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Quizás en el fondo lo mío es un trabajo de resistencia, una manera

de construir y resguardar un espacio íntimo, donde la interpretación


personal y propia de los hechos y las cosas no puede ser aniquilada
por ninguna fuerza exterior. Y posiblemente estamos en una época
en que son particularmente necesarios espacios de resistencia y
resguardo, tanto dentro como fuera del mundo de la cultura.

Carla Rippey
Desde su llegada a México en 1973, Carla Rippey (Kansas City, USA, 1950) ha
desarrollado una sólida y sostenida trayectoria en el escenario de las artes
visuales en México.

La artista se dedica a expandir las posibilidades de las artes gráficas desde un


generoso catálogo de técnicas y soportes. Su discurso creativo se mantiene
en los márgenes de la figuración: una actitud a contracorriente, de resistencia
(como señala el título de la muestra) para la historiografía del arte en México
que subraya, sobre todo, los conceptualismos y lenguajes afines de la escena
artística local, desde los setenta hasta nuestros días: los mismos años donde
se inscriben Carla Rippey y las obras de esta exposición. En este sentido, su
persistencia en el dibujo figurativo es aún más interesante y paradójica, pues
ella fue parte de Peyote y la Compañía, uno de los disímiles colectivos de
creadores que definieron la avanzada del arte contemporáneo mexicano desde
una voluntad transgresora de estilos y lenguajes, ajenos a las técnicas gráficas
canónicas, así como a la representación clásica de la figura humana: ambos
escenarios de la imagen figural donde Rippey destaca con probada soltura.

La muestra recoge parte de su producción desde 1976 hasta nuestros días y


está organizada en dos núcleos bien definidos: un recorrido que se apuntala en
una documentada cronología y una secuencia de diálogos visuales entre obras
específicas. Estas correspondencias no atienden a una secuencia temporal:
buscan enfatizar cómo la artista ha trazado su personal discurso a lo largo de
cuatro décadas, mas allá de estilos, etapas y técnicas.

Un tema que define de manera cristalina su trabajo es la representación de


lo femenino. Carla Rippey ha generado un amplio imaginario en torno a este
asunto, que se desenvuelve en varias constelaciones temáticas: la identificación
de la mujer (a partir de figuras específicas) como una manifestación
políticamente reivindicativa; imágenes asociadas a la feminidad como
fragmentos de historias que fluyen en el tiempo y la traslación simbólica de su
propia vida desde un universo dominado por imágenes de archivo.

Portada: Carla Rippey, 1979. (Fotografía de Adolfo Patiño)


Otro tópico que le interesa a la artista se encuentra en el desarrollo de narrativas
históricas cruzadas, donde conceptos como multiculturalidad, culturas primarias
y tránsitos migratorios se alzan como formas simbólicas que se desplazan desde
un perdido recodo de la historia hacia un lugar atravesado por la inmanencia del
presente. Un regreso del pasado que sólo es factible en imágenes transformadas
por procesos artísticos. Estas obras encarnan no sólo un ejercicio arqueológico
sino otro gesto políticamente reivindicativo de Rippey, pues relativizan
conceptos como poder, “superioridad” o culturas dominantes, nivelando los
dramas humanos bajo una misma condición. Esto constituye el centro de interés
de las relaciones que la artista establece entre las fotografías y su tratamiento
gráfico e instalativo.

En este sentido, es destacable su interés en las posibilidades de la estampa.


Otra particularidad de su obra radica en que ha expandido los márgenes
que usualmente han constreñido al dibujo y el transfer a ejercicios de puras
modulaciones formalistas. Igualmente es muy original como Rippey desmantela
las fronteras entre dibujo, grabado, fotografía, libro de artista o instalación. En
su caso ha utilizado estas técnicas para compilar un atlas de imágenes donde
la apropiación, selección y edición se alzan como las estrategias relevantes,
desplazando a un segundo lugar lo “artesanal” que se asocia a los materiales
de los libros de artista y en torno a las “habilidades manuales” con que se
describen el dibujo o el grabado. Rippey utiliza fotografías de archivos, Internet
o adquiridas en mercados de pulgas para edificar sus relaciones de imágenes,
posando sobre éstas una mirada muy valorativa de sus potencialidades retóricas,
indicando sus coincidencias discursivas y culturales, mas allá de sus variados y
contrastados orígenes.

Finalmente los universos temáticos de esta artista, así como sus abordajes
técnicos, se despliegan en unas obras que resguardan valores históricamente
asociados a la imagen artística y que resisten, a pesar de una tradición crítica
que no deja de cuestionarlos: la riqueza poética del dibujo, su aquilatada
dimensión estética, su evocador anacronismo. Es precisamente desde este
lugar de resguardo y resistencia donde la obra de Carla Rippey sobresale en el
escenario del arte contemporáneo mexicano.

Carlos E. Palacios
La serpiente en el jardín, 2000.
CRONOLOGÍA
1950

21 mayo.
Nace en Kansas City, EUA en 1950. Hija de un padre fotorreportero
y una madre dedicada a la literatura. Descendiente de granjeros, maestras y
pastores metodistas. Crece en Kansas, Iowa y Nebraska, junto con dos hermanas
y un hermano.

1968

Termina la preparatoria y deja el Medio Oeste norteamericano.
Se muda a Washington, D.C.

1969

Estudia en La Sorbona, París.
Ingresa a la Universidad Estatal de Nueva York en Old Westbury, en
ese momento una escuela experimental. Su tesis trata sobre la intersección
de arte y política. Su asesor es el artista y crítico uruguayo Luis Camnitzer. Allí
conoce a un alumno mexicano, Ricardo Pascoe.

1971

Como parte de su carrera, trabaja en diseño e impresión offset
en la editorial alternativa “The New England Free Press”, en Boston,
Massachusetts. Participa en el naciente movimiento feminista haciendo carteles.

1972

En Santiago de Chile se casa con Ricardo Pascoe, quien se encuentra
realizando un posgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Flasco, institución de la UNESCO que será acosada políticamente por el
régimen de Pinochet, lo que obliga el cierre de sus escuelas. En 1978 el Estado
Chileno le quita a la Flasco su personalidad jurídica.
Como alumna libre en la Universidad de Chile y de la Universidad Católica de
Chile, Rippey aprende grabado en metal y durante los años del gobierno de la
Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende, participa en el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria produciendo carteles.

Izquierda: Las siamesas, 1999.


1973

El 11 de septiembre, día del Golpe contra Salvador Allende, Carla
Rippey y Ricardo Pascoe cruzan Santiago para reunirse con militantes
del MIR. Poco antes del toque de queda llega la orden de desbandarse y sin
poder llegar a su casa son golpeados por carabineros. Logran refugiarse en casa
de Julio Rhea, un amigo agrónomo y de su hermano Humberto Rhea Clavijo,
médico boliviano del Che Guevara. Días después, como consecuencia de la
represión política, la pareja llega a la Ciudad de México. Viven en la casa familiar
de los Pascoe en Mixcoac.

1974

Nace su hijo Luciano Pascoe Rippey.
Trabaja en el taller colectivo de grabado del Molino de Santo
Domingo en Tacubaya y empieza a hacer xilografía. Junto a Roberto Bolaño,
Mario Santiago Papasquiaro, Bruno Montané, Juan Esteban Harrington y otros,
participa en la formación del movimiento literario Infrarrealista, proveyéndoles
imágenes para sus publicaciones.

1976

Nace su hijo Andrés Pascoe Rippey.
Presenta su primera exposición individual “Serigrafías, aguafuertes y
monotipos” en la Biblioteca Benjamín Franklin del Instituto Anglo-mexicano de
Cultura.
En el Taller “Martín Pescador”, de su cuñado Juan Pascoe en Mixcoac, hace la
imagen para la portada del primer libro de Roberto Bolaño.

1977

Inicia una larga correspondencia con Bolaño, quien parte
definitivamente para España.
Gracias a una invitación de Felipe Ehrenberg se integra en los Grupos de
trabajadores de la Cultura y expone en la muestra, América en la Mira, en La
Ciudadela.
Participa en una exhibición de pintoras, escultoras, grabadoras, fotógrafas, tejedoras
y ceramistas con motivo del Primer Simposio mexicano-centroamericano de
investigación sobre la mujer en el Museo de Arte Carrillo Gil.
Participa con Enrique Guzmán, Miguel Castro, Nunik Sauret, José Luis Cuevas,
Juan Soriano y Ricardo Martínez, entre otros, en la exposición Obra temprana de
grandes artistas/jóvenes de hoy en la galería Pintura Joven, Ciudad de México.
… Carla Rippey, cuya historia cabe toda en los años ´70 (expuso por
primera vez en ´74), oscila todavía entre estilos que hasta parecen
excluirse. A veces el dibujo es incisivo, descriptivo, preciso, tal
como se manifiesta en la punta seca, mientras en los monotipos la
artista se expresa de una manera “desdibujada”, diluida, más cerca
de la pintura y del claroscuro que del dibujo lineal. Lo importante
es que en los dos casos la calidad de la ejecución es innegable y la
sinceridad artística, del todo aparente. Los valores cromáticos, por
lo demás, aparecen tanto en los “pictóricos” monotipos como en

sus grabados más dibujados.

Alaíde Foppa,
“mujeres/grabados y monotipos de Carla Rippey”, 1978
1978 Conoce a Adolfo Patiño y se vuelve integrante del grupo de arte
experimental Peyote y la Compañía junto a Armando Cristeto,
Alberto Pergón, Xavier Quirarte, Ángel de la Rueda, Alejandro Arango y Lola
Muñoz-Pons.
Expone Mujeres, grabados y monotipos de Carla Rippey en la galería El Taller
de la colonia Roma. La crítica guatemalteca Alaíde Foppa escribe su texto de
presentación.

1979

Participa con Peyote y la Compañía en la Primera Sección Anual de
Experimentación del Salón Nacional de Artes Plásticas, en el
Auditorio Nacional.
Participa en la Sección Bienal de Gráfica del Salón Nacional de Artes Plásticas
con Después del Diluvio y tres obras de la Serie de las hojas arrancadas, en la
galería del Auditorio Nacional.
Expone La fuga y la caza del ser en la galería El Taller, con un texto del crítico
Antonio Rodríguez.
Se separa de Ricardo Pascoe y empieza a vivir de la venta de su obra.

1980

Se muda con sus hijos a Xalapa, Veracruz, donde es titular del taller de
grabado en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana.
Peyote y la Compañía participa en Artist’s books en Art West Expo 80 en Los
Ángeles, California; realizan la serie de performances (S)Obras completas de
Peyote y La Compañía en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México.
Igualmente exhiben en Travesía de la Escritura, Museo de Arte Carrillo Gil.
Carla Rippey empieza a dibujar trabajando con fotografías de sus archivos,
experimenta con “despintados”, collage y formas primitivas de transferencia.
Participa como invitada especial en la exposición fotográfica “La muerte
del maguey” en la Galería José María Velasco con el Grupo de Fotógrafos
Independientes. Esta muestra proclama el fin de la fotografía nacionalista en un
texto escrito por Rippey.
Se suman a Peyote y la Compañía Ramón Sánchez Lira “Mongo” y Esteban
Azamar en Xalapa, Veracruz.
De lo finito al infinito, 1998.
1981

Adolfo Patiño llega a la Facultad de Artes de la Universidad
Veracruzana para dictar la Cátedra de Fotografía y se integra a la
familia de Rippey e hijos.
Peyote y la Compañía realiza el evento-exposición Homenaje al (Des)madre,
frottages de epitafios en el Panteón Dolores y en el Monumento a la Madre, y
Poemínimo visual al Estridentismo en la Biblioteca Central de la Universidad
Veracruzana en Xalapa.
Con la obra O Livro/Dos libros. The Last Poem, participa con Peyote y la Cía. en la XVI
Bienal de Sao Paulo. Igualmente exhibe en la Quinta Bienal de Grabado de San Juan,
Puerto Rico.
Exhibe Éramos dos ciegos, acompañados por la rosa, el misterio y un fantasma
que desplazaba el cielo, en la Sección Bienal de Gráfica del Salón Nacional de
Artes Plásticas, Galería del Auditorio Nacional.
1982

Participa con Peyote y la Cía en Secret Artifacts,
Objects of Devotion en el Alternative Museum de New York, curada
por Geno Rodríguez y en la Sección Anual de Pintura. Palacio de Bellas Artes.
Participa en el Primer Coloquio de Fotografía en Pachuca, Hidalgo, comentando
la ponencia de Olivier Debroise sobre arte y fotografía. Raquel Tibol acusa a
Rippey y Debroise de ser parte del “eje Paris -Nueva York” (aunque por entonces
vivían en Xalapa y Ciudad de México, respectivamente).

1983

Exhibe en Propuestas temáticas, en el Museo de Arte Carrillo Gil y la
Biblioteca Pape, Monclova (el catálogo incluye el texto Recuperación
de la Realidad de Raquel Tibol y una presentación de las artistas Magali Lara,
Mónica Mayer y Rowena Morales) y en 35 mujeres. Gráfica-fotografía en el
mismo museo.
Con Peyote y la Compañía expone en Objetos accesibles, en la Galería
Los Talleres en Coyoacán y Carla Rippey. Dibujos Recientes en la Galería
Telecomunicaciones de la Universidad Veracruzana, Puerto de Veracruz

1984 Realiza su muestra individual Carla Rippey. Grabados en la galería de


arte Collage de Monterrey, Nuevo León.
Participa en Una década emergente, una década después. Homenaje a Arnold
Belkin, Museo Universitario del Chopo, de la UNAM y en el Centro Cultural José
Guadalupe Posada exhibe Carpetas Gráficas junto a su ex-cuñado Dionisio
Pascoe y Adolfo Patiño.
Con Peyote y la Compañía realiza la No-exposición, en el Centro Cultural José
Guadalupe Posada en la Ciudad de México.
Colabora con imágenes para la revista contracultural La Regla Rota de Rogelio
Villareal y Ramón Sánchez Lira “Mongo”.

1985

Presenta la exposición Carla Rippey. Filosofía barata y viaje a las
pirámides. Grabados, dibujos y óleos, en el Museo de Arte Carrillo
Gil. El catálogo incluye un texto de Teresa del Conde.
Pocos días después del terremoto que destruyó la Ciudad de México, vuelve con
sus hijos a la capital mexicana y se establece en una casa de la colonia Roma
Sur, junto a Adolfo Patiño.

Derecha: del Archivo de Abraham Ángel, 1985.


Hay similaridades en el trabajo gráfico de grabado y en el dibujo.
En ambos se produce una construcción-desconstrucción
formal que sitúa en un terreno ambiguo-metafórico-al tema.
Carla desea ganar en solidez y realismo de la imagen para luego
borrarla literalmente y dejar fragmentos fantasmales de una
figura. En el caso del grabado trabaja en varios sentidos, ya sea
con una línea única entrecortada-en ocasiones saturada de
tinta- o bruñidos los límites de la figura para hacer impreciso el
contorno. La intención de desaparecer la figura en el espacio,
como la de dotar a algunos de sus trabajos con una enmarcación
claroscura, refuerza la ausencia de un tiempo cronológico en los
temas. En un momento en que los formalismos se encuentran
agotados, la indagación en los contenidos y en la experiencia
femenina concretamente, constituyen las preocupaciones más
sentidas por la artista

José Manuel Springer,


“Poesía y dialéctica en la obra de Carla Rippey”, 1992
Participa en las exposiciones colectivas De los grupos, los individuos. Artistas
plásticos de los grupos metropolitanos, Museo de Arte Carrillo Gil (el catálogo
contiene un texto firmado por Dominique Liquois) y en De su álbum... inciertas
confesiones, curada por Olivier Debroise para el Museo de Arte Moderno.
Exhibe Viaje a las Pirámides y Filosofía barata en la Sección Bienal de Gráfica del
Salón Nacional de Artes Plásticas, Galería del Auditorio Nacional.

1986

Presenta la exposición Carla Rippey. Recent work en la galería Brent,
Houston, Texas y Carla Rippey. Pintura y Gráfica en la galería de arte
Collage de Monterrey (el catálogo incluye un texto de Xavier Moyssén).
Participa en Confrontación 86, Museo del Palacio de Bellas Artes, México, D.F y
en la Sección de dibujo del Salón Nacional de Artes Plásticas; en la Galería del
Auditorio Nacional, presenta Otra versión de Tahiti II (C. 1896).

1987

Realiza la exposición Especies en vías de extinción, dibujos, óleos y
grabados de Carla Rippey en la Galería Carlos Ashida de Guadalajara.
Participa con Circe en de Dioses y Héroes. La mitología clásica ayer y hoy, Museo
de San Carlos (El catálogo incluye un texto de Teresa del Conde).

1988

Tiene su segunda muestra individual en la galería Brent de Houston,
Texas, intitulada Teorías de Relatividad.
Participa en las muestras En tiempos de posmodernidad y La ilusión de lo real,
ambas en el Museo de Arte Moderno.

1989

Se separa de Adolfo Patiño.
Exhibe en Artistas en Residencia. La plástica en la ciudad de México,
Galería de Artes Plásticas del Conaulta-INBA.
Con su dibujo Quisiera ser como tú forma, parte de Ex–profeso, recuento de
afinidades, muestra organizada por el Círculo Cultural Gay en el contexto de la
Semana Cultural Gay del Museo Universitario del Chopo UNAM. (El catálogo
contiene textos de Carlos Monsiváis, Teresa del Conde, Luis Carlos Emerich y
Carlos Blas Galindo).
1990

Forma parte junto a numerosos artistas convocados por el Salón
des Aztecas en la célebre Toma del Balmori: un evento creativo
que se apropió del edificio Balmori de la colonia Roma y cuya finalidad era
defenderlo, amenazado de derrumbe, supuestamente afectado por el terremoto
de 1985.
Participa en Dibujo de mujeres contemporáneas mexicanas, Museo de Arte
Moderno.

1991

González Mello).
Participa en Dibujo mexicano de los años 80, Museo de Arte Carrillo
Gil (El catálogo incluye el texto La extensión del papel de Renato

1992 Se muda a la colonia Hipódromo junto con sus hijos.


Presenta Dos décadas de obra gráfica en el Museo Nacional de la
Estampa, Ciudad de México (con textos de Margo Glantz y José Manuel Springer)
y participa en Cartografía de una generación. Quince años de creación en
perspectiva. Galería del Estado, Xalapa, Veracruz.
Participa en La pintura mexicana realista en el final del siglo XX, Instituto Mexicano
de Cultura de San Antonio, Texas, itinerante a Houston, Washington, Nueva York,
Chicago y Los Ángeles.

1993

Presenta su muestra individual El sueño que come al sueño en el
Museo de Arte Moderno (El catálogo incluye textos de Jorge Alberto
Manrique y Teresa del Conde).
Participa en Europalia 93. Actualidad Plástica, Voor Moderne Künst, Oostende,
Bélgica.

1994 Realiza la exposición Carla Rippey. El uso de la memoria (el catálogo


incluye dos textos de Olivier Debroise) y participa en la muestra
colectiva Objeto-Sujeto. Arte objetual, ambas en el Museo de Monterrey, Nuevo
León.
Empieza a hacer libros de artista con fotocopias láser.
Amor entre samurais, 2009.
La obra de Carla Rippey puede mirarse, en su conjunto, como
la búsqueda de un estado de conciencia. Ésta se persigue a
través de las imágenes, de los juegos imaginarios que crea y que
desenvuelve, de las configuraciones que crea o desarticula, de
los recuerdos visuales que jala al presente y que comparte con el
espectador, de la sensualidad, el erotismo, el sueño y la memoria,
de la misma manera que otros persiguen por la reflexión filosófica,
o comiendo hondos, o por la experiencia religiosa o la experiencia
revolucionaria, así como, desde luego, a través de la escritura. El
estado de conciencia en ella se deslinda por medio de las formas
que nos propone: ellas tratan de encontrar nuestra complicidad y,
haciéndolo, hacernos partícipes de sus caminos.

Jorge Alberto Manrique,


“Carla Rippey: sueño y ensueño”, 1993

En una carta que dirigió a Raquel Tibol en 1983, desde Xalapa,


Carla Rippey afirmaba: “prefiero que la gente se acuerde después
de cómo se sintieron viendo mi obra, y no de cómo se veía esa
obra” (…) justamente porque se basan en imágenes muy cargadas
de sentido, los cuadros de Carla Rippey quizás funcionen mejor en
ausencia, como recuerdos visuales, herramientas mnemotécnicas
al servicio de las obsesiones de finales del siglo XX.

Olivier Debroise,
El uso de la memoria, 1994.
1995

Presenta la exposición de libros de artista Apuntes del finito al infinito
dentro del ciclo Gráfica Periférica (un proyecto de Pinto mi Raya de
Mónica Mayer y Víctor Lerma para el Museo de Arte Carrillo Gil).
Participa en el Primer Salón de Arte Bancomer, Fundación Cultural Bancomer,
Ciudad de México y en la muestra itinerante De la Figura a la Imagen, organizada
por las Colecciones Pago en Especie y Acervo Patrimonial de la SHCP.

1996 Participa en Autorretrato en México. Años 90,Museo de Arte


Moderno.

1997

Entra al Sistema Nacional de Creadores.
Participa en Artists on the Road, Travel as a Source of lnspiration,
National Museum of Women in the Arts, Washington, D.C., EUA.
Es incluida en Las transgresiones al cuerpo, Museo de Arte Carrillo Gil.
Regresa con Adolfo Patiño, quien vuelve junto a su hija Frida de tres años.

1998

Presenta la exposición Todas las cosas de la nada en el Museo
Universitario del Chopo, UNAM.
Colabora con Adolfo Patiño en la galería “La Agencia”.
Participa en El Cuerpo aludido: anatomías y construcciones. México, Siglos
XVI al XX, Museo Nacional de Arte, y en Paisajes y Personajes en el Museo de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público

1999

Con su obra Del finito al infinito participa en el Salón de Arte
Bancomer, Fundación Cultural Bancomer, Ciudad de México.

2000 Se separa definitivamente de Adolfo Patiño, pero sigue en contacto


con Frida Patiño.
Presenta la exposición Jardín de ecos, ecos del jardín en la Galería de Arte
Mexicano de la Ciudad de México. (El texto del catálogo lo firma el artista y
escritor chileno Francisco Casas, integrante del colectivo artístico activista
chileno Las Yeguas del Apocalipsis).
2001

Experimenta con instalaciones gráficas y empieza una relación con
Ramón Sánchez Lira “Mongo”.
Participa con una ponencia y su instalación América en extremo en Miradas
Cruzadas/Dual Visions, Coloquio entre artistas chicanas y mexicanas en el Ex-
Convento de Santo. Domingo, Oaxaca.
Expone Historias íntimas y otras historias en la Galería de la Ciudad del Instituto
Cultural de Aguascalientes y en la Pinacoteca Diego Rivera, Xalapa, Veracruz.

2002 Comienza a enseñar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y


Grabado “La Esmeralda”
Empieza a experimentar con gráfica expandida.
Nace su nieto Amadeo, hijo de Luciano Pascoe Rippey y Soledad Labaca.
Expone La imagen fija (se mueve en la memoria) en Casa Principal, Instituto
Veracruzano de la Cultura, Veracruz; y Hábito de imágenes en el Instituto
Tecnológico de Monterrey, Estado de México.

Intensidad de sombra, intensidad de sol, 2000.


A Carla le consterna que su obra sea nostálgica. Su espíritu trae
aquello (común a otros espíritus que yo llamaría femeninos)
expresable tal vez en estas palabras de Mayoux: “Le néant ,l´esprit du
néant pénetre tout”.
La nada en este caso se identificaría con la muerte. Para que la vida
sea vida es necesario que exista una conciencia de que la existencia
es pasajera y ésta suele aparecer muy pronto en cierto tipo de gentes:
surge en la primera infancia y va adhiriendo todo aquello que se le
asocia por analogía o por contigüidad.
Me permitiré abundar en lo anterior valiéndome de un ejemplo.
En 1983 Carla Rippey me obsequió un ejemplar de su grabado Las
tías, con la siguiente dedicatoria: “Para Teresa, porque a lo mejor
le ha tocado ser la niña, la tía y quizá uno de los modelos locos
asomándose atrás. A mí sí, también me han tocado todos los
papeles”. En la composición a la que me refiero –proveniente de una
vieja fotografía- el único rostro que se ofrece su frontalidad íntegra
es el de una niñita (de la que se desentienden los otros personajes)
que mira de frente al espectador (…) Cuando vi por primera vez el
grabado me pareció que la niña que está allí era para mí una criatura
bastante conocida, cosa que me produjo un cierto estupor. Tomé
la pieza y la cotejé con una foto mía (…). La expresión es idéntica y
hasta la distribución de las facciones en el espacio de la cara resulta
similar. Sin embargo, la figura es un autorretrato retrospectivo de
Carla Rippey a quien alguna vez, tiempo atrás, yo le había dicho que
si iba a dibujar figuras, tenía que poner una atención muy específica
en el trazo de las manos. Las manos de las mujeres vienen a ofrecer
convergencia en la cabeza infantil y la niña Rippey que en el grabado
resurge retomada por la Carla adulta es el arquetipo de infinidad de
niñas de varias latitudes y épocas…

Teresa del Conde, texto de presentación del catálogo, El sueño que come al
sueño, Museo de Arte Moderno, México D.F., 1993.
2003 Participa en Grandes maestros del siglo 20. Prodigios de fin de siglo,
MARCO, Monterrey, y con sus obras Un domingo en Chapultepec y La
Embarcación participa en Cicatrizada de arte la hoja, muestra itinerante por varios
estados de la República.
Nace su nieto Nicolás, hijo de Luciano Pascoe Rippey y Soledad Labaca.
Su obra forma parte de Splendid Pages: The Molly and Walter Bareiss Collection of
Modern Illustrated Books en el Toledo Museum of Art, Ohio. (curada por Julie Mellby).
Con Fragmentos de Guerra participa en Libros de Artista, editado por Turner bajo la
coordinación editorial de Marta Hellion y en la muestra El arte de los libros de artista
exhibida en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y en la Biblioteca de México,
con curaduría y diseño de Hellion.

2004 Participa en Armas y herramientas, Salón Bancomer 2004, Museo de


Arte Moderno y la XII Bienal Rufino Tamayo, dibujo y gráfica de gran
formato, Museo Rufino Tamayo.
Su obra forma parte de la carpeta Archipiélagos gráficos, conmemorativa de los
treinta años de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Carnaval, 2001 .
…Los cuadros de Carla Rippey no son, por lo tanto, copias ni
imitaciones, sino complejas construcciones que se refieren al sistema
de apreciación de lo real que el siglo XX ha erigido en su realismo.
Trampantojos sofisticados.
La perversión de la iconografía que elabora Carla Rippey no termina
ahí, sin embargo. Eleva la seudo-imitación al nivel de un sistema
estético. Se vale, por ejemplo, de la nostalgia, modo de codificación
visual que pasa por la valoración de viejas imágenes y una serie
de referencias implícitas a la manera fotográfica de apreciar la
realidad: el uso sistemático del blanco y negro para significar tiempos
anteriores a la Segunda Guerra Mundial, de una gama específica
de rojos para los años cincuenta, etcétera. La estética retro parece
indicar el malestar de una época, la reinvindicación postmoderna
(postindustrial) de modos de sociabilidad pre-televisivos, pre-ejes
viales. Ha sido explotado ad nauseam por la publicidad y cierto cine
comercial poco imaginativo.
Así como Carla Rippey desvía el realismo fotográfico, desvía también
estas marcas estéticas. Se aprovecha de la cursilería, de las reglas de
un erotismo de buen gusto. Una parafernalia sofisticada de lugares
comunes, de pequeños vicios y tristes obsesiones.
Ilustradora de “cosas de mujeres”, Carla Rippey ha trabajado
extensamente la relación al cuerpo-objeto. Cuerpo desnudo o
semidesnudo, ofrecido a la mirada. Cuerpo adornado, afeitado,
cuerpo receptor-cuerpo provocador. Por lo demás, “especie en
vía de extinción” obligado a transformarse continuamente para
seguir siendo aquel “oscuro objeto del deseo” en una época en
que el hombre se atribuye y apropia las funciones deseantes como
respuesta, menos discurso del feminismo, sino a sus renovadas
necesidades de poder.

Olivier Debroise,
“Las tres perversiones de Carla Rippey”, 1994
2005 Participa en El mito de dos volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl,
Palacio de Bellas Artes; y en Evocaciones matéricas, en el Museo de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público

2007 Es incluida en la exposición La era de la discrepancia. Arte y cultura


visual en México, 1968-1997, Museo de Ciencias y Artes, MUCA
Campus, UNAM, México, DF.
Expone Cuando mi sangre aún no era mi sangre… Un periplo desde la ciudad de
Kansas hasta la ciudad de México, 1880-1920, Casa del Tiempo de la Universidad
Autónoma Metropolitana.

2008 Con el tríptico Los Fusiles de 1993 aparece en LATINOAMERICANO.


Arte moderno y contemporáneo. Colección FEMSA (textos de
Alberto Ruy-Sánchez Lacy, Rosa María Rodríguez Garza y Xavier Moyssén).

2009 Muere su padre, James Rippey.


Expone Elsewhere (otherness): disfraz, exotismo y otredad en Arróniz
Arte Contemporáneo, Ciudad de México.
Participa en Les autres livres, livres d’artistes, Salón del Libro, París.
Nace en Chile su nieta Rebeca Miranda, hija de Andrés Pascoe Rippey y Patricia
Morales.

2010 Expone Carla Rippey. Dos proyectos: Culture Shock y Mujeres, fuego

IAGO, Oaxaca.
y objetos peligrosos, en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca,

2011

Se separa de Ramón Sánchez Lira “Mongo” y nace su nieto Santiago,
hijo de Luciano Pascoe Rippey y Carla SánchezArmas.
Carla Rippey. Vidas interiores / Inner Lives se exhibe en el Centro Cultural de
América Latina en Seúl, Corea.
Participa en la muestra Estrella distante: en torno a la escritura de Roberto
Bolaño. Kurimanzutto, Ciudad de México y Regen Projects, Los Ángeles.
2012

Real de Arte.
Pasa un mes en Phnom Penh, Camboya, como parte del proyecto
Tequio que apoya la enseñanza de las artes gráficas en la Universidad

La exposición Carla Rippey, Vidas interiores / Inner Lives se expone en la Galería


Séguéla, Guangzhou, China.
Nace su nieto Emiliano, hijo de Andrés Pascoe Rippey y Patricia Morales.

2013 Su obra forma parte de Urbes mutantes: fotografía latinoamericana


1944-2013, curada por Alexis Fabry para el Museo de Arte del Banco
de la República en Bogotá y el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York.
Muere su hermana Susan y pasa cinco meses en Estados Unidos ayudando a
cuidar a su madre.
Nace su nieto Maximiliano, hijo de Luciano Pascoe Rippey y Carla
SánchezArmas.
Es designada directora de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado
“La Esmeralda”.

2015

Exhibe de manera individual en Lo que se mueve en la memoria,
muestra curada por Carlos E. Palacios, Museo de Artes Visuales MAVI,
Santiago de Chile.
En el marco de Photoespaña participa en Latin Fire. Otras fotografías de un
continente. Colección Anna Gamazo de Abelló, curada por Alexis Fabry y Maria
Willis.
Fallece su madre Barbara Wright Rippey en Omaha, Nebraska.

2016

Realiza para esta exposición, la que es una de sus obras gráficas más
grandes hasta la fecha, “Cuando mi sangre aún no era mi sangre…”
Un periplo desde la ciudad de Kansas hasta la ciudad de México, 1880-1920. (La
frase proviene de un texto de Xavier Villaurrutia).
Se manda a grabar una lápida en granito negro: CARLA JEAN RIPPEY WRIGHT
/ 21 MAY 1950 para el panteón familiar cerca de Republic, Kansas, donde están
enterrados sus padres, su hermana y sus ancestros del lado materno.

Izquierda: Choose your weapon, 2010.


Si bien los trabajos de Carla Rippey sobre la imagen femenina
y sobre los espacios turísticos o privados (especialmente sus
excelentes grafitos en papel) pueden entenderse no sólo como
una reflexión acerca de la recuperación del pasado, sino también
como una revisión de los estereotipos con que se trata de
construir una memoria, o la hipocresía con que tales imágenes
son impersonalizadas en un espacio de consumo ¿erótico o de
fetichismo familiar?, es evidente que en buena parte del resto de su
obra las referencias a la memoria desbordan esas implicaciones para
constituir un cuerpo temático que ya es usual clasificar -y no pocas
veces desde un deplorable automatismo de corrección política, e
incluso, de corrección intelectual- como la imagen del otro.
Certificar las particularidades de ese otro a partir únicamente de los
fenotipos, paisajes y objetos ajenos a la cotidianidad de la cultura
en que se habita, o conceptualizarlo a partir de la incapacidad o
extrañeza para abarcar mundos desde los cuales nosotros seríamos
el otro, no es sino una cómoda simplificación de las connotaciones
de violencia, discriminación y genocidio -Incluso entre las diferentes
culturas que componen ese otro- que resultan tan medulares en las
piezas de Carla Rippey.

Emilio García Montiel,


Revista ArtNexus 49, Jun. – Ago., 2003
De la serie Santas y pecadoras, 1982.
El abismo, 1999.
programa EDUCATIVO
VISITAS COMENTADAS
Imparte Carla Rippey e invitado especial en cada sesión
Dirigido a público en general
26 de junio, 23 de julio y 20 de agosto
12 h

TALLER DE LIBRO DE ARTISTA


Imparte Carla Rippey
Sábados 3 y 10 de septiembre
Duración: 2 sesiones sabatinas de 4 horas, de 10 a 14 h
Cupo limitado

TALLER DE GRÁFICA EXPANDIDA


Imparte La Trampa, gráfica contemporánea
Octubre
Cupo limitado

Mayores informes:
servicioseducativos@inba.gob.mx
Tel: 86475450, ext. 5216

Contraportada: Enrique Cantú, Carla Rippey en la Toma del Balmori, 1990.

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