Está en la página 1de 3

Gaetano Donizetti

Rita ou Le mari battu


RESEÑA (LA QUINTA DE MAHLER)

Esa joyita llamada 'Rita' 

Fernando Fraga 

Por fin, cantada en francés como corresponde considerados sus orígenes y, por
ende, a las intenciones del compositor. Rita fue creada en el verano de 1841, en
poco tiempo dada la facilidad compositiva de su responsable y, estando destinada a
la Opéra-Comique se trataba de una comedia  con partes habladas intercaladas
entre las cantadas, como la hoy tan difundida La fille du régiment del mismo autor.
La operita no se estrenó en su momento, por circunstancias que no vienen al caso;
hubo de esperar a 1860, cuando Donizetti llevaba doce años enterrado, ofrecida eso
sí en el escenario para el que había sido creada. Traducida al italiano por el mismo
Donizetti, la obra conoció una difusión  más bien modesta, aunque lograra cierto
interés por parte discográfica a partir de la lectura de René Leibowitz en 1959 con
una Graziella Sciutti en estado de gracia, en papel que parece concebido para ella.
Versiones grabadas posteriormente se inclinaron por cantarla en italiano; en 2010
la Opera Real de Valonia en Lieja la ofreció en francés, ocasión que permitió a
Dynamic incluirla en su catálogo videográfico. La lectura que propone Bongiovanni
refleja toda la gracia, frescura y flexibilidad que permite el texto de Gustave Vaez,
texto por cierto que hoy podría considerarse políticamente incorrecto con esa
justificación de la zurra como medio esencial para arreglar problemas
matrimoniales (de momento, ninguna asociación o similar se ha planteado
protestar). Por encima de cualquier consideración de este calibre la música
donizettiana es capaz de hacer obviar consideraciones de este calibre, tal es la
inspiración que recorre su partitura de principio a fin, partitura de un equilibrio
escénico y musical impresionante. Un terceto vocal (soprano, tenor, barítono) es el
encargado de llevar adelante la deliciosa farsa y el equipo bongiovanniano
encargado de ello lo hace a conciencia. Por algo, desde el foso y con la orquesta de
la Ópera de Cámara milanesa, ordena magníficamente el cotarro Francesco Ledda,
director que demuestra un justificado interés por la obra si se piensa que ese mismo
año la dirigía en Adrano (Catania), función recogida en imágenes por Kicco
Classics. Stefania Donzelli tiene el tipo de voz que uno piensa debe ser la de Rita
(fresca, incisiva, generosa), cualidades que hace resaltar aún más su talento cómico;
Carlo Torriani (asimismo presente en la edición catanesa anteriormente recordada)
cuenta con la vis bufa, la verborrea típica de un intérprete peninsular de estas
características. Pero, sin duda, todos los oídos estarán especialmente atentos al
tenor y a su esplendorosa página solista que parece en pequeño una clonación de la
de Tonio de La fille con sus nueve Do agudos. En Je suis hereux  el tenor sólo tiene
un Do agudo,  pero varios Si bemoles, trampas vocales que el cantante colombiano
Alejandro Escobar sortea con comodidad. En conjunto, se trata de una dúctil y muy
lograda versión de esta pequeña joya donizettiana a la que el discurrir del tiempo
parece estar destinando el lugar de importancia que siempre mereció

También podría gustarte