Está en la página 1de 2

MEDITACIÓN DEL NIÑO INTERIOR

Esta es la relación más importante en la creación, mucho, más importante que cualquier relación
física que se pueda tener.
La relación más importante en la creación es la relación Madre – Niño.
La madre es la consciencia, la cual tiene elección, puede cuidar al niño o ignorarlo. Así ponemos el
concepto de consciencia a la Madre y el subconsciente al Niño.
Y en este Niño están todas las memorias de la creación desde que nació.
Si tu tienes depresión, es la información que hay en el niño, que está experimentando la
depresión. Entonces queremos que la relación funcione.
Todas las heridas y el dolor que has experimentado han sido captadas y acumuladas por este Niño
Interior.
Tu le hablas a este Niño dándote cuenta de tu responsabilidad de todas esas memorias que el Niño
tiene, que has creado, aceptado y acumulado y que tiene que deshacer.
El método es siempre pedirle permiso al Niño, nunca hacerlo sin pedir permiso primero

De nuevo recordamos que esta es la más importante relación, por que tu puedes enseñar a este
Niño como hacer la limpieza y puedes hacerlo en automático, pero si tu no te das cuentas de su
existencia o no te importa realmente, tu no vas a poder hacerlo.
Si tienes algún dolor, estas son experiencias pasadas de tu memoria, algo en lo que creíste en su
momento y ha quedado en tu memoria
Esta meditación se puede hacer por la mañana o por la tarde.
Tomate unos pocos minutos cada día para conectarte.
Haz esto y tu Niño Interior podrá limpiar todas las memorias acumuladas.

MEDITACIÓN
Lo primero que queremos decirle a este Niño es: Por primera vez desde la Creación, que
reconozco tu presencia en mí. Esta vez es importante por que me doy cuenta de que estás en mí.
Te amo, te amo, te amo, te quiero
Y le dices de forma simple: lo siento, por favor perdóname por todas las memorias acumuladas de
pena, tristeza y dolor.

Por favor permíteme acariciarte la cabeza con amor y con interés (no tienes que imaginar nada,
solo hazlo)
Y le dices al Niño: Te quiero, te quiero, te quiero. Por favor perdóname por todas las experiencias
acumuladas en la memoria y que están acumuladas en ti. Lo siento.
Así acaricias su cabeza, le dices: te quiero, te quiero, gracias por ser parte de mí. Lo siento, lo
siento mucho.
He ido recogiendo todas estas memorias, no te he cuidado, te he manipulado… lo siento.
Si no te importa, ayúdame a dejar estas memorias, ayúdame a dejarlas marchar.
Le dices: Por favor déjalas marchar, déjalas ir. Estas memorias que se están repitiendo una y otra
vez. No se que memorias son, ni tampoco quiero saberlo. Tu lo sabes, entonces puedes ofrecerlas
a la Divinidad, Al Superconciente. Tu puedes pedirle a la Divinidad ser libre.

Ahora le pides al Niño sostenerlo suavemente: Por favor dame tu permiso de sostenerte muy
suavemente. (Solo hazlo) y le dices: gracias por ser parte de mí, te amo, te amo. Lo siento por
todas las memorias acumuladas que tu experimentas como dolor, como sufrimiento. Por favor,
perdóname.
Y cuando haces esto le pides al Niño: Por favor, dame una mano, así puedo acariciarla
suavemente, cualquier mano quieras darme (suavemente acaricias su mano).
Gracias por ser parte de mí, la parte de mi que no le he hecho mucho caso. Por favor perdóname,
te amo.
Y ahora le pides si puede darte la otra mano y le dices: Por favor, déjalas marchar. Estas memorias
donde están los problemas financieros, déjalas marchar. Déjalas ir. Cualquier problema financiero,
de dinero, económico, de carencia, de necesidad. Deja marchar estas memorias que producen y
crean estos problemas. Estas memorias son la hipoteca que sostiene tu alma. Por favor, déjalas ir,
déjalas que se vayan. Todos estos problemas, todas estas memorias, déjalas marchar.

Por favor déjame sostenerte las manos (y lo acaricias suavemente y con ternura): Por favor, no se
que memorias son las que han creado estos conflictos con estas personas. Por favor, no cuales son
estas memorias y tu sí, así que por favor déjalas ir. Déjalas marchar. Gracias, te amo, te amo. Tú
puedes limpiar todo.

Ahora le pedimos permiso para tomarle los hombros: Por favor permíteme sostener tus hombros:
Te quiero, gracias, gracias por ser parte de mí. Estoy muy agradecido de saber que somos tu y yo.
Desde el principio del Tiempo.
Perdóname porque he descuidado, perdóname por ignorarte, por no cuidarte, por causarte dolor,
causarte pena. Lo siento, Te quiero, te quiero, gracias por ser parte de mi
Permítame tomarte de los hombros y darte mi ilimitado amor.
Tómalo de los hombros delicadamente y míralo a los ojos y dile: Por favor perdóname, lo siento, te
quiero. Gracias por dejar que tu y yo seamos libres de todas estas memorias.
Así podemos caminar de la mano hacia la Divinidad, como almas puras hacia la Luz.

A continuación, podemos hacer la Respiración de limpieza


7 rondas de respiración (inspiro en 7, sostengo en 7, exhalo en 7)
Ambos pies en el suelo, los dedos índice y pulgar tocándose (de ambas manos) y haciendo
conexión entre sí.
Las manos descansan en el regazo o en las rodillas

También podría gustarte