Está en la página 1de 10

EL HOSTAL

1. FER- 38 años, astuto e inteligente. Visita con su mujer Margarita el Hostal


obligados por el mal tiempo. Es inspector de policía.(LUIS)
2. MARGARITA- 35 años, esposa de Fer acompaña a Fer en el viaje y se
queda con él en el Hostal.(DEYSI)
3. MARTIN- 43 años, encargado del Hostal. Vive aburrido con su mujer en el
Hostal, esperando que su vida cambie.(ESTEBAN )
4. JUAN- 28 años. Cliente del Hostal(PATRICK)
5. ELENA- 26 años. Clienta del Hostal(NADIA)
6. ANCIANO- 63 años, cliente del hostal, está en este de paso mientras
estudia las aves de la zona.(EDUARDO)
7. AGENTE DE POLCÍA (FÁTIMA)
8. ESPOSA DE MARTÍN (DANIELA)

ACTO I

Hostal San Patricio situado en mitad de una carretera es lugar de paso para
viajeros. La lluvia azota las ventanas de la sala de recepción, el encargado
Martín espera aburrido a que entren en su Hostal.

El detective Fer y su esposa Margarita entran empapados, a toda prisa buscando


refugio.

Fer (Sacudiéndose el cabello): Buenos noches, aunque eso de buenas es relativo.

Martín asiente con la cabeza.

Fer: ¿Tiene habitaciones?

Martín: Claro, esto es un Hostal.

Fer y Margarita se miran extrañados por un momento.

Fer: Ya… me refería a libres, si tiene habitaciones libres.

Martín: Ah, sí, sí. Ahora mismo solo está mi mujer, un matrimonio y un anciano
que investiga las aves del lugar.

Margarita: ¿Tiene de matrimonio con baño propio?

Martín: No, ninguna habitación tiene baño propio. Hay un baño en la planta para
todas las habitaciones.

Margarita: ¿Y tiene secador?


Martín: No, pero puedo dejarle uno propio, es antiguo pero funciona.

Margarita: Estupendo, muchas gracias.

Fer: Sólo nos quedaremos una noche.

Martín abre el libro de habitaciones y empieza a rellenarlo.

Martin: ¿Nombre?

Fer: ¿Necesita el de los dos?

Martín: Con uno me basta.

Fer: Fernando Díaz Milton.

Martín: Déjeme una identificación.

Fer saca de su cartera su identificación y se la da a Martín. Este se la da Martín


que comienza a rellenar la hoja con los datos de la identificación. De repente el
grito de una mujer se oye a lo lejos. Todos se asustan.

Margarita: ¿Qué ha sido eso?

Martín: No lo sé. Voy a preguntar.

Fer: Le acompaño.

 Martin: No, quédese aquí, es mi responsabilidad.

Fer: Disculpe, soy policía.

Martín: ¿Cómo?

Fer: Inspector de policía, creo que es mejor que le acompañe.

ACTO II

Pasillo del hostal. La lluvia golpea la ventana del fondo del pasillo. Frente a la
puerta abierta de la habitación está Margarita. Se acercan Juan y Elena, el
matrimonio desde otra habitación y el anciano.
Anciano: ¿Qué ha pasado?

Margarita niega con la cabeza.

Juan: No se sabe nada por lo que parece.

por Taboola
Enlaces Patrocinados

Te puede gustar
El hijo de Sandra Bullock solía ser adorable, pero hoy luce
impresionanteLawyersFavorite

Sigue este sencillo truco para perder pesoGoberries

La mujer maravilla original tiene 68 años y hoy está irreconocible Game Of Glam

Puede que te sorprendan los precios de los cruceros en Achaco Alto Crucero |
Enlaces Publicitarios

Martin :(Desde la habitación. Voz en off) No, no, no… Mi pobre mujer, ¿quién ha
hecho esto?, pienso acabar con quien haya hecho esto.

Martín sale corriendo de la habitación y atraviesa el pasillo sin mirar a los


demás.

Anciano: Señor Martín…

Fer sale de la habitación y se reúne con los demás.

Fer: Dejen que se vaya.

Elena: Pobre hombre.

Margarita: Y que lo diga, una lástima.

 Fer: Antes de que cada uno se vaya a su habitación. Podrían decirme que estaban
haciendo ahora.

Juan: Nosotros estábamos en la habitación, íbamos a acostarnos ya.

Anciano: Usted quien es para preguntar nada, ¿qué se cree que es, Sherlock
Holmes? Además yo repasaba mis apuntes mientras escuchaba la radio. No llegué a
escuchar el grito, oí el todo el alboroto del pasillo y por eso salí a ver.
 Fer: Está bien, váyanse a sus habitaciones, los agentes de policía vendrán en un
rato, cuando la lluvia haya amainado. Y tendrán que hablar con ellos.

El Anciano se vuelve a su habitación.

Juan: Si podemos ayudar con algo, sólo díganoslo.

Juan y Elena se meten en su habitación.

Fer: Margarita ve a la habitación, voy a hablar con el otro huésped, aunque ya te


digo que hay algo raro en todo esto.

Margarita: ¿A qué te refieres?

Fer: Pues que el cuerpo tiene los labios verdosos y eso creo que ya lo había visto
antes. Además Martín ha ido a esa habitación sin dudarlo, no ha dudado en otras
habitaciones.

Margarita se dirige a su habitación.

ACTO III

Sala de estar del Hostal. Martín junto con Margarita, Juan y Elena, y el Anciano;
están sentados unos frente a otros. La lluvia ha cesado.

Martin: En cuanto venga la policía pienso hacer que se lo lleven anciano.

Anciano: ¿A mí?

Martín: Sí a usted, tuvo que ser usted quien la mató. ¿Quién sino iba a hacerlo?

Juan: Vamos a tranquilizarnos todos y a esperar que venga la policía, seguro que


entonces todo se resolverá.

Martín: Me da igual la policía, seguro que usted se coló en la habitación de ella y


cómo ella se asustó, usted la mató.

Anciano: Pero, ¿por qué tendría yo que haberlo hecho? Su esposa no me había


hecho nada.

Martín: Entonces, ¿lo hicieron ellos, esta pareja joven?

Margarita: Está hablando por su boca el dolor, Martín. Seguro que todo tiene una
explicación.
Anciano: Sí, que alguno de nosotros la ha tenido que matar, alguno de nosotros
ha matado a una mujer que no conocía de nada en un Hostal al que sólo hemos
venido por una noche, en mitad de la nada.

Martín: Está usted confirmando lo que pensaba, tuvo que ser usted.

Anciano: A ella, yo, no le hice nada, pero a usted me están entrando unas ganas de
ahogarlo…

Martín: ¡¡¡Lo sabía, lo sabía!!!

Entran en la habitación Fer con un policía.

Fer: Relájense todos. Y acompañe al agente.

Martín: Eso, llévense al Anciano este.

Fer: No, Martín, es usted el que tiene que acompañar al Agente.

Martín: ¿Yo?

Fer: Sí, usted. La muerte de su esposa me resultó familiar, los labios verdes son
síntoma claro de un alucinógeno que oprime la faringe asfixiando a la persona que
lo toma.

Martín: ¿Y?, ¿qué tiene que ver eso conmigo?

Fer: La mancha en su manga que intenta ocultar, es purpura como el alucinógeno.

Martin: Pero, pero…

Fer: No estropee más la situación y acompañe al Agente.

El Agente de policía esposa a Martín y salen de la habitación.

FIN
La mujer de negro
Descripción: Carol se divierte espiando a la vecina del apartamento contiguo, hasta
que una tarde, recibe la más aterradora de las visitas.

Personajes: Carol(FATIMA), Daniela(DANIELA), Mujer de negro(LUIS),


Vendedora(NADIA), Pareja de amigos (ESTEBAN Y PATRICK)

PRIMER ACTO

Carol y Daniela, dos muchachas de preparatoria, se encuentran mirando la


televisión en el apartamento de la primera.

Daniela: ¿Segura que tu mamá volverá hasta tarde, Carol?

Carol: Sí, boba. Ya te he dicho que hoy sale hasta tarde del trabajo. Casi nunca está
aquí, de todos modos.

Ambas se sobresaltan al escuchar un ruido en la pared. Suena como si alguien


estuviera golpeando algo con un martillo.

Daniela: Ya está otra vez, no sé como aguantas esto. ¡Es la tercera vez que se
escuchan esos ruidos! Deberías decirle a tus vecinos que se calmen.

Carol: Vecina, querrás decir. Al lado únicamente vive una mujer muy extraña.

Daniela: ¿Cómo de extraña?

Carol: Siempre viste de negro, usa lentes oscuros y se tapa la cara con una bufanda,
incluso si hace calor. Es siniestra.

Daniela: Ya, claro.

Carol: ¡En serio! Mira Daniela, te voy a enseñar algo. Pega tu oído a la pared y
guarda silencio.

Las dos se ponen a escuchar y los sonidos paran de repente.

Carol (susurrando): Sabe que la estamos escuchando.

Daniela (riendo en voz baja): ¿Entonces por qué susurras?

Carol (gritando): ¡Sabemos que estás ahí, solterona amargada! ¡Déjanos ver nuestra
película!

Las dos sueltan una carcajada.

SEGUNDO ACTO

Esta vez, Carol se encuentra sola mirando la televisión. Está vestida con ropa
distinta. Un par de martillazos resuenan en la pared y ella bufa.
Carol: ¡Ya cállate, maldita loca! ¡A ver cuando te dejas de dar martillazos!

Los ruidos se detienen. Un instante después vuelven a escucharse… en la puerta de


Carol.

Carol: ¡¿Pero qué demonios?!

Los martillazos van aumentando en fuerza y velocidad, hasta parecer que van a
derrumbar la puerta. Carol se mueve nerviosa en el sofá. De pronto los golpes
cesan… y un último martillazo es descargado, abriendo la puerta por completo. Una
tenebrosa mujer, vestida de negro y con el rostro cubierto, avanza hacia la
muchacha con su martillo en una de sus manos enguantadas.

Carol: ¡¿Qué hace aquí?! ¡¿Qué quiere?!

La mujer no responde, si no que avanza hasta ella lentamente.

Carol: ¡Por favor, por favor, márchese! ¡Lo siento! ¡Por favor!

Carol grita de terror y es acorralada en un rincón por la intrusa, quien solo levanta el
martillo en alto.

TERCER ACTO

La puerta del apartamento, que ahora está deshabitado, se abre y entran en escena
una vendedora de bienes raíces y una pareja joven.

Vendedora: Aquí estamos, miren con atención. El lugar es muy espacioso y está bien
iluminado. La inquilina anterior acaba de mudarse y lo dejó como nuevo.

JOVEN: ¿Por qué se mudó?

Vendedora: No me enteré muy bien, algo relacionado con su hija… pero nada por lo
cual preocuparse. ¿Les gusta el piso?

Joven: Nos encanta.

Unos ruidos extraños se hacen presentes a través de la pared.

JOVEN: ¿Qué es eso?

Vendedora: Oh, solo es la vecina. Tranquilos, no los molestará en absoluto. Vive


sola y a veces es un poco excéntrica, pero seguro podrán entenderse.

Joven: creo que nos encantará vivir aquí.

FIN
La otra
Descripción: Ana está preocupada, pues su hermana gemela está haciendo cosas
espeluznantes. Lo que no sabe es que está a punto de descubrir un espeluznante
secreto.

Personajes: Joseph (EDUARDO), Amelia(FÁTIMA), PAPÁ (PATRICK)

PRIMER ACTO

JOSEPHse encuentra en su habitación, cabizbaja y dibujando. En ese momento


entra Amelia, una chica idéntica a ella y muy sonriente.

Amelia: Ana, tengo algo que darte.

JOSEPH: ¿Qué es, Amelia?

Amelia: ¿Recuerdas a esa chica que te molesta en la escuela?

JOSEPH: ¿Fabi? Ay Amelia, no me gusta hablar de ella…

Amelia (sonriendo maliciosamente): Descuida, no se volverá a meter contigo. Le


dejé muy en claro que no volviera a molestarte.

JOSEPH: ¿Qué hiciste?

Amelia saca de su bolsillo una medallita.

JOSEPH: ¡Eso es de ella!

Amelia: Ahora es mi regalo para ti. Ella ya no podrá usarlo.

JOSEPH: ¿Por qué no?

Amelia: Porque la empuje cuando iba a cruzar la calle. Y ahora está en el hospital.

JOSEPH: Me das miedo, Amelia… un día me vas a matar a mí.

SEGUNDO ACTO

Es de noche y Ana no puede dormir. Enciende la luz de su lámpara de noche y mira


a Amelia, que duerme en la otra cama.

JOSEPH (susurrando): Amelia… Amelia…

Amelia se mueve en la cama, perezosamente.

Amelia: ¿Qué quieres?

JOSEPH: ¿Es verdad lo que hiciste con Fabi?


Amelia: ¿Qué?

JOSEPH: ¿Qué si la empujaste?

Amelia (sonríe de forma macabra): ¿Ahora te preocupa? Es una pesada.

JOSEPH: ¡Por favor, Amelia! ¡Dime que no la empujaste! ¡¿Qué le pasó?!

Amelia (dejando de sonreír): Te lo dije, la empujé. Ese carro la arrolló por completo.
Se lo merecía, siempre se mete conmigo.

JOSEPH: Amelia, ya no quiero que hagas estas cosas. Me das mucho miedo.

Amelia: ¿Miedo? Deberías agradecer lo que hago por ti. No me gusta que seas tan
débil, Ana. Tienes que aprender a defenderte.

JOSEPH: ¿Qué pasará si alguien se entera?

Amelia: Nadie tiene porque enterarse, este será un secreto entre tú y yo.

JOSEPH: No Amelia, yo no puedo hacer eso… no puedo seguir cubriéndote. Eres


muy peligrosa.

Amelia salta de la cama y se abalanza sobre JOSEPH, oprimiendo su cuello.

Amelia: ¡Así es! ¡Soy muy peligrosa! ¡Y si le dices esto a alguien, te voy a matar! ¡Te
voy a matar!

La luz se apaga de golpe, mientras JOSEPH libera un grito de terror. Luego, la luz
vuelve a encenderse y vemos Al padre de joseph entrando en la habitación. No hay
rastro de Amelia.

PAPA: ¡No otra vez!

JOSEPH: ¡Me quiere matar, mamá! ¡Me quiere matar!

PAPA: ¡, mírame! ¡Tu hermana murió hace un año!

JOSEPH la mira con los ojos desorbitados.

PAPA: ¿Hasta cuándo seguirás negando la realidad,? Amelia murió. Estábamos


cruzando la calle y entonces tú… tú…

JOSEPH: No, yo no… mamá, no puede ser…

PAPA: Te quedaste con su medallita, ¿recuerdas? Sé… sé que no lo hiciste a


propósito. Lo que pasa es que estás un poco trastornada. Oh, mi niña… estás tan
enferma, tan enferma…

JOSEPH rompe a llorar y su PADRE la consuela, meciéndola una y otra vez.

FIN

También podría gustarte