Bibliografía: Abbagnano, N. (1994). “Platón”. En Sterlich & Pérez
Ballestar (trad.), Historia de la Filosofía. Vol. I. Hora: Barcelona, pp. 74-115.
Introducción
Nos adentraremos a pensar-a y junto-con Platón la realidad. Es uno
de los filósofos más estudiados de toda la historia de la filosofía, lo cual en cierto punto, nos favorece su interpretación, y en cierto sentido, nos lo puede llegar a ocultar. ¿Por qué digo lo segundo? Porque al ser tan estudiado se han desarrollado diversas interpretaciones filosóficas de su pensamiento, lo que nos alerta que al momento de estudiar a Platón debemos tener cuidado de estar ante el Platón histórico, y no ante las más variadas interpretaciones disímiles que han surgido ante tal conocida figura del mundo de la filosofía. Dichas diferencias hermenéuticas no solo se pronuncian de forma plural sobre cuestiones secundarias de su pensamiento, sino también ante ideas nucleares del Platón griego del s. V y IV a.C., como por ejemplo, con respecto a la dualidad o no de los mundos que se desvela de la lectura de sus obras más importantes. Si uno lee la obra de la República, se creerá una cosa, si uno lee Parménides o el Teetetes, entonces entenderá otra. Donde está la explicación: Platón fue corrigiendo su pensamiento, lo que lo hace un grande de la filosofía.
A lo anterior se suma que pensadores contemporáneos como
Nietzsche y Heidegger consideran que con Sócrates y Platón respectivamente, comenzó el ocaso de la filosofía, en otras palabras se dejó de filosofar según el genio griego de los presocráticos (notar esta distinción “socráticos”, expresión que denota un cambio para mejor o para la desviación del filosofar griego). El primero referirá que Sócrates al pensar la idea del bien, ligando lo universal a lo teórico práctico, refiriendo que conocer el bien es cumplirlo, “divinizando” “entificando” el bien bajo una mirada histórico- cultural, coartó la libertad humana en su manifestación plural, al disponer un “ground”, un fundamento metafísico-moral para el obrar del ser humano. Según él, de alguna manera Sócrates apolonizó el obrar del ser humano, cuando la tragedia griega manifestaba la tensión entre lo dionisíaco y lo apolíneo. El segundo, refirió a Platón como aquel que comenzó con el proceso histórico-filosófico de desvirtuación de la realidad en dos mundos distintos, el mundo al que solo se accede mediante la razón humana, y el mundo de lo sensible, generando un dualismo antropológico-metafísico que llevó a la entificación del ser. El primero critica la fundamentación metafísica del saber-hacer, y el segundo, la entificación del ser.
Ambas apreciaciones acerca de este personaje de la historia de la
filosofía, como gran maestro del filosofar, y como cooperador o gestor de la decadencia de la filosofía, nos desvelan a Platón como un pensador muy complejo para estudiar, no tanto por la abstracción o complejidad de sus ideas, sino más bien por la pluralidad de afirmaciones que hay sobre él y que empañan su figura. Quizás mantener una actitud de asombro y duda -actitudes filosóficas por excelencia- ayude al desvelamiento de la filosofía de este personaje tan importante para la historia política, social, económica, científica, cultural de toda la historia de la humanidad posterior a su paso por este mundo.