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Lengua y Literatura

Texto
Argumentativo
La violencia

Agustina Cárdenas
2019 – 5° “C”
¿Violencia? Violencia no es solo golpes, es todo acto que produce sufrimiento
físico, sexual o psicológico. Se presenta cuando una persona impone su poder
sobre otra en forma agresiva, vulnerando sus derechos. Este fenómeno está
ligado a la sociedad, pues hace parte de su cultura y afecta principalmente a los
miembros más vulnerables: niños, ancianos y mujeres. La violencia en contra del
género femenino se ha presentado desde el inicio de la civilización, incentiva por
una supuesta superioridad del hombre. Aunque los derechos de la mujer son
violentados en muchos campos de la sociedad, una de las formas más comunes
es la infligida por su pareja, este comportamiento es un problema cultural, por lo
tanto, se puede transformar mediante la educación.
El origen de este tipo de violencia es la desigualdad de género, establecida
desde la antigüedad con el sistema patriarcal. En la exposición escrita: “el
sistema patriarcal, desencadenante de la violencia de género” de Ana María
Pérez del Campo Noriega, se describe cómo, desde la construcción del orden
social, pasando de tribu a primera civilización, se implementó este sistema que
impone el conjunto de funciones, normas, valores y principios ejercidos por
hombres y mujeres. En el cual el varón es el encargado de los roles productivos,
en este el ser humano se vincula socialmente aportando su fuerza de trabajo
para recibir una remuneración, y social en el cual el individuo se vincula para
incidir en espacios públicos ocupando así un lugar de privilegio. Mientras que a
la mujer se le asigna únicamente la función de cuidar a los miembros de la familia
marginándola de los otros roles debido a la supuesta incapacidad para decidir
sobre su propio destino y sobre su papel en lo público.
El sistema patriarcal promueve e infunde la idea de inferioridad de la mujer
mostrándola como un ser incapaz y dependiente, en esta estructura social los
hombres tienen el control, el valor, el dominio de la razón, por el contrario las
mujeres son subvaloradas lo que muestra de forma clara el sometimiento del
género femenino y la privación de sus derechos, atentando así contra su
dignidad, pues no se les permite tener autonomía para dirigir su vida, ni
participación en el ámbito social, simplemente debe cumplir con sus deberes, es
decir servir a su pareja. En esta sociedad machista la mujer es vista como un
objeto sexual. El machismo es una actitud de prepotencia de los varones
respecto a las mujeres, promueve la negación de la misma como sujeto. Este se
ve reflejado en el contenido de canciones musicales, por ejemplo, las canciones
del género reggaetón, mayormente giran alrededor de dos temas principales:
“sexo” y “mujer”, dicha es vista como un objeto sexual porque está puesta a la
disposición del hombre para complacer sus deseos, él es quien tiene el poder,
apenas satisface sus ansias de placer la abandona, es decir, la usa y bota al
igual que lo hace con cualquier elemento.
Otro ejemplo es la publicidad, la mayoría de anuncios utiliza al género femenino
como medio para vender sus productos, la razón principal es que atrae la mirada
del espectador varón para luego llevar su atención al verdadero objeto del
anuncio. De forma general se presenta una mujer joven y bella, de proporciones
exuberantes que bien aparece desnuda o escasamente vestida. La misma es
sólo un cuerpo, una pieza objeto del deseo del hombre, convirtiéndose en una
entretención para ellos, despersonalizada, sin identidad propia, solo pone su
belleza al servicio y satisfacción de los varones, no es persona, sino adorno, así
la han visualizado las construcciones sociales.
Las manifestaciones anteriores demuestran que en la actualidad se está
divulgando y promoviendo una imagen errónea, es más, denigrante del género
femenino, el ser vista como un objeto, siendo esta un tipo de violencia, si,
violencia ya que atenta contra su dignidad. Por este tipo de percepciones el
hombre ve en su pareja un objeto más de su pertenencia, no respeta sus
derechos y es allí donde la maltrata.

La sociedad admite como algo normal las manifestaciones de violencia. Según


la cultura que se ha adoptado es normal la presencia de peleas, gritos,
empujones entre la pareja, es absurdo el pensar que no está siendo humillada o
sometida una persona a la cual se le tiene arrinconada y se le golpea ¿si esto no
es violencia qué lo es?, si no la está humillando y maltratando entonces ¿qué le
está haciendo? Es lamentable saber que la sociedad solo considera como actos
violentos aquellos que dejan graves secuelas en las victimas o que terminan en
homicidios, de hecho, los medios de comunicación fomentan la normalización de
la violencia cuando presenta noticias acerca de feminicidios (homicidio de una
mujer) siempre se describe como crimen pasional, es decir, por amor e incluso
justifican al agresor con excusas como “se dejó llevar por los celos”, “no era
consciente de lo que hacía”, en otras palabras minimizan este hecho, hacen un
mal uso del lenguaje, haciendo víctimas a los agresores, un crimen es un crimen,
no se debe justificar porque fue por un ataque de celos o porque era una pelea
de pareja, eso no es justificable.
En síntesis, los actos violentos son permitidos por la victima a causa de los
distintos factores culturales ya mencionados, por su tradición cultural, pues
fueron educadas en una sociedad donde era mal visto que una mujer estuviera
soltera o abandonara a su esposo, en una sociedad la cual acepta el dominio del
hombre sobre el género femenino y lo posiciona como la cabeza del hogar,
sometiendo a su pareja. No obstante, esto se puede cambiar mediante la
implementación de campañas donde se instruya a las víctimas para que cambien
sus pensamientos y denuncien, para que reconozcan que la violencia hacia ellas
no es normal, mediante la explicación de los distintos niveles de agresión que
pueden recibir, desde comentarios hirientes hasta el asesinato. Además,
brindarles apoyo para que superen las secuelas del maltrato y oportunidades de
trabajo logrando así que puedan ser auto sostenibles.
El desencadenante de la violencia contra la mujer infligida por parte de su pareja
es la desigualdad de géneros, a causa de creerla inferior a los hombres, se
empezó a tratar como un objeto puesto a su disposición, sin contemplar sus
derechos como persona. Al trascurrir de los años se empezó a cambiar esta
mentalidad y la mujer comenzó a ser participe activa de la sociedad, a tener
voluntad, sin embargo, quedo en nuestra cultura su visión como objeto y aun hoy
en día es usada para complacer a los hombres. Como desde el principio de
nuestra civilización fue sometida a los maltratos del género masculino las
personas admiten como hechos normales las manifestaciones de violencia hacia
ellas, entonces, se transmiten de generación en generación y como son actos
transmitidos, la mayoría de las mujeres que la padecen la aceptan, pues estos
hechos hacen parte de la cultura por la cual fuimos formados. Pero como son
conductas aprendidas se pueden modificar desde distintos ámbitos de la
sociedad.

Conclusión
A lo largo de este texto se expusieron distintos factores sociales que fomentan
la práctica de la violencia hacia la mujer infligida por su pareja y que día a día se
están transmitiendo. Este tipo de violencia es un problema social y cultural
porque esta adherido a nuestro diario vivir y es necesario cambiar estos modelos
en nuestra sociedad, ¿pero ¿cómo? por medio de la educación ya que este es
el proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y
formas de actuar, se debe educar a toda la sociedad empezando desde su base,
la familia, las escuelas y todos los ámbitos, la idea no es cambiar los valores sino
construir un nuevo sistema de valores donde sea protagonista el respeto, que
hagan que hombres y mujeres puedan pensar de la misma manera y puedan ser
tratados como igual. Aunque esto no se lograra de un día para otro, es necesario
cambiar poco a poco este fenómeno, cada uno de nosotros puede poner de su
parte no aceptando ni transmitiendo los estereotipos impuestos por la sociedad,
sino reconociendo y cambiando los actos que fomentan la violencia y así ponerle
fin.

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