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INTRODUCCIÓN  A   LA  FILOSOFÍA 

Determinar lo que la Filosofía es, es una tarea que compete a la misma Filosofía. Las ciencias son incapaces de
determinar lo  que ellas son. Estudian ciertos objetos determinados, pero ellas no pueden decirnos qué son y cuáles son
sus límites. En  cambio, la Filosofía, además de estudiar un conjunto determinado de objetos, puede, sin extralimitarse
en sus funciones, decirnos en qué consiste y cuáles son sus límites.
Si interrogamos a un grupo de químicos sobre lo que es la Química, obtendremos (salvo pequeñas variantes) una
respuesta  uniforme. Pero si preguntamos a un grupo de filósofos, ¿qué es la Filosofía?, difícilmente se nos darán dos
respuestas  semejantes. Y es que responder a tal interrogante implica la respuesta a un sinnúmero de problemas,
porque en esta  disciplina-y he aquí otro acto peculiar de la filosofía- los problemas se implican unos a otros sin poder
determinar cuál es  anterior a cuál.
La Filosofía no tolera supuestos; esta es su característica esencial. Tiene la independencia más absoluta; ella misma se
fija su  contenido, sus límites, sus problemas y sus posibilidades. La actitud primordial de todo filósofo es: renunciar a
cualquier  prejuicio, ser capaz de analizar los cimientos sobre los cuales se asientan todas nuestras creencias, y no
contento con ello, tratar de ver si hay algo bajo esos cimientos.
La Filosofía no puede ser definida. Definir es reducir una realidad determinada a conceptos. Y la filosofía se resiste a ser
reducida a conceptos; porque la Filosofía no es el menor conocimiento racional de algo. Es más bien una actitud
espiritual, una manera de ser, una actitud frente al mundo. Por lo que, más que de Filosofía, debemos hablar de filosofar.
El filósofo es  tal en tanto Filosofa y no en tanto "sabe" filosofía; la Filosofía se "vive".
La Filosofía no se enseña, pero la Filosofía sí se aprende. Aprender Filosofía es aprender a filosofar; es aprender a
estar  frente al mundo en actitud resuelta y valiente a interrogarle, a tratar de descubrir sus secretos sin conformarse con
las soluciones que ofrecen la ciencia y la religión. No es que la filosofía sea contraria a la ciencia o a la religión, sino que
está en  plano distinto. La ciencia y la religión tienen límites impuestos desde fuera; la Filosofía no tiene límites, porque
los que se impone a sí misma son siempre provisorios.
Por ello Fichte afirmó que "la Filosofía"  que se escoge depende del hombre que se es. El ser filósofo implica una
manera de  ser hombre. Y tener tal o cual posición frente a un problema filosófico determinado quiere decir ser hombre
de tal o cual  manera.

FILOSOFÍA

I. ETIMOLOGÍA
La palabra filosofía procede de dos voces griegas: Philos (amor) y Sophía (saber). Su traducción literal sería "Amor a la 
sabiduría".
Se dice que fue Pitágoras el primero en autoconsiderarse y autodenominarse "filósofo".
Sin embargo, la reflexión filosófica empezó con Thales de Mileto, quien explicó el cosmos como originado a partir del
agua (lo húmedo).
Por otro lado, Heráclito de Efeso fue el primero en utilizar la palabra "filosofar", aunque en la forma de verbo, al decir: 
"conviene que los hombres filosofen, es decir, que sepan de muchas cosas"

II. NOCIONES
Dentro del contexto histórico, la filosofía ha tenido muchos sentidos, según las inclinaciones particulares de los filósofos.
La  Filosofía es llamada por Aristóteles metafísica o filosofía primera, es la ciencia del ente en cuanto ente, la ciencia de
aquello  que puede llamarse con toda propiedad la Verdad. Algunas de las acepciones más generalizadas son las
siguientes: "la  Filosofía es la ciencia de las cosas humanas y divinas" , "la Filosofía es el estudio del ser en tanto que 
ser", "la Filosofía es el  esfuerzo reflexivo por alcanzar la felicidad", "la Filosofía es el saber de todo saber, la ciencia de
todas las ciencias, la ciencia universal", " la filosofía es aquella concentración mediante la cual el hombre llega a ser él
mismo, al hacerse partícipe de la realidad", etc.
Tales nociones son apropiadas más para la concepción tenida por los antiguos griegos, los filósofos renacentistas y los
de la  época moderna, no así para la aceptación tenida durante la Edad Media. En la Edad Media, la Filosofía estuvo
subordinada  a la teología (que según los escolásticos era la "ciencia de Dios"). En nuestra época, la Filosofía pierde
parcelas de conocimiento  a medida que las ciencias van tomando cuerpo y se han desarrollado en numerosas
especialidades. Pero aún así, queda y  probablemente quedará, un margen para especular y razonar sobre el sentido de
la vida y del universo; y sobre ese margen, el pensamiento filosófico seguirá vigente.
ACTIVIDAD 1: Investiga la biografía de: Sócrates, Platón, Aristóteles y Renato Descartes.

SÓCRATES: La filosofía es la búsqueda de la verdad.


PLATÓN: La filosofía se pregunta por el porqué de todo lo existente.
ARISTÓTELES: Ciencia que busca los primeros principios y causas de todo lo existente.
AGUSTÍN  DE  HIPONA: Es la aspiración al conocimiento por medio  de la razón de todo cuanto establece la fe.
DESCARTES: Es el estudio de la sabiduría. 
HEGEL: Es el saber efectivo de lo que es, de todo cuanto existe, todo cuanto hay.
MARX: Es la concepción del mundo, que no sólo nos permite  conocer e interpretar, sino principalmente transformado a 
través de la praxis social.
HUSSERL: Es la ciencia de esencias fundamentales del ser.
WITTGENSTEIN: Es actividad analítica esclarecedora del lenguaje.

III. ORIGEN DE LA FILOSOFÍA, FUENTES DEL FILOSOFAR


El origen  de  la  filosofía  es  múltiple: el  asombro, la  duda  y  la  conmoción  del  hombre. Asombro, porque  ya  Platón 
afirmaba:  que  nuestros  ojos  nos  "hacen  ser  partícipes  del  espectáculo  de  las  estrellas,  del  Sol  y  de la  bóveda 
celeste". Y Aristóteles sostenía: "la admiración es lo que impulsa a los hombres a filosofar". El filosofar es como un
despertar de la  vinculación a las necesidades de la vida; y este despertar tiene lugar cuando se mira
desinteresadamente a las cosas, el cielo y el mundo.
Pero, una vez que he satisfecho mi asombro y admiración con el conocimiento de lo que existe, pronto  se anuncia la
duda; pues las percepciones sensibles están condicionadas por nuestros propios órganos sensoriales que son
engañosos, o, en  todo  caso, no concordantes con lo que existe fuera de mí, independientemente de que sea percibido
o exista en sí. 
Y sobre el tercer aspecto o conmoción del hombre, el  estoico Epícteto decía: “el origen de la Filosofía, es el percatarse
de la propia debilidad e impotencia".  ¿Como salir de la impotencia?  La respuesta de Epicuro fue: considerando todo lo
que no  está en mi poder como indiferente para mí en su  necesidad; y, por el contrario, poniendo en claro y en libertad
por medio  del pensamiento lo que reside en mí, a saber, la forma y el contenido de mis representaciones.
En resumen, el origen de la Filosofía está realmente en la admiración, en la duda, en la experiencia de las situaciones
límites. 

IV. CARACTERÍSTICAS:
        
UNIVERSAL: La Filosofía estudia todo cuanto existe.

RACIONAL: En contraposición a la religión que se basa en la fe y a semejanza de las ciencias particulares, la Filosofía 
funda sus afirmaciones en razones, y utiliza el pensamiento lógico como parte del proceso de alcanzar sus
generalizaciones  a partir del resultado de las ciencias.

PROBLEMÁTICA: En tanto no se alcanza la verdad absoluta, el saber filosófico refleja distintos momentos en  el
desarrollo  progresivo del pensamiento humano y en ese proceso plantea y replantea constantemente los problemas a
los cuales se  evoca.

CRÍTICA: La Filosofía no acepta criterios de autoridad, muy  por el contrario el filosofar involucra someter al rigor del 
análisis las tesis planteadas por diversos autores a lo largo del desarrollo del pensamiento humano.

RADICAL: En la concepción aristotélica, la Filosofía es la ciencia de las primeras causas y principios. 

METÓDICA: porque   utiliza  procedimientos, pautas  y  reglas  para  alcanzar  sus  conocimientos.

SISTEMÁTICA: porque  los conocimientos  filosóficos  se  encuentran  organizados  en  teorías,  doctrinas.

ESPECULATIVA:  Para ciertas tendencias, la Filosofía   es  una  reflexión  teórica  independiente  y  ajena  a los 
resultados  de  la  ciencia  por  ello  la  afirmación  filosófica  no se  puede  comprobar  en  la  realidad.
TRASCENDENTE: Del  latín "trascendere" (traspasar), término usado por la Filosofía  idealista para referirse a como la 
filosofía va más allá de lo físico y material para elevarse a los entes  metafísicos desligados totalmente del mundo
material con los cuales no guarda ninguna relación (espíritu, infinito, alma, etc).

V. DISCIPLINAS FILOSOFICAS

1.      LA METAFÍSICA (Ontología)


         Etimológicamente significa: teoría del ser.  Plantea preguntas con respecto al ser, a los primeros principios y
causas. Pretende responder también a las preguntas sobre la realidad última, la esencia o las esencias, es decir, sobre
la existencia y el fundamento de la totalidad de las cosas o del mundo. Algunos filósofos consideran que la metafísica es
el estudio del ser, mientras que la ontología es el estudio y la clasificación de los objetos o cosas. A partir de estas
preguntas, se han generado las siguientes tesis :

1.1 El Materialismo.- sostiene que el fundamento de las cosas es la materia. Son representantes de esta tesis.
Demócrito, Epicuro, Marx.

1.2 El Idealismo.- sostiene que el ser o el fundamento de las cosas es una entidad de orden no material, como pueden
ser las ideas (Platón) o Dios (San Agustín).

2.      LA GNOSEOLOGÍA
         Conocida también  como teoría del conocimiento; es la disciplina filosófica que tiene como tema central el
conocimiento humano. La gnoseología toma a su cargo toda clase de conocimientos y enfrenta los problemas
relacionados con el origen, la esencia, la posibilidad y la validez del conocimiento humano.
         Pregunta: ¿Es posible el conocimiento? ¿Cuál es la fuente del conocimiento? ¿A qué llamamos conocimiento?

3.      LA EPISTEMOLOGÍA
         Conocida también como, teoría del conocimiento científico. Se preocupa de la estructura, fundamentos y métodos
de las ciencias. Hay tantas epistemologías como ciencias. Está la epistemología matemática, la epistemología de la
Física, la epistemología de la Biología, la epistemología de la Psicología, la epistemología de la Economía, la
epistemología de la Lógica, la epistemología de la Historia, etc. Etimológicamente "epistemología" quiere decir tratado de
la ciencia, ciencia de la ciencia.

4.      LA AXIOLOGÍA
         Es la disciplina cuyo objeto de estudio son los valores, tales como "lo bueno", "lo justo", "lo bello", etc. Son temas
axiológicos, los referentes a la manera como conocemos los valores y el fundamento, y la validez de las afirmaciones
valorativas, llamadas también "juicios valorativos".

5.      LA ÉTICA
         Es la disciplina que tiene como objeto de estudio los sistemas morales y las normas que lo integran. Son temas
éticos el lenguaje en el que se expresan las normas morales y el fundamento de la obligatoriedad que ellas demandan.
         Pregunta: ¿Cuál es el fundamento de la moral? ¿Pueden derivarse todas las reglas morales de un principio
supremo?

6.      LA ESTÉTICA
         Es la disciplina filosófica que se encarga del estudio de las expresiones artísticas; estudia entre otras cuestiones,
en qué consiste el valor del arte y lo bello.

7.      LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA


         Se encarga del estudio de los problemas que plantea la existencia humana concreta en relación con las
condiciones históricas, económicas, sociales y culturales. Investiga la esencia, origen y sentido del ser humano, el
destino del hombre, lo que lo distingue de otros seres del universo.
         Preguntas: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es la finalidad de la existencia del hombre?
EL MATERIALISMO Y CREACIONISMO
El materialismo explica la vida como un producto de la materia inerte; la inteligencia como un producto de la vida
orgánica; la espiritualidad, la vida científica, moral y religiosa, en suma, como invenciones del hombre. En este sentido, el
materialismo es como la inversión (el negativo de la fotografía) de la imagen creacionista del mundo. Según el
creacionismo, Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, con una dimensión material y otra personal y
espiritual. Al cosmos físico lo creó para el hombre. El mundo no existe en un sentido absoluto (no se justifica en sí
mismo, no es para sí mismo), sino que existe para el hombre, para que ´este lo conozca y domine mediante el trabajo
manual e intelectual. La razón de ser del mundo es el hombre: permitir la vida específicamente humana (en el mundo)
que culmina en el conocimiento y amor a Dios (trascendente al mundo). Para el creacionismo el mundo invita a elevar la
mente del hombre a su Artífice, Dios. El mundo y el hombre deben considerarse ordenados a Dios. El materialismo, por
el contrario, sostiene que

Dios no es más que una ✭✭idea✮✮, un producto mental del hombre. No entiende

a Dios como creador del hombre sino al hombre como creador de Dios; y, en

fin, el mundo (o mejor, el caos y el azar) ha sido el productor del hombre.

Para al materialismo, el espíritu es producto de circuitos neuronales; y las

neuronas, producto de la materia.

SABIDURÍA

La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en


la experiencia propia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez
nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad,
lo bueno y lo malo. La sabiduría y la moral se interrelacionan dando como resultado un individuo
que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma sabiduría como una forma especialmente bien
desarrollada de sentido común.

En Ciencias de la Información, Sabiduría constituye el vértice de la pirámide constituida, de menor


a mayor complejidad, por dato, información, conocimiento y sabiduría..

En la Sabiduría se destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de


valerse del conocimiento con éxito, y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir
peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y
la locura, y a menudo se contrasta con éstas. Tomás de Aquino define la sabiduría como "el
conocimiento cierto de las causas más profundas de todo" (In Metaphysica, I, 2). Por eso, para él,
la sabiduría tiene como función propia ordenar y juzgar todos los conocimientos.

La sabiduría toma sus referencias de lo que se denomina memoria a largo plazo. En otras


palabras, lo vivido ha de haberse experimentado con suficiente frecuencia o intensidad como para
que no se borre de nuestro recuerdo, se inserte en los esquemas de lo que consideramos bueno o
malo y se tome en cuenta como parte de los procesos de supervivencia del individuo. El papel que
juega este concepto en la selección natural es de vital importancia; aunque también impone una
carga cuando el medio cambia y la memoria a largo plazo sólo rescata recuerdos que ya no son
actuales, por lo que la edad, el envejecimiento y el desgaste neural suponen un handicap en la
readaptación del individuo en cuestión, dificultando la inserción de los nuevos datos en dicha
memoria, dilatando los tiempos de respuesta y poniendo en grave peligro la supervivencia del
individuo en el medio cambiante como en la filosofía en los que se aplican los medios cuánticos.

EN PSICOLOGÍA

La mayoría de los psicólogos consideran la sabiduría como distinta de las habilidades cognitivas


medidas por los exámenes de inteligencia. La sabiduría es con frecuencia considerada como un
rasgo que puede ser desarrollado por la experiencia, pero no enseñado. Cuando se aplica a
asuntos prácticos, la palabra sabiduría es sinónimo de prudencia. Algunos consideran la sabiduría
como una cualidad que incluso un niño, de otra forma inmaduro, puede poseer con independencia
de la experiencia o el conocimiento completo. La Sabiduría según una definición muy explícita de la
misma es: «La forma correcta de aplicar el conocimiento y va mucho más allá que el mismo
intelecto, mostrando así lo elemental de la Vida. 
ACTIVIDAD 2: Investiga: ¿A que llamamos conocimiento? ¿Como se origina el conocimiento en el hombre?
¿Cuál es la fuente del conocimiento?

La teoría del conocimiento de Platón

Razón
La razón es la facultad del hombre que lo hace diferente, lo distingue y lo destaca de otras
especies.

Ha sido definida frecuentemente como la capacidad de llegar a conocer lo universal, el mundo de


las ideas, de las esencias y de los valores.

Por medio de la razón se puede explicar el fundamento de las cosas.

Para muchos autores, la razón tiene dos significados básicos:


1) es una facultad
2) es un principio de explicación de la realidad.

Como facultad, la razón es la capacidad activa o pasiva, o también puede ser entendida como
actividad intuitiva o discursiva

Como principio de explicación de la realidad, puede ser razón de ser, razón de acontecer y razón
de obrar.

Existen dos concepciones de razón importantes:


1) razón constituyente o racionante y 2) razón constituida o raciocinada.

La primera es la razón que se está formando, no necesariamente subjetiva;


La segunda es la razón ya dada, o sea el mundo racional o de las verdades racionales.

En la filosofía griega la idea de razón aparece como la acción de pensar orientada hacia la
sabiduría, con el fin de entender las cosas y poder actuar en forma justa; o bien se presenta como
la facultad pensante que posee el que es inteligente y que actúa en consecuencia.

Esto exige un acto de visión mental que permite la comprensión de la realidad; o bien aparece
como logos, que significa originalmente recoger o reunir, eligiendo o contando lo que pertenece a
una clase de objetos y enunciando o nombrando algo. Es el decir inteligible que contiene el
concepto significativo.

Lo que es común a todas estas definiciones es la suposición de que la realidad es inteligible y que
es posible comprenderla.

La filosofía medieval conserva esta suposición y los diferentes significados del concepto de razón.

Desde esta perspectiva, la razón suele compararse, contrastar, u oponerse a la fe o a la creencia,


por eso el problema de la razón en este contexto es la posibilidad de comprender el contenido de la
fe.

La fe deriva de la revelación y de la tradición, por lo que la relación entre razón y fe es la misma


que existe entre razón y revelación y también entre razón y autoridad.

En el equilibrio entre razón y fe, por momentos prima la fe sobre la razón y en otros la razón está
sobre la fe.

La idea de razón en el pensamiento moderno, en gran parte rompe esta dicotomía, cobrando la
razón completa autonomía.

La razón ya no se compara, contrasta ni se opone a la fe, ni a la autoridad, sino a otros elementos,


como por ejemplo, a la experiencia.

Lo que importa en la filosofía moderna es la posibilidad del conocimiento de lo real y que la


realidad sea racional; pero no toda la filosofía moderna estuvo dominada por lo racional.

Hubo varios otros significados del concepto de razón, incluso dentro del racionalismo. Entre estos
significados se destacan:
La razón como intuición de las naturalezas simples,
La razón como análisis,

La razón como síntesis especulativa.

La razón analítica está representada por la parte teórica de la filosofía natural (la física y la
matemática principalmente).
La razón especulativa responde a la tendencia de la filosofía clásica (antigua y medieval).

Kant, trató de eludir el dogmatismo de la razón y el escepticismo, convirtiendo la metafísica en


crítica de la razón, sus posibilidades y sus límites; y también la razón fue el eje de la filosofía del
idealismo alemán.

Para Hegel, la razón se identifica con la idea y para Ortega y Gasset, la razón vital es la vida
misma, órgano de toda comprensión.

Orden

El orden primigenio es lo que se opone al caos. Es importante no confundir orden-caos con orden-


desorden.
El desorden encuentra su sentido frente a un orden previo establecido en el que tiene su punto
de referencia.
El concepto de orden-caos es un concepto primario en la reflexión filosófica. El caos ha sido
siempre un elemento importante en toda la mitología sobre el origen del universo. El mito y
las creencias religiosas suelen hacer necesaria la intervención de una inteligencia divina o
un poder mágico para constituir el orden del universo. En muchas culturas ese orden se refleja a
partir del movimiento perfecto de los astros, cuyo orden es entendido como cosmos.
La pregunta fundamental es: ¿Cómo el orden puede surgir del caos?

En muchas culturas el orden de los astros muestra el orden del mundo que nos remite a lo
sobrenatural.

 Platón

Platón es el primero que realiza un gran sistema de pensamiento considerando estos factores:

 Una materia que es caótica y eterna compuesta de átomos que se mueven en el vacío sin


sentido alguno.

 Un orden formal, eterno, inmutable, matemático, que está fuera de este mundo; un
universo de formas: las ideas

 Un Superhéroe, Demiurgo, Semidios, que tomando como modelo el mundo de las ideas,


da forma a la materia, constituyéndose así el mundo material en el que vivimos.6
El orden platónico es, pues, un orden metafísico, ontológico y esencial que es la idea que
da forma a la materia. Las ideas constituyen a la realidad como tal. Las formas, como ideas,
constituyen el verdadero orden del ser. La realidad queda escincida en dos mundos separados:

 La verdadera realidad del mundo de las ideas.


 El mundo material que es un mundo falso de sombras; una multitud de seres imperfectos e
inestables, cambiantes, resultado de la participación de lo material en lo formal de una idea
o esencia universal y por tanto copia imperfecta de la idea perfecta, eterna e inmutable.
El sentido de la vida y del movimiento no es más que la purificación de las almas7 que,
como formas, pertenecen al mundo de las ideas. A través del hombre como alma racional podrán
las almas alcanzar, mediante la filosofía, el conocimiento del mundo de las ideas y su
definitiva salvación, es decir la liberación de este mundo material y sensible e imperfecto. Para ello
las almas tendrán que ir sucesivamente reencarnándose en diversos seres materiales.8
Aristóteles

Aristóteles define el orden como una de las clases de la medida,9 en tanto que la forma constituye
los límites10 de la cosa en su forma esencial de ser y actuar. Por eso el orden hace referencia a
la disposición (διάθεσις) y el hábito (ἕξις) de la sustancia (ούσια). El orden aristotélico sigue siendo
fundamentalmente ontológico, perteneciente a la sustancia (propiamente el ente en cuanto tal) que
supone un orden en la relación de unas partes con otras,11 si bien concebido el orden
fundamentalmente en la unidad e identidad que fundamentan su actuar como causa, lo que
produce el movimiento en este mundo.12 Las formas platónicas generan así las sustancias a través
de los sucesivos movimientos que constituyen el devenir13

Ámbitos de orden

En el ámbito del orden social, el orden se remite a la forma en la cual las comunidades se


organizan. Así, existen las sociedades jerárquicas, que se basan en una organización social rígida
y piramidal, o en sus antípodas las sociedades anarquistas, cuyo orden es mucho más flexible y
requiere, en consecuencia, fuertes valores de conducta, como el respeto por la libertad del otro, la
igualdad y la responsabilidad por los actos propios. En las diferentes formas de organización
social, los factores determinantes son la cultura y los fenómenos particulares que hacen a la
naturaleza de cada una de ellas, y no necesariamente las leyes escritas, las cuales tan sólo
reflejan las leyes sociales creadas por la comunidad, o alguna de sus partes sociales.

El orden, un valor indispensable para la vida


“No ordenes tu casa porque esperas visita. Mantenla ordenada, aseada y agradable
para complacencia de los visitantes de todos los días: tu y las gentes que contigo la
comparten”.
Mario Sarmiento V.
El orden es un valor que se aprende en el hogar y nos acompaña para toda la vida. Hay quienes son
ordenados por naturaleza, pero para otros el orden es un valor que se debe adquirir. De cualquier
forma, el orden es indispensable para triunfar en la vida y de ahí la importancia de educar a los hijos
desde muy pequeños en este valor.
Cuando hablamos de orden, no nos referimos solamente a la organización de las cosas materiales en
nuestro hogar o espacio de trabajo. Somos también ordenados en la forma en que conducimos
nuestra vida, en la forma de organizar nuestras ideas y hasta en nuestra presentación personal.
Para adquirir este valor es necesario poner en marcha la fuerza de voluntad en pequeños detalles,
que en su conjunto, forman hábitos de orden. Así cuando se les enseña a los niños a ser organizados
en su pequeño mundo, aprenderán a ser adultos estructurados y al mando de su propia vida.

Responsabilidad de los padres.


Para educar en el orden es vital el buen ejemplo de los padres. En un hogar donde no existen
normas claras, donde el desorden reina en cada rincón, es muy probable que los niños crezcan sin
saber qué es ser ordenado. Pero si los padres mantienen su habitación ordenada, así como una
presentación personal intachable, los niños aprenderán de ello como el modelo a imitar.
El orden en los niños debe comenzar desde que están en capacidad de recoger sus juguetes luego de
utilizarlos; así, a medida que crecen, se les da responsabilidades para mantener orden no solo en su
habitación, sino en el resto del hogar.
Y aunque no hay fórmulas exactas, cada familia debe organizarse según sus necesidades y
circunstancias para educar en el orden: las tareas que se asignan a cada hijo deben ser
individualizadas; una táctica es redistribuir algunos de estos encargos cada semana con el fin de
evitar la creencia de que un hermano trabaja más que el otro.

LA INTELIGENCIA

”LOS HOMBRES INTELIGENTES QUIEREN APRENDER, LOS DEMÁS QUIEREN ENSEÑAR”

DEFINICION DE INTELIGENCIA DESDE LA FILOSOFIA


Con todo esto, podemos pergeñar como definición, que la inteligencia es la aptitud natural que hace
distinto al hombre del resto de los animales y las cosas, y que básica y esencialmente es un atributo
que le permite vivir. Si ajustamos la sintonía, diremos que es más inteligente quien logra vivir
mejor. En esta ambiguación, se presenta la "economía" como palabra rectora y sentenciadora. Es
decir, ser más inteligente sería: lograr vivir mejor con el menor esfuerzo posible, o bien trabajar
mucho para mejorar constantemente la forma de vida. Otro ingrediente que deberíamos agregar es
la curiosidad, o visto desde otro ángulo, que el proceso de maduración sea lo más lento posible, de
tal manera que el apetito por aprender no se extinga tan rápidamente. Los grandes sabios han sido
grandes niños. ¿Pero qué es vivir mejor?, ¿tener más riquezas y cosas?...Y aquí es donde se dividen
las aguas.
ACTIVIDAD 3: ¿Qué es el pensamiento? ¿Cómo debemos pensar?

MORAL

Moral es una palabra de origen latino, que proviene del términos moris (“costumbre”). Se


trata de un conjunto de creencias, costumbres, valores y normas de una persona o de
un grupo social, que funciona como una guía para obrar. Es decir, la moral orienta acerca de
que acciones son correctas (buenas) y cuales son incorrectas (malas).

Según otra definición, la moral es la suma total del conocimiento que se adquiere sobre lo más
alto y noble, y que una persona respeta en su conducta. Las creencias sobre la moralidad son
generalizadas y codificadas en una cierta cultura o en un grupo social determinado, por lo que
la moral regula el comportamientode sus miembros. Por otra parte, la moral suele ser
identificada con los principios religiosos y éticos que una comunidad acuerda respetar.

El conjunto de normas morales es denominado como moralidad objetiva (existen como


hechos sociales más allá de que el sujeto decida acatarlas). En cambio, los actos a través de los
cuales la persona respeta o viola la norma moral conforman la moralidad subjetiva.
Cabe mencionar que la idea de responsabilidad moral aparece con el convencimiento de que el
accionar del individuo siempre se realiza con un fin, a menos de que se encuentra inconsciente
(ya sea por una enfermedad mental, un desequilibrio psicológico, los efectos de una droga,
etc.). Se dice que una persona que hace uso de los valores morales de su sociedad puede
forjarse un mejor destino.
El término moral también puede utilizarse como sinónimo de ética, por lo que adquiere
sentido como disciplina filosófica o como sinónimo de la teología moral (una disciplina
teológica).

Disciplina filosófica que estudia el comportamiento humano en cuanto al bien y el mal,


elegir entre el camino estrecho y difícil de la virtud y el camino ancho y cómodo del vicio.

¿Cómo debemos vivir? ¿Cómo debemos obrar en la vida?

Moral filosófica

Habitualmente, se define como la teoría filosófica sobre el comportamiento moral, esto es,


la conducta humana libre y responsable. También se la denomina ética. El  materialismo
filosófico rectifica esta definición y considera que la distinción ética/moral no es paralela a la
distinción teoría/praxis, sino que se establece en función de la consideración distributiva o
atributiva de los sujetos humanos en su dimensión normativa.

La moral filosófica la posee aquel que practica una conducta acorde a sus principios
filosóficos, en cambio, no la posee el que habla de una forma y actúa de otra.

Ejemplo:

Hay muchos que practican el haz lo que yo digo y no lo que yo hago.

Vivir la vida de forma placentera es muy importante.

Por eso hay que tener un estilo de vida y forma de ver la vida muy pulida, real y satisfactoria, tanto para
nosotros mismos como para los demás.

Hay algunos aspectos que matan la vida de la persona y lo más triste de una vida es no saber aprovecharla.
Hay que aprovechar cada instante, cada segundo de tu vida y disfrutarla al máximo. Tienes que hacer cada
instante lo que te gusta, tampoco es vivir como si fuera el último día de tu vida, pero por lo menos hacer lo
que te apetece. Trabajar para en un futuro vivir cada día como si fuera el último.. Eso si es filosofía de vida.

El único fin de la vida es disfrutarla y cualquier cosa que te impida disfrutarla no se merece tu respeto. Por
supuesto hay cosas contaminantes que te impiden vivir tu propia vida y te humillan, las vamos a analizar así
como también analizaremos lo que debes hacer en cada punto y parte de tu vida.

¿Qué has hecho en este tiempo en busca del crecimiento?


LA DISCIPLINA
(La palabra “disciplina”, tan despreciada en el mundo de hoy es, sin lugar a dudas,
uno de los valores morales más olvidados y al mismo tiempo más necesarios al
hombre.

Etimología: del latín disciplinari. Doctrina, instrucción de alguna persona,


especialmente en lo moral. / Arte, facultad o ciencia./ Regla, orden y método en el
modo de vivir. Tiene mayor uso hablando de la milicia y de los estados eclesiásticos,
seculares y regulares.

Historia. La disciplina sirvió antiguamente en los claustros como instrumento de


penitencia y de castigo.

La disciplina es la base para que todo sistema, toda educación, todo trabajo, todo
arte, etc., y en fin, cualquier cosa, pueda llegar a funcionar.

Cuando hablamos de disciplina, generalmente la consideramos como una técnica


específica del ser humano que es aplicada a colectividades que poseen un fin más o
menos en común. Pero esta simplista definición implica que no nos damos cuenta de
que todo lo que está alrededor de nosotros, por encima de nuestras miradas y por
debajo de nuestros pies, tiene disciplina. Quizás si alguna vez faltase esta disciplina,
comprobaríamos inmediatamente que algo no funciona, porque generalmente hace
falta carecer de una cosa para darse cuenta de que se tenía.

Todo en la vida, desde las plantas y los animales hasta el sistema solar, tiene una
disciplina; de lo contrario, no podría darse la convivencia en conjunto de los distintos
elementos dentro del cosmos en cuanto tal (es decir: orden, por oposición a caos,
desorden). Y el ser humano no es un caso excepcional.

El sol sale cada mañana puntualmente, la luna sale cada noche, las estrellas brillan…
O sea, tienen disciplina y constancia, cosas ambas de las que los hombres solemos
carecer.

Sucede que los hombres nos creemos más complejos (por no decir más ignorantes)
que el resto de formas de vida en lo que concierne a la disciplina. Creemos que el
orden y el método van a quitarnos nuestra libertad. Creemos que somos libres
haciendo lo que queremos (olvidando así cuán pocas veces actuamos según nuestra
propia conciencia). No nos queremos dar cuenta de que la disciplina interna nos da
más libertad para poder actuar conforme pensamos y sentimos. Tener disciplina no es
tener grilletes: es poder exigirte a ti mismo cada vez más.

La disciplina debe empezar por uno mismo. Pero no podemos pretender ser
disciplinados de repente y de forma impecablemente continuada desde el momento
que abrimos los ojos para levantarnos hasta que apagamos la luz para dormir, en el
trabajo, en el estudio y en cualquier mínimo detalle. No. Debemos empezar quizás
con las cosas más pequeñas para poco a poco ir ampliando el campo. Pero debemos
también tener cuidado en afirmar con prisas eso de “yo soy disciplinado”. Sí, lo
somos, pero con las cosas que nos gustan o son nuestras… Y con lo demás, ¿qué?

La disciplina conlleva un orden y un control para alcanzar una perfección


máxima. Sí, es un trabajo muy penoso y muy poco practicado; supone
esfuerzo, saber callar y poner en práctica un difícil concepto: el respeto.

Quizás el problema es que nos falta humildad en nuestros actos y, sobre


todo, en nuestras palabras; no solo no somos capaces de reconocer que no
sabemos nada, sino que creemos que ya sabemos demasiado. ¿Por qué nos
resulta a veces tan humillante extender una mano vacía y pedir un poco de
calor y conocimiento? ¿Creemos acaso que eso nos supondrá tener que
agachar siempre la cabeza y ser sumisos ante nuestro dador? Y cuando
nuestras manos se han llenado un poquito, ya consideramos saberlo todo y
no necesitar más de nadie. El ser agradecidos se nos presenta como si
fuera la entrega de nuestros derechos y libertades, y el ser disciplinados,
como convertirnos en esclavos.

Sin embargo, constantemente le “exigimos” a la Naturaleza. Nos


enfadamos cuando llueve en verano; nos irritamos cuando tropezamos con
un zapato que no es nuestro –o a lo mejor sí–; nos aterramos cuando salen
malformaciones en los animales o en los humanos; pero no nos aterramos
ni nos irritamos con nuestros continuos desórdenes y malformaciones.

Es fácil exigirle disciplina a los demás. Consideremos, si no, cómo actuamos


con nuestro perro: intentamos domesticarlo, le regulamos el horario para
hacer sus necesidades, las gracias que tiene que hacer delante de los
amigos, el que vaya con collar y el que ande a nuestro lado…, y si no lo
hace, le demostramos su “error” pegándole y gritándole. Queremos que el
perro entienda que es para su propio bien esa disciplina. Pero esos mismos
razonamientos no los aplicamos a nosotros. ¡Qué fácil es empezar por las
cosas que no nos atañen directamente!

La disciplina interior es básica para la convivencia con los demás; sin ella
no puede darse la armonía necesaria para que exista el conjunto. Mientras
no exista esa disciplina interior, no podrá existir la disciplina exterior, y
menos aún en el nivel de una colectividad.

Si realmente nos propusiéramos cada uno empezar a ser disciplinados


desde este momento, las cosas empezarían a funcionar mejor en todos los
sentidos. Pero a menudo las palabras quedan en el aire…

La falta de disciplina, y lo que ella conlleva en nuestra sociedad, es uno de


los factores principales que explica ese abismarse individual en lo más bajo
de cada uno de nosotros. Estamos perdiendo los conceptos y los valores
reales de cada cosa, ensalzando los instintos más “animales” que todos
tenemos.

La disciplina es la base de toda educación: de ella devendrán, algún día, los


verdaderos hombres y mujeres. Pero esa educación ya no existe. Ya no se
le enseña a un niño qué es justicia, pero sí cómo aprovecharse de los
demás; qué es belleza, pero sí qué es pornografía; qué es un ideal, pero si a
malvivir.

Mientras los cimientos de nuestra sociedad sigan resquebrajándose y no


sepan los hombres ver en la luz de las estrellas, esta era en la que estamos
seguirá congelándose cada vez más… Pero mientras haya gente que crea
en el poder de la alquimia, en la posibilidad de convertir el plomo en oro, no
se perderá la esperanza de unos nuevos cimientos ni tampoco de un gran
sueño: el nuevo ser humano.
CONFIANZA

La consecuencia inmediata es que nos paraliza, dicen, como productores, como


consumidores, como sujetos económicos en suma. No tomamos decisiones que nos
pudieran conducir a cambios, a novedades, a proyectos. Pero la crisis de confianza
puede ir mucho más allá de la actividad material y afectar profundamente a nuestras
relaciones con los demás.

Como las representaciones mentales, las palabras, las imágenes tienen tanta fuerza y
capacidad para influir y condicionar nuestra psique, poco a poco la desconfianza
empieza a instalarse en nosotros, como una actitud de autodefensa que hunde sus
raíces en una inseguridad casi patológica. Nos sentimos amenazados y no nos
permitimos que aparezcan en nuestro horizonte vital tantas cosas buenas como nos
ofrece la vida cada día.

No podemos dejar de admitir, no obstante, la dificultad que representa seguir


confiando cuando con mucha frecuencia la realidad es tozuda en mostrarnos motivos
suficientes para la desesperanza o el desencanto. La falta de valores socialmente
apreciados, el olvido de las virtudes clásicas de la lealtad, la generosidad, el deterioro
de la convivencia no favorecen que aparezca el clima de confianza, tan necesario
para que florezca la amistad, la colaboración, la capacidad para compartir sueños,
ideales.

Precisamente por ello, vale la pena recuperar esos vínculos mágicos que nos unen a
quienes caminan a nuestro lado por el camino de la vida. Dar nuestra confianza, como
un regalo, a los demás puede multiplicar nuestras posibilidades de acción y
realización, pues la ley de acción y reacción nos devolverá la confianza que actuará
como un activador de muchas potencias que tenemos dormidas en nuestro interior.
Descubriremos que, de la misma manera que podemos creer que tenemos motivos
para desconfiar, también existen razones para confiar, en esa dialéctica constante que
constituye el entramado de la vida.

EL ÉXITO Y EL FRACASO

La vida es un proceso de aprendizaje para todo aquel que se da cuenta de sus errores,
porque quien no repara en ellos sigue equivocándose y fracasando.

El fracaso es la consecuencia del error y el que aprende de sus errores convierte los fracasos
en éxitos.

La acción es la que hace realidad las ideas que se relacionan con nuestras habilidades
específicas y el fracaso no nos transforma en fracasados, sólo es la señal de los errores
cometidos, de estrategias equivocadas, o de actitudes mentales negativas.

Al éxito se llega a través de un camino de fracasos; y si sabemos aceptarlos y aprendemos de


ellos tendremos nuevas oportunidades, porque la actitud frente al fracaso es más importante
que la capacidad de un sujeto.
Es importante poder ver que hay más allá del fracaso, no conformarse y seguir insistiendo de
otra forma, enfocando las cosas desde otro ángulo o desde otra perspectiva.

El éxito es de los que aceptan los desafíos y tienen la suficiente audacia de asumir los
riesgos; de aquellos que no le temen al fracaso porque lo consideran como parte del proceso
para alcanzar sus propósitos, de quienes no se quejan ni les echan la culpa a los demás de
sus errores y que no abandonan sus objetivos y son capaces de volver a empezar, porque
pueden creer en ellos mismos y en sus propios proyectos.

No es casual que la mayoría de los exitosos tengan una larga trayectoria, y que la constancia
y el factor tiempo hayan formado parte de sus éxitos, porque el éxito es un eterno juego de
avances y retrocesos.

Los fracasados no se permiten errores porque las equivocaciones los aniquilan, destruyen su
autoestima y los hace perder confianza en sus propios planes. Pero el que no comete errores
no llega nunca a ningún lado porque no intenta nada; son los que fracasan sin antes haberlo
intentado.

Lo que nunca hay que perder de vista es el objetivo y no perseguir el éxito por si mismo,
porque es la búsqueda más que los resultados lo que a la vida le da sentido.

Están también los que están esperando para actuar el momento oportuno, la circunstancia
propicia para ponerse en movimiento, no saben que las ideas nunca vienen solas, llegan
siempre a nosotros acompañadas de la posibilidad de que se realicen.

Deepak Chopra nos dice al respecto, que en el universo sólo hay unidades que se
complementan y no polaridades dispersas, de modo que en esta realidad no existirían
problemas sin solución, ni tampoco ideas irrealizables.

Una vida exitosa no se define porque ha tenido éxito en alguna oportunidad, sino por sus
acciones; porque el éxito no dura para siempre; es por lo general efímero por naturaleza, difícil
de mantener por si solo si no se nutre en forma constante con elementos creativos que lo
mantengan nuevo y fresco.

Nuestro peor enemigo no es nuestro competidor sino nosotros mismos, cuando nos
desmoralizamos y frente a un fracaso nos rendimos y decidimos convertirnos en fracasados.

No hay límite para el éxito porque todavía hay mucho por hacer y las limitaciones las ponemos
sólo nosotros; pero hay que aprender a vencer la inercia y empezar hoy a desenterrar todos
esos viejos proyectos guardados en un rincón del alma y que siempre dejamos para más
adelante.

El éxito genuino, significa la satisfacción del reconocimiento y tener la oportunidad de saber


que hay muchos que nos están diciendo que estamos recorriendo el camino correcto.
Pero estar subido al caballo de la victoria no es nada seguro, en cualquier momento pueden
hacernos bajar los mismos que nos ayudaron a subir, para que contiuemos como los demás
trabajando en el llano.

EL MIEDO

El miedo es una interrupción súbita del proceso de racionalización. Lo primero que nos sucede
cuando sentimos miedo es que perdemos la capacidad de racionalizar una situación cualquiera.
Pero ¿es necesario este uso cuando no sabemos lo que está sucediendo? Generalmente, cuando
sucede algo, generamos un prejuicio, pensamos una especie de fantasía mental, muchas veces sin
saber exactamente lo que está sucediendo. Esta fantasía puede acarrear consecuencias muy
graves. Si estamos en una situación de peligro y sucede algo que desconocemos, es mejor no
pensar.

Es fácil observar cómo en una situación de peligro muchas personas hacen justamente lo que no
deberían hacer. ¿Por qué? Porque piensan sin saber lo que está sucediendo. Si alguien va en
coche, entra en una curva con exceso de velocidad y piensa, lo primero que hace es frenar.
Entonces es justamente cuando causa su desgracia, pues es ahí donde reside el peligro: frenar
bruscamente en una curva yendo a alta velocidad. El miedo tiene la capacidad de evitar que
hagamos algo mentalmente. Crea una situación de bloqueo para cualquier proceso mental.

El miedo, como sensación, es una parada súbita de todos los procesos de motivación y de
racionalización. Cuando sentimos el impacto del miedo es como si algo cayese, nos quedamos sin
fuelle, sin motivación para hacer cosas. Ese es el segundo fenómeno que el miedo produce y
también, si lo observamos, es una interrupción súbita. Cuando suceden cosas, la tendencia es
crear o una depresión traumática o una euforia. Hay personas que ante situaciones comunes
reaccionan con euforia, y hay otras que se abandonan totalmente; son procesos relacionados con
la motivación del individuo, y en cualquier situación de riesgo o de peligro, tanto la euforia como la
depresión traumática son negativas.

El miedo-percepción y el miedo-sensación son una inhibición-bloqueo de todas las funciones


fisiológicas. Cuando surge el miedo, detiene los procesos de racionalización, de motivación y
puramente fisiológicos. Nos quedamos sin condiciones para hacer nada por un instante; ni pensar,
ni sentir, ni actuar.

Desde este punto de vista, el miedo es una fuerza que tiene como objetivo evitar peligros de
cualquier naturaleza, y funciona como una señal que interrumpe cualquier acción imprudente. En
términos concretos y objetivos, el miedo es eso y no tiene nada que ver con las reacciones
sucedidas ante él, que, en nuestro caso, por razones culturales, no son naturales.

Conclusión
El miedo es una fuerza natural. No es mi miedo o su miedo, es el miedo. Existe de forma
independiente a las personas; hay algo en nosotros, y también fuera de nosotros que se llama
miedo, y que tiene una función en la naturaleza, como el Sol, la Luna, el agua, la tierra o cualquier
elemento. El miedo forma parte de la naturaleza y tiene como función proteger, por increíble que
parezca.
LA FE

La fe es algo que en los dominios de la ciencia y de la filosofía tiene poco valor. En realidad,
en ciencia y en filosofía la fe no tiene ningún valor y basarse en la fe para defender algo en
estos contextos es un auténtico disparate. A nivel científico y filosófico nos solemos amparar
más en la razón, pues parece que esta no nos obliga a creer en cosas extrañas, absurdas, ilógicas,
antiempíricas y, en definitiva, irremediablemente falsas. No obstante, siempre existirá quién esté
dispuesto a negar la mayor, de modo que hay que precisar lo que queremos decir cuando decimos
que el valor de la fe es nulo. Para ello nos centraremos en las circunstancias de la fe.

Como nace la fe?

Para que exista la fe han de darse algunos supuestos, tales como la existencia de algunas
afirmaciones alejadas de la razón y el sentido común, así como una deidad postulada a la que se
teme y a la que se le debe fidelidad. Las afirmaciones irracionales a las que hemos hecho mención
suelen apoyarse en dicha deidad y los creyentes en esta creen en tales afirmaciones por amor y
fidelidad hacia su Dios, por más que tales afirmaciones puedan ser absurdas o contrarias a toda
evidencia.

Asimismo, el que cree en tal deidad y en tales afirmaciones sobre la base de la fe lo suele hacer
por dos razones: 1) por la costumbre, porque lo han educado para creer en ello y 2) por miedo a
ser castigado por dicha deidad, cuya inexistencia no es segura.

Existe en filosofía una tendencia a venerar casi todo lo que suene a obra de filósofo, aunque sean
los excrementos de Platón. Lo cierto es que en filosofía todo es discutible y desdeñable y venerar
unas afirmaciones por el hecho de haber sido suscritas por un filósofo es una tremenda idiotez. De
este modo, se me podría criticar sobre la base de que personajes como San Agustín o Santo
Tomás sabían lo que hacían cuando querían o intentaban apaciguar las relaciones entre fe y razón.
Así que se me puede acusar, erróneamente en mi opinión, de hablar demasiado a la ligera cuando
digo que el valor de la fe es nulo, desde un punto de vista filosófico. Sin embargo, yo estoy
dispuesto a decir mucho más. A mi juicio, todo intento por compatibilizar la fe y la razón o por
apaciguar sus relaciones es un intento inútil que no lleva a ninguna parte y que es erróneo
por principio.

En primer lugar, fe y razón son como el agua y el aceite. Compatibilizar ambas cosas sería
similar a descubrir una esfera cúbica o un círculo cuadrado. Si su creencia en P se justifica en la fe,
entonces no se justifica en razones; si se justifica en razones no se justifica en la fe. Además, en
segundo lugar, la fe se utilizó para creer aquellas afirmaciones que eran irracionales porque
de otro modo no se podrían creer. Creer en la trinidad, es decir, creer que 3 = 1 es irracional y
creer que hace 2000 años una mujer podía concebir un hijo siendo virgen es irracional y va en
contra de la evidencia empírica. Es decir, la fe afirma lo que la razón niega.
Conclusión sobre el valor de la fe
Por tanto, el valor de la fe es nulo desde un punto de vista racional. Su única utilidad es para creer
cosas que el buen sentido dice que son absurdas, falsas, imposibles o todo ello a la vez. Desde
nuestro punto de vista es mejor vivir con dudas que creer en tonterías injustificadas.

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