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Las Fuentes del Derecho Comunitario

Podemos distinguir entre cuatro tipos de fuentes en el Derecho Comunitario:

- Las fuentes obligatorias.


- Las fuentes no obligatorias.
- Los actos sui géneris.
- Los actos complementarios.

Dentro de las fuentes obligatorias se incluye:

El Derecho originario (Tratados fundacionales, y los diferentes tratados que los han
complementado y modificado posteriormente);

El Derecho derivado (Reglamentos, Directivas y Decisiones);

Los actos convencionales (Convenios concluidos por los Estados miembros en aplicación de los
Tratados, decisiones de los Gobiernos de los Estados reunidos en el seno del Consejo...);

Los principios generales de Derecho Comunitario y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia.

Considera fuentes no obligatorias toda una serie de actos que emanan del Consejo o de la
Comisión y que pueden presentar un carácter general o individual. Así cita las
Recomendaciones y los Dictámenes.

Como actos sui generis se refiere a una serie de actos obligatorios o no obligatorios. En todo
caso se trata de disposiciones cuya naturaleza jurídica es imprecisa a su parecer, si bien forman
parte del acervo comunitario. Actos sui generis obligatorios serían los Reglamentos de
Régimen interno, las decisiones sin destinatario. Actos sui generis no obligatorios serían por
ejemplo las resoluciones, los informes, las declaraciones, los programas de acción común...

Como fuentes complementarias se refiere al derecho supletorio (Derecho Internacional Público


y Derecho de los Estados) y los principios generales del derecho (constituidos también por la
costumbre y doctrina de los distintos autores).

Así podemos distinguir entre actos obligatorios y no obligatorios:

- Son actos obligatorios la decisión, el reglamento y la directiva;

- Son actos no obligatorios la recomendación y el dictamen, estos últimos importantes


instrumentos de interpretación además de otros efectos jurídicos.

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