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Prólogo

Lo soñé cuando yo era muchacho. En aquel entonces parecía


una quimera. La comunidad cristiana era pequeñísima en América
Latina y nuestro sentido de minoría nos llevaba al encerramiento
típico de los grupos minúsculos que luchan por sobrevivir en medio
de una sociedad que les es adversa.

Hoy vivimos al amanecer de un día glorioso. Samuel Huntington,


quien en la década de los noventa anticipó el conflicto global con la
cultura islámica y el asombroso crecimiento de China, ahora en su
obra “Cultura es Importante” habla de cuatro factores, que, según
él, están cambiando a nuestro continente. A uno de ellos lo explica
como “el movimiento evangélico que como un río torrentoso está
inundando a América Latina”.

¡La transformación ha comenzado! Gonzalo Ramírez Zamora


y su gestión política es parte de lo que soñé sesenta años atrás.
Él representa una generación que se está levantando con la
encomienda divina de gobernar (administrar) nuestras naciones.

Cuando Dios coloca al ser humano en el huerto, lo pone allí


para cuidar Su creación. Indebidamente, los hijos de Dios cedimos
ese derecho y esa responsabilidad en manos de perversos. Y el
resultado fue fatal.

Desarrollamos un misticismo extrabíblico. La meta fue


tener grandes congregaciones, encerradas el domingo. Crecimos
numéricamente pero no afectamos a la sociedad. Hicimos de la
iglesia un arca donde refugiarnos. Y ahora descubrimos que la
iglesia no es un arca. Es un hospital donde curarnos, una escuela
donde capacitarnos, un cuartel donde entrenarnos; y el ministerio
está afuera. Afuera de las fronteras eclesiales es donde hay que
levantar la lámpara y brillar.
Hasta la palabra “iglesia” tiene una connotación política. El
Señor no la toma del vocabulario teológico; la toma del antiguo
griego. Es la palabra que se usaba para hablar de los ancianos que,
desde las puertas de la ciudad (y puertas en la cultura antigua
siempre fue símbolo de autoridad y de gobierno) gobernaban todos
los asuntos de la sociedad. No eran simplemente los que se reunían
los domingos en la mañana para dar gritos de júbilo. Ellos tenían
que ver con economía, justicia, derechos humanos, etc. etc.

No quiero que la iglesia como institución se envuelva en política.


Propongo que en la misma banca se sienten el de la “izquierda” y
el de la “derecha”, hermanados por Jesucristo. La iglesia debe ser
el elemento más poderoso de reconciliación para la sociedad. Sí
propongo que los hijos de la iglesia, como misioneros del Reino de
Dios, vayan a administrar nuestras naciones y traigan cada esfera
de la vida bajo la autoridad del Rey de reyes y Señor de señores.

Aunque nuestras sociedades no son confesionales sino laicas


y estamos de acuerdo con que la institución llamada iglesia esté
separada del gobierno, creemos que es imposible separar a Dios de
la vida de nuestras naciones.

¡Estoy tan agradecido con Dios por Gonzalo! Este distinguido


costarricense nos propone en su libro “Llamados a Gobernar”, una
temática urgente de entender hoy por el Cuerpo de Cristo.

¡Cómo no nos dimos cuenta que un libro de la Biblia como


Deuteronomio dedica el 25% de su contenido para hablar de
gobierno! ¡Cómo no nos dimos cuenta que la Palabra de Dios nos
comparte lo que hay en la mente de Dios acerca de ciencia, justicia,
economía, familia! ¡Cómo no nos dimos cuenta que todo fue creado
por Él y para Él, y que cada aspecto de la vida debe revelar algo de
Su carácter, grandeza y santidad!

¡Qué venga tu Reino Señor de las naciones!


¡Qué se abran los ojos del Pueblo de Dios y entendamos nuestro
rol profético, social, político y temporal como Cuerpo de Cristo!

Gracias Gonzalo por tu valentía. Eres parte de las primicias.


Por toda América Latina, hijos de las entrañas del Pueblo de Dios
están respondiendo al llamado de gobernar, al llamado a ocupar ese
púlpito no tradicional que nos está esperando.

Recomiendo altamente este libro y pido a la Iglesia, la sabiduría


para apoyar esta iniciativa del Espíritu Santo que está abriendo el
capítulo más extraordinario de la redención de América Latina.

Alberto H. Mottesi

El Dr. Alberto Mottesi es uno de los conferencistas más conocidos


y respetados en el mundo hispanoamericano. Sus programas de radio y
televisión tienen una audiencia diaria de muchos millones. La más grande
convención de comunicadores del mundo, NRB, le otorgó en Washington, DC
el “Micrófono de Oro” por su excelencia en las comunicaciones.
Prólogo
La historia la escriben las personas valientes, las que se atreven
a servir a la comunidad con determinación y firmeza. No significa
que sea fácil, y muchas veces será una misión poco reconocida.

Sabemos que la actividad política, aunque es trascendental


para el desarrollo y la justicia social, puede ser desgastante para
quienes la asumen; exponerse a la crítica excesiva ha hecho que
muchas personas capaces y calificadas se aparten de esta noble
causa. Pero no podemos olvidar que el destino de los pueblos es
influido en gran medida por sus líderes.

Hoy, más que nunca, necesitamos que personas, con fuertes


valores y ética cristiana, se involucren en la transformación política
y social de los países. El destino de las familias, la libertad de
expresión, la libertad de religión, la vida del que aún no ha nacido
y la institución del matrimonio, se ven amenazados por ideologías
contrarias a los valores y principios cristianos que han sido
fundamento de la identidad latinoamericana a través de la historia.

Si no despertamos a tiempo, un día podríamos lamentar


el silencio que hicimos en el presente. Por esta razón creo, que
debemos impulsar a la nueva generación a que se involucre con
su comunidad en los puestos de elección popular y anhelen cargos
de influencia y participación política, con el propósito de legislar y
gobernar a favor de la estabilidad de la familia y proteger el valor
fundamental de la vida.

Tenemos ejemplos extraordinarios, como lo es la experiencia


vivida por el Master Gonzalo Ramírez, que en el año 2017, llegó a la
presidencia del Primer Poder de la República en Costa Rica, y desde
esta función ha servido al país con firmeza, seriedad y valentía.
Al recorrer estas páginas será inspirado a creer que el tiempo de
participar activamente en la política es ahora.
Es la vida de Ester, Moisés, Daniel, José, Nehemías y muchos
más, la que nos inspira a comprender que nacimos para influenciar
el destino de los pueblos. Ninguno de ellos se sentía capacitado, y
vivieron circunstancias difíciles, amenazas de muerte, decepciones,
adversidades y traiciones. Pero no abandonaron hasta terminar
lo que iniciaron. Tal y como lo indicó José a sus hermanos, fue
Dios quien le llevó hasta Egipto para ser respuesta a la necesidad
del momento. “… ―Yo soy José, el hermano de ustedes, a quien
vendieron a Egipto. Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se
reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me
mandó delante de ustedes para salvar vidas.” (Génesis 45: 4-5, NVI).

Abraham fue llamado a dejar la tranquilidad de su casa paterna


para iniciar un viaje que lo llevaría a poseer la tierra que heredaría
su descendencia. Vivió como extranjero en la tierra que un día le
pertenecería a los suyos, tal y como Dios se lo prometió en Génesis
12. De él nació una gran nación, y en él fueron benditas las familias
de la tierra.

No significa que sea una tarea fácil o que veremos resultados


instantáneos. Para influenciar el destino de los pueblos, necesitamos
determinación, valentía, educación, firmeza, fuerza, humildad,
integridad y sentido de misión. Por esta razón, espero que al leer
estas páginas sea inspirado a ocupar su lugar y que juntos dejemos
un legado de lucha por las causas más nobles y buenas, como lo es
la defensa de la familia.

Sixto Porras
Director Regional
Enfoque a la Familia

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