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William Shakespeare
Hamlet, hijo del difunto rey de Dinamarca, se siente melancólico y abatido por las cosas del
mundo. Su madre se ha casado con Claudio (el hermano de su padre), el nuevo rey, y Hamlet
deambula por el palacio lleno de sospechas y dudas. Dos meses después de la muerte de su
padre, Hamlet es visitado por el fantasma de su padre y le informa que ha sido asesinado por
Claudio para llegar a ser rey y casarse con su madre. A Hamlet le corresponde la venganza del
asesinato, pero se angustia entre la acción y la duda y busca excusas para posponer la
venganza. Se finge loco para que la gente no sospeche de lo que trama en secreto. Polonio, el
chambelán de la corte, cree que la locura de Hamlet se debe a la prohibición de que cortejase
a su hija Ofelia.
Hamlet aprovecha la visita de una compañía de actores a la corte para descubrir si el mensaje
del fantasma es verdadero. Se reproduce en escena el asesinato de su padre y estudia las
reacciones del rey Claudio. Hamlet se convence de que el fantasma ha dicho la verdad.
Claudio advierte que su crimen ha sido descubierto y planifica una misión diplomática para
enviar a Hamlet a Inglaterra. Hamlet censura a su madre, Gertrudis, y durante la
conversación, al ponerse en evidencia un espía con una certera estocada, Hamlet mata a
Polonio que estaba escondido tras unos cortinajes. El rey teme por su vida y envía a Hamlet a
Inglaterra acompañado de dos mercenarios que llevan encargo de convencer al rey de
Inglaterra para que ejecute al príncipe. Hamlet se entera de la misión cambia la orden,
reemplazándola por la muerte de los dos portadores. Hamlet cae prisionero de un pirata, pero
es devuelto por ellos mismos a Dinamarca. Regresa a tiempo para presenciar el funeral de
Ofelia, que se había ahogado. Laertes hijo de Polonio, le acusa a Hamlet de la muerte de su
padre y hermana. Laertes y Claudio decide matar a Hamlet y preparan un duelo. El plan
consiste en envenenar una de las espadas y tener un copa de vino envenenado para el caso de
que 1a espada falle. En el duelo, Laertes hiere a Hamlet. La reina, Gertrudis, toma por
equivocación el vino envenenado. Los duelistas intercambian las espadas. En su agonía,
Laertes revela la traición del rey. En un arranque de cólera, Hamlet arremete con la espada
envenenada contra Claudio y mata al rey. Hamlet ruega a su amigo Horacio que cuente la
verdadera historia de su tragedia al mundo. Hamlet señala a Fortinbrás como el soldado más
apto para ascender al trono.
FUENTES
Pero la fuente más cercana y segura es la obra Hamlet (conocida por los especialistas como
"Ur-Hamlet" o "Hamlet original"), atribuida a Thomas Kyd, que fue interpretada por
primera vez en 1589 y supuso uno de los mayores éxitos de público en el teatro isabelino.
Aunque como el texto de la obra de Kyd se ha perdido, no se sabe a ciencia cierta qué
similitudes presenta la tragedia de Shakespeare con ella.
Probablemente, Shakespeare escribió La Tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca -The
Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark- entre 1599 y 1601. Pero las ediciones impresas son
posteriores -la primera está fechada en 1603-, ya que parece que el autor no se preocupaba de
publicar sus obras. La obra se inscribe en el género denominado tragedia de venganza,
típicamente isabelino, del que Shakespeare tomó los elementos esenciales, aunque los
reelaboró de manera personal y original, sobre todo en lo que respecta a la hondura de los
personajes.
PERSONAJES
Principales:
Hamlet: protagonista, príncipe de Dinamarca, hijo del difunto rey Hamlet y sobrino
del actual rey Claudio, su tío.
Rey Hamlet (Espectro): difunto padre de Hamlet, que fue asesinado a traición por su
hermano Claudio y se aparece a Hamlet para revelarle la verdad y pedirle que ejecute
la venganza.
Gertrud(is): madre de Hamlet, que se casa con Claudio al poco de morir su marido.
Claudio: hermano del rey Hamlet, al que asesinó para usurpar el trono de Dinamarca y
casarse con la mujer de su hermano.
Ofelia: hija de Polonio, chambelán o consejero de la corte; mantenía una relación
sentimental con Hamlet hasta que este la rechazó, simulando locura y ella,
desconcertada, se volverá loca de verdad y morirá.
Secundarios:
Polonio: chambelán del reino y padre de Ofelia y Laertes; conspira torpemente a favor
de Claudio, pero es asesinado por equivocación por Hamlet.
Laertes: hijo de polonio y hermano de Ofelia; es un caballero que pretende reponer el
honor de su familia en un duelo contra el asesino de su padre -Hamlet-, aunque se ve
envuelto en la trama urdida por Claudio.
Fortimbrás: príncipe de Noruega, sobrino del rey e hijo del difunto rey Fortimbrás,
que murió en la guerra contra el rey Hamlet. Es un digno adversario político.
Horacio: amigo fiel de Hamlet.
Rosencrantz y Guildenstern: amigos de Hamlet, aunque serán utilizados por Claudio
para espiarlo y alejarlo de la corte.
Bernardo, Francisco y Marcelo: soldados de la guardia; advierten a Hamlet de las
apariciones del espectro.
Voltemand y Cornelio: embajadores de Dinamarca en Noruega.
Osric: cortesano que informa a Hamlet del duelo con Laertes.
Reinaldo: criado de Polonio.
Genéricos:
Capitán noruego
Sacerdote
El enterrador y su acompañante (clowns)
Embajadores de Inglaterra
Cómicos (actores)
Por caracterización directa, según sus actos, sus palabras y su forma de expresarse.
Es muy importante señalar que el comportamiento y el discurso del personaje no
siempre coinciden, de ahí la fingida locura de Hamlet o la hipocresía de Claudio;
también es relevante la forma de expresión de cada personaje, que no sólo lo
caracteriza, sino que también revela su evolución: la petulancia de Polonio, la
incoherencia del discursos de Ofelia cuando ha caído en la locura...
Por caracterización indirecta, según lo que unos personajes opinan de otros. Esto da
lugar a intrigas y equívocos fundamentales en la trama: Hamlet piensa que su tío es un
traidor y un asesino, en la corte piensan que Hamlet se ha vuelto loco...
Los rasgos que caracterizan a los personajes más importantes son los siguientes:
Hamlet: le corroe la duda que surge de lucha entre razón y pasión, entre reflexión y acción;
su indecisión paralizadora le produce una crisis profunda que le lleva a la amargura, la
angustia vital y a la atracción por la muerte; pese a todo, termina imponiéndose el odio y
deseo de venganza. La demora en su acción, que encauza con su fingida locura, constituye un
elemento fundamental en la construcción dramática.
Claudio: representa la ambición sin escrúpulos, la traición, la hipocresía, la perfidia y la
ausencia de arrepentimiento.
Gertrudis: representa la infidelidad (más bien, la inconsistencia o volubilidad de los afectos),
muestra amor maternal y un indefinido sentido de la culpabilidad.
Polonio: se mueve por interés; es adulador, petulante y estúpido; resulta ridiculo y encarna
cierto contrapunto cómico.
Ofelia: encarna la obediencia, la inocencia y el sufrimiento; es la víctima más clara por su
progresión (amada, rechazada, huérfana, trastornada y muerta).
Laertes: caballero con sentido de la honra, amor filial y resolución para ejecutar como
vengador el código del honor (reflejo invertido de Hamlet, ya que no duda en actuar).
Rosencrantz y Guildestein: representan la amistad traicionada.
Horacio: representa la amistad y la lealtad sin límites.
Fortimbrás: encarna la nobleza, la rectitud del buen gobernante y el ardor guerrero
(proyección de lo que debería haber sido Hamlet, si el destino y él mismo no hubieran
malogrado su existencia).
Sepultureros: representan la sabiduría popular; son un claro contrapunto cómico (clowns).
ESTRUCTURA DRAMÁTICA
La organización externa en cinco actos se corresponde con una estructura interna en la que
se pueden distinguir: plateamiento (Acto I), nudo (Actos II, III y IV) y desenlace (Acto V),
aunque sólo de manera aproximada:
Hamlet no se ciñe a la normativa clásica sobre las unidades de acción, tiempo y espacio.
Además, aunque la obra profundice en los personajes, contiene gran densidad en la acción
con múltiples peripecias, equívocos, enfrentamientos verbales y físicos... El encadenamiento
de los hechos, que se suceden con una relación inexorable de causa-efecto, da lugar a una
progresión dramática perfecta que se desarrolla con grandes dosis de intriga y tensión
gracias al arte de la suspensión, que Shakespeare domina. De este modo, se preparan
acciones que se cumplen posteriormente, la venganza se va retrasando y paulatinamente se
van subordinando a la acción principal episodios de las acciones secundaria y terciaria, hasta
que confluyen en el desenlace.
TEMAS
Hamlet sigue en muchos aspectos las convenciones de la tragedia de venganza, muy popular
en el período isabelino. Sin embargo, su mayor originalidad reside en que Shakespeare
consigue interiorizar los conflictos, de modo que los temas fundamentales se manifiestan
tanto en el desarrollo de la acción y en el comportamiento de los personajes como en sus
pensamientos expresados en monólogos y diálogos.
En las acciones que parecen paralelas a la acción principal, pero que finalmente convergen
con ella, se pueden observar algunos temas secundarios:
Por eso en esta obra, el tema último hacia el que apuntan todos los demás y que es encarnado
por su protagonista es el dilema entre dejarse arrastrar por el destino y no intervenir o ejercer
la libertad individual y actuar, que se traduce en la duda entre la inacción y la acción.
INTERPRETACIONES
Hamlet es un drama de ideas que aparecen condensadas en la acción y encarnadas por los
personajes. Su gran densidad ideológica ha suscitado diversas interpretaciones desde
distintos ámbitos de pensamiento: filosofía, teología, política, psicología, literatura
comparada...
TÉCNICAS DRAMÁTICAS
LENGUAJE Y ESTILO
Profusión de recursos literarios. Al igual que sucede con otros aspectos del lenguaje,
los personajes emplean los recursos literarios con distintos fines, de modo que no
podemos hablar de un estilo en Hamlet, sino de múltiples estilos (enrevesado y
refinado en Claudio, pomposo y hueco en Polonio, irónico unas veces y atormentado
otras en Hamlet, etc.). Con una inagotable capacidad creadora, Shakespeare emplea
todo tipo de recursos:
o Morfosintácticos: anáfora, paralelismo, enumeración, juegos de palabras,
epíteto...
o Léxico-semánticos: símil, metáfora, sinestesia, personificación, ironía...
o Retóricos: apóstofe, interrogación retórica, exclamación, puntos suspensivos...