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La Contrarreforma Católica
La Reforma Católica se dio porque décadas atrás Martín Lutero inició una Reforma
Protestante la cual había dejado a una Europa cristianizada dividida en los cristianos
protestantes y los cristianos católicos. Tanto la Reforma como la Contrarreforma no
difieren mucho en lo que a renovar la Iglesia se refiere sin embargo si son completamente
antagónicas en aspectos teológicos.
A todo esto, hay que sumarle la cuestión política ya que siempre existió: una lucha entre
los reyes y papas por ser los máximos representantes del poder. Carlos I de España y V del
Sacro Imperio Romano Germánico era quien debía mantener la cristiandad por entonces,
sin embargo, muchos de los príncipes alemanes se afiliaron al dogma luterano para no
depender del rey y conseguir tener más libertades ya que la Iglesia era la que establecía la
mayoría de los impuestos a pagar.
Entre muchas de las reformas que impuso Lutero era no tener que pagar por los
sacramentos para conseguir el paraíso y aunque Lutero nunca tuvo que ver en cuestiones
políticas, los príncipes alemanes se apoyaron en esto para defenderse del rey y ser ellos
los que pudieran controlar sus iglesias dentro de sus dominios. A fin de detener el avance
del protestantismo se llevó a cabo el Concilio de Trento para tratar de fijar claramente
cuál era la doctrina de la Iglesia y reformar la estructura y disciplina de la Iglesia.
Concilio de Trento (1545 – 1563)
Fue la reunión de todas las autoridades de la Iglesia Católica, así como los obispos para
tratar de parar las reformas protestantes dadas por Martin Lutero. Se dividió en tres
sesiones, la primera iniciada por Paulo III en 1545, la segunda por Julio III entre los años
1550 - 1555 y concluye con la sesión de Pío IV en 1563. Algunas de las reformas llevadas a
cabo en este concilio son:
Doctrina: La salvación de Cristo se consigue por la fe y obras, ya sean de caridad, devoción
o penitencia. También se confirma la doctrina del libre albedrío, donde el cristiano tiene
libertad para hacer el bien y el mal, siempre y cuando tuvieras fe en Dios.
Escritura y tradición: Defiende que la Biblia es el fundamento de la fe cristiana, pero
completado con la tradición y eso significa las interpretaciones que dieron los antiguos
autores, los primeros padres de la Iglesia, de los apóstoles y la decisión de los concilios
ecuménicos anteriores y de los Papas.
Sacramentos: Con Lutero se reconocían solo tres sin embargo la Iglesia reivindica siete;
Bautismo; Matrimonio; Eucaristía; Orden Sacerdotal; Confirmación; Confesión y
Penitencia. Dentro de la Eucaristía su naturaleza está en la Transustanciación; que es la
presencia real del cuerpo y sangre de Cristo bajo la apariencia del pan y del vino, algo que
negaban los protestantes.
Veneración a María y Santos: Aunque Cristo era el primero en venerarse, eso no quitaba
de venerar a María y a los Santos quienes también se consideraban intercesores y por ello
había que rendirles culto.
Autoridad del Papa y de la Iglesia: Su poder era ilimitado, se fortaleció la figura del Papa
ya que este se consideraba el sucesor de San Pedro. El hecho de que la autoridad papal
fuera competente es esa pugna entre reyes y papas que comentábamos anteriormente y
es que muchos reyes querían hacerse partícipe de los asuntos eclesiásticos y viceversa.
Características de la Contrarreforma.
La Compañía de Jesús.
Para defender y difundir la doctrina del Concilio de Trento. Se destacó la Compañía de
Jesús fundada en 1540 por Ignacio de Loyola. Se trata de una orden de educadores pues
los jesuitas tenían una gran capacidad intelectual, ellos enseñan, crean colegios y no
conventos, saben escribir y gracias a ellos se van a reconocer todo lo que habían hecho
eruditos, traductores, humanistas, etc. También se caracterizaron por su difusión
evangelizadora por América y Asia y su vida espiritual a través de la meditación religiosa.
Consecuencias de la Contrarreforma.
a) Antisemitismo: una de las consecuencias más directas fue que tanto los
protestantes como los católicos comenzaron a tener un cierto rechazo a las
comunidades judías
b) Guerras entre católicos y protestantes: ya hemos comentado que la
Contrarreforma fue un periodo muy convulso y que la Inquisición fue un brazo
ejecutor muy violento y sanguinario. Esto hizo que comunidades protestantes se
alzaran en contra de los católicos generando algunos enfrentamientos que
tuvieron lugar, sobre todo, en Inglaterra y Francia.
c) Guerra de los campesinos en Alemania: es una de las consecuencias de la
Contrarreforma más directas y es que entre el 1524 y el 25 tuvo lugar esta guerra
promovida por los campesinos quienes se alzaron ante la autoridad eclesiástica.
Esto conllevó a que, años más tarde, comenzara la Guerra de los Treinta Años.
d) Persecución de los "infieles": la matanza que se llevó a cabo durante la
Contrarreforma fue realmente brutal. En Europa y América se ejecutaban e
incluso se quemaban vivas a personas acusadas de ser herejes o de brujería.
e) Pérdida de poder de la iglesia: después de la Contrarreforma, la iglesia católica
comenzó a perder fuerza y en su lugar fueron los reyes y los soberanos los que
fueron quedándose con el poder.
Fase Bohemia
La elección de Fernando II como rey de Bohemia causó una gran revuelta de protestantes
por toda la zona, la cual tardó un par de años en ser detenida. Lo que en principio fue solo
un conflicto interno llegó a otros países, siendo esta revuelta la que comenzó la guerra de
los 30 años.
En esta fase sucedió uno de los momentos de mayor tensión entre ambas religiones, la
llamada Tercera Destitución de Praga. En este evento una serie de protestantes
secuestraron a dos funcionarios del rey y los lanzaron por una ventana del palacio,
tomando Praga y formando un gobierno. Tras esto eligieron a Federico V como persona
que debía tomar el trono, siendo un ataque directo al verdadero rey, Fernando II.
Fernando eligió como su general a Von Tilly, quien recuperó numerosas ciudades y llegó a
Praga donde obligó a Federico V a huir de la ciudad, y después arrasó la ciudad de Praga.
Fernando II volvió a gobernar, prohibiendo la libertad de culto. Parecía que toda había
terminado, pero la guerra ya se había vuelto un conflicto internacional.
Fase danesa
Fernando II había conseguido tomar Bohemia y el Palatinado, dos de los electores
protestantes, quedando solo dos regiones protestantes libres. Por esto la elección del
emperador se volvió claramente hacia el lado católico, estando los protestantes en gran
minoría.
Los protestantes estaban en minoría, así que pidieron ayuda a Cristian IV, rey de
Dinamarca, el cual tenía intereses económicos en entrar en una guerra con Alemania.
Cristian decidió atacar Alemania, pero fue vencido por Von Tilly, siendo obligado a firmar
la Paz de Lubeck, según la cual Dinamarca prometía no ayudar a los protestantes
enemigos de Fernando II. El emperador no tardó mucho en vengarse de los principales
protestantes alemanes, obligándoles a devolver los bienes a la iglesia católica.
Fase sueca
Fernando II solo conseguía victorias, pero tenía tantos enemigos que nunca terminaban. El
último en entrar la guerra fue Gustavo Adolfo, rey de Suecia, quien había sido convencido
por el ministro francés Richelieu de atacar a Fernando.
El ejército sueco era el mejor del mundo, y no tardó demasiado en conseguir grandes
victorias frente a Alemania. Gran parte del mérito era de Gustavo Adolfo, un gran
guerrero que combatía en primera línea de batalla, lo cual le terminó costando la vida en
una de las batallas contra los alemanes. La pérdida de Gustavo Adolfo fue enorme para los
suecos, los cuales terminaron perdiendo todas las zonas que habían conseguido. Todo
esto terminó provocando la Paz de Praga, la cual daba beneficios a Fernando II, y era
horrible para los intereses suecos.
Fase francesa
Richelieu había utilizado a Gustavo Adolfo para debilitar a los alemanes, consiguiendo con
ello que la entrada de los franceses a la guerra fuera mucho más sencilla. El ministro
francés consiguió ayuda de Sajonia, Países Bajos y parte de Italia, para enfrentarse a la
unión formada por los alemanes y españoles, ambos de la Casa de Habsburgo.
Durante años hubo numerosas batallas, pero ninguno de los dos bandos parecía conseguir
ventaja. Fue entonces cuando Fernando III subió al trono alemán, y Luis XIV fue
nombrado rey de Francia, ambos con ideas más cercanas a la paz que sus antecesores.
Poco después, y tras una gran victoria de los franceses que lograron entrar hasta Viena,
ambos bandos firmaron la paz, la cual fue especialmente beneficiosa para los franceses.