Música vieja
^f.^cH ^ ^riUr,,^
Guardia nacional del año
1862, en traje de diario
U COMBINACIÓN
P A R A i'-";. •: :
EUSEBIOLMEDHál
Tapa del vals <(La Coml)i-
nación»
tes), yo no oigo hoy nada
i;ue se le parezca íí lus mu-
chos virtuosos y virtuosas
(cümo ahora se U'S llama)
(^ue puedan cüiupararsL' á
•aquellos.
¡Qué alias y qué ronian-
:'.as craseras al piano, toca-
do por Albornoz, aqui-'l Al-
i)ornoz impagable a u n q u e
>e le pagara, p:ira acouipa-
alar en las tertulias íntimas
y aun en los graiul s con-
riertüs de familias pudien-
UíSl . . .
— ;Alu vien-e Albornoz!
— ¿Qué va á tocar, Al-
tboriinz 1
—Una varsüvianim . . .
—Deje esa aulí^ualla...
— T o q u t' la m a z u i" k a
-•"Yatay" de Scapattura,
¡Scapa 11 u r a ! . . . í Qué
viejo social ni qué s('ñ')va
^iinciana úe. figuración di'.c-
Jante fii a(!uel entonces no
rrciHM'il!! es:* n o m b r e con
•simpatía ? . . . i Aquel Sca-
piittura qutí hace medio si
rírlo. —poco menos. — resal-
taba en l;)s primeros vor-
^•'is de las c-irm stnlendiis
luciendo en las aglomera-
ilas calles de aquellos, su
batuta de director de la
conipai'sa liomónima de su
luiizurka, vestido de tur-
El 25 de mayo de 1865, Carátula de la g u a r d i a En traje de parada
en Corrientes. — Mar- nacional, polca militar
cha militar de Gustavo Nessler
"S' esto no quiere decir que no hubiéramos
tenido músicos y cantantes, compositores y
autores tan buenos, por no decir mejores, de
los que hoy suenan con la trompa del reclamo
y sin tantos firuletes, sonajas y zarandajas.
Y nada de grandes elogios, porque es de su-
ber que aun eso de "primo cartello'' reeiéu
se invento hace unos treinta años por el em-
presario Pestalardo cuando se canto por pri-
mera vez en el Teatro de la Victoria " I I bailo
in mnsebera" por la célebre Parodi y aquel
bajo irreprovable que se llamaba Kossi'.
Y sin embargo,—volviendo á lo dicho,—va-
mos á ver; — ¿dónde están hoy los tenores
como Tamberlick y Mirati?. . . ¡Qué Mirati
aquel en el " I l i g o l e t t o " 1 ¡Qué Tamberlick en
el " T r o v a d o r " ! . . . ¿Dónde están los baríto-
nos como Rossi Gholli y Celestino y bajos
como?. . . Sobretodo, una madame Lagrange
en aquello de li ''Tra viit i ' ' :—(íran Din mo-
rir sí giovane, io che lio penato tanto—ó una
Lagrua en" la '•Nurnuí" ó una Oassalone en la
zíníraia del " T r o v a d o r " ?
Y eso por lo que liace á ópera que en cuanto
á cantantes aficionados y aficionadas (diletan-
Himno de la sociedad dra-
mática KLOS Negros»
¿Podía haber concierto,
uiande ni chico, sin la ba-
tuta de Scapattura?
A>, p o b r e Scapattura,
tuMste tu época y hoy: —
\hí \icne el viejo Scapat-
tuia, — y nadie lo mira,
nadie sabe (lUe ese viejo
I ué en sus tiempos el di-
letante indispensable... pa-
ra hacer música c a s e r a . . .
Y lodo ello no q u i e r e
decir que no hayamos te-
nido un Hargraves, que á
pesar de su vo c e si t a de
gallo resfriado fué un coin
positor honesto y original,
un Esnaola, un Paniza (pf>
dre) y otros que de cuan
do en cuando surgían dan
dü pruebas de inspiración
ó algún Osvaldo Úriondo,
— á q u i e n c o n o c í en b*
compañía KfUer, haciendo
de Judas Iscariote en el
c u a d r o " v i v o " de "i.*'
P a s i ó n " , — ó algtin Úrion-
do, digo, que sin saber .r»
ta de música nos componía
cuadrillas y marchas V''^'
trióticas que sin ser "clá-
s i c a s " quedaban en el oí'lo
y s? repetían por esas ca
lies, . . Y luego, allá ib'ii
impresas con dibujos chu-
rriguerescos en \\ portad'
De todas e'.las guarda el
archivo de CARAS Y CAIÍE-
Escapatura, director de conciertos