Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bueno mis hermanos, Dios les bendiga, cuanto los he extrañado, Dios lo sabe.
Reciban un cordial saludo de sus pastores y familia, deseando que se encuentren bien
en esta cuarentena obligatoria por parte del gobierno para poder hacerle frente
pandemia del coronavirus.
Para mi estas medidas tomadas por nuestro gobierno ante este enemigo silencioso que
ha dado muerte a miles de personas es la mejor decisión. Aunque afecte todo
bienestar social y económico y paralice al mundo entero hasta el punto de mantener
en casa al 80% de las familias como nos encontramos hoy en Galeras, encerrados en
nuestras casas.
Como pastor y siervo del señor Jesucristo y conocedor de la palabra de Dios tomo este
medio para decirle que es el mejor tiempo que Dios le puede dar a la iglesia para que
despierte y despegue a sus moradas eternas o nos preparemos para lo que viene
después de esto.
Tema: el tema de hoy lo he titulado: aprovechando este tiempo para
fortalecer mi comunión con el espíritu.
1) Reconocer que este tiempo de cuarentena es oro para la iglesia.
2) Esto es permitido por Dios para que la iglesia se prepare universalmente. Algo va
a pasar después de esto.
3) La iglesia que salió de Egipto a la tierra prometida no entró, porque perdieron de
vista al que los guiaba. No se ocuparon del espíritu de Dios ni le dieron
importancia y Dios los probó en varias ocasiones y no calificaron para entrar
porque no iban detrás de la promesa, no les acompañó la fe. La biblia dice que
les faltó conocimiento, desperdiciaron su tiempo comiendo, bebiendo y jugando.
1 corintios 10: 7. Leerlo. Aplica.
Querido hermano si tú y yo no lo demos importancia al sonido de esta trompeta
que está sonando a través de este juicio lo vamos a lamentar.
Hermanos abramos los ojos y subamos a la cruz en estos días preciosos que Dios
le ha dado a la iglesia.
Hermano esto no es cualquier cosa. Esto es una alerta de Dios para que su
pueblo salga del conformismo, se despierte y se llene del Espíritu de Dios y su
poder.
La cena
1 corintios 11: 23-26