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Capítulo VI
*

Enfermedades, síntomas
y tratamientos
*

Esta guía intenta relacionar en forma coherente los síntomas y enferme­


dades más frecuentes con sus correspondientes tratamientos por medio de
los principios activos del aloe, de acuerdo con su forma de preparación, ya
sea casera, con geles estabilizados o específicos de laboratorio. Las indica­
ciones en bastardilla indican un producto cuya receta figura el Capítulo VII
- Recetas terapéuticas, cosméticas y gastronómicas.
Las dolencias y síntomas se encuentran listados alfabéticamente, y las
dosis y frecuencias de los preparados están dadas para un adulto normal,
con un estado físico adecuado. Para niños y ancianos las dosis deben
rebajarse en las dos terceras partes. En todos los casos es recomendable
efectuar una prueba de alergia, para lo cual se procederá como se indica en
el Capítulo IV - Aloe y salud.

Advertencia

Estas referencias han sido compiladas para ser aplicadas en casos de


primeros auxilios y dolencias leves, pero de ninguna manera se pretende
in sinu ar que puedan reem plazar la atención de un facultativo idóneo, al
que se debe recurrir en casos más graves, o tan pronto com o se haya
superado la urgencia. También se debe destacar que estos tratamientos no
deben aplicarse, desde ningún punto de vista, a m ujeres em barazadas,
excepto bajo emergencia extrema, o expresa autorización médica.

Referencias cruzadas
A bscesos. Preparar un apósito con una cucharada de pulpa de aloe sobre
una gasa o género limpio, y aplicarlo sobre la pústula o forúnculo.
Reiterar las aplicaciones cuatro o cinco veces por día. La pulpa fresca
puede reemplazarse por gel (u.e.).
86 A loe vera - S ábila: una planta m ilagrosa

Acidez estom acal. Una dosis de gel comercial por vía oral o una cucharada
de postre de jarabe contra diarreas y cólicos, repitiendo hasta que cese el
m alestar. Las personas propensas a estos estados estomacales pueden
utilizar corno preventivo algunas de las bebidas digestivas, como el
vino digestivo o la tintura sacra, ingiriéndolos luego de una comida
copiosa. Este tratamiento puede reemplazarse por una ingesta regular
de gel (u.i.), bajo las indicaciones del fabricante.
Acné. A plicar varias veces al día, especialmente al acostarse, alguna de las
m áscaras faciales, eligiendo la adecuada al tipo de cutis. En casos muy
virulentos, com plem entar internamente con dos cucharaditas de té de
tintura básica, tres veces por día, o las dosis correspondientes de algún
gel (u.i.)-
Aftas. Buches de 3 a 5 veces al día, especialmente antes de acostarse, con
algún gel lí.e o tintura básica. Pueden reem plazarse por caramelos de aloe,
pero no son tan rápidos en su efecto.
Agotam iento (por esfuerzos excesivos). Una a dos cucharadas de té de
reconstituyente de miel y aloe, de acuerdo con el grado de cansancio,
com plem entadas por algún vino tónico antes de las comidas principa­
les. Tam bién puede administrarse algún específico complementado
con polen, propóleo o jalea real.
A m igdalitis, anginas, (ver Laringitis)
Apetito (pérdida). Una cucharada de té de reconstituyente de miel y aloe una
hora antes de las comidas. Como preventivo, puede reemplazarse por
algún cordial o aperitivo, como el vino sacro o alguna de las versiones
del licor de Raspail. Pueden complementarse con algún específico con
vitam inas.
Artritis, artrosis y dolores reumáticos. Dos cucharadas de té de tintura
básica tres veces por día o dosis correspondientes d e gel u.i, complemen­
tando externam ente con aplicaciones de compresas de pulpa u hojas
cortadas sobre la región dolorida. Las aplicaciones externas pueden
reem plazarse por gel estabilizado u.i o algún específico que eleve la
tem peratura zonal.
Bronquitis y catarros. Una cucharada sopera de tintura básica cada cuatro o
seis horas, o un tratamiento limitado con gel (u.i.), hasta que cesen los
síntomas. En caso de existir dolor de garganta, o irritación, complemen­
tar con gárgaras o caramelos de aloe. Si la congestión bronquial fuera muy
fuerte, incluir inhalaciones con una cucharada sopera de tintura básica
en medio litro de agua hirviendo.
Caspa, (ver Dermatitis)
Cólicos. Una cucharada de té de tintura básica, tres veces por día o dosis reco­
mendada de gel (u.i.), que pueden diluirse en agua o jugos de frutas.
Congestión intestinal. Como laxante, dos cucharadas soperas antes de
acostarse, que pueden diluirse en agua o jugo de frutas.
Culebrilla. (Ver Herpes zoster)
E n ferm ed ad es, sín to m as y tra ta m ie n to s 87

D erm atitis, caspa y seborrea. Lavar cuidadosam ente el cuero cabelludo con
shampú de aloe, específico o preparado, y enjuagar con tintura básica o gel
(u.e.) diluidos en agua al 50%, dejando actuar unos m inutos antes de
enjuagar en la form a acostum brada.
D olores.
D en tales. Colocar un algodón hum edecido en tintura básica o gel (u.e.)
sobre la pieza dental afectada, reponiéndolo con frecuencia hasta
que calme el dolor.
E s to m a c a le s , (ver C ongestión in testin al)
M u scu lares. Com presas de pulpa fresca bjen húm eda o g el (u.e.) sobre
la zona dolorida, cam biándolas cada vez que se secan.
A rtrítico s, (ver A rtritis)
Edemas, ojeras e in flam aciones de los párpados. C olocar sobre la parte
afectada un algodón em bebido en tintura básica y tintura de harnmamelis,
por partes iguales, y dejar actuar durante varios m inutos; repetir la
operación cada dos horas, hasta que dism inuya la inflam ación.
Enferm edades eruptivas. La com binación de tintura básica, de ham am elis y de
caléndula, por partes iguales, resulta ideal, tanto para calm ar la picazón
como para evitar las posibles marcas que puedan provocarse los niños
al rascarse.
Fiebres in ju stificad as. Una cucharadita de té de tintura de aloe o la dosis
indicada de gel (u.e.) cada cuatro horas, hasta que desaparezcan los
síntomas.
Flatulencias y pesadez estom acal, (ver C on gestión in testin al)
Forúnculos, (ver A bscesos)
Gota. Com presas de pulpa de aloe, hojas frescas o gel u.e sobre la parte
dolorida, com plem entadas con una cucharada sopera de tintura básica
o gel (u.i.) tres veces al día.
H alitosis. Buches y gárgaras con tintura básica diluida al 50% en agua o té
frío, repitiendo varias veces al día. Puede com plem entarse con caram e­
los de aloe.
H em orragias, (ver H eridas)
H em orroides.
E x tern as. Para facilitar las deposiciones, ingerir por la m añana un
licuado de manzana ácida, una zanahoria m ediana y una copita de
tintura básica, o gel (u.i.), que pueden reem plazarse por una de licor
de grappa con aloe. Para el tratam iento externo, com enzar con una
cuidadosa higiene, seguida de un baño de asiento frío, y colocar
luego una com presa embebida en pulpa bien húm eda, tintura básica
o gel (u.i.), dejándola actuar durante 15 a 20 m inutos.
In tern as. Puede adoptarse el tratam iento interno anterior, pero refor­
zando ligeram ente la cantidad de tintura básica o licor de grappa. Sin
em bargo, no conviene exagerar, porque las propiedades laxantes
del aloe pueden provocar una reacción opuesta.
88 Á loe vera - S ábila: una planta m ilagrosa

H ep atitis. El tratam iento alopático usual de dieta y reposo puede com ple­
m entarse con un vaso diario de un jugo compuesto por jugo o gel (u.i.)
de aloe, un corazón de alcaucil fresco, una manzana pelada y licuada,
un limón exprim ido y una pizca de sal.
H eridas.
L a c e r a n te s . A plicar sobre la lesión un apósito empapado en una com ­
binación de pulpa fresca o gel (u.e.) y tintura de caléndula al 50%,
reponiéndolo con frecuencia. En primeros auxilios puede reem pla­
zarse la com presa por hojas frescas cortadas en sentido longitudinal,
raspando cada tanto la superficie del corte, cuando se seca.
N e c r o s a n te s . Para aprovechar las propiedades reconstituyentes de los
azúcares del aloe, colocar dentro efe la herida un trozo de hoja pelada,
pulpa o gel (u.e.), cubrir con irña\enda y dejar actuar al menos una
hora. Repetir la aplicación varias veces al día.
H erpes zoster. A plicar sobre la zona afectada compresas embebidas en pulpa
de aloe o gel (u.e.) y tintura de hamamelis, dejándolas actuar durante
varios m inutos. Repetir varias veces al día, complementando interna­
m ente con dos cucharadas de té de tintura básica, tres veces por día, o gel
(u.i.), en las dosis prescritas.
H ip ertensión. Ingerir una cucharada sopera de pulpa de aloe o un trozo de
10 cm 2 del interior de lahoja, tres veces por día durante una semana,
descansar por el mismo lapso, repetir otra semana, y así sucesivamente
durante dos meses. Puede ingerirse acompañando las comidas princi­
pales, o fuera de ellas. Como preventivo, una cucharada de té de tintura
básica o gel (u.i.) asegura la regularidad del sistema cardiovascular.
In d ig estion es. Una cucharada sopera de tin tura básica cada 8 horas o gel (u.i.)
en las dosis indicadas, mezcladas con alguna infusión aromática. Debe
continuarse m ientras no desaparezca la sensación de malestar.
In som nio. Los m arinos portugueses de los siglos x v n y x v iii adjudicaban al
yeropiga cualidades sedantes y somníferas, capaces de "hacer dormir a un
hombre hasta en la más furiosa de las t e m p e s t a d e s En la actualidad, los
terapeutas naturistas suelen recetar baños de asiento de agua templada
(38 a 40 grados), en la que se han disuelto 100 cc de tintura básica.
Tam bién pueden utilizarse alguna de las sales de baño específicas
disponibles en el mercado.
Jaq u ecas y m igrañas. Una cucharada sopera de tintura básica por la mañana,
alternando una semana sí y otra no, hasta que cesen los síntomas.
L arin gitis, afonías y d isfonías. Buches y gárgaras con tintura básica al 50%,
varias veces al día, hasta que remitan los síntomas. Puede reemplazarse
por algún específico comercial.
Llagas en las encías, (ver Aftas)
M ordeduras de anim ales. Proceder como en los casos de heridas y llagas.
N áuseas y vóm itos por excesos de alcohol o tabaco. Una cucharada de gel
u.i o tintura básica, repitiendo cada hora hasta que cesen los síntomas.
Enferm ed ad es, síntom as y tratam ien to s 89

O besidad. Si bien no existen pruebas fehacientes de que el aloe contribuya


a eliminar las grasas de los tejidos, su composición quím ica, rica en
vitaminas y nutrientes, y de una escasa graduación calórica, puede
resultar una interesante alternativa para una alim entación sana y
efectiva. En la actualidad existen en el mercado dietas com pletas de
nutrientes con aloe, complementados con polen, jalea real, vitam inas,
etc. que proporcionan excelentes tratam ientos contra la obesidad.
Parásitos intestinales. Dos cucharaditas de café de tintura básica, dos veces
por día, o dosis equivalentes de gel (u.i.) durante 3 días, diluidas en un
poco de jugo, agua o leche.
Quemaduras. •
T érm icas (calor o fr ío ). Cubrir las zonas afectadas con ungüento para
quemaduras o, en su defecto, com presas de pulpa de aloe bien
húmeda, sostenidas por gasas o vendas; pueden reem plazarse por
gel (u.e.), cambiando los apósitos cada vez que se sequen. En casos
en que se hayan producido roturas en la piel (quem aduras de
segundo o tercer grado), recurrir al m édico tan pronto com o se haya
superado la emergencia. Si se requiere reconstrucción de tejidos,
consultar con el facultativo sobre el uso de la pulpa y la Tintura básica
como reconstituyente.
S o la res. En casos leves, utilizar crema para después del sol o algún
específico humectante, aplicándolos varias veces, hasta que decline
la irritación.
E scald ad u ras y a b r a s io n e s . Proceder en forma similar a las quem adu­
ras térmicas.
Reuma y dolores articulares, (ver A rtritis)
Seborrea, (ver D erm atitis;
Síndrom e de inm unodeficiencia adquirida (SID A ). Si bien esta función
aún no ha sido totalmente confirm ada, las pruebas indican que sus
principios antivirales podrían resultar de gran ayuda para restaurar la
efectividad del sistema inmunológico hum ano. Las pruebas efectuadas
hasta el momento sugieren que el glucom annan y su derivado directo,
el polimanactato, presentes en la mayoría de los geles com erciales, son
los agentes más activos contra este flagelo.
Venenos anim ales. Calmar la inflam ación con compresas de pulpa u hojas
cortadas, pero requerir inm ediatam ente atención especializada, sobre
todo si se ignora el animal que produjo la picadura. El gel estabilizado
(u.e.) también rinde excelentes resultados, pero se deben tener en
cuenta las mismas precauciones.
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Capítulo VII
9

Recetas terapéuticas,
cosméticas y gastronómicas

Fárm acos y m edicinas de uso externo e interno

Tintura básica de aloe1

Com o se verá más adelante, esta tintura se emplea como base para la
preparación de m uchos otros com puestos, tanto de uso interno como exter­
no, y dado que puede conservarse en heladera durante cierto tiempo, con­
viene preparar una cantidad adecuada, especialmente si se prevén trata­
m ientos de mucho consumo. En este caso se dan los ingredientes para pre­
parar 100 cc, pero, como todas las otras recetas, puede prepararse la cantidad
que se desee, m ientras se m antengan las proporciones de cada elemento.

Hojas de aloe com pletas o gel estabilizado 35 g


A lcohol m edicinal de 96° 55 cc
Agua destilada 45 cc

Se licúan o pisan en el m ortero las hojas com pletas (incluyendo la pulpa


y la piel) hasta obtener una pasta hom ogénea y semilíquida; a continuación
se agregan el agua destilada y el alcohol, se m ezclan bien todos los compo­
nentes y se dejan en m aceración no menos de 20 días, agitando diariamente
durante 1 m inuto. Al cabo de ese lapso se filtra, primero a través de una tela
fina y luego con papel de filtro, envasándola posteriorm ente en una botella

1 Cabe destacar que esta tintura puede reemplazarse por algún gel estabilizado de
uso externo (u.e.) o interno (u.i.) de primera calidad. Considerando que los geles (u.e.) se
comercializan generalmente en una consistencia semilíquida o untuosa, se podrán diluir
en alcohol o agua destilada (o una mezcla de ambos), en caso de que se necesite líquido.
Sin embargo, es preciso recordar que las recetas se proporcionan para el gel en su
consistencia original, por lo que para una dilución 1: 1, por ejemplo, se necesitará el doble
de gel que para la receta dada. Los geles (u.i.), que se comercializan líquidos, pueden
utilizarse directamente. (N. de los A.)
92 A loe vera - Sábila: una planta m ilagrosa

oscura o envuelta. Esta tintura reemplaza al zumo, con la ventaja de poder


conservarse durante cierto tiempo, especialmente en la heladera.

Ungüento para quemaduras

Tintura básica de aloe o gel (u.e.) 5 cc


Tintura básica de caléndula 5 cc
Crem a base humectante neutra 100 g

Se aplica directamente sobre las áreas quemadas, o se coloca como un


apósito sobre una gasa esterilizada; en caso de quemaduras de segundo o
tercer gfado, utilizar sólo como primeros auxilios.

Jarabe contra diarreas y cólicos intestinales

Se m ezclan los ingredientes hasta obtener un fluido de consistencia de


jarabe, y se administra a razón de una cucharada por la mañana y una por
la tarde, hasta que cesen los síntomas. A los niños debe rebajárseles la dosis
a una cucharada de postre cada vez.

Caramelos

Se mezcla el zumo bien filtrado de 4 o 5 hojas medianas o 30 g de gel


(u.i.) con una taza de azúcar rubia, y se lleva a fuego lento, revolviendo
continuam ente. Cuando haya espesado lo suficiente, se vuelca la mezcla
sobre una placa fría, y se cortan los caramelos antes de que se solidifique
com pletam ente.
También pueden tomarse cucharaditas del caramelo y echarlas sobre la
placa, o volcarlo en los huecos de un envase de huevos de codorniz, con lo
que conseguimos 24 piezas por vez, de forma semiovoide. Conviene conser­
var los caramelos en la heladera.

Bálsamo para erupciones e irritaciones de la piel

Tintura básica de aloe 5 cc


Tintura básica de hammamelis 5 cc
Crema para la piel (sin perfume) 100 g

Se mezclan todos los ingredientes hasta formar una pomada homogé­


nea, que se aplica sobre toda clase de paspaduras, granos, etc. Resulta ideal
para calmar la picazón que provocan en los niños las enfermedades
eruptivas, como el sarampión, varicela, rubéola y otras.
R ecetas terap éu ticas, co sm éticas y g a s tro n ó m ica s 93

Edemas (hinchazón) por acumulación de líquido


Tintura de aloe o gel (u.e.) 25 cc
Miel cristalizada 100 g
Fécula de maíz 30 g

Se m ezclan todos los elem entos hasta form ar una pasta hom ogénea y se
aplica en forma de com presas sobre las áreas afectadas, repitiendo la
operación dos o tres veces por día, hasta que la hinchazón desaparezca.
Resulta ideal para las ojeras o bolsas debajo de I qs ojos y los ed em as acuosos
de pies y manos. Tam bién puede usarse com o elim inador de arrugas, pero
la crem a antiarrugas resulta más efectiva.

Infusión de aloe

La dosis tentativa es de 3 a 5 g de polvo (m edia a una cu charita de té)


por taza de infusión, con el polvo preparado según lo indicado en el Cap. III.
Esta infusión resulta sum am ente práctica en circunstancias particulares,
com o en el caso de personas (especialm ente niños) propensos a m arearse en
los viajes en ómnibus, barco o avión, ya que puede prepararse fácilm en te con
sólo disponer de un poco de agua caliente.

Preventivos, tónicos y aperitivos


Vinos medicinales
Bajo esta denom inación hemos agrupado algunas recetas tradicionales,
la m ayoría de ellas recopiladas en viejos m anuscritos de la Edad M edia,
transm itidas oralm ente y luego rescatadas en form a anónim a p o r investiga­
dores m édicos o gastronóm icos. Por om isión, o porque se carecía de ellas,
estas investigaciones se han hecho m uchas veces sin co n sig n ar la fuente
prim igenia, por lo que resulta prácticam ente im posible rastrear su verdade­
ro origen.
Estos preparados solían llam arse tam bién "tin tu ras v in o sas" y en
realidad no eran más que formas de hacer que los princip ios activos
encerrados en los vegetales y m inerales tuvieran un m ejor sabor y no fueran
rechazados por los pacientes.
Cabe destacar que, para preparar estos aperitivos o colagogos, se
recom endaba utilizar vinos de graduaciones no m enores a los 15 a 16 grados
de alcohol y un cierto grado de añejam iento. Una vez preparada la m ezcla,
era preciso dejarla macerar al m enos seis m eses antes de qu e surtiera los
efectos deseados.
94 A loe vera - S ábila: una planta m ilagrosa

Elixir de Fray Francisco Ferrer,


o de la larga vida
O tro preparado m edicinal que m erece ser com entad o aquí es el Elixir de
la larga vida de Fray Francisco Ferrer, extractado por José Poch N oguer de un
tratado que, según él mismo consigna, a su ju icio es el único que ha
publicado la fórm ula auténtica.

A loe2 30 g
Ruibarbo 15 g
Quina 10 g
Genciana 10 g
Cedoaria 10 g
A zafrán 5 g
Agárico blanco 5 g
A lcohol de 90° 1000 cc

M acérese el conjunto durante 30 días, fíltrese por papel y envásese.

Vino digestivo
Aloe 150 g
M iel 250 g
Vino tinto 250 g
Alcohol de 96° 100 cc

Vino Sacro o Tintura Sacra


Aloe 25 g
Raíz de genciana 15 g
Estigmas de azafrán 13 g
M irra en polvo 15 g
Corteza de naranja amarga 15 g
Vino marsala o garnacha 1000 cc

Se machacan juntos todos los com ponentes en un m ortero de piedra o


porcelana, mezclándolos perfectamente y luego se agrega el vino, continuan-

2 En la mayoría de las recetas antiguas no se especifica la manera en que debía


prepararse el aloe para estas bebidas, pero cabe presum irse que era en forma de acíbar,
la manera en que se comercializaba la planta en aquellas épocas. Por lo tanto, en la
actualidad, de no conseguir acíbar, conviene utilizar la planta fresca, pero licuando toda
la hoja, apenas pelada, para que conserve la aloína que le da el sabor amargo. Sin
embargo, es preciso tener en cuenta los efectos laxantes de la aloína, mencionados
anteriormente. (N de los A.)
R ecetas terapéuticas, cosm éticas y gastronóm icas 95

do la mezcla hasta que sea homogénea. Se deja macerar durante 20 a 30 días


y luego se filtra, se envasa en botellas de vidrio cuidadosamente lacradas, y
se deja reposar en un lugar fresco y oscuro durante 3 a 6 meses. Bebido en
copas pequeñas antes de las comidas, resulta colagogo y aperitivo.

Aperitivo cordial
Aloe 3 g
Mirra 8 g
Ajenjo 15 g
Corteza de naranja amarga 15 g
Salvia blanca 15 g
Corteza de quina 15 g
Canela en rama 15 g
Alcohol de 96° 100 cc
Vino blanco dulce 900 cc

M achacar en un mortero todos los elementos juntos, con parte del vino
y el alcohol para humedecerlos, agregando luego el resto de los líquidos.
Em botellar en frascos de vidrio transparente y exponer al sol durante 4 días.
Al cabo de ese tiempo filtrar cuidadosamente y embotellar, sellando con
lacre si se desea conservar largo tiempo. Bebido por copitas pequeñas antes
de las principales comidas, resulta un excelente tónico cardiovascular, como
así también un buen regulador de la tensión arterial y el ritmo cardíaco.
Agregando 4 g más de acíbar, 10 de escamonea y 10 de ruibarbo, se
obtiene un elixir depurativo y laxante. Cabe destacar que en la época de que
data esta receta, el acíbar se preparaba con la aloína que contiene el aloe.

Fernet (aperitivo y colagogo)


Aloe 5 g
M irra, en lágrimas 10 g
Raíz de cedoaria 10 g
Triaca fina 10 g
A nís verde 10 g
Genciana 10 g
M adera de licorería 10 g
Cam edrio 5 g
A lcohol de 96° 1,5 1
Agua 1,5 1

M achacar todos los elementos y macerar con el alcohol durante 10 días;


agregar luego el agua y finalmente 500 cc de agua de menta, filtrar y
em botellar en envases de vidrio bien tapados.
102 A loe vera - Sábila: una planta m ilagrosa

La crema humectante neutra puede reemplazarse por cualquier tipo de


sapolán, cuyo ingrediente básico es la lanolina saponificada, en cuyo caso,
obviam ente, se prescinde de la lanolina líquida.

* * * * *

T inturas y com puestos com p lem en tarios


Los siguientes productos pueden utilizarse como com plem ento de
todos los preparados de aloe, en los casos que se solicitan en las recetas.

T in tu r a d e h a m m a m e lis

H ojas de hammamelis (preferiblemente frescas) 20 g


Alcohol medicinal de 96° 60 cc
Agua destilada 40 cc

Se m achacan las hojas en un mortero con unas gotas de alcohol, hasta


form ar una pasta; luego se agregan el resto del alcohol y el agua, y se deja
m acerar durante 20 días en un frasco oscuro, sacudiendo 4 o 5 m inutos todos
los días. Se emplea como calmante para la picazón en las enferm edades
eruptivas y cualquier otra irritación en la piel o las mucosas.

T in tu r a d e c a lé n d u la

H ojas de caléndula (preferiblemente frescas) 25 g


A lcohol medicinal de 96° 65 cc
Agua destilada o agua mineral 35 cc

Se procede exactamente como en el caso de la tintura de hamm am elis.


Se em plea como tópico para detener las hemorragias menores, y en los casos
de quem aduras, escaldaduras, abrasiones y raspaduras de la piel.

T in tu r a d e m a n z a n illa (c h a m o m ila )

Manzanilla (se adquiere en locales de dietética) 15 g


Alcohol medicinal de 9 ° 50 cc
Agua destilada 50 cc

Se procede exactamente como en el caso de la tintura de hamm am elis.


Se combina con la tintura de aloe para contrarrestar distintas disfunciones
del sistema digestivo, vómitos y excesos en la comida y la bebida.
R ecetas terap éu ticas, cosm éticas y gastronóm icas 103

G astro n o m ía
La m ayoría de las com idas preparadas con aloe provienen del Lejano
O riente, principalm ente de India, China, Japón y Ceylán (hoy Sri Lanka),
donde, si bien en la actualidad se ha perdido algo la costum bre, en épocas
pasadas el aloe cum plía un rol im portante dentro de la dieta cotidiana. Más
tarde, al difundirse sus virtudes en Occidente, tam bién pasó a integrar
m uchas recetas, a veces m odificando platos clásicos, y a veces como ingre­
diente principal, generalm ente como condim ento o saborizador.
C uando se agrega aloe a una com ida, sea en trozos, picado o en polvo,
se puede incorporar de dos form as: retirando previam ente la piel y las capas
pegadas a ella, que aportan el gusto am argo de la aloína, o utilizando la
pulpa com pleta.
En el prim er caso, el sabor recuerda el del cardo, aunque con un dejo de
palta o aguacate; si se lo usa com pleto (sin la piel ni las espinas, pero con las
células que contienen la aloína), su gusto fuertem ente am argo puede inter­
ferir severam ente con los sabores y arom as de los demás com ponentes. Por
lo tanto, conviene utilizarlo únicam ente com o aderezo o saborizador, prefe­
riblem ente en polvo, picado m uy fino o pisado en el m ortero con el resto de
las especies y condim entos. U na variante interesante, si se va a utilizar el
aloe com o condim ento, consiste en utilizar la pulpa descartada al preparar
el jugo, tal com o se la prepara para conservarla en polvo para infusiones. Las
proporciones finales estarán dictadas por la práctica y el gusto personal.
N ota: Salvo indicación explícita, estas recetas están calculadas para una
porción norm al para un com ensal, pero pueden m odificarse proporcional­
mente.

Comidas frías, ensaladas y entremeses

El aloe aporta a las ensaladas un dejo am argo, pero refrescante, por lo


que generalm ente se lo usa entero, com o com plem ento del aderezo, o en
trozos pequeños de la parte central, ya que su gusto acre puede ser muy
agresivo, y eclipsar los sabores de los restantes vegetales.

R ep o llo co lo ra d o , p ep in o , n u eces y pasas de uva

Se corta el repollo en juliana m uy fina y el pepino en rodajas delgadas,


y se agregan las nueces picadas gruesas y las pasas de uva, aderezando con
aceite de oliva, aceto balsám ico, sal, media cucharadita de m ostaza y un trozo
de 4 x 4 cm de aloe picado m uy fino. El aderezo puede prepararse también
m achacando en un m ortero el aloe con todos los demás com ponentes.
106 A loe vera - S áb ila: una planta m ilagrosa

ja g p a f r í^

E n salad a tibia de hongos y pollo

Ingredientes para 2 personas: 2 pechugas de pollo, cocidas, 200 g de


cham pignons frescos, cortados en fetas no muy finas; 200 g de gírgolas, cortadas en
juliana; 200 g de setas, fileteadas; 1 paquete de acedera.
Para el aderezo: A ceite de oliva; vinagre de estragón o aceto balsámico; una
cucharada de pulpa de aloe, con parte del zumo (puede usarse polvo de aloe); sal;
pim ienta verde; 1 cucharadita de mostaza en polvo; un toque de salsa Diable.
Preparación: Se dividen las pechugas de pollo con los dedos, en presas
pequeñas, se hum edecen con la safeaTDiable y se disponen sobre una cama
de rúculas sin los tallos, lavadas y secas. En el momento de servir, se
blanquean los hongos (no más de 2 o 3 minutos) en agua hirviendo con un
puñado de sal m arina y unos granos de pimienta verde, se cuelan y se
disponen en forma de corona alrededor del pollo frío. El aderezo se prepara
aparte, en una salsera, para que los comensales se sirvan a su gusto.

C haw fan de cerd o y cam arones

Ingredientes para 4 personas: 400 g (4 tazas grandes) de arroz blanco,


hervido con sal y unos granos de pimienta; tres huevos y tres yemas; 200gram os de
camarones frescos, pelados; 400 g de carne de cerdo, cocido y cortado en cubos
pequeños; 1 cebolla de verdeo (parte tierna); 2 hojas de aloe peladas, sin la parte
am arga, y picadas; aceite de soja para freír; 2 cucharadas de salsa de soja.
Preparación: Se rehogan en un wok los camarones con la cebolla de
verdeo, el cerdo y el aloe, agregando el arroz cuando todo esté cocido. Una
vez caliente, se agregan la salsa de soja, los huevos y las yemas, batidas con
un poco de sal, revolviendo a medida que se van cuajando por el calor, de
forma que queden en pequeños trozos, mezcladas con el resto.

W an tan de carne y zu ccin i

ingredientes para 4 personas: 400 g de carne picada magra (puede ser pollo
o cerdo); 4 zuccini (zapallitos largos); 16 tapas para pastelitos (cuadradas); 1 cebolla
de verdeo; 2 hojas de aloe peladas; 1 rizoma de jengibre fresco; sal; pimienta;
glutam ato; salsa de soja.
Preparación: Se estiran las tapas con un palote de amasar, afinándolas
hasta el doble de su tamaño, y se cortan en cuatro. Mientras tanto, se mezclan
en un bol la carne, los zuccini cortados en trozos muy pequeños, la cebolla
de verdeo picada y el aloe y el jengibre rallados, sazonándolos con la salsa
de soja, sal, pim ienta y glutamato.
R ecetas terapéu ticas, cosm éticas y g astro n ó m icas 107

Para el armado de los wan tan se toma una de las tapas cortadas, se
coloca en su centro una porción de la mezcla, se hum edecen los bordes y se
cubre con otra tapa, también hum edecida, de modo que la tapa de arriba
quede girada 45° con respecto a la anterior, es decir, que las puntas sobresal­
gan del lado recto de la de abajo, como se hace con los pastelillos criollos de
dulce. En la receta china original los wan tan deben freírse en abundante
aceite de soja, pero también pueden pincelarse con un poco de aceite y
cocinarse en horno fuerte, hasta que estén dorados.

Papas rellenas con salsa de aloe

Ingredientes para 2 personas: 4 papas medianas peladas; 200 g de miga de


pan mojada en leche, con sal y pimienta; 200 g de panceta ahum ada cortada en
trocitos muy pequeños; 2 huevos ligeram ente batidos; perejil; un toque de salsa
Perrins.
Para la salsa: 3 tomates bien maduros, o una lata de tomates perita enteros; 1
hoja grande de aloe rallada; 1 cucharadita de extracto de tomate; medio litro de caldo
de verduras; una cebolla y un ají morrón verde cortados en trozos chicos; 2 clavos de
olor; tres hojas de laurel fresco; 1 ramito de albahaca; 1 vaso de vino blanco seco.
Preparación: En un bol se m ezclan la miga de pan m ojada, la panceta y
los huevos, sazonando con el perejil y la salsa Perrins; se ahuecan las papas
con una cucharita y se rellenan con la m ezcla. Aparte, se rehogan la cebolla
y el ají en dos cucharadas de aceite de oliva, se cubetean y agregan los
tomates pelados, la hoja de aloe rallada, la mitad del caldo, el vino (en el que
previamente se diluyó el extracto de tomate) y las hierbas.
Cuando la salsa hierve se colocan las papas rellenas (recordar hacer un
pequeño corte en la parte inferior para que se mantengan verticales) se baja
un poco el fuego y se cocinan tapadas alrededor de 30 m inutos, o hasta que
las papas estén tiernas, reponiendo caldo en caso de que el líquido se
evapore. La pulpa de aloe puede suplantarse por polvo, pero el sabor es
mejor si se utiliza fresco.

Pollo al aloe

Ingredientes para cuatro personas: 1 pollo trozado en 8 porciones; 1 ají


morrón rojo y 1 cebolla cortados en trozos no muy pequeños; 2 tomates cubeteados;
2 zanahorias chicas medianas cortadas en rodajas fin as; 4 cucharadas de aceite de
oliva; 1 cucharadita de extracto de tomate; sal; pim ienta; 2 hojas de laurel; 1 clavo
de olor; harina, cantidad necesaria.
Para macerar: 2 ají morrón verde; 1 cebolla grande; sake dulce o vermouth
rojo, cantidad necesaria; 1 trozo de hoja de aloe quitadas las espinas y pelada, pero
sin retirar la parte amarga; un ramito de estragón fresco picado; 2 dientes de ajo
machacados.
48 A loe vera - Sábila: una planta m ilagrosa

c) Deben cortarse las hojas más grandes, de la parte inferior de la planta


las hojas más cercanas a la tierra son las más ricas en sustancias orgánicas e
inorgánicas; por otra parte, de esa forma se provoca el menor daño posible
a la planta.

d ) Cuando seccione las hojas, hágalo con un cuchillo o tijera afilados y,


de ser posible, lo más cerca posible del tallo; de esa forma la planta sentirá
menos la pérdida de savia, y se recuperará más rápidamente.

e) No coseche de una misma planta más del diez por ciento de sus hojas,
y no vuelva a hacerlo hasta com probar que han brotado hojas nuevas en la
parte superior.

Estructura de la hoja
La mejor forma de aplicar y preparar correctam ente los productos
frescos de aloe, es conocer la estructura interna de sus hojas.
A grandes rasgos, la hoja de aloe está conformada, desde afuera hacia
adentro, por los siguientes tejidos, dispuestos en forma concéntrica:
1) Una capa de tejido epitelial de grosor variable (2 a 3 células) resisten­
tes y elásticas, separadas por estom as (poros) que perm iten el intercam bio
líquido y gaseoso con el exterior.
2) Un estrato de vainas vasculares endodérm icas com puestas por haces
de células poligonales ricas en aloína (sustancia que le da el sabor am argo
característico), que contiene asim ism o féculas, clorofila, oxalato de calcio y
otras sustancias orgánicas; en los bordes de la hoja, estas vainas están
separadas de la epidermis por un tejido escleroso, más o menos rígido, que
forma las espinas laterales.1
Si bien hasta hace poco tiempo se creía que las células poligonales
actuaban como productoras de la aloína (o alantoína, como tam bién se la
conoce), en la actualidad se ha com probado que, más que com o tejidos
secretores, se comportan como reservorios, y que el com puesto se sintetiza
en las capas periféricas, integradas por células de menor tamaño.
3) Finalmente, en el centro de la hoja, envolviendo y sosteniendo las
vainas endodérmicas, se encuentran las fibras parenquim áticas o tejido
celular esponjoso, que ocupa las tres quintas partes del espesor de la pulpa,
y por el que circula un fluido m ucilaginoso en el que residen la m ayor parte
de los principios activos de la planta. La función de este m ucílago consiste
1 Obsewations on thc Strnctiire o f Aloe Tissue, P. E. Brandham, Londres, Inglaterra,
1982.
Productos y su bp rod u ctos 49

e n s e l l a r i n m e d i a t a m e n t e c u a lq u i e r c o rte, ro tu r a o fisura q u e se p ro d u z c a en
la e p i d e r m i s , y q u e p u d ie r a h a c e r p e r d e r a la p la n ta su s flu id o s v itale s o sus
r e s e r v a s d e l í q u i d o .2

Preparación y conservación
V eam os ahora los elem entos de la planta que pueden utilizarse para
ap licacion es directas o para "rem edios caseros"; entre ellos mencionaremos
las hojas (ingiriéndolas en trozos o aplicándolas externam ente), la pulpa
recién procesada, el jugo, igualm ente fresco y el té o polvo de aloe.

L a s h o jas (en trozos) ^

C uando se utilizan frescas, para uso local externo, conviene separar las
espinas, pelar los trozos con un cuchillo filoso o un pelapapas, cortarlos al
m edio en el sentido del ancho, y aplicar las caras internas sobre la zona
afectada; de esa form a, el área lesionada entra en contacto con todos los
fluid os internos de la pulpa, y no sólo los líquidos superficiales, como podría
suced er si se em plea una hoja dem asiado gruesa, y solamente se la pela. Cabe
d estacar que este m étodo puede utilizarse tam bién sobre las zonas dérmicas
m ás sensibles y las m ucosas, como en el caso de las encías y las fosas nasales.
La hoja puede tam bién consum irse fresca y entera, luego de lavada y
pelada, en trozos de 5 a 10 cm por ingesta; en su libro Aprende a curarte ,3 el
Dr. G irald o M otura propone "ingerirlo en form a directa, o sea: cortar 10 cm de
la p arte m ás carnosa, sacarle las espinas y la cáscara, ponerlo sobre una rebanada de
pian con miel, y comerlo. Es ideal consum irlo con el desayuno".
Sin em bargo, aquéllos que probaron este último método sin las conve­
n ien tes precauciones, descubrieron que la experiencia no es demasiado
agrad able. La razón reside en que, "si bien la pulpa interna no tiene casi sabor,
las célu las poligonales que se encuentran inm ediatam ente por debajo del epitelio
contienen un zum o am arillo sumam ente am argo, ya que está mayoritariamente
com pu esto por aloína; para evitarlo, debe pelarse el trozo que se va a comer, retirando
ju n to con la piel unos 2 mm de la pulpa externa, y lavando luego el resto para
en ju agar cualquier posible residuo desagradable".4
El recurso de retirar las capas exteriores de la pulpa presenta un efecto
ad icio n al al de aliviar el am argor, ya que la aloína es un compuesto esencial­
m ente laxante, que puede provocar el desencadenam iento de efectos colate­
rales si se lo ingiere en exceso; en el capítulo correspondiente a la composi­
ción quím ica verem os este punto en detalle.'
2 Leafanatom y ofcertain Aloe and Guasteria spp., A.K. Ghouse, Nueva Delhi, India.
3 Apremie a curarte, Dr. Giraldo Néstor Motura, Bs. As., Argentina, 1990, pág. 47.
4 Aloe: il legato di Natura, Aloe: el legado de la Naturaleza, Dr. Giácomo Bonomini,
Ed. La Strega, Livorno, Italia, 1983.
50 A loe vera - Sábila: una planta m ilagrosa

C onservación. Cuando la hoja no se usa en su totalidad, el sobrante


puede guardarse en la heladera, con la piel y envuelto en film de polietileno
o dentro de una bolsa plástica, perforados; de esta forma dura aproxim ada­
m ente entre 7 y 10 días, aunque sus principios activos m erm an progresiva­
m ente dentro de ese tiempo.
Para conservarlas durante un período más largo, si las hojas son
pequeñas, es preferible hacerlo enteras, ya que así pierden menos savia por
los cortes. La forma más segura es colocarlas en un frasco y cubrirlas con una
m ezcla de agua y alcohol, que deberá renovarse cada 15 o 20 días; de esa
form a, las hojas se mantendrán alrededor de 45 a 60 días, aunque con la
m isma salvedad que en el caso anterior.
Cuando las hojas son demasiado grandes para guardarlas en un frasco,
no habrá más remedio que cortarlas en trozos adecuados, y proceder de la
misma m anera, aunque la duración será algo menor (de 45 a 60 días).

La p u lp a y el ju g o

Existen varios métodos para macerar la parte interna de las hojas de


aloe, como rallarlas o macerarlas en un m ortero, pero el más sencillo es,
indudablem ente, lavarlas, pelarlas5 y luego licuarlas hasta que los residuos
sólidos sean lo más pequeños posibles.
La consistencia final de este producto puede variar de acuerdo con el fin
que vam os a darle, y lo denominaremos pulpa, si lo utilizam os tal cual
proviene del macerado o el licuado, y jugo si filtramos los residuos sólidos
y aprovecham os solamente el líquido.
El filtrado puede hacerse través de un cernidor de malla fina, y luego
por un colador para café o un papel de filtro, pero cuando se desea preparar
solam ente jugo, una variante interesante de la licuadora es la juguera, en la
cual la mayoría de los restos sólidos son separados autom áticam ente del
líquido; este procedimiento resulta particularm ente práctico cuando no
necesitam os la pulpa intermedia. Los restos sólidos resultantes del filtrado
o retenidos por la juguera pueden ser utilizados para la preparación de
polvo de aloe, como se menciona más adelante.
Respecto de sus aplicaciones, ambos productos pueden utilizarse indis­
tintamente para uso externo o administración oral, solos o com binados con
otras sustancias, pero por lo general se reserva el zumo para la preparación
de fármacos de ingestión oral, cremas, pomadas, etc., y la pulpa para
aplicaciones directas, en compresas, apósitos o cataplasmas. En este caso, las
aplicaciones de la pulpa son similares a la de las hojas, aunque con algunas
ventajas adicionales, ya que se puede aplicar como tópico, con un algodón
o un hisopo, llegando a lugares que no se alcanzarían con la hoja en trozos,
como caries, encías, ventanas nasales, oídos, etcétera.
5 En este caso es igualmente válido el concepto sobre la aloína alojada en las capas
exteriores de la pulpa, como vimos en el caso de las hojas. (N. de los A.)
P rod uctos y su b p rod u ctos 51

C on servación . Tanto la pulpa como el jugo pueden conservarse algu­


nos días en un frasco herm ético en la heladera, aunque se oxidan y pierden
sus principios activos con bastante rapidez.

T é o p o lv o de a lo e (in fu s io n e s y tisan as)

Los recortes de las hojas que no pueden aprovecharse para aplicaciones


directas, com o así tam bién los residuos sólidos que descartam os cuando
filtram os las hojas licuadas, pueden reciclarse para preparar un polvo seco
de aloe, fácilm ente conservable, que podem qs utilizar en infusiones, o para
elaborar caram elos, m uy útiles para tratar afecciones de la boca, la garganta
y los tractos superiores de los sistem as respiratorio y digestivo.
El m étodo m ás práctico para preparar el polvo de aloe, es aprovechar
el m om ento en que se prepara jugo, es decir: licuar las hojas en la forma
acostum brada, y luego filtrar la pulpa; por ejem plo, colocándola dentro de
una m edia de m ujer, retorciéndola y recogiendo el líquido en una jarra. De
esta form a obtenem os dos productos sim ultáneam ente: el jugo, para prepa­
rados de uso interno, y los residuos sólidos de la pulpa, que deberán secarse
para convertirlos en polvo; el tam año de las hebras resultantes (té o polvo)
dependerá del grado de licuado original.
R esp ecto del m étodo para secar el polvo, el más sencillo consiste en
extenderlo al sol, hasta que esté bastante seco como para deshacerse entre los
dedos; es preciso aclarar que este proceso puede tomar a veces varios días,
dependiend o del grado de hum edad que tengan los residuos.
U na de las aplicaciones interesantes de las tisanas de aloe es para las
personas (especialm ente los niños), que se m arean en los viajes en ómnibus,
barco o avión, ya que se pueden preparar m uy fácilm ente, con solo disolver
una cucharadita de té en una taza de agua caliente; tam bién resultan muy
efectivas en casos de crisis asm áticas o de tos, aunque si éstas fueran muy
agudas, sólo deben usarse como rem edio de em ergencia m ientras se requie­
re ayuda profesional.
C on serv ación . El té o polvo de aloe puede guardarse en frascos hermé­
ticos de vidrio, color caram elo, en un lugar oscuro, fresco y seco; conservado
en esas condiciones puede durar varios m eses sin perder sus propiedades.

El a cíb a r

A unque no se trate estrictam ente de una parte de la planta, sino de un


producto obtenido por desecación del m ucílago interno, el acíbar provenien­
te del aloe m erece una párrafo aparte, ya que en la antigüedad fue el único
prod ucto de ella que se explotaba com ercialm ente.
En el pasado, el térm ino acíbar (del árabe as-qabira - jugo de planta
52 Aloe vera - S áb ila: u na planta m ilag ro sa

am arga) llegó a convertirse en un sinónim o de aloe,6 pero con el paso del


tiem po quedó para definir un producto oscuro y sum am ente amargo,
preparado a partir de los fluidos que utiliza la planta para su desarrollo.
Con respecto a su obtención y preparación, la m ayoría de los autores
coincide en que se extraía el zumo de las hojas cortándolas transversalm ente,
y dejándolas colgar sobre recipientes para recoger el m ucílago; cuando el
corte cicatrizaba, se efectuaba uno nuevo algo más arriba, y así sucesivam en­
te. El mucílago resultante se secaba luego al sol o en hornos especiales,
adoptando así el color terroso o m arrón rojizo que lo caracterizaba.
Sin embargo, y a pesar de la citada coincidencia, con sólo tratar de
repetir el proceso en form a "ca sera ", se com prueba que con ese método
jam ás podría llevarse a cabo una extracción con fines com erciales, ya que el
período de cicatrización es m uy corto, y el trabajo hubiera sido ímprobo y
poco rentable. Lo m ás probable es que se utilizara un m étodo sim ilar al
citado por G. Fassina/ es decir, m achacar las hojas, exprim ir la pulpa
m ediante un género de trama abierta, para elim inar los residuos más
gruesos, y luego, sí, desecar el producto por evaporación al sol. Por otra
parte, el gusto am argo del acíbar, causado por su alto contenido de aloína,
dem uestra que las hojas se utilizaban en su totalidad, ya que, com o se dijo,
esa droga se encuentra alojada en las células poligonales, inm ediatam ente
debajo de las epiteliales.
Según cuál fuera el proceso aplicado para su secado, el acíbar adoptaba
colores que iban desde el m arrón rojizo claro hasta casi negro, com pactado
en forma de terrones sim ilares a trozos de barro seco, frágiles, de fractura
concoide y fácilm ente friables; preparado de esta form a, aunque era necesa­
rio protegerlo de la hum edad, podía conservarse por los largos períodos que
se requerían para llevarlo a destino.
Sin embargo, la cantidad de acíbar que se utiliza en la actualidad (se
em plea sobre todo en productos hom eopáticos y veterinarios), se ha redu­
cido considerablem ente, para ser reem plazado por los geles, en cuya prepa­
ración intervienen com plejos procesos quím icos y biológicos, de acuerdo
con el fin a que se los destina. En los párrafos siguientes verem os la
utilización de estos geles que, en la práctica, han venido a reem plazar
eficientem ente, no sólo al acíbar, sino tam bién a los productos frescos de la
planta.
Conservación. La conservación del acíbar no requiere grandes precau­
ciones, excepto m antenerlo en frascos o recipientes de vidrio color caram elo,
tapados en forma herm ética, ya que se oxida y se hum edece fácilmente.

6 Algunos autores antiguos, como Dioscórides e Hipócrates, utilizan el término en


forma indistinta e incluso identifican a la planta con el nombre de acíbar. (N. de los A.)
7 Lezioni di Farmacognoscia - Droghe vegetale, G. Fassina, C.E.D.A.M., Padova, Italia,
1984. Traducido y publicado por Ed. Lautaro, Barcelona, España, 1991.
Productos y subproductos 53

Preparados personales con base de gel

Al igual que los preparados personales analizados anteriormente, se


trata de fórmulas tradicionales, propias o recetadas por un especialista, pe­
ro cuya base, en lugar de ser productos frescos de aloe, es alguno de los
geles com erciales disponibles en el mercado. No obstante, para evitar
confusiones, precisemos primero qué es lo que se entiende comercialmente
por gel de aloe.

El gel

^ Es en realidad un producto de laboratorio elaborado a partir del zumo


de las hojas mediante procesos físico-químicos altamente especializados, ya
que resulta muy difícil lograr su estabilidad. Por lo tanto, es un producto
comercial, manufacturado por distintos laboratorios bajo diferentes nom­
bres y marcas, que en la actualidad puede adquirirse en cualquier farmacia
o droguería en cualquier parte del mundo. Sin embargo, en algunos países
-entre ellos la Argentina- existen ciertas restricciones legales que reglamen­
tan la comercialización de productos de ingestión oral (tónicos, suplemen­
tos nutricios, etc.) que contengan aloe.
Estas regulaciones se deben fundamentalmente a las cualidades laxan­
tes y purgantes de la aloína, y su todavía no totalmente comprobada
propiedad de inducir la menstruación. En Argentina, el Instituto Nacional
de Alimentación (INAL) ha sancionado, en noviembre de 1995, una regla­
m entación al respecto, cuyas disposiciones pueden consultarse en el Capí­
tulo X.
Acerca de su composición, el gel de aloe no es otra cosa que una
concentración de los fluidos internos de la pulpa, aunque despojados de su
contenido de aloína, y estabilizados químicamente para que no pierdan sus
cualidades ni sus principios activos durante mucho tiempo; dicho de otra
forma, aporta todas las propiedades del mucílago original, sin la presencia
de la controvertida aloína, durante el tiempo que se desee (tiene una vida útil
de más de cuatro años), y sin necesidad de los procesos de licuado y filtrado
que requiere la pulpa o el jugo frescos.
Conservación. Dado que se trata de un producto comercial, formulado
y envasado para durar largo tiempo, no requiere ninguna consideración
especial, excepto seguir las instrucciones del fabricante.

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