es la que se refiere "a la intentando inckur la praxis teórica como modo de promover )• difundir
distribución y organización de los espacios vitales". Si bien no conicidimos conocimientos que mejoren la calidad de vida. El objetivo, una vez más,
con A . Fiasché sobre a q u é "espacios vitales" nos referimos, sin embargo sería lograr cjue los conflictos no se estereotipen bajo la forma de enfermtíiad, sino que
queda vigente la p r e o c u p a c i ó n por los mismos. En nuestra perspectiva, en conserven su estado dinámico, su movilidadjflexibilidad. Hemos hallado que ¡as
varios capítulos hemos otorgado un énfasis especial a la incidencia del situaciones de crisis constituyen, estados favorables para lograr tal movilidad.
espacio doméstico, a su aislamiento y rutinización en el ama de casa, como Es por ello que en nuestro estudio otorgamos un énfasis tan particular a las
una de las condiciones de existencia que provocan efectos deteriorantes crisis vitales de las mujeres.
sobre la salud mental de las mujeres. E n vanos capítulos de este libro nos
ocupamos de esta problemática. Pichon-Riviere (46) propone la técnica de grupos operativos centrados
en la tarea: "la tarea debe estar centrada en c ó m o lograr una mayor salud
mental en una comunidad específica situada en el tiempo y en el espacio".
E. Salud mental y conflicto Afirma que la formación de especialistas "es que la tarea esté centrada no
en la enfermedad mental, sino en la s:ikitl mental (...), en los factores que
Pichon-RJviére (45) relaciona la salud mental con la capacidad de un condicionan un cierto modo de salud mental (no en forma absoluta salud
sujeto de aprehender la realidad en una perspectiva integi^adora, en sucesivas mental como valor tope o absoluto). Se trata de cantidades de salud
tentativas de totalización, con capacidad para transformarla, modificándose, mental que a tra\'és de saltos dialécticos transforman la cantidad en calidad,
a su vez, él mismo. Según este autor argentino, el sujeto es sano en la }a que la s:ilud mental se mide sobre todcj e n t é r m i n o s d e calidad de
medida en que mantiene un interjuego dialéctico en el medio y no una comportamiento social v sus causas de mantenimiento o deterioro están
relación pasiva, rígida y estereotipada. La, salud mental consiste, según relacionadas con situaciones sociales como los tactores socioeconómicos,
esta perspectiva, en un aprendizaje de la realidad a tra\-és del enfrentamiento. la esttLictLir;! de la familia e n estado de cambio (... ) " . Afirm;i que " l o c|ue
42 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 43

se quiere lograr es una adaptaeión activa a la realidad donde el sujeto, en la que tal esquema del conflicto e n ü x tendencias biológicas y normas culturales
medida en que cambia, cambia la sociedad que, a su vez, actúa sobre él en es demasiado simplista, porque no hay pulsiones biológicas libres o
un interjuego dialéctrco en forma cié espiral (...)". ¿ P o d e m o s afirmar, junto independientes de la organización cultural, y esta última no es un elemento
con este autor, el supuesto de " a d a p t a c i ó n activa a la realidad"? I",s ajeno, que en forma aislada y pura se contrapone a la organización biológica.
contrapuesto con nuestros hallazgos que hacen coincidir la salud mental de Los conflictos psicológicos son el reflejo, o la asimilación, por parte del
las mujeres con un cuestionamient(; crídco de la realidad, y con los diversos sujeto, de conflictos que se dan en la estructura cultural, pero estos últimos
modos de resolución de este cuestionamiento, especialmente de aquéllos tampoco son independientes de los seres humanos ni de la acción colectiva
tendientes a una acción transformadora de la realidad criucada. Asimismo, e individual de los mismos".
nos resulta difícil suponer que el proceso por el cual, "en la medida en que Para Bleger los conflictos están implicados en todos los ámbitos de
cambia (el sujeto), también cambia la sociedad", ya que reconocemos las la conducta (psicosocial, s o c i o d i n á m i c o c institucional) y en estrechas
poderosas fuerzas de la inercia ideológica que, al menos en el caso de las relaciones entre si. U n esmdio completo de los conflictos debe abarcar
mujeres, tornan difícil tal interacción dialéctica. M á s bien tendemos a pensar todos esos ámbitos.
en resoluciones grupales, en formas m á s colectivas de propuestas Bleger estudia las relaciones entre la frustración y los conflictos, y
transformadoras, especialmente en la participación en grupos de mujeres también realiza una tipología de los conflictos (siguiendo el estudio realizado
que otorguen fuerza y sostén, a d e m á s de vías de elaboración, para tales por K . Lewin), que caracteriza como de atracción-atracción (el sujeto está
propuestas de transformación social. Si bien tal propuesta está contenida enfrentado con dos objetos que son atrayentes, o que él desea, pero son
a lo largo de todo este libro, en él capítulo V desarrollamos ampliamente incompatibles entre sí); el conflicto rechazo-rechazo (en que el sujeto se ve
este tema. obligado a escoger entre dos objetos o situaciones que son ambas
desagradables, peligrosas o rechazantes) y el conflicto atracción-rechazo
¿ A qué nos referimos cuando asociamos la salud mental de las mujeres (el sujeto se enfrenta con tendencias o actitudes contradictorias dirigidas
a situaciones de conflicto? Si bien diversos autores se han ocupado de hacia el mismo objeto). Este último conflicto, denominado conflicto de
caracterizar el concepto de conflicto, nos interesa citar aquí a un psicoanalista ambivalencia, provoca estados de gran tensión o ansiedad, "porque peligi-a
argentino, J. Bleger (47). Este autor dice que la coexistencia de conductas el objeto que uno quiere, por el odio o el rechazo que se le tiene al mismo
(motivaciones) contradictorias, incompatibles entre sí, configura un conflicto. tiempo. Va a c o m p a ñ a d o de depresión y culpa". Este sería un conflicto
A f i r m a que, aunque originariamente estudiado en el campo de la clave para este autor, ya que, "cuando no es resuelto, es el punto de partida
psicopatología, se ha ampliado mucho m á s a un capítulo fundamental de de todas las situaciones conflictivas y de las conductas defensivas que tienden
la psicología general, debido, en gran medida, a las investigaciones de S. a reducir o resolver la tensión o la ansiedad que acompaña al conflicto.
Freud y la escuela psicoanalítica. Estas últimas actúan, todas, disociando el conflicto ambivalente en las dos
tendencias o acritudes contrapuestas que lo componen" (di\asión esquizoide).
ParaJ. Bleger, el conflicto es consustancial con la vida misma, y "tanto
A d e m á s , s e g ú n su a n á l i s i s , los conflictos son siempre conductas
significa un elemento propulsor en el desarrollo del individuo, como puede
contradictorias, incompatibles entre sí, que pueden ser vividos tanto en
llegar a constituir una situación patológica; hay en esto también un pasaje
forma consciente como inconsciente; en este último caso, el sujeto percibe
gradual o indiviso entre normalidad y patología, dado por un incremento
la tensión o la ansiedad, pero no conoce ni discrimina los términos del
cuantitativo v un cambio cualitativo de los conflictos. L o ideal no es la
conflicto que la producen. Bleger alerta cpntra la estabilización de la
ausencia de los conflictos porque ellos constiruven la contradiccicm en la
disociación del conflicto, pues lo considera un estado de alienación, con
unidad de la conducta \', por lo tanto, su fermento dialéctico de cambio \
pérdida o limitación de las posibilidades expresivas de la conducta. En
transformación (...). Lo que importa es el destino de los conflictos y la
este sentido nos interesa, a los fines de nuestro estudio sobre la salud men-
posibilidad de resob'erlos".
tal, la noción de los estados de conflicto, no romo estados de estabi/i^aáóii de la
Cita a Freud, quien sostuvo: "la hipc'itcsis de un conflicto fundamen-
sitHnáón conflictiva (estercotipamiento), sino en sus aspectos dinámicos, críticos, en tanto
tal entre el individuo v ia sociedad (no el su]eto), en el sentido de que cada
producen estados de tensión que promuenen la gestación de recursos que permitan
ser humano tiene que reprimir pulsiones (...) que son prohibidas por la
transfonnarlos. En ello hallamos el valor )• la eficacia del estado de conflicto
cultura, \ cu\'a satisfacción le acarrearía serias consecuencias. Este conflicto
para la salud mental de las mujeres'.
transcurre, psicológicamente, entre fuerzas instinti\-as y la f o r m a c i ó n ¡ j
estructura psicológica que representa la c o e r c i ó n social internalizada, - P. Aulagnicv * se pregunta cuáles son las condiciones para que una sociedad sea
funcionando va como parte del sujeto mismo. Sabemos en la actualidad •'suficientemente buena" (parafraseando a W'innicott en su concepto de "madre suficien-
44 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDA D FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA
mi

En nuestro análisis de los términos del conflicto hemos destacado a clásicamente, los efectos sobre la salud mental de las mujeres de la mar
menudo y muy especialmente el conflicto de exclusión, de marginación de división entre ámbito d(;méstico-ámbitü extradoméstico, público-priv
impuesta por las leyes de la cultura patriarca! a la diferencia entre los gén
ciertas esferas sociales que denen que \'er con la pardcipación social m á s
1 ^ plena de las mujeres, y que consntuyen factores enfermantes, atentatorios
sexuales masculino y femenino.
contra su salud mental. Por eso nos hemos centrado en los efectos sobre
Cuando analizamos la salud mental como un estado de conf
la salud mental de las mujeres del trabajo d o m é s u c o (cuando éste se realiza
nos preguntamos: ¿conflicto es igual a crisis? Si ponemos el acento e
en condición de aislamiento), de la exclusión de las mujeres de las esferas
situaciones de crisis como propiciadoras de la salud mental, enfatizand
del saber y del poder (limitando sus alcances a ciertos dpos de saber-
labor crítica de deconstrucción y reconstrucción, estamos acercand
poder principalmente al á m b i t o d o m é s u c o y al orden afecdvo), de las
noción de crisis y de sus elaboraciones y resoluciones a la nocitín de conf
p r á c d c a s sociales relativas al envejecimiento, a la maternidad, con el dinero,
y de sus resoluciones. Ambos, la noción de crisis y la de conflicto, rem
etc., que, tal como lo describimos, posicionan a las mujeres dentro de
a vivencias de ruptura de una supuesta unidad: ambas nociones apunt
determinados lugares sociales que estrechan su horizonte de participación
la constitución de un sujeto que transita entre la ruptura y la sutura [K
social.
(48)], y que la actitud crítica resultante de los estados de crisis requ
Hemos complejizado la clásica noción de conflicto como problema
instancias de c o n t e n c i ó n que otorguen s o s t é n [Winnicott (49
intrapsíquico. Hemos esmdiado preferentemente dos tipos de conflictos:
padecimiento que produce. Hemos propuesto dos situaciones pos
1) el deJa exclusión o marginación de las mujeres del mundo público y de
para tal necesidad de sostén y de contención; una es la psicoterapia par
sus esferas de acción; 2) el encapsulamiento o aislamiento de las mujeres en
estados de crisis vitales, y la otra es la de los grupos de reflexión de muj
el mundo privado, especialmente dentro de los límites del ámbito doméstico.
Ambas propician, a d e m á s , la ubicación como sujeto activo, participan
Si bien hemos incluido análisis que demuestran la intersectación público-
generador de transformaciones, de tales estados críticos, a través
privado, reconocemos que t o d a v í a no hemos podido analizar m á s
cuestionamiento de las condiciones que han determinado la crisis, D
exhaustivamente los efectos que tales hechos provocan sobre la salud mental
cjue ésta aparece como prcjblcmática que insiste en la salud mental d
de las mujeres. Nos parecería una propuesta interesante avanzar sobre esta
mujeres la hallaremos reiteradamente planteada en nucstrr) estudio.
línea de investigación, ya que hasta ahora hemos tratado de estudiar, m á s
Si peinemos énfasis en el análisis de las situaciones de conflicto
porque pensamos que el reconocimiento y detección de las situacione
conflicto pueden constituirse como factores claves para la prevención
muchos de los trastornos psíquicos padecidos por las mujeres (por ejem
temente buena"). Entre las condiciones que esta psicoanalista propone, deseamos destacar de la crisis de la mediana edad de la vida cuando los hijos se alejan
aquella que indica que es necesaria que la orgiuú'^iáón social lU lugar aun espacio ilonile el conjhclo hogar, de la incidencia de la exclusividad del trabajo doméstico c
sea posible, sin que se llegue a una ruptura del "contrato narcisista" ("pacto por el cual el responsabiliad exclusiva de las mujeres, de la falta de disponibilida
grupo garandzn anticipadamente la transferencia sobre el recién llegarlo con el mismo recursos e c o n ó m i c o s propios, etc). Consideramos además que esto pu
reconocimiento del cual se supone que goza cualquier sujeto del grupo"). A este "contrato constituir un aporte a lo que se señala en el Informe Final soljre la Ases
narcisista" hacemos referencia en el capítulo 11, con más amplitud. Para V. Aulagnier, ti en Salud Mental ;il Ministerio de Salud Pública y Medio Ambiente de
conflicto puede ser ei que opone al sujeto con el grupo, con otro sujeto, o con r|uicn detenta gentina (50) realizado por M . Goldenberg. Allí se formula entre
el poder. "Cualquier relación investida supone el encuentro entre dos deseantessupone el recomendaciones c|ue: "Se dará énfasis a la capacitación de protcsioi
riesgo de dos investidos, pero el conflicto n o sólo es inevitable sino necesario (,..). Al en las acciones pre\'entivas para t¡ue la orientación de la sakid mental h
reconocer la autonomía del deseo propio y del otro, el reconocimiento de la ;iutonomía la comunidad pueda cfecrivizarse a corto plazo, "Pal capacitación ¡//u/
reciproca es lo que permitirá c]Ue se establezca una relación que consen'ará una simetría en los fdcfores soc/iilrs cjiie inciden en hiproducción de la enjerwedtid mental, en l
el poder ejercido por los dos polos de la relación". Después de dcscnbir cada una de las de conflictos y en las perturbaciones; ponderal';» su papel L l e t e r m i n a n
cuatro condiciones para que una sociedad sea "suficientemente buena" ; P, Aulagnier crjncomitante; csfndiará elpapel de los grupos y de las actividades coniunitn
afirma que "la ausencia de cualc|uiera de estas condiciones indica :iusencia tlel resto de las en In reduccuin de f.is perturbaciones''. Con este libro cstanios inrenta
otras condiciones, v hace que la sociedad sea «suficientemente mala" como para que se contribuir al an:ilisis de los factores scjciales C|Ue inciden en i;i protitic
derrumbe el largr.) trabajo realizado por el \o". de la enfermed;id mental, en el área especíhca ele la salud menral dt
* V. jAidúgiiier: "Los dos principios del funcionamiento identibcatorio: permanencia mujeres.
y cambio". Conferencia dictada en el X \ Congreso /«temo y X X \ Svmposium de la
Asociación Psicoanalítica Argentina, Buenos Aires, diciembre de 1986,
46 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEI\ÍEN¡NA '"

hs mujeres han generado ai deseo matemal como deseo constitutivo de su


F. Sujetos mu/eres .subjetividad, deseo propiciado por la ideología patt'mcal, cpe r\omina a
Jas mujeres en tanto sujetos-madres. A q u í proponemos como condiciones
Si bien admitimos que ios modos de producción y ciertas prácdcas generadoras de la salud mental de las mujeres, la gestación de otros deseos
sociales generan diversos modos de organización del aparato psíquico, que las constiaiyan como sujetos.
también consideramos que ios sujetos producidos por las mismas no Una de las tesis centrales de la teoría de las ideologías que nos oírcce
quedan sometidos pasivamente a aquellas estructuras en las que fueron L. Althusscr (57), es la que afirma que "la ideología interpela a los individuos
formados, sino que oponen resistencias a las mismas. La lucha, eJ conflicto, como sujetos" y a su crítica a la noción de individuo que supone sentirnos
ofrece condiciones reguladoras de la salud mental de los sujetos que los siempre unos, indivisos, idénticos a nosotros mismos, indivisibles. Hemos
sustentan, según los diversos modos de resolución que vayan ofreciendo a considerado valiosa esta concepción acerca de las ideologías, y la hemos
tal debate. En vanos capítulos de este libro planteamos q u é entendemos puesto a operar en la denominada ideología patriarcal.
como "diversos modos de resolución de los debates conflictivos" (por Para la constitución de la subjetividad femenina hemos considerado
ejemplo, cuando nos referimos al ejercicio del juicio crítico, en los capítulos
uno de los determinantes básicos, que es el imaginario social, construido
II.2 y II.3; en el capímlo 111.3; en el capítulo V I ; etc.). Entendemos que
sobre la base de un discurso ideológico (de la ideología patriarcal) que se
sería necesario extender al esmdio de c ó m o las mujeres establecemos tal
funda en un esencialismo del sujeto (y no en una construcción social del
debate conflictívo con las estructuras en las que hemos sido producidas;
mismo) y en la naturalización de sus condiciones de existencia (y no en la
de esto pueden dar cuenta diversas disciplinas en Ciencias Humanas;
producción-reproducción de las mismas). Sobre la base de tal esencialismo
entendemos que el esmdio multidisciplinario nos ayudará a comprender y
y naturalismo, el discurso idcok.igico crea una supuesta identidad, coherente
propiciar mejores acciones de prevención y p r o m o c i ó n de la salud mental
y unitaria, como garante del ser mujer. A ese imaginario social, entrelazada
de las mujeres.
con el imaginario personal, interpela las situaciones de crisis vitales en las
A lo largo de varios capímlos de este libro hemos procurado identificar mujeres, especialmente a aquellos deseos "esenciales", "naturales",
la problemática de las mujeres para devenir sujetos en relación con la constitutivos de la subjetividad femenina, como el deseo matemal (capítulos
estructuración de su aparato psíquico. Sin embargo, hemos encontrado I I , II1 )' siguientes). La ideología patriarcal no es tina superestructura más o menos
una y otra vez que las representaciones culturales y los lugares sociales que supe.iflua o engañosa, sino que es la condición de realización de todas las prácticas que en
se les ofrecen a las mujeres en nuestra cultura dejan escasos márgenes para su conjunto constituyen la práctica socialj están supeditadas a ésta. Si bien las prácticas
ubicarse en posición de sujeto. Si bien admitimos que se puede concebir al sociales son el resultado de la acción de los sujetos, debemos reconocer, a
sujeto como una posición que alguien ocupa, en un interjuego donde se la vez, que esos sujetos son hechos por -son efectos de- tales prácticas. La
posiciona a otros en determinados lugares psíquicos (objeto, modelo, ri- ideología patriarcal posiciona a las mujeres como sujetos dentro de las
val, ayudante), según lo ha descripto S. Freud (51) y lo ha trabajado prácticas sociales de la maternidad y, por extensión, normativiza el deseo
exhaustivamente D . Maldavsky (52); sin embargo, junto con J. MitcheU
sexual femenino bajo la forma de deseo matemal, y del trabajo femenino
(53), L. Irigaray (54), N . Chodorow (55), E. D i o Bleichmar (56), entre
como trabajo matemal y doméstico. A estas cuestiones nos referimos
muchas otras autoras, sostenemos que un sujeto mujer es particularmente
reiteradamente a lo largo de este libro.
sensible a que su cultura la posicione, especialmente en el análisis realizado
a las leyes que gobiernan la cultura patriarcal. Reiteradamente, a lo largo de
Hemos descnpto, en la psicoterapia de mujeres, el valor qtie tiene
este libro, volvemos sobre esta p r o b l e m á t i c a , a n a l i z á n d o l a desde la
para la constitución de la subjetividad femenina la configuración de deseos
perspectiva de la configuración del género sexual femenino en relación
múltiples (capítulos 111. 1 y X). Nos ha resultado importante, para esta
con la salud mental de las mujeres.
descripción, la ubicación de la psicoterapia como un campo de trabajo
Hay quienes consideran que la salud mental consiste en una adaptación entre la terapeuta y la paciente en el cual ésta labora para distinguir sus
a los requetimientos de su cultura (especialmente la Escuela Americana de deseos como propios, d e s p u é s de haberios reprimido y proyectado en
Psicoanálisis), \ definen la salud mental como normativización; acá estamos otros. Esta reaptopiación de sus deseos, según planteamos, tiene como
proponiendo, para las mujeres, dis'ersos modos de generar las condiciones base la puesta en marcha del deseo hostil, un deseo diferenciador Yo-no \'o.
para producir y preser\-ar su salud mental en términos de una participaci<3n, Asimismo, hemos colocado en la base de la reapropiación de los deseos,
c o m o sujeto acti\^o, de su cultura, o p o n i e n d o un debate a las el eieiciciíí ddjuicio crítico, como modo de operar el pensamiento que
representaciones culttirales que se le han ofrecido tradicionalmente. Fin realiza una reflexión ileconstructiva de la realic ad. Hemos considerando
varios capítulos de este libro describimos las condiciones segrin las cuales que, entre los dcrcrminantes de la expropiación de los deseos constitutiv"
48 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 49

la ruptura de ios vínculos identificatorios, constituye un deseo que atenta


de la subjetividad femenina, hay una determinación socicjhistórica de efectos
contra el deseo fusional, deseo que propicia experiencias de goce y de
notables sobre las mujeres; la cultura patriarcal. Esta forma de organización
máxima satisfacción libidinal en el vínculo identificatorio tnadre-hijo. En
cultural produce la constitución de una subjetividad sexuada segtin rígidos
el estudio que aquí' realizamos, nos detenemos en el análisis del resurgiiruento
parámetros de lo que ha de considerarse masculino y femenino, y que se
y resignificación del deseo hostil en las mujeres a partir de la crisis de la
expresan en la configuración de los géneros sexuales.
mediana edad, por tratarse de una crisis vital ciue pone en cuestionamiento
Nos parece necesano adelantar aquí algunas de las cuestiones claves
una organización psíquica basada en el deseo de fusión, propio del vínculo
respecto a la constitución de ciertos deseos en las mujeres, como por
matcrno-filial, cuando éste deja de tener ei sentido psíqtdco que tenía hasta
ejemplo el deseo hostil, a la vez que intentar diferenciarlo de un afecto como
esa etapa de la vida.
es la hostilidad, cuestión que desarrollamos nuevamente en los capítulos I I 2,
T a m b i é n nos parece necesario distinguir, tal como lo hacemos
I I . 3 y I I I . 1.
reiteradamente en vanos de los capítulos siguientes, entre un desarrollo de
afectos, como es el desarrollo de la hostilidad de un desarrollo de deseos,
En este libro nos ocupamos reiteradamente de la o r g a n i z a c i ó n
como es el deseo hostil Cuando nos referimos a la hf^stilidad, estamos
pulsional de las mujeres, y de las posibilidades de que las pulsiones devengan
acotando un afecto complejo, resultante de un estado de frustración a una
en deseos, y no sólo en desarrollos afectivos intensos, tal como ha sido
necesidad [Freud, 1895 (59)]: es un afecto-efecto que, según su intensidad,
observado reiteradamente en el desarrollo de la subjetividad femenina a lo
provoca movimientos de descarga para la tensión insatisfecha, bajo la forma
largo de la historia, según el modelo de análisis que describe a la ideología
de estallidos emocionales (cólera o resentimiento, por ejemplo), o bien
patriarcal imponiendo una rígida d i v i s i ó n de á r e a s de despliegue y
puede sufrir algunas de las vicisitudes de las transformaciones afectivas
configuración de la subjetividad: las mujeres en el ámbito privado, íntimo,
(por ejemplo, su trasmutación en altruismo), o de su búsqueda de descarga
doméstico, en el "reino del amor" -el poder de los afectos; los hombres
mediante representaciones en el cuerpo (por ejemplo, hacer una investidura
en el ámbito público, extradoméstico, en el "reino de la razón"-, el poder
de órgano). Lo que nos interesa destacar es que, en tanto la Ijostitidad, como
racional y económico.
desarrollo afectivo, busca su descarga bajo diferentesformas, el deseo hostil por el contra
Creemos necesario adelantar algunas aclaraciones de lo que m á s
provoca nuevas cargas libidinales, reinviste de representacionesjpromueve nuevas búsque
adelante expondremos con mayor amplitud. Nos ha interesado analizar, a
de objetos libidinales al aparato psíquico'.
partir de la clásica teoría pulsional freudiana (58), q u é vicisitudes han
La hostilidad descargada masivamente con un fin expulsivo y
padecido las pulsiones en las mujeres, cuáles de ellas han devenido en deseos
destructivo ante el registro de las diferencias, sin mediaciones, sólo se
y cuáles y por qué han devenido en desarrollos de afectos. Tal como lo
propone destruir el objeto-causa de su insatisfacción. ¿ C ó m o pasar de este
exponemos reiteradamente, las pulsiones constituyen exigencias de trabajo
estado de descarga a la generación del deseo Ijostíj deseo que tamlpicn registra
para el aparato psíquico: una de las vicisitudes posibles de las pulsiones es
las diferencias y tiene como objetivo diferenciarse, pero no mediante la
que se transformen en deseos; otra de sus posibilidades es que se descarguen
destrucción del' objeto-deseado-diferente? Acá analizamos (capítulo 11.2)
bajo la forma de afectos. E n este sentido, planteamos un desarrollo de
el proceso expulsivo que termina por constituir el objeto. Fd objeto,
deseos a partir de pulsiones que invisten representaciones, o sea, que
arrojado fuera del yo, no queda desauido [Wmnicott (60)] por una hostilidad
producen cargas übidinales tendientes a efectuar transformaciones sobre
aniquilante, sino que queda ocupando un espacio transicional, y sus
aquello que se desea. Sin embargo, sabemos que, para las mujeres, tales
características son las del objeto transicional (un objeto a medias interno y
representaciones no siempre han estado disponibles en nuestros
a medias externo, un objeto a la vez subjeuvo y objetivO, que participa de
ordenamientos culturales. A q u í describimos dos formas de deseos, el
una lógica paradoja! que no refrenda la clásic:i diferenciación sujeto-objeto,
deseo de saber y el deseo de poder, en los cuales enctjntramos el peso
"l o/n(j-\o). El (jbjeto transicional tiene una in\-estidura libidinai que, según
mayor de la incidencia de la culmra patriarcal, en cuanto a lo liniit;\do de
lo expresa W'inmcort, es \ no es; se trata de un objeto subjeti\'o: es -nc; es
sus representaciones para las mujeres.
una posesión del sujeto, a l;i \'ez que fi)rma parte de él. Se trat.i de un
Asiimismo, destacamos la necesidad de analizar el smgimieiKo y puesta
objeto stjstenido por una lógica puradojal, un (objeto precursor de las
en marcha del deseo Ijostil, al que describimos com(j un deseo diferenciador,
diferencias sujeto-objeto, Esio ocurre en una fase presimbólica cjue remite,
cuya constitución y despliegue permite la gestación de nue\'0s deseos.
según lo expresaj. Ivnsteva (61) a la función semióuca del lenguaje. Winnicott
Hemos descripto al deseo hostil que surge en la temprana infancia, corno
un deseo fundante de la subjetiviciad femenina. Se trata de im deseo que,
;-^ra las mujeres de nuestra cultura, ha tenido privilegiadamente un destino ' D : I \ K I M a l ú u N s k ' , ' ; Comiiiíiúiáóii ¡nrmiuii.
••'"sión, especialmente porque, al enfitiz;ir las diferencias y al propiciar
52 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 53

no es, por cierto, posible en tanto el psicoanálisis permanezca en el interior Se denomina fistudios de la Mujer (77) a una corriente cientitica y
de su campo. Dicho de otro modo, no puede ser exclusivamente intra- educativa cuyos objetivos generales consisten en la revisión del conocimiento
analíüco. E l problema es que el psicoanálisis no interroga, o interroga muy existente sobre las mujeres, a fin de desentrañar sus contenidos ideológicos
poco, sus determinaciones históricas. Pero en tanto no las interroga, sólo que reproducen la d i s c n m i n a c i ó n , subordinación y silenciamiento de las
pueden responder siempre de la misma manera a la cues don de la sexualidad mujeres en el discurso cienufico. Esta corriente alcanza en la actualidad un
femenina (...). Esta no puede, en efecto, reducirse a una cuestión regional amplio desarrollo y legitimidad a c a d é m i c a en numerosos p a í s e s ,
en el interior del campo teórico y p r á c d c o del psicoanálisis, s i n o c¡oe exige particularmente en los Estados Unidos y en Europa, y está generando una
la interpretación del fondo cultural y de la econonaía general subyacente a masa de datos y de hipótesis concernientes a la situación social, económica,
este campo". poUtíca, etc., de las mujeres, que han comenzado a afectar el desarrollo de
Citamos a esta autora no sólo porque coincidimos con ella en su investigaciones y estudios en las diferentes disciplinas. Los Estudios de la
propuesta crítica sino t a m b i é n porque intentamos plasmar en la misma a Mujer han contribuido al análisis de la especificidad de la problemática de
incontables estudiosas de las teorías psicoanaiíticas acerca de la constimción las mujeres, al realizar un estudio pormenorizado dentro de cada disciplina
de la subjetividad femenina. Entre estas estudiosas, merece destacarse a S. de los modos según los cuales la pertenencia al género sexual femenino
de Beauvoir (66), J. MicheU (67), S. Koffman (68), Ph. Chesler (69), M . provoca condiciones desiguales (cesigualdad que conlleva jerarquías) de
Montrelay (70), E Dolto (71), K . Horney (72), E. Lemoine-Lucciom (73), vida. E n este libro hemos destacado tal especificidad en la problemática
M . Langer (74), E . D i o Bleichmar (75), entre muchas otras que hemos ido de la salud mental de las mujeres. Pensamos que un segundo momento de
citando en diversos capítulos. análisis consistirá en comprender c ó m o se articula esa especificidad de las
E n tanto el psicoanálisis nos remite a un stijeto dividido y construido, mujeres con las necesidades específicas de los hombres; en realidad, desde
que surge a pardr de una matriz de relaciones intersubjetivas, desde los la perspectiva de los Estudios de la Mujer, se trataría del estudio de la
Estudios de la Mujer, se analizan las prácticas sociales y los discursos conflictiva interrelación entre los géneros sexuales masculino y femenincj
ideológicos (especialmente de la ideología patriarcal) de los que el sujeto- (78). S e g ú n se ha sugerido en este libro, se trata de una relación de tensión,
mujer es soporte y reproductor. Desde los Estudios de la Mujer enfatizamos de conflicto dinámico, en la cual una de sus resoluciones posibles puede
que no estamos proponiendo una c o n c e p c i ó n de un sujeto unitario e inicial ser la creación de un espacio de armonía entre ambas necesidades. Nos
que establece relaciones con un todo social sino que tratamos de comprender parece una ardua tarea la elaboración de tales relaciones entre los géneros
c ó m o este sujeto se va construyendo en el interior de las múltiples contradicciones sexuales, ya que en ellas se entrelazan no sólo las clásicas relaciones definidas
cpe conforman la estructura social (76). socialmente (por ejemplo, relaciones de poder y de autoridad) sino también
aquellas relaciones definidas desde un imaginario individual y colectivo.
Hemos intentado considerar al psicoanálisis no scMo como un saber Nos parece que es una tarea que nos resta por hacer, en el campo de la
acerca del inconsciente y de sus efectos, sino también como un conjunto salud mental.
amalgamado de teorías y p r á c t i c a s , generado por, y operando en una Los conocimientos aportados por los Estudios de la Mujer nos han
determinada estructura Itistórico-social. Reiteradamente hemos planteado nutrido coiTconceptos tales como la diferencia entre sexo y género sexual;
la necesidad de que se interrogue a sus condicicjncs de funcionamiento, a la con la noción de que las diferencias entre los géneros sexuales masculino y
lógica con que opera, al mismo tiempo que a sus relaciones con el resto del fcmeniníj conllevan desigualdades jerárquicas; con estudios de las relaciones
campo social y ctJtural donde el psicoanálisis incide. En nuestra perspectiva, de poder entre ambos géneros sexuales; con el reconocimiento de la relaciciin
hemos intentado colocar al psicoanálisis y a la prácnca psicoanalítica dentro entre diversos procesos histórico-sociales y el desarrollo de la subjetividad
del conjunto de las prácticas sociales, develando sus hipótesis teóricas, femenina; con la relevancia otorgada a la vida cotidiana como arena donde
c o n f r o n t á n d o l a s entre sí y con otras hipótesis, y haciendo propuestas se despliegan las m ú l t i p l e s formas de o p r e s i ó n , s u b o r d i n a c i ó n y
altemauvas. En todas las circunstancias, hemoS'tratado de poner a operar marginación de las mujeres; con el reconocimiento, gracias a una perspecu\'a
nuestros conocimientos psicoanalíticos al servicio de la construcción de la multidisciplinaria, de la incidencia de diversas prácticas sociales sobre la
salud mental de las mujeres. E n ese senado, hemos intentado hacer el constitución de la subjetividad femenina.
pasaje de la concepción de la mujer como sujeto único, a la concepción de Los Estudios de la Mujer constituyen un campo de conocimiento
las mujeres como sujetos pertenecientes a un mismo g é n e r o sexual. Para que estudia a las mujeres desde la perspectiA-a de las mismas mujeres. " E l
ello hemos tratado de contribuir con nuevas herramientas conceptuales, cuestionamiento cientifico acerca de la mujer, sus lógicas, sus crirenos
extraídas de las teorías psicoanaiíticas, para operar en el campo de la salud epistemológicos, su raíz histórica, política e ideológica, sus sistemas de
mental de las mujeres.
5O ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE IA SUBJETIVIDA D FEMENINA 5 1

insiste en no fijarle un momento cronolcígico determinado; si bien surge objetivo del conocimiento; existencia de lo que podría llamarse «los circuitos
en determinado momento del desarrollo libidinal, sin embargo, atraviesa reservados del sabeo), aquellos que se forman en el interior de un aparato
toda la experiencia humana a través de disuntos momentos cronológicos, de administración o de gobierno, de un aparato de producción, y a los
especialícente a aquella experiencia humana que lo introduce en la cultura, cuales no se tiene acceso desde afuera" (el subrayado es mío). En el capítulo
mediante lo que W i n n i c o t t describe c o m o experiencias de juego, i n . 2 analizamos algunas condiciones por las cuales las mujeres han
imaginación, creadvidad. Si bien Winnicott postula la necesidad de que permanecido, durante largos siglos, en el "afuera" del saber.
existan "condiciones facilitadoras" para que los espacios y objetos
transicionales se produzcan, y atribuye tales condiciones fundamentalmente A menudo nos referimos a la constitución y puesta en marcha del
a "una madre suficientemente buena", aquí sostendremos c ó m o el espacio deseo hostil en las mujeres, como deseo que ha sufrido un destino de represión
psicoterápico puede c(5nfigurarse como sostén de la transicionalidad, a la en la temprana infancia; sostenemos que una labor deconstructiva y
vez que caracterizamos a la crisis de la mediana edad en las mujeres como reconstructiva para promover la salud mental de las mujeres consiste en
una situación de transicionalidad. En este senüdr^, coincidimos con R. resignificar experiencias deseantes anteriores a la represión ejercida sobre
Kaes (62) cuando sostiene que las crisis ponen en suspenso, mediante un ellas (especialmente del deseo hostil, del deseo de saber y del deseo de
acto de ruptura, los sendmientos de sí, de condnuidad y de mismidad, que poder). ¿ Q u é queremos decir cuando nos referimos a "resignificar" tales
constituyen la experiencia de subjetividad. Consideramos que las crisis son experiencias deseantes? Para ello nos remitimos a la definición propuesta
momentos particularmente vulnerables en la constimción de la subjetividad, por Laplanche y Pontalis (64), quienes se refieren al término utilizado por
y que requieren dispositivos específicos que contengan, a la manera del Freud en alemán como nachtraglich, al francés apris-coupy al que en español
concepto de "holding" winnicottiano, las ansiedades que se ponen en juego; se denomina a-posteriori. Este diccionario dice que es una "palabra utilizada
en nuestra propuesta, la psicoterapia es considerada como uno de los frecuentemente por Freud en relación con su concepción de la temporalidad
recursos disponibles para contener tales estados (capítulo I I I . l ) . Asimismo, y de la causalidad psíquica: experiencias, impresiones y huellas mnémicas
describimos la psicoterapia como un trabajo, realizado entre terapeuta y son modificadas ulteriormente en función de nuevas experiencias o del
paciente, cuyo producto será la generación de deseos múltiples. acceso a un nuevo grado de desarrollo. Entonces pueden adquirir, a la par
En tanto entendemos que una de las condiciones que promueven la que un nuevo sentido, una eficacia psíquica". Este concepto nos permite
salud mental en las mujeres es lá ampliación de la noción de subjetividad, y tomar la historia del sujeto no con un determinismo lineal, que sólo tendría
que hemos analizado la constitución de la subjetividad femeitina enraizada en cuenta la acción del pasado sobre el presente, sino concebir cómo un
básicamente por el deseo matemal, en el capítulo I I I también analizamos sujeto elabora retroactivamente los acontecimientos pasados, y plantearnos
otros deseos constiaitivos de la stibjetividad femenina: el deseo de saber y que es esta elaboración lo que les confiere un sentido.
el deseo de poder. Hemos mantenido la intención de hacer converger variadas teorías
sobre la constitución de la subjetividad femenina (principalmente del
¿El (leseo de saber, acaso nos ofrece la posibilidad de dominar/ psicoanálisis )' de los Estudios de la Mujer), con el objeti\'0 de que las
dominarnos a nuestro objeto/sujeto de conocimiento? Parece m á s bien polémicas que ponen en tensión sus relaciones, produzcan nuev'as altemativas
que ésta es una pretensión ilusoria, ya que, según el análisis que hemos teóricas y técnicas en cuanto a la salud mental de las mujeres.
realizado, nos encontramos con las limitaciones del supuesto de sabei'- El psicoanálisis como ciencia está avanzando en la Argentina, a medida
para-ser con el cual las mujeres hemos tratado de configurarnos como que otras disciplinas científicas y las relaciones que mantienen entre sí se van
sujetos existentes. Sin embargo, parecería que es necesario transitar por los modificando, intersectándose, incidiendo unas sobre otras en las condiciones
múltiples caminos que ofrece el deseo de saber a las mujeres, inclus¡\^e de su producción.
aquel que, nos ofrece "sabernos existentes", tal como lo describimos en el También el psicoanálisis relativo a las mujeres ha de interrogarse sobre
capítulo III.2, para intentar aportar, desde allí, nuestro "saber de mu|eres", las condiciones en que fue producido. Las contribuciones que podamos ir
un "saber" que constitu\'e parte de la conciencia de la pertenencia al genero haciendo, aunque modestas, irán a enric]uecer ese forrnidable cuerpo de
sexual femenino, a una cultura que ha relegado históricamente tal salDer a la teorías y técnicas, y a las aplicaciones que puedan hacerse con el mismo.
marginalidad \/o a la omisión. L. Irigaray (65) considera que los contenidos del inconsciente femenino
Según afirma Foucault (63), "el saber (..,) funciona según todo un han sido intei^oretados por un psicoanálisis limitado a "una economía y
juego de represión \ de exclusión (,,,), excl/is/nu de aquellos que no llenen derecho "na lógica de tipo patriarcal". Propone una elaboración más refinada y
más que a nn determinado tipo de saber; imposición de una cierta norma, de un complejizada de las condiciones (liistóricas, políticas, etc.) según la cual se
ciertr3 filtro de saber que se oculta bajti el :ispccto desinteresado, uni\'ersal, ha producido este análisis del inconsciente. .Afirma que "esta elaboración
54 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 55

las equivalencias hombre= humano, humano=hombre. 2) La existencia o


poder son ciiesdonados a pardr de la creación de los Estudios de la Mujer.
inexistencia de las mujeres como sujetos históricos, sociales, políticos,
Y por extensión todo el conocimiento acerca de la realidad pasa a ser
revisado en tanto éste ha omitido y/o distorsionado la perspectiva femenina. simbólicos. 3) La representación de la mujer como negativo desjerarqúizado
Los trabajos actuales m á s revolucionarios en el terreno epistemológico del hombre. 4) Las asociaciones mujer=naturaleza, naturaleza=mujer;
van a revisar críticamente los criterios de objetividad científica, la visión cultura^hombre, hombre=cultura". Los Esmdios de la Mujer constimyen
tradicional de lo subjetivo como obstáculo a erradicar en el conocimiento, un campo de conocimiento de alta complejidad epistemológica, pues
el uso de lógicas dilemáticas que potencian el antagonismo entre el sujeto y "coexisten en él, y en el mejor de los casos entran en contradicción,
el objeto. El conocimiento de las mujeres acerca de la realidad es reevaluado paradigmas provenientes de las distintas disciplinas y teorías que en él
en un sentido positivo y se trata de encontrar las formas operacionales del convergen".
mismo en la producción de este nuevo conocimiento que es necesario
crear" (79). El surgimiento de los Estudios de la Mujer en la Argentina es muy
reciente y tiene en su origen particularidades históricopoh'ticas, teóricas e
Los Estudios de la Mujer sostienen la hipótesis de que la subjetividad
institucionales que lo diferencian de los programas y objetivos que
femenina es una construcción social e histórica. E n esta consu'ucción las
caracterizan el desarrollo de este campo en otros países. La problemática
representaciones ideológicas cumplen un papel fundamental ya que es a
de la condición de la mujer surge como interpelación teórico-poHüca en y
través de éstas que el sujeto deviene sujeto social. S e g ú n lo plantea G.
para el medio a c a d é m i c o argentino recién a fines de la década del 70, y
Bonder (80), "las representaciones ideológicas patriarcales acerca de la mujer
tiene un hito importante en el I Seminario Multidisciplinario "Ubicación
operan como una fuerza material en la c o n s t i t u c i ó n misma de su
de la Mujer en la Sociedad Actual" (1979). AUí surgió el grupo fundador
subjetividad y sexualidad". Coincidimos con esta autora en su afirmación
que o r g a n i z ó el Centro de Estudios de la Mujer. Tal grupo fundador estuvo
de que "en dicho mundo (el mundo de lo privado) las mujeres, dada su
constiwido por: Gloria Bonder, Clara Coria, Cristba Zurumza, Eva Giberü,
particular posición de ser reproductoras y productoras de sujetos, aunque
Ana M . Daskal, Gisela Rubarth, Flora Kat, Andree Cuissard, Ana María
no sujetos mujeres, y de facilitar las condiciones que realimentan la
Fernández y Mabel Burin; su primera comisión directiva esmvo formada
subjetividad en sus aspectos m á s íntimos, necesitan desarrollar modos de
por: Gloria Bonder, Mabel Burin, Clara Coria y Cristina Zurutuza. En el
relaciones con los otros, con el tiempo, con el espacio, con los sistemas
Centro de Estudios de la Mujer de la Argentina, las psicólogas -por diversos
simbólicos, que son m á s atingentes a sostener la paradoja relativa a la
motivos que lo explican- han sido gran mayoría entre las mujeres que se
transicionalidad". En varios de los capítulos aportamos al análisis, tanto
han acercado inicialmente, tanto en calidad de alumnas como de profesoras
de los "modos de relaciones con los otros", como "con los sistemas
o investigadoras, a la construcción de los Estudios de la Mujer. A l fundarse
simbólicos", especialmente en los intentos de integrar los modos de pensar,
el Centro de Estudios de la Mujer (CEM), sus objetivos iniciales se centraban
sentir, acuiar de las mujeres, de sus procesos lógicos, al mundo público, a
fundamentalmente en: 1) actualización teórica de los conocimientos respecto
la vez que analizamos las consecuencias de subsumirlos o reprimirlos en
de la condición de la mujer; 2) reflexión crítica de teorías y prácticas; 3)
vez de utilizarlos para producir transformaciones en el mismo.
legitimación de la temática de la condición femenina para las ciencias sociales
Lcjs Esmdios de la Mujer, desde una perspectiva multidisciplinaria, )' humanas (82).
intentan constmir un cueqso de conocimientos que dé cuenta de las razones
históricas, sociales, e c o n ó m i c a s , pob'ticas, simbólicas que fundamentan la
En este libro hemos intentado articular los aportes mutuos del
opresión femenina, especialmente de "la opresión de las mujeres en el
patriarcado; explicitar y analizar los diversos niveles y formas en que esta psicoanálisis a los Esmdios de la Mujer, y de los Estudios de la Mujer al
opresión se manifiesta, y develar y cuestionar los modos en que se repro- psicoanálisis, en el área que se refiere a las mujeres y la salud mental. ¿Qué
duce en el interior mismo del conocimiento científico". Nuestra formación ofrecen las teorías psicoanaiíticas al campo de la salud mental de las mujeres,
en Estudios de la Mujer nos ha ofrecido la opormnidad de realizar (81) según puede ser estudiado por los Estudios de la Mujer? En primer lugar:
"en el_ plano epistemológico, un escrutinio riguroso de los paradignas a) hemos hallado que el m é t o d o psicoanalítico de escucha sobre el padecer
predominantes en todas las disciplinas (que hemos abordado hasta el femenino, a\Tjda a recortar a la vez que a ampliar (gracias al dispositivo
presente). Trabajrj deconstructivo que inaugura un tiempo fecundo para la técnico de la "atención flotante") el área de conocimientos sobre los modos
praxis teórica de las mujeres, esta vez como sujetos productores-creadores de enfermar de las mujeres, en un esfuerzo de renunciar a toda intención
del conocimiento. Los paradigmas existentes son sometidos a \igilancia mecanicista o reduccionista de relaciones causa-efecto, b) Los conflictos
epistemokígica fundamentalmente en los siguientes ejes: 1) El concepto de asi escuchados, permiten el despliegue de f e n ó m e n o s s i m b ó l i c o s e
ser humano cf)mo pro\'ecc¡ón del modelo masculino, en oti'os términos, imaginarios, cuyo reconocimiento y análisis aporta a los Estudios de la
56 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 57

Mujer indicadores claves de la consutución de la subjedvidad femenina, c) de la mediana edad en las mujeres", fue publicado en Ac/Kcilidad Psicológica
La noción de conflicto psíquico; la c o m p r e n s i ó n de la permeabilidad en- (año V I I , N ° 65), Debemos clestacar también que la mayoría de lo escrito
tre los f e n ó m e n o s conscientes, inconscientes y preconscientes; el en los capítulos antes mencionados fue largamente debatido en el Seminario
reconocimiento de puntos de fijación libidinales, de una teoría pulsional, "La salud mental y las mujeres", coordinado por mí durante 7 años, desde
de los avatares de la construcción de la sexualidad y de los mecanismos 1980 hasta la fecha (este seminario contó con la co-coordinación de la
defensivos impuestos por la represión; el refinamiento del análisis de un licenciada C. Zurumza en 1984), en el Centro de Estudios de la Mujer,
Yo consdtuido en base a representaciones, de un Yo de funciones y de un Quienes firman sus capítulos en este libro son todas psicólogas, DoUy
Yo generado por sus identificaciones, son todos conocimientos que proveen Carreño, Susana Velázquez, Inés Castro, Esther Moncarz, Clara Coria, han
las teorías p s i c o a n a i í t i c a s y que pueden ser v a l i o s í s i m o s aportes a la participado activamente del seminario antedicho durante largos años, Irene
construcción de los fundamentos teóricos y técnicos de la salud mental de Meler, por su parte, si bien no ha participado de tal seminario, sin em-
las mujeres. bargo ha trabajado intensamente con nosotras en la elaboración del capítulo
que aqiu presenta. Todas ellas han elaborado y experimentado en muy
A su vez, los Estudios de la Mujer contribuyen a los conocimientos
diversos ámbitos -tal como cada una lo describe- lo que han escrito, antes
p s i c o a n a l í t i c o s en: a) una r e v i s i ó n c r í t i c a , desde una perspectiva
de volcarlo aquí con enorme entusiasmo.
multidisciplinaria, de la constitución de la subjetividad sexuada, b) Él aporte
m e t o d o l ó g i c o de realizar, al interior de cada disciplina -el psicoanálisis en Estas fueron algunas de las condiciones de producción de este libro.
este caso-, una labor deconstructiva y reconstructiva de las condiciones Nuestra finalidad es abrir un campo, el de la salud mental de las mujeres,
por las cuales fue construida, de los modos de p r o d u c c i ó n , reproducción como: a) un área e s p e c í f i c a a ser estudiada; b) en tal especificidad,
y t r a n s f o r m a c i ó n de sus nociones básicas'', c) La p r o d u c c i ó n de un cuerpo pretendemos un enfoque crítico, pleno de cuestionamientos, a partir de la
de conocimientos sobre la condición femenina, desde la perspectiva de las deconstrucción de supuestos básicos sobre la subjetividad femenina; c)
mujeres, a través de m e t o d o l o g í a s específicas (por ejemplo, de los grupos nuestro enfoque crítico no se resume en una serie de temas sustantivos
de mujeres), d) Una actitud de alerta y de denuncia, a través de las prácticas específicos, sino que pone el acento en ampliar las perspectivas para
psicoanaiíticas, de la ideología sexista que se filtra en las interpretaciones, en propiciar ulteriores desarrollos; á) nos interesaría un punto de llegada: la
los criterios de salud y enfermedad, en las indicaciones terapéuticas y los reconstrucción de las teorías y prácticas utilizadas en salud mental, tendientes
criterios de alta, etc. e) La caracterización de la cultura patriarcal y del a la t r a n s f o r m a c i ó n de la subjetividad femenina; e) enfatizamos la
posicionamiento de las mujeres en la misma, especialmente a través de la m u l t i d e t e r m i n a c i ó n en la c o n s t i t u c i ó n de la subjetividad femenina,
configuración del g é n e r o sexual femenino, y de la asociación de las mujeres principalmente en las dimensiones de lo material-económico (]5or ejemplo,
con el lugar social de las mujeres como madres (esencialismo, naturalismo). mediante el análisis de la incidencia de la división sexual del trabajo sobre la
constitución de la subjetividad femenina); de lo simbólico-cultural (a través
Confiamos en que estos aportes mutuos contribuyan a generar
de ciertas prácticas sociales como la maternidad, la educación, el trabajo, el
mejores conocimientos y a desarrollar prácticas que operen en favor de la
dinero, etc.); de la incidencia del imaginario individual y social (en el análisis
salud mental de las mujeres.
de las representaciones culturales, de la constitución de los deseos, del destino
social de las ptilsiones, etc.).
¿ C ó m o se gestó este libro? Muchos de los capítulos aquí presentados
fueron expuestos 5^ debatidos en diversos seminarios, congresos, jornadas,
¿ Q u é hemos logrado con lo estudiado hasta aquí? Hemos intentado
encuentros. Asimismo, varios de ellos constituyen publicaciones intemas
crear nuevas categorías teóricas, mas refinadas, para sentar nuevas hipótesis
del Centro de Estudios de la Mujer de Buenos Aires, si bien han sido
sobre las relaciones entre las mujeres y la salud mental. Por ejemplo, entre
notablemente ampliados v modificados. E n estas condiciones están los
las conceptuaüzaciones teóricas psicoanaiíticas hemos operado con nociones
capítulos U. 1, II .2, II. 3jII .4; IR 1, III .2 y I I I . 3 ; I V . l ; a d e m á s , a pesar de
como las de reorganización pulsional, la generación de deseos múluples, el
haber sufrido notorias transformaciones, la mayoría sigue conservando
establecimiento del juicio critict), etc., buscando los diversos modos de
sus títulos originales. Partes del capítulo I I . 1, "Reflexiones sobre la crisis
intersección de los mismos con prácticas sociales y representaciones culturales
que obstaculizan su desarrollo, provocando estados de conñictos específicos
en la salud mental de las mujeres. Este modo de análisis impide la
E n lo c|ue se refiere : i las rnu)eres, los aportes se centran alrededor de nociones
simplificación ingenua de la interpretación y análisis de los modos de enfermar
básicas tales corno la importancia de la fase preedípica en la constitución de la sub¡eu\'idad
de las mujeres; con ello procuramos aportar nuevos caminos para el
femenina, el déficit en la configtiración del narcisismo, el análisis del Super\'ó f e m e n i n o , etc.
(capitLilij IX).
surgimiento de propuestas teóricas v técnicas transformadoras en este área.
58 ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDA D FEMENINA 59

Giles Deleuze (83) sostiene que "una teoría es corno una caja de Un objetivo m a y ú s c u l o de nuestra perspectiva critica para el estudio
herramientas (...) es preciso que sirva, que funcione (...). La teoría no se de la salud mental de las mujeres es que nuestros conocimientos puedan
totaliza, se multiplica y multiplica". Nosotras queremos hacer estos aportes ponerse al servicio de generar nuevas teorías y técnicas, esto es, que puedan
teóricos para que sean utilizados como nuevas herramientas de trabajo, ser traducidos a prácticas concretas, transformadoras de las condiciones
con la expectativa de que se multipliquen en tanto puedan ser aplicables a de vida de las mujeres.
diversas prácticas. Pero agregamos: no sc'jlo que se mtiltipliquen, sino también
que se ejerza sobre estos aportes teóricos y técnicos el juicio crítico que
permita deconstruirlos y reconstruirlos, generando nuevas propuestas.
Entre las condiciones de producción de este libro, es necesario que
señalemos lo difícil que es transmitir el clima, intensamente emotivo y racional REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
a la vez, con que fuimos elaborando este libro. Si bien muchos de sus
contenidos ya habían sido trabajados por nosotras desde hacía bastante
tiempo atrás'; sin embargo creemos que la particularidad de ser un grupo 1. Freud, S.: " E l malestar en la cultura". Obras completas, tomo I I I . Ed.
de mujeres que organiza y decide realizar una producción de este tipo no Biblioteca Nueva, Madrid, 1981.
es inocua, tanto para el funcionamiento mismo como grupo que produce, 2. Foucault, M . : Historia de ia locura en la época clásica, tomos I y I I .
como, a la vez, para el producto obtenido. Este grupo vivió, durante los Fondo de Culmra E c o n ó m i c a , M é x i c o , 1979.
meses en que estos capítulos fueron elaborados, episodios de gran intensidad 3. Basagüa, E , y Basaglia Ongaro, E :'Lamayoría marginada. La ideología
emocional, atravesando por ansiedades a veces sumamente arcaicas, no del control social E d . Laia, Barcelona, 1973.
siempre gratas, a la vez que el alborozo de ir constatando que p o d í a m o s 4. Irigaray, L.: Ese sexo que no es uno. Ed. Saltes, Madrid, 1982. Y Specu-
plasmar en una realidad concreta nuestras ideas, experiencias, nuestros viejos lum. Espéculo de la otra mujer. E d . Saltes, Madrid, 1978.
y nuevos proyectos, en este objeto denominado "libro". Consideramos, 5. Langer, M . : Memoría, historia y diálogo psicoanalítico. Folios Ed.,
por esta razcin, que es una interesante posibilidad seguir avanzando en el M é x i c o , 1981.
estudio y análisis de los grupos de mujeres que realizan producciones de 6. S á e z Buenaventura, C : Mujer, locura y feminismo. D é d a l o Ed.,
este tipo, pues, como decíamos, no nos parece inocuo que un grupo de Madrid, 1979.
mujeres intente apropiarse de la palabra escrita -dentro de este tipo de 7. Basaglia, E: "La mujer y la locura". En Antipsiquiatría y política. Ed.
producciones. E x t e m p o r á n e o s ; México, 1980.
8. Chesler, R: Woman and Madness; Doubleday and Co. I'nc, Nueva
Hemos Uevado parte de estos capímlos, en sucesivas elaboraciones York, 1972.
parciales, a numerosos congresos, encuentros, jornadas, seminarios, 9. Sáe^ Buenavenmra, C : Ibíd.
imposibles de enumerar aquí. Nuestro objetivo principal fue el de 10. D i o Bleichmar, E.: Elfemirnsmo espontáneo de la histeria. Estudio de los
confrontar nuestras hipótesis; teóricas, c l í n i c a s ) ' técnicas, con las de otros trastornos narasistas de la femineidad. Ed. A D O T R A F , Madrid, 1985.
colegas que estuvieran trabajando en este área. Asimismo, hemos intentado 11. Irigaray, L . , íbíd.
difundir y legitimar algunas de las problemáticas que e s t á b a m o s estudiando 12. Kofman, S.: EJ enigma de la mujer. Ed. Gedisa, Barcelona, 1977.
y sobre las cuales estábamos operando con liipótesis provisorias, en diversos 13. Torok, M , : La significación de la "envidia delpene" en la mujer Ed. Laia,
medios, académicos y no-académicos. Cada una de estas presentaciones Barcelona, 1977.
nos resultó un intenso estímulo para seguir a^•anzando. 14. Doltó, E: Sexualidad femenina. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1983.
Así fuimos confeccionando cada una de las partes de este libro, hasta 15. Lemoine-Luccioni, É.: La partición de las mujeres. Amorrortu Eds.,
llegar al producto final. ¿Final? ¿ O m á s bien deberíamos decir: "hasta Buenos Aires, 1982.
aquí llegamos por ahora", ya que ése es más bien el espíritu que anima al 16. Montrelay, M . : "Investigaciones sobre la femineidad". En Acto
gi'upo que hemos participado en esta obra? psicoanalítico, ]. Nasio (compilador)": Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1979.
17. Aulagnier, P: "Observaciones sobre la femineidad y sus avatares".
En E l deseo y la pemersión. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1984.
18. MitcheU,]: Psicoaiiálisisyfeminismo. Ed. Anagrama, Barcelona, 1982.
' Tal como lo describimos, la m a y o r í a de estos desarrollos han sido realizados en c 19. Chodorow, N . : EJ ejercicio de la maternidad. Ed. Gedisa, Barcelona,
Cxntro de Kstuclios de la AÍLiier. instirucicin t|ue albcrj^'» \ propicio esias elaboraciones. 1984.
6O ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETI VIDA D FEMENINA ESTUDIOS SOBRE LA SUBJETIVIDAD FEMENINA 61

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