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VERSO 1 En el más hondo valle aquí

Profundo es el amor de Cristo Me pastoreará por siempre


Más que el infierno y la maldad Y me guarda junto a Él
Dejó su trono y su gloria
Para traernos hacia Él
Más ancho es el amor de Cristo CORO 2
Que el foso que nos separó Más profundo que el mar
Me alcanzó en mis tinieblas Más allá del cielo está
Solo en Él hay salvación Tu amor me bastará
Más fuerte que la tempestad
Venció el pecado y la maldad
CORO 1 Tu amor me bastará
Más profundo que el mar
Más allá del cielo está
VERSO 3
Tu amor me bastará
Más dulce es el amor de Cristo
Mientras más cerca estoy del fin
VERSO 2 Disfrutaré su amor por siempre
Más fuerte es el amor de Cristo Ante su trono estaré
Que mi enemigo más feroz Me llenará el amor de Cristo
Me sostiene en la tormenta Al su rostro contemplar
Las aguas no me cubrirán Yo le amaré por siempre
Me guiará el amor de Cristo Su alabanza cantaré

(7) como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en
el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio,
todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. (8) Porque Dios me es
testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de
Jesucristo. (9) Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y
más en ciencia y en todo conocimiento, (10) para que aprobéis lo mejor, a fin
de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, (11) llenos de frutos
de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Flp 1:7-11
Todos, por naturaleza queremos conocer el amor. De hecho, entendemos nuestras vidas
a la luz del amor. Nuestras mayores alegrías, al igual que nuestras mayores decepciones
están relacionadas al amor. “El amor mueve al mundo” dijo algún personaje celebre.
Si queremos conocer realmente el amor debemos preguntarnos de dónde proviene y
cómo es. Estás son preguntas de suma importancia si queremos conocer realmente el
amor. En la oración del apóstol Pablo se nos da la respuesta a amabas preguntas.
Veamos en primer lugar de dónde proviene el amor. Pablo deja ver el gran amor que
guarda para para la iglesia de Filipos. “Os tengo en el corazón”, “Dios me es testigo de cómo
os amo” son frases que salen de los más profundo y sinceros del corazón del apóstol para
dirigirse a esta iglesia que le acompaña en sus prisiones, y en la defensa y confirmación
del evangelio. Pero ¿qué clase de amor es el que tiene Pablo por esta iglesia? ¿De dónde
viene? Dice Pablo “os amo con el entrañable amor de Cristo”. El amor que Pablo tiene por
las Filipenses nace y se encuentra en Cristo.
El más puro y sincero amor se encuentra en Cristo. Las hermosas virtudes del amor que
se enlistan en 1ª de Corintios 13 encuentran su máxima expresión en Cristo. No hay amor
como el de Cristo. El que no conoce a Cristo no conoce realmente el amor. Los hombres
sin Cristo creen saber mucho del amor pero no es cierto. Conocen parodias de amor,
confunden el deseo y la pasión con amor, pero cuando ese “amor” es puesto a prueba por
las pruebas, tal “amor” fracasa. Qué triste es vivir sin Cristo, pues sin Cristo es imposible
conocer el amor de verdad: “en esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros” (1 Juan 3:16).
¿Quieres conocer el amor? Debes venir a Cristo y permanecer en él. Tu vida
permanecerá en una insatisfacción de amor hasta que vengas a Cristo, el amor encarnado.
Su amor es entrañable, es decir profundo y sincero. No encontraremos amor como Él de
Cristo en el mundo, así que roguemos a Dios que cada día podamos ser “plenamente
capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios". (Efe 3:18-19)
En segundo lugar veamos cómo es el amor. Podemos ver en la oración de Pablo tres
atributos del amor: conocimiento, santidad y justicia.
El amor verdadero no debe nublar el buen juicio sino alentarlo. El amor verdadero no
anima a lo malo sino a lo santo. El amor verdadero no obra injusticia sino frutos de justicia.
El amor que el mundo ofrece es un amor que embrutece, el que Cristo da es un amor que
hace sabio. El amor que el mundo ofrece es un amor que corrompe, el que Cristo ofrece
santifica- El amor que el mundo ofrece obra iniquidad, el de Cristo obra justicia.
Así que, por su fuente y sus características concluimos que el amor verdadero que echa
fuera todo temor se encuentra solamente en Cristo.

1. Seamos agradecidos con Dios por Su amor que hemos recibido en Cristo. Que
desdichada sería la vida sin el amor de Dios en ella. Pero bendito el Señor que nos ha hecho
objetos de su amor, un amor tan grande que dio a su Hijo Jesucristo para librarnos de la
muerte y del pecado.
2. Confiemos en el amor de Cristo. Si siendo sus enemigos nos amó a tal punto que dio
su vida por nosotros en la cruz, ahora siendo sus amigos cómo no ha de amarnos. No hay
nada que pueda separarnos del amor de Cristo. El coronavirus podrá separarnos de
muchas cosas, pero nunca podrá apartarnos ni un milímetro del amor de Cristo. Nunca
dejará de amarnos
3. Vivamos el amor de Cristo. Los que han sido amados por Dios en Cristo Jesús aman
como han sido amados. Si conoces el amor de Cristo te toca vivir y encarnar ese amor. Vive
de tal manera que puedas decir como Pablo “los amo con el entrañable amor de Cristo”.
Que el amor de Cristo moldee y permee nuestras vidas
4. Proclamemos el amor de Cristo. No nos guardemos el amor de Cristo,
compartámoslo al mundo. Hagamos saber al mundo que Cristo ofrece su amor a todo
aquel que en él cree. Proclamemos el mensaje del amor de Cristo que se entregó para
salvar a todos los que en el confían. El mundo necesita conocer del amor de Cristo, sobre
todo en tiempos tan difíciles como los que vivimos hoy en día. Ve y proclama el amor de
Cristo
Oración
Señor, que precioso es tu amor. Estoy convencido de que en ninguna parte del mundo
podré encontrar la medida y la clase de amor que mi vida necesita más que en ti. Por eso
te agradezco y te ruego que cada día me permitas conocer más y más el amor de Cristo
mi Señor. Oh, Padre, sumérgeme en tu amor, quiero disfrutar de él cada día de mi vida. Y
así como quiero conocer más tu amor, también quiero manifestar a otros de tu amor.
Permite que mi vida sea un reflejo de tu amor. Enséñame y ayúdame a amar. Te suplico
también, mi Señor, que uses mis labios para proclamar a otros de tu amor. Es mi anhelo
que otros conozcan este amor que yo disfruto en ti. Llena mi vida y el mundo de tu amor.
Te lo ruego en Jesús, mi salvador. Amén.

VERSO 1 El precio de Su grande amor


De tal manera me amó Pero toda mi alma quiero dar
Que Su vida no escatimó
Hasta el final Él se entregó CORO
Y a la muerte fue porque Él me amó Por Su amor yo viviré
De Su amor yo cantaré
VERSO 2 Con mi Jesús caminaré
De tal manera me amó Porque Él me amó a mí
Y no hay forma en que podré pagar Le seguiré

a. Gratitud y alabanza al Señor por su amor en nuestras vidas


b. Rogando que no dudemos de su amor en medio de esta crisis
c. Que crezcamos en amor los unos por los otros
d. Que proclamemos al mundo su gran amor en estos tiempos de dificultad

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