Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Este texto gira en torno a una serie de fantasías que surgían el análisis, que, según Freud, no
existen sólo en lo patológico sino también en lo normal.
Se basa en una fantasía con diferentes fases, pero que primordialmente, gira en torno a un
niño azotado. Es de origen temprano, anterior al período escolar (5-6 años).
Una fantasía así, que emerge en la temprana infancia quizás a raíz de ocasiones casuales y que
se retiene para la satisfacción autoerótica (puntos de fijación), sólo admite ser concebida como
un rasgo primario de perversión. Uno de los componentes de la función sexual se habría
anticipado a los otros en el desarrollo, se habría vuelto autónomo de manera prematura,
fijándose luego y sustrayéndose por esta vía de los ulteriores procesos evolutivos; al propio
tiempo, atestiguaría una constitución particular anormal de la persona.
Fases
Es en el período de la infancia que abarca de los 2 a los 4 o 5 años cuando por primera vez los
factores libidinosos congénitos son despertados por las vivencias y ligados a ciertos complejos.
Las fantasías de paliza sólo aparecen hacia el fin de ese período o después de él, y es posible
que tuvieran una prehistoria, recorrieran un desarrollo y correspondieran a un resultado final.
La fantasía de paliza cambia más de una vez: su vínculo con la persona fantaseadora, su objeto,
contenido y significado.
ella regularmente se abre paso una satisfacción onanista, al comienzo por la propia
empeño contrario.
Las primeras fantasías se cultivaron muy temprano, antes de la edad escolar. Cuando el
niño en la escuela presencia una situación de azote a un niño, ello vuelve a convocar
En los cursos superiores el azotar fue sustituido por novelas. El niño comienza a fantasear
II
temprana infancia (quizás a raíz de ocasiones casuales) que es retenida para la satisfacción
autoerótica.
La perversión infantil más tarde puede ser reprimida, sustituida por una formación reactiva o
ser trasmudada por una sublimación. Pero si estos procesos faltan, se conserva la
perversión en la madurez.
III
Las fantasías de paliza aparecen al final o después del periodo de la infancia que abarca de
los dos a los cuatro o cinco años en el que por primera vez son despertados los factores
Estas fantasías tienen una historia evolutiva nada simple, en su transcurso su mayor parte
cambia más de una vez: su vínculo con la persona fantaseadora, su objeto, contenido y
significado.
La primera fase en las niñas corresponde a una época muy temprana de la infancia. En
ellas hay algo que permanece indeterminable, como indiferente. El niño azotado nunca es el
fantaseador; es otro niño, casi siempre un hermanito (si lo hay). Esta fase es sádica,
aunque el niño fantaseador no es el que pega. La persona que pega es un adulto, el cual
Entre esta fase y la siguiente ocurren grandes trasmudaciones. La persona que golpea es la
misma pero el niño azotado es ahora el niño fantaseador mismo. La fantasía se ha teñido
altamente de placer y se llenó con un contenido sustantivo. Su texto sería “Yo soy azotado
Esta 2da fase es la más importante. Nunca pasó realmente, por tanto nunca es recordada.
Se construye en análisis.
fantaseador, sino que ahora son muchos niños los golpeados (en el caso de las niñas). El
carácter esencial de esta fase es que la fantasía es ahora la portadora de una excitación
IV
Ser azotado significa una destitución del amor y una humillación. Por eso es una
representación agradable que el padre azote a ese niño odiado. Ello quiere decir “El padre
aparece una conciencia de culpa anudada a aquellos deseos incestuosos y justificada por
su perduración en lo icc.
-La fantasía de la época de amor incestuoso era: “El padre me ama solo a mí, no al otro
niño, pues a este le pega”. Ahora la conciencia de culpa invierte este triunfo: “No, no te ama a
ti,
erotismo; no es sólo el castigo por la referencia genital prohibida, sino también su sustituto
regresivo. A partir de esta última fuente recibe la excitación libidinosa que se le adherirá y
-En la 3ra fase la fantasía, semejante a la de la 1ra, parece haberse vuelto de nuevo hacia
reprimida y, con esta, la conciencia de culpa que adhiere al contenido. Los muchos niños
Los niños azotados son casi siempre varones, tanto en niños como en niñas. Este rasgo
apunta a un complicado proceso que sobreviene en las niñas. Cuando se extrañan del amor
incestuoso hacia el padre, entendido genitalmente, es fácil que rompan por completo con su
La perversión es referida al amor incestuoso de objeto, al CDE del niño; surge 1ro sobre el
terreno de este complejo, y luego de ser quebrantado permanece como secuela de él, como
heredera de su carga libidinosa y grabada con la conciencia de culpa que lleva adherida.
perversión de igual sentido. Que subsista toda la vida y consuma toda la sexualidad de la
condición efectiva de la disposición del adulto a contraer una neurosis. Entonces, la fantasía
de paliza y otras fijaciones perversas análogas sólo serían unos precipitados del CDE, por
VI
La fantasía de paliza en la niña recorre tres fases; la 1ra y la última son conscientes, la 2da
naturaleza masoquista; ser azotado y a ella adhieren la carga libidinosa y la ccia de culpa.
caso de la 3ra son varios niños varones los azotados. La persona que pega es desde el
comienzo el padre; luego, alguien que hace sus veces, tomado de la serie paterna. La
fantasía inconsciente de la 2da fase tuvo originariamente un significado genital; surgió, por
En el caso del niño, la fantasía tenía por contenido ser azotado por la madre (luego por
una persona sustitutiva). Sin embargo, esa fantasía en la que él mismo era el azotado (en la
2da fase), al contrario que en la niña, puede devenir consciente. En la 3ra fase, surge otra
diferencia con la niña, la propia persona del niño no era sustituida por muchas niñas.
El material masculino presentado por Freud incluía un gran número de personas que debían
para ejecutar un coito normal. Otro caso es el del masoquista perturbado en su obrar
perverso por unas representaciones obsesivas que emergen con intensidad insoportable.
En estos hombres masoquistas se observa que, tanto en las fantasías masoquistas como
en las escenificaciones que las realizan, ellos se sitúan por lo común en el papel de
mujeres, coincidiendo así su masoquismo con una actitud femenina. Las personas que
contenido es ser azotado por la madre, no es primaria. Tiene un estadio previo icc de este
contenido: “Yo soy azotado por el padre”. Este corresponde a la 2da fase en el caso de la
niña. La fantasía consciente “Yo soy azotado por la madre” se sitúa en la 3ra fase de la niña.
pero al cual se degrada por vía de regresión. Por ende, la fantasía masculina inconsciente
no rezaba su origen “Yo soy azotado por el padre”, sino más bien “Yo soy amado por el
padre”. Ha sido trasmudada en la fantasía consciente “Yo soy azotado por la madre”. La
fantasía de paliza del varón es desde el comienzo mismo pasiva, nacida efectivamente de la
actitud femenina hacia el padre. Como en el caso de la niña, corresponde también al CDE.
varón de la trastornada, que toma al padre como objeto de amor. En la niña, la fantasía
tiene un grado previo (1ra fase) en que la acción de pegar aparece en su significado
indiferente y recae sobre una persona a quien se odia por celos. En el paso a la fantasía
consciente que sustituye a la anterior (la 3ra), la niña retiene la persona del padre y, con
ella, el sexo de la persona que pega; pero cambia a la persona azotada y su sexo. Por lo
contrario, el varón cambia persona y sexo del que pega, sustituyendo al padre por la
madre, y conserva su propia persona, al final el que pega y el que es azotado son de
consciente tiene por contenido una actitud femenina sin elección homosexual de objeto. En
cambio, mediante ese mismo proceso la niña se escapa al reclamo de la vida amorosa, se
fantasea varón sin volverse varonilmente activa y ahora solo presencia como espectadora el
femenina.
Perversiones
Freud hace un análisis de esta fantasía con el fin de abordar la génesis de las perversiones y
para apreciar el papel que cumple la diferencia entre los sexos dentro de la dinámica de la
neurosis.
La perversión ya no se encuentra más aislada en la vida sexual del niño, sino que es acogida
dentro de la trama de los procesos de desarrollos familiares. Es referida al amor incestuoso de
objeto, al complejo de Edipo del niño; surge primero en el terreno del complejo y ante la