Está en la página 1de 3

CONCESIONARIO j '

TALLERES
GUARGA
E JID O 1170
M A R IN I U .T E 83654 revista del deporte urU9uaY°
EL RRCAUCHUTASE MODERNO

M i,-* i <

D jrector : K ; B E B T Q GOMEZ.
A dm inistrador L TJ I S P R A N Z I N I
[II. Abril 28 de 1934

'

En este JUAN M. L A B R A O A, EL H O M B R E
número: QUE NO SABE SU P R E C I O ...
JUAN M. LABRAGA,
EL HOMBRE QUE NO
SABE SU ...
Por Giselda WELKER

ICEN que un viejo aficionado


. al fútbol, viendo un dia jugar a
Labraga y a Pitongo García en
el ala derecha de Rampla Júnior»
empezó a restregarse los ojos y a gritar
sorprendido: “Pero si estoy viendo a Mó-
dena y Dacal, decía, aquellos grandes in­
tegrantes de la “línea de oro” de 1912..
El hombre aquel no estaba viendo a los
dos veteranos, pero sí a dos muchachos
de nuestros días muy capaces de revivir
las hazañas de la famosa línea. Y como
el que tal cosa pensaba no era el único,
muy pronto la afición de los grandes
clubs empezó a fijarse en el “ruso” La-
braga y a desear que integrara las filas del club de sus preferen­
cias. Nacional se llevó al hombre después de muehos trámites
frente a Rampia. Pero Labraga, que sabe que han pagado por
su pase un precio muy alto, ignora en cambio la cifra exacta de
ese arreglo, que es su precio como jugador:
—A lo mejor no me lo quisieron decir para que no me ponga
orgulloso. . .
—0 para no demostrarle lo orgulloso que Nacional está de
usted. . .
—Yo no sé nada. No tengo vanidad, y mis aspiraciones son
modestas. No porque sea un buen jugador de fútbol voy a pre­
tender que me pongan encima del Palacio Salvo. Por el momen­
to, como hace un año que soy profesional, no trabajo en otra co­
sa, aunque desearía hacerlo. Lo único que quiero es un trabajo
que me permita seguir entrenándome bien, y que en caso de su-

. . .Y UNOS RACIMOS DE UVA PARA LA MAMA.

. .UNA ROSA PARA LLEVARSELA A "ELLA".

írir algún accidente, me ponga a cubierto tan hermoso, es casi nuestro, y se está pa
de los ataques del destino. El trabajo no gando con nuestro esfuerzo. . .
me asusta. Y si algún día no sirvo más co­ —Veo que eso le satisface. ¿ Le trae bue­
mo jugador, volveré a hacer lo que hice nos recuerdos el estadio?
siempre antes: trabajar de firme para vi­ —'¡Cómo n o ! ... Recuerdos... Son lin­
vir. .. dos los recuerdos, pero a veces hay que ol­
—¿Para vivir siempre en el Cerro, que vidarlos, ¿verdad?
me han dicho que le gusta mucho f . . . —Claro que sí. Y usted debe tener mu­
—'En Cerro nací, me crié y creo que chos recuerdos, olvidados o no, de «m» via­
me voy a m orir... cuando sea viejo, por­ jes, portine usted es uno de lo» deportista.-
que por ahora no tengo muchas ganas. . . que más hs viajado.
.¡'Son lindos los aires del C erro!... —Es verdad. Desde muy joveneito he
—i Nada más que los aires? -iajado. Desde que fui a Europa con I b »
—'Los aires. . . y otras cosas. La familia, pía. Ya casi ni me acuerdo, de tantas co­
mi mamá, mis hermanos... y otros proyec­ sas como vi. ¡Es linda, E uropa!... Y en
t o s ! ... la Argentina también estuve. Conozco eas
—i Proyectos serios? todas las provincias argentinas: Córdobs.
—Mucho. A propósito, espere, que voy Tucumán, Rosario de Santa Pe y mucha-
a ver si puedo llevarme una flor para dár­ otras
sela a e lla ... —¿ Qué le ha gustado más de las provin­
Y el “ruso” Labraga se va despacito has­ cias argentinas?
ta un cantero poco vigilado por los guar­ —Tucumán es muy hermosa. Tambiéi
dianes, en el Parque de los Aliados, donde Rosario me ha gustado m ucho... pero aqc
estamos conversando. La mañana un poco se está muy bien. . .
nublada no ha sido obstáculo para que La- —'Sí, sí. Ya veo que usted se siente re­
braga dé una vueltita para tomar aire. mo en el cielo, en este Montevideo.
Sus diversiones son sencillas como su vida, —Y . . .
toda dedicada al deporte. Le gusta tanto (Este “Y . . . ” ha sido muy significativa
el fútbol que no practica ningún otro de­ El hombre es feliz!)
porte, pues lo único que quiere es mejorar —Me han dicho que U6ted practica n
sus condiciones físicas cada vez más, para cfoo en el fútbol. ¿Lo ha hecho siempre, i
responder siempre a lo que de él se espere su disciplina es más severa desde que e ' j
«n el terreno deportivo. Lanza una amplia en Nacional ?
mirada hacia el estadio y dice: —Es lo mismo. Al principio me esforxi
\ pensar que todo ésto, tan grande y ba más, porque como estaba acostumhrabi

W V; 4.R
a que en Rampla Juniors nadie me dijera tía personal. Pero de los muchachos argen­
nada, cualquier observación de Nacional me tinos que he visto actuar, me parece que
parecía muy importante. Pero por trabaja­ Lauri, mi colega el puntero derecho de Es­
dor, lo he sido siempre. Desde que jugaba tudiantes de la Plata, es formidable. Es un
en cuadros de earnpno. Siempre me ba gus­ gran jugador.. .
tado entrenarme y estar bien para el jue­ —Es muy bueno, sí. Si sigue así quién
go. Por eso me pienso casar — y esto lo sabe hasta donde llega.
dice Labraga con una cara medio “cachado- —Yo creo que ya no puede llegar más
ra” — porque por ahí andan algunos dicien­ allá. Con tal de que no desmejore; porque
do que un jugador se pone más ordenado y para jugar mejor, tendría que hacer cosas
más serio para el deporte cuando ordena su imposibles!
vida íntima tam bién... Otra vez Labraga nos ha pedido, por el
—Por lo menos esa es la teoría de Lo­ camino, una pausa al compañero fotógrafo
renzo . . . y a mí. Quiere comprar unos hermosos ra­
—Y de otros. . . y de “ otras” . . . cimos de uva para llevarle a la mamá. Dis­
—Eiso lo sabe cada uno. Yo, como usted cute un ratito con los botijas de la provi­
ve, me limito a reproducir, desde las opi­ sión, que lo miran encantados poique son
niones del recalcitrante Anselmo, hasta las nacionalófilos, V reanudamos la marcha.
del entusiasta “matrimonista” Lorenzo Fer­ —'Mire cómo se entusiasman esos botijas,
nández. .. 1 Pero, que tenga mucha suerte, Labraga. Van a estar orgullosos de sacarse
Labraga! una foto con usted.
—Gracias! . . . No lo dudo. Creo que he —¿Pero cómo, me sacaron comprando
elegido bien. las nvasf
Hay que ver la cara de satisfecho que po­ —Y cuando sacó las rosa, tam bién...
ne Labraga cuando se le habla de su pró­ —Hay que v e r ... Bueno, a lo mejor al­
ximo casamiento. Lo malo es que como es
tan colorado de cara, no se puede ver si se gún día a eso* botijas les pasa como a mí...
pone eolorado o no. Y todavia, además de — Algún “accidente” fotográfico!
lo natural del color de su rostro, está bien —C a si... más bien dicho una emoción.
quemado por el sol. ¡Los aires del Cerro, Una vez yo estaba en el vestuario y se me
seguramente! . . . acercó un hineha. Me mostró una vieja fo­
—¿Cuándo empezó a jugar, Labraga! to en que aparecía un cuadrito de pibes.
—Oficialmente, cuando me dejaron jugar, Me dijo: “ Mirá bien ésto, Labraga. ¿Cono-
- a los diecisiete años. Pero antes fué una eés a éste!” Y yo miré, miré, y era yo,
lucha a brazo partido para poder jugar un cuando tenía diez años, entre una barra de
poco. botijas amigos. Me impresionó la cosa, y
—i Se lo prohibían, acaso! le pedí la foto. Pero el hincha amigo se la
—Uyyy. . . si no me sacaron doscientas guardó y no lo volví a ver más. Me hubie--
veces de la cancha, no me sacaron nunca. . . ra gustado llevársela a mi mamá, que en
En casa había cada lío que ya le digo. Pe- el tiempo de esa foto broneaba tanto con
“ ro ahora me parece bien todo eso porque nuestro juego...
posiblemente yo no estaría jugando ahora si * * #
hubiera empezado tan pronto. Mi mamá, Con este recuerdo se ha despedido el ami­
que ahora tiene sesenta y dos años y está go Labraga, y se va muy contento para el
muy guapa y fuerte, rodeada por nosotros, Cerro con sus rosas y sus uvas, tributo a
sus seis hijos, entonces me veí condiciones. los dos cariños que más lo atan a Monte­
Yo era chiquito. Tendría siete u ocho años. video. . . y su Cerro.
Y ella siempre que me veía jugando al fút­ Giselda WELKEE
bol me hacía volver a casa. Me decía siem­
pre que me iba a estropear si seguía jugan­
do así. Y que si quería ser un buen juga­
dor cuando tuviera la edad necesaria para -¡C H E , VIEJO : QUE LINDO F IS IC O !...
serlo, tenía gue esperar hasta ser mayor.
A las buenas o a las malas, seguí su conse­
jo, que me ha resultado el más valioso de
todos los que me han dado. Y entonces, re­
cién a los Qiecisiete oños, edad en la cual me
sentía ya todo un hombre, empecé a jugar
en serio. Pasé por varios clubs de menor Conócete a Ti Mismo
importancia, para los euales tengo un re­
cuerdo, y después jugué en Rampla Juniors
siempre en primera división. No puedo
SECCION GRAFOLQGIGA DE *RÜSH*
quejarme. Desde los comienzos hasta aho­ E n v ié u s te d (unas lin e a s c o n s u
ra, hasta el año pasado en que empezó :ni f i r m a u tiliz a n d o e l c u p ó n q u e p u b li­
c a m o s e n e s t a m is m a p á g in a a n ú e s ,
compromiso con Nacional, he jugado con i r a R e d a c c ió n , P i e d r a A lta 171». y
gusto y de todo corazón. Además, c.»n este s e l e h a r á u n e s tu d io g ra fo ló g ic o a b .
motivo he tenido ocasión de viajar bastan­ s o lu ta m e n te g r a tu ito . L a s lin e a s d e ­
b e n Ir p o n l a f i r m a o rig in a l, c o n s ig ­
te, y creo qne loe viajes hacen muy bien al n a n d o e n e l c u p ó n e l s e u d ó n im o a
espíritu de una persona. Se conoce gente q u e iba d e c o n te s t a r s e e n l a r e v is ta
distinta, se vive, y se aprende a vivir más. p a r a m a n te n e r el s e c re to d e t s o li.
De manera que no me quejo... c ita n te -
—«Me gustaría saber qué .piensa usted R A I»M A N
de otros jugadores. . . U n e s p ír itu p r á c tic o , c u id a d o s o y p r e v i­
—De los de acá no digo nada, porque po­ so r. U n a p e r s o n a d e r e c u rs o s p e ro f r u g a l
e n el u so d e e llo s; e m p r e n d e d o r y p r u d e n .
drían ser opiniones sugeridas por la simpa- te . P r e f ie r e u s a r d e l m é to d o in d ire c to p a r a
a lc a n z a r s u s fin e s , los c u a le s s u c o n s ta n c ia
y v o lu n ta d a s e g u ra n . E s d o m in a d o r y a u ­
HAY QUE VER LA CARA I » SA TISFECHO to r ita r io
QUE PONE LAB RAGA CUANDO SE LE HABI A . . . ¡N A C IO N A L !
DE SU PROXIM O C A SA M IE N T O ... U n c a r á c t e r f u e rte , o rg u llo s o , d e s p re c ia ­
tiv o d el p e lig ro y d e lo s c o n v e n c io n a lis m o s .
U n a m e n ta lid a d d e s p ie rta . U n p o c o c ru e l y
a lg o d u ra . E s v o lu n ta r io s a y g u s t a q u e s e
h a g a lo q u e m a n d a . D e c o s tu m b re s o rd e ­
n a d a s . A m b ic io sa .
F O ItD E H E L A
E s d e u n e s p ír itu h á b il en la i n tr i g a y
s a g a z e n a p r o v e c h a r la o c a s ió n a l v u e lo .
C irc u n s p e c to y u n p o c o s o ñ a d o r, e s ta m b ié n
u n a d q u ir id o r c o n s ta n te d e la s c o sa s d e su
a g ra d o . P o r lo d e m á s, e g o ís ta (lo p r e g o n a n
su s “s" cerradísim as) y u n poco In co n sisten te.
ROSAFLOR
E s u s te d d e u n c a r á c t e r fá c il, f r a n c o y
slnOero- D e t e m p e ra m e n to c a riñ o so y u n
poco m im o sa . T ie n e a m b ic ió n y e s g e n e r o ,
s a . N o p u e d o d a r le m á s d e ta lle s , p u e s c o ­
m o e x p liq u é l a s e m a n a p a s a d a , lo s ra s g o s
d e c a r á c t e r a p a r e c e n a l m is m o tie m p o en
la s a c c io n e s q u e en la c a lig ra f ía , y su ca­
r á c t e r a ú n no e s tá b ie n fo rm a d o .
W IN G D E R E C H O M A R A G A T O
Im p u ls iv o y v o lu n ta rio s o . S o ñ a d o r, p e ro ,
zoso y d e s c u id a d o e n su s c o sas. A m b icio so
s in c o n s is te n c ia . R e ip ita p a r a u s te d la s ú l­
tim a s lin e a s d e l e s tu d io g ra fo ló fic o h e c h o
a R o s a flo r. *
IN C O G N IT O .

CUPON
fdra hacer u n envío a la sección ¿te grafo
logia de RTJSH

El que remite, solicita un estu


dio grafologico de las adjuntas 11
neas.

¿COMO D i e z USTED. LECTOR? ¿QUE S I LABRAGA ES CHOFER? NO SEÑOR, NO Seudónimo


E S QUE DEL RIO, EL FOTOGRAFO. SE HA COMPRADO COCHE Y EL HOMBRE, ANDA
LOCO PO RQUE LO SEPA LA GENTE.

flj&jfJt NT 43

También podría gustarte