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REMATE.-
Los remates consisten en la venta al público de viva voz y al mejor postor, con base o sin
ella, de bienes determinados muebles o inmuebles, proponiendo la enajenación, indicando sus
condiciones, recibiendo las ofertas de precio y, mediante un golpe de martillo, adjudican las cosas
perfeccionando la compraventa.
Hay que distinguir el acto del remate, que es una compra-venta especial regida por la ley
especial, de la operación de compraventa entre enajenante y adquirente, donde deben aplicarse
los requisitos formales y materiales que la ley general establece para cada tipo de bien subastado.
1[1] Est e si st em a de rem at e es el i ngl és. Hay ot ro si st em a, el hol andés, en que el rem at ador abre
l a ofert a con una base m áxim a, que l uego va reduci endo a m edi da que advi ert e que el preci o
propuest o es excesi vo y que, por el l o, no encuent ra i nt eresados en l a adqui si ci ón. La vent a se
perfec ci ona, cuando en el curso de l as rebaj as que va haci endo el vendedor, apare ce un
com prador conform e en abonar el preci o propuest o.
Deseamos aclarar que esto es así en la venta de muebles. El contrato no se reputa
concluido sino por la adjudicación pronunciada y ésta se pronuncia desde que el
marti llo cae. En ventas en que se requieren formalidades, como la venta de
inmuebles, con el remate no se perfecciona la venta. Se celebra por medio del
remate un negocio preliminar en que se establecen las bases de un negocio
defi niti vo que se deberá concretar luego.
El marti llero se obliga a prestar el servicio dentro de las normas que exige
la ley para estos actos teniendo en cuenta los acuerdos habidos con el dueño de
la cosa.
El segundo grupo de relaciones son las que surgen cuando el marti llero realiza el
llamado a través de la publicidad invitando al publico a concurrir, y al mismo
ti empo pone en su conocimiento las condiciones en que realizara la venta y las
cualidades de las cosa objeto del remate.
Si es judicial colocar en el edicto la palabra judicial, con el nombre del juez que
autorizo el remate, y secretario autorizante.
Imponer la base de venta al cliente y en todos los avisos para conocimiento del
cliente, registrar medidas y superfi cie (inmuebles) o dominio (para los rodados).
Colocar en el aviso la dirección postal exacta y datos del marti llero para asegurar
la efi cacia del remate.
ANUNCIO DE REMATES:
Lapa sosti ene, según la letra escrita de la ley, que existi endo una imposición
previa a la realización de la subasta, no debe pasar inadverti da y será aplicable
tanto en los remates parti culares como judiciales. Ello favorece la concurrencia y
evita colusiones y otros fraudes, admiti endo que la publicidad por la prensa es
una garantí a real. (Manual del Marti llero Público y del Corredor, pag.321).
En la prácti ca, en todo remate parti cular, a los efectos de verse favorecido el
propietario y por consiguiente, el marti llero, se realiza la publicidad conforme a
la importancia del bien.
En este sentido la ley 20266, en su art. 9 establece que los martilleros están obligados a “b)
Comprobar la existencia de los títulos invocados por el legitimado para disponer del bien a
rematar. En el caso de remate de inmuebles, deberán también constatar las condiciones de
dominio de los mismos; c) Convenir por escrito con el legitimado para disponer del bien, los gastos
del remate y la forma de satisfacerlos, condiciones de venta, lugar de remate, modalidades del
pago del precio y demás instrucciones relativas al acto, debiéndose dejar expresa constancia en los
casos en que el martillero queda autorizado para suscribir el instrumento que documenta la venta
en nombre de aquél; d) Anunciar los remates con la publicidad necesaria, debiendo indicar en
todos los casos su nombre, domicilio especial y matrícula, fecha, hora y lugar del remate y
descripción y estado del bien y sus condiciones de dominio. En caso de remates realizados por
sociedades, deberán indicarse además los datos de inscripción en el Registro Público de Comercio.
Cuando se trate de remates de lotes en cuotas o ubicados en pueblos en formación, los planos
deberán tener constancia de su mensura por autoridad competente y de la distancia existente
entre la fracción a rematar y las estaciones ferroviarias y rutas nacionales o provinciales, más
próximas. Se indicará el tipo de pavimento, obras de desagüe y saneamiento y servicios públicos, si
existieran”.
El marti llero está obligado a realizar el remate en la fecha, hora y lugar señalados,
colocando en lugar visible una bandera con su nombre y, en su caso, el nombre, denominación o
razón social de la sociedad a que pertenezcan (ley 20.266, art. 9, inc. e)).
Los remates parti culares pueden realizarse con base fi ja o sin ella. Una vez
aceptada la primera postura, no podrá suspenderse el remate. Si no hubiera
postores por la base indicada podrá suspenderse o diferirse el acto. Cuando no
existi era base, bastara recibir la primer oferta para que la subasta no pueda
suspenderse, salvo que iniciado el acto el marti llero no recibiere oferta alguna.
En los casos en que iniciada la tramitación del remate, el martillero no lo llevare a cabo por
causas que no le fueren imputables, tendrá derecho a percibir la comisión que determine el juez
de acuerdo con la importancia del trabajo realizado y los gastos que hubiere efectuado. Igual
derecho tendrá si el remate fracasare por falta de postores (art.12 ley 20266).
Asimismo la norma legal prohíbe al martillero suspender los remates existiendo posturas,
salvo que habiéndose fijado base, la misma no se alcance (art. 19, inc.j), y establece como sanción
para el martillero por cuya culpa se suspendiere o anulare un remate, la pérdida de su derecho a
cobrar la comisión y a que se le reintegren los gastos, y su responsabilidad por los daños y
perjuicios ocasionados (art. 22).
Lapa enti ende que actualmente frente a la modifi cación del art. 886 del
Cód. Civil, la interpretación ha quedado aclarada, cuando dice que La mora del
deudor se produce por el solo transcurso del ti empo para el cumplimiento de la
obligación, con lo cual consagra la mora automáti ca. Pero la mora automáti ca no
rige a) en el caso de que el vencimiento no se hubiese convenido, pero resulta
tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación debe cumplirse en
la fecha que conforme a los usos y a la buena fe,( plazo tácito) y b) cuando no hay
plazo , el juez puede fi jarlo, a pedido de parte, mediante un procedimiento breve
( según el régimen local), a menos que el acreedor opte por consti tuirlo en mora,
Zavala Rodríguez y Garo señalan que podrá hacerse pasible de la pena por el
delito impuesto por el art. 173 inc. 2 del Código Penal: “Sin perjuicio de la disposición
general del artículo precedente, se considerarán casos especiales de defraudación y sufrirán la
pena que él establece: …2. El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su
debido tiempo, dinero, efectos o cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito,
comisión, administración u otro título que produzca obligación de entregar o devolver…” Es decir,
que en este caso cuando existiendo obligación de rendir cuentas el martillero se negare a hacerlo,
o bien, al ser interpelado por su demandante, rindiere cuenta numérica del resultado del mandato
conferido, pero no entregare el dinero resultante en favor de aquel, no obstante reconocer la
deuda.
MODO Y FORMA: El martillero tiene la obligación de dar cuenta de las gestiones realizadas,
así como también documentarlas en la forma de estilo, cumpliendo de esa manera con los deberes
que la ley estatuye.
En la rendición de cuentas debe tenerse presente que ésta supone una cuenta formal con
la doble serie de partidas que constituyen el debe y el haber, y como requisito indispensable es
necesario acompañar los justificativos de ingresos y egresos, en forma documentada, que
acrediten su exactitud. De lo contrario la prueba de veracidad de lo consignado es a cargo del
martillero.
En cuanto al contenido, no puede ser en forma sinóptica, sino que debe tratar que tenga
forma descriptiva, clara y explicativa. No obstante la rendición de cuentas no está sometida a
ninguna forma sacramental; puede variar según las modalidades de la operación.
Está también incluido en esta rendición el depósito que por saldo quede a favor del
mandante, por más que sea elevado y complejo el número de operaciones, la que debe ajustarse a
lo estatuido por el código, facilitando su entendimiento.
Lugar donde deben permanecer los títulos de propiedad durante el anuncio del remate
particular: El martillero solicitará al propietario la escritura del inmueble a los efectos de realizar
un estudio de ella y de comprobar si se halla en condiciones para poner el bien a la venta pública.
Del citado estudio obtendrá también los datos necesarios para los anuncios previos a la subasta.