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LITERATURA, CIENCIA Y ARTE

VIDA MODERNA
REVISTA MENSUAL

DIRECTOR R A Ú L MONTERO BÜ8TAMANTE

SECRETARIO DE SEDUCCIÓN ALFREDO \ARZt

Abnl Junio 19H

MONTEVIDEO
EDITORES LIBRERÍA DE LA UNIVERSIDAD
BERRO T REGULES

26 de Maro 2 »

1911
VIDA MODEENA

(I)
MEDITACIONES

IX OJ.YIDO DE DTOS.

Tiempos los nuestros de sociabilidad progresr\a y de


moralidad decreciente, en que el espinta de cortesanía,
-de complacencia y de compañerismo, ha ganado todo
lo que ha perdido el espíritu, no ya de austeridad, sino
de equidad y de justicia.
Sigue á la naturaUxa: no se" quien fue el primero en
formular esta máxima ó precepto; pero cualquiera que
haya sido él, su dicho no es menos profundo, filosófico
y axiomático, que el famoso Conóoete á íí «tumo de Só-
crates.
Bemóntese por el pensamiento al origen de todos los
males que, en lo social como en lo político, han azotado
a las naciones, asi antiguas como modernas, y do quiera
se tropezará con una -infracción de las leyes naturales
que rijen el mundo moral.
¡Ahí si los hombres supieran ó quisieran ajusfar gu
conducta y sus actos todos á lo que prescriben esas santas
leyes; si loa extravíos de la ratón ó los Insanos movi-
mientos de la pasión no los llevasen con harta frecuencia
4 apartarse de ellas en la practica de la vida, ¡enan otro
(1) TÍU4 Tnu HODUM, tono I, ffciM 13. ,
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habría sido el destino de las sociedades humanas, y cuan es dado violar impunemente sus eternas leyes. Ser moral
otro también fuera hoy el estado del mundo! Pero joh y libre, el hombre puede, por un efecto de su misma libertad,
fatalidad de las fatalidades! en todas las zonas, en todos apartarse de ellas y violarlas; pero lo que ni uno solo ni
los tiempos, y más acaso que en ninguno, en nuestro si- todos los hombres reunidos pueden, es eludir la sanción de
glo descreído, los_hombres parecen haber hecho vina es- esas leyes por la expiación ó castigo de sus infracciones.
pecie de galardón Gracias sean dadas á la Providencia que ha puesto asi en la
ó un título de ho- fatalidad de sus leyes un contrapeso al mal uso posible de
nor del ponerse en nuestra libertad, y en la perspectiva de una corrección
abierta pugna con ineludible el medio de alejar o retraer á muchos del pe- -
la ley natural, y cado.
como quien dice, de En estudiar bien las leyes naturales, para bien inter-
enmendarle la pla- pretarlas y bien aplicarlas á la conducta de la vida, en eso
na a Dios, p-retea- precisamente estriba todo el secreto de ser feliz y de hacer
diendo sustituir la felices á los pueblos.
ob'ra del Supremo No hay duda que el hombre sabe y puede macho,
Hacedor con otra y que es aún susceptible de creeer pn ciencia y ea po-
de su propia Ireeíra- der ; pero convénzase él que- su potencia progresiva tie-
ra, lo natural y di- ne límites insalvables como trazados p«r una voluntad
vino eon lo artifi- superior á todas las demás; y convénzase asi mismo que
cia} y lo humano, Dios, que sabe y puede mas que todos los hombres jun-
lo invariable eon lo tos, incluso los sabio3 más profundos y los más grandes
móvil, lo infalible genios, pasados, presentes ó futuros, le ha dejado "que
con ío falible. Y hacer ó inventar mucho menos de lo que quiere su vani-
lo peor de todo es, dad ó infatuación.
,
que el constante- Si esta convicción no logra al fin penetrar en las almas
espectáculo tfe la y en los espíritus; si el hombre, mareado por 1» embria-
PBDSO BIBTAMAXTB inutilidad de seme- guez de sus recientes y sucesivos triunfos, sigue obsti-
jante» tentaírras-, y nado en rehacer mal lo que de toda eternidad está ya he-
de los mieles desastres q«e se tos han seguMe, tte poco * cho por el que todo lo hace bien; en buscar la ley de so
nada les ha valido, pues que se les ve persistir en su qui- existencia y desarrollo y la regla de sua actos fue» de
mérico y temerario propósito. Por el contrario, no pane» la naturaleza; si sigue dando á la facilidad y refinamien-
sino que los tiempos alcanzado» en estes cinenenta «ti- to de costumbres, á la riqueza y loe placeres, y al espiri-
mos años por la ciencia y fa industria, sobre ía natar* ta de complacencia y de compañerismo, lo que Un solo
reza física, loa hnbiera ensoberbecido é inducido más j>tttf» debería dar 4 la jnstici», esta le; reguladora ¿el universo
a prometer* iguales ó semejantes resultados eu el ortea moral, mue&o tema que nuestro mundo moderno, eos
político. todo so sabe» y su ciencia, con todos ios inventen, sus pro-
Pero nó, no se rehace ni so corrige la obra de Dios, ni gresos materiales, sua pompas y su sociabilidad, ae»
8 VIDA MODERNA \ 1 U \ MOUE'ÍW 9

antes de mucho una nueva Babel. Cuidado que el que de la emancipación, unidad y libertad de su pais, la han
tres mil anos há rednjo á polvo con su1 solo soplo las obras hostiu>ado y retardado tanto como les ha sido dado hacer-
de los hombres, bien puede hacer eso mismo una vez más. lo manteniéndolo fraccionado y sometido al doble yujio
del Austria y de RUS propios tiianuelo? domésticos, a tal
SOBRE L i LIBERTAD punto que para libertarse del primara la Italia ha tenido
que empezar por desasirse del segundo.
Yo respeto todas las opiniones sinceras, por erróneas Si, el podar absoluto e3 radicalmente impotente para
que puedan ser, y duéleme destruir las ilusiones de otros, fundar la libertad, de los pueblos, y aun para iniciar la
porque sé lo que me lia costado siempre la pérdida de obra de esa misma libertad; y más ó menos, lo que digo
las mia3,- pero por mi parto he vivido j a demasiado en de los déspotas, eso mismo digo de los héroes y de los
política para tomar á lo serio esa quimera de gobiernos grandes hombres, que no son sabios ni dejan en pos de
redentores 6 que den 1» libertad á los pueblos, con que si ninguna obra durable sino en cuanta peisomficau en
desde siglos atrás se -liene mistificando á los crédulos. si la voluntad de todos ó responden á una necesidad por
i En dónde, preguntaré se ha visto la. muestra de se- todos sentida.
mejante tela ? Be dos cosas una, pues: ó la libertad por la acción co-
Cuanto más avanzo en aiíos y en experiencia, mas mún, por la ley _y por el gobierno institucional, ó el despo-
y más me afirmo en la convicción de que la libertad no tismo por los gobiernos personales.
puede venirle á una nación sino de sí misma, de su-propia Como todo instrumento ó medio, la libertad puede te-
inspiración y esfuerzo, jamás de la acción de un déspota ner serios inconvenientes si no se usa bien de ella; pero
ó de un hombre constituido en poder, por grandes que aun sus males, por grandes que sean, dojan siempre tras
puedan ser su talento y sus virtudes. La concepción de de sí algo bueno y fecundo para el bienestar de las nacio-
Maquiavelo: un déspota redentor ó libertador, para el
nes, en tanto que el despotismo, malo por esencia, no pue-
que sabe penetrar con su mirada mas allá de la superficie de por lo mismo producir uada buono.
de las cosas, no para de ser el sueño de un delirante ó l a Aplazar el advenimiento de las instituciones libres
concepción de im niño, y nada lo prueba mejor que el por temor de los inconvenientes inmediatos que pudie-
reciente ejemplo de la constitución de la unidad y libertad ra ofrecer su actual aplicación, tanto vale como prohibir
italianas. Ciertamente, ésta no ha sido ni podrá ser la obra al nifio que eohe á andar por temor de que tropiece y se
del Papado, porque ningún poder se suicida; pero por lo venga al suelo, y es también condenar á loa pueblos á eter-
mismo no ha sido ni podrá tampoco ser la obra de un dés- na menor edad, pues no es bajo el despotismo, por suave
pota, y mucho se engañaría el que viera en Victor Manuel, y paternal que fuera él, qne pueden aquellos adquirir
t-avour y Garibaldi, que sea dicho de paso, tampoco eran la educación y los hábitos de la libertad. No hay progreso
a p o t a s , otra cosa que los ejecutores testamentarios de sin dolor, no hay ensayo que, más ó menos, no ofrezca
as generación™ que les precedieran y los órganos articu- dificultades, ni beneficio cuya adquisición no tenga por
laaores de la voluntad de las presentes. De Maquiarelo condición ineludible el estuerzo ó un sacrificio cualquiera.
acá sin contar á Borgia y á ] „ jfédicis, no son por cierto EsaTes la ley; ciego el que sueñe con sustraer á -m imperio
déspotos lo que le ha faltado ft la Italia; pero ésto», muy el beneficio de la libertad, es decir el mayor de cuantos
lejos <(e haber favorecido y precipitado la grande obra M conocen. En definitiva, las leyes naturales no se eluden,
por que Dios puede más que los hombres.
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VIDA MODERNA

Renunciar á los beneficios de la libertad por que no Efectivamente, si como lo ha dicho hace siglos la sabi-
esté exento de todo mal, es el colmo de la demencia; supo- duría antigua por boca de Aristóteles, y lo ha repetida
ner la existencia de una libertad omnipotente para el Hontesavúett, y lo sientan con Aristóteles y JIonteequieu
bien f impotente para el mal, es incurrir en la más utópi- todos los publicistas de nuestros días, y lo convienen 1%
ca de todas las utopias, en la utopía de la perfección ó del razón y la experiencia, es una verdad que la edueacioiv
bien absoluto, que ciertamente no es de este mundo.
del pueblo debe adaptarse al principio del gobierno, ¿no
Si los abusos posibles fueran un argumento contra el
se sigue lógica y rigurosamente que no ea prudente ni ia-
buen uso de la? c.osas, fuerza seria renunciar á todas ellas;
aun a las mejores, por que ¡de cuál DO hau abusado y eionahnente posible prescindir de la enseñanza política
aburan los hombres! en la obra de la educación, pública?
Agregúese á todo esto que en los países democráticos de
No cabe duda que seríamos muy afoi tunados si pudié- «eif-gourcí nment, todo ciudadano está llamado á tomar
ramoí elegir siempre entre lo malo y lo absolutamente participación en la cosa publica, y se acabará al fin por
bueno; pero la Providencia lo ha dispuesto de otro modo, reconocer la imprescindible necesidad de difundir en todo
forzándonos A menudo A optar entre el mal y el bien rela- el país por la enseñanza de la escuela los principios polí-
tivo ó entre lo malo y lo meuos malo. Respetemos ticas que nos rigen, imitando así el saludable ejemplo d e '
sus augustos decretos, y aceptemos 4a libertad con to- la Eepíiblica modplo..
da? sns. imperfecciones é inconveniente?, que son nada
Suestra educación, pues, digase lo que se quiera, no pue-
comparados con los del despotismo, y confiemos en que
el tiempo, la experiencia y los progresos de la razón de dejar de ser política, y siendo, como romos, una repú-
- publica, nos d?n al fin, no la. libertad perfecta, pero «í blica democrática, tiene forzosamente que ser á la "vez
la libertad perfeccionada. Este seríí siempre el voto que" política, republicano-democrática.
del liberal de buena ley. No se trata dehaeer de eada educando un hombre de Esta-
do, j meuos toda\íaun político de profesión. Eso no seria
ni posible no conveniente. Trátase, sí, de hacer de las nue-
LA EDUCACIÓN POIÍTICA.
vas glaciaciones un elemento de orden y de libertad, de
dar á conocer á cada uno sus deberes y sus derechos cí-
Yo bien sé que la sola idea de una educación política vicos y de enseñarles á cumplir los primen» y á defender
6 cívica choca a nuestros hábitos y contrasta coa las
y sustentar los segundas. La enseñanza de la Constitueióu
ideas corrientes entre nosotros sobre la educación de I»
del Estado, esplicada y comentada por los profesores,
escuela; pero eso es un argumento contra esos habito»
é ideas y en manera alguna contra nuestra opinión. la geografía política y la adopcióa como texto ó manual
Víase, sino, lo que pasa en Estados Unidos. Allí se ha de lectura, de una obra como la Democracia a> América
comprendido que una democracia ignorante de los debe- de TotqutviUe ó lo qu* e a mi opinión seria todavía mejor
res y de los derechos políticos del ciudadano, asi como de el PiwU en ÁMérioi de Labuulaye, seria cuanto bastase
so ley f iiiidamental y de la organización ó coustitación de para llenar por entera el objeto y á cuanto reduciríamos
los poderes públicos, es una democracia podida sin reme- nuBotree la parte política de la enseñanza primaria in-
dio, y por eso se lia dado i la educación nn carácter polí- feran y aoperior.
tteo,preparando al hombre desde lo* baaeoa de la eacaeto Una doble lectura del precioso libro de Mr. de Labou-
para la vida activa del ciudadano. laye, t*at» para hacer uompteudsr y amar «I espíritu
13 VI1H MODEK.\'\
VIDA MODERNA
;
de libertad c independencia que reina en el pueblo ameri-
cano, para conocer e] moflo de ser de aquel, la sociedad ce de cada niño aquel grado de instrucción indispensable
sobre todo en lo que difiere del nuestro y lo corrige y aven- para Henar IOB deberes del ciudadano.» Hagamos también
taja, y para avergonzarse y desprenderse rte muchas nuestro ese primer artículo del credo político de los ya*-
de las preocupacioaes y malos resabios de los pueblos kees, teniendo á la vc¿ presente que para predisponer
de raza latina. ó preparar á un pueblo al gobierno de si mismo, es pre-
ciso ante todo, como lo ha dicho el aventajado educacio-
¿Queréis ostirpar la raza de los políticos de profesión ó
nista y moralista, Earnard, desarrollar en él el senti-
de los que hacen de lapolítira un objeto de explotación
miento moral, sin lo cual de nada valdría e] cultivo de
infame diría yo á los que no quieren ni oir hablar de
política?—Ketiradlos, rompedles la patente dé privi- la inteligencia.
legio exclusivo con que la indiferencia ó la falta de previ"
sión de nuestros gobiernos los ha munido hasta el pre- LA OBRA DEL MATEBTU.HUO.
sente, manteniendo al pueblo en la más crasa ignorancia
política; haced de la política un alimento común á todos El extravío de la.s ideas y la enervación de la voluntad
loa ciudadanos. Así habréis opuesto un contrapeso á las en política, la total subversión de los principios y de los
malas pasiones y á las ambiciones bastardas, habréis sentimientos en moral,—tales son los frutos que, aquí co-
hecho imposible la explotación de los más por los menos, mo en todas partes, han producido las doctrinas mate-
y habréis suprimido el elemento en que lo? ambiciosos rialistas de la época y la práctica de esas doctrinas.
y los revoltosos reclutan sus ejércitos. La ignorancia es Adonde pueda llevarnos !a persistencia en esas doctrinas
un peligro ó iin enemigo público. Cuando hayáis disipado y en esa* prácticas mil veces funestas y destructoras de
las tinieblas de la ignorancia, cuando cada ciudadano se- toda aspiración noble y generosa, nadie paede proveerlo;
pa lo que le es debido ó permitido y lo que nó, y esté pero B¡ puede decirse, sin riesgo de equivocarse, qne «i
habilitado á discernir en política el bien del mal, á distin- las sociedades modernas han de llegar a pnerto de salva-
guir entre las aspiraciones legítimas y -Jas ambiciones ción, no lia de ser seguramente por ese camino; camino
culpables, entre el interés público ó común y el interés que, de tortuosidad en tortuosidad, puede muy bien con-
egoísta y anti-patriótiro de uno solo ó de algunos, te- ducirnos á una barbarie de una especie particular y hasta
nedlo por cierto, habréis arrebatado su principal arma ahora desconocida.
á los políticos de profesión y habréis cerrado el abismo iCómo conjurar ese peligro, se me preguntará, y qué
de las revoluciones que hoy amenaza tragarnos. Para remedio poner á los progresos del mal que nos devora?
esa graude obra de paz y de regeneración, para impedir A riesgo de decir una trivialidad ó una vulgaridad,
que nuestro país siga oscilando entre la anarquía y el contestaré que no veo otro qne la educación.
despotismo, es que indispensablemente necesitamos im- Puesto que de las generaciones hedías, nada absolu-
primir á la educación pública un carácter político, ó si tamente hay que esperar (tal es al menos mi convioción),
se quiere cívico. «El primer artículo del credo político de veamos de obrar sobre las nuevas, evitando por todos
los americanos, dice Emilio de Laveleye (LHiutruetion los medios á nuestro alcance que los leprosos incurable»
du peupU, pág. 338), es que el deber mas sagrado y el comuniquen su lepra a los sanos. Ko se trata de tentar
primordial interés de la nación estriba en poner al alean- la salvación 4 la regeneración de lo ya existente, sino de
evitar en tiempo 1» perdición de lo qne todavía no existe,
u VIDA MOOERN'A
VIDA MODERNA IB
estableciendo, por la educación, nn verdadero y severo
cordón sanitario entre e! presente y el porvenir, entre cación moral, para que tengamos hombres honrados, cre-
las generaciones que se van y ¡as generaciones qne vienen. yentes sinceros, bneno3 padres de familia; educación po-
El medio que' proponge requiere mncha paciencia y lítica, qno nos d<S buenos ciudadanos y magistrados dig-
perseverancia, y el concurso del tiempo; pero tíngase nos y capaces de hermanar en la práctica estas dos con-
presente que no á otro precio eá dado torcer el curso de diciones obligadas de la felicidad y de la verdadera gran-
Jns ideas y de los sentimientos dominantes en una socie- deva de los pueblos: el orden y la libertad.
dad, máxime cuando esas ideas y sentimientos se han í*ólo á ese precio y á esas condiciones, concibo posible
difundido tacto y arraigádose tan hondamente en la salvación del pais. Buscarla por otros caminos, es á mi
tada individuo. modo de ver, perder el tiempo en inútiles tentativas y ahon-
Lo que sobre todo importa hoy, es dar principio í la dar más el abismo que amenaza tragarnos.
obra cuanto ante*, pues cuanto más pronto empecemos,
mas pronto y mas fácilmente también lograremos lle- EDUCACIÓN É IHSTBUCCIÓN
varla á cabo. Una hora perdida pueda hacer imposible
.1 ineficaz la aplicación del remedio indicado, y por ram- Es preciso distinguir entre la educación y la instrucción,
signiente imposible también la salvación del paisj no lo cosas sin embargo que es muy común confundir ó asi-
•olviden aquellos que se interesen por &, y que aspiren milar.
á prepararles á sus hijos una suerte mejor que la que á Lo que sobre todo importa es aquello que más ataña
«líos mismos lea ha cabido. á la moralidad del hombre y al desarrollo progresivo de
Esa educación, para no ser estéril, para sustraer á ¡as los gérmenes de virtud y de fuerza que Dios ha puesto
naevas {floraciones á la influencia del materialismo, en su corazón; lo que ante todo necesitamos es tener
ha de ser eminentemente moral y eminentemente j>oli- Tambres, y como esto no lo da la instrucción, y sí la
tica, por que una democracia sin moralidad y sin espí- educación, digo que ésta merece de pleno derecho nues-
ritu publico es un verdadero Pandemónium; l a de for- tra preferencia. Sí, lo primero es educar, lo segundo ins-
mar hombres honrados y laboriosos y ciudadanos acti- truir, como es primero preparar la tierra qne sembrar el
vos y viriles, que conozcan y sepan practicar resueltamen- grano. El saber por si solo, la ciencia, el talento, cuando
te sus derechos y sus deberes, para lo cual le es indispensa- no van acompañados de la probidad, se resuelven en
ble apoderarse del hombre en su primera edad. mal, y son un presente griego, una verdadera calamidad
Pnr mucho que lo contrario digan ciertos liberales más pública. Una prueba acabada de esto, una prueba peren-
sinceros y entusiastas que avisados y provisores, el progre- toria de que la ciencia en si misma no es una fuerza
so intelectual y moral. Miando no va acompañado del moral, nos la da nuestro siglo, en que el progreso moral,
progreso político, no basta .1 formar ciudadAnoj y hombres dada su existencia, no se ha desarrollado, ni con mucho,
libres ni á atajar la decadencia de na pnebh. Así, te Pru- en la vasta escala que el progreso intelectual y cien-
ína es de todas las naciones de Europa la de mayor progfe- tífico.
80 intelectual; jes por eso la mas librey I» mejor goberMdaf Desarrollar los buenos instintos, fortificar la vohutad
Educación intelectual, par» prevenirnos contra h» ptSgns y el carácter, modelar en el corazón del hombre el sen-
de la ignorancia, que es nn enemigo público temible; edn- timiento de su propia dignidad, ese es «1 problema de
los problemas y la mas imperiosa y vital de nuestras
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VIDA MODERNA 17
necesidades. Pero eso no lo pidáis á la enseñanza de las
artes ni de las ciencias físicas y naturales, qup no podrían
dároslo; buscadlosi, en la enseñanza de las ciencias mo- <5 presupuesto en aquel, á saber, si el Cristianismo es
rales y políticas y en la influencia de los buenos ejem- una verdad ó si es una mentira. Por que, no nos equi-
plos, porque solo esto posee la -virtud de hacer hombres voquemos, los proyectiles disparados por el racionalismo
y ciudadanos. son igualmente amenazadores y ofensivos para todas las
ramas surgidas ya ó que en lo sucesivo puedan surgir del
Si; tengamos hombres y ciudadanos, los sabios, los gran árbol plantado á orillas del Gólgota. En otros tér-
filósofos, los naturalistas, los mecánicos y demás, ven- minos, el racionalismo puro es el enemigo común de
drán después. Maldito Ib que necesitamos de ellos, y todas las iglesias cristianas como de toda religión reve-
maldito lo que de ellos puede esperar el país para su
regeneración, mientras no tengamos hombres y ciuda- lada ; con más esto, que tiene una tendencia manifiesta
danos. á proscribir hasta la religión natural ó el deísmo.

I/a educación del mundo antiguo, sin el espíritu comu- LA OHJÍIÓJf PÚBLICA
nista que la animaba y dominaba; «í, la educación griega
cristianizada é individualizada, amollada á nuestras ins- Yo no tengo por sistema despreciar á la opinión pública
tituciones.
ni ponerme en pugna con ella, cosa que á mi modo de
ver es un signo de fatuidad como lo es de mediocridad
B.ACIONAI.JSMO Y CEISIIANISMO ó do bajeza el adularla: antes por el contrario, la res-
peto más que muchos de los que la adulan, y soy el
1S78 primero en reconocer hasta donde se extiende en ciertas
lejos <ie extrañar, como tantos otros el caior desple- materias su fuerza de intuición, por lo cual me es muy
gado en la controversia religiosa trabada en nuestros grato encontrarme de acuerdo con ella. Pero si no soy
días entre racionalistas y tradicionalistas, yo me la explico del número de sus detractores, repito que tampoco formé
perfectamente; y si algo hay que nos dé la medida casi nunca en las filas de sus cortesanos; y por que no se
exacta de nuestros progresos, es que la lucha no sea aún cortejarla, por eso tengo, cuando es preciso, el coraje de
mas encarnizada. hacerle frente.
(De qué se trata en efecto! Para no decir sino nna < En toda materia, mi suprema aspiración fue siempre
sola parte quizás de la verdad (y no la principal), h i - acertar con la verdad, y en mi pasión por ésta, no
tase de saber si en presencia de los progresos de la pocas veces me ba sucedido tener que abandonar mis
ciencia moderna, el catolicismo formará un mondo aparte, propias opiniones por las ajenas; pero al obrar asi, cedí
una especie de convento, como dice laboulaye, coa so siempre á la fuerza de la razón, jamás á la razón de la
lenguaje propio y con un método, una filosofía y un» fuerza ó del número.
critica particular, 6 si vivirá de la vida común, comba- {Ni por qué habría tampoco de ceder al número?
tiendo á la luz del medio día y disputando el imperio i Es él por ventura la medida, el criterio 6 el signo dis-
de las almas á cuantos quietan arrebatárselo, j H q r tintivo de la verdad f Por el oontrario, toda verdad, y
muchos problemas de tanta magnitud' Si, hay uno, las más simples como las más complejas, i no ha empe-
pero uno solo, y más magno aun, y que está implfoido zado por ser negada y repudiada ó despreciada por los
más como una paradoja, á veces como un escándalo 6
?f<Jt*»"<í}»^sJ«f»9-«-14r-»—l «.-» ^ J , ~

lí VIDA MODERNA

una herejía! Aquéllas mismas que han ingresado ya en


la categoría de los axiomas universales, y que los tóenos
doctos conocen y tienes hoy por fcaJes, i no han necesi-
tado la doble ayuda del tiempo y de los progresos de
la razón humana para abrirse paso al través de los
errores y preocupaciones consagrados por los pasados
siglos, y para obtener el asentimiento d«l mayor nú-
meroi...
PEDRO BUSTAMANTE.
LA CASA SIN LUZ (1)

En el poniente, desde un cielo de brumas, el sol es-


parcía aún su claridad gris sobre la llanada sin término.
En cambio, al este, el bosque espeso ensombrecía la pradera
con tintas violáceas.
De tiempo en tiempo, una garúa efímera, mortificante
y íag&z como un mosquito, castigaba la tierra; y de rato
en rato, el viento en rachas frías y ásperas, cruzaba
serpeando, rampante y silbador como un reptil.
Cantalieio, agitando sin cesar el arreador, dando conti-
nuamente riendas al malacara transido, renegaba arre-
ando la majadita que las lloviznas y los vientos disper-
saban á rada instante, haciendo lento y fatigoso el
avance.
Iba agotándosele la paciencia al pastor, cuando acertó
(1) £1 Kter ckn jATim Di TUNA DMM en Hallen*» Procada de un* ó> Ja» gnn-
des familias coloniales, robusto tronco qt» ka ciado ¡tricares á antaan Jlepabhcss «si
PUtii Ha distribuido lu rlda entre la ruda labor tura!, el cultivo de las leu» 7 el febril
periodiaaio aMtroaefitaR» Desengaaes eotftfeei !? b n n a la enrlfracion y b«>T n»d«
en Buenos Aires, donde su runa lnsgotable llena columnas de diarias, péfnías im nfviaw
7 Mín je rasaba en los escenarios porteños Es autor de «Guapo», «Gaucha* y •aurf»,
<»» a»f«a saaares sae saftjdsBi «n moaMsto eatarinaitle id la aotda oroguaya. ODsena-
dor del atedio MahMois aaspwne ha llenÁt i 4J al anaUsít pátoMgtt» T na oread» aaa
forma de norela personal cura orifinalload es acaao dnioa eci la Utdratura americaiia.
áspero en al aBalisia, nalista aa ai aipasflMlswle, m autjraaf* asaf l]oa» ó> ijgm'asu
color J te risjtaaiaiilies DaKac* U asta Vtmlm 1p yoa* Tislssisa na rsaMssJB an fama
deilniora alawoo onadra de sanlaata j aa aa aglraoo Ha aanor U n a adaal» m las

ha, aroaMa» It pansa anua»» 7 aam > laMuaa. 8a UbtlaaialJa as aa-


toam oaft «afJMaeai&asa, eotecetoa de e a acapo T u u «ODIajr» aa el
> MMaa aoUaMa.
20 VIDA. MODERNA
VIDA MODEKXA

á pagar por allí su amigo Luis María, quien se detuvo


¡Por todas partes, casas, luces, luces guiando á los «es-
á saludarlo.
perados», luces alumbrando afectos! *
—(Benegando con las chivas, amigo !
Con el alma enlobreguecida por una de esas tristezas
—Así es: ya m'están dentrando ganas de dejarlas que infinitas, hijas de lo irremediable, saturadas de odios
se las trague el arroyo ó el frío Ie3 haga estirar la pata... impotentes, Cantalicio cambióla dirección de la mirada,
— ¡ Qué quiere, viejo!.. las ovejas son lo mesmo que fijándola en un pequeño bulto negro, inmóvil y silencioso,
]as mujeres: cuantimás hace uno por ellas, menos se lo que se ababa á pocas cuadras de allí, casi pegado al
agradecen; cuantimás forcejea uno por salvarlas, más se rio. ¡Aquella era su casa!...
empeñan en tirar pal peligro y pa la perdición. Pero...
Allí no había luz, allí no había quien encendiese .una
hay que tener pasencia y aguantar como varón.
luz, porque allí no esperaba nadie. ¡ Cuando el dueño
—Aguantar hast'ande se pueda—respondió tristemente llegara á ella, mojado, transido, duro de frío, ninguna
Cantalicio. voz humana le calentarla el espíritu con una frase ca-
—Siempre se puede, la cuestión es querer... Güeno, riñosa, ninguna mano le alcanzaría un mate, en ningún
viejo, hasta mañana; lo dejo por qu'en casa m'están fogón chirriaría un churrasco!... Allí habitaban las som-
esperando y se van á recocer las raices. bras, el silencio y las tristezas. ¡Despuds de llegar Can-
—Adiosito, amigo. - talicio y de encender el candil, hacer fuego, calentar agua,
El paisano encendió el pucho, se echó á los ojos el ensartar el asado, seguirían reinando las tinieblas en el ran-
chambergo, castigó el caballo y partió á galope, cantu- cho miserable donde había anidado el dolor y seguiría
rriando una copla alegre. dominando el frío en" aquella- habitación maldita, donde
Cantalicio lo estuvo mirando hasta que se perdió en las día y noche aleteaban los recuerdos trágicos!...
sombras, t a s últimas palabras de su amigo le habían — ¡ Es al iludo! — murmuraba amargamente el paisa-
dejado el alma ortigada: «¡ Me están esperando en casa!»... no; — ¡ es al fiudo regar un árbol seco y aguaitar ven-
Con brusco ademán echó el sombrero á la nuca, irguió turas cuando la suerte es machorra!...
sobre los estribos su cuerpo .menudo y fuerte, rigurosa- El mate cebado por si mismo, bebido en la soledad,
mente vestido de luto y paseó una mirada llena de odio dejábale en el paladar un sabor de hiél; el asado se le
sobre la comarca asombrada. Una ráfaga le embistió en atragantaba; y luego, al ir á acostarse, al entrar en la
este instante y una de las puntas de la golilla negra le pieza negra, helada, sin rumores, era como si todas las
castigó el rostro con fuerza. noches entrase en su propia tumba, ensayándose para el
— ¡Malhaya!—-rugió el gauchito; — [hasta las cosas sueño final. Y apenas cerrados los párpados, apenas co-
me cachetean!... menzado el reposo para su cuerpo, roto de fatiga, daba
Y otra vez dirigió la mirada al poniente, sin hacer principio la cruel pesadilla, siempre la misma: los dos
caso de! viento, ni de la garúa ni de las ovejas que se recuerdos espantosos, como si su vida entera hubiese sido
dispersaban balando lastimosamente. borrada con la tinta de aquellas dos fechas nefastas....
Se habla entrado el sol; las sombras cobijaban ¡a pla- La obsouridad se habla hecho completa en la llanura;
nicie inmensa, salpicada de luceeitas semejante» á biohi- a la distancia continuaban rojeando los faroles del
tos de luz. A la derecha sobre la franja sombría* del pueblo y Jas luces de las casas rurales; la lluvia seguía
bosque, un extenso resplandor denunciaba el pueblo. en garúas intensas y fugaces; el viento soplaba á boca-
22 VIDA MODEHNA

nadas rabiosas, y hacia el este, por entremedio del fo-


llaje denegrido del bosque, se veían blanquear en partes
las aguas impetuosas del Paraná. Las ovejas azotadas
;por el viento y la lluvia, se habian desgranado, aleján-
dose en todaS direcciones.
En tanto, Cantaücio, inmóvil, insensible, encontrá-
base fascinado por las luces de aquellos hogares que eran
como la ostentación de una vida con afectos, con madre,
•con esposa, con hermanos ó con hijos, es decir con cuanto PARQUES AMIGOS "'•
«1 habia perdido eonjuntameute con la esperanza de al-
guna compensación en lo futnro.
Y esta vez, bien despierto, acudían á su mente los
recuerdos lacerantes: la primera noche que faltó la luz
en su rancho; la terrible noche en que al entrar al euarto
Vieja selva, vieja selva
obscuro, se encontró- con su pequeña Luisa durmiendo
{no me recuerdas acasoT
sólita en su cama, y luego con un billete cínico en qne
sn mujer ¡e comunicaba su huida con un galán del pago. Y nn tiempo fuimos amigo?
Tras unos días de desesperación, de delirio homicida, ¡Hemos conversado tanto!
había logrado serenarse, conformarse, vivir para sn hijit». Tu no has variado; pues tienes
Empero, la fatalidad, porfiada como mosca de di» el semblante de otros dias,
tormentoso, na se dio por satisfecha: Hacía tres meses la misma sangre en las venas
qne su hijita, su hijita de diez años, su linda y cariños» y tu antigua gallardía.
Luisa, dormía bajo una cruz de hierro en el camposanto
de! pueblo. Y yo, en cambio, ¡cuan distinto!
¡Para qué vinr cntonee3? ¡Para qué preocuparse de No hay ya fuego eu mis arterias,
la majadita y Ue la chaera í .. y mi rostro e«ta mas pálido
— ¡ Es al santo botón!—exclamo de pronto con dolo- y mi alegría es tristeza
rido acento.— ¡A msnrarrón flaoo y apestao qne no h» (1) £1 doctor don JlLlo LSBEVA JUAVICÓ1 nació en Honterldeo y su estirpe Inte-
de llegar á Agosto, rale más sumirle la daga en el eo- lectual está abosada por nombra cotia el del doclBr Candido Juanle*, su abuelo materno,
uno do los cerebros mejor organizados dol Bfo de la Plata. Cunó doreeho en la Facultad
dfflo!... de Montevideo j se graduó de doctor en Jurisprudencia en 1906, * tiempo que dictaba una
Y tironeando las riendas, espoleó el caballo, y partió cátedra de literatura o» la r/nirenidad y redactaba SI JtoSfre/» JssrffwM. Desde adoles-
cente rereld sus nobles facultades de pensamiento y lenilbilldad. En 18» redactaba ya
á galope tendido hacia las barrancas del Paraná, euy« Lot DtbaUt 7 poco deepués se interponte ni «ropo de poetas T escritores ip» formo «1
aguas pardas, brillaban de rajo en rato con los fogo- cenáculo presidido por Berrera i E m i r Uiio entone» pootla decadente j oomiatii» gj»
bien pronto ballj nuce man sereno, pus lUfar 1 la pnduoeioa ciHu.fr <p» ka» «oj d»
nazos de los relámpagos. <1 uno de los poeta* rote Intensos de IU generación. Hombre ele letras en ] • verdadera
«cepdon de la traee, duelo de «sala odian llkark y arUUea, esorlar <e eelOo peno-
JAVIEB DE VIAHA. nal 7 eleiute 41» ka definía» una ds las jdaaaa mu áfila J agento del arañen.»
•cual, su espíritu ha da>do ja noUei kinlaa en las píataai de Vtju M o i i n i , cofa
4ireoeKn asuoió por taava tsseaeja en NOS.
24 VIDA MODERNA V I D \ MODERNA

iConsorvas tus melodías, El recuerdo me ha traído


tus aves y tus penumbras, mezcladas, dichas y angustias
y te visita como antes en esta noche de paz
tu compañera, la lunaT y de silencio y de luna.

¡Ah! Yo he perdido mi risa, El recuerdo que estremece


mis cantos y mis ensílenos: que apacigua ó que conforta
los amigos me dejaron el recuerdo, que recoge
y mi dulce novia há muerto. nuestra historia, hora por hora.

Préstame otra vez amparo; Eia asi en noches tan calmas,


vuelve á mecerme en tu seno; cuando mi madre ponía
yo te hablaré pero ahora una leyenda en mi frente
mi antigua esperanza es duelo. y en mi pecho una caricia

Embriágame con perfumes Era de noche—una noche


y—en las claras primaveras— sin luz ni paz ni silencio—
haz que me duerman tus cautos cuando sentí la ponzoña
y el rumor de tus colmenas. del primer remordimiento.

T si estás triste y de noche Y estaba el cielo tan blanco,


tu corazón hiere el viento, cuando una \oz,—toda esencia
llórame aquellas consej'as y ensueño.-puso en tai oído
que antes me. causaban miedo. la suprema confidencia

Y si el rayo te destroza, ¡Recuerdo! ¿Por que me traes,


alza tus brazos que sufren mezcladas, dichas y angustias
y descúbreme el presagio en esta noche de paz
que se oculta entre las nubes. y de silencio y de luna?
El crepúsculo está triste
Pero si hay paz" y la hiña y está triste y solo el campo,
nieva pálidas caricias, hay apenas luz y apena*
no tengas celos y deja discurre, lento, uu rebatió.
que me coasuele tu amiga.
La res que vuelve al cortijo
Regálamela esta noche: murmurando mansamente;
no me la robe tu sombra. el mozo que canturrea
ella fue' mi cantarada sus amores entre dientes
también y ella fue mi novia!
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA

mientras desunce la yunta


con que trazara en la tierra La que acompaña al cortejo
un suroo que exhala vahos de la muerte con sus dobles
de herida recién abierta. lamentosos y sas lágrimas
(Ayer, una dulce juven
La carreta y el molino
con sus ritmos inarmónicos fue llevada al camposanto
fueron callando, por turnos; cubierta de blancos velos
y en el aire quieto sólo— ¡no llores, oh pobre madre!
¡uo llores, que está en el cielo!)
de tiempo en tiempo—muy duice,
muy débil y muy distante,
pone, temblando, una esquila, Suave noche a¿nl. Hay paz:
la plegaria de la (arde. ha callado la campana
Alma, la luna te ofrece
Es la torre de la iglesia bálsamo para tus llagas
—una iglesia humilde y blanca— JTJLIO LEKEXA JUANICÓ
llena de fresca penumbra:
es la toire, la que llama.
Y la torre tiene un alma
y una boca hecha de bronce,
que vierte pausadamente
las horas: para los pobres
y para los poderosos;
para los desesperados
y los ungidos del júbilo;
para el joven y el anciano.
La que ríe con el alba
y gime con el ocaso;
la que alza las remembranzas
y despierta POOS nostálgicos.
La que conduce á los nylos
en teoría barnllenta,
—claros de cnerpo y de espirita
y ebrios de sol—A la escnela.
VID >L MODERVA 29

esto, acaso, un crimen de lesa civilización f Para con-


testarnos, recordemos que el nrogreso no ha surgido eBta
mañana por obra de mágico encantamiento
Los propios ejemplares de L'IUusiratxon que estamoB

PRETÉRITO. . IMPERFECTO

respetó

j 8U8 calladas catacumbas . jferá.

preipJblí,d«oidrJr™dJ " poriumd» «a >u> p a p i u Miquliu i vapor t¿re« d« llr H«nun Tolaado Kbra el puenw de Bros

onr» L » b . r t m r „„ ¡ 9 t 0 ^ , r . / ' " ' " ' •«•"•ul,. vl>, o,L lr .1 p re mi, d»l » u - bojeando, nos brindan interesantes informes acerca de loa
.1 K » J. 8Ii., reri,a 9u « llT ^ P , ™"' «JS » »«l . «rtu „ cteborw,. „„ inciertos rudimentos de algunas manifestaciones del
«J» wrloduu™ H. ,¡ d 0 p '"*f I'""' • " I" ™n«¡«do br,!!.,,»»..»» « «I» «-
»« a. ob,«. r m ú , «I,™ 1 ";' 1 »' <; •" o.«"» v,CcP™ld«,,u! M aZ. c ^ humano ingenio, adn hoy no perfectamente definida*.
Por ejemplo: en el número del 1 de Abril de 1843,
so \IDK MODER.W
MODERNA 31
leemos nna cariosa descripción de la «máquina aérea á
vapor», ideada y construida por un inglés, Mr. Henson. podemos perder la esperanza de contemplamos en efigie
Erase un gran bastidor con su cola correspondiente, un cruzando los aires...
motor poderoso y ligero á la Tez, y un pescante desti- Es asi, en efecto: ante las ingenuas composiciones de
nado al transporte de viajeros y mercaderías, lo que quiere batallas, bailes, espectáculos teatrales, fiestas populares,
decir que el inventor concebía las cosas á lo grande. exposiciones, asuntos que ofrecían al dibujante amplio
DI principio fundamental del aparato Henson consistía en campo para el ejercicio de sus facultades, se experimenta
pedir prestada A la naturaleza la fuerza necesaria para un poco de aversión hacia la triunfante fotografía, toda
ponerse en movimiento y elevars •, debiendo al efecto ser frialdad y exactitud, que ha venido 6 dejar casi sin em-
pleo tanto ingenio imaginativo, tanta fantasía creadora,...
tanta benedictina paciencia!

I de Farf« de 1848

El objetiro es inflexible, irrespetuoso: no se preocupa


de las actitudes más ó meiios prosaicas, mas ó menos
desgraciadas en que pueda sorprender á sus victimas.
En cambio, el lápiz del dibujante, aán en lo mis arduo
de la abrumadora tarea de crear multitudes, cobra la
a cesaría amable soheitad para salpicar «M «omposicie-
aés con significativos y amenos detalles: matrimonios
bfem «Tenido» que ofrecen el raro espectáculo de su plena
«rdialidad, caballeros galante» que saludan con suprema
32 V I D \ MODERNA.

VIDA MODERNA
cortesía, madres cariñosas que satisfacen el inagotable
cuestionario de sus chicos, espectadores que aplauden que penetran por los ojos», según ya lo dijo Horacio en
con la solemnidad de un rito, y otras mil escenas n o ' tiempos muchísimo más remotos.
menos interesantes destacándose del fondo del cuadro Desde este punto de vista, nuestro amor patrio no se
que sugiere á reces el recuerdo del cielo de «Mefistófe- sentiría, en verdad, muy halagado, si alguno de aquellos
les», por el hacinamiento de cabecitas que van achicán- lectores atribuyera hoy á «Montevideo. Capitale de la
Bépublique Oriéntale de l'Uruguay», el desolado aspecto
con que aparece en L'TUustratwn del 27 de Mayo de 1843,
—y menos aún, si continuara dando crédito á las bizarras
consideraciones del artículo que acompaña al grabado:
«Montevideo eat une roche cosmopolite ou chacun ne
songe qu'a travailler et a s'ennchir le plus tot possible.»
La Guerra Grande había empezado tres meses antes.

MontOTieo, «plttl d« l> XeplWI» O dol Uniguv

i Cariosa manera de «no pensar más que en enriquecerse


lo más pronto posible!»
Los habitantes del Montevideo de la Defensa pudieron1
laber contestado á L'IUustraiwn: «Lo tuyo me dices...»,
pero no lo hicieron, absorbidos tal vez por preocupacio-
Circo ^acTOllA] de los C&mpos Elíseos
nes de orden más importante, que deberían subsistir du-
do e gradualmente hasta convertirse allá á lo lejos en Tante nueve años. • •
pequeños garabatos, casi imperceptibles. Bigamos, para concluir, que tal réplica hubiera sido
Lo cierto es que los lectores de VlUuatration de 1843, acertada y oportuna, porque el primer periódico francés
teniendo en sus manos esos imperfectos grabados y sus ilustrado, no «abemos si pensándolo, se enriqueció rápi-
correspondientes descripciones, pudieron dar té, más 6 damente, según lo da á entender en un prefacio escrito
menos acabadamente, de que «las cosas que llegan al a los seis meses de so fundación: tSot esperances étaient
espíritu por el oido son menos fáciles de retener que las hardies: elles n'ont pas été décues: nona n'avons que
•des grftoeg a rendre an publique.»
3* VIDA MODERNA

¡ Oh, buenos lectores de L'Ittustration de 1843, que os


regocijabais cou las inefables candideces de los grabados.
en madera! Si, en aquel entonces, algún $ravieso genie-
cillo con poderes bastantes sobre el porvenir os hubiera
puesto ante los ojos, cualquiera de las maravillas artís-
ticas que ofrecen á granel Jos modernos periódicos ílus-

BOCETOS

TL MiK.

En sn misteriosa v magnífica grandera e) mar me Tía


inspirado siempre im respetuoso temor. Se impone a mi
como una colosal potencia cuya fuer«t encadena el lími-
te poderoso y natural de la tierra. Vedlo, sino, enviarle
en sus oleadas suaves mensagps de mentido amor* vedlo
como, poeo á poco, se impacienta, se irrita, se enardece,
rnge y ¡no conquista un palmo para sn dominio!....
Si, por a<"aso su rebelión le dá una fuerza de rabiosa
destrucción, siembra la desolación y las Ingrimas, pero
¡sn fnerya es ficticia v se agota, su orgnlfo es dominado
y se encoge1 de nuevo sometido á sn propia impotencia!.
A reces se me ocurre que el mar es un alma oprimida
por el prejuicio humano. simboBntdo1 en loa estrechos
rtgunues do ISJ3 limites de Is tierra ñi bien se muestra (H supeditado á sus
leves, tiene momentos de altanera rebefión, momentos
trados, tcnedlo por seguro: vuestros gestos de assrabra. on qne escupe i la fai * ün tirana, oleadas de improperios ...
supremo habrían perturbado gravemente el sereno dl»n*i- Oid como rogé en loi días de tormenta; s n rugidos dan
re con qne lacláis las aínda» galeras y l»s. to miedo; sus olas se levantan amenazadoras, encrespadas.
levitas de calores tierno» que b propia
exhibía como irresistible* modelo» iernier «Ti... (I)
nnG«tm nfliUk Ellu mvetui ua n«bl* tempe
p
JOSÉ MARÍA MÜSOZ. a por modlo de U leus ioprea. I/s lecuní «ctmUHIa en te píflüit A k t t .
te T I H U h i m vm 3omm, ptam irntO, lailaa <• k ton»,
unlblUU rfbiut^aier)!» dwdpttn J ointo W > m
36 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 37

furiosas; su color se obscurece, cambia de tonos, desde


librar mi alma, remontar mi pensamiento y conmover
el verde bilioso hasta]el color barro; barro que no es otra
mi ser emotivo, me inspera un temor instiutvo que lo
cosa que la hez de su impotente desesperación. Es un al-
impone ante mí como á una entidad gisante misteriosa,
ma que se rebela, que gime y grita, que busca locamente
v dhirm.
por donde remontarse al cielo, ó aplastar eu BU furia,
cuanto lo rodea, Ávida de sentirse libre, sin traba a sus
anhelos! La tierra tiembla acobardada, estalla el dolor
de agonía y de muerte y, entonces, el alma grande del En una dulce aurora tuve e! capricho de ir á pasearme
mar, grande como su inmensidad, acalla su furor ante el por la cercana selva. Amanecía: el céfiro jueietón des-
daño que causa, se aquieta lentamente: se oj e un mur- pertaba los añosos árboles que" ,¡í impulsos de un nuate-
mullo que semeja un dulce llanto ¡es el mar que llora balanceo, parecían desperezarse estirando sra nudosas
quedamente su impotencia! ¡es el alma que se somete ramas. Siempre placentero, el vientecillo soplaba el plu-
con humilde dolor! Sus aguas reflejan el color del cielo maje de las aves dormidas, que se pstremeeíat abriendo
pun'simo, la sonrisa radiosa del sol lo ilumina El mar sus vivos ojillos.
aparenta calma, azul, quietud, peí o {qué hay en su fondo, De pronto la selva, envuelta en la incierta y difusa luz
qué hay en esa alma inmensa? la rebelión es latente. de la alborada, se doró con los rayos del sol niciente y,
¿Vencerá? ¡ay.no! será siempre, siempre asi; la lucha del de todos lo? ámbitos áel bosque, se elevó un alejre gorjeo
e-piritu superior opreso en la estrechez de la impoteuna semejante á un himno triunfal de vida y de ventura. Eran
humana! los pájaros que cantaban locamente, saltando de rama,
Y,cuántas veces, esas caricias délas aguas mansas á la en rama, bajando al estrecho sendero á recoger eu sus pi-
playa deslumbrante; ese ruego constante de la ola que cos material para sus nidos y, apenas libres, ratonaban
i íene sin cesar á besar sus plantas; esas furias pasionales nuevamente el gozoso piar.
del mar embravecido, ó la amenaza pavorosa en la que el En el canto del pájaro salvaje hay un algo tin intenso
océano entero parece que se yergue para destruir la tierra, de alegría de la vida que lo he oido siempre con verdadera
me sugiere al amante que moga, amenaza, que deleita fruición
el alma con tiernos epítetos, ú ofende con iracundos Pero, se escuchó en la selva un ruido ritmico que hizo
clamores á la mujer fría y coqueta, provocativa é indife- enmudecer á los alegres cantores. <¡Pif-paf-psf>y. era el
rente, que no le teme porque sabe que, al menor gesto hacha del leñador que abatía los gruesos troncos—estos
suyo ha de verlo de nuevo rendido de tirano amor. vacilaban, se inclinaban lentamente y concluían por
En fin, sean cuales sean las ideas que el mar me sugiera- caer exhalando un doloroso crujido que parecía un gemi-
>a lo crea un gigantesco Prometeo-un enamorado ar- do humano En su pesada caida aplastaban tiernos
diente y desdeñado-un rebelde impotente—un desespe- arbustos, silvestres florecillas; rodaban destruidos los
rado del dolor 6 el mas tierno amante, le encuentro algo nidos de los pájaros del bosque; piaban angustiosamente
tan humano, tan semejante á las alternativas porque los pichones, que rodaban en el polvo del canino, rotas
pasa el corazón del hombre, igualmente encadenado * las alas, deshechos los suaves plumones y p-esencian-
sus buenas ó malas pasiones, que. aún ejerciendo sobre do esta visión de tristeza y de duelo mi corazói se opri-
mi espíritu un sugestivo ascendiente; ana haciendo mió evocando otras ruinas semejantes. Pensata en nna
VIDA MODERNA VIDA MODERNA 39

patria próspera desvastada por el azote de la guerra!.... en los caballos hicieron resonar secamente el camino con
un amor grande y sublime deshecho por la traición ó la fragor de trueno—una nube de polvo envolvió á las pare-
falsía! en un hogar feliz que, cual la selra fecunda, jas, elevándose, esfumándose, por sobre los árboles ....luego
agrupa y cobija amorosamente la familia que, eu hora el ruido se alejó, el alegre murmullo se apagó poco á poco
aciaga, despedaza la muerte! ¡en un sereno mar azul y el bosque se adormeció de nuevo en su profundo sueño!
surcado de blancas velas y dorados esquifes, que el hura-
cán destruye! TERESA SATTIOS DE BOSCH
¡Oh, bellas esperanzas, visiones de ventura,dulces sue-
ños de amor! ¡Oh, alegres pajarillosde la seha! ¡cantad! Pocitos 1911.
¡cantad mientras la vida no os destroce las alas, mientras
brille en el cielo, claro y límpido, el fuego de la aurora!

LA CABALGATA.

El bosque se estremeció asombrado por el ruido insólito


que semejaba una tormenta en pleno sol. Por entre los
arboles corpulentos, que daban grata sombra v frescura,
Sr\\TIW-eT lM al<1
- ««* P««J«- Ellas," amazonas
eenhles esbelta,, erguidas elegantemente en SU8 sillas. Los
«empanante,, do varonil apostura, solícitos, atentos, con
í iC¡ J w t w b a en sus semblantes la radiosa
í e I R m o r t™rre Spond,do, en alguno* el mohín del

t08 T C
r 0 S Ia
" °° t r 0 S Ia " W d iindiferente eor-
a
' " m b r í a P° r e I t u PM° ramaje, hubo como
1
zona ™"5 d ° c u l l W 8 - J ™ t ° * 1» ceñida ama-
0 ape 8s de aba e n t r e
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latiguillos chasquearon situante* - log cáseos de


VIDA MODERNA

LA CIUDAD DEL SALTO,


SU FUNDACIÓN T DESARROLLO

(Vlt CAPÍTULO BE LAS OEÓHICAS BE MI PUEBLO)

A B*a!ta**r Brun.

. Fue siempre entre Jos «áltenos creer articulo de fé la


iundación del pueblo el año 17 por los intrusos portu-
gueses.
En el viejo Instituto, <n la tercera clase donde nos
enseñaba Alejandro Osimani, repetíamos por turno la
lección aprendida o™ '» " "
por los

^ ^ t ^ V n i r A r ^ ? r g u o t¡ene
mente en su Historia de la n •x p r o b a d o «Aotonte-
Palabras m a s ó ^ 0 7 I a D o m m a 0 1 0 1 ' ^paflola, ea esta»
S ^ i ZSTZZel gobierao
**>
araníti
mandada por Don L t f^^ ^ <» «taba
gWbema<lor
de Monte4eo q u i S t ^ r M i ^ ^
destacamento de ^0 C b r ! "ominado Salto con
42 VIDA .MODERNfi
VID\ MODERNA 43
de que este entregara á los portugueses de los territorios
cedidos. portuguesas del 17 y las qu<) se le hayan atribuido a
Llegó Viana al indicado paraje á mediados de Noviem- Artigas ó cualquier otro de menos méritos.
bre, pero como no encontrase a nadie en el, resolvió El naturalista francés Augusto de Saint-Hílaire en su
acampar allí hasta la llegada del marqués; y á fin de no viaje del año 1821 á esta Kepública, entonces provincia
tener ociosos á sos soldados, y tratando de hacer algo -cisplatina, prolongación de Río Grande, no da noticias
útil, empezó á edificar grandes galpones y una peqnefia del pueblo, sino de un campamento portugués que allí
fortaleza, todo lo cual quedó muy pronto concluido, dada -existía. Dice así su diario:
la poca consistencia de los materiales empleados en su «Campo del Salto. 11 de Enero, 3 leguas (del Daimán
construcción y la sencillez de los planos de estas obras, •pues el sabio venía remontando el litoral á pie y á caba-
<[ne fueron abandonadas tan pronto como Viana prosi- llo). El termómetro á las i de la tarde marca 29.°
guió su interrumpida marcha hacia el norte. «El terreno continúa desigual, los campos ó pasturas
El Salto, habría sido fundado, pues, según la autoridad son excelentes y un poco menos secos. Marchamos siem-
de Bauza, y atenta su honradez histórica, el año 1756 pre á poca distancia del Uruguay, del cnal nos había-
por los espafiule3 y «por casualidad», á mediados de) mos alejado ayer bastante A la llegada al Daimán (pasó
mes de Noviembre. por el paso de las Piedras, acasot).
Y como hay que fijar una fecha exacta para la digna «Tomé yo la delantera con Matías, y llegado al campo
conmemoración del fausto suceso, adoptemos el criterio presente1 al coronel que mandaba el regimiento de dra-
del b.rasilero, para quien veintitantos eran «veintinove» y gones del Eío Grande, las cartas de Teoomendación que
fallemos definitivamente fijando el día de mediadas de traía para é!, una del general SaldaBa, otra del teniente
Noviembre, en 13 de Noviembre, que es, á mi fe, el coronel Ignacio José Vicente Fonseea. Me recibieron
verdadero día mediado de un mes de 30. muy bien.
Eobustece la opinión de Bauza, la de don Félix de «El campo (ó campamento) del Salto ha sido hecho en
Azara, (citada por Araújo en su Historia Compendiada la costa del Uruguay, sobre un terreno muy elevado, pero
de la Civilización uruguaya) según la cual, por los fines «n una posición infinitamente menos agradable que el de
del siglo xvur, se habían reunido en la población cuyos San José (citado con este nombre un poco antes del
cimientos echó el gobernador Viana con 760 habi- arroyo Quebracho i» qué aludiría!).
tantes. «En éste nada quita la vista y de todos lados se ve el
Las noticias de Azara no llegaron á más, pero en rio que corre majestuosamente; aqui (en el Salto) al con-
cambio, nos hace saber qup, «no poseyendo una buena trario, los bosques que bordean el rio cubren todo y sola-
carta del Uruguay desde su salto ó catarata hMta 'el mente volviendo los ojos á la derecha se le puede ver,
Bio de la Plata, para completar sus trabajos Mío levan- describiendo largas y elegantes sinuosidades entre doi
tar una á su costa por dos de sus oficiales». líneas de bosques tupidos.
Fueron estos oficiales Cerrifio y Oyarbide tegin la Las barracas ((galpones ó Tstnchosi) de loa roldados
nota de B. B. Schuller, á la Geografía Física y Bsterica loo heehaB de paja y dispuestas eon simetría».
de Paraguay, del citado viajero. Nada más agrega sobre el plantel del pueblo existente
Deben luego quedar como fantásticas las fundaciones entono*.
Bl It <fe Entro, (día que hubo 29 grados de calor 4
44 VIDA MODERNA
\ iü\ MODERNA «

las 4 de la tarde), el hombre estudioso y madrugador


{tres bonne heure dice su diario) salió á pasear por la costa mana, para más señas. (Voyage á Elo Grande do Snd
y llegó al Salto Chico, donde constató el error de todos Brasil. Ed. de Orlpans 1887).
los que puedan creer que aquello es una cascada, á estar Después del parco Azara y del citado francés vienen,
á su nombre. «ronolójicamentc, las noticias dadas por dona Juana Ita-
qui, una vieja de 90 años á quién reportó Don Crisanto
•No se vé otra cosa sino dos lineas de piedras poco ale-
jadas la una de la otra, que atraviesan el rio en toda López, finado cura párroco del Salto y que aparecen
su largitud». «n su interesante relación histórica de la ciudad, pu-
blicada hace ya algunos años.
«Hasta allí únicamente el Uruguay es navegable, con- Dijo la antigua señora, en cuanto á esto toca, y en
cluye Saint Hilaire, pero el General Saldaña me ha di- pocas palabras, que el año 1829 habian únicamemte
cho que el gobierno tiene el proyecto de hacer un canal «uatro azoteas y lo demás era rancherío de palo á pique.
lateral para facilitar los movimientos militares». En la crónica que de un viaje realizado al Kio de la,
Plata, los años de 1830 á 1834, dejó un Comerciante
¡Pjoyectos de gobierno que hasta ahora se han reali-
zado y no es extraño...! francés, Arsenio iBabelIe, bajo el título de «Voyage a
Buenos Aires et á Porto Alegre, por la Banda Orienta],
El camino directo del Salto á Constitución—una mi- les Missions d' Uruguay et province de Bío Grande do
leria—no hay posibilidad de lograrlo y nos admirará
tal vez el canal que el portugués proyectaba el año 21. Sud», editado en- el Havre en 1835, hállanse estas cu-
riosas referencias que paso á traducir integramente, por
Al día siguiente, el 13 de Enero, se ocupó en clasificar !o minuciosas é interesantes:
y distribuir sus plantas y sus insectos y reconocer in-
dios guaycurus. «En la tarde del 21 (de Octubre) llegamos á la anti-
gua población de San José, destruida por los portu-
El 14 tomó rumbo y vio el sitio en que Artigas, ven- gueses. ..
cido en Tacuarembó por los portugueses desatados so-
bre él por la criminal diplomacia porteña, pasó el río «El 23, habiendo vuelto el buen tiempo, una leve brisa
por última vez. del sud que sopló irregularmente nos empujó el día en-
tero y pasamos detente del «Hervidero», estancia y horno
Después llegó al Salto Grande, donde tampoco encon- Ae cal muy buena, 4 8 leguas al sud dol Salto, en un
tró la cascada y al dia siguiente entró en Belén. sitio donde el lado del río es muy encajonado y de rá-
Pasó el Cuareim, el 26 del mismo caluroso Enero pida corriente, no teniendo mas de 60 ó 70 toesas de
(registró ese dia 30 ° de la 1 á las 4 de la tarde) y un anchura.
poco más arriba se envenenó con la miel de- una lechi-
guana, hecha quizá por algunas extrañas avispas, seme- (A una milla más allá pasamos delante la confluencia
jantes á las que ocasionaron en el Chaco la muerte de del Daimán, rio de 4.° orden, descend«nt • del este, y
Gabriel Benincasa, salteño amigo y no sé si también en cuyo lecho se encuentran magnificas cristalizaciones
pariente de nuestro inteligente comprovinciano, el repu- de cuarzo hialino de diferentes colores.
tado literato Horacio Quiroga. «Al anochecer, habiéndonos faltado nuevamente el vien-
to, ayudamos á los marineros á llevar el baque de árbol
El camoatí, que contenia la miel qne hubo de ser fatal en árbol basta el Saladero de Corralito.
a) naturalista, era oval y del tamaño de una cabeza hu- «El 24 al salir el sol descendimos todos á tierra y des-
46 VIDA MODERNA
VID\ \ionrriw
pues de visitar los alrededores del saladero fuimos á
visitar á su propietario D. Leandro (1) español euro- había aun faroles en las calles, pero serían colocados,
peo, que hablaba muy bien el francés y nos recibió con próximamente.
la más exquisita fineza, muy digna de las distinguidas
maneras de un caballero. «Componen las autoridades del Salto: un comandanta
«Después de almorzar, en vez de reembarcarnos, toma- militar, que es, al mismo tiempo, jefe de policía, un
mos la resolución de dirigirnos al Salto; atravesamos los comandante del puerto, un juez de paz, un alcalde y
campos, con la esperanza de encontrar alguna cosa inte- un colector de aduana.
resante en el camino; hicimos así más de 4 leguas cazando, «Hay una escuela primaria elemental, de mutua ense-
pero sin hallar novedad. Pocos pájaros hallamos, y estos ñanza, costeada por el gobierno.
mismos de la mismas clases conocidas enBuenos Aires «Como el Salto no tenía más posadas que las demás
Matamos igualmente muchas culebras y el enorme lagarto poblaciones del Uruguay, ó del interior que no tienen
que los guaraníes llaman tajú. ninguna, apretados nos hubiéramos visto si el señor
«Algunas casas blancas, en cuyas ventanas se reflejaba Antonio Thedy, suizo francés, no hubiera tenido la extrema
el rojizo resplandor del sol poniente nos anunciaron el bondad de acogernos y albergarnos durante los tres días
que estuvimos allí, esperando viento propicio para remon-
Salto
tar el río hasta las Misiones. El señor Thedy, fue hués-
«Esta población no tiene la mitad de la importancia ped verdaderamente generoso, pues aunque se ti ataba de
de Paysandú. Se halla situada sobre una altura aislada.
" El terreno es árido cubierto de piedras, guijarros irregu- cinco individuos realmente hambrientos per las privacio-
lares y fragmentos de rocas que le dan aspecto de unas nes del viaje, y que como tales hacíamos real honor" á
ruinas su cocina, no quiso aceptar ninguna forma de compen-
sación de parte nuestra.
•Xo tenía el Salto á mi llegada, mis de cinco casas de
azoten, siendo los demás ranchos bien construidos y
blanqueados exteriormente la mayor parte. «El domingo, 27 de Octubre, á la» 4 de la tarde, nues-
¿La- iglesia, igual que en Sandú, era también un rancho tro «lobo de mar», Víctor, un iiejo marino de l'Hon-
que solo se distinguía por un simulacro de campanario fleur, juzgó llegado el momento de la partida, en su.
levantado ala entrada, en forma de portal y dondepen- - débil embarcación de dos toneladas...»
dían dos campanas de regular tamaño. ¡Adió» Salto!
«Las calles, como todas las de los pueblos de la Banda Ahora, lo que sigo transcribiendo, es un resumen de
Oriental, bien delineadas y provistas de sitio para pea- lo más importante de su diario hasta atravesar la barra
tones corresponden á los cuatro puntos cardinales. delCuarein», y que si ne tiene relación con el pueblo, la
tiene con el departamento.
«Distan mucho, las diversas cuadras de estar llenas áe
El 28, empapados por una lluvia torrencial que lo»
casas, pero la regularidad de su plano da, no obstante,
sorprendió, á- poeo áe su desembarque, tomaron tierra
á esta aldea, la» apariencias de una pequeña villa. So
i
censa de un saladero, próximo aj Salto Chico (1) y pidie-
ron hospitalidad ea un ranea* donde fueron perfecta-
(1J En blanco el apellida al el original franoéi, w n f i e n i dom
Leandro Veláiquez, natural de Fenol.
(l) Alude al wl*d«ro de Farfa», qpe se incendió má» Urde.
48 VIDA MODERNA VIDA MODERNA

mente acogidos. Loa dueños eran unos pobres canarios. Desde el Arapey hasta la frontera no se andan tres
El 2 de Noviembre llegaron al Grande y tuvieron leguas sin encontrar una aldea ó por lo menos algunas
mucho que hacer para franquearlo. cabanas que fueron pobladas por indios Guaraníes de
Aquella misma tarde, después de tomar leche en las Misiones; pero desgraciadamente aquéllos indios sin
guampa y cuando el asado estaba marchando el patrón industrias, é inclinados naturalmente á la pereza, fueron
del barco vino á darles la voz de marcha y pasaron en demasiado abandonados á sí mismos. Hostigados por los
seguida y á duras penas, agarrándose de los sarandíes, brasileños se convirtieron en enemigos de los orientales.
los rápidos del Salto Chico. El año- pasado una parte de ellos regresó á las Misiones
Mientras no lo hicieron, penaron 3 días en la costa de y la otra fue conducida cautiva á la capital, en donde
Entre Bíos. Sus tripulantes, dos indios guaraníes, levan- las mi jeres y los niños fneron distribuidos entre las
taron unos cuantos dorados. Y ellos tiraron á las ban- casas particulares, mientras que los hombrps fueron des-
dadas de biguaes (Zamaragullones de Azara), que baja- tinado.1 al ejército. <"
ban el rio en bandadas. El 6, visitaron la arruinada aldea de Belén, donde se
El río estaba tan extraordinariamente crecido que detuvieron para comer. Situada en una eminencia, como
pasaron sóbrelas piedras, por lo mismo que necesitaron á una milla del rio la creciente la. había colocado á ni-
un verdadero temporal «de abajo» y buenos remos y vel del agua. Visitaron los ranchos arruinados: eran 22,
vigorosos brazos para prenderse de las ramas. incluida la iglesia.
Durante 6 millas más ó menos, aguas arriba, sentían El 9 pasaron delante de la población abandonada de
aún la excesiva rapidez de la comente. BeUa-Unién ó Sznta-Rosa. Solo quedaban unos veinte
Avistaron después la islas del Herrero ó del Puerto. ranchos, pero al aüo anterior contaba con más de dos-
El 3 pasaron delante del Puerto (lugar donde está hoy cientos y era más poblada y más comercial que el Salto:
Constitución): nada vieron que mereciera ese nombre, con su oficina de aduana, comandante de puerto y jefe
como nu fuera una playa baja, barrosa, un camino poco militar. W
frecuentado que conducía al Salto y un rancho desierto, Esta es la última población de la Banda Oriental, por
sobre el que hacía .poco había caido un rayo matando la parte de las Misiones brasileñas cuyas fronteras están
una chinita de 12 años... á dos leguas de distancia.
A doce leguas del Salto llegaron frente á la barra del El Salto se encontraba ya á 40 leguas por la costa.
Arapey, que les llamó la atención por su belleza y tran- Y hasta aquí Isabelle.
quilidad. Vendrían ahora siguiendo el curso de los años lo* da-
Dos ranchos, un corral, un homo, una enramada, al- tos que debió aportar don Manuel ferrando, llegado á
gunas huertas de buen cultivo estaban completamente playas salt«ñas en 1838, «n la goleta de don Agustín Cal-
abandonados. cagno.
Los habitantes del sitio les dijeron tratarse de pro-
(1) Dato «te último inexacto. Expedición*» de B Í T « 1S3MSM.
piedades de los indios de las Misiones i. quienes el go- (2) I * ooloni» agrícola militar de Bell» Unida mblends el 19
bierno habla obligado á alejarse, hacia poco, á cansa de de Marzo del 1832, fue tonuda i vira faena por el eoronel Bernabé
sns depredaciones. Rivera, el 11 de Junio del miimo año, quedando ¿«poblada da
Frente á este paraje, sobre la rivera derecha, se reta hecho.
l
•Ja capilla de San Gregorio.
50 VIDA MODERNA VIDA MODERNA

Pero en las curiosas memorias de este mi finado amigo Evocar ante nuestros ojos de ahora, desierto y lleno
viejo—que tengo á la vista—nada hay que se relacione de zanjas, el corazón actual de la ciudad próspera, tu-
con tan interesante materia. pido monte de ñapindá los alrededores de la plaza 33 y
Don Manuel, más impresionista que descriptor, dio la esquina de Botto como límite del suburbio frecuen-
preferencia á los temas bélicos ó espeluznantes: al saqueo table sin mayores riesgos!
del pueblo por Servando Gómez, v. gr. ó al degüello de Más era así, y de ello diera té, de vivir, D. Víctor
Francisco Ferrer por orden de Oribe... Gomeza, el que, por guapear, llevado par el ardor ae no
T las noticias que hubiera traído don Manuel hubie- sé qué aventura, por donde hoy es lo más céntrico de
ran valido, pues don Manuel sabía mirar... la calle Sarandí, se encontró un anochecer con las pier-
Se va llegando con todoálos tiempos históricos, en que nas boleadas, sin que haya sabido nunca de donde le vino
los datos son abundantes y suficientemente fijos para «1 tiro.
dar una idea cabal de aquello. Se hace cuesta arriba, ciertamente, pensar que una
Pero trabajo cuesta imaginarse, ahora., el centro del pue- carreta vacía necesitaba 4 yuntas de bueyes para sal-
blo, donde lo conoció mi padre en 1858 en Ja esquina var el abrupto trecho de la calla Gaaviyú (hoy Larra-
de Catalán (Colón) y Uruguay y las casas de mate- naga) á la pulpería de Padin (esquina del comercio de
rial reducidas á la azotea de Fialho, — que aún exis- Olarreaga; y que ¡a manzana de Quiroga y Macía fuera una
te—la de doña Eugenia Mujica de Farías, la de laguna profunda y abundante en patos, donde un día
Morel, (esquina de Sarandi y Uruguay), la de don Anto- pereció ahogado D. Pedro Ipar, padre de D. Bartolomé
nio Silvano y la de Llovet, que ya estaba hecha cuan- y bisabuelo por lo tanto, de mi amigo el Dr. Leónidas
do Garibaldi vino al pueblo el afio 40, pues vivió Pigurina; no es fácil hacerse idea de que el perímetro'-Sa-
en ella, y en la reja de una ventana alcancé yo á ver la randí, Uruguay, Arapey y Valentín fuera una ciénaga,
señal de una bala de cañón tirada por fuerzas de Urquiza que, antes de ser cega'la por los postes que hizo clavar el
desde la plaza num-a, y que dio casualmente en la pieza comandante Manuel Bica, daba a don Cristian Siemens,
en que dormía Anzam. juncos para sus bastos de cuero crudo y á todos los vecinos
Cítanse además, entre las casas de entonces, unas techa- de aquellos tiempos idílicos, largas anguilas escurridizas
das de teja portuguesa camino de la Aduana, que la para atemperar los rigores de la carne en el almuerzo
civilización eolgó al nivelarla calle y las que creo que, toda- del lunes.
vía, refaccionadas, solevantan en las esquinas de Arapey y Pero era así, el pueblo tranquilo en 1» gestación
Palomas (hoy Garay) y en Palomas entre Arapey y Ta- de su progreso: las calles meramente marcadas,
jado (hoy Purificación). las casas raras, escasos los peatones, el invierno todo
Frente i. las cagas actuales de la sucesión de Castro barrial y manantiales, el verano polvoriento en el bostezo
l'L.) en la calle Uruguay, fue la Aduana y desde »llí de las siestas interminables, interrumpidas v lejos-lejos,
hasta el arroyo, los huesos apilados de las carnicerías y por el atronador cascabeleo de las diligencias de Isidro
mataderos contónos, dieron al barrio la denominneién ÍTin ó Pedro Pacheira, que volvían á toda carrera, de Bella-
<ie «La grosería i. Unión y de Uruguayana...
De veras resulta un poco trabajoso eato de imaginarse el J. M. FERNÁNDEZ SALDASA.
Salto, tal como era entonces, en una visión de retroceso.
VIDA MODERN'A

La diíuuden á veces en un coro los vientos


ó entre otros murmurios la intercaJan laa brisaa,
tiene la honda expresión de los graves acentos,
nunca el breve gorgeo de las plácidas risas.

Se hace más elocuente bajo el claro de luna


-ó en el último instante de las tardes mímenles
y es suave consuelo de una amiga oportuna
que nos trae sus caricias, en las horas dolientes.
VOZ ULTRA1" ¡Qué no dieran mis ansias por saber las verdades
que en el fondo se encierran de eaa voz extrahumana
que enmudece á ofr-as voces, pero en las soledades
se inflexiona armoniosa como la de una hermana!

Yo persigo el instante en que esa voz ignota


Siempre que en mi el encanto del éxtasis despierta, abdique su tesoro entregando su clave...
amortiguando el ritmo del vivir proceloso, iMe la traerá la ciencia, de una región remota?...
hasta mi alma arrobada llega una voz inoierta - i He la entregará el arte en el trino de un ave?...
cual un eco sutil 6 un "suspiro armonioso.
ILLA MORENO.
VOÍ que tiene su origen mas allá de la vida,
voz llena de misterio 6 de un algo infinito,
voz ininteligible, pero bien percibida
que balbucea el encanto de un tesoro inaudito.

Ko es posible saber si habla en ella el pasado


6 si el trajín creciente del futuro que avanza,
puede ser el clamor de un ensueño agostado
ó el saludo feliz de una nueva esperaos».

iHabra en ella el secreto de lejana existencia}


ide una vüa mejor será dulce caricia»
«será el beso de un alma que se agita en la ausenoia.
bajo un ansia ignorada esa voz imprecisa!

I»»
VIDA. MODERNA. 55

del celebérrimo «cuento del tío», siempre oportuno á pesar


de su ancianidad en el arte de fumar al prójimo. Esa es
la resultante de todas las fuerzas impulsoras que llevan
al ser humano hacia opuestos rumbos: al honesto de in-
teligencia, á rendir un favor cualquiera á la sociedad en
que se agita; al pillo inteligente á explotar pro iomo »K«
la Cándida bonhomia de algunos y la ignorancia de mu-
chos, creándose una fama infladora, con lo que eleva
SINCEROS Y DESINTERESADOS (I> el globo de su desfachatez. Del mismo modo que un caco
vulgar despluma á sus semejantes. Tanto da pedir la
bolsa al caminante desprevenido, poniéndole un revól-
ver al pecho como argumento irrefutable, que aprove-
char la ajena ceguera para enderezar hacia una gloria
tan falsa como rápida, coreando los legítimos entusiasmos
Son unos esforzados varones. Un Cervantes de ahora del ignorante con su cantilena de redentor, hermosa
vendría al pelo para adornar con la grajea de su talento y sugerente, y cobrando un tanto por la defensa, como
la quijotesca figura de esa individualidad benemérita podría hacerlo cualquier togado en buena ley, ostensK
que defiende á capa y espada las ideas del sigle con el Memento.
estrabismo especial y característico de los que «apuntan
para otro lado». De complexión intelectual casi siempre El apostolado de los sinceros no está sujeto á las
fuerte, con esa bendita robustez de cerebro que lo mismo exigencias del número sagrado. La docena ée que nos
va con majestuosidades de vidente á la búsqueda de hablan las viejas noticias, se multiplica y ¡ déle multipli-
una panacea que á una matemática tasación, de entu- carse ! en el hormiguero de nuestra parte de humanidad.
siasmos en venta, los sinceros desinteresados se lanzan Un arte especia] de obrar y de vivir lo hace muchas
al campo de las conveniencias, mientras brama el continuo veces invisible. Se oculta en esas mismas aureolas que
sacudir del progreso contemporáneo, para cobrar la mo- lo cubren como túnicas de pureza inmaculada. ; Lepra,
neda que paga sus generosidades de Shylock, ostentando qué bien guardada y escondida estás!..
la inanimada vitalidad del fonógrafo, que habla y no En'nnestro medio ambiente, tan cargado de ozono levan-
siente lo que dice. Igual que muchos oradores amigos tisco, cuesta más comerse un pan qne labrarse una sólida
míos. reputación de apóstol. Cada día que pasa surge uno
nuevo, heredero de las famas adquiridas por sus ante-
En las campañas de los sinceros—y esto es plata para eeeores, mercachifles en la feria de los incautos. Como te
sus panejiristas—hay una necesidad patente de ganarse trata de un negocio, te van lo* qne ya lo hicieron bueno
el cotidiano pan con extras, sin esperar á que el sudor . y dejan el sitio al Hércules que llega a poner ni* múd-
del trabajo material surque las frentes, desde que solo enlo*— ¡desnteresadameaíe!—al servicio de nobíe» idéa-
• r funciona el ingenio, bárbaramente aguzado para dar algo le» y de otro* noble* tetteru. Y, cari por regla gene-
seguro, productivo, beneficioso, como las nuevas forma» ral, una vez en la vida privada el «íncero qne DÚO
(I) Capitulo , M libro lnMll0 . G m g l | H c o l _ ( a . sír¡e)
m* Agosto*, dirija un saludo mí* ó meno» afectuoso
* \ " - ' - •„*••

56 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 57

y más ó menos disfrazado al ideal tanto tiempo defen-


dido y queda en completa libertad para mostrar en tiene que usar como recursos, para la exteriorización
la práctica todo lo contrario de lo que podía esperarse de sus fines altruistas (!) cierta forma de parásito que
de su apostolado de leader. se viste con las ropas de los defensores del proletario.
En el terreno de la política, escenario que tolera la Generalmente, el hasta entonces ignorado brota como
cercanía del intruso á las verdaderas personalidades, un hongo en el fértil terreno del socialismo y se impo-
abundan los ejemplares vivos del sincero desinteresado. ne enseguida, casi sin esfuerzo, porque tiene materia
Harto conocidos son. Hechos unos líewtons de la an- prima para conseguirlo, mezcla como es de pudor ves-
gurria, con la vista siempre fija en la codiciada prenda, tálico y toxina de víbora. Yo conozco dos ó tres sin-
objeto de sus francos entusiasmos, pasan por horcas ceros del socialismo que no emiten en público una sola
caudinas que les saben á gloria y no se lastiman al en- idea aprovechable si no se la tasan en moneda contante
corvarse porque lo hace todo, todo, la goma elástica de sus defendidos. Cada una de sus altivas y valientes pe-
sus espinas dorsales. Trepan agachándose, aunque á roratas, llenas de rencor inquebrantable, tienen .el sello
primera vista simule una paradoja. Esos caballeros ase- especial de puritanismo que, como las famosas caretas
guran que son los portavoces de la patria ante las masas do los turcos de quinquagésima tapan á medias lo que
populares, á las que arrastran con sus alocuciones de quieren ocultar.
vulgarísima oratoria petrolera, con mucho de «purera Dentro de la esfera de su acción engañadora los após-
cívica, cariño á~ la tierra en que se nace ó que sirvió de tales iaUntos de la idea social tienen todos las aparien-
cuna, anhelos santos de porvenir venturoso, derrumba- cias externas del fervoroso creyente. Son como ciertas
mientos que dejen sitio a lo nuevo que llega», y otras lánguidas y arraigadas figuras de la cursilería poético-
barbaridades por el estilo. El Mecenas estúpido y bona- decadente, que se cuidan mucho más de la°"indumentaria
chón de todas las épocas los levanta con el caro aplauso ad hoc que del sentido común, archiaporreado en »us
de las masas sugestionadas, y en las alturas les pasa lo versos. Ese espiritual defensor del obrero traduce las
mismo que á toda persona anémica: se marean, caen en peculiaridades del traje vulgarizado por los europeos de
«1 error como lauchas á una trampa y no 8e preocu- la escuela y las aplica á las costumbres paisanas, llegando
pan de otra cosa que del bendito lucro, santo de casi A sor en el arte un Petronio, convencido de qne eso es un
todas las devociones humanas. Del mismo modo que magnifico primer llamado a la autoridad que debe con-
llegó á decirse del genio de Emilio Zola," que era tan cederle, más tarde ó más temprano, S. M. el Vulgo. Es
grande, tan poderoso, que resplandecía al través de la . lo mismo que pasa, en nuestra incurable dolencia de los
mancha repugnante de su crudeza, puede decirse de partidos tradicionales, con esos inconscientes que llevan
aquellos sinceros de la política, que se vé clara, resplan- su opinión en la corbata para que el partidariamo surja
deciente, la forma del negocio al través de ese estilo indudable y claro del pregón. Sin la ostentación del
ampuloso, pésimamente metafórico, de alambique, qne , color no hay verdadero cariño á la cansa.
suena á fragor de tiroteo y que tiene la propiedad car- Cuando se siente punzado por 1» siempre cruel nece-
navalesca de cubrir la rem con una verba de lo mas sidad de la vida, el sendo defensor de lo» oprimidos pre-
hipócrita que es dable imaginarse. para uno de esos pequeños conflictos, sin llegar A la
Iguales ó parecidos artificios de oratoria «sincera» huelga, tan comnnes entre obreros y patrones; conflicto*
qne requieren un conductor intelectual como elemento in-
58 VIDA MODEH.VA
VIDA MODERNA 59
termediario y que traen aparejeda la consiguiente defensa
del gremio en pugna, mediante una contribución perso- el indispensable traje de honradez acrisolada que iguala
nal, si modesta en la unidad bastante estimable en el con- el ladrón al despojado. Quizás pudiera objetarme algún
junto. Esto les resulta muy licito, muy moral, sobretodo docto en diversas historias que, desde que Peus creavit
cuando se tiene en cuenta la consideración que antes ccelum et terram se ha vivido robando en todas las capas
hice, de que si nos han puesto en el inundo frente á un sociales y en cuantas formas han inventado el ingenio
respetable cúmulo de necesidades, hay que alimentarse particular y la costumbre, madre legisladora; que, en la
para tratar de vencerlas en buena lid, y que materia lucha bárbara de la conquista del inunde, el poderoso
más prima que la carne y el pan e? el dinero, factor ha arrebatado vidas, tierra y fortunas, inutilizando fuer-
importantísimo de la" existencia y combustible de alta zas necesarias; que, en la lucha más bárbara aún de la
vida animal, el miserable roba un pan cuando la ocasión
eficacia, t Que cómo se busca ese dinero t Pues como lo
se lo muestra, y lo engulle aunque la justicia que cas-
ordenen la inteligencia, la viveza ó la audacia. Algunos
tiga el enorme delito de tener hambre IOF obliga á con-
lo piden de puerta en puerta; otros lo roban; otros ven- sumirse en las difíciles digestiones del calabozo; que, en
den temporalmente su ingenio para ponerlo al servicio el complejo mecanismo de esa parte de sociedad que
de determinada causa. T digo temporalmente, volviendo dedica BUS actividades á la defensa de los derechos age-
al sincero de la idea social, porque, una vez que la bolsa, nos, más que robar se carnea despiadadamente y con nn
semirepleta le inspira optimismos halagadores, renuncia lujo de desfachatez solo comparable — con la agravante
indeclinablemente á sus productivas defensas, para gozar del medio — á la de aquellos mordaces soldados de Fran-
la vida en toda la plenitud del eclecticismo que idolatran cia revuelta Apoyado: todo eso es indiscutible, fa-
los prudentes y los vivos. Franqueza ante todo. talmente cierto. Pero no quita verdad al hecho de que,
cada dia que cae á los archivos de Erónos, asila más
recursos en las almas sucias y tenebrosas para los fáciles
La psicología de nuestros sinceros y desinteresados triunfos de la pillería, en refriegas desiguales, con dife-
tiene el encanto de lo novedoso, máxime para los sem- rencias que la mentira subsana valiéndose del nivelador
piternos descontentos que afirman siempre aquéllo de que tanto respetan algunas personas serias cuya más-
que recién empezamos á vivir. Antiguamente—es cierto cara de sinceridad causa risa.
— se explotaba de otro modo, dejando tranquila á la
victima una vez que el despojo se habla realizado. Ahora, Pillos ó vividores pillines, los sinceros y desinteresa-
en el incesante correr de los siglos y de un progreso se- dos de la época presente tienen la práctica de los caza-
fialador de nuevos rumbos y de nuevas estrellas polares, dores de avestruces. Disfrazados -de buenos, viven en
el robo se disfraza perfectamente, para adaptarse al me- consorcio perenne con sus inocentes víctimas y las atra-
dio con un travestí de decencia; circunstancia ésta que pan descansadamente, hasta con el beneplácito de están,
me trae á la memoria el sistema de cazar avestruces que es lo mus tristemente cómico de la cosa. Oportuni-
cubriéndose el cuerpo con una piel 'de la misma are, que dades hay, inmejorables, para la constatación de tan
se usó en Australia con éxito insuperable. En esa riquí- fieras cacerías de infelices sugestionados, dignos de mejor
sima isla, aqui y en todo el mundo «civilizado» se oaza suerte en el calvario de sus designios, pero de merecida
incautos casi siempre honestos cubriéndose la pillería con condenación en su estoicismo de papanatas. Ellos, las.
pobres victimas de loa antropófagos de traje moderno,
60 VIDA MODERNA

veteranos reclames de carne y hueso del aforismo de


Proudhome, son los llamados á alzarse contra sus caní-
bales enemigos, haciendo un servicio á los que desde ya
son el punto de mira de las ansias de aquellos humani-
tarios de lo inhumano. ¡Duro y parejo con ellos, para
que vaja al exterminio la raza de los sinceros desinte-
resados que ao son ni lo uno ni lo otro!
¡Y Dios te guarde, falso que eres sincero!

AWREDO VABZI. PSYQUIS

ACTO 2."
Sala en casa de Don Jaime, amueblada con bastante gusto- de un lodo de la taplh
hafrfacicn TCntanas con halcón del Otro puerta», lo mismo que en el fondo do h gnu
portada que deja entrever un corredor pcqueüo v luego el enniador do la casa bien nlun -
brado Lamparas de pié, mesitas, sofái, sillas, mesas grabados en los paredes en fin
lodos los objetos elegantes que so ven eu los salónos do La alta burguesía Es día do re-
cibo las cinco de la tarde eu la estación de innenio,? hiitro el primer 7 el segundo aeio
so supone baja pasado un mes j medio A medida que avanza Inucciín va oscureciendo,
asi que á mitad del acto se encienden loa lámparas j - arañas

ESCBKA I
SIRVIENTE, GABK1EL

(Gabriel entra muy elegantemente restido silbando con


gran despreocupación, mtentrat por el otro lado aparece
Klina, la sin renta, con una bandeja con plantas para tofo-
car en las macetas de la sala, así que lo percibí' se ruboma
algo y él omit como para besarla. Cánida» y escapadas para
gue esto no suceda).

O,—Yagqnita adorable, no te me escapas esta vez, nna,


dos, tres, y ahí estovo (la beta).
S.—dndignad4). ¡T decir qne V. es un caballero! Pro-
bablemente hoy vendrá ta prometida.
(1) Tito Vnu lioiumri tomo I pág. 3M
62 VIDA MODERNA
VIDA. MODERNA 68

(i.—Calla, tonta, ¡tantos escrúpulos! jaeaso le he di- ESCENA I I I


cho yo á mamá las horas perdidas que tií pasas con tu
novio en la puerta, es rlecir, con el primo! (En tono hur- BUHOS, IIOXA MAHIA
lón) Eso, tontoimela, te compromete porque todos te ven,
pero aquí entie cuatro páreles!. . . . Otro beso. . . (nue- a
D. íf.—Gabriel, tu padre te l'ama. -Taime se poue
vas corridas)
insoportable el din ¿e recibo. ¡ Por qué no se irá á Li ünin-
S.— ¡Sin vergüenza! (aparte) Pero ¡es tan buen mo7o! ta? Lo conozco tan bien: á ppsar de ser tan poco sociable
I • (suspirando). ¡Quién caí diera sor primos; \endiia á la sala si se presentaran señoras como tu pre-
G.—(Desdeñosamente) Anda, li?ero. fiereciüa domada. sunta suegra. Hé aquí una hermosa que le hubiera con
(finiente se Mira y (iahriel por la espalda le ra á besar Tenido!
cuando aparece, en el ionio ni eltiro de l.i años; se ¡"me G.—Creo que viene á visitarnos hoy.
rf rcir y -f ihiipaw el ded<.V D. a AI.—}Qiu' oigo?..Tendrás tan poca vergüenza des-
pu'{» de lo que ha dicho tu padre?
6.—Como lo conozco mejor que tú algo logro. $é que
ESCEXAII la presencia ¿!e Mana Antonieta disipará toda su oposi-
ción. Es una sh-ena, mamá, m;a verdadera mujer. Sabe
DICHOS Y AQUILES
serlo todo, desde !a matrona más severa, hasta....es una
artista. T os ton viva! 2>o pierde ocasión de atraerme, pero
todo es inñri1: estov más que pescado.
csM ra iCliando tendré D.a M.—Me vas á hacer llorar si signes asi. Yo. que te
" '> eduqué con tanti» cuidado. Tú 'íes la delicadeza de Psy-
quis ¡es tan noble, tan altiva! Es posible, Gabriel, que liayaí
eniente paia hacerlo mismo?
descendido tan bajo, tan bajo! jlnflijirin esa afrenta
<]»e 7e 'pedH ' ^ *° C01 " efrnÍ8tl? l a n o r e l a d e P ™ " 8 á tu madre qne to adora? (mirándole fie cerca y reclinando
J ^ "0 í a " 8 e r Í ° Gdra b IS
rieUt
dM° 'loccioues
• • H e visto
>uestodo. . . . ( . < •
ÍM cabeza en el peclio de Gabriel).
rLf ,° T , 1°c M'U e r a t > l ™t°y en el iío, qncrido, no te dejes llevar únicamente por la belle-
za desprovista de virtudes. Mira más alto: se compran
VTamé tañí ^ » y « d terecro estudiad
e8tas cosas bibelott pero no una esposa. Considera que María Anto-
nieta no es hija legitima.
tTahml Anda para arri G.— ( Un tanto eonmotido) la quiero, mamá. Ella me
/Soi/IW) Te " na íaseinado, tiene uno* ojo*, un cuello divino ¡ea tan
• "t" '' ... pero aún alegre, tan coqueta! juego con ella como con una her-
mana.»...—.
D.« SL (Solemne) Gabriel... mírame: no, no puedo
equivocarme: en tus ojo» hay un reato del reflejo de
mana de mriee
?" > ra
la Tirtud: tú e«tá< ofawstdo, enceguecido.
Sa, querido; note comprometa», va» á dar un gran di»-
64 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 65

gusto á tu madrecita... ¡Hasta ahora habíamos sido muy


feliees, más hoy tiemblo! á ese otro más bueno, más noble, superior á m¡¡ á este
hogar.
Este silencio, esta espantosa serenidad, esta placidez
de nuestra existencia me hace presentir alguna desgracia. (Lee uno carta de Towers.) Tú eres la aurora de mi
No siempre las aguas están quietas; tormentas se acu- vida... Tú eres la belleza de mi juventud... En ti se com-
mulan en los cielos sin nubes plementará mi ser... Tú eres mi idea!... Tú la annonia...
G.— (Se pone algo melancólico). Papá me estará espe- Lo amo, lo amo; solo una vez nos hemos visto, pero ha
rando. sabido despertar tal como yo soñaba ser...Psyqnis es algo,
D.a SI.—jlíe lo prometes? me dijo: yo seré su alma.
(Gabriel hace un signo afirmativo con la cabeza, besa
á su madre, y se retira. Doña María se seca las lágri- ESPEJA V
mas y se levanta para dar los últimos toques al salen).
WCHOS, fmiVTEVI r Y Jt'I 1A
ESCENA IV
(Entra Klinu)
DONA MARTA Y PSVQOS
E.—Señorita, ¡hasro pasar á la -señorita Julia!
entn eltgantementf, vestida con *« traje estilo P.—(Contenta t/ eorrirrrfo á la puerta) Que entre, que
avecine con arte sus hermosas formas de joven pase: nunca lia ^eniclo nía* oportunamente.
distinguida y espíritu aristocrático). (Entra Jut-n que como es vecina de casa é íntima Psy-
nxis viene vestida como para nacer visita de cumpli-
D." M.—(adrirtiendo su presencia) ¡Te necesitaba! . . . . miento, pero sin sombrero. Al encontrarse las amigas, se
Fiít'irate que viene la de Quintana Alva. Ayiídame Psy- besan efusivamente; luego Psyquis la toma del brazo con
quis á formar un homhre de Gabriel. ¡Es nn chico'
cariño y la conduce á una silla cerca de la ventana donde
P.—¡.VH.I/ preoeupoAa) Llama á Tülina, mamá; tengo ambas se ponen á conversar, cada «na «on s« labor).
que escribirle A Margarita : voy á las carreras el domin-
go y quiero qup me acompañe. •T.—Tengo grandes noticias que darte y tunada me dices
¡pero eres tan reservada! Nadie se ha dado cuenta de nada.
J). a M.—Haz comí» te parezca [sale después de arre-
glarse «ti momento). P.—Siempre la misma. (Temerosa) yo todo te lo cuento,
como á mi mejor amiga no se lo hubiera dicho!
P.—(Dirigiéndose ú su eieritorio) jQué le contestare! J.—Desde un tiempo á esta parte no vas tan amenudo
Todas las semanas ung postal; esta última me ha envia- por casa. Te CODOÜCO Psyquis: huyes de la inquisición
do tres. jQné hacer? ífo contestarle es casi como alen- ino es verdad! Cuando me comprometí con Paco estuve
tarlo; hacerlo es comprometerae.Jorge lo desanimó co- como loca de tenerlo que decir.
mo mejor pudo. Sintió tanto al hacerlo el pobre! F.—iQué es ese todo misterioso!
....Pero él persiste. En tanto voy conociendo ~sn alma... •T.—Towers es amigo de Paco y desde el baile se ha
Yo creia esas expansione? de amor, ta-n llenas de poesía, vuelto su mis querido amigo... recién te acuerdan que
fruto de ima^ino-cionei fantásticas. No, son cierta*. Pala- estuvieron jautos en el colegio, pero no se acuerdan en
bra*, idea* insinnantes que me comprometen, aten mi ser cual.... Paco era tan travieno que no paraba en ninguno.
66 VIDA MODERNA VIDA MODERNA. 67

.. {P*!iqnii se emociona tiiiblemente. Un reloj dá las cinto son los hermanos, á, faei de que estos son' los parientes.
y ello, se asoma á lartntana. Towerspana) Aislarse es oí único remedio...
J.—{Pispándolo) Hablando de Boma el rey se asoma. P.—Más ahora eres feliz: tu mamá le permite visitar;
P.—¡Qué simpático es! ¡Tan entretenido! ¡Ideas tan •él ha cambiado de carácter y posición... podrán casar-
elevadas! ¡Hay algo tan profundo y bellu eu su mirada!... se i y yoí
En fin... (Se rveben 4 sen'ar las amigas) J.—Tovier» dijo á Paco que al encontrarte á ti le parc-
J.—Lo he adivinado todo: tú lo amas. Tú has vislum- eia haber iie.seubierto un mundo y que no conocería más
brado la fisonomía de la ideal belleza. Si querida: para la felicidad si no fueras suya. Insistió en que tú eras, para
nosotras las mujeres no alcanzamos todo el sentido do la él, cuestión de Y'da ó muerte.
vida sino cuando encontramos al ser amado. Entonces P.—¡Qué horror! Y yo que me he manifestado más
empieza la •u'da con sus sutiles pesares y maravillosas bien indiferente. ;Papá, papá!
alearías. Tu estás triste, tristeza propia de quien, está J.—Si tú le amas devoras, olvida á tus padres. Todos
próximo A un infinito bien, pero tú sonreirás por que tú han sido lo mismo al principio, mJs al fin tienen que con-
amas con todo tu ser. ceder que un extraño, en un dia, modifique BU obra lenta.
P-—Pues si, no debo, no puedo ocultártelo, pero temo El amor es un vértigo; es la racha imperiosa que todo lo
dárselo á comprender á papá: rué quiere tanto el po- arrasa del corazón, de la mente, para dejar el sitio al ídolo.
bre \iejo! ¡Losé contrario! Se disgustó muchísimo cuan- - P.—En él caben, lo be !eido en nn libro suyo, la supre-
do Jorge se lo dijo. Lucho y lucho entre dos corazones ma crueldad y la infinita ternura... >"o me precipites
que adoro con la misma intensidad. Papá por un lado: Julia; piensa en lo que me aconsejas, pues estoy sintiendo
él es mi padre, mi rey, mi todo; romo hija tengo para con idpas extrañas. Kosotros los sumisos, lo& tíimdos. los hu-
él una inmensa deuda de gratitud; el otro es un descono- mildes somos terrible? cuando nos quitamos la máscara.
cido, pero 4 pesar de todo su alma es tan transparente J.—(Aturdida) Consulta á tu confesor, ( ¿ m t a callan
que veo al través de ella como en la mia... porque se oyen panos de risitas que van á entrar).
(Sollozando y echándose en los braaw de Julia). Lo quiero
y no puedo hacérselo saber... ¡Soy tan desgraciada!...
ESCENA VI
Xnnca be sabido insinnarme con voluntad... Siempre he
iegnido los consejos de papá, de mamita.... ¡Oh papá, DICHOS T MARÍA ASTOXIETA QUINTANA ALVi Y STT HIJA;
papA, niu saberlo, me está matando!...
J-—(Llorando también) Cálmate: cuando se quiere apa- ANTUCA; (mujeres hermosas, vistotamente ataviadas)
sionadamente es forzoso sufrir. El amor, el dolor y la muei-
te son las tres gracias de la vida; tas tros batallan por man- SI. A. — (Adelantándose cariñosa) ¡Querida, cnanto
tenernos en la existencia de las cosas... Papá toé crue- tiempo hace que no te vemoa! ¡Que pálida estás; no com-
lísimo conmigo... Ks cierto que en parte tenia ratón por- prendo como no te hayan ya robado á tos padre*, encan-
que Paco era trn rebelde, un muchacho travieso... Mien- tadora!
tras él vivió no entró á casa y aún una de sai últimas vo- A.—(Tocando el restide de Pryf«ú) ,-Qué bien te ilfo-
luntades fue que nunca se me dejaría easw con él. Quien, ta el azul! jy tn mamá y los demást
dice, enamorada dice contarriada: si no son loa padreí P.—Todas estamos bien, gracia». Vamos á sentarno»
íSff.íf TQ&mV:« í » w « «

68 VIDA MODERNA

VIDA. MODERNA
cerca de la estafa; Tds. tendrán frío. Voy á avisarle á ma-
má que Vds. están aqui. (Snte)
ESCENA Til
31. A.—(« tu hija en ro: baja) Todavía queda á ebta
gente algo de su rusticidad primitiva. ¿'Viste con qué DICHOS, LA SHA. r i Z A l ' R D U T PSTQUI5!
frialdad nos han recibido? ¡Ya me lo paeaián!
A.—(ICn tono burlón) Fíjate en los cuadros: pensar que 3f.A.—Señora, estábamos por irnos; creíamos que Vd.
no tienen grandes firmas con tanto dinero. estímese enferma.
31. A.—Te apuesto á que no le dicen nada á Gabriel. I>." i!.—Discúlpeme: estaba atendiendo á los prepa-
Vamos á ver si consigo hablar con el Tiejo Blzanrdia. rativos para la mesa; hoy comen con nosotros todos
Era buen mozo y arrogante de jóien, pero rudo y nuestros hijos; es el santo de Jaime.
malhumorado como él solo; testarudo hasta decir basta. A.—(liaciendo irrupción en la eonvenaeirín). ¡Qué felices
Era enamoradísimo: Gabriel en pinta, pero este es m,U deben de «er Vds.! %on patriarcales. Los envidio deve-
bonachón y no hereda ni la ambición ni la zorrería de su ras. En casa estamos más á la moderna.
padre. Con todos sus defectos es un buen paitIJo y tene- 31. A.—(Como repicndicndolu) ¡Antuca! Esta chica tie-
mos que casarlo contigo cueste lo que cueste. ne vida por tres. La quiere mucho á Psyquis; tal es así
A.—Conversemos con la señorita Vaherde, acaso ella que figúrese, señora, la ha tomado por modelo. Imagí-
pueda adelantarnos algo, (dirigiéndose d Julia que ha estado nese á Antuca, olla que pone en revolución á toda la mo-
absorbida en su labor) Parece que tíen»? Vd. pasión por el zada, haciéndose la monjita.
bordado. ¿So le paiece qne algo extraordinario pasa D.a JI.—Se equivoca Vd. nmy mncho. señora, lli hija
yq es. alegre pe'o su alegría no e$ género de importación
J.—lince tiempo que no nos veíamos; el invierno no francesa.
)o siente; luego la ruptura con Juan... 31. A.—(medio tortada) Vd. no ha comprendido mi
A.—Comprendo, pero Gabriel dejó escapar una in- observación; Psyquis es una monada. I<e he querido decir
discreción. que Antuca era en el fondo tan seria como su hija. Ea la
M. A.—;2Tiña! chica más ingenua que puede darse. Tiene caprichos
-V—(Continúa nn imparhlcz) líos dijo que ese soña- de mimosa nada más. >"unca lee novelas francesas, ni
dor de I.ionel Towers !a asediaba con postales, cartas va al teatro cuando se dan piezas Ubres. Consultamos
y poesías que le dedicaba. Gabriel está furioso contra (i. siempre á este respecto al crítico Suplente, os decir, que
W.A.—¿Gusta ella de élí nunca vamos á las obras que él juzga buenas. Confieso
J.—Eso mismo le estaba preguntando cuando ustedes que creo tenga razón en el fondo, pero Vd. sabe que hay
entraron. que aparentar, por lo menos seguir U corriente. Digan lo
W. A.—{en ros baja) Se !e ha contagiado la guarangne- que quieran, pero las ciudades modernas son grandes
ría de los Elzaurdía.' Estoy por irme. cuarteles... Él arte, Doña liarla, hay qne convenir; ea la
A.—¡Por Dios, mamá! Estamos en lo mejor: estoy despreocupación, caai el abandono de las regias y leve»;
divertidísima; aqui viene la vieja. la moral es la geometría.
&..—{Vohiien(U> á meterte en la emnenaeión) Eíta ma-
má se ha vuelto tan pedante desde que entró en la liga
-de señoras contra la inmoralidad artística! Yo, macha-
70 VIDA MODERNA VIDA MODERNA 71

chas, al arte y á los artistas; serán unos inmorales, pero d timbre; sale sirvienta, en esto Antuca ha ido al piano;
saben rodear de tales encantos lo que llamamos vicio, una vez instalada en él dice para si):
mal que pierden su aguijón. iY es la uda toda virtud A.—Entre ciegos el tuerto es rey. Toquemos este vals
para que el artista solo pueda ocuparse de ella? Reprodu- tan tuerte como pueda aunque despedace el piaso : vere-
cir la vida tal como es constituye la misión del autor- mos si baja Gabriel. Los hombres son locos por el
dramático; si se ha observado \m hogar vicioso, su obra baile y ¿1, no digo nada. (Al empezar todas se dan vuelta
reflejará el mal, la enfermedad, toda la senda de muirte á mirarla y luego surgen miradüas significativas).
que tiene la humanidad embrutecida... P.—(n Julia) ¡Estoy volada!
A eso se oponen esas damas, jno es ridículo! Y eso que D. 5 JI.— (á Elina) Dígale & Don Jaime que la Sra.
mamá es de las más inteligentes por ser de las más tole- Quintana Aira desea hablarle dos palabras.
rantes y de criterio más positivo. (Todos se miran ttmt E.—Corro á decírselo.
á otras como qukn oye á una persona, del otro munio).
D. a M.—(después de ««o pauta oilif/tida por d asombio) ESOEXA M i l
Su hija me parece demasiado n«r\iosa, tiene demasiada
vida. ¿Es hija de María? DICHOS V G Mlliir.l.
Sí. A.—(Cohibida) Si y 110: el padre es tan liberal que
he tenido que sacarlas de la Congregación. Dwpuís co- G.—(Prcapitándose e» ¿I 'cuarto tomo «n loco) Antuca
mo Antuca vive sofocada adora el deseóte y Vd. sabrá aquí. ¡Y decir que no me han mandado decir nada! Nun-
que el reglamento.... ca te lo perdonan» rubia mala! ¡á Psfqnú). (A Antum)
D.a 11.— Siento de veras por ella. Las calma tanto. ¡Qué encantadora estás*. $Y tu mamá! (A Mana Anlo-
A.—(ímjHHsieiite d Psijquts) ¡Y qué es de la vida de nieta) Seiora tanto gusto, tanto placer en verla por aquí.
Gabriel? Me extraña no \erlo por aquí. Hoy cumple años papá y va á tener que dejar á Antuca
P.—(bah á Juba) Qué tupé (4 Antuca) So habrá llega- con nosotros.(Doña María mira á *u Aiw).
do de sus quehaceres afín. (Mientras las muchachas for- A.—Si. mamá, luego me haro acompañar por Psyquis
man- «« aparte María Antón teta nerviosa trata <íf decir y Gabriel.
á don» Mafia algo que le cuesta mwJhn. D.» M.—(Interrumpiendo Us planes)Hoyes un día de
Jí. A.—.-Queremos tanto á Gabriel! jEs un excelente expansiones sumamente íntimas en casa y creo que su
mozo, un ideal! hija no m divertirá entre nosotros.
(Ctmiiantfo tubitameníe de teína) i Y don Jaime? necesi- Jí. A.—(picado) La amistad qu« existe entre nuestro»
taría tanto hablar «los palabras con él, pues como es hijos no es para que se estraSe Antuca de ten tiestas in-
Senador podría ayudar lancho & un hermano mió. timas. Así es que si Vd. me lo permite, consentiré en qne
D." M.— No le prometo que venga i 1» sala. Vd. s»b» se quede.
demasiado (o que son los hombre»; si Vd. quiere puedo A.—(corríexio 4 ie»«r 4 Doia Jf«rí«) Quiero quedar-
participarle su pedido é influir oon él. me señora. Yo la uniere mucho á Vd: pregúnteselo i Ga-
M. A.—{totcmeertada) lie «MTeadria mas hablar briel. Siempre hablamos de Vd. Quixá la hayan imiú-
coa él direetunwte poesto eonti» mi. ¡Hay teta beateria en nuestra socie-
D,» M.—(Pamrí ) ¡So be visto gente mieandw! (Toe» dad! Ho les oieaae&ora... Ho por leer novela* franee#a» soy
72
VIDA MODER.NA
VIDA MODERNA 73

peor que las que se pasan de ern lectura y prat tican la á cuchichear) conversan sobre María Antonieta y su hija;
vida de aquella tierra. Xo soy hija de Jlaría sino de im3
espían todos sus movimientos. Gabriel y Antuca en actitud
padres: soy unaseñon'ta alegre, muy aleare, eso es todo,,..
Vd. me querrá jilo es cierto? {Gabriel se acerca suplicante. <le enamoradísimos).
Desconcierto general. Encada de Don Jaime con g'sto de G.—(Jtfrii/ cfic« cíe dio) Jtira el papá suegro. Sn os tan
mal humor y cño Ilumino). fiero como lo púitan; tu psdre es angelical: todo lo prevee;
(cambiando de humor). Estoy celoso, bailaste una polca
con el alemán: no te !o permito más Te quiero siempre
ESCESA IX á mi lado, máí aun (?c ra acercando).
A.—Bobito, nene grande: tengo que ser cortés
DICHOS, DOX JADIÉ y afable con todos; tu eres mi predilecto pero hasta que
(Saludo general 4 las eiiila\,) tu papaíto no consienta formalmente, hijito, poy libre,
libre como el genero chico fiace ademanes de nlai).
D. .1.—(.! Mana Antonicta). Señora, ¡Vd. por aqní!
3Iueho placer! cuanto ten¿ra que pedirme, está concedido! G.—¡Seductora! No se puede contigo. {>To es ciorto
D. a >!.—(A ¡>ai te) Ksta quiere hablarle d solas, ente- que me quieres?
rémosnos. (Salí' Doña Marta). A.—Zon/o: si quieres que te lo e«tó repitiendo para
siempre, compra un fonógrafo, imprimiremos la lia-e.
D. J.—(á María Antonkta) • Sentémosnos... (se acerca Quieres oiría, le daTás cnerda y abur
al sofd dando pequeños suspiros de alegría).
G.—(ComjiKniulA Sé sena, por Dios, eres incorregible
31. A.—Cuánto siento tenerlo que incomodar. Se trata Y cuando seas mía, para mi sólito todos esos encantos,
de un cosa intima, por eso no quise hablarle delante de
su esposa. Las mujeres no tenemos hábitos de con- e«oa ojos que no cesan un instante «le ptraerme
fesores. A.—Para entonces vercínus. So sé hablar en tiempo fu-
íuro; el presente es infinitamente mas h»rmoso, mas nues-
D. J.—(para sus adentros). ¡Qué caro me va á costar tro. Solo lo que está pioximo, solo lo inmediato uiteiesa
esto! Gabriel me precipita á ¡a ruina. María, ven ligero. 4 los que como jo tomamos la Mrta como lasmanposas
(i Ma,ía). Comprendo, adelante, sin temor. ó como las abejas que solo liban el m'riar de las llores....
M. A.—Vd. conoce i mí hermano Carlos; el pobre está, (Mientras (iabr'-el y Antuca continúan (onversando en voz
cargado de hijos; casi so muere el menorcito días pasados; baja, Don Jaime y María Antanieta vutlcen á continuar
es empicado del Banco de la Sacien.., un desfalco ... *n diálago)
Se sospecha, sea é l . . . Vd. me comprederá... tNo podría
desviar la sospecha* Vd. es miembro inf/uyentfsimo del M. A.—(Mirándolo tiernamente) ¡una señora se lo pi-
Directorio. de.», ..(suplicante) Hágalo en honor de nuestros hijos
los muchachos se aman acuérdese de su primer pasión..
D. J.—(Atorado cama si le quitasen algunos peso» del bol- So recuerda las salidas de misa de una por el ailo 7f>
¿tüo). Señora: no me aguardaba estas revelaciones... Fran- «1 baile en la bolsa1...El pasado es como el champagne:
camente Vd. me ha tomado de sorpresa. (Casi sin aliento. nos marea, nos trastorna ¡Cuando pienso que ambos
Siguen conversando animada y tiernamente, mientras Ga- tenemos canas!.....Podríamos habar sido casados!
briel y Antuca sostienen en el otro extremo del escenario D. .T.—(Mirándola lángui&amenle y COVM queriéndola
este diálogo-, Psyquis g Julia se han retirado al tofaoito abra;ar).TSo me ofrezca champagne Señora María
74 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 75
Antonieta, no sea cruel JTo se burle Vd. do mi, de este
viejo... viejo nol... toilavia eé amary mientras se tiene san- (á Gabriel). |Y tú bandido no me abrazasi (¡o abraia) jres
gre ardiente en las ve¡ia3, uno es juren... (He tudvecañaxti qno buen abogado es tu sangro? (DonjKimt ío acompaña
ntá» tierno, »/ en el preríso momento gve le ré 4 asir tm& basta la puerta cnavdo se encuentran alli con nuevas visita*
mano María Antouieta le diee~. Dona María Antonieta la solutía y pasa adelante, mientras
M. Á.—Si no viviera Jnlio quizá, pero soy casada Don Jaime rvelre á entrar con ellas al salón)
(Con ademán trágico) Pensemos eu ellus, en Gabriel, en
ella; e3as eabecitss que sueñan en todas las belleeas de ESCENA X
1» vida y de la juventud, han sido hechas para juntarse
DICHOS, EXCEPTO MARÍA ANTOStETA, IIBtiOB KAMIREZ,
[Mírelos!.
D. J.—(TiernUimo) Ei muchacho se casará dentro de MARUJA, XOBKIZA y SEM: en FALDAS
un mes, se lo aseguro; en cuanto á lo otro, volveremos
á haMaf sobre el asuntu otro rlia, (Aporree Doña María H.—(Hombre iórtn de «nos ,12 años; tipo clásico del
por el fondo. Don Jaime y .Varia Antonieta *e separa* y se eipiritu conxertaéor vnido n la, fatuidad y una inteligencia
ponen de pie tomo movidos por «« resorte). mediocre que solo cuenta con nn apo'jo : el <?me/o.);8uegTO
JI. A.—(atUlantiíivlose) Sefiora: creia á Don Jaime na querido...qne los cumpla VS. muy felices! (Tomando al
hombre adusto; es todo an caballero de salón ¡Ojalá. nene de los hratm de la nndrka) Aquí lo tiene al monono;
igual al abuelo: mofletudo, sonrosado, una usina de sa-
Julio fuera tan complaciente y tan sociable! La felicito
lud y tan picaro como fi. (£o pincha con el dedo) Hazle
Doña María. (Mirando d reloj) Es ya tarde: Gabriel haz-
una sonrisa á pap¡V viejo... Una, dos, tres: un beso.
me llamar ei coche. Adiós seíiora.í Besoteo general) Los [Entrega solemne del mgtaAo áepmio infantil al viejo
espero eJ lunes en la quinta á comer; tenemos nn gran Do» Jaime.)
acontecimiento que festejar. (Mirando A Antuca) Don
Jaime ha consentido el compromiso de Gabriel. M.—(fímiiií fht»ir«m<!»te al padre) ¡Papil querido
D.» M.—(Asombrada) (Jaime? {desconcierto fenenfc hoy es t« gran día! ¡Qué bifn llevas tus cuarenta y pico"
los novios aprovechan la ocasión para darse «» beso). de años! Kres todavía bueno y fuerte, ¡oh tan bneuo!...
Observa al nenes parece que quiere decirte algo, pero no
D.« M.—(á Don Jaime) {Era esa te sorpresa de t» santo!
pasa de un cunato como sucede con las señoritas del telé-
Tengo que hablar seriamente contigo; estas reblandecido. fono. Sonríen, pero contentar nunca!
(Don Jaime toma ceremoniosamente el brazo <te Mari» (Don Jaime a>* disimulo Je va entregando el nene como
quien no quiere la cosa, pero Maruja se lo deewíf* ce» i*
M. A.—(abraiando tiernamente á Antutn) Cuánto me mitm» Hnwn).Vns., dos, tres: ahí va el rico, ftl picaro,
afcgro que esté próximo el día en que ser* Vd. mi parien- el que el llanto ignora!
títa muy querida. ¡Kncantoí ¡oh! que felices vamos » ha- (línntj* r¿ i juntarse ora n hermano y Julin)
cer! Corro á participárselo á Jubo. £1 quiere tanto i Gabriel
(a Bm Jainte): Ahora puede «amorto Jaime. (A Don* D.o M.—(acercándote) ¡Qué tierno cuadro! ;Es un pri-
vilegio el ser abuelo! (<í Don Jaime que Aao» «n gata
María): ün abrazo señora. (4 Da* Jim*) 0» tita» otm* que no ere* en tal afirmación)
Jaime. \Uomo diriffieindm <f fe owwwremiw) ¡Por fin » -
«MBOS parientes; nosotros que nos qtMtomm ta«te! D. J.—(gm yo w> p*tdt nw» m la crMvra, « iirift
picaresemmaHe n la jwrfrií») una, dos,tre8¡ a la wna, i la»
76 VID* MODERNA VIDA MODERNA 77

dos, á las t ' c ; (deposita en loi biazos del ama el nene) To por el contrario con tanto disgusto, tanta contra-
(Don Jaime reton¡orinado) Ya me he olvidado de cargar riedad y sobre todo, tanta ingratitud!
estos pequeños bultitos de carne coa voz y ojos. (A sus P. J.—(algo altanero, conhortando con la manera ¡ran-
hijos, alegremente) Vamos á tener una tenida magna' ea '! sincera dü T>r.) ¿Qué te trae por acá! Tantos años
Hijos querido?, besen á María, su buena y abnegada que no nos vemos.
madre, mi dulce y snfrina campanera, (erpansimus se- Dr. T.— Compañero viejo: en tanto que yo como la
guidas ffr i'imilin) mayoría de los intelectuales de nuctro país sembrábamos
ideas y nos dábamos á la buena %ida, tú y contigo otros
ES0E5TA XI más prácticos hnn levantado iumeinsas fortunas. La in-
CRIAD 4, voy j vivir, luego el Dr. TOWEES. telectualidad ha sido un fracaso : haciéndose muy ra-
udal se ha hecho imposible. Hoy ya nosotros no consti-
S.—TTn señor desea conversarlo con urgencia. tuimos la clase dirigente. Yds, el dinero, gobiernan el mun-
D. J.—A los diablos con <?I: no son momentos de ver do, hasta el genio solo se le considera como tal cuando
á nadie. se transforma en un imán para los dóllars.
S.—Tiene aire muy contrariado. Como parece ser un D. J.—¡con aire triunfante): "So te lo decía j o cuando
gran personaje por su traje elegante y manera de señor, tú to exaltabas con los libros de Julío-Simont El espí-
rico, muy lico, le dije que Yd. estaba.... ¿Hice malf ritu está aún lejos de dominar el mundo.
D. .7.—¿Donde pstíi su tarjeta? Dr. T.—Pero un día llegará, querido, en que la pxeesiv a
S.—Hela aquí. materialidad er que está sumida la sociedad producirá una
D. -T.—;E1 Dr. Toñera! Esa gente me persigue como estupenda reacción en fa^or de los inmensos horizontes
una peladilla... Qué demonio^ querrá de mi! (paseándose del alma; el día del triunfo licitará; no morirí sin asis-
• pensaiiro.,.) Hazlo pasar, animal, y para otra vez, apren- tir á la victoria"de la sabiduría: la Iridiólos místicos
de á mentir, infeliz. (Ptyquis sigue con interés todo volcarán sobre el mundo el tesoro de los superiores.
este dvílogo. Biuqiéniose á sn lamilla) María, mucha- D. .T.—T¡eeono-!CO en tí al pequeño filosofo de antaño;
chos, señoritas, tengan á bien pasar al estudio; espero á al enamorado soñador que escribía & su novia cartas
una visita y quiero hablarle aquí á solas. (Salida proce- á lo Lamartine. Pero todos estos recuerdos de los tempi
sional de todos ¿n amena «causen», l'syqui» ¡tace, lo propio Jeliri nos alejan del objeto que te ha traído á esta tu caía.
pero luego vuelve y se colora detrás de vn biombo para es- Dr. T.—Re trata de mi lujo, el pobreeito está loco por
cueliar la conversación). tu rubia, toda su vida está concentrada en ella; ella ha
J">. J.—(Con las manos crispadas) Que querrá ese ca- sido para él una revelación de un inmenso campo do ac-
nalla de mi; siento no haber sido más grosero con ellos; ción.
(IMra el Dr. Toureri, Anciano lleno de juventud y noble D. .1.—(mol humorado) lT á mí quét
energía: ademán y traje elegante: hombre demi'ndo, inteli- Dr. T.—El muchacho procedió mal; no debió escri-
gente y Uno). birle con tanta libertad, pero el amor, el grande, el verda-
D. Tobera—Hola, viejo amigo: hora inoportuna, mo- dero amor todo lo disculpa. tQuién no ha sentido esa
mento aún mas; he sabido que cumples aflos noy... qué sed intensa, inexplicable, fetal de amar» tNo te acere*
hombre de suerte...tu., no envejeces con un año.. tn ardiente juventud á esa fuente do lateBcidadtDis-
78 VIDA MODERNA
VID*. MODERNA 79

cúlpalo al pobre y dame el permiso para presentarlo en anheloso con la mirada llena de ira j maldad Muta el pre-
tu casa.
etí» mstnnte en que Fsyqvis se da menta cabal de la pre-
D. .1.—(Fmihvndo) Yo nada entiendo de todo esto, senria ¿e «« progenitor.)
ee lo diré & mi rrjujer; ella resolverá como le pareroa... V.—(Dominando s« sorpresa y tratando de mostrarte
Dr. T.—(Leianlándose como para inte) Creí poder en- la hita buena y sumisa) Estoy muy tranquila de espíritu.
'contrar un amigo pero hallo otra co«a. El dinero te ha ¡Papi! gozo de roncha felicidad.... [cerciorándose de que
cegado. No tengo nada mds que agregar. Adiós! (solé) su padre se Tía dado cuenta del contenido ¿e la misiva)
D. .T.—(se /rueda mirándolo salir ;/ cespueí se pasea Un rnrbes mi paz....Estoy enferma: estoy triste...A to
muy aUeíado) ;Y es para e=ro que me prive yo de momen- chlqmtita le parece qne se va....
tos agradables! Para qué sirven las buenas maneras, D. J.—Dame esa carta...Tengo derecho á íerla...
la educación, jno me hubiera \alido cortar las relaciones Soy tu padre.
con una buena grosería? (sale) P.—Violar la correspondencia agena es un delito...
P.—(Sale de su escondite mxuj emocionada) ¡Por qué la Papá. t« lo suplico : déjame en paz.
inteligencia no se unirá al poder! iPor qué la bondad, la D.J.—Basta de gestos anarquistas! ¡Cómo se ha pose-
nobleza, son, serán soberanas? (Entra sin tente por vrm sionarlo (te tu alma ese pillo!... hi lo tuviera entre mis
puerta lateral con vna carta, se la (14 á Psyqitis y sale por manos b mataría... (Enterneciéndote.) ;Bobanne el cari-
la puerta piincipal.) ño de mí adorada Psyquis!
P.—¡Es suya! Una partícula de m espíritu armonioso. P.—jQné erimeu ha cometido contra tí! Piensa, bus-
(Al»e y lee). «Querida amiga: Cada día que ae desvane- ca, analiza so conducta. Xo prejuzgue*, papacho Tío
ce encuentro mi ser, mi cerebro,.mi corazón más lleno, fé qne tú me idolatras; te opones porque me qnieivi, pero
de tí. El hombre que por su lucha con la naturaleza ha- si yo te dijera que ei todo iiiñtil: que lo amo. que lo aetrai-
se vuelto un ser más vigoroso y fuerte que la ninjex, don- . ré á donde quiera.
de permanece así como el primer día todo el esplendor del D. J.—{Tmnnniol* la mano bnixeameitíe) lE*t4* en
espíritu. Ustodes están más cerca de él, del único; por tu sano juicio, infeliz! ¿ f'abes quién es tn padre! i Couo-
ello el hombre os necesita como un mediador... Como el ces las leyes! Tú rae pertenece* nauta la mayoría de edad
plateado hilo del teléfono tú fuiste para mí un rovelador, (C<m ternura forzada) dame la carta; yo basco tu bien,
un proíeta; intuitivamente tu sola presencia dio más Psyqais Dámela, sino
belleza á las páginas de mis libros futuros, más faego P.—Sanca, junas profanaré la confianza que depo-
sagrado á mis pasiones nobles del porvenir.... sita ta mi un amigo, n» hombre leal y noble cual poeo*.
¡Porqnó te agitas asi! Kl no me escribe nada qae yo, ni
tino podamo* leer.....Yo le di permiso p s » qne k» hiciera.
ESCENA XII Por ser eteñtor, poeta, por ser un alma para no entr»
ra la cuenta óe e»oj joven*» que eatamM acottumbradu
[Don Jaime entra por el fondo y telnmtr» 4 $* *tf* a ver pueane por plazae y calle» en bout» é» aventura»
leyendo una carta, que 4 juzgar par la aleprí* tebren**»- 7 aemAnw. 5o, papA, no eouluud»iiio«í»nn hombre, a »n
ral que se dibuja en tu fisonomía, et «*• <mrf i* MHT. afana. BeonzAo de un verdadero kombre pned« rerttor-
Mitttrat eüa ñaue descifrando a tummerito, ü Ut tigu* H í m jmrra como jo qne cono» ta* dHere&efa* man
80 \ IDA MODERNA VIDA MODERNA 81

fl y los otro? Yo he ganado con conocerle Soy más ijres que sí! (Haciendo ademán de besarse los dedoi en
digna: me conozco mejor A ti iambié'n, papacito, (acer- enn) Te lo juro Anda, hija pumisa, joven modelo ....
cándote con ternura hacia el) te quiero más, más cons- religiosa catoüquísima Dile al Padre Ibáfieü que quie-
cientemente... res á Towers, á un liberalote, peor que los del Centro Gior-
D. J.—Todo esto os griego para mí, música celestial. dano Bruno. Anda, apóstata de las profundas conviccio-
Dame esa carta: yo quiero llevar á los tribunales á ese nes de tus padres. Loca, insensata, piénsalo bien ¿ es po-
bribón que perturba la felicidad de mi hogar, que me roba sible un matrimonio más disparatado1 ¡Nosotros tan ca-
á tí que eres mi encanto, mi tesoro. Piensa Psyqnis que tólicos, tan conservadores! Pensar que la fortuna que
l> por ti, sólo por ti me despojo algunas vece' de mi rudeza,
de mis hábitos de hombre de trabajo que ha pasado su
he acumulado cun tanta pena pueda contribuir algiín dia
al malestar social, la sostenedora de los neos, de la.gerar-
vida y ha formado sn fortuna detrás de un mostrador, quia, la guartliana de todas las delicias á que podemos en-
entre ignorantes, egoístas y aprovcchadores Tú no sa- tregarnos los adinerados. ÍTo, tú no te casarás sino con un
bes, no, por que nunca te lo he dicho: yo no he nacido para lico comerciante, respetuoso de la sociedad, de ideas tran-
hacer fra«es elocuentes: soy un pobre desgraciado coa quilas y de hábitos burgueses. !So, y no y basta! Asi....
suerte y eso "es todo. ¡Cuanto emprendo me, suDrie! t Por \Enciende «na cerilla y quema la carta.) asi será de tus de-
qué no lo se yo! Tu madre quizas, mi tenacidad animal laneos amorqsos.
en fin, hija mift. Tú sabes inspirarme los buenos sentimien- P.—Es mi felicidad que arde, pero al mismo tiempo es
tos cérea de tí, sé posith amenté que tengo corazón h tuya, la de esta casa que peligra. ¡Ya verás! Humilde-
(llora) mente te imploro como cuando era pequeña Sé razo-
P_—(Cmmoride) Continúa así más más por qué nable...?. "Yo te perdono tus palabras crueles; te quie-
asi te pareces á él, á Lionel .... ro y te comprendo. Consiente en que venga aquí
D. J. — (Volviendo en si de su ternura) ¡Quiere es- lionelj conociínflolo, le estimarás, estoy segura. El no
to decir que ni mis lágrimas, ni mi humildad te confirmen en! es rencoroso: por mi, por su propia elevada idea del
¿Le quieres aíin, desgraciada! perdón de las ofeusa? hará de cuenta qn,e todo esto
P.—(Aterroriiada) Sí, sí, hasta la muerte. (Don. Jaime t"»n injusto, tan cruel que está pasando ha sido un mal suo*
le toma ambas manos para quitarte la carta: lucha silen- fio. (Cambiando de tono) Papacito: no guardas en un rin-
ciosa de la cual vence el viejo; léela carta y mudo de rabia cón mminoso de tu memoria los recuerdos de la primera
va á cerrar las puertos, una á una, con llave. Psyquis con pasión, no tienes, no tienes presente las primeras pala-
expresión de terror se apoya contra una mesa, la respira- bras cambiadas, la primer relaciónt So empezaste
ción ayitada.) tú también tu vida, pobre y rico de ilusionest Compadé-
P.—¡Me quieres matar! (Don Jaime sin cuidarse de ceme, papa! i$o es de tu vida de la que te hablo! Ella
Pstiquis lee la carta ; al tteyar al final la relee dos reces.) es la que deseo imitar; quiero yo también seguir con paso
I). 3.— «Tu serás mía, cueste lo quo cueste » trémulo la ascensión á todas las cosas buenas de la vida.
F.—Si, seré de él Yo llevaré ese evangelio á Lionel, aprendido de tí. Papa,
D. J.—T tú hasta hace poco tan humilde, tan sumisa papacito, contesta te escucho!
To soy el cupable, pero de ftqnl en adelanto tomare' mi» D. J.—Hom Psyquis 3to puede ser¡ esto no sera
precauciones. Lo olvidaras; te lo garantizo por mis pa- ímpecinado) lo exijo; Tamos á la me*»: ni una palabra
82 VIDA MODERNA

á tu madre, a nadie, que esto quede eutre nosotros


Mi Psyquis, tú no estás bien y por eso piensas así. Quie-
re í este pobre viejo: é! te curará.
P.—[con entereza) Basta de farsas, padre, he cumpli-
do fon mi deber; voy á hacer como enamorada lo que como LITKEATUEA SÜDAMEBICAXA
hija no hubiese hecbo Llega en la vida un momento
por Ia3 leyes marcado en uu solo instante, solemne, fa-
tal; ha ¡legado para mi el principio delicioso, ahora amar-
go, horrendo Ese momento es cuando un desconocido,
un estrailo á nuestra existencia nos habla de amor y le LA POESÍA MODERNA EN CHILE
respondemos con amor^....entonces para la mujer, la ver-
dadera mujer no existe sino ese hombre, olvida todo lo
que hasta ahora ha amado más La poesía nacional inicia una nneva etapa en 1812,
D. J.—¿listas loca? ¡Ay de mi! con Salvador Sanfuentes, poeta que subo de satisfacer
P.—Lionel es para mi más que todos VdJ. juntos al agudo Sarmiento con sus hermosas leyendas El Cam-
Es lo que él mi3mo dice: «la aurora de mi ser la belleza panario y La Laguna de Sanea, escritas con tan agradable
de mi juveutnd » ¡Su consientes por última vez? soltura y justa observación de loe caracteres y situa-
D. ,T._3o. ciones. Pero Sanfoentes era un astro que no podía lucir
P.—Pues entonces me marcho. como único en nuestro amplísimo horizonte: brilla, en
D. J. — Te haré enchalecar. {Pxyqtfís COTÍ á la puer- efecto, inmediatamente en pos de él, una constelación
ta como para huir, las halla cerradas; fie dirige al bal- numerosa 'con que la lira nacional bien puede enor-
cón como para precipitarse por ü, su paire le cierra el gullecerse. -La forman, entre otros, Lulo, Marta, Blest,
paso.) Irigarri, Arteaga, de la Barra,Rodríguez Velasco, Chacón,
P.—(gritando) ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Mamá! Bosnio Orrego, lira, Gamposano, Emilio Bello, Valentía
D.'J.—Hija indigua.....Maldita (Abre la puerta del Magallanes y luego después, otro grupo en que hay que
fondo y se ra al comedor muy iluminado.) María, María, recordar los nombres de Cario* Walker Martínez, Víctor
(fuera de si) Maruja, Héctor, Gabriel, vengan todas Torres, Pedro S. Prende*, Saámmdo del B. Vatenmel»,
vengan, vengan, á ver !a anarquista, la rebelde (riendo de Santiago Enewti O-, f r a n c a » Concha Cadillo, Bkardo
rabia) la rebelde se quiere marcial' de su cas&.( Corrida Fernández Moctalva y Pedio ¿atona» González.
general; todos se miran unos á otros como loco»; Ptyiptis Bneebio Lulo eant» coa tanto delioden a) Jmt», i
con los ojos muy abiertos ka. adquirido una expresión de ana Buido, i la TúieU, que a» eoupriste el nombre
tranquilidad, mezclada de terror). de Cantar de 4a< Florei. Btmoocam n nOa, é ka ninto
D.» M.—{Que. hay Jaime (tiendo á fuyjwi»).... abw,ree»e d konro» encargo drilBuBt» de BdacioeH,
¡Mi PsyquisL...(C/ae desmayada) dea M a n e ! OMnOa VW, ~ "
P.—{Trágicamente seialando U frenk) SI alma, el al- (1847), y» qae I» ^ ^ _^^_
ma, mamá
(OUMhlHL) fiUitmáM, da 1»
81 VIDA MODERNA VIDA MODERNA

bían nacido. Pero poeta de laa flores y de la nueva y Sus composiciones se resienten al principio de un tinte
hermosa Canción Nacional, cuyas estrofas habían de ser demasiado triste y amargo, pero luego se armoniza un
vaticinios comprobados de gloria y progreso, no quiere poco más con lo normal y publica un libro, del cual ha
cifrar su renombre tan sólo en esas poesías que para dicho nuestro erudito maestro señor Enrique líercasseau
ello bastarían, sino que nos regala después con sus cantos Koran, que, sin agravio de muertos ni vivos, es el de
Al imperial, Recuerdos del Proscripto, El Ángel y El Poeta, mayor importancia que haya aparecido en Chile. Para
El Picaflor y la Libertad y sobre todo con sus delica- juzgar el libro Poesías (1854) hay que transportarse con
dísimas estrofas Seseos, que corren impresas en la mente el pensamiento á esa época de más de medio siglo atrás,
de la juventud chilena y americana, sin que antes, ni en que la atmósfera era muy distinta en la cultura de
después de ellas se hayan conocido otras en su género lo que es hoy; sólo así es posible apreciar en su debido
que la superen ó igualen siquiere en sentimiento y na- valor el esfuerzo de esa musa poderosa y soñadora que
turalidad, porque, es preciso decirlo de una vez, Lillo logra dar á este país una obra reproducida luego con
es, sin duda, el poeta chileno más llano y de mayor trans- encomio en los grandes y adelantados pueblos europeos.
parencia en el concepto. Sus composiciones El Primer Beso, El Ruiseñor, ¡Oh
Al lado de él, Guillermo Matta canta á la Patria, á la Juventud!, La Flcr de la Soledad, ¡Adiós! y algunas me-
Libertad, al Progreso y á la Belleza, empapándolo todo lopeas, melodías y ditirambos que corrreír en su libro
de un tinte apasionado especial, que recuerda á Lord Harmonías (1881), empapados en una melancolía vaga,
Byron, independizándose un tanto de Chile y de esa profundamente delicada y atrayente por la sinceridad
influencia romántica de Hugo y Zorrilla, íí la que los que respiran, siempre serán orgullo de nuestra poesía.
ingenios chilenos y americanos pagaban á la sazón ine- Demingo Arteaga Alemparte posee el carácter de pe-
vitable tributo. Sus leyendas, Un Cuento Endemoniado riodista y de poeta. Se formó en una doble batalla que
y La Mujer Misteriosa, con que se inicia, le acarrean, habla de durar hasta los postreros instantes de su vida:
es cierto, muchos enemigos, pero al frente de éstos tam- la del pan en el día, y la de las letras en la noche. Y
bién muchos admiradores. Más tarde imprime otro [rum- este minero de la idea, como decía Jacob Edén, en ambas
bo á sus cantos: los hace servir á'sus propósitos doctri- supo vencer con brillo. Unido á su hermano don Justo,
narios, filosóficos, políticos y religiosos, principalmente funda el periódico literario La Semana (1858) y fui el
en sus Nueva» Poesías, que respiran algo asi como una creador en nuestra prensa y la literatura nacional
didáctica panteista que sonara con nobles ideales de pa- del folletín político, social y literario.
triotismo y fraternidad. La fecundidad del vate copia- Una de sos primeras predaciones poéticas es la traduc-
p no, que acaso sea la máxima alcanzada por poeta al- ción de la Eneida. Como historiador, produjo Los Cent-
guno en América,—á quien tanto alentó con sus mas tituyentt* ChiUnos. Como poeta, canta con pureza y co-
vigorosas estrofas—sabe obtener brillante partido en el rrección » ia Patria, 6 8* Madre, Al Dolor, y La Mtfe-
Panteón Universal y en tantas otras poesía» que «llevan raiKa, y en todas nu estrofas revela no sólo nn «olido
meollo del más sustancioso, y i veees tuétano de Jeow estadio de b lengua, sino una honda inspiración «o»
como dijo en una ocasión Amttnátegui logra h a i t «1 sentimiento.
Á Guillermo Blest Gama corresponde una gran •<>***- Annqa» Hermogene» ét Irisani no nos na legado ma-
cjón en el movimiento poético deque venttno» h M d chas poeaias, hay que admirar en « a ndnefda prodw-
s« VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 8T
cien composiciones impregnadas de un sabor exquisito j
des una corrección notable. Sadie como él tiene más fa- Tócanos ahora hablar del poeta José A. Soffía, que
cilidad para pasar de un tono á otro: ríe, se enternece, canta á la patria en su laureado poema Michimalonco, y
contempla y se extasía y hasta da á luz poesías del gé- que conmueve las más delicadas fibras del alma con sus
nexo crítico, bipn que la nota dominante de sus escritos Cortas Se mi Madre, poesia en que la sinceridad del sen-
es la festiva, como lo demuestra desde el comienzo con timiento, la nobleza del concepto, el colorido y la ele-
la publicación de la La Charla (1848), especie de juguete gancia en la expresión se dan la mano. Aconcagua com-
crítico en verso, en que fustiga á los poetas y periodistas pone un canto en octavas reales lleno de vigor y en que
de esa época. De entre sus poesías más celebrada?, Pen- la exuberancia de e*a rica provincia parece palpitar ea
f samientos merece especial mención. Esos sáficos,—para
: no citar más que una—llenos de exquisita suavidad y que
sonoras y bien cortadas estrofas. Laz ios Urna»,
tradición aconcagüina data do esa ípoca. Kl poeta por-
teño actúa también en la carrera pública, luego en la
0 dejaa traslucir el alma eminentemente contemplativa del
diplomacia. En Colombia, junto con desempeñar el más
a autor, perdurarán en nuestro Parnaso.
simpático y conciliador papel entre los elementos literarios
Eduaido de la Barra ocupa un lugar prominente entre de aquel país amigo, produce Las dos Eermatas, y una
1 Líos buenos poetas chilenos. Empieza & lucir la flexibili- íerie de composiciones que unidas á las anteriores forman
cxlad do su talento con su obra premiada Al Abate Molina, tTe3 ^ olúmenes preciosos: Poesías Líricas, Hojas de Otoño
cenando leeién se gradúa do ingeniero. Más tarde se coloca á y Poema» y Poesías.
uuna gran altura con sns poesías Objetivas y Suljeticas, y una
• ggraa cantidad de fábulas, en que demuestra su facilidad En La Semana, de los Arteaga, hizo su estreno un
poasmosa de vesif/cador, puesta al servicio de un tempe- joven poeta que más tarde, en 1868, entregaba á luz publica
rs*sm«»iito de artista y de miarte la más altas ilustraciones mi tomo áe Poesías, que" le han valido una gloria bien ci-
runacicmales. El ingeniero-poeta no se contenta con estos mentada y cunfinuada después con otras composiciones
tnnuQfos y con damos á conocer en fáciles versos casfce- patriótica* de verdadero fuste. Se llama Luis Rodrígnez
Itelanos á Horacio Manaoni, Sully Prudhomme, Shakes- Te!a3CÍ3. E-te se deja influenciar en un principio por esas
p e a r e y otro1!, sino que se distingue como el polemista nebulosas fantásticas del romanticismo, y hasta bara un»
mraás liabil ton si,s Saludables advertencias al deio cMeno, hermosa traducción del Ruy Blas de Hago, pero mi»
líl bro que lanza anónimamente y provoca una verdadera tarde se desentiende y canta Al Amor, á La Patria, y Al
tucjrincnta periodística en que tiene ocasión de lucir su Bogar, con tanta ternura, sinceridad y delicadeza qo«
bUien cortsula pluma. se conquista ana fama bien merecida denfo y fuera de
Chile, pnes sos poesías l'ansído traducida* en Italia y en
Entre sus poesías, la mayor parte amatorias, no faltan el Bragfl. P ú a no recordar sino algunas, nombraremo*
alglguaos cantos vigorosos, modelos de poesía heroica, como Los Héroe* de Iquigue, El 21 de Mago, El Beto id Pf
su ( Orii á la Independecia de América, Quena á Españ*, ni*>, Tititaé I* Cata Patenta, Lo* Do$ Sntpiro*, jtm-
Á Cuba, etc. lian llamado también la atención, dentro tre I M feftíva», Vimletttím de Piano. Sorpre*»drMnatíe*»
y fue» del país, sns estudios en castellano arcaico, L* P¿- Por Amor jr for Dinero, que fue representad» con gnm
jirsm perdida del Poema del Cid, y el JIj/tterio de fe* éxito (IM9) en Talpnaiio f Santiago, pote* facnaotM
itocjMa Magos, I'éiuiat dri Arcipreste de Bit» y otras res- « M M y pode mr considerad» como mu de nMtfnf
taeM "
88 VIDA MODERNA VIDA MODERN.» 89

Pablo Garriga, serénense, es el poeta~de"ricas facultades El Gobierno de Kiosco le enconmendó la composición


plásticas y descriptivas, que hace vibrar su plectro ante de un Himno á la Bandera que lleva, música de Enrique
la ciencia, la belleza, Ja creación y la inmensidad. En la Soro, en el que hay estrofas saturadas de betoa, de alta
Oda ala Música es admirable, decía don Francisco Vargas 1
poesía y noble patriotismo^
Pontecilla, cómo ha podido dar formas visibles, y ato Un poeta notable de los últimos años ha sido Pedro
diremos palpables, á las vagas y misteriosas emociones Antonio González, prematuramente arrebatado á la vida,
que el arte de la divina Buterpe despierta en nuestro y cuyas composiciones bien pueden clasificarse, como al
pecho. Garriga nos has puesto en contacto con la vieja tratar de Góngora y Argote, en dos grupos: las influen-
y rica civilización sánscrita, por medio de elegantes ver- ciadas por el decadentismo y las no influenciadas por
siones al castellano, tomadas del inglés, que corren inser- esa escuela. González está soberbio cuando no des-
tas en sus libros, Ensayos Poéticos y Poesias (1882), en cribe los tormentos del alma de ese desgraciado fraile
los cuales descuellan las odas Al Progreso, Al siglo XIX, de El Monje, poemita que es una verdadera joya nacional;
El Poeta, La Humanidad, Al Mar, etc. no menos meritorio aparece en su otro poema El Pros-
Pedro Kolasco Préndez ha sido un poeta combatido; cripto y en sus poesías Triunfal, Á vn Cráneo, la tn-
pero sin duda alguna supo salir ante todo de ciertos pentálica Lucrecia Boigia, Á la Bazón, Al Poeta, y en
convencionalismos de escuela, de rutinas poéticas y aspe- su oda Al Mar, en que no sólo hace gala de una rima
rezas clásicas. Apartó leyes y licencias de tradicionales riquísima y atrevida sino que se deja ver como un pen-
preceptistas, y dio á su verso holganza y alas sonantes, sador no adocenado.
como dijo Rubén Dario. Sus Siluetas y Nuevas Siluetas Otro bar-do como González, de gran vuelo y muerto
han merecido elogios de don? Bartolomé Mitre y don Va- en temprana edad, es Bicardo Fernández Montalva, que
letin Letelier, el último de los cuales ha dicho que «esas cultiva no sólo la poesía lírica sino también la dramática
poesías de estrofas magníficas por su concepto y por su y la novela. —Su espirita melancólico, que ha gido'com-
forma, honran á su autor y fijan no rumbo que la ju- paraáo muchas veces al de Gustavo Adolfo Beequer, se
ventud dotada de reales dotes debe de seguir para llegar traduce primero en una bella colección de poesías breves
á la gran poesía». que llama Intima» y que no son más que las precurso-
Hablan muy en alto de nuestras musas sus cantos El ras de sus hermosas producciones Sueva Magdalena, Mi
Xriunfo iél Deber y Gloria á Chile. Madre, La estatua, Abandonada, La Canción id Poda, Él
Francisco A. Concha Castillo es, entre los poetas que Combate, El 21 de Mago, Cata' de loco» y tantas otras
viven, uno de los más vigorosos y estimables por la be- que corren dispersas, por desgracia para nuestras letras,
lleza de sus pensamientosfilosóficosempapados en un dulce en revistas y periódicos.
sentimiento religioso de profunda moral.—Su Apoteosis, Y de los que hoy viven y se han conquistado merecí-,
fantasía compuesta con motivo del CCLXII aniversario •dos lámela y continúan aún ascendiendo en el camino
de la muerte de Miguel Cervantes Saavedra y que corre de nna {joña imperecedera, bien podemos citar a Julio
inserto en un libro publicado por don Enrique Nelcasaeau Vicuña Ofaentet, autor de Ella, composición de b cual
lloran, para honrar la memoria del Maneo de Lepante, ha dicho Jote Aroldo Marque» qw bou» al p*í», fot-
ha sido muy celebrada en España y aqnt—Son belliñ- .que su aator n aparta de 1» fríroto y manoseada rutina
mas también sns composiciones, MI Dolor, El Mwt <W que se empeña en Mftir con galM poéticas 1» deformé
Alma, Lo que es Eterno.
90
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 9(

dad moral que llamamos el vicio y aún el crimen mismo,


y sigue las inspiraciones de su conciencia, cantando un la manera de Ascásubi y de Estanislao del Campo, res-
sentimiento digno y noble. La Caridad es otra be- pondiendo a los saludables consejos del profesor del Ins-
lla composición suya, aparte de su ensayo trágico La tituto Pedagógico don Rodolfo Lenz,—los dolores de
Muerte de Lautaro y una gran cantidad de poesías ori- nuestras hijos del pueblo, sus amores y sus glorias. An-
ginales y traducidas del latín, del francés, del italiano y tonio Orrego Barros, que así se llama, ha reunido algu-
sobre todo del portugués.—El poeta brasileño Antonio nas de sus poesías en un libro, bajo el titulo de Alma
Gonrálvez Díaz ha encontrado en él un elegante traductor. Criolla, en el que podrán saborearse composiciones emo-
Narciso Tondreau ha merecido elogios del crítico espa- cionantes por la verdad del coloiido y por la delicadeza
ñol Jlenéndez Pelayo, qnién ha incluido en su Horacio en de la factura.
España tres traducciones del poeta latino hechas por el Antonio Bórquez Solar, también poseo composiciones de
cantor de Ars religio mea, Gloria al Progreso, El rey Al- este género, en que nos canta las bellezas de su cuna
cohol, Babia el Océano, El Bosqve, en que campean una (Chiloé) y sus tradiciones en un libro inédito aún y que
versificación florida y un estilo elegante y correcto. intitula Florilegio de Belleza y del Amor del Archipiélago.
líaimundo del E. Valenzuela es autor de ün poema Pero Bórquez, ante todo, es el intérprete de los dolores
intitulado El Corasen y la Cabeza, de versos melodiosos de los pob.es, y canta á menudo empapado en hiél y
y filosóficos, que recuerdan algo á Byron y que la Uni- vinagre, en estrofas del mas variado metro y colorido,
versidad laureó en 1887. en nombre del bien y de la justicia. En sus libros Campo
Lírico y La Floresta de los Leones, hay composiciones
Samuel A. Mío,' tierno cantor de Canelones de Arauco, muy celebradas y valientes.
—aparte_de sus Poesías (1900) y su poemita Antes y
Soy—ha buscado horizontes muy duraderos y felices en Luchan con buenas armas, entre otros que indudable-
la belleza infinita de nuestras selvas australes para dar mente se nos escapan en este momento, Manuel Maga-
rienda á su musa armoniosa, á la vez que apacible, sin- llanes Moure, Luis T?. Contardo, muy aplaudido por Nufiez
cera y llana como él. de Arce, Alberto Mauret Caamaño, Víctor D. Silva,
Alberto del Solar, Marcial Cabrera Guerra, Carlos Pezoa
Diego Dublé ürrutia es un poeta original, chileno
V., Tito V. Lisoni, Carlos Gutiérrez, Ernesto A. Guzmán,
neto y de mucno vuelo, en quien algunos críticos creen
Claudio Barros, Ambrosio Montt y Jlontt, • Santiago Es-
ver una gran figura poética próxima á adquirir toda su
cuti Orrego, Gustavo Valledor S., Luia Barros Méndezj
esplendidez. Cauta á su tierra, sus mares, sus montanas,
Clemente Barahona, Leonardo Eliz, Carlos E. Mondaca
sus labriegos, su propia patria en suma. Veinte año,
y todavía, Alfredo Irarrázaval, que junto con José A.
y después Del Mar á la Montaña (1898-1903), son volú-
Torres, Sofia, Fanor Telasoo, Juan B. Allende y hoy
menes que se leerán siempre con interés y á veces con
Armnndo Hinojosa, forman el grupo de los poetas humo-
admiración. Sus poemitas El Caracol, La Plumilla del'
ristas y satíricos más distinguidos del país.
Cardo y Narciso, para no citar más que tres, parte de
ta Procesión de San Pedro, nos ahorran todo elegió. AGUSTÍN OAIÍKOBBIO G.
Esta tendencia de los últimos á darle un tinte mis
chileno a nuestra poesía M a* acentuado máa aén an un '
joven bardo que ha cantada en dialecto nación»!,—*
VIDA MODERVA

—ÍTo t« daré de los vinos felices,


ni de la carne, señor, te daré;
no te daré de los vinos felices,
sobre mis labios apaga tu sed.

Sobre sus labios bebiera dpl vino


de los Tiñedos de la Eternidad;
sobre sus labios bebiera del viuo:
BALADA hombre del rey su camino no hará.

Dados las manos los viera la Tilla;


muertos los viera y al pie1 del hogar;
dados las manos los viera la 'tilla,
.cuando la alondra se pu*o á cantar
En el hostal de la Gata de Plata *
ENRIQUE BISCHS.
muerta la tiiüa la villa miró;
en el hostal de la Gata de Plata
con su guirnalda en las sienes quedó.

Toda la casa ha quedado desierta:


sólo una alondra en el liejo blasón;
toda la casa ha quedado desierta
cuando la niña rindió el corazón,

Hombre del rey ha llamado A la puerta;


con su guirnalda la muerta fue" á abr¡r._
Hombre del rey que has llamado á, la puerta,
más te valiera en la noche partir.

—íQué me darás, á yantar, coroiiadaf


(¡viento tan tríate en el patio gimió:)
¡qué me darás á yantar, coronada,
que" me darás, sí el hogar se apagó?

(I) El sefloc don EMKiQrx BAVCHS bu conquistado fin pocos arlos el rrlowr poeto w ~
tre los poetas frenos argentinos Su libro -El cascabel del 'hMbaat n ua» n i * Jora de
poesln cuteUnna. Es autor, aótmjs, de (Luí tarcas» j .B! libro dd loé dntfoi» r "dac-
tor de U revista argentina iKosoIru»
vim MODERN-V 96

vivos y para la salvación de los muertos. Sólo que los


abusos se habían deslizado insensiblemente en este gran
cuerpo. El más saliente era el abuso de los beneficios:
SECCIÓN EXTRANJERA á menudo los titulares tocaban el dinero y lo gastaban
á lo lejos; á veces les mismos laicos habían conseguido
procurarse ventajas con ellos.
Se puede lamentar también que los sacerdotes no fuesen
solamente pastores de almas; ellos eran oficiales del es-
LA IGLESIA BAJO LA REVOLUCIÓN FRANCESA tado civil, y, en muchos casos, los mensajerosde la auto-
ridad temporal; sus costumbres eran puras y llenaban
una multitud de misiones caritativas; pero estaban un
poco teñidos de jansenismo; las ideas nuevas que se ha-
bían difundido en el siglo XVIII no habían dejado
de alcanzarlos; estaban chocados de las desigualdades que
existían entre ellos; muchos eran pobres; comparaban su
La Iglesia de Francia era bajo el antiguo régimen una suerte con la de los prelados, canónigos, miembros de
Iglesia privilegiada. Esta situación había nacido del de- los capítulos y colegiales, así como con las abadías, y
senvolvimiento lógico de los hechos. La Iglesia había no estaban sino dispuestos á encontrar en ello motivos
desde todo punto de vista hecho el país; había" mejorado de quejas.
la legislación, guiado el poder poi las vias nuevas, dul- Los obispo» eran nombrados por el rey y elegidos
cificado las costumbres, trazado un ideal de vida. Estados siempre ó casi siempre entre la nobleza; eran. 150; una
y poblaciones la habían tenido en cuenta esos beneficios treintena no residía, otros no residían sino uca parte
y no habían creído deber mesurarle su reconocimiento. del aüo ó disfrutaban de casas de campo que constituían
El Estado le había concedido cuatro especies de privi- a veces refugios de reposo y otras lugares de recepción;
legios: privilegios de honor, privilegios del culto público eran hospitalario», pero poco dispuestos á prestar oído
exclusivamente ejercido, privilegios de jurisdicción, pri- atento á los peqaeítos asuntos de qae los curas les ha-
vilegios en materia de impuesto. Las poblaciones no le blabas; de ahí los sordos descontentos.
Habían economizado sus libertades; ella poseía abadías, En cuanto a las abadías, eran numerosas: 755 de hom-
conventos, bosques, praderas, tierras. M. de la Gorce es- bre, 263 de mujeres; estaban sobretodo extendida» al
tima, que se puede avaluar las rentas de estos bienes Kart*, si Soioeate y .al Este. Se denudaba ka desorde-
en cerca de 85 millones, á los cuales es necesario agregar los ne» ijue aUi esiattoj pero el mal estaba Icio» de ser ge-
diezmos y rentas diversas, elevándose aproximadamente neral. Se decía que loa monjes eran ricos; no lo «tan,
a 95 naílones, sin hablar de ios eventuales y las limos- ea verdad, peuanateente; solamente mucho* abates a»
nas. Este patrimonio habla sido administrado con inte- XMtaima, y cuando volvían de tarde e» tarde, todo m-
ligencia; el clero había mejorado singularmente los in- taba arrobad» p o n reabiriM lárgame»**. Wrohgwwai,
muebles que le habían sido concedidos, y adema* ellos por t s parte, sabias pennaaeeido, esa p««a» «xeepeiNMa,
habla hecho servir en gran parte para oonmeto de lo» fiel** i 1M dtibecoi 4» t u vacación.
VIDA. MODERNA 97
.MODERNA

La iglesia conservaba á la verdad el monopolio de la


Apesar do las grietas del edificio, la Iglesia había con-
caridad. Obispo, curas, abadías, daban largamente. Los
servado las apariencias del poder; estaba representada
religiosos, en numerosas comunidades, no cesaban de
por 125,000 personas obligadas por los lazos sagrados,
sacrificarse; 13 á 14,000 se consagraban á la enseñanza,
sin contar los servidores que dependían de ella; en su
8 á 9000 al alivio de 1» miseria bajo todas formas; 11 á
calidad de propietaria-, disponía de agentes y de labrado-
12,000 á la plegaria de la adoración; ellos rogaban y
res numerosos; estaba en posesión del derecho de educar
expiaban por los que no rogaban ni expiaban; ellos se libra-
á la juventud; tenia cierta parte, más aceptada que
ban á mortificaciones de las cuales la molicie de nues-
formalmente consagrada, en el manejo de los negocios
tra época no puede discernir los provechos, lío importa:
públicos; tenía sus entradas i. la Corte por diversos títu-
los asaltos contra las creencias eran tan numerosos y tan
los. La religión católica era la única reconocida, la única
diestramente combinados, que muchos estimaban el cato-
oficialmente admitida; en los campos como en las ciuda-
licismo destruido ó sobra la pendiente de la ruina.
des, se le encontraba como en todas partes, y el presti-
gio de que estaba revestida encontraba una expresión A veces los obispos se asustaban; en 1762, en la asam-
sensible en el despliefrue de las procesiones á las cuales blea del clero, deploran el debilitamiento de la ié y la li-
se asociaba una multitud de gente de toda condición y cencia de los escitas; en 1775, en 1780, en 1782, hicieron
•en las que centellaban los tesoros de los santuarios y "oír las mismas quejas; publicaron mandatos para prohibir
los ornamentos sacerdotales suntuosos. la lectura de los filósofos incrédulos: en ninguna parte,
sin embargo, se apercibía la organización de la lucha con-
5o deteniéndose sino en estos signos, la Iglesia hubiera tra la impiedad. Mientras la Iglesia aparecía como desam-
podido ser considerada como investida de un poder sin • parada é incapaz- de resistir la ola de los ataques, los filó-
limite é incontestado. T sin embargo en ella, la rida, I» sofos extendían por todas parte3 el recuerdo de sus doc-
vida cristiana, dejaba mucho que desear. «Lo que se obser- trinas; la nobleza se dejaba invadir por ellos; el jansenismo
Taba, señala M. de la Gorce, es el desuso de la funciones les sonreía; los salmos los acogían.
sagradas». La predicación sufría de falta de celo; el Evan- El rey, cierto, no les era favorable; pero le faltaba ener-
gelio, los padre de la iglesia no lo penetraban; ella en- gía; el pueblo permanecía creyente; pero se podía asegu-
señaba una clase de moral vaga que parecía destinada rar que le faltarían los conocimientos y el fervor para re-
á desarmar á los hombres de poca té. Se hubiera dicho sistir la •tempestad*! Es verdad queden los últimos afioe del
además que estando los prelados en posesión de una siglo XVIII, loa principales filósofos habían desapareci-
situación privilegiada, no juzgaban necesario prohibir las do; pero BU obra estaba cumplida; ella había desarrollado
creencias en las almas populares; algunos, sobre todo en la gangrena en todas partes.
las ciudades, no habían permanecido extraños al movi-
miento filosófico del tiempo: y, á esta contacto, si no
II
habían perdido sus convicciones, ellas, bajo el imperio de
'las objeciones y de la dudas difundidas por toda) partes,
las llevaban a cierta complacencia para el enemigo. En di- La posición de la Iglesia habla llegado & ser precaria
versos lados se hablan establecido logias masónicas; se romo la de todas las instituciones de la época; estas no esta-
guardaba, declan ellas de hablar allí de religión, pero » ban yft en armonía con las ideas dominantes;tesfinanzas
atacaba «la superstición», y entre sos adeptos se contaban ee baHaban seriamente comprometía»*; la corrupción jto
presbíteros y religiosos.

.."'•*.
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA . 99
las costumbres había hecho grandes estragos en las altas
clases; los privilegios eran batidos en brecha por todas par- misa del Espíritu Santo, una arenga en la cual ofrecía al
tes; una inmensa necesidad de reformas 66 hacia sentir. Pa- Rey, «los homenages del clero, los respetos de la nobleza,
ra poder remediar los males crecientes, el gobierno resol- las muy humildes suplicaciones del tercer estado». Esta
vió convocar los Estados Generales. frase no agradó al tercer estado; pero, lo que lo descontentó
.Entonces una cuestión se presentó: ¡las órdenes serian más, fue que se designó á cada orden un local separado pa-
mantenidas? Una obra resonante había aparecido: ¿Qué eg ra la verificación de los poderes da sus miembros; él recla-
el Tercer Estadal Emanaba de Siéyés y encaraba la abo- mó, y demandó la verificación en común. La nobleza lo
lición de las órdenes. Bajo la influencia de este empuje rehusó y proclamó el 28 de Mayo la distinción de las órde-
se decidió que el tercer estado tendría una representación nes como ley fundamental de la monarquía. El clero se
igual á la de las otras dos órdenes reunidas. Pero por otra demostró menos resuelto; se pronunció inmediatamente,
parte, {cómo organizar la representación del clerof Se pero en una débi! mayoría, por la verificación separada;
acordó al bajo clero una representación cuádruple de la pero el teráer estado insistió; Farget le dirigió abjuracio-
del alto clero; él se encontró asi dueño en las asambleas, nes «en nombre del Dios de la paz y en nombre de la nación»;
encargadas de nombrar los delegados eclesiásticos; no hu- los espedientes fueron propuestos sin éxito. Finalmente,
bo necesidad de hacerle sentir su preponderancia y de in- lo que era de preverse, algunos curas se unieron al tercer
vitarlo á servirse de ella; él la usó con moderación en los estado en la sala de deliberaciones; fueron acojidos con
expedientes que formó, limitándose á recomendar algu- aplausos. No contento con esta primera victoria, el tercer
nas reformas de detalles, tales como la supresión de los estado procedió, los días 12 y 13 de Junio, al llamado de
derechos casuales y la obligación de la residencia para to- todo loa miembros de las tres órdenes, dándose así la ven-
dos los beneficiarios; era sin embargo de preverse que, aún taja aparente de una verificación general de los poderes.
cuando favorables al principio como el episcopado al man- Después, á proposición de Siéyés, se constituyó el 17 de
tenimiento de su orden como primera orden del Estado, Mayo en Asamblea Nacional indicando con ello, sin ex-
los curas, colocados frente al tercer estado, no tardarían cluir á los miembros del clero y de la nobleza, que la na-
en pasarse á su lado. ción debía tener una representación única. A los pocos días
el clero, volviendo sobre su voto anterior, adhirió ¿la verifi-
Varios obispos lo previeron; formularon reservas con cación en común; los eclesiásticos quelababian adoptado se
motivo de ciertos votos emitidos y se lamentaron de la dirigieron á la sala del tercer estado cuyo presidente Baüly
representación insuficiente que se les había acordado. loa felicitó, llamándolos «dignos pastores cuyos nombres
Se apercibió bien pronto que sus lamentos no eran sin serán inscritos en los fastos de la patria.»
fundamento; sobre 296 miembros eclesiásticos elejidos,
no hubo más que 47 obispos al lado de 203 curas. Es justo Se habla dispuesto una Besión real para el 23 de Junio.
agregar, en alabanza del clero entero, que, en sus expe- El Bey anunció un programa de reformas y ordenó i las
dientes testimonió una gran solicitud por la fé, deplorando tres ordenes reanudar sus sesiones en sos salas respecti-
el debilitamiento de la religión, la deprav»ción de las eos- , vas. Hubo algunas tergiversaciones; después, los caras en
tambres y el olvido de las fiestas religiMM. gran número y ate los obispos no tardarían en hacer escisión.
El dia de la apertura de las Estáte» garandes, A i *» El 27, el Bey, eedieadoa Ja faenada las COMÍ, jpreieriMi
Maye de 1789, el obispo de Nancy jamancio dunurt* 1» a la aohlee» y al otero fusionara coa el tercer Mtekt. AJÍ
dosapawderon hw ordene»; no w pneJt Bagar qae «1 ole-
100
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 101
ro había largamente contribuido á esta solución; él debia-
ser bien mal compensado por ellos. Se habría hecho e » en la iglesia privilegiada.
Jío tardaron en precipitarse los acontecimientos, inquie- Sin duda, dada su influencia bienhechora, se concibe
tantes: el 14 de Julio la Bastilla fue tomada, y esa manifes- que la religión hubiera estado largo .tiempo rodeada de
tación del poder popular tuvo • una inmensa resonancia; honores y de ventajas excepcionales. Pero la sociedad se
en las provincias, los incendios destruyen castillos y aba- había dividido, y luego los abusos hablan nacido de los
días. Todo eso se llevaba á cabo por odio á los vestigios favores sucesivamente obtenidos. Solo que no debía de-
feudales, y era indudable que su desaparición era cues- tenerse ahí; dejándose dominar por la fiebre de reformas
tión de dias. Se comprendió que valía más suprimirlos que la agitaban, la asamblea llegaría á despojar á la igle-
que dejárselos arrancar. En la noche del i de Agosto, los sia de lo que le era necesario para su asistencia y regen-
miembros de la nobleza, apoyados por los obispos, propu- tearla en su organización y disciplina; poco tiempo después,
sieron su abolición. Hubo entonces una anulación de sa- la convención deoía sustituir la irreligión del Estado á la
crificios: privilegios individuales, privilegios de provin- religión de Estado. Esas fueron las etapas de la regula-
cias, privilegios de ciudades, todo fue suprimido. Era el rización. .
fin del antiguo régimen.
En esa misma sesión se habla votado que loa diezmos III
serian restablecidos. El 10 de Agosto, la cuestión fue tra-
tada de nuevo. Mirabeau preconizó la abolición pura y sim- Las riquezas del clero habían excitado en todos los tiem-
ple; Siéyés, al contrario, opinó por el rechazo: «queréis ser pos las codicias délos principes. AHÍ donde la reforma ha-
libres, exclamó, no sabéis ser justos!» Pero-la nobleza, que bía prevalecido, había debido en gran parte su éxito á ese
acababa de perder sus privilegios, no estaba disgustada incentivo ofrecido á los deseos desordenados de los seño-
de ser librada del diezmo; la gran mayoría del clero, por res. Además, como en Francia los legistas habían tratado
su parte, prefirió el despojo voluntario a la espoliación. de inculcar esta doble idea, de que la iglesia no tenía sobre
Sin embargo, convenia evitar las transiciones, y la asam- sus bienes sino un goce revocable, y de que, para toda
blea decidió que el diezmo continuaría siendo precibido adquisición á titulo oneroso ó gratuito, era necesaria una
del modo acostumbrado hasta que se hubiera encontrad? autorización civil, los filósofos y los economistas ha-
otro medio de subvenir al mantenimiento del clero. El bían agregado que el gobierno estaba en el derecho de su-
medio debia ser fijado en el mes de Noviembre. Después primir todas las fundaciones. Es asi qué, aún cuando el
de la sesión, Mirabeau abord<í á Siéyéa y le dijo: «qué que- pueblo conservaba en general, ciertas costumbres de pie-
réis, mi querido abate.' habéis desencadenado el toro; {po- dad, el espíritu público se había poco á poco penetrado de
déis sorprenderos de que os cornéef» la posibilidad de una empresa cuyos gastos estarían á cargo
Quedaba un privilegio á la Iglesia: era la supremacía de la propiedad eclesiástica. >~ada podía favorecerlo mejor
civil; ésta no resistió al torrente desencadenado. que el apuro financiero; las rentas imaginadas por ÍTeeker
£1 22 de Agosto, se discutía la declaración de loa dere- DO hablan dado resultado y se decía que era inútil recu-
ehot de los hombre»: la Asamblea insertó en ella «que na- rrir a esa fuente, y que se podía «tomar». Y como después
die puede ser inquietado por sus opiniones, aún religio- del atentado del 5 y 6 de Octubre de 178» las señales de
sas»; el 28 de Agosto, rehusó insertar en 1» Oonítítucióo hostilidad religiosa se habían acentuado, la hora de la
que la religión católica era la del Estado. confiscación parada haber llegado.
102
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 103

Desde el mes de Diciembre, una primera aplicación del


del vértigo que e qUe reiaaba decreto del 2 de Noviembre fue hecha: la asamblea deci-
3 TaU
labia parecido al ^ ' ™ dió la venta de los -dominios de la corona y de los domi-
nios eclesiásticos hasta la concurrencia de una suma de
resistencia. pertenecer al p a r t ido de la
400 millones; en el mes de Marzo de 1790, el diputado
-^piraron su 8ubita Cbasset propuso la transferencia de la autoridad civil do
los bienes eclesiásticos y el pago al clero de los salarios
en dinero como indemnización de esta confiscación. Esta
vez el episcopado protestó. Pero Treilhard aplicó á los
bienes eclesiásticos una calificación, la de bienes nacionales,
Estado sobre esos bienes con 7a f ^ 6
°S der6ollos
de pr
deI
que en el pensamiento de los espolisdores debía quedarles,
™er á la subsisten' a del d i 7v T T"***
absoIu
°- y la moción Chasset fue adoptada. Algunos meses des-
fundaciones. Mirabeanv V ción de las pués, dos decretos, votados en Julio y Octubre de 1790,
soPrevi
dejando lalTa^LTTV0™™11 el mismo
P*
i . a a q W S I e i ó n d e IM fundaciones fuera de l prescribieron la alienación general de los bienes eclesiásticos,
s 0nes as
íío bastaba despojar el clero; era necesario debilitarlo.
Es por eso que, aún antes de que estos últimos decretos
entr, hubieran sido adoptados, desde el mes de Octubre de 1789,
«.a creación CUerp S s i e n d
«iespué, de lo cu
a °' ° la Asamblea habia tomado partido contra las órdenes reli-
" giosas; habia suspendido á título provisorio la emisión de
« ta tesis de la Í S ^apoyándose los votos solemnes en los monasterios; después, en el mes
M a u r y pro
testó diciendo: «Tenéis l 7 w 7 ,1 " de Febrero siguiente, ella los había prohibido para el por-
Protejernos, v no paralé f ! S ha
e V a n otr 8 Para
° ^ dada
venir, haciendo así imposible el reclutamiento de novi-
bros del cl^o declaran M
? ; °' » cios.
amenazaba, que un S ' Enardecidos por estas medidas, los paisanos, aquí y allá,
eclesiástico PodríaTeuL tyuda 7 ^l a s 6 1 de' se habían asociado á ellas á su manera librándose á inva-
soro. Una corriente Z P » " ^ del te- siones y depredaciones de loa cuales los bienes religiosos
«e había ^ 2 b a l a d o ; y conio eran ela apuesta». Más tarde la autoridad sometió á los
^ ó por apl > Mirabeai1
religiosos á una multitud de medidas vejatorias; bajo el
»e *- protesto de hacer la estadística de sus propiedades, pres-
que los bienl dela
cribir inventarios é interrogatorios que no eran sino el pre-
nación, con la facio de un despojo. En algunos puntos las poblaciones
^'to y al rnaateZ Muchos pen-
manifestaron cierta hostilidad contra esas vejaciones; pero
saron, en los primeros
Que «n voto d e se tuvo razón, y, muchos religiosos sintiéndose abandona-
«»« de los U CUras s e dos y previendo la suerte que les esperaba, se encontraron
y
IoS o b i s desamparados. Las religiosas dieron más pruebas de fir-
* cubierto, no
signaron. EUOS
P° 8 8a meza; j protestando, pensaron sobre todo en el perjuicio
que causarla á los demás su propia desgracia; las unas pi-
104
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 105
dieron que se les dejara morir en paz bajo el techo y la
regla que las hablan abrigado; las otras manifestaron su en las filas del clero inferior, contra los dignatarios del es-
sorpresa y llegaron hasta el reproche; hicieron valer que tablecimiento religioso. Desde 1789, se había oreado un
habían educado muchas jóvenes de las cuales algunas es- •comité eclesiástico encargado de elaborar los cambios en
taban aliadas á miembros de la Asamblea. Pero estos la- la organización de la Iglesia.
mentos dejaron fríos á los perseguidores. El 25 de Noviembre, uno de sus miembros, Durand de
llientras ocurría todo esto, había empezado la venta de JlaiUane, leyó en el comité un proyecto de reforma com-
los bienes eclesiásticos.'La venfa seguía más fácilmente de pleta, y, entre las medidas propuestas figuraba la confir-
lo que se había creído. Se Iiabía tenido la habilidad de excep- mación por el metropolitano de los nombramientos epis-
tuar los bienes de las fábricas, fundaciones y estableci- eopales hechos por el rey; el nuevo obispo debía conten-
mientos hospitalarios; después, un cierto vaivén se ha- tarse con enviar al Soberano Pontífice su profesión de fé
bía producido entre los miembros eclesiásticos de la bajo forma de carta, en testimonio de unión con él. Esta
Asamblea; en fin, el papa habia manifestado su desagrado, memoria había provocado contradicciones; el comité se en-
pero sin llegar hasta una protesta pública. Eesultó de allí contró dividido en dos fracciones iguales; se le reforzó á
que los bienes eclesiásticos tuvieron más interesados de lo proposición de Ireilhard en el sentido de los reformadores
que se esperaba; entre ellos figuraron muohos burgueses) y se le encargó de presentar «un plan constitucional para
algunos gentilhombres y aún ciertos prelados, bien que en la organización del clero.»
corto número; los campesinos no llegaron a ser comprado- El comité se puso á la obra bajo la inspiración de los
res sino uu poco más tarde; se hizo barato de las excepcio- elementos diversos que constituían su mayoría; jansenistas
nes admitidas al principio, y la venta no tardó en ser ge- y legistas se hicieron la competencia; consideraban que los
neral. prelados eran funcionarios obligados á obedecer las órde-
nes del poder civil; no podían admitir que la Iglesia tuviera
dos amos, el Estado y el Papa; dado que el Estado quería
rv ser el amo, Boma debía abdicar. Se doró este fin con diver-
sos pretextos: se trataba de volver á las tradiciones pri-
mitivas al mismo tiempo que de asegurar la independencia
los auxiliares, ' efi l a s 6 r d e n e s
leU í
S °- de la Iglesia galicana.
mÍnÍ8terio
*P™tóUco. Le El 21 de Agosto de 1790, la memoria del comité fue leída.
Ella suprimía muchas diócesis, reduela á 10 el número
de los arzobispos, abolla los ^capítulos de las iglesias
catedrales y colegiales, fusionaba una cantidad de parro-
quias.
Los curas debían ser elejidos por los electores del dis-
trito, los obispos por los del departamento: era elector,
de todo ciudadano qué hubiera asistido á la misa parroquial
precedente al escrutinio. Eli rey estaba encargado de apro-
bar los elecciones episcopales; podía ejercer doa reces un
derecho de Teto; pero si el tercer roto llevaba al mismo
106
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 107

candidato, eítaba obligado á dar su aprobación. El obispo


era el llamado á dar la institución canónica al cura, e¡ vano se buscará, en esta discusión de detalles, resistencias
metropolitano a] obispo. Estaba prohibido á los obispos apoyadas sobre la libertad de la Iglesia. Todavía la extre-
dirigirse al «obispo de Boma», para hacer ratificar su elec- ma izquierda estimaba que el proyecto contemplaba de-
ción; sólo le estaba permitido escribirle «como al gefe visi- masiado al clero; entre los más ardientes de sus miembros
ble de la Iglesia universal en testimonio de fé». Todo el cle- se distinguió Eobespierre; tanto que respondiéndole uno
ro sería asalariado y el casual suprimido; las oblaciones de los partidarios del proyecto, Lanjuinais, sin parecer que
voluntarias de los fieles servirían para constituir una caja hacia su propio proceso, exclamó : «La Asamblea entiende
de socorros para los pobres. hacer leyes para la religión católica ó para una religión
nueva que le gustarla fundar!» El señalaba así la carac-
Este proyecto, tan atentatorio como él fuese á los derechos terística de la ley!
esenciales de la Iglesia, debía encontrar auxiliares en la
cobardía de los unos, en la debilidad de la fé en los otros. Esta fue adoptada el 12 de Julio. Lo que llamó la aten-
ción en los debates que precedieron este voto,fué la ausen-
La oposición carecía por otra parte de jefes capaces de
cia de energía, por no decir la abdicación de los católicos.
hacer oir una voz autorizada; entre los eclesiásticos, Maury,
á pesar de su talento, no tenia autoridad suficiente; entre jEra de su parte falta de fé ó conciencia de la imposibi-
los laicos, Cazalis parecía, en razón tanto de sus gustos lidad de vencer? jEra falta, de clarovidencia en cuanto á
las consecuencias de las innovaciones! Es indudable que
como de su poco celo religioso, desprovisto de competencia:
estas causas intervinieron todas á la vez. A la verdad los
ninguno de los dos por otra parte intervino para combatir
sostenedores del proyecto se defendían de querer á la re-
de frente las disposiciones propuestas. ligión; se les vio aún, en el curso del debate, asociarse á
Desde el 29 de Hayo, el debate se abrió. El proyecto la procesión de San Germán l'Auxerrois con ocasión de la
contó entre sur defensores á" los legistas, los jansenistas, Fiesta de Dios. Pero estas contradicciones no podían enga-
ciertos sacerdotes apremiados por desertar de la vieja ñar á ningún espíritu perspicaz; lo que se perseguía, era la
Iglesia, y los hombres de'la extrema izquierda; todos sos- * sujeción de la Iglesia al poder civil; érala constitución, me-
tuvieron que la disciplina eclesiástica relevaba de la. auto- nos de una Iglesia nacional que de una Iglesia esclavizada.
ridad temporal. Los obispos contestaron este punto; pero
el arzobispo de Ais pidió en su nombre, denunciando las iQní iban á hacer el Papa y el Eey! La Asamblea no
intenciones que eran de naturaleza para provocar la sor- parecía preocuparse mucho de ello.
presa, que la Iglesia galicana fuera constituida en concilio La situación del Papa era desde varios anos muy dificíl
nacional, y declaró que en caso de rechazo de esta moción, con respecto á las potencias. Los soberanos temporales se
sus colegas y él se mantendrían en la abstención; como si hablan coaligado contra la Iglesia tomando por su propia
ello no fuera dejar el campo libre á los peores propósitos! autoridad medidas nocivas á la libertad y á la extensión
Cuando la Asamblea abordó los artículo», los aumentó de su influencia. Francia estaba representada ante la
un poco, sobre todo proclamando da unidad de té y de Santa Sede por el Cardenal de Bernis, arzobispo de Alby
comunión con el jefe visible de la Iglesia»; pero era esa una Este se conduela como gran señor, celoso de su posición
concesión puramente ilusoria, puesto que rehusó la insti- y jactándose de ser el «segundo de Boma»; no disimulaba
tución canónica al Papa; robó al mismo Bey el derecho de por otra parte que el porvenir le daba miedo. Pie VI esta-
oponer un veto limitado á las elecciones episcopales. En ba, él también, asuitado del giro de los acontecimientos;
él decía con razón al embajador de Franela: tToda mlespe-
108
VIDA. MODEUNA VIDA MODERNA 109

ranza reposa sobre el amor de Su Majestad por la religión, condición de que la ejecución de ella sería suspendida
sobre su adhesión á la Santa Sede, sobre sn sabia política.» mientras las negociaciones con Roma se prosiguieran:
Pero como ei por esta parte él no estuviera completa- era eite un pobre expediente, que atestiguaba que la debili-
mente tranquilo, escribía á Luis XVT en el mes de Sep- dad prevalecía y que la asamblea no tendría más que exigir
tiembre de 1780 una carta confidencial, exortándolo «á para ser obedecida. Era por otra parte seguro que el Sobe-
vigilar sobre el depósito de la fé y á no permitir que el rano Pontífice no cedería. El 10 de Julio, habla escrito
error se amparase de los santuarios.» Pronto se suce- al Rey :
dieron las malas noticias; á pesar de su carácter alarmante «Xosotros declaramos de la manera más expresa que
el cardenal Eernís continuó dando fiestas; pero, cuando si aprobáis los decretos relativos al clero, arrojáis por eso
en líarzo de 1790 fue votada la ley contra las órdenes reli- mismo á vuestro nación entera en el cisma. Habéis hecho
giosas, la emoción fue grande. El cardenal vio á Pió VI grandes sacrificios en bien de vuestro pueblo; pero no te-
y lo obligó á contemporizar. Pero el Papa creyó deber néis el derecho de alienar en nada ni abandonar lo que es
formular una protesta en el consistorio del 13 de Mayo de debido á Dios y á la Iglesia de la cual sois el hijo mayor.»
1790; sin embargo, para no envenenar las cosas, la protes-
ta no füé hecha pública. A pesar de esta gran advertencia, el Eey se atuvo al
consejo de los arzobispos y los encargó de redactar las
Las comunicaciones del ministerio francés eran raras instrucciones al cardenal de Bernis, quien, reconociendo
y cortas; no tendían sino á una cosa: impedir todo paso que convenía ante todo recurrir «a la sabiduría y á las
de parte de la Santa Sede; tal era el espíritu de las instruc luces do la Santa Sede», le demostraba que «la ejecución
ciones de M. de Montmoriu, ministro de relaciones exte- de los decretos sobre la religión no podía sufnr demora.s
riores. Las informaciones que recibía el nuncio en París Las instrucciones agregaban que no era «sino una apro-
" tenfan el mismo"carácter; M. de Moutmoriu le decía que bación provisoria hasta que las cosas pudieran ser mode-
él había recomendado en vano al comité eclesiástico un<t ramente tratadas á satisfacción de todos.» Al enviarlos,
ententr con el Santo Padre; pero al mismo tiempo insistía M. de Montmoriu recomendaba que se esperara. Por su
sobre la necesidad de ceder mnebo; habiendo el Papa orde- parte, el Rey, protestando sus sentimientos, manifestó
nado plegarias, el ministro se enceló más. Las cosas es- en una carta que «su intención perfectamente declarada
taban en esto estado cuando la Constitución civil del era tomar las medidas necesarias para la ejecución de la ley*.
clero, presagio de un cisma, fue votada. El cardenal de.Bernis quedó aterrado. El Papa no lo que-
Hasta este momento nada permitió afirmar que el dó menos. Pero ,no queriendo precipitar cada manifestó
Bey hubiera intervenido de cualquier manera para dete- la intención de consultar á los cardenales. Al mismo tiem-
ner á la Asamblea constituyente en la pendiente por la po, le escribió al Rey para reivindicar «la inalterable sobe-
cual rodaba. Pero había llegado para ¿1 la hora de pronun- ranía de la Iglesia en las materias espirituales.» Pero, como
ciarse, hora dolorosa, porque su piedad era sincera y las en París, la asamblea se impacientaba y exigía la promul-
medidas antireligiosas alarmaban su conciencia. Consultó gación, Luis XVI cedió sin esperar la respuesta de Roma:
á los dos prelados que ae sentaban en eus consejos, los el 24 de Agosto, la ley fue promulgada; el Rey mandó al
arzobispos de Viena, Lefranc de Pompignan, y de Burdeos, Papa la resolución que él habla tomado, invocando da
Champion de Cícé.Los dos, preocupados de llegar a un «cner- necesidad ineludible en que ne habla encontrado.»
do, insinuaron que la ley podría ser promulgada bajo la Ciertamente la posición (Jel monarca era difícil. Ocurre
110 VIDA MODERNA VIDA MODERNA 111

siempre lo mismo en las épocas de turbación, sobre todo lamayor parte, no estaban mal compuestos y suponía una
desde que bajo diversos puntos de vista las reformas son vigilancia incesante y extensa. También las medidas fue-
necesarias y las concesiones inevitables. Francia había ron desde luego aisladas y parciales: aquí y alia, frente á la
llegado á uno de esos momentos-de la historia en que hu- (mala voluntad de los obispos», se interdictaba un manda-
biera sido & la ve¿ peligroso y poco racional oponerse de miento. Se suprimía un tratamiento, aún se cerraba una ca-
una manera absoluta á las reformas y á las concesiones. tedral; pero he aquí que de pronto la silla de Quimper
Solamente que ¿dónde debía detenerse en esta vía! y una- quedó vacante; los electores se reunieron y nombraron
larga experiencia no prueba que las reformas y las conce- obispo al abate Expilly, cura de Morlaix. M. de ilontmo-
siones legitimas engendran á menudo exigencias que no rin lo comunicó al cardenal de Bernís, agregando: «M.
lo son? Expilly es moderado; pero hará valer sus derechos.» Entre
Es por eso que á menos de resignarse á una cobardía ge- tanto la resistencia se multiplicaba; un gran número de
neral, llega un momento en que la resistencia se impone cnras del Oeste declararon que no se separarían de sus
y reclama, para eontrarestarla, una extrema energía. obispos. La asamblea, en lugar de escuchar los consejos de
Esta energía Luis XVI no la tenia y podía preverse desde la moderación y la prudencia, se empecinó y se ocupó de
entonces que cediendo siempre, sería llevado á los últimos esforzar á los eclesiásticos de todos los grados á pronun-
extremos. ciarse en favor ó en contra de la ley. Un diputado obscuro,
El 2i de Septiempre, los cardenales se reunieron y, pene- Voidel, propuso una ley nueva haciendo obligatorio el
trados como el Papa del temor del cisma, le aconsejaron juramento délos obispos, los vicarios episcopales, los curas
dos breves, una dirigido al Bey, resumiendo la doctrina de y sus vicarioa, los superiores y directores de seminarios,
la Iglesia en materia de las cuestiones provocadas por la los profesores de seminarios ó de colegios y todos los de-
asamblea constituyente, y el otro exortando á los obispos más eclesiásticos: ese juramento debía ser prestado por
franceses á proponer las vías más propias para tranquilizar los sacerdotes miembros de la asamblea constituyente en
las conciencias y evitar nuevas inquietudes. El Papa se la tribuna de esta asamblea y por los otros dentro de los
mostró dispuesto á seguir las instrucciones del Sacro ocho días de la publicación de la ley; todos serian invitados
Colegio. Pero ya, bajo diversos puntos, la constitución ci- & jurar «ser rieles á la nación y al Bey y mantener la cons-
vil del clero se ejercitaba; publicada en los departamentos titución del estado por la asamblea nacional y aceptada
durante los meses de Septiembre y Octubre, ella obligaba por él Eeyj
á los obispos á pronunciarse; un gran número protestó; la El debate toé apasionado; los miembros del clero pro-
mayor parte deseaba un plazo para permitir un acuerdo testaron; Mirabeao, que en ese momento negociaba con
con la Santa Sede; finalmente, se pusieron todos de acuerdo, la Corte, había anunciado que debía «comprar por cierta
de una parte para publicar una refutación completa de violencia el derecho de ser razonable»; violento lo fue en
la ley bajo el titulo de «Exposición de los principios de la efecto, y su proyecto diferia del de Voidel en que
Constitución civil del clero»; de otra parte, para baeer oofflo no fijaba ningún placo para la prestación del juramento.
si la ley no existiera y abstenerse de participar «n su eje- Hauñ recogió et guante: BU diácono tai acerado, elo-
cución. cuente; pero el criterio de b Amable» estaba formado; el
Esta última parte no era cómoda, porque reclamaba el pwyecto VotfdfBé potito a votación el primer» y adopta-
consenso de las admtnistracis«w departamental*» qoe, do «I 3T fe IToTJembw, «e^net que 1a derecha, por un»
na VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 113
falta de táctica nueva, hubo declarado que ella no parti-
ciparía 011 la rotación.
y destruían las cartas pastorales. Por otra parte, 27 curas,
La ley de 27 de Xoviembre «cortó todos los puentes), miembros de la Asamblea, adherían á un escrito de Camus
según la expresión de M. de JIontlosier. El Bey quedó favorable á la reforma decretada y de ahí se deducía que el
.consternado. De los dos prelados que habían formado «Iero se sometería con pocas excepciones.
parte en sus consejos y á quienes habla consultado ante- En las Tullerías la turbación era inmensa. Faltaban
riormente, el uno, Champion de Cicé, había salido del mi- los puntos de apoyo; no se encontraban ni en la voluntad
nisterio; el otro, Lefranc de Pompignan, estaba grave- del monarca, cuvá natural debilidad se había agravado
mente enfermo. El soberano se dirigió al arzobispo de Ají, por Ia3 sucesivas concesiones, ni entre los ministros que no
JI. de Boisgclin. La respuesta de éste denotaba el estupor «ran hombres de primera linea, que temblaban ante la
que reinaba en las filas del alto clero; en el fondo, él creía Asamblea y algunos de los cuales encaraban como acepta-
que en presencia de las dificultades del momento, era nece- ble la constitución civil del clero. Fuera de alU, dos hom-
sario ceder, y manifestaba el deseo, si et Bey consentía en bres, Mirabeau y Lafayette, gozaban todavía de cierto
ello, de ir á Boma para demostrar allí la necesidad de las prestigio; pero incrédulos los dos, no se hallaban dispuestos
concesiones. Su memoria fue enviada &. la Santa Sede con ú comprometerse en un conflicto reliscioso; en cuanto á los
un despacho de M. de Montmonn, atestiguando que ¡a obispos, por bien dispuestos que estuviesen eran presa de la
Asamblea no volvería sobre sus pasos; por su parte el Eey indecisión, asi como el Pontífice, en la esperanza de prevenir
on carta al Santo Padre declaraba que «el silencio ó el re- el cisma, no había definido públicamente todavía su acti-
di azo de Su Santidad determinarla infaliblemente el cisma». tud.
Cuando el cardenal de Bernis recibió el 14 de Diciembre
La Asamblea, sintiendo que su fuerza no ten!a contrape-
esas comunicaciones, se encontró embarazado para darles
so, renovó sus exigencias y el 23 de Diciembre, reclamó la
curso. El vio sin embargo al Papa y recomendó las conce-
sanción. El Bey hizo protestas de sus buenas disposiciones
siones, exigiendo las circunstancias sacrificios extraordi-
6 invocó las dificultades de ejecución; en realidad, contaba
narios. Pío VI se conmovió grandemente, y, apesár de la
con una respuesta favorable de Boma. Pero la Asamblea no
gravedad de la situación, declaró que si él ratificaba la
se detuvo ante ese medio dilatorio, y en una sesión nocturna
obra de la Asamblea constituyente, «oiría la desaprobaeión
exigió una repuesta firmada por el soberano y refrendaua
de la Iglesia universal». Solo que, consciente de la responsa-
por el secretario de Estado. El arzobispo de Ais, nueva-
bilidad que le incumbía, convocó á los cardenales; estos
mente consultado, pareció aconsejar la sanción, desde el
estimaron que en todo caso eran necesarias explicaciones
momento que ella no sería más que el fruto de la coacción;
sobre la Constitución civil del clero, y, en concecuencia, se
él aspiraba á que pudiera «arrancársele ál Papa un consen-
decidió á escribir al Bey j al arzobispo de Áix, á, fin de que
timiento forzado.» En la noche del 25 al 26 de Diciembre,
los obispos propusieran ellos mismos los artículos que juz-
una manifestación popular fue i lanzar sus gritos bajo
garan indispensables admitir. Pero se habla perdido toda
las ventanas de las Tullerías; de todos partes se exigía al
esperanza de arreglo; la Asamblea se mostraba intratable;
Rey que cediese. Cedió, en efecto, y en un mensaje á la
la Constitución civil del clero se ejecutaba de más en más;
Asamblea, declaró «que habla deseado que la ejecución del
nombraban obispos por medio del nuevo procedimiento!
decreto fuese resultado de un acuerdo entre ella y él, pero,
se imponían los tratamientos y se sometían á la censura
que, puesto que se hablan levantado dadas acerca de sus
intenciones, su confianza en los representantes de la na-
11* VIDA MODERXA

ción le impulsaba á aceptar.» La Asamblea saludó con


sns aplauso esta nuera -detona. Salo faltaba exphear
al soberano Pontiñoe la real decisión; Mr. de Montmonn
se parapetó detrás de da impaciencia pública.» Por otra
parte lo cierto era que todo podía intentaree contra el m-
fortnnado monarca.

CH. WOESIE.
(Concluirá). LA SEÑAL

CUESTO BTJSO

Simeón Ivanotf era guardabarrera. Su pequeña caji-

w lla quedaba á diez kilómetros de la estación más cer-


cana. No lejos de ella una gran fábrica de tejidos al-
zaba BU enorme, gigantesca chimenea. Unas cuantas
chovas pequeñas poblaban la vecindad. Después, nin-
guna habitación más: la tétrica soledad de lo vacío.
Ivanoff era todo un hombre débil y enfermizo. Du-
rante la guerra contra los turcos había figurado como
ordenanza de un capitán, á cuyo lado regresó al país,
después de haber cumplido con «u deber. El capitán se
separó, entonces, de su asistente, yéndose á San Peterg-
burgo. En cuanto el pobre Ivanoff, -volvió á su pueblo
donde lo esperaban noticias muy t r a t e s . . . Su anciano
padre habla muerto; su pequeño hijito, gravemente en-
fermo, también moría y «u desgraciada mufer, vencida
por el trabajo y la miseria, estol»» muy cérea del se-
pulcro. Ivanoff biro un ilmnado, «ntoneee, i toda «a
eoraje. Acostumbrado á ruchar se paao con malas ma-
yores al trabajo; pero todo parecía conjurarse eontra 41:
el pobreoito niño, qae twato qaería», «marchó ¿ donde
van los ángeles, dejando en la pequeña «Milla un vaeto
116
VIDA MODERNA
- VIDA MODERNA 117

inmenso... Aquello f ué un derrumbe. En el colmo de


su desesperación, los infelices padres, robados en su ca- A la espera de la cesantía del guardabarrera que iba
riño por la Parca, decidieron abandonar el pueblo, yendo á reemplazar, Ivanoff se radicó en la estación, bus-
á tentar fortuua por ahí, a) azar... cando oportunidades para ser útil: cortaba lefia, lle-
vaba agua á la cocina, barría el andén, regaba las flores.
Cierto día que Ivanoff viajaba en un wagón de ferroca-
rril creyó reconocer en el jefe de eatación á uno de sus Pocos días después llegó su mujer. Ivanoff colocó en
antiguos superiores. Lo contempló largamente, con fijeza. una carretilla de brazo su equipaje reducido y lo con-
Por su parte el jefe pareció igualmente sorprendido á dujo al nuevo domicilio. La casilla era nueva y muy
la vista del obrero... Se habían reconocido. templadita, rodeada por un minúsculo jardín; á los la-
—¡ Te llamas Ivanoff ? preguntó el jefe. dos un pedazo de terreno, dos hectáreas á lo sumo, y
en el medio un gran árbol, de sombra hermosa y repa-
—Si, mi capitán, dijo Simeón, dejando traslucir su radora. Entusiasmados con su nueva situación quedaron
alegría.
los pobres. De imaginación corta pero fácil para el ejer-
—¿Y que" haces por aquí, pobre viejo? cicio de sus pequeños alcances, los flamantes moradores
Ivanoff refirió toda su triste historia, sus desgracias, hicieron mil proyectos distintos, los unos mejores que
su miseria, su desesperación.
los otros; se compraría un caballo, luego una vaca, se
—Entonces... —agregó e¡ jefe, e"forzándose por ocultar vendería en la ciudad la leche y la manteca... i Iba, por
su emoción—já" dónde te dirijes ahora! fin, á alcanzarlos aquella felicidad tanto tiempo soñada,
—¡Ni yo mismo lo sé, mi capitán! tan vivamente deseada!
—¡ Cómo!... i Xo sabes á dónde vas!
El guardabarrera, ya en. funciones, recibió el día si-
—Francamente lo repito, mi capitán—dijo Ivanoff con guiente todos los accesorios indispensables á su trabajo:
voz temblorosa—; no sé hacia donde i r ! . . . Quisiera tra-
dos banderas, una verde y otra roja, dos linternas, una
bajar en cualquier cosa para no morir de hambre.
bocina, un martillo, dos llaves inglesas, una pala, una
El jefe lo miró tristemente... Después reflexionó escoba grande y un folletito donde estaba perfectamente
unos instantes y le dijo con palabras llenas de tierna
dulzura: anotado el pasaje de los trenes. En un principio, Ivanoff
no dormía nada durante la noche: se la pasaba leyendo
—Óyeme, buen hermano, es necesario que (e quedes con mucha atención el folleto... Miraba febrilmente el
hasta nueva orden... jTe casaste! {Dónde está tu mu-
jert monótono andar del péndulo.. Dos horas antes del pa-
sage del tren, salla de la casilla, inspeccionaba minu-
—Está sirviendo en
Koursk. casa de un negociante de ciosamente la vía, terminada cuya tarea se sentaba fren-
te á su puerta, el ojo avizor, afinando el oido, creyendo
—Escríbele enseguida diciéndole que venga. Te pro- escuchar á cada instante el silbato de la locomotora...
curaré un pasaje gratis para ella. Precisamente va 4 Pero pronto se hizo al oficio y sus nervios no tardaron
quedar vacante un puesto de guardabarrera. Voy á pe-
dir ese puesto para tí. ¡Coraje, pobre viejo, y cuenta en calmarse: acaso no se sabia de memoria, al pié de
conmigo! la letra, lo que el folleto indicaba!
...Vino la época estival y con ella una disminución de
—¡Oh! mi capitán, ¡cómo agradeceros! gritó recono- trabajo. Ya no había nieve que barrer y, por otra parte,
cido Ivanoff...
los trenes no eran tan frecuentes.
118 VIDA MODERNA
VIDA. MODERNA 119

A los dos meses, Ivanoff empezó á trabar relaciones


•con sus colegas los guardas vecinos. Uno de estos en —So es la suerte, vecino, que esta contra nosotros.
un anciano grave y silencioso, que no esperaba otra cota Son los hombres. No hay ea el muado'bestUk más ferox
qae su jubilación. Otro más cercano á 1» casilla de Si- y malvada que el hombre. Los lobos ao se eomen entre
meón, era joven, muy alto, delgado, pitido y nervioso. ellos. •. En cambio un hombre se comería coa macho
La primera vez que los dos vecinos se encontraron en gusto á uno de sos semejantes* y con vida, que es peor.
la vía, Ivanoff se sacó la gorra humildemente. — H u m ! . . Los lobos no se contienen tanto como
— Buenos dias vecino, le dijo. crees.
El otro lo miró de soslayo. —Es posible... Pero con, eao y todo, te Tepito que si
—Jfuy buenos, le contestó. Dicho lo cual volvió la el hombre no fuera tan cruel, tan ávido de lo q.us no
espalda y siguió camino sin agregar una palabra más. debe, habría mucha más felicidad sobre la tierra!..
Al día siguiente IT&HPÜ se encontró con la mujer de si Ivanoff quedó pensativa^
extraño vecino, —Yo no sé si eso pasaría..., Pero me parece que si
— Sabes que tn marido no ea muy charlatán que daga- somos desgraciados es poique Dios lo quiere así.
raos !—liada dijo en seguida la mujer. Pero después de —En ese caso, dijo Basilio- coa cierta cólera, nada
una breve reflexión contestó; tengo que agregar. Si tú quieres poner todo, todo, sobre
— Y de qné quieres que te fiable f Cada uno tiene sne la espalda del buen Dios; sí no tienes el c»raje de reac-
asuntos aquí abajo... Que Dios te ayude! cionar tú mismo contra tus dolores, es que eres un co-
Y se fue. barde !..
Sin embargo, y 4 fuerza de paciencia y de una irre- Partió una vez dicho esto, sin decir adiós. Ivanoff, á
¿oetible bonhomia Ivanoff triunfó de la malquerencia su vez se levantó:
de su colega. Insensiblemente fundieron sus almas en ana
amistad estrecha... Amenudo salían juntos a inspeccionar —Vecino, le dijo- con un tono de reproche, ft qué
la vía. Y á reces se sentaban sobre la hierba, fumando vienen esas palabras tan groseras!
sos pipas, y refiriéndose mutuamente sos «cosas». Pero Basilio no lo oyó. tv&noff siguió mirándolo fija-
Basilio no hablaba casi nada, pero escuchaba muy mente, hasta que la silueta de su compañero desapareció
atento á Ivanoff, quien locuaz de nacimiento, hablaba en una vuelta del camino. Ya en su casa, dijo á su mujer:
de todo Ka poco: de su mujer, de su padre, del Mjo — Qué raro hombre nuestro vecino!..
•querido ttfa tempranamente arrebatado á su carino, de Su amistad, no obstante, nada tuvo que sufrir datóles
su pneWo, de so miseria. brusquedades. Volvieron a encontrarse ea la. vía, repitién-
—Si vecino, yo he sufrido mucho desde que estoy en dose los mismos saludos y 1» misma conversadas.
«ate diabkmmiáci. HaygenJe que vire siu preocupaciones, — Ah! hermano, si no- fuera por los hombres no pasa-
favorecida por la «nene que les hace felices.. En cambio riamos nuestra «xirtenci» en eatae miserables choaae!
yo, que no recuerdo haber hecho mal » nadie ¡ rain tai! —dijo Basilio.
nada me «ale bien. —A Dios gracias, mal que mal se puede vivir en ellas.
Basilio no decía ana palabra. Habo un momento <<n —Bendita paciencia la tuya... Brea un simplote, po-
qne sacudió la ceniza de sapipa oontra el fiel, bre SimeAn... Para ftaber vivid* tanto, ha» sacado may
dose dijo, con un profundo suspiro: poce ptavecfco- de la vid». jQoé esittend» es 1» nuestra
en cualqttiw parte qtw noe tneontremost 8* noa drap*
rej¥=rí -.

120
VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 121

la sangre mientras somos jóvenes y fuertes; ouaado en-


vejecemos se nos tira lejos, como inútiles restos de hom- Y adelantándose á su amenaza Basilio formuló su queja
bre. .. Vamos á ver: jcuánto te pagan por año! ante el Director.
—Poca oosa, para decir verdad: doce rublos.
—To gano trece y medio. {Por qué ea esa desigual- Cierto día, el jeíe de tráfico inspeccionaba la línea,
dad? Eeglamentariamente deberíamos ganar tanto anos pues se esperaba por momentos una delegación "de in-
íl como otros, dos rublos mensuales, con luz y calefacción. genieros y altos funcionarios de San Petersburgo. Se
|Cómo es, entonces, que se nos da anualmente doce ó hizo algunas reparaciones urgentes y se dio una mano
trece?. •. jY tú pretendes vivir bien asíf Ta ves que no de pintura á los postes telegráficos. Ivanoíf trabajó toda
se trata de dos ó tres miserables rublos lo que se nos la semana: puso todo en orden; cepilló prolijamente sus
quita.' El mes pasado, encontrándome en la Estación ropitas de día de fiesta y limpió tanto la chapa de co-
Cential, tuve el gran honor de ver de muy cerca al Di- bre de su número, que brillaba como un sol. Por su
rector. Subió á un vagón especial y se puso á mirar ha- parte, Basilio no permaneció inactivo ante aquella pro-
h' cia afuera, por la ventanilla... Oh! no sé porque me mesa de visita oficial.
parece que no voy á permanecer mucho tiempo aquí... El gran día llegó. El jefe se detuvo delante de la ca-
Tu verás Simeón. silla de Ivanoff. Eespetuoso, el viejo guardabarrera le
—|Y á dónde vas á irf Aquí tienes un hogar, tran- hizo un saludo militar, que pareció del agrado del su-
quilo y bien calentito; tienes también un pedazo de tie- perior.
rra y tu mujer es una incansable trabajadora, fiel y —jDesde cuándo estás aquí!
devota... -- - —Desde el 2 de Mayo, señor jefe, contestó Ivanoff.
—Un pedazo de tierra! Tú has visto ese famoso ria- —Perfectamente... ¿quién está en el número 641
concitof... lío sirve para maldita la cosa!... Escucha: El capataz, que estaba detrás del jefe, respondió con
la primavera última habla plantado unas-coles. Un buen un acento de cólera contenida;
dfa el inspector llega & mi casilla y sin saludarme me —Basilio Spiridofí.
grita con voz ronca de autoritario: «íQué significa esof —Es el individuo aquél de que usted me habló tan
iPor qué has plantado coles sin solicitar autorización á sugestivamente el año pasado?
tus superiores? Sácalas enseguida, y muy üjero!». —El mismo, señor jefe.
...—Estaba borracho!...—agregó melancólicamente —Está. bien. Vamos á ver al terrible Spiridoff!...
Basilio — por eso mis coles le sentaron tan mal... «Tres Todos fueron al número 64.
rublos de multa!» me gritó, y se fue.
Ivanoff miró con angustia cómo se alejaba el supe-
Dicho esto Basilio calló. Tras una breve pausa, que rior y dijo .para sus adentros: «¡ Dios mío! qué le ira á
duró el tiempo necesario para vaciar la pipa, dijo muy
convencido: pasar á mi pobre vecino t»
—Un poco más y lo mato! Dos horas más tarde se fue á la casilla de Basilio.
Bruscamente, vio dibujarse en lontananza la alta y del-
—Vaya con el vecinito este!... Te sulfuras pronto...
gada silueta de su colega. Basilio avanzaba lentamente
—Nada de eso, mi viejo; pero soy justo y quiero que
lo sean conmigo. Oh! que no vuelva aquel canalla. ¡Mal- apoyándose en un gruesa bastan; llevaba un atado a la
dito borracho! Verá si me quejo! espalda.
—¡En! vecino,—le gritó iTanofl desde lejos—a dónde
vasl
122
VIDA MODERN'A
VIDA MODERNA 123
Basilio Spiridoff so acercó. Estaba desconocido; tina
pulidez cadavérica cubría su huesosa cara; sus oabeBos «specie de letargo... Cuando desperté, ya no estábanlos
volaban alborotados; sus ojos tenían luces siniestras... inspectores.. . Iiimpié la sangre que & borbotones salla
—Voy á la ciudad... á Moscón, á ía Dirección Gene- de mi nariz... T aquí estoy, buen Simeón!
ral—articuló Basilio con una voz débil y temblorosa, en —Y tu casa!—preguntó Jvanoff.
la que se adivinaba el trabajo de las lágrimas. —MI mujer queda en ella... Sabe tanto como y o . . .
—Cómo! Vas a qaejartef... Viejo comarada, ten pa- Y después tanto me daría ! Que el diablo se lleve a todos,
ciencia! Abandona tan loco proyecto... Quédate con junto con la linea!
nosotros y olvida el mal que te han hecho!... Basilio -volvió á cargar su atado.
—Olvidarme!... Jamás, hermano! Bs demasiado tar- —Adiós, viejo camarada... no sé si all4 me darán
de para olvidar... Ves!... Me ha abofeteado!... Esta satisíación; pero...
sangre clama venganza! Me acordaré mientras viva; pero
él no tardará en conocerme!... — Oómo! Te vas á pié?
Ivanoff le cogió una mano. —Serénate, tranquilízate, Tvanoff... Soy muy amigo
del maquinista del tren de mercancías. Iré con él, y ma-
—Basilio, te lo suplico, no te arrojes a t tales extre- ñana estaremos en Hoscou.
mos. .. No serás más feliz por eso!
Los dos compañeros, en un arranque de ternura, se
—Oh! lo sé perfectamente... Hablabas como un orá-
culo cuando me decías aquello de la suerte... Pero no dieron un fuertísimo abrazo.
importa! Estoy decidido. Y si, personalmente, no saco Basilio se alejó... Después no se oyó hablar más de
ningún provecho, por lo menos, me quedará la concien- - él. Su pobre mujer trabajaba noohe y día. ¡ Daba com-
•cia de haberme sacrificado por la verdad y la justicia. pasión verla tan delgada! Sus ojos estaban siempre húme-
—En fin!—dijo Ivanoff—cuéntame con detalles qué dos de llanto:-
te pasó... Un día Ivanof! dio con ella.
—El jefe inspeccionaba todo, minuciosamente; hasta — Tu marido no piensa volver!—le preguntó.
entró en mi casilla. ¡Ya sabia que iba á estar severo La mujer hizo un gesto de desesperación, guardó silen-
íunmigo.' Por eso, había puesto todas mis cosas en or- cio y se fue, enjugando furtivamente una lágrima.
den. Iba á retirarse cuando le presenté una queja es- En los ya lejanos dias de su juventud, Simeón Iva-
crita. Entonces, casi inmediatamente y con una estúpida noff habla aprendido á fabricar unas flautas pequeñas
grosería, me gritó: con ramas de sauce, y á tan inocente placer dedicaba
—jCómo es eso, bruto, animal? To vengo á hacer nn» casi todos sus momentos de ocio. Cuando tenia cierto nú-
inspección oficial y osas fastidiarme con tus redamacio- mero de ellas las entregaba á un negociante amigo, quien
nes t Delante tuyo están los mas altos funcionarios del las vendía por unos cuantos centesimos.
Estado y te atreves á fastidiarnos con tas geHerífW f Gaai enseguida déla partida de Basilio, Ivanoff salió de
To no pude contenerme y míe labios- dejaron escapar su casita, después de haber encargado a su mujer que
Algunas palabrotas, no tan gordas como se menwfe ai lo reemplazara en el pasaje de un tren próximo; armado
mal superior... Su ofensa fue grande... De golp*Mntf de su cuchilla y muy tranquilamente se encaminó al
«emo una brasa viva sobre mi mejilla... CU «a nna monte, á buBC&r ramas p a n sus flautitas. A unos 600
metros de la vía estaba el sauzal, sirviendo de mano á
124
VIDA .MODERNA
VIDA MODERNA 125

un inmenso pantano. Ivanoff cortó nna docena de ra-


mas, las ató cuidadosamente y regresó á sn guarida, sin que correr en busca de un instrumento de arreglo.... ¿Ven-
apurarse. El sol empezaba ya á buscar el horizonte dría Dios en su ayuda! Fue hacia la casilla y cuando le
y en el melancólico silencio de aquella hora crepuscular, faltaba unos cientos de metros para llegar, hendió los aires
solo se oía los últimos piareí de algunos pajarillas y el el silbato de la fábrica, estridente, siniestro . . . . Eran las
susurro de las hojas movidas por la brisa. seis! Dos minutas más y el tren pasaría.
IvanofE se aproximaba insensiblemente á la via cuando ¡Quí horror!
llegó á sus finos oídos un ruido semejante al que produce — ¡Dios de los buenos v de lob justos! ¡Salva á aquellos
el fierro contra otro fierro. Apuró el paso. inocentes! ¡Oh los pobres viajeros! ¡Desgraciadas
— Qué diablos puede ser eso f — iba pensando. las criaturas que vienen tranquilamente gentadas, sin pen-
En ese momento el valle limpio no ofrecía ningún obs- sar en otra cosa' que en el placer de viajar tan ligero . . . .
táculo á la vista del guardabarrera. Ante ella se extendía ¡ Oh, mi Dios, ilumíname!.... Pero no, no es posible lle-
en un largo de muchos kilómetros, la recta y pareja vía, gar á la casilla y regresar á tiempo de evitar la catástrofe!..
y á poca distancia, mismo sobre los rieles, un hombre Ivanoff vuelve sobre sus pasos, corriendo desesperada-
trabajaba afanosamente... .Ivanoff va hacia él. «Otro que mente, y no sabe qué hacer . . . . le parece que" la locomoto-
roba tornillos» gruñe colérico. Se acerca un poco más. El ra se acerca . . . . Percibe un silbato vago y lejano . . . . Los
hombre se pone de pií5, teniendo en una de sus manos la rieles empiezan á trepidar débilmente . . . . Ivanoff corre,
pesada baria de fierro con que trabaja; hace con ella una sigue corriendo . . . .
palanca, colocando una punta bajo el riel y tras un pro- Cuando estaba cerca del sitio fatal, una luminosa idea
longado esfuerzo el riel cede y cae á un costado. aclara su espíritu. Se saca el sombrero y toma de uno de sus
Ivanoff casi se desvanece. Quiso gritar, pero la voz calló bolsillos un pañuelo de grandes dimensiones . . . . Con la
cuchilla en la diestra, hace una prolongada señal de la cruz.
en sus labios descoloridos Había reconocido en aquel
— ¡Que Dios me ayude! — murmura.
hombre á su camarada Basilio, quien'al verlo se había-
Se hace un tajo profundo en el brazo izquierdo, arriba
puesto á correr con toda la fuerza de sus duras piernas.
del codo. La sangre empieza á correr, tibia y roja . . . . Em-
—¡Basilio!.... Viejo amigo, hermano mío, en nombre
papa febrilmente el pafluelo y lo fija en la extremidad de
del cielo, vuelve! Dame esa barra . . . . Todavía tenemos
una de las ramitas para sus flautas . . . . El pobre Ivanoff
tiempo para colocar todo en su sitio. Nadie lo sabrá,
ya tiene su improvisada bandera . . . .
te lo juro! ¡Olí! ¡Dios mío. vuelve! Salva tu al-
ma de tan horrible pecado!.... Nervioso, jadeante, enfermo, la agita . . . . Ya empieza
á sentirse la cercanía del tren El maquinista no ve &
Pero Baguio continuaba en su carrera loca . . . . Se in- Ivanoff Si continúa aproximándose, todo está per-
ternó en el espeso monte y desapareció.
dido! ¡Asi no más no se detiene un monstruo! La
Ivanoff quedó como petrificado cerca de] riel que arran- sangre sigue corriendo, tibia y roja Ivanoff, febri-
cara Basilio A sus pifa estaba el atado de remitas ciente, casi desfallecido, aprieta su ensangrentado brazo
para las flautas ün evpreso iba á pasar muy pronto contra el cuerpo, con todas sus fuerzas, pero es en vano ..
y nada se le ocurría para detenerlo La pequeña ban- La cabeza le da vueltas y su vista nublada no le deja ver
dera roja estaba en la casilla Ninguna herramienta claro. Crepita en sus orejas un zumbido sordo. Le pa-
para poner el riel en su lugar! No había más remedio rece oír una campana que suena lúgubremente . . . . Y»
136 VIDA MODERNA

so re el tren ni oye más nada; pero una idea fija, siempre


la misma, lo tortura, lo martiriza . . . .
—¡Oh! Xo podré resistir Voy á caer.... con mi
bandera roja! ¡Dios.'.... ¡no me abandones!
Ivanoff cayó, en efecto, con su bandera de sangre;
pero una mano extraña la agarró violentamente, agitándo-
la, bien a l t o . . . . £1 maquinista rió la señal, bajó el vapor
y detuvo la locomotora, casi en el riel levantado.
Los pasajeros saltaron de los vagones, atrepellándose
para ver qué había sucedido. En el suelo yacía un hombre REVISTA DE MÚSICA
ensangrentado, sin conocimiento, y junto á él otro hombre
muy alto, muy flaco, muy pálido, que agitaba todavía.
como en un delirio macabro, un pequeño trozo de sauce,
„ , .OT,¿luuvnn no ¡lutno pañuelo goteaba sangre . . A todos Boe gixta la ttnsim.—Xas grades ' auflioioites de la Orquesta iiacional — rn*.
eonlanncl» de U e u a a a m la Sobona de ftrii — La luuua Xanaa >
De una mirada Basilio impuso el silencio de los comenta- iotas.
rios. Después, bajó tristemente la cabeza, como si empe-
zara á castigarse, y dijo con voz dolorida, llena de temblo-
res de llanto:
— ¡Átenme!.... He sido yo que levanté el riel!..., Si todavía no puede decirse _ ijaier mode, poniendo al eer-
de nosotros que somos nn vkio de ese proposito todo el
O. GAECHINE. pueblo de musióos, aunque caudal de sentimiento artístico-
Venida fanceía de L. E. Pmefeef una relatividad nos acerca que anida en nuestras almas
Yusión culdlaa. de Á. V m mucho í serlo, puede afir- hechas para todas lae maoi-
marse que sosos un pueblo lestaciones de lo bello.
de cariñosos y entusiastas afl- En todas las capas de nues-
oionadOB al arte sublime que tra ya multiforme sociedad se
hito inmortales los nombres evidencia, con «aeos concretos,
de Moiart, Bethoven, =W»g- la afirmación que acabo de
ner 7 l i s i t Aqni se táluemm- hacer. Desde el hijo de la co-
Hr te música: nuestra carac- modidad, nacido de padres
terística es un verdadero amor acaudalados, qne comunica ta-
de rasa latina £ todo lo que lentosamente con los genios
sígnSca «moción producéda jaaníat4eo»liaoiendo haWar las
por ella. K q » B» aprnidM 1*du inatnaata «« m S«eai-
* tocar ntogún inuLusiuiila, n r ( q u rémeamm ti atetar
sabe cantar 4 aimta>m«ate de u s aquUOm tmtine ao-
«U»ar; 7 «osada aflba 7 moa- kra Jas Titeaste» «inriian de
ds> «sata lo te» «.«Banal* ó' an «MIVBÍM • a* taasitai-
•orno U N ID arad», tcgun iiin,h»«a ápém» mondar
^el u—f(J»MbtfO 7 *"•
, q/m jiá»* á«mr-
•»•-

VIDA MODERNA 129


VIDA MODERNA
dado bori marché de la dulce nueva y próxima de magní-
compañera que es su guitarra todos los temper-amentos como que siento por esta Franciai
ficas noches de arte. bello y colosal país. No voy á
un poco de bálsamo para su9 un heraldo de plácidas y tran-
El maestro Sambucetti, con quilas emociones. entonar un himno á la inteli-
penas de legítimo envidioso de un tesón y una pacienmadmi.
la dicha ajena ó se ríe de los gencia del pueblo francés y
rabies, pudo salir triunfante en á su proverbial simpatía por
destinos sentenciadores con ri- la guerra á muerte que le
sas desafinadas de acordeón; todo lo que representa un pro-
ofreciéronlos eternos iconoclas- greso: es cosa harto sabida.
desde la alta clase hasta la tas de la mediocridad atrevida. Don Ángel Menchaca es muy
baja (que es más alta á veces No le alcanzó ningún proyectil conocido para que yo me de- El francés es artista por tem-
que la otra) el afán por cul- de aquella montonerabastarda; tenga en esta ocasión á ofrecer peramento, creador apasiona-
tivar la música es algo que, y lo que empezó siendo una su biografía. El nombre de do de belleza y amante de la
puesto á estudio de los que promesa formulada modesta- nuestro distinguido compa- originalidad. Por eso alimento
se ocupan en investigaciones mente, sin el feo recurso del triota es familiar á todos los la esperanza de que escucha-
frenológicas, podría dar la ra- autobombo y el panejírico com- estudiosos del arte musical uru- réis con indulgencia los ideas
zón — quizás — al distinguido prado, llegó á imponerse paula- guayo, desde que largó á los que voy á tener el honor de
orador italiano que dijo de tinamente á los intelectuales y vientos de la crítica la medi- exponeros..
nosotros cierta vez, en rueda al público en genera.1, siendo hoy tada reforma- de un nuevo Enseguida el conferencista
de amigos, que teníamos ^ca- uno de los mayores y mas al- sistema de notación musioal. desarrolló su tema con la
beza de músicos». Sea ó ñola tos exponentes de la cultura Las últimas revistas fran- maestría y la seguridad que da
conformación de nuestras tes- nacional. cesas dedican muchas páginas el pleno conocimiento de la
tas la necesaria para que se y muy merecidos elogios á materia, mereciendo la apro-
n o s asigne científicamente De buena fuente me llega la notable conferencia que bación casi unánime de los
tal cualidad, lo cierto es — sea la notíeia de que el Gobierno Menchaca di» reeientemenie en selectos de la música que es-
dicho en repetición — que en se ha interesado ya por la la Sorbona de París. cucharon religiosamente ese
tierra uruguaya el gusto y el buena marcha de la Orquesta, magnifico estudio reformador.
con el ofrecimiento espontá- Entre las personalidades que
entusiasmo por la música son hicieron la presentación dol Puede decide que Paris mu-
grandes é indiscutibles; cir- ^ neo, brindado al maestro Sam- conferencista al numeroso pú- sical dio su voto favorable á
custancla que nos coloca en el bucetti, de ese indispensable blico de intelectuales congre- la nueva teoría.
merecido alto concepto con apoyo oficial que hasta ahora gado en el solemne anfiteatro
que figuramos en los centros no fue otra cosa que una ma- de la Sorbona, figuró nuestro
artísticos de allende el Océano. nito dada de mala gana. ... y Yiejo amigo y estimable com-
Es justicia. á fuerza de muchas rogativas. patriota Eugenio Garzón, lite- En el concurso á que han
Tal apoyo merece un caluroso rato de alto vuelo y habilísi- sido llamados los artistaB na-
aplauso, un aplauso unánime. mo periodista que hoy forma cionales para asociarse á la
Las masas orquestales, inter- parte de la redacción de Fí- conmemoración del centena-
pretando las obras mejores de garo. rio dftla batalla de las Piedras,
Pronto reanudará sus her- los grandes maestros, son un se asigna uno de los premios
mosísimas audiciones la. bien Las primeras palabras de
vehículo de las mas proficuas Menchaca arrancaron una ova- en metálico i la mejor marcha
disciplinada Orquesta Nscional enseñazas para la educación escrita para piano é instru-
que dirige, con tanta inteligen- ción general. Dijo as!: • Al ocu-
del sentimiento artístico, y par esta gloriosa tribuna, de- mentada; agregándose qua la
cia, nuestro compatriota el también—poética mente hablan- t]ue merezca los honores de
maestro don Luis Sambncetti; bido á la benevolencia hospi-
do—para esa dulce operación talaria del señor Rector de serla mejor,previagestión ante
lo que significa anticipar al de templar el ánimo al tono de al gobierno, será considerada
público que tanto víctorió los la Universidad de París, quie-
una bondad regenerador!, des- ro que mi eihordio sea un Marcha Nacional.
conciertos pasadOB, una serie de que la música llega á casi Casi todas las naciones «¡vi-
homenaje 'de la admirados
t*> VHMM0HSBNA

t í d s dewie se rinde «olio


«erdadero *] patriotismo—so
al ptinetenemo bullwguerc— TeM» MetrepoJUao fe S »
üeoen adewat de su imane, de lera ia bonitanu&ade33QJB
ejecución vedada «n «jertas «ir
eunsta&as uua marcha patna —La erítwa ualvmü saluda
al compás ck ema^ «vosa ooji muelio «ntaaaamo e so-
darás armonía* mfiliradaí* po- nado «nto obtenido pqr doj
eo a poco en el animo p a u - jóvenes
lar vdji al desiderátum <k ta» y ««airio^iMtorí,,, an
auf aieiop ^ de su*- íariuo1' sus «ípfcHdsias o]ieaK Jiaw-
s los Uijc»*- d<- la tierra rreswwíe II Brillo deHmalam.
(ju« ias «aatnc frenéticos —fio pasa k) ausmo tanja LIBROS ARTE Y TEATRO
gritando sus mordí» eieetri- m»™ pradwswDde Btranw.
gadoros SI CabaUtro úe ia¡Btm, w-
treauiaeii üano-aniaírtaikie
£1 autor naeioial quemunie m í o Beapaas de t m » r-tt»-
liuede «star seguro df ¡o que •o prepaiüjTo bmabastao in
<ttra un eercaiio porvenir, cuafi LA JOVEN ESCUELA FRANCESA E> EL BIO DE LA P H H .
«•niíado la ajeni
do«l fnuo úe su talento ex-
panda todas «u* proyecooBee deeeaooi artataa. Casi simultáneamente se han ejecutado eu Buenos
llegando a cer <1 poderoso el tsatrolmec de i
oe te-
Aires y Montevideo dos composiciones sinfónicas que
imputan- de loe enajenamos
Baeraoaies Ew «era su mejor lmnbrar llenen -analogías de procedencia y de carácter Me re-
imauo fiero a los comentarios musicales escritos por Carlos PB-
-sito arte «1 drell, sobre algunas escenas de la novela de Rodríguez
Larreta «La gloria de don Ramiro», ejecutados eu un
«OTAS «DBLTÍ6 —Se l a ntmtado el irmij- concierto reciente de la Sociedad Orquestal Bonaerense
*•», m apraKD gas solagai- y'el nocturno sinfónico «La cruz del Sur», de Alfonso
—FamnuUadei Wttt, taita- "» «I moMan de k smean-
atante a^sm de A u s m pro- safi i Brocqua, cuya primera audición acaba de daise en el
itajt) es be ante jirrarerw Teatro Solía de esta ciudad
T digo que la obra de Carlos Pedrell y la del com-
positor uruguayo tienen analogías de procedencia y ca-
rácter, porque ambas obedecen n una formación y cul-
tura idénticas, ya que eatos dos jóvenes músicos son
d<sclpulos de Vinoent D'Indy y tan modelado sus espí-
ritus en el culto de las doctrinas cou que el maestro de
la «Sonóla Cantorum» renovó el gusto del público par»
crear la joven escuela traneesa.
La energía de la nueva escuela—si puede llamársele
nueva después de mis de 20 años de aemín persere-
rante, y si puede admitirse tal denominación pan indi-
vidualiiar un» oornente musical que tiende a buscar en
132 VIDA MODERNA VIDA MODERNA 133

las iiiás remotas fuentes sus fundamentos—la energía de Por lo que hace á Pedrell asi debe deducirse del tema
la nuera escuela, decía, se deínuestra en este heeho cu- elegido y de las impresiones de los críticos bonaerenses.
rioso de que en el Jtío de la Plata y en dos naciones En cuanto á Brocqua debo emplear la palabra «nacio-
distintas florezcan rigorosamente sus frutos. nalismo • para denominar este vizoroso sentimiento local,
Verdad que los dos compositores que han introducido esta enérgica indiridualización de la visión física y mo-
aqni la influencia de la «Scho'a», son discípulos y ami- ral de sus temas.
go? del autor de «Ferral»; per» es justo reconocer que Claro que esto debe sorprender un poco, ya que desda
ya hace algún tiempo que la joren escuela francesa in- que se habla de un discípulo de la «Seholat, se piensa
teresa á nuestro público. César Franck, el precursor y en un compositor extravagante y erudito, un curioso de
padre de este interesante morimiento, no ea aquí tam- temas exóticos, un quintaesecnte .1 lo Loti; ó un hur-
poco desconocido. Eecuerdo que cuando Saint-Saens gador de «primitivos» saturado del simplismo de las
risitó el Eío de la Plata, turo oportunidad de escribir partituras del siglo XVII.
algunas notas acerca de las nueras orientaciones inspi- Brocqua puede ser todo esto por su formación com-
radas por «le pére Franík», como ese místico D'Inrty pleta, su cultura intensa, su sensibilidad refinada, su
llama al gran compositor de las «Beatitudes». hermoso talento y hasta por las penetrantes excursiones
Por lo demás, los críticos y profesionales en dirersas literarias en que- suele complacerse.
ocasiones, y muy especialmente con motivo del estreno Hombre de letras y hombre de arte, ha estudiado á
de «Louise», de Charpeatier, escribieron acerca de los fondo, y sobre una noble formación clásica ha edificado
nueroa maestros franceses, cuyas composiciones figuran su cultura de-hombre moderno, y bien de su siglo, por
á menudo en ios programas de concierto. cierto.
Agreguemos al respecto que la Sociedad de Música de Pero por sobre todo impulso sentimental ó inclinación
Cámara, un grupo d8 nobles artistas, por cierto, ejecuta romántica, puesto que es falso decir que ha muerto el
en sus conciertos, desde las páginas de Franck hasta las romanticismo, Brocqua ha puesto un propósito artístico
de Debussy, D'Indy ó Bruneau. superior, un ideal permanente y noble, bien distinto por
Todo esto quiere decir que no estamos tan ayunos cierto de'las inconsistentes y pasajeras extravagancias.
para dejar de sentir estas formas musicales, un poco Por eso, si bien su música obedece en su estructura
bizarras, y que si la influencia perdura- y llega á limitar al ambiente en que se formó el compositor y si éste
la acción del ítalianismo, hemos de formar aquí nuestro construye con los elementos que le son familiares y se
público sin gran esfuerzo y prepararlo para nuevas espe- apoya para sus especulaciones en la doctrina de sus
culaciones líricas. maestros, esto es solamente forma externa, arquitectura
samaría, mecánica científica, destinadas a envolver el
Podría señalarse, respecto á la facultad comprensiva
del público del Biu de la Plata, la rápida adaptación al poderoso sentimiento de originalidad y el irrefrenable
teatro wagneriano operada en brevísimos años, i pesar impulso de independencia que hay en este joven maestro.
de las mediocres y deficientes ejecuciones de las oompa- La primera composición de Brocqna revela el empuje
nías líricas. de este temperamento. La escribió en París, mientras
Pero todo este comentario huelga ante el intenso W escuchaba las lecciones de D'Indy y asistía á los grande*
gionalismo con que n inician los discípulo» de D'Indy conciertos Lamoanux. Estaba saturado de gran arte
e» Buenos Aires y Montevideo.
134 VIDA MODERNA VIDA MODERNA 135

y fácil habría sido para un espíritu menos fuerte caer La precisión, la lógica y la seguridad con que el com-
en un tema impersonal, una página pastoril, ó un motivo positor ha ajustado los complejos resortes de la masa
trascendente cualquiera. Sin embargo, Brocqua volvió la
orquestal suponen un dominio técnico no menos firme
vista ¡í Ámírica y halló en el poema «Tabaré» el motivo
do su inspiración. Interpretó musicalmente las estrofas por ser audaz.
del poema y realizó algunas páginas hermosísimas de No he de entrar en el análisis de esta técnica que na-
música sinfónica y dramatizada que por su sabor ame- turalmente deriva de la escuela neowagneriana francesa,
ricano y su color local no van en ^aga á la epupeja pero vale la pena meditar la filosofía de esta música que
indígena. constituye toda una doctrina, lío es ésta música mera-
mente inspirada, frases que nacieron al azar de la fan-
Con motivo de la primera audición dad» en el Solis, tasía, producción inconsciente é impersonal. Todo obe-
se escribió extensamente acerca del espíritu, carácter y dece aquí á un sistema constructivo del que son elementos
filiación art'stiea de esta preciosa partitnra que acaba de primarios la lógica y la sinceridad.
ser ejecutada cou gran éxito en Barcelona. La música debe expresar estados de alma, ideas, pen-
Aparte del color local, de la .fuerza descriptiva y de samientos, sentimientos, debe pintar ó describir pero
la forma original de esta música, hay en ol comen- siempre consciente y sobre todo sinceramente. Ha de
tario de la letra del poema una novedad de concepción expresar antes que nada la esencia de los seres y las
y ejecución, que constituye un verdadero descubrimiento. cosas é interesar á la inteligencia tanto como al senti-
Brocqua estudió á fondo la fonética castellana y espe- miento.
cialmente la que podríamos llamar americana, se empapó
De ahí que «La cruz del Sur» no sea mera fantasía.
en el espíritu y la filosofía de la lengua, y su música
ni una composición sinfónica capaz de adaptarse á cual-
no Fue otra cosa que la idealización de la palabra del
poema, cuya traducción musical, ca«i literal, reprodujo quier título. El nocturno de Brocqua es el penetrante
las cadencias, los acentos, las inflexiones del lenguaje desarrollo de un precioso argumento que constituye por
americano. cierto una delicada página literaria.
El compositor uruguayo, que es también un excelente
No he de insistir sobre esta composición que es hoy literato, ha escrito el argumento de BU composición. Es
bien conocida, á fin de volver sobre el pretexto de esta éste un cuadro de ambiente; una noche estival en la
nota, que es la ejecución del nocturno sinfónico «lia campiña, rasgueos de guitarra, aires de la tierra, ecos
cruz del Sur», última producción de Brocqua. nocturnos, jinetes que pasan, sombras y sonidos que
El título indica que se trata de un tema regional tam- andan por las lomas, un dúo de amor arrullado por la
bién. La cruz del Sur es la constelación de nuestra Amé- noche bajo la cruz del Sur qne brilla en el cielo.
rica, y para nosotros tiene, sin duda, algo de simbólico La pagina sinfónica describe con vigor el cuadro. Hay
esta cruz de estrellas oculta A los ojos de Europa. en ella visión del paisaje, sensación del ambiente, senti-
Brocqua ha desentrañado la intensa poesía que hay en miento del instante escogido para ser interpretado.
ese símbolo de nuestro cielo, para escribir una hermosa * El paisaje load ha sido sentido oon toda su crudas*
página sinfónica en qne hace derroche la ciencia musical y surge de las gama» musicales, M anima con las bMM,
constructiva. Sil sinfonista triunfa sin esfuerzo; su obra
te colorea oon los motivos, se hace elocuente é intento
tiene la solides!, las proporciones y la expresión de lo
definitivamente realizado. y adquiere verdadera plasticidad psicológica, por mi
decirlo.
138 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 137
No es esto paradoja. El breve poema de Brocqua, todo
61, está lleno de esta enérgica fuerza evoeativa y plástica dos los orientases en xm gran partido de progreso y concor-
Fi que solamente es patrimonio de la inspiración.
La composición se inicia con un preludio imitativo,
dia que él llamó «partido de la fraternidad uruguaya* cons-
tituye un raro ejemplar de virtud cívica, de temple riurta-
sobre el cual se desprende, desde el principio, una frase dauo. de fé en el ideal, y de perseverancia en la acción.
fundamental que destacada por las maderas, se modela En sus largas y pacientes campañas llegó A mover la opi-
en las cuerdas y es atacada luego por Jos -cobres, para nión pública y aún sonó para él la hora del triunfo en que
ser repetídasaqnl y allá como el «leit motiv» del poema. su doctrina social prevaleció y dio la fórmula capaz de do-
Las frases y los motivos se suceden para fundirse en el minar una grave crisis política. Solamente que aquel en-
conjunto armónico y concretar el pasaje culminante del sayo fue transitorio, y que la impaciencia de los hombres
idilio, coronado por un momento sinfónico frenético en malogró la obra.
que una racha épica pasa por la orquesta. Este procer tuvo, además, la virtud de no contaminarse
_ , So he de seguir señalando las bellezas de esta com- con el ambiente oficial. No alcanzó más credenciales en su
posición que he tenido ocasión de oir entre una deliciosa carrera pública que las que ól mismo se dio con los auste-
página de Bameau, llena de frágiles y galantes comen- ros ejemplos de su vida ciudadana,
tarios, y «El Trino del Diablo» de Tartini, pero tal es Fui. un escritor ático formado en vastas lecturas clási-
el autor y la obra cuya ejecución constituye el aconte- cas. Escribía pajinas delicadas y se complacía en difíciles
cimiento artístico del momento y ha conseguido inte- agilidades de pluma. Era elegante é ingenioso y la lectura
resar vivamente á los críticos de Montevideo. — Raúl constante do Horacio, á quien citaba á menudo, habíale
Montero Bustamante. dado cierta transparencia de estilo que hizo de su prosa
literatura de altos quilates.
MONUMENTO ALJJOCTOR ABAMBUBÚ Sabía leer a fondo y comentaba con verdadera penetra-
ción y oportunidad; sus artículos reflejaban sil amplia
El domingo 2 de Abril se inauguró el monumento eri- cultura que él traducía en forma de apólogos y de elegan-
gido á un gentilhombre de las letras que ha dejado un re- tes referencias. *
cuerdo amable y delicado, contra el que nada han podido Porque este escritor practicó invariablemente el culto
los largos ocho años de ausencia, ausencia ¡ay! que no de la elegancia, del buen gusto, del aticismo. Poreso dije al
tendrá ya término. principio que fue éste un gentilhombre de las letras. Y lo
Pero no tué solamente un gentilhombre de las letras el fue en toda la amplitud de la palabra.
que perdimos con el doctor don Domingo Aramburú; con 8u monumento, que ha tardado un poco, llega, sin em-
él también se fue mi sabio jurisconsulto, un noble y seve- bargo, & buena hora y cuando aún está vivo el recuerdo
ro carácter, un generoso apóstol que predicó sin cesar del noble escritor á quien el bronce ha de defender en ade-
su evangelio político, un poco utópico, pero no por eso lante contra el olvido de los hombres. — B. M. B.
menos simpático.
FBUTA DE LA ÉPOCA
Este hombre que consagró gran parte de su vida á 1»
solución de nuestro problema partidario, y que aspiró á la «Sicalipsis» es una palabra rara, guardapolvo recién he-
desaparición de blancos y colorados para confundir i to- cho para cierta vulgaridad muy conocida en todas las ca-
pas sociales. Modernismo de una enfermedad de todos los
138 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 138

ambientes; algo asi como un estandarte de ansias tras el


traductores uruguayos, al fin y á la postre copistas fieles
que marchan en teoría loa viejos y los jóvenes de ahora,
de un original que está ahi, á la mano de todo el mundo.
igual qne los de todas las otras épocas, representa el
Estas consideraciones se me ocurrían, noches pasadas,
nuevo bautizo de una vieja figura sensual, arrugada y viendo el nutrido y variadísimo conjunto que ovacio-
achacosa. Hasta hace muy poco tiempo era lo que ustedes naba con frenético entusiasmo á Pepito Rui?., coman-
quisieran Uamar. Hoy es sicalipsis y así hay que seguir dante en jefe de la nominal batería sicalíptica que
apodándola para estar con el progreso y al día. Los soste- funciona en el Cjliseo Florida. El artista no decía ni hacia
nedores del cambio de disfraz que invadió los escenarios nada que no fuera la exacta reproducción de lo que una
teatrales como tendencia nueva, aunque mala, quisieron atrevida realidad consigna. Y, sin embargo, aquella abi-
darle un carácter especial, un sello de originalidad en la garrada concurrencia, experta y sabedora, palmoteaba
exteriorización, por más que el verbo era siempre el mis- furiosamente, llegando a paroxismos verdaderamente ra-
mo puntapié á la moral y sus tiranteces, Pero el tiempo ro?. Si se hiciera psicología del asunta, habría que encontrar
lo modllica todo y en esto de lo sicalíptico, poniéndose en el aplauso á esas vulgaridades que excitan el desprecio
muy en esenoia, ha heoho que el término no sirva ya á de los demagogos <á la violeta*, el mismo espíritu que mue-
otra cosa que á la oportuna prevención de que es algo ve á los sensatos á buscar en la baja inmoralidad noveli-
«para hombres solos» (incluyendo muchas soledades de zada, la alta moral de una enseñanza provechosa. Hun-
dos en compañía). El sentimiento actual » H et orti es emi- diendo en la nada de una falsedad cómica en sus serieda-
nentemente «sicalíptico». ¡De ello en parte respondan, puís des á los escritores que mencioné mis arriba, un famoso
culpa tienen y bastante, las actuales moditas femeninas autor, malogrado por el crimen, manejó - con su admi-
que nos hablan con la mudez de las elocuencias más reve- rable maestría cientos de personajes típicos, huma-
ladoras! Hoy se vive evocando barbaridades. La sensua- nísimog, haciéndolos tomar parte en escenas de una
Iomania encjientra anchísimo campo para ejercitarse. vida real, sin mentiras de baja industria. £1 preci-
Y las buenas formas están en peligro por causa de otras tado Castaiüer no tuvo en mucha cuenta la básica cues-
formas mejores todavía! * tión del «medio» y nos presentó una Hesalina del siglo vein-
SI teatro sicalíptico platense es una especialidad que te, pues—en verdad—está más cerca de nosotros que del
so destaca con fuertes contornos propios en el Universo có- imbécil de Claudio. ¡Qué grandes resultan, en contraposi-
mico. TJltrarealista, pinta cosas feas pero pinta verdades. ción, las figuras de Macquart, Teresa Baquin y Severina!
Pierre Louys no escribiría para nuestro teatro, porque iba Sus acciones vividas, conocidas de todos los que van por
á correr el riesgo de que sus acostumbradas adulteraciones el mundo haciendo caudal de experiencia, despertaran
hicieran reir, únicamente por lo atroces. Lo descarnado, i siempre el entusiasmo por lo bello; y su lectura benefi-
fuerza de verdadero, resulta másjsnj5arócterjiueJp_mid<L ciosa—¿por qué nat^r-servirá de pauta de acción & los
en un» eua»fairtBstarqué~s<fpirra por parecer real, como antípodas del timoratismo.
las muy célebres falsificaciones de Castanier en La orgia Por eso no me extrañó que el público aplaudiera las
romana. Aunque las novelas de estos dos autores son comicidades 'de Pepito Buiz, después de encontrarla»
un homenaje al sentir de la época; y, por aquello de que tan ciertas, tan reales, hasta tan desprovistas de esa tea-
no hay más que un paso de lo sublime i lo ridículo, ea mu- tralidad camaleónica que disfraza «entimientos, como
cho más sincera la lujuriosa verba al caso de autores y en muchas obras serias, de Echegaray y de Sardón por
140 VIDA MODERNA
VIDA MODERNA 141

ejemplo. Pongan ustedes ese mismo público, amigo de


lo sicalíptico, á escuchar las fantásticas realidades de mu- de niños, es la prueba mas terminante de que la poesía
chos autores de algún otro genero encomiado de farsa no puede morir, porque el corazón humano se alimenta
y lo verán ustedes grave, solemne en su ocasional esti- de ella y por ella vive.
ramiento, como enemigo de dejarse engatuzar por ciertas Hazón tuvo el poeta sevillano, cuando encerró en el mol-
especialidades, aunque estas tengan inmejorable marca de transparente de sus estrofas todo el credo romántico
de fábrica. Claro y sentido homenaje á la Verdad triun- y razón han tenido sus paisanos en pregonar la gloria de
fante.—A. Vam. Becquer.
«La escuela de las princesas" pertenece al género anec-
dótico y se propone la critica mas ó menos espiritual de
LOS ESTEKNOS los entretelones monárquicos. La obra, apegar de lo exóti-
tico del asunto, interesó y obtuvo buen éxito. Sea la la- '
Cnatro estrenos igualmente interesantes hemos tenido en bor de los actores, sea lajnovedad de \ er reyes, principes,
Solís: «La Rima eterna» de los hermanos Quintero; «La es- princesas, duques y demás títulos en esceua y sobre todo
cuela de las princesas» de Benaventej «Canción de cuna» el poder entrar en su intimidad, sea por fin, el ingenio del
de Martínez Sierra y «La raza» de Linares Eivas, esta úl- autor, el hecho es que el público aplaudió con brío.
tima dada á las tablas por primera vez.
No obstante, yo me reservó mi opinión y si bien admiro
Estos estrenos tienen verdadera importancia dado la técnica de Benavente, la facilidad con que adapta la
que se trata de los autores mas notorios del teatro espa- fábula ala escena, la elegancia délos diálogos, el ingenio de
ñol comtemporáneo. las frasea y la chispeante critica de la psicología principesca,
En las cuatro comedias hay paño para cortar. La pri- creo que estes tres actos son de sebra frondosos, sobre to-
mera, que es una delicada joya literaria, constituye la do para un público á quien no interesan directamente estos
glorificación escénica de la poesía do Gustavo Becquer. personages de corte.
El gran poeta español, tan desdeñado por retóricos
dómines" y demás gente de diccionario, tiene aqui BU apo- Sin embargo, el público tiene oportunidad de ver có-
teosis popular en esta sucesión de cuadros en que sus ri- mo son los reyes y principes en la intimidad, ya que hay
mas toman forma plástica para vivir un instante en la rea- que suponer que el autor ha tomado estos cuadros de la vida
lidad. real, y siempre es novedoso un espectáculo de este género.
Si Benavente ha hecho crítica y filosofía, Martínez
Sin fábula, con elementos puramente evocativoB: una Sierra sólo ha querido hacer poesía en su delicioso poema
abadía ruinosa, una niña que ha aprendido á deletrear en «Canción de cuna». Debemos confirmar los elogios de los
las rimas y que solo vive en el mundo de los ensueños que corresponsales madrileños y aún superarlos para hablar
creó el gran poeta, y las figuras sumarias que pasan al de la nobleza de forma de esta obrita delicada y sutil. Gra
azar por aquel sitio de recogimiento y reposo, los autores cia, ingenio, melancolía, ternura, brotan del dialogado
han conseguido resucitar todo el ensueño becquerteno oon transparente que suena en el claustro
sus melancolías, sus tristezas, sus lágrimas, sus sonrisas,
sus esperanzas y sus desventuras. como el hilo tutu de la fontana.
Efectivamente, el deleite, la emoción, el encanto «m Hay que advertir que el público no penetra tan fácil-
que el público asiste al desarrollo de esta delicada fAbul» mente en la intimidad de estas frágilesformasde arte, f
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que se siente en la sala el esfuerzo general por levantar el


espíritu al diapasón de esta elevada poesía.
Por su parte Linares Eiras, ducho en estos azares, ha
desdeñado lo impreciso, lo vago, lo deliciosamente poé-
tico, para plantear con la crudeza de Echegaray una si-
tuación dramática y resolverla con los mismo» procedi-
mientos que el autor de «El gran Galeoto».
Todo esto lo desarrolla el autor con grandes frases, diser-
taciones rotundas y escenas enfáticas, salpicando aquí BIBLIOGRAFÍA
y allá los diálogos eon observaciones ingeniosas y certeras.
Hay en la comedia personajes que interesan y se les
acompaña con simpatía; en cambio hay otros que solo se
animan momentáneamente y luego caen en el no ser. Lo
cual revela que este joven autor, que ha conseguido ya LAS INSTRUCCIONES DEL ASO x m , por Héctor Miranda, Monte-
video, 1910.
triunfos sonados, descuida un poco la técnica y da mayor
importancia á la frase que á los caracteres. , La lectura de este libro es indispensable á los que Be preocu-
Sostener los caracteres hasta ei fin, es la suprema di- pan de la historia del Uruguay. £1 doctor Miranda ha hecho
una exégesis" nueva y definitiva de loa primeros ensayos io auto-
ficultad para el autor dramático y es también la última nomía realizados en la Banda Orienta]
virtud que se conquista.—R. M. B. El estudio de las instrucciones de] a&o 13, estudio constitu
otoñal y estudio histórico, dá oportunidad al autor para hacer
una concienzuda excursión á través de la época, en la que abun-
dan loa descubrimientos, las descripciones y las impresiones criticas
1813 es una cifra fundamental en nuestra historia A su alre-
dedor gira todo nuestro pasado y nuestro presente y acaso en
este pronombre posesivo, nuestro, pudiera incluirse todo el Rio de
la Plata. £1 doctor Miranda abarca, pues, desde su punto de
viata, el estado político y social del Río de la Plata en el mo-
mento de reunirse el Congreso Oriental de 1813 presidido por
Artigas. Las lomadas de Mayo de 1810 y loe sucesos posteriores
pasan por el Uno tamiz histórico de este autor cuya comprensión
y golpe de virta le permiten decantar los hechos y reducirlo» &
la realidad.
Sobre este amplio cuadro histórico, rico en líneas y color, pro-
yecta el doctor Miranda la admirable síntesis republicana realizada
P«r Artigas en sus instruooiones i los diputados de 1813.
Estudia el autor este código, monumental para su época, en
el que grandes naciones actuales tienen su fundamenta y su norma,
y su estudio agota todos loe aspecto», desda el Jurídioo h u t a el
histérico 6 simplemente «neodotioo.
Gran caudal de estudia, de oieooia hiítérica y oonstitadonal, de
meditación y de anátWs encierra esta notable obra eterita enher-
144 VIDA MODERNA

moía prosa castellana que necesariamente supone una elevada


formación literaria, dominio del idioma y cono cimiento de los
secretas del estilo.
La obra írae al frente un prólogo del doctor don Juan. Zorri-
lla de San Martín. — Rt M: B.

" EL TEATRO NACIONAL, por Faustino M, Teysera; Montevideo, 1911.

El 14 de Diciembre de 1908, Teysera leyó eu el Ateneo m


conferencia sobre el teatro nacional, cuyo testo nos llega atora
en un folleto.
Tratándose de un tema que siempre es de oportunidad, el
estudio que de él hizo entonces el avezado comediógrafo, no iia
perdido nada de su alta importancia Teysera conoce perfecta-
mente la materia básica de eu conferencia, mostrándose un críti-
co sensato y reposado en la manifestación de sus ideas y délos
comentarios que le sugiere el desarrollo de la literatura teatral
en nuestra tierra- Esto ya constituye un mérito, al que- es justo
agregar el que representan la claridad del estilo y "el casticismo
poco vulgar del lenguaje empleado, factores que acrecientan el
ínteres del trabajo cronológico de Teysera.—A. V.

LIBROS RECIBIDOS

Deshojando el silencio, por JULIO RAÚL MENDILAHABZU; Poemas


escojidos, por ISAÍAS GAMBOA,- Perfume de belleza, por JOSÉ FA-
BIO GARKIER; Prüblemaa Sociales, por OCTAVIO MORATÓ; Confe-
rencias del Ateneo de la Juventud de México; £1 hombre quimera,
por ÁNGEL FALCO; La muerte del gran Mártir, por PEDRO L.
IPÜCHE; Épocas militares, por EDTJABDO ACEVEDO DÍAZ.

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