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ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA (ESAP)

RÉGIMEN DEL SERVIDOR PÚBLICO

ADMINISTRACIÓN PUBLICA TERRITORIAL (APT)


VI SEMESTRE

TEMA:
RÉGIMEN DISCIPLINARIO

DOCENTE:
ETHEL HERNANDEZ

POR:
HECTOR CONTRERAS MARIMÓN
GREIS P. GONZALES ANILLO
GONZALO CASTRO MARQUEZ
MARIA C. FIGUEROA ROMERO
JEISON D. RODELO CANOLES

CARTAGENA DE INDIAS D.T. y C.


20/03/2020
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
Ley 734 de 2002 ¿El porqué de esta ley?
Antes de empezar con la exposición de nuestro trabajo debemos tener en cuenta cada
antecedente que sumo importancia a lo que actualmente nos lleva al “Régimen
Disciplinario” y toda su composición. Primero, el gran avance que representó la Ley 200
del 28 de julio de 1995, en términos de aunar la legislación que existía en materia
disciplinaria que aparentaba un comportamiento disperso, durante un corto tiempo de su
aprobación, cuando empezó a aplicarse a los procesos en curso y los iniciados bajo su
vigencia, comenzaron a detectarse vacíos, deficiencias, inconsistencias y otros aspectos
problemáticos cuya lista ha ido aumentando a lo largo de los cuatro años que llevaba
rigiendo (1995…). Debido a la Corte Constitucional y sus buenas competencias en la labor
interpretativa, algunas de estas dificultades se fueron solucionado, en las sentencias sobre
exequibilidad o inexequibilidad de las normas del código que habían sido demandadas,
también un punto positivo al Procurador General de la Nación que en su momento con
respecto a los fallos disciplinarios. Aún existen varios problemas cuya solución excede los
alcances de la interpretación y, esa medida, requirieron necesariamente una reforma legal.
Quizás unos de los mayores desperfectos, y la que más críticas generó por sus graves
consecuencias, estuvieron en el régimen de sanciones. El sistema del momento impedía
imponer sanciones acordes con la gravedad de las conductas debido a la enumeración
escasa y taxativa de las faltas gravísimas, que son las únicas que dan lugar a destitución. De
esta manera, conductas que afectan de manera verdaderamente grave el correcto
funcionamiento de la administración pública no son castigadas o sólo pueden serlo de modo
ridículo, con sanciones que no correspondían a la gravedad de los hechos, como la
represión para un homicidio o la multa en casos de existencia de intereses personales en la
celebración de contratos estatales. De esta forma, a más de generar impunidad, la gestión
disciplinaria pierde eficacia y poder de desánimo para evitar la comisión de faltas.
Otro punto importante se da en materia de derechos humanos, se obligaba urgentemente
una reforma al régimen disciplinario, en primer lugar, por la necesidad de adecuar la ley
disciplinaria a las decisiones de la Corte Constitucional en este campo. En efecto, es
evidente que el Código Disciplinario Único debió ajustarse a la Constitución Política. Por
lo tanto, resultó indispensable acatar las interpretaciones de la Corte Constitucional como
órgano encargado del control de constitucionalidad de las leyes y de la interpretación del
estatuto superior.
En sentencia C-310 de 1997, con ponencia del magistrado Carlos Gaviria Díaz, señaló la
Corte que la Ley 200 de 1995 no vulneró la Constitución al firmar que las disposiciones de
carácter sustantivo que rigen para la Fuerza Pública, y que están contenidas en sus estatutos
especiales, deben aplicarse con observancia de los principios y del procedimiento señalados
en el Código Disciplinario Único, pues la remisión en estos aspectos no significa
desconocimiento del régimen especial1.

1
Sentencia C-310/97, https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/c-310-97.htm
"Es que lo que en verdad diferencia los estatutos disciplinarios de las fuerzas militares y
de la policía nacional frente a los demás regímenes de esta clase, es la descripción de las
faltas en que pueden incurrir sus miembros y las sanciones que se les pueden imponer,
precisamente por la índole de las funciones que están llamados a ejecutar, las que no se
identifican con las de ningún otro organismo estatal. No sucede lo mismo con el
procedimiento que se debe seguir para la aplicación de tales sanciones, pues éste sí puede
ser igual o similar al que rige para los demás servidores públicos, de ahí que el legislador
haya decidido establecer uno sólo, el consagrado en el C.D.U."
Por CARLOS GAVIRIA DIAZ
Segundo, la falta de una clara estandarización como faltas disciplinarias de las graves
violaciones de los derechos humanos también hicieron necesaria la reforma de la ley
disciplinaria. En efecto, una de las omisiones más graves que se pudieron advertir en la Ley
200 de 1995 fue la inexistencia de una clara y adecuada tipificación y tratamiento
sancionatorio de las conductas constitutivas de graves violaciones de los derechos
humanos. Aunque el Estado colombiano había registrado múltiples convenios
internacionales sobre la materia, que posteriormente fueron ratificados y convertidos en
leyes de la República y mediante los cuales se ha obligado a sancionar adecuadamente
dichas violaciones, lo cierto fue que las leyes disciplinarias no dieron pleno cumplimiento a
estos compromisos. la Ley 200 de 1995 únicamente consagraba como faltas gravísimas
sancionables con destitución del cargo, el genocidio y la desaparición forzada, dejando por
fuera conductas extremadamente graves, respecto de las cuales existe la obligación
convencional de sancionarlas con severidad, como las torturas, el homicidio, las
ejecuciones arbitrarias, las infracciones graves al derecho internacional humanitario, los
desplazamientos forzados de personas, y las violaciones de la libertad (Ley 200 de 1995).
Pero… ¿Cuál era la pinta de esta reforma (Ley 734) que se quería implementar como
solución a esa serie de vacíos que traía con si la Ley 200 de 1995?
La Ley 734 conciliaba la legislación disciplinaria y la dotaba de una estructura lógica que
garantizaba a sus destinatarios la seguridad jurídica que se derivaba de interpretaciones
inspiradas en criterios uniformes y coherentes.
Dado que la acción disciplinaria, exceptuando a la Procuraduría General de la Nación no
estaba en manos de funcionarios especializados y en ocasiones estaba incluso a cargo de
personas sin formación jurídica, en su momento el legislador debía simplificar la
interpretación mediante normas de fácil compresión y aplicación. La Ley 734 pretendía
regular la acción disciplinaria en forma detallada, comprensible y, si se quiere se podría
expresar didáctica en cuanto a faltas, sanciones, derechos, deberes, prohibiciones y
trámites, para reducir la imprecisión o falencias que afectaban a los funcionarios
encargados de su aplicación.
Como todo nuevo proyecto, de este precedía una naturaleza, pero ¿Qué tipo de naturaleza?,
pues en este caso, una naturaleza de derecho disciplinario, ¿Cómo así?
La procuraduría General de la Nación en su momento había concluido que las actuaciones
disciplinarias eran, sin duda, actuaciones administrativas con características propias que
conforman el llamado derecho administrativo disciplinario, que si bien tiene mucho
parecido con el derecho penal, en la medida en que ambos son manifestaciones de la
potestad punitiva estatal, es un sistema autónomo e independiente, con objetivos y
características propios, como la preservación de la organización y buen funcionamiento de
las entidades, ramas y órganos del Estado y del correcto comportamiento de los individuos
encargados de la prestación de la función pública.
Cabe resaltar que el derecho disciplinario se aplica en el marco de relaciones de
subordinación entre el funcionario y el Estado, para exigir obediencia y disciplina en el
ejercicio de la función administradora e imponer sanciones por la violación de los deberes,
las obligaciones y la inobservancia de las prohibiciones e incompatibilidades que la ley
establece para el ejercicio de la función pública. Como su nombre lo indica, el objetivo que
persigue el derecho disciplinario consiste en mantener la disciplina al interior de la
institución estatal, lo cual constituye un objetivo político del Estado diferente al que busca
garantizar mediante el derecho penal2.
En este sentido, el derecho disciplinario no sólo se ocupa de los casos de enriquecimiento
ilícito o de participación en política, que son los que más trascendencia y publicidad tienen.
Recae también la actividad disciplinaria, y en gran medida, sobre la cotidiana indisciplina
de los funcionarios, como el incumplimiento de los horarios, la demora en la realización de
los deberes, el trato indebido al público y otras conductas similares que implican una
diferencia de grado con los comportamientos que estudia el derecho penal, diferencia que
se suma a las anteriores.
Ahora, bien… ¿Qué garantías ofrece esta Ley 734?
Dada su naturaleza sancionatoria, el derecho disciplinario debe respetar plenamente las
garantías propias del derecho punitivo, como lo ha señalado reiteradamente la Corte
Constitucional, y desarrollar integralmente el artículo 29 superior, según el cual, el debido
proceso debe aplicarse a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas. Por esta
razón, se mantuvieron los principios que con este fin habían sido introducidos por la Ley
200 de 1995, mejorando su contenido o alcance, y se agregaron otras disposiciones, con
objeto de fortalecer el conjunto de derechos y garantías con que deben contar quienes sean
investigados disciplinariamente.
En este sentido, se incluyó el derecho a la defensa material y a la designación de un
abogado, que no está previsto como principio rector en el código vigente.
Adicionalmente, se establecen causales de exclusión de responsabilidad, sin distinguir,
como lo hace ordinariamente la legislación penal, entre causales de justificación e

2
CONTROL DISCIPLINARIO INTERNO, Grupo de trabajo de Control Disciplinario Interno, Cartilla. Acuña
Porras, Angelica M. Pag 3 – 10. Se pueden encontrar en
https://www.sic.gov.co/sites/default/files/files/Publicaciones/CARTILLA%20DE%20DERECHO
%20DISCIPLINARIO%20(1).pdf
inculpabilidad, para facilitar su aplicación por parte de los titulares de la acción
disciplinaria. En este punto se hace una remisión al Código Penal, por considerar que todas
las circunstancias que conforme al derecho penal permiten excluir la responsabilidad son
pertinentes para analizar y valorar las conductas de los servidores públicos y particulares
que desempeñen funciones públicas, y determinar si dan lugar o no a responsabilidad
disciplinaria (Ley 734 de 2002).
¿Qué es eso de Principio de Proporcionalidad?
Como propósito de poner fin a las inequidades que permitían la legislación del momento,
debido, entre otros aspectos, al escaso número de conductas que dan lugar a destitución, y
para garantizar que las sanciones disciplinarias correspondían a la gravedad de las faltas, se
consagró la proporcionalidad como un principio rector, que debe ser tenido en cuenta tanto
al momento de escoger la sanción como al de fijar su término o monto, según sea el caso.
Este principio opera en dos sentidos, primero, buscar evitar que las conductas más graves se
sancionen de manera irrisoria, segundo, que las faltas leves se sancionen en forma
demasiado severa.
En este orden de ideas, el proyecto establecía expresamente la sanción que corresponde a
cada clase de falta, según ésta sea gravísima, grave o leve y se cometa con dolo o culpa3.
Se nota un nuevo catálogo de faltas gravísimas, así como de deberes y prohibiciones cuya
transgresión constituye falta grave o leve, ¿Esto qué significa?
El artículo 25 del estatuto disciplinario (Ley 200 de 1995), que consagra las faltas que en
mayor medida atentan contra la administración pública, denominadas gravísimas, ha sido
duramente criticado porque su enumeración taxativa era muy escasa, con lo cual se impide
destituir a funcionarios que incurren en conductas especialmente graves que no están
contempladas allí.
De la misma forma, la lista de deberes y prohibiciones de los servidores públicos, dada la
realidad del país, es insuficiente y no responde a los parámetros de exigencia que hoy se
requieren los servidores públicos y los particulares que desempeñan funciones públicas.
Por ello, La Ley 734 precisaba las conductas que en mayor medida afectaban la gestión
administrativa y reordenaba los deberes y prohibiciones de los servidores públicos de
acuerdo con criterios valorativos ajustados a la Constitución Política y a las condiciones
sociales del momento, de manera que los resultados de su infracción debían guardar
proporción con el grado de afectación de la función pública. De este manera, a la vez que se
brindaba al servidor público certeza sobre las consecuencias de sus actos se protegía
razonablemente la administración pública.
Al final lo que se quiso que el catálogo de faltas gravísimas y el de deberes y prohibiciones
cuya transgresión constituye falta disciplinaria grave o leve anexadas era que fueran
descriptivas y detalladas, para que ningún comportamiento irregular de los servidores

3
ART 18, REGIMEN DISCIPLINARIO. https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4589
públicos o de los particulares con funciones públicas quedará al margen de la sanción
disciplinaria. Así, al listado de faltas gravísimas, que seguía siendo taxativo, se
incorporaran nuevas conductas. De la misma forma, se ampliaba el contenido de algunos
comportamientos ya previstos en la ley 200 de 1995 o de otra manera, se mejoró su
descripción. Se obtuvo de esta manera un mejor y más completo catálogo, de 41 conductas,
que permitirá enfrentar adecuadamente los problemas más graves de abuso de poder,
corrupción administrativa, vulneración de los derechos fundamentales, mal manejo de los
dineros públicos, indebida participación en política, irregularidades en la contratación
estatal, desprotección de los recursos naturales4.
Según el criterio acogido en la Ley 734, la naturaleza de las faltas gravísimas siempre es
dolosa. Cuando son cometidas a título de culpa, excepcionalmente dan lugar a destitución,
como en el caso de la manifiesta negligencia en la investigación y sanción de las faltas
disciplinarias de los empleados de su dependencia o en la denuncia de los hechos punibles
de que tenga conocimiento en razón del ejercicio del cargo, que por disposición
constitucional dan lugar a la desvinculación. De esta manera se garantiza que la destitución
e inhabilidad general para desempeñar funciones públicas, dada su severidad, sólo proceda
frente a conducta particularmente graves y cuando el funcionario ha obrado con la
intención y conciencia de estar afectando la buena marcha de la administración pública.
Debido a lo que anteriormente se expresó, es posible que ¿este régimen (Ley 734) fuese
más severo?
La ley 734 conserva la clasificación de las faltas en gravísimas, graves y leves, pero
modifica las sanciones imponibles para cada categoría.
Dado el deterioro que se presentaba en lo ético y moral del ejercicio de la función pública,
la magnitud de la corrupción administrativa y el nivel de desconocimiento de los derechos
ciudadanos, para que la labor de control disciplinario pueda resultar eficaz, se consideró
necesario que las sanciones fueran más severas y drásticas. De otra manera, la situación
descrita anteriormente podría empeorar. Si los abusos del poder público del momento no se
enfrentaban con sanciones disciplinarias fuertes, éste se iba a desbordar, escaparía a todo
control y se hubiese tornado definitivamente de una forma arbitraria.
De acuerdo con la sentencia C-286 de 1996, en la que la Corte Constitucional afirmó que el
legislador debe regular las faltas, procedimiento y sanciones de los particulares, se
establece por primera vez un régimen propio y uniforme para los particulares que
desempeñen funciones públicas, aplicable únicamente por la Procuraduría General de la
Nación, por cuanto ellos no tienen, en estricto sentido, un jefe inmediato ni una vinculación
tal con la administración pública que permita a las oficinas de control disciplinario interno
de las entidades y órganos del Estado adelantar las acciones disciplinarias a que haya
lugar5.
4
LEY 734, Expresados en apartados de varios ART. Que lo componen.
https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4589
5
Sentencia C-286/96, puede encontrarse en https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1996/C-286-
96.htm
¿Qué otros avances hubo en esta Ley 734 con respecto a la Ley 200?
En ese entonces, en que la celeridad era elemento esencial de la eficacia, era preciso que los
órganos de control contaran con herramientas legales ágiles y dinámicas que permitieran
dar respuestas oportunas, cuando todavía la sociedad resiente la conducta irregular del
funcionario o el daño causado, y no cinco años después cuando la sanción haya perdido
tanto la pertenencia como sus efectos reparadores. Este es el criterio que orienta e inspira el
procedimiento disciplinario previsto en el último libro de la Ley 734. Por esta razón, se
creó un procedimiento verbal simplificado a la realización de una audiencia dentro de los
dos días siguientes a la verificación de la situación de flagrancia, a la confesión o al
conocimiento del hecho; es aplicable por el jefe inmediato cuando la falta sea leve o cuando
el servidor público sea sorprendido en flagrancia o confiese la auditoría de una falta grave o
gravísima.
Por su parte, en el procedimiento ordinario, como regla general, se redujeron los términos
para adelantar las diferentes etapas de la acción disciplinaria y se fijaron otros que no
existen en la ley vigente. También se incluyeron disposiciones que buscan darle celeridad a
las actuaciones y evitar la innecesaria dilación de los trámites. Así, una vez conseguido el
objetivo de la indagación preliminar, que no es otro diferente de la identificación o
individualización del autor, se exige abrir investigación disciplinaria, siempre y cuando la
información o queja no sea manifiestamente temeraria o se refiera a hechos
disciplinariamente irrelevantes o de imposible ocurrencia. De esta manera se busca corregir
la malsana costumbre de mantener los procesos indefinidamente en indagación preliminar,
con perjuicio de la eficacia de las investigaciones y de los derechos del investigado6.
Actualmente, Tenemos un nuevo proyecto de Ley que entrará en vigencia el próximo año
(2021), es la Ley 1952 de 2019, que trajo con si nuevos cambios sobre faltas y sanciones.
Al entrar esta (Ley 1952) en vigencia, la Ley 734 quedará derogada.
El Libro I del Código General Disciplinario conservó varios aspectos de la derogada Ley
734 del 2002, como los principios y normas rectoras de la ley disciplinaria, el ámbito de
aplicación, los sujetos disciplinables, la extinción la acción y de la sanción disciplinaria, así
como los derechos, deberes, prohibiciones, incompatibilidades, impedimentos,
inhabilidades y conflictos de intereses del servidor público.
No obstante, las verdaderas novedades empiezan a ser visibles a partir del Título V, en el
cual se establecen las faltas y sanciones disciplinarias.
Si bien la nueva ley mantiene la clasificación de las faltas en gravísimas, graves y leves,
eliminó de los criterios para determinar su gravedad o levedad el grado de culpabilidad y la
condición según la cual la realización típica de una falta objetivamente gravísima cometida
con culpa grave se consideraba falta grave.

6
TITULO II, LA LEY DISCIPLINARIA, CAPITULO PRIMERO, La Función Pública y la falta disciplinaria. LEY 734 de
2002. Disponible en https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4589
Igualmente, la clasificación y los límites de las sanciones también fueron objeto de
modificación, la más notoria, tal vez, es la desaparición de la amonestación escrita para las
faltas leves culposas.
En efecto, a partir de ahora, el servidor está sometido a las siguientes sanciones:
I. Destitución e inhabilidad general de 10 a 20 años para las faltas gravísimas dolosas.
II. Destitución e inhabilidad general de 5 a 10 años para las faltas gravísimas realizadas
con culpa gravísima.
III. Suspensión en el ejercicio del cargo de 3 a 48 meses e inhabilidad especial por el
mismo término para las faltas gravísimas realizadas con culpa grave.
IV. Suspensión en el ejercicio del cargo de 3 a 24 meses e inhabilidad especial por el
mismo término para las faltas graves dolosas.
V. Suspensión en el ejercicio del cargo de 1 a 18 meses para las faltas graves culposas.
VI. Multa de 20 a 90 días de salario básico devengado para la época de los hechos para
las faltas leves dolosas.
VII. Multa de 5 a 20 días de salario básico devengado para la época de los hechos para
las faltas leves culposas.
Ahora bien, en el evento en que el disciplinado haya cesado en sus funciones para el
momento de la ejecutoria del fallo o durante su ejecución, cuando no resulte posible
ejecutar la sanción, se convertirá el término de suspensión o el que falte, según el caso, en
salarios, de acuerdo al monto de lo devengado para el momento de la comisión de la falta,
sin perjuicio de la inhabilidad especial7.
A lo anterior se suma que el nuevo estatuto prevé el concurso de faltas disciplinarias y, en
consecuencia, contempla que estos eventos se sancionarán así:
I. Si la sanción más grave es la destitución e inhabilidad general, esta última se
incrementará hasta en otro tanto, sin exceder el máximo legal.
II. Si la sanción más grave es la suspensión e inhabilidad especial, se incrementará
hasta en otro tanto, sin exceder el máximo legal.
III. Si la sanción más grave es la suspensión, esta se incrementará hasta en otro tanto,
sin exceder el máximo legal.
IV. Si la sanción más grave es la multa, esta se incrementará hasta en otro tanto, sin
exceder el máximo legal.
Cerrando todo este recuento, En la actualidad el proceso disciplinario está fundamentado en
el sistema inquisitivo y por lo tanto no posee el principio acusatorio en el cual se presenta la
separación de acusación y juzgamiento, ya que el encargado de realizar estas dos funciones
es un solo funcionario.
Después de haber expresado lo anterior, queda evidenciado en la práctica con la inexacta
calificación de las faltas y las excesivas sanciones impuestas por parte del funcionario que
7
LEY 1952, Por medio de la cual se expide el código general disciplinario se derogan la ley 734 de 2002 y
algunas disposiciones de la ley 1474 de 2011, relacionadas con el derecho disciplinario. Disponible en:
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=90324
lleva a cabo todas las etapas del proceso, como por ejemplo pudo observarse en el fallo
proferido en contra del Exalcalde de Bogotá Gustavo Petro. En aras de garantizar un
adecuado procedimiento para los disciplinados, entonces ¿Sera posible implementar el
principio de imparcialidad dentro del derecho disciplinario?

BIBLIOGRAFÍAS
 LEY 734,
Disponible en https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4589
 Ley 200 de 1995
Disponible en https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?
i=318
 TITULO II, LA LEY DISCIPLINARIA, CAPITULO PRIMERO, La Función
Pública y la falta disciplinaria. LEY 734 de 2002. Disponible en
https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4589
 CONTROL DISCIPLINARIO INTERNO, Grupo de trabajo de Control
Disciplinario Interno, Cartilla. Acuña Porras, Angelica M. Pag 3 – 10. Se pueden
encontrar en
https://www.sic.gov.co/sites/default/files/files/Publicaciones/CARTILLA%20DE
%20DERECHO%20DISCIPLINARIO%20(1).pdf

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