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Compromiso es una obligación contraída, palabra dada. También, es una situación difícil,
incomoda, embarazosa o delicada, por ejemplo: “estoy metida en un compromiso debo de
pedir algunos días libre y aún no tengo confianza con mi jefe”. El término compromiso es
de origen latín “compromissum”, este verbo se ha formado con la preposición “cum” que
significa “con” y el adjetivo “promissus”.
El término compromiso puede ser usado en diferentes contextos como por ejemplo: en el
derecho, en el campo laboral, en las relaciones de pareja, de amistad, y, todos los días de
nuestras vidas.
El término compromiso puede ser usado como sinónimo de: obligación, contrato, deber,
convenio, por ende, compromiso es un tipo de acuerdo que puede considerarse como un
contrato no escrito en el cual las partes asumen ciertas obligaciones o, adquieren
responsabilidades, en este sentido el ser humano todos los días contrae responsabilidades
desde la más simples hasta la más complejas y, el compromiso u obligación de cumplirlas
como consecuencia de su asentimiento.
De igual manera, el compromiso es una promesa matrimonial, que los futuros cónyuges
hacen con el fin de contraer nupcias en un futuro, adquiriendo la responsabilidad o el
compromiso de cuidar todos los aspectos de una relación, así como respetar, mantener la
llama del amor y, estar en las buenas y en las malas con la persona que decidió contraer
matrimonio.
En el seno de una familia, se observa diferentes tipos de compromisos, por ejemplo: quien
decide ser padres adquiere el compromiso de educarlos, amarlos, guiarlos y
proporcionarle los diferentes medios que sean indispensables para subsistir, a su vez, los
hijos con los padres deben de respetarlos, amarlos y hacer todo aquello que sus padres le
exigen por su bien. En el campo laboral, los empleados adquieren el compromiso
intelectual, emocional y de un arduo trabajo físico con el fin de entre todos lograr el éxito
de la empresa, a su vez, lo patrones deben de ofrecer seguridad, satisfacción y un buen
salario para motivar a sus empleados a dar lo mejor de sí.
El compromiso es el valor que debe de existir acompañados de otros para lograr todo
aquello que el individuo se plantee, es planear el camino o proceso que debe de cumplir el
mismo para llegar a cumplir su objetivo acompañado de un trabajo constante. El
compromiso es un valor que te permite y te lleva a vivir la vida que desea aunado con la
voluntad que posee el individuo para cumplirlo.
La protección de los niños, niña y adolecentes
Todos los niños tienen derecho a recibir protección contra la violencia, la explotación y el
abuso. Sin embargo, en todo el mundo, millones de niños de todos los estratos
socioeconómicos y de todas las edades, religiones y culturas sufren actos de violencia,
explotación y abuso todos los días. Millones más corren el riesgo de ser víctimas de la
violencia.
Algunas niñas y niños son particularmente vulnerables debido a su género, raza, origen
étnico o estatus socioeconómico. Los niveles más altos de vulnerabilidad están a menudo
relacionados con los niños con discapacidad o que se han quedado huérfanos, los
indígenas, los que proceden de minorías étnicas y otros grupos marginados. Otros riesgos
para los niños son vivir y trabajar en las calles, vivir en instituciones y centros de
detención, y vivir en comunidades donde impera la desigualdad, el desempleo y la
pobreza. Los desastres naturales, los conflictos armados y el desplazamiento pueden
exponer a los niños a otros riesgos. Los niños refugiados, los niños internamente
desplazados y los niños migrantes no acompañados son también las poblaciones que
despiertan preocupación. La vulnerabilidad también está asociada con la edad, ya que los
niños más pequeños corren un mayor riesgo de sufrir ciertos tipos de violencia y los
riesgos difieren a medida que se hacen mayores.
La violencia, la explotación y los abusos se producen en los hogares, las familias, las
escuelas, los sistemas de atención y de justicia, los lugares de trabajo y las comunidades
en todos los contextos, incluyendo los que se derivan de los conflictos y los desastres
naturales. Muchos niños están expuestos a diversas formas de violencia, explotación y
abuso, incluido el abuso y la explotación sexuales, la violencia armada, la trata, el trabajo
infantil, la violencia de género, el acoso (véase Too often in silence, UNICEF, 2010), el
acoso cibernético, la violencia de las pandillas, la mutilación/ablación genital femenina, el
matrimonio infantil, la disciplina infantil física y emocional, y otras prácticas nocivas.
Hay pruebas importantes que indican que la violencia, la explotación y el abuso podrían
afectar la salud física y mental del niño a corto y largo plazo, influyendo en su capacidad
para aprender y socializar, e influir en su transición hacia la edad adulta con consecuencias
adversas en la vida.
En el impulso por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015
resulta imperativo concentrar los esfuerzos sobre la igualdad en la protección infantil, de
manera que las niñas y niños más vulnerables y marginados no se queden atrás. La
protección infantil es común a cada uno de los ODM: desde la reducción de la pobreza
hasta la escolarización, desde la eliminación de la desigualdad por motivos de género
hasta la reducción de la mortalidad infantil.
Las prácticas dañinas contra los niños pueden exacerbar la pobreza, la exclusión social, la
discriminación y el VIH, e incrementar la probabilidad de que las sucesivas generaciones
afronten riesgos similares. Si no se abordan estos problemas de la protección, las
inversiones en el desarrollo de la primera infancia, la salud, la educación, el VIH/SIDA y
otras esferas no aportarán mejoras duraderas a las vidas de los niños y niñas.
REGLAS Y NORMAS
Las normas sociales son las reglas que deben seguir las personas para una mejor
convivencia, a las que se deben ajustar las conductas, tareas y actividades del ser humano.
El sistema de normas, reglas o deberes que regula las acciones de los individuos entre sí,
es lo que llamamos moral. La palabra moral proviene del latín moralis, referente a las
costumbres. Sin embargo, la traducción latina adquiere un matiz distinto de la griega y
pierde parte del significado inicial. Moral quiere decir carácter o costumbre, en cuanto
algo que ha sido adquirido, y ya no tiene el sentido de estructura originaria. La sociedad
que tenemos hoy en día no es muy diferente, en lo que se refiere a normas sociales, a
aquellas del periodo romántico (siglo XIX).
Norma
Por ejemplo: “La multa que le impusieron se debió a que condujera a 120 kilómetros por
hora en una carretera que, por norma, permite una velocidad máxima de 110 kilómetros
por hora”, “Disculpe, pero aquí no se puede fumar; es una norma del establecimiento”,
“Esta institución tiene normas que deben ser respetadas por todos sus integrantes, sin
excepciones”.
Para la lingüística, la norma es el conjunto de los usos habituales que los hablantes de una
lengua llevan a cabo en la vida cotidiana. Algunos teóricos propusieron otras definiciones,
considerando a las construcciones gramaticales usuales o las realizaciones prototípicas de
la fonética como normas.
NormaNorma es el nombre que lleva una tragedia lírica escrita por el libretista italiano
Felice Romani y con música del reconocido compositor Vincenzo Bellini. La trama se basa
en una historia épica creada por el poeta francés Alexandre Soumet y se encuentra entre
los mayores exponentes de la música belcantista. Su estreno tuvo lugar el 26 de diciembre
del año 1831, y su aria de nombre “Casta diva”, ejecutada por la propia Norma, se
convirtió en una de las más recordadas de su siglo y su éxito se ha extendido hasta el
presente.
La moral
Qué es la Moral:
Como adjetivo, 'moral' significa que algo es perteneciente o relativo a lo que se considera
como bueno a nivel social. De un modo coloquial y genérico, 'moral' indica que algo es
correcto, aceptable o bueno en relación a la conducta de la persona.
También indica que algo no responde al orden jurídico, sino que pertenece a un concepto
más amplio relacionado con los valores propios del ser humano dentro de la sociedad (por
ejemplo, obligación y responsabilidad moral).
Esta palabra procede del latín morālis, derivada del término latino mos, moris
(‘costumbre’).
Ética y moral
Ética y moral son conceptos que están interrelacionados aunque no poseen el mismo
significado. De un modo genérico, se puede decir que la moral está fundamentada en las
concepciones y valoraciones establecidas dentro de una sociedad, mientras que la ética
supone un estudio más amplio, basado en un análisis teórico, científico y racional.
Daño moral
A diferencia del daño patrimonial, el daño moral implica que existe una pérdida que no
puede ser reparada por otros medios aunque sí compensada de algún modo (por ejemplo,
económico).
Juicio moral
Un juicio moral es una valoración a nivel moral llevado a cabo por una persona o un
colectivo que juzga un comportamiento o una acción en baso a sus propias
consideraciones morales.
También han existido y existen personas, especialmente el movimiento por los derechos
animales, que también otorgan algún grado de dignidad a individuos de otras especies
animales por su condición de individuos con cerebro que, por lo tanto, también tienen
capacidad para sentir; no sin discusión puesto que esta asignación de dignidad también
seguiría siendo un reconocimiento puramente humano.
El inicio de la adolescencia ocurre con los cambios físicos que se dan en el cuerpo,
relacionados con el crecimiento y con la preparación de los órganos para la reproducción.
Sin embargo, durante la adolescencia no solo se experimentan cambios biológicos, sino
también cambios psicológicos y sociales. Todos estos cambios y la forma en cómo se vivan
determinan la imagen que vas construyendo de ti misma/o.
La responsable de los cambios que tiene tu cuerpo en la adolescencia es una glándula que
se encuentra en el cerebro, llamada hipófisis. La hipófisis produce y libera unas sustancias
denominadas hormonas, que circulan por la sangre y llegan a distintas partes del cuerpo.
Estas hormonas actúan sobre los testículos de los varones o los ovarios de las mujeres,
para estimular la producción de las hormonas sexuales masculinas.
√ Te sale y crece vello en axilas, cara (bigote y barba), pecho, piernas, brazos y pubis.
√ Primera eyaculación
√ Aumentás de estatura
√ Te viene la menstruación
Convivencia humana
La convivencia es una forma de relacionarnos que debemos escoger desde muy jóvenes.
Para la convivencia positiva es necesario el respeto, el amor, el perdón, entre otros,
debemos tolerar costumbres de otras personas.
El ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima
y estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad
cercana e interesada por él. Los seres humanos son fundamentalmente animales grupales
y su bienestar es mucho mayor cuando éste se encuentra en un ambiente armónico, en el
cual se vive en estrecha comunión.
Como señalan ciertos exponentes del existencialismo no puede haber un "yo", sin un "tú".
Esta interdependencia social es mucho más que un abstracto concepto filosófico,
constituye una necesidad humana fundamental.
Convivencia
El ser humano es un ser social. Ninguna persona vive absolutamente aislada del resto, ya
que la interacción con otros individuos es imprescindible para el bienestar y la salud. Sin
embargo, la convivencia no siempre resulta fácil, dado que pueden interferir
negativamente ciertas diferencias sociales, culturales o económicas, entre otras muchas
posibilidades.
En ciertos países, dados los elevados precios de alquiler de viviendas, los inmigrantes se
ven obligados a compartir pisos, y la convivencia entre personas de diferentes
nacionalidades puede ser tan enriquecedora como complicada. Sin lugar a dudas, el
racismo se encuentra entre los peores ingredientes de una vida en común, y puede
acarrear resultados muy lamentables; por otro lado, convivir con una persona cuya
nacionalidad tenga connotaciones negativas para nosotros puede convertirse en el mejor
camino para entender que generalizar es desperdiciar tiempo y energías, y que un
pasaporte no dice mucho acerca de un individuo.
Pero todos los problemas no son tan graves y profundos como el desprecio por una raza;
una mera diferencia de horarios puede despertar roces y enfrentamientos que
entorpezcan la convivencia. Lo mismo ocurre con los hábitos de limpieza, los gustos
musicales y las costumbres culinarias. En el mejor de los casos, siempre es posible llegar a
un acuerdo, que cada parte se adapte a las necesidades de las demás para que nadie deba
soportar situaciones molestas o hirientes. Si el diálogo no funciona, o si se llega a la
conclusión de que un cambio no es posible, entonces el mejor camino es una separación
pacífica.
Diversas corrientes sostienen que la conciencia del Yo sólo puede tenerse a partir de la
existencia del Otro. En dicha interdependencia social que se produce en la convivencia,
cada persona se define a sí misma.
Convivir con perros, por ejemplo, nos brinda lecciones de fidelidad y de consideración a
diario. Además, dado que se trata de animales que no demandan mucho más que amor y
respeto, nos vuelven más sensibles y nos ayudan a desprendernos de los bienes
materiales. Parte de la convivencia con estas criaturas incluye salir a pasear un mínimo de
dos veces al día, para que hagan ejercicio y se relacionen con otros seres vivos; esta
actividad nos acerca inevitablemente a la naturaleza, nos aleja de la contaminación y de la
superficialidad, y nos ayuda a recordar de dónde venimos.