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TEMA 9: LA ESPAÑA DEL SIGLO XX (desde 1923)
En 1923 el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado y se hizo con el poder como
dictador, el rey Alfonso XII aceptó la dictadura.
La influencia del fascismo italiano. Aunque la dictadura de Primo de Rivera no era fascista,
sin embargo tomó como referencia el modelo italiano.
El regeneracionismo: Primo de Rivera retomó los intentos reformista surgidos en 1898.
Con la dictadura se mantuvieron los privilegios y la influencia de los grupos de poder: el
ejército, los caciques, la Iglesia y la monarquía.
El tratar de combatir la creciente fuerza del movimiento obrero y campesino.
Actuaciones políticas:
En común con la dictadura fascista: el apoyo del rey, un partido oficial (la Unión Patriótica),
y un modelo sindical corporativo.
Represión del movimiento obrero, especialmente anarquismo y comunismo. El PSOE y la
UGT fueron tolerados.
Política regeneracionista: con logros militares, políticos y económicos:
La victoria en la Guerra de Marruecos (desembarco de Alhucemas 1925).
Intervencionismo económico del Estado: inspirado en el modelo italiano.
Se crean importantes infraestructuras (red de carreteras asfaltadas, puentes, presas,
centrales hidroeléctricas), además de la creación de importantes empresas públicas
(nacionalización: Campsa).
Pervivencia del caciquismo: a pesar de las medidas en su contra, caciques, militares, Iglesia
y monarquía mantuvieron su posición y sus privilegios.
A partir de 1928 la dictadura fue perdiendo apoyos y la oposición aumentó entre los intelectuales.
A ello se unió la crisis económica de 1929. A inicios de 1930 dimitió y marchó al exilio.
Después de la dimisión de Primo de Rivera en 1930, Alfonso XIII intentó volver a la Constitución de
1876 y al peculiar sistema electoral de nuestro país, sin embargo en las elecciones municipales del
12 de abril de 1931, triunfaron los republicanos en casi todas las ciudades. El rey no tuvo más
remedio que abandonar el país, y el 14 de abril se proclamó la Segunda República Española.
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2.2. Los protagonistas de la Segunda República
La aceleración del desarrollo industrial a finales del siglo XIX hizo aumentar el número de
obreros en zonas industriales (País Vasco, Cataluña) y zonas mineras (Asturias, Sierra
Morena).
El aumento de la movilización política de los campesinos, especialmente los jornaleros del
sur.
La Revolución Rusa, que se convirtió en un referente, y fortaleció las protestas obreras.
La Iglesia: durante las desamortizaciones había perdido gran parte de sus bienes. Sin
embargo su influencia social era enorme.
- Todas las constituciones del s. XIX reconocieron a España como Estado católico, por lo que
no existía separación entre la Iglesia y el Estado.
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El ejército: desde el siglo XIX había intervenido frecuentemente en la vida política con
pronunciamientos y golpes de Estado. Además entre los militares era frecuente la
preocupación por la unidad de la patria, y las posturas políticas de derecha. Por ello el
ascenso de los nacionalismos catalán y vasco, y el cada vez más importante papel de los
partidos de izquierda, llevó a muchos oficiales a rebelarse contra la República.
Los terratenientes: poseían un privilegiado estatus económico, en los pueblos del sur tenían
un enorme poder. Al extenderse el sindicalismo en el campo vieron peligrar su influencia y
propiedades, pues los partidos de izquierda y un amplio sector del liberalismo republicano
pretendían realizar una reforma agraria.
Estos sectores estuvieron cada vez más influidos por los movimientos fascistas que se extendían
por Europa.
* Republicanos
*Nacionalistas
El nacionalismo español del siglo XIX, de corte centrífugo e independentista, evolucionará hasta
convertirse en corrientes políticas de gran peso en Cataluña y el País Vasco:
Sufragio universal: se reconocen los derechos políticos de las mujeres por primera vez en la
historia.
Autonomía de las regiones: con la posibilidad de una administración descentralizada
(nacionalismo catalán y vasco).
Separación Iglesia-Estado: Estado aconfesional.
Economía de libre mercado: aunque se daba la posibilidad de expropiaciones.
Una vez aprobada la Constitución se formó el primer Gobierno, con la alianza del PSOE y la
Izquierda Republicana, bajo la dirección de Azaña. Se intentan poner en práctica un amplio
conjunto de reformas, aunque los obstáculos fueron numerosos: la resistencia de los sectores más
tradicionalistas, las huelgas anarquistas, y el intento de golpe de Estado de un sector del ejército, al
frente del general Sanjurjo en 1932.
En 1933 hubo elecciones anticipadas, que fueron ganadas por la CEDA de Gil-Robles y el Partido
Radical Republicano (PRR) de Lerroux. Ambos formaron un Gobierno de alianza, cuyo presidente
fue Lerroux.
Este gobierno de derechas frenó y recondujo las reformas emprendidas en la etapa anterior.
En octubre de 1934 tuvo lugar una revuelta obrera, que sólo triunfó brevemente en Asturias, pero
fue brutalmente aplastada por el ejército.
Mientras que el gobierno pretendía reformar la constitución y dar marcha atrás a las reformas de la
etapa anterior, los republicanos y los partidarios de la izquierda trataban de retomarlas. Ambos
grupos formaron alianzas electorales para las decisivas elecciones de 1936:
En las elecciones de febrero de 1936 ganó el Frente Popular, con el voto incluso de los anarquistas.
El objetivo era seguir con las reformas que habían sido bloqueadas durante los dos años del
gobierno de derechas. Pero los problemas políticos y sociales: diferencias entre partidos, huelgas,
asesinatos políticos… Los tradicionales grupos en el poder habían comenzado a planear un golpe de
Estado como alternativa a la vía parlamentaria. El 17 de Julio tuvo lugar una rebelión militar en
Ceuta y Melilla apoyada por un importante sector del Ejército, el 18 de julio se extendió al territorio
peninsular.
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2.4. Los problemas y las reformas
La Segunda República trató de llevar a cabo una serie de ambiciosas reformas, pero al mismo
tiempo tuvo que hacer frente a diversos problemas y obstáculos.
El campesinado del sur peninsular esperaba que la República llevara a cabo un reparto de tierras a
costa de los latifundistas. En 1931 el Gobierno provisional estableció la jornada laboral de ocho
horas para los campesinos, y en 1932 se inició la reforma agraria, a fin de expropiar los latifundios
poco o nada explotados, pero el proceso resultaba demasiado lento, lo que provocó el descontento
de los campesinos y la conflictividad en el campo.
Durante el gobierno de la República de Derechas (1933-35) la reforma agraria fue bloqueada. Pero
volvió a retomarse en 1936 con la victoria del Frente Popular: los campesinos organizados en
sindicatos trataron de acelerar la reforma mediante una masiva y ordenada ocupación de las
tierras.
La República tuvo fuertes enfrentamientos con la Iglesia católica, pues la Constitución de 1931
declaraba el Estado aconfesional, además daba un plazo de dos años para eliminar las ayudas
públicas que recibía por parte del Estado y la forzaba a la autofinanciación. El gobierno republicano
de Azaña (1931-1933) le había retirado el control de la educación, pues estaba decidido a constituir
un sistema educativo público y laico, aunque el Gobierno de derechas (1933-35) anuló muchas de
estas decisiones. Y como remate la constitución permitía el matrimonio civil y el divorcio.
Otras reformas
- Sociales y laborales: leyes laborales, salarios mínimos, jornada de ocho horas en el campo,
derecho a la huelga, vacaciones pagadas etc. Parte de estas reformas fueron no aplicadas o
modificadas entre 1933-35.
- El Ejército: Fue reformado por Azaña, pues tenía un número excesivo de oficiales, muchos
monárquicos y contrarios a la República. Se cerraron academias militares y de licenció a los oficiales
que no quisieran jurar fidelidad a la República.
- Los nacionalismos: también fue una cuestión importante. La Constitución de 1931 reconocía la
posibilidad de establecer regiones autónomas dentro de España, la primera reconocida fue
Cataluña en 1932, posteriormente el País Vasco consiguió su estatuto en 1936.
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3.1. Inicios y contendientes
El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 trató de derrocar al gobierno e instaurar un régimen
autoritario, seguía la tradición de los pronunciamientos militares, pero éste fue una acción
simultánea en las principales ciudades españolas y demostró desde el principio que era mucho más
violento. España quedó dividida en dos y la insurrección militar acabó convertida en guerra civil. En
ella se enfrentaron el Gobierno de la República (“republicanos” o “rojos”) y los militares rebeldes
(“fascistas”, “nacionales” o “franquistas”).
- Los sublevados: un importante sector del Ejército, apoyados por la Iglesia, gran parte de los
terratenientes, y algunos sectores del empresariado.
- La República: contó con un sector del Ejército, los militantes de partidos y sindicatos obreros, con
los republicanos y el sector mayoritario del nacionalismo.
- La República: sufrió un aislamiento internacional, pues Francia, Reino Unido o EEUU decidieron no
intervenir vendiendo armas o concediendo créditos a la República. Sí tuvo una importante ayuda de
la URSS, que le vendió armamento y asesoró militarmente, todo ello a cambio de las reservas de
oro del Banco de España. La República sí contó con el apoyo de la Brigadas Internacionales,
voluntarios de izquierda reclutados en todo el mundo.
- Los militares golpistas: tuvieron una importante ayuda internacional con el apoyo directo de Italia
y Alemania. Ambos mandaron tropas y aviones, proporcionaron armamento y concedieron
importantes créditos.
La República fue derrotada debido, en parte, a sus luchas internas, y a su inferioridad en armas y
suministros. El 1 de abril de 1939 los rebeldes proclamaron la victoria, y el general Francisco Franco
impuso una dictadura.
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Rasgos generales de la dictadura
En un primer momento Franco se apoyó en las potencias fascistas (1939-1945), pero tras el final de
la Segunda Guerra Mundial, sufrió un gran aislamiento internacional. En su primera fase fue
marcadamente fascista, pero las derrotas de Hitler y Mussolini provocaron un cambio en su
apariencia política. Surgió el movimiento guerrillero de los maquis constituido por comunistas y
anarquistas, pero la falta de apoyo internacional condenó al fracaso al movimiento.
Autarquía económica: autosuficiencia fue la clave económica en este periodo. Fueron cotidianas las
cartillas de racionamiento y el mercado negro. Fue conocida como los “años del hambre”.
En 1975 murió Franco, habiendo designado como sucesor a Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso
XIII, con él se esperaba que diera continuidad a la dictadura.
Cuando Juan Carlos I se convierte en jefe de Estado como rey de España, inicia una serie de
cambios para democratizar el país. Nombra a Adolfo Suárez como presidente del gobierno, que
dará los pasos necesarios para hacer la Reforma Política: leyes, legalización de partidos políticos,
celebración de elecciones para la Asamblea Constituyente (las primeras elecciones generales
democráticas desde la Segunda República).
Tras un consenso entre todos los partidos se elaboró la Constitución de 1978. Algunos de sus
puntos clave:
Con la Constitución ya vigente se celebraron en 1979 nuevas elecciones generales, ganadas por
Adolfo Suárez al frente de su partido, la UCD. La inestabilidad política le llevó a dimitir en 1981. Le
sucedió Leopoldo Calvo Sotelo, que tuvo que hacer frente al fracasado golpe de Estado del 23 de
febrero de 1981. En este tiempo España entró en la OTAN. Se establecieron la mayor parte de las
comunidades autónomas actuales (1979-1983).
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La victoria del PSOE por mayoría absoluta en 1982 significó para muchos el fin de la Transición.
Felipe González, nuevo presidente del gobierno, inició una serie de políticas:
A partir de 1993, una nueva crisis económica, casos de corrupción política, el reconocimiento de la
“guerra sucia” del gobierno (GAL) en su lucha contra el terrorismo de ETA etc. Hicieron perder el
respaldo mayoritario al PSOE en las sucesivas elecciones. En 1996 perdió claramente las elecciones
frente al PP.
En 2004 se produjo la derrota electoral del PP, precedida de acontecimientos como la intervención
de España en la guerra y ocupación de Iraq (2003-2004), y los terribles atentados del 11 de Marzo
en Madrid.
En 2004 con la llegada al poder de José Luis Zapatero se retiraron las tropas españolas de Iraq. En
2008 comenzó a afrontarse la llegada de la crisis económica actual.
En estos treinta años de democracia se han conseguido libertades, una gran estabilidad política y
económica, así como la definitiva integración de España en las relaciones internacionales.
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