0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas1 página
Un vampiro vegetariano compraba manzanas en una frutería, emborrachaba a sus víctimas en un bar para extraerles sangre con una jeringuilla y venderla en una clínica. El detective resolvió el caso al darse cuenta de que los tres comercios estaban unidos en el plan del vampiro, que carecía del romanticismo de los vampiros tradicionales.
Un vampiro vegetariano compraba manzanas en una frutería, emborrachaba a sus víctimas en un bar para extraerles sangre con una jeringuilla y venderla en una clínica. El detective resolvió el caso al darse cuenta de que los tres comercios estaban unidos en el plan del vampiro, que carecía del romanticismo de los vampiros tradicionales.
Un vampiro vegetariano compraba manzanas en una frutería, emborrachaba a sus víctimas en un bar para extraerles sangre con una jeringuilla y venderla en una clínica. El detective resolvió el caso al darse cuenta de que los tres comercios estaban unidos en el plan del vampiro, que carecía del romanticismo de los vampiros tradicionales.
Manzanas, sangre y alcohol es una mezcla poco habitual, incluso
para una ciudad desquiciada como esta. He de reconocer que el caso me pareció gracioso desde el principio. La forma de resolverlo fue bastante tona, pero eso , a veces, ocurre. Tres comercios unidos, la frutería donde el vampiro compraba sus manzanas, el bar donde emborrachaba a sus víctimas y la clínica donde vendía la sangre que les extraía , con una jeringuilla , naturalmente.
¡Cielos santos, que falta de romanticismo tienen los
vampiros de nuestros tiempos!
Texto: Felipe Gutiérrez
José Migue de la Rosa Comprensión lectora: Silvia Asuero Imágenes: Vladimir Zúñiga – focaclipart.com