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Los trastornos emocionales implican estados alterados de conciencia, disociación y numerosos

inconvenientes para llevar una vida sana y plena. Entre estos trastornos se incluyen el
trastorno límite de personalidad, el trastorno obsesivo compulsivo o el trastorno bipolar
además del trastorno depresivo o el trastorno de ansiedad. Su amplia etiología los
convierten en difíciles de pronosticar y, a menudo, hay comorbilidad. No obstante hay ciertos
hábitos que suelen recomendar los psicólogos expertos para mantener a raya algunos de estos
trastornos emocionales (en algunos casos combinando el estilo de vida con la medicación).
Desvelamos cuáles son estas rutinas que te alegrarán la vida y te podrían alejar de los
trastornos emocionales.

Claves para prevenir los trastornos emocionales de


manera precoz
Si bien es cierto que la predisposición genética juega un papel importante en algunos casos,
como es el trastorno bipolar, los hábitos saludables son imprescindibles para que el futuro
adulto no padezca  conflictos emocionales.

Desarrollo de la inteligencia emocional


La educación en emociones y asertividad es fundamental para que el niño pueda aprender a
expresarse sin inhibición o agresividad. El mejor método es aprendiendo a expresar sus
emociones y deseos de una manera pausada y creando un canal de comunicación abierto.
Asimismo, el lenguaje no verbal apropiado o un vocabulario adecuado son claves en este
proceso.

Resolución de problemas y tolerancia a la frustración


Se ha revelado que una gran parte de adultos nacidos de 1984 en adelante tienen problemas
de gestión de emociones y baja tolerancia a la frustración. Entre las interesantes hipótesis que
se barajan está la que marca que la generación nacida en las últimas décadas en España vive
una contradicción entre lo que experimentan en sus hogares (sobreprotección, hedonismo, etc)
y lo que viven después (conflictos laborales y personales, planes frustrados, etc). Para
impedirlo, el entorno familiar debe mostrar al niño la importancia de afrontar los
conflictos y de tolerar el fracaso.

Control emocional
Quizás es uno de los grandes problemas que existen en la actualidad. Los niños tienen
dificultad para controlarse emocionalmente, en parte, debido a esa baja tolerancia a la
frustración. Para aprender a evitarlo de manera precoz, la psicología cognitiva trata de
reducir determinados pensamientos mediante la relajación, la respiración, las
autoinstrucciones, posponiendo los impulsos o la expresión canalizada de las emociones.
Habilidades Sociales
El niño va a estar incluido en grupos durante toda su vida por lo que un correcto manejo de las
habilidades sociales se convierte en algo que es primordial. Para lograrlo, las herramientas se
dan desde la psicología cognitivo conductual en forma de esquemas y formas de actuar
alternativas.

Horarios estables
En diversos estudios llevados a cabo por la Universidad de Harvard en su prestigioso
Departamento de Psicología se ha llegado a la conclusión que la inestabilidad de horarios es
una de las principales responsables del desarrollo de trastornos afectivos y emocionales en la
edad adulta. Asimismo, también se ha constatado que quienes tienen horarios inestables
tienden a padecer más problemas de insomnio, obesidad e, incluso, abuso de drogas y
depresión. Por eso, es vital acostumbrar a los más pequeños a que tengan un horario
estable que se mantenga todos los días.

Seguridad
Este factor va muy ligado al anterior. La seguridad del menor tiene mucho que ver con los
horarios de comidas o la rutina en general. Si cada día se come a una hora de diferente es muy
probable que ese niño crezca con unos niveles de ansiedad mucho más altos que en el caso
de los niños que han tenido un hogar con horarios establecidos y que ha ofrecido una
seguridad en lo que a cobertura de necesidades básicas se refiere.

Actividades estimulantes
Los niños necesitan estímulos para canalizar el enorme caudal de energía que tienen a su
alrededor. Las actividades extraescolares o las salidas en familia son la base del conocimiento
del medio para el menor. Un futuro adulto con intereses es un niño que tuvo estímulos a los
que prestar atención.

Independencia supervisada
Aunque parezca contradictorio, el método de crianza más eficiente en la actualidad para
conseguir que el futuro adulto sea más autónomo y feliz es la independencia supervisada. Esto
se consigue ofreciendo apoyo emocional y afectivo al niño sin interferir en sus procesos de
aprendizaje individual.

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