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Tavella N. (1944).

A visual motor gestalt test and its clinical use, por


Lauretta Bender. Archivos Argentinos de Pediatría, XXI, (4),
438439.
Rossi, L. (1997). La psicología antes de la profesión. Buenos Aires: Eudeba.

El surgimiento de los tratamientos familiares


en la Argentina: ámbitos públicos, ámbitos
privados y disciplinas "psi"
POR FLORENCIA ADRIANA MACCHIOLI
G

Introducción
1
Son múltiples las vías de acceso para hacer una historia de los
tratamientos familiares en la Argentina. Podemos partir de una
79
historia
de las disciplinas "psi", entendidas desde el interjuego móvil entre la EXPLORACIONES
EN LOS LíMlTES
psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis. Se puede comenzar por las
historias de las instituciones, públicas o privadas. Es posible además
abordar el inicio de una especialización y profesionalización
específicas, que darán lugar a los terapeutas familiares. También cabe
estudiar los saberes, teorías y sistematizaciones alrededor de los grupos
fami-
liares. O trazar una historia de los usos y prácticas alrededor de la
intervención familiar. Y aún más, se pueden cruzar estas historias con
las transformaciones sociopolíticas y familiares del siglo XX,
abordadas por ciencias sociales como la historia, la antropología o la
sociología, entre muchas otras.
En este caso, la apuesta apunta a tejer una trama que, con algunos
de estos hilos, dibuje el inicio de los tratamientos familiares en el
ámbito porteño, que se sumerja entre las esferas pública y privada, y
que desemboque en la configuración que en la Argentina tendrá la
terapia familiar hacia los años ochenta.
Para esta tarea, antes que nada situaremos sucintamente cierta
coyuntura política, social y disciplinar que incidirá de diversos modos
en las lógicas institucionales de los tratamientos familiares. Desde
1955, con el primer postperonismo, hasta 1966, con el golpe de
Onganía, se conjuga un desarrollismo difuso bajo una secuencia de
gobiernos militares y civiles, con cierta renovación intelectual y una
creciente radicalización política, principalmente en los sectores medios
y juveniles. En el plano de la historia intelectual y disciplinar, durante
este lapso se
produjo una significativa renovación social y cultural, que se extendió a las
universidades públicas que, en la segunda mitad de la década de 1950,
modernizaron sus planes de estudio y crearon nuevas carreras, entre ellas
Psicología. Asimismo, la modernización cultural se expandió a los círculos
académicos, en los que se combinaron lecturas psicoanalíticas y marxistas
que profundizaron el cruce entre disciplinas "psi" y ciencias sociales.
A partir de esa misma década del cincuenta, se conforma el
Movimiento de Salud Mental en la Argentina en consonancia con lo sucedido
en Europa y Estados Unidos en la segunda postguerra. Este nuevo modelo, a su
vez, se desarrollaba en un clima disciplinar que promovía importantes
intercambios entre las ciencias sociales, la psiquiatría y el psicoanálisis, a los
que se sumará la psicología desde fines de los cincuenta. Este movimiento se
encontraba en plena expansión a partir de los lineamientos que, desde diversas
entidades, se ponían en 180 marcha, como el Instituto Nacional de Salud Mental
(INSM) en 1957, la Federación Argentina de Psiquiatras (FAP) en 1959, la
Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) en 1962 y, desde mediados de
los cincuenta los servicios de psicopatología de hospitales generales, además
de diversas publicaciones como Acta Psiquiátrica y Psicológica de Amétrica
Latina, la Revista Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo o, más
tarde, la Revista Argentina de Psicología.
En este contexto se produce una importante extensión del psicoanálisis en
la cultura local porteña, así como una proliferación de nuevas técnicas "psi"
en las que el grupo pasa a ser el objeto de intervención privilegiado. Este es
el escenario en el que se producen los primeros abordajes familiares, que,
cabe subrayar, se inician en su totalidad en espacios públicos. 5
Sin embargo, hacia 1973 el escenario había vuelto a modificarse. El
golpe de Onganía de 1966 tuvo importantes consecuencias, tanto para
los ámbitos universitarios como para las instituciones públicas, que
perdieron parte de su autonomía. Asimismo, a partir del Cordobazo en
1969, se hace visible un malestar social creciente, a la par de una

5. Cabe aclarar, que muchos de estos profesionales trabajan ad honorem en dichos


ámbitos y este compromiso se financiaba por "el consultorio particular de la tarde". El
ámbito público, aunque no era lucrativo en modo directo, era un ámbito que además
de otorgar prestigio, generaba empleo en el área privada a partir del pedido de
supervisiones y de análisis de los jóvenes residentes (Carpintero & Vainer, 2004. p.
85). Por otra parte, los recientes psicólogos se incorporaron a trabajar ad honorem en
algunos Sen.'icios, a cambio de formación, como en el caso del Lanús (Carpintero &
Vainer, 2004, p. 92). Cuando aquí se refiera al desplazamiento del ámbito público al
privado, en realidad es de ambos ámbitos al exclusivamente privado.
radicalización de las posiciones políticas, que impacta también en el campo
de la Salud Mental.
Las luchas sociales fueron primero reprimidas por la triple A y
luego por el Terrorismo de Estado, lo cual tuvo sus efectos en el campo
de las disciplinas "psi". Esta coyuntura promovió la fragmentación y
diversificación de distintos grupos e instituciones, que comienza
principalmente con la ruptura de la Asociación Psicoanalítica Argentina
(APA) en 1971 (Carpintero & Vainer, 2005', Vezzetti, 2009).
En este contexto sociopolítico surgieron los tratamientos familiares.
En una investigación anterior se sistematizaron cuatro modelos teórico-
clínicos para la familia como objeto de intervención "psi" (Macchioli,
2010). El primero, centrado en la familia entendida como grupo desde
las concepciones y prácticas de Enrique Pichon-Rivière que, en su
visión de la familia, planteaba el cruce entre el grupo interno y la
dinámica grupal, a partir de un maridaje original entre la tradición de la
escuela psicoanalítica inglesa y de la Psicología Social norteamericana
(fundamentalmente los aportes de Kurt Lewin y George Mead). En
segundo lugar, la familia entendida como comunidad, ideada por Jorge
García Badaracco, que planteaba un nuevo dispositivo clínico para la
psicosis (fundado en el tratamiento familiar que se inspiró en el modelo
inglés de la comunidad terapéutica de Maxwell Jones). Tercero, la
familia como sistema, representado principalmente por Carlos Sluzki,
quien, además de sus propios desarrollos sobre interacción familiar,
tuvo un rol destacado en la recepción y difusión a nivel local de la
Teoría de la Comunicación Humana norteamericana. Por último, la
familia como estructura, concebida por Isidoro Berenstein, a partir de la
confluencia del psicoanálisis de corte inglés y el estructuralismo
francés, principalmente de Levi-Strauss.
A partir de aquí se trazará el recorrido de cada uno de estos
1
modelos, situando el énfasis en los ámbitos institucionales y de
producción de saberes, más que en la profundización teórico-clínica de
81
cada modalidad, tema ya trabajado en otros escritos (Macchioli, 2012a,
20121)). EXPLORACIONES
EN LOS
LíMlTES
La localización de los tratamientos familiares

Se desarrollará a continuación la ubicación en la que se


desenvolvieron las prácticas, los profesionales y las instituciones de los
cuatro modelos propuestos, para trazar un esbozo de cada uno de estas
trayectorias.
1. Según su testimonio, Pichon-Rivière (1907-1977) realizó sus
primeras prácticas en el ámbito público, entre 1934 y 1935,
mientras
estudiaba Medicina, en el Asilo de Torres. Frente a la gravedad de
los cuadros y las dificultades del medio asilar, Pichon habría inten tado respuestas
innovadoras, recurriendo a un sinnúmero de métodos terapéuticos alternativos
(Zito Lema, 1985, p. 38). En este ámbito se observa tempranamente su interés
por la psiquiatría infantil (Pichon-Rivière, 1970, p. 65, 145, 293, 401),
incluyendo su distinción entre oligofrenia y oligotimia, transmitida más tarde
en z sus clases en el Hospicio. 6
Una vez recibido, ganó un concurso para una jefatura de
servicio z en el Hospicio de las Mercedes (actualmente el Hospital "José T. Borda").
Allí trabajó de 1936 a 1947, lo cual que generó una impronta fundamental en su
trabajo. Durante aquellos once años, desde los distintos espacios que ocupó en la
institución, ensayó una multipliG cidad de experiencias, fundamentalmente con
pacientes psicóticos y neuróticos graves. Entre las innovaciones más renombradas,
se 1 82 puede mencionar la experimentación con distintas drogas, que daría lugar al
"narcoanálisis" (Dagfal, 2009, p. 110), 7 la fundación de la Sala para la Edad Juvenil
en 1947, o las primeras experiencias grupales que darían lugar al mito del inicio de
los grupos operativos en la década de 1940. 8 Estos aportes fueron realizados
en consonancia con algunos sectores (jóvenes profesionales, enfermeros y
pacientes) y en disonancia con las esferas más tradicionales del hospicio.
Según Balán, el malestar de la institución que llevó a la partida de Pichon
se sostenía en la oposición sindical y política hacia él, que era alimentada por
el "conocido antiperonismo de los universitarios" (Balán, 1991, p. 113). 9

6. La oligofrenia posee una etiología orgánica congénita (debilidad mental), mientras


que la oligotimia, entidad creada por Pichon-Rivière, parte de los déficits de los
factores ambientales y afectivos, entidad que se incluiría en las psicosis infantiles
(Pichon-Rivière, 1970, p. 405-423).
7. En esta línea en 1960 propondrá medicar no solo al paciente sino a todo el grupo
familiar con el antidepresivo Tofranil, para disminuir las ansiedades y estereotipia
grupales (Pichon Rivière, 1971, p. 175)•
8. El mismo Pichon comenta el origen del trabajo con grupos de enfermeros desde su
cargo como Jefe de la Sala de Admisión, en la cual creó una técnica que luego
denominaría "grupos operativos" (Zito Lema, 1985, p. 72). La misma situación es
narrada por Hernán Kesselman, uno de sus discípulos (Kesselman, 1999, p. 80).
9. En las Conversaciones con Zito Lema, Pichon explica algunos de los avatares de su
partida. Una "facción aliancista" (grupo properonista nacionalista) que dominaba el
Pabellón de Practicantes, habría generado diversos disturbios y acusaciones contra el
Servicio de Pichon. Ya decidido a renunciar, habría hablado con Hortensio Quijano,
Vicepresidente de la Nación, quien le aconsejó dimitir, ya que de no hacerlo lo iban a
exonerar (Zito Lema, 1985: 73-74).
Entre las cuestiones asociadas al Hospicio, desde que Pichon tuvo
que hacerse cargo del Servicio de Admisión (y de las situaciones
de urgencia psiquiátrica y posible internación), observó
espontáneamente en qué situación llegaba el paciente (solo o
acompañado por la familia, por vecinos o por la policía). Si venía
acompañado por su grupo familiar, esto le permitía observar la
adjudicación y asunción de roles, así como la situación de crisis
familiar que parecía derivar de la enfermedad.
Las pertenencias institucionales de Pichon fueron múltiples. Entre
ellas, fue miembro fundador de la APA en 1942. En agosto de 183
1948, después de que debió retirarse del hospicio, fundó una clínica
privada, que denominó "Instituto Privado de Asistencia, Docencia e EXPLORACIONES
EN LOS LíMlTES
Investigación". Esta clínica la organizó junto a varios colaboradores
del servicio, que continuaron allí muchas de las investigaciones
iniciadas en el ámbito público (Dagfal, 2009, p. 160).
Desde mediados de los cincuenta fue lentamente distanciándose de
la APA y fundó varias instituciones volcadas a lo social. La primera
de ellas fue el Instituto Argentino de Estudios Sociales (IADES) en
1955 y la última la "Primera Escuela Privada de Psicología Social"
en 1967 (Fabris, 2007, p. 201). Su desarrollo sobre la técnica de
grupos operativos apuntó a que la locura pudiera ser reparada, por
lo menos en parte, por las "virtudes del agrupamiento asociativo"
(Vezzetti, 1999). Si el grupo familiar es lo que enferma, también es
lo que puede curar. Éste puede ser pensado tanto desde el grupo
interno (en donde se interiorizan los roles familiares, ideas
inspiradas en la combinación de M. Klein y G. Mead) como desde
la sociedad (estimulado por los enfoques de K. Lewin). Esta
concepción tendría un gran impacto en los profesionales "psi" de las
décadas subsiguientes.

2. El modelo de la familia-comunidad también compartió el mismo escenario


del hospicio, denominado a fines de los cincuenta "Hospital
Neuropsiquiátrico de Hombres". Una década después de la partida de
Pichon, Jorge García Badaracco (1923-2010) gana la Jefatura de un
Servicio en 1957. Este año en particular marca la institucionalización del
Movimiento de Salud Mental a partir de la inauguración del INSM y allí
García Badaracco ocupará una posición privilegiada al ser uno de sus tres
consejeros (Anónimo, 1958,
p.,69; Carpintero & Vainer, 2004, p. 68, 74).
Entre algunas de las tareas en el ámbito público que se proponía
esta institución figuraba la necesidad de atender problemas como
el crecimiento de la población (fundamentalmente en las
ciudades),
debido al incremento de los conflictos sociales, económicos y familiares, situación
que elevaba las probabilidades de producción de enfermedad mental.
En especial, respecto de la familia, serán primero Pichon-Rivière
y poco después García Badaracco quienes emprenderán la tarea de su abordaje
psicoterapéutico. Pero, mientras que Pichon no pudo sistematizar esa tarea
dentro del hospicio (quedó subsumida en el Servicio de Admisión, en el
consultorio y en sus clases y vinculada a los grupos operativos), García
Badaracco inauguró diversos espacios institucionales en la Argentina: la
primera comunidad terapéutica de orientación psicoanalítica en 1962, el primer
hospital de día en 1964, y el dispositivo de comunidad terapéutica
psicoanalítica de estructura multifamiliar en 1965. Desde su concepción, el
medio hospitalario, las condiciones del médico tratante y la estructura del
núcleo familiar eran partes fundamentales de una "gestalt" necesa184 ria para
trabajar adecuadamente (García Badaracco et al, 1961, p. 69). Aquí, el equipo
tratante debía tener en cuenta, para la reinserción del paciente, la planificación de los
siguientes espacios: psicoterapia grupal "intensiva", terapia ocupacional (para
formarlo en un oficio acorde con sus posibilidades), conexión con
organismos estatales y privados (para insertarlo laboralmente de un modo
estable) y preparación del medio familiar a partir de entrevistas con el
médico, el psicólogo y visitas del asistente social al hogar y el trabajo. De
este modo, se observa que incluir a la familia y al ámbito laboral junto al
equipo terapéutico era una de las bases fundamentales de la concepción de
salud mental del modelo de intervención familia-comunidad.
Sin embargo, una década después, en el marco del gobierno de
Onganía, García Badaracco tuvo que dejar el hospital, y fundó una
clínica privada, DITEM (Docencia, Investigación y Tratamiento en
Enfermedades Mentales) en el barrio de Belgrano. Su director fue
García Badaracco y sus subdirectores Norberto Proverbio y Alfredo
Canevaro. Esta institución reproducía el dispositivo de la
Comunidad Terapéutica Psicoanalítica de Estructura Multifamiliar
que se había implementado en el Borda. Entre sus servicios ofrecía
comunidad terapéutica, atención en consultorios externos y
urgencias psiquiátricas. Entretanto, en 1978, fue uno de los
miembros fundadores de la primera institución en el país sobre la
especialidad, la Sociedad Argentina de Terapia Familiar (SATF) y
fue su vicepresidente entre 1979 y 1984. Paralelamente, presidió la
APA de 1980 a 1984.
3. El tercer modelo, lafamilia-sistema, se gestó también en el ámbito
público, en uno de los primeros servicios de psicopatología en
hospitales nacionales (por no decir en uno de los más
paradigmáticos): el Servicio de Psicopatología del Policlínico de
Lanús "Dr. Gregorio Araoz Alfaro". En octubre de 1956 Mauricio
Goldenberg (19162006) ganó el concurso como Jefe de Servicio y,
a partir de allí, tanto su persona como su servicio, fueron una suerte
de faro que iluminaría la renovación de la Salud Mental en la
Argentina (Visacovsky, 2002). Goldenberg, uno de los principales
impulsores del pasaje de los hospitales monovalentes (hospicios) a
los hospitales generales, comenzó a contar con recursos de
avanzada, como consultorios externos, internación, interconsulta,
hospitales de día, psicoterapias breves, grupales y familiares
(Sluzki, 2006, p. 472-473).
Más allá del mito alrededor del Lanús, una de las estrategias que
implementó su jefe para aumentar el personal fue la de rodearse
G
de jóvenes profesionales, que a cambio de formación trabajaban ad
honorem en el Servicio. Uno de los primeros en integrarse fue 185
Carlos Sluzki (a quien le faltaba un año para recibirse de médico en
la UBA).IO En 1982, Goldenberg recuerda: EXPLORACIONES
EN LOS LÍMITES

[...] llegamos a tener salas de internación para treinta y dos


pacientes, veinte consultorios externos, un Hospital de Día con
treinta plazas, dos cámaras de Gessell y aulas para docencia, en las
que atendíamos e impartíamos ensenanza a un gran número de
profesionales de distintas disciplinas, distribuidos en doce
Departamentos: Internación, Consultorio Externo, Hospital de
Día, Interconsulta, Niños, Adolescentes, Gerontopsiquiatría,
Alcoholismo, Grupos, Neurología, Docencia e Investigación"
(Goldenberg, 1983, p. 168).

Cabe señalar que aquí no figura ningún Departamento de Familia,


a pesar de que muchos testimonios de los profesionales de
aquellos años sostienen que funcionó un Departamento de Terapia
Familiar (como el de Fernández Mouján, 1992, p. 9). Sin embargo,
sí aclara Goldenberg que los profesionales que pasaban por allí
aprendían diversos dispositivos clínicos, como la atención de
crisis, terapias breves, grupales y familiares (Goldenberg, 1983, p.
173). A partir de sus palabras, podría suponerse que la atención de
familias se inserta

10. Poco tiempo después, Goldenberg ubica a Carlos Sluzki como Jefe de
Investigación, a Hernán Kesselmann como Jefe de Clínica y Docencia, y a Lía Ricón
como Jefa de Consultorios Externos. Luego se abren otros equipos: el de Niños a
cargo de Aurora Pérez, el de Adolescencia dirigido por Octavio Fernández Mouján, el
de Interconsulta a cargo de Valentín Barenblit y el de Grupos dirigido por Gerardo
Stein (Visacovsky, 2002).
en otros departamentos, como el de Grupo o la Sala de Internación, en
la que están pautadas la terapia familiar y multifamiliar, manteniendo
como objetivo central salvaguardar los vínculos entre
el paciente y su familia (Visacovsky, 2002, p. 177,
183). En la misma línea, en 1971 se funda el Hospital
de Día para asistir a los pacientes sin sustraerlos de su
ámbito familiar y social, realizando también asambleas
multifamiliares, terapias familiares y de red en las
casas de los pacientes (Visacovsky, 2002, p. 227).
Por su parte, Sluzki, además de haber ingresado
tempranamente al Lanús, durante los primeros años de
la década de 1960 fue Jefe de Trabajos Prácticos de la
materia de Psicopatología en la Carrera de Psicología
(UBA), a cargo de David Liberman. Poco después, llevó a
cabo su formación psicoanalítica en la APA, hasta el año 1967, aunG que no
participó en otros espacios de la asociación. Paralelamente, desde inicios de la
década de 1960 se incorporó a un equipo de in1 86 vestigación dirigido por Eliseo
Verón (1935-2014). Este vínculo inauguró un cruce muy particular y prolífico en los
años subsiguientes entre psiquiatría y sociología. Sluzki, inserto en el grupo
interdisciplinario dirigido por Verón en el reciente Instituto de Sociología de la
UBA, dio por casualidad con los textos de Bateson y con la primera literatura
sobre terapia familiar (Sluzki, 1998, p. 20). Dicho encuentro con la línea
cibernético-interaccional se produjo alrededor de 1962, cuando, de modo
fortuito, revisando bibliografía para el proyecto sobre correlación social y
prevalencias psicopatológicas, halló una revista desconocida para él,
Behavioral Sciences, en la que estaba publicado el artículo "Toward a theory of
schizophrenia" (1956). A partir de dicho escrito comenzó a indagar la
producción de los coautores: G. Bateson, D. Jackson, J. Haley y J. Weakland. Le
escribió a Jackson al poco tiempo y, en 1965, a partir de una invitación suya,
consiguió una beca de tres meses de la Pan American Union para formarse en el
Mental Research Institute (MRI) en Palo Alto, California. Allí entró en contacto con
figuras clave de lo que sería la corriente sistémica: J. Haley, V. Satir, J. Weakland,
A. Scheflen y G. Bateson, y los tres autores de Pragmatics of human
Communication: J. Beavin, P. Watzlawick y D. Jackson. A partir de ese momento,
Sluzki alterna entre Argentina y Estados Unidos y es nombrado Research Associate
en el MRI, cargo que ejercerá desde 1965 a 1983 (entre 1978 y 1979 fue Director de
Entrenamiento y de
1980 a 1983 fue el Director de dicha institución). l

11. La recepción de la teoría sistémica en la Argentina vía Sluzki fue trabajada en


Macchioli (2012c).
Hacia fines de los sesenta, en 1968, Hernán Kesselman había
partido del Servicio del Lanús, rompiendo además con la APA
en 1971, junto al grupo "Plataforma". También en 1971
Goldenberg dejó el ámbito público, para quedar solo en el
privado y Sluzki se mudó definitivamente con su familia a los
Estados Unidos (un año después de que Verón se radicara en
Francia). A partir de una beca del Foundation Fundfor
Research in Psychiatry y una beca de la fundación John S.
Guggenheim, se instala como psiquiatra en distintos ámbitos
norteamericanos.
4. El cuarto modelo, la familia-estructura, fue inicialmente concebida
por Isidoro Berenstein (1932-2011). Su encuentro con la práctica
familiar se produjo también en el ámbito público a partir del
siguiente recorrido: se incorporó alrededor de 1957, al igual que García
Badaracco y Sluzki, en los recién inaugurados servicios
G
de psicopatología, en este caso del Hospital Rawson dirigido por
Guillermo Vidal (1917-2000). Berenstein, invitado por Vidal, se 1
incorporó durante 1958 y 1959 a un grupo operativo coordinado
por 87
Pichón-Rivière. En dicho marco, este último le propuso ver a un
EXPLORACIONES
paciente catatónico que se convertiría en su primera experiencia EN LOS LíMlTES

familiar (Berenstein, 2008). En 1960 se recibió de psiquiatra y al


año siguiente comenzó su formación en la APA. Al mismo tiempo
que llevaba a cabo su trayectoria por las instituciones
psicoanalíticas, desde 1962 Berenstein participaba de la Fundación
Acta Fondo para la Salud Mental dirigida también por Vidal. Allí
ocupó diversos cargos, entre ellos el de Director del Departamento
de Familia, des-
de su inicio en 1969 hasta 1972.12
Más adelante, participó como secretario y coordinador del Primer
Coloquio sobre la temática en el país: "Familia y Enfermedad
Mental" organizado por la fundación en 1965. Asimismo, fue
Vicepresidente del Comité Organizador del Primer Congreso de
Patología y Terapéutica del Grupo Familiar en 1970, junto a Carlos
Sluzki, Hugo Bleichmar e Ignacio Maldonado. A la par, fue
profesor de "Familia y Enfermedad Mental" en la Escuela de
Psiquiatría de la Fundación Acta, desde 1968 hasta 1972.
Pero en aquellos últimos años el escenario había cambiado. En
1971 los grupos "Plataforma" y "Documento" renunciaron a la
APA.

12. Paralelamente, Sluzki participaba del staffde la publicación


latinoamericana. Ambos tenían importantes posiciones en Acta, uno en la
revista, otro en la fundación. y compartían los mismos ámbitos de
información, de visitas extranjeras y de eventos, aunque sus caminos
siguieron derroteros muy diversos.
Berenstein trató de quedar por fuera del conflicto. Sin embargo, los
avatares por los que atravesó la institución a partir de 1971 llevaron, entre otras
controversias, a que a fines de 1974 un grupo de unos cincuenta analistas
kleinianos se nuclearan en lo que se denominó "Ateneo de Psicoanalistas de
Buenos Aires", liderado por David Liberman, León Grinberg y Horacio
Etchegoyen (Carpintero & Vainer, 2005, p. 106). Las primeras reuniones del
grupo se realizaron en casa de Berenstein y en el Congreso Internacional de
Psicoanálisis en Jerusalén, en agosto de 1977, dicha agrupación se conformaba
en una institución: la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APDEBA),
que sería la segunda institución argentina en ser reconocida como institución
oficial por la IPA. Esto coincidió con el período en que Berenstein emigró a
Israel (de febrero de 1977 G a junio de 1979). Ya de vuelta en la Argentina
participó como codirector científico del Departamento de Familia y Pareja de
APDEBA, 1 88 junto con Janine Puget. Desde 1982 se incorporó a la AAPPG, y en
agosto de 1985 pasó a ser miembro titular. En esa institución fundó y dirigió desde
1985 el Departamento de Familia.
Por otra parte, una nueva corriente intelectual se instalaba en la década
de 1960 en el ámbito porteño: el estructuralismo 13 Su entrada en la
Argentina promovió una renovación intelectual profunda en las
disciplinas "psi". Entre algunos de sus efectos, pueden ubicarse los
desarrollos de Berenstein sobre la estructura familiar a partir de su
encuentro con la obra de Lévi-Strauss en 1970.
Los primeros artículos de Berenstein sobre abordaje familiar, a partir
de 1962, retomaban la idea "pichoneana" de la familia como grupo, en
consonancia con el kleinismo implantado en la década anterior en el
ámbito porteño. Sin embargo, desde 1965 compartió eventos en los que
se contactó con la teoría de la comunicación norteamericana y el
enfoque interaccional, ya asociados a la figura de Carlos Sluzki
(referencias que de hecho comienza a citar hacia 1968). A partir de
1970 la lectura de Lévi-Strauss irrumpió en su pensamiento y lo llevó a
recrear un modelo novedoso para la psicoterapia familiar. Entonces,
articuló diversas ideas, como las de "grupo familiar", 'sistema",
"estructura" o "inconsciente", que desde 1960 conformaban distintos
núcleos conceptuales. En 1976, al
13. Este surgió en Francia, fundamentalmente a partir de 1958 con la publicación de
Antropología estructural, de Lévi-Strauss. Sus bases se asentaban en la lingüística moderna
fundada por Ferdinand de Saussure. La "moda estructuralista" fue destacada en Primera
Plana, que ubicó a Eliseo Verón como su introductor en la Universidad (Carpintero & Vainer,
2004, p. 347).
publicar Familia y enfermedad mental, sistematizó por primera vez
lo que sería su concepto de "estructura familiar inconsciente' que
más tarde incluiría cuatro posiciones (madre, padre, hijo y dador) y
cuatro tipos de relaciones (filiación, alianza, fratría y avunculado,
esta última inspirada en los desarrollos del estructuralista francés).

5. Finalmente, cabe hacer una sucinta referencia a lo ocurrido en


general en torno a las terapias familiares. En 1968 Goldenberg fue
nombrado Jefe del Departamento de Salud Mental de la Ciudad de
Buenos Aires hasta 1971, y entre las acciones que llevó a cabo se
incluyó la inauguración de los Centros de Salud Mental (CSM). En
1969 se abrió el Centro NO 1, en la calle Manuela Pedraza de
Núñez, dependiente del Hospital Pirovano, dirigido por Hugo
G
Rosarios. Allí, Goldenberg junto a Rosarios (psicoanalista
interesado en la psiquiatría comunitaria que más tarde incursionaría
1
en la terapia sistémica), eligieron profesionales formados
psicoanalíticamente, hecho que luego traería aparejado un ensamble
89
entre instrumentos de atención psicoanalíticos con objetivos de
salud mental comunitaria. En 1971 comenzó a funcionar el Centro EXPLORACIONES
EN LOS
NO 2, en la ca- LíMlTES
lle Humberto I de San Telmo, que depende del Hospital Argerich.
Su primer director fue Pedro Herscovici, que intentó no centrar la
atención en la terapia individual sino en la familiar, tanto en la de
pareja como en la grupal. En el mismo CSM N O 2, María Rosa
Glasserman14 fue coordinadora del Departamento de Niños de 1971
a 1976, cuando, con la dictadura, la experiencia fue clausurada por
considerarse "subversiva" (Wolfson, 2009, p. 93-94). Algunos de
estos profesionales se nuclearon en dos grupos de estudio, uno a
cargo de Adolfo Loketek, otro de María Rosa Glasserman, y un año
después comenzó otro a cargo de Estrella Joselevich. Durante
aquellos años se organizaron algunas jornadas y encuentros entre
los tres grupos, hasta que en mayo de 1979 se fundó el Centro de
Familia y Pareja (CEFYP), institución que se dedicaría a la
asistencia, docencia e investigación de la terapia familiar (Esborraz
y Martínez, 2002, p. 17). Incluso, tres de los cuatro fundadores de
14.Glasserman al iniciar la carrera de Psicología (UBA) halló a Bleger, Liberman, Ulloa y
Sluzki (en aquel momento Jefe de Trabajos Prácticos de la materia de Psicopatología,
dirigida por Liberman) y formó parte de los primeros graduados de la Carrera (Balán,
1991: 46). Se sumó a la creación de APBA y fue su segunda presidenta de 1965 a 1967
(Dagfal, 2009: 517). Sus primeros trabajos se organizaron alrededor de temáticas
como psicodrama y psicología infantil. En 1968 fue uno de los miembros fundadores
de la Escuela de Psicología Clínica de Niños (Borinsky, 2009, p. 222).
la Asociación de Psicoterapia Sistémica de Buenos Aires (ASIBA), inaugurada en
1984, participaron de ambos centros: Hugo Hirsh, Pedro Herscovici y Estrella
Joselevich.

Algunas reflexiones sobre disciplinas "psi", ámbitos públicos, ámbitos


privados y tratamientos familiares

Al retomar algunos de los hilos presentados en la introducción de


este trabajo podemos establecer ciertas tramas que dibujan escenarios
complejos, en algunos casos superpuestos, en otros opuestos, pero
siempre imbricados y móviles.
Por una parte, no puede perderse de vista el escenario de las
disciplinas "psi" en la Argentina. Desde mediados de los cincuenta, al fundarse las
carreras de Psicología, se abre el juego de una serie de disputas disciplinares entre la
psiquiatría, el psicoanálisis y la psicología durante 1 90 las siguientes décadas. En
este escenario, el abordaje familiar fue un buen estímulo para la inserción de los
psicólogos. Así como los primeros profesionales que se ocuparon de la cuestión
fueron predominantemente psiquiatras-psicoanalistas (Pichon-Rivière,
García Badaracco y Berenstein; no así Sluzki, aunque su ubicación por
fuera del psicoanálisis no lo eximiera de compartir ámbitos de formación
y atención con psicoanalistas), posteriormente los psicólogos casi igualaron
las posiciones de prestigio dentro de la especialidad. Basta mencionar a Isabel
Calvo, María Rosa Glasserman, Estrella Joselevich, Cloë Madanes y Juan
Carlos Nocetti, entre tantos otros.
Por otra parte, desde fines de los sesenta el gobierno de
Onganía, el accionar de la Triple A y luego el de la dictadura
incidieron, particularmente en el caso de la terapia familiar, en su
desaparición del ámbito público y su repliegue en el ámbito
privado.
Esta hipótesis podría corroborarse en base a la partida de los
profesionales que llevaron adelante los modelos de la familia-sistema, la
familia-estructura y la familia-comunidad en los espacios públicos 15
Así, en pocos años, entre 1968 y 1972, García Badaracco y su equipo
dejaron el Borda; Sluzki junto con Goldenberg y otros colegas se
retiraron del Lanús; y Berenstein dejó el Rawson (y, en 1972, la
Fundación Acta). Todos ellos se desplazaron hacia ámbitos privados. En
1968 García Badaracco y su equipo inauguraron una clínica privada, en
1971

15. En el caso de la familia-grupo, la situación fue semejante, pero en otro contexto


sociopolítico. En 1948 Pichon-Rivière se vio obligado a renunciar en el primer gobierno
de Perón. Al año siguiente inauguró la Clínica Copérnico, primera de una larga
sucesión de instituciones privadas desde las que impartiría gran parte de sus clases y
en las que promovería intervenciones terapéuticas sobre grupo familiar.
Sluzki se instaló en Estados Unidos y se incorporó al MRI, Berenstein
continuó en APA y luego en APDEBA y AAPPG. Entretanto,
Canevaro al igual que García Badaracco se desplazó del Borda a la
clínica psiquiátrica, hasta que en 1978 inauguró dos proyectos
privados: la revista Terapiafamiliar y la SATF. Asimismo, varios
profesionales de los CSM, al ser despedidos en 1976, fundan luego
CEFYP y ASIBA.
Esta situación condujo, entre otras cuestiones, a que la
heterogeneidad de ideas y experiencias que se daban en el cruce entre
psicoanálisis y ciencias sociales en ámbitos públicos y privados se
perdiera, en gran medida, al desplazarse solo al ámbito privado
básicamente entre 1968 y 1976. Este repliegue interrumpió
paulatinamente las vías de comunicación e intercambio profesional. Y,
a pesar de que otorgó cierta libertad en el modo de seleccionar a los
miembros y llevar adelante las prácticas, cercenó la afluencia de G
recursos técnicos y humanos hospitalarios (considerando la cantidad y
el tipo de población que acudía) que confería el ámbito público.
Al mismo tiempo que este proceso preservó a los profesionales para
continuar con su labor clínica con familias, los "encerró" en
19
instituciones privadas que se fortificarían cada vez más, hasta entablar 1
diálogos predominantemente endogámicos. Esta situación favoreció el
desarro110 paralelo, a nivel local, de los modelos de familia-sistema,
EXPLORACIONES
familia- EN LOS LÍMITES

estructura y familia-comunidad. Los cruces que se daban hacia 1970,


que promovían un diálogo posible en un espacio en común, se harían
cada vez más esporádicos, hasta casi desaparecer en la década
siguiente.
Más allá de los muros institucionales, la terapia familiar en la
década de 1980 suele quedar asociada al modelo de la familia-sistema,
que se expandió notablemente en dicho período a nivel local. El interés
de los profesionales de esta línea se centró en la formación de
terapeutas familiares y el entrenamiento con familias a lo largo de
dicho proceso, inspirado en el modelo norteamericano de la Escuela de
Palo Alto (aunque luego se incorporarían también otros abordajes,
como la Escuela de Roma y de Milán). Estas características
probablemente hayan promovido una mayor publicidad en el ámbito
profesional y social, en búsqueda de los recursos humanos necesarios
para expandir dicho modelo. En contraposición, la familia-estructura se
resguardó en instituciones psicoanalíticas, en las que el abordaje
familiar era bastante más problemático para la concepción del
establishment psicoanalítico, que volvía a replegarse hacia el sujeto
individual, aunque ya no lo hiciera desde el kleinismo, sino desde el
estructuralismo de corte lacaniano. Entretanto, la familia-comunidad
siguió funcionando en clínicas psiquiátricas, hasta su reincorporación
en algunos espacios públicos con grupos multifamiliares en los
Hospitales Neuropsiquiátricos J. T.
Borda y B. Moyano. Recién en 2008 se organizaría el primer congreso
sobre psicoanálisis multifamiliar.
Con respecto a la terapia familiar como especialidad, desde fines
de los setenta se despliegan diversas actividades, instituciones,
publicaciones periódicas específicas y una formación sistemática de
profesionales dedicados exclusivamente al área, que sería promovida
en y desde las instituciones mismas, fundamentalmente las privadas.
Este proceso condujo a un ámbito de intervención familiar mucho más
reducido y acotado que en sus inicios, durante los sesenta. Este
sucinto recorrido busca generar interrogantes desde los obstáculos
profesionales, disciplinares institucionales y sociales, que fueron
surgiendo en el desarro110 histórico de las terapias familiares, para
apostar a la reapertura de diversos espacios en los ámbitos públicos.

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