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Introducción
Lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos hablar del espíritu de Grecia,
por supuesto, es Grecia y, con ella, los griegos. Grecia y los griegos son sinónimos de
conocimiento, de intelectualidad.
Ya en el ámbito eclesiástico (de la iglesia), pensamos que el único mal que causa este
demonio o, por lo menos, el más importante, es provocar, en quienes tienen el ministerio
de enseñanza de la Palabra de Dios (los Maestros), la intelectualización del conocimiento
de Dios, obstaculizando, por ende, la revelación de la Palabra escrita. Esto es cierto.
No obstante, cuando nos detenemos un poco para estudiar el carácter de este demonio,
vemos que la cantidad de males que desata excede largamente a la mera intelectualización
de la Palabra de Dios.
Pablo de Tarso, el apóstol, hablo bastante de este espíritu inmundo en su epístola a los
Romanos.
El espíritu de Grecia fluye aun desde antes de la fundación del mundo y, por supuesto, aun
desde antes de que Grecia existiera como nación, porque este espíritu se manifestó en
satanás cuando se rebeló contra Dios, independizándose de Él. Y este mismo espíritu de
independencia fue el que engaño a nuestros primeros padres, Adán y Eva, para que
también se independizaran de Dios.
En esta visión, Daniel, según parece, ve a Jesucristo. Daniel lo ve antes de que Jesucristo
viniera a la tierra, mientras Juan ve a Jesucristo Resucitado.
Otros de los pasajes que confirman que Daniel tuvo una visión de Jesucristo son los
siguientes:
Daniel, 10:16 Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios.
Daniel, 10:18 Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,
Sabemos que Jesús dijo de sí mismo que era el “Hijo del Hombre”.
Daniel, 10:13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero
he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los
reyes de Persia.
Y luego aparece el príncipe de Grecia:
Daniel, 10:19 y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate.
Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has
fortalecido. 10:20 Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a tí? Pues ahora tengo que volver
para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.
Dos principados se levantaron en medio de la visión de Daniel. Uno de ellos era el príncipe
de Persia y el otro era el príncipe de Grecia. Se trata de dos espíritus de maldad que operan
en el mundo espiritual. Y son principales (de allí su nombre: príncipes).
El príncipe de Persia
El príncipe de Persia es un demonio que se opone a que las bendiciones de Dios lleguen.
Tú oras y parece que hay un cielo de bronce que no deja subir la oración. Parece que la
oración no ha llegado al Trono de Dios.
Pero la oración sí ha llegado y seguramente Dios la ha respondido, pero el príncipe de
Persia se está oponiendo para que no venga la respuesta a tu vida. Esta es la obra del
espíritu inmundo de Persia. Siempre que tú tienes oposición en algo, está actuando, sin
dudas, este demonio.
Cuando finalmente recibes la respuesta, significa que el bloqueo se rompió porque el
príncipe de Persia fue quitado. Pero ahora las Escrituras nos revelan algo más que
interesante: después del príncipe de Persia, el príncipe de Grecia vendrá (Daniel, 10:20).
Eso significa probablemente que, unas vez que venzas al príncipe de Persia (una vez que
venzas toda oposición), tengas que luchar en contra del espíritu de Grecia (tanto a nivel
personal como a nivel iglesia).
El príncipe de Grecia
El espíritu inmundo de Grecia ha estado trabajando por generaciones para que el reino de
Dios no se manifieste en la tierra.
El espíritu de Grecia representa todo lo que es oposición a lo divino. Mientras que el príncipe
de Persia se opone a que la respuesta de Dios a tus oraciones llegue a tu vida, el espíritu
de Grecia se opone a que lo sobrenatural se manifieste en lo natural.
El bronce como símbolo de Grecia en la Biblia
La Biblia equipara a este tipo de gobierno espiritual demoniaco al bronce. Y, en las
Escrituras, el bronce representa al hombre.
El capítulo 2 del Libro de Daniel, presenta un sueño que tuvo el rey Nabucodonosor. En
este sueño, el rey Nabucodonosor observo una estatua con cabeza de oro, brazos de plata,
vientre de bronce, piernas de hierro y pies de hierro mezclado con barro.
Daniel, 2:19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual
bendijo Daniel al Dios del cielo.
Respecto de este sueño que tuvo el rey Nabucodonosor, solo diremos que cada una de las
partes de la estatua, representaba un imperio que habría de dominar el mundo, en algún
momento de la historia: el imperio babilónico (cabeza de oro), el imperio medo-persa (torso
de plata), el imperio griego comandado por Alejandro el Grande o Magno (vientre y muslos
de bronce), el imperio romano (piernas de hierro) y el ultimo imperio de la historia que
comandara el antiscristo (pies de hierro mezclado con barro).
Si quieres profundizar el estudio sobre este sueño que tuvo Nabucodonosor, te invito a que
veas el estudio correspondiente en mi blog:
http://escudriniandolabiblia.blogspot.com/2014/02/sueno-de-la-estatua-de-nabucodonosor.html
El bronce en la Biblia
Isaías, 60:17 En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en
lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.
Job, 6:12 ¿Es mi fuerza la de las piedras, O es mi carne de bronce?
Isaías, 48:4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de
bronce,
El bronce siempre tiene que ver con humanidad, con el hombre. El bronce y lo humano van
de la mano. El bronce también significa dureza, fuerza, resistencia.
Salmos, 107:16 Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de
hierro.
El bronce significa poder:
Jeremías, 1:18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada,
como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes
de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.
El bronce también significa riqueza:
Isaías, 60:17 En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en
lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.
Y significa, también, falta de amor:
1 Corintios, 13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser
como metal que resuena, o címbalo [era de bronce] que retiñe.
El bronce también se relaciona con pueblos religiosos e inmorales:
Jeremías, 6:28 Todos ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son bronce y
hierro; todos ellos son corruptores.
Isaías, 48:4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de
bronce,
El carácter de este demonio surge de todo lo que hemos dicho hasta ahora:
[+] dureza
[+] fuerza
[+] resistencia
[+] poder
[+] riqueza
[+] falta de amor
[+] religiosidad
[+] inmoralidad
Génesis, 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 3:5 sino que sabe Dios que
el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien
y el mal.
Eva fue engañada porque el hombre ya era como Dios. Y el hombre, al ser engañado, dejo
de ser como Dios.
Hoy en día este espíritu se manifiesta en lo que se conoce como humanismo secular.
Lo único que busca este humanismo es destronar a Dios de su lugar. Es quitar a Dios del
centro de atención para poner en ese lugar al hombre, como si fuera un dios.
En su epístola a los Romanos (los romanos – admiradores de los griegos - tenían una
cultura muy parecida), Pablo nos advierte acerca de los males que provoca este espíritu de
Grecia.
Este demonio, impulsa a aquellos a quienes controla a oponerse a la verdad. Pablo habla
de los “hombres que detienen con injusticia la verdad”:
Romanos, 1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 1:19 porque lo que de Dios
se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 1:20 Porque las cosas invisibles de
él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,
siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Hoy la ciencia busca mil excusas para desmentir lo sobrenatural. Es el espíritu de Grecia
tratando de confundir la mente del hombre para que no crea en Dios, para que la gente
diga: yo no necesito a Dios porque yo soy un dios.
Romanos, 1:21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido.
El espíritu de Grecia domina todo lo que tiene que ver con la razón. Esto no significa que la
razón y el conocimiento sean malos, pero el conocimiento sin el espíritu, mata. Como dice
la Escritura:
2 Corintios, 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de
la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica.
Éticamente hablando, los dioses griegos en nada eran mejores que los hombres. Para los
griegos, sus dioses no eran mejores que los hombres, porque ellos se consideraban a sí
mismos también dioses. Por eso podemos ver en innumerables historias de la mitología
griega (que no referiremos aquí) como Zeus – el rey del Olimpo - engaña, viola, mata y
traiciona sin remordimientos.
Romanos, 1:24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias
de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 1:25 ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Pablo nos revela también cual esa la esencia de la idolatría: culto a lo creado y no al
Creador. El espíritu de Grecia fomenta la idolatría. Y por esta razón, Dios entrega a quienes
son controlados por este espíritu, a la inmundicia y a “pasiones vergonzosas”:
Romanos, 1:26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 1:27 y de igual modo también los
hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros,
cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la
retribución debida a su extravío.
Según Wikipedia:
La “pederastia”, tal como se entendía en la antigua Grecia, era una relación entre un hombre
mayor y un joven adolescente. En Atenas el hombre mayor era llamado “erastés” y se
encargaba de educar, proteger, amar y dar ejemplo a su amado. El joven era
llamado “erómeno” y su retribución al amante era su belleza, juventud y compromiso.
Existían elaborados protocolos sociales para proteger a los jóvenes del deshonor asociado
a ser penetrado. Se esperaba que el “erómeno” respetara y honrara al “erastés”, pero no
que lo deseara sexualmente. Aunque ser cortejado por un hombre mayor era prácticamente
una prueba de hombría para los jóvenes, un joven con deseo sexual recíproco para con su
“erastés” debía afrontar un estigma social considerable.
Los antiguos griegos, fueron los primeros en describir, estudiar, sistematizar y establecer la
“pederastia” como institución social y educacional. Era un elemento importante de la vida
civil, militar, filosófica y artística.
De mas esta decir que la única relación sexual que Dios acepta es la que se da entre un
hombre y una mujer:
Génesis, 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó.
Pablo concluye diciendo:
Romanos, 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una
mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
Una mente reprobada es una mente que no paso la prueba, que no es aprobada por Dios.
Y a esto los entrego Dios por causa del espíritu de Grecia.
Isaías, 5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
[+] injusticia;
[+] fornicación;
[+] perversidad;
[+] avaricia;
[+] maldad;
[+] envidia;
[+] homicidio;
[+] contienda;
[+] engaño;
[+] murmuración;
[+] critica;
[+] aborrecimiento de Dios;
[+] injuria;
[+] soberbia;
[+] altivez;
[+] desobediencia a los padres;
[+] necedad;
[+] deslealtad;
[+] falta de amor; y
[+] falta de misericordia;
Consideraciones finales
Podemos ver la cantidad de males que desata este demonio, ya no sobre la iglesia sino
sobre el mundo entero.
Mientras el espíritu inmundo del fariseo tergiversa el evangelio para los que están dentro
de la iglesia, el espíritu inmundo de Grecia impide que los que están fuera de la iglesia
puedan acceder a ella.
Como podemos ver, satanás tiene un demonio preparado para cada circunstancia. Solo el
conocimiento y divulgación del verdadero evangelio, junto con el poder del Espíritu Santo
de Dios, impedirán que logre su cometido.
Señor Jesucristo, con la autoridad que hay en tu nombre y con el poder que hay en tu
sangre, atamos, reprendemos, echamos fuera, desalojamos a los lugares secos y vacíos al
príncipe de Grecia y a todos los demonios que desata: injusticia, fornicación, perversidad,
avaricia, maldad, envidia, homicidio, contienda, engaño, murmuración, critica,
aborrecimiento de Dios, injuria, soberbia, altivez, desobediencia a los padres, necedad,
deslealtad, falta de amor y falta de misericordia.
Atamos al príncipe de Grecia y a todos los demonios que lo secundan, desatamos el poder
del Espíritu Santo y destruimos el velo con que el espíritu inmundo de Grecia ha cegado el
entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca el evangelio de Cristo.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=C6Jd-t3a1sk
Pastor Jan Camacho
MARCELO D. D’AMICO
Maestro de la Palabra – Ministerio Rey de Gloria