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Reseña, clase número 6.

Título del libro: Canon y educación literaria.

Capitulo: Animación a la lectura, lectura motivada y multiculturalidad: una problemática


conceptual.

Autor: José Rienda Polo.


Fecha: 2012.

Editorial: Octaedro

Para incluir la animación a la lectura y la lectura motivada en un aula de clase que permite incluir
también la literatura juvenil para fortalecer el hábito lector, repercute en un currículo con una
apertura y gran flexibilidad teniendo en cuenta las culturas y cambios permanentes en la sociedad,
de esta manera la animación a la lectura es “lo que no pasa por el currículo” (espacios
extracurriculares). Para incluir un hábito lector donde el docente fomente la lectura de una manera
agradable al niño, busca los métodos para que el niño adquiera ese comportamiento lector, así
mismo incluyendo el ambiente de lectura favorable, podría ser en cualquier lugar, con el libro que
queramos, el tema que nos guste, y por qué lo escogimos y leemos para ello. La lectura motivada
su énfasis no está en el libro sino en el poder destacar las potencialidades del texto, tiene un gran
vínculo con la animación a la lectura sin embargo son distintas, se teoriza de las animaciones a la
lectura, teniendo en cuenta las potencialidades del texto, donde es necesario que cumpla con las
normas vinculadas a un currículo teniendo presente la preparación de sus clases, creación de un
ambiente favorable, y una buena selección de libros para cada caso etc. El docente debe tener
mucha capacidad de auto-examen, y una perspectiva pedagógica muy amplia como también un gran
acompañamiento en espacios de lectura con los estudiantes, una dedicación prioritaria y tener un
bagaje de lecturas, un menú, una maleta viajera junto con una buena elección de libros, para darlo a
conocer en el aula y así permitir esa “libertad” a los estudiantes para que escojan y lean algo que
tenga que ver con el interés extrínseco e intrínseco de cada uno de ellos como futuro lectores
incluyendo la motivación que he ahí la intervención del maestro como mediador y su realización de
clases por medio de lo lúdico en su tiempo escolar, ya que tanto la lectura motivada y la animación
a la lectura tienen como objetivo formar lectores críticos bajo el signo de la creatividad en el aula
para obtener el hábito lector de parte de los estudiantes y se asocien el libro y el estudiante. La
literatura como mediadora en la sociedad inicia los diálogos y la comunicación en la sociedad de tal
manera como lo afirma Agudo (1984) “promover la lectura significa crear hábitos, educar o
reeducar percepciones, y generar o cambiar actitudes” (P.28). De esta manera “se reconoce la
lectura como algo nuevo, descubrimiento o, por el contrario, como un refugio en lo conocido”
(Gutiérrez, 2008: 98). La obra de literatura en la sociedad debe trasmitir algo, una educación en
valores que sería una característica principal de la literatura, un lector reflexivo que utilice su
tiempo para ser un consumidor de lecturas, no consumidor de pasatiempo impreso, un papel activo
por parte del estudiante que permita a construir su propia competencia literaria, recordando que no
hay lector desahuciado, lo que en realidad sucede es que no ha llegado el libro correcto a sus manos.

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