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Relato autobiográfico

Por
Introducción a la Licenciatura en Matemáticas – 551102A_471
551102_20
Presentado a
Carlos Edmundo López Sarasty

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD


CEAD Medellín
ECEDU
18-02-2018
Contenidos
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Introducción
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El presente trabajo es un relato autobiográfico de mis percepciones como futuro

licenciado en matemáticas, basado en mis experiencias vividas como docente, ya que de estas

surgen ideas y pensamientos que me han llevado a seguir caminos, buscar oportunidades y

alcanzar metas propuestas.

Todos los seres humanos somos únicos, con habilidades propias, cualidades, formas de

ver, de comprender la vida, formas de actuar, de pensar, así mismo, con defectos y

equivocaciones, no somos seres perfectos, estamos para ser educados, estamos en constante

aprendizaje, cada día aprendemos. Sin embargo, la sociedad termina imponiendo una manera

colectiva de aprender, actuar y pensar, sin detenernos a cuestionar el por qué deciden por uno

mismo, cuando en realidad deberíamos crear nuestra propia historia y ser felices, porque para ser

feliz se debe hacer lo que nos apasiona, no lo que los demás quieren.

Al finalizar, descubrirán las razones que me llevaron a tomar la decisión de ser docente y

más aún licenciado en matemáticas.

Relato autobiográfico
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Me parece importante iniciar este relato haciendo un pequeño recuento del por qué me

gustan las matemáticas y más aún la grandiosa y satisfactoria profesión de ser maestro.

Desde niño siempre he sido un amante de los números, en la escuela me encantaba

cuando llegaba la hora de ver la “materia” matemáticas, así fue creciendo mi pasión por esta gran

asignatura, pues como ciencia exacta el resultado de una suma, multiplicación, hasta una función

trigonométrica o una ecuación, tiene un solo resultado.

Por su parte, en el colegio, cuando ya estaba en el último grado del bachillerato, tuve una

excelente maestra en el área de matemáticas, ya que siempre buscaba la forma de hacer entender

los contenidos de estudio a cada uno de los estudiantes, como seres únicos, no todos aprendemos

de la misma manera, pero esto lo entendí un poco más tarde. Quizás sea una de las personas por

las cuales decidí estudiar para ser maestro de matemáticas, sin embargo, en ese momento no

tenía la vocación que se necesita para ser docente, pues cuando uno está en ese grado, a puertas

de salir a explorar un mundo nuevo y estrellarse con los golpes que da la vida, no se imagina que

después encontraría esa vocación, no obstante, decidí estudiar una ingeniería, ya que en este tipo

de pregrado universitario en la mayoría del pensum se estudia matemáticas.

Dicho lo anterior, empecé a estudiar una carrera que no era lo mío, y abandoné sin

terminar el primer semestre, si bien sabemos en la adolescencia muchos no sabemos lo que

queremos y nos guiamos por lo que otros quieren, pero este no fue mi caso, pues a partir de

muchos errores, descubrí lo difícil que es la vida después del colegio y el enfrentar un mundo

que no te enseñaron ni en casa, ni en los años que estudias.

Unos años más tarde, después de tropiezos, logros y decisiones, ingresé a estudiar en la

Escuela Normal Superior Pedro Justo Berrío de Santa Rosa de Osos, el Programa de Formación

Complementaria, durante los dos años y medio de estudio, cada semestre, cada mes, cada día,
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empezaba a tener más amor por la profesión de ser docente, sin terminar el primer semestre, ya

me imaginaba siendo un docente de matemáticas, muchos sabrán y otros no, que el estudiar en

una Escuela Normal, te enseñan a ser un docente de básica primaria para todas las áreas del

conocimiento.

Por otra parte, cada área del conocimiento es enseñado como didáctica, en las cuales se

realizan prácticas pedagógicas, preparas clases, organizas agenda, dictas las clases y evalúan

rigurosamente una lista larga de conocimientos, habilidades y organización tanto del aula como

del maestro que están formando. En estas prácticas pedagógicas, me entere que más que un gusto

o una pasión por la educación es una vocación la que llevo dentro, comprendí que la profesión de

ser docente, en muchas ocasiones son remuneradas por el agradecimiento de los niños que

educas.

Así mismo, me fui enterando de los problemas del día a día en las aulas de clase, tanto a

los problemas disciplinarios como académicos, en mis prácticas pedagógicas de didáctica de las

matemáticas, desde muy pequeños, los niños empiezan a obtener temor por las matemáticas, el

simple hecho de ser difícil para ellos aprender a hacer una multiplicación o una división, ya

piensan que no van a ser capaz de realizarlo, sin embargo, en muchas ocasiones estas dificultades

van de la mano con problemas psicológicos y causan tanto daño en la disciplina como en lo

académico.

Más tarde, me gradué como Normalista Superior, ya era docente, aún me faltaba cumplir

mi sueño de ser licenciado en matemáticas, sin embargo, mi primera práctica como docente fue

en esta misma institución, no sé si fue por obtener como resultado final una medalla que me

caracterizaba como el mejor normalista superior de mi promoción o si fue una causalidad de la

vida que me llevó a realizar un reemplazo de un mes al profesor de matemáticas de los grados
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10° y 11°, hasta yo quedé sorprendido cuando me ofrecieron esta oportunidad, pues un

normalista superior lo forman para ser docente en básica primaria y yo estuve en educación

media como primera experiencia. Una experiencia corta, pero que tuvo una gran influencia en mi

para confirmar que yo quería ser docente de matemáticas.

Ahora puedo decir, que como futuro docente de matemáticas podría lograr una

transformación tanto social como educativa, pues en esa pequeña experiencia, pero grande a la

vez, conocí factores que afectan al estudiante en el área de matemáticas, de los cuales estoy

seguro que hay muchos más. Una de las incógnitas más populares de los estudiantes al ver una

ecuación es ¿Y eso para qué me va a servir más adelante? ¿Eso para qué me va a servir? He ahí

algo que considero por mi parte un error del docente, solo enfocan al estudiante en ese momento,

no llevan al estudiante a pensar en el futuro cercano, la universidad, los docentes no logramos

que el estudiante relacione los conocimientos que se proporcionan en la escuela con los

problemas que se pueden presentar en la vida real. No deberíamos enseñar para el momento, para

ganar un examen o aprobar el área, se debe enseñar para la vida.

Así mismo, como futuro docente me observo logrando que el aprendizaje de mis

estudiantes sea significativo, David Ausubel (1983) afirma que:

Un aprendizaje es significativo cuando los contenidos: Son relacionados de modo no

arbitrario y sustancial (no al pie de la letra) con lo que el alumno ya sabe. Por relación

sustancial y no arbitraria se debe entender que las ideas se relacionan con algún aspecto

existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del alumno, como una

imagen, un símbolo ya significativo, un concepto o una proposición. (p. 18).

Según esta afirmación, considerar lo que el estudiante ya sabe de tal manera que

establezca relación con lo que va a aprender, este proceso tiene lugar si este tiene en su estructura
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cognitiva conceptos básicos, como ideas o proposiciones con los cuales puede interactuar con la

nueva información que va adquirir. Nuestros estudiantes deben perder el miedo al área de

matemáticas, generando confianza en sus habilidades, Gardner (1998) afirma que:

Todas las personas son dueñas de cada una de las ocho clases de inteligencia, aunque

cada cual destaca más en unas que en otras, no siendo ninguna de las ocho más

importantes o valiosas que las demás. Generalmente, se requiere dominar gran parte de

ellas para enfrentarnos a la vida, independientemente de la profesión que se ejerza. A fin

de cuentas, la mayoría de trabajos precisan del uso de la mayoría de tipos de inteligencia.

Según lo anterior, porque no como docentes no evaluamos nuestro quehacer pedagógico

y a partir de este por mi parte yo podría integrar el área de matemáticas con otras ramas del

saber, como futuro docente de matemáticas no me enfocaría solo en los números, las ecuaciones,

funciones, etc., también lo haría desde la lingüística, hacer que mis estudiantes conozcan la

historia de las matemáticas para que vean la importancia de las mismas.

Para finalizar, nuestra profesión es más que una vocación, como maestros siempre

debemos tener amor por ella, y una necesidad constante por estar en continuo aprendizaje, seguir

desarrollando nuestras habilidades y conocimientos para compartir con los estudiantes lo mejor

de sí, elevando el proceso de enseñanza aprendizaje, ya que en un buen maestro no cabe la idea

de improvisar en un aula de clases, pues nuestros educandos necesitan excelentes maestros

porque somos como el espejo del futuro que los espera.


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Conclusiones

Durante la escritura de este relato autobiográfico, pude lograr identificar los problemas

que afectan a los estudiantes, revisando mi quehacer pedagógico, nuestra labor como docentes

siempre dejará una huella imborrable en los estudiantes, nuestro mundo requiere maestros pilares

para la educación, por medio de compromiso, comprensión, didáctica, paciencia y supervisión en

cada uno de los educandos, sin dejar a un lado el respeto y la responsabilidad que recae en

nuestras vidas como docentes.

El educar siempre tendrá un gran sentido, convirtiéndose en un aspecto fundamental para

el desarrollo de nuestra cultura, nuestra nación, con la educación podemos lograr ciudadanos más

comprometidos y así lograr transformar nuestro entorno de manera positiva.


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Referencias

Ausubel, D. (1983). Teoría del aprendizaje significativo. Fascículos de CEIF, 1, 1-10.

Gardner, Howard (1998). A Reply to Perry D. Klein's. Multiplying the problems of intelligence

by eight. Canadian Journal of Education 23 (1): 96–102. doi:10.2307/1585968. JSTOR

1585790.

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