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Galatas en El Contexto Judio Del Primer Siglo PDF
Galatas en El Contexto Judio Del Primer Siglo PDF
GÁLATAS
En el contexto judío del primer siglo
Reineiel Borjas
Febrero, 2016
SECCIONES
I. INTRODUCCIÓN
X. LA MALDICIÓN DE LA LEY
A través de este documento sugiero que todo ello está alejado de la verdad. Que
Gálatas no desecha la ley de Moisés, sino que de hecho confirma, como otros
escritos de Pablo, la responsabilidad de obediencia que todo creyente en Jesús
tiene para con los mandamientos expresados en su ley. Pretendo demostrar que la
carta de Gálatas ha sido una de las más mal entendidas en nuestra cristiandad, a
causa de abordarla desde nuestras traducciones castellanas, con una mentalidad
reemplacista, dispensacionalista, occidental, hispana, y totalmente pos moderna, e
ignorando un conjunto de factores esenciales de la Judea del primer siglo, tales
como el contexto social, religioso, cultural y antropológico; las expresiones
idiomáticas y hebraísmos de la época, la mentalidad judía de Pablo y de la
audiencia a la que escribió, la problemática que enfrentaban como creyentes en el
Mesías, los tecnicismos rabínicos propios de la Halajá (Ley Judía) que Pablo
utilizó en sus cartas, etc. Estos y otros aspectos similares ni siquiera son familiares
a nuestro contexto occidental del siglo 21, porque pertenecen completamente a un
contexto y circunstancias que se desarrollaron en un período de tiempo y en una
cultura completamente desconocida para la gran mayoría de los cristianos
modernos.
• Que el judaísmo del primer siglo no estaba basado en la ley de Moisés sino
en la tradición que se desarrolló a partir del retorno de los judíos de su
cautiverio en Babilonia.
• La circuncisión y porqué fue un problema en el primer siglo.
• Qué es “la maldición de la ley” y el uso que Pablo como buen judío le da a
esa expresión.
• Qué significa en el judaísmo “estar bajo la ley”.
• A qué se refiere Pablo cuando dice que la ley es “el ayo”.
• Qué significaba “ser salvo” para un judío del primer siglo, como Pablo y los
demás apóstoles.
• El concepto bíblico de “Fe” en el contexto hebreo del primer siglo.
• La diferencia entre la Ley de Moisés y la Ley Judía, y el uso que Pablo les
da en sus cartas.
Es importante aclarar que esta no es una disertación teológica verso por verso de
la carta a los Gálatas, sino una exposición enfocada en los puntos críticos
contenidos en ella que generan la controversia. Espero que al final, este contenido
sea una aportación para aclarar que Pablo no está en ningún punto de esta carta
contradiciendo la Torá dada por Dios a Moisés, ni a los Profetas, ni las palabras de
Jesús. Sino que está exhortando a los Gálatas a caminar y vivir en obediencia a
los mandamientos del Padre, dados por el mismo Mesías en el monte Sinaí, sin
dejarse arrastrar por el sistema judío o algún otro sistema como medio para la
inclusión al pueblo de Israel.
Es pertinente aclarar que Galacia no era una iglesia, sino una región dentro de lo
que hoy es Turquía, donde había un número de congregaciones creyentes en
Jesús, incluidas la iglesia de Antioquía, Iconio, y Listra. La carta está dirigida a
esas congregaciones. Aunque las llamamos iglesias, no debemos olvidar que eran
agrupaciones de personas que al menos en gran parte del siglo primero asistían a
las sinagogas judías, las cuales se componían tanto de judíos como de gentiles de
la localidad. A los gentiles que se convertían en su edad adulta se les llamaba
prosélitos. Es decir, la mayoría de las sinagogas estaban compuestas mayormente
de estos tres grupos:
Es importante entender como hecho histórico que el cristianismo original nunca fue
una religión separada del judaísmo, sino más bien una secta del judaísmo. Los
primeros cristianos fueron todos judíos por espacio diez años después de que
Jesús ascendió al cielo, y toda la dinámica cristiana en esos años se desarrolló
como algo totalmente interno y perteneciente al judaísmo. De hecho, en ese
período los cristianos judíos no esperaban que esta nueva fe incluyera a gentiles.
Por eso el Padre tuvo que mostrare a Pedro la visión de Hechos 10, para hacerle
ver que los gentiles ya no debían ser llamados inmundos, pues ahora por medio
de la fe en el Mesías podían tener parte en la misma herencia de todo judío
creyente. Pero aún después de estos acontecimientos, el evangelio se siguió
predicando en las sinagogas, especialmente por Pablo, cuyo objetivo era
demostrar a los judíos que Jesús era el Mesías.
Hechos 13:14
"Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron a la
sinagoga un día de reposo y se sentaron."
Este versículo nos dice cual era la audiencia que Pablo buscaba en un principio;
no eran iglesias evangélicas, eran sinagogas judías.
El mensaje de Pablo, demostrando que Jesús era el Mesías, algunas veces fue
bien recibido entre la audiencia que lo escuchaba en las sinagogas, y otras veces
no. Principalmente los gentiles se mostraron más receptivos, pues ellos entendían
la buena noticia de poder retornar a ser parte del pueblo del pacto por medio de la
fe en Jesús, como podemos verlo en este pasaje:
Hechos 13:42-46
42. Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que
el siguiente día de reposo (no en domingo) les hablasen de estas cosas.
43. Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos
piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a
que perseverasen en la gracia de Dios. (Nota: Si Pablo y Bernabé les persuadieron a
perseverar en la gracia de Dios, es porque YA ESTABAN EN LA GRACIA DE DIOS siendo
judíos observantes. La gran diferencia es que habían reconocido a Jesús como el Mesías.)
44. El siguiente día de reposo (otra vez, no el domingo) se juntó casi toda la ciudad
para oír la palabra de Dios.
45. Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que
Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. (Nota: ¿Qué es lo que Pablo les exponía,
que ellos rebatían? Qué Jesús era el Mesías, y que por medio de la fe en él somos justos
ante Dios, y no por medio del sometimiento al sistema judío. Lee los versículos 17-41).
46. Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la
verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto
que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos
a los gentiles.
Uno de los errores más comunes dentro del catolicismo romano y el cristianismo
evangélico, es que cuando leen los acontecimientos narrados en pasajes como
Hechos 13, donde Pablo y Bernabé son rechazados por los judíos y recibidos por
los gentiles, creen que ese rechazo de los judíos hacia la exposición de Pablo
significa que él en respuesta despreció y desechó la observancia de la Torá. Lo
que no toman en cuenta, es que Pablo no estaba rechazando la observancia de la
Torá por haber sido rechazado. Pablo estaba rechazando al sector judío que no
recibió el mensaje. Son dos cosas distintas.
“¿Queda la Torá inactiva, inoperante, o abolida por causa de la fe? ¡De ninguna
manera! Al contrario, la Torá sigue en pie, firme, establecida, y mantiene su
autoridad.”
Un detalle a tomar en cuenta: Si Pablo les escribe a los Romanos que la Torá
sigue vigente, ¿cómo puede escribirles a los Gálatas lo contrario? Eso lo haría un
hipócrita. Es fundamental entender que en ninguna de sus cartas Pablo está
enseñando en contra de guardar los mandamientos; Pablo está predicando en
contra de someterse a la ley judía, al judaísmo como el medio para obtener la
salvación. Pero de ninguna manera Pablo, o alguno de los apóstoles anularon, o le
restaron importancia a conocer, aprender y vivir en los mandamientos de Dios
después de cree en el Mesías. De hecho, enseñaron lo opuesto.
Gálatas 1:13-14
"Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que
perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo
aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más
celoso de las tradiciones de mis padres."
2 Corintios 11:22
“¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de
Abraham? También yo.”
Romanos 11:1
"Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque
también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín."
Nota: Hay un aspecto importante señalar en estos dos primeros puntos. Pablo amaba a sus
hermanos judíos y afirmaba que Dios no los había desechado. Pablo no se hizo antisemita.
Que Pablo siguió amando a sus hermanos judíos a pesar de que estos rechazaron al
Mesías, es una verdad. Ahí lo dice, está escrito, y eso nadie lo puede negar.
• Aún enfrentando el juicio, Pablo admite su perfil como judío observante, y fariseo.
Hechos 22:3
"Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad,
instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros
padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros."
Hechos 23:26
"Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó
la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de
la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.”
• Fue educado en la escuela farisea de mayor prestigio de su tiempo, la de Gamaliel.
¿Quien fue Gamaliel? Era uno de los más distinguidos fariseos de su tiempo,
respetado aún por sus opositores los saduceos, y reconocido aún en el judaísmo
actual. Era nieto de Hilel, el fundador de una de las dos principales escuelas de
pensamiento fariseo. La otra era la escuela de Shamai. Era tan difícil tener acceso
a estas escuelas, que solamente los mas destacados estudiantes de la Torá en
Israel tenían acceso. ¿Sabes cual era el examen de admisión? Conocer toda la
Torá…de memoria.
Con esto nos podemos dar una idea de cual era el nivel intelectual de Pablo con
relación a la Torá.
• Fue un devoto judío fariseo cuya costumbre era asistir a la sinagoga en Shabbat y enseñar
la Torá.
Hechos 14:1
"Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron
de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.”
Hechos 17:1-2
"Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una
sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días
de reposo discutió con ellos…”
Hechos 18:4
"Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a
griegos.”
Hechos 19:8
"Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses,
discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.”
• Ante los filipenses se acreditó como fariseo, para contradecir enseñanzas fariseas que
eran contrarias a la doctrina de los apóstoles.
Filipenses 3:4-6
"Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene
de qué confiar en la carne, yo más:
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de
hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley,
irreprensible.”
Ante esto, hay quienes argumentan que cuando Pablo dice en Filipenses 3:8 que
todo lo tiene por basura, se refiere a la ley de Dios. Pero no, el contexto nos indica
que se está refiriendo a sus credenciales que le daban reputación como fariseo.
Aún así las Escrituras nos dejan ver que Pablo como fariseo fue el mejor. Pero al
estar en el Mesías, Pablo considera todas aquellas cosas como vanas en términos
salvíficos. Ahora que pertenece a Cristo, ha descubierto que toda justicia viene de
Dios, y está basada en la fe en el sacrificio redentor de Jesús en la cruz. De
manera que, si él verdaderamente quiere ser congruente con esa fe, ha de vivir
como un discípulo de Cristo, llevando el yugo de su Maestro, es decir,
obedeciendo la interpretación de la Torá que Jesús enseñó.
Pablo sabe que Jesús es el Hijo de Dios, pero también entiende que Jesús vino a
este mundo como un hombre judío, que nació, vivió y murió siendo judío, que
enseñó el sentido ético y espiritual más puro de la Torá, que nunca la contradijo ni
la abolió, sino que la engrandeció y restauró su intención original; y Pablo también
sabe que este Jesús del que estamos hablando, resucitó y volverá como judío,
para reinar desde la Ciudad Santa de Jerusalén, y que como dice el profeta Isaías,
“las costas esperarán su Torá”.
Años más tarde el reino del norte fue llevado cautivo por el imperio Asirio
alrededor del año 722 A.C., para nunca regresar a Israel. Algunos cientos de años
después, el reino del sur (Judá) también fue llevado cautivo a Babilonia, de lo cual
advierte el profeta Jeremías. Durante el cautiverio en Babilonia fueron escritos los
libros de Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Ester; y Esdras y Nehemías durante el
proceso de retorno luego de 70 años.
En la medida en que la Torá Oral (o Ley Oral) se sistematizó, pasó a ser lo que
luego se conoció como Halajá, o la Ley Judía. Y la Ley Judía es el conjunto
sistemático de leyes desarrolladas desde el cautiverio en Babilonia, que son la
base del sistema religioso que hoy conocemos como judaísmo. De aquí en
adelante, y solo para propósitos de contraste con la ley de Moisés, me voy a referir
a todo este sistema como la ley judía.
En cuanto a los orígenes de la Torá Oral, cito un trabajo titulado “An Introduction to
the History and Sources of Jewish Law” (Una Introducción a la Historia y a las
Fuentes de la Ley Judía), que fue publicado por la prensa de la Universidad de
Oxford (ISBN 0-19-826262-0), y editado por el Instituto de Ley Judía, la escuela de
leyes de la Universidad de Boston, profesores de rabinismo en el Colegio Unión
Hebrea - Instituto de Religión en LA.; y la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En el capítulo dos “La ley judía durante el período el segundo templo” (que fue
construido luego del retorno de Babilonia, y que Jesús y los apóstoles conocieron),
dice lo siguiente:
«Los fariseos surgieron como grupo alrededor del año 160 A.C. Ellos buscaban
desarrollar prácticas y analogías de los rituales que se hacían en el templo, y
traerlos al hogar. Sostenían que la tradición oral había sido dada por Dios a
Moisés junto con la Torá en el monte Sinaí. Esto es algo que los Saduceos
(otro grupo judío de ese tiempo) se oponían. Cuando los rabinos escribieron la
historia de la ley judía de acuerdo a su concepción de la Ley Oral, lo plasmaron
así: “Moisés recibió esta ley en el Sinaí, y la entregó a Josué, y Josué a los
Ancianos, y los Ancianos a los Profetas, y los Profetas a los hombres de La Gran
Sinagoga (en el tiempo de Esdras, después del retorno de Babilonia). Simeón el
Justo fue un remanente que quedó de La Gran Sinagoga.; y Antígono de Soko
recibió esta ley de Simeón el Justo. De ahí, se dice que cinco pares de
autoridades recibieron esta ley de sus predecesores, conectando así a La Gran
Sinagoga con las escuelas rabínicas cuyas disputas dominaron la literatura
tanaítica (la ley judía post segundo templo). Estos cinco pares son (y finaliza
con el cuarto par): Shemaía y Avtalión, en el período de Herodes el Grande, y
Hillel y Shammai”.»
¿Y donde dice la ley de Moisés que cualquier tipo de Torá Oral está prohibida?
Deuteronomio 4:2
"No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que
guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene."
Ahora, para poner las cosas en perspectiva, considera por un momento el tamaño
de la ley oral en el primer siglo, y luego compáralo con la ley de Moisés. Sabemos
que el Tanaj (mal conocido como Antiguo Testamento) está dividido en La Torá,
Los Profetas, y Los Escritos. La Torá son los cinco primeros libros: Génesis,
Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
¿Qué decía la ley oral? Como todo, contenía cosas buenas, y cosas que
definitivamente no tenían fundamento en la Torá. Estas son tan solo algunas
pocas citas:
“Elohim le dio la Ley Oral (rabínica) a Moshé en el Monte Sináy.” – Abót 1.1, p.1
“Elohim hizo la Alianza con Israel únicamente por causa de la Ley Oral.” – Guitím
60b, p. 284
“La Biblia dice que los reglamentos de los rabinos deben ser obedecidos.” –
Tebamót 20a, p. 116
“Los que obedecen a los rabinos son santos; los que los desobedecen son
impíos.” –Tebamót 20a, p. 117
“Los decretos del concilio de Rabinos (Bet Din) no se pueden cuestionar, y tienen
igual autoridad que Moisés.” – Rosh Hashanáh 25a, p. 109
Al leer cosas como estas, no resulta difícil notar que es lo mismo que hizo la
Iglesia Católica Romana con la infalibilidad del Papa, y la tradición, que en
conjunto son el criterio final para interpretar las Escrituras. Pero no solo la Iglesia
Católica, dentro del protestantismo actual, ocurren fenómenos bastante similares.
Este dato permite entender porqué Pablo reprendió a Pedro en Gálatas 2:14 por
obligar a los gentiles a judaizar. No lo confrontó por obligar a los gentiles a guardar
la Torá. Lo confrontó porque con su actitud los hizo someterse a una ley rabínica
del judaísmo que no tenía fundamento en las Escrituras. ¿Qué decía esa ley
rabínica? Que un judío no puede comer en la misma mesa con un gentil.
De ahí la gran necesidad de entender que cuando Pablo escribe a los Gálatas
acerca de “la ley”, no siempre se está refiriendo a la ley de Moisés. Sino que está
usando esa terminología dentro del lenguaje judío que todo rabino del primer siglo
y todo judío en general conocía.
Como todo buen judío fariseo, Pablo se formó en la ley oral y en la ley judía.
Anteriormente vimos cómo Filipenses 3:5-6 él mismo describe sus credenciales.
Gálatas 1:14
"y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación,
siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres."
¿Y era mucho más celoso en qué cosa? En las tradiciones de sus padres.
Hechos 23:1
"Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad,
instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros
padres (la Torá Oral), celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.
Hechos 26:4-5
“Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en
Jerusalén, la conocen todos los judíos; los cuales también saben que yo desde el
principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra
religión, viví fariseo.”
¿Cómo vivió Pablo desde su juventud? Fariseo, conforme a la ley de sus padres.
¿Quienes eran los portadores y transmisores de la ley oral? Los fariseos. Él fue
enseñado en las tradiciones orales de los fariseos, en la escuela de Gamaliel.
Ahora, lee con atención el siguiente versículo, en el cual Pablo está hablando de
luego de haber conocido a Jesús:
Hechos 24:14
"Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al
Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas
están escritas."
¿Notaste alguna diferencia? ¿Qué pasó con Pablo después que le fue revelado el
Mesías? ¿A qué le concedió autoridad? A la Torá y a los Profetas.
Cuando Pablo dice en este versículo que él cree todo lo que dice la ley y los
profetas, está diciendo que él obedece y vive por todo lo escrito en ellos. Lo
interesante es que ya no mencionó las tradiciones de sus padres. Antes de su
conversión, Pablo era un fariseo celoso de la ley judía. Posterior a su conversión,
Pablo criticó duramente la idea de concederle a la ley judía la misma autoridad que
a la ley de Moisés, y mas aún, depender de ello para salvación.
Aún con esto, a muchos les sorprendería saber que Pablo no desechó por
completo la ley judía, sino que incluso se sirvió de ella para dar instrucciones de
carácter práctico en las congregaciones que fundó. Un ejemplo de ello lo podemos
ver en lo que le dice a los Corintios.
1 Corintios 14:33-34
33
“Como en todas las iglesias de los santos, 34 vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas,
como también la ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a
sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.”
«Entre los judíos y los temerosos de Dios que constituían el núcleo inicial de las
congregaciones de Corinto, las mujeres tenían menos oportunidades para estudiar
las Escrituras. Aunque aprendían junto con los hombres en las sinagogas, les
faltaba la formación que muchos hombres sí tenían. Mientras que a los chicos
judíos se les enseñaba a recitar la Torá mientras crecían, no era así con las
mujeres. Los maestros dentro de las congregaciones probablemente fueron en su
mayoría hombres que pertenecieron a las sinagogas. Lo que sorprende a la luz de
esto, es que en ningún lugar la ley manda ni el silencio de las mujeres, ni su
sumisión. Pablo pudo haber apelado al orden de la creación, pero el relato de la
creación tampoco enseña la subordinación de la mujer al hombre.»
Aún así, como dato histórico necesitamos considerar que había tres cuestiones
culturales con respecto a la mujer en el judaísmo primitivo:
«Es referida la sentencia de uno de los más antiguos escribas que conocemos,
Yosé ben Yojanán de Jerusalén (hacia el 150 a. C.): "No hables mucho con una
mujer", y después se añadía: "Esto vale de tu propia mujer, pero mucho más de la
mujer de tu prójimo". Las reglas de la buena educación prohibían encontrarse a
solas con una mujer, mirar a una mujer casada e incluso saludarla; era un
deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle. Una
mujer que se entretenía con todo el mundo en la calle, o que hilaba en la calle,
podía ser repudiada sin recibir el pago estipulado en el contrato matrimonial.»
La instrucción de que las mujeres callen en las sinagogas como una cuestión de
decoro, era un precepto de la ley judía, completamente perteneciente al contexto
cultural del primer siglo. Y si se me permite un comentario arriesgado: La ley de
Moisés no manda en ningún lugar de manera explícita que la mujer se subordine
al hombre. Y menos en un sentido de sumisión insana.
En los dos primeros versículos del capítulo dos, Pablo narra que después de
catorce años fue a Jerusalén con Bernabé y Tito a dar razón de sus enseñanzas y
su misión entre los gentiles. Para poder comprender lo que Pablo habla en éste
capítulo, es necesario que entendamos bien lo que pasó durante el Concilio de
Jerusalén que está narrado en Hechos 15. Lo que ocurrió allí nos proveerá del
contexto para tener una perspectiva más apropiada y acertada del asunto que
Pablo trata en Gálatas 2.
El Concilio de Jerusalén
Hechos 15:1-2
1
“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os
circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y
Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que
subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y
a los ancianos, para tratar esta cuestión.”
Este texto nos dice que unos hombres de Judea vinieron a Antioquía de Siria,
donde Pablo y Bernabé habían estado predicando. ¿Quiénes eran esos hombres?
Ellos eran judíos que querían obligar a los creyentes en el Mesías a circuncidarse
como evidencia de salvación. El texto menciona un detalle muy interesante. Dice
que estos hombres de Judea querían que los gentiles se circuncidaran “conforme
al rito de Moisés”. Este detalle es clave para entender la problemática. Si logramos
comprender este punto específico, entonces será como quitarle un candado a la
carta de Gálatas, y a una gran parte del Nuevo Testamento, que hará que el
mensaje se aclare y adquiera un sentido congruente con las circunstancias y la
problemática de aquel entonces, ayudándonos a entender cosas que de otra
manera jamás habríamos entendido.
El Rito de Moisés
Nota: El tema del rito de Moisés no es tratado aquí de manera exhaustiva, pues no es el tema
principal. Pero los detalles que aquí expongo son suficientes para explicar la causa del concilio de
Jerusalén, las palabras de Pablo en Gálatas y la problemática que la iglesia primitiva enfrentó en este
respecto.
¿Qué es el rito de Moisés? O mejor dicho, ¿qué es la circuncisión conforme al rito
de Moisés? La respuesta que todos daríamos sin pensarlo es: la circuncisión del
Antiguo Testamento. Te sorprenderá saber que no es así.
Pero más allá de lo que esa palabra significa en el griego, lo que nos interesa
saber es a qué se estaban refiriendo estos hombres de Judea con la expresión “el
rito de Moisés”. El rito, o la costumbre de Moisés era una expresión idiomática, un
término técnico que tenía un significado muy específico en el judaísmo del primer
siglo: Era la circuncisión que la ley judía estipulaba para a los gentiles adultos que
querían convertirse al judaísmo.
Primero:
Desde que Judá regresó del cautiverio en Babilonia, cuando el sistema religioso
del judaísmo fue tomando forma con el establecimiento de la Gran Sinagoga y la
Torá Oral (tradición farisea), y que luego se sistematizó dando lugar a la ley judía,
el pueblo judío estableció que la única manera válida ser admitido dentro del
pueblo de Dios, sería ser circuncidado dentro de este sistema, por medio de una
autoridad oficial rabínica avalada solo por ellos. Es decir, tu no podías ir al hospital
a circuncidarte porque leíste en la Torá que es un mandamiento de Dios, y luego
pretender disfrutar de todos los derechos y responsabilidades de un prosélito
(convertido); eso no valía ante el sistema. Te tenían que circuncidar ellos mismos.
Tal circuncisión tenía su método y su protocolo para todo adulto gentil que quería
tener plena participación en el Templo, acceso y reconocimiento en las sinagogas
y en la sociedad judía. Además, cualquier persona que hacía esa conversión, se
comprometía a guardar la Torá bajo los criterios, interpretaciones, tradiciones y
mandamientos de hombres que eran y son parte del judaísmo rabínico, que está
regulado no por la ley de Moisés principalmente, sino por la ley judía.
«Para la circuncisión, había una Hatafat Dam Brit (extracción de la sangre del
pacto), Peri’ah (remoción del prepucio), Metzitzah (comprimir y succionar la
herida), y una recitación de oraciones especiales.»
¿Sabes cómo se hacía esa succión de la herida? De manera oral…
Avi Ben Mordechai es un judío que vivió como ortodoxo hasta que conoció a Jesús el
Mesías. Ha escrito otros libros tales como:
Signs in the Heavens: A Jewish Messianic Perspective of the Last Days and Coming
Millenium)
Messiah: Understanding His Life and Teachins in Hebraic Context (two volumes) –
Discovering first century definitions of terms like “repentance”, “salvation”, “grace”, and
“law”, “church” and “Israel”.
Y otros mas.
Este es su sitio web:
https://m7000.com/
Ya vimos que la ley judía no tiene fundamento en la Torá escrita. Y con respecto a
la circuncisión, resulta que no existe en toda la Torá ninguna costumbre o rito
establecido por Moisés para la circuncisión en adultos.
Nota: Es importante aclarar que aunque hay tradiciones en el judaísmo que son contrarias a la
Escritura, no todas las tradiciones que ha desarrollado el judaísmo son malas. Muchas de ellas
resultan bastante enriquecedoras para la vida espiritual y para comprender más acerca de la Torá. Lo
mismo sucede con las tradiciones católicas y protestantes, no todo es necesariamente malo. Hay
cosas que tienen su valor. Lo importante es tomar lo que está en armonía con la Palabra de Dios, y
descartar lo que no.
Segundo:
En la Torá, la circuncisión nunca fue un requisito para salvación, sino una señal
física de haber entrado en pacto con Dios. Este mandamiento, como todos los
demás, se obedecía por convicción, y no por imposición, como fruto de haber
crecido en una relación con el Padre después de haber sido salvo.
Por lo tanto, en esos dos puntos podemos ver que en la Torá no existe
fundamento para decir que la circuncisión sólo puede ser hecha por una autoridad
rabínica; ni tampoco de imponer esto como requisito para ser aceptado por Dios
dentro de su pueblo. Estas dos disposiciones no eran parte de la ley de Moisés,
sino de la ley judía.
Los fariseos en el tiempo de Pablo querían que todos los gentiles que estaban
convirtiéndose a la fe mesiánica alrededor del mundo conocido, lo hicieran como
cualquier otro prosélito se convertía al judaísmo, es decir, que se circuncidaran de
acuerdo a la costumbre rabínica, el rito de Moisés.
Por esa razón, el concilio de Jerusalén, por medio de la palabra final de Santiago,
llegó a la siguiente conclusión acerca de cómo recibir a los gentiles que se
estaban convirtiendo:
19
“Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
20
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos
tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído
cada día de reposo.”
Hechos 15:10
“Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos
10
10 “
Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros habríamos podido llevar?”
¿Cuál es ese yugo que ellos no habrían podido llevar? La rigurosa y difícil
conversión a la fe mesiánica, por medio de la ley judía.
Lo que sí ocurrió, es que los apóstoles, con la aprobación del Espíritu Santo,
instruyeron a los discípulos gentiles a guardar cuatro mandamientos iniciales. ¿Y
porqué digo que son iniciales? Porque el versículo 21 nos dice que Moisés (la
Torá) ya era leído cada Shabbat en las sinagogas, y cuando los gentiles asistieran
a ellas, aprenderían el resto de los mandamientos (que incluye la circuncisión), y
entonces podrían comenzar a obedecer poco a poco cada uno de ellos.
Esta es la razón del versículo 3 de Gálatas 2, que leímos al principio:
Gálatas 2:3
3
“Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a
circuncidarse; 4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas,
que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para
reducirnos a esclavitud…”
Mateo 23:15
“Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para
hacer un prosélito (convertir a alguien), y una vez hecho, le hacéis dos veces
más hijo del infierno que vosotros.”
Los falsos hermanos —como Pablo los llama—lo único que querían era
adjudicarse a los nuevos creyentes y hacerlos sus propios conversos. Hacían esto
por medio de insistirles en obedecer la ley judía.
Gálatas 6:12-13
“Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os
12
¿Cuál era el objetivo de estos falsos hermanos al adjudicarse para ellos a estos
nuevos creyentes? Gloriarse en la carne. Pablo peleó contra esto. ¡Por eso
escribió la carta! ¡Ese es el tema principal de Gálatas!
Veamos qué piensa el mismo apóstol Pablo. Dentro de la epístola a los Gálatas
encontramos lo siguiente:
Gálatas 5:6
“porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe
que obra por el amor.”
La fe que obra por el amor es la que no obedece por obligación, sino por
convicción.
Gálatas 6:15
“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una
nueva creación.”
¿Qué es lo que cuenta para Dios? La circuncisión del corazón. Pero, ¿qué
propósito tiene la circuncisión del corazón?
Deuteronomio 30:6-8
6
“Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. 7 Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y
sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8 Y tú volverás, y oirás la voz de
Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.”
1 Juan 5
2
“En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y
guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos
sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”
1 Corintios 7:18-20
18
“¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado
alguno siendo incircunciso? No se circuncide. 19 La circuncisión nada es, y la
incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. 20 Cada uno
en el estado en que fue llamado, en él se quede.”
Es decir, si alguno fue llamado a ser parte del cuerpo de Cristo, y no estaba
circuncidado, quédese en ese estado. No permita que se le obligue a hacerlo para
validar su fe. Crezca primero en entendimiento, en amor al Padre, en obediencia, y
después actúe. Lo importante es guardar los mandamientos de Dios.
Romanos 2:25-29
25
“Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres
transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. 26 Si, pues, el
incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión
como circuncisión? 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda
perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la
circuncisión eres transgresor de la ley. 28 Pues no es judío el que lo es
exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino
que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en
espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.”
Hechos 16:1-3
1
“Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado
Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2 y daban buen
testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3 Quiso Pablo que
éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había
en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego.”
¿Les circuncidó por causa de quien? De los judíos. ¿Porqué hizo esto Pablo?
Pareciera que se está contradiciendo. Primero nos dice que la circuncisión no vale
nada, y luego circuncida a Timoteo para no tener problemas con los judíos.
La causa nos la da el mismo versículo al final: El padre de Timoteo era griego.
Seguramente su padre no lo circuncidó al octavo día, como lo manda la Torá. De
modo que Timoteo se convierte a la fe del Mesías sin estar circuncidado. Pablo
encuentra en él un compañero de ministerio, pero la audiencia de Pablo son los
judíos en las sinagogas. Si Timoteo iba a acompañar a Pablo en su viaje, y los
judíos se daban cuenta que no estaba circuncidado, esto sería un estorbo para
que escucharan el mensaje. Por cierto, la madre de Timoteo era judía. Esto sería
causa de reproche, ¡cómo iba a ser posible que conociendo la Torá desde su
niñez al tener una madre judía, no estuviera circuncidado! Por eso Pablo lo
circuncida.
Timoteo no fue circuncidado por una autoridad rabínica ortodoxa del sistema judío
tradicional. Fue circuncidado por una autoridad establecida por el mismo Mesías,
el apóstol Pablo.
¿Se habrá sentido obligado Timoteo? Te voy a sugerir que no. Por supuesto que
no. Él conocía la Torá y amaba al Mesías. Estamos seguros que fue una
circuncisión completamente por amor y obediencia. Completamente bíblica.
Podemos ver que el caso de Tito y el de Timoteo fueron totalmente distintos. Pero
ninguno de los dos está registrado para que concluyamos de ahí que Dios abolió
sus mandamientos.
Gálatas 2:11-14
11 “
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de
condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los
gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo
de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros
judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de
ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del
evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los
gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”
¿Qué fue lo que movió las acciones de Pedro en todo este relato?
Por increíble que parezca, la respuesta que por años hemos escuchado es:
“Pedro sabía que la ley de Dios ya estaba abolida y clavada en la cruz, por lo tanto
estaba sentado con los gentiles dándose un festín de cerdo, mariscos, y todo
animal inmundo, pues Dios ya había limpiado todos los alimentos y abrogado las
leyes dietéticas de Levítico 11, y ahora ya nadie estaba bajo la ley, sino bajo la
gracia”.
• El versículo 17 dice que Pedro se quedó perplejo sin entender qué había
significado la visión. Es decir, nunca relacionó la visión con la idea de que
ahora podía comer de cualquier cosa aunque estuviera prohibida en la
Torá.
• El versículo 28 aclara todo el enigma. Cuando Pedro llega a la casa de
Cornelio finalmente comprende que la visión no se trata de animales, sino
de personas.
¿Qué quiere decir esto? Que Dios permitió que Pedro tuviera tal visión, porque lo
estaba preparando para lo que iba a ocurrir en los días siguientes: Mostrarle a él y
posteriormente a los creyentes judíos que ya no había razón para considerar
inmundos a los gentiles, porque Dios ya los había limpiado para que por medio de
la fe en Jesús el Mesías, fueran injertados a Israel y recibieran el don del Espíritu
Santo.
Por cierto, hay un versículo en Hechos 10 que es clave para entender esto, y
también el pasaje que hemos citado de Gálatas, y es el siguiente:
Hechos 10:28
28
Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse
o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún
hombre llame común o inmundo.
“Está prohibido derramar aceite sagrado sobre los israelitas. Pero los rabinos
legislaron que era permisible derramarlo sobre vacas y gentiles, porque no son
humanos.” –Keritót 6b, p. 45.
“La leche, el pan y el aceite de los gentiles están prohibidos.” –Abodáh Zaráh 35b,
p. 171
“Los utensilios gentiles hacen que la comida sepa mal.” –Abodáh Zaráh 67b, p.
325
“El vino tocado por un gentil queda inapto para el consumo judío.” Abodáh Zaráh
72b, p. 348
“Dios se muestra en la tierra en las semblanzas del judío: Judío, Judas, Judá,
Jevah o Jehová, son el mismo y único ser. El hebreo es el Dios viviente, el Dios
encarnado; es el hombre celeste, el Adam Kadmon. Los otros hombres son
terrestres, de raza inferior. Sólo existen para servir al hebreo; son pequeñas
bestias.” - (Qabbalah ad Pentateucum, fol. 97, 3)
“Así como los hombres son superiores a los animales, los judíos son superiores a
todos los pueblos de la tierra.” - (Sepher Zeror a Mar, folio 107, b.)
“Solamente los judíos deben ser llamados hombres, pero los goim (gentiles), que
vienen del espíritu impuro, no tienen derecho más que al nombre de puercos.” -
(Jalkut Reubeni, folio 10, b.)
"El no judío es basura; es excremento.” - (Schulkhan Arukh, con las palabras del
Rabí Josef Caro)
“Todos los niños gentiles son legalmente bastardos porque los gentiles son sólo
animales.” – Yebamót 98ª, p. 670-671.
“Si tu comes con un gentil (un no judio) es lo mismo que si comes con un
perro.” - (Tosapoth, Jebamoth 94 b).
“Así como los hombres son superiores a los animales, los judíos son superiores a
todos los pueblos de la tierra.” - (Sepher Zeror a Mar, folio 107, b.)
“Solamente los judíos deben ser llamados hombres, pero los goim, que vienen del
espíritu impuro, no tienen derecho más que al nombre de puercos.” - (Jalkut
Reubeni, folio 10, b.)
"El no judío es basura; es excremento." - (Schulkhan Arukh, con las palabras del
Rabí Josef Caro)
"Los pueblos de gentiles constituyen el prepucio del género humano que debe ser
cortado." - (Libro de Zohar, s.n. con.)
“Un gentil que estudie la Toráh merece la muerte.” –Sanhedrín 59ª, p. 400.
“El gentil que observe un día de reposo merece la muerte.” - Sanhedrín 58b, p.
399.
Como podemos ver, era la tradición rabínica la que prohibía que un judío tuviera
trato con gentiles.
Deuteronomio 4: 5-6
5“
Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me
mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar
posesión de ella. 6 Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra
sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos
estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es
esta.”
Isaías 56: 3-7
3“
Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente
Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. 4 Porque así
dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo
quiero, y abracen mi pacto, 5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros,
y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca
perecerá. 6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y
que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el
día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, 7 yo los llevaré a mi
santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus
sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de
oración para todos los pueblos.”
En este sentido podemos ver que la ley judía es diametralmente opuesta a lo que
dice la ley de Moisés y los Profetas.
• Cuando Pedro le dijo a la casa de Cornelio que para él como judío era
abominable acercarse a la casa de un extranjero (no judío), Pedro estaba
citando la tradición rabínica, no la Torá.
• Cuando Pedro se apartó de los gentiles en Antioquía luego que llegaron los
creyentes de Jerusalén, lo hizo por miedo a ser juzgado por ellos de
acuerdo a la ley judía.
• Cuando Pedro hizo esa separación entre judíos y gentiles en Antioquía,
estaba tratando a los gentiles conforme al desprecio de la ley judía.
• Por eso Pablo reaccionó.
¿Y qué término usó Pablo para referirse a lo que Pedro estaba sometiendo a los
gentiles? ¡Judaizar!
Gálatas 2:14
14 “
Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del
evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los
gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”
¿Y porqué usó Pablo ese término? Porque ese es el término que se utilizaba en el
primer siglo cuando una persona guardaba las leyes, mandamientos y tradiciones
orales del judaísmo. ¡No la Torá!
En la siguiente sección voy a hablar de otra expresión que Pablo usa en esta
carta: “las obras de la ley”. Un término del judaísmo anterior al primer siglo, y
completamente ignorado por la teología cristiana. Seguimos adelante.
Gálatas 2:15-21
15
Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo
que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados
por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la
ley nadie será justificado. 17 “Y si buscando ser justificados en Cristo, también
nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En
ninguna manera. 18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar,
transgresor me hago. 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir
para Dios. 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; pues
si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
Este es otro pasaje de la Escritura que se ha convertido en uno de los principales
argumentos de la teología cristiana para sostener que Jesús abolió la ley de
Moisés, y que Pablo también predicaba en contra de ella. Debido a que nadie
puede ser declarado justo por “las obras de la ley”, entonces resulta sencillo
concluir que Dios ya desechó su propia ley, la Torá.
• Pablo es un rabino judío, del cual ya vimos todas sus credenciales en una
sección anterior.
• Como rabino judío, fariseo por formación, Pablo conoce la Torá
perfectamente, habiendo estudiado en la que fue probablemente la escuela
farisea de mayor prestigio en su época.
• Pablo por lo tanto entiende que la Torá sigue vigente y es aplicable para
todos, pues eso les escribe a las congregaciones de Roma, en Romanos
2:12-13, y en Romanos 3:31.
• Tal es la vigencia que Pablo le concede a la Torá, que cuando lo acusan de
enseñar a otros judíos a quebrantarla, el obedece la instrucción de Santiago
de demostrarle a todos en Jerusalén que esa acusación es falsa (historia
narrada en Hechos 21:17-24).
Sugiero que la segunda opción es la más acertada, y existe una razón muy
fundamental para ello:
Pablo conoce bien la Torá y los Profetas; por lo tanto él sabe que ellos establecen
que la obediencia a los mandamientos del Padre sí producen justicia.
Deuteronomio 6:24-25
“Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a
24
Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos
conserve la vida, como hasta hoy. 25 Y tendremos justicia cuando cuidemos de
poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios,
como él nos ha mandado.”
Resulta interesante cómo lo traduce la Reina Valera Contemporánea:
Deuteronomio 6:24-25
“El Señor nuestro Dios nos mandó cumplir todos estos estatutos, y temerlo, para
24
que nos vaya bien siempre y él nos conserve la vida, como hasta el día de
hoy. 25 Si tenemos cuidado de poner por obra todos estos mandamientos
delante del Señor nuestro Dios, como él nos lo ha mandado, tendremos justicia.”
La frase “tendremos justicia” es en hebreo “jayá tsedacá”.
¿Puedes ver la conexión que la Torá hace entre obediencia a los mandamientos
del Padre y ser justos?
Otro texto…
Isaías 48:18
“¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como
18
Nuevamente una conexión entre obediencia a los mandamientos del Padre y ser
justos.
Otro texto…
Ezequiel 14:13-14
13
“Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y
extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare
en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, 14 si estuviesen en medio de
ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían
únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor.”
Ezequiel 14:19-20
19
“O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre,
para cortar de ella hombres y bestias, 20 y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel
y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su
justicia librarían solamente sus propias vidas.”
¿Cuál es la característica principal de estos tres hombres, Noé, Daniel, y Job?
Que fueron obedientes de manera ejemplar e intachable a los mandamientos del
Padre.
• Job era intachable en sus acciones a tal grado que Dios se lo presume al
diablo.
• Noé fue obediente al construir el arca aún cuando era prácticamente
imposible que pasara lo que Dios le había dicho.
• Daniel fue fiel a los mandamientos del Eterno, y a causa de ello pasó por
las más terribles dificultades, y ni así se retractó.
Qué decir del Salmo 119, el cual no es necesario que citemos en este escrito, pero
que todos sabemos que está lleno de declaraciones que hablan de la justicia que
produce obedecer la Torá.
Romanos 2:12
13
“porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de
la ley serán justificados.”
Santiago 2:21-24
21
“¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su
hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice:
Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24
Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no
solamente por la fe.”
¿Cuál fue la obra que según Santiago justificó a Abraham? Obedeció la instrucción
(torá) del Eterno de ofrecer a Isaac sobre el altar.
Para una mentalidad fuera del contexto judío, como la nuestra, fe tranquilamente
puede significar dar por hecho que algo es cierto, y hasta ahí. Pero para un judío
del primer siglo, es fe no vale. Por ello Santiago les dice:
Santiago 2:14
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene
14
Al ver estos textos, y la conexión que la Escritura hace siempre entre obediencia a
los mandamientos y ser justo, podemos ver un concepto hebreo que sabemos
puede ser ofensivo para muchos porque es abiertamente contrario a la teología
tradicional, pero que era parte de las convicciones de todo judío del tiempo de los
apóstoles, como lo podemos ver en el Nuevo Testamento:
Entonces, ¿qué significa el término “las obras de la ley” que Pablo usa aquí en
Gálatas y también en Romanos?
«En resumen, Miqat Ma’ase Ha-Torá (el rollo encontrado) es equivalente a lo que
conocemos en las cartas de Pablo como “las obras de la ley”. Este rollo del Mar
Muerto, y Pablo, usan la misma frase. La conexión se enfatiza por el hecho de que
esta frase no aparece en ningún lugar en la literatura rabínica del primer y
segundo siglo, solamente en las cartas de Pablo y en el rollo hallado.
Las Obras de la Ley a las que el rollo se refiere son tipificadas por los 20 o más
preceptos detallados en el cuerpo del texto. Por primera vez podemos realmente
entender acerca de qué escribió Pablo.”
Algunas de las cuestiones discutidas en el rollo eran:
“La mayoría de las reglas expuestas por el autor de Las Obras de la Ley están
basadas directamente en la ley bíblica. Otras son interpretaciones y
amplificaciones de prescripciones mosaicas. La lista claramente refleja una
reacción en contra de relajar los preceptos de la Torá (y hacerlos más
difíciles).
La secta de Qumrán desdeñaba las extensiones rabínicas del Talmud, las cuales
eran como una cerca alrededor de la Torá; como capas codificadas en los escritos
rabínicos de la Mishná y los dos Talmuds. Qumrán (según el comentarista) era la
única comunidad bíblica de la época.
Algunos académicos han sugerido que Pablo estaba creando algo así como un
espanta pájaros para reforzar (entre los creyentes) la idea de fe vs la ley. En el
pasado, esta perspectiva fue apoyada por el hecho de que la frase “las obras de
la ley” no aparece en los libros del judaísmo rabínico. Pero ahora, Las Obras de la
Ley provee la evidencia que los estudiantes han buscado por generaciones,
encontrada en las enseñanzas de Qumrán. Las Obras de la Ley demuestra
que Pablo no se ajustó, sino que se opuso en un dramático duelo a esa
teología sectaria, que en última instancia, también contaminó al
cristianismo.»
Aquí la fuente:
http://www.ewtn.com/library/ANSWERS/WORK-LAW.htm
Y aquí otro sitio de apologética católica que presenta el mismo documento pero en español:
http://www.apologeticacatolica.org/Salvacion/Salvacion02.htm
James D.G. Dunn, y James H. Charlesworth, en su libro “The Bible and the Dead
Sea Scrolls: Scripture and the scrolls, Vol. 1” (La Biblia y los Rollos del Mar
Muerto: La Escritura y los rollos Vol. 1), en las páginas 189 -190 dicen lo siguiente
acerca de este documento:
«El primer punto de interés es la auto descripción del escritor de este rollo: “Nos
hemos separado de la multitud del pueblo, y de toda su impureza”. Está claro por
el contexto, especialmente cuando se toma en conjunto con la segunda parte del
MMT (nombre técnico del rollo), que la separación fue motivada por cuestiones de
pureza. La implicación es clara, que estos judíos eran llamados separatistas
porque trataron de separarse incluso del resto de Israel, de nuevo con una clara
implicación de que la motivación estaba basada en reglas de pureza e
interpretaciones de la Torá.
No menos interesante aquí es la evidencia de que el autor del MMT evoca lo que
fuentes posteriores indican haber sido una hajalá saducea, y que sus oponentes
sonaban más como fariseos. Sin embargo, el énfasis expresado aquí es
claramente una actitud sectaria. Y el hecho de que esta es la primera vez que el
término ‘prsh’ (del cual se deriva ‘fariseo’) en la literatura judía, es bastante
significativo del MMT.
En este primer caso, el posible punto de contacto es la descripción que Pablo
hace de la actitud de Pedro, seguida por los otros judíos cristianos, que ‘se separó’
de los gentiles cristianos en Antioquía cuando previamente comía con ellos. El
hecho de que Pablo use el verbo ‘separar’, del griego aforízo (Strong’s G873) en
Gálatas, puede hacer eco de que su propia experiencia de separación como
fariseo es algo del pasado. La inferencia es apropiada, de que la motivación de
Pedro de separarse de la mesa de los gentiles cristianos en Antioquía, era de un
carácter similar y racional tal como la separación del grupo MMT de la comunidad
judía en general”.»
Fuente:
https://books.google.com.mx/books?id=TmVYVHrr3JcC&pg=RA2-PA188&lpg=RA2-
PA188&dq=Martin+Abegg+MMT&source=bl&ots=bPrh4YcAS1&sig=e-
aAxjWWkBMr6uzVOnyYQkvzs_A&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjbkM2LwpPKAhVG3WMKHe7IAgM
Q6AEIMjAE#v=onepage&q=Martin%20Abegg%20MMT&f=false
Y aquí el sitio oficial (en inglés) de los rollos del Mar Muerto, para quien guste revisar y comprobar
la veracidad de lo que aquí exponemos:
http://www.deadseascrolls.org.il/home
Cualquiera que desee indagar más y hacer investigación sobre este asunto, podrá
confirmar que estas “obras de la ley” que Pablo menciona en Gálatas 2, no son la
ley de Moisés, sino una expresión idiomática dentro del contexto judío del primer
siglo, que hacía referencia a interpretaciones, regulaciones y jurisprudencias que
distintos grupos dentro del judaísmo hacían a la Torá.
«Para un fariseo, “las obras de la ley” eran una acción de un rabino o sabio que
justificaba una manera práctica en la que alguna tradición debía ser
observada. Las obras de la ley eran leyes basadas en las acciones u obras de un
rabino. Si un fariseo o rabino desempeñaba cierta acción, esa acción era
establecida como una ley, y era conocida como una “obra de la ley”.»
«Una vez pasó que aquellos del Rabino Gamaliel regresaron tarde a casa de un
banquete de bodas, y le dijeron: “Aún no hemos recitado el Shemá vespertino”. Él
les dijo: “Si aún no ha amanecido, deben recitarlo”. Y no solo con respecto a esto
ellos decidieron, “hasta cuando sea que los sabios digan ‘hasta la media noche’,
el precepto puede ser realizado hasta que amanezca”.» – Berajot 2ª
“Las obras de la ley” es una expresión que no significa la ley de Moisés, sino las
leyes establecidas por los rabinos. Y Pablo les dijo a los Gálatas que por medio de
observar esas leyes rabínicas nadie será justificado ante Dios. Esa justificación se
obtiene solamente por la fe del Mesías. ¿Y qué significa eso?
Anteriormente establecimos cual era el concepto de fe dentro del contexto y época
de Jesús y los apóstoles: Obediencia a los mandamientos de Dios.
Por lo tanto, ¿qué crees que significa la fe del Mesías? Obediencia a los
mandamientos del Mesías. Seguir sus palabras e imitarlo en sus acciones.
Mateo 5:17-19
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para
17
abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el
cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya
cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño
será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los
enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.”
Cuando Jesús terminó lo que conocemos como el sermón del monte, dijo las
siguientes palabras:
Mateo 7:24-27:
24
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron
ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace,
le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y
descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra
aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
1 Juan 5:3-6
3
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus
mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal
es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste
verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que
estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”
Gálatas 3:1-5
1
“¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a
vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros
como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por
las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado
por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido
en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el
Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el
oír con fe?”
Una vez que hemos entendido que el término “las obras de la ley” no es sinónimo
de obedecer los mandamientos de la ley de Dios, sino una expresión que se
refiere a practicar la ley judía, resulta obvio que Pablo reprenda duramente a los
Gálatas, preguntándoles a manera de reclamo si recibieron el Espíritu por “las
obras de la ley”, o por el oír con fe.
El versículo 2 nos arroja tres términos que son claves para entender el
pensamiento el pensamiento de Pablo al usarlos en la carta. El primero es “las
obras de la ley”, de cual ya hablamos. Así que nos resta definir los otros dos para
entender lo que Pablo está diciendo:
• Recibir el Espíritu
• Oír con fe
Recibir el Espíritu
Hoy en día este término tiene una infinidad de significados entre las 43,000
denominaciones existentes en la cristiandad. La mayoría de esos significados son
extraídos de una lectura aislada del término en el Nuevo Testamento. Pero aquí
crítico traer a colación una regla de hermenéutica bíblica que es fundamental:
La Torá, los profetas y los escritos eran las únicas Escrituras que existían en el
tiempo de los apóstoles, cada concepto que ellos mencionan fue extraído de ellas.
Fuera de ahí, el otro lugar del cual podía provenir la terminología neo
testamentaria, es del judaísmo del primer siglo.
Entonces, ¿qué significaba “recibir el Espíritu” para una persona dentro del
judaísmo del primer siglo? La Escritura responde a través del profeta Ezequiel:
Ezequiel 36:26-27
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
26
Joel 2:28-32
28
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán
vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días. 30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra,
sangre, y fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna
en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel
que invocare el nombre de Jehová será salvo.”
Joel 2:12-14
12
“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón,
con ayuno y lloro y lamento. 13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y
convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para
la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. 14 ¿Quién sabe si
volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación
para Jehová vuestro Dios?”
Nuevamente vemos a través de las palabras del profeta Joel la necesidad de que
nuestro corazón sea transformado, para que Dios pueda derramar su Espíritu
sobre nosotros.
Hechos 5:29-32
“Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios
29
antes que a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien
vosotros matasteis colgándole en un madero. 31 A éste, Dios ha exaltado con su
diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de
pecados. 32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu
Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.”
De manera que podemos ver que en las Escrituras siempre hay una conexión
directa entre recibir el Espíritu Santo, y obediencia a Dios. Pablo mismo les dice a
los Romanos...
Romanos 8:7-8
7
“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él.”
Oír con fe
Oír con fe, era una expresión que toda persona familiarizada con el contexto
hebreo de las Escrituras comprendía, y por eso Pablo la utilizó. ¿De donde lo
sacó? De la Torá.
Para todo judío, el concepto de “oír” es el Shemá. Y sabemos que el Shemá es la
declaración principal dentro de la fe hebrea, que todo judío tanto del primer
siglo como en la actualidad aprendía desde niño, y también era la principal cosa
que un gentil aprendía cuando quería obedecer al Dios de Israel.
Deuteronomio 6
3
“Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la
tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de
tus padres. 4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu
casa, y en tus puertas.”
Texto que por cierto Jesús citó, como todo buen judío, cuando los fariseos lo
cuestionaron.
Mateo 22:34-40
34
“Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se
juntaron a una. 35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarle, diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas.”
Habrá quien diga que debido a que este mandamiento está citado en boca de
Jesús con una fraseología diferente a la que Moisés usa en Deuteronomio, es una
señal de que Jesús modificó el mandamiento haciendo uno nuevo donde la ley de
Moisés queda fuera y ahora solo hay que amar a Dios y al prójimo con un corazón
sincero y ya.
Yo sugiero que si alguno tiene semejante ocurrencia, necesita hacer uso del
sentido común. Obviamente Jesús usó una fraseología diferente, porque esto es
algo que todos hacemos cuando queremos hacer referencia a algo que nuestro
receptor ya conoce, y así ahorrarnos el tener que decirlo de manera exhaustiva.
Es obvio que Jesús cita el Shemá de manera resumida, no porque está omitiendo
otras partes del mandamiento, o modificándolo, sino para propósitos de agilidad en
la conversación que está teniendo con los fariseos.
Entonces ¿qué es el oír con fe? De acuerdo a la Torá (la cual Pablo está citando),
oír con fe es igual a oír para obedecer los mandamientos del Padre expresados en
su ley.
Pablo les está diciendo a los Gálatas que el Espíritu Santo no se recibe por “las
obras de ley”, es decir, de la ley judía, sino por “el oír con fe”, es decir, escuchando
los mandamientos del Padre, y obedeciéndolos.
A estas alturas ese argumento se desbarata solo, pero aún así quiero poner un
poco de fundamento para confirmar que es un argumento equivocado.
Decir que “acabar por la carne” significa terminar obedeciendo los mandamientos
de Dios, se sale completamente del marco bíblico. Pablo escribió a los Romanos
lo siguiente:
Romanos 7:12-13
“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y
12
bueno. 13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna
manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por
medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a
ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo
soy carnal, vendido al pecado.”
Si Pablo les dice a los Romanos que la ley es santa, y el mandamiento santo, justo
y bueno; y luego les dice que la ley es espiritual… ¿Cómo puede decirles lo
contrario a los Gálatas?
Es obvio que en el pensamiento de Pablo, la obediencia a la ley de Dios y vivir en
a carne son cosas opuestas.
Para un creyente del primer siglo, vivir en el Espíritu es vivir obedeciendo la ley de
Dios, tal y como el profeta Ezequiel dice. En cambio, vivir en la carne es andar
bajo nuestro propio gobierno, tratando de ganar un estatus ante Dios por medio de
tradiciones y mandamientos de hombres.
En una sección anterior de este documento, que se llama “Pablo y la Ley Judía”,
hablé de la aplicación que Pablo le dio a ciertos criterios de la halajá judía en las
congregaciones de creyentes. Mencioné la situación de las mujeres en las
sinagogas, y lo que Pablo habla al respecto en 1 Corintios 14 y 1 Timoteo 2. A
través de ello traté de demostrar que cuando Pablo, como buen rabino judío, usa
el término “la ley”, no siempre se está refiriendo a la ley de Moisés, sino a la ley
judía, o bien a las dos como conjunto. Podemos ver esto sólo cuando conocemos
contexto judío del primer siglo, y leemos sus cartas en contexto, y no solamente
versículos aislados.
Debido a que los fariseos tenían la firme convicción de que la ley oral también le
fue dada a Moisés en el Sinaí, para ellos la Torá y la ley oral eran parte de la
misma cosa, por eso no les representaba ningún problema usar la misma
terminología para las dos en diversas ocasiones. Es decir, dentro de un escrito
totalmente judío, un rabino fariseo podía referirse a la Torá, a la tradición oral, o a
la ley judía, y en los tres casos usar el mismo término: “la ley”. Este también fue el
caso de Pablo.
Gálatas 3:10-14
“Porque
todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición,
10
pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica
para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe,
sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13 Cristo nos redimió de la
maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito
todo el que es colgado en un madero , 14 para que en Cristo Jesús la bendición de
Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa
del Espíritu.”
Quiero desglosar esto por partes.
Ya vimos anteriormente que el término “las obras de la ley” significa las
determinaciones rabínicas que luego pasaban a ser mandamiento.
El dice que todos los que dependen de “las obras de la ley” están bajo maldición.
¿Porqué? Porque escrito está: “Maldito todo aquel que no permaneciere en todas
las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.”
Entonces aquí tenemos dos cosas que Pablo está contrastando en el mismo
versículo:
Míralo bien…
En otras palabras, Gálatas 3:10 nos dice que todo aquel que depende para su
justicia ante Dios, de tradiciones, mandamientos de hombres, y las doctrinas de
algún sistema religioso ajeno y contrario a lo establecido en la Escritura, está bajo
maldición. ¿A quien maldice el Creador? Al que no permanece en lo que está
escrito en el libro de la ley.
Sé que suena tajante y crudo. Pero no lo digo yo, es lo que la Escritura dice. Y
Pablo lo está avalando.
Como buen judío, Pablo conoce la Torá por dentro y por fuera; es un erudito de
alta gama dentro del judaísmo de su tiempo, y no puede evitar escribir como tal.
Conoce la Torá de memoria y conoce su aplicación. Él usa aquí la frase “la
maldición de la ley” como un término directamente extraído de la Torá, que
evidentemente los creyentes en la dispersión entendían bien. Lo usa sin
problemas porque está escribiendo a una audiencia bien familiarizada con el
judaísmo del primer siglo.
Luego viene otra parte que parece ser confusa, el versículo 11:
“Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo
por la fe vivirá.”
¿Cuál es la ley que no justifica a nadie? ¿La ley judía, o la Torá? ¿De cual está
hablando Pablo aquí? Voy a citar otra carta de Pablo para aclarar esta cuestión.
Romanos 2:
11
“Porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin
ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado,
por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante
Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.”
Aquí tenemos otro contraste. Pablo dice en Gálatas 3:11 que por la ley nadie se
justifica, y en Romanos 2:12 dice que son los hacedores de la ley los que serán
justificados.
Cada que Pablo usa el término “la ley”, puede estarse refiriendo a la ley de Moisés, o a la
ley judía. El contexto nos dice a cual de las dos se está refiriendo.
Luego Pablo hace otra declaración totalmente judía: “El justo por la fe vivirá”.
¿Puedes ver la diferencia y el contraste que Pablo está haciendo entre las dos?
“y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.”
¿Cuál es la ley que no es de fe? La ley judía. Pero no solamente la ley judía;
también todo sistema, que por muy noble que sea, no se alinea a lo que escrito
está. Pues la Escritura dice: “el que hiciere estas cosas vivirá por ellas”.
¿Cuáles cosas son las que nos hacen vivir si las hacemos? Los mandamientos.
Levítico 18:5
“Por
tanto, guardarás mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el
5
Dicho de otro modo, todo sistema religioso que no se apegue a lo que dice la
Escritura, no es de fe, pues la Escritura dice que lo que produce vida es hacer lo
que la Escritura dice.
1 Corintios 4:6
“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por
6
No pensar más allá de lo que ya está escrito. Ese es el consejo del apóstol Pablo.
Gálatas 3:14
“para
que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a
14
Gálatas 3:13-18
13
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14 para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la
fe recibiésemos la promesa del Espíritu. 15 Hermanos, hablo en términos humanos:
Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.
16
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y
a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la
cual es Cristo. 17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para
con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para
invalidar la promesa. 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la
promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.”
Jesús nos redimió de la maldición de la ley, del castigo que nos correspondía por
habernos alejado de la Torá. Y la manera en que el Señor Jesús se hizo maldición,
fue en la cruz. Tomó nuestra culpa y la puso sobre él, como si hubiera sido él
quien transgredió la Torá y no nosotros.
Ahora, en esta porción de Gálatas 3 hay otros cuatro conceptos que emergen:
1. La bendición de Abraham
2. La promesa del Espíritu
3. El pacto ratificado con Cristo
4. La herencia
Vamos a definirlos para poder comprender el uso que Pablo les da. Definimos
estos conceptos partiendo del principio que comenté anteriormente:
Debido a que los escritores de las cartas neo testamentarias no eran filósofos
griegos, entonces no recurrieron a Platón o Aristóteles para extraer sus conceptos
de allí. Ellos recurrieron a las mismas Escrituras con las que ellos contaban en ese
momento: La Torá, los Escritos, los Profetas. Y también recurrieron al sistema
judío de su tiempo, en el cual vivieron.
Así que voy a tratar de definir estos términos de manera breve con la Escritura.
1. La bendición de Abraham
¿Qué es la bendición de Abraham y dónde la encontramos en las Escrituras?
Génesis 12:2-3
1
“Pero Jehováhabía dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la
casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y
te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los
que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra.
Esta es la bendición que Dios ofrece a Abraham. Pablo acaba de decir que por
medio de Cristo esa bendición alcanza a los gentiles. Aquí hay que señalar un
punto fundamental: La bendición de Abraham no es solo engrandecer su nombre y
bendecir a todas las familias de la tierra. La bendición de Abraham comienza con
una nación. Sabemos que esa nación es Israel.
1 Corintios 12:2
2
“Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os
llevaba, a los ídolos mudos.”
Efesios 2:12-13
12
“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.13 Pero
ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo.”
Al haber creído en Cristo, dejamos de ser gentiles, y nos alcanzó la bendición de
entrar a formar parte de la nación que Dios le prometió a Abraham. Estábamos
alejados de la ciudadanía de Israel, pero por la sangre de Cristo ahora hemos sido
hechos cercanos.
Ezequiel 36:26-27
25
“Esparciré sobrevosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi
Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los
pongáis por obra. 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros
me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.”
Podemos ver cómo a través del profeta Ezequiel, Dios está prometiendo a Israel,
que pondrá sobre ellos su Espíritu, ¿y para qué se los daría? Para que anden en
sus estatutos, guarden sus preceptos, y los pongan por obra.
Otra cosa que incluye la promesa del Espíritu, es lo que Jesús dijo en Hechos 1.
Hechos 1:4-5,8
4
“Y estando juntos,
les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen
la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente
bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de
no muchos días… 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra.”
¿Serle testigos de qué? De que él es el Mesías. Podemos ver a lo largo del libro
de los Hechos, que los apóstoles testificaban tanto a judíos como a gentiles que
Jesús era el Mesías. No iban por ahí diciendo que la ley de Dios ya estaba
abolida. Eso es algo que jamás le hubiera pasado por la cabeza a un judío
creyente en el Mesías. Ellos testificaban que Jesús era el Mesías, para
arrepentimiento de pecados, que bíblicamente significa retornar a Dios y a su ley.
La palabra de Dios es clara en que el resultado de haber sido llenos del Espíritu
Santo es creer en Jesús y guardar los mandamientos de Dios. Incluso el último
libro de la Biblia lo declara:
Apocalipsis 12:17
17
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra
contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos
de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.”
Apocalipsis 14:12
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de
12
Dios y la fe de Jesús.”
Romanos 8:6-7 también nos dice que se necesita al Espíritu Santo para poder
guardar la ley de Dios, porque los designios de la carne no se sujetan a ella ni
tampoco pueden.
Si somos honestos para definir bíblicamente los términos que Pablo está utilizando
en Gálatas 3:14, entonces no deberíamos tener ningún problema con admitir que
en el Mesías nosotros somos alcanzados por la bendición de Abraham (ser parte
de Israel), y recibir la promesa del Espíritu, que nos hace conocer que Jesús es el
Mesías, y nos lleva a guardar los mandamientos de su Padre.
Génesis 15:18-21
18
“En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia
daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19 la
tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los
refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.”
La primera cosa que Dios dijo al hacer pacto con Abraham, fue darle la tierra a su
descendencia. Es decir, a esa nación bendita en la cual todas las familias de la
tierra serían bendecidas. En Cristo, ese pacto se ratifica.
Luego viene una parte que muchas veces confunde, y es a partir del versículo 17,
que dice:
Gálatas 3:17-18
17
“Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley
que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la
promesa. 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios
la concedió a Abraham mediante la promesa.”
He repetido en varias ocasiones que el término “la ley”, podía ser usado por un
rabino del primer siglo para referirse a la Torá, o a la ley judía, y que eso podemos
si leemos los textos en su contexto, y no arrancados de él. En este caso, el
versículo 17 Pablo claramente se refiere a la Torá, porque está siendo muy
específico diciendo que es la ley que vino cuatrocientos treinta años después de
que el pacto con Abraham fue ratificado. Contrario a los versículos anteriores,
donde el contexto nos deja ver que se está refiriendo a la ley judía.
Pablo está dejando claro que la Torá dada a Moisés en el Monte Sinaí no invalida
el pacto que Dios hizo con Abraham. Aunque la teología reformada se ha
empeñado en decir que si alguien quiere guardar los mandamientos de la ley de
Moisés, cae de la gracia y ya no es parte de la bendición de Abraham, Pablo está
diciendo aquí precisamente lo contrario. Y esto es clave si queremos entender los
pactos desde la perspectiva de un judío del primer siglo.
Para nosotros, occidentales, llenos de las nociones del derecho romano, un pacto
nuevo invalida a uno anterior, lo anula y lo deja obsoleto. Por esa razón un teólogo
romano se resiste tanto a aceptar que la Torá sigue vigente, porque está
entendiendo la Biblia desde una perspectiva romana, y no hebrea. Para un judío
del primer siglo, un pacto nuevo complementa al anterior, no lo elimina. Los pactos
que Dios hizo a lo largo de toda la Escritura, todos siguen vigentes. Pablo mismo
se los dice a los Efesios:
Efesios 2:12-13
“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
12
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13 Pero
ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo.”
¿Lo ves? Los pactos. En plural. Pablo como todo buen rabino judío entiende que
los pactos del Antiguo Testamento siguen vigentes, por eso dice “los pactos”. La
Torá no es contraria a la promesa hecha a Abraham. Al contrario, ¡confirma la
promesa!
Porque está combatiendo el pensamiento del sistema judío del primer siglo, cuyo
criterio era opuesto a lo que dice la Escritura. Para el judaísmo del tiempo bíblico,
la obediencia era requisito previo para tener parte en los pactos y en las promesas
que le corresponden a Israel. No había obediencia válida a los mandamientos,
mas que por medio de lo que el sistema judío establecía. En la Escritura, la
obediencia no es un requisito previo para ser parte de Israel, sino un requisito
posterior para permanecer en esos pactos y en esas promesas. Por eso Pablo
está diciendo que la herencia no es por la ley. Recuerda el concilio de Jerusalén
en Hechos 15.
Hechos 15:1-2,5
1
“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os
circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y
Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que
subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y
a los ancianos, para tratar esta cuestión… 5 Pero algunos de la secta de los
fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y
mandarles que guarden la ley de Moisés.”
El judío fariseo del primer siglo piensa: “primero cumple la Torá como nosotros lo
decimos, y luego ya veremos si eres salvo”. Y Pablo se está oponiendo a esa
forma de pensar en Gálatas 3:18, y está diciendo que las cosas no son así. No se
trata de obedecer como requisito inicial para ganarte un lugar en la herencia de
Israel; se trata de que obedeces porque ya has sido injertado a Israel, y porque ya
te ha sido dado el título de propiedad de esa herencia, por medio de la fe en el
Mesías.
Un ejemplo que nos puede ayudar a entenderlo mejor:
Supongamos que tu naciste en Colombia, ¿necesitas hacer algo para ganarte la
ciudadanía colombiana? No, es tuya por derecho, por haber nacido allí. Sin
embargo, si alguien que no nació en Colombia, en su edad adulta quiere hacerse
ciudadano colombiano, necesitaría cumplir con una serie de requisitos y protocolos
que la ley colombiana exige para poder admitir a un extranjero como ciudadano.
¡Eso es lo que estaba pasando en el primer siglo! El judaísmo se había impuesto a
sí mismo como el sistema que determinaba quien era salvo: Es decir, quien se
hacía ciudadano de Israel, el pueblo del pacto. Dicho sea de paso, para los
escritores del Nuevo Testamento, que eran judíos, ser salvo no significaba irse al
cielo; significaba ser parte de Israel. Pero para el judaísmo eso no sucedía por la
fe (obediencia) según Abraham, sino por medio del sistema del primer siglo.
Lo que sucedió en el libro de los Hechos es que los judíos creyentes en el Mesías
estaban divididos; había quienes creían que para hacerse ciudadano del pueblo
del pacto todavía era necesario someterse al sistema judío de aquel entonces, y
había otros que creían que eso ya no era necesario, porque ya el Mesías nos
había ganado ese derecho. De ahí es que uno tiene que “nacer de nuevo”. Si
originalmente nacimos alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos,
entonces se hace necesario que nazcamos de nuevo por la fe en el Mesías, para
que por medio de su sangre seamos hechos cercanos, ¿cercanos a que? A los
pactos y a la ciudadanía de Israel.
1 Juan 5:16
“Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y
Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte.
Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.”
Ahora, ¿tuvo que hacer algo Abraham para ganarse la bendición y la promesa?
No. Simplemente creyó con todo su corazón y obedeció a Dios.
¿Tenemos que cumplir con una serie de requisitos previos para ganar la
ciudadanía de Israel y ser parte del pueblo del Pacto? No. Simplemente creer con
todo el corazón que Jesús es el Mesías y guardar los mandamientos de Dios.
Como puedes ver, Pablo no está desechando la Torá en ningún sentido. Pablo
entiende cómo funcionan los pactos en la perspectiva hebrea, y sabe que nuestra
participación en la bendición de Abraham y la obediencia a la Torá, ambas son
parte del mismo paquete. Tristemente al cristianismo le ha pasado lo mismo que al
judaísmo pero en un sentido opuesto:
Mientras el judaísmo del primer siglo desechó la fe de Abraham, en el Mesías, y la
reemplazó por la obediencia a la Torá por medio sus criterios, el cristianismo
romano desechó la obediencia a la Torá y se quedó con la fe de Abraham, en el
Mesías, según sus propios criterios. Gracias al Padre, se está levantando un
pueblo que abraza la fe en Jesús, y guarda los mandamientos de Dios.
4. La herencia
La herencia fundamentalmente es la tierra prometida. No que se limite únicamente
a tierra física, pero fundamentalmente sí lo es.
Génesis 13:14-17
14
“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y
mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.
15
Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
16
Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el
polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17 Levántate, ve por la
tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.”
Génesis 17:6-8
6
“Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7 Y
estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus
generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti. 8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en
que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de
ellos.”
Cuando cité Ezequiel 36 al definir lo que es la promesa del Espíritu, es interesante
que ese mismo pasaje dice en el versículo 28 que tal promesa incluye habitar en la
tierra de Israel. Por la fe en el Mesías, la bendición de Abraham nos alcanzó, sin la
necesidad de la conversión por el sistema judío. Por esa misma fe somos parte de
Israel, descendientes de Abraham, nación santa, pueblo adquirido por Dios. Por
esa misma fe recibimos la promesa del Espíritu, que escribe los mandamientos de
Dios en nuestros corazones y nos empodera para obedecerlos. Y por esa misma
fe tenemos parte la tierra que Dios le dio por herencia perpetua a los hijos de
Abraham, en Cristo.
Gálatas 3:19-29
19
“Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones,
hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por
medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo;
pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En
ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera
verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para
que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23 Pero
antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella
fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para
llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe,
ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
27
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si vosotros sois de
Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
¿Para qué sirve la ley? Pregunta Pablo en el versículo 19. Fue añadida a causa de
las transgresiones. Resulta increíble cómo estas palabras del apóstol Pablo son
interpretadas de manera tan negativa dentro de muchos círculos cristianos,
cuando en realidad son una declaración positiva. Así como hoy en día un
ciudadano de cualquier país necesita leyes para poder vivir ordenadamente en esa
tierra, también cuando la tierra prometida le fue dada a Israel, era necesaria una
ley, una constitución escrita a través de la cual se le permitió al pueblo saber cómo
vivir rectamente delante de Dios. ¿Acaso eso no es algo positivo? La Torá, al
quedar escrita proveyó un medio objetivo y tangible para que todos pudieran saber
si algo es agradable o desagradable ante los ojos del Creador. Por eso la Torá fue
añadida a causa de las transgresiones. Si teniendo la Torá escrita, la
transgredimos, ¿qué sería si no la tuviéramos y cada quien intentara vivir
conforme a su propia definición de rectitud? La Torá fue dada precisamente para
evitar eso.
El problema viene con la siguiente frase del verso 19: “hasta que viniese la
simiente a quien fue hecha la promesa”.
Esa frase ha sido entendida en nuestro cristianismo como que Pablo está diciendo
que la Torá fue dada hasta que Cristo viniera, y luego que Cristo vino, la Torá
pierde su vigencia. Pero si eso es lo que Pablo dice, entonces tenemos un
problema, porque en Mateo 5:18 Jesús (la simiente que había de venir, según
Pablo) dijo que la Torá seguirá vigente en su totalidad hasta que el cielo y la tierra
que conocemos hayan dejado de existir. Es decir, la Torá no pierde su vigencia
con la muerte y resurrección de Jesucristo. La Torá siempre ha sido, es, y será
una constancia escrita para que Israel y las naciones puedan saber lo que agrada
al Señor, y lo que no. Jesús no vino a abolirla, vino a modelar de manera perfecta
cómo se guardan los mandamientos, cómo se vive la Torá, y de esa manera
sernos ejemplo a nosotros.
Luego en el versículo 21 Pablo vuelve a enfatizar que la Torá de ninguna manera
es contraria a las promesas de Dios, y menciona algo que también resulta confuso
para muchas personas:
“porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.”
Esta es otra frase muy mal entendida en nuestro cristianismo, pues supone que
Pablo está diciendo de manera indirecta que la Torá produce muerte. Claro que no
está diciendo eso. Uno necesita entender que para el pensamiento judío en el
primer siglo, todo aquel que no guarde los mandamientos del Dios de Israel, está
muerto. Y aunque eso es verdad, dentro del pensamiento religioso del primer siglo,
la manera de pasar de muerte a vida, es por medio de guardar la Torá bajo los
criterios del judaísmo, y no por medio de haber creído en Jesús el Mesías y
responder en obediencia. Pablo está combatiendo esa forma de pensamiento,
como lo ha venido haciendo a lo largo de la carta. Está diciendo… “¿esperas que
te sea impartida la vida por medio de la observancia a la ley según el sistema
judío? No se puede”. Es solo por medio de creer en el Mesías y por seguir su
ejemplo de obediencia al Padre, que somos vivificados.
Gálatas 3:21-22
21
“¿Es entonces la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo!
Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia
ciertamente hubiera dependido de la ley. 22 Pero la Escritura lo encerró todo bajo
pecado, para que la promesa (¿Cuál promesa? La promesa hecha a Abraham de hacer
de él una nación bendita sobre la tierra) que es por la fe en Jesucristo fuera dada a
todos los que creen.”
Luego viene otra de las partes críticas de este capítulo, el versículo 23.
“Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para
aquella fe que iba a ser revelada.”
¿Entonces a cual fe se refiere Pablo con esa frase “antes de que viniese la fe”? A
la fe en Jesús.
Pero inmediatamente Pablo usa una frase que complica las cosas: “confinados
bajo la ley”. Aquí Pablo está introduciendo por primera vez en toda la carta un
término rabínico, de uso legal en el judaísmo. Y lo que queremos averiguar es si
Pablo usó esa expresión para referirse a la Torá, o a algo más.
2 Timoteo 3:16-17
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
16
corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
Entonces vemos que el problema no es la Torá. Pero voy a pasar a explicar lo que
significaba estar “confinados bajo la ley” y qué es “el ayo” en el judaísmo del
primer siglo.
Gálatas 3: 23-24
“Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados
23
para aquella fe que iba a ser revelada.” 24“De manera que la ley ha sido nuestro
ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.”
El término “confinado bajo la ley” , o “estar bajo la ley” es introducido por primera
vez en todo el Nuevo Testamento en la carta de Pablo a los Gálatas. Aunque en tu
Biblia la frase “estar bajo la ley” aparece primero en Romanos, hay que considerar
que cronológicamente Gálatas se escribió primero.
En el contexto judío, tanto del primer siglo como de la actualidad, no bastaba con
que alguna persona un día tuviera la noble idea de dejar de vivir conforme a sus
propias ideas, y decidiera seguir al Dios de Israel, pretendiendo obedecer los
mandamientos de la Torá de buenas a primeras, así como si nada. No. En el
judaísmo, la Torá no puede ser observada sino únicamente bajo los criterios que el
sistema judío ha sistematizó alrededor de la Torá.
G5432 Frouréo: Ser un vigilante; montar guardia como centinela; cercar; proteger;
guardar.
También algunas observaciones sobre la frase “bajo la ley”:
Las Escrituras interpretan a las Escrituras. Por lo tanto, todo concepto que encontramos en los
escritos mesiánicos (Nuevo Testamento), tiene su definición solamente en dos lugares: El Tanáj
(Antiguo Testamento), o bien, en el judaísmo del primer siglo.
Guer Toshav
Este término quiere decir “residente extranjero”. Es un término que se usaba en el
judaísmo del primer siglo para un gentil (no judío) que vivía en la tierra de Israel, y
que aceptaba observar las “leyes de Noé” , y algunas otras regulaciones y
tradiciones prescritas bajo la ley judía.
Nota: Las leyes de Noé son un conjunto de siete mandamientos que el judaísmo elaboró para todos
los que no son judíos. Es decir, mientras que un judío está obligado a guardar los 613 mandamientos
de la Torá bajo la normatividad de la ley judía, el gentil solo tiene que observar las leyes de Noé. De
modo que el sistema judío propone dos opciones para seguir al Dios de Israel: convertirse al
judaísmo, o ser un Ben Noaj (hijo de Noé), y en caso de vivir en la tierra de Israel, ese Ben Noaj pasa a
ser un Guer Toshav. Esto no tiene fundamento en la Biblia. Es judaísmo.
Cuando un gentil se sometía a este proceso, era considerado por la ley judía como
un gentil justo. Así lo expresa el Rabbi Shlomo Yosef Zevin, en la obra
Encyclopedia Talmudit, edición 1979, "Ger Toshav, Sección 1", Cuarta impresión.
Jerusalem, Israel: Yad Harav Herzog (Emet).
Es decir, un Ger Toshav era un gentil que ponía la autoridad de la Torá y de los
rabinos sobre sí mismo, pero específicamente los aspectos concernientes a los no
conversos al judaísmo. En un sentido formal, el Ger Toshav aceptaba las siete
leyes de Noé, y se sometía a ellas en presencia de de un Bet din (Corte Judía
Rabínica).
1. Abstenerse de la idolatría
2. Guardar los 613 mandamientos de la Torá, conforme a la numeración
rabínica, con la excepción de comer animales kosher que hayan muerto
fuera de la regulación ritual establecida por el judaísmo.
La definición legal aceptada por la mayoría fue que los Ger Toshav debían aceptar
las siete leyes de Noé ante una corte rabínica de por lo menos tres testigos. Así, el
Ger Toshav recibía ciertas protecciones legales y privilegios dentro de la
comunidad; las reglas de trato entre judíos y gentiles eran modificadas, y el
mandamiento bíblico de ofrecer ayuda a alguien en necesidad entraba en vigor (ya
que la ley judía prohibía a un judío ayudar a un gentil).
Guer Tzeddek
Este término significa “residente justo”, y era empleado en el judaísmo del primer
siglo (y también en la actualidad) para los prosélitos viviendo en Israel. Es decir,
para un hombre o mujer que había nacido gentil, y que había pasado por todo el
proceso completo de conversión al judaísmo bajo la supervisión de una corte
rabínica autorizada. El Ger Tzeddek pasaba a tener todos los privilegios,
obligaciones, y estatus social que cualquier judío de nacimiento tenía. Podía
observar los mandamientos concernientes a los sacrificios y los votos en el
Templo, cosa que a los no convertidos no les era permitido hacer. De nuevo, el
Ger Tzeddek es lo que conocemos como un prosélito.
De acuerdo al ley judía (no la Torá), una conversión al judaísmo debía hacerse
ante una Bed din (corte rabínica), y cumplir con los siguientes requisitos:
¿Qué tiene todo esto que ver con la expresión “confinados bajo la ley”?
Tim Hegg, quien obtuvo una Maestría en Divinidad en 1976, y una Maestría en
Teología en 1978, ambas en Northwest Baptist Seminary, y quien postuló su tesis
“El Pacto Abrahamico y el Pacto de Concesión en el antiguo Medio Oriente”, y
quien también es presidente de Torah Resource Institute
(http://www.torahresource.com/index.html), en su Comentario sobre la Carta a los
Romanos (Romans 1-8,155) menciona lo siguiente:
Cuando una persona, sea gentil o judío, se sometía a los preceptos de la ley judía,
ya sea como un ben Noaj o como un judío observante, técnicamente estaba
“confinado bajo la ley”. Había puesto a la ley judía como el criterio de autoridad
para determinar su justicia ante Dios.
Hay otros dos conceptos más que son importantes para comprender esto:
D’oraita y D’rabbanan
Estos son dos términos arameos que se utilizaban cuando los judíos tenían
diálogos y discusiones sobre cuestiones de la ley judía.
A continuación voy a citar dos fuentes que van a hablar por sí solas y te van a
permitir entender, desde una perspectiva totalmente judía, el término “confinados
bajo la ley”, y juntamente con eso, “el ayo”.
Nota: Esta es la razón por la que he venido diciendo que cuando un rabino utilizaba la expresión “la
ley” en sus escritos, bien podía referirse a la Torá Escrita, a la Ley Judía, o incluso a las dos en su
conjunto. Esas tres opciones eran usadas indistintamente, Pablo lo hace en sus cartas. De ahí la
necesidad de conocer contexto judío del primer siglo.
Aquí el sitio de Judaism 101
http://www.jewfaq.org/halakhah.htm
Aquí hay otro artículo sobre el mismo tema, de un medio de comunicación judío, “The Jewish
Chronicle”:
http://www.thejc.com/judaism/jewish-words/d%E2%80%99oraita
Fuente:
http://www.jewishencyclopedia.com/articles/6646-gezerah
¿Qué era una guezerá? Una ley rabínica que se establecía alrededor de la Torá
como un guardián o una cerca.
Gálatas 3:24 dice: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a
Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.”
¿Cuál es la palabra griega que fue usada para ayo en ese versículo?
Strong’s G3807 Paidagogós: Tutor o guardián. Siervo cuyo oficio era llevar a los
niños a la escuela.
Cuando Pablo dice que la ley fue “nuestro ayo”, está usando un concepto
perteneciente al marco del judaísmo de su tiempo, una expresión idiomática muy
ortodoxa referida a la ley judía, no a la Torá. Antes de que viniera el Mesías, la ley
judía había funcionado como una cerca, un guardián o vigilante que determinaba
el estatus en que una persona se relacionaría con el Dios de Israel. Pero al venir el
Mesías, ese guardián ya no era necesario, pues ahora lo teníamos a Él.
En resumen, “el ayo” era la ley judía, y estar “confinado bajo la ley”, o “bajo la ley",
era una expresión idiomática judía, un tecnicismo rabínico que se refería a
someterse al sistema judío ortodoxo para adquirir justicia delante de Dios,
generando la obligación de guardar todas las leyes judías y sus tradiciones.
Pablo dice ¡No! Ya no es por medio de esa ley, “ pues todos sois hijos de Dios por
la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26).
Otra vez, esto es lo que vemos con el Concilio de Jerusalén en Hechos 15, en el
cual los apóstoles determinaron por el Espíritu Santo que ahora el instrumento de
inclusión de gentiles al pueblo de Dios era la fe en Jesús, y ya no el pesado y
riguroso proceso ortodoxo. ¿Te imaginas el shock que eso representaba para un
judío del tiempo de los apóstoles, creyente o no creyente? Especialmente para
aquellos que se habían convertido en su edad adulta y se habían sometido a la
rigurosidad del proceso de conversión. Para muchos la determinación de Hechos
15 fue insultante. Más para los judíos que no creían en Yeshua. Era totalmente
revolucionario. ¿Porqué crees que los perseguían para matarlos? La carta de
Gálatas está perfectamente alineada con este pensamiento.
Gálatas 3:27-29
27
“porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si vosotros sois de
Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
¿Te fijaste? Todos los que han sido bautizados en Cristo, y están revestidos de él,
son linaje de Abraham y herederos según la promesa (aspecto que ya
explicamos). Ya no hay judío ni griego, lo cual era una separación que el judaísmo
hacía, ya sea que fueras judío de nacimiento, o convertido al judaísmo en la edad
adulta, al tener todas las acreditaciones que el sistema te otorgaba, eras
considerado judío, y desde el cautiverio en Babilonia hasta antes de Cristo solo un
judío podía ser considerado linaje de Abraham y con derecho a las promesas
(criterio que prevalece hasta el día de hoy dentro del judaísmo). Pablo está
diciendo ¡Ya no! Ahora para ser considerado linaje de Abraham, y heredero según
la promesa, lo único que necesitas es estar en Cristo, sin necesidad de la ley
judía.
XIII. LA ESCLAVA VS. LA LIBRE
Una vez que hemos entendido que estar “bajo la ley”, significaba buscar un
estatus de justicia según la ley judía, y que Pablo se refiere a esa ley judía como
un ayo o tutor, Gálatas 4 adquiere un sentido distinto al que tradicionalmente se le
da en nuestro cristianismo.
Gálatas 4:
1
“Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del
esclavo, aunque es señor de todo;
2
sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
3
Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los
rudimentos del mundo.
(¿Nosotros quienes? ¿Quién está escribiendo? Pablo. ¿Y Pablo qué es? Es judío. Entonces,
¿Nosotros quienes? ¡Los judíos!. Dice que estaban en esclavitud bajo los rudimentos del
mundo. ¿Cuáles eran esos rudimentos del mundo? ¡Las tradiciones y las leyes judías! No la
ley de Moisés, porque Pablo nunca, en ninguna de sus cartas, llama a la Ley de Moisés un
rudimento mundano.)
4
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, (Nuevamente Pablo está usando el tecnicismo rabínico para
referirse a la ley judía. ¿Nació Jesús bajo el sistema judío? ¡Por supuesto!)
5
para que redimiese a los que estaban bajo la ley (a aquellos que ya estaban bajo el
sistema judío), a fin de que recibiésemos la adopción de hijos (es decir, para que
ahora pudieran pasar a ser hijos por la fe en Jesús el Mesías, y no por medio del sistema
judío).
6
Y por cuanto sois hijos (“Y por cuanto ustedes también son hijos”, esa una mejor
traducción del griego. Es decir, ahora se está refiriendo a los Gálatas), Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!
7
Así que ya no eres esclavo (ni de tus antiguas costumbres antes de conocer al Mesías,
ni del sistema judío), sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo.” (¿Heredero de qué? ¡De la herencia prometida a Abraham!, que el judaísmo
consideraba exclusiva sólo para ellos y para quienes se convertían en judíos).
Es decir, ustedes Gálatas, que no son judíos, sino gentiles que creyeron en el
Mesías, ¡Ya son considerados hijos de Dios por haber creído en Jesucristo! No
busquen dejar de ser gentiles e injertarse a Israel por medio del sistema judío
(poniéndose “bajo la ley”). Ustedes ya han sido injertados a Israel por medio de la
fe en el Mesías, para ser hijos de Dios y guardar sus mandamientos según el
ejemplo de Jesús, y no bajo las tradiciones y mandamientos que el sistema
religioso exige.
8
Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por
naturaleza no son dioses; (Asimilados en culturas y creencias paganas de las naciones
donde nacieron)
9
mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es
que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis
volver a esclavizar? (Si el Padre los sacó de la esclavitud de su mundana manera de vivir,
en las costumbres, creencias y religiones paganas en las que crecieron; y los hizo libres
para ser parte de su pueblo Israel por medio de Jesús el Mesías, ¿Cómo es que ahora
quieren esclavizarse otra vez, pero bajo los débiles y pobres rudimentos de la ley judía? Es
decir, de un sistema ajeno a la Escritura ahora estaban buscando entrar a otro)
Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. 11 Me temo de vosotros, que
10
haya trabajado en vano con vosotros. (¿Días, meses, tiempos y años de la Torá, o de la
tradición judía? Obviamente está hablando de las múltiples festividades y costumbres del
judaísmo que no eran parte de la ley de Dios sino de la ley judía, y que los gentiles estaban
comenzando a guardar como mandamiento)
Dentro del judaísmo hay múltiples días festivos que no están mandados en la
Torá. Ayunos, días santos, festividades y conmemoraciones, etc., que aún sin
haber sido ordenados en la Torá, el sistema judío los había hecho ley y
mandamiento. Algunas de esas tradiciones y costumbres habían sido añadidas a
las festividades que sí estaban ordenadas en la Torá, de modo que se habían
convertido en la forma válida de guardar las fiestas del Señor. Es decir, si no
guardabas las fiestas ordenadas por Dios conforme a la ley judía, entonces tu
obediencia no contaba.
Aquí algunos links de páginas oficiales judías donde puedes tener más
información sobre las festividades:
Jabad
http://www.es.chabad.org/holidays/default_cdo/jewish/holidays.htm
Sefarad Aragón
http://www.sefaradaragon.org/fiestasjudias.htm
My Jewish Learning
http://www.myjewishlearning.com/article/five-year-jewish-holidays-calendar/
Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como
12
evangelio al principio;
y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo,
14
Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de
17
quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo
20
en cuanto a vosotros.
21
Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? (Nuevamente
está utilizando la expresión “bajo la ley”, es decir, bajo la ley judía. Luego hace referencia a
la historia de Abraham citada en la Torá, en Génesis 16)
22
Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la
libre. (Sabemos que esos dos hijos fueron Ismael e Isaac)
23
Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
(Sabemos que Ismael nació como producto de la impaciencia de Abraham y Sara. Esta
historia es un ejemplo de pretender alcanzar las promesas de Dios por medio de el esfuerzo
propio.)
Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene
24
del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. (Momento… ¿A qué
se refiere Pablo con esta alegoría? Dice que estas mujeres son los dos pactos. ¿Cuáles dos
pactos? Ya nos dijo que Agar es uno, el del Monte Sinaí. La pregunta crítica es ¿Se refiere a
la entrega de la Torá? El versículo siguiente da la respuesta)
26
Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. (¿Libre
de que? ¡De la esclavitud de cualquier sistema de hombres! Para obedecer a Dios en la
libertad que el Mesías nos vino a dar)
Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había
29
nacido según el Espíritu, así también ahora. (El sistema judío que no creyó en el
Mesías persiguió a quienes sí creyeron)
Gálatas 5:
1
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra
vez sujetos al yugo de esclavitud. (Al tener en cuenta lo que hemos compartido a lo
largo de este análisis sobre Gálatas, ¿Cuál era ese yugo de esclavitud al que Pablo se
refiere? Al sistema judío como medio para ser parte de Israel.)
2
He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
(Es decir, si se someten al judaísmo que sostiene la idea de que solamente la circuncisión
que ellos hacen es válida para conversión. Importante entender que Pablo no está diciendo
que se puede quebrantar el mandamiento que la Torá da sobre la circuncisión. Como
dijimos anteriormente, Pablo está tomando la fe en el Mesías y la contrapone al sistema
judío en términos de inclusión de gentiles al pueblo de Dios. Para Pablo, si lo haces por
medio del sistema judío, entonces de nada te aprovecha Cristo, pues obviamente Cristo
vino para que ya no tuviéramos que someternos al sistema judío.)
3
Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar
toda la ley. (Si te sometes al sistema judío, estás obligado a guardar toda la ley. ¿Cuál ley?
La ley judía. Es decir, todas las festividades, jurisprudencias, mandamientos y obligaciones
que la ley judía exige.)
4
De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis
caído. (Esta frase es enfática de parte de Pablo para aquellos Gálatas que ya habían sido
convencidos por los judaizantes de someterse al proceso de conversión que manda la ley
judía. Para Pablo, haber hecho eso, era lo mismo que haberse desligado de Cristo.)
5
Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
6
porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe
que obra por el amor. (La circuncisión o la incircuncisión, es una expresión idiomática
para referirse a la clasificación que el sistema judío le daba a los conversos y los no
conversos. Para el judaísmo, toda persona que no estuviera convertida por medio de la
circuncisión del rito de Moisés, tenía el estatus de incircunciso. Pablo está diciendo que en
Cristo Jesús, ese estatus no vale nada. No está hablando del mandamiento de la
circuncisión, sino de la clasificación que el judaísmo hacía.)
7
Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
8
Esta persuasión no procede de aquel que os llama.
9
Un poco de levadura leuda toda la masa.
10
Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas
el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.
11
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución
todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. (Este es un versículo al cual
todos deberíamos poner especial atención. Pablo está diciendo que aún predica la
circuncisión física. ¿Cómo podemos saber que Pablo está hablando en este versículo de la
circuncisión física? Porque la razón por la cual lo perseguían, era porque lo acusaban
falsamente de no predicar la circuncisión física. El problema no era que Pablo no predicara
el mandamiento la circuncisión. El problema era que ya no enseñaba la circuncisión
conforme al sistema judío. Eso es lo que le ocasionaba la persecución. Es muy interesante
que este versículo esté en Gálatas, la carta que todos habíamos creído que hablaba contra
la circuncisión física.)
12
¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! (¿Porqué dice esto Pablo? Porque la
circuncisión que se hacía en los círculos más rigurosos del judaísmo de su tiempo, era
literalmente una mutilación del miembro viril masculino. Para muchos, entre más agresivo
era ese proceso, más digno de respeto era entre los judíos. Algo completamente anti
bíblico en todo sentido.)
13
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis
la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti
14
mismo. (Aquí hay que poner atención a lo que este versículo NO dice. No dice que ya no
tienes que guardar la Torá y ahora solo basta con que ames a tu prójimo a tu manera. Pablo
está citando Levítico 19:18. Si lo lees en tu Biblia, ese versículo es la conclusión de toda
una serie de mandamientos que Dios viene dando desde el capítulo dieciocho, acerca de
cómo deben de tratarse los hijos de Israel entre ellos. Lo interesante es que Pablo está
aplicando a los gentiles los mandamientos que Dios da en la Torá para el trato entre los
hijos de Israel. ¿Y porqué Pablo haría eso? Porque para Pablo, un gentil que ha creído en el
Mesías, ha sido injertado a Israel, por lo tanto, HA DEJADO DE SER GENTIL.)
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Pero si sois guiados por el Espíritu (el cual escribe la Torá en nuestros corazones, de
18
Y manifiestas son las obras de la carne (que no se sujetan a la ley de Dios según
19
herejías,
21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de
las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu (lo que el Espíritu Santo produce en nosotros cuando
22
obedecemos los mandamientos según el corazón del Padre) es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe,
23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a
26
otros.
Gálatas 6
Pero es importante no perder de vista, que la frase de “la ley de Cristo” es lo mismo que
decir “LA TORÁ DEL MESÍAS”, y este es un concepto que se desarrolló desde los tiempos
del profeta Isaías, antes de incluso Judá fuera llevada cautiva a Babilonia. Isaías escribió
acerca del Mesías diciendo:
Isaías 42:4
“[El Mesías] No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y LAS
COSTAS ESPERARÁN SU TORÁ".
Todo judío entendido en las Escrituras entendía que este concepto no tiene que ver con
Jesús viniendo a anular la ley de Moisés. La Torá del Mesías es precisamente lo opuesto: la
enseñanza y la impartición de la ley de Dios, por parte del Mesías a Israel y a todas las
naciones, las cuales la están esperando con gran expectación. Pablo, como un embajador
del Mesías a las naciones usó el término “la ley de Cristo” siempre en ese sentido. ¿Y cómo
alguien comienza a modelar esa ley de Cristo? Sobrellevando las cargas de los otros.)
12
Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os
circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.
13
Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que
vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne. (Estos dos versículos, ya
casi al final de la carta, terminan siendo una clara conclusión de lo que Pablo ha venido
diciendo: El problema no era el mandamiento de la circuncisión conforme a la Torá; el
problema era la circuncisión OBLIGADA como requisito del sistema judío. El versículo trece
aclara que ni siquiera ellos mismos guardaban la Torá, y que su motivación al obligar a los
gentiles a circuncidarse era para una gloria meramente carnal; cosa que es opuesta a la
Torá, pues en la Torá, la gloria de la circuncisión se la lleva Dios, no el hombre.)
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
14
Amén.”
Espero que este documento te sea de utilidad y pueda aportar algo a tu vida para
un mayor entendimiento de la Palabra de Dios. Bendiciones!