Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
superioridad frente a la mujer, mostrando una actitud de violencia contra esta. En efecto los
mes de 2019 y se encontró a México con 104 víctimas, a Brasil con 69, le sigue Argentina con
20, Honduras con 16, Colombia con 11, República Dominicana 10 y Venezuela con 8
homicidios.
Partiendo de estas cifras tan alarmantes podemos ver como la violencia a la mujer es un
problema real, donde todos los casos tienen en común la agresión de un hombre que considera
que tiene la potestad de arremeter contra una mujer, razón que puede indicar que el sistema
2018, organiza los países de mayor a menor según el bienestar de las mujeres en materia de
justicia, inclusión y seguridad, (en la comunidad y violencia por pareja) de dicho listado, la
mayoría de los países de Latinoamérica está por debajo de la mitad, Ecuador se encuentra en el
puesto 42 del informe, seguido por Argentina que se encuentra en el lugar 59,, Paraguay en 71,
Perú en 73, Venezuela 78, Brasil en 82 y Colombia en 96. Una predominancia de cultura
machista en todos estos países latinoamericanos, y aún más en los países ordenados al final del
reporte, como Siria, Afganistán y Yemen, en cuya cultura la mujer vive bajo la opresión del
género opuesto, en muchos casos con menos derechos, en otros, con altos niveles de homicidios,
como es el caso de Brasil, que en el 2017, presentó una tasa de 1133 por cada 100.000 mujeres,
clara relación entre los países con cultura machista y los índices de violencia a la mujer.
cultura patriarcal donde se generan las múltiples formas de violencia contra la mujer no
reconocidas ni declaradas como tales y es así́ porque sólo mediante la violencia es posible
humanidad. En consecuencia, el ejercicio del poder por parte de quienes lo detentan, los
hombres, generalmente encierra la violencia” (Jiménez. 1991: 21). Tal como lo expone Jiménez
pueden catalogar como “normales” en una relación, las bromas hirientes, los chantajes, las
otros, éstos son indicios de opresión que, en bajo, pueden llevar a la agresión y deben evitarse.
En este orden de ideas, es muy común ver en las relaciones de pareja, en este caso hombre-mujer
que la intención de los primeros sea de dominar, ejercer control y negar la autoafirmación de las
mujeres como sujetos de derechos, a través del uso de la violencia. (Begazo, 2018). Así, es
notable la vulnerabilidad de la mujer ante aquellos hombres que no la valoran y no las reconocen
como sus iguales, y encuentre fuera de lugar cuando la mujer se empodera, y a tal iniciativa, la
respuesta, es acabarla.
“La sociedad, la cultura patriarcal ha creado una serie de mitos falsos sobre estas mujeres, como:
La mujer provoca al hombre regañándole por medio de la ropa, gestos, conductas... La mujer
inventa o exagera: No fue violencia, sólo una discusión... Él la regañó por ser mala ama de casa.
Él tuvo un mal día en el trabajo. Él no quería hacer eso.” (Cagigas. 2000: 312), como lo plantea
la socióloga, son múltiples lo mensajes subliminales que llegan a la mente de los jóvenes varones
y los convencen de que todas estas prácticas son normales y correctas, las mujeres, deben
arrepentirse, asumirlo como un error, un pequeño declive, que ellas deberían perdonar.
ellas retrógradas, que pretenden mantener el status quo y reaccionan con rechazo a los intentos
de progreso. El papel de las mujeres ciertamente ya no es el mismo que ocupaba hace 50 años, y
mucho menos el de hace 100 años, su participación en los asuntos cotidianos, capacidad de
pensamiento, cada género tiene un lugar y una responsabilidad, y por tanto tienen el poder de
actuar sobre el sexo femenino, corrigiendo su conducta y propiciando lo que hoy conocemos
como violencia a la mujer, agrupados mayormente en regiones cuyo constructo social gira en
torno a un figura de autoridad representada por un hombre, concepto que actúa como principal
precursor de una reacción en cadena que en últimas atenta contra la integridad de éstas y da
Feminicidio.
D. Cagigas Arriazu, Ana. (2000). El patriarcado, como origen de la vilencia doméstica. Monte
Buciero, ISSN 1138-9680, Nº. 5, 2000, pags. 307-318.
García, C., & Cabral, B. (2000). Violencia de género: saberes, prácticas sociales y estrategias de