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PREFACIO

Vivimos en una guerra constante en el mundo espiritual, y esta guerra tiene un objetivo: Nuestra
alma. Por un lado, los enemigos del alma tratando de alejarnos de la voluntad de Dios y por otro lado
Dios brindándonos su amor y fortaleza para resistir y vencer en cada uno de estos ataques, pero
nosotros en el medio jugamos un papel protagónico, pues es nuestra voluntad la que debe rendirse a
Dios y no ceder terreno al diablo.

La batalla que peleamos es real, aunque nuestros ojos espirituales están cerrados para ver lo que
espiritualmente ocurre a nuestro alrededor no por eso debemos ignorar que hay una batalla, pues
todo lo que ocurre en el plano físico es porque ha sido conquistado en el plano espiritual, es decir,
que para ganar terreno y defendernos debemos luchar y conquistar en el mundo espiritual lo que
deseamos ver conquistado en el mundo físico.

Satanás está enfocado en nuestra alma, pues de allí proviene nuestra voluntad, si quebranta nuestra
alma y doblega nuestra voluntad así ganará terreno sobre nuestras vidas y sobre nuestro entorno y
áreas de nuestras vidas.

La Palabra de Dios nos provee de las herramientas con las que debemos hacer frente a estos
enemigos, fuera de lo que está en la Biblia no hay otro método ni manera de ganar esta pelea
espiritual.
LA AMARGURA
Texto: Hebreos 12:15.

¿QUE ES LA AMARGURA?
La amargura es una emoción involuntaria que se agrava con el deseo de no querer perdonar.
Echa raíces y crece hasta cubrirlo todo. Absorbe los pensamientos y las fuerzas de la persona y
destruye su vida espiritual. No permite que la bendición de Dios llegue a la persona.
La amargura indica la carencia de perdón y reconciliación. Este sentimiento es como un cáncer que va
creciendo. Primero se muestra como rencor, luego se convierte en odio. A veces llega hasta la
búsqueda de venganza, de retribuir de alguna manera la mala acción.

CAUSAS DE LA AMARGURA. Algunas causas son:


-Envidia: (Salmo 73:1-3,21): Asaf un hombre judío se puso en la tarea de ver como prosperaban las
personas que no tenían en cuenta a Dios, mientras él pasaba solo por tribulación, el resultado es que
su alma se llenó de amargura. El razonamiento de Asaf era: Yo trato de vivir una vida honesta, trato
de ser honrado y las cosas me salen mal, mientras las personas deshonestas, impías son prosperadas
y no tienen ningún mal. La pregunta de Asaf es: ¿Vale la pena servir a Dios? Al no tener la respuesta
su alma se llenó de amargura y resentimiento.
-Una mala relación: (Génesis 26:34-35): Esaú uno de los hijos de Isaac tomó por esposas a Judit y a
Basemat quienes eran mujeres heteas; ellas tenían otras costumbres sociales, culturales y religiosas,
ellas se convirtieron en un problema familiar que llenó de amargura a sus padres. Algunas personas
por causa de malas relaciones con sus padres o hermanos, han dejado que la amargura llene su vida y
esta situación ha repercutido negativamente en sus relaciones personales.
-Padecer un engaño: (Génesis 27:41): Jacob otro de los hijos de Isaac aprovechando la complicidad
de su madre y la ceguera de su padre, suplantó a su hermano Esaú en la recepción de la bendición y
de esta forma recibió la herencia que le correspondía a su hermano mayor; Esaú se llenó de
amargura y alimentó la idea de matar a su hermano cuando su padre muriera. Jacob huyó por causa
del temor y estuvo lejos de su casa por más de veinte años, pensando que así su hermano olvidaría el
engaño, pero cuando regresa a casa dice la historia que su hermano salió a recibirle con más de
cuatrocientos hombres. El tiempo había transcurrido, pero la herida permanecía vigente.

CONSECUENCIAS DE LA AMARGURA:
El espíritu amargo impide que la persona entienda los verdaderos propósitos de Dios en determinada
situación: Es posible que la amargura lleve a conceptos equivocados de Dios. No ve el amor de Dios,
sino ve a Dios como un juez que está tratando de castigar.
El espíritu amargo contamina a otros, Hebreros 12:15.
El espíritu de amargura hace que la persona pierda perspectiva: Cuando la amargura echa raíces y se
convierte en norma de vida, la persona ve, estima, evalúa, juzga y toma decisiones según su espíritu
amargo. Las frases “todo el mundo” y “nadie” pertenecen al léxico de la amargura.
El espíritu amargo se disfraza como sabiduría o discernimiento: Es notable que Santiago emplea la
palabra “sabiduría” en el capítulo 3:14-15 al hablar de algunas de las actividades más carnales.
La amargura atrae seguidores. ¡Quien no desea escuchar un chisme acerca de otra persona!
El espíritu amargo da lugar al diablo, 1 Pedro 5:8.
El espíritu amargo puede causar problemas físicos: Algunas personas terminan sufriendo una gran
depresión, otros acaban con ulceras u otras enfermedades.

¿COMO SER LIBRES DE LA AMARGURA?


Perdonar en oración al ofensor por todo lo ocurrido. Efesios 4:31-32.
Pedirle perdón a la persona si hemos pensado mal de ella, o hablado mal de ella con otros.
Si la persona no reconoce su falta debemos perdonarle.
EL ENOJO
Texto: Mateo 5:22.

Nuestra sociedad está acostumbrada a manejarse con actitudes enojosas y agresivas. La gente se
enoja rápidamente, por cualquier cosa. La voluntad de Dios para sus hijos es muy diferente.

¿QUE ES EL ENOJO? Colosenses 3:8-9; Proverbios 29:11.


El enojo es una emoción violenta que expresa una fuerte disconformidad, desagrado o indignación.

Podemos distinguir dos clases de enojo:

Reacción natural bajo control:


El apóstol Pablo dice: “airaos, pero no pequéis” (Efesios 4:26).
Ante una situación injusta o desagradable, es bastante natural experimentar inicialmente un enojo.
Esto no necesariamente va a ser un pecado, pero debe estar bajo control y ser muy pasajero; porque
si comienza a haber agresiones contra otro, o malas palabras, por ejemplo, y esa reacción natural de
enojo se convierte en pecado por falta de dominio propio. El ideal que perseguimos es desechar toda
clase de enojo que ofenda a Dios o a nuestros seres queridos.

Pasión desordenada del alma:


El más habitual. Es una manifestación del viejo hombre, de “la carne” (Gálatas 5:19-24).
El enojo puede ser pasajero o persistente, cuando no queremos reconciliarnos. Puede ser una actitud
accidental y esporádica o un hábito arraigado. También es posible tener un enojo escondido, interior,
que lleva a la amargura, o manifestarlo en agresividad, maltrato y ofensas.

EL ENOJO ES CAUSA DE OTROS PECADOS:


El enojo engendra gritos, contiendas y enemistades. Las contiendas pueden ser verbales o físicas.
El enojo engendra palabras hirientes, ofensas, insultos (Colosenses 3:8).
El enojo puede derivar en venganzas, homicidios. Incita al hombre a hacer lo malo (Salmos 37:8)
El enojo perjudica a la misma persona. Pierde la comunión con Dios por su pecado, pierde la paz,
pierde el gozo. No soluciona nada, por el contrario todo se empeora.

¿POR QUE NOS ENOJAMOS?


Leer Santiago 3:14-16; Proverbios 22:24-25.
Nos enojamos por actuar según la carne y no conforme al Espíritu Santo.
Nos enojamos por tener el hábito arraigado desde la vieja vida. Tal vez desde niño no nos corrigieron
nuestras explosiones de ira y se nos hizo hábito.
Nos enojamos por tener conflictos interiores, o estamos molestos por alguna contrariedad o un
problema.
Nos enojamos por el maltrato que recibimos de otros. Necesitamos perdonar a los demás.

COMO VENCER EL ENOJO.


Para vencer este pecado debemos proponernos:
Reconocer el enojo como pecado y arrepentirnos sin excusas, ni justificaciones.
Cada vez que nos volvemos a enojar, confesarlo inmediatamente (Efesios 4:26-27; Colosenses 3:5).
Esto nos permitirá recibir el perdón, la restauración y la fortaleza de Dios.
Reconciliarnos con las personas afectadas y con Dios.
Pedir perdón al que hemos ofendido, y perdonar al que nos dañó (Mateo 5:22-26; 1 Juan 1:9; 1
Timoteo 2:8; 1 Pedro 3:7; Mateo 6:14-15)
LA MURMURACIÓN

En esta clase vamos a detenernos para considerar a un enemigo del alma sumamente destructor: la
murmuración, o como le llamamos más cotidianamente “el chisme”.

MOTIVOS QUE PUEDEN LLEVARNOS A MURMURAR:


Amargura o resentimiento: Es decir, falta de perdón.
Ingratitud: La ingratitud siempre habla de lo que no tiene, nunca de lo que tiene. (Éxodo 16:2-3)
Envidia: El murmurador no tolera que se tengan atenciones con otras personas. Él es el único que
tiene derecho a todas las cortesías.
Descontento: El apóstol Pablo nos dice en Filipenses 1:12-14 que él había aprendido a contentarse
con lo que tenía. Habiendo atravesado por muchas situaciones de dolor las cuales él podrá haber
utilizado para murmurar, pero al contrario no lo hizo.
Pensar que Dios y los demás son injustos con nosotros: El complejo de víctima da como resultado la
murmuración. Estas personas cuando no reciben aquello a lo que creen que tienen derecho,
murmuran contra Dios y contra los demás.
Pensar que Dios tiene malas motivaciones: (Deuteronomio 1:27). Le atribuye a Dios los males de la
vida. Excluye la idea de un Dios de amor.
Incredulidad: (Salmo 106: 24-25). El no creerle a Dios, le llevó al pueblo de Israel a murmurar contra
Él y contra las autoridades.

LA MURMURACIÓN ENTRE LOS HERMANOS: (Santiago 4:11-12)


En este pasaje se pone de manifiesto que el hablar mal de alguien o divulgar sus faltas constituye
para Dios un grave delito. El que murmura se pone en el lugar de Juez de su hermano y no se conduce
conforme a la regla del amor y la misericordia que debe estar presente en todas nuestras relaciones
(Lucas 6:36). Cuando alguien nos ha ofendido o se ha equivocado, cuidemos nuestras palabras y no le
juzguemos, no sea que Dios mida con la misma vara.

RESULTADOS DE LA MURMURACION:
Crea división: (Hechos 6:1) la murmuración tiene la habilidad de enfrentar a la gente, y hace que el
hombre vea al hombre como su enemigo. La murmuración producirá confusión y la confusión lo
único que produce es división.
Rompe amistades: (Proverbios 16:28) la murmuración consigue separar amistades. Personas que
anduvieron juntas, que se amaron, a quienes les gustaba la mutua compañía el chismoso (a) las ha
separado. Ahora existe frialdad y tensión, todo porque alguien dio rienda suelta a la murmuración y
así de dos grandes amigos hizo dos grandes enemigos.
Paraliza la obra de la Iglesia: (Números 12:15) La historia de la Iglesia demuestra que la
murmuración detiene el crecimiento de la obra de Dios, la paraliza.

¿COMO DETENER LA MURMURACION?


Los murmuradores terminarán cuando no haya quien los escuche.
Cuando nos demos cuenta que al escucharlos nos hacemos cómplices.
Cuando reconozcamos que a quien únicamente beneficia la murmuración es al diablo.
Cuando se reconozca que la murmuración interrumpe y paraliza la obra de Dios (Salmos 133:1-3).
Cuando se acepte que al murmurar del hermano se está murmurando de Dios. (Santiago 3:9).
Cuando se reconozca que es pecado. Reconociendo que la murmuración va dirigida contra Dios.
(Éxodo 16:8; Santiago 4:11-12).
LOS CELOS

El tema de los celos merece un tratamiento muy especial. Es necesario distinguir las diferentes clases
de celos según su naturaleza, y de acuerdo a quien sea la persona celada. Así con la gracia del Señor,
podremos meditar en detalle sobre este enemigo del alma que atormenta a tantas personas
haciéndoles vivir en tormentos, en temores, iras, inseguridades y complejos.

CAUSAS QUE PUEDAN DAR LUGAR A LOS CELOS.


Sentimientos de inferioridad: La mayoría de las veces no confesamos. El sentimiento de inferioridad
es uno de los principales causantes de los celos. La persona tiene temor de ser abandonada porque
piensa que su conyugué, amigo, etc. se cansará de él/ella, o encontrará otra mejor que él/ella. Vive
comparándose con aquella personas que están cerca de su ser querido, y ello aumenta su
inseguridad y temor. Necesariamente que el Señor nos revele cuánto valemos realmente y cuando lo
sepamos, arrepentidos, dejaremos este sentimiento.
Heridas del pasado: Malas experiencias en la pareja pueden crear en nosotros una naturaleza
desconfiada y temerosa. Es necesario también, que el Señor sane toda herida y nos enseñe a confiar
en nuestro semejante.
La falta de perdón: Tal vez nuestro conyugué o amigo nos haya engañado. Si no le hemos perdonado
de corazón, estaremos siempre proclives a pensar lo peor de él.

CONSECUENCIAS DE LOS CELOS.


Estado de permanente ansiedad y temor en el que lo sufre, aun llegando a la depresión.
Permanentes discusiones, y aún violencias en el matrimonio. Todo se interroga, hay desconfianza.
Puede comenzar a gestarse odio contra el conyugue bajo acusación de ser el culpable, y por supuesto
contra aquellas personas de las cuales se sospecha.
Puede romperse el matrimonio por la situación reinante. El celoso, por su culpa, verá el resultado de
su temor.

LOS CELOS EN EL ÁMBITO DE LA IGLESIA:


Celos porque Dios bendice a mi hermano más que a mí: (Podemos llamar a esto envidia) (Mateo
20:15) ¡Cuidado cuando nos ponemos mal porque Dios le da a mí hermano una pareja, una casa,
etc.! Un ejemplo de este tipo de celos lo hallamos en Génesis 4:1-8 en el episodio de Caín y Abel.
Celos porque tal hermano/a es más reconocido/a que yo: A veces un hermano es reconocido por los
demás (la congregación, el pastor), por el don que el Señor le ha dado, y ello provoca celos en
algunos. Así le ocurría a Pablo cuando predicaba con la sabiduría que Dios le había dado. En esos
momentos el pueblo atendía mucho a sus palabras y esto despertaba el celo de los religiosos del
momento (Hechos 5:17/ 13:45 / 17:5). Otros dos ejemplos: El rey Saúl y sus celos hacia David por el
favor del pueblo. Los hermanos de Jacob hacia él, porque su padre le amaba mucho (1 Samuel 18:6-
16 y Génesis 37:1-11).

EL REMEDIO PARA LOS CELOS:


Admitir que es pecado lo que sentimos: El celoso difícilmente querrá admitir que lo es. No debemos
excusarnos diciendo “soy celoso/a porque te quiero… si no me importaras no sería celoso/a”, y
similares. Si vemos delante de Dios con sinceridad que los celos nos dominan y causan daño,
debemos confesarlo.
Renunciar a posesionarnos de la persona querida y entregársela al Señor.
Fortalecer nuestra autoestima a la luz del precio de la Sangre de Cristo.
Reprender de mi vida al temor y confiar en que el Señor guardará nuestras relaciones en armonía.
Perdonar a todos los que nos han fallado y permitir que Dios quite de nosotros toda herida.
LAS DUDAS
Texto: Santiago 1:6.

Probablemente todos hemos tenido dudas e incertidumbres algunas veces en nuestra vida. Cuando
Moisés ascendió al Monte SINAI para recibir las tablas de la Ley de manos de Dios, y al estar mucho
tiempo fuera de la vista de su pueblo que esperaba ansiosamente su regreso, dudaron de que
volviera. Y se construyeron un becerro de oro (Éxodo 32:8). Su apostasía se debió a sus dudas.

LAS DUDAS DEBILITAN.


Los titubeos y la inseguridad son las características de las personas que dudan. Santiago dice que el
hombre de “doble ánimo” es “inestable en todos sus caminos. No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor”. (Santiago 1:7).
¿Te sientes debilitado ahora? ¿Será que han venido dudas a tu vida respecto a muchas cosas y aún
sigues así? ¿Cuál es tu duda? ¿Es Dios real? ¿Me ama Dios? ¿Es verdadera la Biblia? ¿Me ha salvado
Dios realmente? ¿Será que Dios me perdona por lo que he hecho? Estas y otras preguntas que
vengan a tu mente solo te debilitarán más. Piensa por un momento: ¿Necesito yo más fe? SI.

LAS DUDAS PUEDEN ENTORPECER TU PENSAMIENTO.


A pesar de la tendencia a dudar, podemos recibir aliento porque las dudas sinceras conducen con
frecuencia a una fe sólida y una entrega firme al Señor. La fe es lo contrario de las dudas. Santiago
exhortaba a los que estaban teniendo pruebas que “le pidieran a Dios” y que lo hicieran “con fe”
(Santiago 1:5,6). Debemos recordar que las dudas pueden ser un instrumento muy eficaz de Satanás.
Hizo que Eva dudara, diciendo: “Con que Dios ha dicho” (Génesis 3:1). Nos llenará de dudas en los
puntos en que seamos más vulnerables. La desobediencia espiritual, las decepciones, la depresión,
las enfermedades e incluso los temores de la ancianidad o del futuro, pueden fomentar dudas. No
permitas que tus pensamientos sean bombardeados por las dudas. Cree en Jesucristo y verás la
diferencia. El sí puede ayudarte y sacarte de cualquier crisis.

LA PALABRA DE DIOS OFRECE ALIENTO PARA LOS INSEGUROS.


La buena noticia este día es que la Palabra de Dios es el aliento que necesitas para tu situación de
inseguridad o duda. Tal vez has estado confiando en otras cosas, menos en Dios. Tú necesitas tener
paz verdadera la cual es Jesús. Hoy puedes tener aliento para no desmayar y seguir cueste lo que
cueste. Te pregunto: ¿Realmente tienes a Cristo en tu corazón? ¿Le has aceptado ya? Si así fuera,
¿estas siendo obediente a su Palabra? De lo contrario hoy puedes restaurar tu vida y pedirle perdón
a Dios por haberle fallado al tener dudas en tu mente. Tal vez has estado indiferente a las cosas
espirituales, porque crees que lo sabes todo y que ya no necesitas que nadie te hable de Dios. Estas
equivocado. Estas descuidando la oración, la asistencia a la iglesia, tu alimento es la televisión, las
revistas y las películas. ¿Cómo piensas progresar así? De ninguna manera. Te sientes frío y alejado de
las cosas de Dios. 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. Dios nunca prometió que estaríamos libres de
adversidades en nuestras vidas. Regresa a Dios ya. Dios te está enseñando algo porque te ama. El
Señor es fiel. Dios no ha dejado de cuidarte a pesar de todo.

CONCLUSION:
¿Quieres pedirle perdón a Dios? Oremos por lo siguiente:
- Para que hoy la bondad de Dios sea tuya. Lo pasado queda borrado. Él va a renovar tu fe.
- Para que seas fiel a Dios en tu adoración con el pueblo del Señor.
- Para que entregues tus pensamientos a Dios y cultives buenas amistades a partir de hoy.
- Para que confíes plenamente en Jesucristo y recibas la salvación que necesitas
- Para que no tengas más titubeos ni dudas. Para que confíes sin dudar en la Palabra de Dios.
LA HIPOCRESÍA
Texto: 1 Pedro 2:1,2.

Hoy en día muchos no quieren acercase a los caminos del Señor, ya que por el mal testimonio de
ciertos “cristianos” la gente resta credibilidad al evangelio. Es triste ver en nuestras iglesias tanta
gente que dentro de ella aparenta santidad y una buena relación con Dios, pero que en intimidad
deja mucho que desear. Es hora que nos levantemos como hijos de Dios y pongamos en alto el
Nombre de nuestro Señor no solo con palabras sino con hechos.

¿QUE ES HIPOCRESÍA?
La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas y sentimientos que en realidad no se
tienen. La palabra proviene del latín hypocrisis que significa acción de desempeñar un papel.
El que pretende o finge ser lo que no es. Es una trascripción del vocablo griego hypokriteis, que
significaba actor o protagonista en el teatro griego.

Breve Historia de la Palabra “Hipócrita”


La palabra hipócrita, en el idioma original, venía del mundo del teatro. Significaba "hablar cubierto
con una máscara". Los actores que representaban los papeles, se ponían una máscara a fin de que el
público supiera, viendo la máscara, qué carácter se estaban representando. Un mismo actor
representaba varios papeles en una misma función, y disponía de una variedad de máscaras
diferentes. Cuando hablaba la parte de uno, sostenía la máscara correspondiente sobre su cara;
cuando hablaba la parte de otro, cambiaba de máscara, tomando la apropiada y hablando con su cara
cubierta con ella. No podía verse el actor mismo, sino tan sólo a la máscara. La audiencia no conocía
al hombre; conocían tan solo el papel que hacía, una «máscara» de apariencias.

¿QUE PRETENDEN LOS HIPOCRITAS?


Los hipócritas pretenden que otros piensen que son buenos cristianos, cuando realmente, sus
corazones están llenos de pecados. Aparentar lo que no se es produce un gasto inútil de energía y,
como se basa en la falsedad, es contrario al desarrollo del carácter y a la propia dignidad personal, así
como al respeto que le debemos al prójimo. El trabajo que el hipócrita hace para esconder lo que él
es, le es mucho más difícil que el tratar de hacer las cosas bien.

TEXTOS BIBLICOS SOBRE LA HIPOCRESIA:


Job 36:13: Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, Y no clamarán cuando él los atare.
Salmos 26:4: No me he sentado con hombres hipócritas, Ni entré con los que andan simuladamente.
Salmos 119:113: Aborrezco a los hombres hipócritas; Mas amo tu ley.
Proverbios 11:9: El hipócrita con la boca daña a su prójimo.
Mateo 6:5: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres.
Mateo 6:16: Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus
rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mateo 7:5: ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
del ojo de tu hermano.

CONCLUSIÓN:
Si usted sólo aparenta tener fe sin acompañarla de obras, se parece a la higuera que se secó y murió
porque no dio frutos. La fe genuina incluye el dar frutos para el reino de Dios. Cuando el hombre
aparenta lo que no es, se ha engañado asimismo y ha mentido a los demás. Por el amor de Dios, no
vista la ropa de la hipocresía. La vida futura es lo eterno, este mundo, sólo un instante. Al cielo no
entran los hipócritas. No venda el reino de la eternidad por un segundo.
EL RENCOR
Texto: Proverbios 10:12.

Hoy en día vivimos en mundo lleno de rencor, odio y muchos sentimientos negativos que el enemigo
ha estado minando no solo en las personas que aún no conocen de Cristo sino también entre los
“hijos de Dios”. El enemigo es muy astuto y él sabe que cuando siembra una semilla de rencor en el
corazón de una persona, el mismo se encargará de hacer que crezca con una situación que vendrá a
su vida, las cuales el mismo enemigo ocupará para hacer crecer ese rencor.

¿QUE ES EL RENCOR?
Resentimiento arraigado y tenaz. (Definición de la Real Academia Española)
Es un profundo resentimiento que se incuba como una enfermedad. El rencoroso se aferra a ese
sentimiento de manera obstinada y obsesiva lo cual le provoca debilidad en su salud mental. La
persona que siente rencor suele "rumiar" sus rencores, aumentándolos generalmente con fantasías
creadas por sus pensamientos que nada tienen que ver con la realidad.

SITUACIONES QUE PROVOCAN QUE EL RENCOR ENTRE EN LOS CORAZONES:


-Un familiar que nos abandonó.
-Una persona que nos hizo daño físico o emocional (Por medio de una palabra).
-Algún fracaso sentimental, entre otros.

Cuando una de estas situaciones hacen nacer o crecer en nosotros una raíz de rencor u odio es ahí en
donde tenemos que analizar y percibir que el rencor es un sentimiento que comenzará a destruir
nuestra vida espiritual poco a poco y que sus consecuencias serán muy duras.

CONSECUENCIAS DEL RENCOR:


1. El rencor destruye vidas más que cualquier otra cosa.
2. De él dependen todas las formas de enfermedad espiritual.
3. Además muchas enfermedades mentales y físicas tienen raíces en el rencor.
4. Donde hay rencor profundo solo hay infelicidad.

A lo mejor en tu vida has permitido que el rencor nazca y por más que has intentado quitarlo de tu
corazón has fracasado en el intento. Quizá tienes mucho tiempo de venir pidiéndole a Dios que quite
de tu vida ese sentimiento el cual no te deja servirle libremente, puesto que en tu mente vienen los
recuerdos del momento en el que fuiste dañado y eso hace que el rencor cobre fuerza en tu vida.
A lo mejor eres una persona que sabes que estas desagradando a Dios permitiendo que el rencor te
domine y has permitido que tu mente se cauterice y ya no vea ese sentimiento negativo que hay en
tu vida como algo malo, sino que siempre lo excusas haciéndote la víctima.

¿COMO SER LIBRE DEL RENCOR?


Hacer conciencia: Requiere recordar y analizar quien fue el agresor y porque.
Buscar consejo Sabio: Consiste en conversar y analizar con una persona de confianza, objetiva, capaz
de escuchar, analizar la situación y dar un consejo sabio.
Compasión o Misericordia: Significa esforzarse para ver al agresor como un ser humano que tiene
errores y tratar de comprenderlo.
Humildad: Es necesario eliminar el orgullo que actúa como una barrera para impedir que la persona
sea libre del rencor.
Perdonar a la persona que lo dañó: Reconocer que Jesús me ha perdonado y por ello yo también
tengo que perdonar al que me ofende.
EL RECHAZO
Texto: Juan 1: 11-12.

La verdad es que al hablar del rechazo lo primero que se me viene a la mente es nuestro Señor y
Salvador Jesucristo, puesto que él fue un ejemplo de rechazo, la mayoría de escribas, de fariseos o de
autoridades de aquel tiempo lo rechazaban y no aceptaban que el fuera el Cristo.

¿QUÉ ES El RECHAZO?
La Palabra rechazo viene de “Rechazar” el cual tiene varias definiciones, entre ellas:
•Contradecir lo que alguien expresa o no admitir lo que propone u ofrece.
•Mostrar oposición o desprecio a una persona, grupo, comunidad, etc.

UNA PERSONA RECHAZADA.


Una persona que se siente rechazada, es una persona que difícilmente podrá ser un vencedor, ya que
el mismo sentimiento de rechazo no le permite avanzar. Hay una gran diferencia entre: Ser
Rechazado y Sentirse Rechazado. Muchas personas a lo mejor no son rechazadas por las personas,
pero la misma inseguridad que existe en sus vidas los hace pensar y sentirse que lo son, esto está
muy mal, ya que esa clase de pensamiento lo único que harán en ti es llevarte a la derrota espiritual.
Jesús fue una persona que fue rechazado aun por sus mismos amigos cercanos (Judas), pero El lejos
de desanimarse por el rechazo que recibía cumplió a cabalidad el mandato de su Padre Celestial.

DIFERENTES CLASES DE RECHAZO.


Rechazo en tu Familia: Posiblemente has sido rechazado por tu familia, ya sea por tus padres,
hermanos u otro familiar, como en el Caso de José que era rechazado por sus hermanos a tal punto
de que fue vendido por ellos mismos. Humanamente es doloroso ser rechazado por tu misma sangre,
pero en medio del rechazo que posiblemente estés experimentando o has experimentado, tienes que
saber que eres la niña de los ojos de Dios, es decir que te ama puesto que eres hijo(a).
Rechazo entre tus amistades: A lo mejor eres una persona que eres rechazada continuamente por
tus amigos y eso te haga sentirte mal y triste. Quiero decirte que también hay un personaje Bíblico
que experimento el rechazo de sus amigos, este es Job (Job 19: 19). Pueda ser que tus amigos te
rechacen porque tienes una manera de vida diferente y tratas por todos los medio de agradar a Dios
con lo que haces, cosa que el mundo no entiende ya que para ellos es locura.
Rechazo en la Congregación: Pueda ser que en tu congregación te rechacen, ya sea porque eres
tímido o porque eres una persona que te cuesta andar conforme a la voluntad de Dios. Posiblemente
recibas el rechazo de tu Líder porque a lo mejor hiciste algo con lo cual diste mal testimonio, pienso
que a esta clase de personas en lugar de rechazarlas, tendríamos que tratar de ayudarlo más.

¿CÓMO VENCER EL RECHAZO?


Reconociendo que eres importante para Dios: Cuando tú reconoces esto, lo demás sale sobrando,
pues no es poca cosa ser importante para Dios, pues si Jesús dio su vida por ti, eso quiere decir que
vales la sangre de Cristo y que Dios jamás te rechazaría.
No pagar mal por mal: Una de las cosas que te ayudara a vencer el sentimiento de rechazo es no
pagar mal por mal, es decir que no permitas que raíces de rencor u odio entre a tu vida hacia la
persona de la cual recibes rechazo. Cuida tu corazón porque de él mana la vida.
Trata a las demás personas como te gustaría que te traten: Algo que sin duda hace cambiar de
opinión a las personas es, cuando ven en ti que aunque te traten mal o te rechacen tú siempre tienes
una sonrisa para ellos o siempre estás en la disposición de ayudarlos en lo que puedas y te permitan.
No desvíes tu propósito en esta vida: Que el rechazo no desvié tu mirada que está enfocada a la
eternidad con Cristo Jesús, nunca olvides que tu morada no es acá, sino más bien en el cielo y que
estas pruebas no te harán perder la vida eterna que Jesús ya te dio cuando le entregaste tu corazón.
LA CULPA
Texto: 1 Juan 1: 9.

Quizá la gran mayoría de nosotros en momentos determinados nos hemos sentido culpables en
varias situaciones. Lo malo de todo esto, es que hay muchas personas que cometieron ciertos errores
ya sea conscientemente o inconscientemente y pasan toda su vida culpándose de las consecuencias,
cosa que no tendría que ser así tomando en cuenta lo que dice en 1 Juan 1:9.

TODOS ESTAMOS EXPUESTOS A COMETER ERRORES.


Todos, absolutamente TODOS, estamos expuestos a que en un momento determinado cometamos
errores, el que cree que no comete errores es el primero en cometerlo, pues con el simple hecho de
creer que no los comete ya lo cometió. Hay 2 clases de errores que podemos cometer:
1-LOS ERRORES INCONSCIENTES. Por una parte pueden ser aquellos en los cuales muchas veces no
somos los que lo propiciamos, sino que son cometidos por otra persona, por otra parte pueden ser
aquellos que cometemos sin darnos cuenta. A continuación unos ejemplos:
-Si eres un hijo no deseado: No puedes culparte o sentirte culpable de haber nacido sin haber sido
deseado ya que no fue tu culpa. Dios siempre tiene un propósito para todo y en el plano de Dios
estaba escrito de que tú ibas a nacer.
-Si tus padres se separan: Muchos hijos se sienten culpables de la separación de sus Padres, pues
muchas veces ellos(los padres) los toman de escudos o excusas para separarse y los más afectados
son los hijos, pues luego de la separación muchas veces los padres que han quedado con ellos
descargan su ira contra sus hijos, muchas veces con golpes y otras con palabras que hieren.
-Cuando dices ciertas palabras sin darte cuenta que pueden dañar: Cuando de tu boca salen
palabras que dañaron a alguien, pero que el fin de esas palabras no era hacer daño, lo que tienes que
hacer si te sientes culpable, es hablar con esa persona y pedirle perdón aunque tu intención no haya
sido dañarla.
2-LOS ERRORES CONCIENTES. Son todos aquellos que cometemos sabiendo que es un error o que no
lo debemos cometer. Por ejemplo: Puede ser que en un momento determinado le digamos ciertas
palabras a alguien las cuales sabemos que lo dañaremos, también cuando sabemos que con cierta
acción dañaremos a alguien, esto seda más que todo en las relaciones amorosas, muchas veces por
celos se dejan llevar realizando ciertas acciones que en lugar de mejorar la relación la terminaran
dañando. Otros de los errores que muchas veces cometemos conscientemente son: responder
pésimamente, hacer de menos a una persona por su condición física, social o espiritual, pecados con
los cuales dañamos nuestra relación con Dios, etc. La mayoría de estos errores consientes acarrean
consigo un sentimiento de culpa, al ver los resultados de nuestros errores.

¿QUE DEBEMOS HACER CUANDO LA CULPA ES UN SENTIMIENTO DIARIO EN MI?


Tenemos que pedirle perdón a Dios por todo error o pecado cometido. Dice en Isaías 1:18 “Venid
luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
Ve a donde la persona que ofendiste o donde la persona que se siente ofendida y pídele perdón.
Este acto traerá gran bendición a tu vida, Proverbios 28:13-14.Este acto no es ninguna vergüenza
sino más bien como Jesús dijo en Mateo 23:12 “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se
humilla será enaltecido”.
No puedes seguirte culpando de algo, lo cual Dios ya te perdono. Tienes que entender que desde el
momento que le pides perdón a Dios y le pides perdón a la persona a quien se le causó daño, desde
ese momento eres libre de toda culpa.
LA DEPRESION
Texto: Salmos 42:5.

Una de las trampas que el Enemigo nos pone para no alcanzar la felicidad plena se llama Depresión,
aunque podríamos decir que es casi imposible que un cristiano que vive para Dios pueda tener esto.

¿QUE ES LA DEPRESIÓN?
Es una tendencia excesiva a encontrarse en un estado de ánimo bajo.
Sentimientos de impotencia, desesperanza, ineficiencia y tristeza.
Es un estado de abatimiento e infelicidad, que puede ser transitorio o permanente.

ALGUNAS CAUSAS DE LA DEPRESIÓN:


•Fracaso en los estudios.
•Una Ruptura Sentimental.
•Conflictos con los Padres.
•Crisis Financiera.
•Enfermedades Repentinas.
•Perdida de Trabajo.
•Muerte de un ser querido.
•Un embarazo no deseado.

¿QUE REACCIONES PRESENTA LA DEPRESIÓN?


•Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente: Es decir que nada lo hará reír y se
sentirá como que si le faltara algo.
•Disminución de energía, fatiga, agotamiento: En pocas palabras habrá un cansancio en su vida
provocado por el mismo estrés de la depresión.
•Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo: También la culpa de su situación caerá en él o ella,
según “sus propias conclusiones”, además de eso, definitivamente va camino a la derrota.
•Pérdida de interés en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban: Si antes le gustaba
practicar algún deporte, salir con sus amigos, etc., ahora ya no le interesa, no querrá ni salir de su
casa y ahora todo le parecerá aburrido.
•Sentimientos de desesperanza y pesimismo: No ve nada bueno por venir y todo “según él o ella”
estará mal para su persona.
•Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones: El mismo sentimiento de depresión no le
permite concentrarse ni mucho menos ser sabio(a) a la hora de tomar decisiones.
Otros síntomas serian:
•Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
•Inquietud, irritabilidad.
•Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
•Sensación de estar en un "hoyo" o un "callejón sin salida".
•Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio: En esta parte si me quiero detener un
momento y es por el motivo de que el 70% de las personas que se suicidan han pasado por periodos
de depresión antes de cometer esa enorme equivocación como lo es quitarse la vida.

LA SOLUCIÓN A LA DEPRESIÓN:
Ir a la casa de Dios en pocas palabras Congregarnos. (Salmos 84: 1-7)
Mantener un hábito de Oración. (Salmos 69:13)
Echar sobre Dios mí depresión. (Salmos 55: 22)
Practicar la ALABANZA. (Salmos 69: 30-35)
Servir a Dios. “Cuando vivimos una vida activa en Dios esto nos ayuda a avanzar".

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