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TEMAS

Literatura
34-48
34. Evolución de la épica grecolatina. Épica arcaica. Virgilio. La épica del siglo I d.C. Influencia en la
literatura posterior.
35. Poesía didáctica latina. Pervivencia del género.
36. Poesía lírica y bucólica. Influencia en la literatura occidental.
37. Poesía elegíaca. Estudio especial de Ovidio. Influencia en la literatura occidental.
38. Origen y evolución de la poesía dramática en el mundo clásico. El teatro romano. Lecturas y
representaciones teatrales. Poetas trágicos latinos.
39. La comedia latina. Plauto y Terencio. El mimo. La atelana. Influencia en la literatura occidental.
40. La sátira y el epigrama. Horacio y Marcial. Influencia en la literatura occidental.
41. Nociones generales sobre la historiografía grecolatina. Historiografía latina: tendencias y
evolución. Pervivencia de las concepciones historiográficas latinas en la literatura occidental.
42. La fábula y la novela. Influencia en la literatura posterior.
43. Literatura epistolar. Influencia en la literatura occidental.
44. Retórica y oratoria romanas. Cicerón. Causas del declive de la oratoria y del auge simultáneo de
la retórica. Pervivencia de ambas en la literatura occidental.
45. La literatura jurídica latina. Instituciones judiciales. El Derecho romano. Pervivencia en la cultura
occidental.
46. Evolución de la filosofía romana. Pervivencia en la cultura occidental.
47. Ciencia y Técnica en Roma. Ingeniería, urbanismo y vías de comunicación. Su huella en el
mundo occidental. Su aplicación didáctica.
48. Los principales autores de la literatura cristiana. Influjo del latín de los cristianos en la evolución
general de la lengua latina.

Javier Vicente Guevara


Oposiciones de Latín y Cultura Clásica V

TEMA 34.- EVOLUCIÓN DE LA ÉPICA GRECOLATINA. ÉPICA ARCAICA.


VIRGILIO. LA ÉPICA DEL SIGLO I D.C. INFLUENCIA EN LA
LITERATURA POSTERIOR
1. Introducción: evolución de la épica grecolatina

El género épico, dedicado a narrar las hazañas y las aventuras de los héroes

grecorromanos generalmente en hexámetros dactílicos, empieza donde

comienza la literatura occidental, es decir, con Homero, el poeta por

antonomasia que supo recoger toda la tradición oral anterior y conformar las

dos grandes obras de los griegos, la Ilíada sobre la Guerra de Troya y la Odisea

sobre el regreso de Ulises a su patria Ítaca

Es probable que, al tender a la epopeya, los primeros poetas romanos cedieran

ante el prestigio de Homero y ante las lecciones de los teóricos griegos,

Aristóteles en particular, que la consideraban, juntamente con el teatro, el

género literario más elevado. Generalmente se ha considerado a la épica

romana como una continuación de la épica griega, de hecho la Odusia de Livio

Andronico parece a primera vista una traducción de la Odisea homérica a

través del lícito método de la imitatio.

En todo caso, además de la influencia griega, no sólo homérica sino también

de otros autores como Apolonio de Rodas y sus Argonáutica, siempre se han

tenido en cuenta elementos culturales romanos de naturaleza preliteraria como

son los Carmina Convivalia, poemas cantados en los banquetes, con

acompañamiento de flauta, en exaltación de varones ilustres, las Neniae, o

lamentos funerarios y los Elogia sobre todo en tiempos de las Guerras Púnicas.

Para obtener información sobre la épica y sus autores fundamentales puede

consultarse cualquier manual de literatura como el editado por Carmen

Codoñer en Cátedra, el Bieler o la introducción a la traducción de autores como

Virgilio o Lucano (vid. Fdez Corte, J. Bartolomé) y el libro de Highet “La

tradición clásica”.

2. Épica arcaica: Livio Andronico, Nevio, Ennio


Las tres únicas obras épicas que conservamos de la primera etapa de la

literatura latina son la Odusia de Livio Andronico, el Bellum Poenicum de Gneo

Nevio y los fragmentos de los Annales de Ennio. No obstante este legado

paupérrimo dará paso con el tiempo al género primordial de los latinos,

derivando a la Eneida de Virgilio.

Decían Cicerón y Aulo Gelio sobre la vida de Livio Andronico que había

representado la primera obra dramática en Roma en el año 240 a.C. Era un

escritor de origen griego hecho prisionero en Tarento en el 272, esclavo de un

tal Livio Salinator de cuyos hijos fue preceptor, y que posteriormente le

concedió la libertad y con ello el nombre.

En cuanto a su obra, además de ese drama que recordaba la victoria sobre

Cartago, compuso un himno a Juno Reina en el 207 por encargo de los

pontífices para salvar la amenaza que significaba la entrada de Asdrúbal en

Italia. En el 200 esa tarea fue encomendada a otro autor, hecho que supone que

Livio ya habría muerto.

Su obra principal es la Odusia, que llegó hasta nosotros por las críticas que le

hacían los antiguos. La problemática de la crítica se basa en si se trata de una

traducción del poema homérico en latín y en versos saturnios, si era una

versión completa o una simple síntesis. Para la mayoría no es una traducción,

sino la actualización latina de una magnífica herencia llegada de Grecia. Su

influencia fue desde luego considerable, cultivando también la tragedia y la

comedia aunque la lengua de Livio resulta poco armoniosa, compleja y

artificial.

Gneo Nevio es un autor contemporáneo de Livio Andronico pero con un

planteamiento literario bastante distinto. De origen campano, parece que ya

empuñó las armas durante la primera guerra púnica finalizada en el 241. Su

muerte acaeció en 204 según Cicerón. El aspecto más destacado de su vida

reside en su paso por la cárcel por razones de índole política, debido a sus
ataques a la nobleza; era de un carácter agitado, indómito, apasionado de la

libertad y en especial de la libertad de palabra.

Se mostró original al crear la epopeya nacional romana, de tipo histórico,

centrando el tema en un hecho real vivido por el poeta, Bellum Punicum, sobre

la primera guerra púnica desarrollada a través de una serie de causas

mitológicas, la huida de Eneas de Cartago, el amor de Dido. A pesar de estar

escrita también en saturnios, Virgilio tomará muchos elementos evitando la

falta de armonía que resulta de la brusca aproximación de leyendas novelescas

a la narración de hechos casi contemporáneos.

Quinto Ennio (239-169), sea por las alusiones a sí mismo, como por las

referencias indirectas, es la figura mejor conocida por nosotros de la literatura

latina de los siglos III y II a.C. Nació en una zona cercana a Tarento, pero

residió numeroso tiempo en Grecia y Roma, un propicio y variado ambiente en

que le dio la fortuna de hablar griego, osco y latín. Su gran cultura le abrió las

puertas a Roma con Catón el Censor y los Escipiones, logró codearse con la

nobleza romana convirtiéndose en ciudadano y mencionando el famoso nos

sumus romani qui fuimus ante Rudini. Tras su muerte había dejado escritas

algunas tragedias, saturae, comedias y el gran poema épico Annales.

Se trata de un gran poema épico en 18 libros en los que se narraba toda la

historia de Roma, remontando a los orígenes troyanos y llegando hasta el año

171 a.C. Son famosos los episodios del sueño en la invocación a las musas

donde se le comunicaba que era el alter Homerus, Homerus redivivus o el

proemio del libro VII donde se autoproclama como el primer poeta dicti

studiosus, algo así como filólogo, con resonancias claramente alejandrinas.

También es algo muy característico la adopción del hexámetro, futuro de la

poesía latina, utilizado aún con extrema rigidez. La influencia de Homero es

enorme, pero ya hay datos romanos, como las palabras de culto de Rómulo y

Remo, la solemne pesadez del lenguaje, etc… Los Annales se convirtieron en la


epopeya nacional de los romanos y continuaron siéndolo hasta que Virgilio dio

a luz la Eneida, que dejará resonar los versos de su predecesor.

3. Virgilio: La Eneida

Publio Virgilio Marón (70-19 a.C.) nació en Andes, un pueblo cerca de Mantua

en una familia modesta. Cuando tenía alrededor de 12 años, la familia se

transladó a Cremona, donde comenzó sus estudios hasta la toga viril.

Seguidamente estudió en Milán retórica, medicina y matemáticas. En torno al

50 a.C. Virgilio se translada a Roma y entra en contacto de la mano de Asinio

Polión con los poetas neotéricos. Es la época de los poemas incluidos en la

Appendix Vergiliana, donde se despide de la retórica y la poesía tomando el

camino de la filosofía, con Sirón en Nápoles.

Tras la batalla de Filipos del 42 a.C. le confiscan sus tierras patrimoniales de

Mantua. Es la época cuando escribe sus Bucólicas, cuya publicación lo consagró

como poeta consiguiendo el patronazgo de Mecenas y del propio Augusto. En

el 29 publica las Geórgicas y tres años después la Eneida. Cuando Virgilio

murió en el 19 le faltaba la última lima, sin poder sustituir los llamados verbos

tibicines, provisionales.

La tradición antigua afirma que Virgilio viajó a Grecia para ver los lugares

que describía en la primera parte de su Eneida. Apenas llegado a Atenas,

decidió volver junto a Augusto que regresaba de Oriente. Llegó muy enfermo a

Brindisi donde murió. Sus restos fueron trasladados a Nápoles, donde había

vivido la mayor parte de su vida. Dejó su fortuna a su hermano Próculo, a

Augusto, Mecenas, y a Vario y Tuca su legado literario, incluida la gran obra

que estuvo a punto de quemarla a pesar de haber emocionado tanto a Augusto

y Octavia por los versos sobre la muerte de Marcelo.

Como hemos indicado, antes de escribir las Bucólicas, Virgilio ha se había

dado a conocer como poeta en el círculo neotérico. Es el conjunto de obras

denominado Appendix Vergiliana donde no todos los poemas fueron escritos


realmente por él. Conservamos un dístico sobre el salteador de caminos

llamado Balista, un conjunto de poesías editadas por Escalígero como Culex,

Ciris, Catalepton, Dirae o Aetna, y las obras atribuidas por Servio y Donato,

Copa y Moretum.

Las Bucólicas fueron escritas por Virgilio a instancias de Asinio Polión para

añadir a la literatura romana el genus Theocritum. La poesía bucólica es una

creación del griego siciliano Teócrito, que marchó a Alejandría donde hizo

escuela. Virgilio utilizó a su modelo Teócrito con extrema libertad, resultando

composiciones de un tono muy distinto al del siracusano, sus poemas no

poseen tanta fuerza ni tanto vigor realista, son poemas mucho más

sentimentales que nos presentan a pastores que se expresan con gran cortesía y

un lenguaje sumamente delicado. Utiliza Virgilio una superabundancia de

impresiones sensoriales en estos diez poemas llamados también Églogas en

forma de diálogos que llevan por título el nombre o los nombres de algunos de

los personajes que en ellos intervienen.

Fue Mecenas quien sugirió a Virgilio una obra sobre la Agricultura. En

calidad de hijo de campesinos, Virgilio estaba familiarizado con el tema. No

obstante procuró documentarse lo mejor que pudo. Utilizó importantes fuentes

como Los trabajos y los Días de Hesíodo, Las Geórgicas de Nicandro o De

Agricultura de Catón y De Re Rustica de Varrón. Virgilio dividió la materia en

cuatro partes, cada una de las cuales integra un libro. El cultivo de la tierra, con

enseñanzas sobre el pronóstico del cielo, el cultivo de los árboles frutales, la cría

de ganados y la cría de las abejas concluyendo con el episodio mitológico de

Orfeo y Eurídice. Virgilio se sintió satisfecho de la obra, ufanándose de haber

subido con la exposición poética de la agricultura a desiertas, arduas y todavía

no halladas cumbres del Parnaso. Esta seguridad va a dar pie a su gran obra

épica a la que prestaremos mayor atención, La Eneida.

El origen de la Eneida se suele basar en tres puntos preponderantes: Homero,

la política contemporánea de Augusto con la poesía neotérica, y la influencia de


Alejandría. Todo ello, después de una importante evolución ideológica y

estética, le va a encaminar a la narración de reges et proelia, construyendo el

más famoso poema épico de la antigüedad. Para realizar su propósito de

glorificación de Augusto y de alcanzar el culmen de su carrera, Virgilio se iba a

valer de la leyenda de Eneas, pues existía una creencia popular que relacionaba

la casa del emperador, la familia de los Julios con Iulo, el hijo de Eneas.

Esta leyenda fue transmitida por el historiador siciliano Timeo de

Tauromenión, que hace corresponder el origen de Roma con la llegada del

troyano Eneas. A través del citado autor arcaico Ennio, Virgilio pasa la leyenda

a primer plano y coloca la historia de Roma y su sentido en el transfondo.

Como hemos indicado, Virgilio se sirve de Homero, repite sus descripciones,

sus símiles, las asambleas, los sacrificios, las embajadas, pero el autor está

impregnado de alejandrinismo, y utiliza con habilidad la obra de Apolonio de

Rodas para la historia de amor de Dido y Eneas, además de otros muchos

recursos calimaqueos y neotéricos.

Virgilio organizó la materia en 12 libros, los 6 primeros corresponden con la

Odisea, y los 6 últimos con la Ilíada, utilizándose también la división tripartita

de Eneas en Cartago-Viaje al Lacio y preparativos para la guerra-Desenlace.

Eneas, próximo ya a la patria que se le reserva en Occidente, es arrojado a las

costas africanas por una tempestad provocada por Juno, enemiga de los

troyanos. La reina Dido lo recibe como huésped en la ciudad de Cartago. En un

banquete, Eneas narra la trayectoria de su suerte: la caída de Troya, la huída así

como los viajes erráticos por el Mediterráneo Oriental. El amor de Dido por

Eneas se vuelve apasionado por la intervención de Venus. Eneas olvida su

misión y se entrega al amor de Dido. Júpiter, por medio de Mercurio, recuerda

al héroe su destino, escapa de Cartago sin atender a las súplicas desesperadas

de Dido, y ella se suicida. Una tempestad obliga a Eneas a desembarcar en

Sicilia, y después de celebrar juegos fúnebres en honor de su padre junto a su

tumba, alcanza las costas de Italia en Cumas, haciendo una parada en el mundo
de los muertos. Estamos en la mitad del libro, el canto más interesante porque

se reencuentra con Dido y con su padre Anquises que le muestra las almas de

los que sobresaldrán un día por su excelencia entre los romanos. Después de

desembarcar en el Lacio, Eneas envía una delegación al rey Latino, este le recibe

honrosamente y le ofrece la mano de su hija Lavinia, pero uno de los

pretendientes, Turno, le declara la guerra. Entabladas las alianzas con el rey

Evandro, Eneas se prepara para la batalla final con un escudo donde están

grabadas escenas proféticas de la historia de Roma. Tras la muerte de héroes

secundarios como Palante, Niso y Euríalo y Camila, se produce el gran combate

entre Eneas y Turno, resultando vencedor el gran héroe romano.

Volvemos a ver el nostos, el viaje de regreso desde la guerra a la patria, la

narración in medias res de muchos episodios y leyendas mitológicas afines

como el cíclope, Escila y Caribdis, y el viaje a los infiernos. Calipso se

transforma en Dido que parece Medea y los latinos hacen de troyanos y los

troyanos de griegos donde Patroclo, Héctor y Aquiles se convierten en Palante,

Turno y Eneas. Pero la Eneida, a diferencia de la épica pura de Homero, es un

ejemplo de épica literaria. Se sustituye el estilo oral y aparece una gran

sensibilidad, fruto de un poeta que sintoniza con la naturaleza y con el hombre,

que armoniza el conjunto de la obra con Eneas como eje. La narración está

hecha con arte, suscitando interés y expectación; las comparaciones son

adecuadas y de rica variedad y aunque Virgilio desease quemarla cuando se

encontraba en los albores de la muerte, su épica respira gran fuerza y

grandiosidad, consiguiendo con éxito hacer un retrato moral del pueblo latino,

que en el fondo es el verdadero protagonista de la obra.

4. La épica del siglo I d.C.: Lucano, Valerio Flaco, Silio Itálico y Estacio

En época del emperador Nerón, surge una corriente reaccionaria al clasicismo

augústeo encabezado por el sobrino de Séneca, Lucano. Era un poeta romano


nacido en Córdoba en el 39 a.C. con una gran formación retórica y filosófica que

fue llamado por el emperador para su círculo poético.

Tras sus obras juveniles con un estilo afín al círculo en el que se encontraba

creó varios poemas como Ilíacon, Catachtonion y unas laudes Neronis, pero su

gran y famosa obra es Farsalia o Bellum Civile, que retoma el ideal de Nevio de

realizar una obra épica con un tema histórico semiactual y polémico, la guerra

civil entre César y Pompeyo. A propósito de una recitación de esta obra fue

odiado eternamente por Nerón y después de un gran banquete, Lucano se abrió

las venas en el 65 d.C. mientras recitaba de nuevo versos de su gran Farsalia,

adecuados a la situación.

En 10 libros, y tomando como fondo la famosa guerra, construye una

exaltación de los ideales republicanos y estoicos, sobre todo de la libertad. Tuvo

como base el relato histórico de Livio, de ideales pompeyanos también, desde el

paso del rubicón, hasta los acontecimientos de Egipto, a donde llegó César,

después del asesinato de Pompeyo. Lucano, llevado por la curiosidad científica

de su siglo, rompe los moldes clásicos de la epopeya, ama el patetismo y

sentimentalismo, su lengua es compleja e irregular, introduce en el relato

digresiones de carácter geográfico, astrológico, fisiológico y de historia natural

y magia, los dioses tienen un papel contrario a los ideales épicos y el verdadero

protagonista es Catón, el defensor de la libertad estoica. Todo esto le ocasionó

numerosas críticas como las de Quintiliano o Petronio.

Los emperadores Flavios lograron restablecer el orden administrativo y

económico del Imperio. Trajano emprendió una tarea de resurrección nacional,

tratando de fomentar los antiguos valores y se produce un resurgimiento

literario de corte clásico. Los poetas Valerio Flaco, Estacio y Silio Itálico vuelven

al magisterio de Virgilio.

De Cayo Valerio Flaco sabemos muy poco. Su poema Argonáutica está

incompleto. En sus 8 libros relata la expedición de los Argonautas tomando

como modelo al gran Apolonio de Rodas, aunque Valerio Flaco ajusta el relato
al canon estructural virgiliano. Jasón se dirige a la Cólquide con los Argonautas

en la nave Argos para conquistar el Vellocino de Oro. Para esta empresa es

ayudado por la hija del rey, Medea, que traiciona a su padre por amor. Jasón,

agradecido, la hizo esposa, pero luego abandonó. Medea, enfurecida por los

celos, dio muerte a los hijos que había tenido con el héroe. La versificación es

excelente. Tiene bien caracterizados a los personajes, sobre todo Jasón y Medea,

superando con creces a su modelo. Jasón es mucho más enérgico, el conflicto

psíquico de Medea aparece tratado con maestría y algunos pasajes son

impresionantes y conmovedores.

Silio Itálico, cónsul del 62, fue el más virgiliano de todos, y el que creó un

poema más artificial. Su epopeya se titula Punica, y mezcla en sus 17 libros

acontecimientos históricos de las Guerras Púnicas con relatos mitológicos con

muy poca habilidad, y con un exceso de actuación de aparato divino sin una

síntesis lograda. Lo presenta como continuación de la Eneida, haciendo derivar

la guerra de Aníbal contra Roma como la maldición de Dido contra Eneas y sus

descendientes, pero su retoricismo resulta exagerado, introduce episodios

extravagantes y convencionales, y la caracterización psicológica resulta muy

pobre.

Publio Papinio Estacio (45-95 d.C.) nació en Nápoles con una gran formación a

cargo de su padre, maestro de escuela. Compuso cinco libros de Silvas de temas

variados y a imitación de Lucano (descripción de villas, congratulaciones,

necrologías poéticas y adulaciones), descripciones plásticas que demuestran un

vivo sentimiento por la naturaleza y sus bellezas y dos poemas épicos, la

Tebaida y la Aquileida. La Tebaida es una epopeya en 12 libros, con más de

9000 versos sobre la lucha de Eteocles y Polinices por ocupar el trono de Tebas.

Las consecuencias del enfrentamiento son negativas y funestas. El poeta, como

Lucano, desposee al poema épico de la función que lo había caracterizado hasta

entonces, la celebrativa, aunque su modelo sigue siendo Virgilio. La Aquileida

es una epopeya inacabada en el libro II durante la salida de Aquiles para Troya,


llevado por Ulises y Diomedes. Estacio orienta el relato desde el bando griego y

el héroe es Aquiles, algo que revela un planteamiento diferente respecto a

Virgilio, que había convertido en héroe a un troyano, pero no es suficiente para

llegar a conclusiones. De estilo manierista, lejos del equilibrio y el sentido de la

medida de un poeta clasicista.

5. Influencia en la literatura posterior

La herencia grecorromana constituyó el pan cotidiano, generación tras

generación. No hay más que recordar la literatura francesa que comienza con la

Canción de Roldán. Aparecen un gran número cada vez mayor de poemas y

obras en prosa sobre asuntos épicos tomados de la Antigüedad a partir de los

siglos XI y XII. El Roman de Troyes no es sino uno de los muchos poemas que

se compusieron sobre temas clásicos. Los hombres de la Edad Media eran

desconocedores de la mayor parte del mundo y de la historia, con lo cual

aceptaban con entusiasmo cuantas fábulas se les dieran acerca de la antigüedad.

Véase también el Roman d’Enéas y el Roman de Thèbes. El espíritu de Virgilio,

con su solemnidad, su consagración al deber, su trascendentalismo y su

profundo sentido de lo divino, está reencarnado en la Iglesia católica y en el

más grande de sus monumentos, la Comedia de Dante. Asimismo surgen otras

tradiciones de aventuras heroicas contemporáneas caballerescas como el

famoso Poema del Mío Cid o el Orlando furioso de Ariosto.


TEMA 35.- POESÍA DIDÁCTICA LATINA. PERVIVENCIA DEL GÉNERO

1. INTRODUCCIÓN. LA POESÍA DIDÁCTICA

El poema didáctico aparece como respuesta a las necesidades de una cultura

en la que el dominio de la lectura y de la escritura no era patrimonio de la

mayoría y la enseñanza se realiza en gran parte a través del mecanismo de la

comunicación oral. La crítica tradicional ha creído demostrar que el uso de la

poesía con fines didácticos se debe, en líneas generales a las ventajas que, con el

fin de memorizar, presenta el uso del ritmo que les es propio.

Las primeras muestras de este controvertido género aparecen en Grecia,

concretamente con el poema de Hesíodo “Los trabajos y los días” creándose una

fecunda tradición posterior. En época alejandrina se revitalizó por la aparición

de la figura del poeta erudito que, al no poder superar a los clásicos, reproducía

los géneros ya consagrados. El interés por el cientifismo favoreció en el mundo

helenístico el desarrollo de la poesía didáctica. Un ejemplo de ello son los

famosos Phaenomena de Arato.

2. LUCRECIO Y EL DE RERUM NATURA

Lucrecio nació según nos dice San Jerónimo en el 94 a.C., y murió por su

propia mano a los 44 años, enloquecido por el dañino filtro amoroso de una

mala mujer. Fue gran amigo de Ático y Cicerón, quien corregía sus versos.

Vivió una época de grandes convulsiones políticas y sociales, de las dictaduras

de Mario y Sila, de Espartaco y del triunvirato de Pompeyo, Craso y César. Una

época que con sus inseguridades y problemas, ofrecía condiciones favorables

para la expansión del epicureísmo en Grecia y Roma.


Su poema muestra más bien una visión optimista del progreso de la

humanidad. Parece claro que quedó inacabada y que llegó a las manos de los

hermanos Cicerón en su estado incompleto. Lucrecio une, para Ciceón, a pesar

del carácter epicúreo de su obra, dos elementos fundamentales, ingenium y ars,

que constituyen, desde el surgimiento de la filosofía clásica con Platón, lo típico

del genio filosófico.

DE RERUM NATURA

El poema consta de 6 libros dedicados a un cierto Memio aunque dirigidos al

público romano en general. Como intérprete de la filosofía epicúrea, no

muestra en primera línea un interés teórico, sino práctico. Ve su contribución en

la utilización de poesía didáctica como medio de predicación de verdades para

liberar al género humano de la opresión de la religión, que atemoriza a los

hombres con la creencia en la intervención de los dioses en los acontecimientos

de este mundo y en una vida después de la muerte.

Libro I-II – dedicados al estudio de las bases ontológicas de la naturaleza,

los átomos, primordia rerum, y el vacio.

Libro III – el más estructurado, demuestra que el alma no perdura tras la

muerte.

Libro IV – expone la antropología, especialmente las percepciones de los

sentidos que son siempre verdaderas.

Libro V – dedicado a la cosmología, detalla cómo surgieron la tierra, el

cielo, el mar, los cuerpos celestes y los seres vivientes y con ellos el desarrollo

paulatino del género humano y de la cultura.

Libro VI – explica los fenómenos metereológicos.

Los diferentes testimonios biográficos favorecieron las hipótesis que suponían

fuertes inconsecuencias en la estructuración de la obra. No obstante su unidad


es notable. El poema comienza y termina considerendo los efectos dañinos de la

religión sobre los hombres. El libro VI da respuesta a los problemas planteados

en el primero y es el telos de la composición.

Por otra parte tiene una clara estructura tripartita en la que los dos primeros

libros están dedicados a los principios constitutivos de la realidad, los libros III

y IV se ocupan de la psicología y los dos últimos tienen por tema la cosmología.

DOCTRINA FILOSÓFICA

La ontología lucreciana se encuentra basada en dos axiomas. El primero y

fundamental es que no hay potencia divina que pueda crear nada de la nada.

Todo fenómeno tiene sus causas y no es necesario recurrir a la intervención

divina para explicar el devenir, porque si las cosas pudieran nacer de la nada,

todo podría nacer de todo y no serían necesarias semillas de las que se

desarrollaran los vegetales y los animales.

La segunda premisa afirma que ningún objeto, al desaparecer, se disuelve en

la nada, es decir, hay elementos no perecederos que constituyen los cuerpos y

en los que estos se disuelven en el momento de su desaparición, puesto que

afirmar lo contrario implicaría sostener que las cosas pueden desaparecer

repentinamente y perecer sin la acción de una fuerza exterior. Estos cuerpos

elementales que constituyen los elementos son indivisibles, invisibles, sólidos,

eternos e inmutables y no tienen propiedades sensibles como color, sonido,

temperatura o sabor. Están formados por partes mínimas que carecen de

existencia independiente. Son los átomos.

Junto a los átomos existe un segundo principio, el vacío que da cuenta de la

relación entre los cuerpos y del movimiento, así como de los procesos interiores

de las cosas. El número de átomos es infinito y se encuentran en perpetuo

movimiento.
El poema reconoce dos principios: la mente y el alma. El espíritu o mente es

una parte del cuerpo de naturaleza material como el pie o la mano, y por tanto,

sujeto al devenir y mortal. Alma y mente constituyen dos aspectos de una

naturaleza única. La mente, asentada en el pecho, es el órgano rector, si ella se

destruye muere el organismo. La mente está constituida por átomos sumamente

pequeños y redondos, no es un cuerpo simple, sino que está hecha de cuatro

elementos: brisa, vapor, aire y un cuarto elemento de partículas muy pequeñas,

tenues y móviles que produce movimientos que dan lugar a las sensaciones y

que carece de nombre.

ESTILO

A pesar de la admiración que despierta en algunos intérpretes el estilo de

Lucrecio, no se puede negar que a él mismo le resultaba evidente la aridez del

tema propuesto. El estilo muestra altibajos, muchas veces adolece de largos

períodos que a menudo se vuelven aún más oscuros a causa de las parentéticas

interminables. Pero a pesar de la forma dura, en todas partes luce un espíritu

elevado, un entusiasmo interior que lo invade, por sus puntos de vista

altruistas, por su deseo de ayudar a la humanidad.

El escrito de Lucrecio, además de un gran valor literario, tiene una

significación histórica de primera magnitud. No poseemos ningún otro

testimonio de la actividad proselitista del epicureísmo en la antigüedad.

Lucrecio tenía que aclarar todos los presupuestos, exponer claramente todas las

conclusiones, repetir las nociones básicas, y fundamentalmente, convencer por

medio de la palabra y la elegancia en la expresión.

Busca la cooperación del lector, al que conduce como un guía hacia la

finalidad de la filosofía epicúrea, la paz y la tranquilidad del alma. Su afán

didáctico se hace evidente en la elección de los términos y en la polémica contra

las otras corrientes filosóficas. Está convencido de que la vida epicúrea es la


única respuesta a las desgracias del tiempo, de la guerra y de la sed de riqueza

y poder.

3. LAS GEÓRGICAS DE VIRGILIO

La época en la que se encuentra circuscrita esta gran obra de Virgilio destaca

fundamentalmente por lo prolijo de los cambios que en la misma están

acaeciendo. Justamente en esos momentos se produce por influjo de Augusto

una revolución total en todos los aspectos de la vida romana que afecta de un

modo particular al mundo de la cultura y concretamente a la literatura.

En este contexto aparece Mecenas, fiel cooperador de Augusto en esta tarea

formando un círculo de poetas como Virgilio, Varo o el mismo Horacio. Por la

amistad y protección de Mecenas, Virgilio se convirtió en uno de los miembros

de la cultura romana que ayudó a Augusto a sus ambiciosos planes, y por ello

dejó de tener preocupaciones materiales.

En el 29 a.C., después de 7 años, las Geórgicas estarían terminadas. No

constituyen un poema didáctico en sentido estricto como las Geórgicas que

escribió el griego del s. III a.C. Nicandro, y no sólo van más allá que estas en

cuanto al tema, sino que lo trascienden, pues en la vida del campesino canta la

vida del hombre en general: el trabajo agrícola es la raíz de la cultura y el

hombre es una parte de la naturaleza y ha de someterse a sus leyes.

Virgilio estructuró la obra en cuatro partes: cultivo de la tierra (con los

prodigios que presagiaron la muerte de César), cultivo de los árboles, cría de

ganado y cría de las abejas (agricultura). Con varios contrapuentos; siendo de

destacar el que se refiere a que los libros con un proemio prolijo, que forman

por sí mismos una unidad, van a continuación de otros que cuentan con una

introducción breve que desemboca directamente en el tema. Primitivamente


terminaba con un panegírico de Cornelio Galo, pero habiendo caído este en

desgracia y habiéndose suicidado, por deseo de Augusto lo suprimió y en su

lugar colocó las leyendas de Aristeo y Orfeo.

Virgilio no concibe el trabajo simplemente como una dura e implacable

necesidad al estilo de Hesíodo y Lucrecio. Virgilio ve en el trabajo un medio de

evitar la degeneración moral y de conseguir el progreso de la cultura humana.

El hombre que trabaja, sea cual sea su condición social, jurídica o económica, es

digno de todo respeto.

Alcanzó en esta obra una perfección casi insuperable en la versificación, el

lenguaje y la composición. Virgilio trata el tema de la agricultura con la

exactitud de un técnico y con la sensibilidad de un artista. Procura hacer ameno

el tratado para evitar todo asomo de aburrimiento, para lo cual evita las

enumeraciones fastigosas y monótonas; echa mano de cuantos adornos pueden

embellecer el verso, traza graciosos cuadros, llenos de vida y fantasía e

interrumpe a veces los preceptos técnicos para contar leyendas alusivas al tema.

4. OBRA DIDÁCTICA DE OVIDIO

ARS AMATORIA.- Ovidio decidió ensayar una nueva fórmula de poesía erótica

en donde, al amparo del género literario de la poesía didáctica, se desarrollaba

uno de los temas habituales de la elegía erótica, a saber, el del magister amoris.

Ovidio se siente en la edad madura llamado a dar lecciones sobre tan imposible

asunto, en una formidable simbiosis de literatura didáctica-seria y de literatura

jocosa-burlona.

Los dos primeros libros están destinados a enseñar a los hombres cómo y

dónde pueden encontrar y conquistar a las mujeres y cómo deben mantener su

amor. En el tercero son las mujeres las destinatarias, y las enseñanzas son más
resumidas, recordando que la actitud correcta de la mujer ante el amor ha de

ser pasiva.

MEDICAMINA FACIEI FEMINEAE.- Poema conservado en 100 versos sobre la

importancia del cuidado corporal con un compendio de recetas de belleza tal

como lo había hecho la reina Cleopatra.

REMEDIA AMORIS.- Este poema también posee un tono galante. Afirma que

para evitar los estragos del amor, lo mejor es no caer en él, evitando la vida

ociosa que es propicia para ello. Pero si ya se ha caído, hay estrategias de

salvación como el recuerdo de los defectos de la amada, el cultivo de la

promiscuidad o de técnicas sexuales incómodas, etc… Está penetrado de ironía

y de alegre parodia, escrito sin pensar que podía influir tanto en las costumbres.

Ante las censuras suscitadas por su publicación, Ovidio se defendió diciendo

que la obra no iba dirigida a las doncellas virtuosas o a las matronas honradas,

sino a las damas galantes de Roma, habituadas ya a las poesías eróticas de

autores anteriores.

METAMORFOSIS.- La última obra concebida antes de la relegatio, responde a

una evolución total de su carrera literaria, siendo compendio y clímax de su

producción. Muchos temas ya los había tratado, aúna lo que le suministra la

tradición elegíaca, lírica, trágica, etc… pretendiendo que su obra sea perfecta.

En 12000 hexámetros repartidos en 15 libros, une 250 mitos y leyendas sobre

transformaciones en animales, piedras o plantas desde la creación del mundo

hasta la Apoteosis de César. Ovidio dejó la obra como estaba en el año 8 y no le

dio los retoques que aún necesitaba lanzándola al fuego. Por fortuna los amigos

tenían copias.

Utiliza toda la tradición literaria anterior, por un lado las obras cuyo

contenido son relatos de transformaciones, por otro aquellas que presentan


sucesiones de episodios en los que puede haber o no cambios de forma. Desde

los Heteroiumena de Nicandro de Colofón y las Metamorfosis de Partenio de

Nicea hasta los Ornithogonia, Homero, Hesíodo y el propio Virgilio.

Todo este abigarrado material, Ovidio no lo presenta en desorden ni

desconexionadas unas leyendas de otras. Ovidio con su inagotable imaginación

supo ordenar este material genealógica o cronológicamente. De esta forma el

conjunto adquiere el valor de una epopeya. A pesar de su retórica, Ovidio sabe

convertirse en un excelente narrador, triunfando tanto en lo grandioso como en

lo idílico. Tanto es así, que Ovidio profetiza con versos impetuosos y rebosantes

de orgullo justificado la fama inmortal que conseguirá este carmen perpetuum.

FASTI.- Ovidio trataba de exponer en esta obra la secuencia de fiestas romanas,

siguiendo paso a paso el calendario, con las costumbres y leyendas relacionadas

con ellas. Pensaba dedicar un libro a cada mes. Cuando le sorprendió la orden

de destierro tenía escritos 6 libros que comprenden las fiestas de los 6 primeros

meses del año. En el destierro no pudo Ovidio continuar la obra por carecer de

material de consulta y también de ánimo para ello. La revisión que hizo en su

destierro fue interrumpida por su propia muerte a pesar de que le dedicó

dichos libros a Germánico con la esperanza de su liberación.

El poeta procede explicando la etimología de los nombres de los meses,

enumerando los fenómenos celestes y constelaciones. Pero el núcleo

fundamental lo constituyen las fiestas romanas y sus usos rituales, indicando el

origen de estos al modo de las aitiae de Calímaco.

HALIÉUTICA – Se trata de un poema incompleto en hexámetros que aparece

atribuido a Ovidio, donde se ocupa de peces y del arte de la pesca. El estado

fragmentario en que se ha transmitido plantea o aumenta los problemas.

5. AUTORES DIDÁCTICOS MENORES


La poesía didáctica de estos siglos está representada por una serie de obras de

tema dispar (caza, pesca, astronomía y astrología, vulcanología, etc.). Los

latinos, como los griegos, pretenden experimentos poéticos; quieren insertarse

en una tradición literaria ocupándose de temas que responden a la demanda de

una sociedad o simplemente al deseo de llenar algunas lagunas. Estas obras

ilustran la fe en el progreso, en la razón y la ciencia.

GRATIO – CYNEGETICA

Persona culta, de buena posición, de origen siciliano influido por Virgilio,

cuyas Geórgicas inspiran su obra, y también por Ovidio. La obra escrita en

hexámetros, canta la caza, don de Diana, alaba la ratio, gracias a ella la fuerza

bruta iba a retroceder.

El cuerpo de la obra da cuenta de lo necesario para la caza y el modo de

construirlo y a su vez de los diversos materiales para su fabricación. La última

parte consiste en pasar revista a las distintas razas. El autor se detiene en

explicaciones eruditas de diverso tipo. La presencia de la realidad de la época se

percibe en alusiones a la magia o en el uso de frases sentenciosas.

Aún reconociendo la dificultad que supone el tratamiento de un material tan

poco apto para la poesía y el que se haya conseguido una obra original y nueva,

la oscuridad, prosaismo y falta de decoro son defectos en los que se muestra con

claridad, que los pasajes más técnicos son poéticamente inferiores.

GERMÁNICO – ARATEA

La obra es ejemplo del interés que la época de Tiberio manifiesta por la ciencia

y literatura didáctica de corte alejandrino. Este hijo de Druso, hermano de

Tiberio decide realizar una versión de los fenómenos de Arato.


MANILIO

Nada sabemos sobre su vida. Su obra Astronomica, no tiene destinatario,

parece escrita en tiempos de Tiberio, aunque se ha defendido que lo fuese en los

de Augusto; las alusiones son pocas y a veces ambiguas. Además quedan dudas

sobre si la obra está acabada o incompleta. La obra, escrita en hexámetros, como

corresponde a su contenido didáctico, consta de cinco libros. Justifica que los

astros influyen en el destino de individuos y pueblos y que predicen el futuro.

6. PERVIVENCIA DEL GÉNERO

Lucrecio estuvo muy de moda en el renacimiento, y esta valoración positiva

ha continuado hasta nuestros días, en que se le considera el padre del

materialismo positivista y el precursor de los descubrimientos modernos. Por

otra parte, al haber desaparecido en su mayor parte la obra de Epicuro, el

contenido del De rerum Natura es de un valor incalculable para conocer a fondo

el epicureísmo. Numerosos autores han sido influenciados por su gran obra,

sobre todo filósofos y ensayistas como Montaigne, quien en sus Ensayos recoge

numerosas referencias a poemas didácticos latinos.

Otro autor influido por Lucrecio es Giancomo Leopardi, el más melancólico

poeta lírico de Italia. Como Lucrecio, Leopardi es un materialista; como él,

admira el encanto de los dioses griegos, aunque sabe que en realidad no tienen

relación verdadera con nuestro mundo; como él, contempla los entusiasmos y

los esfuerzos humanos con asombrada lástima, como quien mira un

hormiguero aplastado por una manzana que cae.

Ovidio, como narrador y guía para la mitología griega, tuvo gran influencia

en los escritores romanos tardíos y fue leído, citado y adaptado durante la Edad

Media. Fue el poeta latino favorito del renacimiento. En la Flamenca, poema


provenzal fechado en 1234, hay una lista de historias bien conocidas que todo

buen trovador tiene que saber cantar. Casi todas de ellas son relatos de la

mitología grecorromana, y en su mayor parte provienen de Ovidio. También el

libro Faerie Queene de Spenser (1590), dedicado a la reina Isabel, contiene

muchas alusiones a Ovidio.

TEMA 36. POESÍA LÍRICA Y BUCÓLICA. INFLUENCIA EN LA


LITERATURA OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN
La poesía lírica era en el mundo antiguo, literalmente la poesía cantada con

acompañamiento de la lira. Entre los romanos la poesía lírica fue un producto

limitado al ambiente literario, no arraigado en la costumbre social, ideado para

ser leído, no cantado.

Por otra parte, la poesía bucólica, iniciada en el mundo griego con los Idilios

de Teócrito, deriva del término griego βουκόλος que significa “pastor de

bueyes”. Se tratan temas de pastores, y sus personajes son pastores. Hay con

ello una evidente voluntad de evasión de la realidad cotidiana, urbana, y una

búsqueda de la realidad abandonada y remota, el campo salvaje, la silva, un

campo modelado al gusto de la fantasía poética, con grandes dosis de

idealización.

2. LA LÍRICA: PRIMERAS COMPOSICIONES Y AUTORES EN ROMA

En la época preliteraria romana conservamos diferentes carmina que no por la

etimología de la palabra, estaban forzosamente destinados al canto ni requerían

acompañamiento musical. Este término incluía no sólo las composiciones

versificadas, sino también, los oráculos, las máximas morales, las fórmulas

mágicas, los preceptos jurídicos… material enormemente heterogéneo en

cuanto al contenido, pero con un cierto ritmo en su forma, razón por la que

entraba en el concepto de carmina, ritmo cuya finalidad era facilitar su fijación

en la memoria. Principales composiciones:

Carmina convivalia – composiciones de carácter épico-heroico.

Carmina fescennina – se consideran precedentes de la Sátira y del drama romano.

Carmen Fratrum Arvalium – Los Fratres Arvales constituían un colegio

sacerdotal de doce miembros, consagrados a Ceres, divinidad del campo. En el


mes de mayo celebraban una procesión por el campo, con el objeto de rogar a

los dioses cosechas abundantes.

Carmen Saliorum – los Salios eran los sacerdotes del dios Marte, encargados de

su culto y de la custodia de los escudos sagrados.

Plegaria a Mars Pater – Constituye una plegaria que recitaba el pater familias

durante la vuelta ritual que debía dar en primavera a su posesión agrícola.

El primer autor de la literatura romana del que tengamos alguna composición

lírica es Livio Andronico, autor del carmen a Iuno Regina. Este himno le fue

encargado al autor por el Estado Romano en el año 207, cuando Asdrúbal

penetró por el norte de Italia para reforzar la situación de su hermano Aníbal.

La angustia que este acontecimiento provocó en el pueblo romano fue grande,

por lo que el sentimiento religioso les hizo acudir a los dioses en busca de

protección. Este himno, del que no se sabe si estaba compuesto en versos

saturnios, fue cantado por un coro integrado por tres grupos de muchachas.

3. EL CÍRCULO DE LUTACIO CÁTULO

Este círculo literario se sitúa en finales del siglo II y principios del I a.C., época

de grandes perturbaciones sociales y políticas en la que los poetas abandonan

los ideales patrióticos y se dedican a un análisis poético personal de sus

sentimientos por las cosas pequeñas del día a día. Las grandes conquistas y la

expansión económica crearon una sociedad noble y adinerada que se entrega a

la luxuria y el otium y que cultiva la literatura por afición.

Los jóvenes romanos viajan además por Oriente para completar su formación.

Conocen Atenas, Rodas o Alejandría donde se ven influidos por las nuevas

corrientes existentes en esas zonas. Los autores más significativos de los que

podemos hablar forman el denominado círculo de Lutacio Cátulo, integrado por

gramáticos y poetas además de oradores. La severa espiritualidad romana se


adaptó a las costumbres más audaces del erotismo griego, siendo Antípatro de

Sidón su principal influencia. Autores principales:

Q. Lutacio Cátulo – cuyos epigramas, frívolos y un tanto amanerados, pero con

cierta gracia, nos dan una idea de esta poesía.

Porcio Licino

Valerio Edituo – autor de dos epigramas, uno de ellos imitado de una oda de

Safo.

Suelo – conocido a través de la cita de los ocho versos de su Moretum, del mismo

título que la obra del Appendix Vergiliana.

Levio – es la figura más relevante del grupo. Algunos autores creen que se trata

de Levio Meliso, citado por Suetonio en “De grammaticis et rhetoribus”. Carisio y

otros gramáticos citan una obra suya en varios libros con el título de

Erotopaignia, integrada por cantos eróticos polimétricos.

Como se ha indicado, de éste círculo conservamos escasos fragmentos, tan

sólo sabemos que era poesía de tema erótico con gran variedad de metros. No

obstante, la importancia de Levio y sus compañeros en los poetae novi no es

nada desdeñable, ya que representan un primer ensayo en la búsqueda de

nuevos derroteros para la poesía latina.

4. LOS POETAE NOVI

En el ambiente de lujo y ambiciones de la época de César, la poesía latina

sigue un nuevo rumbo con la poesía de las pasiones y la lírica amorosa, gracias

a la obra de unos poetas jóvenes, representantes de una tendencia artística

homogénea.

Estos autores representan una auténtica corriente literaria llamada poesía

neotérica. De este grupo no han sobrevivido sino escasos fragmentos, con la


excepción de Catulo. Provenían todos de la galia Cisalpina salvo Calvo, de

condición social elevada, que comparten ambientes, amistades, gustos y

maneras de vivir, salvo la posición política, unos a favor de César, otros en

contra como Catulo.

Todos estos autores, por su condición social, no necesitan de la literatura

como medio de subsistencia, así, se mueven en la esfera del otium y de la

literatura como diversión. Todos ellos fueron influenciados por la poesía

helenística, sobre todo por Catulo, cuya obra fue introducida en Roma por el

poeta y erudito griego Partenio de Nicea y también por Meleagro. Al igual que

el poeta griego, gustan de varios géneros diferentes, preferentemente las formas

menores (poema breve y refinado, tenuis como el epilio o los epigramas) y su

repudio de los grandes géneros (tragedia y épica). Los dos términos que definen

a sus obras son polyeideia y variatio. Autores principales:

Valerio Catón – jefe y maestro de los neotéricos. Es notable su obra de crítico

literario. Sus obras principales son Indignatio, poema de temática personal y dos

epilios Lydia, mitológico y erótico, y Diana.

Furio Bibáculo – Autor de epigramas contra César.

Varrón Atacino – Escribió numerosas obras como el poema épico Bellum

Sequanicum, el poema didascálico y geográfico Chorographia o la colección de

elegías Leucadia.

Licinio Calvo – íntimo amigo de Catulo era el cínico romano del grupo.

Compuso epigramas políticos contra Pompeyo y César, además de epilios de

temática mitológica muy famosos.


Helvio Cinna – entre sus obras figura el Propempticon, inspirado en la obra

homónima de Partenio. Su obra maestra fue el poema Zmyrna, obra muy

erudita y preciosista.

Otros autores: Cornelio Nepote, Varo, Cecilio, etc…

5. CATULO 84 – 54 A.C.

A partir de los datos de sus obras y datos posteriores se saben pocas cosas, era

de familia rica provincial, se transladó a roma muy pronto y posteriormente

viajó a Bitinia. Destaca su relación con Lesbia, pseudónimo de una de las

Clodias hermana del tribuno Publio Clodio. Parece que era la esposa del

procónsul Metelo, de quien habla largo y tendido Cicerón en su discurso Pro

Caelio. Era una mujer absolutamente sofisticada, que sirve como contrapunto al

personaje literario diseñado por Catulo en sus poemas.

Catulo compila en su obra 60 poesías breves en metros eolios y yámbicos, los

polimétricos, junto con 8 poemas largos (epitalamios, galiambos, un epilio en

hexámetros, 4 poemas en metro elegíaco) y 44 breves epigramas en dísticos

legíacos. Es el primer libro de poesía personal que nos ha legado la literatura

latina, sin saber realmente si fueron publicados en vida por el propio poeta.

Sus poemas polimétricos continúan los epigramas de la Corona de Meleagro

en los temas, pero sus propios epigramas sólo siguen dicha obra en la métrica.

También están presentes poetas griegos arcaicos como Arquíloco, Hiponacte

(carácter de invectiva) y Safo para la lírica.

Catulo denomina a sus poemas polimétricos nugae, algo así como bagatelas,

bromas o tonterías que se dicen. Concibe sus poesías efectivamente como


pertenecientes al dominio del juego, de lo lúdico. Además este tipo de léxico

pertenece al vocabulario de la urbanitas.

Otros temas importantes en estos poemas son el grado de representación de

situaciones ocasionales, como la literatura alejandrina. Es la defensa de lo

λεπτῶς ligerio, había aproximado el estilo de su poesía a la dicción en prosa y

al lenguaje conversacional.

De los poemas largos destacan sobre todo el 64, epilio lírico y político en el

que a partir del matrimonio de Tetis y Peleo narra el Viaje de los Argonautas y

el abandono de Ariadna por Teseo enlazándola con Medea y Jasón y el 68,

primera elegía subjetiva de la literatura antigua. Los temas que obsesionaban a

Catulo, principalmente el amor por Lesbia, siguen presentes a nivel mítico en

figuras legendarias, como la traición, la perfidia, el matrimonio y la alianza

política.

Por último, en los epigramas, desarrolla el léxico de la amicitia, la alianza

políica. Son mucho más objetivos, el YO aparece mucho más distanciado, y el

carácter de la narración es sentencioso, con una sintaxis declarativa y

constativa. El epigrama es más lógico, analítico, prosaico, antitético a diferencia

de los poemas polimétricos, imaginativos, enumerativos, desequilibrados,

hiperbólicos.

6. HORACIO 65-8 D.C.

Nació en Venusia, de padre liberto que recibió una sólida formación moral.

Viajó a roma desde muy joven recibiendo lecciones de su padre como pedagogo

y de Orbilio como gramático. Su educación se basó en la lectura de la poesía

griega, descubriendo su vocación por la belleza. Completó su educación en


Atenas, participando en Filipos en el 42 a.C. a favor de los partidarios de la

República Casio y Bruto.

Virgilio y Varo, dos poetas de entonces descubrieron su valor y porvenir en la

poesía y le presentaron a Mecenas, el brazo cultural del emperador Augusto,

introduciéndolo en su círculo.

EPODOS

Responden a una tradición poética que se remonta a la poesía yámbica de la

Grecia arcaica, poesía popular y festiva, donde la libertad de palabra y la

temática sexual y satírica eran usuales. Influyen en él especialmente Arquíloco e

Hiponacte, tomando metros y ritmos de ambos.

Esta poesía horaciana se diferenciaba de la de Catulo en no pocos aspectos.

No era su pretensión imitarla, sino emularla y superarla. Prescinde del dístico

elegíaco, no hay amor apasionado por una mujer, ni odio personal como motor

de la creación poética. El más famoso es el Beatus ille, imitado por Fray Luis de

León en Oda a la vida retirada.

ODAS

Entre el 20 y el 13 a.C. Horacio compone sus cuatro libros de odas, adaptación

del género lírico griego. Junto a las estrofas sáficas, nacen otras variedades

estróficas, siguiendo los pasos de Alceo (estrofas alcaicas), reproduciendo la

musicalidad de la métrica eólica, con la que Horacio parece querer dotar

definitivamente a la lengua de Roma; un género poético nuevo y polivalente

donde se puede expresar todo el universo afectivo. Además de la riqueza

métrica, destaca una variedad temática en diferentes tipos estróficos y

estructurales (en gradatio, anular, bimembre, tripartita…).

El arte de Horacio resulta especialmente brillante en la sorprendente

capacidad para inventar todo un lenguaje poético mediante una técnica especial.

Dicha técnica radica en conseguir que las palabras utilizadas, no


necesariamente poéticas, alcancen tal condición por el mero hecho de fverse

asociadas a otras, de modo que el choque conceptual resulte novedoso. Hay

comparaciones inesperadas, digresiones sutiles, conclusiones llamativas,

descripciones minuciosas, que hacen que cada oda sea una fina y rica pieza de

orfebrería.

Los temas oscilan entre la reflexión interior, donde dominan las posiciones

filosóficas del estoicismo y epicureismo, y la mirada a la vida pública. Hay

poemas de amor y muerte, de júbilo y tristeza, de canto a los amigos y los

dioses, junto con consideraciones profundas en torno a la grandeza de Roma y

el quehacer del poeta.

Sea por su altísimo nivel poético, sea por la distancia con otro producto

literario, o por el desprecio de Horacio hacia el vulgo profano, no tuvieron

éxito. Éste le vino de la mano de su amigo Augusto que le confió la composición

del Carmen saeculare, himno solemne y grandioso en honor de los dioses y el

emperador con motivo de los Ludi Tarentini del 17 a.C. Horacio siguió la

tradición literaria escogiendo la estrofa sáfica, donde mezcló la leyenda de

Troya y la historia de Eneas, siendo un homenaje a Virgilio.

7. LA LÍRICA DESPUÉS DE HORACIO

En la época del imperio, la lírica, como el resto de géneros, entra en

decadencia. Tan sólo destacaríamos los siguientes autores:

Calpurnio Sículo – escribe siguiendo las huellas de Virgilio, siete bucólicas, para

cantar el advenimiento de una nueva edad de oro, que estaría representada por

el principado de Nerón.

Papinio Estacio – además de su obra épica, escribió las famosas Silvae, cinco

libros donde mezcla composiciones de adulación al emperador y a otros


protectores con piezas dedicadas a inauguraciones, bodas, funerales… Son

poemas muy elaborados y llenos de erudición.

Ausonio – pertenece al siglo IV este virtuoso del verso, profesor y poeta, autor

de poemas conmemorativos, epitalamios, idilios, églogas, etc… Generalmente

es frío y retórico, pero a veces alcanza verdadera inspiración, cuando sus

sentimientos son especialmente intensos.

Rutilio Namaciano – es el último gran poeta pagano, del siglo V, con su largo

poema de redito suo, que trata de su retorno desde Roma a su Galia nativa. Es un

poema transpasado de melancolía por un mundo que desaaparece, el Imperio

romano.

8. LA POESÍA BUCÓLICA: VIRGILIO

Virgilio se propuso crear un libro de este género, y consigue trascender el

modelo helenístico: la obra de Teócrito es más realista, naturalista. La situación

personal es diferente, ya que Virgilio era un propietario rústico de Mantua.

Virgilio ensancha el ámbito pastoral a lo campesino. Y en su poesía da cabida a

otras realidades y personajes: hay política, crítica literaria, aparecen amigos y

poetas del círculo. Y esa forma más “comprensiva” del género, menos

estrictamente “naturalística” es la que ha perdurado en la literatura.

Las Bucólicas son diez poemas llamados también Églogas (“trazos selectos”),

el mayor de los cuales contiene 111 versos. Casi todos son diálogos y llevan por

título ordinariamente el nombre o los nombres de algunos de los personajes que

en ellos intervienen:

1. Títiro y Melibeo – se trata de dos monólogos entre el pastor Títiro que ha

conseguido conservar los campos gracias a Octavio y Melibeo que canta

triste, obligado a exiliarse.


2. Alexis y Coridón – el pastor Coridón se queja amargamente de los

desplantes de su amado Alexis

3. Menalcas y Dametas – se trata de cantos amebeos, uno de los

competidores trata de un tema; su adversario trata de superarle con un

número igual de versos, ya sea embelleciendo el mismo tema ya

oponiendo otro contrario.

4. Polión – de tono más elevado imita más a Catulo que a Teócrito. Se trata

de un himno solemne en honor al puer que ha de venir para traer una

nueva era. Virgilio volcó en este poema todos sus conocimientos místicos

y astrológicos.

5. Dafnis – mítico representante de la poesía bucólica cuya muerte,

resurrección y apoteosis cantan Mopso y Menalcas.

6. Sileno – se trata del canto de este personaje sobre cosmogonía y

diferentes leyendas mitológicas. El poema culmina con alabanzas

dirigidas a Cornelio Galo.

7. Tirsis y Coridón – contienda poética entre ambos pastores. La más

teocritea.

8. Damón y Alfesibeo – el primero canta un monólogo sobre la

desesperación que le lleva al suicidio y el segundo las operaciones

mágicas de una mujer para recuperar su amor.

9. Lícidas y Meris – es como la primera, la más personal puesto que alude

de nuevo a las confiscaciones. Poesía de círculo ya que los poemas tienen

relación entre ellos.

10. Galo – canta los tormentos de amor de Galo por Lícoris y se despide de

la musa bucólica. El ciclo se ha acabado. Virgilio elabora su libro de una

forma totalmente consciente y pensada, algo característico de la “poesía

augústea”, una literatura consciente de sí misma como literatura.

9. INFLUENCIA EN LA LITERATURA OCCIDENTAL


Mucho tiempo antes de que empezara el Renacimiento, la poesía lírica existía

ya en Europa. Los poetas provenzales, franceses, españoles, italianos, ingleses y

alemanes habían creado esquemas líricos de gran belleza y complejidad a partir

de la lírica popular. Así pues, cuando se redescubrió a Píndaro, a Horacio y a

otros poetas clásicos, este descubrimiento no creó ciertamente la poesía lírica

moderna. Lo que sí tomaron fue material temático y enriquecieron su lengua

siguiendo el modelo de los clásicos por lo que sus poemas líricos pasaron a ser

más serenos y dignos y menos coloquiales y cancioneriles.

La obra de Catulo fue muy admirada e imitada en toda la literatura

occidental. Durante el Renacimiento gozó del favor de los poetas del

Humanismo, especialmente por su aspecto satírico. En nuestros días es muy

apreciado por la espontaneidad y sinceridad de su poesía, que constituye una

excepción dentro de la lírica latina.

Horacio y Virgilio comparten la condición de clásicos por excelencia de la

poesía latina. Sus características de equilibrio, contención y perfecta

concordancia entre pensamiento y expresión influyeron en la mayor parte de

poetas de la literatura española del siglo de Oro, como puede saberse a partir de

tópicos horacianos como el Carpe Diem o el Beatus Ille. Fray Luís de León tradujo

al español numerosas odas horacianas, Garcilaso de la Vega continúa la

tradición bucólica marcada por Virgilio lo mismo que el Marqués de Santillana

en sus Serranillas, Cervantes en su Galatea, o Luís de Góngora en el Polifemo.

Y faltan palabras para comentar la tradición clásica en autores extranjeros

como Milton, con su notable versión del poema A Pirra (I.5) o el Admeto de

Boccaccio y la Arcadia de Jacopo Sannazaro.


TEMA 37.- POESÍA ELEGÍACA. ESTUDIO ESPECIAL DE OVIDIO.
INFLUENCIA EN LA LITERATURA OCCIDENTAL.

1. Introducción

El género elegíaco es aquel en el que se utiliza el dístico integrado por

hexámetro y pentámetro dactílico en composiciones de mediana extensión para

tratar de sentimientos en primera persona, sean amorosos, patrióticos o por la

pérdida de un ser querido.

La elegía en la literatura griega, ya había seguido un largo y variado camino

desde el siglo VII a.C. de carácter guerrero, político o patriótico, filosófico-

moral, erótico o doloroso, con autores de la talla de Calino, Tirteo, Solón,

Mimnermo o Teognis. Ya en el período helenístico, hay una especial floración

del género con composiciones refinadas donde el elemento mitológico ocupaba

la parte central del poema. Aparecía la temática amorosa y el carácter narrativo

en tercera persona. También subgéneros como el epigrama erótico y el epilio.

La elegía latina gozó de una vida efímera, apenas abarca los últimos años del

período republicano y los primeros momentos del Principado, tomando a

Catulo y Ovidio como autores fronterizos. Carecemos de elementos de

comparación para poder delimitar lo que es genuinamente elegíaco o lo que

cada uno de los autores aportó al género. Tan sólo tenemos la opinión de los

propios autores sobre el género. A Cornelio Galo se le considera el “inventor”

de la elegía, aunque Catulo, con los poemas donde desarrolla sus agonías por el

amor de Lesbia pueden ser encuadradas también dentro del género. Los autores

principales son sin duda Tibulo y Propercio, con sutiles diferencias entre ellos y

Ovidio ya introduce numerosos elementos de confusión. Su producción poética

en dísticos elegíacos es tan abundante y variada de formas y contenidos que

dificulta sobremanera un análisis coherente.


No obstante, cabe decir asimismo que el tono elegíaco para expresar

sentimientos en primera persona pueden observarse en otros géneros cercanos.

El primero de ellos sería el epigrama. Sus orígenes y su historia corren

hermanados. En realidad todos los géneros poéticos están de un modo u otro

emparentados con la elegía, así lo confirman las Heroidas de Ovidio, la poesía

bucólica, el epilio, la lírica, la sátira o la comedia, que ofrecen situaciones,

elementos y juegos humorísticos y dramáticos afines a la elegía.

2. Cornelio Galo (69-26 a.C.)

Nació en Forum Iuli, ciudad de la Galia Narbonense, en una familia que no

gozaba de buena posición, pero gracias a su pronta amistad con Octaviano,

alcanzó el rango ecuestre. Precisamente fue uno de los encargados de distribuir

a los veteranos las tierras confiscadas a Virgilio y Propercio. Participó en Accio

y fue el primer praefectus romano en Egipto, pero al intentar conseguir la

independencia de Roma, el Senado le acusó de alta traición y se suicidó.

De entre los muchos poetas que escribieron sobre el amor, y su obra se ha

perdido, ninguno ejerció un papel determinante en la evolución del género.

Escribió cuatro libros de elegías eróticas denominados Amores a su amada, con

el pseudónimo poético de Licóride, una bella y tornadiza actriz de mimos que le

sirvió de inspiración. Esta realidad la entretejió Galo con alusiones mitológicas,

como podemos deducir del hecho de que Partenio de Nicea elaborara para él

una recopilación de anécdotas amorosas de la mitología, como libro de

consulta.

Desaparecida su obra la Bucólica X de Virgilio nos permite entreverla un

poco. Esa égloga fue escrita por el autor de Mantua para glorificar a C. Galo, su

amigo y protector. También le dedicó la Geórgica IV aunque se vio obligado a

cambiarla por el episodio de Orfeo y Eurídice debido a la damnatio memoriae

de nuestro autor.
Los seguidores de Galo, y en especial Propercio, dieron un paso más en la

elaboración del género elegíaco; situaron la expresión personal en primer plano,

y las referencias míticas quedaron como un erudito telón de fondo. Tibulo por

su parte liberó a su elegía de ese componente típicamente alejandrino y así la

elegía latina cobró personalidad propia y diferenciada con respecto a la

helenística.

3. Albio Tibulo (60/50-19 a.C.)

Las fuentes principales sobre él son una breve biografía de Suetonio y elegías

que le dedicaron Ovidio y Horacio. Nació en una rica familia romana de rango

ecuestre. Además de formar parte del círculo de Mesala, participó en la milicia

del lado de Augusto en la batalla de Accio. Ciertamente fue un conocedor de la

guerra y sus desastres, por ello su obra trata fundamentalmente de la paz, con

un espíritu contrario al honos y la fama heroica.

En lo que respecta a su obra, se conserva el denominado Corpus Tibullianum

con dos libros de poemas atribuidos al propio autor y un tercero con creaciones

de poetas del círculo de Mesala Corvino.

El primero de los libros está íntegramente dedicado a Delia, tratada a veces

como esposa y a veces como hetera. Además de la amada aparece el tema de la

paz, el pasado sencillo y feliz y una elegía dedicada a Mesala. El libro segundo

fue publicado seis años después del primero, en el 20 a.C., donde aparece

además del amor por Delia, una pasión de similar ternura, intensidad y

devoción por un muchacho como Catulo con Juvencio o los epigramas eróticos

de temática homosexual, su nombre es Marato. Quizá es tan sólo un personaje

inventado para preponderar su carácter de alejandrino, es la técnica de los pueri

delicati.

En la poesía de Tibulo, observamos una nota de permanente melancolía, de

una ternura de espíritu ajena a su antigua actividad militar, de


hipersensibilidad donde amor y muerte se daban la mano. Acabó sus días de

desamor y tristeza poco más o menos al tiempo que Virgilio (19 a.C.)

El libro tercero nos presenta a Lígdamo y Sulpicia, dos grandes enigmas

literarios. El primero nos es conocido por seis elegías que narran las vicisitudes

de sus desgraciados amores con Neera, su propia esposa. Denotan influencia

tibuliana pero no están a la altura poética de Tibulo. Se le identifica en

numerosas ocasiones con el propio Ovidio en su etapa de juventud, hay lugares

comunes en la poesía de ambos como el pasaje donde ambos afirman que

nacieron cuando murieron los dos cónsules en el 43 a.C. en la batalla de

Módena.

Sulpicia también escribe elegías en primera persona. La novedad en este caso

es que se trata de una mujer, cuyas composiciones de contenido erótico-elegíaco

dan la réplica femenina al amor de los hombres. Se ha pensado que es una

sobrina del propio Mesala, enamorada de un joven amante de la caza llamado

Cerinto, de condición servil, algo novedoso como también lo es el hecho de que

el amado le procura alegría, satisfacción y plenitud a la joven enamorada.

En este corpus tibullianum también disponemos de dos elegías de tipo

fúnebre, la Consolatio ad Liviam y las Elegiae in Maecenatem, también

atribuidas a Ovidio.

4. Sexto Propercio (50-15 a.C.)

Carece de valor la antigua Vita Propertii, escrita por un tal Antonio Volsco.

Las noticias fundamentales que poseemos proceden de sus propias poesías.

Nació en Asís, dentro de una familia acomodada de rango ecuestre con

tendencias republicanas, sufriendo igual que Virgilio la confiscación de sus

propiedades. Marchó pronto a Roma para convertirse en abogado, pero pronto

comenzó a dedicarse a la poesía. Su pasión poética nació efectivamente de un


amor atormentado, primero por Licina y luego por Cintia. Sus elegías se

distribuyen en cuatro libros compuestos en 15 años.

El primero de sus libros, el famoso monobiblos, tuvo un éxito enorme, lo que

le supuso entrar en el círculo de Mecenas junto a Virgilio y Horacio. El núcleo

fundamental del libro, a parte del I, 22 sobre la muerte de su padre en la guerra

de Perusia, lo constituyen las elegías en torno a Cintia, donde desarrolla su

situación anímica muy cambiante: deseos vehementes, delirante felicidad, celos,

desesperación melancólica, reconciliación, nuevas querellas, ruptura…

El libro II vio la luz en torno al 26 a.C. y el III en el 23 a.C. Cintia sigue siendo

el motivo central, pero se percibe un cierto hastío y distancia de su pasión

amorosa, aparecen otras elegías como la dedicada a la muerte de un amigo, a la

muerte de Marcelo o a la leyenda de Antíope.

En el 20 a.C. abandona la elegía amatoria, quizá Cintia hubiera muerto, y se

dedica a la elegía de carácter patriótico y etiológico, más calimaqueo. Este

cuarto libro, pleno de aitiae romanas nos presentan a un Propercio nuevo,

nacido de los consejos de Mecenas, preocupado por el pasado religioso político

de Roma; la presencia de los motivos mitológicos y astrológico da prueba de la

erudición inagotable de estilo alejandrino de las nuevas elegías.

Las elegías de Propercio son más breves, estructuradas de modo más firme,

no carecen de complejidad, pero son más brillantes en el tratamiento de las

partes. Su originalidad radica en elegir un tema y desarrollarlo intensamente a

lo largo del poema. Además terminan de modo sentencioso, relacionando la

elegía con el carácter gnómico del epigrama.

5. Ovidio (43-18 d.C.)

Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona, pequeña ciudad de la comarca

pelignia en Italia central. Todavía niño, marchó a Roma para iniciar su

formación escolar y con vistas a dedicarse a la carrera política. Fueron sus


maestros los famosos retóricos Fusco y Porcio Latrón. No se le daba bien el

argüir. Ya entonces se sentía irresistiblemente atraído hacia la poesía para la

que poseía una asombrosa facilidad. Su padre trató de apartarlo de esta

inclinación, para que se dedicase de lleno a la carrera jurídica, pues le recordaba

que la poesía era económicamente poco productiva, ya que ni el mismo Homero

había ganado riquezas con ella. Según la costumbre de la época trató de ampliar

su formación, terminando los estudios de retórica, con algunos viajes y una

larga estancia en Atenas.

Se casó muy joven, pero se divorció pronto tanto de su primera mujer como

de la segunda. En la tercera esposa encontró una auténtica compañera que le

permaneció fiel hasta el final de sus días, incluso durante su famoso destierro.

Consiguió ser un poeta celebrado, había publicado ya sus poesías eróticas, en

el círculo de Mesala Corvino, la tragedia Medea, y estaba dando los últimos

toques a sus Metamorfosis cuando en el 8 d.C. le llegó el tremendo golpe de

infortunio de su vida: Augusto le relegaba a los últimos confines de su Imperio,

a la semibárbara Tomis, la actual Constanza (Rumanía). La única fuente de

información que tenemos sobre los motivos de tal destierro es un poema de

Tristia que dice “carmen et error”. Verosímilmente Ovidio se vio implicado en

algún escándalo que afectó vivamente al Emperador como pudo ser el adulterio

de su nieta Julia. El carmen debió ser el Ars Amandi, poema didáctico del amor

libre, opuesto a los ideales de regeneración moral y religiosa de Augusto.

Ovidio no dejó nunca de añorar Roma y mantuvo siempre la esperanza de

poder regresar a ella. Ordenó desde allí a sus amigos que editasen las

Metamorfosis, sin darle los retoques que necesitaba todavía. Ovidio tenía

cifradas sus esperanzas de perdón y regreso a Roma en Germánico, sobrino de

Tiberio, a quien dedicó los 6 libros de los Fastos, pero la muerte le sorprendió

todavía en el exilio.

La obra de Ovidio puede tener la siguiente división:


-Elegía erótica: Amores, Ars Amatoria, Remedia Amoris, Heroidas,

Medicamina Faciei.

-Elegía triste: Tristia, Epistulae ex Ponto.

-Otras obras: Medea, Ibis, Haliéutica, Fasti.

AMORES.- Comprendía cinco libros de elegías eróticas en la senda de Galo,

Tibulo y Propercio, en lo que sería una creación juvenil, con efectos tanto

brillantes como desastrosos para el cultivo del género. Doce de estas elegías

versan sobre su supuesta amada Corina. Todo hace pensar que esta mujer es

una ficción poética, pues no logró ser identificada por sus contemporáneos.

Ovidio suele tocar en estas poesías los tópicos y motivos corrientes en las

elegías de sus predecesores, como la estructura interna y entre los poemas

dentro del libro, de modo que parecen obedecer a un plan de conjunto prefijado

desde el comienzo, con lo cual aporta coherencia temática a la correlación de

poemas.

En general se respira en estas poesías una atmósfera de sensualidad y de

cínica frivolidad, pues Ovidio no retrocede ante descripciones lúbricas. Flota

sobre el conjunto una serena alegría de vivir, faltando el sufrimiento amoroso

que tanto domina en las elegías de sus predecesores, estas poesías son retóricas

en una medida desacostumbrada.

HEROIDAS.- Esta obra nos abre una nueva galería de escenas en torno al amor,

pero abandonando un mundo real y situándose en un mundo mítico dando a

sus personajes una voz como si fueran reales. Es una colección de 21 epístolas

poéticas que dirigen las más famosas enamoradas a sus respectivos amantes, si

bien en tres casos, ellos son los que escriben.

Con este procedimiento, Ovidio consigue mediante el amor, como hilo

conductor, hacer un brillantísimo estudio de la psicología femenina. Las

mujeres supuestas autoras de estas cartas, pintan su desesperada situación e

intentan atraer de nuevo a sus maridos o amantes. La indignación, los celos, las
amenazas, las angustias y las declaraciones de amor, constituyen el entramado

de estas cartas.

ARS AMATORIA.- Ovidio decidió ensayar una nueva fórmula de poesía erótica

en donde, al amparo del género literario de la poesía didáctica, se desarrollaba

uno de los temas habituales de la elegía erótica, a saber, el del magister amoris.

Ovidio se siente en la edad madura llamado a dar lecciones sobre tan imposible

asunto, en una formidable simbiosis de literatura didáctica-seria y de literatura

jocosa-burlona.

Los dos primeros libros están destinados a enseñar a los hombres cómo y

dónde pueden encontrar y conquistar a las mujeres y cómo deben mantener su

amor. En el tercero son las mujeres las destinatarias, y las enseñanzas son más

resumidas, recordando que la actitud correcta de la mujer ante el amor ha de

ser pasiva.

MEDICAMINA FACIEI FEMINEAE.- Poema conservado en 100 versos sobre la

importancia del cuidado corporal con un compendio de recetas de belleza tal

como lo había hecho la reina Cleopatra.

REMEDIA AMORIS.- Este poema también posee un tono galante. Afirma que

para evitar los estragos del amor, lo mejor es no caer en él, evitando la vida

ociosa que es propicia para ello. Pero si ya se ha caído, hay estrategias de

salvación como el recuerdo de los defectos de la amada, el cultivo de la

promiscuidad o de técnicas sexuales incómodas, etc… Está penetrado de ironía

y de alegre parodia, escrito sin pensar que podía influir tanto en las costumbres.

Ante las censuras suscitadas por su publicación, Ovidio se defendió diciendo

que la obra no iba dirigida a las doncellas virtuosas o a las matronas honradas,

sino a las damas galantes de Roma, habituadas ya a las poesías eróticas de

autores anteriores.

METAMORFOSIS.- La última obra concebida antes de la relegatio, responde a

una evolución total de su carrera literaria, siendo compendio y clímax de su


producción. Muchos temas ya los había tratado, aúna lo que le suministra la

tradición elegíaca, lírica, trágica, etc… pretendiendo que su obra sea perfecta.

En 12000 hexámetros repartidos en 15 libros, une 250 mitos y leyendas sobre

transformaciones en animales, piedras o plantas desde la creación del mundo

hasta la Apoteosis de César. Ovidio dejó la obra como estaba en el año 8 y no le

dio los retoques que aún necesitaba lanzándola al fuego. Por fortuna los amigos

tenían copias.

Utiliza toda la tradición literaria anterior, por un lado las obras cuyo

contenido son relatos de transformaciones, por otro aquellas que presentan

sucesiones de episodios en los que puede haber o no cambios de forma. Desde

los Heteroiumena de Nicandro de Colofón y las Metamorfosis de Partenio de

Nicea hasta los Ornithogonia, Homero, Hesíodo y el propio Virgilio.

Todo este abigarrado material, Ovidio no lo presenta en desorden ni

desconexionadas unas leyendas de otras. Ovidio con su inagotable imaginación

supo ordenar este material genealógica o cronológicamente. De esta forma el

conjunto adquiere el valor de una epopeya. A pesar de su retórica, Ovidio sabe

convertirse en un excelente narrador, triunfando tanto en lo grandioso como en

lo idílico. Tanto es así, que Ovidio profetiza con versos impetuosos y rebosantes

de orgullo justificado la fama inmortal que conseguirá este carmen perpetuum.

FASTI.- Ovidio trataba de exponer en esta obra la secuencia de fiestas romanas,

siguiendo paso a paso el calendario, con las costumbres y leyendas relacionadas

con ellas. Pensaba dedicar un libro a cada mes. Cuando le sorprendió la orden

de destierro tenía escritos 6 libros que comprenden las fiestas de los 6 primeros

meses del año. En el destierro no pudo Ovidio continuar la obra por carecer de

material de consulta y también de ánimo para ello. La revisión que hizo en su

destierro fue interrumpida por su propia muerte a pesar de que le dedicó

dichos libros a Germánico con la esperanza de su liberación.

El poeta procede explicando la etimología de los nombres de los meses,

enumerando los fenómenos celestes y constelaciones. Pero el núcleo


fundamental lo constituyen las fiestas romanas y sus usos rituales, indicando el

origen de estos al modo de las aitiae de Calímaco.

TRISTIA Y EPISTULAE EX PONTO.- Nueva variedad de poesía elegíaca dentro

de las circunstancias que lo propiciaron principalmente la nostalgia, nacida del

alejamiento forzoso de todo lo querido. Suelen referirse más a cuestiones

históricas que a su análisis literario. Una muestra evidente, en definitiva, de la

decadencia espiritual y literaria de quien no tuvo fuerzas para sobreponerse a la

tragedia.

Cuenta su partida de Roma, las vicisitudes de su viaje; describe con crudos

colores su nuevo hogar, la incultura de los habitantes, el rudo clima, los peligros

de las invasiones. Pero el objeto fundamental de estas cartas es conseguir el

perdón de su “error”. En general resultan monótonas y fatigosas como poesías

aunque su valor biográfico es indudable.

6. Influencia en la literatura occidental

Puede extrañar al principio el hecho de que la Edad Media apreciase a Ovidio

tanto como a Virgilio. Evidentemente lo que se recomendaba era su virtuosismo

técnico y a lo largo de los siglos XII y XIII se formó una auténtica aetas ovidiana

con influencias en la mayoría de autores de la época. Simplemente baste

nombrar a los autores de la novela sentimental española del siglo XV que

reproducían las cartas que habíamos visto en las Heroidas.

Desde el Renacimiento conoce la literatura una dirección ovidiana junto a la

virgiliana. Autores como Bocaccio, Ariosto, Tasso o Camoens imitan giros,

expresiones e imágenes del poeta de Sulmona e introducen temas mitológicos

de las metamorfosis. Pero también son el resto de autores del género elegíaco

los que logran hacerse un hueco en los llantos de Garcilaso, Lope de Vega o

Góngora. Sin duda Ovidio estaba seguro de la influencia que supondría este

género literario.
TEMA 38.- ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA POESÍA DRAMÁTICA EN EL
MUNDO CLÁSICO. EL TEATRO ROMANO. LECTURAS Y
REPRESENTACIONES TEATRALES. POETAS TRÁGICOS LATINOS

1. Introducción: origen y evolución de la poesía dramática

La obra trágica, según la definición que nos da Aristóteles, es la que tenía final

desgraciado, con sentimientos de purificación, piedad y sensación de miedo con

un tema que conectaba con los grandes problemas de la ética y la religión

ateniense. Al igual que la comedia, tal como nos indica Adrados la tragedia

formaba parte de las festividades religiosas en honor a Dionisio, dios del vino y

de la fertilidad llamadas Leneas, a finales de Enero, y las Grandes Dionisíacas,

en Marzo. Al parecer del culto religioso a ese dios, deriva el termino “tragoidia”

– canto del macho cabrío.

Un oficial del estado seleccionaba las obras para una determinada sesión

donde un dramaturgo representaría tres tragedias y un drama satírico. El

número de actores, de dramaturgos y de días de representación eran tres. En

cuanto a la técnica representativa, hay que decir que es un espectáculo doble,

tiene dos componentes que en su origen arrancan de orígenes diferentes. Según

la posición de Wilamowitz en lo que respecta al origen de la poesía dramática,

se trata de una creación sintética a partir del canto dorio y la yambografía; el

coro proviene de la lírica coral, con una métrica complicada, dorizante, que

desempeñaba el papel del espectador de la acción, en la que participaba

moderadamente sin llevar la iniciativa y mostrando simpatía por algún

personaje, y los parlamentos de los actores, con trímetros yámbicos, jonismos,

en relación con la propia poesía yámbica. Todos los actores y el coro llevaban

máscaras adecuadas a su papel, lo que facilitaba a un mismo actor poder

representar partes diversas.

En cuanto a la estructura, la obra trágica dispone de las siguientes partes:

A. Prólogo: Funciona como exposición anticipada del desarrollo de la

acción.
B. Párodos (Entrada del Coro): Entra cantando en anapestos o con un canto

coral completo ya en la orchestra.

C. Epeisodia (Cuerpos de la tragedia): Secciones en trímetros yámbicos

donde los personajes dialogan entre sí intercambiándose con el canto

coral cuatro o cinco veces.

D. Éxodo (Salida del coro) con la rexis del mensajero, parlamento muy largo

cuya finalidad es reemplazar a los mecanismos teatrales que el teatro

antiguo no tiene (escenarios cambiantes, luces, telón…). Cuenta las cosas

que han sucedido fuera de escena, sobre todo las muertes. También

aparece el deus ex machina, una divinidad caída del cielo resuelve un caso

que parecía imposible en el último momento.

Las innovaciones que se produjeron entre la muerte de Eurípides (último de

los grandes tragediógrafos griegos junto a Esquilo y Sófocles) y la introducción

de la tragedia en Roma consistieron en: la estructura en cinco actos, los

monólogos introductorios, la pérdida de importancia del coro, los apartes, el

desarrollo de escenas autónomas en perjuicio de una estructura unitaria, etc.

La implantación del teatro literario en Roma, acaecida en el año 240 a.C. es un

hecho de trascendencia fundamental. Es el año siguiente al desenlace de la

primera guerra púnica (264-241 a.C.) donde se ha producido un gran

conocimiento de la cultura etrusca, que junto con la griega influirá en la

formación de la poesía trágica romana. Tito Livio habla de una peste que asoló

Roma en los años 365-364 y para aplacar a los dioses se instituyeron los ludi

scaenici, representados por ludiones traídos de Etruria, que danzaban al son de

la flauta al modo etrusco. La juventud romana comienza a imitar a aquellos con

la novedad de añadir el lanzarse entre ellos pullas en versos toscos, los

llamados carmina fescennina, origen también en parte de la sátira romana. El

pueblo romano no buscaba profundizar y adentrarse en el sentido enigmático

de la vida, ni tampoco emocionarse espiritualmente con los acontecimientos de


los héroes del pasado, simplemente buscaban en los ludi scaenici un

espectáculo más de entretenimiento, según indican críticos como Frank o

Schanz.

Además de la fábula togata, palliata y el mimo, es de origen propiamente

romano la fábula praetexta, tragedia que contaba las memorias antiguas de

Roma y sus gestas recientes, tomando su nombre de la toga praetexta usada por

los actores al igual que los altos magistrados y los niños. El ejemplo más claro es

La Octavia, atribuida a Séneca. Ya en época imperial son el mimo y la

pantomima los subgéneros dramáticos que más se representan, consisten en

una serie de movimientos de danza y gesticulaciones de un actor acompañado

de música y del canto de un coro. A menudo, tanto el mimo como la

pantomima deleitaban los más bajos instintos del populacho, representando

historias de incestos, bestialismo, asesinatos, etc.

2. El teatro romano: lecturas y representaciones teatrales

Cuando los grandes escritores latinos Plauto, Terencio, Ennio o Pacuvio

compusieron sus obras de teatro en los siglos III y II a.C., las representaciones se

celebraban en escenarios de madera provisionales, destinados a ser

desmontados después de la terminación del festejo. Es en el siglo I a.C. cuando

se construyó el primer teatro de piedra, siendo la iniciativa de Pompeyo que lo

construyó junto a un templo. Posteriormente fueron importantes los teatros de

Cornelio Balbo y de Marcelo mandado construir por Augusto. Las partes que

forman un teatro clásico son:

a. Cavea. El escenario que se dividía en imma cavea, media cavea y summa

cavea, no se construía obligatoriamente sobre la ladera de una colina sino

que se elegían lugares llanos y se levantaban en ellos un edificio

abovedado. El público tenía acceso a las gradas por diferentes puertas de

entrada y llegaba a sus asientos a través de escaleras y pasillos semejantes


a los de nuestros campos de fútbol o plazas de toros. Los pasillos que

conducían directamente a las puertas de acceso a las localidades se

llamaban vomitoria. La incomodidad de los asientos se compensaba con

elementos más lujosos como el velum o toldo que ponían los teatros para

proteger a los espectadores del sol o la lluvia.

b. Orquestra. La palabra, transcripción del griego, no designa ya el lugar

donde se desarrollaba la actuación, sino que en Roma estaba reservada

para los magistrados y sacerdotes y disponía de forma semicircular.

c. Scaena. En los teatros romanos, al lado de la orquestra, había una

plataforma rectangular de metro y medio de altura llamado pulpitum que

servía de escenario, también llamado proscenio. La scaena propiamente

dicha era la parte más artística desde el punto de vista arquitectónico, era

el muro de fondo de varios pisos decorados con columnas y hornacinas.

En Roma ya existían compañías teatrales formadas por profesionales que se

ganaban la vida con el arte escénico. El magistrado que se preocupaba de

organizar la representación de una obra de teatro se ponía en contacto con el

director de una compañía, llamada “grex” y con su director “dominus gregis”.

El poeta entregaba el texto de su obra y no hacía nada más, tenía menos

relevancia que en Grecia.

Los componentes estaban muy compenetrados y además de preocuparse de

que las representaciones fuesen buenas, se encargaban de llevar al espectáculo

simpatizantes que se sentaban con el público asistente para animarlo a que

aplaudiera. Los actores en Roma eran gente de condición humilde,

generalmente esclavos y libertos que al principio no estaban bien considerados

socialmente. Lo mismo que en Grecia, tampoco había actrices, la máscara y la

peluca era lo que se necesitaba para identificar a los personajes, que vestían

además una túnica larga, y los “cothurni”, unos zuecos altos.


En cuanto al público, al teatro podían asistir todos los ciudadanos, incluso los

esclavos, sin embargo no eran aceptados los extranjeros. En cuanto a las

diferentes clases sociales, éstas se distribuían conforme al mayor acercamiento

de la cavea a la scaena. En determinadas ocasiones se arrojaban sobre el público

dulces y regalos y además se repartían vales que eran canjeados por objetos

como sacos de trigo o vestidos.

Las representaciones teatrales tenían lugar en los Ludi Romani, festivales

públicos en honor de Júpiter y ambién en los Ludi Plebeii (Noviembre), los Ludi

Apollinares (Julio) y los Ludi Megalenses (en honor a Cibeles en Abril).

Posteriormente, con la llegada del Imperio, las obras dramáticas eran escritas

para ser leídas o recitadas delante de un grupo de amigos o del emperador,

según las investigaciones que se han realizado en torno a las tragedias de

Séneca. Hay extensos monólogos, coros como intermedios líricos, escenas

cruentas y un innegable carácter retórico y declamatorio. De todos modos,

existen noticias de que en tiempos de Séneca coexistía la lectura con la

representación de las tragedias. Aparecen en los textos numerosas indicaciones

sobre entradas y salidas de personajes, sobre movimientos o descripciones que

se pueden entender como acotaciones para una puesta en escena.

3. Poetas trágicos latinos

A. LIVIO ANDRONICO. Decían Cicerón y Aulo Gelio sobre la vida de Livio

Andronico que había representado la primera obra dramática en Roma en el

año 240 a.C. Era un escritor de origen griego hecho prisionero en Tarento en el

272, esclavo de un tal Livio Salinator de cuyos hijos fue preceptor, y que

posteriormente le concedió la libertad y con ello el nombre.

En cuanto a su obra, además de ese drama que recordaba la victoria sobre

Cartago, compuso un himno a Juno Reina en el 207 por encargo de los

pontífices para salvar la amenaza que significaba la entrada de Asdrúbal en


Italia. Su obra principal es la Odusia, la traducción en versos saturnios del

poema homérico. En el 200 esa tarea fue encomendada a otro autor, hecho que

supone que Livio ya habría muerto.

Se nos han conservado aproximadamente nueve títulos, con un conjunto total

de unos 40 versos, de los cuales unos quince están incompletos (Achilles,

Aegisthus, Aiax mastigophorus, Andrómeda, Danae, Equos Troianus,

Hermiona, Tereus, Ino). Generalmente se encuentra una tendencia hacia el tema

troyano en su desarrollo, precedentes y derivaciones, simplemente por la gran

difusión de la leyenda de Eneas, que hacía remontar a Troya el origen de Roma.

Son temas crueles, sangrientos, truculentos, casi inhumanos como el Aiax

mastigophorus o el Tereus. Además es incuestionable la propensión que

tienden a exagerar los pasajes sentimentales y patéticos. Con un estilo elevado,

utilizando recursos de naturaleza léxica, fonética, sintáctica, utilizando

arcaísmos, préstamos, abstractos, neologismos, un retoricismo desenfrenado.

De este autor es de señalar por último que es pionero en sus usos métricos,

utiliza el senario yámbico como metro fundamental del diálogo, además del

latino septenario trocaico y restos de cantica, uno de ellos en crético.

B. NEVIO.- es un autor contemporáneo de Livio Andronico pero con un

planteamiento literario bastante distinto. De origen campano, parece que ya

empuñó las armas durante la primera guerra púnica finalizada en el 241. Su

muerte acaeció en 204 según Cicerón. El aspecto más destacado de su vida

reside en su paso por la cárcel por razones de índole política, debido a sus

ataques a la nobleza; era de un carácter agitado, indómito, apasionado de la

libertad y en especial de la libertad de palabra. Su obra más importante es la

épica histórica Bellum Poenicum.

El creador del género trágico típicamente romano, la praetexta, del que se le

atribuyen títulos como Romulus o Clastidium, escribió también obras de tipo

legendario como Aesiona, Danae, Equos Troianus, Hector proficiscens,

Iphigenia, Andrómaca y Lucurgus. Todas son de tema troyano salvo la última y


más importante, por la originalidad de su argumento ya que trataba el tema

dionisíaco de Licurgo, siguiendo como modelo los Edonoi de Esquilo. Destaca

además la peculiaridad de su lengua, con un estilo solemne y sublime, con

compuestos sonoros calcados del griego como suavisonus, frondifer, etc.

C. QUINTO ENNIO. Quinto Ennio (239-169), sea por las alusiones a sí mismo,

como por las referencias indirectas, es la figura mejor conocida por nosotros de

la literatura latina de los siglos III y II a.C. Nació en una zona cercana a

Tarento, pero residió numeroso tiempo en Grecia y Roma, un propicio y

variado ambiente en que le dio la fortuna de hablar griego, osco y latín. Su gran

cultura le abrió las puertas a Roma con Catón el Censor y los Escipiones, logró

codearse con la nobleza romana convirtiéndose en ciudadano y mencionando el

famoso nos sumus romani qui fuimus ante Rudini. Tras su muerte había dejado

escritas algunas tragedias, saturae, comedias y el gran poema épico Annales.

De sus dramas tenemos un conocimiento relativamente mejor, gracias a la

conservación de unos 400 en tiradas significativas que permiten un análisis más

seguro. Seguimos viendo una tendencia al tema troyano y una preferencia de

Eurípides como modelo. Precisamente además lo patético y melodramático va a

ser la nota más característica de las tragedias enanas.

Sin embargo hay que subrayar la gran libertad con que se mueve Enio en

relación a sus modelos. En Medea por ejemplo evita gran número de nombres

geográficos griegos, sin importancia para sus espectadores, al igual que el coro

de soldados de Iphigenia, que lamentan su inactividad en un canticum de

indudables resonancias latinas. Por otra parte igual libertad se tomaba en

cuanto a la métrica. Otras obras dramáticas suyas son Aiax, Hecuba, Iphigenia,

Nemea, Telephus, Eumenides, Thyestes… y la famosa praetexta que escribió

fueron las Sabinae o Ambracia.

Fue uno de los autores preferidos por Cicerón, y en el siglo I a.C. se le llamaba

el pater Ennius, el santo archimandrita de la poesía latina.


E. PACUVIO (220-130 a.C.) Nació en Brindisi y murió en Tarento tras la pérdida

de un certamen que ganó Accio. Era sobrino de Ennio, según Plinio el Viejo,

algo que también confirmaba San Jerónimo. Este último sitúa la akmé del

dramaturgo en el 154 a.C., de forma tardía porque su profesión real era pintor.

Escasa fue la producción trágica de Pacuvio. G. D’Anna, la principal editora,

sólo ha compilado fragmentos de trece tragedias de tipo griego: Antiopa,

armorum iudicium, Atalanta, Chryses, Dulorestes, Hermiona, Iliona, Medus,

Niptra, Orestes, Pentheus, Periborea y Teucer junto a la praetexta Paulus.

A pesar de ello grande fue su popularidad, considerado como máxima figura

de la tragedia latina. Llevó a cabo la tendencia tradicional del tema troyano mas

no tenía gran preferencia por Eurípides, incluso un estudioso, M. Valsa,

demuestra que es el tragediógrafo que menos versos griegos escribió, con

abundancia de argumentos poco comunes, de aspectos rebuscados (calificado

por Horacio como doctus). Destacan sobre todo su patetismo y su habla, con

atrevidos compuestos (horrifer, largificus), audaces creaciones de abstractos con

numerosos happax (orbitas, timiditas…) y sentencias en sus versos que

influirán en Séneca. Estilo personal, fuerte y enérgico.

F. ACCIO (170-85 a.C.). Según San Jerónimo era hijo de padres libertos, nacido

casi a la muerte de Ennio. Floreció a partir del 139 con una carrera rápida y

fulgurante en los escenarios. Se nos ofrece una imagen de poeta resentido por

su origen servil y su estatura. Aulo Gelio narra una anécdota del autor que en el

133, con motivo de un viaje a Asia Menor, pasó por Tarento para visitar a su

rival, Pacuvio, que le acogió en su casa. Accio le leyó algunos versos del Atreus,

y Pacuvio los encontró duros. Se ha interpretado la anécdota como el tópico del

joven poeta destinado a oscurecer la fama de su predecesor y que trata de

obtener un juicio de él.

Es el autor del que se nos han conservado más títulos (43-47) con

aproximadamente 700 versos conservados. Indudablemente el modelo

preferido fue Eurípides, pero también Sófocles, con la técnica de la


contaminatio. Se desconoce también el modelo de muchas tragedias, quizá se

deba a tragediógrafos postclásicos, o leyendas griegas no puestas en escena con

anterioridad.

Los temas siguen la saga troyana, pero también la lacedemonia y tebana,

sobre todo los temas truculentos y desdichados de los descendientes de Tántalo

y los infortunios de Tebas: Tiestes, Edipo… Otros títulos son Achilles,

Aegisthus, Antífona, Hecuba, Medea, Tereus y la praetexta Brutus, el vencedor

de los lusitanos y Aeneadae sive Decius sobre la batalla de Sentino contra los

galos y samnitas.

En cuanto al estilo se puede extraer un elenco completo de ejemplos para

digresiones retóricas, apóstrofe, antítesis, interrogación retórica, asíndeton,

anáfora, juego de palabras, en definitiva, el triunfo del retoricismo en la

tragedia latina, que influirá soberanamente en Séneca.

G. ÉPOCA IMPERIAL. Los intentos de Augusto para restaurar el teatro clásico

surtieron efecto. Entre los autores nuevos destacaba Lucio Vario, que representó

con enorme éxito su tragedia perdida, Thyestes y Ovidio con su Medea, además

de Asinio Polión que escribió alguna tragedia como el Oedipus de Julio César.

H. SÉNECA-ÉPOCA IMPERIAL.

Conservamos datos abundantes sobre la vida de Séneca a partir del año 41

d.C., cuando fue desterrado a Córcega. Hasta ese momento las noticias son

imprecisas. Además al tratarse de un personaje famoso, las noticias biográficas

están teñidas de parcialidad, bien en razón del personaje mismo, o en razón del

emperador Nerón. Procede de la Bética perteneciendo al rango ecuestre siendo

enviado al grammaticus, a la escuela del rétor y del filósofo. En el 41 es

desterrado a Córcega bajo el gobierno de Claudio hasta que es llamado del

exilio por Agripina para encargarse de la educación de Nerón, transformándose

así en preceptor del futuro emperador. Con la conjuración de Pisón del 65,

Séneca es acusado de cómplice ofreciéndole la posibilidad del suicidio.


Los títulos de sus tragedias son Hercules Furens, Troiades, Fenicias, Medea,

Fedra, Edipo, Agamenón, Tiestes, Hércules en el Eta y la praetexta Octavia

atribuida a él. El tratamiento del mito es libre y original y lo convierte en mero

pretexto. No evita contaminaciones de varias obras, e introduce cambios

sustanciales que afectan tanto a la forma, al añadir escenas y personajes, como

al contenido, dando una lectura totalmente diferente. El sentido dramático es

diametralmente opuesto ya que estos dramas no fueron concebidos para la

escena sino para su lectura ante un público más o menos restringido.

Otra parte de la crítica gira en torno al carácter retórico y declamatorio de

estas producciones. Se han visto influencias de las Suasoriae y de las

Controversiae, numerosas hipérboles, sententiae, gusto por un realismo

exacerbado o exceso de erudición geográfica y mitológica, que son no obstante

rasgos comunes a la poesía romana tardía.

En relación con el contenido, el drama senecano ha sido interpretado como la

ilustración formal del estoicismo en una especie de programa didáctico moral

en verso similar al que representan las cartas en prosa. Sus obras giran en torno

a la oposición entre ratio y furor, suelen comenzar con un prólogo de carácter

expositivo que suele pronunciar alguno de los protagonistas y que desencadena

la acción. Están estructuradas en cinco actos, separados por las intervenciones

corales que no intervienen en la acción y sirven para justificar el paso del

tiempo con reflexiones estoicas. También existen recursos dramáticos

importantes como el uso de la nodriza o la rexis del mensajero.

Aunque a menudo se ha acusado a Séneca de falta de gusto y medida, llevado

por el deseo de conseguir el mayor efecto posible, las tragedias son una creación

original con pasajes de auténtica belleza lírica y descriptiva, especialmente en

las partes corales. Silenciadas por sus contemporáneos, paradójicamente

tuvieron una gran influencia en el teatro europeo de Shakespeare, Racine o

Corneille.
TEMA 39.- LA COMEDIA LATINA. PLAUTO Y TERENCIO. EL MIMO. LA
ATELANA. INFLUENCIA EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

1. Introducción

La implantación del teatro literario en Roma, acaecida en el año 240 a.C. es un

hecho de trascendencia fundamental, no sólo para el desarrollo de los géneros

dramáticos, tragedia y comedia, sino de la poesía en general.

Tito Livio habla de una peste que asoló Roma en los años 365-364, y para

aplacar a los dioses se instituyen los ludi scaenici, representados por ludiones

traídos de Etruria, que danzaban al son de la flauta al modo etrusco. La

iuventus romana comienza a imitar a aquéllos con la novedad de añadir el

lanzarse entre ellos pullas en versos toscos. Estas representaciones se

popularizan, interviniendo en ellas actores profesionales nativos denominados

histriones. Ya se representan saturae, una mezcla de canto y danza con

acompañamiento de flauta. El influjo griego está enfocado en el aspecto

literario, aportando los modelos directos, la comedia palliata, la togata y el

mimo.

Es lugar común referirse a la comedia latina comenzando por su lamentable

estado de llegada hasta nosotros, tan sólo podemos leer 26 obras en un estado

aceptable de conservación. Los tipos principales de comedia son:

-Palliata: inspirada en la comedia nueva de los griegos, de ambientación

y personajes griegos, con argumento complejo de naturaleza festiva y una

atención prioritaria de la expresión literaria sobre lo corporal.

-Togata: comedia sin modelo directo, de ambientación y personajes

romanos o itálicos, semejante a la palliata en la complejidad de su argumento y

la atención prioritaria a la expresión literaria.

-Atellana: comedia sin modelo griego de ambientación y personajes

itálicos muy tipificados, con argumento simple y breve de naturaleza

bufonesca. Escasez y dispersión de los fragmentos conservados.


-Mimo: subgénero cómico con precedentes griegos. De ambientación y

personajes tanto griegos como romanos. Argumento de naturaleza festiva hasta

el nivel de lo esperpéntico. Empleaba más bien la expresión corporal.

2. Tito Macio Plauto (254-184 a.C.)

Único dramaturgo del que se nos conservan obras enteras, aunque no

sabemos muchos datos de su propia vida, del que se ha dudado incluso su

nombre. Procedía de la Umbria septentrional, región poco latinizada, sometida

a influencias etruscas y célticas, pero llegó muy joven a Roma, como cabe

deducir de la perfecta asimilación que hizo del idioma latino. Según Varrón,

citado por Aulo Gelio, en Roma Plauto ganó dinero trabajando en el teatro,

luego perdió ese dinero en el comercio marítimo, como consecuencia pasó un

período de dura miseria trabajando en un molino hasta que obtuvo éxito,

popularidad y una desahogada posición escribiendo comedias. Murió en 184

a.C., el dato del año de su muerte es el más garantizado de todos.

Varrón establece como suyas 21 comedias, aunque a su nombre declara Aulo

Gelio que corrían unas 130, para conseguir un aplauso seguro: Anfitrión,

Asinaria, Aulularia, Captivi, El gorgojo, Cásina, Cistelaria, Epidico, Báquides,

Mostelaria o Comedia del fantasma, Menecmos, Miles gloriosus, Mercader,

Pseudolus, Cartaginesillo, Persa, Cable marino, Estico, Vidularia o Comedia de

la maleta, Truculento y Las tres monedas.

Los títulos pueden hacer referencia a un personaje, al estado o carácter o a

algún elemento de interés en el trascurso de la obra que da origen a un adjetivo

en –aria. En cuanto a la distribución de las obras destaca la de E. Paratore,

hablando de un primer período, anteriores al 200, un período central de

plenitud, y las comedias de los últimos años de su vida. Por la influencia, Plauto

utiliza como modelos obras procedentes de los autores de la Comedia Nueva:

Menandro, Dífilo y Filemón. No obstante con la aparición de un papiro en el

año 1968 de una obra menandrea, se ha visto que obras plautinas como las
Báquides son casi originales del todo, tan sólo tomaba de los modelos griegos

poco más que las líneas argumentales de las comedias. La comicidad plautina

está más atenta a la diversión de los espectadores, le lleva a simplificar los

caracteres y los tonos emotivos, y a empeñarse ante todo en producir efectos

cómicos.

El argumento clásico de una obra trata sobre un joven que ansía obtener los

favores de una prostituta, para ello carece del dinero preciso. Un esclavo sagaz

pone todos sus recursos al servicio del muchacho, engañando con astucia a su

amo viejo sin miedo a sus represalias. Este anciano está siempre hastiado por su

esposa y a veces se hace copartícipe del libertinaje de su hijo. Además está el

repulsivo alcahuete que dificulta el feliz desarrollo de la acción, obstaculizando

el amor y que acaba burlado y escarnecido con un final feliz de la comedia.

Los cánones argumentales típicos de este tipo de comedia palliata la

convierten en agradable a una masa de espectadores que no requieren una

formación especialmente exquisita. Con el único propósito de hacer reír a la

múltiple y variopinta población romana de su tiempo utiliza los más variados

recursos cómicos de naturaleza popular, jugando con el máximo movimiento

escénico, la ruptura de la ilusión escénica, equívocos, alusiones a la vida

romana, burla de provincianos y campesinos, chiste, grosería, obscenidad pero

con una increíble riqueza lingüística y un preciosismo métrico.

-Anfitrión: Júpiter sustituye la persona del general Anfitrión y Mercurio

sustituye al criado Sosias, ambos ausentes. Cuando regresan se producen

equivocaciones divertidas. Ha sido brillantemente imitada por Molière.

-Asinaria: el dinero de la venta de unos asnos da lugar a incidentes

cómicos. Plauto se inspiró para estas obras en un tal Demófilo, poeta por lo

demás desconocido, sacando de él la figura del arriero.

-Aulularia: el viejo y pobre Euclión encuentra en su casa una olla llena de

oro, vive intranquilo y recela de Megadoro, hombre honrado y maduro en edad

que le pide la mano de Fedra, su hija. Esconde la olla en el templo de la Buena


Fe pero es robada, hecho que reportará situaciones extraordinariamente

cómicas. Influyó enormemente en el Avaro de Molière.

-Mostellaria: el esclavo Ranio cierra la casa e impide que el amo

Teoprópides, que viene de un largo viaje, entre en ella y descubra a su hijo que

se ha entregado a una amante. El esclavo consigue su propósito pretendiendo

que la casa está embrujada. Todo termina por descubrirse y Teoprópides por fin

perdona a los culpables por intervención de un amigo de su hijo. El asunto

procede de Filemón.

-Trinummus: Cármide marcha de viaje para arreglar sus negocios y deja

a su hijo Lesbónico y a su hija bajo la protección de Calicles. Lesbónico se

arruina por su vida disoluta y vende la casa paterna a Calicles pensando éste

que hay dentro un tesoro. La doble intriga reportará interesantes situaciones

cómicas. El asunto está tomado de Filemón.

3. Publio Terencio Afer

Disponemos además de 6 obras suyas agrupadas por Elio Donato de una

detallada biografía escrita por Suetonio, aunque la veracidad de muchas

noticias es dudosa. Cartaginés o berebere, se convirtió en esclavo del senador

Terencio Lucano quien le dio la libertad además de educarle exquisitamente.

Tuvo gran amistad con varios personajes ilustres de la Roma de la época,

principalmente del círculo filoheleno de Escipión Africano y Gayo Lelio. La

protección por parte de sus mecenas le resuelve el acuciante problema de la

subsistencia, es pues lógico que sea en ellos en quien piense fundamentalmente

Terencio al componer su obra, con un pujante filohelenismo, un amor a la

cultura y la literatura venida de Grecia.

Plauto ofrece una obra ligera, plena de recursos humorísticos, sin situaciones

ni personajes que llamen la atención ni otra finalidad que la de hacer reír. La

obra de Terencio está en cambio perfectamente sopesada y calculada, sin dejar

lugar casi nunca a lo espontáneo. Calificado de humanitas y elegans, sus obras


exigen una lentitud por parte del destinatario para que lleguen a agradar, por

ello fracasó en la Roma del siglo II a.C. Después de escribir su sexta obra, hizo

un viaje a Grecia, muriendo a su regreso. Hay diversas opiniones tanto en lo

referente a los motivos del viaje como en lo referente a la causa de su muerte.

El viaje posiblemente lo hizo con el doble fin de conocer en directo el

ambiente griego y de acaparar obras de teatro desconocidas en Roma y que le

sirviesen para su trabajo de adaptador y refundidor. Sobre la causa de su

muerte se dice que fue un naufragio; también se dice que logró salvarse del

naufragio, pero no así sus nuevas adaptaciones de obras de Menandro, lo que le

produjo un profundo pesar que le acarreó la muerte.

Se han conservado las seis obras de Terencio y además se han conservado las

didascalias o noticias oficiales acerca del título y autor, el original griego, la

ocasión y fecha de representación, el director de la compañía, el actor principal,

y el compositor de la música además de prólogos muy interesantes con

reflexiones sobre su propia obra atacando a sus rivales de la época que

indicaban que era ayudado por numerosos protectores y que practicaba la

contaminatio, que se servía de varios modelos griegos a la vez.

Todos los títulos de las comedias de Terencio son griegos, se conservan en el

Codex Bembinus:

-Andria: se combina un motivo principal (el dilema de Pánfilo, obligado

a elegir entre su amor y compromiso con Gliceria y la obediencia debida a su

padre) y una segunda intriga secundaria (la aspiración de Carino a casarse con

Filomena).

-Hecyra (la suegra): la alternancia entre dos temas, el de la supuesta

enfermedad de Filúmena y la antipatía que la nuera habría cogido a su suegra

Sóstrata, que se sucede a lo largo de toda la comedia hasta el descubrimiento

final de la verdad, contribuye a elevar la tensión y ansiedad del espectador.

Quizá esto fuese complicado para un espectador antiguo, acostumbrado a tener

desde el principio la clave de los sucesos de la comdia.


-Heautontimorúmenos (el torturador de si mismo) Tema de Menandro

que trata sobre los amores de Clinias y Clitifón, amores entrelazados para

engañar al viejo Cremes.

-Eunuchus: al problema principal de Fedrias que ha de resignarse a

compartir a la cortesana Taide con un soldado, se añade una segunda intriga (el

enamoramiento y posterior violación por parte de su hermano Quéreas

disfrazado de eunuco de la esclava regalada por el soldado a la cortesana), que

sirve sobre todo para contraponer los caracteres de los hermanos y así presentar

dos visiones del amor completamente diferentes.

-Phormio: El Formión es nuevamente una comedia de doble intriga, que

trata de los problemas amorosos de dos jóvenes, los primos Antifón y Fedrias,

pero la atención se centra en las intrigas de Formión un parásito resuelto y sin

escrúpulos decidido a vencer la oposición de los viejos y a ayudar a los jóvenes

en sus amores.

-Adelphoe: aunque externamente se trata de una comedia más de doble

intriga cuyo argumento gira en torno a los problemas amorosos de dos jóvenes

hermanos, el verdadero centro de interés de la comedia está constituido por el

tema de las relaciones padre-hijo y, en concreto, por el conflicto entre dos

sistemas educativos diferentes, representados por cada uno de los dos viejos

hermanos.

4. Otros comediógrafos

-Cecilio Estacio: Figura de gran relieve de la Galia Cisalpina, marginada

por los investigadores debido a la pérdida total de su obra, compañero de

Ennio, del que hablaban en tono muy elogioso todas las fuentes antiguas.

Dedicó toda su vida al cultivo de la palliata, y se sitúa como puente de paso

entre la comicidad plautina y la terenciana.

-Nevio: anterior en el tiempo a los otros tres comediógrafos anteriores,

también escribió fabulae palliatae. No se inspiró sólo en la comedia nueva sino


también en la media utilizando incluso procedimientos aristofánicos atacando a

individuos conocidos de la sociedad romana, incluso de los poderosos como

Escipión y Metelo. Este atrevimiento le llevó a la cárcel. En cuanto a la técnica,

fue el primero en utilizar la contaminatio y trató con bastante libertad los

modelos griegos, pudiendo ser considerado en algunos aspectos como

precedente de Plauto. Parece ser además que fue Nevio quien inició la fabula

togata de tema y ambiente romanos.

5. La fabula togata

Según Aurora López, la comedia togata es la que se escribió conforme a las

costumbres y vestimentas de los togados, de los romanos salvo héroes,

generales, militares y reyes. Es como si dijéramos una latinización externa del

original griego, con nueva vestimenta, ambientación, costumbres, latinas o

romanas, frente a las griegas de la palliata. Titinio, representante principal,

propone como argumentos habituales disputas matrimoniales, en un ambiente

humilde, no se planteó hacer un tipo de comedia nueva y original, sino

reformar la palliata popular con un elemento nuevo, lo romano.

Los personajes son pequeños artesanos y comerciantes, tipos provincianos

estereotipados como el Temerarius, el Prodigus, el Simulator, personajes de la

vida familiar sobre todo las mujeres. Los autores principales son Titinio, del que

se conocen 15 títulos de obras con un lenguaje rústico pero con una loable

caracterización de los personajes. Lucio Afranio pertenece a la segunda mitad

del siglo II a.C., y fue acusado de plagiar por completo a Terencio, entre sus

personajes predominaban los tipos de carácter y los temas familiares, con un

lenguaje más puro que Titinio. Después de él la togata sólo será cultivada por

un oscuro epígono, Tito Quincio Atta, que dio paso a la fábula atelana.

6. La comedia atellana
Originaria de la jocosa Campania, de la ciudad de Atella, surge entre la

población osca por influjo de la farsa de los φλύακες, en su origen consistía en

la representación improvisada y sin necesidad de un texto literario previo, de

breves situaciones bufonescas, centradas en torno a cuatro personajes muy

tipificados caracterizados como individuos sórdidos, burlescos, y desde luego

muy del gusto popular, precedentes directos de la Comedia dell’Arte,

representados con máscaras:

-Maccus (el hombre de grandes mandíbulas) tragón estúpido.

-Bucco (el que abre la boca) charlatán, presumido.

-Dossennus (el de grandes espaldas) probablemente jorobado, intrigante.

-Papus (el abuelo) viejo maniático al que ordinariamente se engaña.

Los primeros dramaturgos comenzarían en el tiempo de Sila: Lucio

Pomponio, Aprisio y Novio, sorprendido por su magistral manejo del ridículo,

del chiste ilógico y de gracia inesperada, con una capacidad especial para

utilizar recursos cómicos ágiles y elegantes además de inteligentes y graciosos.

Con frecuencia su argumento consistiría en la escenificación de una aventura

acontecida a uno de sus personajes típicos en un acontecimiento ridículo, lleno

de picardía y de jocosidad. En tiempos de César, la atelana fue suplantada por

el mimo. En el Imperio volvió a resurgir, no como género literario, sino

simplemente como farsa popular.

7. El mimo

Subgénero teatral de larga tradición, se parece a la comedia atellana anterior a

la época de Pomponio y Novio por su carácter de ser sólo parcialmente escrito e

improvisado en tiempos anteriores al siglo I a.C. reduciéndose a pequeñas

piezas representadas en los intermedios de obras de mayor entidad.

El nombre derivado del término griego μιμέομαι justifica el contenido de

imitaciones paródicas de escenas de la vida diaria o incluso de mitos. Los

actores que representaban generalmente personajes fijos no llevaban máscara ni


calzado escénico, por lo que eran llamados planipedes. Los papeles femeninos

además eran representados por mujeres, a diferencia de las restantes obras

teatrales, con bastante colorete y escaso vestido, por lo que solían tener fama de

indecentes.

La primera representación de mimos sería en Roma en el año a.C. pero los

dos principales autores son de época de César. Decio Laberio representó un

mimo donde intervino el propio autor, con motivo de un concurso organizado

por César, con lo que esto significaba de degradante. Del mimo representado

conocemos un fragmento donde un anciano eques se lamenta por el ultraje de

un César que ejerce ya de dictador. Tenemos la novedad de una politización de

la comedia romana. De Publilio Siro no conocemos mucho salvo su

enfrentamiento con Laberio en el año y su sentenciosidad moralizante.

Conocemos dos títulos de sus obras: Murmurco (el murmurador) y Putatores

(los podadores) además de una colección de 700 sentencias escritas en trímetros

yámbicos.

8. Influencia en la literatura occidental

Con altibajos se continuó leyendo a Plauto hasta el final de la Antigüedad

pero a medida que el gusto literario evoluciona y se refina, la preferencia y

revalorización de Terencio será cada vez más marcada sobre todo a partir del

siglo IV con los comentarios de Evancio y Donato. A partir de este interés

escolar por la comedia, en especial por Terencio, comenzaron a circular cientos

de copias de sus manuscritos como el famoso códice Bembino.

La llegada del Renacimiento trajo consigo el descubrimiento de la comedia

latina como género dramático, y tanto Plauto como Terencio suscitaron el

entusiasmo de los humanistas. Ya los precursores denotan interés y

familiaridad con las comedias de Terencio. Dante le sitúa en el Purgatorio y cita

algunos de sus versos. Sabemos que Petrarca apreciaba profundamente a


Terencio, estaba familiarizado con sus comedias y compuso una biografía del

cómico latino. De igual forma despertaron gran entusiasmo en Bocaccio. Del

interés suscitado por la palliata nace la comedia latina humanística en la que se

entremezclan los influjos de los dos autores principales como en obras del Papa

Pío II (Eneas Silvio Piccolomini).

Su influencia fue decisiva en el nacimiento y desarrollo del drama moderno.

En 1508 se estrena la Cassaria de Ariosto, la primera obra tetral escrita en

italiano, una pieza de gran estilo plautino. Y no podemos olvidar la influencia

en Molière en obras citadas como el Avaro, o en el propio Shakespeare.

Para acabar cabe citar la influencia de estos autores cómicos en la literatura

castellana principalmente en La Celestina, cuyos personajes se asemejan a los

plautinos lo mismo que los de Juan del Enzina o Lope de Vega y Cervantes.

TEMA 40.- LA SÁTIRA Y EL EPIGRAMA. HORACIO Y MARCIAL.


INFLUENCIA EN LA LITERATURA OCCIDENTAL
1. La sátira: introducción

La literatura latina se desarrolló desde sus orígenes a partir de los modelos

literarios griegos. No obstante, existió un género literario, la Sátira, que los

romanos siempre consideraron como algo propio, como una creación del genio

latino tal como dijo Quintiliano (Inst. Orat. X, 1.93) “Satura quidem tota nostra

est”, dando a entender que la sátira no sólo se adecuaba al temperamento del

pueblo latino, a su humor punzante, sino que contrariamente a otros géneros

literarios, no debía nada a los griegos.

En dicha discusión, Quintiliano reivindicó la originalidad de la sátira romana

y enumeró a sus representantes: Lucilio, el primero en alcanzar la gloria

escribiendo sátiras, Horacio, el canonizador del género, y Persio. El gramático

del siglo IV Diomedes menciona también como autores de sátiras a Ennio y a

Pacuvio. Esta sátira recibe comúnmente, en los manuales de literatura latina, el

nombre de sátira literaria. No es la única que existió. Con anterioridad a la

sátira literaria se desarrolló en época preliteraria otra variedad que se conoce

como sátira dramática, lo mismo que la sátira menipea introducida en el mundo

romano por Varrón e imitada por Séneca en su Apolocyntosis donde se burla de

la apoteosis del emperador Claudio mezclando prosa y verso.

Tito Livio nos habla de esa sátira dramática. Del pasaje se colige que la satura

era un género escénico posterior a los versos fesceninos y anterior a un teatro de

acción regular imitado de los modelos griegos, en el que se entremezclaban el

canto en metros variados y la danza de los actores con el acompañamiento

musical de un flautista. Los rasgos que la caracterizaban eran el diálogo

improvisado, la variedad de melodías, metros y temas, el canto regulado y

acompañado por un flautista, la gesticulación apropiada y las bufonadas.

Tito Livio da a ese nuevo tipo de representación el nombre de satura, pero no

está muy claro si dicho término tiene valor literario o, simplemente, valor

descriptivo. Es por ello que este pasaje ha suscitado diferentes interpretaciones


y provocado opiniones encontradas. Si la sátira literaria representa una

evolución respecto a la sátira dramática, será necesario distinguir en ella

elementos que caracterizaron a su predecesora. En este sentido la crítica

moderna ha descubierto en los fragmentos conservados de Ennio la figura del

parásito, personaje típico de la comedia. Ello no sería sino una prueba del

origen escénico de la sátira literaria. Tras Ennio, en los autores posteriores,

aparecen también una serie de rasgos que abogan por ese origen, como son el

soliloquio, el diálogo entre personajes, la alocución. Son también comunes a la

satura dramática y a la sátira literaria temprana (Ennio, Pacuvio y parte de la

producción de Lucilio) la pluralidad de metros, la variedad de temas, su

carácter actualidad y su actitud crítica ante el mundo contemporáneo.

La confusión que se crea ante las dos variedades de sátiras, dramática y

literaria, y a su vez entre la sátira literaria de Ennio y Pacuvio y la de los autores

posteriores no se ve sino aumentada por el propio término utilizado para

designar todas estas manifestaciones literarias. Se trata de una vieja palabra

latina. Satura es el femenino sustantivado del adjetivo satur-a-um que significa

“lleno, saciado, harto, satisfecho”. El gramático Diomedes ofrece cuatro

explicaciones distintas al término en cuestión:

a). Satura derivado de Saturi “sátiros”, ya que de una manera similar se

relatan situaciones infamantes y jocosas como las que representan y exponen los

sátiros.

b). Satura tiene que ver con lanx satura, plato con el que se obsequia,

como ofrenda, a los dioses y que está compuesto de alimentos variados.

c). Satura deriva del vocablo que sirve para designar una especie de

salchicha hecha de diferentes ingredientes. Varrón habla también de Satura

como comida aunque con este término designa un pastel.

d) Satura guarda relación con lex satura, ley que en una sola propuesta

implica otras muchas en bloque.


De todas estas explicaciones, la más afortunada es la primera, basada en las

teorías de Aristóteles sobre el origen del teatro. Así como la tragedia griega

deriva de los coros de sátiros, así también el teatro latino tiene como

antecedente inmediato la satura. De todos modos, entre los términos satura y

saturi no existe relación etimológica alguna.

En la evolución de la poesía dactílica los poetas satíricos presentarán

características propias. De manera general, podría decirse que el hexámetro que

utilizan los principales autores de sátira (Horacio, Persio y Juvenal) no busca las

elegancias literarias griegas, sino que se aproxima lo más posible al tono de la

conversación. Los mismos temas invitan al poeta a rechazar todo lo que parezca

afectado, tanto en la métrica como en el vocabulario o el estilo.

2. Autores de sátira de época arcaica: Ennio, Pacuvio y Lucilio

Ennio extendió el ámbito de la poesía romana a una serie de composiciones en

el genus humile, basadas algunas en modelos griegos y otras originales. La

instrucción moral y la diversión se mezclaban en el Protrepticum, el Euhemerus

y el Epicharmus. Y además escribió Ennio cuatro libros de Saturae. Cada libro

contenía poemas misceláneos, principalmente en los metros yambotrocaicos y

en el lenguaje de la comedia, pero también algunos en hexámetros y tal vez

sotadeos. Su tema era muy variado: fábulas, crítica moral, encuentros

dramáticos, proverbios, etc… Una característica de la sátira posterior está

definitivamente ausente de Ennio. No tiene invectiva personal o crítica social

específica. Cuando Ennio cita a alguien es sólo para elogiarle como a Escipión.

Las sátiras de Pacuvio suelen citarse junto con las de su tío Ennio, por ello,

aunque no se han conservado, se supone que también eran de temas y metros

variados.

Lucilio es el último de los poetas satíricos de época arcaica y será el primero

que convierta la satura en sátira, el primero en convertirla en vehículo de crítica

agresiva y burlesca. Al parecer nació en el 168 a.C. en Suessa Aurunca y murió


en Nápoles en el 102 a.C. Gracias a su amistad con Escipión Emiliano pudo

codearse con los políticos e intelectuales más destacados de su tiempo. Aunque

no se dedicó a la política activa, sí participó en las polémicas socio-políticas

contemporáneas a través de la implacable crítica de sus sátiras. Lucilio gozaba

además de una posición envidiable, fue el primer poeta romano

económicamente independiente, el único satírico que gozó de libertad de

expresión.

Hay una primera publicación de su obra en torno al 132 a.C. con prólogo,

epílogo y variedad métrica en septenarios trocaicos, y senarios yámbicos y

hexámetros, el que consagró como medida del género. La siguiente colección

sería la de los libros XXII-XXV en dísticos elegíacos añadida póstumamente de

la que apenas quedan fragmentos. El prólogo y el epílogo tienen carácter

programático. Confronta numerosas veces a la sátira con la tragedia, que frente

a sus portenta, es realista y espontánea. En el epílogo hace apología y

justificación del género, desarrollando también los temas por medio de un

diálogo con un interlocutor víctima de la censura satírica. No hacía uso sólo de

la invectiva y el insulto directo, su humor tenía muchos más registros dentro

del género del ridiculum con un sermo cotidianus.

Los temas que ocupan un lugar importante en la obra luciliana son los

relativos a las cuestiones político-sociales, atacando a los adversarios de su

poderoso amigo Escipión, y el matrimonio y las relaciones sexuales con ecos

plautinos e incluso aristofánicos como la utilización de una cena como marco

para el desarrollo de la sátira con una posición ecléctica sazonada por el

estoicismo.

3. Quinto Horacio Flaco (65-8 d.C.)

Horacio representa la madurez plena del arte poético romano, con una

reflexión consciente y pausada sobre la creación poética, modelo y crítico que

nace de una meditada síntesis de fuerzas dispares y con frecuencia


contrapuestas. Nace en Venusia en los confines de Lucania y Apulia. Su padre

era un liberto, más tarde recaudador de contribuciones en Roma, que nunca

abandonó el tipo de vida de la gente humilde. De Roma marchó Horacio a

Atenas para estudiar filosofía. En el año 44 se alista en el ejército de Bruto y

después de la batalla de Filipos del año 42 regresa a Italia y compra para vivir

un cargo de escribano de la cuestura lanzándose al mismo tiempo a escribir

sátiras, sin duda para imponerse por medio del escándalo. Virgilio y Vario lo

presentaron a Mecenas en el año 39, supo ser discreto, agradó pronto y llegó a

hacerse indispensable regalándole una finca en la Sabina seis años después y

muriendo pocos meses después que su gran amigo.

Su obra es una fuente de sugerencias y evocaciones en todos los sentidos.

Por ello se exige una lectura meditada y cuidadosa, para poder extraer los

verdaderos frutos de su poesía. Compiló cuatro obras, Sátiras y Epodos, y

Epístolas y Odas, ambos grupos en etapas distintas. No obstante mezcla en

ambas épocas poesía en metros líricos o yámbicos y poesía en metro dactílico.

Los Epodos responden a una tradición poética que se remonta a la poesía

yámbica de la Grecia arcaica, poesía popular y festiva, donde la libertad de

palabra y la temática sexual y satírica eran usuales, por eso en ellos abundan

elementos propios de la lengua común. Influyen en él especialmente Arquíloco

e Hiponacte, tomando metros y ritmos de ambos. Cuando Horacio inició la

composición de esta obra lo hacía consciente de que iniciaba un camino apenas

conocido en la poesía latina, sólo comenzado por los neotéricos. Los Epodos

consisten en un dímetro yámbico más trímetro yámbico donde conviven los

temas públicos con los privados y el amor con el insulto, aunque los personajes

ridiculizados por el poeta son con frecuencia anónimos y de escasa repercusión

social, pues lo que se critica no son personas concretas sino actitudes. Destaca

el epodo II “Beatus Ille” donde con tintes irónicos elogia la vida del campo.

Horacio compuso dos libros de Sátiras entre el 35 y el 30 a.C. publicadas

con el título de Sermones, no como un término técnico, sino describiendo la


informalidad y la falta de pretensión del género. No llama a sus libros saturae

porque se habían sobrecargado de connotaciones de virulencia y dureza por

Lucilio, aunque al final adoptó el término, porque ya designaba toda obra

producida en la tradición luciliana. El primer libro contiene diez poemas con

una división en dos por los poemas I y VI dedicados a Mecenas. Con apariencia

de informalidad tienen en común la temática moral y la forma diatríbica

adoptando como norma el justo medio que previene el error por exceso o

defecto. Aunque mantiene temas propios de la ética filosófico-popular, no se

adhiere a la doctrina de ninguna escuela, por eso valora la ética del sentido

común que le inculcaba su padre. Horacio de todos modos rechazaba el

dogmatismo de los estoicos y la agresividad y afán de proselitismo de los

cínicos, de ahí que destaquen sus simpatías hacia el epicureismo. La novedad

del segundo libro es que adopta el diálogo de manera que el satírico no dirige el

discurso, sino que es receptor-víctima del mismo o de la crítica moral. En todo

caso, Horacio, aún en boca de otros personajes, sigue exponiendo sus ideas.

Sus Odas adaptan el género lírico griego con un tono e intención que

provocan la creación de una poética diferente. En todo caso, los temas de las

odas habían aparecido ya en los epodos y podría decirse que esta poesía es una

reelaboración de sus primeros impulsos creativos. Oscilan entre la reflexión

interior, donde dominan las posiciones filosóficas del estoicismo y epicureismo,

y la mirada a la vida pública. Hay poemas de amor y muerte, de júbilo y

tristeza, de canto a los amigos y los dioses, junto con consideraciones profundas

en torno a la grandeza de Roma y el quehacer del poeta.

En las Epístolas, Horacio regresa al sermo hexamétrico, donde recupera el

discurso moral en forma de carta dirigida a un amigo o conocido. El tono se

vuelve más íntimo y desaparece la polémica con el interlocutor que era la

característica de la sátira. Expone sus preceptos morales desde un punto de

vista positivo, con una reflexión filosófica e intención didáctica. La primera

epístola programática nos muestra a Horacio defendiendo su decisión de dejar


la poesía y dedicarse a la búsqueda de la verdad. Se acerca a la reflexión

filosófica, confesando su inconstancia e inestabilidad. No obstante Horacio no

deja de lado sus preocupaciones estéticas, siempre reflexiona sobre la tarea

poética, por eso tenemos en el libro II, además de la Epístola a Floro y Augusto,

sobre la poesía y la utilidad pública, la famosa Ars poética o Epistula ad

Pisones, no como un tratado sistemático de poética sino como un sermo sobre

este tema.

4. Autores posteriores: Persio y Juvenal

Persio Flaco (34-62 d.C.) nació en Volterra de una familia etrusca

perteneciente al orden ecuestre. Cultivó la amistad con Lucano y con otras

personalidades distinguidas de su tiempo como el filósofo Cornuto. Persio fue

celebrado por su belleza física, su dulzura, su culto a la familia y su vida

virtuosa. Una enfermedad crónica de estómago le arrebató su vida en plena

juventud.

Escribió seis sátiras contra la poesía de la época junto a un prólogo en

coliambos, sobre la verdadera religión, contra la pereza, la presunción de los

grandes, los avaros y sobre la verdadera libertad. El contenido, a excepción de

la primera sobre los excesos literarios de su época, la del emperador Nerón,

para la que pudo inspirarse en Lucilio, son temas de la filosofía popular y una

sabiduría libresca, muy diferente a la dirección espiritual del también estoico

séneca. Evita toda expresión natural y sencilla, retuerce ideas ajenas diáfanas

para darles enigmática oscuridad y alterna soliloquios y diálogos con un

interlocutor indeterminado como ya habían hecho sus precursores en el género.

Introduce también escenas cómicas, aunque un tanto pobres y mal

desarrolladas, inspiradas en los mismos. Tuvo un éxito inmediato, por su

rectitud moral, fue muy apreciado por los apologistas cristianos y los padres de

la Iglesia. Se convirtió en autor escolar y fue muy imitado por Quevedo.


En cuanto a Juvenal, hay muy pocos datos seguros sobre su vida, tan sólo

Marcial se refiere a él. Además fue ignorado durante los siglos II y III, con lo

que cuando los comentaristas del siglo IV empezaron a interesarse por sus

sátiras, ya no se conocía nada de su vida. En cuanto a la Vita Iuvenalis, no goza

de casi ninguna fiabilidad. Nace entre el 50 y el 60 d.C. en Aquino con una

educación más en retórica que en filosofía. Quizá vivió en Roma como cliente

pobre, o sólo lo dice para justificar mejor el encendido tono de su sátira. En

cuanto a las noticias de un posible exilio o estancia en Egipto, tampoco es fácil

tomar una decisión. Moriría en torno al 130 d.C.

Escribió 16 sátiras repartidas en 5 libros con una amplitud irregular siendo la

VI la más extensa. Juvenal dirige su crítica contra la alta sociedad romana

generalizando casos particulares. Las víctimas de sus sátiras, son personas,

muertas ya, cuando él escribió, pertenecientes a los reinados precedentes. La

crítica de las costumbres no suele hacerla desde la base de algún sistema

filosófico, sino partiendo de una moral conservadora, aprendida por tradición y

por la historia, dominado por un espíritu nacionalista, quiere hacer resurgir los

valores de la antigua Roma idealizada por Livio rechazando el cosmopolitismo

o más concretamente las influencias orientales, que están arruinando las

esencias del espíritu latino. Con Juvenal, el realismo latino alcanza sus límites:

los vicios de las mujeres, la prostitución homosexual, la miseria de los clientes,

la pesadilla de la vida de la ciudad aparece expuesto con vivos caracteres. Se

notan en sus sátiras recursos propios de la retórica: exclamaciones,

interrogaciones, enumeraciones, antítesis consiguiendo con su indignatio frases

tan famosas como “sic volo, sic iubeo” o “panem et circenses”

5. El epigrama y Marcial

A través de su propia obra, y teniendo en cuenta la distorsion que la

autorepresentación literaria implica, sabemos que Marco Valerio Marcial nació

en Bilbilis, en la Tarraconense sobre el 40 d.C. con una educación usual en las


escuelas del grammaticus y del rhetor. En el 64 marcha a Roma, donde consigue

el apoyo de la prestigiosa familia de los Sénecas, pero, tras la conspiración de

Pisón del 65, Marcial debió de proseguir su actividad poética bajo la protección

de otros patroni. En el libro I llamado “De Spectaculis” celebra Marcial la

inauguración del anfiteatro flavio, lo que le abrió las puertas a la protección de

los emperadores Tito y Domiciano. Recibió de ellos honores como el ius trium

liberorum, el tribunado militar y diferentes ventajas económicas. Fue amigo de

Silio Itálico, Plinio el Joven, Quintiliano o Juvenal. A partir del 84-85 empieza a

publicar sucesivamente sus libros de epigramas y se convierte en un escritor de

éxito. Cansado de la Urbs, vuelve a Bilbilis en el 98 buscando una vida tranquila

y ociosa, hasta morir en el 104.

Conservamos 14 libros de epigramas además del citado Liber de Spectaculis.

Los dos últimos tienen título propio, Xenia y Apophoreta, publicados en el 84-

85. Son epigramas de un solo dístico destinados a acompañar a los regalos que

los romanos se hacían durante las Saturnalia (Xenia) y a los que se ofrecían a los

convidados en el banquete (Apophoreta).

La obra del bilbilitano es heredera de una tradición muy larga y compleja. El

epigrama, sustantivo de origen griego ἐπίγραμμα tiene un origen inscripcional

y una primitiva función conmemorativa o dedicatoria, se grababa en ofrendas,

tumbas o monumentos. Pese a que por su temática y por su versificación en

dísticos estaba emparentado en su origen con otros géneros mayores como la

elegía, siempre se caracterizó por su brevedad. Y de este modo, dicho término

pasó a designar toda composición breve escrita en verso. En época helenística el

epigrama se emancipó de su forma epigráfica y de su función práctica y se

convirtió en un género poético que abarcaba un amplio rango de temas,

predominantemente ligeros, erótico, simposíaco, cultivado por todo tipo de

personajes ilustres como en Roma Lutacio Catulo o Porcio Licinio, políticos y

oradores deseosos de mostrar sus dotes e intereses literarios.


Asimismo los neotéricos mezclaban las efusiones amorosas con los ataques

yámbicos contra personajes públicos y privados. También los poemas estaban

relacionados con la vida social, los poemas servían para acompañar regalos,

especialmente regalos literarios. Todo esto lo representa Catulo, el que mayor

reivindica como modelo Marcial, de cuya obra, la tercera parte está repleta de

epigramas en dísticos elegíacos donde se mezcla la amistad, la descripción de la

naturaleza, la invectiva, la burla sangrienta, y la pasión amorosa hacia su

Lesbia.

En Marcial por el contrario, prima lo externo, no cultiva la poesía amorosa y

deja fuera de su obra el elemento personal, aunque no falten confesiones

autobiográficas. Si en Catulo no aparecían epigramas funerarios, lo propio de la

tradición, si aparecen en Marcial, que lo tomaría de otro modelo, Domicio

Marso, donde la vertiente venenosa y polémica tenía bastante peso. En él

encontraría Marcial epigramas funerarios, de homenaje y satíricos sobre la

actualidad política, sean laudatorios o yámbicos. Asimismo recoge el interés de

Marso por el juego epigramático con el tratado teórico sobre el humor De

Urbanitate.

Marcial llevó a cabo una obra variadísima en definitiva, donde supo integrar

desde epigramas del tipo más tradicional, hasta los satírico-humorísticos,

propios del desarrollo del epigrama en Roma. Su mérito principal fue conseguir

que el epigrama dejase de ser un género marginal y se convirtiera en un género

importante en el panorama literario de su tiempo.

Durante los años 64-80, siguiendo la tradición, cultivaría el epigrama, sin

pretensiones, como poesía de consumo inmediato, para rendir homenaje a

patroni y amigos, y entretener en los banquetes. A estas funciones prácticas

respondían sus tres primeras colecciones ya citadas, con una selección, cuidado

artístico admirable y una finalidad literaria además de la práctica. El gran éxito

obtenido, animó a Marcial a publicar sus dos primeros libros, formados por

epigramas de diversos tipos, en los que la función práctica, deja paso al


propósito de entretenimiento y juego literario. Como vehículo de diversión se

sirvió de la obscenidad y el humor, como rasgos más destacados en las primeras

declaraciones programáticas de Marcial. En cuanto al humor los términos que

utiliza de ludant, ioci, destapan la función lúdica. Sus términos no conllevarían

desprecio, son bromas, juegos inofensivos, lo que está en completo acuerdo con

su rechazo de la agresividad yámbica. Más tarde seguirá excluyendo de su obra

la malicia y la mordacidad pero nunca desecha el chiste desenfrenado del

mimo. Sal es el término más empleado por Marcial para referirse a su humor,

chiste puntual, ricacitas, un humor que se encuentra en una palabra o breve

fragmento del mismo que generalmente se concentra al final.

El tipo más frecuente de epigrama tiene una estructura bipartita en la que la

primera parte sirve para exponer el tema y crear la tensión que se resuelve en la

segunda, en el chiste final que potencia el efecto humorístico. Del realismo saca

Marcial su mayor orgullo como poeta, su poesía refleja la vida. El retrato de la

vida, las costumbres y los vicios de los hombres podía invitar a los lectores a la

reflexión moral, un efecto no buscado expresamente por el epigramatista, pero

tampoco rechazado por él, ya que le servía para defender la seriedad de su

obra.

6. Influencia en la literatura occidental

Aunque los hombres de la Edad Media no entendían ni la forma ni algunos de

los más importantes recursos de los satíricos clásicos, escribieron sin embargo

muchas obras satíricas. Sin embargo nuestro interés especial es la influencia que

han ejercido directamente sobre los autores modernos de sátiras sus

predecesores romanos. La mayor parte de las buenas sátiras barrocas se

escribieron dentro de la tradición clásica enriquecida con ideas tomadas de

fuentes modernas y ajenas a ella. A Boileau, a Dryden y a Pope se les conoce

universalmente como poetas satíricos clásicos, herederos de los romanos.


Horacio ha sido un poeta que ha gustado siempre a unos pocos, más que

gustar poco tiempo a muchos. En la Edad Media fue un autor apreciado sobre

todo por la carga moral de su poesía. El clima intelectual de la época y la

dificultad de entender la lírica antigua hicieron que Horacio para el Medievo

fuera el Orazio satiro que retrató Dante. La carga moralizante de sus sátiras, un

género muy acorde con los moldes de pensamiento medievales, unido a que

Horacio tiene muchas líneas y expresiones citables le hicieron ser un asiduo de

los florilegios. La influencia en autores castellanos como Fray Luis de León o

Jovellanos es indiscutible.

La obra de Juvenal sufrió olvido en el siglo inmediato a su muerte, que fue un

siglo muy helénico en las artes y las letras bajo el gobierno de emperadores

adictos a griegos, histriones y gladiadores. Pero a fines del siglo IV Juvenal

empieza a ser comentado y editado y ya no perderá nunca su popularidad

influyendo sobre todo en Dryden y Quevedo.

Marcial gozó de un éxito inmediato que duraría aún mucho después de su

muerte, según podemos ver en la gran influencia que ejerció sobre los poetas de

epigramas y poesía menor de la Antigüedad tardía tales como Ausonio,

Claudiano y Sidonio Apolinar. Durante la Edad Media, de Marcial, como de los

satíricos latinos, sólo se sacaron sentencias que podían servir para ilustrar o

reforzar una tesis moralizante, sin que llegara a apreciarse la forma. Fue en el

Renacimiento cuando su lectura se impuso de forma contundente. Garcilaso

transformó algún epigrama de Marcial en soneto y el pionero del epigrama

español, Baltasar Gracián sigue en su obra al bilbilitano como en las críticas a

mujeres flacas, narigudos, etc… pero Quevedo será el autor que más se

identifique con el espíritu y temas de Marcial, aunque la verbsidad y

amplificaciones de nuestro poeta arruinen en no pocas ocasiones la agudeza de

su modelo.
TEMA 41.- NOCIONES GENERALES SOBRE LA HISTORIOGRAFÍA
GRECOLATINA. HISTORIOGRAFÍA LATINA: TENDENCIAS Y
EVOLUCIÓN. PERVIVENCIA DE LAS CONCEPCIONES
HISTORIOGRÁFICAS LATINAS EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN. NOCIONES GENERALES SOBRE LA


HISTORIOGRAFÍA GRECOLATINA

La historiografía surge en Roma con el ejemplo griego a la vista. El momento

en el que aparecen los primeros relatos (finales del siglo III a.C.) es el de una

implicación cada vez mayor de los intereses de Roma en el mundo griego.

Pero tiene rasgos característicos. A pesar de que nace bajo la influencia griega,

está vinculada al poder político, sus autores son miembros de la clase dirigente

y como objetivo primordial tienen el hacer llegar a todas partes la gloria de

Roma y defenderla de los ataques de sus enemigos. Esto supone una intención

didáctica y propagandística. Además se utiliza la historia como instrumento de

enseñanza moral y política, tomando como exempla el sistema de valores de los

antepasados.

Tanto en la historiografía latina como en la griega, es claramente perceptible

la presencia del autor, pero el historiador griego se dirige al presente y a lo

universal. El romano en cambio al pasado y a Roma; éste hace que a veces

carezca del sentido profundo de la evolución que tenían los griegos.

El interés por el pasado, y la perspectiva senatorial producen cierto

pesimismo, que será una constante en los historiadores posteriores (Salustio,

Tácito, Livio), aunque contrarrestado por el optimismo producido por la visión

de la grandeza de Roma y por el valor de la historia.


Utilizaban como fuentes el calendario anual de los días fasti para la actividad

pública o privada, y nefasti. Además se servían de las listas anuales de

magistrados que han llegado parcialmente hasta nosotros a través de

testimonios epigráficos. Por último hay que decir que las familias romanas

mantenían el recuerdo de sus antepasados por medio de tradiciones orales

asociadas a las imágenes funerarias. Estas laudationes fúnebres exaltaban las

virtudes del difunto y los méritos de sus ancestros.

2. PRIMEROS AUTORES ANALISTAS

2.1. Analistas griegos

Los Annales en prosa de esta primera época abarcan desde los orígenes de

Roma hasta el momento en que se escriben y son obras de miembros de la clase

senatorial que dan un sesgo nacionalista a su relato. Están escritos en griego.

Los autores principales son:

Fabio Pictor.- Su obra pretendía ser el primer cuadro completo de la historia de

Roma. Comenzaban con la llegada de Eneas a Italia y se extendían hasta la

Segunda Guerra Púnica, vivida intensamente por su autor. Estaba animada por

una intención nacionaista y un espíritu polémico con una imagen muy positiva

de Roma, iniciando así la propagandística romana.

Cincio Alimento – pertenecía también al orden senatorial y vivió incluso como

prisionero durante la segunda Guerra Púnica. También compuso su tratado

histórico en griego, que abarcaba probablemente desde los orígenes hasta su

tiempo.

2.2. Analistas romanos. Catón el Censor


La sensación de alivio por haber logrado la victoria en la Segunda Guerra

Púnica, unida a otras hazañas militares que siguieron, hace que los romanos

adquieran mayor confianza en sí mismos. Roma se reafirma como potencia

hegemónica y deja de necesitar a los griegos como aliados, por tanto ya no está

justificado escribir en griego por razones diplomáticas o propagandísticas.

Catón – es una personalidad destacada y original en este género, como autor de

los Orígenes. Por desgracia no se ha conservado esta obra; en ella recogía desde

los orígenes hasta su tiempo, pero no sólo se interesaba por Roma, sino por

Italia entera.

Procedía por lo general narrando las cosas que le parecían de mayor

importancia o de valor general. Es experto en presentar en pocos trazos las

características de un individuo o de un pueblo. Aparecía también su agudeza y

mordacidad, teñida de proverbios y de sátiras populares, en contra de la

nobleza helenizada de su época capitaneada por Escipión, por eso se le apodaba

Censor.

3. LA HISTORIOGRAFÍA DESDE LOS GRACOS A SILA

A finales del siglo II se percibe un cambio en el tono de la historia que se

escribe, y en los objetivos que persigue; la agitación de la época de los Gracos ha

ampliado mucho el número de personas interesadas en la política, y como

consecuencia, en la historia de Roma. Predominan ahora dos influencias: el

pintoresquismo patético y el racionalismo de carácter científico. Autores:

Celio Antípatro – es ya un historiador profesional que compone una historia de

la Segunda Guerra Púnica más orientada a entretener al público con su

composición dramática y sus valores estilísticos que a relatar los hechos con

precisión. Es el primero en interesarse abiertamente por el aspecto literario de


su obra. El género monográfico vuelve a estar en auge desde el mundo

helenístico. Permite organizar el relato de manera dramática y comunicar

emociones al lector. Es el precesor de Salustio, aunque en un registro diferente.

Sempronio Aselión – se limita a la historia de su tiempo. También revela la

preocupación moral que no dejará de dominar el género histórico romano.

Claudio Cuadrigario, Valerio Antias, L. Macer – analistas de la época, poco

escrupulosos, debido a su tendencia a alterar los hechos. Utilizan

procedimientos retóricos para animar el relato e introduce discursos ficticios y

cartas.

Sisenna – debió de escribir a la muerte de Sila 12 libros de Historia. Se limitó a la

narración de hechos históricos contemporáneos: guerra social, guerra entre

Mario y Sila. Destaca por su lenguaje arcaizante y su estilo barroco.

Autobiografía – varios hombres de estado como Emilio Escauro, Lutacio Cátulo o

Rutilio Rufo, escriben su autobiografía procurando adaptarse a la moda del

momento y de paso defender su causa. Los escritores de memorias de esta

época se pueden considerar precursores de los Comentarii cesarianos – con la

apariencia de ofrecer materiales para la historia, presentan una visión

interesada de los hechos y buscan siempre la glorificación personal.

4. HISTORIADORES REPUBLICANOS

4.1. Varrón

Varrón – contemporáneo de César, Salustio y Nepote. Entre su extensa y

polifacética producción, dio cabida a obras históricas que se han perdido –


Antiquitates, Imágenes (biografías de reyes y figuras políticas y literarias griegas

y romanas que inician la biografía en Roma), De vita populi romani…

4.2. César 100-44 a.C.

Cayo Julio César cultivó tres actividades íntimamente relacionadas, la política,

la milicia y la que más nos interesa, la literatura. Efectivamente César

representa el paradigma del pragmatismo romano que aprovecha todas las

posibilidades, oportunidades y medios que tiene a su alcance para obtener

resultados sobresalientes.

Vivió en una época de grandes cambios sociales, de costumbres y políticos,

donde él fue principal destacado. Se consideraba descendiente de Venus,

justificando su conquista del universo y sus pretensiones monárquicas. Desde

joven tuvo un gran interés por la retórica a manos de Molón de Rodas y sobre

todo por la política en el bando popular. Tuvo una carrera llena de éxitos,

incluso alcanzó el grado de Pontífice Máximo.

En la vertiente militar consiguió numerosos triunfos y un ejército leal y

disciplinado. El enfrentamiento con Pompeyo y la victoria en la guerra civil le

hicieron dueño absoluto de la ciudad y de su imperio. No obstante, por exceso

de confianza en su poder, sus adversarios, partidarios del viejo sistema

republicano le causaron la muerte en los idus de Marzo del 44.

La gloria literaria de César quedó consagrada sobre todo con los Comentarios

De Bello Gallico en 7 libros y De bello civili. La primera obra describe la campaña

que él dirigió en las Galias del 58 hasta la rendición de Ariovisto en el 52. El

final de la guerra lo desarrollaría su lugarteniente Hircio. La segunda

distribuye los acontecimientos de la guerra civil entre César y Pompeyo en los

años 49 y 48. Lo que más destaca de la obra es la justificación y defensa de la

actuación del historiador, al que ya no le resta más opción que la guerra contra
los pompeyanos. El resto de la guerra fue descrita en obras menores de carácter

coloquial, lejos del estilo de César.

César no es historiador en el sentido estricto de la palabra. Sigue la

composición analística año tras año pero su obra se denomina Comentarii, libros

o compilaciones que sirven para guardar recuerdos. Utilizó para componerlos

los informes oficiales que él mismo enviaba periódicamente al senado así como

los informes de sus legados y los apuntes personales del propio César tomados

durante las campañas. Se encuadraría en el género de las memorias visto

anteriormente.

Los hombres públicos intentaron utilizar todos los medios a su alcance para

difundir sus ideas y convencer a los ciudadanos electores. Por ello, el estilo es

muy claro y preciso, lleno de enumeraciones, yuxtaposiciones… La

característica más importante es la deformación histórica que se encontraba

detrás de esa supuesta objetividad en 3ª persona. César aparentemente estaba

siempre de parte del orden, de la justicia y la constitución republicana, al fin y

al cabo el objetivo de la obra era recordar y potenciar la brillantez de sus

campañas y éxitos militares.

4.3. Cayo Salustio Crispo (87-35 a.C.)

Nació en Amiterno en el seno de una familia rica, pero plebeya, con una

sólida formación literaria, retórica y filosófica en la capital con el propósito de

realizar una brillante carrera en la vida pública, judicial o política. Su vida

pública la comenzó del lado de los populares siempre en defensa de los homines

novi, contra los optimates. Fue expulsado del Senado por actitud inmoral. Al

estallar la guerra civil toma partido por César que le nombró posteriormente

gobernador de la provincia de África. Las riquezas le permitieron retirarse de la


vida activa; libre del bullicio del foro, decide dedicarse a lo que él consideraba

una tarea noble, la historia.

Salustio eligió la monografía sobre temas recientes, puesto que le permitía

prolongar la política, extrayendo lecciones de los acontecimientos. Intenta de

algún modo ser el intérprete de la crisis de la República, del progresivo

deterioro de las antiguas instituciones y del surgir sobre sus ruinas de un nuevo

estado.

La conjuración de Catilina – la obra es una crítica a la decadencia moral de Roma

con diferentes digresiones, discursos y retratos. El propósito fue el de exaltar la

democracia, atacar a Cicerón y defender a César contra la acusación de estar

implicado en la conjura.

La guerra de Yugurta. La guerra de Yugurta aparecerá a los ojos de Salustio como

un hito que señalaba el comienzo de una era nueva y decisiva en la lucha de

clases. Se eleva a cónsul a un homo novus, Mario. La aristocracia representada

por Metelo, sufre un duro golpe y se ven también los comienzos de Sila, que

abocarían a una despiadada tiranía.

Historiae – su gran obra perdida donde narraba la guerra de Sertorio, la guerra

de los esclavos y una parte de la guerra contra Mitrídates.

Salustio ocupa un puesto singular entre los historiadores romanos hasta el

pnto de ser considerado el creador de la historia como género literario. La

historiografía para él es un arte a pesar de que a veces se le haya acusado de

escritor partidista y propagandista de panfletos políticos. Su estilo es diferente y

original, por la ruptura del período clásico con frases breves y cortadas y

recursos lingüísticos no habituales, con la finalidad de sorprender e impresionar


al lector. Moralista, conceptuoso y profundo, con reflexiones imperecederas

sobre el conflicto entre moralidad y poder.

4.4. Nepote (100-25 a.C.)

Pocos datos personales pueden ofrecerse con certeza absoluta. Vivió en Roma,

pero alejado de cargos oficiales con grandes amistades como Cicerón, Ático y

Catulo. Se dedicó al estudio y a la historia. Con apenas erudición y sin una gran

cultura literaria tiene, no obstante, el mérito de abrir nuevas formas en la

literatura historiográfica: el resumen, la compilación anecdótica y sobre todo la

biografía.

Nepote se propone en su obra De viris illustribus en 8 libros el intercionalismo

al comparar los hombres eminentes de Roma con los de otras tierras. De este

modo satisface el gusto de un público que sentía curiosidad por conocer las

personalidades excepcionales con sus anécdotas diarias, gustos, etc… sus

biografías por tanto son colecciones de anécdotas insustanciales y un conjunto

de exempla morales. Destacan la vida de Aníbal, la de Catón y la de Ático.

Su obra presenta una estructura poco sistemática y falta de equilibrio. La

técnica de selección de procedimientos es pobre y reiterativa usando sin

equilibrio arcaísmos y coloquialismos.

5. LA HISTORIOGRAFÍA IMPERIAL

5.1. Tito Livio (64/59 – 17 a.C.)

Fue el más importante historiador de la época augústea fue Tito Livio. Nació

en Padua, coetáneo de numerosos personajes ilustres como Horacio o Augusto.

Con una buena formación en retórica, filosofía y lengua griega.


Escribió en 142 libros toda la historia de roma Ab urbe condita, siguiendo la

tradición analística. Se conserva la primera parte dedicada al origen de Roma, la

Monarquía, todo el bloque relativo a las Guerras Púnicas y las Guerras

Macedónicas hasta la muerte accidental de Druso, padre de Germánico.

Aunque su obra esté organizada por bloques, se aprecia una manifiesta y

admirable continuidad, gracias a muy diversos recursos formales y de

contenidos, plasmando siempre la concepción ideológica de Roma y su

significación como imperio y patria. Mezcla distintos estilos, según las fuentes

que utilice, carece de veracidad en ocasiones, maneja tanto relatos, como

discursos o retratos y episodios dramáticos, todo para ayudar a interpretar los

acontecimientos. Finalmente es importante reseñar que la aportación

fundamental de Tito Livio a la Historia fue afirmar que los pueblos, como los

hombres, nacen, crecen y al final decaen (biologismo histórico).

5.2. Autores menores

Trogo Pompeyo – escribió una obra de historia universal siguiendo la sucesión

temporal de los imperios de oriente a occidente llamadas Historias Filípicas,

abreviadas por Justino.

Veleyo Patérculo – en su obra Historia Romana se nos presenta como testigo de la

entusiasta acogida de la adopción de Tiberio, a quien acompañó en su campaña

por Germania. Se trata de un resumen o breviario de la historia romana desde

el fin del reinado de Rómulo hasta Tiberio, del cual hace un Panegírico. Ha

sabido engarzar la historia en la más amplia del relato universal con nuevas

formas de realidad histórica y literaria como la biografía.


Quinto Curcio – escribió una Historia de Alejandro Magno en 10 libros donde

mezcla la visión idealizada del griego con otra caracterización en la que subraya

su aspecto sombrío. Destacan el interés retórico-político por la vida de un

personaje tan importante, el gusto por la peripecia aventurera en unos

escenarios exóticos de Oriente y la importancia de la caracterización biográfico-

retratística. La elaborada construcción literaria está al servicio de una finalidad

superior histórico moralizante – universalización de un problema ético-político

logrado con su peculiar concepción filosófico-retórica.

Floro – va a ser otro de los introductores del género del Epítome en Roma, es

decir, su obra “Epítome de Tito Livio” se basa en un reanálisis de la obra del

paduano de forma muy esquemática. Floro es el ejemplo perfecto de la

historiografía retórica donde lo esencial no es el tratamiento riguroso del tema,

sino la recreación literaria de una materia ya conocida por todos donde el

interés se centra en la peculiar visión que el autor da de ella.

5.3. Tácito 55/57-117 d.C.

Originario de la Galia Narbonense, se formó como orador en Roma y tuvo

una próspera carrera política bajo los emperadores Flavios. Fue en el reinado de

Trajano cuando desarrolla la mayor parte de su prolífica actividad literaria. A

parte del Diálogo de los oradores, escribió las siguientes obras:

Historiae – Crónica de Roma de la dinastía Flavia y de los acontecimientos que

precedieron al advenimiento de la misma, años 69-96.

Annales – Elige para esta obra un relato analístico de los años de la dinastía

Julio-Claudia, necesario de retratar con una crónica objetiva, y que él se creía

capaz de narrar sine ira et studio.

Agricola – se trata de una biografía de su suegro Agrícola hasta su

nombramiento como gobernador de Britania. Tras un excursus geográfico,


histórico y etnográfico de la isla y un resumen de la presencia romana allí, el

núcleo de la obra es una monografía sobre las campañas de su suegro.

Germania – no es una obra histórica propiamente, sino una monografía

geográfica y etnográfica.

Tácito es considerado como el último representante de la analística senatorial

romana, cuya huella es patente en la combinación de descripciones,

narraciones, discursos, digresiones y retratos de caracteres. Conserva fuerte

carga ideológica, radical pesimismo, escepticismo e interpretaciones poco

benévolas de las conductas. Tácito es un severo moralista apegado a la vieja

virtus que condensa en un estilo impresionista con construcciones inesperadas

todo lo que el lector debe interpretar.

5.4. Suetonio

De familia ecuestre, tuvo una educación ligada a los estudios gramaticales y

retóricos. Su carrera se vincula con la administración donde fue secretario bajo

Adriano a quien no tenía mucha simpatía. Hay un amplio número de obras que

se han atribuido a este autor, adscribibles al género erudito, anticuario y

enciclopédico. Su obra histórica por excelencia es la Vita XII Caesarum, el

testimonio romano más importante del género biográfico.

Las biografías imperiales de Suetonio no constituyen propiamente una

historia, pues no se presta interés por los hechos generales. Su cronología

resultó a veces incierta y el emperador es estudiado más como hombre que

como emperador. Se da amplia cabida por tanto a la vida privada y personal de

los Césares.

Es fiel seguidor de la biografía alejandrina de corte erudito, aunque poco

interesada en la dramatización y el cuidado literario del texto, y con un

procedimiento de descripción y caracterización directa del personaje. La acción


exterior se subordina a lo individual, al emperador, del que importan sus

hazañas y cargos desempeñados, y sus cualidades y vicios.

5.5. La historiografía del siglo IV

Simplemente cabría destacar la importancia de que durante este siglo van a

confrontarse diferentes corrientes o géneros historiográficos:

a. Gran Historia – Amiano Marcelino, que continúa las historias de Tácito.

b. Epitomadores, Breviarios – Eutropio, Aurelio Víctor y Festo

c. Biografía – la Historia Augusta, que parece una continuación de Suetonio

d. Historiografía cristiana – donde se defenderán los ideales de la nueva fé.

6. PERVIVENCIA DE LAS CONCEPCIONES HISTORIOGRÁFICAS


LATINAS EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

A lo largo de la exposición, hemos visto que en la literatura romana se

desarrollaron multitud de subgéneros dentro de la historiografía. Algunos de

ellos actualmente, siguen vigentes, como la biografía de personajes ilustres en la

que la atención se centra en la vida privada de los personajes tal y como

Suetonio hizo de los Césares.

En la literatura occidental muchos de los autores que hemos comentado,

estuvieron presentes en obras y autores tan importantes como Boccaccio, que

hizo una versión italiana de los libros que se conocían en su tiempo de Tito

Livio, o John Donne, John Milton y Michel de Montaigne que continuaron el

período cortado, enérgico y drástico de la obra de Tácito.

Además hay que tener en cuenta que la historia fue quizá el campo más

importante de traducción desde el Renacimiento, lo cual pone de relieve un tipo

de influencia clásica que a veces nos sentimos inclinados a dar por sabido: la

perspectiva de los acontecimientos pasados, la experiencia política y la riqueza


de relatos que atesoran los historiadores de la Antigüedad, aún inigualados.

Destáquense Gibbon y su Historia del declive y la caida del imperio romano.

TEMA 42.- LA FÁBULA Y LA NOVELA. INFLUENCIA EN LA LITERATURA


POSTERIOR
1. LA FÁBULA

1.1. Definición y origen

La fábula se suele definir como “una composición literaria, generalmente en

verso, en la que por medio de una ficción alegórica y de la personificación de

seres irracionales, inanimados o abstractos, se da una enseñanza útil o moral”.

En este sentido aparece por primera vez relacionada con la sátira.

En Roma el término fabula tiene también un sentido amplio, designando

cualquier relato con peripecias variadas; y por ello se llama fábula a las obras

dramáticas.

Los orígenes de la fábula se deben buscar en las literaturas más antiguas, entre

las que debió establecerse muy pronto intercambio de temas y formas. En

Grecia escribieron fábulas Hesíodo, Arquíloco y Estesícoro, pero fue el

legendario Esopo a quien se le atribuye la paternidad de la fábula como género

literario. Entre los latinos la fábula no apareció como género literario hasta el

siglo I a.C. Horacio la introdujo ocasionalmente en algunas de sus obras como

la fábula del ratón campesino y el ratón urbano en una de sus sátiras. También

hallamos fábulas en las sátiras de Ennio y Lucilio, pero fue Fedro quien escribió

vigorosas fábulas sobre la sociedad romana.

1.2. Fedro

Los datos que tenemos se deben a sus propias confesiones y a la tradición

manuscrita. Es de origen tracio y muy pronto fue llevado a Roma como esclavo.

Luego fue convertido en liberto de Augusto pero no hizo carrera

administrativa, sino que se dedicó a escribir fábulas para, bajo las máscaras y

los animales, expresar los sentimientos de los esclavos.


No obstante, Sejano y algunos secuaces se vieron retratados en algunas

fábulas, y los entendieron como ataques satíricos contra ellos con lo que se

abatió contra él una gran calamitas. Fedro tuvo que pedir ayuda a otros libertos

ricos e influyentes a quienes dedica los libros III y IV, justificando su inocencia y

vejez.

Escribió 5 libros de fábulas de las que conservamos aproximadamente 130.

Fue el primero que escribió fábulas en verso para que fueran leídas como

poemas autónomos. En el prólogo de su primer libro nos dice que sus

intenciones fueron dos: una, la de divertir y la otra la de dar prudentes consejos

para la vida. Evidentemente la intención moral no sólo se da en la “moraleja”,

con que suelen terminar, sino que la índole misma de las fábulas es moral: los

animales en su actuación son un claro espejo de las actuaciones humanas.

Interesante de este autor es también que a partir del libro II incorpora a su

colección alegorías mitológicas, anécdotas humanas, relatos cortos, etc… De

ellos destacan, no muy buenaos, los relatos cortos “novellae”, con una tradición

en la antigüedad muy viva (las fábulas milesias de Arístides de Mileto,

traducidas al latín por Sisenna, historiador de la época de Sisena).

Generalmente conservan una anécdota desarrollada narrativamente de carácter

erótico. Algunas tienen como protagonistas a animales, otras personas

humanas, pero en ambas ocasiones, consigue desarrollar una moraleja.

2. LA NOVELA. INTRODUCCIÓN

Si bien hasta hace poco se consideraba que la novela había surgido en el siglo

II d.C., ya que parecía presuponer la Segunda Sofística, algunos

descubrimientos recientes de papiros y otras consideraciones han hecho

adelantar esta fecha al siglo I d.C.


La novela, al tratarse de un género abierto, y no sujeto a esquemas formales o

estructurales, se va a convertir en seguida en un género popular, propio de una

época en decadencia, individualista, abierta y en crisis de ideales. Su aparición

se debe a un cambio general de la sociedad, por un lado la pérdida de

autonomía y participación en la vida política del ciudadano, por otro el

desarrollo de grandes masas y, por último una situación social y económica

inestable. La novela va a representar un alejamiento del mundo real: aventuras

azarosas con final feliz, importancia del amor como motor de los personajes,

búsqueda de lo maravilloso, gusto por los elementos exóticos, misteriosos,

mágicos que han perdido su contenido religioso al trivializarse.

Señalamos brevemente algunas de las características de la novela antigua que

veremos en cierta medida reflejadas en las obras de Petronio y Apuleyo:

1. Influencia decisiva de los relatos de viajes, en ese afán de la novela

por alejarse del mundo real: La Odisea, La vida de Alejandro, Las

maravillas más allá de Tule de Antonio Diógenes.

2. Influencia de la poesía erótica alejandrina. El tema amoroso va a ser

consustancial a la novela.

3. Inclusión en el relato novelístico de cuentos de magia y terror.

4. Presencia de la divinidad como hilo conductor de los personaje.

5. Esquema argumental básico: encuentro de los amantes, separación,

búsqueda con muchas aventuras y reencuentro feliz. La psicología de

los personajes es poco complicada: oposición entre buenos que

apoyan a los protagonistas y malos que impiden el reencuentro.

6. Elementos de distracción y suspense: tempestades y naufragios,

piratas y bandidos, raptos y asesinatos, oráculos y sueños…

3. PETRONIO: EL SATIRICÓN
El Satiricón de Petronio es una obra que ha suscitado apasionadas

controversias en torno a cuestiones tales como la identidad de su autor, la fecha

en que se compuso, las fuentes utilizadas y el género al que deben adscribirse.

Si se acepta la fecha de finales del siglo I d.C., ya que el ambiente parece de

estas fechas, el Satiricón sería la primera novela conservada en cuanto a la

cronología y se diferencia notablemente del resto de la producción novelística

clásica.

El autor que figura en los manuscritos es Petronius Arbiter, de quien habla

Tácito en los Annales como un personaje de gusto exquisito, con tendencia al

epicureísmo, de clase alta, perteneciente a la corte de Nerón, aunque también se

ha hablado de que podría ser un cónsul del siglo III d.C., ya que el estilo es

propio del sermo urbanus de ese siglo.

El título es Satyrica, Satyricon libri, que nos recuerda a Milesiaka, a las novelas

milesias de las que hemos hablado con anterioridad, colección de relatos

ficticios de historias amorosas. El hecho de que existan la pareja de amantes, las

tentativas de suicidio ante los fracasos amorosos, la presencia de un dios,

Príapo, el monólogo y los viajes, nos hacen pensar que es una novela.

El título también nos remite a σάτυροι, personajes vagabundos y lascivos del

drama satírico griego, por lo que el Satiricón sería un conjunto de relatos de

sátiros, de personjes lascivos.

También podría tratarse de una sátira menipea del estilo de Varrón, ya que al

igual que éste usa el prosímetro, mezcla de prosa y verso, y el título tiene tanto

connotaciones griegas como latinas, además de usar una técnica autobiográfica

en primera persona. El Satiricón por tanto es una obra narrativa difícil de

encuadrar en un solo género debido a sus peculiares características y a los

diversos elementos que toma de distintos géneros.


ESTRUCTURA DEL SATIRICÓN

Debido a su gran variedad, distinguiremos en la obra diversos elementos o

partes que iremos analizando brevemente:

a. Parte narrativa central que constituye la trama de la obra:

-Aventuras de Encolpio y Ascilto. Encolpio, joven culto y de buena familia,

aparece discutiendo con el rétor Agamenón sobre la juventud y la educación.

Posteriormente encontrará en un burdel, a su compañero Ascilto, que había

desaparecido. Va al encuentro de Gitón, amante de Encolpio, que se queja a éste

de un intento de forzarle por parte de Ascilto. Tras una discusión y

reconciliación, intentan vender en el mercado un manto robado y, tras varias

peripecias, recuperan una túnica que habían perdido, con varias monedas

cosidas en el forro.

-Aventuras de Encolpio y Eumolpo: tras una disputa entre Encolpio y Ascilto por

el favor de Gitón, ahora es Eumolpo el que se encapricha de éste. Se embarcan y

tras una azarosa y peligrosa travesía, los tres personajes llegan a Crotona.

Nuevas peripecias, aventuras amorosas, etc… La obra se interrumpe cuando

Eumolpo pone como condición para ser heredado el que se coman su cadáver.

b. Cena de Trimalción. La parte mejor conservada y más

estudiada narra la cena dada en una ciudad al sur de Italia, por

Trimalción, arquetipo del nuevo rico provinciano que intenta

sorprender a sus invitados con multitud de platos exóticos.

Todo el pasaje es de un gran realismo y de una impresionante

riqueza descriptiva con un lenguaje ágil y fluido.

c. Cuentos insertos en el Satiricón:

-Cuentos folklóricos como el del “Hombre Lobo” o el de las “Brujas Maléficas”.


-Fábulas milesias – “La matrona de Éfeso” y “El muchacho de Éfeso”, que

aborda el tema de la homosexualidad de modo desenfadado y gracioso.

d. Poemas insertos. En esta novela, mezcla de prosa y verso, las

piezas poéticas son de una extensión muy variada; la mayor

parte de breve extensión salvo dos:

-“La caída de Troya” – en senarios, poema pronunciado por Eumolpo donde se

deja sentir la influencia del canto II de la Eneida.

-“La guerra civil” – en hexámetros, critica la épica moderna, a juzgar por el

título, de la Farsalia de Lucano. Critica su elección del tema y la manera de

exponerlo.

ESTILO

Petronio, como realista moderno, pone su ambición artística en intentar imitar

sin estilización un ambiente cualquier cotidiano y contemporáneo, y en el que

haga hablar a cada personaje en su jerga.

La lengua de Petronio se caracteriza por su riqueza y variedad. Su léxico es

abundante, lleno de vulgarismos, coloquialismos y palabras de jerga de libertos.

De ahí que el Satiricón constituya uno de los documentos más importantes para

el estudio del latín vulgar, pues muestra grandes semejanzas con el lenguaje de

inscripciones parietales o las sátiras de Varrón y Séneca. Su prosa, con todo, es

cuidada, adecuada en cada momento al personaje o situación descrita, evitando

siempre caer en la retórica criticada por el mismo Petronio en sus excursos

literarios.

4. APULEYO: EL ASNO DE ORO

Apuleyo nació en Madaura en torno al 125 d.C., con una formación en

gramática, retórica y filosofía en Cartago, Atenas y Roma. Se casó con la viuda


Prudentila y se le acusó de haberla seducido a través de la magia. Es evidente

que resultó absuelto, instalándose en Cartago. Le fue otorgada por el senado

una estatua pública. Además ejerció el cargo de sacerdote de la provincia.

Murió en torno al 170-180.

Su producción literaria fue inmensa: nos faltan al menos viente obras seguras,

pero conservamos cuatro tratados filosóficos, parte de su obra oratoria y su

novela “Las metamorfosis o el asno de oro”, obra incluida en el género de novela

cómica, realista y de ambiente bajo.

FUENTES. TÍTULO DE LA OBRA

El prólogo de la obra presenta al narrador como compilador y cuentista de

variadas narraciones de metamorfosis que va recogiendo a lo largo del camino

para admiración y deleite. Su modo narrativo, autobiografía en prosa, y su

tema, conversión de un hombre en asno, lo derivó de las μεταμορφόσεις de

Lucio de Patras, novela griega de finales del siglo I d.C. Este tema ya estaba en

otra obra griega de Luciano “Lucio o el Asno”, versión reducida del original.

En esta versión, el narrador Lucio de Patras cuenta una historia que le ha

sucedido a él mismo. Va a Tesalia de viaje y se interesa por la magia que

practica la mujer de su anfitrión. Ésta se convierte en pájaro y Lucio en asno. El

resto del argumento es similar a la novela de Apuleyo.

El tema mágico de las Metamorfosis en Asno daba mucho juego para producir

efectos cómicos y realistas, pero al mismo tiempo que un asno pudiera observar

la realidad humana, le permitía al escritor dar una visión satírica de esa

sociedad, con ese observador externo. Diferencias:

1. El tono de Apuleyo es crédulo, cómico y en ocasiones ridículo o grotesco,

mientras que la obra de Luciano es cómica en su conjunto.


2. En el Asno no se interrumpe la narración en primera persona, mientras

que en Apuleyo el narrador autobiográfico del principio le cede la

palabra a otros narradores secundarios.

3. En el Asno Lucio recupera la forma humana por arte de magia, casual,

pero la fábula de Apuleyo tiene una moral religiosa, la metamorfosis en

forma humana es espiritual e interna. La recuperación de la forma

humana supone un cambio en la manera de vivir y en las ideas religiosas

del protagonista, que descubre a un tiempo los poderes de Isis y la

atracción de sus misterios.

ESTRUCTURA DE LA OBRA

La cuestión se centra en describir el tema de las Metamorfosis como la historia

de un hombre que por su afición a la magia se convirtió en Asno y recuperó la

condición humana gracias al poder de Isis, en cuyos misterios termina siendo

iniciado.

Lo mueve una insaciable curiositas, rasgo narrativo que impulsa la acción y

que, en una consideración retrospectiva, fuerza interpretaciones de tipo moral.

Ello genera abundantes peripecias (amenazas de muerte, de castración,

salvaciones en el último momento, nuevos peligros), motivados casi siempre

por la acción de la fortuna.

El héroe Lucio, joven de buena familia y educación liberal, se ve empujado

por una curiosidad incontrolada a buscar el conocimiento del mundo de la

magia a través de una relación sexual intrascendente. Las anécdotas y episodios

ocasionales están alineados con habilidad para subrayar su culpabilidad.

En los tres primeros capítulos se desarrolla el viaje de Lucio a Tesalia y su

metamorfosis en asno por culpa de su curiosidad. A la trama original Apuleyo

añade la historia de Aristómenes, la de Telifrón y el juicio de la Risa, episodios


que contribuyen a acentuar el misterio de Tesalia, tierra de brujas y

encantamientos.

En los capítulos que van del IV al IX se narran las penalidades del asno. Se

incluyen aquì el cuento de Eros y Psique y la historia de la bella cautiva Cárite.

La parte final de la obra, con su tono de revelación religiosa, cambia la

consideración de la novela: en vez de ser una narración humorística en contra

de la superstición, la novela toma el tono severo de una fábula moral.

INTERPRETACIÓN. ESTILO

Las Metamorfosis, al igual que el Satiricón, se enmarcan en la tradición

estilística e ideología de la novela griega. Precisamente es desde esta

perspectiva como hay que explicar el problema de la narración autobiográfica,

en primera persona.

Si hay algo que destacar en la misma sería el carácter simbólico y moralizante

de esta novela. Precisamente una de las muchas leyendas insertas en la trama

general de la obra, y sin duda la más importante es la de “Eros y Psique”, que si

bien pertenece al folklore popular, adquiere en la obra de Apuleyo un valor

simbólico evidente – Psiqué (el alma humana) busca a Eros (la divinidad que

encarna el amor). La pasión amorosa se concibe, por tanto, como un anhelo del

alma por lo divino y la vida, como una peregrinación y purificación antes de

alcanzar el final feliz. Psiqué, víctima también de su curiosidad, se convierte a

su vez en símbolo de los males que aquejarán a Lucio y el final de ambos

personajes consiste, precisamente, en un reencuentro con la divinidad.

En el plano formal, una aportación fundamental de Apuleyo al relato original

griego es su propio estilo literario. Lo cierto es que una de las virtudes de su

relato radica en el empleo de una prosa artística conscientemente elaborada y

de una gran riqueza expresiva. García Gual destaca su gracia novelesca y su


lenguaje plástico, su prosa musical, el riquísimo vocabulario, con abundantes

poetismos y la perfección de las cláusulas rítmicas. Con adjetivos irónicos,

parodias mitológicas y bruscos reveses, el autor pretende provocar efectos

cómicos y, por tanto, este lenguaje irónico no hace sino realizar el

distanciamiento entre la expresión y la realidad.

4. INFLUENCIA EN LA LITERATURA POSTERIOR

La rehabilitación de la fama de Fedro, se debe a los humanistas del

Renacimiento. Él abre el camino hasta la fábula literaria moderna marcada por

escritores como LaFontaine o Lessing.

Por otra parte, la fama que acompañó en vida a Apuleyo continuó tras su

muerte, sobre todo en el norte de África y en parte por la consideración de su

obra como autobiográfica. Escritores posteriores como Lactancio, Ausonio, San

Agustín o San Jerónimo, conocen la novela de Apuleyo. En el siglo V, la obra de

Marciano Capella “Bodas de Filología y Mercurio” está inspirada en el relato de

Eros y Psiqué.

En el Renacimiento su novela vuelve a revalorizarse gracias sobre todo al

Decameron de Boccaccio. Posteriormente, en el Barroco, muchos escritores

imitaron, sobre todo el cuento de Eros y Psique, Lope de Vega, Calderón,

Corneille, pero la mayor influencia de la novela de Apuleyo se plasmó en la

creación de la novela realista o picaresca, que surge también en una época de

crisis social y espiritual: “El lazarillo de Tormes”, “El Guzmán de Alfarache” o

“El Buscón” de Quevedo, muestran claras dependencias y paralelismos con el

relato de Apuleyo.
TEMA 43.- LITERATURA EPISTOLAR. INFLUENCIA EN LA LITERATURA
OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN

La epístola o carta constituya un género literario de forma y contenido muy

variado y heterogéneo. Es imposible dar una definición de carta que englobe

todos los tipos existentes. Y es que la variedad de contenidos y de finalidades

de una carta pueden ser inmensos: un mensaje, una invitación, una amenaza,
una recomendación, una reflexión moral, una enseñanza científica, una

declaración de amor…

Cicerón dice que la carta más auténtica, el que dio lugar a la invención del

género, es la que se escribe “para informar a los ausentes de algo que interesa, a

nosotros o a ellos, que sepan”. Luego distingue dos nuevos tipos “familiare et

iocosum” (familiar y divertido) y el “severum et grave” (serio y de asuntos de

peso).

Hoy en día la clasificación de las cartas atiende a su temática, sus fines y la

forma artística. Según estos criterios podemos distinguir:

1. Carta mensaje – surgida de la necesidad de comunicar una noticia a una

persona ausente. Es el tipo más antiguo y elemento de cartas.

2. Carta como intercambio personal entre amigos - tanto del genus

iocosum como del genus grave (donde se tratan y comentan asuntos más

importantes como acontecimientos políticos).

3. Carta Tratado – la forma epistolar es un mero pretexto para la exposición

de ideas sobre una materia filosófica o científica (las cartas de Séneca).

4. Carta Proemio – dedicatoria o introducción a manera de prólogo de una

obra literaria de más envergadura.

5. Epístolas poéticas – inspiradas en la ficción poética (Heroidas de Ovidio).

Por otra parte, cada una de las cartas disponía de una serie de fórmulas

consagradas por el uso, de introducción y de despedida:

-Remitente en Nominativo + Destinatario en Dativo + salutem (dicit). Se

suele añadir plurimam a salutem y los cargos correspondientes (cos.des. – cónsul

designado).

-s.u.b.e.e.u. – si vales, bene est, ego valeo.


-Despedida – vale, cura ut valeas.

2. EPISTOLOGRAFÍA LATINA EN LA ÉPOCA ARCAICA

Las cartas aparecen muy pronto en la literatura latina. Ya en Plauto, varios de

sus personajes escriben una carta en algún momento de la comedia y utilizan

las fórmulas antedichas de encabezamiento.

Catón también escribió unas cartas dirigidas a su hijo que se han perdido.

Eran de contenido didáctico-moral, esmaltadas de instrucciones y consejos a los

que debía ajustarse el comportamiento del destinatario en las variadas

situaciones de la vida civil y militar.

Famosas eran también las cartas de Cornelia, madre de los Graco, a sus hijos.

Se nos conservan dos fragmentos de cartas dirigidas al hijo menor, Cayo Graco.

En el primero afirma que, si la venganza sobre los enemigos va a redundar en

perjuicio del Estado, debe uno renunciar a dicha venganza a favor del estado.

En el segundo, intenta disuadir a su hijo, para que no se presente al tribunado,

después de la funesta experiencia de su hermano mayor.

El satírico Lucilio escribió probablemente en forma epistolar el libro V de sus

sátiras. Se conserva el fragmento de una carta en la que se queja a un amigo de

que no lo haya visitado en su enfermedad; y otros fragmentos con cuestiones

gramaticales y temas varios

El poeta Catulo escribió en el poema 68 una verdadera carta dirigida en tono

familiar a su amigo Manlio, para darle cuenta de la honda amargura en que lo

ha sumido la muerte de su hermano.


También el historiador Salustio escribió dos Epistulae ad Caesarem que se

conservan. Es una especie de breve tratado político donde le expone al dictador

un plan de gobierno basado en la justicia y en la honestidad, en la clemencia

hacia los vencidos y en la reconciliación de todas las fuerzas sociales y de las

facciones políticas.

3. EPÍSTOLAS EN PROSA

3.1. Epístolas de Cicerón. La epístola familiar

La transmisión de cartas completas de distintos autores nos permite penetrar

en la intimidad de los personajes y apreciar el tipo de lengua que se utilizaba en

ambientes diferentes. De las 931 cartas conservadas, 797 fueron escritas por

Cicerón y el resto son las respuestas de los personajes a quienes fueron

dirigidas.

Su correspondencia está distribuida en cuatro colecciones:

a. Ad familiares – son 15 libros de cartas dirigidas a parientes, amigos y

conocidos y que datan del período comprendido entre el 62 y el 43 a.C.

b. Ad Atticum – colección también en 16 libros de las cartas a su amigo y

confidente T. Pomponio Ático, fechadas desde el 68 al 44 a.C.

c. Ad Quintum fratrem – tres libros de cartas dirigidas a su hermano Quinto

entre el 60 y el 54 a.C.

d. Ad M. Brutum – el hombre que tras el asesinato de César, adquirió para

cicerón la dignidad de liberador y reivindicador de la República.

Los cuatro grupos tienen notables diferencias, en gran medida causadas por el

hecho de tener que acomodarse al destinatario. Se muestra íntimo y espontáneo,

como con su fiel confidente y administrador Ático, con su hermano Quinto, o


con Tirón, mientras que con otros como con su mujer Terencia lo hace con

hipocresía amabilidad, austeridad, preocupación o indiferencia.

Es uno de los mayores legados de la antigüedad romana, y la más completa

expresión de su autor. Nos ofrecen un relato casi periodístico del día a día de la

historia de una época muy turbulenta, debido a la crisis de la República, y nos

dan muchos datos sobre su persona, sus dudas, temores, simpatías, antipatías,

ambiciones, preocupaciones, vanidades y contradicciones. Además, sirve como

documento para el latín coloquial – clichés, fórmulas, tópicos de pensamiento o

de dicción dentro del género.

Respecto a su publicación, la cronología y las circunstancias en las que vieron

la luz, no son claras. Carcopino cree que se editaron durante el segundo

triunvirato a instigación de Octavio, interesado en destruir la reputación de

Cicerón. Las repercusiones del epistolario fueron inmediatas y enormes,

imponiéndose desde muy pronto como modelo para los cultivadores del

género.

3.2. Epístolas de Séneca. La epístola moral

En los últimos años de su vida, retirado ya de la corte de Nerón, del que había

sido preceptor y que se había convertido en un tirano desequilibrado, escribe

Séneca sus Cartas a Lucilio, un joven amigo al que quiere encarrilar por los

senderos de la verdadera sabiduría. Séneca toma el puesto de director espiritual

y le brinda consejos para una vida fundada en el deseo de alcanzar la virtud.

Se trata de una colección de 124 cartas, algunas bastante largas, abiertas,

destinadas en realidad a un público más amplio. Además no son un tratado


sistemático de moral, sino reflexiones sobre la vida, la virtud, los vicios,

esmaltadas de sentencias lapidarias y de frases fulgurantes.

El estilo es sentencioso, con frases breves y cargadas de significado. A veces

retórico y lleno de colorido, siempre ameno y sugestivo.

3.3. Epístolas de Plinio el Joven. La epístola literaria

Plinio es el típico representante de la aristocracia romana en el paso del siglo I

al II d.C. Noble, rico, culto, elegante, alto dignatario imperial, discípulo de

Quintiliano, amigo de Tácito y protector de Marcial, es una figura relevante en

las letras y en la vida política de su tiempo. Abogado y brillante orador, a él se

debe el discurso más eminente y representativo que conservamos de la época

imperial – el Panegírico de Trajano.

Salvo el libro X, que recoge la correspondencia administrativa y burocrática

de Plinio, los nueve libros son “epistulae ad familiares”, con una serie de

características nuevas, numerosos destinatarios y sin fechas. Esto ha llevado a

gran parte de la crítica a considerar las epístolas como pseudocartas escritas

artificialmente destinadas sólo a la publicación. Quizá desde el primer

momento Plinio las cuidó esmeradamente pensando en un público receptor

más amplio, y quizá modestamente las sometió a un proceso de reelaboración o

retractatio con vistas a dicha publicación.

Una de las constantes del epistolario es la presencia de su modelo ideal

Cicerón, frecuentemente citado y alabado. Hay unidad argumental basada en la

búsqueda de la brevitas traducida en el esquema “una carta, un tema”. El tema

se expone al principio y después se desarrolla, discute e ilustra. Además

demuestra un dominio de los tópicos epistolares, empleados con la finalidad de


emular a su modelo. Lenguaje estilizado y variedad temática: laudes hominum,

descripciones, exposiciones rerum gestarum…

Con distinta fortuna y características tenemos este libro donde se recoge el

intercambio epistolar entre Plinio y el emperador Trajano. Se trata de cartas

privadas, pero de interés público, con un contenido centrado en la

administración, son los informes y preguntas de un funcionario a un

emperador, y las respuestas de éste. Este libro X posee gran interés desde el

punto de vista histórico porque proporciona una información precisa acerca de

la administración de las provinicias, y nos permite conocer a un Plinio más

espontáneo sin perder la elegancia, en su faceta de funcionario leal y fiel que

hace gala de una profesionalidad conseguida tras una intensa carrera política.

Tenemos el ejemplo del intelectual de su tiempo, notable crítico literario, que

aunque hace lecturas parciales e impresionistas, sin una base teórica y estética

fuerte, no deja de sorprendernos con agudos juicios producto de un buen gusto

y una buena sensibilidad.

4. EPÍSTOLAS EN VERSO

4.1. Horacio

Se trata de dos libros bastante diferentes por su carácter y composición. El

primer libro lo publicó en el 20 a.C., distribuido en 20 poemas que rara vez

superan los 100 versos. El segundo libro tiene dos epístolas largas y el Ars

poética.

Horacio regresa al sermo hexamétrico donde recupera el discurso moral en

forma de carta dirigida a un amigo o conocido. El tono se vuelve más íntimo y


desaparece la polémica con el interlocutor que era la característica de la sátira.

Expone sus preceptos morales desde un punto de vista positivo, con una

reflexión filosófica e intención didáctica.

El primer libro consta de veinte cartas que se conciben como poemas, sin ser

escritas con una función social práctica. Son más bien cartas abiertas a los

lectores, a pesar de que algunas estén dedicadas a personajes como Mecenas. La

temática general aparece desde el primer poema, epigramático, donde Horacio

defiende su decisión de dejar la poesía y dedicarse a la búsqueda de la verdad.

Se acerca a la reflexión filosófica, confesando su inconstancia e inestabilidad.

En el libro II se recogen las cartas dirigidas a Augusto y a Floro y la Epistula ad

Pisones, a la que ya Quintiliano llamó Ars poetica.

a. Carta de Floro. La más personal, donde Horacio vuelve a explicar las

razones por las que ha dejado la poesía para dedicarse a la búsqueda

filosófica. Recoge además los principios básicos que han regido su

tarea poética.

b. Carta a Augusto. Trata un tema interesante para el emperador: la

poesía y su utilidad pública. Augusto pretendía ampliar sus bases

sociales con la literatura como medio de propaganda de los valores

morales y religiosos para estabilizar el régimen.

c. Ars Poetica. Versa la mayor parte de la obra sobre el género dramático,

elogiando sus propios preceptos literarios generales que la obra

poética tenga coherencia, unidad, cuidadosa elección de palabras,

separación de tragedia y comedia en cuanto a métrica y estilo, hasta

centrarse en la cuestión teatral en 153-294:

i. Coherencia de los caracteres durante toda la obra

ii. Necesidad de evitar acciones truculentas

iii. Regla de los cinco actos


iv. Función del coro

Le dedica además bastante espacio a la música, el drama satírico y la

métrica dramática, con una historia del teatro griego y su recomendación

de no abandonar nunca el estudio de los exemplaria graeca.

El Ars Poetica no es un tratado sistemático de poética, sino un sermo

sobre este tem, de ahí el carácter irregular de sus desarrollos y la falta de

nitidez de sus partes.

4.2. Ovidio

Resulta difícil encuadrar las obras de Ovidio en un género literario

determinado. Esta dificultad se incrementa con sus epístolas poéticas, las

Heroidas y las Pónticas. Ambas obras, escritas en dísticos elegíacos, tienen cabida

en la elegía de tipo amoroso y doloroso respectivamente. Pero, por estar

compuestas en forma epistolar, también encajan en este género. Son elegías

epistolares o epístolas elegíacas.

HEROIDAS.- Esta obra nos abre una nueva galería de escenas en torno al amor,

pero abandonando un mundo real y situándose en un mundo mítico dando a

sus personajes una voz como si fueran reales. Es una colección de 21 epístolas

poéticas que dirigen las más famosas enamoradas a sus respectivos amantes, si

bien en tres casos, ellos son los que escriben.

Con este procedimiento, Ovidio consigue mediante el amor, como hilo

conductor, hacer un brillantísimo estudio de la psicología femenina. Las

mujeres supuestas autoras de estas cartas, pintan su desesperada situación e

intentan atraer de nuevo a sus maridos o amantes. La indignación, los celos, las

amenazas, las angustias y las declaraciones de amor, constituyen el entramado

de estas cartas.
EPISTULAE EX PONTO.- Nueva variedad de poesía elegíaca dentro de las

circunstancias que lo propiciaron principalmente la nostalgia, nacida del

alejamiento forzoso de todo lo querido. Suelen referirse más a cuestiones

históricas que a su análisis literario. Una muestra evidente, en definitiva, de la

decadencia espiritual y literaria de quien no tuvo fuerzas para sobreponerse a la

tragedia.

Cuenta su partida de Roma, las vicisitudes de su viaje; describe con crudos

colores su nuevo hogar, la incultura de los habitantes, el rudo clima, los peligros

de las invasiones. Pero el objeto fundamental de estas cartas es conseguir el

perdón de su “error”. En general resultan monótonas y fatigosas como poesías

aunque su valor biográfico es indudable.

4.3. Otros autores

Frontón – es uno de los representantes más ilustrativos de la nueva

intelectualidad oficial que se centraba en la administación y la cultura de la

corte, siendo el educador de Marco Aurelio y Lucio Vero. Su obra comprende

cinco libros de cartas intercambiadas entre Frontón y Marco Aurelio con ideas

sobre historiografía y otium literario. Son interesantes las reflexiones que hace

sobre la lengua y la necesidad de una purificación y renovación de la prosa

romana, partidario del estilo arcaizante.

Ausonio – Autor prolífico y variado, escribió también cartas, unas en verso, otras

en prosa y otras con mezcla de prosa y verso. Son importantes las dirigidas a su

discípulo Paulino de Nola y a su amigo Símaco. Sus cartas se distinguían por su

preciosismo, su dominio de la retórica y su admirable facilidad para componer

verso y prosa.
Símaco – Fue el último orador pagano y un gran epistológrafo. Se conservan

numerosas cartas en diez libros. Entre ellas la correspondencia con el

emperador Teodosio desde su cargo de prefecto de Roma.

Autores cristianos – hay que aludir, aunque sea con brevedad, al gusto de los

autores cristianos por el género epistolar, ya con un precedente eximio en San

Pablo. Destacan Cipriano en el siglo III, que escribe a sus fieles tratando de los

graves problemas que perturban a la Iglesia, San Jerónimo, San Agustín o

Sidonio Apolinar, en el siglo V, el mayor representante del preciosismo, con

frases contorneadas, oscuras y siempre en busca del efecto.

5. INFLUENCIA EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

Las cartas de Cicerón han sido siempre muy apreciadas en épocas posteriores

y adquirieron desde muy pronto el carácter de modelo literario, del tipo de

cartas entre amigos.

En cuanto a Séneca, su influencia posterior ha sido irresistible. Sus

argumentos y sentimientos provenían de la renovación de la espiritualidad que

se estaba gestando en el mundo y de donde estaba surgiendo también el

cristianismo. Durante la Edad Media y el Renacimiento fue el autor en prosa

más leído y comentado después de Cicerón. En la obra de Chaucer hay varias

citas de las epístolas morales que parecen probar que Chaucer llegó a

conocerlas de primera mano.

El reclamo de las Heroidas sigue oyéndose en el mundo literario medieval,

pero muy especialmente a partir del siglo XII, cuando da comienzo la llamada

AETAS OVIDIANA. Fueron imitadas en el siglo XII por Baudry de Bourgueil,

quien creó piezas del mismo género en sus epístolas de Paris a Helena y de

Helena a Paris. Citadas y utilizadas como fuente obras tan importantes e

influyentes como la Legend of good women de Chaucer, el Filocolo de


Boccaccio, o la Historia de duobus amantibus de Eneas Silvio Piccolomini. Se

reconoce además, que las Heroidas están en la base de nuestros primeros

ejemplos de novela sentimental, no solo en cuanto a la forma epistolar que tan

frecuentemente aparece en dichas obras, sino también en cuanto al desarrollo

de un lenguaje para manifestar las vivencias amorosas. El influjo de las

Heroidas es claro en la Cárcel de Amor de Diego de San Pedro y en la novela de

Rodríguez del Padrón, Siervo Libre de Amor.

TEMA 44.- RETÓRICA Y ORATORIA ROMANAS. CICERÓN. CAUSAS


DEL DECLIVE DE LA ORATORIA Y DEL AUGE SIMULTÁNEO DE LA
RETÓRICA. PERVIVENCIA DE AMBAS EN LA LITERATURA
OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN. PRIMERA ETAPA (ANTES DE CICERÓN)

La enseñanza superior, a la cual sólo accedían jóvenes de familias

acomodadas, se impartía en las escuelas de retórica. Allí, el rhetor enseñaba a

sus discípulos la técnica oratoria, es decir, el arte de persuasión mediante la

palabra. Los alumnos componín, memorizaban y recitaban discursos. El


maestro corregía después la pronunciación, el tono de voz, los gestos y todos

los defectos que observara. Estos ejercicios contribuían a desarrollar la agilidad

mental, la facilidad de palabra y la capacidad dialéctica del alumno. Eran el

entrenamiento del futuro abogado o político. Su formación se completaba, por

último lugar, en el foro donde podían escuchar los discursos de oradores

célebres.

En los primeros tiempos del siglo I a.C., momento en el cual el debate político

romano estaba en pleno auge, aparecieron en Roma diferentes corrientes

retóricas:

a. Corriente asianista. Se distinguían por su forma florida en el ritmo

oratorio, por su sutileza e ingenio y un estilo rebuscado o sentencioso.

Tomaban como referencia al orador griego Demóstenes. El orador

romano más importante de esta corriente fue Hortensio, con una

elocuencia ampulosa, rica en imágenes, armonía y sugestiva.

b. Corriente neoática. Sin artificios, con frases breves, directas y secas,

tomando como modelo al orador griego Lisias.

c. Escuela de Rodas. Término medio entre las dos anteriores. Se sirvió

de medios áticos o clásicos y helenísticos o modernos para provocar

efecto en el público. Cicerón es el representante de ella, en gran parte,

por su deseo de exaltar a su maestro Apolonio de Rodas.

El discurso que era pronunciado por el orador, que en latín se llamaba oratio,

podía ser de diferentes tipos, según su funcionalidad:

a. Laudationes funebres o panegíricos. Eran discursos que se hacían

cuando una persona había muerto. En general no eran muy veraces,

sino que alababan al difunto con exageración.


b. Discursos políticos. Son los que se pronunciaban durante el

desempeño de algún cargo público, sobre todo el consulado. El

discurso más famoso de este tipo son las Catilinarias de Cicerón.

c. Discursos judiciales o causas criminales. Discursos que se hacían

generalmente en el foro delante de la gente, pero también delante del

tribunal de justicia que iba a emitir un veredicto. Se referían tanto a

acusaciones como a defensas.

d. Acción de gracias. Tanto a los dioses como al senado o al pueblo por

múltiples motivos. Por ejemplo Cicerón agradeció al senado y al

pueblo su vuelta del exilio.

Asimismo, cada discurso tenía una estructura preestablecida en los siguientes

puntos:

a. Inventio: idea principal del discurso

b. Dispositio: estructura del discurso (exordio, narratio, divisio,

argumentatio, digressio, peroratio).

c. Elocutio: características literarias que tenía el discurso.

d. Memoria: aprendizaje del discurso

e. Actio: forma de comportarse en el momento de pronunciar el

discurso.

Como en la Atenas de finales del siglo IV, también en Roma, durante el

Imperio, la oratoria como arte vivo declinó cuando las decisiones políticas eran

tomadas por el emperador y no expuestas a debate público. Pero la retórica

permaneció aún como un elemento fundamental en la eduación, aunque en su

mayor parte en ese momento se enseñaba como mera ostentación ejerciendo un

poderoso influjo sobre todas las formas de literatura.

2. LA ORATORIA ROMANA EN EL SIGLO II A.C.


Es en este siglo II a.C. cuando la oratoria romana se va a consolidar, debido

sobre todo a la influencia de Grecia, provincia romana ya desde el 146 a.C.

Paradójicamente la oratoria romana de este siglo tiene sus principales valedores

en dos figuras diametralmente opuestas en mentalidad y en formación: Catón y

Escipión Emiliano. Ambos comparten, sin embargo, algo que va a conformar la

oratoria de este período y que sobrevivirá como tendencia en la oratoria

posterior: “la preocupación moral”.

Cicerón hace un elogio importante de los hermanos Tiberio y Cayo Graco,

oradores vibrantes de formación griega. Famosos fueron los discursos de ambos

en defensa de las reformas sociales y de los derechos del pueblo; y lleno de

patética tristeza el de Cayo Graco, al final de su vida, acorralado y sin

esperanza.

Quienes verdaderamente encarnaron el ideal del orador romano fueron

Marco Antonio y Licinio Craso. El primero fue asesinado en el 87 por los

partidarios de Mario, su declamación resultaba singularmente eficaz. En cambio

Craso, se destacaba por la esmerada dicción y la gravitas. Se le conocía como el

campeón del principio de aequitas.

3. MARCO TULIO CICERÓN (106-43 A.C.)

El más célebre orador de todos los tiempos fue Cicerón. Nació en Arpino, al sur

del Lacio, en una familia de clase media. Recibió su formación en Roma y la

completó en Grecia, como hemos dicho, con Apolonio de Rodas. Vive en el

medio siglo final de la República, época de grandes convulsiones: guerra civil

entre Mario y Sila, rebelión de Espartaco, conjuración de Catilina, guerra civil

entre César y Pompeyo.


La figura oratoria de Cicerón está rodeada de amigos y rivales y sus discursos

están relacionados con el desarrollo de su Cursus Honorum. Por la elocuencia

Cicerón se abrió paso y ascendió en la política. Él, que era un Homo novus (sin

tradición familiar que le abonara). El arte de la palabra, de su palabra, fue el

instrumento más importante que utilizó para abrirse en la intervención política.

Se inició como orador en el año 81, encargándose de la defensa de Quintio y un

año después, defiende una causa de mayor importancia, Pro Roscio. La ganó y

desde entonces figuró entre los principales abogados de Roma. Comienza su

carrera política en Sicilia siendo cuestor en el 76 a.C. Seis años después aboga

contra Verres a petición de los sicilianos, una vez que fue designado edil. En el

66 es pretor y tres años después cónsul.

Fue protagonista directo en ese añode la conjuración de Catilina, que el

mismo hizo fracasar. En la guerra civil estuvo al lado de Pompeyo, pero César,

vencedor en el 48 a.C. en Farsalia, le perdonó. Entonces se retiró a la vida

privada dedicándose a la literatura. Después del asesinato de César, creyó que

podría reinstaurar la república y volvió a la política, atacando a Marco Antonio

con las Filípicas, que pretendía suceder a César. Eso le supuso la muerte a

manos de los sicarios. Los satélites de Antonio le alcanzaron cerca de Fortina

cuando huía y el centurión Herencio le corta la cabeza, que con su mano

derecha se expusieron en el foro encima de la tribuna de las arengas.

OBRAS DE ORATORIA. DISCURSOS

Verrinas – Cicerón fue destinado como cuestor y administrador de la provincia

de Sicilia en el 76 a.C. Seis años antes los habitantes acusaron al gobernador

Verres de contusión y extorsión.y Cicerón se convirtió en su abogado. Son

discursos modelo, adecuados para el uso escolar que ponen de manifiesto su


prudencia y minuciosidad. Para el lector moderno representan una fuente de

valiosa información sobre algunos abusos de la administración provincial

romana. Fue su primera gran victoria.

Catilinarias – Año 63 a.C. Cicerón es elegido cónsul magistratura más

importante dentro de la carrera política de un romano. En el ejercicio de su

cargo un varón noble llamado Catilina, que también había sido candidato a

cónsul, trama una conjuración para hacerse con el poder, incluyendo el

asesinato del propio Cicerón. Este, al tanto de todas las maquinaciones por la

información de uno de los conjurados, pronuncia contra Catilina cuatro

discursos delante del Senado, consiguiendo su más sonada victoria. La

actuación de Cicerón le acarreó una gloria apoteósica y el apelativo de “padre

de la patria”.

Años más tarde fue exiliado, a instancia de otro de sus enemigos, Clodio, por

ejecutar a los cómplices de Catilina, sin concederles el derecho de apelación al

pueblo. A la vuelta dio las gracias al senado y al pueblo, que habían apoyado su

regreso. Por supuesto se vengó de Clodio en dos discursos:

Pro Caelio – Celio era el examante de Clodia, hermana de Clodio. Ella

acusaba al joven por despecho de haber querido envenenarla.

Pro Milone – Milón había dado muerte a Clodio en un encuentro callejero

entre bandas rivales de las que ellos eran los jefes.

Otros discursos

Pro Archia poeta – en defensa del poeta griego Arquias, al que se le

acusaba de usurpación del derecho de ciudadanía. Logra realizar un verdadero

elogio de las letras en general y de la poesía en particular.


Pro Marcello y Pro Ligario – después del triunfo de César, Cicerón le pide

perdón por no haberlo apoyado y defiende a personajes enemigos del dictador,

apelando a su clemencia.

Filípicas

Una vez que César muere en el año 44 a.C., Cicerón se cree, como hemos

indicado, de nuevo a la cabeza del estado y ataca a Marco Antonio, que

aspiraba a ser el sucesor del dictador, con 14 discursos que imitan el estilo de

Demóstenes (de ahí el título). Estos discursos muestran un estilo renovado,

lleno de habilidad, tacto, ingenio y patetismo en el retrato de los personajes.

Favoreció sin querer los planes del joven Octavio. Cuando estos dos se unen

con Lépido formando el segundo triunvirato, Cicerón fue proscrito y asesinado.

OBRAS DE RETÓRICA (DE TEORÍA SOBRE CÓMO HA DE REALIZARSE UN DISCURSO)

Además de los discursos más perfectos, nos ha dejado las mejores obras sobre

oratoria. Ha sabido enseñar como ninguna como se forma un orador y como se

compone un discurso. Las principales obras de este tipo son:

Brutus – es una historia de la elocuencia en el mundo romano contada a través

de un diálogo entre Cicerón y sus amigos Ático y Bruto.

Orator – Cicerón hace un retrato del orador perfecto que se corresponde con sus

propias cualidades. En esta obra expone con gran claridad y detalles su teoría

sobre el estilo y la estructura del discurso y además retoma la idea de crítica de

los aticistas y asianistas, buscando el ideal de elocuencia. Además desarrolla

otra teoría – si las funciones de la elocuencia son conmover, deleitar y

persuadir, entonces para cada uno de ellos hay que emplear un estilo:

Movere genus grave adornos literarios y léxicos

Delectare genus medium da cabida a todos los ornatos

Persuadere genus tenue puro, claro y decoroso


De oratore – Es también un diálogo entre cuatro de los mejores oradores de

Roma: Antonio, Craso, Escévola, y César Estrabón. El tema es también el estilo

del discurso, el estilo del orador (aptitud, ejercicio, técnica, conocimientos

jurídicos…) y el orador perfecto.

De inventione

De optimo genere oratorum

Partitiones oratoriae

Topica – expone los lugares comunes de donde el orador puede extraer los

argumentos necesarios para su planteamiento.

ESTILO

Los recursos retóricos de que disponía eran de muchas clases distintas. Se

referían a la elección de palabras, al empleo de figuras verbales y alegorías

como la metáfora, la metonimia, la anáfora, el políptoton y otras por el estilo,

con una cuidadosa construcción y reconstrucción de los períodos verbales.

Tal y como dijo César de él “Descubriste todos los tesoros de la elocuencia, y

de ellos fuiste el primero en servirte; alcanzaste la gloria más hermosa y un

triunfo preferible al de los más grandes generales, porque es algo más elevado

ensanchar los límites del espíritu que extender las fronteras del Imperio”.

4. RETÓRICA Y ORATORIA IMPERIAL. CAUSAS DE LA


DECADENCIA

En la época imperial al asumir el emperador el poder total, la vida política de

Roma que se desarrollaba antes en el foro desaparece, se acaban las rivalidades

electorales y las campañas de los candidatos. Así pues, la oratoria se retira al

interior de las escuelas.


Estas enseñanzas escolares, sin poder contrarestarse con la realidad, cara al

público en al calle, se hacen cada vez más artificiales, cayendo en el

amaneramiento y en la afectación. Autores principales:

Séneca el retor – El padre del famoso filósofo, escribió en su obra Sententiae,

divisiones, colores, un conjunto de ejercicios de retórica, que se podían dividir en

dos partes claramente diferenciadas:

Suasoriae – conjunto de ejercicios oratorios con asuntos ficticios referentes

a temas sacados de la mitología o la literatura.

Controversiae – discursos judiciales con asuntos convencionales y poco

reales.

Quintiliano – a finales del siglo I d.C. este hispano procedente de Calahorra, que

cursa sus estudios en Roma y abre una escuela de retórica, nos ha dejado un

tratado llamado Institutiones Oratoriae en el que se preocupa tanto de la técnica

oratoria como de la formación del orador en 12 libros. La ideología que se

muestra es ciceroniana. Escribe esta obra que muestra el auge de la retórica, con

la experiencia de veinte años de profesorado y varios años de ejercicio, y sobre

todo para oponerse a la corrupción de la elocuencia de aquella época que nada

conservaba del esplendor ciceroniano.

A lo largo de la obra, Quintilianose preocupa del futuro orador casi desde la

infancia y no lo abandona hasta dejarle convertido en un orador perfecto,

situándose así dentro de la tradición de la retórica romana que ve en la

formación del orador una parte integrante de la educación completa.

Tácito – Dialogus de oratoribus – es una de las grandes obras latinas de retórica,

una obra que, según la opinión de muchos autores, no pertenece a Tácito, sea

por su tema, su forma, su género o su estilo tan ciceroniano. Pretende

reproducir un debate sobre asuntos retóricos sostenido por ilustres oradores y


letrados de una generación atrás. Tras la dedicatoria y presentación de la

circunstancia histórica del debate, inicia Apro su primer parlamento para

argumentar a favor de la superioridad de la elocuencia con respecto a la

actividad poética. Responde Materno con una ardorosa defensa de la poesía. No

le importa la popularidad e influencia de los oradores, prefiere la paz de los

bosques donde se inspiran los poetas. Posteriormente Mesala, con un cambio de

tercio, explica el cómo y el por qué la elocuencia romana ha venido a menos en

los últimos tiempos, ensalza los valores del ciceronianismo y cupa a la

decadencia de orden educativo y al ambiente artificial de las escuelas de

retórica.

Panegíricos – Con las condiciones antedichas, la única elocuencia pública posible

es la elocuencia de funcionarios. Y el modelo más acabado de este tipo de

oratoria que imita la oratoria clásica es el Panegírico de Trajano escrito por

Plinio el Joven. Trajano es la encarnación del optimus princeps, un oasis, no de

libertad, pero sí de falta de tiranía durante el imperio.

Frontón – el maestro del emperador Marco Aurelio pronunció discursos que se

han perdido, en elogio de Adriano y de Antonino Pío.

5. PERVIVENCIA DE LA RETÓRICA Y LA ORATORIA EN LA


LITERATURA OCCIDENTAL.

ORATORIA

En los comienzos del Renacimiento se reconoció una vez más la pasmosa

fuerza y flexibilidad del estilo de Ciceón. Lo copiaban escritores que trataban en

prosa latina de casi todos los asuntos imaginables. El orador más importante en

la España del siglo XVI fue Fray Luís de Granada, quien modeló su estilo sobre

el de Cicerón, y lo enseñó a sus sucesores en su “Retórica eclesiástica”.


Otros autores sentían la falsedad del estilo grandilocuente y aparatoso en los

discursos y en los escritos. Ellos sostenían que la prosa tenía que dar por lo

menos la apariencia de naturalidad. Por eso volvieron la espalda a Cicerón y

como modelos para la prosa moderna, eligieron a Séneca y Tácito – Francis

Bacon, Baltasar Gracián, John Milton…

RETÓRICA

El movimiento de la retórica influyó enormemente en autores como Chaucer

en Inglaterra o el Marqués de Santillana y Juan de Mena en España.

Comenzaron a utilizar nuevas palabras, esquemas verbales y recursos

estilísticos tomados de la literatura clásica. Este movimiento se hizo todavía

más vigoroso en el Renacimiento, copiando todas las fórmulas descubiertas de

estructura de oraciones y cláusulas, de versificación, de selección de imágenes y

de dispositio. A partir de estos momentos se utilizaron figuras como el clímax,

la antítesis, el apóstrofe o el famosos tricolon ciceroniano. El latín volvió a

convertirse en uno de los pilares de la cultura occidental, en la educación y la

práctica, incluso en Francia, la palabra réthorique acabó por designar el último

año de la enseñanza secundaria.

En la actualidad el epíteto “retórico” se suele utilizar con denotación

peyorativa, equivalente de grandilocuente, pomposo, artificial. Ello se debe a

que nuestro gusto literario se transformó totalmente con la revolución

romántica; quizá también porque nos hemos vuelto otra vez bárbaros,

ignorantes y despreciadores de lo que no entendemos ya, la cultura.


TEMA 45.- LA LITERATURA JURÍDICA LATINA. INSTITUCIONES
JUDICIALES. EL DERECHO ROMANO. PERVIVENCIA EN LA CULTURA
OCCIDENTAL.

1. Introducción: el derecho romano

Si el desarrollo científico del pueblo romano fue poco apreciable, en el campo

del derecho, en cambio, consiguió una gran perfección, lo que le permitió la

pervivencia más allá de su tiempo. En efecto, los ordenamientos jurídicos de

muchos países de Europa están basados en los pilares del Derecho romano, e

incluso utilizan la misma terminología. Los documentos de la jurisprudencia

romana son aún un modelo para el aprendizaje de la técnica del razonamiento


jurídico. Por este motivo, son materia de estudio obligado para los futuros

profesionales de la abogacía.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

-Carácter práctico: el derecho civil romano no pretende dictar principios

jurídicos abstractos que puedan definir de manera genérica actos que se tengan

que lesgislar. Al contrario, los juristas se preocuparon por resolver conflictos

concretos, basándose en las soluciones que les ofrecía su propia tradición de la

práctica jurídica.

-Flexibilidad: la expansión de Roma por el Mar Mediterráneo condicionó la

aparición de un ius gentium “derecho de gentes” paralelo al ius civile, “derecho

civil romano”. Este derecho permitía regular las relaciones jurídicas de los

romanos con los pueblos extranjeros. Este sistema es considerado un precedente

del Deecho Romano.

2. Literatura jurídica romana

2.1. LA LEY DE LAS XII TABLAS (451-449 a.C.) Fueron escritas por diez

hombres elegidos especialmente para ello, los decemviri legibus scribundis, en un

momento en el que la plebe exigía una equiparación con los patricios, tanto en

el aspecto jurídico como en el político, el social o el económico. Los plebeyos

pedían que las leyes fueran puestas al alcance de todos, que se recortase el

poder de los cónsules y que cesase la prohibición de contraer matrimonio entre

miembros de ambas clases

Es en realidad una recopilación de usos y costumbres de la época. Presenta un

formulario muy rígido y formal, propio de una comunidad agraria, como era la

romana en sus inicios.


2.2. DERECHO PRECLÁSICO (SIGLOS III-I A.C.)

La expansión territorial que vivió Roma a partir de la 2ª Guerra Púnica (218

a.C.) comportó su entrada en la política y el comercio internacional. Este nuevo

contexto histórico repercutió enormemente en el derecho, ya que se vio la

necesidad de regular las relaciones de Roma con los diferentes pueblos del

mundo Mediterráneo.

De esta manera, en el año 242 aparece la figura del praetor peregrinus,

encargado de adaptar el Derecho civil para hacerlo aplicable a las relaciones

entre ciudadanos romanos y no romanos (ius gentium). Se elaboró un

formulario más flexible y moderno, capaz de amoldarse a las nuevas

situaciones jurídicas provocadas por la expansión territorial.

Entre los juristas más célebres de esta época destacan:

-Quinto Mucio Escévola, el primero en ordenar el derecho civil por temas,

publica por primera vez un ius civile en 18 libros.

-Servio Sulpicio Rutilio, el más fecundo en su posición de maestro.

-Gayo Aquilio Galo, creador de la fórmula del duelo, acogida por

ordenamientos jurídicos más modernos.

-Elio Peto. A principios del siglo II escribió la primera obra importante de la

jurisprudencia romana, la denominada tripertita. Este documento contiene,

junto al texto de las XII tablas y las legis actiones, la interpretación de la ley para

la que se había formado ya una tradición con las numerosas sentencias

jurídicas.

2.3. DERECHO CLÁSICO. ÉPOCA DE AUGUSTO


Con el fin del período republicano, surgió la figura política del princeps, cuyo

primer representante fue Octavio Augusto. A la cabecera de un cuerpo de

juristas propio, elaboró un ius novum que él requería para cubrir nuevas

necesidades políticas y de administración del Estado. Este sistema jurídico

estaba formado por un conjunto de leyes de una gran coherencia estructural,

sobre las que existía la voluntad de planficiar la vida romana. Son muy

conocidas las leyes que se elaboraron para reprimir la violencia, las que

restringían las manumisiones para que personas de procedencia extranjera

obtuviesen la ciudadaní, o las que pretendían contener la decadencia

demográfica de la época o adrezar la moral matrimonial.

Sabemos que el volumen de publicaciones jurídicas de este período fue muy

importante; sin embargo, sólo se han conservado enteras las Institutiones de

Gayo, del año 161 aproximadamente.

2.4. DERECHO POSTCLÁSICO Y EL CÓDIGO JUSTINIANO

En este momento del s. III d.C., el Derecho se va a caracterizar por el dominio

de una monarquía absolutistas bajo las órdenes de un dominus. Además, Roma

entró en un período de anarquía con el último emperador de la dinastía de los

Severos, con lo cual, se acentuó la crisis política, social y económica de un

Estado presionado por los pueblos bárbaros. Por otra parte, el emperador

Caracala concede la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio, de tal

manera que la posición privilegiada de los romanos iba desapareciendo.

La evolución del Derecho romano se cierra con el emperador bizantino

Justiniano, apenas un siglo después de la desaparición del Imperio romano de

Occidente (476 d.C.). A esta época pertenece el Corpus Iuris, compilación


efectuada por Justiniano, donde se recogen las constituciones imperiales (leges),

unos extractos de juristas clásicos (digesta) y la obra de Gayo Institutiones.

3. Instituciones judiciales

3.1. Justicia civil

La justicia civil, iudicia privata, monopolio en origen de los cónsules, revierte a

partir del 367 a los pretores, como cargo. Pero el pretor, tras haber estudiado el

asunto, se limita a reenviarlo ante un juez único, Iudex. Hasta el 123, los Iudices

son elegidos entre los senadores; del 123 al 81, en virtud de una ley de Cayo

Graco, son elegidos exclusivamente entre los caballeros; a partir del 70 entre

senadores, caballeros y ciudadanos mayores de 35 años.

3.2. La justicia criminal, iudicia publica, era administrada en origen por el Senado

o los Comicios Centuriales o Tribales. En el siglo III, los Comicios delegarán sus

poderes en los tribunales permanentes, quaestiones perpetuae, especializados

unos, en asuntos de concusión, otros en los asesinatos, las falsificaciones, etc.

-El que acusa es un ciudadano cualquiera llamado delator. Está permitido el

empleo de un abogado, pero ésta es una profesión gratuita, y la ley prohibe al

abogado recibir ninguna gratificación de su cliente. Sin embargo, las grandes

donaciones testamentarias, están permitidas.

-Las penas son capitales y no capitales, haciendo referencia a caput. Existe la

muerte por decapitación, la horca, el estrangulamiento, despeñarlos por la roca

Tarpeya, o consagrarlos a los dioses infernales. Todos los ciudadanos gozan de

igualdad penal y los esclavos son tratados de manera muy denigrante (cruz,

látigo…).

3.3. Época imperial.


Bajo el Imperio la justicia se transforma. El emperador es un juez soberano, en

lo civil y en lo criminal. Hace las leyes pero no está atado por ninguna. Además,

le acompañan altos funcionarios: los prefectos del pretorio, de la ciudad, de los

vigilantes y de la annona.

Se crean además juriconsultos oficiales llamados prudentes; se introduce el

procedimiento de apelación de una jurisdicción a otra y se instituye el derecho

de gracia imperial. Además, según el culpable sea honestior, humilior o servus, se

le castigaba de manera diferente.

La ley está contenida en:

a. Edictos, medidas de orden general.

b. Mandatos, instrucciones a los funcionarios imperiales.

c. Decretos, sentencias dadas por el emperador.

d. Rescriptos, respuestas a consultas jurídicas.

4. El derecho romano

El derecho romano es el antecedente remoto del derecho civil actual. Ha

pasado por diferentes etapas en las que se ha caracterizado siempre por la

distinción entre el ciudadano romano, único sujeto del ius civile, derecho civil, y

el resto de miembros pertenecientes a los distintos territorios dominados por el

Imperio Romano, sujetos al ius gentium, o derecho del pretor.

Como hemos indicado, en la época del emperador Justiniano (s. VI d.C.), se

recopiló todo el Derecho romano existente hasta ese momento. Esta recopilación

ha ido pasando a lo largo de la historia a través de los romanistas (estudiosos

del Derecho romano) y los canonistas (estudiosos del derecho canónico), que

fueron formando los distintos códigos, basados siempre en el romano. De hecho

el código de napoleón fue el más fiel y en él se basa el código civil español

actual.
4.1. DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS ROMANOS

‘‘ius connubii’

Se trataba del derecho a poder contraer matrimonio. Sólo poseían este derecho

todos los ciudadanos libres de Roma. Los extranjeros estaban excluidos, no se

cosideraba legal, ni por supuesto la unión entre esclavos. Otro requisito era el

consentimiento entre los esposos y la autoridad del pater familias.

Augusto dictó unas leyes para frenar la corrupción de costumbres con la que

sólo se buscaba el placer y se eludían las cargas del matrimonio y los hijos (lex

Poppaea, lex Iulia de maritandis ordinibus)..

Dentro de la familia existían también varios derechos como la potestas

maritalis, o autoridad del marido sobre la esposa, que la privaba de sus bienes y

de la administración de los mismos. También la patria potestad, la autoridad de

los padres sobre los hijos, naturales o por adoptio.

‘ius commercii’ – poseer bienes, comprar y vender.

‘testamentifactio’ – testar y ser testigo o beneficiario de testamento.

‘ius sufragii’ – derecho a votar en las asambleas.

‘ius honorum’ – ser elegido para cargos públicos.

‘ius provocationis’ – derecho a apelar a la asamblea del pueblo contra la sentencia

de un magistrado.

4.2. SUJETOS DE LOS DERECHOS

La ciudadanía romana se obtenía por nacimiento en un matrimonio legal

entre ciudadanos o por concesión: a veces el poder público concedía la


ciudadanía a personas particulares y a los habitantes de una ciudad

perteneciente a una provincia romana.

La ciudad de Roma era considerada como un Estado y los que vivían fuera de

la urbe no eran ciudadanos. La situación jurídica de los latini, restantes pueblos

que habitaban Italia, y los peregrini, habitantes de otros dominios y provincias

romanas, fue variando a lo largo del tiempo. Así, en el siglo I a.C., se extendió a

toda Italia la ciudadanía romana y, en el año 212 d.C., el emperador Caracala

proclamó un edicto por el que se concedía la ciudadanía de Roma a todos los

habitantes del Imperio, como hemos indicado.

4.3. DELIMITACIÓN DE LOS DERECHOS

En Roma existían unas circunstancias que delimitaban los derechos y

discriminaban a las personas por su sexo, condición social, profesión y edad.

a. Discriminación por sexo. La mujer romana no tenía derecho ni al ius

sufragii, ni al ius honorum. Siempre estaba sometida a alguna autoridad,

ya fuera la del padre o la del marido. Si estaba casada en matrimonio

libre o bien carecía de padre o esposo, estaba sometida a un tutor. Esto

hacía que no pudiera presentar acusaciones públicas, ser testigo de un

testamento, ser tutora de menores o adoptar hijos. Además, su capacidad

de heredar era muy limitada.

b. Discriminación por condición social y profesional. A los plebeyos,

durante mucho tiempo, les estuvo vetado el derecho de acceder a una

magistratura, aunque fueron consiguiendo paulatinamente más

derechos. Por su parte, a los magistrados provinciales se les prohibía

casarse con mujeres del país y tampoco podían ejercer el ius commercii, ni

manumitir esclavos ni recibir regalos.


c. Discriminación por edad. Los niños, ya fueran infans (hasta los 7 años), o

impubes (hasta los 14 años), tenían pocos derechos. Hasta los 25 años al

joven se le consideraba todavía como minor, y no poseía capacidad para

actuar.

4.4. PÉRDIDA DE LOS DERECHOS: CAPITIS DEMINUTIO

Los romanos podían perder la libertad, la ciudadanía y la situación familiar.

Las causas podían ser de diferente carácter: las perdía aquel ciudadano que

sufría una condena penal o era condenado por alguna falta.

5. El derecho hereditario

En el antiguo derecho romano, el pater familias nombraba sucesor a uno de

los suyos por medio de un testamento. A la muerte del pater, el sucesor

heredaba la jefatura de la familia y el patrimonio.

En el Derecho romano clásico, tras la muerte del pater familias, cada hijo

varón y mayor de edad tomaba la jefatura de su familia. Se convertía así en

heredero universal y sucesor del pater y adquiría el patrimonio y la posición

jurídica del difunto. En su testamento el pater familias también podía hacer

legados a otras personas.

6. El derecho sobre las cosas

Sólo tenían plenos derechos de propiedad los ciudadanos romanos con ius

commercii cuyos fondos estuvieran en suelo itálico y hubieran sido adquiridos

según las normas del ius civile. En las provincias sólo podían ser objeto de

posesión o usufructo (no constituían propiedad).


Además la propiedad romana e entendía como absoluta y exclusiva. Todo

cuanto había o llegaba a estar dentro delfundo romano pasaba a la propiedad

del dueño. Únicamente existen unos límites para esta libertad. Por un lado

límites morales, por otro, trabas legales impuestas por la vecindad: derechos de

paso y conducción de aguas, etc…

Los modos de adquirir una propiedad según el ius civile eran:

-Mancipatio: consistía en una ceremonia en presencia del adquiriente, el

vendedor y cinco testigos. Se firmaba un acta.

-In iure cessio: era un proceso simulado de reivindicación que se realizaba ante

un magistrado.

-Traditio.

-Usucapio: era la adquisición en propiedad de una cosa por la posesión de esa

cosa durante un determinado espacio de tiempo.

7. Derecho procesal

En sus orígenes, estaban permitidas ciertas formas de justicia privada,

siempre dentro de unos límites. A finales de la República, los límites se fueron

estrechando. Los ciudadanos no podían alterar el orden establecido y tomarse la

justicia por su mano. Era el Estado el que hacía frente a las injusticias.

Existen dos tipos de juicios:

a. Iudicium legitimum: era el que se llevaba a cabo en Roma, entre

ciudadanos que se hallaban protegidos por la ley frente a la decisión del

magistrado.
b. Iudicium quod impero continetur: era el que, bien se desarrollaba fuera de

Roma, o en él intervenían extranjeros. El ciudadano romano condenado a

muerte tenía derecho a apelar a la asamblea del pueblo.

8. Pervivencia en la cultura occidental

El Corpus iuris ciuilis del Imperio Romano de Occidente, en el momento de

su desintegración política y de su sustitución por los diversos reinos bárbaros,

eran el Codex Theodosianus y las Nouellae. En los nuevos reinos bárbaros el

derecho queda plasmado en el Codex Euricinianus (hacia el 476) y en la Lex

Romana Wisigothorum (Breuiarium Alaricianum o ‘Códice de Alarico’, de 506).

En la España visigótica se va acentuando la desnaturalización del derecho

romano en la revisión del Codex Euricinianus y en la Lex Visigothorum,

compilación de Recesvinto (hacia el 654).

En el siglo XII, la creación de las primeras universidades trae un renacimiento

de los estudios jurídicos. La compilación de Justiniano se considera como el

derecho usual en el Imperio de Occidente, heredero y continuador del Imperio

Romano.

Los estudios se incrementaron en los siglos sucesivos, con una orientación

teórico-práctica y este mos italicus (sistema italiano) se extiende a todas las

universidades de Europa durante los siglos XV y XVI.

Los humanistas del siglo XVI aplican a los textos jurídicos los métodos

filológicos, en lo que se denominó mos gallicus, por ser Francia el centro de

estos estudios en los siglos XVI y XVII.

En algunos países pervivió el Derecho Romano como derecho supletorio e

incluso como derecho común. La inclusión en los planes de estudio condujo al


desarrollo del ‘usus modernus Pandectarum’, que intentaba conjugar el Derecho

Romano con el nacional.

En la actualidad, el Derecho Romano carece prácticamente de vigencia. Sigue

en los planes de estudio de las universidades porque constituye una

introducción general y básica para el estudio del derecho privado y explica el

origen de muchas instituciones que existen actualmente.

TEMA 46.- EVOLUCIÓN DE LA FILOSOFÍA ROMANA. PERVIVENCIA EN


LA CULTURA OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN

En los primeros siglos de la era cristiana, la filosofía, que entre los griegos no

había sido nnca un mero asunto de eruditos, acentúa aún más su influencia

entre la clase alta y cultivada, llegando a convertirse en una suerte de

sustitutivo de la religión para aquellas personas cuyo nivel de formación ya no

les permitía pensar en un mundo habitado por los dioses de la religión


tradicional romana. La emperatriz Plotina, mantenía correspondencia regular

con varias comunidades epicúreas establecidas en muchas ciudades. En Tarso

pervivió durante muchos años una importante escuela estoica y el cinismo

recorrió todo el mundo romano de la mano de sus predicadores.

Los propios filósofos recomendaban el estudio y la reflexión filosóficas. La

filosofía se popularizó en forma de tratados que ofrecían alivio, consuelo e

incluso curación a los espíritus atormentados, presentando sus consolaciones a

las personas afectadas por lutos y desgracias.

INFLUENCIA GRIEGA

La filosofía entró a formar parte de la cultura latina por intermedio de quienes

enseñaban y estudiaban literatura griega. Fue en época de Pacuvio cuando los

filósofos griegos comenzaron a visitar Roma. En el año 155 a.C. tuvo lugar una

famosa embajada ateniense que reunió a los directores de las principales

escuelas filosóficas. Poco tiempo después el círculo de Escipión realizaba el

primer estudio sistemático de la filosofía griega. Su maestro fue el filósofo

estoico Panecio.

Desde el siglo I a.C. había ya obras filosóficas en latín escritas por autores

latinos. Lucrecio fue uno de los pioneros en este terreno, al jugar el papel de

heraldo del epicureísmo en un bellísimo y entusiasta poema didáctico que lleva

el significativo título De rerum natura. Cicerón por su parte, se considera a sí

mismo un miembro de la Academia Nueva, pero en realidad se trata de un

ecléctico que se ocupó de la totalidad de los problemas filosóficos, muy

especialmente de los religiosos y éticos. Séneca, por último, fue un divulgador

inteligente y atractivo de las doctrinas de la Stoa, tarea en la que contó con toda

la brillantez de su arte expositivo, que gustó mucho del género epistolar.


PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA ROMANA

a. La religión oficial había perdido poder sobre los espíritus de los hombres

y, a la par, los antiguos ideales que tenían su centro en la ciudad estado

se extinguían. Por ello, la filosofía se alzó como sustituta de las antiguas

creencias religiosas y los antiguos ideales político-sociales.

b. La filosofía constituía el fundamento de una ética destinada a

proporcionar al hombre la felicidad, ya fuera por medio de la apatheia, la

ausencia de pasión en el estoicismo, ya por la ataraxía o

imperturbabilidad del alma, en el epicureísmo.

c. La actitud de la filosofía romana era ecléctica, es decir, que se tendía a

modificar los postulados de una escuela por medio de su mezcla con los

de la otra.

d. Los romanos asignaron rápidamente a la filosofía finalidades de carácter

práctico que debían de estar al servicio del Estado, pues éste siempre

constituyó el centro de sus intereses.

e. Hay una marcada preferencia de la filosofía romana por los problemas

éticos. En lo esencial, y éste es otro rasgo típicamente romano, no

desarrollaron una teoría ética, sino la búsqueda de un tipo ideal de

carácter.

f. El último rasgo a destacar es la estrecha conexión de la filosofía romana

con la religión. Roma, al no haber elaborado su propia filosofía y al

recibir ésta acabada de Grecia, se la encontró preparada para aplicarla en

seguida a los problemas de la religión, que se habían visto agudizados

por la imposición del antropomorfismo griego sobre el animismo de sus

creencias nativas.

2. EL ESTOICISMO ROMANO. SÉNECA


2.1. Características principales

La stoa ocupa indiscutiblemente en esta época la posición predominante entre

las diversas escuelas filosóficas. A la hora de explicar esta preferencia de los

romanos por este tipo de reflexió, podemos referirnos a tres razones:

a. La doctrina estoica de la unidad y copertenencia de la humanidad

entera parecía realizada en el Imperio Romano.

b. El estoicismo tenía en su doctrina de la providencia un elemento

religioso, que reforzado por la interpretación alegórica del mito,

facilitaba la alianza entre la piedad tradicional y el culto estatal.

c. El enérgico modo de subrayar el valor de la personalidad fuerte,

autárquica, segura de sí misma, resultaba también grato al viril

carácter romano.

Ya en la época de Augusto el estoicismo tenía plena cabida entre las clases

altas romanas. Tanto es así que uno de los más grandes amigos del emperador

fue precisamente el filósofo Didimo, quien ocupó un papel equivalente al de

director espiritual de la casa imperial. De los cuatro principales representantes

de esta escuela estoica romana sólo uno es griego, Epicteto, mientras que los

otros tres, Séneca, Musonio y Marco Aurelio son romanos aunque sólo Séneca

escribe en latín. En todo caso, la cuestión del lenguaje o del lugar de nacimiento

ya no tenía importancia pues la educación griega y la romana habían llegado a

fundirse.

2.2. Séneca

Conservamos datos abundantes sobre la vida de Séneca a partir del año 41

d.C., cuando fue desterrado a Córcega. Hasta ese momento las noticias son
imprecisas. Además al tratarse de un personaje de la corte, ls noticias

biográficas están teñidas de parcialidad.

Procede de Córdoba y pertenece al rango ecuestre. Fue enviado al

grammaticus, a la escuela del rétor y siguió estudios filosóficos. En el 39 ya se

encontraba en Roma aunque dos años después es desterrado por el emperador

Claudio. Es llamado por Agripina para encargarse de la educación de Nerón,

transformándose así en preceptor del futuro emperador Nerón.

A partir de ese momento asiste a varios asesinatos: Claudio, Británico,

Agripina, Octavia… y con la conjuración de Pisón del 65 d.C., Séneca es

acusado de cómplice ofreciéndole la posibilidad del suicidio.

Sus obras se pueden agrupar desde una perspectiva filosófica en dos grandes

apartados dentro de las tres partes de la doctrina estoica: lógica, física y ética,

las dos últimas. Además habría que hacer un apartado para las Consolationes,

con una amplia tradición y una configuración específica

La mayoría de escritos son posteriores al 41 d.C., y una gran parte se

concentra en la etapa final de su vida, a partir del momento en que se retira de

la política.

*A la época anterior a su incorporación a la corte pertenecen las tres

consolationes, subgénero de amplio espectro tanto por las ocasiones que la

justifican como por la gama de presentaciones que admite; las más conocidas

son el tratado y la epístola en prosa. Son escritos originados por un motivo

concreto, una desgracia acaecida, y se ajustan por lo general a un esquema fijo.

Escribió una a Marcia por la muerte de su hijo, otra a Helvia para aliviarla de su

propio destierro y otra a Polibio por la muete de su hermano.

Estas consolationes dedican una parte a exponer los praecepta o normas de

comportamiento basadas en reflexiones tópicas: el llanto no alivia al muerto, la

muerte es común al género humano…


*De ira: tema de amplia tradición entre los filósofos.

*De brevitate vitae: el tema versa sobre la vida, no es corta, lo que sucede

es que no sabemos disfrutar de ella. Sólo los sabios viven de verdad porque

utilizan el presente, viven recordando el pasado y disfrutan por adelantado del

porvenir.

*De vita beata: trata del sabio estoico, cuyo modelo es Catón, y se centra

en la impasibilidad de éste ante posibles ofensas.

*De otio: se trata de una loa contemplativa por oposición a la

conveniencia de intervenir en política.

*De clementia: está dedicado a exponer dicha virtud desde el punto de

vista del gobernante, con una referencia internat a Nerón.

*Naturales quaestiones: dirigidas a Lucilio. Aquí se ocupa del origen y

características de los fenómenos que se generan a partir de los tres elementos:

tierra, agua y aire. Su interés por la ética le lleva a resumir al final de cada libro

la moral que debe deducirse de los fenómenos investigados.

*Epístolas a Lucilio: verdaderas divagaciones, meditaciones o ensayos que

en realidad encierran cierto contenido filosófico.

La estructuración del discurso senecano, estaría claramente relacionada con

las normas aplicables al discurso filosófico. A la división del espacio literario

entre praecepta y exempla, se sumaría la necesaria presencia de los decreta que

introducen el enunciado de verdades básicas.

Su prosa está plagada de llamadas de atención, expresadas por

procedimientos tan llamativos como las sententiae o las interrogativas retóricas,

o más sutiles como la ironía. Un estilo abiertamente influido por planteamientos

retóricos, pero adaptado a las necesidades derivadas de una función filosófica

estoica.
2.3. Otros autores

EPÍCTETO.- discípulo de Musonio que al igual que él, no escribió nada. Los

escritos que corren bajo su nombre se deben al historiador Arriano. No son sino

una selección de las diatribas que éste le escuchó pronunciar. Según ambos, la

filosofía tiene como finalidad dirigir hacia el bien a los oyentes. Su filosofía es

una especie de revelación que se propone descubrir a los hombres los

verdaderos valores de la vida: la felicidad y el bien. La felicidad del hombre

reside en su libertad interior, no en sus bienes externos.

MARCO AURELIO.- La última obra importante de la tendencia estoica es su

Consideración de sí mismo. La obra, que no fue escrita con vistas a su posterior

publicación, reúne una serie de escritos personales, aforismos, surgidos día a

día según el ánimo. La ética del emperador es la misma que la de Epicuro: para

el individuo la paz, para los demás la justicia y la filantropía. El amor a los

hombres tiene que dirigirse también a aquellos que no nos aman. Marco

Aurelio vivió según estos principios. Así pudo soportar las frivoliddes de su

esposa Faustina la Joven.

3. LA ESCUELA EPICÚREA. LUCRECIO

Con anterioridad a que Lucrecio acometiera la empresa de traducir la doctrina

que fundó Epicuro al latín en verso, el epicureismo ya se había divulgado en los

círculos latinos, incluso en los medios populares, mediante los escritos de

Amafiano y Catio a comienzos del siglo I a.C. a mediados de dicho siglo gozaba

ya de una cierta boga en los medios intelectuales. Simpatizaban con el

epicureismo los políticos Pisón, Mesala, Manlio Torcuato, César o Ático. Sus

influencias llegaron incluso a los poetas Virgilio y Horacio.


3.1. Lucrecio

Lucrecio, en su obra didáctica De rerum natura pretende predicar el

epicureismo para hallar en el conocimiento racional de la naturaleza el remedio

de la serenidad de ánimo, tan perturbada en aquellos tiempos. Busca la ataraxía

del sabio con gran ardor.

Expone en seis libros la teoría física de Epicuro:

a. Los dos primeros libros exponen las líneas básicas de la

constitución y la naturaleza del universo: la eterna realidad de

los átomos, la infinitud de los átomos y del vacío, la infinitud

del universo en que están los mundos perecederos, el

movimiento eterno de los átomos y sus particularidades.

b. Los dos sigientes tratan sobre la psicología: la composición

atómica del alma, la relación entre sus partes, el animus y el

anima, su mortalidad, las sensaciones y percepciones, la pasión

por el amor…

c. En el libro V habla de la formación del mundo y del origen y

desarrollo de la humanidad.

d. En el último aborda los fenómenos celestes, marinos y telúricos.

Acaba el libro con una descripción sobre la peste de Atenas.

Lucrecio considera a Epicuro como aquel que liberó a los hombres del influjo

funesto de la religión y del temor a la muerte, al hacer conocer a los hombres la

verdadera naturaleza de las cosas.

3.2. Otros autores

FILODEMO.- Escribió una serie de obras no despreciables sobre temas

tradicionales de esa doctrina. En su tratado De la piedad criticaba los rasgos muy


humanos de los dioses para no dejar más que un único dios identificado con el

cosmos. Filodemo termina diciendo que sólo Epicuro había tenido una idea

correcta de los dioses.

DIÓGENES.- Este filósofo del siglo II es conocido porque mandó grabar en la

pared de un pórtico lsa principales doctrinas de la escuela epicúrea para bien y

provecho de sus conciudadanos.

4. OTRAS CORRIENTES FILOSÓFICAS. CICERÓN

4.1. El cinismo

El cinismo fue una corriente muy viva en los primeros siglos de nuestra era.

Gracias a Séneca y Tácito tenemos noticias de un tal Demetrio que vivió en

Roma durante los reinados de Calígula y Vespasiano y fue desterrado por su

ideología republicana y antimonárquica

4.2. Marco Tulio Cicerón

Este autor merece un epígrafe aparte por diferentes razones:

a. Primeramente por haber contribuido, como ningún otro, a la extensión entre los

romanos del pensamiento griego, que hasta su tiempo había estado restringido

a un pequeño círculo de lectores.

b. En segundo lugar, por no pertenecer a ninguna corriente filosófica en concreto,

aunque él mismo dijera ser de la Academia. Ya hemos comentado que es el

ejemplo de la práctica ecléctica de la filosofía al contraponer en sus escritos

dialogados doctrinas estoicas y epicúreas seguidas de un resumen académico

de inclinación estoica.
c. Y en tercero, por haber creado un lenguaje filosófico latino del que los romanos

carecían, hecho del que él mismo tenía plena conciencia.

Desde muy joven, Cicerón se familiarizó con la cultura y el pensamiento

filosófico griego. Su padre incorporó a su casa al filósofo estoico Diodoto que

vivió con la familia en Roma hasta el 59. en su adolescencia escuchó las

lecciones del epicúreo Fedro, las del escéptico Filón de Larisa y las del retórico

Molón de Rodas. Sus obras principales son:

Sobre la mejor constitución – afirma el deber ciudadano del compromiso político,

a pesar de las adversidades e incomodidades que implica. Sostiene que la mejor

constitución es la que mezcla monarquía, aristocracia y democracia.

Sobre las leyes – consta de tres diálogos y busca demostrar la superioridad de la

doctrina sostenida por la nueva Academia sobre las escuelas epicureistas y

estoicistas. De temas habla de la universalidad de la ley y la justicia.

De las paradojas de los estoicos

Hortensio – Se evalúan las diversas actividades intelectuales: historia, retórica…

Cicerón dice que sólo el filósofo vive en calma y no teme a la muerte.

Académicas – tiene como tema central la certeza del conocimiento y las teorías

del escepticismo y del dogmatismo. Habla de la ética como obediencia a la

naturaleza para lograr la felicidad.

Tusculanae disputationes – intenta ofrecer a través de ejercicios retóricos de tesis y

refutaciones una filosofía popular – desprecio a la muerte, tolerancia del dolor,

disminución de la tristeza…

Sobre la vejez – Utiliza a Catón por ser un personaje sumamente conocido por su

longevidad y su actividad política para hacer una apología de la vejez.

De amicitia – lo mismo sobre la amistad.

De adivinatione

De fato
De officiis

5. PERVIVENCIA EN LA CULTURA OCCIDENTAL

Desde un punto de vista teórico, la filosofía romana no presenta grandes

sistemas conceptuales, ni pensamientos nuevos u originales. Pero no por ello se

le puede negar una función claramente definida, la de ser transmisora de la

filosofía griega.

La influencia del estoicismo romano en nuestra cultura y en nuestros días se

aprecia en distintos ámbitos. Primeramente existe una gran semejanza tanto

formal como conceptual entre muchos de los preceptos de Séneca y el Nuevo

Testamento. Ello demuestra el alto nivel moral de que era capaz la doctrina

estoica.

Junto con la idea de la existencia de un derecho natural, los romanos

brindaron una base de principios éticos al poner como centro de su prédica la

enseñanza del amor universal y tomar a su cargo la defensa de los más débiles y

desdichados. Estos dos factores motivaron que se desarrollara la igualdad

humana. La idea estoica de la fraternidad de los hombres ejerció una gran

influencia sobre el tratamiento de los esclavos.

El punto de vista de Séneca era muy aceptable, y por el contenido de algunas

de sus propuestas fue considerado cristiano. La mejor prueba de su influencia

durante la Edad Media la constituyen las adaptaciones, las antologías y los

resúmenes de sus obras compuestos en ese período. En el Renacimiento Justo

Lipsio se inspiró en su pensamiento al iniciar un retorno a la doctrina estoica.

Por otra parte despertó simpatías en Diderot en la Francia del siglo XVIII o en

Goethe y Lessing. Un siglo después Schopenhauer lo estudió intensamente.


En el siglo XVIII y XIX los alemanes e ingleses manifestaron sobre todo gran

interés por Lucrecio. Sintieron gran admiración por él filósofos como

Winckelmann, Herder o Schlegel.

Por último cabe decir que la filosofía de Cicerón no es original, pero la

influencia que ha ejercido en siglos posteriores hace de ella una pieza

indispensable en la historia del pensamiento. Cicerón no sólo divulgó en el

mundo romano lo principal de la tradición intelectual griega, sino que también

ha conservado para la época moderna informaciones sobre teorías de filosofía

helenística que, de otro modo, hubieran sido desconocidas.

Sirvió de maestro para muchos autores importantísimos. Por ejemplo, a

Dante, la lectura de una obra de Cicerón, el De Amicitia, le impulsó a estudiar

filosofía. En el Renacimiento Petrarca lo elige como guía al ver en él un ejemplo

de la libre afirmación de la personalidad. No dejan de acudir a él porque en el

De Officiis encuentran representado el ideal de la humanidad que les gusta.

TEMA 47.- CIENCIA Y TÉCNICA EN ROMA. INGENIERÍA, URBANISMO


Y VÍAS DE COMUNICACIÓN. SU HUELLA EN EL MUNDO
OCCIDENTAL. SU APLICACIÓN DIDÁCTICA

1. CIENCIA Y TÉCNICA EN ROMA

A diferencia de nuestra época, la obra técnico-científica era un género literario

en el sentido de que se elaboraba de acuerdo con unas normas generales

retóricas. La literatura técnica latina en prosa, adopta desde el punto de visa

formal dos formas muy definidas:

Manual.- forma habitual para fines didácticos. Refleja muy bien el carácter

aplicado y práctico de origen alejandrino.


Enciclopedia.- toma en Roma una forma y una función que la hacen

eminentemente latina, a pesar del origen griego del término. Dedicada a la

formación cultural general, adquiere una unidad teórica y un carácter de

conjunto orgánico que la elevan a un grado superior.

1.1. Arquitectura: Vitrubio

Hay datos extraídos de su obra De Architectura que identifican a Vitrubio con

un ingeniero-arquitecto cuya actividad profesional se desarrolló durante la

época de César y Augusto en los campos de la construcción de edificios, de la

hidráulica y de la artillería.

Heredero en sus grandes líneas estructurales del tratado didáctico de

orientación enciclopédica, reune los diferentes componentes de la arquitectura

en un corpus ciertamente original. Afirma la necesidad de que el arquitecto

posea conocimientos enciclopédicos y concede una importancia esencial a la

razón en la práctica arquitectónica. Tiene partes de descripción técnica de

discurso científico de ambición enciclopédica y de texto normativo.

Constituirá para los arquitectos italianos un destacadísimo texto de consulta.

1.2. Medicina: Celso

Cornelio Celso representa el puente entre la enciclopedia y la medicina. Sin

embargo, no sabemos nada de este autor, cuyo período de actividad literaria se

sitúa entre los siglos I a.C. y I d.C.

Diversas fuentes confirman que fue autor de una enciclopedia titulada Artes,

hoy perdida, salvo la parte dedicada a la medicina. Une la teoría a la práctica,

las causas a los efectos, porque no buscaba para su lector un efecto práctico

inmediato, sino una cultura general teórico-práctica previa a la especialización,

que compendiaba las tres ramas de la medicina de su época: la dietética, la

patología y la cirugía. Lleno de claridad, fluidez y elegancia, ha merecido la

consideración de la mejor prosa técnica latina.


1.3. Agricultura: Columela

Conservamos de este autor originario de Gades, un tratado sobre la

agricultura que le ha dado fama por su nivel literario y su pensamiento

económico. Su Res rustica es el resultado de una larga experiencia y erudición,

distribuido en 12 libros.

Expone su ideología socioeconómica, con las características generales de la

hacienda y su organización. Después habla de la agricultura, la ganadería o el

cultivo de los huertos. Es innovador en política económica agraria, indica como

causas de la poca rentabilidad agraria de su época, no el agotamiento de la

tierra, sino la falta de una agricultura racional, con dedicación de los

propietarios, cuidado de la mano de obra…

1.4. Geografía: Pomponio Mela

Su Chorographia es el tratado de geografía más antiguo en latín. También

originario de Hispania, su libro responde a la cuiosidad romana por conocer las

distintas partes del Imperio, cuya expansión en esa época era grandísima.

Describe con suma brevedad las costas mediterráneas y oceánicas, con

numerosas noticias etnográficas, históricas, mirabilia, pero con un esquema

monótono y reiterativo para cada región.

1.5. Frontino

Sexto Frontino es un personaje interesante del siglo I d.C. por haber escrito

tres tratados técnicos sobre tres campos distintos con los que habría entrado en

contacto en su actividad político administrativa.

Fruto de sus obligaciones como administrador de aguas, fue su tratado De

aquaeductu urbis Romae, donde recoge memorias de tipo práctico, sobre todo, lo

relativo a las conducciones de agua a Roma y su legislación. Parece un

cuaderno de notas, con rasgos de simplicidad y claridad.


De re militari es una obra no conservada que sirve para instruir al lector en

materia militar, recoge numerosas estratagemas bélicas y exempla morales.

Sobre el arte de la agrimensura escribió Frontino un tratado del que sólo nos

han llegado algunos extractos conservados, campo en el que parece haber sido

el pionero, y en el que se ganó fama de autoridad.

1.6. Plinio y la Historia Natural

Gayo Plinio Secundo (23-79 d.C.) es una figura clave para la comprensión de

la literatua técnica yde la ciencia del mundo antiguo y medieval. Son de sumo

interés las noticias sobre su método de trabajo y de investigación. Son en

verdad notables, la integridad y el candor con que Plinio realiza su trabajo. Eso

era su pasión, y a ello entregó incluso su vida.

En su Historia Natural hace una introducción metodológica y temática,

después la cosmografía, la geografía, la antropología, la zoología, la botánica, la

medicina, y la mineralogía; todo con una unidad de intención, el

antropocentrismo, la consideración de la naturaleza desde el punto de vista del

hombre.

2. LA INGENIERÍA ROMANA

Los romanos, que se aprovecharon de los avanzados conocimientos teóricos

de los griegos, consiguieron levantar obras de ingeniería únicas, sacrificando el

aspecto estético a favor de la funcionalidad. La ingeniería se concibió como un

instrumento que permitía a los romanos llevar a término aquello que les

preocupaba especialmente: el abastecimiento de las ciudades y la expansión

territorial. Para cubrir esta primera necesidad, idearon gigantescas

conducciones de agua, los acueductos. Por otra parte, su política de expansión

fue posible gracias a una extraordinaria red de calzadas. El paso de los siglos no

ha conseguido borrar la solidez y envergadura de estas construcciones:


innumerables restos arqueológicos, fruto de la ingeniería romana, salpican los

territorios de su antiguo Imperio.

2.1. Materiales

El más utilizado era la piedra, material en el que el trabajo de los canteros

romanos llegó a alcanzar una elevada técnica: los bloques de piedra se tallaban

con tal perfección que permitían un encaje perfecto sin necesidad de añadir

ningún material de fijación.

En el siglo II a.C. se introdujo por primera vez la argamasa o mortero (mezcla

de ceniza volcánica, cal y agua) para unir las hileras de ladrillos o piedras; ya no

se hace necesario por tanto, tallar la piedra con tanta precisión.

La gran innovación la constituye el empleo del hormigón (mezcla de

argamasa y escombros) como material de relleno en muros dobles. El

procedimiento más habitual era construir una pared de hormigón, sustentada

primero por una estructura provisional de madera y recubierta posteriormente

con piedras y ladrillos.

Tanto las piedras como los ladrillos podían disponerse de modo regular (opus

reticulatum) o sin un orden ni tamaño determinado (opus incertum). Los ladrillos,

fabricados de barro cocido al horno, podían ser de muy diversas medidas: los

más grandes eran los llamados “bipedales”, que constituían el refuerzo de los

muros.

2.2. Técnicas

Herencia de los etruscos, el arco fue extendido y perfeccionado por los

romanos. El empleo de esta técnica supuso que las construccions fueran más

elevadas y ligeras. Asimismo, su desarrollo y dominio sirvió de punto de

partida para otras técnicas más complejas tales como bóvedas y cúpulas.
La unión de varios arcos, dispuestos uno tras otro, dará lugar a la bóveda de

cañón. Ésta, de mayor longitud que anchura, presenta la forma de medio

cilindro hueco. La intersección de dos bóvedas de cañón, constituye la bóveda

de crucería.

Si en el mismo punto se cruzan infinidad de arcos, estaremos ante una cúpula,

bóveda en forma de media esfera que servía de cubierta a un edificio. Su

empleo permite eliminar las numerosas columnas interiores que tendrían que

sostener el techo.

2.3. Instrumentos y mano de obra

La enorme altura y la complejidad de algunas obras de ingeniería romana

requerían la utilización de estructuras provisionales, como, por ejemplo,

andamios; además, para levantar los pesados bloques de piedra recurrían a

grúas, movidas manualmente por esclavos.

Se conseguía la verticalidad de las piedras mediante la utilización de la

plomada (pesa de bronce colgada de una cuerda); la perpendicularidad con la

escuadra. Además, cuando se trabajaba sobre planos o maquetas, los

arquitectos se servían de instrumentos para trabajar a escala: compases, reglas...

La construcción de las monumentales obras erigidas por los romanos exigía

una rigurosa planificación, tarea de la que se ocupaban arquitectos e ingenieros,

si bien en la práctica se encargaban también de supervisar la marcha de la obra.

Su labor era necesariamente complementada por infinidad de trabajadores

especializados: topógrafos, canteros, albañiles, fontaneros, etc. El trabajo más

duro y pesado correspondía a los esclavos. Este tipo de mano de obra, que era

muy abundante en la antigüedad, hizo que los romanos no se preocuparan

especialmente por avances técnicos que facilitaran el trabajo.

3. EL URBANISMO
Los romanos consiguieron, con su afán expansionista y práctico, imponer un

modelo urbanístico propio en los territorios que dominaban, desde Asia hasta

las Islas Británicas. Estas ciudades de colonización seguían un patrón muy bien

organizado que los romanos habían heredado de los etruscos: el trazado

ortogonal o hipodámico. Éste recibe su nombre del arquitecto griego

Hipódamo de Mileto, que vivió en el siglo V a.C. y a quien se atribuye la

generalización del plano urbano ordenado en cuadrícula. Ya sabemos que los

etruscos mantuvieron estrechos lazos culturales y comerciales con los griegos,

de modo que importaron para sus ciudades este tipo de ordenación, y a su vez,

lo transmitieron a los romanos.

Paralelamente a la planificación técnica, se celebraba el ritual religioso de

fundación, siguiendo el modelo etrusco. Una vez celebrada la ceremonia de

inauguración, la ciudad estaba consagrada y ya tenía entidad propia. Después

de la toma de los auspicios, el fundador, vestido con una toga, tomaba los

mangos de un arado de bronce tirado por un toro y una becerra blancos y

trazaba el surco del perímetro de la nueva ciudad en la que debían levantarse

las murallas, el llamado pomerium sagrado, porque era el lugar indicado por los

dioses.

Sentadas las bases de la nueva ciudad, ésta debía contar también con una serie

de elementos arquitectónicos fijos que pretendían reproducir los lugares de

culto, los monumentos y los lugares de uso público de la ciudad.

a. FORO

Es el centro neurálgico de la urbe. Normalmente está situado en el punto de

intersección de las dos calles principales, el cardo maximus de norte a sur, y el

decumanus de este a oeste. Junto a él encontramos otros edificio: la curia, sede


del senado, las basílicas, lugar de reunión de los tribunales y los mercados,

recintos donde se encontraban las diversas tiendas o tabernae.

En Roma, era en un principio la plaza del pueblo y del mercado; al ir

creciendo Roma se transformará en su corazón, en el verdadero centro de la

vida pública. Es el lugar donde se celebraban originariamente los juegos

públicos, donde se hacían las reuniones del Senado y las demás asambleas

populares. Desde allí los magistrados se dirigen al pueblo, se celebran

ceremonias religiosas y políticas, se llevan a cabo los grandes procesos

judiciales, se publican las leyes, los calendarios, las listas de proscritos…

Diferentes comercios tienen allí su sede, todo tipo de gente acude para conocer

las últimas noticias.

b. TEMPLOS

Son los edificios dedicados al culto de las diferentes divinidades. El templo

más importante es el denominado Capitolium, consagrado a la tríada formada

por Júpiter, Juno y Minerva. Representa la protección sagrada de la ciudad y

suele erigirse en un lugar céntrico sobre un montículo –natural o artificial-, en la

antigua creencia de que los dioses protegían aquello que podían ver.

c. OCIO

Había también en una ciudad romana edificios destinados al ocio: el teatro,

dedicado a las representaciones escénicas; el anfiteatro, donde se ofrecían

espectáculos de luchas de gladiadores, de animales salvajes y combates navales;

el circo, destinado a las carreras de carros; las termas, baños públicos o

privados, que hacían las delicias de los ciudadanos romanos.

d. OTROS ELEMENTOS URBANOS


Entre los que se encontraban los arcos del triunfo, acueductos, columnas

votivas y un puerto, si la ciudad estaba a la orilla del mar, como en Roma el

puerto de Ostia.

Los acueductos eran canales que garantizaban el abastecimiento regular de

agua a las ciudades. Su construcción implicaba la conducción del agua desde

manantiales alejados de la ciudad. La estructura, que era en su mayor parte

subterránea, discurría con una ligera pendiente y era visible solamente en las

proximidades de la ciudad; de este modo se evitaba que el enemigo cortara el

suministro de agua o la envenenara. El acueducto terminaba en un colector

(castellum divisorium) a partir del cual una red de tuberías distribuía el agua a

los distintos puntos.

Los arcos de triunfo se erigían para conmemorar una importante victoria

militar; el general, ricamente ataviado y coronado de laurel, desfilaba con su

ejército bajo el arco, en el que figuraban datos alusivos a dicha victoria.

Las ciudades solían además estar rodeadas de fuertes murallas, cuya función

en un principio era la de proteger la ciudad de posibles ataques. Durante las

épocas de paz, las murallas constituían un símbolo de prestigio. A partir del

siglo III de nuestra era, los muros empezaron a reforzarse a causa de las

invasiones de los bárbaros.

Los romanos se preocuparon también del saneamiento de la ciudad creando

una red de cloacas, que eran canalizaciones cerradas con losas planas. Estos

canales podían formar parte de la pavimentación de la ciudad, y en ocasiones,

estaban cubiertos con bóvedas de medio punto.

La red de cloacas recorría la ciudad siguiendo el trazado hipodámico de las

calles y conducía las aguas residuales hasta los campos o ríos que se

encontraban fuera de la ciudad. Existían también en la ciudad unas bocas de

alcantarilla que conducían el agua de la lluvia y de otras procedencias hasta la

red de cloacas.
4. LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN

Los romanos, que habían desarrollado innovadoras técnicas de ingeniería,

tenían una buena infraestructura de vías de comunicación. En un principio,

estas vías fueron construidas con fines militares, para poder conducir al ejército

con mayor rapidez a los lugares en los que existían conflictos bélicos y para

tener bien comunicadas aquellas zonas que consideraban más estratégicas.

Posteriormente, cuando ya habían conquistado el Mediterráneo y habían

conseguido establecer la paz, estas vías pasaron a tener también un carácter

mercantil, ya que se utilizaron para el transporte terrestre de productos, aunque

era más caro y más lento que el transporte naval.

Las vías fueron construidas en su mayor parte por los ingenieros militares.

Los ingenieros trazaban el recorrido que debía seguir la vía, excavando dos

canales que delimitaban la anchura y que eran recubiertos con piedras. Entre los

dos límites excavaban el terreno y en el fondo colocaban unas piedras que no

estaban unidas por ningún tipo de argamasa; sobre estas piedras colocaban

gravilla o arena que a veces estaba mezclada con mortero.

En la capa inferior colocaban piedras medianas llamadas statumen, sobre ella

otra capa con iedras de menor tamaño, rudus; encima grava llamada nucleus; y

por último, se pavimentaba toda la superficie con losas de piedra (stratum). La

calzada, una vez terminada, presentaba un perfil curvado que facilitaba el

drenaje del agua de la lluvia.

Las vía romanas solían llevar el nombre del magistrado que las había

proyectado. Así, la primera vía pavimentada, la Via Appia, fue construida por

el censor Apio Claudio el Ciego el año 312 a.C.; unía Roma con Capua y

Brindisi. La red de caminos de la península Itálica data de la época de la


República. La carretera que iba desde Italia hasta Hispania, pasando por la

Galia Narbonense, era la Via Domitia.

Cuando los romanos comenzaron la conquista de Hispania, la primera vía que

construyeron fue la Via Augusta o Heraclea, que comunicaba el nordeste con la

ciudad de Gades, que era un punto estratégico. Otra de las vías importantes es

la vía de la Plata, desde Gades hasta el norte de Hispania, pasando por lugares

importantes como Emérita Augusta, Salmantica, Astúrica Augusta y Lucum.

A lo largo de las calzadas romanas existían fondas donde los viajeros podían

pararse a descansar y recuperar fuerzas comiendo y bebiendo. Del mismo modo

que actualmente las carreteras y autopistas tienen unos mojones que indican el

punto kilométrico, los romanos utilizaban también unos mojones cilíndricos de

dos metros de altura para indicar la distancia. Estos mojones eran llamados

miliarios y se colocaban cada mil pasos. Tenían generalmente alguna inscripción

grabada donde ponían el nombre del constructor de la vía, los títulos que

poseía, y los puntos de inicio y llegada entre los que se calculaba la distancia.

Construcciones que formaban parte de las vías romanas eran los puentes. Se

recurría a ellos cuando se habían de cruzar terrenos muy accidentados o ríos.

Construidos con piedra, disponían de gran consistencia y una estructura

uniforme. Se utiliza en ellos el arco de medio punto con bóvedas de grandes

sillares. Las pilas o machones que sustentan los arcos suelen tener un tajamar o

espolón, redondeado o en punta de flecha, en dirección aguas arriba y aguas

abajo, el cual llega hasta la base del arco.

5. HUELLA EN EL MUNDO OCCIDENTAL

La contribución romana a las ciencias, la ingeniería, el urbanismo hay que

buscarla en el dominio de lo práctico y de la organización. En lo referente a las


ciencias una muestra de ellos sería la formación de un buen servicio médico, la

introducción del calendario, la invención de la balanza…

Si hablamos de urbanismo e ingeniería, no se puede olvidar el plano de

damero de las ciudades romanas, plano que se encuentra en los ensanches de

las ciudades actuales. La construcción de acueductos, puentes y carreteras sería

otra aportación. Algunas de las carreteras que jalonan por ejemplo España,

transcurren de forma paralela a las antiguas vías como la Vía de la Plata.

También hemos heredado el sistema radial de carreteras o la notación

mediante mojones de las distancias. Las vías romanas sirven aún de modelo

para muchas calles de las ciudades modernas, con subestructuras de gran

espesor. La técnica moderna ha heredado todo lo latino referente a la

construcción de puentes, viaductos y puertos

6. APLICACIÓN DIDÁCTICA

Este tema, dado la gran cantidad de contenidos que encierra, ofrece

numerosas posibilidades didácticas tanto en Cultura Clásica como en Latín. El

proyecto didáctico que se elaboraría estaría de acuerdo con el criterio de

evaluación que indica “planificar y realizar sencillas investigaciones sobre temas

monográficos manejando fuentes de diversa índole, restos arqueológicos, inscripciones,

índices, léxicos… Este criterio trata de comprobar la capacidad creativa del alumno en

la planificación, búsqueda, recopilación y sistematización de la información, así como el

grado de corrección en la expresión oral o escrita. El alumno, guiado por el profesor,

planificará la actividad, organizará la información, la contrastará, para deducir de ella

conclusiones que le permitan elaorar hipótesis”.

La idea es que ellos describan el perfil de una ciudad romana con su conocida

cuadrícula sobre dos ejes perpendiculares, los edificios de los distintos servicios

públicos de que estaba dotada, agrupados normalmente alrededor del foro,


monumentos con que se decoraba, recintos para los espectáculos públicos,

resonancia histórica, personajes oriundos de esa ciudad…

ACTIVIDADES

1. Realización de maquetas de una ciudad.

2. Visualización de vídeos sobre el urbanismo.

3. Lectura de textos de Vitrubio

4. Actividades extraescolares: visitas a ciudades romanas: Lucentum,

Saguntum, Edeta, Saetabis, Ilici…

TEMA 48.- LOS PRINCIPALES AUTORES DE LA LITERATURA


CRISTIANA. INFLUJO DEL LATÍN DE LOS CRISTIANOS EN LA
EVOLUCIÓN GENERAL DE LA LENGUA LATINA.

A. PRINCIPALES AUTORES DE LA LITERATURA CRISTIANA

1. POESÍA

1.1. Gayo Vecio Aquilino Juvenco y los ‘Evangeliorum libri’


Sacerdote hispano que permanece firmemente dentro de los usos de la

tradición épica. Escribe para unos lectores que son principalmente cristianos,

pero que han estudiado a Virgilio, Horacio, Ovidio y Lucano y han aprendido a

apreciarlos. Su tema es la historia evangélica y su fuente principal San Mateo.

Su poema está lleno de ecos de la poesía clásica, algunos de los cuales se usan

con un efecto deliberado.

1.2. Comodiano

La personalidad y la época de este autor aún permanecen envueltas en la

oscuridad. Sus obras principales son Instructiones, una colección de 80

composiciones acrósticas, formando dos libros (siendo el primero de carácter

apologético, dirigido a paganos y judíos, y el segundo que contiene avisos

morales para los catecúmenos y fieles) y el Carmen Apologeticum, donde

reproduce el contenido del primero con un cuadro apocalíptico de los últimos

tiempos).

1.3. Aurelio Prudencio Clemente

Natural de Hispania, estudió retórica y trabajó en los tribunales. Siguiendo un

modelo de carrera frecuente en la Antigüedad Tardía, fue dos veces gobernador

provincial y oficial de alto cargo en la corte de Honorio. En el 405 se retiró de la

vida pública para dedicarse a escribir poesía devota.

Dejó un corpus poético precedido de un prefacio y seguido de un epílogo,

consistente en dos ciclos de poemas en metros líricos: uno de himnos para

varios momentos del día, el otro de himnos de alabanza a los mártires de

Occidente, también dos poemas didácticos sobre la doctrina de la Trinidad y el

origen del mal, un poema alegórico sobre la lucha entre virtudes y vicios por la

posesión del alma y otros versos sobre escenas de la Biblia.


Llamado el Horacio cristiano, ningún poeta latino había escrito un corpus tan

sustancial de versos líricos. Toma las formas clásicas en el lenguaje, la métrica y

las figuras retóricas sin el cuerpo de alusión clásica que tradicionalmente les

acompañaba. Introduce además en la poesía latina una pauta de pensamiento

alegorizante derivada en último término de la interpretación cristiana del

Antiguo Testamento. En sus mejores momentos Prudencio escribe con una

sobriedad y una fuerza igual a la de los modelos clásicos que imita, pero su

defecto predominante es la prolijidad y la repetición.

1.4. Meropio Poncio Paulino (Paulino de Nola)

Paulino, de una familia rica de Burdeos, fue discípulo de Ausonio, y comenzó

la monótona carrera de cargos públicos intermitentes típica de su clase.

Después de una misteriosa crisis personal, él y su esposa se dedicaron a la vida

religiosa, vendieron sus extensas propiedades y se establecieron por último en

Nola, de donde él llegó a ser obispo en el 410.

Paulino dejó un corpus de 51 cartas y 36 poemas, sobre todo en hexámetros,

aunque también en metros líricos, la mayor parte de ellos con contenido

cristiano. Contienen un panegírico sobre San Juan Bautista, paráfrasis de tres de

los salmos, trece poemas escritos anualmente en celebración de la fiesta de San

Félix, etc…

Paulino distingue con más claridad que cualquier otro poeta de la Antigüedad

Tardía entre el contenido clásico y la forma clásica, rechazando por completo la

primera y adoptando la última. Todo el universo de alusión mitológica que ha

proporcionado tantas de las imágenes de la poesía clásica, está excluido de su

poesía, tomando su lugar temas bíblicos o hagiográficos.

Aunque despliega el gusto de su edad por la declamación y disposición

descriptiva, Paulino carece del brillo de Claudiano o Prudencio. Sus poemas


son extraordinariamente largos e interrumpidos por digresiones y reflexiones

personales.

2. BIOGRAFÍA CRISTIANA: SAN AGUSTÍN

El primer ejemplo indudable de autobiografía interior, una obra que abre

nuevos caminos en términos de tradiciones literarias de la Antigüedad, son las

Confesiones de San Agustín.

Las Confesiones, en trece libros, se escribieron sobre el 397, en los primeros

años del episcopado de San Agustín en Hipona. Formalmente son un diálogo

entre el autor y Dios o, más estrictamente, un monólogo dirigido por el autor a

Dios. Al abrir el libro, el lector antiguo podía fácilmente darse cuenta de que

tenía delante un tratado filosófico escrito en forma de plegaria. En cuanto al

contenido, los nueve primeros libros recapitulan el desarrollo de la

comprensión espiritual de San Agustín. Los cuatro últimos son un análisis

filosófico y teológico del estado de San Agustín y del hombre en general con

referencia a dios y a la Iglesia Cristiana.

Este largo relato del viaje espiritual de un hombre educado en la más pura

tradición clásica, a través del maniqueismo y el neoplatonismo, hasta llegar a

un compromiso entusiasta con un cristianismo en cierto modo desalentador es

único en la literatura latina.

3. LA HISTORIA

3.1. San Jerónimo

San Jerónimo fue un escritor de variados intereses y actividades y sus escritos

históricos no están entre sus obras más importantes, pero merecen citarse en

este contexto. A medida que el cristianismo se abría paso entre las clases altas

cultas del mundo latino, se encontraron enfrentados al hecho de que la

literatura cristiana en griego era mucho más rica y variada que la suya. En
particular gracias a Eusebio de Cesarea, que construyó sobre las bases puestas

por Julio Africano, los griegos disponían de una panorámica autorizada de la

historia mundial desde el punto de vista cristiano, basada en una cronología

segura, y que unía la historia grecorromana, la bíblica y la información de

Oriente.

San Jerónimo decidió traducir y adaptar el libro segundo de la Crónica de

Eusebio, que consistía en gran medida en tablas de concordancias cronológicas.

Para hacerlo más atractivo para el lector latino de su tiempo, añadió material de

la historia romana, tomando el De Viris Illustribus de Suetonio, y las listas de

magistrados romanos. Aunque manifiesta su habitual preocupación por lograr

un estilo elegante, incluyendo la observancia de las cláusulas métricas, hay

muchos errores, y signos de descuido.

Doce años después, en el 392, San Jerónimo compiló su De Viris Illustribus, una

colección de 135 notas sobre escritores cristianos en griego y latín, que

comenzaban con San Pedro y terminaban con el propio San Jerónimo.

3.2. Sulpicio Severo

Miembro de la aristocracia gala culta, educado en Burdeos y amigo de Paulino

de Nola, escribió una historia cristiana más breve pero en algunos aspectos más

original. Su Crónica en dos libros, abarca el períoo que va desde la creación

hasta el 400 d.C. y está dedicada principalmente a la historia bíblica y

eclesiástica. Aunque escribió en un latín claro y clásico, su estilo es monótono y

más bien mediocre.

3.3. Orosio

Orosio, nacido en Hispania casi con seguridad, llegó a Hipona como delegado

del clero hispano. San Agustín quedó impresionado por su capacidad y su

voluntad y le invitó a escribir un estudio de la historia romana destinado a


refutar las críticas de paganos hacia los cristianos. Se trataba de una historia

comprometida, escrita para probar un argumento, destacar los horrores y lo

repugnante de la vida en los tiempos paganos, las batallas sangrientas, los

terremotos, hambrunas y plagas…

4. OTROS AUTORES

4.1. Minucio Félix

Este abogado romano fue considerado el iniciador de la apologética latina,

aunque aún está cerca de la literatura pagana, de forma que, si dejamos de lado

sus fines apologéticos y sus presupuestos teológicos, sería difícil distinguirlo de

los más puros representantes de la tradición iteraria latina.

Su obra apologética Octavius resulta ser un diálogo filosófico al estilo

ciceroniano como respuesta a un discurso de Frontón contra los cristianos. En el

diálogo, Minucio, como árbitro, participa en la discusión que, a favor y en

contra del cristianismo sostienen sus amigos Octavio Ianuario, jurista africano

convertido al cristianismo y Cecilio Natal, un académico.

El autor, que imita a Cicerón en el estilo y a Séneca en las ideas, se resiente de

la nueva moda sofística de su tiempo.

4.2. Tertuliano

Natural de Cartago, recibió una sólida formación literaria y jurídica. No se

sabe en qué momento se hizo cristiano pero se piensa en el ejemplo de los

mártires, en la atracción de la moral cristiana y en el peso de la enseñanza y la

doctrina cristianas.

Se dedica a escribir en un latín que es el fiel representante de la lengua de los

cristianos de su tiempo, llena de neologismos y africanismos, intentando

cautivar a sus oyentes y hablando por ello de forma viva, expresiva y a veces

vulgar.
Sus publicaciones van desde el ensayo a los tratados teológicos de gran

envergadura, todos con una composición cuidada, y con un tono polémico y

agresivo. Su obra principal es Apologeticum, la obra principal de la apologética

cristiana de los primeros tiempos, justificando la reprobación del injusto

proceder para con los cristianos. Otro a destacar es el de De Idolatria, tratado de

teología moral donde defiende la no participación del cristiano en el comercio,

las ceremonias paganas, los cargos públicos… y el De Spectaculis, famoso por su

reprobación a los ludi scaenici y circenses.

4.3. Cipriano

De origen cartaginés, de una familia pagana, rica y culta, dedicó su juventud

al estudio de la retórica hasta convertirse al cristianismo siendo obispo

martirizado en época de Valeriano. Su obra más importante es De catholicae

Ecclesiae Unitate, contra los cismas y las herejías, sosteniendo la necesidad de

vivir en el seno de la Iglesia que no puede ser más que una unidad constituida

por la concordancia de cada una de las iglesias.

4.4. Arnobio

Arnobio, profesor pagano de retórica en África, quedó impresionado por el

comportamiento de los cristianos ante los tribunales durante la persecución de

Diocleciano y experimentó una repentina conversión al cristianismo,

escribiendo un tratado apologético llamado adversus nationes, de 7 libros donde

defiende la religión cristiana frente a la acusación popular y donde ataca

violentamente al paganismo de su tiempo.

Su método es señalar puntos a debatir. El ingenio, la ridiculización y el

descubrimiento de contradicciones aparentes son sus instrumentos. Los trata

con aplomo, como conviene a un rétor profesional.

4.5. Lactancio
Lactancio fue discípulo de Arnobio como estudiante de retórica y él mismo

fue rétor, habiendo nacido también en África. Fue quien educó como maestro a

Crispo, hijo de Constantino, en Tréveris.

Es un tradicionalista, con buena cultura literaria, que imita el estilo clásico. Se

le ha llamado el ‘Cicerón cristiano’ y es efectivamente a través de él como pasa

Cicerón a Isidoro de Sevilla. Quiere conquistar a los letrados presentándoles por

primera vez un compendio de la doctrina cristiana Divinarum Institutionum libri

VII, criticando el paganismo y la filosofía, además de manifestar que la

verdadera sabiduría es la fe.

Su otra obra importante es De mortibus persecutorum, donde defiende las

pruebas históricas de la cólera de Dios contra sus enemigos.

B. INFLUJO DEL LATÍN DE LOS CRISTIANOS EN LA EVOLUCIÓN


GENERAL DE LA LENGUA LATINA

Desde la aparición del cristianismo, éste se verá en la pronta necesidad de

nutrir su mensaje a través de la creación de unos marcos literarios de

características muy específicas, que fundamentalmente se basarán en una serie

de textos creados a partir de objetivos prolépticos y de difusión de la

personalidad de Jesús de Nazaret.

Como el mismo De Ghellink dice, el que podamos hablar de un latín de los

cristianos se debe fundamentalmente a la interrelación entre lengua y cultura.

Este hecho será la base teórica de la definición del latín cristiano como

susceptible de ser tratado como objeto individualizado de definición, de análisis

y de estudio. La lengua, sin duda, va a ser el reflejo de las actividades culturales

de una comunidad, y es claro que el fenómeno del cristianismo tendría que

dejar huellas muy profundas, como afirma la escuela de Nimega, en el marco de

la lengua latina.
1. Vías lingüísticas que sirven para la formación del latín de los

cristianos:

a. PRÉSTAMOS (tomados sobre todo del griego). Angelus, apostata,

apostolus, baptisma, baptizo, blasphemare, catecumenus, charisma, diaconus,

ecclesia, eleemosyne, episcopus, evangelium, martyr, presbyter, propheta.

Estos préstamos se han usado sobre todo para designaciones

concretas restringiendo su significado frente a la pluralidad posible de

acepciones de la lengua originaria. Según C. Mohrmann, los préstamos

designan, pues, exclusivamente instituciones y cosas concretas de la vida y de la

ideología de los cristianos. Como es natural, siguen las tendencias generales de

la lengua latina. Estos préstamos proceden en su mayoría de los primeros siglos

del cristianismo y tendrán un carácter productivo. De apostolus se crea

apostolatus, con sufijo latino productivo, al igual que -tor (baptizator), o -izare,

calcado de -ιξειν.

Algunos autores buscaron emplear más el procedimiento del

neologismo frente al préstamo: lavacrum por baptisma, pero apenas tuvo éxito.

b. NEOLOGISMOS. Las nociones abstractas en cambio, parecen haber sido

adaptadas a través del neologismo:

Camalis: σαρκικος

Spiritalis: πνευματικος

Salvator: Σωτηρ

Revelatio: Αποκαλυψις

Incamari

Sanctificari

Vivificari

Glorificari
Dilectio: αγαπη

magnalis: μεγαλεια

regeneratio: παλιγγενεσια

c. DESPLAZAMIENTOS DE SENTIDO.
Fides, que recibe un nuevo sentido por influencia de πιστις

Lavacrum, por λουτρον

Caro: σαρξ

Spiritus: πνευμα

Ha habido un paso gradual hasta adoptar estos nuevos usos. Se hacen

más frecuentes en los siglos IV y V d.C. y lo que es señalado por todos los

autores es que, pese a adoptar ese sentido especial, no pierden por ello, al

menos en un principio, los significados anteriores.

Más a menudo el término busca el evitar la terminología religiosa

pagana: así se usa altare en vez de ara, basilica ecclesia en vez de templum.

Dentro de estos criterios selectivos en el campo léxico, podemos

destacar ejemplos como:

REFRIGERARI, que pasa de significar en los autores paganos enfriar,

a refresco, o vida eterna, everlasting blessedness, pero también equivale a ágape y la

comida dada a los mártires antes de la tortura, e incluso la comida en honor de

ciertos mártires. Pax, opuesto a bellum en latín pagano, designaría el antónimo

de persecutio, es decir, la paz entre la Iglesia y el Estado. Igualmente en

sacramentum se ha dado un desplazamiento de sentido desde el término militar

al cristiano, pasando de designar la fórmula de compromiso indisoluble entre el

soldado y el dux, a la fórmula de compromiso sagrado indisoluble entre el

sacerdote administrador como intermediario de Dios y el administrado.

El número de los desplazamientos semánticos es muy elevado:

appretiare, arrepticius, beatificari, beneplacitum, cervicatus, perpetratio, ploratio,


responsatio, susurratio... verbos causativos en -ficare... formaciones todas ellas

normales dentro de la evolución de la lengua.

Otro factor digno a tener en cuenta en la conformación del latín de los

cristianos es la influencia semítica llegada a través de las versiones bíblicas, ya

de modo directo como en el caso de la Vulgata de San Jerónimo, así como

indirectamente en las traducciones de los Setenta. Palabras como gehena, amen,

allelluia, kherubim, seraphim, pascha, sabbatum, satan, satanas, mesias... poseían una

importancia conceptual para el cristianismo enorme. En algunos casos se

procedió a la sustitución por términos latinos: gehenna por infernus. En ciertos

vocablos se da convivencia como en satanas y diabolus.

La lengua de grupo hablada por los cristianos contribuyó

considerablemente a caracterizar el latín tardío y a hacer posibles muchos

rasgos de evolución hacia las lenguas romances. Resumiendo, podemos decir,

por tanto, que no se da una alteración de los caracteres lingüísticos básicos del

sistema gramatical, tanto en el ámbito morfológico como sintáctico. La única

parcela afectada se refiere al léxico.

El latín de los cristianos debe ser considerado como una lengua

especial, una lengua de grupo que dada sus características expansivas,

impregnará la generalidad de la lengua latina en la Antigüedad Tardía.

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