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LA BIBLIOTECA

N° 9-10 | Edición Bicentenario

ÍNDICE

3 Editorial

Diálogos
8 • Oscar del Barco: “El poema no dice, surge en una exclamación sin sentido...”.
Por Horacio González
18 • Noé Jitrik: “La literatura dialoga secretamente, envía señas de nuestra experiencia
colectiva”. Por Sebastián Scolnik

Conflictos y armonías
36 • Descodificación del Código Penal en Argentina. Por Eugenio Raúl Zaffaroni
54 • Federalismo en el Bicentenario. Por Natalio R. Botana
64 • Modelo regional y popular de desarrollo. Por Enrique Martínez
76 • Notas sobre el jacobinismo argentino. Por Eduardo Rinesi
96 • La acción como anhelo y el futuro como imposibilidad. Por Alejandro Kaufman

Imágenes y memoria
112 • Celebrar el segundo Centenario. Por León Rozitchner
132 • ¿El porvenir sólo será un espectáculo de la memoria? Por Héctor Schmucler
144 • Treblinka de los argentinos. Imágenes de la nación: el cine y el Bicentenario.
Por David Oubiña
158 • ¿Cómo escribir la historia? Por Horacio González

Artificios: lengua y ciudad


174 • Poesía y peronismo: un episodio en la historia de la literatura argentina. Por
Martín Prieto
188 • La construcción de la identidad lingüística argentina. Por Ángela Di Tullio
210 • Ciudad moderna - metrópoli global. Por Pablo Sztulwark
222 • Rurbanismo y desurbanismo. Por Juan Molina y Vedia

Discusiones
230 • Fuegos de los Centenarios. ¿La verdad no se nos escapará? Por Javier Trímboli
248 • El Bicentenario y los usos de la historia. Por Tomás de Tomatis
262 • Negativos sin revelar. Misceláneas de los años del Centenario. Por Guillermo Korn
274 • Zonas francas. Risas y mediaciones. Por María Pia López

Fragmentos
284 • La Estrella del Sur: a través del porvenir. Por Enrique Vera y González
298 • La ciudad anarquista americana. Por Pierre Quiroule
334 • Buenos Aires en el 1950 bajo el Régimen Socialista. Por Julio O. Dittrich
354 • El diario de Gabriel Quiroga. Opiniones sobre la vida argentina. Por Manuel Gálvez
362 • Eurindia. Por Ricardo Rojas

Papeles sueltos
372 • Sobre Historia de la Biblioteca Nacional de Horacio González. Por Eduardo Rinesi
378 • Las prácticas bibliotecarias en tiempos de la Revolución. Sobre Los orígenes de la
Biblioteca Pública de Buenos Aires de Alejandro Parada. Por Luis Pestarini
384 • “Idea liberal económica sobre el fomento de la biblioteca de esta capital”. Por
Juan Luis Aguirre y Tejeda

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394 • Inauguración de la Biblioteca Nacional. Por Paul Groussac


410 • Papeles al día.

Investigaciones en la BN
430 • Recursos de información sobre genealogía e historias locales en Argentina. Por
Elsa Barber
444 • Biblioteca Nacional: los procesos técnicos en el Centenario. Por Elvira Arcella,
Mabel Bizzotto e Ignacio Zeballos
460 • Aproximación al archivo de Dardo Cúneo y a los sentidos de una práctica social.
Por Vera de la Fuente
476 • Algunos aspectos de la sociedad del Centenario a través del archivo personal de
Pastor Servando Obligado. Por Ana Guerra
484 • La ciudad en la obra de Francisco Felipe Fernández. Por Alicia Gloria Rubio
504 • Los conductores de la Biblioteca Pública de Buenos Aires. Sus apodos y
seudónimos. Por René Garmón, Ana Guerra, Germán Álvarez, Daniel López,
Juan Pablo Canala y Mario Tesler
530 • 1910, un año monumental. Festejos estatuarios. Por Rosana Sagré

542 Álbum

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Editorial
El porvenir de las bibliotecas nacionales
El mundo es un mundo de prácticas. Hay prácticas culturales, prácticas ideológicas, prácticas
teóricas. ¿Cuánto van a cambiar las prácticas de lectura y de tratamiento de los libros a partir de nuevas
realidades tecnológicas? Mencionamos un objeto sobre el que se ha declarado un interés reciente: el
libro electrónico. Lo seguimos llamando “libro”. La civilización y el lenguaje son prudentes. No atri-
buyen nuevos nombres livianamente. La milenaria denominación de “libro” tiene resonancias reli-
giosas, antropológicas y científicas. En sus diferentes formas, se mantiene la expresión “libro”, sean las
famosas tabletas de arcilla de las que hoy todos hablan (interés por los arcaísmos de Amazon: también
llama “tableta” al Kindle), sean los milenarios rollos y papiros, y sobre todo éstos, pues “libro” toma su
etimología precisamente del papiro, o en otros casos, de la inscripción de signos sobre pergaminos.
Está en cuestión si la humanidad asiste a una gran mutación en la que se preservará esa palabra
“libro”, pero para aplicarla a otro objeto y a otros procedimientos. El mundo procede por metonimias,
y hay que agregar: éstas se desplazan a veces circular o erráticamente del mundo natural al mundo
animal y de éste al mundo humano. El libro va del árbol a la vida, a todo ello se superpone, así como
podrá superponerse con su versión electrónica en una magna hipótesis de superposición de capas de
cultura histórica. En la génesis de todo nombre puede haber una práctica productiva primitiva que
luego se convierte en la denominación que construye genealogías familiares, nombres propios de todo
tipo. En cuanto a la palabra “libro”, la etimología puede conservar el significado de “corteza de árbol”
en un dispositivo electrónico operado a la distancia por servidores digitales.
No es posible hoy imaginar cómo cambiarán las prácticas de lectura con el libro electrónico. Las
noticias sobre las ventas de Amazon y los nuevos productos que surgirán, con nuevas y maravillosas
funciones, suponen la existencia masiva de almacenadores portátiles de textos que serán verdaderas
bibliotecas ambulantes. La capacidad de almacenamiento aumentará progresivamente, así como el
vínculo de servicios con la matriz proveedora, que acrecentará sus prestaciones, múltiples conectivi-
dades y disponibilidad de títulos, salteando las agencias intermediarias históricas, librerías, editoriales
y bibliotecas. Es cierto que son piadosos. Amazon propone distintas vinculaciones entre librerías
y bibliotecas, y se verá cuáles son. La trilogía Millenium vendió un millón de copias digitales en
Amazon; se trata de una obra cuya curiosidad también reside en una ardua disputa sobre el derecho
de autor debido a las restricciones de la ley de cohabitación sueca, lo que revela el cambio dramático
en las relaciones entre el mercado, la industria cultural y los andamiajes jurídicos existentes.
El debate respecto del libro y del periódico electrónico hace tiempo está instalado. Es muy cono-
cida la opinión de Umberto Eco respecto a que, al igual que la rueda, objeto irreductible e irrem-
plazable de la cultura material, el libro solo admitiría algunos aderezos y apliques adicionales. La
rueda admite el neumático, por ejemplo, sin modificar su estructura. Permanecería en su forma ya
concluida, con variaciones no esenciales en su práctica conocida. No sabemos si es un ejemplo apro-
piado para juzgar el futuro del libro. Un salto impresionante, superior al que se dio desde el papiro
al códice enrollado o del copista medieval hacia la imprenta Gutemberg, está sucediendo ahora. Un
salto que sólo es posible recibir con esperanza si se lo construye a partir de los legados de la conciencia
lúcida y la cultura crítica. Se trata de un salto que involucra un signo diferencial en las prácticas cultu-
rales, entre ellas la de la lectura como acto de organización colectiva y autoconstrucción personal.
Tomemos rápidamente algunas ideas de Roger Chartier, quien afirma que la lectura puede estudiarse

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como un acontecimiento cuasi ontológico. Pasan así a formar parte del armazón de la época las
decisiones colectivas alrededor del libro y las publicaciones periódicas, así como la red de lectores, las
bibliotecas, la relación entre los artículos situados a partir de decisiones editoriales en la prensa y su
posterior reaparición en libros, la decisión de publicar libros con las correspondientes tensiones entre
la tecnología, el mercado y la cultura, etcétera.
Reflexionando sobre el porvenir digital del libro, Chartier dice:

“Al menos hasta hoy, en el mundo electrónico, es la misma pantalla iluminada de la compu-
tadora la que da a leer los textos, todos los textos, cualquiera sea su género o función. Se rompe así
la relación que en las culturas escritas anteriores ligaba estrechamente los objetos, géneros y usos.
Es ésta la relación que organiza las diferencias inmediatamente percibidas entre los diferentes
tipos de publicación impresas y las expectativas de sus lectores, guiados por el orden y desorden
del discurso, por la materialidad misma de los objetos que los portan. Es esta misma relación que
queda visible en la coherencia de las obras, imponiendo la percepción de la entidad textual, aun
al que no quiere leer más que algunas páginas. En el mundo de la textualidad digital, los discursos
no están más inscriptos en los objetos que permiten clasificarlos, jerarquizarlos y recogerlos en su
identidad propia. Es un mundo de fragmentos descontextualizados, yuxtapuestos, infinitamente
recompuestos, sin que sea necesaria o deseable la comprensión de la relación que los inscribe en la
obra de la cual fueron extraídos”.

No se trata de una crítica al libro digital, sino de lo que aún le falta para situarse al nivel de comple-
jidad de las grandes culturas heterogéneas de la lectura. Sí, en cambio, es una crítica a quienes presu-
ponen que la civilización es una alegre continuidad de “distintos soportes” y que en cada momento
aparece uno superior al otro, sustituyéndolo ante la complacencia y felicidad pública. No son así las
cosas, por lo menos si los pueblos y los horizontes de constitución de la vida pública pretenden algo
más que acoplarse a la “ciencia y técnica como ideología”. Lo adecuado es, y siempre fue, realizar
severos esfuerzos conceptuales para despojar a los avances tecnológicos de su ideología hegemonista
y culturalmente homogenizadora, para devolverles primero la condición de “instrumental” (que los
laboratorios y tribus universales que los impulsan presentan con aparente ingenuidad: “son simples
herramientas”) y reasignarles a partir de ella su verdadera cualidad emancipadora, al rescatarlos de
ese falso instrumentalismo para darles una verdadera condición creadora de nuevas fuentes de vida,
conocimiento y arte.
Se convierten así en objetos no instrumentales, no dominados por “ingenieros de sistemas” por
un lado, y por “gerentes de contenido”, por otro, sino por unidades experienciales donde cada uno
de estos hemisferios se funde con el otro. En la historia de estas fusiones entre soportes y contenidos,
formas y magnitudes, se halla la historia de la ciencia en su más cabal expresión intencional y práctica:
Leonardo da Vinci, Spinoza, Einstein y Borges, para quedarnos cortos.
Una expresión que ganó desde hace décadas el lenguaje vinculado a la revolución digital en la que
todos participamos –revolución, por tanto, minoritariamente activa y universalmente pasiva–, es la
“producción de contenidos”. Hay que llamar la atención sobre ella, así como otras descripciones de la
gran mutación técnica, pues la encierran en ideas rutinarias en lugar de expandir sus verdaderos efectos
liberadores. En verdad, “producir contenidos” –un “contenido Proust”, un “contenido Cortázar”, un
“contenido Jauretche”–, significa una hipótesis de gerenciamiento poco capaz de preguntarse sobre las
complejas relaciones entre la cultura, el pensamiento, el lenguaje y la técnica. Tan entrelazadas están
que no es posible reducirlas a la mera ecuación simplificadora “forma/contenido”, sobreentendiendo
que la segunda “llena” los “recipientes” que ofrece la primera.

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La gran revolución en las comunicaciones todavía no registró su fase más elevada, que es la de
construir un lenguaje civilizatorio que supere las metáforas prestadas con las que hoy habla y llegue a
producir otra lengua que se parezca a la del objeto libro que conocemos desde hace siglos: donde no
hay distinción entre forma y contenido, sino una ideología de las prácticas de liberación a través de las
lecturas. Tanto ha triunfado esta práctica, que todos los credos despóticos o las propuestas de quitar
de la acción humana sus síntomas de autonomía, también se expresan en el mundo de esos libros,
tan eminente es su vigencia en las culturas y conflictos contemporáneos. Lo es porque son delicadas
invenciones “definitivas”.
No porque nada venga a cambiarlas, todos participaremos inevitablemente de la cultura del libro
electrónico, pero es menester dejar en ella las evidencias del gran legado, gracias al que todos los frutos
de la creación humana convivirán dramáticamente ante una humanidad en condiciones de emanci-
parse –como siempre lo estuvo, como siempre se lo dijo, como siempre se lo comprueba a diario, en
los fracasos y logros de esa percepción–, retomando las tecnologías para emanciparlas a ellas mismas
de su corazón productivo y libertario, anulándoles, entonces, sus capas funcionariales que son las que
primero aparecen, usándolas demasiadas veces de cabestro para nuevas jactancias de dominación.
Las bibliotecas históricas, con sus prácticas sociales, no desaparecerán pero contendrán funciones
nuevas, en diálogo con esas “bibliotecas ambulantes” que serán en poco tiempo más los libros y las
bibliotecas digitales. Y las bibliotecas nacionales –como ésta, que en el mismo momento en que el
lector está leyendo estas líneas cumple 200 años, de Mariano Moreno a Leónidas Lamborghini–,
tendrán como tarea adicional pensar estas nuevas relaciones: hacer ingresar en su seno las primicias del
ingenio humano y ser usinas vivientes de los nuevos nexos de lenguaje que los lectores, que la sociedad
en general exigirá de los procesos automatizados de consulta, y de la consulta como acto existencial
fundado en la libertad autorreflexiva, aquella que procura toda existencia que desea ser autónoma.

Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional

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Diálogos
Una indestructible tradi-
ción cultural pone al diálogo
como la cumbre del método
filosófico y de la conjunción
entre espíritus dispuestos a la comprensión. Pero basta leer en los
folios antiguos que llevan precisamente ese nombre, los diálogos
de Platón, para percibir que no vienen acompañados de otra cosa
que de una suave violencia interna que presupone que cuando
termina un diálogo, las cosas no deben quedar como estaban en su
origen. La civilización, entendida como consciente deseo de llegar a
acuerdos, es un concepto promovido por la convicción de que ellos
son una mutua cesión de aspectos sobrantes que se dejan inactivos
en nombre de una concordancia espiritual. Pero las cosas no suelen
ser así. Hay civilización porque siempre estamos preguntándonos
por lo que sobra y no encaja en los diálogos. Es decir, los diálogos
son tales porque contienen su propia negatividad, su imposibilidad
de cierre. La vieja frase “hablando se entiende la gente” es una feliz
redundancia. La sospecha aciaga de que el mundo no se compone de
tales benevolencias, siempre nos obliga al consuelo de considerarnos
hablantes en diálogo sempiterno. No es que no lo seamos, pero no
podemos disfrazar la angustia de que no hay diálogo concluso, de
que no hay diálogo que domine realmente su materia secreta e
indócil: la dificultad misma de entenderse, la desconfianza de que
hablando no necesariamente se entiende la gente. En estas conver-
saciones que publicamos late este problema, que en su sentido más
amplio, lo expresa Nietszche en su crítica a Sócrates, quizás injusta,
pero reveladora de un problema. Todo hablante lo sabe: llamamos
al diálogo como consuelo y para ver la satisfacción oscura de lanzar
hilachas inexplicables al mundo. Leyendo las respuestas de Del Barco
y Jitrik, es posible comprobarlo y anunciar que esa comprobación ya
nos pone en el umbral de la filosofía.
En el primer caso, se trata de una conversación –si puede consi-
derarse como tal un intercambio de mails que intenta salvar las
distancias físicas– sostenida por el mutuo conocimiento de las
reflexiones de cada uno de los hablantes que se siguen las pistas
mutuamente durante décadas, y que recobran nuevos aires a
partir de los más recientes ejercicios de escritura. No es que se
piense siempre lo mismo, sino que todo el tiempo se vuelve sobre
aquello que constituye una preocupación fundamental, aunque
desde nuevas perspectivas que acompañan los viejos problemas.
Como si el arte del pensamiento procediera por recurrencias que
son, en sí mismas, innovaciones.
El segundo caso, si bien se trata de temas diferentes a los que ocupan
a Del Barco, comparte rasgos comunes: con el paso del tiempo esos
problemas también retornan renovados. Se sabe de la trayectoria
de Noé Jitrik como crítico literario. Sin embargo, cada vez que
retoma sus reflexiones es como si agregara a ellas nuevas imágenes
que trabajan desmontando las expectativas de sus interlocutores.
¿Por qué aquellos autores y sucesos a los que refiere vuelven tan
distintos? No encontraremos una respuesta fácil, y quizás esa duda
nos acompañe siempre, cada vez que acudamos al paciente tono
con el que narra sus preocupaciones.
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Entrevista

Oscar del Barco: “El poema no


dice, surge en una exclamación
sin sentido...”
Por Horacio González
Puede pensarse la amistad intelectual como una
ardua y sutil conversación en la que se ponen en
juego las propias trayectorias. Un encuentro en
el que los interlocutores se tantean, se descifran,
se intuyen tratando de poner en común los signi-
ficados que yacen latentes en la palabra dicha. Se
empeñan en comprender lo que se dice, cómo y por
qué se lo hace, sabiendo que quien habla es también
una biografía, un recorrido teórico y una expe-
riencia singular. El principio de reciprocidad no
sólo actúa bajo estas exigencias, sino que también
tiene como premisa interna del entendimiento la
certeza de que la propia vida de quién escucha o lee
es desafiada por aquello que ha sido dicho. De estos
intentos, con sus momentos de incomprensión y de
tenacidad, está tejida la utopía de todo diálogo.
Ofrecemos en esta nota un intercambio con Oscar
del Barco que no permite ser catalogado simple-
mente como una entrevista. El modo apresu-
rado en que se suscita, pretendiendo salvar las
distancias físicas con las posibilidades que ofrece
el correo electrónico, no puede soslayar los años
de reflexión compartida que obran como fondo
de una proximidad laboriosa. Temas filosóficos,
como la Culpa y la Expiación, la Responsabilidad,
la autoría individual y colectiva, se precipitan en la
pregunta por el misterio de la lengua poética que
alza su voz en la materia informe y sin sentido.
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Horacio González: Querido Oscar, 3. Algunos dijeron que en tu escrito


envuelto en la urgencia te escribo unas sobre el “no matarás” subyacía una
preguntas que me gustaría hacerte, a idea de culpa comprendida en términos
la manera de un reportaje –a ser excu- de expiación, lo que parecería debilitar
sado este término–, como resultado la asunción de una responsabilidad. Lo
de haber concluido la lectura de tus hecho, hecho está. La expiación indi-
últimos libros de poemas, Espera la caría que alguien que lo hizo quisiera
piedra y Partituras. Un abrazo, H. G. no haberlo hecho; o que alguien que
1. En Espera la piedra impresionan imaginó que estaba bien lo hecho,
las imágenes infernales, una perver- quisiera compensar al mundo por
sidad endemoniada que sería pavo- haber tenido ese pensamiento extra-
rosa sino no se tratara, al parecer, de viado. Otra vez: exceso y donación.
una fundación del verbo a través de Pero quisiera poner este tema ante tus
la sangre. Quizás un sacrificio frente poemas publicados en el libro con el
al matadero de almas, al naufragio nombre de Dijo. En él, parecería que
de todas las criaturas, en pos de una un poeta originario lucha para dar
culpa suprema que permitiría crear el comienzo a las cosas. Tiene rituales,
mundo otra vez. ¿Admitirías que se letanías, palabras de celebración,
trata de una extrema asociación entre alabanzas oscuras y un canto que se
sangre y escritura? da entre túmulos y alaridos. Hay un
2. Tus libros filosóficos El abandono misterio que está a punto de revelarse
de las palabras, La intemperie sin fin y no encuentra cómo hacerlo a pesar
y Exceso y donación, presuponen una de tener todas las palabras a mano.
escritura poética, un acoso de preguntas Quizás es la propia historia de Cristo
y una reflexión en acto sobre el propio que ha sido mal contada y precisa una
momento en que el filósofo reflexiona. nueva fonética, pero el que la busca
Se deja todo en estado de incierta dona- cree estar diciendo lo correcto, y por
ción: ya por existir el pensar, produce primera vez. Pero el lector de Dijo
un exceso que en esencia se torna un percibe el elegíaco distanciamiento
impensable. En estas condiciones, el entre lo que ya sabe que se ha dicho
yo es un abismo que se retira ante cada y este otro plano del decir en el que
pregunta que realiza. Es un sacrificio parece que alguien hace el esfuerzo
que ocurre en el seno de esta paradoja de rememorarlo; o bien desea hablar
de la escritura, no por la sangre derra- y no puede más que dejar un rastro
mada, como en el realismo escatológico de fonemas y el aura de voces que
de De Maistre. Me viene este nombre apenas se escuchan en sordina. ¿Qué
a la cabeza, porque tu obra llega a un le faltaría? Me gustaría preguntarte,
punto de escándalo sobre la sangre, en este punto, si Dijo serían también
resuelto con un pensamiento sacrifi- los poemas de una expiación (en caso
cial pero con una conclusión que ya de que este vocablo te resulte apro-
sabemos: el “no matarás”, que parece piado) ante una fórmula de creación
brotar ahora del interior de tu poesía, del mundo que precisaba de otras
que pasa por la piedra, la nada, el ruego. heridas, no las que cuentan los libros
¿El poema “Espera la piedra” puede ser sagrados conocidos.
una conclusión del “no matarás”, pero 4. El poema “Dijo” comienza con una
declamada por un dios asesino? exclamación apagada y una confusión

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de persona. Alguien menciona a un absurdo de desatar su pasado y querer


tercero en segunda persona singular afirmarse por esta vía que disuelve
pero lo hace anteceder con el pronombre lo hecho. Otra vez la expiación. El
de la tercera persona del singular. Es problema que se origina es de natu-
un sollozo que más bien quisiera ser raleza mitológica. El yo se disuelve en
un alborozo. Pero esa vacilación le una confesión para poner su verdad
permite el balbuceo. ¿Se intenta captar irreductible, y al mismo tiempo no
ese estado de balbuceo de la lengua? podría sino afirmarse como fuente
El balbuceo es quizás el origen del de verdad. La verdad se convierte
habla. Es el estadio en el que están a entonces en una simultánea afirma-
prueba los sonidos, las corresponden- ción y negación del yo. Confiesa para
cias, enlaces y apareamientos de letras, salir indemne gracias a arrasarse. ¿Tus
procurando por objetos del mundo poemas conducían a la carta que escri-
con los que juntarse. En “Dijo” hay biste en la sección “Carta de lectores”
objetos que también están a prueba: de La intemperie, originando la polé-
piedras, animales, flores. Sin poder mica, o ella puede permitir leer de otra
diferenciarse pero sabiendo que una manera tus poemas? Sin querer llevarte
diferenciación completa no satisfaría la nuevamente al terreno del diferendo
formación del lenguaje, que reclama el ya atravesado, Jorge Jinkins deduce
equívoco entre él y el, equívoco entre que una posición confesional como
la persona y lo que la señala. Confu- la que sostenés puede ser tan sincera
sión gramatical como inauténtica, pues pone el yo y
El problema es cuando uno que aparece como lo deshace, emplea argumentos para
está convencido, como lo el origen de lo decir que no argumenta. El problema
estoy yo, de que es así, de que sagrado. Aunque es crucial: de alguna manera debo ser
no hay nadie que sea el autor o ese origen parece mi pasado pero no hay por qué dejarlo
el creador del poema, y menos representar tan bajo su sello de identidad ya transcu-
que nada un yo. Todo se dice sólo una voz rrido. Apelo a los derechos del presente
y se escribe solo, sin ningún que fracasa en para revisar lo actuado, admitiendo la
soporte trascendente a la cosa crear el mundo. dificultad que tiene toda construcción
misma, quiero decir al poema. Ezra Pound de sinceridad. Desde el punto de vista
Sé que pensarlo y vivirlo así quizá sintió del de la escritura de textos, hay aquí una
es una locura, pero creo que mismo modo el interesante mitología del yo como
es mayor locura pensar que llamado a una acceso a su auto anulación. ¿Admi-
“alguien” desde fuera del catarsis general tirías aquí la presencia de un acervo
habla y sin habla, habla, o del mundo, nominalista de la literatura argentina,
piensa o escribe. pero propuso un que proviene de Borges y sobre todo
programa posible, de Macedonio Fernández, cuyos textos
aunque luego también reprobado: examinaste en tus obras anteriores?
combatir el “cautiverio vegetal de la 5. Volviendo una vez más a tu “Carta
sangre”. Ahora me gustaría pregun- a La intemperie”, no para retomar la
tarte si todas estas formas poéticas discusión, sino para seguir indagando
exigen el empleo de un yo confesional, qué discutíamos, ¿no te parece que ella
que se convierte en toda la potencia es un experimento retórico absoluto?
posible del yo. Es decir, se convierte Dice sólo lo que ella es. Está vacía de
en un imposible yo, que aborda el historia e invoca apenas lo que sería un

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arquetipo platónico de la discusión, y hondas, porque las respuestas


la justicia y el sentido de cualquier están ya encriptadas en las propias
esfuerzo humano, cuanto más lo polí- preguntas. Tus preguntas hilvanan tu
tico. No es habitual un documento así propia respuesta.
entre nosotros, pues estamos inmersos Pero no sólo me resulta imposible
en “sociologías de la creencia” y “polí- responder a esas preguntas a causa de la
ticas de la memoria”. Me pregunto complejidad de las mismas sino, y ante
si en Partituras –tu reciente libro de todo, porque nadie es el autor de los
poemas–, no sólo encontramos la poemas; es el propio lenguaje el que
última vuelta de tuerca del “Dijo” toma la “iniciativa” de las palabras,
sino también una idea de cosmos mientras que el autor es el primer lector,
sangrante, a la manera de una Biblia etc. Estas aseveraciones de Mallarmé
rota, asimismo despedazada en pala- fueron y son, desde hace muchos años,
bras esparcidas en la página. ¿El río mi creencia más firme en relación con
tipográfico de Juan L. Ortiz parece el poema. Al decirlas parecen obvias,
aquí haberse convertido en círculos pero el problema es cuando uno está
que dispersan el verbo, como si algo convencido, como lo estoy yo, de que
hubiera estallado en el centro del es así, de que no hay nadie que sea el
universo? Estas “partituras” parecen autor o el creador
ser textos esparcidos que conservan del poema, y
un débil hilo de sentido, cuyo tema menos que nada
sería el de la fundación del ser en una un yo. Todo se
jornada de horror. ¿Estamos acertados dice y se escribe
al designar de este modo tus poemas? solo, sin ningún
¿No son, mirando a la distancia, una soporte trascen-
reflexión extrema sobre la historia del dente a la cosa
mundo, a la luz de una historia argen- misma, quiero
tina a la que tanto pudo sugerirle la decir al poema.
idea de pasado y presente? ¿Y ahora? Sé que pensarlo
¿Se podría decir que esta misma idea y vivirlo así es
de “pasado y presente” pasó de tener una locura, pero
un alma gramsciana a tener una apela- creo que es mayor
ción a descifrar el pasado como mito locura pensar que
visto por un presente en el que “se oyen “alguien” desde
lamentos”? En todo caso, Partituras fuera del habla y
parece llevar a un extremo la aventura sin habla, habla, o
poética de Leónidas Lamborghini, en piensa o escribe.
el sentido de que algo se dijo en un Si, en conse-
pasado primordial, y sólo se pueden cuencia, intentara una respuesta a Oscar del Barco
rescatar unos pocos mendrugos pavo- tus preguntas, estaría aceptando de
rosos. ¿Es aceptable presentar así tu hecho el presupuesto implícito en ellas
larga tarea poético-filosófica? respecto a la existencia de un sujeto o
un “yo” autor o creador del poema en
Oscar del Barco: Querido Horacio: su original inmanencia subjetiva de
vos sabés que en realidad no puedo la que el poema sería una copia, y de
responder a tus preguntas, complejas esta manera estaría aceptando que sé

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algo que el poema dice más allá de lo A partir de estas sucintas aclara-
que efectivamente dice, y así dejaría ciones intentaré hablar de algunas de
de lado el hecho de que lo único que tus preguntas.
el poema dice es el propio poema. Y La culpa, después de la “muerte de
la verdad es que no sé nada del poema, Dios” y, en general, de la caída de los
o no sé más de lo que sabés vos y de conceptos centrales de la metafísica, es
lo que puede saber cualquiera que lo inmanente; quiero decir que es nomi-
lea (“no sé” significa que no tengo nativa: llamo “culpa” a lo que vos tal
ninguna explicación o clave última vez nombrás con la palabra “sangre”
del poema). (la “especie humana” como carnicería
Una vez dicho esto, agrego que obvia- o sevicia hiperbólica); es al peso espi-
mente vos o yo o cualquiera puede ritual de esa sangre a lo que podemos
decir, pensar, analizar, criticar, destruir llamar culpa. Claro, algunos dicen “yo
o alabar el poema. En mi “interpre- no soy culpable ni responsable de lo
tación” del poema de Juan L. Ortiz que pasa en el mundo”, en cuyo caso, y
“Ah, mis amigos, habláis de rimas...” como consecuencia lógica, deberíamos
sostuve que mi interpretación era una aceptar que en el mundo hay inocentes
de las tantas posibles. En consecuencia, por un lado y culpables por el otro, lo
y en una vía nietzscheana, pienso que que es absurdo, salvo que aceptemos
todo es interpretación, sin que haya un ser trascendente que funde tanto el
ninguna garantía de interpretación bien como el mal. De alguna manera
fundada en un autor. (aunque a algunos esta indecisión les
Teniendo en cuenta, para concluir desagrade) todos somos culpables (de
con estas observaciones, que “poeta” olvidos, de indiferencias, de maledi-
se llama al lugar-de-manifestación cencias, de envidias, de odios, etc.).
donde surge eso que llamamos poesía. Pero para entender esta afirmación
Ese lugar de manifestación de la poesía de culpabilidad es preciso no aislar
(es) en este caso lo que llamamos “yo”, los hechos. Por ejemplo, al hecho de
un yo-habla y no un yo-que-habla, que un niño muera de hambre en
como si el habla fuese un atributo de tal o cual lugar hay que subsumirlo
algo distinto al habla, y que podría así, en lo que Robert Antelme llamó “la
fundándose en esa diferencia, hablar especie humana”. En caso contrario
del poema y de las circunstancias o tanto la responsabilidad como la culpa
motivaciones subjetivas en las que se aparecen como algo inverosímil, e
produjo su manifestación. Manifes- incluso absurdo: ¿¡cómo voy a ser yo
tación que se produce, por supuesto, responsable de lo que pasa en África o
en lugares investidos empíricamente, –haciendo referencia al No matar que
y que el poema/poeta “expresa” de la vos recordás–, de la muerte del Pupi
misma manera que expresa lo trascen- en las sierras de Salta!? El problema es
dental en el acto de su manifestación. que no hay hechos aislados: si somos-
El trabajo del llamado “poeta” consiste con-otros, si no hay mónadas sino
en producir y sostener su apertura (y comunidad o “especie”, no podemos
esto conlleva necesariamente el “sacri- hacer del otro un otro aleatorio, un
ficio” del yo, la destitución del yo por otro separado absolutamente. En este
el no-hombre) para que en eso abierto sentido, el deseo de inocencia exacer-
acontezca el poema. bado puede llevar a la constitución de

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un Dios como forma ideal destinada a de oscuridad, ¡que deben soportarse!;


eximirnos de la culpa, como fue el caso podríamos decir también un exceso
de Cristo asumiendo y redimiendo los de manifestación, de pura presencia, y
pecados del mundo. otro exceso de falta o de ocultamiento.
En la idea de “culpa” están implicadas Todo contradictorio, porque si no
las ideas de libertad y de responsabilidad; hay nadie, ¿de qué sería presencia la
una responsabilidad digamos ontoló- presencia y ausencia la ausencia?
gica, quiero decir que no depende de No entiendo lo de “dios asesino”;
que subjetivamente la aceptemos o no, más bien yo diría “proclamada por un
sino que es eso que vos llamás “sangre” asesino”, como si la especie humana
(hambre, frío, persecución, encierro, se asumiera culpable de su ser-así y se
¡muerte!) que clama en cada conciencia, llorara ante ese ser-así, o se maldijera.
aunque no lo sepamos. De alguna Del Dios como asesino yo suprimiría
manera las guerras, los genocidios, las la palabra Dios vaciándola de deter-
persecuciones y torturas pesan, siguen minaciones; pero, si Dios fuera, por
existiendo, y ese peso, esa carga, es lo ejemplo, naturaleza, no podría ser sino
que llamamos “culpa”. En este sentido asesino, y basta
sí veo una “extrema asociación” entre mirar el mundo El perdón es imposible porque
sangre negada (y no, por supuesto, para compren- el instante no pervive, de allí
en una acepción del tipo fascista) y derlo... que el perdón tenga siempre
escritura. Pienso que la “estética” de La responsabi- algo de simulacro: el acto de
Espera la piedra y de Partituras (uso lidad es incom- herir pasa y es el acto lo que
la palabra estética en el sentido que le prensible, pero debe perdonarse. Así lo que
daba Antonio Machado al decir que esto no quiere se perdona es un imposible:
toda poesía implica una estética) es decir que no sea; habría que resucitar el acto...
un levantar la palabra precisamente sabemos que es,
contra la “sangre”... Pero no se trata pero no sabemos qué es. Se niega con
de hablar simple y directamente contra exaltación la responsabilidad porque
la “sangre” sino de algo más, de un implica –recuerdo a Blanchot– un
más que es propio del orden poético... “sumo padecimiento”. El padecimiento
Huidobro decía que la poesía no canta de compartir el padecimiento, en una
a la lluvia sino que hace llover... En suerte de comunidad-de-sufrimiento;
este sentido me refiero a una poesía me identifico no sólo de palabras
–digamos– no-sangre, o que esencial- sino de acto con el ejecutor, y eso me
mente desconstruye la sangre... convierte realmente en el ejecutor, y
El yo, decís, es “un abismo”... Yo eso es volverse loco.
agregaría que no es nada de cosa, de Por otra parte pienso que no hay “expia-
sustancia, de ser. Pienso que la palabra ción” posible de la culpa. No puede
“abismo” no está mal si le sacamos el haber perdón post facto; nadie puede
“es”, vale decir que yo sería abismo, asumir la culpa y perdonar (cargar con
abierto, infinito... los pecados, redimir, perdonar, como
En esos poemas cuyo nombre es un habría hecho Cristo). Solo la víctima
oxímoron (¿cómo podría esperar una podría perdonar en el instante de la
piedra? Y si no hay nadie, ¿quién o qué victimización, pues en caso contrario
esperaría a la piedra?) hay, a veces, un el tiempo haría que se perdonara a
exceso de claridad y a veces un exceso otro: la víctima perdonaría a un otro

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que el verdugo... El perdón es impo- parece imposible, tal vez la palabra


sible porque el instante no pervive, de origen como vos la usás sería utilizable,
allí que el perdón tenga siempre algo pero siempre de manera vacilante.
de simulacro: el acto de herir pasa y es El poema “Espera la piedra” tiene
el acto lo que debe perdonarse. Así lo mucho de blasfemia. Pero una blas-
que se perdona es un imposible: habría femia laica, vale decir sin un dios a
que resucitar el acto... quien blasfemar. Una blasfemia sin
Es cierto: uno (¿pero quién “uno”?) sentido, vacía, pero a la vez una suerte
quisiera “no haber hecho” el mal; pero de insulto desconsolado arrojado hacia
lo hizo y lo hace, y eso, ese mal, es nada, un insulto que nos embarga como
ilevantable e imperdonable. Podríamos un llanto vuelto sobre sí mismo. Sí,
llamar “dios” a eso que idealmente una blasfemia que en última instancia,
asume el mal y y esto puede ser una desgracia, cae
En realidad no hay un por qué lo redime perdo- sobre el propio poema...
ni un para qué de los poemas, nándolo... Éste es No creo en un yo, alma, sujeto, o lo que
de ningún poema en cuanto el tremendo mito sea... Más bien pienso que el llamado
poema. Más que como una de Cristo, un “yo” (al igual que Dios, Sujeto, Alma)
expiación los consideraría Dios que se hace es (¡pero no puede ser!) ese hueco, o
como un lamento; repito, no hombre para vacío o nada, que nunca lograremos
hay expiación; el poema se rescatarnos del captar o nombrar porque precisa-
eleva, o, si preferís, se rebaja al pecado y abrir mente (somos) eso, y para captarlo o
nivel de la queja, es un simple la posibilidad nombrarlo tendría que ser él mismo
y mísero quejido, siempre de una reconci- otro (yo: otro), un algo que por ser
mísero, ante lo imposible de liación eterna. otro que yo, yo podría nombrar. Si a
pagar, o de expiar... Y no sólo mito esta negación la querés llamar “expia-
de Cristo sino ción”, considerándola una supresión
también de las filosofías que recurren hiperbólica del “yo”, o mejor aún, un
a Dios como momento de reconcilia- suicidio, tal vez la expresión sea válida.
ción infinita, como una asunción en el Si aceptáramos que uno es culpable
fondo absolutoria. (incluso de algo ignoto) es posible que
En realidad no hay un por qué ni un para la imposible expiación (¡pero este
para qué de los poemas, de ningún es un tema inabarcable!) de dicha culpa
poema en cuanto poema. Más que recurriéramos en última instancia al
como una expiación los consideraría suicidio (esta fue la formidable saga
como un lamento; repito, no hay expia- mítica de Jesús-Cristo, un Dios que
ción; el poema se eleva, o, si preferís, se se vacía de sí haciéndose hombre y
rebaja al nivel de la queja, es un simple sacrificándose para redimirnos del mal
y mísero quejido, siempre mísero, ante que está en el origen del hombre por
lo imposible de pagar, o de expiar... haberse separado de Dios al asumirse
El balbuceo no es un “intento” por en y por el pecado...). A mí me resulta
captar... nada, no tiene intencio- difícil entenderlo así, pero no niego
nalidad. Como el poema no puede que es una posibilidad “lógica”, al
decir nada, su balbuceo es lo máximo menos de una extraña lógica sofística.
o el extremo del habla –vos decís “el Creo que Jinkis se equivoca a causa de
origen”–. Y si fuera posible tematizar un racionalismo que le impide entender,
un origen, lo que lógicamente me como diría Gorgias, que el Ser no es

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y que el no-ser es (¡algo tan simple!); “estética” sino de lo que puede implicar
“afirmación y negación del yo”, ¡claro!, al nivel del pensamiento un poema.
porque se trata de espacios o, valga la No hay estética, hay poemas, cuadros,
expresión, de lugares diferentes que ya música, con sus particulares “estéticas”
Kant analizó in extenso: no podemos (lo pongo entre comillas para señalar
dejar de utilizar el “yo”, de decir “yo”, la imposibilidad de una tal hipóstasis).
y, sin embargo y al mismo tiempo, de En otras palabras, cada uno hace lo que
negar el yo (en realidad el enunciado se quiere y lo que puede. Pero la “estética”
enuncia solo, no hay un quién, ni un de estos poemas me parece que se
quien, del habla, y por supuesto que inscribe en esa “sangre” de la especie, o
esto puede resultar un hueso duro de después de la Shoa como diría Adorno,
roer, y ahí está la historia de la filosofía y a pesar de Adorno, universalizando la
para demostrarlo). Se trata de una Shoa como acontecimiento de sacralidad
suerte de “cinta de Moebius”: hay que intocable, irreferible, y sin embargo
emplear argumentos para decir que adentro nuestro, actual, vigente,
no hay argumentos; reconozcamos, llevando el lenguaje a su fin...
Horacio, que se trata de pura óptica Y a este fin sólo podemos señalarlo
(Derrida ya señalaba la paradoja de como sacrificio. La literatura, o mejor
que no hay más remedio que utilizar el dicho el arte, como sacrificio secular,
lenguaje de la metafísica para criticar sin ningún dios, Estado o Partido que
la metafísica). Sí, al respecto mi refe- lo recoja en su economía (de trueque:
rencia, o mi inclinación más bien, yo te ofrezco tal sacrificio y vos me das
sería hacia el Macedonio que afirmaba tales dones, etc.). El sacrificio secular
su no-almismo... es sin economía, es puro-sacrificio
Tal vez sea posible “presentar así” (a distinguir del sacrificio puro; y
Partituras; pero considero tu palabra aquí estoy haciendo una referencia al
“reflexión” en el sentido de figuración sesgo del problema del puro-amor en
(meta-fórica en cuanto llevar algo, Fenelon), un sacrificio del “yo” (sujeto,
el razonamiento, la palabra, al límite alma o espíritu) que no puede justifi-
–¿límite de qué si no hay límite?–). carse. Repito lo ya dicho: en el arte no
Y tal vez me inclinaría a ver el poema hay “yo”; luego el arte implica la extin-
como un fin, en el sentido de término, ción (o la muerte) de ese fundamento
de acabamiento: “el abandono de las egológico que, a la vez, implica la
palabras” entendido en la completud muerte o el fin de la onto-teo-logía
del doble genitivo, y lo que queda son (ser-dios-razón). Hay un momento en
restos, de acordes, de ritmos, de pala- que el llamado “artista” (al igual que el
bras... pero pregunto, me pregunto, místico, el revolucionario o el erótico)
¿por qué después de ese final surge otra toca, en un punto-real, la muerte (¡la
cosa que de alguna manera continúa “sangre”!), lo que Mallarmé, a quien
lo mismo en otro poema, como si la siempre se vuelve en este tema, llamó
palabra renaciera de su fin, renaciera “desaparición elocutoria del poeta”, y
de su muerte en una especularidad “desaparición” es desaparición. ¿Cómo
lacerada, para hablar ya solamente de no pensar en Hölderlin, en Artaud,
la muerte, o, más aun, como muerte, en Nietzsche, en Rotkho, en Staël, en
o, en tus palabras, de la “sangre”, como Pollock...? Si me preguntaras el por
sangre...? No se trata, es obvio, de la qué, la causa, de este sacrificio, de estos

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sacrificios, la verdad es que no podría esencia, ni salvación, ni acontecimiento,


responderte, creo que son incomprensi- ¡sólo estas pocas letras que se arman
bles. Incluso creo que el sólo intento de y desarman en 100 mil millones de
comprensión lo perturba de tal manera, neuronas y millones de billones de
al intentar sometimiento a la razón, sinapsis en centenares de billones de
que lo vuelve extraño, incognoscible, estrellas y de galaxias que flotan en el
pues sólo conocemos nuestra pertur- vacío sin dónde, sin para, sin qué...!
bación o la formalización en lengua de Sólo letras sin nadie, nombres... huecos,
algo informalizable... vacíos, fantasmas, virtualidades, nadas.
El estupor de que no haya redención- Sólo sueños sin nadie que los sueñe, pala-
reconciliación (ni, por supuesto, perdón), bras sin nadie que las pronuncie. ¿Quién
y que seamos sólo “sangre”, muerte, nos ha dicho esto? “Somos” el sonido de un
lleva al absurdo. Lo último de lo último puñado de letras que flotan inmóviles
es que no hay: no hay más-allá-del-ser, en el infinito... ¿El infinito? “Palabras...
ni último hombre, ni Dios, ni “hay”, palabras...”.
ni “último dios”, ni Ereignis o coapro- El poema no dice, surge en una excla-
piación, ni infinito, ni sustancia, ni mación sin sentido.

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Juan L. Ortiz

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Entrevista

Noé Jitrik: “La literatura dialoga


secretamente, envía señas de
nuestra experiencia colectiva”(*)
Por Sebastián Scolnik

Quizás haya algo en común entre aquellas jornadas


primeras de los albores de Argentina y estas horas,
algo más inciertas: la dificultad de imaginar una
existencia colectiva. No habrá tal perspectiva sin
una literatura que la incite y la convoque. Y es
que ella ha aparecido siempre en los momentos de
peligro; sea bajo el esbozo de la crítica de su época
o bien como promesa redentora, las ficciones
cinceladas por las plumas de los escritores argen-
tinos concurrían a la cita con la historia.
Le hemos solicitado a Noé Jitrik la ardua tarea de
trazar un esbozo de lo que ha sido el movimiento
literario del país: sus pulsaciones precursoras,
sus vacilaciones y sus nombres más inspiradores.
Aceptando, casi con resignación pero con entu-
siasta ánimo perseverante, Jitrik desgrana en este
diálogo el despliegue zigzagueante de la litera-
tura en su relación, problemática, con el curso
de los acontecimientos políticos y sociales.
Los escritores de Mayo de 1810, la Generación del 37,
Lugones, Rojas, Sarmiento y el Martín Fierro,
Roberto Arlt, Martínez Estrada, Borges y Jauretche
son legados imprescindibles cuando nos interro-
gamos sobre las posibilidades de pensar qué es
Argentina en sus dilemas bicentenarios.
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La Biblioteca: ¿Cuál es el significado es la de Manuel Belgrano. Son tan


de la literatura, cuál es su presente atractivas como dramáticas: es casi el
y porvenir en esto que, con cierto único que imprime un sesgo dramá-
fervor místico, seguimos pensando tico en sus escritos, que da cuenta de
como existencia colectiva? cualidades, tanto por su formación
como por sus ideas y dramas perso-
Noé Jitrik: Si observamos los comienzos nales, y sobre todo, por el modo en
de una literatura en Argentina, la idea que encaró el proceso que parecía irse
de existencia colectiva es un interro- todo el tiempo de las manos. Es más,
gante. ¿Qué era la colectividad en la se fue de las manos rápidamente. En
sociedad argentina hacia el final de la diez años el país fue mostrando un
colonia en 1810? aspecto muy diferente de la idea de
La presentación de la Revolución de 1810. Es a partir de ese momento
Mayo es, en realidad, la decisión de que la noción de existencia colectiva
un grupo de personas que se propone empieza a problematizarse, y se inician
configurar una existencia colectiva y los enfrentamientos radicales que se
que encuentra dificultades tales como van a prolongar durante décadas.
la amenaza de la anarquía y la posi-
bilidad de enfrentamientos armados LB: ¿Cuál era el papel de la escritura
que se extenderán luego durante en ese momento, y cómo podrían
sesenta años. En rigor, la idea de exis- pensarse las diferencias respecto a
tencia colectiva era virtual... Por un las formas más contemporáneas?
lado, porque la realidad era más bien
dispersa, y por el otro, porque había NJ: La escritura desempeñó en aquel
quienes intentaban darle una forma momento un papel fundamental,
concreta y específica a dicha virtua- porque ese mismo grupo que llevó
lidad. Este objetivo se planteó a partir adelante la revolución era ilustrado y
de un modelo que, para los revolu- tenía una cierta sensibilidad respecto a
cionarios de 1810, podía reconocerse la literatura, tal como se entendía sobre
positivamente en Francia, y de forma todo en la herencia borbónica. Había
negativa en España. Esto es lo que un costado, que no podríamos llamar
podríamos entender como la inten- aún de literatura pero sí una manifes-
ción que subyace a Mayo de 1810, y tación previa que después pudo ser
el motor que llevó a un determinado considerada o bien literaria, o bien
grupo a generar ese hecho histórico. popular –muy embrionaria y restrin-
Pero no se trataba sólo de una voluntad gida, de valor más bien testimonial–
patriótica, sino también, forzados por sobre la voluntad de construir algo.
las circunstancias o no, de un grupo Se trataba de dos formas expresivas:
de escritores. La mayoría de los prota- una que tenía relación con un sector
gonistas de Mayo de 1810 escribieron de la población poco cultivado, y otra
sus memorias. Hasta un sujeto tan con un sector cultivado, heredero de la
imprevisible, como fue el coronel cultura borbónica ilustrada.
Saavedra, también lo hizo. En esas La llamada “Canción patriótica”, de
memorias personales está lo que tiende López y Planes, que luego será consa-
a consolidar o construir esa colecti- grada como himno nacional, es un
vidad. Una de las que más se destacan claro testimonio de esa voluntad de

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construir una nación. Idea sobresaliente libro publicado en España, llamado La


para Mayo, de herencia rousseauniana, Lira Argentina, que recupera la obra
ya que fue Rousseau el primero en de 25 ó 30 poetas argentinos. Salvo
hablar de ese concepto, retomado por uno de ellos, todos están en la misma
López y Planes en el Himno. Hoy ese línea poética de López y Planes. Ese
texto puede sonar que se destaca, pero que es igualmente
Ese dar por sentado un país que a hueco pero, admitido, es Bartolomé Hidalgo, que
todavía no existía, pero que se sin embargo, se comienza lo que luego será el lenguaje
manifestaba por escrito, indica sigue cantando, gauchesco y después va hibridándose.
el papel que desempeñó la lite- porque por sus Dichos textos forman parte de la
ratura en el siglo XIX. Toda ella versos transita la poética general, pero el hecho de que
está recorrida por esa vibración voluntad de cons- alguien recopilara a todos estos poetas,
interna: conferir existencia a truir una nación, los hiciera publicar, y que luego el
algo que aún no la tiene del un país, que volumen hubiera llegado y trascen-
todo. Y en eso, un concepto, todavía no existía dido en esa remota Argentina es sin
el de representación, desem- pero que en la duda muy significativo.
peña un papel fundamental. Es canción y en la Por otro lado, en ese momento
inequívoca la gradual tendencia literatura se daba empiezan a surgir publicaciones
a tratar de representar lo que por existente. locales. Por ejemplo, un periódico
todavía no puede ser del todo Ese dar por llamado La abeja argentina –nombre
representado. sentado un país bastante revelador– que se ocupa
que todavía no de diferentes campos de la realidad,
existía, pero que se manifestaba por incluidos diversos discursos y nacientes
escrito, indica el papel que desempeñó preocupaciones. Publica artículos sobre
la literatura en el siglo XIX. Toda ingeniería, sobre poesía, teatro, agri-
ella está recorrida por esa vibración cultura, navegación, industria. Es un
interna: conferir existencia a algo que intento de construir un país por medio
aún no la tiene del todo. Y en eso, de las palabras. Pero la historia indica
un concepto, el de representación, que si se construyó el país lo hizo por
desempeña un papel fundamental. otro lado. Una de las pocas cosas que
Es inequívoca la gradual tendencia a quedan de ese ímpetu es el Banco de la
tratar de representar lo que todavía no Provincia que todavía existe.
puede ser del todo representado.
En eso piensa un escritor como LB: Nombrás la capacidad anticipa-
Esteban Echeverría. Toda su obra está toria de la palabra, como una imagi-
atravesada por la intención, el esfuerzo nación colectiva del país que aún no
y las ganas de asir una realidad, que se existía. Podríamos pensar en dos
siente como inarmónica e inorgánica. grandes vertientes de esa imaginación:
Las escrituras que se producen en esta por un lado la Generación del 37, un
perspectiva son embrionarias pero puñado de nombres que pensaron los
tienen su lugar. En la época riva- dilemas de la época en clave genera-
daviana, 1823-24, los registros de cional. Y luego, con una impronta muy
aduana muestran los objetos cultu- diferente, estaría el surgimiento de un
rales que arribaban en ese momento, revisionismo nacionalista ligado al
traídos por ese gobierno ilustrado. Era Centenario, encarnado por nombres
impresionante. Uno de ellos fue un como el de Lugones o Rojas...

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NJ: A propósito de las plumas que se romántico, sino más bien un impulso
instalaron como imaginación colec- que el romanticismo le da para conec-
tiva de país, la Generación del 37 es tarse con estructuras muy misteriosas
un momento particularmente intere- y secretas de la realidad argentina. Y
sante, por ser un período de muchos esa manera de considerar misterioso lo
cruces y perplejidades en relación con que ocurre por aquí, en la pampa, las
esta intención de dar fórmulas desde ciudades, las temporalidades propias,
la palabra que sirvieran para orga- es un modo de pensar romántico, pero
nizar el país. La idea de organización también local; es un pensamiento que
ya había aparecido en la Asamblea del intenta dar forma a la experiencia local
año 13, es decir, desde el comienzo para tratar de llegar a esa idea de orga-
aunque embrionariamente. Se trata nización que se va dando después.
de crear instituciones a semejanza de El grupo del 37 tiene varios nombres
los modelos franceses: ya el mismo notables, luego fundamentales: Alberdi,
nombre, asamblea, está tomado en Juan María Gutiérrez, Echeverría, y las
préstamo. Hacia los años 30 estos conexiones que mantienen con gente
intentos empiezan a capotar, se ahogan, del interior del país. Buenos Aires es,
y entonces los jóvenes del 37, presen- en ese momento, el horno del que
tándose como generación, vuelven a salen todos los panes ideológicos, esté-
replantear y reformular la posibilidad ticos y políticos, pero que encuentran
de establecer pautas para la organiza- fuera de Buenos Aires alguna gente que
ción y construcción del país. Esto se ve sobrepasa lo que la capital forjó, por
claramente en las obras de Echeverría ejemplo Sarmiento, que estaba conec-
y Alberdi, ambas inaugurales respecto tado con este grupo, pero que hace una
a las propuestas institucionales que formulación novedosa. Encuentra una
presentan. El mismo Alberdi es quien salida, que podemos ver como literaria
años después escribirá las “Bases” de la en un sentido a-genérico, no some-
Constitución. Su excepcional cabeza tida a ninguna indicación de ningún
funcionaba casi programáticamente. tipo, con una fuerza extraordinaria y
La palabra organización es impor- una arbitrariedad o locura expresiva
tante; después reaparecerá en el 80. enormes. Su obra es una irrupción
Este término viene del pensamiento dentro de un panorama en el cual los
no utópico de Francia, del sector intentos anteriores se presentan de un
denominado “eclecticismo francés”. modo desiderativo, pero tímidos en su
Echeverría recupera este término en su formulación.
libro Dogma Socialista. Esta Generación del 37 cuenta con
Pero cabe aclarar que Echeverría es el Dogma Socialista de Echeverría, los
además un escritor, es el primer escritor escritos filosóficos de Alberdi –escritor
que podríamos llamar moderno. Es que piensa en términos de nación–, la
un autor que vivió un momento de idea de cultura literaria de Gutiérrez
transición de la literatura francesa, y –quien dice que si la independencia
que fue casi testigo de las contiendas supuso cortar los lazos con España,
románticas en París. Pero, contra- para ser congruentes habría que aban-
riamente al modo en que muchos la donar la lengua española y adoptar el
presentan, su concepción literaria no francés; paradójicamente, años después,
es de sometimiento respecto al modelo Gutiérrez termina siendo académico

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de la Real Academia Española–. Lo el momento fundante de una litera-


del francés no era más que una utopía tura en la que los referentes están ahí
lingüística disparatada... pero tergiversados, en un movimiento
Lo que se gesta en ese período, un poco intelectual dotado de un ritmo de la
dislocadamente, se organiza mucho prosa que hace que aún hoy el libro
más en el pensamiento de Sarmiento sea legible, más allá de saber qué es lo
y posteriormente en el de Alberdi, que pensaban los escritores de aquella
que son los que inspiran la resolución, época, o de descubrir perlas ignoradas
por llamarla de de la literatura argentina del siglo XIX,
En el Facundo, Sarmiento alguna manera, de que difícilmente las haya.
invita a navegar por conceptos, la anarquía, y allí Luego, se intentará transformar a
y lo que queda luego de la empieza a crearse la fuerza, convencionalmente, estas
lectura, no son tanto las afir- la posibilidad de piezas en escrituras valiosas, cuando su
maciones más tajantes, sino armonizar los valor pasa, en realidad, por la turbu-
esa deriva, ese ritmo que se diferentes grupos lencia: es el germen de la generación
presenta como momento locales anta- de una literatura, algo que está ahí,
fundacional de una literatura gónicos, cuyos que hay que hacer, que tiene sentido
posible que no está sometida enfrentamientos hacer para otorgar identidad a esa
a modelos. Es el momento impedían que la colectividad en plena formación. Su
fundante de una literatura idea de nación valor no pasa tanto por lo estético, lo
en la que los referentes están terminara por poético, ni siquiera por lo que pueda
ahí pero tergiversados, en un concretarse. desprenderse de sus páginas. Aunque
movimiento intelectual dotado En Sarmiento es cierto que en esos textos hay nume-
de un ritmo de la prosa que aparece la idea rosas ideas y tal vez para los sociólogos
hace que aún hoy el libro sea de que Facundo pueda ser interesante rescatarlas.
legible, más allá de saber qué es Quiroga era un
lo que pensaban los escritores sujeto reacio a LB: Si el primero es un momento
de aquella época, o de descu- cualquier cosa de ficción respecto de la existencia
brir perlas ignoradas de la lite- que viniera de la colectiva, el segundo parece querer
ratura argentina del siglo XIX, cultura. Pero es fundar una singularidad específica
que difícilmente las haya. también él quien con el nacionalismo, el retorno a
dice en el Facundo una época gauchesca y a un sujeto
que no era así, que, al contrario, el nacional encarnado...
riojano se mostraba cercano a la idea
de un orden político e institucional NJ: El desarrollo que lleva a esta
ya en la época rivadaviana; más tarde, pregunta es particularmente dramá-
Facundo entra en pugna con el unita- tico e interesante, porque por un lado
rismo, pero al volver a Buenos Aires están las ideas de la Generación del 37,
es sensible a la cultura porteña. En el pero también empieza a darse un
Facundo, Sarmiento invita a navegar interés por la historia, y se abre un
por conceptos, y lo que queda luego debate interesantísimo entre Mitre y
de la lectura, no son tanto las afirma- López a propósito de la Revolución de
ciones más tajantes, sino esa deriva, ese Mayo, a propósito de la biografía que
ritmo que se presenta como momento Mitre escribe de Belgrano y es refu-
fundacional de una literatura posible tada por López; el debate es mediante
que no está sometida a modelos. Es sendos libros. Surge un interés por

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la historia, y al mismo tiempo una El esquema de esa época sería: el


atracción por la novela histórica: el lenguaje gauchesco es un rumor
propio Mitre escribe novelas román- respecto de la vocinglería del lenguaje
ticas e históricas. Pero, por debajo de español culto, hace eclosión en el
esa vocinglería, hay un rumor que Martín Fierro y luego sufrirá una
es la literatura gauchesca que se va lenta desaparición coincidente con
dando como una manifestación de la derrota del universo rural, vencido
otra naturaleza. Y ahí, como señaló finalmente unas décadas después por
Martínez Estrada, hay un equívoco el lenguaje urbano.
fundamental, creer que la literatura Entre tanto, se va dando, dentro del
gauchesca era la literatura de los choque de estos dos lenguajes, la
gauchos, cuando era todo lo contrario. imagen de una literatura posible, un
Justamente la palabra “gauchesca” era poco más desprendida de la contin-
la que marcaba la diferencia: es una gencia. Es el mismo fenómeno que se
literatura culta que adopta un lenguaje da en el periodismo, el cual funcionó
artificioso, resultado de la obser- durante el siglo XIX como unipersonal
vación y la transformación de una y en función de una causa política
jerga empleada por cierto sector de la inmediata. José Hernández así lo hizo
población. Pero ese rumor produce en más de un periódico, sobre todo en
algo extraordinario, una irrupción: El Río de la Plata, en el que publicaba
el Martín Fierro, libro que resume el su defensa del gaucho. Y poco a poco,
sentido que tienen estas operaciones hacia 1870-1880, va surgiendo un
discursivas, vistas como sólo servi- periodismo que tiende a dar noticias,
ciales: los poetas gauchescos estaban y corresponde al momento en que
siempre apoyando una causa u otra, la modernización del país empieza a
de ahí que en conjunto se los llama consolidarse, a ser una realidad.
la gauchipolítica. Sin excepción, todos En así que lentamente comienzan a
son partidarios de alguien: algunos publicarse novelas, una poesía más
rosistas, como Luis Pérez, otros anti- formalizada; aparecen sociedades de
rrosistas como Hilario Ascasubi, pero poetas, de dramaturgos. Señales que
Hernández se encarga de darle otra indican la posibilidad de concretar lo
densidad a este lenguaje, y de allí surge que previamente era sólo una voluntad.
el Martín Fierro. Para algunos, como Este proceso culmina alrededor de
Lugones o Carlos Astrada, desde el 1880, década de triunfo del libera-
punto de vista de lo que afirma, será lismo y consolidación de una determi-
el poema épico nacional. Pero para nada idea de país. Comienza a gestarse
otros, quienes reivindican lo indí- la propuesta nacionalista, que aparece
gena y lo gauchesco, es un texto anti- en versos elementales que funcionan
indio, anti-gaucho, reaccionario. Esas como manifestación de una mirada que
interpretaciones para mí carecen de descansa sobre una nación a la que se le
importancia porque de lo que se trata atribuyen no sólo características, sino
es de una eclosión del lenguaje y la también funciones y destinos. Empieza
formulación de una posibilidad, que a funcionar la idea de la “Grande
luego irá palideciendo anegada por la Argentina” que es un título luego
cultura urbana, pero que ahí está y ha retomado por Lugones, y despunta
dejado una enorme marca. también el llamado revisionismo.

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Diálogos

El nacionalismo es una de las mani- mediante la denominada “Conquista


festaciones de un conflicto militar del Desierto” –sobre la cual no deja de
e ideológico, que toma forma ya en hablar nuestro amigo Bayer–, la distri-
el 80. Para algunos, según los pará- bución de las tierras, la organización
metros del liberalismo ochentista, la moderna de la producción agrícola y
sociedad está ya constituida; otros la ganadera. Y junto con eso, el embrión
atraviesan con una mirada de reivin- de la industrialización y la necesidad de
dicación nacionalista, y por añadidura una producción rural diferente, más la

Noé Jitrik empiezan a llegar las nuevas ideas inmigración y el arribo de nuevas ideas
sociales: el socialismo, el anarquismo, y protagonismos. Todo ello presenta
todas las corrientes que acompañan el alternativas literarias de otra natura-
proceso de modernización del país. leza, nuevas o viejas según se mire.
Una modernización puede ser un Hasta ese momento, y de forma domi-
hecho mental, volitivo, pero también nante, la literatura estaba ligada a lo
es un cambio estructural: la imposi- político y lo social, en el sentido de
ción de una estructura económica, la la pertenencia. Como aquella distri-
recuperación del territorio nacional bución que operaba en Europa en la

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Edad Media, en la que uno de los here- travesía, va describiendo y propo-


deros era el que iba a recibir los bienes, niendo una interpretación posible
el otro iba a ser cura, el otro militar. para ese mundo popular caótico.
Más o menos el mismo esquema se
da en la incipiente aristocracia argen- NJ: Ya estamos aquí en otro país, o
tina, sobre todo en las relaciones entre mejor dicho, en el país que cono-
política y literatura que en ese período cemos. Este momento es prepa-
van juntas. Un ejemplo extraordinario rado por gestiones preliminares, por
y visible de ello es el general Lucio ejemplo la lenta evolución de un
V. Mansilla, político, diplomático, sujeto como Lugones, quien empieza
escritor y militar. siendo socialista, luego anarquista,
Pero con la modernización y el pronun- más tarde pasa a ser liberal y exaltador
ciado cambio demográfico, la imagen de las virtudes del 80, y poco a poco
del escritor empieza a transformarse entra en una especie de esperanza o
de modo ostensible y casi violento. La ilusión autoritaria. La ilusión de que
literatura en sentido estricto comienza el autoritarismo puede solucionar el
a separarse de las contingencias, y esto caos de un intento nacionalista como
explica el triunfo del movimiento fue el yrigoyenismo, expresión acen-
llamado modernismo, que es una tuadamente
declaración de expectativa acerca de nacionalista a En toda construcción de un colec-
una función diferente y autónoma de pesar de sus tivo, siempre subyace la inquietud
la literatura, ya no más sometida a lo otras y nume- por la identidad. En cuanto a lo
que funcionaba otrora y que se admitía rosas facetas. hispánico, creo que no se podría
como si estuviera naturalizada. Si se entiende hablar de una identidad perdida,
el naciona- porque pensar que lo español era
LB: La emergencia de la literatura lismo como lo perdido implicaría negar un
nacionalista posibilitó un orden la operación siglo de historia; la necesidad de
discursivo nuevo y al mismo tiempo sobre el aquí hallar una identidad era lo que
fundó cierto periodismo. Pueden y el ahora de acercaba a algunos intelectuales
encontrarse dos orientaciones dife- los problemas indefectiblemente a España. Una
rentes, surgidas también de aquel concretos de suerte de nacionalismo restaura-
magma caótico que nombraste. Por una sociedad, cionista me parece.
un lado, la épica política emanada y no simple-
del grupo FORJA, un ensayo nacio- mente una formulación anterior, anti-
nalista que intentó interpretar el yrigoyenista y restauradora, no sólo
mundo popular proponiendo una del rosismo como ideal perdido de
nueva forma de inteligibilidad de defensa del país, sino también como
ese magma que no encajaba en las secuela europeizante de tendencias
clasificaciones previas. Y por otro nacionalistas europeas. Me refiero,
lado, un modo de la literatura que por ejemplo a los Irazusta, preocu-
se expresa, desde los primeros folle- pados por lo que significaba el impe-
tines hasta la crítica urbana, y que rialismo inglés, dueño prácticamente
encuentra en la figura de Roberto de la economía nacional. Los Irazusta
Arlt un exponente significativo para hacen la crítica de ese sistema, pero
la historia literaria; una suerte de no es la misma crítica que realiza ese
nihilista urbano que, a partir de su nacionalismo que apunta en 1910, en

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la obra de Manuel Gálvez o de Ricardo propio Sarmiento que en sus últimas


Rojas, una especie de sueño hispani- obras previene acerca del peligro que
zante como solución a la búsqueda representaría el flujo migratorio, que
de identidad. En toda construcción él mismo, entre otros, había propi-
de un colectivo, siempre subyace la ciado. En ese punto la contradicción
inquietud por la identidad. En cuanto histórica es casi insalvable.
a lo hispánico, El yrigoyenismo promueve para
Pero en cuanto a Sarmiento lo creo que no se esos intelectuales de algún modo un
que hace es escribir como un podría hablar de desorden. Y la reacción de gente como
torrente y lo que produce es una identidad Lugones es totalmente contraria y
tan fuerte y germinal, que no perdida, porque derivará en la organización de estruc-
puede sino tener los efectos que pensar que lo turas plenamente fascistas como
conocemos. Un escritor como español era lo la Liga Patriótica, que más tarde
Martínez Estrada es sarmien- perdido impli- dará lugar a la Alianza Libertadora
tino, pero no porque defienda caría negar un Nacionalista, y finalmente al naciona-
a Sarmiento o haya escrito una siglo de historia; lismo de derecha.
biografía sobre él, sino porque la necesidad En el medio, después de la caída de
tiene parecida actitud, se diría de hallar una Yrigoyen en el 30, unos jóvenes radi-
que convulsiva, tanto respecto identidad era cales –FORJA quiere decir Fuerza de
del lenguaje como de la realidad, lo que acercaba Orientación de la Juventud Radical
una literatura que siempre está a algunos inte- Argentina–, se proponen devolverle
por ser descubierta gracias a su lectuales inde- fuerza al radicalismo yrigoyenista
pluralidad y fuerza, al igual que fectiblemente en oposición al antipersonalismo.
la obra borgeana. a España. Una El grupo se plantea un programa de
suerte de nacio- pensamiento, antes que de acción, en
nalismo restauracionista me parece. todos los órdenes, menos literario que
Por otra parte está lo concreto, más ideológico-político. Scalabrini Ortiz,
bien encarnado en el yrigoyenismo, congruente con su afiliación forjista,
que tiene además una posición inter- en su libro más conocido, El hombre
nacional y diplomática arraigada en que está solo y espera, se pregunta por
lo nacional, de resistencia, de neutra- quién es el hombre argentino. Innova
lidad durante el conflicto bélico y porque una constante en la literatura
con una puesta de atención sobre argentina es que, salvo Sarmiento y
los problemas locales. El naciona- Borges, en general las expresiones
lismo de Lugones, por el contrario, es más extremas acerca de la identidad
combativo y aristocratizante. Piensa vienen siempre de afuera. Son los
en términos de la espada, siente que europeos que empiezan a venir luego
el país está desordenado, que carece del Centenario y preguntan a los
de control, que la inmigración ha argentinos: “¿Ustedes qué son?”.
tergiversado todo y reina un peligro Ocurría algo parecido a lo que sucede
que reside en ella, tal como en cierto hoy cuando los visitantes preguntan
modo ya había sido sentido al final qué es el peronismo. Son procesos que
del 80, cuando empiezan a aparecer no se llegaban a entender desde una
expresiones xenofóbicas en la pluma perspectiva racionalista, notoriamente
de escritores como Cambaceres, quien fuerte en Europa, donde todos tienen
habla de inmigrantes italianos, y el al parecer muy claro lo que son. En

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cambio, cuando llegan acá y ven esta hubiese existido la Generación del 98
ensalada, la pregunta se hace insos- en España, con sus figuras extraordina-
layable y se transfiere a los intelec- rias, sin la presencia y la acción poética
tuales argentinos, entre los que están de Rubén Darío.
Martínez Estrada, Scalabrini Ortiz Pero en cuanto a Sarmiento lo que
y una cantidad de pensadores que hace es escribir como un torrente y lo
empiezan a razonar e indagar sobre qué que produce es tan fuerte y germinal,
es ser argentino, qué es ser porteño. que no puede sino tener los efectos
Sarmiento y Borges parecen despren- que conocemos. Un escritor como
derse de esta tendencia, lo que no deja Martínez Estrada es sarmientino,
de ser paradójico puesto que uno y pero no porque defienda a Sarmiento
otro pasan por ser los más europeos o haya escrito una biografía sobre él,
que ha producido Argentina. Pero sino porque tiene parecida actitud, se
Borges tiene una visión muy clara diría que convulsiva, tanto respecto del
sobre el asunto: afirma que la lite- lenguaje como de la realidad, una lite-
ratura argentina, para ser literatura, ratura que siempre está por ser descu-
tiene que acompasarse con la literatura bierta gracias a su pluralidad y fuerza,
universal, no puede recluirse en una al igual que la obra borgeana.
provincia, meramente orgullosa de ser Retomando la idea del cruce naciona-
tal. Eso que a veces uno siente al tomar lista, es interesante para considerar la
contacto con ciertos escritores de inte- cuestión de la fuerza de la identidad
rior, que siempre están vociferando y su posibilidad de gravitación en la
contra Buenos Aires, y reivindicando lo literatura. Como ejemplo se suele
que son por su condición de escritores mencionar a Roberto Arlt. La pregunta
del interior, aunque lo que escriben que surge es: ¿por qué apreciamos a
sean unos versos abominables, cuentos Roberto Arlt? Un aprecio que no sólo
que no tienen ningún interés, pero eso es verificable sino creciente, luego de
no importa, simplemente arguyen que un periodo de silencio en el cual ni
son desconsiderados por Buenos Aires. la crítica corriente ni la academica se
En Buenos Aires se considera o descon- ocuparon de su obra. Poco a poco fue
sidera por razones muy complejas redescubierto y entendido como una
y extravagantes, y nunca se puede manera de ser de la literatura argen-
tener garantías de ser considerado. Lo tina, así como lo es Borges, así como
mismo, no se puede tener garantías lo es Sarmiento, como lo es Mansilla,
de consideración en el mundo para la o Lugones y una cantidad de escritores
literatura argentina, sólo por ser argen- que pueden gustarnos más o menos.
tina. Esa posición a Borges le resultó, Lugones es irreemplazable, y tratar
llegó a ser exitosísimo, se incorporó de liquidarlo es una tarea un tanto
a la literatura universal sobre la cual estúpida. El hecho de que haya termi-
gravitó, tal como lo había hecho en nado siendo un reaccionario no es
su momento Rubén Dario. Si bien era un criterio para tratar de entender la
un exquisito que escribía sobre cosas posición de su literatura dentro de
rarísimas, sobre porcelanas chinas y un proceso discursivo amplio, lo cual
princesas, expresa y manifiesta una necesita de una lectura que consistiría
fuerza de cambio impresionante que en tratar de comprender qué revelan
gravita sobre la literatura española. No los escritos de los escritores para no

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quedarnos simplemente en la admi- por la sangre y la enfermedad, como lo


sión o el rechazo de lo que dicen. que aparecía en la literatura del 80 con
Todavía el comportamiento común y Cambaceres y Martel, entre otros, sino
difundido de la lectura responde a un porque la entiende, con una fuerza
mecanismo de conformidad por iden- extraordinaria, como una estructura
tificación; ésa es una limitación grave. mental, alimentada por y que alimenta
Por eso la pregunta en relación con un lenguaje vigoroso aunque, y eso se
Roberto Arlt lo que nos expone es la recuerda siempre, desarticulado tal vez
posibilidad de entender una transgre- desde un punto de vista académico.
sión. El primer campo en el que pueden
darse las transgresiones es el temático LB: ¿Cómo pueden pensarse las
o de la representación. Si un escritor características diferentes entre los
incorpora en su libro más elementos enfoques de la ciudad que narra Arlt
reconocibles de la realidad cruda y y la que describe Martínez Estrada?
dramática, pareciera transgredir. En
el caso de Arlt no se transgrede dema- NJ: Las diferencias pueden apreciarse
siado, ya que un escritor como Manuel considerando sobre todo La cabeza
Gálvez había ido mucho más lejos que de Goliat; en otras obras de Martínez
Arlt en cuanto a lo temático; y no sólo Estrada se puede apreciar un plan
Gálvez. Por tanto, la transgresión de la más metafísico, con una pluralidad de
que Arlt nos habla es de otra índole. posibilidades. En La cabeza de Goliat
Un primer punto es que descentra el predomina un ánimo descriptivo y
interés de un imaginario rural para calificador, vinculado con una suerte
la literatura argentina, y lo ubica en de revisionismo respecto de la estruc-
un imaginario urbano. Si bien antes tura mental oligárquica, aun sin deno-
la ciudad también había aparecido, minar de ese modo al predominio de
no sólo como escenario sino como esa clase. Cuando se inquieta por las
forma mental de relaciones de enten- construcciones de Buenos Aires, por los
dimiento, de estructuras y lenguajes, edificios suntuosos, por los palacios de
Arlt le da un golpe de muerte al predo- la avenida Alvear, toma distancia crítica
minio de lo rural que había culminado, respecto de la mentalidad oligárquica
más o menos, por la misma época en que desplazó toda su energía hacia la
la obra de Ricardo Güiraldes. Es el exhibición de un país grandioso.
final de una manera de sentir la posi- Las festividades del Centenario de
bilidad de una literatura que encarnara 1910 tienen ese carácter. Lugones
la significación de ese colectivo que ya celebra esta idea de país y lo escribe
se había formado. Y eso podía signi- en unas odas a los ganados y las
ficar que el colectivo contenido en ese mieses. También surge la expresión
recipiente llamado Argentina tenía de “Grande Argentina”, circula un
sentido por lo rural, por la extensión orgullo de país consolidado y con
de la que había hablado Sarmiento, o identidad, pero a su vez hay mucha
por la estructura productiva de la que gente que ya está “molestando”: se
el país dependía. Roberto Arlt termina hacen sentir los anarquistas, empieza el
con eso mediante una fuerza verbal movimiento obrero, crecen los hijos de
que rescata a la ciudad ya no como el los inmigrantes y quieren ser. Se da un
demoníaco recinto del mal, ocupado cambio profundo de mentalidad que

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las estructuras de pensamiento tradi- LB: Suele decirse que en Borges hay
cionales, sostenidas por una estructura un movimiento transicional, entre
rural como patrón para imaginar situa- la gauchesca y los arrabales, algo
ciones, no toleran y desprecian; en ese que es retomado en una especie de
imaginario, los últimos que responden “caracterología” por Roberto Arlt,
–Benito Lynch por ejemplo aunque aunque de manera diferente, pero
muy críticamente– son desplazados también centrada en personajes de
por la obra de Arlt, que imagina submundos. Y también en Martínez
“por” la ciudad, no como exaltación Estrada hay una narración que
sino como modo de pensamiento. La caracteriza las figuras emergentes
ciudad de Arlt es siniestra, pero esa del peronismo, donde se configuran
experiencia inmediata es sobrevolada de formas notables y complejas...
por una estructura de pensamiento,
una sintaxis arrebatada, una desproli- NJ: Creo que la cuestión consiste en
jidad análoga al desorden urbano. tratar de ver los pasadizos que hay entre
En términos generales la marcha de distintas obras; la literatura dialoga
la escritura urbana es rectilínea y de secretamente, enviándose señas. Pienso
cruces, pero la escritura de Arlt es en el primer libro de Roberto Arlt, El
urbana sin ser rectilínea, es trabucada, juguete rabioso. En los últimos tramos
atravesada, ésa es su transgresión. En de ese relato el protagonista empieza
la crítica que se hace a la escritura a vender papel. La presencia del papel
de Arlt, por ejemplo de la escena de dentro de un texto literario siempre
la quinta de Temperley, en Los siete sugiere algo; cuando aparece el papel,
locos, siempre se ha puesto el acento plumas o escrituras, hay algo que se
en los sujetos extravagantes pero no revierte sobre la tarea misma y tiene
en el acceso, en la organización de alguna significación, inconsciente por
la prosa. Porque la literatura no es supuesto. El personaje vende papel
sólo decir cosas importantes, sino en las carnicerías, por lo tanto para
sobre todo construcción de lenguaje hacerlo necesita caminar, desplazarse.
y hallazgo de un modo de hallar sus Ese desplazamiento le permite describir
residuos, surgidos de órdenes de lo que va viendo, hasta que llega a una
realidad que pueden estar en cual- carnicería, un lugar bastante ominoso,
quier lugar. Eso puede verse en Arlt, en la cual un sujeto confía en él pero
siempre y cuando uno no se detenga a quien el protagonista traiciona. La
sólo en la extravagancia de Los siete crítica que se ha hecho sobre El juguete
locos, o en los conflictos matrimo- rabioso pone el acento en esa traición.
niales de El amor brujo. En Arlt A mí, lo de la traición me importa
tenemos un punto de partida, una menos, y prefiero poner el ojo en dos
nueva manera de entender la narra- datos: el personaje vende papel cami-
ción desde un imaginario diferente, nando y termina la venta en una carni-
que le debe mucho a la ciudad como cería. En ese caminar, entre un punto
estructura profunda y generadora. En y el otro, puede trazarse una relación
eso consiste, me parece, un cambio con la búsqueda de referentes. ¿Cómo
que ya estaba en la vanguardia y en se cuentan situaciones que nutren una
los primeros poemas de Borges, y que novela? Algunas maneras son pura-
luego prosigue su camino. mente imaginarias, otras resultan de

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desplazamientos, lo cual es frecuente seguir sintiendo lo que han visto,


en la novela realista del siglo XIX: los propuesto e imaginado.
desplazamientos y los viajes que son el
alimento de la narración. En este caso, LB: En Borges, en Martínez Estrada
el viaje se da en la ciudad con el obje- y en Arlt hay una expresión narra-
tivo de vender papel en una carnicería, tiva que cobra su fuerza de la crítica
y resulta que Borges, dentro de sus a su época, pero también de la
primeros poemas, tiene uno titulado imaginación que es la que la cons-
“La carnicería”. El libro en que salió tituye y alimenta. Unas veces con
publicado, Fervor de Buenos Aires, es tonos mitológicos, otras con evoca-
precisamente un libro de caminatas, ciones melancólicas y a veces con
por Villa Ortúzar, por Recoleta y sentencias nihilistas. Quizá, para
otras zonas. Es decir, el sujeto poético pensar la experiencia de Contorno,
de Borges es un deba partirse de esos legados. Sea
Contorno significó la oportu- caminante que como inspiraciones o como nece-
nidad de abrir una perspectiva también termina sidad de establecer deslindes. ¿Cómo
que se suponía teóricamente en una carnicería. afrontar los dilemas de una época,
más actual, y de proponer un Por lo tanto, el sus incomodidades y aporías? Tal
determinado revisionismo que pasadizo secreto vez, algo de esta pregunta sobrevo-
diera perspectivas filosóficas entre Borges y laba la creación de un grupo que
más contemporáneas: el exis- Arlt está en eso, necesitó inventarse para decir algo
tencialismo y el pensamiento de en caminar para en cierto momento, y que se sintió
Sartre, un proto-marxismo que ver, en la mirada ahogado por el dogma cultural de
se estaba insinuando. El propó- como el alimento sus días. ¿Ves en las huellas de eso
sito, desde esa perspectiva, era de la imagina- un planteamiento interesante para
revisar valores. Ésa era nuestra ción literaria, pensar esta época, o simplemente
actitud principal: desterrar los y los referentes queda inscripto en su momento y
valores falsos, y exaltar los que que atraen por el hoy el desafío es diferente? Contorno
creíamos valiosos. hecho de ser los inventó sus propios procedimientos
elementos locales de lenguaje, de escritura y agrupa-
más estridentes, no por ello los mejores. miento, en un momento de asfixia
Es como si dos escritores antagónicos intelectual, cultural y política. ¿Ves
hubiesen sido conducidos por la misma algún paralelismo entre aquella
fuerza imaginaria. ¿Cómo se lee esto? asfixia y este momento? Y si fuera
Algunos podrán decir que lo impor- así, ¿hay algún tipo de correspon-
tante es el componente de la traición, dencia que llevase a realizar, ya no
como dijo Oscar Masotta. Otros otra Contorno, pero sí un tipo de
dirán que lo relevante es el ultraísmo planteamiento de esa índole?
de Borges como manera de escri-
tura. Todo eso a mí no me dice nada. NJ: En primer lugar creo que la
Me dicen más las relaciones secretas formación de grupos es una constante
que puede haber entre maneras de dentro de la literatura argentina. Cada
concebir una forma literaria que liga uno de esos grupos, al parecer, sintió la
a escritores aparentemente situados en necesidad de dar una respuesta a una
las antípodas, y que es lo que los hace época dura, difícil, con formaciones
vibrantes todavía. De allí se puede y antecedentes muy diferentes. Hoy

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evocamos a la Generación del 37, en revista toma rumbos diferentes, y una


esa línea está Contorno, pero antes está recuperación desde la crítica del valor
la revista Realidad, Martín Fierro, el de esa revista.
Modernismo como agrupamiento. ¿Qué pasa ahora? Creo que ahora los
Son declaraciones desiderativas, libidi- agrupamientos también existen pero
nales, que afirman: “Queremos dar una tienen otro carácter, mantienen otra
nueva voz a lo que está ocurriendo”. relación con las corrientes que tran-
En el caso de Contorno, la respuesta es sitan por el mundo. Por ejemplo, el
a una parálisis intelectual que se vivía papel de la creencia cada vez mayor
como tal y a lo mejor no era cierta. en la digitalización de la literatura.
Tal vez sólo fue una estrategia para Hay grupos que se están dedicando a
tomar distancia y poder empezar algo. eso, pero sus textos aún no cumplen
Para hacer, no hay otra que matar a el propósito que tenían los escritos de
los padres, si no quedamos encerrados grupos anteriores.
en el homenaje y sin producir nada En el momento que hacíamos Contorno
respecto a las necesidades reales. Los estaba el grupo Poesía Buenos Aires, el
integrantes de Contorno salimos de grupo de los surrealistas, y la llamada
la Universidad de Buenos Aires, de Generación del 40. Es una constante
la Federación Universitaria, de los en la cultura argentina, que es sorpren-
centros de estudiantes, y de una rela- dente, interesante, y que tiene que ver
ción que va creciendo con una incli- con la emergencia del interés por la
nación misional: parecía que éramos literatura y la escritura. Es casi cuanti-
nosotros quienes debíamos asumir la tativo. Saber que al último concurso de
responsabilidad de darle palabras y novelas se presentaron 700, es una cosa
pensamiento a ese momento. asombrosa, y ni hablar de la produc-
Contorno significó la oportunidad de ción de los poetas. Es notable el interés
abrir una perspectiva que se suponía por la palabra y lo que puede suceder a
teóricamente más actual, y de proponer través de ella, aunque eso no tiene nada
un determinado revisionismo que que ver con lo que de ello queda.
diera perspectivas filosóficas más
contemporáneas: el existencialismo y LB: Contorno, si bien tiene una
el pensamiento de Sartre, un proto- idea crítica de lo existente, también
marxismo que se estaba insinuando. ensaya, imagina y esboza una idea
El propósito, desde esa perspectiva, era de un destino colectivo, y pareciera
revisar valores. Ésa era nuestra actitud que, desde la dictadura, la literatura
principal: desterrar los valores falsos, y y la ficción pasarían a cumplir otro
exaltar los que creíamos valiosos. papel más ligado a la descripción
Aunque hoy mucha gente habla y del horror, o de crítica del presente,
retoma Contorno, no está claro a qué de denuncia, que el de imaginar un
apunta esta revaloración. Si es por destino común.
el lado de la crítica literaria, o por el
revisionismo político. Porque en su NJ: Ésa es una presencia fuerte en la
devenir la revista se va inclinando desde literatura argentina, la necesidad de
la literatura a fenómenos cada vez más recuperar lo que fue la experiencia o
políticos. Luego hay un hueco, porque los efectos de la dictadura. Eso generó
cada uno de los que conformamos la una expresión muy interesante de

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un amigo brasileño: “la literatura del Es el público lo que se pone en primer


duelo”. El duelo como un canal por lugar, y creo que es lo que se ve en las
el cual el análisis, o la recuperación de presentaciones, los debates y demás
lo que puede haber sido la dictadura, espacios relacionados con la literatura
pasa al campo de la imaginación lite- actual. Un cambio importante que
raria para ser interpretado. ¿Eso qué corresponde a lo que pasa en otros
querría decir respecto de la idea de lo lugares del planeta, donde la literatura
colectivo? Lo que está señalando es el también está operando esta mutación.
riesgo de la destrucción de lo colec- En la pintura, por ejemplo, tienen cada
tivo, en ese gesto se insinúa el riesgo de vez más importancia los llamados cura-
una pérdida, y en algunos momentos dores; son la instancia decisiva que dice
la destrucción literal de lo colectivo, qué va y qué no. En la literatura pasa
ya que una tentativa de lo que pudo con los agentes literarios, y los premios,
ser el desarrollo político fue elimi- esto indica algo. Hay una clara modifi-
nada brutalmente. Esa dimensión está cación de la noción de lo colectivo.
presente en gran cantidad de libros. Es
una literatura de profunda decepción El proceso literario argentino, como el
en ese campo. del resto del América Latina y Estados
Pero también otros recorridos litera- Unidos, y países nuevos, concibió
rios en la actualidad se evaden de esa la literatura “a la francesa”, es decir,
tensión. Porque la representación o dándole más importancia al lenguaje
la recuperación de lo que fue la dicta- que a lo representado. Ésa es por
dura todavía no está terminada. Es un ejemplo la lección de Flaubert; escribe
proceso imaginario lento, que tardará sobre poca cosa, pero obsesivamente,
en hallarle la vuelta en realizaciones y corrige, corrige y corrige. Es la idea
literarias, no sólo moralmente justifi- de una lengua que deja de lado lo
cables. Hacer con esto una obra que que describe, para concentrarse en la
tenga una densidad semejante a la que perfección. Este modo de entender el
pudo haber tenido El Quijote, en rela- trabajo literario ha dejado de predo-
ción a las novelas de caballería, algo minar y ha empezado a ser sustituido
que por su peso lo supere, que vaya por la manera norteamericana de
más allá del cumplimiento de una contar, guiada por un concepto de
especie de moral política. eficacia y un objetivo, penetrar en lo
Por otro lado, hay un cambio impor- que se entiende como el “público” así
tante en relación a la idea de lo colec- sea muy poco definido. Eso condi-
tivo, de lo que puede llegar a ser: ciona, asimismo, el discurso de los
cómo se le habla a lo colectivo y qué editores y editoriales que, valorando lo
se pretende que sea desde la litera- que quiere la gente, proponen entonces
tura. Para el siglo XIX estaba ligado esa literatura esperada por la gente... Y
a una identidad, pero eso no está en que no siempre es literatura.
cuestión hoy. La variante profunda
en la literatura actual es que la idea de
lo colectivo se ha transformado en la (*) Diálogo sostenido en el marco del
idea del público. La mayor parte de la ciclo “Legados y porvenir: Argentina
producción literaria tiene en cuenta al en el Bicentenario”, organizado por la
público, y no a la formación colectiva. Biblioteca Nacional durante el 2009.

32
Argentina está crispada. Así
lo anuncian los profetas de la
armonía que, especialistas en
lanzar al ruedo slogans de
alto impacto comunicacional,
diagnostican con gesto adusto
y voz grave que el país se preci-
pita hacia un despeñadero. Su
Conflictos capacidad de producir sensa-
ciones y golpes de efecto se
y armonías multiplica en escenas difun-
didas a coro. Desde la radio,
la televisión y los periódicos se
nos invita a diario a ingresar
decididamente al mundo de
la sensatez y el diálogo para
dejar definitivamente atrás el
desacuerdo. Poco se advierte hasta qué punto en este enunciado reite-
rado se respira un grito de guerra.
Desde las veredas oponentes se proclama el conflicto como la base de toda
transformación social. La dinámica agitada de los acontecimientos del
presente amplía, según esta mirada, los límites de lo posible. La demo-
cracia, por esta vía, se ve enriquecida: donde hay un conflicto nace un
derecho, como si se tratase de una versión remozada de aquella célebre
frase arrojada a los vientos de la historia.
Estas miradas no parecen tan alejadas de la clásica dicotomía que
caracterizó la vida del país. Civilización o barbarie fue el signo que
permitía una inteligibilidad capaz de clasificar la dinámica contro-
versial que se remonta a las épocas decisivas de la Revolución de Mayo.
Pero lo sabemos, toda civilización está teñida de actos de barbarie, y en
su reverso, toda “barbarización” puede ser portadora de nuevos para-
digmas civilizatorios.
Quienes leyeron la historia como una sucesión progresiva de etapas
pronosticaban, apagados los fuegos de la historia, el ingreso a una
nueva adultez que dejaría atrás los períodos de luchas y desencuentros.
Para unos serían las revoluciones burguesas. Para otros, se trataba de
la emancipación de las fuerzas laborales que conducirían el destino de
la humanidad a un estadío superador de los antagonismos. De esta
manera, quedaría sepultada su pre-historia.
Esta forma de comprender los enigmas del tiempo no fue privativa de
Argentina. La tensión entre conflictos y armonías no siempre dio lugar
a pensamientos singulares, capaces de advertir las formas impuras en las
que se manifiesta el drama de la historia. Pero, volviendo a estas tierras
más próximas, ambos polos de esta inquietud nos conducen a interro-
gaciones cuyas irresoluciones se nos aparecen como aporías. ¿No supone
la armonía, acaso, una utopía ilustrada que imagina una estabilidad
mórbida? ¿Cómo podrían expresarse los malestares en este anhelo de
una sociedad sin conflictos? Por el contrario, ¿qué ocurriría si quienes
predican el conflicto como el motor de la historia dudasen de que al final
del camino nos espera la felicidad augurada? Así, bajo un dilema que se
debate entre una existencia sin riesgos y una vitalidad sin certidumbres,
pueden pensarse estos doscientos años de un país que, más de una vez,
desfiló por los abismos de su destino.
El lector encontrará aquí ensayos que dan cuenta de estas dificultades.
El Dr. Eugenio Zaffaroni traza un panorama del derrotero que siguió el
Código Penal argentino, materialización de la Constitución Nacional
que garantiza la vida ciudadana frente al poder punitivo del Estado.
En esta genealogía pueden palpitarse los ritmos políticos del país.
Natalio Botana revisa los fundamentos del federalismo argentino a
la luz de los problemas emergidos en la democracia posdictatorial:
“astenia” fiscal, sistema impositivo regresivo, disparidad de la insti-
tución legislativa respecto a su representatividad, y la constitución
de megalópolis que vuelven infructuosos los intentos por pensar una
convivencia de largo plazo.
Enrique Martínez revisa los modelos productivos sugiriendo las poten-
cialidades, no siempre vislumbradas, que ofrece la integración regional
para el planteo de una economía de carácter popular y solidaria.
Eduardo Rinesi sigue las pistas del jacobinismo en Argentina, seña-
lando la relevancia de esta forma política para comprender la historia
del país y sus movimientos más significativos. Este análisis propone
una disyuntiva: en la relación entre representantes y representados, en
sus cercanías y lejanías, se cifran las posibilidades de una democracia
más inclusiva.
Finalmente, Alejandro Kaufman se pregunta por la pertinencia de la
política moderna y los modos intelectuales con los que ésta se corres-
pondió, a partir del surgimiento de un nuevo orden global de producción
“biopolítica”. Tal disposición, inmanente a la vida contemporánea, no
se detiene en los límites regulatorios de la acción estatal.
36

Descodificación del
Código Penal en Argentina(*)
Por Eugenio Raúl Zaffaroni

La historia del Código Penal argentino, y sus


derroteros, nos advierte acerca de las dificultades
que ha padecido la idea misma de ciudadanía en
el país. El código es la materialización efectiva
de la garantía social respecto al poder punitivo,
y su implementación resulta imprescindible para
efectivizar los derechos constitucionales preser-
vando la autonomía de sus ciudadanos.
El Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni traza una genea-
logía de la parte “oculta”, de la que nunca se
habla en la historia del derecho constitucional:
los intentos, siempre truncos con arreglo a los
intereses dominantes, de implementación de una
normativa de este tipo en el país. La persistencia
de la herencia colonial en materia de legislación
penal fue sufriendo una larga cadena de modifi-
caciones sucesivas, con sus avances y retrocesos.
Inicialmente se trataba del disciplinamiento
a gauchos y vagabundos respondiendo a los
parámetros con que la criminología del siglo
XX establecía la “mala vida”. Los vaivenes del
Código Penal argentino pueden ponerse, como
aquí se hace, en paralelo con los ritmos políticos
del país, llegando en el presente, a una situación
extrema que es necesario enmendar: la forma
de legislar se somete al poder demagógico de
los medios de comunicación sin que prevalezca
ninguna racionalidad jurídica.
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Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario

Esta tarde vengo a traerles una historia del iluminismo y el racionalismo,


desconocida, que como toda historia incluso desde los déspotas ilustrados,
no sólo trata de hechos pasados, sino de surgió la necesidad de reunir toda la
sucesos que aún persisten en el presente, materia jurídica y normativa de cada
que determinan y condicionan de rama del derecho en un único cuerpo
alguna forma nuestra existencia actual, sistemático, orgánico, en una única
y que se proyectan hacia el futuro. Es ley que, siguiendo el afán enciclope-
la historia abierta de nuestra legislación dista, agrupase todas las normas de la
y nuestra codificación penal. materia de manera no contradictoria,
Una constitución no vive sin el apén- coherente, sistemática, para facilitar su
dice necesario de la ley penal, que interpretación y aplicación. Éste es el
marca y concreta el ámbito de auto- concepto moderno de código surgido
nomía que garantiza la constitución. a la luz del iluminismo y del libera-
Una constitución sin ley penal es sólo lismo alrededor de los siglos XVIII
un acto de buena voluntad. y XIX, que comenzó a materializarse
A lo que quiero referirme, pues, es a la en códigos políticos y constituciones.
historia de cómo se quiso concretar la Pero es interesante observar que la
limitación al poder punitivo a lo largo necesidad de reunir la normativa de
de nuestra existencia institucional. Por una materia jurí-
cierto que es necesario hacerlo, porque dica en un único En realidad, en la tradición
cuando nos enseñan historia constitu- cuerpo coherente, poscolonial española los
cional, con sus textos institucionales y fue inaugurada primeros códigos fueron casi
acontecimientos políticos, justamente por un código reproducciones del código
esta historia que concreta el ámbito penal en tiempos español de 1822, que fue el
de autonomía de cada ciudadano del despotismo código de la revolución liberal,
permanece en la oscuridad, mien- ilustrado. Fue con que no tuvo casi aplicación en
tras se muestra otra historia, la de las Pietro Leopoldo di España –incluso los historia-
declaraciones, de los derechos, de los Toscana en 1786, dores dudan de que haya alcan-
discursos en las asambleas. Pero a la que se sancionó zado real vigencia allí– pero la
hora de ver cómo se regulan y limitan el primer código tuvo largamente en América
esos derechos que nos enseñan, no se penal moderno, Latina, al punto que en Bolivia
habla. Esa historia queda en la sombra antes incluso de llegó a regir por 140 años.
por más que se trate también de la los códigos polí-
historia constitucional y más aun, de ticos o constituciones. Es muy interesante
una parte fundamental de ella. el fenómeno histórico: antes de codificar
Por lo tanto, me gustaría recorrer las el derecho político se hizo patente a la
grandes líneas de la historia ideológica razón la urgencia de codificar los límites
y política de esta materialización en al poder punitivo del estado.
normas penales, que se realiza a partir La emancipación latinoamericana es
de códigos, del código penal. ¿Qué es un fenómeno muy interesante respecto
un código penal? ¿Qué es un código? de esta historia que permanece en rela-
Históricamente podría decirse que se tivo silencio para los no penalistas (e
llamó códigos a las recopilaciones de incluso para muchos penalistas que no
leyes de distintas épocas, carentes de han reparado suficientemente en ella).
una parte general, sin coherencia, sin Desde los albores de la emancipa-
una sistemática interna. Pero a partir ción, en varios países se pensó en la

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necesidad del código penal inmedia- que confirmarían esta última versión.
tamente pegado a la constitución. Lo cierto es que la primera tentativa de
Muy tempranamente, en 1826 en El código se nos perdió.
Salvador y en 1831 en Bolivia con el A partir de ese momento se abrió un
Código Santa Cruz y en Brasil con largo interregno en el que se suspendió
el Código Criminal del Imperio de todo intento de codificación. En
Brasil, se abre la codificación penal momentos políticos muy convul-
latinoamericana. sionados se sancionó en Santa Fe la
En realidad, en la tradición posco- Constitución de la Confederación
lonial española los primeros códigos Argentina de 1853, jurada por todos
fueron casi reproducciones del código los gobernadores, menos por la
español de 1822, que fue el código provincia de Buenos Aires, que perma-
de la revolución liberal, que no tuvo neció segregada hasta 1860, año en
casi aplicación en España –incluso el que su incorporación provoca una
los historiadores dudan de que haya reforma a la Constitución original.
alcanzado real vigencia allí– pero la En 1863 se instaló la Corte Suprema
tuvo largamente en América Latina, que proyectó la Ley 49, que sólo tipi-
al punto que en Bolivia llegó a regir ficó delitos federales y carecía de una
por 140 años. parte general. El gobierno de Mitre
Esto prueba que nuestros movi- necesitaba de esta ley para “no ahorrar
mientos emancipadores temprana- sangre de gauchos”, como le aconse-
mente buscaron la sanción de códigos. jaba Sarmiento, y poder reprimir los
Comprendieron la necesidad de codi- movimientos del noroeste, en los que
ficar la materia penal y jerarquizarla descollaba la figura de Peñaloza. La
como complemento indispensable y tipificación de los delitos federales no
parte de la legislación constitucional. era más que un paso precario hacia la
En Argentina, como suele suceder, codificación.
se dio una historia curiosa. El primer En 1866 se le encargó la redacción de
ensayo de código penal lo hizo el un proyecto de código penal a Carlos
gobernador Dorrego, encargándoselo Tejedor, que era un destacado hombre
a un francés, Guret de Bellemare. político y profesor de Derecho Penal
La impresión de este documento se de la Universidad de Buenos Aires.
interrumpió sin explicación alguna y Tejedor se dio cuenta de que no podía
el manuscrito terminó perdiéndose inventar un código y adoptó el modelo
sin que hasta el momento haya sido históricamente más liberal que había
posible hallarlo. en Europa, que era el código de Baviera
Lo pintoresco es que tampoco sabemos de 1813 de Anselm Von Feuerbach,
mucho acerca de Bellemare. Se dice que contrapuesto al Code Napoleón. Como
era un jurista o juez francés que luego Tejedor no sabía alemán, apeló a la
regresó a su país, pero tampoco está traducción francesa de Vatel, publi-
muy claro qué hacía un francés en el cada en París en 1852.
Río de la Plata en 1829. El historiador Desde entonces, nuestra codificación
José María Rosa dice que era un espía penal tiene una característica que hoy
del gobierno francés, pero no da muchas domina en toda la legislación compa-
noticias al respecto. Algunas investiga- rada pero que en aquel momento era
ciones recientes aún no publicadas parece una novedad. El orden en el que se

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establecían los delitos en la parte espe- En 1866 elevó su proyecto al Ejecutivo,


cial, que en las viejas recopilaciones que nombró una comisión para revi-
seguía al Decálogo, luego de la laiciza- sarlo, cuyos integrantes, a lo largo de
ción, cuando el lugar de Dios pasó a ser años, fueron renunciando, muriendo,
ocupado por el Estado, estaba encabe- y siendo reemplazados. Sin mostrar
zado por los delitos contra éste, según ningún tipo de apuro, recién en 1881
el modelo del código napoleónico y la comisión integrada finalmente por
todos los que le siguieron. Los delitos Villegas, Ugarriza y García, emitió un
contra las personas se relegaban en dictamen proponiendo otro proyecto
esos textos a la última parte del código. de código penal, que seguía al código
Pero en Argentina, desde el origen de español, tributario en último análisis,
nuestra codificación hemos seguido del modelo del Code Napoleón. La
el orden inverso, como resultado única trascendencia que tuvo este
de la posición liberal de Feuerbach: proyecto fue que estuvo en vigencia
comenzamos con los delitos contra por muy poco tiempo en la provincia
las personas y después pasamos a los de Córdoba.
bienes jurídicos de carácter colectivo, Como puede verse, los comisionados se
criterio clasificatorio que hoy tiende tomaron su tiempo, o sea que no hubo
a dominar en la codificación compa- urgencia oficial. En tanto, las provin-
rada, pero que en el siglo XIX era una cias necesitaban de alguna manera
completa rareza. ordenar mínima-
Lo cierto es que en la legislación mente la legisla- Creemos que el poder punitivo
comparada de la época se contraponían ción caótica que es plurifuncional, o sea que no
los dos modelos: el de Feuerbach, que se aplicaba, que se lo puede reducir simplis-
por otro lado era más técnico, frente al era la legislación tamente a una única función
de Napoleón, que se asemejaba a un penal española social, pero no por ello deja de
código militar. en la medida que ser un instrumento de domi-
Tejedor eligió políticamente el primer fuera compatible nación de las clases hegemó-
modelo, minoritario en su época, pero con la Constitu- nicas. No obstante, no puede
liberal. Recordemos que Carlos Tejedor ción Nacional, confundírselo con el derecho
fue después gobernador de la provincia de de lo cual resul- penal, porque si bien el poder
Buenos Aires, casi llegó a ser presidente; taba una insegu- punitivo entre otras funciones
fue también director de la Biblioteca ridad tremenda, cumple la de instrumento de
Nacional, y protagonizó la última puesto que esa dominación de las clases hege-
guerra civil importante del siglo XIX legislación era mónicas, el código penal es en
contra Roca en la que hubo cinco mil absolutamente realidad el elemento que pone
muertos. El profesor de Derecho Penal incompatible con límites al poder punitivo, o
de la Universidad de Buenos Aires era un la Constitución. sea que si bien por un lado
hombre de personalidad fuerte y había Ante esta situa- habilita ese poder, por otro lo
publicado un Curso, que fue el primer ción insostenible, limita. Ese límite es la cuestión
libro completo sobre la materia escrito a partir de 1876 principal de la justicia.
en nuestro país. Por cierto, el código no las provincias
tiene nada que ver con lo que sostenía empezaron a sancionar el proyecto
en el Curso. Por fortuna, era un hombre Tejedor como código penal provin-
inteligente y se percató de que no podía cial, hasta que el Congreso Nacional
inventar un código. sancionara el código definitivo y

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cumpliera con el mandato constitu- es en realidad el elemento que pone


cional. La primera fue La Rioja, la límites al poder punitivo, o sea que si
segunda Buenos Aires, y luego casi bien por un lado habilita ese poder,
todas las provincias salvo Santiago por otro lo limita. Ese límite es la cues-
del Estero que se abstuvo, y Córdoba tión principal de la justicia.
que tardíamente –como señalamos– En aquella época las clases hegemó-
sancionó el proyecto de Villegas, nicas no tenían ningún interés en
Ugarriza y García. que el poder punitivo tuviera límites,
Finalmente, en 1885, setenta y cinco porque el ejercicio de ese poder sobre
años después de que se hubiera ido las clases pobres se practicaba al amparo
de tierra argentina el último gober- de legislaciones que lo habilitaban sólo
nante español, el Congreso Nacional, contra los sectores subordinados y que
a desgano, tomó el proyecto Tejedor, garantizaban que no alcanzaría a los
lo arruinó un poco con algunas inter- dominantes.
venciones políticas, y lo sancionó sin En efecto: la legislación heredada de la
cumplir acabadamente el mandato colonia española en cuanto a los vagos
constitucional, pues el código de 1885 y maleantes, como también la legisla-
sólo regulaba los delitos de la compe- ción agraria y de regulación –policial
tencia ordinaria, en tanto que los según la cual nadie podía desplazarse
delitos federales seguían siendo regidos de un lugar a otro de la provincia de
por la Ley 49. Es Buenos Aires sin una papeleta firmada
Cabe pensar que mientras decir que tuvimos por el comisario–, eran elementos que
en América Latina las condi- dos legislaciones componían una legislación de segunda
ciones de explotación de penales: una categoría, en la cual casi no se repara
riquezas, especialmente mine- que legislaba los y ni siquiera se registra en la historia
rales, imponían que hubiese delitos federales y oficial de nuestro derecho penal.
límites al poder punitivo para otra que legislaba Sin embargo, fue la legislación bajo la
que éste no se desbandase en los delitos ordina- cual se envió a muchos Martín Fierro
las luchas hegemónicas entre rios; esta última al servicio de fronteras, y que garan-
las clases criollas de pode- era el Código tizaba el ejercicio de poder punitivo
rosos, en Argentina, entonces Penal que entró en sobre determinados sectores sociales
territorio pobre, poco habi- vigencia en 1886. marginales. Naturalmente excluía a los
tado, el poder se disputaba Creemos que el sectores altos, lo cual les resultaba a éstos
guerreando directamente y no poder punitivo bastante cómodo. De allí la falta de
peleándose entre ricos que se es plurifuncional, urgencia en sancionar un código penal.
valían del poder punitivo. o sea que no se Cabe pensar que mientras en América
lo puede reducir Latina las condiciones de explotación
simplistamente a una única función de riquezas, especialmente minerales,
social, pero no por ello deja de ser un imponían que hubiese límites al poder
instrumento de dominación de las punitivo para que éste no se desbandase
clases hegemónicas. No obstante, no en las luchas hegemónicas entre las clases
puede confundírselo con el derecho criollas de poderosos, en Argentina,
penal, porque si bien el poder puni- entonces territorio pobre, poco habi-
tivo entre otras funciones cumple la tado, el poder se disputaba guerreando
de instrumento de dominación de las directamente y no peleándose entre
clases hegemónicas, el código penal ricos que se valían del poder punitivo.

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No había en nuestro país señores de Esta comisión de jóvenes notables


ingenio, cultivos intensivos de caña, elaboró un proyecto completo en 1891,
café o algodón, no teníamos una que mantenía en general la estructura
producción esclavócrata y, por cierto, de Tejedor –la de Feuerbach–, a pesar
tampoco habíamos tenido las mejores de que aquí seguíamos sin poder leer
universidades ni la primera imprenta a este autor. Estos jóvenes enrique-
ni el centro de la justicia: dependíamos cieron además el proyecto Tejedor con
de Bolivia. A las clases dominantes los códigos de segunda generación de
nuestras les bastaban las leyes que les Europa, fundamentalmente el de la
permitían enlazar gauchos molestos. unidad italiana
Las brutales leyes españolas alguna vez (el Zanardelli), el Entre 1880 y 1910 se sancio-
alcanzaban a las clases un poco más código holandés naron las leyes de servicio
altas, por ejemplo cuando un cura se (el Modderman) y militar obligatorio, de educa-
escapaba con alguna feligresa y rompía en algunos puntos ción obligatoria y, de alguna
las reglas internas de los dominantes, el código belga, manera, comenzó a crearse una
como hizo Rosas. que era anterior. ciudadanía de escritorio. De ese
Esto explica que el código de Tejedor Hay una parti- modo se le dijo a la masa inmi-
de 1886, bastante arruinado, se sancio- cular disposición gratoria que se los aceptaría
nase de urgencia y casi por presión de en el proyecto siempre y cuando ingresaran a
los inversores extranjeros, pero era un de 1891 que sus hijos a la educación argen-
instrumento bastante defectuoso. Por debe tenerse en tina, se rompieran los vínculos
eso y casi de inmediato –en 1890– se cuenta: la pena de culturales de origen, y, por si
designó una comisión con vistas de relegación. Está la domesticación primaria no
proyectar un nuevo código penal. Sus copiada de la era suficiente, a los hombres se
integrantes fueron Rivarola, Piñero ley de relegación los terminaría de domesticar
y Matienzo, los tres fundadores de la francesa de 1885, con el servicio militar. De este
Facultad de Filosofía y Letras de la mediante la cual modo se rompía todo vínculo
Universidad de Buenos Aires y jóvenes mandaban a los originario de pertenencia.
brillantes de aquella generación. franceses a la Isla
Matienzo llegó a ser candidato a del Diablo, a la Guyana. Esta disposi-
vicepresidente de la República en la ción proveniente de Francia, respondía
fórmula Justo-Matienzo (alternativa a un reclamo permanente de la policía
a Justo-Roca). Piñero fue interventor de la ciudad de Buenos Aires.
en algunas provincias, ministro y Como es sabido, a partir de la derrota
encargado de las relaciones con Chile de Tejedor en 1880, el roquismo
en el momento crucial del conflicto comenzó a practicar lo que en
de 1900. Rivarola fue un intelectual términos foucaultianos llamamos
destacado, primer profesor de Ética disciplinamiento. Entre 1880 y 1910
de nuestra Facultad de Filosofía y se sancionaron las leyes de servicio
Letras, que comenzó con un programa militar obligatorio, de educación obli-
de ética spenceriano –terrorífico– y gatoria y, de alguna manera, comenzó
después empezó a leer a Kant, evolu- a crearse una ciudadanía de escritorio.
cionando así hacia el kantismo, hasta De ese modo se le dijo a la masa inmi-
convertirse en una de las primeras gratoria que se los aceptaría siempre
resistencias al positivismo reinante y cuando ingresaran a sus hijos a la
en la época. educación argentina, se rompieran los

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vínculos culturales de origen, y, por si como una especie de campeonato de


la domesticación primaria no era sufi- moreirismo legislativo: cada legislador
ciente, a los hombres se los terminaría tomaba la palabra para demostrar que
de domesticar con el servicio militar. era más duro y más valiente o macho
De este modo se rompía todo vínculo contra los anarquistas cobardes que
originario de pertenencia. tiraban bombas escondiéndose. Por
También en ese período se sacó a las cierto, cuando los anarquistas querían
locas y enfermas de las calles y fueron ir de frente los ametrallaban, pero eso
entregadas a las monjas, en tanto que a es un detalle.
los locos se los entregó a los médicos. Lo cierto es que la ley se aplicó poquí-
¿Pero qué hacer con los extranjeros simo en ese tiempo, dado que los jueces
indeseables? Se sancionó la Ley de federales le pusieron límite. Alguien
Residencia, que aunque nació sobre llamó a los jueces los primos pobres de
todo para ser aplicada contra los anar- la oligarquía dominante, que tenía un
quistas, en aquel momento fue usada proyecto de país, sea cual sea el juicio
contra lo que se llamaba la mala vida, que merezca. Y, en verdad, esos primos
un concepto muy interesante de la pobres en alguna medida se convir-
criminología de la época. tieron en custodios del proyecto que,
Los criminólogos de comienzos de ideológicamente, era traicionado por
siglo XX, cuando se escapaban de sus la ley de 1910. Por ende, parece que
mujeres iban a hacer trabajo de campo dijeron “esto no”.
a los prostíbulos, y luego escribían Si bien el problema de los extran-
libros sobre la mala vida. Los hay sobre jeros molestos estaba resuelto con la
la mala vida en Roma, en Madrid, en Ley de Residencia, quedaba en pie la
Barcelona y, como no podía ser de otro cuestión de qué hacer con los nacio-
modo, también tenemos La mala vida nales molestos. En alguna época los
en Buenos Aires de Eusebio Gómez. habían deportado a Paraguay, pero al
Sería bueno reeditar este libro porque parecer los paraguayos se quejaron.
no tiene desperdicio. El gobierno contrató a un ingeniero
En el concepto de mala vida entraban italiano –Castello Muratgia– para
prostitutas, gangsters, tahures, construir una colonia penal en
escruchantes, ladronzuelos, cafishos, Ushuaia, nuestra Siberia. Se hace un
curanderas, gays, monjas, etc. Todas primer intento de pena de relegación,
estas figuras constituían según que fracasa (la Ley Bermejo), por lo
los autores de ese tiempo, el estado cual en 1903 se decide reformar el
peligroso predelictual. La mala vida en Código Penal. Julio Herrera dijo de
Buenos Aires fue publicado en 1908 esta reforma que se le sacó lo mejor y
con un prólogo de José Ingenieros se le dejó lo peor, pero lo cierto fue
que tampoco tiene desperdicio. que introdujo la pena de relegación
La Ley de Residencia la proyectó con la fórmula que estaba prevista en
Miguel Cané –quien por cierto no sólo el proyecto de 1891, o sea, copiada
escribió Juvenilia–, y el período del textualmente de la Ley de Relegación
disciplinamiento roquista se cerró en francesa de 1885.
1910 con la llamada Ley de Defensa Del proyecto de 1891 sólo se tomó
Social, cuya sanción en el Congreso en cuenta esa fórmula, de muy larga y
fue descrita por Rodolfo Moreno triste historia, pero el texto en general

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no se discutió en las Cámaras. Entre Estamos ya en 1910, año del Centenario.


1904 y 1906 se creó otra comisión inte- Cabe aclarar que el clima general de
grada también por Rivarola y Piñero país, de todas las cátedras de Derecho
que retomó el trabajo de reforma y Penal, y de todos los que andaban
presentó un nuevo proyecto en 1906. revoloteando en torno del poder puni-
Este proyecto durmió el sueño legisla- tivo, era absolutamente positivista.
tivo hasta que entró en juego un perso- Lombroso influyó tremendamente en
naje muy interesante: el senador Julio nuestro país a partir de la famosa confe-
Herrera, un catamarqueño que nunca rencia de Luis María Drago convertida
fue profesor de derecho en ningún lado, en librito, Los hombres de presa, que
pero como senador se dedicó a estudiar se tradujo al italiano con el nombre
el tema y en aquella época criticó el de Il delinquente nato con prólogo
proyecto de 1906 en un libro de unas del propio Cesare Lombroso, a quien
600 páginas publicado en 1911. Sus quisieron traer a Buenos Aires. Lo invi-
ideas generales eran positivistas, pero la taron, pero como el hombre estaba viejo,
crítica al proyecto de 1906 es magní- mandó a Enrico Ferri, quien finalmente
fica, realizada por alguien que nunca vino en el Centenario, contándose entre
fue un doctrinario, sino un hombre que los visitantes más distinguidos. Si bien
se sentaba en su Catamarca a pensar y Ferri terminó siendo senador fascista,
leer los libros que podía. en 1910 era un dirigente de primera Eugenio Zaffaroni

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línea del Partido Socialista Italiano. En Era realmente impactante el poder


consecuencia, cuando llegó a Argentina que tenía en ese momento la ideo-
fueron los socialistas entusiasmados a logía positivista, el reduccionismo
recibirlo, pero se apresuró a decir que biologicista, el racismo y el peligro-
no entendía cómo podía existir un sismo, como pensamiento que enca-
jaba perfectamente con la ideología
legitimante de nuestra oligarquía de
la carne enfriada. Una minoría que
tenía que tutelar a la gran mayoría
que no estaba preparada todavía para
ejercer la soberanía, porque aún era
biológicamente inferior y necesitaba
que se la orientase para que evolu-
cionara sanamente y no se degene-
rase. Era menester custodiarla hasta
que adquiriese capacidad, con un
desarrollo mental que le permitiera
ejercer la soberanía y los plenos dere-
chos ciudadanos.
Entre 1910 y 1916 nadie se preocupó
por la ley penal, mientras se ponía en
marcha el penal de Ushuaia y se empe-
zaba a mandar presos al fin del mundo.
En 1916, un diputado conservador,
Rodolfo Moreno hijo, retomó el
proyecto de 1906 y consiguió que en
la Cámara de Diputados se formase
una comisión especial de Legislación
Penal y Penitenciaria, cuya presidencia
ocupó. Como era un hombre políti-
camente hábil, incorporó a radicales
de confianza del presidente Hipólito
Yrigoyen y a socialistas. De este modo
se formó una comisión plural para
reiniciar la tarea codificadora en un
momento político complicado. Rodolfo
Moreno era el presidente de la bancada
opositora de diputados conservadores
partido socialista en un país no indus- de la provincia de Buenos Aires, en el
trializado, y entró así en una polémica momento en que Hipólito Yrigoyen
con Juan B. Justo. acababa de intervenir la provincia, es
Ferri dio unas cuantas conferencias decir, estaba absolutamente enfrentado
en el teatro Odeón acompañado por con el oficialismo. Sin embargo, al
toda la oligarquía argentina, que se parecer, poseía una enorme habilidad
emocionaba y estremecía cuando política que le permitió generar esta
Ferri lloraba al recordar a su mamá. comisión plural.

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Moreno, si bien era conocedor de la Este Código Penal de 1921, promul-


materia, nunca fue un teórico, sino gado por Hipólito Yrigoyen, sobre-
más bien un hombre práctico, por vivió intacto casi cuarenta años. En ese
lo tanto fue tratando de simplificar y período aparecieron algunas variables
de configurar un proyecto en el que en el ejercicio del poder punitivo. En
se eliminasen todas las definiciones 1951, Perón firmó el decreto de cierre
teóricas. Un proyecto escueto, sobrio, del penal de Ushuaia y se llevó a cabo
redactado en un lenguaje claro y la reforma del sistema penitenciario
preciso que huyera de todas las discu- de Roberto Petinatto, pero el código
siones en boga. se mantuvo con mínimas reformas de
En la gestación de dicho proyecto detalle, no porque hayan faltado tenta-
había algunas cosas que naturalmente tivas de destruirlo.
eran del agrado de Yrigoyen, como la En 1924, 1926 y 1928 se propusieron
abolición de la pena de muerte y el leyes de estado peligroso sin delito
establecimiento de la condena condi- contra toda la mala vida, y luego leyes
cional, que había sido incorporada por de estado peligroso post-delictual, para
Yrigoyen en su propia plataforma polí- imponer penas más allá de las penas.
tica de 1916. Moreno consiguió de este Yrigoyen frenó todos estos proyectos,
modo el apoyo del Poder Ejecutivo de los que era personalmente enemigo
con el que estaba políticamente declarado.
enfrentado y logró que la Cámara En 1932 hubo una fuerte tentativa
de Diputados aprobara el proyecto, de reformar el Código Penal. En el
que pasó al Senado. La comisión del verano entre 1931 y 1932 se produjo
Senado, mayoritariamente reaccio- el secuestro de un joven pertene-
naria, le introdujo reformas, entre ciente a la Liga Patriótica, que era un
otras el mantenimiento de la pena movimiento de extrema derecha. Su
de muerte. Pese a todo, hubo en esta cadáver apareció unos meses después,
cámara una intervención que queda y como respuesta a la construcción de
todavía hoy en los restos de nuestro la víctima héroe de la época, el presi-
código. El senador socialista Del Valle dente Justo mandó al Senado un
Ibarlucea, tomando las ideas del buen proyecto que agravaba todas las penas.
juez Magnaud, introdujo en el artículo El Senado redobló la apuesta del Poder
41 –que establece la forma de cuanti- Ejecutivo y le agregó la pena de muerte
ficar la pena–, que el juez debe tener en por silla eléctrica. Pocos saben que la
cuenta la mayor o menor dificultad del República Argentina tuvo un proyecto
penado para ganarse el sustento propio con media sanción de la silla eléctrica,
y de los suyos, es decir, la condición el último grito de la moda a comienzo
económica. de los años treinta.
Finalmente el código fue sancionado Hubo un famoso debate en el Senado
en 1921. Por primera vez se amplía entre el senador conservador Aran-
íntegramente el mandato constitu- cibia Rodríguez y Alfredo Palacios. En
cional de sancionar un código penal 1933 José Peco publicó un tomo con
único, donde hay delitos federales el debate completo. El proyecto pasó
y delitos ordinarios con una parte a la Cámara de Diputados, en la que
general. Quedaron sólo tres o cuatro continuaba Rodolfo Moreno, quien
leyes penales por fuera del código. fue posteriormente gobernador de la

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provincia de Buenos Aires, embajador comenzó a llamar leyes) incorporó una


en Japón, y candidato a la presidencia cantidad de artículos que le hicieron
de la República a comienzo de los años perder toda su fisonomía al Código
40. Lo cierto es que esa Cámara de la Penal. El Congreso la derogó en 1973,
Década Infame, conservadora y frau- para volver al texto original.
dulenta, electa con el partido mayo- La dictadura militar de Videla resta-
ritario proscripto, cargando todas bleció en 1976 la reforma de 1967, con
esas taras políticas, sin embargo tuvo algunos inventos totalmente desca-
un resto de dignidad: no trató nunca bellados respecto a la subversión. Fue
el proyecto con media sanción del derogada por el Congreso en 1984. Es
Senado. Toda desemenjanza con la decir, que tuvimos un grave manoseo
realidad reciente es penosa. del Código Penal por parte de los regí-
No faltaron, en todos esos años, menes de facto.
proyectos para cambiar totalmente el En 1984 teníamos un código penal
Código: el proyecto de Coll-Gómez que más o menos había recuperado
de 1937, positivista; el proyecto de su fisonomía, y unas 60 leyes penales
José Peco, neopositivista; en la época especiales que establecían disposi-
peronista, el proyecto de Isidoro De ciones que no estaban en el Código.
Benedetti, de 1951, neopositivista A partir de ese momento se inició
también, al igual que el de Ricardo un serio y gravísimo proceso de
Levene (h) de 1953; y, finalmente, descodificación penal.
el proyecto normativista de 1960 de La codificación penal es algo que
Sebastián Soler, bastante apegado al preocupó muy poco a nuestros legis-
proyecto neoconservador alemán. ladores democráticos. A fines de los
No obstante, el 80 del siglo pasado sucedió un hecho
¿Qué tenemos hoy en Argentina Código perma- curioso. El Senado dio media sanción
como resultado de la banaliza- neció inalterado al proyecto del senador Jiménez
ción del sistema penal? ¿Qué hasta la llegada de Montilla, que es el primero y único
tenemos como resultado de los gobiernos de proyecto integral de código penal
la administrativización de la facto. En 1963, que obtuvo una media sanción en
solución punitiva? Lo que antes una comisión de nuestro Congreso Nacional. El texto
eran sanciones administrativas, ignotos perso- es absolutamente desatinado y nadie
se convierten en sanciones najes proyectó jamás lo tomó en cuenta, realmente
penales. Cada vez tenemos más una reforma insólito; sin embargo el Senado le dio
tipos penales –hoy contamos de más de 150 media sanción y llegó a la Cámara de
aproximadamente con unas artículos que fue Diputados donde, por fortuna, nunca
200 leyes penales especiales­– sancionada por fue tratado.
además de disposiciones vía de decreto- De allí en más comenzó un frontalismo
penales en leyes no penales, ley. En 1964 demagógico en el que cada problema
lo que los brasileños llaman el Congreso la que se suscita y que produce un efecto
normas extravagantes. derogó para mediático provoca un mensaje de
volver al texto respuesta del Congreso mediante una
original. En 1967 se nombró una ley penal.
comisión que copió algunas cosas El origen de esta modalidad de
del proyecto Soler, y también por frontalismo demagógico vindicativo
vía de decreto-ley (que esa dictadura proviene de Estados Unidos y corre

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hoy por todo el mundo, por lo tanto, tolerará ni la más mínima infracción,
no nos creamos originales. Responde a para mantenerlos a raya fuera de las
una circunstancia particular de ese país zonas de jardincitos ordenados.
y al cambio que provocó el abandono Esto produjo en Estados Unidos una
del modelo Roosevelt para el estado. hipertrofia increíble del sistema penal,
La particularidad local es que el que lo llevó al más alto índice de prisio-
Procurador General y el ministerio nización del mundo, quintuplicando
público en los estados son elegidos la media mundial. Generó también
por voto popular. Aprovechan esa una enorme empresa que natural-
circunstancia para generar víctimas mente tiene publicidad. Dicha publi-
héroes, y proyectarse mediáticamente cidad se mundializa. Este programa de
como los custodios de la seguridad y prisionización es costosísimo y repre-
los campeones de la lucha contra los senta un desplazamiento de inversión
malvados, saltando de inmediato a la social, para expresarlo gráficamente,
política y postulándose como gober- del hospital a la cárcel.
nadores. Esta modalidad –estadual Algunos comunicadores sociales
pero no federal en Estados Unidos–, adquieren enorme rating gracias a la
a partir de 1980 con las administra- identificación de víctimas-héroes y
ciones republicanas, se convierte en su consiguiente consagración en los
una modalidad federal, dado que el medios. Las usan
desprestigio de las autoridades fede- en estas campañas Si a alguien poderoso verdade-
rales hacia 1980 –con la derrota de v i n d i c a t i v a s , ramente le interesara la insegu-
Vietnam y el fracaso de la recupera- hasta que no les ridad, los riesgos y frecuencia
ción de los rehenes de Teherán, entre sirven más y las de victimización, lo primero
otras cosas–, hizo que los candidatos desechan. que haría es una investigación
a presidente no saliesen más del Estas son inven- seria sobre la victimización y
Senado, sino que surgiesen entre los ciones norteame- el delito. Aún no la tenemos,
gobernadores de los estados. Con lo ricanas de los a nadie le importa, y no se
cual, a partir de Reagan, se llevó al últimos treinta gasta un centavo en inves-
gobierno federal la modalidad propia años, que por tigar seria y científicamente
de los estados. cierto no tienen lo que nos pasa con el delito.
A esto se agrega que el modelo de nada que ver con El delito es sólo un pretexto
incorporación progresiva de origen la tradición ante- para demoler los límites que
keynesiano, o sea, el modelo Roosevelt, rior pero cunden el derecho penal le puede
fue reemplazado por el modelo de por el mundo. Se oponer al poder punitivo.
exclusión irremediable del festival espe- especializan en
culativo de la mafia del mercado, con mostrar como enemigos de la sociedad
las consecuencias que todos conocemos a quienes pueden obstaculizar esta
en la periferia del poder mundial, pero ampliación demagógica-vindicativa del
también en el centro, cuyos efectos aún poder punitivo; deterioran la imagen
no podemos predecir por completo. de los jueces, estigmatizándolos como
Tolerancia cero no es sólo el eslogan de aliados y encubridores del crimen.
un demagogo municipal, sino todo un Éste es el discurso que nos llega y que
proyecto político: se pasó de la inclu- se expande por el mundo con conse-
sión a la exclusión, con la advertencia cuencias que inciden gravísimamente
de que a los sumergidos no se les sobre la propia legislación.

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¿Qué tenemos hoy en Argentina posibles de la ley: se puede sostener


como resultado de la banalización del que se halla en 25 años, pero también
sistema penal? ¿Qué tenemos como en 37 años o en 50 años, y el caos es
resultado de la administrativización tan enorme que cualquiera de ellos
de la solución punitiva? Lo que antes encontrará un fundamento legal.
eran sanciones administrativas, se Todo esto parte de reformas apresu-
convierten en sanciones penales. Cada radas, también del primer impacto
vez tenemos más tipos penales –hoy de víctima-héroe con las famosas leyes
contamos aproximadamente con unas Blumberg, y de la Ley 26.200 –que es
200 leyes penales especiales­– además posterior–, pena el genocidio y establece
de disposiciones penales en leyes no penas menores a todas las anteriores.
penales, lo que los brasileños llaman Es verdad que se ha llevado a cabo
normas extravagantes. un ensayo de recodificación, que es el
El proceso de descodificación en anteproyecto publicado en 2006, y que
nuestro país es total, pues no sólo se fue descartado por toda la campaña de
trata de leyes penales especiales, sino la entonces publicitada víctima-héroe,
que además estallaron bombas adentro que asustó el Poder Ejecutivo, al
del propio Código Penal que destru- Legislativo. Hoy la víctima-héroe se
yeron su sistema. perdió en los vericuetos de la politi-
Como vimos, un código, siguiendo la quería, con todo su patetismo, descar-
tradición enciclopédica, trata de reunir tada de modo salvaje y sin ninguna
en una ley toda la normativa de una piedad por los mismos medios que la
materia, pero lo hace en una forma explotaron. Pero el mal legislativo está
sistemática, con una parte general hecho y nadie lo corrige.
coherente para facilitar la interpreta- Pienso seriamente que entre quienes
ción. Actualmente, no sólo comienza manejan el poder económico, a nadie
a dejarse la mayor parte de la materia le interesa mucho el problema de la
fuera del Código, sino que además se seguridad. En este punto soy un poco
destruye su coherencia interna. foucaultiano. Creo que no les interesa
Teníamos una fórmula única de cuan- demasiado la prevención del delito ni
tificación de la pena con algunos crite- la paz social, sino que lo que verdade-
rios básicos que funcionaron durante ramente les interesa es usar el poder
varios años, determinando, por un punitivo de alguna manera, manipu-
lado, la gravedad de la lesión al bien larlo para otras cosas.
jurídico y, por otro, el grado de culpa- Si a alguien poderoso verdaderamente
bilidad del sujeto. Pero ahora resulta le interesara la inseguridad, los riesgos
que esto se mezcló con un sistema de y frecuencia de victimización, lo
agravantes y atenuantes tabulados, y primero que haría es una investigación
tenemos el bis, el ter, y también otros seria sobre la victimización y el delito.
criterios de calificación en leyes espe- Aún no la tenemos, a nadie le importa,
ciales pero que afectan al Código Penal y no se gasta un centavo en investigar
en su totalidad. seria y científicamente lo que nos
En síntesis, hoy no sabemos cuál es pasa con el delito. El delito es sólo un
el máximo de la pena más grave de pretexto para demoler los límites que
nuestro Código, y no lo sabe nadie. el derecho penal le puede oponer al
Hay tres o cuatro interpretaciones poder punitivo.

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Sociológicamente hablando no existe pone límites es uno de los más vulne-


el delito, lo que existen son delitos, rables, que se puede detener en cual-
conflictos, que no tienen nada en quier momento y por efecto de las
común. Nadie puede explicar qué campañas publicitarias más groseras,
tienen en común el libramiento de que bajan en intensidad cuando
un cheque sin fondos con la viola- aparece el dengue o la gripe.
ción de una mujer. Lo único que No estoy sosteniendo que haya que
tienen en común es tener una sanción sancionar inme-
correspondiente en el Código Penal, diatamente y en El mandato de certeza que la
pero no puede prevenirse el delito en forma irrespon- Constitución y las provincias le
abstracto, porque dicha abstracción es sable el antepro- dan al Congreso Nacional, no
una invención que hacemos los juristas yecto de 2006. simplemente es el de legislar en
para inventar categorías generales. Lo redactó una materia penal, el de hacerlo en
En la sociedad lo que tenemos son comisión intere- cualquier forma. Su mandato
homicidios, violaciones, libramientos sante integrada es el de sancionar un código
de cheques sin fondo, estafas, calum- por los mejores penal. El mandato de certeza
nias, conflictividades sociales dispares, penalistas del se legitima en un código, y
con valoraciones muy diferentes, país. No coin- hace 25 años que se agudiza
no tenemos el delito, que se inventa cido con todo el la descodificación, la violación
haciéndonos creer que la tos y el cáncer proyecto, creo del mandato de certeza de la
se curan con el mismo remedio. que hay cosas Constitución. Lo construido
De modo que si lo que deseamos por mejorar y a lo largo de cien años se ha
prevenir son los delitos violentos, lo que habría que venido a destruir en 25 años de
primero que hay que hacer es inves- investigar más democracia, de Congresos en los
tigarlos: dónde ocurren, quiénes son profundamente que no hay proscripción, sino
los protagonistas, en qué horarios se la legislación que son legítimamente electos.
producen, cuáles son los riesgos de penal especial
victimización, y cincuenta posibles para tratar de abarcarla e introducirla
preguntas más. Con las respuestas a totalmente dentro del Código.
esa lista de interrogantes, tendremos Sin embargo, el anteproyecto de 2006
un perfil y una distribución. Y a partir es un documento de trabajo a partir de
de dicho perfil y distribución empeza- cual se podría pensar, trabajar algún
remos a conocer algo del fenómeno, tiempo en serio, y que puede desem-
generando un conocimiento con el peñar hoy, a principios del siglo XXI,
que podremos empezar a prevenirlo. el mismo papel del proyecto de 1891
¿Cómo podemos prevenir algo que no para el código de 1921. Sólo espero
conocemos? Por ende, tengo la sospecha que no nos tomemos 30 años.
de que a nadie con poder le interesa en La legislación penal, a través de este
serio el problema de la prevención, y proceso de descodificación, se ha
no sólo en nuestra sociedad, sino en vuelto inconstitucional in totum.
este mundo globalizado. No es inconstitucional tal o cual
Pero al parecer, tampoco a nadie le disposición, sino la legislación en su
interesa demasiado el tema de la segu- totalidad, lo que es extremadamente
ridad del ciudadano frente al avance grave. Hay un mandato de certeza del
del poder punitivo del estado, dado derecho y del derecho penal en parti-
que el proceso de codificación que le cular que emana de la constitución.

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El derecho penal necesita un alto En síntesis, hoy nadie puede decir con
grado de certeza, la ley penal debe seguridad que tiene toda la legisla-
ser muy clara, pues debe aspirar a ción penal en sus manos. El esfuerzo
que todos seamos más o menos cons- realizado a lo largo de muchos años
cientes de qué es lo prohibido y qué y que se concretó en un código que
no, qué es delito y qué no lo es. conservaron los gobiernos popu-
Nuestros abuelos lo sabían, pero hemos lares, que mantuvo vigencia intocada
perdido sus códigos, códigos con durante 40 años y que nos sirvió para
50 ó 60 tipos penales básicos, en los la coexistencia, ese código que luego
cuales, incluso en la valoración paralela manosearon los gobiernos de facto,
en la esfera del lego, más o menos se hoy, en 25 años de democracia se ha
tenía idea de lo que era delito y de lo desarmado y desbaratado.
que no lo era. Hoy los profesores de El mandato de certeza que la
derecho penal no lo sabemos; el caos es Constitución y las provincias le dan al
de tal magnitud que ni siquiera podemos Congreso Nacional, no simplemente
garantizar que tenemos en nuestras es el de legislar en materia penal, el
manos los textos de todas las leyes penales. de hacerlo en cualquier forma. Su
No se asombren, pero se dictan mandato es el de sancionar un código
sentencias con leyes penales dero- penal. El mandato de certeza se legi-
gadas como resultado del caos y la tima en un código, y hace 25 años
confusión que existe. Los propios que se agudiza la descodificación, la
magistrados tienen ediciones comer- violación del mandato de certeza de la
ciales del Código, llenas de papelitos Constitución. Lo construido a lo largo
y notas, porque tampoco hay una de cien años se ha venido a destruir en
edición oficial. 25 años de democracia, de Congresos
Nuestro Congreso transformó aquella en los que no hay proscripción, sino
vieja comisión especial de legislación que son legítimamente electos.
penal y penitenciaria de Moreno en El general Perón ordenó en 1947 la
una comisión ordinaria y por lo tanto clausura del penal de Ushuaia y se
creó una comisión permanente de tardó cuatro años en desmantelarlo. En
legislación penal. ¿Qué va a hacer una 1955 se lo reabrió para presos políticos,
comisión de legislación penal? Pues es que en 1956 se escaparon a Chile junto
natural que haga leyes penales. Pero con el personal penitenciario de Chile.
las leyes penales son excepcionales, El penal de Ushuaia quedó vacío y hoy
a diferencia del resto de las leyes. Si es un museo. Empero, el artículo 52
tenemos comisiones permanentes del Código Penal, el que servía para
en ambas Cámaras, terminarán por mandar los presos a Ushuaia, está hasta
ordinarizarse las leyes penales, dando hoy en el Código, sin que nuestro
como resultado las 200 leyes penales Congreso se haya tomado el trabajo
que tenemos y las múltiples dispo- de derogarlo. Fue declarado inconsti-
siciones penales en leyes no penales tucional por la Corte Suprema apenas
que no sabemos hasta dónde llegan, en 2006, con el limitado efecto que
ya que carecemos de una edición tiene la declaración de inconstitucio-
completa y oficial que nos garantice nalidad en nuestro país. De modo que
una información total, y una perspec- sigue vigente el artículo por el cual se
tiva de reproducción al infinito. mandaba gente a Ushuaia aunque el

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penal ya no exista desde hace 60 años. código que le copiamos a Italia cuando
Hace más de cien años que un famoso ya lo había derogado tres años antes, y
autor alemán, Ernst von Beling, dijo ése es el que tenemos ahora.
que el derecho penal de fondo, el Además, hay un pequeño detalle:
del código, no le toca un solo pelo al tenemos juicios orales pero corremos el
delincuente, pero el derecho procesal tremendo riesgo de que en el proceso
penal, aquél que establece el procedi- penal nos desaparezca el juicio, por
miento –esto lo digo yo– es capaz de efecto de una pequeña característica
arrancarle la cabeza al ciudadano. que le copiamos a los norteameri-
Efectivamente, tenemos un proceso canos y está difundiéndose por todo el
penal precioso, sólo que la mayoría de mundo. En Estados Unidos los juicios
nuestros presos no están condenados. por jurados son para la televisión, pues
Las penas de nuestro Código Penal no se resuelve de ese modo sólo el 3% de
se aplican, sólo se aplican las penas de los casos (algunos dicen que el 6%). Los
Código de Procedimientos, es decir, restantes juicios se resuelven por extor-
se aplica la pena antes de la sentencia. sión. Es decir, se le impone que acepte
Esto se da en toda América Latina. una pena menor bajo amenaza de ir al
Entre el 70 y el 90 por ciento de jurado y con una defensa precaria se le
nuestros presos no están condenados, imponga una pena altísima.
pero están procesados. En Argentina Algo parecido tiende a pasar en
estamos cerca del 70%. Permanecen América Latina, entre nosotros. Es
en prisión sólo los condenados a los el famoso procedimiento abreviado,
que al momento de la condena, por la famosa negociación con la cual
tratarse de algún delito grave, les corremos el riesgo de suprimir el
quedan algunos años que cumplir juicio y montar una máquina infernal
antes de volver a su casa. de condenar, a través de presiones y de
Por cierto que algunos son absueltos amenazas respecto al juicio oral. Esto
al cabo del proceso: pese a todo el se ve favorecido por la congestión de
esfuerzo realizado por condenarlos, los tribunales orales y una circuns-
no ha sido posible, quizá porque eran tancia que no puedo dejar de señalar:
inocentes, pero de cualquier modo y nada hay más aburrido que ser juez de
por las dudas, ya le hicimos cumplir juicio oral. Siguiendo la norma buro-
la pena. Es decir, tenemos invertido crática y tratando de descartar trabajo,
absolutamente todo en el sistema y además por la imposibilidad mate-
penal. Aunque esto es un decir, o sea, rial de realizar la enorme cantidad de
invertido conforme al discurso jurídico, juicios orales, el camino que se abre
pero quizá esté proyectado para que en hacia el futuro es un gravísimo riesgo
los hechos funcione de este modo. de desaparición del propio juicio. En la
Primero tuvimos un código procesal realidad, caminamos hacia un proceso
copiado del que tuvo España en el peor penal sin juicio. De un sistema que
momento de la Restauración borbónica pena sin condena, estamos pasando a
y nos rigió provisoriamente mientras se otro que condena sin juicio.
mejoraban las instituciones. Como lo Creo que todos estos problemas son
provisorio es lo más permanente, ese una deuda que tiene el Congreso
código rigió entre 1886 y 1992, o sea, Nacional, una deuda del Poder
106 años. En 1992, establecimos un Legislativo para con los ciudadanos.

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El Centenario se celebró con Figueroa Tendríamos que pensar en un


Alcorta, la infanta Isabel de Borbón, con Bicentenario en el que esta historia, a
todo el fasto de la oligarquía de la carne veces triste, se revierta y recupere los
enfriada. En el norte, en México, se mejores momentos de luz, de trabajo
celebró con Porfirio Díaz, con uniformes creativo y responsable.
afrancesados repletos de medallas, inte- A lo largo de esta historia hemos
rrumpido por el comienzo de la guerra visto protagonistas en serio: dos
civil más sangrienta del siglo XX. casi llegaron a la presidencia de la
Espero que el Bicentenario nos República, dos fueron gobernadores
sorprenda acompañados por los repre- de la provincia de Buenos Aires y uno
sentantes de los pueblos de nuestra de Catamarca, otros fueron ministros
región y empecemos a aprender e interventores de provincias, uno
algunas cosas de ellos. Posiblemente fue candidato a vicepresidente, los
comparándonos aprendamos un poco dos líderes más populares del siglo
de humildad, de esa que muchas veces pasado se interesaron personalmente
nos hace falta a los argentinos y sobre por la legislación y la cuestión penal.
todo a los porteños. Así como ellos se Es decir que políticos de altísimo
preocuparon mucho antes que noso- protagonismo se tomaron en serio a
tros por dictar códigos penales, hoy lo largo de nuestra historia la elabo-
hay fuertes movimientos de renovación ración de la legislación y la codifica-
legislativa penal en Bolivia, Ecuador, ción penal. Hoy pareciera que ésta es
Paraguay. ¿Y nosotros qué hacemos? una tarea subalterna. Sólo interesa
Hemos detenido nuestro movimiento el mensaje, sólo importa cómo se
de codificación simplemente por el proyecta a través de la comunicación
efecto mediático de una víctima-héroe. social, cómo se deforma la legislación
Reaccionó nuestro Congreso de una a través de los medios de comunica-
manera mucho más negativa que la de ción. Éste es un punto importante
aquel Congreso de la Década Infame, sobre el cual reflexionar, en esta
que se animó a parar una iniciativa conmemoración de los 200 años de
legislativa del Poder Ejecutivo con nuestra emancipación.
media sanción del Senado. El Congreso
actual, directamente y sin ninguna
iniciativa del Poder Ejecutivo, desarmó (*) Conferencia brindada en el marco
el Código Penal y, para colmo, después del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
sancionó una ley que pena el genocidio en el Bicentenario”, organizado por la
con treinta años. Biblioteca Nacional durante el 2009.

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Federalismo en el Bicentenario(*)
Por Natalio R. Botana

Lejos de plasmarse el federalismo consagrado


constitucionalmente, Argentina ofrece un cuadro
conflictivo en relación con una equitativa situa-
ción entre las regiones que la componen. Como
si aquella utopía alberdiana no pudiera encon-
trar formas de concretarse frente a obstáculos de
naturaleza muy diversa.
Natalio Botana analiza las diferentes circuns-
tancias que conspiran contra la institución de
formas federales y republicanas desde la reanu-
dación democrática de 1983: la persistencia de
un sistema tributario regresivo, la irresolución
crónica de la distribución fiscal (coparticipación
federal), la dinámica eleccionaria recurrente
que impide tomar resoluciones de largo plazo
y deja en suspenso la relación entre los órdenes
provinciales y el orden nacional (contradicción
entre un federalismo institucional vigoroso y
una situación de “astenia” fiscal), la disparidad
representativa del sistema legislativo bicameral,
y la concentración multitudinaria en las grandes
megalópolis (“leviatanes” demográficos) cuyos
movimientos inestables plantean un desafío para
cualquier forma de gobierno.
La precisión y el detalle del cuadro descrito,
requieren tomar con seriedad aquellas tareas
irresueltas en estos 200 años. Labor doblemente
compleja si se tiene en cuenta que no se trata sólo
de tendencias propias de un sistema nacional,
sino que éste se ve inmerso en un conjunto más
vasto de dinámicas globales.
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El tema del federalismo puede ser ¿A qué se debe esta cuestión irresuelta?
tratado de una manera retórica –estilo Hay un primer punto a señalar, que
abundante en los ensayos consagrados aquellos que han nacido en democracia
al respecto– o de un modo que exija a veces olvidan, a diferencia de los que
penetrar en los problemas no resueltos hemos tenido que soportar la larga
en esta materia. Argentina es en la actua- noche del autoritarismo en Argentina.
lidad, por definición, un país regido Desde el año 1983, el federalismo en
por una constitución. Sin embargo, lo nuestro país está envuelto por una
que a continuación trataré de demos- activa vida electoral. Se vota cons-
trar es que lejos de ser un régimen tantemente cada dos años, y a veces
federal, tal cual la Constitución lo ha hay elecciones entre esos intervalos.
delineado, es más bien un régimen Excepto la elección directa de presi-
aquejado por muchas inconsistencias dente y vicepresidente, que ocurre cada
unitarias. Por eso, el federalismo no cuatro años, todos los demás procesos
alude en Argentina a consenso insti- electorales tienen lugar en el marco de
tucional, sino a un conflicto que atra- la organización federal, es decir, en los
viesa en son de alarma un pasado de 24 distritos electorales (las 23 provin-
200 años. Este conflicto empezó en cias y la Ciudad Autónoma de Buenos
1811 con la llegada de los diputados de Aires). El planteo de estos dos órdenes
los cabildos del interior, que posterior- electorales, el de las provincias y el de
mente integraron la Junta Grande. la elección nacional, tal vez permita
Estos antecedentes son previos a entender mejor la impronta que tiene
una suerte de punto de partida del el federalismo argentino cuyos orígenes
Bicentenario que celebramos y que se remontan a la fórmula centralizante
comienza en el año 1983, unos antece- que se puso en marcha, en medio de
dentes más recientes marcados por el guerras exteriores e intestinas, a partir
fenómeno inédito de más de un cuarto de 1853. Una impronta “alberdiana”,
de siglo de ejercicio ininterrumpido de podríamos sugerir, que impregna
la democracia. la constitución argentina, con sus
Si bien la proporción de intervenciones vicios y bondades, y que se refleja,
federales a las provincias desde esa fecha sobre todo, en las malformaciones de
ha sido mucho menor –comparada con nuestro régimen fiscal. Como en cual-
otros períodos como, por ejemplo, el quier fórmula federal, de las muchas
que se abre con la primera transición conocidas en el mundo, en Argentina
a la democracia con la presidencia de se planteó un conflicto entre dos
Hipólito Yrigoyen en 1916–, la recu- órdenes de competencia y jurisdicción:
rrencia de ciertos problemas como la el nacional y el provincial. Luego de
sobre-representación, y la sub-represen- largos procesos, plagados de violencia
tación de los legisladores en la Cámara y dictaduras, terminó prevaleciendo
de Diputados, así como la demora en entre nosotros una inclinación evidente
resolver mediante una ley de copartici- a favor del orden nacional.
pación federal la distribución de recursos De aquí se deriva la contradicción,
fiscales entre la Nación y las provincias, que padecemos en estos años de
hacen que el federalismo aparezca una democracia, entre un vigoroso fede-
y otra vez en el debate político bajo el ralismo electoral y un asténico fede-
signo de la contradicción. ralismo institucional. La astenia,

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como sabemos, denota una falta o ficar el sufragio restringido en el marco


decaimiento de fuerzas. Creo que esta de un régimen unitario, y José Nicolás
contradicción es fuente de muchos Matienzo, en ese momento una figura
problemas. Mientras la dimensión destacada en la Unión Cívica Radical.
electoral de nuestra vida ciudadana es Ahora bien, los debates difieren según
fuerte y enérgica, la dimensión institu- sea la provincia de que se trate. En este
cional es mucho más débil. momento, en el cual la abundancia
Se trata de una cuestión de naturaleza fiscal disminuye ostensiblemente
institucional que debido a la crisis internacional y al
Tenemos, en los hechos, un podría resumirse hecho de que no pudimos acumular un
federalismo caligráfico, como en, al menos, fondo anticíclico como, por ejemplo,
Alberdi solía calificar a las tres rasgos: el hicieron los gobiernos de Chile, los
constituciones de 1819 y 1826: primero, la caída déficits presupuestarios de las provin-
bellas creaciones literarias con pronunciada de cias vuelven a mostrar sus dientes.
escaso asidero en la realidad. las provincias en Este recrudecimiento de la astenia
Por este motivo, las iniqui- el reparto de la estatal revierte sobre la situación en
dades más flagrantes que debe- coparticipación la que se encuentran tres provincias:
rían ser compensadas con una federal; segundo, Buenos Aires, Córdoba, y Santa Fe.
nueva ley de coparticipación el uso exce- Estos distritos, junto con la Ciudad
federal, sobresalen en esa peri- sivo –mediante Autónoma de Buenos Aires, confi-
feria rica en su economía, y decretos y reso- guran la masa crítica de ciudadanos
pobre en lo que respecta a la luciones minis- que decide quién gana y quién pierde
capacidad fiscal para imple- teriales que van en las elecciones. En relación con las
mentar políticas públicas. En en contra de lo provincias de Buenos Aires, Córdoba
especial, por deber de justicia, establecido en y Santa Fe, esta aparente periferia,
aquellas vinculadas con la el artículo 75 de supuestamente rica y poderosa, es acaso
marginalidad, la pobreza y la la Constitución la más perjudicada por la política fiscal.
exclusión en los conglome- Nacional–, de Reciben estas provincias, claro está,
rados urbanos. una política de subsidios e inversiones de parte del
transferencia de Poder Ejecutivo Nacional, pero en
los recursos productivos de las provin- general –y aquí reside el problema
cias, al tesoro del gobierno nacional; central del federalismo argentino–,
y tercero, el manejo de la bolsa fiscal desde el punto de vista material, las
para distribuir favores, sanciones, provincias carecen de tesoro propio.
premios y castigos. No lo tienen en relación con los
Según puntos de vista divergentes, recursos coparticipables –que repre-
estos tres puntos están en el meollo sentan en total, con las otras provin-
de los actuales debates públicos. cias, alrededor del 30 y el 32 por
Podríamos considerarlos originales ciento de la recaudación nacional, el
y hasta inéditos, pero si regresamos valor más bajo de las últimas décadas­–,
por un momento a los debates de la ni tampoco con respecto a la partici-
Argentina del Centenario, veremos pación de los ingresos propios de las
que los mismos argumentos eran enun- provincias en el total de los ingresos
ciados por los llamados fundadores tributarios. En Argentina los ingresos
de la ciencia política en el país, como propios de las provincias representan
Rodolfo Rivarola, quien tendía a justi- el 18 por ciento del total de la bolsa

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fiscal; en Brasil, en cambio, un régimen basta con repasar los conflictos severos
federal como el argentino, los recursos en materia salarial, con la secuencia de
propios de las provincias representan enfrentamientos entre los sindicatos de
el 31 por ciento. Ni hablar de Estados maestros y los gobiernos provinciales.
Unidos donde los recursos propios de Ante este escenario resulta imperioso
las provincias representan alrededor plantear la necesidad de impulsar una
del 40 ó 45 por ciento. reforma del federalismo a través de una
Esto nos da una idea acerca de cómo nueva ley de coparticipación federal.
refracta en nuestra circunstancia el El 1994 la Constitución Nacional fue
antiguo argumento de la teoría política reformada. En dicha reforma hubo
que giraba en torno a la apariencia y la una cláusula transitoria, la sexta, que
realidad. Tenemos, en los hechos, un obligaba al Congreso a dictar una ley
federalismo caligráfico, como Alberdi de coparticipación federal en un plazo
solía calificar a las constituciones de máximo de tres años. En este punto
1819 y 1826: bellas creaciones litera- el silencio parlamentario es muy
rias con escaso asidero en la realidad. elocuente: desde el año 1997 nada se
Por este motivo, las iniquidades más ha hecho. Y es un hacer desafiante, ya
flagrantes que deberían ser compen- que como ocurrirá ahora con la discu-
sadas con una nueva ley de coparti- sión parlamentaria en torno al proyecto
cipación federal, sobresalen en esa presentado por el Ejecutivo en materia
periferia rica en su economía, y pobre de organización y elección de candi-
en lo que respecta a la capacidad fiscal datos en los partidos políticos, este
para implementar políticas públicas. tipo de leyes requieren mayorías cali-
En especial, por deber de justicia, ficadas. Son leyes-convenio que exigen
aquellas vinculadas con la margina- el voto de la mitad más uno de los
lidad, la pobreza y la exclusión en los miembros de las Cámaras. Se trata de
conglomerados urbanos. una ley convenio que por ser atinente
Cuando se puso en funcionamiento al federalismo debe ser iniciada por el
en clave oligárquica nuestro régimen Senado, y posteriormente, requiere la
federal (recordemos la Ley 1420), gran adhesión o rechazo de las provincias.
parte de la educación primaria, escuelas Es, por cierto, un desafío enorme,
normales y colegios nacionales, estaban pero creo que si queremos asumir el
junto con las universidades en manos Bicentenario con temple arquitectó-
del Estado nacional. Hoy lo único que nico es hora de enfrentar los grandes
queda bajo la jurisdicción del Estado desafíos a través de la deliberación y el
nacional son las universidades nacio- consenso, dado que son leyes de este
nales. El resto de las estructuras educa- tipo las que se requieren urgentemente
tivas están en manos de las provincias, en Argentina, esto es, consensos de
es decir: son las provincias las que naturaleza fundacional.
tienen que financiar la educación, en Ahora bien, ya lo hemos dicho,
los dos niveles, junto con la seguridad este cuadro pinta el paisaje de
y la salud. Por tanto, cuando hablamos un conflicto que alude también a
de astenia, su signo más elocuente es el los problemas atinentes a nuestro
hecho de que en muchas de las provin- régimen fiscal. Concibo, por consi-
cias argentinas la educación pública no guiente, la necesidad de un nuevo
está funcionando o lo hace mal. Nos “pacto federal”, unido a la exigencia

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de un nuevo “pacto fiscal”, dado que impuestos al consumo, y desde luego


si hay malformaciones en el federa- el impuesto de aduana que pagan
lismo, seguramente también las hay las mercaderías importadas. Todos
en el régimen fiscal. Este problema ellos forman casi el 90 por ciento de
lejos está de ser producto de la situa- la bolsa fiscal. Impuestos injustos y
ción actual, se arrastra desde hace regresivos, dado que la única propor-
muchos años. cionalidad que admite el impuesto
Veamos algunos aspectos de esta cues- indirecto –léase el IVA­– es que quien
tión. La bolsa fiscal es el conjunto de habla puede consumir más que un
recursos de los que disponen el Estado habitante marginal y excluido en una
y sus provincias. Pero, ¿cómo se forma villa miseria. Son entonces impuestos
dicha bolsa?, ¿qué impuestos contiene? proporcionales al consumo y no
El peso correspondiente a las ganan- progresivos en cuanto a las ganancias
cias, a las rentas financieras y al y rentas financieras.
patrimonio personal sigue siendo Todas las democracias del mundo
muy bajo en Argentina en compa- que han alcanzado un cierto grado
ración con las sociedades más avan- de madurez han tenido en algún
zadas del mundo. En nuestro país momento de su historia un gran debate
los impuestos predominantes son el nacional cuyos efectos consistieron en
IVA (Impuesto al Valor Agregado), y que el peso de los impuestos directos,
otros impuestos indirectos, entre los en la composición de la bolsa fiscal, sea
que podríamos señalar las retenciones mucho mayor que el correspondiente
Natalio R. Botana a las exportaciones, diversos tipos de a los impuestos indirectos. Éste es un

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punto que nos cuesta trabajo entender Buenos Aires no había cedido la Aduana
a los argentinos. Sin impuestos al servicio de todo el país. La Aduana
directos no hay vínculo ciudadano que tenía tal relevancia por el hecho de que
me permita hacer valer mis derechos no había, en aquellos años, otra institu-
por estar cumpliendo una intransfe- ción comparable en materia de recau-
rible obligación personal. El pago de dación de impuestos. Era un sistema
impuestos indirectos está condenado a muy sencillo: si aumentaba el comercio
perderse en el anonimato. –el sueño de
Este intrincado asunto tiene su origen Alberdi–, aumen- En realidad, lo que hoy
en un importante texto publicado taba la riqueza; tenemos en Argentina respecto
en 1855: Sistema económico rentístico si aumentaba la al contrato fiscal es un proceso
para la Confederación Argentina según riqueza, aumen- de frágil legitimación. En lugar
su Constitución, cuyo autor fue Juan taban también los del círculo virtuoso de una
Bautista Alberdi. Es un texto liminar recursos fiscales. ciudadanía fiscal, nos encon-
en el pensamiento político-económico Tal fue la clave tramos frente al círculo vicioso
argentino, por tener la característica de del pensamiento de gente que no opera con
correr parejo con los famosos artículos alberdiano: nacio- criterios de ciudadanía –en el
escritos por Hamilton para defender la nalizar el Estado, sentido de que el ciudadano
constitución de los Estados Unidos en un punto central asume el bien general en su
1788, y que después fueron reunidos, con el que estoy conducta–, sino que lo hace al
junto con los de Madison y Jay, en el completamente modo de habitantes volcados
texto conocido como El Federalista. de acuerdo. Pero a la defensa de sus intereses
La obsesión que tenían estos autores Alberdi, además particulares.
consistía en inventar todo desde la de estos impuestos
nada. Entre 1788 y 1855, el federalismo indirectos, no propuso otros impuestos
aún no existía en el mundo vaciado en relevantes bajo jurisdicción nacional, y
el molde del Estado nacional. Lo que dejó la organización de los impuestos
sí existían eran confederaciones laxas, directos en poder de las provincias. Para
y en el caso de Argentina, aquella ello estableció una fuerte restricción
Confederación establecida en el Pacto constitucional por la que corresponde
Federal de 1831 que otorgó a la Aduana exclusivamente al gobierno nacional
de la provincia de Buenos Aires una percibir impuestos indirectos.
posición hegemónica con respecto Esto quedó escrito en la Constitución
al resto del país, en tanto todos los que a partir de 1853 tuvo nume-
recursos de importación y exportación rosas reformas: en 1866, en 1898, en
revertían sólo sobre dicha Aduana. 1949, en 1957, y por fin en 1994.
Es decir que cuando Alberdi escribe Sin embargo, en ninguna de ellas se
Sistema económico y rentístico..., lo hace tocó este principio. De tal suerte que
en plena guerra civil, asumiendo las Argentina está protagonizando, como
características económicas que propi- en muchas otras cuestiones, una pieza
ciaron dicha guerra concluida proviso- de ficción, dado que para tener que
riamente con la batalla de Pavón. pagar impuestos directos en todo el
En ese entonces, el gobierno que presidía país, cada año invariablemente, a partir
Urquiza, y luego su sucesor Manuel de 1932, el Congreso vota una ley de
Derqui, carecía de recursos fiscales emergencia que tiene vigencia anual y
como efecto de que la provincia de es sistemáticamente prorrogada.

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Sin embargo, puede afirmarse que en ciudadanía fiscal, nos encontramos


los últimos ocho años ha mejorado la frente al círculo vicioso de gente que
participación de los impuestos directos, no opera con criterios de ciudadanía
del mismo modo como mejoró durante –en el sentido de que el ciudadano
los dos primeros gobiernos de Perón, asume el bien general en su conducta–,
en el curso de la llamada Revolución sino que lo hace al modo de habitantes
Libertadora y en la primera parte del volcados a la defensa de sus intereses
gobierno de Frondizi. De todos modos, particulares. Observamos, desde este
vistas las cosas desde una perspectiva ángulo, un espacio cruzado por diversos
atenta a la larga duración, estos factores actores: por un lado los rebeldes que
del “mal gobierno” afectan el nervio más se consideran sometidos por leyes,
sensible de lo que he denominado en decretos o resoluciones que juzgan
muchos trabajos ciudadanía fiscal, vale confiscatorias, y por otro, tan impor-
decir, el círculo virtuoso que debería tantes como los rebeldes aunque más
trazarse entre el ciudadano que paga silenciosos, los habitantes imbuidos de
impuestos y el Estado que, sobre la la astucia del evasor. Es la astucia del
base del respeto de los contratos y del evasor activo que logra la complicidad
ejercicio responsable de la economía, tácita de aquel que no reclama y del
los administra y distribuye de acuerdo Estado incapaz de controlarlo.
con criterios de transparencia. Junto con ello, y esto no es propio de
Éste es otro de los pactos fundadores Argentina sino de la mayoría de los
de la democracia, pacto entendido en el países, desarrollados o no, vivimos
mismo sentido del contrato social que prisioneros de un conjunto de leyes
fundamentó Jean-Jaques Rousseau. que ignoramos y desconocemos.
Pues el contrato social, el pacto fundado Desde que comenzó a trabajarse sobre
en la voluntad general del ciudadano, teoría fiscal en el siglo XVIII –el gran
tiene que rehacerse y perfeccionarse progresista en aquella época fue Adam
todos los días. En especial el contrato Smith–, siempre se señaló que la
fiscal, que es una de las claves de la calidad del mundo fiscal es la transpa-
democracia moderna. Sin él, la demo- rencia, la proximidad y sencillez de las
cracia se sumerge en un pantano de leyes. Y lo real es que, en materia fiscal,
conflictos irresueltos. Sin contrato en Argentina se vive en enjambres y
fiscal, se afecta el temple reformista de la laberintos, donde los que mandan son
democracia que exige, precisamente, un los expertos en el mundo tributario.
talento muy especial para generar una Expertos en las modalidades de pago,
confianza compartida en virtud de la y también expertos en el consejo sobre
cual el ciudadano y la ciudadana pagan cómo eludir el pago sin infringir las
impuestos directos al Estado. Éste, a su vallas legales. Por consiguiente, detrás
vez, los transforma en bienes públicos, de las pasiones y entreveros electorales,
bienes que deben ser comunes a todos, que sirven como telón de fondo, hay
aun cuando su administración se realice una condición estructural de nuestra
en diferentes niveles. política que no atina a reformar el
En realidad, lo que hoy tenemos en régimen tributario según principios
Argentina respecto al contrato fiscal de equidad aplicables a la ciudadanía
es un proceso de frágil legitimación. y a la relación entre las provincias y el
En lugar del círculo virtuoso de una Estado nacional.

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Éste es el gran desafío que tiene por senta a toda la población por su número.
delante la representación política en Una rápida mirada sobre nuestro país
Argentina: poner en marcha lo que nos permite comprobar que estos requi-
podríamos denominar “leyes constitutivas sitos no se cumplen. La representación
del Bicentenario”, dentro de las cuales igualitaria del Senado se desequilibra
la ley tributaria y fiscal es condición debido al desfasaje que se advierte en la
necesaria para llevar adelante otro tipo Cámara de Diputados. Dicha cámara
de leyes constitutivas en el campo de la es un recinto que alberga a provincias
educación, la salud, y en aquel terreno en chicas sobre-representadas, y a provin-
que se disparan los dardos de la injusticia cias grandes sub-representadas. Es una
distributiva: el campo de la exclusión y ley que rige intocable, a pesar de ser
la marginalidad. Al plantear estas cues- herencia de la última dictadura militar.
tiones, estoy hablando de derechos. No Parece una ley pétrea, inmodificable.
obstante, generalmente olvidamos que Tomemos seis provincias de la región
los derechos cuestan dinero, dado que sin pampeana y patagónica: La Pampa,
respaldo material, los derechos son pura Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa
virtualidad. El respaldo material para los Cruz, y Tierra del Fuego (aclaro que
derechos es la obligación asumida por el este trabajo se basa en datos censales de
ciudadano que percibe que su esfuerzo hace diez años).1 Estas seis provincias
fiscal, proporcional y progresivo, es tienen una población en conjunto de
correspondido por el Estado. 2.037.545 habitantes, cifra que reúne
Además del tema fiscal, hay otro en la cámara a 30 diputados. Cada una
problema importante que aqueja al de ellas tiene asignado un mínimo de
federalismo argentino. Desde que se cinco diputados. La provincia de Santa
pensó y puso en práctica la teoría del Fe por su parte, con 3.700.000 habi-
federalismo político, la pregunta acerca tantes, está representada sólo por 19
de la escala geográfica de los territorios diputados. Por su parte, la provincia de
que participaban del Pacto Federal, que Córdoba, con una población semejante,
en Argentina se llaman provincias –en está representada por 18 diputados. Pero
Estados Unidos y Brasil estados, y en además de esta evidente disparidad, la
Suiza cantones–, inquietó a los consti- provincia de Buenos Aires emerge en
tucionalistas y legisladores. Porque el este cuadro como un Leviatán demográ-
federalismo, en tanto teoría política, es fico que engulle cerca del 40 por ciento
una apuesta a favor del equilibrio entre de la población total de la República. Feria La Salada
las unidades que pactan esa forma de
Estado y ese régimen de gobierno.
Los norteamericanos y luego los suizos
–Alberdi conocía el proyecto de consti-
tución federal para Suiza de Pellegrino
Rossi­– plantearon estos problemas y
los resolvieron mediante una invención
notable: establecieron dos cámaras, un
Senado que representa la igualdad de
todos los estados, cantones o provincias,
con un mismo tipo de representación;
y una Cámara de Diputados que repre-

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Esta relación de disparidad ya existía en aumenta es debido al impacto de las


1810 y atravesó todo el siglo XIX. poblaciones marginales que aquí se
Hacia 1910 llegaron a nuestro país trasladan. En cambio, si observamos la
varios visitantes de nota, algunos de ellos provincia de Buenos Aires, advertimos
pensadores políticos que consignaron un espectacular ascenso. En 1914 tenía
por escrito su experiencia, como es el 2.000.000 de habitantes; en 1980,
caso del jurista español Adolfo Posada. 10.860.000; en 2001 tenía 13.827.000,
Observaba Posada al respecto que un de los cuales casi 9.000.000 viven en el
estado federal requería “cierto equili- llamado “Conurbano Bonaerense”.
brio de fuerzas que si se rompe ha de ser En términos electorales, la provincia
en la proporción de Buenos Aires arrastra casi el 38 por
Por primera vez en la larga en que Prusia ciento del padrón nacional, y de esa
historia de la humanidad, el rompe el equili- cifra, los dos cordones que rodean la
mundo es predominantemente brio alemán, no Capital Federal retienen el 22.7 por
urbano. Ahora bien, ¿cómo en la proporción ciento. Se entiende, por lo tanto, la
gobernar la megalópolis? en que Buenos magnitud del poder electoral bonae-
Porque además de democrá- Aires rompe, por rense, y al mismo tiempo se hacen
tica, Argentina es una repú- el momento, el chocantes los contrastes con los tres
blica, y desde que la república equilibro argen- distritos denominados grandes. La
fue pensada por los romanos, tino”. En aquel Capital Federal representa un 9.7 por
siempre interpeló la imagina- momento, la ciento del padrón electoral, Córdoba
ción del legislador planteando Capital había el 8.73, y Santa Fe un 8.59. Es decir,
un problema de escala. ¿Cuál sido federalizada las tres juntas reúnen un 27 por ciento
es la mejor escala para que hacía treinta que no alcanza a la provincia de
florezca la ciudadanía con sus años, tras episo- Buenos Aires. Habría que sumar a este
conflictos y armonías? dios sangrientos. terceto las provincias denominadas
La distribución medianas, que en rigor son pequeñas,
del número de diputados después de como Mendoza con un 4 por ciento,
1880 entre los cuatro distritos grandes Tucumán con un 3.52 por ciento y
(Capital Federal, provincia de Buenos Entre Ríos con un 3.22 por ciento.
Aires, Córdoba y Santa Fe), era razona- Por consiguiente es un error hablar de
blemente equilibrada. Cuando Posada distritos grandes en Argentina, dado
estuvo en el país, la provincia de Buenos que efectivamente hay uno solo.
Aires elegía 28 diputados, la Capital La provincia de Buenos Aires lleva hoy al
Federal 20, Córdoba 11, y Santa Fe 12. Congreso setenta diputados, la Capital
Después, a lo largo del siglo XX, esta Federal veinticinco, Córdoba dieciocho,
correspondencia se quebró. La Capital y Santa Fe diecinueve. En tanto, como
Federal –me incluyo­– hoy es una ya lo entendía Sarmiento cuando se
ciudad congelada demográficamente. radicó en el Estado de Buenos Aires en
Somos hijos de la inmigración europea, 1854, quien tiene el poder de Buenos
y como los europeos han dejado de Aires, en términos electorales, tiene la
tener hijos, nosotros también. clave del éxito electoral en el país. Pero
La ciudad de Buenos Aires tiene una aquí aparece una última contradicción:
población desde hace 70 años que este poder electoral bonaerense, prin-
gira alrededor de los 3.000.000 de cipal productor de las mayorías nacio-
habitantes. Cuando esta población nales, descansa sobre una ostensible

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debilidad fiscal. En el caso de tener que 18.000.000, y eso sin hablar de las
describir a esta provincia, lo haría con megalópolis chinas, indias o africanas.
una frase orteguiana; diría que es un Por primera vez en la larga historia de
“gigante invertebrado”, una población la humanidad, el mundo es predomi-
enorme, con los peores contrastes de nantemente urbano. Ahora bien, ¿cómo
Argentina, donde se produce el choque gobernar la megalópolis? Porque además
feroz de las desigualdades. Choque que de democrática, Argentina es una repú-
se acrecienta cuando los sectores están blica, y desde que la república fue pensada
próximos, cuando se tocan aunque no por los romanos, siempre interpeló la
quieran reconocerse. Mundo de habi- imaginación del legislador planteando
tantes, diría Rousseau, no de ciudadanos. un problema de escala. ¿Cuál es la mejor
Este gigante que, si bien posee esa escala para que florezca la ciudadanía
potencia electoral, es al mismo tiempo con sus conflictos y armonías?
castigado fiscalmente. La última Habría que preguntarse, por consi-
provincia argentina reconocida como tal guiente, si es realmente posible cons-
es Tierra del Fuego, provincia pequeña y truir un federalismo a escala humana
deshabitada. Por cada uno de sus habi- con este desequilibrio demográfico,
tantes recibe 2.665 pesos, en concepto de social y urbano. Por ejemplo, Estados
coparticipación federal. La provincia de Unidos tiene también megalópolis,
Buenos Aires recibe 368 pesos. He aquí la pero mantiene cierto equilibrio entre
contradicción que estalla en el escenario Los Ángeles y Nueva York, entre
del Gran Buenos Aires: la brutal escisión Chicago y Houston. Aquí en Argentina,
entre ricos y pobres. Este problema de tenemos por un lado Buenos Aires y
astringencia fiscal se remonta a décadas, luego el país: la megalópolis y el resto.
y hace que la provincia quede directa- Se imponen, pues, audaces políticas
mente dependiente de los favores del de descentralización y, como comple-
“príncipe”, porque de lo contrario carece mento, políticas de cooperación admi-
de capacidad de respuesta. nistrativa en las grandes áreas urbanas.
Estamos, pues, frente a un gigantesco Concluyo. Estamos inmersos en un
problema en lo que atañe a la confor- círculo, que espero no sea dantesco sino
mación de la Argentina moderna. La ascendente, donde lo fiscal, lo federal
provincia de Buenos Aires se ha colmado y lo urbano se interpenetran. Hemos
a partir de 1880 sin ningún plan ni polí- hecho un diagnóstico, y tenemos la
tica alguna de descentralización. En esta esperanza de que frente a tal diagnós-
provincia se levantó la gran esfinge del tico podamos obrar en consecuencia.
siglo XXI: la Megalópolis. El Conurbano,
más la Ciudad de Buenos Aires, concen-
tran alrededor de 13.000.000 de habi- (*) Conferencia brindada en el marco
tantes, el Distrito Federal de México del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
concentra alrededor de 24.000.000, San en el Bicentenario”, organizado por la
Pablo casi 23.000.000, Río de Janeiro Biblioteca Nacional durante el 2009.

NOTAS

1 Véase, para los párrafos siguientes, mi ensayo “La democracia republicana en el Bicentenario”, en
Natalio R. Botana (ed.) (2010), Argentina 2010. Entre la frustración y la esperanza, Buenos Aires, Taurus.

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Modelo regional y
popular de desarrollo(*)
Por Enrique Martínez

En esta última década suele hablarse, para carac-


terizar la situación que atraviesa Sudamérica, de
un pos-neoliberalismo. Precedida por subleva-
ciones populares y por la emergencia de gobiernos
que asumieron a su modo las condiciones que se
abrieron a partir de tales revueltas, la hora polí-
tica de la región sugiere cambios en las maneras de
tratar la cuestión pública, de reconocer los plan-
teos que formularon los movimientos sociales y
de interpretar esas demandas con mayor grado
de innovación. Sin embargo, surgen numerosos
interrogantes respecto a qué formas económicas,
sociales y políticas guardan relación con el desafío
abierto de plantear nuevos horizontes.
Enrique Martínez, presidente del Instituto
Nacional de Tecnología Industrial (INTI), plantea
aquí la necesidad de un modelo de desarrollo con
características populares, democráticas y trans-
formadoras. De esta manera, lo que algunos han
llamado neodesarrollismo para dar cuenta de las
estructuras productivas actuales, es reexaminado
bajo la hipótesis de un nuevo “modelo regional
y popular de desarrollo”, un modelo de descen-
tralización productiva, solidaridad tecnológica y
reapropiación de los bienes comunes para resti-
tuirlos a su trama comunitaria.
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Vamos a encarar una tarea riesgosa, la dos grandes activadores: el Estado


de hablar sobre modelos de desarrollo. productor y la sustitución de impor-
Habitualmente se habla del tema, taciones. Y hubo además dos instru-
pero se habla mal, superficialmente, mentos categóricos: los aranceles, es
en términos genéricos. Se introducen decir, impedir la entrada de productos
títulos vacíos de acciones, carentes de a los cuales se pretendía sustituir; y el
metodologías de aproximación. Noso- crédito orientado a atender la nece-
tros intentaremos hacer un aporte, y sidad de financiamiento de cualquier
tratar de transmitir una mirada sobre lo proyecto industrial, algo que nunca
que puede calificarse como el “modelo más se dio en Argentina.
del ahora”, aquel que se necesita para Los aranceles fueron un instrumento
tener la aspiración de una propuesta relevante, pero en realidad, los ayudó
que busque mejorar la calidad de vida una situación mundial en la cual el
de la comunidad.z comercio internacional estaba absolu-
Lo hemos bautizado “modelo regional tamente bloqueado: Europa se encon-
y popular de desarrollo”, como una traba en proceso de reconstrucción y
pequeña metamorfosis del que hemos Estados Unidos orientaba buena parte
llamado durante muchísimo años de sus esfuerzos a reconstruir el viejo
modelo nacional y popular de desarrollo, continente. En consecuencia, Argentina
aquel que tuvo vigencia hasta 1955. tenía demanda de alimentos y una
En la época de posguerra mundial, en muy baja oferta
Argentina hubo dos modelos, vincu- de productos El proceso que se dio luego,
lados por un tercer modelo que la que pudieran es el llamado modelo de espe-
historia mostró como transición entre competir con cialización exportadora, la
ambos. El modelo nacional y popular, aquellos que propuesta que sostuvieron
y el modelo de especialización expor- luego se susti- el Banco Mundial, el FMI, y
tadora de los años 90, vinculado entre tuyeron. No todos los gurús económicos
ellos por el desarrollismo, que en defi- sólo había poca de la integración a la globali-
nitiva fue un cambio importante del oferta mundial, zación, tanto para Argentina
modelo nacional y popular. Si bien sino que durante como para todos los países
trató de mantener sus grandes obje- el período del periféricos desde antes de la
tivos, terminó siendo un puente hacia modelo nacional década del 90. Esta propuesta,
una integración en la globalización y popular hubo instalada definitivamente en
que, no por responsabilidad del desa- un bloqueo aquella década, sigue teniendo
rrollismo, condujo a la estrategia de expreso de vigencia doctrinaria. Aún hoy
especialización exportadora. Estados Unidos continúa sosteniéndose que
El modelo nacional y popular puede ser –el único país que esta modalidad contribuye al
caracterizado por lo que llamo los acti- podía proveer desarrollo argentino, y que
vadores: ¿cuáles son las grandes herra- ciertos bienes de en todo caso, si hasta aquí no
mientas de activación de la economía capital– a la venta anduvo bien se debe a errores
y la sociedad?, ¿cuáles los instrumentos de productos a de aplicación.
centrales que se utilizaron?, ¿cuál era la Argentina, que se
consigna esencial que se perseguía? encontraba inscripta en una lista negra.
Más allá de las consignas políticas Esto significó que nuestro país llegara a
y los valores éticos del período, en 1955 con su proyecto de siderurgia en
aquel momento de posguerra hubo los papeles, sin poder concretarlo como

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consecuencia de la incapacidad de El proceso que se dio luego, es el


conseguir tecnología para desarrollar lo llamado modelo de especialización
que luego fue SOMISA. Hubo medidas exportadora, la propuesta que sostu-
que propiciaron la sustitución de vieron el Banco Mundial, el FMI, y
importaciones, pero además el contexto todos los gurús económicos de la inte-
mundial aisló al país de un modo tal gración a la globalización, tanto para
que explícitamente era positivo fabricar Argentina como para todos los países
casi cualquier cosa, dado que si no se lo periféricos desde antes de la década
fabricaba no se lo conseguía. del 90. Esta propuesta, instalada defi-
La consigna social, más que la consigna nitivamente en aquella década, sigue
de gobierno, se basaba en la idea de que teniendo vigencia doctrinaria. Aún
el pleno empleo aseguraba la satisfac- hoy continúa sosteniéndose que esta
ción de las necesidades básicas. Y así fue, modalidad contribuye al desarrollo
trabajar era sinónimo de comer, y no argentino, y que en todo caso, si
sólo de comer sino además de contar con hasta aquí no anduvo bien se debe a
la posibilidad de crecer personalmente: errores de aplicación. En este modelo,
había una movilidad social intensa. el activador básico es especializarse en
Lo concreto es que el desarrollismo la exportación de lo que uno puede
se dio en condiciones mundiales que producir en términos competitivos,
ya no están, y que según parece, no que para el caso de Argentina consiste
volverán, por tanto poco sentido tiene en materias primas, tanto agrope-
analizarlo a los efectos de trasladar cuarias como mineras, entre las que
Enrique Martínez algún elemento a la política de hoy. despunta el petróleo.

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El instrumento principal fue la crea- la iniciativa. La movilidad social no se


ción de un buen “clima de negocios”, refiere solamente al obrero cuyo saber
es decir, garantizar que todo inversor real se redujo, sino también al poten-
tenía seguridad, ya que luego podría cial emprendedor que antes era natural
retirar sus ganancias del país. Se creyó que existiera y hoy desapareció.
que si eso sucedía aparecerían inver- Abriéndonos paso a la situación actual,
sores a raudales, pero no se definió podríamos señalar que estamos en un
exactamente en qué se iban a destinar mundo y en un país donde las fron-
dichas inversiones. Esos inversores iban teras comerciales y financieras están
a orientarse, de forma natural, hacia abiertas, y donde resulta poco imagi-
aquellas actividades que significaran nable diseñar
una ventaja de inserción de los exporta- una propuesta de Otra de las características de
dores en Argentina, y simultáneamente desarrollo comu- Argentina es que las cadenas
se producía una baja de aranceles para nitario que vaya medulares de valor están, casi
que fuera mucho más nítido aquello en a contramano de en su mayoría, controladas por
lo que nuestro país se especializaba. En este hecho expe- las transnacionales. En rigor,
rigor, aquello en lo que Argentina no rimental, casi es sorprendente para quien
se especializó, se importó, mientras que físico. Las fron- mira la política y la economía
pudo competir en el mercado mundial teras comerciales como parte de un mismo fenó-
con los sectores especializados respecto y financieras se meno, que este concepto esté
al mercado mundial. han abierto tanto ausente en los análisis de todo
Se sigue sosteniendo el modelo de la por la inercia pensamiento progresista en
especialización, a pesar de que sus bene- política de treinta Argentina. Y sin embargo, es
ficios los recibe, en primera instancia, años, como por extremadamente relevante, ya
quien es protagonista del proceso, y razones tecnoló- que si las cadenas de valor más
recién después, hipotéticamente, estos gicas en relación importantes del país, empe-
protagonistas derraman las ganancias a las comuni- zando por la producción agro-
al resto de la comunidad. caciones y los pecuaria, están controladas
Los resultados de la especialización sistemas finan- por quienes deciden según
exportadora fueron: la concentración cieros. Yo prefiero sus propios intereses –que no
de capitales, la reducción de los actores tomar esto como tienen por qué coincidir con
económicos en casi todos los espacios un dato objetivo, los intereses del conjunto–,
y la pérdida de la movilidad social. más que como quedamos permanentemente
Como consecuencia de ello, amplios un obstáculo, y si frente a la obligación de rezar
sectores del país dejaron de tener en su realmente es un porque sus intereses coincidan
imaginario la posibilidad de ser actores obstáculo, habrá con los nuestros.
productivos con autonomía. No sólo que ver cómo
dejaron de pensar en ser trabajadores sortearlo y no cómo eliminarlo.
–que es una desgracia y una pandemia Otra de las características de Argentina
vinculada con la concentración econó- es que las cadenas medulares de valor
mica y su desocupación asociada–, están, casi en su mayoría, controladas
sino que prácticamente dejaron de por las transnacionales. En rigor,
pensar como se pensaba treinta años es sorprendente para quien mira la
antes, en la posibilidad de iniciar política y la economía como parte
emprendimientos por cuenta propia, de un mismo fenómeno, que este
de cubrir una producción tomando concepto esté ausente en los análisis

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de todo pensamiento progresista en discutido cómo pudimos llegar a


Argentina. Y sin embargo, es extre- adoptar un modelo de producción en
madamente relevante, ya que si las el cual no tenemos acceso al control
cadenas de valor más importantes del tecnológico de las semillas, en el que
país, empezando por la producción tampoco controlamos la tecnología de
agropecuaria, están controladas por los herbicidas, ni las máquinas cose-
quienes deciden según sus propios chadoras necesarias, ni buena parte del
intereses –que no tienen por qué coin- resto de la cadena que llega al consu-
cidir con los intereses del conjunto–, midor final. En todo caso, la decisión
quedamos permanentemente frente a sobre si se utiliza acá buena parte de la
la obligación de rezar porque sus inte- producción primaria es una decisión
reses coincidan con los nuestros. que queda en manos de una transna-
Concretamente, hemos sido siempre cional. No es un problema de sobe-
un país importante en el rubro agro- ranía en términos tradicionales, sino
pecuario, en tanto la relación entre un problema de lógica económica
superficie arable y número de habi- elemental. Si no tenemos capacidad
tantes es, en Argentina, mayor que en de controlar los segmentos trascen-
la de cualquier otro país del mundo, dentes de la cadena de valor agrope-
incluyendo Estados Unidos; esto nos cuaria, o la automotriz, o hasta de la
muestra que definitivamente somos venta minorista, hay una cantidad de
un país agrícola. Una generación atrás elementos de fuga respecto a la renta-
teníamos investigación y desarrollo bilidad y la riqueza de Argentina,
genético que permitía producir semi- que dan como resultado que nuestro
llas propias. También sistemas de ingreso promedio por habitante
labranza y máquinas cosechadoras. Se disminuya. Ésa es una lógica que
trataba, en suma, de un esquema inte- necesitamos evaluar inexorablemente,
grado que culminaba en la existencia para entender si somos un país con un
de una Junta Nacional de Granos que mejor destino posible, o no.
manejaba una serie de elementos bene- Otra característica de nuestra inserción
ficiosos para los productores, y había internacional exportadora es la que
al menos, ante la presencia de capi- efectivamente se ha dado a través de
tales internacionales, una proporción los recursos naturales. No sólo a través
importante de cooperativas agrarias en de los granos y el petróleo, que hoy ha
la exportación de granos del país. disminuido, sino a través de la minería
Hoy no sólo se ha concentrado la que está en plena expansión. Estamos
exportación en algunas empresas que insertos internacionalmente, a partir de
producen cereales, sino que todo el la minería, en condiciones muchísimo
paquete tecnológico de producción más precarias todavía que en el caso de
dejó de ser propiedad argentina, y en la agricultura, ya que sólo hacemos un
consecuencia, nuestro país carece de agujero en la tierra, concentramos el
control sobre él. producto, y exportamos. No contamos
Las discusiones sobre el uso de herbi- con ninguna producción que luego sea
cidas son absolutamente pertinentes transformada en bienes finales.
desde el punto de vista del medio Sin que esto pueda ser separado de
ambiente, pero antes de discutir sobre lo mencionado anteriormente, hay
el medio ambiente debió haberse una amplia brecha interna, tanto

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en este país como en todos los de la una vivienda digna. Recién después
región. Se ha consolidado una dife- de establecer claramente estos obje-
rencia de ingresos y oportunidades tivos, hay que pasar a discutir cómo
muy pronunciada. Y debemos señalar conseguirlos, y no seguir discutiendo
también que los empresarios nacio- cómo se consigue
nales se han subordinado económica- eso a condición Vivimos con una lógica que
mente e ideológicamnete a las cadenas de crecer el 9 admite la existencia de países
de valor transnacionalizadas, al pensar por ciento anual, ricos rodeados de países
que no existe una solución posible objetivo para el pobres, o regiones ricas, dentro
para todos. Verdaderamente, cuando cual se derrocha de la misma frontera nacional,
se llega a pensar esto, estamos al borde empeño en ir a vinculadas con regiones pobres;
de la disgregación, o adentrándonos buscar a la multi- lugares donde se consume y
en ella misma. Los empresarios, inexo- nacional para que gente que se muere de hambre
rablemente, están destinados a pensar ponga el hiper- dentro del mismo país. Una
que serán ellos quienes se salven. mercado, buscar lógica no sólo perversa e
Para pensar en términos positivos, excavadores para inequitativa, sino insusten-
¿cuál es el verdadero desafío? Yo me abrir la mina, table. Desde el punto de vista
remito al modelo nacional y popular, o exploradores económico más elemental, la
y postulo empezar por recuperar su que encuentren lógica de que alguien pueda
objetivo primario: que todos tengan un yacimiento tener una oferta permanente-
las necesidades básicas satisfechas. La gasífero. Hay un mente creciente, tiene que ver
primera condición para esto es eliminar camino dema- con que del otro lado alguien
los razonamientos en cascada. siado largo e lo demande, alguien consuma.
Lamentablemente no hemos podido intolerable entre
aún sacarnos de encima la teoría del el yacimiento gasífero y el formo-
derrame. Por izquierda o por derecha, seño que está muriéndose de hambre.
tendemos a tratar de aumentar la Debemos encontrar una lógica que
producción todo lo que se pueda en el parta del objetivo a perseguir: todos
contexto internacional; creemos que comen, todos se visten, y todos se
con el incremento de la producción se cobijan en una vivienda digna.
reducirá la desocupación y se cubrirán Para conseguir esto se requiere a mi
las necesidades del conjunto de la juicio, nuevos actores productivos.
población. No es así, es más, estamos Una política pública debería tener una
en un gigante laboratorio que nos lo propuesta sostenida para los actuales
demuestra. Hace siete años que venimos actores productivos, pero dentro de
creciendo a tasas chinas, y la pobreza se esa política también debería jugar
redujo un poco, pero también admi- un papel importante la aparición de
tamos que existe. Y si hemos crecido nuevos actores: productores familiares,
el 9 por ciento durante tantos años, y cooperativas, municipios pequeños,
la pobreza sigue existiendo en dimen- ámbitos públicos. Grupos que puedan
siones significativas, quiere decir que ser protagonistas de proyectos que
no hay una relación lineal que permita busquen que aquellos que no trabajan,
establecer que la cascada vale. y por lo tanto no comen, trabajen y
En rigor, el objetivo debe ser plan- coman en forma directa.
teado de forma directa: todos comen, Esto tiene que estar acompañado por
todos se visten, y todos se cobijan en crédito industrial de otro cuño, un

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crédito que sea pagable con la evolu- que generan un movimiento circular
ción de la actividad, como fue el crédito donde el que inicia la rueda también
industrial histórico. No un crédito que gana. Vivimos con una lógica que
pregunte “cuánto tenés para hipo- admite la existencia de países ricos
tecar”, sino un crédito que se asocie. Si rodeados de países pobres, o regiones
alguien pone un matadero de cerdos ricas, dentro de la misma frontera
en Tucumán, que pague en función nacional, vinculadas con regiones
de su flujo de fondos en un tiempo pobres; lugares donde se consume y
razonable, y si en cierto momento los gente que se muere de hambre dentro
cerdos se mueren por algún motivo, del mismo país. Una lógica no sólo
esto sea tomado como razón suficiente perversa e inequitativa, sino insus-
para interrumpir el pago y continuarlo tentable. Desde el punto de vista
el año siguiente. económico más elemental, la lógica
Ésta es la lógica que debemos Eso es lo que de que alguien pueda tener una oferta
incorporar profundamente, es hizo el Banco permanentemente creciente, tiene que
decir, que no debe haber nece- Industrial en ver con que del otro lado alguien lo
sidades insatisfechas dentro del Argentina durante demande, alguien consuma.
propio país, como de ningún m u c h í s i m o s ¿Cómo podemos imaginar que los
país aliado. Deberíamos pensar, años, y lo cierto ecuatorianos, los venezolanos o los
dentro de nuestra mirada a largo es que nunca bolivianos, van a relacionarse con
plazo, que nuestro proyecto lo estafaron los Argentina, o los formoseños con los
sólo será sustentable si los pequeños, sino los porteños, si tienen riquezas naturales y
bolivianos que hoy no tienen grandes amigos material humano que no pueden apro-
electricidad, que son más del del poder. vechar por no tener el conocimiento
60 por ciento de la población, Además de los tecnológico adecuado? ¿Debemos
o que no tienen capacidad de nuevos actores suponer que ellos van a generarlo a
producir sus propios alimentos, productivos y del lo largo del tiempo y que dentro de
puedan hacerlo. Para que eso crédito indus- una generación los formoseños sabrán
suceda no necesitan dinero de trial, necesitamos transformar la papaya en papaína? ¿O
los argentinos, sino nuestra saber cómo. Hay sería mucho más sensato tratar de conse-
ayuda técnica. un problema de guir que los formoseños produzcan
conocimiento en sus propias carnes, sus propias leches,
el mundo actual que precisa de una vestimenta, y como consecuencia de
figura: la solidaridad tecnológica. ello, los fabricantes de equipos frigo-
El concepto de solidaridad tecnoló- ríficos, equipos para industria láctea,
gica no es un término que remite a la o vestimenta, florezcan en Argentina?
piedad, tampoco al asistencialismo. Obviamente, para conseguir esto,
Es un concepto circular que parte de aquel vendedor cordobés que trans-
admitir que quien es capaz de trans- porte carnes a Formosa venderá menos
ferir conocimiento de una región a porque ya no será sensato hacerlo, pero
otra, para que en ésta última se cons- podrá implementar otro proceso para
truya un tejido productivo, inexora- poder exportar carnes al exterior.
blemente se beneficiará. En el lugar La segunda condición para tener
donde se construye ese tejido produc- un país mejor es contar con auto-
tivo aparecerán nuevas demandas de nomía económica, social y política.
bienes y de conocimientos, demandas La primera es condición necesaria, si

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Conflictos y armonías N° 9-10 | Edición Bicentenario

no tenemos las condiciones básicas debemos incorporar profundamente,


universales satisfechas, no tendremos es decir, que no debe haber necesidades
país. Pero podríamos llegar a tenerlas insatisfechas dentro del propio país,
transitoriamente, por un período rela- como de ningún
tivamente corto de la historia, y si país aliado. Debe- Desde el 83 para acá, hemos
no contamos con autonomía econó- ríamos pensar, retrocedido en participación
mica, social y política, perderemos dentro de nuestra de modo sistemático, y es un
esa condición. Se necesita entender mirada a largo hecho no imputable a personas,
la importancia que representa poder plazo, que nuestro sino que es fruto del sistema
tomar decisiones como un mayor proyecto sólo será tal y como se instaló. Por lo
control sobre nuestras exportaciones sustentable si los tanto, tener como meta dentro
de granos, sobre el aumento de la inte- bolivianos que del modelo de desarrollo a la
gración de nuestra producción auto- hoy no tienen democracia participativa, es
motriz, sobre la producción de calzado electricidad, que un objetivo con el mismo valor
con diseño nacional, etc. Debemos son más del 60 que el de satisfacer las necesi-
entender la importancia de poder por ciento de la dades básicas en todo lugar de
decidir en términos productivos. La población, o que Argentina: la democracia parti-
importancia de formular alianzas no tienen capa- cipativa reasegura las necesi-
nacionales profundas, alianzas que no cidad de producir dades básicas satisfechas.
tengan como trasfondo intereses pura- sus propios
mente comerciales. alimentos, puedan hacerlo. Para que
Es inadmisible que todavía hoy, no sólo eso suceda no necesitan dinero de los
los empresarios, sino también funcio- argentinos, sino nuestra ayuda técnica.
narios de la Cancillería, piensen que el La política no debe pretender conseguir
acuerdo con Venezuela es maravilloso o ampliar mercados sin haber previa-
por el superávit de 1.000 millones mente eliminado la pobreza. Tenemos
de dólares por año que produjo. La que concentrar nuestra mente en
maravilla no pasa por esa cifra, sino eliminar la pobreza en Argentina y en
porque Venezuela es el único país toda nuestra región, y recién después
del mundo que nos está comprando podremos discutir cómo venderle
sistemas productivos, y lo está haciendo generadores eólicos a Vietnam, cosa
por generosidad política, ya que los que está sucediendo actualmente y que
podría haber comprado en Finlandia, me enorgullece. Pero si ese proyecto
en Noruega, en Alemania, o en China. de venta de generadores eólicos se
Los compra en un país con poca tradi- convierte en la bandera o arquetipo
ción, o ninguna, con dificultades a la del desarrollo productivo argentino,
hora de organizar a sus empresarios estamos muertos.
con poca experiencia en la transferencia El modelo regional y popular de desa-
de tecnología, y de capacitar a otras rrollo, plantea por lo tanto tres objetivos.
personas aún dentro del propio país. Primero, necesidades básicas satisfechas
Debemos aprender de Venezuela, que como objetivo directo, en cada ciudad y
aun intuitivamente y sin expresarlo en cada pueblo del país. Segundo, auto-
por escrito, entendió que fortaleciendo nomía económica, social y política, es
a la Argentina como proveedora de decir, capacidad de decisión en los tres
conocimientos, también se forta- planos. Tercero, solidaridad tecnológica
lece a sí misma. Ésta es la lógica que entre regiones y naciones.

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En definitiva, estamos nombrando pensado siempre en términos de aquella


banderas conocidas. Las necesidades democracia de masas. No hizo falta
básicas satisfechas como objetivo reclamar la autonomía social, porque no
directo, se resumen en la justicia teníamos la democracia delegativa que
social; la autonomía económica y polí- vemos hoy, y que nos deteriora a cada
tica, están contenidas en la soberanía momento. Desde el 83 para acá, hemos
política y la independencia econó- retrocedido en participación de modo
mica; y la solidaridad tecnológica es la sistemático, y es un hecho no imputable
integración latinoamericana. El punto a personas, sino que es fruto del sistema
es darle sentido concreto hoy. tal y como se instaló. Por lo tanto, tener
La bandera de la justicia social en el como meta dentro del modelo de desa-
año 2009 es que todos tengamos las rrollo a la democracia participativa, es
necesidades básicas satisfechas, y la un objetivo con el mismo valor que el
meta concreta es el desarrollo local a de satisfacer las necesidades básicas en
ultranza: poder estar todos trabajando todo lugar de Argentina: la democracia
en cada lugar de Argentina y la región. participativa reasegura las necesidades
La independencia económica es auto- básicas satisfechas.
nomía económica, y no se trata de un La meta concreta de la autonomía
juego de palabras. Debemos admitir política es la alianza de iguales, respetar
como hecho objetivo, el contexto de a Uruguay, a Bolivia, a Venezuela,
fronteras económicas abiertas. Lo que a Ecuador. Y finalmente la integra-
en la década del 50 se llamaba inde- ción latinoamericana tendría como
pendencia económica –en torno al consigna, en 2010, la solidaridad
reclamo del desarrollo económico al tecnológica con América y África.
interior del país, en un contexto de África es el escenario que marcará
países cerrados sobre sí mismos, con quién triunfa en el dominio del
modelos de producción que preveían mundo, si el poder concentrado, o
una Tercera Guerra Mundial, y que aquellos que aspiramos a una sociedad
sólo comenzaron a integrarse con otra participativa y democrática.
lógica luego de la caída del muro de Desde el gobierno de Clinton, Estados
Berlín­– hoy deberíamos calificarlo Unidos viene trabajando en el conti-
como autonomía económica. Es decir, nente africano para tratar de erradicar
recuperar el control nacional de las el sida primero, y mejorar la alfabetiza-
cadenas de valor críticas. Y esta meta ción después, a los efectos de convertir
concreta, traducida a hechos especí- a toda África subsahariana en el reser-
ficos, significa poder exportar nues- vorio de trabajo barato que permita
tros granos, poder producir nuestros contrapesar el crecimiento chino.
automóviles, y también metas mucho Imaginando que China, a pesar de la
más modestas, como poder producir cuantiosa presencia multinacional en
nuestro propio jabón de lavar. Oriente, termine de autonomizarse y
La soberanía política tiene dos consignas, se le escape de las manos a Estados
no sólo una: la autonomía social, y la Unidos, la diplomacia norteameri-
autonomía política. La autonomía cana imagina que el último reservorio
social es un término que no hemos de trabajo importante que queda en el
trabajado aquellos que venimos del mundo para los próximos cincuenta
peronismo histórico, los que hemos años es África. La alternativa a esto

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es ayudar a los africanos a conver- Éste es el modelo regional y popular,


tirse en ciudadanos independientes, con sus tres banderas, más la cuarta
así tengan poca tecnología propia y de integración latinoamericana, con
una gran cantidad de pandemias a su traducción para 2010 y con metas
resolver. Y para ello necesitan solida- concretas a perseguir. No mencio-
ridad tecnológica, aunque son pocas namos la tasa de interés, ni la paridad
las voces que se han levantado en el del dólar, ni cifra macroeconómica
mundo para entenderlo. alguna, ni el superávit fiscal, porque
Los brasileños lo han comprendido tampoco los mencionó Perón,
hace tiempo, pero en términos más ni ningún otro líder constructor
capitalistas que lo deseado: buscando de modelos de desarrollo. Primero
mercados cautivos, por comunidad de pensaron en términos geopolíticos, en
lenguaje y de años de vinculación con grandes líneas, y por supuesto luego
África. Con Lula el tema ha mejorado, atendieron los detalles. Sin despreciar
pero sin producir un salto cualitativo. ningún campo del saber, creo que para
Otra vez, quien intuitivamente, sin la recorrer un camino primero hay saber
claridad suficiente todavía, ha empu- a dónde se quiere llegar, y queremos
jado con mucha fuerza ese tema, ha llegar a que todos coman en todo
sido Venezuela, que ha promovido lugar amigo del planeta. Lo demás se
la cumbre África-América, que es un sumará; algunas cosas serán objetivos
punto formal pero absolutamente directos, otras, objetivos condicio-
importante como concepto. Si América nados. Pero, en conjunto, configuran
pobre y en desarrollo se convierte en un escenario razonable e incesante
aliada de África, que tiene mezcla de para ser discutido, y para introdu-
pobres y no tan pobres buscando su cirnos en él indagándolo con algún
independencia, al menos los africanos detalle. Se trata de poder decir algo
no estarán solos para contener este más concreto como aspiración, algo
plan de convertirlos en el reservorio de que se parezca mínimamente a aquello
mano de obra barata para el mundo en que sentíamos cuando, en la década
el siglo XXI y en el XXII. del 70, las tres banderas que postu-
Por lo tanto, la meta concreta es la trans- lábamos significaban cosas bastante
ferencia de conocimientos productivos concretas. Aunque tal vez algunas eran
a países de menor desarrollo relativo, en equivocadas, había una comunidad de
la región, y en otras regiones. La llave la miradas, y el desafío hoy es construir
tienen los brasileños y los argentinos, y esa comunidad de perspectivas con
aunque actualmente hay más lucidez algún fundamento.
en Argentina que en Brasil respecto al
tema, dado que la dominancia empre-
saria sobre la relación internacional (*) Conferencia brindada en el marco
en Brasil es muy fuerte, nosotros a su del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
vez, contamos con dominancia intelec- en el Bicentenario”, organizado por la
tual pero también sufrimos debilidad Biblioteca Nacional durante el 2009.
técnica y comercial: somos un país más
pequeño y tenemos menos que ofrecer.
En tanto, la alianza Brasil-Argentina en
este punto sería importante.

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76

Notas sobre el
jacobinismo argentino(*)
Por Eduardo Rinesi

Resulta difícil tarea la de pensar la historia polí-


tica argentina ignorando el nervio jacobino que
impulsó sus capítulos más pasionales. Es sabido
que, en la imaginación de sus primeros trazos
nacionales, está el sello de esta impronta. ¿Pero
es el jacobinismo, capaz de suscitar entusiasmos
vindicadores u oposiciones tenaces, la forma
adecuada para pensar el dilema de la represen-
tación política? ¿Cómo remendar sus tentaciones
“sustitucionistas” de aquello percibido como
“pueblo”, a la hora de pensar la distancia entre
representantes y representados abierta por el
liberalismo democrático?
Eduardo Rinesi emprende una labor tan delicada
como imprescindible: pensar la persistencia del
jacobinismo como problema inmanente a los
acontecimientos ocurridos desde la “transición
democrática” hasta el presente. La promesa de
una democracia participativa, su oclusión en el
pacto que da origen a la última reforma constitu-
cional, la depredación de los bienes comunes y la
esfera pública, y las más recientes conmociones
sociales que abrieron un espacio para la formu-
lación de políticas reparatorias, forman parte de
una serie de sucesos que precisan de una nueva
palabra política y de una organización popular
capaz de sostener las transformaciones que esta
época reclama.
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I. ejemplo (pero estos ejemplos podrían


multiplicarse al infinito), dice: “Es
La evocación de los procesos indepen- una necesidad imperiosa para todos
dentistas y de los sucesos revolucio- los venezolanos, para todos los lati-
narios sudamericanos de hace ahora noamericanos (...), rebuscar atrás,
dos siglos es un tópico recurrente en rebuscar en las llaves o en las raíces de
los discursos de muy distintos grupos, nuestra propia existencia, la fórmula
partidos y líderes políticos de la para salir de este (...) terrible laberinto
región. Eso es por supuesto perfecta- en que estamos todos”. O también, esta
mente lógico: las naciones y sus diri- vez ante la Asamblea General de las
gentes andan siempre a la búsqueda de Naciones Unidas: “Lucharemos por
sus propios orígenes y encuentran en Venezuela, por la integración lati-
ellos, y en la narrativa que construyen noamericana y por el mundo. Reafir-
sobre ellos, fuentes de inspiración para mamos (...) nuestra infinita fe en el
pensar su propio presente y sus propios hombre, hoy sediento de paz y justicia
desafíos. Me gustaría comenzar presen- para sobrevivir como especie. Simón
tando un ejemplo notorio y muy inte- Bolívar, padre de nuestra Patria y
resante de esto inspirado en un libro guía de nuestra Revolución, juró no
muy reciente de Elvira Narvaja de dar descanso a su brazo, ni reposo a
Arnoux, El discurso latinoamericanista su alma, hasta ver a la América libre.
de Hugo Chávez, porque me parece No demos nosotros descanso a nues-
que vale la pena reparar en el modo tros brazos, ni reposo a nuestras almas
en que el Presidente de Venezuela hasta salvar la humanidad”. Y una más,
–como Anroux muestra muy bien cuya intencionalidad es evidente: “Ahí
en su trabajo– construye al mismo está la causa de nuestra tragedia, la que
tiempo y como en paralelo, hacién- hemos vivido en doscientos años: las
dolos apoyarse y reforzarse mutua- oligarquías de estas tierras echaron a
mente, su relato de la revolución de los libertadores. ¿Dónde murió San
la Independencia de comienzos del Martín, dónde murió Artigas? ¿Cómo
siglo XIX y su presentación de las terminó O’Higgins? Los echaron.
tareas que tiene por delante su propio Ellos echaron junto a los pueblos a los
gobierno. Es que las tareas iniciadas españoles, al imperio, pero luego las
por la revolución democrática liderada oligarquías echaron a los libertadores y
por Simón Bolívar –sugieren ese relato por supuesto echaron a los pueblos”.
y ese programa– no han concluido, “Estas tres citas pueden ser sufi-
y es ahora cuando se trata por fin de cientes para advertir un conjunto de
realizarlas. El discurso del presidente temas (dos, para empezar) que están
Chávez busca entonces reconstruir el presentes siempre en el discurso del
hilo histórico que une su propia revo- presidente Chávez y que determinan
lución bolivariana (que en su propio su modo de apropiarse del pasado
nombre lleva inscripta, desde luego, y de ponerlo en vinculación con las
esa relación) al proceso de la revolu- tareas del presente. En primer lugar,
ción democrática y la independencia, ya lo dijimos, el presente se mira en
construir una trama que articule el el espejo del pasado y va a buscar en
pasado y el presente, hacerlos mirarse él inspiración. “Toma prestados sus
y remitirse mutuamente. Así, por nombres, sus vestidos, sus gritos de

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guerra”. Que no están necesariamente los beneficios de un tipo de demo-


en la superficie, porque han sido olvi- cracia que se había soñado universal
dados o proscriptos (y por eso hay y plena pero hasta aquí sólo se había
que buscar, rebuscar, desentrañar), realizado parcialmente. Así, el discurso
pero que, vueltos a sacar a luz, pueden del Presidente de Venezuela se inscribe
inspirar las luchas del presente porque, tanto en la gran matriz latinoamerica-
en lo fundamental, esas luchas siguen nista forjada en los años de las guerras
siendo las mismas: las luchas contra de la independencia cuanto en la gran
los mismos sectores del privilegio, las tradición letrada y crítica, ilustrada, de
mismas oligarquías que ayer echaron la modernidad, y esa doble inscripción
de sus países a los libertadores y hoy es tanto más significativa cuanto que,
se oponen a los gobiernos democrá- tanto desde una como desde la otra de
ticos y populares que quieren seguir su estas dos tradiciones, se ha insistido en
ejemplo. Y que deben hacerlo, porque, muchas oportunidades en su mutua
como indica Arnoux resumiendo el incompatibilidad. En efecto, si por
sentido de estos discursos de Chávez, un lado la matriz racionalista europea
las tareas iniciadas por la revolución se ha mostrado en muchas ocasiones
democrática y la independencia (y refractaria, no digamos ya al reconoci-
en particular la tarea de unificar esa miento de las bondades, sino incluso a
nación fragmentada que sigue siendo la mera aceptación del carácter histó-
América Latina) no han concluido. En rico de las culturas de esta parte de
segundo lugar, el discurso de Chávez la tierra, por el otro demasiadas veces
exhibe una especie de humanismo los pensamientos que intentan reivin-
universalista, cosmopolita, universal dicar la dignidad de estas últimas han
(anclado en la historia concreta de insistido en hacerlo por oposición a lo
Venezuela y de América Latina, sin más recuperable de la tradición crítica
duda, pero que mira a la humanidad de la modernidad, y no en el nece-
en su conjunto) típicamente moderno. sario y productivo diálogo con ella que
Como muestra Anroux, en efecto, no el discurso de Chávez, como indica
se trata sólo de inscribir las tareas de Arnoux, ensaya con gran interés.
la revolución actual, y de las actuales Es que en verdad el ideario de la eman-
luchas de nuestros pueblos con los cipación de nuestros pueblos hunde
poderes fácticos del mundo, en la sus raíces, o por lo menos comparte
historia más larga de la emancipa- un campo común de problemas y
ción latinoamericana iniciada con los de desafíos, con el pensamiento de
procesos de la independencia, sino, los autores de los grandes textos
mucho más radicalmente, de pensar fundadores de la tradición moderna
este proceso en su conjunto como un ilustrada. Si se me permite recordar un
capítulo de la historia iniciada con las momento, entre estos grandes textos,
grandes revoluciones democráticas ese escrito fundador, decisivo, que es
modernas. Como si el ciclo iniciado “¿Qué es la Ilustración?”, de Kant,
con las revoluciones burguesas y me gustaría llamar la atención sobre
luego socialistas viniera a completarse un concepto fundamental que acuña
después, en esta parte del mundo, con allí el filósofo alemán: el concepto de
la búsqueda de la incorporación plena “uso público de la razón”. ¿Qué es el
de las grandes mayorías populares a uso público de la razón? Es la facultad

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libre, autónoma y soberana de la que pagar, argumentar contra esa injusticia


dispone el ciudadano que, eventual- si al mismo tiempo debe, por muy
mente disconforme, por ejemplo, con bueno que sea su argumento, suje-
un decreto de su soberano, tiene, al tarse a ella? “Razonad cuanto queráis
mismo tiempo, el deber ineludible y sobre lo que queráis”, escribe Kant,
de cumplir ese decreto y el derecho “pero obedeced”. ¿De qué sirve entonces
(y también la obligación, subraya Kant, razonar, y mostrar públicamente las
y eso a mí me parece decisivo: aunque consecuencias de ese razonamiento,
en el modo en que las palabras se podríamos preguntar, si de todos
usan hoy en el empobrecido lenguaje modos hay que obedecer aquella orden
político y mediático argentino esto que el razonamiento puede demostrar
suela perderse de vista, el pensamiento injusta? Respondería Kant: no “sirve”
republicano es menos un pensamiento de nada, no le “sirve” de nada a ese
de los derechos que un pensamiento ciudadano si lo que ese ciudadano
de las obligaciones), el derecho y la quiere es no hacer lo que considera
obligación –digo, entonces– de argu- que no es justo pedirle que haga.
mentar en contra de ese decreto que Muchas veces los gobiernos nos piden
está obligado sin embargo a obedecer cosas que nos parecen injustas, pero si
y de dar a conocer ese argumento suyo no los obedeciéramos la propia vida
por medio de la prensa. ¿Para qué?, en común se volvería imposible. No es
podría preguntarse. ¿De qué le sirve al posible, insiste Kant, no obedecer. Pero
ciudadano que, verbigracia, cree que si, además de obedecer, argumentamos
no es justo un impuesto que tiene que racionalmente, en un espacio público de Eduardo Rinesi

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debates libres, sobre la injusticia de esa intelectuales y materiales de dar a


obligación que se nos ha impuesto y que conocer sus argumentos a través de
tenemos que cumplir, habremos contri- un puñado de diarios y revistas que
buido al desarrollo de una opinión consumía una muy reducida minoría
pública menos precaria, más infor- de los ciudadanos de sus días, y sería
mada, más exigente, y tal vez en el sólo bastante tiempo más tarde que
futuro, si el soberano aspira a seguir los espacios públicos de los países
contando con el aval de esa opinión europeos empezarían a cambiar su
pública, si quiere que sus leyes posi- fisonomía y sus características, y que
tivas coincidan con lo que se llamaba la filosofía social y política iría por su
a veces, en el parte tomando nota de estos cambios.
Quizá lo más recuperable de la lenguaje de la Pero ni una ni otra de estas dos consi-
tradición ilustrada europea sea filosofía política deraciones reducen en lo más mínimo
precisamente esta vocación por contractualista el interés del planteo del filósofo
–a través de la educación, de la del par de siglos alemán, sino que nos obligan a situar
alfabetización, de la amplifica- anteriores, la ley ese planteo apenas como el punto de
ción del alcance de la cultura de la opinión partida de un camino ascendente de
escrita, de la difusión de la (que no era una progresiva inclusión de sucesivas capas
lectura–, ir “formando ciuda- ley positiva, sino de ciudadanos lectores y escritores a
danos”, ir incorporando a los una ley moral), ese espacio público de deliberaciones y
beneficios (a los derechos y a las los decretos de debates, a esa “opinión pública” cuya
obligaciones) de la ciudadanía, su voluntad expansión, ensanchamiento y popu-
a la responsabilidad y a la auto- sigan un camino larización es por lo tanto un desafío
nomía que supone la ciuda- diferente. tan importante para todo gobierno
danía, a cada vez más vastos Se ve claro que democrático y un capítulo tan deci-
contingentes de personas: al el argumento de sivamente central en la historia de la
bajo pueblo, a las multitudes Kant tiene un democratización de la vida política de
antes tan temidas, a las masas tono sumamente las sociedades modernas. Quizá lo más
trabajadoras. A los bárbaros. contenido y una recuperable de la tradición ilustrada
vocación muy europea sea precisamente esta voca-
moderadamente reformista. La suya ción por, a través de la educación, de
es una confianza, típicamente progre- la alfabetización, de la amplificación
sista, en el paulatino despliegue de una del alcance de la cultura escrita, de la
razón forjada en el diálogo y el cambio difusión de la lectura, ir “formando
de ideas, y de ninguna manera una ciudadanos”, ir incorporando a los
apuesta por una razón revolucionaria beneficios (a los derechos y a las
que, a partir de un contacto privile- obligaciones) de la ciudadanía, a la
giado con la luz de la verdad, pudiera responsabilidad y a la autonomía que
cambiar el mundo de la noche a la supone la ciudadanía, a cada vez más
mañana. Se ve también que su idea vastos contingentes de personas: al
del “espacio público” es extraordina- bajo pueblo, a las multitudes antes tan
riamente restringida. Kant no es un temidas, a las masas trabajadoras. A los
teórico de las masas populares dispu- bárbaros. De eso se trató también, por
tando con los poderosos en las calles y supuesto, en algunos de los grandes
en las plazas y en las urnas, sino el de debates a través de los cuales se confi-
una burguesía letrada en condiciones guró (por muy precaria y parcialmente

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que haya sido) la faz moderna de los primero en Francia y Alemania, pero
países de nuestra región, y ése es, por enseguida también en América del
esa razón, uno de los tópicos recu- Sur, dos siglos atrás. Y que es funda-
rrentes y más interesantes del discurso mental para el argumento que quiero
del presidente Chávez. presentar hoy, porque es exactamente
Así lo indica, en efecto, Arnoux, quien cuando existen esos espacios públicos,
subraya la fuerza que tiene en la retó- cuando esos espacios públicos existen
rica de Chávez el ademán pedagógico, y están densamente habitados de pala-
escolar, típicamente ilustrado, del bras, de discursos y de discusiones, que
líder que es también un intelectual los gobernantes que gobiernan con un
y que recomienda lecturas, exhorta oído atento a esas discusiones pueden
a leer, alfabetiza y enseña mientras considerarse representativos del pueblo
habla, sugiere libros y muestra su que las protagoniza, o incluso, como
pertinencia y su utilidad en el combate dice el presidente Chávez, una y la
político presente. Recomienda, por misma cosa que ellos. “Porque Chávez
ejemplo, Los miserables, de Víctor no es Chávez” –lo cito–: “Chávez es el
Hugo: “Novela monumental, yo les pueblo venezolano. Vuelvo a recordar
recomiendo que la lean y sobre todo al gran Gaitán cuando dijo lo que yo
nosotros los que estamos metidos en de vez en cuando repito, desde que me
esta batalla”. O recomienda el Quijote: di cuenta, desde que siento en el alma
“Yo ya comencé (...) a releerlo, vamos aquello mismo que dijo Gaitán un
todos a leer el Quijote. Ésa es una día: ‘Yo no soy yo, yo soy un pueblo’”.
obra universal (...) que además nos De nuevo es posible ver aquí la rela-
recoge mucho a nosotros, a Bolívar, ción entre el pasado y el presente: ayer
que fue un Quijote”. Son fantásticos –vimos antes que decía el presidente–
estos pasajes, que nos permiten ver un San Martín, Artigas y O’Higgins
conjunto de tópicos fundamentales echaron, junto al pueblo, a los espa-
del discurso de Chávez: la dimensión ñoles; hoy Chávez enfrenta, junto al
épica de la acción política, el lugar del pueblo, a los nuevos representantes
líder, que además –insisto– es un lector de las fuerzas del imperialismo, a los
y un maestro, y se presenta como tal, dueños del poder político y econó-
la importancia de la alfabetización, de mico del mundo.
la lectura, de la cultura escrita, de la Así, si en las versiones más racio-
discusión de ideas. Es en esa discusión nalistas del proyecto moderno de
de ideas, y de ideas escritas, de ideas de ampliación progresiva del espacio
la alta cultura letrada, que se conforma público, de la esfera público-política,
un pueblo libre. El populismo de uno puede imaginar ese espacio o esa
Chávez, acaso el más arquetípico de esfera como tendiendo a configurar
los populismos de la hora actual en un ámbito casi anónimo de discu-
América del Sur, es hijo –y un hijo siones indulgentes y bien informadas
autoconsciente y militante– de la gran entre sujetos autónomos y libres,
ilustración, de la cultura libresca y que intentan determinar las mejores
del sueño, típicamente moderno, de medidas de gobierno para alcanzar
un ensanchamiento de los espacios algo parecido al bien común, tratando
públicos de deliberación y de debate de convencerse mutuamente sin otra
que esa gran tradición letrada soñó coacción (como dice en más de un

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sitio ese kantiano militante que es sociedad en un momento histórico


Jürgen Habermas) que la del mejor determinado. Es sobre este problema
argumento, en esta otra versión de ese fundamental que yo quería presentar
mismo proyecto que aquí nos interesa, dos o tres ideas muy generales.
esa preocupación por la ampliación de
la esfera pública política se expresa en
el programa de construcción y eleva- II.
ción de un pueblo (y de la autonomía
y libertad de los sujetos que integran Porque a pesar de lo que dijimos hasta
ese pueblo) por medio de su educación acá, y en contraste con lo que se nos
y de su involucramiento creciente en aparece como la edificante moraleja de
la discusión de las políticas que llevan estas reflexiones, es necesario aceptar
adelante sus gobiernos, del aliento a que algunos de los momentos más
la participación popular (“delibera- conmovedores y más fascinantes de
tiva y activa”, como decía una filó- la historia de los progresos que han
sofa canadiense cuyos escritos solían realizado las sociedades de Occidente
citarse en algunos de los debates durante los últimos siglos se deben
argentinos de los años de la “transi- no tanto a la vinculación o conexión
ción a la democracia”) en los asuntos entre los dirigentes y los dirigidos en
públicos. La idea de democracia parti- esas sociedades, sino exactamente a
cipativa es en efecto un componente su separación, a la desvinculación de
fundamental del proyecto político los primeros respecto a una sociedad
que expresa el presidente Chávez, y civil en la que a veces esos dirigentes
es eso lo que le permite sostener que encontraban que debían todavía
está (como ayer los grandes líderes del destruirse demasiadas resistencias para
proceso independentista) “junto al permitir el despliegue de las fuerzas
pueblo”, que es una y la misma cosa progresistas de la historia, y con la
con el pueblo, que no hay entre él y que a menudo sentían que no podían
el pueblo ninguna diferencia, ninguna contar para llevar a buen puerto ese
distancia. Reconocemos aquí, sin proyecto. Al fenómeno al que ha dado
duda, uno de los grandes problemas lugar esa creencia y esa desconfianza
de la tradición teórico-política occi- puede dársele (propongo darle, acá) el
dental: el de la legitimidad de los nombre notorio de jacobinismo, que
gobernantes y el peso que tiene en ella no deja de constituir en cierto sentido
la cuestión de la distancia entre ellos una forma extrema, radical, de mani-
y sus gobernados y la posibilidad de festación de ese artificio filosófico-
presentar como escasa o incluso nula político típicamente moderno que es
esa distancia. Antonio Gramsci había la idea de representación. En efecto,
tratado este problema usando una podría decirse, me parece, que el jaco-
palabra que había tomado del viejo binismo es la forma hipertrofiada de
pensamiento militar y revolucionario: consumación de un tipo de lazo polí-
la palabra hegemonía, que no designa tico representativo. Que el jacobinismo
en su obra otro problema que éste: el es la forma que asume ese lazo repre-
de la vinculación entre –para usar sus sentativo cuando el representante,
propias palabras– “el grupo dirigente” desconfiando del representado y no
y “los grupos dirigidos” de una cierta dispuesto a mantener con él ninguna

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forma de aquel diálogo argumenta- dobleces, sino el sujeto de una voluntad


tivo que el viejo Kant y toda una larga general que sólo la virtud (palabra
tradición recomendarían, simple- jacobina) de los representantes puede
mente lo suplanta. Por su bien y en su conocer y encaminar. Escribe Jaume:
nombre, lo reemplaza. Lo sustituye. “Al rechazar el sentimiento particular y
Este sustitucionismo, cuyo modelo el interés particular en nombre de una
teórico primero encontramos en la comunidad transparente y virtuosa,
obra enorme, fundadora de la filosofía el jacobinismo en el gobierno recha-
política moderna, de Thomas Hobbes, zaba las premisas mismas del juego
es el que se expresa después, en efecto, democrático de la opinión. Imponía
en el pensamiento jacobino. Tal vez y defendía una legitimidad única e
pueda decirse, como lo hace el filósofo indivisible, invariable e impartible”,
brasileño Renato Janine Ribeiro, que reemplazando al todo por la parte de
el Estado Jacobino es la primera encar- avanzada o de vanguardia de ese todo,
nación histórica concreta del modelo a la opinión (doxa) por la opinión
diseñado por Hobbes en el Leviatán. recta (orto-doxia) y a los ciudadanos
Que el jacobinismo, que como –“hobbesianamente”, ahora– por sus
movimiento de oposición se había representantes. Siempre me gustó el
levantado para condenar la separación título de un artículo de Waldo Ansaldi
entre el Estado y la Sociedad Civil bajo sobre el proceso político rioplatense
la monarquía absoluta, se convierte de 1810 a 1880: “Soñar con Rousseau
después, establecido en el poder, en el y despertar con
agente de la realización de lo esencial Hobbes”, se El balance histórico de la
del proyecto hobbesiano, sostenido llamaba ese artí- Revolución Francesa, que es el
sobre una idea absoluta de la soberanía culo. Lo leí hace acontecimiento o el proceso en
y de la representación. muchos años relación con el cual la expre-
Así se desprende también de los exce- y lo recuerdo sión “jacobinismo” adquiere
lentes trabajos del filósofo francés mal, pero me su sentido histórico preciso,
Lucien Jaume, que nos muestran pregunto ahora, nos presenta en general al jaco-
cómo el jacobinismo, que sostiene a la luz de estos binismo como un momento
–“rousseaunianamente”, digamos– problemas que de ruptura violenta con un
una idea sobre la identidad absoluta estoy tratando pasado que difícilmente podría
entre representados y representantes de plantear aquí, haberse dejado atrás de otra
que nos recuerda mucho la que vimos si ese título no manera, y a su inevitable caída
presentar en sus discursos populistas, acertaba a dar, como la apertura a un tiempo
democrático-radicales, al presidente más todavía que nuevo que tampoco podría
actual de Venezuela impugna la idea con una clave haberse conquistado sin ese
de representación mientras está en la para interpretar exceso inicial.
oposición a los poderes establecidos la historia argen-
(que fatalmente encuentra infieles tina del siglo XIX, con una clave para
a los intereses y deseos del pueblo), pensar la lógica misma de las familias
pero sólo puede afirmarla, extremarla, de pensamiento teórico-político que
cristalizarla, después, en el poder, estuvieron en juego en esa historia.
porque el pueblo cuyos intereses y Si ese despertar no estaba de alguna
deseos pretende servir no es el pueblo manera contenido como destino en ese
empírico, lleno de contradicciones y sueño, si es posible despertar en otra

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compañía que la de Hobbes si uno se de ella para darle un uso diferente, una
duerme soñando con Rousseau. Si no es categoría no ya histórica sino teórica
esa evolución, esa dialéctica, ese movi- de alcance más general), el balance
miento de Rousseau a Hobbes lo que histórico, digo, de esa experiencia de la
define la lógica misma del jacobinismo. historia política francesa nos presenta
¿Sería eso condenable? ¿Estaría eso en general al jacobinismo como un
mal? No parece posible decirlo con momento de ruptura violenta con
tanta ligereza. De hecho, como sugería un pasado que difícilmente podría
hace un momento, los movimientos haberse dejado atrás de otra manera, y
jacobinos han sido muchas veces a su inevitable caída como la apertura a
enormemente productivos, enorme- un tiempo nuevo que tampoco podría
mente eficaces, y sin duda la capa- haberse conquistado sin ese exceso
cidad de operar sobre la historia que inicial. Ese exceso jacobino, entonces,
este sistema de concentración de la destinado a ser superado por el mismo
soberanía y el poder importa permite proceso que él desencadenó, no podría
a veces promover transformaciones ser condenado ligeramente.
muy notables. Nadie podría condenar Pero ni es necesario confiar tan ciega-
eso ni dejar de alegrarse cuando esas mente en que el progreso subterráneo
transformaciones se producen. Pero sí de las fuerzas secretas de la historia
me parece posible sostener que todos justifiquen siempre, al final, los
los avances y las transformaciones que momentos en que esa “desconexión”
se realizan en una sociedad de esta entre dirigentes y dirigidos permitió
manera tienen la enorme fragilidad acaso progresos más vigorosos y nota-
que les otorga una base de sustenta- bles, ni puede tampoco asegurarse
ción tan quebrantable. ¿Qué queda de que siempre haya sido “mejor” o más
las grandes realizaciones promovidas y avanzado el resultado global de estos
alcanzadas por estos grupos a la caída desarrollos que los puntos de arranque
de los mismos? Y antes aun: ¿qué posi- de los que partían. Considerando el
bilidades tienen estos grupos de evitar proceso revolucionario de mayo de
esa caída si no han logrado construir 1810 en el contexto de cuyo próximo
(¿y cómo hacerlo sino generando esos bicentenario estamos proponiendo
espacios de discusión y de debate, estas discusiones, Tulio Halperín
amplificando esa esfera de la opinión Donghi ha escrito en su enorme
pública política a la que me venía refi- Revolución y guerra, que el mismo
riendo?) una legitimidad social que constituye, con todos sus arrebatos
los sostenga? Sé que estoy planteando y con todas las energías políticas que
un tema enorme que no podríamos se empeñaron en el mismo, menos
considerar acá sin incurrir en simplifi- el escalón necesariamente doloroso
caciones groseras. El balance histórico hacia una etapa de superación de los
de la Revolución Francesa, que es el obstáculos de la fase precedente de
acontecimiento o el proceso en relación la historia que una suerte de bisagra
con el cual la expresión “jacobinismo” entre dos tipos de sociedades orga-
adquiere su sentido histórico preciso nizadas internamente, y articuladas
(aunque aquí estoy tratando de volver con el resto del mundo, según sendos
a esa categoría, surgida de esa historia “pactos coloniales” entre los que no
pero que podemos tratar de emancipar está claro que el segundo haya resul-

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tado superador del más antiguo. Más sociedad que a veces puede ser muy
bien –sugiere Halperín– al contrario. conservadora, incapaz de pensar para
Así pues, si Halperín está en lo cierto, sí misma horizontes diferentes de
la revolución debería ser pensada aquellos a los que se ha habituado?
como una astucia de la historia, pero El jacobinismo nos presenta entonces
no de una historia ascendente, hecha en forma condensada, extrema, una
de progresos y de superaciones, sino de diferencia, una separación, que por
una historia de retrocesos y de regre- un lado no podemos festejar ingenua-
sión, y si esta mirada resulta especial- mente ni puede resultarnos un modelo
mente amarga es porque no nos deja de vínculo político deseable, pero por
ni siquiera la ilusión de que los excesos otro no deja de interesarnos, porque
jacobinos de un momento determi- tenemos la sensación de que es justo
nado del proceso puedan ponerse gracias a esa diferencia, a esa separación,
después “a la cuenta”, por así decir, de a ese hiato, que una sociedad puede a
algún saldo finalmente positivo de ese veces sacudirse algo de su modorra e ir
proceso considerado en su conjunto. planteándose nuevos desafíos.
Puede ser que Halperín tenga razón. ¿Cómo resolver entonces esta tensión?
Y sin embargo, ese “momento jaco- ¿Qué deberíamos pedirle a un líder,
bino” de la revolución sigue titilando, a un dirigente democrático virtuoso?
sigue resplandeciendo, seductor, en Yo lo diría así, muy toscamente: que
el pasado. Sigue fascinándonos y esté un paso más adelante, sí, que la
emocionándonos. Porque hay sin sociedad que pretende conducir, pero
duda algo de excitante en el jacobi- que pueda argumentar frente a esa
nismo. Algo de heroico. La epopeya sociedad (frente a los ciudadanos y a las
de un hombre solo, o de un conjunto organizaciones de esa sociedad) sobre
pequeño de hombres solos, separados la conveniencia de la dirección y el
de la sociedad a la que, sin embargo, sentido en el que pretende conducirla.
se empeñan obstinadamente en repre- Que pueda persuadirla y que logre
sentar, en cuyo nombre dicen actuar, así, por la vía de la argumentación
presuntos detentores de la cifra de una y de la persuasión, que esa sociedad
voluntad general que no se sabría a sí experimente como suyo cada uno de
misma pero cuyos arcanos, en cambio, los pasos que ese líder democrático
ellos sí conocerían, la gesta épica de pueda hacerle dar en dirección a la
un puñado de hombres “adelantados realización de ese programa que debe
a su tiempo” nos produce siempre proponerle, someter a la discusión,
una suerte de hechizo singular. Por lo retocar incluso –eventualmente– en
demás, ¿no es algo bastante parecido el curso de esa discusión, ir mejo-
a eso lo que le pedimos a cualquier rando en el camino. Que logre que esa
líder político, a cualquier dirigente, a sociedad (quiero decir: que porciones
cualquier conductor: que esté, tal vez considerables de esa sociedad, puesto
no mucho, pero al menos un poquito que las sociedades son por supuesto
adelante del conjunto de los hombres heterogéneas y los grupos que las
a los que dirige o conduce o lidera? componen tienen desde luego inte-
Al revés: ¿aceptaríamos como justo reses enfrentados y no siempre articu-
a un líder que apenas se limitara a lables: por eso es que existe la política,
expresar el estado de opinión de una por eso es que la construcción de una

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hegemonía es una tarea), sienta como ese aliento, ese estímulo a la participa-
suyo cada uno de esos pasos y que esté ción popular se nos revela menos como
dispuesta a sostenerlos y a defenderlos el núcleo del programa de los distintos
cuando aparezcan las dificultades, gobiernos que hemos conocido en estos
las oposiciones y a veces también los años que como el medio al que algunos
enfrentamientos. La prolífica discur- de ellos debieron a veces recurrir para
sividad del presi- afirmarse, pero también para arrojarla
Algo de eso estuvo sin duda dente Chávez, por la borda inmediatamente después,
–y sin duda junto con muchas el pedagogismo apenas conseguido su objetivo. En
otras cosas más– en la base casi escolar que realidad, desde el inicio de ese ciclo
del malhumor social que se –como muestra de la transición, tendió a primar entre
expresó en las estrepitosas Elvira Arnoux nosotros no el principio democrático
jornadas de fin de 2001, en en el libro que de la participación, sino el principio
las que es posible afirmar que mencioné al liberal de la representación. “Nos, los
convergen, en curiosa coinci- c o m i e n z o – representantes...”, empezaba, en efecto,
dencia, una serie de líneas de destilan sus el “rezo laico” del preámbulo de la
protesta social que se venían discursos, su Constitución con el que Raúl Alfonsín
desarrollando activamente, y carácter fuerte, solía vestir sus arengas de candidato y
desde hacía bastante tiempo, p e r s i s t e n t e , después de presidente, y no sería exce-
por parte de diversos actores confiadamente sivo afirmar que en esas tres palabras
sociales y políticos, con un argumentativo, estaba contenido no sólo lo esencial
conjunto nuevo de reclamos forma parte del programa político del viejo caudillo
hijos de una serie de deci- de un tipo de radical sino también lo más decisivo del
siones del gobierno aliancista c o n d u c c i ó n tipo de gobierno que se estaba entonces
que habían herido, entre otras política de gran fundando en Argentina, y que es el que
vísceras quizás algo más nobles, estilo, perfecta- aún tenemos: un tipo de gobierno de
el órgano más sensible de las mente adecuado los representantes del pueblo, que, como
clases medias argentinas. al proyecto de dice esa misma Constitución, deliberan
una democracia y gobiernan en su nombre, pero que
amplia y participativa como la que lo hacen separados de él por ese hiato
todo el tiempo dice promover el presi- al que damos el nombre clásico de
dente de los venezolanos. representación, y que sólo por excepción
se consideran obligados a discutir con
ese pueblo, a argumentar frente a ese
III. pueblo, las razones de sus movimientos
y de sus decisiones.
En Argentina hemos escuchado y usado Baste recordar el modo en que el mismo
mucho, a lo largo de los últimos cinco Alfonsín mandó a su casa, el domingo
lustros, estas palabras que acabo de decir: de pascuas de 1987, a una ciudadanía
democracia, democracia participativa. Y movilizada y activa, y la forma en
es cierto que no faltaron, desde el inicio que, seis años después, él y su sucesor
mismo del ciclo de lo que se llamó la cerraron a solas y en secreto, sin verse
“transición a la democracia”, diversas obligados a argumentar en público
convocatorias a la participación popular nada o casi nada, el famoso “pacto”
en los asuntos públicos. Pero también lo que permitiría la reforma de aquella
es que, vistas las cosas en retrospectiva, Constitución y la reelección de Carlos

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Menem como presidente. Si es posible gobierno que se presentan por cierto en


afirmar, como se ha afirmado muchas un formato cada vez más pobre, cada
veces, que con este pacto culmina el vez más carente de alma, de contenido
ciclo de la “transición a la democracia”, espiritual y de programa: porque si
lo es en el doble sentido de que, con él, en Alfonsín o en Menem la distancia
ese ciclo “llega a su fin”, y también de entre gobernantes y gobernados era la
que lo hace con la afirmación definitiva que permitía a los primeros desplegar
del tipo de lógica que lo había presi- desde la cima del poder un tal o cual
dido. Una lógica que tiene entonces proyecto que eventualmente sometían
algo de jacobina (en efecto: había un menos de lo deseable a la discusión y
cierto jacobinismo en Alfonsín, y en al control de la ciudadanía (y por eso
eso radica tal vez, al mismo tiempo, su hablábamos en esos dos casos de formas
mayor encanto y su mayor debilidad), distintas de jacobinismo), durante los
y a partir de cuya consolidación, de años del gobierno de la Alianza era la
cuya afirmación como pura lógica idea misma de que pudiera tenerse un
formal, como pura distancia entre proyecto que no coincidiera punto
representantes y representados, pudo por punto con el acatamiento a los
desplegarse después, durante la década dictados de los poderes fácticos lo que
siguiente, un programa de devasta- había desaparecido.
ción del patrimonio colectivo y de las Algo de eso estuvo sin duda –y sin
capacidades estatales desplegado por duda junto con muchas otras cosas
unos equipos gubernamentales abso- más– en la base del malhumor social
lutamente alejados (revolucionarios al que se expresó en las estrepitosas
revés, fanáticos jacobinos de derecha) jornadas de fin de 2001, en las que
de la deliberación y el contralor es posible afirmar que convergen, en
públicos y apenas plebiscitados cada curiosa coincidencia, una serie de
tanto por una ciudadanía que cada líneas de protesta social que se venían
dos años recuperaba por un día (sin desarrollando activamente, y desde
mayores fervores ni grandes alterna- hacía bastante tiempo, por parte de
tivas: también hay que decirlo) un diversos actores sociales y políticos,
pedacito de la soberanía que el tipo de con un conjunto nuevo de reclamos
sistema de gobierno consolidado entre hijos de una serie de decisiones del
nosotros le había arrebatado. El libera- gobierno aliancista que habían herido,
lismo de Alfonsín, el fervor desmante- entre otras vísceras quizás algo más
lador de Menem y el conservadurismo nobles, el órgano más sensible de las
de Fernando de la Rúa constituyen clases medias argentinas. Sobre todo
distintas inflexiones de un tipo de esto se ha escrito bastante y será nece-
gobierno de los representantes del que sario escribir bastante más, porque
se ha ausentado por completo la idea no es fácil tener la sensación de que
de que es necesario para esos represen- del conjunto de análisis del estallido
tantes desplegar ante los ciudadanos decembrino con los que contamos
argumentos, discutir con esos ciuda- surja una interpretación verosímil y
danos sus líneas de gobierno, construir completa de su naturaleza y de sus
consensos y legitimidad a partir de la (insisto: diversas y compuestas) carac-
participación informada del pueblo. terísticas. Quizá baste sugerir aquí
Distintas inflexiones de ese tipo de que, en cuanto a los acontecimientos

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mismos de ese agitado fin de 2001 dente provisional de Argentina– supo


(y a los discursos e interpretaciones leer bien esa demanda de orden y de
que los acompañaron y les dieron un normalización, y fue capaz de atenderla
sentido), parecen haber confluido allí con un éxito considerable. El gobierno
dos grandes corrientes, dos grandes de Duhalde tiene en ese sentido algo
impulsos: por un lado, entonces, el de restaurador: se trató de un restaura-
que provenía de una fuerte politicidad cionismo conservador-popular soste-
previa de los sectores más afectados por nido sobre una decidida disposición
la reforma operada durante la década a hacer todas las concesiones nece-
que se cerraba, que hacía tiempo que sarias a los factores reales del poder
venían expresando su disconformidad económico y financiero nacional e
y sus reclamos; del otro, el que provenía internacional y una no menos deci-
de una notoria pulsión “anti-política” dida (y experimentada) sabiduría para
que expresaba (por mucho que alguna sofocar, con medidas no por apenas
de sus consignas haya podido ser paliativas menos importantes ni menos
recogida y levantada como bandera, reclamadas, los focos más urgentes
después, por este o aquel grupo más del extendido incendio social. A seis
o menos libertario) el sentido común meses de haber asumido Duhalde, la
de la derecha televisiva más previsible casa estaba en orden, la emergencia
y más convencional. social empezaba a controlarse y la clase
Pero no importa. O sí, pero no acá. media, pasado ya el cuarto de hora de
Lo que acá me interesa subrayar es su entusiasmo cívico de fin del año
que después del estallido, después de anterior, volvía a preocuparse por lo
las plazas y del “¡Que se vayan todos!” que más le interesaba: sus dólares.
y de los muertos y del derrumbe del Simplificación excesiva, sin duda,
gobierno de la Alianza y de las idas y posiblemente injusta. Porque ni
y venidas en la cumbre del poder, todos los miembros de esa famosa
aparecen en la escena pública argentina “clase media” (sea lo que sea lo
lo que me parece que pueden conside- que esa equívoca categoría permita
rarse dos grandes demandas. Empiezo designar) estaban obsesionados con
por la que en cierto sentido parecía sus dólares, ni esta obsesión, en los
dominante y más urgente: una fuerte casos en los que en efecto se verifi-
demanda de orden, una fuerte demanda caba, era la única que esos sujetos
(sostenida por una parte sustancial de expresaban en el espacio público, ni
la ciudadanía) de que alguien viniera dejaban de oírse todavía –en algunos
para poner las cosas sobre sus pies y casos con cierta intensidad– los ecos
de que volviera a presidir la vida diaria más democratizadores de los aconte-
de los argentinos una mínima sensa- cimientos de diciembre. En los que
ción de previsibilidad y de estabilidad. no había habido una sola voz, sino
Que se normalizaran las cosas. “Antes muchas (que convergieron, que se
un final terrible que un terror sin fin”. encontraron, que coagularon, por
El senador Eduardo Duhalde –al cabo así decir, en un momento de fuerte
de diversas peripecias ungido por la crispación: así lo recuerda el “Piquete
Asamblea Legislativa, de acuerdo a y cacerola, la lucha es una sola”
los procedimientos establecidos por la que muchos corearon en la Plaza),
Constitución Nacional, como presi- ni tampoco un solo espíritu, sino

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muchos. Por lo menos dos (aunque tinas (en algunas calles argentinas: en
esta distinción sólo puede ser analí- la boca de algunos de sus ciudadanos
tica: estos dos impulsos marchaban más movilizados) era un pedido de
a menudo juntos y mezclados): por más de esa democracia proclamada y
un lado, una especie de reacción luego relegada o traicionada u olvi-
airada, indignada y llena de urgencia, dada, y del conjunto de valores que le
contra la política. Por otro lado, sin estaban asociados.
embargo (y creo que sería parcial no Y que en cierto sentido vuelven al centro
reconocerlo) había habido en aquellas de la escena con el ascenso al poder de
jornadas decembrinas, y en varias de Néstor Kirchner. En efecto, parece
las que las prepararon y en muchas posible afirmar que en Kirchner, más
de las que las siguieron, otro tipo de o menos inesperadamente electo para
aprendizaje: el de una intensificación suceder a Duhalde en el año 2003,
de las discusiones y de los debates, convergen dos fuerzas, dos impulsos.
el de un fuerte desarrollo de instan- Que Kirchner, por así decir, recibe al
cias diferentes de participación, el mismo tiempo dos legados, está atento
de una horizontalización de diversas al mismo tiempo a dos tipos de voces
relaciones y el de la aparición de que le llegan de los confusos meses Simón Bolívar
relaciones nuevas. A esto me refería
cuando aludía a un segundo tipo de
demandas, que después de diciembre
de 2001 comienza a actuar sobre el
espacio político argentino junto con
la demanda de orden ya indicada.
Se trata, ahora, de una demanda de
democratización, de una demanda
de participación, de una demanda
de ampliación de la esfera pública de
las discusiones. En cierto sentido, se
trata de un retorno a aquellas incum-
plidas promesas del inicio del ciclo de
la “transición”, en que se articulaban
el discurso liberal de la representa-
ción con el discurso democrático de
la participación deliberativa y activa
de los ciudadanos en los problemas
de la comunidad. Después de que ese
ciclo hubiera llegado a su final con el
triunfo pleno de aquel principio de la
distinción y la separación por sobre
este principio de la democracia (ésta
es la culminación, querría insistir, de
la odisea alfonsinista y la condición
de posibilidad para el despliegue de
la política menemista que siguió), lo
que se oía ahora en las calles argen-

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de crisis y de desconcierto que viene al gobierno de Fernando de la Rúa. Y


a cerrar su presidencia. Por un lado, esa herencia también se expresa en su
Kirchner es un heredero de Duhalde. No retórica (una especie de democratismo
(o no sólo) en el sentido más evidente mayoritarista, plebeyo y altivo), en su
y más elemental, gestualidad (que consistía en evitar
Corresponde llamar de nuevo y ya muchas veces ciertas solemnidades y ciertas media-
jacobinos, entonces, a estos señalado, de que ciones –por ejemplo, para escándalo de
gobernantes, a estos dirigentes es tributario (de los periodistas: la de los periodistas– y
que durante los años de la presi- que su elección, en actuar una cercanía que no necesa-
dencia Kirchner estuvieron, al menos, es riamente se expresaba, después, en una
en efecto, a la izquierda de la deudora) de la apertura de canales efectivos de partici-
sociedad, o por lo menos de constancia de los pación popular en los asuntos públicos)
la mayoría de la sociedad a la votos duhaldistas y en varias de sus muy importantes
que gobernaban; corresponde de la provincia medidas de gobierno. Medidas de
incluir al capítulo kirchne- de Buenos Aires, avanzada, muchas de ellas, orientadas
rista en la historia más larga sino en el sentido a una sociedad que en algunos casos
del jacobinismo argentino que más profundo de –es verdad– las estaba reclamando,
aquí he tratado de insinuar. que es heredero incluso exigiendo a través de algunas
de la voluntad de sus organizaciones más activas, pero
ordenancista y reorganizadora de su que en otros casos ni las exigía ni las
antecesor. Voluntad que éste había esperaba ni las imaginaba. Medidas
ejercitado en una clave conservadora- de avanzada que en muchos casos, en
popular (restauracionista, habíamos efecto, la sorprendieron, nos sorpren-
sugerido) y que Kirchner ejercitará en dieron, porque no las sospechábamos
cambio en una clave populista más de ni estaban anunciadas en el clima
avanzada, pero siempre exigido por de las discusiones anteriores ni en el
la necesidad de garantizar el funcio- módico programa de gobierno con el
namiento “normal” (la expresión, que Kirchner asumió el gobierno, ni
de hecho, aparece en sus primeros en las expectativas de una sociedad
discursos: “normalidad”, un “país que estuvo durante esos años, como
normal...”) de unas instituciones que solíamos decir, a la derecha de sus
a esa altura de las cosas ya nadie, o casi gobernantes. Corresponde llamar
nadie, quería ver tan dramáticamente de nuevo jacobinos, entonces, a estos
sacudidas o trastrocadas otra vez, y la gobernantes, a estos dirigentes que
capacidad del Estado (un Estado cuya durante los años de la presidencia
centralidad y cuya fuerza Kirchner Kirchner estuvieron, en efecto, a la
intentó empeñosamente recomponer) izquierda de la sociedad, o por lo
de fijar reglas de juego a los actores menos de la mayoría de la sociedad a la
sociales y económicos. que gobernaban; corresponde incluir al
Por otro lado, Kirchner hereda también capítulo kirchnerista en la historia más
el clima de movilización democrática larga del jacobinismo argentino que
(más o menos silvestre, anárquica, aquí he tratado de insinuar. Con sus
aluvional: lo que se quiera) que recién indudables méritos: haber puesto una
presentábamos como el mejor lado de la serie de temas del más alto interés en la
confusa amalgama de fuerzas que había “agenda”, como se dice, de una sociedad
derrumbado, un año y medio antes, bastante más conservadora que sus

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gobernantes, y haber llevado adelante es una de las dimensiones fundamen-


una serie de medidas muy importantes tales, decisivas, del hacer, sin la cual a
(entre muchas otras digo sólo dos, de las cosas que se hacen, mucho más a
naturaleza muy distinta: la eliminación veces que a las palabras que se dicen,
de la ignominia de las AFJP y la elimi- puede llevár-
nación de la ignominia del cuadro de selas el viento. Kirchner hizo mucho pero no
Videla exhibido en un edificio público Kirchner hizo siempre dijo bien eso que hacía,
del Estado nacional) en una sociedad mucho pero no y al no hacerlo, al no articular
que, como decía, no parecía exigirlas y siempre dijo bien sus medidas de gobierno en
tal vez ni siquiera imaginarlas. eso que hacía, algo así como un programa,
Pero si estas medidas son sin duda y al no hacerlo, no creó tampoco las mejores
importantes, y si la decisión de adop- al no articular condiciones para que la ciuda-
tarlas es sin duda loable, esa sorpresa sus medidas de danía pudiera discutir, apoyar,
que representaron para nosotros gobierno en algo mejorar, corregir ese programa.
(y que no se vincula sólo al hecho de así como un
que no las esperábamos, sino también programa, no creó tampoco las mejores
al hecho de que no fueron integradas, condiciones para que la ciudadanía
ni antes ni durante ni después, por pudiera discutir, apoyar, mejorar,
medio de un discurso consistente, a corregir ese programa. Se dirá que no
un programa o a un relato que una puede reprochársele a un gobierno que
sociedad movilizada pudiera discutir), no se ocupe de movilizar a un montón
esa sorpresa y esa falta de una discur- de gente grande que debería movili-
sividad que les diera su lugar y su zarse por sí sola. Es cierto. Pero no es
sentido, digo entonces, constituye menos cierto que cuando un equipo
un problema serio. El kirchnerismo gobernante actúa (incluso bien o hasta
tiene el mérito de haber tomado esas muy bien, como yo diría que, sin entrar
y otras medidas muy relevantes, pero en mayores detalles, es el caso) sin
el demérito importante de no haber involucrar activamente a la sociedad
contribuido gran cosa a ensanchar en el debate sobre las políticas que
los espacios en los que esa sociedad impulsa, puede quizá llevar adelante
pudiera discutir esas medidas, y discu- grandes cambios, pero también ver
tiéndolas legitimarlas y volverlas más cómo toda esa estantería de cambios
estables, más seguras, más perdurables. es sacudida después, de la noche a la
De no haber sido capaz de decir bien mañana, por no haber creado bases
lo que estaba haciendo bien. Porque más firmes para sostenerla.
no es exactamente cierto que mejor Cuando Kirchner entregó la presi-
que decir sea hacer: es necesario hacer dencia a su sucesora, unos cuantos
y al mismo tiempo decir lo que se hace, esperábamos que ésta (dueña de una
y por qué y para qué se lo hace, y poner oratoria mejor que la de su marido
a discutir esos discursos, esas justifica- y heredera de una situación general
ciones, esos proyectos en los que lo que bastante menos apremiante) pudiera
se hace cobra sentido, porque si no lo encarar, junto al reto de profundizar
que se hace corre el riesgo de licuar el camino del crecimiento económico
ese sentido o de perderlo. El decir no y la reforma social, el doble desafío de
es lo contrario del hacer: el decir (y el presentar a la ciudadanía, organizado en
hacer circular y discutir lo que se dice) un discurso consistente, un programa

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de gobierno, y de favorecer la discu- danos no deliberan ni gobiernan sino


sión pública de ese programa: de –para a través de sus representantes”, como
resumir esto en dos palabras– volver reza aquella Constitución Nacional
más democrático el liberalismo demo- cuyo preámbulo Alfonsín recitaba de
crático argentino. Esto no ocurrió. memoria, y como podía leerse en las
Más bien, enfrentada casi al inicio paredes de lona de una de las carpas
de su gestión al fuerte rechazo de las instaladas en la Plaza del Congreso, en
corporaciones camperas a la decisión apoyo del gobierno, en las semanas más
de modificar las alícuotas de las reten- calientes del conflicto. Todo el poder
ciones a las exportaciones agrarias, la a los representantes. Y a quienes no
Presidenta se vio llevada a ensayar un estaban de acuerdo con las decisiones
tipo de discurso y a plantear un tipo de esos representantes, la Presidenta
de problemas muy distintos. Que nos les pediría que “se constituyan como
vuelven a situar frente a los grandes partido político y en las próximas elec-
temas del inicio mismo del ciclo de la ciones reclamen el voto del pueblo”.
“transición”, y en primer lugar, entre Así, una cierta entonación “liberal”
ellos, frente a uno organizaba el discurso presidencial en
El liberalismo político, que sobre el que ya los tramos más duros del conflicto.
es bastante menos que lo que hablamos: el de Tanto que un amigo con el que escu-
queremos como ideario orga- la representación, chamos en Plaza de Mayo la arenga que
nizador de nuestra democracia, que la Presidenta acabo de citar me preguntó –medio en
es también una suerte de piso presentó muchas broma, medio en serio–: “Che: ¿noso-
mínimo, de resguardo último veces, durante tros no estábamos en contra de esto?”.
contra las pretensiones de los los meses que Cierto: ¿no le pedíamos algo más que
grupos corporativos de interés. duró el conflicto, eso, nosotros (“nosotros”: los que le
A los que, por cierto, el discurso c o n t r a s t a n d o reprochábamos a Alfonsín su “libe-
de la Presidenta –como antes la legitimidad ralismo”), a la democracia? ¿No le
el de Alfonsín– situaba del del poder de los pedíamos a la democracia que no fuera
lado de los responsables de representantes sólo “representación”, sino también
una historia terrorífica que no del pueblo con “participación”? ¿Qué era entonces lo
debía repetirse: si el domingo la ilegitimidad que volvía atractivo el discurso “liberal”,
de la Semana Santa del 87, de los reclamos representativista, de la Presidenta? Pues
Alfonsín había dicho que “el sectoriales de lo mismo que había vuelto atractivo,
pasado” había estado a punto los dirigentes en su momento, el liberalismo represen-
de alcanzarnos otra vez, ahora de las corpo- tativista de Alfonsín: lo odioso de los
Cristina Fernández decía que raciones. Esa poderes contra los que se levantaba. El
había vuelto a ver “el rostro distinción había liberalismo político, que es bastante
de un pasado que pareciera sido uno de los menos que lo que queremos como
querer volver”. tópicos centrales ideario organizador de nuestra demo-
del discurso cracia, es también una suerte de piso
alfonsinista, y reapareció con mucha mínimo, de resguardo último contra
fuerza en los que desgranó Cristina las pretensiones de los grupos corpora-
Fernández a lo largo del año pasado: tivos de interés. A los que, por cierto, el
sólo los representantes del pueblo discurso de la Presidenta –como antes
pueden deliberar, decidir y ejecutar el de Alfonsín– situaba del lado de los
las medidas de gobierno. “Los ciuda- responsables de una historia terrorífica

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que no debía repetirse: si el domingo de Edgardo Mocca. Esto es: que aún no ha
la Semana Santa del 87, Alfonsín había querido o no ha encontrado el modo de
dicho que “el pasado” había estado a movilizar activamente a una sociedad
punto de alcanzarnos otra vez, ahora civil que es espesa, densa y contradic-
Cristina Fernández decía que había toria, y en la que este gobierno tiene
vuelto a ver “el rostro de un pasado que la tarea pendiente de tratar de forjar
pareciera querer volver”. Así, ambos lo que el autor de los Cuadernos de la
discursos sitúan a las corporaciones cárcel llamaba, como recordábamos
del lado del autoritarismo y del pasado, hace un rato, una hegemonía.
e identifican a las instituciones de la Eso es, en efecto, lo que falta, y en esa
democracia liberal como su conjuro. falta medran la retórica empresarial de
No está mal, si es para empezar. Pero los De Narváez, los Reutemann y los
sería imperdonable que no hubiéramos Tinelli, la despreocupada insolencia
aprendido la lección de aquella Semana de los Biolcatti y los Llambías, el
Santa y de lo que siguió, que no hubié- fascismo elemental de los De Ángeli y
ramos entendido que sin el aliento a la los Grondona, el oportunismo grosero
participación democrática del pueblo, de los Buzzi, los Solá y los Cobos, la
las propias instituciones de la represen- jactancia de dedito en alto de Clarín.
tación liberal peligran. La lucha contra Ideologías miserables y miserabilistas
las corporaciones no pueden darla solos que tocan fibras profundas de una
los representantes del pueblo, por muy sensibilidad popular que es sin duda
virtuosos que sean. Primero, porque si más compleja que todo esto pero que
en efecto son virtuosos no les intere- contiene a todo esto, y que es tarea de
sará ganar ese combate sin el pueblo. las dirigencias políticas que quieren para
Segundo, porque sin el pueblo no este pueblo otro futuro, menos indigno,
tienen posibilidades de ganar. Y esto la interpelar, activar, comprometer en un
Presidenta lo sabe. Al menos lo dice, lo sentido diferente. Acusando recibo del
que no es poco. Dice (dijo, en otro de golpe electoral de junio, el gobierno
los discursos que desgranó en medio del ha iniciado un largamente reclamado
conflicto) “sola no puedo”, y este reco- “diálogo” con los dirigentes de los
nocimiento, el reconocimiento de que partidos políticos y de las corpora-
la lucha contra los intereses particulares ciones de la producción. Desde luego,
a los que se enfrenta sólo puede librarla y está bien. Pero ese gesto (sin duda
con lo que en ese mismo discurso llamó importante, por mucho que la irres-
“la fuerza del pueblo” de su lado, es tal ponsabilidad opositora se empeñe
vez lo mejor y lo más democrático que en declararlo ya acabado) no puede
haya dicho en estos años. Se trata ahora agotar el tipo de diálogo que el
de saber cómo se organiza y se potencia gobierno debe proponer, y que debe
esa “fuerza del pueblo” que se trata de incluir cuanto antes (porque es lo
movilizar, pero que hasta ahora no se único que puede salvarlo de terminar
ha movilizado en la medida suficiente sus días como rehén de los peores
para darle a este gobierno un aspecto intereses sectoriales) la convocatoria a
diferente al de un liberalismo político una conversación muy amplia con los
de avanzada. “Jacobino”, decíamos. ciudadanos y sus organizaciones. Con las
“pre-gramsciano”, ha escrito –me organizaciones movilizadas y críticas
parece que en un sentido similar– de la sociedad civil, que el gobierno

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debe promover y tratar de convertir necesario, digo, volver a argumentar,


en los sujetos activos y potentes de a discutir ideas, a poner planes y
las transformaciones que promueve, y proyectos en el campo de una discu-
a las que para ello debe convencer. Y sión pública posible. Hay que volver a
para convencer hay que argumentar, y argumentar, a argumentar en público,
para argumentar hay que usar (como a argumentar políticamente. Eso es lo
este gobierno puede usar, tal vez mejor que no hizo el vicepresidente Julio Cobos,
que ningún otro de los que tuvimos en por ejemplo, cuando en cierta célebre
los últimos tiempos) la palabra. intervención parlamentaria reemplazó,
Hay por eso que devolver el valor a la como criterio legitimador de una deci-
palabra, reconquistar la dignidad de la sión política fundamental, la argu-
palabra y volver a hacer de ella el instru- mentación política por la apelación a
mento de las necesarias argumentaciones la voz (privada, y por privada inim-
a través de las cuales el gobierno debe pugnable) del corazón; eso es lo que
validar el sentido de las políticas que no hacen los representantes corpora-
desarrolla, y en las que una ciudadanía tivos de los ricos más ricos de este país
movilizada y crítica pueda volver a cuando reemplazan, en sus previsibles
encontrar el sentido de lo que el gobierno y rústicos discursos, la argumentación
de sus representantes está intentando o política por el dictado del puro interés
pretendiendo o proponiendo hacer. En particular. Recuperar la palabra, la
eso me parece que radica la gracia, el argumentación y la política es hoy una
interés y la importancia del tipo de tarea fundamental, porque es recu-
uso de la palabra que caracteriza el arte perar, frente a esos particularismos y
oratorio y el estilo de conducción del a esa privatización de los sentidos, la
presidente Chávez que analiza Elvira idea misma de lo público, de la repú-
Arnoux en el libro que mencioné al blica como cosa pública.
comienzo. Es necesario, en síntesis
(para el gobierno, desde ya, y también
para los grupos que, no integrándolo, (*) Conferencia brindada en el marco
no apuestan tampoco, como otros, a del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
la destrucción de los últimos resortes en el Bicentenario”, organizado por la
de la vida democrática argentina), es Biblioteca Nacional durante el 2009.

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La acción como anhelo y el futuro


como imposibilidad(*)(**)
Por Alejandro Kaufman

Las convulsiones que conocimos a principios del


siglo XXI permitieron repensar la realidad contem-
poránea. El ensayo que presentamos aquí parte de
aquellas jornadas dramáticas para reflexionar tanto
sobre sus efectos sobre el presente, como sobre
aquello que obra como fundamento de las subjetivi-
dades colectivas y que tales sucesos desnudaron en su
crudeza más radical. Alejandro Kaufman denomina
esta forma de vida como “producción de un orden
biopolítico”. En él se despliegan núcleos inma-
nentes, ligados al consumo, al poder de las marcas
y el mercado, que no sólo prescinden de las formas
políticas modernas, sino de todo su aparato de legiti-
mación discursivo y cultural. De esta manera, la vida
actual se despliega a partir de la subordinación de las
poblaciones –también declaradas sobras a ser gestio-
nadas–, a poderes técnico-administrativos cada vez
más abstractos: nuevos modos del control social que
proceden por regulaciones tecnológicas y disposi-
ciones mediáticas. Las consecuencias de estas formas
de gobierno ponen en cuestión los imaginarios con
los que se pensó la política y la función intelectual
durante el ciclo de las naciones.
¿Cómo nombrar aquello que efectivamente ocurre
si no disponemos de las palabras adecuadas para
hacerlo? ¿Qué hacer con aquellas ideas, tan significa-
tivas en nuestra historia, que se revelan incapaces de
dar cuenta de la complejidad de esta época? Bajo el
peso de estas interrogaciones, Kaufman presenta los
dilemas y aporías que envuelven las posibilidades del
tiempo por venir.
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El título puede parecer enigmático, en el sentido de las estructuras jurídico


pero lo que intenta es dejar planteada políticas que definen la vida colectiva,
una contradicción: la política supone las representaciones, el Estado. No
un compromiso y un propósito desti- queremos referirnos a eso, sino a una
nados a una proyección en el tiempo, cuestión que en la realidad requiere un
y hoy vemos una imposibilidad de cierto número de metáforas.
tal proyección, dado que el futuro no Por ejemplo, Deleuze usó la palabra
resulta hospitalario respecto de lo que rizoma, y la postuló como término que
estamos en condiciones de producir remite a la institución, a la forma en
como sentido. Este oxímoron se plantea que se desenvuelve una subjetividad, o
a partir de la suposición voluntaria y la forma en que se constituye en deseo
enunciativa de que estamos situados y, como consecuencia, el pensamiento
en una posición política respecto de y la acción. Otros usan diferentes pala-
un futuro que no es el que podíamos bras, por ejemplo Simone Weil utiliza
pensar hace algunos años. El intento la palabra raíz, no en el sentido de un
de discutirlo pretende despejar ciertas fundamento, sino en el de una unión
palabras que en lugar de acompañarnos o relación con el suelo, con el pasado,
pueden resultar obstáculos en lugar de que no necesariamente es una relación
producir una apertura. Cuando uno jerárquica ni de autoridad, sino vincu-
dice Bicentenario, historia, cultura, lada con el habitar. Raíz es una palabra
nación, pueblo, todas esas palabras son que quedó en
tomadas por nosotros, metodológica- algún lugar de Y una de las preguntas que se
mente, dentro del juego como si fuesen la memoria del nos aparecen es en qué medida
obstáculos. Que sean obstáculos no p e n s a m i e n t o dentro de esos espacios discur-
significa que pueda prescindirse de esos francés, y que sivos hay cabida para ir más
términos, ni que se los desdeñe, sino s e g u r a m e n t e allá de ciertos límites. En qué
que son problemáticos, traen consigo debe tener implí- medida ese mismo momento
una carga, una biblioteca, una serie de citas relaciones de discusión, en tanto super-
determinaciones que están cristalizadas. con el hecho ficie de inscripción y de susten-
Por lo tanto, la idea de indagar sobre de que luego se tabilidad de una vida común,
lo político es cercana a la necesidad de haya hablado de habilita y permite pronunciar
discutir la institución. Cuando uno rizoma, y que, ciertas palabras o establece
refiere a la institución para hablar de por su parte, la ciertos límites. En este sentido,
la política es que opta por utilizar un idea de rizoma hay una imposibilidad respecto
término diferente y alternativo a nación, haya ejercido un del futuro, hay un futuro que
pueblo, país y cultura. Asimismo, la efecto polémico se nos presenta esquivo, aún
palabra institución problematiza la respecto de la idea cuando lo imaginemos.
idea misma de historia, de legado y de fundamento.
herencia. Pero la noción de institu- La idea de raíz no supone necesaria-
ción también puede significar una mente la noción de fundamento, en
diversidad de cuestiones. Uno habla el sentido filosófico, sino que remite
de instituir, destituir, constituir, como a la necesidad de describir un vínculo.
distintos momentos de la idea de insti- Entonces, cuando hablamos de insti-
tución, tratando de hacer referencia a tución tratamos de pensar en una
algo distinto de lo que referimos habi- cuestión vincular, en aquello que nos
tualmente con la palabra institución, hace relacionarnos entre nosotros.

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También al intentar hablar de los tocando temas actuales e inmediatos


vínculos, las palabras se vuelven trai- acerca de los cuales presenciamos
cioneras y se ingresa a una lógica de intensos intercambios. Y una de las
cierto idealismo filial, amistoso, comu- preguntas que se nos aparecen es en
nitario, utópico. Por lo cual, la idea qué medida dentro de esos espacios
de lo vincular por lo general remite discursivos hay cabida para ir más allá
enseguida a la imagen de un estado de de ciertos límites. En qué medida ese
paz y concordia, cuando en realidad lo mismo momento de discusión, en
vincular supone también lo contrario. tanto superficie de inscripción y de
Supone la guerra, el conflicto, las condi- sustentabilidad de una vida común,
ciones a partir de las cuales un grupo habilita y permite pronunciar ciertas
de sujetos pueden desenvolver una palabras o establece ciertos límites. En
vida. La experiencia vital no es aérea, se este sentido, hay una imposibilidad
desenvuelve siempre en alguna super- respecto del futuro, hay un futuro que
ficie; necesita de algún espacio para se nos presenta esquivo, aún cuando lo
asentarse. Aunque se deslice por él de imaginemos.
forma rizomática, necesita una super- Hubo un rasgo de interferencia en
ficie de contacto. Por lo tanto, hablar esto que estamos discutiendo, produ-
de institución es indagar sobre cómo se cido por algunas reflexiones que carac-
constituye esa superficie de contacto. terizan el periodo actual como un
Son temas de vieja tradición en la momento político e intelectual que no
discusión crítica argentina. Cuando piensa en el futuro, donde no hay orga-
se habla de la pampa, se habla de una nizado un conjunto de proyecciones,
superficie de contacto que se suponía no surge plan ni proyecto alguno. Se
vacía. El tema del vacío es lo que en la nos impone que hablar de política es
institución argentina se intenta definir: hablar de proyectos, de promesas: los
la superficie de contacto como algo grandes temas nacionales, las impor-
restringido y aglutinado, concentrado tantes acciones colectivas, etcétera.
en un espacio de privilegio. Eso es la Y precisamente, una cuestión que ha
vida urbana argentina, una vida aglu- atravesado estos años es la suspen-
tinada que define ciertas condiciones sión de la idea de proyecto entendido
sobre el desarraigo, en tanto esa agluti- como defecto. Lo interesante de que
nación está producida en razón de que no haya proyecto, es que todo discurso
el conjunto de la superficie de inscrip- proyectual se convierte de inmediato
ción vital dentro del país no es habi- en impostura, porque no puede dar
table. Ante la falta de sustentabilidad, cuenta de las condiciones a partir de
se producen esos desplazamientos que las cuales ese futuro se va a producir.
derivan en aglutinación. Entonces, política e institución, la
Estas son cuestiones situadas en un definición de los vínculos, las condi-
límite, en un borde de lo que se puede ciones de habitabilidad de un colec-
decir o pensar en términos de lo que tivo o territorio, suponen algún tipo
se llama la esfera pública, un punto de definición respecto al futuro. Hoy,
actual de incendiaria discusión. el futuro puede ser definido como un
Cuando hablamos de política, de inte- estado de imposibilidad, en tanto no
lectuales, de esfera pública, de palabras hay una articulación entre lo que se
y superficies de inscripción, estamos hace y lo que se piensa, ni lo que se

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puede esperar respecto del porvenir. meta situación que permitiera examinar
Hay viejísimas tradiciones respecto a esta polaridad. Todos esos años, hasta
la posibilidad de habitar el presente, el término de la Guerra Fría, repre-
de sustraerse de una descripción imagi- sentan el periodo de implantación
naria acerca del futuro. A la vez, la idea de la política del juego, en la que se
de que el futuro puede estar planifi- presentan algunos parámetros lógicos,
cado es un fenómeno moderno. a los cuales se deja funcionar por sí
En rigor, ¿cuáles son las tramas que solos, sin la intervención de voluntad
se nos interponen con respecto a un humana alguna,
futuro? Esas tramas están colocadas en y sin siquiera un La imposibilidad colectiva
la más imperiosa actualidad. Ella tiene anclaje deseante. de producir una proyección
una intensidad que dispone una serie Se cae en un genera una crisis de la cultura
de variables respecto de las cuales cual- automatismo, en y de la política, porque el
quier proyección hacia el futuro tiene una entrega fatal discurso cuya dimensión
que rendirle cuentas. ¿Quién está en a un azar fuera intrínseca estaba destinada
condiciones de producir ese discurso? del alcance de la a la proyección, la promesa
¿Quién está en condiciones de definir, voluntad. y el futuro, perdió toda su
de una manera eficaz, un modo que Ante este pano- eficacia. Entonces lo que se
acople lo que se dice y lo que se hace rama, la política produce es una experiencia de
con aquello que ocurra? No hablo ni ya no se proyecta, la actualidad permanente, un
de una utopía, ni de una promesa, ni en tanto no hay estado de presente continuo.
de una decepción, ni de una mentira. futuro –tema que Cuando hablamos de las socie-
Hay una conciencia colectiva que supervive desde dades mediáticas, estamos
requiere una promesa, sólo para luego la década del nombrando mucho más que
denostarla, descalificarla, ya que sabe sesenta, la oblite- un ordenamiento regulatorio
de antemano que esa promesa es falaz. ración del futuro libre, monopólico, diverso,
Cuando decimos promesa desig- por el Apocalipsis representacional o inma-
namos un enunciado político-cultural nuclear, una cues- nente; estamos hablando de
del tipo: “esto que estamos haciendo tión que sigue una experiencia colectiva de la
producirá mayor justicia social”; “esto presente y no ha instantaneidad y la inmediatez
que estamos haciendo generará un sido superada–, y permanente.
mayor bienestar colectivo”, etcétera. se ha deslizado a
Esta es la condición por la cual los una posición más lateral: no estamos
últimos años han estado definidos en la Guerra Fría, no está por ocurrir
por una política del juego. Estamos una estrategia relacionada con el juego
organizados alrededor de una intere- de la destrucción, aunque las condi-
sante forma de sustentabilidad de la ciones por las cuales eso podría ocurrir
existencia, porque tiene su eficacia. siguen estando presentes, y hasta cierto
Buena parte de la política global de las punto intactas.
últimas décadas está relacionada con La imposibilidad colectiva de producir
el juego. La política de posguerra por una proyección genera una crisis de
ejemplo, es decir, la Guerra Fría, fue la cultura y de la política, porque el
en buena medida una enorme gestión discurso cuya dimensión intrínseca
del juego y el azar. Existía la capacidad estaba destinada a la proyección, la
de destruir el mundo completamente, promesa y el futuro, perdió toda su
sin ninguna posibilidad de estar en una eficacia. Entonces lo que se produce es

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una experiencia de la actualidad perma- inmanente, no formalizada explíci-


nente, un estado de presente continuo. tamente en relatos a los que se pueda
Cuando hablamos de las sociedades adherir o rechazar. Ese proyecto pres-
mediáticas, estamos nombrando cinde de los relatos políticos, no tiene
mucho más que un ordenamiento necesidad de ser presentado en las plata-
regulatorio libre, formas electorales. En rigor, hay una
Hay una experiencia colectiva m o n o p ó l i c o , inconmensurabilidad entre la produc-
que tiene un profundo rasgo diverso, represen- ción biopolítica y los discursos y relatos
de instantaneidad y actualidad, tacional o inma- políticos que poseemos como sujetos
que no se vive como verdad, nente; estamos en relación a nuestra experiencia.
pero donde sí está depositada hablando de Este mismo tema fue planteado, por
una utopía, una promesa. una experiencia la Escuela de Frankfurt, como una
Una promesa inmanente, no colectiva de la incongruencia o incompatibilidad entre
formalizada explícitamente instantaneidad la moral y la vida. La ética y las distin-
en relatos a los que se pueda y la inmediatez ciones normativas no se adecuaban ni
adherir o rechazar. permanente. articulaban con la vida efectiva exis-
Ese estado de tente, transitaban en discrepancia, no
instantaneidad nos acompaña y se en el sentido de que las vidas transcu-
convierte en una superficie de inscrip- rrieran por canales indiferentes a las
ción de la existencia, en un orden del normas, sino por la misma inaplicabi-
habitar. Habitamos una nueva dimen- lidad de las normas legales y morales.
sión que no es la tierra, tampoco el aire, Esta inconmensurabilidad nosotros la
sino que es bien material –consume hemos vivido de una forma extraordi-
energía, contamina el ambiente– y naria, aunque no dicha. En la medida
forma parte de la producción en que se da un proyecto inmanente,
biopolítica. Aunque las palabras de que eficaz, que realiza una serie de acciones
disponemos no den cuenta de la forma respecto de las cuales no podemos tener
en que vivimos, estamos atravesados conciencia, es decir, no podemos diri-
por un conjunto de instrumentos y mirlas y unificarlas en un relato, perci-
discursos, y cualquier descripción de bimos que nuestro lenguaje, nuestros
la vida contemporánea nos permite ver proyectos y discusiones, están despla-
que habitamos entre esas tramas. Ya no zados. Esto mismo es lo que produce
hay calle como tal, se ha dispersado o descreimiento y pérdida de la confianza.
desvanecido. Las calles están ocupadas Los fenómenos financieros, inflacio-
y atravesadas por cámaras, celulares, narios, la apatía y los dispositivos de
redes informáticas, sensores, GPS, control son motivo de una queja sin
regímenes cartográficos en tiempos y fin respecto de las condiciones de la
escalas reales. El transporte público vida en común, es decir, respecto de
y privado también está regulado por la institución. No tienen que ver con
sistemas informáticos satelitales que un fenómeno subjetivo, o una suerte
indican el destino de los vehículos. de crueldad de quienes producen los
Hay una experiencia colectiva que tiene discursos políticos, sino que provienen
un profundo rasgo de instantaneidad de ese carácter de discrepancia.
y actualidad, que no se vive como Aún no hay un relato que plantee
verdad, pero donde sí está depositada esta inaplicabilidad. En la medida en
una utopía, una promesa. Una promesa que tampoco, en el orden intelectual

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o crítico, en el plano universitario, congruentes con el régimen de produc-


cultural o artístico, pueda ser encon- ción biopolítica, con sus criterios de
trado un cierto orden de la verdad riesgo y seguridad, criterios de espec-
que dé cuenta de lo que nos está tacularidad y prestación de servicios,
ocurriendo, encontramos en ello, en formas de habitar y transitar la ciudad.
esa vacancia, un problema. Más aún En ese punto hay una tasa de ganancia
cuando aquellos que se definen a sí determinada, una cierta concentración
mismos como intelectuales, críticos económica, una determinada articula-
o académicos, convierten su tarea de ción discursiva: cuando uno se sienta
reflexión en una confirmación del en Mc Donald’s a comer una hambur-
modo en que la realidad es descripta guesa, no sólo come la hamburguesa
en los medios y en el sentido común. sino que está embebido en una trama
Nos viene a la mente Cromañón, en institucional con sus signos particu-
tanto esta tragedia no fue sólo un lares. Mc Donald’s es una de las más
acontecimiento puntual que tuvo lugar poderosas y firmes instituciones del
el 31 de diciembre de 2004, sino que mundo contemporáneo, sobre la cual
fue un analizador. Al hablar de insti- hay numerosas referencias bibliográ-
tución, hablamos también de analiza- ficas a propósito de lo que es un modelo
dores, de acontecimientos o discursos social: un modelo de educación juvenil,
que ponen en evidencia una serie de de promoción de una sociedad meri-
tramas que habitualmente nos son inac- tocrática, un modelo antropológico
cesibles. Y lo que puso Cromañón en acerca de las costumbres alimentarias,
evidencia, como fenómeno abarcador del uso del tiempo, y de los criterios
de la sociedad y la vida en común, es sobre el riesgo y la seguridad en la
la inaplicabilidad de las normas, la ciudad, tanto respecto a un incendio,
inconmensurabilidad entre las modali- como a un robo, como al estado de
dades normativas con que la vida en conservación de la comida. Es decir,
común se define, y el modo en que se es un mundo completo que además se
desenvuelve de manera efectiva. Por inspira en una serie de tradiciones polí-
eso lo que ocurrió, enseguida, fue el ticas tardías y totalitarias, esto es una
arrasamiento de una enorme cantidad interpretación, entre las que podrían
de espacios culturales que se clausu- estar las juventudes comunistas, las
raron simplemente por la inaplicabi- juventudes nazis, y los boy scouts. Hay
lidad de las normas. Los ámbitos que una parodia, una traslación irónica
no pueden satisfacer el cumplimiento pero con fines muy concretos, de esas
de esas normas son aquellos que no prácticas juveniles y culturales, a una
forman parte del régimen global de configuración meritocrática funcional
producción biopolítica. Dicho régimen a la ciudad biopolítica.
se desarrolla a partir de las grandes Ese es un lugar educativo, entre sus
corporaciones multinacionales de la paredes hay una pedagogía. Cuando
sociedad del espectáculo y la indus- los chicos salen de la escuela y entran a
tria cultural, que en nuestro país se Mc Donald’s a festejar su cumpleaños
manifiestan por ejemplo a través de los o a pasar la tarde del sábado con los
viajes aéreos y de los multicines. padres, ése es el lugar que les está
Nuestras posibilidades de vida urbana, mostrando cuál es el mundo del
en la Ciudad de Buenos Aires, no son futuro. El mundo del futuro no está

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en la escuela, está en el cumpleaños zación de la memoria del hambre y la


de Mc Donald’s, ése es el lugar que pobreza, de la catástrofe. Estamos satu-
enseña cómo se hace una carrera, cómo rados de temas de la memoria dentro
se consigue un trabajo, cuáles son las de los cuales esta cuestión no aparece,
relaciones laborales, cuál es el concepto y al mismo tiempo, todo lo que ha
de basura, qué es lo que se conserva, ocurrido durante estos años remite a
qué se desecha, qué se come, cómo se ese momento, en el cual se instaló una
instala el marco de una conversación. cierta forma de definir lo destituyente.
Tenemos ahí una condición ejem- Cabe aclarar que lo destituyente no
plar que parece funcionar. Cada tanto remite ni se reduce sólo a la institución
hay conflictos, alguien muere por una estatal o política en el sentido constitu-
hamburguesa en mal estado y entonces cional, aunque sea cierto que también
se lo indemniza. Y ese es el punto, ese abarca esos terrenos. Lo destituyente es
discurso pedagógico de Mc Donald’s es la disipación de las condiciones efec-
el que establece los criterios de riesgo, tivas de la existencia colectiva. Y esto
las reparaciones respecto a una damni- requiere una iniciativa favorable a una
ficación, y cuáles son los parámetros visión de lo concreto. Que millones de
normativos y procedimentales de los personas pasen de comer a no comer
que se dispone ante cualquier problema de un día para el otro, sin que haya
que ocurra. Esta dinámica funciona forma de resolver esa cuestión en lo
con éxito, dado que hay una enorme inmediato, y que tenga que transcurrir
inversión cultural política y económica un largo tiempo ese acontecimiento
destinada a tal lógica. El problema terrible, supone la disipación de las
decisivo respecto de esta lógica es que condiciones de la existencia. Algo que
es ahí donde se produce la riqueza. en otros momentos ocurre sólo en el
Entonces, cuando hablamos de insti- caso de que se produzca un terremoto
tución y política, estamos hablando en o una guerra.
términos de cómo se organiza efectiva- La destitución que se produjo no es
mente la vida común, y de algo que allí del gobierno, eso es secundario, los
sucede y es tomado desde un rango de gobiernos constantemente se instituyen
ejemplaridad. La manera en que esto y destituyen de todas las maneras posi-
procede va más allá de si uno concurre bles. Destituyente es un término que
o no al lugar, y esto se vio claramente remite a un momento de un proceso:
en el momento de la catástrofe social una revolución, por ejemplo la de
de 2002, cuando miles de personas, Mayo, o también los momentos de
durante meses enteros, recorrían la calle modificaciones constitucionales que
para comer de la basura. Es importante pueden ser destituyentes respecto a un
no olvidarlo, porque es de allí de donde orden anterior. Un gesto destituyente
hemos salido. La idea de una política es, por ejemplo, la Ley de Servicios de
orientada hacia un futuro tiene que Comunicación Audiovisual, es desti-
ubicarse respecto de ese momento, un tuyente respecto a una serie de insti-
momento en el cual hubo semejante tuciones monopólicas. La institución
humillación colectiva y daño efec- y destitución forman parte de la lucha
tuado sobre miles de personas. Es algo política y social: uno intenta quitar
que queda grabado en la memoria, a otro el dominio sobre el colectivo.
y es curioso que no haya una temati- Pero la persistencia del término, la

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cristalización de la palabra destituyente tica y la configuración discursiva, se


remite a una modalidad colectiva que sucedían los presidentes uno tras otro
es negativa. Una modalidad destruc- sin terminar de configurar una escena
tiva de las condiciones comunes de la estable. Las dictaduras atroces no
existencia. Al no remitir a otro orden funcionan así, sino que constituyen
de cosas, no es revolucionaria sino de e instituyen, establecen discursos,
predominio destructivo. adhesiones, configuraciones estatales
La discusión que se dio en 2001 y 2002 e institucionales estables, como fue el
era que el instinto intelectual y político caso de Pinochet o tantos otros.
de muchos actores, ante una destitución, Si uno mira hacia atrás, los golpes mili-
esperaba algún tipo de cambio. La tares en Argentina, muchos de ellos han
expectativa que uno tiene frente a un tenido un alto nivel de inconsistencia e
orden cíclico, o que se presenta como incapacidad de darse a sí mismos una
alternante, es que cuando cae cierto superficie de inscripción estable. Esto
orden político y jurídico llegue otro ocurrió con el onganiato, que llegó
orden estatal, político y jurídico. con unas pretensiones desmesuradas,
Respecto a lo instituyente es que lo un ideologismo y una idea de organiza-
que se presenta como alternativa insti- ción que no duró mucho. En ese ciclo
tucional, en el sentido fuerte de la de golpes puede
palabra, consiga modificar las formas observarse que a El discurso de la dictadura se
de vida colectiva. Pero frente a las los procesos mili- presentaba como benéfico, cris-
formas estatales de la vida colectiva no tares les ocurría tiano, humanista, democratista,
se eleva otra forma estatal de juridi- lo mismo que a no instalaba un régimen autori-
cidad, sino que aparece como alterna- las instituciona- tario en el mismo sentido de lo
tiva un orden desnudo de producción lidades democrá- que ellos estaban planteando,
biopolítica. ticas, las cuales aunque por supuesto desen-
Hay un poderoso imaginario colec- venían siendo volvieron prácticas atroces. No
tivo en Argentina, instalado durante acosadas también tengo intención de relativizar
varios años, y cuya historia habrá que por movimientos nada de lo que ocurrió, hechos
definir. Esta tarea será improbable de resistencia. Un de lo más horribles, sólo trato de
si antes no logramos despejar ciertas rasgo notable- pensar cómo hablamos de eso,
palabras que nos llevan a hablar mente anómalo y cómo ya se está produciendo
siempre de otra cosa. Por ejemplo, con respecto a la una historia reciente respecto
se habla de la historia de los golpes dictadura del 76 de esos acontecimientos que no
militares como si fueran instituyentes, es que las Madres termina de ser congruente con
cuando en realidad lo fueron muy de Plaza de Mayo lo efectivamente acontecido.
débilmente. Hay un lenguaje de la aparecieron inme-
historiografía y del análisis crítico- diatamente y empezaron a dar vueltas y
político que deja pasar una dimensión cuestionar todo lo que estaba ocurriendo
esencial de lo ocurrido en la historia desde el mismísimo principio, e incluso
argentina. El golpe del 76 fue débil- de un modo ingenuo, dado que no tenían
mente instituyente de sí mismo, fue información de lo que en efecto estaba
un acontecimiento horrendo que pasando, simplemente preguntaban
produjo efectos terribles, y que no dónde estaban sus hijos. Ahí hay algo
tuvo la capacidad de sostenerse. Desde significativo, haber percibido qué era lo
el punto de vista de la identidad polí- que había del otro lado.

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El discurso de la dictadura se presentaba régimen de producción biopolítica, que


como benéfico, cristiano, humanista, a veces recibe la denominación de neoli-
democratista, no instalaba un régimen beralismo, de modo que no representa
autoritario en el mismo sentido de lo lo que verdaderamente es. Porque no es
que ellos estaban planteando, aunque una ideología ni una cuestión que pueda
por supuesto desenvolvieron prácticas resolverse mediante el procedimiento
atroces. No tengo intención de relati- electoral. A ese tipo de instituciona-
vizar nada de lo que ocurrió, hechos de lidad, a ese modo de vivir y producir
lo más horribles, sólo trato de pensar riqueza, de reproducir un orden econó-
cómo hablamos de eso, y cómo ya se mico y social, le resulta del todo indis-
está produciendo una historia reciente tinto lo que suceda en relación con la
respecto de esos acontecimientos que representación política, dado que tiene
no termina de ser congruente con lo su propia forma de “representación
efectivamente acontecido. política” en el consumo.
En tanto, lo que ocurría era la instau- Cuando decimos “neoliberalismo”,
Alejandro Kaufman ración en la conciencia colectiva del se nos escapa como arena entre las
manos aquello que es necesario decir.
Hay instalado en nuestra conciencia
colectiva un deseo o anhelo. Ese
tipo de impulsos subjetivos son los
que determinan la acción colectiva,
que en buena parte de las ocasiones
se manifiesta de manera pasiva. Por
ejemplo, aceptando golpes de Estado
neoliberales, injusticias, fenómenos de
endeudamiento, etc. Es decir, golpes
que creaban las condiciones de mejor
desenvolvimiento de un régimen de
producción biopolítica, de un régimen
de consumo y de producción que dejara
a buena parte de la población en la
indigencia, ignorada frente a la posibi-
lidad de aumentar la tasa de ganancia.
Esto sigue estando vigente, y en los
procesos estatal-institucionales de tipo
democrático, en el sentido jurídico, se
manifiesta en fenómenos de apatía, de
retracción, de indiferencia y de acti-
tudes destituyentes, de contrariedad
con cualquier orden vigente, con cual-
quiera que esté gestionando el Estado.
El modo en que se ha producido en
Argentina una habilitación para plan-
tear que el político y la política son
actores maléficos, perversos, corruptos,
que se benefician a sí mismos frente a

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toda ocasión, ha sido instalado como palabra obturadora, estigmatizante, de


una manifestación de ese mismo difícil sustentación–, es que carecemos
régimen de producción biopolítica. de un discurso afirmativo sobre lo que
No se manifiesta por la defensa de está ocurriendo. En rigor, porque lo
los ideales jurídico-políticos neolibe- que está ocurriendo es módico, esta-
rales, sino de esta otra manera. Para blece un límite a lo peor que podría
esto contribuyó la dictadura del 76, ocurrir. Limitar no es poco, ni algo
también hubo actores mediáticos y que no valga la pena hacer. Se trata de
estatales que alimentaron un anhelo un gesto político similar a los que han
respecto a cuál es la posibilidad que aparecido en la posguerra, hace setenta
existe de sustentar la existencia colec- años. Cualquier discurso proyectual,
tiva en este país de una forma más prometedor, que establezca cualquier
eficaz, anhelo que remite directamente tipo de perspectiva más o menos ideal,
al empresariado. es inverosímil y, por tanto, la acción
El capital concentrado es el claro ideal política se limita a ciertos logros
de una amplia parte de nuestra pobla- puntuales. Es lo que pasa con la lucha
ción, e incluso dudaría cuánto cada por los derechos humanos: un discurso
uno de nosotros somos menos ajenos a que sólo tiene sentido en relación al
esa ideología de lo que solemos creer. horror, es decir, la función que cumple
Haría esa pregunta, no en un sentido el horror en el régimen de producción
intencional o moral, sino con el objeto biopolítica. Su consecuencia es redu-
de confirmar que aún estamos en un cirnos a un orden minimalista. La
estado embrionario respecto a las pers- vigencia de los derechos humanos de
pectivas de pensar sobre este contexto, ninguna manera se puede conseguir
y de interrogarnos sobre qué es lo que luchando por los derechos humanos,
realmente estamos discutiendo. Una ni luchando por los derechos humanos
de las consecuencias que aparecen es se puede lograr la equidad, superar la
vernos involucrados en un debate sobre miseria y el hambre. Los problemas
la actualidad más inmediata. ¿Cómo actuales no tienen que ver con los
nos relacionamos efectivamente con derechos humanos, sino con lo social
esta discusión? y lo político en su dimensión más
La crítica que ataca el hecho de que radical. Porque la tortura y la desapari-
la escena actual no presente ningún ción suponen la supresión de lo social
proyecto es una crítica verificable en y lo político, es decir, cuando está
tanto no hay proyecto ni promesa. suprimida la posibilidad de la palabra
En ese sentido, uno de los gestos inte- y la libertad, y lo único mejor que nos
lectuales y políticos que ha habido puede pasar es que no nos torturen ni
en los últimos tiempos ha sido el de nos maten. Ese es un momento donde
valorar las actitudes “realizativas” en el el espacio de la lucha política se reduce
presente, valorar las acciones concretas a la demanda puntual para que nos
que producen modificaciones. Frente a dejen de torturar y asesinar.
esta posición se ha producido una reac- Con la lucha contra la pobreza, tal
ción de intensidad opositora inusitada. como se plantea en el orden político
Una de las cuestiones que es esencial actual, sucede algo similar. Cuando
respecto de la conformación del fenó- uno lucha contra la pobreza no está
meno llamado kirchnerismo –hoy una solicitando un mundo utópico, ni

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socialista, ni democrático, ni convi- vínculo en Argentina, las formas en


vencial, sino que está luchando sólo que se ha producido la subjetividad,
para que la gente deje de morir de en el sentido político, pensamos en el
hambre, que es el rango del horror discurso y la práctica que afirmaba que
en la institucionalidad democrática. todo aquél que participara en ellos iba
La pobreza es un borde dramático y a colaborar con una acción dirigida al
extremo, respecto del cual una lucha módico bien. Eso es lo que han tenido
es módica, y en definitiva, no es tan en común los distintos momentos
sustantivamente diferente que la del gobierno peronista. Es más que
formulemos en términos socialdemó- conocida la frase de Perón “no es que
cratas, reformistas, o peronistas, o a la seamos tan buenos, sino que los otros
manera caritativa y católica como lo son tan malos...”. Definitivamente
hacen los agro-productores. había una clara conciencia de lo que
Ahora bien, qué es el peronismo, cómo se estaba haciendo, en un mundo con
ha actuado en el orden del régimen de un futuro imposible, al organizar una
producción biopolítica y en torno a la forma de vida colectiva que pudiera
vida en común. Por un lado, es módico ascender respecto de un infierno, y
lo que ha producido: evitar los males pudiera estar adscripta a una condi-
mayores, algo ción de mejor habitabilidad o convi-
La manera en que el régimen muy similar a lo vencialidad. Es algo que no inflama
de producción biopolítica nos que hace la lucha los espíritus desde una perspectiva
ha sometido a una condición por los derechos idealista ni romántica, no remite a una
de dependencia de una serie humanos cuando utopía, pero constituye sustentación
de circunstancias abstractas contribuye a la de la existencia colectiva, arraigo. Sólo
y sustentadas por un orden interrupción de es posible tener una consideración
técnico-administrativo –que la tortura y la crítica hacia un discurso de esa natu-
se está incrementando cada desaparición. Ha raleza si se prescinde de una posición
vez más, punto en el que se logrado dignificar negativista y destructiva, resentida, y si
debería discutir el tema de lo la vida en común, se admite que la destructividad es una
político– es de tal magnitud nada menos, condición esencial de la vida colec-
que va dejando bajo un rango pero lejos de una tiva de esta época, la cual está some-
de indiscernibilidad las condi- transformación tida a un riesgo mortal y apocalíptico
ciones subjetivas del deseo, de profunda, como radical. Vida colectiva en la cual la
la voluntad y la autonomía. bien se sabe. trama compleja de los asuntos urbanos
Quienes hemos y jurídicos que articulan la vida en
mantenido alguna relación con el pero- común se encuentra en constante
nismo, ha sido en forma consecuente riesgo de gran dolor y destrucción,
con el límite desde el cual se le podía inabordable para los sujetos, y que sólo
pedir otra cosa. En tanto el peronismo puede ser enfrentado mediante formas
había partido de un piso de dignifica- procedimentales y administrativas.
ción de la vida colectiva, podría ser la El administrativismo, que tanto denos-
referencia para otra cosa. Pero ¿por qué tamos cuando lo pensamos ideológica-
podía este movimiento ser referente mente, no es una mera opción política
de otra cosa más que de sí mismo? o cultural; es una condición esencial de
Porque suponía un vínculo. Cuando la existencia en común. Sin una actitud
pensamos en las formas efectivas del administrativista no podríamos tomar

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agua. La manera en que el régimen de no estén inscriptos en lo que permite


producción biopolítica nos ha sometido o deja de permitir una ley, sino en las
a una condición de dependencia de condiciones técnicas y administrativas
una serie de circunstancias abstractas por las cuales se produce la sustenta-
y sustentadas por un orden técnico- bilidad del vínculo colectivo. Y esto es
administrativo –que se está incremen- ineludible, mucho más si no se percibe
tando cada vez más, punto en el que se su gravitación. No estamos sumidos
debería discutir el tema de lo político– en la impotencia, ni todo da lo mismo,
es de tal magnitud que va dejando pero cualquiera de las variables que se
bajo un rango de indiscernibilidad las presenten posee muy corto alcance y
condiciones subjetivas del deseo, de la poca capacidad de prever lo que va a
voluntad y la autonomía. Por lo tanto, ocurrir. Porque la iniciativa de lo que
si esto no es visto como problema, va a ocurrir no reside en las estructuras
ni tampoco se ve su inconmensurabi- jurídico-políticas, ni en el sujeto colec-
lidad respecto de los discursos de la tivo, sino en el régimen de producción
política, tampoco podrán discernirse biopolítica. Régimen estrechamente
cuáles son los límites reales que tienen vinculado con el capital y con las
los discursos de la política para dar condiciones a partir de las cuales es
cuenta de aquello que proponen. Al posible producir innovación, crear
mismo tiempo, se ve que los discursos formas para la vida en común, que
políticos sólo ofrecen un bien menor se vuelven ineludibles, ineluctables e
o un mal menor, un orden de cosas inmodificables. Uno puede ejercer una
que establezca un límite para aquello contracultura o una crítica contra esos
que podría suceder. Y lo que podría fenómenos; puede también resistirse,
suceder es catastrófico. o ejercer contraposiciones, pero para
Aquello que se instituye no tiene una ello se precisa un debate sobre qué es
forma jurídico-política clara, es más lo que está ocurriendo.
bien una trama ligada a las empresas, Entonces, desde hace varios años,
al mercado, al consumo, a una serie de tenemos un panorama de sujetos
acontecimientos fluidos, que se tras- atrapados dentro de lo que se supone
ladan de modo desarraigado, que no que es el discurso jurídico-político,
necesitan de las poblaciones ni de las que proceden por medio de la discur-
instituciones políticas ni de los discursos sividad proyectual y prometedora.
culturales, aunque pueden articularse Discursos imposibles de argumentar
con todos ellos, permeándolos de y sostener en forma práctica y que
maneras transversales y fluctuantes. operan sólo para tranquilizar concien-
En estos días transitamos la discusión cias que no desean verse involucradas
sobre la ley de los medios de comuni- con las estigmatizaciones.
cación. Dicha ley lo único que puede El modelo neoliberal, agrario-empre-
hacer es destituir a una forma de poder, sarial y socialmente organizado por
que es Clarín y todas sus demás exten- formas existenciales, no se articula con
siones, articulaciones y semejantes. estructuras jurídico-políticas a causa
Pero sobre el futuro no puede decirnos de falencias o por falta de imaginación,
mucho, porque efectivamente, a pesar sino simplemente porque no existe una
de la desarticulación de Clarín, más lógica de esos devenires económico-
adelante habrá otros monopolios que políticos que la demanden. No hay

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interés en constituir este tipo de estruc- Argentina, y también lo son aquellas


turación, en el sentido más sustancial que desisten de cualquier interés por
y estratégico del término. Al contrario, la legitimidad o sustentabilidad de lo
los actores que se ven beneficiados por jurídico-político a favor del auge de la
otras entidades políticas que definen privatización.
su existencia, la sostienen a lo largo Hay una creencia bastante generali-
de décadas –como es el caso del pero- zada, implícita, acerca de que podría
nismo y el radicalismo, dos palabras no haber institución jurídica o polí-
que son muy poco útiles para pensar tica, sino más bien sólo una suerte de
la Argentina actual. En lugar de pero- estamento corporativo-administrativo
nismo tendríamos que decir: imagi- que regulara y gestionara los asuntos,
nario colectivo alrededor de la equidad y que sobre todo se ocupara de la
y la justicia social; y en lugar de radica- seguridad simbolizada en la reja y la
lismo: imaginario colectivo alrededor aplicación de la pena de muerte sobre
del acceso gratuito y universal al saber los pobres. La misma lógica sobre la
o a la profesionalidad. Se trata de dos que se aplicó el country, el shopping, la
modalidades altamente consistentes, o lógica de una ciudad consumista que
estrictamente hablando, de verdaderas se vuelve indiferente a las instituciones
instituciones del país. Si alguien quiere jurídico-políticas.
destruir la educación pública, no Dentro de la discusión intelec-
puede hacerlo, para ello debería matar tual y política, los promotores de la
o encarcelar con brutalidad a cente- Ley de Servicios de Comunicación
nares de personas. Un ministro cayó Audiovisual han (hemos) actuado en el
en dos días por su intento de denigrar sentido de intervenir en el presente con
el régimen universitario y educativo. el objeto de establecer límites respecto
La pregunta por la institución es de lo que puede ocurrir, y con eso
¿dónde está el poder, dónde está se han (¿nos hemos?) conformado.
aquella fuerza que nos impide modi- Debido a una experiencia trágica,
ficar una determinada circunstancia o brutal y dolorosa de la que somos
nos establece un límite? En el caso de la sobrevivientes, se ha instalado el uso
educación pública hay un límite deci- de una serie de símbolos y lenguajes
sivo. La educación es una demanda tan en relación a un presente respecto
clara y establecida, que diversas comu- del cual se intuye que lo mejor que se
nidades, como por ejemplo las confe- puede hacer es establecer límites en
sionales que establecen articulaciones relación a lo peor que podría ocurrir.
con la educación pública, o cualquier Por eso es módico, mediocre, imper-
otro actor, no necesitan hacer dema- fecto, y los intelectuales que se expresan
siado para disponer de una estructura (nos expresamos) en forma adherente
educativa proliferante, dado que ya se tampoco pretenden (pretendemos)
posee una trama ideológica y procedi- proyectar el futuro. Ésta es precisa-
mental sobre la cual instalarse. Noso- mente una de las críticas de las que el
tros crecemos, nos constituimos como colectivo de la Carta abierta ha sido
sujetos en relación con ese proyecto, objeto desde sectores del progresismo.
y lo mismo ocurre con la experiencia Por eso también es difícil la crítica,
de los trabajadores y el ámbito social. porque tampoco ella es muy rele-
Esas son las más claras instituciones en vante ni importa demasiado. La crítica

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termina siendo enunciada como una cido cambios relacionados con lo que
cuestión moral, porque en el fondo enunciaron, sino en haber formulado
nadie sabe cómo podrían modificarse un actitud de prestigio moral, inte-
aquellas cosas con las que no estamos lectual y cultural a favor de algo que
de acuerdo. Hay una condición ineluc- fue denostado con odio e injusticia.
table, de tal nivel de impermeabilidad Atravesamos un contexto de coacción,
a la intervención, que todo lo que se establecido por una forma literaria
pueda hacer desde la política es una que desciende desde el periodismo y
acción de salvamento, de derechos los grandes medios de comunicación,
humanos, de tipo humanitario: que no una forma racista y estigmatizadora,
haya tanta violencia, ni tanta crueldad, que postula como “negros” a aque-
ni tanta injusticia, ni tantos pobres. Es llos que se posicionan en una política
algo muy cristiano, y no está mal que populista. En el terreno del acuerdo
sea así, pero habría que reivindicarlo de y del consenso no hay interlocución
manera más explícita para desenvolver posible respecto de la protección del
una crítica mejor definida contra los sector más marginado de la población.
falsos cristianos que hay en esta época: Para ello no hay disponibles opciones
aquellos que se denominan como tales que prescindan de la abnegación y la
y reivindican la realidad, y los que no esperanza, a pesar de todo.
se reivindican como tales y se hacen
llamar de izquierda pero razonan en
rigor de la misma manera moralista. (*) Conferencia brindada en el marco
Toda discusión política sobre la del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
Ciudad de Buenos Aires no debería en el Bicentenario”, organizado por la
hacer omisión de la aglutinación Biblioteca Nacional durante el 2009.
demográfica, el principal tema de
fondo. Sin la resolución de este tema, (**) Para una reformulación y ampliación
no hay una salida deseable respecto de lo aquí expuesto, cfr.: “Políticas para
a este colectivo que formamos a un futuro imposible”, Pensamiento de los
la vera del Río de la Plata. No hay confines N° 25, Buenos Aires, noviembre
forma de resolver el problema habita- de 2009; “Expectativa de una inquietud
cional de la ciudad, si no se desaglu- política”, Nombres N° 24, Córdoba,
tina el fenómeno demográfico de 2010; “¿Reparar el mundo? Notas sobre
Argentina. Esto lo sabe la derecha y la supervivencia”, Pensamiento de los
ante ello actúa represivamente, y el confines N° 26, Buenos Aires, 2010.
progresismo intenta atenuarlo, pero
respecto de su propio discurso se
vuelve inconsecuente.
Estamos frente a un problema de
lenguaje, y las “cartas abiertas” han
hecho una propuesta efectiva sobre el
lenguaje, pero queda todavía mucho
por hacer si quieren ser sometidas a un
análisis por fuera de lo que han signifi-
cado como acciones políticas concretas.
Su valor no consiste en haber produ-

109
Imágenes
Lo sabemos, pues frecuen-
y memoria temente nos ha sido adver-
tido: la lectura de la historia
resulta productiva cuando se
la emprende desde las exigen-
cias del presente. Bajo esta
sentencia, tan cara a la tradi-
ción de la crítica, solemos pensar las facultades de la memoria. Ella
procede por selección arbitraria de las imágenes del pasado. Recordar
es también olvidar. Pero, ¿qué ocurre cuando esas imágenes fijan
nuestra percepción de los sucesos acaecidos, cristalizando íconos que
retornan como estereotipos? ¿Cuándo podemos determinar efectiva-
mente que el presente es soberano sobre el pasado y puede escoger en él
nuevas fuentes de inspiración? ¿Cuándo logra recordar la memoria y
cuándo se pierde en un ejercicio de mera reiteración conmemorativa?
Rara vez nos encontramos con la sensación de estar siendo parte de la
historia, y cuando lo hacemos, experimentamos la felicidad inédita
de sentirnos protagonistas de una época e intérpretes de fuerzas preté-
ritas subterráneas. Son circunstancias de convulsiones personales y
colectivas, en las que nace un nuevo calendario que difumina las
secuencias temporales. Pero tales instantes sublimes brotan efímeros
sin que logremos afirmar todo su potencial. En un ciclo donde el
recuerdo se impone como obligación, resulta fundamental reabrir
una “imaginación creadora” capaz de recobrar la osadía de ensayar
nuevas posibilidades de vida.
Los artículos que presentamos aquí, cada uno a su manera, retoman
la hebra de estas intuiciones. Como si fueran incisivas dagas del
pensamiento que se introducen en los aspectos más hondos y enig-
máticos de nuestro ser actual.
La distancia entre el tiempo histórico y el tiempo de la experiencia
personal resulta inconmensurable. ¿Cómo saldar esa distancia
y fundir la propia vida en el flujo de la historia? No es posible
ensayar una respuesta certera a este interrogante sin abordar los
fundamentos mitológicos más profundos que nos vienen dados.
Como sugiere León Rozitchner, la Ley paterna, el cristianismo y
el capitalismo financiero forman una tríada que borra la materia-
lidad afectiva originaria.
Héctor Schmucler parte de preocupaciones parecidas: no podrá
percibirse críticamente el pasado si no se pone en juego la propia
sensibilidad en esa búsqueda. Sólo así, recuperando la fragilidad de
la experiencia personal, es posible aventurar nuevos sentidos para
una memoria que se nos ofrece como espectáculo.
David Oubiña piensa las imágenes con las que se construye la
memoria. Ellas se erigen como el fondo en el que una nación se
percibe a sí misma. Sin embargo, el cine no pudo resolver su vínculo
con el horror. ¿Cómo mostrar su relación con aquello inenarrable?
Luego de los campos de exterminio este dilema permanece abierto;
también para el cine argentino en su desafío por narrar los crímenes
de la dictadura.
Horacio González, finalmente, parte de la pregunta sobre cómo la
historia puede pensarse a sí misma. Si ella se refiere a un conjunto
de textos que pueden considerarse fundadores, no menos cierto es
que esos textos se ven compelidos a ocultar la violencia de origen
con la que se crea todo Estado. El Plan de operaciones de Mariano
Moreno, y la discusión que suscitó respecto a su autoría, nos propor-
cionan un documento emblemático de esta tensión entre la historia
y sus formas de escritura.
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Celebrar el segundo Centenario(*)


Por León Rozitchner

¿Qué se conmemora cuando se habla del


Bicentenario? ¿A qué alude esa palabra, tan
evidente y a la vez tan encubridora? ¿Es ésta una
fecha que nos interpela o, por el contrario, se
presenta como una celebración formal y ajena a
nuestra experiencia cotidiana?
León Rozitchner propone abordar estas preguntas
bajo el supuesto de que en ellas hay un conflicto
más hondo que yace excluido de las conside-
raciones más habituales: la existencia de una
temporalidad de la historia (el tiempo abstracto,
teológico, estatal y de la razón moderna occidental)
y un tiempo vivido (afectivo, imaginario, simbó-
lico, arcaico y corporal). Estas dos dimensiones del
tiempo, su faz mórbida y cronológica y su reverso
vivo, son inconmensurables. Sólo en fugaces y
extrañas ocasiones ambas logran fusionarse en
un tiempo único, el tiempo revolucionario, que
funda un nuevo calendario haciendo vivir toda la
historia de la humanidad en ese acontecimiento.
De eso se trata, entonces, el desafío: hacer propio
el tiempo de la historia. Y esta exigencia precisa
desmontar todas las formas de sujeción que se
remontan al fundamento originario de la vida:
la imposición de la Ley patriarcal, la mitología
cristiana y el capitalismo dinerario. Todos estos
modos someten la existencia sin-tiempo de la
infancia ligada al cuerpo materno.
En el artículo que entregamos aquí se condensan
reflexiones que recuperan la cualidad más inci-
siva de la filosofía: su capacidad crítica de hundir
las raíces del pensamiento en los núcleos más
profundos de nuestro ser para restituir un cuerpo
colectivo despojado del terror y la sumisión.
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Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

Hablar sobre el Bicentenario lleva a que conmemoramos sucediera, y para


preguntarnos por la distancia que el volver a darle vida borrar esa distancia
tiempo nos plantea en el campo polí- en nuestro presente.
tico. Para poder acercarme un poco más Ese acontecimiento, sin embargo,
prefiero hablar del Centenario, es decir se sigue sucediendo incesantemente
de la última parte del Bicentenario, esa puesto que ha determinado desde
que de alguna manera nos incluye al allí el nacimiento de la nación, y el
mismo tiempo a todos los argentinos nuestro dentro de ella, y es aquello
en el tiempo de la historia. que nos lleva a pensar el problema
Uno se pregunta qué pasa con este del tiempo. Hablo del tiempo en este
festejo al cual el Estado nos convoca, sentido: el compromiso del tiempo
la invitación a celebrar el Bicentenario personal vivido, amojonado entre el
de la independencia respecto a España, nacimiento y la muerte, y la reper-
y el inicio de una aventura que se llama cusión que ese cuerpo siente respecto
la Nación Argentina, en esta fracción del tiempo histórico del Centenario.
terrestre que nosotros consideramos Todo tiempo es tiempo sentido, el
como patria. que funda la memoria. ¿A qué me
Centenario es una cifra, evoca cien convoca el Centenario, qué es lo que
años. Siempre la medida del tiempo repercute de ese tiempo en mí tiempo,
está dada desde la temporalidad es decir en mi memoria? La memoria
vivida, en este caso también humana, nos convoca puesto que es ella la que
por más que la abstracción numé- retiene el devenir del tiempo.
rica la convierta en “objetiva” y se Como dije antes, el Centenario es ante
olvide del espacio: como si el tiempo todo una medida del tiempo histó-
fuera puramente tiempo. Pero uno se rico. El tiempo de la historia, si debo
pregunta: ¿qué nos pasa con la proxi- sentirlo para compartirlo, se confunde
midad consciente pero vivenciada al y se funde al principio con el propio
Bicentenario, del que nos sentimos nacimiento; pero nuestro nacimiento
tan distantes? ¿Esto a lo que el Estado no es al principio el nacimiento al
nos convoca tiene realmente reso- tiempo de la historia. El tiempo de la
nancia, penetra en mí como algo que historia todavía no existe para el niño
integre ese tiempo que, como se dice, aunque hemos nacido en una “época”
“me es propio”, en el tiempo de su histórica: el niño vive en el sin-tiempo.
historia? Participar y celebrar, de eso El sentimiento del tiempo se abre poco
se trata. Por lo que uno percibe esta a poco desde que uno nace, el tiempo
resonancia social no es muy intensa, y anterior a nuestra existencia aparecerá
más bien entra a formar parte de una sólo cuando lo pensamos, y entonces
especie de formalismo de la evocación ese pasado nos es ajeno: aparece como
respecto a ciertos acontecimientos un tiempo remoto. Es gris y penum-
que sucedieron hace 200 años. Así broso, tiempo muerto: el tiempo vivo
evocado ese acontecimiento revolu- vive del que nosotros le prestamos con
cionario no afecta ni condiciona mi nuestro cuerpo desde que nacemos. Al
memoria. Y puesto que nos convoca principio el tiempo entonces tampoco
al cumplir doscientos años, intentaría pertenece al tiempo abstracto de los
tratar de entender qué es lo que nos festejos patrios, que nos es comple-
ha pasado después de que ese hecho tamente externo. Éste se mide por

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decenas de años, centenas sobre todo a aquellos que nos antecedieron. Ese
(centenarios, siglos) y después milenios: tiempo pasado se aprende por lo
un tiempo irreductible por lo distante que nos cuentan o nos imaginamos
de nuestra experiencia, tanto que ni en las personas o en las cosas que
siquiera podemos imaginarlo. El tiempo vemos. Hay que expandir el sentir
vivido se resiste a incluirse en el tiempo del cuerpo para sentirlo en nuestro
pasado como si le fuera heterogéneo. cuerpo. Sólo mucho más adelante,
Esto se explica si en momentos destellantes y efímeros,
Si queremos salvarnos imagina- comprendemos ambos tiempos confluyen y se funden
riamente de la muerte debemos que la estruc- en uno: es el acontecimiento “revo-
conservar intacta y separada tura del sujeto lucionario” donde el tiempo indi-
la experiencia del sin-tiempo está constituida vidual y el tiempo social se unifican
arcaico, cuando para el recién por estratos que poniendo en juego simultáneamente
nacido el tiempo no existía y pueden actuali- todos los estratos. Por eso san Agustín
era a su manera “eterno”, pero zarse siguiendo nos dice del tiempo: “si nadie me
para mantenerlo y reafirmarlo el derrotero de su pregunta lo sé, pero si trato de explicár-
en el tiempo fugaz de la vida propio desarrollo, selo a quien me lo pregunta, no lo sé”
finita que la muerte devora. o en cambio (Conf. xi, 14). Cuando no lo pienso sí
Para poder creer ya adultos puede vivirse cada lo sé; cuando lo pienso, no lo sé. Son
que somos eternos nos debe uno separado de dos tiempos y dos vivencias distintas
acompañar el sentimiento los otros, o afir- del tiempo, tajantemente separadas:
arcaico del sin-tiempo, como mados al mismo uno sin conciencia, con el afecto
si el final de la vida nos estu- tiempo pese a originario y absoluto de la infancia
viera esperando convertido en moverse cada arcaica, otro con el concepto que abre
tiempo infinito. uno de ellos en en la conciencia el puro pensamiento.
tiempos distintos. Porque si hay dos tiempos, y están
Cada tiempo –el arcaico, el afectivo, tajantemente separados, entonces
el imaginario, el simbólico– conserva puede haber dos muertes: la finita
siempre la marca de su origen y corres- del cuerpo, la infinita del alma. Dios,
ponde a experiencias distintas en la intemporal e infinito como Agustín
medida en que prolongan o se distan- lo siente, está dentro de uno puesto
cian del cuerpo. que convirtió al dios trascendente
judío en dios inmanente cristiano y le
dio como residencia el lugar interno
Dos tiempos simultáneos y opuestos de la madre, ocupando su espacio
al desplazarla. Y así el sin-tiempo
Al principio hay entonces dos tiempos, arcaico del acogimiento sensible
sin común medida: el tiempo de la vivido con la madre se convierte en
historia y el tiempo propio vivido. La tiempo patriarcal abstracto, infinito
historia nos es ex–tempo-ránea. Y de y divino. Entonces el tiempo finito
algún modo es como si esta medida de la historia humana queda como
del tiempo reclamara la aproximación un momento fugaz e insensato del
de los sujetos al tiempo de la historia, tránsito de lo infinito a lo infinito. Es
porque también participamos de la promesa realizada de la bienaven-
una fracción de ese tiempo que nos turanza salvadora que nos promete el
incluye, y que incluye necesariamente santo si nos hacemos cristianos.

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A partir de aquí uno vuelve a interro- miento arcaico del sin-tiempo, como
garse sobre la proximidad del tiempo si el final de la vida nos estuviera espe-
sensible cuya cercanía buscamos. Hay rando convertido en tiempo infinito.
tiempos que asustan, por ejemplo el Al decir años-luz, aunque evidente-
que Pascal tenía presente cuando de mente es inconmensurable e infinita
pronto, mirando al cielo y las estre- la relación que señala con el tiempo
llas exclamaba angustiado: “los espacios humano, estamos igualmente impli-
infinitos me aterran”. Los espacios infi- cados en esa temporalidad infinita,
nitos nos revelan el tiempo infinito, pero al menos nos permite distanciarla
la esencia temporal de su existencia y convertirla en abstracta: el tiempo
espacial: la unidad indisoluble e inso- científico es un tiempo insensible. Pero
portable del tiempo y del espacio, del eso no les pasa a los astronautas que
cuerpo y del pensamiento. Esto es lo en sus naves espaciales, atentos sólo
que aterra: cuando el tiempo infinito al cálculo abstracto, están profesio-
pensado nos penetra hasta el estrato nalmente comprometidos sólo en el
más sensible y finito del cuerpo y tiempo abstracto finito, anodinamente
sentimos que somos mortales. Y como apasionado de un partido de futbol que
ya sabemos, la apuesta pascaliana no la TV les acerca mientras navegan en los
afecta al sentimiento: sólo se debate en espacios infinitos: “dos tiempos” de 45
el estrato del cálculo abstracto. No es minutos cada uno. Borran la distancia
para menos, porque ese espacio infi- que separa al
nito también es medible bajo medidas tiempo finito del Frente a esa inconmensura-
humanas finitas. Cuando se habla de tiempo infinito. bilidad del tiempo infinito,
años luz, se está hablando de años, de El tiempo cien- la vida que fue separada del
medidas del tiempo de la vida humana tífico congela el cuerpo, la distancia mayor que
con la cual se trata de comprender las tiempo finito de con él así abrimos hace que el
dimensiones cósmicas para, de alguna nuestra propia instante de la propia vida en su
manera, hacer que la carne sienta lo vida sin permitir fugacidad sea también impen-
infinito, incluirlo en la propia perspec- que se prolongue sable. Pero si postulamos que
tiva subjetiva abriendo un sentimiento y se verifique en el nosotros también formamos
para que el tiempo infinito tenga que mundo humano parte de un tiempo homo-
ver con el tiempo finito de la propia ese tiempo abso- géneo con el del Centenario
vida. Que lo logre o no, todo depende luto, el sin tiempo que rememoramos, es porque
del contacto que mantengan entre sí de nuestra prema- queremos, a diferencia de
los distintos estratos: de la escisiones turación arcaica: Hegel, donde el movimiento
que vive el sujeto. Dios por un lado, –el tiempo– que ponía en juego
Si queremos salvarnos imaginaria- la ciencia por la dialéctica del Ser y la Nada
mente de la muerte debemos conservar el otro. Y justa- venía desde afuera, afirmamos
intacta y separada la experiencia del mente, por formar en cambio un tiempo que
sin-tiempo arcaico, cuando para el parte nuestro viene desde adentro de nuestra
recién nacido el tiempo no existía y era tiempo finito de propia experiencia del cuerpo.
a su manera “eterno”, pero para mante- esa temporalidad
nerlo y reafirmarlo en el tiempo fugaz infinita es posible que un Lévi-Strauss
de la vida finita que la muerte devora. pueda decir –para horror y consuelo de
Para poder creer ya adultos que somos un destino del que nadie está a salvo–
eternos nos debe acompañar el senti- que la Tierra comenzó sin nosotros,

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y va a terminar sin nosotros. Algunos tiempo– que ponía en juego la dialé-


entienden entonces que el tiempo de ctica del Ser y la Nada venía desde
“la estructura”, por ser tan abstracto, afuera, afirmamos en cambio un
escapa al círculo de la dialéctica hege- tiempo que viene desde adentro de
liana: se convierte en un tiempo lineal nuestra propia experiencia del cuerpo.
nuevamente donde lo infinito está tanto
atrás, en el origen, y que lo encontra-
remos en el término de la vida humana: Apropiarnos del tiempo de la historia
en el sujeto,
Por lo tanto, esta convocatoria como soporte de Incluir nuestro tiempo individual en
que celebra el Bicentenario determinaciones el tiempo social es una difícil tarea que
de la independencia argen- externas, nunca nadie nos enseña. Para lograr aproxi-
tina plantea un desafío: que coinciden en el marse y hacer propio el tiempo de la
esta distancia se acorte y se mismo momento, historia en el tiempo personal uno,
aproxime, para que deje de ser y entonces lo en algún momento, acudió también
un cómputo cuantitativo que infinito nunca a ciertas astucias imaginarias que nos
me lleve a equiparar la medida puede afectarnos. acercan a comprender y hacer que esa
de mi vida con un siglo y Sabemos del temporalidad se imbrique en la propia
concebir mi tiempo vital como tiempo, pero no vida. Por ejemplo, cuando Osvaldo
fracción substancial del tiempo lo sentimos. El Bayer me contaba que su abuela había
de la historia, comprendiendo falso infinito de muerto a los cien años, de pronto se
entonces que el sujeto forma la linealidad del me ocurrió pensar que entonces del
parte de ese tiempo. Que tiempo abstracto Bicentenario de nuestra Independencia
tenemos corporal y temporal- vence a la circu- nos separan sólo dos unidades de
mente su propia substancia. laridad donde lo “abuela de Bayer”. Es decir, son nada
Y que ese sujeto disminuido y finito y lo infinito más que dos vidas completas, a las
humillado que es uno pueda del saber abso- cuales con el desarrollo de la medi-
aspirar a ser núcleo donde se luto hegeliano cina hoy podemos aspirar casi todos
debate la verdad histórica. se conciliaban a una. Pero al mismo tiempo revela
en la conciencia una continuidad material del tiempo
abstracta de cada sujeto como un de las generaciones que se van (nos
saber sin sentimiento. O más bien que van) sucediendo: yo hijo y tú padre,
venció, “superó” al sentimiento: el tu madre es mi abuela, y la madre de
saber racional de la conciencia subjetiva tu abuela es mi bisabuela, y así etc.)
coincide con la razón de la Idea. Los cuerpos que se unen engendran la
Frente a esa inconmensurabilidad del materia del tiempo. Yo mismo podría
tiempo infinito, la vida que fue sepa- decir que dentro de poco tiempo
rada del cuerpo, la distancia mayor que podría llegar a ocupar con mi propia
con él así abrimos hace que el instante vida un centenario de la vida histórica.
de la propia vida en su fugacidad sea Aquí, evidentemente, la relación con la
también impensable. Pero si postu- historia y su decurso deja de ser para-
lamos que nosotros también formamos lela: produce una aproximación un
parte de un tiempo homogéneo con tanto inquietante. Y si reflexionamos
el del Centenario que rememoramos, con esa unidad de medida “abuela
es porque queremos, a diferencia de Bayer”, podemos pensar que de
de Hegel, donde el movimiento –el la conquista de América nos separan

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sólo cinco vidas de “abuela de Bayer”. cómputo cuantitativo que me lleve a


Pensemos lo que Marx decía: todos los equiparar la medida de mi vida con un
cuerpos humamos, cada uno de noso- siglo y concebir mi tiempo vital como
tros, tenemos un cuerpo común que es fracción substancial del tiempo de la
la Naturaleza. ¿La historia es un tiempo historia, comprendiendo entonces que
homogéneo con el tiempo del decurso el sujeto forma parte de ese tiempo.
del sujeto, tienen ambos una misma Que tenemos corporal y temporal-
substancia? La conquista de América mente su propia substancia. Y que ese
se aproxima de este modo también a sujeto disminuido y humillado que es
nosotros, y esa cercanía nos permite uno pueda aspirar a ser núcleo donde
comprender que somos contemporá- se debate la verdad histórica.
neos de la historia pasada y hacer que Hasta acá todo es bastante simple y
en un punto, en el de nuestra propia evidente. Lo que trato de explicarme
vida, ambas coincidan. Y justamente es: ¿cómo hacer para mostrar que
esta búsqueda de la contemporaneidad el tiempo de la historia, en el grano
de la historia pasada hace que el tiempo menudo que ella va desarrollando,
de la historia se aproxime. Quizá hasta está presente corporalmente también
nos desafíe a ser un poco partícipes en mí? Tratar de pensar esa distancia
de ella, sobre todo teniendo presente que estamos viviendo muchos de
algo mucho más magno, el hecho de nosotros, y que relega la celebración al
que nos separan nada más que veinte ámbito de los colegios donde se canta
vidas de “abuela de Bayer” del adveni- el himno patrio, o las ceremonias del
miento del cristianismo y de la cultura Estado y desfiles militares cuando el
cristiana: esa historia donde el tiempo calendario las tiñe de rojo. ¿No será
finito se hizo tiempo infinito, pero necesario reflexionar un poco más para
sin espacio. La historia puede anclar tratar de pensarnos con el tiempo de
en la experiencia del cuerpo: de cierta la historia, para pensar que el tiempo
manera somos sus con-temporáneos. histórico adviene como condición de
Eso es lo que a uno le ha permitido nuestra propia vida?
atreverse a tomar a un autor como Heidegger escribió Ser y tiempo. Esa
San Agustín, y discutir mano a mano frase señala una distancia que coloca
con él aunque nos separen 1700 años, por un lado al Ser y por otro lado al
como si fuera nuestro contempo- Tiempo, aunque nos diga que es para
ráneo, perdiendo esa desmesura de la franquearla y tender un puente. Pero
grandeza que marca la distancia de los el problema es que somos por esencia
siglos, de tan separados que estamos. espiritual seres temporales y, por lo
tanto, tenemos que tratar de que esa
“y” no represente distanciamiento sino
Un intento de aproximar la historia inclusión pese a la distancia. Porque esa
a los cuerpos ciudadanos distancia es segunda pero no primera:
hay dos tiempos en el tiempo y ambos
Por lo tanto, esta convocatoria que son históricos. Somos seres temporales
celebra el Bicentenario de la inde- y en ese sentido participamos de una
pendencia argentina plantea un temporalidad particular que es desde el
desafío: que esta distancia se acorte y comienzo la del espacio temporal de la
se aproxime, para que deje de ser un historia. Por lo tanto, esta temporalidad

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es distinta a las otras temporalidades ralidad?, ¿cómo temporalizar nuestra


que podemos juzgar, que se producen propia subjetividad, nuestra propia
y suceden en los múltiples modos corporalidad, como para sentirnos más
–físico, biológico– del tiempo del partícipes del tiempo de la historia?
mundo: tiempos simultáneos. Porque las distancias siguen sobreagre-
El animal no sabe que va a morir, no gándose en las formas que el Estado
sabe del tiempo y, como diría Borges, regula nuestra relación con la historia.
es inmortal: el tiempo no aparece para La historia de la independencia que
él como una condición que limitaría uno ha escuchado, leído o aprendido en
su acción y su vida. Borges cree que el la escuela, señala más bien la apertura
animal “no sabe” que muere (como si de una distancia incolmable. Frente a
no lo sintiera). Y en ese sentido, uno los hombres que realizaron la hazaña
piensa también: ¿no hay formas de el ciudadano entra en una relación
inclusión del tiempo que en vez de abrir de reverencia, y por lo tanto de sepa-
el tiempo –el hecho de que el hombre, ración humillada. La gloria inmortal
por una especie de misterio-, tiene un de los grandes patriotas convierte en
tiempo finito que le ha sido dado por esplendor divino todo lo que toca.
vivir– en realidad lo cierra? Efectiva- Uno continúa preguntándose: ¿cómo
mente, es realmente un misterio que llega el tiempo a poder constituirse
haya una porción de materia dentro como tal, puesto que sabemos que el
de esa infinitud o inconmensurabi- tiempo en su origen es subjetivo, y que
lidad que abarca lo que denominamos nosotros somos su medida? Las varas
cosmos; y que aparezca en este planeta, del cuerpo no son como las varas del
fracción minúscula de toda esa inmen- lienzo que la lógica del intercambio
sidad, una porción de esa materia que de mercancías remite al equivalente
sea “yo mismo”, esa materia animada general: ninguna vida humana equi-
por la vida en un cuerpo, el mío, que vale a algo, y no por no ser nada
puede decir “yo”. Este lugar del “yo” sino por ser alguien. El niño nace sin
inaugura la posibilidad de incluir el conciencia del tiempo, el niño es en el
tiempo desde una dimensión más tiempo, y más todavía, dado que no
honda, que no está presente en aquella hay conciencia de ese tiempo y en su
proposición cuasi abstracta que nos primera etapa está en confusión, en
hace el Estado, el cual habla de un unidad y simbiosis con lo materno:
tiempo que dudo que corresponda vive a su manera un tiempo glorioso
a la temporalidad que cada uno vive y absoluto con el cual se confunde. Se
íntimamente como vida propia. Pero funda al con-fundirse con la madre.
es igualmente cierto que uno en tanto Vive una vida que ha sido llamada
sujeto está múltiplemente determi- después como “la vida feliz”, la vida
nado, y es relativo a la historia, y por a la cual todos los autores que hablan
lo tanto relativo también al Estado. del futuro se refieren como Paraíso
perdido: el primer presente que será
la medida sentida de todo futuro. Es
¿Dónde se origina el tiempo? decir, hay un lugar en que el sin-tiempo
inaugura la propia vida en nuestro ser;
En ese sentido, uno se pregunta: ¿cuál una pre-maturación que es propia del
es entonces el origen de esta tempo- hombre dentro de las inmensas espe-

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cies de animales y que hace que viva Grecia, ya que los griegos eran niños
intensamente algo que no correspon- normales, a diferencia de los nuestros.
derá luego al tiempo “objetivo” de la Hay en estos autores una referencia a la
realidad adulta, y que sin embargo va a niñez que está marcada con letra inde-
ser determinante para todo el resto de leble, y al mismo tiempo se encuentra
su vida, esa que luego será computable encubierta: un mundo feliz anterior a
en segundos, minutos, horas, años este mundo que buscan a tientas. Pero
y hasta siglos. El niño está fuera del no van a encontrar a ningún filósofo
tiempo en el tiempo. El fundamento racionalista que plantee el lugar de lo
del tiempo humano es la des-mesura. materno como el origen de la inolvi-
dable felicidad histórica del hombre.
Por el contrario, un Lacan llega a decir
La vida feliz en sus primeros trabajos que la lactancia
es un estado “natural” que vive la
Nosotros nacemos al tiempo desde el madre con el hijo, y que la historia y
sin-tiempo. Porque esta figura primera la cultura que allí desaparece se inicia
donde formamos una unidad con la para el infante luego del destete: con
madre es una unidad autosuficiente, el comienzo del estadio del espejo y el
donde el acogimiento ensoñado cuerpo hecho pedazos: “morcélé”, para
materno, tanto para el niño como decirlo en lengua franca.
para ella, no requería de ningún inter- Es muy extraño todo esto. Hay un
cambio determinado por las leyes del intento de relegar lo materno y no
valor o por las leyes del Estado. Simple- ver que también es histórico desde
mente es una unidad que se realiza el comienzo de la gestación misma
por el hecho mismo del estar el uno y que esa existencia sin-tiempo va a
formando parte todavía del otro, sepa- permanecer para siempre, pero sin
rándose en el espacio del otro donde conciencia, como su fundamento
se había gestado y al que sigue unido, imborrable. En rigor, podríamos
en un nivel de tal cercanía que resulta seguir diciendo: si éste es el comienzo
ser el más heterogéneo y distante que que se nos ofrece como derrotero en
podamos sentir y pensar respecto del el campo de la historia a través del
tiempo del hombre adulto frente a las Estado (y del mito religioso que lo
condiciones del Estado, de la política, acompaña), ¿qué es lo que tuvo que
y de la historia. pasar para que ese momento originario
Por eso esta etapa primera es presen- haya quedado como insignificante, sin
tada, aun por aquellos autores que palabras, pese a ser la madre la primera
relegan lo materno, como la “vida en enseñarlas? Porque, como sabemos,
feliz”, el “paraíso perdido” origi- la reflexión teo-filosófica comienza
nario. San Agustín sostenía que todos con el Verbo, y eso es el comienzo
los hombres, antes de ingresar en la del cristianismo: el Verbo inserta
memoria que está como fundamento el espíritu en el cuerpo natural del
de la vida, en el origen, hemos tenido hombre, la lengua materna que crea
una vida feliz; y aun Marx añoraba las primeras significaciones sonoras no
“la atracción eterna del momento que existe. El pensamiento sólo nace con el
no volverá nunca más”, refiriéndose Verbo, que es siempre del padre. Por
en este caso a los niños y hombres de lo tanto, hay simultáneamente una

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separación entre una historia temporal se dice, porque la lengua aún no exis-
sin-tiempo que el niño vive como tiría como tampoco el hombre que
momento absoluto, previo al tiempo la hable para poder crearla. El naci-
que va a ir madurando en la prematu- miento del hombre y el nacimiento de
ración de su cuerpo, y hay una historia la lengua son simultáneos: un círculo
temporal con-tiempo (puesto que es sin entrada ni salida. A lo sumo, como
social y adulta la historia que la madre diría Heidegger, es el Ser quien habla
vive con el hijo). El primer tiempo es en el habla. Hay un Ser que luego de
el que se inicia con el nacimiento en darnos a luz la madre aparece hablando
el hijo; el segundo tiempo es el que en nosotros y abriendo, a través de la
simultáneamente la madre prolonga el palabra, el espacio del tiempo que el
tiempo de las generaciones anteriores cuerpo le ofrece como el Da sensible
en su propia historia. al Sein espiritual: la apertura de un
presente que se distingue del pasado
sin tiempo del cual viene, y se abre
La lengua materna hacia el futuro al cual tiende. En ese
sentido, estos tres llamados éxtasis
El “éxtasis” del tiempo que la madre del tiempo no son comparables con
vive con el niño es actualidad pura, no el éxtasis que el niño ha vivido con la
se abre en los tres éxtasis del tiempo madre en el sin-tiempo que la mística
–presente, pasado y futuro– de la feno- adulta acoge como su elemento.
menología. De todos modos, aunque la ¿Había o no había “habla” materna
madre sea el lugar de ese acogimiento irreductible a la palabra paterna? Eso
primero donde el tiempo sólo existe es lo que trataremos de comprender
como “duración” y no como “tiempo” para llegar después al problema del
contable, sin embargo ese momento Estado y del sujeto dentro del Estado.
va a ser deter- ¿La “celebración” del habla materna
El problema aparece cuando minante para el no es previa a la celebración del
nos preguntamos por qué la desarrollo de la Bicentenario? Celebrar a la madre
lengua materna, ésta que es vida del niño en como unas Pascuas.
el lugar que podemos pensar el cual se abrirá
como originario de aquello que su propio tiempo
luego se convertirá en palabra, para cuando Vertical y horizontal: la historia
no es rescatado como lo que sea grande. Por del acceso a la historia
está en el origen de la cultura, ejemplo, en las
puesto que cuando la madre culturas patriar- Si el lenguaje aparece con la palabra
habla con el niño lo hace sobre cales como es patriarcal, con una lengua ya consti-
fondo de un lenguaje ya cons- la nuestra el tuida, parecería que en la relación con
tituido que tiene muchos mile- a d v e n i m i e n t o la madre no hubo génesis de la palabra
nios de historia humana pasada, del lenguaje no en su habla, como si la madre no
evocada en los gorjeos primeros tiene génesis hubiera sido el lugar donde se elabo-
de la invención de las lenguas. histórica que lo raron las primeras significaciones,
haya creado. El aunque éstas se producen sin repre-
lenguaje es aquello que hace que el sentación ni signos, sin expresiones
hombre sea hombre, por lo tanto no verbales orgánicamente constituidas
sería producto de la creación humana, como lengua plena y codificada. La

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primera atribución de una cualidad ciados todavía. Sin embargo, el sonido


a una cosa que el niño hace desde el allí envuelve las cualidades y es como
comienzo mismo de su cercanía es con si comenzara a sintetizarlas al conver-
el cuerpo pleno de la madre. tirlas en un sonido expresivo que hace
Según Freud, y reinterpretando a su aparecer significadas a las cualidades
manera la lógica clásica, este primer sentidas a través de la coalescencia de
distingo constituye un “juicio” de imágenes y afectos que convergen en
atribución, aunque al experimentarlo la voz modulada para construirlas e
el niño no use aún las palabras. Es lo integrarlas y formar con ellas designa-
que señala como comienzo mismo de ciones unitarias. Los gorjeos del niño
la capacidad judicativa: la relación que convocan esta coalescencia de sensa-
distingue una cualidad de otra. Juicio ciones e impresiones que va perci-
de alguien que valora su relación biendo y que comienzan a incluirse
con cualidades sentidas, sin palabras en una organización corporal que
ni premisas, no apofántico todavía. también se va construyendo.
Afirma que el origen del pensamiento El problema aparece cuando nos
es una especie de tanteo motor: es preguntamos por qué la lengua materna,
el cuerpo el que piensa en el espacio ésta que es el lugar que podemos pensar
absoluto del cuerpo materno. Este como originario de aquello que luego
tanteo motor señala justamente que se convertirá en palabra, no es resca-
un cuerpo se expande y se extiende al tado como lo que está en el origen
palpar el cuerpo de la madre donde de la cultura, puesto que cuando la
las primeras atribuciones de sentido madre habla con el niño lo hace sobre
aparecen. Vemos que las primeras fondo de un lenguaje ya constituido
relaciones de sentido se producen en que tiene muchos milenios de historia
ese cuerpo a cuerpo, donde los olores, humana pasada, evocada en los gorjeos
los sabores, las saliencias y entradas, primeros de la invención de las lenguas.
las rugosidades y suavidades untuosas, Las madres ya son madres de niños que
entre otros factores, van constituyendo nacieron sin habla en el origen de la
las primeras relaciones de sentido que historia, como siguen naciendo todos
luego la madre termina, a través de su los niños todavía, y que con ellas la
habla, sintetizando a través del sonido. aprenden. El origen humano e histó-
Si esto es así, ¿qué podemos pensar en rico de la palabra vuelve a recrearse en
el origen, para oponer a una lengua cada nacimiento. Si esa experiencia o
que nosotros consideramos segunda, esa propedéutica que introduce al niño
esta “lengua” primera, labios cálidos en la cultura no existiera, el niño nunca
y sonoros que un cuerpo susurra y hablaría. Tampoco habría habido esa
resume, que ha sido olvidada por no infancia de la humanidad a la cual
estar en el tiempo adulto de la instancia Marx se refería.
social, teológica, estatal o política, y
por lo tanto tampoco histórica?
La madre utiliza “fonemas” que son Lengua y creación histórica
traídos de su contexto lingüístico,
pero primero utilizados como meras Tendríamos que hablar entonces de
modulaciones sonoras que celebran una lengua que no comienza a partir del
la aparición de un sentido, sin enun- puro Espíritu o del puro pensamiento.

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Si para muchos la palabra aparece como y su desarrollo en función de los ciclos


si no tuviera origen es porque tenemos vitales: las diosas de la tierra, genera-
una explicación cultural-mitológica doras de vida, fueron todas madres.
para este ocultamiento que coincide con Pero al ser retomadas por el cristia-
lo absoluto de ese primer surgimiento nismo se las sustituye con el naci-
necesariamente perdido, porque las miento espiritual de Cristo, un niño
voces no han dejado huellas ni en barro que nace para cumplir un destino de
ni en piedras. muerte, y queda excluida y desapa-
En tanto, podríamos seguir El sonido es el rece la figura de la madre tierra como
diciendo que al inaugurar extremo límite engendradora y fuente de la vida,
cada año nuestro –aunque no cuasi inmaterial cuyos distintos momentos se van suce-
estamos en una cultura agrícola, de la materia, y diendo y vuelven cada año a repetirse
aunque no seamos peruanos ni por eso el origen y celebrarse para que vida terrenal siga
bolivianos–, deberíamos pensar de las lenguas no habiendo. Es cierto que el cristianismo
que la tierra ha sido el funda- han dejado rastros. también festeja un renacimiento,
mento, aquel que encontraron En aquellos desa- pero no el renacimiento de la tierra
también los primeros conquis- rrollos históricos y del hombre, no la aparición de los
tadores al llegar a América. donde lo sensible primeros brotes de vida en la prima-
Esta tierra, despreciada, que y lo imaginario vera, sino la muerte y el renacimiento
no podía ser el sostén del espí- todavía no estaban de Cristo en el reino de Dios, es decir,
ritu cristiano, significa que tan colonizados en la infinitud celeste sin cuerpo ni
también la madre terrenal, en por el poder tierra. En vez de ofrecernos el lugar
tanto gestadora, fue desechada que actualmente materno y acogedor que ritma el
como lugar originario del vivimos, había un tiempo de la vida de todos lo viviente,
sentido histórico y terrenal reconocimiento de pronto aparece una madre virgen
donde se produce la creación sagrado hacia la que engendra un hijo que va al muere
de la palabra humana. figura materna, para ser divino.
como ocurre Este corte brutal aparece separando
con los calendarios de otras culturas radicalmente a la palabra de la historia
pasadas que conservan la imagen de las material y humana de su surgimiento:
diosas generadoras primeras de la vida al principio era el Verbo, atributo de
humana, por más que luego otros dioses un dios abstracto. Y también apare-
las sustituyeran. Las primeras luchas de cerá luego una sola lengua originaria
clases lo fueron entre clases de dioses: como lengua perfecta: la indoeuropea
dioses contra diosas. ¿Qué ha pasado en de la raza aria. Ante esta fractura
nuestra cultura para que de pronto esta radical, nos preguntamos: ¿tendrá esto
historia de luchas y treguas y desplaza- algo que ver con lo que nos estamos
mientos haya desaparecido? ¿Por qué planteando con el Bicentenario, dado
se produjo un corte tan brutal entre la que es desde el nacimiento y muerte
materia y el espíritu cuando surgió esta de Cristo donde aparece la cuenta del
nueva cronología, exclusión del cuerpo tiempo como puro tiempo eterno sin
que nunca existió en ninguna otra reli- espacio, sin carne y sin materia, y por
gión y cultura como la que existe entre lo tanto, simultáneamente, el desprecio
nosotros con el cristianismo? de la materia, del cuerpo y de la
Todas las culturas tienen su crono- tierra, mientras que nosotros lo feste-
logía, su modo de ordenar el tiempo jamos luego de dos mil años, es decir

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22 vidas vivas y fecundas de unidades fue lo más cierto. La vida luego necesa-
“abuela de Bayer? ¿O festejamos la riamente la frustra. Pero la religión se
reconquista de un espacio terrenal que apodera de este acontecimiento magno
fue colonizado por la Cruz, la Espada originario y convierte en tiempo infi-
y el Estado cristianos? nito al sin tiempo de la infancia e
A partir de esa cronología mitológica invalida y desprecia, ya adultos, la
sin embargo estamos viviendo una finitud del tiempo verdadero que nos
situación histórica en la que nunca ha fue dado. El ordo materno se trans-
sido destruida hasta tal punto la natu- forma en orden despótico. Cuando la
raleza, ni el hombre ha sido convocado palabra patriarcal, el Verbo, suplanta
a la acumulación amonedada, infinita a la primera lengua de la madre, la
y abstracta, del tiempo de la vida ajena impronta materna queda congelada,
consumido a través del capital finan- su ordo amoris queda sin poder desa-
ciero, como para distinguir ahora dos rrollarse ni verificarse en la realidad
muertes simultáneas: la muerte finita adulta de la historia. La edad adulta,
del cuerpo humanizado y la muerte del es cierto, frustra necesariamente en
espíritu, que las jerarquiza y da como todos lo que quedará para siempre
sacrificable a la primera por desvalori- insatisfecho. Pero la insatisfacción
zada frente a la segunda, que sería la de una experiencia arcaica alucinada
muerte más temible, la más verdadera. no significa necesariamente que su
En tanto, podríamos seguir diciendo matriz amorosa no pueda enderezarse
que al inaugurar cada año nuestro al prolongarse en el tiempo real de la
–aunque no estamos en una cultura historia. El ordo amoris sin-tiempo
agrícola, aunque no seamos peruanos de la madre crea con su acogimiento
ni bolivianos–, deberíamos pensar que amoroso una matriz diferente, un
la tierra ha sido el fundamento, aquel orden afectivo como premisa para el
que encontraron también los primeros pensamiento: eso es lo que debería
conquistadores al llegar a América. Esta mantenerse en las relaciones sociales
tierra, despreciada, que no podía ser cuando se abren al tiempo. Por eso la
el sostén del espíritu cristiano, signi- palabra paterna que congela la lengua
fica que también la madre terrenal, en materna sin prolongarla será siempre
tanto gestadora, fue desechada como persecutoria: amenaza nuestro propio
lugar originario del sentido histórico y fundamento. Las premisa materna de
terrenal donde se produce la creación su silogismo, que la razón patriarcal
de la palabra humana. relega con la amenaza de muerte,
queda radiada de las conclusiones
racionales pensadas: es la tragedia del
El tiempo arcaico infantil funda Edipo griego la que narra las vicisi-
el infinito cristiano adulto tudes de este enfrentamiento, pero
comprendida desde el Freud judío y
Porque esa vida feliz del acogimiento no desde el Lacan cristiano. Para la
materno, sentida con la intensidad de religión judía Dios nunca es inma-
las primeras marcas, casi sin imágenes nente; pese a lo que san Agustín creía,
todavía, casi puro afecto, resonará en lo más íntimo del hombre judío
indeleble para siempre desde los reco- no reside Dios-Padre sino la diosa-
vecos del cuerpo, porque para el niño madre. En el cristianismo, en cambio,

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lo materno enmudece: el habla es del ¿Por qué la madre arcaica pudo quedar
Ser y no de la Cosa. San Agustín, una contenida, sin desarrollo, congelada y
vez convertido al catolicismo, busca sustituida por dios-padre en nuestro
que esa madre sea el lugar de engen- propio fundamento? En este primer
dramiento espiritual con Dios padre. acceso a la vida, que nos ha marcado
Y entonces nos describe la sagrada con su felicidad completa, ordo amoris
concepción cristiana: el espíritu del sin intercambio ni equivalencia, la
Dios paterno penetra en el útero de madre vive con el niño una relación de
la madre para engendrar al hijo con amor recíproco, y en el darse, era ella
su cuerpo de palabras. San Agustín toda la que se daba extendiendo desde
llamará a Dios su “padre adoptivo”, y la simbiosis nuestro primer mundo. Sin
entonces también tenemos que llamar esa unidad primera, relación amorosa
a la Virgen María nuestra madre donde la gestación se prolonga en el
adoptiva. Sólo cuando el Verbo acogimiento, nosotros no hubiéramos
paterno usurpa el lugar de la madre y existido. Porque si hubiera faltado esa
la desplaza por la amenaza del terror madre cobijante en el origen, la vida
en lo más profundo de nuestra carne hubiera sido imposible. Como hubiera
enamorada, sólo entonces la razón sido imposible pensar también el
deja de preguntarse por el origen de las origen de la historia humana.
lenguas, y las convierte en increadas: Se trataba de una relación en la que
no se interrogan por su origen histó- el niño, ya vimos, estaba fuera del
rico, la lingüística sólo las compara. tiempo. Porque el tiempo no existía
¿Cómo convertir a la razón del racio- como tiempo regulado por el desarrollo
nalismo en inmanente, puesto que adulto de los fenómenos de la vida.
nosotros somos los que pensamos? Ésa es una regulación que transcurre a
Al yo pienso cartesiano le falta la medida que las cosas van transformán-
historia subjetiva del acceso al pensa- dose y el ritmo de las necesidades y del
miento. Creo que esto marca la crisis deseo aparece señalando el decurso que
terminal en la que se debate la razón luego puede ser desarrollado como una
moderna. Su comprensión depende imbricación de causalidad de un fenó-
del código –la matriz– que se activa en meno con otro. En ese primer momento
el lector que la lee, del estrato subje- aún no existía el tiempo como tiempo,
tivo del aparato psíquico que al pensar y creo que podemos pensar que ese
ponemos en juego. Por eso podríamos tiempo, que quedó congelado, podría
extender lo que Freud dice del pensa- ser prolongado y desplegarse en el
miento patriarcal: de ese silogismo, tiempo vital histórico. En ningún lado
cuyas raíces son arcaicas, la conciencia está dicho que aquello que comenzó
conoce sólo sus conclusiones pero no con la madre tuviera que negar y
las premisas que lo hicieron posible. oponerse al desarrollo del pensamiento.
(Ver Freud: El malestar en la cultura). Hemos visto que el pensamiento tiene
su origen carnal, imaginario, sensible y
afectivo en la madre. Porque también
Pensemos es cierto que en el patriarcado, y sobre
todo en el cristiano, el ordo amoris de
¿Qué pasa en nuestra cultura cristiana la madre fue suplantado por la ley abso-
con aquello que tenemos de materno? luta del padre.

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Si volvemos a la compresión de la y al sometimiento y a los regímenes


filosofía, todos los atributos que se de los que hemos estado participando,
refieren a la divinidad materna negada hay algo que quedó pendiente en la
se afirman en cualidades abstractas independencia americana y que nos
atribuidas ahora a dios-padre. Abso- sigue sometiendo: como si la perma-
lutos y sin-tiempo fueron su bondad y nencia de las categorías que orga-
su amor de madre para el niño. Todas nizaron el sistema colonial español
estas cualidades sensibles y afectivas siguieran manteniéndose en el poder
que luego desarrolla el pensamiento del que festejamos habernos liberado.
sobre el fondo de la negación de lo Decía, entonces, que esa segunda
materno, es un intento de darle una revolución está sostenida, como colec-
expresión racional, patriarcal y por lo tivo humano, por los pueblos que se
tanto viril, a aquello que corresponde rebelan en Latinoamérica, que no son
al goce amoroso femenino tan temido. precisamente aquellos cuya población
está dada por la inmigración europea,
sino por los pueblos ab-orígenes que
Historia pasada y presente fueron despojados de la tierra con la
invasión genocida española. Porque
Creo que tenemos que recuperar esta los inmigrantes europeos que vinieron
historia en función de la celebración a la Argentina, como nuestros padres
patria, para que el festejo del aniver- y abuelos, venían de lugares donde
sario no sea sólo una aproximación reinaba la dominación extrema en la
meramente formal, sino que implique Europa occidental y cristiana; venían
un compromiso más profundo en el para poder sobrevivir, vivir una
que la cercanía corporal con los fenó- vida que satisficiera las necesidades
menos políticos y sociales pueda ser perentorias mínimas. Esos pueblos
nuevamente puesta en juego. Para ello, hambreados que llegaban de Italia
no nos queda otra que volver a pensar y España sobre todo, que vivieron
desde aquello que caracteriza nuestra bajo el dominio de la Cruz durante
cultura cristiana. ¿Cómo fue esta tantos siglos, al llegar a Latinoamérica
cultura cristiana modificando nuestra trajeron su propio pasado como
historia? ¿Qué ha pasado en el último fundamento de nuestro propio futuro:
centenario que hemos vivido? la mitología cristiana en la cual fueron
Simón Rodríguez, el maestro de Simón constituidos como sujetos.
Bolivar, afirmaba que con la inde- Estos levantamientos, regulados por la
pendencia de España nuestros países democracia y en este caso mayoritarios,
habían realizado sólo la revolución que nunca hemos conseguido tener
política. Y proponía que para darle en nuestro país, solamente vistos en
término era necesaria otra revolución: Bolivia, en Perú, y que habian rena-
la revolución económica, que para él cido en Colombia primero y luego
significaba la recuperación material de Venezuela, han despertado un empuje
la tierra para todos: el cuerpo común que viene desde muy abajo, desde aque-
de la patria. llas poblaciones que después de cinco
Esta segunda revolución es lo que se siglos de oprobio, en su patriarcalismo
está intentando en Latinoamérica. han mantenido viva la relación con lo
Porque frente a la miseria que se vive, materno, es decir con la tierra. Y por

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eso la diosa materna es lo que inmedia- llegado a penetrar tan profundamente


tamente aparece presente en todas las como la cultura cristiana, para dominar
declaraciones y reivindicaciones, que lo materno, lo ab-origen en nosotros
no intentan apro- mismos. La figura de Cristo es aquella
Algo del origen se ha perdido, piarse sólo de un que, pese a las múltiples imágenes que
y pienso que la rememora- bien económico, han podido desarrollarse en la televi-
ción de un centenario, no nos sino re-apropiarse sión y los medios en general, no ha
remite a la temporalidad histó- de una cultura podido ser suplantada: la globalización
rica externa, sino que también que descansa del dominio del capital la acompaña.
tendría que actualizar y vivi- en aquel funda- La supervivencia y la magnitud que
ficar en nosotros el lugar del mento mater-ial ha tenido su figura como condenado
propio acceso a la historia del originario. a muerte, modelo identificatorio de
cual hemos sido separados. Nosotros hemos salvación para los hombres, desde un
Podemos pensar la posibilidad perdido esa cuerpo de madre y de padre excluidos,
de convertirnos en un punto relación con lo es incomparable. Llegará el momento
donde el sentido del tiempo materno, y sobre en que los billetes de banco lo tengan
que vivimos pueda modificarse, todo con esta como el anverso, la otra cara comple-
adquiriendo así un sentido tierra de la cual mentaria del valor cuantificado.
más próximo a los cuerpos, a la fuimos republica- Creo que esto debe ser tomado bastante
tierra, y al campo humano en namente expro- en serio porque, de no hacerlo, no
el cual vamos implicándonos piados. Los únicos llegaremos tampoco a comprender lo
a medida que pasa el tiempo dueños de la tierra, que leemos en el campo de la filosofía.
luego de la infancia. los únicos que No podemos entender lo que ella nos
pueden procla- expone cuando habla de una razón,
marla a través de categorías cristianas, de un pensamiento y una palabra que
son los terratenientes. Como decía no tienen origen, ausencia que nos
Sarmiento, la historia de Argentina lleva a lo que se ha llamado “crisis del
parecería estar escrita por vacas. Es racionalismo”, que surge precisamente
evidente que en nosotros la pertenencia en el límite, en la indagación sobre el
a la tierra casi ha desaparecido: y al sostén de la palabra, o sobre el sostén
desaparecer esta pertenencia se borra de nuestros cuerpos que hablan.
también aquel imaginario que permitiría ¿Es posible rememorar un aniversario,
prolongar las primeras impresiones de por lo tanto un tiempo histórico, que
esa “vida feliz” que está en el pasado, y ha sido suplantado por una figura
que podrían aparecer como posible en fundamental –el Estado–, sin recordar
un proyecto futuro que las tome como ni rememorar lo que Marx dice del
punto de partida. Estado? En La cuestión judía, Marx
dice claramente que el cristianismo es la
premisa del Estado: primero del Estado
El cristianismo como tecnología cristiano, luego del Estado monár-
de dominación quico, luego del Estado revolucionario
francés, y luego también del mismo
En rigor, con el cristianismo se da Estado norteamericano, donde queda
una intensificación de la tecnología encubierta la premisa cristiana que lo
de dominación sobre los hombres. fundamente en la separación entre el
Ninguna cultura, hasta ahora, ha hombre y el ciudadano. Ya no es nece-

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sario reclamar la libertad de cultos ni La crítica del Estado no implica


de pensamiento: todos los ciudadanos simplemente una crítica al Estado
son ya cristianos. Y entonces el mito burgués, una crítica a las relaciones
cristiano sigue siendo el fundamento económicas, sino que para poder
del Estado porque en su imaginario pensar la posibilidad de una modifi-
mítico todos los hombres siguen siendo cación, una movilización que nos dé
cristianos. No se trata de volver sólo cuenta de por qué ese Estado –que se
a la crítica de los mitos, o a la crítica consiguió hace 200 años con la revo-
de la religión, sino de intentar hacer lución que llevaron a cabo grupos
la experiencia, aunque sea imaginaria, argentinos, en su ambición e intento
sobre qué significa nuestra pertenencia de configurar una sociabilidad
a un Estado que proclama, y nos pide distinta– quedó castrado desde su
nuevamente, rememorar y festejar el origen en un desarrollo que contiene
Bicentenario. No hablo del Estado en sí y despliega las mismas carac-
que tiene nombre y apellido, sino del terísticas de todos los Estados que
Estado argentino, conglomerando en él conocemos y existen sobre todo en el
todos los institutos y organizaciones que mundo llamado desarrollado.
dependen o se relacionan con él. Hablo Algo del origen se ha perdido, y pienso
también de las instituciones privadas, y que la rememoración de un centenario,
por lo tanto de la familia. no nos remite a la temporalidad histó-
¿Qué significa esto que dice Marx? rica externa, sino que también tendría
En primer lugar, que se ha tornado que actualizar y vivificar en nosotros el
invisible para nuestra propia subje- lugar del propio acceso a la historia del
tividad el corte que nos ha hecho cual hemos sido separados. Podemos
pasar al pensamiento y la conciencia pensar la posibilidad de convertirnos
sin poder acceder a aquello que hizo en un punto donde el sentido del
posible dicho acceso. Es como si dijé- tiempo que vivimos pueda modifi-
ramos que en el llegar a la cultura, a la carse, adquiriendo así un sentido más
palabra, a la historia, se explica sólo su próximo a los cuerpos, a la tierra, y
desarrollo horizontal. Pero lo que no al campo humano en el cual vamos
se explica en este tránsito es el acceso implicándonos a medida que pasa el
del sujeto a la historia, que es también tiempo luego de la infancia.
una historia particular, vertical para el Por estas razones, el maridaje de
caso, que la historiografía determina nuestra patria con la “madre patria”
horizontalmente para todos. hoy se nos aparece como claramente
El acceso tiene una historia, que contradictorio. O es madre, y nosotros
incluye el origen materno que ha sido somos hijos de nuestra propia tierra,
excluido de la historia que conocemos, o es padre, y entonces somos hijos de
y al excluir el momento absoluto del la patria España; hay matrimonio y
sin-tiempo experimentado por el niño patrimonio. La “madre” unida aquí
en la apertura del tiempo, es como si a la patria, creo que es un relente de
nosotros también nos descolocáramos culturas anteriores, más bien origi-
y desalojáramos de nuestra propia capa- narias, que no nos corresponden a
cidad corporal, sintiente, pulsional, el nosotros que fuimos colonizados por
lugar en que se gesta toda pasión y todo Europa. En el desarrollo poscolonial
sentimiento y todo concepto político. lo materno ha quedado convertido en

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in-significante. La patria debe, para todos formamos parte de un comu-


significar algo, recuperarse sobre el nismo formal que nos define como
fondo de lo materno, que es primero: sujetos abstractos, sujetos determi-
inclusión material y simbólica al mismo nados por el mito cristiano, radical-
tiempo. En cada nuevo nacimiento de mente escindidos en cuerpo y espíritu.
un suelo liberado para sus habitantes la Con la patria compartimos entonces
historia roza el origen del nacimiento dos tiempos que siempre se oponen
de los hombres a la historia. y nunca se unen: como hombres
reales cada uno vive el tiempo finito
de nuestra mísera y despreciada mate-
Nación e igualdad inmaterial jurídica rialidad cristiana, que la amenaza
de muerte del terror convoca; como
Esto también corresponde a la idea de ciudadanos libres, el falso infinito de
nación que nosotros tenemos, que es una universalidad abstracta del cuerpo
también contradictoria. En un nivel, de palabras espirituales y la simbo-
se nos presenta como si formalmente logía que el estado y la religión han
existiera el comunismo en los Estados, impuesto. Este formalismo, planteado
porque todos somos argentinos. En a nivel jurídico, es el que defiende el
tanto nuestra integración a la nación nacionalismo de derecha, en el cual se
León Rozitchner se la define como igualdad jurídica, incluyen los valores de los “héroes de

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la patria”, y también la Virgen generala mente del concepto de patria, y ha sido


a la que encomiendan nuestros mili- suplantada por la propiedad privada y
tares. Pero cuando se trata de volver las relaciones de mercado. La patria ha
al fundamento terrestre de esta patria, sido comercializada, ha sido convertida
ahí desaparece todo tipo de relación, en un bien económico que algunos
de integración o reconocimiento. seres, justamente apoyándose en este
Imperan las contundentes y mortíferas corte brutal, hacen posible que exista
relaciones materiales de dominio. sólo como patria
Los que habitualmente van a morir espiritual para La patria tiene dos tiempos
por la patria no son los propietarios todos y como diferentes: el finito de su terre-
de la tierra, ni los ubicados en el poder patria material nalidad o el infinito situado
económico, sino que la patria manda para unos pocos. en un más allá sin materia, el
a morir a sus hijos más jóvenes y más La patria tiene reino del Dios cristiano para el
pobres, como sucedió en la guerra de dos tiempos dife- caso. ¿Cuál festejamos? Porque
las Malvinas: los mandan al muere rentes: el finito de previamente fuimos prepa-
de la primera muerte, la del cuerpo, su terrenalidad o rados en todo occidente para
para salvar de la segunda muerte, la el infinito situado que esto exista, en la medida en
espiritual, a la patria físicamente meta- en un más allá que nosotros, subjetivamente,
física. Se trataba de una población sin materia, el en nuestra propia mismidad,
dominada por el terror, es decir, que reino del Dios estamos escindidos de nuestro
había perdido su soberanía; y cuando cristiano para el propio cuerpo. Si hemos sido
digo soberanía, hablo de los cuerpos caso. ¿Cuál feste- separados de nuestra corpora-
que ocupan un territorio formando un jamos? Porque lidad, de ese origen materno
cuerpo común que podríamos llamar p r e v i a m e n t e que nos empuja a la vida, ¿qué
el cuerpo común terrenal de la patria. fuimos prepa- podemos hacer sino aceptar la
¿Cuál es el tiempo que ahora cele- rados en todo adecuación a un Todo inma-
bramos con el Bicentenario? En última occidente para terial que la niega rompiendo
instancia, lo que define a la patria es que esto exista, el vínculo con lo que tenemos
una división geográfica, material y en la medida en de más originario: el cuerpo
terrenal, bien demarcada, fuera de la que nosotros, engendrador, acogedor y enso-
cual no tenemos sus habitantes los dere- subjetivamente, ñado de la madre?
chos que poseemos dentro de ella. La en nuestra propia
recuperación de la tierra como cuerpo mismidad, estamos escindidos de
común de los hombres, esta tierra nuestro propio cuerpo. Si hemos sido
donde mi individualidad se despliegue, separados de nuestra corporalidad, de
no está ceñida solamente a los límites ese origen materno que nos empuja a la
del despliegue de mi cuerpo que roza vida, ¿qué podemos hacer sino aceptar
con la piel de los otros, sino que se da la adecuación a un Todo inmaterial
en el despliegue de mi cuerpo dentro de que la niega rompiendo el vínculo con
un cuerpo común conformado con los lo que tenemos de más originario: el
otros y del cual formo parte. Vivimos cuerpo engendrador, acogedor y enso-
colectivamente y engendramos más ñado de la madre?
vida pensando en una integración Toda cultura patriarcal debe pasar nece-
donde todos los cuerpos humanos sariamente por un rito de iniciación
puedan incluirse como iguales. Esta donde el terror aparece haciendo
igualdad ha desaparecido completa- sentir la amenaza de la desaparición

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y la muerte para separarlo al hijo del la acumulación amonedada infinita


ordo amoris materno. Los ritos de del trabajo muerto del capitalismo.
iniciación así lo exigen para pasar de La materia que nosotros conocemos,
un predominio a otro: del acogimiento dijimos, el primer encuentro con el
ensoñado de la madre a la inclusión nivel material, fue el cuerpo de la
aterrada y persecutoria del padre. madre. No es materia natural ni bruta,
Faltaría analizar las diferencias entre sino una materialidad ensoñada donde
esas culturas patriarcales aborígenes y el sueño y la vigilia no se diferencian,
su profundización, mucho más sofisti- donde circula también el pensamiento
cada, lograda a través del cristianismo, residual rebelde que quedó para noso-
al sustituir el lugar de la madre por un tros restringido a la neurosis, a la
lugar trascendente donde la muerte ha psicosis o a las pesadillas. Nosotros
ocupado, en lo más profundo de cada somos hombres muy despiertos, alertas
uno, el lugar de vida que desde nuestro y en estado de vigilia, y el corte brutal
nacimiento lo llenaba ella. que mantenemos con los sueños marca
El Estado que se constituyó en occi- la distancia radical entre esa materia
dente tuvo una característica funda- que sigue viviendo mientras dormimos
mental: se cristianizó a la población del y esta concepción necesaria de la vigilia
imperio primero por orden y mando paranoica para vivir en este mundo capi-
del emperador romano y luego de su talista, en la que tenemos que despojar
disolución por el Papa: la conversión o de sentido materno a la materia para
la muerte. Lo mismo ocurre cuando se poder “conectarnos” con ella.
evangeliza a los aborígenes que vivían El terror es una cuestión político-teoló-
en América. Esta evangelización la gica fundamental, y por eso resalté,
realiza, en el origen, una religión que en su momento, la importancia que
aborrece a la materia como lugar del tuvo en nuestro país la aparición de
pecado. Entonces, ¿qué hacer con la un presidente que asumía el poder y
materia que sin embargo constituye que obligaba al jefe del ejército a bajar
el elemento de la vida? Lo infinito del del Colegio Militar el retrato del prin-
tiempo espiritual cristiano desacraliza cipal organizador de la masacre terro-
la materia perecedera, finita y pasajera rista. De esa manera, con aquel acto
de los cuerpos de los pueblos anti- se mostraba al desnudo el fundamento
guos, que pueden ser aniquilados. Está del Estado que él mismo, quien dio la
escrito: si matamos a otro ser humano orden, iba a asumir como mandatario
que no es cristiano no cometemos un electo. Lo considero un acto fundador,
asesinato, porque no es un semejante modelo de aquello que todo represen-
espiritual y eterno en su alma como tante político enfrenta: la amenaza y los
somos nosotros. Esta “materia bruta” límites que amenazan su ejercicio. Se
que es toda la naturaleza, sin espíritu trata de un poder concentrado, donde
cristiano, sólo finita, es la que el capi- el capital compró todo: los medios de
talismo ha encontrando en su última comunicación, el ejército, la policía,
etapa financiera para desarrollar una la economía, la naturaleza, y media-
acumulación numeraria infinita de la tizó como contables las relaciones
riqueza producida por el trabajo vivo. humanas. El capital termina haciendo
El desprecio por el cuerpo vivo y pere- posible que todo tenga precio, y ése
cedero es la premisa que fundamenta es el esquema de la mercancía univer-

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salizada, complemento de la univer- que pueda emerger y hacer posible una


salidad espiritual cristiana. Pero la sociedad diferente donde cada espacio
mercancía no es más que el reflejo del cuerpo escindido deje de vivir,
objetivado de cada uno de nosotros, en cada estrato de su configuración
que espeja nuestro corte: la mercancía psíquica, dos tiempos contradictorios
se divide entre valor de uso y valor de al mismo tiempo. En definitiva: ¿cómo
cambio, entre lo racional y lo corporal; hacer posible que el tiempo histórico
ese corte que ya está presente en noso- del Bicentenario convoque el tiempo
tros mismos. Si nuestra subjetividad histórico originario de nuestro acceso
no tuviera al fetiche del mito cris- a la vida y los unifique en el cuerpo de
tiano como matriz estructurante no cada ciudadano?
podríamos tener relaciones fetichistas
contables con los seres y las cosas.
Es fundamental abrir algún espacio, (*) Conferencia brindada en el marco
algún camino, que no sé cuál es, para del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
habilitar ese lugar que está presente en en el Bicentenario”, organizado por la
todos pero totalmente coartado, para Biblioteca Nacional durante el 2009.

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¿El porvenir sólo será un


espectáculo de la memoria?(*)
Por Héctor Schmucler

Las conmemoraciones entrañan riesgos. La


evocación de un acontecimiento histórico
puede hacer de tal suceso un acto vacío y
rutinario, capaz de nombrar todo y no decir
nada; o puede, por el contrario, significar
una oportunidad para una reelaboración de
las circunstancias presentes. En esta última
hipótesis se inscriben las sutiles reflexiones
de Héctor Schmucler que ofrecemos aquí.
¿Qué rememoramos con cada recordación?
Habitualmente se habla, en el campo de las
teorías críticas, de la necesidad de interrogar
lo acaecido desde las preguntas contemporá-
neas. Sin embargo, esta formulación es tan
cierta como conflictiva. ¿Cómo podemos
delimitar el campo de lo actual y aquello que
pertenece al terreno de lo pretérito? ¿Cuándo
toma la palabra la experiencia, y cuándo
somos hablados por un pasado que persiste?
En épocas en que el recuerdo se impone
como un deber, como un “tema” obligado
que obtura las posibilidades de una revi-
sión crítica, es necesario hacer pasar por la
propia vida sensible la voluntad de pensar
los dilemas irresueltos de una historia que se
nos ofrece como espectáculo de la memoria.
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Resulta atrayente que a esta serie de rencia en la Biblioteca Nacional. Y esta


exposiciones, a las que hoy agrego la distancia, curricularmente hablando,
mía, se las haya anunciado como “ciclo se expresa en número de puntos. Sé
de charlas gratuitas”. Tal vez, y como bien además, y el riesgo no es menor,
muchas veces ocurre, el llamarlo así que si esto que les estoy diciendo a
apenas fue un hecho secundario para manera de charla alguien lo transcribe,
los organizadores: sólo se trataba de y luego se publica, no habrá miseri-
describir una actividad propiciada por cordia: al escrito se lo juzgará como
la Biblioteca Nacional y los requisitos una conferencia.
económicos para el acceso a la misma. Hablábamos del valor curricular de
La propuesta que nos convoca, en una conferencia. Cuando, como en mi
realidad, tiene un nombre oficial, rigu- caso –y por la simple y modesta razón
roso y relevante: “Legados y porvenir. de que a los jubilados ningún nuevo
Argentina en el Bicentenario”. El seña- dato curricular nos modifica el sueldo
lamiento de que se trata de un ciclo de mensual– he dejado de sostener la obli-
charlas gratuitas, sin embargo, habilita gada y sistemática lucha por engrosar
en la imaginación un espacio semántico el currículum, me resulta fácil preferir
en el que se entretejen significaciones las “charlas gratuitas”. No estamos
sólo aparentemente contradictorias. hablando, por cierto, de la connota-
Al menos en mi experiencia, los dos ción que el lenguaje vulgar (cargado de
enunciados me llevaron a pensar tanto jerarquías mercantiles) hace pesar sobre
en la idea de legado y en la de Bicente- gratuito: insustancial, caprichosamente
nario (esa referencia que nos envuelve), lúdico, exento de cualquier obligación
como en las dimensiones que puede de demostrar algo. Una charla gratuita
alcanzar la “gratuidad de las charlas”: suele entenderse como un decir falto
algo así como hablar, gratuitamente, de rigor, sin método de análisis que
de los 200 años de la Patria. garantice algún tipo de verdad. Mi
Empezaré por esto último. Hago de favor por lo gratuito apunta en una
cuenta que nos hemos reunido un dirección totalmente contraria: pienso
grupo de amigos para charlar. Porque en la posibilidad de una reflexión sin
sólo se “charla” amistosamente. Con para qué previamente establecido, en
un contrincante no se charla. Menos la resistencia a un instrumentalismo
con un enemigo. Se charla por pasa- sofocante que suele confundirse con
tiempo y, aunque todos sabemos que la voluntad de establecer verdades
hay charlas imborrables, la versión obligatorias. Charla, entonces, como
corriente del término parece cargada diálogo más que como disertación
de banalidad. Cuando se dicta una sorda. La charla gratuita anhela más
conferencia, en cambio, casi siempre de un participante y encuentra allí, en
se establece algo que separa a quien la la creación desplegada en el diálogo, la
pronuncia de aquellos a los que se les posibilidad de saber. El charlar gratuito
habla. Esta distancia magistral se refleja se codea con lo lúdico: se expande en
en el valor curricular que adquiere el maravilloso juego de la imaginación
ejercer de conferenciante: para una humana. Las llamadas “charlas de
historia de vida intelectual hay una café”, paradigma de la gratuidad, segu-
marcada distancia entre participar en ramente generan más verdades que lo
una “charla gratuita” y dar una confe- que suele afirmarse: es un disparador

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria

de la palabra que acumula conoci- palabras que puedan dar cuenta de


miento; incorpora la experiencia del la sinceridad de su cariño. Cordelia,
otro tanto como el afecto que merodea en realidad, no tiene nada que decir
el intercambio. Porque parece desti- porque su amor es el que naturalmente
nado al olvido, prescinde de palabras une a la hija con el padre. Las huecas
que se quieren memorables. Y, para- expresiones de sus hermanas atenazan
dójicamente, en la charla gratuita todo su lengua. Cuando Lear la interroga:
adquiere valor. “¿Qué podéis decir para lograr un
Voy a hablar ahora de los legados. tercio más opulento aun que el de vues-
En el final de El rey Lear –tal vez la tras hermanas?”, Cordelia responde:
tragedia de Shakespeare que más “Nada” Y el rey: “¿Nada?” Cordelia:
puede ayudarnos para pensar la polí- “Nada”. Inútil resulta la valiente
tica– se expone sabiamente la relación sinceridad de Cordelia, que argumenta
entre la vida y el juego del poder: sobre la evidente falsedad de los dichos
“Preciso es que nos sometamos a la de sus hermanas y el legítimo cariño
carga de estas amargas épocas. Decir que tiene por su padre. El rey enfurece
lo que sentimos, no lo que deberíamos desconcertado: “Tan joven y tan poco
decir”. La marcha fúnebre que acom- tierna”. “Tan joven, mi señor, y así de
paña la salida de escena de los últimos franca”, corrige Cordelia.
actores, los pocos que sobreviven, Entre este comienzo y las palabras
no es un mero recurso de la retórica iniciales se desliza el conocido drama:
teatral: a la hora de la muerte, parece mentiras, traiciones y crímenes
sugerir la tragedia, cuando ya nada nos alimentan el camino desenfrenado por
compensará en este mundo, la verdad el poder. Goneril y Regan, las hijas
se muestra sin condiciones; “decir lo mayores, no escatiman crueldad hacia
que sentimos, no lo que deberíamos su padre, ciego, a su vez, para ver su
decir”. En nuestros días, y quién sabe propia desmedida arbitrariedad, para
desde cuándo, la política, en cambio, mirar más allá de la oscuridad que
parece consistir en decir lo oportuno con frecuencia paraliza el pensar y el
en el momento oportuno. sentir del que ejerce el poder. Cordelia
El rey Lear comienza con la escena dice lo que siente y pierde el cuidado
en la que el monarca, que ha optado del padre-rey. Morirá al final, como
por retirarse del manejo directo de su también mueren sus hermanas, como
reino, ofrece a sus tres hijas entregarles muere Lear después de que la locura
los territorios sobre los que hasta ese lo condena a palpar la realidad cuándo
momento ejercía su soberanía. La ésta parece pertenecer a otro mundo.
dimensión de cada parte, ofrece, será Eterno ciclo el de la ceguera del poder
proporcional a la magnitud del amor que imposibilita saber de sí mismo
que cada una pueda expresarle, aun tanto como incapacita para reconocer
cuando en el sentimiento del padre al otro. Vivimos pronunciando pala-
la menor fuera la preferida. Las dos bras “adecuadas”, las que debemos
mayores, empujadas por el botín en decir, las que podemos decir sin que
juego, proclaman con palabras contun- el orden aceptado (cualquier orden)
dentes un inconmensurable e incom- quede amenazado con el derrumbe.
partible amor por el rey, su padre. En Para la política, en los días que corren,
cambio Cordelia, la menor, no tiene lo trágico está proscripto. ¿Cómo

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Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

decir lo que sentimos, cómo negarnos tras manos nos asombra. El legado,
a decir “lo que deberíamos decir”? en el mejor de los casos, está allí, en
Decir lo que sentimos es siempre la bruto. Todo su valor depende de
posibilidad del riesgo, de la distancia, cuánto nos enseña para el presente,
del castigo, de la marginación; a veces empezando por el hecho de que sólo
de la muerte. El legado puede ser la desde el presente podemos ofrecerle
propia muerte. Piénsese en Sócrates. algún sentido.
Pero, ¿qué es un legado? ¿Cómo reco- Pero, podríamos preguntarnos: ¿en qué
nocerlo como tal si generalmente llega sentido estamos obligados a aceptar ese
a nosotros subrepticiamente? En la legado? Sin testamento, sin una tradición
historia los legados suelen ser inde- que envuelva el legado y como parte de
mostrables. Los instituimos nosotros esa tradición, la herencia se nos impone
de acuerdo a lo que la memoria optó coercitivamente, aceptar la herencia
por conservar del pasado. En todo porque no es imaginable otra opción.
caso, ¿qué nos obliga a aceptarlo como Una herencia inevitable se codea con el
legado? Un legado llega a nosotros miedo a las consecuencias del rechazo.
y puede ser sorprendente: nos ha Pero el legado es también una forma cons-
acompañado desde largo tiempo y de titutiva de la memoria. La memoria es un
pronto lo descubrimos. Sólo entonces legado inapelable, tanto como la lengua
se convierte en legado. Irrumpe en a la que nacemos.
nuestra vida. Nos coloca en otra situa- Ningún otro No es virtuoso repetir la insus-
ción. El Bicentenario, ¿es un legado legado es menos tancialidad de las retóricas
en sí mismo, o es sólo la ocasión de externo que la temerosas. Criticar el pasado
reconocer los legados que nos amarran lengua, ninguno se no significa borrarlo. Nuestro
a algún destino común? Estamos a nos muestra como recuerdo histórico, aunque nos
punto de construir un objeto-fetiche menos prepotente, resulte ingrato, no prescinde de
llamado “bicentenario”. ¿Qué nos hace ninguno nos acom- los mismos valores en los que se
vivir y pensar en algo llamado bicente- paña de manera sostienen esos legados que nos
nario? ¿Atrás está la Patria? Desde que más permanente. han sido otorgados. Los legados
el recuerdo lo permite, no ha cesado la El legado del cubren nuestra memoria. La
pregunta por lo que encierra la palabra Bicentenario es memoria para nosotros, para
“patria”. ¿Está la patria antes o después plural: las diversas nuestra vida colectiva, no es
que la hemos nombrado? ¿La patria nos lenguas que habi- simplemente la recordación.
ha legado algo durante estos 200 años taron en los conglo- No es sólo el pasado, sino la
o la suma de estos legados configura merados humanos latencia de ese pasado en el
algo que hoy llamamos Patria? ¿O que poblaron un presente. El pasado late, inevi-
creemos construir una patria con la territorio que se tablemente, en el presente. El
suma heteróclita de legados? En todo habría de llamar legado es nuestra memoria y
caso resulta difícil demostrar que un Argentina. La doxa el presente lo solicita como un
único legado nos es ofrecido a todos. que nos habla de alimento primitivo.
Sea como sea, ese legado nos llega sin nuestros antepa-
testamento que nos instruya sobre su sados, como si ellos nos ofrecieran un
uso. La evocación al poema de René legado que se nos ofrece, es tan frágil como
Char que Hannah Arendt comentó cualquier doxa. ¿Quiénes son nuestros
con reiterada intensidad, es precisa: antepasados comunes? Lenguas múlti-
como al poeta, lo que aparece en nues- ples de antepasados que difícilmente

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se encuentren. Somos –y seguramente actualiza para vivir en el presente? La


no podríamos ser de otra manera– el memoria, no es vano repetirlo, es una
resultado de mil leches maternas que manera de vivir el presente o se trans-
en algún momento se pretendió aglu- forma en un “archivo muerto” a la
tinar en una común fuente nutricia: la espera de que alguien, alguna vez, lo
Patria. Nada nos predestinaba al camino descubra para el presente de entonces.
que hemos recorrido, así como resulta El Bicentenario tal vez no sea otra cosa
impensable ilusionarnos con que el lugar que una marca recordatoria del tiempo.
al que hemos llegado es otro que aquel Quedará, si queda, el recuerdo de su
en el que nos encontramos. Es cierto que celebración. Hito de referencia. Se dirá,
podemos, tal vez debemos, cuestionarlo, alguna vez: “En el Bicentenario...”.
revisar el trayecto recorrido por quienes Todo parece encaminado a constituir
construyeron esta morada. Es posible, un tiempo de balance. En cualquier
tal vez necesario, una crítica impiadosa caso, el Bicentenario, que sin duda
de nuestras palabras, de esas que se han es más que el 25 de Mayo, exigirá el
hecho naturaleza en nuestra vida cotidiana, gesto de pensar en el tiempo reco-
pero antes debemos reconocer las palabras rrido, en las continuidades y rupturas,
que hemos heredado y ante las cuales en las pocas armonías y los frecuentes
podemos mostrar nuestro asombro, la conflictos y desgarros. El Bicentenario,
infinita distancia que mantienen con el propiamente, será referido, ensalzado
habla que algunos quisiéramos encontrar o criticado, después; cuando él mismo
en la raíz de nuestra imaginación. sea pasado.
No es virtuoso repetir la insus- La celebración del Bicentenario parece
tancialidad de las retóricas teme- expresar la voluntad de reconocer y
rosas. Criticar el pasado no significa aprender de 200 años conjuntados
borrarlo. Nuestro recuerdo histó- en una historia que, llena de antago-
rico, aunque nos resulte ingrato, nismos, fue amasando el rostro multi-
no prescinde de los mismos valores facético de una nación. Un rostro
en los que se sostienen esos legados atravesado de arrugas, de lozanías,
que nos han sido otorgados. Los y de colores diversos. Pero, ¿dónde
legados cubren nuestra memoria. La está retratado ese rostro? ¿Se celebra
memoria para nosotros, para nuestra el 25 de mayo de 1810 o la construc-
vida colectiva, no es simplemente la ción iconográfica que instaló el Cente-
recordación. No es sólo el pasado, nario, allá en 1910? ¿No estaremos
sino la latencia de ese pasado en el atentos a recordar durante todo el año
presente. El pasado late, inevitable- que viene el centenario del Centenario?
mente, en el presente. El legado es Aunque en 1826 (no antes) se insta-
nuestra memoria y el presente lo soli- lara en la Constitución el nombre
cita como un alimento primitivo. de República Argentina, la Nación
El concepto mismo de memoria se fue durante décadas apenas una idea
vuelve un poco mediocre si no es que tomó diversas formas y diversos
portadora de una experiencia que atra- nombres de acuerdo a coyunturales
viese la mera recordación. El legado es alianzas de desiguales intereses. Tal
vivencia (conflictiva o exaltante) en el vez no sea casual que aquella consti-
presente. No existen legados olvidados. tución que la bautizaba nunca haya
Pero, ¿en qué sentido el pasado se nos entrado en vigencia.

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El primer centenario que celebraba al Centenario. Me detendré un momento


Mayo de 1810, pasó a ser un símbolo y en la imagen del Cabildo Abierto. Allí se
el año 1910 tuvo nombre propio: fue, resume, según algunos estudiosos, una
sigue siendo, el año del Centenario. manera de interpretar lo que ocurrió en
Entre otras cosas, para esas celebra- mayo de 1810 en Buenos Aires y los
ciones se constituyó el núcleo de icono- cruzados caminos del porvenir. En el
grafía de la patria, la que porfía en cuadro, algunos participantes aparecen
acompañarnos. La patria, en la imagen de pie, otros sentados; sobresale la figura
impuesta, eran las mieses, las cabezas de de Juan José Paso, en decidido gesto,
ganado que se multiplicaban sin medida. haciendo la defensa jurídica de lo que
Pero también eran representaciones allí estaba ocurriendo. Paso, adelantado,
pictográficas del origen. Dos cuadros y Castelli que dirige la mano hacia él,
realizados por el famoso pintor chileno como presentándolo o lanzándolo a la
Pedro Subercaseaux, –aunque no son verdad del momento. En la otra fila
los únicos– resultan paradigmáticos: aparece, dubitativo, Mariano Moreno.
“El Cabildo Abierto del 22 de mayo Entre el gesto dubitativo de Moreno y
de 1810” y “Mariano Moreno en su el énfasis de Paso, entre esta solvencia y
mesa de trabajo”. Se quiso decir algo con decisión de Paso y la duda de Moreno, se
esas construcciones. En adelante, y hasta ha querido ver el destino de nuestro país.
ahora, la búsqueda de la verdad histórica, Nacimos entre dudas y afirmaciones.
de los hechos que la memoria debería La memoria, sin embargo, al menos
recuperar, serán discusiones y variables la memoria más difundida, rescata un
de aquello que se quiso instalar en el Moreno brioso, resuelto a consolidar Héctor Schmucler

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la Revolución que auspiciaba en lucha leídas, quedarán en Londres, en inútil


implacable contra sus rivales. ¿Por qué, espera. Entre otras cosas, las cartas
entonces, Subercaseaux lo pintó con relatan cómo el “morenismo” moría
gesto dubitativo en el momento mismo en la ciudad de Mayo. La trama se
en que se decidía un salto tan audaz como cierra con un relato que seguramente
incierto? Allí, no resistiría ningún intento de verifi-
Nuestras preguntas al Bicen- en la tensión del cación; en los días del incierto viaje,
tenario se acomodan a nuestra cuadro, la imagi- la esposa de Moreno habría recibido
particular visión del presente. nación interroga un cofre con un velo negro, guantes
Si fuera aceptable esta especie sobre anuncios negros y abanico negro.
de hipótesis, si llegamos a lo incomprobables: La iconografía de Moreno no habla
que somos (cualquiera sea la su fogosa voluntad de derrota. El cuadro pintado por
descripción de lo que somos) que alentaba Subercaseaux, el que consagra su
por causas más o menos perci- un camino sin memoria, es el de un luchador que
bibles y que variarán según contemplaciones ninguna noche abate: en su escri-
la descripción del presente, era tal vez la torio, tal vez con la luz de un candil,
podremos aprender para forma de pasar Moreno medita y escribe. Traza el
mantener o cambiar el rumbo. por encima de las libreto de la historia.
Aun podríamos proponernos dudas. Allí está el Realizados en 1909, en preparación de
hacer todo de nuevo. Lo escenario donde la los fastos del Centenario, la gloria, la
imposible, lo indeseable, es Revolución se hizo firmeza, el coraje y una fe en la razón
pretender que lo que ocurrió posible, donde que no ofrece titubeos, debían estar
puede ahuecarse. En algún diversas memo- presentes en esos cuadros que cons-
lugar, la experiencia de lo rias y otras tantas truían un pasado acorde con esta Patria
vivido (que algunos podrán c o n v i c c i o n e s que pretendía mostrarse magnífica
llamar “experiencia histórica”) echaron a rodar ante el mundo y autocelebratoria para
persiste, aunque ni nos duela un destino que sus dueños. Era la culminación de un
ni nos alegre. Es impensable no estaba escrito proyecto de país que había obtenido
renunciar al barro que nos de antemano. su concreción orgánica en los últimos
forma. Reconocerlo es el mejor Recupero la treinta años y que, para ser lo que
punto de partida para no e v o c a c i ó n había llegado a ser y que se proyectaba
sorprendernos ante el espejo. shakespeariana: a un futuro majestuoso, necesitaba
¿cuánta violencia tener un pasado. Ese pasado fue lo que
hace falta para desanudar las dudas? se mandó pintar, ahí estaban los dos
En la mitología argentina, llena de íconos: el Cabildo Abierto y Moreno.
frases que la tradición repite, Saavedra Veintiocho años después, en 1938,
otorga dimensiones descomunales a Ceferino Carnacini desplegó su imagi-
los hechos: “Se necesitaba tanta agua nación histórica en el cuadro más
para apagar tanto fuego”. Las aguas reproducido en los ámbitos educativos
inconmensurables del océano guardan e institucionales: “El pueblo quiere
para siempre el secreto de la muerte saber de qué se trata” instalaba la
de Moreno. Dudas y secretos especta- presencia popular en una página que
cularizan nuestra memoria. Ya había parecía escrita por inalcanzables héroes
muerto Mariano Moreno cuando que daban su nombre a calles y plazas
su esposa, en Buenos Aires, envía la de Argentina. De ahora en más (ya
primera de las varias cartas que, sin ser estábamos en 1938) habrá cabildantes

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Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

en los balcones que parecen responder veces tan caprichosas que no atinamos
a presuntas demandas de la multitud a preverlas. Nuestras preguntas al
reunida. “El pueblo quiere saber de qué Bicentenario se acomodan a nuestra
se trata”, luce como el cuadro fundante particular visión del presente. Si fuera
de la democracia argentina, la apari- aceptable esta especie de hipótesis, si
ción del pueblo como partícipe de la llegamos a lo que somos (cualquiera
construcción del país. No importa que sea la descripción de lo que somos)
algunos historiadores (seguramente por causas más o menos percibibles
con razón) sostengan que es poco y que variarán según la descripción
verosímil que hubiera gente en los del presente, podremos aprender para
balcones, y que esa multitud no llegaba mantener o cambiar el rumbo. Aun
a dos centenas; que los paraguas eran podríamos proponernos hacer todo
usados sólo por los muy poderosos y de nuevo. Lo imposible, lo inde-
no por el pueblo y que en realidad no seable, es pretender que lo que ocurrió
llovía, sólo estaba nublado. El cuadro puede ahuecarse. En algún lugar, la
quedó como un eco de algo de debía experiencia de lo vivido (que algunos
haber sucedido, de una memoria que podrán llamar “experiencia histórica”)
sigue alimentando la escena original persiste, aunque ni nos duela ni nos
de la Patria. Un espectáculo necesario alegre. Es impensable renunciar al
para que la memoria persista. Es así barro que nos forma. Reconocerlo
como fuimos produciendo a partir de es el mejor punto de partida para no
cierta iconografía, nuestra memoria del sorprendernos ante el espejo. Mientras
Mayo de 1810. tanto, hasta ahora, a pocas semanas
Tal vez sea exagerado, pero vale la de concluir el año 2009, ninguna
pena pensar si nuestra memoria de conmoción atraviesa la cotidianidad
1810 es mucho más que el recuerdo de los argentinos. El Bicentenario, por
y la presencia de la iconografía que ahora, es un puro deber.
se consolida en el primer centenario. Es posible que el primer centenario
El Bicentenario puede ser la ocasión conmoviera por lo menos a un sector
de reflexionar sobre nuestra historia de la población. Todo se estaba plas-
que hoy se muestra con 200 años de mando y junto a las riquezas inauditas
antigüedad o mirarnos a cien años de del “granero del mundo” bullía una
cuando, al cumplir el centenario de sociedad injusta y conflictiva que se
1810, se dibujó la Patria. preparaba, sin saberlo, para tejer una
El Bicentenario nos interroga, según historia a veces ilusionada y atravesada
se enuncia en la convocatoria a estas por dolores, desesperanza y sangrientas
charlas. Me gustaría afirmar que, tal afirmaciones del poder. En el aire, con
vez, ante la magnitud del tiempo que todo, podían resonar los versos de
se nos cuelga en la mochila, nos inte- Rubén Darío: “¡Argentina, tu hora ha
rrogamos nosotros mismos, perplejos llegado!”. Y el canto a las mieses y los
o ilusionados, sobre los altibajos del ganados de Lugones, que también se
camino que nos trajo hasta aquí. Y en preparaba para proclamar unos años
este “aquí” surgen las preguntas posi- más tarde que “había llegado la hora
bles. Qué vemos en este aquí, en este de la espada”.
presente que a la manera de un caleidos- Seguimos fluctuando entre Paso
copio presenta formas multiplicadas, a afirmativo y rotundo del cuadro de

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Subercaseaux y Moreno dubitativo del obligación de decir lo que se siente y


mismo cuadro. Tal vez nunca sepamos no lo que se “debería decir” es impos-
por qué el pintor chileno describió tergable. No hay más memoria que
así el rostro de Moreno y tampoco la de hoy. Siempre es presente encar-
sepamos exactamente el porqué de la nado; fracasa cuando parece destinada
presencia privilegiada de Paso. Multi- a ser evocada como espectáculo.
plicadas circularán, seguramente, Hace cuarenta años Guy Debord alertó
estas preguntas en la reflexión sobre sobre lo que llamó “sociedad del espec-
esta Argentina que el año próximo, táculo” en cuanto rasgo predominante
simbólicamente, cumplirá 200 años. del existir contemporáneo. La realidad-
Si prescindimos de pensar que hay espectáculo. No es que la realidad
un destino manifiesto que marca el pase en el espectáculo, parece sugerir
devenir nacional, deberemos hacernos Debord, sino que vivimos para el
responsables de ser la Patria. Nada espectáculo, en el espectáculo. Nuestra
nos obliga a ser nada; sin testamento, relación con los medios masivos y las
tenemos un legado en nuestras manos: más sofisticadas tecnologías contempo-
nosotros mismos. ráneas, es íntima. Estamos lejos de ser
Ésta es la realidad sobre la cual debe- meros receptores; tenemos la ilusión
ríamos reflexionar, con modestia que de ser actores, parte de la realidad
no nos disminuye sino que nos exige espectacular. El lenguaje de los medios
ser sobrios: no destinados a ninguna masivos es parte de nuestro lenguaje, y
grandeza, decidir si queremos ser algo. su retórica es la nuestra. Si una cámara
Los legados, creo, no nos prescriben se acerca a alguien para pedirle su
ningún porvenir conocible, salvo que, palabra, el interpelado no requiere un
como recién sugería, aceptemos un aprendizaje especial: ya lo tiene. Hace
presunto destino (que sin duda sería años que los periodistas no necesitan
de grandeza). decirle a nadie que sea breve. Todos lo
El porvenir, al cual también alude saben; se es breve o no se aparece. Ser
el anuncio de estas charlas, no tran- actor es aparecer. Ser breve es la clave:
sita por la generación de condiciones el espectáculo mediático nos moldea.
favorables para nuestros hijos y nues- El espectáculo se ha vuelto naturaleza.
tros nietos y bisnietos. Tampoco en Tanto que para algunos se está produ-
una abstracta construcción de algo ciendo una especie de hiperdemocrati-
llamado patria. El riesgo de apostar zación de los bienes culturales, del uso
al porvenir radica en dejar al presente de la técnica. En este acto de hiperde-
entre paréntesis. No somos responsa- mocratización, en el que somos parte
bles del porvenir sino en el vivir de de este gran espectáculo que se monta
hoy. Ningún presente se justifica en la en realidad al margen de nosotros, lo
fuga hacia el futuro. Resulta un tanto que dejamos a un lado es la vida. El
doméstico, pero aun en las diserta- espectáculo, en la especulación de Guy
ciones más relevantes resulta necesario Debord, ya no como duplicación de la
recordar que sólo vivimos el presente, vida, sino como el vivir en el cual nos
donde se juega el pasado y el futuro. reconocemos como espectadores de
Seguramente lo que hagamos hoy nuestro propio espectáculo. Entonces,
condicionará el porvenir, pero noso- ¿el porvenir sólo será un espectáculo
tros vivimos hoy, por lo tanto nuestra de la memoria? Esta memoria que sólo

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Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

es tal si se hace vida presente, acción, rior a la historia. A veces creemos que
quedará para las cámaras, quedará en la historia nos está mirando, que nos
algunas celebraciones, quedará en las observa para controlar si cumplimos
habituales consignas escolares: “La su mandato. Nuestra confianza en ella,
Patria cumple doscientos años”. La nos enajena como hombres. Como si,
Patria espectacularizada. ¿Quedará así, en alguna parte, la historia ya estuviera
o seremos capaces de hacer el esfuerzo escrita, hecha. Por el contrario, no
de alejarnos de esa “patria” y entrar creo que ninguna
en nosotros, cueste lo que cueste, para historia nos espera. Enfrentamos la enorme difi-
una vez más decir lo que sentimos y no En cambio, el cultad de no saber, desde el
aquello que nos incorpora al espectáculo? pasado nos acom- futuro, qué significa lo que
Enfrentamos la enorme dificultad de no paña, a pesar estamos haciendo hoy. Sólo
saber, desde el futuro, qué significa lo nuestro, aunque puede saber lo que en el futuro
que estamos haciendo hoy. Sólo puede no nos libera de la sabrá de lo que está haciendo
saber lo que en el futuro sabrá de lo responsabilidad del hoy, quien considere que
que está haciendo hoy, quien considere presente. Nada nos está cumpliendo un papel
que está cumpliendo un papel prede- determina, pero en predeterminado. Pero gene-
terminado. Pero generalmente quienes el pasado pueden ralmente quienes actúan de
actúan de esta manera carecen de capa- encontrarse las esta manera carecen de capa-
cidad para preguntárselo. Un marchar huellas de lo que cidad para preguntárselo. Un
de autómata, incapacitado para dete- hoy somos. Sólo marchar de autómata, incapa-
nerse a pensar qué está haciendo. Los con coraje una citado para detenerse a pensar
portadores de la “banalidad del mal” en mirada hacia el qué está haciendo.
el decir de Hannah Arendt. Nos queda pasado puede
la exigente posibilidad de pensarnos reconocer el origen de los rastros que
a nosotros mismos. Toda responsa- marcan nuestro mundo, no distintos a
bilidad presente tal vez encuentre su los que descubrimos en nuestro propio
principio de acción en ese acto que nos cuerpo. No podemos perdonarle nada
proyecta más allá de una inmediatez al pasado si queremos aprender. Y
vacua: interrogarnos por el pasado, por constantemente estamos a punto de
todo aquello que en su momento no aprender: el aprendizaje es inminente
nos atrevimos a preguntarnos. y siempre es tiempo.
No podemos saber, desde la historia, qué No podemos renunciar a ser lo que
estamos haciendo. Esta charla gratuita somos en donde estamos. Ninguna
que ejercemos como en una reunión de historia absolverá nuestros actos,
amigos, ¿qué va a significar mañana? porque de éstos se hará la historia. Los
Lo más previsible es que no signifique legados se nos vienen encima, no los
nada, nada de nada, como la enorme elegimos. Se nos ofrecen y es imperioso
mayoría de las cosas que efectuamos. recibirlos puesto que el legado se nos
Pero no lo sabemos, y el no saberlo nos aparece como un don. Pero también,
obliga a ser responsables de cada palabra. como el don, el legado nos es ajeno. No
Sabemos que no vivimos bajo la mirada es fácil reconocerlo. Si podemos hacerlo
de la historia. Napoleón imaginaba nuestro es porque, llegado del pasado,
que la historia lo contemplaba, sentía guarda jirones de aquello pretérito que
que estaba escribiéndola. Tal vez tenía queda alojado en el presente y que está
razón aunque era él, Napoleón, ante- entrañablemente en nosotros.

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Imágenes y memoria

El legado del Bicentenario, rigurosa- una interrogación persistente, aguda y


mente, es esto que estamos recorriendo arriesgada, es porque necesitamos ver,
entre todos, un camino que ya se ha buscar a fondo qué hay en él, qué se
transitado. En ese sentido, y aunque nos pasó inadvertido y hoy reclama a
suene exagerado, diría que también nuestras puertas.
somos responsables de ese pasado en
tanto lo estamos prolongando. Es
imposible despegarse de él. La posibi- (*) Conferencia brindada en el marco
lidad de rechazar el legado es sólo una del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
figuración imaginaria. Somos, irrenun- en el Bicentenario”, organizado por la
ciablemente, ese legado. Si insisto en Biblioteca Nacional durante el 2009.

142
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Treblinka de los argentinos.


Imágenes de la nación:
el cine y el Bicentenario(*)
David Oubiña

Las formas de representación de la historia del


país no suceden de manera independiente de las
imágenes que de él se han producido. Ellas están
tramada por sus acontecimientos cinematográ-
ficos que, en su poder narrativo, marcan cada
pensamiento sobre el pasado. La mirada del cine
asigna un sentido y puede, en este acto, consti-
tuirse tanto en potencialidad para una memoria
inquieta como en su reverso cristalizado que
obstruye tal búsqueda.
David Oubiña nos ofrece en este escrito una
intuición de Argentina a partir de los modos
en los que el cine la ha expresado. Nos propone
problematizar aquel límite que no ha podido
atravesarse: la imposibilidad de mostrar el horror
de la última dictadura, un hecho inimaginable e
irrepresentable que se transformó en un punto
ciego para cualquier imagen. Una abundante
discusión de la crítica cinematográfica, nacida a
partir de los campos de exterminio de la Segunda
Guerra Mundial, es reseñada aquí como parte
de un intento por dar cuenta de esta dificultad,
advirtiendo que, sin franquear este umbral de
lo intolerable, no podrán elaborarse colectiva-
mente los efectos que aquellos agujeros negros
comportan en nuestro presente.
LA BIBLIOTECA
Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

Quisiera que este texto sirva como luchas populares que fueron supri-
modesto homenaje a mi madre, cuya midas y olvidadas en los libros tradi-
familia sufrió las persecuciones y los cionales: los indios, los negros, las
campos de concentración en Polonia, mujeres, los pacifistas, los libertarios,
durante la Segunda Guerra Mundial. los anarquistas.
En Argentina, en la época de la dicta- Profit Motive and the Whispering Wind
dura militar, en los años 70, mi madre es uno de los films más apasionada-
vivió con miedo, como todos; pero, en mente políticos que se hayan realizado
su caso, el miedo adquiría un sentido en los últimos años porque, a través
suplementario, porque era la compro- de la simple observación, logra extraer
bación horrorizada de que la historia de la imagen su dimensión profunda-
sucede una vez como tragedia y luego mente cuestionadora. Al comienzo,
se repite también como tragedia. un epígrafe dictamina: “Una memoria
extensa es la idea más radical en
America [The long memory is the
I most radical idea in America]” (Claire
Spark Loeb). En efecto: el cine puede
Una imagen puede darse por satis- convertirse, a veces, en la forma más
fecha en el mero reconocimiento de los poderosa de la memoria. Lo repito y lo
objetos o puede, en cambio, hacerlos subrayo: sólo a veces. De una manera
legibles. Observar es (debería ser) una paradójica, esas escasas oportunidades
asignación de sentido. En el docu- en que las imágenes nos permiten ver,
mental Profit Motive and the Whispering también dejan en evidencia hasta qué
Wind (El incentivo de la ganancia y el punto las películas no sirven usual-
viento susurrante, 2007), John Gianvito mente para esos fines sino, al contrario,
recorre la historia de las luchas políticas para ocultar. Como si ese vínculo con
y sociales en Estados Unidos a lo largo la memoria que se advierte en Gianvito
de cuatro siglos; pero lo hace exclu- fuera una habilidad que el cine hubiera
sivamente a través de una impresio- dejado de lado, un camino poco explo-
nante acumulación de lápidas y placas rado que permanece como virtualidad
conmemorativas. No hay personas, no o como latencia, y que sólo se ilumina
hay entrevistas, no hay acciones, no de manera esporádica en la mirada de
hay locución. Sólo la enumeración de algunos cineastas.
monumentos mortuorios. Para que se Mientras veía la película de Gianvito,
entienda: durante 58 minutos, la pelí- pensaba cómo podría hacerse una
cula no hace más que enhebrar una historia de Argentina con materiales
sucesión de imágenes que se mantienen similares. ¿Qué lápidas se mostra-
en la pantalla el tiempo necesario para rían? ¿Qué nombres deberían resca-
leer un nombre, unas fechas y un breve tarse? ¿Qué historia olvidada surgiría
epitafio que deja constancia de una de allí? Los primeros films argumen-
lucha inclaudicable. Inspirado en el tales argentinos se realizaron en la
libro del historiador Howard Zinn, época del primer Centenario y fueron
La otra historia de los Estados Unidos películas históricas. En algún caso,
(A People’s History of the United States, el tema es previsible. La Revolución
1980), Gianvito muestra una historia de Mayo (Mario Gallo, 1909) estre-
de Norteamérica a partir de aquellas nada el 24 de mayo de 1910 tenía

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por objeto, precisamente, conme- Baigorrita, el último cacique ranquel


morar los acontecimientos que habían muerto durante la Campaña al Desierto
tenido lugar un siglo antes. Resulta (1878). O el sepulcro de Cosme
curioso, no obstante, que el otro film Budislavich, primer mártir del movi-
que disputa el título de primera pelí- miento obrero en Argentina (1901).
cula argumental sea El fusilamiento de Debería mostrar la sepultura mexicana
Dorrego (Mario Gallo, 1909). Pero si se de Simón Radowitzky (1956) o la
piensa detenida- lápida de Raquel Liberman, la mujer
Los campos de concentración, mente, la imper- que se enfrentó a la Zwi Migdal (1935).
las torturas, los desaparecidos tinencia de este Deberían verse, también, las tumbas
constituyen un momento dife- film en el inicio de los obreros metalúrgicos muertos
rencial que pone distancia mismo del cine durante la Semana Trágica (1919), las
entre el Proceso y las otras argentino es sólo fosas en donde yacen los huelguistas
dictaduras militares en nuestro aparente, ya que de la Patagonia Rebelde (1920-1921)
país. Más allá de toda la docu- la conspiración y la lápida de Severino di Giovanni
mentación que ha podido reco- contra Dorrego en el cementerio de Chacarita (1931).
gerse, el terrorismo de Estado fue un punto de Debería mostrarnos la cárcel en la que
de los años 70 parece resistirse inflexión clave en fue fusilado el general Valle (1956) y el
a los films. Sin duda porque, la historia de la aeropuerto de Trelew en donde fueron
en gran medida, esos crímenes violencia política capturados los militantes que escaparon
resultan inimaginables. Pero, en nuestro país. del penal de Rawson (1972). Obvia-
también, porque el cine no ha “Ése –dijo José mente, los nombres suprimidos de esa
sabido mostrar eso. Hernández– es el historia podrían variar de acuerdo a la
tronco genealó- perspectiva ideológica del cineasta. Ése
gico de todas las desgracias que hasta no sería, por cierto, un problema. En
ahora vienen afligiendo a nuestra cambio, la pregunta que habría que
patria. De allí parten nuestros males. hacerse es si realmente sería posible
La sangre del coronel Dorrego fue la completar esa película. Hay un hecho
primera que se derramó alevosamente indudable: forzosamente el recorrido
en nuestra guerra civil”. Curiosamente, de la cámara se interrumpiría frente a
Hernández coincide en este punto los miles de desaparecidos de la última
con Sarmiento, quien –erigiéndose dictadura militar. ¿Habría que ver
en portavoz de la Generación del 37– las fosas comunes? ¿Los NN? ¿Qué
afirmó que el fusilamiento de Dorrego lápidas mostrar? ¿Cómo dar cuenta de
había sido el gran error de los antiguos la dimensión que ha adquirido la repre-
unitarios ya que eso había allanado el sión política durante los años 70 en la
camino para el “despotismo sangui- memoria colectiva?
nario” de Rosas: “Así se gobierna hoy En Poder y desaparición, Pilar Calveiro
la República –escribió–, ¡como las sostiene: “No puede haber campos de
reses del matadero!”.1 concentracion en cualquier sociedad
Ese documental sobre Argentina o en cualquier momento de una
que Gianvito podría haber realizado, sociedad; la existencia de los campos,
¿debería comenzar acaso con una a su vez, cambia, remodela, reformatea
imagen de la tumba de Dorrego? ¿Y a la sociedad misma”.2 Los campos de
cómo seguiría? Quizá debería visitar concentración, las torturas, los desapa-
–si es que todavía existe– la tumba de recidos constituyen un momento

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diferencial que pone distancia entre el se han enfrentado al problema que


Proceso y las otras dictaduras militares significa mostrar el horror. Esos films
en nuestro país. Más allá de toda la muestran. Incluso, muestran dema-
documentación que ha podido reco- siado. Son películas sobre la tortura.
gerse, el terrorismo de Estado de los Pero entonces habría que entender la
años 70 parece resistirse a los films. Sin frase en su sentido más literal: pelí-
duda porque, en gran medida, esos culas sobre la tortura, a propósito de
crímenes resultan inimaginables. Pero, la tortura. Películas en las cuales la
también, porque el cine no ha sabido tortura es el tema. Sin embargo, ¿en
mostrar eso. qué medida logran desentrañar el
aspecto intolerablemente humano de
las desapariciones más allá de la exhi-
II bición morbosa del sufrimiento?
Esto sucede, incluso, en los documen-
Es cierto que, a partir de 1983 se han tales realizados por hijos de desapa-
hecho muchos films sobre la repre- recidos, como Papá Ivan (María Inés
sión, la tortura, las desapariciones: Roqué, 2000), Los rubios (Albertina
Los días de junio (Alberto Fischerman, Carri, 2003) o M (Nicolás Prividera,
1985), La noche de los lápices (Héctor 2007). ¿Qué es lo
Olivera, 1986), Sentimientos. Mirta, que ha quedado Siempre hay algo que se escapa,
de Liniers a Estambul (Jorge Coscia para ellos? Aun algo que no se logra capturar
y Guillermo Saura, 1987), La amiga cuando las pers- y que permanece irreductible
(Jeanine Meerapfel, 1989), Sur pectivas de afuera del plano. Eso que
(Fernando Solanas, 1989), entre Roqué, de Carri resulta inimaginable cuando se
otros. Digamos que, desde La historia y de Prividera intenta leer el libro Nunca más
oficial (Luis Puenzo, 1986) para acá, difieren notable- no ha sido, en efecto, mostrado
el cine argentino ha vuelto una y otra mente en varios por el cine. No pretendo desca-
vez sobre la cuestión. Claro que el puntos, sus pelí- lificar a unas películas como si
film de Puenzo ocultaba más de lo culas intentan fueran culpables por no haber
que mostraba y que su única preocu- hacer el duelo sabido mostrar.
pación era dar una respuesta rápida frente a esa
al problema para archivarlo entre los ausencia. No son retratos del ausente,
cajones de un pasado deshonroso. Ahí son la puesta en escena de una ausencia.
estaban ya todos los elementos nece- Funcionan como recordatorios sobre la
sarios para instalar la versión oficial imposibilidad del cine para dar cuenta
sobre los hechos: la teoría de los dos de lo que es irreparable. Tal como
demonios, la inmaculada inocencia reconoce María Inés Roqué en Papá
de la protagonista que nunca supo Iván: “Yo pensé que esta película iba a
lo que sucedía y el papel secun- ser una tumba, pero me doy cuenta de
dario desempeñado por las Madres y que no lo es, que nunca es suficiente”.
Abuelas de Plaza de Mayo. Vista hoy, Siempre hay algo que se escapa, algo
ni siquiera parece una película de que no se logra capturar y que perma-
denuncia. Se podría decir, en cambio, nece irreductible afuera del plano. Eso
que películas como Garage Olimpo que resulta inimaginable cuando se
(Marco Becchis, 1999) y Crónica de intenta leer el libro Nunca más no ha
una fuga (Adrián Caetano, 2006) sí sido, en efecto, mostrado por el cine.

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No pretendo descalificar a unas pelí- momento en que todavía era necesario


culas como si fueran culpables por no demostrar que los campos de concen-
haber sabido mostrar. Mis preferen- tración habían existido. Si Resnais
cias personales incluyen Las veredas acierta es porque encuentra la forma
de Saturno (Hugo Santiago, 1989), apropiada: la oscilación entre el blanco
El ausente (Rafael Filippelli, 1988), y negro y el color, entre el pasado y el
incluso Un muro de silencio (Lita presente no pretende establecer una
Stantic, 1992); aunque aceptaría que separación entre dos momentos sino
tampoco estos films consiguen mostrar. que, al contrario, posee el efecto de una
Quiero decir: cada uno se inclinará sobreimpresión. Uno encima del otro,
por determinadas obras en desmedro uno transparentando al otro. En el
de otras. Pero ése no es el punto. El inicio mismo del film queda establecido
problema que me interesa plantear ese procedimiento: una panorámica
es de un orden más amplio. No tiene comienza sobre un prado apacible y
que ver con algunos casos particulares concluye sobre la cerca inconfundible,
sino con una dimensión más general y, coronada de alambres de púas, mientras
quizá, más medular. Tal vez allí, este la voz en off comenta: “Aun un campo
medio de la visibilidad total que es el verde, aun un paisaje tranquilo pueden
cine encuentra su límite. Como si ante conducirnos a un campo de concentra-
el horror (el verdadero horror, no el ción”. Estamos parados, literalmente,
que provoca el cine gore), las películas sobre millones de cadáveres.
se enfrentaran a su punto ciego. Puesto que el cine es un medio prepa-
Tal vez eso sea inevitable. Pero, rado para registrar la apariencia de las
entonces, toda la suerte del cine se juega cosas, hay siempre, de manera inevi-
en el modo en que las películas se hacen table, una concesión al espectáculo. Se
cargo de eso. Cuando Jacques Rivette me dirá: ésa es su naturaleza. Tal vez.
desprecia Kapo (Gillo Pontecorvo, Pero entonces los cineastas impres-
1959) y hace el elogio de Noche y niebla cindibles son aquellos que aceptan
(Alain Resnais, 1955), explica que la hacerse cargo de ese pecado original y
fuerza del film de Resnais “procede en comprenden que hacer películas es un
menor medida de los documentos que intento por dar respuestas concretas a
del montaje, de la ciencia con la que una actividad innoble. Es que, como
se ofrecen a nuestra mirada los crudos dice Didi-Huberman, “Todo acto
hechos, reales, por desgracia, en un de imagen es arrancado de la impo-
movimiento que es justamente el de sible descripción de una realidad”.4
la conciencia lúcida, y casi impersonal, Hacemos imágenes porque el todo no
que no puede aceptar comprender y se deja ver. Pero, por eso mismo, en
admitir el fenómeno. Se han podido vez de celebrar una mirada satisfecha
ver en otras ocasiones documentos más consigo misma, una imagen auténtica
atroces que los recogidos por Resnais; se sostiene sobre la tensión entre lo
¿pero a qué no puede acostumbrarse el que un plano muestra y lo que inevi-
hombre? Ahora bien, uno no se acos- tablemente debe obturar para poder
tumbra a Noche y niebla; es porque mostrar algo.5 Exhibir no es lo mismo
el cineasta juzga lo que muestra, y que hacer ver. Exhibir no prueba nada.
es juzgado por la manera en que lo Todas las imágenes exhiben, pero sólo
muestra”.3 El film fue realizado en un los grandes cineastas hacen ver.

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El interrogante que el Holocausto vale en lo esencial por lo que falta en


plantea al cine es, en efecto, ¿cómo él; contiene, en su centro mismo, algo
hacer ver eso que resulta inconcebible que es intestimoniable (...) Los ‘verda-
hasta la abstracción con un medio que deros’ testigos, los ‘testigos integrales’
parece condenado a lo concreto, a los son los que no han testimoniado ni
detalles y a la superficie? ¿Cuál es la hubieran podido hacerlo (...) Los que
imagen que haría ver esa paradoja si el lograron salvarse, como seudotes-
cine tiende a ser inevitablemente aser- tigos, hablan en su lugar, por delega-
tivo y categórico? Las películas siempre ción: testimonian de un testimonio
parecen mostrar los hechos sin nece- que falta”.8 La estructura misma de
sidad de mediaciones. El Holocausto, los testimonios sobre el exterminio
eso que “nunca debió suceder pero está determinada
sucedió”, posee en el recuerdo un por eso que ¿Cómo representar el horror,
estatuto que tiende a escaparse de los Agamben deno- entonces? ¿Cómo dar cuenta
parámetros con que suele definirse la mina la “aporía del Mal que es, por definición,
imagen en cine.6 Es algo imposible y de Auschwitz”: lo irrepresentable? ¿Cómo
sin embargo cierto, algo cuya misma “Por una parte, representar eso que, inelucta-
irrealidad es paradójicamente su condi- en efecto, lo que blemente, se escapa a la repre-
ción de existencia. Por eso una película tuvo lugar en los sentación? Sin duda se trata de
como Shoah (Claude Lanzmann, 1985) campos les parece algo imposible, pero eso no
es lo opuesto de La lista de Schindler a los supervi- debería ser una interdicción
(Steven Spielberg, 1993) o La vida es vientes lo único a priori sino la consecuencia
bella (Roberto Benigni, 1998), que no verdadero y, necesaria de un renovado
se plantean ninguna pregunta y que como tal, abso- intento por representar. Para
sólo piensan en el Holocausto como lutamente inol- el cine, no es tanto una capitu-
excusa para una historia emotiva y vidable; por otra, lación sino una forma de rein-
conmovedora.7 Los espectadores de esta verdad es, en troducir esa tensión conflictiva
Benigni y de Spielberg son engañados la misma medida, entre lo que se muestra y lo que
(o se dejan engañar) por la ilusión de inimaginable, es no se muestra como función
que todo eso sucedió en otro momento decir, irreductible constitutiva del plano.
y en otro sitio. No los toca. No les a los elementos
compete. Si Shoah resulta infinitamente reales que la constituyen. Unos hechos
más valiosa es porque nunca clausura la tan reales que, en comparación con
cuestión, nunca cede al consuelo falso, ellos, nada es igual de verdadero;
nunca olvida el horror; por el contrario, una realidad tal que excede necesa-
todos sus esfuerzos están destinados a riamente sus elementos factuales”.9
restituirle su naturaleza conflictiva e Sobre el Holocausto, nunca habremos
irresuelta, su distancia imposible y su visto lo suficiente, nunca sabremos lo
cercanía también imposible, su difi- suficiente. Ésa es la famosa línea de
cultad para ser transmitido y su nece- diálogo que Marguerite Duras escribió
sidad imperiosa de ser transmitido. El para Hiroshima mon amour. En el film
film de Lanzmann es un film crispado de Alain Resnais, el amante japonés
porque entiende que no se trata de desmiente una y otra vez a la actriz
disolver la tensión sino de vivir en ella. francesa que dice haberlo visto todo:
Es que, como sostiene Giorgio “Tú no has visto nada en Hiroshima”,
Agamben, “en este caso el testimonio responde él como en una letanía.

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¿Cómo representar el horror, entonces? Ése es el debate que se planteó entre


¿Cómo dar cuenta del Mal que es, por Lanzmann y Godard a propósito
definición, lo irrepresentable? ¿Cómo del modo en que el cine debía acer-
representar eso que, ineluctablemente, carse al exterminio. Tal como definió
se escapa a la representación? Sin duda Didi-Huberman los términos de esa
se trata de algo imposible, pero eso no polémica: “Godard y Lanzmann creen
debería ser una interdicción a priori que la Shoah nos pide pensar de nuevo
sino la consecuencia necesaria de un toda nuestra relación con la imagen, y
renovado intento por representar. Para tienen mucha razón. Lanzmann cree
el cine, no es tanto una capitulación sino que ninguna imagen es capaz de ‘decir’
una forma de reintroducir esa tensión esta historia y por eso es por lo que
conflictiva entre lo que se muestra y filma, incansablemente, la palabra de
lo que no se muestra como función los testigos. Godard, por su parte, cree
constitutiva del plano. Normalmente, que todas las imágenes, desde entonces,
el cine no se plantea estas cuestiones no nos ‘hablan’ más que de eso (pero
porque sólo trabaja con una de las decir que ‘hablan de eso’ no es decir
dimensiones posibles de la imagen. que ‘lo dicen’), y es por lo que, incansa-
Cuando Godard critica a Spielberg no blemente, revisita toda nuestra cultura
lo hace (sólo) por motivos ideológicos visual condicionado por esta cues-
sino cinematográficos. O mejor: lee tión”.10 Lanzmann renuncia al archivo
la ideología en la forma del film: “No porque afirma que “las imágenes reales
basta con odiar al fascismo, no basta son falsas”, son “imágenes sin imagi-
con querer atacar a Hitler. Si hago un nación”. No hay archivos y no puede
pésimo film sobre Hitler no ataco a haberlos. El exterminio también fue
Hitler, no estoy realmente en contra eso. Por ese motivo, el Holocausto
de Hitler”. El problema de Spielberg no debe mostrarse. Las imágenes,
o el de Benigni es que el Holocausto dice, siempre filtran el horror y, por
aparece como un tema que se comu- el solo hecho de ser imágenes –aun
nica mediante las imágenes pero nunca las imágenes más horrorosas–, nos
como un problema formal. Por eso protegen de él. Hacen que resulte más
sus planos son siempre apodícticos, tolerable. De ahí que cualquier exhibi-
demasiado seguros de lo que afirman, ción de la masacre sería una concesión
demasiado satisfechos de sí mismos. al espectáculo, a la curiosidad morbosa
Son imágenes obscenas, como las de la y al voyeurismo. Lanzmann llega
publicidad o la pornografía. al extremo de proponer la destruc-
ción de un eventual “film maldito”
que mostrase la aniquilación desde
III adentro de una cámara de gas. Dijo
el cineasta: “Spielberg ha escogido
Eso que ocurrió (que sabemos que reconstruir. Ahora bien, reconstruir
ocurrió) es irreductible para las es, en cierto modo, fabricar archivos.
imágenes del cine. Pero, entonces, es Y si yo hubiese encontrado un film
preciso definir si lo irrepresentable es ya existente –un film secreto, porque
lo que no se puede o lo que no se debe estaba estrictamente prohibido cual-
representar, es decir: si se trata de una quier filmación– rodado por un SS
incapacidad o de una prohibición. que mostrase cómo tres mil judíos,

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hombres, mujeres, niños, morían surgir paralelismos imprevisibles, deri-


juntos, asfixiados en una cámara de gas vaciones impensadas, relaciones contra
del crematorio II de Auschwitz, si yo natura. El montaje permite entender
hubiera encontrado eso, no solamente lo que no podría advertirse en cada
no lo hubiese mostrado, sino que lo uno de los planos por separado. Al ver
hubiese destruido. No soy capaz de un plano documental de una escuadra
decir por qué. Es evidente”.11 Para de bombarderos sobreimpreso a la
Lanzmann, el exterminio fue planifi- bandada de pájaros asesinos en el film de
cado mediante una racionalidad tan Hitchcock, al ver el rostro de felicidad
perfecta como demoníaca; tan perfecta de Elizabeth Taylor (en A Place in the
y demoníaca que, incluso, planificó la Sun) junto a los rostros de los cadáveres
desaparición de sus huellas. No puede de Buchenwald, al ver el fusilamiento de
haber imágenes del exterminio pero un soldado que se mezcla con Gene Kelly
además, si las hubiera (y éste es el y Leslie Caron bailando junto al Sena,
borde peligroso del razonamiento), lo entendemos que las imágenes estaban
mejor sería destruirlas porque siempre incompletas y que necesitaban cruzarse David Oubiña
resultarían parciales y, por lo tanto,
decepcionantes, engañosas, falsas.
Según el cineasta, las imágenes sobre
el exterminio le quitarían su carácter
de excepción radical.
Para Godard, en cambio, la cuestión
es justamente la opuesta. Hay que
mostrar. Y cuando Marguerite Duras
sugiere que, al fin y al cabo, “Shoah ha
mostrado”, Godard la interrumpe y
dice rápidamente: “No mostró nada”.12
El problema del cine es que no supo
mostrar los campos de exterminio. Es lo
que el realizador sostiene a propósito de
sus Historia(s) del cine: “Todo se había
acabado. Todo se terminó en el momento
en que no se filmaron los campos de
concentración. En ese instante, el cine
faltó totalmente a su deber (...) Al no
filmar los campos de concentración, el
cine ha dimitido”.13 Todas las imágenes
del cine cargan con ese fracaso y aluden
a él. Por eso la función del montaje, en
el film de Godard, consiste en forzar los
planos para extraer de ellos eso que no
se vio en su momento. Historia(s) del
cine atrae y obliga a convivir, en una
vecindad imposible, a aquellas imágenes
que nuestra historia había mantenido
separadas. Al hacerlas colisionar, hace

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con otras para descubrir todo su sentido. minio al plano de lo irrepresentable


Una imagen sirve, entonces, justamente, o de lo indecible es –como sostiene
para mostrar aquello que no puede (que, Agamben– concederle el prestigio de
de otra manera, no podría) ser visto. la mística. Más bien habría que pensar
Por eso, cuando Godard dice imagen, que si el Holocausto puede ser defi-
en realidad dice montaje: esa unidad nido como excepcional no es por su
doble que surge del carácter único sino, justamente, por su
Es preciso imaginar, dar cruce o la superpo- valor ejemplar: una experiencia trau-
imágenes a eso que los nazis sición de imágenes mática capaz de revelar un sustrato
pretendieron volver invi- y que tiene la capa- general que, de otro modo, no hubiera
sible. Sin duda, se trata de cidad de hacerlas sido advertido.
no fetichizar la imagen; pero pensar, obteniendo Ya en 1963, Godard había dicho: “El
confinar el exterminio al plano (como si se tratara único film verdadero que habría que
de lo irrepresentable o de lo de una anamnesis hacer sobre los campos –que nunca
indecible es –como sostiene audiovisual) eso ha sido hecho y nunca lo será porque
Agamben– concederle el pres- que ellas supieron resultaría intolerable– consistiría en
tigio de la mística. Más bien pero olvidaron. filmar un campo desde el punto de
habría que pensar que si el Es cierto que, vista de los torturadores, con todos sus
Holocausto puede ser definido en la postura problemas cotidianos. ¿Cómo meter
como excepcional no es por de Godard, hay un cadáver de 2 metros en un cajón
su carácter único sino, justa- algo de redentor de 50 centímetros? ¿Cómo evacuar
mente, por su valor ejemplar: y que su concep- diez toneladas de brazos y piernas en
una experiencia traumática ción de la imagen un vagón de tres toneladas? ¿Cómo
capaz de revelar un sustrato se recorta sobre quemar a cien mujeres con combus-
general que, de otro modo, no un horizonte tible suficiente sólo para diez? Habría
hubiera sido advertido. de revelación. que mostrar también a los meca-
Aunque también nógrafos haciendo el inventario de
debería señalarse que, cuando Lanz- todo en sus máquinas de escribir. Lo
mann se opone a la lógica de la prueba que sería insoportable no es el horror
(no hay nada que probar, las imágenes que se desprendería de tales escenas
no demostrarían nada, lo que sucedió sino, en cambio, su aspecto perfec-
es inimaginable), contradice su propia tamente normal y humano”.15 Si, en
práctica: su film encuentra, por reduc- un sentido, el mundo de los campos
ción al absurdo, una forma de testi- puede funcionar como el nuestro es
moniar que eso impensable no era porque no se trata de algo enteramente
realmente impensable puesto que diferente. Es sólo su reverso.
pudo ser concebido y llevado a cabo.
Lanzmann lo ha dicho: “El punto de
partida del film fue (...) la desapari- IV
ción de las huellas: no queda más que
un vacío, y era necesario hacer un ¿Cómo filmar, entonces, las torturas,
film a partir de ese vacío”.14 Es preciso los NN, los vuelos de la muerte? El
imaginar, dar imágenes a eso que los riesgo es que la dictadura militar se
nazis pretendieron volver invisible. reconozca sólo como el tema de algunas
Sin duda, se trata de no fetichizar películas de fines de siglo, así como “la
la imagen; pero confinar el exter- explotación rural” fue un tópico reite-

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rado en las películas del género social- en medio del infierno. Pero, como
folcklórico a fines de la década del 30 afirma Agamben: “Ese momento de
o “la brecha generacional” fue una normalidad, es el verdadero horror del
obsesión para la Generación del 60. campo. Podemos pensar, tal vez, que
El riesgo es que el Proceso se convierta las matanzas masivas han terminado,
en un telón de fondo para ambientar aunque se repitan aquí y allá, no
una historia cualquiera como ha suce- demasiado lejos de nosotros. Pero ese
dido con el franquismo en el cine partido no ha acabado nunca, es como
español, la guerra de Vietnam en el si todavía durase, sin haberse inte-
cine norteamericano o la Resistencia rrumpido nunca. Representa la cifra
en el cine francés. El riesgo es que perfecta y eterna de la ‘zona gris’, que
todo ese momento oscuro de nuestra no entiende de tiempo y está en todas
historia se fije en la memoria colectiva partes. De allí proceden la angustia y
como un lugar común, es decir, como la vergüenza de los supervivientes (...)
una forma del olvido. Ese riesgo ya se Mas es también nuestra vergüenza,
había planteado en el final de Noche la de quienes no hemos conocido los
y niebla: “Estamos nosotros, que campos y que, sin embargo, asistimos,
miramos sinceramente estas ruinas no se sabe cómo, a aquel partido, que
como si el viejo monstruo concen- se repite en cada uno de los partidos
tracionario hubiese muerto bajo los de nuestros estadios, en cada trans-
escombros; nosotros, los que fingimos misión televisiva, en todas las formas
recuperar la esperanza ante esta imagen de normalidad cotidiana. Si no
que se aleja, como si nos curásemos llegamos a comprender ese partido,
de la peste de los campos; nosotros, si no logramos que termine, no habrá
que aparentamos creer que todo esto nunca esperanza”.17
proviene de un único tiempo y país, y Indudablemente soy injusto al decir que
que no pensamos en mirar a nuestro el cine argentino no ha sabido filmar
alrededor ni oímos que se grita sin la dictadura militar. Aquí y allá, hay
fin”. En efecto, si el exterminio queda películas honestas e, incluso, aquí y allá,
confinado al estatuto de accidente hay algunas imágenes sabias en algunas
monstruoso, entonces se elimina la películas honestas. Ya lo he mencionado
posibilidad de que pueda ser pensado. al comienzo: los ejemplos pueden variar
Lo monstruoso pertenece al orden pero, desde 1983 para acá, cada uno
de la naturaleza y por lo tanto no es podría enumerar lo que ha aprendido
susceptible de ser procesado por la en cada caso. No se trata, entonces, de
razón. El movimiento de la represen- convertirse en fiscal y levantar el dedo para
tación debe demostrar que esa alte- criticar a las películas; pero hay también
ridad radical del exterminio no es sino un riesgo en pensar que ya hemos visto
el otro lado (el reverso) de lo propio.16 todo cuando, en verdad, la tarea recién
Nunca estaremos lo suficientemente ha comenzado. Agamben sostiene que,
lejos de él porque vive con nosotros. más allá de la utilidad y la necesidad de
En Lo que queda de Auschwitz, un los procesos celebrados en Nuremberg,
testigo relata un partido de fútbol quizás ellos fueron “los responsables de
que tuvo lugar durante una pausa la confusión intelectual que ha impedido
del trabajo. Se podría pensar que pensar Auschwitz durante decenios”
ahí emerge un rasgo de humanidad porque “contribuyeron a difundir la

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idea de que el problema había quedado evitar ese destino un poco tranquili-
ya superado”.18 El derecho no agotaba zador del memorial o el monumento.
el problema sino que, al contrario, ese Como si las muertes del Proceso fueran
problema puso en tela de juicio al derecho. hechos aislados –inhumanos pero
Si ha sido necesario aislados– que permanecen confinados
Aun las imágenes más honestas, dictar sentencia, es en un momento de nuestra historia
las más auténticas, las más porque la justicia y no lo que realmente son: el reverso
valientes no logran evitar ese se ha ausentado. apenas oculto o disimulado de nuestra
destino un poco tranquili- Y en cierta forma, experiencia cotidiana. El pasado
zador del memorial o el monu- lo mismo puede aún no ha pasado. Ni siquiera es un
mento. Como si las muertes del decirse de los films pasado para nosotros. Es lo que afirma
Proceso fueran hechos aislados ya que, en este caso, Pilar Calveiro: “La acción del terror
–inhumanos pero aislados– la posibilidad de no acabó el día que cayó el gobierno
que permanecen confinados mostrar los sucesos militar. Hay un efecto a futuro, un
en un momento de nuestra no hace más que efecto que perdura en la memoria de la
historia y no lo que realmente evidenciar de sociedad (...) Ese efecto de terror dife-
son: el reverso apenas oculto manera extrema rido, que los militares se han encargado
o disimulado de nuestra expe- la distancia que de refrescar con cierta periodicidad, de
riencia cotidiana. nos separa de ellos. maneras abiertas o solapadas, cuando
Ya sabemos que amenazan ‘lo volveríamos a hacer’, es
una imagen no es justa sino justo una quizás uno de los mayores logros del
imagen. La verdad no posee consistencia dispositivo concentracionario”.19
jurídica ni estética. Circula por carriles En vez de celebrarse a sí misma, una
más intangibles y evanescentes. André imagen auténtica se sostiene sobre la
Bazin ironizaba sobre los documentales tensión entre lo que muestra y lo que
etnográficos que se jactan de mostrar inevitablemente debe obturar para
a la feroz tribu de caníbales: el hecho poder mostrar algo.20 No hay imagen
de que los cineastas no han sido devo- que pueda dar cuenta del horror y,
rados y han regresado para mostrarnos sin embargo, resulta imprescindible
la película prueba que los caníbales no obstinarse en dar cuenta del horror.
eran tan feroces o bien que el film no es Aun –o sobre todo– cuando se trata
tan verdadero como pretende. de una empresa destinada al fracaso.
Nosotros también podemos decir En esa misma dirección habría
que se nos ha mostrado; pero, aun que leer la conocida sentencia de
así, todavía no hemos visto nada real- Adorno que suele malinterpretarse:
mente. Todavía no hemos compren- no como una interdicción sobre la
dido lo que significa ver eso. Sí, claro: poesía luego de Auschwitz sino como
hemos visto las picanas, el submarino, un rechazo a estetizar el sufrimiento
los tabicamientos; hemos visto las de las víctimas.21 Cualquier imagen
violaciones, los secuestros, el síndrome plena resultaría inmediatamente falsa,
de Estocolmo; hemos visto la ESMA, porque la verdad sólo puede intuirse en
la Mansión Seré; hemos visto los la medida en que permanezca incom-
vuelos de la muerte; hemos visto las pleta, es decir, mientras siga gravitando
fosas comunes. Pero, en cierto sentido, sobre nuestro presente. Allí radica la
aun las imágenes más honestas, las más dimensión genuinamente constructiva
auténticas, las más valientes no logran de la memoria: hacer que el pasado

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pueda formular nuevos interrogantes nunca se puede mostrar), es necesario


sobre el destino de una comunidad. seguir intentando. No puedo imaginar
Quizás, entonces, cuando se celebre un objetivo más elevado para el cine
el tercer centenario, los que vengan argentino de los próximos cien años.
después de nosotros podrán decir que
algo han aprendido. Hay una dife-
rencia fundamental entre creer que (*) Conferencia brindada en el marco
ya se ha mostrado y saber que nunca se del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
terminará de mostrar aunque, precisa- en el Bicentenario”, organizado por la
mente por eso (precisamente porque Biblioteca Nacional durante el 2009.

NOTAS

1. José Hernández, Vida del Chacho, Buenos Aires, Editorial Coyoacán, 1962, p. 34 y Domingo Faustino
Sarmiento, “El general Fray Félix Aldao”, en Obras completas de Sarmiento, volumen VII, Buenos Aires, Luz
del día, 1949, p. 262.
2. Pilar Calveiro, Poder y desparición. Los campos de concentración en Argentina, Buenos Aires, Colihue,
2004, p. 148.
3. Jacques Rivette, “De l’abjection”, Cahiers du cinéma nº 120, junio de 1961.
4. Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, Barcelona, Paidós, 2004, p. 185.
5. Véase Serge Daney, “El travelling de Kapo”, en Perseverancia. Reflexiones sobre el cine, Buenos Aires,
El Amante, 1998. Daney, al igual que Rivette, opone el film de Pontecorvo a Noche y niebla, de Alain
Resnais. En otro lugar, se refiere al concepto de Blanchot sobre la “escritura del desastre” para referirse a
esos “tres manuscritos” de Resnais, “esos tres testigos irrecusables de nuestra modernidad” que son Noche
y niebla (1956), Hiroshima mon amour (1958) y Muriel (1963). El cine de Resnais en los años 60 aparece
así como el gran “sismógrafo”, aquel que encontró la forma para contar el acontecimiento fundante de
nuestra modernidad (Véase Serge Daney, “Resnais y la escritura del desastre”, en Cine, arte del presente,
Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004).
6. Tomo la referencia del exterminio como “lo que nunca debió suceder pero sucedió” de Silvia Schwarzböck, “La
memoria frente al espectador: cómo representar en el cine lo que nunca debiera haber sucedido”, en Pablo Dreizik
(comp.), La memoria de las cenizas, Buenos Aires, Dirección Nacional de Patrimonio, Museos y Artes, 2001.
7. Escribe Raúl Beceyro sobre la película de Spielberg: “Los judíos de Schindler, que son los judíos de Spielberg,
se salvaron. Aunque parezca inconcebible, La lista de Schindler, que supuestamente habla del asesinato de seis
millones de judíos, tiene un happy end. Y el final es feliz no sólo porque los judíos se salvan (porque los judíos
del film se salvan) sino porque a causa de ese escamoteo, los espectadores salen contentos de ver el film, sin
ningún conflicto, porque el film los ha resuelto todos” (Raúl Beceyro, “Los límites. Sobre La lista de Schindler”,
Punto de vista nº 49, agosto de 1994, p. 9). Lo mismo podría predicarse sobre La vida es bella, aun cuando
el protagonista tenga un final más desgraciado que los prisioneros de Spielberg. El padre del film de Benigni
puede morir satisfecho porque ha logrado proteger a su pequeño hijo de los infortunios: su simulacro es tan
eficaz que ha logrado borrar la experiencia terrible del campo de prisioneros y ha convertido al exterminio
en un mundo de pura ficción. Como si nada de eso hubiera existido. Por cierto, para el niño, nada de eso ha
existido y la vida sigue siendo bella.
8. Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo (Homo Sacer III), Valencia, Pre-textos,
2005, p. 34
9. Ibid., pp. 8-9. Huyssen también trabaja sobre el funcionamiento necesariamente contradictorio de la
memoria: para él, ningún monumento singular podría dar cuenta del Holocausto en su totalidad pero, además,
eso tampoco sería deseable puesto que fijaría el recuerdo del horror en una única imagen estática y, en última
instancia, decepcionante. Véase Andreas Huyssen, “Monuments and Holocaust. Memory in a Media Age”, en
Twilight Memories. Making Time in a Culture of Amnesia, Londres, Routledge, 1995.

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10. Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, op. cit., pp. 186-187. Sobre
esta polémica, véase también, Libby Saxton, “Anamnesis and Bearing Witness: Godard / Lanzmann”, en
Michael Temple, James Williams y Michael Witt (eds.), Forever Godard, Londres, Black Dog Publishing,
2004. El problema es que, como dice Rancière, el enfrentamiento entre los cineastas terminó convirtiéndose en
un debate teológico en el que se opuso el verbo a la imagen: “un judaísmo de la palabra” contra “un catolicismo
impuro del ícono”. La temática de lo irrepresentable deviene así “una especie de confiscación ético-religiosa
de los procedimientos artísticos” (Jacques Rancière, “Las poéticas contradictorias del cine”, Pensamiento de los
confines nº 17, diciembre de 2005, p. 17). A propósito de esta oposición estético-teológica, véase, por ejemplo,
Jean-Michel Frodon, “Le fameux débat Lanzmann-Godard: le parti des mots contre le parti des images”,
Le Monde, Supplément Télévision, 28 de junio de 1999 y Gérard Wajcman, “‘Saint Paul’ Godard versus
‘Moïse Lanzmann’, le match”, L’Infini nº 65, 1999.
11. Citado en Georges Didi-Huberman, Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto, op. cit., p. 145.
Sobre los problemas de la representación de lo abyecto, véase también Julia Kristeva, Powers of Horror. An Essay
on Abjection, Nueva York, University of Columbia Press, 1982.
12. Marguerite Duras y Jean-Luc Godard, “2 o 3 choses qu’ils se sont dites”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc
Godard, tome II (1984-1998), París, Cahiers du cinéma, 1998, p. 146.
13. Jean-Luc Godard, “Le cinéma n’a pas su remplir son rôle”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, tome
II (1984-1998), op. cit., p. 336.
14. Citado en Libby Saxton, “Anamnesis and Bearing Witness: Godard / Lanzmann”, en op. cit., p. 375.
15. Jean-Luc Godard, “Feu sur Les Carabiniers”, en Jean-Luc Godard par Jean-Luc Godard, tome I (1950-1984),
París, Cahiers du cinéma, 1998, p. 239.
16. O, como sostiene Jean-Luc Nancy: aunque no se trata de determinar una estricta necesidad histó-
rica del nazismo, es importante “sustraerlo desde el principio del estatuto de accidente monstruoso acaecido
en la historia y a la historia, porque así se lo excluye de toda posibilidad de pensamiento” (Jean-Luc Nancy,
La representación prohibida, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 35. Sobre la categoría de lo monstruoso, la historia
y la naturaleza, véase Marina Warner, No Go the Bogeyman: Scaring, Lulling and Making Mock, Londres, Chatto
& Windus, 1998 y Mary Russo, The Female grotesque. Risk, Excess and Modernity, Londres, Routledge, 1995.
17. Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz, op. cit., p. 25.
18. Ibid., p. 18.
19. Pilar Calveiro, Poder y desparición. Los campos de concentración en Argentina, op. cit., p. 158.
20. Véase nota 5.
21. Véase Theodor Adorno, “La crítica de la cultura y la sociedad”, en Prismas, Barcelona, Ariel, 1962.

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¿Cómo escribir la historia?(*)


Por Horacio González

El Bicentenario se nos ofrece como una impres-


cindible oportunidad para examinar los modos
de pensar la historia. Tal indagación es parte
fundamental de los enigmas que atraviesan como
fantasmas el discurrir de los pueblos. Y si bien es
cierto que la historia se compone de hechos, no
menos cierto es que tales hechos refieren a textos.
Gran problema para Argentina, puesto que uno
de sus textos fundadores, El Plan de operaciones,
resulta una inagotable fuente controversial. Si
los estados emergen de una violencia fundante,
su devenir ulterior se produce bajo la marca de la
simulación de aquellos cruentos procedimientos
que conviven como su sombra secreta. Contro-
versia, entonces, alrededor de un texto vindica-
torio de aquella violencia a niveles extremos.
Horacio González reflexiona, a partir del debate
sobre la redacción del “Plan”, acerca de la
autoría de los documentos históricos, el papel
de los “peritos caligráficos” en la determina-
ción de la veracidad de tales pliegos y la relación
entre escritura y tiempo histórico. ¿Es posible
la tarea del historiador? ¿Bajo qué condiciones
una escritura puede enfrentar el dilema de la
historia? ¿Cómo capturar el sentido de los acon-
tecimientos a través del lenguaje? ¿Es la escri-
tura una forma de confiscación de la vitalidad
del tiempo? Revisar los rastros de los textos de
la historia pone nuestra existencia colectiva en
estado de deliberación e incertidumbre.
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Desde los primeros historiadores, nuestra vida no sería pensable: auto-


Tucídides, Heródoto, hasta los rías singulares, individuales, personas
historiadores que hoy nos gusta leer, que realizan identificaciones de los
encontramos un problema inherente sucesos a la escala de la vida humana.
a la materia histórica: la historia es un ¿Pero cómo tener certeza sobre los
acto de lectura, el acto de un lector. documentos del pasado, desgajados de
Puesto que a pesar de que intuimos la experiencia vital que les dio origen?
ser parte de la historia, cuya facti- De tanto en tanto, documentos de
cidad no ponemos en duda, también autoria asegurada, caen al acervo indi-
la leemos. Hay un estado de la ferenciado de la producción colectiva
historia que se nos aparece en forma de los hechos y se convierten –por así
de escritura, al igual que las novelas, decirlo– en una episteme.
una carta íntima o un e-mail, y por ¿Quién escribió el Plan de operaciones
lo tanto es posible juzgar el modo de Moreno o a él atribuido? Eviden-
en que se escribe la historia, y hacer temente esta discusión, dentro de la
una pregunta aun más interesante: historiografía argentina, es muy rica
¿quién escribe la historia? Frente a la precisamente por la incerteza sobre su
historia, seremos muchas cosas, pero autoría. Es tan interesante atribuirle
también somos alguien que la lee y la autoría a los documentos como
puede preguntarse quién la escribe. suponer que los documentos tienen
Ésa es la pregunta que puede imaginar un vacío que nos lleva de la certeza
el historiador respecto de la certeza de un autor, a la idea de una escritura
o incerteza de los documentos que realizada bajo el signo de lo incierto,
maneja, es decir, de aquello que testi- de distinta índole. Esta discusión que
monia lo ocurrido. Se supone que no cesa, sobre un Plan de operaciones
hay hechos, sucesos que pueden ser redactado en 1810, en el que se
recortados antes de cualquier escritura promete toda clase de medidas atípicas
o hipótesis, como forma bruta de la e incluso sanguinarias contra los
realidad, como forma primera que nos enemigos, forma parte de aquello que
lleva a una suerte de empirismo salvaje ejemplifica lo que afecta íntimamente
de lo histórico: un ocurrir originario. al régimen de la historia. Se trata de la
Para decirlo de una manera más acep- pregunta sobre quién escribe los docu-
table: los documentos de la historia son mentos, y qué relación guardan esos
pensados en general bajo la forma de documentos con los hechos ocurridos
una autoría, que aun siendo colectiva, bajo su permanencia, su sombra, su
no nos permite dudar del hecho de la influencia, su capacidad de definir el
existencia de sujetos de la autoría de orden de los acontecimientos. Esta
los documentos de la historia, autores pregunta nos lleva inevitablemente
de los restos o mendrugos de los acon- a la relación entre los pensamientos
tecimientos que llegan hasta nosotros y las cosas.
bajo forma de textos. Frente a una Si hay incerteza en un documento,
historia tan amplia como la del género podemos pensar que ella se extiende
humano, con una autoría a priori a todo el régimen histórico, y creer
indiscernible, ella se nos escaparía en que la historia, de una manera
miles de situaciones diversas a no ser incierta, hace temblar nuestra propia
que acudamos a aquello sin lo cual presencia en el mundo social, político,

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administrativo. La duda y el debate acusado como espía de Alemania. En


sobre la autoría representan el estado rigor, se da una íntima relación entre
real de los documentos. quien escribe sobre la historia, y el
Ante el debate no sabemos bien cómo escritor que sabe que de algún modo
acudir a reservas del lenguaje inme- la historia lo contempla, lo vigila, lo
diatas que adviertan claramente la contiene. En esa relación, el primer
presencia de dudas sobre el origen problema de interés es el del vivir
de los documentos. Por ejemplo, si común: no hay ningún problema
nos referimos al teórico, filosófico o historiográfico que
Ese género de cuestiones perte- Yo acuso de Émile no nazca como un problema común
necientes al sujeto colectivo Zola no podemos a nuestras vidas con la de los demás.
no podría tener validez si no imaginar el mismo Ese género de cuestiones pertene-
contara con aquella reserva sentimiento. Está cientes al sujeto colectivo no podría
última que genéricamente claro que alre- tener validez si no contara con aquella
llamamos “nuestras vidas”, dedor de ese texto reserva última que genéricamente
y ese plural, es precisamente hay un sinnú- llamamos “nuestras vidas”, y ese
nuestro último consuelo de mero de aclara- plural, es precisamente nuestro último
poder afectar a una vida que ciones posteriores consuelo de poder afectar a una vida
es la nuestra, algo que siempre del propio autor que es la nuestra, algo que siempre
deseamos, y ponemos en duda, que reafirman deseamos, y ponemos en duda, puesto
puesto que descreemos de que lo escrito y su que descreemos de que nuestra vida
nuestra vida sea tan importante texto, que posee sea tan importante como para que en
como para que en ella repercuta una vocación de ella repercuta un asunto de la huma-
un asunto de la humanidad. dirigirse hacia la nidad. Pero ante ese escepticismo está
humanidad, se el “Yo acuso”, que establece una capa-
sostiene sobre un tono excelso que no cidad de reaseguro para los historia-
deja lugar a dudas sobre su remisión a dores que, desde ese momento, ya no
una autoría. Sin embargo, un “plan de pueden dudar sobre quienes escriben
operaciones” nos deja siempre el senti- los documentos. En este caso, Émile
miento de estar escrito por un sujeto Zola lo escribió de una forma deno-
colectivo: la época. dada, pensando letra por letra, anti-
El Yo acuso introduce un elemento cipándose incluso a la posibilidad de
interesante en la historia puesto que es ser juzgado, sabiendo que estaba inter-
una historia ideada por un individuo viniendo en el nudo mismo de una
que se atribuye a sí mismo la capa- cuestión política injusta, pero no una
cidad de tomar en sus manos el punto injusticia que podía afectar a millones,
enunciativo originario, es alguien que no una gran matanza, ni una heca-
acusa, alguien que es “yo”, firmado por tombe, un holocausto, sino una injus-
Émile Zola. Y además, un “yo” que ticia translúcida que afectaba a un solo
en el escrito desafía a quienes quieran hombre, un capitán del ejército que
llevarlo al juzgado. además era judío. Escribía así desde un
Zola acusa a tres generales, un coronel, universal categórico, lo que afecta a un
y al mismo tiempo a los peritos calí- hombre los afecta a todos. Y ahí estaba
grafos que habían fraguado la docu- el núcleo de la cuestión francesa por
mentación por la cual el capitán excelencia, se juzgaba al judío no por
Dreyfus estaba siendo enviado a juicio, razones administrativas ni de seguridad

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estatal, sino por un trasfondo social- decirnos que no es la letra de Moreno.


mente oscuro que Zola se ve desti- Tenemos entonces a la historia bajo una
nado a denunciar: pueden juzgarme, cierta capacidad de aparecer incierta en
llevarme a tribunales, pero estoy su autoría, y además con la exigencia
seguro de que los generales mintieron de que haya peritos caligráficos que
y los peritos calígrafos también. auxilien al historiador. En el Yo acuso
Desde allí la cuestión caligráfica contamos con la idea de enjuiciamiento
adquiere gran interés, ya que Zola a los peritos caligráficos, que serían
los presenta como peritos que han aquellos a quienes
mentido. Apunta sobre ellos y los nosotros reclama- Creo que la crítica, ante el
ataca más que a los generales, señalán- ríamos que nos avance de las sustituciones
donos que para este tipo de problemas dijesen la verdad mecánicas e informáticas,
históricos era más importante atacar a sobre la escritura en competencias de la iden-
los calígrafos por haber sido quienes de Moreno. tidad antigua, debe ser pudo-
fraguaron su juicio respecto a docu- En rigor, la rosa en su manifestación, es
mentos incriminatorios. historia bajo el decir: aceptando que alguien
Es decir que el documento llamado peritaje caligrá- tiene que hablar en contra de
Yo acuso tiene la misma complejidad, fico nos remonta eso, alguien que debe tener
aun siendo de un autor muy claro, a un sentimiento un recóndito sentimiento de
que la que tiene el llamado Plan de profundamente justicia pero de comprensión
operaciones de Mariano Moreno. Si antiguo, arcaico. también respecto a la huma-
ponemos en primer lugar a la historia La escritura lleva nidad que espera la novedad
sobre la hipótesis de que se trata de a la investigación científica y tecnológica.
un problema de peritajes, vemos que de la identidad,
ella exige peritajes de conceptos. Pero y lleva también a la falsificación de la
además de este juicio a los conceptos, identidad. Hoy, este problema lo reco-
también es preciso para la historia que rremos en una época en que el puño y
alguien juzgue a los peritos. Poner letra se defiende pobremente ante los
en duda el supuesto de un peritaje demás artificios de escritura, sobre todo
neutral, introducir la idea de que en desde la existencia de operaciones mecá-
medio del peritaje podemos cesar el nicas sobre la escritura, por no hablar de
juicio crítico, es el valor del Yo acuso, las informáticas (no en vano, escritores
valor presente en la historia intelectual importantes, entre ellos Borges, reser-
del siglo XIX y del siglo XX. Éste es el varon un último quejido de desapro-
juicio a los que enjuician la escritura bación ante la máquina de escribir, un
de la historia. quejido modesto y pudoroso). Creo
Los que hicieron el peritaje al Plan de que la crítica, ante el avance de las susti-
operaciones descubrieron que no se tuciones mecánicas e informáticas, en
trataba de la letra de Moreno, sino de competencias de la identidad antigua,
un espía de una corte que se adjudicó debe ser pudorosa en su manifestación,
falsamente la autoría del político. En es decir: aceptando que alguien tiene
un caso tenemos una historia regida que hablar en contra de eso, alguien que
por un documento que probable- debe tener un recóndito sentimiento de
mente sea lo que un espía le adjudica a justicia pero de comprensión también
Mariano Moreno, y por otro lado están respecto a la humanidad que espera la
los peritos caligráficos del presente para novedad científica y tecnológica.

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Las artes arcaicas de la identidad, como violencia son siempre documentos


los efluvios tecnológicos, remiten a la laterales. Predomina la idea de que son
posición ética del historiador frente necesarios los otros documentos, los de
al documento. Si estamos mediana- condena a los crímenes de guerra, por
mente acertados en la indicación de eso el libro de Alberdi, inocente como
este contraste, el Plan de operaciones es, tiene fuerte autoría y argumenta-
es un documento central de la historia ción aunque completamente ingenua,
argentina, un documento que tiene ya que no hay ninguna historia que
por objetivo señalar la presencia de se desarrolle como él la describe. Es
la violencia en la historia, en tanto el documento de un utopista que ni
sostiene que no hay operaciones sin siquiera tiene lo que han tenido mucho
violencia. Además se habla de una utopistas, como por ejemplo Tomás
violencia explícita, se menciona la Moro, quien nombra y describe la
sangre, y la historia aparece como algo violencia de la historia, y lo hace con
incómodo para una nación. Pero hay un grito de sarcasmo respecto de una
también la sangre de la inautenticidad sociedad que así como está vive desti-
o no del escrito. nada a la violencia.
Las naciones se fundan bajo un régimen Por más que el libro de Alberdi sea
de disimulo, de encubrimiento; son ingenuo, nos gusta leerlo, y de ningún
un lugar de convivencia gracias a esas modo puede descartarse la idea de que
artes de la simulación. No se invoca en historia nos guste leer algo, aunque
a una nación por parte de personas sepamos que no sea cierto. Y al mismo
que, aun destinadas a producir altos tiempo, nos produce un sentimiento
grados de violencia y derramamiento de profunda incomodidad leer aquello
de sangre, lo hagan para decir que que sentimos que es cierto, locali-
de eso se trata: de producir guerras y zado en la certeza de la mortandad y
matanzas. Hay un núcleo de violencia la inmolación. De modo que el lector
sanguinaria fundante, y sin embargo es aquel que elige entre su comodidad
las naciones no son sólo así, si no sería para lo correcto y aceptable, o su
impúdico sentirse parte de ellas. Son incomodidad frente a los temas de la
también otro movimiento que acom- condición tremenda de los humano.
paña la violencia, el que señala que no Cuando a cierta hora del día queremos
es correcto explicitar la veta interna de sentirnos incómodos, efectivamente
conformación de las naciones a través leemos lo que la historia promete
de actos de crueldad y sacrificio. como vindicta, el Plan de operaciones
Supongamos que la del Plan de de Moreno; si queremos sentirnos más
operaciones era una violencia justa, una cómodos, aunque irreales, leemos el
violencia fundadora, casi de carácter Yo acuso, donde un individuo pudo
mítico, como suele decirse. Sin torcer con riesgo, pero buenamente,
embargo, una nación no puede tomar una historia, o leemos a Alberdi, gene-
ese documento como bandera, un roso y abstracto, pero que nos causa el
documento en el que hay una jactancia gusto por las pasiones fértiles. Cuando
en el derramamiento de arroyos de nos sentimos abrumados por tener
sangre. Por más que la causa sea justa, que leer lo que no nos gusta y que es
las naciones tienen su justicia, y los real, leemos lo que nos gusta aunque
textos que sostienen el empleo de la sea irreal. Ésa es la condena del lector

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en general, y también la condena del de operaciones de Moreno pone en crisis


lector de la historia, es decir, del que esa idea, ya que en este documento se
también debe escribirla como histo- proclama la violencia como elemento
riador novato o avezado. inmanente a la fundación de la nación.
La ética es un conjunto de justifica- Ahora bien, este texto era reservado,
ciones y autojustificaciones que actúan clandestino y circulaba en las entre-
en manuales de historia y en socavón telas últimas del Estado. Surge otro
de nuestra conciencia, el reverso de problema: ¿hay documentos clandes-
esos manuales. Justificaciones en tinos, minutas de reuniones sigilosas
tanto pensamos que tienen validez del Estado que no estén destinadas al
universal; auto justificaciones en tanto conocimiento público?
preferimos que esas normas de validez La pregunta por cómo se escribe la
universal pasen también por aquello historia incluye un nuevo problema:
que ligeramente imaginamos que nos ¿puede haber en la historia algo desco-
conviene aceptar para nuestro propio nocido por el espíritu entusiasta y
placer, nuestra conveniencia o fines optimista que cree que todo lo que
que no atinamos a reconocer del todo ha ocurrido pasa indefectiblemente a
en nuestra conciencia. En ese sentido, la visibilidad? Los partidarios de una
la ética del historiador presupone historia cíclica suponen que la historia
también partir de la pregunta sobre es muy conocida, basta esperar su
quién escribe los documentos, contra nuevo paso. Los partidarios de una
quién se escriben los mismos, y si hay historia abierta, sin autor y sin sujeto
un régimen de validez en la autoría que –hipótesis que circula desde las últimas
afecte en definitiva el acto de escribir décadas del siglo XX–, se complacen
la historia. Si no se sabe decir, al cabo, en ver la historia como aquello que
si ocurrieron o no los hechos, de nada pone a los hombres frente a un
vale leer bien los documentos. O vale, enorme capricho, que los convierte en
sí, si nos desprendemos de los hechos. sus juguetes. La gran frase de Marx en
¿Estamos dispuestos a hacerlo? No, pero el 18 Brumario –“los hombres hacen
igual debemos hacer esa pregunta. la historia”–, reconduce al mismo
Lograr una respuesta adecuada de la problema. Siguiendo este pensamiento,
relación entre autoría discernible y la historia puede ser totalmente cono-
autoría indiscernible es la tarea del cida por el historicista, pero la frase de
historiador. Se equivoca el historiador Marx concluye: “los hombres hacen la
acostumbrado al juego de la histo- historia, pero no en condiciones cono-
riografía argentina, que por el hecho cidas por ellos”. Ésta es la frase que
de que algunos digan que el Plan de toma Tulio Halperin Donghi, y de allí
operaciones de Moreno no pudo haber la dificultad de su lectura, dado que
sido escrito por él, afirman su autoría ha cumplido con el propósito de regir
sin bases ciertas; pero también se equi- una escritura de la historia a partir
vocan los que condenan absolutamente de esta paradoja: nunca se conocen
la autoría de Moreno porque acaso enteramente las consecuencias de las
nos daría un Moreno prácticamente acciones realizadas por los hombres.
asesino. Reincidimos, una nación se Marx en el 18 Brumario hace el último
funda necesariamente en la violencia, esfuerzo, como gran historiador que fue,
pero odia tener que decirlo, y el Plan para escribir una historia que dé cuenta

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de la superficialidad del conocimiento Recurro ahora a En busca del tiempo


de los hombres respecto de sus acciones perdido de Marcel Proust, un documento
que determinan los procesos históricos. asombroso de la expresión novelística
Sin embargo, más adelante, instala una y memorística que revela todas las
utopía, la posibilidad de una sociedad complejas operaciones que es necesario
en la cual todos los hombres saben efec- efectuar para evitar el Yo acuso y al mismo
tivamente lo que hacen. tiempo profundizar el pensamiento
Este conjunto de problemas puede ser sobre el mismo problema. El tema o el
conjugado bajo la forma del peritaje problema de Proust es la pregunta por
caligráfico de la historia, es decir: ¿es cómo escribir el tiempo, cómo evitar que
posible saber lo que hacen los hombres?, se escape algo de los hechos primitivos y
¿es posible que haya un perito caligrá- originarios que ocurren en un plano que
fico que en el tramo final nos diga que llamamos “el tiempo”, un lugar pasible
nuestra historia estaba falsificada, que de modificaciones en las que no puedo
no pertenecía a autorías verídicas y atra- intervenir, en tanto me modifico cada
vesaba senderos equivocados? vez que lo hago. En ese río interminable
El historicista diría que no, dado de las vidas, la escritura pasa a ser parte
que el recorrido realizado posee una del flujo y ya no puede hablar más, o
validez interna que se auto certifica. El bien da un paso al costado de ese flujo
moralista diría que sí, que es posible indeterminado y abrupto, que avanza a
analizar enormes tramos de la historia borbotones, y desde ese costado puede
humana bajo la lupa de una prédica y nombrar algo de ella. Así se produce
una pastoral. En entonces el enigma: ¿hay algo afuera del
Borges y Proust son dos maes- este caso, ¿cuál tiempo histórico? Para fusionar historia
tros de historiadores. En sus de los dos tiene y tiempo, Proust escribió En busca del
obras se disuelve el yo para dar razón? Cuando tiempo perdido, y el resultado está a la
lugar a una gran coreografía el historicista vista: una gran dificultad en la lectura.
entre tiempo y lenguaje, en habla, intenta Cuando se termina un párrafo, lleno de
el que se encuentran y desen- aceptar todo lo subordinadas, alegorías y desnudamientos
cuentran. Y luego el lector, humano, incluso de operaciones sigilosas de la memoria, se
que siente la felicidad ante sus momentos genera una gran felicidad en el lector, dado
el logro de esa fusión, se ve más agrios y que se comprueba la felicidad profunda
rozado por una literatura que violentos, pero de la lectura, la del lector histórico, al
se hace necesaria al capturar luego no puede comprobar que el tiempo y la escritura
al tiempo y el tiempo se hace evitar trasladar pueden fusionarse en un solo punto. Un
necesario al provocar la forma la imaginación tema presente también en Macedonio
más quebradiza posible de una a un momento Fernández, donde la escritura podía
escritura que, sin embargo, no liberado, donde apresurarse y recibir la idea del tiempo
termina por disolverse en la el conocimiento en un lugar donde la escritura ya se había
temporalidad. perfecto de las anticipado, o al contrario, la escritura
acciones permi- retrasada corría la carrera del tiempo y
tiría –según él– evitar la violencia, el lector podía pedir al escritor que no
hacer reinar a la justicia, y finalmente escribiera tan rápido porque el lector no
terminar, quizá, con la idea misma de lo alcanzaba, o que acelerara el escrito,
historia, dado que se liquidaría su hilo porque el lector ya había avanzado sobre
pasional, su incerteza documental. el abismo. Para esto, la escritura necesita

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servirse de más instrumentos de los que ción Zola-Proust, dos literaturas,


cuenta el profesional, instrumentos de dos posiciones del perito caligráfico,
la memoria, con sus puntos y comas, dos formas yoicas y dos formas de
son sus subordinadas y sintaxis. ¿Cómo la memoria totalmente incompati-
se consigue esto, si el punto y coma, el bles, donde la novela se convierte en
signo de admiración, precisan de la frase expansión del artículo Yo acuso apare-
estática o bien la convierten en tal? cido en el periódico.
Proust da una enseñanza a toda la Hoy vivimos una política degradada,
historiografía, y sobre todo a la fran- no hay acusaciones que tengan el fuerte
cesa que culmina en Foucault, autor sello del Yo acuso, porque en Argentina,
de textos que ya están devorados por como en otros países, se piensa que los
el flujo de la memoria y el olvido, problemas políticos no tienen ninguna
intentando desbordarla para dirigirse relación con la pregunta sobre cómo
a un lector que descubre el intento escribir la historia. En consecuencia,
de fusionar tiempo y escritura, de la historia se nos presenta como narra-
escribir el tiempo que de algún modo ción de un autor, de un personaje, que
es refutarlo. Porque esa fusión implica cree que la historia no le atañe. Este
restituir al hombre en la naturaleza, punto nos lleva al modo en que Marx
tema real del riesgo de este tipo de se convierte en historiador, no sólo
acceso a la memoria. Ése es también en el 18 Brumario, sino en El capital
el tema íntimo e interno de la litera- donde señala y aísla la idea de que la
tura de Borges, pero él lo resuelve con historia también habla de aquellos que
otra escritura que simula ser limpia y dicen ser indiferentes a sus hechos. Este
clara; lo consigue. gesto de desafectación lo puede ejercer
Borges y Proust son dos maestros de un individuo o también un colectivo
historiadores. En sus obras se disuelve social. “De ustedes la historia está
el yo para dar lugar a una gran coreo- escrita”, esta frase de Marx va dedi-
grafía entre tiempo y lenguaje, en el cada a los alemanes, a quienes supone
que se encuentran y desencuentran. Y riéndose de El capital como libro de
luego el lector, que siente la felicidad historia, creyendo que anuncia un
ante el logro de esa fusión, se ve rozado horizonte nefando que los alcanzaría.
por una literatura que se hace nece- El marxismo es, finalmente y desde el
saria al capturar al tiempo y el tiempo punto de vista histórico, la inminencia
se hace necesario al provocar la forma del estallido de una teoría en nombre
más quebradiza posible de una escri- de casos de la historia. El príncipe de
tura que, sin embargo, no termina por Maquiavelo es un libro enteramente
disolverse en la temporalidad. de casos, ejemplificador, en el que se
Esa dialéctica, de disolución y emer- sostiene la tesis de que los hombres
gencia sobre el tiempo, es también el hacen la historia y, en general, la realizan
drama de la escritura del perito cali- bajo formas abominables que hay que
gráfico. En Proust no hay peritos, elogiar. Esta paradoja de Maquiavelo
pero de algún modo el yo, que nunca nos lleva a una paradoja mayor; a
se comprueba, es un yo también preguntarnos si él creía efectivamente
partidario del capitán Dreyfus. Sin lo que escribía, o si sólo lo escribía por
embargo para Zola es fácil la idea sentirse frente a una obligación que
del yo, por eso tenemos en esta rela- rebasaba su agrado o desagrado.

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Volviendo a Marx, en su obra encon- ante el “de fabula narratur”, a quién se


tramos un despliegue histórico en lo diríamos, qué les está por llegar a los
ciertos capítulos, y en otros la teoría argentinos en la historia del presente.
de la reproducción de un signo, al Marx nos habla de sustituciones. Lo que
que llama mercancía. Signo que debería ser en la escala de los hombres
los alemanes desestimaban dado su diáfano, es sustituido por algo malo, por
contexto histórico en el cual el capi- un fetiche. La mercancía es ese fetiche:
talismo no había llegado a asentarse es el Mal, y esa proposición lleva sus
definitivamente. alcances a una historia de la escala de
“De ustedes habla la historia”. La frase la humanidad, y funda lo que tantos
apunta, en primer lugar, a una ética de vieron como el humanismo marxista.
la responsabilidad, a un hacerse cargo Ahora bien, “de fabula narratur” está
de que el capitalismo va a llegar. Pero dirigido a aquellos incautos que creen
qué diríamos los hombres del presente que no serán alcanzados por el Mal.

Emile Zola

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En la escritura de la historia hay de las mentalidades es una historia


una suerte de vaticinio, que está en de larga duración, cambia sobre
los escritos de los grandes historia- mojones que resisten cambiar. Este
dores, Ranke o Michelet, y que en el tipo de escritura lleva la historia a
segundo aparece bajo una pregunta la ficción, pues también este tipo de
muy profunda: ¿es posible que los historia ya provenía de la ficción,
hombres contemporáneos vivan algo concretamente de la idea del tiempo
parecido a lo que vivieron los del perdido y recobrado de Proust, y es
pasado? Podemos concebir que los allí donde se introduce un problema
hombres del pasado nos arrojan una narrativo fundamental. ¿Tenemos
piedra con un mensaje de salvación: derecho a hacer ficción de la historia,
“compréndannos porque si no, no o es preferible hacer una ficción
van a poder imaginar su verdadera oculta? Creo que ése es el partido que
vida; no somos meros objetos calcifi- toma Groussac con su libro sobre
cados de la historia”. Michelet dice: Liniers, quien termina diciendo “yo
“Podré escribir la historia si al pasar soy Liniers”, aunque lo haga oculta-
frente a esta abadía del siglo XII puedo mente. Sin embargo nos hace creer
sentir yo mismo lo que sentían los la existencia de cierta vivacidad en
parroquianos, ese sentimiento que los documentos, que lleva a postular
llevaba a los campesinos a obedecer las que la sentimentalidad política de los
campanas de la iglesia”. ¿Acaso no es hombres de principios del siglo XIX
un acto de desesperación ese intento? es muy similar a la de los hombres
De ahí viene una escritura que necesita de principios del siglo XX. Pero
muñirse de los instrumentos simbó- si dijéramos que cada año aparece
licos necesarios para sostener que no una sentimentalidad diferente, que
sería digno escribir sobre aquellos cada diez años o menos emerge una
hombres, si no se sintiera lo que ellos nueva subjetividad, que cada nuevo
sintieron. A lo que inmediatamente invento de Bill Gates, o nueva forma
puede responderse que haría mejor de relacionarse por Internet daría
la historia un marxista más primario como fruto una nueva subjetividad,
o elemental. No podemos abocarnos como en los últimos años se sostiene,
al sentimiento de hombres de otras estaríamos frente a una humanidad
épocas, imposible de reconstruir, sino mucho más interesante, que a partir
ver las fuerzas productivas y el modo de cada adelanto tecnológico produce
en que engloba lo que después se una nueva subjetividad. ¿Pero más
llamó el contexto histórico social. Si interesante realmente?
intentáramos sentir lo que sintieron Me temo que las cosas no sean exac-
los hombres del pasado, quedaríamos tamente así. Hay un núcleo de hipó-
detenidos en devaneos que nos llevaría tesis de sentimentalidad que atraviesa
años resolver, sin poder extraer de ellos los medios de producción, las innova-
ningún tipo de escritura. ciones tecnológicas y que, sin ser ente-
Lo historiadores argentinos, de algún ramente calcáreo, mantiene ciertas
modo, acataron ese sentimiento de resistencias frente al cambio. Ésa
Michelet y llamaron a eso, siguiendo es la gran hipótesis de Lévi-Strauss,
a la historiografía francesa, “histo- quien incluso exagerando, dice que
riar las mentalidades”. La historia el pensamiento es como una piedra

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en su relación con el tiempo, es decir: de parecerse entre época y época. Es


siempre se piensa lo mismo y se esta- posible entonces un Marx vaticinante,
blece el mismo arte combinatorio. en tanto no era posible ser Marx sin
Leemos en el Liniers de Groussac el dejar deslizar la idea de que había una
capítulo de la negociación del marqués historia resuelta al final del camino.
de Sassenay, el hombre enviado por Es imposible desentenderse de que
Napoleón a la ciudad que en esa época era toda historia escrita no puede dejar
reconocida como una factoría dominada de hablar de la conciencia crítica de
por la elite mercantil contrabandista. A cualquier forma de la humanidad.
esa factoría llega el marqués de Sassenay Los libros de historia, si no precisan
a hablar con Liniers que permanece en esto, son sólo libros menores. Cuando
el Fuerte, y que un escritor que no es novelista toma
Una de las grandes hipótesis sabe que debe reci- categorías de la novela, de la narración
de lectura de Martínez Estrada birlo dado que fue teatral o la ficción, se abren diversas
es que se puede leer de muchas él mismo quien entradas al tema. Una es el acompa-
maneras, pero quien lee los escribió una carta ñamiento a pie de página, con cierta
grandes textos sin revolcarse de su puño y letra pretensión de brillo literario, sobre
en el suelo, sin que le pase a Napoleón, infor- un tema del cual la literatura es mera
nada como si se tratase de la mándole que era anexión u ornamentación, colocada
reproducción de momentos un francés quien desde fuera del problema. Esto es lo
arcaicos ya inviables, si alguien estaba gobernando que actualmente ocurre respecto a la
al leer no siente lo invariante, el Río de la Plata escritura historiográfica académica.
el hecho de que los problemas luego de haber Otra de las vías posibles para establecer
no han cambiado, es un triunfado contra la relación entre ficción e historia es
necio y no está leyendo. Este los ingleses. Pero el ingenio, la invención de palabras
tipo de autores que intentan ya se habían enra- que vienen a suplantar conceptos
introducir nuevos conceptos recido las cosas, ya instalados, como lo hace el histo-
de lectura, de relación con Liniers no está riador Alain Rouquié, que en lugar de
grandes fórmulas narrativas de seguro de recibirlo nombrar a una oligarquía terrateniente
carácter “eterno” pueden ser y lo trata fríamente. agro-exportadora, los llama los “baron
tratados como locos. Groussac cree que beef”, o barones del bife.
su problema en la En el caso de Marx con Shakespeare, no
vida intelectual argentina, al verse como es fácil saber si se trata de meros aderezos
un extranjero al frente de la Biblioteca de pie de página, o si intervienen revul-
Nacional, es igual que el de Liniers. Cree sivamente al interior de la teoría. Está
que tiene que pensar, llegar a experimentar muy presente en Shakespeare la idea del
en carne propia, lo mismo que Liniers hombre dramático, de la locura y de que
sintió aquella noche ante la llegada del la historia ya está escrita pero en líneas
enviado de Napoleón. secretas. ¿Por qué seguimos leyendo
“De fabula narratur” es suponer Macbeth o Hamlet? Porque de algún
que hay momentos de la conciencia modo, no les hicimos caso a los necios
humana, de la conciencia colectiva que creen que los grandes textos no están
y social, que permiten una idea del escritos para ellos, es decir, aquellos que
tiempo que puede ser entendida, no leen de verdad. Una de las grandes
en su lento y trabajoso andar, afir- hipótesis de lectura de Martínez Estrada
mando que los hombres no dejan es que se puede leer de muchas maneras,

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pero quien lee los grandes textos sin pesadilla, en la que los muertos hablan
revolcarse en el suelo, sin que le pase por los vivos, las personas se creen
nada como si se tratase de la reproduc- romanas en lugar de francesas, todo está
ción de momentos arcaicos ya inviables, mal; todo ocurre en términos de una
si alguien al leer no siente lo invariante, sustitución. La pesadilla acabará cuando
el hecho de que los problemas no han los hombres pongan la historia sobre sus
cambiado, es un necio y no está leyendo. manos y digan: “Ésta es mi verdadera
Este tipo de autores que intentan intro- historia, basta de fantasmas”; y en ese
ducir nuevos conceptos de lectura, de momento, los hombres podrán hablar
relación con grandes fórmulas narrativas como el padre de Hamlet, “has hozado
de carácter “eterno” pueden ser tratados bien, viejo topo, has hecho bien tu
como locos. tarea subterránea”; hasta que podamos
Marx toma la idea del viejo topo apare- ver la luz, deberemos cruzar el mundo
cida en Hamlet, en el momento en que de pesadillas para, de una vez, tener la
aparece el rey, y Hamlet hijo le dice: historia en nuestras manos. ¿Ésta es sólo
“Has cavado bien, viejo topo”. Marx, sin una metáfora que acompaña la teoría?
mencionar que es de Hamlet, termina el El modo en que el mundo metafórico
18 Brumario diciendo que la revolución ingresa al mundo real, y la forma en que
es el viejo topo, y que finalmente se va a las palabras escapan a nuestro control,
aclarar esta historia, tan parecida a una es un problema que aparece al leer los Horacio González

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diarios, al leer historia, en cualquier otras dos, pero Plotino nos dice que
conversación de amigos. No existe otra no debemos elegir ninguna dado que
manera de conversación que ésta, sucia, las tres son una unidad inseparable.
en la que el viejo topo actúa permanen- En la idea de hipóstasis remitida al
temente hasta que alguna vez –parafra- mundo laico, se da bajo otro rostro el
seamos a Marx–, podamos vaticinar mismo problema: la indagación si sobre
el momento en que los hombres por la base de una invariante las figuras son
fin se detendrán a ver lo que hicieron, mutables, o si precisamos siempre, en el
momento terrible en el cual dejarán de pensamiento crítico que las figuras, a la
hacer falta los historiadores. manera de Plotino (Dios padre, Hijo y
La idea del viejo topo es la idea de una Espíritu Santo), vayan mutando, repre-
promesa, de que todo lo que ocurre es senten funciones diferentes siendo, sin
pesadilla: “La historia no es más que embargo, una la manifestación de la
una pesadilla en la que los muertos no otra, aunque nunca enteramente.
hacen más que ocupar la conciencia de En el Facundo se presenta una trinidad
los vivos”, pero al mismo tiempo, al hecha sobre la base de la hipóstasis.
tener que explicar qué es lo que hacen Dicho en términos de la filosofía exis-
los muertos, el 18 Brumario es un libro tencial, yo soy el otro respecto de aquél
de historia de la humanidad, el libro problema del cual no puedo hacerme
que indica el modo en que el pasado el zonzo. Facundo comienza diciendo
interviene siempre. que va a hablar de Rosas, aunque
Cuando Groussac afirmaba que, en su después no se dedique tanto a Rosas.
época, imaginaba salir a la calle con el Más bien lo enfrenta desde el propio
capote de Liniers, estaba señalando el Facundo. Sarmiento finge admitir que
modo en que los hechos se repiten a lo que escribió carece de rigor cien-
lo largo de la historia, y la necesidad tífico, y tiene la prudencia de pedir
de romper con dicha recurrencia. En perdón y explicar que su escritura fue
historia, las categorías están estili- rápida por estar inserta en una época
zadas, los hombres pasan a pertenecer de lucha política con Rosas, y que más
a categorías históricas, por lo tanto ni adelante, cuando el libro sea olvidado,
siquiera precisamos imaginar entera- se dedicará a corregir e introducir las
mente su vida. estadísticas de rigor. No pensaba real-
Por último, la forma de escritura de mente así, pues dice todo esto para
la historia que nos queda nombrar, es defender sus hipóstasis, un elemento
la de la hipóstasis, aquella que cosifica limítrofe de la escritura histórica.
los hechos históricos y los coloca en Entonces, la tercera figura de la hipós-
un molde equivocado. La hipóstasis tasis es el Doctor Francia, ministro
es una figura del cristianismo, apare- de Paraguay. El primer capítulo va de
cida en Plotino para interpretar los Facundo a Rosas, y luego de Rosas
tres rostros del misterio, Dios padre, al Doctor Francia, una figura que es
Hijo, y el Espíritu Santo; al igual que presentada por Sarmiento como un
la Sagrada Trinidad de la Revolución personaje siniestro, aquel que cerraba la
Francesa: libertad, igualdad, frater- tríada que, en lugar de estar conformada
nidad. Muchos hombres discutieron por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
con vistas a discernir cuál de las tres se componía por Facundo, Rosas, y el
es la verdadera, la que incluye a las mencionado Doctor Francia.

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Imágenes y memoria N° 9-10 | Edición Bicentenario

Uno va y viene del Facundo porque por que mató a Chacho Peñaloza”.
presenta el mismo misterio o compli- Luego de decirle todo esto, podemos
cación que la religión cristiana. No pensar que es como si señala explícita-
sabemos si nos habla de Facundo, mente: “Usted es la cuarta figura”.
de Rosas, o del Doctor Francia, los ¿Acaso puede escribirse así la historia?
tres “fanáticos” del período de la Un historiador diría que no, pero si
Independencia. Para Sarmiento, dicha asumimos una diversidad de posi-
época, requería de una gran escritura ciones éticas dentro de la escritura, no
que mostrara de qué modo el Mal se resuelve el problema de la historia
estaba presente en todos lados, y que sin pasar por estos problemas. En
cada uno de ellos era el rostro del otro. cierta reunión donde se encuen-
Años después, poco antes de la muerte tran Sarmiento y Alberdi ya viejos,
de Sarmiento, Alberdi, con quien Sarmiento toma la iniciativa, y dice:
por momento se odiaban, introdu- “A mis brazos doctor Alberdi”.
cirá el cuarto elemento. Le dirá: “El
Facundo es usted, el título del libro
debió llamarse Faustino, no hace más (*) Conferencia brindada en el marco
que escribir sobre usted porque es un del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
déspota, un unitario que quiere apode- en el Bicentenario”, organizado por la
rarse de las provincias y es un asesino Biblioteca Nacional durante el 2009.

171
Artificios:
lengua y ciudad
La teoría del artificio no fue
escrita por nadie y quizás
todos escriben a su manera
esas teorías. Se trata, ni más
ni menos, que de la hipótesis de que la acción humana depende
de ella misma, es su propia autora y su propio rastro, su forma
y su fondo, su manifestación y su consecuencia; todo está en uno
y sin dejar otra constancia que la acción misma en su mero ser.
¿Pero si todo fuera eso? ¿Si todo fuera así? ¿Sólo habría energía
sin reflexión ni estilo? El mundo sería puro arrojo vital; nadie
podría volver sobre sus pasos para saber lo que ha sido, lo que
pudo ser, la diferencia entre lo ocurrido y lo que se esperaba. Por
eso, hay algo más. Está el artificio. Volver sobre la experiencia es
el artificio, la construcción luego de la materia bruta, la forma
de la creación que se asume y contempla, meditada o no. Y si
no lo es, igual se coloca como acto intencional que otro podrá
pensar. Los actos premeditados tienen mala fama, pero son la
esencia de la realidad y la cultura. Muchas veces surge la equi-
valencia del artificio con la artimaña, el disimulo o el ardid.
Pero la literatura y el pensamiento político viven de ellos, no
por lo que tienen de enredo, sino por lo que suponen de creación
incesante de realidades. Se crea sobre lo ya dado. Pero lo ya dado
quizás fue un antiguo artificio que logró engañarnos haciéndonos
creer que era espontánea vitalidad irredenta. Jorge Luis Borges y
Ezequiel Martínez Estrada, fueron quienes más provocaron las
fuerzas del artificio con la potencialidad del vivir sin nombre,
la pura fuerza del destino. Ambos pensaron situaciones únicas
y maravillosas, capturadas por los signos y mecanismos de las
culturas. Signos a veces terroríficos, como en Borges, o despó-
ticos, como en Martínez Estrada. Borges lo hizo para saludar
con ironía estos mecanismos y convertirlos en un juego más de las
posibilidades de la existencia. Martínez Estrada buscó llamar la
atención respecto del hecho de que en los artificios las existencias
naufragaban. Pero entre ambas posibilidades se sigue jugando
hoy la apuesta de los pensamientos que quieran transformar las
cosas trasformándose a sí mismos.
En esta sección presentamos un conjunto de elaboraciones sobre los
dos grandes artificios de la creación humana: la lengua y la ciudad.
Martín Prieto reflexiona sobre la relación de la poesía con el pero-
nismo y lo hace recurriendo a dos nombres que, en opciones ideoló-
gicas diferentes, vieron atravesada su obra por el rumor de la calle:
Lamborghini y Fernández Moreno.
Ángela Di Tullio interviene en la polémica sobre la lengua de los
argentinos retomando los encendidos debates que antagonizaron
respecto al carácter de lo que puede considerarse como materia
prima de la nación.
Pablo Sztulwark y Juan Molina y Vedia piensan la ciudad como
espacio fundamental de la convivencia colectiva que, sometido a
las variaciones del vértigo de le época, reclama nuevos modos de
ser habitado.
Lengua y ciudad, entonces, como los artificios legados y las ficciones
por venir.
174

Poesía y peronismo:
un episodio en la historia
de la literatura argentina(*)
Por Martín Prieto
Los acontecimientos políticos suelen modificar las
percepciones y las sensibilidades culturales de su
época. Sin embargo, la emergencia del peronismo
en la década del 40, no logró conmover, hasta años
más tarde, las expresiones estéticas en el campo de
la poesía. Quizá por tratarse de un fenómeno de
difícil inteligibilidad inmediata, reacio a las grillas
clasificatorias, o bien por la perplejidad frente a tal
conmoción, la literatura no pudo volverse rápida-
mente permeable a las transformaciones en curso.
No se trata de la presencia, evidente, del fenómeno
político peronista en el ambiente cultural de aquel
entonces. Existía sí, como sabemos, una polariza-
ción que alineaba a uno y otro lado, distribuyendo
posiciones en la escena. Sin embargo, apologetas y
detractores permanecían indiferentes por cuanto
más allá de sus referencias temáticas, las formas
y la materia poética no se veían cuestionadas en
sus modos por la aparición del mundo plebeyo,
aunque incorporase su habla en el canon poético.
Bajo estas intuiciones, Martín Prieto recoge las
discusiones de las distintas corrientes de la poesía
del período, encontrando en ellas núcleos inva-
riantes (la idea respecto a su función, las métricas
y los estilos) que no cedían al llamado de otras
formas expresivas. César Fernández Moreno y
Leónidas Lamborghini, a uno y otro lado ideo-
lógico, dan cuenta de una mutación política y
social produciendo una experimentación radical
en el carácter poético argentino.
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A mediados de los años 50 surge en social, económica y cultural, produ-


América Latina un movimiento de ciendo una fusión fugaz, o una ilusión
poetas sin manifiestos, revistas, lide- de esa fusión, entre las series política y
razgos evidentes y, ni siquiera, un literaria: como si el siglo XIX sucediera
nombre común: antipoetas, existen- otra vez.
ciales, circunstanciales, coloquiales,
fueron algunas de las maneras en las Cuando crucé unos correos con Sergio
que se designó a sus integrantes y por Pastormerlo sobre esta misma exposi-
extensión a sus obras. Los más desta- ción, de la que leí una versión preli-
cados: el chileno Nicanor Parra, el minar en un congreso en La Plata, él
uruguayo Mario Benedetti, el nicara- me planteó sus expectativas en relación
güense Ernesto Cardenal, los argen- con el trabajo que, esperaba él, pudiera
tinos César Fernández Moreno y serles útil a los alumnos de la carrera de
Leónidas Lamborghini. Pero esa poesía Letras –y a muchos profesores también,
antipoética, circunstancial, histórica, agrego yo– y a los lectores en general,
se cruza en Argentina con una circuns- que estudian, sin fisuras ni cuestiona-
tancia extraordinaria y nacional: el mientos, el relato de Pierre Bourdieu
peronismo. Por cierto, ya en los años acerca del “proceso de autonomización
40, ya fuera por adhesión o rechazo, literaria” y se imaginan que eso es algo
se escribió y publicó en la Argentina que avanza incontinenti hasta quién
abundante obra poética peronista –o sabe qué alturas. Dice Pastormerlo:
antiperonista– pero siempre según “una especie de escalera al cielo de la
las convenciones poéticas (enveje- literatura pura”. Espero no defraudar
cidas casi inmediatamente de haber las expectativas de Sergio, a quien
sido formuladas) del neorromanti- dedico esta exposición.
cismo y otras formulaciones tibias y
no desestabilizantes de ese modelo. La poesía argentina después de
De esta manera, el fervor peronista las vanguardias. Los cuarentistas
de José María Castiñeiras de Dios, apostrofan la poesía martinfierrista
por ejemplo, es formalmente tan como ultramarina y son apostro-
anacrónico y políticamente tan inútil fados como reaccionarios. Silvina
como el fervor antiperonista de Silvina Ocampo ve morir ciudadanos triste-
Ocampo: ninguno logra dar cuenta, mente asesinados por la policía
en términos formales, de esa novedad,
de esa revolución que el peronismo En primer lugar, para ir entrando
estaba significando en las estructuras en materia, habría que hacer algunas
sociales, económicas, políticas y cultu- precisiones, así sea sucintas, en rela-
rales de la Nación. La particularidad ción con la historia de la poesía argen-
de los “antipoetas” argentinos es que, tina después de las vanguardias. Y en
más allá de sus adhesiones políticas el primer lugar de ese primer lugar,
–que además son fuertes: el peronismo a la reacción contra-vanguardista de
de Lamborghini, el antiperonismo de los años 40, la de los poetas naciona-
Fernández Moreno– logran dar cuenta, listas y elegíacos que le reclamaban al
formalmente hablando, en Argentino martinfierrismo haber sido demasiado
hasta la muerte y en El solicitante sensible a lo que ellos llamaban la retó-
descolocado, de esa novedad política, rica “ultramarina”.

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Y a esa “retórica ultramarina” de vez, en las formas fijas y en los metros


los vanguardistas, los cuarentistas tradicionales, sobre todo el endecasí-
opusieron una poesía de temática labo y el octosílabo.
nacional, interiorista y, sobre todo, En el prólogo a la primera gran anto-
seria, frente al humorismo, el sarcasmo logía poética grupal, realizada sobre el
y la polémica, que eran algunas de filo de la década, David Martínez apos-
las notas destacadas del martinfie- trofó a cada uno de los poetas seleccio-
rrismo. Fueron, como señaló Luis nados con notas que se proyectaron
Soler Cañas, “los jóvenes serios” (una sobre toda la generación: elegíaca,
autocalificación parecida a la que unos pura de forma y fondo, sobria y conte-
años después haría Juan José Sebreli nida, habitada de un mundo de suges-
en relación con los contornistas) y esa tivos pretéritos. Unos años después,
seriedad, en los cuarentistas, se mani- los poetas de Poesía Buenos Aires, no
festó tanto en el “tono” de sus poemas tardarán en ponerle un nombre polí-
(preponderantemente elegíaco), como tico a los cuarentistas, que también los
en su forma y prosodia, dejando califica estéticamente: reaccionarios.
de lado la experimentación con la Y tal vez el “emblema” de ese reac-
metáfora de los martinfierristas (y cionarismo político y estético de los
volviendo a la más apocada compa- cuarentistas lo podamos encontrar en
ración) y también la experimentación la obra poética de Silvina Ocampo,
con los versos libres o blancos, que compuesta casi exclusivamente por
atraviesa un período importante de cuartetas endecasílabas pareadas o
la poesía argentina, desde el Lugones abrazadas y algunos sonetos, práctica-
del Lunario sentimental de 1909 hasta mente exenta de riesgos formales, que
Martín Prieto Oliverio Girondo, para abrevar, otra echa mano a un vocabulario muchas

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Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario

veces lujoso, pero de una suntuosidad citado por Avellaneda, describe las dos
ya comprobadamente poética desde facciones políticas en pugna: de un
el Modernismo, y cuyos temas son lado, la vitalidad primitiva, la fuerza
los comunes a la poesía de la época: toda del primitivo que es lo próximo
evocaciones de la infancia perdida, o lo cercano al animal (ellos) y del otro
himnos a la patria, y la Antigüedad el ideal de cultura, los progresos de la
como fuente de inspiración, o como inteligencia, la presencia del libro, los
pretexto. En noviembre de 1945, en movimientos esclarecidos, las acciones
una revista titulada Antinazi, Ocampo dirigidas por el juicio y el pensamiento
publicó un singular poema llamado (nosotros).
“Esta primavera de 1945, en Buenos Los cuarentistas, como señaló el crítico
Aires”, cuya evidente referencia es la Carlos R. Giordano, sintieron aguda-
revolución del 17 de octubre de 1945. mente la extrema gravedad de la época,
Desaparecen entonces la abstracción pero no entendieron los términos del
y el irrealismo –“Vi morir a ciuda- problema.
danos tristemente, / asesinados por Mi hipótesis es que tampoco los enten-
la policía”–, y cae la máscara neutral, dieron los poetas cronológicamente
apolítica, que también fue señalada sucesivos, es decir, los invencionistas y
como una marca generacional: “¡Oh, los surrealistas.
desolada confusión del día / que ha
transformado en odio la armonía / de Los invencionistas. La neurosis del
un territorio plácido y profundo!”. historiador. Edgar Bayley, en la línea
Pero tal vez lo más importante sea la de Echeverria y Mitre, pero mejor.
inadecuación entre el asunto tratado Los poetas del espíritu nuevo. La
–“la turba histérica” que avanzaba elección objetiva, el correlato objetivo
hacia la Casa Rosada–, y el vocabulario y la melancolía de Flaubert. Mayor
elegido por Ocampo: “esa triste gente fuerza reactiva que propositiva
/ que escribía palabras en la acera”,
además de una especie de inversión El invencionismo argentino afinca,
retórica y política que es otorgarles, sobre todo, en la revista Poesía Buenos
en el poema, nobleza humana a los Aires, una publicación, podríamos
animales (los caballos inocentes) decir así, programáticamente progra-
mientras que, “por afuera”, el discurso mática, en la que no había número que
propiamente político, le daba, al revés, no tuviera, sobre todo en la forma de
condición animal al nuevo sujeto polí- editoriales, o notas liminares, algún
tico peronista, según se desprende de texto en el que se explicitara cuál era
la campaña partidaria de la Unión la novedad que la revista venía a signi-
Democrática de 1946, en la que, como ficar en el mapa de la poesía argentina,
señala Andrés Avellaneda en El habla menos en dimensión “histórica” que
de la ideología, se cristaliza la oposi- esencialista y radical. No qué debe
ción entre un signo positivo, el de la ser la poesía “hoy” –y ojo, ese hoy era
cultura entendida como inteligencia, extremadamente atractivo en términos
evolución y armonía, y uno negativo, ideológicos, políticos, culturales y aun:
el de la no-cultura, representada por vitales– sino, directamente, qué es la
el instinto, lo primitivo y, directa- poesía y qué es un poeta en notas que
mente, lo animal. Américo Ghioldi, remiten de modo implícito a las que

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fue construyendo la tradición román- Realidad interna y función de la poesía,


tica y simbolista, la del poeta como “un que publicó en Rosario en la Editorial
pequeño dios” que encuentra su origen Vigil a principios de los 60 y que cumple
en la teoría romántico-simbolista de con ser la primera manifestación argen-
las correspondencias verticales, entre tina de un poeta y crítico a la vez, de
el cielo y la tierra, las corresponden- un poeta no solamente “inspirado” sino
cias baudelerianas que sólo pueden ser también vigilante de la tradición y de su
“interceptadas” por un poeta que, de propia obra. Posiblemente algunas de las
este modo, no es un ser enteramente reflexiones de Esteban Echeverría, acerca
terrestre (recordemos la imagen extraor- de cómo debía ser la poesía nacional, y
dinaria del albatros de Baudelaire: el “Prólogo” a las Rimas de Bartolomé
divino en el cielo y en el suelo cómico, Mitre, en la cual su autor polemiza con
ridiculizado por cualquiera). la idea de la función utilitaria de la poesía
Recién en el número 13-14, de 1953, defendida por Sarmiento en los Viajes
Poesía Buenos Aires, al presentar un sean los antecedentes nacionales de esta
“panorama de la nueva poesía argen- intervención de Bayley. Aunque ni en
tina”, acompaña la muestra con un Echeverría ni en Mitre anidara el espíritu
texto que tiene, finalmente, el valor de crítico que sí puede leerse en Bailey y que
un manifiesto, o por lo menos el valor tiene ese doble alcance: hacia fuera, en
histórico de un manifiesto o, mejor dicho, tanto es un testigo crítico del “estado”
el valor que un historiador espera que de la poesía histórica y contemporánea,
tenga un mani- y hacia adentro en tanto todo poeta es,
En definitiva lo que define a un fiesto, en tanto a su vez, su primer crítico.
poeta no es su sensación parti- cumpla con Entonces, la figura de Bayley es deter-
cular (porque todos tenemos ese esquema minante en esta nueva configuración
miedo, todos estamos o estuvimos imaginario de programática de Poesía Buenos Aires.
o estaremos solos, todos sentimos vínculos verti- Y es esa “función crítica” la que actúa
alguna vez la desesperante melan- cales y hori- como una criba y propone un corte
colía del amor no correspondido), zontales que radical en ese panorama, en ese índice
sino el modo en que es capaz de permitan no de la poesía argentina contempo-
convertir esa sensación o expe- sólo su ubica- ránea, que no es inclusivo y que, al
riencia común a todos, en un ción neurótica, revés, como en el martinfierrismo o
objeto particular en el que después por parte del en el contornismo, se arma a partir
los lectores son capaces de “reco- historiador, de oposiciones. En primer lugar,
nocer” su propia experiencia. sino, a partir contra la generación del 40, la gene-
de allí, el deve- ración precedente, a la que llama, sin
lamiento de ese “valor” que la nueva medias tintas, “reaccionaria”, y, direc-
agrupación de poetas viene a imponer tamente, no la reconoce “dentro de
a un estado de poesía determinado. los dominios de la poesía” por, entre
Creo que en este “cambio” entre los otras cosas, el uso de “formas retóricas
manifiestos esencialistas del 50 y el clásicas concebidas apriorísticamente,
manifiesto programático del 53 es decisiva es decir, como ejercitación verbal”,
la presencia de Edgar Bayley, posible- lo que, según Aguirre y Espiro,
mente uno de los máximos teóricos de supone una “actitud superficial” y un
poesía que tuvo la Argentina, tal vez “artificioso retorno a épocas donde
el único. Estoy pensando en su libro estas formas eran expresión natural

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y legítima”. Pero también, en esa que el poema viene a satisfacer, pero


impugnación, caen los poetas reunidos el producto o eso con que se satisface
en el grupo MADI, a quienes los une esa necesidad interior (la rueda) no se
con Poesía Buenos Aires la idea de una parece en nada (salvo en que “anda”)
poesía como una “proposición inven- a lo que habitualmente satisface esa
tada” que rechace “toda injerencia de necesidad. El concepto de “elección
los fenómenos de expresión, represen- objetiva” que utiliza Bayley para
tación y significación”. Es decir una describir esa idea de invención, no
poesía no expresiva, no representativa puede sino recordarnos al de “correlato
ni significativa. Para Poesía Buenos objetivo”, de T. S. Eliot, cuando Eliot
Aires ésta es una poesía “en estado de dice que un poema no es “la emoción
teoría, del mayor interés”. Pero los en sí misma” que le da lugar sino un
poemas MADI son, en cambio, un grupo de palabras que aproximada-
fracaso, en tanto “se limitan a presen- mente pueden producir en el lector una
tarnos una sucesión –en el mejor de emoción lo más parecida posible a esa
los casos ordenada– de imágenes, pala- que le dio origen al poema. Digamos:
bras, conceptos inventados, y nada la melancolía de Flaubert, convertida
más”. Y también cae en la volteada en un enorme aparato retórico que se
invencionista el proyecto surrealista llama La educación sentimental al final
al que le cabe, como a los MADI, un del cual el lector se vincula emocio-
reconocimiento “por la contribución nalmente con el autor a través de esa
al esclarecimiento de la conciencia misma “sensación” y no entonces la
poética”, pero una acusación limita- poesía sentimental, confesional, refe-
toria: “favorecer, en nombre del auto- rencial de los estados de ánimo (estoy
matismo, el absurdo, la vacuidad, la solo, te quiero, tengo miedo). Porque,
nulidad de la expresión”. en definitiva lo que define a un poeta
Hechas las impugnaciones, queda, no es su sensación particular (porque
finalmente, el programa de la revista, todos tenemos miedo, todos estamos
al que los autores titulan “Poetas del o estuvimos o estaremos solos, todos
espíritu nuevo”, citando implícita- sentimos alguna vez la desesperante
mente el título de una conferencia melancolía del amor no correspon-
del francés Guillaume Apollinaire, dido), sino el modo en que es capaz de
“El espíritu nuevo y los poetas”, de convertir esa sensación o experiencia
1917, poniendo de este modo en el común a todos, en un objeto particular
centro de la escena a un poeta emble- en el que después los lectores son capaces
mático de la vanguardia europea, de “reconocer” su propia experiencia.
significativamente soslayado por los Volviendo al invencionismo, Poesía
vanguardistas argentinos del 22. Buenos Aires se declara heredera directa
La idea de “invención” de Bayley se de otro movimiento de vanguardia
apoya en una frase de Apollinaire del que había pasado desapercibido en
prólogo a Las tetas de Tiresias, de 1917, Argentina: el creacionismo del chileno
donde Apollinaire dice: “Cuando el Vicente Huidobro. Así como el inven-
hombre ha querido imitar la marcha, cionismo habla del “poema inven-
creó la rueda, que no se parece en nada tado”, el creacionismo define al “poema
a una pierna”. Es decir, hay una nece- creado” como un poema “en el que cada
sidad interior (la marcha, en este caso) parte constitutiva y todo el conjunto

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presentan un hecho nuevo, indepen- según esta secuencia: tus pelos tan
diente del mundo externo, desligado amarillos como el oro: tus pelos como
de toda otra realidad que él mismo”, el oro, tus pelos de oro. La imagen, en
y para el que “la poesía no debe imitar cambio, no responde a nada exterior y
los aspectos de las cosas, sino seguir las es, exactamente, la figura propiciatoria
leyes constructivas que constituyen su de la libertad absoluta, como ese verso
esencia y que les confiere la indepen- de Bayley que dice “la perla de las islas
dencia de todo lo que es”. favoritas”, que es una imagen, y no una
De este modo, y apoyándose en esa metáfora, en tanto no es una transcrip-
tradición, el invencionismo pretende ción en palabras de algo preexistente, o
introducir –ya veremos si lo consigue– real anterior. Pero, si vemos el poema
un giro retórico en completo nos encontramos con que esa
Es que tanto los surrealistas la poesía argentina, imagen no es lo absoluto del poema, sino
como los invencionistas, críticos reemplazando la su fuga. El poema sigue, digamos así,
declarados y fervorosos de la metáfora por la anclado en el mundo referencial: son
poética cuarentista, compar- imagen. ¿Por qué? las ocho y media de la mañana de un
tieron sin embargo con ella una Porque la metáfora fin de semana (de este fin de semana)
idea de la poesía, aunque su responde, por más llueve. Y la imagen abre un punto de
ejecución y su retórica fuesen alejados que estén fuga. Yo creo que ése es el límite del
diferentes: sentimientos la sus polos, a un tipo invencionismo, según podemos verlo
mayoría de las veces elevados, de relación entre en la misma muestra que acompaña la
temas esencialmente poéticos uno y otro, que presentación de 1953 en los poemas de
también (el amor, la muerte, la es el que la metá- Bayley, Raúl Gustavo Aguirre, Mario
infinitud o la finitud, el desaso- fora viene precisa- Trejo, Alberto Vanasco.
siego), una elección léxica mente a develar. En Y esta comprobación avisa que el
guiada por una poeticidad términos composi- programa de Poesía Buenos Aires tuvo
anterior. En lugar de que una tivos, “tus cabellos mayor fuerza reactiva –“contra los
palabra cualquiera, al formar de oro”, que ya es supuestos formales de la poesía, contra
parte de un poema, se convierta un clisé, no es dife- las maneras tenidas por prestigiosas,
en poética, o, mejor dicho, en rente al “hombre contra las convenciones literarias”–
vez de que un poema sea lo que que se crucifica al que propositiva porque, de hecho,
defina una condición poética abrir de par en par los poemas más representativamente
o la emergencia o manifesta- una ventana”, de inventivos de Poesía Buenos Aires son,
ción de la poesía, son las pala- Girondo, en tanto en su ejecución, algo –o mucho–
bras, poéticas de antemano, las ambas son referen- menos que las demasiado exigentes
que le otorgan a un poema su ciales y es posible premisas en las que se apoyaban.
condición. Esto es algo que se restablecer esos dos
ve en todos los movimientos términos reunidos Una idea de la poesía común a (casi)
“descendentes” en poesía. por el poeta en uno todos. Movimientos ascendentes y
solo, a partir de descendentes. Un triángulo de fuerzas
eso en común que tienen ambos (el que –aparentemente– se repelen. El
color, en el pelo y en el oro, los brazos prejuicio de lo sublime
abiertos en Cristo y en el señor que
abre la ventana). En algún punto una Sin embargo, y más allá de la imposi-
metáfora sigue siendo una comparación ción, como decíamos, de un “valor”,
reducida a la que le faltan los nexos, los invencionistas –y también los

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surrealistas argentinos, compañeros valor poético. El Modernismo, por


del invencionismo en su impugnación ejemplo, amplía el diccionario: estan-
a los neorrománticos de la genera- ques, cisnes, princesas, toros blancos,
ción del 40– tampoco dieron el paso nenúfares y todas las plantas acuá-
adelante que la época reclamaba en ticas que se puedan imaginar. Y el
cuanto a la renovación absoluta de un posmodernismo (Enrique Banchs, por
repertorio de temas y por lo tanto de caso) usa esas palabras que ya están
diccionario y por lo tanto de una retó- cubiertas de una pátina de poeticidad,
rica que fuera no digamos un “reflejo” aunque es eso lo que, al revés, las hace
pero sí que tomara en cuenta la revo- menos poéticas. Pasa igual con las
lución social, política y económica vanguardias, ya no con la vanguardia
que partió en dos la historia política, argentina, sino con la vanguardia en
social y económica de la República general de los años 10 y 20. El modo
Argentina a partir de, digamos, 1943, en que la vanguardia amplía el diccio-
o 1945, o 1947, y frente a la cual tanto nario poético, a partir de esa especie
la obra de los cuarentistas como la de de proclama antirromántica que es
los surrealistas e invencionistas parecía la vanguardia, y que puede sinteti-
ser inmune, como no lo fue ningún zarse en eso que dice Apollinaire en
otro cuerpo social del país. “El espíritu de lo nuevo”, en rela-
Es que tanto los surrealistas como ción a que los poetas ya no son sola-
los invencionistas, críticos declarados mente “los hombres de lo bello”, sino
y fervorosos de la poética cuaren- también “los hombres de lo verda-
tista, compartieron sin embargo con dero”, y lo verdadero, dice Apollinaire,
ella una idea de la poesía, aunque su sucede tanto en la naturaleza como en
ejecución y su retórica fuesen dife- los hechos más simples (una mano
rentes: sentimientos la mayoría de las que registra un bolsillo, un fósforo
veces elevados, temas esencialmente que se prende por frotación, el olor de
poéticos también (el amor, la muerte, los jardines después de la lluvia). En
la infinitud o la finitud, el desaso- cualquier lado, dice Apollinaire, puede
siego), una elección léxica guiada por emerger “un hecho juzgado sublime”.
una poeticidad anterior. En lugar de Y esa ampliación del mundo poético
que una palabra cualquiera, al formar supone también una ampliación del
parte de un poema, se convierta en diccionario que en los vanguardistas es
poética, o, mejor dicho, en vez de sobre todo tecnológico: autos, aviones,
que un poema sea lo que defina una motores, electricidad. No es necesario
condición poética o la emergencia nombrar a todos los movimientos y
o manifestación de la poesía, son las micromovimientos descendentes en
palabras, poéticas de antemano, las relación con las vanguardias históricas
que le otorgan a un poema su condi- a lo largo del siglo XX, entre ellos, el
ción. Esto es algo que se ve en todos surrealismo. Y ese es el reclamo que les
los movimientos “descendentes” en hacen los invencionistas a los surrea-
poesía. El movimiento ascendente listas: que han cambiado un método
otorga valor de palabra poética a lo que por un diccionario. El surrealismo es,
está afuera del diccionario poético, y el en su origen, un método de compo-
movimiento descendente, al revés, se sición que en sus primeras manifes-
refugia en las palabras que ya tienen taciones da también un diccionario

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nuevo, una ampliación léxica, que Oliverio Girondo abría los Veinte poemas
luego los surrealistas descendentes con un epígrafe que decía “ningún
convierten en fin. prejuicio más ridículo que el prejuicio
Y ese concepto de lo descendente es lo de lo sublime”, y que ese epígrafe se
que reúne a ese triángulo de fuerzas que encuentra respaldado por el manifiesto
en apariencia se repelen, que se arma entre del espíritu nuevo de Apollinaire que
los años 40 y 50 en la poesía argentina: decía que el “descubrimiento poético”
cuarentistas, surrealistas e invencionistas. no necesariamente tenía que estar condi-
Porque esa repulsión entre unas y otras cionado por un hecho juzgado como
fuerzas no puede sublime de antemano. Pero también es
No se trata acá de pensar el ocultar lo que sin verdad que el mismo Apollinaire refuerza
vínculo literatura y peronismo embargo tienen en después el valor que su poética viene a
a partir de apoyos o rechazos común: el valor proponer, que es el valor de lo nuevo,
–que es una idea que está en que tienen para como un valor al que también lo raya
boga hoy (por ejemplo, la todos las palabras o lo toca la condición de sublime: la
revista Ñ de hace unos meses poéticas ya consa- “novedad sublime”, dice Apollinaire.
está dedicada a la literatura gradas como tales ¿Qué quiere decir esto? Que cambia el
neoperonista, entendiendo a por la tradición a valor (y el valor de la vanguardia es la
ésta como la que practican los la que responde novedad, lo nuevo) pero no cambia la
escritores cívica, política y elec- cada una de ellas: condición de lo poético, que sigue siendo
toralmente neoperonistas)–, la palabra román- lo sublime. Al revés, Apollinaire viene
en tanto sería “peronista” la tica, la palabra a decir que lo nuevo también puede
literatura de Sola González y surrealista, la ser sublime, o que lo sublime sólo se
“antiperonista” la de Ocampo: palabra creacio- encuentra en lo nuevo. Pero sigue
al revés, ninguna de las dos es nista. Consecuen- apoyándose en esa condición de poesía
una cosa ni la otra en tanto temente, tienen en alta a la que responden los románticos
ninguna de las dos es formal y, común una filiación y a la que responderán los surrealistas
por lo tanto ideológicamente entusiasta a una y los invencionistas también.
sensible a la conmoción que el tradición poética El triángulo es, en fin, por la disputa
peronismo estaba importando, culta y prestigiosa y de valores diferentes. Pero todo englo-
en esos mismos años, en el el funcionamiento bado en una búsqueda que es común,
mismo cuerpo de la literatura de nombres de que es la búsqueda de lo sublime.
argentina, más allá de las valo- esa tradición que
raciones y más allá de los “posi- funcionan como Silvina Ocampo, igual que Alfonso
cionamientos” de los escritores talismanes o Sola González. Los poetas que bajan
en el campo intelectual en su escudos protectores del Olimpo. La política, obligatoria
relación con la política. de “la novedad”
que cada uno de En 1954 Antonio Monti publica un
ellos viene a representar: Rainer Maria volumen titulado Antología poética de
Rilke, para los neorrománticos, André la Revolución Justicialista, que marca el
Breton para los surrealistas, Apollinaire y modelo de la literatura peronista oficial:
Huidobro para los invencionistas. Y los elegías a Eva Perón, a Perón, al caballo
tres, además, se encuentran amparados de Perón, cantos celebratorios a todo
por un prejuicio común: el prejuicio de lo que incluye la liturgia peronista,
lo sublime. Es verdad que, como recor- incluido el aguinaldo o los aumentos de
darán muchos de ustedes (eso espero), sueldo. Como en esta cuarteta octosílaba

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de Luis Gorosito Heredia: “Pero ya hay la conmoción que el peronismo estaba


pan, ya florecen / casitas en el desierto. / importando, en esos mismos años, en
Ya cantan madres y niños / al son de los el mismo cuerpo de la literatura argen-
buenos sueldos”, que funciona como tina, más allá de las valoraciones y más
una aparente contrapunto con la poesía allá de los “posicionamientos” de los
antiperonista oficial (aquel emblemático escritores en el campo intelectual en su
poema de Silvina Ocampo). Aparente relación con la política.
porque si Silvina Ocampo hubiese sido Pero es en esos mismos años, fines
evitista hubiera escrito una elegía como de los 40, principios de los 50, que
la de Alfonso Sola González que está empiezan a escribirse y a darse a
incluida en la antología de Monti (“Eva conocer nuevos poemas que potencian
Perón ha muerto. / Preguntádselo a buena parte de las enseñanzas inven-
la patria. / Los crespones dirán en las cionistas y surrealistas –sobre todo en
puertas, / en las calles, en lo desme- lo que hace a una voluntad de corte
surado y / querido de la Patria, que con el pasado y a la libertad expresiva,
ha muerto / Eva Perón. Y nada más. entendida como libertad de formas, y
Vendrán los nuevos días; los / tractores, al giro retórico que habían promovido
los obreros que ofrecen / su pan a Dios. los invencionistas–, promoviendo
Los Ejércitos. La Patria”). Y si Sola un cambio radical en el vocabulario,
González hubiese sido antiperonista una ampliación del diccionario, que
habría escrito un poema como el de recién se hace permeable a las palabras
Silvina Ocampo en la revista Antinazi, comunes, bajas, e inmediatamente,
porque el valor que importa en esos a los sentimientos y realidades, bajos
poemas no está vinculado directamente también y comunes, que son desig-
con las divergentes inclinaciones de sus nados por esas palabras. De manera
autores en el campo de la política, sino que la poesía hiperculta y sublime en
con una comunión en el de los valores la que coincidieron los combatientes
de la poesía: otra vez, el valor de lo de los años 40 y 50 es ahora porosa,
sublime, aunque uno lo encuentre en las abierta, si no es directamente reempla-
almas nobles que lloran la muerte de la zada por un potente arsenal retórico
Capitana, y la otra, en las almas, nobles proveniente de la prosa, ni siquiera
también, de los caballos. Es decir, que literaria o artística, sino periodística,
no se trata acá de pensar el vínculo lite- publicitaria, comercial.
ratura y peronismo a partir de apoyos Los poetas, escribirá Nicanor Parra en
o rechazos –que es una idea que está 1954, bajaron del Olimpo: “Señoras y
en boga hoy (por ejemplo, la revista Ñ señores / Ésta es nuestra última palabra.
de hace unos meses está dedicada a la / –Nuestra primera y última palabra– /
literatura neoperonista, entendiendo Los poetas bajaron del Olimpo”.
a ésta como la que practican los escri- El libro de Parra se llama Poemas y
tores cívica, política y electoralmente antipoemas y el concepto “antipoema”,
neoperonistas)–, en tanto sería “pero- no inventado por Parra, pero sí difun-
nista” la literatura de Sola González y dido por él con un sentido muy neta-
“antiperonista” la de Ocampo: al revés, mente antinerudiano (y anti, entonces,
ninguna de las dos es una cosa ni la otra todo lo que abarcaba el nombre y la
en tanto ninguna de las dos es formal y, obra de Pablo Neruda, romántica,
por lo tanto ideológicamente sensible a vanguardista y surrealista a la vez:

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Neruda es grande porque concentra, cimbronazo en relación con la idea


en su obra, en la poesía chilena, el de la progresiva autonomización de
disputado triángulo de la poesía argen- la serie literatura en relación con las
tina de los años 40 y 50: romántico, series política, ideológica, cultural, en
vanguardista, surrealista y sublime, tanto, otra vez, para hablar de litera-
todo a la vez), encuentra en América tura se vuelve obligatorio hablar de
Latina muy rápida propagación en política, y para hablar de política es
las obras, de entre otros, el nicara- conveniente hacerlo –como casi no
güense Ernesto Cardenal, el uruguayo se ha hecho hasta ahora, salvo en un
Mario Benedetti y los argentinos ensayo de Tulio Halperin Donghi,
César Fernández Moreno y Leónidas quien de una manera muy compleja,
Lamborghini. Estos, en conjunto, en el epílogo a su estudio La República
acaban conformando un movimiento, imposible (1930-1945) encuentra en
sin manifiestos, revistas, ni estandartes, un extenso poema de Paco Urondo
también conocido por el nombre de de 1965-1967, la clave del fracaso
“poesía conversacional” o “comuni- del programa radical en la política
cacional”, debido a su permeabilidad argentina– desde la concentración de
al lenguaje coloquial y, en Argentina, sentidos que proponen los poetas.
fue llamado por el mismo Fernández Por eso, tal vez, los historiadores de la
Moreno “existencial”, en razón de su política y de la ideología argentina que
aspecto “circunstancial, momentáneo, quieran volver a visitar el período de los
histórico, perecedero, contempo- dos primeros gobiernos peronistas, deban
ráneo”. Como vemos, ninguna de las abandonar, por un momento, los archivos
definiciones es del todo incluyente ni de los diarios y de la televisión e incur-
del todo impertinente y puede decirse sionar en esos dos grandes poemas de
entonces que valen las cuatro. Fernández Moreno y de Lamborghini.
Ahora bien: ese movimiento latino-
americano toma en Argentina carac- Fernández Moreno vincula a la clase
terísticas muy particulares, porque media con la Generación del 80.
la circunstancia y el momento histó- Lamborghini ve a Perón como una
rico, en Argentina y a mediados de la mujer. Poesía y menemismo. Poesía
década del 50 tienen sobre todo valor y kirchnerismo
político: el de la revolución peronista.
Y Argentino hasta la muerte, de César Argentino hasta la muerte es un poema
Fernández Moreno, y Al público, de extraordinario que funciona como
1957, y sus distintas sucesiones –Las una suerte de epicedio, de canto a la
patas en las fuentes (1965), El solicitante muerte de la clase media que, imagina
descolocado (1971), entre muchas Fernández Moreno al calor de la historia
otras proyecciones y reescrituras de y de la política, supone la emergencia
la misma matriz– son, desde perspec- del peronismo en los años 50. La clave
tivas ideológicas contrapuestas, los antiperonista del poema, claro, hay
grandes poemas del peronismo, en que buscarla antes que en ninguna otra
tanto son los grandes poemas infil- parte, en su epígrafe, que es un verso de
trados por esa novedad que significó Carlos Guido y Spano, de 1895, que
el peronismo, produciendo, en la dice: “¡Que me importan los desaires /
historia de la literatura argentina, un con que me trata la suerte! / Argentino

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hasta la muerte, / he nacido en Buenos general / crean en lo particular en el


Aires”. Es decir, que todo el disvalor particular”. Y también, decididamente
que significaba para la clase dominante no delicado: “Eviten a Evita”, verso
argentina del 37 en adelante –aunque que desaparecerá en algunas ediciones
tal vez también desde Rivadavia en del poema, menos, entiendo, como
adelante– “ser argentino”, frente a ser una autocensura del poeta que como
europeo (sobre todo inglés, o francés) una manifestación de una idea que
revierte como valor a fines del siglo XIX, sostiene Fernández Moreno y que las
ante la amenaza inmigratoria. Y es con sucesivas ediciones de sus poemas no
ese valor de la Generación del 80 con hacen sino confirmar: los poemas “son
el que traza un paralelo Fernández quizá tan inestables como una conver-
Moreno a mediados del siglo XX: sación, cambian solos todo el tiempo”.
la migración interna (los cabecitas Por cierto, no son éstas las pautas que
negras) cumple el rol de la amenaza y nos indican que Fernández Moreno es
la clase media el de la clase amenazada; un poeta peronista: al contrario, no lo
en ambos casos, la reacción es conser- es en absoluto, si nos guiáramos apenas
vadora de un valor anterior, que no se por su inclinación o enraizamiento
pierde: haber nacido en Buenos Aires, político e ideológico. Y sí lo es si enten-
ser argentino (es decir, porteño, según demos que Fernández Moreno fue,
se entiende a la nacionalidad en Buenos como pocos, sensible a lo que signi-
Aires) desde “antes”, que es un modo ficó el peronismo, porque la materia
de decir desde “siempre”. Esa marca y la forma de ese poema de 1954 son
de pérdida no es la única de antipe- mucho más parecidas al peronismo que
ronismo en el poema de Fernández las de cualquiera de los poemas de los
Moreno, quien también se decide a poetas peronistas que incluye Monti en
veces a ser explícito, no elusivo, aunque la Antología de la Revolución Justicialista
delicado: “no crean en lo general en el en ese mismo 1954. Leónidas Lamborghini

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Queda pendiente para otra exposición público, de lo amoroso a lo político, de


un estudio sobre la obra de Leónidas la mujer abandonista al general Perón.
Lamborghini, de quien aparentemente La mujer que abandona al trabajador
es más fácil decir que es un poeta pero- peronista es Perón. Y el obrero pero-
nista –por el asunto de muchos de nista, el letrista proscripto, dice “Ella
sus poemas, como “Eva Perón en la se fue / solo quedé / patria en remate /
hoguera”, por sus propias manifesta- llorando”, y dice también: “Todo lo
ciones públicas–, pero de quien hay que diera / porque volvieras / no sé qué
decir de inmediato que da el caso del haría / loco por vos / me arrastraría /
poeta peronista no popular, del poeta día tras día / como un mendigo / de
peronista cuya obra es sobre todo valo- tu amor”, para terminar entonando
rada, desde hace medio siglo, por una (en 1957, no en 1973), la Marcha
renovada elite sensible e hiperculta, Peronista con el tiempo verbal inver-
dispuesta a celebrar la complejidad tido también, en pasado: ‘qué grande
compositiva, la parodia, la intertex- eras / cuánto valías / mi general’ /
tualidad y aun la ilegibilidad gráfica quedamos sin su amor / que nos juró /
de muchos de sus poemas que a veces temblequeando y sin / fe / la vida rota
hasta obligan a ser leídos en voz alta, / ‘Gran conductor / eras primer’.
deletreados, hasta comprender que Ésa es la base –inestable todavía, con
esa dificultad es, también, un sentido. elementos poéticos, formales, políticos
Por otra parte, desde sus mismos e ideológicos siempre en mutación–
poemas, Lamborghini mantiene con sobre la que se construyen, siguiendo el
el peronismo un vinculo díscolo, muy vínculo entre poesía y peronismo, los
complejo, como en el hermosísimo dos grandes poemas del menemismo
El letrista proscripto, que suena como de la poesía argentina contemporánea:
una especie de tango: “De bolas tristes “Tomas para un documental”, de
tango / de bolas melancólicas / mujer, / D. G. Helder y Poesía civil, de Sergio
mujer querida / me dijo chau me dijo / Raimondi Otra vez, como en el pero-
que se iba. / Templando el bandoneón nismo, no se trata de adjetivar “mene-
/ que hay en mi corazón / cantar / la mista” para implicar una adscripción
pena honda / de no poder”. Hay en este a una política, sino de percibir cómo
poema una inversión: la forma es la del esas obras fueron, más que ninguna
discurso amoroso y aun su propia idea, otra, sensibles a la contrarrevolución
como si Lamborghini fuese un Pascual (o revolución liberal, como se prefiera)
Contursi un poco tartamudo, parafra- que importó el menemismo en la
seando, a su manera, La noche triste, sociedad y en la política argentinas. Ése
de 1927: “Percanta que me amuraste también será el motivo de otra exposi-
en lo mejor de mi vida...”, aunque el ción. Y también, claro está, el vínculo
sustrato del poema –y ahí la inver- entre poesía y kirchnerismo. Primero
sión– no sea simplemente amoroso, habrá que ver, más allá del idéntico
sino político, en tanto quien abandona entusiasmo de publicistas y detrac-
a quien lleva la voz cantante del poema tores, cuál es el verdadero movimiento
no es una mujer, una percanta, sino –político, ideológico, económico,
Juan Domingo Perón –tratado en el social, cultural– que el kircherismo
poema, entonces, como una mujer–, importa en la historia argentina
y la inversión lleva de lo intimo a lo para poder precisar qué obras serán

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aquellas a las que los historiadores Dos objeciones a la hipótesis autoce-


del futuro –si tienen el entusiasmo lebratoria de Rubio: la primera, que
por la poesía que los contemporáneos el kirchnerismo no sea visto a futuro,
casi no tienen– deberán remitirse para como espera Rubio, como revancha
tomarle el pulso a la sociedad de hoy. sino como desarrollo económico capi-
A simple vista postulan, como kirch- talista común, con su consecuente
neristas, todos los poetas que firman porcentaje de excluidos, aunque éstos
las proclamas de Carta Abierta (desde sean reivindicados políticamente; la
el premio Cervantes Juan Gelman segunda, que aun si fuera visto como
hasta los setentistas Jorge Boccanera, revancha (de los excluidos, de los
Daniel Freidemberg, Javier Cófreces, pobres, de los marginados hasta hoy) tal
Tamara Kamenszain, Vicente vez –como en el caso de Lamborghini
Muleiro) y también los más jóvenes y de Fernández Moreno con respecto
Martín Gambarotta, Alejandro Rubio al peronismo histórico y de Raimondi
y Martín Rodríguez. En un reportaje y D. G. Helder con respecto al mene-
reciente de este último al anterior, nismo– no sean los entusiastas sino los
Rubio apuesta a que dentro de tres perplejos quienes mejor sepan captar
décadas él –y Gambarotta y Diego el espíritu de una época.
Sánchez– serán rotulados como escri-
tores kirchneristas y que la particu-
laridad de la literatura kirchnerista (*) Conferencia brindada en el marco
será la de la revancha, la del “espíritu del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
revanchista llevado a todos los niveles en el Bicentenario”, organizado por la
de la escritura y del objeto literario”. Biblioteca Nacional durante el 2009.

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188

La construcción de la identidad
lingüística argentina
Por Ángela Di Tullio

Puede pensarse una nación como la síntesis


entre territorio y lengua. Ambos componentes
son problemáticos si tomamos en cuenta, en
Argentina, las sangrientas batallas que hubo
sobre el primero, y las incesantes querellas sobre
el segundo. Ángela Di Tullio repasa en este
ensayo las discusiones acerca de la constitución
de una lengua oficial, entre quienes proclamaban
la soberanía de un “idioma nacional” y aque-
llos que pretendían proteger el lenguaje de toda
erosión que pudiera procurarle el habla popular.
Lengua autónoma y plebeya o hispanismo aris-
tocratizante administrado eran los tópicos, con
grados y matices, de una discusión que involucró
a los encumbrados nombres de letras del país.
Mucho ha pasado respecto a aquellas reyertas
iniciales. Sin embargo, el lenguaje sigue siendo
un campo conflictivo. No sólo por el desafío de
pluralizar la lengua dando lugar a aquellas hablas
minoritarias que resisten su estandarización y a
las voces que forjan sus propias tonalidades, sino
también porque la mayor parte de la factoría
global contemporánea utiliza el lenguaje como
su materia prima básica. El dilema, quizás hoy,
sería menos resguardar el lenguaje de sus “conta-
minaciones” semióticas que de su mediatización:
reencontrar una relación entre palabra y expe-
riencia parece ser la tarea más delicada de una
época en la que la circulación de discursos escapa
a las posibilidades de su resignificación.
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Introducción garantía de inserción en la cultura, la


civilización y el progreso.
En 1900, Lucien Abeille, un ignoto El libro de Abeille ha interesado a
profesor francés que enseñaba en el la crítica casi exclusivamente por la
Colegio Nacional y en la Escuela de enunciación de la tesis rupturista. Sin
Guerra, arriesga un nombre propio embargo, representa también un intento
para designar nuestra manera de –lleno de lagunas y errores, por cierto,
hablar: el de Idioma nacional de los pero más explícito que algunos vagos
argentinos, como anticipo del defini- enunciados previos– de dar cuenta de
tivo, Idioma de los argentinos, aún no una diferencia, definida a través de
totalmente formado. En realidad, la rasgos concretos del “idioma nacional”.
fórmula idioma nacional (o su versión La reacción hipernormativa que le sigue
más afectiva, idioma patrio) ya había se dirige precisamente a borrar esa
aparecido en varios momentos en diferencia. En las Notas al castellano en
el currículum escolar como susti- la Argentina (1903), Ricardo Monner
tuto eufemístico de Castellano desde Sans, el “campeón
1852. Pero esta vez el nombre tiene del castellano en la La identidad lingüística argen-
un referente distinto, puesto que con Argentina” –o, en tina en singular no es más que
él se pretendía designar una diferencia la designación de una generalización que esconde
dentro del orbe hispanohablante y cate- Borges, el “virrey múltiples respuestas, más valo-
gorizarla no como dialecto, término e n c u b i e r t o ” – rativas que descriptivas, más
peyorativo, sino con el reservado a las ejerce su función ideológicas (en sentido amplio)
lenguas de cultura: “idioma”. El autor de censor contra o incluso políticas que estric-
confía en que su tesis sería acogida los atropellos que tamente lingüísticas, todas
con entusiasmo por los argentinos, en el país sufría “el difícilmente descontextuali-
que –decía– mostraban una especial sin rival romance” zables de las circunstancias
debilidad por todo lo “nacional”. Sin tanto por parte (históricas, grupales, discur-
embargo, Ernesto Quesada y Miguel de los “cultos”, sivas) de su producción. Como
Cané, dos intelectuales orgánicos del que lo deforman se advierte, esta extensa serie
roquismo, reaccionaron inmediata- con sus galicismos, discursiva no queda circuns-
mente contra la propuesta. El contun- como del pueblo cripta a una intrascendente
dente rechazo respondía a la voluntad ignorante. La cuestión lingüística o cultural,
de preservar la unidad lingüística y gramática queda sino que se entrecruza con las
cultural pero, sobre todo, de impedir asociada a la ideo- diferentes interpretaciones del
las derivaciones que la tesis pudiera logía ultramon- nacionalismo, con rechazos al
tener en una comunidad que aún no tana, hispanizante, “verbo de la democracia” y a la
había demostrado su capacidad de hipernormativa del movilidad social y con defini-
asimilar al extranjero: las lenguas inmi- severo maestro, y ciones de la literatura nacional.
gratorias y un aluvión inmigratorio a la tradición de la
habían desatado una paranoia cultural queja sobre la manera de hablar de los
y lingüística, por lo que la política argentinos como déficit o “problema”.
educativa del Centenario se centró en Buenos Aires representa Babel –o, más
el afianzamiento de los valores tradi- exactamente, Gringópolis–y entre sus
cionales: historia patria y castellano habitantes se cuentan las “personas
castizo. La pertenencia de la República que hablan al tuntún” (Capdevila,
Argentina al mundo hispánico era la Despeñaderos del habla), los orilleros,

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que dan rienda suelta al “instinto pelea contra los “corregidores” del
bajero” (Américo Castro, La peculiaridad Instituto de Filología, Américo Castro
lingüística rioplatense) o los “escritores- y Amado Alonso, dispuestos a seguir
masa”, que carecen del buen gusto de imponiendo su “vasallaje” y a desco-
los distinguidos verdaderos (Amado nocer el “lenguaje rioplatense”.
Alonso en “El problema argentino Baste esta apretadísima presentación
de la lengua”, primer capítulo de El para mostrar que la identidad lingüís-
problema de la lengua en América), una tica argentina en singular no es más
prédica tal vez no ajena a las reacciones que una generalización que esconde
negativas de inseguridad, abundancia múltiples respuestas, más valorativas
de clichés, miedo al ridículo, que los que descriptivas, más ideológicas (en
mismos filólogos advierten. sentido amplio) o incluso políticas
Más afortunado que el contenido de que estrictamente lingüísticas, todas
la obra, el nombre de Idioma de los difícilmente descontextualizables de
argentinos se convierte en punto de las circunstancias (históricas, grupales,
referencia de réplicas condenatorias o de discursivas) de su producción. Como
contrarréplicas que adscriben a la idea se advierte, esta extensa serie discur-
como realidad, posibilidad o esperanza. siva no queda circunscripta a una
En 1927, Borges recupera la designa- intrascendente cuestión lingüística o
ción en la conferencia El idioma de los cultural, sino que se entrecruza con
argentinos: aunque descrea de su exis- las diferentes interpretaciones del
tencia, la alienta nacionalismo, con rechazos al “verbo
La labor de modernización, que como esperanza de la democracia” y a la movilidad
significaba la intelectualización y como táctica social y con definiciones de la litera-
del léxico, la simplificación distanciadora de tura nacional.
de la sintaxis y nuevas pautas los hispanistas,
estilísticas, cercanas a las prác- pero también de
ticas del periodismo, abría las los promotores Un pasado de grandeza
puertas al préstamo, sin mira- del lunfardo u
mientos no sólo hacia la norma- orillero. Frente a Comenzaré, entonces, con algunos
tiva académica sino incluso estas posiciones, antecedentes. La “cuestión del
por la unidad de la lengua. A prefiere insertarse idioma” fue una pieza fundamental en
partir de la distinción entre en la tradición el programa de ruptura con España y
culturas avanzadas y culturas de los escritores con el pasado colonial que emprende la
retrógadas, que se extendía argentinos que Generación del 37: la tarea era borrar
a las lenguas respectivas, era no se desviaron esas huellas, incluso en la lengua.
lícito admitir los galicismos de la oralidad. Aunque con diferencias personales y
necesarios, pero no las expre- En la Aguafuerte cronológicas, todos los miembros coin-
siones consideradas propias porteña homó- cidían en la necesidad de modificar la
de la “chusma” ignorante. nima (1930), Arlt lengua heredada de la metrópoli hasta
se refiere burlo- hacerla propia, en consonancia con la
namente a la pretensión de Ricardo nueva realidad política.
Monner Sans de recuperar las riendas No se daban mayores precisiones, sin
para encauzar la lengua de Buenos embargo, del alcance de esta modifi-
Aires. Vicente Rossi seguirá creyendo en cación. Como en algunos momentos
su realidad; en sus Folletos Lenguaraces, Echeverría y Alberdi plantearon

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la idea de la “emancipación de la las puertas al préstamo, sin mira-


lengua”, aparecen como defensores mientos no sólo hacia la normativa
del “nacionalismo lingüístico”, que académica sino incluso por la unidad
propone elevar la lengua vernácula de la lengua. A partir de la distinción
o el dialecto a la categoría de lengua entre culturas avanzadas y culturas
oficial del estado independiente. La retrógadas, que se extendía a las
lengua se asociaba así con el espí- lenguas respectivas, era lícito admitir
ritu de la nación (según la noción de los galicismos necesarios, pero no las
Kultur del historicismo alemán) o, en expresiones consideradas propias de
otra interpretación, con el Estado (de la “chusma” ignorante.
acuerdo con la idea de civilisation del Como en otros aspectos de la vida
iluminismo francés). Los vagos plan- cultural y política, las ideas lingüísticas
teos de la Generación del 37 se nutrían de la Generación del 37 cristalizaron
de ambas tradiciones. Más concreto, como ideario básico de la Generación
Sarmiento no vacila en fundamentar del 80, aunque modalizado frente a
la escisión ortográfica en la diferencia una realidad menos urgente y compro-
fonológica existente entre el español metida. “Ser argentino ya era cosa
peninsular y el americano: el seseo, fácil”, decía Cané. Los miembros de
rasgo propio de la “pronunciación este selecto grupo exhibían su refina-
nacional, aquella que se observa en miento no sólo en el conocimiento de
la parte culta de la sociedad, no a la las lenguas extranjeras, sino también en
individual, que está sujeta a vicios de la reflexión sobre la propia; se deleitan
organización, hábitos provinciales, con los recursos de la oralidad, con los
ignorancia” (O. C., IV, p. 159). Con secretos de la etimología, con la sono-
propósito denigratorio Echeverría y ridad de la modalidad rioplatense,
Mármol ponen en boca de los parti- como declara Mansilla:
darios de Rosas el voseo, el che y otros
rasgos de la oralidad rioplatense: “Los americanos del Sud poseemos,
“–Che, negra bruja, salí de aquí antes después del italiano, la más bella
de que te pegue un tajo. –¿A que no lengua del mundo; es menos suave,
te animás, Matasiete?” (El Matadero); pero más enérgica, más sonora
“–Che, te he andado buscando por y tiene una elasticidad sin par”
todas partes –le dijo (Mercedes (Entre nos, p. 316).
Rosas) a su hermana Agustina... ¿Y
qué se ha hecho que no se le ve en También a Cané le complace escuchar
ninguna parte? –¿Qué, se va, coman- su propia lengua, mientras conjetura la
dante Cuitiño?” (Amalia). impresión que le causaría a interlocutor,
La lengua no se concebía como un el poeta Núñez de Arce, miembro de la
tesoro que había que preservar en su Real Academia Española:
pureza, sino como un instrumento
eficaz y poderoso para la vida republi- “un castellano del porvenir, ágil,
cana. La labor de modernización, que vivo, un español americano, en una
significaba la intelectualización del palabra, listo siempre a jinetear, sin
léxico, la simplificación de la sintaxis estribos, la mismísima gramática”
y nuevas pautas estilísticas, cercanas (Prosa ligera, p. 30).
a las prácticas del periodismo, abría

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Sin embargo, en su misión diplomá- Lucien Abeille y la


tica en Colombia percibe la corrección reducción al absurdo
del hablar bogotano, que el filólogo
Rufino J. Cuervo había contribuido En 1900 se publica en París El idioma
a limpiar de “locuciones vulgares y nacional de los argentinos de Lucien
otras adulteraciones” con su popu- Abeille, que plantea la tesis de la
larísima obra Apuntaciones críticas formación de una lengua autónoma
sobre el lenguaje bogotano (En viaje, del español. La obra está dedicada a
p. 329), cuyo desconocimiento consi- Carlos Pellegrini, y va precedida por
derará injustificable en Abeille. La una nota en la que el filólogo clásico
experiencia colombiana producirá un y celtólogo Louis Duvau respalda el
claro cambio con respecto a su valora- trabajo de su compatriota. Además,
ción de la modalidad rioplatense, que contiene una copiosa lista de las “prin-
consigna así: cipales fuentes lingüísticas y filológicas”
consultadas en las “Memorias de la
“Las primeras impresiones positiva- Sociedad Lingüística de París”, como
mente desagradables que sentí respecto prueba de que el autor conocía las
a la manera con que hablamos autoridades de la lingüística histórico-
y escribimos nuestra lengua, fue comparativa (por ejemplo, Meillet,
cuando las exigencias de mi carrera Ernout, Saussure) y de la romanística
me llevaron a habitar, en el extran- en particular. Todo permite anticipar
jero, países donde también impera el un tratamiento y una solución al
idioma castellano” (“La cuestión del problema que la gramática española
idioma”, Prosa ligera, p. 61). no estaba en condiciones de ofrecer,
como plantea el autor en el Prefacio.
Cané atribuye la molestia a su forma- También las circunstancias parecían
ción literaria casi exclusivamente propicias: un libro publicado en París
francesa y al escaso contacto con la por un profesor francés, que, provisto
literatura española. Argentina carecía de los métodos más modernos de
de gramáticos y filólogos de la talla una ciencia prestigiosa, pretende
de Bello, Cuervo, Cano, Baralt y demostrar que Argentina ya cuenta
otros, pero contaba con el ejemplo de con una lengua autónoma, tesis, por
corrección y casticismo de su amigo otra parte, ya enunciada vagamente
y maestro, Juan María Gutiérrez. El por la Generación del 37. El antihis-
famoso rechazo al nombramiento panismo, aún vigente, contribuía al
de la Academia en 1876 demostraba poco predicamento de que gozaban
que seguía defendiendo los ideales de los gramáticos. De hecho, tanto Bello
la Generación del 37 como republi- en el Prólogo a su Gramática como
cano, americano y estudioso; pero Cuervo en El Castellano en América se
este gesto –señala Cané– de ningún habían lamentado de la escasa preocu-
modo, significaba “sancionar los pación de los argentinos por erradicar
barbarismos y galicismos de que los galicismos y los vulgarismos, lo que
nuestro lenguaje hablado y escrito justificaba los temores de los gramá-
rebosa y que los argentinos debíamos ticos sobre el futuro del español. La
regirnos por la gramática del vení vos posibilidad de una fragmentación, que
y tomá” (íb., p. 63). se asociaba a la evolución del latín, se

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veía potenciada por la insólita propor- forma de mestizaje lingüístico son


ción de inmigrantes en relación con factores positivos; al galicismo sintác-
la población nativa como factor que tico le atribuye la claridad de la frase.
agravaba la tendencia centrífuga. Sin En el idioma de los argentinos las
embargo, a pesar de que todo permitía fuerzas revolucionarias triunfan sobre
suponer el éxito de la tesis, el libro no las conservadoras;
tuvo una buena acogida. Al contrario, así lo demuestran En el aparato conceptual de
la reacción fue fulminante; el medio el neologismo en el Abeille la lengua expresa tanto
intelectual lo condenó casi unánime- léxico, la analogía el concepto de nación como el de
mente. Todos contra Abeille, que se en la gramática y raza. Por una parte, una nación
queda solo con el tácito respaldo de el cambio foné- que carece de idioma propio
Pellegrini. ¿Por qué tanta saña? tico. Si bien Abeille es una nación incompleta; a
Pasemos a revisar someramente los pretende ejempli- la Argentina le corresponde,
contenidos de la obra. En el aparato ficar la claridad entonces, el idioma nacional
conceptual de Abeille la lengua expresa de la sintaxis de como derecho inalienable. Por
tanto el concepto de nación como el la nueva lengua la otra, si las lenguas evolu-
de raza. Por una parte, una nación que con textos de cionan, como organismos vivos,
carece de idioma propio es una nación conspicuos polí- siguiendo los cambios que se
incompleta; a la Argentina le corres- ticos e intelec- producen en las razas que las
ponde, entonces, el idioma nacional tuales (Pellegrini, hablan, la lengua de Argentina
como derecho inalienable. Por la otra, Mitre, Avellaneda, no podía seguir manteniendo las
si las lenguas evolucionan, como orga- Sarmiento, Cané, características que identificaban
nismos vivos, siguiendo los cambios Zeballos), las alte- a la raza española, puesto que se
que se producen en las razas que las raciones fonéticas estaba formando una nueva raza
hablan, la lengua de Argentina no revelan fuentes como producto de la mezcla con
podía seguir manteniendo las caracte- menos prestigiosas, los pueblos extranjeros.
rísticas que identificaban a la raza espa- que acogen formas
ñola, puesto que se estaba formando no estandarizadas, como las variantes
una nueva raza como producto de la rurales: pion, tiatro, escrebir, pacencia,
mezcla con los pueblos extranjeros. rair. El vocabulario se renueva por los
Además, dado que también inciden préstamos, que en el idioma nacional
sobre la lengua las relaciones políticas, provienen de las lenguas indígenas y
comerciales y literarias que se esta- de las lenguas europeas; pero también
blecen entre los pueblos, la decidida se acrecienta por un mecanismo más
preferencia de Argentina por Francia, y delicado, la catacresis, que añade nuevas
no por España, explicaba el progresivo acepciones a palabras ya existentes.
acercamiento del idioma argentino al Así, mientras que en el español pitar es
francés y el correlativo distanciamiento “sonar el pito” aquí también significa
del español. “fumar”; extensiones (o reducciones)
Abeille ve con buenos ojos el cambio similares alteran los significados de agarrar,
lingüístico; no como signo de dete- cobija, boliche, arrear. Abeille entiende
rioro, de acuerdo con la interpretación estos cambios semánticos como “actos
de los gramáticos normativos, sino emancipadores del lenguaje”.
como factor de progreso: “la pureza El profesor francés explicar el voseo
de la lengua es un mito, algo ficticio”, como simplificación debida a la
declara entusiasta. Las mezclas y toda reducción del diptongo y al cambio

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en la posición del acento; así, en el todo en la sintaxis. Así ambos pueblos


presente del indicativo se diferen- comparten la necesidad de claridad y
cian aprietas / apretás, comienzas / un alto grado de abstracción que se
comenzás, pierdes / perdés, entiendes expresa a través de la preferencia por
/ entendés, sientes / sentís, duermes / la oración simple, con un orden de
dormís y similares, y en el imperativo, palabras directo, frente al español, que
las parejas sirve / serví, corrige / corregí, acumula subordinadas y que tiende a
pide / pedí, aunque los principios de la la inversión. El autor confiesa incluso
economía le fallan para di / decí, haz su participación personal en el arraigo
/ hacé y pon / poné, para los que tiene del galicismo en sus estudiantes:
que recurrir al proceso contrario, la
paragoge. En ningún momento rela- “Durante los siete años que he
ciona estas parejas con sus respectivos dictado una cátedra de francés en el
pronombres: tú y vos, ni las explica Colegio Nacional, cuántas veces he
históricamente a partir de su diferente comprobado que los alumnos al hacer
procedencia latina (segunda persona una traducción del francés al idioma
del singular y del plural, respectiva- nacional, conservaban en su idioma
mente), ni advierte la mezcla de para- la misma construcción francesa...Y al
digmas propia del español americano, oír estas traducciones me preguntaba
tanto en el voseo verbal como en el si era necesario corregirlas dándoles
pronominal. el giro castellano, o dejarlas pasar
Abeille reconoce la creciente aproxi- favoreciendo así la evolución del
Ángela Di Tullio mación del argentino al francés sobre Argentino” (p. 285).

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Sin embargo, reconoce que esta Una respuesta contundente


libertad le estaría vedada en el español
por ser una lengua ya formada, en la Un gramático argentino, Juan Selva,
que las fuerzas conservadoras preva- comenta acerca de la acogida que se le
lecen sobre las revolucionarias. Nada había dispensado en Francia al libro de
dice con respecto a la posibilidad de Abeille:
introducir cambios similares en el
francés. El idioma de los argentinos, “En 1900, el Congreso de filólogos
entonces, se ubica en una relación que se reunió en París con motivo
jerárquica con respecto a las lenguas de la gran exposición universal que
de cultura, como corresponde a allá se celebraba, llegó a aplaudir
la variante B en una situación de y a aprobar, sin profundizarlo por
diglosia. En efecto, para Abeille el cierto, y acaso sin leerlo, el libro El
trabajo lingüístico estaba claramente idioma argentino, presentado por
compartimentalizado: el Doctor Abeille” (Evolución del
habla. Estudios filológicos, p. 36)
“Así, la evolución de la lengua
será eficazmente ayudada: arriba, Probablemente no ser leído haya sido
los letrados introducirán cambios también el destino del libro en Argentina,
sintácticos; abajo, el pueblo llevará tanto entre los defensores como entre los
a cabo los cambios en el vocabulario detractores. Los que lo mencionan no
y las alteraciones en fonética, hasta parecen haber ido más allá del capítulo
que llegada a su apogeo, la evolu- inicial; prácticamente nadie alude a los
ción armonize (sic), en un conjunto datos lingüísticos.
propio, todos los elementos prepa- Los que evidente- El supuesto privilegio de tener
rados por la selección, y semejante mente lo leyeron una lengua propia se reduce,
a una chispa eléctrica los cristalice muy bien fueron en última instancia, a no tener
en un todo homogéneo o IDIOMA Ernesto Quesada una buena literatura, y, sin ella,
ARGENTINO” (p. 426). y Miguel Cané, tampoco cultura, progreso,
dos “agentes cultu- civilización. La magnitud del
Como se ve, la retórica campea en el rales ubicados en la problema se agravaba por la
texto, en particular cuando se trata cumbre de la pirá- circunstancia de que era un
de exaltar las bondades de la joven mide social e inte- país de inmigración, por lo
república, de la nueva raza, de su lectual porteña” que reclamaba “una condena-
ideología progresista y de la lengua (Terán, 2000: 9). ción” ejemplar.
que se está forjando. En el ya citado
Abeille concluye su demostración afir- artículo, “La cuestión del idioma”
mando que el idioma nacional de los (1900), en el que Cané apoya el
argentinos no es el castellano puro; aniquilar al francés con todos los
tampoco lo define como un dialecto, recursos de la argumentación: ironía,
o patois, propio de una comunidad sarcasmo, refutación, reducción al
inculta y no de una nación indepen- absurdo. Aunque al principio parece
diente. Aunque todavía no ha llegado concederle al contrincante el bene-
a ser una lengua propia, lo reconoce ficio de reconocer su erudición,
como una etapa en el proceso de su inmediatamente la acota a Francia
constitución. y a divulgadores de escaso relieve,

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en contraposición con los lingüistas íntimamente relacionados la tesis


alemanes y con el colombiano Cuervo; de Abeille y el criollismo, a los que
así demuestra que él está en condi- impugna conjuntamente, tanto por
ciones de discutir porque conoce los sus defectos intrínsecos como por sus
textos autorizados. Cané explota los efectos demagógicos.
flancos débiles y alerta sobre los riesgos, La literatura gauchesca, que había
molesto sobre todo por el entusiasmo cerrado su ciclo con el Martín Fierro,
del francés, que interpreta como era remedada en una literatura de
obsecuencia patriotera. Con elegante baja calidad que adoptaba los signos
ironía y sutil desdén, el polemista va externos de lo autóctono. Los folle-
refutando algunos datos y advirtiendo tines de Eduardo Gutiérrez, como
sobre las consecuencias de la propuesta. Juan Moreira, Hormiga Negra y otros,
Se burla, por ejemplo, de la etimología exageraban los rasgos de la lengua
del neologismo “atorrante”, que según gauchesca, a lo que se sumaban otras
Abeille provenía del latín torrare, pero publicaciones escritas en variedades
que emergía en la Argentina de 1884. subestándar como el slang orillero,
No oculta su desdén por los ingre- jergas especiales como el lunfardo,
dientes del Argentino: lenguas inmigratorias como el coco-
liche. Costa Álvarez define así esta
“idioma que se formará sobre una “literatura” criollista:
base de español, con mucho italiano,
un poco de francés, una migaja de “Llamo criollismo a la escuela que se
quichua, una narigada de guaraní, propone despertar, fomentar o crear
amén de una sintaxis toba” (p. 70). en nosotros el amor a la patria con
toda clase de recursos, inclusive los
El supuesto privilegio de tener una lengua antiliterarios, que son la negación de
propia se reduce, en última instancia, la belleza en la forma y de la moral
a no tener una buena literatura, y, sin en el fondo” (1922, p. 90).
ella, tampoco cultura, progreso, civiliza-
ción. La magnitud La popularidad de esta literatura signi-
El criollismo implicaba la del problema se ficaba un peligro para el español como
pérdida del monopolio sobre agravaba por la “lenguaje literario”, como advierte
la lengua escrita y, derivativa- circunstancia de alarmado Quesada:
mente, sobre la lengua literaria que era un país de
“nacional”; era necesario recu- inmigración, por “En un país como el nuestro, donde
perar los espacios perdidos e lo que reclamaba ideas y costumbres andan en revuelta
imponer la estricta jerarquía “una condena- confusión, es deber de los cultores de
del lugar que a cada uno le ción” ejemplar. las letras tratar de salvar el lenguaje
correspondía. Ésta es precisa- literario –el cual, precisamente, es
mente la tarea el depósito del espíritu de la raza,
que acomete Quesada con su ensayo de su genio mismo- de la contami-
“El criollismo en la literatura argen- nación y corrupción de aquel entre-
tina” (1902). Su objetivo es doble: por vero de gentes y de idiomas; de ahí
una parte, desmontar la identificación que sea menester que, sobre nuestro
entre literatura argentina y literatura cosmopolitismo, se mantenga incó-
criollista; por la otra, presentar como lume la tradición nacional, el alma

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de los que nos dieron patria, el sello y simpatías populacheras” (Criollismo,


genuinamente argentino, la pureza y nota 70) por ocuparse del habla popular
gallardía de nuestro idioma” (en A. para sus estudios científicos. A su vez,
Rubione (ed.) 1983, pp. 228-230). Lenz, prestigioso lingüista autor del
clásico La oración y sus partes, después
Aunque Abeille sólo había citado obras de un viaje a la Argentina, comentará
de autores cultos, aparece asociado que aquí se habla en cocoliche y que el
a la literatura criollista; de hecho, voseo es el tratamiento general:
los cambios fonéticos que enumera,
propios de variedades subestándar, “En Buenos Aires he oído hace pocos
podían dar pie para pensar que había años conversaciones entre redactores
tenido en cuenta estas obras. Quesada de diarios y diputados que se decían:
explota esta posibilidad para acentuar ‘Sentate (=¡sentadte!), che (=hombre),
el peligro de la tesis de la lengua autóc- y servite otro poquito’. En todas las
tona, sobre todo, al señalar el éxito de familias argentinas, aun entre gente
la literatura criollista entre los inmi- culta, los niños entre sí y con sus
grantes. La estrategia de insinuar que padres se vosean así” (p. 260).
el cocoliche podía llegar a convertirse
en el referente del idioma argentino si Asimismo, será juzgada con severidad
no se ponía las cosas en su lugar es el la labor de los lexicógrafos que recogen
resorte básico de su argumentación. los barbarismos u otras formas propias
El peligro debía ser conjurado a través del vulgo, como los diccionarios de
de una cruzada en defensa de los valores argentinismos de Garzón y Segovia,
de la lengua literaria, la raza, la tradi- Zeballos la considera “obra estéril
ción. Nobleza obliga; en su categórica de curiosidad y de desocupados”.
respuesta a la denuncia de Quesada, También la critican Costa Álvarez y
Cané expresa su sorpresa por la infor- Leopoldo Lugones, que pretenden
mación que le brinda, sobre todo la estandarización del español de
la referida al cocoliche: “No puedo Argentina, pero sobre la base de la
cerrar esta carta sin volver al cocoliche. lengua de los cultos.
Me fascina, me atrae, me hipnotiza” Tobías Garzón, profesor del Colegio
(Rubione, p. 238). El criollismo impli- Monserrat, en el prólogo de su
caba la pérdida del monopolio sobre la Diccionario Argentino, publicado en
lengua escrita y, derivativamente, sobre Barcelona el año del Centenario, explica
la lengua literaria “nacional”; era nece- así el objetivo inicial de su trabajo:
sario recuperar los espacios perdidos e
imponer la estricta jerarquía del lugar “Comencé a formar un vocabulario
que a cada uno le correspondía. de barbarismos, pero resultaron
La condena a la obra disolvente de tantos y tan generalizados en el país
Abeille recae también sobre los que (y me refiero al lenguaje de la gente
pretenden registrar la lengua que efec- culta) que empezó a repugnarme el
tivamente se usa. Quesada se refiere nombre de barbarismos dado a este
al lingüista alemán Rodolfo Lenz inmenso caudal de voces... Pero no
como “el Abeille chileno”; además de fue esto solo. Empecé a darme cuenta
su condición de extranjero, se hacía de que una multitud de términos
sospechoso de “pruritos neopatrioteros usados en la República Argentina

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no constaban en el Diccionario de la Igualmente, Lisandro Segovia observa


Lengua. Había además otros muchos la insuficiencia del Diccionario
que tenían muy distinto significado Académico en la “falta de muchos
en la península...”. millares de voces, acepciones, prover-
bios, frases y modismos que usamos
Como Zeballos e incluso como los argentinos”. Por eso, las recoge
Quesada, Garzón adhiere a la postura en su Diccionario de argentinismos,
de Ricardo Palma en su reproche a la neologismos y barbarismos (1911),
Academia española por su desinterés consciente de la importante función
en acoger los americanismos y atender social que cumple el diccionario: no
sólo a los regionalismos peninsulares, sólo ayudar a hablar y a escribir, sino
a pesar de la evidente diferencia demo- también a interpretar la cláusula de
gráfica entre ambas zonas. una ley, de un contrato, de un testa-

Vicente Quesada

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mento. Atiende también al valor que reparada por la labor creativa de los de
puede revestir su obra para asimilar arriba: la creación lingüística no es obra
lingüísticamente al extranjero y a del pueblo, sino de los cultos. Como
su hijo en un “país que marcha a la cada grupo de la escala social tiene el
cabeza de América Latina y le auguran lenguaje que le corresponde, no puede
un porvenir no lejano de extraordi- salvarse la frontera entre la lengua de
naria riqueza y esplendor”. la gente decente y la de la chusma y
En un artículo publicado en la revista su lengua plebeya. Es igualmente dura
Nosotros en 1923 (“Evolución del la condena de la cursiparla, usada por
idioma nacional”), Quesada declaraba los grupos poco cultos que aspiraban a
satisfecho que la batalla estaba defi- imitar a los de arriba.
nitivamente ganada gracias al cambio También Leopoldo Lugones sostiene
de actitudes, menos hostiles hacia una postura aristocratizante en rela-
España, y también a una correcta polí- ción con la formación del idioma,
tica lingüística desplegada en la escuela que no atribuye a la acción del pueblo
y en la prensa: sino a la de los cultos: “Todo idioma
es obra de cultura realizada por los
“La lengua oficial de un país es única- cultos”. El intelectual se va apartando
mente la enseñada en sus escuelas, progresivamente del “verbo de la
usada en sus funciones públicas, y democracia”, al que acusa de captar
empleada en sus libros y periódicos; la aprobación del pueblo mediante
es, a la vez, hablada por un deter- recursos demagógicos y, por lo tanto,
minado número de personas, pero, corruptos. La desintegración de la
las cuales, comparadas con el resto patria comienza con la desintegra-
de la población, sólo constituyen una ción del idioma, sobre todo por la
verdadera minoría” (p. 10). influencia perniciosa de la inmigra-
ción cosmopolita, por lo que es nece-
La construcción del Estado requiere sario defenderlo de hibridaciones
la unidad lingüística como una de destructoras. Éste será el objetivo
sus condiciones de existencia. La de su labor de formación ciudadana
educación pública era la encargada con la Didáctica y, como hombre de
de difundir la única variante admi- cultura, de dar fundamento científico
sible, que se decantaba de la buena al castellano usual en su Diccionario
literatura y de los consejos de los etimológico (Didáctica, p. 221-2).
gramáticos. El ideal monoglósico
prevé una lengua única, sin diferen-
cias dialectales marcadas, aunque sí Los guardianes de la lengua
con la debida separación entre los dos
sociolectos, la lengua del vulgo y la La construcción de la lengua del
lengua culta, que seguía mantenién- Estado requiere la labor de los gramá-
dose como posesión exclusiva de los ticos, que serán los encargados del
verdaderos distinguidos. trabajo técnico –eliminar el plurimor-
Quesada es categórico: “A las razas que fismo previo a la estandarización– y
progresan corresponden idiomas que de una función ideológica: la exalta-
se enriquecen y prosperan”. La labor ción del castellano como único objeto
destructiva de los cambios de abajo es digno de ser estudiado y preservado

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en toda su pureza de la incuria de los los principales periódicos porteños.


hablantes desaprensivos. Los espacios La apología del castellano –“lengua
privilegiados de su actividad son los majestuosa, grave, rica”– se establece
que mencionaba Quesada: la escuela, frente a otras lenguas, de acuerdo con
la prensa y el libro. la tradición humanística, –“el sin rival
Invirtiendo la relación entre lengua romance”, “encanto y admiración de
hablada y escrita, la escrita se convierte extrañas gentes”, “lengua envidiada”–
en la norma a la que debía ajustarse y más a menudo en relación con las
la hablada. Por ejemplo, la escuela se deficiencias de la modalidad local. Así,
propuso regularizar la pronunciación las Notas al castellano en la Argentina
de los grupos consonánticos cultos: de 1903 de Ricardo Monner Sans,
do(c)tor, hi(m)no, di(g)no, o(b)sesión, un catalán que llega a la Argentina en
a(p)titud, protec(c)ión, in(s)cri(p)to 1889, constituye un texto básico de la
y similares, así como en las termina- ideología estandarizante que se instala
ciones: -a(d)o: casa(d)o, cansa(d)o, como reacción a la obra de Abeille.
cuña(d)o. También había que erra- Va precedida por una introducción de
dicar vulgarismos como esperemén, Estanislao Zeballos, otro hombre fuerte
sientensén, diganmelón, y las acentua- del régimen roquista, que avala la obra
ciones incorrectas en palabras como del español y la ubica en el contexto de
intérvalo, epígrama, telégrama, périto, los estudios del español en América.
cólega, méndigo, convertidas en esdrú- El gramático fustiga las disidencias
julas por ultracorrección. (barbarismo, arcaísmo, neologismo) que
En buena medida, la escuela logrará desvían la modalidad local del español
estos objetivos, pero no va a cumplir castizo, que, sin embargo, resiste a los
con la principal tarea que se le enco- embates que recibe en Buenos Aires. El
mienda: la de erradicar el vos de las español de Argentina aparece caracteri-
aulas. Sin embargo, el “vulgar, arcaico, zado negativamente con todo el énfasis
antilógico, inexistente” voseo amplió de su malhumor hispánico:
su uso, aunque mantenido a raya en
la lengua escrita. Al ejemplo de Chile, “Cuando en calles y plazas, en teatros
que había obedecido los consejos de y paseos, en casinos y en hogares se
Bello, se oponía la rebeldía de Argen- oyen conversaciones arlequinadas con
tina, que seguía emperrada en esa retazos de diversos idiomas; cuando
“ignominiosa fealdad”. La gramática en cátedra se profieren dislates y, en
normativa reinará en la escuela secun- obra gramatical, un día de texto, se
daria. Desde fines del siglo XIX, la le advierte al niño que en el hogar
defensa de la gramática queda a cargo debe hablar mal para no ponerse
de un grupo de gramáticos espa- en pugna con los padres que barba-
ñoles, como Monner Sans, Atienza rizan, llega uno a convencerse de
y Medrano, García Velloso, Vera y la briosidad de una lengua que no
González, Vélez de Aragón y, más ha sucumbido al peso de tan rudos
tarde, Avelino Herrero Mayor, que van golpes” (pp. 47-48).
ocupando estos espacios privilegiados:
son profesores y directivos en colegios Para corregir los errores presenta su
secundarios, redactan los manuales de fichero ordenado de los términos que
lengua, además de ser correctores de se apartan del uso peninsular y los juzga

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de acuerdo con criterios muy estrictos. “Mientras en la propia escuela


No admite nuevos significados en las primaria suenen en labios docentes el
palabras conocidas; le escandaliza, por vos, el vení, el paráte, el deber por
ejemplo, la ampliación del significado “ejercicio”... y tanto y tanto aporreo
de agarrar, sustituto del imprescindible del idioma, que pregonando va, si
coger, por lo que intenta convencer sobre no se quiere molesta ignorancia,
la diferencia entre agarrar, asir y coger. censurable indiferencia, probaría
Evidentemente, las catacresis, que tanto el desgano con que la Superioridad
entusiasmaban a Abeille, le disgustan a mira los asuntos del lenguaje. ¡Irri-
Monner Sans; por eso, rechaza pararse por tante desvío, señores, siendo como es
“ponerse de pie”, negocio por “tienda” o el idioma el reflejo del alma popular!
disparar por “huir”, entre otras muchas. ¡Criminal desatención!... ¿por qué
Como es de prever, también sanciona con no castigar con mano fuerte los aten-
máxima severidad todo galicismo léxico tados contra el lenguaje? ¿Por qué
o sintáctico; así, califica como “galicismo permitirle al bárbaro que enseñe lo
empalagoso” coraje por “valor”, como que ignora pervirtiendo el alma y el
“galicismo insoportable e inadmisible” cerebro de las inteligencias que se le
tener lugar o como “galicismo antipá- confían?” (p. 155)
tico” aprovisionar, entre otros muchos
que reciben su condena. Admite, en Monner Sans denuncia el escaso afán
cambio, términos que carecen de un normativo de las autoridades educa-
correlato castizo, como choclo, churrasco, tivas y de los maestros, poco afectos a
caudillaje, cardal, platense, pucho, pintu- la gramática. Pero la cólera del gramá-
rería, tambo, hispanoamericano e incluso tico se exacerba con el uso del vos, al que
llega a preferir la expresión argentina a la tildaba en Notas de “inaguantable vulga-
peninsular en aguatero o tata, esta última ridad”, de arcaico y de “antilógico”.
como modo de contrarrestar el afemi- La condena general al voseo se basaba
nado galicismo papá. en tres argumentos: uno social, otro
La preservación de la lengua es la misión histórico –el no haber seguido la
del “campeón del español” que no ceja tendencia que se impuso en el español
en su infatigable corrección de las defi- peninsular– y otro lógico. Esta última
ciencias del español hablado y escrito en calificación proviene de la diferencia
Argentina. Como no olvida el intento entre el vos clásico español, coheren-
de Abeille, no pierde ocasión en denun- temente construido con la segunda
ciar el disparate de pensar que podían persona del plural (Vos os engañáis
crear una lengua propia por un naciona- en vuestra sospecha), y el paradigma
lismo mal entendido: “¡Crear un nuevo híbrido del voseo americano (Vos te
idioma! ¡Ahí es nada! ¡Se han detenido engañás con tu sospecha), resultante de
Uds. a pensar lo que significa, lo que la mezcla entre formas del singular y del
representa tamaña invención, los cono- plural, tanto en el voseo pronominal
cimientos que son necesarios, no nece- como en el verbal. Por eso mismo, los
sarios, indispensables, para la formación inspectores del Consejo Nacional de
de una lengua!” (MEC); por eso reclama Educación, que debían ocuparse de
medidas más enérgicas para que la perseguir el voseo en las escuelas, justi-
escuela cumpla su misión de “perfeccio- ficaban su labor aduciendo que el vos
namiento del habla argentina”: no existía en la gramática:

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“Al visitar algunas escuelas, he hallado lo mal que se habla y se escribe en la


maestros que decían a sus alumnos: Argentina se convierte en un tópico
sentate o parate. Este defecto debió que justifica la ideología estandariza-
ser corregido hace tiempo. El maestro dora; Monner Sans se previene así de
tiene plena libertad para dirigirse al todo contagio:
alumno empleando el pronombre tú
o usted, pero debe hablar siempre en “[Apenas llegado], al momento
castellano” (N. Trucco. MEC, julio advertí las incorrecciones del lenguaje,
de 1909, Nº 439, p. 90). así en lo que se hablaba como en lo
que se escribía. Al escuchar tanto
Otros gramáticos añadirán argu- aporreo al heredado lenguaje, juréme
mentos similares para condenar al a mí mismo apercibirme a la defensa,
vos; así A. Herrero Mayor le achaca la rezando cada noche una jaculatoria
pérdida del tratamiento de confianza al protector del idioma cervantino,
en plural: para que me librara del contagio”
(1917, p. 146).
“Cuando nos dirigimos a dos amigos
a quienes tratamos de vos, decimos La tradición de la queja, principal
si es de uno: Vos sos mi amigo, fundamento del discurso gramatical
mas cuando nos dirigimos a los dos normativo, se difunde a través de
decimos: Ustedes son mis amigos, una amplia serie de libros, como El
con lo que ha desaparecido la castellano en América. Su evolución,
confianza... El vosotros mantiene la Crecimiento del habla (1925) y Guía
confianza” (Diálogo argentino de la del buen decir de Juan Selva; Problemas
lengua, p. 58). del idioma de A. Herrero Mayor;
Defendamos nuestro hermoso idioma
En realidad, la pérdida del trata- de J. Cantarell Dart; Coloquios sobre
miento de confianza en el plural no el lenguaje argentino (1945) de Lázaro
se debe al tan denostado voseo, sino Schallman; Despeñaderos del habla de
a la pérdida del vosotros, común a Arturo Capdevila (1954), entre muchos
todo el español de América. Arturo otros. Gana también espacios en los
Capdevila, el más decidido detractor medios de comunicación tanto escrita
del voseo, al que califica de “mancha, –Barbaridades que se nos escapan al
ignominiosa fealdad, viruela”, recurre hablar (1924) de Monner Sans– como
a una supuesta evidencia histórica: radiofónica –Diálogo argentino de la
atribuye al rosismo la reimplantación lengua (50 lecciones para hablar y escribir
del voseo como triunfo del populismo: correctamente) de Avelino Herrero
“¡Victoria oscura de la barbarie sobre Mayor–, seguidos por una larga serie
la cobardía!” (Babel y el castellano). de epígonos hispanófilos. La prolifera-
La representación del gramático ción de las gramáticas se justifica por
rezongón, el “corregidor” que inti- las “especiales condiciones del país”.
mida con sus preceptos y sanciones, es Como prólogo a las Notas, Estanislao
un motivo recurrente en Borges, Arlt, Zeballos elogia la denodada labor
Rossi, quienes lo asocian al malhumor, de Monner Sans contra la incorrec-
al inmovilismo, a una reacción hispa- ción y las pretensiones nacionalistas.
nizante colonialista. La queja sobre Menciona entre los predecesores, a

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Octavio Pico, que “describía las fiestas y el ‘salivoso’ chau” (Herrero Mayor) o
de antruejo, que carnaval le parecía por el anglicismo sintáctico Automóvil
italianismo innecesario para quienes Club o Plaza Hotel (J. Selva). Otra
tienen, además, en su rico idioma, forma de afectación será luego blanco
carnestolendas, de clásico abolengo” de la sátira de Adolfo Bioy Casares
(p. 6). Preocuparse por un italianismo en su Breve
tan arraigado como carnaval indica diccionario Los hablantes se expresan sin el
una clara voluntad de contrarrestar la del argen- necesario cuidado, con expresiones
presencia inmigratoria, en un medio tino exqui- tuntúnicas, que muestran la pereza
que, según Zeballos, “carece de las sito (1978) mental del porteño, como los evalua-
aptitudes para la asimilación intelec- que, más tivos positivo fenómeno y negativo
tual del extranjero”, y lo peor es que es moderno, macana. El uso de la lengua indica la
el que termina por asimilar al nativo. se espe- condición social y el grado de cultura
Buenos Aires es Gringópolis, la confu- cializa en del hablante, y se asocia también a la
sión babélica y el desbarajuste. Los d e c l a r a - moral: el lenguaje correcto va unido a
hablantes se expresan sin el necesario ciones de la buena conducta, según Lugones.
cuidado, con expresiones tuntúnicas, políticos
que muestran la pereza mental del y gobernantes, tan afectos en esos
porteño, como los evaluativos positivo tiempos a las finezas de fractura, infra-
fenómeno y negativo macana. El uso de estructura, curricular, redimensionar.
la lengua indica la condición social y
el grado de cultura del hablante, y se
asocia también a la moral: el lenguaje Borges vs. Castro
correcto va unido a la buena conducta,
según Lugones. La causa antihispánica era compartida
Capdevila extrae las consecuencias: “Así por un amplio sector de los intelec-
como la mala crianza aísla, así como la tuales, que veían con resquemor la
suciedad en el vestir separa, todo lo presencia de lingüistas españoles en
que conspire contra el buen hablar la dirección del Instituto de Filología
será también razón de confinamiento de la Universidad de Buenos Aires
y soledad” (“Desazones idiomáticas desde su creación en 1924 por la firma
argentinas”, Cuadernos del idioma, p. de un convenio entre el decano de la
31). El buen hablante, sin embargo, Facultad, Ricardo Rojas, y Ramón
no se confunde con el redicho o afec- Menéndez Pidal, director del Centro
tado. La finura aparente de algunos no de Estudios Históricos de Madrid. Así
puede ocultar el mal gusto; la lengua llegan, entre otros, Américo Castro en
permitirá reconocer a los verdaderos 1924 y como director permanente, a
distinguidos de quienes aspiran a serlo partir de 1927, Amado Alonso. El año
y se exceden en la imitación. Es que la anterior, cuando la Gaceta Literaria de
distinción no se compra en la tienda, Madrid había planteado que el meri-
recuerda Capdevila a los enriquecidos diano cultural y lingüístico que debía
que llegaron en el último aluvión inmi- acatar la América hispanohablante era
gratorio (Despeñaderos, p. 87). El mal el de Madrid, los colaboradores del
gusto se pone de manifiesto en expre- periódico Martín Fierro rechazaron
siones cursis como mi esposa (por la unánimemente la pretensión, encabe-
más directa mi mujer), “el cómico aló zados por el director, Evar Méndez:

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“... el deshispanismo argentino, la Mayor y E. Larreta. La severidad del


transformación del idioma, la dife- juicio recaía sobre las actitudes excesi-
renciación espiritual, nuestra actual vamente permisivas hacia los errores,
constitución étnica, la orientación como la falta de sanción social, el escaso
no-española de la cultura del Plata. interés por la corrección, el pudor por
Todo ello parece ‘ingratitud histórica’ mostrarse culto, la ausencia de una
e insulto máximo a los españoles; pero minoría que impusiera su autoridad, el
desatender a esa verdad no prueba sino “instinto bajero” que se complacía en
incomprensión, voluntaria ceguera, las expresiones plebeyas hasta elevarlas
estrechez mental o torpe tozudez...” a la categoría de literarias. El libro
(Salas, revista Martín Fierro, provocó la reacción de encono ante lo
agosto 31-noviembre 15 de 1927, que se consideraba como una ofensa al
Nº 44-45, p. 475). sentimiento nacional, infligida por un
extranjero y, además, español, como se
En esta polémica la opinión de Borges expresa, por ejemplo, en dos artículos
fue deliberadamente breve. Expresa publicados en la revista La Carreta de
desde el inicio su opinión a través de octubre de 1941, firmados por Luis
enfáticos signos de exclamación: “La Pinto –“Américo Castro, ‘Corregidor’
sedicente juventud nos invita a esta- de Lengua...”– y por Vicente Rossi,
blecer ¡en Madrid! el meridiano inte- “A los Encomenderos Idiomáticos de
lectual de esta América”. Entre los los Pueblos del Plata”. En ambos se
diversos factores (musicales, políticos, acusa al filólogo de querer reimplantar
culturales) que demuestran la impo- el vasallaje impuesto desde España, por
sibilidad de la pretensión, menciona lo que se insta a los argentinos a rechazar
uno lingüístico: “una ciudad cuya sola la injerencia de una autoridad externa
invención es el galicismo –a lo menos, que desconoce su idiosincrasia y la de su
en ninguna otra ciudad de él” (Ibíd., lengua. Desde otro ángulo, La Nación
N° 42, junio de 1927, p. 357). (14 de septiembre de 1941) destaca la
En 1941 se publica La peculiaridad falta de perspectiva general que Castro
lingüística rioplatense de Américo muestra sobre la sociedad argentina:
Castro, que dicta un diagnóstico muy
negativo sobre la lengua hablada y “El prestigioso filólogo comete el error
escrita en Argentina. Esta obra es una de espantarse por el escándalo del
versión hiperbólica de “El problema idioma plebeyo (...) . La Argentina
argentino de la lengua”, dedicado a posee, en la realidad discreta de
Borges, “compañero en estas preocupa- sus dignas reservas, un perfil nada
ciones”, primer capítulo de El problema plebeyo, sino al contrario tan fino y
de la lengua en América de Amado señorial como el que apunta en los
Alonso. Aunque Alonso destacaba los escritores de la calidad de los que
factores que incidían en el “desbarajuste D. Américo Castro cita, quienes no
lingüístico” de Buenos Aires, Castro iba son –como él piensa– tan diferentes
más allá, porque pretendía explicar los al medio y su expresión, sino la expre-
resortes más profundos de la historia sión de lo mejor del medio”.
cultural, y para ello se basaba no sólo en
la obra de su compatriota, sino también Evidentemente, La peculiaridad lingüís-
en citas de Arturo Capdevila, A. Herrero tica rioplatense también irritó a Borges.

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En “Las alarmas del Doctor Castro”, Aunque el artículo de Borges fue inter-
publicado en Sur, Borges hostigará con pretado como una falacia ad hominem,
feroz sarcasmo, al ocasional enemigo o una burla gratuita e irrespetuosa, sin
para destruir su tesis. Las estrategias que embargo, no parece ajeno al hecho de
emplea en el ataque las había expuesto que en la obra de Castro se deslizan
en el “Arte de injuriar” (Historia de la acusaciones veladas contra Borges y su
eternidad, 1933). No parece azaroso posición frente a la lengua: “Hay argen-
que en su teorización sobre el género tinos, incluso con relieve intelectual,
mencione entre los términos denigra- que declaran ser su lengua el ‘argentino’,
torios que el polemista esgrime para aunque no insistan mucho en ello al
denostar a su oponente el de doctor: expresarse con la pluma” (p. 16). Borges
“Doctor es otra aniquilación” (O. C., no se detiene a explicar que escribir en
p. 420). Alarmas, a su vez, sugiere aspa- argentino no significa convertirse en
viento, malhumor, rezongo, las acti- gaucho o en compadrito, ni tampoco
tudes que en El idioma de los argentinos hacerse español, sino, más bien,
endilga a los hispanistas. mantener el tono de la oralidad porteña
Borges no intenta arduas discusiones en su modalidad culta. Es el matiz que
gramaticales que pudieran probar la
superior corrección o calidad de la
“lengua vernácula de la charla porteña”
sobre otras. Demuestra la falacia de
identificar la lengua de Buenos Aires
con sus parodias gauchescas o arraba-
leras, que el ensayista comparaba con
el español estándar peninsular. A la
pretendida superioridad de la penin-
sular concede, con la objetividad de
un observador imparcial, como único
argumento la intensidad de la voz:

“He viajado por Cataluña, por


Alicante, por Andalucía, por
Castilla; he vivido un par de años en
Valldemosa y uno en Madrid; tengo
gratísimos recuerdos de esos lugares;
no he observado jamás que los espa-
ñoles hablaran mejor que nosotros.
(Hablan en voz más alta, eso sí,
con el aplomo de quienes ignoran la
duda)” (O. C., p. 654).

El corolario obligado es desmentir esa


superioridad y afirmar la del español
de Argentina, ilustrado con una
estrofa del Martín Fierro que opone a
las torpezas estilísticas de Castro.

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pretende transmitir, siguiendo a escri- porteño. Sigo toda una tradición: Fray
tores como Sarmiento y Mansilla: Mocho, Félix Lima, Last Reason...Y es
acaso por exaltar el habla del pueblo,
“El tono de su escritura fue el de su ágil, pintoresca y variable, que inte-
voz; su boca no fue la contradic- resa a todas las sensibilidades. Este
ción de su mano. Fueron argentinos léxico, que yo llamo idioma, primará
con dignidad: su decirse criollos no en nuestra literatura a pesar de la
fue una arrogancia orillera ni un indignación de los puristas, a quienes
malhumor. Escribieron el dialecto no leen ni leerá nadie (Aguafuertes
usual de sus días: ni recaer en espa- porteñas, p. 369).
ñoles ni degenerar en malevos fue su
apetencia... Dijeron bien en argen-
tino: cosa en desuso” (El idioma de
los argentinos, p. 29). Conclusiones

También se adivina una solapada refe- ¿De qué se discute cuando se plan-
rencia a Borges cuando Castro, enojado, tean estas polémicas sobre la lengua?
se queja del recurso al humor, que Básicamente de “mitos acerca de la
evidencia una preocupación mayor por lengua” relativos al carácter más lógico,
la forma que por el contenido. Explí- más bello o más difícil de una lengua,
citamente, a Borges sólo lo menciona o de los efectos de un dialecto sobre
una vez, en una lista en que reúne escri- la pureza de la lengua o de la (im)
tores de diferente laya, que concluye pericia de los hablantes de un cierto
en un genérico “y cien más” (p. 122). sector social. Muchos de estos “mitos”
Retomando estas alusiones y elusiones, circulan en los textos comentados. De
Borges concluye su ilustración del arte hecho, son las cuestiones vinculadas a
de injuriar con la aniquilación total: la valoración –más que de la estructura
interna de la lengua– lo que suscita
“En la página 122, el doctor Castro el interés de académicos, intelec-
ha enumerado algunos escritores cuyo tuales, políticos y gran público; cada
estilo es correcto; a pesar de la inclu- uno, desde su perspectiva particular.
sión de mi nombre en este catálogo, Algunas parecen depender de gustos,
no me creo del todo incapacitado para más o menos legitimados; otras, de
hablar de estilística” (O. C., p. 657). factores sociales y políticos implícitos;
un tercer grupo, de cómo se entienda
También Roberto Arlt recupera el la “unidad de la lengua” y qué alcance
nombre “El idioma de los argentinos” se les reconozcan a las diferencias.
en su Aguafuerte porteña para discutir En nuestro recorrido hemos recono-
con un hispanista, el ya mencionado cido una línea dominante trazada por
Monner Sans. A diferencia de Borges, la defensa de los rasgos del hablado
Arlt dice escribir “en porteño” –que en Argentina frente a una normativa
identifica con un léxico– y se apoya en que desconocía la valoración de los
una genealogía diferente: hablantes nativos y que sólo admitía
como legítima la opción del español
“Escribo en un ‘idioma’ que no es peninsular: Sarmiento propone una
propiamente el castellano, sino el ortografía que daba lugar al seseo,

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Artificios: lengua y ciudad N° 9-10 | Edición Bicentenario

rasgo compartido por todas las moda- mamá? o en ¿No lo invitaste a Tomás?,
lidades habladas en América; Borges la prácticamente obligatoria cuando se
reconoce en un matiz, el de la oralidad hace referencia a personas consideradas
porteña, que se reconoce en un tono, familiares para el interlocutor.
en algunas selecciones léxicas y en las Ahora bien, la suma de los rasgos,
connotaciones que se asocian con ciertas ¿define la identidad lingüística argen-
palabras; Arlt la identifica con el voca- tina o, mejor aun, las varias identidades
bulario propio de Buenos Aires. Los lingüísticas argentinas: la rioplatense,
marcadores de “argentinidad” cambian muy cercana a la uruguaya, la del
a través del tiempo. El lingüista alemán noroeste, vinculada a la del español
Fritz Krüge, que fue profesor en la andino, la cuyana, similar a la del
Universidad de Cuyo, escribió un libro español de Chile y la del nordeste,
sobre “el argentinismo es de lindo” que comparte muchos rasgos con el
(Era de linda...; Está de alto... Me cayó de Paraguay? Creo que no basta, por
de mal...). Sin embargo, esta construc- más puntuales y específicos que se
ción hoy ha perdido vigencia entre describan. Como hemos visto, la iden-
los jóvenes, sustituida por el prefijo tidad lingüística es una construcción
re-: Era re-linda, Está re-alto; Me cayó elaborada por intelectuales, hecha
re-mal. La entonación de la frase resulta de reflexiones sobre la lengua y sus
más cercana a la de ciertos dialectos componentes, pero también de valores
del italiano que a la del español penin- afectivos, como los prejuicios y los
sular, e incluso el italiano parece haber mitos antes mencionados, y también
favorecido la tendencia a la duplicación de ciertas acciones glotopolíticas,
pronominal, como en ¿La viste a mi normativas o antinormativas.

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210

Ciudad moderna - metrópoli global(*)


Por Pablo Sztulwark

El pensamiento político y cultural no puede pres-


cindir, a la hora de ensayar sus más profundas
incisiones, de la ciudad como lugar de expe-
rimentación. En ella, en el modo de ocupar su
espacialidad, se expresan formas de vida, con sus
costumbres, pero también con sus inflexiones
irreversibles.
En el artículo que presentamos a continuación,
Pablo Sztulwark expone las diferencias entre los
modos en los que fue concebida la ciudad moderna
y la metrópoli global. La primera, esbozada bajo
el paradigma de la planificación y el diseño de
estructuras estandarizadas que responde a nece-
sidades previamente concebidas: el plan urbano
que trazaba y prescribía las maneras de habitar el
lugar. Las ciudades de hoy, bajo el imperio de las
imágenes globales y las tecnologías del marketing
que configuran el territorio a partir de la desagre-
gación de los lazos colectivos: el autoencierro y
la producción de ambientes homogéneos consti-
tuidos tras la promesa de un mundo que luego el
mercado invita a consumir.
Sin embargo, y pese a los moldes imaginados en
las agencias publicitarias, la ciudad es un espacio
vivo que reclama ser concebido como tal. En ella,
si se la logra imaginar como desafío de religar
lo heterogéneo, se cifran las posibilidades del
pueblo por venir.
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I. Ciudad y cultura apropiación y circulación del patri-


monio simbólico de una formación
Tal vez la ciudad sea una de las cons- social, la ciudad y su construcción
trucciones más complejas e impresio- material y simbólica pertenecen al
nantes de la especie humana. Pero como conjunto que recorta esta definición.
estamos de alguna manera habituados Ahora bien, si partimos de esta defi-
a ella, perdemos de vista esa impresio- nición de cultura, no podemos dejar
nante complejidad. Si hiciéramos un de interpelar a la ciudad como parte
ejercicio de imaginación y pudiéramos integrante de una construcción mate-
cambiar de escala, es decir, si nos rial de sentido. Pero, ¿qué significa
alejáramos de nuestro punto de vista esto respecto del eje que buscamos
habitual y cambiáramos de velocidad tratar? Por un lado, que la ciudad es
acelerando el tiempo, tomaríamos el universo en el que se despliega la
conciencia visual de tamaña obra vida del hombre, y la especificidad de
colectiva. Si esto sucediera, veríamos a lo humano se juega en la construcción
la ciudad como una urdimbre que se de artificios (en este caso, la ciudad)
está haciendo y re-haciendo, que crece que instituyen sentido. Por otro lado,
y se altera con el latir de la vida. Aquí si la lucha cultural es la lucha por el
intentaremos pensar acerca de esta sentido, la ciudad no está excluida de
construcción cultural. ese campo o más bien forma parte de
¿Por qué convocamos esta primera él en tanto que generadora de sentido.
imagen al pensar la ciudad? Porque Volvamos sobre este asunto. Primero,
nos interesa preguntarnos, en las la ciudad es una producción cultural.
páginas que siguen, por la ciudad y su Segundo, también “desborda” de cultura
estatuto. Pero sobre todo por la ciudad la pregunta por la
en tanto que construcción cultural. ciudad porque su ¿En qué hacemos foco cuando
Sin embargo, existen múltiples formas objeto es el habitar miramos con los ojos de la terri-
de aproximarnos a la ciudad, inclu- humano. Tercero, torialización y la desterritoria-
sive en su dimensión de construcción tratándose del lización? Hacemos foco en el
cultural y colectiva. Por eso mismo, habitar humano, habitar como habitar humano
vale precisar ahora de qué (tipo de) no estamos ante que se apropia de un espacio
ciudad hablaremos y qué problema- una cuestión y lo convierte en territorio
tización nos interesa exponer en las sencilla y suscep- poblado de sentido. Pero esa
notas posteriores. tible de ser resuelta operación implica una apro-
Si bien las estrategias de problema- en clave técnica. piación material y simbólica.
tización son infinitas, mi lugar de Por el contrario, Por eso mismo y en tanto que
enunciación es el de arquitecto y nos enfrentamos efecto de esa ocupación que
la interrogación parte de allí. Pero a una interroga- instituye sentido, el espacio se
discurso arquitectónico no equivale ción que convoca transforma en terreno intensa-
a discurso técnico sobre la ciudad, una variedad de mente humano.
aunque lo contenga. Más bien, pensar problemas, una
la ciudad desde esta mirada requiere multiplicidad de conceptos y una
transformar, tanto a la ciudad como a serie de perspectivas difíciles de clasi-
la arquitectura, en términos insepara- ficar si pensamos un proyecto urbano.
bles de la cultura. En otras palabras, si Cuarto, cuando nos topamos con un
entendemos por cultura la producción, problema arquitectónico-urbano –y aquí

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las categorías sin duda son difíciles de poblado de sentido. Pero esa operación
separar– inevitablemente nos topamos implica una apropiación material y
con un problema sobre el habitar humano simbólica. Por eso mismo y en tanto
que pone en cuestión los saberes previos que efecto de esa ocupación que insti-
y en consecuencia es necesario revisarlos tuye sentido, el espacio se transforma
a la luz de cada proyecto. en terreno intensamente humano.
Planteada esta definición, regresemos Ahora bien, la ocupación no está hecha
sobre la imagen de la ciudad como de una vez y para siempre sino que su
urdimbre colectiva. Al imaginarla de temporalidad –en rigor, su histori-
esta manera, lo hacemos tomando cidad– se teje al ritmo de la apropia-
como eje las operaciones de territo- ción y la re-apropiación del espacio
rialización y desterritorialización de que siempre es continua. Entonces,
una cultura.1 Es decir, como estrate- la tarea es constante pero, además, esa
gias de apropiación y subjetivación del constancia no consiste en la repetición
territorio. Pero, ¿en qué hacemos foco de un procedimiento, en la aplicación
cuando miramos con los ojos de la de una regla técnica o en la puesta en
territorialización y la desterritorializa- juego de un saber especifico. Más bien,
ción? Hacemos foco en el habitar como cuando decimos ocupar decimos rela-
habitar humano que se apropia de un ción singular, subjetiva y situada con
Pablo Sztulwark espacio y lo convierte en territorio el espacio. Por otra parte, el habitante

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de ese mundo no es un mero receptor políticos, artísticos, sociales, etc. que


pasivo o un consumidor indiferen- hospedan vida y por eso construyen
ciado sino una subjetividad que resulta mundos humanos.
de un hacer. De esta manera, pensar Al leer la ciudad desde esta perspec-
la construcción de ciudad –en tanto tiva, dejamos de interpelarla exclusi-
que ocupación material y simbólica vamente como un objeto material.
de un espacio– exige problematizar la Entonces, se nos convierte en la
lucha por la asignación de sentido de superficie de emergencia de los relatos
ese espacio. Y allí, dicho sea de paso, y cada ficción es un medio a partir
reside centralmente la esencia cultural del cual se construye y constituye.
de la ciudad. Siguiendo al pensador contempo-
Si comenzamos este aparatado con ráneo Olivier Mongin en La condición
una imagen, terminemos con otra urbana, hasta podríamos señalar que
al servicio del mismo problema que si los relatos ficcionales son “la imagen
buscamos rodear. Entonces, podríamos mental de los espacios que finalmente
pensar la ciudad a través del lenguaje. se confunden con él”, la ciudad es
Sin ir muy lejos, sabemos que una –nada más y nada menos– que la
lengua no se agota en sus reglas sintác- materialización de esos mundos.
ticas. Tampoco en su condición de Ahora bien, antes de avanzar, es
instrumento de comunicación. En momento de introducir una definición
tanto que sujetos hablantes, nosotros de ficción sobre la que volveremos una
somos lenguaje y eso nos constituye y otra vez en los apartados sucesivos:
como sujetos. Respecto de la ciudad, las ficciones son configuraciones que
ésta también puede ser vista de esa organizan y dan consistencia al lazo
manera cuando es analizada como social. Es decir, no se trata de mentiras,
formas de pensar, sentir y actuar que ardides o engaños sino, por el contrario,
dan lugar y son experiencia humana. del medio específico en el que se desa-
En estos términos, es posible retratarla rrolla y contiene la vida humana.
en un doble juego: el hombre habita la Para avanzar en esta definición, deten-
ciudad pero también es habitado por gámonos en una situación que tiene
ella. En definitiva, la ciudad produce valor de concepto y puede esclarecer la
(y además es) sus habitantes. noción de ficción. Hace algún tiempo,
mientras caminaba por la ciudad, me
topé con un cartel en una obra que
II. La ciudad como relato comenzaba. A la manera de las actuales
gigantografías, el anuncio informaba
Si partimos de esta definición de sobre la construcción y venta de un
ciudad, el pensamiento urbano tiene edificio en torre en un barrio céntrico
un objeto y una tarea: pensar la huma- de la ciudad de Buenos Aires. El cartel
nización que produce, la subjetividad contenía una imagen. Un edificio de
que forja y el mundo que inventa ese fondo, y en un primer plano, hombres,
artificio que venimos llamando ciudad. mujeres, niños y viejos que lo miraban
Además, el pensamiento urbano no se y señalaban, parecía que con alegría. El
agota en la descripción del mundo letrero, además, tenía una leyenda: Aquí
material sino que está centrado en se va a construir un sueño, y nos exponía
el análisis de los relatos culturales, ante una tensión. Allí donde se iba a

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construir algo material (un edificio de ción con las ficciones y la tarea del
hierro, cemento, vidrio, madera, etc.), arquitecto en nuestras condiciones.
en realidad, se estaba exponiendo una Comencemos, entonces, por la ciudad
ficción sobre el habitar humano. nación en tanto que ciudad moderna.
Todavía recuerdo el impacto que me No hay duda de que la ficción moderna
causó aquel cartel. Pero más allá del por excelencia está dominada por el
impacto, lo central Estado y sus instituciones. Tal es así
La lógica de la ciudad moderna es el problema que que René Lourau, por mencionar a un
está constituida por una diná- dibujó ese anuncio. destacado pensador anti-institucional
mica donde el mercado asigna, Es evidente que de la segunda mitad del siglo XX,
el Estado regula y el urbanista la vida humana cuando describe el funcionamiento
proyecta. Por lo tanto, pensar no transcurre de las instituciones modernas, subraya
la ficción moderna acerca de la exclusivamente que el Estado es –nada más y nada
ciudad implica pensar el vínculo en el plano de menos que– el inconsciente. Más allá de
entre Estado y Mercado. Es lo material y lo cómo leamos esta interesante afirma-
decir, la restricción estatal sobre concreto. Eso lo ción de Lourau, el relato moderno se
el mercado que éste no intro- sabemos. Inclusive organizó bajo un paradigma basado en
duciría por sí mismo. Claro cuando pensamos la planificación en general y la urbana
que esta ficción era posible, desde la arqui- en relación con el eje que estamos
tendríamos que agregar, en una tectura, también considerando, pero en rigor su diná-
sociedad disciplinaria, es decir, pensamos la vida mica no se agota allí. Por el contrario,
trabajada y marcada, siguiendo en sus dimensiones la lógica de la ciudad moderna está
el análisis de Michel Foucault simbólicas e imagi- constituida por una dinámica donde
en Vigilar y castigar, por la narias porque, en el mercado asigna, el Estado regula
vigilancia jerárquica, la sanción rigor, no hay vida y el urbanista proyecta. Por lo tanto,
normalizadora y el procedi- humana por fuera pensar la ficción moderna acerca de la
miento del examen. de alguna ficción ciudad implica pensar el vínculo entre
o relato. Estado y Mercado. Es decir, la restric-
Terminada la obra unos años después, ción estatal sobre el mercado que éste
otro cartel llamó esta vez mi atención. no introduciría por sí mismo. Claro
En la entrada para coches, sobre la reja, que esta ficción era posible, tendríamos
se leía: Señor conductor: por razones de que agregar, en una sociedad discipli-
seguridad, al entrar, apague las luces naria, es decir, trabajada y marcada,
externas de auto y encienda la internas. siguiendo el análisis de Michel Foucault
en Vigilar y castigar, por la vigilancia
jerárquica, la sanción normalizadora y
III. La ciudad moderna el procedimiento del examen.
Pero esta restricción obviamente no
Presentadas algunas definiciones que excluyó la posibilidad de una alianza
son nuestro punto de partida cuando entre Estado y Mercado sino que en
nos interrogamos acerca de la ciudad, todo caso la enmarcó. Y esa alianza
detengámonos ahora en las produc- adoptó una forma específica que se
ciones ficcionales tanto de la ciudad manifiesta en esa dinámica mercantil
nación como de la metrópoli global. y los edificios públicos y los monu-
Por otra parte y en este contrapunto, mentos son la representación y
tendremos mucho que pensar en rela- garantía de ese pacto.

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Por lo tanto, si el mercado es el de otra época, el aviso clasificado en


objeto a regular, el plan del urbanista el diario resalta las cualidades estan-
consiste en imponer restricciones dardizadas del producto. A saber: dos
donde el mercado no las ponía. En ambientes, cocina, balcón, etc. Sobre
una sociedad disciplinaria, como la vida posible allí, no hay “lugar”. Y
decíamos, esta ficción es posible y esa tal es así que todos nos enfrentamos,
alianza podía dar respuesta a las nece- alguna vez, con la frustración que un
sidades del habitar. Es decir, el relato aviso de este tipo nos produjo al buscar
moderno incluía la ilusión de que una vivienda.
la ciudad administraba la lógica del Después de describir someramente
derecho y la necesidad. Recordemos esta ficción, surgen algunas preguntas
la frase: “donde hay una necesidad, y problemas centrales para el pensa-
hay un derecho”. miento urbano. Por ejemplo, ¿cómo
La ciudad moderna, entonces, nace un plan –el que
atravesada por ese relato y este atra- sea, inclusive el La ciudad planificada es esa
vesamiento se observa pero funda- “mejor”– puede instancia propia del urba-
mentalmente se vive en una serie de contener el carácter nismo que codifica, que intenta
operaciones: desde la higiene, a partir multiforme de la proporcionar identidad y que
del desarrollo de pulmones verdes, las vida? ¿Es posible ofrece un lugar para cada cosa.
calles y arterias (obsérvese el lenguaje) disponer una mate- Pero en la medida en que no
que intentan resolver la circulación rialidad planificada hay plan capaz de contenerlo
de personas y bienes, hasta la demo- estable donde la todo, siempre deja por fuera la
cratización de los espacios adminis- vida va signifi- situación urbana. Es decir, los
trada por esa lógica de las necesidades cando y resigni- lugares practicados y por eso
y derechos. ficando los lugares marcados espontáneamente
Ahora bien, si el mercado asignaba era constantemente? que también hacen ciudad. Si
porque encontraba los mecanismos para Si la tempora- el plan es una vía de “ingreso”
convertir en mercancía los productos lidad urbana nos al problema de la ciudad, las
de lo urbano. Entonces, la ciudad capi- muestra que la situaciones urbanas son otra
talista (moderna) también producía su ciudad no está suplementaria que, dicho sea
lenguaje y su sentido. Si la ciudad es hecha sino que de paso, piensan lo que el
capitalista deberá encontrar los meca- se está haciendo plan no lee porque no puede
nismos de puesta en valor de cambio, todo el tiempo, no planificarlo.
es decir su conversión en mercancía, y hay plan capaz de
lo hace a través de la estandardización enmarcar los espacios practicados por
y la producción de tipos mensurables la vida que también hacen ciudad.
y clasificables. A su vez estandarizar y Sin embargo, esta tensión entre plan y
racionalizar nos imponen hacer coin- vida puede ser interpelada de formas
cidir una forma de vida con un tipo distintas. Por un lado, en clave de plan,
espacial constructivo. como lo hizo la tradición arquitectó-
Para precisar esta cuestión, los avisos nica moderna. La ciudad planificada
clasificados –en tanto que lenguaje es esa instancia propia del urbanismo
de la ficción mercantil moderna– nos que codifica, que intenta proporcionar
dan una pista para deconstruir esa identidad y que ofrece un lugar para
producción de sentido. Aunque puede cada cosa. Pero en la medida en que
resonar viejo en tanto que exponente no hay plan capaz de contenerlo todo,

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siempre deja por fuera la situación espacios, tanto de manera colec-


urbana. Es decir, los lugares practi- tiva como individual. Por ejemplo,
cados y por eso marcados espontá- la Plaza de Mayo no fue la misma
neamente que también hacen ciudad. después del 17 de octubre de 1945,
Si el plan es una vía de “ingreso” tampoco sus fuentes. Pero también
al problema de la ciudad, las situa- una esquina o una trayectoria por el
ciones urbanas son otra suplemen- barrio pueden ser decisivas porque
taria que, dicho sea de paso, piensan son inseparables de una biografía
lo que el plan no lee porque no puede amorosa o familiar. ¿Qué queremos
planificarlo. Entonces, si cuando decir con esto? En principio, que la
pensamos la vida urbana en términos vida siempre tensiona esa estructura.
de plan hacemos eje en la tradición, Y en tiempos modernos, el fracaso de
la geografía, la historia, los hábitos esos lugares y su procesamiento operó
arquitectónicos, las pautas de uso del como condición de posibilidad de las
espacio, la articulación de funciones intervenciones arquitectónicas y urba-
urbanas, sociales y económicas, etc., es nísticas que actualizaban la estructura.
decir, en los lugares susceptibles de ser Bajo este esquema, el relato moderno
planificados; cuando hacemos eje en construyó un lugar a su medida para
las situaciones urbanas, nos concen- aquello que “espontáneamente” no
tramos en la tensión, siempre compleja encontraba su lugar en la estructura.
y cambiante, entre los lugares prede-
terminados por el plan y los recorridos
que “profanan”, es decir, instalan otros IV. Ficciones contemporáneas
usos de esos lugares.2
Pero la mirada moderna leyó a la En la medida en que la vida social,
ciudad en términos de una estructura cultural y económica se ha transfor-
estable de lugares sometida a las diná- mado, la vida urbana también lo ha
micas mercantiles. Es decir, cuando el hecho. Pero, ¿en qué consiste esta
urbanista moderno pensó a la ciudad alteración y qué es necesario pensar
la pensó como una estructura de en el campo del pensamiento urbano
lugares predeterminados en el marco como consecuencia de esta altera-
de la cual se desarrolla la vida en sus ción? Entre otras cuestiones, la ciudad
necesidades materiales y simbólicas. actual es –además de una ciudad de
Así mirada, la ciudad y sus formas lugares– una ciudad de flujos. En
de ocupación existen donde fueron otros términos, la ciudad contempo-
establecidas, ya sea por el urbanista, ránea altera radicalmente su estatus
el funcionario o la institución. Sin ir porque está atravesada por una condi-
muy lejos, esta operación de marca- ción heterogénea que la tensiona y la
ción de la ciudad puede ser analizada constituye. Por un lado, es una ciudad
en relación con los sitios instituidos de lugares (la tradición, la geografía, la
como relevantes por el plan urbano. historia, los hábitos arquitectónicos,
Para una mirada planificada, los las pautas de uso del espacio, la articu-
sitios relevantes de la ciudad están lación de funciones urbanas, sociales
definidos por el plan. Si esto puede y económicas, etc.), como la ciudad
ser cierto, también es cierto que una moderna. Por otro lado, también es
ciudad marca como relevantes otros una ciudad de flujos (los capitales

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globales, las redes dinámicas de que convierte las situaciones urbanas


información, los movimientos hacia en escenas? ¿Y cuál es el papel de las
los puntos de mayor rentabilidad, y imágenes como operadores ficcionales
quizá lo más importante, los flujos de que, asimismo, impactan vívidamente
imágenes propios de la sociedad del en la fisonomía urbana?
espectáculo). Vayamos por parte. Primero, las lógicas
Si esto es así, no hay forma de pensar modernas, basadas
la ciudad global sin dar cuenta del en la satisfacción La ciudad contemporánea
vínculo entre lugares y flujos.3 Ahora de necesidades altera radicalmente su estatus
bien, dialogar con esta tensión nos preexistentes, porque está atravesada por una
intima a pensar, entre otras cosas, los parecen incapaces condición heterogénea que la
límites del plan urbano. Como en la de competir con tensiona y la constituye. Por un
ciudad moderna, a éste se le escapaba los sueños y las lado, es una ciudad de lugares
el carácter multiforme de la vida, seña- imágenes que (la tradición, la geografía, la
lamos antes; en la ciudad global, es nos ofrecen las historia, los hábitos arqui-
inevitablemente incapaz de contener ficciones contem- tectónicos, las pautas de uso
la temporalidad del flujo, la velocidad poráneas. Segundo, del espacio, la articulación de
del flujo de capitales y la imposición de como la sociedad funciones urbanas, sociales
los regímenes de sentido cambiantes. del espectáculo y económicas, etc.), como la
Justamente por eso, la ciudad global no está marcada ciudad moderna. Por otro
pone en cuestión el relato moderno por necesidades lado, también es una ciudad de
sobre lo urbano en la medida en que sino por deseos, flujos (los capitales globales, las
éste piensa desde la estructura y la el marketing se redes dinámicas de informa-
estructura –si bien puede procesar el erige como el relato ción, los movimientos hacia los
cambio en clave de actualización de lo por excelencia de puntos de mayor rentabilidad,
planificado– no tiene chance de plani- los seres deseantes y quizá lo más importante, los
ficar la dimensión flujo porque –no está instituidos por esa flujos de imágenes propios de
de más destacarlo– resulta implanifi- sociedad. Tercero, la sociedad del espectáculo).
cable. Si tenemos en cuenta este esce- y teniendo en
nario, surgen algunas interrogaciones cuenta lo previo, estamos en presencia
cuando revisamos el estatuto actual de un nuevo régimen productor de
de la ciudad. ¿Cómo pensar la ciudad sentido. Y cuarto, cuando el mercado era
contemporánea y global cuando las el objeto privilegiado de regulación, la
configuraciones heredadas del habitar operatoria estatal imponía restricciones
humano urbano están en continua vía la planificación. Pero en nuestras
alteración? Por otro lado, si no estamos condiciones epocales resulta difícil
ante alteraciones menores y parciales imaginar que una operación equivalente
sino frente a una serie compleja de sea posible y sobre todo eficaz frente a
cambios que transforman el estatuto de las máquinas de seducción de la sociedad
lo urbano, ¿se vuelven imposibles aque- del espectáculo.
llas formas de construir ciudad y vida A la luz de este planteo, el cartel que
que venimos describiendo? Además, antes mencionamos se resignifica: “Aquí
si pensamos las ficciones de la ciudad se va a construir un sueño”, ahora puede
contemporánea, también tendremos ser entendido y comprendido bajo este
que considerar: ¿qué tipo de relato es descarnado sentido. En rigor, somos
fruto de la sociedad del espectáculo parte de una lógica en la que el imperio

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de la imagen configura sentido. Pero las necesidades (preexistentes) sino las


tan relevante como esta operatoria es la imágenes que recrean deseos y sueños.
genealogía de esas imágenes ficcionales: Ahora bien, el flujo de las imágenes
se trata de imágenes producidas en otros que componen esos deseos y sueños
lugares e importadas de laboratorios es necesariamente segmentado. Es
culturales, es decir, arquitectura del decir, si la sociedad de masas hacía de
espectáculo. ¿Qué tipo de arquitectura la estandarización su regla de inter-
es ésta? Por un lado, una arquitectura cambio de mercancías, el marketing
que separa prácticas de vida e imágenes (en una sociedad intensamente frag-
de esa vida. Asimismo, esta oposi- mentada a nivel social, cultural y
ción es un efecto de los mundos que espacialmente) nos ofrece un mundo
arma el marketing a medida (del consumidor) cuando
Ahora bien, el flujo de las urbano cuando se divide y clasifica en segmentos ABC1,
imágenes que componen esos desentiende de la ABC2. Y por eso mismo, le brinda a
deseos y sueños es necesaria- problematización cada quien un mundo.
mente segmentado. Es decir, de las vidas reales Los barrios cerrados, los barrios
si la sociedad de masas hacía y se refugia en las cerrados urbanos autosuficientes
de la estandarización su regla imágenes. Inclu- (torres) y hasta cualquier edificio
de intercambio de mercancías, sive, más que pequeño hoy intentan construir un
el marketing (en una sociedad dejar de lado, la sueño a medida. Si consideramos una
intensamente fragmentada a imagen es una de estas situaciones, el sueño de la vida
nivel social, cultural y espacial- configuración verde y segura da lugar a un “barrio”
mente) nos ofrece un mundo exterior y previa cuyo reverso es la destitución de la vida
a medida (del consumidor) construida en social y urbana.4 ¿Qué implica esto?
cuando divide y clasifica en otro sitio del que Primero, un proceso de segmentación
segmentos ABC1, ABC2. Y por se desenvuelve de la ciudad que limita, impide, corta
eso mismo, le brinda a cada la vida real. En los intercambios entre heterogéneos,
quien un mundo. segundo lugar y es decir, diluye la misma condición
justamente por urbana porque desalienta los inter-
eso, la subjetividad que resulta de ese cambios. Segundo, la expulsión de la
dispositivo ficcional es la del espectador dimensión barrial está acompañada
y no la del habitante. En definitiva, de la instalación de una escenografía
cómo alguien podría ocupar activa- de imágenes carentes de vida urbana.5
mente un lugar diseñado independien- Una vez más, la imagen sobrepasa
temente y a pesar de su vida. las prácticas.
De esta manera, la ficción contempo- Si pensamos históricamente esta
ránea invierte la operación del relato tendencia en la organización del
moderno. Si la ciudad mercantil espacio, se produce una ruptura
producía sus espacios, objetos e en la forma de concebir la relación
imágenes por la demanda del habitar entre espacio público y privado en
a partir de la lectura de las necesidades la medida en que la ciudad ya no es
preexistentes, la ciudad contempo- una “casa” que podamos ocupar con
ránea crea un producto para –luego– confianza, ni la casa es una “ciudad”
instituir el mundo que lo necesite. De que produzca insumos para la sociabi-
esto se deriva, entre otras cuestiones, lidad colectiva. Cuando esto sucede,
que el objeto de estas ficciones no son la correlación entre ciudad y casa

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–como la pensó el renacentista León en territorio de no-lugares, es decir,


Batista Alberti– se disuelve porque el en escenografías donde la historia, las
contacto entre ambos espacios tiende pautas culturales y las prácticas son
a reducirse cada vez más. impuestas desde afuera de las situa-
Un ejemplo del quiebre de este inter- ciones urbanas pero, al mismo tiempo,
cambio entre lo público y lo privado bajo la extraña sensación de que somos
se registra en las modalidades en que libres y las elegimos.
hoy se proyecta (es, decir, se piensa) Una última cuestión. Al problematizar
ese contacto. Mientras hace 30 años, esta alteración de la ciudad surge la
cuando un arquitecto proyectaba una pregunta por el pensamiento arquitec-
casa en la ciudad, la parte pública de la tónico que –de algún modo– acompaña
misma (living, estar) daba invariable- a la ciudad que
mente a la calle. Y entonces, las ventanas adquiere esa fiso- Como consecuencia del proceso
se abrían y se veía desde adentro el nomía. En prin- que venimos describiendo, la
afuera y desde afuera el adentro, hoy cipio, se trata de ciudad –en esa lucha– va alte-
ya no es tan así. En aquel contexto, la una arquitectura rando su fisonomía y el mundo
casa como ámbito privado, no termi- que toma distancia de lugares se transforma en
naba en sus funciones privadas sino del problema de territorio de no-lugares, es
que ofrecía enlaces con lo público, cosa la relación entre decir, en escenografías donde
que la casa bunker y su fachada como lo público y lo la historia, las pautas culturales
pared lo más ciega posible, rechaza. Es privado. Y por y las prácticas son impuestas
decir, hoy la dimensión pública de la eso, se abstiene desde afuera de las situaciones
casa prácticamente ha desaparecido. de convertir a ese urbanas pero, al mismo tiempo,
Ahora bien, al mismo tiempo que espacio en objeto bajo la extraña sensación de que
la casa búnker rompe (o al menos, de pensamiento. somos libres y las elegimos.
diluye) el vínculo con el afuera vía el De esta manera,
arsenal técnico que “protege de la inse- hoy la arquitectura urbana reflexiona
guridad”, se intenta reproducir y se sobre lo que hace (y no sobre lo que
extiende al espacio público la misma deja de hacer). Entonces, se centra cada
operación a partir, por ejemplo, del vez más en los objetos de colección, se
cercamiento con rejas de las plazas y los desentiende de la dinámica urbana y así
parques en la ciudad. De esta manera, pierde el registro intensamente político
el problema es recortado en clave de que caracterizó al pensamiento arqui-
inseguridad y las compensaciones van tectónico moderno.
en esa dirección. Sobre la posibilidad
de ocupar ese espacio que ha sido
desocupado, poco y nada, mas bien V. Ciudad contemporánea y política
casi se ha reducido a espacio de circu-
lación, y sólo en algunos pocos lugares Si partimos de la ciudad contempo-
controlados en lugares de encuentro. ránea y su complejidad específica, ¿qué
Es la misma condición urbana la que implicaría pensarla en clave política?
está en discusión. En principio, será necesario leer uno
Como consecuencia del proceso que de los problemas más relevantes que
venimos describiendo, la ciudad –en la atraviesan: el paisaje urbano de la
esa lucha– va alterando su fisonomía ciudad contemporánea está cada vez
y el mundo de lugares se transforma más segmentado, lo que, asimismo,

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frena –si no se interviene sobre esta la ciudad demanda pensar el abismo


cuestión– el encuentro y la integración entre la lógica de los lugares y la lógica
de términos socialmente heterogéneos. de los flujos. En otros términos, ése es
Pero pensar políticamente esta segmen- el espacio de la política de la ciudad.
tación no es sinónimo de arquitec- Pero por otra parte, dar cuenta de ese
tura social o vivienda social solamente espacio nos impulsa a centrarnos en su
(aunque también merece ser incluido propia dinámica y no en las narraciones
como tema en la acerca de los movimientos del capital,
Porque hoy pensar la ciudad agenda política las políticas sociales, los avances de la
demanda pensar el abismo del pensamiento tecnología, etc., que, más temprano
entre la lógica de los lugares y arquitectónico) que tarde, nos distancian de la ciudad
la lógica de los flujos. En otros porque nos volve- como objeto de pensamiento.
términos, ése es el espacio de ríamos a centrar Pero, ¿qué implicaría pensar una
la política de la ciudad. Pero en un segmento de política para la ciudad? Obviamente
por otra parte, dar cuenta la ciudad y nuestro no es posible ensayar una respuesta a
de ese espacio nos impulsa a problema es justa- esta pregunta en un par de párrafos
centrarnos en su propia diná- mente la segmen- pero, desde esta perspectiva, pensar
mica y no en las narraciones tación. Si la ciudad esa política implica pensar a la ciudad
acerca de los movimientos del está fragmentada desde la macro y la micropolítica. Si el
capital, las políticas sociales, los y la sociabilidad pensamiento arquitectónico moderno
avances de la tecnología, etc., resulta impo- la pensó exclusivamente desde el plan
que, más temprano que tarde, sible es –además macropolítico, hoy (si no nos olvi-
nos distancian de la ciudad de todo lo que damos de que nuestro problema es la
como objeto de pensamiento. sabemos sobre la segmentación) es necesario también
cuestión social– pensarla desde la micropolítica. ¿Por
porque nos acostumbramos a pensarla qué? Porque si la tarea de nuestra gene-
en sus partes (más ricas o más pobres, ración, definida no en términos etarios
en este punto da lo mismo) y no como sino como aquellos que compartimos
escenario de encuentros y desencuentros un mismo problema, es trabajar para
poderosos, inesperados y contingentes la multiplicación de encuentros entre
que la renuevan permanentemente. Y heterogéneos, será clave indagar en
por eso, crean vida urbana. diversas escalas las formas de poten-
Teniendo en cuenta este contexto ciar, fomentar, profundizar ese tipo de
caracterizado tanto por la segmenta- experiencias que solamente suceden en
ción como por un pensamiento urbano el marco de la ciudad.
fascinado por los objetos de colección, Finalmente, que la ciudad se vuelva
se torna cada vez más complejo pensar objeto de pensamiento requiere de
una política para la ciudad. Si bien un cambio de posición del arquitecto.
existen políticas de capitales, polí- Entonces, pensar desde la ciudad
ticas sociales, políticas culturales, etc. significa una sola cosa (en la ciudad
sobre la ciudad, con esto no alcanza contemporánea): en un contexto de
para pensar la ciudad. Además y sobre segmentación y hoy más que nunca,
todo, sin la arquitectura como sitio nuestra tarea consiste en producir liga-
de pensamiento autónomo es impo- duras que recreen la vida urbana. Para
sible delinear una política para la que esto suceda habrá que suspender
ciudad. ¿Por qué? Porque hoy pensar la fascinación por los objetos bellos

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y participar en la lucha cultural por (*) Este artículo se basa en las ideas
el sentido, percibir las formas de lo expuestas en “Ficciones de lo habitar.
urbano y sus modulaciones perma- Sobre arquitectura, ciudad y cultura”
nentes. En las palabras de Luis en Ficciones de lo habitar, Buenos
Fernández-Galiano: “La sociedad del Aires, Nobuko, 2009, pp. 19-45 y en
espectáculo nos arrastra a todos, y en la conferencia brindada en el marco del
las aguas turbulentas de ese río que ciclo “Legados y porvenir: Argentina
nos lleva, quizá sólo podamos aspirar a en el Bicentenario”, organizado por la
mantener los ojos bien abiertos”. Biblioteca Nacional durante el 2009.

NOTAS

1. Sobre las categorías de territorialización y desterritorialización recomendamos la lectura de Mil mesetas de


Gilles Deleuze.
2. Para precisar la noción de profanación, vale leer de Giorgio Agamben: “Elogio de la profanación” en
Profanaciones, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2005, pp. 97-119.
3. Esta distinción fue trabajada con Ignacio Lewkowicz en “Ciudad y situaciones urbanas” en Arquitectura plus
de sentido. Notas ad hoc, Buenos Aires, Kliczkowski, 2002, pp. 107-123.
4. Cuando analizamos la forma en que se regula la relación con el afuera en los barrios cerrados (rejas, cámaras
de seguridad, alambrados, etc.), resulta difícil no traer al recuerdo el modo en que el territorio fue instituido en
los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Con esto no queremos trazar una compa-
ración que resulta impertinente en términos históricos. Más bien, buscamos subrayar qué tipo de operación
implica esta modalidad de organización social, en especial, en relación con el espacio.
5. Otro analizador de esta tendencia se registra en el turismo y el tipo de vínculo que construye con el espacio.
Por un lado, la industria-flujo turística disuelve el sentido de los lugares y los constituye en no-lugares atrave-
sados por el flujo. Por el otro lado, los suprime como lugares cuando los transforma en espectáculo, es decir, en
sitios pre-codificados y por eso fuera del “circuito” de la experiencia urbana.

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222

Rurbanismo y desurbanismo(*)
Por Juan Molina y Vedia

Resultaría una tarea ímproba la de reflexionar


sobre el presente sin advertir la dimensión proble-
mática y vital que representa la ciudad. Ella fue
objeto del pensamiento a lo largo del tiempo,
fundamentalmente a partir de las revoluciones
burguesas. Lugar de alienaciones y resistencias,
de orden y de conflictos, espacio territorial ligado
a formas productivas y a derroteros políticos,
geografía del terror y de la imaginación. Todo
ello sucede en la ciudad y sus pliegues.
Juan Molina y Vedia retoma las utopías modernas,
socialistas y anarquistas, que obran como fondo
de su pensamiento sobre las ciudades y sus trans-
formaciones, desde el siglo XX y sus guerras,
hasta las más recientes formas que organizan el
territorio social alrededor de los flujos mercan-
tiles. Sea la sociedad fabril, o se trate de la más
reciente ciudad de las telecomunicaciones y las
marcas, Molina y Vedia recupera los desafíos
del pensamiento emancipador para advertir las
trampas que hay en la idea misma de urbanidad
cuando, en lugar de ofrecerse como espacio para
una experiencia común, se presenta como un
sitio que reagrupa y ordena la imaginación bajo
el signo del despotismo mediático. Si el mito de
los utopistas consistía en “desurbanizar”, quizá
la fantasía de hoy radique en “demediatizar” los
vínculos entre los habitantes de la metrópoli.
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I. Desurbanismo importante agregar este tema, ya que


en 1910 la celebración ni siquiera se
Respecto al problema de la ciudad y el concentró en toda la ciudad de Buenos
urbanismo, en el año 1943 mi padre, Aires, sino en la Avenida de Mayo y
Mario Molina y Vedia, escribió un texto algunos lugares particulares. Otro
–aún inédito– titulado Rurbanismo, rural hecho que tiene una significación
y urbano unidos, en el que sostenía que clarísima respecto a la relación entre
el urbanismo era ya una deformación del territorio y poder es la concentración
pensamiento sobre el territorio, puesto del poder en un punto. La Generación
que es algo que abarca a las ciudades y del 80, y su conquista del desierto, es
a los lugares a los cuales la ciudad está el origen del trabajo de organización
ligada. Luego, asistí a algunos cursos, del territorio a partir del poder.
aunque todavía no estudiaba arquitec- La campaña del desierto que condujo
tura, en los que estaban Ernesto Vautier Roca y produjo ese monumento que
y Fermín Bereterbide, dos personajes perturba considerablemente a Osvaldo
relacionados con los movimientos Bayer, fue financiada durante diez años
fabianos, movimientos socialistas ingleses por una colección de capitales reunidos
de fin del siglo XIX –en los que partici- en los bancos de Londres y de París.
paba, por ejemplo, Bernard Shaw– y en Fue un geógrafo francés quien en 1932,
los cuales se seguían ideas de William en Mendoza, estudió la financiación:
Morris y otros autores. La creencia de durante diez años hubo gente juntado
que la ciudad era autosuficiente y que el capital para promover que Roca realizara
urbanismo era una cosa que podía estu- la “conquista”. Es decir, la imagina-
diarse sin pensar en el campo, supone una ción militar tiene
simplificación extremadamente abusiva, que ver con el Mi abuelo don Julio, el anar-
que me recuerda a la polémica que se dio hecho concreto quista, había hecho una utopía
en la URSS antes del descabezamiento de producir un urbana enorme, completa-
del movimiento constructivista ejecu- genocidio en el mente dibujada, y su sociedad
tado por Stalin. Dentro de los construc- que participaron feliz, que era completamente
tivistas había un grupo que se llamaba a algunos parientes delirante, tenía un principio:
sí mismo desurbanistas. Plantearon una míos: el general para que la gente fuera feliz,
cantidad de trabajos en los que buscaban De Vedia mató una población no tenía que
pensar el territorio. Allí aparecía la idea indios en el Chaco. conocer a la que estaba al lado
de flujos que tiene cierta relación con Mis abuelas me ni saber de qué se trataba.
el planteo de Los tres establecimientos decían que él leía Había advertido el peligro de
humanos de Le Corbusier: la idea de a Voltaire, que era que dos poblaciones se relacio-
organización del territorio a lo largo de un tipo bueno, que naran porque siempre hay una
un flujo, con sus puntos de condensa- era imposible que que quiere liquidar a la otra.
ción, algunos más concentrados, otros hubiera matado Después de dos mil años se llama
menos, articulados como totalidad. indios en el Chaco. a eso intercambio desigual.
Pero la ciudad de
Resistencia no se llama así por casualidad,
II. Poder y territorio y el primer gobernador del Chaco fue Julio
de Vedia, el abuelo de mi abuelo, que
Frente a la idea de patrimonio y la era arquitecto y anarquista. Todo viene
solemnidad del Centenario, me parece bastante confundido en esta historia.

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III. Poder, mercados y guerras bandos son en realidad una Gestalt,


una unidad, y que las dos partes parti-
Volviendo al tema, la idea del rurba- cipan igualmente de eso.
nismo y de los desurbanistas soviéticos,
era conflictiva respecto de la decisión de
Stalin de concentrar poder para enta- IV. Ciudades y comercio
blar la lucha contra Hitler. Alemania
también estaba concentrando el poder En el libro Las ciudades invisibles de
que, como producto de la masividad Italo Calvino, la relación entre Marco
moderna, se transforma en una super- Polo y el Khan de China, y todo lo que
vivencia del más fuerte. Los ingleses sucede en el relato, tiene por fondo
habían conseguido más mercado antes la aparición del comercio de las telas
que los alemanes y entonces a éstos les que venían de Flandes, pasaban por
costaba mucho más esfuerzo, por haber Venecia, e iban para Oriente. Es decir
llegado tarde al reparto. Era compren- que la ciudad como sistema de puntos
sible, en ese contexto, la idea de la necesitó del comercio y las rutas, o el
Bauhaus: darle calidad a los objetos que lugar que marca el flujo, es el puente
producían, competir desde esa singula- entre los puntos: pueblos que intercam-
ridad contra aquel que llegó primero al bian productos, y crean el comercio.
mercado. Y en esto se basa el genocidio Mi abuelo don Julio, el anarquista,
de la Primera Guerra Mundial. había hecho una utopía urbana enorme,
Si pensamos alrededor de la tragedia completamente dibujada, y su sociedad
de la guerra, hay que saber que se debe feliz, que era completamente delirante,
incorporar la memoria dolida sobre tenía un principio: para que la gente
todos los soldados que fueron muertos, fuera feliz, una población no tenía que
y no sólo sobre a conocer a la que estaba al lado ni saber de
En la infancia, la nación era una algunos. Cuando qué se trataba. Había advertido el peligro
especie de ficción donde todo uno hace la cons- de que dos poblaciones se relacionaran
estaba en orden y armonía, cripción se da porque siempre hay una que quiere
con los próceres en sus lugares. de cuenta que lo liquidar a la otra. Después de dos mil
Eso decía el Billiken. Recién tiran y lo ponen años se llama a eso intercambio desigual.
mucho después uno se enteraba al frente, que Al parecer, cuando entre los humanos
de que determinado prócer le nadie te pregunta hay dos sociedades que intercambian
había cortado la cabeza a otro para quién vas a productos, hay un momento en que
prócer que estaba al lado; que pelear, sino que una toma predominio sobre la otra, y
uno había fusilado a este otro; te acomodan y termina por exterminarla. Hay unos
y lo que realmente había suce- tenés que tirar dibujos antiquísimos de la historia
dido en la historia nadie nos lo para donde te universal, provenientes de China,
había contado. En los bicen- lo ordenan. Las en que aparece un puente curvo de
tenarios corremos peligro de víctimas del madera con dos bandos luchando con
repetir esa ficción. genocidio están espadas sobre él.
por encima de las En Las ciudades invisibles, el ir y volver
divisiones de los bandos. Esto mismo de Marco Polo a China trataría el
lo comprendió Borges vagamente en tema del poder a partir de la relación
su poema sobre las Malvinas: entendió entre las ciudades, entre los territorios
que los enfrentamientos entre dos o entre las naciones.

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V. Coexistencias y fisuras El diablo en realidad es un ángel que se


fue al descenso. Es decir, de la misma
El siglo XIX es el de las naciones materia están hechos los corruptos y los
modernas. Cuando estudié en el sensatos, las sinfonías y las matanzas.
secundario no me daba cuenta de
que por ejemplo Italia era posterior a
Argentina respecto a su organización
nacional, y que la constitución de un
Estado como punto regulador de los
tránsitos comerciales, entre otras cosas,
está íntimamente unida a la guerra.
Esta lectura de Calvino me lleva por
caminos al parecer pesimistas. Sin
embargo, yo estoy molesto con el pesi-
mismo. Una sinfonía no puede evitar
una guerra, pero por suerte las guerras
no han conseguido evitar las sinfonías.
Si bien la historia universal es una
historia de matanzas sin fin, hay otras
cosas como la música, que han ocurrido
al mismo tiempo. Beethoven no esperó
la paz universal para escribir sus sinfo-
nías. Porque la coexistencia del bien
y del mal es imposible de evitar. No
creo que se pueda tomar el Palacio de
Invierno, desarmar las bases norteame-
ricanas de armas, desarmar Las Vegas,
o hacer que Hollywood sea otra cosa;
no me siento con fuerzas para imaginar
cómo podría desarmarse todo eso. Se
trata, más bien, de descubrir algunas
fisuras donde pueda haber paraísos.
Creo que vivimos en un infierno, y que
sólo es posible crear algunos paraísos en
las fisuras, con la intención optimista de
que pueda participar de esas fisuras la VI. Imaginarios El diario. Mayo de 1910
mayor cantidad de gente, y no caer en la
creencia de que debe salvarse uno solo. En la infancia, la nación era una
Hoy los testigos de Jehová me tiraron especie de ficción donde todo estaba
un aviso por la puerta de calle, que dice: en orden y armonía, con los próceres
“¿Cómo puede usted sobrevivir al fin de en sus lugares. Eso decía el Billiken.
este mundo?”. Te invitan a un lugar para Recién mucho después uno se enteraba
explicarte la forma de sobrevivir al fin del de que determinado prócer le había
mundo que ya se viene. Ésta es una idea cortado la cabeza a otro prócer que
que habría que elaborar, la del paraíso y estaba al lado; que uno había fusilado
el infierno, ya que no hay uno sin el otro. a este otro; y lo que realmente había

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sucedido en la historia nadie nos lo ciento de los jóvenes que hoy trabajan
había contado. En los bicentenarios en Buenos Aires, lo hacen en la rama de
corremos peligro de repetir esa ficción. fabricación de sueños, en publicidades
El mundo imaginario ocupa hoy un lugar de todo tipo. Fabricar el sueño para el
inmenso en la generación joven. Hay una objeto es invertir el programa de la época
potencia de la información que domina el de la necesidad, en el cual se investigaba
inconsciente, lo que se piensa y lo que se qué hacía falta y se daba marcha a una
quiere, es una potencia que llega a cualquier investigación para poder fabricarlo. Hoy
lugar. Hoy un niño ni siquiera piensa en no importa que algo sea necesario, sino
treparse a un árbol, porque no concibe el que alguien consiga hacerle creer a toda
mundo exterior, ve el árbol dentro de la la gente que se lo está perdiendo.
pantalla televisiva que no puede traspa- ¿Por qué a nadie se le ocurrió cobrar
sarse. Ante esto yo siento mucha nostalgia, por las horas perdidas de su vida frente
sobre todo cuando al televisor? Cuando uno cree que está
El noventa por ciento de los recuerdo mi infancia llevándose algo gratis, el que es gratis es
jóvenes que hoy trabajan en donde el paraíso era uno. La gente no se da cuenta de que es
Buenos Aires, lo hacen en la el potrero. ella misma gratis, y uno sube al tren de
rama de fabricación de sueños, La niñez es una Retiro a las 6 de la tarde en un vagón
en publicidades de todo tipo. conjunción de que parece una sala de terapia intensiva,
Fabricar el sueño para el ignorancia con donde todos tienen La Razón gratis, y
objeto es invertir el programa inocencia, y lo están viendo una noticia sobre Mirtha
de la época de la necesidad, en que le sobra a la Legrand al mismo tiempo. También
el cual se investigaba qué hacía gente que habla por es extraordinaria la idea que circula en
falta y se daba marcha a una televisión todo el los supermercados: todos los productos
investigación para poder fabri- tiempo sobre cues- tienen una raya que te dice qué parte es
carlo. Hoy no importa que algo tiones políticas, es gratis o te dicen que te apures el martes
sea necesario, sino que alguien justamente esa pose porque el jueves ya no habrá descuento.
consiga hacerle creer a toda la de saberlo todo, Arman una vida en la que te introducen
gente que se lo está perdiendo. sin ignorancia ni y mantienen alterado para que no te
inocencia. Saben pierdas nada de lo que te ofrecen.
que para cualquier discurso alcanza con Esa fabricación de sueños afecta tanto
meter tres o cuatro porcentajes, datos la experiencia de las grandes ciudades
numéricos que dan forma a lo que están como la vida de una ciudad-pueblo.
diciendo a través de una máscara de Tanto a Buenos Aires como a Río
seriedad absoluta. Hay una falta de duda Gallegos. Las pantallas aparecen en
en los programas llamados políticos que todos lados, los programas son los
es alarmante por su falsedad. mismos. El mundo está globalizado,
La masividad de los medios de comuni- pero cuando Marco Polo se iba a China
cación hace que la fabricación de objetos ya estaba en el primer paso de lo que la
sea muy secundaria respecto a la fabri- globalización significa la recta final.
cación de todo el aparato que hace que
ese objeto sea consumido por alguien:
lo que cuesta hacer un dentífrico es una VII. Arquitectura y ciudad prefabricada
suma infinitamente menor a la que se
necesita para convencer a la gente de Aristóteles, en su libro Política, decía que
que use ése y no otro. El noventa por la ciudad es diversidad, y es la diversidad

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lo que hace al carácter y calidad urbana, que tiene que ver. El punto máximo de
no la unificación. El urbanismo de todo eso es el parque temático, un lugar
algunas épocas pretendía dibujar en un donde está previsto todo lo que tenés
plano a una sociedad ideal en la que el que ver y sentir.
viento llevaba el humo para un lugar, El individualismo termina en eso, en
las viviendas estaban en otro, la recrea- los rebaños. Mientras los tipos creen ser
ción del cuerpo y el espíritu estaban en individuales en realidad son un rebaño,
otro, donde los chicos para ir a la escuela y el típico personaje de esta época es el
no tenían que cruzar ninguna calle, de turista. Pero mucho peor es la ciudad
modo que el niño iba a morir atropellado que arma el paisaje del Caminito para
cuando terminara la escuela sin haber inventar al turismo idiota. O en la
aprendido a cruzar la calle. Creo que la Patagonia, donde las estancias se trans-
manera de adaptarse a la ciudad es disce- forman en lugares turísticos para que
poleana, o a la manera de Macedonio los alemanes vean cómo un tipo esquila
Fernández, estar en un lugar donde lo a una oveja. Turistas que son hombres
imprevisto aparece todo el tiempo. y mujeres que parecen haber perdido
Al término de la Segunda Guerra, a todo el sentido de la vida.
pesar de haberla ganado, Churchill
perdió las elecciones frente a los
socialistas. Éstos hicieron dieciséis (*) Conferencia brindada en el marco
new towns desde 1945 hasta 1957, y ya del ciclo “Legados y porvenir: Argentina
en los años 50 los jóvenes se negaban en el Bicentenario”, organizado por la
a vivir en las new towns porque eran Biblioteca Nacional durante el 2009. Juan Molina y Vedia
demasiado perfectas.
Había un tintorero japonés al que
mi vieja le llevaba la ropa que decía
“pelfeto no hay”. Ese japonés era un
filósofo. Muchas veces, siendo proyec-
tista de arquitectura, uno armaba un
proyecto en el que le habían encon-
trado un defecto, entonces se rompía la
cabeza noches y noches para resolver ese
defecto, y terminaba arruinándolo todo.
Lo mismo ocurría con las manchas: si
uno las dejaba eran sólo un manchón; si
intentaba sacarlo se hacía cada vez peor.
La belleza no se hace por la falta de
defectos sino por la primacía de virtudes.
Y los sistemas de premios que se usan
actualmente son todo lo contrario, son
para formar rebaños de turistas, hacerlos
fotografiar a todos lo mismo. Una guía
que habla por un micrófono hace que
la gente no pueda vivir la ciudad, ya
que va escuchando por unos auriculares
un discurso prefabricado que le dice lo

227
Discusiones
No decimos nada nuevo si
situamos el relato histórico
como objeto controversial.
Si decimos que nada hay, en
ese plano, que se presente despojado de polémicas o deducido de
un conjunto de datos empíricos vacantes de interpretación. Y
aunque no sea nuevo hay que decirlo, para presentar una serie
de ensayos que encuentran su animación en la idea de que es
necesario rasgar, con instrumentos precisos, ciertas imágenes que
circulan como datos del sentido común o se postulan derivadas de
una descripción objetiva.
Ensayos escritos en momentos de una conmemoración, la del
Bicentenario, que puso en primer plano los debates sobre el relato
que esta nación se merecía. Aunque los rituales y las narraciones,
las expresiones artísticas y los espectáculos remitían a la historia
que transcurrió en estos 200 años, se podría advertir que entre sus
núcleos polémicos más intensos estaba la valoración realizada sobre
los años del Centenario.
El Bicentenario fue más una ocasión para pensar acerca de los
modos de conmemorar efectuados un siglo atrás que para discutir
la Revolución de Mayo y sus dilemas –quizá porque en ciertos
puntos fundamentales las polémicas están saldadas. Los artículos
que componen esta sección retoman esa cuestión, atentos a la nece-
sidad de auscultar aquello que habitaba a la vera de las narra-
ciones dominantes en y sobre 1910: el conflicto, la diferencia, la
traducción, lo popular.
Los textos, las muestras, los documentos, el arte, son invocados –como
han sido en las distintas realizaciones ligadas al Bicentenario– para
reponer lo social en la forja de los acontecimientos. Para evitar que
los hechos se presenten privados de su real encarnadura. Comparten
este espíritu los artículos que presentamos, pero lo hacen desde estra-
tegias bien distintas.
Javier Trímboli interviene en las polémicas alrededor del carácter
de las conmemoraciones centenarias con una incisiva prosa, por
momentos irónica, por otros encendida, que se propone refutar
las miradas complacientes con aquellos sucesos. Un artículo cuyas
derivas difícilmente naveguen las aguas de la indiferencia.
Tomás de Tomatis retoma el hilo de las discusiones históricas
contextualizándolas tanto en sus genealogías como en sus dilemas
contemporáneos: el refugio en las tradiciones jerárquicas y discipli-
narias, la producción editorial asociada a las técnicas de merca-
dotecnia y los medios masivos de comunicación que sustituyen las
argumentaciones por el efectismo consignista.
Guillermo Korn recupera las narraciones críticas de aquella época,
elaboradas en la fina prosa de los diarios de Juan Bialet Massé y
Rafael Barret, como así también las opciones escogidas por el nacio-
nalismo y la “gauchipolítica” rioplatense.
María Pia López fija su atención en el mundo plebeyo y en
la traducción como el arte de pensar las posibilidades de una
nación inclusiva a partir de la pregunta por los tonos capaces de
componer, en la diferencia que los vuelve reversibles, los modos
culturales heterogéneos.
230

Fuegos de los Centenarios.


¿La verdad no se nos escapará?
Por Javier Trímboli

La presencia del Bicentenario reaviva una serie de


imaginarios y discusiones. Toda evocación trae
consigo un conjunto de sensibilidades complejas
y en ocasiones contradictorias. Entre la vindica-
ción y el rechazo se abre un abanico de matices
que no siempre logra afirmarse en la dinámica
polémica del antagonismo.
El artículo que ofrecemos aquí se plantea como un
contendiente radical de las miradas complacientes
acerca del Centenario argentino. Su autor, Javier
Trímboli, se propone ensayar una incisión en los
consensos respecto a aquella época. Consensos
que, según su mirada, se sostuvieron sobre la
amalgama del liberalismo tradicional y el progre-
sismo emergente de la reanudación democrática
de 1983. Y lo hace apelando a los recursos más
variados: la documentación histórica, el posicio-
namiento político y la ironía descarnada e irre-
verente. Bajo el prisma de estos estilos, Trímboli
analiza las aseveraciones del campo historiográ-
fico y cultural, que en sus voces más renombradas,
excluyen del análisis de aquellos acontecimientos
los conflictos de clase y los desgarramientos
sociales en pos de un ánimo reconciliatorio.
Y bien, hay ciertos textos cuyas resonancias no
pueden pasar desapercibidas en la escena intelec-
tual. Creemos estar, por su ánimo controversial,
frente a uno de ellos.
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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

Cuando el Bicentenario parecía lejano, años del gobierno de Néstor Kirchner,


José Nun imaginó que podía ser “un cuando una convocatoria salida desde
gran momento de entusiasmo colec- una secretaría oficial lograba reunir a
tivo, de efervescencia de la sociedad, un amplio espectro de intelectuales
que la hace revisar sus valores y y académicos, poco acostumbrados a
normas, que la hace cuestionar lo que compartir un espacio de esta índole.
daba por descontado, que desrutiniza Los 200 años de la Revolución, pero
su cotidianidad y altera la mecánica de también –lo sabemos mejor hoy– lo
su reproducción”. Un festival, decía que se había dejado atrás, podían
sirviéndose de Durkheim, que nos lograr que Natalio Botana y Horacio
permitiera “quebrar definitivamente González, Jorge Myers y Eduardo
la secuencia de las innumerables crisis Rinesi, José Pablo Feinmann e Hilda
que hemos venido padeciendo y que Sábato convinieran en afrontar juntos
todavía sufrimos”. En 2005 Nun una empresa reflexiva. Si el diálogo
hablaba como político –era secretario estaba sucediendo, la presunción era
de Cultura de la Nación– y como que se sostendría, e incluso se haría
académico de vasta trayectoria. El vati- más profundo, en las cercanías del
cinio que, es evidente, tenía mucho de Bicentenario.
apuesta, quedó escrito en un libro, Pero, al menos así entendido, el festival
Debates de Mayo. Nación, cultura y no sucedió. Porque en la propuesta de
política, que él mismo compila. Antes, Nun era pieza fundamental la dispo-
esas palabras las había pronunciado en sición de la sociedad a pensarse en sus
la apertura de un encuentro de intelec- fundamentos, a través de la mediación
tuales y académicos que tuvo lugar en de sus “hombres de letras”. Y si, final-
la Biblioteca Nacional, el 19 y 20 de mente, ni el entusiasmo ni la eferves-
mayo de ese año. El origen también de cencia escasearon, lo que alimentó la
los artículos compilados. movilización social del 25 de mayo y
Si el pasaje citado de la intervención de los días previos, fue de otro orden.
de Nun exuda un tono optimista es, En cuanto a nuestra experiencia común
en primer lugar, porque el diagnóstico –esa que tenía que ser revisada sin
que lo acompaña señala que en Argen- dobleces–, desde la sociedad y desde el
tina se acababa de librar una guerra. Estado se dispararon evocaciones del
“Creo que muchas veces no se toma pasado que, lejos de producir el espec-
conciencia de que nosotros mismos táculo de un armonioso concierto, si
estamos saliendo, apenas saliendo, de directamente no se ignoraron, recono-
una guerra política, social y económica cieron puntos de irreductible discre-
que ha sido más larga que la Guerra de pancia. Incluso un encuentro modesto
los Treinta Años y que ha reducido a como el celebrado en 2005, hoy es
la Argentina a un país para 20 millones imposible que se realice, asaltados
de habitantes y no para los casi 38 que unos y otros por imágenes del pasado
somos”. Luego de lo vivido, luego y del presente contrastantes. Así las
también de la fenomenal crisis de cosas, me interesa detenerme en una
2001, se explica fácil el entusiasmo lectura de la experiencia argentina
que envuelve a esas páginas. De hecho, que cobró definición en estos últimos
esas jornadas y el libro hoy merecen ser años, cuando, entre otras vicisitudes,
vistos como testimonio de los primeros se tornó evidente que la figura de la

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guerra mentada por Nun no había sobre todo en las ciudades. En infi-
conocido final. Lectura que sobrevoló nidad de centros urbanos medianos
especialmente los días que rodearon y pequeños, directamente vinculados
a los festejos del Bicentenario, y que con su contorno agropecuario. En las
porta con una carga importante de capitales provinciales –con sus edifi-
novedad que, a la vez, es difícil no cios públicos, su teatros de ópera y
registrar como la sus parques– y especialmente en las
Tan ventajoso es el efecto del variación de algo grandes ciudades, como Buenos Aires”.
“derrame de beneficios” que en ya escuchado. Tan ventajoso es el efecto del “derrame
la Buenos Aires imaginada por En 2009, año que de beneficios” que en la Buenos Aires
Romero “residieron y gastaron contó entre sus imaginada por Romero “residieron y
sus rentas las elites, trabajaron más importantes gastaron sus rentas las elites, trabajaron
los jornaleros y peones, pros- best-sellers al libro los jornaleros y peones, prosperaron
peraron los comerciantes y ¡Pobre patria los comerciantes y artesanos y vivieron
artesanos y vivieron digna- mía! de Marcos dignamente los empleados públicos o
mente los empleados públicos Aguinis, tiene los educadores. También los obreros de
o los educadores. También lugar una publi- las industrias, establecidas para abas-
los obreros de las industrias, cación significa- tecer un acrecido mercado interno”.
establecidas para abastecer un tiva en relación ¿Conocen los muñequitos Little People
acrecido mercado interno”. con el asunto de Fisher Price? Vienen con un DVD
que nos ocupa. Si que cuenta episodios de sus vidas sin
¡Pobre patria mía! se sostiene en la tan sobresaltos, que transcurren en una
poco precisa comparación entre lo que ciudad de cuento. Muy parecido. Así
éramos antes y lo que somos ahora las cosas, claro está, el ascenso social,
–antes, los valores; ahora, su negación– lejos de ser una quimera, era una posi-
en Mirando el Bicentenario. Reflexiones bilidad sólida.
sobre el Bicentenario y Memorabilia, De todas formas este relato propone
uno de sus autores, Luis Alberto un actor destacado, casi descollante:
Romero, le da mayor nitidez a lo que el Estado. Porque a la prosperidad
en el best-seller era sólo impreciso. En económica, Luis Alberto Romero no
el recorrido que su texto propone –de la encuentra hija del accionar espon-
un centenario a otro–, el momento táneo del mercado, sino resultado de
que se erige más ajeno a claroscuros y la acción estatal que se mostró suma-
nubarrones es justamente el que le da mente eficiente a la hora de adecuar
inicio, 1910. El cuadro que delinea este sus políticas a “las tendencias de la
historiador tiene como piedra prin- economía mundial”. Aunque en este
cipal “la prosperidad económica que retrato la direccionalidad del derrame
todos admiraban” y, como si advirtiera no parece ser tema de su interés, es
las críticas que podría despertar el uso posible suponer que el sistema educa-
del pronombre indefinido “todos”, tivo –otra de las “grandes empresas
refuerza el argumento señalando que del Estado” que hizo de “los edifi-
“los espectaculares resultados econó- cios escolares, verdaderos palacios”–,
micos” no eran beneficiosos sólo constituye una muestra ejemplar de
para sus “sectores altos” sino para la esa circulación fluida y, entonces, en
sociedad en su conjunto. El “derrame”, cierta forma dirigida, de riquezas.
ésta es la palabra elegida, “se aprecia Pero no se trata sólo de descubrir que

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los ganados y las mieses necesitaron vamente al puerto de Buenos Aires:


de la acción meritoria del Estado, “Año a año llega a la Argentina un
pues este actor también sobresale en cuarto de millón de inmigrantes, y
el plano que se le suele atribuir como aunque muchos se volvieron, otros
más propio: “había logrado encauzar, tantos se quedaron y se incorporaron
hasta donde era posible, la conflicti- a la masa de trabajadores. Con flexibi-
vidad política”. Arduo es entender una lidad y capacidad de adaptación fueron
afirmación como ésta, que pretende a los lugares donde había empleos y
interpretar signos de una realidad buenos salarios, ya fuera en la ciudad
pretérita, si se desliga la voluntad de o en el campo”. Para concluir, pocos
saber de la fabulación. renglones más adelante: “José Luis
Ante semejante postal es lógico que Romero llamó ‘aluvial’ a esta sociedad
el clima dominante subrayado por que durante una década estuvo reha-
Romero para 1910 sea de optimismo. Y ciéndose permanentemente”. Aluvial:
los diagnósticos de signo contrario –se muchos. ¿Le parece, Luis Alberto, que
refiere a los libros de Agustín Álvarez, con esta figura apenas se quiso producir
Joaquín V. González y Carlos Octavio un sinónimo? En su clásico libro Las
Bunge–, en última instancia no hacen ideas políticas en la Argentina, José Luis
más que señalar las bondades de la Romero presenta de este modo a la “era
situación, en la medida en que “fueron aluvial”: “El primer signo de esta era que
patrocinados y generosamente retri- se inicia es, en el campo político y social,
buidos por el Estado nacional”, que así un nuevo divorcio entre las masas y las
daba muestras de amplitud de criterios minorías (...). El sistema institucional
y de fomento de la diversidad de ideas. establecido y puesto en vigor por los
Si hay algún manchón en esta varia- grupos liberales dejó de ser, poco a poco,
ción sobre esa coyuntura, éste podría adecuado a la realidad”. Lo aluvial resal-
nacer de la relación entre “la amplitud taba de inmediato el desajuste existente,
de la brecha que por entonces separaba en el período que se inicia en 1880,
a los sectores populares de la elite” y entre un Estado nacido para gobernar
los trabajadores que, “conducidos por una “gran aldea”, incluso para regular
lo anarquistas”, “estuvieron a punto de los conflictos al interior de las clases
malograr los festejos del Centenario”, dominantes, y la irrupción de masas y
adjetivados como magníficos. Pero el relaciones sociales del todo nuevas, para
manchón se diluye, porque Romero las que la legislación y las instituciones
no pone en contacto una situación no ofrecían cauce suficiente. Para este
con otra, el problema no adquiere historiador, el desacople entre el Estado
relevancia y de lo reluciente que es que interpretaba casi estrictamente a las
el cuadro compuesto se vuelve difícil minorías y la flamante sociedad nacida
adivinar por qué y cómo se saldrá de de las migraciones estuvo en el origen de
él. Pero, ¡ay!, se saldrá. la particular conflictividad política del
Aunque la simplificación en esta lectura siglo XX argentino. La “Advertencia a la
del pasado se evidencia en cada línea, primera edición” está fechada en junio
quiero detenerme en el uso que este de 1946, la irrupción del peronismo es
escritor hace de la noción de “sociedad la preocupación que la acompaña. La
aluvial”. Escribe Luis Alberto Romero noción de “sociedad aluvial” permite
sobre los inmigrantes que arriban masi- ponerle otra luz a esa situación que

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Luis Alberto Romero –¿un hijo díscolo escalones que marcan ese descenso,
o solamente desatento?– describe como poco valor interpretativo encierran,
un juego tonto, que ganan los que tienen son olvidables incluso para Romero
“flexibilidad y capacidad de adaptación”, que seguramente se verá obligado a
y así obtienen el premio de interpretar pulirlos. Es difícil, por ejemplo, que la
felizmente su papel. Luis Alberto no clave de bóveda que elige para explicar el
quiere renunciar a la palabrita “aluvial” período 1955-1976 –algo así como una
–patrimonio del apellido, cosa que nos guerra entre corporaciones– resista una
recuerda cada vez que puede–, pero mirada que no provenga de un becario,
deja prolijamente de lado su densidad, reverente o pícaro. Porque justamente
para dar una pincelada inofensiva a la lo que se vuelve estridente en el escrito
estampa sin grietas que está trazando. es la caída. Empezó siendo, hacia 1914,
¿Por qué no repasa los libros de su un giro en el rumbo, “no categórico pero
padre que guarda significativo: digamos de 30 grados”,
Más generoso que sus colegas, con venerable para después sí desbarrancarse: “Les
amigos y conmilitones, Romero respeto? ¿Obede- habría sorprendido saber, a los invitados
no se abstiene de casi nada: tan cerá esta simplifi- extranjeros, que la Argentina cien años
pertinente encuentra la figura cación fenomenal después no celebraría su prosperidad
de la caída que en un artículo a que este escrito sino que se lamentaría de su miseria”.
aparecido en la revista Ñ del tiene por finalidad En el medio, si algo bueno hubo fue
diario Clarín, del sábado 24 la divulgación o porque continuó con las políticas de
de abril de este año, luego de la enseñanza de 1910 o porque se trató de un resto
señalar que “la que hoy nos toca las jóvenes gene- aún vivo de ese entonces. En la revista
vivir” es “una Argentina deca- raciones a las Viva de Clarín, del 16 de mayo, en la
dente”, subraya que “el meollo que, vale decir, principal entrevista del número especial
del desafío de la hora está en la consideraría poco sobre los 200 años, leemos a Romero:
reconstrucción de un Estado menos que estú- “Voy a decir una trivialidad, pero la
capaz de pensar políticas esta- pidas? El precio y Argentina fue un país espectacular
tales o políticas nacionales”. las características entre las últimas décadas del siglo XIX
Para rematar y que no queden del libro en cues- y mediados del siglo XX. Yo alcancé
dudas: “Un Estado como el que tión impiden sacar a conocer un pedacito en la década
tenían los hombres del Cente- una conclusión del 60...”. Era cantado que usted, que
nario”. Que nadie se confunda, por este lado. tiene la oportunidad de ingresar con sus
no se trata de cualquier Estado Con la ayuda ideas en los baños de miles de familias
sino precisamente de ése. de un término burguesas, no iba a desaprovechar la
acuñado por otro oportunidad. ¡Mejor afuera que adentro!
historiador, podemos decir que Luis Lo decimos por él, no por nosotros que
Alberto Romero –a la vanguardia de seguimos con la revista en las rodillas,
una parte de nuestra intelectualidad colorados por prestarle atención a lo que
y opinión pública– encuentra en la nos dice. Más generoso que sus colegas,
experiencia política y social que rodea amigos y conmilitones, Romero no se
al Centenario el “foco de positividad” abstiene de casi nada: tan pertinente
de la entera parábola argentina. Desde encuentra la figura de la caída que en
ese punto encumbrado, lo que inevi- un artículo aparecido en la revista Ñ del
tablemente siguió fue la caída. No diario Clarín, del sábado 24 de abril de
reviste mayor interés reparar en los este año, luego de señalar que “la que

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hoy nos toca vivir” es “una Argentina más preciso de una política de Estado
decadente”, subraya que “el meollo del Centenario. Se trata de uno de los
del desafío de la hora está en la recons- clásicos artículos de opinión del diario
trucción de un Estado capaz de pensar de los Mitre, en este caso firmado por
políticas estatales o políticas nacionales”. Alejandro Poli Gonzalvo. Si no se
Para rematar y que no queden dudas: conocen, los presentamos. Destaca los
“Un Estado como el que tenían los programas policiales llevados adelante por
hombres del Centenario”. Que nadie Ramón L. Falcón,
se confunda, no se trata de cualquier un señero cuadro Porque si la fracción de
Estado sino precisamente de ése. de ese Estado, nuestra intelectualidad a la
Es Tulio Halperin Donghi quien usa cosa que de que está ligado Romero tuvo
la expresión “foco de positividad”, y lo ningún modo un enemigo, ése fue el esen-
hace para referirse al modo en que el ignora Romero cialismo, al que buscó detrás
primer revisionismo, el de los años 30, que, en Mirando de decenas de máscaras pero
había mirado al pasado rosista. Porque, el Bicentenario, si al que encontró sin falta tras la
a su entender, esa empresa política y bien opta por no del revisionismo. Allí denunció
cultural producía una narrativa deca- mencionar esas una lectura de la historia y una
dentista de la historia argentina, en la políticas, sobre posición ante la cultura domi-
medida en que encontraba en los años él sólo indica que nadas brutalmente por la polí-
del gobierno de Rosas aquellas polí- fue “asesinado tica. Y, ahora, como si fueran
ticas virtuosas que luego no habían en 1909 por un sus discípulos –sólo formales,
sido sino olvidadas por los responsables terrorista anar- Romero, no sume un nuevo
de los sucesivos gobiernos. Enfriado quista”. El elogio motivo para su pesar–, atan
el siglo XIX, en un tablero de otras de Poli Gonzalvo cada consideración sobre el
dimensiones, estas intervenciones de desemboca en pasado a un precipitado juicio
Luis Alberto Romero parecen situarnos una celebración político sobre el presente.
frente a una nueva visión decadentista de la nación del
del pasado. Mientras que la del primer Centenario, para recomendarle a la de
revisionismo estaba alimentada por nuestros días que siga sus pasos, por
la crisis del 30 –por lo tanto, con los empezar en materia policial. ¡Tanto
signos de agotamiento de una forma esfuerzo invertido en desmarcarse de
de ligarse con la economía mundial– mitologías para terminar enredados a
y por la añoranza de un Estado que, una narración anquilosada! Porque si
suponían, había sabido situarse por la fracción de nuestra intelectualidad
encima de las clases de la sociedad a la que está ligado Romero tuvo un
bonaerense; esta otra no hace sino cele- enemigo, ése fue el esencialismo, al que
brar ese vínculo, pero lo que cuestiona buscó detrás de decenas de máscaras
acerbamente son las formas sociales y pero al que encontró sin falta tras la del
políticas, el Estado, que no permiten revisionismo. Allí denunció una lectura
hacer uso eficaz de las oportunidades, de la historia y una posición ante la
tan abiertas en 1910 como en 2010. cultura dominadas brutalmente por la
En aquel entonces aprovechadas, en política. Y, ahora, como si fueran sus
éste desperdiciadas. discípulos –sólo formales, Romero, no
El mismo día en que se publica en Ñ sume un nuevo motivo para su pesar–,
el artículo de Luis Alberto Romero, en atan cada consideración sobre el pasado
el diario La Nación se hace un elogio a un precipitado juicio político sobre

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el presente. ¡Triste destino! Más de argentina tuvieron la responsabilidad de


un esfuerzo hicieron por inaugurar un conducir, de resolver y de pensar en el
nuevo tiempo para nuestra vida pública, futuro de la Nación”. Para completar:
haciendo tabla rasa de las tradiciones “Son –como señala el autor– los que
culturales agitadas por la política, y ‘implantaron un sistema de dominación,
terminan aupados en una de ellas. Creían lo conservaron, lo defendieron y hasta lo
haber conquistado una novia virgen y reformaron’”. Por obra de esta reseña,
los descubrimos con una momia. No se diciembre de 1977 parece una fecha más,
desesperen, hay cosas peores. inscripta en la normalidad de la vida de
Ahora bien, esta convergencia entre el una sociedad. El primer número de la
liberalismo y una parte de quienes parti- revista Punto de Vista, de 1978, también
ciparon activamente en la renovación de le hace lugar al libro de Botana y con
la universidad a principios de los 80, se argumentos que no desentonan. Donde
estaba perfilando desde hace décadas. La Nación remarcaba a “hombres de la
Pero, claro, nunca con tantos pelos y talla de Joaquín V. González e Indalecio
señales. Quizá desde el momento en que Gómez”, Punto de Vista descubre con
un libro como El orden conservador de cierta sorpresa a “notables reformadores”.
Natalio Botana fue recibido con entu- Para concluir con el vaticinio del rol que
siasmo por intelectuales que venían de le corresponde: “El libro de Botana
trayectorias políticas y teóricas ligadas al demuestra que la interrogación sobre
marxismo. Publicado en 1977, este libro la legitimidad, no en términos éticos
desliga la política sino sociológicos, puede proporcionar
Parecía un juego de niños, al de las fuerzas de una perspectiva útil a la historiografía
menos para las capas medias, lo la sociedad. Si política”. 1910 se normaliza gracias
que ocurría en 1910, en compa- apenas cinco años a El orden conservador, sacándose de
ración con lo que estaban antes, a Tulio encima cualquier huella de dramaticidad
viviendo en 1977. Sólo el Halperin Donghi social. En la misma senda, el artículo que
miedo puede llevar a encontrar en Revolución y publican en 1980 Carlos Altamirano
normalidad en el Centenario, Guerra, le era y Beatriz Sarlo, “La Argentina del
sólo la inmensa desorienta- imposible hacer Centenario: campo intelectual, vida
ción explica que se encuentre historia política literaria y temas ideológicos”, ostentoso
en esa coyuntura el punto al desentendiéndose por sus novedades teóricas, produce
que amarrarse y conjurar un del accionar de los un efecto similar. Después de todo,
presente ominoso. sectores populares, sus temas principales, “la constitución
Natalio Botana de la ideología de artista”, “la profesio-
produce un análisis del sistema político nalización del escritor”, “la cuestión
nacido en 1880 en el que apenas llegan de la identidad nacional”, aproxima
voces que no sean las de sus propios nuestra experiencia a la que, gustan
constructores. No llama la atención, suponer, fue la de las modernidades
entonces, que La Nación lo comente occidentales. Parecía un juego de niños,
en su edición del 24 de diciembre al menos para las capas medias, lo
de 1977 –recomendación oportuna para que ocurría en 1910, en comparación
dejar un buen regalo en el arbolito de con lo que estaban viviendo en 1977.
Navidad–, señalando que “el Dr. Natalio Sólo el miedo puede llevar a encontrar
Botana define y ubica a los hombres normalidad en el Centenario, sólo la
que en circunstancias críticas de la vida inmensa desorientación explica que se

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encuentre en esa coyuntura el punto al tico signado por el “caciquismo”, de


que amarrarse y conjurar un presente un lado Joaquín V. González y Juan
ominoso. Otro de los tantos desatinos B. Justo, del otro Roque Sáenz Peña
escritos en esos años. Y, por supuesto, e Hipólito Yrigoyen, ponen en movi-
¿cómo no sentir miedo en 1978 cuando, miento estrategias diversas para dar
tal como señala Pilar Calveiro, el campo lugar a esa transformación. Una vuelta
de concentración producía efectos que de tuerca a El orden conservador. A
se ramificaban en la sociedad toda? El Botana le sobra oficio para que suene
seudónimo con el que se firma la reseña verosímil y significativo, pero sobre
de El orden conservador en Punto de lo que acontecía en 1910 no agrega
Vista nos recuerda el peligro que acecha. mucho más. En su escritura, el cruce
Entre paréntesis: ¿de qué sentía miedo entre la ciencia política y la historia
Natalio Botana? Como aconseja el de las ideas oficia de antídoto contra
poema de Urondo, tengamos piedad. acontecimientos, sucesos ciertos.
No obstante ya esté aquí presente la ¿Qué hace Lilia Ana Bertoni ante
fascinación por la experiencia del libe- 1910? No mucho más que renovar sus
ralismo argentino, que marcó a buena credenciales antiesencialistas, alertando
parte de la producción cultural e sobre el nacionalismo cultural que, de
historiográfica de las décadas posdicta- la mano de Gálvez, Rojas y Ramos
toriales, el asunto no se llegaba a plan- Mejía, se le ocurre estaba agriando
tear con la contundencia y, a la vez, la los esplendores de las celebraciones y
transparencia que hoy se le imprime. de una prosperidad que era vía segura
Se prefirió el tono mesurado, asép- para el ascenso social. Hilda Sábato
tico, de cientista. Tomemos entonces también hace gala de su fe multicul-
otra medida, abordemos otra relación turalista y pluralista, pero nombra un
posible. De vuelta en Debates de Mayo, poco más; apretado, en pocas líneas,
el libro compilado por Nun en 2005, menciona a la Ley de Residencia, a
cuando la guerra parecía haber alcan- manifestaciones obreras que buscan
zado una tregua y esta nueva mirada su derogación en 1910, a la represión
decadentista sobre nuestro pasado no estatal y a jóvenes que hacen destrozos
terminaba de definirse. Natalio Botana, de locales anarquistas. ¡Así profesora
Lilia Ana Bertoni e Hilda Sábato que pasó todo esto! ¡Siga contando!
fueron invitados a tomar la palabra y Pero cambia de tema. Porque lo que
luego a escribir sobre 1910; se trata del le interesa a Hilda Sábato es mostrar
capítulo en que la jornada y el libro que el modelo de nacionalidad, soste-
pretenden ceñirse sobre esa coyuntura. nido en un fuerte relato sobre nuestros
Botana nos advierte que el suyo va a ser orígenes, no fue sólo impuesto desde
un abordaje de la “historia política”. el Estado, sino que era compartido por
¿Qué le resulta fundamental entonces amplios sectores de la sociedad. Desde,
de resaltar sobre 1910 y la política? Que previsiblemente, los sectores movi-
se encuentran en discusión ideas de lizados por el oficialismo, hasta los
las tendencias que llama “reformista” anarquistas de Ideas y figuras que, para
y “regeneracionista”, con exponentes criticar la represión, apelan al relato
ambas tanto dentro del régimen como nacional. Ésta es su preocupación, no
en la oposición. Convencidos de que lo otro. Para finalizar aclarando que
hay que transformar un orden polí- depende de nosotros si en el futuro

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triunfa el esencialismo nacionalista o proeza discursiva que llevan adelante


una visión pluralista. Muy lindos los Hilda Sábato y Luis Alberto Romero
objetivos, muy bien intencionadas las que les permite tomar por varios
ideas, pero en la maniobra nos hizo minutos la palabra –también, lamenta-
ver algunas cosas que nos interesaron blemente, ponerle el tono al programa–
mucho más que estas paparruchadas, sin referirse a ningún acontecimiento,
perdón, que estas opiniones. Sucede, a ningún hombre o mujer de carne y
en efecto, que a los tres los convocan hueso, incluso a ningún libro de aquel
mucho más las ideas y la interpreta- entonces. Sábato: “El pueblo aparece
ción que lo efectivamente sucedido, como la fuente de soberanía, la fuente
como si a ellos no les correspondiera de poder y muy pronto las normas
hablar de esas cosas demasiado fácticas, establecieron que ese pueblo estaba
demasiado reales. compuesto por ciudadanos y que los
Ahora bien, quizá valga sospechar que ciudadanos eran individuos libres e
no se tomaron muy en serio la invi- iguales entre sí y, a su vez, que eran
tación a participar de ese encuentro, titulares de derechos políticos y civiles.
que se contentaron con garabatear un Por supuesto que en la práctica esto
punteo una hora antes de salir para fue bastante más complicado pero, en
la Biblioteca, suponiendo que se lo todo caso, las formas representativas de
llevaría el viento. El susto de 2001 gobierno implican que se desarrollaron
estaba cerca pero tampoco tanto para formas necesarias de relación entre
olvidar lo que los venía distanciando, gobernantes y gobernados. Canales,
desde hace tiempo, de los anfitriones. redes que implicaron una participación
Además, dado el perfil del encuentro, política muy amplia”. ¡Benditos ciuda-
en una de ésas supusieron que quedaría danos y bendita práctica! Y Romero
mejor hablar de ideas que de 1910. duplica la apuesta: “Tanto el radica-
Probablemente algo de esto haya inter- lismo como el peronismo, que son
venido en el carácter vago, tan general nuestras dos grandes expresiones polí-
de sus ponencias. Pero en los días ticas democráticas, se presentaron a sí
previos al 25 de mayo de 2010, Canal mismos como la expresión auténtica
Encuentro emitió un programa que del pueblo y de la nación. Quien no
tiene a los historiadores como prota- era radical o peronista no era un adver-
gonistas estelares, un documento que sario, sino alguien que estaba fuera de
permite entrever el funcionamiento de la nación. Esos son caminos diferentes
una corporación, con las lealtades que pero todos concurrieron para crear una
la atraviesan, su búsqueda de legitima- matriz cultural y política intolerante que
ción pública, con sus discusiones más o me parece ha sido decisiva en la política
menos soterradas y sus genuflexiones. argentina del siglo XX”. ¡Glup! Detrás
Maravilloso. Por su propia elección, el de tan sesuda apreciación general,
programa lleva por título Los caminos ¿qué queda de la revolución? Apenas
de la Revolución. 200 años después y, lo que alcanzan a recuperar algunos
claro, tiene como tema principal la de los otros participantes, migajas.
Revolución de Mayo. Ahora sí se visten Como si no hubiera nada nuevo que
con sus mejores prendas, dispuestos contar, como si ya no quedara aspecto
a dar lo mejor que tienen. ¿Con qué que estudiar, como si ya hubieran
nos encontramos? Por ejemplo, con la sido transitados todos los archivos.

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“El mirador del Bicentenario”: cree de ideas y palabras elevadas. Mucho


Romero –y, con él, una porción más que de historiador, esta mirada
significativa de intelectuales e histo- impermeable ante los hechos es de
riadores– ver el pasado desde la ideólogo. Romero es presentado, en
altura privilegiada de un mirador. el programa de Encuentro, por un
Nos invitan a que allí nos situemos “joven” historiador: “Él me ha ense-
y echemos una mirada a través de sus ñado sobre todo el valor que tienen
ojos. Cuadros muy amplios, hechos las ideas como guías de viaje. En este Festejos del Centenario

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maremágnum que es la vida, uno tiene El festival, tal como lo imaginó


que guiarse por alguna cosa y la guía José Nun, no existió pero, dados
son las ideas”. Quizá sea cierto lo del algunos caminos que viene recorriendo
maremágnum, además dio en la tecla, nuestra sociedad, hoy una lectura del
pero no se deja engañar, no se puede pasado como ésta no encuentra un
confiar tanto en las ideas, menos en territorio sencillo para imponerse. No
un país como el nuestro con la marca pocos de los obstáculos que se interpo-
jesuita en el orillo. El recurso por las nían entre lo sucedido en el Centenario
ideas es la manera que han encontrado y nosotros fueron removidos. Incluso
para faltar al motivo teológico que, en Debates de Mayo, nos encontramos
según Adorno, lo llevaba a Benjamin con un artículo de Fernando Devoto
a “llamar a las cosas por su nombre”. que desentona con la lectura de sus
¿No será demasiado? ¿Botana leyendo a colegas. Muy cerca del archivo, Devoto
Adorno? ¿Bertoni subrayando un libro recorre el mes de mayo de 1910. Entre
de Benjamin ofuscada por su aban- otras piezas, recoge esta descripción de
dono de la dialéctica? ¿Tiene Romero un periodista italiano: “Durante las
en secreto, entre sus textos favoritos, fiestas de mayo no había en Buenos
Verdad y mentira en sentido extramoral? Aires otra cosa que cortejos que desfi-
Al decir suelto de cuerpo cosas de este laban por horas cantando el Himno
tipo, ¿no nos estará tomando el pelo Nacional; de este modo, no educado en
el inconfesable nietzscheano? “En el participar del sagrado fuego nativo por
siglo XX la Argentina desarrolló una el himno y la bandera, caminar por la
idea de nacionalidad enfermiza y casi calle se había convertido en una into-
diría peligrosa. (¿En 1910 también? lerable molestia y un odioso tormento,
¡Nombres, Romero, por favor!). Se porque los renuentes eran silbados y
abandonaron los principios liberales amenazados hasta que su dura cabeza
de la Constitución de 1853 (¿Tan no se descubría”. Si en este caso, quizá
sencillo? ¿Quién los abandonó? Mejor, no más que un detalle, la violencia
¿alguien alguna vez los hizo propios? quedó atrapada en gestos previos, a
Su padre era lector de Martínez través de una carta que Gregorio Soler
Estrada, busque bien en la biblioteca) le envía a Julio A. Roca, nos enteramos
y se adoptó la idea de que la Argentina de que durante esos días se produjeron
debía tener una nacionalidad única, una serie de “asaltos”. Soler se refiere al
basada en una unidad cultural que se que arrasó con “un boliche de imprenta
llamó ser nacional”. (Nada a favor del que publicaba el diarucho La Protesta”
ser nacional, pero no todo es lo mismo, y, según cree, el gobierno nacional
Luis Alberto, discierna por favor). estaría detrás de estos incidentes.
A la invitación a hablar sobre 1910, Devoto completa: los asaltos también
responde con lo mismo que usa para fueron al periódico La Vanguardia y
referirse a 1810: con ideología y, vale a una biblioteca y dos locales de orga-
aclarar, con una ideología ya incapaz nizaciones judías. Una carta del Club
de recoger o producir conocimientos. Israelita, dirigida a Figueroa Alcorta,
¡Hacía falta tanta agua para apagar tanto hacía esfuerzos por mostrar que
fuego! En la base de la nueva lectura ningún vínculo los unía al anarquismo,
decadentista del pasado argentino se buscando poner límite a lo que, nos
encuentra esta negación de la historia. deja intuir, habían vivido miembros

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

de su comunidad durante esos días. Devoto, le sumamos lo que sobre esos


Si de asaltos se trata, hay uno al menos días escribe el líder anarcosindicalista
que no señala Devoto, pero que vuelve Sebastián Marotta, confirmamos que el
hasta nosotros en una oración de una de Frank Brown no fue el único asalto
crónica escrita por Rafael Barrett y que terminó en incendio, no se confor-
que fue reeditada en 2008. Este anar- maron con esas tablas. “Para dar cuenta
quista de origen español y que residía de los diarios y locales obreros formose
en Paraguay, en uno de los escritos una muchedumbre de gente adinerada,
que conforman El terror argentino, diputados, empleados de gobierno,
publicado por primera vez en 1910, sirvientes, policías y militares (...). Sus
se refiere a los dandys porteños que si primeros pasos fueron dirigidos hacia
hubieran estado en la Roma de Nerón, La Protesta, en la calle Libertad 837.
lo habrían acompañado en su pasión Una vez frente al diario anarquista,
incendiaria, tanto era el desagrado la multitud, frenéticamente exaltada
que les producía la realidad popular destrozó las puertas con los machetes
surgida en Buenos Aires. “Hoy os de los vigilantes y, segura de que no
tenéis que contentar con pegar fuego hallaría resistencia, atacó las inermes
a las tablas del circo de Frank Brown”. máquinas de imprenta, los muebles,
En el librito que Dardo Cúneo le las máquinas de
dedica en 1944 a quien fuera un escribir, los libros, Después de más de un cuarto
célebre payaso, se puede apreciar algo etcétera. Luego, de siglo de producción inte-
similar a la vergüenza pero también a prendiole fuego”. lectual e historiográfica sin
la incomprensión: ¿por qué una carpa El lunes 16, con restricciones a la libertad de
que alojaba un espectáculo ingenuo el respaldo del expresión, por lo tanto, con la
–con permiso oficial para instalarse estado de sitio, vigencia de condiciones que
en la esquina de Florida y Córdoba– una multitud de son las que se reclaman en pos
fue destruida por obra de “patotas”? similares caracte- de los avances del conocimiento
No indaga, Cúneo, continuar con su rísticas quiso diri- y de la cultura, ¿cómo entender
empresa encomiástica. El historiador girse a Barracas y a que se desatiendan estos datos
inglés Daniel James, en un artículo de la Boca con idén- que son parte de 1910? Si, con
la segunda mitad de la década de 1980, ticos fines. Pero Nietzsche, es inevitable que
menciona el episodio para trazar una antes de llegar se algo del pasado sufra cada vez
sugestiva y precisa comparación con enteraron de que que se lo interpreta, ¿por qué la
la ocupación del espacio urbano por los obreros de esos predilección por sacrificar esta
parte de los sectores populares en las populosos barrios zona? Sin sonrojos, se le sobre-
jornadas de octubre de 1945. Horacio estaban dispuestos imprime que “la nacionalidad
Salas, en su libro El Centenario, acom- a hacerles frente. de 1910 era plural, tolerante
paña la narración del suceso por las Natalio Botana, y liberal, no excluía a nadie y
crónicas periodísticas de los grandes otro de los autores ponía en primer término las
diarios de la época, que primero alen- de Mirando al ideas de ley y patria”.
taron y luego disculparon al incendio Bicentenario,
realizado por “indios bien”. señala que entre 1910 y 1916 “el
Evidentemente, Rafael Barrett escribió ambiente social y cultural, político
esta crónica en los primeros días de y económico, era –qué duda cabe–
mayo –el incendio de la carpa fue el 4–, hospitalario”. Es cierto que se refiere
porque si a la información aportada por a los visitantes oficiales extranjeros, no

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones

al común de las gentes. ¿Cómo explicar en algunas estancias siguen los enfren-
una afirmación como ésta? ¿Estupidez? tamientos y algunos indígenas curan
¿Desprecio de clase que se continúa e sus heridas, “los vecinos del pueblo
incluso sobreactúa? Una y otra cosa en pusieron fuego a la toldería”. A través
dosis generosas. Salvadora Medina de de una toma cenital, vemos arder ahora
Onrubia, familiar de Botana, conocía una maqueta. La escena es trabajosa,
muy bien a Marotta, incluso se conserva lo que refuerza la impresión de que no
el relato de cómo juntos, en la multitud, podía faltar. Este fuego también sobre-
resistieron la embestida de la policía vuela el Centenario.
montada, los cosacos, en el cementerio Como se sabe, en El juicio del siglo,
de la Chacarita, en enero de 1919. En el Joaquín V. González remarcó la exis-
libro de Marotta, El movimiento sindical tencia en la trayectoria histórica argen-
argentino, la virulencia del ataque contra tina de una “ley del odio” o “ley de
los trabajadores y los sectores populares la discordia”, que viene amenazando
en 1910 no es muy distinta a la que con malograr la enorme vitalidad de la
tiene lugar en 1919. Incluso en la hora sociedad. “Acaso más que en ninguno
de la interpretación, cuando Devoto de sus contemporáneos, la pasión
parece querer poner paños fríos al de partido, las querellas domésticas,
cuadro de situación que ha planteado los odios de facción, la ambición de
–“Incluidos y excluidos los hay en todos gobierno o de predominio personal,
los casos”–, en una misma constelación constituyen una de las fuerzas más
coloca a esas dos fechas. permanentes y decisivas en el dina-
Hay otro incendio que está presente en mismo general de todo el país”.  De
esa coyuntura. Nos enteramos de él por este escrito, publicado por primera vez
la película El último malón, estrenada en el número especial que La Nación
en 1917, que documenta y ficcionaliza le dedicó al Centenario, y en sintonía
lo que había sucedido en 1904 en la con esa “ley del odio”, se puede
localidad de San Javier, en el límite desprender, por ejemplo, el enfrenta-
con el Chaco. La película, muy difícil miento entre Roca y Figueroa Alcorta,
de ver durante décadas, conoce una que hizo que el primero no estuviera
nueva vida ya que fue restaurada por en Argentina para las celebraciones.
los investigadores a cargo del Museo del Pero no hay lugar para estos asaltos e
Cine. Sobre las condiciones de trabajo incendios, porque la preocupación de
a las que eran sometidos los pobladores Joaquín V. González es por el indis-
indígenas, Juan Bialet Massé ha dejado ciplinado funcionamiento de la elite
un testimonio difícilmente refutable, política. Quien sí va a referirse al
contemporáneo al levantamiento. odio de clase es el Partido Socialista,
Sobre la última parte de la película, el a través de un manifiesto difundido
típico cartel nos dice: “Por espacio de en mayo de 1909, luego de la repre-
dos horas el pueblo estuvo expuesto sión del 1º de mayo, a cargo del jefe de
a la saña del indio que correteaba por policía, coronel Ramón L. Falcón, que
las calles”. Pero la batalla se define con dejó un número incierto de muertos.
la derrota de quienes habitaban en los “Su patriotismo les permite pedir a
bordes del poblado. En ese momento los patrones extranjeros que manden
“la valerosa juventud sanjavierina sale sus peones argentinos a votar por las
a perseguir a los fugitivos”. Y, mientras facciones de la política criolla (...) Pero

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

les hace mirar con odio tanta altiva la idea de que la modernidad triunfante
reclamación obrera, toda tendencia de los 20 podía venir, este libro, en
política genuinamente popular y, en cambio, no tiene idea de ningún regreso.
su incapacidad para comprender el La Argentina no tiene regreso. No va
movimiento obrero, y adaptar a él a volver a lo que fue. No hay ninguna
sus actividades de clase gobernante, restauración. El cambio ha sido tan
no encuentra argumento mejor que brutal que no queda ningún fundamento
acusarlos de extranjero”. Este docu- sobre el cual restaurar”. No es lo mismo
mento es reproducido extensamente los 20 que el 10,
por José Luis Romero en Las ideas pero el movi- Contra lo que las jornadas de
en la Argentina del siglo XX, cuya miento se empa- 2001 pensaron de sí mismas,
primera edición es de 1965, en el renta, la caída. Se incluso quizá contra lo que
capítulo “El espíritu del centenario”. trata de la inmensa el kirchnerismo piensa de sí
Marc Bloch hacía suyo un proverbio desilusión que mismo, ambas situaciones
árabe: “Los hombres se parecen más a atraviesa a lo que encadenadas han hecho reapa-
su tiempo que a su padre”. Y a Luis Sarlo denomina recer a las clases. Desde ya,
Alberto le tocó un tiempo signado por en la misma entre- poco tiene esto que ver con
el miedo, de gran conservadurismo, vista como “la los manuales ortodoxos, esta
pero también, convengamos, se supo franja del progre- vuelta está mucho más ligada
adaptar a él e interpretarlo con esmero. sismo argentino”. al odio que al amor, a la desi-
Después de este breve recorrido, ¡Menos mal que dentificación que a la identi-
¿cómo entender la aparición de una no estamos en sus ficación. Como expresión del
lectura del pasado que deja de lado, ya pellejos! Funda- momento en el que parecen
sin ambigüedades, cada uno de estos mentalmente, haber hecho agua los univer-
sucesos? Después de más de un cuarto desilusión con la sales que organizaron los años
de siglo de producción intelectual e experiencia demo- de la posdictadura, se revela
historiográfica sin restricciones a la crática iniciada imposible su uso y se buscan
libertad de expresión, por lo tanto, con en 1983, a la que otras palabras.
la vigencia de condiciones que son las habían apostado
que se reclaman en pos de los avances con énfasis. Desilusión ante la expec-
del conocimiento y de la cultura, tativa de que Argentina se reencontrara
¿cómo entender que se desatiendan con la modernidad que imaginan alguna
estos datos que son parte de 1910? Si, vez fue. Se podría suponer que un sueño
con Nietzsche, es inevitable que algo de esas características habría salido direc-
del pasado sufra cada vez que se lo tamente maltrecho de los años de la
interpreta, ¿por qué la predilección por dictadura, pero no, todo lo contrario.
sacrificar esta zona? Sin sonrojos, se le Tampoco se vio dañado por el ocaso
sobreimprime que “la nacionalidad de la primavera democrática e, incluso,
de 1910 era plural, tolerante y liberal, la decepción ni siquiera tuvo estos
no excluía a nadie y ponía en primer acentos pesarosos y decadentes durante
término las ideas de ley y patria”. los gobiernos de Menem y de la Alianza.
En la entrevista que Verónica Gago le El hoy severísimo Romero, poco antes
hace a Beatriz Sarlo en 2009, a propó- de las jornadas de diciembre de 2001,
sito de la publicación de su libro La dejó escrito en la reedición de uno de
ciudad vista, esta crítica señala: “En sus libros que más ha rodado, Breve
La modernidad periférica (de 1988) tenía historia contemporánea de la Argentina,

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que “a diferencia de los sindicatos, los a la xenofobia, al nacionalismo, pero


partidos políticos gozan de una salud lo que está fuera de su horizonte es
excelente”. Puesto en intelectual, no pensarlo en clave de una intensificada
contento con haber trazado una imagen enemistad de clase. Desde El orden
del siglo XX en la que se borran los conservador hasta La ciudad vista, se
conflictos, lo que subraya en 2001 es señalaron cuestiones de la vida política
fundamentalmente la normalidad de la y económica, de la arquitectura, de las
experiencia política iniciada en 1983. ideas y de las instituciones, pero pres-
De la página 297 a la 308, deliciosas. cindiendo, o dejando muy de costado,
La nueva lectura decadente del pasado el sesgo que le diera lugar a las clases
argentino tuvo que esperar para revelarse y a su enemistad. Incluso quienes
que se produjera la crisis de 2001 y la quisimos discutir con esta “franja del
salida que se puso en movimiento desde progresismo argentino”, nos vimos
2003 con el kirchnerismo. afectados por esa expulsión. Contra lo
La de las clases quizá haya sido una de que las jornadas de 2001 pensaron de
las expulsiones discursivas fundamen- sí mismas, incluso quizá contra lo que
tales, nacida de los años del último el kirchnerismo piensa de sí mismo,
gobierno militar, y uno de los pilares ambas situaciones encadenadas han
que apuntaló los posicionamientos y hecho reaparecer a las clases. Desde
las producciones culturales y políticas ya, poco tiene esto que ver con los
de la larga posdictadura. Un texto manuales ortodoxos, esta vuelta está
con no pocas virtudes, me refiero mucho más ligada al odio que al amor,
nuevamente a “La Argentina del a la desidentificación que a la identifi-
Centenario...” de Altamirano y Sarlo cación. Como expresión del momento
aborda El diario de Gabriel Quiroga de en el que parecen haber hecho agua los
Manuel Gálvez –donde queda marca universales que organizaron los años
contundente de los asaltos referidos–, de la posdictadura, se revela imposible
Javier Trímboli refiriéndose a la ideología esteticista, su uso y se buscan otras palabras.

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A la vanguardia como siempre, rización de los 70 –¿la habrá imagi-


Romero protagoniza en el libro nado Romero? Sarlo seguro que sí–,
Mirando al Bicentenario una serie ahora se trata de la aristocratización.
de enredos en esta dirección que Rendido ante la autoridad de esa
son todo un regalo. Por empezar, tradición y con el fin de incluirse del
comparte la autoría del mismo con todo en ese “foco de positividad”, bien
Natalio Botana, George Clemenceau, podría Romero sumarse a algunas de
Rosendo Fraga. No importa que uno las fotos que trae el libro, con la ines-
de ellos haya muerto hace casi un timable ayuda del photoshop. Reco-
siglo, en pie de igualdad se colocan mendación: junto a la infanta Isabel y
los cuatro autores, en estricto orden a un toro de noble raza, en la Estancia
alfabético. No se trata sólo de la reedi- San Juan, de Leonardo Pereyra
ción del clásico libro de Clemenceau, Iraola, secretario de la Sociedad Rural
eso no los conformaría; en Mirando al Argentina; con un libro en la mano y
Bicentenario lo que refulge es fraterni- la pipa, para guardar algún parecido
zación, la posibilidad de ser parte de con el padre. Esperemos eso sí que
aquel momento dorado. Sus mismos no se haya pescado el mal francés que
nombres y apellidos, rodeando a la hacía estragos entre los de su clase.
ilustre visita de 1910, nos recuerdan ¡Qué decadentes!
también otras épocas, la de sus padres Mientras que Mirando al Bicentenario
o familiares cercanos. Encantador. nos permite ver la posición de clase
A un panegirista de la clase media y deseada, La ciudad vista subraya la
de la ciudadanía, como venía siendo desafección, aquello que ya no se
Romero, el guardarropa de la historia quiere siquiera ver. Dice Sarlo en la
le tenía reservado smoking, galera entrevista referida: “Las arquitecturas
y bastón. No cree entonces nece- que quedan enfrentando el barrio
sario poner siquiera comillas para Charrúa, después del Polideportivo de
decirnos que “Carlos O. Bunge temía San Lorenzo, son realmente arquitec-
la mezcla con las razas inferiores”. La turas de pesadilla. Y las llamo arqui-
identificación fluye con tanta natura- tecturas porque no hay otra forma de
lidad que él pasa a temer lo mismo. llamarlas: son autoconstrucciones que
O, al referirse a la “irritación” de las representan una tipología monstruosa,
elites tradicionales con el peronismo: en la cual es muy difícil que se implante
“No se lamentaron de la instaura- una buena sociedad”. Verónica Gago
ción del comunismo, sino de la deca- le repregunta, señalándole que se
dencia de la cultura”. Diagnóstico trata de construcciones similares a las
entonces compartido, que se refuerza que abundan en El Alto de La Paz.
por el hecho de que, así nos lo dice, Pero no hay caso, obsesionada como
los sectores medios, a diferencia de la se había mostrado en el libro por la
“oleada de recién llegados”, (las comi- casa de cuatro pisos de Carabobo y
llas son sólo mías) habían apreciado Castañares, no tiene ninguna inten-
sin mengua “la tradición cultural ción de dar marcha atrás. “Ominosa
de las elites”. Luis Alberto Romero barraca” llamaron desde la prensa,
funciona como la prenda de recon- en sintonía con prestigiosas capas de
ciliación entre esas clases medias y la opinión pública, al circo de Frank
las elites. En el reverso de la proleta- Brown en 1910, antes de hacerlo

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones

arder. ¿Qué quiere que le diga, Sarlo? palabras. Es cierto que son sólo eso,
Uno realmente tiene serias sospechas palabras, nada que ver con los hechos,
de que se pueda construir una buena pero nunca se sabe.
sociedad sobre la base de la arquitec- Llegados a este punto, donde el festival
tura de las Lomas de San Isidro, de imaginado por Nun se transformó en
Coronel Díaz y Santa Fe, de Caballito, esto otro más inquietante, se impone
de Ayres del Pilar, de Palermo Soho. no obstante la impresión de que no
O, como a usted le gusta tanto, de hay mucho más que discutir. Quizá
Berlín. El listado podría ser larguí- sea pasajera. La desilusión que a unos
simo, infinito. Eso sí, si fuera uno de los embarga con la experiencia demo-
los vecinos de la casa de Carabobo y crática argentina es nuestro contento.
Castañares, “especie de precaria mons- Moderado, de baja intensidad, pero
truosidad”, tomaría recaudos ante sus contento al fin.

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El Bicentenario
y los usos de la historia
Por Tomás de Tomatis
El combate por la historia tuvo hitos memorables.
Célebres e insoslayables polémicas que obran como
sombra de toda reflexión sobre la práctica histo-
riográfica. Nacida del erudito documentalismo de
Bartolomé Mitre y de la búsqueda de fuentes hete-
rodoxas para la construcción del relato histórico
de Vicente Fidel López, y hundida en el clásico
debate entre la tradición liberal y el revisionismo
histórico, cuyos coletazos percibimos aún en estos
tiempos, la historiografía sigue parapetándose en
una oposición que no logra renovar sus lenguajes
clásicos. Acosados por las técnicas mercantiles de
la producción editorial y por la agitación televi-
siva, los historiadores profesionales se refugian en
la tradición aséptica de la elite ilustrada mientras
que sus oponentes, los revisionistas, no advierten
hasta qué punto sus observaciones fueron estan-
darizadas para el formato mediático. Unos y otros
deambulan entre el rencor y la adaptación a un
exitismo cuyos efectos lucen desproblematizados.
Bajo estas preocupaciones, Tomás de Tomatis
analiza los recientes festejos del Bicentenario a
partir de las expresiones del grupo Fuerza Bruta, y
de la exposición El laberinto, parque temático de las
antinomias argentinas de los artistas Daniel Santoro
y Francis Estrada. En ellas, el autor encuentra
una originalidad dada por la combinatoria de
los materiales de la historia y las escenificaciones
elaboradas con recursos y montajes asombrosos
capaces de sugerir una nueva imaginación histó-
rica que de cuenta de los dilemas contemporáneos.
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En su no tan olvidado libro Combates también había hecho Spengler una


por la historia, Lucien Febvre había historia “epistemológica”?
practicado una severa crítica a los Lo que Febvre quería proponer era una
volúmenes de Oswald Spengler, gran perplejidad respecto al modo en
La decadencia de Occidente, y los poste- que Spengler (y Toynbee) habían inte-
riores de Toynbee, Estudio de la historia. resado al denominado gran público
Los que comenzamos estudios univer- y también a los especialistas. Esos
sitarios hacia comienzos de los años 60, grandes frescos narrativos, repletos de
aún recibíamos los ecos del fervor con ingenio y seducción, rebosaban por
el que se habían leído ambos ensayos el lado de una filosofía de la historia
históricos. En Argentina, personas atractiva pero falaz. Era la filosofía de
de disímil orientación ideológica, los la historia que había escrito un profeta
citaban con entusiasmo. Un encum- vanidoso, amigo de las espectaculari-
brado intelectual de época, Ernesto dades, que coqueteó con el nazismo y
Quesada, de simpatías bismarckianas, luego se apartó contrariado, “incom-
había sido amigo personal de Spengler. prendido”. No residía ahí el alma de la
El diario La Nación se congratulaba historia hecha por los historiadores. El
con Toynbee. Pero los dos historia- modelo de Febvre –autor de un gran
dores y ensayistas, el alemán y el inglés, estudio sobre Rabelais, Problemas de
llamaban la atención por los grandes la incredulidad en el siglo XVI, que no
panoramas históricos que ofrecían, podía ser leído sin que le abriera defi-
por la idea de que toda forma histórica nitivamente los ojos a cualquier estu-
aparecía y declinaba bajo los mismos diante de la calle Viamonte al 400–,
ritmos, casi equiparables a los ciclos es la gran investigación de Fernand
biológicos, pero sobre todo, en el caso Braudel, El mediterráneo y el mundo
de Spengler, por la audacia de sus mediterráneo en la época de Felipe II.
comparaciones –recuerdo una entre En sus memorias de historiador, publi-
la música contrapuntística y la inven- cadas hace muy poco, también Tulio
ción del cheque en los intercambios Halperín Donghi menciona la fuerte
financieros–. Todo esto ponía ante un y duradera impresión que significó
mayor desafío a la historia tradicional, la salida de ese libro para todo aquel
incapaz de crear grandes metáforas que decidiera abrazar la carrera de
culturales y solicitar audaces cotejos historiador. Aún hasta hoy, Jacques
de hechos de apariencia antagónica, Rancière lo toma como objeto de
no por su significado específico sino reflexión en cuanto a la percepción de
por el contraste de su forma. Febvre la materia histórica, entre el tiempo de
recuerda algunos ejemplos del estilo las cosas y el tiempo de las vidas.
spengleriano: la relación entre la Es lógico que la gran corriente de ideas
geometría euclidiana y las ciudades de la historiografía francesa, cuyo
griegas, entre el teléfono y el sistema numen trágico podría ser Marc Bloch
bancario de crédito... Cuando apareció –fusilado por los nazis en 1944 y
Foucault, muchos percibieron un aire autor de un impresionante testamento
familiar en los pases mágicos que de historiador que se leía con fervor
contenía Las palabras y las cosas, por también en las carreras de historia de
ejemplo, entre el sistema dinerario y nuestras universidades–, se viera desa-
las clasificaciones botánicas. ¿Entonces fiada por ensayos como los de Spengler

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Discusiones

y Toynbee, que sin dejar de exhibir una Ciertos libros se lanzan con coberturas
gran erudición, tenían el gesto carac- tomadas de la tradición intelectual,
terístico de los escritores que saben pero vendrían a sustituir los verdaderos
enlazar repentinamente con una gran combates por el conocimiento con
corriente de pensamientos oscuros, el pobres analgésicos decadentistas, sibi-
“malestar en la cultura”, lo que en este linos o moralizantes. Ésta es la esencia
caso significaría la búsqueda de satis- de la crítica de Febvre a Spengler y
facciones más primitivas que las que Toynbee en el terreno del “debate de
provee el complejo mundo civiliza- los historiadores”. No es concebible
torio y tecnológico. Pero sabiendo que un país sin la actuación enfática del
ese primitivismo –una “filosofía de la mencionado debate.
historia” que simula grandeza intelec- En los años 80 en Alemania tuvo
tual, accesible pero ficticia– no es sino lugar asimismo un mentado debate
una adecuación en nivel superior a los entre historiadores y filósofos, en el
mismos inconvenientes civilizatorios que estaba en juego un juicio sobre
Tomás de Tomatis que se quieren superar. los años del nazismo desde el punto
de vista de la ética del historiador.
Mientras Nolte, no sin condenar al
nazismo, lo hacía parte de una vasta
reacción contra el bolcheviquismo,
situando en el campo de un verosímil
histórico, Habermas respondía que era
necesaria una ética cuyo carácter argu-
mental fuera diferente, para que todo
enunciado histórico surgiera de la
certeza de un corte entre una historia
bárbara y una historia reconstruc-
tiva. Sin una polémica similar, poco
tiempo después en nuestro país, Tulio
Halperín Donghi escribió un artículo
en un libro colectivo llamado –si no
me engaño–, Historia y ficción, en el
que afirmaba que no es posible que
las imágenes de la historia nacional
carguen con el mismo ejercicio valora-
tivo si no se realiza una cesura radical
con eje en el significado que tienen los
años de terror.
Sean unos u otros los debates, no
son los habituales, pues cargan con la
dificultad de preguntarse si hay una
asignación valorativa específica que
ante hechos de desmesura inhumana,
el sentimiento del historiador deba
asumir un punto de vista de resguardo
de premisas fundadoras de las bases

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

mínimas de la socialidad, sin las cuales su curso y se reabre de tanto en tanto,


ésta se hundiría en la salvajismo. La pues en su extremo arquetípico, lo
práctica de la historia adquiriría un sigue siendo en cuanto al uso del docu-
sentido no menos metodólogico, mento, de las tradiciones orales y de
pero estudiaría el modo en que todo la invocación a ciertos tramos de una
mundo histórico se pone cíclicamente filosofía de la historia para contener la
al margen de las condiciones que lo rebeldía de los hechos.
identifican como garante de la exis- No tenemos hoy algo parecido, y quizás
tencia colectiva. Los debates de la ya es tarde para que cualquier cosa que
historiografía argentina fueron otros. lo sea se haga presente. Es cierto que en
Sólo en las últimas décadas apareció el su momento se trenzaron Mitre con
llamado a pensar una historia a escala Saldías; Groussac con Ramos Mejía
de la humanidad, de su superviencia pero especialmente con Norberto
y los focos que la someten a suplicio. Piñero; Levene con su reivindicación del
Sería una historia transpolítica. Pero morenismo republicano significaba en
tampoco de la “vida material” o la sí mismo una polémica desde un sector
“vida cotidiana”. Sino explícitamente del liberalismo historiográfico con los
del cimiento moral asociativo de las ya afiatados síntomas de la reivindica-
comunidades nacionales enfrentadas ción de Rosas; y el inquieto Halperín
a la extinción de su acuerdo profundo mostraba sus preocupaciones agarrán-
de coexistencia en la diversidad. doselas tardíamente contra el “revisio-
Recordemos las viejas, ancianas plumas nismo histórico”, mientras Milcíades
en debate: Mitre y Vicente Fidel Peña había tomado socarronamente de
López. El primero creyó resolver la punto a Jorge Abelardo Ramos, que a
cuestión del canon histórico nacional su manera había creado miles de nuevos
con una vocación documentalista, lectores de la historia con su estilo
encuestas a protagonistas, veneración abierto, desafiante y arrebatado. Sus
de archivos, y conjunción proclamada grandes bocetos especulativos, si bien
y activa entre construcción del Estado no estaban urgidos por los debates del
y aparato historiográfico. Enfrentado presente, dejaban de ser penetrantes aún
al mismo problema, Vicente Fidel en su ingenioso forzamiento.
López encaró relatos que se originaban Pero nada de eso existe hoy. No ha
en tradiciones orales y que estaban desaparecido el historiador profesional,
volcados a una propensión no menos universitario, autor de obras que ni
que sutil hacia una dramaturgia de la son escasas ni dejan de ir más allá de
historia, en la que se hacían sobresalir los lectores de cenáculo –como en
sus aspectos trágicos, llamados sin más su momento Revolución y guerra de
“filosóficos”. Si Mitre no conseguía Halperín–, ni desaparecieron las esca-
ser un Taine, tampoco era desdeñable ramuzas aisladas, como las que tienen
su tarea, dicho esto con la advertencia como protagonista a la gran vocación de
respecto a sus facciosos compromisos polemista de Norberto Galasso, que ha
políticos. En cuanto a López, no se puesto el canon de la izquierda nacional
guardaba de mayores estridencias al a disposición de nuevas camadas de
querer buscar como egregio antece- lectores, como por otro lado fue siempre
dente suyo las peripecias historiadoras la intención del revisionismo histórico,
de un Tucídides. Esta polémica sigue que desde los años 40 había triunfado

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ante una nueva sociedad lectora, al punto Pongamos estos hechos meramente
que en un viaje de Arnold Toynbee a conjeturados en el bastidor o a la luz
la Argentina, un periodista le realiza la de lo que fue y está siendo la conme-
inopinada pregunta al historiador que moración del Bicentenario de la
había intentado comparar las civiliza- Nación Argentina. Hubo decisiones
ciones japonesa, minoica y helénica: sobre la historia muy fundamentales,
“¿Qué opina usted del revisionismo pero vaciadas en el molde de atrac-
histórico?”. tivos espectáculos de masas y sugestivas
Un paralelogramo de fuerzas No, no parece exposiciones artísticas. En el primer
materiales alegorizadas (el haber concluido caso mencionamos el espectáculo del
agua, el aire, el fuego y la todo. Hay histo- grupo Fuerza Bruta en las calles de
tierra –el pavimento urbano–), riadores, carreras Buenos Aires el día 25 de mayo; en el
sostuvo una dramaturgia de historia y libros segundo caso, la exposición “El labe-
de maquinaria y cuerpos que ejercen la rinto, parque temático de las antino-
que ponían al ocurrir histó- historia de la histo- mias argentinas”, de Daniel Santoro
rico en una dimensión este- riografía, como la y Francis Estrada. En ambos, hay un
tizada, espiritualizada. La atinada enciclo- proyecto historiográfico junto a deci-
historia estuvo en una escala pedia escrita por siones teatrales, plásticas, audiovisuales
de segunda naturaleza tecno- Fernando Devoto y museísticas. ¿Ha triunfado el “revisio-
lógica y coreográfica, con un y Nora Pagano. nismo histórico”, al fin, en estas nuevas
alegorismo directo, “brutal”, ¿Pero no corres- formas representacionales? En primer
pero, al mismo tiempo, los ponderían estos lugar, habría que ver si estas puestas en
camiones militares, las auto- movimientos, que escena basadas en cuadros vivos, diado-
bombas de bomberos, los no son escasos, a ramas, juegos de parque de diversiones,
soldados actuales haciendo de un fin de época en fusión de altas tecnologías de trans-
soldados antiguos, y soldados materia de escri- porte, desfile de alegorías y cuadros
reales haciendo de trabaja- tura de la historia, animados, pueden trasladar conceptos
dores del espectáculo, pusieron en coincidencia historiográficos a formas de represen-
a ese entretenimiento en una con la aparición tación que tienen cierta semejanza con
desafiante continuidad con las de las memorias las festspiele (aunque en lo que vimos en
condiciones de producción que de Halperín? En el el Bicentenario, el aspecto de la repre-
lo habían generado. El realismo mencionado libro sentación colectiva está implícito; es la
pedagógico masivo, la herencia de recensión de historia nacional la que ocurre en una
del circo, de la televisión y la historiografía escena urbana masiva).
de la plaza medieval, creaba argentina, se La respuesta no permite imaginar que
miniaturas emotivas con utile- señala el momento la traslación de la tesis revisionista, o
rías de dimensiones portuarias en que también la más amplia, de carácter latinoameri-
e ingenierías de precisión. La el revisionismo canista-indigenista, se verifica sin más
tecnología se encontró con el histórico ve la en los medios teatrales. En el caso de
arte y la imaginación histórica. necesidad de crear Fuerza Bruta, éstos acentúan el hecho
una escritura y un histórico a través de la representación
nivel de problematización adecuado a de la fuerza empírica del sufrimiento,
las lecturas masivas, evitando los escollos el acoso físico de las fuerzas de la
eruditos de investigaciones a la Saldías o naturaleza, el fragor de la batalla, el
a lo Ernesto Quesada: eran los libros de simulacro fabril con desenlace artís-
Dardo Corvalán Mendilaharzu. tico, la guerra con sus muertos-vivos.

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La historia nacional aparece como Las fuerzas productivas y las relaciones


una sucesión de cuadros de violencia de producción se tornan estructuras
y consternación. Los soldados de y superestructuras, que se alternan y
Malvinas son espectros desfilando; las confunden entre sí. Lo que vimos fue el
madres de la plaza, sonámbulos bajo otro yo, el complemento y la negación
la lluvia uniforme; el ejército de los del desfile militar, con elementos del
Andes, cuerpos golpeados, no por la desfile militar. Su verdadera ejecución
batalla sino por la nieve. Simulacros y crítica, hecha por actores soldados y
del tormento colectivo replicados en soldados actores, por nieves de aerosol
la coreografía de grupos electrógenos, y estruendos. La puesta en escena por
grandes mangueras y tractores en las el grupo Fuerza Bruta fue un Carnaval
avenidas sorteando también nume- trágico, fantasmas de la historia argen-
rosas dificultades que se oponen a las tina desfilando, arlequines del pasado
configuraciones urbanas y a la propia que retornaban escénicamente suje-
muchedumbre de asistentes. tados por cables y arneses.
Un paralelogramo de fuerzas mate- Sin duda, era visible el énfasis lati-
riales alegorizadas (el agua, el aire, noamericanista y el desfile en sí
el fuego y la tierra –el pavimento mismo no se podía privar de su inhe-
urbano–), sostuvo una dramaturgia rente característica festiva, murguera.
de maquinaria y cuerpos que ponían El cuadro de la batalla de Obligado
al ocurrir histórico en una dimensión no tuvo un tratamiento “ideológico”,
estetizada, espiritualizada. La historia y los cuadros de la inmigración o de
estuvo en una escala de segunda natu- las caracterologías culturales del país,
raleza tecnológica y coreográfica, con estuvieron formulados con tino, en
un alegorismo directo, “brutal”, pero, un sentido de promisión despojada de
al mismo tiempo, los camiones mili- vulgaridad y ternurismo. ¿Es necesario
tares, las autobombas de bomberos, los decir frente a este espectáculo de esce-
soldados actuales haciendo de soldados nificación histórica que faltó “aseso-
antiguos, y soldados reales haciendo de ramiento historiográfico”? No parece
trabajadores del espectáculo, pusieron una pregunta adecuada, no porque
a ese entretenimiento en una desa- no haya habido historiadores invo-
fiante continuidad con las condiciones lucrados en el proyecto, sino porque
de producción que lo habían gene- la naturaleza de lo que se ponía en
rado. El realismo pedagógico masivo, práctica pertenecía a otro género, el
la herencia del circo, de la televisión y de la historia, sin duda, pero some-
de la plaza medieval, creaba miniaturas tida a condiciones de representación
emotivas con utilerías de dimensiones cuyas características obedecían a leyes
portuarias e ingenierías de precisión. escénicas propias y a decisiones artís-
La tecnología se encontró con el arte y ticas vinculadas al arte industrial y a
la imaginación histórica. las narraciones masivas: alegorías con
Hubo peligro y seguridad, simbología grandes soportes tecnológicos.
y maniobra eléctrica, el gas como arte En cuanto a la experiencia de “El labe-
y la danza como despliegue operario, rinto” puesto en escena por Santoro y
el aire como artificio fabril y los actores Estrada, se trata de otra perspectiva para
como cortejos sangrientos. Espejos de el relato histórico, esta vez basada en el
una historia de esperanza y violencia. concepto de antinomia. El espectador

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de esta muestra inspirada en los juegos tolerantemente, que de un objeto


de los parques de diversiones, se ve desa- arrancado de su ámbito vital, se pueda
fiado por un material documental de nuevamente reconstruir un mundo. Esa
fuentes historiográficas genuinas –textos esperanza la posibilita el museo, con tal
adecuados, imágenes que tienen una que no indaguemos demasiado en el
fuerte graduación arquetípica–, y expe- obstáculo desvitalizado que presupone.
rimenta en las antinomias cierta perple- Santoro solicita esta situación simulando
jidad de lo irresoluble, de la necesidad respeto, pero corriendo el velo naïf
de superarlas o de inscribirse en alguna para que surjan las garras de acero del
de ellas. Es conocida la obra de Daniel bombardeo, el incendio y la muerte.
Santero; en ella, las imágenes augustas Santoro lucha por la representación
están rajadas por la parodia, como una en el interior de los cuadros –así en
blasfemia colegial sobre las esfinges su tratamiento de la obra de Berni–
nacionales. Un cofre a ser revisto por intentando que éstos mismos la
el arte y la literatura para indagar en el anulen, como lo hubiera querido un
fondo último de nuestros pensamientos Foucault en el interior arrasador de
sobre la beatitud y la guerra. Santoro Las meninas. Arte surrealista de mario-
toma el peronismo como un depósito netas y una visión pseudo-exótica de
de ruinas, como un museo destro- la escritura china, deliberadamente
zado, peligroso y pensada para crear una lengua cripto-
El poder onírico y hermético momificado. El peronista vecina al ideograma, son las
de estas imágenes sólo puede pasado se congela, propuestas conocidas de Santoro. Le
hacerse tolerable porque siniestro, bajo el agrega a esto un aire de oscura fran-
lleva a la comprensión artís- rostro del candor. cachela, burla a los críticos y obten-
tica de los mitos del lenguaje El pensamiento ción de la gloria artística a través de
que pugnamos por sofocar, a museístico se basa la mezcla clásica entre los íconos de la
fin de que la reflexión pueda en la imposibi- ingenuidad y el despertar de la historia
soportarse. Santoro lleva a lidad de preservar a lo infausto. Los objetos cotidianos y
reflexionar de otro modo, en la vida si se la rituales congelan su flujo vital y quedan
dirección a lo insoportable. restituyese a su en muerte para una próxima resurrec-
Pero la tranquilidad que nos verdadera fuente. ción. Es el reconocido valor revolucio-
concede proviene de su atre- De este incordio nario del pensamiento kitsch cuando
vida combinación de imagi- sale la idea de se asume como tal, resultando de ello
nación infantil y agonía de las museo, y su una suma de objetos puros y contras-
imágenes: por un lado sobre- terrible atractivo es tantes entre sí, dando un surrealismo
representadas, por otro lado, sólo ése, el objeto inocente o un infantilismo surrealista.
arruinadas por la dificultad nítido, preser- Quizás una masonería cristiana de
con que las soñamos. vado incólume resurrección.
pero abstraído de Junto a este juego, Santoro nos provee
su mundo verda- una simbología esoterista. La iconografía
dero. Un museo puede ser peor que peronista se convierte en un enigma
una caverna amenazadora, una misa para el intérprete político y para el histo-
negra, una orgía de funámbulos. Pero riador social. En “Evita castiga al niño
luce tierno, con galas de docencia. gorila”, una suerte de cabildo esotérico,
No podemos imaginar nada a partir pictórico-metafísico, se conmociona al
de un museo. Pero es posible aceptar, espectador con un sentimiento de duda

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y espanto. El poder de las figuras este- asesoramiento historiográfico, como


reotipadas, basadas en un tierno juego indica el programa de mano de la expo-
de castigos, pone a la historia argentina sición. En este sentido hay precisiones,
en su límite, bajo un decorado greco- agudezas, hallazgos. Pero la significa-
romano y un pensamiento que coagula ción del conjunto de la obra es el de
en un acto de apariencia inocente las producir, como en el caso de Fuerza
palabras que en Argentina alumbraron Bruta, un sentimiento de afloramiento
trincheras tajantes. del material histórico a través de una
El poder onírico y hermético de estas brusca actualización. En un caso, con
imágenes sólo puede hacerse tolerable sentimiento de vida y muerte; en el otro,
porque lleva a la comprensión artística con sentimiento de juego y reflexión. De
de los mitos del lenguaje que pugnamos este último modo, ¿reflexión sobre qué?
por sofocar, a fin de que la reflexión Sobre el propio tema de las antinomias,
pueda soportarse. Santoro lleva a que está dispuesto de manera irresoluble.
reflexionar de otro modo, en dirección Es cierto que una
a lo insoportable. Pero la tranquilidad vitrina presenta un No sabemos si ya se ha consu-
que nos concede proviene de su atre- libro de Borges y mado íntegramente la auto-
vida combinación de imaginación un par de alpar- gestión total de la función
infantil y agonía de las imágenes: por gatas. ¿Pero es intelectual por parte de los
un lado sobre-representadas, por otro para realizar la medios de comunicación, es
lado, arruinadas por la dificultad con opción binaria? decir, si ya está madura en
que las soñamos. No, ese tipo de éstos la producción de sus
El resultado sería una representa- maniqueísmo propios conocimientos, peda-
ción intensificada que puede llegar podrá ser materia gogías y lenguajes por parte
en ciertos casos a la enceguecedora para el arte, su de los llamados “intelectuales
alegoría cristiana (Leonardo Favio) o cualidad represen- de los medios”. Tal vez no; tal
a la fábula totémica de la antropofagia tativa y su ingenio vez sí y no nos dimos cuenta.
de textos (Osvaldo Lamborghini). plástico. Pero no ¿Saben ellos que no precisa-
En “El laberinto” de las antinomias es materia de la rían más del intelectual clásico
argentinas, obra del Bicentenario reali- reflexión política. y aún fingen que sí, llamando
zada en conjunto con Francis Estrada, Esta última niega a “doctores” que se sienten
no se abandonan estas figuraciones. la materia artís- complacidos por ese trato
Se produce la intención de reanimar tica, pero ella se fingidamente respetuoso y
cinematográficamente ciertas fotografías hace ineluctable dispensan así el modo en que
y postales del pasado, introduciendo para permitir, con implícitamente se desprecia
actores que, a la manera de un espiri- su propio pensa- sus lenguajes y se los obliga a
tualismo de las tecnologías, se sumergen miento irremisible hablar en módulos de tiempo
estáticamente en fotografías antiguas (los dos objetos, prefigurados de antemano?
y luego hacen el viraje hacia el cine, libro y alpargata,
representando uno de los personajes. materializan un aforismo nacional que es
La fotografía se redime con la tensión una mítica célula enterrada de las luchas
hacia una forma cinematográfica a la culturales), que la reflexión social, civil
que no puede alcanzar. No se puede o política decida por sí misma qué hace
decir que estas y otras tantas escenas con eso. Creemos que el laberinto está
lúdico-históricas, postulando la conti- para producir el golpe físico de la ence-
nuidad imagen-vida, no contaran con rrona histórica y encontrar los caminos

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imaginarios y fácticos para escapar de gogías y lenguajes por parte de los


ella. Chocados por los objetos de esa llamados “intelectuales de los medios”.
vitrina, somos solicitados a pensar sobre Tal vez no; tal vez sí y no nos dimos
la base de cuestiones nuevas bajo el signo cuenta. ¿Saben ellos que no precisarían
del miedo a la repetición histórica. más del intelectual clásico y aún fingen
Quizás un ensayo histórico bien encami- que sí, llamando a “doctores” que se
nado, sabedor de que explora los límites sienten complacidos por ese trato
de la lengua del historiador, podría fingidamente respetuoso y dispensan
exponer estos mismos sentimientos. así el modo en que implícitamente se
En el escrito de Lucien Febvre que desprecia sus lenguajes y se los obliga a
mencionamos al comenzar este artículo, hablar en módulos de tiempo prefigu-
la crítica a Spengler y Toynbee se refería rados de antemano? Esta encrucijada
a una manera ilegítima de procurar es una fuente de malestar, equivalente
el interés público, aguzando el trata- al célebre “malestar en la cultura”,
miento de temas histórico con distintos famoso y equívoco concepto al que ya
golpes de efecto: nos referimos en este artículo. ¿Qué
En términos de nuestro imaginación lite- sería ahora? Nos parece que no sería
problema sobre la narración de raria y resonancia lo mismo que aquella situación en la
la historia en las culturas nacio- profética. Eran que se deseaba un retorno a las fuentes
nales que son reconstituidas los años 40; aún primitivas del placer renegando de la
por el malestar y la “miseria los medios de “cultura”, aunque fuera ésta –según la
psicológica” de las corrientes comunicación no tesis que surge del notorio promotor
subterráneas de insatisfacción habían interfe- de estos pensamientos– la esfera que
social que no atinan a servirse rido bruscamente efectivamente permite trabajar la
de medios emancipadores y se en el camino de conciencia crítica en términos de su
enroscan en sus oscuros infor- los proyectos felicidad postulada e imposible y de su
tunios, diremos que ni se trata más exigentes de culpa secreta pero también honrosa.
de “elevar el nivel” –pecado escritura, pues En las magníficas reflexiones de antro-
intelectualista– ni de tomar sus actividades pología filosófica en las que Freud
inspiración en el evangelismo laterales de divul- sostiene la paradoja del malestar
apócrifo de los medios de gación, lenguajes cultural, se lee desde una sospecha de
comunicación que gozan de la masivos, educa- lo humano fundado en la metáfora de
autocreencia –y la realidad– de ción popular, la “bestia salvaje” que no respeta a los
un engarce inmediato con el trabajo con las seres de su propia especie pero que se
público general. leyendas here- debate entre la agresividad y la crea-
dadas y conquista ción fantástica de un Eros que sirva
de amplias porciones del público no de genérica promesa feliz. “Quién
contaban con tecnologías y conoci- recuerde los horrores de las grandes
mientos especializados en el moldea- migraciones, de las irrupciones de los
miento de la subjetividad general. hunos, de los mogoles bajo Gengis
No sabemos si ya se ha consumado Khan y Tamerlán, de la conquista de
íntegramente la autogestión total de Jerusalén por los píos cruzados y aun
la función intelectual por parte de los las crueldades de la última Guerra
medios de comunicación, es decir, si Mundial, tendrá que inclinarse humil-
ya está madura en éstos la producción demente ante la realidad de esta
de sus propios conocimientos, peda- concepción”, escribe Freud, compro-

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bando la existencia de una condición No es el problema que percibía Lucien


humana propensa a la agresión y a la Febvre sino su amplificación en la era
sevicia. Pero no sería este escrito una en que los medios de masa producen
propuesta de consuelo moral sino seriadamente sus propios “conte-
una invitación al trabajo en torno al nidos”, ya que es ésa la denominación
tema de la “miseria psicológica de las que emplean para forjar el cierre en
masas”, cuestión que representa el una proposición totalista del sentido:
estrato en que se halla una humanidad medios-contenido. Las viejas universi-
que en su crueldad, desea superarla y dades no hablan así, pues, ajenas a las
sabe que es necesaria la construcción culturas audiovisuales de masas, no son
de grandes ámbitos culturales en los un medio que espera un contenido,
que sin embargo siente el malestar de sino que esa distinción nunca tiene
un ahogo pulsional, que los grandes forma fija. La tradición dialéctica es la
“sentimientos oceánicos” de las reli- máxima encarnación del problema y
giones sólo pueden comentar sin atinar su imposible resolución le da vida a la
a conocer el remedio para esa herida Universidad, aunque ésta no lo crea y
esencial de las civilizaciones. se dirija hacia los medios con un futuro
En términos de nuestro problema “contenido” ofrecido por mediadores:
sobre la narración de la historia en las profesores que comprenden su propia
culturas nacionales que son recons- insatisfacción y adecuan sus instru-
tituidas por el malestar y la “miseria mentos de trabajo para las nuevas
psicológica” de las corrientes subte- fábricas pedagógicas de la humanidad.
rráneas de insatisfacción social que no Hace unos años, en medio de esta
atinan a servirse de medios emanci- disputa que ya tiene la edad en que
padores y se enroscan en sus oscuros los medios de masas descubrieron que
infortunios, diremos que ni se trata pueden regir las lenguas del conoci-
de “elevar el nivel” –pecado intelec- miento con sus propios manuales de
tualista– ni de tomar inspiración en el procedimiento, Beatriz Sarlo sugirió
evangelismo apócrifo de los medios de en un artículo en La Nación las carac-
comunicación que gozan de la auto- terísticas del dilema entre la historia
creencia –y la realidad– de un engarce profesional universitaria y la historia
inmediato con el público general. El para los públicos filigranados por los
asunto, aún en su rápida generaliza- medios masivos de comunicación.
ción, nos permite volver a la “querella Esta escisión genera un dilema educa-
de los historiadores”, ya no a la que cional irresuelto cuya responsabi-
motivó el diferendo entre Habermas lidad –citamos– “no puede cargarse
y Nolte respecto a continuidad efec- por completo ni a la historia masiva,
tiva de la historia alemana luego del que ocupa la esfera pública como
horror, sino a la que escinde a los empleada o socia del mercado, habla
historiadores académicos y a la escri- sus lenguas y es escuchada por eso, ni
tura de la historia frente al rostro de las a la historia académica que sigue un
“psicologías colectivas”, o para mentar programa que casi ha dado de baja
un concepto más adecuado, de las la producción de relatos”. Se sobre-
necesidades pedagógicas de dispositivo entiende aquí que sería necesaria
comunicacional, en su disputa sigilosa una mediación que, agreguemos, ni
con la fuentes clásicas del saber. puede dejar a la historia académica

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reposando tranquilamente sobre sus ya del suceder efectivo con sus oscuros
corroídos cimientos, ni puede aceptar detritus de miedo, amenaza y repre-
la regencia dictaminadora que emana sión que equivalen a los “horrores de
naturalmente de la hipótesis genérica las grandes migraciones, de las irrup-
del divulgacionismo televisivo. ciones de los hunos, de los mogoles
Enfrentarse o confrontarse con este bajo Gengis Khan y Tamerlán...”, etc.,
trance general de las sociedades contem- etc., de los que hablaba Freud. Incluso
poráneas exige nuevos conocimientos podemos ver sofocadamente todo
y tratos con la esto en párrafos como los que escribe
De modo que podemos conje- materia problemá- Joaquín V. González –en un libro que
turar que el refugio en el canon tica de los medios se ha citado abundantemente durante
liberal ilustrado, desnutrido y de la propia este año del Bicentenario–, en los que
incluso de algunas de sus carac- crisis ostensible alude a la “opinión gobernante del
terísticas más interesantes, es de los aparatos país”, que empleó desmedidamente la
una de las tantas, pero no de pedagógicos here- violencia sanguinaria por cuestiones
las más interesantes posibili- dados. Es posible políticas y que ahora se siente “ofen-
dades que se le presentan al comprender que dida por las formas violentas y agre-
historiador carcomido por la el malestar de la sivas que a veces ha animado en su
acción de la neoparla mediá- historia académica propaganda [al movimiento obrero]
tica y sus anexiones de prácti- no puede resol- en su lucha por la elevación efectiva
camente todos los documentos verse con los pasos de la clase en el conjunto de la vida
y testimonios de la cultura que hasta ahora económica y social del país”.
universal (incluso del cine, que ha dado un sector Este tramo de El juicio del siglo, una
le es tan próximo pero es su ponderable de sus inocentada bien escrita en 1910 por
contrario). Si se desmontaran miembros, ya sea un caballero ilustrado, daba paso a una
una a una las piezas de ese intentando un consideración sobre las luchas obreras
liberalismo ordenancista, que divulgacionismo que, en su vocación de aceptarlas y
supo contener turbias insinua- carente de drama- ofrecerles un proyecto integracionista,
ciones de racismo inauguradas ticidad, ya sea, podría ser una prefiguración del muy
por el último Sarmiento y que acaso por imperio posterior peronismo. ¿No se podría ver
tentaron en cierto momento de lo anterior, aquí un momento de reconocimiento
a Ingenieros, se vería que retrocediendo del conflicto social, que aunque “cien-
albergaba potencialidades hacia las fuentes tífico” y “natural”, merecería cien años
culturales, éticas y literarias de un orden social después que los historiadores del “orden
que estaban por encima de confinado, como conservador” –no ironizamos aquí: un
los límites que en principio lo era la Argentina Henri Pirenne lo era, incluso lo era un
le proponía la ecuación que del Centenario, Trotsky en su Historia de la Revolución
aunaba la teoría individualista supuesto dominio Rusa–, abrieran su caja de herramientas
con el biologismo positivista. de armonías hacia la contracara del orden? Sólo desde
sociales que repre- allí, desde la revuelta, parece verse mejor
sentan menos una realidad de época que el orden, y no tanto a la inversa, que
una hipótesis general de bajas calorías entraña siempre mentalidad represiva.
sobre el modo en que procede la historia Lo primero funda la escritura de los liber-
y su relato real. tarios, lo segundo, la de los comedidos y
¿Cómo procede? Arriesgamos la idea enjundiosos. Preferimos la primera; no
de que lo hace en la discordancia necesitamos condenar la otra.

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Un historiador en su salsa puede proveniente de los tiempos pre-televi-


tenerle miedo al desorden, como sivos? No obstante, esa obra se propone
Hobbes, pero debe actuar, como hizo un aguijón astuto de convivencia con
el propio autor del Leviatán, desde su el magma cultural de las sociedades
propio miedo, su desarreglo concep- comunicacionales, coincidiendo el
tual, su propia ferocidad sofocada, tema de la “vida privada” tratado con
su penuria moral, su desencontrado dignidad clásica, y el mismo interés de
sino existencial. Pero en verdad, éste las culturas televisivas por ese candente
no es el mayor problema, sino el de asunto, por cierto, tratado allí con
resolver con recursos intelectualmente estilos de fuerte compromiso con
más gráciles y penetrantes la encru- neuróticas chabacanerías.
cijada cultural de la época. Esto es, De modo que podemos conjeturar que
la tragedia del idioma intelectual del el refugio en el canon liberal ilustrado,
legado clásico ante la emergencia de los desnutrido incluso de algunas de sus
lenguajes comunicacionales de masas características más interesantes, es una
y sus requerimientos educativos, sus de las tantas, pero no de las más intere-
planteos de comprensión inmediata. santes posibilidades que se le presentan
La cuestión rebalsó los horizontes en al historiador carcomido por la acción
los que podía ser “gramscianamente” de la neoparla mediática y sus anexiones
comprendida, en aquel magno traduc- de prácticamente todos los documentos
torado entre culturas intelectuales y y testimonios de la cultura universal
sentido común popular. (incluso del cine, que le es tan próximo
Cuando Lucien Febvre se incomoda pero es su contrario). Si se desmon-
con los profetas que se vestían de taran una a una las piezas de ese libera-
historiadores –y que no eran otros lismo ordenancista, que supo contener
que los herederos de una tradición de turbias insinuaciones de racismo
escritura que tenía su alcurnia, tanto inauguradas por el último Sarmiento
en Inglaterra como en Alemania, más y que tentaron en cierto momento
allá de sus derivaciones ideológicas–, a Ingenieros, se vería que albergaba
estaba aludiendo a la forma que en ese potencialidades culturales, éticas y
momento tenía el conflicto entre las literarias que estaban por encima de los
escrituras con dramaturgia estetizante límites que en principio le proponía la
incluida, y las escrituras del dominio ecuación que aunaba la teoría indivi-
intelectual e investigativo tal como se dualista con el biologismo positivista.
practicaban en Francia, en la célebre Por el momento, la adopción de la herál-
escuela de la revista Annales. ¿Pero dica liberal del canon republicano abstracto
ésta no derivó, al cabo de muchas no significa más que la nostalgia por el
peripecias relacionadas con la hipó- ejercicio profesional de la historia, acosado
tesis divulgacionista, en trabajos por izquierdas universitarias –influidas
colectivos como la “historia de la vida más de lo que suelen reconocer por los
privada”, donde historiadores como populismos mediáticos–, y sitiado por la
Paul Veyne y George Duby mostraron fuerte repercusión de la historia escrita
que también se las arreglaban con los por profesores del espacio académico
desafíos del “gran público”, entendido –al que abandonan para adoptar las
acá, claro, como un público de alcance consignas de la escritura periodística y
transversal pero con educación lectora las retóricas expansivistas de los medios

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de comunicación–. Es señalable el éxito y que no podía juzgar, sino más bien


de un libro de Jorge Lanata, suerte de ofrecerle los pintorescos puntos de vista
especulación sobre el carácter nacional de una oligarquía menor y marginada.
a lo largo de la historia, presentado con Pero esta corriente historiográfica
los clichés de la “gnosis periodística” politizante y de trinchera, sostenida
que es habitual en sus programas, pero por ensayistas que poseen un acervo
producido con materia prima provista por irónico de gran calibre para exorcizar
estudiantes de historia (ésta es un conjetura a la historia académica fundada por
totalmente verosímil), lo que hace de ese Mitre y sus ramificaciones universi-
libro una mixtura tarias, es la que mejor ha encontrado
A diferencia de hace un siglo exótica de apela- su puente de plata para proceder a sus
–cuando se festejó, digamos así, ciones moralistas traducciones mediáticas.
con la conciencia de la nación con innecesarias e ¿Puede interpretarse el Bicentenario y
instalada, pero omitiendo inesperadas erudi- sus hipótesis historiográficas a la luz de
irresponsablemente el fiero ciones. Prueba de estos avatares del pólemos de la historia
montaje estatalista de una la falta de calibra- nacional argentina? Si bien no hubo
exclusión social–, hoy quedan miento y armoni- grandes libros como en 1910 –hoy
de estos festejos un conjunto zación con que la recordamos los de Lugones, M. Gálvez,
de memorias sobre una prác- industria cultural Ricardo Rojas, J. V. González;
tica artística con materiales de del libro-express A. Gerchunoff, P. Groussac, Rubén
la historia y, esencialmente, un arroja los resul- Darío, Rafael Barret, etc.–, no podemos
debate sobre el lenguaje apro- tados de sus nuevas prejuzgar. Los lectores futuros dirán
piado para tratar el pasado, la inversiones hacia el si nuestra opinión es tacaña con el
violencia, las luchas sociales y creciente público presente. No hubo tampoco un monu-
la existencia misma del oscuro lector de tópicos mentalismo ostensible. Prácticamente
tejido moral que mantiene –y de la historia. todas las esculturas memorables de la
en vilo–, el hilván imaginario Este público quizá ciudad datan de esa fecha de 1910.
de la nación. no sea el primer Sin embargo, hubo un gran debate
escalón de lo que que, de alguna manera tácito, surgió
luego será un interés elaborado, sino del modo en que se conmemoraba y
que plantea el dilema de que tal vez sea de las decisiones artísticas, audiovi-
una estación definitiva de la ontología suales y escénicas que se ponían en
lectural de un país. Sobre lo cual habrá juego. A diferencia de hace un siglo
que establecer nuevas hipótesis de trabajo –cuando se festejó, digamos así, con la
intelectual, antes que reacomodamientos conciencia de la nación instalada, pero
originados en las mercadotecnias de las omitiendo irresponsablemente el fiero
nuevas fórmulas de edición. montaje estatalista de una exclusión
Por otro lado, en la esfera pública de social–, hoy quedan de estos festejos
la comunicación de masas es evidente un conjunto de memorias sobre una
cierto triunfo de las antiguas posiciones práctica artística con materiales de la
del “revisionismo histórico”, tal como historia y, esencialmente, un debate
en su momento lo había entrevisto sobre el lenguaje apropiado para tratar
Halperín Donghi, que le atribuyó a el pasado, la violencia, las luchas sociales
esta corriente un rasgo triunfal pero y la existencia misma del oscuro tejido
precisamente a partir de la crisis de moral que mantiene –y en vilo–, el
decadencia nacional de la que era parte hilván imaginario de la nación.

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

No es poco, pero no es lo que hay, o Quizás: porque la política de retratos


no podría ser nunca lo que hay, porque –que también acompañó este
lo que hay nunca es una materia dispo- Bicentenario–, no está concluida ni
nible a la entera posibilidad de lo que nunca lo estará. En la Galería de los
cualquier tiempo presente puede saber. Patriotas de la Casa de Gobierno
Lo que hay siempre es poco. Lo que faltan José Carlos Mariátegui y
hay siempre es escaso. Lo real siempre Toussaint-Louberture. Pero esos retratos
se halla en estado de rareza. Pero este llevan a la rastra otros rostros, cuya
Bicentenario aún debe dar la forma más ubicación imaginaria –los de Alberdi,
elaborada de esta cosecha, que no es otra Sarmiento, Hernández, etc.– se hallan
que la de reabrir el pasado a fin de dotar ahora en trincheras fijas, inadecuadas.
al presente de mejor calidad cognosci- Todo rostro de la historia debe estar en
tiva en materia de justicia, memorial, sus trincheras móviles. Van y vienen.
lenguaje vivo y debate público. A muchos los tuvimos, es necesario que
Las naciones son un plebiscito coti- vengan otra vez de distinta manera. No
diano, si es que preferimos decirlo con nos equivocamos al pensar que estamos
el viejo aserto renaniano. Los histo- en el momento crítico para renovar las
riadores, por su parte, deben tener un escrituras de la historia, reconsiderar
trato con la verdad en tanto verdad- los nuevos públicos y disputarlos a
problema, o verdad-incerteza, antes las hipótesis que los amasan con las
que con una variante del neoconser- pobres mitologías comunicacionales
vadurismo historiográfico que lleva a de nuestro tiempo.
la verdad a despojarse de las formas El país recorrió un camino compli-
activas del mito por un acto tajante cado y fértil en este sentido, y el modo
de la cuchilla liberal. Toda cuchilla en que las artes teatrales, pictóricas y
tiene sus incisiones, y el modo liberal audiovisuales tomaron el tema, no
de hacerlas es la literalidad supina, puede ser y no fue un apéndice de las
estilo menor que muchas veces abarca inflexiones y abluciones mediáticas,
a los contrincantes del área nacional- sino otra cosa que habrá que definir en
popular. El tajo que pone a los fenó- el seno de nuevos trabajos históricos.
menos ante capas de significaciones Ellos: porque apuestan a tratar una
cambiantes, incompletas o parado- materia que así se llama, porque desean
jales, por no decir dialécticas, es la convivir con la fugacidad y la perdura-
adecuada incitación a la lectura reno- bilidad de las cosas, y porque quieren
vada que hay que hacer. La prueba agitar con autonomía de carácter y sin
de fuego de este tipo de lectura es el la prisión de las interpretaciones lite-
desafío que ofrece la obra de Martínez rales, las aguas del presente.
Estrada, que tiene pegada en su dorso
o en su contrafrente, la de Jauretche.
No se puede leer hoy a uno o a otro
separadamente, porque se los enten-
dería parcialmente, o no se los enten-
dería. Las grandes lecturas vienen en
duplas, cada nombre es verso y reverso
del otro nombre. ¿Cada retrato es
también así?

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262

Negativos sin revelar.


Misceláneas de los años del Centenario
Por Guillermo Korn

Frente a la magnificencia de los fastos del


Centenario se erigía, como un murmullo silen-
ciado, un conjunto de voces que señalaban el
acontecer del pulso social oscurecido por la
luminosidad de los festejos. Notas de viajes,
observaciones agudas y comprometidas y retratos
fotográficos, registraban los padecimientos del
mundo popular en contraposición con los osten-
tosos brillos de las elites y sus oropeles.
Las narraciones del catalán Juan Bialet Massé,
quién examinó la realidad del mundo laboral en
las provincias argentinas, o las crónicas de Rafael
Barret que manifestaban una sofisticada indigna-
ción frente a las penurias de la vida urbana, dan
cuenta no sólo de los pliegues internos de Argentina
agraria y exportadora, sino también de la capa-
cidad de la escritura para expresar lo intolerable
que fue soslayado en la cultura letrada de la época.
Otras miradas, reunidas en torno a una forja de
cuño nacionalista, se propusieron una empresa de
modelización de un pueblo al que imaginaban a
salvo del peligro de las muchedumbres.
Guillermo Korn recupera estas voces de viajeros
y observadores extranjeros, de poetas naciona-
listas y cultores de la “gauchipolítica”, como
“negativos sin revelar” que precisan ser revisi-
tados para encontrar en ellos una comprensión
más plural a la hora de la rememoración.
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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

Los viajes del doctor el “terror pánico al ejército de línea”


era semejante al de tres décadas atrás
–vale decir al que elevó a presidente
“La crítica es amarga; pero los hechos al general Roca– lo coloca en el lugar
no son de quien los relata, sino de del aguafiestas que señala las fallas de
quien los produce”. su propia clase dirigente. Al igual que
Bialet Massé, los indios, los criollos son reivindi-
Informe sobre el estado... cados como mejores trabajadores que
los extranjeros que llegaban a estas
Un catalán –republicano para más tierras. Los trabajadores podrán “ser
datos– engrosaba su legajo: era un pueblo fuerte y brillante el día
médico, abogado, constructor. Juan que los ricos encuentren la ventaja en
Bialet Massé reunía antecedentes cuidarlo”. Incluir, ésa es la consigna:
suficientes para viajar por perdidos facilitando el acceso del criollo y del
rincones y sumar páginas y páginas de indio a la propiedad de las tierras,
observaciones (más de 1.200) sobre recomendando la enseñanza del
las condiciones del trabajo de los idioma nacional o dando garantías de
obreros en las provincias argentinas. protección desde el Estado.
Lleva a cuestas, sobre su espalda, el El tercer volumen suma recorridos
dinamómetro como cruz, su fe en lo por provincias que habían quedado
que define como socialismo nacional fuera del esquema inicial. La inclu-
y como catecismo su creencia en la sión de fotografías modifica el carácter
ciencia, en la mecánica y en las fuerzas del texto. Se ven prensas, alambi-
de la historia. También ostenta con ques, moledoras, baterías de tachos,
orgullo sus treinta años de oficios: fue laboratorios, hornos, calderas, vistas
albañil, molinero, picapedrero y otros generales de casas modelo, estableci-
más que se relacionan “con el arte de mientos o carros donde se arrumban
la construcción”. montones de cañas de azúcar. Las
El registro de ese viaje se editó en fotos funcionan como prueba de lo
tres volúmenes en 1904. Y la trascen- que el texto dice, pero por lo mismo
dencia fue mayor que la que original- la descripción pierde dramatismo. La
mente podía preverse en los reiterados imagen idealiza aquellas condiciones
“V. E.” donde hacía confluir al que el texto denuncia. La crudeza se
ministro del Interior y al presidente. estetiza y se atenúa la gravedad de la
La prosa empleada por Bialet Massé denuncia cuando al autor se le suma
en el Informe sobre el estado de las clases Rosich, S. C. en la firma de las fotos.
obreras en el interior de la República lo Si Bialet Massé al comenzar el libro
hace un gran libro que supera –con elogiaba el ritmo cinematográfico,
holgura– al mero destino burocrático. sobre la marcha va deteniendo la
“Quisiera tener el talento descrip- proyección y las imágenes se congelan
tivo de un Zola, para presentar, haciendo moroso el tiempo narrativo.
palpitantes y vivos, los sufrimientos El socialista catalán se configura como
y necesidades de este pueblo, tan un autor que pide disculpas por la
abnegado”, dice. Su postura es tan “forma y el lenguaje”, que duda y
original como la posición que tiene revisa sus escritos previos por consi-
sobre los indígenas; porque decir que derarlos ingenuos, que supone más

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Un hombre es despedido de su empleo.


Deberá buscar ahora –y seguimos
en 1904– otro lugar donde ganar
unos pesos, pero no es tarea sencilla.
La ciudad se hace hostil y las noti-
cias –se sabe– corren como reguero
de pólvora. Se dice que hubo golpes
de puño entre el dueño de El Correo
Español y el cronista. Para colmo de
males, los rumores no cesan. Que el
cronista había venido a la Argentina
arruinado por el juego, otros dicen que
llegó convocado por dos primos que
vivían en el país, que en Bilbao era un
señorito, que su conducta siempre era
escandalosa, que en sus duelos contaba
como padrinos con Valle Inclán y
Ramiro de Maetzu, que era amigo
de Baroja, que en 1902 un periódico
anotició su suicidio, que había sido
pederasta, que había fundado la Unión
Matemática Argentina para encubrir
sus actividades en la Liga Republicana
Guillermo Korn necesitados de la ley a los patrones
española de Buenos Aires.
que a los obreros, a pesar de que en
Lo que parece cierto es que la crónica
sus caracterizaciones habla de “ricos
que Rafael Barrett llegó a publicar
roñosos”, “patanes enriquecidos” y de
disgustó a López Gomara –director del
“perros rabiosos de codicia”. Incluso
diario de la colonia española en Buenos
cuando comenta alguna protesta de
Aires–, quien lo acusó de abusar de su
trabajadores arriesga: “si no fuera por
confianza. Al fin y al cabo, debía estar
la misión que desempeñaba, les había
agradecido a esta ciudad que le permitió
de enseñar cómo se hace una huelga
tomar distancia de los agravios que
justa e invencible”.
recibió en el viejo continente.
El Informe sobre el estado de las clases
Barrett hablaba en la crónica sobre
obreras en el interior de la República
“chiquillos extenuados, descalzos,
postula una voz inesperada. E inaudible.
medio desnudos” que “con el hambre
y la ciencia de la vida retratados en
sus rostros graves, corren sin alientos,
El cronista en la calle
cargados de Prensas, corren, débiles
bestias espoleadas, a distribuir por la
ciudad del egoísmo la palabra hipó-
“¿No sería chocante a la decencia
crita de la democracia y del progreso,
pública que pasearan por la Avenida
alimentada con anuncios de rema-
de Mayo los obreros vestidos de arpi-
tadores. Pasan obreros envejecidos y
llera, descalzos y sin sombrero?”
callosos, la herramienta a la espalda.
Bialet Massé, Informe...
Son machos fuertes y siniestros, duros

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

a la intemperie y al látigo. Hay en sus comenzó a revolver los desperdicios que


ojos un odio tenaz y sarcástico que no despedían un hedor mortal. Contemplé
se marcha jamás. La mañana se empina aquellas manos bien dibujadas, en que
poco a poco, y descubre cosas sórdidas sonreía aún el reflejo de la juventud y
y sucias amodorradas en los umbrales, de la inteligencia; contemplé aquellos
contra el quicio de las puertas. Los párpados de bordes sanguinolentos,
mendigos espantan a las ratas y hozan entre los cuales vacilaba el pálido azul
en los montones de inmundicias. Una de las pupilas, un azul de témpano,
población harapienta surge del abismo, un azul enfermo, extrahumano, fatí-
y vaga y roe al pie de los palacios unidos dico. El viejo –si lo era– encontró
los unos a los otros en la larga perspec- algo... una carnaza a medio quemar, a
tiva, gigantescos, mudos, cerrados de medio mascar, manchada con la saliva
arriba abajo, inatacables, inaccesibles”. de algún perro. Las manos la tomaron
Airado, continúa el relato: “Allí cuidadosamente. El desdichado se
están guardados los restos del festín alejó... Creí observar, adivinar... que su
de anoche: la pechuga trufada que apetito no esperaba...
deshace su pulpa exquisita en el plato “¡También América! Sentí la infamia de
de China, el champaña que aban- la especie en mis entrañas. Sentí la ira
dona su baño polar para hervir relám- implacable subir a mis sienes, morder
pagos de oro en el tallado cristal de mis brazos. Sentí que la única manera
Bohemia. Allí descansan en nidos de de ser bueno es ser feroz, que el incendio
tibios terciopelos las esmeraldas y los y la matanza son
diamantes; allí reposa la ociosidad y la verdad, que “Sentí la infamia de la especie
sueña la lujuria, acariciadas por el hilo hay que mudar en mis entrañas. Sentí la ira
de Holanda y las sedas de Oriente y los la sangre de los implacable subir a mis sienes,
encajes de Inglaterra; allí se ocultan las odres podridos. morder mis brazos. Sentí que
delicias y los tesoros todos del mundo. Comprendí, en la única manera de ser bueno
Allí, a un palmo de distancia, palpita aquel instante, es ser feroz, que el incendio y
la felicidad. Fuera de allí, el horror y la la grandeza del la matanza son la verdad, que
rabia, el desierto y la sed, el miedo y la gesto anarquista, hay que mudar la sangre de los
angustia y el suicidio anónimo. y admiré el júbilo odres podridos. Comprendí,
“Un viejo se acercó despacio a mi magnífico con en aquel instante, la grandeza
portal. Venía oblicuamente, escu- que la dinamita del gesto anarquista, y admiré
driñando el suelo. Un gorro pesado, atruena y raja el el júbilo magnífico con que la
informe, le cubría, como una costra, vil hormiguero dinamita atruena y raja el vil
el cráneo tiñoso. La piel de la cara era humano”.1 hormiguero humano”.
fina y repugnante. La nariz abultada, Así describía a
roja, chorreante, asomaba sobre una “Buenos Aires”. Esa tierra prometida
bufanda grasienta y endurecida. Ropa acogió menos de un año a Barrett pero
sin nombre, trozos recosidos atados con fue el lugar en el que consolidó su
cuerdas al cuerpo miserable, peleaban criticismo militante y donde afianzó
con el invierno. Los pies parecían su escritura, llevándose una correspon-
envueltos en un barro indestructible. salía para cubrir la revolución que se
Se deslizó hasta mí; no pidió limosna. gestaba en Paraguay. De allí llegarán
Vio una lata donde se había arrojado sus denuncias sobre Lo que son los
la basura del día, y sacando un gancho yerbales, con sus formas de esclavitud

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encubierta. También desde allí remi- posición al visitante para que controle
tirá un texto, en julio de 1910, donde su trabajo, “como si fuese el instructor
denuncia y analiza El terror argentino, de ellos” dice Caras y Caretas.
la aplicación de la ley social y la Ley de “El general Von der Goltz, verificando
Residencia: “No hay bienestar colec- la puntería hecha por los soldados
tivo. Hay bienestar de una clase, cuyo de infantería de la Escuela de Tiro”,
dogma forzoso es la propiedad”. explica el epígrafe. En todo caso
Wilhem Leopold Colmar von der
Goltz, que había llegado a Argentina el
¡Cuerpo a tierra! 14 de mayo de 1910 en representación
del emperador Guillermo II, anota
en su libreta de viaje sobre su paso
“Ya quisiera que nosotros, los por Campo de Mayo: “El desarrollo
alemanes, también imitáramos de de fuerzas es tanto más seguro como
vez en cuando algo de este vigor que las aptitudes físicas y mentales
original y edificante y no tuviéramos del pueblo argentino son excelentes.
siempre tantas contemplaciones”. Se ven en las tropas, generalmente,
Von der Goltz, soldados de figura esbelta, continente
Impresiones de mi viaje... marcial, de estatura más que mediana
y cuerpo flexible, capaces de perma-
El hombre está echado sobre el suelo necer erguidos sin esfuerzo alguno”.
húmedo sin tener en cuenta que Seguramente no estaba pensando
su uniforme de trabajo empieza a en quien oficiaba como edecán en
mancharse con el rocío de la mañana. su visita. Von der Goltz –de haber
Está tumbado vivido veinte años más– se hubiera
En Impresiones de mi viaje boca abajo, con sorprendido de que aquel hombre
por Argentina cuenta que en la su cuerpo exten- rechoncho y culón, admirador del
desembocadura del Riachuelo, dido y sus brazos espíritu prusiano, el coronel José Félix
“se hallaba anclado un barco t e n s i o n a d o s . Uriburu, llegara a presidente de aquel
bien grande que, como me rela- Como en una lejano país. Pero paradojas del destino,
taron con sonrisas elocuentes, flexión dobla sus el mariscal alemán tuvo su momento
se iba poblando poco a poco con codos y el peso de admiración por la nación que visitó
esa chusma carne de presidio del cuerpo cae en su centenario. En Impresiones de
que la policía iba cazando aquí sobre sus puños mi viaje por Argentina cuenta que en
y allá. Me señalaban además apretados sobre la desembocadura del Riachuelo, “se
que, cuando el buque estaba la gramilla. Sus hallaba anclado un barco bien grande
lleno, comenzaba un viaje de botas, de cáñamo, que, como me relataron con sonrisas
turismo a Tierra del Fuego y parecen suspen- elocuentes, se iba poblando poco a
allí se los desembarcaba”. didas en el aire. poco con esa chusma carne de presidio
Sobre su pecho que la policía iba cazando aquí y allá.
pende la cruz de malta. A lo lejos dos Me señalaban además que, cuando
infantes observan la posición del general. el buque estaba lleno, comenzaba un
La mayoría no lo mira. Están atentos en viaje de turismo a Tierra del Fuego y
sus posiciones. La cabeza de un soldado allí se los desembarcaba”. El emba-
asoma, casi saliéndose del marco de jador imperial, que se enteró de su
la fotografía, tras haberle dejado su ascenso por comunicación telegráfica

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

–había llegado como embajador dejaría todo lo demás en manos de la


plenipotenciario–, era tan diestro población exasperada”.2 En Ushuaia
con las armas como con la ironía y no sólo había entonces presos polí-
la moraleja: “Entonces sí que ahí en ticos y sociales, también penados mili-
Tierra del Fuego podían hacer todo tares, como Juan Grimaldo, el “210”,
el alboroto que quisieran. Se habló en condenado a presidio indeterminado
esos días de una huelga general que porque había intentado abofetear a un
iba a comenzar con perturbaciones de cabo, doce años atrás, cuando recién
las numerosas líneas de tranvías eléc- llegado de España se había engan-
tricos, indispensables para el trans- chado en el ejército.
porte en una ciudad extendida. Pero
antes que comenzara la huelga, ya iban
apostados soldados atrás y adelante El poeta sin rostro
de los vehículos, con fusil cargado
y, de anteriores experiencias se sabía
demasiado bien que esos guardias no “El iniciador, el Adán, es Bartolomé
dudaban mucho en apretar el gatillo. Hidalgo, montevideano”.
De modo que las perturbaciones Jorge Luis Borges, 1950
fueron dejadas para más adelante y
hasta hoy no se pusieron en práctica. Leopoldo Lugones y Ricardo Rojas
Pero tal vez la medida más adecuada compartieron el estrado de los naciona-
del jefe de Policía de Buenos Aires fue listas –al que alguna vez dejaban subir a
que, antes del día clave, hizo detener a Manuel Gálvez– desde donde arengaban
un importante número de agitadores a una expectante clase dirigente. Había
anarquistas y los encerró, poniéndolos matices que distinguían sus prédicas,
sobre aviso de que, ante la menor pero también coincidencias. El Lugones
perturbación de la fiesta del cente- más demócrata (el que rindió home-
nario abriría las puertas de la cárcel y naje al “Centenario de la patria” con

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cuatro libros: Odas seculares, Prometeo, moro. El sesgo de clase lo introduce


Didáctica y Piedras liminares) coincidirá Lugones cuando destaca el oficio de
con el autor de Eurindia en proponer “rapabarbas”, o de “rapista”, como
cambios en la educación como forma de dice Rojas. El autor de La restauración
integrar a los inmigrantes. Rojas critica el nacionalista se anima a recrear su figura
cosmopolitismo dominante y apela a la en un juego creativo: “vestido de
historia nacional, Lugones recrea mitos chiripá sobre su calzoncillo abierto de
fundadores. Tiempo después propone cribas; calzadas las espuelas en la bota
revalorizar –en sus sobada del caballero gaucho; terciada,
Y continúa Lugones su comen- conferencias del al cinturón de fernandinas, la hoja
tario sobre la Fuente de las Teatro Odeón– el labrada del facón...”. Su imaginación
Nereidas: “Señorita, gracias carácter heroico tiene límites. Porque en la pluma de
a Ud. encuentro posibles del gaucho a partir Rojas, Hidalgo queda relegado a ser
las mujeres de talento. Que del indudable un mero repetidor de la gauchesca
talento tiene usted”. Caras y valor literario del extendida. El montevideano ni funda
Caretas también elige destacar Martín Fierro. los cielitos ni es tan novedoso, dice.
que la obra fue concluida “con Rojas encuentra La crítica se dirige a quienes le atri-
felicidad y talento viril” que “el origen de la buyen autorías que no le pertenecen.
“tanto que decir dio, por ser civilización en la Su arte es ingenuo y realista; sus
sin duda su progenitor una pampa” en este cielitos son simples y rústicos, apenas
dama argentina, mujer al fin libro, como en el un eslabón en una saga que se realza
débil, pero fuerte y de carácter Facundo, “ambos con Hernández, puntal de la Historia
tan firme y decidido que su definitivos en de la literatura argentina.
obra será y es ejemplo de perse- la historia de No entiende Rojas, o entiende pero es
verancia, de trabajos vencidos nuestra cultura fundamental para su proyecto conso-
con empeño robusto, y de intelectual”. 3 lidar al Martín Fierro en desmedro
una inteligencia tan poderosa Así el creador de de sus antecedentes, que Bartolomé
como nutrida de sabios cono- la historia lite- Hidalgo tiene –en tanto creador–
cimientos”. Los adjetivos que raria argentina un carácter doblemente espectral.
se emplean en la crónica no ubica al texto de Porque más allá de que no se conozca
parecen azarosos para quien Hernández por un solo retrato del poeta artiguista,6
socialmente era enjuiciada por encima de todas su figura es fantasmagórica porque
una sexualidad ambigua. las obras previas. asume la condición coral de la crea-
Casi cincuenta ción colectiva; voz que resume lo
años antes, Sarmiento establecía anónimo y que en su nombre aúna
una secuencia de autores que las que confluyen en él. Habrá que
fundaba Bartolomé Hidalgo, a quien esperar que Borges, en otra coyuntura
define como el “creador del género y desde otra lectura diga que “Hidalgo
gauchipolítico”.4 En la misma serie sobrevive en los otros, Hidalgo es de
intentaba colarse el sanjuanino. algún modo los otros”.7
Mitre le dirá por carta a Hernández: En la coyuntura del Centenario, los
“Hidalgo será siempre su Homero, escritores nacionalistas prefieren una
porque fue el primero”.5 Atrás tradición ya recortada, un homenaje
quedaba la machacona descalifica- a la nación constituida sin la Banda
ción del padre Castañeda que apelaba Oriental. Y también, lo popular con
al “mal color” del poeta, a su aspecto menos énfasis.

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

Piedra y camino así se entremezcla, embelleciéndolas,


cubierta molicie femenil que es como
la armonía flotante del conjunto”. Y
“Cada uno ve en una obra de arte continúa Lugones su comentario sobre
lo que de antemano está en su espí- la Fuente de las Nereidas: “Señorita,
ritu; el ángel o el demonio están gracias a Ud. encuentro posibles las
siempre combatiendo en la mirada mujeres de talento. Que talento tiene
del hombre. usted”.8 Caras y Caretas también elige
Yo no he cruzado el océano con el destacar que la obra fue concluida “con
objeto de ofender el pudor de mi felicidad y talento viril” que “tanto que
pueblo”. decir dio, por ser sin duda su progenitor
Lola Mora una dama argentina, mujer al fin débil,
pero fuerte y de carácter tan firme y
Fotos imposibles: no puede compararse decidido que su obra será y es ejemplo
la multitud que se agolpó frente a la de perseverancia, de trabajos vencidos
Fuente de las Nereidas, con la que no con empeño robusto, y de una inteli-
hubo en el Monumento a la Bandera. gencia tan poderosa como nutrida de
Porque si en 1903 se sumaron a los sabios conocimientos”.9 Los adjetivos
curiosos, diputados, senadores, perso- que se emplean en la crónica no parecen
nalidades como el intendente Casares, el azarosos para quien socialmente era
ministro Joaquín V. González, Ernesto enjuiciada por una sexualidad ambigua.
de la Cárcova y Carlos Thays, en Rosario Por lo mismo, si el primer destino para
no hubo nadie. Claro, esta obra encar- las Nereidas era la Plaza de Mayo, luego
gada a Lola Mora quedó en proyecto. se pensó que mejor sería instalarla en
La Comisión Pro-Monumento, en Mataderos o Parque de los Patricios,
el clima del Centenario, contrató a donde los vecinos miembros de la curia
la artista tucumana para construir el no se la cruzaran a diario. Finalmente
monumento que debía terminarse en
julio de 1911, poco antes de que se
cumplieran cien años del momento
en que Belgrano enarboló la bandera
a orillas del Paraná, para molestias
del Triunvirato.
Frente a la Fuente de las Nereidas las
críticas aludían a los modos de la artista:
que ofendía la moral al usar panta-
lones para moverse por los andamios,
o inquietaba las buenas costumbres,
transfiriendo en el desnudo de sus escul-
turas su deliberada libertad sexual. Ésta
aparece aludida aun en los comentarios
elogiosos. “La impresión dejada por esa
fuente es de obra de varón, diré ensa-
yando la frase corriente que me propor-
ciona una antítesis afortunada. Su
resolución, su gallardía, son varoniles,

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se decidió emplazarla en Parque Colón, tanto David Peña, integrante de la


a metros de la Casa de Gobierno, en Comisión Pro-Monumento –desde su
dirección al río. Eso será por unos años, revista Atlántida– dirá que el proyecto
hasta su destierro en la Costanera Sur. de Lola Mora no guarda “unidad en el
En cambio, alguien propondrá que concepto ni hay verdad ni propiedad
las estatuas que Dolores Candelaria en el conjunto”. Y refuerza su embes-
Mora Vega llegó a realizar para el tida: no “hay una sola traducción de
Monumento a la Bandera tengan su los vuelos patrióticos y poéticos” de
destino definitivo en el fondo del río un Sarmiento, un Avellaneda o un
Paraná. La figura central del proyecto Andrade en el proyecto. El autor de
es una mujer que algunos encuentran Juan Facundo Quiroga propone que
inspirada en “La la Comisión acuerde con la escultora
El modo hegemónico en que libertad guiando “alterar fundamentalmente el monu-
nos llega el relato del Cente- al pueblo”, de mento. Ganarían en ello la autora, el
nario disimula contrastes. No Delacroix. Antes arte, el país”. El juicio del dramaturgo
aparece mucho más que una de eso la revista es lapidario: “El monumento, como
narración donde sobran entu- P.B.T. publicaba concepción, es irresistible a la crítica”.12
siasmos generalizados y fiesta una humorada en Con el paso del tiempo, las estatuas
cívica, economía próspera y forma de poema. esculpidas en mármol de Carrara que
sociedad integrada, republi- Allí se aludía a la artista mandó desde Italia al puerto
canismo y homogeneidades. una escultora: de Rosario no encontrarán el destino
Como si quisiese cumplir con Pura. No es nece- previsto. Y los inconvenientes se
aquello que decía el aviso del sario ser dema- suceden: las críticas arrecian, las obras
jabón Reuter: “Nunca necesi- siado intuitivo no pueden retirarse de la Aduana, el
tará la república presentarse para suponer que dinero destinado a la obra escasea y
más pulcra e higiénica, ante esos versos tenían el entusiasmo se apaga. En 1925, se
propios y extraños, que para la otra destinataria: rescindirá el contrato con la escultora,
conmemoración de su primer “Es que yo he tras el fallo de la Comisión Municipal
centenario como nación libre sospechado, / y de Bellas Artes en el que expresa: “su
e independiente”. perdona si soy más formal desacuerdo con el levan-
muy mal pensado tamiento del monumento proyectado,
/ que serán tus relieves seductores, / sin pues en forma concluyente, él no cons-
duda, esculturales, / como afirman los tituye una ‘obra de arte’ en la verdadera
mismos escultores, / pero opino que acepción de la palabra, sino un conglo-
no son naturales, / y, al decirte a ti esto merado de figuras de pésima concep-
/ agregar considero innecesario / que a ción, no ejecutado por artistas, sino
retractarme siempre estoy dispuesto / por ineptos oficiales marmoleros”.13
si puedes demostrarme lo contrario”.10 Las piezas de la obra escultórica
Un mes después en las páginas de Caras siguieron un periplo semejante al resto
y Caretas se promovía a Luisa Isella, de la obra de Lola Mora: el olvido o el
una “escultora llamada a tener éxito”. exilio. Así el destrozado monumento a
Su foto y la de unos rubicundos niños Aristóbulo del Valle –antes de inaugu-
marmolados, se rodean de un texto que rarlo– fue abandonado en un corralón
ensalza la “suavidad de las formas, una municipal y separado de la figura que
buena técnica”, su sencillez y el buen la completaba; las Nereidas mudadas
gusto “que caracteriza su labor”.11 En al sur de la ciudad, las piezas desti-

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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

nadas al Congreso Nacional peregri- de algunos, de ser “una flor artificial”


nando mil kilómetros hasta su lugar aunque poco después el dirigente Juan
definitivo en la provincia de Jujuy. B. Justo es censurado por afirmar que
los gobernantes locales negaban los
problemas sociales “cerrando los ojos
Contrapuntos y tapándose los oídos ante las más
urgentes y claras demandas”.14
Algunos viajeros (Jules Huret, Adolfo
“Estamos de acuerdo: con los Abeille, Posada, Georges Clemenceau,
los dramas criollos, el lunfardo, etc., hasta la casi desconocida Cesarina
vamos rectamente a la barbarie; hay Lupati Guelfi) dejan registro de la
que resistir activa y pasivamente”. Penitenciaría Nacional y del Hospicio
Miguel Cané, en carta a Ernesto de las Mercedes como instituciones
Quesada, 8 de octubre de 1900 modelo, pero olvidan mencionar
la presencia amenazante del barco-
Los fastos no podían ocultar las grietas prisión con destino final en el Penal de
que por todos lados resquebrajaban Ushuaia, si se empañaban los festejos.
el cerrado círculo por el que velaba A la vera del asombro por la multitud
periódicamente el autor de Juvenilia. que participó de los festejos del
Claroscuros. Y menos metafóricamente: Centenario, con hombres subidos a los
contradicciones del orden oligárquico. árboles de la Plaza de Mayo incluso, se
Aunque esa nitidez no explica todas las escriben líneas que sugieren que “esto
tensiones que dibujan un mapa hetero- es un delirio tremens de entusiasmo
géneo, listo algunas grageas. y de psicología de las multitudes”15
El penalista italiano Enrique Ferri o en forma de versos: “si estábamos
acusa al socialismo, para beneplácito estrechos /en esta villa / vamos a estar

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ahora / como en capilla. / Trae dinero bios de dones terminan en un asado


la gente / para gastarlo, / en tanto para todos ofrecido por los dueños de
hacemos fuerza / por conservarlo”.16 la casona de la calle Venezuela.18 Tres
Otro 25 de mayo, un par de años años antes hubo una huelga de inqui-
antes del Centenario, la protesta de la linos generada por el hacinamiento, la
platea se acalló recién cuando el payaso especulación y los caros alquileres.
Frank Brown trocó su vestido con los El modo hegemónico en que nos
colores nacionales por otro menos llega el relato del Centenario disi-
irritativo a la sensibilidad patriotera. mula contrastes. No aparece mucho
Pero el silencio fue casi total cuando más que una narración donde sobran
su carpa fue quemada para evitar las entusiasmos generalizados y fiesta
funciones para el populacho y que no cívica, economía próspera y sociedad
se afeara el centro.17 integrada, republicanismo y homoge-
El siguiente ejemplo sirve de broche neidades. Como si quisiese cumplir
final: los propietarios de un conven- con aquello que decía el aviso del
tillo aportan a la conmemoración el jabón Reuter: “Nunca necesitará la
regalo de un mes de alquiler para sus república presentarse más pulcra e
inquilinos, éstos en compensación les higiénica, ante propios y extraños,
entregan un pergamino y dos medallas que para la conmemoración de su
de oro. Fotos en Caras y Caretas, la primer centenario como nación libre
familia unida y final feliz: los intercam- e independiente”.

NOTAS

1. “Buenos Aires”, fue publicado en El Correo Español, y forma parte de Moralidades actuales, Montevideo,
O. M. Bertani, 1910.
2. En Impresiones de mi viaje por Argentina, publicado en Berlín, en 1911 (citado y traducido por Osvaldo
Bayer, en Exilio, en coautoría con Juan Gelman, Buenos Aires, Legasa, 1984).
3. En Historia de la literatura argentina, “Los gauchescos”, vol. II, Buenos Aires, Losada, 1948.
4. En carta a Vicente Fidel López, del 25 de enero de 1946, recopilada en sus Viajes, Buenos Aires, Editorial
de Belgrano, 1981.
5. Carta de Mitre fechada en Buenos Aires, 14 de abril de 1879.
6. “El primer poeta de la patria no tiene rostro; es sólo voz que canta y opina”, dice Ángel Rama en
Los gauchipolíticos rioplatenses, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982.
7. Jorge Luis Borges, Aspectos de la literatura gauchesca, Montevideo, Número, 1950.
8. Leopoldo Lugones, “La fuente de Lola Mora”, en La Tribuna, 27 de mayo de 1903, reproducida en
Las primeras letras de Leopoldo Lugones, Buenos Aires, Centurión, 1963.
9. En “Inauguración de la Fuente de Lola Mora”, Caras y Caretas N° 243, 30 de mayo de 1903.
10. Vicente Nicolau Roig, “A una escultora”, en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
11. Caras y Caretas N° 611, 18 de junio de 1910.
12. En “Crónica del Centenario”, Atlántida N° 5, mayo de 1911.
13. Tomo esta cita del sitio web: http://www.museodelaciudad.org.ar/exhibiciones-el-arquitecto-y-la-obra.htm.
14. En el número extraordinario del 25 de mayo de 1910, del diario La Nación.
15. “Psicología de las multitudes”, por El de verde gabán (seudónimo del periodista español Eduardo López
Bago), en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
16. En “Comenzó Cristo a padecer”, por Julio S. Canata, en P.B.T. N° 287, mayo de 1910.
17. “Un acto imprevisto que no por su violencia no deja de ser simpático”, dirá La Prensa. Puede ampliarse
con el escrito de Javier Trímboli sobre el suceso: en http://www.escritoresdelmundo.com/2010/06/4-de-mayo-de-
1910-por-javier-trimboli.html.
18. “La conmemoración del centenario en un conventillo”, en Caras y Caretas N° 615, 16 de julio de 1910.

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274

Zonas francas.
Risas y mediaciones
Por María Pia López
Contra toda tentación progresista que percibe la
historia como un desarrollo conclusivo, capaz de
unificar linealmente los mundos culturales hete-
rogéneos, a lo largo de la historia de las naciones
ha surgido el problema de la discrepancia. Una
diferencia que emerge en el propio acto de cono-
cimiento y en el ejercicio de la expresión. Toda
palabra dicha es reinterpretada y sometida a un
(violento) proceso de reapropiación que despoja
las pretensiones originales y los significados ensa-
yados por sus autores. Por esta vía, la traducción se
convierte en un arte capaz de traficar, de un punto
a otro, de una forma cultural a un incierto destino
de arribo, con la lengua y las percepciones. Las
teorías contemporáneas de la recepción preten-
dieron resolver este dilema bajo la idea de una
traslación que suponía un “receptor” pasivo, ajeno
a desvíos ni tensiones, sin advertir que la cultura
es en sí misma la pregunta por estas derivaciones
“impuras” del original.
María Pia López piensa la Argentina bajo la pers-
pectiva de la traducción como ejercicio inaugural.
En Sarmiento, voraz traductor, en Estanislao del
Campo que utiliza recursos del humor para hacer
pasar la alta cultura al mundo popular, en Leopoldo
Lugones que realiza el movimiento inverso y en
las escenificaciones teatrales se juega una cuestión
política primordial: la posibilidad de pensar una
forma comunitaria inclusiva capaz de tomar como
propia la disidencia de las tonalidades en el habla y
las múltiples formas de la vida colectiva.
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Discusiones N° 9-10 | Edición Bicentenario

“... el Fausto de Estanislao Del Campo Sarmiento narra escenas de captura, en


registra el ingreso franco de perso- la que un país dirime sus fuerzas cultu-
najes y habla popular a la diversión rales como potencia de medirse con
mundana de los salones burgueses”. otras fuerzas. Como combate, juego,
Ángel Rama, selección. Son felices esos actos porque
Los gauchipolíticos rioplatenses. alivian la deuda de una cultura que se
va definiendo como receptora. La idea
de recepción, por el contrario, ancla
“Pero, tal vez, hay otra lectura posible la experiencia del lector en la fórmula
que corre por debajo y deja flotando del respeto, de los pasos medidos, de la
su halo de ambigüedad: ¿quién ríe de contención. A lo sumo, tolera desvíos
quién en el Fausto de Del Campo? y señala autonomías precarias.
¿Acaso habría que descartar del todo Es cierto que las múltiples deudas y las
que la reída sea esa misma culturosa escasas autonomías no se saldan por la
sociedad? ¿Reída por Del Campo a rauda declaración de una lengua propia,
través de sus dos paisanos, protago- ni con la premura del cazador de ideas
nistas de una parodia que, urgido, que atraviesa las obras nacidas en otros
había empezado a escribir a partir de territorios con las pinzas dispuestas para
los cuchicheos con Gutiérrez? ¿Se sintió la captura inmediata. Sin embargo,
él también devorado por lo foráneo?”. algunas ideas y palabras predisponen
Leónidas Lamborghini, Risa y más y mejor a esa búsqueda.
tragedia en los poetas gauchescos. El que traduce tiene un poder en sus
manos, una posibilidad en sus pala-
¿Qué leemos cuando leemos el Fausto bras. Pone a disposición de un mundo
de Estanislao del Campo? Leemos en algo nacido en otro: no poca genero-
la risa, en el humor disparado por una sidad orienta ese gesto, aunque el que
traducción que, como tal, no deja de lo realice se invista de un prestigio o
presentarse a la vez como desventurada una propiedad, como ocurre cuando
y como feliz. El acto de la traducción de la traducción se derivan políticas de
conlleva la felicidad del enlace entre posesión de una bibliografía, un autor,
lo heterogéneo y la desventura de una una escuela.
inadecuación profunda entre el objeto El Fausto de Del Campo escenifica el
primero y el que resulta. Mucho se ha juego de la traducción. Fallida, despla-
pensado alrededor de ese problema en la zada, mostrando cómo de lo serio brotan
cultura argentina, precisamente por el los hilos del humor cuando se lo cruza
carácter postrero de esa cultura respecto con otra serie culturalmente hetero-
de otras. Sarmiento se describía a sí génea.2 Un gaucho, el Pollo, traduce.
mismo como un traductor voraz, capaz Otro, Laguna, escucha. Varias historias
de dar cuenta de un libro tras otro, en resultan: la representada en el “tiatro
plazos ínfimos y con aprendizajes auto- del Colón”, la que se lee en las quejas
didactas. Al hacerlo, como se puede del diálogo, la que se inscribe en una
percibir en las páginas no exentas de representación de los personajes como
arrogancia de Recuerdos de provincia, gauchos. Esas dos series se sacan chispas
situaba la traducción como hecho de humorísticas porque son, sin dudas,
lectura y la lectura como una apropia- heterogéneas. Estamos ante una de las
ción violenta, imprudente, creadora.1 formas del teatro dentro del teatro: una

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obra de la alta cultura vuelta a repre- Los escenarios teatrales como ámbitos
sentar en el plano de una representación de puestas singulares: traducciones
de la cultura popular. Para aprehender que se dirimen y circulan en distintos
su sentido, conviene situarla en un más sentidos. La de El payador de Lugones
amplio panorama de la relación entre puede percibirse como la inversa
la gauchesca y el mundo teatral. Con respecto de la del Fausto de Del Campo:
el supuesto de que en muchos sentidos si éste interpreta una obra de la alta
lo popular, en el cultura en la lengua de la gauchesca; el
Los escenarios teatrales como siglo XIX, encon- otro convierte a una obra que proviene
ámbitos de puestas singulares: traba su lengua en de esa tradición en el objeto de una
traducciones que se dirimen y la gauchesca. legitimación necesaria para la alta
circulan en distintos sentidos. Ángel Rama cultura. No hay menos fuerza inter-
La de El payador de Lugones sostiene que el pretativa en uno que en otro. Ni se
puede percibirse como la teatro nacional revelan menos propicios los esfuerzos
inversa respecto de la del Fausto r i o p l a t e n s e de la traducción. Como si los uniera
de Del Campo: si éste inter- encontró el cauce la idea de una cultura nacional capaz
preta una obra de la alta cultura de una creación de forjarse sobre una tensión entre
en la lengua de la gauchesca; el singular con el lenguas antes que sobre la primacía
otro convierte a una obra que Juan Moreyra. En de una de ellas. Porque son inversas es
proviene de esa tradición en esa obra se dio el posible entender el radical desprecio
el objeto de una legitimación pasaje de la panto- con el que el lector de Hernández trata
necesaria para la alta cultura. mima al teatro, al Fausto: “es una parodia, género de
No hay menos fuerza interpre- produciendo un suyo pasajero y vil”.3
tativa en uno que en otro. tipo de actuación En los mismos años en que Lugones
y una lengua que homenajeaba al país con esas confe-
ya no consistían en traducciones sino rencias, Nicolás Granada había escrito
en una producción autónoma. Por lo sus Cartas gauchas. La ficción narrativa
mismo, recién ahí se encontraría con de esos poemas consistía en las cartas
un público real. Eso, a fines del siglo en que un gaucho enviaba a su mujer
el que el Pollo le narraba sus descubri- desde la ciudad que estaba visitando,
mientos a Laguna. En el siglo siguiente, Buenos Aires, durante los festejos del
Lugones dictaría sus conferencias en el Centenario. Granada, que había escrito
teatro Odeón, en las que produjo la ¡Al campo!, en estas Cartas afirma la
fundacional interpretación del Martín idea de una nobleza ligada al mundo
Fierro como la obra clave de la literatura rural, que permitiría una redención de
argentina, pero no sólo como hecho una ciudad tomada por el esnobismo
literario sino como piedra basal de una y por la viveza. Azorado asistente a
autonomía nacional que haría de la los festejos y a los oropeles, es un más
Argentina una colectividad capaz de asombrado narrador de las innova-
dar cuenta de los valores más profundos ciones técnicas urbanas y una ingenua
de la historia de la humanidad. El víctima del cuento del tío. Como no
poeta se enorgullecía, al final de esas podía ser de otro modo en un texto
conferencias, de su labor de mediador y imbuido del clima del Centenario, el
traductor, de haber producido un enlace final es feliz, y alguien que pertenece a
entre la poesía del pueblo y la sensibi- ambos mundos restituye lo perdido en
lidad culta de la “clase superior”. una trapisonda.

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El escrito de Granada es una ficción de de Granada va al teatro y resalta su rabia


reconciliación. Mientras el Fausto pone por las “farsas y fingimientos”. En esa
en escena una distancia irónica, en la que imagen está la remisión al Fausto. En
la risa se expande tanto sobre el desco- Lugones hay un pasado mortífero que
nocimiento del que relata como sobre el impide, ya, cualquier encuentro con la
objeto relatado, las Cartas gauchas crean ironía del recién llegado a un mundo
la burla a partir de un único plano, el cultural. Quiero decir: en El payador se
que hace a la ingenuidad del hombre de deja asentada la extinción del gaucho,
campo. Es su nobleza la que lo vuelve con una mezcla de lamento y de festejo:
hombre de una sola pieza y por tanto es la víctima sacrificial necesaria, adobe
incapaz de comprender argucias y astu- para el edificio nacional y derrotado por
cias de la vida urbana. la fuerza del progreso. En Granada se
Le podría haber correspondido el omite esa constatación: el gaucho está
nombre del film que le era contem- incólume y en él se atesoran los valores
poráneo: Nobleza gaucha. En éste se profundos de la nación.
narraba la historia de un hombre de Son dos modos de interpretar la
campo que viajaba a Buenos Aires a Argentina del Centenario. Uno, decreta
rescatar a su china raptada. Un italiano la recuperación simbólica y literaria de
funge, en la película, de guía para una lo extinto, reconociendo el carácter María Pia López
ciudad que asombra por sus trenes y sus
ascensores. La ciudad, en estas obras,
es fuente de amenaza y de corrosión.
Frente a ella, el campo aparece como
reservorio de los valores en riesgo.
No es ése el caso del Fausto. Los prota-
gonistas creados por Del Campo no son
los estancieros de economías florecientes,
sino los hombres abrumados por la falta
de dinero y la guerra que transcurre
en el Paraguay. Son los gauchos que
descienden de aquellos que hablaban
en la voz de Bartolomé Hidalgo, y
no aquellos que se han reconvertido a
la economía ganadera y exportadora
posterior al roquismo. La gauchesca
de Hidalgo está atrás, pero también
desviada: derrotados en las luchas polí-
ticas los gauchos devienen comentaristas
de un espectáculo teatral.4
Lugones describía, en El payador, al
estanciero que de día enlaza ganado en
el campo y de noche asiste a la función
del Colón. A una función que degusta
porque ya pertenece a ese mundo y
tiene las disposiciones culturales para
comprender lo que sucede. El gaucho

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dramático de esa desaparición –a la vez Es clara la operación que hace el poeta


que la considera necesaria “para el bien de Lunario sentimental, cuando toma
del país”. El otro, constituye la ficción al poema de Hernández como clave
de su permanencia, sin lograr rasgar el de la nación: legitima el Estado cuya
carácter paródico con el que ese supuesto violenta constitución había denun-
se presenta. El primero es solemne y porta ciado el Martín Fierro. A la vez, repone
la solemnidad de la tragedia. El segundo un problema sobre el cual había escrito
arrastra una gravedad que es la de una a propósito de la idea de conmemo-
estatuaria sin carne o la de una forma sin ración durante el Centenario. En
vida. El gaucho en uno es fantasma; y en Piedras liminares imaginó un Templo
el otro, enunciación plana. Sin dudas, es del Himno, como la forma más
el espectro de El payador el que no deja propicia de una memoria colectiva.
de resultar interesante y provocativo. Y Tal templo debía ser construido con
por ello, ha merecido las más tenaces materiales del país y realizado por
discusiones y críticas. manos creyentes. Ahí estaba el centro
del problema o el decreto de imposi-
bilidad. Sin redención obrera, o bajo
las conocidas condiciones de explota-
ción y conflictividad social, los traba-
jadores no creerían en la nación a la
que estaban homenajeando. Por lo
tanto, el templo resultaría, como las
iglesias contemporáneas, frío artificio.
La idea no debe pasar desapercibida
–encontró sus formas más explícitas
en el modo en que Niemeyer encaró
la construcción de Brasilia, como una
aventura mística y una experiencia en
la cual se probaban las condiciones
igualitarias del comunismo–, porque
supone un trato de lo popular que
tiene fuertes aristas críticas respecto
del presente de ese texto.
El templo es imposible en el contexto
del Centenario, con ley de resi-
dencia, estado de sitio, persecución
sindical, hacinamiento en conven-
tillos y desventuras laborales que
un Bialet Massé había dejado clara-
mente asentadas seis años antes.
Lugones dice, en realidad, que hay
sólo dos modos plenos de la conme-
moración. El templo, cuyas dificul-
tades ya glosamos, y el poema. Tres
años después, con las conferencias
que luego constituirían El payador,

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convierte al poema de Hernández en mediación entre tonos.6 Y en su peor


la memoria de la nación. Lo popular rostro, se presenta como exclusión y
irredento en la existencia de la clase negación de los modos expresivos y
obrera, se redime en el plano lite- culturales subalternos.
rario y simbólico. Nación va a ser el En la conmemoración del Bicentenario
nombre de ese desplazamiento hacia de la Revolución de Mayo, hubo Teatro
la cultura –de esa espiritualización–, Colón y hubo calle. En uno se repro-
ante una realidad que no dejaba de dujo la escena inicial como si la repe-
ser inicua y fracturada y que, por lo tición sacralizara la continuidad de
tanto, volvía problemática la narra- una historia y la
tiva de su integridad. persistencia de En la calle, por el contrario,
De esa fractura persistente da cuenta el un conjunto de la memoria fue ritualizada
Fausto. Distancia cultural, social, polí- valores. En la calle, mediante formas de experi-
tica. Cuando se va de noche al teatro, por el contrario, la mentación teatral y la postu-
después de realizar las tareas viriles memoria fue ritua- lación de un relato capaz de
en el campo, lo que resulta no es el lizada mediante reconocer lo heterogéneo en
disfrute del ocio, sino el choque con formas de experi- la misma constitución de la
un tipo de lógica, la de la representa- mentación teatral nación. La conexión ardua de la
ción, que se desconoce. La risa es reve- y la postulación cuestión nacional con la cues-
lación de esa distancia.5 La insistencia de un relato capaz tión indígena fue planteada en
en esa diferencia que implica ver lite- de reconocer lo el espacio público. Quizás más
ralidad allí donde hay representación y heterogéneo en la para decretarla resuelta que
suponer realidad en la ficción, puede misma constitu- para reconocer que hay una
leerse como impugnación a una polí- ción de la nación. disidencia constitutiva, que no
tica que va desplegándose en el teatro La conexión ardua puede dejar de producir anta-
de la representación y en la construc- de la cuestión gonismos o conflictos.
ción de un orden simbólico que se nacional con la
presenta como superación u olvido de cuestión indígena fue planteada en el
las desigualdades reales. espacio público. Quizás más para decre-
Todo eso, en el terreno de la media- tarla resuelta que para reconocer que
ción o de la traducción. Como tal, hay una disidencia constitutiva, que no
puede ser juzgada –como en cierto puede dejar de producir antagonismos
modo hace Rama– por lo que desva- o conflictos.
nece de nitidez o se pierde de aristas Es en estos modos, en que la nación
conflictivas. Pero también puede ser es pensada como mediación y traduc-
valorada por lo que inaugura en ese ción, y la experimentación formal es
mismo terreno. La idea de nación puesta al servicio de la forja de una
conlleva esa dimensión de mediación tradición, en los que se juegan promi-
cultural: entre clases, sectores, etnias, sorios senderos de la cultura argentina.
colectivos. Entre todos aquellos cuyos También en esos cruces se dirimen las
tonos difieren, cuyos dialectos son posibilidades de las instituciones que
heterogéneos, cuyos mundos valora- resguardan y atesoran los bienes cultu-
tivos y comprensivos hasta pueden rales, de interpelar un tipo de vínculo
ser antagónicos. Lo nacional, en su con el mundo popular en el que no
mejor momento –cuando se resuelve pueden resultar eximidas de la risa
como inclusión-, se constituye como ante su propia solemnidad.

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LA BIBLIOTECA
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NOTAS

1. Silvia Molloy analiza el cuantioso número de traducciones que se atribuye el autor de Facundo (doce libros
en un mes, en un idioma que recién aprende): “Es notorio que Sarmiento tendía a la exageración. En este caso
particular, sin embargo, sospecho que lo que dice es en esencia cierto. Quizá sí haya hojeado, aunque muy por
encima, la mayoría de estos volúmenes –el tiempo no le habría permitido otra cosa–, armando una traducción
de lo que leía (o, dado su deficiente conocimiento de la lengua extranjera, de lo que creía leer), una traducción
que es artefacto textual, simulacro del original, libro diferente. Por muy ‘correcta’ que a Sarmiento le haya pare-
cido su manera de leer, sin duda tenía conciencia de que leer es modificar. Así, describe su práctica de la lectura
como un ‘traducir el espíritu europeo al espíritu americano, con los cambios que el diverso teatro requería’”
(Acto de presencia. La escritura autobiográfica en Hispanoamérica, Fondo de cultura económica, 1996). Están,
ya, todos los temas que nos interesan en este artículo: la traducción, el teatro, la mediación, la diferencia.
2. El buen Sarmiento decía: dos culturas. La del campo y la de la ciudad. El teatro está identificado con la
vida urbana. La lógica de la representación es la de la ciudad, la de la ciudadanía y la del espectáculo teatral.
(Eduardo Rinesi, Ciudades, teatros y balcones, Paradiso, 1994).
3. ¿Y si la parodia es una parodia anticipada de la operación lugoniana? ¿No es por eso que el poeta está obli-
gado a refutar a Del Campo, porque tiene que enlazar gauchesca y teatro del modo inverso y no puede hacerlo
si esa risa no deja de producir ecos? Lugones, demasiado cerca de Laguna, para no sentirse inquieto.
4. Escribe Ángel Rama: “también los temas registran una transformación aunque algo más degradada. De ser
actores de los sucesos históricos, estos gauchos pasarán a ser sus testigos y luego todavía menos: simples contem-
pladores de espectáculos”. En este sentido, el Fausto hereda los Diálogos de Hidalgo, en los que el gaucho Ramón
Contreras narra las Fiestas mayas (Los gauchipolíticos rioplatenses, CEAL, 1982). Josefina Ludmer analiza esos
encadenamientos para mostrar la radical inversión que supone la aparición del poema de Del Campo: “Fausto
se constituye por exclusión de lo político. Transforma definitivamente la fiesta política en puramente cultural
y cambia así la representación del sistema de relaciones del gaucho con la ciudad, y por lo tanto el vínculo y la
alianza de las dos culturas en el género. Los efectos de la despolitización son múltiples: el texto se autonomiza
y transforma su relación con la coyuntura, el contexto y el conjunto del sistema de referencias” (El género
gauchesco. Un tratado sobre la patria, Sudamericana, 1988).
5. Julio Schvartzman recuerda la crítica de José Hernández a Del Campo, pero para relativizarla: “la versión
del Pollo de la ópera de Gounod no implica, necesariamente, candor ni ignorancia. Puede leerse, más bien,
como un sistema de equivalencias populares que ponen, sutil e irónicamente, a ras de tierra, las imágenes
sublimadas de la alta cultura”. (Prólogo a Tres poemas gauchescos, Clarín, 2001). En el mismo sentido, corre
la interpretación de Leónidas Lamborghini que funciona de epígrafe para este artículo (Risa y tragedia en los
poetas gauchescos, Emecé, 2008).
6. Esta idea, como muchas otras que recorren este ensayo, proviene de Mijail Bajtin y su potente interpretación
de la cultura popular.

280
Los textos futuristas no nos
hablan tanto de aquello que
imaginan, aunque también
lo hacen, sino que nos ofrecen
la posibilidad de comprender
Fragmentos los contextos culturales en los
que se sitúa su escritura. Son
expresiones utópicas con altas
dosis de incerteza. A pesar de
ello, logran convertirse en un
ejercicio intelectual consis-
tente para investigar cómo el autor escapa de los condicionantes
culturales de su entorno. En la ficción que supone los tiempos veni-
deros se manifiesta una confianza en el futuro; unas veces bajo
la forma de hipótesis especulativas, otras, como ferviente deseo
redentor. Pero, como decíamos, encontramos en estas elucubra-
ciones los ensayos de unas vidas que buscaban sustraerse de un
orden asfixiante. Huir hacia adelante como modo de huir del
tiempo aquí y ahora. En esos trayectos se vislumbran las marcas
conspirativas de la marcha de la historia.
Aquí publicamos fragmentos de libros. En el fragmento hay un
poder iluminador. Pertenece a una obra, pero también tiene el
potencial de subvertir todo orden. No se trata, por lo tanto, de la
parte de un todo, sino que en él mismo puede verificarse todo un
universo virtual.
La sección comprende tres textos futuristas, un ensayo y un relato
testimonial de principios del siglo XX, todos escritos en el marco
(o bajo el condicionante) del Centenario argentino.
En Estrella del Sur, Enrique Vera y González concibe un 2010
(nos concibe) como un país poblado por 200 millones de habi-
tantes, solidario, organizado y predecible, regido por funcionarios
eficientes y probos. En esta construcción ilusoria, si bien se nota
la influencia de los valores con que se pensaba por aquellos años,
también hay una extraña ironía, quizás un pesimismo propio del
argentino de todos los tiempos.
Julio O. Dittrich relata la Buenos Aires de 1950, pero lo hace
en 1908. Se trata, en esta proyección, de una ciudad socialista
inserta en un mundo políticamente unido bajo un mismo sistema,
excepto Inglaterra que sigue ejerciendo su misantropía política. Un
anciano queda en estado de coma durante 40 años y su hijo le
cuenta los drásticos cambios producidos. El relato aparentemente
idealista, deviene en alerta frente a la idea del totalitarismo, lo que
le brinda una fuerza premonitoria notable.
Pierre Quiroule ­–un tipógrafo de la Biblioteca Nacional en los años de
Paul Groussac– en La ciudad anarquista americana llega a plasmar,
en 1914, una crítica muy lograda de las formas de organización
urbana y sus modos de edificación que corrompen a sus habitantes.
El autor, de origen francés, predice alucinantemente los fenómenos
sociales que sobrevendrán en esos conglomerados humanos.
El sincretismo entre europeísmo e indigenismo se despunta en
Eurindia, de Ricardo Rojas. Las teorías contemporáneas del posco-
lonialismo creen hallar en sus formulaciones novedades radicales
respecto al pensamiento social. Puede que las haya, pero sin dudas,
el poeta nacionalista –a quien se le achacaría el calificativo de
sustancialista– anticipa con una prosa delicada y decidida las
potencialidades del pensamiento latinoamericano. Una perspectiva
singular que pretende una nueva universalidad.
Si denunciar la represión de los obreros es, en todo momento, un
acto riesgoso, hacerlo en los festejos del Centenario puede parecer un
extravío de la razón. En el Diario de Gabriel Quiroga, Manuel
Gálvez pergeña un denunciante, nunca más solitario, que asume
su condición a sabiendas que puede ser encarcelado. Cargando el
riesgo con pasión, se constituye en medio y mensaje de las peripecias
de un país al que ama escéptica y profundamente.
284

La Estrella del Sur


A través del porvenir(*)
Por Enrique Vera y González

El intendente de la ciudad de Buenos Aires en


2010 tiene a su cargo está la tarea de recibir a
un extraño emir proveniente de los confines
de ultramar. ¿Cómo es esta ciudad del futuro?
Convulsionada por la dinámica de las inven-
ciones en el campo científico, en los medios de
comunicación y de locomoción, y en las huma-
nidades, por caso la psicología y la antropología
que permiten medir con exactitud las fuerzas
morales, físicas y espirituales, Buenos Aires vive
una revolución pacífica en la que se van suce-
diendo reformas graduales, a manos de expertos
funcionarios del Estado, capaces de dejar atrás
el conservadurismo de la tradición. Una ciudad
abierta al mundo, vertiginosa pero prede-
cible, perteneciente a un país habitado por 200
millones de argentinos cuyo bienestar futuro está
garantizado por la labor comunitaria y recíproca.
Argentina colaborará en la emancipación afri-
cana solicitada por el visitante, sólo a condición
de que esa descolonización sea pacífica.
Esta ficción utópica, plagada de imaginación
e ironía, fue escrita por el español Enrique
Vera y González en 1904. Su futurismo, sazonado
por cierta candidez, permite recrear la atmósfera
cultural de aquella época.
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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Capítulo 4 tenían un significado especialmente


La llegada amistoso. El despacho, escrito en un
papel impregnado de ciertos agentes
A principios del mes de mayo químicos que dejaban paso a la electri-
del año 2010 de la Era Cristiana, cidad en toda la extensión del pliego,
el Intendente de Buenos Aires, menos en los puntos cubiertos por la
Sr. Renato de Villena, recibió la visita tinta en el original, llevaba al frente
del ras Ayub y de Yezid-Bajá, emir los retratos de los expedidores, deli-
de Kordofán y pariente del Sultán de cadamente marcados en colores sobre
Abisinia. Viajaba el emir de Kordofán fondo verde pálido. Como el viaje
de incógnito, acompañando a su entre el Senegal y Buenos Aires, no
sobrino el príncipe imperial Ayub, a obstante la detención de dos horas
quien el muy poderoso y magnífico en Río de Janeiro, duraba entonces,
monarca de Abisinia, Etiopía, Sudán minutos más o menos, medio día, los
y Nubia, quería preparar a las tareas príncipes musulmanes debían estar
del gobierno, haciéndole conocer las en la gran metrópoli del Sur desde la
maravillas de la civilización universal. noche anterior.
El soberano, por su parte, no había En aquella época los medios de comu-
querido salir nunca de sus vastos nicación habían progresado extraordi-
dominios, en que se hallaba muy a nariamente; la utopia de la supresión
gusto y que ensanchaba cuanto le era del espacio, en cuanto supone una
posible, aprovechando las rivalidades dificultad para las relaciones
de Francia e Inglaterra que, muy humanas, estaba cerca de convertirse
decaídas de su antiguo esplendor y sin en un hecho. En este aspecto de los
poder acallar sus rivalidades, luchaban adelantos materiales, como en otros
penosamente por mantener su predo- varios, el siglo XX había cumplido
minio en la mitad septentrional del con tal usura sus promesas, que era
África, mientras en el Sur y el Centro común, sobre todo entre los físicos,
de este continente surgían imperios y hablar del siglo XIX como de un
repúblicas potentes, aferradas aún al período de barbarie en que la huma-
tipo de gobierno militar que tendía nidad apenas empezaba a deletrear
a desaparecer en el resto del mundo, el alfabeto científico. Achaque de
aunque todavía se conservaran vesti- todos los tiempos es juzgar con cierto
gios de aquel sistema en algunos países desdén a los anteriores, y el comienzo
de Asia y Europa. del siglo XXI distaba de ser una excep-
El Intendente había tenido conoci- ción de esta ley; por el contrario, la
miento de esa visita por un despacho moda imponía una especie de aver-
telegráfico que le fue dirigido en la sión a las tradiciones y se pintaba
mañana anterior desde San Luis del con matices tan sombríos lo pasado,
Senegal y que, en señal de deferencia, que sólo algunos espíritus indepen-
había sido escrito por los citados perso- dientes o paradójicos tomaban a gala
najes y reproducía exactamente su el convertirse en sus panegiristas.
carácter de letra. Estas reproducciones Justo es confesar que los progresos
autográficas por medio de corrientes científicos e industriales, ya que no
de electricidad modificadas por el justificasen tan excesivo orgullo, lo
selenio, eran de uso muy frecuente y explicaban en gran parte. Los motores

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

terrestres y marítimos, estos últimos, remuneradores, pero aún se obtenía


en su mayor parte eléctricos, y un partido relativamente escaso de
provistos de poderosos acumuladores, esas fuerzas inagotables, llamadas
con carga suficiente para el trayecto, un día a transformar por completo
avanzaban sin dificultad a razón de la faz del mundo, reduciendo todas
500 a 600 kilómetros por hora y aún las máquinas conocidas a juguetes de
se trataba de obtener mayores veloci- niños. El alcohol, obtenido a precios
dades para hacer frente a las exigencias ínfimos en cantidades prodigiosas; el
del comercio y a la impaciencia de petróleo, fabricado sintéticamente por
los mismos viajeros, a muchos de los medio de la reacción de ciertos metales
cuales parecía demasiado largo el plazo sobre los hidrocarburos, y por fin,
de 30 horas que invertía el tren expreso gran número de productos explosi-
de Nueva York a Buenos Aires, las dos bles, habían sustituido con ventaja a la
mayores ciudades del mundo. hulla, que apenas se empleaba sino en
Estas rapideces vertiginosas se habían las pequeñas industrias. La generaliza-
logrado mediante un ingenioso sistema ción de los motores mecánicos había
consistente en neutralizar el peso de emancipado a los animales domésticos
los vagones por medio de una serie de la esclavitud del tiro y del yugo
de electroimanes potentes colocados y sólo montaban caballos los habi-
en la parte inferior de cada coche y tantes de las comarcas muy alejadas
que levantaban el plano de las ruedas de los centros de población. También
hasta la altura indispensable para que se había borrado todo vestigio de las
el rozamiento y carga sobre los rieles bicicletas, tan generalizadas un siglo
quedaran reducidos a poco más que antes y que exigían una constante
cero. De este modo la fuerza impul- producción de fuerza humana y la
siva del motor, cualquiera que fuese adopción de actitudes molestas. En
la naturaleza de éste, se invertía casi cambio, era grande la variedad de
toda en el arrastre horizontal y los automóviles de todas clases, desde los
ingenieros estudiaban nuevas combi- capaces para muchas personas, hasta
naciones para llegar al desiderátum de los propios para una sola, muy ligeros
los mil kilómetros por hora, que ya no y que podían replegarse de modo
parecía inverosímil. Se aprovechaban que ocuparan muy poco espacio. Los
todos los manantiales de fuerza; el había de bolsillo, semejantes a patines
mismo movimiento de los vehículos y provistos de dos ruedecillas o de una
era utilizado en gran parte por conmu- sola central; permitían caminar hasta
tadores y alimentaba la energía de los 20 kilómetros por hora los primeros
electroimanes de los vagones, grandes y más de 30 los segundos; pero eran
como edificios de varios pisos y que incómodos y únicamente los usaban
soportaban cargas inauditas; de modo las gentes humildes. Por fin, existían
que un tren de mercancías parecía grandes máquinas voladoras, con velo-
una calle en movimiento. La radia- cidades regulares (200 a 300 kilóme-
ción calorífica del sol y la fuerza de tros por hora) y se ensayaba el uso de
atracción lunar, manifestada en la otras más pequeñas y de aparatos vola-
producción de las mareas, comen- dores individuales, que hasta entonces
zaban a ser aplicadas a la industria habían dado poco resultado y produ-
por medio de aparatos cada vez más cido algunas desgracias.

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Hecha esta digresión, que hemos mados acerca del potencial de las
creído conveniente para explicar la energías psíquicas de cada individuo.
rapidez del viaje de los dos nobles La psicología experimental, enrique-
abisinios, dedicaremos algunas pala- cida con un número prodigioso de
bras al protagonista de esta parte de observaciones concienzudas, había
nuestro relato. revolucionado las ciencias médicas y
Renato de Villena, a quien había permitía inducir, con una exactitud
cabido la honra de ser elegido que siglos antes hubiera pasado por
Intendente de la más complicada de hechicería, la fuerza moral y mental
las ciudades del mundo para el ejer- de cada sujeto de observación. La
cicio de 2010, contaba en la actua- inmensa mayoría de los sometidos
lidad algo más de 50 años y figuraba a este examen, casi tan rápido como
en el libro de oro de los característicos las mediciones externas de la antigua
o diferenciados superiores, en la cate- antropología, era clasificada en la vasta
goría número 31, sobre la cual no muchedumbre de los indiferenciados
había sino dos series de capacidades o indiferentes, gentes de buen sentido
geniales muy difíciles de llenar y que vulgar, útiles para las faenas y profe-
de hecho estaban casi siempre en siones comunes, que no exigen facul-
blanco. Esta clasificación por coefi- tades preciosas. En cambio, los que
cientes personales habíase introdu- presentaban caracteres marcadamente
cido en el segundo tercio del siglo XX, favorables, eran objeto de una vigi-
merced a los progresos de las ciencias lancia particular. Desde su juventud,
antropológicas y descansaba en una un signo convencional colocado antes
serie de datos suficientemente aproxi- de su nombre, servía de advertencia a

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

los profesores universitarios para que ningún veto y el pueblo decidía; pero
les impusieran trabajos especiales sin tantas veces se confirmaron los pronós-
temor al surmenage, y en efecto, muy ticos de aquella junta de sabios que se
rara vez desmintieron estos elegidos llegó pronto a dos hechos difíciles de
a predestinados las esperanzas que prever un siglo antes: a presentar al
en ellos podían fundarse, con arreglo pueblo una serie de gobernantes real-
al determinismo científico. La vigi- mente capaces e íntegros que elevaron
lancia de que se ha hecho mención, la grandeza nacional a inconcebible
se refería a la conducta moral de los altura y a que el prestigio atribuido
característicos y no entrañaba para en otras épocas a los sacerdotes pasase
ellos la más leve coacción física, ni rápidamente a los médicos que, en
aun siquiera la molestia de amones- conjunto, soportaron con gran honor
taciones o consejos que sirvieran de la ruda prueba y se hicieron dignos de
trabas a su libertad; únicamente se su apostolado terrenal, por su abne-
anotaban ciertas observaciones en el gación y la rectitud de sus procederes.
correspondiente registro y esto era La ciencia tuvo adeptos tan desintere-
todo. La filiación intelectual y moral, sados como los más fervorosos místicos
de capacidad y de resultados, especie de las religiones y, por otra parte, las
de biografía sumaria de cada persona- tentativas de engaño eran tan fácil-
lidad distinguida, era más completa mente desautorizadas y tan general el
de lo que hubiera podido desear un desprecio que acarreaban a los culpa-
exigente y sabio jefe de pesquisas. bles en tiempos de una publicidad
Esta alta inspección estadística y en vastísima, que llegó a ser imposible
cierto modo policial de la corporación falsificar las reputaciones.
de psicólogos experimentales, tuvo en Había subido Renato hasta su cargo
el desarrollo de la sociabilidad argen- actual, comparable a la gobernación
tina una influencia inmensa. Obser- de un vasto imperio, después de haber
vaciones que al principio habían sido mostrado grandes aptitudes como
aisladas y de mero interés científico, se físico y como legislador. Se le debían
generalizaron pronto y entraron cada descubrimientos notables, entre ellos
vez más en las costumbres y en las leyes; la fijación de las imágenes psíquicas
la corporación de antropólogos, cons- por medio de la luz del polonio, que
tituida por un número fijo de miem- producía impresiones diversamente
bros, sometidos a rigurosas pruebas coloreadas, representativas de otras
de capacidad y espléndidamente tantas energías espirituales; algo así
retribuidos, llegó a ser, de hecho, un como un bosquejo interesantísimo
verdadero poder del Estado; un admi- de la fotografía del ser verdadero, y
rable instrumento de selección. Todo no decimos interior, porque la exis-
candidato a cargos públicos hubo de tencia de la irradiación astral era ya
someterse al examen y calificación una verdad comprobada. Al mismo
de ese areópago temible, que dictaba tiempo había demostrado Renato una
sus fallos con una imparcialidad vasta preparación administrativa y
pasmosa. Si el candidato, después de financiera. De tal modo, sin embargo,
un dictamen desfavorable respecto de absorbían entonces los puestos del
sus aptitudes, insistía en someterse a Estado las facultades más vigorosas,
la votación popular, no se le oponía tales esfuerzos mentales imponían, que

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la duración de los primeros empleos nacieron de esta venturosa unión y


no pasaba de un año y en este periodo ambos colmaron de orgullo y satis-
se renovaban la presidencia de la facción a sus padres, así por las dotes
República, la Intendencia de Buenos privilegiadas de su espíritu; como por
Aires y las direcciones de ministerio. la belleza física que reunían en alto
Esta limitación había llegado a ser grado. Augusto, que en el momento
necesaria para evitar el agotamiento en que comienza esta relación entraba
nervioso de los altos magistrados y en los veinticuatro años, era uno de
sobre todo la estancación y rutina los más distinguidos jóvenes de su
de los negocios y procedimientos. Se tiempo, ingeniero químico de gran
vivía en permanente revolución pací- renombre, que había realizado descu-
fica, en medio de una vertiginosa serie brimientos de trascendencia incal-
de ensayos y reformas y era indispen- culable sobre formación sintética de
sable contar con cerebros muy sólidos algunos supuestos elementos simples,
y firmes para que no se interrumpiese abriendo vastísimos horizontes a la
la marcha. La palabra tradición iba ciencia. Su tesis doctoral, en vez de
perdiendo todo prestigio y sólo entre un trabajo medio literario y medio
los indiferenciados abundaban los erudito de alumno aprovechado, había
llamados conservadores. sido un golpe de maestro, una eleva-
El doctor Villena se había dedicado casi ción increíble de águila de la ciencia, la
por entero a los intereses de la colecti- producción por síntesis directa, de un
vidad desde que la muerte le privó de gluten de propiedades análogas al que
la dulce compañía de su esposa Irene, ofrece el extraído de los cereales. Este
con la que había pasado veinte años de triunfo colosal, que resolvía multitud
una dicha no turbada por la más leve de problemas, no sólo químicos, sino
discordia. De tal modo armonizaban sociológicos, despejando casi por
sus caracteres que parecían creados completo la incógnita de la alimenta-
para comprenderse y estimarse. Fue ción humana a precios fabulosamente
el suyo un amor sin arrebatos y sin baratos, granjeó a Augusto Villena la
decepciones, un afecto entrañable y admiración del mundo a través del cual
sereno, que les hizo saborear toda la cediendo a invitaciones entusiastas,
felicidad que puede nacer en la tierra realizó viajes que fueron una serie de
de la fusión de dos cuerpos en una sola ovaciones delirantes, muy superiores
alma. Renato había sido para Irene por su alta significación y completa
la realización del hombre ideal, del sinceridad a las que sostenían los más
esposo y del amante en su más noble pomposos soberanos de la tierra.
personificación y a la vez Irene había Esta victoria fue amargada por la muerte
sido para Renato esa encarnación de su idolatrada madre que acaso se
superior de la belleza y la bondad que doblegó al exceso de la alegría. Pero
supera las ilusiones más atrevidas de en Augusto, de igual modo que en
la juventud; pues así como la vida es Renato, el dolor se tradujo en un culto
con frecuencia una deforme caricatura apasionado al recuerdo de aquella mujer
de los ensueños del alma, puede dar adorable y en poderosa concentración
también, siquiera sea en casos excep- de las facultades del alma en nuevas
cionales, mucho más de lo que se la investigaciones y empresas. Augusto
pedía. Dos hijos, Augusto y Elisa, participaba del ardiente espiritualismo

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de su padre y disintiendo en esto de instrucción muy vasta, pero adecuada


muchos de sus colegas, creía que así a su temperamento artístico. Amaba la
como las manifestaciones orgánicas y pintura y la música y además escribía
vitales obedecen a principios mecánicos, composiciones sentimentales, en las
el espíritu rige todas las combinaciones que se notaba la afectación propia de
de la materia, determina sus movi- su sexo. Pero si esto es un defecto, lo
mientos y la acompaña necesariamente compensaba con su ingenua modestia,
en forma de voluntad y conciencia como y con la nobleza de sus sentimientos
un aspecto eterno de la energía universal. no dejaba, sin embargo, de presentar
Íntimamente convencido, pues, de que algunas desigualdades de carácter;
la muerte no es más que un episodio sufría poco la contradicción y en estos
de la vida, y de que los seres que se han casos alardeaba de una independencia
amado volverán a encontrarse y reco- varonil. Por lo demás, brillaba en
nocerse, cultivó en silencio su noble todos los ramos de la educación de
pena, como se cultiva una planta de una joven distinguida; hablaba perfec-
flores preciosas y continuó sus decisivos tamente los cuatro idiomas de rigor en
experimentos. Su nombre estaba inscrito aquella época y aunque había tenido
en el libro de oro en la más alta cate- el buen gusto de no adquirir títulos
goría, con el envidiable número 33 y se universitarios, sus conocimientos en
confiaba fundadamente en que aquella literatura hubieran honrado a más
vasta y noble intelectualidad preparaba de un profesor. Conocía, por fin, de
a su patria y al mundo nuevas glorias en un modo satisfactorio las que aún
el terreno científico. seguían siendo labores de su sexo,
Elisa, cinco años más joven que su cada vez más facilitadas y también más
hermano, había recibido también una complicadas, por los muchos inventos

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mecánicos que iban emancipando daban a la extraña morada, rodeada de


de no pocas sujeciones materiales a jardines y pensiles, fantástico atractivo.
la humanidad femenina. En suma, Allí, a más de la familia Villena, que se
sabía dirigir perfectamente una casa había reservado los pisos altos, habitaba
tan vasta como la de Renato Villena, una legión de servidores de Renato y de
en la que más bien sobraban que operarios de Augusto, muchos de ellos
faltaban empleados domésticos –así se con sus respectivas familias.
llamaba a los criados– elemento con el Uno de los ascensores centrales
que había que transigir, como un mal trasladó en pocos momentos a los
menor, mientras no dieran resultados viajeros a las habitaciones de Renato
prácticos las figuras automáticas que de Villena, que esperaba en pie a sus
ya prestaban algunos servicios y cuya visitantes en un magnífico salón.
docilidad era ejemplar cuando funcio- Cambiadas las cortesías de estilo –no
naban normalmente. muchas, pues la necesidad de utilizar
el tiempo iba simplificando notable-
mente la etiqueta–, Yezid-Bajá, que
Capítulo 5 era un respetable anciano como de
Los abisinios en Buenos Aires sesenta años, presentó al Intendente
varios mensajes de recomendación,
El Intendente, prevenido por una serie uno de ellos suscrito por el monarca
de avisos telefónicos de la aproxima- de Abisinia, y otros por influyentes
ción y llegada de sus visitantes, dio las personajes de diversos Estados; pues
previas instrucciones necesarias para aunque el viaje carecía de significa-
que uno de los secretarios de su palacio ción oficial, siendo principalmente de
los condujese a su presencia. El palacio estudio, deseaban hallar todas las faci-
de Villena, verdadero museo de precio- lidades posibles en sus investigaciones.
sidades de todo género, como las demás El príncipe Ayub, joven de veinti-
moradas opulentas de aquel tiempo, cinco años y acabado tipo de belleza
estaba situado en uno de los extremos oriental, había cultivado su espíritu
de la ciudad, a pocos kilómetros del con estudios muy superiores a los que
Río de la Plata, casi en el recinto de la acostumbraban hacer los nobles de su
antigua Buenos Aires y era una vasta país y a la vez sobresalía en los ejer-
construcción metálica, de 150 metros cicios físicos y tenía probada su intre-
de altura, formada por veinte pisos pidez en más de un combate.
cuadrados que se iban estrechando Ofrecióles Villena con la mayor satis-
conforme se ascendía, según el gusto facción sus servicios y después de
babilónico, y que presentaba en su haberles tranquilizado respecto al
conjunto el aspecto de una pirámide. perjuicio que temían causarle distra-
El revestimiento del colosal edificio era yéndole de sus atenciones con aquella
de aleación de aluminio y selio, metales visita, pues eran las diez de la mañana
ligeros, poco alterables y protegidos por y hasta las tres de la tarde disponía
capas vítreas artísticamente coloreadas, aquel día de su tiempo, entabló con
que no sólo moderaban los efectos de la ellos una conversación sobre varios
radiación calorífica y luminosa del sol, asuntos, empleando el idioma inglés
haciéndola casi imperceptible, sino que que, aparte del natal, era el más fami-
por la acertada combinación de los tonos, liar a sus interlocutores.

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–Las fugaces excursiones o, mejor diré, ficie, mientras la actual Buenos Aires,
trayectorias que en la noche de ayer y tomando solamente lo que pudiera
en la mañana de hoy hemos tenido que llamar el casco de la ciudad y prescin-
realizar por Buenos Aires –dijo Ayub– diendo de sus expansiones, prolon-
nos han llenado de asombro, a pesar gadas como rayos de un sol naciente,
de que hace algunos meses visitamos mide 500 kilómetros de NE. a SE., y
Nueva York. Pasmosa fue la impresión no menos de 225 de E. a O., y abarca
que nos produjo la metrópoli norte- una zona de diez millones de hectáreas
americana y juzgábamos insuperable próximamente. Ya ustedes ven que
su grandeza y magnificencia; más ahora no hay siquiera posibilidad de discu-
empezamos a sospechar que no nos sión; se trata de una diferencia de área
engañaron los diplomáticos sudameri- enorme, como de uno a diez, y sin
canos de varios países al decirnos que la embargo, se quiere negar la evidencia.
ciudad de las ciudades es la capital del Los norteamericanos aseguran que lo
hemisferio Sur. que nos empeñamos en llamar Buenos
–Así es, en efecto, y no tardarán ustedes Aires es un conjunto de grupos aislados
en convencerse de esta verdad –dijo de población, entre los que hay grandes
Renato de Villena–. La lucha entre zonas agrícolas, mientras ellos han
Nueva York y Buenos Aires es antigua, reunido de hecho Nueva York, Boston,
data de más de un cuarto de siglo; Filadelfia, Baltimore, Washington y las
pero todos los esfuerzos de los norte- ciudades vecinas, urbanizando comple-
americanos y todas las violencias que tamente el conjunto. Tienen razón al
hacen sufrir a la estadística, no bastan decir que viven allí más aglomerados
a destruir los hechos, por más que que nosotros; puesto que la población
los desfiguren. Admiro a los Estados de esa ciudad, que puedo llamar lineal,
Unidos en lo mucho que tienen de sube a 62 millones de habitantes, mien-
admirable; ese país representa uno de tras aquí, en un espacio casi diez veces
los más prodigiosos esfuerzos que ha mayor, tenemos 80 millones en un
realizado la humanidad; pero quisiera vasto rectángulo dos veces más largo
ver a sus hombres menos exclusivistas, que ancho; pero las cifras absolutas son
menos obcecados en desconocer la en Buenos Aires mucho mayores que
evidencia cuando ésta se opone a en Nueva York y las relativas no nos
los dictados de su amor propio. No preocupan, ya que la comodidad, la
insistiré en esto: cada cual entiende el variedad y la belleza están de nuestra
patriotismo a su modo, pero siempre parte. Es cierto; aquí tenemos vastí-
deberían quedar a salvo los fueros simas extensiones de huerta, no sólo
de la verdad. Y la verdad es que la en la periferia, sino en el interior; pero
cadena de antiguas ciudades que hoy no se interrumpe un momento la edifi-
forman un todo continuo desde Lynn cación de las grandes vías, ni la de las
(Massachussets) hasta Mount-Vernon avenidas que circunvalan esta ciudad
en Virginia, se prolonga de norte a sur inmensa; el aire es más puro, las faci-
en una extensión de 680 kilómetros, lidades de aprovisionamiento mayores,
con una anchura máxima de 12 de las perspectivas incomparablemente
E. a O., lo que daría, tomando estas más hermosas y cada grupo originario
dimensiones como si fueran cons- ha conservado su individualidad, sin
tantes, 816 mil hectáreas de super- menoscabo de la unidad del conjunto.

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Hay aquí extensos barrios de calles un personaje puede ser rey del trigo o
relativamente estrechas con altísimos del acero o de los transportes o de la
caserones de gusto norteamericano y en carne; aquí no hemos querido intro-
que la población es tan densa como en ducir esa clase de monarcas, peores
Nueva York; pero abundan los recintos aún que los emperadores políticos, y
más desahogados, y en estos se vive con hemos evitado en lo posible las grandes
más holgura, más luz y más higiene. diferencias de fortuna; somos más bien
El inconveniente de las distancias se usufructuarios y cedemos con placer
anula con la prodigiosa abundancia de a la colectividad nuestro sobrante en
vehículos de todo género, y en último cuanto empezamos a sentirnos dema-
término, hay donde elegir. Ya tendré siado ricos. No somos Cresos sino
el gusto de servir a ustedes de guía por accidentalmente y de pasada; hemos
esta red y estoy seguro de que no han aprendido a limitar nuestras aspira-
de tardar en orientarse por el laberinto, ciones y cuando nuestros hijos están
sin necesidad de hilo protector. a salvo de la pobreza, tributamos
–Elevados desde las primeras horas de gustosos con el resto, seguros de que la
la mañana en un aeroplano dirigible administración pública está en buenas
–dijo el anciano Yezid– hemos podido manos. Así, encontrarán ustedes en
observar, como a vista de pájaro, que Buenos Aires una serie prodigiosa de
ésta que no sé si llamar ciudad o vastí- fundaciones y empresas de aprovecha-
sima provincia de casas, no tiene límites miento y beneficio nacionales. Todo
apreciables en ningún sentido, mien- argentino tiene asegurado, en el peor
tras los de Nueva York, en el sentido de los casos, un conjunto bastante
de la anchura, se percibían desde no aceptable de medios de vida, a cambio
muy gran elevación; pero lo que no de una modesta cooperación personal
podemos explicarnos es el hecho de al trabajo común, y eso que nuestra
que la nación argentina, mucho menos República cuenta cerca de 200 millones
poblada que los Estados Unidos, haya de habitantes. En los Estados Unidos
llegado a tener una capital que, ya hay 450 millones y no viven, por cierto,
estamos persuadidos de ello, es incom- mejor que nosotros; pues la lucha por
parablemente más extensa. la existencia es allí más ruda, por la
–Ese fenómeno –repuso el Intendente– exageración del feudalismo industrial
obedece a dos razones principales; una y propietario. Allí alcanzan fabuloso
del orden físico, que es la suavidad poderío las personalidades vigorosas y
excepcional del clima de esta región, en también las favorecidas por las circuns-
que el invierno es templado y el verano tancias, pero los vencidos por la vida
poco riguroso, circunstancias que no y aplastados sin compasión se cuentas
se dan en la costa oriental de Estados por muchos millones. También aquí
Unidos; otra del orden social y econó- tienen premio, y no escaso por cierto,
mico, y es el carácter más expansivo, los hombres excepcionales que prestan
más cordial de nuestro pueblo, que se servicios de valía a la colectividad; pero
ha opuesto siempre a la organización nos preocupamos mucho de los débiles
de los trusts o sindicatos omnipotentes y no identificamos la desgracia con el
que allá lo acaparan todo. Allí hay cuan- crimen. Necesitamos muchas pruebas
tiosísimas fortunas individuales, que se para definir como parásito a un ser
trasmiten y aumentan por herencia, y humano; es difícil que no hallemos

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

alguna aplicación a todos los órdenes de un chileno. Los argentinos decliná-


aptitudes, aun a los más modestos. En bamos con empeño el honor de dirigir
suma, hemos aplicado una gran dosis la confederación, precisamente porque
de socialismo a nuestra organización; éramos el alma de ella. Cada nación
el Estado es aquí una máquina pode- se dirigía, por lo demás, con absoluta
rosísima que no nos inspira recelos ni independencia interior; la presidencia
aversión de ninguna especie; es el indi- y el Consejo Supremo se renovaban
viduo gigantesco, el coloso inteligente en períodos de tres años. En 1994 fue
capaz de realizar lo que no podrían los designado por unanimidad un presi-
individuos aislados, verdaderas células dente argentino y desde hace seis años
del organismo, ni siquiera las asocia- la capital de la Confederación Latino
ciones, que no pasan de ser ganglios. Americana, que antes era indetermi-
Hemos preferido cultivar el cerebro y nada, es Buenos Aires, y el Consejo,
me parece decisivo el resultado de la con su presidente, no dura sino dos
experiencia. Nuestro pueblo vive feliz años. Ahora ya no estamos en el caso de
y orgulloso de ser argentino, el coefi- temer guerra con los Estados Unidos
ciente de progreso de nuestra cifra de ni con cualquiera otra nación o grupo
habitantes es mucho mayor que en de naciones. La República Argentina
Norte América y si allí son todavía más, cuenta cerca de 200 millones de
es porque nos llevaban un prodigioso habitantes a los que hay que agregar
adelanto. Pero aquello se fatiga y esto 20 millones del Uruguay, 18 del
se encuentra en plena germinación. Paraguay y 50 de Bolivia, países vincu-
–¿Habrán tenido ustedes que hacer lados al nuestro por tratados especiales
frente a la rivalidad del coloso del Norte en una supernación, lo que nos da
en más de una ocasión? –preguntó Yezid. 300 millones de habitantes en caso
–Sin duda: Venezuela, Colombia de un conflicto, más difícil cada día.
previamente desmembrada y Centro Hay además, Chile con 60 millones
América fueron invadidas en 1950 por de habitantes, el Perú con 65 millones,
los Estados Unidos y hubieron de liber- el Brasil con 130; el Ecuador con 30;
tarse a costa de grandes sufrimientos. Colombia con 45, Venezuela con 35 y
Las amenazas de absorción llegaron la República de Guayana con 12. Esto
a ser tan duras que se impuso la más da, en cifras redondas, 665 millones
estrecha inteligencia entre los países para la América del Sur; pero como
de nuestro idioma. La guerra que, además tenemos en la Confederación
veinte años más tarde permitió a los a Méjico con 100 millones, a Centro
Estados Unidos conquistar el Canadá, América con 25 y a varias de las
ya independiente de la Gran Bretaña, Antillas con 20 millones, resultan
venció las últimas resistencias locales hoy para la Confederación más de
y entonces se echaron las bases de la 800 millones de habitantes, y cada año
Confederación Latino Americana, aumenta este número por lo menos en
cuyo primer presidente fue un salvado- veinte millones. Los Estados Unidos,
reño de pasmosa energía, asistido por contando el Canadá, tienen, según
un consejo en que figuraba un repre- el censo del último trimestre –ahora
sentante de cada nación confederada. no hay descanso en estos trabajos–
Siguióle después un peruano, luego un 606 millones de habitantes, de modo
brasileño, después un mejicano, luego que no saldrían bien librados en una

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

lucha. Además, cada día parece más apenas eran sospechados hace un siglo.
bárbaro, inútil y cruel el sacrificio de Ahora, pues, el objeto de la guerra no
cientos de miles de hombres, y aunque es destruir al adversario, sino reducirle
los esfuerzos de cada contendiente se a la impotencia, maniatarle e impo-
dirigen sobre todo a privar de medios nerle condiciones, que consisten en la
de ataque y defensa al contrario, desba- retribución del daño causado y en un
ratando sus máquinas de exterminio y empequeñecimiento de su persona-
los choques entre ejércitos van pasando lidad; en una vigorosa limadura de las
a la historia –pues grandes masas de uñas y los dientes.
hombres pueden ser aniquiladas en –Queda en pie todavía la amenaza de
momentos por la agitación vertigi- Europa –observó Ayub.
nosa que producen los explosivos en –No puede inspirarnos graves recelos.
las capas atmosféricas– siempre se Su población crece con mucha lentitud
pierden en estas contiendas muchí- relativamente a la nuestra. Tiene, es
simas vidas sin provecho de nadie. Sin cierto, mil millones de habitantes;
las aplicaciones del radio, el polonio y pero las naciones en que se divide no
otras sustancias análogas que neutra- llegarán fácilmente a un acuerdo. Las
lizan las más violentas proyecciones de repúblicas unidas de Iberia, con sus
energía eléctrica, habría sido relativa- sesenta y cuatro millones de habitantes,
mente fácil para los misántropos, los están aliadas de corazón a los intereses
malvados o los ambiciosos el aniquila- sudamericanos y otro tanto sucede
miento de gran parte de la humanidad. con Italia, que domina las dos orillas
Por fortuna, esos cuerpos maravillosos del Adriático. Alemania, después de
que así matan como salvan a distan- haber absorbido el antiguo imperio
cias increíbles, han servido de base a austro húngaro, con más Dinamarca y
medios de prevención y defensa que Holanda, podría inspirarnos cuidado

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con sus 320 millones de habitantes, sus se mantienen todavía en varios puntos
temibles aprestos guerreros y su ambi- de la costa. Hierve nuestra sangre al
ción de conquistas; pero no tiene poco ver que aún se nos mira como pueblos
que hacer con defenderse de Rusia, que nacidos para la servidumbre, después
la amenaza con sus 520 millones de de transcurrido el siglo XX, que debió
súbditos ultra civilizados de los czares, haber borrado los últimos vestigios de
que aún mantienen su soberanía en colonización en el mundo entero. Si
más de media Europa y gran parte del nosotros los abisinios hemos logrado
Asia. La república francesa, después mantener nuestra independencia, ha
de incorporarse a Bélgica, ha tratado sido a costa de sacrificios terribles, de
varias veces de organizar la confedera- luchas incesantes, en que hemos puesto
ción latina, pero bajo condiciones de a contribución todos los inventos
predominio que Italia y los Estados de devastadores de los últimos tiempos.
Iberia no han querido aceptar, y así Nuestro país ha sido y es el refugio de
estas tres naciones, que juntas reuni- todos los aventureros desesperados a
rían 250 millones de habitantes, siguen quienes halagan todavía las emociones
aisladas, lo que las perjudica de un de la guerra; las puertas del único
modo enorme. En cuanto a Inglaterra, imperio independiente del África están
después de haber perdido sus colonias abiertas de par en par a los ingenieros
de la India y Australia, sufrió un golpe que nos propongan alguna máquina
rudo con la separación de Irlanda y hoy mortífera, a los arbitristas del mal y
vive de hecho, ya que no de nombre, de la destrucción. Así tenemos que
bajo el protectorado de los Estados vivir y así viviremos hasta que el África
Unidos, que aún le permiten explotar se emancipe o hasta que el último
una parte del África y conservar una abisinio haya caído asfixiado por un
holgada posición mercantil. Rudo ha proyectil deletéreo o hecho trizas por
sido el golpe para el orgullo británico, un explosivo. Situación terrible, pero
pero la historia ofrece contrastes muy necesaria cuando no tiene más que dos
curiosos y más de una metrópoli de soluciones, la esclavitud o la victoria.
ayer vive hoy bajo la dependencia, –Pero –indicó Renato– ¿creéis en
no menos real por lo indirecta, de sus conciencia que el continente africano
antiguas colonias. está en condiciones de figurar digna-
–Nosotros los africanos –dijo Ayub– mente entre las sociedades libres y
tenemos aún mucho que sufrir de progresivas?
algunas de esas naciones europeas. Los –Lo creemos con fervor –repuso el
americanos, más poderosos, os previ- viejo Yezid– porque nosotros los
nisteis con tiempo y no estáis ya en abisinios, cristianos desde hace quince
situación de temer vejaciones, antes siglos, antes que lo fueran algunos de
podríais imponerlas; más en África no los más orgullosos pueblos de Europa,
suceden así las cosas. Tenemos aún hemos sabido ir adelante sin renun-
a los ingleses en Egipto, El Congo y ciar a nuestra personalidad y ésta es
Hotentocia; a los alemanes en Zanzíbar precisamente la que quieren destruir
y en vastas regiones del interior; a los educadores venidos de fuera. No
los franceses en Berbería, Sahara, el se trata de impulsarnos, sino de elimi-
Senegal y Madagascar; a los italianos narnos; no se nos coloca en la corriente
en Trípoli: los españoles y portugueses sino que desean ahogarnos en ella, y

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esto no lo toleraremos jamás. Quisié- así lo espero, inmediatamente recha-


ramos ir al progreso sin arrebatos, por zadas. Pero confiamos en la acción de
la depuración de nuestro carácter y las fuerzas vivas; creemos que lo que
tipo, mas no se nos deja y Abisinia debe triunfar, triunfa; el ejemplo de la
es un campamento. Hemos conquis- India Oriental, que ha logrado cons-
tado el Somal, el Sudán, la Nubia y tituirse en gran república federativa
la mitad de la Arabia; nuestro imperio después de luchas épicas, nos hace
tiene seis millones de kilómetros creer que vosotros llegareis también a
cuadrados y cien millones de habi- vivir tranquilos, fuertes y respetados,
tantes y aspiramos por su medio a la sobre todo si no confundís vuestro
liberación del África. Nos dormimos legítimo deseo de mantener la inde-
acariciando esta idea y cada mañana pendencia de Abisinia con la aspi-
nos levantamos más decididos a reali- ración, que juzgo peligrosa y muy
zarla. Mientras tanto, sembramos difícil, de haceros, no ya libertadores,
de apóstoles el continente, nada nos sino dueños del África.
arredra, nos defendemos, estudiamos
y cultivamos la fe, la esperanza y la
cólera en nuestros corazones. (*) Fragmento del libro La Estrella del
–Bueno es añadir –dijo Ayub– que no Sur: a través del porvenir, editado por
nos faltan auxiliares poderosos y que vez primera en la Imprenta de la fábrica
disponemos de una diplomacia experta La Sin Bombo, en 1904.
y sagaz. El Japón, dueño de la China
Oriental y de parte de Indo-China,
nos presta su cooperación poderosa;
en general, nos han sido favorables los
Estados Unidos y, por fin, las mutuas
discordias de Francia, Inglaterra y
Alemania, nos dan con frecuencia
medios de sortear la situación y aún de
obtener ventajas. Vuestra cooperación
sería completamente decisiva.
–La República Argentina en parti-
cular y la Confederación Latino
Americana en general –contestó
Villena– no aceptan el peligroso papel
de providencia terrestre y necesitan
toda su fuerza, que ciertamente es
grande, para que su progreso no se
interrumpa un solo momento. La
necesidad de crecer nos hace egoístas,
si puede llamarse egoísmo a la absten-
ción sistemática de toda violencia;
salvo el caso de agresiones que serían,

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La ciudad anarquista americana(*)


Por Pierre Quiroule

La vida de Pierre Quiroule, apodo del escritor


francés Joaquín Alejo Falconnet , ofrece singu-
lares curiosidades. Emigrado a la Argentina desde
niño, se enroló a fines del siglo XIX en las filas anar-
quistas fundando el periódico francés Le Libertè
y luego trabajó como colaborador de La protesta.
Aparentemente su pseudónimo vendría dado por
la frase “Pierre qui roule n’amasse pas mousse”
(Piedra que rueda).
Profuso autor de obras filosóficas, literarias y
científicas, Quiroule, quién además trabajó como
tipógrafo en la imprenta de la Biblioteca Nacional
a expensas de las gestiones de otro francés, su
director Paul Groussac, en el año 1914 ensayó
una célebre y fascinante utopía futurista sobre
el diseño de una ciudad anarquista americana,
con sus planos y sus formas de organización
comunal, críticas de las aglomeraciones urbanas
y las formas de vida burguesas imperantes en la
época. Una imaginación que se proponía rescatar
a la humanidad de la corrupción de sus sentidos
que acontecía en los suburbios del capitalismo
mundial y que profetizaba la redención del prole-
tariado respecto de las condiciones sufrientes
de existencia, del decadentismo moderno y del
imperio burocrático.
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1. Los cambios revolucionarios labor continua y a la autómata acti-


vidad de hora fija.
Como Las Delicias no había experi- Y era precisamente esto último
mentado modificación alguna después lo que esperaba a los comunistas,
de la Revolución, habiendo quedado empeñados en pedir libertad al más
su población tan densa como antes, perfecto instrumento de esclavitud
el perímetro urbano, exageradamente que imaginar se puede.
dilatado, no había variado, por lo que Siendo, por ejemplo, evidentemente
la ciudad seguía teniendo las mismas imposible modificar el sistema ferro-
necesidades siendo comunista,1 que viario existente, forzoso sería por dicha
cuando era la capital de la monarquía. causa guardar intacta su organización
En estas condiciones, era impres- complicada, sin la cual la circulación
cindible que siguiesen funcionando de los trenes no podría efectuarse.
los numerosos servicios públicos En las estaciones habría que conservar
indispensables como los de las aguas el personal especial que regulariza el
corrientes, del correo, de tracción movimiento de los convoyes. Es cierto
eléctrica a distancia, de alumbrado, que el personal ocupado a la venta de
de limpieza urbana, de empedrado, los boletos, los inspectores, etc., podría
etc., sin olvidar el del ferrocarril, suprimirse; pero los telegrafistas debe-
sin el cual la ciudad carecería de los rían hallarse en su puesto, lo mismo
productos del campo y el campo de que los encargados de las señales y de
los productos de la ciudad. los cambios de vías.
Y al pretender, ellos también, poner en ¿Qué ventajas traería para estos indivi-
marcha aquel gigantesco mecanismo duos el sistema comunista?
que acciona en la vida de las grandes Admitiendo que su trabajo fuera
aglomeraciones humanas, los organi- aliviado en lo posible, acortando las
zadores comunistas sufrieron la más horas de su presencia “obligatoria”, y
cruel de las decepciones al notar cuan que no tuviesen ya ninguna preocu-
incompatible con la Idea anarquista pación en cuanto a la cuestión econó-
resultaba aquella forma de labor. mica, para el presente y el futuro,
Esto no era, en verdad, lo que ellos ¿qué horizonte de goces superiores y
se habían propuesto al derribar el de libertad sería el suyo? Esclavos del
antiguo estado de cosas. Aspiraban servicio, su vida seguiría siendo inva-
ardientemente para sí y para los riablemente la misma. Nada habría
demás una vida sin compromisos ni cambiado para ellos y la implantación
obligaciones, a base de libre albedrío, de la comuna poco beneficio les repor-
sin el cual no puede haber verdadera taría. Otro tanto puede decirse de los
libertad, ni completa independencia e conductores de trenes, cuyo sitio no
integridad individuales. puede ser otro que sobre su máquina,
Trabajar, sí, puesto que el trabajo y del personal del servicio urbano de
era necesario para asegurar a todos tracción eléctrica, tan esclavo como el
el bienestar y su corolario la alegría, del ferroviario.
fuente de concordia y de fraternal El material rodante de las vías férreas no
expansión; pero no hacerlo, como es de duración eterna. Tanto las loco-
antes, encadenado a una monótona y motoras como los coches de pasajeros
aburrida ocupación única, a la odiosa y de carga deben ser incesantemente

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renovados, lo mismo que los puentes, posible cambiar a cada instante. Y no


los rieles, los travesaños y los postes e hablaremos de los servicios de limpieza
hilos telegráficos. de la calzada, de empedrado, etc., que
Pues bien. Para hacer otras máquinas en todo tiempo requieren legiones de
y otros vagones, cortar nuevos tirantes, activos trabajadores.
fundir otros rieles, hacer muchos ¿Quién haría, en adelante, estos trabajos
kilómetros de alambre, es necesario de forzados? ¿Quién consentiría a pasar
en primer lugar tener hierro, y para sus días en las negras profundidades de
fundir y trabajar este hierro, poseer las minas, ahora que la naturaleza iba a
altos hornos, grandes establecimientos brindar por igual a todos, sol y espacio,
metalúrgicos y talleres mecánicos que todos tendrían derecho a los goces
apropiados. Además, para alimentar embriagadores de la vida libre?... Sí,
los altos hornos, se necesita carbón, ¿quién iría a las entrañas de la tierra,
mucho carbón, lo mismo que para a sacar penosamente el combustible
accionar las locomotoras, lo cual indispensable para las grandes indus-
implica forzosamente la posesión de trias metalúrgicas?
un stock enorme de hierro y de hulla, ¿Aquellos que lo hicieron siempre?
cuya adquisición requiere que nume- ¡Qué sarcasmo!...
rosos productores trabajen penosa- No es una razón, porque las duras
mente en el fondo de las minas, lejos condiciones del ambiente en que
del sol y de la alegría que procura el nacieron obligóles desde niños a bajar
espectáculo de la naturaleza, para que a las galerías subterráneas como lo
muchos otros hombres, desnudos hicieron sus ascendientes, para que así
delante del fuego abrasador de los sigan siempre las cosas...
altos hornos, activen durante toda su ¿O se cree que el minero, cuya existencia
vida la formidable hoguera, o trituren se consume en una noche eterna; que
sin cesar el fantástico bloque de metal el conductor de tren o el “motorman”
incandescente que centellea en la extre- expuestos a cada momento a mil peli-
midad de las enormes pinzas, como gros; que el leñador cortando troncos;
meteoro deslumbrador que ciega y el obrero de los altos hornos asado por
quema cruelmente a los obreros... la hoguera, etc., no tienen ningún ideal,
La madera de los durmientes sobre los ninguna aspiración a una vida mejor y
cuales descansa el riel, debe ser cortada más bella, más sana y más humana?...
en el monte, traída de muy lejos, y ¿Puede suponerse un solo instante
dividida en trozos iguales mediante la siquiera, que, huyendo estos obreros
sierra mecánica, lo que significa que de las minas, usinas y demás presi-
gran cantidad de trabajadores estarán dios industriales, como el preso que
ocupados eternamente en derribar se escapa de la cárcel para respirar el
árboles y cortarlos en pedazos. aire puro y vivificante de la libertad,
Las fábricas de fuerza motriz, las usinas haya otros hombres tan insensatos
y los grandes talleres, el servicio de para ir a reemplazarlos en los puestos
aguas corrientes, el de alumbrado, el abandonados?...
de telégrafo y teléfono, etc., necesitan Y, además, para dar cohesión a tan
también, además de numerosos obreros inmenso conjunto de energías indi-
encargados del trabajo ordinario, de un viduales, ¿no hace falta, acaso, una
personal técnico competente que no es fuerza directora potente que las reúna

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juiciosa y metódicamente en vista de la seguían siendo tan insuficientes y


ejecución de la obra concertada? malos como precedentemente.
Es innegable. Y como por otra parte Es que se había hecho una revolu-
no es posible en una dirección única ción formidable para sustraerse de
abarcar el conjunto de la inmensa los efectos perniciosos de un sistema
labor a efectuarse, esta fuerza direc- funesto, pero este sistema, salvo modi-
tora deberá forzosamente entregar ficaciones insignificantes, quedaba en
una parte de su poder en favor pie, perfectamente intacto, y era lógico
de otras fuerzas directoras subal- que produjese los mismos males.
ternas. Entonces, cualquiera que sea La Revolución parecía querer defraudar
el nombre con el cual se designe a nuevamente las grandes esperanzas
estos delegados organizadores, que puestas en ella...
se les llame compañeros ingenieros Tan amarga constatación no podía
o compañeros intelectuales, en vez menos que entibiar el entusiasmo de
de jefes o capataces, su intervención los comunistas.
“directora” no por eso será menos La limpieza de las calles, los trabajos
autoritaria o efectiva, por cuanto, pesados y sucios, por ejemplo, estaban
como siempre, tendrán que obedecer hechos por voluntarios, los que se
pasivamente los dirigidos. cansaron pronto de labor tan ingrata:
De ahí nacerá la mala voluntad: el había escasez de máquinas barredoras
compañerismo y la solidaridad reci- y pasaría tiempo antes que las hubiese
birán un golpe mortal, y falseado en en cantidad suficiente.
su esencia misma el nuevo estado de Los obreros, cuyo oficio era poco agra-
cosas, en definitiva, no será sino un dable o atrayente, deseaban cambiar
reflejo del antiguo. de ocupación, pero como no sabían
Como está dicho, la organización desempeñarse en otras profesiones,
del trabajo para la producción útil les era forzoso continuar con la suya,
en la ciudad de Las Delicias, y prin- siendo esto motivo de descontento
cipalmente de los diversos servicios para muchos. ¿Cómo hacer para satis-
públicos enumerados más arriba: facer los unos y los otros?
tracción, luz, aguas, barrido, etc., Hubo que abrir los ojos ante la realidad:
dio lugar a una confusión enorme, a sólo la organización tal como la enten-
pesar de la buena voluntad de todos, dían y practicaban los burgueses podía
quedando demostrado a los pocos dar resultados aparentemente buenos,
días lo irrealizable de la empresa. siendo la sola compatible con las
Aunque se hubiese contado con un gigantescas ciudades modernas.
ejército de hombres superiores, perfec- Con el sistema comunista, esta orga-
tamente al corriente de su misión, nización no servía. Se había errado
no habría sido posible el “normal” el camino.
funcionamiento de dichos servicios, si Pero, si tal cosa sucedía con la organi-
se quería respetar los altos principios zación de la producción en la ex capital
de justicia e igualdad inscriptos en de la difunta monarquía, donde no
los pliegues de la bandera roja y en el faltaban inteligencias despejadas, ¡qué
corazón de los comunistas. no pasaría con la gente del campo,
El caso era que, no obstante su reor- por lo general poco ilustrada, con los
ganización, estos servicios públicos agricultores que debían abastecer la

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ciudad, enviándole los productos de la joven Super, quien habíase manifes-


tierra, fruto de su labor! tado siempre contrario a la tendencia
Éstos tampoco tenían por qué regoci- general que quería utilizar, en tiempo
jarse exageradamente con la proclama- de Anarquía, los métodos y medios
ción de la comuna. empleados por el capitalismo para
¿En qué había cambiado su triste hacer frente a las necesidades de la
condición de esclavos de la tierra? En sociedad burguesa.
nada. Su suerte seguía siendo la misma, Algunos de sus compañeros fueron
dura y poco divertida. del mismo parecer, pero los otros,
Ellos poseían la tierra, es cierto, pero demasiado optimistas, y tal vez sin
el método de cultura no había variado. ahondar convenientemente ese lado
Era siempre el cultivo en gran escala del problema, calificaron de quimé-
el que prevalecía; es decir, la siembra ricas dichas aprensiones, prefiriendo
de un mismo cereal o producto, encarar las cosas venideras con detes-
cubriendo regiones enteras, porque table criterio rutinario, inconscien-
eran necesarias grandes y abun- temente opuestos a las solas ideas
dantes cosechas para que las ciudades renovadoras de las que dependía la
gigantes, esas devoradoras insaciables, salvación de la obra revolucionaria;
no conociesen el fantasma del hambre, creyendo posible dar nueva y fecunda
y esta labor monótona, sin variación vida a un organismo gangrenado cuya
y falta de todo atractivo, no era la supresión total debía haber sido uno de
más a propósito para hacer conocer al los primeros actos de la Revolución.
obrero del campo la felicidad, alegría Las previsiones del joven anarquista
y dulzura de vida que él se figuraría no eran equivocadas, porque es una
naturalmente inherentes a la condi- gran verdad que no puede haber
ción de hombre libre. salud, armonía, bienestar, higiene,
Y en ese caso, ¿quién podría impedir abundancia, alegría ni libertad en los
que el campesino, dueño sin disputa del grandes centros poblados.
suelo y de sus brazos, viendo que puede Es una locura, decía, que una colecti-
vivir tranquilo y dichoso con el mínimo vidad libre persista en vivir amontonada
de esfuerzo, y en rigor pudiendo en un mismo punto, ensanchando más
pasarse de la ayuda de los habitantes y más la planta urbana de su residencia,
de la ciudad con sólo asociarse con los a medida que dicha colectividad crece
camaradas de su pueblo, para producir y se hace más numerosa; cifrando su
únicamente lo preciso para las nece- gloria en construir y habitar la ciudad
sidades propias –y sabemos que estas más grande y más poblada del mundo,
necesidades del campesino son pocas–, porque todo lo que hace o constituye
se negase a continuar la asociación el esplendor de una gran metrópoli:
rompiendo en lo sucesivo toda relación extensión de perímetro, altura de los
con ellos basada sobre la comunidad de edificios, número crecido de habitantes,
la producción? actividad del comercio, riqueza de la
¡Terrible perspectiva, de un posible población, movimiento extraordinario
divorcio entre la ciudad y el campo!... del tráfico callejero, etc., etc., es opuesto
Estos obstáculos e imposibilidades a la realización del ideal anarquista, el
habían sido previstos, sin embargo, que consiste en agrupaciones reducidas
mucho antes de la Revolución, por el de seres racionales que buscan en la

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asociación con sus semejantes el medio del recinto de las ciudades. Es preciso,
de obtener el máximo de bienestar con pues, que haya ciudades para alber-
el mínimo de esfuerzo individual, y garlos convenientemente, y que estas
una libertad amplia, sin restricciones, ciudades sean grandes, porque cuanto
que permita a cada uno de los miem- más grandes, más numerosos son los
bros de dicha asociación disponer de su servicios públicos que ellas necesitan,
tiempo sin control, sea interviniendo los cuales exigen todo un arsenal de
últimamente en las ocupaciones mate- ordenanzas y reglamentos que faci-
riales exigidas por las necesidades liten su buen funcionamiento. Estos
económicas, sea dedicándose a las del reglamentos y ordenanzas requieren,
espíritu, no menos importantes y nece- como es de suponer, una legión de
sarias para el normal equilibrio de las “activos” funcionarios que velen por
facultades humanas. su exacto cumplimiento.
Y bien, las grandes ciudades no pueden Además, se precisan numerosas oficinas
ofrecer nada de esto a sus moradores. para la administración de la cosa
Mas, casi se podría afirmar que ellas pública: oficinas de estudios, de soli-
han sido ideadas por los gobernantes citudes, de autorizaciones, despacho
para conseguir lo contrario, con el de fórmulas y papel timbrado, de
fin de transformar las mil anormali- informes...; otras para las contraven-
dades que derivan fatalmente de un ciones y multas; otras para recauda-
exceso de población en fuente inago- ción de impuestos, etc., etc.
table de dinero. Cada uno de los servicios públicos de
Por eso, han hecho creer a los gober- una gran ciudad debe tener en todos los
nados que es un título de gloria para la barrios sus oficinas correspondientes y
capital de una nación el tener muchos el personal de empleados encargados
millones de habitantes, como Nueva de la reglamentación e inspección de
York, París o Londres, diciéndoles que dichos servicios. Y, naturalmente, el
estas capitales deben una gran parte parásito burgués encuentra en esas
de su fama y prosperidad a tan colosal oficinas el puesto bien remunerado,
reunión de individuos y propenden que le permite vivir y hacer buena
a que la de su país sea tan grande o figura con los demás individuos de su
mayor que las citadas. clase privilegiada.
El brillo ficticio de aquellas colosales Y como estos individuos son muchos,
aglomeraciones humanas, les da una se necesitan muchos empleos... Es así
apariencia de razón, con lo que el engaño como hay un sinnúmero de oficinas
es fácil. Y el pueblo cree, se aglomera de reglamentación, conservación e
según la fórmula patriótica, con lo que inspección; de construcción, pavimen-
los dirigentes consiguen lo que desean: tación, tráfico y consumo; de teatros,
recursos abundantes para mantener en paseos y trabajo; del riego, de análisis;
la holganza a la clase burguesa. de higiene, asistencia, etc., etc., que
Sabido es que la burguesía se sólo sirven para dar una apariencia de
compone de individuos que viven ocupación a los hijos de la burguesía.
del trabajo ajeno. Todo nuevo ensanche, cada nuevo
Estos individuos, que son los pará- progreso, toda innovación, todo lo
sitos que roen el cuerpo social, no que da mayor brillo o esplendor a la
podrían existir o desarrollarse fuera ciudad moderna, son el pretexto para

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la creación inmediata de otros tantos regatear, aunque sólo se disfrute del


nuevos servicios de estudio, inspec- aire, del sol, del pan, del agua o de la
ción, reglamentación y recaudación carne en muy pequeñas dosis y que las
provistos de sus respectivos personales dichas pequeñas dosis sean siempre de
de parásitos. calidad muy inferior.
Además, en una gran ciudad, hay Además, muchos negocios y casas de
siempre el elemento popular recalci- comercio abrirán sus puertas en la gran
trante, los descontentos, aquellos que ciudad. Pronto, vendrán impuestos
quieren imitar en todo a los burgueses; de patente, luz y barrido; otros
es decir, vivir como éstos, a costa impuestos por el letrero, sobre la clase
de los laboriosos. Por eso, como se de comercio; otros sobre el número
comprende, los burgueses no pueden de dependientes empleados; sobre el
consentirlo: ¡nada de competencia! capital invertido; sobre los beneficios
¡Para aquellos pillos habrá leyes penales realizados, etc.
que fijen el castigo en que incurren por De cada lado de la calzada se levan-
su pretensión! ¡Espléndida ocasión para tarán un sinnúmero de inmuebles, que
crear nuevas profesiones liberales, como pagarán también crecidas sumas en
la de juez para condenar, de escribiente concepto de contribución territorial,
para historiar los delitos, y también de además de los impuestos de limpieza, de
abogado (!) para defender a los pillos! alumbrado y otras gabelas por el estilo.
Pero, para sostener aquel ejército de El terreno sube de precio en el centro de
hambrientos elegantes, se necesita la ciudad, debido a la compacta edifica-
dinero, mucho dinero, y para encon- ción y a las hermosas y bien asfaltadas
trar ese dinero es preciso recurrir a los calles y avenidas, en las que se ubican
impuestos, contribuciones y gabelas de los ricos mercaderes y se radican el lujo
todas clases, y hacer que la población y los placeres. Sin tardar se construyen
los pague con puntualidad. rascacielos de cien pisos de altura, cuyos
Se comprende fácilmente que en dueños piensan escapar así a la explo-
ciudades chicas, de pocos habitantes, tación escandalosa de los detentores
los impuestos no darían lo suficiente de la tierra, ganando en alto lo que no
para alimentar tantos holgazanes. pueden conseguir en ancho.
Es por consiguiente absolutamente Entonces se tienen ciudades fantás-
necesario también desde este punto ticas, ideadas por cerebros locos, como
de vista, que la ciudad sea grande, las de Norteamérica, donde todo un
inmensa, ilimitada, en relación a su mundo vive entre las nubes.
población, para que las bienhechoras Sin embargo, el peligro de tener que
gabelas hagan caer una lluvia de oro en pagar no ha sido conjurado, como lo
los bolsillos de estos astutos mistifica- creyó el propietario de esas horribles
dores y vividores. torres de hierro modernas; porque lo
En primer lugar los varios millones que no dio al vendedor del suelo, tiene
de habitantes de la ciudad gigante, que entregarlo con creces en forma de
necesitan comer, beber y... respirar, impuestos, a los administradores de la
funciones indispensables de la vida. cosa pública: impuesto sobre cada piso,
Buena oportunidad para gravar el pan, sobre cada habitación, sobre el número
la carne, el agua, el aire, el sol... de un de personas alojadas, sobre la cantidad
justo tributo que todos pagarán sin de ascensores; sobre las ventanas y las

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puertas, sobre la corriente eléctrica que cada impreso, etc., y otra nube más
da luz, calor y tracción; sobre la forma de funcionarios parásitos, hijos de
del edificio y su arquitectura; sobre el burgueses, tienen asegurada una exis-
espacio ocupado por sus frentes y la tencia tranquila y bien rentada.
superficie de su base, etc., etc. En una gran ciudad, el público tiene
Pero el dueño del inmueble gigante que ocupar sus ocios en alguna cosa:
halla el modo de no sacar un solo se va al café, al concierto, etc., cuando
centavo de su bolsillo. ¿No es él, acaso, no a las carreras u otras diversiones
burgués también, es decir, parásito que sportivas. Pues bien, ¡hasta la alegría
se nutre del esfuerzo ajeno?... Pues, y el descanso pagan tributo a la ley
con aumentar el precio del alquiler común! El café, principalmente, ¡qué
a los locatarios, se resuelve sin difi- mina de oro inagotable! Allí, cada
cultad el problema, siendo en defi- botella que se expende o está en los
nitiva los productores quienes, como estantes, cada vaso, cada cucharita,
siempre, tienen que chancelar íntegras cada silla, cada letra de los avisos que
las contribuciones y los impuestos del adornan las paredes, paga gabela a la
rico propietario. comuna (léase a los burgueses). El
Las calles, largas, y en su mayoría mal teatro y el hipódromo entregan un
pavimentadas y sucias, hacen el uso tanto por ciento sobre el importe de
del vehículo imprescindible. Nada sus rentas diarias.
conviene más a nuestros parásitos, que ¡Qué decir del cigarrillo, ese compa-
tienen con esto otra fuente abundante ñero inseparable del trabajador y del
de recursos derivados de las gabelas holgazán!, ¡qué fuente de recursos!...
de todas clases, que alcanzan a todos Pero, si hasta de los vicios menos nobles,
los rodados, a todos los caballos, a ¡¡¡hasta de la prostitución!!! sacan
todas las fustas, a todas las cocherías, provecho estos honrados y virtuosos
etc. Esto para los coches de plaza. En señores administradores nuestros...
cuanto a los carros de carga, su número Y así es como hay en la gran ciudad un
tiene que aumentar forzosamente a sin fin de contribuciones y de gabelas
medida que se desarrolla la ciudad y sobre todo lo que se ve, lo que se toca,
crece su población, cuyas necesidades lo que se usa, para la mejor marcha y
exigen un abastecimiento incesante, y administración de la cosa pública.
llueven reciamente también sobre éstos En cuanto a los beneficios que sacan
las contribuciones benditas: impuesto los contribuyentes de los tales servicios
sobre el peso que pueden llevar, públicos que ellos sostienen tan libe-
sobre el número de yuntas que tiran; ralmente con su dinero, es difícil de
gabelas de una clase para los vehículos apreciarlos, porque no existen, o si los
de cuatro ruedas, de otra para los de hay, son tan escasos, tan ínfimos, que
dos, etc., sin olvidar, naturalmente, la ni vale la pena hablar de ellos.
indispensable patente de circulación. En realidad, no se trata de parte de la
La ciudad es grande. Los habitantes, burguesía administradora y directora,
que tienen relaciones entre ellos, viven de atender seriamente ninguno de
en los barrios más opuestos: de allí estos servicios de utilidad pública.
el servicio de correos que facilite las Dichos servicios son el pretexto, el fin
comunicaciones epistolares. Y luego, es encontrar dinero para vivir bien sin
el impuesto sobre cada carta, sobre hacer nada. Teniendo asegurado el

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

ingreso de este dinero, lo demás importa Pues, contra ellos, cientos de puños
poco, es de segunda importancia. se levantan traduciendo en gesto de
Pero, como es preciso dar siquiera una rabia impotente la desesperación de
apariencia de compensación al dinero los desgraciados seres que viven en su
sustraído del bolsillo de los produc- base privados de luz, de aire y de sol,
tores, se les ofrece un raro ramillete en las miserables chozas envueltas en
de espléndidas ilusiones: ilusión de la fría sombra que proyecta sobre ellas
limpieza, ilusión de empedrado, de el criminal coloso, sembrador de tris-
seguridad, de higiene, de embelle- teza, de tuberculosis y de muerte...
cimiento; ilusión de luz, etc., etc. Y Y así todo...; convirtiéndose fatalmente
a medida que la ciudad se agranda las grandes ciudades en receptáculos
y que su esplendor es más brillante, de todas las inmundicias arrojadas por
nuevas ilusiones, que se pagarán con la población, animal y humana, que
buenas realidades monetarias, son la envenenan la atmósfera: ellas no son
consecuencia de ese mayor grado de sino un conjunto de fealdades de la
progreso alcanzado por las deslum- peor especie, una reunión diabólica de
brantes Atenas modernas. todo lo que puede dañar y perjudicar
De ahí las quejas y protestas del contri- al hombre: suciedad, enfermedad,
buyente, escandalizado por la grosera corrupción, degeneración, delin-
mistificación de que va siendo víctima. cuencia, opresión, esclavitud, hambre,
Sí, todo es ilusión en las grandes miseria, aflicción, etc.
ciudades, todo, hasta la salud, que ¿Era para perpetuar semejante estado
no tenemos; hasta el aire que respi- de cosas que los voluntarios de la
ramos, viciado por las miasmas y Anarquía habían derrumbado la
pestilencias de la calzada: ¿no hemos monarquía? ¿Trabajar cual un autó-
dicho que el barrido de la vía pública mata; vivir en malas condiciones
es otra ilusión? higiénicas; sujetarse a reglamentos
Y si el aire que respiramos en la opresores, y lo más peor, estar por
calle lleva a nuestros pulmones los presenciar la ruptura entre el elemento
gérmenes de todas las enfermedades, agrícola y el elemento industrial?...
¡qué decir del que respiramos en las ¡No... mil veces no!... la revolución
“higiénicas” habitaciones construidas no podía detenerse a medio camino,
con la competentísima aprobación de ella debía acabar su obra, proclamar
las oficinas de parásitos creadas para la libertad sin límite y el derecho a la
dicho objeto! salud en la región americana eman-
¿Veis estos edificios colosales que se cipada, organizando el trabajo sobre
levantan, soberbios, muy alto por bases nuevas que no aten al individuo
encima de las modestas casas que a un modo determinado de labor y de
los rodean, como aplastándolas con vida. Y sobre todo, huir de las grandes
su mole enorme... estos edificios ciudades, derribarlas implacablemente
estupendos que atónito contempla hasta que no quede de ellas piedra
el forastero, confundido ante tanta sobre piedra, como si fueran ciudades
ciencia de ingeniería y atrevidez malditas..., y formar pequeños pueblos
de concepción, y que son uno de que produciéndolo todo, se basten a sí
los principales motivos de orgullo mismos. Respirar aire puro, vivir en
de las grandes ciudades actuales?... plena gloria del sol, para dar nuevos

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

pulmones a la humanidad y rege- minada de individuos, y formando


nerar la especie, reconciliándola con la con el sobrante de la población
alegría y la dicha de ser... nuevos pueblos que se ubicarían en
Super recordaba todas estas exaltadas los lugares que se designarían como
palabras con las cuales trataba de los más apropiados. El manifiesto
persuadir a sus camaradas los liberta- terminaría indicando cuáles eran los
rios en aquellos críticos momentos, y métodos de trabajo que se pensaba
decidirlos a dar el paso decisivo que adoptar para que fuera un hecho la
completaría la obra empezada, como la independencia de cada comuna.
inmensa satisfacción que experimentó Las nuevas poblaciones debían orga-
cuando vio prevalecer sus ideas. nizarse de un modo distinto al actual,
Oídas en asamblea de comunistas las según un plan que consultaría la
razones del joven anarquista, y las de comodidad del abastecimiento, la
algunos compañeros más, partidarios facilitación de la circulación, la conve-
decididos de la comuna tal como aquél niencia de la producción, la higiene
la comprendía, los libertarios delibe- y el bienestar general, permitiendo a
raron sobre la conveniencia de adoptar cada pueblo o comuna desarrollarse
la organización propuesta. libremente, organizando su produc-
El resultado de la deliberación que fue ción de manera que no tuviera nece-
de las más acaloradas, resultó completa- sidad alguna de la ayuda de las demás,
mente favorable a los entusiastas nova- fuera de los casos de fuerza mayor,
tores. Por unanimidad decidióse obrar producidos por causas catastróficas,
inmediatamente en el sentido indicado. en cuya circunstancia no les faltaría la
Para hacer conocer de la población las acción de la solidaridad comunista.
decisiones tomadas, se resolvió orga- Así, con el trabajo libre e inteligente de
nizar numerosos mítines en todos sus habitantes, las comunas nacientes
los barrios de la ciudad, en los que se llegarían en poco tiempo a un alto
explicaría las graves razones que hacían grado de progreso benéfico para todos
imprescindible una orientación nueva, sus miembros, acercándose cada vez
un cambio de rumbo que permitiría más al ideal de perfección soñado por
andar con paso firme hacia la justicia los generosos utopistas.
social, ya que quedaba evidenciado que El primer acto de los comunistas en
no había esperanza alguna de poder ese combate por la dicha, debía ser
alcanzar nunca la felicidad anhelada el de entregarse enteramente, intensi-
siguiendo por el antiguo camino. vamente, a la cultura del suelo. De la
Se publicaría, además, un extenso tierra brotaría la independencia junto
manifiesto explicativo, el que sería con la abundancia para la vida.
distribuido profusamente durante Pero como los pueblos anarquistas
los mítines y fuera de ellos, en el que no contaban con los instrumentos
se expondría claramente el por qué mecánicos para la fabricación de las
se debía abandonar cuanto antes la máquinas necesarias a las muy diversas
gran capital para dirigirse sobre los tareas de la producción industrial, se
pueblos vecinos, repartiéndose los seguiría aprovechando los talleres y
habitantes de Las Delicias en cada usinas de la capital para proveer a las
una de las poblaciones camperas, comunas de las herramientas y de la
hasta no pasar de una cantidad deter- maquinaria indispensable.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Después, cuando los pueblos contaran que vivían en una parte de la ciudad,
con medios propios para poder producir nada tenían que envidiar a los que
y abastecerse en las condiciones reque- habitaban en las otras partes, porque
ridas por su población, se abandona- en todos sus puntos hacíase sentir
rían también los talleres y las usinas de igualmente la inteligente e interesada
Las Delicias, no sin antes haber sacado intervención de los moradores, que se
de ellos cuantos útiles contenían y de esmeraban en dotarla de cuanto podía
desarmar y transportar a los nuevos contribuir a su embellecimiento y a
centros de población toda la maqui- hacer más agradable la permanencia
naria susceptible de ser adaptada a los en ella, por lo que tanto valía residir
nuevos métodos de trabajo, garantía de en uno como en otro punto, al norte
la autonomía del productor. como al sur, al este como al oeste;
Durante cuatro años consecutivos se siendo así que la población no se veía
trabajó afanosamente para poner la en la dura necesidad de emigrar conti-
comuna en estado de andar con sus nuamente, como antes, siempre más
solas fuerzas. La capital había sido lejos del centro, hacia los parajes apar-
evacuada casi por completo. Sólo resi- tados, sucios y faltos de todo, ni tenía
dían todavía en ella los compañeros que luchar contra el encarecimiento
ocupados en la fabricación y trans- siempre creciente de las habitaciones
formación de las máquinas y demás situadas en el corazón de la “city”.
instrumentos de labor que sólo podían Por estos motivos, y el de no existir ya
hacerse allí por el momento. las largas distancias que separaban el
Luego, se necesitó otros tantos años domicilio del empleo, las que debían
más para dar forma aproximada a la recorrerse diariamente, con la tortu-
concepción filosófica de la comuna rante preocupación de llegar a destino
anarquista, y diez años más para que con exactitud matemática, el servicio
los nuevos pueblos adquiriesen las de transporte rápido de pasajeros por
costumbres y el aspecto que tenían tracción eléctrica o vapor, era absolu-
en la actualidad. Se estaba, pues, en tamente superfluo e inútil.
la aurora hermosa de una sociedad En verdad que se necesitaba una orga-
verdaderamente libre y feliz. nización tan irracional absurda como
la de la sociedad burguesa, para que
fuera imprescindible recurrir a seme-
2. Ojeada a la nueva sociedad jante medio para asegurar el funciona-
miento de la máquina social.
La planta urbana no estaba exage- La manera de comprender las cosas
radamente extendida como la de en aquella época singular, era de las
las grandes ciudades. Nadie pagaba más curiosas y divertidas. Así, por
alquiler para habitar en los chalets ejemplo, la gente que vivía al norte de
comunistas, careciendo estos últimos, la ciudad tenía sus ocupaciones al sur
como todo lo que constituía el haber de la misma, y la que residía al sur las
social, de valor especulativo, por la tenía al norte, pasando un par de horas
supresión del dinero y la abolición de todos los días viajando en tranvía, una
la propiedad privada. Y no habiendo a la mañana para la ida a la labor y otra
barrios centrales ni suburbios, ni calles a la noche para el regreso al hogar...
privilegiadas y otras abandonadas, los Y miles de hombres, de mujeres y de

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

niños, hacían diariamente el mismo No se veían gesticulaciones de beodos


monótono y aburrido recorrido, o de individuos trastornados por los
perdiendo un tiempo precioso que terribles reveses de la existencia; no se
sumado resultaría fabuloso, cuando era veían niños sucios y andrajosos y famé-
tan cómodo y sencillo para los vecinos licos, criándose en el arroyo; no se oían
en cada barrio hacer allí mismo el palabras groseras o soeces que ofen-
trabajo que hubiese. diesen la ética del lenguaje e hiriesen
Además, no habiendo que conformarse la forma amable del trato entre comu-
a horarios impuestos y por lo tanto arbi- nistas hombres, mujeres y niños...
trarios, puesto que las cosas hacíanse La corrupción de las costumbres
por libre iniciativa y en cualquier había desaparecido por completo.
momento del día y al notar la conve- La prostitución no era más que un
niencia de efectuarlas, no se veía en las triste recuerdo de una época libertina
calles de la ciudad anarquista, aquella y depravada. El alcohol y los espiri-
doble correntada humana que en los tuosos habían sido desterrados como
grandes centros poblados desbordan de bebida. Solamente la pasión por el
una a otra vía, entrechocándose en la tabaco no había sido extirpada del
encrucijada de los caminos, como olas todo todavía; una reducida minoría,
enemigas que se repelen, para correr a pesar de todo, seguía siendo esclava
luego, silenciosas y frías, entre las altas del vicio de fumar, afortunadamente
paredes de los edificios construidos a el menos repugnante. Pero como no
ambos lados de la calzada. existía venta de cigarros, los fumadores
No faltando nada a nadie, no había cultivaban y cuidaban ellos mismos las
harapientos al lado de bien vestidos, plantas de tabaco que necesitaban para
ni hambrientos codeando hartos; su consumo personal, con lo que sólo
ni pudientes orgullosos al lado de se perjudicaban a sí mismos.
humildes hipócritas y rencorosos.
Los semblantes expresaban sólo senti- El cambio de forma social había
mientos nobles y leales. La máscara operado una transformación radical
repulsiva de la hipocresía había caído en la mentalidad general. La abolición
de todos los rostros, habiendo las caras de la propiedad privada y la supresión
recuperado sus armoniosas líneas natu- del oro como valor representativo de
rales y humanas, deformadas durante la producción, habían asestado un
tanto tiempo por la burla insolente, la golpe mortal a la delincuencia. Luego,
blasfemia, la mentira, la simulación, el la desaparición de las diarias preocu-
odio, la envidia, la astucia y el egoísmo; paciones económicas individuales, y
o marchitas por las orgías y los vicios la satisfacción que experimentaron los
más degradantes. comunistas con los nuevos métodos de
No se veían facciones alteradas por las trabajo adoptados que simplificaban y
injusticias sociales, por los abusos y el aliviaban la labor, reduciéndola a unas
engaño de los fuertes; no se veían caras cuantas horas diarias, influyeron pode-
huesudas y cadavéricas, ojos muertos rosamente para libertar los ánimos de
o sin expresión, cuerpos arruinados aquella hostilidad latente, que en la
por catástrofes morales, por exceso de sociedad capitalista contagiaba los
trabajo y de privaciones o por enfer- espíritus, enemistándolos por razones
medades vergonzosas... de interés.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Muy contados fueron los individuos que Pero no es sólo el delincuente a quien
se mostraron reacios al nuevo estado de debe mantener el robado. ¡¡¡Tiene que
cosas. Hubo, asimismo, algunos incons- remunerar regiamente los jueces y sus
cientes que no tuvieron el menor escrú- escribientes; tiene que pagar los comi-
pulo en aprovecharse del esfuerzo ajeno, sarios de policía y los guardianes del
consumiendo sin contribuir en la produc- orden y de la propiedad; los carceleros
ción, o simulando hacerlo, pensando y los obreros que edifican las cárceles,
poder vivir cómodamente, como buenos y abonar también el valor del material
zánganos, engañando a los productores. que se emplea para la construcción de
Esto, como es natural, no podía tole- estas últimas!!!...
rarse. Pero ¿cómo hacer para obligarlos Esta manera de hacer justicia,
a trabajar? ¿Tener espías, crear tribu- sangrando igualmente a las víctimas
nales, nombrar jueces? de los delincuentes y a los que no son
Esto hubiera sido imitar el absurdo víctimas de ellos, no podía convenir,
sistema de represión inventado por como se comprende, a los comunistas,
los burgueses, sistema de represión porque era crear al lado de algunos
“que hiere una vez más al robado al parásitos dañinos, todo un ejército de
pretender castigar al ladrón”. nuevos parásitos mucho más voraces y
Pero dicho sistema no resuelve nada, temibles que los primeros; además de
ya que su acción no puede ser otra que ser en alto grado inmoral, por cuanto
la de reprimir, siendo bien probado deformaba cerebros, moldeándolos
que le es imposible impedir el delito. para la ejecución de una obra baja y
Los jueces pueden mandar a presidio deprimente, como lo es la de perseguir
al delincuente, pero lo que no podrán y espiar a los hombres y condenarlos
hacer nunca es evitar que robe el a una vida de tortura, privándolos de
ladrón o asesine el criminal. Su papel libertad y de bienestar.
se reduce, en consecuencia, a castigar No; aunque en el principio origi-
al culpable, y con el encierro del delin- náronse no pocos incidentes desagra-
cuente la justicia se declara satisfecha. dables entre productores y no
Pero, al aprisionarlo, ella se ve no productores, los comunistas prefi-
solamente obligada a alojarlo gratui- rieron rendir a estos últimos por
tamente durante todo el tiempo de la presión moral del ejemplo, sin
su condena, sino que debe proveer emplear la violencia, y consiguiéronlo
también a su alimentación y darle las en poco tiempo.
ropas que necesite. Y como es preciso Los zánganos de la comuna eran cono-
tener dinero para pagar los gastos de cidos por todos. Por lo tanto, cuando
su manutención el robado o la familia un compañero ocupado en un trabajo
del asesinado, conjuntamente con los cualquiera necesitaba de ayuda, pedíala
demás miembros de la sociedad que no al parásito directamente con palabras
fueron perjudicados ni por el asesino insinuantes y amables, diciéndole ser
ni por el ladrón y por consiguiente cosa de corto momento, no atrevién-
nada tienen que ver con ellos, deben dose el otro a rehusar, y con buena o
saldar la cuenta, una cuenta muy mala gana hacía lo que se le pedía.
larga, porque nunca acaba, aunque los Así, sin aparato de fuerza, sin coerción
malhechores salgan en libertad, ya que de ninguna especie, los refractarios
siempre hay otros para reemplazarlos. acostumbrábanse poco a poco a la

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

vida comunista, regenerándose con eliminarla, y en vez de pedir al vapor


el ejemplo ajeno y convirtiéndose de agua la fuerza motriz que acciona
después en los más entusiastas parti- las máquinas generadoras del fluido
darios de la nueva organización social, misterioso, los comunistas resolvieron
cuando vieron cuan inmensa era la captar una parte de la fuerza prodi-
diferencia entre la sociedad comunista giosa que desarrollan en la superficie
y la antigua forma social; cuando cons- del planeta los elementos naturales en
tataron que la igualdad era un hecho y incesante movimiento: vientos, ríos,
que una preocupación única y perma- cascadas, calor solar, etc.
nente: el bien de todos, guiaba todos Ahora, Super retrocedía con el pensa-
los actos de los libertarios. miento, al corto período de febril
espera, en que todas las facultades
Para conseguir la suma máxima de inventivas del hombre tenían este solo
libertad soñada, los anarquistas debían fin: domar las fuerzas de la natura-
contar, en primer lugar, con la pose- leza para hacerlas servir a la obra de
sión de un elemento productor de civilización libertaria. El éxito había
fuerza mecánica poderoso, cuya obten- sido completo, consiguiendo el genio
ción no requiriese grandes esfuerzos, humano dominar plenamente las
sacrificios o trabajo a la colectividad, corrientes atmosféricas y terrestres,
y que, además, fuera mudable a con cuya potente ayuda tenían asegu-
voluntad, adaptable a todos los usos: rada la producción del fluido eléctrico
calor, energía, luz, movimiento, etc., y en cantidad suficiente para todas las
de manejo fácil. necesidades y usos de la comuna.
La electricidad, como es sabido, reúne Ingeniosas máquinas y aparatos
en sí el conjunto de esas condiciones de todas formas y tamaños fueron
preciosas, sin contar aquellas que ideados para llegar a dicho resultado.
ignoramos. El elemento buscado, Gigantescos eolipilos colocados en los
estaba, pues, al alcance de sus manos y puntos más altos de las colinas giraban
los comunistas estaban desde muchos incesantemente accionados por el
años atrás familiarizados con él. Pero el soplo poderoso de la tempestad o el de
problema no consistía precisamente en las más leves brisas.
descubrir el fluido eléctrico ni en utili- Instalaciones especiales permitían
zarlo, sino en encontrar medios nuevos recoger directamente en los acumula-
de producirlo y tenerlo en abundante dores la electricidad atmosférica que
reserva, sin recurrir al carbón, cuyo grandes cometas metálicas iban a arre-
empleo implicaba para los comunistas batar en la región de las nubes.
estar bajo la dependencia de otras Un descubrimiento hecho por uno de
agrupaciones, ya que en los dominios los comunistas permitía descomponer
de los hijos del Sol no había minas de los rayos solares en fuerza eléctrica,
hulla, y si las hubiera habido, habrían obteniéndose con este procedimiento
quedado sin explotar por considerarse una provisión de fluido importante
la extracción del nuevo combustible durante los días despejados.
trabajo indigno de un hombre libre. Las caídas de agua, naturales o artifi-
Representando la hulla la esclavitud ciales, y la impetuosa corriente de ríos
para el minero y una subordinación a y arroyos movían mecanismos senci-
otras regiones inadmisible, era preciso llísimos que tenían también el mismo

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

objeto: producir electricidad para apro- El alumbrado público y privado


visionar las baterías de acumuladores. había recibido también una modifi-
Paralelamente a los trabajos relacio- cación radical. No habiendo motivo
nados con la producción de la elec- para desconfiar del prójimo, siendo
tricidad, los libertarios ocupáronse todos los habitantes de la ciudad
en hacer los acumuladores necesarios anarquista, compañeros y amigos, no
para almacenar el fluido. Considerable eran de temer ningún asalto o agre-
era su número, teniendo en cuenta los sión de parte de nadie, razón que
múltiples empleos a que estaban desti- no hacía mayormente necesaria la
nados. Efectivamente, cada grupo de iluminación permanente de las calles
casas contaba con una instalación eléc- durante todas las horas de la noche.
trica independiente que las proveía de Siendo estas calles, además, siempre
luz, calor, etc., y también para dar la limpias y conservadas en buen estado,
fuerza necesaria a la extracción del agua no se corría el peligro de enlodarse a
de consumo, cuando por falta de viento cada paso o de caer en ninguna zanja
no giraban las ruedas aéreas de los abierta bajo los pies del transeúnte,
molinos; y las instalaciones mecánicas desapareciendo por lo tanto toda posi-
de los talleres, los automóviles de carga, bilidad de percance desagradable, lo
aeroplanos, electrocicletas y máquinas que hizo que se adoptase el sistema
agrícolas, necesitaban igualmente su del alumbrado facultativo, teniendo
correspondiente dotación de receptores en cuenta que las sombras de la noche
de energía eléctrica. Por dicha causa, los tienen también su poesía y su encanto,
libertarios dieron atención preferente a resultando una economía de electri-
la construcción de estos aparatos, a la cidad enorme para la comuna. La luz
de los motores y de los dínamos; siendo se obtenía por medio de acumuladores
así que en vista del papel importante cargados para una semana y colocados
desempeñado por la electricidad, en las en los almacenes y depósitos, y de
funciones del nuevo organismo social, distancia en distancia en los caminos.
ningún comunista pudo sustraerse a la El tránsito de los vehículos cesando
imperiosa necesidad de conocer a fondo totalmente al anochecer, las vías carre-
esta utilísima rama del saber, llegando a teras no precisaban de luz artificial. En
ser todos ellos, en poco tiempo, gracias cuanto al movimiento de peatones,
a la práctica seguida de esta ciencia, su poca importancia hacía posible la
habilísimos electricistas. costumbre de alumbrarse el camino
La aplicación del fluido accionante se a sí mismo, en las noches obscuras,
extendía hasta el servicio de limpieza de abriendo o cerrando sucesivamente al
la ciudad, el que se efectuaba por medio pasar las llaves de la corriente eléctrica,
de un nuevo sistema de barredoras mecá- teniendo así luz a voluntad durante
nicas, que sacaban automáticamente el todo el tiempo que se necesitaba.
polvo y las suciedades de la calzada aspi- En los diversos locales comunistas
rándolos para recogerlos en un depósito (talleres, almacenes, garajes, etc.), se
adecuado del que estaban provistas. Una recurría al mismo procedimiento,
veintena de estas máquinas “higieniza- porque tampoco allí se hacía inútil
doras” bastaban para el aseo de la ciudad, derroche de luz, no imitando en esto
del que se encargaban los mismos vecinos a las tiendas o negocios de las ciudades
en sus respectivos barrios. burguesas, donde la electricidad se

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

consume inútilmente bajo las mil En estas condiciones, el movimiento


formas de intensidad que el capricho de trenes debía disminuir en una
capitalista quiere darle, para mayor proporción enorme, y el material
provecho de los accionistas de las rodante inactivo, hubiérase deterio-
compañías suministradoras del fluido; rado o destruido lentamente en los
con lo que quedaban suprimidas depósitos, sin contar que el trabajo
las grandes usinas generadoras de permanente que reclaman las vías para
corriente a alta tensión, así como las quedar en buen estado, nunca hubiese
extensas y peligrosísimas instalaciones sido compensado por los pocos bene-
urbanas con sus gruesos cables aéreos ficios obtenidos.
o subterráneos. Y sin embargo, ¿quién hubiera pensado
que algún día el hombre podría pasarse
Bastándose a sí misma, la comuna sin aquellos potentes y rápidos instru-
anarquista no necesitaba ya hacer mentos de transporte que durante tanto
venir de lejanas regiones las montañas tiempo habían sido factor de progreso y
de productos de todas clases, que en el civilización, y relegarlos al olvido?
régimen capitalista había que pedir a Es que los ferrocarriles habían hecho su
los cuatro puntos cardinales del país, tiempo, estaban de más en la racional
o a las naciones vecinas para abastecer organización libertaria. Conservarlos
las grandes ciudades. era imposible, sin seguir las huellas
Con esto desaparecía el comercio y de una peligrosísima rutina. Y los
negocio de dichos productos, los que anarquistas no serían tales si fuesen
exigían un intercambio de corres- rutinarios. La locomotora debía ser
pondencia escrita rápido y continuo, sacrificada, y lo fue.
y un activo servicio de corretaje, que Es así como el verdadero progreso
hacía imprescindible el uso de medios debe obrar, simplificando siempre más
de transporte acelerados y frecuentes las cosas en vez de ir complicándolas
para las personas y las cosas. Y no exis- de día en día, si queremos que vaya
tiendo tampoco aquella masa inestable resultando una hermosa realidad la
de gente laboriosa que por motivos de felicidad sobre la tierra.
comodidad y por cuestiones econó-
micas se veían en la necesidad de
residir fuera de los grandes centros de 3. Descripción de la ciudad
población, teniendo sus ocupaciones
en ellos, y cuyo diario desplazamiento, La Plaza de la Anarquía, como puede
por consiguiente, era forzoso, debían verse en el plano adjunto, formaba el
adoptar aquel género de traslación, el punto central exacto de la ciudad. En
conservar por más tiempo los servicios la parte sur estaba la Sala del Consejo
de ferrocarriles y los metropolitanos comunista, y en el lado norte el gran hall
eléctricos no tenían objeto. destinado a ejercicios físicos y juegos atlé-
Reducidas las transacciones y comu- ticos. Entre el hall y la Sala, en el costado
nicaciones de comuna a comuna, a un este, se hallaba el teatro anarquista.
mínimo insignificante, éstas se hacían Decimos que la Plaza de la Anarquía
con entera satisfacción por medio de ocupaba el centro de la ciudad. El
electrocicletas, automóviles y aeroplanos, barrio industrial de la misma formado
según las circunstancias o la necesidad. por los talleres y fábricas, y el barrio de

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los almacenes y depósitos hacían alre- Los almacenes de comestibles, las


dedor de dicha plaza una doble cintura panaderías, bodegas, las boticas,
de construcciones totalmente despro- droguerías y demás locales en que
vistas de adornos arquitectónicos. se encontraban las prendas de vestir
La primera cintura estaba limitada de para ambos sexos, estaban ubicados,
un lado por la calle de la Anarquía, que como queda dicho, sobre la vía de la
circundaba la plaza de la cual tomaba Abundancia, frente a la ciudad habi-
el nombre y del otro lado por la calle tada propiamente dicha, la que se
de la Actividad. Estaba compuesta por extendía sobre la prolongación del
los talleres de mecánica, electricidad, cuadrado industrial y de los depósitos,
carpintería, tipografía, relojería, en una parte completamente aislada
zapatería, telares, mueblería, fábricas del ruido del trabajo y de los incon-
de vidrio, fundición, panificación, venientes ocasionados por el tránsito
elaboración de pastas, etc., dispuestos de los vehículos, entre las diago-
en doble hilera, una con frente y nales Armonía, Libertad, Amistad y
salidas sobre la primera de las calles Humanidad, haciendo ella misma una
nombradas, la otra sobre la segunda, tercera y última cintura cuya parte
además de comunicarse los talleres exterior lindaba con la campaña.
por sus fondos. Esta disposición tenía por objeto
Cada taller estaba perfectamente poner al alcance de la mano de los
organizado e instalado con todos los comunistas los víveres y todas las
adelantos modernos en maquinaria cosas que necesitaban, siendo que
y herramientas; poseía una biblio- cada lado del cuadrado contenía igual
teca completa de las obras técnicas cantidad de panaderías, almacenes,
especiales al arte u oficio a que estaba tiendas, farmacias, bodegas, etc.,
destinado, y contaba además, con un en número suficiente para el abas-
botiquín de primeros auxilios. tecimiento de su población, lo que
Unos caminitos arenosos trazados en el resultaba sumamente cómodo para
césped entre plantas y flores, comuni- todos, puesto que tanto los que habi-
caban las calles de la Actividad y de la taban al Norte de la ciudad como los
Anarquía acortando distancias y sepa- que vivían al Sur, al Este o al Oeste,
raban los talleres, en los que entraban tenían una distancia igual que reco-
torrentes de luz, de sol y de aire. rrer para proveerse de cuanto les hacía
La segunda cintura separada de la falta. El área cubierta por todos estos
primera por la calle de la Actividad, locales, depósitos, almacenes, talleres,
la constituían los garajes, depósitos y garajes, etc., no era, por lo demás,
almacenes, ubicados también sobre muy considerable, aunque a primera
dos líneas: con frente a los talleres, los vista podría parecerlo. Esta super-
depósitos y garages; y lindando con la ficie no sería quizás, superior a diez
vía de la Abundancia, los almacenes. hectáreas, inclusas las vías de acceso y
En los depósitos se guardaban los los jardines que la hermoseaban. Y es
productos de la tierra y derivados: trigo, fácil comprenderlo.
maíz, yerba, pastos, papas, harinas, La solución del doble problema econó-
etc.; en los garages, las máquinas agrí- mico y social, relativo a la posesión del
colas, automóviles de carga y otros bienestar y de la libertad para todos,
vehículos, aeroplanos, etc. consistía, según las nuevas comunas

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anarquistas, en “bastarse a sí mismas”. cuantos talleres de cada clase sobraban


Para conseguirlo, era, pues, necesario para la producción de todo lo que
que cada pueblo o comuna desarro- exigía la vida comunista, teniendo en
llara sus actividades y energías en todas cuenta que en todos los oficios esta
las ramas de la producción, agrícola e producción estaba limitada a las cosas
industrial, para obtener de este modo de utilidad general, razón por la cual,
todo lo que precisaba, tanto en lo donde antes se necesitaban verdaderos
concerniente al consumo como en lo ejércitos de obreros para alimentar el
relativo a las demás necesidades mate- mercado mundial, de un sinnúmero de
riales e intelectuales de la existencia. artículos de conveniencia muy discu-
Lo más importante, naturalmente, y lo tible, sólo eran precisos ahora pocos
que por consiguiente requería mayores individuos para proveer la ciudad anar-
esfuerzos y trabajo permanente, era quista de los objetos indispensables.
la agricultura. Todos los comunistas Es así, por ejemplo, como el trabajo
eran agricultores, y nada se emprendía de imprenta había disminuido en una
mientras las labores de la tierra recla- proporción enorme, por la eliminación
maban la cooperación de todos. de los diarios y revistas políticas, de la
Así reinaba la abundancia en los depó- literatura hueca, y de una multitud
sitos y graneros de los comunistas, de de impresiones sin objeto en la nueva
tal suerte que siempre quedaba un organización social, como los impresos
sobrante suficiente en reserva para los comerciales, reclamos, etc., lo que
años malos o para ayudar a las comunas importaba una reducción colosal en la
vecinas castigadas por alguna catástrofe fabricación del papel, de las tintas, de
atmosférica o calamidad pública. las prensas, tipos movibles y linotipos,
Sin embargo, los trabajos agrícolas no motores y fuerza eléctrica, etc., etc. Las
podían ocupar todo el tiempo de los obras de carpintería habían bajado en
anarquistas. Y como éstos necesitaban una proporción evidentemente menor
también vestirse, calzarse, etc., fabricar pero no sin importancia, ya que las
sus herramientas y nuevas máquinas; casas eran de vidrio y no entraba la
hacer sus casas, etc.; imprimir libros, madera en su fabricación.
estudiar nuevos procedimientos de Es verdad que las fundiciones para
producción, dedicarse a investiga- viviendas ocupaban algunas energías
ciones y experimentos científicos, suplementarias, pero así y todo la
y también cultivar las artes agrada- economía de tiempo y de gente era
bles como la música, la escultura, la grande, puesto que con ello se reem-
pintura, etc., para recreo del espíritu, plazaba total o parcialmente varios
el tiempo se dividía racionalmente gremios importantes: albañiles, ladri-
entre cada una de estas ocupaciones lleros, pintores, carreros, etc. Y lo
quedando muchas horas libres para el mismo pasaba con los otros oficios.
sueño y el descanso. En estas condiciones, las comunas
Siendo la población de las comunas dejaban de ser tributarias unas de
relativamente poco numerosa y senci- otras y de las regiones lejanas, porque
llos sus gustos y costumbres, estaban encontraban en su propio territorio
de más las grandes empresas de la los medios y recursos para desarro-
época del capitalismo con sus pode- llarse libremente, y como la juventud
rosas usinas y fábricas inmensas: unos anarquista se criaba en los talleres y

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

entre las máquinas o se mezclaba con como unidad de dicha masa, algo de la
los mayores ocupados en las faenas producción general debía pertenecerle
del campo, cuando no estudiaba en la –y sucedía precisamente lo contrario–
escuela o no tomaba lecciones de cosas pero sí a los de una ínfima minoría
en los cuatro puntos cardinales de la de parásitos privilegiados, dueños de
región, el niño llegaba a hombre fami- la riqueza social, y que explotaban al
liarizado con el funcionamiento de la obrero a su capricho, sometiéndolo a
maquinaria industrial y agrícola, estaba una organización del trabajo absolu-
al corriente de las diversas instalaciones tamente irracional y atrofiadora de las
y métodos de producción, habiendo más bellas cualidades humanas.
adquirido poco a poco, la práctica ¿Se concibe condición más miserable
necesaria para todas las labores. y desastrosa que la de estos pobres
Es así, como el hijo de la ciudad liber- parias de ambos sexos, quienes para
taria sabía indistintamente manejar un ganarse un jornal exiguo, siempre insu-
telar, imprimir un libro, hacer una insta- ficiente para conseguir las cosas más
lación eléctrica, fabricar herramientas, indispensables a la vida, tenían que
accionar una panificadora, fundir desempeñar durante diez, doce, catorce
casas, etc., lo mismo que entendía de o más horas diarias, funciones o labores
física y de química y conocía todo lo extenuantes y aburridoras, muchas
relacionado con los trabajos agrícolas, veces viles, humillantes o desmoraliza-
agregando a esta universalidad de apti- doras, siempre las mismas, durante toda
tudes la de “chauffeur” o conductor de su existencia, en húmedos y oscuros
automóvil y ¡hasta la de aviador expe- sótanos transformados en talleres, o en
rimentado!... locales inadecuados, estrechos y antihi-
Esta multiplicidad de profesiones giénicos? Labores que consistían para la
y diversidad de conocimientos, les costurera, por ejemplo, en estar sentada
permitía colaborar útil e inteligente- accionando rápidamente con los pies
mente en casi todas las obras o trabajos en el pedal de la máquina de coser,
de la comuna, y como la producción desde el amanecer hasta muy entrada
en lo relativo a las cosas de uso no la noche, encorvada sobre esta diver-
muy apremiante se hacía a medida tida y agradable tarea: coser calzones
que éstas se iban necesitando, evitá- y más calzones, y, para “descansar”
base caer en el peligro de someter los abriendo ojales o atando botones en
miembros de la comuna, al absurdo y prendas eternamente iguales, con una
odioso sistema de producción indus- retribución tan ínfima que apenas si
trial intensiva adoptado en la época lo ganado superaba el gasto del hilo
del mayor desenvolvimiento y poderío usado y comprado por la obrera; para
del capital, en que el trabajador era el soplador de botellas, en dirigir deses-
doblemente víctima de una organiza- peradamente el chorro de aire aspirado
ción social monstruosa, que lo tenía sobre el vidrio en fusión, hoy, mañana
esclavizado de cuerpo y de espíritu; y siempre, hasta quedarse tísico y fuera
régimen maldito en que el oro reinaba de servicio a los treinta años de edad;
insolente sobre el universo, siendo para el minero en estar sepultado en las
sacrificado el individuo en holocausto entrañas de la tierra, para extraer peno-
a los intereses, no de la masa como se samente el negro combustible, sin ver
pretendía hacerlo creer, puesto que nunca el sol ni la luz del día, ni poder

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admirar jamás los sublimes espectáculos Al revés de lo que pasaba con la


de la naturaleza, y expuesto a perecer de sociedad capitalista, en la que el oro era
muerte horrible en todo momento, en todo y el individuo nada, en la comuna
alguna baja y oscura galería, herido a anarquista el individuo era todo y el
traición por el siniestro grisú o ahogado oro, desposeído de su valor ficticio y
por una inundación repentina; y esto, anulado como factor de riqueza social
de padre en hijo y de generación en e individual, innecesario como agente
generación, sin esperanza alguna de de transacciones comerciales o remu-
poder escapar un día a suerte tan espan- nerador de servicios, había vuelto a
tosamente trágica...; para el panadero ocupar en la escala de los metales útiles
en amasar fatigosamente la nutritiva al hombre, el sitio que le corresponde
pasta, día tras día y noche tras noche, debajo del acero y del hierro.
hasta que la tuberculosis asesina lo Ningún móvil bajo o egoísta guiaba a los
convierta en triste ruina humana, en miembros de la sociedad anarquista. El
un cadáver ambulante; para el tipó- esfuerzo individual tenía un solo fin: el
grafo, en hacer invariablemente los bien de todos y las actividades de todos
misinos movimientos maquinales del combinábanse armónicamente para
brazo encima de la caja, llena de tipos, hacer individualidades felices y buenas.
delante de la cual está parado; para el No se trabajaba con el afán absurdo de
empleado de tranvía o de ferrocarril en amontonar, esclavizando tontamente
agujerear y remitir al viajero pedacitos el presente por miedo al porvenir. Se
de papel o cartoncitos numerados; para procuraba intensificar por todos los
el “motorman” en detener el coche cada medios, la alegría de vivir, alejando
uno o dos minutos y ponerlo en marcha de la existencia toda causa de dolor o
nuevamente otras tantas veces; o, como amargura: conservando cada una de sus
el dependiente de comercio, estarse unidades tuertes, inteligentes y libres y
tras del mostrador durante intermina- en pleno goce de bienestar y salud; tal
bles horas de inactividad aburridora, era la preocupación dominante en la
a la espera del cliente, para facilitarle comuna anarquista.
unos objetos que éste, sirviéndose a sí
mismo y sin molestar a nadie, podía Cuatro anchas diagonales daban
tomar directamente en los estantes acceso desde afuera al cuadrado de
respectivos, etc., etc.; ¡esto sin hablar los talleres, depósitos y almacenes,
de aquella “genial” división del trabajo que venía a ser como el corazón de la
que hace intervenir una legión de traba- ciudad anarquista: al Norte, la diagonal
jadores en la confección de ciertos Armonía; al Sur la de la Libertad; al
objetos fabriles, como la de la aguja, Este, la de la Humanidad y al Oeste,
entre otros, que pasa por las manos de la de la Amistad.
ciento veinte obreros diferentes antes de Estas diagonales eran, con las calles
ser definitivamente concluida y puesta de la Anarquía, de la Actividad y el
en venta! Métodos de labor tan irracio- camino de la Abundancia, las únicas
nales no podían subsistir en la sociedad vías “carreteras” que cruzaban la
anarquista, donde el trabajo libre y ciudad poniéndola en comunicación
variado reemplazó al oficio único, ese con los pueblos vecinos.
anestésico de la inteligencia y de sus Como las nuevas concepciones de
facultades creadoras. la existencia y las necesidades de las

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jóvenes ciudades, eran totalmente los jazmines trepadores, en lucha rival


distintas de las que habían prevale- con los espinosos rosales.
cido para la creación y desarrollo de Artísticos puentes aéreos, de cuyas
las inmensas ciudades de la época balaustradas los malvones hiedra
de la burguesía, con su extensa y colgaban en guirnaldas floridas, unían
complicada red de calles y vías de estas deliciosas moradas. Por todas
comunicación en las que circulaban partes se admiraba un verdadero
incesantemente millares de carros y desbordamiento de rosas de todas
vehículos de todas clases levantando clases y colores, con profusión tal, que
nubes de polvo pestilente que lo mezcladas con las blancas estrellitas
invadía todo, penetrando hasta en las de los fragantes jazmines, formaban
mismas habitaciones situadas –¡colmo verdaderas cascadas de flores que caían
de aberración!– a ambos lados de tan desde los balcones hasta el suelo.
asquerosos caminos, contaminando el De este modo, los comunistas vivían
aire respirado por la población, librada en una ciudad limpia, alegre y sana,
así al ataque de los más inmundos donde el aire era oxígeno puro, no
agentes destructores de la salud, se un compuesto horrible de miasmas y
había procedido de modo completa- podredumbres.
mente distinto en todo y por todo.
El tránsito de las máquinas agrícolas y La ciudad anarquista no había sido
otras saliendo al campo o volviendo a edificada antojadizamente en un sitio
su garaje o cobertizo, y el de los elec- cualquiera por sus fundadores, como
tromóviles de todas clases que iban y generalmente sucedía con las ciudades
venían trayendo o llevando cargas para burguesas.
el abastecimiento de los depósitos y Efectivamente, su primer cuidado fue
almacenes, o los materiales necesitados de elegir un lugar alto y pintoresco, y
por los talleres, se hacía por las calles y resguardado de los fuertes vientos.
diagonales citadas, sin tener que pasar Encontrado el lugar, la cuestión del
por la ciudad habitada. agua, después, era la más importante.
Esta formaba un parque inmenso Obtenida ésta de buena calidad se
alrededor de la ciudad industrial. Sus procedía a la perforación de un número
calles, exclusivamente destinadas a los suficiente de pozos semisurgentes cuya
peatones, eran caminos arenosos que agua era elevada a los depósitos por
serpenteaban a través de los jardines medio de molinos a viento. Cada pozo y
contiguos a cada casa. cada depósito servía para cuatro grupos
La disposición de las casas en la ciudad de seis casas, es decir, para veinticuatro
de los hijos del Sol, distaba mucho de moradas; así se eliminaban las grandes
semejarse a la de la ciudad burguesa: cañerías con su complicada distribu-
más poética y racional era la distribu- ción e instalación, simplificándose el
ción de las moradas anarquistas. trabajo por lo que se relacionaba con
Grupos de chalets surgían de distancia la fundición de los tubos conductores,
en distancia por entre las siluetas de las antes colosales, reducidos allí a caños
palmeras gigantes que abrían sus sober- delgados de fácil fabricación.
bios parasoles sobre las finas flechas de Las aguas servidas eran esterilizadas
los puntiagudos techos, que traspa- químicamente, y utilizadas después
saban la enmarañada frondosidad de para el riego de los cultivos.

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La población de las ciudades liberta- compañía: eran para dos personas,


rias fluctuaba entre diez y doce mil teniendo así cada una su dormitorio y
habitantes. Se tenía mucho cuidado de sirviendo la pieza restante a la vez de
que esta última cifra no fuese excedida, comedor y de salón.
por considerar pernicioso o perjudicial Sin embargo, había también casas
para la salud pública, la libertad indi- de cuatro piezas, aunque en número
vidual y el bienestar general una mayor reducido. Estaban destinadas a los
agrupación de personas. pocos comunistas que habían conser-
Como los nacimientos superaban vado las costumbres matrimoniales y
mucho a las defunciones, cuando la familiares de antaño, y cuyos hijos,
población había aumentado de uno concluido su tiempo de educación
a dos mil individuos se procedía a la comunista y libertaria, volvían a
elección de otro lugar para una nueva reunírseles por voluntad propia y
ciudad, a una distancia no menor de deseaban quedar bajo el mismo techo
veinte kilómetros. Se perforaban pozos, que sus padres. Pero conviene decir
instalaban cañerías, y después de dotar aquí, que en la comuna anarquista, la
al nuevo pueblo de los talleres, depó- mujer no asociaba su existencia a la de
sitos y almacenes indispensables, y de la ningún compañero. Repudiando toda
cantidad de casas necesarias para albergar sujeción masculina, ella tenía “home”
a los primeros habitantes, se efectuaba propio, en el que vivía sola, indepen-
el traslado del sobrante de población diente, sin que esto, naturalmente,
de la ciudad-madre, al que juntábanse implicase renunciar a los tiernos
elementos de las ciudades vecinas que afectos del corazón. Sustraída así a la
se hallaban en iguales condiciones, influencia y dominación egoísta del
siendo ayudado el nuevo núcleo en sus macho, libertada además de las mise-
comienzos por las diversas comunas de rables preocupaciones económicas, y
que procedían sus miembros. por consiguiente dueña de sí misma,
Hemos dicho que las moradas de la ella era verdaderamente libre y la
ciudad anarquista eran elegantes chalets igual del hombre.
de vidrio, de una sola pieza, fundidos
en moldes gigantescos por medio de La arquitectura de estos chalets era
la electricidad. Los había de varias una combinación feliz de estilos
formas; de diferentes dimensiones y etrusco y japonés; tenían todos una
colores, predominando el naranja, azul ancha baranda o galería circular, soste-
oscuro, el granate y el verde. nida por columnas de vidrio de colores
Estos chalets tenían pared doble relle- combinados de bonito efecto decora-
nado el espacio vacío con sustancias tivo. La techumbre de estos pequeños
refractarias al calor. castillos encantados, estaba dispuesta
El mayor número de estos maravi- interiormente, en forma de bóveda
llosos palacetes tenían tres piezas, dos luminosa. De sus diminuías cúpulas
en la planta baja, y una en la parte transparentes, caía de noche, de focos
alta. Los demás sólo tenían dos. Estos eléctricos invisibles, dulce pero sufi-
últimos estaban habitados por los ciente claridad.
que querían aislarse y vivir solitarios; Los muebles principales que ador-
los primeros, al contrario, servían de naban estas viviendas, como cama,
morada para aquellos que necesitaban mesa, armarios, sillones, etc., estaban

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fundidos junto con la habitación y Las instituciones comunistas más


formaban un solo bloque con ella. importantes se encontraban fuera del
Elegancia, solidez, impermeabi- cuadrado central de la ciudad.
lidad, higiene, tales eran las princi- Una de éstas, y ciertamente la más
pales ventajas del empleo del vidrio, simpática, era la “Pouponnière’’ o
con preferencia a la madera, antes “Cuna”, para los pequeños comunistas.
tan empleada para la fabricación de Cada sección habitada de la ciudad,
mueblaje recargado de molduras y de tenía la suya. En ella se asistían las
adornos imposibles de limpiar. Con el parturientas y se cuidaba y criaba a los
nuevo sistema, no se necesitaba sino recién nacidos. La “Pouponnière” era,
breve momento para el lavado de los además, una escuela permanente en la
pisos, paredes y muebles, el que se que se enseñaba prácticamente a las
hacía con suma facilidad mediante jóvenes anarquistas el arte delicado de
una sencilla esponja, quedando todo atender a las criaturas de tierna edad.
después tan reluciente y nuevo como Cada “Cuna” componíase de nume-
el primer día. rosos chalets de varias habitaciones.
A todas estas ventajas había que agregar Algunos de estos palacetes estaban
también la de una economía notable de destinados a las parturientas. Los
tiempo y de fuerza muscular. Una casa demás a las cuidadoras y los infantes.
que antes necesitaba un par de meses Éstos permanecían allí durante la
para su construcción, se hacía ahora época de la lactancia y la de la primera
con los nuevos procedimientos eléc- infancia, es decir, hasta los seis años
tricos de fundición, en menos de una cumplidos, tanto los varones como las
semana ¡con su mobiliario completo! niñas, de modo que, en ningún caso,
Además, la abundancia de la materia los hijos quedaban bajo la dirección o
prima, su fácil extracción y manipula- el dominio de sus padres.
ción, que la habían hecho elegir para la
fabricación de las moradas anarquistas, Cuatro Casas de Salud u hospitales
había contribuido a la eliminación de tenía la ciudad anarquista; una para
varios oficios bastante sucios, antihi- cada barrio o sección comunista. Éstas,
giénicos y muy poco atrayentes: como que en un principio habían tenido
hemos dicho, tanto los pestilentes hornos dimensiones mucho más amplias
de ladrillos como los obreros ladrilleros que las actuales, cuando los indivi-
condenados a una labor ingrata y mal duos de temperamento enfermizo
remunerados, habían desaparecido, y –resultado natural del duro régimen
con ellos, los carreros encargados del de explotación al que fueron some-
transporte de aquel pesado material, los tidos y de las privaciones y miserias
pintores, empapeladores y decoradores, padecidas, y además muy ignorantes
etc., lo cual redundaba en beneficio de en ciencia médica–, necesitaban con
las labores agrícolas y otras ocupaciones frecuencia del auxilio ajeno, para
provechosas por la mayor disponibi- aliviar sus dolencias o restablecer su
lidad de brazos, lo que se traducía lógi- salud quebrantada, habíanse reducido
camente por un aumento considerable poco a poco, hasta no contar más de
de la producción útil de la cual tan cuatro pequeños pabellones cada una,
directamente dependía la felicidad de sólo ocupados parcialmente, cuando
las nuevas comunas. alguna desgracia accidental ocasionaba

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

víctimas, a las que era necesario dar vergüenza ni pudor los gloriosos
cuidados especiales o efectuar una charlatanes del oficio–, pero sí, era
operación quirúrgica. Los comunistas, empleado para devolver rápidamente
enriquecida su sangre por un sistema la salud al que estaba privado de ella,
de vida más racional y natural, reju- y tan pronto como el convalesciente
venecido el organismo por su nueva tenía fuerzas para hacerlo, abandonaba
condición de hombres libres y felices, su lecho de dolor de la Casa de salud,
e iniciándose sin violencia en el arte para volver a su domicilio y confiar a la
de cuidar y conservar la propia salud, acción reconstituyente de los agentes
se habían librado paulatinamente naturales: aire, sol, etc., la terminación
de la casi totalidad de sus antiguas de su cura, que sólo dependía de un
dolencias, y cuando por casualidad, suplemento de oxígeno vital.
alguna afección o enfermedad pasa- La Casa de la salud no tenía personal
jera, debida más a imprudencia del médico fijo ni enfermeros. Los médicos
paciente que a otra causa, condenaba y cirujanos de la comuna acudían en
a inacción momentánea a alguno de gran número, cuando se necesitaban
ellos, quedábase éste en su habitación sus servicios, turnándose de manera
donde amigos de ambos sexos lo visi- que quedaban libres buena parte del
taban y cuidaban, haciendo obra de día, la que aprovechaban para tomar
solidaridad, retribuida de la misma parte como los demás compañeros, en
manera cuando ellos se hallaban en las faenas comunes y para dedicarse a
igual situación. Pero, las más de las estudios u otras ocupaciones intelec-
veces sucedía que el enfermo ingeniá- tuales o manuales de su agrado.
base para no molestar a nadie, aislán- Hacían de enfermeras, turnándose
dose y cuidándose solo, cuando sus también cuantas veces era necesario,
dolencias no le quitaban del todo el las personas que por afinidades simpa-
libre uso de piernas y de brazos. tizaban o estaban ligadas particular-
En los casos rarísimos, en que la vida mente con el doliente por los lazos de
del enfermo peligraba, se le trans- la amistad, o por los más íntimos y
portaba a la Casa de la salud, donde dulces del amor.
expertos compañeros lo atendían.
Como en las comunas anarquistas el Cada barrio poseía su establecimiento
arte de curar no servía para prolongar de baños y natación al que acudían
indefinidamente el estado anormal del diariamente los comunistas de ambos
paciente, con la criminal e indigna sexos. Componíase éste de una gran
intención de lucrar con sus dolores piscina, al aire libre, de aguas crista-
–como antes sucedía con demasiada linas siempre renovadas. Ésta piscina
frecuencia, cuando el enfermo era tenía más de cincuenta metros de largo
hombre de fortuna, o para ensayar por treinta de ancho. Estaba dividida
con el desgraciado y pasivo organismo en dos partes: una honda para los
del proletario indigente, indecente- nadadores, dotada de cuantos acceso-
mente convertido en campo de experi- rios necesita el bañista para lucir su
mentos para lograr nuevas fórmulas de agilidad en los ejercicios de la nata-
curación infalible, de esas que curan ción: puentes, trapecios, argollas, etc.,
durante el solo período en que están suspendidos sobre el agua; y la otra
de moda y que explotan sin la menor de poca profundidad para los niños y

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aquellos que aun no sabían nadar. Una debidamente, se aceptaba; los papeles
doble hilera de corpulentos y altos se repartían según la aptitud y el talento
eucaliptus plantados alrededor de la de cada cual, y los competentes en la
piscina, hacían de aquel sitio, uno de materia, encargábanse de la hechura de
los más frescos y agradables del lugar. los trajes de los personajes, así como de
la preparación de los adornos y demás
En el lado opuesto al observatorio astro- accesorios señalados en la pieza.
nómico, al norte de la ciudad, estaba Estos actores improvisados reuníanse
situado el gran Coliseo anarquista. cuando las labores lo permitían para
Este Coliseo tenía la forma de las anti- proceder a los ensayos necesarios,
guas arenas romanas a cielo abierto; y bajo la dirección del autor de la obra
se daban en su recinto toda clase de a representar.
torneos, fiestas y juegos olímpicos; A veces se formaban así varios grupos
pero más especialmente, grandes espec- o asociaciones de actores, con otras
táculos artísticos, glorificando la Vida, tantas obras o producciones teatrales
la Naturaleza, el Sol, la Anarquía, la diferentes, las que permitían variar agra-
Libertad, el Amor, la Solidaridad, etc., dablemente estas festividades artísticas,
y cuyo imponente desenvolvimiento que constituían hermosas y sanas diver-
escénico requería un marco apropiado siones populares en las que una multitud
a su grandiosa interpretación. de personas de todas las edades y sexos,
Durante los meses de las grandes tomaban parte activa y entusiasta como
labores agrícolas del año, no se cele- figurantes de segundo orden.
braban fiestas en dicho Coliseo, pero
se formaban asociaciones o grupos de
jóvenes autores y actores de ambos 4. El consejo, órgano de “gobierno”
sexos, los que se reunían en las horas de
tregua para dar forma y vida a la nueva La Sala del Consejo, ubicada al lado
creación teatral o para concertarse sobre del teatro comunista, no era ninguna
la próxima fiesta a realizar o sobre el institución burocrática elaboradora
espectáculo atrayente proyectado. de decretos imperativos y compuesta
Como estos espectáculos necesitaban de un personal especial más o menos
grandes y muy diversos preparativos, parásito a estilo de las administra-
tanto para armonizar el conjunto de ciones públicas burguesas. Su fin era
la interpretación como para la confec- muy diferente y mucho más útil que el
ción de la indumentaria necesaria, y de aquéllas. Ella era el alma y cerebro
los ensayos de rigor, había que organi- de la comuna. En ella reuníanse,
zarlo todo, con prudente anticipación todas las noches, las fuerzas vivas de
para estar listo cuando llegaba la tan la ciudad anarquista para deliberar en
impacientemente deseada temporada común y tomar todas aquellas resolu-
de los grandes festivales anuales. ciones destinadas a dar cohesión a las
El autor traía primeramente su obra actividades generales.
al juicio de los compañeros y compa- La Sala del Consejo componíase de un
ñeras, actores y comediantes, a quienes gran local que medía cincuenta metros
la leía y explicaba. Si tenía acogida de largo por treinta de ancho. En el
favorable de parte de un número sufi- fondo había una tribuna, desde la cual
ciente de ellos, para ser interpretada se hablaba a los presentes. La parte que

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le hacía frente, al lado opuesto, estaba Fundición de casas


ocupada por hileras de mesas de lectura • Sección Oeste: Se pide la
provistas de lo necesario para escribir. colaboración de 12 compañeros.
Una gran estantería, en la que estaban
colocados los libros que formaban la Botica
valiosa colección de la Biblioteca prin- • Sección Sud: Amoníaco, agotado.
cipal, amueblaba ambos costados late-
rales hasta la mitad de su altura. Garages
Para facilitar la tarea del lector, • N° 3, Sud: Aeroplano N° 7,
dicha estantería estaba dividida revisar el mecanismo del aparato
en numerosas secciones, cada una ascensional.
de las cuales tenía un rotulo indi-
cador de su contenido: Astronomía, Agricultura
Ciencias, Física, Historia, Geografía, • Región Refugio N° 5: Viñedos:
Literatura, Química, Viajes, etc. y el Son necesarios 8 compañeros.
catálogo de las obras clasificadas en • Región Refugio N° 13: Siega:
dichas secciones. Hacen falta 15 compañeros.
Las partes libres de las paredes estaban
ocupadas por obras de arte: pintura y Esta anotaciones se hacían en cual-
escultura, las que adornaban la Sala quier momento del día por los comu-
con mucha esplendidez. nistas cuando pasaban a proximidad
En el centro de esta Sala se veía una de la Sala del Consejo, o de noche
especie de tabique de madera de dos cuando iban a reunirse con los demás
metros de alto por diez de largo, compañeros. Cuando éstos, al ir en
pintado de negro sobre sus dos fases y busca de alguna cosa en los depó-
que servía de pizarra para los apuntes sitos o almacenes, notaban que ciertas
de interés general. prendas de vestir escaseaban; o que
En él se leía debajo de grandes títulos diferentes productos de uso industrial
permanentes de color llamativo, o artículos alimenticios de consumo
anotaciones escritas con tiza, como las diario agotábanse; cuando los que se
que siguen: encargaban de su fabricación o reno-
vación necesitaban la colaboración de
Consumo un número determinado de ayudantes;
• Almacén N° 2, Sud: Escasez de o cuando era preciso reemplazar una
pastas alimenticias. máquina usada por otra nueva; cons-
• Almacén N° 7, Este: Falta aceite. truir o fundir una casa; fabricar un
Vestuario vehículo, o bien elaborar alguna droga
• Depósito N° 4, Este: Faltan necesaria; cuando, por otro lado, los
sandalias. trabajos agrícolas requerían más brazos
• Depósito N° 1, Oeste: Túnicas para la roturación de la tierra, para la
escasean. siembra o la siega o para la poda de
los árboles, etc., estos compañeros lo
Talleres anotaban sobre su libreta de apuntes y
• Panificadora N° 8, Norte: En mal cuando entraban a la Sala del Consejo
estado. la primera cosa que hacían era dirigirse
hacia el tabique avisador en el que

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reproducían con tiza lo escrito en su o especialistas, caso muy raro, dado


libreta, a continuación de los apuntes que todos los comunistas, mujeres y
ya hechos por los demás, en uno u hombres, distinguíanse como hemos
otro lado de la pizarra, según la natu- dicho por su universalidad de apti-
raleza de la cosa o la clasificación que tudes, se recurría a la pizarra para
le correspondía. hacerlo saber a la colectividad.
Como se ve las diversas regiones o Los compañeros en busca de ocupa-
sitios donde había que acudir para ciones se enteraban entonces de las seña-
efectuar la labor señalada, estaban ladas en dicha pizarra, y cuando resolvían
marcados, para la mejor orientación hacer una u otra borraban los renglones
de los compañeros, con los números respectivos, con el propósito de darles
de orden puestos en todos los talleres, cumplimiento al día siguiente.
almacenes, depósitos, etc., y tenían Siendo las nueve de la noche, hora a la
indicado el punto cardinal correspon- cual ya no se esperaba más a nadie, se
diente a su ubicación Sud, Norte, Este procedía a revisar el tabique avisador.
u Oeste, según el barrio al que perte- Generalmente, éste no tenía ya ninguna
necían. Para los trabajos del campo, traza de los apuntes que llevaba un
se señalaba la región con el número momento antes, habiéndose adjudi-
del refugio o cobertizo más cercano, cado los presentes el trabajo a efectuar,
habiéndolos en todos los lugares sin ruido, discusiones o imposiciones
donde, en el año, era menester hacer de ninguna clase.
alguna labor agrícola. Cuando por casualidad quedaba alguna
Pero, como todo en la comuna anar- labor anotada y esta era de urgencia,
quista, se hacía con la mayor natura- un compañero subía a la tribuna, para
lidad, por propia decisión o iniciativa comunicarlo a la asamblea, pidiendo
personal, porque los individuos que la a los que tuviesen una labor menos
componían se tomaban gran interés por imperativamente indispensable dar
la buena conservación de lo que cons- preferencia a la otra.
tituía el patrimonio común, cuando Muchos ofrecíanse en el acto quedando
a un compañero le parecía necesario todo arreglado amistosamente en
efectuar alguna reparación o compos- pocos instantes.
tura en el material en uso o si notando Resuelta la cuestión del trabajo
alguna deficiencia o anomalía en la para el día siguiente, compañeros o
fabricación, rendimiento o conserva- compañeras turnábanse en la tribuna
ción de la cosa pública, creía prudente para hablar de asuntos de interés
remediarlo sin pérdida de tiempo, en para la comuna, o daban conferen-
vez de dejar la tarea para otros señalán- cias sobre ciencias, filosofía, arte u
dola en la pizarra avisadora, él mismo otro tema interesante.
efectuábala en el momento si podía Cuando no había quien hiciese uso de
hacerlo sin ayuda, o con el auxilio de la palabra, los presente se sentaban a las
algún amigo o compañero puesto al mesas de lectura o formaban animados
corriente de la novedad. corrillos en los que el inventor expli-
Sólo cuando la labor en la cual estaba caba, con abundancia de detalles, la
ocupado con anterioridad no admitía importancia de su descubrimiento; el
dilación, o cuando el trabajo a ejecutar físico sobre el alcance de sus experi-
requería la intervención de técnicos mentos de laboratorio o el resultado de

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

sus investigaciones científicas; el poeta Estos tres años, por lo demás, no


declamaba su última inspiración; el autor estaban empleados en llenarles su
teatral hablaba del próximo estreno; el tierno cerebro de un mundo de mate-
filósofo, sobre el porvenir de las asocia- rias que no hubiesen entendido. Se
ciones humanas; el literato leía un capí- buscaba, ante todo, hacerles agradable
tulo del nuevo libro en preparación, etc., el paso de la Cuna a la escuela, para
buscando todos ellos interesar al audi- que no sufriesen mucho con el cambio
torio con sus esfuerzos intelectuales, para de régimen y de costumbres.
decidir a algunos de los oyentes a cola- Para conseguirlo, las odiosas horas de
borar con ellos en la realización material clases pasadas entre cuatro paredes frías
de su idea o de su obra. y desnudas, en las que el chiquillo debe
quedar inmóvil y silencioso, con el libro
que mira sin ver o lee sin comprender,
5. Educación de niños y jóvenes eran reemplazadas por alegres paseos
campestres cotidianos, durante los
Las cuatro Casas de Educación de la cuales se les daba sencillas pero entre-
Ciudad libertaria, eran así como una tenidas nociones de cosas relacionadas
prolongación de las “Cunas” o “Poupon- con el espectáculo de la naturaleza,
nières”, cuyos pequeños pensionistas al mientras sus pulmones hacían buena
cumplir seis años de edad, ingresaban, provisión de oxígeno vital.
sin excepción, a aquellos estableci- En dicho período relativamente largo
mientos de enseñanza, donde recibían de tres años, sólo se les enseñaba a leer
una instrucción completa hasta los diez y escribir y los primeros elementos de
y siete años, edad en que cesaba el tute- la aritmética. Pero, en cambio, hacían
laje de la comuna y el joven era consi- mañana y tarde durante más de una
derado miembro activo de la misma e hora cada vez, ejercicios físicos sobre
invitado a prestar, como tal, su ayuda al la plaza de la Anarquía; concurrían dos
esfuerzo colectivo. veces al día a la pileta de natación; y
La escuela comunista estaba situada en se les daba indicaciones generales de
el centro de la parte habitada de cada higiene, a las que debían atenerse estric-
barrio, cerca de su “Pouponnière”, y tamente, como ser: limpieza íntima
separada de esta última por la piscina a más de los baños acostumbrados, y
de natación. aseo y cuidado de los diversos órganos
Cada Casa de Educación tenía cinco de su individuo: boca, dientes, nariz,
categorías de alumnos: la Categoría A, orejas, manos, pies, uñas, etc.
para los niños de 7 a 9 años; la B para Se les enseñaba cómo se debe caminar,
los de 10 a 11; la C para los de 12 a 13; tieso el cuerpo, la cabeza erguida sin
la D para los de H a 15 y la E para los exageración; cuál debe ser, corriendo, la
de 16 a 17. Estas escuelas eran mixtas, postura del cuerpo y la posición de los
es decir, para niñas y varones indistin- brazos; en el sueño, cuál la posición de
tamente, siendo la instrucción dada los miembros; el declive suave que debe
igual para uno y otro sexo. tener la cama del durmiente y su orien-
La Categoría A era, por consiguiente, tación de Sud a Norte en el sentido de
la de los más pequeños, y la única en las corrientes magnéticas terrestres.
la que los niños debían pasar tres años Se les decía, también, cómo deben
consecutivos. masticarse los alimentos para su buena

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

asimilación y el funcionamiento de la lección, invariablemente acom-


regular del estómago; la manera de pañada de la demostración práctica,
respirar, por la nariz y no por la boca, esta última hecha primeramente por el
como los niños están por demás maestro o la maestra y luego repetida
propensos a hacerlo; los peligros que por los discípulos.
acarrea la sucia costumbre de salivar Hemos dicho que los niños de la
sin motivo, tanto para el organismo Categoría A, pasaban la mayor parte
del que escupe como para la higiene y del día fuera del recinto de la escuela,
la salud pública. regresando a horas indeterminadas,
Se tenía especial empeño, sobre todo, aunque siempre antes del anochecer.
en corregir o curar esas contracciones Los alumnos de las tres categorías
nerviosas faciales o del cuerpo que tan siguientes, ya más grandes y razo-
fácilmente adquieren ciertas natura- nables, organizaban, por su parte,
lezas, casi siempre por autosugestión al verdaderas expediciones que duraban
notarlas en los individuos que padecen varios días seguidos, a veces una o dos
de ellas, dando el espectáculo grotesco semanas, en el curso de las cuales los
de aquellas muecas o contorsiones pequeños expedicionarios visitaban
repentinas de la cara, del cuello o de todo el territorio de la comuna a la que
los hombros, tan feas y ridículas, lo pertenecían y se internaban hasta las
que se consigue perfectamente con comunas vecinas, con el fin de cono-
paciencia y cariñosa persuasión. cerlas, estudiar su topografía y trabar
Estos y muchos otros preceptos de amistad con sus escolares, los cuales
estética o ética individual cuya obser- a su turno, excursionaban en el terri-
vancia habitual dignifica al hombre, torio de los visitantes, siendo unos y
haciendo su trato grato a cuantos lo otros acogidos y atendidos en el sitio
rodean, entraban así, sin esfuerzo, en donde se hallaban con el mismo cariño
las prácticas de los comunistas e inte- que se dispensaba a los nativos.
graban definitivamente su individuo. Para efectuar sus peregrinaciones con
Los alumnos de la Categoría B, a la que mayor comodidad, cada escuela tenía
pertenecían los escolares encontrados a su disposición uno o dos automóviles
por el Antiguo cerca de los talleres, lo de carga para el transporte de las provi-
mismo que los de las dos siguientes siones, utensilios de cocina, platos,
C y D, a más de tener que seguir carpas impermeables, instrumentos
todas las reglas de higiene personal y útiles de enseñanza, etc., necesarios
de la categoría primera, y vigorizar su para los alumnos y sus maestros.
cuerpo con varias horas diarias de ejer- Estos automóviles, cuyos “chauffeurs”
cicios físicos, debían cumplir con un eran alumnos que se turnaban cada
programa de estudio abarcando natu- hora para permitir su manejo a un
ralmente mayor extensión. mayor número o a todos, acompañaban
Hemos visto la categoría B en la obra, al pequeño ejercito escolar en todas sus
lo que nos da una idea del método exploraciones. Llevaban, además, una
seguido para la enseñanza en las escuelas chalupa desarmable para facilitar el
anarquistas. A medida que los alumnos paso de los ríos y arroyos y practicar
ascendían a las categorías superiores, reconocimientos en los mismos.
esta enseñanza se hacía más honda y Todas las noches, al reunirse para entre-
compleja, siendo la explicación teórica garse al descanso, los expedicionarios

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formulaban un nuevo itinerario para del estómago hasta el goce sublime


el día siguiente, diferente para cada de las más nobles y elevadas mani-
categoría, y el programa de trabajo festaciones del espíritu: arte, poesía,
relativo a las mismas. canto, música, junto con estas otras
Después de discutidas y resueltas radiaciones cerebrales que son las ideas
ambas cuestiones por los alumnos fecundas, ora palanca potente del genio
de las clases respectivas, los acuerdos que transforma la faz del mundo, ora
tomados eran sometidos a los maes- verbo glorioso, vehículo admirable
tros; quienes hacían la crítica opor- del pensamiento que señala incesantes
tuna, aconsejaban las modificaciones rumbos a la civilización humana, tienen
del caso, y finalmente daban su confor- su fuente en la Naturaleza, siendo posi-
midad a las resoluciones adoptadas. bles todos estos factores de felicidad
Este método, contribuía grandemente solamente con ella, porque ella es la
a desarrollar el espíritu de iniciativa que siempre nos inspira, y que amar la
de los niños al mismo tiempo que Madre Natura es amar la Vida en su
los incitaba a hacer con gusto y entu- más pura y sana expresión.
siasmo los estudios libremente elegidos Un día entero estaba destinado al
por ellos; pero, ateniéndose siempre en desarrollo de cada lección. Ante todo,
sus líneas principales, al plan integral los escolares debían designar el sitio
trazado para cada categoría. donde, por veinticuatro horas se esta-
La tarea del maestro o de la maestra se blecía campamento, en un paraje alto,
limitaba a vigilar, aconsejar; a dar las seco y abrigado contra los vientos.
explicaciones pedidas por los educandos Grupos de voluntarios instalaban las
y a extenderse en consideraciones gene- carpas, descargaban el carro, distri-
rales sobre los temas propuestos; revisar buían el equipaje de cada uno; impro-
los deberes del día y hacer las observa- visaban cocinas de campaña, etc.,
ciones pertinentes, y encarrilar sobre la mientras otros desaparecían por los
buena vía las turbulentas actividades de alrededores en busca de algún suple-
los niños a ellos confiados. mento en frutas o legumbres para
El fin de estos paseos o excursiones a el menú del día, hallándolos en las
grandes distancias era dar a los niños, huertas vecinas, de fácil acceso, puesto
sobre el lugar, lecciones de topografía que en la comuna anarquista no había
práctica, de geología, botánica, ento- tapias o muros de ninguna clase que las
mología, zoología, así como de agri- cercasen, pudiendo el que por ventura
cultura, e iniciarlos en aquellas ramas necesitaba proveerse de alguna cosa,
del saber que tienen correlación con la tomar libremente lo que le hacía falta,
tierra y el espacio. que todo, allí, era de todos.
Era, también, su objeto abrir el alma Durante estos preparativos, otros
juvenil de los pequeños comunistas a escolares revisaban el mecanismo del
las bellezas de la naturaleza; ponerlos automóvil, sus acumuladores; ponían
en contacto con los seres inferiores de grasa y aceite donde era necesario, lo
la creación, animales y vegetales; ense- limpiaban, etc.
ñándoles que la verdadera felicidad del Cuando todo estaba listo, lo que no
hombre está íntimamente ligada a ella, requería más de una hora, los alumnos
por cuanto todo lo que constituye dicha de cada categoría se alejaban con sus
felicidad, desde la prosaica satisfacción maestros respectivos, en distintas

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

direcciones, dejando en el campa- de los cadáveres de aves o pequeños


mento sólo a los escolares indispensa- animales hallados en la campaña, etc.
bles para la preparación del almuerzo, Cuando se trataba de botánica, los
en compañía del maestro a quien alumnos estudiaban la vegetación bajo
tocaba hacer de cocinero “chef”. todas sus formas, dibujando los prin-
A mediodía todos volvían para comer, cipales ejemplares de la flora silvestre,
y luego, los que habían estado de coci- con sus colores particulares, muy espe-
neros por la mañana, dejaban el puesto cialmente las plantas y flores cuyas
a otros para la preparación de la cena, propiedades medicinales o industriales
incorporándose aquellos a los excur- merecían ser conocidas; el maestro
sionistas de la tarde. explicaba cuáles eran estas propie-
En estas excursiones los alumnos debían dades, y el alumno las anotaba en su
levantar el plano del lugar donde estaba libro de apuntes debajo de las figuras
el campamento, trazar después el itine- correspondientes.
rario seguido, hacer el mapa de las Los árboles también, tanto los frutales
regiones visitadas, señalando sobre el como los de adorno y de sombra, así
papel con lápices de color, los detalles como los que forman los montes, eran
de la configuración del paisaje: ondula- objeto de un estudio detenido.
ciones del terreno, ríos, arroyos, canales Antes de entrar en campaña, el maestro
de irrigación, montes, llanos, clases dictaba los nombres de las diversas
de cultivos, poblaciones, etc., apun- especies de vegetales. El niño escribía
tando también cuidadosamente los dichos nombres sobre largas fichas o
datos obtenidos en la exploración de etiquetas blancas, las que debía colocar
arroyos y lagunas, los sondajes hechos, sobre el tallo principal o tronco del
la profundidad del agua, la composi- árbol, después de haberse dado cuenta
ción del lecho de los ríos, su anchura, de la forma de sus hojas, las particulari-
etc.; estos últimos eran verificados con dades de sus ramas, su altura y tamaño,
el auxilio de la canoa plegadiza. y demás señas características que lo
Otras veces, los pequeños comunistas diferenciaban de sus vecinos. Luego,
entraban en los “refugios” o cober- el alumno agregaba sobre las fichas ya
tizos de las cercanías, tomaban picos, colocadas, los datos que suministraba
azadones, horquillas, hachas, poda- el maestro relativos a la longevidad,
deras, rastrillos, etc., y guiados por altura máxima, cualidades y usos de
sus maestros, se ejercitaban en todas cada especie, detalles que debían ser
aquellas labores agrícolas correspon- reproducidos en el libro de apuntes de
dientes a la estación en curso: poda los niños, para que éstos los tuviesen
de árboles y de plantas; aporcadero de presentes en los ejercicios escritos que
huertas y de sembrados; destrucción más tarde tendrían que hacer.
de los insectos nocivos a los cultivos y En las excursiones geológicas, los esco-
a los árboles; cuidados de los viñedos; lares aprendían a conocer los materiales
emparvado y enfardado de alfalfares; que constituyen la costra terrestre;
preparación de la tierra; abono de la los diversos terrenos superpuestos y
misma; conservación de los canales su nombre, según su composición y
de irrigación; arreglo de los baches y posición respecto a los otros, yendo
hoyos de los caminos; relleno y deseca- a estudiarlos en las canteras o en las
ción de las aguas estancadas; sepultura quebradas naturales.

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El hallazgo de conchas petrificadas u plantas fantásticas de todas clases para


otros organismos marinos fosilizados llegar a formar, después de su destruc-
en lugares altos y lejos del océano, ción y muerte, tamaños amontona-
servía para explicar a los niños cuan mientos de negro combustible con sus
formidables habían sido las convul- petrificadas osamentas.
siones de la naturaleza, para modificar Todo lo que podía contribuir a ilustrar
tan radicalmente la fisonomía de los la historia natural del pasado, hacerla
terrenos que los contiene, antes mar, y más interesante y atrayente, como
hoy continente. minerales, piedras volcánicas, huesos
La huella sorprendente dejada por una fósiles, pertenecientes a animales cuyas
vegetación lujuriante, sobre el pedazo de especies ya no tienen representante
hulla extraído de las entrañas de la tierra vivo en el planeta, eran también reco-
vestigio antiquísimo de los imponentes gidos y conservados para ir a enri-
bosques que mucho antes de la apari- quecer las colecciones existentes en los
ción del hombre, cubrían la tierra hasta museos de las escuelas.
los polos, eran preciosos documentos Con estos testigos del período ante-
naturales que permitían comparar las diluviano, de un significado cientí-
especies desaparecidas con las actuales y fico tan importante, el maestro estaba
reconstituir fielmente el aspecto asom- en condición de formular hipótesis
broso del mundo, en aquella época del razonables sobre la edad de la Tierra,
dominio sin límites de las selvas impe- o mejor dicho, sobre el tiempo vero-
netrables, dueñas absolutas de los conti- símilmente transcurrido desde las
nentes que desaparecían bajo el verde diversas épocas contemporáneas de
manto de su formidable vegetación, dichos fósiles hasta nuestros días,
al mismo tiempo que dicho pedazo teniendo en cuenta el número prodi-
de carbón daba la clave del origen de gioso de años necesarios para la petri-
aquellas aglomeraciones colosales del ficación de los cuerpos organizados,
precioso mineral en la profundidad y hablando así a la imaginación del
del suelo; y los niños comprendían alumno, lo inducía a retrotraer con
sin dificultad, por la lógica, del razo- el pensamiento muchos centenares
namiento, que las inmensas minas de de miles de años, hasta la época en
hulla explotadas durante tanto tiempo que estos organismos, entonces llenos
por los hombres, no son sino cemente- de vida y de actividades combativas,
rios de árboles donde están acumulados pululaban victoriosos en mares y
los restos de aquellas selvas espléndidas, continentes, para hacerles comprender
destruidas por efecto de circunstan- después cómo dicha época, por muy
cias especiales y fosilizadas por la lenta lejana que sea, es reciente, sin embargo,
acción de los siglos. en relación al tiempo habido desde la
Y para dar mayor vigor todavía a su condensación de la nebulosa terrestre
demostración geológica, el maestro en cuerpo sólido, y que en definitiva
argumentaba sobre la enorme cantidad la incalculable cantidad de siglos que
de hulla existente en una misma región, necesitó nuestro planeta para efectuar
la que alcanza a varios centenares de su total evolución y transformación
metros de espesor en muchas partes, en planeta habitado, hasta llegar a su
para deducir cuán fabulosa había sido estado actual, nada representa, por
la abundancia de árboles gigantes y de cuanto el tiempo es uno e indivisible,

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

ha sido y será de toda eternidad; resul- y de la tierra, constituían agradables


tando que lo que el hombre ha compu- e instructivos entretenimientos espiri-
tado y designado muy arbitrariamente tuales, que entusiasmaban a los niños,
con los nombres de años y siglos, no es haciendo que ellos se dedicaran con
más que la suma de las revoluciones del mayor pasión a la lectura de sus libros,
planeta sobre sí mismo o la cantidad de en cuyos textos buscaban con avidez
las vueltas que éste describe alrededor el necesario complemento a la exposi-
del Sol, cosa que nada tiene que ver ción oral que la precedía.
con el tiempo. Habiendo adquirido la suma total de
Durante estas correrías por campos los conocimientos enseñados en los
y montes, ofrecíanse, a cada paso, cuatro grados primeros los alumnos
ocasiones de conocer las costumbres llegaban finalmente a la última etapa
y género de vida de los insectos, la de de la instrucción escolar y del tutelaje
algunos batracios y reptiles inofensivos, comunista.
la de los pájaros y en general de cuantos El programa de estudios de estos dos
irracionales la casualidad colocaba sobre años finales, abarcaba todas las ramas
el camino de los escolares, poniéndolos de las ciencias exactas y positivas:
al alcance de su observación. matemáticas, física, química, geome-
Se enseñaba a éstos a no ser injustos tría, mecánica, astronomía, anatomía
o crueles con los seres inferiores, comparada, biología, higiene general
pequeños o grandes; a respetar su vida, y educación sexual, filosofía, derecho
ya sea su aspecto exterior agradable o natural, etc.
repulsivo, porque todos ellos cumplen Ese período escolar, como es lógico,
su misión sobre la tierra, misión útil era el más cargado y complejo. Pero,
siempre, aunque alguna vez parezca lo como los jóvenes comunistas traba-
contrario; ya porque no alcanzamos a jaban todos con la firme voluntad de
comprenderla, o no logramos desci- llegar airosos a la meta, este cúmulo de
frar su significado exacto, o porque materias los encontraba bien dispuestos
lo hacemos juzgándolo desde el único para vencer en tan provechosa lid.
punto de vista de nuestra inmediata Sin embargo, como paréntesis nece-
conveniencia, idea o suposición sario para aliviar el cerebro de las
errónea, por cuanto la naturaleza no fatigas de una tensión demasiado
obra a favor o beneficio de una parte continua, los jóvenes “Quintos”, como
de la creación con perjuicio de la se les llamaba, gozaban diariamente
otra, pero bien por la perfección del de varias horas de libertad completa,
conjunto de su obra. las que pasaban fuera de la Casa de
Así, con mil pruebas maravillosas de Educación, empleándolas alternativa-
su ingeniosa industria ante los ojos, mente en el aprendizaje de los oficios
el niño se convencía de la inteligencia que más les agradara, o ensayándose
y capacidad artística hasta de los seres en las labores agrícolas, cuando no
más diminutos que existen en el seno preferían iniciarse en el cultivo de las
de la naturaleza. artes nobles, gala del espíritu.
Por la noche, concluida la cena,
Estas interesantes pláticas, en las que tenían otras horas más de licencia que
el maestro enumeraba y describía les permitía asistir a los conciertos o
sucintamente las maravillas del cielo funciones en el teatro de la plaza de

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

la Anarquía así como a las reuniones nuaban frecuentando asiduamente las


o asambleas nocturnas de la Sala del salas de anatomía, anexas a los hornos
Consejo, y observar allí como se resol- crematorios; asistían a los cursos
vían las más importantes cuestiones “libres” –si esta palabra tiene signifi-
relativas a la cosa común; o aprove- cado en una sociedad donde no los
chábanlas para recorrer los depósitos había “oficiales”–, dados por aquellos
y almacenes de la ciudad, con el fin sabios compañeros que descollaban
de estudiar su organización interna en ciertas ciencias y que vulgarizaban
hasta en sus más pequeños detalles en estas conferencias pedagógicas,
y conocer las clases de mercaderías los resultados obtenidos por ellos
guardadas en ellos. en pacientes investigaciones experi-
Estas horas de salida concedidas a los mentales; o dividían su tiempo entre
“Quintos”, no significaban de ningún el salón de lectura de la Biblioteca
modo un relajamiento en el ejercicio central, donde tenían al alcance de la
del tutelaje paternal de la comuna. mano todas las obras que necesitaban
Pero, si ese tutelaje seguía siendo inva- para satisfacer su inextinguible sed de
riable en estos últimos años de perma- saber y en las que descubrían incesan-
nencia de los escolares en las Casas de temente horizontes desconocidos, al
Educación, se creía muy sensatamente consultar aquellos preciosos archivos
que llegado el joven a la edad en que de la inteligencia humana, en los que
el espíritu empieza a adueñarse del estaba guardada, imperecedera, la
organismo para substituir su propia expresión gráfica del pensamiento de
dirección a la sugestión ajena, los los espíritus geniales, grandes innova-
“Quintos” debían tener más amplia dores, pensadores y filósofos antiguos
facultad para disponer libremente de y contemporáneos; y los estudios
su tiempo. Ejercitándoles a guiarse de otro orden, no menos atrayentes
solos, se procuraba no entorpecer el o necesarios; tomando lecciones de
normal funcionamiento de su libre pintura, escultura o de música en las
albedrío naciente. academias abiertas por el elemento
Terminado el tiempo de su perma- artístico de la comuna.
nencia en la Casa de Educación, el El personal docente de las Casas de
“Quinto” entraba a formar parte, Educación se reclutaba del mismo
como miembro activo, de la gran modo que el de las “Cunas” o
familia comunista. Pero esto no “Pouponnières”; es decir, que lo
quería decir que el joven anarquista formaban educadores por inclinación,
dejaba definitivamente a un lado los siendo completado con los alumnos
libros y el estudio. Muy al contrario, que habiendo concluido todos sus
la instrucción recibida por el alumno, estudios, manifestaban la voluntad de
era poderoso aliciente que le impul- permanecer en ellas, impulsados por
saba irresistiblemente a la adquisi- irresistible vocación.
ción de nuevos conocimientos. Es Pero, así como las compañeras podían
por esta razón que la juventud liber- en todo momento, dejar de perte-
taria seguía instruyéndose fuera de la necer a aquella institución infantil,
escuela, en las muchas horas no dedi- el maestro, en la Casa de Educación
cadas a la cooperación general. Los ex estaba igualmente libre de abando-
“Quintos” mujeres y hombres, conti- narla cuando así lo tenía resuelto.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Hemos dicho que los compañeros ción, el pequeño mundo estudiantil


anarquistas no eran esclavos de una no era muy numeroso. Había siempre,
profesión u oficio determinado y que por este motivo, superabundancia de
la variación en las ocupaciones, era educadores de uno y otro sexo, a veces
regla que no tenía excepciones entre varios para cada materia o tema en
los miembros de la sociedad liber- cada escuela y en cada grado, lo que les
taria, y los maestros, como los demás permitía ausentarse gran parte del día
comunistas, repartían diversamente su sin inconveniente alguno para la ense-
tiempo entre la enseñanza en la escuela ñanza o el cuidado de los alumnos.
y las otras labores manuales e intelec-
tuales fuera de ella.
Esta variación en las ocupaciones de los (*) Fragmento del libro La ciudad
maestros, era tanto más fácil de reali- anarquista americana, editado por La
zarse que, por lo reducido de la pobla- protesta, en 1914.

NOTAS

1. Quiroule utiliza la denominación genérica de “comunista” para referirse a los habitantes de las comunas
anarquistas y a todo lo relativo a este sistema. Por lo tanto tiene en su libro una significación que difiere total-
mente de la actual, que, por otra parte, es posterior a esta obra de Quiroule. - F. W.

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Buenos Aires en el 1950


bajo el Régimen Socialista(*)
Por Julio O. Dittrich

En 1908, el obrero alemán Julio O. Dittrich


se permitió imaginar cómo sería la ciudad de
Buenos Aires gobernada por un régimen socia-
lista. No sólo ella estaría encuadrada en este
tipo de régimen social, sino que habría para
entonces, una “Gran Sociedad Universal” que
abarcaría a todas las naciones del mundo, excep-
tuando Inglaterra que se rehusaría a aceptar el
nuevo destino mundial. Ellas adoptarían una
legislación equivalente para todos los países,
una lengua común y pautas de trabajo, vesti-
menta y costumbres compartidas.
El relato narra la deriva de un anciano que en la
época del Centenario fue herido en una huelga,
quedando convaleciente durante cuarenta años.
De esta manera, no pudo vivir el triunfo de la revo-
lución pacífica encabezada por Alfredo Palacios
en 1925. Su hijo es ahora el responsable de trans-
mitirle aquellas gestas y los cambios producidos
por la nueva institucionalidad.
Escrito antes de la Revolución Rusa, la mirada
del autor sobre la sociedad planificada que
sobrevendría, aunque optimista, no deja de ser
premonitoria respecto a sus aspectos totalizantes
y modelizadores.
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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

1. Las primeras impresiones excrementos en las calles son antihi-


giénicos, antiestéticos, y además estos
Un automóvil esperaba frente al animales no son necesarios, porque
portón y subimos mi hijo y yo. sobran fuerzas para arrastrar vehículos.
–Anda muy despacio, compañero –le Tranvía tampoco hay, porque todo
dijo Juan al hombre que manejaba, y el mundo vive cerca de su trabajo y
dirigiéndose a mí, y mirándome con para pasearse hay muchos miles de
una sonrisa picaresca, me dijo: automóviles eléctricos. Respecto a los
–Abre bien los ojos, padre mío, porque vigilantes, los hay; pero tú no los ves
vas a ver muchas cosas nuevas para ti. porque no se diferencian de los demás
En efecto; lo primero que me llamó ciudadanos sino por un pequeño
fuertemente la atención era el poco escudo sobre el pecho de su chaquetilla.
movimiento en las calles, a pesar de –Pero ¿no usan armas?, pregunté yo.
ser las diez de la mañana. –No; pero usan un corto bastón con un
Alguno que otro transeúnte; unos emblema en la punta, y no es posible
pocos automóviles, que parecían cara- que un hombre en su sano juicio se
coles comparados con los que yo había resista a una orden de un hombre que
visto antes de mi enfermedad. lleva los atributos de la Gran Sociedad,
–¿Por qué vamos tan despacio? –le de lo que a mis oídos hasta ahora no
pregunté a mi hijo. llegó ningún caso. Por los almacenes y
–Primero, porque deseo que tú veas vidrieras, cuya falta tú extrañas, vas a
bien todo lo nuevo, y segundo, no encontrar respuesta por ti solo dentro
se puede ir muy rápido, porque está de un rato.
prohibido. –Por lo visto bajamos por la calle
–¡Bah!, si es por esto, antes también Rivadavia, dije yo.
era prohibido y nadie hacía caso a tal –Sí, padre, y en seguida vamos a estar
prohibición. en la gran plaza Palacios.
–Es que ahora todo el mundo goza en –¿Qué plaza dijiste?
cumplir los reglamentos, porque “ley –¡Oh! ya la verás.
pareja no duele”. Seguimos andando, y observé que
–Pero, ¿por qué no veo coches con entrábamos en la plaza del Once.
caballos, ni tranvías, ni vigilantes, ni Donde antes estaba la estación se eleva
almacenes en las esquinas, ni vidrieras una gran casa que más bien parece un
con escaparates, ni otras muchas cosas enorme bloque de piedra, pero más
que antes eran a la orden del día? alto de un lado que del otro, de modo
–Vamos por partes, padre mío, y todo que el techo viene a ser un plano incli-
lo sabrás; aún tenemos dos horas para nado de dos a tres cuadras de largo.
nuestra excursión, porque yo dejé –Esta es la estación de las aeronaves en
dicho en casa que nos esperasen a las los altos y en los bajos de la línea eléc-
doce. Se ha reunido toda la familia, trica del Oeste.
y vamos a hacer una pequeña fiesta –Pero, ¿cómo no veo trolley para los
en tu honor. Pero volviendo a tus coches motores?
preguntas, te diré que caballos no hay –Hoy no se usa esta clase de espada
en las ciudades, y hace por lo menos de Damocles. Cada coche motor lleva
seis meses que no he visto uno con mis sus acumuladores y los renueva en las
ojos. Los caballos atraen moscas, y sus usinas, sobre el camino.

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

–¿Pero debe ser muy costoso el Pasamos adelante, y llegamos a la


caminar así? esquina de Callao.
–Muy al contrario, baratísimo. Una inmensa plaza se extendía delante
Primero, la electricidad cuesta poco de mi vista y en el medio una estatua.
menos que nada desde que hemos Seguimos caminando, y a medida que
aprendido a aprovechar el calor solar nos acercábamos a la estatua, una extraña
para producir vapor. Y como tú eres emoción empezaba a invadirme.
mecánico, sabrás que teniendo vapor Mi hijo, con el semblante pálido, me
cuesta muy poco el transformar una contemplaba.
fuerza en otra, y tener electricidad. Vi la estatua, vi el letrero, y comprendí
–Pero los acumuladores de plomo, inmediatamente todo.
llenos de ácido, deben ser muy pesados;
repliqué yo. ¡Había triunfado el Partido Socialista!
–Hoy no se usan ni el plomo ni los
ácidos en los acumuladores eléc- Eché los brazos al cuello de mi hijo,
tricos. Se cargan unos recipientes de y lloré; es decir, lloramos de alegría
acero forrados de ebonita, con un largo tiempo.
gas que admite una carga eléctrica de –Sí, padre mío; hemos triunfado con
tal potencia, que el tren que sale del nuestro ideal, y el sablazo que te partió
Retiro para Nueva York renueva sus el cráneo no fue dado en balde. Muy
cargas solamente unas ocho o diez niño aún, me recuerdo de tus sabios
veces en el camino. consejos. “Enérgico con el opresor:
–¿Para dónde has dicho? ¿Para amor y dulzura con el oprimido”. Y
Nueva York? tampoco de la gratitud nos hemos
–Sí, padre, y en poco más de tres días olvidado. Mira el letrero de la estatua:
llega a su destino.
Esto era asombroso, y pensé qué AL COMPAÑERO PALACIOS
tremendos adelantos se habían hecho LA GRAN SOCIEDAD
en estos cuarenta años.
¡Oh! Hemos luchado; pero se cumplió
Nuestro automóvil seguía bajando por completamente tu pronóstico. El golpe
Rivadavia, y yo distinguía la cúpula final fue sin sangre. Hubo una sola
del edificio del Congreso. víctima, que fue el héroe de esta estatua.
En lo alto flotaba una bandera inmensa Llegó el gran día, y cuando todo estaba
que, en el primer momento, me parecía en manos de los compañeros, nos
la de mi patria; es decir, la argentina, llegaron noticias de que algunos dipu-
porque era de color indefinido, color tados se habían atrincherado en el
característico de las banderas nacionales Congreso y no lo querían evacuar.
de los edificios públicos en mis tiempos. “–¡Que no haya sangre!” gritó don
Al poco tiempo vi que la bandera era Alfredo, y con él a la cabeza se fueron
completamente blanca, sólo interrum- unos cuantos a poner las cosas en orden.
pida su blancura por la imagen de una Cuando llegaron quedaban unos pocos
pequeña paloma. diputados y algunos viejos porteros.
Interrogué a mi hijo con la mirada. Se les dio la orden de retirarse.
–Aún viene lo mejor, padre mío. Un Todo el mundo acató la orden de
momento más de paciencia. salir menos un caudillo de parroquia,

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que le decían “La Chancha”, que era de cambiar el color, había algunos que
un hombre muy distinguido por su opinaban en contra, porque alegaban
colosal gordura. que ya que el color rojo nos había
Algunos compañeros querían expul- llevado al triunfo, bien podíamos conser-
sarlo a la fuerza. varlo. Pero había un motivo poderoso,
“–¡Abajo las armas!” mandó el jefe, además de los que te dije antes, y es que
y él en persona le puso la mano en la bandera roja se prestaba a confusión
el hombro al rebelde, y en términos con la inglesa, que es la única nación que
corteses, le rogó no hacer resistencia. aún no forma parte del todo de la Gran
Éste se puso furioso y empezó a gritar: Sociedad Universal. Habría medios para
“–Yo soy el presidente de los diputados obligarlos; pero está tan opuesto a nues-
y tengo catorce casas y tres estancias y tros principios que no hay ni que pensar
no soy un cualquiera que se echa así en ello. Además, es solamente cuestión
no más de su querencia.” de tiempo y ellos solos vendrán a soli-
Algunos compañeros empezaban a citar su incorporación.
amostazarse, y Palacios, para evitar –¿Pero solamente Inglaterra falta, y
alguna escena de sangre, acabó por todas las demás naciones están con
tomar al hombre por un brazo y lo tiró nosotros?
hacia la puerta. Lo llevó hasta la esca- –Sí, padre; todas o casi todas. Porque
lera, y allí se volvió a retobar el hombre, aún hay algunos pequeños pueblos
tratando de bribón y de muerto de –como el Tibet, por ejemplo– [en]
hambre a nuestro jefe. Éste perdió la que el gran Lama tiene tal poder,
paciencia; empezaron a forcejear, y que sus pobres súbditos prefieren la
abrazados los dos rodaron por las esca- muerte antes de desobedecer a este
leras abajo. Un grito partió de nuestros astuto vividor que los tiene completa-
labios, y corrimos apresuradamente a mente atemorizados con promesas de
auxiliarlos. Pero el pobre Palacios yacía castigos celestes.
en tierra muerto. “La Chancha” lo –Y la paloma, seguramente, ¿también
había aplastado con su peso. la habrán puesto como símbolo?
Era digno de mejor suerte, porque –Sí, padre mío; como símbolo de
era un buen compañero; aunque a paz y además para reemplazar a todas
veces podía haber tenido un poco las águilas de una y de dos cabezas,
más de calma. cóndores, leones y osos, que figuraban
–Vámonos ahora a casa, padre mío, antes en los escudos de las naciones.
que ya nos esperan. –¡Ah! ¡Qué hermoso, qué hermoso es
–Con mucho gusto, mi querido; pero, todo esto!
dime todavía una cosa. ¿Por qué no –Padre mío, hemos llegado.
es la bandera roja la que ahora flamea Se paró el automóvil delante de una
sobre los edificios públicos? casita con jardín al frente.
–Por varias razones. Primero, la bandera Entramos, y mi hijo me presentó a
roja es un símbolo de guerra y sangre su familia.
y tenía razón de ser cuando aún luchá- Todos me conocían a mí, porque
bamos; pero después del triunfo, que habían ido a menudo a verme en la
empezó a reinar el perdón y la paz casa de salud; pero yo no conocía a
universal, era mucho más propio un ninguno de ellos.
estandarte blanco. Cuando se trataba ¡Qué espléndido cuadro!

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Primero, mi nuera, rolliza y rebosando –Déjalos, nomás, padre mío. Ahora es


salud; después, los cinco hijos, tres costumbre respetar mucho a los padres
varones y dos mujeres, una de ellas casada y a los ancianos.
y con un robusto muchacho entre los –Pero dime, mi Juan, ¿cómo han
brazos, y cuyo marido la contemplaba hecho para obtener la victoria en tan
orgullosamente, como quien dice: ¡Eh, poco tiempo?
qué le parece mi mujer! –Antes de todo, vamos a almorzar;
Lo que más me llamó la atención era el después, dormiremos una siesta, y
color fresco y la estatura de esta gente luego estoy a tus órdenes, para todo lo
joven; los tres muchachos no bajaban de que tú quieras mandar. Tengo licencia
seis pies de altura, y creo que en fuerzas por un mes; o más bien dicho, estoy en
no le quedarían muy atrás a un torito. comisión por un mes, a tus órdenes.
Manifesté mi asombro a mi hijo, el El consejo local lo ha dispuesto así, y
cual, riéndose, me dijo: además te conceden automóvil para tu
–Esto se lo deben a ti, padre, y a los uso personal, mientras dure tu conva-
otros luchadores como tú. Antes, la lescencia y la dignidad de benemé-
juventud, al llegar a los veinte años, rito a la Gran Sociedad. Grado que,
estaban gastados; los ricos por sus por lo común, no se concede a gente
vicios, y los pobres por el exceso de abajo de los setenta años; pero que tú
trabajo y la falta de nutrición. Hoy lo mereces por haber sufrido durante
nadie trabaja más de cuatro horas cuarenta años las consecuencias de la
al día, y los jóvenes no empiezan a heroica lucha por nuestros ideales.
aprender oficios antes de los quince No describiré la comida; únicamente
años cumplidos, y después de sus diré que había un buen puchero, buen
cuatro horas de taller se divierten vino, muchas flores en la mesa y una
jugando, siempre al aire libre, y hacen alegría sin límites, que es el mejor
cada ejercicio corporal, que nos entu- condimento de las comidas.
siasman hasta a nosotros, que ya Dormimos una siesta de un par de horas
somos algo viejos. Tú verás, padre y cuando mi hijo vino a despertarme,
mío, cuando vayamos a las plazas de ya estaba yo de pie, ansioso de saber
juego qué juventud se forma. Y todo más sobre las nuevas instituciones.
esto lo hemos conseguido sólo con
inculcarles las máximas siguientes:
“trabajo moderado, pero con gusto; 2. Una nueva sociedad
buena nutrición, poco alcohol, ningún
tabaco; mucho ejercicio al aire libre y Después de una comida sencilla, pero
muchos baños fríos”. buena, y en compañía de toda la
¡Qué juventud! pensé yo. En qué corto familia, Juan, sus hijos y yo nos enca-
tiempo han resuelto problemas que yo minamos al salón de las conferencias.
mismo, que pasaba por socialista muy –Nosotros asistimos a la primera, me
optimista consideraba obra de algunos dijo mi hijo, porque es en castellano y
siglos. Y esta juventud forzuda, que tú aún no entiendes el esperanto, que
parecían descendientes de Hércules es el idioma usual en todos los asuntos
me saludaba besándome las manos. públicos. Hay en este salón tres oradores.
–¡Pero, muchachos! ¿Qué hacen Cada uno habla durante una hora,
ustedes? dije yo alarmado. término que no debe ser sobrepasado.

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El primero empleará el idioma del país –¿Recién lo ves, padre mío? Hacía ya
en honor tuyo y disertará sobre las tiempo que esperaba esta pregunta.
primeras evoluciones de nuestras insti- Porque deben ser de la misma edad,
tuciones. Los otros dos hablarán en más o menos. Hoy no se usan diferen-
esperanto: uno sobre electricidad y sus cias en los trajes y vestidos sino dentro
aplicaciones, y el otro sobre astronomía. de categorías que cambian según la
–Pero, ¿por qué nos salen ahora por edad. Hasta los seis años, los niños
todas partes con este idioma espe- visten más o menos la misma ropa de
ranto? le dije yo. antes. A los seis empiezan a ir al colegio,
–Tú debes saber, padre mío, que es y entonces, hasta los quince años, usan
necesario un idioma para entenderse los varones pantalones hasta la rodilla y
entre tantas razas distintas de que se blusa corta, y las niñas un vestido liso.
compone la Gran Sociedad Universal, Y para evitar el rigor de las estaciones
y para no dar preferencia a un idioma los géneros se fabrican de tres clases:
determinado, ya en uso en uno de los liviano, media estación y grueso, y
países adherentes, el Gran Consejo para dar satisfacción a los diferentes
Central de Berna ha resuelto deci- gustos, se fabrican estas tres clases de
dirse por el esperanto. Además este géneros en todos los colores imagi-
es un idioma sumamente fácil y toda nables. Así cada cual se viste aparen-
la juventud lo habla correctamente, temente como se le da la gana; pero
porque su enseñanza es obligatoria en siempre de acuerdo con nuestros prin-
todas las escuelas del universo. Hasta cipios: “Que nadie debe tener lo que
los ingleses, que son tan refractarios no pueden tener también los demás”.
a todo lo que no es netamente anglo- Todos los niños, mientras están en las
sajón, tuvieron que aprenderlo. Porque clases visten de blanco, ya sea invierno
en nuestras relaciones con ellos, damos o verano, naturalmente del paño apro-
por no recibido todo escrito que no piado a la estación. Así se acostumbran
esté redactado en esperanto. desde chicos a mantenerse limpios y
–No puedo negar que tus argumentos ser aseados. De los quince años arriba
son muy convincentes. Pero, dime un usan el color que más les gusta. Menos
poco, hijo mío, ¿de dónde sacaste tú los varones que van a los talleres, que
esta manera de expresarte? Parece que durante las cuatro horas de trabajo
tú entiendes de todo, y hasta estás usan trajes color verde aceituna. Así, en
al tanto de cosas que antes se consi- todos los países adherentes a la Gran
deraban únicamente abordables por Sociedad Universal se ha establecido la
grandes sabios. manera de vestir siguiente: Hasta salir
–Hoy todo el mundo es sabio, en rela- de la escuela, conforme ya te he expli-
ción de hace cuarenta años, y yo no cado: después los varones usan todos el
soy ninguna excepción; apenas soy un mismo pantalón; pero de 15 a 18 años,
término medio. usan un saquito ajustado que llega
–Me alegro que así sea, porque daba hasta la cintura; de 18 hasta 50 un saco
pena el ver la ignorancia de la juventud común como el mío, y de 50 arriba la
obrera de mis tiempos. Pero otra cosa levita. La vestimenta está íntimamente
que no comprendo: ¿por qué estas ajustada a la comodidad e higiene de
jóvenes que vienen agrupadas allí están las personas, y además de acuerdo con
todas vestidas iguales? las categorías establecidas. Hasta los

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quince años, el niño pertenece entera- –Me parece que olvidas la profesión
mente a su familia. de abogado.
–Pero, dime, Juan mío. ¿Y aquellas –Hoy no existe esa clase de tiburones,
teorías de mis tiempos, que tenían me respondió él.
tantos partidarios entre los compañeros, No pude menos de reírme, porque soy
que se debía suprimir completamente de la misma opinión. Porque ya en
la familia y establecer el amor libre? mis tiempos esta gente no servía más
–Ideas poco meditadas de algunos que para desvalijar durante los pleitos
exaltados –me respondió mi hijo. Sacar a vencedores y vencidos.
la vida de familia, sería suprimir de –El que se dedica a estudios supe-
golpe la base de toda sociedad durable. riores tiene que asistir igualmente a
Esta idea tiene todos los argumentos su trabajo diario, hasta que demuestre
en su contra, y en su favor sólo uno. que verdaderamente tiene aptitudes y
Que sería: que no es justo que uno afición para uno de ellos. Entonces se
tenga mujer bonita y otro fea. Pero no dedica por completo, y cuando los ha
piensan que la linda cara es lo menos terminado se le agrega a un estableci-
durable en el matrimonio; en cambio, miento como médico, ingeniero u otro
la dulzura y un genio alegre son para ramo, sin que por esto se le considere
siempre. Pero sigamos nuestra conver- ni más ni menos que otros compa-
sación anterior. ñeros. Porque si uno nace más inteli-
Bueno; después de los quince años, gente que otro, no sería justo creerse
el niño pertenece a la Sociedad, la con más méritos por esto. Hace tantos
cual está obligada a enseñarle a ser un sacrificios un individuo algo obtuso
miembro útil de ella. Durante tres años para ponerse al nivel de los demás,
es compañero aprendiz, al cabo de los como uno muy inteligente, con sobre-
cuales se le destina, según sus aptitudes ponerse a estos mismos. El compañero
y de acuerdo con sus inclinaciones, a que presta servicios verdaderamente
uno de los talleres o a otras labores. En sobresalientes es muy querido y respe-
estos tres años asisten cuatro horas por tado, y éste sirve de estímulo a los
día a su trabajo. El otro tiempo que le demás. Además, si alguno tiene una
sobra lo emplea completamente a su buena idea para inventar o perfec-
gusto. Nadie le obliga a seguir estu- cionar algo, se le ponen a su disposi-
diando; pero se le dan amplias facili- ción todos los elementos necesarios.
dades para perfeccionarse en toda clase –Pero, dime, mi Juan, ¿quién hace
de conocimientos. Una vez siendo de sirviente?
compañero, es considerado mayor de –¿De sirviente? ¿Cómo puedes tú,
edad, y goza de todos los beneficios padre mío, un socialista convencido,
de la Gran Sociedad. Puede contraer hacerte esta pregunta? ¿Crees tú que
matrimonio. Puede seguir los estu- hay hoy un sólo hombre sobre la tierra
dios superiores. Puede pasearse por el que renegaría de su dignidad personal
mundo un mes cada año. hasta tal punto de ser lacayo de otro
–¿Qué entiendes tú por estudios hombre? ¿Crees tú que alguno que
superiores? esté en su sano juicio llevaría la cola
–Los estudios superiores son varios; del vestido de una mujer, fuese quien
como ser: médicos, ingenieros, arqui- fuese, como antes hacían en algunos
tectos, químicos y astrónomos. países los cadetes militares cuando les

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tocaba de servicio con alguna prin- un vestido corrido, de arriba hasta


cesa? Aunque disfrazaban en este abajo, liso, con un cinturón. El corsé,
caso el nombre de sirviente por el ese antiguo instrumento de tortura,
de paje. Hoy, padre mío, no se sirve queda completamente abolido, lo
sino a los enfermos, y los hijos a sus mismo que los cuellos muy ajustados.
padres. Cuando el hombre llega a los Pasados los dieciocho años, y hasta los
cincuenta años entonces es jubilado. cincuenta, son compañeras. Entonces
Es decir, no tiene más obligación de pueden contraer matrimonio, pueden
trabajar. Sin embargo, después de esta estudiar, pueden viajar un mes por
edad les corresponde formar (siempre año. En fin, tienen todas las atribu-
por sorteo y voluntariamente) los ciones que tienen los hombres, menos
consejos de los diferentes ramos de sus deberes. Porque ninguna mujer
la administración y los de justicia: tiene obligación de trabajar sino para
es decir, para juzgar a los hombres su familia, en vista que demasiado
porque las mujeres son juzgadas por tiene que hacer con aportar y cuidar
matronas en idénticas condiciones. los nuevos ciudadanos. Sin embargo,
Además, para nosotros no hay retiro si alguna prefiere quedarse soltera y
obligatorio, y cada cual puede servir a dedicarse a un estudio superior, queda
sus compañeros, hasta que la muerte completamente libre de hacer lo que
pone su término forzoso. Uno de mejor le parezca. Durante este tiempo,
nuestros actuales Grandes Compa- viste de polleras y saco ajustado al talle,
ñeros, por ejemplo, ya está cerca de traje que antiguamente se llamaba
los noventa años, y, sin embargo, “tailleur”. A los cincuenta años pasa a
se empeña en seguir, con verdadera la categoría de matrona, y entonces es
abnegación, en su puesto. apta para todos los cargos que corres-
–¿Quién es, cómo se llama? –interrogué ponden también a los hombres de la
a mi hijo. misma edad. Durante este tiempo
–¡Oh! Ya lo verás, padre mío. Él ha visten pollera y levitón suelto.
pedido verte, y mañana le haremos –Muy bien, muy bien –dije yo–; casi
una visita. Es fácil que tú le conozcas. no tengo nada que observar; pero
Aunque en tus tiempos no era precisa- ¿y los sombreros?
mente de los nuestros. Le decían “El –Cada cual usa el que se le da la gana,
Pelao” y era jefe de una gran repar- porque todos son del mismo material,
tición. Además hay otro ex jefe de la y hay varios miles de formas distintas
misma repartición, que demostró ya y de todos los colores imaginables. Lo
en tus tiempos sus inclinaciones socia- que no es admitido son los adornos,
listas por los muchos asilos que fundó, porque hoy sería por demasiado ridí-
y que ocupa ahora un alto cargo en culo el adornarse con plumas, como
una de nuestras dependencias. Para antes lo hacían los indios.
las mujeres los estatutos prescriben las En esto llegó el conferenciante, y nos
mismas costumbres. Después de los vimos obligados a guardar silencio.
quince años deben aprender a cocinar, Después de un corto saludo el hombre
remendar, cuidar niños, tener en orden tomó la palabra.
la casa y además pueden asistir a la clase “Compañeros:
de estudios superiores, igual como los “Pronto van a cumplirse veinticinco
hombres. Durante este tiempo usan años que el pueblo argentino pertenece

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a la Gran Sociedad Universal, y la sangriento campo de batalla, como


juventud moderna sólo toma parte en la de una confederación que nece-
los beneficios, y no en las luchas para sitó 500.000 cadáveres para poder
conseguir el bienestar de que ahora formarse, sino la unión perfecta que se
disfrutamos. basa sobre el respeto mutuo.
“Una de las primeras obligaciones del “Hubo que convencer a todos aquellos
buen compañero es la de ser agrade- que no podían imaginarse un socialista
cido, y no debemos perder la ocasión sino con un puñal o una bomba en la
de ensalzar a los muchos que han traba- mano, que no éramos asesinos, sino
jado, sufrido y muerto en holocausto progresistas.
de la gran causa. “Hubo que acostumbrar al trabajo
“¡Cuántos obstáculos ha habido a esta gente que nunca en su vida
que vencer hasta llegar al gran año habían hecho nada por sí mismos, y
1925! Año de triunfo; pero también cuya única misión en el mundo era dar
de desvelos. órdenes a sus sirvientes.
“¡Cuántas energías aisladas era nece- “Hubo también que acostumbrar a
sario encauzar para poder luchar con aquellos proletarios que, con el entu-
éxito, y no por medio de la fuerza sino siasmo de la victoria querían que en
de la persuasión! adelante sólo los burgueses trabajasen.
“Era necesario acostumbrar a estos “Hubo que hacerles ver que no era
jóvenes leones al orden, porque el caos posible ni decente tomar represalias
conduce a la ruina. contra los vencidos y que todos éramos
“Era indispensable, antes de entu- hermanos.
siasmar las masas por nuestros ideales, “Hubo que convencer a aquellos que
saberlas también refrenar. querían a toda costa repartirse las tierras
“Porque no queríamos dar otra vez y vivir cada uno como una especie de
un espectáculo al mundo como reyezuelo, que esto no era posible.
cuando la gran revolución francesa, “Hubo que convencerles que el hombre
tan espléndidamente empezada y tan es un ser esencialmente sociable y el
mal acabada. que vive aislado, forzosamente tendría
“Estos gigantes habían derribado un que sucumbir de melancolía.
Capeto para que sus hijos levantaran a “Les hemos demostrado que hasta la
otro, peor aún que el anterior. alta aristocracia no se aguantaba en sus
“Hubo que enseñar al pueblo a domi- palacios y sus parques, y tenían que
narse a sí mismo para no caer en mezclarse con el pueblo despreciado.
excesos después del triunfo. “Y aunque se mezclaban con el labio
“Hubo que eliminar los pescadores caído y el gesto desdeñoso, no podían
en río revuelto. Hubo que seleccionar hacer de menos.
las ovejas sarnosas para no infestar a “Hubo, por fin, que crear institu-
las sanas. Hubo que calmar a los exal- ciones que superasen a las anteriores, y
tados, porque nuestro lema no era los resultados han demostrado que casi
Venganza contra los opresores sino en todo hemos acertado.
Igualdad y Perdón. “Hubo que llamar a la realidad de la
“Hubo que crear lo que no existía. vida a aquellos sublimes locos que
“Queríamos la unión; pero no la pensaban que con haber cambiado de
unión a la fuerza, conquistada sobre sistema ya estaba todo resuelto.

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“Al principio hubo que trabajar diez “Se había producido el inmenso acon-
y más horas cada individuo, para que tecimiento social de que se efectuaba el
no nos muriéramos de hambre al año enlace de la hija de un almacenero enri-
siguiente, porque durante unos meses quecido con el hijo de un diputado.
todo había quedado abandonado. “Invito a todos los presentes a ponerse
“Hubo que acallar a los descontentos, de pie, en honor del mártir presente.”
demostrándoles que dentro de poco Todos, sin excepción, se levantaron,
tiempo las cosas mejorarían, porque por y muchos se adelantaron hacia mí a
el momento la mitad de las actividades besarme las manos.
se perdían en estériles idas y vueltas. Quedé tan emocionado que apenas
“Hubo que consolar a los que más pude decirles:
sacrificios habían hecho y que, por el –¡Dejadme! Es demasiado honor,
momento, no se podían recompensar. hijos míos.
“Hubo que vigilar a estos lobos con
piel de cordero que, antes, con el
nombre de sacerdotes, explotaban y 3. La organización productiva
esquilmaban al pueblo, y después, con
una mentida mansedumbre hacían Muy temprano estuve yo de pie; pero
aparentar que aceptaban gustosamente mi hijo ya me esperaba.
nuestras instituciones, y por dentro –Espero tus órdenes, padre mío. Dime
hervían de rabia, acordándose de sus a dónde iremos hoy, y si apronto el
templos parroquiales, que eran tantas automóvil.
minas de oro y de placeres para ellos. –Mira, hijo mío: por decirlo franca-
“¡Oh, juventud moderna! No olvidéis mente, prefiero ir a pie; pero, natu-
nuestros sacrificios y esfuerzos, y haced ralmente en tu compañía. Así nos
lo posible para sobrepujar en prendas encaminamos hasta Barracas. Todo
morales a vuestros padres, que esto completamente desconocido. Multitud
será nuestra más grande recompensa. de casitas, siempre con su jardín; bien
Antes de concluir quiero presentaros al frente, bien al fondo.
un compañero, muy digno de todos –¿Cómo se las han arreglado para
los respetos y consideraciones. Vedlo; repartir las viviendas con­formando
dijo, señalándome a mí. a todos?
“Un compañero que sufrió durante –¡Oh, sumamente fácil! Una vez
cuarenta años por nuestra causa. normalizada la situación la gran
¿Y sabéis por qué fue atropellado mayoría de la gente quiso ir al campo,
y herido? donde se levantaron casas a la minuta.
“Tuvo la audacia de proclamar la Los habitantes de Buenos Aires estaban
libertad de reunión durante la mani- hambrientos de sol y de aire puro.
festación del 1° de Mayo de 1910, Bien es cierto que también se han produ-
porque la policía había prohibido cido casos verdadera­mente extraordi-
la reunión alegando que estorbaba narios de gente que no querían salir
el tráfico, y esta misma policía, la de los con­ventillos, alegando que una
noche anterior tuvo parada la circu- casa sólo les iba a parecer una tumba
lación del trafico durante más de una por su silencio. Extraña facultad del
hora frente a una iglesia, y ¿sabéis género humano, saberse amoldar a tal
vosotros por qué? punto a la miseria, que le causa dolor

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el alejarse de estos focos inmundos de No pude menos de decir a mi hijo:


enfermedades de todas clases. –Pero tú siempre hablas de repartir sin
En consecuencia, no faltaban habita- acordarte de que es necesario pagar a
ciones y cada cual eligió la que más los obreros y directores, y por lo tanto,
o menos le acomodaba, siempre de no es posible regalar la producción.
acuerdo con el Consejo del barrio, que –Estás en un error, padre mío. Hoy no
señalaba a cada familia tantas piezas se paga absolutamente nada; porque,
como para que le tocara una para cada para empezar, no hay dinero.
dos miembros, cuya edad no alcanzara –¡No hay dinero! ¿Qué han hecho de él?
a los 50 años, porque a toda persona –Todo el oro y alhajas se han fundido
mayor de esta edad le corresponde y se usa este metal solamente para
una pieza aparte, buscando, natural­ dorar los artículos de metal expuestos
mente, dentro de lo posible, dar faci- al aire y la lluvia para evitar su oxida-
lidad para que cada uno quede cerca ción y al mismo tiempo para mejor la
de su ocupación. estética. Así, tú habrás visto que todos
–Pero, ¿cómo arreglaron el trabajo? los armazones de los focos eléctricos
¿Quién administra talleres, quién paga son dorados, como también las rejas y
a los obreros? ¿Quién compra la materia muchos otros objetos.
prima para las industrias? También en –¿Y las piedras preciosas? –pregunté yo.
mis tiempos se hablaba de socializar la –Éstas sirven de cojinetes para las
industria, y marchar de acuerdo entre máquinas de precisión; se evita así
el capital y el trabajo; pero ninguno de mucha pérdida de fuerza por roza-
nosotros se daba cabal cuenta, cómo y mientos inútiles, y no se gastan aceites
de qué manera debía efectuarse. en lubrificación.
–En verdad –respondió mi hijo–, –Pero, ¿cómo les consta que todo el
mucho dio que hacer; pero con la mundo trabaja?
buena voluntad se han allanado todos –Precisamente para esto se han puesto
los obstáculos. Hoy no hay más en uso las contraseñas que llamamos
pequeños talleres ni fábricas. Todo “Proletarios”, en son de mofa, como
se hace en grandes usinas, construidas antes se decía luises de oro o napo-
ya con este fin. Cada usina está bajo leones. De estas contraseñas, cada
un consejo de empleados y ex obreros compañero toma diez toda vez que sale
que ya pasan de cincuenta años, y el de prestar su servicio de cuatro horas.
total de la industria del país, es decir, –¿Entonces es como si fuera dinero?
del pueblo 13, dependen del consejo –No, padre mío, no es dinero. Es
mayor industrial, que también está únicamente un medio para vigilar que
formado por ancianos. Éste viene a todo el mundo cumpla con su deber,
ser una especie de lo que ustedes antes sin estar direc­tamente bajo una vigi-
llamaban un Ministerio del Trabajo. lancia deprimente, y que no estaría de
Este consejo tiene a su cargo la adqui- acuerdo con la libertad individual.
sición de la materia prima y todo lo –¿Y de qué son estas contraseñas?
relativo a las usinas y fábricas. Todo Seguramente de plata.
producto listo pasa a los depósitos –Este metal sirve para otra cosa más
anexos a las fábricas, de donde, a su útil, que es para hacer, en liga con
vez, es repartido al consumidor, o otros metales, los cables trasmisores
enviado para donde haga falta. de la energía eléctrica. Porque con

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esta clase de cables, la pérdida por las cosas, y si un compañero se halla


irradia­ción es casi insensible. Además indis­puesto, bien en verdad o fingido,
es muy pesado. Nuestras contra­señas no por esta deja de percibir sus prole-
son de una composición liviana, y tarios. Ahora bien; en cuanto el
que permite su refundición con pocos consejo del barrio se apercibe que las
gastos. No llevan otra inscripción que enfermedades se suceden demasiado
la imagen de la paloma de paz, que es a menudo, va un compañero médico
el emblema de la gran sociedad, y el y pone las cosas en orden, llegando
nombre del mes en que corren. hasta a ser amonestado públicamente
–Pero tú dices que no es dinero y, el haragán que quiere vivir a costillas
sin embargo, pagan con ellas a sus de sus compañeros. Si la enfermedad
empleados. es algo grave, tiene inmediatamente
–No; no es dinero, y en cuanto te haya
explicado el meca­nismo de nuestra
administración, tú opinarás igual.
Todo com­pañero abajo de cincuenta
años recibe todos los días sus diez
proletarios, excepto los domingos, que
nadie o casi nadie tra­baja, y en cuyo
día los artículos pueden retirarse sin
contra­seña. Los ancianos no necesitan
esta fórmula, porque todo lo que hay
está a su disposición. Con estas diez
tiene que arreglarse en esta forma:
Cinco para su comida.
Uno para fumar.
Uno para refrescos u otra bebida.
Uno para teatro u otras diversiones.
Uno para excursiones en tren, auto-
móviles o aeroplano y uno para flores.
–¿Y el que no fuma?
–Invierte su contraseña en otra cosa.
–¿Y la ropa con qué la paga? ¿Y con
qué mantiene su familia?
–La ropa está pagada por la sociedad,
como igualmente la manutención de
la familia; y los diez proletarios no
son otra cosa que un regulador de la
vida normal, además de ser el único
poder que empleamos para obligar a
cada cual a prestar sus cuatro horas de
servicio. Todo el mundo tiene ropa
y casa pagada por la comunidad, y
solamente el estómago del intere­sado
paga sus resistencias contra el derecho
común. Naturalmen­te no se exageran

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

médico y medicamentos a discre­ción, queda para pasear y diver­tirse. ¡Oh! El


si no prefiere ingresar en uno de los elemento femenino está hoy a la altura
muchos hospitales. Pero si es fingida, de su misión y a menudo la Oficina
se le suprimen sus proletarios, y de del Progreso recibe escritos con nota-
buena o mala gana al día siguiente va bles trabajos e ideas de ellas.
al servicio, porque ni su misma familia –¿Qué oficina es esa?
trataría de socorrerlo, porque el que –Es una repartición que recibe, selec-
no quiere trabajar es un ladrón. ciona y contesta todo escrito presen-
–¿Pero el que no gasta sus cinco tado por los compañeros de ambos
proletarios y los quiere acumular? –le sexos. Toda persona que cree tener una
observé yo a mi hijo. buena idea respecto al bien común, la
–Esto no sucede, porque como llevan redacta y la envía a esta oficina. Allí
el nombre del mes de su circulación, es analizada y puesta en práctica si es
deben ser invertidos en este mismo sobresaliente; queda archivada si es
mes, de lo contrario, pierden comple- prematura, o devuelta si es inaplicable.
tamente su valor, y como cada año Pero siempre, y en todos los casos, el o
se cambia además su color tampoco la autora recibe su respuesta. El terrible
pueden guardarse de un año para canasto queda abo­lido. Después los
otro, y así se evita que haya avaros resultados se publican en una revista
entre nosotros. que se titula “Progreso Social”. El
–¿Y el que gasta todo en bebidas alco- segundo motivo del poco movimien­to
hólicas? en la calle es la paralización completa
–Como a nadie le falta nada, es muy del movimiento comer­cial. Antes, una
raro ver a un compa­ñero hacer excesos. mitad de la población corría apresura-
Primero por la instrucción que recibe damente para engañar a la otra mitad,
la juventud, y segundo, porque todo o a lo menos para aventajarla; para ser a
compañero debe vigilar por el bien su vez engañada por otros más hábiles
común, y todos, sin excepción, son que ellos. Todos compraban, vendían,
agentes del orden al servicio de la Gran falsificaban, aumentaban, hacían de
Sociedad cuando el caso lo requiere, y uno seis, y así por el estilo. Les iba bien,
así uno vigila al otro. compraban un palacete; les iba mal,
–Muy sabiamente dispuesto –dije quiebra y otro palacete. Así, siempre
yo–. Pero otra cosa. ¿Por qué antes del ¿quién era el eterno pagano? El tonto
medio día casi no se ve movimiento trabajador que se quebraba los dedos
por las calles? y los músculos durante nueve o diez
–La primera razón es que el Gran horas diarias para ganar un zoquete
Consejo del elemento fe­menino ha de pan para ser luego clasificado de
dispuesto que las mujeres no quieren “elementos bajos”, o el honrado sabio
ser menos que los hombres y quieren que, despreciando el vil metal, pensaba
también prestar sus cuatro horas de en conquistar para la humanidad los
ser­vicio. Así hay un convenio tácito adelantos de la ciencia para ser tratado
de que ninguna mujer salga a la calle después de viejo imbécil, por no saber
a la mañana, sino por causas excepcio- siquiera dejar algún centenar de miles
nales, y así todas trabajan en su casa en de pesos para sus hijos.
los quehaceres domésticos, y recién a –Pero ¿tú dices que no hay más
la tarde disponen del tiempo que les movimiento comercial? –le repliqué yo.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

¿Cómo se las arreglan para compensar elección cualquier parte de la tierra que
la sobrepro­ducción de un artículo, ellos quisieran, y entonces nos respon-
como, por ejemplo, los cereales en dieron que sus deseos eran vivir todos
nues­tro país? reunidos en Irlanda. Naturalmente,
–Como el Gran Consejo Central de nos pareció una pretensión exagerada.
Berna dispone de todos, de allá vienen Sin embargo, por fór­mula, se hizo la
las órdenes cuando en alguna parte falta pregunta al pueblo irlandés, y cuál no
algo, y sin más fórmulas se envía lo nece- sería la agradable sorpresa del Gran
sario. Además, en cada país se trata de Consejo al recibir la siguiente nota:
fabricar los artículos cuya materia prima “Al Gran Consejo Universal:
se encuen­tra allí mismo, para evitar “El pueblo irlandés tiene en honor
doble trabajo y doble transporte. Única- poder ofrecer su tierra a los intereses de
mente con Inglaterra se hace una excep- la Gran Sociedad, y pide únicamente un
ción. Con ellos tenemos una especie año de tiempo para desalojar su país y
de tratado de intercambio comercial. hallar otro lugar que goce, más o menos
Nos­otros les enviamos trigo y carne, y del mismo clima, para habitarlo.
ellos nos entregan hierro y acero. Y no “No se nos agradezca nuestra acción,
es que necesitamos esto, porque bien porque, además de ser un deber agra-
podríamos también nosotros trabajar en decer la ayuda que hemos recibido en
las minas para extraer los minerales, sino sus tiempos del Gran Consejo, con
para evitar que los ingleses se mueran gusto nos alejamos de nuestros peli-
de hambre por­que la Isla de la Gran grosos vecinos.”
Bretaña no produce lo suficiente para El Gran Consejo les propuso entonces
ali­mentar todo ese enjambre de aristó- la Patagonia Argentina, y ellos acep-
cratas, príncipes y reyes refugiados allí taron en seguida. Así, ahora tenemos
después de nuestro triunfo. toda Irlanda, o a lo menos sus habi-
–¿Pero ellos tienen a la Irlanda, tantes, aquí, en el Sur, alrededor del
que creo que es un país muy Chubut. Una vez desalojada aquella
productivo? –dije yo. isla se enviaron allá todos los anar-
–Irlanda no es más inglesa, padre mío. quistas del Universo y ahora mante-
Uno de los primeros pueblos que se nemos relaciones muy cordiales con
han proclamado libres del yugo fueron ellos. Únicamente que éstos no aceptan
ellos. Posteriormente, este pueblo tan absolutamente nada de nosotros,
digno, hizo un gran acto colec­tivo de porque dicen que hemos transfor­mado
abnegación. Al poco tiempo de haberse al mundo en una gran cárcel modelo.
establecido el sistema actual, empe- –Y los ingleses, ¿qué dicen a todo esto?
zaban a perturbarnos los anarquistas. –Se conformaron, y no está lejos el día
No sabíamos qué hacer con ellos. No que “malgré-tous” tendrán que soli-
había manera alguna de entenderse. citar el ser admitidos en nuestro seno.
Criminales no eran y, por lo tanto, no Todo el elemento pensador y todos
podíamos tratarlos como tales. Pero los trabajadores han emigrado de allí
nuestro sistema no les gustaba, porque y se encuentran entre nosotros; así
ellos querían descansar y no trabajar, y solamente quedan allá los aristócratas
además decían que una libertad conquis- empedernidos de todo el Universo.
tada sin sangre no merecía este nombre. Gentes que han proclamado que se
En­tonces les propusimos dejarles a su harían saltar al aire, junto con toda

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

la isla, antes de ser compañeros de su hijo, que están aún en la cuna, que va
los “sans-culotte”. Gente que sostiene a salir un gran médico o un buen zapa-
que todos nosotros somos unos desal- tero. Sin embargó, hoy nacía un prín-
mados ladrones, por haberles robado cipe y ya le aplaudía el pueblo ignorante
sus tierras y sus palacios. Bienes que por el gran es­fuerzo heroico que había
sus padres habían conquistado a hecho con nacer. Ya todo el mundo
fuerza de sacrificios heroicos (uña). Lo sa­bía que este chico iba a ser un rey
gracioso es que este enjambre de prín- magnánimo, ilustre, sabio, bon­dadoso,
cipes y gentes de sangre azul no podían valiente, guerrero y tutti cuanti. Esto
soportar el gobierno monárquico. me hace acordar un hecho que oí en mi
Hicieron una revolución e implan- juventud. En Escocia perseguían una
taron la república; pero copiando vez a un rey, y éste, para evadirse con
casi por completo nuestro sistema; más facilidad, se disfrazó de leñero y
es decir, en vez de haber un presi- se mezcló con otros del mismo oficio.
dente y ministros, el poder ejecutivo Después de ponerse en seguridad les
está representado por un consejo de avisaron a éstos que el que había estado
ancianos. Al discutir la nueva forma de entre ellos había sido el rey.
gobierno hubo algu­nas observaciones –¡No puede ser! –exclamaban éstos.
dignas de ser reproducidas, sobre todo –¡Si tenía la cara como nosotros!
tratán­dose de gentes que todos habían Pobres pueblos engañados y vendidos
sido soberanos y habían gober­nado en que habéis soportado leyes como la que
mayor o menor escala. Uno dijo que castigaba los delitos de lesa majestad
un joven no tenía bastante experiencia con fuertes penas. Mirad en una noche
ni calma para pertenecer al consejo. Y serena por espacio de cinco minutos al
este mismo individuo había sido rey a firmamento, y sabréis lo que quiere
los dieciocho años. Otro dijo que era decir majestad, y os convenceréis más
peligroso acumular demasiado poder que nunca que este título no corres-
en una sola per­sona, olvidando que él ponde a ningún miserable gusano en
en persona había clamado que no podía esta tierra.
hacer grandes obras porque una estú- En esto llegamos a la Boca del Riachuelo.
pida constitución se lo impedía. Otro ¡Qué cambio! Todas las casillas de
dijo que se debían examinar primero madera de mis tiempos las llevó el
los nuevos miembros del consejo, sin empuje de las nuevas instituciones.
pensar que él en su vida jamás había Lindas casitas de material, todas con
pasado por ningún examen y, sin su jardín, daban un aspecto magnífico
embargo, fue, según su opi­nión, un a este barrio tan abandonado antes.
rey sabio y aplaudido. Porque en mis tiempos, todo el celo de
No pude menos de afirmar todo lo las autoridades muni­cipales se reser-
dicho por mi hijo. Es verda­deramente vaba para los grandes paseos aristocrá-
sorprendente cómo el mundo se ha ticos, y si algo se ocupaban de la Boca
dejado llevar tan­tos siglos por las narices y Barracas era por miedo de con­vertir
por todos estos aventureros que se estos barrios de obreros en focos de
llaman testas coronadas. Todo empleo, enfermedades infec­ciosas, que muy
todo trabajo, toda profesión, por ínfima bien algún día podían extenderse hasta
que sea, tiene que ser aprendida, y se los barrios de la gente bien.
trataría de loco al padre que dijese que Llegamos donde estaban los buques.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

El puerto estaba relativamente vacío. no quiso saber más de él. Esta gente,
Pero cerca de un gran transatlántico antes de reconocer que son de carne
con bandera inglesa se veía algún y hueso como nosotros, se dejarían
movimiento. cortar en pedazos.
Nos acercamos a un empleado, y éste, La carga del vapor se efectuaba de
al reconocer en mí a un miembro del una manera original. No se veía gente
Gran Consejo, categoría que yo mismo ninguna, y todo caminaba automáti-
igno­raba aún, se puso en seguida a mis camente. Le pregunté al empleado que
órdenes para lo que quisiese mandar. nos hacía de cicerone, y éste nos dijo
Le hice algunas preguntas respecto al que el vapor había llegado esa mañana
buque, su tripulación, lo que traía y lo cargado y que hoy que­daría listo para
que llevaba. emprender nuevamente el viaje.
–Compañero anciano, no quiero –¿Y el carbón para las calderas? –dije yo.
quejarme; pero el peor ser­vicio que Mi hijo, notando el asombro en la
puede existir es tener que lidiar con cara del empleado, le dijo que yo era
esta gente. Toda la tripulación del el anciano que había estado demente
barco inglés son aristócratas y nos durante cua­renta años, a lo que aquél
miran a nosotros como la peste. me contestó:
Vienen aquí a traer hierro y llevan –Nadie pierde su tiempo actual-
carne. Pero todo lo hacen con un mente en sacar carbón de debajo de
gesto de perdona vidas, que parece la tierra. Los buques son propulsados
que son ellos los que nos mantienen por motores eléctricos, y las acumula-
a nosotros, en vez de ser todo lo dores se cargan en un par de horas. Y
contrario. Sin embargo, no todos son son suficientes para un viaje de ida y
así y hay un rubio entre ellos muy vuelta; pero por precaución se vuelven
modesto. He oído decir que aquel a cargar aquí. Mas este buque no es
rubio que ahora está recostado contra de los más veloces y creo que sólo
la obra muerta del buque es el lujo de camina cuarenta y cinco millas por
un gran soberano que en sus tiempos hora. Por allí pueden ver los vapores
era muy beli­coso y tenía en un latente de la Gran Sociedad Universal, entre
sobresalto a media humanidad. los que hay algunos de ellos cuyo
Dirigí la mirada donde me indicaba andar normal es de ochenta millas
el empleado, y vi allí un hombre que por hora, y otros cuyo andar sólo
tenía de todo menos de matasiete, y no es supe­rado por los aeroplanos, que
pude menos de sentir compasión por emplean, desde París hasta aquí, sólo
un hombre que se había criado entre el dieciocho horas.
lujo y que ahora tenía que ganar su pan, –Pero debe ser terrible el esfuerzo
haciendo la triste vida de marino. necesario para desarrollar estas veloci-
Así se lo manifesté a mi hijo. dades, más teniendo en cuenta que la
–No los compadezcas, padre mío. Este resistencia del agua aumenta en rela-
mismo hombre tiene un hermano que ción del cuadrado con la velocidad.
está entre nosotros; es decir, en Suiza, –No tanto como tú crees compañero
y demos­tró ser un hábil electricista; anciano, porque ahora los buques no
pero desde el día que abandonó su cortan el agua, sino ruedan sobre ella.
estado social y abrazó nuestro credo, Mi hijo me contemplaba sonriendo, y
toda su familia lo decla­ró renegado y nos encaminamos hacia nuestro barrio.

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4. Sobre la evolución histórica “Pero en el transcurso del tiempo,


del trabajo el mundo se pobló, y no hubo más
remedio que ayudar a la tierra a
Mi hijo me habló de una conferencia producir nuestro alimento.
para niños que iba a tener lugar esta “Naturalmente el labrar la tierra
noche, y como era una de las pocas en con herramientas primitivas era un
idioma castellano, resolvimos asistir. trabajo muy penoso, y los hombres
Para no cansar a los niños, la verdadera más espabilados bus­caron la manera
conferencia dura sola­mente media de sacarle el cuerpo,
hora, y después viene un cuento, por “Pronto éstos se destacaron como jefes
lo general muy lindo. y alrededor de ellos se agruparon los
Llegada la hora nos encaminamos vividores.
hacia la Casa del Pueblo, ex Catedral, “Así, el resultado final era que los
y al poco rato subió a la tribuna el trabajos más pesados tenían que
conferenciante. hacerlos los demás.
Rara vez en mi vida he visto un hombre “Éstos se conformaban de muy mala
que tuviera tanta bondad pintada en gana, y los jefes se con­vencieron que
su rostro, y por las manifestaciones tenían que buscar algún medio para
que le hacían conocí que era el ídolo mantener a esta gente en estado
de la gente menor. subyugado.
El hombre empezó a hablar, y los “Y este medio se halló explotando el
párrafos más importantes de su sentimiento religioso.
discurso fueron los siguientes: “Siempre, y en los tiempos más
“Mis queridos niños: remotos, el hombre se incli­naba a
“Hoy hablaremos un poco sobre el creer en seres superiores, que moraban
trabajo. en las alturas celestes y en otra vida,
“Desde que existe el mundo ha sido después de la muerte del cuerpo.
necesario trabajar, por­que la naturaleza “Y bien pocos hay aún hoy en día
muy raras veces nos brinda sus dones que miran con serenidad el supremo
comple­tamente listos para el consumo. momento de la muerte física.
“Así crecen las yerbas fibrosas; pero “Porque nadie, absolutamente nadie,
hay que hilar y tejer las fibras para sabe dónde irá a parar nuestro espíritu.
hacer trajes. “Mas cuando hay una conmoción de
“Crecen los árboles; pero para hacer casas la Tierra, o simplemente una tormenta
hay que cortarlos y hacer tablones. fuerte, todo ser humano se encuentra
“Crecen las frutas; pero muchas de asustado, y le es forzoso reconocer que
ellas hay que cocerlas, y hacen falta hay alguna cosa superior a nuestro
cacerolas y hornos. escaso entendimiento.
“Además, hay animales feroces y son “Este sentimiento, pues, fue el que
necesarias armas para combatirlos. emplearon, y el primer embustero que
“En fin, el trabajo es indispensable. supo convencer a sus semejantes menos
“Al principio, cuando aún había poca inteli­gentes, que él había sido desig-
gente sobre la Tierra, tal vez alguno nado por un ser divino como su repre-
pudo haber pasado sin trabajar, sentante, era jefe de hecho y derecho y
alimentándose de fruta y no usando mandaba y dictaba leyes a su antojo.
ropa alguna. “Así se crearon los sacerdotes.

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

“Les decían al pueblo que en esta este siglo, cuando de golpe despertó
tierra era necesario trabajar y sufrir el pueblo de su letargo y sacudió el
para ser recompensado con exceso en yugo que lo oprimía.
la otra vida. “¡Qué sorpresa para muchos!
“Bien es verdad que si los pueblos “Cuando antes del movimiento liber-
hubieran sido un poco más perspi- tador el obrero pedía ocho horas de
caces, bien hubieran podido ver que trabajo, los barrigones de burgueses
los que tales cosas decían empezaban decían: “¡qué barbaridad!”
por no cumplirlas ellos mismos; pero “Y después resultó que se trabajan sola-
los pue­blos eran ciegos. mente cuatro horas, y no solamente es
“Andando los tiempos, otros jefes se suficiente, sino que sobran todavía,
transformaron en reyes y se rodearon y dentro de algún tiempo se podrá
de soldados; pero siempre de acuerdo reducir la jornada, porque tenemos
con los jefes religiosos. víveres acumulados para varios años,
“Éstos les aseguraban la sumisión del y las grandes plantaciones de árboles
pueblo, y en cambio, disfrutaban de estarán terminadas.
altos honores y conseguían su objeto “Ahora les diré, mis queridos, cómo
principal, que era: No trabajar. es posible que hoy se produzca más en
“Además, supieron investirse de auto- cuatro horas que antes en ocho.
ridad casi igual como los reyes, y “Primero: ahora trabaja todo el mundo,
algunas veces más aún. y antes lo hacía sólo una parte.
“Sí, mis niños queridos, aún no hace “Segundo: no se fabrican artículos de
mucho tiempo, apenas cuarenta años, lujo ni inútiles.
que las autoridades municipales de “Tercero: no se fabrican armas.
nuestra ciu­dad no podían hacer tal o “Esta fabricación, comprendidos los
cual cosa, para no tener conflictos con buques de guerra, explo­sivos y demás
la Autoridad Eclesiástica. armas grandes y chicas, absorbían antes
“Hoy en día, gracias a los esfuerzos el trabajo de unos cuarenta millones
de la Gran Sociedad Uni­versal, se ha de hombres.
extirpado este cáncer social; pero es “Cuarto: hoy no tenemos esa inmensa
necesario que vosotros, que sois el cantidad de soldados que perdían su
pueblo de mañana, conozcáis a vues- tiempo lastimosamente en ejercicios,
tros enemigos. o por en­cargo superior se mataban
“Habíamos llegado que en los antiguos entre ellos, haciendo cada carnicería
tiempos, los jefes civi­les y los religiosos que subleva el espíritu.
y los demás vividores, no trabajaban. “Quinto: los grandes adelantos en la
“No solamente no trabajaban, sino mecánica.
hubo algunos que, para construir un “Todo o casi todo, se hace con las
monumento inútil, y sólo para satis- máquinas y la misión del hombre no
facer su orgullo inmenso hicieron es más que dirigirlas.
trabajar alrededor de cien mil personas “Sexto: el aprovechamiento del
duran­te diez o doce años, como calor solar.
sucedió en el Egipto, con la construc­ “Porque antes mucha gente era
ción de las pirámides. empleada en cortar leña y sacar carbón
“Este sistema siguió, con pocas de las minas.
variaciones, hasta el principio de “Hoy tenemos las grandes usinas

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

cerca del Ecuador, donde el Sol es sobrantes en plantar árboles frutales,


casi siempre aprovechable, y con en canalizar los terrenos anegadizos
algunos miles de gigantescos espejos y en obras de saneamiento de tierras
cóncavos, hábilmente colocados, y pantanosas.
cuyos rayos dé reflejo se dirigen sobre “Todo esto en previsión de enferme-
las calderas de vapor. dades infecciosas y para aumentar
“Las que a su vez alimentan potentes las tierras cultivables para las genera-
dínamos y tenemos calor, luz y fuerza ciones futuras.
motriz desde el Estrecho de Behring “Así, en realidad, hoy se trabaja el doble
hasta el Cabo de Hornos. de lo necesario, y sólo para aseguraros
“Séptimo: no hay comerciantes. a vosotros un porvenir sin peligros.
“Esto quiere decir que la cuarta parte “Pero una cosa tengo que recomen-
de la humanidad, que antes se ocupaba daros, queridos niños.
en engañarse mutuamente, queda libre “Todo hombre debe trabajar, porque
para otra ocupación. el que no trabaja es un vulgar esta-
fador que quiere vivir del sudor de
“Y hay más aún. Si nos limitáramos sus semejantes.”
a lo estrictamente nece­sario, basta- Un prolongado aplauso de los
rían dos horas escasas de trabajo para niños recompensó al orador por sus
mantener y vestir a todo el mundo: bellas frases.
pero el Gran Consejo Universal, de
acuerdo con todos los adherentes, ha
dispuesto que, por algún tiempo más (*) Fragmento del libro Buenos Aires
se debía seguir la jornada de cuatro en el 1950 bajo el Régimen Socialista,
horas, emplean­do todos los hombres editado en Buenos Aires en 1908.

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El diario de Gabriel Quiroga


Opiniones sobre la vida argentina(*)
Por Manuel Gálvez

Difícil tarea la de introducir una nota de


discordia en medio de una gran celebración. Los
ostentosos festejos del Centenario no admitían
otra opción que no fuera una compulsión a una
felicidad escenificada hacia el mundo occidental.
Lo intentaron los obreros con sus huelgas (que
fueron reprimidas), pero también osadas voces
como la de Gabriel Quiroga, personaje ideado
por Manuel Gálvez. En este caso no se trata sólo
de una pluma comprometida con la disidencia;
el autor apela aquí a la forma del diario personal
como un modo de poner en juego la propia exis-
tencia en el relato que se ofrece como un don, un
regalo que extrae una parte de sí como ofrenda
al mundo que lo rodea, un derroche del propio
espíritu lanzado al juicio de los otros. Quiroga
sabe que la opinión pública le será adversa o
indiferente en una época que no quería escuchar,
pero cree que su destino está ligado a esa empresa
patriótica. Y la acomete sin sufrir por ello, es más,
con la gozosa conciencia de practicar el pensa-
miento libre y provocador.
El diario en cuestión pone en consideración una
fina observación de la realidad argentina en los
días previos a la festividad de los cien años del
país. Los temas más candentes transcurren anali-
zados con agudeza crítica e ironía burlona entre
un crudo escepticismo y un amor declarado a la
patria de la que es contradictor.
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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Dos palabras Por eso mi libro es duro y cruel.


Estas páginas se publican para mis
Publicar un libro es perder algo de conciudadanos, aunque ellos se
sí mismo, dar no sé qué de uno a los nieguen a oírme porque están de fiestas
demás, disminuirse en su propia perso- y aunque me acusen de mal patriota.
nalidad. Un libro contiene parte de Mi libro es también para los extran-
nuestra alma y al hacerlo público nos jeros que nos visiten durante el año
desprendemos de una porción del Yo. del centenario y que, poseídos de una
Un libro inédito es como uno de esos noble curiosidad, quieran informarse
cuartos cerrados de las casas viejas que un poco sobre el país.
guardan los recuerdos de algún muerto Sé que entre tantos elogios, como
muy querido. Si se abre la pieza a los los que la adulación cosmopolita y la
cuatro vientos del día perderá inme- vanidad casera asestarán a mi patria,
diatamente el aroma melancólico de daré “la nota discordante”. Pero no
los recuerdos y la presencia virtual me aflijo. Por el contrario, ello me
del muerto desaparecerá en la luz y encanta, pues considero delicioso
en el olvido. Eso pasa con los libros no estar de acuerdo con los demás.
que contienen algo de nuestra alma. Advierto que tal ha sido la principal
Ellos pierden, cuando los publicamos, razón que me decidiera a publicar las
su melancólico aroma; y la presencia presentes páginas.
de ese muerto, que era el espíritu con Y éste fue el primero y último libro de
que lo habíamos escrito, desaparece Gabriel Quiroga.
como aquellos tristes recuerdos, en el G. Q.
tumulto de la vida y entre la caravana
de los hombres.
Pero el destino ha dispuesto que este 1910
libro sea para todos. Yo me resigno
a esta pérdida de mi personalidad, 3 de febrero
mas no sin rogar a los lectores que se
olviden, tan pronto como puedan, del La cuestión del unitarismo y del fede-
autor y de la obra. Tal vez así llegue ralismo no ha terminado todavía. El
a recuperar lo que es mío. Tal vez espíritu unitario y el espíritu federal
volviendo a cerrar la pieza retornen los se hallan latentes en todo el territorio
recuerdos del pobre muerto... del país y los viejos partidos, que encar-
Dentro de pocos días mi patria cumple naban aquellas tendencias, perduran,
el siglo primero de su independencia. aún hoy día, prolongados en las actuales
Yo le ofrezco, junto con mi grande agrupaciones políticas. Este asunto,
amor, este homenaje sencillo y franco: que no es una mera lucha de partidos,
un poco de la verdad sobre ella misma. tiene una decisiva importancia, pues se
Los heraldos de nuestra grandeza trata de dos tendencias fundamentales
proclamarán a todos los mundos, en y antagónicas que han combatido, y
ediciones fabulosas, virtudes y opulen- combaten aún pero no ostensible-
cias de esta tierra. Yo, más sincero que mente, por implantar su espíritu en las
tales empresarios de gloria, me limito, instituciones y en el gobierno del país.
en mi edición harto modesta, a decir El unitario típico es casi siempre
toda la verdad que sé. “doctor”, pedante y literato. Cultiva la

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oratoria y exhibe en ella, junto a sus senta el espíritu europeo; esto le hace
maneras de una solemnidad clásica, un creerse por encima de todos y despre-
vocabulario jacobino y campanudo. ciar las cosas criollas y las costumbres
Cuida las formas sociales y habla con gauchas. Detesta a España. Carece
pulcritud e importancia. Se afana en de verdadero patriotismo porque no
el vestir y usa diariamente las prendas siente el alma nacional. La patria es
menos comunes. Sarmiento refiere que para él una entidad abstracta, sin rela-
la administración de Rivadavia iba a las ción visible con el suelo que habitamos.
oficinas de corbata blanca. El unitario Y así, cuando llega a concretarla, la
es librecambista y liberal; tiene la concreta en Buenos Aires solamente.
manía civilizadora y, desconocedor del Sin embargo, se cree patriota y en
ambiente y careciendo del sentido de todas las ocasiones solemnes ostenta
la realidad, implantaría de golpe las su patriotismo: un patriotismo verbal
mejores instituciones de pueblos más y oratorio, de fiesta cívica, de bandera
evolucionados. Vive retóricamente y y de mitología histórico-guerrera. El
no abandona jamás sus bellos gestos. Es unitarismo existe aún en Buenos Aires
Manuel Gálvez ingenuo, orgulloso y vanidoso. Repre- y casi todos sus adeptos pertenecen a
la sociedad más elevada, a familias de
abolengo. Al unitario se lo encuentra
en los partidos de oposición, algunos de
los cuales, como el Radical y el extin-
guido Partido Republicano, son mera
continuación del Partido Unitario.
El federal representa el tipo opuesto.
El federal genuino casi nunca es doctor:
es estanciero, general, “comandante
de campaña”. No tiene ideas sobre la
patria pero la siente intensamente, crio-
llamente, sin alardes de patrioterismo.
Forma con el país un solo todo pues
es un producto genuino de la tierra:
como el ombú, como el caballo criollo,
como la vidalita. El federal típico casi
nunca es orador ni retórico. Tiene toda
la viveza del gaucho. Carece de ilus-
tración y de preocupaciones formales.
Es sencillo, democrático, “a la que
te criaste”; sonríe socarronamente
ante los teatrales amaneramientos del
unitario. No habla con la pulcritud
de éste ni se atribuye importancia. Es
conservador y proteccionista. General-
mente provinciano, conoce bien el país
y, por su perspicacia y su sentido de la
realidad, resulta un excelente hombre
de gobierno. En la actualidad se

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

encuentra al federal típico gobernando pueblos americanos y vicio tremendo


alguna provincia, ocupando un sitio de esta “gran aldea”– golpea con sus
en el Congreso o en algún ministerio calumnias y sus chistes malignos a los
nacional. Se ha dicho que Rosas fue en espíritus superiores, como si tratara de
la práctica un verdadero unitario. Esta reducirlos al nivel común de materia-
absurda afirmación es, sin embargo, lismo y de superficialidad.
casi un lugar común; pero ello no debe
extrañarse tratándose de un país donde
hay muy pocos hombres capaces de 10 de febrero
penetrar en el espíritu de las cosas.
Rosas fue un federal genuino, como Este pueblo padece de una enfer-
lo fueron ciertos caudillos, como lo medad muy grave que aún no ha sido
fue, a pesar de su unitarismo político, bien diagnosticada: el moreirismo. El
Sarmiento, como lo es ahora el general gaucho Juan Moreira, representando
Roca. Roca es el tipo del actual federal el más visible y castizo de los defectos
y entre los rasgos que en este sentido nacionales, ha venido a dar una
más lo caracterizan debe contarse el palabra que necesitábamos.1 Así como
haber sido “comandante de campaña”. de Don Quijote se ha formado la voz
El Partido Federal se ha prolongado en quijotismo para denominar el desequi-
el Partido Nacional. El unitarismo es librio aventurero y quimérico de los
un estado ficticio y antitradicionalista, españoles, así de Moreira formo el
un parásito que necesitamos extirpar. derivado moreirismo para denominar
Los unitarios y sus actuales equiva- nuestras tendencias agresivas, nuestra
lentes significan, para el cuerpo social, afición a la guapeza, nuestro espíritu
muchos átomos de extranjerismo, de faccioso, nuestro culto del coraje y
monomanía europeizante, de pedan- nuestra manía revolucionaria. Juan
tería y de afectación de la cultura. Moreira es un símbolo nacional. Puede
Conspira contra nuestro carácter afirmarse que ninguna obra escrita ni
americano y contra el resurgimiento ninguna leyenda ha influido tanto en
de la tradición nacional. nuestro pueblo como Juan Moreira.
Hasta hace pocos años la representa-
ción del drama ocasionaba incidentes
8 de febrero y pendencias que más de una vez
terminaron en homicidio. De todos
En estas seudo democracias americanas los gauchos célebres el que más admira
la verdadera igualdad es sustituida por el pueblo no es Santos Vega, gaucho
la tendencia común a nivelar hombres poeta, ni Martín Fierro, gaucho bueno,
y cosas en un plano de mediocridad. sino Juan Moreira, gaucho agresivo y
La estética municipal no concibe pendenciero. Hay una frase, muy usual
desigualdades urbanas. Sus piquetas en ciertas provincias y creo que en el
derriban los altos árboles de las plazas bajo pueblo norteño, de un enorme
y los parques para reemplazarlos por valor psicológico y que demuestra, con
árboles bajos, y suprimen las perspec- elocuencia inexorable, las predilec-
tivas de las calles en cuesta reducién- ciones y los instintos de la casta. Esta
dolas a un nivel igual. Así también frase es: “¡Qué, mi amigo Moreira!”.
la envidia –cualidad esencial de los “¡Qué, mi amigo Moreira!” se dice,

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

palmeando el hombro cariñosamente, Un gaucho, en una calle principal de


al camarada, al criollo simpático y Buenos Aires, ha sido ridiculizado y
locuaz, al bravucón que acaba de narrar escarnecido por una multitud que lo
un personal episodio de guapeza, al seguía. El motivo fue que este hombre
gracioso que ha referido un cuento tuviera la singular ocurrencia de andar
sucio o tenido una “linda salida”. por nuestras calles vestido con el traje
“¡Qué, mi amigo Moreira!” constituye nacional. Esto demuestra cómo lo
un elogio, un elogio espontáneo, tal vez argentino, lo netamente argentino,
el mayor de los elogios posibles, según ha llegado a ser exótico y risible en
la opinión del que lo pronuncia. la propia capital de la República. Un
El moreirismo es el alma de nuestras antitradicionalismo incomprensible
democracias federales. Explica nues- se encarniza con los restos de nuestro
tras revoluciones, nuestras tendencias pasado. En la capital apenas existe
agresivas, y esa funesta lacra de nuestro una casa vieja; en Mendoza se echan
pueblo, que se llama el “compadraje”. al suelo los magníficos y enormes
Dentro de todo argentino hay siempre árboles que techaban las calles; en
un “compadre”, un Juan Moreira, Córdoba se ha edificado, pegadas
así como dentro de todo español hay a la catedral, casas para renta, que
siempre un Don Quijote. quitan sus admirables condiciones de
ambiente al vetusto edificio de piedra,
tal vez la única obra arquitectónica
23 de febrero colonial de mérito que se conserva
en el país; en Salta se reemplazan
El escritor que pretenda indagar los genuinos y pintorescos casones
la psicología del pueblo argentino coloniales por casitas art noveau; y
debe, principalmente, observar ciertas los bailes argentinos y las músicas
modalidades de nuestro singular locales, consideradas como cosas de
dialecto. Así, nada revela tanto la mal gusto, ceden su lugar a las danzas
vanidad nacional como las palabras de salón importadas de París o de
“darse corte”. Darse corte es aparentar, Londres y a las musiquitas canallescas
ocupar momentáneamente una posi- de los music-hall boulevarderos.
ción superior a la propia. Se da corte
el caudillo de barrio cuando alterna
con personajes en las antesalas de los 6 de marzo
ministros; se da corte la familia cursi
cuando asiste al teatro, de palco, en Pero frente a las ideas antitradiciona-
anormal gasto del padre por solem- listas ha aparecido en los últimos años
nidades domésticas; se da corte la un sentimiento vago y complejo que
pareja de novios cuando en revistas aún no ha sido exactamente definido
ilustradas aparece del brazo, saliendo y al que se ha llamado nacionalismo.2
del templo; se da corte el mozalbete Esta denominación no me agrada del
fanfarrón cuando luce la querida. Y lo todo. Habituados como estamos a
más delicioso es que todas estas gentes bautizar las cosas con etiquetas fran-
son felices, absurdamente felices, cesas, ella ofrece demasiado margen
grotescamente felices, ¡porque se han a la propagación de criterios equivo-
dado un “corte bárbaro”! cados sobre la esencia y el espíritu de

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

nuestro nacionalismo. De no estar ya latino que hay en nosotros podamos,


en circulación esta palabra, hubiera fundido todo en una fragua común,
preferido su casi homóloga “tradicio- ofrecer al mundo una civilización
nalismo”, que presenta sobre aquella original y propia. El nacionalismo
la ventaja de sugerir ideas de pasado y persigue el afianzamiento del espíritu
de conservación. nacional, la conservación de las tradi-
El nacionalismo significa ante todo ciones, la emoción del pasado, el amor
un amor serio y humano hacia la raza a nuestra historia, a nuestros paisajes, a
y hacia la patria. El nacionalismo no nuestras costumbres, a nuestros escri-
pretende anglicanizarnos, ni afran- tores, a nuestro arte. El nacionalismo
cesarnos, sino argentinizarnos. Nos anhela la grandeza espiritual del país
recuerda que somos latinos, pero antes sin despreciar por ello los intereses
españoles, pero antes aún americanos materiales. El nacionalismo combate
y antes que todo argentinos para que, todas las causas de desnacionalización,
sacando de nuestra conciencia colec- todas las ideas, todas las instituciones y
tiva, de nuestra historia, de nuestra todos los hábitos que puedan, de algún
estirpe y de nuestro ambiente lo argen- modo, contribuir a la supresión de un
tino, lo americano, lo español y lo átomo de nuestro carácter argentino. Unitarios y Federales

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

El nacionalismo es la más alta expre- Y he aquí que ha llegado la página


sión del amor a la patria en los actuales final de mi libro. Lo he leído desde
momentos de nuestra civilización. la línea primera hasta la última y he
sentido una tristeza vaga al ver que he
sido severo y quizás injusto con mi
16 de mayo patria. Y es que yo amo a mi patria
con todo el fervor de mi juventud,
Las violencias realizadas por los estu- con el cariño de mis antepasados,
diantes incendiando las imprentas con las divagaciones de mi ensueño,
anarquistas, mientras echaban a vuelo con las plegarias de mi corazón, con
las notas del himno patrio, consti- mis recuerdos, con mis amores. Amo
tuyen una revelación de la más tras- mi patria en el pueblo provinciano
cendente importancia. Ante todo, donde pasé los primeros años de mi
esas violencias demuestran la energía vida, en el colegio donde aprendí mis
nacional. En segundo lugar, enseñan primeras lecciones, en mi cuarto de
que la inmigración no ha concluido niño donde mi madre me enseñaba
todavía con nuestro espíritu ameri- a rezar, en el espíritu de mis ascen-
cano pues conservamos aún lo indio dientes, en aquel noble hidalgo don
que había en nosotros. Y finalmente, Gabriel de Quiroga, en todos los
si bien no es en realidad “el patrio- recuerdos de mi infancia, en mis
tismo del noble pueblo argentino” lo padres, en mis hermanos, en la mujer
que se sintió indignado por los planes que adoro, en mis conciudadanos, en
anarquistas sino nuestra inmensa todos los hombres de buena voluntad
vanidad de fiesta y ostentación ante que viven en esta tierra y que la
los extranjeros visitantes, esas violen- quieren hondamente.
cias han socavado un poco el materia- Amo a mi patria en sus paisajes, en
lismo del presente, han hecho nacer sus grandes ríos, en sus montañas
sentimientos nacionalistas, han reali- enormes, en su pampa, en esas
zado una conmoción de entusiasmos ciudades solitarias y tristes donde he
dormidos y tal vez han vuelto innece- encontrado siempre corazones amigos.
saria la guerra y la catástrofe que hasta Amo a mi patria en sus grandezas, en
hoy me parecían de absoluta necesidad sus industrias, en sus millones de
como terapéutica de caso extremo. Lo hectáreas cultivadas, en sus puertos,
único sensible es que los anarquistas en el prodigio de Buenos Aires, de
no hayan tirado una bomba en cada Rosario y de Bahía Blanca. Amo a mi
capital de provincia. La reacción patria en sus virtudes, amo a mi patria
hubiera sido entonces tan formidable, en sus vicios...
los ideales patrióticos habrían brotado Yo quisiera hacer de este país el país
tan potentes, y los sentimientos nacio- más noble de la Tierra y hacer de
nalistas habrían exaltado tan inten- cada ciudadano un hombre bueno.
samente a nuestro pueblo, que los Yo quisiera ver caer lluvias de virtudes
anarquistas, salvando al país contra su sobre toda la extensión de la comarca
voluntad, casi merecerían el sincero argentina, saber que Dios ha bende-
agradecimiento de la nación... cido a este pueblo con su infinito amor
y contemplar en cada alma, en cada
*** árbol y en cada cosa, una expresión

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

de los mismos ideales, de las mismas magníficos y fuertes que, viviendo en


esperanzas, de los mismos recuerdos, y una intensa comunidad de ideales,
de la misma fe. puedan contribuir sobre la tierra,
Y ahora, compatriota amigo, sólo me sencillamente y tenazmente, a la reali-
resta invitarte a que ames a nuestra zación del bien Universal.
patria del único modo que debemos
amarla: siendo buenos, generosos y 25 de mayo de 1910
nobles, soñando y trabajando, reali-
zando la justicia, respetando a Dios,
venerando las tradiciones, perfeccio- (*) Fragmento de El diario de Gabriel
nando nuestro espíritu en continuo Quiroga. Opiniones sobre la vida
devenir para que nuestra patria sea argentina, de Manuel Gálvez, publi-
un pueblo de hombres, de hombres cado por vez primera en el año 1910.

NOTAS

1. La frase “culto del coraje”, de García, no comprende sino una faz, mejor dicho, una parte, la menos impor-
tante tal vez, del fenómeno en cuestión. Las palabras “espíritu faccioso” me parecen más acertadas pero tampoco
abarcan toda la complejidad del mal. (Nota del autor).
2. Esta palabra, la primera definición de la doctrina y la fecunda propagan­da de los ideales que ésta sustenta,
ha sido obra del escritor don Ricardo Rojas. Si bien en algunas páginas de este libro la palabra nacionalismo
aparece empleada, por la fecha, antes que Rojas, ello es debido a que, al corregir las pruebas puse dicha palabra
en lugar de alguna otra equivalente. No tengo la intención de quitar a Rojas la gloria, pues mucha gloria hay
en ello, de haber sido quien, interpretando una idea que vagaba en el ambiente, la proclama con todo el fervor
de su entusiasmo y con todo el vigor de su talento. (Nota del autor).

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Eurindia(*)
Por Ricardo Rojas

La cosmogonía de Ricardo Rojas encuentra en


el concepto Eurindia una definición que busca
desentrañar los misterios de la mezcla singular,
europea e indígena, que puebla el territorio argen-
tino. Pues bien, este concepto que procede por
la fusión de los tipos puros de identidad, hasta
volverlos indiscernibles, manifiesta la voluntad
de una creación mítica que no se propone obrar
como decálogo de la acción sino como esti-
mulación de una vocación cultural y artística
emancipadora. En ella se cifran las potenciali-
dades americanas de la fundación de un nuevo
tiempo de independencia respecto a Europa y a
sus formas perceptivas y modelos categoriales. El
poeta propone un dramático llamado a la funda-
ción de un espíritu que renueve el lenguaje de
sus formatos exóticos para restituirle su potencia
de nombrar las formas del ser americano. Una
apuesta a la invención intelectual que considere
los tonos propios de estas latitudes sin acudir,
como lo hizo Sarmiento, a las palabras here-
dadas de la inteligencia del viejo continente. Un
renacer filosófico que no apela al indianismo
como xenofobia reactiva, sino como posibilidad
de combinar sus cosmovisiones, del tiempo, de la
raza y de la tierra, con los aportes culturales que
provenían de la modernidad cosmopolita.
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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Prólogo Eurindia es el nombre de un mito


creado por Europa y las Indias, pero
Navegaba yo un día sobre el Atlántico, que ya no es de las Indias ni de Europa,
desde las costas de Europa, retornando aunque está hecho de las dos.
a las costas de mi país. Acabábamos Las etnologías ocultistas han empleado
de franquear las islas africanas, cuyas la voz “Eurasia”, para designar la
enormes rocas negras se perfilaban a migración de los hombres y las culturas
contraluz, en el oro radiante del ocaso, del Asia cuando pasaron a Europa,
e íbamos hacia las islas brasileñas, que generando una cosa nueva, que ya no
tienen, como las otras, la huella plató- era la del continente de adaptación
nica de los cataclismos. Mientas el en su ser primitivo. El órgano más
barco avanzaba, la noche fue velando fecundo de esa creación eurasiana
poco a poco el dilatado horizonte. Sólo fue sin duda la Grecia durante varios
se oyó, por fin, en las sombras, el ritmo siglos, y puesto que el fenómeno de
de la hélice y la palpitación del mar. migración intercontinental repítese
Mecido por la nave, entre el océano sin ahora entre Europa y las Indias occi-
formas y el cielo sin astros, comencé a dentales, “Eurindia” es el nombre de
soñar que nos deslizábamos sobre el este nuevo misterio etnogónico, y la
barro de la Atlántida anegada, cuyos Argentina es, sin duda, el órgano más
restos eran aquellas islas que levan- fecundo de tal creación.
taban sus grutas de iniciación sobre Comenzada en el siglo XVI, durará
ambas riberas del mar, entre Europa todavía largo tiempo, hasta que veamos
y las Indias. Por esa ruta habían aquí la cultura propia definitivamente
pasado los colonizadores que desde individualizada como cosa distinta de
hace cuatrocientos años navegaban de lo europeo originario y de lo indígena
oriente a occidente, para fundar otra primitivo. Pasará mucho tiempo, más
civilización. Los éxodos continuaban, ya podemos vislumbrar sus secretos.
y ahora los peregrinos eran esos parias Para contribuir al deseado adveni-
ilusos que en el puente cantaban al miento, he escrito las meditaciones que
anochecer las canciones de su tierra, siguen, y que forman un libro dedicado
de que sus hijos harían otro canto para a los maestros y a los artistas ameri-
una patria futura. canos capaces de creer en “Eurindia”
De pronto, apareció en mi mente esta como en una deidad guiadora.
nueva palabra: Eurindia, que empezó Parto del idioma como índice de
a repetirse con absurda insistencia. nuestra conciencia social, y de ésta me
No sé si esta palabra llegó a mis oídos elevo a las varias formas del arte, consi-
en la voz del mar, o si la hallé en el deradas como otros tantos símbolos de
viento de la noche que soplaba en la cultura. Así este libro contiene un
las jarcias, o si subió de los propios ensayo de estética fundado en la expe-
abismos subconscientes del alma. riencia histórica de los pueblos ameri-
Tampoco necesito saberlo, ahora. canos. Y, desde luego, es una teoría de
Tanto he pensado desde entonces en intención pragmática.
ella, que puedo explicar su caprichosa Con el deseo de poner en el menor
morfología, desentrañar su significado, número posible de páginas todo lo que
y formar a propósito de ella este libro necesitaba decir, he trabajado recia-
de meditaciones. mente la prosa, procurando lograr la

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

mayor precisión y simplicidad. Mi a clima impropio, se esterilizan o


lector deberá seguir con paciencia el rinden frutos inesperados. Cuando los
encadenamiento de las ideas. Cada americanos adquieran la comprensión
página se apoya en las que preceden. de estos fenómenos, nada parecerá
“Eurindia” no propone recetas para tan ridículo en nuestros pensadores
la obra, ni impone reglas al artista. como el afán de proponernos ilusorios
No da rieles a la rueda libre rutinaria, modelos exóticos, entre ellos el mime-
sino alas al vuelo libre. Propone a tismo de las modas literarias extra-
los artistas de su credo, como única continentales. Cada civilización es la
condición, la simpatía americana y la realización especial de una cultura;
libertad personal. cada cultura la forma temporal de una
tradición; cada tradición la función
histórica del espíritu de un pueblo.
Anomalías de nuestra cultura Si nos fijamos bien en la evolución
(Capítulo II) americana, veremos que la ciudad,
origen de la civilización, ha sido
Los continentes son organismos geográ- siempre un fortín de conquista militar
ficos destinados a servir de asiento a o una factoría de conquista econó-
un tipo de cultura. Roto bruscamente mica. Nuestras ciudades históricas no
por la conquista europea el tipo de han nacido por agrupación de pobla-
civilización autóctona que represen- dores rurales, en proceso espontáneo
taban los incas y los aztecas, entró la de cultura, sino por penetración de
América en un nuevo proceso cultural, gentes armadas venidas de afuera. La
en cuyos comienzos nos encontramos ciudad americana no ha tenido, por
aún. La cultura americana, cuando se consiguiente, en su génesis, el aliento
haya realizado, tendrá que ser distinta creador de los dioses nativos, como la
de la cultura europea. “polis” europea. Por eso nuestra civili-
Comienza ya a ser distinta. En la zación es materialista; por eso nuestra
República Argentina, por ejemplo, cultura es enteca. Dejará de serlo sólo
lo que suele llamarse la cuestión del cuando el espíritu de la tierra haya
latín en la enseñanza europea, no tiene entrado en la ciudad, extranjera por
sentido para nuestro pueblo; lo que todos sus atributos. El genio ameri-
suele llamarse la cuestión religiosa, cano perece a una atmósfera que no es
tampoco lo tiene; y en política ha la suya, porque históricamente es de
muerto el conflicto de monarquía y Europa, y el genio europeo también
democracia. Militarismo, imperia- perece en ella, porque geográfica-
lismo, antisemitismo, son palabras mente esa atmósfera es de América.
absurdas para nosotros, aunque La tragicidad de este conflicto es la
hay quienes, por inicuo remedo, prueba de colonias que se hicieron
pretendan particularmente darles aquí naciones y que aspiran a crear una
la sugestión que en Europa secular- cultura sin envanecerse con los para-
mente poseen. Por lo que se refiere mentos de una civilización mecánica-
a problemas literarios, las escuelas mente transplantada a su suelo.
llamadas allá clasicismo, romanti- Sarmiento vio este conflicto de la ciudad
cismo, realismo, decadentismo, dege- argentina y sus campañas pastoras, y lo
neran aquí, y como plantas llevadas resumió en su afortunada antinomia:

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

“Civilización y barbarie”. Lo vio con Un manifiesto de la independencia


ojos europeos y sólo en sus apariencias decía: “Queremos que se expulse del
políticas durante la guerra civil, cuyas país a todos los españoles avecin-
consecuencias él padeció como pros- dados”. El “Himno” de la Revolución
cripto. Si lo hubiera visto con simpatía Argentina canta a la gesta invocando
americana y con serenidad de filósofo, a los Incas precolombianos.
penetrando en la esencia metafísica de El impulso autonómico de la revo-
aquel fenómeno, hubiera hablado de lución, Indiana por sus propósitos,
otro modo. Nuestras ciudades eran desencadenó a las ciudades menores,
episodios extraeuropeos de la cultura más adheridas a la tierra de América,
europea; nuestras campañas y sus contra las ciudades virreinales, más
instintivas fuerzas humanas eran natu- vinculadas a la tradición de Europa,
raleza nueva que pugnaba por hacerse y desencadenó también al genio de
historia, creando nuevas formas esté- las campañas, con sus indios, sus
ticas y morales. En mi libro “Blasón gauchos, sus caudillos. Pasada la crisis
de Plata” yo he dado esta otra fórmula: de la guerra civil, que se desenlazó en
“Indianismo y exotismo”, que ha pare- la organización federal y democrá-
cido a algunos paradojal, pero que tica impuesta por los “bárbaros” del
explica todos los procesos argentinos momento, los “civilizadores” abrieron
o americanos de progreso y reacción, el país a la inmigración europea, nece-
así como el carácter territorial que los saria a la evolución de estos pueblos en
ritmos históricos europeos adquieren este nuevo período de nuestra historia.
en la evolución de nuestra cultura. Determinóse con ello un nuevo ciclo de
Con él explico las crisis de nuestra exotismo cosmopolita, dentro del cual
historia política y las renovaciones de estamos; pero ya se sienten los anun-
nuestra historia intelectual. cios de una nueva reacción indianista,
que no debe ser xenofobia marcial, sino
creación pacifica de cultura americana,
Indianismo y exotismo reivindicación nativista por medio de
(Capítulo III) la inteligencia, conquista espiritual de
nuestras ciudades por el genio ameri-
Estaban los indios de nuestra América cano. Hacia esta síntesis nos encami-
precolombiana viviendo de su propia namos, y ella se consumará por un
rudimentaria cultura, cuando vino renacimiento filosófico y artístico,
de afuera la conquista europea, cuya vecindad ya se advierte.
que fundó las ciudades. En nuestro En el antedicho esquema histó-
caso, los españoles hispanizaron al rico tenemos: primero los indios
nativo; pero las indias y los indios precolombianos vencidos por los
indianizaron al español. Penetraron conquistadores españoles; luego los
los conquistadores en los Imperios conquistadores españoles vencidos por
aborígenes, destruyéndolos; pero tres los gauchos americanos; más tarde los
siglos después los pueblos de América gauchos argentinos vencidos por los
expulsaron al conquistador. La eman- inmigrantes europeos; y tendremos,
cipación fue una reivindicación por fin, a los mercaderes inmigrados
nativista, es decir, indiana, contra el vencidos por los artistas autóctonos, o
civilizador de procedencia exótica. sea, al exotismo nuevamente vencido

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Fragmentos

por el indianismo. En la historia lite- iniciada en el siglo XVI, había defi-


raria se repite el esquema; primero el nido, al empezar la colonización, los
folklore indígena; después el seudo límites consentidos al pensamiento,
clasicismo colonial; luego los poemas y así se trasplantó a nuestros países
gauchescos; más tarde el positivismo con sus universidades teológicas, su
y el decadentismo. Aguardamos ahora Santo Oficio, su Compañía de Jesús,
la asimilación de la civilización exótica y esas Leyes de Indias que prohibían
por la tradición indiana, para que la entrada de libros heterodoxos. En el
pueda aparecer su expresión sintética siglo XVIII, al finalizar aquel régimen,
en la filosofía y en el arte. se empezó a hablar de “las luces”, como
Veamos, pues, que si la evolución entonces decíase, pero las luces que
europea se realiza por ritmos crono- nosotros tuvimos gracias a los “afran-
lógicos dentro de su propia tradición cesados” españoles, fueron las de una
continental, en América el proceso rígida pedagogía oficial, apenas más
de “antes” y “después” se entrecruza alumbradoras que el cirio de los altares
con las mareas sociales de “aquí” y de y la hoguera de los autos de fe.
“allá”, o sea, de afuera hacia adentro Según el régimen teocrático, el clero
y de adentro hacia afuera, en una fue depositario de la filosofía, de la
especie de ritmo intercontinental. Eso ciencia y de la enseñanza. Estas disci-
es lo que he llamado “indianismo” y plinas subordinábanse al dogma, cató-
“exotismo”. El exotismo es necesario a lico o regalista, de factura europea.
nuestro crecimiento político; el india- Las escrituras, los papas, los concilios,
nismo lo es a nuestra cultura estética. los consejos, las leyes, los doctores de
No queremos ni la barbarie gaucha ni Europa, establecían los fundamentos
la barbarie cosmopolita. Queremos de toda verdad. Ellos acomodaban a
una cultura nacional como fuente de su fe o a su rey nuestra concepción de
una civilización nacional; un arte que Dios y de las cosas, del hombre y de las
sea la expresión de ambos fenómenos. sociedades. El gobierno de los pueblos
“Eurindia” es el nombre de esta ambición. y la conducta de los individuos, caían,
como las letras y el arte, bajo la férula
de ese despotismo venido de afuera.
Los dos idearios Lo que se apartaba de ese dogma era
(Capítulo XXXVIII) considerado herejía o desacato bajo
penas severas. Todo reposaba sobre un
Hay en América un ideario de la principio de obediencia a autoridades
colonia, que nos vino hecho de España, exóticas. La Universidad fundábase
y un ideario de la independencia, que en la teología, y ésta subordinada a
rompió las normas coloniales. Quiero la física, que no era la maestra de las
hablar aquí brevemente de lo que realidades, y a la moral, que no era
ambos significan en la actualidad. la libertadora de las individualidades.
Bajo el régimen de la teocracia espa- Las letras se reducían al estudio de las
ñola las ciencias emancipadoras de la lenguas muertas y al de las literaturas
conciencia llevaban vida precaria. La clásicas, mutiladas por la retórica o
libre especulación filosófica y la libre por la escolástica. La concepción del
investigación de la verdad eran sospe- universo reducíase a una simple arqui-
chadas de herejía. La contrarreforma, tectura verbal, en que la realidad del

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

mundo y la libertad de la vida se desva- las banderías armadas, divergiendo


necían como fantasmas. La Iglesia y la los pensadores sobre doctrinas de
Monarquía velaban, como dos arcán- fondo o las muchedumbres sobre
geles de espada flamígera, a la puerta simpatía de forma.
de estos paraísos americanos, vedados La revolución política fue por eso para
para el hombre libre. las naciones americanas una revolu-
Tal fue el ideario de la colonia. ción social interna, sobre cuestiones
Veamos ahora lo que pretendió ser el de gobierno y de cultura. El gobierno
ideario de la independencia. colonial fue aristocrático: nuestra revo-
La revolución de 1810 tuvo este ideal lución quiso fundar una democracia
inmediato: substituir el Gobierno federal; la cultura colonial fue teocrá-
metropolitano, que mandaba desde tica: nuestra revolución quiso fundar
afuera de América, por el Gobierno una república laica. Ambos ideales
autónomo, que conduciría desde predominaron, tras largas luchas de
adentro de América. Hubo en la pensamiento y de sangre. Remo-
colonia un orden constitucional de vida la autoridad del trono español,
origen exótico, y abolirlo por simple se removió la autoridad de la iglesia
declaración de congresos revolu- romana; y esto se hizo para crear aquí
cionarios fue más fácil que crear el un nuevo orden civil, económico,
nuevo orden constitucional por voto penal, administrativo, pedagógico, en
del pueblo. Durante todo el siglo XIX el cual colaboraron todos nuestros más
persistieron las polémicas teóricas y eminentes pensadores. Era el genio de

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América, manifestándose en un nuevo creadoras de la tierra, y penetra, por


ideario, como impulso inicial de una la raza, en la historia de la civiliza-
cultura propia. ción humana. Las fuerzas cósmicas
Mas he ahí, que al cabo de tres gene- así humanizadas se organizan en la
raciones llamadas libres, advertimos conciencia social, y el estado demo-
que nuestros maestros, por necesidad crático –tipo de los gobiernos de
pragmática o por fatalidad del ideario América– deja aquellas fuerzas hacer
colonial redivivo, nos han impuesto la morada espiritual de la patria. La
nuevos dogmas exóticos. Hemos emoción y el instinto identifican al
abolido una metrópoli para substituirla nativo con su territorio, en virtud de
por varias. Removido el obstáculo de una ley universal de geografía humana;
España se buscaron otros modelos: los númenes del lugar obran sobre el
Echeverría dijo: “Francia”; Alberdi dijo: individuo, pero a través de él se tornan
“Inglaterra”; Sarmiento dijo: “Estados conciencia colectiva, y acomodan las
Unidos”: otros dijeron: “Grecia”, instituciones a la función del grupo.
“Rusia”; “Alemania”. Así la actitud de Hay, pues, una ciencia de Eurindia,
la tribu en la catequesis parece haber que comprende los seres del medio
persistido. La misión, la audiencia y la físico: su fauna, su flora, su gea, su
mita han perdurado bajo nueva forma. etnos; y una economía de Eurindia,
Los Consejos de Indias se han multipli- que comprende la explotación del
cado para el pensamiento americano; el suelo patrio, sometiendo los intereses
Santo Oficio ha subsistido para la nueva particulares al bienestar general; y una
herejía, que se llamó “barbarie”, cuando política de Eurindia, que subordina a
se creyó que la civilización consistía, ese mismo espíritu la inmigración, la
por ejemplo, en cosa tan simple como ciudadanía, los partidos; y una didác-
cabalgar sobre silla inglesa... tica de Eurindia, que da normas a la
Acaso todo ello ha tenido su justifi- educación para el perfeccionamiento
cación en las necesidades de aquel del hombre americano, preparándolo
tiempo. Hoy no la tiene. La necesidad para realizar su propio destino. A este
nueva consiste, no en vestir prestadas cuadrivio, referente al cuerpo social,
formas de Europa, sino en asimilar las ha de agregarse un trivio referente a
esencias de la cultura universal, sin la religión, a la filosofía y al arte. Del
someternos a modelos exóticos por problema estético trato en este libro,
el solo hecho de serlo, y antes, por lo pero de todos los otros he tratado
contrario, buscando en la propia vida en obras anteriores, como “Blasón
americana las normas que convienen a de Plata” (formación de la raza). “La
nuestra capacidad creadora. Eurindia argentinidad” (formación del Estado).
proclama, pues, un ideal de auto- “La restauración nacionalista” (forma-
nomía y superación. ción de la escuela). En cada rama de
la doctrina se busca discernir lo ameri-
cano y lo europeo, conciliándolos,
La doctrina de Eurindia cuando tal cosa puede ser favorable a
(Capítulo XLI) nuestro ideal. Teorías europeas como
el humanismo, la democracia, la
La doctrina de Eurindia es de tanta teosofía, son lingotes de la liga nueva
latitud, que se funda en las fuerzas en mi crisol, dentro del cual se funden

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Fragmentos N° 9-10 | Edición Bicentenario

con la argentinidad, con el indianismo las formas estéticas. Las naciones del
y con la conciencia de lo continental. Nuevo Mundo se yuxtaponen por su
En esa fusión reside el secreto de territorio, su gentilicio, su economía
Eurindia. No rechaza lo europeo; lo política, sus intereses económicos,
asimila; no reverencia lo americano; lo cosas a veces excluyentes entre sí; pero
supera. Persigue un alto propósito de hay una zona espiritual en que descu-
autonomía y civilización. Persiguién- bren sus afinidades, y tal es la zona del
dolo, ha descendido por el análisis a arte. Gracias a ello he podido hallar las
lo profundo de nuestro ser nacional; leyes que rigen estos fenómenos de la
pero lo argentino sólo es una parte de cultura americana, mostrando en toda
lo americano: de ahí que este naciona- su latitud continental y estética, la
lismo no es localista dentro del conti- doctrina de Eurindia; tena que trataré
nente. Así también, el razonamiento en los próximos capítulos.
ha tomado por punto de partida la
documentación literaria, en cuanto
es índice general de la cultura; pero (*) Fragmentos del libro Eurindia,
como la poesía sólo es una parte de la tomados de la edición de Librería La
belleza, mi doctrina se extiende a todas Facultad, 1924.

369
Nacida de las conmociones
revolucionarias, y heredera
Papeles sueltos del fundacional espíritu beli-
gerante que la animó desde
sus albores, la Biblioteca
Nacional participó y fue
objeto de las más diversas
querellas: el impulsor de su
creación, el combate por la historia y sus legados y las convulsiones
que se urdieron en el drama político del país. En todas estas discu-
siones, de vibrantes episodios y encendidos movimientos retóricos,
unas veces injuriosos, otras mordaces, pero también normativistas,
se vio envuelta esta institución, contradiciendo el destino habi-
tual que se le adjudica: ser un sosegado y ecuánime espacio de la
cultura. En sus doscientos años de existencia no pudo desprenderse
de las marcas de su origen. Su zigzagueante tránsito fue asediado
por las divergencias incitadas por el pasional vértigo argentino.
En sus páginas más resonantes, pero también en sus documentos
sigilosos, sus correspondencias y actos administrativos, pueden rastrearse
los ecos de una historia que persiste en desmentir cualquier intento
conclusivo. Revisando en sus anaqueles hallamos actos expropiatorios,
huellas de nombres relevantes, insurrecciones acalladas y el murmullo
de una memoria esquiva que solicita una comprensión tan benevo-
lente como compleja. No es sencillo descifrar sus enigmas. La imagi-
naron los revolucionarios de Mayo, la disputaron clérigos y laicos, la
asaltaron las muchedumbres radicales en sus horas agitadas, la rece-
laron los peronistas que décadas más tarde la verían emplazarse sobre
los escombros de la residencia de su líder. En cada rincón se respiran las
inflexiones de un tiempo pretérito, tan controversial como mítico.
Publicamos aquí un conjunto de materiales que obran como
testimonio de este agitado trajín. En primer lugar, presentamos
la reseña de dos libros de reciente publicación que dan cuenta
de la singularidad de la Biblioteca Nacional: las intrigas que la
poblaron, los fondos de sus archivos, los directores que la animaron
y la compleja relación con los sucesivos edificios que la alber-
garon. Eduardo Rinesi reseña el libro Historia de la Biblioteca
Nacional. Estado de una polémica, de Horacio González, mien-
tras que Luis Pestarini comenta Los orígenes de la Biblioteca
Pública de Buenos Aires, de Alejandro Parada. Ambos textos
componen una historia que dialoga y reflexiona sobre las dificul-
tades que atravesó la BN desde sus primeros pasos hasta sus más
recientes dilemas.
También presentamos un texto clave y poco explorado: “Idea liberal
económica sobre el fomento de la biblioteca de esta capital”, de Juan
Luis de Aguirre y Tejeda, publicado en el periódico Grito del Sud
en 1812, y que establece una extraña confluencia entre economía
y bibliotecas, colocando a estas últimas, en clave moreniana, como
un eslabón fundamental del desarrollo de los pueblos.
Groussac inauguró en 1901 el clásico edificio de la calle México.
En el acto inaugural, y en medio de los poderes más encumbrados
de la época, ofreció un discurso tramado por una elegante verba
que se permitía juguetear con el destino edilicio planeado para la
nueva sede, la Lotería Nacional. Hay allí, indudablemente, un
antecedente de las especulaciones borgeanas que desde los mismos
sitios sobrevendrían décadas después.
Finalmente, ofrecemos un conjunto variado de imágenes documen-
tales, indicios y señas de un pasado que aquí invitamos a rememorar.
372

Sobre Historia de la Biblioteca


Nacional de Horacio González(*)
Por Eduardo Rinesi

Suele pensarse que la crítica no puede ejercerse


plenamente si está sometida al compromiso con
aquello que es objeto de sus observaciones. De
esta manera, la amistad, el afecto y la admiración
parecen pasiones inapropiadas para la valoración
de una obra. Pues nada más deseable para quien
supone la neutralidad como condición necesaria
de la opinión, que la distancia con aquello que se
evalúa en el ejercicio intelectual.
Eduardo Rinesi se empeña en contradecir estas
aseveraciones. La crítica no procede por lejanía
sino por proximidad. Como si sólo pudiese valo-
rarse profundamente, aún en la desaveniencia,
aquello que se aprecia. Así, la amistad se vuelve
condición antes que desvío, dado que permite
comprender las inflexiones de una biografía e
involucrar la experiencia común en el análisis.
Un texto que es examinado a través de las vibra-
ciones de una vida compartida, cuya compli-
cidad permite un desciframiento más hondo de
los misterios narrativos.
Ofrecemos aquí las palabras dichas por Rinesi en
la presentación del libro Historia de la Biblioteca
Nacional. Estado de una polémica. Una lectura que
descubre las obsesiones del autor, los dos grandes
mitos de la historia: Perón y la Biblioteca, y pone
a dialogar ambos sucesos descubriendo sus hilos
internos, aquellos que van más allá de los hechos
notorios de estas dos dimensiones imprescindi-
bles para pensar enigmas de la historia.
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Varias cosas querría decir sobre este escribe Horacio. Y ese sutil desdobla-
libro extraordinario de Horacio miento del yo escribiente y actuante
González. Que es un libro, en efecto, en la historia está sin duda en la base
importantísimo, que a mí me parece de la enorme fuerza e importancia de
que hay que leer como una pieza este libro. Que es una importancia
decisiva en el recorrido biográfico, histórica, teórica y política: Horacio,
bibliográfico, intelectual y político de director de la Biblioteca Nacional,
Horacio. Yo lo pondría, en ese sentido, piensa la historia de la Biblioteca
junto a su magnífico Perón, del que Nacional para inscribir en ella la
de algún modo es el complemento. reflexión sobre su propio desempeño,
Son los dos libros –de los a esta altura sobre lo que él mismo está haciendo
muchos que ha escrito Horacio– en los en la historia de la Biblioteca, sobre lo
que Horacio piensa el conjunto de los que a veces se llama (palabra horrible)
problemas políticos, intelectuales, lite- su “gestión”.
rarios y culturales de la Argentina bajo Que es una gestión cuya materia se
la forma (sub especie, como Horacio, inscribe entonces en el corazón de los
juguetonamente, dice en ambos libros) debates políticos y culturales del país,
o la especie de una reflexión sobre los de los debates sobre su literatura, sus
que acaso sean sus dos mitos mayores: símbolos y su tecnología. Debates que
el mito de Perón y del nombre de Perón, acaso se resumen en uno, que es aquel
en aquel libro notable; y el mito funda- (me parece entender) al que se refiere
mental, fundante, originario (casi el subtítulo del libro, y que es un
idéntico al mito mismo de la Patria debate cuya misma centralidad explica
–de la que es contemporánea–) de la la importancia de pensar la historia de
Biblioteca. Es que siempre pensamos la Biblioteca para pensar su presente
–nos viene diciendo Horacio desde (y viceversa, por supuesto), porque
hace muchos años y muchos libros– en es el debate, nada menos, sobre sus
el interior de los mitos y de su historia, orígenes, sobre su fundación. En este
y por eso no podemos dejar de seguir debate está comprometido el nombre,
pensando, de seguir escribiendo esa siempre sugestivo, siempre miste-
historia, mítica, de la que somos parte. rioso, de Mariano Moreno, y también
Esto es cierto siempre, por supuesto, el de un sacerdote, personaje menos
pero lo es más todavía cuando el conocido y más oscuro, el canónigo
lugar que uno ocupa en esa historia, Chorroarín, quien fue el director de la
como el lugar que ocupa Horacio en Biblioteca (eso se sabe), pero a quien
la historia de la Biblioteca Nacional, ciertas corrientes de la historiografía
no es un lugar cualquiera, sino un nacionalista católica han insistido en
lugar fundamental. Quiero decir: que presentar (y esto durante los largos
Horacio es el director de la Biblioteca años, del 31 al 55 del siglo pasado, en
Nacional escribiendo la historia de la que Hugo Wast dirigió la Biblioteca
Biblioteca Nacional. Esa doble condi- Nacional) como su fundador. ¿Quién
ción de historiador y de protagonista fundó la Biblioteca Nacional: Moreno
de esa historia se expresa en la reite- o Chorroarín? Wast, director de la
ración de una fórmula que utiliza Biblioteca Nacional, quería creer que
Horacio para hablar sobre sí mismo: Chorroarín; Horacio, director de la
“quien esto escribe”. Quien esto escribe, Biblioteca Nacional, afirma que la

373
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

Biblioteca Nacional es morenista: revolución le entusiasmaban, como era


“Nosotros la afirmamos morenista”, sabido, esas formas de justicia sumaria
dice en la primera página del libro. y radical. La revolución misma tenía esa
Y el nosotros está bien: Es Horacio y forma, y de ella debía surgir entonces,
es la Biblioteca Nacional, a través de entre otras cosas, un tipo de biblioteca
Horacio, su director y su historiador, diferente. Pero el problema no es tan
los que afirman a la Biblioteca more- simple. Porque, ¿acaso el sueño de un
nista. ¿Y qué es afirmar morenista a mundo ordenado y transparente no es
la Biblioteca Nacional? Es afirmarla hijo directo de la utopía ilustrada, que
habitada del modo más sutil por el Moreno encarnaría de modo emblemá-
debate fundamental del que habla tico, de una iluminación creciente de
Horacio en este libro, que es el debate, las cosas, de la historia y de las concien-
me parece entender, entre el impla- cias? Sí, pero es que el iluminismo de
cable programa de un ordenamiento Moreno no es cualquier iluminismo:
exhaustivo y una clasificación total es un iluminismo incómodo, dice
del mundo (del mundo en general, Horacio, que sabe que la patria y sus
del mundo de los libros en particular) instituciones surgen de los libros y del
y la comprensión de la historia como movimiento del espíritu, pero también
vértigo, como abismo y como drama. de la fuerza de las armas y de la guerra.
De ahí, por supuesto, surgen dos ideas Así, para Moreno, la Biblioteca es un
distintas, en cierto sentido opuestas, acto dramático de la cultura, allí donde
sobre las bibliotecas: una museística, para Chorroarín, prócer de la biblio-
ostentosa, monárquica. Alejada del tecología conservadora y del espíritu
propósito de una iluminación demo- monacal de los catálogos, es una pura
crática del pueblo. No está mal, llega máquina de clasificar.
a decir Moreno, que los volúmenes Pues bien: si he entendido el libro de
de estas bibliotecas sean consumidos Horacio, ese debate, que está en el
por el fuego, que no sería en ese caso origen de la Biblioteca y en las inter-
testimonio de barbarie, sino de una minables discusiones posteriores (que
cólera justa y liberadora. (Me viene a la incluyen la que tiene lugar en este libro)
cabeza, leyendo estas frases de Moreno, acerca de ese mismo origen, es el debate
el problema de la investigación que sobre la cultura nacional que atraviesa
está llevando adelante mi amigo Denis después toda la historia y se nombra
Merklen en las afueras de París, donde en el subtítulo del libro. Y que después
distintos grupos de inmigrantes jóvenes encuentra capítulos fundamentales en
y pobres han adoptado como forma de los pensamientos y en las obras de los
protesta por la persecución policial de dos autores que aquí, en este libro, más
la que son objeto el incendio de las se discuten: Groussac y Borges, que
bibliotecas de sus barrios, para desespe- en la reconstrucción que nos presenta
ración de los intelectuales progresistas Horacio son los dos autores que enten-
y los políticos del PC, que en vano dieron la complejidad de este dilema
intentan explicarles que esa institución y trataron, cada uno a su modo, de
sagrada de la cultura occidental no enlazar ambos proyectos.
forma parte del dispositivo de domi- Groussac (que escribió la mayor
nación que sufren y combaten estos historia de la Biblioteca Nacional
jóvenes incendiarios.) Al secretario de la antes que ésta que ahora presentamos,

374
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

y dirigió la Biblioteca Nacional libro del viejo director de la Biblioteca


durante la friolera de cuarenta y cuatro Nacional. Horacio se apoya mucho en
años: desde 1885 hasta 1929) lo hizo esa Historia, a la que remite una y otra
combinando su espíritu filológico y su vez y a la que su propia Historia no
cultura universal con el ideal moderno deja de glosar, de comentar y de cali-
de la investigación científica y el ánimo ficar. Así, Groussac es –dice Horacio–
preservacionista del archivista. No arbitrario, mordaz, lúcido, cáustico,
siempre, sin embargo, parece haber crítico, ácido, maniático, elegante e
estado Groussac a la altura del desafío implacable, y el modo en que Horacio
de favorecer esta combinación, como lo retoma y al mismo tiempo lo regaña,
lo revela su claro rechazo, cuando pero siempre reconociendo en él un
historiza la vida de la Biblioteca en modo juguetón y maldito, pero sutil,
los años del rusismo, de la vocación de contar la historia; nos configura la
archivista y catalogadora del director idea de un personaje caprichoso, melin-
De Angelis, en cierto sentido, sugiere droso, pero muy decisivo para pensar
Horacio, su secreto pero verdadero lo que aquí se trata de contar, que es,
precursor. Horacio presenta con gran repito, la historia de una Biblioteca y a
brillo la oposición entre este archivisto través de ella la historia de un país. El
de De Angelis y el profetismo de su libro de Horacio quiere pensar también
principal rival, Esteban Echeverría la historia de este país, y lo hace a través
(que es decir, también, del Alberdi de la historia de la Biblioteca y de la
más hegeliano y después del librero glosa y el comentario y la adjetivación
Marcos Sastre, quien a su turno sería de los libros que ya hablaron de esto
director de la Biblioteca después de mismo antes que él. Es un libro sobre
la batalla de Caseros), y llega incluso libros, entonces. Sobre libros extraños
a afirmar que ese debate condensa lo que a Horacio no le gustan pero le inte-
central, “la bifurcación esencial” del resan o incluso le fascinan. ¿No hay
siglo XIX, que es catálogo y archivo, un gesto parecido a éste, también, en
dice Horacio, o fenomenología del el Perón, donde Horacio vuelve una y
espíritu. Orden –digamos– o progreso. otra vez, a propósito de los más variados
Pues bien: Groussac, decía, que no episodios de la historia del peronismo
dejaría de reconocer la importancia de y del país, sobre los libros de Tulio
ese archivismo como una parte funda- Halperín Donghi, a los que también
mental de la síntesis que él mismo adjetiva aquí y allá como “sarcásticos”,
encarnaba, no estaba preparado para “abusivos”, “injuriosos”, “señoriales”,
reconocerlo en el oscuro De Angelis, “burlones”, “exquisitos”, “venenosos”?
a quien –como si no entendiera bien ¿Y no son muy parecidos a éstos los
la fuerza del hilo secreto que lo unía al adjetivos que dispara también (estamos
jefe de la Biblioteca de Rosas– condena de vuelta en esta Historia) sobre el libro
de un solo plumazo por oscurantista y de Adolfo Bioy Casares sobre Borges,
anti-ilustrado. en el que basa muchos pasajes de su
No deja de haber aquí, en esta señorial propia interpretación del pensamiento
incomprensión de Groussac respecto a del autor de La Biblioteca de Babel, y al
lo que él mismo representa en la historia que califica aquí y allá como “maledi-
del debate del que se habla en ese libro, cente”, “perverso”, y, al mismo tiempo,
una señal del interés de Horacio por el “extraordinario”? Hay algo, es claro,

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

que no le gusta a Horacio de estos tres Perón pasa fuera del país. No deja de
autores (de Groussac, de Halperín, de haber en esto una expresión visible
Bioy), y ese algo es su incapacidad para y ruidosa de la gran contraposición
aceptar los matices y las rugosidades del que divida el campo político nacional
gran texto de la historia, su tendencia durante buena parte del siglo pasado.
a mirarla desde fuera y desde arriba, su Al mismo tiempo, no deja de ser inte-
incapacidad para entender el núcleo de resante constatar, como podemos
verdad que encierran las posiciones más hacer leyendo el libro de Horacio, que
distantes a su iluminismo y unidimen- Borges es el director de la Biblioteca
sionalidad, su mordacidad implacable, Nacional durante todo el período de
que resultaría más graciosa y tal vez la presidencia de Héctor J. Cámpora.
más productiva si se atreviera a dirigirse Convivencia insólita, ciertamente
alguna vez sobre sí misma. Pero no se difícil de pensar, pero que expresa sin
trata para Horacio de prescindir de estos duda algo de lo increíble y rico que
autores (al contrario: los usa todo el tuvieron esos años, una manifestación
tiempo, los examina permanentemente de lo que la historia muchas veces nos
y encuentra inspiración en su misma reserva como exceso de posibilidades
maliciosa y tremenda mirada sobre el respecto a las que supondríamos más
mundo), porque lo que estos autores evidentes o menos forzadas. Como
dicen es una parte de esta historia. ocurría sin duda en esos años y como
En cuanto a Borges, la síntesis que ocurre también en los que corren, en
su pensamiento opera entre la severa los de la gestión de Horacio al frente
vocación por las clasificaciones y la de la Biblioteca Nacional.
dramática constatación del fracaso final Esta gestión (de la que no debo decir acá,
de todas ellas es, por supuesto, infini- ni en ningún lado, que es una gestión
tamente más sutil, y ha sido muchas extraordinaria, que pasará a la historia
veces comentado. No es el caso hacerlo como la más deslumbrantemente
aquí de nuevo. De algún modo Borges activa que haya tenido la Biblioteca
escribe la forma más alta y más elabo- Nacional en mucho tiempo, y que ha
rada del mito de la Biblioteca y de toda hecho de la Biblioteca Nacional un
Biblioteca, porque ese mito es la forma resorte fundamental de un proyecto de
que asume la aceptación simultánea de democratización de la cultura, amplia-
los dos polos de la contraposición (del ción de los debates e iluminación del
debate) del que acá estamos hablando. espacio público), esa gestión (de la que
Igual que el mito de Perón (perdón por este libro es un momento reflexivo
la insistencia, pero no quiero dejar de fundamental: no ha habido muchas
subrayar la perfecta complementa- que hayan tenido uno semejante), esta
riedad entre estos dos grandes libros gestión de Horacio, digo entonces, ya
de Horacio que estoy aquí tratando para terminar, es un capítulo más, y
de pensar juntos), igual que el mito de uno especialmente autoconsciente, del
Perón, digo, es la forma que asume la debate del que aquí se habla: del debate
aceptación simultánea de los lados bona- entre la cultura como conservación
partista y jacobino de una retórica que y la cultura como aventura, peligro y
consigue combinarlos a ambos. Borges crítica. Un capítulo de este debate en
es director de la Biblioteca Nacional el que los defensores del ideario archi-
exactamente durante los 18 años que vístico que Horacio condena, no por

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LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

falso, sino por sesgado y por parcial, en una ciencia que desearía tener todo
no visten ya los ropajes conservadores a su disposición, trocando el ideal de la
de los viejos sacerdotes o cataloga- pregunta abisal por la satisfacción siba-
dores pre-ilustrados de comienzos del rítica de los pormenores”. O porme-
siglo XIX, sino los vestidos progresistas nores, pues, o abismo. Horacio plantea
del investigador subsidiado –como lo aquí (en esta frase que acabo de copiar,
llama Horacio– o del científico que en el conjunto de este libro enorme)
reclama casi como un derecho ciuda- la forma más dramática de la contra-
dano la plena disponibilidad, alfabeti- posición que es posible hallar entre los
zada y a la mano, del conjunto de los distintos modos de pensar, no sólo las
libros y los datos que el Estado debe bibliotecas, sino también la actividad
resguardar. Nada de intrínsecamente en nuestras universidades, y la propia
malo hay en ello, desde ya, salvo el vida intelectual.
pobre modelo de verdad, de ciencia
y de investigación que de ahí deriva,
o que a ese modelo de archivo está (*) Palabras compartidas en la presen-
asociado: un modelo, dice Horacio, tación de este libro en la Feria del Libro
extractivo y no de sembradío. “Basado de Buenos Aires 2010.

377
378

Las prácticas bibliotecarias en


tiempos de la Revolución. Sobre Los
orígenes de la Biblioteca Pública de
Buenos Aires de Alejandro Parada
Por Luis Pestarini

Una de las grandes noticias de la investigación histó-


rica y bibliotecológica de los últimos tiempos es
la aparición del libro Los orígenes de la Biblioteca
Pública de Buenos Aires de Alejandro Parada. En él
se narran los primeros pasos, turbulentos, polémicos,
dificultosos y desconocidos pero persistentes, de la
Biblioteca Pública de Buenos Aires, antecedente de
la Biblioteca Nacional. Un libro que da cuenta de los
movimientos iniciales, desde su acto inaugural decre-
tado por la Junta Revolucionaria de Mayo hasta su
consolidación como institución pública y emblemá-
tica de las aspiraciones emancipadoras.
Puede considerarse esta obra como una historia de
tres series de acontecimientos fundamentales: una
genealogía de la lectura nacional, una reflexión sobre
las intrigas que acechaban a la Biblioteca (que deter-
minaban el alcance y los contenidos de la Revolución,
como puede leerse en los vaivenes respecto a la defi-
nición de las relaciones entre la Iglesia y el Estado) y
como una sistematización de las formas organizativas
(presupuestarias, edilicias y bibliotecológicas) que iba
adoptando la institución. Sirviéndose de una detallada
y minuciosa bibliografía y de fuentes documentales
(periódicas y manuscritas) inexploradas, esta revisión
de los tres aspectos, unas veces coincidentes y otras
discordantes, componen un estudio integral y conclu-
yente sobre la formación de la Biblioteca Nacional.
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

En los días que transcurrieron entre Buenos Aires donde le informa que la
el 13 de septiembre de 1810 y Junta dispuso la creación de la biblio-
el 16 de marzo de 1812 se sucedieron teca. Fechada el 7 de septiembre, no
tres gobiernos en la revolucionada hay otro acto oficial sobre el tema. La
Buenos Aires. En ese período, también, ausencia de una firma que se responsa-
se pasó de la euforia de la autonomía bilice del artículo “Educación”, la falta
a la lucha para defender las fronteras de documentos, ha provocado una larga
de un territorio todavía informe, se discusión sobre el verdadero artífice de
resolvieron de manera sangrienta las la biblioteca, discusión que reproduce
rebeliones internas y se conformaron una mucho mayor, la articulación entre
ejércitos de pobre experiencia para Iglesia y Estado. Martínez Zuviría,
combatir en distintos frentes. Es director durante más de veinte años,
sabido que aquel 13 de septiembre católico ultramontano, fue el paladín del
la edición de La Gazeta de Buenos sacerdote Chorroarín como fundador
Ayres contenía el artículo “Educación” de la biblioteca, así la iglesia extendería
donde, de manera poco formal y reso- sobre ella su influencia. Groussac, entre
lutiva, se anunció la creación de la otros, señala a Moreno por su prosa, por
Biblioteca Pública de Buenos Aires. sus influencias y por sus ideas. Parada se
Dieciocho meses tomó su apertura. desentiende de la disputa. No importa
Todas esas circunstancias agigantan el quién fue el padre del gesto de la funda-
valor simbólico y material de la crea- ción, sugiere, lo relevante es el hecho.
ción de la que, décadas más tarde, se Así, significa lo mismo que detrás de la
convertiría en la Biblioteca Nacional. innovadora institución se encuentren
De los primeros años de esta institu- Moreno, Chorroarín –poderosa fuerza
ción, de sus antecedentes y de las difi- en su funcionamiento posterior–,
cultades de su mantenimiento en activo Belgrano o la Junta en pleno. Pero el
escribe Alejandro Parada en Los orígenes significado y la trascendencia son muy
de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, distintos. Chorroarín, sacerdote erudito
volumen nacido como tesis y conver- aficionado a los libros, animador en
tido en libro, publicado por el Instituto segunda línea de la Revolución, ve a la
de Investigaciones Bibliotecológicas biblioteca como un espacio de inter-
de la Universidad de Buenos Aires, en cambio de lecturas, heredero de las
adhesión al Bicentenario de la Revolu- bibliotecas conventuales; Moreno ve en
ción de Mayo. Vale dejar en claro que ella el comienzo de la reconstrucción y
el texto no tiene la aridez de los escritos el recambio de instituciones, entiende
de aprobación de grado, sino que es que es una respuesta aún incompleta a
amable y grato en su lectura. la necesidad de ampliar los espacios de
Fue la Primera Junta de Gobierno educación –no es un accidente el título
–nombre con el que pasó a la historia del artículo–, muy maltratados desde
la Junta Provisional Gubernativa presi- las invasiones inglesas. No en vano
dida por Saavedra, el primer gobierno escribió en su estilo un poco descui-
elegido autónomamente en el Río de dado, impetuoso, en el prólogo a su
la Plata– la que ordenó su creación. traducción de El contrato social, publi-
Antecedente del artículo publicado en cada por La Gazeta: “Si los pueblos
La Gazeta es una nota manuscrita de no se ilustran, si no se vulgarizan sus
Mariano Moreno dirigida al Obispo de derechos, si cada hombre no conoce

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

lo que vale, lo que puede y lo que se Nada sabemos de las prácticas que
le debe, nuevas ilusiones sucederán a sucedieron entre 1783 y 1794, cuando
las antiguas, y después de vacilar algún su colección de entonces 336 piezas,
tiempo entre mil incertidumbres, será fue donada, en forma conjunta con
tal vez nuestra suerte mudar de tiranos su esposa, al Convento de la Merced.
sin destruir la tiranía”. Parada disecciona cuidadosamente
Parada nos advierte que su inten- el registro y hasta especula con los
ción es echar luz sobre la práctica y el motivos que podrían tener Prieto y su
pensamiento bibliotecario en Buenos esposa en su donación, alguno, incluso,
Aires en los tiempos previos y poste- “no tan simpático ni idealista”.
riores a la Revolución, centrándose La Biblioteca de La Merced tiene
en la Biblioteca Pública en el período una doble condición: es pública pero
que acaba en 1826, en el marco de también conventual, o sea el acceso
los nuevos estudios culturales y de la es más o menos libre pero está bajo
historia de la lectura, y a medida que la mirada áspera de la iglesia. Confor-
avanza la lectura descubrimos que lo mada por un millar de volúmenes,
hace muy bien. Basándose en escasos no es mucho lo que se sabe de ella, ni
documentos originales y algunos estu- siquiera cuándo cerró definitivamente;
dios sobre el tema, logra una recons- funcionó, tal vez de manera intermi-
trucción vivaz y analítica a la vez. tente, hasta comienzos del siglo XIX.
Comienza su recorrido cronológico Es probable que estos dos antecedentes
con la biblioteca pública circulante de de circulación del libro y de manus-
Facundo de Prieto y Pulido, singular critos no fueran los únicos, aunque tal
español de trayectoria porteña que fue vez nunca sepamos de otros, desvane-
conformando una interesante colección cidos sin dejar marcas. Pero ninguno
particular. Práctica frecuente en aque- tuvo la envergadura ni la continuidad
llos años, los libros, bienes costosos de la biblioteca nacida bajo la Primera
de por sí, lo eran más en estas tierras Junta e inaugurada bajo el Primer
sin imprentas, se movían con cierta Triunvirato. El anuncio de su funda-
libertad en los círculos cercanos –y a ción provocó el entusiasmo de una
veces no tan cercanos– de sus propie- población que todavía no se soñaba
tarios. Es de suponer que muchos de metrópoli, con más barro y jaurías
los dueños de estas pequeñas biblio- que adoquines y corrales. Así, las
tecas llevaran registros de estos actos donaciones de libros y dinero fueron
de confianza, pero sólo se ha conser- sorprendentes, la Biblioteca fue una
vado, o al menos tiene estado público, suerte de catalizador del fervor provo-
el que llevó adelante Prieto y Pulido cado por la nueva situación política.
entre 1779 y 1783. Es imposible saber La nueva Biblioteca parecía sintetizar
si Prieto anotaba cuidadosamente los los ideales de libertad y modernidad.
préstamos, o si las amistades de más No es difícil entrever las dificultades
confianza eran aliviadas de este trámite; que asumió la conformación de la
Parada hace un análisis de las distintas Biblioteca. Su fondo bibliográfico
capas de este documento, incluso la se integró, además de las mencio-
estadística, que registra 122 préstamos. nadas donaciones, con la Biblioteca
Prieto fue un hombre que supo hacer del Convento de la Merced, con la
fortuna y también conoció la cárcel. del Colegio de San Carlos, con las

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LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

incautadas a los que se rebelaron no se podía ingresar con libros, que


contra la Revolución y por las de los debían ser entregados al portero. La
colegios jesuíticos de Córdoba, entre colección no era circulante, los libros
otras fuentes. En un vaivén de ciento y manuscritos sólo se podían consultar
ochenta años, los libros de los jesuitas en sus distintas salas. Tiene sólo cuatro
cordobeses fueron devueltos a su cargos: director, subdirector, depen-
provincia hace década y media. diente y portero, antecedentes de
No pasó mucho tiempo antes de que generaciones de empleados que ampli-
el entusiasmo mutara en reclamo y se ficarán sus acciones.
volvió urgente la apertura de la nueva
casa. Puesto Chorroarín a cargo de
la institución, realizó un escrupuloso
trabajo como bibliotecario, confec-
cionando índices y ordenando libros
mientras preparaba el “Reglamento
provisional para el régimen econó-
mico de la Biblioteca Pública de la
capital de las Provincias Unidas del
Río de la Plata”. Parada simpatiza con
Luis José de Chorroarín y no es difícil
entender el motivo: el sacerdote revo-
lucionario debió llevar adelante él sólo,
en tiempos muy adversos, la organi-
zación y apertura de la Biblioteca.
Nos lo imaginamos corriendo para
ver al secretario del Triunvirato,
Rivadavia, para rogarle que elimine
del reglamento el horario vespertino
de apertura, porque está más allá de
sus fuerzas, o subiendo y bajando Administrador puntilloso, Chorroarín
libros de las altas librerías del edificio llevó un prolijo Libro de carga y data
maltrecho. Tras varias postergaciones, entre 1812 y 1818 –un control contable
la Biblioteca abre al público el 16 de de gastos e ingresos– que Parada emplea
marzo de 1812, con un horario redu- para echar más luz sobre la situa-
cido. Moreno, el artífice, había muerto ción de la Biblioteca en sus primeros
en alta mar un año antes. años. Multiplicados en complejidad
La Biblioteca tenía un fondo biblio- y en una escala mucho mayor, vemos
gráfico de varios miles de piezas, que los gastos e ingresos de entonces
una colección muy destacable para no son tan distintos a los actuales:
la época y el lugar, y funcionaba en mantenimiento del edificio, compra
varios salones de la actual Manzana de libros, donaciones, encuaderna-
de las Luces, en la esquina actual de ciones, con un presupuesto siempre
Perú y Moreno. El reglamento ofrece asfixiante del que se lleva la tajada más
algunas curiosidades: por ejemplo, grande la partida destinada a pagar
la institución concede a sus lectores los salarios. La nota curiosa está dada
tinta, arenilla y plumas, pero no papel; en que una parte nada despreciable

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

del presupuesto era obtenida por la investigador, periodista y político


venta de ejemplares repetidos, segu- antagonista de Rivadavia.
ramente recibidos en donación. Las primeras actividades de Moreno
Chorroarín mantuvo en funciona- estuvieron vinculadas con la mejora
miento la Biblioteca, a veces pagando y ampliación del edificio, y con la
de su bolsillo los gastos cotidianos, a conclusión del inventario: “17.229
puro esfuerzo personal, hasta 1821, volúmenes de impresos, fuera de
cuando se retiró, para morir poco 1.500 duplicados destinados a la
menos de dos años más tarde. No fue venta”. Otro registro estadístico de
únicamente director de la Biblioteca: 1823 nos informa que la Biblioteca
tuvo activa participación en varios tenía una cantidad de lectores nada
proyectos y convenciones constitu- despreciable: 3284 consultaron libros
yentes. Al detenerse especialmente en durante el año. Parada aclara que la
las prácticas y discurso bibliotecario, cifra debió ser considerablemente más
Parada mantiene en segundo plano alta, pues no contempla las consultas
el contexto en el cual desarrollaba de referencia.
sus actividades la biblioteca: la guerra Dos documentos emplea el autor
civil, la guerra de la Independencia y, para profundizar su examen sobre el
agobiante, la anarquía. funcionamiento de la Biblioteca: las
Del tiempo en que fue director “razones de gastos” de los años 1824 y
Saturnino Segurola, entre 1821 y 1822, 1826. De allí surge que el sesenta por
poco se sabe. Se ordena a fines de 1821 ciento del presupuesto anual estaba
un inventario del material bibliográ- destinado a los salarios, que no sólo se
fico, el que será concluido dos años adquiría libros sino también se efectivi-
más tarde. Se sospecha que las sucesivas zaron suscripciones a periódicos, y que
crisis políticas han dejado cada vez más Moreno orientó la compra hacia los
desamparada a la Biblioteca. Lo cierto libros universitarios de la época, espe-
es que no hay una institución similar en cialmente los de medicina. De estos
Buenos Aires y probablemente no sea documentos se desprende, también,
sólo un lugar de lectura, tal vez parte que no hubo donaciones durante
de las intrigas y acuerdos que dejaban estos dos años, lo que puede ponerse
su huella en el Río de la Plata se hayan en duda dado que el hábito social ya
llevado allí, como sucedería muchas llevaba diez años y había permitido
décadas después. un crecimiento continuo del fondo
Tal vez para sustraerla de una situa- bibliográfico. Tal vez las donaciones
ción de abandono se rompe la tradi- se registraran de otra manera y no en
ción de nombrar sacerdotes como las “razones de gastos”. Moreno bregó
directores y se designa en 1822 a un con las limitaciones presupuestarias de
hombre político, Manuel Moreno. manera imaginativa y audaz, aunque
Opositor de Pueyrredón, exiliado no muy efectiva: participó en lote-
hasta 1821, médico de profesión, era rías y sorteos, incluso adquirió una
un activo defensor de la obra de su rifa cuando se sorteó la biblioteca de
hermano Mariano. Moreno repartía Antonio Sáenz, pero aparentemente
su tiempo entre la Biblioteca, la presi- siempre sin suerte.
dencia de la Academia de Medicina, El libro se detiene en 1826, con la
su labor como profesor universitario, segunda “razón de gastos”, en medio

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LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

del período de dirección de Moreno, libro, de manera que provea más títulos
quien continuará hasta 1828, cuando a la Biblioteca –llega a proponer una
renuncie para ser ministro de Dorrego, misión a la India para comprarlas–,
continuando con su prolongada actua- hasta cuestiones como la fabricación del
ción política. Pero como nos había papel, con una fuerte insistencia sobre la
señalado el autor en el comienzo, no conservación de los libros y el combate
sólo revisa la Biblioteca Pública de a las plagas que los destruyen. También
Buenos Aires en sus primeros años, es una apelación al Triunvirato para que
sino también la situación bibliotecaria respalde a la Biblioteca.
del mismo período. Por esto, antes de Sobre todo esto escribe Parada basán-
cerrar el volumen, se detiene extensa- dose en los escasos documentos de la
mente en lo que considera el primer época –manuscritos y algunos perió-
artículo de práctica bibliotecaria publi- dicos, en los que ha llevado adelante
cado en estas tierras. un invisible y formidable trabajo
Es obra de Juan Luis de Aguirre y de rastrillaje– y en una extensísima
Tejeda, abogado revolucionario cercano bibliografía que cita con ánimo meti-
a la Sociedad Patriótica y Literaria. Su culoso. De cada manuscrito, de cada
extenso título es “Idea liberal econó- documento impreso, extrae hasta la
mica sobre el fomento de la biblioteca última posibilidad, aún cuando en
de esta capital” y fue publicado en ocasiones avanza más con la imagina-
números sucesivos de El Grito del Sud, ción que con los hechos. Los orígenes
en 1812, precisamente el año de aper- de la Biblioteca Pública de Buenos Aires
tura de la Biblioteca. Debe considerarse es un trabajo definitivo sobre el tema,
este texto como una serie de reflexiones parece cerrar otros posibles abordajes
y consejos para el buen desempeño de de la práctica y el pensamiento biblio-
la nueva institución, despertados por tecarios de los años previos y poste-
el entusiasmo de su apertura. Si bien riores a la Revolución, a menos que se
Aguirre y Tejeda suena bienintencio- habiliten nuevos avances por la apari-
nado y es muchas veces contradictorio, ción de documentos desconocidos.
sugiriendo algunas medidas imposibles Más allá de la práctica, de los vaivenes
de llevar adelante en la situación que en los turnos de atención, más allá de
viven las Provincias Unidas, ve con los presupuestos insuficientes y del
claridad que la medida tomada por vertiginoso desfilar de libros y lectores,
la Junta ha sido superlativa porque la queda el gesto de sorprendente ilumina-
educación es más importante que la ción de Mariano Moreno para orientar
guerra o, como escribe Parada: “Así y perpetuar la Revolución, adoptando
pues, el establecimiento de la Biblioteca una institución nueva, símbolo de la
constituye para el autor un acto de modernidad y del Estado, en tiempos
mayor trascendencia revolucionaria vertiginosos que poco permitían la
que la propia Revolución”. La creación reflexión. Difícilmente soñara el joven
de nuevas instituciones es precisamente Moreno que, doscientos años después,
lo que perpetuará a la Revolución. esos principios todavía son el sostén
En su texto se suceden diversas cuestiones más firme que le otorga sentido y tras-
de manera no muy ordenada, desde la cendencia a la Biblioteca Nacional.
sugerencia de impulsar la compra de
imprentas para activar la industria del

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384

“Idea liberal económica sobre


el fomento de la biblioteca
de esta capital”
Por Juan Luis de Aguirre y Tejeda
En 1753, Juan Luis de Aguirre y Tejeda nacía en
lo que sería, muchos años después, la provincia de
Salta. Su trayectoria no se desvió demasiado de la
que trazaban los funcionarios del régimen colonial
español. Hacia 1779, luego de obtener su matrícula
de abogado en la Real Audiencia de La Plata (Alto
Perú), extensas y abstrusas sendas del derecho colo-
nial lo llevaron a ejercer su profesión nada menos
que en Córdoba y Buenos Aires, ciudades que emer-
gieron al siglo XIX con fuerte voluntad insurgente.
Captado por el Deán Gregorio Funes –el delator
al servicio de la Patria–, y por Mariano Moreno,
no tardó en otorgar a la causa revolucionaria su
trajinado conocimiento leguleyo. El artículo “Idea
liberal económica sobre el fomento de la biblioteca
de esta capital”, escrito por Aguirre y Tejeda en varias
entregas en El Grito del Sud en 1812, fue redactado
a la luz del fuego en donde se quemaban las leyes del
régimen al que sirvió.
La economía liberal (asociada a la Revolución) y
las bibliotecas públicas, en el artículo de Aguirre
y Tejeda, tienen una confluencia difícil (y hasta
revulsiva) imaginada a partir de la contaminación
del presente. ¿Un mercado editorial en función de
la ilustración popular? ¿Intervencionismo revolu-
cionario para regular el precio de las imprentas y el
papel? ¿Los recursos naturales al servicio de la impre-
sión y conservación de los libros en una biblioteca?
La biblioteca “de esta capital” pretende proveer de
libros a las provincias, porque la revolución solidaria
debía ser emplazada sin dilaciones.
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Tom. I. Núm. 7°. Pág. 54 quietud, y prosperidad de la América


El Grito del Sud del Sud. Mas no se conseguirían por
Buenos-Ayres cierto las ventajas de que es capaz este
Del martes 25 de agosto de 1812. establecimiento, mientras no se cuide
por el gobierno el proporcionarle todo
aquellos arbitrios, que redimiéndolo
Rara temporum felicitate, ubi sentire de dificultades y mayores gastos, le
quæ velis, et quæ sentias, dicere licet. facilite el surtimiento y reimpresión
Tacit. Lib. I. Hist. barata de libros, que haga un abun-
dante acopio de ellos.
Neque enim satis est possidere velle, Los mejores auxilios á este fin son
si collere et conservare non possis. el aumento y previsión de buenas
Colamella de re rustica. imprentas, y de diestros artistas impre-
sores, y enquadernadores, y la abun-
En un gobierno tempestuoso erigido dancia, y baratez del papel, lo que se
entre las convulsiones de una revolu- podría lograr con facilidad, siempre
ción, nada puede prosperarle mejor, que en estas provincias se estableciesen
que el fomento de las letras y de la fábricas de imprenta y papel, teniendo
instrucción pública. La influencia de en ellas las bellísimas proporciones
las luces del ingenio, y la de las cien- de minas abundantes de plomo, y de
cias es algún modo más fuerte, que las materias primas de algodón, pita,
la de las armas, de la autoridad, y del lino, cañamo, y cortezas diferentes de
exemplo. ¿Que exemplos tan maravi- árboles. Las relaciones comerciables
llosos no produxeron en el espíritu de al presente, con Portugal, Inglaterra,
los romanos un Horacio, un Virgilio, y Boston podrían proporcionar la
un Ovidio, y otros sabios del primer compra de algunas ediciones copiosas,
siglo del imperio? Ellos con su enér- y baratas, semejantes á la que poco há
gica pluma elogiaron sus primeros regaló la corte del Brasil á la ciudad
monarcas, y celebraron altamente las de Montevideo, las cuales podrían
delicias del imperio de Octaviano; y por ahora suplir nuestra vergon-
al punto los más zelosos, y sobervios zosa escaséz; y mucho más se reme-
republicanos de Roma se prosternaron diaría esta formándose una expedión
y besaron con respeto los hierros con mercantil dirigida á la India, y á la
que habían sido aprisionados. El deco- Asia por Acapulco con solo el objeto
roso establecimiento de la biblioteca de comprar, y tratar buenas imprentas,
en esta capital, cuya augusta apertura muy baratas, y los más aventajados
se hizo poco há, y muy á los princi- artifices que estableciesen fábricas, y
pios de su nuevo gobierno tan feliz, y enseñasen en estas provincias á formar
rápidamente se estableció, y fomentó, los mejores caracteres de nuestro
será en la posteridad un preciso monu- abundante y riquísimo plomo. Entre
mento de la prudencia, y abierto con todas las naciones ninguna aventaja á
que ha pretendido cimentarse sobre las la India, y á la China en la excelente
bases sólidas de las ciencias, y de la ilus- calidad de sus imprentas, y en la abun-
tración pública, que ha de encaminar dancia y baratez de su finísimo papel,
más que el estrépito de las armas, á unir que establecido nuestro fácil tráfico á
las provincias al sistéma de libertad, estas regiones, podría formar un gran

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

ramo de nuestro comercio como dice nietos, como buscamos nosotros las de
Ward y Andrés Kippis ¿y por qué Elzebires. Poco ha se dió un paso favo-
nuestra dexación y falta de economía rable al progreso y á nuestra biblioteca
no ha de redimir á la patria por un con la llegada á Balpárayso y Chile de
medio tan fácil de las escaseses perni- una imprenta preciosa y su impresor, y
ciosas de papel, que con frequencia buenos artistas de papel y loza, de que
sufre, como la actual, en que la carestía nos dió noticias la gazeta.
ha hecho sufrir en varios pueblos inte- Se continuará.
riores á treinta y más pesos la resma Imprenta de Niños Expósitos.
de papel, que surtido por medio de
fábricas establecidas, jamás podría
ascender á más de tres pesos con
proporción á sus costos?
Esta capital gastará mucho tiempo
y dinero para formar y enriquecer Tom. I. Núm. 8°. Pág. 57
su biblioteca, si no cuida de adoptar El Grito del Sud
iguales providencias económicas para Buenos-Ayres
el acopio y reimpresión de libros. Si Del martes 1 de setiembre de 1812.
me fuera permitido en la estrechez de
un periódico profundizar, y no hablar
con demasiada precipitación como lo Rara temporum felicitate, ubi sentire
hago en esta materia fecunda, guar- quæ velis, et quæ sentias, dicere licet.
dando rigurosa imparcialidad, sin Tacit. Lib. I. Hist.
declinar entre el espíritu de rivalidad,
que maldice, quanto se le presenta y
el entusiasmo que todo lo exalta, y Continuación de la idea económica
aplaude diría francamente por los para el fomento de la biblioteca.
rápidos progresos que hizo en estos
últimos tiempos nuestra España en La nueva vida política que empezamos
punto á edicciones; que nos bastaría á adquirir con la energía y prudencia
surtirnos por medio de los ingleses del actual gobierno, y la casi universal
de las mejores edicciones de la penín- incomunicación con la Europa, á que
sula, que tal vez juzgándolas no nos fuerzan las ideas ambiciosas de la
muy precisas en su afligida situación Francia, nos estrechan despóticamente á
presente nos las venderían acomo- vernos privados del manantial precioso
dadas. El arte que mejores progresos ha de libros, y á solicitar por todos medios
hecho en España dice Mr. Mautelle en ediciones, que reproduzcan los que
su nuevo viaje, ó geografía comparada, tenemos maltratados, y que abran el
es la imprenta. Todos los aficionados camino á las producciones intelectuales
conocen, y han preferido á las obras de la América hasta aquí tristemente
de Baskerbille y Barbere el Quixote, obstruidas, mucho más quando la sabi-
y Salustio traducido al castellano por duría y liberalidad de un gobierno, tiene
el infante D. Gabriel, y otros libros ya sancionada la libertad de la imprenta.
impresos por Ibarra en Madrid, y por Si á las escasas y defectuosas ediciones
Monforo en Valencia obras maestras de esta capital y Lima se sostituyerán
tipográficas, y que buscarán nuestros otras buenas y abundantes, aquí y en los

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Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

pueblos interiores de Caracas, Santa Fe, de surtirse del papel necesario. La


Quito; Cuzco, Arequipa, Cochabamba, enorme dificultad de conservar biblio-
Charcas, Cordoba, y otras semejantes tecas en la América española, sin ser
¿qué de progresos literarios no se expe- antes provistas de fábricas de papel,
rimentarían en estas provincias, y quan siempre será un obstáculo verdadero
facilmente se lograría el surtimiento á la universal instrucción y cultivo de
de buenos libros? Se hallan en todos las ciencias. Se sabe muy bien que en
estos pueblos inéditas varias obras de una biblioteca se encuentran juntos
conocida utilidad, porque aquellas regularmente todos los medios de
imprentas son tan escasas de letra, que proporcionar la instrucción pública.
no son bastantes á llenar más que pocos En ella se halla una série de ideas, de
pliegos y la ilustración periódica de inquisiciones, y trabajos de los más
los pueblos; y aun ya se dexa sentir la grandes hombres sobre cualquier
general escaséz de libros sagrados, como objeto, sirviendo todo esto de base á
la biblia, misales, breviarios devocio- las nuevas observaciones en que quiere
narios, rituales, y otros, cuyo defecto uno ocuparse. En ellas se hallan reglas
podría lastimosamente influir en la que prescriben las sendas, que deben
inmoralidad, y embarazar el desem- seguirse, y deben evitarse. Si los errores
peño de las funciones del sacerdocio, que se adoptan, extravían alguna vez,
á menos que no se tomase la pronta sirven, quando son conocidos para
providencia de implorar de los portu- precavérse contra las preocupaciones,
gueses ó ingleses un proporcionado para reprimir la presunción, inspirar
surtimiento de ellos. la prudencia, inocular el hombre de
No se puede dudar por un momento ilusiones, y formarlo al fin circuns-
las grandes utilidades que acarrea á las pecto y sabio. Si se hallan acaso en la
provincias unidas el noble estableci- biblioteca monumentos de orgullo,
miento de nuestra biblioteca. Pero no soberbia ó de mentira; de ordinario se
basta crear las cosas que contribuyen á halla también lo que sirve á aclarar la
la ilustración del hombre, sino se cuida verdad, y honrar el espíritu racional.
del modo de conservarlas. La natura- En ella se vé cómo se despliega la inte-
leza próvida siempre en suministrar ligencia humana, los progresos cientí-
los medios de reparar nuestras nece- ficos de sus conocimientos, las épocas
sidades, vé muchas veces con indife- de perfección de sus descubrimientos:
rencia el modo, como el hombre hace y si alguna vez nos afligen las faltas que
uso de ellas. Y quando formó el papel, cometió, si nos compadecemos de su
materia precisa de los libros, no cuidó vanidad, si desdeñamos las ilusiones á
de adornar toda su razón, para darle que se entrega, no podemos menos de
á conocer, si éste forma ó destruye las admirar su constante amor á la verdad,
bibliotecas. Sólo una buena política lo mucho que trabaja en sondear las
y ecónomica debe prever las necesi- profundidades de la naturaleza, su
dades, y yá que conspira á una ilustra- aplicación en perfeccionar su razón,
ción general debe facilitar los medios en arreglar sus acciones, establecer el
de conseguirla y perpetuarla. No se orden, y asegurar el imperio de la reli-
habría malogrado el establecimiento gión y de la virtud.
costoso de la biblioteca de Alexandría, Todas estas, y otras muchas ventajas
si se hubiese previsto la gran dificultad nos presenta el establecimiento de

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

una biblioteca. Este establecimiento una cosa si no se sabe proporcionar los


hace por sí el elogio más honorífico medios de guardar y conservarla, neque
de la presciencia y sabiduría de un enim satis est &c. Sino supiéramos
gobierno, porque prepara el camino quan difícil es vaticinar con acierto
por donde el espíritu humano, no en la política, nos atreveríamos á
pudiendo verlo, reconocerlo todo, asegurar que antes de muchos años
dá lugar á contemplarse á sí mismo se hallaría nuestra biblioteca en un
y conocer las flaquezas de sus facul- estado de la más elevada reputación,
tades. Si alguna vez llega á ensoberbe- y gloria, con sólo poner fábricas de
cerse, de lo que sabe, no hay duda que papel, imprentas, y los medios seguros
hace mal: ¿pero ha de libertarse de este de perfeccionar el papel y preservarlo
error, quando no tiene á la vista de de corrupción. Estos establecimientos
una biblioteca el cuadro más exacto hechos al pronto y manejados con
de sus conocimientos que hubieran prudencia y economía serían monu-
podido instruirle, y preservarle de sus mentos que acreditasen á la posteridad
extravíos? Si esto es cierto, no es por el zolo sabiduría y vigilancia con que
ventura de la misma certidumbre, que se esfuerza nuestro actual gobierno
jamás podrá sostenerse en un país una para poner las provincias unidas en
biblioteca sin tener abundancia de un grado de igualdad, y tal vez de
papel acomodado para la reimpresión superioridad á muchas de las naciones
de sus mejores libros y sin cuidar de florecientes de la Europa. Pues si un
preservar estos, y el papel de la deles- pueblo civilmente crece en razón de
nable corrupción, á que de ordinario los medios que tiene para subsistir. Si
los expone la humedad y los insectos? el comercio y la agricultura contribu-
Vé hay uno de los grandes objetos de yendo á establecer entre las fortunas
economía que imperiosamente exigía de los ciudadanos aquella propor-
especularse, y tratarse con alguna ción tan deseada y necesaria á un
extensión en un discurso más dila- estado, son los que multiplicando las
tado, que el que permite un perió- riquezas, los trabajos, los alimentos,
dico para que se lograse felizmente el y los hombres simultáneamente dán
fomento y permanencia de la biblio- á una nación toda la fuerza activa,
teca de esta capital expuesta por su y la progresión económica política
temperamento demasiado húmedo de que es subceptible una biblioteca
á la más próxima caducidad: si me bien cimentada en la metrópolis, y
fuese permitido cuidaré hablar de él bien sostenida por medio de estas
en otra ocasión. fábricas debería ser á los habitantes
Entre tanto, debemos concluir, que de esta feliz región, sabios, filósofos,
si no es ventajoso y de mucho honor y dignos apreciadores de las letras, y
la especial protección y fomento de elevándolos sobre sí mismos tendrían
nuestra biblioteca, nos es de mucho siempre á la vista una antorcha lumi-
interés, que á este establecimiento nosa é inextinguible que les rectificase
se acompañen las fábricas de papel, la razón para promover su bien, y
el pronto surtimiento de algunas el mayor explendor del estado, para
imprentas para que se sostenga sin fomentar las ciencias, las artes, la
mayor costo. Nada es, decía el docto industria popular y todos los demás
Columella, querer establecer, y poseer objetos públicos.

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Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Yá que hasta aquí en la América por un Tom. I. Núm. 9°. Pág. 65


sistéma antipolítico ha sido una especie El Grito del Sud
de moda el ser ignorante, y por la atróz Buenos-Ayres
conducta de los que gobernaron no Del martes 8 de setiembre de 1812.
se permitieron establecer aumentos
de fábricas, porque con el interés de
precaver qualquier revolución feliz, Rara temporum felicitate, ubi sentire
que pudiese regenerarla, negándole quæ velis, et quæ sentias, dicere licet.
todos los auxilios y conocimientos Tacit. Lib. I. Hist.
políticos é industriales la intentaron
reducir á la mayor pobreza, y á sólo el
humilde estado de labradora y minera Continuación de la idea económica
como quería el célebre ministro D. José para el fomento de la biblioteca.
Gálvez; es menester que en la nueva
vida, que felizmente se emprende se Si el más seguro medio de fomentar
extinga esta moda gótico-bárbara, y nuestra biblioteca, y consultar su
que veamos sobre la faz del globo del permanencia, estriba en proporcionar
nuevo mundo en nuestros dichosos un abundante surtimiento de papel,
días los laureles de Marte hermosa- é imprentas por medio de artífices y
mente hermanados con los de Apolo fábricas establecidas en estas provin-
y Ceres; pues la gloria del espíritu, cias, y en preservar del modo posible el
y talento igualmente apreciable en papel y los libros de su pronta corrup-
todo el universo, no debe ser un don ción y vejéz deberían ser estos objetos
peculiar de la Europa, negado con del mayor interés el especularlos, el
crueldad á nuestro suelo; ya que no dirigirlos, y llevarlos á su perfecta veri-
hay oposición física en las ciencias y ficación; yo por ahora me contentaré
las riquezas abundantes que produce; con indicarlos superficialmente para
ya que no debe existir esta odiosa anti- que se reconozca que no es imposible,
patía y desprecio, que por tres siglos ni muy dificil de execución reservada á
se ha hecho despóticamente reynar genios emprendedores y benéficos, que
en sus suelos; y yá que desplegando no rehusan el mayor trabajo quando se
hoy día sus gentes las bellísimas dotes, encamina al bien común. Nadie ignora
que le dispensó con generosidad la que los mármoles, peñascos, y troncos
naturaleza, me hace presentir, que la de árboles fueron las materias en que
América con la biblioteca, y la protec- la antigüedad escribió sus libros, y por
ción distinguida de su nuevo sabio donde transmitieron á la posteridad
gobierno, será dentro de poco el domi- sus hechos y conocimientos, en aque-
cilio de Minerva. Hic cursus fuit, hoc llos tiempos incultos se usó también
regnum Dea gentibus esse, si qua fata la escritura en láminas de metal, de
sinant, jam nunc tetendit fobetque. barro, de ladrillo, de madera, en pieles
de pescados, é intestinos de animales;
Se continuará. á proporción que los hombres se
fueron civilizando reconocieron el
ímprobo trabajo de usar la fuerza y la
punta de fierro para esculpir la letra
en la piedra, metales, y maderas, y se

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

valieron de ciertas hojas de vegetales, el arte de saber beneficiarla de mil


del pergamino, y marfil, y recurrieron modos, separarla y darle cierta prepa-
al pincel ó cañas cortadas para escribir ración á su corteza, fibras, y hojas que
con mayor facilidad. Los egipcios, les proporcionó la construcción de
griegos, y romanos escribían sus libros toda especie de papel fino y tosco, con
y cartas misivas en pergaminos y que fácilmente se cultivaron las cien-
hojas de marfil. Los indios de México cias y las artes, y se formaron las velas
avisaron á Motesuma su emperador del de navíos, manteles, y ropas finísimas,
desembarco de los españoles por unos que hasta el presente usan en Egipto, y
lienzos, que con el pincél diestramente la China de que vemos en nuestros días
dibuxado le retrataron quanto habían hechas muchas telas preciosas que nos
visto; y los naturales del Perú y de toda proveen los ingleses por el comercio.
esta América Meridional á semejanza Verdad es que los chinos, japoneses,
de los chinos en su antigüedad no siameses, y la gente del Tonquin no
hubieron otro modo de escribir como se han contentado con usar de esta
dicen Acosta, Valera, y Garcilazo, planta para formar su papel, sino
ni de comunicar por sus anales á la también de algodón, Bambou, y
posteridad sus pensamientos, que por de una corteza de árbol que llaman
medio de unos cordeles, o hilos de Tancoe; y el papel que forman de
lana y algodón de diferentes colores, ella aunque muy blanco es demasiado
que llamaban quippus anudados á delgado por lo que muchos creen erra-
ciertas distancias con simetría, con que damente que es de seda, mas lo cierto
formaban diferentes combinaciones, y es que, que este papel es de muy corta
figuras, para expresar sus conceptos, y duración, pues el gusano le ataca con
estos guardados formaban sus regis- facilidad de que nace renovarse con
tros, archivos, y bibliotecas que conte- freqüencia los libros y bibliotecas en
nían los anales é historia individual estos países. Posteriormente se usó con
del imperio, el estado de los tributos tanta freqüencia el papel de algodón,
y rentas públicas, y las más exactas que se disminuyó, y aún abandonó
observaciones de su historia, agricul- el uso de la planta papiro oliber, y la
tura, y astronomía. activa industria de los franceses, llegó
Como estos métodos de escribir á descubrir, que podía buenamente
presentaban dificultades escabrosas hacerse papel con otras materias, que
á fuerza de investigaciones descu- el papiro y algodón, que era dema-
brieron las naciones cultas el auxilio siado escaso y caro en la Europa; y con
del papel. Los egipcios, chinos, y aun este feliz descubrimiento proporcionó
los europeos usaron del papiro que en el siglo doce, y trece un ramo de
se encuentra en los bañados y orillas comercio, que le fue muy ventajoso á
del Nilo, en Siam, y Tonquin, y en la la nación; este es el uso de toda especie
Sicilia, Calabria, Pulla, y otras muchas de trapos para su construcción, que
regiones del Asia, África, y Europa. Á ha hecho por su felicidad, y ahorro de
porfia y á esfuerzos de investigaciones costos, olvidar en todo el mundo los
formaron de esta preciosa planta el demás modos de escribir á exepción
papel, no sólo para el importante uso del noble y subsistente del pergamino,
de la escritura sino para estos ramos que se inventó en Pergamo quando
de industria y comercio, descubriendo Tolomeo enemigo de las ciencias y de

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las glorias de sus predecesores arruinó mente lo confeccionan con trapos de


todos los papeles y libros de Egipto. telas sean de seda, lana, algodón, lino,
Plinio describe circunstanciadamente y yerbas diferenciando sólo su método
las diferentes qualidades formas y del arriba expresado, en que sus instru-
método del papel, el modo de prepa- mentos son más sencillos, y ordinarios,
rarlo y colarlo, las distintas materias y no por esto dexan de construir un
de que se hacía, y las alteraciones que excelente papel.
ha padecido un artículo tan necesario.
La manera como hoy en las fábricas se Se continuará.
acostumbra hacer el papel muchos la
saben, y convendría que entre noso-
tros pocos la ignorasen. Consiste
regularmente en el método sencillo de
recoger y tomarse de todas las basuras
andrajos y lienzos viejos sean de lino, Tom. I. Núm. 10. Pág. 73
algodón, o yervas, y todos los trapos El Grito del Sud
inútiles de qualesquier tela, los quales Buenos-Ayres
juntos y colocados en cubas, tachos, Del martes 15 de setiembre de 1812.
tinajas, ó peroles se dexan macerar,
y no se sacan de ellos hasta quedar
enteramente podridos, y convertidos Rara temporum felicitate, ubi sentire
en hilas ó lamas espesas. Esta masa quæ velis, et quæ sentias, dicere licet.
corrompida con agua proporcionada Tacit, Lib. I. Hist.
se reduce en una especie de caldo
fluido que se cuela, pasa, y purifica,
y después se pone en una agua limpia
y clara, y bastante caliente, la que se Continuación de la idea económica
cuida mover mucho y con cuidado para el fomento de la biblioteca.
para que se distribuya é incorporen
bien sus partículas glutinosas; al fin Nadie dexará de celebrar el descubri-
todo este líquido bien preparado se miento del papel; pues no hay duda,
derrama en los moldes ó láminas que que además de las grandes ventajas que
le dan la forma y consistencia de las ha acarreado á la sociedad y los destinos
hojas ó pliegos de papel que se encolan útiles á que en los pueblos se hace servir
el papel es por cierto de una grande
por igualdad para que no se calen; y
ventaja emplear en su fabricación las
para hacer el papel tosco que llamamos materias viles, que no sirviendo más
de astraza no es menester colar y puri- que para aumentar las inmundicias y
ficar el caldo; las colas según el mismo basuras, adquieren estas un nuevo ser,
Plinio se preparan con la flor de harina y precio formando con ellas un objeto
de trigo templada en agua hirviendo ó de una necesidad, y utilidad general,
con la miga del pan cocida desteida, y que tanto ha contribuido por el uso de
templada en agua hirviendo, y pasada la imprenta al progreso de las ciencias
por un paño o cedazo fino; las naciones y la ilustración del hombre. Subiría
asiáticas situadas más allá del Ganger de punto la utilidad y estimación del
hacen todo su papel de sólo cortezas papel, y debería por cierto ser más
de árboles, pero las demás general- presiosa, si este fuese más inalterable,

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

y pudiese resistir más á las injurias del calidad, preparación, y mayor eficacia
tiempo, y de la corrupción. En los de la cola con que se baña el papel al
payses húmedos y cálidos, como el de tiempo de su formación puede tal vez
esta capital Lima y Paraguay, no es fácil influir á preservarlo de insectos. Debe
poderse conservar por mucho tiempo en consecuencia cuidarse y hacerse los
los libros y el papel sin corrupción, más prolixos ensayos en la confección
porque la misma humedad excesiva les de estas colas, empleando los ingre-
acomete y penetra atacándoles inme- dientes más análogos y fuertes, como
diatamente varias especies de insectos el binagre, el limón, yervas, y substan-
que engendra, y á pesar de toda precau- cias más amargas y del modo, tiempo,
ción se ven roidos. Con que venimos y cantidad, con que se emplean, para
á inferir que poco ó nada se avanzarías desterrar los insectos y su propaga-
con el noble establecimiento literario de ción. Mr. Decandez dice que los anti-
bibliotecas en esas capitales con la copia guos envolvían el papel fino en hojas
de buenas imprentas, con las fábricas de de naranjo ó limón para preservarlo de
papel, y con su conocida utilidad, sino la polilla. No han faltado quienes con
se adoptasen medidas económicas diri- algún buen suceso persuadan, que las
gidas á precaver del papel y de los libros sales minerales, como la alcaparrosa,
su progresiva corrupción, defendién- alumbre, victriolo, y las yerbas amargas,
dolas de la injuria del tiempo, y de la ó aromáticas, como el romero, tomillo,
polilla. El gobierno pues debe imperio- alucema, rosa, ruda, hiervabuena,
samente interesarse en un objeto de esta mansanilla &c. empleados en la putre-
importancia, del mismo modo que en facción de los trapos, influyen pode-
años pasados lo hizo el Consulado con rosamente á hacer resistible el papel
intento de redimir los cueros al pelo de á su corrupción: pero además que la
la polilla, señalando premios á los que experiencia ha acreditado que no son
descubriesen medios ciertos que hagan suficientes como dice Mr. Perdiger,
el papel y pastas capaces de resistir á la la razón natural persuade, que estas
corrupción é insectos. substancias apenas pueden producir un
Hasta aquí se han hecho en varias partes efecto momentáneo porque es natural
del mundo prolixas especulaciones, que su amargor y olor fuerte se disipe
para lograr este fin importante pero con el tiempo, y que aun pierdan sus
las más han sido infructuosas, y otras propiedades contrarias á los insectos
poco eficaces. La materia misma de con la misma descomposición expon-
que se forma el papel, según el método tánea que experimentan al tiempo de su
común como trae quando se emplea maceración en los cubos.
un grado de alteración pútrida, y es por Tengo noticia que en varias fábricas de
su naturaleza feble y poco constante, papel se ha observado por algún tiempo
pone ciertos obstáculos para preser- mezclar la cola con algunas substancias
varlo de toda corrupción. Este mismo yá amargas, yá olorosas para preservar el
estado de alteración pútrida, que debe papel de la polilla; pero como el tiempo
acopiar un tropel de semillas, y hueve- y el ayre debe necesariamente evaporar
cillos de insectos, le hace susceptible, todo lo que halla impregnado la cola, y
y más propenso á su corrupción, y á sería peligroso al color del papel, si se
proporción de este grado de alteración, conservase; no merece mi aprobación
en los tiempos, y climas más cálidos, y este arbitrio, pues aun no está demos-
húmedos debe necesariamente aumen- trada con la experiencia su absoluta
tarse la disposición nociva, para instruir eficacia; con mayor razón recomienda
y abrigar otros insectos, que le roan: la la academia de Berlin siguiendo á

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LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Mr. Perdiger que para preservar el papel indagan mejores preservativos, enqua-
de la polilla, se use del almidón, y no dernados á la rústica con tapas de papel
de la harina de pan en la confección de doble azul bien teñido de añil que
la cola ó engrudo. Tampoco se puede según el sentir de Mr. Reybellon es
convenir el uso de venenos minerales un excelente preservativo de la polilla.
como el arsénico, sublimado &c que Acaso por esta secreta causa se ha dicho
despidiendo efluvios nocivos, pueden generalmente que el papel de Genova,
exponer á la muerte á muchas personas y todos los azulados por muy finos, y
y niños, que masquen el papel, y sería delgados que sean, son los suceptibles
de temer fuesen muchos víctimas por de la polilla, por que en su fabricación
falta de experiencia, ó por distracción. se confeccionan con algún añil. En
Imprudentemente por cierto se adop- esta América donde debe conservar
taría un medio tan horrible, supuesto este vegetal su más activa qualidad nos
que las ventajas que presenta aun presenta un modo fácil para desterrar
quando se supongan ciertas, y quali- la polilla de nuestra biblioteca.
ficadas no pueden compararse con los
peligros y daños, que prepara. No debe Dr. Juan Luis Aguirre.
haber nación tan avara, y cruel en todo
el mundo, que pretenda mejorar sus
fábricas, ni adoptar ningún descubri-
miento con sacrificio de la humanidad.
Así lo inspira la razón y una buena
política, debiéndose graduar por un
riguroso derecho natural todo aquello
como dice Cicerón, en que interviene el
consentimiento general de las gentes; in
omni re consentio omnium gentium lex
naturæ putanda est.
Algunos con Mr. Lemonte han obser-
vado la eficacia de varios olores fuertes
como el de la trementina, tabaco, y
alcanfor, cuyo vapor es más congruente
para preservar los libros de toda casta
de insectos. Estos olores mezclados
con azufre se frotan con la esencia
de trementina sobre la faz del papel,
y causan á lo menos preservativos
momentáneos de la corrupción de los
libros. Sólo la atmósfera que de estos y
otros olores se forma en las boticas, es
sin duda la causa de la preservación de
sus papeles de polilla, é insectos, como
la experiencia lo ha mostrado; en todos
los libros por lo común empieza la
polilla por la pasta y por los lomos de los
libros, que reciben inmediatamente la
humedad y acaso por esto convendría,
que los libros de que se vaya surtiendo
nuestra biblioteca, fuesen mientras se

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Inauguración de la
Biblioteca Nacional(*)
Por Paul Groussac

El 27 de diciembre de 1901 se inauguraba el nuevo


edificio de la Biblioteca Nacional, el de la calle
México, que oficiaría de sede de la institución durante
el siglo XX. Aquí reproducimos el discurso pronun-
ciado por su director, Paul Groussac. El solemne audi-
torio contó con la presencia de destacadas figuras del
poder de la época, entre ellas el entonces presidente
Julio A. Roca. Se trataba de una ocasión muy espe-
cial en la que el polémico director, fiel a su estilo, no
cedió a la tentación de ofrecer una pieza de oratoria
formal. Por el contrario, su elegante prosa cargada de
finas ironías, se permitía jugar con el destino original
planificado para el edificio, la Lotería Nacional, y su
designación ulterior, advirtiendo la extraña relación
que emparenta a las bibliotecas con la “Fortuna”: las
primeras consagradas como “templos laicos”, “santua-
rios del saber” para la empresa civilizatoria, mientras
que el azar, en cambio, representa el “emblema de la
inconstancia y la fragilidad”.
Probablemente Borges, quien décadas más tarde
ocupó el escritorio de Groussac, haya prestado
atención a esta relación trazada por su antecesor.
El misterio azaroso que rige el orden inmanente de
las cosas (y que el intelectual francés consideraba
superior a la lógica de los hombres, ya que permitió
convertir una Lotería en Biblioteca) formaba parte
de la mitología borgeana de la biblioteca infinita
que, como señalara Groussac en el caso de la Biblio-
teca Nacional, era la “primogénita de las creaciones
revolucionarias que todavía subsisten”.
LA BIBLIOTECA
Papeles sueltos N° 9-10 | Edición Bicentenario

Excelentísimo señor: harto desproporcionado con su objeto


Señoras, señores: primitivo, al propio tiempo que
Me cabe el alto honor de entregar al otros le encontraban adecuado para
gobierno de la Nación, para que se hospedar dignamente a la institución
digne declararlo inaugurado y puesto benéfica y civilizadora por excelencia,
al servicio público, el nuevo edificio como que por sí misma constituye un
de la Biblioteca, que, merced a la depósito y compendio de la humana
bien inspirada solicitud de los poderes civilización. Félix culpa! exclama-
constituidos y con aplauso unánime remos con San Agustín, puesto que
de la opinión, ha sido terminado para a este error de concepto debemos el
el noble objeto que su nombre indica, poseer desde luego el molde material
y desde mañana abrirá sus aulas silen- de una verdadera biblioteca, antici-
ciosas, dos veces iluminadas por los pándonos quizás a la generosa inicia-
reflejos del cielo y los del espíritu, a tiva de algún Carnegie argentino,
todos los amigos del saber y clientes del quien, por otra parte, si surge alguna
libro: maestros o estudiantes, profe- vez, podrá encontrar en este mismo
sionales de las ciencias y las letras o espacio disponible para tesoros biblio-
simples aficionados a la lectura prove- gráficos, un campo abierto a su muni-
chosa, sin distinción de edad ni sexo, ficencia. Sea como fuese, resultaba tan
de condición o nacionalidad. evidente la conveniencia de un cambio
Señores: no es un secreto para nadie de destino, que bastó –me cumple
que este templo laico, si tal puede proclamarlo sin ambajes– una respe-
decirse, no se erigió desde un prin- tuosa indicación para que nuestros
cipio bajo la advocación de Minerva, anhelos se convirtiesen en realidad.
la diosa augusta del arte y la sabi- El señor presidente de la República
duría: otro numen pagano, pero que quiso cerciorarse personalmente de
no teme ver con el tiempo su culto lo bien fundado de nuestra instancia:
abandonado y sus aras desiertas, era vino, vio, y quedó convencido. Al
el llamado a presidir los ritos... arit- día siguiente se redactaba el decreto
méticos, que en este propio recinto reparador. Las ciencias y las letras,
debían celebrarse, ante un grupo de parientas pobres entre nosotros de
iniciados por cierto poco parecido al la prensa y la política, habían conse-
selecto concurso que hoy nos favo- guido al fin su asilo propio, en rela-
rece con su presencia. Esos proyectos ción con la dignidad y la cultura del
no habían de realizarse; y sin duda país. Reciban los amigos, presentes o
que revelaríamos escasa filosofía al ausentes, que me acompañaron en la
extrañar que ocurran mudanzas en buena empresa, la expresión pública
sitio dedicado a la Fortuna, emblema de mi agradecimiento.
de toda inconstancia y fragilidad. Por Lo demás vino de suyo. El Honorable
una coincidencia que me abstengo de Congreso proveyó a la instalación
llamar providencial, pero en la cual cómoda y decente que la higiene y
me place ver un efecto de esa lógica el gusto moderno exigen para estos
inmanente de las cosas, muy superior establecimientos, que es muy sabido
a la lógica de los hombres, acaeció emulan en otras partes el lujo de los
que, a punto de terminarse el edificio, palacios regios, cuando no son estos
pareciera a muchos observadores mismos los que el pueblo ha convertido

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

en santuarios del saber. Como ya dije, público. Confieso que poco me he


parecía tan indicado el actual destino dedicado al estudio de la excrecencia
del edificio que, bajo la hábil direc- social que siquiera de este sitio ha sido
ción del arquitecto de la obra, se reali- extirpada, y me dicen rescata en gran
zaron en pocos meses las reformas parte lo discutible de sus medios con lo
complementarias de la acomodación. plausible de sus fines; ignoro, pues, si
Imitando el ejemplo de aquellos ella tiene aquí raíces más hondas que en
prelados de la reconquista española otros países en formación, donde la vida
que, apenas recuperada Toledo o fácil y la fortuna instable son el primer
Córdoba, convertían en catedrales cris- obstáculo para el ahorro. Llegado el
tianas las mezquitas árabes, con sólo caso de tratar este tema, creo que lo
transformar los emblemas del culto, haría, valiéndome de mi situación
también nosotros, después de nuestra neutral, sin exageraciones puritanas o
pequeña victoria sobre la media luna, farisaicas. Si todo juego interesado es
no destruimos nada para aprovecharlo un mal, siquiera económico, no parece
todo. Acá y allá, modificamos algunos dudoso que la forma aquí aludida sea la
muebles o aparatos de uso para noso- más benigna de todas. El peligro mayor
tros desconocido y que no parecían del juego consiste en la fascinación que
destinados al estudio; desnaturali- la lucha personal ejerce y pronto salva
zamos, si vale la expresión administra- todo límite; su verdadera inmoralidad
tiva, ciertos atributos especiales –desde se funda en el placer propio extraído del
luego, unas a modo de ruedas o esferas, dolor ajeno –y es con razón que cada
que a mi ver no simbolizaban con lance suele llamarse un “golpe”. Me
acierto la astronomía o la navegación, cuesta confesar que ambos elementos
y que hallaréis substituidas, en la sala perniciosos faltan casi por completo
vecina, por globos celestes o geográ- (amén de todo fraude posible) en
ficos de construcción más correcta. nuestro virus atenuado: por una parte,
Ello es todo o poco menos, dejando en el jugador no tiene adversario; por la
sombra discreta algunos otros arreglos otra, una administración prudente
de pormenor. En todo caso, creo que gradúa y espacia las raciones, sabiendo
bastaría el esplendor severo y abstracto que una indigestión posible perjudicaría
de los estantes cargados de libros por igual a la nodriza y a la criatura.
para caracterizar cumplidamente la Además, quedaría por averiguar, dada
mansión del espíritu, borrando de nuestra índole pecaminosa, si este vicio
sus honradas paredes todo vestigio externo, que deja intacta a la persona,
profano o recuerdo importuno. no es el derivativo de otros más funestos:
Por lo demás, señores, en el cambio de v. gr. el alcoholismo, que anula al indi-
afectación de una propiedad nacional viduo, y cuya ausencia casi completa en
todavía inocupada, no cabe asomo de nuestra clase obrera forma el accidente
desaire para unos ni de éxito personal más notable de la demografía argentina.
para otros, estando muy a la vista que Sin duda, más valdría ser económico a
la superior resolución sólo ha consul- par que sobrio; pero sí alguno de nues-
tado el bien común. Si alguna moraleja tros sagaces “estadígrafos” me demos-
se extrajera de este episodio adminis- trase que el artesano argentino arrebata
trativo, no podría sino redundar por a la taberna las monedas que deja caer
entero en alabanza del recto sentido en el cepillo de la agencia, creo que me

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faltaría convicción para condenarlo. En saber, base de toda prosperidad mate-


suma, seamos tolerantes con la flaqueza rial y orgullo legítimo de las naciones
humana, diciéndonos que la ilusión fuertes. Semejante a esas eflorescencias
aleatoria es a su modo una poesía, y del suelo, que revelan la riqueza oculta
que la rápida esperanza que consuela en las capas profundas, lo que en esta
un instante de la realidad, representa la ocasión se remontaba a la superficie
pizca de ensueño con que ha menester social era el substratum honrado y sano
sazonarse la existencia más prosaica. del alma argentina, que, desmintiendo
Llamémosla, si queréis, una morfina felizmente pronósticos sombríos,
del alma, pero sin olvidar que el hada permanece aun intacto por bajo de
adormecedora del dolor físico se torna los contagios mórbidos que atacan su
inofensiva cuando es absorbida en dosis epidermis. Este fondo nacional, que se
limitada e intermitente. conmueve por lo bueno y lo justo, ya se
Ya veis, señores, cómo he expuesto trate de amparar una institución bené-
las circunstancias atenuantes con una fica o de mantener incólume la herencia
condescendencia que tal vez escanda- de los antepasados, es el recurso del
lice a los moralistas, muy poco amigos presente y la reserva del porvenir.
de ironías y juegos dialécticos. Pero Allí se guarda intangible, aunque por
me ha parecido que bien debíamos momentos se creyere desvirtuado por
esta despedida cortés a nuestros solí- la indolencia o roído por el escep-
citos aposentadores. Sienta, por otra ticismo, el depósito sagrado de las
parte, gastar con otros la indulgencia glorias y tradiciones patrias; y de allí
que no se necesita para sí. He encon- saldría, preparando sorpresas a los que
trado, pues, cierto buen gusto en que suenan tempranas decadencias, el sacu-
la Biblioteca no extremase la severidad dimiento eléctrico que, en el minuto
con la Lotería, tanto más cuanto que la supremo, yergue como un solo hombre
tolerancia privada pone aquí de relieve a todo un pueblo ofendido. Todos lo
el rigor ejemplar de la opinión pública. hemos sentido en estos días, el estre-
Sean cuales fueren los desfallecimientos mecimiento presagioso: hasta nosotros,
individuales, existe una razón colec- los extranjeros, que, como dice Byron,
tiva que a éstos se sobrepone para aunque viviendo entre vosotros sin ser
formular su juicio imperturbable. Y era del todo vuestros –among them, but
en verdad una sentencia, el invencible not of them– participamos de vuestras
desvío con que este pueblo miró alzarse alegrías como de vuestras inquietudes,
lo que dio en apellidar “el palacio del y aun quizá más que otros los que,
juego”, y que halló después su expre- para quitarles toda insulsez, solemos
sión libertadora en el aplauso con que dar a nuestras simpatías la forma poco
saludó espontáneamente el cambio de grata de la crítica. Y yo, viejo estudiante
destino: sentencia dos veces significa- pasivo, aunque me atengo al cumpli-
tiva, por ser, probablemente, los que la miento diario del deber, y atribuyo
pronunciaban fautores como hombres mayor virtud al régimen continuo
del expediente transitorio que como que al arranque excepcional, me he
ciudadanos no querían ver conver- acordado en estos días de aquel arco
tido en institución, y no figurar quizá de Ulises que se nos muestra en la
entre nuestros clientes asiduos los que Odisea, polvoriento y flojo, relegado
así profesaban el respeto instintivo del en el gineceo de Penélope, hasta que le

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tiende al fin en un solo brazo el héroe No necesito recordaros que la


resurgido, fijando en sus extremos la Biblioteca pública es la primogénita de
cuerda vibrante –el nervio, dice el texto las creaciones revolucionarias todavía
homérico– que convierte el leño inerte subsistentes, siendo así que la Gazeta,
en arma formidable contra los ultraja- también del año 10, distaba mucho
dores de su honra y de su hogar. Argen- de ser el primer periódico publicado
tinos: el despertar es bueno, pero mejor en Buenos Aires –fuera de que el
aún el no dormirse cuando la hora es periódico, en el mejor de los casos,
de vigilia, para tener siempre expedito y no es más que la acuñación diaria y
vibrante el nervio del arco vengador... harto aleada del puro metal biblio-
Señores: parece que no debiera tener gráfico. Ostenta así la venerable insti-
otro objeto este discurso que resumir tución los dos rasgos propios de toda
la historia de la secular institución cuya nobleza legítima, esto es: el lustre y la
segunda etapa inauguramos, dejando antigüedad. En las páginas que tenéis
que os hablara otra voz, más autorizada a la vista, refiero las circunstancias
e imparcial que la mía, de su desarrollo memorables, por cierto más críticas y
y estado presente, ya que al obrero no solemnes que las presentes, en que ella
le incumbe disertar sobre la obra. Pero, fue fundada por súbita iluminación
ha sido ya escrita esa reseña de la biblio- del genio impulsivo que personifica el
teca por la biografía de los biblioteca- pensamiento y la acción de la primera
rios: es precisamente el folleto que me Junta emancipadora. En el nuevo
he permitido ofreceros, como prenda salón de lectura, que luego visitaréis, se
de bienvenida –y compruebo que mi inaugura también en este día el busto
regalo modesto no ha sido del todo de mármol del fundador, esculpido
inoportuno, viendo cómo algunos de por un artista argentino que nos da
mis ingeniosos oyentes lo están esgri- el ejemplo saludable de una vocación
miendo a guisa de abanico–. Si bien esta tenazmente seguida contra las suges-
circunstancia aligera mi programa, que tiones emolientes del medio social y
queda limitado a daros una idea de la la fortuna: obra intencionada y, en mi
función social de la biblioteca, y algo más sentir, singularmente feliz, que amal-
proporcionado por tanto a la medida de gama por vez primera la doble exigencia
mis fuerzas, temo, no obstante, que así realista e interpretativa, dejando que
reducido supere aún mis pobres recursos se transparente, bajo la blandura más
oratorios, pues quiere hoy la ley de los o menos auténtica de los contornos
contrastes que haya de perorar ante físicos tradicionales, el alma tormen-
vosotros, tan brillantemente dotados en tosa y febril del gran patricio.
general con el don de la palabra, quien Aquel ilustre Mariano Moreno, pues,
no debe a la naturaleza sino el don del cuyo nombre y recuerdo llenan con
silencio. Os pido, pues, de todas veras, justicia este recinto, tiene la gloria de
que me favorezcáis con vuestra gene- haber plantado en esta tierra el primer
rosa distracción, fingiendo interesaros, jalón definitivo de la vía futura; y así
mientras hablo, en las páginas o las por su aspereza dominadora como por
vistas del socorrido folleto, y aceptando la eficacia de su violencia benéfica, su
el subterfugio inocente de que me he figura evoca la más reciente de otro
valido para salir del duro paso y captar rudo plasmador de muchedumbres
vuestra benevolencia. que logró completar la órbita de su

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destino, a diferencia del malogrado absoluta. Puede lo complejo de un


precursor que vio la suya interrum- organismo nacional, aun embrio-
pida en su comienzo, y sólo tuvo una nario, y el concurso inevitable de pare-
hora para improvisar a la civilización cidos colaboradores, establecer cierta
amenazada un refugio precario. Ambos analogía aparente entre la múltiple
se asemejan por esta suerte de presbicia tarea gubernativa de un verdadero esta-
intelectual que ofusca la visión de los dista, como Rivadavia o Avellaneda, y
objetos cercanos, logrando en cambio la de los grandes instintivos que vengo
penetrar con maravillosa perspicacia en evocando; en realidad la diferencia es
el misterio de las lejanas perspectivas. profunda e irreducible: sólo aquéllos
Ni uno ni otro se fijaban en lo inapli- administran con mano propia y vigi-
cable de su obra a la hora presente, lancia incansable, en tanto que los
mucho menos en la escasa adecuación otros, sonámbulos sublimes, ajenos de
de sus detalles al grupo social rudimen- las mismas providencias que a diario
tario: bastábales la convicción instin- subscriben, concentran su acción
tiva de su eficacia absoluta en lo futuro personal en el impulso de la masa
para convertir a ella el esfuerzo colosal popular, por entre obstáculos y acaso
de su energía, abriendo en la arena o la despeñaderos, hacia el rumbo fijo que
roca el hondo surco que, aun repleto fascina su mirada. Mientras el saber,
de semilla, no podía por entonces ser la prudencia, el talento, dispersan en
fecundo, pero que algún día, según su todas direcciones su generoso afán,
oscuro e infalible presentimiento, había el genio despótico hace suyo el lema
de brotar mieses copiosas. Así, Moreno eterno de los precursores y no admite
y Sarmiento gastaron, en su concepto otro: porro unum est necessarium, sólo
abrupto y total, la misma desmesura, una cosa es necesaria.
que implica el desdén del éxito inme- Puede afirmarse, en verdad, que
diato –y todo ello se explica con decir Moreno y Sarmiento –el uno, en su
que tenían genio–. El genio es extraor- escape meteórico de seis meses, el otro,
dinario, así por su esencia como por su en su atlética lucha de cincuenta años–
manifestación imprevista y fenomenal: sólo sufrieron la “obsesión” tenaz de
por eso la sabia naturaleza no prodiga una sola y misma idea: la de civilizar
esos monstruos por exceso, a quienes a su pueblo; y esto, más que por la
no podrían las naciones acompañar en incorporación en bloque de industrias
su carrera frenética, limitándose a susci- y brazos europeos, que fue la panacea
tarlos como guías providenciales en las de otros, por la cultura y el desarrollo
encrucijadas tenebrosas de su historia. de los elementos nativos. Con medio
Otro carácter del genio, correlativo siglo de intervalo, el problema vital se
de su violencia elemental, es la senci- formuló, para uno y otro, igualmente
llez de los medios con que persigue la imperioso si no igualmente insoluble.
realización de un solo fin. En tanto ¿Cómo fundar democracias sudameri-
que nosotros, gente mediana y preca- canas, vale decir, organismos políticos
vida, perdemos tiempo en calcular de gobernantes y gobernados cons-
detalles y distinguir matices, aquellos cientes de sus derechos y respetuosos
desbastadores robustos prodigan el de sus deberes, con muchedumbres
mismo gesto, infatigablemente repe- campestres, seminómades y fluctuantes
tido, con la monotonía de toda fuerza en el desierto apenas salpicado de aldeas

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Paul Groussac en el discurso de inauguración

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pobres, incomunicadas, desarticuladas, de Moreno– se detenía poco a poco el


y cuya casta dirigente era en su mayoría movimiento inicial durante los años
un producto híbrido del indigenado de agitación y anarquía; un marcado
servil y la conquista colonial? La inme- repunte progresivo señala, natural-
diata solución por ellos discurrida mente, la influencia de Rivadavia, para
tenía que ser al pronto utópica, pero luego interrumpirse bajo la dictadura
siquiera el instinto genial apuntó a la y sólo reanimarse un tanto, aunque
única utopía que entrañaba una virtud todavía sin gran impulso, con los
soberana e incorruptible para lo futuro. albores del régimen constitucional.
Moreno y Sarmiento acudieron al libro Parece que debiera el resurgimiento
luminoso y emancipador –liber liberat– político coincidir con un progreso
y, si bien con ardor prematuro para su paralelo de la Biblioteca; pero la misma
tiempo el primero, y con profusión dualidad orgánica de que era presa
para todo tiempo excesiva el segundo, Buenos Aires se transmitía a esta insti-
almacenaron en la biblioteca y la tución, entorpeciendo su crecimiento
escuela la semilla evangélica, para que nacional por destino manifiesto, se
de allí se derramase por campos y here- mantenía aún propiedad provincial;
dades ¡tan poco preparados a recibirla! y el empuje civilizador de Sarmiento
Aunque pródiga e inconsulta, bendi- podíase sentir en todas partes, menos
gamos, con todo, aquella cruzada civi- en la creación predilecta de Moreno.
lizadora de Sarmiento, que se extendió El año 80 hizo cesar esta situación
a los confines del territorio y dio frutos equívoca, al par que otras muchas; y la
parciales que el tiempo propaga más y Biblioteca nacional, si bien condenada
más. En cuanto a la obra de Moreno, todavía por muchos años a vegetar en
puede decirse que resume y simboliza su casucha primitiva, comenzó a evolu-
el mismo desarrollo, ya desmedrado, cionar siquiera en su estructura biblio-
ya robusto, de la civilización argentina, gráfica, resolviendo durante el último
desde el día en que el antiguo caserón quindenio el problema propiamente
de las Temporalidades recogía las reli- chinesco de triplicar su contenido sin
quias del saber colonial salvadas de la ensanchar su continente.
tormenta revolucionaria, hasta la época Muchas de las personas que me escu-
reciente en que la misma evolución chan han conocido los cuartos estre-
del país convirtió en centro nacional chos y macizos en que se hacinaban,
la institución metropolitana, juntando desde 1810, los elementos antiguos y
indisolublemente, así en lo material nuevos de nuestro caudal bibliográfico.
como en lo histórico, las iniciativas de Los infelices lectores tenían que luchar,
los dos héroes civiles. las más de las horas, con las condi-
La Biblioteca pública de Buenos Aires ciones deplorables del aire y de la luz,
tiene, pues, el privilegio significativo que si escaseaba cuando era natural, se
de reflejar, en su lento y contrariado volvía, cuando artificial, a la vez escasa
desarrollo de casi un siglo, el éxodo y nociva. Hoy, que estrenamos, lectores
lamentable del mismo pueblo de mayo y empleados, un verdadero palacio,
en su errabunda peregrinación por el puedo afirmar a los que con justicia se
desierto del extravío hasta pisar la tierra quejaban, que el trabajador más asiduo
de promisión. Apenas desaparecido su de la antigua biblioteca era también el
“protector” –que tal era el título oficial peor acomodado en su despacho claus-

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tral, horno en verano, si en invierno digerir) unos 15.000 tomos de regular


ventisquero, pero malsano en toda esta- tamaño (lo que se imprime anualmente
ción. Y con todo, no he podido aban- en Alemania o Francia); empero, no
donarla sin una impresión de tristeza, es menos cierto que una biblioteca
aquella celda oscura, donde entré joven pública del caudal nuestro, sea cual
y de dónde salgo viejo, dejándola como fuere la calidad de sus elementos, repre-
impregnada de mi espíritu: allí he senta un depósito intelectual harto
vivido, estudiado, escrito lo poco que insuficiente para una capital civilizada
de mí quedará. Sin duda, este conjunto de 800.000 habitantes. Una biblioteca
de cien mil volúmenes, explorado en pública, abierta para todas las catego-
gran parte durante el gran espacio de rías sociales, debe tener evidentemente
la vida humana que lamenta Tácito, y un carácter general; ahora bien, según
cuyos sitios particulares hallábamos por la clasificación decimal de Dewey, que
el tiento, representaría un pobre caudal, es una de las menos complejas, nuestro
comparado con algunos tesoros biblio- fondo bibliográfico habría de subdi-
gráficos de Europa y los Estados Unidos; vidirse en cien secciones, cada una de
y, con todo, para quien se atiene a la las cuales, suponiéndolas parejas, sólo
substancia, no a las apariencias de los comprendería mil volúmenes. Es una
productos intelectuales, y sabe que entre ración de hambre que haría sonreír
cien obras de ciencia, historia o filosofía, a cualquier profesional, cuya librería
hay noventa y tantas refundidas en las privada está por cierto mejor provista.
restantes: ¡cuánta riqueza pensante allí Nos encontrarnos en el caso de aque-
encerrada! Y, como en el cuarto de llos aficionados “enciclopédicos”, que
Margarita, ¡cuánta abundancia en esta aparecen formidables en todas mate-
mezquindad! In dieser Armuth welche rias, con excepción de la que se trae a
Fülle! Por mi parte sé decir que, sea examen especial. Y siendo natural que
cual fuere la variedad especulativa a que el investigador repare mucho menos
me condujera mi curiosidad insaciable en lo que la biblioteca tiene que en lo
de ermitaño, casi siempre he hallado que le falta, compréndese cuan desas-
en nuestros estantes lo que buscara, si trosa sea a la larga la impresión general
bien con gran esfuerzo y labor, algunas que tantas deficiencias producen.
veces. Pero comprendo que no ocurra Éstas, felizmente, se atenúan un tanto,
lo propio con ciertas investigaciones merced al enriquecimiento paulatino
especiales, y tampoco puede exigirse de las secciones más urgentes; con todo,
de un transeúnte que conozca como no dejan de ser frecuentísimas, y no es
el habitante los recovecos de la casa. discutible que, a despecho de sus valio-
Confesemos nuestra indigencia –sobre sísimas colecciones periódicas, nuestro
todo ahora, que la vemos en víspera fondo bibliográfico constituye todavía
de aliviarse–: es la verdad que somos un instrumento de trabajo defectuoso
pobrísimos. Seguramente que una e insuficiente. Esto me conduce a
librería particular de estas proporciones examinar brevemente (pues, señores,
parecería excesiva hasta lo ridículo, no estáis aquí únicamente para diver-
siendo así que el lector más voraz, tiros, y con pesar vuestro habréis de
que malgastase en la vana tarea diez sacar alguna utilidad de esta visita a una
horas al día durante cincuenta años, casa de estudio) qué requisitos prin-
sólo alcanzaría a absorber (no digo a cipales ha de cumplir una biblioteca

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pública: en otros términos, cuál debe ha nacido del pueblo y desarrollá-


ser, en los tiempos presentes, la función dose para el pueblo: bajo este aspecto
de tan importante órgano social. suntuario hacemos pobre figura al lado,
El requisito más inmediato, y que apenas verbigracia, de los imperiales escapa-
merece detenernos, es el que el mismo rates brasileños; pero, de diez años a
nombre de la institución indica: una esta parte, hemos formado colecciones
biblioteca nacional debe ser el receptá- de revistas y anales que constituyen
culo de todo lo que se imprima en el un taller intelectual superior, fuera de
país, sin atender al tamaño ni al mérito ciertas especialidades locales, a muchos
de las producciones. Esto se consigue europeos y norteamericanos. En lo
en todas partes, y sólo puede conse- que sí tenemos que confesar una indi-
guirse, por el depósito legal, o sea por gencia doblemente lastimosa, es en la
la obligación de remitir el editor uno o sección de historia americana, cuyo
varios ejemplares de cualquier impreso. enriquecimiento es tanto más laborioso
Confío en que tan vital necesidad será cuanto que muchos de sus elementos
prontamente llenada, merced al exce- no se hallan en el comercio de librería:
lente proyecto que el señor ministro de sólo podemos buscar el remedio o el
Instrucción Pública tiene presentado a paliativo de este mal en la adquisición
la sanción legislativa. Fuera de no ser de colecciones particulares, que ya
justo que el Estado adquiera por vía de comienza a realizarse por la munifi-
compra la obra que se acoge a la protec- cencia del Honorable Congreso.
ción de la ley, esta adquisición no puede Empero, el ideal más alto de una biblio-
realizarse con regularidad y prontitud teca nacional consiste en ser, aun antes
para los mismos impresos de la capital que un depósito de impresos caseros y
¡cuánto menos para los del interior de la un instrumento de labor práctica, un
República! Es, pues, medida racional y templo del espíritu, un lugar de medi-
ajustada al común beneficio la que por tación y estudio, una fuente de cultura
tantos años he reclamado y espero ver desinteresada: desempeña, en una
realizada el año próximo. palabra, una misión inspiradora y repre-
Otro objeto no menos obvio de la sentativa, con prescindencia –por más
institución es el de suministrar a profe- que lo contrario sea deseable– del corto
sionales y estudiantes las obras de número de lectores que por esta causa
consulta, así de ciencias y derecho como concurran. Por cierto que la cantidad es
de historia y letras, que sus trabajos un factor apreciable, pero la calidad es
requieren, y entre éstas, precisamente, lo que suministra el indicio importante;
las más valiosas y poco accesibles a y la calidad del lector se induce, no de
los particulares, como son las grandes su traje ni de su condición social, sino
colecciones clásicas y periódicas. Á este de las obras que estudia. Durante mis
respecto, lo repito, nuestra Biblioteca estaciones en las dos grandes biblio-
Nacional ocupa el primer puesto en tecas de los Estados Unidos, que son
la América latina. Poseemos en verdad o eran entonces casi equivalentes por
pocos tesoros bibliográficos: manus- su caudal numérico (600.000 tomos
critos antiguos o incunables de gran en Washington, 560.000 en Boston),
precio y rareza (si bien algunos valio- preocupábame, acaso más que los libros
sísimos), como que nuestra institución, consultados, el funcionamiento de aque-
democrática por su origen y destino, llos organismos bibliográficos: los tengo

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descriptos en mi libro de viaje. Dicho zación actual, en cualquier punto de


está que el grupo de lectores era mayor su evolución, es la suma de las civiliza-
en Boston que en la capital federal; ciones antecedentes. Ahora bien: entre
pero más significativa aún la compo- todos los monumentos de otras edades,
sición general de los estantes: mientras el más irrecusable y significativo es
que en ésta las estadísticas ostentaban precisamente el que, merced al invento
mayorías enormes de consultas oficiales de Gutenberg, se renueva y multiplica
y periodísticas, en el Massachusets imponderablemente, al modo de aque-
predominaba el vegetalismo novelesco llos cinco panes milagrosos de Betsaida,
y pedagógico. Cierto es que ni en una que alimentaron a una muchedumbre
ni en otra parte se gastaban mucho y sobraron tan enteros como antes.
las obras de ciencia pura, de filosofía En pocos siglos más se habrán pulveri-
o literatura clásica, fuera de la inglesa. zado –etiam periere ruinae– los últimos
Pero estaban en Boston casi todas las escombros griegos y romanos; de los
que faltaban en Washington, y ello admirables cuadros del Renacimiento
caracteriza las dos poblaciones. Puede, solo quedarán copias imperfectas,
pues, que la concurrencia popular no se reduciéndose los irreemplazables origi-
alimente con la médula de león de la nales a unas cuantas escamas grietadas
ciencia y el arte, pero el hecho de existir y negruzcas sobre una trama roída
en los armarios las obras maestras, es un por la vetustez: todas las obras mate-
primer factor de civilización que indica riales de los hombres nacen efímeras
la presencia de un grupo capaz de apre- y prometidas a la invencible destruc-
ciarlas, y muestra que tarde o temprano ción –al polvo originario de donde
germinará la semilla allí depositada. surgieron un instante bajo el soplo del
Un austero pensador, que no tenía el genio–. Sólo el libro es inmortal, así
don del estilo ni de las fórmulas lapida- en la integridad de su letra como en la
rias, ha emitido la siguiente, que es bella esencia de su espíritu, y de ahí que sea
al par que profunda: “la humanidad se el documento por excelencia, esto es,
compone de los muertos, más que de la cosa que enseña: documenta exempla
los vivos”. La gran palabra de Augusto docendi, como dice el viejo Varrón. Él
Comte contiene la más alta definición nos presenta el sedimento treinta veces
de una biblioteca. A manera de esas secular de la civilización humana en
fórmulas algebraicas, que el autor mane- su forma más íntima e irrefragable:
jaba con más agilidad que las sutilezas el testimonio auténtico de lo que
de la forma literaria, y que condensan creyeron, sintieron, obraron nuestros
en sus términos abstractos el desarrollo antepasados; sus dolorosos esfuerzos
virtual de una curva infinita, la propo- progresivos para dominar y conquistar
sición del padre del positivismo, tan las fuerzas misteriosas de la naturaleza;
vasta en su concisión, significa que las su concepto del universo, que sale de
generaciones presentes, sea cual fuere la interpretación cercana e imaginativa
su modo de existencia, se alimentan común a todas las cosmogonías, para
intelectualmente con la substancia, el rematar provisionalmente, al través de
verbo y el espíritu de las generaciones mil tropiezos y caídas, en la hipótesis
pasadas, los cuales se transmiten, más o total de un Kant o un Laplace, cuando
menos íntegros y eficaces, en los monu- no en el frío agnosticismo que cierra
mentos que nos han legado. La civili- los ojos para suprimir el enigma, no

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contentándose con levantar una punta más “prácticos” que los millonarios
del velo de la Isis eterna que ningún ojo de Chicago o Nueva York, opinar que
mortal contemplara desnuda. aquellas especulaciones teóricas de la
Un doble sentimiento se apodera mente son mucho menos actuales que
insensiblemente del que, como yo, las suyas, teniendo sólo las bibliotecas y
por oficio e inclinación, no se cansa de museos una vaga influencia ilustrativa y
recorrer estas galerías donde se estre- platónica; –algo así como el resplandor
chan en hileras, como en los colum- reflejado de la luna o el propio pero
barios de las antiguas necrópolis, los lejano de las estrellas, que brillan en
trofeos y despojos del humano espí- la noche sin convertirse en fuentes de
ritu. Por una parte se medita, como el energía y calor. Esta función, desde
viejo Fausto en su laboratorio, sobre luego, no sería desestimable, y la vibra-
lo inane de tanto esfuerzo malogrado: ción luminosa que hace soñar al poeta y
ciencias balbucientes, filosofías caducas meditar al filósofo, tiene aplicación tan
y subtituídas, legislaciones derogadas, práctica como la de fijar jalones infali-
historias conjeturales o deformadas por bles en las rutas del océano. Pero aquí es
la pasión –irisadas burbujas de jabón el lugar de desvanecer completamente
que reflejaron un instante la ilusión de una preocupación funesta, que procede
la mente. Pero muy luego reacciona el de una vista estrecha de las cosas y de su
Fausto adorador de la belleza antigua, interpretación errónea. El espectáculo
para proclamar la relativa eternidad del mundo enseña elocuentemente, a
del genio. Sí, en la ciencia como en el los que tienen ojos para ver, que una
arte, la suprema grandeza es inmortal. misma constelación de naciones es la
Nada puede nacer sobre la tierra, en las que derrama sobre las otras la luz y el
condiciones en que por ahora conce- calor: la que alimenta con igual tesón
bimos la civilización, que reemplace sus focos de ciencia y sus fuentes de
y anule las concepciones sublimes de energía, como que una y otra son de
Homero o Aristóteles, de Dante o naturaleza idéntica. Las naciones que
Galileo, de Pascal o Shaskespeare. Y no saben son las que producen: las que
se crea que aquellos colosos signifiquen tienen artistas originales, filósofos
meras personificaciones de la belleza profundos, literatos de biblioteca y
científica o literaria: son en toda verdad sabios de laboratorio, son también las
sus representantes actuales e inamovi- que inundan los mercados del universo
bles –y cualquiera biblioteca, que en con sus artefactos, sin que formen
un rincón del mundo antiguo o nuevo excepción a la regla los Estados Unidos
se edifique, no sólo ostentará, como de Longfellow y Emerson, de Edison
la nuestra, sus nombres o sus efigies y Motley. Y la razón es obvia, señores,
simbólicas, sino que colocará en el sitio –tan evidente que no merece discu-
de honor de sus armarios, sus obras cien tirse. Todo progreso material arranca
veces reproducidas y sin tregua consul- del espíritu: la industria, la agricultura,
tadas por millones de admiradores. el comercio, la navegación –la misma
Con todo, y sin desconocer la obligación guerra– son ciencia pura, pues, como
moral, para cualquier nación civilizada, lo ha demostrado admirablemente
de mantener encendido el culto del Pasteur, no hay ciencias aplicadas sino
espíritu puro, podrían algunos soció- aplicaciones diversas de la ciencia. La
logos de nuevo cuño, en esto mucho momentánea superioridad económica

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o militar de un pueblo moderno, entre de 800.000 habitantes, que no siem-


los tres o cuatro que ahora se disputan bran ni esquilan, revela la anomalía
la hegemonía, depende de un invento de nuestra estructura presente. No ya
feliz, es decir del cálculo de un sabio como una conveniencia discutible,
que, desde su cuarto de estudio, trans- sino como una necesidad imperiosa y
forma la producción, los transportes, el urgente, debemos acometer la elabo-
armamento, mueve brazos y capitales, ración industrial, que triplica el valor
ejércitos de trabajadores o de soldados, de la materia prima, al modo que los
esparciendo el bienestar o la ruina entre pisos sobrepuestos multiplican el valor
millones de familias. Ahora bien: tales del terreno edificado. Pero el trabajo
descubrimientos no son fortuitos, sino nacional, para no tornarse precario y
en cuanto al momento y a la persona; gravoso a la nación misma, tiene que
por lo demás, salvo excepciones, sólo se desarrollarse en condición de sostener
producen allí donde los persiguen infa- la lucha con las industrias congéneres
tigablemente legiones de investigadores, de! mundo. Es posible que por ahora
como que son la consecuencia lógica de convenga proteger algunas manufac-
mil esfuerzos colectivos y concurrentes. turas lánguidas, aunque viables; pero
Y estos hábitos de fuerte disciplina y este fomento artificial sólo debe ser
tensión mental, no menos eficaces en el temporario, –y a este respecto no es
arte que en la ciencia, explican también para nosotros un buen ejemplo el de los
cómo la misma patria de los matemá- Estados Unidos, depósito inagotable
ticos, químicos, naturalistas o filólogos, que todo lo provee con su propia subs-
lo es también de los escritores y artistas, tancia e inmenso mercado de consumo
–al propio modo que una misma virtud para la elaboración doméstica. En el
del suelo fecundo y de la atmósfera terreno económico, es donde se ha
propicia es la que hace brotar las flores realizado la igualdad soñada por los
y las mieses. utopistas; la rapidez de los transportes
En cuanto a estos pueblos nuevos, hasta ha convertido el universo en un sistema
ahora simples consumidores de civiliza- de vasos comunicantes que mantiene
ción, deben apercibirse ya para la lucha en todas partes el mismo nivel. No
con armas iguales. El presente malestar hay sentimiento patriótico que haga
económico, que persistimos en tener comprar al consumidor un producto
por una crisis pasajera, aunque cuente nacional más caro que el similar extran-
varios años y no tenga visos de declinar, jero; y ésta es la hora en que Inglaterra,
importa simplemente el término de madre y madrasta, de naciones, se ve
la infancia y la entrada en el período impotente para luchar, en sus propias
adulto del trabajo y del combate vital. colonias, contra el artículo norteameri-
La venta de los productos naturales, la cano o alemán.
ocupación pastoril del suelo ilimitado, Tenemos, pues, que trabajar como
son condiciones sociológicas primi- todos trabajan, y aceptar, desde luego, la
tivas, que no bastan para el sostén y lucha por la vida en el terreno por otros
desarrollo de una nación moderna, elegido y que no podemos cambiar.
todavía diminuta y pobre, pero que se Ahora bien: declaro que desconocen
ha creado las necesidades y las costum- las condiciones del problema los que
bres de las más ricas. Esta misma mons- piensan que basta adiestrar capataces y
truosidad teratológica de una capital obreros, que apliquen maquinalmente

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los métodos extraños y prolonguen afán material, comprende desde luego


eternamente el actual sistema de impor- la abstinencia del placer y el olvido del
taciones y remedos. El único progreso aplauso frívolo, que la opinión vulgar
eficaz descansa en el perfeccionamiento sólo tributa al que se le parece; quien
de lo que existe, y este perfecciona- se preocupa de lo que pasa no es digno
miento nadie lo realiza tan bien como de lo que dura, y el desdén del éxito es
el que lo ha ideado; brazos y cere- el principio de la sabiduría. No se me
bros son solidarios; los que siembran oculta que tal renunciamiento al reino
son los que cosechan; y no recuerdo de este mundo sería una pésima regla
guerra moderna en que los pueblos que de conducta para la mayoría social,
compran su armamento hayan vencido pero es indispensable en cualquiera
a los que lo fabrican. Si queremos, nación esta minoría que no hila ni
pues, conseguir hombres de campo y de teje y, según la palabra del Evangelio,
taller, buenos soldados para cualquiera es la sal de la tierra. Por otra parte, la
guerra, empecemos por tener hombres senda estrecha es la menos expuesta a la
de laboratorio y biblioteca; formemos obstrucción. Este pequeño núcleo anti-
en estos verdaderos gimnasios intelec- séptico, si toleráis el adjetivo, intentaré
tuales de la edad adulta, por el estudio agruparlo en este mismo sitio, dentro
sincero y el esfuerzo original, al grupo de algunos meses: no espero, ni acaso
dirigente e iniciador, al cuerpo de jefes deseo, que sea numeroso: me bastará
que gana las batallas. que corresponda al racimo de justos de
He concluido, señores; y, al agradeceros los rescates bíblicos. Confío en que algo
la paciencia con que habéis escuchado útil haremos aunando nuestras buenas
esta larga homilía, os pido disculpa voluntades, sobre todo si no me faltan
por su escasa amenidad, que sería de las fuerzas y el agotamiento presente no
veras imperdonable si estuviéramos es definitivo. Soy, como veis, un soñador
inaugurando un gabinete de lectura. incorregible; creo que he salvado para
Espero que será esta casa algo más, siempre el escollo que amenaza al
merced a vuestra influencia poderosa hombre en el umbral de la vejez, y es el
y al concurso indispensable que hasta escepticismo desencantado que impele
ahora no nos ha faltado. Fomentemos a los que vuelven del viaje a contar
el estudio desinteresado, que es una sus decepciones a los que van. Es una
escuela de virtud, como que entraña el debilidad que esteriliza la experiencia.
sacrificio voluntario de muchas satisfac- Sin duda, a nuestra edad, la vida es un
ciones sensuales, y en el esfuerzo soli- vagar por un bosque de otoño: yacen
tario de la mente hay siempre un acto por el suelo los antes verdes y sonoros
de abnegación. Los trabajadores intelec- follajes, y esta alfombra descolorida que
tuales, sea cual fuere el éxito de nuestra hoy pisamos era ayer la bóveda sombría
labor, hacemos voto de pobreza: somos que cobijaba nuestros ensueños. Pero
la tribu de Leví, que sólo vivía del ¿a qué rastrear en la tierra las sendas ya
culto y quedó excluida en el reparto de borradas y llenas de hojas secas? Cami-
Canaán. Suelo decirle a los jóvenes que nemos con los ojos fijos hacia arriba, allá
me consultan acerca de esta vocación donde resplandece ahora más claro, por
franciscana: el programa del hombre entre la red tenue del ramaje desnudo,
que vive para pensar, sobre todo en estas el nítido cielo azul, patria divina de las
sociedades embrionarias y entregadas al almas para el creyente, infinito semi-

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llero de mundos para el incrédulo, pero, ción, como los químicos que todavía
para uno y otro, región inmutable de lo descubren cuerpos nuevos: unos y otros
absoluto que nos incita a meditar sobre edifican ciencia provisional; la definitiva
nuestra mudanza y pequeñez, y, con será la síntesis que reduzca todas las varie-
la contemplación de lo eterno, distrae dades a la unidad. El hombre futuro,
nuestro cuidado de lo efímero. molécula consciente adherida por un
Sometámonos a las leyes naturales, como día a una masa inconsciente, sólo podrá
quiera que no piden nuestra aquies- perpetuarse impersonalmente, incorpo-
cencia para cumplirse. Aceptemos sin rando a la obra perdurable de la civili-
murmurar nuestro destino, aun despo- zación su esfuerzo pasajero y oscuro. A
jado de toda perspectiva de ultratumba este edificio milenario y nunca termi-
–hasta de aquella fata Morgana, de la nado, cada generación agrega su hilera
gloria cuya ilusión sublime consolara de piedras, primorosamente esculpidas
a los genios y los mártires. El antiguo y firmadas algunas, vulgares y anónimas
incentivo de una supervivencia nominal las más, pero unas y otras indistingui-
se torna más y más una quimera; y bles a tal altura para la muchedumbre
nuestras apoteosis de diario, acuñadas que, desde el suelo, discierne apenas las
en plomo que luego se refunde, repre- más cercanas a la base. Bástennos, pues,
sentan el vellón paródico de la inmorta- saber, escultores o canteros, que el sillar
lidad. No se reconstruirá el Panteón de por nosotros allegado al monumento
Agripa. En adelante, la marcha colectiva participa de su relativa eternidad, para
de la humanidad, huérfana de semi- que podamos también decir: non omnis
dioses y héroes, remedará más y más el moriar –y no sea esta esperanza suprema
movimiento solidario de no sé qué trust una suprema ilusión.
monstruoso y absorbedor del accidente Señoras y señores: sed bien venidos
individual. Los filósofos modernos, que en esta casa que con vuestra presencia
miran en la heterogeneidad creciente la se llena hoy de flores y música, y que
misma ley del progreso, se han inmovi- desde mañana será un refugio de
lizado en el punto medio de la evolu- silencio y estudio.

(*) La inauguración de la nueva Biblioteca Nacional se realizó el 27 de diciembre de 1901. Al acto oficial, que
se efectuó en el anfiteatro de conferencias del establecimiento y revistió gran solemnidad, asistieron el señor
Presidente de la República, teniente general don Julio A. Roca, el señor ministro de Instrucción Pública, doctor
don Juan E. Serú, el cuerpo diplomático extranjero, varios miembros del Congreso, altos funcionarios, represen-
tantes de la prensa y numerosas familias especialmente invitadas. El elegante y espacioso local, que reúne todas las
condiciones de higiene y comodidad apetecibles, será objeto de una noticia descriptiva que oportunamente verá la
luz pública; me limito, por ahora, a reproducir el discurso que pronuncié, como director de la Biblioteca, al entre-
garla al Excmo. Gobierno de la Nación. Complemento natural de esta reproducción hubiera sido la de la notable
alocución que, en respuesta a la mía, leyó el señor ministro; y, como yo, sentirán sin duda su ausencia los muchos
oyentes que aplaudieron sus conceptos elevados y elocuentes. Me cumple declarar que, de palabra y por escrito,
he reiterado vanamente mis tentativas para conseguir el manuscrito: todas mis instancias se han estrellado en una
resolución irrevocable. El señor ministro Serú, creo que mal inspirado en este caso por su excesiva modestia, ha
considerado que, de sus acertadas miras y plausibles propósitos acerca de la institución, no debían quedar otros
vestigios que los ecos de su palabra en nuestra memoria. En lo que a mí atañe, séame permitido agregar –ya que
a la hora en que estas líneas se publiquen habrá dejado de ser mi superior jerárquico– que al recuerdo de su alto
concurso quedará unido en mi gratitud el de su aprobación alentadora y constante benevolencia.
Aunque este discurso hallará cabida natural en el tomo de los Anales de la Biblioteca, próximo a salir a luz, me
ha parecido conveniente anticipar su publicación por separado, para satisfacer el deseo de algunas personas que
no asistieron a la inauguración y no reciben los Anales.

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Papeles al día

Cartas, decretos, sentencias, actos administra-


tivos, avisos, artículos periodísticos y reportajes;
todas formas diversas en las que puede conside-
rarse la historia de la Biblioteca Nacional. Entre
esos papeles viejos, seleccionamos algunos que
resultan significativos para aprehender la densidad
de una institución compleja y cargada de sentidos.
Una historización hecha con documentos poco
frecuentes, como si se tratase de imágenes instan-
táneas que sobrevuelan su pasado.
Las proyecciones vibrantes de Moreno, las
resoluciones drásticas de la Primera Junta de
Gobierno, la imaginación borgeana, la ironía de
John William Cooke, la discusión sobre la propia
fundación de la Biblioteca, la toma del edificio
presidido por Groussac por parte de los insur-
gentes radicales, las donaciones, hechas en dinero
o en bibliotecas como la de Manuel Belgrano y
José Luis Chorroarín, forman parte del arcón de
hechos que atesora una institución a la que suele
pensársela tranquila, pero que no fue ajena a la
exaltada historia política argentina.
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Encendido escrito de
Mariano Moreno,
aparecido bajo el título
“Educación” en la
Gazeta de Buenos Ayres
del 13 de septiembre
de 1810. Considerado
el texto fundacional de
la entonces Biblioteca
Pública de Buenos
Aires, hoy Biblioteca
Nacional.

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Gazeta de Buenos Ayres,


13 de septiembre de 1810

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Gazeta de Buenos Ayres,


13 de septiembre de 1810

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Reproducción del
bando de la Primera
Junta a través del cual
se ordena el embargo
de los libros del obispo
Orellana, cómplice de
los conspiradores de
Córdoba. Estos libros
constituyeron uno de
los primeros fondos
bibliográficos de la
Biblioteca Pública de
Buenos Aires.

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Respondiendo al llamado patriótico de Mariano


Moreno, la ciudadanía realizó importantes
donativos de dinero y libros. Se destacan
especialmente la donación del Dr. Manuel
Belgrano, poseedor de una exquisita biblioteca, y la
del canónigo José Luis Chorroarín, posteriormente
director de la Biblioteca Pública de Buenos Aires.

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Respondiendo al llamado patriótico de Mariano


Moreno, la ciudadanía realizó importantes
donativos de dinero y libros. Se destacan
especialmente la donación del Dr. Manuel
Belgrano, poseedor de una exquisita biblioteca, y la
del canónigo José Luis Chorroarín, posteriormente
Director de la Biblioteca Pública de Buenos Aires.

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Documento de
gobierno del 11
de marzo de 1812
ordenando la
participación de la
banda del regimiento
de granaderos en el
acto de apertura de
la Biblioteca Pública
de Buenos Aires. Casi
un siglo después,
la inauguración del
edificio de la calle
México también sería
celebrada con música.

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Nota de El Censor
dando cuenta de la
inauguración de la
Biblioteca Pública de
Buenos Aires, el 12 de
marzo de 1812.
Debajo puede leerse
el curioso aviso de la
venta de un esclavo.

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Artículos del diario La Nación que dan noticia de


la toma –durante escasas horas– de la Biblioteca
Nacional por parte de la insurgencia yrigoyenista, el
5 de febrero de 1905.

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Boletín Oficial, junio de 1955. Decreto designando


a Jorge Luis Borges director de la Biblioteca
Nacional. Honrando su compromiso político con la
Revolución Libertadora, Borges daba comienzo a su
mítica relación con la Biblioteca.

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Declaración de intenciones con la que Borges


da inicio a una nueva época de la revista La
Biblioteca, fundada por Paul Groussac. Reeditar
esta publicación era para él un paso decisivo para la
revitalización cultural de la Institución.

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Entrevista publicada
el 3 de noviembre
de 1955 en la
revista Propósitos
al recientemente
designado director
Jorge Luis Borges.
En ella explicita el
proyecto para la
Biblioteca que propone
su gestión.

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Editorial de la revista
De Frente del 21 de
marzo de 1955, donde
el ex diputado John
William Cooke expone
el mal funcionamiento
de la Biblioteca
Nacional, a cargo,
en aquel entonces,
de Gustavo Martínez
Zuviría (Hugo Wast).

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Papeles sueltos

El artículo de Oromí publicado en El Hogar da


noticia de un debate no menor que ocupó a esta
Biblioteca a mediados del siglo XX. Negar la
acción fundante de Mariano Moreno y adjudicar
esa virtud al clero, a través de la figura de José Luis
Chorroarín, fue la premisa para el entonces director,
Gustavo Martínez Zuviría.

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Nunca sabremos del todo el
alcance de la idea de inves-
tigación. Ella sugiere estilos,
preocupaciones, abriga las
esperanzas de dar con lo
desconocido. Debe lidiar con
las formas establecidas y los
lenguajes heredados. La utopía
Investigaciones del investigador arropa el deseo
íntimo de producir un nuevo
en la BN conocimiento sobre aquello que
se encuentra disperso o insos-
pechado de utilidad. Y para
ello se sirve de los recursos y los
procedimientos más variados.
Recorre el trabajo de los que
lo antecedieron en la tarea,
indaga los documentos y las pistas que a simple vista no se manifiestan
como obvios. La sospecha y la curiosidad animan la labor de quien
se siente desafiado por nuevas evidencias. ¿Pero quién es el sujeto de
la investigación? ¿A qué dominios pertenece este arte, tan añejo como
imprescindible? Investiga el académico, pero también el pensador. Y
sin embargo, esta práctica los excede. Sería absurdo suponer que una
vocación tan infinita, inagotable en sus preocupaciones, pueda segmen-
tarse a tal punto de corresponderse exclusivamente con especializaciones
profesionales. Cada investigador inventa su propio método. Aun cuando
lo disimule en las convenciones pautadas, y cada vez más rígidas, del
formato estandarizado para ser admitido como tal.
En las siguientes páginas, el lector podrá encontrar un conjunto de inves-
tigaciones que, en un primer vistazo, no encuentran una coherencia
interna inmediata. Varían en los temas, en el tipo de información que
manejan, en las fuentes documentales a las que acuden y en los modos
de expresar sus resultados. Sin embargo, ellas comparten una condición
común: se trata de indagaciones hechas en la Biblioteca Nacional, por
sus trabajadores y por quienes participan de sus movimientos cotidianos
a partir de sus programas de becas. La vida de una institución se juega
en su capacidad de reabrirse una y otra vez a la aventura del conoci-
miento. Y, en el caso de la Biblioteca, conocer significa conocerse a sí
misma, tal y como nos legó la filosofía griega.
Elsa Barber reconstruye la deriva de las publicaciones periódicas de las
comunidades migrantes en el país, constituyendo una valiosa fuente
de datos que permite recomponer títulos, existencias y bibliotecas
públicas o centros de documentación que los atesoran. En conjunto
se traza una red de información fundamental para la investigación
histórica y genealógica.
Elvira Arcella, Mabel Bizzotto e Ignacio Zeballos, trabajadores de la
sección de los procesos técnicos de la Biblioteca, se plantean explorar la
historia de la institución a través de sus innovaciones en el campo de la
bibliotecología, en cuanto a las formas de organización y catalogación de
los materiales que resguarda.
Vera de la Fuente examina el archivo de Dardo Cúneo. Poeta deli-
cado y sagaz cronista periodístico, Cúneo organizó un riguroso archivo
personal que fue donado a la Biblioteca Nacional. El estudio de esos
papeles nos conduce a una reflexión sobre la labor archivística y sobre los
dilemas que enfrenta a la hora de pensar la relación de esos fondos con
la biografía de quienes se ocuparon de su acopio.
Ana Guerra nos introduce en el mundo de Pastor Servando Obligado a
partir de la revisión de papeles de los más variados: documentos, corres-
pondencias, imágenes fotográficas. Cada una de estas fojas nos da cuenta
de las alternativas en las que se debate una vida, y a partir de ella, el
clima político y cultural en la que se hallaba inscripta.
Alicia Rubio se propone recuperar la experiencia de un personaje poco
frecuentado: Francisco Felipe Fernández, que a partir de numerosas
piezas teatrales denunciaba las fuerzas morales decadentes que, según
su parecer, emanaban de la naciente metrópoli porteña. Una ciudad
que se erigía de espaldas a los gauchos e indígenas, y que reclamaba una
redención de las muchedumbres subalternas sometidas a un nuevo tipo
de subordinación de características diferentes al dominio colonial.
Mario Tesler emprende una singular tarea: rehacer la historia de
la Biblioteca Pública de Buenos Aires, luego Biblioteca Nacional,
desde el reverso de la identidad de sus máximas autoridades.
Sea cuando éstas ocultaban sus nombres, o cuando utilizaban
seudónimos para encubrirlas.
Rosana Sagré recompone los festejos del Centenario a partir de los
monumentos que se erigieron para las celebraciones. La legislación
parlamentaria que los proponía, las erogaciones presupuestarias, los
escultores contratados y los lugares de emplazamiento forman parte de
las actividades que volvían posible la existencia de las figuras que se
pensaban emblemáticas de la nación.
430

Recursos de información sobre


genealogía e historias locales en Argentina
Por Elsa Barber *

La vitalidad de Argentina puede atribuirse, en gran


medida, a su composición migrante. Se sabe: quien
migra lleva consigo sus propias costumbres, pero
también sus deseos y su permanente búsqueda de
libertad. Así se producen estos movimientos pobla-
cionales, y se dan en ciertas condiciones históricas
que convierten a un territorio en un lugar atra-
yente para aquella energía emprendedora. Sea por
sus condiciones legales, económicas o políticas,
Argentina lo fue entre mediados del siglo XIX y
comienzos del XX, cuando los climas beligerantes
se apoderaron de Europa; más recientemente, el
país se vio modificado por la presencia de inmi-
grantes provenientes de los países limítrofes.
Aquel que se desplaza –trashumantes les decían
a los que iban tras las mejores tierras– debe rein-
ventar su vida en cada punto de arribo. Allí, en
ese espacio, se produce la tensión entre la adap-
tación y la resistencia a la pérdida de sus costum-
bres. Y Argentina es la resultante de aquellas
mezclas, enriquecida por el modo en que las
comunidades que se afincaban, y aún lo hacen, en
el país conservan sus tradiciones y las derraman
sobre el conjunto ofreciéndolas como un don. Y
lo hacen a través de periódicos que las congregan.
En este trabajo, Elsa Barber, reconstruye la infor-
mación sobre las distintas colecciones y títulos
que conforman una red de bibliotecas públicas
oficiales, centros de documentación, centros
comunitarios y sitios web, aportando un nece-
sario recurso para la investigación genealógica.
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Introducción que pueden aplicarse, en general, al


proceso inmigratorio europeo hacia
En Argentina, el fenómeno de la inmi- Argentina. La autora reconoce una
gración europea y asiática se incre- etapa temprana que transcurre entre
mentó alrededor de 1857 y constituyó 1835 y 1853; otra post-constitucional,
un aspecto central en la historia del país desde 1853 hasta 1877, en la que al
hasta 1920. Dentro de este período, aprobarse la Constitución Nacional
Argentina fue el destino preferido de que alentaba la inmigración, ésta
la inmigración europeo-asiática, sólo comenzó a afluir desde Europa; una
superada por Estados Unidos. De tercera, posterior a la aprobación de
los 5.481.276 inmigrantes que arri- la Ley de Inmigración, que abarca
baron en esos años, 2.341.126 fueron los años 1877 a 1914. Finalmente, la
italianos y 1.602.752, españoles; Guerra Civil Española y la Segunda
seguidos, en orden decreciente, por Guerra Mundial, dentro del período
franceses, judíos, austro-húngaros, 1936-1945 originan, nuevamente, un
alemanes, árabes, suizos, portugueses, importante flujo inmigratorio.
belgas y holandeses, de acuerdo con los Sobre la base de lo expuesto, este
datos proporcionados por la Dirección trabajo tiene por objeto presentar, en
Nacional de Migraciones (Dirección una primera fase, las entidades identi-
Nacional de Migraciones, s.f.). ficadas a la fecha, que pueden ofrecer
En años posteriores, diversos procesos información con valor genealógico en
a nivel internacional, como la Guerra Argentina, en el ámbito de las biblio-
Civil Española, la Segunda Guerra tecas, de los archivos de la administra-
Mundial, los conflictos bélicos en Asia ción pública, de los Registros Civiles,
o, recientemente, la situación econó- de los archivos eclesiásticos y de los
mica imperante en algunos países limí- institutos de investigación, como así
trofes –como por ejemplo, Bolivia, también, de los sitios web que propor-
Chile, Paraguay, Perú y Uruguay–, cionen este tipo de datos.
generaron diversas corrientes inmigra-
torias que aún continúan, ya que la
inmigración constituye en la actualidad Biblioteca Nacional
un hecho dinámico y creciente. Por de la República Argentina
supuesto, los desplazamientos masivos
de habitantes de un país hacia otros La Biblioteca Nacional de la
siempre requieren, a corto o largo plazo, República Argentina posee una
que se realicen estudios genealógicos importante colección de publica-
para analizar y reconstruir el escenario ciones seriadas; entre ellas, los diarios
histórico en el que se producen sucesos de colectividades se destacan por la
tan significativos. Por otra parte, en el rica información que proporcionan
ámbito interno los acontecimientos sobre las familias de inmigrantes que
políticos acaecidos entre los años 1976 se afincaron en todas las regiones
y 1983 dieron lugar a diversas investiga- del país. Esta prensa siempre ha
ciones destinadas a determinar la iden- sido muy solicitada por los usuarios
tidad de gran cantidad de personas. nacionales. Además, se han recibido
Arrachea (2006) identifica una serie pedidos de microfilmación desde el
de etapas en la inmigración vasca exterior. Sin embargo, en 1992, a

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

partir de la mudanza de la colección Colectividades | Cant. de títulos


desde el edificio situado en la calle
México y hasta hace poco tiempo Italiana | 101
atrás, ha permanecido desorgani- Israelita | 72
zada, en mal estado de conservación Española | 69
y sin el adecuado almacenamiento, Francesa | 23
en el edificio actual de la Biblioteca Yugoslava | 21
ubicado sobre la calle Agüero de la Polaca | 20
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rusa | 20
y en parte en depósitos ubicados en Alemana | 16
la localidad de Ezeiza, en el Gran Árabe | 15
Buenos Aires (Baravalle, 2007). Checoslovaca | 15
Para remediar esta situación, se inició Húngara | 15
Lituana | 15
durante el año 2005, en el marco del
Croata | 14
pre-inventario hemerográfico que había
Ucraniana | 12
encarado la Biblioteca, la tarea de orde-
Griega | 11
namiento físico para reunir los ejem-
plares de cada título. El primer objetivo
a alcanzar se limitó a identificarlos, Colectividades | Cant. de títulos
agruparlos de acuerdo con el lugar y el
período de publicación, ubicarlos en Armenia |8
los estantes y acondicionarlos en cajas Sirio-Libanesa |7
libres de ácido. Dicha etapa concluyó Rumana |6
en el año 2007. Se trabaja hasta hoy en Búlgara |5
día para registrar las existencias; queda Siria |5
pendiente a futuro la confección del Vasca |5
catálogo actualizado de la colección Libanesa |4
(Baravalle, 2007). Portuguesa |4
Este acervo se halla constituido Escandinava |3
aproximadamente por 520 títulos Eslava |3
que personifican a múltiples colectivi- Eslovena |3
dades, en su mayoría latinas, eslavas, Inglesa |3
germanas y árabes (Baravalle, 2007a). Suiza |3
La mejor representada es la comu- Austríaca |2
nidad italiana, le siguen en orden de Cubana |2
importancia la israelita y la española. Eslovaca |2
Si bien varias colectividades, como Galesa |2
la francesa, la yugoslava, la polaca, la Holandesa |2
rusa, la alemana, entre otras, tienen Macedónica |2
una presencia significativa (véase
Cuadro 1), un gran número de Al examinar el lugar de edición de los
ellas, tanto europeas como asiáticas, periódicos de la colección, se observa
y excepcionalmente americanas, se que en la ciudad de Buenos Aires se
hallan presentes a través de muy concentra un número elevado de publi-
pocos títulos (véase Cuadro 2), o de caciones (Baravalle, 2007b), según se
un único título. detalla en el siguiente cuadro:

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Lugar de edición de los periódicos Biblioteca ha recibido el aporte de


los periódicos editados en diferentes
Ciudad de Buenos Aires | 458 ciudades de otras provincias del país.
Provincia de Buenos Aires
Avellaneda |4
Bahía Blanca |4 Bibliotecas de colectividades
José Ingenieros |1
La Plata |2 Con respecto a la colectividad italiana, la
Lanús |1 Asociación Italiana Unione y Benevolenza
Luis Guillón |1 fundada en 1858, ubicada en la Ciudad
Mar del Plata |1 Autónoma de Buenos Aires, es en la
Martínez |1 actualidad un referente cultural de esa
Sáenz Peña |1 colectividad que cuenta con una biblio-
Tres Arroyos |1 teca, y en sus salones se llevan a cabo
Villa Ballester |1 distintas actividades culturales.
Chaco En cuanto a las comunidades vascas,
Eva Perón |1 si bien los centros tradicionales se
Presidencia R. Sáenz Peña |5 fundaron a partir de 1877, la mayoría
Chubut de los Centros Vascos nacieron
Comodoro Rivadavia |1 durante el período de inmigración
Gaimán |1 por la Guerra Civil Española y se arti-
Trelew |1 cularon a través de la Federación de
Córdoba Entidades Vasco-Argentinas, fundada
Córdoba |4 en 1955. Todos ellos recibieron el
Entre Ríos material bibliográfico y documental
Entre Ríos |2 que aportaron los inmigrantes. Estos
Crespo |1 recursos de información constitu-
Gualeguaychú |1 yeron el núcleo de las colecciones que
Paraná |1 conformaron, luego, las bibliotecas de
Mendoza estas instituciones (Arrachea, 2006).
Mendoza |2 La Federación promovió la creación
Misiones de la Red de Bibliotecas Vascas,
Posadas |3 proyecto que se concretó en 2005.
Santa Cruz Actualmente congrega alrededor de
Río Gallegos |2 100 entidades y es la culminación de
Santa Fe un proceso iniciado en 1997, desarro-
Moisés Ville |1 llado según el siguiente cronograma
Rosario | 15 (Astigarraga, 2007):
Santa Fe |1 1997: 1a Encuesta bibliotecas de
Tucumán Argentina. Presentación en
San Miguel de Tucumán |2 el 1° Congreso Americano de
Centros Vascos
Se han incorporado 15 títulos impresos 1998: 1a Reunión nacional de biblio-
en Rosario, provincia de Santa Fe, tecas vascas
y diarios de diversas localidades de 1999: 2a Reunión nacional de biblio-
la provincia de Buenos Aires. La tecas vascas

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

2000: 2° Relevamiento sobre la situa- la época, fotografías, anécdotas, etc.


ción de las bibliotecas vascas (Capdevila, 2006). Por otro lado,
de Argentina cabe mencionar la biblioteca “Matxin
2001: 4a Reunión nacional de biblio- Burdin” del Centro Vasco Euzko
tecas vascas Etxea (http://www.centro vasco.com).
2002: Foro de bibliotecarios por e-mail Fundada en 1976, posee un archivo
2003: 5a Reunión nacional de biblio- histórico fotográfico digitalizado de
tecas vascas familiares de los socios y cuenta con
2004: Proyecto de organización de la material bibliográfico sobre historia,
biblioteca del Laurak Bat literatura, genealogía, deportes y
6a Reunión nacional de biblio- heráldica (Medina, 2006).
tecas vascas Las asociaciones de la colectividad gallega,
2005: Red de Bibliotecas Vascas de a su vez, se han reunido, desde 1921, en
Argentina (FEVA) el seno de la Federación de Sociedades
Gallegas de la República Argentina
La Red ha impulsado diversas inicia- (http://www.fsgallegas.org.ar/). En
tivas: ha elaborado el Catálogo su sede funciona el Museo de la
Colectivo de las Bibliotecas Vascas Emigración Gallega en la Argentina
de Argentina, que cuenta con más de (MEGA). Su acervo patrimonial incluye
5.300 registros y puede consultarse objetos vinculados a la emigración, a
desde la web (http://fevabiblio.no-ip. la República y al exilio donados por la
org/pergamo/opac/); ha realizado dos colectividad gallega y sus descendientes,
jornadas de capacitación sobre su que comprenden documentación
funcionamiento; en octubre de 2007 pública y privada, registros bibliográ-
llevó adelante la 9ª Reunión Nacional ficos, fotográficos, sonoros y fílmicos,
de Bibliotecas Vascas en el marco de historias de vida, correspondencia epis-
la Semana Nacional Vasca de Rosario. tolar, objetos personales, instrumentos
A futuro se propone organizar los musicales y archivos de documentación
archivos documentales de cada entidad cedidos por el Centro Republicano,
vasca a fin de crear un Archivo Vasco- entre otros (Museo de la Emigración
Argentino Virtual, para contribuir con Gallega…, s.f.).
él al Archivo de la Inmigración Vasca o La Biblioteca Galega de Bos Aires
al IRARGI del Centro de Preservación nació, también, en el seno de la
del Patrimonio Cultural Vasco (Asti- Federación de Sociedades Gallegas, en
garraga, 2007). conmemoración de su 85° aniversario,
Entre las bibliotecas vascas se destaca, y funciona, como el museo, en su
por un lado la “Joan Salvat Papasseit” misma sede. Heredó el enorme acervo
en el Casal dels Paisos Catalans de bibliográfico y archivístico del Ateneo
La Plata (cclaplata@speedy.com.ar), Curros Enríquez, biblioteca que había
inaugurada en 1996. Cuenta con 700 creado la Federación en 1943, recep-
libros en idioma catalán, castellano y táculo de donaciones valiosas como
francés, periódicos en catalán e inglés. las siguientes:
Desde hace tres años, gestiona una • Coronel Francisco Galán, militar
Base de Datos con datos e información republicano, cuya familia donó, tras
sobre padres, abuelos y bisabuelos, que su fallecimiento y por su voluntad,
emigraron de Cataluña, con cartas de un valiosísimo conjunto de libros

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LA BIBLIOTECA
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y folletos referidos especialmente hicieron la donación de su biblio-


a la Guerra Civil Española, en su teca, conformada especialmente
faz militar, tanto desde la visión por libros, folletos, periódicos y
republicana como franquista. papeles diversos del galleguismo en
• Centro Republicano Español, insti- América (Historia: Federación de
tución española de intensa vida Asociaciones Gallegas, s.f.; Alvárez
entre 1930 y 1980. Tras su disolu- González, 2007).
ción, donó su archivo y biblioteca a
la Federación. Finalmente, es interesante señalar
• Antonio Salgado, miembro del que las distintas sociedades de las
Centro Republicano Español y colectividades españolas en el país se
uno de sus últimos representantes ha federado, y se han agrupado en
en Argentina. Donó su biblioteca, torno a la Federación de Sociedades
referida a temas políticos españoles. Españolas de Argentina que cuenta
• López Silva, proveniente de una con 118 instituciones afiliadas y es la
familia republicana donó obras de más grande del mundo (Federación
gran valor historiográfico. de Sociedades..., s.f.).
• Manuel Pedreira, importante Las bibliotecas de colectividades
dirigente nacionalista gallego asumen el rol de conservar la lengua
exiliado en Argentina; sus hijas y las costumbres y para ello rescatan

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documentos y compilan informa- literatura, las costumbres, las mani-


ción sobre los inmigrantes. Admi- festaciones culturales y folklóricas
nistran, así, fondos de interés para con el fin de preservar su identidad
las investigaciones genealógicas que étnica (Ristuccia, Pisarello, Albornoz
se hallan próximos, muchas veces en y Borrell, 2006; Albornoz, Borrell,
una misma localidad. Tal es el caso Pisarello y Ristuccia, 2007).
de las bibliotecas de la Asociación En otros casos, son filiales de una insti-
Ucraniana Prosvita y de la Asociación tución que sostiene sedes en distintos
Nemunas, en Berisso, provincia de países. Por ejemplo, el Instituto Goethe
Buenos Aires. La primera fue fundada es una entidad pública con sede central
el 10 de febrero de 1924, con la en Munich, Alemania, y posee 163
misión de elevar el nivel cultural de institutos en el exterior. En Argentina
las personas y crear una conciencia de se encuentran el Goethe-Institut de
identidad nacional. La segunda fue Buenos Aires y el Goethe-Institut
creada el 17 de agosto de 1950 a raíz de Córdoba, además de los centros
del interés de la comunidad lituana subvencionados por el Goethe-Institut:
por reunir y conservar libros o docu- la Sociedad Goetheana Argentina en
mentación que dieran permanencia a Mendoza y el Instituto Alemán de San
la memoria y al recuerdo de sus ante- Juan ASICARA. Estos organismos
pasados en lo relativo a la lengua, la establecen vínculos con centros cultu-

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

rales alemanes especialmente del inte- poner al servicio del grupo recursos ya
rior y con bibliotecas e instituciones existentes, como boletines informativos,
argentinas (Bader, 2006). convocatorias para realizar actividades
Las bibliotecas de colectividades han de promoción cultural y bibliotecaria
comenzado a reunirse anualmente y cursos de capacitación para volun-
desde 2006. Han llevado a cabo tarios: bibliotecasdecolectividades@
tres congresos. El Primer Encuentro gruposyahoo.com.ar. Para la reali-
de Bibliotecas de Colectividades zación del próximo encuentro se
se efectuó en la ciudad de La Plata propuso la Biblioteca del Jardín
el 16 de septiembre de 2006; el Segundo Japonés, en la Ciudad Autónoma de
se desarrolló también en La Plata el Buenos Aires. La información gene-
14 de julio de 2007. Ambos eventos rada en el 3EBC estará disponible
fueron organizados por la Biblioteca en: http://www.centrovasco.com
“Matxin Burdin” del Centro Vasco (Área Biblioteca) (Tercer Encuentro
Euzko Etxea. El sábado 7 de junio de de Bibliotecas de Colectividades:
2008, en la Federación de Asociaciones Conclusiones, s.f.).
Gallegas de la República Argentina,
se realizó el Tercer Encuentro de
Bibliotecas de Colectividades (3EBC), Archivos de la administración pública
organizado en forma conjunta por
la Biblioteca Galega de Bos Aires y La Dirección Nacional de Migraciones
la “Matxin Burdin de La Plata”. Sus es la autoridad de aplicación de la política
objetivos se planteraron en términos y la normativa migratoria en Argentina.
de intercambio de experiencias y de Tiene competencia sobre la admisión,
contacto para emprender acciones en otorgamiento de permisos de ingreso o
común. Asistieron unas 60 personas residencia para los extranjeros, control
en representación de 29 instituciones de su ingreso, permanencia y egreso.
de diversas colectividades, tales como En la actualidad la República Argentina
la Andaluza, la Brasileña, la Bielorrusa, desarrolla una política migratoria inclu-
la Catalana, la Friulana, la Gallega, la siva; el Ministerio del Interior, por
Japonesa, la Judía, la Lituana, la Polaca, intermedio de la Dirección Nacional de
la Rusa, la Ucraniana, la Uruguaya y la Migraciones, implementa mecanismos
Vasca (Tercer Encuentro de bibliotecas tendientes a lograr la cobertura legal de
de Colectividades: Conclusiones, s.f.). todos los inmigrantes.
Cabe destacar que en el Segundo En el marco del Decreto 578/05 lleva
Encuentro se presentó el Directorio adelante el Programa de Normalización
de Bibliotecas de Colectividades de la Documentaria Migratoria para los
República Argentina (2007) que puede extranjeros nativos de los Estados Parte
consultarse en http://euskadi.7host. del Mercosur y sus Estados Asociados.
com/centrovasco3/biblioteca/ Certifica las entradas de pasajeros a
reunion2007/Directorio%20 Argentina de 1928 a la actualidad.
Bibliotecas%20de%20Colectivi- También extiende una certificación
dades-2007-08-06.pdf (Astigarraga, negativa en caso de que el inmigrante
2007). Así mismo, en el Tercer haya ingresado en el período compren-
Encuentro se acordó crear una lista elec- dido entre 1870 y 1882, en que se
trónica para facilitar la comunicación y quemaron los libros de registro.

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El Hotel de los Inmigrantes –hoy que las entradas de las que se conservan
Museo Nacional de la Inmigración, registros en Argentina, corresponden
dependiente de la Dirección Nacional solamente a las del puerto de Buenos
de Migraciones– alojó entre 1911, año Aires. En los puertos de Bahía Blanca,
en que se inauguró, y 1920, el 39,76% Rosario y La Boca, no se registraban los
de los pasajeros llegados al Puerto de ingresos. Tampoco hay registros de los
Buenos Aires, un total de 479.126 Vapores de la Carrera que llegaban con
inmigrantes a quienes se registró, se les inmigrantes desde Uruguay (Apellidos
dio alojamiento, cobertura de salud y italianos..., 2002).
capacitación para futuros empleos. La El Archivo General de la Nación
iniciativa de crear el Museo se planteó ofrece la consulta gratuita sobre la
en 1983, en 1990 fue declarado entrada de buques de pasajeros desde
Monumento Histórico Nacional. Hoy 1821 a 1869, en el Departamento de
encara el Programa Complejo Museo de Documentos Escritos, 7° Piso (Archivo
la Inmigración. Solicita la colaboración General de la Nación, 2008).
de la población a través de donaciones El Registro Nacional de las Personas
o de la cesión en guarda o préstamo de (ReNaPer) es el organismo nacional que
aquello que recuerde a quienes llegaron tiene por cometido realizar el registro
a Argentina en busca de una vida e identificación de todas las personas
mejor. Pueden ser documentos, pasa- físicas que se domicilien en el territorio
portes, documentos del país de origen argentino o en jurisdicción argentina,
u otros de algún antepasado, familiar y de todos los argentinos cualquiera
o amigo; en caso de objetos, elementos sea el lugar de su domicilio, llevando
de la vida diaria, vestimentas, libros un registro permanente y actualizado
de la cultura de origen o de devoción de los antecedentes de mayor impor-
religiosa (cualquiera sea la religión tancia, desde su nacimiento y a través
practicada), etc. Al darlo en guarda, el de las distintas etapas de su vida, prote-
dador mantiene la propiedad y puede giendo el derecho a la identidad. Para
recuperarlo por su propia voluntad; si obtener datos del Archivo, se debe
lo otorga en préstamo, se lo retiene al cursar oficio al Director del Registro
solo efecto de permitir su duplicación Nacional de las Personas.
mediante sistemas computarizados, en El Museo de la Memoria, en Rosario,
el caso de documentos o fotografías, y cuenta con una biblioteca y con
para su fichaje y fotografiado en caso el archivo documental Voces de la
de objetos. Ofrece otros servicios tales Memoria. Posee un importante acervo
como la biblioteca, que contiene las bibliográfico, con más de 2.000 volú-
Memorias de la Dirección Nacional de menes, dedicado al análisis y estudio
Migraciones, libros y artículos, dispo- del terrorismo de Estado y los derechos
nibles para consulta del público. Una humanos, orientado al caso argentino y al
vez por año programa “Homenajes” a latinoamericano. Este material procura
diferentes colectividades. Permite la considerar el estudio de dicha proble-
consulta gratuita de la base de datos de mática transversalmente, desde campos
inmigrantes elaborada por el Centro de disciplinarios. En la biblioteca pueden
Estudios Migratorios Latinoamericanos encontrarse informes, investigaciones
(CEMLA) (Dirección Nacional de y documentos elaborados por institu-
Migraciones, s.f.). Si bien hay que aclarar ciones nacionales y extranjeras, entre

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otras del Centro de Estudios Legales rimientos del Poder Judicial u otros
y Sociales, de la Comisión Nacional trámites que revistan carácter de
para la Desaparición de Personas, imprescindible debidamente acredi-
de la Asociación Abuelas de Plaza de tado. En esta dependencia se gestionan
Mayo, del Instituto Interamericano de la Partidas Parroquiales, es decir,
Derechos Humanos con sede en Costa aquellas inscripciones realizadas en las
Rica, de Amnistía Internacional y de iglesias de la ciudad de Buenos Aires
la Comisión Nacional sobre prisión previas a la creación del Registro Civil
política y tortura (Chile). Cuenta con en el año 1886.
una importante colección de publica- Los trámites para obtener las partidas de
ciones periódicas vinculadas al período nacimiento, matrimonio y defunción
1976-1983, conformada por mate- anteriores al año en curso pueden reali-
riales gráficos de aparición semanal y zarse en la Circunscripción del Registro
mensual. Integran este acervo publi- Civil correspondiente al domicilio del
caciones producidas por las diferentes interesado. La solicitud de partidas de
juntas militares así como una copia digi- nacimiento, matrimonio y defunción
talizada de más de ciento cincuenta mil bilingües sin búsqueda puede realizarse
fojas que conforman la Causa Feced, por Internet. Debe proporcionarse el
pieza fundamental para comprender las nombre, apellido, tomo, acta y sección.
características del accionar represivo y el Si no se cuenta con esos datos deberá
Diario del Juicio a las Juntas, producido
en el primer gobierno democrático. El
fondo documental se completa con una
selección de recortes periodísticos orde-
nados en carpetas según descriptores,
lo que facilita y agiliza la búsqueda de
información por parte del usuario.
El archivo testimonial trata de recons-
truir el pasaje por la vida de las personas
desaparecidas gracias a testimonios
orales de distintos actores que tuvieron
vínculos con dichas personas. Los
documentos se organizan en carpetas,
una por cada persona desaparecida
que contienen, además del testimonio
oral, otros documentos y materiales
relacionados. El acceso al contenido
del archivo depende de la autorización
previa y expresa de los testimoniantes.

Registros Civiles

El Archivo del Registro Civil Central


recibe los pedidos de partidas urgentes
para trámites de identificación, reque-

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

gestionarse un trámite “con búsqueda” y Jornadas de Archivos Religiosos en


suministrar fecha aproximada, nombre Rosario y Santa Fe, respectivamente,
y apellido (Gobierno de la Ciudad: organizadas por diversas asociaciones
Registro Civil, 2008). de archiveros, tanto locales como
nacionales. En el mes de junio de 2006
se realizaron las Jornadas de Archivos
Archivos eclesiásticos Eclesiásticos en Buenos Aires. Igual-
mente, la Conferencia Episcopal
El presbítero Edgar Stoffel (2006) se ha Argentina editó en 2006 “La función
referido a la naturaleza y el aporte de pastoral de los archivos y museos ecle-
los archivos eclesiásticos. Ha destacado siásticos. Cartas–Documentos de la
que la obligación de archivar la docu- Pontificia Comisión para los bienes
mentación eclesiástica a nivel dioce- culturales de la Iglesia” (Stoffel, 2006).
sano y parroquial fue instaurada por el
Concilio de Trento. Se regulaba, así,
una práctica que en algunos casos se Institutos de investigación
remontaba, en Europa, a los primeros
siglos de la historia eclesial. Se orde- El Instituto Argentino de Ciencias
naba a los párrocos, vicarios, curas y Genealógicas, fundado el 10 de
rectores de iglesias llevar y conservar noviembre de 1940, facilita el acceso e
los libros y los documentos que fuesen intercambio de información con insti-
necesarios como constancia del ejer- tuciones, especialistas e interesados
cicio ministerial, especialmente de la en la genealogía y otras disciplinas rela-
administración de los sacramentos. cionadas.  Sus publicaciones reflejan
Stoffel (2006) ha definido el archivo parte de la actividad desarrollada por
parroquial como la colección de libros el  Instituto, sus miembros y colabo-
y documentos dispuestos para una radores. La entidad edita la revista
gestión adecuada de la labor sacerdotal. Genealogía, un boletín, fuentes y otros
Los registros parroquiales testifican recursos. Se reúne en sesión ordinaria
la celebración de los sacramentos y mensualmente, una vez que ésta ha
anotan las defunciones. Contienen una finalizado se celebra la sesión pública de
parte importante de la memoria histó- acceso libre donde un miembro o invi-
rica del pueblo católico que habita en tado del instituto expone sobre un tema
una jurisdicción dada, dejan entrever relativo a las disciplinas de interés.
su dinámica institucional y social. El Centro de Estudios Migratorios
Si bien la documentación contenida Latinoamericanos (CEMLA) forma
en los repositorios parroquiales no parte de una organización mayor.
tiene aparentemente demasiado valor, Pertenece a la Congregación de
registra la vida de la comunidad en la los Misioneros de San Carlos
que está inserta la parroquia y es, por (Scalabrinianos), fundada en 1887
lo tanto, una fuente relevante para los para brindar asistencia moral, material
estudios genealógicos. La comunidad y religiosa a los emigrantes italianos,
eclesiástica argentina ha reconocido ante la falta de protección y asistencia
progresivamente la importancia de estos en que se hallaban en los tiempos
repositorios. En los años 2005 y 2006 de emigración masiva. Es miembro
se realizaron las primeras y segundas de la Confederation of Centers for

440
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Migration Studies Giovanni Battista ción de muchos documentos en peligro


Scalabrini que agrupa, como su mediante la microfilmación de archivos
nombre lo indica, a los centros de de instituciones étnicas (especialmente
estudios sobre migraciones ubicados italianas) en Argentina, Uruguay y Chile
en diferentes ciudades. Todos ellos y de colecciones de periódicos étnicos.
tienen como finalidad difundir la De especial trascendencia ha sido la digi-
producción académica relacionada talización de las listas de desembarco en
con el estudio de las migraciones en el puerto de Buenos Aires, es decir, de la
sus respectivas áreas y promover acti- información contenida en los libros de
vidades en torno a la temática. Espe- ingreso de inmigrantes conservados en
cíficamente, el Centro de Estudios la Dirección Nacional de Migraciones.
Migratorios nació por iniciativa del En una primera etapa se han ingre-
padre Luigi Favero, el 28 de diciembre sado más de tres millones de nombres
del año 1985 (López, 2007). en un banco de datos que posibilita
Ese mismo año, el CEMLA organizó las analizar diversos aspectos de la moda-
Primeras Jornadas sobre Inmigración y lidad migratoria que permanecían
Colectividades en la Argentina. Co-orga- oscuros hasta ahora. Permite la rápida
niza junto con otras instituciones búsqueda de las personas llegadas,
eventos sobre el tema que se realizan por apellido y nombre, lo que facilita
cada dos años a partir de 1987. Desde la ubicación de los datos de entrada
sus comienzos, se comprometió con una al país entre los años 1882 y 1929.
publicación que se continúa editando Otra de las actividades del CEMLA
–Estudios Migratorios Latinoamericanos– es la edición de libros dedicados al
que es la primera revista de Argentina y tema. Todas sus publicaciones pueden
el continente dedicada a temas migra- consultarse en su biblioteca especia-
torios. Encaró la preservación y micro- lizada en migraciones. Contiene un
filmación de fuentes documentales de acervo bibliográfico de más de 2.000
la inmigración en Argentina y en parti- libros y alrededor de 100 títulos de
cular de la inmigración italiana en el publicaciones seriadas (López, 2007).
país, en Uruguay y en Chile.
Asimismo, el CEMLA es sede de
trabajo de numerosos investigadores del Sitios web
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) Asimismo, es valiosa la información
que, estimulados por el campo abierto que proporcionan algunos sitios web,
a los estudiosos, orientaron su espe- resultado de la iniciativa personal de los
cialización hacia las migraciones. miembros de las colectividades. “Inmi-
Es también el referente local para gración italiana” (http://www.apellidosi-
muchos especialistas de instituciones talianos.com.ar/index.htm), creado por
académicas del exterior. Desde su Analía Montórfano, quien es también
creación, ha recibido y asistido a inves- su webmaster, brinda desde 2002 infor-
tigadores de universidades de Estados mación que facilita la investigación
Unidos, Canadá, Inglaterra, España, acerca de estos inmigrantes en la región.
Alemania, Italia, Francia, Polonia, etc. Dado que la mayoría de las personas
(López, 2007). que inmigraron a raíz de problemas
El CEMLA se ha dedicado a la preserva- económicos, epidemias, revoluciones

441
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

se dirigieron hacia América, muchos Conclusión


latinoamericanos descienden de inmi-
grantes, en gran medida, italianos. El La breve síntesis que se ha presen-
sitio se halla orientado, aunque no de tado ha intentado reflejar, en una
manera exclusiva, a quienes arribaron primera instancia, de manera panorá-
desde Italia a estas tierras, y, especial- mica, las actividades que desarrollan
mente, a sus descendientes. Se propone y los recursos con los que cuentan las
destacar la importancia de la conserva- instituciones públicas y privadas que
ción de los archivos familiares, privados compilan documentación significa-
y estatales, ya que constituyen un patri- tiva para los estudios de genealogía y
monio histórico que debe ser custo- de historias locales en Argentina. La
diado. Ofrece diversas herramientas riqueza y variedad de dichos recursos y
necesarias para facilitar la búsqueda de de los emprendimientos que se llevan
apellidos italianos en idioma español, a cabo para ponerlos a disposición
da acceso a información genealógica, del público en general evidencian la
paleográfica, onomástica, etc. Incluye necesidad de profundizar y ampliar las
listados de entradas de pasajeros a investigaciones en esta dirección.
distintos países de América, una lista de Cabe esperar, entonces, que el Seminário
pasajeros a Indias desde 1509 a 1790, Internacional de Genealogia e Histórias
un directorio de lugares donde obtener Locais: Desafio para bibliotecas e
datos sobre migración. arquivos/“Histórias Ocultas” organizado
Otro aporte, aunque acotado, proviene por el Committee on Free Access to
del sitio que cuenta la historia de la Information and Freedom of Expression,
ciudad de Esperanza, primera colonia la Swedish International Development
agrícola organizada de Argentina. El Agency y el Arquivo Nacional de Brasil,
sitio, diseñado por Hugo Zingerling contribuya a darles impulso y a afianzar
(http://www.zingerling.com.ar/), ofrece el sistema internacional de información
información sobre la ubicación original sobre esta temática.
de las familias fundadoras de Esperanza,
Santa Fe, en el plano de la colonia corres-
pondiente al año 1856; sobre las familias * Subdirectora de la Biblioteca
alemanas y suizas en el Departamento Las Nacional de la República Argentina.
Colonias durante el período 1869-1895,
y datos de fundación, patrono, correo
electrónico, etc. de los pueblos y ciudades
de Santa Fe por Departamento.

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443
444

Biblioteca Nacional: los procesos


técnicos en el Centenario(*)
Por Elvira Arcella, Mabel Bizzotto e Ignacio Zeballos

La historia de un país puede reconstruirse de


distintas formas. La mirada de quien relee el
pasado puede posarse en la vida de los nombres
que lo protagonizaron, en sus batallas y dilemas.
Pero también esta historia puede indagarse a
partir de sus instituciones. Sea en sus decisiones,
en sus creaciones o en sus polémicas. En este caso,
ofrecemos un trabajo que revisa los primeros
cien años de Argentina desde su “primogénita
creación revolucionaria”, la Biblioteca Nacional
–concebida así por uno de sus célebres direc-
tores–, desde el punto de vista del orden adminis-
trativo de sus procedimientos bibliotecológicos y
sus innovaciones en el campo de la catalogación.
Cada momento de una institución entraña su
propia singularidad. Sin embargo, hay inven-
ciones que marcan su destino. La dirección de
Vicente Quesada y la de Paul Groussac pueden
considerarse como tales: hitos que torcieron el
rumbo de la Biblioteca. Las observaciones críticas
del primero respecto a las formas de organiza-
ción, y la confección del Catálogo Metódico por
parte del segundo, son puntos salientes de un
perseverante trabajo institucional que no cesa en
su búsqueda de un orden, borgeanamente impo-
sible, para la memoria atesorada.
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Introducción notables figuras de la historia argentina,


pero no pretende este trabajo conver-
Próximos a celebrar el segundo cente- tirse en un racconto biográfico de ellas,
nario de la Biblioteca Nacional, sino más bien indagar su contribución
creemos oportuno trazar un panorama a la organización de la Biblioteca.
de la labor bibliotecológica y del estado Como profesionales de Procesos
de los conocimientos técnicos hacia Técnicos de esta Biblioteca, anhelamos
1910, el momento del Centenario. que este aporte a modo de recorrido
Antes de iniciar este recorrido consi- por la conformación bibliotecológica–
deremos situarnos en el escenario administrativa desde los días de Mayo
temporal de esos, sus primeros cien hasta 1910 constituya una herra-
años de vida, partiendo de septiembre mienta que sirva para comprender la
de 1810, en que los hombres de inspiración que guiaba a quienes la
Mayo respondieron con firmeza a fueron haciendo a través de los años,
la demanda política y cultural del observada desde la perspectiva actual
momento revolucionario con la pero teniendo en cuenta las corrientes
imprescindible convicción de dotar de pensamiento predominantes en sus
al pueblo de una institución que se distintos momentos.
encargara de constituir un modo
público y democrático de acceso a la
educación y a la ilustración, forma Las primeras tareas
única de asegurar los logros políticos
que se fueran obteniendo en la confor- La Biblioteca Pública de Buenos Aires
mación de una identidad nacional funcionó, desde su creación en 1810
e independiente. Primer momento hasta su primera mudanza en 1901, en
que se vio reflejado en la inmediata el local de “las Temporalidades” que la
respuesta de la ciudadanía donando Junta le destinó en los fondos del Colegio
generosamente sus colecciones parti- de San Carlos –hoy Nacional de Buenos
culares y parte de su peculio. Aires–­­, junto con el cual formaba la
Intentaremos describir, desde lo biblio- llamada Manzana de las Luces.
tecológico, la evolución de las ideas Fue dirigida durante once años por el
que llevaron desde aquel acto funda- presbítero Luis José de Chorroarín,
cional –del cual también participarán la quien tuvo a su cargo la organización
prensa, la escuela y la universidad, pero del establecimiento, así como la inau-
a sabiendas de que la Biblioteca, en pala- guración y la apertura al público de
bras de Groussac, “es la primogénita de sus instalaciones en 1812. Chorroarín
las creaciones revolucionarias todavía fue el responsable de los primitivos
subsistentes, siendo así que la Gaceta, inventarios y del primer reglamento,
también del año 10, distaba mucho de donde se establecía, por ejemplo, que
ser el primer periódico publicado en la Biblioteca estaría abierta al público
Buenos Aires” (Groussac, 1901: 367)– desde las 8 hasta las 12.30 del día entre
hasta la concreción en aquella entidad noviembre y abril, y que ese horario
de presencia consolidada en la Nación se modificaría en los meses siguientes
del Centenario. (Acevedo, 1992: 20).
En el transcurso de este primer siglo Desde ese inicio, marcado por la emer-
veremos pasar por su dirección a gencia revolucionaria y, contrariando

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

lo que podría intuirse como el años la concurrencia continuará siendo


improvisado apremio con que de la escasa, así como lenta será la incorpo-
nada pretendía crearse una empresa ración de nuevo material, fuera de las
cultural de semejante índole, es posible publicaciones oficiales.
comprobar que existía una conciencia El informe de 1823 al Registro Esta-
previa de lo que debía ser la labor dístico da cuenta de que la Biblioteca
bibliotecaria. Estos saberes, aunque Pública custodiaba 17.229 volúmenes
rudimentarios, pueden notarse, por distribuidos –en seis salas de estantes
ejemplo, en la intención de reglamentar abiertos– de acuerdo con su temática:
los servicios que debían prestarse a los
lectores, en la elaboración de listados • Ciencias
e índices, en los intentos de división • Historia, Geografía y Viajes
temática de la colección por salas. Sin • Letras Sagradas y Teología
embargo, el concepto del catálogo • Moral y Predicalis
como instrumento principal de acceso • Bellas Artes, Artes e Idiomas
al libro todavía estaba ausente. • Política y Legislación.
La primera organización del material
bibliográfico de la actual Biblioteca Esta organización habrá de mantenerse,
Nacional se debió a Manuel Moreno, apenas con ligeros cambios, por unos
su director desde 1822 hasta 1828. cincuenta años. Así, el mismo Registro
Se trataba de una simple distribución pero de 1854 apunta que la colección
espacial entre las salas –que podemos estaba distribuida del siguiente modo:
imaginar como exiguas habita-
ciones– del local refaccionado tras un • Obras de Derecho y Ciencias
violento temporal en 1822 y ampliado Políticas
con la cesión del gobierno de “la • Literatura y Filosofía
parte contigua de la casa alta, [...] la • Teología y Moral casuística
primera de las Del Estado, viniendo • Letras Sagradas y Santos Padres
de la Ranchería á la imprenta de los • Historia y Viajes
Expósitos”; esto es, la intersección de • Ciencias Positivas o Prácticas.
las actuales calles Perú y Moreno, con
entrada por esta última. No es posible hallar mayores referen-
Trabajaban en la Biblioteca su director, cias de índole técnica ya que el énfasis
dos ayudantes y un portero. La dota- de los escasos informes de esos años está
ción de personal consiguió aumentarse puesto en el inventario y en la organi-
recién bajo la dirección de Mármol, a zación y ordenación de las obras en las
partir de 1858, con un escribiente salas. Era una época caracterizada por
auxiliar. Para esas fechas, y luego de la “ausencia total de funciones técnicas
ríspidas disputas entre los sucesivos o especializadas” (Parada, 2009: 241),
directores y los gobernantes (Parada, antes bien, la práctica bibliotecaria
2009: 234), se estableció que la se basaba en el empirismo culto y en
Biblioteca estuviera abierta al público la erudición. Los llamados catálogos
durante cinco horas: desde las 9 de la no estaban regidos por una clasifica-
mañana hasta las 2 de la tarde, excep- ción sistemática, sino que se trataba
tuando los días de fiesta. A pesar de la de listas o inventarios alfabéticos que
extensión del horario, durante muchos ayudaban a un mayor control de los

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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Catálogo de
manuscritos

nuevos fondos que iba adquiriendo la los donantes y una aclaración sobre
Biblioteca: “clasificar” era guardar. su profesión o cargo– algunos detalles
Puede encontrarse, en cambio, la de las obras: autor, título, cantidad de
observación hecha por Quesada –en su tomos y volúmenes, formato y, sólo en
memoria de 1871– de que hacia fines de algunos casos, el idioma.
1833, durante la recién iniciada gestión Pero no se limitaba este libro a la rela-
de Terrero, una comisión nombrada ción de las obras donadas. Aparecen
por el Poder Ejecutivo provincial para en él varias notas de tipo aclaratorio,
examinar el establecimiento reveló la como por ejemplo la expresada bajo la
desaparición de una cantidad de volú- donación de “Dn. Bartolomé Muñoz,
menes cercana a los dos mil, pero inde- vicario general castrense del exército de
terminada debido a la inexactitud y el la Banda Oriental”, en los años 1813,
desarreglo en que se encontraban los 1814 y 1815: tras una lista de dona-
índices y catálogos que hubieran permi- tivos que incluye libros, planos y artí-
tido efectuar el cómputo preciso de las culos diversos, como “un microscopio
existencias. Da cuenta además de la difi- completo, con su caxa de caoba” y “un
cultad para prestar servicio al público termómetro capilar, y un prisma”,
debido al “hacinamiento confuso” de se aclara que “la relacion impresa de
las obras presentes. este donativo se hizo en la Gazeta
La base para dicha evaluación pudo Ministerial de 11 de junio de 1814, no
haber sido el primer Libro de dona- segun lo que se recivio, sino conforme á
ciones, que contiene el listado –orde- la nota qe. remitió el donante, con la qe.
nado por años, de 1810 a 1850–, de las no concuerdan los articulos recibidos,
obras ingresadas a la Biblioteca. Enca- pues se echan de menos los siguientes”,
bezado por la leyenda “Libros extraídos pasando a listar los que faltaron.
de la libreria del Colegio de San Carlos, También en este libro se registra un
pertenecientes en parte al mismo hecho extraordinario: a pesar de la
Colegio y en parte al Dr. Chorroarín”, expresa prohibición estipulada en el
consigna –debajo de los nombres de Reglamento (en el original de 1812 e,

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

incluso, en sus modificaciones de 1850) No existe en el Registro Oficial,


acerca del préstamo de libros, aparece de 1837 hasta principios de 1852,
la anotación del 24 de marzo de 1869 anotación ni disposición alguna con
del préstamo hecho al general Mitre, respecto a la Biblioteca. Recién a partir
a la sazón ex-presidente de la Nación, de 1866, a instancias del ministro de
de la obra Teatro americano por José Gobierno Avellaneda, se empieza a
Antonio Sánchez. A continuación se cumplir con la exigencia de elevar a las
apunta: “Se ha devuelto esta obra en autoridades una memoria anual deta-
24 de agosto del mismo año”. llada de la gestión.
La comisión de 1833, conformada Carlos Tejedor, en su informe publi-
por el sabio italiano Octavio Fabricio cado en el Registro Oficial de 1854,
Mossotti, Valentín Alsina (anterior además de notificar un recuento total de

Catálogo de
manuscritos

director, por algunos meses, de la volúmenes de 15.397 (es decir, menor


Biblioteca) y el presbítero José León al de 1823, aunque Groussac juzgue a
Banegas, indicó además una serie esa cifra como incorrecta), menciona
de medidas que estimaba conve- la aplicación de una incipiente cata-
nientes: la revisión del Reglamento logación, de la que sin embargo no
de la Biblioteca y la implantación de ofrece detalles, y la reubicación en una
un sistema de “clasificación general nueva sala especial de la “importante
de los conocimientos humanos más sección de publicaciones periódicas”
exacta que la viciosa que hoy rije que se intentaba completar.
en los índices particulares desti- Mármol, en el suyo de 1870, expresa su
nados al servicio del público”. interés en deshacerse de toda la sección
Lamenta Quesada que se haya extra- de Teología, donándola a cualquier
viado el modelo para la elabora- convento: “de este modo la vida de los
ción de un “Gran Catálogo Jeneral santos estaría en su lugar, y la Biblioteca
Bibliográfico”, que aquella comisión tendría espacio por algún tiempo para
decía que acompañaba al informe. colocar las obras de ciencias, literatura

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

y arte” (Groussac, 1901: xxxv). Su carátula misma y en tinta– la sala y el


propuesta no prosperó, felizmente estante donde estaban ubicados. Esto
según Groussac, ya que en esa sección debió ser subsanado sustituyendo las
que se pretendía eliminar se hallaba la anotaciones manuscritas por tejuelos
base noble de la Biblioteca, la ciencia y pegados con goma en la retiración de
la literatura medieval, obras que valora las tapas (Quesada, 1879: 6).
como “tesoros inapreciables de la erudi- Reconoce Quesada la imposibilidad de
ción”. En cambio, fue debido a inicia- determinar bajo cuál de las pasadas direc-
tiva de Mármol el decreto que dispuso ciones fue adoptado aquel sistema de
que se entregaran a la Biblioteca dos organización –que califica como “inade-
ejemplares de cada publicación oficial cuado y defectuoso, no solo porque
y de “todo libro o folleto cuya publica- no respondia á ningun método, sino
ción fuera auxiliada por el Gobierno”. porque, la falta de local hacia imposible
Éste es el origen del depósito legal, la colocacion conveniente de los libros”
que la Biblioteca centralizó hasta 1934 (Quesada, 1879)–, ni si fue el resultado
(Acevedo, 1992: 24). de las recomendaciones de la comisión
Al momento de ocupar la dirección de de 1833, “porque los libros del estable-
la Biblioteca en septiembre de 1871, cimiento no dan ningún conocimiento
Vicente G. Quesada hizo una descrip- de las medidas que se adoptaban y de las
ción de la Biblioteca –de un inventario resoluciones gubernativas” al respecto.
de 20.104 volúmenes– con el material Quesada también inició –con la
organizado en siete salas, cada una con colaboración de su hijo Ernesto–
su propio catálogo: el ordenamiento de la sección de
manuscritos en volúmenes y con
• Jurisprudencia índices analíticos. El antecedente
• Literatura y Filosofía fundacional de esta sección fueron
• Casuística [Teología] los pliegos de La revolución del Perú
• Patrología de José Gabriel Tupac Amaru, la
• Historia y Geografía Historia de la Provincia del Paraguay,
• Ciencias y Artes Río de la Plata y Tucumán del jesuita
• Manuscritos, Periódicos y Obras Pedro Lozano, y un libro de horas
Diversas. manuscrito y miniado del siglo XV,
titulado Officium Parvum Gothicum,
Sin embargo esos catálogos, “defi- junto con otros siete, entregados por
cientes, defectuosos y llenos de errores, disposición del gobernador Balcarce a
algunos corregidos ó borrados” según la Biblioteca en noviembre de 1833,
Quesada (1879: 5), carecían de las cuando era dirigida por el sacerdote
indispensables designaciones bibliográ- Terrero (Acevedo, 1992: 22).
ficas: “Difícil era buscar un libro con Reorganizó y amplió la sección de
arreglo á ellos, y cuando un libro no se periódicos, cuyo primer catálogo cons-
encontraba era imposible averiguar si truyó y publicó, instaló el primer taller
se habia perdido, ó si se habia prestado; de encuadernación y dispuso, además,
porque de nada quedaba constancia en un sistema de recuento perma-
el establecimiento”; por otra parte, los nente de lectores y de obras consul-
libros a los que los catálogos hacían tadas, discriminado por materias
referencia tenían anotados –sobre la (Acevedo, 1992: 24).

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

Por otra parte, propuso reunir en “una Estas observaciones y el estudio compa-
nueva sala para las obras americanas” los rativo de los sistemas de clasificación
libros que según la clasificación encon- usados en las bibliotecas más presti-
trada se hallaban dispersos en todas e, giosas, junto con las prescripciones
incluso, hacer “una nueva clasificación tomadas del repertorio de Brunet, de
más acertada, siguiendo para ello los la obra de Leopold Constantin –sobre
consejos é indicaciones de Brunet”. la fijación del formato y tamaño de
Diferentes autores coinciden en los libros–, de la de Eugène Hatin
postular a Quesada como el más –acerca de las clases bibliográficas en
ferviente precursor y divulgador de que deben dividirse las publicaciones
esa clasificación en Argentina, que periódicas–, y de la de Cousin, consti-
el bibliógrafo francés presenta en tuyeron la base sobre la cual Quesada
la segunda parte de su obra clásica planificó su trabajo de ordenamiento
Manuel du Libraire et de l’Amateur topográfico y clasificación sistemática
de livres, una tabla en forma de catá- de la Biblioteca.
logo razonado utilizada como comple- A partir de su gestión, el lento pero
mento para organizar metódicamente constante acrecentamiento de la colec-
las obras listadas en el Dictionnaire ción redundó en un aumento notable
Bibliographique, la parte principal de de la concurrencia de lectores, de 2.504
su repertorio. El sistema de clasifica- en 1872 a 6.192 en 1876 (Groussac,
ción de Brunet, debido en realidad al 1967: xliii). Resultaba imprescindible
jesuita Jean Garnier, había adquirido entonces encarar una catalogación,
gran difusión en Europa a principios aunque fuera de carácter provisorio,
del siglo XIX y fue adoptado, con que pudiera atender esa demanda. La
mínimas variaciones en numerosas escasez de personal y la estrechez del
bibliotecas (Buonocore, 1952). local hicieron que esa tarea se comple-
Personalmente, Quesada consideraba tara sólo de manera parcial.
a la clasificación una cuestión seria y En 1876, en su Memoria al gobierno
científica, para la que debe adoptarse un provincial correspondiente a 1875,
sistema con arreglo al cual se clasifique Quesada describía el estado (deplo-
y organice el material. De otro modo, rable, en algunos casos, con correc-
sería “un hacinamiento de libros dispen- ciones en lápiz, sucios y con hojas
dioso y completamente inadecuado al rotas) en que se encontraban los catá-
fin social de la creación de las Bibliotecas logos que estaban en uso. Insistía,
Públicas” (Memorias, 1872: 12). intentando persuadir al gobierno de
En 1877 se editó –por orden del la necesidad de rehacerlos adoptando
gobierno– el primer volumen de la obra la clasificación de Brunet –para lo cual
Las Bibliotecas europeas y algunas de la buscaba aprobación– en el reclamo
América Latina, donde Quesada hace de las imprescindibles refacciones
un estudio pormenorizado del modo para el edificio de la Biblioteca. Esto
de organización y funcionamiento de obedece a la comprensión de que cual-
las principales bibliotecas nacionales y quier reformulación en la distribución
públicas, resultado de su viaje a Europa topográfica de la colección preci-
en 1874. Quedó inédito, sin embargo, saría adecuarse al espacio de las salas
un segundo volumen dedicado a las en que estaría dividida, atendiendo a
bibliotecas de América. la impracticidad de hacer continuos

450
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

cambios que ensuciarían los libros y nacionales de Bruselas y de Madrid,


obligarían a rehacer permanentemente que siguen el sistema de los catálogos
el trabajo. franceses, “desde el de Brunet hasta los
Por esa época, los dos catálogos (alfabé- mas modernos” (Quesada, 1879: 25):
tico y por materias) se hallaban dupli-
cados: una copia para el público y otra • Teología
para los empleados, este último, actua- • Ciencias Sociales (incluyendo como
lizado mediante boletines sueltos. De sub-sección a la Jurisprudencia)
tal modo, cada título se copiaba 4 veces • Ciencias y Artes
y una quinta en el inventario. • Bellas Letras (o Filología)
Finalmente, todo su saber bibliote- • Historia.
cario quedó plasmado en un proyecto
de reorganización de la Biblioteca Consideraba que no debía “entrar en la
presentado en 1879 al ministro de difícil cuestion de la mejor division filo-
Gobierno de la Provincia Santiago sófica de los conocimientos humanos,
Alcorta, cuando Quesada ya no era sino adoptar los sistemas mas genera-

Libro de donaciones

el director. Su objetivo declarado era lizados” (Quesada, 1879: 25), estable-


asegurar para siempre “esta colección ciendo detalladamente las secciones,
de libros, formada en los albores de sub–secciones y divisiones –aunque
la revolucion, la cual ha sido largo limitándolas en razón de la modesta
tiempo desdeñada por los gobiernos, y colección que en ese momento osten-
que está lejos, muy lejos de encontrarse taba la Biblioteca–, para facilitar la
á la altura del desarrollo intelectual ejecución metódica y uniforme del
de esta capital, pero cuya reorganiza- trabajo de los clasificadores.
cion es tan urgente como necesaria” Para designar las secciones biblio-
(Quesada, 1879: 43). gráficas propuso (porque vio que
En esencia, su propuesta consistió en así se hacía en las bibliotecas euro-
dividir la Biblioteca en cinco secciones, peas) una denominación alfanumé-
tomando como modelo las bibliotecas rica donde quedaría representada su

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

correspondencia con la sala, el estante y publicaciones periódicas a las que


el anaquel donde se ubicaría cada obra: la Biblioteca estaba suscripta, y la
las secciones “son cinco, y se señalan confección del catálogo de manus-
por las cinco primeras mayúsculas del critos y autógrafos. Recomendaba
alfabeto; las sub-secciones se designan para esto que el índice consistiera de
por las minúsculas y si esceden el un resumen analítico del contenido
número del alfabeto, las letras pueden del manuscrito.
repetirse con signos representativos, El jefe de la sección 3ª (Ciencias y
segun las necesidades: la division Artes, la más numerosa de la colec-
bibliográfica será representada por los ción), recibía el encargo de llevar la
números romanos y las subdivisiones cuenta y razón de las publicaciones
por los arábigos; la sala se designa con oficiales “con sujeción al decreto de 27
la mayúscula latina, el estante con el de abril de 1877”.
número romano y el anaquel con el El de la sección 4ª (Bellas Letras),
arábigo” (Quesada, 1879: 34). catalogar los libros anónimos, los
El sistema tenía por objeto “facilitar la duplicados e inutilizados, así como
confección de los catálogos y econo- confeccionar el catálogo de las
mizar tiempo al copiar la papeletas y estampas (colección cuya base fue la
poner los correspondientes tejuelos en remitida por la Biblioteca Nacional de
los libros” (Quesada, 1879: 27). París) y el de folletos no americanos y,
Las secciones serían inalterables, pero además, llevar el inventario de útiles y
las sub-secciones podrían subdividirse enseres de la Biblioteca.
más adelante según las necesidades, sin Finalmente, el de la 5ª sección
alterar los catálogos ni el plan general. (Historia) sería responsable del doble
Al frente de cada sección ponía un jefe catálogo de la Sección Americana y de
al que asignaba, en primer término, uno especial de publicaciones argen-
catalogar la sección a su cargo, confec- tinas, que debía imprimirse; también
cionando dos clases de catálogos: el quedaban a su cargo el de folletos
sistemático o por materias, y el alfabé- americanos (numeroso fondo que
tico por autores; y se les repartían, de incluía a la colección comprada a Juan
un modo que consideraba equitativo, María Gutiérrez) y los de mapas y
tareas especiales. Así, por ejemplo, al planos (Quesada, 1879: 28-29).
jefe de la primera sección (Teología) se En resumen, los catálogos especiales
le encargaba “llevar además el libro de que debían formarse eran:
entradas ó inventario general” (donde
debía hacer constar además el origen • de los autógrafos y la cartografía
del ingreso: compra, canje o dona- argentina
ción) y “entregar y recibir los libros • de las cartas geográficas, planos y
que se manden al taller de encuaderna- mapas
ción, para pasarlos luego á las corres- • de las estampas
pondientes secciones bibliográficas” • de la Sección Americana
(Quesada, 1879: 27). • de las publicaciones argentinas
El jefe de la 2ª sección (Ciencias • de las obras anónimas, descaba-
Sociales), además de las tareas propias, ladas o inútiles
tendría a su cargo la elaboración de • de los periódicos nacionales y
la estadística y el seguimiento de las extranjeros.

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Con respecto a la parte técnica de la la relación de las obras enviadas por


catalogación proponía, como mencio- la Biblioteca Pública a la Exposición
namos, el doble catálogo: el alfabético Universal de París.
y el sistemático. Así, “el título de un La ampliación se realizó sobre un
libro debe copiarse: 1° en el inventario terreno aledaño desocupado que había
ó libro de entradas; 2° en las papeletas sido el patio del Crédito Público,
por materias y los alfabéticos por el sin quitar espacio a las antiguas salas
nombre de autores; 3° en los grandes y depósito, y significó una mejora
catálogos sistemáticos ó alfabéticos, sustancial para la atención del público.
que son los catálogos permanentes: las Sus dimensiones no eran muy amplias,
papeletas forman el catálogo manuable pero tenía luz vertical, cuatro pisos de
ó movible” (Quesada, 1879: 32). estanterías con balcón corrido y esca-
Acerca de las llamadas “papeletas”, leras angulares, armarios vidriados y
antecedente de las fichas catalográ- cómodos muebles.
ficas, sugirió que fueran impresas (en De acuerdo en lo fundamental con lo
cartulina, para resultar más consis- propuesto por Quesada en su proyecto,
tentes y durables), de modo que el a los cuatro cuerpos en que estaba divi-
empleado no tuviera sino que llenar dida la estantería del salón de lectura
la columna con la anotación corres- se le hicieron corresponder proviso-
pondiente. También se dejaba en ellas riamente cuatro grandes secciones
un amplio espacio para consignar las para distribuir las 8.700 obras que se
diferentes observaciones a que puede ubicaron en la nueva sala:
dar lugar un libro: “si tiene láminas,
cuántas; si planos ó mapas, si anota- • Jurisprudencia, administración y
ciones autógrafas, etc.” (Quesada, ciencias correlativas
1879: 33). Tomaba a las papeletas • Ciencias naturales y exactas, artes
como base para la formación o copia y oficios
en los libros de catálogos, y esta- • Historia, geografía, viajes y corre-
blecía un sistema de sellado en ellas lativas o contribuyentes
para comprobar que efectivamente • Religión, filosofía, educación, lite-
hubiesen sido copiadas. ratura, etc.
La tan reclamada construcción de la
nueva sala de lectura iniciada en mayo Cada sección tenía su catálogo parti-
de 1877 pudo concluirse, tras varias cular en orden alfabético de autores,
postergaciones, recién en septiembre “expresándose lo principal ó sustancial
de 1879, siendo ya su director Manuel de los títulos, el lugar y el año de la
Ricardo Trelles (Quesada había edicion, el número de volúmenes y el
renunciado en febrero). Durante marginal que indique su colocacion”
esos meses, la Biblioteca permaneció (Memoria 1879: 588).
cerrada al público y, hasta el nombra- Hacia enero de 1880 estaba avanzada
miento de Trelles, administrada la confección de los índices de las dos
de manera interina por los oficiales principales secciones y se planeaba
Nicolás Massa y Enrique Quesada. hacerlos imprimir apenas concluidos.
De este período data el volumen de Anota Trelles: “Esta publicacion va á
cien páginas impreso en forma de llamar naturalmente la concurrencia
catálogo sistemático alfabético, con de muchas personas entendidas que

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

ignoran hasta el presente las riquezas volúmenes impresos, de todo formato


de ese género que encierra nuestra e índole (Groussac, 1867: xlvi). La
Biblioteca en obras que será indis- divergencia entre las cifras de los
pensable exhibirles en el lamen- inventarios y las que deberían ser por
table estado en que se encuentran, si los acrecentamientos sucesivos son
antes no es posible restaurarlas [...]” producto, según Groussac, de que no
(Memoria 1879: 595). se incluían las entregas que luego resul-
Deseaba que, una vez finalizada la taban encuadernadas en volúmenes.
clasificación y terminados los índices Con el nombramiento de Paul Groussac
de las cuatro secciones, quedará en enero de 1885, y durante su gestión
concluido a su vez el gran catálogo– extendida por más de cuarenta años,
inventario de las existencias de la comenzó para la Biblioteca una época
Biblioteca. Además, dedicó gran de modernización y estabilización
parte de sus esfuerzos a completar y de progreso material, metódico
y reubicar las colecciones de perió- y sistemático. Aunque pueda atri-
dicos –en particular los americanos buírsele cierto desdén hacia lo que
y argentinos–, haciendo encuadernar llamaba en Quesada “un ligero acceso
numerosos volúmenes en el taller de de bibliomanía”, por sus inagotables
la Biblioteca. citas de Brunet, Constantin, Cousin
Su Revista de la Biblioteca Pública, “y demás profetas de esta teneduría
continuación de la Revista del Archivo trascendental” (Groussac, 1901: 56),
General, del que Trelles había sido comprendía con claridad cuáles eran
antes director, se publicó en cuatro el objeto y los destinatarios de una
volúmenes de 1879 a 1882. En el biblioteca pública, y por ello se abocó
último de ellos se incluyó a modo de a elaborar “el modo de distribución
anexo la memoria anual correspon- más accesible al mayor número de
diente a 1881; en ella Trelles consi- lectores, el que, con ser el más elástico
deraba que el plan propuesto para y claro, sea también el más racional”.
la clasificación y catalogación de las Aseguraba que “un catálogo es por
obras en la Biblioteca, había produ- excelencia una obra de vulgarización,
cido en la práctica buenos resultados un instrumento de manejo inmediato
(Revista, 1882). y fácil” (Groussac, 1967: lix).
La federalización de la ciudad de Entre sus ideas para la organización de
Buenos Aires, en 1880, condujo natu- la Biblioteca, estaba la de no confundir
ralmente al traspaso al ámbito nacional la estructura de un catálogo metódico
de los tres establecimientos contiguos con la clasificación filosófica de los
y de carácter fundacional: el Archivo, conocimientos humanos; al contrario,
el Museo y la Biblioteca provin- sostenía que las clases de un catálogo
ciales. La entrega se concretó el 9 de debían ser “las más usuales y las que
septiembre de 1884, bajo la dirección respondan á las analogías más naturales
de José Antonio Wilde, quien falleció y evidentes” (Groussac, 1967: lviii).
poco después. Esas analogías, usuales y consagradas
Del inventario general practicado a los pero parciales, se completarían con
fines de la transferencia jurisdiccional llamadas, remisiones y referencias a
en 1882, surgió que la Biblioteca tenía otros grupos relacionados, y recomen-
en ese momento un total de 32.600 daba que: “No sólo conviene indicar

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

la remision (renvoi) á otra division tiendo que, aunque fuera producto


interesada, sinó repetir allí mismo la de un criterio científico ampliamente
descripcion parcial ó total de dicha consensuado, todavía estaría muy lejos
obra” (Groussac, 1967: lxv). de solucionar el problema bibliográ-
Por ello, las clases y divisiones que fico: “La bibliografía muy poco tiene
presidieron el ordenamiento de la que ver con la filosofía de las ciencias.
colección fueron regidas –siguiendo A la clasificación lógica no le incumbe
el espíritu de lo iniciado por cuidar de la comodidad de los estu-
Quesada– por el criterio de generali- diosos, en tanto que la bibliografía
zación decreciente–, predominando debe tenerla por primer y casi único
en las subdivisiones el carácter utili- fin” (Groussac, 1967: lvii). Haciendo

Libro de donaciones

tario: “El bibliógrafo [...] tiene que un repaso por las diferentes clasifica-
rechazar prudentemente todo espí- ciones filosóficas ensayadas por Bacon,
ritu sistemático y reducir las mismas Spencer y Comte, asegura que no es su
innovaciones de detalle á lo estric- intención discutir sus principios sino
tamente indispensable. No es su demostrar su falta de aplicabilidad al
catálogo el que está encargado de objeto práctico de ordenar una colec-
instruir á los lectores, sinó sus libros; ción como la de la Biblioteca.
y lo más á que pueda aspirar, es el Como vimos, en la segunda mitad del
método claro y sencillo que torne siglo XIX, la vigencia de la influencia
supérflua su personal intervencion” francesa y, en particular, la del sistema
(Groussac, 1967: lviii). de Brunet, habían sido sancionadas
En su prefacio al primer tomo del como paradigmáticas, aunque su
Catálogo metódico publicado en utilización –en general– se limitó a la
1893, vuelve sobre la sugerencia de la organización de las secciones y fondos,
Comisión de 1833 (aquella de formar puesto que los catálogos que hasta
el catálogo general en base a una exacta entonces se confeccionaban tenían una
clasificación de las ciencias), advir- ordenación alfabética. A pesar de ello,

455
LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

era manifiesta la preocupación por ciales. Sin embargo, opinaba Groussac


organizarlos mediante criterios sistemá- que el Manual de Brunet “está plagado
ticos. Por origen y por formación, no de atribuciones dudosas, por no
debía esperarse otra cosa de Groussac. haberse empleado el método de las
De este modo, la publicación en 1893 repeticiones” (Groussac, 1967: lxv).
del Catálogo metódico de la Biblioteca Aun admitiendo que iba a proceder
Nacional, puede ser señalada si duda con alguna timidez, por no querer
como un punto de inflexión en este apartarse de los usos tradicionales,
recorrido por la historia de la Biblio- alentó el uso intensivo de las repeti-
teca. Pensado en principio para ser ciones, siempre que se las considerara
completado en tres volúmenes, se necesarias, ubicando obras que parti-
concluyó con un séptimo recién ciparan de varias materias distintas en
en 1932. Los dos primeros fueron las diferentes secciones en que podrían
impresos en “las prensas incompa- ser buscadas por los estudiosos.
rables de Coni, el Didot argentino” Haciendo una somera comparación
–como lo llama Martínez Zuviría–; los entre las grandes divisiones de ambas
siguientes en los talleres tipográficos clasificaciones, hallamos la ausencia
de la propia Biblioteca Nacional: de la Teología como gran división en
el Catálogo Metódico que en la obra
1893 | I - Ciencias y Artes | 500 p. de Brunet está altamente desarro-
incluyendo como prefacio la llada. Esta falta puede explicarse por
Historia de la Biblioteca el casi nulo desarrollo de esa sección,
Nacional escrito por Groussac, estacionaria por naturaleza en los
y seguido de una tabla alfabética tiempos precedentes ilustrados y
de autores que se continuaría en positivistas. A la muerte de Groussac,
los siguientes volúmenes. sin embargo, habían quedado prepa-
1900 | II - Historia y Geografía | 693 p. rados –en fichas–, el catálogo de
1911 | III - Literatura | 932 p. Religión y uno sobre Ciencias Sociales
1915 | IV - Derecho | 776 p. (Selva, 1944: 557).
1919 | V - Ciencias y Artes 2ª. parte |
1044 p. Manual de Brunet Catálogo metódico
1925 | VI - Historia y Geografía Theologie
2ª parte | 970 p. Jurisprudence Derecho
1932 | VII - Literatura 2ª. parte | 655 Sciences et Arts Ciencias y Artes
p. seguido de la tabla alfabé- Belles Lettres Literatura
tica de autores y agregándose Historie Historia y Geografía
otra auxiliar de seudónimos y
nombres. Todas las secciones de “Generali-
dades” tienen las mismas subsecciones:
Las modificaciones practicadas por Diccionarios, Periódicos y Revistas,
Groussac al canónico sistema de Enseñanza, Sociedades, Congresos
Brunet no resultaron del todo arbi- e Historia.
trarias, ya que el mismo Brunet, en Entre las divisiones de Literatura
la introducción a la 5ª edición de su y Belles Lettres hay diferencias
repertorio, acepta cambios circunstan- conceptuales: por ejemplo, Groussac

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

coloca a las Biografías en Literatura, 1901 Catálogo de revistas y perió-


mientras que Brunet lo hace en dicos existentes en la Biblioteca
Histoire (XII, Biographie). En cuanto Nacional, con exclusión de los
a Derecho, Groussac desarrolla una diarios políticos. Imprenta de la
clasificación más moderna, acorde con Biblioteca Nacional, 48 p.
el Derecho en Argentina. 1902 Catálogo de las obras que los
En la división Ciencias y Artes encon- lectores pueden consultar en
tramos que, habiendo grandes coin- los pupitres laterales del salón
cidencias en las subdivisiones, en las de lectura. Imprenta de la
nomenclaturas menciona Groussac Biblioteca Nacional, 48 p.
a muchas de ellas como Ciencias 1902 Catálogo de las obras que se
(Filosóficas, Matemáticas, Físicas, encuentran en mayor cantidad.
Naturales, Médicas), citando en Imprenta de la Biblioteca
última instancia un “Apéndice a las Nacional, 32 p.
Ciencias : Ciencias ocultas, Alquimia 1904 Catálogo de los documentos
y Magia”. Dicho apéndice aparece del Archivo de Indias relativos
también en Brunet (XIII Apéndice al Río de la Plata que se hallan
aux Sciences, p. VIII) pero mucho publicados en la Colección de
más desarrollado; esto puede deberse documentos inéditos, con refe-
a la gran cantidad de obras de ese tipo rencia al catálogo formado por
que se podían encontrar en Europa, a el Ministerio de Relaciones
diferencia del ámbito americano, o al Exteriores. Imprenta de la
menos en la reducida colección de la Biblioteca Nacional, 12 p.
Biblioteca Nacional. 1904 Catálogo de revistas y perió-
Por otra parte, se inició bajo su direc- dicos existentes en la Biblioteca
ción la redacción sistemática de las Nacional, con exclusión de los
fichas que constituyeron el catálogo diarios políticos. Imprenta de la
manual de la Biblioteca: muchas de Biblioteca Nacional, 80 p.
ellas, que todavía se conservan en el 1905 Catálogo por orden cronoló-
gico de los manuscritos rela-
sector de Referencia, están manus-
tivos a América existentes en la
critas por el propio Groussac. Las
Biblioteca Nacional. Imprenta
papeletas (como se las llamaba) tienen de la Biblioteca Nacional, 394
un formato vertical y su tamaño es de p., con una nota introductoria
9,5 cm de ancho por 12,5 cm de alto, sin título firmada P.G. [Paul
anterior al formato apaisado universal- Groussac].
mente aceptado de 12,5 cm de ancho 1906 Repertorio cronológico y alfabé-
por 7,5 cm de alto. tico del Catálogo de documentos
Además del catálogo de las obras del Archivo de Indias referente al
enviadas a la Exposición de París y Río de la Plata: este trabajo no
de la serie de catálogos metódicos tiene más objeto que facilitar a los
hechos imprimir bajo la dirección de estudiosos el manejo del desor-
Groussac –y concluida por Martínez denado e incompleto Catálogo
Zuviría en 1932–, hacia 1910 podían que se menciona y del que viene
encontrarse en la Biblioteca otros catá- a ser apéndice. Imprenta de la
logos impresos: Biblioteca Nacional, 102 p.

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

1909 Índice del catálogo metódico solitario y en algún modo autocrático


de la Biblioteca Nacional: en del siglo XIX, nos encontremos hoy
el que se presenta el sistema con profesionales bibliotecarios que
de clasificación adoptado en no pueden ni deben encarar su labor
el establecimiento. Taller sin una apertura hacia las instituciones
Tipográfico de la Biblioteca y pares con los que precisa colaborar
Nacional, 16 p. para que su trabajo no sea un vano luci-
miento personal si no resulta beneficioso
Este recorrido al que damos un corte y útil para quienes son los destinatarios
no del todo caprichoso en los años naturales del esfuerzo: investigadores,
del Centenario continúa de un modo estudiosos, lectores ávidos en general.
más cercano al que todos conocemos. Que la integración en equipos de
Hacia 1909–1910 se da la apari- trabajo en los que se requiere del inter-
ción, en principio todavía tímida, cambio, la colaboración, la coopera-
de la bibliotecología angloameri- ción y la comunicación sean vectores
cana, con “el primer curso sobre que atraviesen todas las instancias
la materia dictado en el país por el desde de las cuales de común acuerdo
ingeniero Federico Birabén, ardoroso participemos y nos impliquemos
propagandista del sistema decimal” como protagonistas del hacer en un
(Buonocore). rol activo y creativo encaminado a un
Recordemos que Manuel Selva fue compromiso con la tarea iniciada.
uno de los primeros alumnos de aquel Consideramos que hoy nuestro
curso dictado en la Escuela Normal de papel debe tener dos ejes: por un
Profesores Mariano Acosta. Incorpo- lado incorporar como herramientas
rado a la Biblioteca Nacional en 1912 de trabajo las nuevas tecnologías y
como auxiliar de novena categoría, por otro aquella antigua misión de
y llegando a ser jefe de la sección ser facilitadores del conocimiento.
Bibliografía y secretario general de la Para esto es necesario mantener una
institución tras periódicos ascensos, actitud de permanente inquietud
Selva será el siguiente eslabón que intelectual, sin perder de vista el
va a marcar la historia técnica de la carácter eminentemente humanista
Biblioteca, la cual introducirá las de nuestra profesión. En particular,
reglas de catalogación vaticanas, en esta nuestra Biblioteca, que fue
también inspiradas en las recomenda- pensada como construcción colectiva
ciones de la A.L.A., pero su estudio y se convirtió en un reservorio patri-
forma parte de otro trabajo. monial y cultural nunca exento del
Para finalizar, y en el marco del tema devenir político, social y económico
que nos convoca, que es la coopera- del país del cual es símbolo.
ción, querríamos con esta presen-
tación invitar a reflexionar en este
Encuentro acerca de nuestro rol (*) Ponencia realizada en el II
bibliotecario y de los cambios que ha Encuentro Nacional de Cataloga-
tenido nuestra práctica profesional a dores en la Biblioteca Nacional de la
lo largo del tiempo. República Argentina del 25 al 27 de
Pensemos como transformación positiva noviembre de 2009.
que del lugar humanista y erudito pero

458
BIBLIOGRAFÍA

Acevedo, H. (1992), “Biblioteca Nacional de Argentina” en: Boletín de Anabad, tomo 42, n° 3-4. [recuperado
de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=224204].
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460

Aproximación al archivo de
Dardo Cúneo y a los sentidos de
una práctica social
Por Vera de la Fuente
La figura de Dardo Cúneo nos ofrece un singular
itinerario. En él no sólo podremos encontrar una
escritura sofisticada, una poesía atrayente y una
rigurosidad periodística que se manifiesta en
sus crónicas, sino también una vida intelectual
y política de enorme relevancia. Sus primeros
pasos de filiación socialista, vocación fundada
en la biblioteca paterna, su adscripción a los
proyectos desarrollistas, su labor parlamentaria,
su proximidad a las orientaciones económicas
del ministro Gelbard, su exilio en Venezuela
y su posterior adhesión al radicalismo, que le
otorgó la responsabilidad de dirigir la Biblioteca
Nacional, son las estaciones más visibles de una
vertiginosa experiencia.
Reconstruir la trayectoria de Cúneo y las derivas
políticas argentinas a partir de su archivo personal,
nos arroja a una serie de consideraciones que
hacen a la pregunta por la propia naturaleza de
la labor archivística. ¿Qué fuerzas son las que
interpretan un archivo? ¿Es posible, a partir del
trabajo de archivo, con sus formas clasificatorias
y sus procedimientos, reconstruir la sensibilidad
biográfica que subyace en todo aquello que luego
vemos escrito y hablado? ¿Qué tipo de disponi-
bilidad debe ejercitar un investigador que quiera
interrogar aquel territorio subjetivo? Aquí se
ofrece un intento que nace del propio orden rigu-
roso que Cúneo dio a sus materiales de archivo.
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

“Como quien consulta su mochila, Sin duda, cuando llevan la firma de


me atrevo a recorrer mis carpetas personalidades prestigiosas, ciertos
–inquieto archivo– de apuntes y documentos como cartas y otros escritos
recortes para poner, nuevamente, en íntimos, o los borradores y originales de
acción –en marcha– estas prosas de escritores, son afanosamente buscados
milicia. Aquí reordenadas, anticipan por estudiosos y coleccionistas, siendo
la impresión de caminos que no han su fetichización y consecuente hiperva-
concluido, que no concluyen, que nos lorización monetaria una considerable
esperan...”. amenaza para la integridad de estos
Dardo Cúneo, El Militante, III. fondos documentales. Pero más allá
de ese dudoso privilegio del que gozan
Originados en un ámbito íntimo, sólo algunos papeles de autores reconocidos,
en ocasiones los archivos personales valiosos archivos reunidos por hombres
se convierten en material de estudio y mujeres intelectuales, militantes polí-
y uso público en instituciones como ticos y sociales, periodistas, editores,
archivos históricos, bibliotecas, museos científicos, artistas..., tienen todavía un
y centros de investigación. Los mate- destino incierto, y raramente se salvan
riales así reunidos y convertidos en de la destrucción o la dispersión tras la
documentos, se encuentran ligados muerte de su productor o de sus fami-
de diversas maneras a la vida, labores, liares, cuando no son vendidos a insti-
intereses, afectos y vínculos de un ser tuciones del exterior.
humano inserto en cierto entorno social Reconociendo la necesidad de colaborar
y cultural en una época determinada. en el rescate, preservación y difusión
Aunque se reconoce su valor irreem- de este tipo de acervos documentales,
plazable como fuentes primarias para desde el área de Archivos y Colecciones
la investigación, en Argentina los Particulares de la Biblioteca Nacional
archivos personales ocupan todavía se vienen desarrollando una serie de
una zona no muy explorada en sus acciones que ya empiezan a dar sus
especificidades dentro del deno- primeros frutos. Así, se han dispuesto a
minado “patrimonio documental” la consulta pública importantes archivos
de la sociedad. Es común por ello que atesoraba la institución desde hacía
que muchas veces no alcancen a ser tiempo, mientras se tendían nuevos
visualizados como tales, por lo que vínculos con investigadores, institu-
puede suceder, por ejemplo, que al ciones afines y potenciales donantes.
momento de decidir el destino de una De la fertilidad de esos vínculos y de
importante biblioteca particular, los cuánto representan para el fortaleci-
“papeles” que la acompañan resulten miento de estas iniciativas nos habla
en cambio sencillamente abando- también la reciente adquisición del
nados, o que, aun si se repara en su archivo de Dardo Cúneo, del que nos
valor y se decide conservarlos, queden ocuparemos en estas líneas.
por mucho tiempo por fuera de los Las conversaciones que entablamos a
catálogos o instrumentos de acceso de mediados de 2008 con la familia Cúneo
las bibliotecas, como parte de lo que comenzaron a partir de una referencia
la Association of Research Libraries proporcionada por una de las primeras
denomina “Hidden Collections” investigadoras del Archivo –Flavia
(Colecciones Escondidas). Fiorucci–, quien nos alentó a contac-

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

tarnos con el escritor. Sabiendo de la unos 8.000 volúmenes dedicada en


importancia del archivo por él reunido, buena parte al pensamiento socialista
consideramos que el vínculo que y la historia latinoamericana. Dardo
Cúneo había tenido con la Biblioteca Cúneo (hijo) viajó poco después desde
–de la que fue director entre 1985 y España manifestándonos también su
1988– hacía doblemente pertinente interés por la iniciativa. La propuesta
una propuesta institucional que permi- que entonces planteamos formalmente
tiera preservar esos materiales y brin- fue recibida con confianza y gene-
darlos a la consulta. Tuvimos en cuenta rosidad por la familia, que resolvió
también la participación de Cúneo en donar íntegramente a la Biblioteca

Voto contra Cúneo

el proyecto del frondizismo, lo que Nacional este valioso acervo docu-


sugería fuertes puntos de contacto con mental. Así fue que con mi colega Ana
uno de los archivos más importantes Guerra comenzamos las tareas de rele-
que custodia la Biblioteca. vamiento, inventario y organización
Dada la avanzada edad de Dardo, necesarias para el adecuado traslado
fueron sus hijos nuestros principales del archivo, concretándose en junio
interlocutores. Graciela Cúneo nos de 2009 la mudanza de las 162 volu-
acompañó desde la primera cita, en minosas cajas que reunían los registros
la que pudimos conocer a su padre y más completos de la trayectoria inte-
visitar el estudio donde se encontraban lectual y política de Dardo Cúneo,
su archivo y una preciosa biblioteca de incluyendo sus publicaciones, los

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

borradores y originales de sus obras, Dardo Cúneo intenta pensar en un


sus apuntes y notas de trabajo, su caso concreto la primera de esas dos
correspondencia, una enorme cantidad instancias, indagando en las significa-
de recortes de prensa e impresos sobre ciones o los sentidos que tienen esas
temas de su interés, así como fotogra- prácticas y los archivos mismos para
fías y otros materiales ligados a sus las personas que los reúnen, por qué
diversos ámbitos de labor. y cómo lo hacen, cómo se relacionan
Cuando un archivo personal llega a con ellos. Al mismo tiempo, queremos
atravesar de este modo las fronteras de dar un panorama inicial de los mate-
lo privado para pasar a formar parte riales reunidos en este archivo, que
del acervo de una institución, múlti- revisten sin duda de un enorme valor
ples factores y agencias han empezado para la investigación.
a intervenir sobre el corpus original
de ese archivo, incluidos los procedi-
mientos que a partir de entonces se El archivo como habitus
realizan para su preservación, descrip-
ción y uso público. Conscientes tanto Al encontrarnos frente a los papeles
de su interés para la investigación que Dardo Cúneo ha guardado a lo
como del valor emotivo adicional que largo de su vida, abocadas a la tarea
habitualmente tienen para quienes los de descubrir su archivo, ingresamos en
han conservado antes que nosotros, su un singular universo de sentido. Como
delicada materia nos interpela de una disponiéndonos a un viaje, empezamos
manera especial. Esos papeles forman a recorrer los estantes de la biblioteca
parte, en efecto, de una memoria y los rincones del escritorio, abrimos
familiar y social que contribuimos a las primeras cajas, hojeamos carpetas y
modelar al tiempo que se convierten cuadernos. Comenzamos a reconocer
en nuestro objeto de trabajo. los trazos de una escritura peculiar, las
Un archivo personal constituye sin abundantes huellas de su quehacer coti-
dudas un artefacto cultural complejo, diano, las imágenes y fragmentos que
producto de determinadas prácticas dibujarán lentamente los contornos de
y representaciones sociales, al que es una biografía posible.
posible reconocer –en sentido derri- Pero, ¿de dónde proviene ese afán que
deano– no como un corpus cerrado, sino llevó a Dardo Cúneo a seleccionar, clasi-
como proceso de archivación siempre ficar y conservar infinidad de papeles,
inacabado en el que se inscriben suce- propios y ajenos? ¿Qué significa esa
sivamente nuevas marcas y sentidos. práctica cotidiana de archivo? Sin
En ese proceso podemos distinguir pretender cerrar estas preguntas, inten-
–esquemáticamente– dos instancias taremos articular algunas reflexiones
o dos momentos del archivo: por un que nos aproximen conjeturalmente a
lado, el de las prácticas ligadas a su crea- una dinámica de la subjetividad, la que
ción y uso en el ámbito privado; por creemos se expresa de algún modo en
otro, aquellas vinculadas a su devenir la naturaleza de esas prácticas y en el
público, en donde cobra importancia contenido de su archivo.
fundamental la intervención técnica En principio, y en tanto práctica social,
y su voluntad normalizadora. La podemos afirmar que el conjunto
presente aproximación al archivo de de pequeñas acciones asociadas a la

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

creación y uso de un archivo personal El archivo personal está lleno de


forma parte de un habitus, una dispo- memoria, ella es su materia y su
sición mediada culturalmente, cuyo función. Sostiene porque su sistema
sentido puede vincularse a un arco parece capaz de contener de algún
amplio de motivaciones, funciones modo –a través del tiempo y la
prácticas y valores de dimensiones fluidez del mundo– el devenir de un
memoriales e identitarias. El archivo nombre propio.
personal está conformado por objetos
significativos en tanto testimonios de un Sin embargo, muchos problemas
pasado, de una historia personal y fami- se nos plantearían al querer asir ese
liar, o de aquellos momentos y viven- “quién” que atesta el archivo personal,
cias que deseamos retener con nosotros. resultado incompleto y siempre provi-
El archivo también surge en relación sorio de sus actos de identificación,
a nuestra actividad vital y alberga su de su esfuerzo permanente de síntesis
producto, como el de nuestros placeres, entre lo mismo y lo otro, que adquiere
trabajos, intereses. Por otra parte, todos consistencia en las múltiples formas
vivimos en la necesidad de determinar –tanto cotidianas como literarias– de
nuestra identidad, filiación y condición narración de sí. El archivo participa
civil, fiscal, académica, laboral, por lo indudablemente de esas formas de
que vamos reuniendo las constancias subjetivación, de los modos en que
que demandan los diversos planos de la un sujeto puede pensarse o verse a sí
vida moderna, sobre las cuales tejemos mismo, y consecuentemente otorgar
además significaciones y afectos. Pero cierta unidad y sentido a su vida.
si bien podemos imaginar un nivel Los papeles de Dardo Cúneo (y su
de virtual universalidad del archivo preciosa biblioteca, parte integrante
personal, lo interesante es observar que del fondo documental) constituyen
las modalidades precisas de este habitus así una ventana a la subjetividad de un
estarán sin duda relacionadas a una hombre, y a través de él a un tiempo
historia y a unas particulares condi- histórico que se extiende desde su
ciones de existencia. juventud bajo la dictadura de Uriburu
¿Tendríamos entonces que empezar por y sus más recientes años de trabajo y
preguntarnos quién es Dardo Cúneo? escritura, hacia 2004.
Cuando cumplía sus 80 años –actual- Rodeado desde la infancia de libros,
mente tiene 96–, Cúneo escribió un crecido entre imprentas y periódicos e
breve texto titulado “Balance octoge- imbuido de ese “ambiente cultural” de
nario”, dedicado “A mis nietos”, que fuerte tradición iluminista, el archivo
comienza del siguiente modo: parece haber sido para Cúneo un
habitus adquirido a partir de ciertos
“Soy un viejo socialista. Viejo porque modelos que le fueron cercanos. A
corresponde –con resistencias posi- menudo –como en la cita del epígrafe–
bles– al orden biológico. Socialista alude orgullosamente a su archivo en
por disposición y ambiente cultural sus escritos, publica y comenta manus-
(la biblioteca de mi padre), dispo- critos que tiene en su poder –de autores
sición en que me confirmo y, por lo como Alfredo Palacios, Mario Bravo,
tanto, me sostiene”. José Ingenieros, Esteban Echeverría,
entre muchos otros–, nos hace saber

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Borrador “Balance
octogenario”

de las colecciones que los viejos socia- el oficio de escritor socialista parece
listas han reunido, en las que ha podido capaz de estructurar subjetivamente
trabajar y aprender el valor del archivo. la propia vida.
Ese habitus, asociado tanto a una El archivo nos habla así tanto del
condición social como a una historia hombre como del mundo que lo
y a una experiencia personal, adquiere habita, pero al hacerlo nos trans-
una dimensión mayor que se rela- mite también –con todas las marcas
ciona claramente con su práctica de autenticidad de lo vivido– una
intelectual y política, que él dice toda memoria. Leonor Arfuch ha desta-
junta: “militancia”. El socialismo en cado sugerentemente esa vecindad
el que abreva Cúneo se enmarca en entre memoria y archivo, en la que
una época en que la razón y las ideas ambos operan “iluminando escenas,
–impulsadas desde la imprenta y el momentos, impresiones, con su
partido– tienen todavía un rol funda- correlato obligado de olvidos, silen-
mental, ofreciendo al intelectual un cios, represiones (...) los rastros son
lugar claro y definido en el proyecto a menudo fragmentarios y la parte
colectivo. En ese universo, signado sólo adquiere sentido en relación
por el prestigio de la palabra impresa, a una totalidad hipotética aunque

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inalcanzable”. En efecto, cualquier lógica a la vez, instituye un principio


ilusión de integridad es sólo aparente, de sentido, que en el caso del archivo
en tanto “en uno y otro caso, el cuerpo personal trabaja sobre la propia vida.
de la vida se ha perdido, difuminado Siempre se trata de la producción de
entre pasado y futuro, dejándole al una inscripción, ya sea de un pensa-
presente sólo el trabajo de la lectura y miento (a través del acto de escritura,
la interpretación”. por ejemplo), de una imagen (una
Memoria y archivo comparten entonces fotografía, un video) o de cualquier
alguna naturaleza, cierta semejanza, otra forma de impresión del aconte-
la que reside esencialmente en su cimiento sobre un soporte exterior. Si
común carácter narrativo. De allí que pensamos, como sugiere Derrida, que
la “puesta en orden” del archivo que esa inscripción es parte de la produc-
Dardo Cúneo habrá efectuado no una ción misma de aquello que registra,
sino varias veces, en diversos momentos el archivo resulta ser, a la vez, institu-
de su vida, pueda concebirse como yente y conservador de un pasado que
construcción autobiográfica: “No hay se proyecta hacia el futuro.
un orden previo de la vida que el relato Las palabras de Dardo Cúneo que
[o el archivo] venga a reponer, sino que citamos en el epígrafe refieren precisa-
se trata de un orden construido, perfor- mente a esa función y a esa dinámica
mativamente, en el trabajo mismo de del archivo como un proceso abierto
la narración”. Nunca se narra, además, y constitutivo de la propia identidad
en soledad, sino en diálogo con otros, personal. Práctica plural e incesante,
en los que nos referenciamos para el archivo es un espacio de inscripción
identificarnos y diferenciarnos, a partir al que volvemos una y otra vez: revi-
de los modelos y valores biográficos de samos, seleccionamos, reordenamos
los que nos apropiamos. Es desde esta nuestros papeles, releemos nues-
perspectiva que podemos decir que el tras escrituras, modelamos nuestros
archivo de Cúneo organiza y soporta recuerdos. Con un lenguaje propio, el
materialmente un relato de sí, o quizá archivo personal participaría entonces
varios, tramados en formas complejas y de aquel universo que Arfuch ha deno-
a partir de textualidades diversas, cuya minado “el espacio biográfico”, estable-
evidente polifonía nos ofrece una clara ciendo un horizonte de inteligibilidad
visión de la imbricación de lo social o lo orientado a “aprehender la cualidad
colectivo con lo individual, lo íntimo, evanescente de la vida (...) oponiendo,
lo singular de una vida. a la repetición abrumadora de los días,
¿Con qué categorías podemos pensar a los desfallecimientos de la memoria,
el habitus de archivo? ¿A qué princi- el registro minucioso del acontecer, el
pios organizativos atribuir su lógica y relato de las vicisitudes o la nota fulgu-
su sistema? rante de la vivencia, capaz de iluminar
Como recuerda Derrida, la noción de el instante y la totalidad”.
archivo (arkhé) remite al lugar desde El archivo personal puede pensarse
donde el orden es dado. El momento también como una forma compleja
del archivo es el de la consignación, la de escritura de sí, una práctica que
reunión de los signos, y su asignación a podríamos inscribir entre aquellas
una topología determinada. Ese orden que Michel Foucault ha denominado
establece una secuencia temporal y “tecnologías del yo”. Esas tecnologías

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consisten en una serie de prácticas de sí, lo que otorga al gesto un signi-


u operaciones que el sujeto realiza ficado ambiguo de resguardo y expo-
“sobre su cuerpo y su alma, pensa- sición de esa interioridad.
mientos, conducta, o cualquier forma En estas prácticas de archivo encon-
de ser” dirigidas a su transformación tramos también mucho de la pasión
y perfeccionamiento. Foucault hace del coleccionar, un tema que ha intere-
una genealogía de esas prácticas, que sado a Walter Benjamin y al que dedica
tendían en la antigüedad al “cuidado un breve ensayo autobiográfico. En él
de sí”: ellas implicaban reservar coti- Benjamin se propone compartir más
dianamente un tiempo dedicado a que nada un sentimiento: “la disposi-
la reflexión sobre sí mismo y sobre ción afectiva, para nada melancólica,
lo actuado, meditaciones que se más bien tensa” que los libros despiertan
volcaban a menudo en la escritura de en el coleccionista verdadero. Significa-
cuadernos y notas que debían luego tivamente, es en medio del desorden de
ser releídas, o en la redacción de su biblioteca, mientras “el tedio afel-
cartas a los amigos y maestros. Aquel pado de la clasificación no la envuelve
precepto, uno de los más importantes aún”, cuando Benjamin se dispone a
principios morales que regían la vida hablarnos: “¿Qué es una biblioteca, sino
social y la conducta personal, se rela- un desorden donde el hábito ha sabido
cionaba también con el principio del instalarse tan bien que puede revestir la
“conocimiento de sí”, que terminó apariencia de un orden?”.
primando en la modernidad. Ese orden no sería sino “un juego de
El archivo personal trae esa marca equilibrio” en el que el coleccionista
de origen, alimentándose tanto se mueve “por encima del abismo”.
del cuidado de sí como del deseo Benjamin pareciera remitirnos con esto
de guardar registro (muchas veces a una idea de la colección como conjura
secreto) de lo actuado o lo vivido, esta- del abismo, del vacío que amenaza con
bleciendo así una especie de verdad disolver al sujeto, porque “si toda pasión
propia. Fruto de una actividad auto- linda con el caos, la pasión del coleccionar
rreflexiva, el archivo participa incluso linda con el caos de los recuerdos”.
en su materialidad de ese movimiento El coleccionista benjaminiano dispone
introspectivo que constituye al sujeto a sus objetos en un “círculo mágico”,
moderno. Por eso suele encontrarse estableciendo con ellos un lazo que no
en esos rincones que tan bien describe subraya su valor de uso, sino que hace
Gastón Bachelard: “El armario y sus renacer al objeto junto al sujeto en una
estantes, el escritorio y sus cajones, nueva trama, aquella en la que puede
el cofre y su doble fondo, son verda- ver “el teatro de su destino”. Orden
deros órganos de la vida psicológica y caos, pasado y presente, abismo y
secreta. Sin esos ‘objetos’, y algunos destino son los polos que subtienden
otros así valuados, nuestra vida íntima la vida del coleccionista y la actividad
no tendría modelo de intimidad”. Sin misma del coleccionar. La colección
embargo, con una lógica cercana a permite al hombre enfrentar la disper-
la literatura confesional (memorias, sión y el desorden del mundo creando
diarios íntimos), el archivo evidencia un nuevo orden, el que lo vincula a las
al mismo tiempo una voluntad de cosas y a su propia historia como una
crear y transmitir una cierta imagen memoria práctica.

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Otra importante reflexión sobre de sus actividades ni tampoco ser


el coleccionismo es la de Jean sencillamente atribuido a una inten-
Braudillard, quien se pregunta por cionalidad determinada. La lógica que
aquellos objetos antiguos que “parecen intentamos encontrar en el conjunto
contradecir las exigencias del cálculo heterogéneo de materiales reunidos
funcional para responder a un deseo por Cúneo no pretenderá entonces
de otra índole: testimonio, recuerdo, explicarlo todo, por lo mismo que
nostalgia, evasión”. Por eso, piensa resultaría ingenuo postular que un
este autor, el gusto por lo antiguo se archivo personal es capaz de dar
encuentra tan ligado a la pasión por cuenta de la totalidad de una vida.
la colección. La manipulación de Pero las ideas anteriores deberían
estos objetos respondería “a un movi- ayudarnos a reconocer algún sistema
miento del presente hacia el pasado en el “caos de recuerdos” que es ahora
para proyectar la dimensión vacía del este archivo. Si Cúneo se dispusiera,
ser”, un modo imaginario en que el como hace Benjamin al desempacar su
sujeto puede dominar el tiempo, en biblioteca, a narrarnos su vida a través
la medida en que su organización lo de sus papeles y sus libros, compar-
sustituye. Según Braudillard, tal es su tiríamos las imágenes y recuerdos
función fundamental: (“no exactamente reflexiones”, dice
Benjamin) que se apoderarían de él
“Resolver el tiempo real en una dimen- ante la visión de cada uno de ellos.
sión sistemática. (...) al repertoriar el Con gusto nos dejaríamos llevar por
tiempo en términos fijos a los que ese caótico fluir de la memoria, que
puede mover reversiblemente, la colec- ahora ha quedado en cambio como
ción expresa el perpetuo recomenzar de detenida en el archivo.
un ciclo dirigido, en el que el hombre Pensando el archivo como un modo
juega a cada instante, partiendo de de narrar, podemos preguntarnos, por
cualquier término y seguro de regresar, ejemplo, ¿qué recursos, qué estrategias
el juego del nacimiento y de la muerte”. de (auto)representación ha elegido
De allí que aun cuando la colección se Cúneo para hacerlo? ¿Qué momentos
convierta en discurso a los demás, “es adquieren relevancia en el relato de su
siempre, en primer lugar, un discurso vida? ¿Cuáles resultan opacados, son
para sí mismo”. inaparentes, o habrán quedado afuera
del archivo?
Si bien nuestro acercamiento a estos
materiales es muy preliminar, alcan-
El archivo de Dardo Cúneo como zamos a distinguir en el conjunto la
construcción autobiográfica existencia de ciertas zonas en las que
evidentemente Cúneo puso mayor
Ahora bien, ¿con qué modalidades dedicación y cuidado. Abundan allí
propias, con qué marcas personales se ciertos indicios, señales, pequeñas
expresa este habitus en el archivo de marcas que fueron dejadas por él (¿para
Dardo Cúneo? Entre la acumulación y sí mismo, para algún otro imaginado,
la colección activa, aquello que alberga previsto, deseado?), en las que se
este archivo no puede pensarse única- figura más claramente la presencia del
mente como el producto espontáneo narrador: los rótulos de algunas cajas

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y carpetas; las observaciones, fechas por Cúneo: “Renuncia al Comité


y referencias indicadas a mano sobre Ejecutivo (Circulación exclusiva entre
determinados documentos, el modo los afiliados del Partido Socialista)” y
en que fueron ordenados algunos “En términos argentinos y socialistas”,
tramos en particular. Es notorio que ha con pie “Acción Socialista”, de 1952
vuelto a ellos en distintos momentos, y “El delito de opinión y el Partido
agrega cosas, anota, selecciona, elige Socialista”, de 1953. Y los originales
algo para publicar. del primer número del periódico
Podemos detenernos en una de estas Acción Socialista, según dice Cúneo
zonas. Por ejemplo en la pequeña caja con letra clara y en tinta azul.
de cartón que tiene escrito a mano en Siguen algunas cartas de afiliados y
su exterior: “Partido Socialista. Sepa- centros socialistas, y del propio Cúneo,
ración. Acción Socialista”. dirigidas al Comité Ejecutivo del
En su interior, la primera carpeta lleva Partido Socialista. Se manifiestan ante
una etiqueta casera, con un texto meca- la resolución de ese organismo direc-
nografiado: “Cartas de preso”. Contiene tivo de someter a votación general la
una significativa cantidad de cartas expulsión de Dardo Cúneo del partido.
manuscritas: doce de ellas son de Cúneo Entre ellas se encuentran –según allí se
a su esposa –Fanny Speisky–, treinta y nos indica– los originales de las cartas
seis de Fanny y otras cinco de sus hijos, de Alfredo Palacios (en algún caso
que Cúneo recibió en las celdas 568 y finalmente no enviada, según también
608 de la Penitenciaría Nacional donde se nos aclara) solicitando al Comité
estuvo recluido luego de su detención Ejecutivo que revea su decisión. Las
el 30 de septiembre de 1951 y hasta cartas y escritos de Cúneo describen
su liberación el 26 de diciembre de ese las gestiones realizadas en favor de
año. “El viento trajo a mi ventana una su libertad, las que aparecen como el
pequeña flor. Te la guardo”, prometió detonante del “clima de intrigas” que
Cúneo en la primera de esas cartas llevó primero a su renuncia al Comité
a Fanny. Y junto a los papeles está Ejecutivo y finalmente a su expulsión
–todavía– la flor. definitiva del partido. Los diversos
Luego encontramos una carpeta rotu- textos también nos dejan saber acerca
lada “Separación del PS” con una serie de la posición disidente en la que se
de documentos: un testimonio judicial ubica Cúneo frente a la dirección polí-
de 1954 que indica su sobreseimiento tica del PS.
en una causa penal; un certificado de Leemos luego una serie de comuni-
no haber podido votar en las elecciones caciones cruzadas entre el Partido
de ese año por hallarse detenido; copia Socialista y Cúneo, incluyendo el
de una carta al ministro de Justicia y documento titulado “Voto general.
del recurso urgentísimo presentados Asunto disciplinario Dardo Cúneo”,
por su esposa pidiendo su libertad; una un sobre de votación, con la respectiva
nota manuscrita con letra de Cúneo boleta para optar por “sí” o por “no”
indicando el cargo bajo el que fue (en la que Cúneo inscribió una “X”) y
detenido, el nombre del comisario y la los telegramas cursados por él impug-
seccional, el número de su prontuario nando el procedimiento seguido por el
y el nombre del juez interviniente. A partido. También encontramos cartas
continuación, tres folletos publicados de solidaridad, otras que le solicitan

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Acción Socialista
Original 1er número

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información o sugieren posiciones –siguiendo de nuevo el iluminador


a tomar, y varias cartas de acusación ensayo de Arfuch– “como unidad de
y descargo que dirige Cúneo priva- una totalidad de sentido donde inter-
damente a Nicolás Repetto y otros viene una dimensión intencional,
afiliados. Algunos de estos documentos algo que se destaca del flujo de lo que
fueron publicados en el transcurso de desaparece en la corriente de la vida”.
ese año y el siguiente en folletos diri- Ese relato vivencial, siempre recomen-
gidos a los afiliados y en el periódico zado e inconcluso, se construye también
Acción Socialista. en el archivo, que se visualiza así en su
Desde el punto de vista que venimos carácter abierto. En nuestro ejemplo,
construyendo, este conjunto de la disputa referida pareciera conti-
materiales organiza un determinado nuarse indefinidamente en los regis-
relato acerca de la “separación” de tros conservados por Dardo Cúneo.
Dardo Cúneo del Partido Socialista Como sugiere Derrida, cada lectura
(y en estrecha vinculación a ello, de la del archivo parece capaz de actua-
publicación del periódico y la confor- lizar su sentido en nuevos contextos,
mación de la agrupación Acción inscribir nuevas marcas, proyectarlo
Socialista). Expresan también una de otro modo hacia el futuro. Así
memoria personal de esos aconteci- pueden haber funcionado para Cúneo
mientos, que entendemos biográfica- –en este caso quizá con algún grado de
mente muy significativos. premeditación– las cartas que escribió
Ante esta narrativa tácita del archivo, se en la prisión, las que envió a Repetto,
abren distintas posibilidades de lectura o el texto de su renuncia al Comité
e interpretación: ¿dónde comienza el Ejecutivo, materiales que adquieren un
proceso que culmina en su “separa- nuevo sentido cuando son publicados
ción” del partido y dónde termina, como parte de los manifiestos progra-
según el relato tramado en estos máticos de Acción Socialista, al igual
papeles? ¿Cuáles son las causas postu- que las expresiones de solidaridad y de
ladas, cómo se concatenan las acciones, apoyo entonces recibidas.
quiénes son sus agentes y pacientes, En suma, los papeles reunidos y puestos
los protagonistas principales y secun- en serie en la caja que someramente
darios del drama? ¿Cómo se articulan acabamos de describir encuentran su
las voces de los otros y la propia en esa lugar en una trama plenamente subje-
disputa política que Cúneo entabla tiva. Su sistema no parece ser el de la
con la dirección partidaria? ¿Qué simple acumulación, ni la del resto
intervenciones, qué momentos habrán involuntario que queda como evidencia
quedado fuera de su selección? ¿Nos de un acontecimiento dado. En esa
informarían estos papeles de alguna manera de vincular los objetos entre sí
diferencia respecto de lo decible, si los y con su poseedor, el archivo personal
pusiéramos en diálogo con lo publi- se asemeja a la colección, a la que puede
cado al respecto por el propio Cúneo? albergar aunque sin duda excede.
Resulta interesante observar que los Del mismo modo, el interés de
materiales reunidos en esta caja –que Cúneo por el pensamiento liber-
comportan un claro “momento biográ- tario y socialista tanto como su voca-
fico” en el archivo– dan cuenta de una ción historiadora lo han impulsado a
vivencia, la que podemos interpretar reunir folletos, revistas y periódicos

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de esa orientación, viejas fotografías miento. Parecería forzado cualquier


y manuscritos, cientos de recortes de posible límite que pueda trazarse entre
prensa relativos a determinadas figuras lo propio y lo de otros en la intertex-
y acontecimientos históricos significa- tualidad que atraviesa estos materiales,
tivos, una enorme cantidad de libros. en tanto lectura y escritura conforman
Esta actividad de recolección puede un proceso dialógico que articula a
entenderse como un esfuerzo por ambos en una constelación muchas
reunir materiales y fuentes fundamen- veces indecidible.
tales para el estudio de diversas temá- Borradores preliminares en varias
ticas relativas al socialismo en Europa versiones, originales mecanografiados,
y América Latina. Pero ello no agota pruebas de imprenta e incluso libros y
sin embargo el sentido de su práctica, artículos ya impresos con correcciones
en tanto que esos materiales no sólo (en algunos casos preparando una
responden a un fin intelectual o de nueva edición) constituyen también
investigación, sino que aparecen reves- una zona muy activa del archivo. Son
tidos del valor afectivo de la colección las huellas genéticas de su proceso
y sus modos de inscripción subjetiva de escritura. El simple hecho de
de sentido. que Cúneo las haya conservado nos
Es que –como señala Benjamin– el sugiere una cierta disposición senti-
coleccionismo es un fenómeno origi- mental hacia ellas. Pero, más allá de
nario del estudio, pero una vez que esa presunción, lo cierto es que Cúneo
son poseídos por el coleccionista los conserva cuidadosamente no sólo sus
objetos adquieren un estatuto subje- originales, sino también los libros y
tivo: “No es que las cosas vivan en él, folletos que ha publicado, los perió-
es él quien vive en ellas”. Por eso, si dicos y revistas que edita, las revistas
una inquietud intelectual y política culturales tanto locales como extran-
ha movido a Cúneo a reunir aquellos jeras en las que colabora, los libros que
materiales, desde el punto de vista que prologa y otros en los que participa de
sugiere Benjamin también podríamos algún modo (prólogos, ordenación y
pensar que es un poco con sus notas, edición, capítulos). Un afecto
libros y con las queridas piezas de su especial parece volcar en sus títulos de
archivo personal, rodeándose de ellas, poesías, algunas de ellas impresas en
volviendo una y otra vez a sus papeles ediciones especiales para bibliófilos.
y a sus propias escrituras militantes, Cúneo también recorta los artículos
que Cúneo vive y se sostiene en una que publica en la prensa y en diversos
identidad socialista. semanarios, los que por su abundancia
Asimismo, junto a esos documentos ocupan varias de las cajas que inte-
reunidos por Cúneo, incluso dentro gran su archivo, reunidos a veces en
de los libros de su biblioteca, encon- función de una determinada temá-
tramos muchas veces manuscritos tica. A menudo, sobre algunos de esos
propios con citas, apuntes y notas de artículos firmados con seudónimos,
trabajo. La superposición abigarrada Cúneo tacha e inscribe claramente en
de unos y otros en cajas y estantes ellos sus iniciales, devolviéndose a sí
brinda testimonio del método del mismo la identidad...
escritor y nos permite reconocer las A sus libros y publicaciones Cúneo
fuentes e itinerarios de su pensa- dedica un espacio diferenciado de la

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

biblioteca, cercano a su escritorio de que el propio archivo, como construc-


trabajo. Ha conservado además reseñas ción autobiográfica, no pueda escapar
y comentarios que otros publican tampoco a esa condición, a ese estado.
sobre sus obras, e incluso una impor-
tante cantidad de libros que contienen
alguna referencia, así sea muy breve, a Subjetividad y archivo,
él o a alguno de sus trabajos, las que otras preguntas posibles
aparecen señaladas en el texto. Prác-
tica seguramente habitual entre los Compartimos en este trabajo algunas
intelectuales, de todos modos resulta ideas acerca de la naturaleza de las
significativo que Cúneo haya llevado prácticas de archivo, un habitus social
un archivo sistemático de sus publi- que involucra formas complejas de
caciones, así como de su recepción y escritura de sí y conserva la impronta
crítica. Imaginamos al escritor frente a de aquellas tecnologías del yo que
sus libros, en diálogo con ese otro yo configuraron la experiencia del sujeto
–autor– que se construye en las letras moderno.
de molde, afirmándose en la constata- Desde esa perspectiva nos acercamos al
ción de lo que queda y lo que circula a archivo de Dardo Cúneo, postulando
partir de lo dicho. que su sistema y su corpus material lo
Cúneo reutiliza además profusamente inscriben plenamente en el universo de
sus escritos a lo largo de los años, publi- las narrativas biográficas. Exploramos
cando en nuevas compilaciones sus algunas zonas de este archivo para
artículos, prólogos, informes, textos mostrar cómo se expresa y se construye
de conferencias y discursos. Como en él una subjetividad anclada a una
señalamos más arriba, ese permanente época, que se estructura fuertemente en
retorno –y la diferencia en la repeti- torno a la identidad política. El sujeto
ción de sus enunciados– otorga al que atesta este archivo parece tomar
archivo una dinámica singularmente la forma de una promesa, aquella que
rica. En él encontramos también acompaña durante años su propia firma
varios escritos inéditos, proyectos en (“Del socialismo, Dardo Cúneo”). De
curso que no han llegado a término. qué modos se actualiza subjetivamente
Ese carácter inacabado y fluido de esa identidad a lo largo de una vida, en
los textos que reúne el archivo nos diálogo con las profundas transforma-
confronta inevitablemente con los ciones del mundo que lo rodea, y cómo
límites de la noción de “obra”, que el archivo participa de esa configuración,
aquí parece difuminarse, extenderse son algunas de las preguntas que quedan
más allá y más acá de lo publicado abiertas para futuras indagaciones.
por Dardo Cúneo. A través del archivo reparamos también
Toda esta actividad se sostiene sobre en la presencia del mundo social dentro
lo archivado evidenciándose en la del individuo, expresada en el carácter
disposición de los materiales, indi- dialógico de esa narrativa vivencial en
cios de un trabajo que –detenido en que la experiencia personal adquiere
un momento dado– no puede consi- sentido. Esos momentos biográficos
derarse sin embargo definitivo más que irrumpen en el archivo de Dardo
que en el sentido estrecho del tiempo Cúneo construyen una trama compleja
que faltó. No es de extrañar entonces montada a partir de fragmentos e

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imágenes significativas, como las vincu- ocupando cargos públicos y de gestión


ladas a su “separación” del partido, o a institucional, asesorando funcionarios
la propia colección de sus escritos. y colaborando en proyectos culturales
Intuimos que otras zonas del archivo, y políticos, en una actividad que se
además de las que focalizamos aquí, prolonga a través de las décadas acom-
serán también sumamente signifi- pañando buena parte del siglo XX.
cativas para comprender los modos La trama biográfica del archivo también
en que Dardo Cúneo se reconoce y se expresa a través de otro tipo de mate-
construye subjetivamente a lo largo riales que Cúneo ha conservado, como
del tiempo. El avance de las tareas las cartas y fotografías familiares, o
de organización y descripción de este algunos documentos de carácter patri-
fondo documental, actualmente en monial y contable, aunque estas zonas
curso, permitirá profundizar en ellas, no han sido todavía establecidas como
abriendo a la vez nuevas preguntas y parte de lo que podrá ser consultado
posibilidades a la investigación. públicamente. Aquí se plantea clara-
Su correspondencia personal, por mente el problema de los límites del
ejemplo, contendrá seguramente impor- archivo personal, que no son naturales
tantes momentos autobiográficos. Si bien ni obvios en ningún sentido.
las que encontramos son en su mayoría Tendremos por último que pensar en
–como es lógico– las cartas que ha reci- lo significativo de aquello que falta,
bido, Cúneo conservó en su archivo lo que no está ni estará en el archivo.
algunas copias carbónicas de las que él En ese sentido, quizá sea impor-
ha enviado (y ojalá otras corresponden- tante recordar que –al igual que en
cias se puedan reconstruir, a partir de la biografía o la autobiografía– en
ahora). Porque será especialmente en el archivo personal también sucede
sus intercambios epistolares con amigos que “el empeño por restaurar la vida
y colegas (muchos de ellos del interior trae aparejado, inevitablemente, el
y de otros países latinoamericanos) recordatorio de la mortalidad. Así, la
donde irrumpirán con más claridad esos tensión hacia el futuro –la posteridad–
momentos de escritura de sí. A través de que caracteriza a ambas narrativas, el
esos diálogos –en los que se comparten deseo de presencia y de conservación,
experiencias, decisiones y expectativas, se no puede eludir rozar, aun levemente,
comentan e intercambian ideas y propo- esa sombra perturbadora”.
siciones, se organizan tareas y proyectos En ese reiterado juego del nacimiento y
a la distancia– podremos acceder a un de la muerte –al decir de Braudillard–
Dardo Cúneo que va construyéndose a que Cúneo practica con su archivo,
sí mismo en el encuentro vital con los en la confrontación rememorativa que
otros que forman parte de su mundo. propicia lo archivado entre lo que era y
El conjunto del archivo permitirá lo que ha llegado a ser, se produce algo
reconocer las insistencias y los desliza- de esa construcción imaginaria de sí.
mientos en el devenir de sus afinidades Ese dispositivo esencialmente narrativo
y posicionamientos políticos –aunque sostiene así una memoria que –enun-
ya no estrictamente partidarios–, expre- ciada en el espacio de lo íntimo y diri-
sados no sólo en sus escritos, sino en gida en primer lugar hacia sí mismo– se
otras facetas de su trabajo cotidiano en orienta a la vez hacia los otros, a quienes
diversos medios de prensa y editoriales, será trasmitida como legado.

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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

De todos modos, este habitus de archivo también al contexto cultural y polí-


que entendimos como una forma de tico en el que se insertan y al devenir
construcción autobiográfica no será el público-institucional de ese archivo,
único capaz de imprimir sentidos en en el que otras subjetividades dejarán
el archivo personal. Su corpus se verá también su marca. Por eso los avatares
modelado a su vez por una multipli- del archivo personal a lo largo del
cidad de factores no siempre previsi- tiempo nos suelen ofrecer indicios rele-
bles aunque tampoco necesariamente vantes no sólo acerca de su productor,
azarosos, ligados en primer término a la sino también de la sociedad y sus formas
propia historia personal y familiar, pero de producción del archivo.

BIBLIOGRAFÍA

Arfuch, Leonor (2002), El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea, Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica.
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Benjamin, Walter (1931), “Desempaco mi biblioteca”, en Punto de Vista, N° 26, abril de 1986.
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Foucault, Michael (1990), Tecnologías del yo, Barcelona, Paidós.
Ricoeur, Paul (1996), Sí mismo como otro, Madrid, Siglo XXI.

475
476

Algunos aspectos de la sociedad del


Centenario a través del archivo personal
de Pastor Servando Obligado(*)
Por Ana Guerra**

Los archivos personales son una parte funda-


mental de la cultura. Atesoran manuscritos, docu-
mentos diversos, correspondencias, imágenes
fotográficas y papeles de orden muy diverso que
dan cuenta de la vida de las personas en cuestión.
Reconstruir una biografía significa reelaborar las
condiciones en las que esa trayectoria tuvo lugar:
el ambiente social, los linajes, los dilemas de la
época, el conjunto de decisiones existenciales, los
encuentros azarosos y los desvíos de aquello que
parecía el futuro predeterminado.
En este caso, se ofrece un análisis del archivo
personal de Pastor Servando Obligado, cuyos
fondos fueron entregados en carácter de donación
a la Biblioteca Nacional en 1937. Perteneciente
a una familia de estirpe patricia, este abogado y
militar fue parte de la Generación del 80 que se
dedicó a las letras, la política y la guerra. Terrate-
niente, funcionario y viajero, Obligado escribió
sus memorias de viaje en sendos libros. Econó-
micamente liberal y políticamente conservador,
participó como combatiente en la Batalla de Pavón
y en la Guerra del Paraguay, país en el que
concentró buena parte de sus propiedades. Acer-
carse a la vida de Obligado y examinar sus docu-
mentos nos da una idea del espíritu que forjaba
la elite dirigente de aquellos años.
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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

El objetivo de esta presentación es papeles que dan cuenta de las reformas


mostrar cómo a través de los docu- que hace en sus distintas mansiones,
mentos que forman parte de un recibos por el cobro de alquileres y
archivo personal, en este caso, el de arrendamientos, tarjetas de hoteles que
Pastor Servando Obligado, se pueden guarda de sus largos viajes por Europa.
vislumbrar distintos aspectos de la vida De más está decir que éstas no son cosas
social en la Argentina del Centenario. comunes a todos los archivos. Además,
Antes de empezar vale decir algunas vale aclarar que en general raramente
palabras en relación a qué es un forman parte de las donaciones, mate-
archivo personal. Estos archivos están riales que nos hablen del sostén econó-
conformados por todo aquello que mico de la persona a la que pertenecen
una persona produce y recopila a lo los papeles. Contrariamente, la docu-
largo de su vida y pueden encontrarse mentación que la Biblioteca recibió de
tantos tipos de documentos diferentes Pastor Obligado se vincula a sus acti-
como diversas sean las actividades a las vidades como propietario de grandes
que cada una se dedicó. Por ejemplo extensiones de tierra y no con su faceta
en el área de Archivo hay materiales de escritor por ejemplo.
de escritores como César Tiempo y Un archivo personal entonces, puede
Luis Emilio Soto, que tienen distintas dar cuenta, por un lado, del tipo de
versiones borradores y notas de sus vida de una persona, sus actividades
libros o artículos; hay también mate- e intereses, el ámbito de sus vínculos
riales de Arturo y Silvio Frondizi, personales (que puede rastrearse por
que entre otras cosas conservan docu- ejemplo a través de la correspon-
mentos de las organizaciones y partidos dencia). Pero al mismo tiempo, estos
a los que pertenecieron, legajos de archivos no nos dicen cosas solamente
casos judiciales en los que participaron de la persona que reunió los materiales
como abogados; en el caso de Silvio sino que también son una puerta de
hay programas de materias que dictaba entrada para conocer aspectos del
en la universidad y exámenes de sus mundo social en el que desarrolla esa
alumnos por ejemplo. En el archivo vida, nos hablan de su época, de su
de Dardo Cúneo se encuentran, entre lugar, de las relaciones sociales en las
muchas otras cosas, papeles ligados a que se encuentra inmersa, etc. Todos
una de las instituciones que presidió podríamos, de hecho, hacer el ejercicio
durante varios períodos, la Sociedad de pensar qué cosas guardamos, cuáles
Argentina de Escritores. En todos estos tiramos y por qué, cómo las organi-
casos también hay correspondencia y zamos y también de qué aspectos de
otros tipos de materiales como recortes la cultura y la sociedad en que vivimos
de prensa, folletos, revistas, boletines, nos hablarían esos documentos.
notas y volantes que cada uno guardó
según sus temas de interés, según su
mundo de pertenencia. Los tipos docu- Pastor Servando Obligado
mentales presentes en cada archivo
variarán también según el sector social El archivo de Pastor S. Obligado
al que alguien pertenezca. Por ejemplo fue recibido como donación por la
en el caso de Pastor Obligado encon- Biblioteca Nacional en el año 1937.
tramos registros de sus propiedades, El fondo completo se encuentra en

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distintas áreas de la institución; así dedica parte de su vida a recorrer el


es que en la Fototeca se conservan mundo. En 1871 inicia un largo viaje
álbumes fotográficos de algunos viajes por Europa, Egipto, India, Japón y
de Obligado por Europa y Oriente, en China que durará tres años y tras el
el Tesoro también hay algunas cartas cual volcará sus impresiones en el
suyas, en Libros se pueden consultar libro Viaje a Oriente. Tiempo después
los materiales bibliográficos recibidos recorre la costa del Pacífico hasta llegar
y en el área de Archivos y Colecciones a Estados Unidos, viaje que lo llevará a
Particulares se conserva documenta- escribir dos libros: En Uruguay, Chile,
ción como la que vamos a considerar Boston, Madrid y Los Estados Unidos
a continuación. tal cual son. En 1889 emprende un
Antes de pasar a los documentos, nuevo recorrido por Europa.
haremos un breve comentario sobre En aquellos años en los que sucesivos
quién fue Pastor Obligado. Escritor, gobiernos fomentaron la formación de
abogado y militar, nace en octubre un único ejército nacional, Obligado
1841 en el seno de una familia patricia formó parte al menos de dos campañas:
de Buenos Aires. Nieto de Manuel en septiembre de 1861 participó en
Alejandro Obligado –regidor del la batalla de Pavón y más tarde en la
Cabildo en 1810– e hijo de Pastor guerra del Paraguay. Por otra parte,
Obligado, gobernador de la provincia vale comentar que su tesis para lograr
de Buenos Aires, fue un hombre carac- el doctorado en Jurisprudencia se
terístico de la llamada “generación del tituló “La libertad es el alma de los
80”, dedicado a las letras a la par que a pueblos”, un alegato en favor de la
la política y la guerra. Publicó nume- libertad mercantil como símbolo de
rosos artículos que luego reunió en una progreso. También ocupó distintos
larga serie de libros titulados sucesiva- cargos públicos, como secretario del
mente Tradiciones de Buenos Aires, Departamento General de Escuelas de
Tradiciones y recuerdos y Tradiciones la provincia de Buenos Aires y como
argentinas. Estas obras reúnen gran fiscal y juez de primera instancia en la
cantidad de anécdotas y pequeños Capital Federal, ocupándose particu-
relatos que recogen las costumbres larmente de reglamentación inmigra-
y detalles de la vida cotidiana de la toria. Algunas de las organizaciones
época. Signadas por la exaltación de a las que perteneció fueron el liberal
valores patrióticos, próceres nacio- Club del Progreso y la ultra cató-
nales y grandes hombres emprende- lica Liga Patriótica Argentina. Pastor
dores, estas tradiciones forman parte Servando Obligado muere, a los 83
de una tarea mucho más amplia años, en el mes de julio 1924.
orientada a la fundación misma de la Pero además de todo esto, Obligado
Nación, a la creación de un sentido de fue un gran terrateniente y de eso da
pertenencia, de una identidad argen- cuenta la mayor parte de los mate-
tina. Estos escritos de Obligado lo riales que se conservan en el Archivo,
vinculan además a toda una corriente que se vinculan con el curso de sus
literaria de Hispanoamérica, en la negocios como propietario de grandes
que cuentan figuras como Ricardo extensiones de tierras, tanto en la
Palma en Perú. Como gran parte de provincia de Buenos Aires como en
la oligarquía local, Pastor S. Obligado el territorio paraguayo arrasado por la

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guerra, donde se dedicó por más de antiguo Ferrocarril Sud. Los docu-
cuarenta años a manejar los asuntos mentos que se mencionarán a conti-
relativos a una enorme propiedad, la nuación se vinculan a esos terrenos en
Colonia Obligado. las zonas de Juárez (Estación López),
Brandsen (Estación Ferrari), Adrogué,
Almirante Brown y Lomas de Zamora
El Archivo (Estación Temperley).
Decíamos antes que este archivo
Comencemos entonces por algunos personal abre puertas para conocer
documentos que dan cuenta de su algunos aspectos de la sociedad
fortuna. Se conservan como parte del del Centenario. Veamos entonces
archivo personal de Pastor Obligado algunos ejemplos. Hay documentos
listas de sus propiedades, tanto rurales que podríamos llamar “formales”, de
como urbanas, durante muchos años, carácter legal, como son los contratos
donde se aclaran los valores de cada de arrendamiento y los recibos que dan
una así como cuál es su renta anual. cuenta de su cobro. En ellos se puede
También hay listas de bienes, inventa- seguir, por ejemplo, la evolución de
rios de objetos del interior de sus casas, los precios de arrendamiento durante
presupuestos y planos de reformas aquellos años, las condiciones a las que
edilicias entre otras cosas. Además se un arrendatario tenía que compro-
encuentran varios testamentos fami- meterse frente al propietario, lo que
liares, tanto de su parte como de su condiciona o hace a las relaciones entre
esposa, Teresa Ortega, que ayudan a ellos. La nacionalidad de los arren-
reconstruir la formación de este gran datarios y la ocupación que declaran
propietario. Hay otros datos que no tener son otros datos que figuran en
aparecen en los documentos pero que este tipo de documentos. También
pueden tratar de inferirse de acuerdo a se encuentra siempre la cantidad de
lo que se va investigando tanto sobre tierras que se arrendaban, lo que se
la persona como sobre la época. Por vincula directamente con el debate
ejemplo, más allá de lo que se trans- que existe en relación a la definición de
mite por herencia no hay documenta- los estamentos propios de la sociedad
ción que refiera explícitamente a cómo rural del momento. El conocimiento
pudo haber obtenido esos miles de de las condiciones contractuales al que
hectáreas en Paraguay. Sin embargo, se accede es interesante en la medida
una posibilidad es que los haya reci- que constituyeron en la época una de
bido en “compensación” por haber las principales reivindicaciones en los
participado en la guerra del Para- conflictos abiertos entre arrendatarios
guay unos años antes, tipo de reparto y propietarios.
usual y común a otras campañas Por otro lado, se encuentra la corres-
como la realizada después de la cono- pondencia entre Obligado y quienes
cida como “Campaña al Desierto” arriendan sus campos, esto es, las
al sur argentino. cartas y telegramas originales que él
Algunos mapas nos muestran la loca- recibía y una gran cantidad de borra-
lización de las otras propiedades de dores de sus respuestas. Estos mate-
Obligado, fundamentalmente las que riales nos permiten acercarnos a otros
se encontraban cercanas a la línea del aspectos, diferentes a los que aporta la

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documentación de tipo legal. El trato Octavio Battolla, que trabajaba para


cotidiano, el modo en cada parte se Obligado viajando por todos estos
presenta frente a la otra, la constante lugares donde tenía propiedades
negociación entre ambos son algunos (incluso la Colonia, en Paraguay),
rasgos verificables en esta documenta- negociando con los arrendatarios, ofre-
ción. También se puede prestar aten- ciendo lotes y chacras, cumpliendo
ción a quiénes son los que escriben, todo tipo de encargos. Esta corres-
ya que en ese momento la base del pondencia con quien fue su empleado
trabajo en las chacras era familiar; durante al menos quince años también
sólo hay una carta firmada por una da cuenta de aspectos interesantes. Las
mujer, mientras que todas las otras cartas de Battolla en su mayoría tienen
están firmadas por varones. Tanto el membrete de algún hotel, porque
en los contratos como en las cartas, –como dijimos– se pasaba viajando
son hombres los que llevan la relación de lugar en lugar intentando resolver
con el propietario de la tierra que la conflictos de modo favorable para su
familia arrienda. jefe. Él iniciaba trámites para desalojar
Como se dijo recién, un tema recu- arrendatarios, recorría comercios para
rrente en la correspondencia es el pegar carteles que ofrecían lotes en venta
precio que se paga: los arrendata- o arrendamiento. Al parecer, quien
rios permanentemente esgrimen compartía largas tardes con arrendata-
diferentes argumentos para pelear rios era Battolla. Éste, al mismo tiempo,
el precio que permanece inmutable le comunica en varias cartas a Obligado
ya sean buenas o malas las cosechas, que tiene que cambiarse de hotel por
ya suba o baje el precio del ganado, no tener el dinero suficiente para pagar,
por ejemplo. Obligado parece aquí o sea, le reclama que no lo mande a
un típico rentista que nunca pierde. cumplir tareas durante semanas o meses
En el borrador de una carta que sin plata. Es curioso también como en
prepara para su empleado en la zona, el modo de relatar a su jefe los asuntos
él anota directamente “cerrar trato que va tratando, Battolla se cuida de dar
con quien ofrezca más dinero, exija a entender que no tuvo ni un minuto
menos tiempo y pague más rápido”. libre. Da largas explicaciones sobre los
Hay muchas cartas que retratan las pormenores que explican su retraso en
negociaciones cuando se acerca el fin iniciar algún trámite o visitar a alguna
del período de arrendamiento; obvia- persona, etcétera. En sus cartas no dice
mente a los arrendatarios les convenía directamente que intimó a alguien a
que los contratos duraran lo más pagar su deuda, sino que cuenta cómo
posible porque invertían su trabajo en compartió una tarde, preguntó por la
el mejoramiento de la tierra, pero a familia, charló sobre el pueblo, para ir
la vez Obligado aumentaba el monto sugiriéndole de a poco y amablemente
al terminar un contrato y de ahí las al arrendatario que tenía que pagar.
negociaciones. Así, vemos que estos Por lo tanto, en este tipo de cartas se
materiales nos acercan, también, a los pueden analizar modos de gestionar
tipos de conflictos que existían entre los conflictos suscitados entre distintos
arrendatarios y propietarios. sectores de la sociedad.
También forman parte del archivo Todo esto no significa, de ningún
las cartas con un señor llamado modo, que los documentos hablen por

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sí mismos, en el sentido de que todo le cuenta los rumores que circulan en


lo que en ellos se dice haya ocurrido cada lugar, qué es lo que se dice “por
efectivamente así, pero siempre dan ahí” sobre los distintos propietarios y
algún tipo de información. Quizá terrenos de la zona, todos aspectos difí-
la escena relatada no haya sido de ciles de rastrear de otra manera, ya que
ese modo, pero puede observarse la no aparecen en escritos legales ni en
manera en la que el empleado la relata presentaciones formales y sí en cambio
a su jefe. Tal vez pueda estar exage- en este tipo de documentación.
rando su eficiencia, pero también se Hay otro grupo de materiales que
verifica que va consiguiendo clientes aporta en el sentido de ir reconstru-
para Obligado, promocionando sus yendo las transformaciones espaciales
terrenos en todas partes. Asimismo de determinada zona. El armado de

Pastor Servando
Obligado

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alambrados en lugares donde antes no dónde construir estaciones, entre otras


existían, por ejemplo, la fijación de los tantas cuestiones. No casualmente
límites a la propiedad privada, largo muchos de los relatos incluidos en
proceso de intentos por fijarla y de sus libros de Tradiciones... se ocupan
acciones para resistirla. En esa única de estos mismos temas. Por citar sólo
carta firmada por una mujer en el año algunos, Obligado escribe relatos
1923, mencionada, se aclara que ella en los que alaba a las personalidades
ya se encuentra viviendo de hecho en que instalan alambrados, reproduce
un terreno propiedad de Obligado, conversaciones entre grandes propieta-
y lo que hace entonces es ofrecerse rios, o hace un pormenorizado detalle
como arrendataria para “legalizar” del día en que un ferrocarril se puso en
esa situación. Otros documentos funcionamiento.
permiten seguir las marchas y contra- Para finalizar, sabemos que podría
marchas para la apertura de caminos considerarse que todos estos papeles
o puentes que faciliten el tránsito eran “personales”, que hablan de los
desde zonas alejadas a las estaciones bienes de un individuo, de la gente o
de trenes desde las cuales se transpor- las instituciones con las que esa persona
taban los productos agropecuarios, o se relacionaba; podríamos pensar que
la construcción misma de estaciones estos papeles son privados y que no
de ferrocarril. Algunas cartas, planos y tienen por qué interesar a nadie más.
petitorios dan cuenta de estos asuntos. Pero precisamente lo que nos interesa
Por ejemplo, un petitorio de gente en esta ocasión es cómo contratos,
que se presenta como “vecinos” para correspondencia, recibos, anotaciones
la apertura de un camino, los pedidos dispersas, planos, presupuestos y otro
que distintas oficinas estatales hacen tipo de documentos pueden verse no
a Obligado para que ceda parte de su sólo desde el punto de vista de una vida
terreno para construir dicho camino; individual y sus cuestiones privadas
los argumentos y condiciones que él va sino como materiales interesantes e
poniendo para acceder; la insistencia e importantes, porque permiten conocer
intimaciones para que lo haga, etc. Así aspectos de la vida, de la dinámica y los
se pueden seguir temas como estos a lo conflictos de una sociedad en una deter-
largo de varios años. Otro ejemplo lo minada época. Esto no quiere decir que
constituye su propio pedido de que se a partir de un solo archivo se puedan
construya una estación de ferrocarril sacar conclusiones para una situación
con el nombre de su padre, la “Estación generalizada, sino que casos puntuales
Gobernador Obligado”, para lo cual como éste aportan elementos valiosos a
propone cierta negociación que incluya investigaciones existentes y futuras.
a la empresa constructora. Por eso este
tipo de material permite también ver
ciertos aspectos de la relación entre (*) Este texto fue presentado en las
grandes terratenientes como Obligado jornadas “La Biblioteca y el Centenario”,
con el Estado nacional o provincial, y Feria Internacional del Libro, Buenos
con empresas nacionales y extranjeras Aires, mayo de 2010.
ligadas a la expansión del ferrocarril,
a las negociaciones respecto de por ** Archivos y Colecciones Particulares
dónde debían pasar las líneas férreas y de la Biblioteca Nacional.

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La ciudad en la obra de
Francisco Felipe Fernández(*)
Por Alicia Gloria Rubio

El movimiento de las ciudades es portador


de inquietud. Tal fue el caso en la incipiente
Buenos Aires. Ciudad puerto, centro administra-
tivo y burocrático y laboratorio de las tendencias
mercantiles, el impulso de la naciente metrópoli
generaba resquemores en quienes veían en ella la
tendencia a la degradación moral de las formas de
vida tradicional. Así lo atestigua un pensamiento
complejo como el de Francisco Felipe Fernández,
quien a partir de la escritura de piezas teatrales
advierte sobre la tendencia centralizadora y
corrupta de esta “gran meretriz de la historia”.
Alicia Rubio repasa las obras de este escritor entre-
rriano, seguidor de López Jordán y vindicador
de Monteagudo. Una mirada atenta al modo en
que la naciente república excluía lo indígena y
lo gaucho, de cuyas fuerzas se había servido para
pelear por su emancipación. Una nueva subor-
dinación, de naturaleza diferente a la colonial,
que reclamaba un mesianismo redentor capaz de
rescatar a las muchedumbres subalternas, a partir
de una composición de la sensibilidad popular
con la ilustración urbana, del resentimiento al
que la historia las condenaba.
LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

I. Los atributos de la ciudad al no saber resistir ante los escollos y


en la cultura occidental las tentaciones, como pueden serlo las
exigencias de los pueblos invasores o
La tensión entre la ciudad y el campo las banalidades y la perversión a la que
es un motivo que está presente en la se entregan, víctimas de su ambición.
literatura desde los primeros relatos Sin embargo, el hecho de que la ciudad
en los que los hombres expresaron sus sea percibida como una formación
sentimientos hacia esos conglomerados amenazante y corrupta, tanto por el
urbanos que parecían representar “lo campo como por las otras ciudades, no
otro” para quienes no los habitaban. es patrimonio del pensamiento clásico.
Si el campo estuvo durante siglos Aunque todas las ciudades imperiales,
asociado con imágenes de tranquilidad, desde la propia Roma, han generado
sencillez y virtud, la ciudad es perci- resistencia y desconfianza entre sus
bida como el lugar en el que el ruido, subordinadas, probablemente por
la ambición y el vicio tienen lugar. ser la sede del poder político, otras a
Sin embargo, la ciudad no represen- lo largo de la historia generarán igual
taba sólo lo malo. Más aun, los relatos resquemor. Por ejemplo, Londres,
mitológicos hablan de tipos paradig- que en su calidad de capital imperial,
máticos como la ciudad-doncella y la centro administrativo y financiero,
ciudad-ramera. Esta última se corpo- fue el paisaje en el que transcurrirá
rizó en Babilonia, de acuerdo a lo rela- gran parte de la literatura anglosajona.
tado por la Biblia, en donde esa ciudad Autores como Dickens y Tolstoi la
estaba signada por la ambición y la utilizaron como telón de fondo, en
desmesura, corporizada en la torre de absoluto anodino, en el cual se desli-
Babel, razón por la cual sus habitantes zaban, no carentes de calamidades, las
fueron castigados por sus pecados, vidas de sus personajes.
siendo destruida y haciendo fracasar
su misión. Esta última se vinculaba a
la idea de que la ciudad era el centro II. La ciudad en el
de la tierra, por la que pasaba el axis pensamiento nacional
mundi que preparaba el encuentro del
hombre con Dios. Como contrapar- Si a lo largo de la historia las capitales
tida, aparecería otra ciudad, encargada imperiales han suscitado el interés y
de redimir a los hombres, la ciudad- las críticas de sus contemporáneos, no
doncella, Jerusalén, cuyas “puertas fue menor la atracción que produjo
nunca serán cerradas de día, pues allí Buenos Aires en su calidad de ciudad-
no habrá noche. Y llevarán la gloria puerto, centro administrativo, eje
y la honra de las naciones a ella”. político, capital del estado secesionista
Aunque aquí se hace referencia a dos y, finalmente, capital de la república.
ciudades mencionadas en el Antiguo Varios fueron los escritores que se
Testamento, la idea de ciudad- ocuparon de ella, algunos en su condi-
doncella y ciudad-ramera parece ser ción de ensayistas, como Sarmiento o
una constante en la cultura occidental. Martínez Estrada. Este último escribió
Cabe destacar que ni una ni otra nacen que en una época Buenos Aires encarnó
como tales; la mayoría de las veces son lo unitario contra lo democrático y lo
doncellas que pierden dicha condición litoral contra lo interior. Y añadía:

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N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

“Sus intereses no iban más allá del iluminación y música, sino patentizar
libre tráfico marítimo ni más lejos que la verdad situacionista al pueblo; esto
la política aduanera”. También senten- es, al gaucho, al soldado, al saudra1
ciaba el devenir histórico del país, (sic), en fin, hermanos mendicantes
señalando que dicha ciudad, Buenos de luz, que los déspotas políticos y
Aires, iría creciendo en rivalidad con sociales hacen encorvar para sobre
la república. Ideas similares a las esbo- sus espaldas echar una arenga de
zadas por Martínez Estrada ya habían libertad y derecho constitucional
sido formuladas por el escritor entre- (Fernández, 1870: 25).
rriano Francisco F. Fernández. Lo
original en el planteo de este último Si bien en este párrafo el autor no hace
autor fue el medio del que se valió para referencia a la ciudad, resulta intere-
divulgar sus juicios: el teatro. Si bien la sante destacar que su idea es poner
historia nacional está plagada de acon- al tanto al espectador de los manejos
tecimientos que ofician de testimonios que los condenan a vivir en las peores
de la rivalidad entre Buenos Aires y el condiciones. Puede leerse entre líneas
interior, según la visión de Fernández, que dichos abusos son concertados
el teatro le permitiría dirigirse a un en la ciudad, en tanto centro político
receptor tal vez menos prevenido, administrativo aunque necesite de un
contribuyendo así tanto a la denuncia brazo ejecutor en el campo que prohíje
como a su concienciación. El propio lo establecido a tantas leguas del lugar.
Fernández alegaría que ese género era Esto favorece la proliferación de un
el más indicado: aparato cuasi burocrático que integra-
rían jueces de paz, comisarios, jefes de
“En esta forma puedes infundirle regimientos de frontera, etcétera. Por
la enseñanza de un libro entero en otra parte, aunque en algunas instan-
tres horas, mientras que en un año cias Fernández no hable de la ciudad
no conseguirás hacerle apreciar una como el origen de los padecimientos
verdad, que en el caso que nos ocupa que vive el interior, una lectura atenta
[hace referencia a su obra La Triple permite detectar las referencias hechas
Alianza] esa verdad trae carácter de a los políticos cuestionados como una
urgente, urgentísimo. He aquí, entre sinécdoque de la urbe en cuestión. Por
otras muchas, la ventaja de la forma ejemplo cuando escribe: “El periódico
dramática por la cual me he decidido” que ruje por Mitre adula á Urquiza, el
(Fernández, 1870: 21). que viste de lepra la anomia de Urquiza,
adula á Mitre... El servilismo y la espe-
¿Qué lleva a Francisco Felipe Fernández culación... ¡El vacío!” (1870: 20). Mitre
a encarar este género, siendo que hasta es sinónimo de ciudad y de comercio,
ese momento se había desempeñado en tanto que su contrafigura en este
como periodista? Él mismo es el encar- párrafo, Urquiza, aparece siempre
gado de explicárselo a un amigo en un asociado en el imaginario con el campo
diálogo introductorio a su obra La y la explotación agropecuaria. Vale la
Triple Alianza: pena indagar a través de la obra dramá-
tica de Francisco F. Fernández cuánto
No es mi objeto recoger aplausos contribuyó su discurso a la sedimenta-
de una concurrencia en medio de ción de estos arquetipos.

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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

III. Francisco Felipe Fernández, Fue secretario de la Legislatura de Entre


obras dramáticas y escenarios Ríos. En 1863 es iniciado masón en
la Logia Jorge Washington N° 44 de
Aun antes de haberse iniciado la guerra de Concepción del Uruguay. Cuando
del Paraguay, la irrupción en territorio debió partir al exilio, actuó como
uruguayo de las tropas comandadas secretario del Congreso Nacional en el
por Venancio Flores con intención Paraguay. Ya de regreso en Argentina
de deponer al gobierno blanco enca- se desempeñó como profesor del
bezado por el presidente Berro, el Colegio Nacional de Buenos Aires y
tema fue llevado a los escenarios. como Inspector General de Colegios
Para el día 4 de abril de 1865 estaba Nacionales y Escuelas Normales.
anunciado el estreno en Concepción Ejerció una representación legisla-
del Uruguay de la obra de Francisco tiva en Corrientes y posteriormente
Felipe Fernández La Triple Alianza, “a fue secretario de la gobernación de
propósito político en un acto –prosa y Misiones. Por otra parte, su servicio
verso– referente a la diplomacia brasi- en la masonería fue muy activo ya que
leña, mitrista y florista en la revolución fue autor de una serie de rituales que
de 1864”. Resulta casi imprescindible fueron aprobados y puestos en prác-
para comprender la temática abor- tica por esa institución en Argentina.
dada por este autor conocer su trayec- Desde 1896, formó parte del Supremo
toria política e intelectual. La Triple Consejo grado 33. En diciembre de
F, como se lo conoció en su época, 1921 la masonería le tributó un gran
nació en Paraná en 1842, estudió en el homenaje. Murió en la ciudad de
Colegio de Concepción y fue condiscí- Buenos Aires en 1922 (Lappas, 1966:
pulo de Olegario V. Andrade. Aunque 187-8). Esta información ayuda a
mantiene correspondencia con Justo comprender la complejidad de su
José de Urquiza, la caída de Paysandú pensamiento así como la orientación
y la actitud de éste ante la guerra del que dio a su obra dramática.
Paraguay, lo irán distanciando de En una carta que le escribe a su padre,
aquél y acercándolo, a su vez, a López fechada el 21 de enero de 1867, puede
Jordán, a quien le dedicará su segunda apreciarse la magnitud de su compro-
obra teatral, 25 de Mayo de 1810. Su miso con la causa de la libertad, cosa
posición acerca de la guerra no sola- que le costará la censura, la cárcel y
mente se patentizará en sus escritos, ya el destierro; afirma allí: “No soy un
que también formará parte del ejército especulador político, ni transijo con
que se levantó en Basualdo. En una esta carcoma funesta y ruinosa del
carta a Urquiza escribe: edificio Patrio y de la libertad, y he
reputado un baldón cantar hosannas
Sólo medran hoy los caballeros de a todas las políticas de la situación...”
industria, los que comercian con (De Diego, 1987: 38).
nuestra suerte, los que explotan Su visión pedagógica del teatro y su
nuestro valer y los que para elevarse afán por concienciar a sus compatriotas
y conseguir fortuna, no se detienen acerca de los problemas que se abatían
ante la traición, ante el robo y ante sobre el país dejan translucir un deseo
toda iniquidad y mezquina adula- que iba más allá de la estética y los
ción (De Diego, 1987: 38). halagos de los aplausos. Pero, ¿cuáles

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son los males que aquejan a Argentina Romero es uno más de los tantos
según Fernández? Tal vez una clave la uruguayos que cumplen con un
proporciona en una de sus cartas: “Yo exilio, sea en la propia patria o en el
sé bien lo que soy: un hijo de provincia. exterior, en su carácter de opositor
Es decir, un oscuro muchacho que, al gobernante partido blanco. Sin
por sentimiento o convicción prefiere embargo, no acuerda con la alianza
la sombra del ombú del hogar a las establecida con Brasil por consi-
techumbres doradas de los grandes derar que concluirá llevando muerte
centros...” [el destacado es nuestro]. y destrucción a su patria. Valga este
Este sentimiento atraviesa toda la parlamento como muestra de lo que
obra dramática de Fernández llegando sería una de las constantes en la obra
a convertirse prácticamente en un de Fernández: los personajes princi-
axioma de su pensamiento y visión del pales son gente sencilla, generalmente
mundo, razón por la que cualquiera del campo u oriundos de algún paisaje
fuera la temática o la época en la que natural o agreste.
transcurriesen, las praderas, los paisajes Pese al amplio espectro argumental
rurales, bucólicos, inocentes, casi imaginado por este autor, para servir
edénicos, parecían ser los únicos que de telón de fondo a sus obras y como
podían cobijar a la gente buena. Por el salvoconducto para divulgar sus ideas,
contrario, la ciudad es mostrada como el que va desde los años de la conquista
lugar en el que se desarrollan los peores de América hasta la década de 1870
sentimientos: la ambición desmedida, –en que se desarrolla su drama
el egoísmo, la hipocresía, etc. Solané– pasando desde los valles de los
En una de sus primeras obras teatrales, Pirineos hasta las tierras del incario o
La Triple Alianza, publicada en Paraná las riberas del Paraná, es frecuente el
en 1870 por la imprenta “Obrero lazo, que parece prácticamente indiso-
nacional”2, Fernández utiliza como luble, entre la bondad del hombre y la
marco para desarrollar su argumento limpidez del paisaje de la naturaleza.
al campo. La pieza se despliega en un Todo lo bueno parecer desarrollarse
único acto que transcurre en la zona allí con la inocencia de la que estaría
rural de las sierras orientales, donde privada la ciudad. Sin embargo, ¿puede
habita en una modesta casa el coman- hablarse de una visión determinista de
dante Romero, antiguo lugarteniente este autor sobre el tema? Esa pregunta
de Flores, al que este último convoca reaparece constantemente ante sus
para que se sume a la “cruzada liberta- páginas. ¿Existe para Fernández una
dora” que ha fraguado con los gobiernos cisura entre el campo y la ciudad?
de Argentina y Brasil. Ante este ofreci- ¿Sólo en la naturaleza edénica pueden
miento reflexiona en voz alta: forjarse los grandes hombres? Como
contrapartida, cabe interrogarse si en
Yo veo que el General, al pobre las urbes únicamente pueden crecer
viejo ofendido, ¡ay! que torpe, le ha espíritus mezquinos, seres abyectos y
confundido, con la canalla inmoral! almas devoradas por el vicio. Recorrer
“Colorao” yo siempre he sido, y lo la obra del entrerriano nos permite
soy por tradición... mas, yo, tengo examinar los rasgos distintivos de sus
religión y no soy ningún bandido! principales personajes y sus trayecto-
(Fernández, 1870: 31). rias vitales, hayan tenido éstas soportes

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reales o absolutamente ficticios. Este Una cosa que podría haber sido desta-
punto merece que nos detengamos un cada como una virtud, la civilización, es
momento para analizar las elecciones señalada por Fernández como pretexto
realizadas por el autor para encarnar a ser utilizado por los tiranos para
en ellos las ideas que le interesa recalcar aplastar al pueblo. De allí que a otro de
o, por el contrario, denostar. En su sus caracteres, el propio Monteagudo,
teatro desfilan personajes como los de manifiesta que ha decretado que “la
Monteagudo, Solané, Clorinda, El genio educación y no el hierro volvieran al
de América, El Sol de Mayo, El Borracho seno de nuestra familia política á vues-
y La Triple Alianza, un compendio tros hermanos, hijos nómades de la
amplio y variopinto, cada uno de sierra y el desiertos” (1881: 50). Esa
ellos preñados de vicios o virtudes, aparentemente infranqueable dico-
en los que no se encuentran medios tomía, que a primera vista puede perci-
tonos, pero sí algunos que, habiendo birse como una posición maniquea del
sido víctimas de su debilidad ante los autor, según la cual lo bueno habita las
embates de las tentaciones a las que los soledades de los paisajes silvestres y lo
arrojara, aparentemente la civilización, malo confluye en la ciudad, quedaría
han podido salvarse gracias a su fuerza así desvirtuada. Si la naturaleza puede
de voluntad. Notablemente, aque- ser un entorno excelente para la reden-
llos que buscan la redención siempre ción de algunos, no educa a sus luga-
piensan encontrarla en algún lugar reños en aquello que es la preocupación
aislado como puede ser las propias de Fernández, la concienciación del
riberas del Plata, aun hallándose en pueblo en la defensa de los derechos
sitios tan distantes como Venecia, en que les asisten en tanto ciudadanos. De
el caso de Clorinda. Todo parecería allí que constantemente advierta que la
indicar que la salvación se encuentra rusticidad puede llevar a aquéllos tanto
lejos de las ciudades; sin embargo, el a dejarse atropellar por quienes los aven-
planteo realizado por Fernández no tajan en lecturas, usándolas como el
remite a un modelo roussoniano en instrumento que garantice la conquista
el que el aislamiento es la forma de de lo que les demanda su ambición
alcanzar la excelsitud humana. No se desmedida. Esta doble faz de potencial
trata de mantener al buen salvaje en peligro que implica la ignorancia, ya sea
su estado original, ya que el mismo por error u omisión, es brillantemente
entrerriano se encarga de hacerle decir abordada por el autor en Solané. Allí el
a su personaje, el villano vizconde de desconocimiento del gaucho puede ser
Monteagudo: utilizado en su contra tanto por aristó-
cratas y políticos, como por el propio
Decid a Lima que fuera de su civili- Solané, gaucho que a lo largo de los años
zado recinto no existe sinó bárbaros, tuvo oportunidad de instruirse, pese
caudillos rudos que comen niños a lo cual terminará siendo víctima del
vivos, decidla que la mision de un sistema que pretende combatir. De allí
pueblo culto a someterla a su religión que para ejecutar su venganza se apro-
política, y Lima lanzará a sus ejér- veche de la ignorancia de otros gauchos
citos a despedazar los pueblos, como que lo siguen ciegamente por creerlo un
se lanzan los lobos a despedazar enviado del cielo, el Tata Dios. Tanto la
rebaños... (Fernández, 1881: 17). barbarie como los abusos ejercidos por

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los poderosos, facilitaron el desarrollo ante los hombres, diría que soy efecto
de un mesianismo que por momentos lógico de los vicios de la época, que
recuerda el descrito por Euclides Da contaminan todo el cuerpo social,
Cunha en Los sertones. El misticismo desde la conciencia social hasta la
narrado en Solané no cuenta con el Iglesia y la política. La Iglesia y la
apoyo de la Iglesia, por el contrario, política de hoy son en las altas esferas,
ésta es uno de los blancos preferidos por exactamente lo que el Adivino de
Tata Dios, ya que no encuentran en ella Tandil en las bajas (407-8).
ni eco a sus reclamos ni consuelo ante
las injusticias de las que son víctimas. La responsabilidad que el gaucho
Por el contrario, ve en esa institu- les endilga a los políticos y al clero
ción uno los baluartes que sostienen a como sujetos sine qua non no hubiese
quienes están en el poder. En otra de tenido arraigo el movimiento enca-
sus obras, Genio de América, deja en bezado por él, se debe a la carcoma
claro su pensamiento al respecto para lo que para este personaje han signifi-
cual apela a los personajes involucrados cado los principios liberales, de los
en la conquista de América: El Inca, la que Solané mismo se considera una
Ñusta, los heraldos de la conquista, el reacción, afirmando ser “una conden-
rey, el papado y el jesuitismo. El perso- sación providencial de todas vuestras
naje alegórico al que Fernández deno- aberraciones, operadas en la atmós-
mina “Genio de América” mantiene fera social...” (408). Fernández lanza
una conversación con el Inca en la que a la palestra otro elemento funda-
afirma enfáticamente: mental para tratar de reconstruir su
visión del mundo, la que si bien en
No cual los Incas paternales, un principio puede parecer sencilla,
Roma en sus legiones la virtud cifrando, disimula una complejidad digna de
llevó a los pueblos destructora guerra; los pensadores de su época, en los
y cruel, altiva los ató á su carro [...] que evidentemente ha abrevado. Ese
vergüenza sólo ha quedado componente, el liberalismo, parece ser
de su vil grandeza! para el gaucho Solané el catalizador de
(Fernández, 1881: 430). los males que se encontraban larvados
en la sociedad. Miles de respuestas
El autor forja su visión de la Iglesia pueden ensayarse acerca de las carac-
como la institución que ha enlo- terísticas de esta concepción político-
dado la idea de trascendencia, con económica que habrían llevado al
la que acuerda, pero no trepida en gaucho a responsabilizarla por las
denostar los abusos que permitió injusticias que padece la mayoría
aprovechándose de la necesidad de de la población, pero lo realmente
creer que experimentan los hombres. destacable es que sean asociadas a la
Es también altamente significativo Iglesia y a la masonería. ¿Cómo puede
el parlamento que pone en boca del ser que ideas aparentemente antagó-
gaucho Solané: nicas estén fusionadas en el discurso
de Solané? Evidentemente, no pecaba
Si yo he sido víctima del clero y de los de ingenuidad Fernández cuando los
políticos de ciudad [...] Ante Dios, ni amalgamaba en los parlamentos de
una disculpa: debe castigarme; pero Tata Dios. El liberalismo, en tanto

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ideología dominante, era el factotum lanza una diatriba en contra del oscu-
del desenvolvimiento socioeconómico rantismo al que la España monárquica
durante esos años. Por otra parte, la y absolutista condenó a América, de
masonería era considerada como una allí el esfuerzo titánico que el héroe
de las poderosas instituciones que siente que debe realizar para tratar de
contribuyeron a la entronización de revertir en Lima lo que tres siglos de
aquél. El misterio que rodeaba a esta servidumbre e ignorancia fraguaron:
organización alimentaba esta supo-
sición. El propio Solané constante-
mente acusa a los masones de ser los
responsables del encumbramiento de
una casta administrativo-guberna-
mental que sometía y explotaba a las
mayorías. Vale destacar que Francisco
F. Fernández se había iniciado en la
masonería, de lo que puede deducirse
Guerra del Paraguay
su adhesión a las metas de aquélla. Sin
embargo, no duda en usar un perso-
naje como Solané para asociarla con “¡Inquisición y reyes! Pesadas argollas
lo peor. Este recurso resulta aun más del galeote republicano...” (1881: 31).
llamativo si tenemos en cuenta que Si ésa era la situación, no demora las
en otra de sus obras, Monteagudo, el respuestas: “Yo he colocado la piedra
personaje principal, al presentarse con angular de las escuelas y bibliotecas,
los atributos que lo identifican como donde las generaciones irán, en
masón en grado 33, a la vez despierta nombre del derecho de la República,
admiración y cierto recelo en el grupo a despejar la clave del presente y a
que lo rodea, integrado tanto por revo- despejar la incógnita del porvenir”
lucionarios como por realistas. Puede (1881: 50). Presente y porvenir equi-
tomarse esta escena como un guiño valen a la actualidad y su devenir, la
del autor acerca de la pluralidad de cual cuando puede dar un giro posi-
tendencias que cobijaba la masonería, tivo se transforma en progreso para el
y de esta manera desarmar la díada que ideario predominante en el siglo XIX.
la unía a un liberalismo a ultranza que No escapa a este sentir el propio
el propio Fernández no compartía. Francisco Felipe Fernández. Su lucha
Ésta es una de las claves que permiten siempre estuvo orientada en esta
una perspectiva más amplia sobre el dirección, por eso su obra dramática
pensamiento y la obra del autor entre- logró consonancia con su actuación
rriano: aunque creía en el progreso y política. Nacido en Paraná, se traslada
la educación como instrumento para aun siendo un niño a Concepción
lograrlo, constantemente denuncia del Uruguay, para cursar los estu-
las políticas trazadas para dejar en la dios en el famoso instituto de aquella
marginación a los nativos. Es por eso población. Destacado alumno, desde
que destaca en Bernardo de Monte- muy joven vislumbra el poder trans-
agudo la inmensa importancia de su formador de la educación, aunque
lucha contra la ignorancia. A lo largo esta no fuera impartida por la tradi-
de dos páginas, el carácter principal cional vía de los colegios. De allí su

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vocación por el teatro, aunque esto otros pueblos son las metrópolis. Ellas
no lo mantendrá alejado de las luchas instauran las tiranías, consolidan las
militares ni políticas. Pero su origen injusticias y reciben los réditos econó-
provinciano parece haber desplegado micos. Por eso Fernández le hace decir
ante su mirada un panorama que a a Monteagudo:
otros les estaría vedado, o que no
lograrían describir con igual sutileza. Es esa la España que hoy pretende
El mundo rural y sus habitantes, como negarnos la independencia, perma-
así también las aldeas y ciudades del nece vencedora en las costumbres, en
interior encontrarán en su escritura la funesta superstición del fanatismo
un hábil defensor, que no se limitará a contra la razón, de la esclavitud
planteos maniqueístas ni a la entroni- contra la libertad. Ese es el enemigo,
zación de falsas antinomias, sino que á cualquier raza que pertenezca; ese
irá al rescate de aquéllos pero sin actuar es el monstruo que no hemos podido
en desmedro de los otros. Esta posi- extirpar del hogar Americano
ción, clave en su accionar, se perfila (1881: 32).
en un parlamento de Monteagudo
cuando el propio tucumano defiende Este parlamento nos permite descubrir
a España y a los españoles, objeto de dos elementos que antes de cristalizarse
descalificación sin más por parte de su en la escritura fueron experimentados
interlocutor: por el propio Fernández en su carácter
de homo politicus. Por una parte, la
No confundas las ideas y las iden- presión ejercida por la tiranía de la
tidades con los hombres y las usur- metrópolis, que si bien en este drama
paciones [...] Desde la primitiva es encarnada por España, en su propia
España hasta la inmortal España del trayectoria vital era representada por
año ocho, nos ha enseñado á preferir Buenos Aires, en su carácter de poder
la muerte á la esclavitud, á expulsar omnímodo que no respeta la voluntad
los conquistadores con el hierro y del interior, o por Río de Janeiro en
con el fuego, á bajar á puñaladas á tanto ambiciosa ciudad imperial que
los reyes, que manchaban el trono á gracias a sus pretensiones expansionistas
donde los había exaltado la soberanía arrastró a cuatro pueblos a la guerra. La
Nacional! (32). obra se torna autorreferencial cuando
alude al ejemplo dado por el pueblo
Evidentemente, esa España descrita español, que supo elevar su puñal contra
por Fernández en Monteagudo no los déspotas que pretendían sojuzgarlo.
guarda relación con la pintada en Ésa fue la actitud asumida por Francisco
Genio de América. ¿Dónde reside la Felipe Fernández cuando, sintiéndose
diferencia entre ambas? En el hecho traicionado por el general Urquiza, se
de una ser la población y el territorio encolumna tras López Jordán y avala
que la contiene, con lo cual el autor el asesinato del general entrerriano
niega que haya pueblos retrógrados y y de sus hijos. Como puede apre-
opresores sino que esa característica la ciarse, Fernández empuñaba al mismo
encarnan algunos de sus gobernantes tiempo tanto el sable como la pluma.
e instituciones. Más aun: las que se Su misma experiencia le proporciona
solazan y benefician sometiendo a una profundidad político-social poco

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frecuente en el país por esos años. Por ancestrales. Este cambio que tiene lugar
esa razón, su percepción de la ciudad en en todas las regiones que podrían deno-
tanto conglomerado social que ocupa minarse como extramuros, o sencilla-
el centro de la escena resulta particu- mente el interior, es atribuido por sus
larmente interesante. Si la miseria se pobladores a las políticas ejecutadas
encuentra en las metrópolis, puede desde Buenos Aires. Si la Revolución de
encarnarse en otras ciudades vanas y Mayo había sido hecha bajo el influjo
fenicias como la Venecia de Clorinda, de hombres como Monteagudo –que
la Lima de Monteagudo, o la Madrid sostenían que era necesario “... concluir
de El Borracho; se trata solamente de de todo. Que las relaciones que existen
disfraces que el autor inventa como si entre amos y esclavos, entre razas que
fuera un vestuarista para cubrir con otros se detestan, y entre hombres que
ropajes los defectos que ha detectado forman tantas subdivisiones sociales
en las ciudades que ha conocido perso- como cuantas modificaciones hay en
nalmente, particularmente en Buenos su color...” (Fernández, 1881: 65)– y
Aires, y aquellas que conoce a través de llevó a que el propio Fernández escri-
sus inquietudes intelectuales. En el caso biera un drama como El Sol de Mayo,
de Buenos Aires, la gran aldea promo- en el cual cacique Carul y sus indios
tora de la Revolución de Mayo, pasa de tomaban parte en el movimiento revo-
ser la doncella de la fábula a la mere- lucionario ya que consideraba “lógico
triz de la historia. ¿Qué situaciones han que la América indígena [interviniera]
mediado para que dicha metamorfosis en su emancipación!” (Fernández,
pudiera operarse? Podrían enumerarse 1881: 102), los gobernantes parecían
una serie de acontecimientos como la haber dejado de lado esos ideales. Es
concentración del poder en manos del por eso que en unas páginas en las
puerto, de los comerciantes y, poste- cuales explica por qué deja de lado el
riormente, la expansión que experimen- género periodístico para abocarse al
taría la producción agropecuaria que drama, Fernández escribe:
opera inmensas transformaciones en la
sociedad. La extensión de la frontera ... lo que nos proponemos llevar al
agrícola implicará, entre otras cosas, la convencimiento del pueblo, que
necesidad de someter a los aborígenes, ante todo será necesario despertar
además de proceder a la leva forzosa del pesado letargo de su ignorancia.
del gaucho tanto para su incorporación Fatigado de tan larga lucha, al
a las fuerzas dispuestas para someter a final ha depositado su conciencia y
aquéllos como para arrastrarlos como su libertad en manos de sus mismos
mano de obra en las tareas rurales. A enemigos, cuyo uso de tan inopi-
esto se sumará la llegada de inmigrantes nada prerrogativa es fácil presumir
extranjeros que ocupan los territorios cuál será [...] cuánto los enemigos
que hasta esos años eran habitados casi del pueblo hacen para vencer a un
exclusivamente por indios y gauchos. enemigo que, vencedor, recoge el
De esta manera, es comprensible el fruto de su victoria entregándoselo
sentimiento que ambos grupos expe- al vencido para dormir el iluso
rimentan de estar siendo arrinconados sueño pesado de la fatiga y de la
por una nueva situación socioeco- confianza (Fernández, 1870: 15)
nómica que les arrebata sus parajes [el destacado es nuestro].

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Fatiga y confianza que los gobernantes, boa que envenena con su aliento!”
instalados en las metrópolis, aprovechan (Fernández, 1881). Esa malignidad
para instaurar políticas que convierten es a la vez causa y consecuencia de la
a las masas que entregaron su vida, o burguesía que anida en ella y detenta el
parte de ella, para conseguir la aboli- poder. Francisco Fernández la denuncia
ción de las injusticias, en víctimas de en la descripción que hace Solané de
otras iniquidades de nuevo cuño. Guillermo, el joven de ciudad que es el
elegido por el dueño de la estancia para
casarse con Genoveva. Desde su peinado
IV. El gaucho y la ciudad hasta sus costumbres le resultan al
gaucho frívolas y cobardes, no pudiendo
¿Dónde reside el mal que aqueja al país entender que un sujeto como ese pueda
para Francisco Felipe Fernández? En un desplazarlo en el corazón de aquélla:
párrafo que redacta como introducción
a su obra La Triple Alianza señala: Guillermo era opulento pero cobarde;
incapaz de tomar un fusil en las
Castigados los déspotas por la victoria horas de conflicto para la libertad:
del pueblo en cien combates, pretenden Guillermo era la degradación para
hoy adoptar un plan completamente la raza de San Martín! Cuando
distinto de venganza... Tan hábil un pueblo hermano lanzaba desde
cuanto pérfido y subterráneo es el un punto á otro de la República su
elemento que lo prohíja [...] Los caudi- grito de agonía bajo la garra del
llos entonces del Plata y la monarquía poder, Guillermo corría á acabar de
brasilera han desertado de los campos enervar su espíritu y empalidecer su
de batalla y se han encerrado en sus alma indiferente entre las arias de
gabinetes a trabajar la tela de araña... Traviata (Fernández, 1881: 388).
(Fernández, 1870: 14).
Guillermo es la contrafigura del gaucho
Esos gabinetes se encuentran ubicados curandero, que se enamora de la hija
en las capitales, en las cabeceras de del estanciero quien, a su vez, le corres-
distritos o en cualquier lugar en donde ponde. Al descubrir esto, el padre de
se asiente el poder. Y si bien puede Genoveva expulsa a Solané de sus tierras
afirmarse que el poder es ubicuo y se y, no conforme con ello, utilizando sus
encuentra en todas partes, alcanza un contactos, lo hace perseguir a donde
alto nivel de concentración y visibi- quiera que éste marche. Cuando, final-
lidad en las ciudades. De allí que todo mente, decide ir a Buenos Aires, lejos
lo que pueda asociarse con ellas merezca de poder empezar una nueva vida en la
ser tenido por algo envilecido o peli- cual la educación y su empeño le garan-
groso que debe ser combatido. En este ticen el acceso a aquellos círculos que le
sentido resultan esclarecedores los parla- estaban vedados por su condición social,
mentos que Fernández coloca en boca la injusticia sigue condenándolo a un
de los distintos personajes de Solané. ostracismo que lo margina y lo explota.
Por ejemplo, Tata Dios Solané exclama: El propio Tata Dios relata sus desven-
“[...] á los gauchos los arrojaron á la turas de tal manera que dejan traslucir el
ciudad. ¡La ciudad!... ¡Caburé funesto resentimiento y el odio que finalmente
que fascina con su mirada brillante, lo lanzarán a la masacre tandilense:

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Corrí desesperado a Buenos Aires en aun me sentí grande, Genoveva:


demanda de justicia y me esplotaron como Jesucristo llevaba resignado la
los procuradores y los escribanos, me cruz de mi infortunio al hombro; el
desoyeron los jueces... las influencias de Satanás de esa civilización cruel no
tu padre concitadas sobre mi cabeza me había deslumbrado, el vértigo del
me envolvieron, me ahogaron!... Sin crimen no se había apoderado de mi
recursos ya, durmiendo sobre los esta- cabeza (Fernández, 1881: 391-2)
blos inmundos de las caballerizas, [el destacado es nuestro].
pretendí apelar a la opinión pública,
y en vez de apóstoles, en la prensa La narración de las peripecias por
encontré mercaderes!... Apelé á otros las que tuvo que pasar los años que
potentados, y después de gastar seis vivió ausente de los pagos tandilenses
meses en la silla del portero me despi- se transforma en confesión cuando
dieron con glacial laconismo. Salí de afirma que el crimen no había entrado
la ciudad. Desde la última altura en en sus perspectivas. ¿Qué fue lo que
que se divisaban las cúpulas católicas, lo llevó a planear la matanza de los
no derramé, no, las cobardes lágrimas habitantes de la zona? Más aun, ¿por
de Boabdil: en nombre de la raza qué si las principales humillaciones y
argentina lancé mi maldición y mi desencantos las recibe en la ciudad,
venganza á ese hervidero de gusanos ejecuta su venganza en el campo?
que dejaba á mi espalda, devorándose Seguramente porque allí es donde
unos con otros en su propio fango! encuentra el apoyo y la fidelidad de
El gaucho ya no poseía ni hogar, ni su gente, que admira su temple y cree
familia, ni nombre, ni honra... ni en sus poderes sobrenaturales. Uno
sepultura en la tierra de sus abuelos! de sus seguidores, Burgos, comenta
(Fernández, 1881: 391). con otro sobre las injusticias que
padecen:
Pero la persecución sufrida por el
gaucho se hace presente donde quiera Si estos Dotorcitos se creen mejor
que vaya. Siempre marginado o explo- que uno, ¿de qué les sirven los libros,
tado, su suerte y la de los suyos sólo si cuando se ven apurados por los
podían devenir en resentimiento. Sin indios ó las guerras se ganan entre
embargo, Solané no cae en eso proba- las polleras de las mujeres, y es uno
blemente gracias a una tendencia el que tiene que salir á defenderlas
mesiánica que lo impulsa a buscar la para que no lloren? Yo estuve en la
redención de la misma sociedad que ciudad cuando me arriaron para
acorrala. Todavía cree posible que las eliciones ¡Si viera!... Discursos
educación y justicia pueden trasformar de muerte y rivolución y después...
el calvario de sus semejantes en un ¡puro ruido de nueces! ¡Que gente
edén digno de ser habitado: indina! Los compadres vendían diez
veces el voto por un peso papel! Haga
Huí á Entre Ríos, á Santa Fe, á todas patria usted amigo con los decentes
las Provincias, en todas partes el que compran á los compadres, que al
gaucho era ciervo (sic) de la clase vence- fin son argentinos y con los compa-
dora. ¡En qué abismo de sombras se dres que se venden como negros de
sumergió mi conciencia! Sin embargo Guinea! (Fernández, 1881: 345).

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Si es malo que el gaucho venda su voto, masonería y al liberalismo, a través


la necesidad puede llegar a justificarlo. de su obra dramática intenta realizar
¿Pero qué argumento puede justi- un análisis que le permita penetrar en
ficar que el sistema representativo sea la complejidad de esa figura. Apela a
mancillado por aquellos que pregonan su personaje Solané para explicar a
sus beneficios para la mayoría? El la sociedad el complejo origen de su
propio escritor entrerriano señala resentimiento, ante la acusación de
en la introducción a la edición de crueldad que se le hace:
La Triple Alianza: “El republicanismo
ha creído candorosamente convencer á Tuvieron hogar, y les fue arrebatado
los déspotas de la justicia de su causa y por las leyes al servicio de sus privi-
la pujanza de su brazo con tan singular legiados. Tuvieron hijos: los varones
proceder que, si bien él es eminente- les fueron arrebatados para llevarlos
mente sublime, no deja por eso de ser á morir como perros en las tropas de
eminentemente estúpido” (Fernández, línea, como instrumento de opresión
1870: 15). Este sistema político parece de la libertad de sus hermanos; al
ser una trampa siniestra que, en lugar propio tiempo que las mujeres pasaron
de garantizar la defensa del conjunto á prostituirse en la carpa de los defen-
de la sociedad, perpetúa los privilegios sores del honor argentino según los
de unos pocos gracias a las necesidades llaman (Fernández, 1881: 358).
de la mayoría. Sin embargo, las elites
intelectuales de la época coinciden en Este discurso, más que como una
achacarle al gaucho, sinónimo de igno- invención literaria debe ser tomado
rancia y barbarie, el origen de todos como el testimonio no del Tata Dios
los males que padece Argentina. No es Solané sino del propio autor, quien
el caso de Francisco Felipe Fernández, ha convivido codo a codo por años
quien, a pesar de su pertenencia a la con esos gauchos que describe, en las

Guerra del Paraguay

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tropas comandadas por López Jordán. Solané buscó ilustrarse y participar en


Esa realidad fue un hecho cotidiano política, pero la ciudad encarnada en
y palpable. Es por eso que no trata a los hombres, lo posterga y lo denigra.
los “asesinos de Tandil” simplemente Tal es el envilecimiento que advierte
como criminales. Pretende darle al en el sistema que llega a decir que sólo
tema una complejidad que en esos un Cristo, un hombre como él, podría
días no le fue otorgada. Tal vez por cambiar aquello. Solané se identifica
ello puede afirmarse que ésta es la obra con el hijo de Dios, por eso sabe que
más lograda de Fernández; allí, trata será crucificado pero antes ha decidido
de aproximase al curandero gaucho echar a los mercaderes del templo,
no simplemente como un aventurero entendiendo por éste a las instituciones
mesiánico sino como alguien que es al cuya hegemonía ha desalojado al gaucho
mismo tiempo víctima y victimario, y de su paisaje: el gobierno, la justicia, la
que si pudo llevar adelante ese movi- masonería, y la iglesia. Todas ellas, no
miento, fue porque contó con el apoyo conformes con su manejo autocrático
de muchos que creían en la justicia de del poder, han fomentado la llegada
la venganza. La marginación, el atro- de los extranjeros que se asientan sobre
pello y la explotación fueron el caldo la inmensidad de la pampa que antes
de cultivo en que pudo desarrollarse era exclusiva del gaucho. Por eso Tata
una personalidad tan compleja como Dios lanzará su odio sobre los colonos
Solané, percibido al mismo tiempo extranjeros, consumando su venganza
como un mártir y como un ángel exter- en una serie de asesinatos ejecutados el
minador. Por eso, según lo concibe 1° de enero de 1872.
Fernández en su obra, llega a decir: Curiosamente, la expansión econó-
mica que registraba el campo por aque-
Sería necesario un hombre con la llos años era producto de una división
cultura de los de ciudad con los internacional del trabajo en el que las
sentimientos del gaucho, un Cristo, metrópolis disfrutaban de la opulencia
un hombre como yo, escalara el que ésta les garantizaba. A su vez, en
poder, para aplicar el bien á todas la periferia se desarrollan otras grandes
esas ilustraciones, esclavas de su metrópolis regionales gracias a los bene-
propio egoísmo, de su propia miseria! ficios obtenidos a través de la comer-
(Fernández, 1881: 355). cialización de sus materias primas. Sin
embargo, esta prosperidad, lejos de
Este párrafo se vuelve absolutamente alcanzar al interior –particularmente
revelador de la antinomia que su autor en el caso argentino– lo condena a la
quiso plasmar en la obra. El delirio pobreza y al retraso. La expoliación no
mesiánico del gaucho curandero se se limita a las clases obreras urbanas,
focaliza sobre la falta de sensibilidad también se verifica en el campo. Pero
del hombre de ciudad, particularmente si aquéllas eran integradas por inmi-
los políticos, ya que sólo una persona grantes, las principales víctimas en
instruida como las que se forman allí el espacio rural serán el gaucho y el
pero con los sentimientos del gaucho indio. Este último ocupó siempre un
podría operar las transformaciones lugar importante en su pensamiento,
necesarias para establecer una sociedad a tal punto que cuando debió marchar
más justa. Sin embargo, el propio exiliado al Paraguay, además de su

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actividad periodística continuó con su otros contemporáneos. Godofredo


labor creativa, llegando a componer un Daireaux, inmigrante francés que llegó
himno o canción patriótica, Al pueblo a Argentina en 1868 con intenciones,
paraguayo, con música de Francisco como tanto otros, de forjar rápidamente
Antonio de Nassimento, obra que se un capital que le permitiera volver a su
cantó durante años en dicho país. En país a vivir con una comodidad que allí
sus estrofas rinde homenaje al nativo: le estaba vedada, se dedicó al comercio
y a la explotación agrícola-ganadera,
Alza, pueblo paraguayo, lo que le permitió conocer la realidad
De entre el polvo la cerviz, del momento, la cual fue plasmada en
Que tu raza es la indomable los libros que redactó al retirarse de
Raza invicta guaraní los negocios. Daireaux considera que
(Centurión, 1961: 695). la guerra del Paraguay contribuyó a
fomentar algunas ideas:
Por eso quienes pretenden luchar
contra las iniquidades tendrán carac- La idea de patria, incompleta para
terísticas distintas de acuerdo a sus aquellos cerebros ignorantes, se
lugares de pertenencia, el campo o la reducía para ellos a un localismo
ciudad. En esta última serán socialistas estrecho, receloso de los vecinos inme-
y anarquistas los principales impul- diatos, a pesar de ser también argen-
sores del cambio, con una conciencia tinos [...]. Al sufrir, al combatir, al
del problema y una metodología más morir bajo la misma bandera, empe-
articulada que las de las rebeliones zaron a quererla con el mismo amor,
gauchas que, luego de concluidas las viniendo así la guerra del Paraguay,
guerras civiles, se limitarán a conatos si no a completar, por lo menos a
en los que el resentimiento encuentra afianzar mucho la unidad de la
una vía de expresión en manifesta- República (2005: 96).
ciones místicas, como es el caso de
Solané o del propio Gauchito Gil. La convivencia en el campamento y
Son estos últimos los que concitan la lucha contra un enemigo común
el interés de Francisco Fernández, –cosa que puede ser cuestionada en su
probablemente porque cuenta con la validez– podrían haber contribuido
sensibilidad con que lo dotó su propio en la consolidación de una identidad
origen para entender cómo afectaban nacional. Sin embargo, uno de los
a los nativos las mutaciones que se episodios vividos por el protagonista
producían en el paisaje. Es por eso que de su novela, Andrés, parece contra-
el propio autor entrerriano escribe que decir aquella afirmación, porque si
pretendía “llevar la luz al oscurecido se puede pasar una temporada en las
santuario de la conciencia popular” trincheras bajo el mismo pabellón
(Fernández, 1870: 13). patrio, ¿de qué unión nacional se
puede hablar cuando la justicia no es
igual para todos? Andrés, inmigrante
V. La tierra, ¿para quien la trabaja? francés, pretende buscar justicia por
el asesinato del que ha sido víctima
Resulta interesante confrontar su un amigo. Al presentarse ante las
obra dramática con los escritos de autoridades, “pronto le hicieron

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comprender que era inútil, que la coloca al protagonista frente a un


causa quedaba archivada, enterrada abismo. La perspectiva de hacerse
y que lo mejor sería para él dejarse estanciero en la frontera le parecía
de embromar”. El propio Andrés se desalentadora y peligrosa.
siente amenazado ya que las comi-
siones reclutadoras se llevaban a cual- Personalmente ignorante todavía de
quiera y más de una vez se había visto la campaña lejana, para él conser-
obligado “a enseñar su papeleta para vaba intacto todo su misterio de
evitar graves molestias” (2005: 45). Pampa sin recurso, de desierto sin
No parece, entonces, que la unión fin, y lo único que sabía era que
de una nación pudiera concer- los indios rodeaban de un círculo
tarse en estas condiciones. Por otra de terror toda la región ganadera
parte, la misma saga de Andrés nos (2005: 153).
muestra cómo el destino es distinto
de acuerdo con el lugar que ocupa Este párrafo puede ser presentado
en la escala social. Por frecuentar el como la contrapartida de la visión
club donde se reúnen los extranjeros, plasmada por Fernández en su obra.
puede vincularse con las familias El campo, lejos de aparecer como
locales de antigua prosapia y realizar un espacio bucólico donde la natu-
un ventajoso casamiento con la hija raleza facilita la redención, es visto
de un estanciero, el que a su vez, lo solamente como una alternativa para
iniciaría en el negocio agropecuario. alcanzar el éxito económico. Por otra
Esto tendrá lugar sólo cuando la crisis parte, la presencia del indio, ances-
económica lo arrincone y las espe- tral habitante de esos territorios, es
culaciones hipotecarias en la ciudad percibida como amenazante y que
lo dejen al borde de la quiebra. Esa puede retrasar la consecución de las
actitud le valdrá el reproche de un rápidas ganancias pretendidas. Por
amigo argentino: este motivo es que ante una de las
tantas avanzadas de Catriel, el francés
¡Sabe que son admirables ustedes los se pregunta acerca de la factibilidad
extranjeros! Cuando llegan todo lo de llevar adelante su explotación
desprecian; la tierra, especialmente, no agropecuaria:
puede tener valor y comprarla, a cual-
quier precio, sería la ruina, primero Es que nadie todavía podía prever
porque sería atarse al país, y después que eran éstos los últimos estertores
porque... porque sí. Un buen día ven del poder menos formidable que
que sube el precio de esa tierra y al tenebroso, pero, con todo, temible,
momento abren los ojos y empiezan de los seculares dueños de la Pampa,
a comparar, a encontrar que está a que habían, por tanto tiempo,
precios tirados y que, con la inmigra- opuesto su barrera, al parecer
ción que viene llegando, mañana, o infranqueable, a la civilización y al
pasado a más tardar, va a valer como trabajo (2005: 154).
en Europa... (2005: 136).
La civilización y el trabajo operaban
La solución que le dan a sus problemas a finales de siglo como una especie
es que se haga estanciero, cosa que de ábrete Sésamo que franqueaba el

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paso a todos aquellos que quisieran VI. Coda


lanzarse a la producción agrope-
cuaria o a la especulación con tierras. ¿En qué embeleco ideológico quedó
Muchos son los ejemplos de extran- atrapado el escritor entrerriano para
jeros que se hicieron de latifundios que, entre sus escritos acerca del
gracias a la expansión de la frontera valor de los indios y la necesidad de
sur. Un caso emblemático es el de extender la civilización, esta última
Ignacio Fotherigham, uno de los acabara con aquéllos? Esta contradic-
tantos soldiers of fortune que llegaron ción, ¿no nos permite acaso atisbar lo
al país para sumarse al ejército y parti- señalado por la dialéctica de la ilus-
cipar en las guerras interiores y exte- tración en que en nombre de ésta se
riores, y que fueron recompensados cometieron crímenes injustificables?
con terrenos en los nuevos territorios. Esta tensión es la que parece atravesar
Esta visión, en la que el indio no tenía tanto la vida como la obra de Francisco
lugar en el país pergeñado por las Felipe Fernández. Fernández en tanto
clases dirigentes, poco tiene que ver hombre político admiraba profunda-
con las ideas que se desprenden de las mente la Revolución Francesa y las
obras dramáticas de Fernández en las ideas que la habían impulsado. Eso
que los aborígenes –ya se tratara de la lo llevó a pensar que la liberación
tribu de Carul en Sol de Mayo, o de de los oprimidos llegaría de manos
los integrantes del incario en Genio de aquélla. Pero, como lo sinteti-
de América– serían reconocidos como zaron magistralmente Horkheimer y
dueños de la tierra y se les devol- Adorno:
vería la dignidad de la que se habían
visto privados durante siglos. Sin La Ilustración, en el más amplio
embargo, el entrerriano aprovecha sentido de pensamiento en continuo
la increpación que le hacen a uno progreso, ha perseguido desde siempre
de sus personajes, Bidarte, de ser un el objetivo de liberar a los hombres
extranjero masón y hereje al que no le del miedo y constituirlos en señores.
ha bastado enriquecerse en este país, Pero la tierra enteramente ilustrada
para que éste justifique la preponde- resplandece bajo el signo de una fatal
rancia ejercida por los inmigrantes en calamidad (2006: 59).
el ámbito rural:
Esa fatal calamidad a la que hacen
¡Sí! Nos acojemos á su sombra referencia se percibe en el grado
hospitalaria y gloriosa con nues- de alienación que padece la huma-
tras costumbres de trabajo, con nidad. La alienación no se limita a la
los perfeccionamientos de nuestras ciudad y a sus habitantes, también se
industrias. ¿Pero, puede ser respon- hace presente en el campo en donde
sable el extranjero de los abusos y de sus antiguos pobladores sufren un
los errores que los mismos hombres proceso de extrañación del paisaje. La
y gobierno del país, si tratan como parábola trazada por José Hernández,
extraños á sus propios hermanos? a través de su Martín Fierro, el
(1881: 374). gaucho rebelde y perseguido que
en La vuelta... decide empezar una
nueva vida acorde con lo que la

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realidad del momento demandaba, había impuesto desde muy joven, y no


es también descripta por Francisco solamente combatiría por ella con armas
Felipe Fernández, ya no como aquél, de fuego. Muchos más años le dedicará
por medio de sus personajes, sino en a pregonar su importancia a través del
su propia vida. El dramaturgo que arte y la educación. Pero, probable-
había condenado a la gran ciudad mente quedó atrapado en las contradic-
por considerarla asiento y refugio de ciones de sus propias creencias, las que
gobernantes arbitrarios, poderosos “obligan a pagar el acrecentamiento del
y sin ética, culmina sus días en la poder con la alienación de aquello sobre
ciudad de Buenos Aires. Esto es sólo lo cual lo ejercen”. No en vano en su
un símbolo, lo realmente significativo misma obra dramática supo escribir:
es que formara parte de la adminis-
tración del presidente Roca, el mismo La inteligencia es un título para
que había emprendido la campaña gobernar, pero es cuando se emplea
que sometió a las tribus de la región y para el bien y la felicidad de todos,
facilitó, finalmente, la incorporación aun de los mismos ignorantes; pero
de miles de hectáreas a la explotación cuando no, la ignorancia virtuosa
rural, poniéndole límites corpori- adquiere mayores títulos al gobierno,
zados en metal y madera a la inmen- para arrojar á las cárceles á los
sidad que otrora había pertenecido corrompidos de levitas (1881: 351).
al gaucho. En Genio de América, el
dramaturgo entrerriano le hace decir ¿Esta concepción de luchar contra un
a la Ñusta: sistema que a todas luces le parecía
injusto, habrá sido lo que lo obligó a
Perdió el indio su toldería... tomar la decisión de abandonar su casa
¡lloran las aves, muere la flor!... en el campo para trasladarse a vivir a la
De nuestros templos sobre las aras ciudad, a Buenos Aires, en donde ese
Rotas y humeantes, la iniquidad hijo de provincia que prefería la sombra
Consumó la obra ¡quién lo pensara! del ombú a las techumbres doradas se
De arrebatarnos la libertad. aprestaba a dar un nuevo combate?
Puede interpretarse de esa manera la
La libertad del paisaje sin límites, sin determinación por la cual cambiará
cercos, ha caído en el olvido expul- tanto el paisaje de la liza como sus
sando al gaucho hacia la ciudad, lo que armas. Los años que siguieron hasta su
implicará prácticamente su desapari- muerte los dedicará a la educación, pero
ción al metamorfosearse en un nuevo ahora a través de la invención de alego-
sujeto social, el compadrito: rías escolares, de las que editó cuatro
tomos. La experiencia logró conven-
Tú conoces la historia de mis dolores; cerlo de que era en la ciudad donde su
la historia del pueblo, del gaucho, voz alcanzaría el eco que, paradójica-
del compadrito, lanzados por eso al mente, no tendría en el campo.
crimen y á la degradación del siervo!
(1881: 351).
(*) Texto seleccionado en el Concurso de becas de
investigación “Ezequiel Martínez Estrada” sobre
Sin embargo, la lucha por la libertad la presencia de la ciudad en las colecciones de la
había sido la meta que Fernández se Biblioteca Nacional.

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NOTAS

1. Probablemente se refiere a los zudras, individuo de la casta hindú que comprende a los labradores y artesanos.
2. Sin embargo, su autor hace constar en la carátula que fue “escrita en diciembre de 1864”, es decir en los días
previos a la caída definitiva de Paysandú. Es probable que el gobierno haya impedido su representación pero
no hay datos que permitan corroborar esta hipótesis.

BIBLIOGRAFÍA

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ISSN 1696-7356. Trad. del ruso de Klaarika Kaldjärv.
Raymond Williams (2001), El campo y la ciudad, Buenos Aires, Paidós.

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Los conductores de la Biblioteca


Pública de Buenos Aires.
Sus apodos y seudónimos
Por René Garmón, Ana Guerra, Germán Álvarez,
Daniel López, Juan Pablo Canala y Mario Tesler

Cuando se investiga la historia de una institu-


ción, suele ofrecerse documentación que revela
los datos más variados. La sucesión de los
nombres que la condujeron, los actos adminis-
trativos que la presidieron, los cambios edilicios,
las transformaciones tecnológicas que caracteri-
zaron cada período de su existencia, la economía
de sus procedimientos, sus funciones, sus formas
organizativas, el lugar que ocupó en la sociedad
en distintos períodos y las polémicas que envol-
vieron su devenir. En fin, todo un haz de hechos
que caracterizan la singularidad de un estableci-
miento complejo como lo es una institución que
congrega las más diversas actividades.
Esta nota que presentamos aquí es una historia
de la Biblioteca Nacional. Pero no se trata de la
secuencia de su memoria más evidente sino de una
perspectiva sumamente original: el testimonio de
sus actos reseñado a partir de los seudónimos o los
encubrimientos de la identidad de sus más desta-
cados personajes. Como si se tratara de un deve-
lamiento de aquellas intervenciones públicas que
reclamaban sigilo y clandestinidad; el reverso oculto
que se desdobla introduciendo una diferencia en
los “nombres de la historia”, entre las palabras y
los signos distintivos de quien las enuncia.
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Durante su existencia, la Biblioteca En su tan citado prefacio al Catálogo


Pública de Buenos Aires no siempre Metódico de 1893, Groussac nutre
estuvo a cargo de funcionarios desig- las páginas con digresiones biográ-
nados con el rango de director; incluso ficas de cada uno de sus antecesores
algunos de éstos lo fueron de manera y comentarios, unas veces elogiosos y
nominal en tanto las realizaciones son otras sardónicos, que nada aportan a
logros de otros, aunque en la escala la historia de la Biblioteca Pública de
administrativa detentaban jerarquías Buenos Aires.
menores. Inicialmente, y en períodos Sobre Cayetano Rodríguez dice
posteriores, el cargo de director no Groussac que: Entre los hombres que
estuvo vigente; también debe recor- formó, estaba [Mariano] Moreno, que le
darse que se registraron algunos debió en gran parte la terminación de
nombramientos de interinos en la sus estudios y con quien le ligó estrecha
conducción o de hecho estuvieron a amistad. El maestro fue colaborador
cargo del organismo. abnegado de su discípulo predilecto, y el
En esta oportunidad nos ocuparemos continuador de su obra en la Biblioteca,
de aquellos conductores que al firmar hasta el año 14, en que le sucedió el ilus-
optaron por reemplazar sus nombres y trado oriental, Dr. Larrañaga.
apellidos con uno o varios seudónimos, Bajo el epígrafe No hay noticias de que
o bien fueron apodados. También fray Cayetano haya ejercido ningún
se incluye aquellos seudónimos atri- cargo en la Biblioteca, Martínez Zuviría
buidos, sobre los cuales no hay certeza presenta un interesante indicio del
sobre su pertenencia, y detalles tanto cual supone poder colegirse que
de seudónimos como de apodos que nunca trabajó en ella, o bien que se
no les corresponde. desitió de nombrarlo; se trata del Libro
Si por conductores de la Biblioteca de Donaciones en donde Luis José
Pública se considera solamente a los que Chorroarín junto al nombre y apellido
ejercieron la función de director, en este del donante anotaba el cargo que desem-
trabajo no podría haberse incluido a peñaba o los título que posee. Así en
Mariano Moreno, nombrado protector, una donación de Saturnino Segurola
al igual que después lo fueron Miguel detalla que se trata del primer Biblio-
de Azcuénaga (1810-1811) y Atanasio tecario que fue..., aunque renunció a
Gutiérrez (1811-1812). su primer nombramiento en 1810
También se dice que fueron bibliote- antes de hacerse cargo. De Cayetano
carios Cayetano Rodríguez y Dámaso Rodríguez dice que hay también una
Antonio de Larrañaga, el primero de donación y de él se dice: “El R. P. jubi-
1810 a 1813 ó 1814 y el otro entre lado fray Cayetano Rodríguez, del Orden
1813 y 1814. Seráfico, donó la obra Orictognosia,
Para Groussac el bibliotecario Rodríguez escrita en alemán por Federico Guillermo
ejerció sus funciones hasta 1814, cuando Widenmann, traducida al castellano
es reemplazado por Larrañaga, período por don Cristián Herrgen, 2 tomo 8.
con el cual coincide Vicente Osvaldo A continuación Martínez Zuviría
Cutolo, en cambio Martínez Zuviría pregunta: ¿Se puede pensar que si real-
niega su paso laboral por dicho orga- mente fray Cayetano hubiera pertenecido
nismo ante la carencia por él constatada en ese tiempo (o antes) a la Biblioteca,
de testimonios que lo certifiquen. el prolijo amanuense, que era el propio

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

Chorroarín, no habría manifestado tan San Francisco, fray Francisco Javier


interesante circunstancia, como la mani- Carvallo, su colaboración para que
festó en el caso de Segurola? Cayetano Rodríguez pueda desempe-
Para Torre Revello el período de ñarse en la Biblioteca Pública.
Rodríguez como bibliotecario sola-
mente llega a 1813, así aparece indi- Habiendo sido destinado el R. P.
cado en la cronología de directores de señor Cayetano Rodríguez, al servicio
su trabajo sobre La Biblioteca Nacional de la Biblioteca pública establecida
de la República Argentina, editado en en esta capital, y siendo esta atención
México en 1938. de mucho beneficio público, previene
Aunque Cutolo no se ha dedicado de la Junta á V. R. lo exima de todo
manera especial a Cayetano Rodríguez cargo ó atención que pueda emba-
vale su dato, que fue bibliotecario entre razarle y se deje expedita su persona
1810 y 1814, ya que para la biografía para su desempeño.
que de él incluye en su monumental Dios, etc.
obra de referencia, Nuevo diccionario Septiembre 24 de 1810.
biográfico argentino (1750-1930) R. P. Provincial de San Francisco.
editado en 1983, consultó lo más
importante de cuanto se hubo publi- Tan importante para este trabajo es
cado hasta ese entonces, tanto en libros la nota remitida al Provincial de San
como en diarios y revistas. Francisco como su respuesta inmediata,
He encontrado también una refe- pues aleja la sospecha de compromisos
rencia a las funciones como biblio- o impedimentos que pudieran haber
tecario de Cayetano Rodríguez en la surgido de la autoridad eclesiástica, a
segunda historia oficial de este orga- cuya jurisdicción estaba subordinado.
nismo, publicada a fines de noviembre
de 1997. Horacio Salas, su autor, en Excmo. Sñor.
la página 58 informa que al parecer, En consecuencia del oficio que acabo
fray Cayetano nunca se hizo cargo de de recibir de V. E. con fecha 24 del
su trabajo, por tener que desempeñar corriente, inmediatamente paso orden
otras tareas, y en la página 60 afirma al R. P. Presidente del Convento de
que a partir de 1814, ante la renuncia de la Observancia, para que en lo suce-
fray Cayetano Rodríguez, fue nombrado sivo exonere de toda pensión y cargo
otro clérigo... al R. P. lector jubilado Fr. Cayetano
A fines del siglo XX, Félix Lajouane Rodríguez, para que con la mayor
editó de Pacífico Otero un estudio atención se contraiga solamente al
biográfico sobre Rodríguez donde cabal desempeño de la Biblioteca
se trata brevemente su designación pública de que V. E. me hace mención
como bibliotecario, no obstante lo en su respetable oficio.
cual el autor aporta dos documentos Y deseando tener alguna parte en
hallados en el Archivo General de la un beneficio público, tan acreedor
Nación, sin precisar su ubicación, á nuestra consideración y aprecio,
que permiten suponer lo contrario a suplico á V. E. se digne aceptar el corto
lo presumido por Martínez Zuviría. obsequio de cincuenta pesos fuertes á
Se trata de un oficio remitido por la nombre de mi Provincia Regular
Junta requiriendo al Provincial de de San Francisco, los que pondrá á

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

disposición de V. E. nuestro hermano los regidores Manuel Mansilla,


síndico, para este laudable objeto. Manuel Aguirre, Francisco Ramos
Dios guarde a V. E. muchos años. Mexía, Ildefonso Passo, Eugenio José
Convento de Recolección de Buenos Balbastro, Juan Pedro Aguirre, Pedro
Ayres, 26 de Septiembre de 1810.- Capdevila, Martín Grandoli, Juan
Sñor Excmo.- Fray Francisco Javier Francisco Segui, y el síndico procu-
Carvallo. rador general Miguel Villegas. Los
presentes conociendo la importancia del
Pacífico Otero concluye su tratamiento establecimiento y que quizá en ningún
sobre el paso laboral de Rodríguez en otro objeto mas útil pueden invertirse
la Biblioteca Pública diciendo: El P. los fondos públicos acordaron: asignar
Rodríguez desempeñó dicho puesto hasta á cada uno de dichos Bibliotecarios los
el año 1814, en que fue sustituido por el quinientos pesos de sueldo que pide el
Dr. Dámaso A. Larrañaga. Creemos que protector, y concurrir con los mismos
sería un acto de justicia, y dignamente fondos á quanto necesite la biblioteca
plausible, si en el recinto de ese estableci- para su estavilidad, y permanencia,
miento público se colocara, junto al del siempre que para ello conceda el compe-
discípulo, el busto del maestro. ¿Acaso no tente permiso la Excelentísima Junta
compartieron ambos la ímproba labor de quien se deverá pedir por oficio; y
que la organización de un estableci- hecho este borrón mandaron se ponga en
miento de ese género exigía? limpio, se copie y se pase.
Que Saturnino Segurola sería Del interés para que ninguna otra
nombrado primer bibliotecario, junto ocupación interponga dificultades a
con Cayetano Rodríguez como segundo esta labor encomendada por las nuevas
bibliotecario, aparece anunciado en el autoridades, de la Muy Noble y Muy
artículo del jueves 13 de septiembre Leal Ciudad de la Santísima Trinidad,
de 1810 atribuido a Mariano Moreno, a Cayetano Rodríguez quedan algunos
aunque no falta quien responsabiliza documentos, dos de los cuales son
de su redacción a Manuel Belgrano. los reproducidos en la biografía de
Al celebrarse el acuerdo de los SS. de Pacífico Otero.
este Excelentisimo Ayuntamiento en el En el último día del mes de diciembre
Cabildo el 12 de noviembre de 1810 se de 1810 se reunieron en el Cabildo, en
informó la recepción, según consta en la Sala de sus acuerdos las autoridades y,
el acta, de: un oficio del protector de la entre otras cuestiones, tomaron cuenta
Biblioteca publica Secretario de la Exce- del oficio recibido de la Excelentísima
lentísima Junta Doctor Don Mariano Junta guvernativa fecha veinte y ocho
Moreno, en que para la firmeza y dura- del corriente en que avisa que por haver
ción de este establecimiento solicita que de cedido los Bibliotecarios la renta que se
los fondos de Propios y arbitrios se asignen les estava asignada á favor de la misma
quinientos pesos de sueldo anuales á cada Biblioteca, há resuelto que este Exce-
uno de los dos bibliotecarios. lentísimo Cavildo la mande entregar
Asistieron a este acuerdo los alcaldes mensualmente desde primero de Enero
Domingo de Igarzabal y Atanasio del siguiente año al Director Don Luis
Gutiérrez (al año siguiente, éste suce- de Chorroarín para que la emplée en
derá a Miguel de Azcúenaga en su aumento de libros, y demás gastos de la
función de protector de la Biblioteca), misma Biblioteca.

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

Respecto a Larrañaga, su función y bibliotecario Mariano Perdriel. Esta


el período de desempeño tampoco nota refleja que al momento de confec-
existe coincidencia entre los historia- cionar el trabajo Torre no poseía un
dores; para Paul Groussac y José Torre testimonio fehaciente de la cesación de
Revello fue director de la Biblioteca Larrañaga en sus funciones, tampoco
Pública de Buenos Aires, Groussac lo agregó una precisión en el ejemplar
da durante 1814 y Torre Revello entre que he consultado en la Biblioteca
1813 y 1814, en cambio Gustavo Nacional y que fuera ingresado en este
Martínez Zuviría y Horacio Salas lo organismo el mismo año 1938.
dan como bibliotecario durante 1814. A Gustavo Martínez Zuviría le causó
En su breve reseña del período que mucho asombro no encontrar el menor
precedió a su gestión, Paul Groussac rastro del nombramiento de don
dejó expresa constancia que se ocupaba Dámaso Antonio Larrañaga, a quien
solamente de sus más ilustres directores. se hace figurar junto con don Luis José
De manera tal que incluir a Larrañaga de Chorroarín, entre 1813 y 1814, sin
lleva implícito su reconocimiento que nadie logre precisar ni la fecha ni lo
como conductor, al darlo como reem- que hizo aquí, un hombre de tan vasta
plazante en 1814 del primer bibliote- acción en otras funciones.
cario Cayetano José Rodríguez. Del estudio realizado sobre la
Páginas más adelante Groussac agrega presencia de Larrañaga en Buenos
esta reiteración: Desde principios Aires y teniendo en cuenta a los
de 1814, compartió con el anterior historiadores que se ocuparon de él,
[Luis José Chorroarín] las funciones Martínez Zuviría llegó a la conclu-
de bibliotecario el distinguido clérigo sión que es indudable que Larrañaga
oriental, doctor don Dámaso Antonio hacia el año 14, cuando las circunstan-
Larrañaga. cias lo trajeron a Buenos Aires, trabajó
José Torre Revello en la cronología algunos meses en la Biblioteca Pública.
de directores que aportó indica que ¿Pero –se pregunta– en qué carácter?
la dirección de Larrañaga fue entre Para él Larrañaga se desempeñó como
los años 1813 y 1814. En el ejemplar bibliotecario, pero no designado por
del sobretiro que el autor entregó a la el Gobierno sino incorporado por
Biblioteca Nacional, con correcciones voluntad de Luis José Chorroarín,
manuscritas, enmendó el año 1814 y quien actuaba como director.
lo reemplazo por 1815. Los fundamentos de Martínez Zuviría,
En nota al pie de este trabajo Torre dados a conocer en la memoria anual
Revello entonces manifestó: Ignoramos elevada al ministro de Justicia e Instruc-
en qué año cesó Larrañaga en su cargo, ción Pública, Jorge Eduardo Coll, sobre
por cuanto en 1818, vemos figurar La Biblioteca Nacional en 1937, mues-
como director a Luis José Chorroarín. tran que soslayó consultar los Acuerdos
Un oficio suscripto por Gregorio Tagle, del Extinguido Cabildo de Buenos Aires
secretario de Gobierno, ordenaba al que ya habían sido publicados por el
Cabildo en 24 de enero, que designase Archivo General de la Nación.
un substituto para el caso de que el Para Salas, en su ya citada historia,
primer bibliotecario Domingo Zapiola, Larrañaga permaneció apenas unos meses
enfermase o tuviera que ausentarse. En en la Biblioteca, y sólo en funciones de
14 de febrero, era designado segundo colaborador de Chorroarín...

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LA BIBLIOTECA
Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Sin embargo Larrañaga no ha sido convocado para desempeñarse como


incluido en este trabajo solamente ministro de Gobierno.
por la feliz coincidencia de haber sido Al año siguiente de su designación
tiempo después el primer director de como director decidió emprender
la Biblioteca Pública de Montevideo, un viaje por Europa, teniendo como
sino por existir constancias del tiempo objeto principal la educación de su hijo
y funciones prestadas en la Biblioteca Ernesto, como lo va a manifestar años
Pública de Buenos Aires a partir después en la introducción al libro que
del 7 de julio de 1813. publicó con sus experiencias. Además
El Supremo Poder Ejecutivo remitió le interesaba a Vicente Quesada la
un oficio al Cabildo, del cual se dio organización de las bibliotecas euro-
cuenta en la reunión del 9 de julio de peas y estudiar en los archivos y colec-
1813, avisando: ciones de documentos de España y
obtener copias legalizadas para bene-
[...] haver nombrado Subdirector de ficio del organismo a su cargo.
la biblioteca publica al Presbítero Cuanto vio de interés para nuestro
Doctor Don Damaso Antonio conocimiento y adaptación Vicente
Larrañaga pr. escusacion del Doctor Quesada lo volcó en un extenso
Don Saturnino Segurota con la asig- trabajo, al que tituló Las Bibliotecas
nación que este tenia. Los presentes Europeas y Algunas de América Latina,
a la reunión dispusieron se forme el del cual y gracias al ministro de
asiento por la Contaduría y que se Gobierno de la provincia de Buenos
copie el oficio y archive el original. Aires, Aristóbulo del Valle, se pudo
publicar en 1877 sólo una parte. Por
Proveniente de la misma autoridad, separado en 1879 y ya desvinculado de
nuevamente se leyó otro oficio en el su función de director, editó el Proyecto
acuerdo del Cabildo del 20 de octubre de Reorganización para la Biblioteca
de 1813, recibido el día 15 de ese mes, Pública de Buenos Aires.
poniendo en conocimiento El 2 de marzo de 1876 Quesada asume
como Ministro de Gobierno bonae-
... que con motivo de la renuncia rense hasta el 4 de enero de 1878,
del canónigo Doctor Don Luis pero retuvo el cargo de director de la
Chorroarín del cargo de primer Biblioteca y continuó preocupándose
Bibliotecario, se había nombrado por el organismo hasta en cuestiones
para que le desempeñase al Presbitero de detalle; pero a los efectos de evitar
Don Damaso Antonio Larrañaga con la incompatibilidad de ejercer ambas
la misma dotación de su antecesor, funciones delegó interinamente en dos
que deberá abonársele desde el siete de subalternos las tareas de conducción en
julio último, que entró a servirlo. su hijo Ernesto y en Nicolás Massa.
Nicolás Massa y Ernesto Quesada reves-
En 1871 el gobierno de la provincia tían como oficial primero desde 1875
de Buenos Aires designó director a y asumieron el interinato ad-honorem.
Vicente G. Quesada cargo que detentó De la gestión de ellos dan idea las
hasta 1879. Durante esos años efectuó publicaciones Memoria de la Biblioteca
una visita de estudio a algunas biblio- Pública correspondiente al año 1876,
tecas extranjeras y años después fue informe de 222 páginas impreso al año

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

siguiente por la Imprenta y Librería del libro Biblioteca Nacional Argentina,


de Mayo; la Memoria de la Biblioteca editado por este organismo durante
Pública de la Provincia correspondiente su gestión, Sbarra Mitre preparó un
al año 1877 presentada por sus direc- trabajo a manera de introducción, sobre
tores interinos Doctor D. Nicolás Massa La Biblioteca Global, en donde recuerda
y D. Ernesto Quesada, informe de 389 (página 22) aquel artículo que Mariano
páginas editado en marzo de 1878, y el Moreno habría escrito bajo el seudónimo
catálogo de la colección de obras de La de Veritas en “La Gazeta de Buenos
Biblioteca Pública de Buenos Aires en la Ayres” el 13 de septiembre de 1810.
Exposición Universal en la Exposición El artículo “Educación” publicado
Universal de París de 1878, impreso en la Gazeta de Buenos Ayres, el 13 de
en los talleres de la Penitenciaria. septiembre de 1810, no lleva firma
autónima ni seudónima, en conse-
Nombre y apellido usados: Mariano cuencia es anónimo, razón por la cual
Moreno se discute de quién es la autoría inte-
Nombre y apellidos completos: lectual y su redacción.
Mariano Moreno y Valle
Función y período: protector (según
Manuel Moreno, Groussac, Martínez Antonio Aristhogitón
Zuviría y Torre Revello) o fundador
(según Ricardo Levene) de la Seudónimo que no le pertenece, entre
Biblioteca Pública, 1810 otras razones por cuanto Moreno
entonces no se encontraba en el lugar
desde donde fue remitida. En la Gazeta
de Buenos Ayres apareció el martes 7 de
Veritas agosto de 1810 el texto de una nota
enviada desde Potosí el 26 de junio de
Seudónimo que no le pertenece. 1810 a Cornelio Saavedra, Presidente
Horacio González denuncia el error de la Junta, suscripta con un seudó-
en su Historia de la Biblioteca Nacional nimo que se le atribuye a Moreno.
(2010), cuando se ocupa del debate (edición facsimilar, tomo I: 253- 255).
inconcluso sobre la fundación de la Este seudónimo ha sido registrado, sin
Biblioteca Pública de Buenos Aires: indicar su pertenencia, por Juan Ángel
[...] en Internet muchas asociaciones Farini en el índice general de la Gaceta
culturales y bibliotecarias [se equivocan de Buenos Aires 1810-1821, editado en
al] considerar que con ese mismo pseudó- 1963 por el Museo Mitre.
nimo [Veritas] es Mariano Moreno el que
firma el artículo “Educación” de 1810,
en el cual se exponen las razones por las Aristogiton
cuales la Junta decide fomentar el esta-
blecimiento de una biblioteca pública. Seudónimo que no le pertenece. Desde
No solamente las asociaciones cultu- Potosí le es enviada una segunda nota a
rales y las bibliotecas suelen caer en Saavedra, con fecha 1° de julio de 1810,
este error, Oscar Sbarra Mitre siendo pero esta vez firmada solamente con
director de la Biblioteca Nacional dijo el seudo apellido Aristogiton. (edición
lo mismo. Aprovechando la edición facsimilar, tomo 1: 355-359).

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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Antonio Zinny se ocupa de este seudó- Quien fundamenta sintéticamente


nimo en Gaceta de Buenos Aires desde las razones del apodo de numen
1810 hasta 1821, libro publicado en es Delfina Varela Domínguez de
1875. Al pie de la página 10 encon- Ghioldi, exponente de la llamada
tramos esta nota de Zinny: Éste es un línea Mayo-Caseros, en La generación
pseudónimo, cuya etimología es “aresos”, argentina del 37, libro publicado en
muy bueno y “Geiton”, nuestro vecino, 1956, ya que encuentra en Mariano
en griego; de manera que el significado Moreno, por temperamento, cultura,
de la voz compuesta “Aristogiton” es valor cívico, expresión política, dignidad
“nuestro buen vecino”. humana a uno de los arquetipos más
expresivos de la Nación Argentina.

Sabiecito del Sur


Numen de la Revolución de Mayo
Cuentan Cutolo e Ibarguren (h) que
este apodo le fue dado por su fervoroso Apodo. Tampoco proviene de sus
partidario Domingo French. coetáneos, sino de aquellos que lo ven
como tal desde la perspectiva histórica,
como ocurre con Celedonio Galván
Numen de Mayo Moreno que titula su biografía Numen
de la Revolución de Mayo.
Apodo. No es precisamente un nombre
hipocorístico dado como expre- Nombre y apellido usados: Cayetano
sión cariñosa, de familiaridad o en Rodríguez
confianza; se trata de una forma lauda- Nombres y apellido completos:
toria de llamarlo por quienes estiman Cayetano José Rodríguez
que lo acredita su pensamiento y su Función y período: primer bibliote-
acción. Sus admiradores y albaceas en cario de la Biblioteca Pública, 1810,
el siglo XX, entre ellos Ricardo Rojas, 1810-1813 (según Torre Revello) ó
le adjudicaron este apodo por el cual 1810-1814 (según Groussac, Otero
se lo suele aludir; incluso hay publica- y Cutolo)
ciones sobre él así tituladas y en otros
casos subtituladas.
En el capítulo XVI “Datos descono-
cidos sobre Mariano Moreno” de su Un amante de la patria
libro Mariano Moreno. Su pensamiento
político, dice Enrique de Gandía de Seudónimo. En este caso el oculta-
Moreno: miento de autor, tras un nombre de
pluma, aparece en el inicio del texto,
El gran liberal, férreo en sus ideas que fue impreso en la Real Imprenta
y desgraciado en su actuación, es de los Niños Expósitos en 1807 y dice
presentado como un ángel por quienes así: Poema que un amante de la patria
lo endiosan y llaman “numen” y consagra al solemne Sorteo celebrado en
como un demonio por algunos anti- la plaza mayor de Buenos-Ayres, par la
liberales contemporáneos que atacan, libertad de los Esclavos, que pelearon en
por sistema y fanatismo, [... ] su defensa.

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Se equivoca Pacífico Otero en su También usaron este seudónimo


libro sobre Rodríguez cuando señala Olegario Víctor Andrade, José Juan
que “esta composición fue publicada Biedma, José Rivera Indarte, Braulio
anónima”, como ocurrió por esa Costa, Juan Pablo Echagüe, Carlos
época y en otros casos el seudónimo a Guido y Spano, Bernardo de Irigoyen,
veces aparece incluido en el título. En Andrés Lamas, Henry Papillaud, José
cambio trae algunos datos que suman Rivera Indarte, Ramiro Blanco (librero,
a la confirmación de su pertenencia: periodista y fundador del comunismo
en Santa Fe) y Manuel Ugarte; otros lo
Aparte del estilo, de las imágenes y usaron pero escrito con j, estos fueron
de lo poco lleno del verso –el haberse Félix Gregorio Frías y José Tomás
encontrado entre la colección de Guido; Domingo Faustino Sarmiento
impresos sueltos referentes a las inva- lo uso escrito de las dos maneras con
siones inglesas, dejado por un testigo g y con j.
presencial de aquellos hechos, un ejem-
plar de este poema, a cuyo márgenes
lee la siguiente nota, escrita de puño Los verdaderos apreciadores
y letra del colector: “compuesto por del mérito
fray Cayetano Rodríguez– nos auto-
rizan para reconocer al P. Rodríguez Seudónimo. Se trata de un folleto de
como verdadero autor, mientras no 54 páginas, impreso por la Imprenta
haya una razón en contrario. de la Independencia en 1821, que lleva
por título Elojio fúnebre del benemérito
ciudadano don Manuel Belgrano, ilustre
miembro de la Primera Junta guberna-
Un argentino tiva de las Provincias Unidas del Rio de
la Plata, y después general en gefe de los
Seudónimo. A la muerte de Mariano ejércitos auxiliares del Norte y del Alto
Moreno informa Cutolo en su Perú. Aunque escrito por él, dice en el
Diccionario biográfico argentino que mismo párrafo inicial que este elogio
le dedicó una canción y un soneto que lo ofrecen al público Los verdaderos
publicó bajo el seudónimo de “Un Argen- apreciadores del mérito.
tino”. La canción de 14 estrofas, fue puesta Este impreso fue reproducido en 1907
en música por el maestro Blas Parera, y y figura incluido como perteneciente a
según Zeballos, era cantada en nuestros Cayetano Rodríguez en la Bibliografía
salones elegantes... En cuanto al soneto, de la Revolución de Mayo 1810-1826,
por temor a Saavedra, no pudo impri- confeccionada por Guillermo Furlong
mirse en 1811, más después de su caída y Abel Rodolfo Geoghegan, editada
fue publicado con otras varias poesías por la Biblioteca del Congreso de la
dedicadas a la memoria de Moreno. Nación en 1960.
Al conmemorarse el segundo aniver-
sario de lo ocurrido el 25 de mayo de
1810, Rodríguez publicó un folleto F. C. R.
con una canción y varias poesías,
firmadas de esta manera e impreso por Seudónimo. Inicialónimo que no le
la Imprenta de Niños Expósitos. pertenece. Fray Cayetano Rodríguez

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Mariano Moreno

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el 18 de julio de 1822 hizo circular A. L.


–informa Cutolo en el tomo VI del
Nuevo diccionario biográfico argen- Seudónimo. Este inicialónimo también
tino (1750-1930)– un impreso titu- fue usado mucho después por el autor
lado “Justa Defensa”, para prevenir a teatral, jurista, escritor y poeta Adolfo
sus conciudadanos que no era él autor Lamarque.
de otro impreso rotulado “El religioso
español”, aparecido con su alfónimo,
en el que, a fin de desacreditarlo, se Un Americano
vertían juicios contra el decoro de las
corporaciones religiosas. Seudónimo. Con éste Larrañaga firmó
Esta pieza fue consultada por Pacífico el libro Fábulas Americanas. En conso-
Otero y la reproduce en una de las notas nancia con los usos, costumbres e historia
al capítulo V de su estudio biográfico natural del país. Este libro de 106
sobre Cayetano José Rodríguez, editado páginas fue impreso por Dornaleche
en 1899. Al comenzar, en este impreso Hnos. en 1826. Cuando fue reedi-
Rodríguez denuncia que: tado, junto al seudónimo se identificó
al autor. Señala Scarone que Mariano
Se ha dejado ver en el público un Berro dice en el prólogo:
papelucho indecente, suscrito con las
iniciales de mi nombre, con el título Muchos años hace que debía haber
El Religioso Imparcial, en que su dado a publicidad las fábulas que
autor, en tono de consejero caritativo, forman esta colección, lo que no he
vomita todo el veneno que ocupa su efectuado por causas ajenas a mi
pecho contra el crédito y honor de las voluntad. Escritas aquéllas hace 92
corporaciones religiosas, apoyando años, ya ha corrido más que sobrado
en los defectos con que las calumnia, tiempo para que pasen a aumentar la
la conveniencia y necesidad de la literatura nacional, como obra escrita
reforma que de poder absoluto ha por el conocido sabio don Dámaso A.
emprendido el superior Gobierno. Larrañaga.
Aunque las iniciales F.C.R. pueden
sin violencia acomodarse a otros También usaron este seudónimo
nombres que al mío, se ha hecho Manuel Antonio de Castro, Bernardo
entender al público que soy yo y no Monteagudo, Pedro Ignacio de Castro
otro el que suscribe. Barros y José Servando Teresa de Mier.

Nombres y apellido usados: Dámaso D. A. L.


Antonio de Larrañaga
Función y período: bibliotecario, Seudónimo. Inicialónimo. Lo trae
1814 (según Gustavo Martínez Arturo Scarone en el Diccionario
Zuviría y Horacio Salas); director de Seudónimos del Uruguay (1941).
de la Biblioteca Pública de Buenos Aparece en un opúsculo de 16 páginas:
Aires, 1814 (según Paul Groussac) Oración inaugural que en la apertura
ó 1813-1815 (según José Torre de la Biblioteca Pública de Montevideo,
Revello) celebrada en sus fiestas Mayas de 1816,

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dixo D.A.L. Director de éste estableci- Un ciudadano de Buenos Aires


miento, Montevideo. Fue publicado
en el mismo año de 1816. Seudónimo. De los autores identi-
ficados cuyos geónimos tomaron el
Nombre y apellido usados: Manuel nombre de la ciudad de Buenos Aires,
Moreno la mayoría data del siglo XIX y perte-
Nombre y apellidos completos: nece a varones. Muchos de éstos fueron
Manuel Moreno y Valle incluidos en sus respectivos catálogos
Función y período: director de la por el chileno José Toribio Medina y los
Biblioteca Pública, 1822-1828 argentinos Ricardo Victorica, Leopoldo
Durán y Vicente Osvaldo Cutolo.
Pero los seudónimos relacionados con
la ciudad de Buenos Aires presentan
M. M. particularidades en su vínculo legal y
en relación de afecto. Así encontramos
Seudónimo. En un trabajo sobre entre ellos los que de una forma
La Abeja Argentina (1822), primera indefinida declaran ser un ciuda-
revista publicada en el Río de la Plata, dano de Buenos Aires, un citoyen de
dado a conocer en 1969 por Cutolo en Buenos Aires, un ciudadano vecino
Investigaciones y Ensayos (número 6-7), de Buenos-Ayres, un hijo de Buenos
se menciona como trabajo de Moreno, Aires, un joven hijo de Buenos Aires,
compartido con Nicolás Herrera y y un individuo del interior residente
Felipe Senillosa, al discurso leído en la en Buenos Aires. Otros autores prefi-
Sociedad de Ciencias Físicas. rieron aparentemente mayor identi-
Además de las noticias aportadas, ficación: Patricio de Buenos Ayres,
son de exclusiva autoría de Manuel Jean de Buenos Aires y, en el siglo XX,
Moreno: “Vista Político-Económica de María de Buenos Aires. También los
la provincia de Buenos Aires” (a. n° 1, hay quienes optaron por declararse
n° 2 y n° 3 de 1822) y “Memoria sobre vecinos o simplemente habitantes de
el fierro nativo que se encuentra en los Buenos Aires.
campos del Gran Chaco, llamado fierro Manuel Moreno y Juan Bautista
de Santiago del Estero o el Tucumán”, Alberdi usaron “un ciudadano de
de aparición posterior (incluido en el Buenos Aires”, en tanto a Pedro
número 7 del 15 de octubre del mismo Feliciano Sáenz de Cavia y Julián
año). De estos dos, el primero no está Álvarez se lo atribuyeron.
firmado y el otro porta al pie su inicia- Fue Cutolo quien –sin dar precisión,
lónimo M. M. como tampoco lo hizo en otros casos–
Juan María Gutiérrez fue quien le atri- adjudicó la paternidad de este seudó-
buyó el inicialónimo M. M. a Manuel nimo a Manuel Moreno, en el lote de
Moreno, en el estudio sobre La Revista registros que con el nombre de Diccio-
del Río de la Plata; Antonio Zinny y nario de alfónimos y seudónimos de la
Cutolo lo aceptaron como tal, pero Argentina (1800-1930) fue publicado
los argumentos que muestran la pater- en el Boletín de la Academia Nacional
nidad de Moreno los brindó Marcial de la Historia (Buenos Aires) en 1962;
Quiroga en su biografía publicada en en cambio no incluyó a Alberdi, que
1972 por Eudeba. usó el mismo en francés, pero sí trae

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un asiento con la traducción, para la entre otros por Ludovico García de


cual su autor modificó el seudónimo. Loydi en Una luz en la Manzana de
Gervasio Antonio Posadas se refirió a las Luces: Chorroarin (1973). La lápida
este seudónimo a raíz de la acusación había sido colocada por sus familiares y
que le hizo Moreno, manteniendo amigos y no por resolución de las auto-
oculta su identidad. Esto puede ser cons- ridades. La inscripción decía: Aquí yace
tatado en el primer tomo de Memorias y / don Luis Chorroarín / canónigo presbí-
Autobiografías publicado por el Museo tero de la santa iglesia catedral / Rector
Histórico Nacional en 1910, durante la por veinticinco años del Colegio Carolino
dirección de Adolfo Carranza. / y fundador de la Biblioteca / Murió el
En la parte final del primer tomo y día 11 de julio del año de 1823 / Mil
como agregado van algunas notas. En la jóvenes dio él al foro, al altar, al ejército /
primera de éstas, desde la página 225 a y otras tantas lenguas agradecidas hacen
la 231, con la firma de Posadas y fechada que su fama sea imperecedera.
en Buenos Aires el 30 de junio de 1829 Chorroarín falleció el 11 de julio
aparece la que comienza diciendo: En de 1823 y del texto de esta lápida,
estos días ha llegado a mis manos y he leído después desaparecida, molestó que
un papel titulado “Al Avisador Patriota y en ella se le atribuyera haber sido
Mercantil de Baltimore un ciudadano de “fundador de la Biblioteca”. Una de
Buenos Aires”. las manifestaciones de descontento
pertenece al hijo de Mariano Moreno,
que también fue empleado de la
Veritas Biblioteca Pública de Buenos Aires;
en cuanto a la otra, apareció firmada
Seudónimo. Entre los otros autores con el seudónimo Veritas.
que usaron este seudónimo Cutolo En la primera parte de la presentación
ha registrado a Pedro Palacios de Mariano Moreno (h) se lee:
(Almafuerte), Domingo Lamas (hijo
del publicista Andrés Lamas) y William Mariano Moreno ante V. E. en la
Scollay (redactor de The Southern Star forma que corresponde expongo que
/ La Estrella del Sur) y Eduardo de hacen cinco años que existe en el
la Barra. Además en otro repertorio Cementerio público de esta ciudad
publicado en 2007 se los menciona una lápida destinada á conservar
también a José Juan Biedma, Adolfo la memoria del finado Doctor Don
Carranza y a Jacinto Rodríguez Peña Carlos Chorroarín; yo estoy muy
como autores que emplearon el mismo distante de desconocer en la carrera
nombre de pluma. A esta nómina se pública de aquel individuo servicios
debe sumar al fotógrafo portugués, importantes y mérito suficiente pa qe
de gran actuación profesional en su memoria sea grata á sus conciu-
Argentina, José Christiano de Freitas dadanos; po tampoco me permiten
Henriques Junior. mis deberes filiales sufrir en silencio
Sobre el sepulcro de Luis José de que se le atribuya la fundación de
Chorroarín, ubicado en la calle central la Biblioteca pública debida al celo
del cementerio de la Recoleta, se y patriotismo de mi finado Padre
colocó una lápida con una inscripción Dr. Don Mariano Moreno; á nadie
en latín, publicada con su traducción sino á él debe el país la fundación

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de aquel establecimiento y á él solo la Ciudad de Buenos Aires, cuando


le corresponde el título honroso se dispuso su edición junto con otros
de ser fundador y protector que le en homenaje a Mariano Moreno,
acordó el Superior Gobierno, en con motivo del 150 aniversario de su
(el decreto) (periódico ministerial fallecimiento. Pero el texto completo
de que) adjunto que comprueban recién aparece en el artículo “Mariano
aquel hecho. Yo no he descuidado Moreno y la fundación de la Biblioteca”
la reclamación de este ultraje a la que Ricardo Caillet-Bois hizo publicar
digna memoria de mi padre, pero en la revista del Museo de la Casa de
circunstancias imperiosas me obli- Gobierno (t. I n° 3, diciembre 1963).
gaban a esperar (una) oportunidad Ahora bien, entre los años que van
sin otro desahogo que lamentar en desde la colocación de la lápida
el seno de la amistad la triste situa- sobre la sepultura de Chorroarín,
ción, de que por falta de apoyo se vé en 1823, y la presentación de
imposibilitado de hacer uso de sus Mariano Moreno (h), cinco años
derechos. Yo estaba penetrado de la después, solamente se conoce otro
justicia que me asistía po qe conocía reclamo a favor de Mariano Moreno,
bien que sin más elementos hubiera como fundador de la Biblioteca
sido emprender una lucha muy Pública, que apareció bajo el epígrafe
desigual ps qe mis circunstancias no Comunicado; éste es de autoría atri-
eran las mismas que las del albacea buida y presenta un primer párrafo de
del Dr. Chorroarin, y por que el índole conceptual para luego ocuparse
Gobierno había dado pruebas de del caso en particular, dice así:
interesarse en perpetuar su memoria
del modo más distinguido al paso Hay un autor que recogiendo los epita-
que el nombre del benemérito Dr. fios de un cementerio de Alemania
Moreno estaba ya olvidado. Mas es compuso un libro interesante, y lleno
preciso ser justos E. S. y agradecer de reflexiones morales y profundas.
los servicios de los buenos ciuda- Lo mismo podría hacer un viagero
danos aun después de su muerte. Yo en otros paises civilizados. Pero en el
haría un agravio imperdonable á los nuestro la costumbre de las inscrip-
sentimientos de la presente adminis- ciones sepulcrales es demasiado nueva
tración, si temiera que recibiese con para que presente todavía un objeto
frialdad mi solicitud, la considero digno de atención; y debe temerse por
incapaz de desatender el merito y los las que se han empezado á usar, al
servicios del Patriota masa distin- menos una parte de ellas, que venga
guido del año 10 y en esta confianza. á establecerse un mal gusto, ó una
A V. E. pido y suplico se digne auto- vanidad incompatible con lo sagrado
rizarme para borrar de la lapida del lugar, y sentimientos solemnes
indicada las palabras que atacan los que inspira.
derechos de mi padre. En la inscripción de la lápida del
Dr. D. Luis José de Chorroarín,
Este documento se conoció parcial- en el cementerio del Norte, se nota
mente en 1961 durante la gestión de una falsedad ó un error en titularlo
Roberto Etchepareborda en la presi- fundador de la Biblioteca. Esto es
dencia del Concejo Deliberante de tan distante de lo cierto que este

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finado ni perteneció á la Biblioteca Este reclamo, reivindicando a Mariano


al tiempo de su fundación. Tiempo Moreno como fundador de la Biblioteca
despues fué nombrado bibliotecario, Pública apareció en el número 80 de
cuyo destino sirvió hasta pocos años El Argos (Buenos Aires) de 1823.
antes de su muerte, con sueldo y casa Sobre la firma Veritas, Gustavo
devalde, que no han tenido otros. Martínez Zuviría en el polémico Año X
Fué ascendido á canónigo de esta (1960) estima que el autor se escondía
santa iglesia Catedral; pero siempre detrás de un seudónimo, suponiendo
sería tan falso llamarlo fundador de que su firma no agregaría autoridad
la Biblioteca, porque fué su bibliote- a la protesta y agrega la precaución
cario, como fundador de la Catedral resulta inútil, porque lo apasionado del
porque fué su canónigo. Para tono y los giros del lenguaje delatan que
corregir este error (pues el fundador “Veritas” es Manuel Moreno, Director
fué el Dr. Moreno) pueden los que en ese tiempo de la Biblioteca.
lo hubieron cometido, ver el estable- Ricardo Caillet-Bois, en el citado
cimiento de la Biblioteca hecha por artículo, publicado en la revista
el primer gobierno patrio, y consta Mayo, corroboró así esta atribución
en la gaceta del 13 de septiembre de Martínez Zuviría en Año X sobre
de 1810. Alli verán estas palabras: la identidad del firmante de éste
“nombrando desde ahora por biblio- reclamo: Manuel Moreno, hermano
tecarios al Dr. D. Saturnino Segurola de Mariano, no permaneció indiferente
y al reverendo padre Fr. Cayetano ante lo que consideraba un despojo de la
Rodríguez, que se han prestado legítima gloria de su hermano. Y, como
gustosos á dar esta nueva prueba de su es conocido, bajo el seudónimo de Veritas
patriotismo y amor al bien público; publica en “El Argos de Buenos Aires”
y nombra igualmente por protector (4 octubre de 1823) un comunicado [...].
de la Biblioteca al secretario de También Horacio González coin-
gobierno Dr. D. Mariano Moreno”. cide con Martínez Zuviría que la
Verán también en las siguientes los protesta enfática contra esa atribución
donativos públicos con que se erigió a Chorroarin, sin duda –manifiesta
y en la del quince del 15 del mismo en Historia de la Biblioteca Nacional
septiembre una carta de los comer- (2010)– corresponde a la autoría de
ciantes ingleses residentes en esta Manuel Moreno, hermano de Mariano.
ciudad oblando considerables sumas, El antecedente que se toma para
á influjo y solicitud del Dr. Moreno. señalar a Manuel Moreno como
Es preciso pues no usurpar nada del presunto responsable de lo publicado
honor que á otros corresponde, por en El Argos es ser autor de la primera
recargar la memoria de un muerto biografía Vida y Memorias de Mariano
con una ostentación mundana de Moreno, publicada en Londres en
las distinciones efimeras del mundo. 1812, donde le adjudica a su hermano
Menos decir, y sobre todo no decir tener la gloria de ser el fundador de una
sino la verdad, sobre esa losa fria que Biblioteca pública en Buenos Ayres.
encubre los huesos de un mortal En el libro sobre el pensamiento polí-
Requiescat in pace. tico de Mariano Moreno que le dedicó
Veritas Enrique de Gandía en 1968, éste se ocupa
de la atribución de Martínez Zuviría a

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Manuel Moreno respecto a lo publi- in the River Plat, in a letter to the Rt.
cado con el seudónimo Veritas, pero no Hon. the earl of Aberdenn, K. T. F. R.
vierte opinión alguna. Secretary of State for Foreign Affaire
Tres libros sobre el ocultamiento [... ] By Alfred Mallalieu, esq. “Veritas
autoral en nuestro país dan a Veritas vel mandacio corrumpitur vel silentio”.
como uno de los seudónimos usados Edinburgh, London: W. Blackwood
por Manuel Moreno: Diccionario and sons, 1844.
de alfónimos y seudónimos de la El defensor de los intereses inglés,
Argentina (1800-1930), Buenos Aires, residente en Montevideo, Adolph R.
Elche, 1962; Diccionario argentino de Pfeil, dio su opinión sobre la autoría
Seudónimos, Buenos Aires, Galerna, de esta pieza en Rosas and some the
1991; y Autores y Seudónimos atrocities of his dictatorship in he River
porteños. Buenos Aires, Dunken, 2007. Plate, in a Letter to the R. H. Earl
Cotejando los textos de la presenta- of Aberdeen, publicado en 1846, y
ción de Mariano Moreno (h) ante las Enrique Arana, desde el Boletín de la
autoridades de gobierno, y el reclamo Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
publicado por Manuel Moreno en El (a. 1 n° 5, junio de 1933) reitera la
Argos (Buenos Aires), cabe replan- opinión de Pfeil.
tearse quién es realmente Veritas en Zinny en el tercer tomo con los
esta oportunidad. resúmenes de contenido de “La Gaceta
Mercantil” de Buenos Aires 1823-1852,
editado en 1912, al sintetizar este
Alfred Mallalieu documento reproducido dice que los
trabajos de Mallalieu sobre el Río de la
Seudónimo atribuido. Este seudó- Plata son atribuidos con algún funda-
nimo ha sido atribuido a Pedro de mento á inspiraciones del señor don
Angelis y a Manuel Moreno. Para Manuel Moreno. Pero Zinny no mani-
Adolph R. Pfeil y Enrique Arana es de fiesta quién o quiénes se lo atribuyen y
De Angelis, en cambio Antonio Zinny tampoco cuáles son los fundamentos.
se inclina por creer que le pertenece a En el estudio preliminar a la reim-
Moreno; e Ignacio Weiss opta sola- presión del Archivo americano (1946),
mente por rechazar la posibilidad de Ignacio Weiss se abstiene de acom-
que De Angelis sea quien lo usó. pañar a Zinny en atribuir a Moreno la
En La Gaceta Mercantil (del 11 al paternidad, pero rechaza que pudiera
18 de mayo de 1844) y luego en el ser obra de De Angelis.
Archivo Americano (del 30 agosto al el Cuando en la Revista de Historia
10 de octubre) se fue publicando por (Buenos Aires) Enrique M. Barba
entregas el impreso titulado Buenos publicó Noticias bibliográficas sobre
Ayres-Montevideo y negocios del Río de unitarios y federales también consideró
la Plata, en una carta al Muy H. conde el caso y ofreció las dos versiones,
de Aberdeen, cuyos datos bibliográficos pero sin tomar partido. Quien mejor
y tipográficos del original se trans- invalidó con fundamentos la posibil-
criben, tomados del libro de Josefa idad de que el autor del impreso fuera
Sabor Pedro de Angelis y los orígenes De Angelis fue Josefa Sabor.
de la bibliografía argentina (1995): Sabor retomó este tema en su ensayo bio-
Buenos Ayres- Montevideo and affaires bibliográfico sobre Pedro de Angelis,

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Manuel Moreno

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con el cual obtuvo el Premio Academia / - / Odio al que sobresale; faz torcida; /
Nacional de la Historia 1991-1992 a la Lomo cual de alambique o dromedario;
obra inédita, y probablemente no tuvo / mirada atroz; color atrabiliario; / risa
noticias de que Alfred Mallalieu volvió traidora de venganza enchida. / - / Pobre
a aparecer en Londres al año siguiente, de alcance, de intención profundo; / nulo
firmando el libro Rosas y sus calumnia- como orador; como estadista / siempre
dores (1845), que allá llamó la atención en contradicción con todo el mundo.
por la calidad de su impresión. / - / Vendido a un estrangero tramoyista;
Como el contenido de las dos publi- / espuma y nata de un partido inmundo...
caciones de Mallalieu tienen que ver / ¿Don Oxide no es éste, el alquimista? /
con cuestiones comerciales de interés En el mismo medio periodístico
para los ingleses, en Gran Bretaña y también le dedicaron estas cuartetas:
Argentina en el siglo XIX Henry Ferns Don Oxide es un químico / Cuyo
cita al libro Rosas y sus calumniadores y semblante escuálido / Anuncia ingenio
trae la noticia de que Henry Mandeville, tétrico / E intelecto sarcástico. / - / Fuese
desde Londres, había celebrado calu- al Norte de América, / Pisó el suelo britá-
rosamente la publicación de éste en nico, / Donde en tiempo brevísimo / Hizo
carta a Manuelita Rosas. Por entonces, progresos rápidos. / - / De allí regresó
Manuel Moreno continuaba desempe- físico, / Histórico, botánico, / Y además
ñándose como nuestro ministro pleni- metalúrgico, / Item, bibliomaniático.
potenciario ante Su Majestad Británica. Vicente Fidel López dio su versión del
Queda en pie la sospecha de que Manuel origen de este apodo, cuando sobre la
Moreno pudiera haber sido el autor o el persona de Manuel Moreno expresó: era
inspirador de estas dos publicaciones. un pensador de mucho saber; vivía concen-
trado en sus libros y siempre contraído a
los estudios físicos, químicos y de historia
Don Oxide natural. Era de índole solitario, de genio
adusto y taciturno; tenaz, apasionado y
Apodo. Lo prohijó El Constitucional antipático... A causa de su temperamento
(Buenos Aires), dirigido por Manuel bilioso y áspero, corrosivo si es permi-
Bonifacio Gallardo, su constante adver- tido decirlo, le habían puesto el apodo
sario político y adicto a Bernardino “Don Oxide”. cfr. en su Historia de la
Rivadavia. Manuel Moreno profe- República Argentina. Su origen, su revo-
saba ideas federales y era opositor a lucion y su desarrollo político hasta 1852.
este periódico al que combatía, en Buenos Aires, Carlos Casavalle, 1893.
su función de redactor, desde las En el primer tomo de los Anales de la
columnas del Correo Político de las Academia de Medicina de Buenos Aires,
Provincias Unidas del Río de la Plata. impreso por Hallet en 1823, Manuel
Pergeñaron este apodo aprovechando Moreno en su introducción al estudio
que Moreno era profesor de química. de la química dijo: Los metales no tienen
En El Constitucional apareció el soneto actividad en su estado metálico; pero
que se reproduce, dedicado a zaherir convertidos en óxido se hacen corrosivos.
a Moreno: Confusa masa, añeja y mal Para Marcial I. Quiroga, autor del libro
surcida / de especies que no ignora un Manuel Moreno, publicado por Eudeba
boticario / Dicción inculta, estilo estrafa- en 1972, este concepto habría inspirado
lario, / ridícula ambición, mal reprimida. al autor del apodo Don Oxide.

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Marcial Quiroga constató en El Granizo, Función y período: director de la


periódico porteño que circuló en 1827, Biblioteca Pública, 1828-1833
once oportunidades en las cuales se alude
a Moreno con el apodo de Don Oxide.
En el primer tomo del Catálogo metó-
dico de la Biblioteca Nacional, seguido Granizo
de una tabla alfabética de autores, publi-
cado en 1893, Groussac antepuso un Apodo. Este mote se lo espetó el
prefacio en el cual no desaprovecha para periodismo de la época por su espíritu
recordar en nota al pie de página que en combativo. Para Cutolo con éste se
el El Granizo, periódico satírico, “gran sobreentendía un carácter tempestuoso,
pegador de apodos”, se llamó a Manuel el mismo con que dicho tosurado fue
Moreno “Don Óxide”, con la aclaración definido en un informe secreto, escrito
de que no fue por su temperamento “corro- hacia el año 1817, por cierto agente
sivo” (?) como lo dice el historiador López, anónimo realista, acerca de los princi-
sino porque había dictado en el Colegio el pales actores de la revolución argentina.
primer curso de química? Tal documento expresa: “Grela; provin-
cial actual de Santo Domingo, patriota
turbulento, audaz, revolucionario e
Doctor Óxido insultante en sus discursos, con los que
disienten de sus opiniones. Deja con
Apodo. Versión libre del apodo y su facilidad su convento para abandonarse
origen. Dejaba Manuel Moreno que su a convicciones políticas y otros fines de
figura cobrara un aspecto de profunda revolución interna y externa”.
simpatía –nos dice Horacio González Confirma este apodo el breve trabajo
en su Historia de la Biblioteca Nacional biográfico sobre este sacerdote incluido
(2010)– cuando se lo llamaba por su en Genealogía (Buenos Aires, 1961).
apodo, “Doctor Óxido”. El sonsonete Allí se recuerda: que en la jerga del
provenía de sus clases de química y de su periodismo faccioso de su tiempo, a
pionero interés por la iluminación a gas. Grela se lo motejaba de “Granizo”;
sobrenombre que, como se ve, sintetiza
el mismo temperamento a que aludía el
Blas el químico misterioso informante realista al ocuparse
de nuestro personaje.
Apodo. Químico y fundador de la
cátedra de esa especialidad científica
en la Universidad de Buenos Aires, Fraile Granizos o El padre Granizo
esto fue aprovechado por el periódico
El Granizo de filiación unitaria. En ese Apodo. La Biblioteca Nacional tiene tres
periódico se publicó un sainete donde historias oficiales: a las de Paul Groussac
se le llama de esa manera. (1893) y Horacio Salas (1997) ahora se
agregó la de Horacio González (2010).
Nombre y apellido usados: Ignacio En el citado prefacio de Groussac
Grela al Catálogo metódico de la Biblioteca
Nombres y apellido completos: José Nacional, mal llamado a partir de 1967
Ignacio Grela Historia de la Biblioteca Nacional, dice

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de su lejano antecesor Ignacio Grela A.


que es una figura de segundo término en
la historia argentina; lo llama corifero Seudónimo. Se conoce un trabajo de
de asonadas y recuerda que lo apelli- su autoría publicado con la inicial de
daban fraile Granizos. su apellido: fue en el año 1834, el 20
Sobre este apodo Groussac se pregunta: de noviembre, en La Gaceta Mercantil
¿Sería una alusión á su carácter turbu- (Buenos Aires) para referirse a una colec-
lento, ó al periódico satírico de este ción de poesías de Esteban Echeverría.
nombre, gran pegador de apodos [...]? Este inicialónimo también fue usado
Para él es más probable que fuera senci- por Juan Bautista Alberdi, Olegario V.
llamente la traducción del apellido Andrade y Pedro de Angelis.
pronunciado en francés (“grêle”). Conje-
tura o rebusque idiomático digno de
quien escribía en castellano pensando V. A.
en su lengua materna.
Curiosamente los autores de las otras Seudónimo. Quien primero lo ubicó fue
dos historias oficiales de la Biblioteca Ricardo Victorica en 1929, en un libro
Nacional, Horacio Salas y Horacio editado por Hallet y Cía. en 1834, que
González, optaron por tomar el mismo contenía el informe ante la Cámara de
rebusque interpretativo de Groussac Justicia en la causa criminal contra Estevan
más un plus personal. y José María Yañez, e Hipólito Ibáñez,
En el capítulo De libros y bibliotecas, acusados de haber muerto alevosamente a
Salas comenta que el dominico Ignacio su huésped el joven D. Estanislao Ureta.
Grela, al que llamaban “Padre Granizo”
(en francés “grêle”: granizo), era conocido
por sus dotes de orador político y polemista. El Defensor
Horacio González no olvida este apodo
cuando se ocupa de los tres sacerdotes que Seudónimo. Para una réplica en La
administraron la Biblioteca Pública de Gaceta Mercantil del 30 de junio de
Buenos Aires, Ignacio Grela, José María 1834. Fue publicada en la sección
Terrero y Felipe Elortondo y Palacio, Correspondencia, página 2, columnas 2 a
en medio de una realidad de lánguida 4. El texto está dirigido al editor G. M., y
decadencia; recordando el prefacio de versa sobre la impugnación, exámen, ó sea
Groussac, al que califica de historia lo que sea, que el Sr. Editor del “Monitor”
malévola, dice que éste le atribuye a Grela ha empezado á hacer del Informe que
–palabra cuya pronunciación le recuerda produge en el juicio de imprenta promo-
el vocablo francés “granizo”– la forma vido contra el General [Félix] Alzaga.
payasesca de un credo del que él, como
nadie, se declara enemigo: el jacobinismo,
un jacobinismo de opereta presbiterial. Nasial

Nombre y apellido usados: Valentín Seudónimo. Bajo el epígrafe Cuestión


Alsina del día apareció en La Gaceta Mercantil,
Funciones y períodos: director inte- del 6 de agosto de 1833, una corres-
rino, 1829, y director de la Biblioteca pondencia de Alsina vinculada con la
Pública, 1852 suspensión de las elecciones.

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Varios Argentinos Valentín Avellaneda

Seudónimo compartido. Usado por Apodo que no le pertenece. Lo dan


varias personas en forma simultánea. como tal Cutolo e Ibarguren (h). En
Hasta el presente, entre todos los realidad, no corresponde calificar a
firmantes sólo se identificó a Valentín éste de apodo, es el nombre con el que
Alsina. Aparece en una hoja suelta aparece Alsina en la novela Los miste-
datada mayo 15 de 1834, impresa en rios del Plata, del cual es autora Juan
la Imprenta de la Libertad. Paula Manso de Noronha y que fue
En este impreso se reproduce una carta publicada en Río de Janeiro.
anónima pero atribuida a Bernardino
Rivadavia, supuestamente remitida por Nombre y apellidos usados: Felipe
él desde París a Perú el 14 de marzo de Elortondo y Palacio
1830, contrayéndose a la famosa idea Nombres y apellidos completos: Felipe
de una monarquía en América. Para Santiago del Rosario de Elortondo y
Antonio Zinny, de quien lo tomó Palacio
Cutolo, éstos son dos documentos de Función y período: director de la
sumo valor histórico. Biblioteca Pública, 1837-1852

Federico
Obispo Pequeño
Apodo. Nombre dado o adoptado
por Alsina en la Sociedad Valeper. Apodo. Por problemas de salud del
Valeper fue una sociedad secreta, cuasi obispo de Buenos Aires, monseñor
masónica, con actividades literarias Mariano José y Cabrera, aquejado por
y políticas, que funcionó desde el 6 ceguera, sordera y los achaques de la
de noviembre de 1821 hasta el 1° de vejez, debió ser reemplazado en sus
noviembre de 1822, fecha en la cual se funciones. Fue llamado con este fin
decide su disolución. el canónigo Elortondo y Palacio para
Se conocen otros de los apodos dados desempeñarse como su secretario. Elor-
por la Sociedad Valeper a sus inte- tondo y Palacio era un incondicional de
grantes: a Juan Crisóstomo Lafinur Juan Manuel de Rosas y esto le generó
el de Hermano Sinforiano; a Ruperto el mote, ya que su imagen era contra-
Godoy el de Victorio: el de Hipolito al puesta a la del obispo Medrano.
sobrino del general Belgrano, Manuel
Belgrano Cabral; Bartolomé al doctor Nombre y apellido usados: Carlos
Francisco Pico; Pedro al doctor Tejedor
Ireneo Portela; a José Lagos Reflexión; Función y período: director de la
Discurso le fue puesto al coronel Pedro Biblioteca Pública, 1853-1858
García Palacios Discurso; para Ángel
Saravaia, secretario de la sociedad,
el de Jacques; a Baldomero García C. T.
Censor; y José Antonio al médico y
filósofo Diego Alcorta. Seudónimo. Este inicialónimo lo trae
Leopoldo Durán en Contribución a

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un Diccionario de Seudónimos en la tunio n° 3, el 5 de octubre de 1858)


Argentina, Buenos Aires, Huemul, 1961. Función y período: director de la
Biblioteca Pública, 1858-1871

T.

Seudónimo. Se conocen dos artículos M


así firmados, publicados en las páginas
de El Iniciador de Montevideo. Éstos Seudónimo. Al pie de su Carta en
son Linajes de hombres, en la edición El Guardia Nacional (Buenos Aires)
del 1° de julio de 1838, y La libertad, número 58: 21, 5 de diciembre de 1852,
el 1° de septiembre del mismo año. solamente colocó la inicial de su apellido.
Coincide con los usados por Luis
Méndez y Bartolomé Mitre.
Un Ciudadano Argentino

Seudónimo. El folleto de 27 páginas J. M.


titulado La República Arjentina a los 32
años de su Independencia, que se publicó Seudónimo. Se determinó que Mármol
en el actual departamento chileno de usó en tres oportunidades este inicialó-
Copiapó, reimpreso por la Imprenta nimo, dos de ellas en Montevideo, para el
del Copiapino en julio de 1847, esta drama El cruzado y en Armonías (ambas
firmado Por Un Ciudadano argentino. en 1851) y una en Buenos Aires para
En su Diccionario de anónimos y seudó- Poesías, en 1854.
nimos hispanoamericanos (1925), José
Toribio Medina da como autor de
este folleto a Juan Bautista Alberdi. En El Conservador
cambio para Cutolo, en el Diccionario
de alfónimos y seudónimos de la Argen- Seudónimo. Se lo encuentra en
tina (1962), el autor es Carlos Tejedor. el folleto de 57 páginas que en
La posible autoría de Alberdi ha sido Montevideo publicó en enero de 1848,
desechada en 1969 de manera indi- titulado Nuevos artículos sobre Oribe.
recta por Alberto Octavio Córdoba en
Bibliografía de Juan Bautista Alberdi,
editada por la Academia Nacional de Un Amigo del Coronel Mitre
Derecho y Ciencias Sociales. En esta
bibliografía exhaustiva Córdoba no Seudónimo. El 22 de diciembre de
incluye el folleto en cuestión atribuido 1856 da a publicidad una carta con
por Medina a Alberdi. este seudónimo en El Nacional.

Nombre y apellido usados: José


Mármol Francisco Anrrumarrieta, natural
Nombres y apellidos completos: José de Bilbao
Pedro Crisólogo Mármol (con estos
otros dos nombres figura ingresado en Seudónimo. En la Contribución a la
la logia masónica Consuelo del Infor- bibliografía de José Mármol, editada por

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el Instituto de Literatura Argentina e Brutus


Iberoamericana de la Universidad
Nacional de La Plata en 1972, su Seudónimo. Lo trae Leopoldo Durán en
autora, Liliana Giannangeli, dice que Contribución a un Diccionario de Seudó-
este curioso seudónimo de Mármol nimos en la Argentina, Buenos Aires,
aparece en artículos dados a conocer en Huemul, 1961, y también Cutolo.
La Semana (Montevideo), entre 1851
y 1852, y en otro publicado por El
Paraná, aunque no precisó la fecha. Domingo de Pantoja
En el número 23 de La Semana, del 13
de octubre de 1821, encontramos la Seudónimo. Con este seudónimo
siguiente comunicación: A S.E. el Señor dio a publicidad el libro Los Estados
Ministro de Relaciones Exteriores del Unidos y la América del Sur. Los
Gobierno Supremo de la Confederación yankees pintados por sí mismos (1893).
Argentina, Camarista, Doctor D. Felipe El prefacio lo firmó con su seudónimo
Arana, firmada con este seudónimo y más conocido: Víctor Gálvez. Por el
fechada 10 de octubre. año 1929 eran éste y Víctor Gálvez los
La pertenencia de este seudónimo fue únicos seudónimos que se conocían de
de inmediato identificada; con la firma Vicente Quesada.
de Urrutia el Ñato, desde El Nacional
(Buenos Aires) el 9 de noviembre
de 1852 se lanzaron algunas inju- Dr. Sangredo
rias contra Mármol en una carta
que apareció titulada “De quien es Seudónimo. Lo trae Leopoldo Durán
D. Francisco Anrrumarrieta, natural en Contribución a un Diccionario de
de Bilbao”. Seudónimos en la Argentina, Buenos
Aires, Huemul, 1961.

Pepe
Junius
Apodo. Desde su infancia se lo llamó
con este apodo nada original, es éste Seudónimo. Lo dan tanto Cutolo
un nombre hipocorístico familiar. como Durán. Dos de sus contem-
Después aparece a veces en el trato y poráneos, Paul Groussac y Nicolás
la correspondencia con sus relaciones Avellaneda también lo usaron.
personales.

Nombres y apellido usados: Vicente Lípido


G. Quesada
Nombres y apellido completos: Seudónimo. Lo trae Leopoldo Durán
Vicente Gregorio Quesada en Contribución a un Diccionario de
Función y período: director de la Seudónimos en la Argentina, Buenos
Biblioteca Pública, 1871-1878 Aires, Huemul, 1961.

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Investigaciones en la BN N° 9-10 | Edición Bicentenario

Lucy Dowling el más conocido. Aparece en Memorias


de un viejo. Escenas de costumbres de la
Seudónimo. Domingo Faustino República Argentina, publicadas en varios
Sarmiento atribuyó a la escritora norte- tomos por Jacobo Peuser en 1888.
americana del mismo nombre y apellido
unos artículos sobre la ciudad de Buenos
Aires, que aparecieron en la Revista de Los Culones del Paraná
Buenos Aires. Esto puede constatarse en
los tomos XLI, página 394, y en XLII, Apodo compartido. Con el seudó-
página 79, en la primera edición de sus nimo Un estenógrafo, el sanjuanino
obras completas. Rectificó esto en 1929 Mariano Godoy publicó un folleto
Ricardo Victorica en Proemio galeato a panfletario, titulado Los Culones del
su Nueva epanortosis al “Diccionario de Paraná. Perfiles de los últimos elegidos
anónimos y seudónimos de J. T. Medina”, del Gobierno Nacional. Tratados a ratos
identificando que tras esta seudandría, perdidos por... (1858). Allí aparecen
empleo de un nombre del sexo opuesto, con este mote los representantes de
se escudó Vicente Quesada. Paraná que por entonces se reunieron
en el Congreso: Juan María Gutiérrez,
Luque, Rawson, Posse, Lucero, Aráoz,
Palermo Lucio V. Mansilla, Lucas González, y
Vicente G. Quesada, entre otros.
Seudónimo. Podría estar inspirado en la Este apodo fue muy difundido. Víctor
zona donde en otra época se encontraba el Gálvez (seudónimo de Vicente Quesada)
caserón de Juan Manuel de Rosas, o con en Memorias de un viejo dice sobre este
el Hipódromo Argentino inaugurado el folleto de 15 páginas: Este librejo es
7 de mayo de 1876, si se tiene en cuenta perverso por la intención, es injurioso por
que él falleció en septiembre de 1913. maldad y está escrito por una mano pérfida
Palermo como seudónimo de Vicente [...] librejo escrito por aquel mordaz
G. Quesada lo traen en sus tablas sanjuanino; tan cauteloso como dañino.
Durán y Cutolo. Pero además de arremeter contra el
contenido del folleto, Quesada apro-
vecha para revelar quién es el autor:
Tom Kim Me parece que se llama Godoy. Ricardo
Victorica se ocupó en 1929 de este
Seudónimo. Sin dar explicación de folleto, pero interesado en el seudó-
cuándo ni dónde lo empleó, lo trae nimo de su autor y no en los que
Cutolo en su trabajo sobre seudónimos cargaron con el mote.
en Argentina (1800-1930), publicado
en el Boletín de la Academia Nacional Nombre y apellido usados: Ernesto
de la Historia (Buenos Aires) t. 32: Quesada
417-563, 10 de junio de 1961. Nombres y apellido completos:
Ernesto Ángel Quesada
Función y período: oficial primero,
Víctor Gálvez 1875-1879; a cargo ad-honorem de
la Biblioteca Pública, 1876-1879,
Seudónimo. De los que empleó éste es junto con Nicolás Massa.

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Investigaciones en la BN

E. Q. propio Quesada había estampado


su nombre junto al seudónimo en el
Seudónimo. Por primera vez lo utilizó ejemplar existente en su biblioteca.
este inicialónimo o alfónimo en la (Dr. Hermann B. Hagen y Dr. Hedda
Nueva Revista de Buenos Aires para dos Oehlke, Bibliographie der Schriften
trabajos, incluidos en la sección de Ernesto Quesada´s, (1877-1933),
reseñas y crítica que aparecieron, con en Ibero Amerikanisches Archiv,
el título de Revista bibliográfica, en el jahrgang VIII, heft 1, april, 1934,
tomo IX publicado 1883, el primero p. 90). Alguna vez, nos dijo Ernesto
aparece entre las páginas 157 a 164 y durante una de sus prolongadas
el segundo desde la 638 hasta la 642. pláticas, que había sido autor no sólo
En estas dos oportunidades analizó de numerosos sueltos anónimos, sino
varias obras editadas, entre ellas también de muchos otros suscritos
Literatura indígena americana y el con seudónimos. Fue reproducido
drama quechua Ollantay. en una revista de Buenos Aires
También en el libro La deuda argentina, (cfr.: Revista del Ateneo, t. I, 1901).
su unificación, publicado en 1895 se
encuentra una Carta del autor firmada
con el inicialónimo E. Q. Fechada 10
de octubre de 1895, esta carta se la Robin Hood
dirigió a Arnaldo Moen autorizándole
a publicar los artículos que había escrito Seudónimo. Aunque con un interro-
en “El Tiempo” sobre la unificación de gante, Cánter lo admite como usado
la deuda argentina. por él e incluye en la bio-biblio-
grafía cuatro trabajos así firmados
y publicados en el diario El Tiempo
Luis Martínez García (Buenos Aires) durante 1894, estos
son: “Militarismo, la última falta”
Seudónimo. Juan Cánter en su (1° de diciembre); “Ministros y mili-
Bio-bibliografía de Ernesto Quesada tares” (3 de diciembre); “El comercio
publicada en el Boletín del Instituto y el gobierno” (4 de diciembre); y “Los
de Investigaciones Históricas (Buenos ‘sindicatos’ parlamentarios y los privi-
Aires) t. 20 n° 67-68: 343-722, 1936, legios del Congreso ¿hasta dónde se
da por comprobado que Luis Martínez extienden las facultades judiciales de
García le pertenece. las Cámaras?” (5 de diciembre)
Este seudónimo aparece al pie de Después del cuarto asiento biblio-
“Política internacional argentina, el gráfico, Cánter agrega este párrafo
tribunal arbitral de Londres y el litigio de interés:
chileno-argentino en Vida Moderna”
(Montevideo), a. 1 t. III, 1901. Creo que estos artículos firmados
Cánter dice: con el seudónimo de Robin Hood,
son debidos a Quesada, pues estando
En lo que respecta a la autenticidad detenido Vega Belgrano continuaron
del seudónimo debemos declarar que apareciendo. Por otra parte en la
es irrecusable, no sólo por el estilo publicación, Los privilegios parla-
del trabajo, sino también porque el mentarios y la libertad de la prensa,

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LA BIBLIOTECA
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se dice en una nota que dos de estos Nombres y apellido usados: Manuel
artículos son debidos a Quesada. Ricardo Trelles
Función y período: director de la
En cambio, sin ninguna duda, reco- Biblioteca Pública, 1879-1884
noce Cánter como de su autoría A
prepararse! ¿la guerra?, también publi-
cado en El Tiempo de Buenos Aires
(20 de febrero de 1895). Este artículo El Ermitaño del Retiro
fue reproducido en el apéndice del libro
La política chilena en el Plata, las nego- Apodo. A la muerte de su hermano en
ciaciones diplomáticas entre Chile y la 1880, Manuel Ricardo heredó la casa
República Argentina, la cuestión actual, que aquel poseía en la calle San Martín
criterio “de las más altas cumbres” y del 499 (numeración de época), hoy estaría
“Divortium aquarum interoceánico”, el situada al 1100, detrás de la Iglesia del
“hito” de San Francisco, el memorial del Santísimo Sacramento, en la zona de
perito Barros Arana, refutación de las Retiro. Rafael Trelles era su hermano
pretensiones chilenas, con un apéndice mayor; soltero y de gran cultura, entre
que contiene la exposición y refutación sus pertenencias se contaba una vasta
del doctor Bernardo de Irigoyen y varios colección de libros, impresos, docu-
mapas y planos (1895). mentos y objetos de arte.
Por tal motivo Manuel Ricardo y su
familia se mudaron a ese solar, donde
Ernesto prosiguió su vida recoleta, dedicado
al estudio y a atesorar piezas de valor,
Seudónimo atribuido. Pertenece de ahí el apodo de El Ermitaño del
al subgrupo de los prenónimos, Retiro recibido de sus contemporáneos
o nombres propios usados sin el y rescatado en su oportunidad por
apellido. Figura incluido en Autores y Samuel Lafone Quevedo. Este apodo
Seudónimos porteños (2007). sirvió a Enrique de Gandía para subti-
tular El erudito y simpático ermitaño
del Retiro a la conferencia que el 7 de
Quesada junio de 1971 pronunció sobre Trelles
en el Museo Mitre.
Aunque no es seudónimo conviene Samuel A. Lafone Quevedo dedicó un
señalar que también usó para firmar artículo, publicado por La Nación el
sólo su apellido, con lo cual podría 30 de abril de 1893, con los ejemplos
surgir confusión respecto de quién es interesantes de Manuel Ricardo Trelles
la autoría, si de él o de su padre. y su saber como americanista, donde
Con motivo del banquete que se le aparece usado este apodo.
ofreció a Enrique Ferri cuando visitó
Argentina, el discurso que Quesada
pronunció en su honor fue publicado
como artículo en El Tiempo (Buenos
Aires) del lunes 31 de agosto de 1908,
al pie sólo se estampó el apellido
Quesada.

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530

1910, un año monumental.


Festejos estatuarios
Por Rosana Sagré

Las fechas del Centenario argentino estuvieron


cargadas de un febril activismo. Se trataba,
ni más ni menos, de construir un imaginario
nacional en un país atravesado por interminables
querellas que enfrentaban intereses y sensibili-
dades oponentes. La tarea no sólo demandaba
una enorme imaginación, presentar la idea de
una nación consolidada, sino también un corre-
lato de erogaciones y legislaciones que posibili-
tara encarar las obras necesarias para esta labor.
Una de las formas escogidas por las comisiones
encargadas de la celebración fue el emplaza-
miento, en distintas partes del país, de una red
de monumentos que fueran construyendo las
figuras arquetípicas y constituyentes de la “iden-
tidad patria”. Artistas locales y extranjeros fueron
los encargados de elaborar aquellas figuras repre-
sentativas de Argentina, aunque la concreción de
estos emblemas, tallados en suntuosas piedras,
excedió las fechas planificadas.
En este trabajo se repasa el Centenario a través de
sus monumentos y las discusiones en torno a sus
emplazamientos, cuyos efectos visuales determi-
narán las formas perceptivas sobre el pasado.
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La idea de levantar monumentos que Argentina en progreso, con una


evoquen fechas significativas de los centrada idea de Nación, en un país con
hitos históricos no ha sido una idea fuertes corrientes migratorias prove-
privativa de los festejos patrios de la nientes de todas partes del mundo.
República Argentina. En 1910 varios Se ponía a la vista de todos, que la
países latinoamericanos festejaban el elite argentina estaba a la par de sus
Centenario de sus respectivas revolu- contemporáneos europeos.
ciones libertadoras, ya que la historia Unos años atrás en las sesiones parla-
de nuestro continente está repleta de mentarias del 1908, ya se había empe-
situaciones similares en su devenir zado a palpitar la organización de los
político y social. festejos del Centenario, establecién-
Hace 100 años el Centenario se festejó dose una comunicación clara y fluida.
con un cúmulo de actividades, las En todo el territorio del país llovían
cuales intentaban resaltar el senti- propuestas, ideas y sugerencias.
miento de “identidad nacional” de Esto les sirvió a las autoridades nacio-
nuestra sociedad y mostrar al resto del nales para llevar a cabo un mapa de
mundo que Argentina era un país en actividades, monumentos y festejos
plena expansión. que dejarían su impronta en cada loca-
lidad de nuestro territorio.
• A pesar de esto, las sensaciones La estrategia gubernamental se incli-
dominantes en la sociedad en las naba por desplegar una red básica-
cercanías a los festejos de 1910 mente visual. Se pretendía estimular
eran muy ambiguas, se comenzaba sentimientos de pertenencia.
a vislumbrar una consolidación Las imágenes se centraban en una
económica en la cual se estaba galería extensísima de héroes protago-
trabajando hacía más de 30 años. nistas de la cruzada emancipadora.
• Los sectores más bajos de la Para llevar a cabo este proyecto se
sociedad, a su vez, atravesaban implementaron una serie de concursos,
penurias económicas muy severas, certámenes y hasta la promulgación de
existían reclamos gremiales que leyes que abarcaban todo tipo de mani-
exigían, entre otras cosas, la reduc- festaciones artísticas, desde la creación
ción de la jornada laboral. Estos de monumentos hasta la inauguración
pedidos habían culminado con de bibliotecas y presentaciones de publi-
violentas confrontaciones, como la caciones de documentos históricos.
recordada “Semana roja”. El objetivo principal de estas activi-
• Por otra parte, los anarquistas inti- dades era dejar plasmada en la historia la
maban al gobierno con paros y movi- imagen de los festejos del Centenario.
lizaciones en medio de la semana Las leyes a las que hacemos refe-
de los festejos del Centenario. Estas rencia son:
amenazas no se llevaron a cabo, ya
que se produjeron violentas repre- Ley 3514. - Estatua de Garibaldi: auto-
siones con el objetivo de no opacar rización para erigirla en el Parque 3 de
la celebración. febrero de la Ciudad de Buenos Aires
(R. N. 1897, t. UI, p. 50).
El Centenario era una oportunidad Ley 3515 (324). - Estatuas de Mariano
única para mostrarle al mundo una Moreno, Bernardino Rivadavia y

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Almirante Brown: erección en plazas levantar en ella dos monumentos conme-


públicas de la Ciudad de Buenos Aires morativos, uno de la Asamblea Nacional
(R. N. 1897, t. UI, p.51). de 1813 y otro del Congreso de 1816.
Ley 6282. - Monumento a la Nación 3° - Erigir un monumento dedicado a
Argentina: aceptación del ofrecimiento España.
de la Comisión española del Centenario 4° - Erigir en algunas de las plazas
argentino para erigirlo en la Ciudad de públicas de la Capital (Ley 3515)
Buenos Aires (R. N. 1908, t. IV, p. 35). las Estatuas de Mariano Moreno, de
Ley 6286 (675). - Conmemoración del Bernardino Rivadavia, del almirante
Centenario de la Revolución de Mayo Brown y del general Alvear.
(R. N.1909, t. l, p.6). 5° - Erección en la plaza de San José
Art. 1° - El P. E. nombrará una comi- de Flores de una estatua a Pueyrredón
sión que proceda a preparar la celebra- (Ley 4741).
ción del Centenario de la Revolución de 6° - Levantar en la plaza General San
Mayo, disponiendo al efecto: Martín, un monumento a los ejércitos de
1° - La erección en la plaza de Mayo de la Independencia y en la isla de Martín
la Capital, del monumento conmemora- Garda otro monumento a la Marina de
tivo que sea aceptado por la comisión. Guerra Argentina.
2° - Realizar la apertura y ornato de una 7° - Establecer una escuela agrícola
plaza en frente del edificio del Congreso región a modelo en Yapeyú, lugar del
Nacional, comprendida entre las nacimiento del General San Martín.
calles Entre Ríos y plaza Lorea y calles 8° - Contribuir a la erección en
Rivadavia y Victoria, debiendo hacer Boulogne Sur Mer, de un monumento
al efecto las expropiaciones necesarias y a San Martín.

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9° - Adquirir la casa, en Boulogne Sur monumental en la ciudad de Bahía


Mer, en que falleció el general San Martín. Blanca, en terrenos cedidos por la
10° - Levantar en el Rosario de Sante Fe Municipalidad de la misma, dedicados
un monumento a la Bandera nacional. al Centenario de la Independencia.
11° - Erigir en la ciudad de Córdoba 20° Erigir un monumento al general
una estatua a Dean Funes. Mariano Necochea en la plaza principal
12° - Construir en las ciudades de La del pueblo del partido de la provincia
Plata, Santa Fe, Santiago del Estero, de Buenos Aires que lleva su nombre.
Catamarca, San Juan, Paraná y Art. 2° - La comisión propenderá a la
Corrientes, un edificio monumental celebración en la Capital de la República,
destinado a escuela primaria superior de una exposición agrícola, ganadera e
para un mínimum de 450 alumnos y industrial, contribuyendo el P. E. con los
un máximum de 700, dotado de local fondos necesarios para su realización.
para gimnasia, biblioteca pública y sala Art. 3° - Se realizará una exposición
de conferencias, debiendo adoptarse un ferroviaria y demás transportes terres-
tipo arquitectónico uniforme y dedicarse tres solicitándose el concurso de todas las
al “Centenario de la Independencia compañías de ferrocarriles establecidas
Nacional 1810-1910”. Estos edificios en el país y de las naciones extranjeras.
serán construidos en parques o manzanas, Art. 4° - La comisión hará la publica-
completamente aislados y se entregarán en ción en facsímiles de los documentos más
propiedad a la respectiva provincia. importantes
13° - Erigir un monumento a la batalla relacionados con la Revolución de Mayo
del 24 de setiembre de 1812, en el y con la guerra de la Independencia
sitio donde aquella tuvo lugar, deno- Art. 5° - El P. E. promoverá un
minado “Campo de las Carreras” hoy concurso para la producción de tres
plaza Belgrano, ciudad de Tucumán. cuadros, uno sobre asuntos de la época
14° - Erigir en la ciudad de Salta una de la Independencia, otro sobre costum-
estatua ecuestre al general Güemes. bres nacionales y un retrato histórico que
15° - Construir en la ciudad de Jujuy serán destinados al Museo Nacional de
un monumento destinado a la conser- Bellas Artes y la celebración de una expo-
vación de la bandera donada por el sición internacional de Bellas Artes.
general Manuel Belgrano a esa ciudad. Art. 6° - La comisión propenderá a la
16° - Construir en la ciudad de La celebración en la capital de la República
Rioja un edificio destinado a escuela de un congreso científico internacional
del tipo designado en el inciso 12, y americano y de una exposición de higiene.
en las mismas condiciones respecto de Art. 7° - El P. E. estimulará con recursos
la propiedad, colocando a su frente la apropiados la celebración de certámenes
estatua del doctor Pedro Ignacio de o concursos de obras literarias referentes
Castro y Barros. a la época y sucesos de la Revolución de
17° - Erigir en la ciudad de San Luis Mayo y la de juegos olímpicos
una estatua a Pringles. Art. 8° - El P. E. contribuirá para la
18° - Levantar en la ciudad de adquisición, construcción e instalación
Mendoza un monumento al ejército en la Capital Federal de una casa modelo
de los Andes. para la práctica de ejercicios físicos que
19° Erigir un polígono modelo de tiro, entregará al Club de Gimnasia y Esgrima,
con plaza de ejercicios físicos y frente Conservando el Estado el dominio absoluto

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de ese inmueble en el caso de que, por llevar a cabo el emprendimiento era


cualquier motivo, dejase de usarse para el que el monumento, el cual se ubicaría
objeto exclusivo para el que se adquiere. en la actual Plaza de Mayo, tendría que
Art. 9° - El P. E. ayudará con los recursos contener en su interior a la pirámide
necesarios a las universidades nacionales y ya existente –la que a su vez contenía a
a la Junta de historia y numismática, para la originaria construida en madera en
la impresión y difusión de obras y trabajos el año 1811–.
científicos, históricos o literarios con que se Este último dato había sido sumi-
resuelva contribuir a la conmemoración nistrado por una comisión especial
de la Independencia y para la adjudica- designada por la Junta de Historia y
ción de premios con tal objeto, y encar- Numismática Americana. Esta confir-
gará al Instituto Geográfico Argentino la mación fue de gran utilidad ya que se
publicación de una carta de la República creía que esto era sólo una leyenda.
y un libro de geografía nacional. El 25 de mayo se colocó la piedra funda-
Art. 10. - El P. E. contribuirá con la mental del Monumento al Centenario,
suma de 302.970 pesos moneda nacional pero lo único que se llevó a cabo fue el
a la terminación de las obras de repara- traslado de la pirámide al centro de la
ción y ornato de la Iglesia metropolitana plaza. Este proyecto quedó inconcluso
de la Capital de la República y mausoleo para siempre...con los años la Pirámide
del general San Martín de Mayo se ha convertido en un símbolo
(675) Ley 6286. - Modificada por de la Ciudad de Buenos Aires.
Ley 6301. Antecedentes parlamenta- Otro gran proyecto sin concluir fue el
rios: D. seso Dip., propuesto el 21 de agosto de 1908.
19081. IU, ps. 6, 34; D. seso Sen., El Poder Ejecutivo presentó ante la
1908, t. II, p.68; D. seso Dip., 1908, Legislatura un proyecto mediante el
t. III, p. 816. cual se proponía levantar una estatua en
la entrada de la Capital. El monumento
Para llevar a cabo esta faraónica se llamaría “La estatua de la República”
propuesta se presentaron un total de 74 y ostentaría una inscripción que diría:
proyectos, 8 de ellos eran de Argentina, “Paz y libertad para todos los hombres
6 de Alemania, 2 de Austria, 3 de del mundo que quieran habitar el suelo
Bélgica, 3 de Inglaterra, 21 de Francia, argentino”, texto similar al que se
10 de España, 17 de Italia, 1 de Estados encuentra a la entrada de Nueva York
Unidos, 1 de Chile y 2 de Uruguay. en su estatua de la libertad.
Para este emprendimiento se asignó un Estaba previsto que en el monumento
presupuesto de 300.000 pesos oro. Los se levantara un panteón nacional
proyectos fueron evaluados por un jurado, donde reposen las cenizas de nuestros
el cual estudió los proyectos presentados próceres y los bustos de los miembros
y dictaminó un empate entre las obras de la Primera Junta.
presentadas por los italianos Gaetano El monumento a la Revolución estaría
Moretti (arquitecto) y Luigi Brizzo ubicado en la ciudad de La Plata. Por
(escultor), y las de Julio Lagae (escultor). otra parte se pensó en formar un túmulo
Marco Avellaneda, como presidente de artificial en Campo de Mayo donde se
la comisión, falló a favor del proyecto mezclarían las tierras de los distintos
presentado por Moretti y Brizzo, campos de batalla que participaron de
aunque la condición primordial para la emancipación americana.

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También estuvo la intención de levantar Para llevar a cabo estas obras se dictó la
en la Plaza San Martín un monumento Ley que contiene la autorización para
a los ejércitos de la Independencia, y en la realización de estos proyectos. De
la Isla Martín García, uno en homenaje dicha Ley, la 6286, dictada en el año
a la Marina de Guerra. 1909 y de la que ya hemos hecho refe-
Otros emprendimientos fueron pensados rencia anteriormente, establecía que
en forma conjunta con la colaboración el Poder Ejecutivo contribuiría con la
de otros países. Este es el caso del que suma de 302.970 pesos para la realiza-
se pensó llevar a cabo en Francia, en ción de estas obras y el reacondiciona-
Boulogne Sur Mer, lugar que eligió miento de la Catedral metropolitana y
el general José de San Martín para su el mausoleo del general San Martín.
retiro. El gobierno argentino pensó El Congreso llevó a cabo algunas
comprar la casa del libertador y levantar modificaciones al proyecto original
allí un monumento en su memoria, la del Poder Ejecutivo. Entre algunos de
ley también hacía referencia a la crea- los cambios se encontraba la suspen-
ción del Monumento a la Bandera en la sión de la “estatua de la libertad” a la
ciudad de Rosario y otro en la provincia entrada del puerto de Buenos Aires.
de Córdoba en honor a Deán Funes y en Sin dar demasiados fundamentos al

la provincia de Tucumán en conmemo- caso, se habló de la dificultad de crear


ración a la victoria del general Belgrano esta obra debido a las condiciones del
en el año 1812. suelo en el Río de la Plata, y se funda-
Para la ciudad de Salta se planeó la mentó además que se producirían
construcción de una estatua a Martín enormes gastos a la comunidad sin
de Güemes, y en la provincia de Jujuy saber si semejante proyecto de inge-
el levantamiento de un edificio desti- niería iba a ser viable o no.
nado a la conservación de la bandera En 1910 los festejos ya estaban en
donada por el general Manuel Belgrano marcha y a lo largo de ese año se desató
a esa ciudad. una real fiebre estatuaría. Se colocaron

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varias piedras fundamentales de futuros Por tal motivo, debía tenerse especial
monumentos, algunos proyectos del cuidado con no herir la susceptibi-
gobierno, otros homenajes de distintas lidad de los españoles; el monumento
colectividades extranjeras residentes en no era a la independencia argentina ni
el país, sumados a aquellos que regalaron al pueblo, se trataba de una obra para
a la ciudad los gobiernos extranjeros. la nación Argentina, entendiendo por
Ya en el año 1907 se había confor- nación al conjunto de características
mado la Comisión de Monumentos geográficas, etnográficas, históricas y
y se había previsto levantar los bustos sociales. A pesar del tiempo transcu-
de los vocales de la Primera Junta. Los rrido, aún se temían los resquemores de
mismos deberían ser inaugurados para España hacia sus ex colonias; la idea del
las celebraciones de Mayo. monumento era terminar con cualquier
En 1908 se decidió agregar otros tipo de asperezas que aún pudieran
próceres que también se vinculaban quedar hacia esta ex colonia convertida
a la gesta revolucionaria; los nombres en república independiente.
que sugeridos eran: Nicolás Rodríguez La obra fue encargada a los escultores
Peña e Hipólito Viéytes, entre otros. Agustín Querol, Mariano Benlliure y
Para estos proyectos fueron contra- Miguel Blay. El lugar dispuesto para el
tados muchos artistas extranjeros como emplazamiento del monumento era la
Gustavo Ebelein, encargado de llevar a avenida Alvear y Sarmiento. Se calcu-
cabo el monumento a Juan José Castelli; laba una obra de aproximadamente
J. Lagae, el autor de la estatua de Cornelio veinticinco metros hecha en bronce,
Saavedra; y E. Cordier, responsable de la con un cuerpo del monumento hecho
estatua de Miguel de Azcuénaga. en mármol de Carrara.
Como hemos mencionado anterior- En 1909 los escultores no habían
mente, varias colectividades preveían logrado ponerse de acuerdo, por lo tanto
levantar monumentos. Una de ellas se le encargó la obra sólo a Querol, quien
fue la colectividad alemana; para ello por la misma cobraría 800.00. pesetas. A
se le encargó a Gustavo Alfred Bredow los pocos meses Querol fallece dejando
una talla en mármol, la cual debía el monumento sin concluir. Entonces se
reflejar a unos rudos campesinos junto readjudica la obra a Cipriano Flojeras,
al arado y al buey, en dos grupos sepa- quién antes de terminar el monumento
rados por una plataforma y unidos por también fallece, dejando una vez más
un estanque. Esta obra recién pudo inconclusa la obra.
ser inaugurada en su actual emplaza- Los inconvenientes continuaron. Se
miento de la Plaza Alemania casi 8 años produjeron demoras en la entrega de los
más tarde, el 18 de Mayo e 1918. materiales, se presentaron conflictos con
Tampoco corrió con buena suerte el los herederos y hubo otras muertes más
monumento de homenaje a los resi- entre los miembros de la comisión.
dentes españoles en la argentina. La Finalmente, la inauguración se
comisión de 1908, presidida por Manuel produce 17 años más tarde de lo que
Durán, decidió levantar un monumento había sido previsto. La fecha en que
que reflejara la relación entre Argentina fue descubierta esta obra fue el 25 de
y el pueblo español; esta comisión cons- mayo de 1927.
tituyó una representación en Madrid Los españoles también recibieron un
encargada de la contratación de la obra. monumento proveniente de Argentina.

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El mismo fue autorizado por el grantes agrícolas del país. Con él se


Parlamento en mayo de 1910. La obra reconocía a los inmigrantes, cuyos
fue llevada a cabo por Arturo Dresco, brazos nuestra tierra necesitaba para
y fue ubicada en Parque Balneario poder crecer.
Municipal. Se inauguró en octubre 1936. Otro monumento inaugurado a los
La colectividad italiana también estuvo efectos de los festejos ha sido el de
presente en la semana de mayo de Mariano Moreno; el mismo fue inau-
1910; colocó la piedra fundamental de gurado el 1° de octubre de 1910. Su
su monumento, la imagen de Cristóbal figura está elaborada en bronce, y se
Colón, que fue ubicada a espaldas de encuentra sobre una base de mampos-
la actual Casa de Gobierno, sobre el tería que imita una montaña. En un
Paseo de Julio. La obra fue encargada plano inferior se encuentra la figura de
al escultor Arnaldo Zocchi, medalla de un cóndor, simbolizando lo elevado
oro en la exposición internacional de del pensamiento del prócer.
la ciudad de Roma en el año 1886 por Estas obras fueron llevadas a cabo
su obra a Piero della Francesca. por los siguientes artistas nacionales y
La obra de Zocchi nos muestra a un extranjeros.
Cristóbal Colón con un pergamino en Artistas nacionales: considerando un
su mano, hecha con dos relieves en su panorama total de la historia escul-
base. En un lado muestra la partida tórica argentina, dos artistas ocupan
desde el Puerto de Palos y en el otro mayormente nuestro interés; ellos son
retrata la llegada de Colón a América. Rogelio Yrurtia y José Fioravanti. Sin
La inauguración también se demoró más embargo es Yrurtía quién más nos
de 10 años: hasta el 21 de junio de 1921. representa. Es una lista muy extensa
Los residentes franceses también estu- la de sus obras, se incluyen entre ellas
vieron presentes; su obra se inauguró el esculturas a Shakespeare, Roque Sáenz
2 de octubre de 1910 en Plaza Francia. Peña, Nicolás Avellaneda, Walter
El Imperio Austro-Húngaro le donó a Owens, el general Simón Bolivar,
la ciudad de Buenos Aires la “columna Marco Avellaneda, un homenaje a
de tiempo”, también conocida como el Beethoven, Florentino Parravicino y
“indicador meteorológico”, un cilindro Franklin, Roosvelt. También contri-
de mármol rematado en un globo de buyó en la construcción del monu-
hierro que representa la tierra. En el mento a la bandera en Rosario, obra
momento de su inauguración estaba del artísta Alfredo Bigatti.
provisto de aparatos de medición del Otro artista también muy reconocido
clima y relojes que indicaban las horas es Pedro Zonza Briamo (1886-1921),
de las principales ciudades del mundo. autor de las obras “Creced y multipli-
La obra fue realizada por el ingeniero caos”, “Flor de la juventud”, el monu-
húngaro José Marcovich, y fue empla- mento a Leandro N. Alem, el homenaje
zada en el Jardín Botánico. de los amigos a Lucio Corrales Morales
Un importante monumento se alzó y “Resurrección de Cristo”.
en septiembre de 1910 en Esperanza, Alberto Lagos (1893-1960); su obra: el
Provincia de Santa Fe: se trata del monumento a Jorge Canning, ubicado
Monumento a la Agricultura. Su al pie de la Torre de los Ingleses;
ubicación se debe a que ese lugar fue “El arquero”, homenaje a Falcón y
una de las primeras colonias de inmi- Lartigau; “El inmigrante” dedicado al

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aviador francés Jean Mermoz; el dedi-


cado al poeta Amado Nervo y los de
Carlos Thays, Luis Drago, Antonio
Piñeiro y J. E. Uriburu.
Santiago Chiérico; autor de tres monu-
mentos muy destacados: el dedicado
a el Dr. Joaquín Castellano; otro en
homenaje a la “Madre y a la escuela”
y “Cautiva”. Una cuarta obra fue un
busto dedicado al pintor Graciano
Mendilaharzu, emplazado en la Boca
y luego retirado del lugar.
Entro otros no podemos dejar de
mencionar a Orlando Stagnaro
–“D. Espósito” y “Jóven boquense”–;
Torcuato Tasso –“Esteban Echeverria”–; sinas –“Cosechadora”, “El segador”
Gonzalo Leguizamón Pondal –“Flor y “El sembrador”–. De las tres de
indígena” y “El moderno Anteo”–; virtudes teologales –“Fe”, “Esperanza”
Pedro Tenti –“La madre” y “La mater- y “Caridad”–, se ocupó el francés
nidad”–; Arturo Dresco –otro de nuestro Eugenie Guillaumin.
escultores de quien son los bustos de El alemán Gustavo Eberlein realizó
Eduardo Sívori y los monumentos a los monumentos de Juan de Garay,
España y Juan Larrea–. Juan José Castelli, Bernardo
Nuestro país ha alcanzado, en cuanto Monteagudo y Rodríguez Peña, sin
a esculturas, arquitectura e ingeniería olvidar que junto al francés Lous
se refiere, un estado de florecimiento Daumier son los autores del monu-
envidiable. mento a San Martín.
Artistas extranjeros: Buenos Aires se El italiano Arnaldo Zocchi es el autor
enorgullece de poseer obras como el de la estatua a Cristóbal Colón, la cual
monumento de Carlos María de Alvear fue donada por la comunidad italiana
realizado por el artista plástico Antonio y ejecutada en mármol de Carrara.
Bourdelle. A esta obra podemos agregar Dicha obra tiene seis metros de alto
otras que conforman el acervo por y un peso superior a las 40 toneladas,
demás interesante de nuestra cultura: esta obra fue realizada para conme-
“Herácles arquero” y “La muerte del morar los festejos del centenario.
último centauro”, obras emplazadas Algo similar ocurrió con otras colectivi-
en los jardines que rodean al Museo dades. En el caso de los españoles, quienes
Nacional de Bellas Artes. autorizaron la obra en el año 1908, fue
Augusto Rodin es otro de los grandes encargada a Agustín Querol y Subirats
según el proyecto elegido por un concurso
escultores que está representado en Buenos
entre más de treinta participantes.
Aires. El monumento a Sarmiento y La obra se inició en 1909, y en ese año
“El pensador”, ubicado en la Plaza de los se recibe la noticia del fallecimiento
Dos Congresos, copia única y original del del artista. La obra debía seguir pero el
que existe en el panteón de Francia. discípulo encargado de continuar con
Del belga Constantin Meunier, el trabajo también también fallece; se
existen tres obras de temáticas campe- trataba de Cipriano Folgueras. A estos

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inconvenientes se le sumaron huelgas escultor uruguayo José Zorrilla de San


de obreros en la localidad de Carrara, Martín, se cuenta con el monumento
lo que causó inconvenientes para al general Julio A. Roca.
conseguir la materia prima de la obra. El inventario de monumentos lo
A raíz de todo esto la obra se terminó podemos completar con la mención de
en 1916. las obras de Rik Wouters, belga, con
Existen dos obras de un escultor su obra “Afanes hogareños”, Leone
italiano llamado Vicente Gemito –“L’ Tomassi, italiano, con sus interpre-
Aquaiolo” y “Grupo infantil”–. Del taciones de Beethoven. Eiile Peynot,

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francés, con “La aurora”, “Aristóbulo “Juan Larrea”


del Valle”, “Francia a la Argentina” y Autor: Arturo Dresco
“Ofrenda floral a Sarmiento”. Ubicación: Plaza Larrea
Otro artista italiano es Nicolás Gulli, Inauguración: 12 de junio 1910
que llevó a cabo la obra “El chico y
la gallina”; Mariano Benllieri Geil, “Loba romana”
español, con “Dr. Bernardo de Reproducción
Irigoyen”; Victorio Macho, español, Ubicación: Jardín Botánico
autor de la obra, “Benito Pérez Galdós”; Inauguración: 25 de mayo de 1910
y la norteamericana Ana Hubtebtong,
autora del “Cid campeador”. “Domingo Matheu”
Por último, cabe mencionar a dos Autor: Ricardo Musso
artistas franceses, Belleuse y Carriere, Ubicación: Plaza Matheu
quienes con la colaboración del argen- Inauguración: 5 de junio 1910
tino M. Santa Coloma realizaron el
monumento a Belgrano. “Mariano Moreno”
Autor: Miguel Blay y Fábrega
La nómina de monumentos Ubicación: Plaza Lorea
del Centenario Inauguración: 1 de octubre 1910

“Presbítero Manuel M. Alberti”. “Brigadier gral. Cornelio Saavedra”


Ubicación: Plaza Constitución. Autor: Luis Lague
Autor: Lucio Correa Morales Ubicación: Córdoba y Callao
Inauguración: 19 de junio 1910 Inauguración: 20 de mayo 1910

“Juan José Castelli” “Rodríguez Peña”


Autor: Gustavo Eberlein Autor: Gustavo Eberlein
Ubicación: Plaza Constitución Ubicación: Plaza Rodríguez Peña
Inauguración: 20 de mayo de 1910 Inauguración: 22 de mayo 1910

“Francia a la Argentina” “Hipólito Vieytes”


Autor: Emile Edmond Peynot Autor: José Llaneses
Ubicación: Plaza Francia Ubicación: Plaza Vieytes
Inauguración: 2 de octubre de 1910 Inauguración: 8 de julio 1910

BIBLIOGRAFÍA

Baliari, Eduardo, Almario de Buenos Aires: los monumentos, Ediciones Culturales Argentinas, Buenos Aires, 1972.
Castelli, María Ermida, Protección jurídica del patrimonio cultural de la humanidad, Blas editora, Buenos Aires, 1987.
Estudios de la historia y arte Argentinos, W. M. Jackson editores, Buenos Aires, 1929.
Salas, Horacio, El centenario, Planeta, Buenos Aires, 2009.
Monumentos y lugares históricos de la República Argentina, Comisión Nacional de museos y monumentos
históricos, Buenos Aires, 1944.
Toto, Carlos María, Monumento y obras de arte en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerio de
cultura. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, 2007.
Zabala, Rómulo, Historia de la Pirámide de Mayo, Academia Nacional de la historia, Buenos Aires, 1962.

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Álbum
Revisitar la historia es
también un ejercicio de
especulación. Cuando descu-
brimos las primeras fotogra-
fías, no podemos sino ejercer esta facultad de la mente humana.
Pues una inevitable inquietud nos perturba frente al hallazgo, y
nos lleva a indagar sobre las hipotéticas condiciones en que esos
retratos, instantes milagrosos que parecen detener la historia,
fueron sustraídos de su situación.
Los primeros paisajes y pobladores de Argentina que vemos en las
fotos realizadas hacia 1864 por Esteban Gonnet, pueden revelar
un caso temprano de transferencia tecnológica; porque tanto él
como sus sucesores eran extranjeros. Pero en las fotografías poste-
riores surge (de manera evitable, pero preferimos no hacerlo) la
cuestión idiosincrática acerca de la falta de vocación argentina
por prescindir de la mirada del otro. Una percepción ciertamente
benevolente que resalta una escena melancólica.
Las fotografías históricas generan diversos significados: el peón
laborioso en un apacible paisaje patagónico quizá no sea otro que
el mismo trabajador que fue reprimido y sometido a penurias de
diversa índole. Pero este visitante extranjero, en su carácter de invi-
tado, propone una tregua, produce un velo sobre el drama vital de
sus objetos, soslaya las tensiones, construye una vista apacible. A
veces la Buenos Aires retratada se asemeja a una ciudad dibu-
jada por el Barón Haussmann, idealizada respecto de su pulso
cotidiano, el cual aparece sosegado. Muchos personajes (fotógrafo
y fotografiado) aparecen como “no identificados”, aunque se sabe,
tuvieron una vida que ínfimamente (o íntimamente) se detuvo
frente al poder de la lente.
La seriedad es un requisito para lograr un mínimo lugar en la
historia. Acaso porque la fotografía, en aquel entonces, no estaba
asociada inexorablemente a la sonrisa, acaso porque las condiciones
para esbozarla no estaban dadas, los rostros que aparecen sin ser
adustos, enseñan que el humor y lo trascendente no podían reunirse
en una misma figura humana.
¿Cómo no caer en la paradoja de ver la quietud en el movimiento de
gente que se traslada? Muelles, carruajes, caballos, botes. Además,
la fuerza del trabajo es una praxis imposible de ser reducida a los
rígidos planos bidimensionales, pero sospechamos el esfuerzo. Tal
vez, en el presente, las formas del trabajo no sean tan atractivas
para la cámara y para la compasión futura. La potencia de las
imágenes tiene la intensidad del trabajo y, si bien lo simplifica
gráficamente, también lo rescata para que surja una situación de
interrogación respecto a sus modos, sus condiciones y sus posibili-
dades emancipatorias.
Es imposible elogiar las obras sin incurrir en un exceso de paisajismo
pintoresco, sólo puede superar tal exceso el valor que la historia
le otorga a la recreación de cada singularidad acontecida. En el
Universo todo se mueve siempre. ¿Por qué no habría de hacerlo un
ente que es “apenas” una foto?
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Mercado de
Constitución (1864),
Recuerdos de Buenos
Ayres, Esteban Gonnet

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Paseo de Marte
(1864), Recuerdos de
Buenos Ayres, Esteban
Gonnet

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Plaza de la Victoria,
Cabildo (1864),
Recuerdos de Buenos
Ayres, Esteban Gonnet

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Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario

Plaza de la Victoria
(1867), Benito Panunzi

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Retratos (1871-1876),
Benítez y Pages

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Escenas de la playa
(1876), Vistas y
costumbres,
Christiano Junior

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Puente del ferrocarril


a la Ensenada (1876),
Vistas y costumbres,
Christiano Junior

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Palermo (1876),
Vistas y costumbres,
Christiano Junior

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Puente Pueyrredón
(1876), Vistas y
costumbres,
Christiano Junior

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Jardín de infantes
(1889), Escuelas,
Samuel Boote

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Clase funcionando
[2° grado, escuela
de varones] (1889),
Escuelas,
Samuel Boote

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Buenos Aires parte


sur tomada desde el
Gran Hotel (1891),
Álbum de vistas y
costumbres de Buenos
Aires y de la República
Argentina, Autor no
identificado

Muelle de pasajeros
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado

Sombrerería Sommer
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado

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La Boca (1891),
Álbum de vistas y
costumbres de Buenos
Aires y de la República
Argentina, Autor no
identificado

Mercado central de
frutos de Barracas
(1891), Álbum de
vistas y costumbres de
Buenos Aires y de la
República Argentina,
Autor no identificado

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Sin nombre (ca. 1900),


Ushuaia,
Autor no identificado

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Sin nombre (ca. 1900),


Ushuaia,
Autor no identificado

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Cochera y caballeriza
presidencial
(ca. 1910),
Casa de Gobierno,
Harry Grant Olds

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Jardín de invierno
(ca. 1910),
Casa de Gobierno,
Harry Grant Olds

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Biblioteca (ca. 1910),


Jockey Club,
Autor no identificado

562
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Desembarco (ca. 1911),


Sur argentino, Autor no
identificado

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Plaza Congreso y vista


parcial (ca. 1920),
Vistas de Buenos Aires,
Gastón Bourquin
Avenida de Mayo
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin

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Calle Florida
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin

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Avenida de Mayo
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin
Calle Callao esquina
Córdoba (ca. 1920),
Vistas de Buenos Aires,
Gastón Bourquin

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Álbum N° 9-10 | Edición Bicentenario

Avenida de Mayo
(ca. 1920), Vistas de
Buenos Aires, Gastón
Bourquin
Calle Perú (ca. 1920),
Vistas de Buenos Aires,
Gastón Bourquin

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Av. de Mayo (1920),


Souvenir,
Harry Grant Olds

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Av. Montes de Oca


(1920), Souvenir,
Harry Grant Olds

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Constitución (1920),
Souvenir,
Harry Grant Olds

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Ovejeros (ca. 1930),


Chubut y Santa Cruz,
Federico Kohlmann

Río Santa Cruz. Paso


Ch. Furth (ca. 1930),
Chubut y Santa Cruz,
Federico Kohlmann

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La Rioja (ca. 1930),


Federico Kohlmann

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Balneario Atlántico
(ca. 1930), Ing. White,
Federico Kohlmann

El puerto (ca. 1930),


Ing. White, Federico
Kohlmann

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Río Tigre (1930),


Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann

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Berisso. Frigorífico
Swift. Salida del
trabajo (1930),
Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann

Luján. Calle San


Martín (1930),
Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann

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LA BIBLIOTECA
N° 9-10 | Edición Bicentenario Álbum

Tierra del Fuego.


Cazadores de
guanacos (1930),
Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann

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Tierra del Fuego.


Indios Yaganes.
Puerto Pedro (1930),
Vistas de la República
Argentina,
Federico Kohlmann

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Panorámica de
Buenos Aires (1931),
N. del Prado

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Antiguo sistema de
empaque de uvas en
canastos (ca. 1931),
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado

El “desaparte” en
el cultivo de la
remolacha (ca. 1931)
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado

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Máquinas
cosechadoras de
remolacha (ca. 1931),
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado

Pulverización de
frutales (ca. 1931)
Censo Agrícola de
San Juan, Autor no
identificado

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Edificio Kavanagh
(1936), Autor no
identificado

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Primera Feria del


Libro (1943), Autor
no identificado

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