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Bogotá, 6 de mayo de 2020

Respetados (as)
Magistrados (as)
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA
Ciudad

REFERENCIA: INTERVENCIÓN CIUDADANA EN EL MARCO


DEL CONTROL AUTOMÁTICO DE CONSTITUCIONALIDAD DEL
DECRETO 546 DE 2020.

INTERVINIENTES: JULIÁN GALLO CUBILLOS, CRISELDA


LOBO, LUIS ALBERTO ALBÁN URBANO y CARLOS CARREÑO
Congresistas de la República-Partido Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común-FARC.

JULIÁN GALLO CUBILLOS, CRISELDA LOBO, LUIS ALBERTO ALBÁN


URBANO y CARLOS CARREÑO identificados como aparece al pie de nuestras
firmas, residentes en la ciudad de Bogotá, en nuestra condición de ciudadanos, y
como Senadores y Representantes a la Cámara de la República del partido
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, con fundamento en el
artículo 88, nos dirigimos a la honorable Corte, con base en las siguientes:

I. CONSIDERACIONES PREVIAS.

Además de la salvaguarda de la integridad del ordenamiento jurídico y la primacía


de los derechos fundamentales de la persona humana, se considera necesario
intervención ciudadana ante la Corte Constitucional, con el fin de que la máxima
corporación de ese ramo examine, con fundamento en lo previsto en el artículo
242.1 de la Constitución, si el referido decreto cumple con los requisitos formales y
materiales para su expedición y validez, en razón de las reglas contenidas en
providencias como la C-156 de 2011, entre otras. Dicho lo anterior, este escrito
tiene como precedentes, los siguientes:
II. ANTECEDENTES DE HECHO JURÍDICAMENTE RELEVANTES: Crisis
del sistema penitenciario y carcelario en Colombia.

La Corte Constitucional desde el año 19981 declaró el Estado de Cosas


Inconstitucionales –ECI- a través de la Sentencia T-153 de 1998, en la que se
indicó que las cárceles en Colombia se caracterizan por el hacinamiento,
deficiencias en materia de servicios públicos y asistenciales, el predominio de la
violencia, extorsión, corrupción, carencia de oportunidades y medios que permitan
la resocialización de las personas privadas de la libertad. Por lo que, en
consecuencia, indicó que dichas situaciones configuran un Estado de Cosas
Inconstitucionales –ECI-, que vulneran los derechos fundamentales –dignidad
humana, vida e integridad personal, entre otros-, de los reclusos (as) y que
evidencia una transgresión de las Leyes y de la Constitución.

Posteriormente, en sentencia T-388 de 2013, expresó la Corte Constitucional,


que la política criminal, encontró dificultades y limitaciones estructurales a lo largo
de todas sus etapas, especialmente, la política carcelaria, puesto que existe un
excesivo castigo penal, lo cual, desencadena en una alta demanda de cupos para
la privación de la libertad en condiciones que terminan no siendo
constitucionalmente razonables y resultan siendo insostenibles para el Estado.

A su vez, afirmó que el sistema penitenciario y carcelario desprotege el derecho a


la salud, al no tomar acciones y medidas que se encuentren encaminadas a
superar las afectaciones de salud de las personas privadas de la libertad, a su
vez, irrespeta al privar de la libertad personas en condiciones no higiénicas e
insalubres. En conclusión, reveló la Corte, que el sistema penitenciario y
carcelario, no asegura gozar de un mejor grado de salud, ni resocialización.

Reglón seguido, expresó que no garantizar el pleno goce del agua, genera en las
personas privadas de la libertad, una vulneración del derecho fundamental a la
vida en condiciones de dignidad humana, en conexidad directa con la salud, la
alimentación, la integridad y el ambiente sano. Lo anterior se agrava, si las
vulneraciones se tornan irrazonables y desproporcionadas, constituyendo tratos
crueles, inhumanos y degradantes.

1
Véase link Sentencia T-153 de 1998:
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/t-153-98.htm.
Por lo tanto, precisó que los establecimientos penitenciarios y carcelarios deben
garantizar la reinserción social de aquellas personas marginadas y excluidas
socialmente por su condición socioeconómica que se encuentren privadas de la
libertad, sin importar si son condenadas o sindicadas2.

Ulteriormente, en providencia T-762 de 2015, precisó entre varias cosas, que las
causas del hacinamiento carcelario y penitenciario son variadas y tienen relación
con el manejo que a nivel histórico se le ha dado a la política criminal en
Colombia.

Resaltó la Corte Constitucional, que la política criminal en Colombia dejó a un lado


el fin resocializador de la pena privativa de la libertad e indicó que el sistema
previsto para su ejecución se encuentra en una profunda crisis humanitaria, por lo
que precisó que las entidades estatales deben retomar la resocialización como su
enfoque principal.

Se hizo referencia, además, que debe tenerse presente el principio del derecho
penal como última ratio, es decir, debe minimizarse el poder punitivo y en
consecuencia, las entidades estatales, están en la obligación de desarrollar
políticas serias de prevención a la delincuencia y la criminalidad3.

Más recientemente, en la sentencia T-267 de 2018, la Corte Constitucional


direccionó su estudio para reconocer que las mujeres privadas de la libertad son
titulares de ser protegidas en los siguientes mínimos constitucionales:

“ i) El derecho a ser protegidas, en el marco de la privación de su libertad, de


violencia física, psicológica o sexual, de la explotación y de la discriminación.
ii) A la atención de las necesidades básicas radicales que, por su condición
de mujeres, ellas y solo ellas están expuestas a sufrir. iii) A contar con una
protección reforzada durante el embarazo, la lactancia y la custodia de los
niños, en un entorno sano y adecuado.”4

2
Véase Sentencia T-388 de 2013: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/t-
388-13.htm.
3
Véase Sentencia T-762 de 2015. https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2015/t-
762-15.htm#_ftnref99.
4
Véase Sentencia T-267 de 2018: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2018/T-
267-18.htm.
Por lo anterior, la Corte Constitucional, emitió una serie de órdenes para poder
garantizar los mínimos constitucionales planteados cuando se trate de
infraestructura penitenciaria y carcelaria con perspectiva de género.

III. SISTEMA PENITENCIARIO Y EL ACUERDO DE PAZ DE LA HABANA-


CUBA: situación de indignidad de las y los firmantes del Acuerdo de Paz en
cárceles de Colombia.

En el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una


Paz Estable y Duradera, fue establecido en sus puntos 3.2.2.4, cuál debía ser el
procedimiento utilizado para la acreditación y el tránsito a la legalidad de los
integrantes de las FARC – EP, así mismo en la Ley 1820 del 30 de diciembre de
2016 “por medio de la cual se dictan disposiciones sobre amnistía, indulto y
tratamientos penales especiales y otras disposiciones”, en su título II se señala
cuáles serán los delitos amnistiables y su ámbito de aplicación personal.

No obstante a lo anterior y teniendo en cuenta que el régimen de libertades


establecido en el artículo 34 de la referida Ley, entraría en vigor con la misma, es
decir el 31 de diciembre de 2016, a la fecha de presentación de esta intervención
y según lo señalado en la comunicación enviada a mediados de marzo del año en
curso, por los delegados del componente Farc para la Comisión de Seguimiento,
Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final (CSIVI), dirigida a la
Justicia Especial para la Paz (Jep) y al Gobierno Nacional, dada a conocer por el
Periódico El Tiempo:

“(…) aún continúan en cárceles más de 160 excombatientes de las FARC-EP


acreditadas por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. En su mayoría,
los trámites para obtener su libertad se encuentran a la espera de una
respuesta por parte de la Sala de Amnistías e Indultos de la Jep (…)”.5

Cabe destacar que dentro de las peticiones realizadas en la misiva, se señala


que: “(…) respetando la autonomía de la Jep solicitamos que se pueda establecer
un plan de emergencia tendiente a estudiar y resolver de manera pronta las
solicitudes de libertades y amnistías (…)”.6

5
Véase, EL Tiempo: https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/farc-pide-
liberacion-de-excombatientes-mayores-de-60-anos-477800
6
Véase, El Tiempo: https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/farc-pide-
liberacion-de-excombatientes-mayores-de-60-anos-477800
Precisado lo anterior, resulta importante poner de presente varias denuncias,
entre otras, respecto de hechos ocurridos de presuntas violaciones a derechos
humanos en varios centros penitenciarios del país, cabe aclarar, no son nuevas, y
se han suscitado dentro del contexto de la Emergencia decretada por la pandemia
del virus COVID –19. Algunos de los mencionados hechos se presentaron a
finales del mes de marzo, cuando el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del
Común -FARC-, junto a varios familiares de los privados de la libertad,
denunciaron una serie de traslados arbitrarios de los prisioneros políticos
firmantes de paz que se encontraban recluidos en la en el Complejo Penitenciario
y Carcelario de Bogotá –COMEB-, La Picota, cárceles y/o penitenciarias del país,
sin cumplir con los debidos protocolos establecidos para dicho fin.

Uno de esos traslados irregulares fue el de Ángel Parra:

“(…) diagnosticado con Leucemia Mieloide Crónica quien, tras más de 20


años en prisión, el pasado 24 de marzo fue trasladado de manera
improcedente de la Cárcel la Picota de Bogotá a la Cárcel Picaleña de Coiba,
lugar que no cuenta con las condiciones mínimas de salubridad y agua
potable acorde a su grave condición de salud (…)”7

Otro de los casos conocidos por la opinión pública fue la masacre presentada en
la Cárcel Modelo de Bogotá, en el mismo mes de marzo, que según cifras
presentadas por el Inpec y el Ministerio de Justicia, dejo al menos 23 personas
muertas y más de 90 heridos, dicha situación fue antecedida por múltiples
exigencias pacificas de la población carcelaria, ante las condiciones de indignidad
a las que se enfrentan los privados y privadas de la libertad y los prisioneros
políticos firmantes de paz, diariamente en estos centros penitenciarios, como el
hacinamiento, las nulas condiciones de salubridad y agua potable, entre otras,
que bien fueron enunciadas en el apartado anterior, que se han visto agravadas
con la pandemia del virus del COVID-19, poniendo en peligro el derecho
fundamental a la vida y a la integridad física de la población carcelaria. 8

7
Véase, el enlace: https://cuartodehora.com/2020/03/30/el-partido-farc-denuncia-
irregularidades-hacia-sus-presos-politicos/

8
Véase, https://caracol.com.co/radio/2020/03/22/nacional/1584894494_574228.html
IV. REQUISITOS FORMALES Y MATERIALES DE VALIDEZ
CONSTITUCIONAL DEL DECRETO EXAMINADO.

4.1. REQUISITOS FORMALES.

Conforme lo señala el artículo 215 de la Constitución en concordancia con lo


expresado por la Corte Constitucional en providencias como la C-670 de 2015 y
466 de 2017, los requisitos de índole formal que debe reunir un decreto expedido
en virtud de estado de excepción, son los siguientes:

“(a) haber sido firmados por el Presidente de la República y todos los


ministros de su gabinete; (b) estar motivados; (c) establecer claramente su
duración; (d) determinar con precisión su ámbito territorial de aplicación; (e)
haber sido notificada su adopción a los organismos internacionales
competentes; (f) estar reunido el Congreso, o en caso de no estarlo,
habérsele convocado para los diez días siguientes al vencimiento del estado
de emergencia; y (g) haber sido remitido a la Corte Constitucional al día
siguiente de su adopción para revisión automática de constitucionalidad”9.

4.2. REQUISITOS MATERIALES:

Por su parte, las referidas providencias constitucionales, adicionalmente exigen la


satisfacción de unos requisitos de orden material según se comenta:

“(…) De conformidad con la jurisprudencia de la Corte Constitucional, el


estudio de los límites materiales específicos de los decretos legislativos
expedidos en desarrollo de un Estado de Emergencia económica, social y
ecológica, debe ser llevado a cabo a partir los siguientes juicios: (i) de
conexidad material y de finalidad, (ii) de ausencia de arbitrariedad y de
intangibilidad, (iii) de no contradicción específica, (iv) de motivación
suficiente, (v) de necesidad, (vi) de incompatibilidad, (vii) de proporcionalidad,
y, finalmente, (viii) de no discriminación (…)”10 (Negrillas agregadas).

Atendiendo a lo antes expuesto y como quiera que se estima que el centro de la


censura se afinca sobre el desconocimiento de dos requerimientos materiales, se
descartarán los restantes y se procederá a estudiar los denominados “juicios de
ausencia de arbitrariedad”, así como la relativa a la “intangibilidad y de no

9
Cita, sentencia C-670 de 2015.
10
Cita, sentencia C-466 de 2017.
discriminación”, tras considerar que el inciso 3º del artículo 6º del Decreto 546 de
2020, viola el principio superior de la Carta Política de 1991 en su artículo 13
igualdad y no discriminación, conforme el siguiente análisis:

(ii) Juicio de ausencia de arbitrariedad y de intangibilidad.

El juicio de ausencia de arbitrariedad tiene como finalidad verificar que el decreto


legislativo en estudio, no tenga contenidas medidas que desconozcan las
prohibiciones para el ejercicio de las facultades extraordinarias reconocidas en la
Constitución, la ley y los tratados de derechos humanos ratificados en Colombia.
Es así, como la Corte Constitucional considera que las medidas adoptadas en los
decretos legislativos, no deben suspender o vulnerar derechos fundamentales o
interrumpen el normal funcionamiento de las ramas del poder público, en
particular, que no supriman o modifiquen los organismos y las funciones básicas
de acusación y juzgamiento11.

Precisado lo anterior, el inciso 3º del artículo 6º del Decreto 546 de 2020, excluye
expresamente a los y las ex combatientes de las FARC del estudio de la
concesión del beneficio de la prisión domiciliaria transitoria con ocasión de la
declaratoria del estado de emergencia económica, social y ecológica en todo el
territorio nacional, así como la ampliación de la cuarentena y aislamiento
obligatorios decretados por el gobierno nacional, como consecuencia de la
propagación de la pandemia conocida como CoVid-19.

Dicha situación, que afecta la salud pública en tanto que existe un riesgo de
contagio y de cara a la situación de hacinamiento que existe al interior de los
establecimientos penitenciarios y carcelarios en Colombia, genera una vulneración
a los derechos fundamentales de los y las ex combatientes de la antigua guerrilla
de las FARC, entre los que se encuentra el derecho a la vida y a la integridad
personal, los cuales, entre otros han sido considerados por la Corte

11
Corte Constitucional. Sentencias C-233 de 2011 y C-218 de 2011. En dichas sentencias
estos dos elementos son fraccionados en 4 acápites, no obstante, en el presente caso, es
posible estudiarlos de manera conjunta sin sacrificar su autonomía conceptual.
Constitucional12 como intangibles, es decir, no pueden ser restringidos ni siquiera
en el marco de la declaratoria de los estados de excepción.
(viii) Juicio de no discriminación.

En el desarrollo del estudio del juicio de no discriminación procederé, tal como ha


señalado la Corte Constitucional13, a estudiar, además de los requisitos generales
de aptitud sustancial, indicar el cumplimiento de los siguientes presupuestos:

(i) determinar cuál es el criterio de comparación (“patrón de igualdad” o


tertium comparationis), pues antes de conocer si se trata de supuestos
iguales o diferentes en primer lugar debe conocer si aquellos son susceptibles
de comparación y si se comparan sujetos de la misma naturaleza; (ii) debe
definir si desde la perspectiva fáctica y jurídica existe tratamiento desigual
entre iguales o igual entre disímiles; y, (iii) debe averiguar si el tratamiento
distinto está constitucionalmente justificado, eso es, si las situaciones objeto
de comparación, desde la Constitución, ameritan un trato diferente o deben
ser tratadas en forma igual”14.

12
Véase Sentencia C-466 de 2017: “[el] derecho a la vida y a la integridad personal; el
derecho a no ser sometido a desaparición forzada, a torturas, ni a tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes; el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica; la
prohibición de la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos; la prohibición de
las penas de destierro, prisión perpetua y confiscación; la libertad de conciencia; la
libertad de religión; el principio de legalidad, de favorabilidad y de irretroactividad de la ley
penal; el derecho a elegir y ser elegido; el derecho a contraer matrimonio y a la protección
de la familia; los derechos del niño, a la protección por parte de su familia, de la sociedad
y del Estado; el derecho a no ser condenado a prisión por deudas civiles; el derecho al
habeas corpus y el derecho de los colombianos por nacimiento a no ser extraditados. Son
igualmente intangibles los mecanismos judiciales indispensables para la protección de
esos derechos.”https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/C-466-17.htm
13
Véase Sentencia C-138 de 2019: Ahora bien, en los casos en que el demandante
solicita la declaratoria de inexequibilidad por violación del principio de igualdad (Art. 13
C.P.)13, la jurisprudencia pacífica de esta Corte ha señalado que, además de los requisitos
generales de aptitud sustancial (claridad, certeza, especificidad, pertinencia y suficiencia),
le asiste al ciudadano la carga específica de determinar el cumplimiento de los siguientes
presupuestos: “(i) determinar cuál es el criterio de comparación (“patrón de igualdad” o
tertium comparationis), pues antes de conocer si se trata de supuestos iguales o
diferentes en primer lugar debe conocer si aquellos son susceptibles de comparación y si
se comparan sujetos de la misma naturaleza; (ii) debe definir si desde la perspectiva
fáctica y jurídica existe tratamiento desigual entre iguales o igual entre disímiles; y, (iii)
debe averiguar si el tratamiento distinto está constitucionalmente justificado, eso es, si las
situaciones objeto de comparación, desde la Constitución, ameritan un trato diferente o
deben ser tratadas en forma igual”13.
14
Ver, Sentencia C-394 de 2017, reiterando la sentencia C-635 de 2012.
 (i) Determinar cuál es el criterio de comparación (“patrón de igualdad” o
tertium comparationis), pues antes de conocer si se trata de supuestos
iguales o diferentes en primer lugar debe conocer si aquellos son
susceptibles de comparación y si se comparan sujetos de la misma
naturaleza:

Sea del caso precisar, que el Decreto 546 de 2020, señala como objeto de su
promulgación, lo siguiente:

“(…) ARTíCULO 1°.- Objeto. Conceder, de conformidad con los requisitos


consagrados en este Decreto Legislativo, las medidas de detención
preventiva y de prisión domiciliaria transitorias, en el lugar de su residencia o
en que el Juez autorice, a las personas que se encontraren cumpliendo
medida de aseguramiento de detención preventiva en centros de detención
transitoria o establecimientos carcelarios, y a las condenadas a penas
privativas de libertad en establecimientos penitenciarios y carcelarios del
territorio nacional, con fin evitar el contagio de la enfermedad coronavirus del
COVID-19, su propagación y las consecuencias que de ello se deriven (…).”

A su vez, el artículo 3º ídem, refiere que, la detención preventiva o la prisión


domiciliaria transitorias en el lugar de residencia, tendrá un término de seis (6)
meses. Asimismo, el artículo 6º del Decreto 546 de 2020, vulnera el principio de
igualdad consagrado en el artículo 13 de la Constitución Política, debido a que
excluye de la posibilidad de obtener la prisión domiciliaria transitoria consagrada
en el Decreto legislativo a las personas que estén:

“(…) incursas en (…) los delitos que sean consecuencia del conflicto
armado y/o que se hayan realizado con ocasión o relación directa o
indirecta con el mismo”15.

La anterior exclusión, genera un trato desigual e injustificado respecto de las


personas que se encuentran privadas de la libertad con ocasión al conflicto
armado, generando con ello, poner en riesgo a un número significativo de
personas que al igual que las otras tantas personas que se encuentran recluidas
en un centro penitenciario y/o carcelario, sin distinción de las conductas punibles
por las que están siendo procesadas (os) y/o condenadas (os), se encuentran en

15
Véase Decreto 546 de 2020:
https://dapre.presidencia.gov.co/normativa/normativa/DECRETO%20546%20DEL%2014
%20DE%20ABRIL%20DE%202020.pdf
riesgo de ser contagiadas (os) con la enfermedad denominada COVID-19, es
decir, su vida en condiciones dignas, su integridad personal y su salud se
encuentran en peligro.

Además, no puede perderse de vista, el Estado de Cosas Inconstitucionales en el


que se encuentra inmerso el sistema carcelario y/o penitenciario en Colombia, las
cuales fueron reseñadas en capitulo precedente, lo que genera que toda la
población carcelaria, se encuentre en un mayor grado de vulnerabilidad y
posibilidad de inoculación, toda vez que, no resulta posible cumplir con los
mínimos cuidados para la prevención de contagio, dentro de los cuales, por
ejemplo, se encuentra el distanciamiento social, el lavado constante de manos,
entre otros.

En conclusión, no existe un tertium comparationis que pueda justificar que el


decreto motivo de estudio excluya a un determinado grupo de personas, entre los
que se repite, se encuentran los y las ex combatientes de las FARC, para ser
beneficiados con la prisión domiciliaria transitoria, lo cual genera una afectación al
derecho a la igualdad entre las personas que se encuentran privadas de la
libertad. Se precisa, que en las circunstancias de salud pública en las que nos
encontramos inmersos, genera que no haya lugar a trato discriminatorio alguna,
más aún cuando de preservar la vida se trata.

 (ii) debe definir si desde la perspectiva fáctica y jurídica existe tratamiento


desigual entre iguales o igual entre disímiles:

En el segundo presupuesto, se requiere para la formulación del cargo por violación


del derecho a la igualdad, aportar razones suficientes que definan si desde la
perspectiva fáctica y jurídica existe un tratamiento desigual entre iguales o igual
entre disímiles. Por lo que debe decirse, que se reclama de la norma estudiada
que ofrezca un trato idéntico a destinatarios en circunstancias idénticas.

Lo anterior, en el entendido que el decreto fue expedido para beneficiar a


personas que se encuentran privadas de la libertad y de forma injustificada
procede a dar un trato diferenciado a ciertos grupos, dentro de los cuales están,
los y las ex combatientes de las FARC, generando un riesgo social a la
comunidad, debido que la inoculación del CoVid-19 representa un riesgo real.
 (iii) debe averiguar si el tratamiento distinto está constitucionalmente
justificado, eso es, si las situaciones objeto de comparación, desde la
Constitución, ameritan un trato diferente o deben ser tratadas en forma
igual”16:

Se debe precisar que la Corte Constitucional17, ha señalado que el juicio de


proporcionalidad no puede ser aplicado con la misma intensidad en todos los
casos, para lo cual, la jurisprudencia constitucional ha reconocido tres
intensidades diferentes para el análisis, a saber, leve, intermedio y estricto de
igualdad.

Para el particular, el juicio que debe aplicarse es el estricto de igualdad, en tanto


que, como ha señalado la Corte Constitucional18, debe observarse una afectación
de los derechos de las personas en condición de debilidad manifiesta, o
pertenecientes a grupos marginados o discriminados, que interfiere con su
posibilidad de participar en el acceso efectivo de las decisiones, lo que genera una
imposibilidad de gozar de algún derecho constitucional fundamental.

Dicho juicio estricto, tiene como finalidad determinar:

“ (…) (i) si la distinción prevista en la medida analizada persigue una finalidad


imperiosa, urgente o inaplazable; (ii) si dicha distinción es efectivamente
conducente para lograr esa finalidad; (iii) si la distinción es necesaria, en el
sentido de que es el medio menos gravoso para lograr con el mismo nivel de
eficacia la finalidad perseguida; y (iv) si es proporcional en sentido estricto, es
decir, si los beneficios de adoptar la medida analizada exceden las
restricciones impuestas sobre otros principios y valores constitucionales. (…)”.

Por lo anterior, se procederá a realizar un breve análisis de cada una las


precitadas finalidades:

 (i) si la distinción prevista en la medida analizada persigue una finalidad


imperiosa, urgente o inaplazable:

Debe exponerse en el desarrollo de este requisito, que dentro de las motivaciones


del Decreto 546 de 2020, se encontró:

16
Ver, Sentencia C-394 de 2017, reiterando la sentencia C-635 de 2012.
17
Ver, Sentencia T-138 de 2019.
18
Ver, Sentencia T-138 de 2019.
“(…) Que las medidas a adoptar guardan conexidad con el Estado de
Emergencia declarado en el país, toda vez que el Gobierno nacional debe
propender por reducir al máximo la propagación de la enfermedad
coronavirus COVID-19 lo cual incluye a los establecimientos penitenciarios y
carcelarios; por ello, es claro que la actual situación de hacinamiento merece
una atención urgente e inmediata a fin de reducir el riesgo de contagio. (…)”.

De lo anterior, puede concluirse que las medidas dispuestas en el Decreto 546 de 2020,
resultan imperiosas y urgentes.

 ii) si dicha distinción es efectivamente conducente para lograr esa


finalidad:

Al efectuarse la concesión del beneficio de prisión domiciliaria transitoria, se


contribuye a mejorar el problema de hacinamiento carcelario, y pueden llegarse a
mejorar las condiciones de salud de las personas privadas de la libertad, así
como, poder cumplir con las normas de distanciamiento social que el CoVid-19,
requiere para evitar su propagación.

 (iii) si la distinción es necesaria, en el sentido de que es el medio menos


gravoso para lograr con el mismo nivel de eficacia la finalidad
perseguida:

En este sentido, no resulta lógico que el Decreto favorezca a cierta población


carcelaria, y excluya a los y las ex combatientes de las FARC, entre otros, por
cuanto, todos y todas, merecen que su salud y su vida sea preservad en
condiciones de dignidad sin distinción alguna.

 (iv) si es proporcional en sentido estricto, es decir, si los beneficios de


adoptar la medida analizada exceden las restricciones impuestas sobre
otros principios y valores constitucionales:

No resulta proporcional, por cuanto, se reitera, de forma injustificada el Decreto


procede a dar un trato diferenciado a ciertos grupos dentro de los cuales están, los
y las ex combatientes de las FARC, generando un riesgo social a la comunidad,
debido a que la inoculación del CoVid-19 representa un riesgo real.

V. PRETENSIONES.
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, respetuosamente se solicita de la
Corte Constitucional:

1. Se declare la exequibilidad condicionada del artículo 6 del Decreto 546


de 2020 en el entendido que los beneficios contemplados en la referida
norma no excluyen de su aplicación a firmantes del Acuerdo de Paz de
La Habana-Cuba por tratarse de una discriminación negativa inadmisible
jurídica y constitucionalmente.

VI. NOTIFICACIONES.

La entidad accionada, en la Carrera 13 No. 32-76, Teusaquillo, Bogotá D.C.,


Bogotá, notificacionesjudiciales@minsalud.gov.co

Por nuestra parte, recibiremos respuesta a esta intervención ciudadana en la


Oficina 706B del Senado de la República, así como en el correo electrónico
julian.gallo@senado.gov.co para lo cual damos expresa autorización para ser
notificados por este medio en los términos de la Ley 1437 de 2011 y demás
normas concordantes.

De los y las señoras magistradas, con la mayor atención,

JULIAN GALLO CUBILLOS CARLOS ALBERTO CARREÑO MARÍN


SENADOR DE LA REPÚBLICA REPRESENTANTE A LA CÁMARA
c.c. 16.266146 c.c. 79.943.309

CRISELDA LOBO LUIS ALBERTO ALBÁN URBANO


SENADORA DE LA REPÚBLICA REPRESENTANTE A LA CÁMARA
C.C. 63303703 C.C. 16588326

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