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Metis Productos Culturales S.A. de C.V.

Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría


feminista
Author(s): Judith Butler and Marie Lourties
Source: Debate Feminista, Vol. 18 (OCTUBRE 1998), pp. 296-314
Published by: Metis Productos Culturales S.A. de C.V.
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/42625381
Accessed: 13-02-2016 19:24 UTC

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Actos performativos y constitución del género:
un ensayo sobre fenomenología
y teoría feminista*

Judith Butler

filósofosraramentereflexionansobrela actuaciónen el senti-


do teatraldel término,pero desde luego tienenun discurso so-
Los bre los "actos" que mantienesignificadossemánticosasociados
con aquellos de las teorías de la representacióny de la actuación. Por
ejemplo, los "actos de habla" de JohnSearle, estas garantíasy prome-
sas verbales,que no parecen renviarsólo a un intercambiode palabras,
sino constituirun vínculo moralentrelos hablantes,ilustranuno de los
gestos ilocucionariosque constituyenel escenario de la filosofíaanalí-
tica del lenguaje. Más aún, la "teoría de la acción", un campo de la
filosofíamoral, busca entenderlo que es "hacer", antes de formular
exigencia alguna sobre lo que se debe hacer.En fin,la teoríafenomeno-
logica de los "actos", adoptada por Edmund Husserl,Maurice Merleau-
Pontyy George HerbertMead, entreotros,intentaexplicar la manera
mundana en que los agentes sociales constituyenla realidad social por
medio del lenguaje, del gesto y de todo tipo de signos sociales simbóli-
cos. Si bien la fenomenologíaa veces parece asumirla existenciade un
agente electivo y constituyenteantepuesto al lenguaje (definidocomo
la única fuentede sus actos constituyentes),tambiénhay un uso más
radical de la doctrinade la constituciónque toma el agente social como
objeto,antes que sujeto,de los actos constitutivos.
Al declararque "la mujerno nace, se hace",Simone De Beauvoir se
apropia de esta doctrina,la de los actosconstitutivos,inscritaen la tradi-
ción fenomenologica,y la reinterpreta.1 En este sentido,el génerono es,

*
Tomadode Sue-Ellen
Case(ed.),Performing : Feminist
Feminisms Critical
Theory
andTheatre, Johns
Hopkins Press,
University 1990,pp.270-282.
Paraunadiscusión
másdetalladadelacontribución
feminista
deDe Beauvoira
la teoría vermis"Variations
feminista, onSexandGender: Beauvoir's TheSecond
Sex",
296

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de ningunamanera,una identidadestable;tampocoes el locusoperativo
de donde procederíanlos diferentesactos; más bien, es una identidad
débilmenteconstituidaen el tiempo:una identidad instituidapor una
repeticiónestilizadade actos.Más aún, el género,al ser instituidopor la
estilizacióndel cuerpo,debe serentendidocomo la maneramundana en
que los gestos corporales,los movimientosy las normas de todo tipo,
constituyenla ilusión de un yo generizado permanente.Esta formula-
ción desplaza el conceptode géneromás allá del terrenode un modelo
sustancialde identidad,hacia uno que requiereuna conceptualización
de temporalidad socialconstituida.Significativamente, el géneroes insti-
tuido por actos internamentediscontinuos,la aparienciade sustanciaes
entonces precisamente eso, una identidad construida, un resultado
performativo llevado a cabo que la audiencia social mundana,incluyen-
do los propios actores,ha venido a creery a actuarcomo creencia.Y si el
cimientode la identidadde géneroes la repeticiónestilizada de actos en
el tiempo,y no una identidadaparentementede una sola pieza, enton-
ces, en la relaciónarbitrariaentreesos actos,en las diferentesmaneras
posibles de repetición,en la rupturao la repeticiónsubversiva de este
estilo,se hallaránposibilidades de transformar el género.
Mediante la concepción de actos de género esbozada más arriba,
intentarémostrarcómo podríamos entenderalgunas maneras en que
han sido constituidoslos conceptoscosificadosy naturalizados de gé-
nero y,por ende, cómo son entoncessusceptiblesde ser constituidosde
otra manera. En oposición a los modelos teatraleso fenomenológicos
que asumen un yo necesariamenteantepuesto a sus actos, entenderé
los actos constitutivoscomo actos que, además de constituirla identi-
dad del actor,la constituyenen ilusión irresistible, en el objeto de una
creencia.Al desarrollarmi argumentación,echaré mano de los discur-
sos teatral,antropológicoy filosófico,pero sobre todo del fenomenolo-
gico, para mostrarque lo que se llama identidad de género no es sino
un resultado performativo,que la sanción social y el tabú compelen a
dar.Y es precisamenteen este carácterde performativodonde reside la
posibilidad de cuestionarsu estatutocosificado.

enYaleFrenchStudies
172,1986.Haytraducción
al español,
"Variaciones
desexoygéne-
ro:Wittig,
Foucault
y De Beauvoir",
enMartaLamas,comp.,Elgénero
: la construcción
cultural
deladiferencia
sexual,
México,MiguelAngelPorrúayPUEG-UNAM.
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I. Sexo!Género:enfoquesfeministayfenomenologico
La teoríafeministaa menudo ha criticadolas explicacionesnaturalistas
del sexo y de la sexualidad que asumen que el significadode la existen-
cia social de las mujerespuede derivarsede algún hecho de su fisiología.
Al distinguirentresexo y género,las teóricasfeministashan cuestionado
las explicacionescausales que asumen que el sexo dicteo imponga cier-
tos significados sociales a la experiencia de las mujeres. Las teorías
fenomenológicasde la corporeidadhumana se han preocupado también
por estableceruna distinciónentre,por una partelas variascausalidades
fisiológicasybiológicasque estructuran la existenciacorporaly,por otra,
los significadosque esta existenciacorpóreaasume en el contextode la
experienciavivida. En la Fenomenología de la percepción,
Merleau-Ponty
reflexionasobre"el cuerpo en su sersexual" y,considerandola cuestión
de la experienciacorporal,llega a afirmarque el cuerpoes,más que "una
especie natural","una idea histórica".2Significativamente, esta declara-
ción es la que citaSimoneDe Beauvoiren El segundosexocuando estable-
ce, para su argumentación,que "la mujer",y por extensióncualquier
género,es una situaciónhistóricaantesque un hecho natural.3
En ambos contextos,la existenciay la realidad de las dimensiones
materialeso naturalesdel cuerpo no son negadas sino replanteadas de
tal suerteque quede establecida la distinciónentreestas dimensionesy
el proceso por el cual el cuerpo terminaportando significadoscultura-
les. Tanto para De Beauvoir como para Merleau-Ponty,el cuerpo se
entiende como el proceso activo de encarnaciónde ciertasposibilida-
des culturalese históricas,un procesocomplejode apropiaciónque toda
teoría fenomenologicade la encarnación debe describir.Ahora bien:
para describirel cuerpo generizado, una teoría fenomenologicade la
constituciónprecisa de la ampliación de los enfoques convencionales
sobre los actos,que signifiqueal mismo tiempotantolo que constituye
el significadocuanto cómo se representay actúa este significado.En
otras palabras, los actos que constituyenel género ofrecensimilitudes

2 Maurice "TheBodyin itsSexualBeing"en Phenomenology


Merleau-Ponty, of
, trad.CollinSmith,
Perception Boston,RoutledgeandKeaganPaul,1962.Haytraducción
al españolenEditorial Península.
Simone deBeauvoir,TheSecondSex,trad.H.M.Parshley,
NuevaYork, ,
Vintage
1974,p.38.Haytraducción al español,
SigloVeinte Buenos.
Editores, Aires.
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Judith
con actos performativosen el contextoteatral.Mi tarea,entonces,será
la de examinarde qué manera actos corporalesespecíficosconstruyen
el género,y qué posibilidades hay de transformación culturaldel géne-
ro por medio de tales actos.
Merleau-Pontysostiene que el cuerpo no solamente es una idea
histórica,sino también un conjunto de posibilidades continuamente
realizables. Al definirel cuerpo como idea histórica,Merleau-Ponty
quiere decir que es por medio de una expresión concretae histórica
hecha efectivaen el mundo como este cuerpo cobra significado.Que el
cuerpo sea un conjuntode posibilidades significa:a) que su aparición
en el mundo,para la percepción,no está determinadaporningunasuerte
de esencia interior,y b) que su expresiónconcretaen el mundo se debe
entendercomo el poner de manifiestoy el volver específico un con-
junto de posibilidades históricas.De modo que hay una práctica*que
es comprendidacomo los procesos que vuelven tales posibilidades de-
terminaciones.Esas posibilidades, a su vez, son necesariamentecons-
treñidaspor las convencioneshistóricasvigentes.El cuerpo no es pues
una identidad en sí o una materialidad meramentefáctica:el cuerpo
es una materialidadque, al menos,lleva significado,y lo lleva de modo
fundamentalmentedramático. Por dramáticosólo quiero decir que el
cuerpo no es mera materia,sino una continuae incesantematerializa-
ción de posibilidades. No se es simplementeun cuerpo sino que, en un
sentidoabsolutamenteclave, el propio cuerpo es un cuerpo que se hace
y,por supuesto, cada cual hace su cuerpo de manera diversa a la de sus
contemporáneosy también,a la de sus antecesores y sucesores cor-
poreizados.
Sin embargo,es claramenteima desafortunadagramáticael decir
que hay un "nosotros"o un "yo" que hace su cuerpo,como si vinaprác-
tica descorporeizada precedieray gobernaraun exteriorcorporeizado.
Sugiero,como más apropiado, un vocabulario que resistala sustancia
metafísicade la formacionessujeto-verboy,en su lugar,se apoye en
una ontologia de los gerundios. El "yo" que es su propio cuerpo es,
necesariamente,ima formade ir tomando cuerpo, y el "que" que se
corporeiza es las posibilidades. Pero aquí tambiénengaña la gramática
de la formulación,porque las posibilidades que son corporeizadas no

*
Agenqj[N.dela TJ.
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son fundamentalmenteexterioreso antecedentesal propio proceso de
corporeización.Como materialidadintencionadamenteorganizada, el
cuerpo es siempreuna encarnaciónde posibilidades a la vez condicio-
nadas y circunscritaspor la convenciónhistórica.En otraspalabras, el
cuerpo es una situación histórica,como lo declara De Beauvoir, y es
una manera de ir haciendo, dramatizandoy reproduciendouna situa-
ción histórica.
Hacer, dramatizar,reproducir,parecen ser algunas de las estruc-
turaselementalesde la corporeización.Este irhaciendo el génerono es
meramente,para los agentescorporeizados,una manera de serexterio-
res,a florde piel, abiertosa la percepciónde los demás. La corporeiza-
ción manifiestaclaramenteun conjuntode estrategias,o lo que Sartre
hubiera tal vez llamado un estilode ser,o Foucault "una estilísticade la
existencia".Estilo que nunca se auto-estilizatotalmente,porque los es-
tilosvivos tienenhistoria,y esta historiacondiciona y limitalas posibi-
lidades. Se tomará entonces el género como un estilo corporal, por
ejemplo, un "acto" que fueraa la vez intencionaly performativo, don-
de performativotiene el doble sentido de "dramático" y de "no-refe-
rencial".
Cuando De Beauvoir declara que "la mujer"es una idea histórica
y no un hecho natural,está claro que subestimala distinciónentresexo,
hecho biológico y género,interpretación culturalo significaciónde este
hecho. De acuerdo con esa distinción,serhembraes un hecho sin signi-
ficadoalguno, pero ser mujeres habersevueltouna mujer,o sea obligar
al cuerpo a conformarsecon una idea históricade "mujer",a induciral
cuerpo a volverse un signo cultural,a materializarseobedeciendo una
posibilidad históricamentedelimitada,y esto, hacerlo como proyecto
corporalsostenidoy repetido.La idea de "proyecto",sin embargo,su-
gierela fuerzaoriginariade una voluntadradical,y como el géneroes un
proyectoque tienesu supervivenciaculturalcomo fin,el términode "es-
trategia"sugiere mejor la situación de coacción en la cual siempre y
diversamentese da la performance del género.Por ende, como estrategia
de supervivencia,el géneroes una representación* que conlleva conse-
cuencias claramentepunitivas.Los atributosdistintivosde génerocon-
tribuyen a "humanizar" a los individuos dentro de la cultura

* [N.de la T.].
Performance
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contemporánea; desde luego, los que no hacen bien su distinciónde
géneroson castigados regularmente.Porque no hay una "esencia" que
el género exprese o exteriorice,ni tampoco un objetivoideal al que as-
pire; como el génerono es un hecho,los diversos actos de génerocrean
la idea del género,y sin esos actos, no habría género en absoluto. El
género es, pues, una construcciónque regularmenteoculta su génesis.
El consentimientocolectivotácitode representar, produciry sustentar
la ficciónculturalde la división de género diferentey polarizada que-
da oscurecido por la credibilidadotorgada a su propia producción.Los
autores del géneroquedan encantados por sus propias ficciones;así, la
misma construcciónobliga la creenciaen su necesidad y naturalidad.
Las posibilidades históricasmaterializadasen diversosestiloscorpora-
les no son otracosa que esas ficcionesculturalesreguladas a fuerza de
castigos y alternativamente corporeizadas y disfrazadasbajo coacción.
¿Cuán útil es un punto de partida fenomenologicopara una des-
cripciónfeministadel género?A primeravista,la fenomenologíacom-
partecon los análisis feministasun mismocompromisopara afianzarla
teoríaen la experienciavivida y para revelarla maneraen que el mundo
es producido por los actosconstitutivosde la experienciasubjetiva.Está
claro que no toda teoríafeministaprivilegiael punto de vista del sujeto
(Kristeva alguna vez objetó la teoría feministapor ser "demasiado
existencialista"4)y sin embargoel lema feminista:"lo personales políti-
co" sugiere,en parte,que la experienciasubjetivano sólo es estructurada
por la existenciade configuracionespolíticas,sino que repercuteen las
mismas y a su vez las estructura.La teoríafeministaha intentadocom-
prenderde qué maneralas estructurasculturalesy políticassistémicaso
invasivas son implementadasy reproducidaspor actos y prácticasindi-
viduales,y cómo el análisisde situacionesostensiblemente personalesse
ve clarificadoal plantearseen un contextoculturalmás ampliamente
compartido.Desde luego, el impulso feminista,y no me cabe duda que
hay más de uno, a menudo ha surgido del reconocimientode que mi
dolor,o mi silencio,o mi cólera,o mi percepción,no son finalmentesólo
mías,y que me ubican en una situaciónculturalcompartidaque me per-
miteentonceshabilitarmey potenciarmeen vías insospechadas. Lo per-

4Julia Histoires
Kristeva, Ed.Denoel,1983,242.Haytraducción
al
d'amour,
Paris,
SigloXXI
español, México.
Editores,
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sonai es pues implícitamente políticoen el sentidode que está condicio-
nado por estructurassociales compartidas,pero tambiénlo personellha
sido inmunizado contrael desafíopolíticoal grado tal que la distinción
público/privado perdura. Para la teoría feminista,pues, lo personal
deviene una categoríaexpansiva,donde se acomodan, aunque sea sólo
de manera implícita,las estructuraspolíticasusualmenteconsideradas
como públicas. Desde luego, el propio significadode lo político se ex-
tiende también.En el mejor de los casos, la teoríafeministaengloba la
expansión dialéctica de ambas categorías.Mi situaciónno deja de ser
mía sólo porque es la situaciónde alguienmás, y mis actos,por más que
sean individuales,reproducensin embargola situaciónde mi sexo, y lo
hacen de diferentesmaneras.En otraspalabras,hay,latenteen la fórmu-
la lo personal es político de la teoría feminista,el supuesto de que el
mundo de la vida de las relacionesde género está constituido,por lo
menos parcialmente,por los actos concretose históricamente mediados
de los individuos.Ya que el "cuerpo" es invariablementetransformado
en el cuerpo de él o el cuerpo de ella, el cuerpo sólo se conoce por su
apariencia de género.Pareceríaimperativoconsiderarla manera en que
se da esta generizacióndel cuerpo.Yo sugieroque el cuerpo adquiere su
géneroen una serie de actos que son renovados,revisados y consolida-
dos en el tiempo.Desde un punto de vista feminista,se puede intentar
re-concebirel cuerpo con géneromás como una herenciade actos sedi-
mentadosque como una estructura predeterminada o forcluida,una esen-
cia o un hecho,sea natural,cultural,o lingüístico.
La apropiación feministade la teoríafenomenologicade la consti-
tución permiteemplear la idea de acto en un sentido ricamenteambi-
guo. Si lo personal es una categoría que se expande hasta incluirlas
más amplias estructuraspolíticasy sociales, entonceslos actos del suje-
to con género son similarmenteexpansivos. Hay actos políticos que
claramenteson acciones deliberadas e instrumentalesde organización
política,de intervencióny de resistenciacolectiva,cuyo amplio propó-
sito es instaurarun conjuntode relacionessociales y políticas más jus-
tas. Hay pues actos que se llevan a cabo en nombre de las mujeres,y
luego hay actos en sí y por sí, disociados de cualquier consecuencia
instrumental,que desafían la categoríamisma de mujer.Desde luego,
no se puede pasar por alto la inutilidadde un programapolíticoque se
propusiera la transformación radical de la situaciónsocial de las muje-
res, sin haber previamentedeterminadosi la categoría de mujer se va

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construyendosocialmente de tal formaque ser mujer es, por defini-
ción, estar en una situaciónde opresión. En un deseo comprensiblede
forjarvínculos de solidaridad, el discurso feministase ha basado fre-
cuentementeen la categoríamujer como un presupuesto universal de
una experienciaculturalcuya universalidad estatutariaentrañala falsa
promesa ontològica de una probable solidaridad política. En ima cul-
tura en que se ha considerado la mayorparte de las veces el falso uni-
versal "hombre" como coextensivode la humanidad misma, la teoría
feministaha buscado con éxito traerla especificidad de la mujer a la
luz y reescribirla historiade la culturaen términosque reconozcan la
presencia, la influenciay la opresión de las mujeres. No obstante,en
este esfuerzo para combatirla invisibilidad de las mujeres como cate-
goría,las feministascorrenel riesgo de traera la luz una categoría que
puede o no ser representativade la vida concretade las mujeres.Como
feministas,hemos tenidopoco afán,creo yo,en examinarel estatutode
la categoríamisma y,desde luego, en discernirlas condiciones de opre-
sión que resultande la reproducciónno estudiada de las identidades
de géneroque sostienenlas categoríasdistintasy binarias de hombrey
mujer.
Al declarar que mujer es ima "situación histórica",De Beauvoir
subraya que el cuerpo padece una ciertaconstruccióncultural,no sólo
por las convencionesque sancionan y proscribencómo cada cual actúa
su propio cuerpo, el "acto" o la performanceque el cuerpo de cada cual
es, sino tambiénpor las convenciones tácitasque estructurancómo se
percibe culturalmenteel cuerpo. Desde luego, si el géneroes la signifi-
cación culturalque asume el cuerposexuado, y si esa significaciónqueda
co-determinadapor varios actos percibidosculturalmente,entonceses
obvio que, dentrode los términosde la culturano es posible conocer de
manera distintasexo y género. La reproducciónde la categoría de gé-
nero está actuada a granescala política cuando, por ejemplo, las muje-
res entranpor primeravez en una profesión,o ganan ciertosderechos,
o son re-concebidaspor el discurso legal y políticode manera significa-
tivamentenueva. Pero la reproducciónmás mundana de la identidad
de géneroocurreen las diversas maneras de actuarlos cuerpos,en fun-
ción de las expectativasprofundamenteafianzadas o sedimentadas de
la existenciade género.O sea, hay una sedimentaciónde las normas de
género que produce el fenómenopeculiar de un sexo natural,o de una
verdadera mujer,o de ciertonúmerode ficcionessociales prevalentesy

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coactivas,sedimentaciónque con el tiempoha ido produciendoun con-
junto de estilos corporales que, en formacosificada,aparecen como la
configuraciónnatural de los cuerpos en sexos que existenen una rela-
ción binaria y mutua.

II. Génerosbinarios y contratoheterosexual


Para garantizarla reproducciónde una cultura dada, varios requeri-
mientos,bien establecidos por la literaturaantropológicadel parentes-
co, han dispuesto la reproducciónsexual dentrode los confinesde un
sistema matrimonialheterosexualmentefundado, que requiere la re-
producción de los seres humanos en ciertosmodos de género que, en
efecto,garantizan la reproducciónfinalde ese sistema de parentesco.
Como Foucault y otroshan señalado, la asociación de un sexo natural
con un género distinto,y con una ostensiblementenatural "atracción"
hacia el sexo/géneroopuesto,es una conjunciónnada naturalde cons-
truccionesculturalesal serviciode interesesreproductivos.5 La antropo-
logía culturalfeministay los estudiosde parentescohan mostradocómo
las culturasson gobernadaspor convencionesque no sólo regulany ga-
rantizanla reproducción,el intercambioy el consumo de bienes materia-
les,sino que tambiénreproducenlos vínculosde parentescoque a su vez
requierentabúes y una regulaciónpunitivade la reproducciónpara al-
canzar sus fines.Lévi-Straussha mostradocómo el tabú del incestotra-
baja para garantizarel encauzamientode la sexualidadhacia variasformas
de matrimonioheterosexual,6 Gayle Rubinha argumentandoconvincen-
tementeque el tabú del incestoproduce ciertostipos de identidades de
género particularesy sus sexualidades correspondientes.7 Quiero sim-
plementesubrayarque una de las formasen es
que reproducidoy encu-
bierto este sistema de heterosexualidad coactiva consiste en cultivar

5VéaseMichel Foucault, AnIntroduction, NuevaYork,


History
ofSexuality: Random,
p. 154:"la nociónde vsexo'haceposiblereagruparenunaunidadartificial
elementos
anatómicos, funciones conductas,
biológicas, sensaciones
yplaceres,
ypermitea cadauno
utilizar
estaunidadficticia
comoprincipiocausal...". SigloxxiEditores.
Haytraducción,
6VerClaudeLévi-Strauss, Lesstructures
élémentaires
delaparenté.
Haytraducción
enEd.Paidós.
GayleRubin: "Thetraffic
inWomen: Notesonthe"Political
Economy' ofSex"en
TowardanAnthropology ofWomen,ed.Rayna R.Reiter(NewYork:MonthlyReview Press,
1975),178-185.TraducciónenMartaLamas(comp.), op.cit.
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los cuerpos en sexos distintos,con apariencias "naturales" y disposi-
ciones heterosexuales "naturales". Pese a que el orgullo etnocèntrico
sugiere una secuencia que trascenderíalas estructurasobligatoriasde
las relaciones de parentesco como las describe Lévi-Strauss,quisiera
sugerir,de acuerdo con Rubin,que las identidades contemporáneasde
género son marcas o "huellas" de un parentescoresidual. En los últi-
mos años, el planteamientode que sexo, géneroy heterosexualidadson
productoshistóricos,que se han combinado y cosificadocomo natura-
les a lo largo del tiempo,ha recibido mucha atención crítica,no sólo
por parte de Michel Foucault,sino tambiénde Monique Wittig,de his-
toriadoresgay, y de numerosos antropólogosculturales y psicólogos
sociales.8Estas teorías,sin embargo,todavía carecen de recursoscríti-
cos para pensar radicalmentela sedimentaciónhistóricade la sexuali-
dad y de las construccionessexuales relacionadas, al no delimitarni
describirlos modos mundanos que esas construccionesproducen, re-
producen y mantienendentrodel campo de los cuerpos.
¿Puede la fenomenologíaayudar a una reconstrucciónfeminista
del caráctersedimentado del sexo, del géneroy de la sexualidad, en el
nivel del cuerpo? En primerlugar,el interésfenomenologicopor los
varios actos con que se va constituyendoy asumiendo la identidad cul-
turalofreceun punto de partida para el esfuerzofeministapor enten-
der el modo mundano en que los cuerpos se insertanen géneros. La
formulacióndel cuerpo como modo de ir dramatizando o actuando
posibilidades ofreceuna vía para entendercómo una convención cul-
tural es corporeizada y actuada. Pero parece difícil,si no imposible,
imaginaruna manerade conceptualizarla escala y el caráctersistémico
de la opresión de las mujeresdesde una posición teóricaque toma los
actos constitutivoscomo punto de partida.Si bien los actos individua-
les efectivamente trabajanpara mantenery reproducirsistemasde opre-
sión, y,desde luego, cualquier teoríasobre la responsabilidad política
personal presupone este enfoque, no se puede sin embargo concluir
que la opresión sea sólo consecuencia de estos actos. Se puede ar-
güir que si no hubiera sereshumanos cuyos varios actos,en el sentido

8 Vermis"Variations onSexandGender: andFoucault",


en
Beauvoir,
Wittig,
Feminism as Critique,
ed. SeylaBenhabib
y DrucilaCornell BasilBlackwell,
(Londres:
1987[distribuidoporUniversityofMinnesota
Press].
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amplio,produjeseny mantuviesenlas condicionesopresivas,estas con-
diciones podrían desplomarse,pero no se puede obviar que la relación
entreactos y condiciones no es unilateral,ni tampoco sin mediación.
Hay contextossociales y convenciones donde ciertosactos no sólo se
vuelven posibles, sino incluso se vuelven concebibles,en tantoque ac-
tos a secas. La transformaciónde las relaciones sociales se vuelve en-
toncesmás una cuestiónde transformación de las condiciones sociales
hegemónicas que de transformación de los actos individuales que ge-
neran esas condiciones. Desde luego, quien se restrinjaa la política de
los actos correráel peligrode apuntaral reflejomeramenteindirecto,si
no epifenomenal,de esas condiciones.
Pero el sentido teatralde un "acto" fuerza a una revisión de las
acepciones individualistas subyacentesal enfoque más restringidode
los actos constitutivosen el discurso fenomenologico.De duración
temporaldada dentrode la performance entera,los "actos" son una expe-
rienciacompartiday una "acción colectiva".Así como,en la teoríafemi-
nista, la propia categoría de lo personal se explaya hasta incluir
estructuraspolíticas,de la misma manera hay un enfoque de los actos
teatralmentefundado y,desde luego, menos individualmenteorienta-
do, que avanza un poco en desactivar la críticade la teoría del acto
como "demasiado existencialista".El acto que es el género,el acto que
agentes corporeizados son, en el sentido que encarnandramáticay ac-
tivamentey,desde luego, portanciertassignificacionesculturales,este
acto evidentementeno es un acto solitario.Sin duda, existenmaneras
matizadas e individuales de hacer su propio género,pero que uno lo
haga, y que uno lo haga de acuerdo con ciertassanciones y prescripcio-
nes, no es, claramente,un asunto plenamenteindividual. Una vez más,
no quiero con esto minimizarel efectode ciertasnormas de géneroque
se originandentrode la familia,se imponen a travésde ciertosmodos
familiaresde castigo y recompensas y que, por consiguiente,pueden
ser interpretadascomo altamenteindividuales, porque incluso allí las
relaciones familiaresrecapitulan,individualizan y especificanrelacio-
nes culturalespre-existentes;sólo rara vez, por no decir nunca, son ra-
dicalmenteoriginales.El acto que uno hace, el acto que uno ejecuta,es,
en ciertosentido,un acto que ya fue llevado a cabo antes de que tino
llegue al escenario. Por ende, el géneroes un acto que ya estuvo ensa-
yado, muy parecido a un libretoque sobrevivea los actoresparticula-
res que lo han utilizado, pero que requiere actores individuales para

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ser actualizado y reproducidouna vez más como realidad. Es preciso
discernirlos complejos componentesque conformanun acto para en-
tenderla suerte de actuación en conciertoy de actuación en acuerdo
que, invariablemente,es actuar el propio género.
¿En qué sentidos,entonces,es el géneroun acto? Como sugiereel
antropólogoVictorTurneren sus estudios sobre el teatrosocial ritual,
una acción social requiereuna performance repetida.Esta repeticiónes a
la vez reactuacióny reexperimentaciónde un conjuntode significados
ya socialmenteestablecidos; es la formamundana y ritualizada de su
legitimación.9Cuando esta concepciónde performance social se aplica al
género,es claro que, si bien son cuerpos individuales los que actúan
esas significacionesal adquirirel estilode modos generizados,esta "ac-
ción" es tambiéninmediatamentepública. Son acciones con dimensio-
nes temporales y colectivas, y su naturaleza pública no carece de
consecuencia: desde luego, se lleva a cabo la performance con el propó-
sitoestratégicode manteneral génerodentrode un marcobinario.Com-
prendida en términospedagógicos, la performance hace explícitas las
leyes sociales.
Como acción pública y acto performativo, el génerono es una elec-
ción radical,ni un proyectoque reflejauna elección meramenteindivi-
dual, pero tampoco está impuesto o inscritosobre el individuo, como
arguyenalgunos deslizamientospostestructuralistas respectodel suje-

9VerVictor Turner,Dramas, Fields


,andMetaphors Cornell
(Ithaca: University Press,
1974).CliffordGeertz sugiereen "Blurred Genres:TheRefiguration ofThought", en
LocalKnowledge, FurtherEssaysinInterpretative
Anthropology (NewYork:BasicBooks,
quelametáfora
1983), teatralesutilizadaporlateoríasocialrecienteendosdirecciones,
a menudo opuestas. LosteóricosritualescomoVictor Turner enfocan la noción de dra-
masocial,ensusvariantes, comomedioderegular losconflictos internos a unacultura,
yderegenerar la cohesiónsocial.Porelotrolado,losacercamientos a la acciónsimbóli-
ca,influidos
porfiguras tandiversascomoEmileDurkheim, Kenneth Burke yMichel
Foucault,enfocan la manera enquela autoridad política y lascuestiones de legitima-
ciónsontematizadas yreguladas entérminos delossignificados representados. Geertz
mismo sugierequelatensión puedeservistadialécticamente; suestudio delaorganiza-
ciónpolítica
enBali,presentada comoun"estado-teatro", esuncasodestacado. Entér-
minos deunplanteamiento explícitamentefeministadelgénero comoperformativo, me
parececlaroqueal plantear elgénero comoritualizado, la representación públicadebe
sercombinada conunanálisis de lassancionespolíticas yde lostabúesbajoloscuales
estarepresentaciónpuededarseypuedenodarseenla esfera pública, librede conse-
cuenciaspunitivas.
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to. El cuerpo no está pasivamenteescritocon códigos culturales,como
si fuera el recipientesin vida de un conjuntode relaciones culturales
previas. Pero tampoco los yoes corporeizados pre-existena las conven-
ciones culturalesque esencialmentesignificana los cuerpos. Los acto-
res siempreestán ya en el escenario,dentrode los términosmismos de
la performance. Al igual que un libretopuede ser actuado de diferentes
maneras, y al igual que una obra requiere a la vez textoe interpreta-
ción, así el cuerpo sexuado actúa su parte en un espacio corporal
culturalmenterestringido,y lleva a cabo las interpretaciones dentrode
los confinesde directivasya existentes.
Si bien los vínculos entrepapel teatraly papel social son comple-
jos y las líneas divisorias difícilesde trazar(Bruce Wilshireseñala los
límites de la comparación en Role-Playingand Identity:The Limitsof
Theatreas Metaphor10), parece claro que, aunque las representaciones
teatralespueden toparse con censuras políticas y críticasacerbas, las
performances de género en contextosno teatralesson gobernadas por
convenciones sociales aún más claramentepunitivas y reguladoras.
Desde luego, la vista de un travestien el escenariopuede provocarpla-
cery aplausos, mientrasque la vistadel mismotravestial lado de nuestro
asiento en el autobús, puede provocarmiedo, ira,hasta violencia. Está
claro que, en ambas situaciones,las convencionesque median la proxi-
midad y la identificaciónson del todo diferentes.Quiero comentar,en
dos direcciones,esta distincióntentativa.En el teatrose puede decir:
"no es más que actuación",y así desrealizarel acto,separar totalmente
la actuación de la realidad. Con esta distinción,se afianza el propio
sentido de lo que es real de cara a ese desafío temporala nuestrasasun-
ciones ontológicasexistentessobre los arreglosde género;las diversas
convenciones que anuncian que "no es más que teatro"permitentra-
zar líneas estrictasentrela performance y la vida. En la calle o en el auto-
bús, el acto se vuelve peligroso,si se lleva a cabo, porque precisamente
no hay convenciones teatrales que delimitensu carácterpuramente
imaginario,pues en la calle o en el autobús, faltatoda presunción de
que el acto sea distintode la realidad; el efectointranquilizadordel
acto emana de la ausencia de convencionesque facilitenesta demarca-
ción. Desde luego, existeun teatroque intentacuestionaro ciertamente

10Boston:
yKeganPaul,1981.
Routledge
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romperesas convenciones que demarcan lo imaginariode lo real (Ri-
chard Schener lo muestra muy claramente en BetweenTheatreand
Anthropology11). Sin embargoen esos casos, imo se confrontaal mismo
fenómeno,es decir,al hecho de que el acto no está contrastadocon lo
real, sino que constituyeuna realidad, nueva en ciertosentido o sea,
ima modalidad de género que no puede fácilmenteser asimilada den-
trode las categoríaspre-existentesque regulan la realidad del género.
Desde el punto de vista de dichas categorías establecidas, es posible
que se quiera declarar:pero ¡ay! es realmenteuna chica o una mujer,o
es realmenteun chico o un hombrey,más aún, decir que la apariencia
contradicela realidad del género,que la realidad particulary familiar
puede estar allí, naciente,temporalmenteno realizada, tal vez realiza-
da en otrotiempou otroslugares.Mientrasque el travestípuede hacer
más que simplementeexpresarla distinciónentresexo y género:desa-
fía,implícitamenteal menos, la distinciónentreapariencia y realidad
que estructurabuena parte del pensamientocomún sobre la identidad
de género.Si la "realidad" del géneroestá constituidapor la performance
misma,entoncesno se puede apelar a un "sexo" o un "género" esencial
y no realizado, que seríaostensiblementeexpresado por las performances
de género. Desde luego, el género del travesties tan completamente
real como el de cualquier persona cuya performancecumple con las
expectativassociales.
Que la realidad de género sea performativasignifica,muy senci-
llamente,que es real sólo en la medida en que es actuada. Es justo men-
cionar que ciertostipos de actos son usualmente interpretadoscomo
expresivosde un núcleo de géneroo identidad,y que esos actos,o bien
estánen conformidadcon una identidadde géneroesperada,o bien cues-
tionan,de alguna manera, esta expectativa.Expectativaque a su vez
está basada en la percepción del sexo, siendo entendido sexo como
dato fácticoy distintode las característicassexuales primarias. Esta
teoría implícitay popular sobre los actos y gestos expresivosdel géne-
ro,deja suponer que el géneroen sí existeanteriormentea los diversos
actos, posturas y gestos por los cuales se lo dramatiza y conoce; desde
luego, el género aparece en la imaginación popular como un núcleo

11 ofPennsylvania 1985.Verenparticular,
Philadelphia:
University Press, "News,
SexandPerformance",
pp.295-324.
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sustancial que se puede entendermuybien como correlatoespiritualo
psicológico del sexo biológico.12En cambio, si los atributosdel género
no son expresivos sino performativos, entoncesestos atributosconsti-
tuyen efectivamentela identidad que se dice expresan o revelan. La
distinciónentreexpresióny performatividades absolutamentecrucial,
porque si los atributosy los actos de géneroo sea, las diversas maneras
en que un cuerpo muestra o produce su significacióncultural, son
performativos,entoncesno hay identidad pre-existenteque pueda ser
la vara de medición de un acto o atributo;no hay actos de género que
sean verdaderos o falsos,reales o distorsionados,y el postulado de una
verdadera identidad de género se revela como una ficciónregulativa.
Que la realidad de géneroesté creada por performances sociales sosteni-
das significaque las ideas mismas de un sexo esencial,de una verdade-
ra o constantemasculinidad o feminidad,están tambiénconstituidas
como parte de una estrategiapor la cual el aspecto performativodel
género queda encubierto.
En consecuencia, el género no puede ser entendido como un pa-
pel que, o bien expresa, o bien disfraza,un "yo" interior,siendo que
este "yo" se conciba sexuado o no. En tanto que representación
performativa,el géneroes un "acto", en amplio sentido,que construye
la ficciónsocial de su propia interioridadpsicológica. En oposición a
un punto de vista como el de ErvingGoffman,que plantea un yo que
asume e intercambiavarios "papeles" dentrode las complejas expecta-
tivas sociales del "juego" de la vida moderna,13estoy sugiriendo no
sólo que este yo es un irreparable"afuera" constituidoen el discurso
social, sino tambiénque la adscripciónde la interioridades ella misma
una formade la fabricaciónde la esencia,públicamenteregulada y san-
cionada. Los géneros,entonces,no pueden ser verdaderoso falsos,rea-
les o aparentes.Es más, uno se ve forzado a viviren un mundo en que
los géneros constituyensignificantesunívocos, en que el género está

12EnMother
1974),la antropóloga
Camp(Prentice-Hall, EstherNewtonnosda
unaetnografia urbana detravestis
enlaquesugiere quetodogéneropuedeserentendi-
do segúnel modelodel travesti.
En Gender:an Ethnometodological
approach
(Chicago:
University ofChicagoPress,1978),
SuzanneJ.KessleryWendy McKenna argumentan
que el géneroes un "cumplimiento"que requieredestrezas
paraconstruir
el cuerpo
dentro de unartificio
socialmente
legitimado.
VerErving Goffmann,ThePresentation
ofSelfinEverydayLife(GardenCity:
Doubleday, 1959).Haytraducción
enAmorrortu.
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estabilizado, polarizado, diferenciadoe intratable.En efecto,el género
está hecho para cumplircon un modelo de verdad y de falsedad que no
solamente contradicesu propia fluidez performativa,sino que sirve a
una política social de regulación y controldel género. Actuar mal el
propio género inicia un conjuntode castigos a la vez obvios e indirec-
tos,y representarlobien otorgala confirmaciónde que a finde cuentas
hay un esencialismo en la identidad de género.Que esta confirmación
sea tan fácilmentedescolocada por la ansiedad, que la culturacastigue
o margine tan fácilmentea quien falle en representarla ilusión de un
género esencialista,debería ser señal suficientede que, a ciertonivel,
existeel conocimientosocial de que la verdad o la falsedad del género
son sólo socialmente forzadas, y en ningún sentido ontologicamente
necesitadas.14

III. Teoríafeminista:más allá de un modelo expresivodel género


Esta interpretacióndel génerono pretendeser una teoríacompleta de
lo que es el géneroni de la manera cómo se construye;tampoco propo-
ne un programapolíticoexplícitamentefeminista.Desde luego, puedo
imaginarque este enfoque del género sea utilizado por varias estrate-
gias políticas discrepantes.Puede ser que algunas de mis amigas me
culpen por ello, e insistanen que cualquier teoríade la constitucióndel
génerotienepresupuestose implicacionespolíticas,y que es imposible
separar una teoría del género de una filosofíapolítica del feminismo.
De hecho yo estaríade acuerdo, y argüiríaque son básicamenteintere-
ses políticos los que crean el fenómenosocial del propio género,y que
sin ima críticaradical de la constitucióndel género,la teoríafeminista
no puede evaluar la manera en que la opresión estructuralas catego-
rías ontológicas por las cuales el género es concebido. GayatriSpivak
ha argumentadoque las feministasnecesitancontarcon un esencialismo

VerlaedicióndeMichel Foucault:
Herculine
Barbin:Lejournal
d'unhermaphrodite
au XIXème,
français paraunainteresante muestra delhorrorsuscitadoporloscuerpos
intersexuados.
La introduccióndeFoucaultponeenclaroqueladelimitación médicade
unsexounívoco es todavíaotraaplicación deldiscurso
caprichosa de la verdadcomo
identidad.
Vertambién el trabajo
deRobert EdgertonenAmerican sobre
Anthropologist
lasvariaciones
culturalmentecruzadasde respuesta
a loscuerposhermafroditas.
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operacional,una falsa ontologiade las mujerescomo categoríauniver-
sal, para avanzar en un programapolítico feminista.15 Ella sabe que la
de
categoría "mujeres" no es plenamenteexpresiva,que la multiplici-
dad y la discontinuidad de las referenciasburlan e impugnan la
univocidad del signo, pero sugiere que puede ser utilizada con un fin
estratégico.Kristevasugiere algo similar,me parece, cuando prescribe
que las feministasutilicenla categoría de mujeres como herramienta
política sin atribuirleintegridadontologica al término,y añade que,
estrictamentehablando, no se puede decir que las mujeres existan.16
Con razón preocupan a las feministaslas implicaciones políticas que
puede conllevarla declaración de que las mujeresno existen,especial-
mente a la luz de los argumentospersuasivos propuestos por Mary
Ann Warrenen su libro,Gendercide.17 Ella demuestra que las políticas
sociales sobre controlde población y tecnologíareproductivason dise-
ñadas para limitar,y a veces para erradicartotalmente,la existenciade
las mujeres.A la luz de semejante declaración,qué puede resultarde
bueno de una discusión sobre el estatutometafisicodel términoy tal
vez por razones claramentepolíticas,las feministasdeban silenciardel
todo esta discusión.
Pero una cosa es utilizar el términoy conocer su insuficiencia
ontológica,y otracosa muy distintaes, para la teoríafeminista,articu-
lar una visión normativaque celebre o emancipe una esencia, una na-
turaleza, o una realidad culturalcompartida imposible de encontrar.
La opción que estoydefendiendono es la de redescribirel mundo des-
de el punto de vista de las mujeres.Yo no sé qué es ese punto de vista,
pero sea cual fuere,no es singular,y no está en mí adoptarlo. No sería
del todo ajustado a la verdad declararmeinteresadaen averiguarcómo
se ha llegado a constituirel fenómenode los puntos de vista de hom-
bres y mujeres,porque aunque sí pienso que estos puntos de vista son
desde luego socialmenteconstituidosy que es importantehacer su ge-
nealogía reflexiva,sin embargo exponer,desconstruiro reconstruirla
epistemede género no es lo que más me interesa.Desde luego, es la
presuposición misma de una categoría mujer la que requiere una ge-

15ApuntesdelCenterforHumanities,
WeslevanUniversity,
Spring,1985.
16JuliaKristeva,
Lafemme,cen'est ça.
jamais
MaryAnnWarren, : Theimplication
Gendercide ofSexSelection
(NewJersey:
RowmanandAllanheld,
1985).
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nealogía crítica de los complejos significados institucionales y
discursivos por los cuales es constituida.Aunque algunas críticaslite-
rariasfeministassugierenque todo discursonecesitael presupuestode
la diferenciasexual, esta posición cosificala diferenciasexual como el
momentofundadorde la cultura,y para empezar excluyeel análisis no
solamente de la constituciónde la diferenciasexual, sino de su conti-
nuo proceso de constitucióntanto por la tradiciónmasculina que se
apropia del punto de vista universal,como por esas posiciones femi-
nistas que construyenuna categoríaunívoca de "mujeres"en nombre
de la expresióno, en todo caso, de la liberaciónde una clase subyuga-
da. Como Foucault nota en relacióna esos esfuerzoshumanistas para
liberar al sujeto criminal,el sujeto así liberado queda más profunda-
menteencadenado de lo que previamentese había pensado.18
No obstante,imagino claramentea una genealogía críticadel gé-
nero que repose en un conjuntofenomenologicode presupuestos,pri-
vilegiando entre ellos la concepción amplia de un "acto", que es
socialmente compartido al mismo tiempo que históricamenteconsti-
tuido,y que tambiénes performativoen el sentidomás arribadescrito.
Pero hace faltacomplementaresta genealogía críticacon una política
de actos performativosde género, que redescribalas identidades de
género existentesy a la vez ofrezcaun enfoque prescriptivosobre el
tipo de realidad de género que debería haber. Esta redescripciónre-
quiere exponer las cosificacionesque tácitamentesirvencomo identi-
dades o núcleos sustancialesde género,y elucidar tantoel acto como la
estrategiade desautorizaciónque constituyena la vez que encubrenel
género tal como lo vivimos. La prescripciónes invariablementemás
difícil,aunque sólo sea porque se necesitapensar un mundo en que los
actos, los gestos,el cuerpo visual, el cuerpo vestido,los varios atribu-
tos físicosusualmente asociados al género,no expresannada. En cierto
sentido,la prescripciónno es utópica: consistemás bien en un impera-
tivo de reconocerla complejidad existentedel género que nuestrovo-
cabulario invariablemente disfraza, y llevar esta complejidad a un
interjuegoculturaldramáticosin consecuencias punitivas.
Ciertamente,sigue siendo políticamenteimportanterepresentara
las mujeres,pero hacerlode talmaneraque no se distorsioneni cosifique

18MichelFoucault,
Surveiller
etpunir:
la naissance
delaprison.
Haytraducción
al
españolenSigloxxiEditores.
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a la colectividad misma que se supone la teoría debe emancipar. La
teoríafeministaque presupone la diferenciasexual como punto de par-
tida necesario e invariable,supera claramentea aquellos discursos hu-
manistas que mezclan lo universal con lo masculino y se adueñan de
toda la culturacomo propiedad masculina. No cabe duda, es necesario
releerlos textosde la filosofíaoccidentalpartiendode los varios pun-
tos de vista que han sido excluidos,no sólo para revelarla perspectiva
particulary el conjuntode interesesque nutrenestas descripcionesos-
tensiblementetransparentesde lo real, sino tambiénpara ofrecerdes-
cripcionesy prescripcionesalternativas;y desde luego, para establecer
la filosofíacomo una prácticacultural,y para criticarsus principios a
partirde lugares culturalesmarginados.No discuto este procedimien-
to,y me he beneficiadode estos análisis. Mi única preocupación es que
la diferenciasexual no se vuelva una cosificaciónque involuntariamente
preserveuna restricciónbinaria de la identidad de género y un marco
implícitamenteheterosexualpara la descripcióndel género,la identi-
dad de género y la sexualidad. No hay,a mi modo de ver,nada de la
feminidadque espere a ser expresado; y hay mucho, en cambio, sobre
las diversas experienciasde las mujeres que se está expresando y aún
queda por expresarse,pero se requierecuidado respectoa ese lenguaje
teórico,porque no reportasimplementeuna experienciapre-lingüística,
sino que construyeesa experienciaasí como los límitesde su análisis.
Pese al carácterpenetrantedel patriarcadoy a la frecuenciacon que se
usa la diferenciasexual como distinciónculturaloperativa,no hay nada
en un sistemabinario de géneroque esté dado. Como campo corporal
o del juego cultural,el géneroes un asunto fundamentalmenteinnova-
dor, aunque esté clarísimo que se castiga estrictamentecuestionar el
libretoactuando fuerade turnoo con una improvisaciónno autoriza-
da. El género no está pasivamente inscritosobre el cuerpo, y tampoco
está determinadopor la naturaleza, el lenguaje, lo simbólico o la apa-
bullante historiadel patriarcado.El géneroes lo que uno asume, inva-
riablemente,bajo coacción, a diario e incesantemente,con ansiedad y
placer,pero tomarerróneamenteeste acto continuopor un dato natu-
ral o lingüísticoes renunciaral poder de ampliarel campo culturalcor-
poral con performances subversivas de diversas clases.

: Marie Lourties
Traducción

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