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Título: El caso de Fer en el Hostal Santo

Personajes:

FER- 38 años, astuto e inteligente. Visita con su mujer Margarita el Hostal obligados por el
mal tiempo. Es inspector de policía.

MARGARITA- 35 años, esposa de Fer acompaña a Fer en el viaje y se queda con él en el


Hostal.

MARTIN- 43 años, encargado del Hostal. Vive aburrido con su mujer en el Hostal,
esperando que su vida cambie.

JUAN- 28 años. Cliente del Hostal

ELENA- 26 años. Clienta del Hostal

ANCIANO- 63 años, cliente del hostal, está en este de paso mientras estudia las aves de
la zona.

AGENTE DE POLCÍA

ACTO I

Hostal San Patricio situado en mitad de una carretera es lugar de paso para viajeros. La
lluvia azota las ventanas de la sala de recepción, el encargado Martín espera aburrido a
que entren en su Hostal.

El detective Fer y su esposa Margarita entran empapados, a toda prisa buscando refugio.

Fer (Sacudiéndose el cabello): Buenos noches, aunque eso de buenas es relativo.

Martín asiente con la cabeza.

Fer: ¿Tiene habitaciones?


Martín: Claro, esto es un Hostal.

Fer y Margarita se miran extrañados por un momento.

Fer: Ya… me refería a libres, si tiene habitaciones libres.

Martín: Ah, sí, sí. Ahora mismo solo está mi mujer, un matrimonio y un anciano que
investiga las aves del lugar.

Margarita: ¿Tiene de matrimonio con baño propio?

Martín: No, ninguna habitación tiene baño propio. Hay un baño en la planta para todas las
habitaciones.

Margarita: ¿Y tiene secador?

Martín: No, pero puedo dejarle uno propio, es antiguo pero funciona.

Margarita: Estupendo, muchas gracias.

Fer: Sólo nos quedaremos una noche.

Martín abre el libro de habitaciones y empieza a rellenarlo.

Martin: ¿Nombre?

Fer: ¿Necesita el de los dos?


Martín: Con uno me basta.

Fer: Fernando Díaz Milton.

Martín: Déjeme una identificación.

Fer saca de su cartera su identificación y se la da a Martín. Este se la da Martín que


comienza a rellenar la hoja con los datos de la identificación. De repente el grito de una
mujer se oye a lo lejos. Todos se asustan.

Margarita: ¿Qué ha sido eso?

Martín: No lo sé. Voy a preguntar.

Fer: Le acompaño.

Martin: No, quédese aquí, es mi responsabilidad.

Fer: Disculpe, soy policía.

Martín: ¿Cómo?

Fer: Inspector de policía, creo que es mejor que le acompañe.


ACTO II

Pasillo del hostal. La lluvia golpea la ventana del fondo del pasillo. Frente a la puerta
abierta de la habitación está Margarita. Se acercan Juan y Elena, el matrimonio desde
otra habitación y el anciano.

Anciano: ¿Qué ha pasado?

Margarita niega con la cabeza.

Juan: No se sabe nada por lo que parece.

Martin :(Desde la habitación. Voz en off) No, no, no… Mi pobre mujer, ¿quién ha hecho
esto?, pienso acabar con quien haya hecho esto.

Martín sale corriendo de la habitación y atraviesa el pasillo sin mirar a los demás.

Anciano: Señor Martín…

Fer sale de la habitación y se reúne con los demás.

Fer: Dejen que se vaya.

Elena: Pobre hombre.

Margarita: Y que lo diga, una lástima.

Fer: Antes de que cada uno se vaya a su habitación. Podrían decirme que estaban
haciendo ahora.
Juan: Nosotros estábamos en la habitación, íbamos a acostarnos ya.

Anciano: Usted quien es para preguntar nada, ¿qué se cree que es, Sherlock Holmes?
Además yo repasaba mis apuntes mientras escuchaba la radio. No llegué a escuchar el
grito, oí el todo el alboroto del pasillo y por eso salí a ver.

Fer: Está bien, váyanse a sus habitaciones, los agentes de policía vendrán en un rato,
cuando la lluvia haya amainado. Y tendrán que hablar con ellos.

El Anciano se vuelve a su habitación.

Juan: Si podemos ayudar con algo, sólo díganoslo.

Juan y Elena se meten en su habitación.

Fer: Margarita ve a la habitación, voy a hablar con el otro huésped, aunque ya te digo que
hay algo raro en todo esto.

Margarita: ¿A qué te refieres?

Fer: Pues que el cuerpo tiene los labios verdosos y eso creo que ya lo había visto antes.
Además Martín ha ido a esa habitación sin dudarlo, no ha dudado en otras habitaciones.

Margarita se dirige a su habitación.


ACTO III

Sala de estar del Hostal. Martín junto con Margarita, Juan y Elena, y el Anciano; están
sentados unos frente a otros. La lluvia ha cesado.

Martin: En cuanto venga la policía pienso hacer que se lo lleven anciano.

Anciano: ¿A mí?

Martín: Sí a usted, tuvo que ser usted quien la mató. ¿Quién sino iba a hacerlo?

Juan: Vamos a tranquilizarnos todos y a esperar que venga la policía, seguro que
entonces todo se resolverá.

Martín: Me da igual la policía, seguro que usted se coló en la habitación de ella y cómo
ella se asustó, usted la mató.

Anciano: Pero, ¿por qué tendría yo que haberlo hecho? Su esposa no me había hecho
nada.

Martín: Entonces, ¿lo hicieron ellos, esta pareja joven?

Margarita: Está hablando por su boca el dolor, Martín. Seguro que todo tiene una
explicación.

Anciano: Sí, que alguno de nosotros la ha tenido que matar, alguno de nosotros ha
matado a una mujer que no conocía de nada en un Hostal al que sólo hemos venido por
una noche, en mitad de la nada.

Martín: Está usted confirmando lo que pensaba, tuvo que ser usted.
Anciano: A ella, yo, no le hice nada, pero a usted me están entrando unas ganas de
ahogarlo…

Martín: ¡¡¡Lo sabía, lo sabía!!!

Entran en la habitación Fer con un policía.

Fer: Relájense todos. Y acompañe al agente.

Martín: Eso, llévense al Anciano este.

Fer: No, Martín, es usted el que tiene que acompañar al Agente.

Martín: ¿Yo?

Fer: Sí, usted. La muerte de su esposa me resultó familiar, los labios verdes son síntoma
claro de un alucinógeno que oprime la faringe asfixiando a la persona que lo toma.

Martín: ¿Y?, ¿qué tiene que ver eso conmigo?

Fer: La mancha en su manga que intenta ocultar, es purpura como el alucinógeno.

Martin: Pero, pero…

Fer: No estropee más la situación y acompañe al Agente.


El Agente de policía esposa a Martín y salen de la habitación.

FIN
Título: El gordito
Personajes:

ALFREDO.- 14 años, tímido y reservado. Vive amenazado por unos compañeros del
colegio, que se ríen de él por ser gordo.

QUINO.- 17 años, repetidor, es un mal estudiante que abusa de los compañeros aunque
tiene especial fijación con Alfredo.

JUAN GABRIEL.- 16 años, amigo y vasallo de Quino.

MADRE DE ALFREDO.- 36 años, madre de Alfredo, tiene que criarlo a él, ella sola.

LIDIA.- 46 años, profesora de Alfredo. Mujer preocupada por sus alumnos.

POLICIA.

ACTO I

Colegio Santo Tomás, cinco de la tarde, un grupo de cinco niños apelotonados en el


pasillo no pierden detalle de la acción.

Quino tiene agarrado por las solapas de una camisa a Alfredo, este lo zarandea de un
lado a otro mientras Alfredo suplica entre sollozos.

QUINO: Venga, hazlo y te suelto.

ALFREDO: Por favor Quino, suéltame ya.

QUINO: Venga

ALFREDO: Por favor, hace un rato que tendría que estar en mi casa.

QUINO: Sino lo haces no te vas a ir a ninguna parte.


Los otros cinco niños en el pasillo no dejan de reírse viendo la situación.

JUAN GABRIEL: Quino humíllalo de una vez.

Quino vuelve a zarandear a Alfredo con violencia

QUINO (Con una sonrisa socarrona en los labios): Tranquilo querido público, tranquilo.
Parece que no tenía también domada a la morsa como yo pensaba. Pero…

Quino le suelta un bofetón a Alfredo que los enmudece a todos. Alfredo empieza a llorar
desconsoladamente.

QUINO: ¿Ves? Si es que me obligas a ser malo contigo, ¿te crees que no me duele
pegarte?, pero claro no me obedeces y tengo que hacerlo.

Todos en el pasillo permanecen en silencio.

QUINO: Venga Alfredo, voy a darte una última oportunidad sino…

Quino alza la mano en señal de amenaza.

ALFREDO (sin dejar de llorar): Está bien, Quino, no me pegues.

Alfredo se tira al suelo, se alza sobre sus rodillas y empieza a chocar los brazos imitando
a una foca mientras imita el sonido. El pasillo vuelve a inundarse de carcajadas.

JUAN GABRIEL: Jajaja, muy bueno Quino, muy bueno.


La profesora Lidia entra en el pasillo.

LIDIA: ¡Eh!, ¿qué estáis haciendo?

El grupo de niños y Quino salen corriendo y desaparecen. Alfredo intenta incorporarse


torpemente y Lidia lo alcanza.

LIDIA: Ey, Alfredo, ¿qué estabais haciendo?

Ésta sujeta la cara de Alfredo para mirar más de cerca la marca enrojecida, de la mano de
Quino, que Alfredo tiene sobre su rostro.

LIDIA: ¿Quién te ha hecho eso Alfredo?, dímelo.

ALFREDO: Nada, no ha sido nadie. Déjeme que me vaya por favor, mi madre me está
esperando.

Alfredo se desengancha de Lidia y sale corriendo torpemente entre lágrimas del colegio.

ACTO II

Casa de Alfredo, es un salón humilde donde una pequeña y solitaria bombilla ilumina con
dificultad la habitación.

La Madre de Alfredo plancha la ropa mientras Alfredo juega con un perro en el salón.
Llaman al timbre. La Madre sale a atender la puerta y entra en la habitación la profesora
Lidia.

MADRE DE ALFREDO: Buenas, no la esperaba. Alfredo, ¿cómo no me dijiste que tu


profesora iba a venir?
ALFREDO: No lo sabía

LIDIA: No se preocupe señora, Alfredo no lo sabía. He venido para hablar con usted.
Alfredo podrías dejarnos a solas a tu madre y a mí un momento.

MADRE DE ALFREDO: Ya has oído Alfredo, ve a tu habitación con Cobo y ahora vienes
cuando te llame.

ALFREDO: Sí, mamá.

Alfredo sale de la habitación con el perro siguiéndolo.

LIDIA: Mire he venido rápidamente después del colegio porque he visto algo que me ha
asustado mucho.

MADRE DE ALFREDO (con el rostro sorprendido): ¿Qué sucede?

LIDIA: Mire, sabe usted si su hijo está bien en el colegio o si tiene algún problema con un
compañero.

MADRE DE ALFREDO: Pues no la verdad, que yo sepa está bien.

LIDIA: ¿Entonces no ha notado nada raro en él?

MADRE DE ALFREDO: No. Aunque bueno ahora que lo dice, la verdad es que está un
poco encerrado en la casa, yo le animo a salir a la calle a jugar, pero nada no hay quien lo
saque de aquí.
LIDIA: Si fuera otro niño, no sería raro, ya sabe hoy en día con las consolas y los
ordenadores los niños no salen a la calle, pero de Alfredo me extraña.

MADRE DE ALFREDO: ¿Usted sabe si le ha pasado algo en el colegio a Alfredo?

LIDIA: Pues mire hoy he presenciado una situación rara en el colegio. Ya habían
terminado las clases, y se oía mucho algarabío en el pasillo. Al principio pensé que serían
unos chicos que se había quedado jugando en el pasillo después de las clases, pero
después cuando me acerqué todos salieron corriendo. Alfredo se estaba levantando del
suelo con los ojos enrojecidos como si hubiera estado llorando y tenía la marca de un
guantazo en la cara.

MADRE DE ALFREDO: ¿A mi niño?, ¿Quiénes eran los otros niños? A lo mejor era parte
de un juego.

LIDIA: ¿Qué le parece si llamamos a Alfredo y entre las dos le sacamos alguna
información?

MADRE DE ALFREDO: Sí, será lo mejor. ¡Alfredo ven!

Alfredo entra en la habitación.

LIDIA: Alfredo, por qué no nos cuentas a tu madre y a mí, qué te ha pasado esta tarde en
el colegio.

ALFREDO (con la cabeza agachada): Será mejor que no.

MADRE DE ALFREDO: Y eso ¿por qué lo dices? No estamos enfadadas contigo.

LIDIA: Si nos dices que todo era un juego, no va a pasar nada, no nos vamos a enfadar,
¿era un juego?
Alfredo niega con la cabeza

ALFREDO: Es que se va a enfadar.

MADRE DE ALFREDO: ¿Quién?

ALFREDO: Quino y va a ser peor.

La madre de Alfredo se acerca a su hijo para ponerle la mano en el hombro, pero este la
aparta corriendo dolorido.

MADRE DE ALFREDO: ¿Qué te sucede? A ver levántate la camiseta.

Alfredo se levanta la camiseta y su torso está lleno de moratones. La Madre de Alfredo y


Lidia miran horrorizadas.

ACTO III

Entrada del colegio. Los niños se agolpan, suena el timbre y todos suben. Quino y su
amigo Juan Gabriel se detienen en la entrada. Mientras todos entran hasta quedarse
solos.

JUAN GABRIEL: Vamos Quino, que nos van a cerrar la puerta.

QUINO: ¿Y qué más da? Pues se entra después

JUAN GABRIEL: También es verdad. Por cierto, ¿qué le tienes preparado hoy a la
foquita?, ¿vas a hacer algún número nuevo con él?.
QUINO: No lo sé, puede que hoy simplemente le pegue y ya está, no estoy hoy motivado.

Lidia está escuchándolos sin ser vista detrás de ellos.

LIDIA: ¿Cómo podéis ser tan animales?

Quino y Juan Gabriel se giran sorprendidos

LIDIA: Ahora atrévete a negarlo.

QUINO: ¿El qué?

LIDIA: Todo lo que estabas hablando de Alfredo.

QUINO: No sé de lo que me habla.

LIDIA: Ah, ¿no? Tranquilo igual estos señores te ayudan a recuperar la memoria.
Adelante.

De la puerta del colegio salen un policía.

POLICIA: ¿Quino?

QUINO (con voz temblorosa): ¿Sí?

POLICIA: Nos vas a acompañar


LIDIA: Tú Juan Gabriel te has librado por hoy, así que márchate antes de que me
arrepienta.

Juan Gabriel entra en el colegio rápidamente.

POLICIA: Así que te gusta pegarle a los compañeros.

Quino empieza a llorar desconsoladamente, por las ventanas del colegio empiezan a
asomarse todos los niños para ver cómo se llevan a Quino.

LIDIA: Espero que ahora te lo pienses mejor antes de pegarle a un compañero por ser
diferente.

FIN
Título: La joven pareja

Personajes:

FRAN.- 17 años, inteligente y maduro para su edad. Novio de Laura va a ser padre con
Laura y acuden a la casa de ambos padres para contarles la noticia.

LAURA.- 17 años, novia de Fran. Está embarazada de Fran

PADRE DE FRAN.- 43 años. Tiene ideas más antiguas que su esposa.

MADRE DE FRAN.- 40 años.

PADRE DE LAURA.- 45 años. Junto con su mujer son un matrimonio de ideas muy
conservadoras

MADRE DE LAURA.- 42 años

ACTO I

Casa de los padres de Fran. Es de noche sentados en el comedor se disponen a cenar


los padres de Fran, este y su novia Laura.

Fran interrumpe la cena golpeando su plato con un tenedor.

FRAN: Perdonad, pero tengo algo que contaros.

PADRE DE FRAN (El padre con tono socarrón): ¿Te has hecho vegano?

MADRE DE FRAN: ¡Shh!, calle y deja que hable.

FRAN: Cómo iba diciendo, pues Laura y yo estamos muy bien juntos, la verdad que
llevamos ya dos años saliendo…

MADRE DE FRAN: ¿Os vais a casar?


FRAN: Por favor, dejadme terminar.

PADRE DE FRAN: Eso.

FRAN: Lo que decía es que…

Laura sentada al lado de Fran le mira, este le devuelve la mirada y ambos se dan la
mano.

PADRE DE FRAN: Pues si no os vais a casar, ¿qué pasa?

MADRE DE FRAN: ¿Os vais a vivir juntos?

FRAN: Tampoco… bueno sí, sí que nos vamos a vivir juntos, pero no era esa la noticia.

MADRE DE FRAN: ¿Entonces?

Fran respira hondo y aprieta la mano de Laura

FRAN: Pues… que Laura está embarazada, que vamos a ser papás. Bueno y vosotros
abuelos.

Se hace el silencio en la habitación los padres de Fran se miran el uno al otro.

MADRE DE FRAN: Pero… cómo…


PADRE DE FRAN: ¿Estáis locos?, a ver que un bebé no es ningún juguete que cuesta
mucho criarlo.

FRAN: Ya lo sabemos papá. No somos tontos

PADRE DE FRAN: Pues no lo parece, porque vaya una manera de desgraciarse la


juventud.

MADRE DE FRAN: A ver, que no es malo, pero es que sois muy jóvenes, quizás más
adelante cuando seáis un poco más mayores.

PADRE DE FRAN: Cómo que no es malo, es muy malo.

FRAN: A ver que no somos tontos, yo ya he empezado a trabajar en el hiper no es


mucho, pero puedo ascender poco a poco, Laura va a seguir estudiando mientras el
embarazo lo permita.

LAURA: Sabemos que va a ser difícil, pero nos queremos mucho y eso es importante,
¿no?

PADRE DE FRAN: Sí que es importante Laurita, pero… es que tenéis toda la vida por
delante.

FRAN: ¿Con cuántos años me tuvisteis a mi vosotros?

MADRE DE FRAN: No es lo mismo

PADRE DE FRAN: Desde luego, eran otros tiempos.


LAURA: Nosotros sabemos que será muy difícil.

FRAN: Pero estamos muy ilusionados.

PADRE DE FRAN: Os equivocáis, en serio, cometéis un grandísimo error. Pero bueno.

El padre de Fran sale de la habitación, se quedan en silencio por un momento.

MADRE DE FRAN: Disculpadle, en el fondo se alegra.

FRAN: Sí, pero muy en el fondo.

ACTO II

Casa de los padres de Laura. Fran y Laura han ido a comer para contarles la noticia a
ellos también.

PADRE DE LAURA: Lo que yo os diga, a ese taller no vuelvo a llevar más mi coche, vaya
un mecánico y vaya manera de atender a los clientes. Pero claro me pillo fuera y no podía
traer el coche más cerca.

Fran y Laura comen de sus platos casi sin mirar al Padre de esta.

MADRE DE LAURA: Y dinos Fran, ¿has encontrado ya algún curso de postgrado para
después del Instituto?

FRAN: Pues no todavía no, es más queríamos hablaros de eso.

PADRE DE LAURA: ¿Qué sucede?, ¿has encontrado algún curso en el extranjero, es eso
de lo que nos queréis hablar que os vais fuera?
MADRE DE LAURA: La verdad que no nos haría mucha gracia que os fuerais a vivir fuera
juntos, pero supongo que sería mejor.

LAURA: No exactamente. Os queremos contar una cosa y antes de que digáis algo,
dejadnos terminar y sobretodo pensad que somos adultos y sabemos lo que hacemos.

PADRE DE LAURA: Empezamos bien, mira como sea lo que me imagino que es, la
vamos a tener.

MADRE DE LAURA: Bueno deja que hablen.

LAURA: Fran y yo vamos a ser padres.

PADRE DE LAURA: ¿Perdón?, es una broma, ¿verdad?

Fran y Laura niegan con la cabeza.

MADRE DE LAURA: ¿Estás segura hija mía?

LAURA: Sí

Todos permanecen en silencio por un momento.

LAURA: ¿No decís nada?

PADRE DE LAURA: ¿Qué quieres que te digamos? ¿Que sois unos irresponsables y que
acabáis de arruinaros la vida?
LAURA: O también podrías darnos tu opinión y apoyarnos.

PADRE DE LAURA: Yo no puedo apoyar un acto de inmadurez. Acabáis de fastidiar


vuestro futuro. Y lo peor es que sé cómo va a acabar todo esto. Tú…

(Señalando a Fran)

… te cansarás en unos meses y el niño o niña acabaremos cuidándolo y criándolo tu


madre y yo, y me niego.

FRAN: Se equivoca y se acabará dando cuenta de su error.

PADRE DE LAURA: Sólo puedo deciros una cosa, si esperas que nosotros acabemos
ocupándonos de tus problemas, estás muy equivocada, porque vivirás aquí porque eres
nuestra hija pero no pagaremos todos tus platos rotos.

LAURA: Pues tranquilo que todo eso tiene solución. Nosotros somos una pareja, lo hemos
pensado muy seriamente y sabemos que será difícil. Nos vamos a ir a vivir juntos y sí lo
aceptas bien y sino tranquilo que no te molestaremos más.

ACTO III

Casa de Fran y Laura, la casa está casi vacía tiene solo los muebles imprescindibles
como un par de sillas y una mesa.

Fran y Laura entran en la casa, Fran porta una caja encima y un macuto colgado del
hombro. Ella se sienta en una de las sillas se acerca a la mesa con el semblante muy
serio.

FRAN: Dejo la caja aquí y vamos colocando el interior en su sitio poco a poco esta tarde.
Fran se detiene y mira a Laura.

FRAN: ¿Qué te ocurre pequeña?

LAURA: Nada.

De los ojos de Laura empiezan a brotar lágrimas que se escurren por sus mejillas.

FRAN: ¿Pasa algo?

LAURA: ¿Y si estamos equivocados?

FRAN: ¿Con qué?

LAURA: Con nosotros, el niño, la casa. ¿Y si nuestros padres llevan razón?

FRAN: Pues sabes qué, que puede que lleven razón.

LAURA: ¿Sí?, ¿tú también lo piensas?

FRAN: Pues claro, que clase de descerebrado sería si no tuviera miedo. Pero es normal

LAURA: ¿Cómo normal?

FRAN: Pues normal, tener miedo significa que estamos preocupados. Y es normal porque
es algo muy complicado. Pero tú y yo juntos, seguro que lo conseguimos.
Laura sonríe.

FRAN : Y puede que cometamos errores y tengamos muchos más problemas de los que
pensábamos, pero no se me ocurre ninguna compañera mejor para llevar a cabo esta
aventura.

LAURA: Te quiero.

FRAN: Lo sé.

Ambos se ríen y se besan.

FIN
Título: Problemas de juventud

Personajes:

PEPE- 16 años, atrevido, intenta ser más popular y se deja llevar por su mejor amigo El
Kinki.

EL KINKI.- 18 años, rebelde y repetidor, se busca la vida y se salta toda norma


establecida es una mala influencia para Pepe.

PROFESOR LORENZO.- 38 años, Profesor de Pepe y El Kinki.

MADRE DE PEPE.- 45 años, sufre apenada como su la conducta de su hijo no es buena.

PADRE DE PEPE.- 47 años, se irrita al ver como su hijo se está haciendo malo por las
malas compañías.

AGENTE DE POLICÍA.- 36 años.

ACTO I

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, El kinki y el Profesor León)

Pepe y El Kinki esperan en el aparcamiento del colegio. Ambos están apoyados en un


coche viejo.

Pepe: Y que lo digas, el León me tiene harto, ayer tuvo la brillante idea de llamar a mi
casa para decir que llevaba sin ir a su clase dos semanas. Total para qué, si siempre dice
las mismas cosas y siempre me acaba suspendiendo lo haga como lo haga.

El Kinki: Que tío, te lo dije desde el principio, es gentuza. Yo lo tengo calado desde el
primer día, sólo hay que ver cómo nos mira cuando nos ve en los pasillos, no puede ni
vernos. A mí, desde que un día se la líe en clase me la tiene guardada. Pero vaya que se
va a enterar el tío este.

Pepe: ¿Y eso?, ¿Qué piensas hacerle?


El kinki: ¿Yo?, Nada de nada.

Pepe:¿Entonces?

El kinki: Entonces nada, lo vas a hacer tú

(Dice El Kinki entre risas)

Pepe:¿Yo?, ¿Qué se supone que voy a hacerle?

El Kinki golpea con una mano el coche sobre el que están apoyados los dos. Pepe mira el
coche sorprendido.

Pepe:¿Qué ocurre con el coche?

El kinki: ¿No sabes de quién es?

Pepe: No fastidies, es el coche del León.

El kinki: Bingo.

Pepe: Y ¿qué quieres, que le raye el coche?

El kinki:Mejor.

El Kinki saca una navaja del bolsillo


El kinki: Toma. Para que le quites presión a sus ruedas, que las veo muy hinchadas.

Pepe:Pero tío, y ¿si nos ve alguien?

El kinki :A esta hora no nos ve nadie. Además, no le tienes tanta rabia al León. Venga va,
hazlo ya.

El kinki le pone la navaja en la mano a Pepe. Este la mira dubitativo. Tras un momento se
agacha y pincha una de las ruedas del coche.

Profesor león:¡Eh!, ¡Alto!, ¿Qué hacéis?

Pepe se asusta, deja caer la navaja al suelo y sale corriendo con El Kinki.

El kinki: Corre Pepe, jaja. Pásate esta noche detrás del híper.

ACTO II

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, La Madre y El Padre)

Pepe asustado, entra corriendo en el salón de su casa. Su madre tiene el teléfono en la


mano. Su padre al lado mira furioso a Pepe.

Madre:Acaba de llegar. Sí, Sí y vuelvo a repetirle lo lamentamos mucho. Por supuesto,


nosotros correremos con los gastos de su coche, sí.

El Padre y la Madre miran enfadados a Pepe, que permanece temeroso en la puerta.


Padre:Estarás contento, ¿no? ¿Sabes quién era? Tu profesor, no te puedes hacer una
idea de la vergüenza tan grande que hemos pasado.

Madre:Se puede saber qué te pasa. ¿Qué te hemos hecho?

Pepe: Nada. No me pasa nada.

Madre: Entonces, ¿qué te ocurre?

Padre:Yo te diré lo que le ocurre, que es tonto. Que tiene malas juntas y hace todo lo que
hacen los demás.

Pepe: Eso no es así.

Padre: Ah, ¿no? Pues desde que te juntas con el niñato ese del Kinki, no haces más que
tonterías.

Pepe: Papá déjalo ya.

Padre: No, no lo dejo, porque si sigues así. Vas a acabar fatal

Pepe: Claro, claro, porque tú lo sabes todo. No hay nada que tú no sepas. Siempre igual.

Padre: Pues sí, algo más que tú sí que sé. Y si no acabas en la cárcel, acabarás muerto
con esas juntas.

Madre: Por Dios.


Pepe: Estoy harto de que siempre estéis controlándome. Dejadme tranquilo.

Pepe sale corriendo dando un portazo.

Madre: ¡Pepe!, ¡Pepe!, no te vayas hijo.

ACTO III

(Personajes que intervienen en este acto Pepe, El Kinki y el Policía)

Callejón trasero de un hipermercado. El sonido de un disparo rompe el silencio, a lo lejos


se oye una sirena de policía. El Kinki herido en el estómago entra en el callejón jadeante
hasta echarse en el suelo apoyado en la pared.

El kinki: Joder, que mierda.

Pepe entra en el callejón asustado. Se acerca rápidamente a El kinki.

El kinki: Pepe, menos mal que has venido, ayúdame a ponerme de pie.

Pepe: Kinki no te muevas, estás herido, tenemos que llamar a una ambulancia, pedir
ayuda.

El kinki: No, espérate. Si llamas me pillarán.

Pepe: Y qué más da, estás herido, necesitas ayuda.

El kinki: Si la dependienta, me hubiera dado el dinero, sino hubiera llamado a nadie no


habría pasado nada. No tendría que haberla herido.
(El Kinki se queja de la herida, cada vez jadea más)

Pepe: Kinki la policía está cerca deja que hable con ellos para que te ayuden.

El kinki: ¿Ayudarme?, no me hagas reír.

(Cada vez le cuesta más hablar)

Un policía entra en el callejón.

Policía:¡Quietos!, no os mováis.

Pepe: Por favor ayúdenos, él está herido.

El Kinki fallece. El policía se acerca a El Kinki y le toma el pulso.

Policía: Lo siento chico, no tiene pulso.

Pepe:No, no, no puede ser.

Policía: La chica del Híper también ha muerto. Él la había apuñalado en el robo.


Acompáñame hijo, llamaremos a tus padres.

Pepe se va llorando con el policía.

Fin.

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