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Drogas, placer, libertad y anarquismo.


joselito

30-37 minutos

Drogas, placer, libertad y anarquismo!

El 28 de septiembre del año pasado se produjo en la


Biblioteca Carlo Aldegheri la conferencia “Drogas, Placer,
Libertad y Anarquismo”, impartida por el compañero
Antônio Carlos de Oliveira, miembro del Centro de Cultura
Social de São Paulo (CCS / SP). A continuación se muestra
el texto escrito el orador en el que se presenta el contenido
de esta actividad.

1 DROGAS, PLACER, LIBERTAD y ANARQUISMO.

“Si yo quiero fumar, fumo / Si yo quiero beber, bebo / pago


todo lo que consumo / con el sudor de mi trabajo / no
provoco confusión, / pero no tengo miedo / un día me
aplomo / pues tengo fe en lo que persigo. “Maneras”- Zeca
Pagodinho. .
1.1 La vida y la intensidad de las drogas: un
testimonio personal de un anarquista.

Escribir este texto era más difícil que hacer una conferencia
con el mismo título en el Núcleo de Estudios Libertarios
Carlo Aldegheri (Guarujá – 28/09/13) [2]. En una
conferencia tenemos menos gente y las tonterías, incluso
grabadas, tienen una repercusión menor.

Con todo, hace tiempo que deseo cuestionar algo que está
muy difundido en nuestro país, la idea de que hacer uso de
diversas substancias químicas es expresión de una
determinada forma de libertad. Para algunos es la
expresión misma del anarquismo, otros, más ingenuos,
creen que tal uso es una forma de contestar el orden.

Tales reflexiones son el resultado de mis 49 años de


existencia, 20 de ellos como usuario de los más diferentes
tipos de drogas, y además, una larga búsqueda de la
comprensión de las causas que me llevaron a este
comportamiento. Búsqueda que siempre ha acompañado
mi forma de vivir diferente, sin embargo, se vuelve más
crítica, a partir de 1993, cuando escribí mi primer proyecto
pedagógico de investigación sobre el tema, para el CEFAM
(Centro de formación del magisterio), y en 1995 para el
Centro de Convivencia (PUC / SP). Mientras, la reflexión se
profundizó cuando asumí la pérdida de control sobre mi
propia vida, y me fui a un grupo de auto-ayuda en 1998, así
que soy un dependiente químico en recuperación e intento
ser un estudioso sobre el tema. Mi padre era alcohólico y
con el desarrollo de la enfermedad se volvió una persona
bastante violenta, y así, sumada la experiencia familiar, mi
tiempo de contacto con esta situación es mayor.

Desafortunadamente, en nuestro medio algunos tienen


mucha prisa por tomar una posición sin saber el todo,
limitándose al análisis de las partes, por lo que le sugiero
que lean todo el texto y mantengan la mente abierta. Otra
característica común es que los que se posicionan y no
gustan, son execrados, se convierten en traidores o
enemigos mortales. Entiendo esa limitación ética, solidaria
e intelectual de los que juzgan, no me gustaría ser uno de
esos excluidos, pero si es así, que sea. Nunca quise ser o
formar parte de la mayoría. ¡Esta es una de las razones más
fuertes de que este texto sea tan duro!

 2. Esas ideas ya han sido cuestionadas

“Las diferencias entre los libertarios tienen que ser


cordiales. Cada militante debe tener su propia
personalidad, presentar los problemas como mejor los
interprete, pero siempre dispuesto a corregir errores y
rectificar siempre que se demuestre el equívoco y la falta
de razón. El no compartir la opinión de los demás, no estar
de acuerdo con fulano o con mengano no justifica retirarse
y no contribuir a la parte que le corresponde a la hora de
arrimar hombro en la obra común”. (‘Fragua Social’,
apartado 24, oct. /1980 de José Hiraldo).

Durante la conferencia antes mencionada, un compañero


que estimo mucho dijo que mi discurso se parecía al de los
militantes del siglo pasado, que hacían campañas contra
las bebidas alcohólicas; respondí que en cierto modo sí. Yo,
tal vez más que muchos, por experiencia personal puedo
hablar de los daños que el uso abusivo e indebido de
diversas sustancias químicas puede causar. También
reafirmó que no estaba allí hablando en contra de nadie o
de ninguna substancia química en particular.

Comprendo que dentro de las botellas de bebida alcohólica


no viene la violencia, la violencia está en el individuo que la
usa, y que por razones de su historia personal o del
contexto se vuelve violento. Además, el propietario del bar,
panadería, farmacia, en muchos casos, dependiendo del
contexto, son tan traficantes como los que están ocultos,
en las quebradas de la vida, vendiendo sin “marketing” con
la protección de la policía, sus “pertenencias”.

Una chica que formaba parte de la Marcha de la Marihuana


en el litoral paulista, dijo que mi discurso era igual al del
‘Globo’, sentí ganas de quitarle la palabra, pero esto todo es
tan innecesario, no estaba allí para pelear con nadie.
Incluso aquellos que creen en los efectos beneficiosos de
la marihuana, algo que en parte puedo no estar en
desacuerdo, después de todo, las investigaciones
demuestran que el uso medicinal de la marihuana para
enfermos crónicos trae varios beneficios, que una copa de
vino o un vaso de cerveza no son de todo perjudiciales pero
¿se aplica eso a todos los que ahora están experimentando,
o a los que hacen uso diario?

Nadie, absolutamente nadie nace sabiendo que será un


dependiente químico o no. Incluso los hijos de
dependientes químicos que tienen una diferencia genética
que los hace más susceptibles no están necesariamente
destinados a ser portadores de esta enfermedad llamada
alcoholismo o “adicción” [3]; depende de otros factores y
del contexto de sus vidas. ¿Cómo saber quién se convertirá
en un enfermo? ¿Qué nos lleva a ser enfermo? Pero
siempre en la broma de la ruleta rusa, un revólver, seis
espacios, una bala, aprieta el gatillo, puede no ser a la
primera, tal vez a la segunda, pero en algún momento,
¡BUM! Nos convertimos en un dependiente químico, en un
enfermo…

Con curiosidad hago uso de diferentes sustancias a partir


de 1980, y las canciones consideradas de protesta y que
hacen apología de las drogas, como las de Raul Seixas, o
las del grupo de Rap “De menos crime”, con la canción
“Fuego en la bomba”, Racionais MC, en varias de sus
canciones, Marcelo D2 en otras exaltan la marihuana, pero
al mismo tiempo alertan “¡cuidado que puede dominarte!”,
“tienes que construir la cabeza, no que ella te construya la
cabeza.”

Incluso aquellos que creen en el carácter beneficioso de


estas sustancias debe tener en cuenta que ningún ser
humano es igual a otro y que lo que no me hace mal tal vez
se lo haga a otra persona, así, asociada a toda lucha por la
despenalización o liberalización, debería estar también la
lucha por las aclaraciones necesarias sobre los posibles
daños que puede traer a muchos.

Aunque mi discurso sea similar al del ‘Globo’, más


importante que eso son mis actos. Vivo en el extremo de la
Zona Este, PQ S. Rafael, distrito de San Mateo, mi casa
queda frente a un arroyo contaminado y fétido. Después
una ‘favela’, ahora urbanizada, que existe hace tanto
tiempo, más que el mío de vida. Trabajo en una escuela
estatal que se enclava en medio de otra ‘favela’ cerca de
casa; hace tiempo tuve oportunidad de salir de este lugar,
de trabajar en una escuela mejor situado, pero ….. Tomé
una opción de vida. Permanecer entre aquellos con los que
me identifico, vivir donde vivía mi familia, poner mis
escasos recursos a su disposición, a disposición de una
causa.

 3. Consideraciones sobre el tema drogas.

Droga es toda substancia química que. Introducida en el


organismo, provoca alteraciones en el sistema nervioso
central. Hay varios tipos de drogas y aquí no nos interesa si
son legales o ilegales. Las características del individuo, la
calidad de la droga, la expectativa sobre sus posibles
efectos y las circunstancias en que se produce el consumo
implican diferentes situaciones. Por eso es importante
resaltar que, para ser mejor comprendido, el tema de las
drogas debe abordarse teniendo en cuenta tres factores: el
individuo, el producto y el contexto sociocultural. Siempre
hay un individuo que tiene acceso a un producto en un
contexto sociocultural cualquiera.

Realmente existe placer en el consumo de drogas. El


problema está en la memoria, que, con el tiempo, nos va
traicionando, hasta llegar a una enfermedad incurable que
afecta lo físico, lo mental. No negamos el placer que se
obtiene con el uso drogas, sin embargo, lo consideramos
inmediatista, y el precio a pagar por él muy alto.

Se habla de predisposición del individuo, que sería


determinada por su historia familiar e individual; sin
embargo, es necesario tener en cuenta el efecto atractivo
del placer y el significado que asume en el universo del
individuo, es decir, el espacio que llena y las expectativas
que espera.

La tolerancia se establece lentamente; el organismo sigue


siendo sensible al exceso de droga. Esto significa que el
uso repetido de determinada droga hace que sea necesario
usar de dosis cada vez mayores para obtener los mismos
efectos experimentados.

No todos hacen uso abusivo de drogas. Existen los


experimentadores, que se limitan a pocas veces; aquellos
que hacen uso recreativo ocasional, es decir, individuos que
utilizan uno o más productos de forma esporádica; aquellos
que hacen uso habitual o funcional, o sea, los que reiteran
el uso del producto que, aunque controlada, ya ocasiona
ruptura escolar, profesional, familiar y afectiva incluso
cuando se preserva la integración social (funcional). El
dependiente disfuncional (toxicómano) es aquel que
establece una relación de exclusividad con la droga,
cuando pasa a dominar toda su vida y lo convierte en un
dependiente químico.

Algunas de las motivaciones pueden ser: la curiosidad,


cualidad natural del ser humano; los grupos o movimientos
culturales, en virtud de la identificación con determinados
modelos de comportamiento; el hambre, la falta de
perspectivas, las dificultades en las relaciones, la salud, las
dificultades de acceso a la información y a la formación
cultural; la ya citada búsqueda del placer
inmediato/intenso, es decir, el deseo de llegar al éxtasis sin
esfuerzo de la conciencia.

La cuestión es que la memoria registra el primer placer. El


uso continuo es la búsqueda de la repetición de este placer,
que quedó registrado do en la memoria, pero que ya no se
producirá más de la misma manera. A partir de ahí, se va a
desarrollando la enfermedad.

La dependencia no se da sólo en relación con las drogas,


sino también en relación con las personas, los objetos, las
situaciones, etc., y puede ser física (adaptación del
organismo al uso de determinada droga) o psicológica
(impulso para continuar usando la droga, [compulsión],
para re-experimentar el placer). Aunque incurable, esta
enfermedad tiene un tratamiento que requiere la
abstinencia total de drogas y el cambio radical en el modo
de vida.

Entre otros aspectos del proceso de recuperación cito,


como sugieren en los grupos de autoayuda “abandonar las
antiguas compañías y los antiguos lugares”(éstos están
estrechamente asociados a nuestra vida durante el
consumo de estas sustancias), en la medida de lo posible
“reparar los errores que cometimos” etc.

4. Nuestro pasado más lejano

Pensemos. ¿Cómo a la vuelta del siglo XX los jóvenes


tenían contacto o llegaban al anarquismo? Por lo que
vemos en la literatura y en los relatos que nos contaron los
compañeros(as) mayores, llegaban por la familia que los
llevaba o a través de las juventudes libertarias eran
espacios de organización de la juventud.

Muchos de estos padres y madres eran los mismos


hombres y mujeres que hacían la campaña contra el tabaco
o las bebidas alcohólicas, por otro lado, aunque se tomase
una copa de vino, eso no estaban fuera de un contexto
social, o mejor de las comidas. Con certeza había el
“borrachón” dependiente de las bebidas alcohólicas, e
incluso de otras sustancias, en el medio anarquista, pero el
contexto, las relaciones interpersonales y la forma de orga‐
nización debía proporcionar una forma más protectora y
coherente de hacer frente al problema.

Recordemos que en Brasil durante mucho tiempo una de


las parcelas más expresivas del movimiento libertario era
de cuño anarcosindicalista, contra ellos la represión estatal
de las varias dictaduras fue más intenso. Por no hablar de
los otros problemas diversos que enfrentó el movimiento y
que contribuyó a que el movimiento perdiese gran parte de
la combatividad de las décadas anteriores.

4.1. Década 1960: ¡Está prohibido prohibir!

Yo puedo estar diciendo una burrada gigantesca, pero en


nuestro caso particular, creo que comienza a producirse un
cambio significativo en la década de 1960 con los
movimientos de la contracultura, la agitación de los
estudiantes y de los trabajadores franceses, la resistencia a
la guerra de Vietnam, el movimiento hippie. Con esto
inauguran una nueva y fuerte ola de resistencia al orden
establecido, en medio de esta situación ocurren otras
mudanzas también de constatación a la forma de
organización de la familia, a los papeles preestablecidos
entre hombres y mujeres, a la educación reproductora del
status quo, a la forma de producción en masa y a la
destrucción del medio ambiente, a las numerosas
dictaduras en América Latina, Centroamérica, etc.

Entre otras cosas, los movimientos de contracultura traen


la experimentación de diversas sustancias como una
manera de contestar el orden. Un ejemplo que podemos
citar es el de la banda The Doors, sobre todo su cantante –
Jim Morrison, que usaban estas sustancias para “abrir las
puertas de la percepción.” Muchas fueron las grandes
figuras de la música, la literatura, el cine, etc., que murieron
de sobredosis: “mis héroes murieron de sobredosis, mis
enemigos están en el poder” Cazuza.

Una de las frases y consignas más emblemáticas de la


época fue “PROHIBIDO PROHIBIR”, para muchos de ellos
tenía que ver con la censura que era intensa, con los
hábitos y las costumbres arcaicas y sobrepasadas que todo
prohibían. Para otros, con la creencia de que nada podría
ser prohibido, y por lo tanto todo debía ser liberado; hasta
ahí todo bien, ciertísimo, nada debería ser pura y simple‐
mente prohibido. En este momento, para muchos, comenzó
el uso de varias sustancia químicas para la
experimentación que conducirá a muchos a la enfermedad,
la locura o la muerte; me atrevo a decir que la proporción
de los que se recuperan, o consiguen tener una vida
saludable después de este período es inferior a la de
aquellos que continúan sufriendo. Entre muchos de los
legados recibidos tan positivos, este es uno de los
negativos.

4.2. Década 1980 y el resurgimiento del


anarquismo

Hay una literatura y una historiografía comprometidas con


sus intereses de la clase social o política, entre otros los
marxistas que intentaron hacer creer que el anarquismo
había desaparecido. Sin embargo, por la convivencia con
los militantes mayores y por numerosas investigaciones
sabemos que eso es mentira. Claro que el anarquismo ha
perdido parte de la fuerza que tuvo en el pasado, pero
siempre se mantuvo vigilante, firme y fuerte en las brechas
de esta sociedad.

Resurge de forma pública en la década de los 80 con los


compañeros del Centro de Documentación e Investigación
anarquista, y el periódico ‘Los enemigos del Rey’’, en Bahía,
con el Grupo Anarquista Jóse Oiticica, en Río de Janeiro, en
SP con el Centro de Cultura Social, reabierto en el Brás en
1985, así como otros en muchos lugares.

En CCS estaban nuestros compañeros más


experimentados, la generación que sobrevivió a las
dictaduras, hoy ya muchos fallecidos, entre ellos muchos
españoles que habían luchado en la Guerra Civil y
portugueses que habían resistido la dictadura salazarista, a
ellos se sumaron trabajadores, estudiantes y profesores
universitarios.
Sin embargo, una característica marcante de este momento
es un enorme hiato generacional, una diferencia de edad
que en muchos casos superaba los 30 años. Cuando llegué
al CCS todavía participaba en el movimiento punk, era un
estudiante de secundaria y metalúrgico, tenía 20años y era
uno de los más jóvenes, el siguiente, era 20 años mayor y
los demás más de 30.

Empezamos en la década de 1980 (o dimos continuidad) a


un ciclo en el que los jóvenes se inician cada vez más
temprano en el mundo de las experimentaciones de las
diferentes substancias químicos, por lo general primero en
nuestras casa, en las reuniones familiares o con nuestros
padres. ¿Quién puede olvidar la escena? El “niño mirando el
vaso de cerveza, vino o incluso la caipirinha de alguien, y el
otro dice, moja el chupete en la copa para que no quede con
ganas; puede estar enferma, tener lombrices intestinales”.
Era común, habitual el uso doméstico de bebidas
alcohólicas entre otras sustancias, y que más tarde se
ampliaba al uso con los compañeros de clase o de otros
espacios, en los movimientos culturales juveniles con los
que convivimos y donde nuestros modelos de personas
eran otros igualmente enfermos, muchos de ellos también
ya fallecidos de sobredosis.

Aunque estudiase mucho, diversos aspectos de la vida


como un todo y del anarquismo de forma general,
mantenían una relación dudosa y desafiante en relación a la
sabiduría de estos compañeros, en cuanto a diversos
aspectos y también en cuanto al consumo de diferentes
sustancias, de las que hacía uso, y negaba sus efectos
nocivos. La NEGACIÓN es la característica más fuerte del
dependiente químico, y, no por casualidad, los grupos de
autoayuda más antiguos y con mejores resultados,
Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos, proponen en
su programa de recuperación, el primer paso del paciente
“es admitir que perdió el control sobre su vida”.

En fin, éramos nosotros en el camino a la adicción,


asumiendo la militancia al lado de los que en el pasado
hacían las tales campañas preventivas sobre las distintas
sustancias químicas que pueden provocar traer perjuicio a
la vida familiar, personal, política y social del individuo.
Este hiato no fue nunca un conflicto generacional explícito,
pero seguro que había mucha desconfianza en relación con
nuestra generación. Valorizábamos nuestra propia
experiencia y negábamos la experiencia de los otros, que
estaba marcada por la historia de la vida de estos
militantes más allá de los registros de la historia y la
literatura.

Durante mis años de CCS, conviviendo con hombres sabios


y amables, una única vez oí a Jaime Cubero, secretario del
Centro de Cultura Social hacer comentario poco halagador
sobre el uso de substancias químicas; en cierta ocasión,
bebiendo cerveza con un grupo junto con Chico Cubero,
dándose cuenta de la velocidad con que yo bebía la
cerveza, me dijo: “¿usted no cree bebe demás?”

Una vez encontré al maestro Mauricio Tragtenberg cerca de


la PUC donde daba clases, cerca de donde vivía yo, y
charlando sobre la marihuana, me dijo: “No veo la gracia de
fumar, y luego mirar boquiabiertos “papando moscas”. Si
hubiesen insistido –Jaime y Chico Cubero y
MauricioTragtenberg – sólo nos hubiésemos apartado pues
éramos – yo en particular – la propia negación en persona.
Hoy en día, muchos de nosotros más maduros, ¿estamos
dispuestos a abordar y debatir este tema con un
compañero, un colega o un familiar? ¿Estamos preparados?

5 ANARQUISMO: ¡la máxima expresión del orden!

Elisée Reclus dice que el anarquismo es la más alta


expresión del orden, pues es el orden libremente construido
de abajo hacia arriba y aceptado por todos los
involucrados, pero para el adicto este tema, ese orden
existe en la teoría, en el campo del conocimiento y no en la
práctica.

Jaime Cubero definió como ideas clave lo que otros definen


como principios anarquistas: libertad /autonomía,
organización de lo simple a lo compuesto/federalismo
(red), autogestión, apoyo mutuo y solidaridad; ideas clave
que deben guiar las acciones de los anarquistas en su vida.

Daniel Guérin: “no me vuelvo libre, sino por la libertad de


los otros… La persona sólo realiza la libertad individual en
cuanto se complete con todos los individuos que lo rodean
y sólo gracias al trabajo y al poder colectivo de la
sociedad.” Esta libertad trae en sí otro componente
igualmente valioso que es la responsabilidad por sus actos,
después de todo, como persona libre debo antes que nada
primero responder a mi propia conciencia, y después a la
sociedad libertaria. Maurice Joyeux en este sentido afirma
que esta libertad “(…) es el principio que consubstancia uno
de los más altos valores humanos y es inconcebible sin la
igualdad económica”.

El adicto por su obsesión y compulsión reconoce la


libertad, pero no la vivencia de manera responsable, si no,
¿qué decir de sus defectos de carácter, cuando no es
responsable de su dinero, de su vida? ¿Cómo justificar esta
situación ante sus compañeros de grupo, su familia,
esposa, hijos y amigos, cuando no actúa de forma
coherente con lo que defiende?

El federalismo (RED) debe ser visto como una estructura


que crece de abajo hacia arriba, partiendo de lo simple para
lo compuesto, de la asociación de los trabajadores de una
empresa o de residentes, de una región para otra, y luego
para la ciudad, etc. Hay una organización fundada sobre la
violencia y sobre el principio de la autoridad instituida: el
ESTADO. Frente a esta institución debemos oponer
asociaciones fundadas en la auto-organización de los
individuos y de los grupos sociales en el ámbito del barrio,
ciudad, estado, nación, etc. Es el individuo libre que se
asocia con otros igualmente libres para manejar todos los
asuntos que les conciernen.
El adicto estará más (asociado) federado con sus
compañeros de consumo, aquellos con los que convive con
mayor frecuencia para hacer su uso frecuente. Como una
verdadera federación, se reunirá con otros dependientes
químicos en cualquier lugar por donde pasear, también en
este caso, los grupos de auto-ayuda sugieren como uno de
sus pasos “evitar las antiguos caminos y las antiguas
compañías.”

Para Joyeux la autogestión no es una estructura en el seno


de la cual se elabora una experiencia socialista: es el fruto
de una experiencia socialista que resulta de la ruptura revo‐
lucionaria. Es cuando se produce esa ruptura cuando
interviene la autogestión, simultáneamente como
autogestión de las luchas y de la economía (o lo que quede
de ella.)

¿Cómo un adicto puede autogestionar su vida siendo


dependiente de substancias químicas, de gente como el
traficante o de lugares donde habitualmente consuma o de
objetos que forman parte de sus rituales de uso?

Es importante destacar que los libertarios reconocen la


necesidad de adopción de reglas en toda la sociedad; no
puede existir autogestión sin reglas. La consideración
importante no es tanto si debe haber reglas, y sí, sobre
todo, la forma en que se crearán las normas, los procesos
de determinarán su extensión.
Aunque la adicto pueda durante gran parte de su vida ser
un ser social productivo y activo en esa sociedad
idealizada, ¿cuánto tiempo se necesitará para que se
convierta, por su condición de enfermo, en un peso en el
futuro? ¿Es justo y aceptable que su libertad vivenciada tan
irresponsablemente lo convierta en una carga para los
demás?

Según Errico Malatesta, esta forma de organización de la


sociedad pretendida por los anarquistas “(…) no es otra
cosa que la práctica de la cooperación y de la solidaridad,
condición natural, necesaria, de la vida social, hecho
ineludible que se impone a todos tanto en la sociedad
humana como en todos los grupos de personas que tengan
un objetivo común que lograr”.

Con su forma específica de organización y aplicación de


esos principios, los anarquistas desean abolir radicalmente
la dominación y la explotación del hombre por el hombre.
Quieren que los hombres, fraternalmente unidos por una
solidaridad consciente, cooperen voluntariamente con el
bienestar de todos, que esa sociedad esté constituida con
el objetivo de proporcionar a todos los medios de lograr
igual bienestar posible, el mayor desarrollo posible moral y
material.

El adicto es solidario y cooperativo hasta el momento en


que esto no dificulte su deseo de consumir, no moleste sus
momentos y rituales de consumo. Cuando esto suceda, se
verá en una situación en la que puede elegir continuar
engañándose a sí mismo en esa zona de confort o bien
afrontar el problema, buscar ayuda y descubrir su
enfermedad, incurable, pero tratable.

Los anarquistas estiman que es necesarios que los medios


de producción están a disposición de todos, y que ninguna
persona o grupo de personas pueda obligar a otros a
obedecer su voluntad, ni ejercer su influencia de otro modo
que por el argumento y el ejemplo. ¿Qué ejemplo damos
cuando no tenemos control sobre nuestras propias vidas?
¿Cuándo a menudo nos engañamos diciendo “consumo,
pero cuando quiera, paro, tengo el control de mi vida, no
soy un vicioso adicto?”, Pero en la práctica ya no vivo sin
consumir.

¿Cómo el adicto puede estar listo para la acción directa


(que es democrática, pues crea espacios públicos en los
que cada uno es uno y tú no delegas en nadie, por eso los
anarquistas están en contra de la obligatoriedad del voto en
las elecciones, defienden a de la auto-representación, cada
ciudadano es un ciudadano de sí mismo) si a menudo está
presente con la mente ausente, en la práctica delegando en
otros para que luchen por él?

Para los anarquistas es necesario proceder


inmediatamente y como se pueda a la expropiación por los
trabajadores de los capitalistas, ocupación de las fábricas,
de las tierras, de los bancos, medos de transporte.
Inventario de todos los bienes de consumo disponibles y
organización de la producción y de la distribución a través
de los sindicatos, las cooperativas, las cámaras de trabajo,
grupos de voluntarios y todo tipo de asociaciones
existentes o que se constituirán para responder a las
necesidades inmediatas. La autogestión.

¿Es una necesidad inmediata luchar para poder consumir?


¿Consumir algo sin lo que vivimos bien? ¿Especialmente
cuando nos metimos en esta vorágine de consumo nos
diferenciamos de los playboys, que criticamos por ir al
centro comercial para gastar en ropa y zapatos caros?
Como decimos, ¿ropa de diseñadores famosos? ¿Cuándo
comprometidos con un grupo de militantes, colegas de un
equipo de fútbol o de una familia y escondemos parte o
todo el dinero que recibimos por nuestro trabajo para
nuestro consumo de estas substancias químicas somos en
realidad éticos?

¿En una sociedad libertaria el uso, sea el que sea, deberá


ser libre, pero también será estimulado por todo tipo de
publicidad? ¿No nos dedicaremos a estudiar este y otros
aspectos de nuestras vidas, para orientarnos y divulgar el
resultado de nuestras investigaciones, alertando sobre el
daño que sustancias, alimentos, práctica de vida, etc., que
podrán causar daño a nuestra vida en sociedad?

De todos modos, con las tecnologías disponibles sería


posible llevar a cabo asambleas, incluso por
representación, donde todos pudieran seguir los debates, e
incluso participar en las votaciones a través de las redes de
computadores disponibles en la actualidad.

Realizar reuniones y asambleas de barrio, ciudades,


interurbanos, por regiones, nacionales, internacionales que
tomarían las medidas necesarias, de acuerdo con las de los
demás, y que las realizarían sin pretender hacer la ley para
todos, ni imponerlas por la fuerza a los reticentes.

6. Placer y enfermedad.

Es evidente que algunos consumirán sus porros o sus


cervezas, vinos y otras bebidas, sus “medicamentos” sin
receta, etc., a lo largo de sus vidas y no tendrán ningún
problema, serán padres responsables, militantes
comprometidos, ¿pero pueden asegurar que si tuviesen
problemas conseguirán superar la negación? ¿Buscarán
ayuda? ¿Saben dónde buscar?

No puedo negar el “placer” que disfruté durante algún


tiempo de mi experiencia, sin embargo, con el consumo
cada vez más obsesivo y compulsivo fui perdiendo el
control y comprometiendo mi calidad de vida así como la
de los que más amo.

¿Las drogas proporcionan placer? ¡Sin lugar a dudas!


Después de todo tenemos un dolor de muelas y tomamos
una droga para aliviarlo. Fue agradable beber una cerveza,
pero ¿qué pasa con una docena o más? Desde la
adolescencia tengo insomnio y nada más placentero que
fumar un porro para dormir bien, pero ¿qué pasa cuando no
lo tenemos, no tendremos insomnio de todos modos? ¿Y
cuándo, además de la hora de acostarse, fumamos durante
todas las horas del día? ¿Y cuándo nuestro último
pensamiento antes de dormir es “fumar uno”, y al despertar
es fumar otro? Eso para referirnos sólo a las drogas cuya
dependencia se establece más lentamente, existen otras
cuya dependencia es más rápida y más intensa, más rápido
nos hace enfermos, con un compromiso personal casi total.
Sí, hay placer, pero en este caso, el precio pagado por él es
demasiado alto e inmediatista.
Acción preventiva

¿Estarán los compañeros actuales y futuros, usuarios de


las más diferentes substancias químicas, en condiciones
de reconocer su lenta y paulatina pérdida de control? ¿Del
desarrollo de esta enfermedad llamada alcoholismo y
adicción? ¿Los que hoy dicen que no tienen este tipo de
problemas se puede decir sin sombra de duda, que no los
tendrán?

¿Esos usuarios, y creen que tienen ese control, pueden


reconocer que esto puede, o es, ir a ninguna parte, ni
siquiera en su casa, en su lugar de trabajo, el estudio, la
recreación y la cultura?

¿Estamos dispuestos a participar de manera responsable y


el cuidado de nuestra libertad, con el fin de hablar con
estos compañeros, amigos y familiares, invitándolos a
darse cuenta de lo mucho que comprometen sus vidas?
¿Cuánto los extrañamos y en nuestras vidas con sus
elecciones? ¿Cuánto es un proyecto de la muerte y el
anarquismo propone un proyecto de vida?

¿Somos lo suficientemente cooperativos para apoyar a los


que sientan la confianza necesaria, para de nuevo tomar el
control de sus vidas? ¿Para qué autogestionen sus vidas de
manera autónoma, responsable, solidaria, de cooperativa
en la obra común que nos proponemos realizar?

Que se libere el consumo de todo tipo de substancias


químicas. ¡Muchos argumentan que mucha gente va a
morir! ¿No mueren hoy? La prohibición es un fenómeno
político y cultural. En otros tiempos y contextos lo que
ahora está prohibidos ya estuvo liberalizado, vemos por el
mundo experiencias de descriminalización, liberalización, y
hasta de legalidad. Pero siempre tengamos el valor de
tomar una posición de cuestionamiento en relación con
todo, inclusive nuestro ejercicio de la libertad.
Todavía tengo amigos y colegas que son usuarios
contumaces, y los respeto mucho, pero “quien quiera
juzgar, que juzgue, quien quiera criticar que critiquen”
(cualquier parecido con Zeca Pagodinho no es casualidad),
puedo hablar por experiencia que, en mi caso no funcionó.
Conviví y convivo en la condición de educador, ser político y
social, residente de la periferia con esa experiencia que
para muchos sigue sin funcionar.

A veces pienso que hoy no consumir es ser revolucionario,


porque hay muchas excusas y estímulos que nos conducen
a la experimentación y al uso abusivo de los más diferentes
tipos de substancias químicas.

Antonio Carlos de Oliveira. Profesor Coordinador


Pedagógico de la. EE. Prof. Isaac Shraiber – marzo 2014.

Notas:

[1]En el proceso de construcción de este texto dos


compañeros y amigos fueron imprescindibles, Jose
Damiro Moraes, Profesor Doctor en Educación y Edvaldo
Vieira da Silva, Profesor Doctor en Ciencias Sociales, aun
así todas las ideas aquí presentadas son de mi única y
exclusiva responsabilidad.

[2] Agradezco inmensamente a los compañeros del NELCA


por abrir el espacio para esta discusión, no es un punto de
vista muy común y aunque sea de mi responsabilidad todo
lo que exponga, ellos son los responsables del espacio y
su programación.

[3] “Adicto” es la forma como es tratado el usuario de


varios tipos diferentes de productos químicos, la uso por
ser lo más común, pero el tema es controvertido, a fin de
cuentas, ¿el alcohólico que es un tabaquista no está
haciendo uso de dos productos químicos diferentes?
Muchos alcohólicos en recuperación no aceptan tal
definición.

Traducido al castellano  por    Xiao Roel

Escrito original: http://www.nelcarloaldegheri.blogspot.com.br

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