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Año I.—Número 7. Madrid 1.º Julio 1883.

REVISTA IBÉRICA DE POLITICA, LITERATURA, CIENCIAS Y ARTES.


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Director: D. Juan Reina

Queda prohibida la reproduccion de los artículos literarios y científicos que se publiquen en esta Revista, salvo convenio especial.

DON PEDRO MELO Y NOVO.—El darwinismo REVISTAS EXTRANJERAS:


SUMARIO. Le Correspondant
— y Revue des Deux Mondes.
la filología. The Edinburgh Review.
1.º de Julio. The North American Review
DON ANGEL DE LUQUE.—Revista política ex- Revue Scientifique.
MR. EMILE ZOLA.—Santiago Damour
(novela). terior.
DON JOSÉ M. MATHEU—El gran DON VALENTIN MARIN Y CARBONELL.—Sonetos.

comediante. DON JOAQUIN MORENO.—Libros nuevos.

CLARIN—Un naturalista portugués.

1.º de Julio. pidieron el auxilio por doce años y con carácter de


reintegrable, no alcanzamos cómo se puede sostener que
La supresion del 10 por 100 sobre el importe de los la concesion gratuita, disfrutada por las mismas duran-
billetes de los viajeros por nuestras vías férreas, es de te diez y seis años, no pueda ser recogida por el gobier-
aquellas reformas que más deberían interesarnos, por la no que la otorgó, toda vez que la situacion de las em-
provechosa huella que dejarla en pos de sí. presas, si no tan satisfactoria como sus accionistas de-
Toda reduccion en el precio de trasportes de perso- searian, es evidentemente bonancible. Además, por ley
nas o de mercancías, significa un aumento de actividad económica, observada dado que esta ciencia es conoci-
en la vida social, unas cuantas pulsaciones más por dia, da, el aumento de viajeros compensará con creces el
merced á las cuales se desenvuelve y facilita la produc- quebranto producido por la rebaja.
cion, y el trabajo social se hace fecundo. Todos los años las empresas utilizan las temporadas
Esta consideracion basta, para que se comprenda la más á propósito en cada region para introducir notables
importancia de toda ley de rebaja, como la presentada reducciones en los precios de billetes de trenes especia-
al Senado por el ministro de Fomento. Falta hacia al les, y sabido es de todo el mundo cuán productivas son
gabinete Sagasta, que tantos y tan fundados ataques esas alteraciones que ellas proclaman y anuncian á los
viene mereciendo, tener un rasgo, siquiera tan deficien- cuatro vientos para que sea lo mayor posible el número
te como hemos de ver, de atencion á los intereses del de sus favorecedores. ¿Por qué, pues, resistirse de ese
país. modo á normalizar tan grandes ventajas?
La conveniencia de la rebaja, se patentiza con datos Pero la lógica exige todavía más. Todos, absoluta-
comparativos de lo que pasa en otras naciones. Las ta- mente todos los argumentos empleados por el Gobierno,
rifas de viajeros en 1.ª, _2.ª y 3.ª clase en Francia, exi- o mejor dicho, por el Sr. Gamazo, en la discusion de la
gen de 10 á 7½ y 5 ½ céntimos de franco por kilómetro; alta Cámara, podrán ser utilizados en contra de lo que
las de Bélgica no pasan de 8 á 6 y 4 céntimos respecti- él mismo sostiene cuando del Gobierno se solicita lo
vamente, mientras que en España, donde los trenes es- mimo que de las compañías de ferro carriles. Si la in-
tán muy mal servidos, pagamos 12, 9 y 6 céntímos de dustria y el comercio ganan con la rebaja objeto del de-
peseta por kilómetro, es decir, casi el doble que en Bé1- bate, ¿cuánta no sería su utilidad haciéndola extensiva
gica, siendo de notar que el mayor recargo pesa sobre al 15 por 100 que el Gobierno exige?
los viajeros de 3.ª clase. Si se argumenta contra las compañías diciendo que
¿Qué arguntentos ó declaraciones con pretensiones el importe del recargo tendrá su compensacion con el
de lógica, pueden oponerse á los datos estadísticos? exceso de movimiento, hay que pasarles por buena igual
¿Puede dudarse de las ventajas que envuelve la facilidad afirmacion cuando digan que suprimiendo una cuarta
en las comunicaciones? parte de lo que cuesta cada billete, los 6.000.000 de pe-
Y si de los viajeros pasásemos á tratar de las mer- setas que, á consecuencia del recargo de 15 por 100, in
cancías, ¿cuántas protestas no podriamos consignar en gresan en las arcas del Tesoro, alcanzarían sobrada com-
nombre de los intereses nacionales, contra unas tarifas pensacion.
cuya proporcion con respecto á las empleadas en otros Así, sin mermar los ingresos del Estado, se daria
países, oscilan entre un 20 y un 80 por 100 más en impulso á la riqueza nacional.
España? Estas reformas traerian otras muchas y muy impor-
¿Encontrarán resonancia las quejas de la opinion tantes; una de ellas, por ejemplo, la admision en Correos
pública en el seno de la Comision de tarifas? de paquetes postales cuyo peso no excediese de un ki-
Respecto á la legalidad de la medida, mucho se ha logramo, como ocurre en Francia, lo cual á su vez au-
desvariado, así en la prensa como en el Parlamento; mentaría los ingresos del timbre.
pero al fin se ha hecho luz en el asunto, y si es exacto, 
como consta en documentos oficiales, que las compañías  
146 REVISTA IBÉRICA.

Por fin, el numeroso grupo de diputados que adopta Lo que en realidad ocurre, es que nunca podria pre-
el nombre de izquierda dinástica, se decide á reñir ba- sentárseles ocasion para derribar á un gobierno más
talla con las maltrechas huestes del fusionismo. Tendre- débil que el actual, ni tampoco podrían tener enemigo
mos elocuentes discursos de Martos y de Moret; tal vez más flexible el dia despues de la derrota que el Sr. Sa-
se corra el fuego y hablen Romero, Cánovas y Castelar; gasta, jefe de un imponente cuerpo de empleados que
el tupé de Sagasta ondeará en los aires como pendon de combaten por sus puestos, teniéndoles sin cuidado los
guerra, y las emociones producidas por cada nuevo ata- altos intereses de la nacion.
que de los izquierdistas, tendrán todos los encantos del No deberia esta vez el Sr. Cánovas tener quejas de
arte trágico que conmueve con catástrofes imaginarias. su ex-amigo el Sr. Alonso Martinez, ni siquiera del
Será un debate para señoras; una de esas contiendas señor Martinez Campos, quienes tal vez con los diputa-
parlamentarias que han venido á reemplazar á los anti- dos que les son adeptos, conservan la Constitucion de
guos torneos. 1876 contra la veleidad del presidente del Consejo de
Porque cualquiera que sea el éxito obtenido por la Ministros, que al menor tumbo de la nave del Estado,
izquierda monárquico-democrática ¿qué innovaciones arrojaria, como lastre inútil, un Código tan violentamen-
puede traer? te combatido por él durante el período de se formacion,
El Gobierno Sagasta, agrupacion personal que no sin que supiera el país cuando admirarse más, si el dia
puede ser mencionada por un nombre de partido, está en que el Sr. Sagasta se declaró partidario condicional
en perfecta crisis hace muchos dias; se sostiene por la de esa Constitucion, ó el dia en que, ya ministro, afirmó,
dificultad de sustituirle y porque á cualquier partido contestando al Sr. Martos, que jamás volveria á la Cons-
poco impaciente le seria molesto empuñar las riendas titncion del 69.
del poder en circunstancias tan críticas como ocasiona

el no haberse terminado los presupuestos. Ningun nue-  
vo quebranto pueden causarle los izquierdistas, como no Pretender que el Sr. Sagasta renuncie al poder en
sea obligando á Sagasta á transigir con ciertas reformas obsequio de los señores izquierdistas, seria una quime-
liberales que le acaben de enemistar con los ya vacilan- ra; suponer que no en atencion á las personas, sino á
tes elementos del centralismo. Pero falta saber si hay las ideas, consentirá en las reformas que invocan como
unidad de planes en los oradores demócratas, si están pretexto de lucha, seria olvidar que en toda la historia
conformes en el número y calidad de las reformas que política del presidente del Consejo, al ménos desde los
solicitan y en el plazo que han de conceder al Sr. Sa- últimos diez años, no se recuerda un solo sacrificio de
gasta para realizarlas. Lo único que no es necesario adi- ese género. Así como el la última modificacion minis-
vinar, es si el primer ministro está ó no dispuesto á terial aparentó ceder á las influencias democráticas, ad-
transigir, porque tal vez él mismo lo ignora hoy. mitiendo un ministro de esta procedencia, y lo que en
Así como de las opiniones de ciertos políticos infle- realidad hizo fué anular al Sr. Romero Giron, impo-
xibles, se afirma que están fundidas en el crisol de sus niéndole las apostasías más crueles que pueden exigirse
convicciones, podria utilizarse la frase con una pequeña al político, al jurisconsulto y al escritor, obligándole á
alteracion, diciendo que el Sr. Sagasta funde y refunde desdecirse de todas sus pasadas opiniones, de igual
las suyas en una maquinita de viaje, adobándolas siem- modo, el ministro de los derechos inaguantables, sólo
pre con arreglo al último modelo. accederia gustoso, cuando más, á ir admitiendo á su
La utilidad del debate que se proyecta no consiste, lado toda una serie de Romeros Giron que exponer su-
pues, en probabilidades de gobierno para la izquierda cesivamente á las iras de sus enemigos.
como partido, sino de venganza por los desdenes del La nunca desmentida habilidad parlamentaria del
señor Sagasta, que entre izquierdistas y centralistas señor Martos, su prevision de las veleidades del jefe
opta por estos últimos, ó de componenda entre unos y constitucional, son buena guia de nuestro pronóstico. El
otros, á fin de ir renovando ministerios con los hombres largo periodo de tránsito que ha empleado el eminente
más caracterizados de la oposicion democrático-monár- orador, da indicios de su desconfianza. En lugar de co-
quica. Nuestros argumentos de la crónica anterior, locarse á honesta distancia de la monarquía, pudo decir
siguen de pié. Mientras se ignore quién es el verdadero que se resguardaba huyendo las asechanzas de un
jefe de la izquierda, mientras nadie conozca en qué con- amante coloso y poco seguro del amor que inspira.
siste su credo democrático, mientras sea imposible re- Mas ocurre que el señor Sagasta, acusado con sobra-
unir dos oradores de ese grupo que puedan contestar ca- da razon de apático, irresoluto, falto de convicciones y
tegóricamente y en idénticos ó parecidos términos á estas de credo político, no carece de ese conocimiento del
preguntas: ¿qué extension debe tener el sufragio? ¿qué mundo que durante tantos años le viene sosteniendo al
alcance las reformas de la Constitucion? ¿Cuál de las dos frente de su partido; y por la misma razon que él puede,
Constituciones últimamente confeccionadas habrá de como Walpole, decir con arrogancia que sabe el precio
prevalecer en esa especie de amalgama que quieren los á que cada hombre se cotiza, comprenderá que todos los
izquierdistas hacer con las dos? no será posible para días no se encuentra un Romero Giron.
ellos un gobierno viable. El debate, pues, aunque puramente personal en el
El extraordinario talento del Sr. Martos y el no fondo, es de suma importancia para un partido de inte-
ménos claro del Sr. Moret verán esto de sobra: quizá reses personales, y si, como es de suponer, los jefes iz-
si en el fondo de sus convicciones no hubiese cierto pe- quierdistas no se dan por satisfechos con un par de
simismo respecto al desenlace de la campaña que sostie- carteras, ambos partidos quedarán igualmente fa-
nen, no apresurarian las escaramuzas, sino que darian tigados en provecho de un tercero, como verá el
larga tregua para aumentar los preparativos. que viviere.
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SANTIAGO DAMOUR. regresaría libremente á Francia donde espera-


ria la amnistía para darse á conocer.
—— El terrible ataque de fiebre amarilla le tuvo
II. varias semanas en un perdido hospital.
Cuando Damour entró en el período de con-
Damour lo pasaba bien en Noumea; habia valecencia, experimentó una inmensa dejadez.
encontrado trabajo y tenia esperanzas de con- Durante varios meses quedó muy débil y falto
seguir el indulto. Era hombre de carácter de voluntad: Diríase que la fiebre le habia qui-
dulce y aficionado á jugar con los niños; no tado todos sus antiguos deseos. Nada queria y
hablaba de política, trataba poco á sus com- á cada momento se preguntaba para qué. Las
pañeros y vivía solitario. Unicamente podia imágenes de Felisa y de Luisa se le habian
echársele en cara el beber de vez en cuando; borrado; las veia siempre buenas, pero muy
pero tenia buen vino; lloraba en abundancia y lejos y enmedio de una niebla que á veces le
se iba por sí mismo á acostar. impedia reconocerlas. Cuando se sintiera fuer-
Un dia, cuando ya se tenia por seguro su te pensaba unirse á ellas; mas cuando se vió
indulto, desapareció. La noticia de la fuga con sano, fué muy distinto el plan que ocupó su
cuatro compañeros causó general extrañeza. pensamiento.
Durante los dos años que llevaba de depor- Antes de reunirse con su esposa y con su
tacion habia recibido varias cartas de Felisa, hija deseaba hacer fortuna. ¿Qué hubiera he-
en un principio con regularidad, despues con cho en París? Morirse de hambre; verse obli-
ménos frecuencia y método. El escribia muy gado á dedicarse nuevamente al torno y quién
á menudo hasta que estuvo tres meses sin re- sabe si no encontraría trabajo, ahora que
cibir noticias. Por este tiempo desesperó de habia envejecido. Mas si, por el contrario, se
obtener una gracia que tal vez tardaria un par marchaba á América, podia en pocos meses
de años, y en una de esas horas de fiebre, de reunir unos 100.000 francos, modesta cantidad
que uno se arrepiente al otro dia, resolvió con que se contentaba, á pesar de las prodi-
arriesgar el todo por el todo. giosas historias de millones que le zumbaban
Al cabo de una semana fué hallada en la en los oidos. Le hablan hablado de una mina
costa, á unas cuantas leguas, una barca des- de oro, cuyos explotadores, hasta los más hu-
trozada y los cadáveres de tres fugitivos des- mildes braceros, ponían coche al cabo de seis
nudos y ya macerados, no faltando testigos meses.
que pretendiesen reconocer á Damour. Uno de Ya tenia arreglada su vida: volveria á Fran-
aquellos desgraciados tenia su misma estatura cia con sus 100.000 francos, compraria una
y su barba. Se abrió informacion con todos los casita cerca de Vincennes y allí disfrutaria
requisitos legales y se levantó el acta de de- de 3 ó 4.000 francos de renta acompañado de
funcion que más tarde habia de ser remitida á Felisa y de Luisita, feliz en su abandono y en
Francia á peticion de la viuda, previa notifica- su olvido de la política.
cion oficial. Toda la prensa comentó el suceso A los dos meses Damour estaba en América.
y una reseña sumamente dramática de la eva- Entonces dió principio para él una vida tur-
sion y de su trágico desenlace fué reproducida bulenta que le llevó al azar en una marejada
en todos los periódicos del mundo. de aventuras, á un tiempo extrañas y vulga-
No obstante, Damour vivía. Se le habia con res. Conoció todas las miserias y todas las for-
fundido con uno de sus compañeros, circuns- tunas. Por tres veces creyó haber reunido los
tancia tanto más extraña, cuanto que en nada 100.000 francos, y otras tantas se le escaparon
se parecían, excepto en que ambos usaban entre los dedos, le robaban ó, en un supremo
barba corrida. esfuerzo, él mismo se desprendia de lo adquiri-
Damour y el cuarto de los escapados, que do En suma, padecia, trabajaba mucho y an-
habia sobrevivido de milagro, se separaron tan daba sin camisa.
luego como llegaron á tierra inglesa, sin que Al cabo de idas y venidas por los cuatro
volvieran á verse más; sin duda el otro murió cabos del mundo. los acontecimientos le lle-
de fiebre amarilla, enfermedad que estuvo á varon á Inglaterra; de allí pasó á Bruselas en
punto de llevarse á Damour. El primer propó- la misma frontera de Francia; mas no pensaba
sito de éste era prevenir á Felisa por escrito; internarse en su patria. A su llegada á América
pero habiendo leido por casualidad en un pe- habia escrito á Felisa, y no habiendo recibido
riódico que cayó en sus manos, la noticia de contestacion á tres cartas, se habia forjado
la propia evasion y muerte, creyó que la carta toda clase de suposiciones; ó interceptaban la
seria un medio imprudente, porque podian in- correspondencia, ó su mujer habia muerto ó
terceptarla, leerla y averiguar la verdad. ¿No habia abandonado á París.
seria preferible continuar muerto para todo el Un año después hizo otra tentativa inútil.
mnndo? En adelante nadie se cuidaría de él; Para no denunciarse si le abrían las cartas, es-
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cribia bajo nombre fingido, hablando á Felisa agolpaban tan confusamente, que le parecia
de un asunto imaginario, en la esperanza de dejarlos á la espalda como una simple prolon-
que conoceria su letra y le comprenderia. gacion de la calle. No obstante, sentia cierta
Este gran silencio habia adormecido, en extrañeza en comparacion de sus antiguas
cierto modo, sus recuerdos. Habia muerto, no costumbres, cuando él entraba con tanta co-
tenia á nadie en el mundo, nada le importaba modidad. Los bulevares exteriores le pare-
ya. Durante cerca de un año, trabajó en una cían extensos; el semblante de los transeun-
mina de carbon, debajo de tierra, sin ver el tes le emocionaba; se detenia delante de las
sol, comiendo y durmiendo sin desear nada muestras de las tiendas, admirado de verlas
fuera de allí. allí. No experimentaba la franca alegría de
Una tarde supo en la cantina, que la amnis- poner por fin el pié en un rincon querido de
tía acababa de ser votada en París, y que la tierra; era una mezcla de ternura en que
todos los comunistas estaban regresando. Esto parecia escuchar canciones novelescas llenas
le despertó. Experimentó una sacudida, cierta de sorda inquietud, la inquietud de lo desco-
necesidad de marchar con los otros, ver allá nocido, en aquellas cosas antiguas que él re-
otra vez la calle en que habia vivido. Al prin- conocía.
cipio fué un arranque inconsciente; despues, Su turbacion se aumentó al acercarse á la
en el wagon que le conducia, maquinaba en calle Envierges. Veia bien las mismas calles,
su cabeza el modo de recobrar su puesto á la las mismas tiendas, pero vacilaba al querer dar
luz del sol si conseguia encontrar á Felisa y nombre á las fisonomías; toda aquella gente le
Luisa. La esperanza acudía á su corazon; era parecia nueva, como si hubiese brotado en
hombre libre; las buscaba abiertamente, y con- una noche. Y á medida que adelantaba se sen-
cluia por pensar que las encontraria muy tran- tia desfallecer, no quería pasar más allá, como
quilas en su habitacion de la calle Envierges, si le esperase una catástrofe. ¿Asunto de qué
puesta la mesa, como si le estuvieran esperan- haber venido? ¿Qué tenia que hacer allí?
do. Pronto se explicaria cualquier mala inter- Tres veces pasó en la calle Envierges por
pretacion Iría á la alcaldía, se daria á conocer delante de la casa sin poder entrar.
y la familia emprenderia de nuevo su antigua La carbonería de enfrente habia desapareci-
vida. do; en su lugar habia una frutería y la mujer
La estacion del Norte en París estaba llena que estaba á la puerta le pareció de tan buen
de tumultuosa multitud. Desde que se divi- aspecto, tan á sus anchas instalada allí, que
saron los viajeros empezaron las aclamacio- no se atrevió á preguntarla, como habia pen-
nes; el entusiasmo rayaba en locura; miles de sado al principio. Lo preferible era dirigirse á
brazos agitaban sombreros y de bocas grita- la portería. ¡Cuántas veces habia vuelto hacia
ban nombres. Damour sintió un momento mie- la izquierda al fin del portal y llamado en el
do; sin darse cuenta, se imaginaba que toda ventanillo!
aquella gente habia venido allí para victo- —¿Teneis la bondad de decirme si madame
rearle al pasar. Despues supo el nombre que se Damour...?
aclamaba, el de un célebre miembro de la —No la conozco; aquí no vive.
Commune que venia precisamente en el mismo Damour se quedó inmóvil. En lugar de la
tren; un contumaz á quien el pueblo hacia una enorme portera de otras veces, tenia delante
ovacion. Damour lo vió pasar muy inflado, con una mujer pequeña, escuálida, que le miraba
los ojos húmedos, conmovido por este recibi- con cierto recelo. Otra vez insistió:
miento. —Madame Damour vivia en el interior hace
Cuando el héroe montó en un fiacre, la mul- diez años.
titud trató de desenganchar el caballo; todos —¡Diez años! exclamó la portera. ¡Bah, ya
se atropellaban; el oleaje humano se dirigió á ha llovido desde entonces!... Nosotros estamos
la calle La Fayette, formando un mar de ca- aquí desde Enero.
bezas por cima del cual se vela el fiacre mar- —Tal vez madame Damour haya dejado sus
char lentamente como un carro de triunfo. señas.
Y Damour, pisado, apretado, consiguió di- —No, no sé quién es.
fícilmente ganar los bulevares exteriores. Nadie Y ante la terquedad de él, ella se irritó y le
se fijaba en él; todos sus padecimientos, Ver- amenazó con llamar á su marido.
salles, la travesía, Noumea, le vinieron á la —¡Acabará Vd. de mosconear en esta casa!
mente en una crisis de amargura. Hay tantos que se introducen...
Ya en las afueras experimentó un enterne- Damour enrojeció y se retiró balbuciendo,
cimiento singular. Todo se borró de su me- avergonzado de su pantalon desfilachado y de
moria, y llegó á creer que venia de llevar tra- su blusa vieja y manchada.
bajo á París y que regresaba tranquilamente Ya en la calle, se fué cabizbajo; despues
a la calle Envierges. Diez años de su vida se retrocedió sin decidirse á marchar así. Aquello
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era para él como un eterno adios que le an- Todo el mundo le daba de lado, encontrán-
gustiaba. Alguien tendria piedad de él, al- dole demasiado viejo. No tenia más que cin-
guien le daría indicios. Y levantaba los ojos, cuenta y cinco años, y le calculaban setenta,
miraba á las ventanas, examinaba las tiendas á causa de los diez que llevaba de padeci-
tratando de reconocerse. mientos.
Diez años habian bastado para que en aque- Vagaba de un lado para otro como un lobo;
llas pobres casas, donde los desahucios menu- fué á las ruinas de los monumentos incen-
dean como el granizo, hubiesen cambiado casi diados por la Commune, buscando una de esas
todos los vecinos. Además sentía no sé qué ocupaciones que suelen confiarse á niños ó á
especie de estupor salvaje, que le hacia tem- ancianos débiles. Un picapedrero que traba-
blar ante la idea de ser reconocido. Al fin, jaba en el Hotel-de-Ville le prometió emplear-
cuando bajaba por la calle, consiguió ver le en guardar las herramientas; pero el ofre-
caras conocidas; la vendedora de tabaco, un cimiento no se cumplía, y Damour estaba pe-
especiero, una lavandera y la panadera que reciendo de hambre.
en otro tiempo les proveia. Un dia que en el Puente Notre-Dame miraba
Continuó todavía un cuarto de hora más pa- pasar el agua con el vértigo de los desdicha-
seándose delante de las tiendas, preguntándo- dos que el suicidio atrae, se separó violenta-
se en cual de ellas se atreveria á entrar; su- mente de la baranda, y en la rapidez del movi-
dando á causa del interior combate que sufria. miento, estuvo á punto de derribar á un tran-
Finalmente, se decidió á interrogar á la pana- seunte vestido de blusa blanca, que se puso á
dera, mujer adormecida, siempre blanca, como insultarle:
si acabase de salir de un costal de harina. Esta —¡Animal!
lo miró y no se movió del mostrador; sin duda Damour se habia quedado estupefacto mi-
no le habia conocido con aquel cutis tan tos- rando á aquel hombre:
tado, aquella cabeza calva recocida por el sol —¡Berru! exclamó al fin.
tropical y su larga barba estoposa que le chu- En efecto, era Berru, que no habia cambia-
paba la mitad de la cara. Esto le dió alguna do sino con ventaja su alegre semblante y su
osadía, compró un su de pan y se decidió á aspecto juvenil. Varias veces, despues de su
preguntarla: regreso, habia pensado Damour en buscar á
—¿No cuenta Vd. entre sus clientes á una Berru; pero ¿dónde encontrar á un hombre que
mujer con una pequeña... madame Damour? mudaba de alojamiento cada quince dias?
La panadera se quedo pensativa, y respondió El pintor desencajaba los ojos, y cuando Da-
con voz suave: mour con voz trémula se le dió á conocer, no
—¡Ah! sí, antes de ahora, me parece recor- quiso creerle.
dar... pero hace mucho tiempo. Al presente no —¡Imposible! ¡Qué superchería!
sé... ¡Como una conoce tantas personas! Y al fin le reconoció, prorumpiendo en ex-
Tuvo que conformarse con esta respuesta. clamaciones que empezaron á llamar la aten-
En dias sucesivos volvió más resuelto á pre- cion de los que pasaban:
guntar á los vecinos; pero en todos veía la —Pero ¿no te habías muerto?... ¿Cómo habia
misma indiferencia, el mismo olvido con razo- yo de esperar una cosa así? No está bien bro-
namientos contradictorios que le extraviaban mearse de esa manera... Vamos á ver ¿de ver-
cada vez más. En resúmen, resultaba que Fe- dad estás vivo?
lisa habia abandonado el barrio dos años próxi- Damour hablaba bajo, suplicándole que ca-
mamente despues de la marcha de él á Nou- llase. Berru, que encontraba el lance algo di-
mea, precisamente por el tiempo de su evasion. vertido en el fondo, concluyó por cogerle del
Nadie sabia su nuevo domicilio; unos hablaban brazo y llevarle á una taberna de la calle
del Gros-Caillou, otros de Bercy; ni siquiera Saint-Martin. Y allí, lleno de curiosidad, le
se acordaban de la pequeña Luisa. Asunto ter- abrumó á preguntas.
minado. Una tarde se sentó en un banco del —Ahora, dijo Damour cuando estuvieron
bulevard exterior, y se echó á llorar, prome- sentados en el gabinete, ante todo. ¿Y mi
tiéndose no continuar las investigaciones. mujer?
¿Qué iba á ser de él? París le parecia desierto. Berru lo miró con gran extrañeza.
Los pocos sus con que habia vuelto á Francia —¿Cómo tu mujer?
se le estaban acabando. Por un momento re- —Sí; ¿dónde está? ¿No sabes su domicilio?
solvió volver á Bélgica á la mina de carbon en La estupefaccion del pintor aumentaba.
cuya densa oscuridad habia vivido libre de re- Lentamente, respondió:
cuerdos, feliz como un bruto en el despertar —En efecto, yo sé sus señas... Pero no co-
de la tierra. noces la historia?...
No obstante, se quedó hambriento y mise- —¿Cuál? ¿Qué historia?
rable, sin poder hallar trabajo. Entonces Berru prorumpió:
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—¡Ah! Esto si que es grande. ¡Cómo! ¿Nada me estorbaba... Despues de todo eres el amo;
sabes?... ¡Tu mujer se ha casado, vejestorio! la ley te favorece.
Damour, que tenia la copa en la mano, la Poco á poco Damour se iba embriagando;
colocó en la mesa, acometido de un temblor el vino hacia subir llamaradas rojas á sus pá-
tal, que el vino se le derramaba por entre los lidas mejillas. A todo contestaba que ya ve-
dedos. Se los enjugó en la blusa, y exclamó rian. Pero Berru le hostigaba, le daba golpes
con voz entrecortada: en el hombro y le preguntaba si era hombre.
—¿Qué es lo que me dices? Casada de nuevo, ¡Y tanto como era hombre! ¡El habia amado
casada... ¿Estás seguro? á aquella mujer! ¡El la amaba todavía, hasta el
—¡Pardiez! tú te habias muerto y ella se punto de pegar fuego á París por recobrarla!
ha vuelto á casar; nada tiene de extraño... ¿Qué esperaba, pues?
El lance es chusco, porque ahora resulta que Dado que le pertenecia, no necesitaba más
has resucitado. que volverla á recoger. Ambos amigos, ya
Y en tanto que el infeliz palidecía balbu- beodos, se hablaban con los puños en las na-
ciendo los labios, Berru le contó detalles. Al rices.
presente Felisa era dichosa. Se habia casado —Allá voy, dijo de repente Damour, incor-
con un carnicero de la calle de los Monjes en porándose con dificultad.
los Batignoles; un viejo cuyos asuntos mane- —¡Sea en buen hora! ¡Eso ha sido una pi-
jaba ella perfectamente. Se llamaba Sagnard; cardía! exclamó Berru; yo voy contigo.
hombre grueso, de unos sesenta años, bien Y ambos partieron para los Batignoles.
conservado, que vivia al final de la calle No- Emile Zola.
llet en una de las tiendas mejor arregladas del (Continuará.)
barrio, con rejillas pintadas de rojo y con ca-
bezas de buey doradas en ambos lados de la ————
muestra. EL GRAN COMEDIANTE.
—¿Y qué piensas tú hacer ahora? repetia —
Berru como estribillo de cada detalle.
Damour, aturdido por la descripcion de la Allá en el fondo de la provincia, en un bar-
tienda, respondia con ciertos movimientos de rio extremo de la ciudad, vive ó vegeta, tal
la mano que ya verian. vez herido por dolorosos recuerdos, ó en vias
—¿Y Luisa? preguntó de repente. de arrepentimiento, olvidado de todos y des-
—¿La pequeña? ¡Ah! No se... La habrán de- conocido de los vecinos, que le ven salir al
jado en cualquier parte para librarse de ella, oscurecer sin rumbo fijo, como cualquier por-
porque yo no la he visto con ellos... Ver- diosero.
daderamente, deberian devolverte la chica, Es un hombre que habrá cumplido treinta
puesto que para nada les sirve. Mas ¿qué seria años, moreno y esbelto, de ojos grandes y os-
de tí con una hija de veinte años, cuando no curos que pueden prestar á su fisonomía la
tienes ciertamente un aspecto muy presen- expresion de refinada malicia ó de sincero
table? ¡Eh, no te ofendas! pero en verdad seria afecto; una nariz gruesa y al parecer movible
cosa de darte una limosna. sirve á su vez como de acento en esta muda
Damour habia bajado la cabeza, fatigado, elocuencia de su rostro, sombreado por una
sin que se le ocurriese palabra. Berru pidió un gran barba negra. Su voz es recia y carras-
segundo litro y se decidió á consolarle. peante como la del soldado que vuelve de la
—Vamos hombre, ¡qué diantre! Puesto que campaña atracado de pólvora y de aguardien-
estás vivo, alégrate un poco. No está todo te; y observándole de cerca, hubiérase creido
perdido; ya se arreglará eso... ¿Qué vas á tambien que su levita rota y su capa desco-
hacer? sida y mugrienta acababan de prestar los úl-
Y ambos se enfrascaron en una discusion timos servicios.
interminable, renovando sin cesar los mismos Esta vida silenciosa y huraña llamaba la
argumentos. atencion del vecindario, y se hacian diversos
Lo que Berru no decia nunca, era que tan y entretenidos comentos, sobre todo en los
luego como Damour se marchó habia él trata- primeros dias de su instalacion.
do de arreglarse con Felisa, cuyo arrogante Los vecinos, en su mayor parte labriegos,
busto le seducía, y que conservaba cierta ira madrugaban para acudir á las campestres fae-
de que ella hubiese preferido al carnicero Sag- nas, retirándose al descanso á la hora precisa-
nard, sin duda por ser más rico. mente en que el desconocido salía de su tugu-
Cuando hubo pedido el tercer litro, ex- rio. Habia, por lo tanto, innumerables causas
clamó: para despertar la pública curiosidad. Primera,
—Yo en tu lugar iria á buscarles, me insta- no tenia oficio conocido: segunda, se daba á
laria allí y plantaría á Sagnard en la calle si ver únicamente de noche: tercera, vivia solo:
REVISTA IBÉRICA. 151

cuarta, no se trataba con la gente: quinta, se —Pero chiquilla, ¿qué significa esto? ¿De
le habia guipado á la salida de una timba bas- dónde vienes? ¿Cómo has podido indagar mi
tante desacreditada: y así por el estilo seguían paradero? preguntó el desconocido, al mismo
otras muchas, más o ménos verosímiles, y por tiempo que aproximaba dos desvencijadas si-
las cuales se le tenia sobre ojo. llas, las únicas disponibles, para que se senta-
Sólo su soledad se alivió al mes y medio, ran las mujeres.
que le vieron acompañado de otra persona, de La de más edad no era bonita; pero en sus
mejor vestimenta, aunque con el mismo aire ojos vivos y pequeños, en sus labios delgados
de reserva y de despego para el vecindario. y sin color, en el óvalo casi perfecto de su ros-
El género de vida continuó como antes; salían tro, encontrábase un cierto sello de gravedad
casi siempre juntos, pero solian retirarse á y de inteligencia que cautivaba á primera
distintas horas. Despues de algun tiempo se vista.
supo que este amigote íntimo era un antiguo Cuando comprendió por el silencio el enter-
jugador de Madrid, conocido por Chinitas. necimiento de su compañera, se dirigió á Fer-
—Vamos, dijo uno de los que concurrian á nando y le dijo:
la cantina de enfrente; es el compadre que le —Tiene Vd. á su hermana muy incomodada
hacia falta. y con fundado motivo. ¡Volver á España sin
Durante dos semanas repararon los vecinos avisarle! ¡Estar en Madrid y no preguntar si-
que Chinitas salia solo. La curiosidad se des- quiera por ella! ¡Recibir carta suya y no que-
pertó de nuevo. Luego vieron entrar al médi- rer contestar!... Esto es atroz, caballero, per-
co del barrio y todo quedó explicado: el des- mítame Vd. que se lo diga. Y la verdad, veni-
conocido estaba enfermo. Sin embargo, otro mos únicamente para echarle una soberana
de los concurrentes lo comentó á su modo, y peluca; una peluca de padre y señor mio, ¿No
dijo: es eso, Lucía?
—Eso es una borrachera. —Sí señor, sí señor, afirmó la joven ya más
Pero la borrachera duraba demasiado y no tranquila. Su conducta de Vd. es incompren-
prosperó tal idea. sible... ¡No corresponder á su hermana con
En fin, ya empezaba á convalecer cuando una pequeña muestra de cariño! ¡No haberle
la vecindad fué sorprendida por un nuevo puesto ni aun cuatro líneas, despues de cinco
acontecimiento. Una tarde llegaron dos seño- años de separacion, diciendo: aquí vivo ó aquí
ras jóvenes á la casa donde moraba el desco- muero!...
nocido y preguntaron por D. Fernando Are- Al recuerdo de estos cinco años de trabajo,
nillas. La mujer interpelada les dió galante- de orfandad y de lucha, tornó la pobre mucha-
mente las señas, siguiéndolas con la vista cha á entristecerse é inclinó la adorada cabe-
mientras las jóvenes subian la escalera ale- cita para ocultar su emocion. El hermano que
gres y ligeras como dos pájaros. No eran mal vió esto, se sentó á su lado y acariciándola y
parecidas, segun voz general, sobre todo la besándola en la frente, le dijo:
más jóven, á quien el deseo de sorprender al —¡Por Dios, Lucía, ten en cuenta mi situa-
desconocido animaba su rostro con una encan- cion, que era desesperada!... Habia que ganar
tadora jovialidad. En este rostro, de diez y el pan de cada dia en un país inhospitalario...
siete primaveras á lo sumo, notábanse tres Mira; la fortuna me ha tratado como la peor
cosas que complacian al observador más des- de las madrastras; ni un solo beso de paz me
contentadizo: los dientes que eran blanquísi- ha concedido... De modo, hermana mia, que
mos, los ojos negros y dulces y las cejas fui más desgraciado que tú, por lo que veo:
grandes y arqueadas, sobre las cuales la mo- tú has conquistado el cariño de una buena
rena frente parecia más tersa y más graciosa. amiga; yo me encuentro más pobre que una
Ambas vestian con gusto, pero sus faldas de rata y más solo que un estercolero que apesta.
medio color no podían ser más sencillas, lo —¿,Y quién tiene la culpa de eso? preguntó
mismo que sus sombreritos de viaje, que tal la compañera de Lucía. Y si hablo así es por
vez revelaban en su simple labor y adorno la lo que me ha contado su hermana de Vd. y
mano práctica y hábil de la portadora. por lo de la peluca. Usted abandonó sin moti-
En el momento que llamaban á la puerta, vo su carrera; Vd. no quiso tomar ningun ofi-
acababa nuestro desconocido de levantarse del cio; Vd. llenó de disgustos y penas la vida de
lecho y vestirse á toda prisa. Creyó que seria su difunto padre; Vd. se escapó de su casa con
Chinitas y abrió sin molestarse en preguntar, una pícara mujer, desertó del ejército y se
por lo cual su sorpresa fué muy grande. marchó Vd. á Buenos-Aires sin avisar á su
—¡Fernando!... gritó la más jóven de las madre, y sin conocer que aquella mancha y
viajeras arrojándose á sus brazos. Luego sacó esta separacion podian agravar su enfermedad
el pañuelo apresuradamente y se enjugó las y llevarla al sepulcro. Repito, señor don Fer-
lágrimas. nando, que esto es atroz, y que no sé lo que
152 REVISTA IBÉRICA.

usted merecía... Merecia Vd. que no le quisie- flaca, me ahogaba el despecho y la corajina
ra su hermana tanto como le quiere. que interiormente sentia contra todos ellos.
—Eso si que no, repuso nuestro héroe con Llegó por último una tarde en que creí volver-
viveza, á la vez que empequeñecia la nariz me loca. Habia bajado al huerto por verdu-
por medio de una contraccion nerviosa y po- ra... de pronto me escurrí á la calle... y an-
nía en su expresiva mirada levísima sombra de dando, acolando, me encontré en la plaza. Al
tristeza. ¿Verdad que me perdonas, Lucía mia? oscurecer entraba en la estacion, y ví el tren
Yo me defendí como pude de mi mala sombra... que iba á partir para Madrid... Afortunada-
Cierto que algunas veces obré mal, pero obré mente habia billetes de tercera, y tomé uno.
como un insensato, sin darme cuenta del daño No quiero ponderarte las angustias de mi lle-
que causaba á mi alrededor... Pero ahora será gada y 1o mucho que sufrí hasta que tropecé
otra cosa; yo te prometo por la memoria de con Mercedes, mi amiga de colegio, que tenia
nuestra madre, no separarme de tí, vengarte un obrador de costura, y á quien nunca agra-
de las injurias de la orfandad y hacerte tan deceré bastante lo que le debo.
feliz, que las pasadas desdichas te parezcan un —De eso no hablemos ahora, queridita. Bás-
triste sueño que se desvaneció para siempre... tele á Vd. saber, señor don Fernando, que tra-
¿Verdad que me perdonas, hermana mia? bajamos mucho y ahorramos poquísimo. De
—Cuántas noches, despues de diez horas de estos ahorros insignificantes ha salido este
trabajo, en casa de nuestros tíos, me acordaba viaje, hecho exclusivamente para sorprender
de tí, y me decía á mí misma temblando de le en su retiro... Creo que bien puede usted
miedo y de frío: Si Fernando estuviera á mi agradecérnoslo, ¿eh?
lado no pasaria yo hambre, ni tendria que ar- —Con el alma y la vida, contestó Fernando,
rastrarme por los suelos como la última de las volviendo á acariciar á su hermana. ¡Pobre
criadas, ni sufriría el desprecio de estos parien- Lucía mia!... Mi historia es muy larga, muy
tes, ni me veria... pero no, no quiero contarte larga... pero de todos modos, yo tambien en
el horrible martirio á que me condenaron. América me acordaba mucho de tí.
—Cuenta mujer, cuenta, insistió su amiga, —Vaya que se conoce, repuso Mercedes.
para que sepa este caballero lo que vale su —Es Vd. implacable, señorita... No quisiera
hermana, y el poco meollo que se necesita que fuese mi hermana de madera tan áspera...
para no hacer caso de ella. En cuanto Vd. me trate y me conozca a fondo,
—Pues bien, continuó Lucía; despues se me perdonará como Lucía, y comprenderá que
empeñaron en que tenia vocacion de monja y merezco por mi fatal estrella más compasion
que habia de entrar como novicia en las Mer- que vituperio.
cenarias. Ya tú conoces aquella gente devota —Ojalá me equivoque, señor don Fernando;
de Toledo, y es inútil añadir, que todos cuan- pero temo que pese más en su cuerpo la carne
tos venían á casa eran de la misma opinion. de pícaro que la de hombre de bien.
Fuimos al convento, me hicieron conocer á la —De todo hay en la viña del señor, aunque
madre priora y á don Melquiades Romo, cape- bien mirado yo no puedo querer á mi herma-
llan de las monjas, que me sermoneaba todas na más que con el corazon de un hombre de
las noches, y á quien yo no podia sufrir por lo bien. No hagamos caso de lo demás ¿verdad
mal que le olía la sotana. Así es, que me acos- Lucía?
taba asustada y amanecia casi siempre lloran- Y así continuaron charlando largo rato, con-
do y pensando en aquellas horribles tinieblas viniendo, por último, en que al dia siguien-
del convento. Me faltaban las fuerzas para re- te por la noche, tomarian el tren correo para
sistir. Algunas veces, mi tio, con sus ojazos tornar todos tres á la coronada villa.
de loco, se presentaba de repente en mi cuar- La desaparicion del desconocido en compa-
to y me amenazaba con ponerme en la calle. ñía de las jóvenes, causó profunda sorpresa al
Y siempre concluia del mismo modo: ¡Desgra- vecindario.
ciada de tí si no sigues mi consejo!... ¡algun —Un hombre tan raro no debia tener fami-
dia lo habías de llorar con lágrimas de sangre! lia, es lo que afirmaban varias comadres,
Las palabras dulzonas de su mujer me hacian acompañándose del tric... trac... de sus largas
aún más daño, porque me echaba en cara la agujas de hacer media, sentadas orondamente
comodidad y los desahogos de nuestra casa. delante del portalillo de una vecina, á la man-
Eres muy señorita, hija mia, exclamaba á me- sa caída de la tarde. Y su afirmacion fué un
nudo. ¡Ah! si tu pobre madre no hubiera teni- verdadero epitafio.
do una cabeza tan destornillada... no pasaria Despues de algun tiempo, nadie se acordaba
lo que pasa... ¡Jesús mío! tanto lujo y tantos en el barrio del desconocido.
requilorios para acabar á la postre por tener Tanto en el viaje, como á la llegada, mos-
que comer patatas. Al mismo tiempo; cuando tróse Fernando tan complaciente, tan cansado
me miraba yo al espejo y me veia tan fea y tan de sus aventuras y tan desengañado del mun-
REVISTA IBÉRICA. 153

do, que hasta la misma Mercedes acabó por recriminaciones, acusacion impremeditada,
creer en la sinceridad de su arrepentimiento. porque todavía no me conoce á fondo. Pero
Lucía estaba más contenta que nunca. Su mo- tú... ¿y eres tú la que me acusas? ¡Mi propia
desto cuartito de la calle de Jesús y Maria, hermana, mi Lucía; el único ser en quien he
contaba con un dormitorio de sobra, destinado depositado mi cariño y mi confianza!... ¡Oh,
á los enseres y ropas de poco uso, y allí colo- qué desengaños más crueles me reserva la
caron á Fernando. enemiga suerte! Podré yo ser, hermana mia,
Quedaban de su familia algunas buenas re- un hombre de pasiones, un desdichado loco;
laciones, que ambos hermanos trataron de nunca un ladron doméstico, entiéndelo bien.
reanudar por consejo de su amiga. Entre estas, Despues de hablar así, le volvió la espalda
habia un deudor insolvente de los prósperos y se fué tan compungido, que la misma Mer-
tiempos del padre, que les prometió su in- cedes, escondida en la alcoba del gabinete,
fluencia, ya que no podia cumplir con dinero. creyó oír sus reprimidos sollozos. Abrazáronse
Un ligero cambio político, la entrada de dos entonces ambas amigas, mudas y pensativas,
nuevos ministros en el gobierno, bastó á los sin saber qué camino tomar en su infortunio.
pocos meses para que el agradecido deudor hi- Al levantarse más tarde de la mesa ofrecióse
ciera efectiva su promesa. Fernando recibió Fernando acompañar á Mercedes á todas las
una credencial, y fué colocado con dos mil casas de préstamos sobre alhajas, para ver si
quinientas pesetas en el Ministerio de Fomen- daban con el inapreciable aderezo. Sus pasos
to. ¡Con qué júbilo recibieron al hermano aque- al fin y al cabo fueron bien inútiles, y solo el
lla noche! La vuelta del hijo pródigo no debió tiempo pudo apaciguar el dolor de semejante
festejarse con mayor alegría en la paterna pérdida. Por otra parte, favorecíales la fortu-
casa. Verdad es que faltaba en su mesa el ter- na aumentando el crédito de su obrador y el
nero cebon de que habla el Evangelio; pero en número de sus parroquianas. Las dos amigas
cambio habia unos ricos filetes de idem y una habían reunido sus ahorros que ascendian á
hermosa botella de Valdepeñas, reservada para unos 15 ó 16.000 reales, reservándolos la pri-
estas grandes solemnidades. mera para su dote, y la segunda, ó sea Merce-
Y en cuanto á Mercedes y Lucía, como no des, para abrir una tienda lujosísima en el
faltaba trabajo y eran notables maestras en la centro, que era su sueño dorado.
costura, podían ahorrar unos cuantos reales De Lucía se enamoró un muchacho inteli-
todas las semanas, preparándose así para el gente y laborioso que llevaba la direccion de
porvenir. Si alguna cosa les preocupaba, eran una casa de comercio y pensaba en un dia no
las distracciones del hermano, que solía reti- lejano hacerse corredor ó emprender algunos
rarse siempre de madrugada. Luego iba tarde negocios por su cuenta.
á la oficina, y el jefe de su Negociado le rega- Así marchaban las cosas, cuando una ma-
ñaba de vez en cuando. Otro dia sucedió un ñana despues del desayuno supieron que Fer-
percance que les afectó dolorosamente. En un nando no habia vuelto á casa. A Mercedes le
rinconcito de su cómoda, conservaba Mercedes asaltaron tristes presentimientos, pero no
un medio aderezo de oro que habia sido el re- quiso comunicárselos á Lucía. La conducta de
galo de boda de su madre. Y lo que pasa en su hermano no habia variado ni un ápice
estos casos: una mañana que por casualidad desde los primeros dias, y bien podian ser in-
ponía en órden sus antiguallas y diges, lo fundadas las dudas que le martirizaban.
echó de ménos. Lucía que le acompañaba en Sentáronse á comer en silencio, intranquilas
la faena, tuvo idéntica sorpresa, y parecida y tristes, esperando el desenlace de tan miste-
idea. Visitábalas de ordinario muy poca gente, riosa tardanza.
las costureras y oficialas que acudian al obra- Aquella tarde recibieron una nota ó aviso
dor, eran buenas muchachas; de los vecinos de su jefe que le llamaba inmediatamente á su
no habia motivo para sospechar... ¿quién podia despacho. Despues se presentó un compañero
ser el autor? ¡Qué bochorno para Lucía, si suyo á reclamar 15 duros que hubo de pres-
como temian, resultase Fernando el verdadero tarle días antes, sin recibo ni pagaré de nin-
delincuente!... Y no fué corta ni perezosa; al gun género y fiando en la formalidad de su
dia siguiente se lo espetó en crudo, porque promesa, de la cual no podia dudar nunca. A
así habia que obrar, segun la opinion de su este buen amigo le aseguraron al salir del mi-
amiga. nisterio que Fernando no estaba ya en Madrid,
—¡Cómo! ¿Sereis capaces de dudar de mí? y tampoco quiso creerlo. En la misma semana
preguntó á su vez Fernando con una santa in- hablaron los periódicos de la desaparicion de
dignacion que se reflejaba en la fulgurante una actriz francesa, muy mediana, que traba-
mirada y en el abultamiento de aquella gruesa jaba en la opereta cómica de la Alhambra, con
nariz, cuyas rojas ventanillas parecían echar un empleadillo de Fomento. Las señas eran
sangre. De Mercedes esperaba yo sospechas, mortales, y sin embargo, aún dudaba de la
154 REVISTA IBÉRICA.

verdad del hecho el acreedor de los 2,5 duros. sus cinco años de trabajo, la esperanza de la
Ocho dias despues de esta escapatoria, Lucía dote, su porvenir asegurado, todo habia des-
tuvo carta de su hermano; una carta larga, aparecido en las manos del burlador infame.
minuciosa, patética, elocuente, que concluía —¿Pero es esto posible, Virgen santa? pre-
de este modo: guntaba Lucía con un acento de dolor indes-
«Desengáñate, querida hermana; en este criptible.
mundo no hay mal que por bien no venga. Es Mercedes no lloraba, como su desconsolada
la última locura, de la cual estoy arrepentidí- amiga; sentia únicamente haber sido engaña-
simo; pero algo he aprendido por ella. Dentro da lo mismo que los imbéciles, y se vengaba
de tres ó cuatro días volveré á tu lado, y así con esta frase:
debes hacerlo presente á nuestra querida Mer- —¡Oh tu hermano!.. tu hermano erró la vo-
cedes, Quiero sincerarme de esta gran falta; cacion; hubiera hecho un cómico inmejorable.
deseo que le impongais el correctivo que me- José M. Matheu.
rece, y por grande que sea yo lo recibiré con
gusto de vuestra mano. ¡Te pareceré tan des- ————
preciable y tan olvidadizo!.. pero tú me verás, UN NATURALISTA PORTUGUÉS.
tú comprenderás que no lo soy tanto como ——
parezco. Lucía mia, no me aborrezcas antes de O primo Bazilio, episodio doméstico, por Eça
verme, te lo ruego por la memoria de nuestra de Queiroz.—1878.
madre. En el ínterin, arreglad vuestros nego- —
cios y disponeos á venir conmigo á París.
Aquí está vuestro porvenir; yo os aseguro que Parece cosa fatal que españoles y portugue-
al cabo de cinco años de trabajo os podreis re- ses no lleguen á conocerse y estimarse nunca.
tirar ricas, tan ricas como nunca lo habeis Diría cualquiera que en literatura no era esta
soñado en esos tristes Madriles. Esta es la ver- empresa tan difícil. Pues lo es mucho, á juz-
dadera América de las modistas. Vestireis á gar por los hechos.
una duquesa y os casareis con un banquero. Pasan los años, van cayendo preocupacio-
La chinela de una mujer bonita no tiene aquí nes, allana el arte las fronteras de los Pirineos,
precio. Y estais dispuestas á encontrar vuestra y sin embargo, por las llanuras de Extrema-
fortuna debajo de la cifra de un pañuelo blan- dura no se atreve á pasar; y portugueses y
co, primorosamente bordado, que hayais de- españoles seguimos sin conocernos y sin esti-
jado caer á los pies de un príncipe ruso. Y no marnos.
digo más. Ya sabes cuánto te quiere tu mejor Portugal conoce nuestras zarzuelas, y aho-
hermano,—Fernando.» ra, con motivo de la visita de sus reyes á los
Al acabar la lectura, habíase quedado Lucía Borbones de España, conocen algunos perio-
perpleja y como encantada ante aquellos hori- distas de allí la Sociedad de Escritores y Artis-
zontes desconocidos que le mostraba su her- tas y algunos versos de poetas de segundo
mano desde lejos. Mercedes meditaba: ¿era sin- órden.
cero aquel grito de un corazon arrepentido? Pocos días hace leía yo en una Revista por-
¿Eran creíbles aquellas cariñosas protestas, tuguesa impresiones de viaje de un escritor
aquella nueva promesa de volver al buen ca- muy discreto de Lisboa; pues á, pesar de su
mino y aquel vivo deseo de su felicidad? discrecion, engañado por las apariencias y
Trascurridos ocho días y no teniendo noticia los reclamos, ese escritor llamaba ilustre poeta
de su venida, decidió Mercedes tomar una á un pobre coplero de por acá, sin crédito al-
tienda vacante en la calle del Arenal. La casa guno, y copiaba versos del tal, como muestra
era nueva y la proposicion del dueño acepta- de lo que somos capaces de hacer nosotros.
ble. Lucía opinó lo mismo. El mismo viajero citaba frases de un truchi-
Una noche, antes de acostarse, buscaron en man español, que vive de fusilar chistes fran-
el doble cajon de la cómoda los quince mil ceses, como si se tratara de nuevo Quevedo ó
reales de sus ahorros, porque á la mañana si- del Fígaro de ahora... Estas equivocaciones
guiente habian quedado en firmar el contrato. se explican. Aquí la parte formal de la vida
Este doble cajoncito era un secreto; abrie- literaria la representan los que ni siquiera son
ron y ambas se miraron con asombro: no es- literatos; los portugueses han venido y, salvas
taba el dinero. honrosas excepciones, los escritores que los
En el mismo instante Lucía se puso blanca han salido á recibir representaban la flor y
como la que acaba de morir y cayó desvane- nata de la cursilería literaria.
cida en brazos de Mercedes. Idéntica sospecha Pero ¿dónde voy á parar? Se me ocurrió todo
habia herido como un rayo la imaginacion de lo dicho pensando en que un libro como El
las infelices: sólo Fernando conocía el secreto primo Basilio, no era conocido en España, á
de su cómoda. Los esfuerzos de su laboriosidad, pesar de haberse publicado tan cerca, en Lis-
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boa, y hace ya tantos años. Es sencillamente en ellos, llegará á sorprender la secreta vía
absurdo el afectado desden de algunos estira- por donde las observaciones de Zola van á
dos académicos y aprendices de académico res- buscar las observaciones de Balzac; sirva de
pecto de la literatura portuguesa contempo- ejemplo en esta, noble y legítima clase de imi-
ránea. Será triste decirlo, pero es la verdad; el tacion el gran parecido íntimo entre Isodaun
espíritu general de la literatura contemporá- de Balzac y Plassence de Zola. Narrado lo que
nea está allí más adelantado que en nuestra suele llamarse el argumento de El primo Basilio
tierra. Se pueden citar pléyades de brillantes en pocas palabras, sin atender al valor psico-
escritores que en prosa ó en verso representan lógico, á la observacion y á la forma puramen-
la nueva vida literaria, lo que es oportuno, lo te artística, se parece mucho al de Madame
que no es arcaico... y en España predomina la Bovary, pero la buena fé no puede contentar-
herrumbre. ¡Y pensar que un escritor español, se con esto. Luisa es la mujer de la clase media
insigne sin duda, afirmaba há poco que la li- (aunque no tan humilde como la Bovary), que
teratura portuguesa moderna era inferior á la prueba el adulterio por cierto sentimentalismo
catalana! que nace de la aspiracion á una vida más fácil,
Para acabar con tamañas injusticias, con- más elegante, más selecta en sus pormenores
viene leer mucho á los escritores de Portugal de lujo y distincion, á partir de una existencia
que hoy representan allí la savia fecunda de vulgar y monotona, que no se llena con las
la vida moderna, y no leerlos en detestables ordinarias tareas de una mujer casada, sin
traducciones, sino en el original, que es donde hijos y que no necesita descender en los tra-
valen, como toda literatura verdadera. bajos domésticos, á los detalles que podrian
El naturalismo, esa tendencia literaria que arrancarla de la poesía de sus ensueños. Luisa
con haber nacido en Francia no parece fran- no llega á caer tan abajo como madame Bo-
cesa, que se va abriendo paso y va siendo con- vary, si se atiende á que no pasa del primer
viccion arraigada de muchos escritores en amante; pero con éste agota todos los refina-
muy diferentes países, tiene en Portugal tam- mientos del vicio; llega por la curiosidad mal-
bien dignos representantes en la novela, en la sana de la lascivia á las groserías del lupanar,
poesía y en la crítica. sin entrar en ese templo de la podredumbre.
Uno de los más notables es Eça de Queiroz. Y sin embargo, no pasa del primer amante;
Hoy no pienso hablar á los lectores de la RE- cuando éste la engaña, vuelve al amor, ó cree
VISTA IBÉRICA mas que de una obra de este es- volver por lo ménos, de su esposo, y ya toda
critor. El primo Basilio está francamente ins- su vida se reduce al martirio de ocultar, á cos-
pirado, si vale hablar así, en las novelas de ta de grandes humillaciones, las pruebas de
Balzac, Flaubert y Zola, pero especialmente su delito. Cuando el marido descubre el crí-
en la inmortal Madame Bovary (que un crítico men, Luisa muere como herida. por un rayo.
español confesaba sin rubor no haber leido). Como madame Bovary, se ve Luisa en situa-
Hasta tal punto existe relacion de procedi- cion angustiosa por falta de dinero; como
mientos entre ambas novelas, que el que se ella recurre á su amante y se v edesairada, y
propusiera atacar la del portugués podria, como ella tambien busca el auxilio de un apa-
obrando de mala fé, hablar de plagio, acusarle sionado á quien no ama, y á sus solicitudes
de imitador. groseras, contesta con el desprecio. Y á pesar
Imitador es, sin duda, Eça de Queiroz, pero de todo esto, madame Bovary y Luisa, son,
imitador de tendencias, de procedimientos: la dentro de una misma especie, de familias de
observacion, la experimentacion, la composi- caracteres muy diferentes. Valentía ha sido, y
cion, el estilo, la invencion son en él comple- grande, en el autor portugués, el atreverse con
tamente originales. un personaje que tales recuerdos traía; pero
La mala fe puede ver servil imitacion en bien hizo en contar con sus fuerzas, que eran
lo que no es más que conformidad de escuela, muy poderosas.
tendencia idéntica. Nadie más enemigo que Reune Eça de Queiroz las más importantes
yo de los imitadores y de los sofismas con cualidades del novelista, segun entiende que
que defienden sus plagios y caricaturas; pero ha de serlo el que merezca el nombre de tal, la
cuando lo que se hace es seguir una escuela nueva tendencia literia.
literaria, con conviccion profunda de lo que se No ha ido á briscar personajes, caracteres,
hace, con reflexion propia ,y con elementos de costumbres, ni color local lejos del mundo que
produccion artística originales, entonces la le rodea. Lisboa es el lugar de la accion, y
imitacion deja de serlo en ese sentido de la pa- cuantos figuran en ella, verdaderos lisboetas,
labra que hace de ella un sambenito. como el autor dice. Hasta Bazilio, el enfatuado
Tambien Zola imita á Flaubert, y más toda- brazileiro, el elegante aburrido D. Juan Teno-
vía, á Balzac. El que haya leido á estos auto- rio de Ultramar, es un tipo que ha copiado del
res con cariño una y otra vez, para estudiar natural, sin necesidad de figurárselo y pin-
156 REVISTA IBÉRICA.

tarlo de oidas. La originalidad, sin más que que en su tierra goza el autor. Dirán que esta
estas condiciones, aparece con caracteres de novela no tiene interés, no tiene variedad. ¡La
absoluta, á pesar de las semejanzas que quiera lucha de un ama con una criada que no quiere
ver la malicia. entregarle unas cartas que la comprometen,
Pocos personajes intervienen en la obra; robadas por la doméstica! ¡Eso es y nada más
Luisa, Basilio, Juliana, Jorge, Sebastian, doña El primo Basilio! Algo más es, pero no cabe
Felicidad, D. Acacio, Leopoldina, Julian, Jua- negar que en esa lucha se emplea lo más del
na, y otros pocos personajes que apenas ha- libro; se arrastra, en efecto la accion con esa
blan, son los que bastan para hacer interesan- pesadez con que caminan la desgracia, la mi-
te este libro lleno de verdad, de intencion, que seria humana, lo mismo en los libros buenos,
encada página hace admirar la perspicacia, el como L‘Assommoir, que en la vida real, que es
arte, la gracia y la profundidad de observacion el mejor libro naturalista.
del autor. Eça de Queiroz es un maestro en esto de no
De todos los escritores que yo he leido, es fabricar el interés pueril y falso de las novelas
Eça de Queiroz el que más se acerca á Zola, que aún hacen las delicias del público impre-
entre cuantos procuran seguir su tendencia. sionable y de curiosidad enfermiza. Una de las
El naturalismo en la novela no admite me- facultades más difíciles en el novelista moder-
dianías; como el lugar comun, la vulgaridad, no—lo he dicho varias veces—es saber imitar
los recursos falsos de prendería, están prohi- en el movimiento de los fenómenos supuestos
bidos, necesita el escritor hacerlo todo, y no el que tienen los de la vida; cómo se combi-
vale fingir facultades; si no se tiene gran ta- nan; cómo se condicionan é influyen unos en
lento, si no se ve mucho, si no se sabe volar otros en diferentes respectos. Por nada mejor.
más alto que el vulgo, es inútil todo esfuerzo. que por esto se conoce la falsedad de una obra
En el naturalismo hay dos grandes maneras de imaginacion, y son pocos los libros que re-
por lo que respecta al estilo: la sobriedad de sisten á un análisis fundado en este criterio
Balzac (sobriedad de estilo, entiéndase bien, no de la imitacion de lo que puede llamarse la
en las palabras, no en detalles descriptivos) morfología de los fenómenos. En El primo Ba-
llevada al extremo en Sthendal, y la brillantez silio marcha la accion naturalmente, sin nin-
y el color de Flaubert, extremados en los Gon- guno de esos saltos ilógicos que destruyen un
court y modificados en Zola y en Daudet con carácter ó suponen en la vida casualidades ó
sello de gran personalidad. contingencias inverosímiles, armónicas com-
Eça de Queiroz, sin dejar de ser brillante y ponendas de los sucesos punto ménos que im-
pintoresco cuando quiere, suele preferir la for- posibles. En este respecto, Bien puede decirse
ma concisa que se va derecha al asunto: narra que no hay escritor español que aventaje ni
más que describe y describe muy bien con iguale acaso á Eça de Queiroz, hecha excep-
pocos rasgos. cion de Perez Galdós en su Desheredada, que le
En El primo Basilio la observacion no se de- iguala en este punto, aunque no le supera.
tiene tanto en la convivencia social, en el He citado á Perez Galdós, único novelista
estudio de las costumbres, como en el carác- español de facultades más admirables que las
ter, y en éste casi siempre escoge lo interior, de Eça de Queiroz. No tiene éste su límpida
lo que se llama generalmente lo psicológico. sencillez; no tiene su variedad de tono y re-
No es que no se dé á la fisiología su parte le- cursos; pero si en estas y otras cualidades es
gítima; pero se deja que su efecto en el espí- inferior al gran novelista español—á cuya
ritu determine acciones morales para analizar. altura pocos llegan—posee un mérito en que
No estudia á Luisa por fuera, por los sínto- acaso aventaja á Galdós mismo: es más inten-
mas exteriores Eça de Queiroz con la insis- cionado en su malicia; parece conocer mejor
tencia y proligidad que Zola emplea en Ger- las flaquezas femeniles, haber visto más de
vasia, en la esposa de Mouret, cte., etc. Y sin cerca á la mujer, en la intimidad de su toca-
embargo, en la caída de la esposa de Jorge se dor... y hasta de su alcoba. Galdós pinta bien
ve, más que las influencias exteriores, mas á muchas mujeres, no ya sólo á las de su pri-
que la accion de las circunstancias, de la edu- mera época, Solita, Inés, Gloria, Marianela,
cacion, el influjo del estado físico, algo de la Maria Egipciaca, etc., sino á Isidora (su mejor
ocasion, como tal ocasion, la curiosidad; todas creacion del sexo contrario), radiante de ver-
esas causas pequeñas que suelen ser las más dad; pero las pinta siempre muy vestidas,
frecuentes en esta clase de desgracias. En este muy sobre sí, como si sólo las hubiera obser-
punto muestra el autor grande habilidad, vado delante de gente, en visita. Muchas ve-
mucho estudio del asunto y dotes de serio y ces se conoce que Galdós, en tal materia, adi-
perspicaz observador. vina, más que recuerda, lo que ha observa-
Críticos españoles conozco yo que si leen El do; se desea que tan gran talento, aquella
primo Basilio extrañarán este elogio y la fama gracia socarrona y penetrante, tengan á veces
REVISTA IBÉRICA. 157

más malicia, vean las cosas más tristemente, cionamiento de dichas especies mediante la
las desprecien y las flagelen más. La ironía de lucha por la existencia, traducida de la segunda
Galdós lleva consigo el bálsamo de las heridas edicion inglesa por Bronn. Stuttgart en 1860.
que causa. En este respecto, Eça de Queiroz He cumplido tu voluntad, estudiando dete-
se parece más á los naturalistas franceses que nidamente tan curiosísimo libro, y á la ver-
tienden al pesimismo, aunque no con tenden- dad, su instructiva lectura convierte en placer
cia de enseñanza artística, que seria contra- el trabajo.
diccion palmaria. Cuando tanto empeño tenias en que leyera
Con mucho gusto entraria en el análisis de- la obra, que tan decididamente colocas en pri-
tallado de El primo Basilio, pero ya me falta mer lugar entre las científicas modernas, con-
espacio para ello. Diré muy de prisa, que la tabas seguramente con mi pasion por la botá-
vida de Lisboa, segun la lleva la clase media, nica y la horticultura. Estas ciencias ofrecen,
está pintada con verdad tan correcta que da la efectivamente, un campo vastísimo para la ob-
ilusion de la realidad. Parece que se asiste al servacion, sobre todo la de la lucha por la
Passeio, al Fausto en San Cárlos, y que se existencia. ¿Y cómo no, cuando nosotros mis-
siente en derredor la vida un poco monótona mos tomamos parte en la lid, mostrando nues-
de una capital un poco provinciana, á pesar de tras preferencias en la accion, que en el len-
ser corte. Entre los personajes secundarios son guaje vulgar designamos con la palabra
dignos de especial mencion Sebastian, dibu- arrancar?
jado con cariño y con delicadeza que encanta; Causa admiracion el desarrollo de que es
el conselheiro D. Acacio, carácter perfectamen- susceptible una planta cuando encuentra es-
te estudiado, producto de observacion profun- pacio suficiente y condiciones de vida favora-
da y prolija; Julian y doña Felicidad tambien bles; pregúntaselo si no al jardinero que ve
son dibujos de mano maestra. Pero lo mejor de comprobarse este hecho más veces de las que
todo, mejor que el mismo carácter de la prota- desearia.
gonista, es el estudio del carácter de Juliana, Y en cuanto á la variabilidad de las especies
la doncella, ladrona de honor, fábrica de con- ó á la persistencia de las mismas, en fin, en
cupiscencias atrofiadas y miserables... Y no cuanto á la seleccion natural, basta la cons-
sigo, porque habria nucho que alabar to- tante observacion y la experiencia para con-
davía. firmarlas en algunas de nuestras más variables
Aunque toda la novela es buena, en la últi- flores de adorno, que desde hace algunos años
ma tercera parte el interés, el verdadero inte- tienden marcadamente al perfeccionamiento.
rés, el que nace de imitar bien la vida, aumen- Sin embargo, amigo mio, te equivocaste al
ta hasta el punto de que cuantos sobresaltos suponer que la obra en cuestion influiria pre-
y dolores hay en el libro, el lector los siente; ferentemente en mi aficion por la horticultura;
la ilusion es completa; se lee hasta la última las doctrinas darwinistas tomaron otro rumbo
hoja sin poder contenerse... y todo esto lo en mis ideas y me condujeron al estudio com-
consigue el autor sin salir de la más severa. parativo con la ciencia del lenguaje.
dogmática naturalista. Ningun arranque de Del estudio del organismo gramatical sur-
fantasía en que el ingenio se luzca á costa de gen ideas análogas á las que expone Darwin
la verosimilitud... ¡un prodigio de habilidad, hablando de los séres en general. Esto lo
en suma! dije (1) hasta cierto punto en el año 1860 (2),
Yo aconsejo á los lectores que si no conocen año en que apareció la traduccion alemana de
esta novela la lean cuanto antes... en portu- las obras de Darwin sobre La lucha por la exis-
gués, por supuesto. tencia, la extincion de las formas primitivas y la
Clarin. gran extension y diferencia de una misma raza en
una zona filológica; relacionándose de una ma-
———— nera notable lo que expuse con las doctrinas
EL DARWINISMO Y LA FILOLOGÍA. de Darwin. No te sorprenda, pues, el que entre
—— alegremente en materia.
Si deseas saber la impresion que me causó
Carta al Dr. Ernst Hœkel, escrita por Augst Schleicher. la obra de Darwin, te la participaré con gran
— placer, como la participaria á todo el mundo.
Yo creo que la observacion, carácter funda-
Querido amigo: Mucho tengo que agradecer mental de la teoría darwinista, encontrará
tu empeño en no dejarme sosegar hasta con- ————————————————————
seguir que leyera la importantísima obra de (1) En su obra Die deutsche Sprache, Stuttgart. 1860,
Darwin, que tantas discusiones ha motivado pág. 43.
sobre el origen de las especies orgánicas por (2) La primera edicion del original inglés se publicó
seleccion natural y la conservacion y perfec- en Noviembre del año 1859.
158 REVISTA IBÉRICA.

grandes aplicaciones en las ciencias, más aún, nuestra ciencia; todo ingenioso discurso que no
si así puede decirse, ha encontrado muy posea sólidas bases, carece de valor científico.
pronto adictos desconocidos. Seguro estoy de La palabra es un órgano natural, que fuera
que esta opinion no te desagradará á tí, al del dominio de la voluntad del hombre, crece,
gran defensor de las doctrinas darwinistas. Me se desarrolla y áun envejece y muere, obede-
parece que lo que te voy á decir no carece ciendo á ciertas leyes; le es propia, tambien la
completamente de interés para los demás: di- serie de fenómenos que designamos general-
rigiéndome, pues, á tí particularmente y pro- mente con la voz vida.
curándome el inocente placer de sorprenderte La ciencia del lenguaje es una ciencia natu-
con estas humildes líneas, hablaré, como si lo ral; su método, pues, debe ser enteramente el
hiciese públicamente, de la ciencia, que de- mismo que el de toda ciencia natural. Este
searía adquiriese más conocimientos sobre el estudio, que gracias á tí, hago de la obra de
lenguaje, de los que posee actualmente. Y no Darwin, no puede, pues, parecerme fuera de
me refiero solamente al análisis fisiológico del mi terreno.
sonido lingüístico, sino tambien al exámen y Vistas las tendencias de nuestra época, creo
consideracion de las derivaciones filológicas, que la obra de Darwin se modificará, salvo
en sus diferentes acepciones, que tan impor- algunos párrafos en donde el autor, consecuen-
tante papel desempeñan en la historia natural te con la conocida mezquindad de sus compa-
del género humano. Porque ¿no serian, quizá, triotas en materias religiosas, que, sin embar-
útiles las derivaciones filológicas, como base go, están de acuerdo con sus ideas sobre la
de un sistema natural único en su género? La creacion, no hace concesiones, párrafos que
historia del desarrollo del lenguaje ¿no es encierran una contradiccion de Darwin consi-
acaso una de las páginas más importantes de go mismo. De los principios fundamentales de
la historia del desarrollo de la humanidad? De- su doctrina se deduce la nocion de orígenes
ducimos rigorosamente, pues, que sin conoci- sucesivos, pero de ninguna manera la de una
miento de las relaciones lingüísticas, no se creacion de la nada.
pueden adquirir datos suficientes sobre la na- En consecuencia, resulta de las teorías de
turaleza y la existencia del hombre. Darwin, que el principio de todos los órganos
Uno de mis mayores deseos es que los filó- de la vida, es una simple célula que se desar-
logos se penetren más aún de los métodos rolla completamente durante un cierto espa-
científico - naturales. Puede ser que las si- cio de tiempo, llegando por fin á constituir el
guientes líneas tengan el poder, por cuanto sér viviente, que no tarda en morir y desapa-
al método, de determinar á algun filólogo no- recer. Y en efecto, encontramos esta forma
vel, á asistir á la cátedra de algun hábil natu- simple de la vida en los órganos que acompa-
ralista. ñan los más ínfimos grados del desarrollo or-
Seguro estoy de que no se arrepentiria; á lo gánico, así como en el primer estado embrional
ménos sé muy bien lo que tendria que agra- de los séres superiores.
decer al estudio de obras, tales como la sapien- El libro de Darwin me parece que está en
tísima Botánica de Schleiden, las cartas fisio- completa armonía con los principios funda-
lógicas de Cárlos Vogts, etc., para el estudio mentales más ó ménos reconocidos de la filo-
de la naturaleza y vida del lenguaje. sofía moderna, y que están admitidos por la
Daré, pues, primeramente á conocer, lo que generalidad de los escritores científico-na-
entendemos por historia del desarrollo. Los na- turales.
turalistas nos enseñan, que sólo constituyen El espíritu de los tiempos modernos se in-
hechos en las ciencias, las observaciones com- clina visiblemente hácia el monismo. Las ideas
pletamente exactas, rigorosas, objetivas, y dualistas están en completa contradiccion con
que, únicamente tienen valor científico, las la naturaleza; sólo se recurre á ellas para opo-
deducciones basadas en estos hechos. Aprové- nerse al talento. Esa division en subsistencia
chense bien mis colegas de este conocimiento. y forma, ó como tambien podria. decirse, en
Interpretaciones subjetivas, estudios etimo- ser y vision. es un punto completamente fran-
lógicos inconstantes, vagas conjeturas, des- queado en nuestros dias por las ciencias natu-
pojan los estudios lingüísticos de su severidad rales. Para estas no existe materia sin espíritu
científica, degradándolos á los ojos de las (ni hay necesidad tampoco), lo mismo que sin
gentes ilustradas, y áun haciéndonos caer en materia no hay espíritu, más áun, no existe ni
ridículo; en fin, quitándoles de esa manera su materia ni espíritu, en el sentido comunmente
gran atractivo, cuando observaciones sensatas atribuido á estas palabras, sino sólo uno que lo
han enseñado á colocarlos en primera línea. constituyen ambos á dos (1).
Sólo las exactas observaciones del organis- ————————————————————
mo y de las leyes que le rigen, sólo el estudio (1) Con esto, apoyándonos en la observacion, tanto
científico del objeto, deben ser las bases de atacamos al espiritualismo como al materialismo.
REVISTA IBÉRICA. 159

El monismo es, áun hoy, erróneo en algu- vas faces de existencia. Lyell se funda en la
nos de sus puntos de vista; sin embargo, en la observacion.
historia del desarrollo de la filosofía moderna No tenemos, pues, razon alguna para supo-
vemos una tendencia muy grande hacia la uni- ner el pasado de una raza desaparecida; pues
ficacion. de la observacion del cortisimo período de la
No se nos oculta además, que visto el modo vida terrestre actual, se deduce un cambio
de pensar de nuestra época, y considerando los continuo en todo.
séres en general, la actividad científica ha to- Partimos, pues, de este principio, siempre
mado un camino muy diferente del que antes en consideracion de la vida del lenguaje, que
seguia: mientras que antiguamente se prepara- para nosotros entra en la última época, muy
ba el sistema antes que todo, luego se le traba- corta proporcionalmente, de las observaciones
jaba y por fin se le constituia en tal, hoy se directas.
procede á la inversa, profundizando primero Este pequeño período, de algunos siglos,
el estudio exacto y detallado del objeto, sin nos muestra, con exactitud incontestable, que
cuidarse de la construccion sistemática del la vida del organismo lingüístico cambia gra-
todo. dualmente obedeciendo á determinadas leyes,
Con tranquilidad suma se sufre la falta de un siendo injustificado el que supongamos haya
estado sistemático filosófico de nuestras exac- sido distinta en épocas anteriores.
tas y rigorosas investigaciones de detalles, Darwin y sus precursores fueron un paso
convencidos de que actualmente es imposible mas allá que los demás zoólogos y botánicos;
pensar en ello; más aún, para el ensayo de re- segun ellos, no sólo tienen vida los indiví-
paracion de este estado de cosas, debió haber- duos, sino áun la tienen las especies y las
se esperado á que poseyésemos una plenitud razas; éstas tambien se han derivado unas de
suficiente de observaciones exactas y de se- otras gradualmente; tambien ellas están suje-
guros conocimientos en todas las ramas del tas á variaciones continuas segun leyes deter-
saber humano. minadas.
Una consecuencia necesaria de las ideas fun- Lo mismo que todo hombre científico de los
damentales del monismo, doctrina que no ad- tiempos modernos, Darwin se apoya en la ob-
mite más que el sér, teniendo por idénticos servacion, aunque ésta, así como la existencia
el sér y la apariencia, como antes dijimos, es del objeto, esté reducida á cortísimos perío-
la importancia de la observacion en las cien- dos, tanto en la vida terrestre como en la del
cias, y de éstas en las naturales sobre todo. lenguaje.
La observacion es la base de la ciencia. Obsérvase hoy en dia, que las razas no son
Fuera de la observacion solo se admite por ne- estables, viéndose además en general la ten-
cesidad lo que se funda en argumentos cla- dencia á variar en pequeñas masas. Un hecho,
ros ,y demostrados; todo aquello construido á casual en sí, la brevedad del período durante
priori, valdrá á lo más como muestra de in- el cual se hubiesen establecido las observacio-
genio, mas para las ciencias es antigualla sin nes, es la causa de que no parezca completa-
valor. mente definida la variabilidad de la especie.
La observacion nos enseña, despues de cui- Compréndese perfectamente la necesidad de
dadosos estudios, que todo órgano de la vida que las observaciones que se han hecho durante
varía segun determinadas leyes; una de sus un gran número de siglos, en la vida de los
variaciones, la misma vida, constituye su pro- séres de nuestro planeta, estén en armonía
pio ser y sólo podríamos apreciarlo cuando co- unas con otras, para poder admitir esas varia-
nociésemos el número de sus modificaciones ciones contínuas y graduales que resultan de
y el total de su existencia. De otro modo; no aquellas efectuadas en nuestros dias.
sabiendo cómo se ha convertido en algo, no Segun eso, paréceme que las teorías de Dar-
sabemos nada. win son una consecuencia necesaria de los
Continuacion indispensable del fundamento principios admitidos hoy en dia por las cien-
de toda observacion es la consecuencia, á la cias naturales. Ellas se fundan en la observa-
cual deben las ciencias naturales la historia cion y son especialmente un ensayo de histo-
del desarrollo y demás conocimientos científi- ria de la formacion de los séres vivientes.
cos relativos á la vida de los órganos. Darwin ha realizado para la historia de la
La importancia de la historia del desarrollo vida de los séres en nuestro planeta, lo que
del organismo individual, para el estudio de Syell estableció para la vida del planeta mis-
éstos, está reconocida por todos. mo. Las teorías darwinistas no son, pues, una
Lyell define la vida de nuestro planeta como cosa incierta, creada por una imaginacion
«una serie gradual de variaciones, que se su- particular, sino hijas razonables y verdaderas
ceden,» teniendo, así como la vida de los or- de nuestro siglo; en fin, dichas teorías son una
ganismos naturales, entradas bruscas en nue- necesidad.
160 REVISTA IBÉRICA.

Aquello que Darwin nos revela en las espe- Estableceremos el tronco de las diversas ra-
cies animales y vegetales, se aplica perfecta- mas lingüísticas, de la misma manera que
mente, á lo ménos en su carácter fundamen- Darwin trata de hacerlo con las diversas espe-
tal, á los organismos lingüísticos. Esta apli- cies animales y vegetales.
cacion es el principal objeto de mi carta. Nadie dudará ya, despues de los trabajos
Creemos haber demostrado que todas las efectuados, que el indo-iranio (persa, arme-
ciencias de observacion, entre las cuales se nio, etc.), griego, itálico (latino, uskaro, úmbrio
encuentra la filología, están relacionadas en- y las hijas del latin), celtas ó eslavo, lituanio y
tre sí por un rasgo característico comun, de- germano ó aleman, son derivados de la lengua
terminado por un cierto principio filosófico. indo-germánica; tenemos, pues, una rama,
Abramos, pues, la obra de Darwin y veamos compuesta de numerosas especies, subespecies
cómo los principios allí establecidos vienen á y variedades, formas distintas de una funda-
aplicarse perfectamente á la filología. mental, la lengua madre indo-germánica, que
Observemos primeramente que las relaciones les ha servido de fuente comun. Lo mismo su-
de especificacion en el dominio del lenguaje, cede con el grupo de las lenguas semíticas
son realmente las mismas que las que existen (hebreo, sirio, caldeo, etc.), y en general con
entre los séres en general, sólo que los térmi- todos los grupos y troncos lingüísticos.
nos de que se sirven los filólogos, son diferen- Como ejemplo daremos al final de esta carta
tes de aquellos que emplean los naturalistas. en el próximo número, el árbol genealógico
Ten esto bien presente, pues todo lo que si- del grupo de lenguas indo-germánicas, que
gue está basado en ello. Lo que el naturalista segun nuestra opinion, es la imágen fiel de la
designaria por género, denomina el filólogo generacion continua de las lenguas. Se ase-
familia ó grupo lingüístico; géneros aproximados meja al cuadro simbólico de Darwin; mas de-
ú órdenes, es absolutamente lo mismo que, en bemos hacer notar que si éste traza un cua-
lingüística, grupos de familias ó ramas lingüís- dro ideal, nosotros en cambio lo hacemos con
ticas. la generacion de un grupo dado (1).
Sin embargo, no quiero de ninguna manera No siendo muy practicable la ejecucion
dejar pasar en silencio que al paso que entre exacta de nuestro cuadro, sólo hemos indicado
los zoólogos y botánicos no están precisadas las variedades, debiendo tambien haber dejado
las diferencias entre los géneros, los filólogos las divisiones de las ramas hiránicas é indias.
se hallan más acordes sobre dicho punto; más Hé aquí la explicacion:
adelante volveré á hablar de esta circunstan- En uno de los primeros períodos de la vida
cia característica que se reproduce en todas de la especie humana, existió una lengua que
las graduaciones de la especificacion. por un estudio especial de sus derivadas las
Las especies de un género, denominadas len- lenguas indo-germánicas, podemos suponer
guas de una familia, las subespecies son para nos- que fuera la lengua madre de éstas (2).
otros los idiomas y dialectos de una lengua; á las Al multiplicarse y ensancharse los pueblos,
variedades corresponden los subdialectos; y final- éstos se separarian, y despues de un cierto
mente, al individuo el tono de voz, al sér expresivo número de generaciones, durante las cuales
la lengua (órgano). la lengua comun habria tomado por gradua-
Como sabemos, los individuos de una mis- ciones insensibles caracteres diferentes en va-
ma raza no son nunca absolutamente iguales; rias partes de su dominio, se dividiria en dos
lo mismo sucede con los individuos lingüísti- distintas de ella misma; posible es que se haya
cos; el tono de voz se colora más ó ménos fuer- subdividido en muchas lenguas, pero proba-
temente en cada uno, lo mismo que todo sér blemente sólo quedarian dos de éstas, las cua-
expresivo difiere siempre algun tanto de los les se desarrollarían á su vez, sucediendo lo
otros. mismo á estas últimas y así sucesivamente.
Por lo que se refiere á las variaciones de las Así, pues, en cada una de las divisiones an-
razas durante el trascurso del tiempo, de que tedichas, se efectuaria idéntica operacion. Una
nos habla Darwin, por cuyas variaciones, di- de dichas ramas, la nuestra, por ejemplo, que
ferentes en grado y manera para cada indivi- llamamos slavo germánica, se subdividió nue-
duo, se originan muchas formas en una sola, ————————————————————
operacion natural que se reproduce continua- (1) En mi obra Die deutsche Sprache (La lengua
mente, hace tiempo que se han observado en alemana) hice un croquis de la generacion de las espe-
los organismos lingüísticos en general. cies y subespecies lingüísticas de una forma fundamen-
Si nos sirviésemos del estilo de los natura- tal, en un todo conforme con el cuadro modelo presen-
listas, designaríamos las lenguas como espe- tado por Darwin.
(2) En mi Compendium des vergleichenden Gram-
cies de un género, considerándolas como hijas matick der indogermanischer Spracher, Weimar, Boh-
de una lengua madre comun, de la cual nacie- lau, 1861, 1862 (1871 tercera edicion), hice un ensayo
ron por continuas variaciones. relativo á su forma gramatical.
REVISTA IBÉRICA. 161

vamente por diferenciaciones graduales (ó por REVISTA POLÍTICA EXTERIOR.


continua propension á la variacion de carác- ——
ter, como diría Darwin), en aleman y eslavo-lé- El Papa y la política europea.—La dimision de Herr Beunigsen en Ale-
mania; sus consecuencias probables; conflicto entre Bismarck y el Parla-
tico, de las cuales la primera fue la madre pri- mento; resúmen de la última legislatura.—La insurreccion albanesa; su
mitiva de todas las lenguas germánicas y dia- resonancia en Austria y en Bulgaria.—Situacion del imperio austro-
húngaro.—Actitud pacífica de Rusia; los nihilistas —Francia é Ingla-
lectos correspondientes, la segunda la del es- terra en sus respectivas colonias.—Un discurso de Mr Bright.—Síntoma
lavo y lituanio (báltico, lético, etc.) de insurreccion egipcia.
Las otras lenguas que se formaron por va- Durante la quincena que acaba de trascur-
riaciones de la lengua madre indo-germánica, rir se han acentuado los síntomas de un ade-
el ariograecoitalokéltico, dispensen el nombre, lanto de influencia de la Santa Sede en los
se subdividió más tarde en dos lenguas; una diferentes Estados de Europa donde hay plan-
el graecoitalocéltico, madre del griego, albanés, et- teados problemas político-religiosos de más ó
cétera, dando origen despues al céltico é itá- ménos trascendencia.
lico, por lo que las llamamos italocélticas, la otra En este asunto obsérvase un fentómeno que
fué base de la lengua aria (1), madre primitiva de seguro no ha pasado inadvertido para nin-
más aproximada de las familias indio (2) é hi- gun hombre pensador que no pierda de vista
rania (persa). la política exterior como punto de compara-
De la misma manera formaríamos cuadros cion y terreno de enseñanza. Hace trece años
naturales con los demás grupos lingüisticos, que el Papado perdió los últimos restos de los
cuyas afinidades estén reconocidas con sufi- Estados Pontificios y que el rey de Italia esta-
ciente exactitud (3). bleció su córte en Roma. El Papa, reducido
Podemos considerar las lenguas é idiomas por voluntad propia al Vaticano, no volvió á
(Mundarten), cuyos grados de proximidad sean salir de allí ni áun para ir á San Pedro.
bastante elevados, como subdivisiones de una Los últimos años del pontificado de Pio IX
lengua fundamental comun no muy lejana. se señalaron por la encarnizada lucha religio-
Las lenguas de un mismo grupo son siempre sa en Alemania y Suiza; estos Estados, lo mis-
diferentes las unas de las otras; más tarde es- mo que Bélgica, retiraron sus embajadores en
tableceremos su procedencia de una base co- la córte del Papa, el cual se hallaba abando-
mun. Antes estudiaremos las diferencias en las nado de todas las potencias que ni contaban
formaciones individuales. con él para nada, ni se ocultaban para prede-
Mas tiempo es ya, querido amigo, de que cirle un fin próximo; pero á la exaltacion al
tú, y contigo todos aquellos naturalistas que trono de Leon XIII comenzó la reaccion que
no se han ocupado de filología, propongan la áun cuando lenta, tranquila y sin ruido, hizo,
interpelacion que hace rato estoy viendo venir. sin embargo, grandes progresos que ahora
—¿En qué basais semejante ciencia? comienzan á ser notados.
Madres fundamentales, análogas á las que En la actualidad la situacion es perfecta-
establecéis para un grupo de lengua, por ejem- mente distinta, y como he dicho antes, debe
plo, establecemos nosotros para los animales interesar en alto grado á los políticos en parti-
y plantas suficientemente conocidos, en la hi- cular y en general á todos los hombres ilus-
pótesis de que se originan en una forma fun- trados que presten atencion á estos asuntos.
damental primitiva, cuya forma podemos de- No es posible desconocer que la Santa Sede
ducir de sus rasgos característicos, cosa per- es hoy uno de los elementos más considerables
fectamente realizable. de la política actual.
(Continuará.) Y si no, fíjense en estos datos los lectores
Por la traduccion directa del aleman, de la REVISTA IBÉRICA: Inglaterra que negaba
Pedro de Melo y Novo. oficialmente hasta su existencia hace muy
–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– poco tiempo, tiene hoy un representante di-
(1) Tanto los antiguos indios como los antiguos per plomático en el Vaticano. Rusia que se halla-
sas, se denominaban Arias, por lo que llamamos ario á
la lengua fundamental comun del indio é hiranio. ba en encarnizada guerra con los Papas des-
(2) La lengua fundamental de la familia india se ha de hace más de un siglo, acaba de hacer la
conservado hasta nuestros días: es aquella en que están paz con ellos El czar ha recibido á un Nuncio
redactados los primit vos himnos de los indios, los con motivo de su coronacion, y las diócesis
himnos vedas.
Nacieron de esta lengua: en primer lugar, la lengua que se hallaban vacantes desde qué sé yo
india central, el pralerito, y despues el indio moderno cuándo, acaban de ser provistas en virtud de
y sus dialectos (bengali, maharata, industani, etc.), por un amistoso acuerdo.
otra parte, una lengua escrita, no hablada por el pue- El canciller aleman ha restablecido la em-
blo, el sánscrito, lengua literaria de la India, como bajada de Prusia en el Vaticano y, con asom-
quien diría el latin indio, pues como la lengua escrita
de los romanos, viene á ser hoy en dia una lengua uni- bro general, ha modificado las leyes de Mayo.
versitaria. En el mismo sentido está Suiza: Monseñor
(3) Ver mi obra Die deutsche Sprache, pág. 71. Mermillod que hace tiempo estaba desterrado,
162 REVISTA IBÉRICA.

ha vuelto á tomar posesion de su obispado de en que se discutieran los presupuestos para


Ginebra y Friburgo. El reino de Italia procura, 1884-85, y despues á la disidencia en que se
como he dicho en anteriores artículos, recon- hallaba con algunos personajes de su partido
ciliarse á todo trance con la córte pontificia, sobre la manera de apreciar el último proyec-
y á la postre y por muchas que sean las difi- to de ley político-religiosa. Una vez privados
cultades que la solucion del problema presente, los liberales-nacionales de la direccion de su
se conseguirá establecer un modus vivendi entre jefe, han iniciado un movimiento de concen-
el Quirinal y el Vaticano. tracion hácia los partidos liberales del Parla-
En Turquía y en Bulgaria se produce tam- mento, que acentuarán su oposicion al canci-
bien ese mismo movimiento favorable al pa- ller, agrandado así el conflicto constante que
pado. El catolicismo se rehace en Bosnia y en reina en aquel país y del cual he hablado tan-
Tunez y empieza á sembrar, para recoger tas veces en estas Revistas. Por la situacion
pronto sin duda, hasta en el interior de Africa. malísima en que se hallan los partidos políticos
El gobierno de los Estados-Unidos ha pedido y en el imperio, sin necesidad de esa nueva com-
obtenido que hicieran cardenal á un arzobispo plicacion, la legislatura que ha terminado
norte-americano y el presidente de aquella re- hace unos días el Reichstag pasará á los anales
pública ha visitado en Nueva-Yorck á los obis- de la historia parlamentaria de Alemania, por-
pos reunidos en concilio nacional. que ha visto nacer el conflicto á que aludo, y
Estos hechos son indiscutibles, é inútil seria que tarde ó temprano no puede ménos de de-
negar su existencia, que demuestra con clari- terminar un duelo á muerte entre la represen-
dad que ese poder renaciente del Vaticano re- tacion nacional y el canciller. Las tareas le-
presenta genuinamente los principios religio- gislativas de aquella Cámara han sido por com-
sos y morales sobre los cuales se halla fundada pleto nulas; la historia de esa legislatura es la
la sociedad europea. Todos, católicos y pro- de los esfuerzos titánicos é inútiles que ha
testantes, creyentes fervorosos é indiferentes hecho Bismarck para imponer al Parlamento
despreocupados, reconocen el principio de la concepciones políticas y sociales que van di-
moral cristiana, del cual no se desprenden por rectamente encaminadas á lastimar las aspi-
completo ni los libre-pensadores, ni los ateos raciones de los pueblos modernos.
mismos. La táctica del canciller de Guillermo III es
El Papa es un poder, y ha llegado el mo- bien conocida ya; consiste en presentar inde-
mento de reconocerlo así, siquiera no sea un finidamente los proyectos rechazados por el
poder más que espiritual. Pero indiscutible- Reichstag, hasta que el convencimiento ó el
mente lo es, porque no se ocuparían todos en cansancio den cuenta de la paciencia de los
nuestro siglo con tanto afan en los asuntos re- diputados.
ligiosos y en las relaciones con la Santa Sede, El primer ministro no ha salido este año más
unos para defenderla, para atacarla otros, si airoso que en épocas anteriores; el monopolio
no le diesen la importancia de que hablo y que del tabaco, cuestion batallona de su política
los asuntos de Alemania y de Francia, á más financiera, ha sido rechazado sin contempla-
de los que acabo de señalar, han puesto nue- ciones; los proyectos de reforma social, desti-
vamente de manifiesto durante la segunda nados á preceder á la introduccion de ese sis-
quincena de Junio. tema fiscal, han tenido la misma suerte, porque
la ley sobre las cajas de ahorros constituye
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 
en rigor todo el activo de la legislatura, puesto
que la mucho más importante ley sobre seguro
Entre los acontecimientos más importantes obligatorio de los obreros contra los acciden-
de política exterior de que me toca hoy hablar, tes, que fracasó el año pasado, continúa ahora
debe ser colocado y en primera fila tal vez, la en suspenso despues de haber sufrido modifi-
dimision de Herr-von-Beunigsen, el jefe del caciones, que han decidido al gobierno á anun-
partido nacional-liberal, el aliado de Bismarck ciar que la va á retirar, sustituyéndola por
que con sus huestes contrabalanceaba la in- una nueva proposicion. Finalmente, el proyec-
fluencia de los partidos más avanzados del im- to favorito del canciller, el de presupuestos
perio germánico y tenia á raya tambien á los bienales, encaminado á permitirle pasar sin el
del centro y del ultramontanismo, realizando Parlamento un año sí y otro no, y que de
así una labor de importancia suma para el can- seguro era el preludio del establecimiento de
ciller y para su extravagante política interior. presupuestos para siete años, como sucede en
Las consecuencias de la desaparicion de ese lo referente al ramo de Guerra, ha sufrido una
hombre importantísimo pueden ser fatales, y tercera derrota, habiendo tenido que conten-
desde luego son inmensas para la política ger- tarse Bismarck con recurrir á una estratage-
mánica. Su retirada ha obedecido, en primer ma verdaderamente cándida para darse la
término, á la terquedad del canciller Bismarck platónica satisfaccion de hacer discutir y
REVISTA IBÉRICA. 163

votar los presupuestos de dos años seguidos. llegaran tropas de refuerzo al teatro de la in-
Así, pues, la legislatura que acaba de ter- surreccion. La gravedad de la cosa, y esto es lo
minar no ha hecho más que poner en eviden- que la hace digna de fijar la atencion de los
cia la incompatibilidad de aspiraciones entre lectores de esta REVISTA, estriba en que las
la Representacion nacional y el estadista que diferentes tribus albanesas, sin distincion de
gobierna el imperio. Este último parece ha- religiones ni razas, así mahometanas como
berse complacido en proclamar este antago- católicas y griegas ortodoxas, se han puesto
nismo latente desde hace mucho tiempo. Sus de acuerdo y formado una alianza de resisten-
padecimientos físicos lo han tenido más que cia á Turquía para llegar á conquistar por
nunca alejado de las sesiones parlamentarias, fuerza, si no de grado, la autonomía de la Al-
por las cuales hace tiempo que mostraba gran bania.
desden; pero sus colegas y sus subordinados Esta liga se halla resuelta, ó yo me equi-
han proclamado abiertamente la doctrina del voco de medio á medio, á emprender una
conflicto, negando al Parlamento todo dere- guerra sin cuartel contra Constantinopla. Ya
cho de oposicion á la voluntad soberana, y li- no esperan los aliados á ver realizadas las pro-
mitando sus atribuciones á cierto derecho de mesas de reforma que tantas veces les hiciera
intervencion platónica. la perfidia turca, sino que se muestran decidi-
La legislatura se termina además , ya lo he dos á tomarse la justicia por su mano, por
dicho, bajo la impresion de la dimision dolorosa más que, á creer en sus declaraciones, no se
de Beunigsen, que se retiró descorazonado de separarian del sultan si accediese éste á con-
la lucha, con el amargo convencimiento de ha- cederles autonomía y un gobernador elegido
ber sido burlado por el hombre á quien habia por ellos.
servido con legendaria fidelidad. La reaccion Otro punto de vista, desde el cual se puede
ha triunfado allí, y el partido nacional-liberal, considerar grave la cuestion, es la resonan-
perdidas sus ilusiones, ve que con Bismarck no cia que por razon de sus posesiones en Bosnia
cabe centro izquierdo parlamentario, y que no y en la Dalmacia, han de tener necesariamente
ha sonado en el reloj de la historia la hora de esos disturbios en Austria-Hungría, sobre todo
constituir el imperio liberal germánico, que ahora, porque desde principios de este mes en
habia soñado Herr-von-Beunigsen. los distritos de Gazuigrad y Tatchar en Ser-
via, los partidarios de Riztich, tan hostiles al
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imperio austriaco, se agitan de un modo des-
usado.
La situacion de los negocios relativos á la En Bulgaria, entre tanto, el partido ruso está
Península de los Balkanes, que en punto á po- más vigoroso que nunca desde que regresó de
lítica internacional ha sido objeto de grandes Moscou el general Sobolev, y es posible que,
preocupaciones durante la quincena que aca- influido por esa circunstancia el príncipe Ale-
ba de trascurrir, á pesar de ciertos síntomas jandro, olvide tan pronto como pise el territo-
tranquilizadores, es de gravedad suma y en- rio búlgaro los consejos que le daba Bismarck
cierra en sí un problema pavoroso que no me para que se mantuviera en buenas relaciones
atrevo á decir si costará mucha sangre resol- con Austria.
ver, por lo que especialmente á la Alemania Demás los búlgaros, lejos de demoler las
se refiere. La lucha armada continúa sin cesar fortificaciones de Roustchuck, han restau-
en aquellas regiones entre las tropas del sul- rado un fuerte que existia en Levant-Tabia y
tan y las tribus de belicosos montañeses. La hecho un casamento donde podrán alojarse
causa aparente de esta insurreccion es el de- mil hombres. En cuanto á Rumania, bien sa-
seo de ver definitivamente determinada la bido es que no puede ser considerada como
frontera albanesa montenegrina por el Norte amiga de Austria.
del lago Scutari; pero en realidad Mustafá Al- Todo, pues, son dificultades para el imperio
sina Bajá ha recurrido á. la fuerza de las armas de los Hapsburgos, que no traerán tal vez en
para restablecer en Albania la quebrantada au- pos de sí complicaciones muy inmediatas,
toridad del califa. Por desgracia, su lugarte- pero que, desde luego, imposibilitarán la eje-
niente el general Hazig-bajá no ha sido favo- cucion del pensamiento predilecto de muchos
recido por la suerte en las acciones de guerra estadistas austriacos: la de extender la esfera
que ha sostenido hasta ahora contra las tribus de la influencia de la monarquía austro-hún-
de los castratis, hartis y sekrelis, que lo han gara hasta más allá de Mitrovitza.
derrotado siempre que se han batido. Por sí solo, constituye esto un motivo de
Estas derrotas, despues de todo, no tendrian fundado descontento para los que además tie-
consecuencias muy graves, desde el punto de nen otros no ménos serios en el interior. En-
vista político, porque no son irreparables y se tre ellos debo citar, porque es la cuestion de
remediarian probablemente tan pronto como actualidad, la lucha encarnizada de los dife-
164 REVISTA IBÉRICA.

rentes elementos de la poblacion del imperio, alguno sus aspiraciones en el Asia central, en
lucha que, gracias á nuevas leyes electorales, la frontera misma del imperio chino.
va redundando en perjuicio del elemento ale-
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man y en provecho de las aspiraciones nacio-  
nalistas de los eslavos y czeques que á la larga
pudieran llegar á ser un verdadero peligro para Ya que he comenzado á hablar de este asun-
la integridad de aquel imperio. No lo ven así to que tanto interesa á nuestros vecinos de
sus gobernantes, porque he de añadir que, ó allende el Pirineo, los cuales, en mi concepto,
por conviccion, ó por ódio al elemento ale- están en situacion ventajosísima ahora como
man, favorecen esas aspiraciones de que acabo al principio de la contienda, porque la fuerza
de hablar. y el derecho se hallan entrambos de su parte,
he de decir que la publicacion en The Times de
 varios fragmentos de la correspondencia que
  se cruzó entre el ministerio de Negocios Ex-
tranjeros de Francia y el embajador chino,
Rusia, si hemos de creer en la circular que ha tenido de seguro por objeto demostrar que
su ministro de Negocios Extranjeros, M. de el rey de Annam no ha dejado nunca de ser
Giers, acaba de dirigir á las potencias dando vasallo del Celeste imperio, porque el tratado
las gracias, en nombre del czar, á los demás de Marzo de 1874 franco-annamita, de que
soberanos por la deferencia con que se le ha tanto han hablado los periódicos diarios, es
tratado en las fiestas de su coronacion, está nulo toda vez que no se ratificó en Pekin
resuelta á permanecer neutral, testigo impa- cuando se debiera.
sible de cuanto por ahora pueda ocurrir en Pero en los hombres pensadores y en los que
Europa y decidida á no salir de su pacífica ac- no tenemos la costumbre de leer el Times como
titud por nada ni por nadie. quien oye un oráculo, la publicacion de esos
Todo esto seria objeto de felicitaciones para documentos no ha dado el resultado apetecido
el czar y su gobierno si en cuanto á política por el periódico inglés. No sólo no nos de-
interior no se empeñasen en permanecer esta- muestra, ¿cómo ha de hacerlo si es imposible?
cionarios. que el rey annamita sigue siendo un vasallo
En mi último artículo para la REVISTA IBÉ- del emperador chino, sino que no nos dice
RICA, decia yo que las consecuencias de seme- tampoco, áun suponiendo que eso estuviese
jante terquedad, que nada justifica, se deja- demostrado, qué derechos de soberanía son
rian sentir bien pronto. No me he equivocado: esos que China pretende poseer.
los que leen periódicos extranjeros, saben que Verdad es que posteriormente, el mismo pe-
estos dias los nihilistas, que habian pasado de riódico de que hablo, ha modificado su actitud
moda, y que sólo á los desaciertos de los con- de exagerada cólera contra la política colonial
sejeros moscovitas se debe que se hallen de de Francia, lo mismo que casi todos sus cole-
nuevo en escena, han publicado un manifiesto gas, sin excluir á los ministeriales, lo cual pa-
lamentándose de lo inútil de sus esfuerzos, y réceme que indica la existencia de una con-
diciendo al pueblo ruso que no desisten de se- signa del gobierno, justamente alarmado por
guir trabajando sin cesar, por todos los medios la tan injusta como enérgica campaña que ve-
á su alcance, así legales como ilegales, por la nia haciendo la prensa británica, á quien pre-
patria y por la libertad, ó lo que es lo mismo, tende ser nacion colonial de primer órden sin
traducido á buen romance, por la emancipa- detrimento de la Gran Bretaña.
cion de la tiranía odiosa que representan los Verdad es que esto, á no dudar, lo ha con-
elementos del partido antiguo y contra el em- seguido en gran parte con un discurso mister
perador que los ampara y que se amolda á se- Bright, el príncipe de los oradores de Ingla-
guir sus inspiraciones. terra, gloria del Parlamento inglés , ilustre
Aparte de estos asuntos que en primer tér- jefe de los radicales de su país, que brindan-
mino han preocupado la opinion pública en do en un banquete que le ofrecian sus elec-
Rusia estos quince dias últimos, háse tra- tores de Birmingham para conmemorar el 25
tado tambien en ciertos círculos de la even- aniversario de su entrada en la vida pública,
tualidad de una guerra franco-china que cada dijo que era error gravísimo separarse de Fran-
vez es ménos probable, mejor dicho, que ha cia, y que á todo trance debiera su país cul-
dejado de serlo por completo, desde la fecha tivar las relaciones amistosisimas con sus
de mi última Revista. Los rusos, despues de vecinos como condicion para el equilibrio euro-
todo, no lo habian de sentir gran cosa, y peo y como garantía sine qua non para la pros-
defensores acérrimos en ese caso de los dere- peridad de su importantísimo comercio y de su
chos de Francia, procurarian sacar todo el muy floreciente industria.
partido posible para reivindicar sin sacrificio Francia, pues, está tan de enhorabuena hoy
REVISTA IBÉRICA. 165

como cuando por última vez hablé de su si- y diera un mundo á cambio de una gota
tuacion, en las columnas de la REVISTA IBÉRI- para calmar el fuego de sus venas,
CA, especialmente respecto á política colonial. puede matar las angustiosas pellas
Sus triunfos rápidos en Madagascar, sus pací- al ver surgir como ilusion remota
el paraíso que luciente brota
ficas conquistas en Tunez, su caminar mesu- del lejano monton de las arenas.
rado, pero progresivo, en el Senegal, y su Tras de marchar por fatigoso suelo
guerrera actitud en el Tonkin, así como su tambien buscando una region de calmas,
habilidad diplomática para evitar nuevas ane- los hombres pueden apagar su anhelo;
xiones á la Gran Bretaña en Oceanía, la hacen que hay un refugio de inmarchitas palmas,
digna de la realizacion de sus ideales colonia- y öasis de las almas es el cielo
les, que conseguirá sin duda alguna en plazo si es la tierra el desierto de las almas.
más corto de lo que se cree generalmente en

Europa.  
Y en el interior tampoco hay en la vecina
República más que motivos para satisfaccio- LA ESTACION FLORIDA.
nes. Las leyes en proyecto van poco á poco ——
siendo discutidas y aprobadas en consonancia Intenso aroma en el vergel lozano;
con la aspiracion popular; los partidos extre- sonrisa azul en la brillante esfera;
mos, enemigos del actual órden de cosas, se la lengua se desata lisonjera;
suicidan á fuerza de disensiones intestinas, el pensamiento bulle soberano;
dejando el campo libre á la situacion, y la nubes de rosas al abrir la mano;
union republicana, con el ministerio actual al todo al oïdo murmurando: espera.
frente, continúa impertérrita su grande obra ¡Cómo encanta la dulce primavera!
regeneradora. ¡Cómo la siente el corazon humano!
Ensueños vagos cual celeste gasa,

 
hacen girar á la mujer querida
por un éter fantástico que abrasa:
Inglaterra es ménos afortunada y ménos todo á dormirse en el placer convida;
afortunado su gobierno tambien, el cual, si en pero ¡qué presto con sus flores pasa
el Parlamento lucha con ventaja contra sus la primavera hermosa de la vida!
enemigos los conservadores a quienes de nada
Valentin Marín y Carbonell.
sirven sus alianzas con los irlandeses para der-
rotar al gabinete Gladstone en Egipto y en ————
sus colonias de Africa, ya que no en las de-
más, anda á vueltas con dificultades sin cuen- LIBROS NUEVOS.
to, con complicaciones gravísimas de las que ——
difícilmente podrá salir airoso.
Los egipcios no disimulan ya su animadver- El feudalismo; por D. Manuel Pedregal.
sion al extranjero que los avasallara hace un Hombre dotado de clara inteligencia y de extraor-
año, para tratarles despues como á país con dinaria cultura, el Sr. Pedregal, se distingue tambien
quistado en vez de protegido, y hay rumores por una cualidad rarísima en la república de las letras:
de complots terribles de que intentan hacer la sinceridad.
víctima á los ministros del jedive y á las au- Hijo casi póstumo de la Revolucion, dado apenas á
toridades inglesas. conocer en las tumultuosas Córtes de 1873, donde mere-
Basta leer los telegramas del Cairo y de Ale ció formar parte del más templado de aquellos ministe-
jandría que publicaban las Agencias estos dias, rios, ha consagrado al estudio y á la propaganda cien-
para convencerse de que se está condensando tífica de sus doctrinas, todo el tiempo trascurrido desde
en la atmósfera política de Egipto una tem- el célebre 3 de Enero. No el club, sino el Ateneo ha sido
el centro donde se ha formado su reputacion. No los ca-
pestad que no puede tardar en estallar, y que
bildeos políticos, sino las discusiones y estudios cientí-
dejará al gobierno inglés mal preparado para ficos han sido causa de que el ministro desconocido de
evitar sus consecuencias á poco que se des- sus correligionarios en 1873, sea hoy reconocido por
cuide. todos como distinguido jurisconsulto, notable econo-
Angel de Luque. mista y orador experto en la polémica.
———— Buena prueba de estas cualidades es la conferencia
sobre el feudalismo que hace un año pronunció en el
SONETOS. Ateneo y acaba de publicar en un folleto.
—— Disertar en 32 páginas, que representan una hora de
IMITACION. lectura, acerca del asunto más amplio y variado que
— puede ofrecerse á la consideracion de un historiador es,
El peregrino que resiste apenas por si, empresa que exige grandes alientos; llevarla á
el astro ardiente que su aliento agota, cabo debidamente requiere, además, una fuerza de con-
166 REVISTA IBÉRICA.

densacion y una facultad extraordinaria de percibir las mo inglés, y en él habia un principio, que le hizo dis
relaciones de las cosas. tinguirse de nuestro feudalismo sobre todo." Nemo potest
Opina el Sr. Pedregal que el feudalismo no fué efecto exuere Patriam. Nadie podia abandonar la patria; á
inmediato de la invasion de los bárbaros, supuesto que ninguno era permitido romper el lazo que se establecia
éstos realizaron sus principales correrías por Europa en entre el señor y el feudatario." Entre nosotros era muy
el siglo V, y el feudalismo no se inició con caracteres frecuente lo que se llamaba desnaturalizacion, y de igual
distintivos hasta el siglo VII, ni llegó á su apogeo sino modo podia el rey despedir á su vasallo que el señor
en los siglos X, XI y XII. feudal se despedía de su rey. El solariego abandonaba á
"El feudalismo, dice, no es una institucion hija de su señor, como el escudero dejaba al caballero, porque
la conquista de los bárbaros; nació primeramente de la los vínculos feudales se establecían por medio de contra-
transformacion que experimentaron las clases sociales tos. Lo ordinario era que el señor colocase sus manos
y políticas, por efecto del choque entre dos pueblos, y entre las del rey, e1 caballero entre las del señor, é hin-
despues por la necesidad que tuvieron de aislarse los cando la rodilla en tierra, se sometian los inferiores al
grandes propietarios territoriales." dominio del superior y le besaban la mano. Este es el
En su concepto, el feudalismo "es más bien hijo del origen del besamanos, que todavía se conserva en nues-
aislamiento en que vivieron los grandes propietarios, y tro tiempo y es un acto de vasallaje. Cuando el señor
de su separacion del poder central, que de la domina- hincaba la rodilla ante el rey ó el caballero ante el señor,
cion de los pueblos bárbaros." besaban la mano del rey ó del señor y se sometian á su
En esto el Sr. Pedregal acepta plenamente las con- soberania, quedaba establecido el lazo feudal, y para
clusiones de la moderna escuela sociológica. Europa por romperlo era necesario que el feudatario besase la mano
ley natural empezó á la caida del Imperio Romano la de nuevo, se hincase de rodillas y que se despidiese;
serie de vicisitudes que caracterizan la mayor parte de hecha esta ceremonia, quedaba roto todo lazo feudal, y
la Edad Media; el feudalismo no fué más que una con- el vasallo marchaba en completa seguridad, hasta que
secuencia inmediata de la lucha por la vida de aquel salla del territorio en que dominaba el señor."
período de disgregacion y desmoronamiento social. 
Así como una misma semilla colocada en lugar abo-  
nado germina en el espacio y tiempo que su naturaleza Cuentos droláticos de Balzac.
requiere, sin más variantes que las diferencias acciden- Una nueva casa editorial acaba de poner á la venta
tales en cada caso particular, de igual modo vemos que su primer volúmen. Pretende realizar todos los proble-
en los siglos medios se desarrollan las mismas institu- mas que se propone un editor para dar pronta salida y
ciones por idénticos motivos en todos los pueblos de reputacion literaria á sus obras: deleitar y... deleitar;
Europa, si bien con caracteres diversos, lo cual lejos de pero esta vez el deleite no es á expensas del buen gusto,
significar ley distinta, confirma su universalidad, pues- sino á fuerza de él; no se sacrifica el arte por el chiste
to que en todas partes se cumple sin influencias ni imi- ni la bella forma por la verdosidad, sino que el ingénio
taciones. de uno de los más grandes novelistas de nuestro siglo
Hé aquí como el autor distingue los caracteres del pone á contribucion todos sus recursos para divertir sin
feudalismo en cada pais: corromper, á pesar de las desnudeces que refiero y los
"En Francia dominaba la jerarquía, el órden, la lances picarescos que inventa.
subordinacion; en Alemania tendian los señores feudales Cuentos droláticos es un libro vedado para las seño-
á la separacion y á la más completa independencia. ritas; pero magistralmente escrito y todo lo fielmente
El duque de Suavia convirtió su territorio en un rei- vertido al castellano que permite el francés anticuado
no; los arzobispos, obispos, condes y todos aquellos que emplea el autor; fidelidad esta, que aunque relativa,
grandes propietarios que únicamente se reunían cuando será tal vez la única que haya en toda la obra.
iban á nombrar emperador, se consideraban y eran Joaquin Moreno.
tanto ó más soberanos que el designado como sucesor de ——————
los emperadores romanos.
En Francia despues de la disolucion del imperio car
REVISTAS EXTRANJERAS.
lovingio, hubo siempre una monarquía que, si bien tuvo ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS.
mucho de nominal en algun tiempo, fué un lazo político, ——
y como tal, siempre imponia una jerarquía, un órden de LE CORRESPONDANT.
subordinacion. En Inglaterra desarrollóse el feudalismo SUMARIO.—I. Los Egnósticos ingleses.—Thomas Carlyle,
anglo-sajon plenamente, y con un órden muy marcado por el conde Ludre.—II. El general Bugeaud, se-
gun una publicacion reciente; por H. de la Combe.
de jerarquía, por una parte, y de libertad municipal ó —III. Las fortificaciones de París; por Denys Cochin.
de inmunidades populares, por otra, cuando apareció —IV. La canonisa de Ambremont; por la condesa de
Guillermo el Conquistador con una fuerte organizacion Massa.—V Recuerdos de Escocia; por el conde Luis
monárquica, á la cual iba subordinada la aristocracia, Lafond.—VI. Flores y pintura de flores (escuela fla-
menca); por Loir Mongazon —VII. La guerra civil
que le acompañaba, para repartirse el botin. No se esta- en América por el conde de París; por Augusto Bou-
bleció el verdadero feudalismo inglés sino bajo la dinas- cher.—VIII. Investigaciones históricas acerca de la en-
tía de los Plantagenets, en tiempo de Enrique II, pues señanza de sordo-mudos; por Alexis Chevalier —
todo el período de la monarquía normanda fué de intrin- —IX. Miscelánea; por Edmundo Biré.—X. Revista
cadalucha entre los mismos que habian invadido á In- científica; por Henri de Parville.—XI Crónica polí-
tica; por Augusto Boucher.
glaterra.
Con la dinastía angevina se estableció el feudalis- Pocas personas Conocen el orígen de la familia Pe-
REVISTA IBÉRICA. 167

reira. En un importante libro (Jacobo Rodriguez Pe- Por medio de la dactilologia se puede hablar á los
reira, su vida y sus trabajos, por Ernesto La Rochelle) sordos y á los ciegos.
lleno de interesantes documentos, acaba de demostrarse Pereira y yo nos encontramos un dia en una habita-
á qué deben esos príncipes de la banca moderna la ilus- cion á oscuras, y el maestro, para hablarme, me cogió
tracion y el rango de que gozan en Francia, desde me de las manos y movió mis dedos conforme á las reglas
diados del pasado siglo. de la dactilologia, y entendí perfectamente todas las
Los Pereira proceden de España. Abraham Rodri- palabras."
guez Pereira, para escapar á la persecucion que los ju- Conviene, no obstante, evitar exageraciones en el
dios sufrieron en su patria, adoptó, así como su esposa, panegírico de Pereira. Conste, pues, al ménos, como
al menos en apariencia, el culto católico y mandó bau- hecho demostrado segun los documentos reunidos por
tizar á sus hijos poco antes de su muerte. Molestada por M. de la Rochelle, que á mediados del pasado siglo la
el Santo Oficio, á pesar de la aparente conversion, la instruccion de sordo-mudos estaba, gracias á Pereira,
viuda de Pereira pasó con sus hijos á Francia en 1741. muy adelantada, tanto en Francia, como en España,
La familia Pereira se estableció en Burdeos, donde Inglaterra y Holanda, naciones en donde la ciencia de
alcanzó prosperidad. Jacobo Rodriguez, hijo de Abra- los Bonet, los Walls y los Amman, habia conseguido
ham, consagró sus desvelos á la educacion de sordo- notables progresos. Pero en todas partes habia perma-
mudos; vocacion que debió serle inspirada á la edad de necido en calidad de enseñanza privada hasta el celo
diez y nueve años por el deseo de enseñar á una herma- del abad de l‘Epée, poderosamente secundado por el rey
nita suya sordo-muda de nacimiento. Luis XVI, extendió los beneficios de esta enseñanza á
Un benedictino de San Salvador de Oña, D. Pedro todas las clases de la sociedad, incluso á los niños indi-
Ponce de Leon, habia organizado á mitad del siglo XVI gentes.
una escuela con objeto de enseñar el uso de la palabra á El mismo abad de l‘Epée tributa homenaje al sabio
esa clase de desgraciados. Otro español, el aragonés maestro que le habia marcado el camino.
Juan Pablo Bonet, escribió la primera obra conocida En la controversia que en 1782 se elevó entre el abad
acerca de dicho asunto: Reduccion de las letras y arte de l‘Epée y Samuel Heinicke á causa de pretender éste
para enseñar á hablar los mudos (Madrid 1620), libro haber hallado un método para enseñar sordo-mudos,
donde expone les procedimientos que dice haber inven- más breve que el del maestro parisiense, el abad declaró
tado para instruir al hijo del Condestable de Castilla, que nadie podia atribuirse el mérito de una invencion
afectado de sordo-mudez desde la edad de dos años. que Pereira podria reivindicar antes que Amman y que
Partiendo del principio de que es posible, por el sen- Bonet.
tido de la vista, imbuir al sordo-mudo los conocimien-
tos que no puede adquirir por el oído, procura auxiliar REVUE DES DEUX MONDES.
el lenguaje natural con el lenguaje de accion y reempla- SUMARIO.—Cabeza loca, segunda parte; por M. Th.
zar con formas figuradas el sonido de las letras. Los dos Bentzon.—Excursiones arqueológicas: la casa de
campo de Horacio; por M. Gaston Boissier.—III. La
medios que habia imaginado para este efecto eran un democracia autoritaria en los Estados-Unidos: Juven-
sistema de pronunciacion, cuyas reglas explica, y el al- tud y vida militar de Andrés Jackson; por M. Albert
fabeto manual ya conocido de los antiguos, como él mis- Gigot.—IV. Paulina de Montmorin, condesa de Beau-
mo declara. mont. I. Su familia, sus primeras amistades; por
M. A. Bardoux —V. Los falsificadores y el laborato-
Un sordo mudo de nacimiento, Saboureux de Fon- rio municipal; por M. Denys Cochin.—VI. Los fres-
tenay, que á la edad de trece años fué confiado á Perei- cos, primera parte; por Ouida, traduccion de He-
ra, cuenta á qué grado de adelanto habian llegado la phell.—VII. La rebelion del hombre; por M. Arvéde
educacion y la instruccion de esos desheredados de la Barine.—VIII. Revista dramática.—IX. Crónica de
naturaleza, bajo la direccion de tan hábil maestro: la quincena.—X. Movimiento financiero.—XI. Boletin
bibliográfico.
"Consiste en una especie de alfabeto manual en es-
pañol, representado con los dedos de una sola mano. El problema de averiguar el punto donde estaba si-
Consta de veinticinco signos correspondientes á las le- tuada la casa de campo de Horacio, fué definitivamente
tras de la escritura ordinaria (excepto la k y la w, sig resuelto en la segunda mitad del siglo pasado por el abad
nos que Pereira inventó con el solo objeto de conformar Capmartin de Chaupy, uno de esos entusiastas por
exactamente este alfabeto manual á las leyes de pro- Roma, que van allí con objeto de pasar algunos meses
nunciacion y ortografía francesas. De este modo hay y permanecen toda su vida.
sonidos de la pronunciacion hasta el numero de treinta Hé aqui en que términos se expresa para demostrar
y tres ó treinta y cuatro, y el número de combinaciones a los más incrédulos que no se ha equivocado. En pri-
de las letras asciende á treinta y dos. De modo que la mer lugar, establece que Horacio no tenia varias pose-
cifra total de signos entre sencillos y combinados es siones; él mismo nos dice que no poseia más que la Sa-
bastante crecida, gracias á esta dactilologia, palabra binia, y que con esa finca le bastaba: satis beatus unicis
usada por Pereira. En este arte se usa la mano en vez Sabinis. De donde se sigue que todas sus descripciones
de la pluma para trazar en el aire hasta los puntos y se refieren á dicha propiedad.
los acentos, para distinguir las mayúsculas de las mi Consignada esta afirmacion, Chaupy recorre sucesi-
núsculas y para expresar las abreviaturas más usuales. vamente todos los lugares en que se ha intentado colo-
Se pueden marcar las pausas é inflexiones de la conver- car la casa, y demuestra con gran facilidad que ningun
sacion, de modo que la dactilologia es tan cómoda y otro responde á los cuadros trazados por el poeta. Al
rápida como la misma pronunciacion y tan expresiva Este de Tivoli y en las cercanías de Vicovaro, está el lu-
como la escritura. gar único que conviene en un todo con ellos. Sabemos
168 REVISTA IBÉRICA.

por Horacio, que la ciudad más próxima de su casa y la THE NORTH AMERICAN REVIEW.
más importante, se llamaba Varia. SUMARIO.—Intereses fabriles de América; por Joseph
La descripcion de Peutinger menciona tambien á Némo.—II Actual aspecto de la educacion en los cole-
gios; por el presidenle D. C. Gilman.—III. El abuso
Varia, y la coloca á 8 millas de Tibur; á 8 millas de de la ciudadanía; por Edward Self.—IV. Datos y de-
Tivoli, antigua Tibur, encontramos hoy á Vicovaro, que ducciones de Spencer; por el profesor Isaac L Rice.
ha conservado casi completamente su antigua denomi- —V. Unas cuantas palabras sobre canto en público;
nacion (Vicus Varia). Al pié de Vicovaro corre un ria- por Cristina Nilsson.—VI. Tributacion incidental;
chuelo llamado Licenza, que con pequeñas modificacio- por William M. Springer.—VII. Influencia moral
del drama; por varios autores.
nes viene á ser la Digentia de Horacio. Nos dice que
este rio riega el pequeño pueblo de Mandela, hoy Barde- La emigracion á los Estados Unidos, cumple una
la. En fin, la elevada montaña de Lucretile, que daba periodicidad perfectamente calculable.
sombra á la casa del poeta, es la Corgnaleto que todavía Hé aquí un cuadro estadístico de las personas de ori-
en la Edad Media se denominaba Mons Lucretii. Sin gen extranjero que residian en la gran República en Ju-
duda, la casualidad no puede haber reunido en el mis- nio de 1880.
mo sitio todos los nombres de lugar, mencionados por El número total ascendia á 6.679.943, correspondien-
el poeta. tes á las siguientes nacionalidades:
THE EDINBURGH REVIEW. Imperio aleman. . . . . . . . . . . . . . 1.966.742
ARTÍCULO IV
Irlanda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.854.571
Federico II y María Teresa, segun documentos recientes América inglesa. . . . . . . . . . . . . . 717.084
1740-1742; por el duque de Broglie: dos volúmenes Inglaterra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 662.676
en 8.° Suecia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 337
Noruega. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181.729
Estos volúmenes son de verdadera historia, no de Escocia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170.136
Francia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106.971
sátira; y como los actos y las palabras de Federico son China. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104.541
en ellos apreciados con exactitud nunca vista, se apren- Suiza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88.621
de en ellos á distinguir la verdad del error y el Fede- Bohemia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85.367
rico de la realidad, del Federico fantástico. Como fran- Gales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83.302
Méjico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68.399
cés, el duque de Broglie, naturalmente, no se inclina en Dinamarca. . . . . . . . . . . . . . . . . . 64.196
favor del rey de Prusia; pero es igualmente exento de Holanda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58.090
parcialidad en favor del Gobierno de Francia. Exami- Polonia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48.557
na y condena con la misma severidad y análogo rigor la Italia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44.230
débil, mezquina y miope política de Fleury y la hipó- Austria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38.663
Rusia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35.722
crita rapacidad de Federico. Bélgica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15.535
El principio de la narracion nos remonta á la Prag- Luxemburgo. . . . . . . . . . . . . . . . . 12.836
mática sancion, por la que el emperador Cárlos VI, á Hungría. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11.526
falta de herederos varones, dejo sus dominios á su hija REVUE SCIENTIFIQUE.
María Teresa, y concluye en el tratado de Breslau. SUMARIO.—Sociedad de Geografía de París; Conferencia
de M. Charles Rabot.—El granizo, las trombas y la
ARTÍCULO V. electricidad; por M. Le Goarant de Tromelin.—Los
La ética moderna. 1.° Sus datos; por Hervert Spen- fenómenos de la digestion en los animales invertebra-
cer. 2.° Sus métodos; por el mismo. 3.° Lecturas y dos; por M. E. Bourquelot.—La evolucion del troton
ensayos; por Clifford. 4.° La ciencia ética; por Leslie americano.—Bibliografía.—Academia de ciencias de
Stephen. 5.º Ensayos en jurisprudencia y en moral; París.—Crónica.
por Federico Pollock. El artículo referente al caballo americano contiene
Hay un antiguo criticismo en filosofía moral que no observaciones y datos muy curiosos acerca de la evolu-
da señal alguna de progreso. Las distintas y sucesivas cion ó desarrollo del troton que se cria en el nuevo Con-
obras de ética publicadas en nuestro siglo, colocan al tinente.
lector—generalmente en el último capítulo—frente á M. Brewer en el American journal of science ha pu-
frente de problemas eternamente insolubles: la exten- blicado un cuadro con los resultados obtenidos á fuerza
sion y limitaciones del deber, el carácter de la intuicion de educacion y herencia en trotones desde 1818 á 1881.
moral, la necesidad que tiene el hombre de ser moral, En dicha tabla estadística se ve que en 1871, por ejem-
la conciencia, el libre albedrío, la responsabilidad, el plo, habia 99 caballos que recorrían al trote un kiló-
remordimiento; hechos familiares estudiados por los metro en un minuto y 31 segundos; que en el mismo año
hombres de ciencia en los términos de la tecnología an- habia 40 que podían recorrer igual distancia en un mi-
tigua, ó disfrazados por los modernos con un velo de nuto y 30 segundos. En 1883 existian 495 caballos que
nuevas expresiones, tan sutil que á través de su tejido recorrian un kilómetro en un minuto y 30; y 275 capa-
se perciben con toda claridad los antiguos lineamientos. ces de salvar esta distancia en un minuto y 29 segundos.
Pero si, abandonando las inútiles investigaciones en En vista de esto, M. Galton, que se ha ocupado en igual
busca de una moral nueva, nos fijamos en la extension asunto, establece el pronóstico de que en 1890 habrá 15
que el código moral alcanza, nada hay en el mundo tan caballos que recorrerán un kilómetro en un minuto
progresivo como la Ética. 24 segundos y ⅓ todo lo más, y que el mejor caballo
Cada nueva adquisicion científica—ya sea en física, en el mismo año pasará esta distancia en un minuto y
en biología, en fisiología, etc.—va dejando su huella 20 segundos.
para bien ó para mal en las especulaciones de dicha ————————————————————
ciencia. Madrid 1883.—J. Lopez, impresor, Caños, 1 triplicado.

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