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DE ORIENTACIÓN Y TERAPIA
FAMILIAR
1.Discapacidades físicas y sensoriales. Alberto Espina/ Asunción Ortego
Isabel Ausucúa
Sonia Beltrán
Alfonso Fábregat
Mar Gamella
Asunción Ortego
Francisco Petricone
Ángeles Soria
Zayda Villar
Alberto Espina
Presentación
Los años dedicados a la formación de Terapeutas Familiares desde la
creación en nuestro Centro «Stirpe» (1965) de un Programa formativo (1980)
que posteriormente se ha transformado en la «Escuela de Formación en
Terapia Familiar» avalada por la FEATF, han ido poniendo de relieve la
necesidad de contar con instrumentos adecuados para hacer llegar a los
alumnos el conjunto de teorías básicas que permitan orientar su trabajo al
tiempo que les familiariza con los conceptos básicos para ver el verdadero
fundamento de cuanto se hace en la práctica clínica y se amplía en el campo
de la investigación.
(Para manejar con utilidad este vocabulario, aconsejamos que cada vez que se
encuentre un asterisco (*) al lado de un término, se entienda que éste está
desarrollado en su correspondiente lugar alfabético.)
ABUELOS EN TERAPIA FAMILIAR
ACCIDENTES EVOLUTIVOS
Identificamos como tales aquellas encrucijadas vitales que afectan con mayor
o menor intensidad al desarrollo de la familia o sus miembros, reclamando un
nuevo modo de funcionar y el establecimiento de nuevas pautas o normas
para su superación. Se han descrito como «Aves» (Acontecimientos Vitales
Estresantes [*]) que, efectivamente, producen un verdadero estrés en la
familia y sus miembros.
ADOLESCENCIA Y AGRESIVIDAD
3.Sin padre y madre que integren firmeza y ternura, el sujeto buscará «en
el horizonte» lo que no tiene en casa (buscar) y lo que desea abandonar
(huir).
Durante toda esa etapa evolutiva hay mucha confusión ante lo intelectual,
lo social, lo afectivo, lo ético y moral, lo vocacional y lo familiar, destacando
la «confusión de identidad» por la persistencia de los restos no integrados de
¡den tificaciones infantiles en el momento en que ha de definir con claridad la
propia identidad como resultado de la lucha entre un «yo diferenciado» y un
«yo identificado» que necesita ser superado (Ríos, 1994a).
AGRESIVIDAD Y FAMILIA
-Defensa ante la cólera: veo que debo poner en juego algo que me ayude a
controlar la amenaza, para lo cual el «yo» tiene que levantar murallas.
(J.A.Ríos)
En Terapia Familiar nos hemos encontrado con que los terapeutas de las
primeras generaciones precedíamos en mayor o menor intensidad del modelo
psicoanalítico y esta tarea, aunque fuese parcialmente, estaba abordada con
resultados positivos. Las nuevas generaciones de terapeutas de familia han
sido «víctimas» de una idea bastante arraigada en amplios sectores de la
psicología y de la cual se ha concluido que no es necesario que el psicólogo
necesite algún tipo de terapia personal. Las primeras nuevas generaciones de
terapeutas familiares no escaparon a esta trampa hasta que la regulación de la
formación sistematizada de los mismos nos llevó a adoptar una forma
adecuada para cuanto puede resultar beneficioso para la maduración del
terapeuta. Es lo que denominamos FOT (Familia de Origen del Terapeuta [*])
que permite hacer un análisis que, aunque no sea exhaustivo, es lo
suficientemente amplio para que el futuro terapeuta tome conciencia del
fondo de sus experiencias y vivencias familiares. De este modo se adiestra en
el manejo de sus propios «conflictos» o «nudos relevantes» que son clave
para mejor comprenderse y conducirse.
ALIANZA EN EL SISTEMA
ASESORAMIENTO FAMILIAR
El asesoramiento familiar es una modalidad del trabajo con las familias que
ha ido adquiriendo distintos modelos y formas de aplicación.
Terminológicamente suelen identificarse con él el Consejo Familiar y
cualquier otra modalidad de seguimiento a través del que se ofrece a la
familia medios y recursos para iluminar la búsqueda de soluciones a sus
conflictos o incertidumbres. Para nosotros constituye una parcela de la
Orientación Familiar dado que ésta es más amplia tanto en sus objetivos
como en los contenidos y manejo de técnicas e instrumentos tendentes al
fortalecimiento del sistema familiar. El Asesor Familiar es una figura
necesaria en el equipo de orientación y su tarea fundamental puede centrarse
en la oferta de medios con los que ir dando respuestas válidas y eficaces a las
distintas encrucijadas que vive la familia en su camino de crecimiento y
desarrollo (J.A.Ríos).
ATRIBUCIONES EN LA FAMILIA
Muy vinculadas a los roles familiares (*), tienen un origen oscuro difícil
de descubrir en su totalidad. A través de ellas se decide que un miembro va a
jugar tal papel y la presión es tal que no es posible escaparse de ese rol. En
todas las familias hay quien queda «adornado» con la atribución de ser el
listo, el guapo, el simpático, el habilidoso, el mediador, el que mantiene
relaciones interesantes con el mundo externo. Los papeles de bueno,
acomplejado, equilibrado o conflictivo se reparten sin que nadie sepa muy
bien dónde se originó tal atribución. Lo cierto es que se asimila de tal modo
que desmontar estos mecanismos no es una tarea fácil.
Según Harvey, Hund y Schroeder (1961), citados por Ríos (1994), nos
encontramos con cuatro tipos:
0 = Ausencia de Calor.
2 = Algo de Calor.
3 = Moderado Calor.
5 = Calor alto.
(A.Ortego).
CAMBIO-1
Son muchos los autores que han trabajado este concepto, aunque cabría
destacar a Watzlawick y Sluzki como los me jores representantes de lo que
Navarro denomina «Escuela de los terapeutas del cambio» (Ríos, J. A.,
1994).
CAMBIO-2
Son muchos los autores que han trabajado este concepto, aunque como ya
ocurrió en el cambio - 1, volvemos a destacar a Watzlawick y Sluzki como
los mejores representantes de lo que Navarro denomina «Escuela de los
terapeutas del cambio» (Ríos, J. A., 1994).
Son «etapas, estadios o fases» por las que pasa la familia en su proceso
evolutivo.
Estas fases vienen determinadas por cada cultura, que define los roles y
tareas propias de cada etapa (criterio de elección de la pareja, duración del
noviazgo, edad para casarse, el tipo de contrato, el período de maternidad, la
responsabilidad de la crianza...) (A.Gimeno).
1. La formación de la pareja
En esta nueva etapa la familia se enfrenta a nuevos retos, crea nuevas reglas
de funcionamiento con el fin de mantener su equilibrio.
Falicov (1991) considera que la familia pasa por una secuencia más o
menos ordenada de etapas y para Cusinato (1992) el paso por las distintas
etapas conlleva la resolución de tareas evolutivas que favorecen al
crecimiento de la familia mientras que la no resolución de las mismas genera
crisis.
Para Navarro Góngora (1992) hay cuatro temas a tener en cuenta de cara
a la terapia: la tarea evolutiva y recursos para cumplimentarla («en cada fase
ha de realizarse una tarea y cada tarea supone la necesidad de desarrollar una
serie de habilidades...»), los «ritos de paso», la definición de la relación
(«...contrato al que parece estar sujeto el vínculo...») y los momentos
centrípetos y centrífugos.
2.Familias monoparentales.
COMUNICACIÓN EMOCIONAL
COMUNICACIÓN FORMATIVA
COMUNICACIÓN MANIPULATIVA
COMUNICACIÓN NO VERBAL
COMUNICACIÓN PROFUNDA
COMUNICACIÓN RACIONAL
COMUNICACIÓN VERBAL
CONNOTACIÓN POSITIVA
Las palabras no sólo denotan sino que connotan de forma que en el lenguaje
siempre hay una connotación.
Para todos los autores la técnica busca algunos objetivos terapéuticos tales
como definir el contexto de forma positiva, hacer consciente lo que se hace
sin conciencia e interferir directamente en relación a la conducta
recomendable para cada miembro de la familia (Minuchin, Wai y Simon,
1998; Ríos, 1994a; Gomes, 1987).
CONTEXTO TERAPÉUTICO
Con unas y otras los terapeutas se van mostrando cada vez más cercanos a
la familia, más empáticos y sobre todo más conocedores del mapa de
transacciones que maneja el sistema familiar. A medida que aumenta el
conocimiento de la familia en su conjunto y de sus componentes por
separado, los terapeutas pueden conectar más y mejor con cada miembro,
hasta ganarse la confianza de todo el grupo.
CONTRATO TERAPÉUTICO
COTERAPIA: CONCEPTO
1.6.Quién connota.
CRISIS
Ejemplos típicos de crisis son las situaciones que obligan a las familias y
parejas a acudir de manera urgente e inmediata a un especialista. Es curioso
observar que en tales circunstancias acuden al experto como quien acude a un
bombero.
Las crisis, dice Pittman (1991), se escriben en chino con dos caracteres
que significan «oportunidad» y «peligro», lo que equivale a describir las
crisis como «oportunidades peligrosas» (J.A.Ríos).
CRISIS EVOLUTIVAS
Son acontecimientos no repentinos ni inesperados, sino producto normal del
desarrollo de crecimiento del individuo, la familia o la pareja. Aparecen de
manera inevitable en las encrucijdas que suponen el paso o tránsito de un
ciclo vital (*) a otro o de una etapa evolutiva a otra. Estratégicamente son
válidas para asentar sobre ellas algunas «redefiniciones» (*) que permitan
contemplar lo que sucede y se vive como amenaza (J.A.Ríos).
Por último se plantea una pregunta abierta en la que los clientes pueden
añadir lo que deseen.
(Ríos, 1994a):
D. 12. Si tales cambios han repercutido en Vd, en algún sentido, exponga sus
efectos, tanto positivos como negativos... (respuesta abierta).
(A. de Uribarri).
Las variables que hemos seleccionado para tal análisis son: datos de 1)
identificación (ítems 1.1 q 1.14), 2) antecedentes de la separación (2.1 a 2.9),
3) proceso de la decisión 3.1 a 3.11), 4) la separación real (4.1 a 4.11) y 5) la
elaboración de la separación (5.1 a 5.8), lo que completa un total de 53 ítems
(J.A.Ríos).
(J.A.Ríos).
Medir esta hipotética realidad a fin de poder determinar cuáles son los
factores o variables que hacen posible tanto la aparición como el
mantenimiento de los dinamismos que contribuyen a ese modo de
«enfermar», ha sido la base de la construcción de este cuestionario que
venimos utilizando en la práctica de la Terapia de Familia desde 1999. La
fundamentación teórica del mismo la expusimos en un trabajo (Ríos, J. A.,
1999) en el que se plantean los presupuestos teóricos y los elementos que
según cada escuela contribuyen a la disfuncionalidad o enfermedad del
sistema familiar para, desde esas bases, perfilar las cuestiones que nos han
permitido darle forma de interrogantes a ser contestados por padres e hijos y
hacer una evaluación del nivel de «riesgo» que tienen para poder llegar a lo
que llamamos «enfermar del hijo». En ambos cuestionarios (forma para
padres y forma para el hijo supuestamente identificado como «paciente»),
medimos las siguientes variables: Estructura (E), Límites (L), Jerarquización
(J), Clima Educativo y Emocional (CEE), Autoridad (A), Cohesión (C),
Disciplina (A), Equilibrio homeostático (EH), Emoción Expresada (EE) y
Nivel de Comunicación (NC) que suponen un total de 42 ítems para cada una
de las formas del cuestionario (José A.Ríos).
CUESTIONARIO ICP
Está preparado para ser respondido por los dos miembros de la pareja que
acuden a consulta y compuesto por siete variables que hemos denominado
Intimidad y Afectividad (IA), Interés y Compromiso (IC), Pasión (P),
Interacción con las respectivas familias de origen (FO), Expresividad (EX),
Conflictividad (CT) y Autonomía (AU).
Sobre esos datos hemos planteado la hipótesis que nos permita evaluar la
evolución de la figura paterna percibida por aquellos adolescentes y la que
tenga esa misma generación en el momento actual (2003) en que son padres.
Tal generación está integrada por adultos con edades entre 38 y 43 años.
Intentamos evaluar la autoimagen paterna que poseen para compararla con lo
que «deseaban encontrar en la figura paterna» («el padre que yo quería ser»)
con el que actualmente perciben en sí mismos («el padre que soy en el
2003»).
Es un instrumento no comercializado.
Consta de cinco preguntas cerradas que han de ser respondidas con «sí» o
«no» (Ríos 1994a) (M.Gamella).
Para llevar a cabo este objetivo contamos con cuestionarios* que miden
distintos aspectos de la relación y que ayudan a formar una idea objetiva de la
situación (J.A.Ríos).
DIVERSIDAD Y FAMILIA
Finalmente, estas familias precisan enfocar bien las relaciones que habrá
que mantener con instituciones y profesionales para lograr una mayor
asistencia y eficacia.
Todo este ámbito está fuertemente vinculado a la Terapia Familiar
Médica tal como ha sido presentada en el término «enfermedad y familia»
(*).
Por nuestra parte nos parece oportuno insistir en algunos elementos que se
presentan como especialmente adecuados para el trabajo con estas familias,
destacando tres puntos:
DIVORCIO
Constituye en nuestros días uno de los fenómenos más frecuentes como crisis
que afecta a gran número de parejas. Durante los últimos años ha aumentado
su presencia en todas las culturas y obliga a indagar en sus causas más
profundas. Para los terapeutas de parejas constituye un problema que hay que
abordar desde la perspectiva de ver en él la manifestación externa de la falta
de ajuste y acomodación de la pareja a lo largo de sus ciclos vitales. Las
estadísticas nos muestran «fracasos» en el matrimonio que si fuesen
abordados precozmente pudieran ser superados con eficacia. La evolución
hacia el mantenimiento o no del vínculo depende en gran medida del «ciclo
vital» del mismo proceso de divorcio, lo que nos ha permitido establecer,
como hemos hecho al hablar de los ciclos vitales de la pareja (*), unos ciclos
propios de este fenómeno, clasificación que exponemos a continuación por
cuanto nos ayuda a situar a la pareja en crisis en un momento preciso sobre el
que habrá que actuar de manera muy diferente según sea uno u otro.
DIVORCIO: CICLOS
6.Qué motivar en la terapia: saber por qué se sigue juntos o por qué
hay que separarse.
Las escalas que forman el constructo Emoción Expresada son de dos tipos:
Según Leff y Vaughn (1985), las cinco escalas son: criticismo (CC) (*),
hostilidad (H) (*), sobreimplicacion emocional (SIE) (*), calor (C) (*),
comentarios positivos (CP) (*) (J. A.Ríos).
ENTREVISTA CFI
ESCUELA DE PADRES
ESCUELA-FAMILIA: RELACIONES
Para una mejor comprensión del tema creemos necesario partir del
concepto de educación como «encuentro perfectivo», «contacto permanente»
y «comunicación profunda», lo que abarca a la contemplación de la escuela
como uno de los polos de la relación «educador-educando» y en cuyo seno
deberá darse un triple plano de interacción: como colaboración, como
cogestión y como integración. Tras algunas experiencias realizadas en esta
dirección, estimamos que una clave explicativa de los posibles éxitos y
fracasos de esta realidad se sitúa en los obstáculos que ofrece la participación
no intrusiva de una institución en otra, para lo que no hay más remedio que
definir los objetivos y afinar las técnicas (Ríos, 1972 y 1986, 2a ed.)
(J.A.Ríos).
ESCULTURA, TÉCNICA DE LA
El terapeuta en la escultura
Tipos de esculturas
1.Metáfora de planta a cuidar como recordatorio del cuidado que hay que
prestar al crecimiento de la pareja. Representar qué harán para cuidar
la pareja desde hoy. Usamos la metáfora de la planta que han de cuidar
alternativamente uno y otro miembro de la pareja para que cuando él
cuide la planta los lunes, miércoles y viernes, ella cuide la pareja y que
cuando ella se ocupe de la planta los martes, jueves y sábados, sea él
quien mime y «cultive» los aspectos fundamentales de la relación de
pareja.
3.Ejercicio centrado en el tema «lo que hay que estimular para un futuro
gratificante». Igualmente que en los casos anteriores, representar lo
que desencadene la invitación a realizar esta tarea. De este modo se
contrarresta la tendencia rutinaria a repetir siempre lo acostumbrado y
monótono, dejando espacio a la recuperación de la espontaneidad que
van matando episodios y vivencias repetidas una y otra vez en la vida
de la familia y la pareja.
ESTRUCTURA DE LA FAMILIA
Los códigos citados son posteriores y derivados del primer intento por
definir unos principios éticos de comportamiento en el ámbito de la
psicología que corrió a cargo de la APA (American Psychological
Association) en 1952. Posteriormente, otras asociaciones más vinculadas a la
terapia conyugal y familiar, como la American Association for Marriage and
Family Therapy (AAMFT) diseñó un código ético, que se ha ido revisando y
ampliando, año tras año, según las necesidades que suscitaba la práctica
profesional. En él se incluyen aspectos éticos, legales y profesionales de la
terapia familiar.
Así queda avalada la hipótesis de que los principios éticos son demasiado
generales e insuficientes, haciendo patente la necesidad de la aparición de
códigos concretos cada cierto período de tiempo y que satisfagan las nuevas
necesidades.
Parece que lo que exhortan es que existan dichas guías - por el momento,
según parece, inexistentes - pero que los terapeutas tengan una relativa
libertad para acatarlas o no.
Es decir, tener claro qué es lo que habría que hacer en ese momento y ante
esas circunstancias, pero hacerlo si, y sólo si, el juicio personal de cada
terapeuta lo cree conveniente y adecuado para ese caso en concreto.
Por último, destacar los tres principios en los que se podrían aglutinar las
cuestiones éticas actuales:
-Se trata de un secreto natural: Puesto que al tratar con la vida personal
y privada de los pacientes, pueden salir a la luz datos o cuestiones
que, de ser reveladas, podrían dañar a la honra, estimación, fama
social o incluso a los bienes del paciente.
También Payton (1994), aunque desde una posición más radical y directa,
denuncia el relativismo ético que se detecta en el lenguaje subjetivo y
confuso de tales códigos.
Nos encontramos ante una sociedad que defiende el pluralismo moral, que
significa tolerarlo todo, es decir, «todo vale»; pero esta afirmación se
contradice cuando esa misma sociedad se percata de que no todo vale, porque
si no, nada vale. Por ejemplo, unánimemente se considera que no es aceptable
ni justificable la corrupción, la violación de los derechos humanos o la
injusticia. Es decir, existen unos valores morales compartidos que les permite
convivir juntos y que deben ser necesariamente respetados. Además es
posible buscar un fundamento de base que sostiene dichos valores.
Otro aspecto que no se deja ver claramente, pero que por ello no deja de
existir, es que el perfil de hombre que hoy triunfa no es el que dominado por
unos ideales o valores lucha por conseguirlos, sino que el vencedor es aquel
que está dispuesto a olvidarse de todos ellos si con ello consigue dar una
mayor utilidad a su comportamiento. Es lo que se entiende por «persona
razonable».
De esa forma, frente a una ética de ideales deontológicos prima una ética
de la persona razonable que se preocupa por la utilidad teleológica de su
acción y de sus consecuencias.
1.El terapeuta debe ser capaz de definir sus áreas de especialidad en las
que ha sido formado y en las que es capaz de actuar con seguridad y
profesionalidad.
Los instrumentos que habitualmente utilizamos para esta labor son los
registrados en su lugar correspondiente como Cuestionarios A-TF
(Cuestionrio antes de la Terapia Familiar), S-TF (Cuestionrio actitud
sistémica ante la Terapia Familiar), FES, Padre-2002, Madre-2002, Padre 77-
2002, Madre 77-202, FQHE (Familias que hacen enfermar) (J.A.Ríos).
Los instrumentos que habitualmente utilizamos para esta labor son los
registrados en su lugar correspondiente como Cuestionarios A-TP
(Cuestionrio antes de la Terapia de Pareja), S-TP (Actitud Sistémica antes de
la Terapia de Pareja), Cuestionrio ICP (Clima Interactivo amoroso de la
Pareja), Cuestionrio EDS (Elaboración del Duelo en la Separación y el
divorcio) (J.A.Ríos).
FACTOR DESENCADENANTE DE UN SÍNTOMA
FAMILIA: CONCEPTO
Las características son las de tener una escasa vinculación entre los
miembros del sistema familiar, debilidad y hasta rotura de los lazos
emocionales y una búsqueda de relaciones en el exterior de la familia.
FAMILIAS EN EL MUNDO
FAMILIA HOMOPARENTAL
Cada vez se habla más de este nuevo modelo de familia aunque ni el arco
temporal de las situaciones sociológicas que dan lugar a ello ni el número de
investigaciones llevadas a cabo en este ámbito, sean lo suficientemente
amplias para poder sacar conclusiones válidas que sirvan de referencia para
los posibles planteamientos de terapia familiar y de parejas en familias
homoparentales. Algunos estudios llevados a cabo han sido criticados desde
el punto de vista de su metodología que, según los críticos, han impuesto un
sesgo que ha afectado a las conclusiones que se han sacado. Un dato que
confirma la escasa atención prestada en nuestros contextos terapéuticos hasta
el momento al fenómeno que implica su realidad es la falta de abordajes del
tema en congresos, reuniones científicas, seminarios y publicaciones en que
pudieran tener cabida los aspectos más importantes del tema. Los intentos
que hemos hecho algunos terapeutas para plantear investigaciones que
permitan ir más allá de las simples hipótesis teóricas, se han visto
respondidas con el silencio. Personalmente opino que es necesario abordar el
tema desde postulados que transciendan los niveles reivindicativos que
socialmente provoca el tema. Invitamos a los jóvenes terapeutas y estudiosos
de la familia a no quedarse en lo que hasta ahora ha suscitado mayor número
de demandas tal y como viene sucediendo con la polémica en torno a las
ventajas e inconvenientes de la adopción por parte de homosexuales. Es
necesario someter a revisión las conclusiones de algunos estudios vinculados
a la relación entre homosexualidad y funciones parentales (Ríos González,
1994a) porque los estudios más avanzados sobre género y familia y género y
pareja pueden dar nuevas pistas a cuanto es necesario tener en cuenta en este
terreno (Fernández, 1988, 1993, 1996, 1998 y 2000). Nuestra experiencia
clínica en la terapia individual de conflictos vinculados a la identidad sexual
y cuanto hemos podido ver en casos en los que de manera colateral se han
planteado cuestiones cercanas a homosexualidad y familia y homosexualidad
y vida de pareja, no permiten poder sacar conclusiones fiables acerca de lo
que puede ser el futuro de las familias homoparentales (J.A.Ríos).
FAMILIA MATRIFOCAL
Descrita por Ríos (1994a) dentro del contexto sistémico y definida como
aquella familia que está aglutinada en torno a la figura materna.
Son muchos los autores que han trabajado este concepto, Frazier,
Pettigrew, Edmonson, Tiller, quedando todos recogidos en la obra del
profesor Ríos González (J.Cejalvo).
FAMILIA PATRIFOCAL
Descrita por Ríos (1994a) dentro del contexto sistémico y definida como
aquella familia que está aglutinada en torno a la figura paterna.
En efecto, los casos de familias patrifocales son menos numerosos que los
casos de familias matrifocales, ya que hay más padres «periféricos» que
dominantes.
Son muchos los autores que han trabajado este concepto, varios ya han
sido citados en párrafos anteriores. Las referencias de alguno de ellos quedan
recogidas en la bibliografía final (J.Cejalvo).
FAMILIA RECONSTITUIDA
Como se ha expuesto al hablar del nuevo ciclo vital del divorcio (*), la
familia y pareja reconstituida constituye uno de los temas de mayor
actualidad en el campo de la terapia familiar y de parejas. El aumento del
número de divorcios y separaciones no tramitadas por vía legal pero que
desencadenan idénticos fenómenos, nos ha obligado a plantear vías de
tratamiento y apoyo para ayudar a los implicados en la situación. Aunque el
tema es amplio y a él le dedicaremos una próxima publicación (Los ciclos
vitales de la familia y la pareja, en esta misma colección), queremos citar al
estudio de nuestras alumnas Goncálvez Boeckel, Torres de Carvalho y
Rangel Meneses (2003), quienes indican que en los países occidentales el
divorcio alcanza del 30 al 50% de las parejas, repitiéndose el hecho de nuevo
casamiento de la mayoría de los separados, aunque el 60% de los «recasados»
termina nuevamente en divorcio (Sanders, Beherens, Halford, 1999);
Waldeman, 1996; Wolfinger, 2000. Ellas mismas citan a Wagner y Féres-
Carneiro (1998) quienes afirman que el creciente número de divorcios «no
significa necesariamente que el matrimonio haya perdido importancia, sino
que refleja alta exigencia y expectativa con relación a la vida conyugal
futura» (J.A.Ríos).
FUNCIONAMIENTO FAMILIAR
Y esto un divorcio.
Los hijos de la pareja se representan con líneas que parten de la unión y que
se exponen en orden de nacimiento. De modo que este matrimonio tendría
tres hijos: el primero y el tercero de ellos varones y la segunda mujer.
Hay otro dato importante que son las fechas. La edad suele escribirse
dentro del círculo o el cuadro que representa a la persona, junto con el
nombre. Si la persona ha muerto, se escribe la fecha del fallecimiento fuera
del símbolo y la edad en el momento de la muerte dentro.
(L.Gómez Rivas.)
GENOGRAMA SEXUAL
Se denomina como tal a aquel hijo o hija que, en función del juego de
atribuciones y papeles asignados en la familia, tiene que asumir
responsabilidades propias de las figuras parentales. Esto supone que ha de
desempeñar tareas, marcarse objetivos y realizar funciones que son
desproporcionadas a su madurez y momento evolutivo. Se denomina también
«hijo parentalizado». Las repercusiones negativas que tal asignación tiene
sobre el individuo han de tenerse en cuenta en el momento de trabajar sobre
la familia. Marcar límites para que esto no se realice, es una tarea primordial
en estas situaciones. La mayoría de las veces obedece a lo que podemos
denominar «dimisión de los padres» con respecto a lo que han de realizar
como figuras y agentes educativos en la dinámica familiar (J.A.Ríos).
HIPÓTESIS LINEAL
HIPÓTESIS PROVOCATORIA
HIPÓTESIS SISTÉMICA
HIPOTETIZACIÓN
HOSTILIDAD EN EE
HOSTILIDAD (H): La valoración de esta escala se basa exclusivamente en el
contenido y se considera presente cuando la persona es atacada por lo que es,
más que por lo que hace. El sentido negativo se generaliza de tal forma que
se expresa contra la persona en sí misma más que contra sus conductas
concretas. La Hostilidad, que pertenece a las escalas globales, se valora sobre
una escala de 4 puntos:
0 = Ausencia de Hostilidad.
-Independencia.
-Madurez psicosexual.
IMPLICACIÓN EMOCIONAL EN EE
0 = Ausencia de Sobreimplicación.
(A.Espina y A.Ortego.)
(Ríos, 1989)
(Ríos, 1989)
INTERACCIÓN FAMILIAR
INTERACCIÓN CONYUGAL
Este modelo contiene los puntos siguientes: nombre, edad y sexo del
designado como paciente al solicitar consulta; quién envía a la familia o la
pareja; fecha de la llamada, quién la hace y quién la recibe; motivo resumido
de la consulta; estructura de la familia (padre, madre, hijos: nombres, edades,
ocupación y observaciones); si se le han indicado los honorarios y respuesta
que dan a los datos que se proporcionan con respecto al encuadre sistémico
del modo de trabajar: coterapia (*), equipo fijo (*) tras el espejo,
participación del equipo reflexivo (*), permiso para grabar las sesiones en
vídeo y frecuencia de las sesiones de acuerdo con nuestra metodología.
Con un símil: es semejante a las vallas que se ponen a las casas o a las
fincas, esto es, barreras que sirven para que otros reconozcan hasta dónde
pueden recorrer libremente y dónde comienza un espacio privado. Y para
señalar también al dueño hasta dónde llega su dominio y en dónde acaba.
Límite Emocional es por lo tanto la frontera que ponemos alrededor de
nuestras emociones, que permitirá la permeabi lidad o no de las de los demás
y/o la difusión de las nuestras en las de ellos.
-Rígidas: Son tan firmes, que los demás quedan bastante ajenos a
nosotros, no los dejamos entrar o no los incluimos. Las personas que
establecen este tipo de límites, fortalecen su individualidad aunque
tienen dificultades a la hora de «pertenecer» a un grupo y de resentir lo
que le ocurre a los otros. Hay que establecer una cierta frontera con
respecto a las demás personas, por muy próximas que nos sean y por
muy queridas, ya que si no se hace, es imposible establecer la
identidad. Albergar un terreno propio donde realizar la vida que uno
desea sin graves interferencias, es sano. Si son demasiado rígidos, se
favorece la independencia y la autonomía a costa de la
interdependencia. Cuando el límite está establecido de forma rígida,
casi no existe comunicación, ya que cada uno va por su lado.
-Difusas: Son los límites abiertos, porosos, permeables, que con gran
facilidad dejan entrar en nuestro espacio a los demás y a nosotros en el
de ellos. En este caso, los demás responden por nosotros, realizan
nuestras funciones... y viceversa. Si los límites emocionales no están
bien establecidos, puede haber aglutinamiento en una familia, muy
involucrados recíprocamente; todos se meten en el terreno de los
demás, así los miembros de familias aglutinadas pueden verse
perjudicados en el sentido de que el exaltado sentido de pertenencia
requiere de un importante abandono de la autonomía, se pierde
independencia e identidad.
Los límites protegen a las personas que integran el conjunto porque les
dan un ámbito donde satisfacer sus necesidades psicológicas sin que se
entrometan otras personas ajenas a él mismo. Si esos confines no se
establecen, los demás pueden realizar intromisiones en nuestro estilo de vida,
valores que albergamos, modelos que seguimos, formas de relacionarnos,
tipo de vida a llevar, criterios económicos, etc.
Los límites de un subsistema están constituidos por las reglas que definen
quiénes participan, y de qué manera. La función de los límites reside en
proteger la diferenciación del sistema. Todo subsistema familiar posee
funciones específicas y plantea demandas específicas a sus miembros, y el
desarrollo de las habilidades interpersonales que se logra en ese subsistema es
afirmado en la libertad de los subsistemas de la interferencia por parte de
otros subsistemas... Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los
límites de los subsistemas deben ser claros para permitir a los miembros de
los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas,
pero también deben permitir el contacto entre los miembros del subsistema y
los otros.
1. Subsistema hermanos
-El límite no ha de ser rígido sino claro, de forma que pueda haber
momentos en que un hijo pueda estar al cargo de un hermano de otra
edad, que éste aprenda cómo los mayores solventan sus conflictos, etc.
2. Subsistema pareja
3. Subsistema padres
Definir quiénes son las personas que se van a hacer cargo de qué tareas en
relación con el cuidado de los niños. Cuando un padre le dice a su propia
madre: «No le des caramelos al niño hasta que yo te lo diga», está definiendo
un límite a la conducta de la abuela (A.Soria).
-Puede que el hijo esté demasiado cercano del padre o lejano de la madre
o esté en su lugar (en cuanto a límites).
Napier y Whitaker (1978, cit. por Ríos, 1994) indican que en la madre hay
una tendencia natural a ser el centro psicológico de la familia y de sus
dinamismos. Esta tendencia también puede estar relacionada con el rol
asignado socialmente a la mujer como «cuidadora» (no hay más que mirar el
porcentaje de varones en estudios como enfermería, magisterio, psicología,
psicopedagogía, etc.).
Siguiendo a Ríos (1994 a), en la intervención orientadora o terapéutica
con la familia, se deben potenciar los siguientes movimientos en relación con
la madre: controlar su carácter central mediante prescripciones y tareas que
consigan su desplazamiento hacia áreas más secundarias, si su papel central
dificulta la independencia sana de los hijos; sacar a la madre del
protagonismo, cuando ella se considera a sí misma como la única que
comprende lo que sucede o la única capaz de resolverlo; delimitar del terreno
de actuación materna, cuando no facilita la presencia de otras figuras
importantes para el desarrollo del hijo; restar fuerza a su necesidad de
acaparar poder; enseñar otros modelos alternativos de ser buena madre.
Además, el papel de la madre evoluciona necesariamente a lo largo del ciclo
de vida familiar, de modo que en muchos casos en la intervención terapéutica
se ha de potenciar una nueva perspectiva sobre su papel, de acuerdo con la
evolución de los hijos y de la familia en conjunto.
Es válido para marcar los límites (*) y confines físicos o territoriales y los
emocionales o vitales que explican la presencia de tensiones y conflictos. Es
como la representación gráfica de una geografía relacional sobre la que podrá
apoyarse la unidad y el progreso del sistema total y el de cada uno de los
subsistemas internos.
MENSAJE DE CONTENIDO
-Utiliza conceptos.
METACOMUNICACIÓN
La creación de mitos es una herramienta con la que han contado los seres
humanos desde su aparición en el mundo. El mito se convierte en un sistema
que explica el origen del mundo, de los seres vivos, del ser humano, de la
familia y de la muerte. Tratar de dar un significado a los orígenes de la vida, a
la muerte y a las acciones humanas, es parte de la semántica de la
comunicación (Miermont, 1995). La creación de mitos ayuda a la
diferenciación. Por este motivo el estudio de los mitos familiares y de pareja
se enmarca en una tradición humana de largo recorrido. Desde la
antropología, pasando por la sociología, hasta llegar a la psicología, el
estudio y comprensión de los mitos ha sido una de las tareas que ha ocupado
con más frecuencia a los pensadores. Para Knox (1964), los mitos son
historias, narraciones imaginativas. Este autor identificó cuatro características
de los mitos que tienen importancia para los grupos y comunidades humanas:
Puesto que abordar los mitos abiertamente supone dejar a la familia sin la
protección que necesita frente a los conflictos, hay que ser cautos y aceptar el
mito hasta que la familia sea capaz de introducir nuevos cambios. Lograr
cambios en los mitos familiares supone según los autores ya citados
«transformaciones en el carácter o la estructura de los temas compartidos, o
las relaciones entre varios temas compartidos y se manifiestan especialmente
como cambios en los arreglos de roles recíprocos entre los cónyuges u otros
miembros de la familia».
5.aclarar para qué sirve el mito en esa familia concreta en ese momento
concreto (A. de Uribarri).
Presento aquí una síntesis en la que de acuerdo con las líneas básicas de cada
uno de los modelos actualmente más vigentes en la Terapia Familiar pueden
resumirse los ejes de cada una de ellas:
-límites deficientes;
-comunicación confusa;
-límites claros;
-cariño y participación.
-capacidad de negociación;
-respeto a la individualidad;
Completo el modelo, queda por incluir dos niveles (alto y bajo) que en
combinación con las tres dimensiones, origina ocho tipos de familias más o
menos adaptadas, más o menos morfostáticas o morfogenéticas (J.Cejalvo).
NEUTRALIDAD
NIDO REPLETO
NIDO VACÍO
Constituye uno de los ciclos vitales (*) de la familia más interesantes por
cuanto supone la necesidad de atravesar una fase en la que los cambios de
estructura interna, el cumplimiento de tareas educativas y los apoyos
necesarios al hijo para que continúe su evolución progresiva, van a sufrir
cambios sustanciales.
Las intervenciones sistémicas con niños (Ríos, 1987 y 1994b) tienen que
ajustarse a cuanto exigen los elementos básicos en que han de apoyarse, lo
que obliga al terapeuta a adoptar actitudes que han de encuadrarse en a) la
necesidad de respetar al niño, b) aceptarlo como es, c) no infantilizarlo al
tratarlo en la terapia, d) no ironizar con él y sus cosas, e) darle algo más que
«cosas», f) darle tiempo y calma respetando su ritmo y adoptando una serie
de condiciones que han de mantener como elementos básicos los inherentes a
la necesidad de 1) utilizar su lenguaje y su mundo interno y externo, 2)
manejar su cultura y respetarla, 3) utilizar el espacio físico en la interacción
con él, aparte de 4) saber hablarle, 5) saber escucharle y 6) saber preguntarle,
todo ello conforme a lo dicho en el lugar ya citado.
a) A los niños:
Resulta una labor ardua enunciar una definición del término Orientación
Familiar y son muy pocos los autores que se deciden a realizar una
aproximación a la misma. Las presentes reflexiones parten de un modo
disfuncional de relación (comunicación, interacción, espacios personales,
etc.) en el interior del sistema familiar y tomarán en cuenta el contexto en el
que se produce dicha situación.
Desde 1984 vengo defendiendo, sin que ningún autor haya propuesto
modificación alguna al concepo propuesto, la siguiente definición:
«Las familias que acuden a terapia tras una lucha prolongada por lo
común han individualizado a uno de sus miembros como la fuente del
problema. Inundan al terapeuta con el relato de su lucha, las soluciones
ensayadas y el fracaso de todos los intentos. Pero el terapeuta ingresa en la
situación terapéutica con el supuesto de que la familia se equivoca. El
problema no reside en el paciente individualizado, sino en ciertas pautas de
interacción de la familia» (Minuchin y Fistman [1981]) (L.Gómez).
PADRE EN LA ORIENTACIÓN Y TERAPIA FAMILIAR
PADRE PERIFÉRICO
PARADOJA (CONTRAPARADOJA)
Pero hay otro objetivo: presentar una visión alternativa a por qué se
produce el síntoma, al mismo tiempo que se destapa el verdadero juego que
la familia había estado tratando de ocultar, sin que éste quede connotado
negativamente.
3.Es necesario trabajar la «mismidad» para que cada uno sea «sí mismo»
sin dejarse anular por el otro.
4.Preguntarse: ¿En qué me ayuda la vida de pareja para seguir siendo «yo
mismo» sin perder mi identidad?
PODER EN LA FAMILIA
Casi todas las Escuelas de Terapia Familiar (*) han acentuado la necesidad de
tener muy en cuenta la influencia y efectos del poder en los dinamismos que
influyen en el funcionamiento de la familia y la pareja. Descubrir quién
ostenta el poder en la vida familiar no es tarea fácil, ya que tras una
apariencia neutra puede ocultarse una potente manera de dominar sobre los
demás miembros del sistema. Por ello para nosotros constituye desde el inicio
de la terapia un punto esencial. Es cierto que la mayoría de las veces hay que
afrontar su descubrimiento mediante la formulación de hipótesis sistémicas
(*) que permitan ir introduciendo elementos que puedan detectar la existencia
de un tipo u otro de poder (evidente, latente, oculto, camuflado, desviado)
que tiene su repercusión sobre la formulación de auténticos conflictos. En
otro lugar hemos hablado del «quintacolumnista» (*), viendo en él un buen
ejemplo de lo que puede representar el poder en la vida del sistema.
Conviene no olvidar, por otra parte, que en gran número de ocasiones los
«síntomas» (*) y su dinámica son armas de poder que juegan un papel
importante en el funcionamiento familiar.
PRESCRIPCIÓN DIRECTA
Todos los miembros han de quedar implicados, incluso cuando se les pide
que no hagan nada, pero no se puede olvidar a ningún miembro (E.López).
PRESCRIPCIÓN INDIRECTA
El terapeuta deberá conocer qué medios han puesto ellos de su parte para
enfrentarse a ese «problema» y así analizar sucintamente las razones de su
fracaso en la interacción. Para desactivar desmesuradas ilusiones o fantasías
creadas por la familia con respecto a la terapia, el terapeuta tendrá que
demandar a la familia que verbalicen qué es lo que esperan de la terapia,
haciéndoles ver que desde ese lugar de trabajo se les va a ayudar (a nivel de
orientación, consejo o terapia) y a ofrecer herramientas de trabajo, sin
«fórmulas mágicas» de «haz esto... y esto» y problema solucionado. Con todo
lo anterior, y en la medida de lo posible, terapeuta y coterapeuta deberán estar
atentos a las interacciones y formas de relación que se producen entre los
miembros de la familia para ir confirmando (o rechazando) la hipótesis de
trabajo de la que parten. Teniendo en cuenta toda esta información directa
más la que poseen previamente el terapeuta y el coterapeuta a través de los
cuestionarios de evaluación de la fami lia (*), el terapeuta deberá hacer una
redefinición del motivo de consulta para delimitar el nuevo sistema (familiar
y terapéutico). Durante la sesión aparecerá la figura del paciente designado
señalado bajo formas críticas y muchas veces destructivas. El terapeuta
deberá, en cierta medida, «protegerle» de ese contexto acusador y connotar
aspectos positivos suyos, de la misma forma que deberá hacerlo también con
los demás miembros y subsistemas familiares, resaltando más los aspectos
positivos (ya que los negativos seguramente, y más en la primera sesión,
aparecerán en gran medida). Si salen miembros del equipo, es necesario que
se presenten a la familia y que el terapeuta recuerde a la familia el papel de
éstos. Finalmente, es necesario un cierre de la sesión muy claro, donde el
terapeuta redefina los aspectos más importantes de la sesión con las
preescripciones precisas para la próxima sesión.
Objetivos
Reducir, en principio, la conducta sintomática, esto es, el bajo rendimiento
del hijo/a.
Procedimiento
1a etapa:
2' etapa:
Estrategias
Definir exactamente, por parte de los padres, qué desean del hijo,
especificando qué conducta es la que desean que cambie.
Prescripciones
Temporalización
La aplicación del programa tendrá una duración determinada. Si en el plazo
acordado no se han producido adelantos o bien se han detectado otros
subsistemas, origen del problema, habrá que modificar las estrategias, los
objetivos... creando otro programa conforme a las nuevas necesidades.
PSICOTERAPIA
Entre las muchas definiciones que se han dado de ella a lo largo del tiempo,
optamos por la formulada por la FEAP (*) en sus documentos oficiales,
entendiendo por tal «un tratamiento científico, de naturaleza psicológica para
las manifestaciones psíquicas o físicas del malestar humano, que promueve el
logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la salud física y
psíquica, la integración de la identidad psicológica y el bienestar de las
personas o grupos tales como la pareja o la familia».
He dado tal denominación (Ríos, 1994a), tomada del argot habitual en las
guerrillas, al miembro del sistema familiar que hace posible el mantenimiento
del síntoma (*) dentro del sistema. Este miembro, como el guerrillero que se
infiltra en las fuerzas del enemigo, refuerza y hace posible la persistencia del
síntoma perturbador. Su papel, difícil de descubrir en la intrincada trama de
las interacciones familiares, encierra una contradicción, dado que por una
parte busca una solución al problema, mientras que por otra hace «algo» para
que la situación no cambie. La raíz de este comportamiento ambivalente está
en que tal miembro obtiene algún beneficio de cuanto se está viviendo por lo
que no quiere que cambie la situación.
Según los autores citados, los pacientes siempre tienen una opinión acerca
de las razones de sus problemas, lo que hace que no los tengan resueltos. De
este modo el trabajo del terapeuta utilizando la redefinición es poder ofrecer a
la familia una nueva visón más positiva y constructiva del problema (Nichols
y Schwartz, 1998).
REESTRUCTURACIÓN
Selvini Palazzoli (1975) utiliza para ello las prescripciones paradójicas (*)
que convulsionan el funcionamiento rutinario de la familia (J.A.Ríos).
Familia
Mosaico
Systemica
Redacción: Avda. Cruz del Campo, 10. 41005 - Sevilla. Tel. (34) 95457
29 26. E-mail: aatfash@arrakis.es; web: http://aatfash.org
ROLES FAMILIARES
Los roles familiares pueden tener su origen en funciones naturales que tienen
su cabida en la interacción familiar o en las atribuciones (*) que la propia
familia va dando a cada uno de los miembros del sistema.
SEPARACIÓN MATRIMONIAL
-Para no perder la ruta de la sesión, tener presente que en toda sesión hay
que hacer:
2. Ritmo de la sesión
-Cada familia tiene un ritmo propio que hay que respetar para ganar en
eficacia: llevarlo en otro es agotarlos o conducirlos al abandono y la
desgana por sentirse «incapaces».
Dentro del ritmo apropiado a cada sistema hay que poner en práctica:
3.Desafíos en la sesión
4.4.Cohesión familiar.
4.5.Expresividad familiar.
No es infrecuente tener que trabajar con familias y parejas que con gran
facilidad intentan llevar la sesión por donde les conviene a ellos. Cada día
estoy más convencido de la capacidad de imitar que posee la familia para
intentar repetir algunas de las cosas que hacemos con ellos en la terapia.
Particularmente hay una que me llama la atención, aunque muchas veces se
nos escapa y no logramos controlarla: como le decimos con mucha frecuencia
que «cuando hemos estado preparando la sesión...», «al ver qué convendría
hacer en la sesión de hoy...», «el equipo opina que...», «en el equipo no to dos
estamos de acuerdo respecto a ustedes que...», ellos también empiezan a
«preparar la sesión» antes de venir a ella. Y se reparten roles y tareas, y fijan
temas a abordar y cuestiones que es mejor eludir o silenciar... Si esto es así, y
creo que sucede más de lo imaginado, puede ser que sus planteamientos nos
despisten y nos lleven por caminos que no esperábamos. Este modo de
funcionar es peligroso, por lo que se hace necesario tener unos puntos de
referencia a los que agarrarnos cuando esto suceda.
7.1.Procurar obtener material nuevo con el que poder construir una nueva
historia que rompa la previamente existente como base de las
disfunciones que afectan a la familia y la pareja.
SÍNTOMA
Consiste en el mandato por parte del terapeuta para que la familia lleve a
cabo aquello que, precisamente, trata de eliminar. La prescripción paradójica
obliga a que la familia siga haciendo aquello que viene realizando, de manera
que lo que hace por imperativo de sus mecanismos inadecuados de ajuste,
empiece a realizarse de manera directa y consciente, rom piendo de ese modo
la tiranía del síntoma que actúa llevando a la familia a situaciones inadecuas
(J.A.Ríos).
SINTOMÁTICO, COMPORTAMIENTO
Por último es importante señalar que en este proceso, uno y otro cónyuge
han de saber para qué les sirve el nuevo sistema familiar, y en caso de que la
interacción no esté funcionando entre ellos, ver hasta qué punto están usando
antiguos esquemas para expresar sentimientos de antiguos conflictos no
solucionados (A.Fabregat).
SISTEMA FAMILIAR DE ORIGEN (SFO)
En primer lugar hay que determinar los miembros que constituyen el SFO
de cada persona. No se puede limitar, en muchos casos, a los padres o a los
hermanos, que en principio constituyen el núcleo fundamental, sino que
habrá que indagar en el influjo y el poder que en el interior del sistema hayan
ejercido abuelos, tíos u otras personas cercanas, no sólo nos referimos a
cercanía física, sino a la intromisión que hayan ejercido en su interior.
Esta última reflexión nos abre la puerta a una realidad antes apuntada: el
SFQ/D no se limita sólo al ambiente adulto, sino que cualquier miembro del
sistema lo enriquece con sus aportaciones (A.Fábregat).
SUBSISTEMA CONYUGAL
Aceptar este tipo de pérdida es algo difícil y delicado que requiere que la
pareja posea un espacio privado independiente del resto de la familia para
poder trabajarlo. El espacio privado se aprovechará no sólo para encajar esa
pérdida, sino para fortalecer sus vínculos y sentido de pertenencia ya
apuntado en el párrafo anterior. Esto es vital para que después, como padres,
puedan transmitir a sus descendientes unos valores que ambos compartan, sin
que sus diferencias como personas se manifiesten en el terreno educativo.
SUBSISTEMA FRATERNAL
SUBSISTEMA PARENTAL
-alimentación;
-guía u orientación;
-control.
Por ello es condición sine qua non que el subsistema parental se perciba
unido y firme en sus criterios educativos, pero a la vez flexible y dispuesto a
fomentar la mutua acomodación de necesidades (J.Cejalvo).
TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN
Descrita, entre otros, por Berne y Mara Servini Palazzoli, aunque cada uno
con perspectivas diferentes que enriquecen la visión de una realidad que
constituye un mundo rico de aplicaciones para el trabajo en la Terapia
Familiar (J.A.Ríos).
La Teoría de los Juegos constituye uno de los pilares sobre los que se asienta
la concepción sistémica que utilizamos en terapia familiar.
Desde nuestro punto de vista hay dos enfoques de los juegos que tienen
importancia en sus aplicaciones a la terapia familiar: por una parte la teoría
de Berne (1961 y 1968) quien, según Martorell (2002), pone las bases de la
teoría transaccional de los juegos reconociendo a George Mead (1934, 1936 y
1938) como «pionero de los estudios del papel de los juegos en la vida
social», ya que para él la conducta humana es un juego, y a Thomas Szasz
quien se ocupa «de los juegos que llevan a una incapacidad psiquiátrica de un
modo paralelo al enfoque berniano».
TERAPIA
Se entiende por tal la psicoterapia (*) que basada en los principios teóricos y
las aplicaciones prácticas de la Teoría General de Sistemas (*) de Bertalanffy,
la Teoría de la Comunicación (*) y la Teoría de los Juegos (*) tiende a
proporcionar los recursos necesarios para la superación de las situaciones
interactivas conflictivas entre los miembros del sistema familiar.
Su desarrollo ha tenido un impulso fuerte a partir de la década de los
cincuenta del siglo pasado y ha generado una gran cantidad de
investigaciones y aplicaciones clínicas de las que se sigue dando cuenta en
una amplia bibliografía internacional.
¿Qué finalidad tiene la Tercera Sesión que se celebra sólo con el subsistema
parental y qué añadirías al modelo actual?
La finalidad de pasar del sistema familiar, durante las dos primeras sesiones,
al subsistema parental (padre-madre) en la tercera sesión, radica en plantear
que quizá la discrepancia, diferencias o problemas generados en este sistema
(o en el conyugal) pueden estar originando o manteniendo la tensión y los
síntomas del Paciente Designado. Por tanto, en esta sesión se abordarán
temas como: los valores, la autoridad, la disciplina, reglas con los hijos... Es
una oportunidad para que los padres puedan hablar de temas que quizá,
delante de los hijos, no se han atrevido a sacar. Para el terapeuta, por tanto, es
una ocasión para recoger más información (mantener la hipótesis de trabajo o
generar otras alternativas) así como una posible fuente de intervención
(S.Beltrán).
Por ello hemos querido distinguir los siguientes tipos a partir de esta
dimensión:
3.¿Cómo utilizar mis propias reacciones con la familia para hacer de ellas
instrumentos de psicoterapia?
TRANSFERENCIA
TRIANGULACIÓN EN EL SISTEMA
TRIÁNGULO PERVERSO
1)Una textura básica del hombre sobre la que van a tejerse las demás
estructuras psíquicas que determinan para siempre, e inexorablemente,
todo lo ulterior y que ... deja de verse si no se examina muy de cerca o
con métodos especiales
Todo ello permitirá llegar a entender algo íntimo de la textura del ser
humano.
Igualmente puede utilizarse mediante la ayuda que les facilite ver qué
valores (*) han transmitido las generaciones anteriores para lo que, entre otras
técnicas, puede utilizarse la que hemos descrito al hablar del Escudo de
Armas (*) de la Familia de Origen (*).
De esta función depende que el mundo sea algo en que se puede confiar o
algo en que no se pude depositar confianza («el mundo no es de fiar»), lo que
va a determinar la actitud ante el universo.
Don Quijote, tras tanto encierro para leer libros de caballería, se convirtió
en caballero andante en busca de aventuras que brindar a Dulcinea como
«imago» materna y símbolo de la urdimbre deficitaria.
Hay que apoyar a los padres para que no defrauden al hijo cayendo en una
falta de control cuando el hijo es «malo» porque entonces se le defrauda, ya
que lo que intenta es «ver cómo lo manejan» los otros. En las conductas
provocadoras no hay intento de fastidiar o molestar, sino una necesidad
camuflada de aprender.
Rof habla de la «medicina dialógica» que le hace afirmar que «el médico (y
vale para el terapeuta) no ha de ser funcionario ni sacerdote, ni biomédico ni
psicoanalista. Ha de ser un hombre nuevo de una sociedad nueva que
contribuirá a forjar con su crítica, su reflexión y su análisis. Partiendo
siempre de lo que desde sus orígenes ha sido un médico: una forma de amor
al prójimo llena de saber y de penetración» (En Teoría y práctica
psicoanalítica).
Ríos (1994a) afirma que «al estudiar a la familia como sistema, hay que
abordar... las reglas de todo el sistema y las que regulan el funcionamiento
particular de cada uno de los posibles subsistemas que se originan en su
interior...». Habla de «modelos de reglas»: reglas reconocidas, implícitas,
secretas y metarreglas.
Comellas (1991) plantea que los valores «deben ser la base sobre la que
se constituirá la personalidad del niño...».
En nuestra experiencia nos ha dado buen resultado para conseguir este fin
el trabajar a través de la técnica del «escudo de armas» de la familia y la
pareja, teniendo en cuenta que puede realizarse en tres direcciones: el escudo
de armas de las familias de origen (SFO), el de la familia o pareja creada
(SFC) y el de la familia o pareja querida o deseada (FQ/D).
La técnica de la grabación en vídeo está cada vez más extendida entre los
profesionales de la Terapia Familiar y de Parejas. Los miedos que frenan a
muchos profesionales es algo que se disipa apenas empieza a utilizarse.
Requiere la creación de condiciones que garanticen la privacidad y el secreto
profesional de cuanto queda almacenado en la videoteca de un equipo o
centro de terapia. El uso que venimos haciendo en nuestro Centro («Stirpe»)
desde 1984 nos permite contar con una herramienta valiosísima de análisis de
sesiones, descubrimiento de errores terapéuticos, fuente de datos para la
investigación y, en algunos casos, que las mismas familias y parejas puedan
«verse» al cabo de un tiempo y comparen cómo estaban al iniciar la terapia y
cómo pueden encontrarse en un momento concreto del proceso. Todo esto,
especial mente delicado, requiere la firma de un contrato (*), la
determinación de límites en el uso del material videograbado, la autorización
por parte de todos los miembros de la familia para que se permita tal uso, de
tal modo que, en nuestro caso, es suficiente que sólo un miembro no dé su
autorización para que no se graben las sesiones.
Pueden verse algunas otras matizaciones respecto al uso técnico del vídeo
en Ríos (1994a) (J.A.Ríos).
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