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Introducción Sobre Instalación y Especificidad de Sitio - Erika Suderburg
Introducción Sobre Instalación y Especificidad de Sitio - Erika Suderburg
En el horizonte, entonces, en el extremo más lejano de lo posible, es una cuestión de producir el espacio
de la especie humana –la obra colectiva (genérica) de la especie- en el modelo de lo que solía ser llamado
"arte" y, de hecho, sigue llamándose así, pero el arte ya no tiene ningún sentido a nivel de un "objeto"
aislado por y para el individuo. –Henri Lefebvre, “Openings and Conslusions”.
La ubicación y el punto de vista están en constante cambio en la cúspide del flujo del tiempo. El lenguaje,
la memoria, la reflexión y la fantasía pueden o no acompañar la experiencia. Pasar al recuerdo de la
experiencia espacial: objetos y vistas estáticas destellan en el espacio de la mente. Una serie de
imágenes fijas reemplaza la experiencia fílmica en tiempo real. Cambiar el enfoque del entorno exterior a
la de uno mismo en una situación espacial, y en paralelo, una ruptura cualitativa en la experiencia entre el
tiempo real “Yo” y la reconstitución “mí” prevalece. Ya que hay dos tipos de yo conocidos para la primera
persona, el “yo” y el “mí”, hay dos tipos fundamentales de percepción: la del espacio temporal y la de los
objetos estáticos e inmediatamente presentes. El "yo", que es esencialmente etéreo, se corresponde con
la percepción del espacio desenvolviéndose en el presente continuo. El "mí", un componente
retrospectivo, es paralelo al modo de percepción del objeto. Los objetos son, obviamente, experimentados
en la memoria así como en el presente… la constitución de la cultura implica la carga del “mí” con los
objetos. Es el modo del tiempo pasado relativamente claro. El espacio en este esquema ha sido pensado
principalmente como la distancia entre dos objetos. El objetivo de este relato es hacer que el espacio sea
menos transparente, para tratar de captar su carácter percibido antes que las transformaciones culturales
habituales que "conocen" siempre en el modo estático del "mí". –Robert Morris, "The Present Tense of
Space".
La línea entre el arte y la vida debe mantenerse lo más fluida, y tal vez confusa, como sea posible. –Allan
Kaprow, "The Event".
2
Sugerir lo que podría ser incluido en una historia de una forma de arte es postular un
archivo que niega cerradas y dispersas etiquetas, un ensamblaje excéntrico que busca recopilar
e investigar al mismo tiempo.1 Space, Site, Intervention: Situating Installation Art tiene la
intención de trazar los términos de la discusión y el debate que han rodeado la instalación y las
prácticas de sitio específico y para ofrecer nuevos marcos críticos que promueven un
replanteamiento de su historia. Esta revisión se lleva a cabo específicamente en relación con
los diversos contextos en que se ha experimentado este tipo de obra –la historia del arte, las
comunidades destinatarias, las instituciones de arte- y su relación con los espectadores y los
encargados de abordar la cuestión de cómo el medio ofrece desafíos teóricos y conceptuales a
los supuestos institucionales, históricos y conceptuales en el discurso del arte. He invitado a
artistas, escritores, historiadores del arte y a híbridos de todas estas disciplinas para hacer
frente a algunas de las cuestiones en juego en el arte de instalación y de sitio-específico. Este
volumen busca examinar y explorar críticamente la situación de estas obras dentro de variadas
y divergentes esferas de significado, incluyendo el espacio comunitario, el espacio
corporativo, los híbridos de la arquitectura, lo multimedia, el ciberespacio, las acciones
ambientaciones, rituales públicos y privados, el activismo político, los sistemas clientelistas
gubernamentales y privados, y las fuertes y problematizadas intersecciones creadas por todos
estos sitios.
1 Para una concisa y reflexiva introducción a la historia del arte de instalación, ver Michael Archer, "Towards Installation," en
Installation Art, ed. Nicola de Oliveira, Nicola Oxley, y Michael Petry (Londres: Thames and Hudson, 1994); ver también Peter
Selz, "Installations, Environments, and Sites," en Theories and Documents of Contemporary Art: A Sourcebook of Artist’s
Writings, ed. Kristine Stiles y Peter Selz (Berkeley: University of California Press, 1996).
2 Definida por Georges R. Collins, “La arquitectura suave…se niega a usar los procesos de producción, procedimientos
industriales, y la división del trabajo… Es decir, la arquitectura suave trató de establecer nuevas relaciones entre productores
y usuarios (a menudo la misma persona). Está involucrada en las nuevas relaciones entre el Hombre y la Naturaleza en lo
que respecta a su ecosistema, y se rehúsa a malgastar materiales y energía; persigue la autonomía. Se propone como una
posibilidad de expresión poética y total realización que permite al individuo recuperar su integridad por el trabajo no
especializado, rechazando cualquier división entre los intelectuales y manuales. En sus métodos de producción debe
ser artesanal, y por razones obvias, a menudo es de construcción propia; sustituye el proyecto sobre la creación del espacio
por el proceso de creación del espacio, quiere ser anti monumental, no retórica pero poética.” La revista Architecture
3
los happenings, el bricolaje, espectáculos de luz y sonido, ferias del mundo, arquitectura
vernácula, proyecciones multimedia, jardines urbanos, santuarios, Land art, earthworks, ferias
de arte, panoramas de siglo diecinueve y veinte, Arte Povera, locuras, y las visionarias
ambientaciones de los artistas “folk”.3 Colectivamente la obra de instalación y sitio específico
involucra los planes auditivos, visuales, espaciales, y ambientales de la percepción e
interpretación. Este tipo de obra surge del colapso de la especificidad del medio y los límites
que habían definido las disciplinas dentro de las artes visuales a partir de la década de 1960.
En 1973, Lucy Lippard postularía la desmaterialización del objeto de arte: “por falta de un
término mejor he continuado usándolo para referir un proceso de desmaterialización, o un des-
énfasis en aspectos materiales (singularidad, permanencia, el atractivo decorativo).4 El arte de
instalación como género, término, medio y práctica actúa como asimilador de una rica
sucesión de influencias. En la instalación el objeto se ha reorganizado o reunido, sintetizado,
expandido y desmaterializado. Daniel Buren ha declarado que el término site-specific “se ha
vuelto trillado y falto de sentido a través del uso y abuso.”5 Hal Foster hablando de Richard
Serra dice, “para la escultura endurecerse en una categoría sería para la escultura convertirse
en monumental de nuevo, para su estructura ser fetichizada, su espectador congelado, su lugar
olvidado, otra vez. En ese sentido, deconstruir la escultura es servir su necesidad interna;
extender la escultura en relación con el proceso, la realización y el sitio es permanecer dentro
de ella.”6 Este volumen espera contrarrestar y complicar los paradigmas y las afirmaciones
d’Aujourd'hui citada en Fantastic Architecture: Personal and Eccentric Visions, ed. Michael Schuyt y Joost Elffers (New York:
Abrams, 1980), II. Publicado originalmente como Phantastische Architektur (Cologne: DuMont Buchverlag, 1980).
3 Ver la línea de tiempo junto a la introducción.
4 Lucy Lippard, Six Years: The Dematerialization of the Art Object from I966 to I972 (New York: Praeger, 1973, es un objeto
de arte conceptual en sí mismo. En su insistencia en el punto de vista curatorial identificado como político e ideológicamente
construido, Lippard inventa un documento que es una autocrítica de la crítica de arte como acto. El libro como
objeto promulga una radicalización de la forma que es relevante para nuestro estudio de la instalación ya que promulga una
alteración de la cronología y del índice lineal. Como afirma Lippard: "El sesgo anti-individualista de su forma (so sólo el
desarrollo secuencial o la contribución de un artista se puede rastrear sin la ayuda del índice) se espera enfatizar el tiempo,
la variedad, la fragmentación, y las relaciones por encima de todo. De hecho, he incluido algunas de las obras aquí porque
ilustran las conexiones o incluso los aprovechamientos de otros trabajos más fuertes, o la repetición de ideas
consideradas desde puntos de vista muy diferentes, o hasta qué punto ciertas ideas se pueden tomar antes de que se
agoten o se vuelvan totalmente absurdas. En cualquier caso, me gusta la idea de forzar al lector para hacer su propia
decisión cuando se enfrenta a una masa de información tan correcta” (6).
5 Daniel Buren, "Like a Palimpsest; or, The Metamorphosis of anI Image," in Contemporary Sculpture Projects In Münster;
I997, ed. Klaus Bussmann, Kasper Köning, and Florian Matzner (Münster: Verlag Gerd Hatje, 1997), 79.
6Él continúa identificado que la expansión de la escultura en el lugar y el espacio es desatad y circunscrita a la especificidad
del sitio. “Esta paradoja como que la escultura se centra en el problema del sitio. La mayor ruptura en la historia de la
escultura en el siglo XX, Serra ha señalado, ocurrió cuando el pedestal fue removido, lo que él lee como un paso del espacio
memorial del monumento al espacio de comportamiento del espectador. Sin embargo, es un acontecimiento dialectico esta
4
ruptura, ésta ruptura abrió otra trayectoria así: con su pedestal removido, la escultura fue libre no sólo para descender al
mundo materialista del espacio del comportamiento sino también para ascender a un mundo idealista más allá de cualquier
sitio específico”. Hal Foster, "The Un/making of Sculpture," en Richard Serra: Sculpture, 1985-I998, ed. Russell Ferguson,
Anthony McCall, y Clara Weyergraf-Serra (Los Angeles: The Museum of Contemporary Art and Gottingen: Steidl, 1998), 17-
18. Foster esta citando a Serra desde "Interview with Richard Serra," en Richard Serra: Torqued Ellipses, by Richard Serra
(Nueva York: Dia Center for the Arts, 1997), 26.
7 Benjamin Buchloh's "Michael Asher and the Conclusion of Modernist Sculpture," en Performance Text(e)s & Documents,
ed. Chantal Pontbriand (Montreal: Parachute, 1981), a su lado Rosalind Krauss's "Sculpture in the Expanded Field," en The
Originality of the Avant-Garde and Other Modernist Myths (Boston: MIT Press, 1985), sirve como una indispensable abertura
al discurso de la escultura. Ambos textos definitivamente y fundamentalmente modifican los términos de recepción del objeto
artístico y proponen la instalación como la identidad y el gesto externo y en contraposición con los descriptores más
importante del discurso de la escultura modernista.
5
galería y en relación con el espectador. Como terminología discursiva, sitio específico está
única y precisamente arraigado en el modernismo occidental Euro-Americano, nace, por así
decirlo, alojado entre las nociones modernistas de progresividad liberal y metáforas radicales,
tanto formales y conceptuales. Es el reconocimiento por parte de los artistas minimalistas y de
earthworks de la década de los 60s y 70s que "in situ" en sí mismo es parte de la experiencia
de la obra de arte. El uso de Robert Smithson de los términos sitio y no sitio para identificar
sus obras que eliminó las muestras de los sitios exteriores y los colocó en el “neutral” espacio
de la galería demando una expansión de lo que podría ser considerado como arte. El contenido
podría ser el espacio, el espacio podría ser el contenido, la escultura se ha extrapolado en y
sobre su sitio. Se trataba de una revisión de los fundamentos mismo de la modernidad (la
galería como “lugar”), y posteriormente, como los earthworks reclamaron la tierra como lugar,
fue una revisión de los fundamentos del paisaje y la naturaleza.8 Con los artistas del earthwork
y con Ronert Smithson en particular la total expansión de “lo natural” se convirtió en una
extensión de la delineación minimalista de lo que Robert Morris llamó “estructura primaria”,
que a su vez sugiere que las obras de arte deben ser reactivas a su sitio, informadas por los
contenidos y materiales de su ubicación actual, ya sean producidos industrialmente,
“naturalmente” o conceptualmente.
8Para colecciones de escritos e imágenes específicas del Land art y Arte de la tierra, ver Alan Sonfist, ed., Art in the Land. A
Critical Anthology of Environmental Art (New York: Dutton, 1983); John Beardsley, Earthworks and Beyond (Nueva York:
Abbeville Press, 1989); Gilles A. Tiberghien, Land Art (Nueva York: Princeton Architectural Press, 1995); Francisco Asensio
Cerver, Landscape Art (Barcelona: World of Environmental Design Press,1995); y Jeffrey Kasmer, ed. Land and
Environmental Art (Themes and Movements) Londres: Phaidon Press,1998).
6
Los objetos minimalistas redirigían la conciencia sobre ellos mismos y sobre las condiciones del
mundo real que basan la conciencia. Las coordenadas de la percepción fueron establecidas como
existentes no sólo entre el espectador y la obra, sino entre espectador, la obra de arte, y el lugar
habitado por los dos. Esto se logró eliminando las relaciones internas del objeto en su totalidad o
haciendo esas relaciones una función de simple repetición estructural, de "una cosa tras otra".
Cualquier relación sería ahora percibida estando supeditada a la circulación temporal del
espectador en el ámbito compartido con el objeto. De esta forma la obra pertenecía a su sitio, y si
sitio fuera a cambiar, lo haría también la interrelación del objeto, el contexto y el espectador. Tal
reorientación de la experiencia perceptual del arte hizo al espectador, en efecto, el sujeto de la
obra, mientras que bajo el reinado del idealismo modernista esta posición privilegiada se
delegaba finalmente en el artista, el único generador de la relación formal de la obra de arte.9
El sitio de la instalación se convierte en una parte principal del contenido de la obra misma,
pero también plantea una crítica de la práctica de la creación artística dentro de la institución
examinando los marcos ideológicos e institucionales que apoyan y exhiben la obra de arte.
“Instalar” se convierte no en un gesto de colgar la obra de arte o posicionar una escultura, sino
en una práctica artística en y por sí misma. Crimp va a discutir artistas tales como Daniel
Buren, Hans Haacke y Michael Asher –artistas que ampliaron los principios originales de la
especificidad del sitio con críticas materialistas.
Hablando de la infame remoción de su sitio del Titled Arc de Richard Serra, Crimp
problematiza tanto la recepción de la pieza como la recuperación de la especificidad de sitio
dentro del discurso del arte para servir afirmaciones aparentemente opuestas de la radicalidad
conceptual y el esteticismo intemporal:
La incomprensión del gran público frente a la afirmación de Serra de la especificidad del sitio es
la incomprensión de las radicales prerrogativas de un momento histórico en la práctica del arte.
“Remover la obra es destruirla” se hizo evidente para cualquiera que hubiera visto “Splashing’s”
literación de la afirmación, y lo que proporcionó el trasfondo de “Titled Arc” para sus
defensores. Pero no podía pretenderse que ellas explicaran, en el corto tiempo de sus
testimonios, una compleja historia que ha sido deliberadamente suprimida. La ignorancia del
público es, por supuesto, una ignorancia impuesta, porque no sólo se mantiene la producción
cultural como el privilegio de una minoría pequeña, sino que no está entre los intereses del arte
de la institución y las fuerzas a las que sirven, producir el conocimiento de las prácticas radicales
incluso para su audiencia especializada. Y este es particularmente el caso de aquellas prácticas
9 Douglas Crimp, "Redefining Site Specificity," en On the Museums Ruin (Cambridge: MIT Press, 1993), 154.
7
cuyo objetivo es una crítica materialista delos presupuestos de esas mismas instituciones. Tales
prácticas intentan revelar las condiciones materiales de la obra de arte, su modo de producción y
recepción, el apoyo institucional de su circulación, las relaciones de poder representadas por
estas instituciones –en fin, todo lo que se disfraza mediante el discurso estético tradicional. No
obstante, estas prácticas han sido posteriormente recuperadas por ese mismo discurso como
reflejando sólo un episodio más en un desarrollo continuo del arte moderno. Muchos de los
defensores de “Titled Arc”, algunos representando políticas oficiales del arte, abogaron por una
noción de la especificidad del sitio que la reduce a una categoría puramente estética.10
10 Ibid., 153.
8
innumerables movimientos de la historia del arte y acciones más pequeñas y algunas veces
privadas domésticas. Los artistas de los movimientos Dada, los happenings, Fluxus, el
situacionismo y el arte Povera han producido todos obras indicativas de estas preocupaciones,
y los han llamado artistas visionarios, ambientales o folk.
11 Hay varios trabajos interesantes que tratan en profundidad el Wunderkammer desde una perspectiva histórica; ver Barbara
Maria Stafford, Body Criticism: Imaging the Unseen in Enlightenment Art and Medicine (Cambridge: MIT Press, 1991) y Artful
Science: Enlightenment Entertainment and the Eclipse of Visual Education (Cambridge: MIT Press, 1995). Para su aplicación
al extraordinario proyecto contemporáneo de David Wilson, The Museum of Jurassic Technologies, ver Lawrence Weschler,
Mr. Wilson’s Cabinet of Wonders ( New York: Pantheon, 1995). Para una discussion específica sobre el Kunstkammer, ver
Horst Bredekamp's The Lure of Antiquity and the Cult of the Machine (Princeton, N.J.: Markus Wiener, 1995.)
9
15 Lowery S. Sims, "Betye Saar: A Primer for Installation Work," in Betye Saar: Resurrection: Site Installations, I977-I987
(Fulletton: California State Art Gallery, 1988), I. Ver también Ishmael Reed en empleo del aura reciclada y material decadente
de Betye Saar y su relación con el “folk” en "Saar Dust: An Interview with Betye Saar," en The Art of Betye and Alison Saar:
Secrets Dialogues, and Revelations (Los Angeles: University of California, Wight Art Gallery, 1991), 32: “El gas metano, las
cosas que emanan de la basura, se utilizan en el proceso de elaboración de diamantes. Se podría decir que Saar toma el
polvo de las cosas y, de este polvo, crear obras de arte. La obra Betye Saar a menudo tiene el brillo de los diamantes. Polvo
Saar. La vida surgiendo del barro. De la “basura”. De los “desechos”. Polvo al polvo. Su obra es acerca de los procesos de la
vida – los materiales energéticos de alta tecnología que entraron en su obra durante su estadía en el MIT, así como los
materiales de la decadencia, la decoloración de los recuerdos, de nostalgia. Viejos, pero buenos. Ella hace una fuerte
declaración por la resurrección. Para la renovación."
12
desecho –una casa lápiz, una casa de muñecas, un santuario de todas las religiones, una casa
escuela, una casa concha, cuarto de los niños fabricados de miles de botellas intactas
cuidadosamente establecidas en el cemento. Su complejo tenía todos los requisitos de una
villa, un modelo y universo manejable de materiales reciclables, envolviendo de forma segura
lo doméstico. Cuando le preguntaron cómo se inició Bottle Village, la Sra. Prisbey
simplemente dijo que necesitaba un lugar para albergar su colección de lápices.16 Estos
proyectos se mantienen dentro de la idiosincrasia, su dependencia de los fetiches, la repetición,
los objetos encontrados, recinto, el ensamblaje, y la estética de los desechos acelera su
inclusión en nuestra definición ampliamente creciente del "arte de la instalación". Con el folly,
el gabinete puede milagrosamente convertirse en arquitectura y más allá.
Dentro de la historia del arte, el arte de instalación (una construcción de la historia del arte
únicamente occidental) es generalmente visto como siendo originado en un momento de
revelación, como un sancionado encuentro casual modernista, o una colisión del folly con la
revolución surrealista. El Palais idéal de Ferdinand Cheval (construido entre 1879 y 1912 en
la villa rural de Hauterives, sur de Lyons, Francia) era una estructura construida alrededor de
un objeto encontrado, una pieza de piedra toba indígenas, mientras Cheval caminaba a su ruta
postal en Drôme, Francia. Su sueño del Palais idéal alivia el aburrimiento de sus viajes
postales. Creciendo de la sugestividad de la forma de la primera piedra de toba, Cheval
construyó el asta y campanarios de las ramas del árbol, animales de fantasía, su propia tumba,
y torres con formas de estalagmitas. Innumerables formas fueron tejidas intrincadamente en
las paredes y vigas de apoyo, moldeada en una masiva estructura interconectada de enorme
fantasía.17 André Breton identificó esta explosión toba como el momento surrealista - el objeto
encontrado liberando al fantasma. Su Manifiesto del Surrealismo (1924) demandó el fin de la
lógica, y el Palais idéal se convirtió en un icono en el panteón surrealista, una explicación del
llamado a desordenar los sentidos. Las grutas y escaleras de caracol del Palais idéal minan el
espacio en una forma que sugiere la práctica del sitio específico, excavando el sitio natural y
fundiéndolo de nuevo basado en materiales descubiertos y reconfigurados. Un solo elemento
de sitio-específico se convierte en el catalizador para la construcción de una obra de entorno,
que lo abarca todo, auto-reflexiva y multifocal. El Palais idéal fue un entorno que requirió ser
presenciado, exploración y ocupación doméstica, acciones fundamentalmente en contradicción
El Merzbau de Kurt Schwitters (1920-43) ejemplifica esta mutación del objeto en entorno.
Creciendo a partir de un ensamblaje anterior, la Column of Erotic Misery, que Schwitters
construyó en su sala de estar, el Merzbau fue literalmente una instalación viviente, ocupada
como fue por Schwitters, su esposa y sus hijos, quienes deben haber ideado formas ingeniosas
para convertirse en un conjunto con el ensamblaje. Las paredes del Merzbau fueron esculpidas
y luego cubiertas en yeso, los marcos de las puertas se extendieron, y se construyeron
pasarelas para un conejillo de Indias bajo los planos del techo que se había reducido a bruscos
ángulos cubistas. El collage cubista y el expresionismo cohabitaron algo precariamente en el
experimento doméstico de Schwitters. El collage cubista y el expresionismo cohabitaron un
tanto precariamente en el experimento doméstico de Schwitters. Frustrado por la falta de
espacio, en un punto se mudó el inquilino de arriba, cortó el techo liberándolo, y el Merzbau
se extendió a través del piso de arriba. Un ensamblaje cubista hecho a mano, el Merzbau fue
irremediablemente bombardeado al olvido por las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra
Mundial, una obliteración tecnológica del espacio quizá simbólico del paso de lo hecho a
mano a lo hecho a máquina.
Dentro de esta línea de tiempo indexada se interpuso un vehículo más portátil de ocupación
espacial: Light-Space Modulator (1923-30) de Laszlo Moholy-Nagy, que era una
máquina/escultura cinética que se sentaba en medio de un espacio cerrado. Fue diseñada para
tener una película específica proyectada sobre ella, arrojando así luz y formas en las paredes
de cualquier habitación. Transformó interiores proyectando sombras geométricas según los
18Para una mayor revisión, ver Guy Brett, "The Proposal of Lygia Clark," in Inside the Visible: An Elliptical Traverse of
Twentieth-Century Art, ed. M. Catherine de Zegher (Cambridge: MIT Press, 1996).
14
diferentes niveles del giro de la máquina en frente del haz de proyección de la película,
dejando secciones de la sala en luz y oscuridad alternadamente. Fue una sala de máquina
proyectando la apariencia de la geometría de la tecnología en el interior doméstico. El Light-
Space Modulator sirvió de modelo para las cuestiones de proyección, contenido temporal, y
reorientación espacial dentro de la instalación de video y cine y relacionados con
"multimedia". Los aparatos que interrumpen la exposición o el espacio privado juegan un
papel importante en esta definición de instalación como una máquina de realineación. Mile of
String de marcel Duchamp fue diseñada para impedir la visualización de las pinturas en la
exposición surrealista de 1942 en Nueva York.19 Su instalación hizo imposible la visualización
normativa del objeto de arte, y solo destruyendo literalmente de Milla de cuerda podía el
espectador recapturar la relación tradicional entre espectador y objeto. Esto alteró los términos
de la exhibición pública de arte en la misma forma que su readymade doméstico Door: II, rue
Larrey (1927) había redefinido el espacio privado. Como una puerta que sólo podía cerrar una
habitación o la otra, pero nunca ofrecía simultáneamente el cierre de dos, Door: II, rue Larrey
biseccionaba la seguridad doméstica y se burlaba de la privacidad y la contención. Duchamp
reorganizó el espacio de ocupación y exposición, instalando una obra de arte designada que es
una puerta igualmente funcional y disfuncional que puede ser re-designada a voluntad como
arte. La audiencia/visitante elegía cuál aspecto sería "instalado" en qué momento. Estas obras
hacen alusión a lo efímero de la ausencia y la presencia del espacio y la noción del espacio
como una entidad irreparable, como ilusoria y mutable. En una escala épica (de acuerdo a su
deseo de miniaturizar al espectador en relación con el poder absoluto), Cathedral of Light
(1934) de Albert Speer era una circunferencia de columnas compuesta enteramente de
reflectores. Diseñada para iluminar las concentraciones nazis en los estadios, existieron como
monumentos temporalmente enceguecedores, ocupando el espacio aéreo y la recién reclamada
esfera pública fascista. Cathedral of Light y el Light Ram Modulator representan los dilemas
del fetiche de la era maquinista y los matices políticos, y sirven como marcadores para las
formas del arte multimedia, basado en la tecnología, que negociaron los límites del espacio
doméstico y público. Muchos años después, a finales de 1950, Yves Klein vende acciones del
aire de una galería, continuando en los pasos de los Bonos de Monte Carlo de Duchamp
(1924) y su lúdica torsión del arte y el comercio. Atendiendo a la implicación ideológica y
Ver la discussion de Amelia Jones sobre Mile of String y 1200 Bags of Coal en Postmodernism and the Engendering of
19
comercial de hacer una obra de arte combinado con aspectos performativos pues el artista se
convierte en un personaje de la obra de arte, conceptual y figurativamente. El espacio mismo
de la galería se hace material, vendido como acciones en la promesa del arte. El grupo Gutai
en Japón en la década de 1950 y las piezas de performance en proceso de Allan Kaprow en los
años 1950 y 1960, continúan con esta exploración de la artista como intérprete-autor;
expanden el espacio definido convirtiendo el ensamblaje y la pintura de acción en entornos
interponiendo al autor como intérprete e incitador.20 El grupo Gutai esculpió la tierra con los
cuerpos, erigió y desmontó viviendas, y destruyó la ilusión espacial de las pinturas penetrando
violentamente sus superficies con flechas y cuerpos saltando, reconfigurando así el espacio de
creación artística a través de intervenciones corporales y desmontajes espaciales. El artista está
implicado en la obra de arte, pues él o ella se convierte en contenido, material y proceso. Estas
acciones mueven al artista en el espacio público e institucional, un espacio que incluye los
"aumentos" deconstructivos del museo y la galería de Marcel Broodthaers, Daniel Buren, y
Michael Asher. Estas son acciones que definen el entorno de la instalación como práctica,
reconfigurando las nociones de ocupación, las formas materiales, y la relación del cuerpo con
el espacio que ocupa y reformula constantemente. Esta también un espacio definido por
Splitting: Four Corners (1974) de Gordon Matta Clark la revelación de esqueleto
arquitectónico y una reorientación de la solidez de perspectiva a través de la bisección de una
casa de dos pisos por la mitad con una sierra de cadena. Esta trayectoria es muy inclusiva para
ser concluyente, pero en algún lugar entre los monolitos, los follies y el Wunderkammern están
algunas pistas para un camino tortuoso pero incitante que está erráticamente señalizado.
Este sitio
Los autores cuyos textos se incluyen aquí exploran diversos proyectos de instalación en
relación con su "ubicación", a través de un variado conjunto de metodologías abordando las
cuestiones de clase, sexualidad, identidad cultural, la raza y de género (y las redefiniciones y
alteraciones de estas construcciones). Ellos amplían la definición de obra de instalación y sitio
específico fuera de los confines de su delineación modernista principalmente Occidental,
interrogando y regresando sobre esa definición. El proyecto incluye las contribuciones de una
20 Para una discusión del arte corporal y el performance en relación con el objeto, especialmente en cuanto al grupo Gutai,
los happenings americanos y alemanes, el performance art de los 70s, ver Paul Schimmel, ed., Out of Actions: Between
Performance and the Object, I949-I979 (New York: Thames and Hudson; Los Angeles: Museum of Contemporary Art, 1998).
Ver también Amelia Jones, Body Art/Performing the Subject (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1998).
16
serie de escritores, entre curadores, artistas, historiadores del arte, y críticos trabajando desde
una variedad de disciplinas, metodologías y puntos de vista. Esta colección se esfuerza por
explorar como las prácticas de la instalación y el sitio-específico resuenan en la historia del
arte así como en relación con la cultura contemporánea y de la sociedad y cómo estas prácticas
han alterado, comprometidos, e influenciado los aspectos de la cultura visual contemporánea.
En los dos ensayos de apertura en este volumen, James Meyer y Miwon Kwon investigan las
cuestiones teóricas
y conceptuales en torno a la definición misma de la instalación y sitio-especifico que sólo
pudieron ser tocados brevemente en esta introducción. Ellos investigan lo que está en juego en
tales definiciones y lo que está en juego en radical posicionalidad cara-a-cara la desviación de
las estructuras de exhibición y recepción. Ellos traen los debates acerca de la instalación y la
especificidad de sitio al punto de partida y examinan su eficacia y su aplicación en su contexto
histórico y en su impacto en el discurso del arte de 1990. James Meyer habla sobre el "sitio
funcional" y el "sitio literal" como procesos que son rearticulados y reconfigurados a través de
narrativas nómadas de artistas contemporáneos. Miwon Kwon examina la noción de lo
discursivo y lo físico en relación con el "sitio" en las obras de la naciente crítica institucional y
el “trastorno” de la especificidad de sitio lejos de sus orígenes en "el espacio idealista puro del
modernismo dominante."
Little Sparta (presentada en 1966) de Ian Hamilton Finlay es el único tema de la meditación
de Susan Stewarts obre el impulso alegórico, la estructura poética, y la naturaleza como sujeto
y sitio asediado. Ella postula una teleología de la muerte contenidaen hacer jardines y en hacer
la guerra, ambos modos conspirando hacia una transformaciónfundamental de la naturaleza.
Stewart rastrea cómo estas metáforas se manifiestan en defensa de la elegía de Finlay sobre la
poesía, el objeto poético, y la memoria. Mi ensayo busca una definición de “lo natural” como
se evidencia en “monumentos” de sitio específico y earthworks situados en los desiertos del
suroeste de América del Norte, sitios cargados con políticas, utópicas, fantásticas proyecciones
interpretativas. Los topos del desierto sirven como la materia y la ubicación de los proyectos
de John Divola, Nancy Holt, Walter De Maria, Dennis Oppenheim, y de Jean Tinguely. El
ensayo distorsiona las intersecciones de estas investigaciones topográficas y propone varias
interpretaciones diferentes de lo "natural" dentro dela especificidad de sitio como práctica en
el siglo XX, según lo prescrito por la sublimidad decaída, los códigos del paisaje, las
eliminaciones del valor de uso y los desarrollos en tierra dentro de la especificidad de sitio
como práctica.
climas políticos presenciados, sirven como metáforas y marcadores del proceso de Coleman,
un proceso reflejado en la forma de del propio ensayo mientras intercala estas fuentes dispares
para aumentar el trabajo de los artistas que él utiliza con el fin de delinear un centro dentro de
su proyecto autobiográfico. Ernest Larsen examina la estrategia del "objeto encontrado", como
desvío urbano. El objeto "cotidiano" perturba y se convierte en un singular y personal
"accidente" en una calle de la ciudad. A través de un encuentro casual con Monument to a Lost
Glove (1997) de Ilya Kabakov, Larsen postula la monumentalidad espacial y temporal del
cuerpo en relación con el espacio arquitectónico, topográfico económico y urbano. El
despliegue o la instalación de este objeto "encontrado" en una postura culturalmente específica
y en un sitio ajeno extiende el azar en la casualidad. Su encuentro lo lleva a tejer la obra de
Simon Leung, Gary Hill, y de Millner Sherry en un ensayo personal que injerta la narrativa
autobiográfica sobre las realidades sistémicas del mundo del arte de Nueva York, bienes
raíces, la política de la diferencia, y el colapso de la monumentalidad. El suyo es un sistema -y
un paseo- que es topográficamente desviado a través del objeto.
21 Détournement fue una de varias prácticas empleadas por el Situacionismo Internacional, un movimiento de artistas,
cineastas e intelectuales en Francia que construyeron situaciones -perturbaciones políticas a través de los medios de
comunicación, acciones de calle, el cine y manifiestos. "Abreviatura de: tergiversación de elementos estéticos preexistentes.
La integración de la producción artística actual o pasada en una construcción superior de un entorno. En este sentido no
puede haber pintura o música situacionista, sino un uso situacionista de estos medios. En un sentido más primitivo, el dentro
de las esferas culturales antiguas es un método de propaganda, un método que da testimonio el desgaste y la pérdida
de importancia de esas esferas. Como es definido en Elisabeth Sussman, ed., On the Passage of a Few People through a
Rather Brief Moment in Time: The Situationist International 1957-1972 (Cambridge: MIT Press, 1989), 199.
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asesino en serie de Estados Unidos “Castle” y la San José “Mystery Mansión” de Sarah
Winchester, Rickels plantea la conectividad y las interferencias entre la colección, la
invención tecnológica moderna, lo que él llama "la modernidad de la ciencia ficción", y su
lugar de descanso en la melancolía, lo vampírico, y la catástrofe.
Bruce Jenkins también examina el museo y la máquina, explorando cómo las obras de
video instalación han sido recibidas y teorizadas en el contexto de su "instalación",
determinada por cuestiones de la temporalidad y "presencia" fílmica. Explora cómo la
existencia de la película ha redefinido la manera misma en que entendemos la obra de arte.
Más de cincuenta años después de la muerte de Walter Benjamin y casi un centenar de años
después del nacimiento del cine, Jenkins sostiene que la película sigue residiendo -ahora en la
industria del vídeo, la holografía, y nuevas formas de imágenes basadas en computadora-
sobre una falla discernible sólo muy por debajo de la superficie de la infraestructura del
mundo del arte. Jenkins posiciona el objeto de la película en relación con las cuestiones del
sitio, la temporalidad y la historicidad a través de obras que van desde Joseph Cornell a
Chantal Akerman.
Colin Gardner ofrece una lectura minuciosa de la instalación de video de Diana Thater
China (1996). Su lectura cuestiona la teorización de la especificidad de sitio a través de los
principios dialécticos del minimalismo, es decir, la relación espacial y temporal entre el
objeto, el espectador, y el contexto general. Él deconstruye los límites tradicionales, que él
articula como hegeliano, a través de un recurso a las fuentes teóricas no dialécticas,
particularmente Gilles Deleuze y Félix Guattari. Marita Sturken se centra en tecnología y su
relación con la memoria, el espacio y el tiempo, específicamente a través de las obras de Jim
Campbell. Las máquinas de Campbell de aleatoriedad controlada y memoria mediada forman
la base de un ensayo que se centra en la paradoja de la memoria en el ámbito electrónico. Los
aparatos tecnológicos, la autobiografía y la forma cambiante de los medios electrónicos
delinean la base del proyecto de Campbell, integrando el “objeto” de tecnología dentro del
sitio mientras que reconfigurando las construcciones de la memoria, lo mimético, y lo sublime
se llega en última instancia al cierre solo a través de la finalización del ciclo de producción y
recepción por parte del espectador.
Los artistas investigan las topografías urbanas como sitios de la resistencia, la forma
humana es configurada y empleada como ideológicamente resonante y reordenamientos
espaciales obligar a una reevaluación de los límites de la percepción. Dada la escasez de una
seria atención crítica y teórica que la instalación como una práctica de las artes visuales se ha
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ganado, este libro está diseñado para llenar la brecha entre su identificación como un medio de
expresión artística y como un sitio en el cual ampliar la definición de la obra. Esta antología se
propone como un sitio conceptual y temporal de intercambio, détournement, desviación,
evaluación, juego y especulación.
Un espacio existe cuando se toma en consideración los vectores de dirección, velocidad y las
variables de tiempo. Así, el espacio se compone de intersecciones de elementos móviles. Es en
cierto sentido, accionado por el conjunto de movimientos desplegados en él. El espacio se
presenta como el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo sitúan, temporalizan, y
hacer que funcione en una unidad polivalente de programas conflictuales o de proximidades
contractuales. En esta perspectiva, en relación con el lugar, el espacio es como la palabra cuando
se habla, es decir, cuando se está atrapado en la ambigüedad de una realización, transformado en
un término dependiente las diferentes convenciones, situado en un acto de un presente (o de un
tiempo), y modificado por las transformaciones provocadas por sucesivos contextos. En
contradicción con el lugar, el espacio tiene por tanto nada de la univocidad o estabilidad de un
“apropiado”. En resumen, el espacio es un lugar practicado.22
22 Michel de Certeau, The Practice of Everyday Life (Berkeley: University of California Press, 1984), 117 (énfasis en original).