Está en la página 1de 3

Descubrimiento de las ondas electromagnéticas

de la radio[editar]
Las bases teóricas de la propagación de ondas electromagnéticas fueron descritas por
primera vez por James Clerk Maxwell en un documento dirigido a la Royal Society (1873)
titulado Una teoría dinámica del campo electromagnético, que describía sus trabajos entre los
años 1861 y 1865. Su teoría, básicamente, era que los campos eléctricos variables crean
campos magnéticos variables, y viceversa, con lo que unos u otros crearán a su vez nuevos
campos eléctricos o magnéticos variables que se propagarán por el espacio en forma de
campos electromagnéticos variables sucesivos, los cuales se alejarán en forma de ondas
electromagnéticas de la fuente donde se originaron.
Heinrich Rudolf Hertz, en 1888, fue el primero en demostrar la teoría de Maxwell, al idear
cómo «crear» artificialmente tales ondas electromagnéticas y como detectarlas y, a
continuación, llevando a la práctica emisiones y recepciones de estas ondas y analizando sus
características físicas demostrando que las ondas creadas artificialmente tenían todas las
propiedades de las ondas electromagnéticas «teóricas» y descubriendo que las ecuaciones de
las ondas electromagnéticas podían ser reformuladas en una ecuación diferencial parcial
denominada ecuación de onda.
El dispositivo que diseñó para producir ondas electromagnéticas consistía en dos barras
metálicas del mismo tamaño alineadas y muy próximas por uno de sus extremos y que
terminaban en una bola metálica por el otro; sobre una de estas barras eran inyectados
«paquetes de electrones» a muy alta tensión que a su vez eran extraídos de la otra barra; los
intensos cambios en el número de electrones que esto provocaba en las barras daba origen a
descargas de electrones de una a otra barra en forma de chispas a través del estrecho
espacio que las separaba, descargas que se producían de una forma que se podría calificar
de elástica u oscilante ya que tras una «inyección» de electrones en una barra se producían
descargas alternadas de electrones de una a otra barra cada vez de menor intensidad hasta
desaparecer al fin por las resistencias eléctricas.
Estos cambios alternantes en el número de electrones que tenía cada barra hacía que a lo
largo de ellas se propagaran variaciones de la carga eléctrica, lo que originaba campos
eléctricos variables de signo opuesto en torno de ellas. Tales campos eléctricos variables
daban origen a campos magnéticos variables y estos, a nuevos campos eléctricos variables,
con lo que se producían ondas electromagnéticas que se difundían desde esas barras.
Las «inyecciones» y «sustracciones» de «paquetes de electrones» se conseguían mediante
intensos impulsos eléctricos provocados por una bobina de un gran número de espiras que
tenía sus extremos unidos cada uno a una de las dos barras y que tenía otra bobina de un
pequeño número de espiras concéntrica a ella. Esta segunda bobina recibía breves impulsos
eléctricos en baja tensión que inducía a la bobina de gran número de espiras la cual los
transformaba en impulsos de muy alta tensión.
El receptor era una barra metálica de forma circular y con sus dos extremos muy próximos uno
de otro; la longitud de esta barra estaba calculada para que fuera resonante a los campos
magnéticos variables originados en las barras emisoras; las corrientes de electrones
provocadas en tal barra receptora por los campos magnéticos variables que captaba
causaban pequeñas descargas de electrones entre sus extremos, descargas que eran visibles
en forma de chispas.
Hertz dio un paso de gigante al afirmar y probar que las ondas electromagnéticas se propagan
a una velocidad similar a la velocidad de la luz y que tenían las mismas características físicas
que las ondas de luz, como las de reflejarse en superficies metálicas, desviarse por prismas,
estar polarizadas, etc., sentando así las bases para el envío de señales de radio.
Como homenaje a Hertz por este descubrimiento, las ondas electromagnéticas pasaron a
denominarse ondas hertzianas.
Después del descubrimiento de las "ondas hertzianas" (el término "radio" se adoptaría unos 20
años) muchos científicos e inventores experimentaron con la transmisión inalámbrica, 12
algunos tratando de desarrollar una sistema de comunicación, unos utilizando
intencionalmente estas nuevas ondas hertzianas, otros no. La teoría de Maxwell que muestra
que la luz y las ondas electromagnéticas hertzianas son el mismo fenómeno en diferentes
longitudes de onda llevó al científico "maxwelliano" como John Perry, Frederick Thomas
Trouton y Alexander Trotter a suponer que serían análogos a la señalización óptica y el serbio,
más tarde nacionalizado estadounidense, Nikola Tesla los consideró relativamente inútiles
para la comunicación ya que la "luz" no podía transmitir más allá de la línea de visión. 3 En
1892 el físico William Crookes escribió sobre las posibilidades de la telegrafía inalámbrica
basada en ondas Hertzianas y en 1893 Tesla propuso un sistema para transmitir energía
inalámbrica utilizando la tierra como medio. Otros, como Amos Dolbear, Sir Oliver Lodge,
Reginald Fessenden, y Alexander Popov 1 participaron en el desarrollo de componentes y
teoría relacionados con la transmisión y recepción de ondas electromagnéticas en el aire para
su propio trabajo teórico o como un medios potenciales de comunicación.

Primeras transmisiones radiofónicas[editar]


Artículo principal: Primera transmisión radiofónica

Durante varios años, a partir de 1894, el inventor italiano Guglielmo Marconi construyó el
primer sistema completo de telegrafía inalámbrica comercialmente exitoso basado en ondas
hertzianas transportadas por el aire (transmisión por radio). 14 Marconi demostró la aplicación
de la radio en comunicaciones militares y marinas e inició una empresa para el desarrollo y la
propagación de servicios y equipos de comunicación por radio.
En algunos sitios se atribuye a Tesla la invención de la radio indicando que esta le fue
usurpada por Marconi3 y citando para ello un fallo de la Corte Suprema de EE. UU de 1943.
Sin embargo, dicha resolución5 fue motivada por el contencioso que la Marconi Wireless Tel.
Co. emprendió contra el Gobierno de EE UU por el uso en equipos de trasmisión del Ejército
del de EE. UU. construidos sin pagar los derechos de patente a la Marconi Co. En la sentencia
se establece una compensación gubernamental para el uso de patentes, principalmente
durante la Primera Guerra Mundial, no las patentes originales que cubren la transmisión y
recepción de radio, sino las que cubren mejoras posteriores. Una de estas mejoras fue el uso
de una configuración de transformador ajustable de "cuatro circuitos" para transmisión y
recepción de radio. Y en este asunto, la contraparte estadounidense de la patente de
sintonización británica original de los "cuatro sietes" de Marconi fue de hecho invalidada. Pero,
en lugar de darle prioridad a Tesla, el tribunal en realidad confirmó un fallo de la corte inferior
de 1935 que el trabajo anterior de Oliver Lodge -y especialmente el de John Stone Stone-
tenía prioridad. La decisión de la Corte no anuló las patentes originales de Marconi ni su
reputación como la primera persona en desarrollar comunicación radiotelegráfica práctica.
Simplemente dijo que la adopción de transformadores ajustables en los circuitos de
transmisión y recepción, que fue una mejora de la invención inicial, fue totalmente anticipada
por las patentes otorgadas a Oliver Lodge y John Stone Stone. La sentencia NO entró en
determinar "quién inventó la radio".5

Desarrollos durante el siglo XX 6


[editar]
En 1906, Alexander Lee de Forest modificó el diodo inventado en 1904 por John Fleming
añadiéndole un tercer electrodo, con la intención de que detectase las ondas de radio sin
violar la patente del diodo, creando así el triodo. Posteriormente se encontró que el triodo
tenía la capacidad de amplificar las señales radioeléctricas y también generarlas,
especialmente cuando se le hacía trabajar en alto vacío, algo que fue descubierto, analizado y
perfeccionado por técnicos de AT&T y de General Electric, lo que permitió la proliferación de
las emisiones de radio. El científico austriaco Von Lieben en un proceso totalmente
independiente pero paralelo al seguido en Estados Unidos también inventó el triodo.

También podría gustarte