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autosugestión
Tratamiento general
Infinitos serían los casos que podríamos citar en este documento resueltos
satisfactoriamente durante nuestra larga práctica de terapéutica sugestiva, así en como.
por con los numerosos clientes que hemos podido adquirir, gracias a nuestra seriedad y
a la bondad de nuestros procedimientos, que practicamos siempre con un altruismo
desinteresado.
Muchos enfermos se quejaban de un desorden menta! bajo. una o varias de las formas
siguientes: tormentos, tristeza, insomnio, timidez, nerviosidad, melancolía, pérdida de
memoria o falta de coordinación.
Todos nos decían que practicaban concienzudamente la autosugestión, que habían
consultado numerosos libros y tratado relativos al desarrollo de la voluntad, sin
encontrar el menor alivio, y terminaban diciéndonos que necesitaban la asistencia de un
especialista del tratamiento mental.
Seguramente solo habrá una persona entre mil. que comprenda la necesidad de conceder
una atención diaria y continua a los elementos necesarios para la vida -aire, agua,
alimentos---" y reconocer que su salud depende de dichos elementos esenciales; de
modo que, cuando las contrariedades o las penas atacan a una persona, le privan
generalmente de su deseo natural de apropiarse esos elementos y se altera, por lo tanto,
su salud física.
Si continúa mucho tiempo atormentándose, apenándose, los órganos principales de la
digestión sufrirán las consecuencias, su sangre se empobrecerá, y se presentarán
innumerables y desfavorables síntomas, a causa de la mala nutrición del organismo y
hasta el cerebro, afectado también por esa nutrición general, acabará por no funcionar
normalmente.
Por otro lado, una persona que disfruta de un excelente estado mental puede declinar
físicamente por no asimilar suficientemente los elementos esenciales a la vida; si
cambia sus habituales costumbres por otras menos higiénicas, si trabaja en una oficina
mal ventilada, si se aficiona al alcohol, si abusa del tabaco o comete otros excesos, su
salud no podrá resistirlo.
Poco importa, desde el punto de vista del tratamiento, que el desorden mental proceda o
sea consecuencia del descenso de la salud física; en todos los casos, las primeras
medidas que han de adoptarse débanse encaminar a mejorar el estado físico; esto es
evidente para cualquier persona que reflexione y que tome en consideración los hechos
anteriores. Restableciendo la nutrición del cerebro, ha de producirse necesariamente una
mejoría en las funciones cerebrales; el espíritu voluntario ejercerá su misión directora
con mayor perfección sobre los actos y pensamientos involuntarios, y lenta pero
seguramente, el enfermo recobrará la salud física y mental, sobre todo si le ayuda un
sugestionador experimentado y si emplea él mismo juiciosamente la autosugestión.
Por lo tanto, toda persona que padezca un desorden mental deberá en primer término
volver a leer lo que hemos dicho en el capítulo anterior y comparar sus costumbres,
desde el punto de vista higiénico, con las del hombre sano y bueno. Si nota que sus
condiciones higiénicas dejan mucho que desear, que sufre desórdenes físicos, deberá
emplear las sugestiones indicadas, así como esta otra:
"A medida que mejora mi estado físico, experimento en mi estado mental los saludables
efectos que necesita"
En general; la asociación de este pensamiento con la mejoría física basta para conseguir
las disposiciones de espíritu anheladas, a medida que renace la salud.
Tratamientos especiales
Con objeto de hacer este capítulo todo lo práctico posible para aquellas personas que
deseen dominarse, adueñarse de su estado mental por medio de la autosugestión, vamos
a indicar las autosugestiones que hemos empleado con extraordinario éxito en los
diferentes casos que sometimos a nuestra práctica.
Tenga mucho cuidado el paciente de apropiarse los elementos necesarios y absorber
suficiente cantidad de líquidos, aunque goce de buena salud, porque cada trago le
recordará ,que, es necesario repetir 1as autosugestiones; y, a fin de conseguir los
mejores resultados, repetirá estas diariamente, cuantas veces pueda hasta que haya
conseguido los apetecidos efectos.
"Yo me asimilo los elementos esenciales necesarios a cada persona perfectamente sana
y reconozco, que salud es excelente, y que, hallándome en perfecto estado de salud,
puedo servir para todo. Soy robusto, fuerte y resistente. Viviré hoy y gozaré de la vida
como si no tuviese más que este día para vivir y disfrutar del mundo"
"Me divertiré hoy y esta noche dormiré profundamente, con la conciencia tranquila,
para levantarme mañana temprano, feliz, y contento con él pensamiento de que tengo
que hacer algo en mi provecho y en el de mis semejantes. El pensamiento se traduce
actos y efectos materiales, y como me represento los acontecimientos futuros como yo
anhelo verlos realizados, contribuyo á modelar mi destino y transformarlo tal como lo
deseo, Me siento feliz, alegre ,y satisfecho hasta hoy".
"La fuerza física se basa en el valor y el éxito. 1os elementos esenciales a la vida
reconstituyen mi organismo, a cada instante. y me torno más fuerte y más robusto.
Poseo gran fuerza física y completa resolución. Siento aumentar mi valor y desde ahora
soy enérgico, valiente e intrépido. Soy un hombre entre los hombres y ya sé que mi
valor y mi fuerza física. me harán vencer todos los obstáculos.
Teniendo en cuenta estos pensamientos ser enérgicos, me siento mas enérgico; mis
actos son mas enérgicos y mi confianza en mi mismo aumenta de una una manera
extraordinaria. Así, pues, yo me siento capaz de triunfar en todos los terrenos. Procedo
francamente, valerosamente, rápidamente en todos mis asuntos.
Cuando un obstáculo se presenta ante mí, resuelvo al punto, triunfo irremisiblemente en
todo lo que pongo mano, porque obro sin temor alguno; .me considero fuerte, decidido,
valiente, confiado, audaz e intrépido."
"La memoria y la concentración son funciones del cerebro, y ahora que me he apropiado
mejor los elementos esenciales de la vida sé que mi cerebro está más nutrido, lo cual
implica que todas sus funciones se realizan con. mayor felicidad; y mi memoria
aumenta y puedo dedicarme con mayor éxito a mis ocupaciones. Como mi salud es
mejor, ejercito con más frecuencia durante mi trabajo la memoria y la concentración.
Considero que los órganos cerebrales de la memoria y la concentración se tratan como
los músculos, y cuando un músculo está bien alimentado y convenientemente ejercitado,
se fortifica; mi memoria y mi concentración se desarrollan de tal: modo que se han
vuelto mejores que nunca; llegan a la perfección."
"Antes de hablar o decidir, reflexiono ahora dos veces y no hablo ni obro sino cuando
estoy bien seguro de que soy dueño de mí enteramente. Los que me rodean
experimentan los felices efectos de este cambio mis amigos me conceden más
confianza, desde que conocen que mi carácter es más igual y que reflexiono antes de
hablar o decidir algo; he hecho esto cuestión de amor propio y reconozco que soy un
hombre fuerte y enérgico bajo todos conceptos.
"En lo sucesivo sabré triunfar de mí mismo siempre que lo desee, y cuando me acueste
esta noche tendré la satisfacción de rememorar una jornada pacífica y armoniosa, "que
seguramente "no será la última."
"Desde que me apropio con mayor largueza de los elementos esenciales, siento una
vitalidad y una salud más generosa esparcirse por todo mi ser y quiero, en cambio,
mostrarme generoso con todas las personas que tengan relación conmigo. La verdadera
satisfacción procede del placer que se proporciona a los demás, y yo me esfuerzo
diariamente en hacer la felicidad de los que me rodean. Soy caritativo y generoso en mis
pensamientos y acciones. Pienso sin cesar en lo que he de hacer para procurar la dicha y
la alegría a los que la necesitan. Quiero que mi generosidad me conquiste amigos
sinceros, generosos; amigos que, como yo, no estén contentos si no comparten sus
satisfacciones con los demás. En lo sucesivo no he de hacer otra cosa, porque mi
conducta será la fuente de mi dicha. Soy previsor, caritativo y generoso"
Por razones fáciles de comprender no es posible entrar en los detalles del tratamiento
especial para todos los casos que pueden presentarse.
Con los ejemplos anteriores creemos que hay suficiente para ayudar a .determinar lo que
conviene en cada circunstancia particular; cada caso debe ser estudiado atentamente,
desde todos los puntos de vista, y tratado de manera especial habrá notado el lector que
en los diversos tratamientos dedicados no se hace la menor referencia a los mismos
desórdenes en sí, pues la sola mención de ellos constituiría una autosugestión
perjudicial.
Hay que evitar siempre el empleo de autosugestiones negativas, como "Yo no quiero ser
nervioso" etcétera
Las auto sugestiones negativas sólo sirven para empeorar el mal, recordándoselo a la
imaginación. ¡Cuán diferente efecto ejercéis sobre vuestro espíritu persuadiéndoos de
que sois fuertes y pacíficos!.
La fuerza de la costumbre
Acabamos de decir de qué modo se emplea la autosugestión para dominar los trastornos
de orden mental y físico; vamos ahora a demostrar cómo la autosugestión 1os ayudará a
formar costumbres prácticas y preciosas.
Todo hábito del espíritu del cuerpo consiste en la repetición: de un pensamiento o una
acción y la mayor parte de nuestras costumbres se han formado involuntariamente; pero
es interesante hacer constar cuán fácil resulta crear toda clase de excelentes costumbres
a cualquier persona que reconozca sus puntos débiles y haga deliberado propósito de
adquirir saludables.
Hemos conocido un hombre que era incapaz, de conservar en su poder una navaja,
porque todas las perdía o las dejaba olvidadas en cualquier parte.
Se le explicó de qué modo debía practicar la autosugestión, que fue según las
indicaciones del capítulo pri¬mero, y se convino lo siguiente: Compraría una funda o
estuche de cuero ordinario para su navaja; y cada vez que la emplease o prestase tendría
la funda en la mano hasta que le fuese devuelta
Costumbres malas
Hace algún tiempo vino a consultarme acerca de su estado de salud una señora que
residía en una población bastante lejana de nuestro domicilio
Se presentó en un estado de excitación alarmante, a causa de un incidente que le había
ocurrido durante su viaje. En efecto, poco antes de desembarcar del tren había entrado
en el departamento tocador para asearse un tanto, y al lavarse las manos se quitó dos
hermosas sortijas que lucía, adornadas de diamantes muy valiosos.
Dejólas olvidadas en el tocador y, al notar su falta, pasado un rato ya no pudo hallarlas,
porque habían desaparecido.
Su esposo nos dijo además que tales incidentes le ocurrían a la dama con harta
frecuencia, por su mala costumbre de dejar sus alhajas en cualquier parte o esconderlas
en sitios donde ella misma no sabía volverlas a encontrar luego.
Su manía de perder u ocultar las sortijas había concluido por ser la preocupación de toda
la familia
A la vez que atendía a la salud de dicha señora le sugerí la costumbre de colocar sus
sortijas en un lugar determinado cada vez que se las quitase.
Le di instrucciones análogas a las que habían producido tan felices resultados en el caso
de la navaja, y la dama se prestó al ensayo, acordándose que cada vez que se las quitase
para lavarse las manos las envolvería en su pañuelo de bolsillo Y que inmediatamente se
introduciría el pañuelo en el sostén.
Durante varios días se ejercitó en quitarse cinco o seis veces las sortijas, anudadas en el
pañuelo, deslizado en el sostén y repetirse mentalmente.
"En lo sucesivo no olvidaré que debo proceder así cada vez que me quite las sortijas."
Días después, nos aseguró que cuando no llevaba pañuelo encima y quería lavarse las
manos, se sentía inclinada a ir en seguida a buscar uno.
Recientemente hemos recibido una carta del esposo, enumera las diferentes cosas que
desea hacer durante la mañana o la tarde. Por ejemplo, se dice a sí mismo:
Ya sé que he de hacer cinco cosas antes de echar a andar. ¿Cuáles son? Primera:
proveerme de tarjetas de visita. Segunda: llenar de tinta mi pluma estilográfica, Tercera:
echarme en el bolsillo circulares, formu1arios, etc. Cuarta: quitarme de los bolsillos las
cartas que no me son necesarias hoy y clasificarlas: Quinta: recorrer mi agenda; hacer
una lista de los clientes que he de visitar hoy.
Autosugestionado ya, todo lo encuentra. sencillo y fácil Y realiza sus operaciones
automáticamente y con un resultado práctico que le ha beneficiado también desde el
punto de vista económico.
¿No sería ventajoso, para la mayoría de nosotros, estudiar nuestras costumbres y ver si
podemos arreglar nuestro tiempo de manera que ganáramos dos horas por día
Además, aun en el peor caso, usemos la autosugestión para dar la mayor finura a
nuestros modales, lo cual servirá para disponer a todo el mundo en favor nuestro darnos
confianza en nosotros mismos, basados en la certeza de que la corrección se ha
convertido en nosotros en una segunda naturaleza.
Pero es absurdo admitir que ese experimento pueda demostrar la existencia del
magnetismo personal, por lo que se refiere al fluido humano.
En efecto, Cualquier estudiante de física .sabe que si .se frota el papel con un pañuelo
de seda o una piel de gato se producirá el mismo fenómeno eléctrico, y hasta en forma
más evidente que si se le flota con las manos. Además, la estación del año influye en
este experimento porqué así como es fácil obtener resultados perfectos con un tiempo
seco y frío, así será casi imposible producir 1os menores efectos en un tiempo
caliginoso y húmedo. Por consecuencia, si la magnetización (electrización del papel)
fuese debida, el magnetismo personal desaparece ante un tiempo cálido y húmedo.
¿¡Qué es, pues la influencia o magnetismo personal? Si se nos pide que lo definamos en
pocas palabras, diremos:
"El magnetismo o influencia personal puede ser cultivado, estudiando y aplicando el
arte de agradar".
Véanse las condiciones que consideramos como esenciales al más completo desarrollo
del magnetismo o influencia personal
Una fisonomía serena, con mirada tranquila: salud, energía, decisión, afabilidad,
modestia, carácter invariable, vivacidad amable confianza, aseo; maneras agradables,
actitud correcta y respetuosa.
Una persona puede ser atractiva (magnética) sin tener una salud perfecta; pero la buena
salud es una base excelente para el desarrollo del magnetismo personal.
Es más agradable estrechar una mano suave y templada que sentir el contacto de una
mano fría, febril o Viscosa. El sentido de la vista es más favorablemente impresionado
por una fisonomía alegre y satisfecha que por un rostro paliducho, triste o cubierto de
granos.
Es necesario por lo, tanto al desarrollar el magnetismo personal, procurar agradar a los
sentidos, exami¬nándose uno mismo y procurando mejorar su salud, modificar el tono e
inflexiones de la voz.
Un estudio del hombre poderosamente magnético nos probará cuando se trata de
defender los principios que mantiene el corazón.
La regla más sencilla, más práctica y efectiva que ha de seguirse para desarrollar el
magnetismo personal, es la de relacionarse con el. mayor número posible de personas y
hacer de suerte que cada una de ellas quede satisfecha de haberos visto y persuadida de
que tienen en vosotros un amigo y puede contar con una acogida cariñosa cada vez que
os vuelva a ver.
No basta encerrarse solo en una habitación y hacer ejercicios de concentración y
autosugestión, aunque estos ejercicios, cuando se persigue un fin bien determinado, sean
de bastante provecho; lo que importa más es la forma de portarse con sus semejantes.
La persona ansiosa de desarrollar, la influencia magnética personal y que conozca sus
puntos débiles, hará bien en retirarse a algún sitio aislado donde se halle sólo con sus
pensamientos, esforzándose allí en forjar en su espíritu la mejor conducta que ha de
observar para triunfar de sus defectos, representándose la forma como procederá
cuando esos defectos hayan desaparecido. Son muy eficaces, además, las
autosugestiones bajo la forma dé palabras pronunciadas mentalmente: o en alta voz. sin
embargo, esas palabras no deben repetirse maquinalmente sino que se expresarán con
atención observando el espíritu la plena significación de las frases emitidas.
A manera de ejemplo, vamos a dar, algunas autosugestiones, cuyo empleo prestará
grandes servicios; el 1ectortal podrá fácilmente imaginar otros que respondan a sus
necesidades particulares.
Son presa del pesimismo agudo los naturalmente optimistas en sus pensamientos, pero
que, a lo mejor, sufren Un ataque de humor negro, debido, generalmente, a la
eliminación imperfecta ocasionada por el exceso de alimentación o por la insuficiencia
de bebida o por los dos casos reunidos. Estos accesos pueden durar un día a dos y
también una semana o acaso hasta diez días, pasados los cuales desaparece la depresión
mental tan rápidamente como se presentó y el individuo se torna más alegre y optimista
que nunca, aunque en el apogeo de la crisis le sea imposible percibir nada bueno en
ninguna parte, viendo tan sólo, por el contrario, el lado malo de las cosas.
El pesimismo debido a una costumbre de pensar tan antigua como la vida, es difícil de
desterrar, por las dos razones siguientes:
Primera el pesimista, como no ha experimentado jamás los goces del optimismo, no
puede darse cuenta de que sus pensamiento difieren de los pensamientos de. las gentes
más optimistas que él ni de que esos pensamientos influyen en sus acciones y su
conservación, hasta el punto, no tan sólo de apartar de él a sus amigos optimistas, sino
también de colocarse en la poco envidiable situación de que se lamenta.
Pero esas pobres víctimas pueden ser, trastornadas en optimistas muy aceptables,
especialmente si un su¬gestionador competente les administra cada día un tratamiento
sugestivo, y hasta conocemos a muchos que gracias al empleo persistente de la
autosugestión, debieron la salud a sus propios esfuerzos.
El pesimismo es generalmente el egoísmo personificado. En realidad casi se pueden
considerar como sinóni¬mos las palabras pesimismo. Y egoísmo, porque no hemos
conocido nunca un pesimista que no fuese egoísta, ni una persona egoísta que no
mostrase algunas señales de pesimismo de vez en cuando.
El pensamiento se transforma en actos.
Para demostrarla de manera objetiva, basta estudiar la vida ordinaria de un pesimista
empedernido; y haciéndolo así, el lector nos dará la razón y se convencerá
palpablemente.
El optimismo no cuesta más que el pesimismo; pero. el optimismo nos proporciona una
ayuda material; llamando nuestra atención hacia todo lo que es bueno y digno de
poseerse en la vida. ¿Por qué, pues, no hemos de hacerle tomar parte en todas nuestras
acciones?
Si, por otra parte, un hombre bien nutrido lleno de salud, se dedica a desarrollar sus
bíceps y gasta demasiada energía en sus primeros ejercicios, sin .obtener ningún efecto
notable, existe el temor de que pierda valor, a menos que su voluntad y determinación
sean fuertes y es verosímil que abandonará sus ejercicios: antes de haber conseguido su
objeto.
El organismo mental con cuyo auxilio se concentra puede llamarse de manera figurada
"un músculo mental" y su desarrollo depende de dos cosas primeramente de la nutrición
de cerebro y en segundo lugar de la manera como se ejercite el músculo mental y la
cantidad de ejercicios que se le imponga.
Es posible que nuestro corresponsal tenga una capacidad de concentración superior a la
medida y considere insuficiente sus propias fuerzas.
Tendemos siempre a creer que los demás vencen las dificultades con menos esfuerzo
que nosotros, y nos sentimos inclinados a disgustamos de nosotros mismos y a
criticarnos cuando nos tropezamos con una labor u obstáculo rudo y pesado en nuestro
camino. Pero, secundados por una salud excelente, no encontraremos ninguna faena
física o mental que no podamos vencer, si damos pruebas de valor y nos imponemos en
el fondo del corazón la voluntad de triunfar.
Cuando se quiere desarrollar un músculo del cuerpo, es menester ejercitarse
moderadamente al principio, y esos ejercicios deben efectuarse diariamente. A medida
que los músculos se desarrollan, puede aumentarse la duración y cantidad de los
ejercicios proporcionalmente hasta que se consiga el objeto deseado.
Pero un músculo excesivamente desarrollado no tarda mucho en atrofiarse, a menos que
se continúe ejercitándolo constantemente y nutriéndolo en forma conveniente.
Una dosis excesiva de descanso para el espíritu, lo mismo que para los músculos,
ocasiona un deterioro; una dosis excesiva de ejercicios lleva aparejada la ruina; y ambos
extremos deben evitarse con el mismo cuidado.
En primer término, hay que cuidar de la salud general. Véase si el estómago y los
intestinos cumplen convenientemente sus funciones y si su actuación deja algo que
desear, si la circulación no es perfecta, mejórese la salud empleando la autosugestión y
apropiándose los elementos esenciales. aplíquense a este propósito los consejos
contenidos en el capítulo que trata de la autosugestión y desórdenes físicos, y si la salud
se debilitó momentáneamente, podrá esperarse fundadamente que volverá el poder de
concentración y la salud mejorará.
Las autosugestiones de esta especie deben repetirse de cincuenta. a cien veces cada día
y más si se puede .mas y se debe dejar al espíritu meditar acerca de la significación de
dichas afirmaciones.
He aquí ahora dos axiomas que ha retener el lector que quiera practicar la autosugestión:
"Los pensamientos se transforman en actos."
"Contando muchas veces un cuento, puede llegar a creérselo uno mismo."
De modo que si se repite una autosugestión continuamente, y se deja al espíritu
penetrarse de su plena significación el espíritu involuntario la acepta como un hecho
comprobado y consecuentemente, pierde su influencia.
"El espíritu involuntario es sensitivamente extremado.
Todos poseemos al nacer los centros cerebrales necesarios para el ejercicio de la
concentración; mas para desarrollados, debemos nutrirlos convenientemente ejercitados
lo bastante.
No existen manejos ni procedimientos secretos, ni medios artificiales para desarrollar la
concentración voluntaria.
Y lo mismo ocurre por lo general respecto a la respiración. Si nota uno que los
pulmones no han recibido, suficiente aire hasta el momento salga fuera y respire. Si está
encerrado en una oficina donde la ventilación sea defectuosa, haga que penetre el aire
en el local: respire, respire profundamente por cualquier medio, hasta adquirir doctas
reglas y métodos.
Lejos de nosotros la idea de ridiculizar los diversos sistemas respiratorios que se enseña
en la actualidad. Tenemos en ellos gran fe, por muy diferentes que parezcan entre sí,
pues todo sistema será beneficioso siempre que los ejercicios se realicen
concienzudamente y con una intención bien definida en el espíritu; todos los sistemas:
respiratorios tienen un doble fin.
En primer lugar, la persona que las aplica fielmente logra que penetre en sus pulmones
más cantidad de aire que penetraría si no los hiciese. En segundo término cada vez que
ejecuta ejercicio respiratorios la hace con deliberada intención, y manteniendo esa
intención ante la visión mental, tiende ésta a realizarse, porque el pensamiento se
materializa, dando origen a los actos.
Dicho de otro modo, consciente o inconscientemente, las autosugestiones que
acompañan invariablemente a los ejercicios; contribuyen a alcanzar los resultados
apetecidos.
Una persona cuya salud es fuerte y vigorosa respira generalmente, a plenos pulmones y
se asimila todo el oxígeno que le es menester, sin esfuerzo. Consciente; no necesita
ningún método respiratorio. Pero es raro que una persona debilitada respire
profundamente, por que el influjo nervioso accionado. en 1os órganos de la respiración
se debilita en proporción al declinamiento de la salud. Por eso, cuando la salud de una
persona se halla a un nivel inferior a la salud media, tendrá que fijarse en la necesidad
de hacer que penetre en sus pulmones, por todos los medios posibles, la cantidad de aire
que necesitaría si gozase de una salud perfecta.
El paciente pensará de vez en cuando durante un día o dos, y luego se olvidará de hacer
nuevos esfuerzos de atención para aplicarse a respirar profundamente. Y he aquí por qué
es de gran valor el empleo de uno u otro sistema respiratorio; porque el hecho dé
respirar de manera especial, sujetándose a determinadas reglas nos conduce a fijarnos en
la necesidad de respirar profundamente, varias veces durante el día, y el cumplimiento
de tales ejercicios es lo que fortifica las autosugestiones.
El arte de respirar
Después que haya sido expulsado el aire de los pulmones, contrayendo el abdomen y
elevando los órganos vitales, realice una nueva respiración hasta que se dilate de nuevo
el abdomen, y continúe respirando de esta forma manteniendo todo el tiempo el pecho
en estado de expansión tal que no se note el menor movimiento.
La respiración abdominal tiene una ventaja doble. Por medio de ella se rellenan los
pulmones lo más completamente posible y el movimiento del diafragma y de los
músculos abdominales efectúa el masaje de los intestinos y el estómago. Hemos visto
más de un caso de enfermedad estomacal antigua curado en pocos días por medio de la
respiración abdominal.
Por lo demás, los pacientes gozaban de buena salud, bebían y comían bien, pero
respiraban enteramente de pecho, sin que fuese perceptible el menor movimiento en el
abdomen. La respiración abdominal obra como por encanto.
Esa respiración es el único ejercicio que ha de exigirse a todos los pacientes. Permite
practicar toda clase de ejercicios recomendados por los demás, y puede aplicarse
ventajosamente durante la marcha.
Téngase el cuerpo bien. derecho, rellénense los pulmones aspírese, dando cinco o seis
pasos, y espire durante los cinco o seis pasos siguientes. Un andar acelerado aumenta el
valor de este ejercido, y se puede elevar hasta siete u ocho el número de pasos que
acompaña a cada aspiración.
Cuando se haga este ejercicio, procúrese respirar por la nariz.
La persona cuya salud no sea buena, debe preocuparse especialmente de los elementos
necesarios.