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POÉTICAS

».

Segunda edición

© Copyright, 1984
EDITORA NACIONAL. Madrid (España)
ISBN: 84-276-0400-9
Depósito legal: M. 43.759-1984
Impreso en Closas-Orcoyen, S. L.
Polígono Igarsa. Paracuellos del Jarama (Madrid)

BIBLIOTECA DE LA LITERATURA
Y EL PENSAMIENTO UNIVERSALES
NOTA PRELIMINAR

A Nuria por tanta poesía Desde aquel funcionario magistral que se llamó
Aristóteles, el ars poética se ha erigido en lugar co-
mún de peregrinaje especulativo, sobre todo des-
pués de que De Saussure diera forma al estructura-
lismo. No podían faltar como compañeros de viaje
del sabio de Estagira el latino Horacio, con su tra-
tado lúdico-didáctico, y el francés Boileau, con
sentencioso opúsculo.
En lo que se refiere a la traducción, he procura-
do ser literal, diríamos que hasta el pleonasmo.
Siempre que ha sido posible, aun a riesgo de in-
currir en hipérbatos, he mantenido el orden de pa-
labras de los originales. He buscado especialmente
equivalencias en lo que atañe a los regímenes ver-
bales.
Mi agradecimiento al paciente poeta y polígrafo
Luis Alberto de Cuenca, y a Fanette Talón, por su
entusiasmo.

ANÍBAL GONZÁLEZ
PROLOGO
¡

!
i
ARISTÓTELES

VIDA

Aristóteles (384-322 a. C), hijo del médico Nicó-


maco, nació en la Calcidico, en Estagiro (más tarde
llamada Estagira, y de ahí el nombre con el que a ve-
ces lo mencionamos «El Estagirita»). Su padre era
amigo y médico de Amintas II de Macedonia y el
hecho de encontrarse en un ambiente de tipo médico-
científico despertó pronto en él un enorme interés por
la anatomía y materias afines.
A los diecisiete años se trasladó a A tenas y entró co-
mo discípulo en la Academia platónica, en la que per-
maneció durante veinte años hasta la muerte del ma-
estro (348/347 a. C); al suceder Espeusipo a Platón
al frente de la escuela, Aristóteles abandonó la Acade-
mia en compañía de Jenócrates pues no estaban de
acuerdo con la orientación filosófica que Espeusipo
iba a imponer. Aceptaron, pues, una invitación de
Hermias, soberano de Atarneo y Assos (Misia), y se
trasladaron a esta última ciudad que se convirtió en
un importante centro intelectual. Hermias, con cuya
sobrina Pitias se casó Aristóteles, fue apresado y
muerto por los persas, contra los que conspiraba, el
año 345 a. C, año en que Aristóteles se trasladó con
Teofrosto a Mitilene, en la isla_ de Lesbos, en donde
permaneció hasta que en el año 343/342 a. C. se
marchó a Pella llamado para educar a Alejandro. Du-

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rante estas estancias en Assos y Mitilene, Aristóteles es- OBRAS
taba especialmente interesado en las investigaciones de
tipo zoológico y biológico, como se ve por las referen-
cias a regiones costeras de estas zonas. En general, la crítica moderna divide la obra de
La educación del joven Alejandro se desarrolló en Aristóteles en obras de tipo exotérico (es decir,
Mieza y se basó fundamentalmente en el estudio de los aquellas destinadas a un público amplio, elaboradas
grandes trágicos y poetas griegos (incluso se dice que con una cuidada redacción) y obras de tipo esotérico
hizo una edición de la Ilíada para él), para pasar en al- (escritas directamente por él sin ayuda de ninguno de
gún momento a ocuparse, y discutir, de política, como sus discípulos y que irían dirigidas a un público
se ve en dos obras no conservadas de él (Sobre las co- restringido). Aunque esta clasificación puede ser acer-
lonias y Sobre la monarquía). tada, parece más útil seguir una más tradicional que
Regresó a Atenas en 335/334 a. C. poco después de en parte se remonta al director de la escuela peripaté-
la muerte de Filipo, y alquiló unos edificios, el gimna- tica afínales del siglo Illa. C, Aristón de Ceos, divi-
sio Liceo, consagrado a Apolo Licio y a las Musas, en diendo su obra en tres grupos (de los grupos 1 y 2 no
la zona noroeste de la ciudad, cerca del monte Licabe- se conserva ninguna obra completa).
to. Este edificio tenía una zona cubierta por la que se
podía pasear {itEpínatoq), que daría su nombre 1. Obras de tipo popular publicadas por él mismo,
a la escuela, el Perípato, y a sus miembros (los peripa- en su mayoría diálogos probablemente cercanos a los
téticos). platónicos como indican ya algunos de los títulos ^So-
De la organización práctica de la escuela se ocupó fista, Simposio, Menéxeno.../ Uno de los primeros es
Aristóteles mismo, estableciendo reglas para la comu- el Grilo o Sobre la retórica, escrito a imitación del
nidad tanto en cuanto a cursos (los difíciles por la ma- Gorgias platónico. Eudemo o Sobre el alma, a seme-
ñana, los más fáciles % numerosos por las tardes) como janza del Fedón de Platón, titulado así por Eudemo
en cuanto a régimen de vida estableciendo comidas y de Chipre que, tras ser expulsado de su patria, murió
bebidas comunitarias. Con una suma de ochocientos en Sicilia (354/353 a. C). De las obras de este primer
talentos que Alejandro le había entregado comenzó grupo, aunque sólo se conservan pequeñísimos frag-
una importante biblioteca y una rica colección de ma- mentos, habría que destacar el Protréptico, exhorta-
pas, objetos y animales de los que se servía en sus ción a la vida filosófica, por la influencia que tuvo en
charlas. Jámblico y en el Hortensio de Cicerón.
Al poco tiempo de estar viviendo en Atenas murió su 2. Colecciones de materiales y memorandas de
mujer, Pitias, con la que había tenido una hija del mis- muy diversa índole (listas de vencedores en juegos
mo nombre, y Aristóteles entonces vivió con Herpilis, piucos, Problemas Homéricos, Constituciones
con quien tuvo un hijo llamado Nicómaco. griegas, de las que se conserva la de Atenas, descu-
Al morir Alejandro (323 a. C.) se desencadenó en bierta a finales del siglo pasado...).
Atenas un fuerte movimiento antimacedónico y Aristó-
teles, para evitar que en ese sentimiento se viera envuel- 3. Obras de tipo filosóficos y científicos. Este grupo
ta su escuela, encargó a Teofrasto que la dirigiera de obras, conocido como el Corpus Aristotelicum, es
trasladándose a Calcis (Eubea), donde falleció poco el que realmente se conserva en gran parte y lo forman
después (322 a. C.) de una enfermedad en el aparato obras como: Metafísica, las varias Eticas (a Eudemo,
digestivo. a Nicómaco, la Gran Etica), Historia de los Animales,
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Física, Categorías... y dos obras en las que exponía su de las Musas y su sabiduría es un auténtico don innato
teoría del arte: la Retórica y la Poética. y no algo que puede ser suplido con la mera técnica.
Demócrito (v. Horacio 295) también considera el ta-
lento innato superior al oficio técnico, pero ese talen-
to innato necesita un estímulo externo: la inspiración
RETÓRICA Y POÉTICA divina que temporalmente le influye.
Esta noción de inspiración y la tendencia a criticar
el mito, fundamentalmente por principios morales,
La crítica moderna cree que el significado poético son las dos actitudes de tipo crítico con respecto a la
de una obra no puede ser establecido hoy prescindien- poesía que heredó la generación de Platón.
do del lenguaje que la sustenta; pero esta opinión no Los dos únicos intentos de sistematización estética
es de ninguna manera la que tenían los antiguos, para en la época clásica griega son los de Platón (Repúbli-
quienes lo fundamental eran el tema o contenido y el ca) y Aristóteles (Poética), y en ambos casos son in-
estilo, es decir, que utilizaban claramente unas tentos fallidos pues ambos llevan en sí mismos acepta-
categorías de tipo retórico. En efecto, entonces, la ciones que revelan su carácter de incompletos; las pa-
forma de cualquier tipo de discurso (entendido en su labras de Rostagni (1944) son claras acerca de cómo se
más lato sentido) jugaba un importante papel, y asila nos presenta la obra aristotélica: «esquemática, some-
educación en la oratoria la proporcionaba la retórica, ra, no sujeta a un rígido orden exterior, llena de in-
y la enseñanza retórica ejerció desde muy pronto una terrupciones, de constantes inicios, de desarrollos de-
gran influencia tanto en la obra de los historiadores dicados a temas imprevistos, colmadas de paréntesis y
como de los poetas o incluso en los simples hablantes anacolutos, llena de sobreentendidos, de elipsis y de
que querían sobresalir entre los demás. De ahí el que braquilogías». Se trataba, pues, de una obra no escri-
la mayoría de la crítica literaria antigua sea un ta directamente para su publicación, sino que eran no-
subproducto, por llamarla de alguna manera, de la re- tas fundamentalmente de tipo didáctico a tener en
tórica, y el que la literatura tenga que ejercer una cuenta para el desarrollo de alguna charla, un simple
influencia o un efecto en una audiencia y el que no sea memorándum que encontramos a medio camino entre
primordialmente, la expresión propia, personal, de un el grupo 2 y el 3 de escritos que hemos considerado.
autor que prescinde del público y que quiere expresar La Poética tal y como la conservamos se encuentra
algo independientemente de sus oyentes. Así una de en un estado muy fragmentario. La Política nos envía
las ideas que está más presente en todo el mundo anti- a ella en una referencia diciéndonos que en la Poética
guo es la de que el poeta «enseña». encontraremos una explicación más amplia de la ca-
Y en efecto ya los poetas arcaicos se pronunciaron tarsis... explicación que no encontramos. Asimismo,
como auténticos enseñantes. Tanto el arte de Homero también a la Poética nos envía la Retórica diciendo
como el de Hesíodo eran un auténtico regalo de las que encontraremos allí las distintas formas de lo có-
Musas que les inspiraban, que conocían todas las co- mico... y eso no lo encontramos tampoco. Pero inclu-
sas y podían en consecuencia decir historias, fueran so la primera frase de la Poética nos propone algo que
verdaderas o falsas. Aunque al primero le basta con no se va a cumplir: «Hablemos de la poética en sí y de
ser considerado, en palabras de L. Gil «como un arte- sus diferentes tipos, del efecto que cada uno tiene...».
sano de utilidad pública», y el segundo concibe su mi- Y no se cumple porque fundamentalmente la Poética
sión como la de un maestro. Píndaro es elnpo(pf¡xr¡c;, trata de la tragedia y sólo de una manera incidental

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habla de otros géneros como la épica, la comedia y la ~V Capítulo 4: Orígenes de la poesía (dos causas), su
historia, pero siempre en comparación con la trage- división en diferentes formas, y origen y desarrollo de
dia. Por todo ello se ha supuesto habitual y acertada- la tragedia.
mente que nos falta al menos otro libro en el que se Capítulo 5: La comedia y la relación de la epopeya
tratarían algunos de los problemas y asuntos que he- con la tragedia.
mos mencionado. Capítulo 6: Definición de la tragedia (que deriva de
las conclusiones de los cinco capítulos anteriores con
alguna explicación suplementaria donde aparecen
nuevas ideas), ¡as seis partes o elementos de la trage-
PLAN DE LA POÉTICA dia deducidos de la definición. Cinco razones por las
que la fábula (fiSdog,) es importante entre las partes.
^Primera razón: El drama tiene que ver con acciones
En los capítulos 1-5 (principio) se va a tratar de mi- para las cuales los caracteres son accidentales. Segun-
mesis y poesía. En el 1: mimesis y clasificación de las t da razón: La tragedia puede existir sin caracteres pero
artes. En 2-3: clasificación de las tres especies poéticas no sin acción.¿Tercera razón: Las tragedias que son ri-
de tipo mimético: tragedia, epopeya y comedia. En cas en caracteres pero pobres en trama no cumplen ¡a
4-5 (principio): origen y diferenciación de los tres gé- función de la tragedia.. Cuarta razón: Los elementos
neros. más atractivos de una obra pertenecen a la fábula o
En los capítulos 5 (final)-26se va a tratar de la tra- trama. Quinta razón: La organización de los hechos
gedia y la epopeya. En el 5 (final) se va a hacer un re- es la parte más difícil de dominar de una obra.
sumen comparativo entre tragedia y epopeya para en La segunda parte; los caracteres. La tercera parte:
el último (26) hablar de la superioridad de la tragedia el pensamiento. La cuarta parte: la elocución. Las dos
sobre la epopeya. Los capítulos 6 a 22 son ¡os más di- partes restantes: la melopeya y el espectáculo.
rectamente relacionados con la definición y análisis de »Los capítulos 7-14 están relacionados con la trama,
la tragedia (6), la historia trágica (7-14 y 16-18), los su estructura y sus efectos emocionales.
caracteres (15)... Y los capítulos 23 y 24 los encontra- Capítulo 7: Trata de la trama o composiciones de
mos claramente referidos a la epopeya. los hechos a la luz de las definiciones que se han dado
Más precisamente: previamente, insistiendo adecuadamente en el carác-
ter de unidad y cohesión que debe tener.
Capítulo primero: Distingue las formas de la Capítulo 8: Continúa el tema de la unidad y nos
poesía, mimesis de acciones humanas, de acuerdo con presenta algunas interpretaciones erróneas sobre la
los medios de que se valen, o de los objetos mimetiza- naturaleza de esta unidad, con referencias a la epope-
dos o de las formas de la mimesis. En este capítulo va ya, que aquí encontramos justificada por la parte fi-
a tratar de los medios. nal del capítulo 5 en la que se nos hablaba de las seme-
En el capítulo 2: Encontramos ¡a segunda diferen- janzas entre epopeya y tragedia.
cia: los objetos de la mimesis. Los hombres son supe- % Capítulo 9: En él se muestra la universalidad de la
riores o inferiores; el escritor, como el artista, puede poesía, la naturaleza de la actividad del poeta y lo de-
representar uno u otro tipo. fine como poeta de fábulas o tramas más que de ver-
Capítulo 3: La forma de la mimesis (la tercera dife- sos.
rencia): narrativa, dramática o mixta. Capítulo 10: Fábulas simples y complejas.
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2
Capítulo 11: Peripecia y reconocimiento; definición tracta: «Es propio del pensamiento cuanto es preciso
de acontecimiento patético, el tercer componente de que sea preparado por el lenguaje.» A continuación
la fábula. comienza una parte sobre la elocución que plantea de
Capítulo 12: Partes cuantitativas de la tragedia. hecho el problema de la relación entre retórica y poé-
Capítulo 13: La composición de la tragedia más tica.
bella. El análisis descriptivo de la fábula se ordena en Capítulo 20: Se presentan las partes del lenguaje co-
una perspectiva claramente normativa. mo formas que estructuran el significante y en ese sen-
Capítulo 14: Trata de los medios con los que se tido la descripción razonada del material básico, tan-
puede producir el efecto propio de la tragedia para to de la poesía como de la prosa, que es el lenguaje,
poder establecer una jerarquía y seleccionar lo mejor, no parece fuera de lugar en una poética.
como en el capítulo 13. Pero así como en el capítulo Capítulo 21: Trata de la palabra individual como
anterior lo importante eran los personajes, en éste se un elemento de la elocución, estudiando sus ocho ti-
centra más en la acción misma e intervienen las rela- pos con importancia estilística y vemos la enorme im-
ciones que existen entre los personajes y la modifica- portancia que Aristóteles concede al significado léxico
ción de estas relaciones. como base de la expresión y en ese sentido es funda-
Capítulo 15: Este capítulo interrumpe el análisis de mental la definición de metáfora como traslación (eti-
la fábula de la tragedia que hasta ahora estaba hacien- mológicamente) de un significante a un significado
do y que va a seguir en los capítulos 16-18. Aquí en que no le es propio.
realidad no existe una ruptura más que aparente pues Capítulo 22: Las ideas expresadas en el capítulo an-
lo que se estudia son los caracteres, y este análisis se terior sobre la elocución encuentran aquí su aplica-
justifica como algo indispensable pues la creación de ción (considera la metáfora fundamentalmente como
emociones trágicas en el espectador solamente es po- el uso de palabras solas), una especie de manual «nor-
sible en personajes dotados de caracteres que son im- mativo» de la palabra en la expresión poética.
portantes para conseguir el efecto trágico. Capítulo 23: En los últimos cuatro capítulos se
Capítulo 16: Esperaríamos antes (tras el 13 o el 14) completa la propuesta hecha al principio del capítulo
este capítulo sobre los diferentes tipos de reconoci- 6 hablando de la imitación narrativa y en verso que es
miento (definido anteriormente) y cuáles de los cinco la epopeya. Evidentemente el decir en verso no tiene
posibles son mejores o peores y por qué. en este caso valor diacrítico como sí lo tiene en cam-
Capítulo 17: Junto con el siguiente, son el final del bio el decir que es narrativa, pues es eso precisamente
estudio de la fábula de la tragedia desde un punto de lo que la distingue de la tragedia. Las semejanzas
vista global Antes (capítulos 7y 8) se había dicho que entre ambos géneros continúan hasta el principio del
la fábula debía formar un todo único y esta idea va capítulo 24 (en 1459M6 realmente debería estar el fi-
ahora a concretarse con las técnicas poéticas que ha- nal de este capítulo 23).
cen que la fábula tenga ¡a máxima coherencia posible. Capítulo 24: Tras las semejanzas comienzan a ex-
Capítulo 18: Tras presentar los términos nudo y de- ponerse las diferencias, fundamentalmente la admi-
senlace se presentan una serie de puntos, un tanto in- sión de los elementos maravillosos e irracionales.
conexos, relacionados con la fábula. Capítulo 25: Es un capítulo que rompe la unidad de
Capítulo 19: Anteriormente se habían dado tres no- la comparación entre tragedia y epopeya; plantea los
tas sobre el pensamiento (en el capítulo 6) y ahora se problemas y sus soluciones.
va a dar una cuarta más sintética y también más abs- Capítulo 26: Los dos géneros comparados anterior-
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mente son ambos nobles y se valen de criterios estéti- Gapit. 47.70, el más antiguo, de 1280 y el Etonensis,
cos parecidos, pero, ¿cuál es el superior? Frente a Pla- Bibl. Coll. 129 del año 1300. Como ha establecido L.
tón, que había considerado inferior a la epopeya, Minio-Paluello, esta traducción latina, muy literal,
Aristóteles cree que es superior la tragedia, entre otras sirve para mostrar alguna lectura innovadora que se
cosas porque consigue su fin mejor que la epopeya. encuentra en el Parisinus 1741, cuando coincide esta
traducción con la lectura del otro manuscrito griego,
el Riccardianus 46 del siglo XIV que desde principios
de este siglo fue reconocido como de una tradición in-
TRANSMISIÓN TEXTUAL dependiente y más antigua que el Parisinus.
La primera versión de la Poética que tuvo impor-
tancia por su difusión fue la editada en latín por J.
La «Poética» no tuvo un eco demasiado amplio en Valla en 1498. El primer texto griego impreso fue el de
el mundo antiguo como nos lo muestran, por la edición Aldina de los Rhetores Graeci de 1508
ejemplo, su conservación fragmentaria o la carencia hecha probablemente por J. Lascaris sobre un ma-
de cualquier comentario. En Bizancio sin duda fue co- nuscrito de poca categoría, pero que fue edición canó-
nocida y hacia finales del siglo IX fue traducida al si- nica hasta que Vahlen afínales del XIX dio la impor-
rio; de esta traducción solamente se conserva parte del tancia que se merecía al Parisinus 1741.
capítulo 6. A partir de esta traducción siria, Abu Bisr El texto sobre el que se ha hecho la traducción es el
Mata, en el siglo X, hace una versión árabe que es el de R. Kassel (considerado unánimemente como el me-
testimonio más antiguo para el texto griego. Esta ver- jor), publicado en la colección de clásicos greco-
sión fue traducida al latín por primera vez a principios latinos de la Oxford University Press. Los números al
del presente siglo (1911) por el profesor de Oxford D. margen son los de las páginas de la edición de Inma-
S. Margoliouth; esta versión latina fue pronto supera- nuel Bekker; las letras &yb representan las columnas
da por la excelente traducción con comentario de J. de cada página. Es convención admitida interna-
Teatsch (Viena 1928-1932, 2 vols.J. La versión árabe cionalmente citar a Aristóteles con esta numeración.
(en manuscrito Parisinus Arab. 2346) es de una enor-
me literalidad y sirve para conservarnos un estadio del
griego de gran antigüedad.
Hacia finales del siglo X o principios del XI se reali-
za el ejemplar más antiguo y mejor del texto griego,
llamado Parisinus Graecus 1741 y que antes de llegar
á París estuvo en el siglo XV en Constantinopla y Flo-
rencia. Hasta finales del siglo XIX no fue reconocida
su autoridad como base para el texto de la Poética y
este reconocimiento vino de la mano de J. Vahlen en
sus sucesivas ediciones (1867, 1874, 1885) en las que
utilizó exclusivamente este manuscrito.
De la misma tradición deriva la primera traducción
latina realizada por Guillermo de Moerbeke en 1278,
conservada en dos manuscritos, el Toletanus, Bibl.
20 21
OBRAS

Sus obras las encontramos clasificadas bajo los si-


guientes títulos:
Epodos. Diecisiete poemas (a los que él llamaba
yambos) hechos en general a imitación de Arquíloco e
Hiponacte: once en verso yámbico y seis en los que se
combina el verso dactilico y el yámbico. De éstos,
ocho son invectivas que no se relacionan con ninguna
HORACIO persona real (excepto en los tres en los que hay una
burlona referencia a Mecenas). La imitación arquilo-
quea e hiponactea la encontramos en la actitud
VIDA crítica, mezclada en ocasiones con detalles obscenos.
Otros epodos son políticos, amorosos... Aunque Ho-
racio se proclama el introductor de los yambos de
Quinto Horacio Flaco nació en Venusa, Apulia, Arquíloco, el hecho real es que el nivel de elaboración
próxima a la muy helenizada Lucania, el octavo día de su obra muestra claramente que la influencia está
del mes de diciembre del 65 a. C. y murió el 27 del en la poesía helenística y epigramática y no en la de
mes de noviembre del año 8 a. C. Aunque la familia los inicios del ritmo yámbico.
de su padre era de origen servil, éste se preocupó Sátiras. Son dos libros de sátiras los que escribió
mucho por su educación y le acompañó a Roma para (el primero con diez y el segundo con ocho sátiras), y
que estudiara con Orbilio. Después se trasladó a Ate- a ellos se refería Horacio como satirae o como sermo-
nas en donde Bruto le convenció para que se alistara nes. En ambos libros encontramos una unidad for-
en su ejército como tribunus militum hasta la derrota mal: en el primero es Horacio el que habla, mientras
en Filipo el año 42 a. C. que en el segundo todas las sátiras (excepto una) se
Regresó a Italia arruinado y se encontró las tierras y nos presentan como diálogos. En este género Horacio
la casa de su padre confiscadas, así que (como él dice tanto en temas como en motivos es claramente deudor
paupertas impulit audax ut versus faceremj se puso a de Lucilio (muerto en 103 a. C.) que había escrito sus
escribir sátiras. Virgilio le presentó a Mecenas y desde sátiras generalmente en hexámetros dactilicos (como
el año 38 a. C. pasó a formar parte del grupo de escri- Horacio) y no de otros escritores anteriores de este gé-
tores que vivían en torno a Augusto. Aparece citada nero como Ennio o Pacuvio. La gran deuda de Hora-
con frecuencia en sus obras una granja que Mecenas cio con este hombre cuya independencia le permitió
le concedió en Sabinia. Augusto intentó, en vano, que atacar, en palabras de Horacio, «indistintamente al
se convirtiera en su secretario y se conservan fragmen- pueblo y a los grandes» es, sin embargo, la forma
tos de cartas del princeps a Horacio. Cordial y amis- autobiográfica: todas sus sátiras reflejan ¡apropia vi-
tosa fue su relación con Mecenas reflejada en varias da del poeta en todos los aspectos (familia, amigos,
obras. moral...). Las personas satirizadas son en algunas
Horacio fue un escritor de éxito que se elevó por en- ocasiones pura ficción, en otras están muertas, pero
cima de su humilde origen y de ambos hechos él se en muchas ocasiones son personajes vivos y reales que
mostró orgulloso siempre. además aparecen mencionados con su nombre, auda-

22 23
cia que claramente se debe a Lucillo, cuya invención un estilo más elevado que los tres anteriores (la última
de la sátira dio auténtica forma al género. El metro es- oda datable de este libro es la seis, que probablemente
tá muy cuidado y construido con una estilística de es del mismo año en que se compuso la Poética: el 13
gran flexibilidad. a. C).
Odas. Escribió Horacio cuatro libros de Odas (Car- Epístolas. Escribió Horacio dos libros de
mina), de los cuales los tres primeros fueron publica- Epístolas, el primero de los cuales fue publicado apro-
dos como una unidad que comenzaba con una invoca- ximadamente el año 20 a. C. y el segundo hacia los
ción a Mecenas (el consejero de Augusto durante años 18/13 a. C.
mucho tiempo), por quien Horacio sentía una auténti- Así como el antecedente de Horacio en la sátira era
ca y profunda amistad. Escritas con una gran va- Lucillo, también en el género epistolar en verso en-
riedad métrica (en el libro primero encontramos diez contramos en este autor un precedente claro, pero lo
tipos diferentes de metros), es evidente una gran nuevo que aquí encontramos es ofrecer en un libro en-
influencia formal de los principales sistemas de la tero una serie de entrevistas en forma de epístola y
lírica lesbia: de las ciento cuatro odas, setenta y nueve mantener en él el carácter de una correspondencia ver-
lo son en estrofas de cuatro versos (alcaicas, sáficas o dadera. Pero en nuestra opinión es mucho más que
asclepiadeas), dieciocho en dísticos de diferente tipo y eso: se trata de una creación original, una forma de
solamente seis son monométricas (además de la oda composición poética que le permitió tratar cualquier
12 del libro 3, que es muy discutida). Aunque él mis- tema desde un punto de vista personal y subjetivo. En
mo proclama que Safo y Alceo son su modelo y que él efecto, nos habla (en su primer libro) de sí mismo, de
es el primer romano que lleva su estilo y ritmo al latín, sus inquietudes morales, de la independencia que le
no conviene olvidar el hecho, ya mencionado, de que proporciona su desprecio por los bienes superfluos,
su deuda mayor estilísticamente es con la correcta y de su mala salud... enseña a los demás, sin erigirse
cuidadosa técnica poética alejandrina. nunca en maestro, cómo deben actuar ante gente im-
La imitación de Alceo que se encuentra en Horacio portante sin perder su dignidad, la utilidad de la me-
ha hecho que se le llamara el Alceo romano, pero esta sura. .. Y todo ello sin que al lector le sea exigido que
imitación no es nunca una dependencia y siempre Ho- crea que está leyendo una carta auténtica enviada a
racio conserva su personalidad y transforma la mate- una persona determinada con un motivo concreto. El
ria que encuentra. Ambos, en efecto, tienen similitu- se vale simplemente de esta forma para componer una
des: canciones de amor y de banquete, odas cívicas y obra de tipo informal y conversacional que, debido a
guerreras, reflejos autobiográficos, ironía y gracia su contenido, en ocasiones se aproxima a la poesía
unidas a una enorme fuerza... pero sin duda la poesía gnómica. Nos ofrece aquí su filosofía pocos años an-
de Horacio es de una mayor belleza estilística y de un tes de su muerte, que podría ser resumida en la máxi-
arte más perfecto. ma volteriana: «Mépriser la mort en savourant la
Tras estos tres libros, probablemente del año 23 vie.»
a. C, Horacio no volvió a escribir poesía lírica hasta La Poética. El primer libro de Epístolas está for-
el año 17 a. C. en que Augusto le encargó que escri- mado en total por veinte composiciones que totalizan
biera el Carmen saeculare, poema coral en metro sáfi- 1.006 versos. El segundo lo forman solamente tres
co escrito para ser cantado por veintisiete chicos y epístolas dirigidas a Augusto, Julio Floro (a quien ya
veintisiete chicas. había dirigido la epístola tercera del primer libro) y a
Posteriormente escribió su cuarto libro de odas en los Pisones (éste es el orden habitual de ordenación).

24 25
La epístola a Floro, amigo de Tiberio con quien es- lúdrica que representa la poesía en este momento de su
tá en campaña lejos de Roma cuando le es dirigida la vida; y es una actividad dura y fatigosa la de compo-
epístola, tiene el mismo tema que la dirigida a Mece- ner versos porque su mente está ocupada con la
nas (I.1): Horacio renuncia a la lírica y se va a dedicar filosofía moral. Termina (verso 213) diciendo una
a la filosofía porque comienza a envejecer y eso lleva máxima terrible: «Si no sabes vivir adecuadamente,
consigo un cambio en sus gustos y el que su trabajo le deja paso a los que sí saben hacerlo.»
haga «más dulce y mejor en las proximidades de la ve- La epístola a Augusto es «en cierto sentido, un in-
jez». forme que hace Horacio, en tanto que intérprete
A partir del verso 145 va a hablar de la filosofía y cualificado de la poesía romana al Príncipe sobre el
especialmente va a hacer de esa materia un amplio estado actual de esta poesía». Nos va a trasladar a
elogio; dirigiéndose a sí mismo nos presenta un largo muchos años antes, a una época en que las sátiras de
monólogo que finaliza al mismo tiempo que la su primer libro ridiculizaban la dureza, tosquedad y
epístola en el verso 216. En obras anteriores había negligencia de los viejos poetas romanos y presentaba
atacado a sus enemigos literarios con un ardor del que a los clásicos griegos como el modelo a imitar por su
ahora carece y que ha sido sustituido por una cierta buen gusto, lenguaje, estilo... Esos viejos escritores
indiferencia. La comodidad alcanzada con la edad, romanos que se valen de una lengua que se puede con-
frente a la combatividad de su juventud hace que haya siderar, en ese momento, envejecida y de una técnica
perdido el gusto por la lucha. Al mismo tiempo la cre- insegura, son hoy todavía los modelos, y no se admira
ación poética hace que Horacio se tenga que enfrentar en cambio ninguna obra reciente por el motivo exclu-
con dificultades de todo tipo: cambio de gusto del sivo de que es precisamente reciente. Los griegos no
público, falta de tranquilidad por la muchedumbre habrían llegado a las cimas que llegaron si se hubieran
que hay en Roma y los deberes sociales... todo ello sin mostrado temerosos con las novedades que se les
que falten en la obra escenas pintorescas y rasgos di- ofrecían. Los romanos dedicaban sus esfuerzos a acti-
vertidos que recuerdan el tono burlón y satírico de vidades y enseñanzas de tipo práctico (economía do-
obras anteriores. méstica, derecho civil...), pero hay que tener en cuen-
Pero luego nos presenta Horacio el duro trabajo ta que, en opinión de Horacio, un poeta es útil a la
que debe realizar el poeta preocupado por las exigen- ciudad: enseña a la juventud himnos gratos a los
cias del arte y la crítica rigurosa que debe uno hacer de dioses, forma el vocabulario de los jóvenes, graba en
su propia producción de manera que se encuentre la la memoria buenos preceptos y hermosos ejemplos,
expresión adecuada y trabajada pero sin que resulte lleva consuelo al apenado... y además los romanos
forzada, sino que parezca que ha surgido de una ma- han, claramente, limado su rudeza a través de los co-
nera fácil e inmediata, entonces nos damos cuenta de nocimientos que la Grecia vencida les proporcionaba.
que la broma ha pasado y que se trata de una confe- Los juegos atléticos, los desfiles... producen en el
sión sincera y terrible. Los versos 111-125 se asemejan público una gran indiferencia hacia el teatro, una de
enormemente a Poética 46-72, 239-250y 412-418y en las más maravillosas representaciones del arte, mani-
ellos se nos habla, como decimos, del duro trabajo del festación de la que el público se va alejando cada vez
que se critica a sí mismo, de la inquietud y el extremo más. Los poemas escritos para su lectura deben mere-
cuidado que hay que tener para evitar expresiones ba- cer la atención de A ugusto pues éste es un juez que sa-
nales, para revitalizar palabras olvidadas, para crear y be reconocer cuándo un autor es digno de su favor y
aceptar neologismos... en resumen, de la laboriosidad no como Alejandro, que llenaba de oro a poetas que

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no lo merecían. Los poetas favoritos de Augusto son purnio Pisón, el enemigo de César, partidario de Bru-
Virgilio y Vario y no tienen que esperar nada del to, captado por Augusto y cónsul el año 23, uno de
Príncipe los autores que consideran que tienen de- cuyos hijos fue Cneo Pisón, gobernador en Siria el
recho a todo y que no conocen el esfuerzo de una obra año 20 y enemigo de Germánico. En cualquiera de los
cuidada. Horacio quisiera unir su voz a la de los poe- dos casos se trata de miembros de la gens Calpurnia,
tas favoritos de Augusto para cantar sus hazañas, pe- una famosa familia que pretendía ser descendiente del
ro teme que no puede hacerlo, pues así como había rey Numa; y son además tres los destinatarios pues se
considerado la poesía dramática como algo superior a habla en la epístola de maior iuvenum («primogénito
sus fuerzas, también cree que será incapaz de alcanzar de los jóvenes»), hecho éste que nos indica además
la grandeza de la poesía épica. que dos de ellos son jóvenes (en torno a los diecisiete
Rostagni consideró que la Epístola a Augusto era años, pues la palabra iuvenis no permite precisar
una apología que Horacio hacía de su propia Poética, más). Todas las fechas parecen indicar que los que es-
pues aparecen ideas muy semejantes: juicio muy taban en lo cierto eran los comentaristas antiguos
crítico sobre la poesía latina antigua y antipatía hacia (piénsese que Porfirio escribió su comentario unos
los admiradores contemporáneos de ese tipo de poe- 150 años después de Horacio), pero hay todavía otra
sía; convencimiento de que la poesía, por su valor so- razón más interesante que la que este comentarista
cial, moral y educativo merece la atención y protec- nos proporciona: El padre de los jóvenes, Lucio, fue
ción de un hombre que ocupa un importante cargo pariente y amigo del poeta y filósofo Filodemo de Ga-
público, adhesión a los principios de la nueva escuela dara, que era un protegido de su padre, y de Filodemo
que imita la perfección formal de los griegos... Todas conservamos un tratado poético a través del cual co-
estas ideas parecen destinadas a desanimar a los poe- nocemos citas indirectas tomadas de Neoptólemo.
tas, más que a animarlos, pero lo que Horacio preten- Horacio y Filodemo, además de ocuparse de proble-
de con este ataque a su poesía patria es que brille y se mas semejantes de crítica literaria, eran sin duda ami-
eleve a la mayor altura posible, a la altura de las obras gos y esto hace que sea más verosímil el pensamiento
maestras de Grecia. de que el destinatario principal de esta epístola era el
La Poética no tenía este título que ahora le damos, mismo Pisón que vivió próximo a Filodemo y que fre-
sino que se trataba de una Epístola más: la Epístola a cuentó el círculo epicúreo de Campania.
los Pisones. Y ya su título plantea un problema: ¿A Podemos considerar la epístola como una de las úl-
qué Pisones iba dirigida esta epístola? El problema es timas obras del poeta y fecharla hacia el año 13 a. C,
importante para la dotación de la obra, pues según se más bien que hacia el 18 a. C. Vamos a explicarla bre-
trate de unos u otros Pisones será de una fecha u otra. vemente, pero debemos tener muy presente la opinión
De acuerdo con la información del conocido comen- que Goethe tenía sobre la Poética: «Esta problemáti-
tarista de Horacio, Porfirio, el padre sería Lucio Cal- ca obra se presenta distinta a un lector y a otro y a ca-
purnio Pisón, cónsul el año 15 a. C. y praefectus ur- da uno de ellos distinta cada diez años».
bis desde el año 14 d. C. hasta el 32 d. C. fecha en que Podemos hacer el siguiente resumen de la obra, a la
muere; si éste es el padre, el hijo mayor sería Lucio Pi- que dividiremos en tres partes:
són, asesinado en España, cuyo gobierno ejerció años
más tarde de haberle sido dirigida esta epístola; pero Primera parte:
varios filólogos modernos discrepan de esta interpre- Versos 1-37: La obra de arte, sea de un pintor o de
tación y piensan que más bien se trata de Cneo Cal- un poeta, no debe estar compuesta con partes que no
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tengan una coherencia pues está necesariamente so- Versos 114-118: Pero al mismo tiempo que se dirija
metida a la ley de la unidad temática y de la armonía a los sentimientos, el estilo de la lengua habrá de tener
de sus partes. No hay que ser breve, pero tampoco ca- relación con los caracteres: dioses, héroes, viejos, jó-
er en la ampulosidad y en el rebuscamiento. venes, señores, nodrizas, mercaderes, labradores...
Versos 38-41: El tema que se elija ha de ser el ade- todos ellos deben servirse de un lenguaje adecuado a
cuado a las fuerzas del poeta, pues así la facilidad de su carácter.
la expresión y el orden claro aparecerán en la obra: en Versos 119-127: La tradición ha establecido unos ti-
resumen, existe una clara conexión entre la invención, pos y a ellos tenemos que atenernos; pero si no quere-
el orden y la elocución. mos presentar los caracteres como ya ha sido hecho,
Versos 42-45: El orden será el adecuado cuando se que esos seres nuevos que se va a retratar, sean cohe-
diga lo que hay que decir y en el momento en que debe rentes consigo mismos y que sean al final exactamente
ser dicho, ni antes ni después. como se han presentado al principio de la obra.
Versos 46-72: En cuanto a la forma en que se diga Versos 128-135: Un tema seguro es valerse del po-
esto ha de ser delicada y prudente; las palabras cono- ema iliádico, pero no haciendo una traducción pa-
cidas pueden adquirir un nuevo valor si se utilizan en labra por palabra de manera que resulte una imitación
unión de otras palabras de una manera nueva o poco servil, ni haciendo que los caracteres sean banales.
frecuente. Estas palabras nuevas por su utilización Versos 136-152: Además, no debes comenzar, co-
crearán términos nuevos y harán que perezca la vieja mo otros hicieron, con magníficas promesas, pues
generación de las palabras exactamente igual que «parirán los montes y nacerá un ratón minúsculo», si-
mueren las hojas en el otoño y son llevadas por el no que debes hacer como Homero «de tal forma que
viento, pues tanto la generación de las hojas, como la no existe discrepancia del medio con el principio, ni
de los hombres, como la de las palabras no se pueden del final con el medio».
librar de la muerte. Pero puede haber un renacimiento
que se producirá «si es que así lo quiere el uso, que es Segunda parte:
arbitro, ley y norma del habla».
Versos 73-85: La tradición nos dice qué tipo de ver- Tras haber tratado (versos 42-152) de la forma un
so debemos utilizar para cada género. Homero en la poco en abstracto y en general, pasa Horacio a discu-
epopeya, Arquíloco en el yambo... son modelos es- tir en concreto, aplicando los principios anteriormen-
tablecidos que deben ser seguidos. te expuestos, la práctica de cada género poético. Y los
Versos 86-98: Pero además del verso del que nos va- géneros que va a contemplar son, bajo el ejemplo di-
mos a servir, tenemos que tratar adecuadamente el te- recto o indirecto de Aristóteles y de acuerdo con la
ma que nos viene impuesto por el género: no se puede concepción aristotélica, los dramáticos, en los que la
hacer tragedia en medio de una comedia, por poesía cumple al máximo su esencia mimética. La ex-
ejemplo. Este tratamiento viene también determinado posición analítica de los géneros dramáticos comenza-
por los sentimientos que se quieren producir en el es- rá con cada uno considerado distintamente: drama,
pectador. tragedia y drama satírico; y luego seguirá complexiva-
Versos 99-113: No es suficiente que los poemas sean mente sobre su versificación y su perfección e impor-
hermosos, sino que deben llevar el ánimo del oyente tancia artística.
donde quieran, dirigiéndose a su corazón, para que Versos 153-178: Comienza con las reglas de la
ría si hay que reír o llore si ve dolor representado. poesía dramática: en primer lugar, las que se refieren
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a los caracteres, tema éste ya tratado en la primera clásica y perfecta de los modelos griegos. Antes los ro-
parte y por ello se va a limitar a un único ejemplo, el manos podían admirar a estos autores, pero hoy tene-
de los cambios, fundamentalmente éticos, que se pro- mos que mostrarnos más exigentes pues tenemos un
ducen en una persona al cabo de los años. fino oído y un excelente gusto para las cadencias
Versos 179-188: En la acción que se narra hay cosas correctas.
que transcurren en la escena de una manera natural, Versos 275-294: Se presenta aquí a modo de conclu-
pero otras que no deben mostrarse ante los ojos de los sión el mismo problema, que ya se había discutido en
espectadores porque o es increíble que puedan ocurrir el planteamiento (versos 128-152) de la elocución y de
en escena o porque son desagradables. la versificación en general: la originalidad. Los géne-
Versos 189-190: La obra que se va a representar ros dramáticos fueron inventados y perfeccionados
tiene que tener cinco actos, ni más, ni menos. por los griegos tanto en la forma de tragedia como de
Versos 191-192: Que no intervenga un dios para comedia, antigua y nueva (no se habla de los orígenes
producir el desenlace ni que haya nunca más de tres del drama satírico porque ya se han expuesto antes).
actores en escena. Los latinos los han imitado e incluso han abandonado
Versos 193-201: La función del coro vendrá deter- la senda griega y cantaron hechos nacionales por me-
minada por la acción y sus cantos no deben ser dio de fábulas pretextatas y togadas... pero les falta la
simples entreactos que no tengan ninguna relación elaboración formal, la paciencia, en resumidas cuen-
con lo que está ocurriendo en la escena. Debe ser, el tas, la ais... y ésta es indispensable.
coro, el representante de la piedad y la moderación. Terminan aquilas dos primeras partes de la Poética
Versos 202-219: La flauta servía antes para dar el en las que se hablaba del arte en sus dos divisiones: la
tono y colaborar con los coros. La lira también poesía y el poema.
aumentó la importancia de su papel y las palabras ga- Ahora, en la tercera parte, va a hablar del poeta; no
naron en elocuencia con la ayuda de estos dos elemen- se va a tratar pues, tanto de la ars cuanto del artifex
tos. (se correspondería este esquema con el que encontra-
Versos 220-250: Estas normas son fundamental- mos en un tratado de retórica como el Orator de Cice-
mente referidas a la tragedia y, en menor medida, a la rón: hablar del orator y no de la ars oratoria^; prime-
comedia. Va a pasar ahora a hablar del drama ro tratará cómo se forma y se instruye, en segundo lu-
satírico, que en la época clásica se representaba des- gar qué fines debe proponerse el artista, y en tercer lu-
pués de la tragedia; es una especie de tragedia jocosa gar cuál es el poeta perfecto.
pero que no por ello debe caer en el estilo de la come-
dia, sino que el lenguaje y el tono que utilice debe ser Tercera parte:
el del camino del medio: divertido pero con una cierta
solemnidad pues en el fondo los personajes que allí se Versos 295-308: Horacio va a jugar el mismo papel
presentan son dioses y héroes. que la piedra de afilar que es capaz de hacer que el
Versos 251-274: En los tres géneros dramáticos, tra- hierro corte pero que ella misma no puede cortar. En-
gedia, comedia y drama satírico, el verso que se utiliza señará qué alimenta y forma al poeta, qué conviene y
es el trímetro yámbico, que no debe estar, como lo es- qué no, a dónde lleva la virtud y a dónde el error.
tá en Accio, Ennio y Plauto, lleno de pesadez por la Versos 309-322: Se va a tratar del primero de los re-
sustitución, incluso en los pies pares, de este pié por el quisitos anunciados en que se divide la teoría del po-
espondeo, sino que debe ser compuesto a la manera eta. El buen poeta necesita una preparación general

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de tipo filosófico, como indican claramente las fuen- ser tolerada en otras artes, no se le puede consentir al
tes socráticas. El modelo lo proporcionan la vida y las poeta de ninguna manera. Esta condena de la me-
costumbres, que es de donde uno puede extraer pa- diocridad parece especialmente oportuna porque se
labras vivas. La obra de arte tiene que decir algo para podía tener la impresión, a partir de los datos ante-
interesar al público, pues la forma sin fondo es total- riores, que cualquiera podría ser poeta a fuerza de tra-
mente carente de interés. bajo y estudio cuando no es así: el que quiera dedicar-
Versos 322-332: El ejemplo son los griegos, ávidos se a la poesía deberá poseer las más altas cualidades:
de gloria. Los romanos en cambio practican una edu- inicialmente sentir en sí mismo la inspiración natural,
cación de tipo pragmático y utilitario que hace que los y además, dedicarse al estudio. Si no estamos seguros
estudiantes, llegado el momento, sean incapaces de de la calidad de una obra, confiémosla a la opinión de
componer un hermoso poema. algún amigo o esperemos un largo período de tiempo
Versos 333-346: Segundo requisito de los tres anun- antes de publicarla.
ciados en que divide la teoría del poeta: se refiere al Versos 391-407: En lugar de explicarnos el concepto
fin de la poesía, o mejor, del poeta. Y estos fines de poeta perfecto: no un simple versificador, sino un
pueden ser de tres tipos: o utilitario, o hedonista o un hombre completo dotado de virtud y de sabiduría, ca-
tercer tipo mezcla de los dos anteriores, es decir, paz de desarrollar las nobles funciones religiosas, civi-
mezcla de utilidad y de placer. La utilidad, que se en- les y morales que corresponden a la auténtica poesía,
contraba entre los principios de Aristóteles y de la es- en lugar de explicarnos eso, digo, nos ofrece una
cuela peripatética, reside en el contenido pragmático- explicación de tipo pragmático revisando los más an-
moral-filosófico: en los hechos, en las costumbres, en tiguos y venerados poetas: Orfeo, Homero... que han
las cosas auténticas de la vida. El placer en cambio se contribuido con su poesía a que la humanidad alcan-
consigue especialmente con la ficción, con inven- zara un mayor grado de civilización.
ciones fantásticas y en ocasiones absurdas. El poeta Versos 408-418: No es suficiente con los dones na-
perfecto debe combinar ambos tipos, pues el fin debe turales para que una obra sea perfecta. El trabajo y el
ser del tipo mixto de utilidad y placer. estudio sin el genio no sirven de nada y al contrario, el
Versos 347-360: Tras establecer estos requisitos que genio debe pulir sus aptitudes innatas con el trabajo.
debe cumplir el poeta perfecto, se va a establecer que, El arte se aprende con un lento proceso en el que el
de todas maneras, la perfección absoluta no existe en poeta debe tener como modelo al atleta que se prepa-
ninguna cosa humana y en consecuencia tampoco ra, desde niño incluso, para participar en los juegos
podrá existir en la poesía. Errores y faltas se en- atléticos. Para ser un genio no es suficiente con que
cuentran en los más grandes poetas, y son discul- simplemente se diga como hoy hace mucha gente.
pables. Pero mientras entre los grandes poetas el fallo Versos 419-433: Si eres un poeta con dinero no de-
es la excepción, entre los mediocres es la norma y ésta bes convocar a críticos que aplaudan tus versos por la
es la diferencia entre unos y otros. comida que les puedas dar pues son como los plañide-
Versos 361-365: Hay además, tanto para los po- ros que lloran a sueldo.
emas como para los cuadros una cuestión de perspec- Versos 434-452: Si escribes poesía confía únicamen-
tiva: unos hay que verlos de cerca, otros de lejos; unos te en el juicio de amigos sinceros y acepta la crítica y
con una luz, otros con otra. no quieras defender tu error en lugar de corregirlo;
Versos 366-390: Pero para ser poeta hay que alcan- esos amigos obrarán como Quintilio que indica los lu-
zar una cierta altura pues la mediocridad, que puede gares malos y lo que tienes que corregir.
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Versos 453-476: Conclusión esencial e implícita de las ni mostrarse preceptiva en cuanto a los géneros, el
todo lo an tenor es que el poeta perfecto debe conocer- hecho es que en ella encontramos una normativa ma-
se a sí mismo, bien por su propia virtud o por medio yor que en la obra de Aristóteles, pero sin duda menor
de críticos honestos. Convencido de que para la que en el auténtico manual que es la obra de Boileau.
poesía no son suficientes las cualidades naturales del Ambos, Aristóteles y Horacio, parten de una expe-
genio, sino que necesita además estudio, paciencia, riencia personal que les sirve para estudiar y analizar
trabajo; convencido de que la poesía está fundada en con qué medios se puede producir una obra de arte
la sabiduría, en la prudencia, en la mesura, Horacio (sea del tipo que sea, literaria, pictórica...) que sea
va a darle un último golpe a la doctrina democritea y bella y, en consecuencia, útil.
platónica del «furor poético» presentando no un El análisis que nos presenta Horacio de los diferen-
retrato, sino una caricatura del poeta loco y maníaco, tes géneros no es establecido en situación de igualdad,
terminando su obra como las diatribas helenísticas: sino que los géneros están «subordinados» unos a
¡Si no observáis los preceptos que he enunciado hasta otros, y así en la epopeya aparecen las reglas de la
ahora, fijaos cómo vais a terminar! belleza poética que luego se van a aplicar al drama.
Otro principio de Aristóteles que sigue Horacio es
el de que para el primero la fábula, la trama, la ac-
LA POÉTICA DE HORACIO ción, es el elemento más importante de la tragedia
Y SU RELACIÓN CON LA DE ARISTÓTELES (cap, 6): «La más importante de las partes de la trage-
dia es la organización de los hechos, pues la tragedia
Actualmente es algo reconocido por todo el mundo es mimesis no de hombres, sino de acciones y de vida.
que el Arte Poética de Horacio tiene una clara rela- Por consiguiente, no actúan para mimetizar los carac-
ción, que no dependencia, con la Poética aristotélica. teres, sino que abarcan los caracteres por medio de las
Prescindiremos de momento de la posibilidad de acciones; de manera que los hechos y la fábula son el
que dependa próximamente de obras de tipo retórico- fin de la tragedia y el fin es lo más importante de to-
poético del parió Neoptólemo o de Filodemo, y nos do». Vemos pues que los hechos, la trama, la fábula
ceñiremos a algunos principios que de una manera (fiüOoq ) es el fin de la tragedia y que en este fin, en la
explícita encontramos en Aristóteles y en Horacio. En representación de acciones, será en consecuencia en
esta exposición somos deudores de las ideas expresa- donde encontraremos la belleza de la tragedia. Tam-
das por P. Grimal en 1968. bién Horacio acepta este fin exactamente como Aris-
El primer hecho evidente es que en la obra hora- tóteles al hablar (193 ss.) de que el coro no debe «can-
ciana se da una clara primacía at teatro frente a otros tar en los entreactos nada que no se relacione con el
géneros de los que no encontramos un estudio claro y tema y no se adhiera a él adecuadamente», y ese tema
sistemático; en segundo lugar vemos que el estudio es claramente el fin de la tragedia aristotélica.
que se hace de la epopeya está exclusivamente en fun- El tercer principio de Aristóteles que encontrare-
ción de la explicación que puede proporcionar para la mos reflejado en Horacio es el de que «los que imitan
obra dramática. Este punto de vista es el mismo que mimetizan a los que actúan», pero aquí el ejemplo no
aparece en el capítulo 5 de la Poética en el que vemos va a proceder del mundo trágico, sino que se va a refe-
' que los elementos de la epopeya aparecen en la trage- rir expresamente a que «los mimetizan del mismo mo-
dia pero no al revés. do que los pintores», es decir, que la representación
que se hace no es de hombres estáticos, en sí,
Aunque la obra de Horacio no pretende dar fórmu-
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podríamos decir, sino de hombres actuantes. Y esto ación poética es la forma, la composición de los
hay que ponerlo en relación con el fin que anterior- hechos de la que habla Aristóteles al estudiar los ele-
mente indicábamos: la acción o fábula, elemento fun- mentos de la tragedia (Capítulo 7).
damental de la tragedia. Así pues nos encontramos «La tragedia es mimesis de una acción eminente y
con una enorme semejanza entre la naturaleza y el ar- completa y que tiene cierta extensión; pues algo puede
te, puesto que este último va a representar simplemen- ser completo y no tener extensión. Pero lo que es
te al mundo natural: «La epopeya y la poesía trágica, completo tiene principio, medio y fin» (Capítulo 7).
así como la comedia y el ditirambo... son todos en ge- Esta necesidad que encontramos en la Poética aristo-
neral mimesis» (Cap. 1). Pero mimesis de personas y télica de una extensión regulada la encontramos en
acciones que deben ser semejantes al universo sensible Horacio cuando habla de la coherencia de los perso-
e inteligible («y por eso la poesía es más filosófica y najes (125 ss.): «Si confías a la escena algo no ante-
noble que la historia») y en consecuencia no arbitra- riormente experimentado y osas crear un personaje
rias, sino naturales y que no repugnen a la conciencia nuevo, que se mantenga hasta el fin cual desde el prin-
de las personas. Esta afirmación aristotélica la en- cipio se haya mostrado y que sea coherente consigo
contramos mucho más claramente formulada en las mismo.»
primeras palabras de la Poética de Horacio: «Si un Creemos que esas cuatro ideas generales bastan,
pintor quisiera añadir a una cabeza humana un cuello pues en las notas hay referencias de la Poética de Ho-
equino e introdujera plumas variopintas en miembros racio a la de Aristóteles y viceversa.
reunidos alocadamente de tal modo que termine es-
pantosamente en negro pez lo que en su parte superior
es una hermosa mujer, ¿podríais, permitida su con- L A TRANSMISIÓN
templación, contener la risa, amigos?» Y EL TEXTO DE LA POÉTICA DE HORACIO
Estos «miembros reunidos alocadamente» produ-
cen un ser que no tiene correlato en el mundo natural Ya desde muy pronto en Roma la Epístola a los Pi-
y en consecuencia no pueden formar parte de algo que sones fue considerada como una auténtica Poética ya
tenga una unidad ni interna ni externa y que tenga una que se le daba el título de De arte poética o incluso el
actividad, que lo convierta en un ser capaz de ejercitar de Ars poética. ¿Cómo nos ha llegado transmitido es-
sus facultades de una manera razonable y natural. te tratado compuesto con el esquema que los tratados
Nos hallamos en el centro de su sistema: el de la cohe- de retórica griega recomendaban para las obras ele-
rencia inteligente. mentales de enseñanza: hablando en primer lugar del
Esta coherencia capaz de ser comprendida, y que arte y a continuación del artista?
puede ser bella, reposa claramente sobre un objeto, De los casi trescientos manuscritos que existen de
una forma, y a esta forma se refieren los versos que las obras de Horacio, aproximadamente unos dos-
vienen a continuación: «Creedme, Pisones, que a ese cientos cincuenta son ejemplares anteriores al año
cuadro será muy semejante un libro cuyas imágenes se 1300. Los más antiguos se remontan a los siglos IXy
presenten vanas y como sueños de enfermo, de mane- X, pero a pesar de esta antigüedad no existen pruebas
ra que pie y cabeza no se correspondan con una forma de que en ellos se conserve una imagen fiel de la edi-
única.» Se refiere Horacio con estas palabras a lo que , ción que a mediados del siglo I d. C. había hecho de
llama Aristóteles la «causa formal», que es un * Horacio (y de Virgilio y Lucrecio) Valerio Probo, el
hombre en la estatua de un hombre, y que en la cre- Aristarco romano. El único medio de establecer el va-
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lor que estos manuscritos más antiguos tienen, es ción de Odas, Epodos y Poética; hecha en
combinando su estudio y colación con las citas indi- Roma pero sin indicación de fecha ni lugar.
rectas que encontramos en los autores antiguos. La 1482. Ed. de Christoforus Landinus que se
colación de los manuscritos más importantes fue reimprimió con frecuencia en Florencia,
hecha en el siglo XIXpor O. Keller y A. Holder con Venecia...
gran esmero y competencia y se reflejó en su edición 1492. Ed. de A. Mancinellus. «Horacio con
de Leipzig, 2 vols., 1864y 1870: Q. Horati Flacci ope- cuatro comentarios». Venecia, con fre-
ra recensuerunt O. Keller et A. Holder, posteriormen- cuentes reimpresiones.
te corregida en la edición (solamente de sus obras 1503. Ed. de Iodocus Badius Ascensius, con co-
líricas) que apareció en Leipzig (1899) Q. Horati Flac- mentario. París.
ci opera iterum recensuit O. Keller. Grupo Segundo: Comienza con la edición de Lam-
Los manuscritos más importantes para establecer el binus el auténtico trabajo filológico, del que Lambi-
texto de la Poética son los siguientes: nus mismo es un ejemplo pues colacionó diez ma-
nuscritos para su primera edición de París 1561, y
Ambrosianus O 136 (s. IX-X) otros seis para la segunda (1567). Es el mejor texto y
Bernensis 363 (s. IX) comentario hasta Bentley y aún hoy es una útil obra
Monacensis Latinus 14685 (s. XI) de consulta.
St. Claude 2 (Cod. S. Eugendi); s. XI 1578. Ed. de Jacobus Cruquius en Amberes, para
Vaticanus Reginae 1703 (s. IX) la que utiliza once manuscritos. Reimpresa
Harleianus 2725 (s. IX) numerosas veces.
Parisinus 10310 (s. IX-X) 1606. Ed. de Daniel Heinsius, también en Ambe-
Parisinus 7972 (s. IX-X) res, que no añadía nada a la anterior de
Leídensis Latinus 28 (s. IX) Lambinus.
Parisinus 7974 (s. X) 1671. Ed. de Tanaquil Faber, en París, que luego
Parisinus 7971 (s. X) sirvió de texto base para la edición de A.
Dacier de 1681 con traducción francesa.
Las ediciones que ofrecemos a continuación, o bien 1699. Ed. de P. Burmannus en Utrech (1713 2).
de sus obras en general o bien de la Poética solamen- Grupo Tercero: Comienza con la primera edición
te, se dividen en cuatro grupos: de R. Bentley en Cambridge (1711). Durante este
período y hasta 1864 la hipercrítica de los manuscritos
Grupo Primero: Ediciones hasta la de Dionysius hace que sean considerados como poco importantes
Lambinus en 1561. Corresponden al período frente a la astucia y el ingenio del filólogo, lo que lleva
humanístico. La utilización que se hace de los ma- a éste a la elección de lecturas no muy afortunadas y a
nuscritos no es metódica ni adecuada, pero el conoci- conjeturar en ocasiones con exceso. Aunque su texto
miento de la lengua latina que tenían algunos de los es poco útil, es de gran utilidad en esta edición de
editores contribuyó grandemente a la mejora de las Bentley su amplio comentario aún válido para nume-
lecturas de algún manuscrito de poco interés. rosos pasajes. Esta edición se reimprimió en 1713 en
Hacia 1470. Editio princeps, sin indicación de edi- Cambridge y en 1728 en Amsterdam.
tor, ni año ni lugar. 1721. Ed. de Alexander Cunningham en La Ha-
1476. Ed. de I. Aloysius Toscanus. Primera edi- ya.
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1794. Ed. de G. Wakefield, 2 vols. en Londres.
1811. Ed. de C. Fea en Roma y 2. a ed. de F. H
Bothe en Heidelberg 1827; con colación de
manuscritos italianos.
1837 - 38. Ed. de I. G. Orelli en Zurich, con la co-
lación de los manuscritos de Zurich y Berna.
Tercera ed. en la misma ciudad de J. G.
Baiter en 1850-52.
BOILEAU
Grupo Cuarto: Se inicia con la edición de 1864-69
de O. Keller y A. Holder, 2 vols. Leipzig; ed. minor
1888. A partir de esta edición todo el mundo acepta
que las lecturas de los manuscritos de Horacio repre-
sentan una tradición lo suficientemente segura como VIDA
para que no haya que abusar de la conjetura.
1874 - 1891. Ed. de E. C. Wickham, 2 vols. Ox-
ford. El padre de Boileau, Gilíes (1584-1657), descendía
1880 - 83. Ed de H. Schütz, 3 vols. Berlín. de una familia de abogados y llegó a ser escribano fo-
1884 - 89. Ed. de A. Kiessling, 3 vols. Berlín, rense en la Gran Cámara del Parlamento parisino. Se
reimpresa en numerosas ocasiones. casó dos veces, una con Charlotte de Brochard
1900. Ed. (texto solamente) de E. C. Wickham en (\1629), con la que tuvo diez hijos, y otra con Anne
la Colección de Autores Griegos y Latinos de Niele (-\1638), con la que tuvo seis, el penúltimo
de la Oxford University Press. Segunda edi- de los cuales era Nicolás, nacido el primero de no-
ción de H. W. Garrod en 1912. viembre de 1636; vivió en el recinto del Palacio, en
1907. Ed. (texto solamente) de F. Vollmer en la donde pasó una triste infancia y confiesa a sus ami-
colección Teubner de Leipzig; segunda edi- gos, cuando tiene ya veinte años, que no querría vol-
ción en 1912. ver a vivir si tuviera que pasar una infancia como la
1927 - 34. Ed. de F. Villeneuve, en la Collection que pasó. A su muerte fue enterrado en el mismo lu-
des Universités de France, 3 vols. París. gar en el que fue bautizado, la Sainte Chapelle, frente
a su lugar de nacimiento.
Ninguna de estas ediciones mejora notablemente la Para distinguir a Boileau de sus hermanos se le aña-
de Keller-Holder, pues en la mayoría dependen de la de Despréaux, nombre de una propiedad familiar en
colación de manuscritos que éstos habían hecho, pero Crosnes. A los siete años entra como alumno semi-
aun así mejoran el texto. Para establecer el texto pensionista en la escuela Harcourt (actualmente Lycée
sobre el que hemos hecho la traducción hemos consul- Saint-Louis), donde aprende latín y griego; muy pron-
tado las ediciones de F. Villeneuve de 1934 y la de to un profesor suyo, Monsieur Senvin, descubre su
Wilckham y Garrod de Oxford (1912). vocación poética.
A los dieciséis años comienza a estudiar teología en
la Sorbona, estudios en los que no tenía el menor inte-
rés ni vocación. Como su interés por esta materia es

42 43
mínimo, comienza los estudios de derecho, carrera
que le irrita profundamente pues dice que en ella no Versalles, pues padece numerosos males físicos y ade-
triunfa la razón humana, «lo que se llama sentido co- más está sordo. Sus enfermedades se van agravando y
mún, sino una razón particular, fundada en multitud muere finalmente el 13 de marzo de 1711.
de leyes que se contradicen entre sí y con las que se lle-
na la memoria sin perfeccionar el espíritu».
Muere su padre y le deja doce mil escudos como he-
rencia que le proporcionarán una renta que será su
principal recurso económico durante casi veinte años. OBRAS
De hecho, hasta el año 1676, en que le es concedida
una pensión real de dos mil libras, no salió de los apu-
ros económicos que había pasado durante su vida. Aparte de una serie de obras menores, si no en ex-
A partir de la muerte de su padre (1657), Boileau no tensión, al menos en calidad literaria, entre las que
vive más que para la literatura a la que va a consagrar habría que destacar el Discurso al Rey y El Facistol,
el resto de su vida, guiado inicial mente por su herma- compuestas a los veintisiete y treinta y seis años de
no mayor Gilíes. A los veintiocho años y con unas in- edad, respectivamente, el resto de su obra tiene, al
significantes obras publicadas, entra su hermano menos en lo que se refiere a títulos, una gran similitud
Gilíes en la Academia, promocionado por Chapelain con la obra de Horacio: doce Sátiras, doce Epístolas :v
(muchos de cuyos preceptos literarios fueron recogi- El Arte Poética.
dos por Nicolás en su Poética/ En esa época Nicolás La enorme fama que alcanzó posteriormente a su
entra en un tipo de Academia diferente: la báquica. muerte se debió sin duda a su Poética, por la que fue
Frecuenta los cabarets más famosos (Moutoii Blanc, considerado como el legislador del Parnaso, el teórico
Pomme de pin, La Croix Blanche, La Croix de del clasicismo.
Lorraine...) y pertenece a la Ordre des Coteaux en la Podemos dividir los 1.100 versos de la obra de la si-
que imperaba la ley de que solamente se podía beber guiente manera:
champagne de algunos viñedos. En estos cabarets va a
leer sus primeras sátiras que tendrán un éxito inme- CANTO I (232 versos). Recomendaciones de tipo ge-
diato y que contribuirán a su fama de libertino, neral.
depravado e incluso ateo. Conoce en uno de estos lu- El talento y la inspiración son indipensables (1-26);
gares a Moliere, a quien admira y alaba en alguna de indispensable también la concordia entre la rima y la
sus obras. Probablemente gracias a éste (o a Le Vas- razón (27-38).
seur) entra en contacto con Racine, por quien inicial- Preciosismo, énfasis, burlesco, son igualmente con-
mente no siente ninguna simpatía, pues ha recibido denables (39-102).
una pensión real en 1664 a la que él también aspiraba; Rudimentos de versificación (103-112).
años más tarde, de todas maneras, comenzaría una Breve historia de la poesía francesa (113-146).
sincera y profunda amistad entre los dos estudiosos. Nuevos preceptos generales (147-232).
Ambos son nombrados en 1677 historiógrafos del CANTO II (204 versos). Géneros secundarios.
Rey que además interviene personalmente para que Idilio (1-37).
Boileau entre en la Academia el mismo año que La Elegía (38-57).
Fontaine (1683). Desde 1690 no frecuenta la Corte de Oda (58-81).
44 45
mentaristas italianos del XVI habían extraído todo un
Soneto (82-102). sistema de reglas. De estos comentaristas habían reci-
Epigrama (103-138).. bido su doctrina los primeros teóricos del clasicismo
Rondó, balada, madrigal (139-144). francés, especialmente Chapelain; éstos presentaban
Sátira (145-180). las reglas como si estuvieran basadas a la vez en la ra-
Vodevil (181-190). zón y en la autoridad de los antiguos, hecho éste que
Canción (191-204). no presentaba ninguna ambigüedad ya que los anti-
guos eran a sus ojos la razón misma.
CANTO III (428 versos). Grandes géneros. En un momento crucial de su vida, cuando comen-
Tragedia (1-159). zaba a abandonar las Sátiras y a escribir Epístolas y
Epopeya (160-334). pretendía convertirse en el Horacio de Francia, Boi-
Comedia (335-428). leau quiso componer, exactamente igual que su mode-
lo latino, no un tratado dogmático para uso de exper-
CANTO IV (236 versos). tos, sino una obra agradable que pusiese los princi-
Más preceptos generales (1-186). pios de la poesía al alcance de cualquier persona.
Elogio del rey (187-222). Boileau pertenece tanto a una sociedad docta como a
Acto de humildad del autor (223-236). una mundana, y como hombre de dos mundos quiere
poner al alcance de la sociedad mundana los análisis y
estudios de la otra sociedad. Lo que él hace, y va a ser
Vemos en el esquema que hay repeticiones (espe- la causa de su éxito, es una obra sentenciosa y de di-
cialmente las recomendaciones de tipo general que vulgación, una obra que va a constituir un lazo de
aparecen dos veces), un cierto desequilibrio (impor- unión entre los que juzgan de acuerdo con unas reglas
tancia aparentemente exagerada que se concede a los y los que lo hacen exclusivamente con su sentido co-
géneros secundarios, carácter artificial del último can- mún y con el placer que el arte les puede propor-
to) y, al menos, dos lagunas: la fábula y la ópera. cionar. Las gentes de la sociedad mundana encontra-
Aunque la Poética no se publicó hasta 1674 (el «se ban en su poema una síntesis rápida, un poco superfi-
acabó de imprimir» es del 7 de julio), desde marzo de cial, pero suficientemente ortodoxa, de la doctrina es-
1672, Boileau leía pasajes de ella en diversos salones, tablecida por los teóricos: los preceptos de las escuelas
siendo el primero en que la leyó el del Cardenal Retz. se presentaban en un estilo claro, incluso brillante,
Mme. de Sévigné escribe el 9 de marzo de 1672 a Mme salpicado de imágenes, de comparaciones, de imita-
de Grignan: «Tratamos de divertir a nuestro querido ciones, de alusiones y de rasgos satíricos.
Cardenal. Corneille le ha leído una comedia que será
representada dentro de poco tiempo y que recuerda Aun a pesar de las críticas violentas que ha tenido,
las antiguas. Moliere le leerá el sábado Tricotin que es la Poética de Boileau fue durante más de dos siglos un
una obra muy divertida. Despréaux le dará su Facistol auténtico decálogo de la poesía francesa hasta el pun-
y su Poética». to que muchos estudiantes aprendían, y aprenden,
La doctrina clásica que expone la obra de Boileau largas tiradas de versos como si se tratara de un autén-
se había formado en Francia en la primera mitad del tico breviario de la corrección poética. De ella dijo
siglo XVIIpor influencia del movimiento de ideas que Volíaire: «Si se exceptúan las tragedias de Racine, el
se había suscitado en Occidente por el descubrimiento Arte Poética de Boileau es, sin duda, el poema que
de la Poética de Aristóteles, tratado del que los co- más honra la lengua francesa.»

46 47
FUENTES DE LA POÉTICA DE BOILEAU su obra el Facistol y con el Tratado de lo sublime o
de lo maravilloso en el Discurso de Longino traducido
Las fuentes literarias de esta obra son innume- del griego, en París en 1674, en 4. ° en la imprenta de
rables; en primer lugar, las Poéticas de Aristóteles y Denys Thierry. Esta primera edición llevaba una Ad-
de Horacio, especialmente la de éste, de quien cita ca- vertencia que aquí presentamos:
si textualmente unos 150 versos. Pero Boileau tam-
bién ha leído la Poética de Escalígero, que él tenía en Al lector
su Biblioteca, la de La Ménardiére, cuyo primer volu- Me supongo que el público me hace la justicia de creer que no
men había aparecido en 1640; toma muchos datos del me costaría mucho trabajo responder a los libros que se han
libro Pratique du Théatre de Aubignac, publicado en publicado en mi contra; pero yo tengo por naturaleza una espe-
cie de aversión por estas largas apologías que se hacen en favor
1657, y muy probablemente utiliza las Reflexiones so- de fruslerías como son mis obras. Y por otra parte, habiendo
bre la «Poética» de Aristóteles escritas por el padre atacado, como yo he hecho, con agrado, a varios escritores cé-
Rapin y publicadas varios meses antes que la obra de lebres, sería muy injusto si a mi vez me pareciese mal que se me
Boileau. atacara. A ñadid que si los reparos que se me ponen son buenos,
es razonable que se consideren tales; y si son malos, habrá bas-
Como antecedentes de esta obra tenemos en Fran- tantes lectores sensatos para enderezar los pequeños espíritus
cia, entre otros, los siguientes: que podrían dejarse sorprender por ellos. En consecuencia, no
Thomas Sebillet Art poétique trancáis pour l'ins- contestaré nada a todo lo que se ha dicho o escrito en mi contra;
y, si no he dado a los autores buenas reglas de poesía, espero de
truction des jeunes gens studieux encoré peu avances ese modo darles una lección bastante adecuada de moderación.
en la poésie francaise, aparecida en 1548. Lejos de devolverles injurias por injurias, encontrarán que yo
Joachim de Bellay Défense et Illustration de la lan- les agradezco aquí por la preocupación que se toman de publi-
car que mi Poética es una traducción de la Poética de Horacio:
gue Francaise publicada un año después. pues, ya que en mi obra, que tiene mil cien versos, no hay más
Pero lo que conviene señalar como hecho significa- de cincuenta o sesenta a lo sumo, imitados de Horacio, no
tivo en la época es que no menos de una decena de Ar- pueden hacer un elogio más hermoso del resto que el de supo-
tes Poéticas aparecen en Francia en un breve plazo de nerlo traducido de este gran poeta; y me causa extrañeza tras
ello que se atrevan a combatir las reglas que yo expreso. En
tiempo: Claude de Boissiére (1554), Peletier du Mans cuanto a Vida, de quien me acusan de haber tomado también al-
(1555), Escalígero (1561), Laudun d'Aigaliers (1597), go, mis amigos saben que no lo he leído nunca, y puedo jurarlo
Vauquelin de la Fresnaye (1605), La Ménardiére por lo que se quisiere sin temor a agraviar mi conciencia.
(1640), Guillaume Colletet (1658)...
Las notas que llevan (B) detrás son de la edición de El mismo año se publicó, en 8. °, otra edición que
1713, que se hizo en la imprenta de Esprit Billiot, eje- llevaba el mismo prefacio que luego aparecería en la
cutor testamentario del poeta. Esta edición se atribu- edición (en 12. °) del año siguiente (1675):
ye generalmente a Valincoury Renaudot. Gran núme-
ro de notas son de Boileau mismo. Al lector
Yo había pensado en un prólogo bastante largo en el que, de
DISTINTOS PRÓLOGOS acuerdo con la costumbre impuesta por los escritores de estos
tiempos que corren, esperaba dar cuenta muy exacta de mis
A LA «POÉTICA» DE BOILEAU obras y justificar las libertades que en ellas me tomo; pero pos-
teriormente he reflexionado en que esos tipos de prefacios no
La Poética de Boileau no se publicó como una obra servían normalmente más que para actualizar la vanidad del
independiente, sino con los cuatro primeros cantos de autor, y en vez de disculpar sus errores, proveían con frecuencia

48 49
4
equivocado al darle su aprobación. Pero si se me pregunta qué
nuevas armas contra él. Además, no creo de ninguna manera son este atractivo y esta gracia, respondería que es un no sé
que mis obras sean lo suficientemente buenas como para mere- qué que es más fácil de sentir que de decir. No obstante, en mi
cer loas, ni lo suficientemente criminales como para que necesi- opinión, consiste principalmente en no presentar nunca al lec-
ten una apología. Por lo tanto, no me elogiaré aquí ni me justi- tor más que pensamientos verdaderos y expresiones correctas.
ficaré por nada. El lector sabrá únicamente que le presento una El espíritu humano está lleno por naturaleza de un número in-
edición de mis Sátiras más correcta que las precedentes, dos finito de ideas confusas sobre la verdad que él frecuentemente
nuevas Epístolas, la Poética en verso y cuatro cantos del Facis- no ve más que a medias; y nada le resulta más agradable que el
tol. He añadido a esto, además, la traducción del tratado que el que se le ofrezca alguna de estas ideas bien iluminada y a la luz
rétor Longino compuso sobre lo sublime o maravilloso en el dis- de un día radiante. ¿Qué es un pensamiento, nuevo, brillante,
curso. Esta traducción la hice inicialmente para instruirme más extraordinario? No es desde luego, como se creen los ignoran-
que con el propósito de ofrecerla al público; pero me pareció tes, un pensamiento que nunca ha tenido nadie ni debió tener,
que no produciría enojo verla aquí a continuación de la Poética, sino que, al contrario, es un pensamiento que ha debido ser
con la que este Tratado tiene alguna relación y en la que he, asequible a todo el mundo y que alguien se ocupa el primero de
incluso, añadido varios preceptos que están tomados de ese Tra- exponerlo. Una frase buena no es frase buena más que porque
tado. Tenía la intención de añadir también algunos diálogos en dice una cosa que pensaba alguien y que además la dice de una
prosa que he compuesto, pero consideraciones de índole priva- manera viva, elegante y nueva. Consideremos, por ejemplo,
da me lo han impedido. Espero ofrecerlos algún día en un volu- aquella réplica tan famosa de Luis Duodécimo a aquéllos de
men aparte. Eso es todo lo que tengo que decir al lector. Incluso sus ministros que le aconsejaban que hiciera castigar a varias
no sé si le he dicho demasiado y si con estas breves palabras no personas que en el reinado anterior, y cuando él no era aún
he caído en el error que quería evitar. más que un duque de Orléans, solamente se habían ocupado
de perjudicarle: «Un Rey de Francia, contestó, no venga la in-
Durante la vida de Boileau hubo numerosas reedi- juria de un duque de Orléans.» ¿De dónde procede, pues, el
ciones de su Poética. La que se incluyó en la edición que esta frase nos impresione? ¿No es fácil ver que es porque
del conjunto de su obra, en 1701, llamada por él mis- presenta ante nuestra vista una verdad que todo el mundo sien-
te y que la dice mejor que todos los más hermosos discursos de
mo «edición favorita», iba precedida de un largo pró- moral que un gran príncipe, una vez que está en el trono, no
logo que era tanto una apología personal como un co- debe obrar por sentimientos particulares ni tener otra mira que
mentario de la doctrina clásica. Se trata de un docu- la gloria y el bien general de su Estado? Y al contrario.
mento que aquí ofrecemos por su enorme interés e im- ¿ Queréis ver cómo un pensamiento falso es frío y pueril? Np
portancia. podría aportar un ejemplo que lo mostrara mejor que dos
versos de la tragedia Píramo y Tisbea del poeta Teófilo, cuan-
do la desgraciada amada tras recoger el puñal todavía en-
Prólogo sangrentado con que Píramo se ha dado muerte, así recrimina a
este puñal:
Puesto que ésta es verosímilmente la última edición de mis
obras que veré, y como no parece que teniendo como tengo ya ¡Ay! Este es el puñal que con la sangre de su dueño
más de sesenta, y tres años y, lleno y abrumado por numerosas cobardemente se ha manchado. ¡Por eso enrojece el traidor!
enfermedades, mi carrera pueda ya ser muy larga, al público le Todos los hielos del Norte juntos no son, en mi opinión,
parecerá bien que me despida de él formalmente y le agradezca más fríos que este pensamiento. ¡Qué extravagancia, Dios
la benevolencia que tuvo de comprar, tantas veces, unas obras mío, querer que el color rojo de la sangre con que está tinto el
tan poco dignas de su admiración. Tan feliz éxito no sabría puñal de un hombre que acaba de matarse a sí mismo con él
atribuirlo más que al cuidado que he tenido de adecuarme sea un efecto de la vergüenza que siente ese puñal por haberlo
siempre a sus sentimientos y captar, en la medida en que ello matado! Veamos todavía otro pensamiento que no es menos
me ha sido posible, su gusto en tales cosas. Es, en efecto, en eso en falso ni por consiguiente menos frío. Es de Benserade, en sus
lo que me parece que los escritores no supieron esforzar- Metamorfosis en rondeles, en las qué hablando del diluvio en-
se. Por más que una obra tenga la aprobación de un pequeño viado por los dioses para castigar la insolencia del hombre, és-
número de entendidos, si no cuenta con un cierto atractivo y te se expresa así: «Dios lavó bien la cabeza de su imagen.»
una cierta gracia que sirva para picar el gusto general de los
hombres, no pasará nunca por una buena obra, y finalmente ¿Sepuede, a propósito de una cosa tan inmensa como el di-
será menester que los entendidos mismos confiesen que se han luvio, decir nada más pequeño ni más ridículo que esta chiri-

50 51
gota cuyo pensamiento es tanto más falso de todas maneras lo que hace que el lector no pase la menor fatiga con su lectu-
cuanto que el dios del que se habla en este pasaje, es Júpiter, ra. Voiture, que parece tan fácil, trabajaba extremadamente
que no ha sido considerado nunca entre los paganos como el sus obras. No se ve más que gente que hace con facilidad cosas
hacedor del hombre a su imagen, siendo el hombre de la Fábu- mediocres, pero gente que haga, incluso con dificultad, cosas
la, como todo el mundo sabe, obra de Prometeo? muy buenas, se encuentra muy poca.
Así pues, ya que un pensamiento no es hermoso nada más No tengo, pues, ningún pesar por haber empleado algunas
porque es verdadero y ya que el efecto infalible de la verdad, de mis veladas en rectificar mis escritos en esta nueva edición
cuando está bien dicha, es llamar la atención a los hombres, de que es, por así decir, mi edición favorita. También he puesto
ello se sigue el que lo que no llama la atención a los hombres mi nombre en ella, de lo cual me había abstenido en todas las
no es ni hermoso ni verdadero o, está mal expresado y que, por otras ediciones. Yo había obrado así por pura modestia, mas
consiguiente, una obra que no gusta al público es una obra hoy que mis obras están entre las manos de todo el mundo, me
muy mala. La mayor parte de los hombres puede perfectamen- ha parecido que esta modestia podría tener algo de afectación.
te, durante algún tiempo, considerar verdadero lo falso y ad- Además me he sentido muy contento, al ponerlo a la cabeza de
mirar cosas malas; pero a la larga no es posible que una cosa mi libro, por hacer así ver cuáles son exactamente las obras
buena no le agrade y desafío a todos los autores más descon- que yo confieso, y por detener, si es posible, la circulación de
tentos del público a que me citen un buen libro que el público un número infinito de obras infames que se esparcen por todas
haya desechado —a menos que entre estos libros no pongan partes bajo mi nombre y, especialmente, en provincias y en
sus escritos de cuya bondad ellos solos están convencidos—.No países extranjeros. He hecho poner, incluso, para prevenir me-
obstante, confieso, y nadie sabría negarlo, que a veces, cuando jor este inconveniente, al principio de este volumen una lista
acaban de aparecer excelentes obras, la cabala y la envidia en- exacta y detallada de todos mis escritos y se la encontrará in-
cuentran medios de rebajarlas y de hacer aparentemente que mediatamente después de este prólogo. Es bueno que el lector
su éxito sea dudoso; pero eso apenas dura y ocurre con esas sea avisado de esto.
obras como con un trozo de madera que se hunde en el agua
con la mano: permanece en el fondo mientras se lo retiene allí, Ya no me queda nada más que decirle cuáles son las obras
pero pronto la mano se cansa, se eleva la madera y alcanza la con las que he ampliado este volumen. La más considerable es
superficie. Podría decir un número infinito de cosas parecidas una undécima Sátira que he compuesto muy recientemente y
sobre este tema y sería materia suficiente para un grueso libro; que se encontrará a continuación de las diez precedentes. Está
pero me parece que lo dicho es suficiente para indicar al públi- dirigida al señor de Valincour, mi ilustre asociado en la histo-
co mi reconocimiento y la alta opinión que tengo sobre su gus- ria. Trato en ella del honor verdadero y del falso y la he com-
to y sus juicios. puesto con el mismo cuidado que todos mis otros escritos. No
sabría decir sin embargo si es buena o mala, pues no se la he
Hablemos ahora de mi nueva edición. Es la más correcta comunicado nada más que a dos o tres de mis más íntimos
que haya aparecido nunca; y no solamente la he revisado con amigos a quienes, incluso, lo único que les he hecho es recitár-
gran esmero, sino que incluso he retocado de nuevo numero- sela muy rápidamente ante el temor de que le ocurriese a esta
sos pasajes de mis obras. Pues no soy de ese tipo de autores obra lo que les ha ocurrido a algunas otras de las mías a las que
que, evitando el trabajo, ya no se creen obligados a rehacer na- he visto hechas públicas antes incluso de que yo las hubiera
da de sus escritos desde el momento que los han entregado al puesto por escrito, pues varias personas a las que yo se las
público. Alegan, para excusar su pereza, que tienen miedo, si había dicho más de una vez las habían retenido de memoria y
los modificaran demasiado, a debilitarlos y a que pierdan ese habían hecho copias de ellas. Corresponde, pues, al público
aire libre que constituye, eso dicen ellos, uno de los mayores mostrarme lo que debo pensar sobre esta obra, así como sobre
encantos del mensaje; pero su excusa es, en mi opinión, muy varias otras piececillas poéticas que se encontrarán en esta
mala. Son las obras hechas apresuradamente y, como se dice, nueva edición y que se han entremezclado con otros epigramas
a vuela pluma, las que resultan normalmente secas, duras y que ya estaban desde antes. Son todas fruslerías que he com-
forzadas. Una obra no debe parecer demasiado elaborada; y es puesto en su mayoría durante mi más tierna juventud pero que
con frecuencia el trabajo mismo el que, al pulirla, le da esta fa- he arreglado un poco para hacerlas más soportables al lector.
cilidad tan ponderada que encanta al lector. Hay mucha dife- He hecho añadir asimismo dos nuevas cartas: una, que he
rencia entre versos fáciles y versos fácilmente hechos. Los escrito al señor Perrault, en la que bromeo con él sobre
escritos de Virgilio, aunque extraordinariamente trabajados, nuestro enredo poético que está casi tan apagado como reavi-
son mucho más naturales que los de Lucano que escribía, se vado; la otra es un agradecimiento al señor conde de Ericeyra
dice, con una rapidez prodigiosa. Normalmente es el esfuerzo por la traducción de mi Poética hecha por él en verso portu-
que se ha tomado un autor en limar y perfeccionar sus escritos gués, que tuvo la amabilidad de enviarme desde Lisboa, con

52 53
una carta y unos versos franceses compuestos por él en los que cerles justicia y mostrar claramente que no es en absoluto
me alaba delicadamente y a los que lo único que les falta es ha- escribir contra ellos».
ber sido dedicados a un mejor tema. Me habría gustado poder Tras eso, si se me acusa todavía de maledicencia, no conoz-
cumplir ¡apalabra que le doy al final de este agradecimiento de co a ningún lector que no deba también ser acusado de eso
hacer imprimir esta excelente traducción a continuación de mis puesto que no hay quien no diga libremente su opinión sobre
poesías, pero desgraciadamente uno de mis amigos, a quien yo los escritos que se hacen imprimir, y que no se crea con pleno
se la había prestado, me ha extraviado el primer canto y he te- derecho a hacerlo, con el consentimiento incluso de los que los
nido la mala vergüenza de no atreverme a escribirle a Lisboa dan a la luz. En efecto, ¿qué es dar una obra a la luz? ¿No es,
para tener otra copia. Esas son, más o menos, todas las obras en cierto sentido, decir al público; ¡Juzgadme!? ¿Por qué,
de mi factura, buenas o malas, con las que se ve aumentado mi pues, nos parece mal que se nos juzgue? Pero... he puesto todo
libro. Pero una cosa que será seguramente del agrado del este razonamiento en rimas en mi tercera Sátira .y basta con en-
público es el regalo que le hago en este mismo libro de la carta viar a ella a mis censores.
que el célebre señor Arnauld ha escrito al señor Perrault a pro-
pósito de mi décima Sátira y en la que, como he dicho en la
Epístola a mis versos, hace, en cierto sentido, mi apología. He
puesto esta carta la última del volumen para que se encuentre
más fácilmente. No dudo que mucha gente me acusará de te-
meridad por haberme atrevido a asociar a mis escritos la obra
de un hombre tan excelente; y confieso que su acusación es
muy fundada. Pero el medio de resistir a la tentación de
mostrar a toda la tierra, como en efecto lo muestro por la
impresión de esta carta, que este gran personaje me hacía el
honor de estimarme y tenía la bondad meas esse aliquid putare
migas?
Por lo demás, como a pesar de una apología tan auténtica y
a pesar de las buenas razones que he alegado veinte veces en
verso y en prosa, hay todavía gente que trata de maledicencias
las burlas que he hecho de cantidad de autores modernos, y
que publica que al atacar los defectos de estos autores no hago
justicia a sus buenas cualidades, quiero, para convencerles de
lo contrario, repetir una vez más aquí las mismas palabras
que he dicho sobre eso en el prólogo de mis ediciones prece-
dentes y que son: «Es bueno que el lector sea advertido de una
cosa y es que al atacar en mis obras los defectos de varios escri-
tores de nuestro siglo, no he pretendido con ello restarles a es-
tos escritores el mérito y las buenas cualidades que por otra
parte pudieran tener. No he pretendido, digo, negar que Cha-
pelain, por ejemplo, aunque poeta muy duro, no haya hecho
en otro tiempo, yo no sé cómo, una oda bastante hermosa; y
que no hay mucho espíritu en las obras del señor Quinaut, si
bien muy alejadas de la perfección de Virgilio. En lo que se re-
fiere a este último, yo añadiría incluso que en la época en que
escribí contra él éramos los dos muy jóvenes y que entonces
no había hecho muchas obras que le han, posteriormente, con-
seguido una justa reputación. Quiero también confesar que
hay talento en los escritos de Saint-Amant, de Brébeuf, de
Scudéri, de Cotin incluso y de algunos otros que yo he critica-
do. En una palabra, con la misma sinceridad con la que me he
metido con lo que tienen de censurable estoy dispuesto a reco-
nocer lo que puedan tener de excelente. Eso es, me parece, ha-

54
55
ARISTÓTELES
I

i.447a Hablemos de la poética en sí y de sus dife-


rentes tipos, del efecto que cada uno tiene, de
cómo hay que componer las fábulas si se
quiere que la poesía sea bella, también de
cuántas y de qué tipo son sus partes y de las
restantes cosas que son propias de la misma in-
vestigación, comenzando inicialmente, como
es natural, por el principio.
La epopeya y la poesía trágica, así corrióla
comedia y el ditirambo ' y, en gran medida, la
aulética2 y la citarística3, son todas en general
mimesis4; pero difieren unas de otras en tres
aspectos: o bien mimetizan con medios dife-
rentes, o cosas diferentes o de una forma dife-
rente y no de la misma.
Es así que algunos (unos por su arte, otros
por su costumbre) mimetizan muchas cosas y
las describen sirviéndose de colores y formas,
otros se valen de la voz, como, por ejemplo,
entre las artes mencionadas, todas.mimetizan
1
Himno coral en honor de Dioniso.
2
Arte de tocar la flauta.
3
Arte de tocar la cítara, instrumento de cuerda.
4
Mimesis o imitación.

59
mero y Empédocles8, excepto el verso, y por
con el ritmo^con la palabra y con la armonía, eso habría que llamar al uno poeta y al otro
coniblñaaos o ~noT~coifno, por ejemplo, la fisiólogo9 más que poeta. Y exactamente lo
aulética, la citaristica y algunas otras, si tienen mismo si alguien hiciera una mimesis mezclan-
el mismo efecto, tal la siríngica5, que se do todos los versos como Queremón hizo
valen únicamente de la armonía y el ritmo, o la Centauro 10, rapsodia combinada de todos los
danza que utiliza el ritmo sin armonía (pues versos, habría que llamarle poeta.
los que la practican por medio de ritmos gesti- Eso es, pues, lo que hay que delimitar sobre
culantes mimetizan caracteres, pasiones y ac-
tos). lo expuesto. Pero hay artes que se sirven de to-
do lo mencionado, me_refiero al ritmo, al can-
gl arte que se vale únicamente de palabras, to jy al verso, como la poesía ditirámbica, la
prosa o verso, sean versos de distinto tipo nornica ", la tragedia yja comedia, pero se di-
l.447b combinados o de una sola clase, hasta ahora ferencian en qué unas las utilizan todas a la
no ha recibido nombre. En efecto, no existe un vez y otras sucesivamente.
nombre6 que árJárqÜe tanto los mimos de
Sofrón y de Jenarco como los diálogos socrá- Así pues, 'son éstas las diferencias que hago
ticos, o la mimesis7 que se realizara con trí- entre las artes en lo que se refiere a los medios
metros o elegiacos o versos semejantes. Si de que se valen para la mimesis.
bien los hombres, uniendo al verso la raíz de
las palabras poesía-poeta (noieív ) les llaman
poetas elegiacos o poetas épicos, pero poetas,
no por la mimesis, sino porque en común se II
valen del verso.
En efecto, se suele llamar así a los que expo-
nen un tema médico o físico valiéndose del i.448a Y ya que los que imitan mimetizan a los que
verso; pero no hay nada en común entre Ho- actúan, y éstos necesariamente son gente de
5
Arte de tocar la siringa; instrumento parecido a la flauta, pero
mucha o de poca valía 0os caracteres casi
menos sofisticado.
siempre se acomodan exclusivamente a estos
6
Sofrón de Siracusa (finales del siglo v a.C.) y su hijo Jenarco
8
escribieron mimos, que eran pequeñas escenas de la vida cotidiana. Empédocles (circa 493-433 a.C), filósofo presocrático que
7
Trímetro se entiende en general referido al trímetro yámbico, escribió dos poemas hexamétricos de unos cinco mil versos: De la
que tiene seis metros (seis pies yámbicos). Su esquema (utilizando, naturaleza (quedan trescientos versos) y Purificaciones (quedan
como es habitual, el signo u para indicar vocal o sílaba breve, y — cien solamente).
para vocal o sílaba larga) tiene por base una dipodia yámbica (u-u-) 9
Fisiólogo significa aquí que estudia la naturaleza en todos sus
y es el siguiente u-o- / u- u . / u-u-, admitiendo diferentes sustitu- aspectos. Entonces no existía la división entre filósofo-fisiólogo-
ciones. El elegiaco es un grupo de dos versos, un hexámetro y un físico, etc.
pentámetro dactilicos. Su esquema es: 10
Contemporáneo de Aristóteles, mencionado más adelante
(1460a2) como autor que utiliza versos diferentes combinados.
— / — // — / — Rapsodia es un fragmento de poema épico de una extensión que
permite su representación o recitado en una sola sesión.
Generalmente el dáctilo (-^) puede ser sustituido por un espondeo 11
Tipo de canto monódico.
( )•
61
60
dos tipos, pues todos difieren, en cuanto a su III
carácter, por el vicio o por la virtud), los mi-
metizan del mismo modo que los pintores, o
é: mejores que nosotros,) o peores o incluso Pero además existe una tercera diferencia:
iguales. Polignoto 12 los pintaba mejores, la de cómo uno podría imitar cada una de es-
Pauson n , peores, y Dionisio u , tal como eran. _tas_cosas. Pues se pueden mimetizar las mis-
Es evidente que cada una de las mimesis men- mas cosas y con los mismos procedimientos o
cionadas tendrá diferencias tales y será otra al cuando alguien los narra, sea convirtiendo al
imitar otros objetos, como he dicho. objeto en algo distinto, como hace Homero,
También en la danza, en la aulética y en la sea dejándolo sin cambiar y siendo el mismo,
citarística es posible que se produzcan diferen- o cuando todos los mimetizados, en cuanto ta-
cias tales, así como en la prosa y el verso solo: les, se presentan como seres que actúan y
Homero hace a sus personajes mejores, obran.
Cleofonte 15, iguales, y Hegemón el tasio16, Como dijimos al principio son estas tres las
primer autor de parodias, y Nicocares n , autor diferencias que hay en la mimesis: la de los
de la Delíada, peores, Pero exactamente lo medios de imitación, la de los objetos y la de,
mismo ocurre con los ditirambos y los nomos, cómo se imita. De manera que Sófocles sería,
pues se puede mimetizar como Timoteo18 y en un sentido, un imitador semejante a Home-
Filóxeno 19 han hecho con los Cíclopes. ro, ya que ambos imitan a gente de valía, pero
Diferencia semejante a la que hay entre tra- también sería semejante a Aristófanes, pues am-
gedia y comedia, pues la una quiere mimelizaf bos representan personajes que actúan y obran.
a los hombres como siendo peores y la otra co- De aquí que algunos llamen a sus obras dra-~~
mo mejores de lo que son. mas, porque imitan a personas que obran20._,
También por eso los dorios reivindican la tra-
gedia y la comedia (reivindican la comedia los
megarenses, los de aquí diciendo que se creó
12
cuando existía la democracia entre ellos, y los
13
Famoso pintor del siglo v a.C. de Sicilia pues de allí era el poeta Epicarmo21,
Quizá la persona mencionada por Aristófanes en Acarnienses que era muy anterior a Quiónides22 y a
854.
14
Pintor contemporáneo de Polignoto, al que era muy parecido
Magnes23; la tragedia la reivindican algunos
excepto en su grandeza. del Peloponeso ), haciendo que los nombres
15
Un poeta trágico de este nombre es mencionado en la Suda. sean la prueba. Pues ellos dicen que llaman
16
Hegemón vivió en Atenas en la segunda mitad del siglo v.
17 20
Probablemente el poeta cómico contemporáneo de Aristófa- La palabra drama tiene la misma raíz que el verbo griego
nes. El título de la obra no se ve claro si es Delíada (sobre Délos) o dráo, que significa «obrar, actuar».
21
Deilíada (sobre la cobardía). Epicarmo era un escritor de comedias en Sicilia hacia el siglo
18
Autor de nomos y ditirambos, innovador en técnica musical y vi a C. Su muerte, muy anciano ya, se coloca hacia el 467 a.C. Era
amigo de Eurípides. uno de los más famosos poetas de su época.
19 22
Filóxeno de Citera, autor de ditirambos (s. v-iv a. C ) . Ena- Poeta cómico cuyo floruit (cuarenta años) se establece hacia
morado de la concubina de Dionisio de Siracusa, representó a su ri- el 488 a.C.
23
val como un Polifemo grotesco y suspirando de amor. Poeta cómico de la misma época que el anterior.

62 63
komai24 a los suburbios de la ciudad, y los ate- imágenes, porque ocurre que ante su con-
nienses, en cambio, les llaman demoi y que los templación aprenden y razonan qué es cada
cómicos son llamados así no por komázein2S, cosa, como que «éste es aquél...»; ya que si no
sino por su vagabundeo por las komai, despre- se ha visto al personaje con anterioridad, la
ciados de la ciudad; además ellos dicen que pa- mimesis no producirá placer como tal, sino
l.448b ra «hacer» utilizan la forma dran, mientras por su perfección o por la forma de reproducir
que los atenienses utilizan práttein. la piel o por alguna otra causa.
Quede esto dicho acerca de cuántas y cuáles Siendo propio de nuestra naturaleza la mi-
son las diferencias de mimesis. jmesis, la armonía y el ritmo (pues es evidente
\que los metros26 son partes de los ritmos), des-
de el principio los por naturaleza dotados es-
pecialmente para estas cosas, avanzando poco
a poco, hicieron nacer la poesía partiendo de
IV las improvisaciones.
! Y la poesía se fragmentó de acuerdo con la
manera de ser de cada uno: en efecto, unos,
En general, dos causas parecen ser las que más graves, mimetizaban acciones nobles y de
han producido ía poética, y ambas naturales. gente noble; otros, más vulgares, las acciones * r'
Pues el imitar es algo connatural a los seres de gente ordinaria, haciendo, en un principio, y^J
humanos desde su niñez (y en esto el hombre vituperios, del mismo modo que otros hacían
se distingue de los otros animales r en que es himnos o encomios. De ninguno de los que
muy hábil en la imitación y su aprendizaje ini- precedieron a Homero podemos mencionar un
cial se realiza por medio de la mimesis) y ade- poema de ese tipo, pero es verosímil que hu-
más todos disfrutan con las mimesis. Indicio biera muchos; en cambio, a partir de Homero -
de esto es lo que ocurre en la realidad; pues ve- sí podemos, como el Margues21 homérico y
mos seres que ofrecen al natural un aspecto la- otros semejantes, en los que, por lo convenien-
mentable, mas nos gozamos ante la con- te que era el tema, apareció por primera vez el
templación de sus imágenes exactamente metro «Yámbico» —precisamente por eso se
representadas, como es el caso de figuras de llama hoy yambo, porque en ese metro se ata-
las bestias más despreciables y de cadáveres. Y caban con burlas unos a otros28. Y de los de
la razón de esto es también que aprender es no antaño, unos eran poetas de versos heroicos,
sólo lo más agradable para los filósofos, sino otros de versos yámbicos.
también para los demás en la misma medida, Y del mismo modo que Homero fue el poeta
aunque participan de eso en pequeña medida. más insigne en lo que se refiere a temas nobles
En efecto, se gozan ante la contemplación de (pues fue el único que hizo obras no sólo bien
24 26
komai y démoi serían el equivalente al actual distrito o barrio. Metro, esto es, pie. Los tres pies más conocidos son el dáctilo
25
komázein es «¡r danzando y bailando (probablemente en pro- -uu, el espondeo y el yambo ^—.
27
. cesión o comitiva)»; a pesar del parecido no tienen ninguna relación Poema épico burlesco atribuido a Homero.
28
komai y komázein. Cfr. Horacio 81 s.

64 65
5
hechas, sino que además eran mimesis dramá- elevó a tres y añadió la escenografía. En cuan-
ticas), así también fue el primero que mostró to a su grandeza: a partir de pequeñas fábulas
el carácter de la comedia, no convirtiendo en y de un modo de hablar risible, por el transfor-
tema de acción teatral el reproche, sino lo ri- marse de lo satírico, mucho después adquirió
sible; en efecto, el Margites presenta analogía su dignidad, y el metro pasó de tetrámetro a
l.449a con las comedias, como la Ufada y la Odisea yámbico31. En efecto, inicialmente se servían
con las tragedias. del tetrámetro, por ser la poesía satírica y más
Aparecidas en un determinado momento la adecuada a la danza, pero al introducirse la
tragedia y la comedia, los que se inclinaban a dicción, su propia naturaleza encontró el
una o a otra poesía, según la tendencia natural metro adecuado; pues de los metros, el yámbi-
que a cada uno es propia, unos, en lugar de co es especialmente adecuado para dialogar; y
autores de yambos, pasaron a ser autores de prueba de esto evidentemente es que decimos
comedias; otros, en lugar de autores, de poe- infinidad de yambos al hablar unos a otros,
mas épicos, a autores de tragedias, por ser és- pero poquísimos hexámetros32 y apartándo-
tas obras de mayor entidad y cuyos caracteres nos de la armonía del diálogo.
son más apreciados que los de aquellas otras.
En lo que se refiere al número de episodios y
Otro tema de charla29 es el examinar si la otras cosas que se dice que se añadieron a cada
tragedia tiene ya o no un desarrollo pleno en parte, considerémoslo como dicho, pues sería
los elementos que la constituyen, se juzgue es- una enorme tarea sin duda, referir eso con de-
te hecho en sí mismo o en relación con la talle punto por punto.
representación teatral.
Así pues, al principio, habiendo nacido de
la improvisación —tanto ella como la come-
dia; la una a partir de los que entonaban el di-
tirambo, la otra a partir de los cantos
fálicos30, cantos que aún hoy en muchas de las
/Tx
ciudades continúan entonándose—, poco a
poco fue adquiriendo auge con cuanto salía a
la luz y era evidente que le pertenecía; y tras La comedia es, como hemos dicho, mimesis,
sufrir muchos cambios, la tragedia se detuvo de hombres inferiores, pero no en todo el vi-
cuando adquirió su propia naturaleza. cio, sino lo risible, que es parte de lo feo; pues
lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor
Y en cuanto al número de los actores, Es- ni daño, así, sin ir más lejos, la máscara cómi-
quilo fue el primero que lo elevó de uno a dos, ca es algo feo y retorcido sin dolor.
disminuyó la participación del coro e hizo que
el diálogo fuera el protagonista. Sófocles lo
31
Con «tetrámetro» se entiende el tetrámetro trocaico catalécti-
29 co cuyo esquema es
Téngase en cuenta el carácter coloquial que tiene la obra aris- bü\, / üiV, // y^u / yyw // Ü" U / yu^ // wuu / yjyj^i Ü
totélica. El «yámbico» es el trímetro yámbico cuyo esquema está en n. 7.
30
Sobre orígenes de tragedia y comedia véase el libro de F. R. 32
El hexámetro dactilico tiene el siguiente esquema:
Adrados, Fiesta, Tragedia y Comedia, Barcelona (Planeta), 1972.

66 67
Ahora bien, no ignoramos las transforma- VI
ciones de la tragedia y por medio de quiénes se
produjeron, pero la comedia, por no haber si-
l.449b do tomada en serio desde su inicio, pasó desa- Acerca de la mimética en hexámetros y de la
percibida; en efecto, el arconte concedió un comedia hablaremos después. Hablemos de
coro de comediantes muy tarde, pues antes los tragedia tomando la definición de su esencia
que había eran voluntarios. Y desde que la co- resultante de lo dicho.
media tuvo ya algunas formas se recuerdan los Efectivamente, la tragedia es mimesis de
poetas llamados cómicos. una acción noble y eminente, que tiene cierta
Quién introdujo máscaras, prólogos o nú- extensión, en lenguaje sazonado, con cada una
mero de actores y cosas de ese tipo, no se sabe; de las especies de especias separadamente en
el componer fábulas vino inicialmente de Sici- sus diferentes artes, cuyos personajes actúan y
lia; pero de los atenienses, Crates 33 fue el pri- no sólo se nos cuenta, y que por medio de
mero que compuso argumentos generales y fá- piedad y temor realizan la purificación de tales
bulas, apartándose de la forma yámbica. pasiones. Llamo «lenguaje sazonado» al que
La epopeya avanzó pareja a la tragedia, tiene ritmo y armonía y «con las especies de es-
mientras fue mimesis de gente noble con argu- pecias separadamente» al hecho de que algu-
mento y ritmo; pero se diferencia de ésta en nas partes sólo se realizan por medio de versos
que tiene ritmo-único y es una narración, y y otras, en cambio, por medio de cantos.
también en la extensión: ésta intenta lo más Y puesto que son personajes que actúan los
posible desarrollarse durante un solo trayecto que hacen la mimesis en primer lugar de una
del sol o pasarlo un poco y la epopeya es ilimi- manera necesaria la organización del espectá-
tada en el tiempo, y en esto se diferencia, aun- culo será una parte de la tragedia; luego tam-
que al principio hacían esto igualmente en las bién la melopeya y la elocución, pues con estos
tragedias y en las epopeyas. medios hacen la mimesis. Y llamo «elocución»
Y las partes que las constituyen unas son las a la composición misma de los versos, y en
mismas, otras propias de la tragedia; por eso cuanto a «melopeya»34, tiene un sentido per-
el que distingue entre una tragedia buena y fectamente claro. Y ya que es mimesis de una
una mala, sabe también hacerlo entre poemas acción y es realizada por unos personajes que
épicos; pues las partes que tiene la epopeya se actúan, que necesariamente son tales o cuales
dan en la tragedia, pero las que hay en ésta no por su carácter o_su pensamiento (pues por eso
se dan todas en la epopeya. l.450a decimos que las acciones son tales o cuales y
por ellas todos triunfan y fracasan), pero la fá-
bula es la mimesis de la acción, pues llamo
aquí «fábula» a la composición de los hechos,
y «caracteres» a aquello por lo que decimos
que los que actúan son tales o cuales, y pensa-
33
mientos a aquello en lo que los que hablan
Cratino era el poeta cómico más conocido en la época en que
Crates escribió (sobre 450-430 a.C); el hecho de que fuera más jo- 34
ven no quiere decir que no fuera él el que hiciera esta innovación. «Melopeya» es «composición del canto». Cfr. 1450bl7.

68 69
muestran algo o incluso hacen patente su deci- estas cosas, pero que tenga una fábula y una
sión. organización de los hechos. Pero además de
Así pues, necesariamente las .partes de toda estas cosas, lo más importante con lo que la
tragediason seis _y mediante ellas la tragedia es ¡ tragedia seduce el alma es con las partes de la
como es; y esas partes son: fábula, caracteres, fábula, esto es, con las peripecias y los recono-
elocución, pensamiento, espectáculo y melo- cimTe'ñtosT
peya. En efecto, con qué imitan son dos par- Otra prueba es que los que empiezan a hacer
tes, cómo imitan, una, y lo que imitan tres, y poesía pueden ser expertos en la elocución y en
aparte de éstas no hay ninguna. La mayoría de los caracteres antes que en organizar los
los poetas 35 , por así decirlo, se han valido de hechos, como también casi todos los primeros
estas partes constitutivas, pues toda tragedia poetas.
tiene igualmente espectáculo, carácter, fábula, Así pues, la fábula es el principio y como el
elocución, canto y pensamiento. alma de la tragedia, y en segundo lugar, los ca-
La más importante de estas partes es la or- i.450b racteres (en efecto, es muy semejante también
ganización de los hechos, pues la tragedia es a la pintura; pues si alguien aplicara los más
mimesis no de hombres, sino de acciones y de hermosos colores en mescolanza, no en-
vida. Por consiguiente, no actúan para mime- cantaría tanto como dibujando con blanco
tizar los caracteres, sino que abarcan los ca- una figura 37 ). La tragedia es mimesis de una
racteres por medio de las acciones; de manera acción y por medio de esta acción es mimesis
que los hechos y la fábula son el fin de la tra- de los que actúan.
gedia y el fin es lo más importante de todo. Y en tercer lugar, el pensamiento. Y esto es
Además sin acción no sería posible la trage- poder decir lo que hay en la acción y lo que
dia, pero sí lo sería sin caracteres; en efecto, corresponde, lo que en los discursos es obra de
las tragedias de la mayor parte de los autores la política y de la retórica; en efecto, es así que
recientes no tienen caracteres, y en general es- los antiguos poetas hacían que los que habla-
to se da con muchos poetas, como también ran lo hicieran de una forma política y los con-
entre los pintores es el caso de Zeuxis con res- temporáneos de una forma retórica.
pecto a Polignoto, pues Polignoto es un buen Lo que muestra la línea de conducta es el ca-
pintor de caracteres, pero la pintura de Zeuxis , rácter, qué cosas alguien hace —por eso no
no tiene carácter alguno 36 . hay carácter en las palabras en las que el
Incluso si uno pone en fila expresiones que hablante no toma de ninguna manera partido
muestran caracteres, aunque estén bien cons- por algo o lo evita—, pero el pensamiento
truidas en su elocución y en su pensamiento, existe en las cosas que muestran que algo exis-
no hará la obra que es propia de la tragedia; te o no, o en general hacen patente algo.
pero la hará mucho más la tragedia inferior en La elocución es el cuarto de los elementos
verbales; y digo, como ya se ha expresado con
35
anterioridad, que la elocución es la comunica-
Texto corrupto, debería decir «todos».
36
Sobre Polignoto, pintor que idealizaba sus figuras cfr. 37
1448a25. Zeuxis de Heraclea (Magna Grecia) pintó en los siglos Téngase en cuenta que los griegos pintaban sobre superficies
v-iv. Sus pinturas eran más bellas que la vida real. Cfr. 1461b 12. oscuras.

70 71
ción por medio de palabras, lo cual tiene el cualquier cosa compuesta de partes, no sólo es
mismo efecto en verso y en prosa. necesario que esté ordenado en éstas, sino que
Y de las restantes partes, la melopeya es el también ha de tener una extensión no calcula-
principal de los condimentos, pero el espectá- da al azar; pues la belleza está en la extensión y ^
culo seduce el alma, mas muy alejado del arte en el orden; por eso un animal muy pequeño !
y lo menos propio a la poética; pues la fuerza no sería algo hermoso (pues se confunde cuan-
de la tragedia existe sin enfrentamiento en es- do se produce durante un tiempo casi imper-
cena y sin actores, e incluso añadiría que con ceptible), ni lo sería uno muy grande, por
respecto a la representación de los espectácu- ejemplo si tuviera diez mil estadios (pues su
los es más importante la técnica del que hace vista no se produce como un todo, sino que se
los accesorios del montaje que la de los poetas. l.45ia escapa a los que miran la unidad y totalidad
que nace de su vista); de manera que así como
es necesario que haya tamaños en los cuerpos
y en los animales, pero que sea perfectamente
Vil / visible en su conjunto, también lo es que haya
^extensión en las fábulas, pero que sea perfec-
tamente recordable.
Perfectamente delimitadas estas cosas, El límite de la extensión con relación a los
hablemos tras ello sobre cuál es necesaria que concursos dramáticos y a la capacidad de per-
sea la composición de los hechos, ya que esto cepción no es asunto de arte; pues si fuera ne-
no sólo es lo primero, sino lo más importante cesario que se representaran cien tragedias, se
de la tragedia. representarían medidas con clepsidra, como
Hemos establecido que la tragedia es mime- dicen que alguna vez antaño se hizo. Mas el
sis de una acción eminente y completa y que límite de la extensión según la naturaleza mis-
tiene cierta extensión; pues algo puede ser ma de la acción, sea el mayor posible, mien-
completo y no tener extensión. Pero lo que es tras sea visible en su conjunto, cuanto mayor
completo tiene principio, medio y fin. Lo que sea más hermosa; y para establecer una
no sigue necesariamente a otra cosa es el prin- regla general, es límite suficiente de magnitud
cipio y tras él hay otra cosa que por su propia aquél en que produciéndose los hechos de una
naturaleza es o va a ser; fin, por el contrario, forma verosímil o necesaria se va de la des-
es lo que en sí mismo y por su propia naturale- dicha a la felicidad o de la felicidad se cambia
za está detrás de otra cosa o por necesidad o la a la desdicha.
mayoría de las ocasiones y tras lo que no hay
ninguna otra cosa; y medio es lo que en sí si-
gue a otra cosa y otra cosa va tras él. 1
"*'Necesario es que las fábulas bien compues- VIII
tas no empiecen ni terminen en un sitio elegido
al azar, sino que deben servirse de las ideas
expresadas. La fábula no es una, como algunos creen, si
Y además, ya que lo bello, sea animal o se relaciona con uno solo; pues muchas e infi-

72 73
nitas cosas le ocurren a uno solo, a partir de
algunas de las cuales no hay unidad; y del mis- IX
mo modo también hay muchas acciones de
uno solo de las que no se produce una acción
única. Por eso parece que se han equivocado
todos los poetas que han hecho una He- Y a partir de lo dicho es evidente también
racleida, una Teseida y poemas de este tipo; que no es obra de un poeta el decir lo que ha
pues creen que ya que Heracles era uno 38 , la sucedido, sino qué podría suceder, y lo que es
fábula también vendrá a ser una sola. posible según lo que es verosímil o necesario.
Y Homero, como aventaja a los demás en l.45ib Pues el historiador y el poeta no difieren por
otras cosas, también esto parece que lo ha vis- decir las cosas en verso o no (pues sería posible
to correctamente, sea por el arte o por la natu- poner las obras de Heródoto en verso y no
raleza. Pues haciendo la Odisea no hizo todo sería menos una historia en verso que sin él);
lo que le ocurrió a Odiseo, como ser herido en sino que difieren en que uno dice lo que ha
el Parnaso39, y fingir estar loco en la reunión ocurrido y el otro qué podría ocurrir. Y por
del ejército40, hechos que, habiendo sucedido eso la poesía es más filosófica y noble que la
uno, no era necesario o verosímil que suce- historia, pues la poesía dice más bien las cosas
diera el otro, sino que hizo la Odisea en torno generales y la historia las particulares. Y lo ge-
a una sola acción del tipo que decimos, y en neral es exponer que a tal o cual hombre le
forma parecida también la Ilíada. ocurre decir o hacer según lo que es verosímil
Así pues, es necesario que así como en las o necesario tales o cuales cosas; a eso tiende la
otras artes miméticas, la mimesis de un solo poesía, aunque pone nombres a los persona-
objeto es una sola, también la fábula, ya que jes; y lo particular es qué hizo Alcibíades o qué
es mimesis de una acción que sea de una sola y le ocurrió.
entera, y que las partes de los hechos se com- En la comedia esto fue evidente desde el
pongan de tal manera que colocada fuera de principio, pues habiendo compuesto la fábula
lugar alguna parte o suprimida, cambie y se por medio de cosas verosímiles, dan a sus per-
perturbe el'todo; pues lo que se añade o no y sonajes nombres tomados al azar, y no como
su presencia o ausencia no hace que cambie los poetas yámbicos, que hacen sus obras
nada, no es parte del todo. sobre un individuo particular.
Pero en la tragedia se dedican a nombres de
personas que han existido y la causa es que lo
38
Una narración épica de las hazañas de Heracles la compuso posible es convincente; en efecto, lo que no ha
Pisandro (600 a.C.) y otra Panyasis (hacia 480 a.C). Sobre Teseo sucedido, de ningún modo creemos que sea
no nos queda más que la noticia de que existieron narraciones épi- posible, pero lo que ha sucedido es evidente
cas. que es posible, pues no habría sucedido si
39
Error de Aristóteles, ya que en Od(isea) 19.392-466 se nos
cuenta cómo durante la visita de Odiseo a Autólico en el Parnaso, y
fuera imposible.
mientras cazaban, le hirió un jabalí. Y no obstante, también en algunas tragedias
40
Odiseo finge locura para evitar tener que seguir a Agamenón a hay uno o dos nombres de personajes ilustres y
Troya (Cfr. Soph. Fragm. Pearson 2.115). los otros inventados; en algunas no hay ningu-

74 75
no: por ejemplo, en la Antea de Agatón41, han producido a propósito, como cuando la
pues en esta obra ha inventado tanto los estatua de Mitis que hay en Argos mató al cul-
hechos como los nombres, y no agrada menos. pable de la muerte de Mitis, cayéndole encima
De manera que no se ha de buscar con de- mientras la miraba42; pues parece que tales co-
masiado interés el mantenerse en las fábulas sas no se producen al azar; de manera que por
tradicionales, sobre las que tratan las trage- necesidad tales fábulas son más hermosas.
dias. Pues es ridículo buscar eso, ya que tam-
bién los hechos conocidos son tales para unos
pocos, pero igualmente deleitan a todos.
A partir de estos hechos es evidente que el X
poeta debe ser más poeta de fábulas que de
versos, tanto más cuanto que es poeta por la De las fábulas unas son simples y otras
mimesis y mimetiza las acciones. Y si llega un complejas; pues también las acciones de las
momento en que sus temas sean cosas ya que las fábulas son mimesis son también evi-
ocurridas, no será menos poeta, pues nada im- dentemente de este tipo. Y llamo simple a la
pide que algunas de las cosas que han ocurrido acción que es, como se ha definido, coherente
sean verosímiles, según lo cual aquél es el y una sola, y cuyo cambio de fortuna se pro-
poeta de estos hechos. duce sin peripecia ni reconocimiento; y
De las fábulas y acciones sencillas, las episó- compleja a aquella cuyo cambio de fortuna se
dicas son las peores; y llamo episódica a una produce con reconocimiento o peripecia o con
fábula en ía que los episodios están unos tras ambas cosas.
otros no de una forma verosímil ni necesaria. Y es preciso que éstas se produzcan a partir
Tales fábulas las hacen malos poetas porque de la composición misma de la fábula, de ma-
son malos, y los buenos por los actores; pues nera que suceda que proceden de los hechos
haciendo una obra de concurso, y extendiendo ocurridos con anterioridad o por necesidad o
la fábula más de lo necesario, muchas veces de una forma verosímil, pues es muy distinto
son obligados a darle la vuelta al orden de los que unas cosas se produzcan por otras o que se
hechos. produzcan después de otras.
l.452a Puesto que la mimesis tiene por objeto no
sólo una acción completa, sino también
hechos que producen temor y compasión, y és-
tos nacen especialmente cuando se producen
contra lo que se espera unos a través de otros; XI
pues así será más maravilloso que si vinieran
de una forma automática y por azar, pues que Como se ha dicho, rjeripecia es el cambio de
también de las cosas que ocurren por azar nos la acción en sentido contrario, y esto, como
parecen más maravillosas las que parece que se
42
Otra traducción posible y que se encuentra con frecuencia es la
41
Cfr. 1456a30. Agatón era contemporáneo de Eurípides, pero de «mientras contemplaba un espectáculo». La misma historia es
más joven que él. narrada por Plutarco de mirabilibus auscultationibus 846 A 22.

76 77
decimos, de una forma verosímil o necesaria, ha acordado), ya que tanto la desdicha como
como en el Edipo, uno que llega para alegrar a la felicidad dependerán de tales acciones.
Edipo y apartarle del temor que se refería a su Ya que el reconocimiento es reconocimiento
madre, al mostrarle quién era, hizo lo de algunos, alguna vez será reconocimiento
contrario43; también en el Linceo éste es lleva- sólo de uno con relación al otro, cuando es cla-
do a la muerte y Danao le acompaña para ma- ro quién es uno de los dos, pero otras veces es
tarlo, pero de los hechos ocurre que Danao preciso que sea reconocimiento mutuo; así In-
muere y que aquél se salva44. genia fue reconocida por Orestes a raíz del
El rei^nocimiento es, como su nombre indi- envío de la carta, pero otro reconocimiento de
ca, un cambio de la ignorancia al conocimien- aquél era necesario con respecto a Ifigenia45.
to, que lleva consigo un cambio a amistad o a Así pues, éstas son dos partes de la fábula,
odio, entre las personas destinadas a la felici- peripecia y reconocimiento; la tercera es el
dad o a la desdicha; y el reconocimiento más acontecimiento patético. De éstas se ha habla-
hermoso es el que se produce junto con peripe- do de la peripecia y del reconocimiento; y el
cia, como la que hay en el Edipo. acontecimiento patético es una acción que ha-
Hay también otros reconocimientos, pues ce morir o sufrir, como las muertes en escena,
también se dan con respecto a objetos inani- los dolores vivísimos, las heridas y demás co-
mados y a hechos que son casuales, como se sas de este tipo.
ha dicho, y si uno ha actuado o no ha actuado
puede ser objeto de reconocimiento.
Pero el reconocimiento más apropiado a la
fábula y el más apropiado a la acción es el XII
mencionado, pues el reconocimiento de ese ti-
i.452b po y la peripecia suscitarán piedad o temor (de
acciones tales la tragedia es mimesis, como se Hemos dicho anteriormente de qué partes
43
de la tragedia es necesario valerse como ele-
En el Edipo Rey de Sófocles un mensajero se presenta ante mentos constitutivos, pero según su extensión,
Edipo anunciándole que le corresponde el trono de Corinto, ya que
el rey Pólibo ha muerto. Edipo teme cometer incesto con Mérope,
y en los que se divide separadamente, son los
esposa de Pólibo, y para tranquilizarle"el mensajero le dice que Pó- siguientes: prólogo, episodio, éxodo y coral,
libo y Mérope no eran sus padres, creando en Edipo mayor in- que a su vez se divide en párodos y estásimo46.
quietud, ya que comienza a sospechar que ha matado a su verdade- 45
ro padre, Layo, y se ha casado con su madre, Yocasta. Ifigenia en Táuride 727 ss. Ifigenia es reconocida por Orestes
44
Cfr. 1455b29. Del Linceo de Teodectes, rétor y autor de piezas cuando ella entregaba una carta a Pílades. El reconocimiento de
dramáticas, amigo de Aristóteles, poco sabemos. El ejemplo que Orestes no se produce hasta que él mismo se descubre. Cfr. 1454b31
aquí se nos da está relacionado con la historia de las hijas de Da- y 1455al8.
46
nao. Este les ordenó que mataran a sus maridos. Hipermestra fue Prólogo: escena inicial de una pieza teatral, antes de la entra-
la única que desobedeció y no mató a su marido Linceo. Este acto da del coro. Éxodo: canto de marcha del coro o corifeo al abando-
de desobediencia no se supo hasta que tuvo un hijo, Abante. Pa- nar elteatro. Coral: canto del coro no dialógico. Párodos: canto de
rece ser que Dánao, como rey de Argos, ordenó la muerte de Lin- entrada del coro en la orquestra. Estásimo: coral en el teatro, ex-
ceo, pero como consecuencia de hechos desconocidos fue muerto ceptuando la párodos y el éxodo. Sobre estos conceptos Cfr. F. R.
él mismo. Adrados op. cit. p. 613-7.

78 79
pasando de la felicidad a la desdicha, pues esto
Estas partes son comunes a todas las trage- no despierta temor ni piedad, sino repugnan-
dias, pero los cantos que vienen de la escena y cia; ni los malvados pasando de la desdicha a
los cornos47 son propios sólo de algunas. la felicidad, pues esto es lo menos trágico de
El prólogo es una parte completa de la tra- todos los hechos, ya que no tiene nada de lo
gedia que precede la párodos del coro; episo- necesario: ni despierta un sentimiento de amor
dio es una parte completa de la tragedia entre l.453a al hombre, ni piedad, ni temor; ni el hombre
cantos completos del coro, y el éxodo es una completamente malvado debe caer de la dicha
parte completa de la tragedia, tras la cual no en la desdicha, pues tal composición puede
hay canto del coro; entre dos cantos del coro, despertar amor al hombre, pero no piedad ni
la párodos es el primer fragmento completo temor, pues aquélla tiene por objeto al que no
que dice el coro; el estásimo es un canto del co- merece su desdicha, y éste al que nos es seme-
ro sin anapesto ni troqueo48, y el cornos, una jante, piedad al inocente y temor al semejante,
lamentación proveniente del coro y de la esce- de manera que lo ocurrido no hará que sinta-
na. mos ni piedad ni temor.
Hemos dicho anteriormente de qué partes Resta pues, el que tiene una posición inter-
de la tragedia hay que valerse como elementos media entre éstos. Y es el que ni se distingue
constitutivos, pero según su extensión y en las especialmente por su virtud ni por su justicia
que se divide separadamente son las que aca- ni cae en la desdicha por su maldad y perversi-
bamos de decir. dad, sino por alguna falta, siendo de los que
estaban en una situación de gran prestigio y fe-
licidad, como Edipo y Tiestes y los varones in-
signes de tales linajes49.
XIII Es necesario, pues, que la fábula para que
sea bella, sea simple más que doble, como al-
A qué es preciso tender y qué hay que evitar gunos dicen, y que no pase a la dicha desde la
al construir las fábulas y de dónde vendrá el desdicha, sino que, al revés, pase de la dicha a
efecto propio de la tragedia, conviene expo- la desdicha, no por perversidad, sino por una
nerlo a continuación de lo que ahora se acaba falta grave, o de un hombre cual se ha dicho o
de decir. de uno mejor más que peor.
Así pues y ya que es preciso que la composi- Una prueba es lo que ocurre: al principio,
ción de la tragedia más bella no sea simple, si- en efecto, los poetas contaban cualquier fábu-
no compleja, y que ésta sea mimética de la, pero ahora las más bellas tragedias se com-
hechos que producen temor y piedad (pues es- ponen acerca de unas pocas familias, por
to es lo propio de una mimesis de este tipo), es 49
Tiestes sorprende aquí puesto como ejemplo. Tiestes seduce a
evidente en primer lugar que necesariamente Aérope, mujer de su hermano Atreo, y éste, para vengarse, mata a
los hombres virtuosos no se deben mostrar los dos hijos que Tiestes había tenido con Aérope y le sirve sus cuer-
47
Cornos: un coro que se desplaza para realizar una acción cul- pos en una comida, mostrándole al terminar las cabezas y las ma-
tual, con procesión y danza. Adrados id. nos de sus hijos. El ejemplo probablemente está puesto refiriéndose
48
Anapesto:^ —. Troqueo: —o. a que Tiestes ignoraba qué comía.

80 81
ejemplo, en torno a Alcmeón, Edipo, Orestes, obra, se nos muestra como el más trágico de
Meleagro, Tiestes, Télefo y a cuantos aconte- los poetas.
ció sufrir o hacer cosas terribles50. Y en segundo lugar, está la composición
Así pues, la tragedia más bella en cuanto a considerada por algunos como primera, la
su técnica es la que tiene su origen en esta for- cual tiene composición doble, como la Odisea,
ma de estar compuesta. y termina de manera contraria para los buenos
También por eso los que critican a Eurípides y para los malvados. Y parece que es la prime-
y le censuran porque hace esto en sus trage- ra por la debilidad del público, pues los poetas
dias, muchas de las cuales acaban en desdicha, haciéndola se acomodan a los deseos de los es-
pues esto es, como se ha dicho, correcto. Y pectadores. Pero no es éste el placer que tiene
una prueba muy importante es la siguiente: en su origen en la tragedia, sino que más bien es
la escena y en los concursos tales obras, si se propio de la comedia; pues aquí los peores
representan acertadamente, se nos muestran enemigos, como Orestes y Egisto, se separan
como las más trágicas, y Eurípides, si bien de- al final siendo amigos y ninguno perece a ma-
ja que desear en cuanto a la economía de la nos del otro51.
50
Alcmeón, como Orestes, mató a su madre Enfile para vengar
a su padre Anfiarao. Alcmeón había prometido a su padre que si
éste moría en la guerra, él daría muerte al responsable, que en este XIV
caso era su madre, ya que fue la que descubrió el lugar en que se
hallaba oculto Anfiarao para no ir a la guerra. Esta historia es tema
de obras de Sófocles, Eurípides, Agatón, Teodectes y Astidamante. i.453b Así pues, el temor y la piedades posible que
En 1453b33 sabemos que en la obra de Astidamante, Alcmeón da nazcan del espectáculo, pero también de la
muerte a su madre sin saberlo* composición misma de los hechos, lo cual es
Orestes vengó la muerte de su padre, Agamenón, matando, con
la ayuda de su hermana Electra, a los responsables, su madre Clite-
mejor y de mejor poeta. En efecto, es preciso
mestra y Egisto. que la fábula esté estructurada de tal manera)
Edipo es personaje suficientemente conocido. que incluso sin verla, el que oiga los hechos j
Meleagro fue muerto por su madre Altea tras haber matado acci- que ocurren se horrorice y se apiade por lo que f
dentalmente a sus tíos cazando un jabalí. Las Parcas habían anun- pasa; que es lo que sufriría alguien oyendo la
ciado al poco tiempo de nacer Meleagro que cuando se consumiera fábula de Edipo. Pero el producir esto por me-
un tizón que ardía, éste moriría; su madre guardó el tizón durante dio de espectáculo es menos artístico y necesita
la vida entera de Meleagro, pero al enterarse de la muerte de sus desembolso.
hermanos lo encendió, causando la muerte de su hijo. Sobre el tema Y los que por medio de espectáculo no pro-
hay tragedias de Frínico, Sófocles y Eurípides. ducen temor, sino solamente lo maravilloso,
Sobre Tiestes, vid. supra. no tienen nada en común con la tragedia, pues
Télefo, hijo de Heracles y Auge, es conocido como el harapiento
suplicante que busca la curación de su herida en Aquiles, que le es necesario no buscar cualquier placer con la
había herido. Además, creció sin saber quién era uno de sus padres, tragedia, sino el que le es propio. Y ya que es
con los que se reúne tras un dramático reconocimiento; también sin
51
intención mató a sus tios (Sófocles Aleadas). Escribió Sófocles una No conocemos ninguna tragedia en la que Orestes y el asesino
trilogía sobre Télefo, y Esquilo una obra Télefo. de su padre terminen reconciliándose.

82 83
preciso que el poeta procure placer por medio Y aún puede haber un tercer caso: cuando
de la mimesis a partir de la piedad y el temor, va a hacer por ignorancia algo irreparable, se
es evidente que esto debe ser introducido en efectúe el reconocimiento antes de hacerlo. Y
los hechos. aparte de estos casos no hay otro; pues necesa-
Veamos, pues, de los acontecimientos cuá- riamente se actúa o no, y sabiéndolo o no sa-
les parecen temibles y cuáles piadosos. biéndolo.
Es necesario que tales acciones ocurran Y de estos casos el peor es el de ir a hacer
entre amigos, o entre enemigos o entre los que una acción sabiéndolo y no hacerla; pues es in-,
no son ni amigos ni enemigos. Sea que enemi- fame y no trágica, ya que no es patética. Por
go ataca a enemigo, no despierta piedad ni en eso ningún poeta nos ofrece una situación de
el momento de hacerlo, ni cuando está a punto i.454a ese tipo, a no ser raramente, como Hemón
de hacerlo, excepto por el sufrimiento en sí; ni frente a Creonte en Antígona. En segundo
si no son ni amigos ni enemigos; pero cuando lugar viene hacer la acción; pero es mejor ha-
el suceso se produce entre personas amigas, cerla sin saber y que lo reconozca una vez que
como hermano que mata a hermano, o hijo a la ha hecho, pues no hay lo infame y el recono-
padre, o madre a hijo, o hijo a madre, o va a cimiento deja aturdido de estupor.
matarlo o hace alguna otra cosa de este tipo, El mejor caso es el último; por ejemplo, en
esto es lo que debe buscarse. el Cresfontes, Mérope va a matar a su hijo,
Ahora bien, no es posible modificar las fá- pero no lo mata, sino que lo reconoce, y en la
bulas tradicionales; me refiero, por ejemplo, a Ifigenia la hermana al hermano y en la Hele el
decir que Clitemestra fue muerta por Orestes, hijo que va a entregar a su madre la recono-
y Erifile por Alcmeón52, sino que es necesario ce54.
que el autor invente y que se sirva correcta-
mente de las tradicionales. Pero aclaremos qué
entendemos por «correctamente».
Es posible que la acción se produzca de ma- focles no conservada. Telégono, hijo de Odiseo y Circe, es enviado
nera semejante a como lo hacían los antiguos: por su madre para buscar a su padre. Al llegar a Itaca de noche,
sabiéndolo y conociéndolo los personajes, co- Odiseo le toma por un merodeador y en la lucha que sigue Telégono
mo Eurípides hizo representando a Medea ma- hiere fatalmente a Odiseo.
54
tando a sus hijos. Y es posible que los persona- El Cresfontes es tragedia de Eurípides. La historia fue drama-
jes actúen, y lo hagan de una manera horrible, tizada por Voltaire y también por M. Arnold en su Mérope. Cres-
sin saberlo, y a continuación reconocer la fontes, hijo de Mérope y del rey de Mesenia, había salido secreta-
amistad, como el Edipo de Sófocles; en este mente de su tierra cuando el usurpador Polifontes mató al rey y se
casó a la fuerza con la reina. Con la cabeza puesta a precio, volvió
ejemplo fuera de la obra, pero en la tragedia disfrazado a su tierra y reclamó la recompensa ofrecida al asesino
misma también, como el Alcmeón de Astida- de Cresfontes. No sólo engañó a Polifontes, sino incluso a su
mante o el Telégono del Odiseo herido53. madre Mérope, que planeó matar al supuesto asesino de su hijo, al
que finalmente reconoce.
Sobre Ingenia, vid. supra.
52 vid. n. 50. Hele era hija de Atamante y hermana de Frixo; no conocemos
53
Sobre Alcmeón cfr. supra. El Odiseo herido es tragedia de Só- nada más de la tragedia.

84 85
Por eso, como antes se ha dicho, las trage- Orestes55; otro ejemplo de carácter inconve-
dias no tienen que ver con muchas familias; niente y no adecuado es la lamentación de
pues los poetas buscando encontraron, no por Odiseo en la Escila y la resis de Melanipa56, y
arte, sino por azar, el medio de procurar en las ejemplo de carácter desigual es el de Ifigenia
fábulas situaciones de este tipo; así pues, están en Aulide57, pues en nada se parece la depre-
obligados a recurrir a las familias a las que les cante a la que vemos a continuación.
ocurrieron tales desgracias. Y también es preciso en los caracteres, exac-
Considérese suficiente lo dicho acerca de la tamente como también en la composición de
composición de los hechos y sobre qué cosas es los hechos, buscar siempre o lo necesario o lo
preciso que tengan las fábulas. verosímil, de manera que o sea necesario o
verosímil que tal persona diga o haga tal cosa,
y que sea necesario o verosímil que tal cosa se
produzca después de tal otra.
Así pues, es evidente que los desenlaces de
XV las fábulas deben producirse de y con la fábula
l.454b misma, y no como en la Medea, que tiene su
origen en una máquina58 o en la Ilíada el asun-
Y en cuanto a los caracteres hay cuatro co- to de la salida de las naves, sino que hay que
sas a las que es preciso tender. Una y la prime- servirse de la máquina para lo que ocurre
ra, es que sean buenos. Habrá un carácter si, fuera el drama, o para cuanto se produjo an-
como se ha dicho, el diálogo y la acción paten- tes del drama y que no es posible que un
tizan una línea de conducta, sea la que sea, y el hombre conozca, o para cuanto se producirá
carácter será bueno si la línea de conducta es después que necesita predicción o anuncio;
buena. Y esto es válido en cualquier clase de
personaje; pues también es posible que exista
55
una mujer buena, e incluso un esclavo, aunque Orestes y Electra creen que su tío Menelao les va a defender
quizá la mujer es un ser inferior y el esclavo es contra la cólera de la ciudad, pero, ante la presión de Tindáreo,
un ser completamente vil. padre de Clitemestra, que ha sido asesinada, los deja a su suerte.
56
Odiseo, ejemplo de valor viril, se lamenta por sus compañe-
La segunda que sea adecuado; pues es po- ros, a los que devoró Escila. La resis de Melanipa (de la obra Mela-
sible que el carácter de una mujer sea valeroso, nipa la sabia, de Eurípides) es la exposición de una cosmogonía
pero no es adecuado a una mujer ser tan vale- científica, afirmando la uniformidad de la naturaleza.
rosa e inteligente. 57
Ifigenia está aterrada cuando se entera de que los griegos van a
La tercera es la semejanza. Esto es algo dis- sacrificarla para tener vientos favorables; posteriormente está dis-
tinto a hacer que el carácter sea bueno y ade- puesta a morir por los griegos.
58
cuado como ha sido definido. El conocido uso del «deus ex machina». La «máquina» era
Y la cuarta, la constancia. Pues aunque el una especie de grúa utilizada para sugerir la aparición milagrosa de
que es objeto de mimesis sea desigual a sí mis- dioses en el cielo. El ejemplo de la Ilíada se refiere a la intervención
de Atenea en Ilíada, 2.166 y ss., que evitó que los griegos embarca-
mo y se le proporcione un carácter de ese tipo, ran abandonando Troya antes de tomarla.
es preciso que sea no obstante desigual de El ejemplo de Medea no es tan claro; probablemente se refiera a
una forma consecuente. Un ejemplo de mal- su huida al final de la tragedia.
dad de carácter innecesaria es Menelao en el
87
86
pues concedemos a los dioses el verlo todo. lanza que llevan los Hijos de la Tierra» 61 , o
Pero que no haya nada irracional en los estrellas como las que nos muestra Cárcino en
hechos, y si lo hay, que sea fuera de la trage- el Tiestes62, y otros adquiridos, y entre estos
dia, como lo que ocurre en el Edipo de adquiridos unos están en el cuerpo, como las
Sófocles59. cicatrices, y otros fuera del cuerpo, como los
Y puesto que la tragedia es mimesis de seres collares, o como en la Tiro, en la que el reco-
mejores que nosotros, es preciso mimetizar a nocimiento se produce mediante una cesta 63 .
buenos retratistas; pues éstos al restituir la for- Pero es posible servirse de estas señales me-
ma particular de los que retratan, ios hacen pa- jor o peor, como Odiseo, que por su cicatriz
recidos, pero los pintan más bellos; así también fue reconocido de una forma por su nodriza y
el poeta al imitar a hombres irascibles y pere- de otra por los porqueros M ; en efecto, los re-
zosos u otros que tengan en sus caracteres ras- conocimientos que se producen como medio
gos de este tipo, aun siendo tales que los haga de inspirar confianza y todos los de ese tipo,
elevados (un ejemplo de dureza es también el están más alejados del arte, pero los que pro-
que nos proporciona Homero con el bueno de vienen de una peripecia como la del «Baño» 65
Aquiles). Esto es lo que se debe observar y son mejores.
además de esto las cosas que de acuerdo con Los segundos son los establecidos por el
las sensaciones acompañan a la poética, pues poeta y por tanto carentes de arte. Por
también aquí es posible equivocarse muchas ejemplo, Orestes en la Ifigenia se hace recono-
veces. Pero sobre esto ya se ha dicho lo bas- cer como Orestes. Ella se hace reconocer por
tante en los tratados publicados. medio de la carta, pero él dice lo que quiere el
poeta, pero no la fábula 66 . Por eso se está cer-
61
Probablemente es la cita de un poeta trágico. Los «Hijos de la
Tierra» nacieron de los dientes de dragón sembrados por Cadmo.
Por la marca de nacimiento de la lanza, Creonte reconoció al hijo
XVI de Hemón y Antígona en la Antígona de Eurípides.
62
Probablemente el más joven de los dos poetas trágicos de este
nombre que vivieron en el siglo iv. Tiestes, un «Pelópida», recono-
Qué es el reconocimiento se ha dicho an- ció el cuerpo de su hijo por las estrellas que había en su hombro.
tes 60. En cuanto a las clases de reconocimien- Pélope tenía un hombro de marfil, en lugar del suyo, que había sido
to, en primer lugar hay la que está más ale- comido por Deméter cuando Tántalo sirvió a Pélope como manjar
jada del arte y de la que se valen más frecuen- en un banquete de dioses; estrellas eran la marca de nacimiento de
los descendientes de Pélope.
temente por encontrarse en situación apura- 63
da: es la que se produce por signos externos. Tiro es una tragedia de Sófocles de la que sólo quedan unos
fragmentos. Neleo y Pelias, gemelos que Tiro había tenido con Po-
Y de éstos unos son connaturales como «la sidón, fueron abandonados a la deriva en una cesta que no se
destruyó e hizo que su madre, Tiro, los reconociera.
64
Euriclea, su antigua nodriza, le ve la cicatriz mientras se baña,
59 pero es él mismo, en cambio, el que la muestra a Eumeo y a Filecio.
Irracional puede considerarse el fracaso de Edipo en la investi-
65
gación de la muerte de su padre, Layo. Cfr. anterior.
60 66
Véase 1452a29 ss. Cfr. 1455al6-19.

89
ca del error mencionado, pues también podían en el Tideo de Teodectes, éste dice que habien-
haber llevado algunas señales. Y en el Tereo de do venido con idea de encontrar a su hijo él
Sófocles la voz de la lanzadera67. mismo muere72. Lo mismo ocurre en los Fini-
El tercero se produce por medio del recuer- das: pues viendo el lugar llegaron a la conclu-
do: cuando al ver algo lo reconoce, como el re- sión de cuál va a ser su destino: su destino es
conocimiento que hay en los Ciprios, de morir allí, pues es allí donde habían sido
l.455a Diceógenes68, pues al ver el retrato empezó a expuestos73.
llorar; lo mismo en el relato narrado a Hay también un tipo de reconocimiento que
Alcínoo, pues oyendo al citarista y acordándo- tiene su origen en un razonamiento erróneo
se empezó a llorar69, de ahí viene que fueran del público como en el Odiseo falso men-
reconocidos. sajero1*, pues el tender el arco y que nadie
El cuarto es el que viene de un silogismo, co- más lo haga, es imaginado por el poeta y una
mo en Coéforos70: ha venido alguien parecido hipótesis, también lo sería si dijera que
a mí, y nadie es parecido a mí sino Orestes, en- reconocería el arco sin haberlo visto; pero el
tonces es éste el que ha llegado. imaginar que se le reconocería por este medio
También la de Poliido el sofista acerca de es un razonamiento erróneo.
Ifigenia11, pues dijo que es natural que Ores- El mejor reconocimiento de todos es el que
tes llegue a la conclusión de que si la hermana tiene su origen en los hechos mismos, cuando
fue sacrificada también a él le ocurra serlo. Y se produce la sorpresa por cosas verosímiles,
como en el Edipo de Sófocles y en la Ifigenia;
67
pues es natural que quiera confiarle una
La voz aquí se refiere al medio por el que Filomela reveló su carta75. Los reconocimientos de este tipo son
historia a su hermana. Tereo, rey de los Tracios, se casó con Proc- los únicos que no tienen señales inventadas y
ne, hija de Pandión. Después viola a Filomela, hermana de Procne, collares. En segundo lugar vienen los recono-
y para evitar que revelara este hecho le cortó la lengua, pero Filo-
mela narró a Procne lo ocurrido tejiendo la escena en su telar. Apo- cimientos que vienen de un silogismo.
lodoro da otra versión, diciendo que lo que tejió fue la historia con
letras y no en una escena.
68
Diceógenes era un poeta trágico del siglo v. Se supone que se
refiere a la vuelta secreta de Teucro a Salamina, y cómo él mismo se
descubre al ver un retrato de su padre y conmoverse.
69
Se refiere a Od. 8.521 ss. Odiseo pide a Demódoco que cante 72
Teodectes era un rétor y trágico amigo de Aristóteles.
la caída de Troya gracias al caballo de madera, y «acordándose em- Tideo era el padre de Diomedes, pero no sabemos nada de la le-
pezó a llorar», reconociendo Alcínoo a Odiseo y a Teucro por este yenda a que aquí se hace referencia.
hecho. 73
Tampoco aquí sabemos a qué se refiere.
70
Electra encuentra un mechón de pelo sobre la tumba de su 74
No sabemos nada sobre esta obra ni sobre el autor.
padre, luego... ese mechón es de alguien «amigo», y entre el círculo 75
El reunir al Mensajero llegado de Corinto, que sabe que Edipo
de sus amigos sólo puede ser de Orestes; a pesar de ese silogismo, no era el hijo de Pólibo, y al Servidor que sabe que Edipo era el hijo
cuando Otestes se muestra, Electra le pide pruebas. de Layo, hace que necesariamente se descubra la verdad.
71
Poliido de Selimbria ganó el premio de ditirambo entre 390 Ifigenia da una carta y también un mensaje verbal pidiendo ayu-
y 380, probablemente en un comentario a la Ifigenia de Táuride da, y como éste era para Orestes, el reconocimiento se tenía que dar
sugeridor de otro modo de reconocimiento. necesariamente.

90 91
XVII ordenado y el motivo por el que iba están
fuera de la fábula; y llegando lo cogieron, y
Es preciso componer las fábulas y perfec- yendo a sacrificarlo se dio a conocer, o como
cionarlas con la elocución, colocando las si- lo imaginó Eurípides o como Poliido, dicien-
tuaciones ante los ojos lo más posible; pues do de una manera verosímil que no sólo era
así, viéndolas con la mayor claridad, como si preciso que se sacrificara a su hermana, sino
se estuviera en medio de los hechos mismos, se también a él, y de ahí la salvación.
encontrará lo adecuado y de ninguna manera Y tras esto, dados ya los nombres a los per-
escapará lo contradictorio. Y una prueba de sonajes, establecer los episodios; y que los epi-
esto es lo que se reprochaba a Cárcino76; en sodios sean adecuados: así en Orestes la locura
efecto, Anfiarao salía del santuario, lo que pa- por la que fue detenido y la salvación por me-
saba desapercibido al poeta porque no se dio de la purificación77.
representaba la situación, pero en el escenario En los dramas los episodios son breves, pero
fracasó al sentir los espectadores aversión ante la epopeya se extiende con ellos. En efecto, de
este hecho. Y en la medida de lo posible per- la Odisea el argumento no es largo: alguien pa-
feccionándolas también con las actitudes, pues sa alejado de su patria muchos años, cuidado
a partir de la misma naturaleza los que están por Posidón y solo, y mientras tanto las cosas
dentro de las pasiones son los más persuasivos en su casa transcurren de tal manera que sus
y el que turba turba muchísimo y el que está riquezas son consumidas por unos pretendien-
irritado enoja muchísimo. Por eso el arte de la tes y su hijo es objeto de insidias, y él llega tras
poesía es propio de un hombre bien dotado o ser víctima de todo tipo de tempestades y ha-
de un exaltado, pues de estos tipos de hombre, ciéndose reconocer por algunos se lanza al ata-
aquéllos modelan bien las situaciones y éstos que, y él mismo se salva y destruye a los ene-
salen de sí muy fácilmente. migos. Esto es lo propio del poema, el resto son
En cuanto a los temas, tanto los tradiciona- episodios.
l.455b les como los que uno mismo compone, es pre-
ciso dar una visión generalizada, entonces y
sólo entonces introducir los episodios y de-
sarrollar la obra. He aquí cómo se puede con-
templar lo general, por ejemplo, en la Ifigenia. XVIII
Una doncella llevada al sacrificio y desapareci-
da de forma desconocida para los sacrificado-
res, y transportada a otra región en la que era Es propio de toda tragedia el nudo y el de-
ley sacrificar a los extranjeros a la diosa fue in- senlace. Los hechos que están fuera de la obra
vestida de ese sacerdocio. Tiempo después su- y algunos de los de dentro frecuentemente for-
cedió que el hermano de la sacerdotisa llegó, man el nudo; el resto forma el desenlace. Y
pero el que fuera allí porque el dios se lo había llamo nudo a lo que hay desde el principio
77
Sobre la locura, véase Ifigenia en Táuride 260-335. Se dice que
76 No sabemos nada de la obra de Cárcino. Cfr. 1453a20, lo la estatua de la diosa está contaminada por la presencia de un parri-
dicho sobre Alcmeón. cida y que tiene que ser purificada sumergiéndola en el mar.

92 93
hasta aquella parte. que es la última de la Pero es justo decir que una tragedia es dis-
que procede el paso a la dicha o a la desdicha, tinta o la misma especialmente por la fábula.
y desenlace a la parte que va desde el principio Es la misma la que tiene el mismo nudo y el
de ese paso al final; así en el Linceo de Teodec- mismo desenlace. Pero muchos que «anudan»
tes, el nudo es lo que ha ocurrido antes78 y la bien desenlazan mal, y es preciso que ambas
captura del niño y además la de éstos..., y el cosas se correspondan.
desenlace desde la acusación de la muerte al fi- Y se debe recordar lo que se ha dicho
nal. muchas veces y no hacer que un conjunto épi-
Hay cuatro tipos de tragedia (tantos como co sea una tragedia; y llamo conjunto épico al
se ha dicho que eran sus partes): la compleja, que tiene muchas fábulas; así, si alguien lo hi-
que está compuesta en su totalidad de peripe- ciera con la fábula de la Ilíada. Pues allí, va-
cia y reconocimiento; la patética, como los liéndose de la extensión, las partes adquieren
l,456a Ayantes79 y los Ixiones80; la de carácter, como el tamaño conveniente, pero en los dramas un
las Ftiótidessi y el Peleo82; el cuarto..., como tamaño descomunal dista de lo que se espera-
las Fórcides83 y el Prometeo84 y cuantas trans- ba. Y una prueba de ello es que cuantos hi-
curren en el Hades. cieron una tragedia entera con la destrucción
Ahora bien, hay que hacer todo lo posible de Ilion, y no por partes como Eurípides, o to-
para tener todas las cualidades, y si no, las da la historia de Níobe, y no como Esquilo, o
más grandes y el mayor número de ellas, espe- fracasan o concursan mal, ya que también
cialmente pensando en cómo se critica hoy a Agatón fracasó en este aspecto solamente.
los poetas; pues habiendo existido en cada En las peripecias y en las acciones simples
parte de la tragedia buenos poetas, se quiere aciertan decuria forma sorprendente en lo que
que uno solo sobrepase la especialidad de cada quieren; pues esto es trágico y un sentimiento
poeta. de amor al hombre. Y este efecto se da cuando
un hombre astuto pero con maldad es engaña-
78 Cfr. 1452b24-26.
79
do, como Sísifo85, y uno valiente pero injusto
Ayax es u n ejemplo patético, ya q u e contiene al menos u n es vencido, y esto también es verosímil, como
suicidio parcialmente visible. dice Agatón, pues es verosímil que pasen
80
Ixión, rey de los Lapitas, ofendió a Hera y fue castigado en el
Hades a ser atado a una rueda de fuego que giraba. Era el tema de
tragedias de Esquilo y Eurípides.
81
De la Ftiótides de Sófocles n o sabemos n a d a . Probablemente
85
se refiere a u n coro de mujeres de Ftía, patria de Aquiles. Sísifo era famoso por su astucia; algunas veces se dice que era
82 T a n t o Sófocles (véase Soph. Fragm. Pearson, 2.140) c o m o el padre de Odiseo. Esquilo escribió dos dramas satíricos sobre
Eurípides (Nauck TGF, 564) escribieron u n Peleo. N o se nos dice Sísifo, uno sobre su castigo en el Hades (Zeus le castigó por comu-
n a d a con este ejemplo y el anterior sobre c ó m o es u n a tragedia «de nicar al río Asopo que su hija Egina había sido seducida por él) y el
carácter». otro sobre su vuelta a la tierra para castigar a su mujer por no ha-
83
Las Fórcides eran tres viejas que vivían en el lago Tritón c o m o berle hecho honras fúnebres (él le había dicho que no se las hiciera
centinelas de las G o r g o n a s . Tenían u n único o j o . Fórcides era u n para salir del Hades con la disculpa de castigarla). Su suplicio era
d r a m a satírico de Esquilo. empujar una enorme piedra esférica por la ladera de una montaña,
84
L a trilogía esquilea de Prometeo estaba f o r m a d a p o r Prome- y cuando llegaba cerca de la cima, la piedra rodaba hacia abajo.
teo encadenado, Prometeo liberado y Prometeo portador de fuego. También Eurípides escribió un Sísifo.

94 95
muchas cosas incluso de una forma señanza, pero otros en el discurso es preciso
inverosímil86. que sean preparados por el que habla y produ-
Es preciso también que el coró se considere cirse por medio de lo que dice. Pero, |cuál
como uno de los actores y que sea parte del sería el papel del que habla si los hechos se
conjunto y que tenga un papel positivo en la mostraran de la forma que fuera preciso y no
obra, no como en Eurípides, sino como en Só- por medio de lo que se dice?"J
focles. En los restantes poetas lo cantado no es De las cosas que se refieren a la elocución
más propio de la fábula que de otra tragedia, una sola cuestión debe estudiarse y es la de las
por eso cantan cantos intercalados, siendo formas de hablar, las cuales debe conocer el
Agatón el primero que comenzó esto. Sin em- actor y el que tiene un arte de un tipo semejan-
bargo, ¿qué es lo que diferencia cantar cantos te es, por ejemplo, saber qué es una orden,
intercalados de adaptar un parlamento o todo una súplica, una narración, una amenaza, una
un episodio de una obra a otra? pregunta, una respuesta y cualquier otra cosa
de este tipo.
En efecto, acerca del conocimiento o igno-
rancia de estas cosas no se puede hacer al arte
poética ninguna censura que tenga una míni-
XIX ma importancia. Pues ¿quién admitiría como
error lo que Protágoras censura88: el hecho de
que creyendo suplicar, ordena cuando dice
Se ha hablado de las otras partes y queda «Canta, oh diosa, la cólera...»? 89. Pues man-
hablar de la elocución y del pensamiento. dar hacer algo o no —dice— es una orden.
Lo que se refiere al pensamiento se en- Por eso déjese esta cuestión como propia de
cuentra en los libros del De retórica87, pues es- otro arte y no de la poética.
to es más bien propio de aquella investigación.
Es propio del pensamiento cuanto es preciso
que sea preparado por el lenguaje. Y partes de
esto son: probar, refutar, despertar emociones XX
l.456b (como piedad, temor, ira u otras semejantes) e
incluso aumentar y minimizar.
Y es evidente que también en los hechos hay Las partes del lenguaje, en general, son las
que servirse de cosas que tienen su origen en siguientes: elementos, sílabas, conjunción,
las mismas formas cuando sea preciso conse- nombre, verbo, artículo, caso y enunciación.
guir cosas que inspiren piedad, o temor, o Un elemento es un sonido indivisible, pero
grandeza, o verosimilitud; difieren en que aquí no cualquier sonido, sino aquel del que por
es preciso que unos hechos se muestren sin en- naturaleza se forma un sonido compuesto,

86 88
Véase el fragmento 9 de Agatón, citado por Aristóteles en su A Homero. A los sofistas, y especialmente a Protágoras, se les
Retórica 1402al0. atribuye la invención de la gramática.
89
87
De Aristóteles, evidentemente. Parte del primer verso de la ¡liada.

96 7
97
pues también son característicos de los anima- do que dé varios sonidos, y éstos con significa-
les los sonidos indivisibles, a ninguno de los do, capaz por naturaleza ese sonido de formar
cuales llamo elemento. una sola voz con significado94.
Partes de este sonido son: vocal, semivocal Artículo es voz sin significado que indica
y muda. Son: vocal, la que tiene sonido principio o fin o división de una frase; por
audible sin ningún tropiezo90; semivocal, la ejemplo <x(i<pí, nspí, etc.; o una voz sin signifi-
que tiene sonido audible con tropiezo, como la cado que ni impide ni produce una sola voz
E(sigma) y la P (ro), y muda, la que con percu- con significado a partir de varias voces; es ap-
sión no tiene ningún sonido por sí misma, pero to por naturaleza para estar colocado tanto en
que unida a algún sonido es audible, como lar los extremos como en el medio95.
(gamma) y la A (delta). Nombre es voz significativa compuesta, sin
Estas difieren según la forma que se le dé a idea de tiempo, ninguna de cuyas partes es por
la boca, según los lugares, según tengan o no sí misma significativa; en efecto, en los
aspiración, según sean largas o breves, e inclu- nombres dobles no nos servimos de sus partes
so según tengan acento agudo, grave o como si cada una tuviera un significado por sí
circunflejo91. Esto corresponde examinarlo misma y así en el nombre Teodoro, el «doro»
con detalle a los especialistas en métrica. no tiene ningún significado96.
Sílaba es un sonido sin significado compues- Verbo es voz significativa compuesta con
to de una muda y una letra que tiene sonido. idea de tiempo, ninguna de cuyas partes es por
Pues el sonido TP (gamma-ro) sin el sonido A sí misma significativa, lo mismo que en los
(alfa) [no]92 es una sílaba, pero sí lo es con A nombres, pues «hombre» o «blanco» no indi-
(alfa), y así resulta TPA (gamma-ro-alfa = can el «cuándo», pero «camina» o «ha cami-
«gra»). Pero también es propio de la métrica nado» añaden a su significado el uno el tiempo
el estudiar tales diferencias. presente y el otro el pasado.
Conjunción es un sonido sin significado, Caso es propio de un nombre o de un verbo;
que por naturaleza ni impide ni hace que un unas veces indica la relación de «de» o «para»
i.457a solo sonido con significado se forme a partir y otras semejantes; otras veces indica la singu-
de varios sonidos, tanto en los extremos como laridad o la pluralidad, así «hombres» u
en el medio; es sonido que no conviene que se «hombre»; otras los modos de expresión del
coloque como tal al principio de la frase como hablante, así interrogación, mandato; pues
/iév, f/Toi, <5é93; o bien un sonido sin significa-
90 94
Sin que la lengua cierre su paso de ninguna manera. La mayoría de los editores, debido a lo confuso de toda la
91
Los acentos fueron introducidos de una forma sistemática por explicación, se muestran concordes en suprimir desde 1456b38 (en
Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C). el texto «Conjunción es un sonido..., una sola voz con signi-
92
El «no» falta en el texto griego, pero debe suplirse. ficado»).
93 95
Partículas griegas de muy diferente valor en ocasiones intra- áp¡)pov («artículo») es un tipo de palabra no significativa que
ducibies y que en una traducción española pueden equivaler en oca- no se ve claro cuál puede ser, y mucho menos teniendo en cuenta
siones al orden de palabras. En ese sentido véase la excelente tra- que las que pone como ejemplo son preposiciones.
96
ducción de Agustín García Calvo de varios de los diálogos socráti- Teodoro: etimológicamente «regalo de dios», pero cuando se
cos de Platón en la colección «Biblioteca General Salvat», número dice ese nombre habitualmente nadie tiene en cuenta su significado
58, 1972. etimológico.

98 99
«¿caminó?» o «¡camina!» son casos de un ñera que evidentemente es posible que un mis-
verbo de acuerdo con estas distinciones. mo nombre sea corriente y raro, pero no para
Enunciación es voz significativa compuesta, los mismos; oiyuvov98, en efecto, es corriente
de la cual algunas partes significan algo por sí ^A_ para los chipriotas y raro para nosotros.
mismas; pues no toda enunciación está forma- 'A^A>,V>3' Metáfora es el traslado dejun nombre de
da de verbos y nombres, como la definición uv°^ Una cosa al de otra cosa Jo del género a especie
del hombre, sino que es posible que exista o^le la especie al género otóe la especie a otra
enunciación sin verbos; aunque siempre * especie, o según la analogía. Y »Vdel género a
tendrá algo significativo, como «Cleón» en especie» entiendo algo como «mi nave está de-
«Cleón camina». Y la enunciación es una de tenida» ", pues el estar anclada es uno de los
dos maneras, pues o indica una sola cosa, o tipos de estar detenida Jpe la especie al género
porque está formada de varias partes unidas «ciertamente Odiseo ha llevado a cabo innu-
juntas, como la Ilíada es una sola por unión y merables acciones buenas» 10°, pues
la definición del hombre por significar una so- «millares»101 son muchas, de lo cual se vale
la cosa. aquí el poeta en lugar de «mucho».|De especie
a especie, como por ejemplo, «habiendo ago-
tado su vida con el bronce» y «habiendo corta-
do con el afilado bronce», pues aquí «agotar»
quiere decir «cortar» y «cortar» quiere decir
XXI «agotar». En efecto, ambas son formas de
quitar102.
Entiendo por analogía el hecho de que el se-
En lo que se refiere a las clases de nombre, gundo término eFatTMimero como el cuarto
uno es simple, y llamo simple al que no está al tercero; así pues, se utilizará el cuarto en vez
formado de partes significativas, como yf¡ del segundo o el segundo en vez del cuarto, y
(«tierra»); otro es doble y o bien está formado algunas veces se añade el término al que se re-
de parte significativa y no significativa, pero fiere la palabra reemplazada. Lo digo por me-
no en el nombre «significativa y no significati- dio de un ejemplo: una copa es a Dioniso co-
va», o está formado de partes significativas. mo un escudo a Ares; así pues, se llamará a
También puede haber nombres triples, la copa «escudo de Dioniso» y al escudo
cuádruples y múltiples, como la mayoría de «copa de Ares». Otro: la vejez es a la vida co-
los nombres Masaliotas, por ejemplo mo la tarde al día, así pues, se llamará a la tar-
i.457b Hermocaicojanto97. ...Y todo nombre o es
corriente o es raro o metáfora u ornamento o
inventado o alargado o abreviado o modifi-
cado. 98
«Lanza». Cfr. Heródoto, 5.9.3.
99
Llamo c^r^sn|e al que utilizamos cada uno Od. 1.185 y 24.308.
de nosotros, raro al que utilizan otros, de ma- "» //. 2.272.
101
97
Aquí se confunden nvpia («incontables,innumerables») y
La ciudad de Marsella fue fundada por Focea, situada cerca uvpm («diez mil»).
del río Hermo; el Caico y el Janto son ríos relativamente próximos. 102
Las dos citas son, probablemente, de Empédocles.

100 101
de^nepóv fcará pa£,óv en lugar de de^ióv m.
de «vejez del día», o como Empédocles 103, y a De los nombres en sí unos son masculinos,
la vejez «tarde de la vida» u «ocaso de la otros femeninos y otros intermedios. Masculi-
vida». Ajgunos casos de analogía nqjtienen nos son los que terminan en N, P y Z (ny, ro y
nombre, pero no por eso se dirán de una for- sigma) y los que terminan en las letras com-
ma diferente;íbor ejemplo, el lanzar lejos de puestas de £ (que son dosTy S [psi y xi]). Fe-
uno el grano es sembrar, pero el que se lance la meninos son los que terminan en aquellas vo-
luz desde el sol no tiene nombre; pero es lo cales que son siempre largas, como la H (eta) y
mismo esto con relación al sol y el sembrar con lafi (omega), o en A (alfa) alargada. De mane-
relación al grano, por eso se ha dicho ra que el número de terminaciones es el mismo
«sembrando la luz creada por la divinidad». Y en los masculinos y los femeninos, pues l a ^ y
es posible valerse de este tipo de metáforas la H son compuestas. Y ningún nombre termi-
incluso de otra manerajue aplica a una cosa un na en muda ni en vocal breve no . En I (iota) só-
nombre que no le corresponde y se le niega al- lo terminan tres: péAi, KÓppi y nénspi. Y cin-
go que le es propio, así si se llama co en Y (ypsilon). Los nombres intermedios
al escudo «copa», pero no «de Ares», sino terminan en una de estas letras o e n N o e n l .
«sin vino». ... m. Y es inventado^el nombre
que no siendo utilizado de ningurfa manera
por nadie el poeta por sí mismo lo establece.
En efecto, parece que hay alguno de esta clase,
como epvvyag m con el sentido de «cuernos» y
l.458a o-pr¡xf\pa 106 con el de «sacerdote». Puede ser XXII
alargado o abreviado. Lo uno es si se sirve^cTe"
hiña vocal más" larga' que la propia o de una
sílaba intercalada y lo segundo si se le quita al- Lo esencial de la elocución es que sea clara y
go que es suyo; alargado es, por ejemplo, sin ser baja. Es muy clara la que está formada
nóXE(OíennóXr¡oíwy, oT\r\Xzí5ov enri/jAjjiááeco, de palabras corrientes, pero es baja. Un
y abreviado es, por ejemplo, Kpí, S& y también ejemplo es la poesía de Cleofonte n i y la de
dipen pía. yívsmi ápyotépcov o\jj '^.Modifi- Esténelo m . Noble y separada de lo ordinario
cado es en aquel caso en que el nombre se la que se vale de palabras fuera de lo común, y
deja una parte y se inventa otra, por ejemplo, llamo «fuera de lo común» a la palabra rara, a
la metáfora, al alargamiento o a todo lo que
103
No se conoce la variante que ofrecía Empédocles a esa forma va contra la corriente. Pero si alguien lo com-
de llamar a la tarde. pone todo de esta manera o será un enigma o
104
Se sospecha que faltan algunas palabras. 109
105 Cfr. //. 5. 393.
Hesiquio (s. u.) lo explica en el sentido de «rama». 110
106
Aparece tres veces en Homero. Este pasaje se considera todo él interpolado, debido al gran
107
Teniendo en cuenta que u representa a vocal o sílaba breve, y número de inexactitudes que contiene.
— a vocal o sílaba larga, las cantidades son: J» Cfr. 1448al2.
112
E = é,i/ = é , o = ó y (o = ó Probablemente poeta trágico contemporáneo de Aristófanes,
108
Kpí en lugar de Kpiítf; b& en lugar de <5<3¿ia,y ói// en lugar de que en Avispas 1313 se ríe de su pobreza y en Gerytades Fr. 151 de
o\j/ió. La cita nía ... dip es de Empédocles, Fr. 88. su soso estilo.

102 103
un barbarismo; si de metáforas será un enig- Así pues, el uso en cierto sentido demasiado
ma, y si de palabras raras será un barbarismo. visible de este modo de expresarse es ridículo;
En efecto, la esencia del enigma es unir, la mesura es necesaria en todas las partes de la
mientras se habla de lo que se trata, palabras elocución, pues el que se sirve inadecuadamen-
que combinadas no tienen sentido. Ahora te de metáforas, palabras raras y otras figuras
bien, según la composición de las otras pa- caerá a propósito en el ridículo lo mismo que
labras no es posible hacer esto, pero si es po- si lo buscara.
sible con la composición de metáforas, como Y cuánto difiere su uso conveniente se
«vi a un hombre que había unido bronce con puede ver en los poemas épicos, introduciendo
fuego sobre un hombre» " 3 y otras de este ti- las palabras normales en el verso. Y el que sus-
po. Y de las palabras raras se obtiene el barba- tituya la palabra rara, las metáforas y otras fi-
rismo. Así pues, es necesario, en cierto modo, guras por los vocablos usuales verá que deci-
mezclar estas cosas; no crearán vulgaridad ni mos la verdad; así habiendo compuesto el mis-
bajeza cosas como, por ejemplo, la palabra ra- mo tipo de yambo Esquilo y Eurípides (éste
ra, la metáfora, el ornamento y demás especies habiendo sustituido una sola palabra, ponien-
mencionadas, pero tampoco la palabra nor- do en lugar de la palabra habitual y corriente
mal producirá claridad. una palabra rara), uno parece hermoso y el
l.458b Una parte no menor prestan a la claridad de otro mediocre. En efecto, Esquilo en el Filoc-
la elocución y a su falta de vulgaridad los alar- tetes escribió: «A una úlcera que come las
gamientos, apócopes y cambios de las pa- carnes de mi pie» 116 , pero Eurípides puso, en
labras, pues por ser distinto a lo normal, lugar de «come», «consume» l n . Y lo mismo
contra lo que es habitual que ocurra, hará que si en la frase " 8 vDv dé p'scbv bXíyog xe KM
no sea vulgar, y por participar de lo habitual omióavbg KOLÍ áeiiajQ alguien colocara las.
habrá claridad. palabras usuales vvv Sé p'écbv pmpóg xe KOU
De manera que no reprochan con razón los áadeviKÓg KOÜ «£«% 119. También Skppov
que censuran tal forma del lenguaje y ridiculizan áeiKéhov Kaxadúq óXíyrjv xe xpáneCav, ókppov
al poeta, como Euclídes el Viejo114, que decía poyQr\póv KaxaQmg pitcpáv xe xpáneCav'20, y
que era fácil hacer poesías si alguien le concedía lo de f¡ióveg fioócoaiv con relación a r¡ióveg
alargar las sílabas cuando él quisiera, y ridiculi-
zándolo en su forma de hablar hizo estos versos:
'EiuyápW eíSov Ma.pad&va.óe jgaáíCovia y OVK
fáv yepápevocf tóv SKSÍVOO k/LÁéf}opov.us
116
113
Es el famoso enigma de la ventosa que se explica en Retórica eo&ím («come»).
117
1405M. Una ventosa o un vaso, de bronce generalmente, se calen- &oivS,Toíi («consume»).
118
taba antes de aplicarlo al cuerpo para que succionara el tumor. Od. 9. 515: «Y ahora a mí, siendo él pequeño, débil y sin
114 fuerza...»
De los dos Euclides conocidos en época de Aristóteles ningu- 119
no merecía el nombre de «viejo», ya que uno era arconte en el 403 La frase dice lo mismo, pero con palabras vulgares.
120
a.C. y el otro un filósofo socrático. Od. 20.259. Palabras vulgares son ¡loxOripÓQ y fiiKpóg frente a
115 las de mayor valor poético, buKiXioq y bXíyog. La traducción, en
Estos dos versos presentan irregularidades métricas, y es ése
el único interés que tienen; el segundo, además, está bastante muti- ambos casos, es «habiendo colocado en el suelo un asiento mise-
lado. rable y una pequeña mesa».

104 105
Kpá&vmv m. Además Arifrades ni ridicu- XXIII
lizaba a los poetas trágicos porque se valían
en la conversación de lo que nadie diría, co-
mo el ócofiáxcov OCTIO123 y no <xrá> dmpátcov, Acerca de la imitación narrativa y en verso,
y el aéQev m y éyú óé viv 12S y el 'AxiXMmg es evidente que hay que componer las fábulas,
l.459a népi 126, pero no nepi 'AxüMmg, y cuantas como en las tragedias, de una forma dramáti-
otras haya de este tipo. Pues todas las expre- ca y en torno a una única acción entera y
siones de este tipo por no estar entre las vulga- completa y que tenga principio, parte media y
res hacen que no haya vulgaridad en la elocu- fin, para que como un único ser viviente ente-
ción, pero aquél ignora esto. ro produzca el placer que le es propio; también
es evidente que las composiciones no deben ser
Y es importante el servirse adecuadamente semejantes a narraciones históricas, en las que
de cada una de las cosas dichas, y de palabras necesariamente se muestra no una sola acción,
dobles y extrañas, pero lo más importante con
mucho es saber utilizar la metáfora. Pues esto sino un solo tiempo, esto es, cuantas cosas
es lo único que no es posible tomar de otro y es ocurrieron durante éste a un solo hombre o a
señal de un don natural. Pues metaforizar bien varios, la relación de estos hechos entre sí es
es ver bien lo semejante. De las palabras, las casual. Pues así como la batalla naval de Sala-
dobles se ajustan a los ditirambos, las palabras mina y el combate de los cartagineses en Sicilia
raras a los versos heroicos y las metáforas a los se produjeron en la misma época ni, no ten-
yámbicos. Además en los versos heroicos to- diendo de ninguna manera al mismo fin, así
dos los métodos mencionados son idóneos, pe- también en el transcurso de los tiempos algu-
ro en los yámbicos, por imitar los que más el nas veces se produce una cosa junto a otra y a
lenguaje coloquial, se ajustan aquellas pa- partir de eso no ocurre que tengan un único
labras de las que uno se serviría en la prosa, y fin. Pero más o menos todos los poetas hacen
éstas son las siguientes: la palabra corriente, la estol28.
metáfora y el ornamento. Por eso, como ya dijimos129, también por
eso Homero puede parecemos entre los otros
Sea lo dicho suficiente acerca de la tragedia un poeta divino, por no intentar tratar toda la
y de la mimesis por medio de acción. guerra aunque tenía principio y fin, pues la fá-
bula habría sido demasiado grande y no vista
correctamente en su conjunto, o midiéndola
bien en la extensión se habría complicado por
121
//. 17.265; cfr. 14.394. La traducción es «las costas braman» la variedad de hechos. Tomando una sola par-
Kpát,ovaiv es la palabra vulgar. te se sirvió de muchos episodios de las otras
122
No se sabe nada de él. Probablemente es el satirizado por partes, como el catálogo de las naves y mezcla
Aristófanes en Caballeros 1281 y Avispas 1280. el poema con otros episodios.
123 :
Anástrofe. lUhÜtfauv Woleük i\., : ¿>v;'":k<.-- j^-•-••'•- ' ;J,J !'
124
Forma pronominal alternativa con aov.
125 127
Aparece en Edipo en Colono 986 de Sófocles, viv es pro- Siglo v. Heródoto 7.166 dice que incluso el mismo día.
128
nombre de tercera persona, singular o plural de cualquier género. Estructuran como si fuera una historia.
126 129
Anástrofe. Cfr. 1451a23 ss.

106 107
i.459b Pero los demás hacen un poema en torno a compleja, de carácter o patéticaI42. También
una sola persona, o a una sola época y una sus partes, aparte de la melopeya y el espectá-
única acción de muchas partes, como el que culo, han de ser las mismas, pues también es
hizo los Cantos Ciprios'30 y la Pequeña preciso que haya peripecias, reconocimiento y
Ilíada l31. Por consiguiente, de la Ilíada y de la desgracias; además es preciso que sea bella en
Odisea se puede hacer una tragedia de cada los pensamientos y en la elocución. Homero
una o dos solas, pero de los Cantos Ciprios132 fue el primero que se sirvió adecuadamente de
muchas y de la Pequeña Ilíada ocho l33, como estas cosas. En efecto, ambos poemas están
el Juicio de Armas'34, Filoctetes'35, compuestos de esa forma; la Ilíada es simple
36 31
Neoptólemo' , Eurípilo' ', La mendici- y patética y la Odisea complicada (pues
dad'38, Las lacedemonias'39, El saco de se producen reconocimientos en toda ella) y de
Ilion'40, La salida'4'. caracteres; y además de que las hizo así, supe-
ró todas las obras en elocución y pensamiento.
La epopeya difiere según la extensión de la
cosa compuesta y según el verso. El límite
XXIV mencionado es suficiente143; en efecto, es pre-
ciso que se puedan ver conjuntamente el prin-
cipio y el fin. Y sería así si las composiciones
Además es preciso que la epopeya tenga las fueran más breves que las antiguas y se acerca-
mismas especies que la tragedia: simple o ran hasta la cantidad de tragedias representa-
das en una sola audición. Pero la epopeya
130
Atribuidos a Estasino de Chipre, poeta épico del siglo VIII,
tiene, en cuanto a extender su amplitud, algo
aproximadamente. muy característico, porque no es posible en la
131
Atribuida a Arctino de Mileto, poeta épico del siglo VIII, tragedia mimetizar muchas partes desarrollán-
aproximadamente. dose al mismo tiempo, sino solamente la parte
132
A partir de lo que sabemos de los Cantos ciprios podrían ser: que se desarrolla en la escena y es representada
Juicio de París, Rapto de Helena, Télefo, Disputa de Aquiles y por los actores, en la epopeya al contrario por
Agamenón, Ingenia en Aulide, Protesilao... ser una narración es posible tratar muchas
133
Lo que viene a continuación ¿son títulos de obras o temas de partes desarrollándose al mismo tiempo, a
tragedia? causa de las cuales, si son adecuadas al tema,
' 3 4 Título de la primera tragedia de la trilogía sobre Ayax de Es-
quilo.
aumenta la amplitud del poema. De manera
135
Posiblemente de Sófocles.
que tiene esta ventaja para su magnificencia y
136
Se dice que Nicómaco escribió una obra con este título. para proporcionar al auditor el placer del cam-
137
Eurípilo, hijo de Télefo, llegó para luchar en el asedio a Tro- bio y para estructurar coherentemente con epi-
ya y fue muerto por Neoptólemo; no se conoce ninguna tragedia sodios muy diversos. Pues la semejanza, que
con este título. llena rápidamente, hace fracasar las tragedias.
138
Odiseo entró en Troya disfrazado de mendigo (cfr. Od. Y en cuanto al metro se sabe por experiencia
4.247). No queda tragedia con este título.
139
Sófocles escribió una obra con este título.
140
Obra de Iofón, hijo de Sófocles. i « Cfr. 1455b32.
141 143
Probablemente se refiere a la salida de Troya de las naves. Cfr. capítulo 7.

108 109
que el heroico m es el que corresponde. Pues si persiguiéndole mientras el otro 148 les hace se-
alguien compusiera una mimesis narrativa en ñales de prohibición 149, pero en la epopeya pa-
algún otro metro, o en varios diferentes, se sa desapercibido. Y lo maravilloso es agra-
mostraría que es inadecuado, pues el heroico dable; una prueba de esto es que, en efecto, to-
es el que indica menos movimiento y el más dos cuantos narran algo hacen algún añadido
amplio de los metros (también por eso admite por su cuenta para agradar.
fácilmente palabras raras y metáforas, pues Y también Homero especialmente enseñó a
también la mimesis narrativa es tambiénl45mejor los otros poetas a decir cosas falsas como es
que las otras en eso), pero el yámbico y el debido, y esto es un paralogismo 15°. Pues los
l.460a tetrámetro 146 son ligeros, éste para la danza, hombres creen que cuando existiendo o produ-
aquél para la acción. E incluso más fuera de ciéndose una cosa, existe o se produce otra, si
lugar estarían si alguien los mezclara, como la última existe, también la primera existe o se
Queremón147. Por eso nadie ha hecho una produce; pero esto es falso. Por eso es preciso,
composición larga en otro metro más que el si la primera es falsa, pero fuera necesario que
heroico, pero como hemos dicho la naturaleza otra cosa, siendo verdad la primera, existiera o
misma enseña a elegir lo que le va bien. se produjera, añadirla; pues por saber que esta
Homero es digno de que se le ensalce por otra es verdadera nuestra alma razona equivo-
otras muchas cosas, pero especialmente por- cadamente que también la primera existe. Y
que es el único de los poetas que no ignora lo un ejemplo de esto es el episodio del Baño m .
que hay que hacer. Pues es necesario que el Es preciso preferir lo imposible que es
poeta diga personalmente lo menos posible, verosímil a lo posible que es increíble, y los te-
pues no es imitador por eso. Ahora bien, los mas no deben estar formados de partes irra-
otros están ellos mismos en escena constante- cionales, sino que no deben tener nada en ab-
mente, e imitan pocas cosas y pocas veces, pe- soluto que sea irracional, pero si no es posible
ro él, tras un breve preámbulo, rápidamente esto, debe estar fuera de la narración, como el
introduce un hombre o una mujer o algún otro desconocer Edipo cómo ha muerto Layo ,52,
personaje caracterizado y de ninguna manera pero no debe estar en la obra, como en Electro
(insisto) sin carácter, sino caracterizado. los que narran los Juegos Píticos 153 o en los
Sin duda es preciso tratar en las tragedias lo
maravilloso, pero que se acoja preferentemen-
te en la epopeya lo irracional, que es por lo 148
que ocurre casi siempre lo maravilloso, porque Aquiles.
149
no se ve al que actúa, pues lo relacionado con A sus tropas, para que no alcancen a Héctor con algún arma
arrojadiza y le priven a él de la gloria.
la persecución de Héctor parecería ridículo en
escena, unos permaneciendo inmóviles y no '50 cfr. 1455al2-16.
151
Od. 19. 220-248.
152
Edipo no sabe cómo ha muerto Layo, a pesar de ocupar su
144
Hexámetro dactilico cataléctico. Cfr. n. 32. puesto durante mucho tiempo.
153
145
Cfr. p. 65 y n. 31 y 7. En la obra de Sófocles (versos 680-763) el Pedagogo cuenta
146 cómo Orestes murió en la carrera de carros de los Juegos Píticos,
Cfr. p. 65 y n. 31.
147
Cfr. 1447b20-23. pero la primera vez que éstos se celebraron fue en 582 a.C.

110 111
Misios el mudo que llega a Misia procedente que hay: o como las cosas eran o son, o como
de Tegea154. De manera que decir que sin eso se dice y parecen, o como es precisó que sean.
se destruiría la fábula es ridículo, pues prime- Y estas cosas las da a conocer por medio de la
ramente no hay que componer ese tipo de elocución en la que también hay palabras ra-
fábulas, pero si un poeta compone algo ras, metáforas y muchas alteraciones del len-
irracional y hace que parezca medianamente guaje, pues éstas se las permitimos a los poe-
razonable, incluso se admitiría lo absurdol55, tas.
ya que también lo irracional que aparece en Además no es la misma la exactitud de la
Odisea y que se refiere a la exposición de Odi- política y la de la poética, ni la de otro arte y la
seo en la playal56, es evidente que serían inso- poética. Y de la poética misma el error puede
l.460b portables si lo cantara un mal poeta; pero ser de dos tipos, el uno intrínseco y el otro ac-
aquí, endulzándolo con otras cualidades, el cidental. Pues si eligió mimetízar... incompe-
poeta oculta lo absurdo. tencia, el error es suyo 157; pero si la elección
Y en la elocución es preciso esforzarse en las no es correcta, sino que representó al caballo
partes que no tienen acción y que no son ni éti- lanzando hacia adelante a la vez ambas patas
cas ni contienen pensamientos, pues la elocu- delanteras, o si el error es relativo a ciencia
ción demasiado brillante, en cambio, oculta particular, como la medicina o cualquier otro
los caracteres y los pensamientos. arte, el error no está intrínseco. De manera
que en los problemas es preciso resolver las
críticas examinándolas a partir de estas expli-
caciones.
Veamos, en primer lugar, las cosas que se
XXV refieren al arte mismo: se han introducido en
el poema cosas imposibles, se ha errado; pero
En lo que se refiere a problemas y solu- es correcto si alcanza el fin propio del arte
ciones, de cuántos y de qué tipo son, se podrá (pues el fin se ha indicado), si así esto mismo u
ver claramente considerándolos de la siguiente otra parte se hace más terrible. Un ejemplo: la
manera: persecución de Héctor158. Ciertamente si el fin
Puesto que el poeta es imitador como un podía alcanzarse o mejor o no peor y según el
pintor o algún otro imaginero, es necesario arte relativo a estas cosas, no sería correcto,
que imite siempre de una de las ti es formas pues es preciso, si existe tal posibilidad, no
errar de ninguna manera.
Además, ¿de cuál de las dos clases es el
error, de los del arte o de los de otra cosa acci-
154
Télefo en Misios, obra probablemente de Esquilo, aunque tal dental? Pues es menos si no se sabe que una
vez de Sófocles (Esquilo utiliza más a personajes silenciosos) tras cierva no tiene cuernos que si se pinta total-
matar a su tío en Tegea, permanece un día en Misia (Asia Menor) mente diferente. Y además, si se critica que no
sin hablar.
155
«Pero... absurdo» es frase con otras posibles traducciones. 157
R. Kassel, cuyo texto seguimos, la considera corrupta. ¿De la poética en sí misma?
158
15
« Od. 13.116 ss. Cfr. 1460al5.

112 113
se han representado cosas verdaderas, pero frase «mézclalo más fuerte» 163 no significa
quizá sí como deben ser, como también Só- «puro» como para borrachos, sino «más rápi-
focles decía que él las representaba como de- damente».
ben ser, y Eurípides como son, de ese modo ha Otro tipo de expresión se dice como metáfo-
de solucionarse. Pero si de ninguna de las dos ra, por ejemplo, «todos los dioses y los guerre-
maneras, se puede decir que así se dice, por ros durmieron la noche entera» 164. Y también
ejemplo, en lo que se refiere a los dioses, pues dice «ciertamente cuando miraba hacia la lla-
quizá al decirlas de ese modo no se digan me- nura troyana (se admiraba oyendo) un tumul-
jor ni cosas verdaderas, pero si acontece el de- to de flautas y siringas». En efecto, «todos» se
1.461a cirlas que sea como Jenófanes159, pero así se dice por metáfora en lugar de muchos, pues
dice. Quizá otras cosas no se cuentan mejor, «todo» supone que hay «mucho».165También la
pero eran así, como las de las armas: «sus lan- frase «y ella sola no participante» por metá-
zas estaban verticales con la punta hacia arri- fora, pues lo más conocido es «solo» 166. Y por
ba» l60, pues así se solían poner, como lo hacen el acento como Hipias de Taso167explicaba el
también hoy los Ilirios. Sído^isv ók oí eúxog ápéaOoii y xo /uev oó
Sobre si está bien o no lo que alguien ha Kamnódexai d¿ifipcp »». Otras cosas se resuel-
dicho o hecho, no sólo se ha de examinar lo ven por separación, por ejemplo, Empédo-
hecho o dicho, mirando si es noble o mise- cles, «y pronto se convirtieron en mortales
rable, sino también al que actúa o dice, a las cosas que habían aprendido a ser 169 inmorta-
quién o cuándo, o cómo o con qué motivo, les y puras estaban mezcladas antes» . Otras
por ejemplo, si para que se produzca un bien por anfibología: «ha pasado la mayor parte de
mayor o para evitar un mal mayor. la noche», pues,no en efecto, «la mayor parte»
Es preciso resolver otras dificultades miran- es anfibológico . Otras por la costumbre del
do la elocución, por ejemplo, por el uso de
una palabra rara se resolverá lo de «a los mu-
los primero», pues quizá no dice «a los '63 ii. 9.203.
mulos», sino a los centinelas161; también cuan-
164
Mezcla de dos pasajes de la Ilíada, texto que los griegos
do se refiere a Dolón «que era feo de aspecto», solían citar de memoria.
165
Se refiere a la Osa Mayor.
no se refiere a un cuerpo contrahecho, sino a 166
Tal vez «lo más conocido» entre paréntesis cuadrados, ya que
un rostro feo, pues los cretenses llaman «belle- la Osa Mayor era la más conocida constelación que no se ponía.
za de aspecto» a la belleza de rostro162. Y la 167
SíSo/iEv, presente de indicativo; SiSó/aev, infinitivo. II. 21.297.
168
II. 23.328. Se refiere a oú que generalmente se lee como
oh (negación) en las diferentes ediciones.
159 169
Jenófanes (vi a.C.) critica las concepciones de Homero y Se refiere a separar por el sentido si las cosas puras estaban
Hesíodo sobre la divinidad. mezcladas antes o si las que antes eran puras están ahora mezcladas.
160 170
El pasaje en//. 10.152. Se refiere a II. 10.251-253, en donde el texto generalmente se
»«' Cfr.//. 1.50. entiende como «la noche ha recorrido más de las dos terceras par-
162 tes, pero aún queda una tercera parte», lo cual sería absurdo. La
//. 10.316. Generalmente por «feo de aspecto» se entiende
una persona de cuerpo deforme que, en consecuencia, no podría solución está en queirAécuves tanto «más que» como «la mayor par-
correr rápidamente como Dolón hacía; pero se aclara que los cre- te de», luego aquí lo que ocurre es que transcurrió ya la mayor par-
tenses entienden «feo de aspecto» como «feo de rostro» solamente. te de los dos tercios.

114 115
I*4A-^--

lenguaje. Al que está mezclado dicen que es monia no se encontrase con él. Pero quizá es
vin"oTOrpor eso se ha compuesto: «greba de como dicen los Cefalenos; cuentan, en efecto,
estaño recientemente hecho» m. Y «broncis- que Odiseo tomó esposa de entre ellos y que (el
tas» se llama a los que trabajan el hierro173, nombre) era Icadio, no Icario; por medio del
por eso también se dice que Ganimedes «es- error el problema es verosímil178.
cancia vino» a Zeuz, aunque los dioses no be- Resumiendo, lo imposible es necesario
ben vino174. Pero esto sería también por metá- explicarlo con relación a la poesía, o a lo que
fora. es mejor o a la opinión. Con relación a la
También es preciso, cuando alguna palabra poesía es preferible lo imposible convincente
parece que significa algo contrario (a lo que se que lo posible que no convence; ...que sean ta-
espera), examinar de cuántas maneras puede les como los pintaba Zeuxis, pero es mejor,
tener su sentido en ese pasaje, por ejemplo, en pues es necesario, que el paradigma sobrepase
el de «allí se detuvo la broncínea lanza» 175, de la realidad. Con relación a lo que se dice deben
cuántas maneras es posible que se haya deteni- explicarse las cosas irracionales; también así se
do allí, en un sitio o en otro, como alguien demuestra que alguna vez no es irracional,
1.46lb mejor crea; al contrario de lo que dice Glau- pues es verosímil que las cosas ocurran en
cón176, que algunos presuponen irracional- contra de lo que es verosímil.
mente algo y tras haber condenado razonan y En cuanto a las contradicciones, hay que
critican al poeta como si hubiera dicho lo que examinarlas como las refutaciones en la
ellos creen, si es contrario a su propia opinión. dialéctica, si se trata de lo mismo, con relación
Esto ocurrió en el caso de Icario 177. Pues creen al mismo objeto y en el mismo sentido, de ma-
que éste era lacedemonio; así piensan que es nera que o contradice lo que dice él mismo o lo
absurdo que Telémaco cuando fue a Lacede- que juzgue un hombre sensato. Y la crítica es
razonable por irracionalidad y por maldad,
171
cuando no habiendo ninguna necesidad el
A la mezcla de vino y agua se le llama siempre vino, y no poeta se vale de lo irracional, como Eurípides
agua. Los griegos no tomaban el vino puro.
172
se valió de Egeo l79, o de la maldad, como de la
//. 21.592. Aunque en la aleación predomina el bronce, se di- de Menelao en Orestes 18°.
ce siempre «de estaño». Así pues, las críticas se reducen a cinco ti-
173
Se trabajó antes el bronce que el hierro y se dejó el nombre
para los que trabajaban el hierro.
pos: en efecto, o se declaran cosas imposibles
174
Sino néctar.
175
//. 20.272. La lanza de Eneas atraviesa el escudo de Aquiles y
se detiene en una de las cinco capas de que está formado. General- 178
mente se admite que el «allí» se refiere a la de oro, hecho que sería Kassel, editor del texto, lo considera pasaje corrupto.
179
contrario a lo esperado, ya que la de oro es, probablemente, la exte- Eurípides escribió una tragedia titulada Egeo, pero probable-
rior. mente se refiere a la Medea. Egeo llega a Corinto camino de Troece-
176
Probablemente se refiere a un personaje, gran conocedor de nia, en el momento justo en que Medea busca refugio donde pueda
Homero, mencionado por Platón en Ion 530D. estar a salvo de sus enemigos una vez cumplida su venganza, que no
177
Padre de Penélope. Si hubiera sido lacedemonio, lo normal será completa más que con este requisito de seguridad. Lo irra-
cional aquí es la llegada de Egeo tan a tiempo.
es que Telémaco, su nieto, se hubiera hospedado en su casa cuando 180
Cfr. p. 82 y n. 50.
estuvo en Lacedemonia. (Od. 4.)
116 117
o irracionales o hirientes o contradictorias o dores vulgares; así pues, si es vulgar, parece
contrarias a la exactitud del arte. Las solu- claro que será inferior.
ciones han de ser buscadas según los tipos Primeramente, el reproche no se refiere al
mencionados. Son doce181. arte del poeta, sino del actor, puesto que es
posible que un rapsodo exagere en los gestos,
como Sosístrato186, y un cantante, como hacía
Mnasiteo de Opunte187; a continuación, no to-
XXVI do movimiento debe rechazarse, si no se
rechaza la danza, sino el de los malos actores,
lo que precisamente se reprochaba a Calípides
Alguien puede preguntarse cuál de las dos es y ahora a otros, diciendo que imitan a mujeres
mejor: la mimesis epopéyica o la trágica. En indignas.
efecto, si la menos vulgar es mejor, y tal es Además, la tragedia incluso sin movimiento
siempre la que se dirige a los espectadores me- hace lo que le es propio, como la epopeya;
jores, es evidente que la que mimetiza todas pues por la lectura se hace patente cuál es su
las cosas es vulgar. Pues creen que no calidad. Así pues, si es mejor en lo demás, no
comprenden si el autor no añade cosas, se es necesario que esto se dé en ella. A conti-
mueven demasiado, como los malos flautistas nuación, porque tiene todo cuanto tiene la
que giran si es necesario mimetizar el lanza- epopeya (pues también puede valerse del
miento del disco, y que arrastran el corifeo metro), y además, y no es poco, la música, me-
cuando tocan Escila m. De manera que la tra- dio muy adecuado para producir placeres.
gedia es tal como los actores antiguos creían Además, también tiene el que es visible tanto
que eran sus sucesores: en efecto, Minisco183 en la lectura como en la representación.
llamaba mono a Calípides184 porque creía que Encima, el fin de la mimesis se realiza en
exageraba demasiado, y una opinión semejan- una extensión menor; pues lo más compacto es
te se tenía de Píndaro18s; y como éstos están en l.462b más grato que lo dispersado en mucho tiempo;
l.462a relación con aquéllos, así la tragedia toda se vamos, es como si alguien pusiera el Edipo de
relaciona con la epopeya. Así pues, dicen que Sófocles en tantos versos como tiene la ¡liada.
ésta es para espectadores capaces que en nada También tiene menos unidad la mimesis de los
necesitan los gestos, y la tragedia para especta- poetas épicos (una prueba es que efectivamen-
te muchas tragedias salen de cualquier epope-
ya), de manera que si hacen una sola fábula, o
181
la muestran brevemente y parece coja o se ade-
Seis en 1461a9-32; tres en 1460b32-1461a4; dos en 1460b22- cúa a la extensión del metro y parece aguada;
32, y una en 1461a4-9. hablo del caso en que esté compuesta la obra
182 Cfr. nota a 1454a30.
183 de varias acciones, como la Ilíada, que tiene
Minisco actuó en las últimas obras de Esquilo.
184
Calípides ganó un premio en las Leneas de 418 a. C , siendo aún
muchas partes de este tipo, y la Odisea, que
muy joven. Minisco le llama «mono», porque lo considera un exacto
imitador. Rapsodo desconocido.
185
Actor desconocido. Desconocido.

118 119
también las tiene; partes que en sí mismas
tienen extensión; no obstante, estos poemas
están compuestos lo mejor posible y son, lo
más posible, mimesis de una sola acción.
En consecuencia, si la tragedia vale más por
todas estas cosas, y además por la acción que
ejerce su arte (pues no es necesario que ellas l88
creen un placer, sea el que sea, sino que ha de
ser el que se ha dicho), es evidente que será su-
perior, al conseguir su fin mejor que la epope-
ya.
Así pues, sobre tragedia y epopeya, tanto en
sí mismas como en sus tipos y en sus partes,
sobre cuántas son y en qué se "diferencian,
sobre qué causas hacen que sean buenas o no,
y sobre críticas y soluciones, sea suficiente con
lo dicho... HORACIO
188
Epopeya y tragedia.

120
Si un pintor' quisiera añadir a una cabeza hu-
mana un cuello equino e introdujera plumas va-
riopintas en miembros reunidos alocadamente
de tal modo que termine espantosamente en
negro pez lo que en su parte superior es una her-
mosa mujer, ¿podríais, permitida su con-
templación, contener la risa, amigos? Creedme,
Pisones, que a ese cuadro será muy semejante
un libro cuyas imágenes se representen vanas,
como sueños de enfermo, de manera que pie y
cabeza no se correspondan con una forma úni-
ca. Pintores y poetas siempre tuvieron el justo
10 poder de atreverse a cualquier cosa2. Lo sé, y
tal licencia reclamo y concedo alternativamente,
pero no para que vayan combinadas ferocida-
des y dulzuras, ni se apareen serpientes con
aves, corderos con tigres.
Frecuentemente, a principios solemnes y que
prometían grandes cosas se le cosen uno o dos
remiendos de púrpura para que reluzcan a lo le-
1
Comparación pintor-poeta Aristóteles 1447a, 1448, 1454a,
1460b.
2
Luciano. Sobre los retratos 18. «Hay un viejo dicho: pintores y
poetas no tienen que dar cuentas».

123
jos; se describe el bosque sagrado y el altar de tiempo acerca de qué rechazan o qué aceptan
Diana, el recorrido de presurosa agua por llevar vuestros hombros. Al que haya elegido el
alegres campiñas, o el Rin, o el arco-iris; pero 40 tema a la medida de sus fuerzas no le abandona-
de momento no era ése su lugar. Quizá sepas rán ni la facilidad expresiva ni el orden claro.
20 representar un ciprés, mas ¿de qué vale ello al La virtud y la gracia del orden serán, a no ser
hombre que ha pagado para que se le pinte na- que me equivoque, los siguientes: dirá inme-
dando hacia su salvación, rota su nave y deses- diatamente lo que inmediatamente deba decirse,
peranzado? 3 Comenzóse a modelar un ánfora; diferirá la mayoría de las cosas y las omitirá de
¿por qué del correr del torno sale un cántaro? momento, gustará de tal detalle, despreciará tal
En una palabra, que sea ello lo que se quiera, otro, autor que ha prometido un poema.
pero que al menos sea simple4 y uno. En el encadenamiento de palabras6 también
La mayoría de los poetas, padre y jóvenes se utilizarán la delicadeza y la prudencia: estilo
dignos de tal padre, somos engañados por la notable se tendrá si una palabra conocida se
apariencia del bien. Me afano en ser breve, me convierte por una alianza adecuada en palabra
hago oscuro; nervio y aliento faltan al que per- nueva. Si acaso es necesario aclarar conceptos
sigue la ligereza; otro, buscando lo sublime, cae so oscuros por medio de signos nuevos7 y formar
en la ampulosidad; se arrastra en la tierra el palabras inauditas8 para los Cetegos que lleva-
prudente en exceso y el temeroso de la tempes- ban calzoncillos bajo la túnica se dará tal licen-
tad; el que desea trocar un tema sencillo con cia tomada discretamente y las palabras nuevas
30 prodigios, pinta un delfín en los bosques, un y formadas recientemente obtendrán su carta de
jabalí en las olas. El evitar un fallo lleva, si se naturaleza si provienen de fuente griega y están
carece de arte, a un vicio. En el derredor de la poco deformadas9. Pues, ¿qué dará un romano
escuela de Emilio5, un escultor, en su taller de a Cecilio10 y a Plauto rechazándolo de Virgilio y
la planta baja, esculpirá las uñas e imitará la se- de Vario11? ¿Por qué envidiarme si yo puedo
dosidad de los cabellos en bronce, estéril artesa- obtener un pequeño beneficio (introduciendo
no, en suma, ya que no sabrá componer un to- alguna nueva palabra), ya que la lengua de Ca-
do. Yo, si me ocupase de componer, no querría tón y la de Ennio han enriquecido la lengua
ser ese hombre más que vivir con nariz deforme
llamando la atención con mis ojos y con mis ca- 6
Más correcta me parece esta traducción que la otra posible:
bellos negros. «En la creación de palabras» (creación de palabras compuestas,
Emprended los que escribís un tema ade- utilización de metáforas...)
7
cuado a vuestras fuerzas y reflexionad largo Sin la coma de Villeneuve.
8
En sentido etimológico, también.
3 9
Tras un naufragio era costumbre que un superviviente ofre- Probablemente no se refiere a palabras copiadas, sino a los lla-
ciera un cuadro como exvoto o lo llevara al cuello si se veía reduci- mados «calcos lingüísticos».
10
do a la mendicidad. Era conocida la historia de un pintor que no Los pasajes que nos quedan de este autor cómico (muerto en
sabía pintar más que cipreses y que ante la petición de un supervi- 168 a.C.) tienen enorme influencia de los originales griegos de co-
viente de naufragios le preguntó: ¿No quieres que añada también media.
11
un ciprés? Amigo de Virgilio. Su tragedia Thyestes (cf. Boileau, n. 95)
4
«Formando un todo». despertó profunda admiración y fue comparada con las obras
5
Escuela de gladiadores. maestras de la tragedia griega.

124 125
patria y dado a conocer nuevos nombres de co- ron de este pie, apto para diálogos, venciendo el
sas? Siempre se permitió y se permitirá crear barullo popular y hecho para la acción. La-Mu-
una palabra acuñada con una marca indicadora sa concedió a la lira celebrar a los dioses y a los
60 de su época. De la misma manera que los bos- hijos de los dioses y al púgil victorioso y al ca-
ques cambian de hojas en el otoño de cada año, ballo primero en la carrera y las inquietudes
y caen las primeras, tal la vieja generación de las amorosas de los jóvenes y las libres reuniones en
palabras perece, y las nacidas poco ha12, flore- que se bebe vino.
cen y crecen a modo de gente joven. Nosotros y ¿Por qué si no puedo ni sé mantener el orden
nuestras obras nos debemos a la muerte. (Sea) adecuado y la apariencia de mis labores va a sa-
que Neptuno, acogido en tierra proteja de los ludárseme como poeta? ¿Por qué, falsamente
Aquilones las flotas, tarea regia, o que un pan- vergonzoso, voy a preferir ignorar a aprender?
tano estéril largo tiempo y apto para los remos Un tema cómico no gusta de ser tratado en
alimente las ciudades cercanas y sienta el peso 90 versos trágicos; exactamente como el festín de
del arado, o que haya cambiado su curso nefas- Tiestes se indigna de ser narrado en versos pro-
to para los frutos un río instruido a mejor pios de una pequeña reunión y casi dignos del
camino 13, los hechos de los mortales perecerán; zueco18; que cada género mantenga el lugar que
con mayor motivo permanecerán la vigencia y le ha correspondido por sorteo (del destino).
la gracia vivaz de las palabras. Muchas palabras Sin embargo, a veces la comedia levanta su
70 que ya han caído, renacerán y caerán las que voz y Cremes airado, con sus mejillas hinchadas
ahora tienen vigencia, si es que así lo quiere el reprende ásperamente; también con frecuencia
uso, que es arbitro, ley y norma del habla. un trágico se duele en lenguaje pedestre, como
En qué metro podían escribirse las gestas de re- cuando Télefo y Peleo, ambos pobres y exi-
yes y señores y las guerras luctuosas, Homero lo liados, abandonan la ampulosidad y las pa-
mostró. En dos versos desiguales unidos se en- labras de un pie y medio, si se interesa19 en que
cerró inicialmente la queja, luego también el pa- el corazón del espectador sea conmovido por su
recer de un voto conseguido14. Sin embargo, lamentación.
acerca de qué autor haya enunciado el primero No es bastante que los poemas sean hermo-
los breves elegiacos disputan los gramáticos y sos; deben ser encantadores y llevar el ánimo del
aún el proceso está pendiente de juez. La rabia 100 oyente donde quieran. Del mismo modo que los
armó del yambo que le es propio a Arquíloco 15; rostros humanos ríen con los que ríen, así tam-
80 los zuecos 16 y los altos coturnos 17 se apodera- bién asisten a los que lloran; si quieres que yo
12 llore, antes debes dolerte tú mismo; entonces, Té-
Se refiere tanto a las palabras como a las hojas.
13
Preferimos esta traducción a la de: «instruido para seguir un
lefo o Peleo, tus infortunios me harán daño; si di-
camino mejor». ces mal el papel encomendado, me adormeceré o
14
Se refiere a los epigramas votivos. reiré. Palabras tristes convienen a un rostro
15
El texto latino es, probablemente con intención, ambiguo: de apesadumbrado, llenas de amenazas si airado,
manera que no se sabe si es propio de Arquiloco como primer
creador o es que la rabia es típica del yambo. 18
Villeneuve tiene un punto en su texto.
16
Calzado con el que se representaba la comedia. 19
Otra traducción posible es aquella en que el sujeto no es «un
17
Calzado de la tragedia (Cf. Aristóteles, 1449a). trágico», sino «Télefo y Peleo».

126 127
alegres si divertido, serias si adusto. En efecto, privado poder, si no te demoras en circunlocu-
inicialmente la naturaleza nos modela interna- ciones de poca calidad y asequibles a todos, ni
mente en todos los aspectos de la fortuna; nos fiel intérprete te preocupas de traducir palabra
recrea o nos impulsa a la ira, o nos abate hasta por palabra, ni imitando te metes en un atolla-
no la tierra con onerosa pesadumbre o nos aflige; dero de donde el pudor o la ley de la obra te im-
luego expresa los movimientos de nuestra alma pedirán salir.
valiéndose de las palabras20; si lo dicho es diso- Y no comenzarás como antaño el escritor
nante de la fortuna del hablante, jinetes e infan- cíclico: «Cantaré la fortuna de Príamo y una
tes romanos21 estallarán en carcajadas. Habrá ilustre guerra.» ¿Qué ofrecerá ese que así pro-
gran diferencia si habla un dios o un héroe, o un mete, digno de esa boca tan desmesuradamente
longevo anciano o un hombre fogoso aún en su abierta? Parirán los montes: nacerá un ratón
juventudfloreciente,o una señora de alta cuna o ridículo. Cuánto mejor el que no construye na-
una diligente nodriza o un mercader viajero o un 140 da fuera de propósito: «Dime, Musa, el varón
labrador de un campillo verdeante, o uno de la que tras la captura de Troya, vio las costumbres
Cólquide o de Asiria, o un tebano o un argivo. y las ciudades de innúmeros hombres»25. No
Escritor, sigue la tradición o da forma a seres piensa dar humo del brillo, sino que, al contra-
120 coherentes (de manera que)22 si por casualidad rio, espera ofrecer claridad del humo para a
repones en el teatro al ilustre23 Aquiles, que sea continuación mostrar impresionantes mara-
incansable, irascible, intransigente, impetuoso, villas, Antífates26, Escila y Caribdis27 y el
que niegue que las leyes hayan sido hechas para Cíclope28. Y no se remonta a la muerte de Me-
él y que todo lo encomiende a las armas. Que Ieagro para cantar la vuelta de Diomedes ni a
Medea sea feroz e invencible, Ino lastimera, los huevos gemelos29 para la guerra de Troya;
pérfido Ixión, lo errante, Orestes apesadumbra- siempre se apresura hacia el desenlace y arrastra
do. Si confías a la escena algo no anteriormente al auditor al centro de los hechos como si le
experimentado y osas crear un personaje nuevo, 150 fueran conocidos, y lo que desespera que pueda
que se mantenga hasta el fin cual desde el prin- tratar con brillantez lo deja e inventa mezclando
cipio se haya mostrado y que sea coherente hechos falsos con verdaderos de tal forma que
consigo mismo. Es difícil exponer temas co- no exista discrepancia del medio con el princi-
nocidos 24 de una forma original y tú transfor- pio, ni del final con el medio.
marás el poema iliádico en obra teatral más fá- Tú escucha lo que yo, y conmigo el pueblo,
130 cilmente que si presentaras algo desconocido y queremos oír, si tienes necesidad de alguien que
que no se ha dicho. Un tema público será de tu te aplauda tras esperar la caída del telón y per-
manezca sentado hasta que el cantante diga:
20
Mejor que punto. «Vosotros, aplaudid.» Tienes que darte cuenta
21
Caballeros y plebe.
25
22
Al no poner punto tras FINGE ni tras SCRIPTOR, se introduce un Traducción del principio de la Odisea.
26
«de manera que, de ese modo...». Rey de los Listrigones. Od(isea) 10.100 ss.
27
23
HONORATUM puede entenderse también como «tema conoci- Od. 12.85 ss.
28
do» o «personaje célebre», como oposición a los versos 125-6. Od. 9.187 ss.
29
24
COMMUNIA puede entenderse también como «caracteres gene- Se dice que Helena había nacido de un huevo puesto por Leda
rales, temas públicos...». y no por Némesis.

128 129
de las costumbres de cada edad y dar lo que ojos del espectador gran número de cosas que
conviene a naturalezas y años cambiantes. El ni- pronto relatará la elocuencia de un testigo pre-
ño que ya sabe reproducir palabras y marca la sencial. Que Medea no degüelle a sus hijos a la
tierra con pie seguro gusta enormemente de ju- vista del público o que el infame Atreo no cueza
gar con otros de su edad, concentra su ira y la ante todo el mundo entrañas humanas y que
abandona sin razón suficiente y cambia de hora Procne no se cambie en pájaro y Cadmo en ser-
160 en hora. El joven, aún imberbe, por fin alejado piente. Cualquier cosa que se me muestre de es-
su tutor, se complace en los caballos, en los te tipo la detesto incrédulo.
perros, en la soleada pradera del campo de Mar- La obra que quiera ser reclamada y puesta en
te, de cera para acomodarse al vicio; duro, en 190 escena que no sea más breve ni más larga que
cambio, ante sus consejeros, tarde se ocupa de cinco actos; que no intervenga un dios, a no ser
las cosas útiles, pródigo de dinero, altanero, lle- que el desenlace se presente digno de un venga-
no de deseos y ligero en abandonar las cosas dor; que un cuarto actor no se esfuerce en
amadas. hablar: el coro debe defender las actuaciones y
Los afanes cambian y la edad y el espíritu del la obligación viril y no cantar en los entreactos
hombre buscan riquezas e influencias, están al nada que no se relacione con el tema y no se
servicio de los honores, se guarda de cometer lo adhiera a él adecuadamente. Debe favorecer a
que muy pronto deberá esforzarse en cambiar. los buenos y aconsejarles amistosamente30,
Muchas incomodidades rodean al viejo o en guiar a los airados y amar a los que se muestren
cuanto a lo que adquiere actuando como un mi- temerosos de cometer alguna falta; debe alabar
no serable, se abstiene de lo conseguido y teme uti- los manjares de una frugal mesa, la justicia sa-
lizarlo, o todo lo que hace lo hace de una forma na, las leyes y la paz abridora de puertas31; debe
tímida y con frialdad, da largas a los asuntos, 200 guardar los secretos, suplicar a los dioses y. ro-
tiene grandes esperanzas, perezoso y ansioso del garles para que la fortuna vuelva a los desgra-
porvenir, rebuscado, se queja de todo, hace la ciados y se aparte de los soberbios. La flauta no
alabanza dé aquellos tiempos en que él era niño, estaba, como ahora, rodeada de latón ni era ri-
reprende y censura a los que son más jóvenes. val de la trompeta, sino que era delgada, simple
Los años, al transcurrir, traen consigo muchas y con pocos agujeros y servía para dar el tono y
cosas buenas, pero al retirarse se llevan muchas colaborar con los coros, así como llenar con su
otras. Que no se encargue a un joven del papel son los asientos aún no demasiado espesos en
de un anciano, ni a un niño del de un hombre ya donde se agrupaba gente que se podía contar
formado; que siempre se quede en los rasgos perfectamente, puesto que era poca, discreta,
característicos de su edad y apropiados a ella. casta y retraída. Después de que victorioso em-
O la acción transcurre en la escena o se cuenta pezó a extender su campo y un muro más ancho
una vez pasada. Lo transmitido por la oreja ex- comenzó a rodear las ciudades32 y a apaciguar
180 cita menos los ánimos que lo que es expuesto
ante los ojos, que no le engañan y que el espec- 30
AMICE no es vocativo.
tador mismo se apropia para sí; sin embargo, 31
Hesíodo Teogonia 902. Las tres hijas de Zeus y de Temis.
no presentará en escena hechos que deban 32
En plural como dan los códices y no singular, entendido como
transcurrir entre bastidores y apartará de los Roma.

130 131
210 impunemente su Genio bebiendo durante el día cia cuando hablaran Davo o la audaz Pitias,
vino en las jornadas festivas, se introdujo una enriquecida con un talento que ha estornudado
mayor licencia en los versos y en los ritmos. En Simón33, o Sileno, guardián y servidor del dios
efecto, ¿qué podían saber un campesino incul- que ha criado. Continuaré mi poema modelado
to, libre de sus trabajos, mezclado con un 240 a partir de algo conocido, de manera que cual-
ciudadano, o un rufián en compañía de un quiera que crea poder hacer lo mismo, sude
hombre honrado? Así el flautista añadió a su mucho y trabaje en vano por haberse atrevido a
arte venerable el movimiento y el lujo, y errante tratar lo mismo; tanto tienen poder el orden y el
arrastró su vestimenta por los escenarios; tam- enlace de las palabras, tanto se añade de honor
bién así se acrecentaron los tonos de las cuerdas a lo que se toma del lenguaje habitual. Tengan
severas de la lira y una elocuencia arrebatada cuidado los Faunos sacados de sus bosques, en
trajo una expresión inusitada y sagaz para la mi opinión, y no hablen como si hubieran naci-
expresión de cosas útiles y para predecir el por- do en las calles y casi en el foro, ni nunca actúen
venir no discrepó de los oráculos que se dan en como jóvenes en versos demasiado tiernos o
Delfos. suelten palabras sucias e innobles; pues ofenden
220 Y el que participó por un macho cabrío de a los que tienen caballo, padre, patrimonio, y
poco valor en un certamen con un poema trági- aunque el comprador de garbanzos fritos o de
co, pronto también desnudó a los agrestes Sáti- nueces lo apruebe en alguna medida, los otros
ros y rudo intentó la broma dentro de una gra- ni lo aceptan con espíritu favorable, ni le pre-
vedad que permanecía intacta precisamente mian con una corona.
porque había que retener con encantos y con 250 Una sílaba larga a continuación de una breve
una grata novedad a un espectador que venía de se llama yambo, y es un pie rápido; también se
cumplir con sus sacrificios, ebrio y sin leyes. Pe- ordenó que el nombre de yámbicos se completa-
ro convendrá avalar a los Sátiros, reidores y ra con el de trímetros, aunque el ictus34 se pro-
mordaces y transformar las cosas serias en bro- dujera seis veces, semejante a sí mismo de prin-
ma de tal manera que cualquiera que sea el dios cipio a fin; recientemente, para que llegara al
o el héroe que se presente, visto recientemente oído un poco lento y grave, aceptó, benévolo y
rodeado de oro y púrpura regios, no termine en tolerante, en sus leyes paternas los firmes
oscuras chozas por su lenguaje de baja condi- espondeos35, aunque no cedieran con agrado los
ción, pero que tampoco, mientras evita ponerse lugares segundo y cuarto36. Este pie rara vez apa-
a un nivel demasiado bajo caiga en las nubes y
230 el vacío. Es indigno de la tragedia charlar en ver- 33
sos livianos, de la misma manera que una madre Pitias, siervo de Simón, en una comedia de Cecilio, le sacaba
de familia respetable a la que se obliga a bailar dinero a su amo para la dote de su hija.
34
en días festivos, estará un poco avergonzada en Ictus, tiempo fuerte u-¡-.
35
Espondeo - — . La expresión NON ITA PRIDEM (traducida aquí
medio de los Sátiros descarados. Si yo escribiera «recientemente») es confusa, y no se ha encontrado otra más satis-
dramas satíricos, Pisones, no me agradaría ha- factoria. Téngase en cuenta que ya Arquíloco (vn a.C.) utilizaba
cerlo sólo con palabras propias y sin argumento espondeos en sus trímetros yámbicos.
alguno ni me esforzaría en apartarme del tono 36
Los pies impares admiten la sustitución por espondeos, pero
trágico hasta tal punto que no existiera diferen- no así los pares, en los que generalmente se conserva el yambo.

132 133
rece en los excelsos trímetros de Accio3T, y en lo Tras él, Esquilo, inventor de la máscara y de la
que se refiere a los versos de Ennio38, lanzados a ropa de gala, montó estrados sobre pequeños
260 la escena con tanta gravedad, él acusa a estos 280 maderos, y enseñó a hablar en tono elevado y a
versos con el deshonroso reproche o de ser un subirse en el coturno41. A continuación vino la
trabajo hecho demasiado rápido y sin el menor comedia antigua, que no careció de gran éxito,
cuidado o de ignorancia del arte. El primer pero la libertad cayó en el exceso y en una
crítico que llega no ve en los poemas defectos de violencia digna de ser regida por una ley; ley
armonía, y se dio a los poetas romanos una in- que fue aprobada 42 y el coro vergonzosamente
decorosa indulgencia. ¿Acaso por eso voy a dar se calló, al retirársele el derecho de molestar.
tumbos de un lado para otro y a escribir sin Nada dejaron de intentar nuestros poetas, y
regla alguna? ¿O voy a pensar que todos verán no merecieron un honor menor cuando, atre-
mis errores, y a mantenerme a cubierto y pru- viéndose a abandonar los caminos griegos y a
dente en el lugar donde hay esperanza de indul- cantar los hechos nacionales, representaron fá-
gencia? A fin de cuentas, habré evitado el error, bulas pretextatas o togadas43. El Lacio no sería
pero no habré merecido la loa. Vosotros tenéis 290 más potente por su gloria o por sus ilustres
que darles vueltas y vueltas en vuestras manos, hechos de armas que por su. ley, si el trabajo y la
día y noche, a los modelos griegos. Frente a esto, lentitud de la lima no molestaran a nuestros
270 vuestros antepasados alabaron admirados tanto poetas. Vosotros, oh sangre de Pompilio u, cen-
los ritmos como los chistes de Plauto, ambos de- surad el poema que no han corregido muchos
masiado benévolamente, por no decir estúpida- días y muchas tachaduras no han pulido diez ve-
mente, si es verdad que solamente vosotros y yó ces hasta poder desafiar a la uña mejor cortada.
sabemos distinguir una palabra elevada de una Porque Demócrito cree al genio más afortu-
grosera y somos hábiles en reconocer con los de- nado que al arte miserable y excluye del Helicón
dos y el oído una cadencia correcta. a los poetas sensatos, un número considerable
El género desconocido de la Musa39 trágica se de autores no se ocupa de cortarse las uñas ni la
dice que lo inventó Tespis40, y que paseó en barba, busca lugares apartados y evita los ba-
carros sus poemas, que cantaban y representa- ños; en efecto, alcanzarán el título de poetas si
ban gentes con los rostros untados por heces. 300 nunca confían al peluquero Licino45 su cabeza
37 41
Lucius Accius, nacido en Pisauro (Cimbria) en 170 a.C, com- Calzado de alto tacón que utilizaban los actores en las repre-
puso una dedicatoria en versos saturnios para el templo construido sentaciones.
42
en conmemoración de las victorias en España de Brutus Callaicus, Se duda de que existiera tal ley.
43
cónsul en 138 a.C. Era un gran erudito y crítico literario„así como Las fábulas pretextatas o togadas se oponían de una forma ge-
un poeta de gran originalidad. neral a las paliatas, que eran las griegas. El pasaje tiene una doble
38 interpretación: puede referirse a obras dramáticas sobre hechos la-
Ennio, nacido en 239 a.C, en Calabria; considerado como
uno de los mejores prosistas y poetas latinos, capaz de rivalizar sin tinos frente a los griegos o también a tragedia (pretextata, que tra-
desmerecer con ¡os escritores griegos de la época helenística. taba sobre gente noble) y comedia (togada, que trataba sobre perso-
39 nas de bajá clase); probablemente a ambas cosas al mismo tiempo.
Camenae eran deidades que desde Livio Andrónico se identifi-
44
can con las Musas. Los Pisones pertenecían a la gens Calpurnia, que pretendía es-
40
Hacia 535-533 a. C. se instauraron de una forma oficial los tar relacionada con Calpo, hijo de Numa Pompilio.
45
concursos trágicos en Atenas, y Tespis ganó ese primer premio. Peluquero de moda de la época.

134 135
incurable incluso para las tres Anticiras46. ¡Oh ¿cuánto queda?... Ya deberías haber respondi-
yo desgraciado, que purgo mi bilis cuando se do. —Un tercio de as. —¡Muy bien! Serás ca-
aproxima la estación primaveral! Ningún otro paz de conservar tu patrimonio. Se le añade una
haría mejores poemas; pero nada es digno de 330 onza. ¿Cuánto hace eso? —Medio as.» Cuando
tan gran precio. Así pues, jugaré el papel de la ese orín y esa preocupación del ahorro hayan
piedra de afilar, que es capaz de hacer al hierro impregnado los espíritus, ¿esperamos que
cortante y ella misma es incapaz de cortar; yo podrá componer versos dignos de ser untados
mismo, no escribiendo nada, enseñaré el papel y con cedro48 y de ser conservados dentro de
el deber, de dónde los recursos, qué alimenta y ciprés bien pulido?
forma al poeta, qué conviene y qué no, a dónde Los poetas quieren ser útiles o deleitar o decir
lleva la virtud, a dónde el error. a la vez cosas agradables y adecuadas a la vida.
Para escribir bien, razonar es el principio y la Cualquier precepto que se dé, que sea breve, pa-
fuente. A ti te lo podrán indicar las obras socrá- ra que los espíritus dóciles capten las cosas
310 ticas, y las palabras sin esfuerzo vendrán a unir- dichas de una forma concisa y las retengan con
se al tema que se te presenta. El que ha aprendi- fidelidad. Todo lo superabundante se escapa de
do qué debe a la patria, qué a sus amigos, con un corazón demasiado lleno. Que las ficciones
qué tipo de cariño se debe amar a un padre, a un inventadas para causar placer sean próximas a
hermano y a un huésped, cuál es la obligación la verdad, de manera que la fábula no reclame
de un senador p de un juez, qué papel juega un que se le crea todo lo que ella quiera ni se saque
general enviado a la guerra, ése sabe, sin duda, del vientre de una Lamia49 el niño vivo con el
entregar a cada personaje lo que le conviene. Te 340 que se ha alimentado. Las centurias de ancia-
ordenaría que te volvieses, astuto imitador, al nos50 critican las cosas carentes de fruto, los
modelo de la vida y de las costumbres, y de ahí Rammes51 altivos pasan por alto los poemas
extraer palabras vivas. sobrios. Todos los votos se los lleva el que
A veces una obra sin arte alguno y sin peso, mezcla lo útil a lo agradable, deleitando al lec-
mas brillante en ideas y con caracteres bien di- tor al mismo tiempo que se le instruye; ése es el
320 bujados, deleita y retiene mejor al público que libro que da dinero a los Sosios52, atraviesa los
versos sin ningún fondo y sin bagatelas armo- mares y prolonga durante mucho tiempo la no-
niosas. toriedad del escritor. Hay, sin embargo, faltas
A los Griegos la Musa dio el ingenio, a los que quisiéramos perdonar; pues ni la cuerda da
Griegos dio el hablar con una boca pulida, a los siempre el sonido que quieren la mano y el
Griegos, ávidos solamente de gloria; los niños 48
Romanos aprenden con largos cálculos a dividir Se refiere al aceite de cedro que se utilizaba para proteger los
un as47 en cien partes. «A ver, que me diga el hi- papiros.
49
jo de Albino: sí de cinco onzas restamos una, Especie de vampiro con cuerpo de mujer y pies de asno que se
creía que comía niños.
46 50
Aunque había tres ciudades con este nombre famosas por la Con centurias de ancianos se refiere a gente de más de cuaren-
cantidad de heléboro que tenían (planta que curaba la locura), pro- ta y seis años.
51
bablemente se refiere a la de Fócide, en el golfo de Corinto. Por Ramnes se entiende jóvenes caballeros. Nombre tomado
47
El as, unidad monetaria, era un lingote de cobre de una libra de la primera de las tres tribus formadas por Rómulo y Tacio.
52
de peso (327 gramos) dividida en 12 onzas. Famosos libreros romanos.

136 137
espíritu y con mucha frecuencia da un sonido dioses, ni los libreros57 el ser mediocres. Del
agudo al que le pide uno grave, ni el arco alcan- mismo modo que entre mesas agradables una
350 za siempre todo lo que amenaza. Pero cuando sinfonía discordante, un perfume de mala cali-
las bellezas son lo más numeroso en un poema, dad y una adormidera con miel sarda58 chocan,
yo no seré cegado por unas pocas manchas que, porque la cena había podido transcurrir sin esas
o la negligencia ha esparcido, o la naturaleza cosas, así un poema nacido e inventado para ha-
humana no cuidó lo suficiente. Así pues, ¿qué cer gozar los espíritus, si se aparta un poco del
quiere decir esto? Del mismo modo que un co- tono elevado cae hasta lo más bajo. El que no
pista comete constantemente la misma falta, sabe jugar se abstiene de las armas del Campo
aunque ha sido advertido, no tiene disculpa, y de Marte, el que ignorante de la pelota o del dis-
como uno se ríe de un citaredo que siempre se 380 co o del juego del aro se mantiene tranquilo pa-
equivoca en la misma cuerda, así para mí el que ra que los círculos cerrados de espectadores no
comete muchos fallos, se me convierte en aquel rompan a reír impunemente; el que no sabe
Querilo53 al que me admiro riéndome cuando es componer versos, sin embargo, se atreve a ha-
bueno dos o tres veces; y exactamente igual me cerlos. ¿Por qué no? Es libre, de buena familia,
indigno cuando el excelente Homero dormita; especialmente está inscrito como poseedor del
360 pero se puede permitir en una obra larga que el censo de los caballeros y está exento de todo vi-
sueño aparezca. cio.
La poesía es como la pintura; habrá una que Tú, tú no harás ni dirás nada que le repugne a
te cautivará más si te mantienes cerca, otra si te Minerva; ésa es tu opinión, ésa tu razón. Sin
apartas algo lejos; ésta ama la penumbra; embargo, si algún día escribieras algo, ponió en
aquélla, que no teme la penetrante mirada del los oídos del crítico Meció59, de tu padre y
que la juzga, quiere ser vista a plena luz; ésta míos, enciérralo ocho años manteniendo en tu
agradó una sola vez; aquélla, aunque se vuelva casa bien cerrado el papiro; podrás destruir lo
a ella diez veces, agradará (otras tantas). 390 que no has publicado, pero una palabra dicha
Oh tú, el primogénito de los jóvenes54 aunque no vuelve.
seas formado hacia la rectitud por la voz pater- A los hombres de los bosques, un ser sagrado
na y por ti mismo tengas correcto juicio, recoge e intérprete de los dioses, Orfeo, los apartó de
en tu memoria esto que se dice para ti: en algu- los crímenes y de la comida indigna, por eso se
nas cosas se admite correctamente que sea me- ha dicho que él domaba a los tigres y a los
dio y pasable; un jurisconsulto o un abogado leones feroces; también se ha dicho de Anfión,
370 mediocres están lejos, el uno de la virtud del fundador de la ciudad de Tebas, que movía
orador Mésala55, el otro no sabe tanto como
Aulo Cascelio56, y sin embargo tienen valor; a 57
los poetas no concedieron ni los hombres, ni los La traducción dice ni las «columnas»; se refiere a que los
libreros fijaban sus novedades en las columnas.
58
Los granos de adormidera se servían con miel. La miel de Cer-
53
Mal poeta. deña era muy amarga.
54 59
Cf. Introducción. Pompeyo le había encargado que eligiera las obras que se
55
Mésala era un conocido orador. representarían en la inauguración de un teatro. Cuando Horacio
56
Jurisconsulto contemporáneo de Cicerón. escribe esto presidía una comisión de lectura de obras dramáticas.

138 139
piedras con el sonido de su lira y las llevaba con so quedarme el último y confesar razonable-
su atrayente súplica a donde él quería. Esta era mente que no sé lo que no he aprendido.»
otrora la sabiduría: separar lo público de lo pri- Como un pregonero que reúne a la multitud
vado, lo sagrado de lo profano, prohibir las re- para vender sus mercancías, el poeta invoca a
4
laciones vagabundas, dar leyes a los esposos, 20 los aduladores a que acudan a la ganancia si es
construir ciudades, grabar leyes en la madera. rico en tierras, rico en dineros colocados con in-
400 Así les vino la gloria y el renombre a los poetas terés. Si además es tal que puede servir ade-
inspirados y a sus poemas. Tras ellos, el ilustre cuadamente una buena comida, a presentar
Homero y Tirteo60, animaron con sus versos a garantías por un pobre cualquiera y arrancarlo
las almas viriles (para que participaran en) los cuando está metido en terribles pleitos, me
combates de Marte; los oráculos se han dicho admiraría si supiera distinguir, feliz como es,
por medio de versos; se ha mostrado el camino entre el falso y el verdadero amigo. Tú, sea que
de la vida61 y se ha tratado de ganar el favor de hayas dado o sea que quieras dar a alguien,
los reyes con los ritmos Pierios62, y se inventó el guárdate de llevar a ése lleno de alegría ante ver-
juego de la escena, fin de rudas tareas. Que no sos hechos por ti; sin duda, exclamará: «¡Bien,
se tenga vergüenza ni de la Musa hábil en la lira estupendo, correctísimo!», palidecerá ante
ni del cantor Apolo. ellos, incluso de sus ojos amistosos gotearán las
Se ha preguntado si es la naturaleza la que ha- 430 lágrimas, se estremecerá, golpeará la tierra con
ce a un poema digno de elogio o si es el arte; yo el pie. Del mismo modo que los que lloran a
410 no veo a qué servirá el trabajo sin una rica vena sueldo65 funerales dicen y hacen casi más que
ni el genio sin pulir; cada uno pide la ayuda del los que les sale el dolor de su ánimo, así uno que
otro, y ambos conspiran juntos amistosa- se burla se conmueve más que un panegirista
mente63. El que desea alcanzar a la carrera la auténtico. Se dice que los reyes abruman con
meta deseada ha sufrido mucho, y lo hizo desde muchas copas de vino y someten a interrogato-
niño, ha sudado y ha pasado frío, se ha absteni- rio con vino puro, al que se esfuerzan en ver cla-
do del amor y del vino; el tocador de flauta que ramente si es digno de su amistad; si compones
toca en los Juegos Píticos, ha aprendido prime- poesías, que nunca te engañen los espíritus que
ramente y ha tenido un maestro. Hoy basta de- están ocultos bajo la piel de zorro. Si se leía algo
cir: «Yo compongo poemas admirables; que la a Quintilio66, decía: «Corrige, por favor, esto y
sarna alcance al último64; para mí es vergonzo- 440 también esto»; si se decía que no se podía hacer
mejor tras dos o tres intentos en vano, te rogaba
so Poeta griego del siglo vn a.C. famoso por sus cantos de aliento que lo destruyeras y que pusieras de nuevo
a los espartanos para que lucharan por su patria.
61
sobre el yunque los versos mal torneados. Si se
Alusión a la poesía gnómica cuyos representantes más prefería defender el error en lugar de corregirlo,
característicos eran Solón y Teognis. no decía ni una palabra más ni se gastaba en
62
De las musas. Se refiere probablemente a las luchas que había
entre algunos poetas (Pindaro, Simónides, Baquílides) por conse-
65
guir contratos con los grandes señores. El uso de plañideros (-as) tenía origen oriental; probablemente
« Cf. Aristóteles 1451a y 1455a. en Roma lo introdujeron los etruscos.
64 66
Equivalente al español «el último, tonto»; esta frase de Hora- Quintilio Varo, de Cremona era amigo de Virgilio y de Hora-
cio se basa también en un juego infantil. cio.

140 141
una obra inútil, de manera que no impidiera morir; el que salva a uno que no lo quiere hace
que el autor se amara sin rival, él y sus versos. lo mismo que si le matara. No es la primera vez
El hombre honesto y reflexivo criticará los ver- que ha hecho esto ni, si se le saca, volverá a ser
sos sin fuerza, condenará los duros, trazará una un ser humano y no abandonará su deseo de
línea negra en sentido transversal con su pluma 470 una muerte ilustre. Ni aparece bástante claro
en los versos toscos, suprimirá los ornamentos por qué hace versos, si ha orinado sobre las ce-
pretenciosos, obligará a que se aclare lo poco nizas de su padre o si impuro ha turbado un si-
claro, denunciará lo dicho de una manera ambi- niestro lugar alcanzado por un rayo71; en cual-
gua, señalará lo que se debe cambiar, se conver- quier caso es un ser enfurecido, y como un oso,
tirá en Aristarco67, y no dirá: «¿Por qué voy yo que ha sido capaz de romper los barrotes de su
a ofender a un amigo por bagatelas?» Estas ba- jaula que se ofrecían ante él, ácido lector ahu-
gatelas llevarán a graves problemas a un poeta, yenta al ignorante y al sabio; pero al que ha co-
si al mismo tiempo se ríen de él y lo acogen des- gido, lo retiene y lo mata leyendo, sanguijuela
favorablemente. que no dejará la piel a no ser llena de sangre.
Del mismo modo que al que acosan la sarna
maligna o el mal real68 o el frenesí fanático o la
cólera de Diana69, los sabios temen tocar y 71
Los lugares donde caían los rayos eran considerados sagrados
rehuyen al poeta loco; los niños lo molestan y y a su alrededor se colocaba una valla.
los imprudentes lo siguen. Si, mientras recita
con la cabeza levantada sus versos y va de un la-
do para otro, como un cazador de pájaros que
persigue mirlos, cae en un pozo o en una fosa,
aunque grite durante mucho tiempo: «¡So-
460 corro! ¡Eh! ciudadanos», no habrá nadie que se
ocupe de sacarle. Si alguien se ocupase de ayu-
darle y íe lanzara una cuerda le diría yo: «¿Có-
mo sabes si no se ha lanzado a proposito y no
quiere que se le salve?», y le contaría la muerte
del poeta de Sicilia70: deseando que se le tuviera
por un dios inmortal, Empédocles precipitó su
cuerpo a sangre fría en el Etna ardiente. Que los
poetas tengan el derecho y que se les permita
67
Aristarco de Samotracia (217-145 a.C), bibliotecario de
Alejandría; con él comenzó la erudición científica; su obra cubrió
campos como el gramatical, el etimológico, el ortográfico, el litera-
rio y el de crítica textual.
68
La ictericia; se le llamaba así por los gastos enormes que había
que soportar para curarla.
69
Los «lunáticos».
70
Se refiere a Empédocles de Agrigento (poeta-filósofo).

142
143
BOILEAU
CANTO PRIMERO

Vanamente un temerario autor piensa en el


Parnaso ' alcanzar la cima del arte de los versos.
Si no siente de ninguna manera la influencia
secreta del cielo, si su astro no le ha hecho poeta
cuando nació, es siempre un prisionero de su li-
mitado genio; para él es sordo Febo2 y Pegaso3,
reacio.
¡Oh vosotros que peligrosamente ardorosos,
participáis en la espinosa carrera del espíritu
cultivado!, no vayáis a agotaros en versos sin
fruto, ni a considerar una afición a hacer rimas
10 como genio; temed los cebos engañosos del pla-
cer vacuo y pensad mucho tiempo en cuál es
vuestro espíritu y cuáles vuestras fuerzas4.
La naturaleza, feraz en excelsos espíritus, sa-
be repartir el talento entre los autores: uno es
capaz de dibujar con sus versos un fuego amo-
roso; otro sabe aguzar con mordacidad un
epigrama con un rasgo gracioso. Malherbe
1
Esto es, en el terreno de la poesía.
2
Apolo el dios de la poesía lírica.
3
Es el que transportaba al poeta inspirado.
4
Horacio 38-40.

147
puede loar las hazañas de un héroe y Racán5 brío insensato, siempre van a buscar su idea le-
cantar a Filis, a los pastores y a los bosques: jos del recto sentido: creerían caer con sus ver-
mas con frecuencia un espíritu que se adula y se sos monstruosos en lo más bajo si pensaran que
ama desconoce el valor de su genio y se ignora a otro ha podido pensar como ellos. Evitemos es-
20 sí mismo: por ejemplo un tal 6 que antaño se vio tos excesos: dejemos a Italia la locura cega-
ennegrecer con versos las paredes de un dora de todos sus falsos brillos 10. Todo debe
cabaret7 en compañía de Faret8, se va a cantar, tender al buen sentido; pero para llegar a eso el
sin venir a cuento, la huida triunfal del pueblo camino es resbaladizo y es trabajoso mantener-
hebreo con voz insolente, y persiguiendo a se recto; a poco que uno se aparte, inmediata-
Moisés a través de los desiertos corre con el Fa- mente se ahoga. La razón en su trayecto no
raón a ahogarse en los mares9. Que siempre en tiene más que un camino.
cualquier tema que se trate, sea divertido o ele- 50 A veces un autor, demasiado imbuido de su
vado, se hermanen el recto sentido y la rima; objetivo, nunca abandona un tema sin agotarlo.
30 ambas inútilmente parecen odiarse, pero la rima Si encuentra un palacio, me describe su facha-
es una esclava y no tiene otra cosa más que obe- da, a continuación me pasea de terraza en terra-
decer. Cuando alguien se afana inicialmente en za; aquí se presenta una escalinata; allá es un
buscarla correcta, su espíritu se acostumbra a pasillo lo importante; acullá un balcón termina
encontrarla con facilidad; ante el yugo de la ra- en una balaustrada de oro. Cuenta los redonde-
zón se doblega sin esfuerzo y, no sólo no lo mo- les y los óvalos que adornan los techos: «No
lesta, sino que la sirve y la enriquece. Pero son más que festones y astrágalos»". Paso
cuando se la olvida, se hace rebelde y corre tras veinte páginas para encontrar el final y a duras
ella el buen sentido para volver a cogerla. Así penas me salvo a través del jardín. Evitad la es-
pues, amad la razón: que siempre vuestros escri- téril abundancia de ese tipo de autores, y no os
tos tomen de ella su lustre y su valor. 60 recarguéis de ninguna manera con un detalle
40 La mayoría de los escritores, guiados por un inútil. Todo lo que se dice en demasía es
insípido y cargante l2. El espíritu harto lo recha-
5
6
El marqués de Racan (1589-1670). za inmediatamente. El que no sabe contenerse
Saint Amant, autor de Moisés salvado (B). no supo jamás escribir.
7
Marcial Epigramas 12.62. Con frecuencia el temor a un mal nos condu-
8
Faret, autor de un libro titulado El hombre honesto y amigo de ce a otro peor 13: un verso era demasiado blando
Saint Amant (B). Nicolás Faret (Bourg-en-Bresse 1596-muerto en
1646 e inhumada en Saint-Germain-L'Auxerrois) frecuentó hacia
10
1620 el círculo de Colletet y Malleville. Fue amigo de Coeffeteau y Durante la primera mitad del siglo xvn en Francia había una
de Vaugelas; es uno de los primeros académicos. En 1630 apareció gran admiración por la literatura italiana, especialmente por Tasso
una obra suya titulada El hombre honesto b El arte de agradar en la y Ariosto.
corte, en la que dice (capítulo «Acerca de la fuerza de la opinión»): 11
Verso de Scudéri (B), que dice «coronas» y no «astrágalos»
«No sé cómo ha ocurrido que mi nombre por desgracia rime con que son molduras colocadas en las columnas entre el fuste y el capi-
Cabaret tan adecuadamente, de manera que buenos y malos poetas, tel. El fragmento se refiere al libro III del Alarico; en ese libro Scu-
amigos y desconocidos... se han valido de esta rima que encuentran déry emplea casi trescientos versos en describir las partes de un pa-
tan cómoda.» lacio.
9 12
En la obra de Saint Amant (1594-1661) la madre de Moisés ve Horacio 337.
13
en sueños el paso del Mar Rojo. Cf. 3.261-5. Horacio 31.

148 149
y lo convertís en uno duro; por evitar ser prolijo cias, y del oficinista y del burgués pasó a los
me hago oscuro 14. Un autor no está demasiado príncipes. El peor bromista tuvo sus adeptos; y
disfrazado, pero su Musa se nos presenta 90 cualquiera, incluso d'Assoucy21, encontró lec-
completamente desnuda; otro tiene miedo a tores. Pero finalmente la corte, desilusionada
arrastrarse y se pierde en las nubes. de este estilo, desdeñó la fácil extravagancia de
¿Queréis merecer los amores del público? 1S. estos versos, distinguió lo ingenuo de lo anodi-
70 Cuando escribáis, cambiad sin cesar vuestra no y chocarrero y dejó que la provincia admira-
forma de escribir. Un estilo demasiado igual y ra el Tyfón22. Que nunca ese estilo mancille
constantemente uniforme brilla vanamente ante vuestra obra. Imitemos el elegante gracejo de
nuestros ojos, ya que por necesidad nos adormi- Marot23 y dejemos lo burlesco a los bromistas
la. Se lee poco a esos autores, que parecen naci- del Pont-Neuf24.
dos para aburrirnos y que parecen salmodiar Pero, ni siquiera en una Farsalia, siguiendo
siempre en un mismo tono 16. los pasos de Brébeuf, a apilar en las orillas «cien
¡Feliz aquel que en sus versos sabe con ligera 100 quejumbrosas montañas de muertos y de mori-
voz pasar del tono grave al suave y de lo gra- bundos»25. Captad mejor vuestro tono, sed
cioso a lo serio! Su libro, amado por el Cielo y
querido por los lectores, se encuentra con fre- 21
Penoso autor que compuso Ovidio de buen humor (B).
cuencia rodeado de compradores en la librería Charles Coypeau d'Assoucy, nacido en París en 1604, muerto en
de Barbin 17. 1679, puso en versos burlescos el Rapto de Proserpina, de Claudio
Escribáis lo que escribáis, evitad la bajeza: Claudiano, y una parte de las Metamorfosis, de Ovidio. Su vida
80 incluso el estilo menos noble tiene algo de errante y aventurera estuvo llena de acontecimientos que él narraba
nobleza. El descarado estilo Burlesco ,8, inicial- en sus obras satíricas.
mente engañó y agradó, a despecho del sentido Varios príncipes o grandes personajes del reino protegían a escri-
común, por su novedad. Lo único que se veía en tores burlescos en la primera mitad del xvn: d'Assoucy fue protegi-
versos eran chistes triviales; el Parnaso se puso do por Madame Royale, hija de Enrique IV; Sarasin por el príncipe
a hablar el lenguaje de los mercados; ya no hu- Conti; Boisrobert por Richelieu; Blot y Sauvage por Gastón d'Orlé-
ans, y Scarron por Ana de Austria.
bo forma de frenar las licencias en la rima, y 22
Typhon o La gigantomaquia o La guerra de los dioses contra
Apolo disfrazado 19 se convirtió en un los gigantes, poema paródico de la epopeya escrito por Scarron y
Tabarín20. Esta infección contagió las provin- publicado en 1644. Paul Scarron, nacido en París en 1611 y muerto
en 1660, primer marido de Madame de Maintenon, autor de Don
14
Horacio 25-6. Japhet, Jodelet y otras obras de teatro.
23
'5 Horacio 26-8; 230. Marot, por sus giros y su estilo, parece que ha escrito después
16
Horacio 355-6. de Ronsard; entre el primero y nosotros no hay más diferencia que
17
Horacio 343-5. algunas palabras (La Bruyére).
18 24
Muy de moda en la primera mitad del siglo xvn, decayendo Los vendedores de mitridato y los que hacen representaciones
hacia 1660. Saint Amant se vanagloriaba de haberlo introducido en de marionetas se ponen desde hace mucho tiempo en el Pont-Neuf
Francia. (B).
19 25
Alusión al Virgilio disfrazado, de Scarron. Véase De Brébeuf (B). Guillaume de Brébeuf (1617-1661) era
20
Antoine Girard, llamado Tabarin (1584-1626), grosero bufón, autor de una ampulosa traducción de la Farsalia, de Lucano. El
era el ayudante de un charlatán llamado Mondor, muy famoso a verso es una cita trucada; al poner morts en lugar de mourants exa-
principios de siglo. gera el defecto que señala.

150 151
simples artísticamente, sublimes sin orgullo, tuvo éxito mucho tiempo. Pero su Musa, que
agradables sin tapujos. hablaba griego y latín en francés, vio caer en los
No ofrezcáis al lector nada más que lo que años siguientes, y por una reforma grotesca, el
pueda agradarle. Tened un oído severo para la fasto pedante de sus ampulosas palabras31. Este
cadencia: que siempre el sentido, cortando las poeta orgulloso, que cayó de tan alto, hizo que
palabras, suspenda el hemistiquio en vuestros 130 Desportes32 y Bertaut33 fueran más discretos.
versos y señale el descanso. Evitad que una vo- Finalmente vino Malherbe e hizo que se nota-
cal, por ir demasiado aprisa, no se tope en su ra, por primera vez en Francia, una justa caden-
camino con otra26. Que haya una adecuada se- cia en los versos, enseñó el poder de una palabra
lección de palabras armoniosas. Evitad el en- puesta en su sitio y redujo a la Musa a las reglas
lio cuentro odioso de sonidos desagradables: no del deber. Arreglada la lengua por medio de este
puede deleitar al espíritu el verso mejor hecho o excelente escritor, ya no ofreció ninguna rudeza
el pensamiento más noble si se hiere al oído. a un oído depurado.
Durante los primeros años del Parnaso fran- Las estancias aprendieron a caer con gracia y
cés todas las leyes eran dictadas únicamente por ya no osó que se encabalgara un verso con otro.
el capricho. La rima, al final de palabras sin 140 Todo reconoció sus leyes y este fiel guía sirve
medida colocadas, sustituía a cualquier orna- aún como modelo para los autores actuales. Se-
mento, al ritmo y a la cesura27. Villon28 fue el guid sus pasos, amad su pureza e imitad la clari-
primero que supo, en aquellos siglos toscos, dad de su giro feliz. Si tarda en comprenderse el
aclarar el confuso arte de nuestros viejos sentido de vuestros versos, inmediatamente mi
romancistas29. Inmediatamente después, Marot espíritu comienza a distenderse y, dispuesto a
120 hizo florecer las baladas, modeló letrillas, rimó apartarse de vuestros vanos discursos, no sigue
mascaradas30, puso los rondós al servicio de a un autor al que es necesario buscar siempre.
estribillos fijos y mostró caminos totalmente Hay algunos espíritus cuyos sombríos pensa-
nuevos para rimar. Ronsard, que le siguió, re- mientos están siempre rodeados de una espesa
gulándolo todo con otro método, lo confundió niebla que ni siquiera sabría traspasar el día de
todo e hizo un arte a su modo, pero incluso así 150 la razón. Así pues, antes de escribir, aprended a
pensar. La expresión sigue a nuestra idea según
26
Se refiere al hiato.
sea más o menos oscura o menos clara, o más
27
La mayor parte de nuestros antiguos romances franceses están pura. Lo que se concibe bien se expresa con cla-
en versos confusos y sin orden como el Román de la Rose y varios ridad, y llegan con facilidad las palabras con
otros (B). Error de Boileau; la poesía medieval tenía muy estrictas que hay que decirlo34.
reglas. 31
28 Todos los escritores del siglo de Luis XIV fueron, como Boi-
Sorprende el homenaje de Boileau a Villon. El siglo xvi y
Malherbe fueron muy severos con este poeta. Sin embargo, Marot leau, muy severos con Ronsard.
32
había publicado sus obras, y en el siglo xvn, Guillaume Colletet Philippe Desportes, abate de Saint Tirón, nacido en Chartres
escribió una Vida de Villon, que probablemente conoció Boileau; es en 1546 y muerto en 1606, nos ha dejado sonetos, elegías, canciones
muy posible que La Fontaine, gran aficionado a Marot y a Villon, y salmos en verso.
33
hubiera iniciado a Boileau. Jean Bertaut, obispo de Sées, nacido en Caen en 1552 y muer-
29 to en 1661, dejó cánticos, canciones, sonetos y otras poesías.
Se refiere a las canciones de gesta. 34
30 Horacio, 40-1; 309-11.
Error. Marot no escribió nunca ni letrillas ni mascaradas.

152 153
Muy especialmente que siempre os sea sagra- mos. La ignorancia siempre está dispuesta a ad-
da en vuestros escritos, incluso en medio de mirarse. Haceos amigos que estén dispuestos a
vuestros mayores excesos, la reverenciada len- criticaros y que sean sinceros confidentes de
gua. En vano me asaltáis con un tono melo- vuestros escritos y celosos enemigos de vuestros
dioso, si el término es impropio o el giro vi- defectos. Despojaos ante ellos de la arrogancia
cioso: mi espíritu no admite de ninguna manera 190 de la autoría, pero sabed distinguir al amigo del
160 un barbarismo pomposo, ni el orgulloso solecis- adulador39 ese que parece que os aplaude, pero
mo de un verso rimbombante. En una palabra, que se ríe40 y se burla. Amad que se os aconseje
sin dominar la lengua, el más divino autor es y no que se os alabe.
siempre, haga lo que haga, un mal escritor. Un adulador trata inmediatamente de hacer
Trabajad sin prisa, aunque os apremie algo y exclamaciones: cada verso que oye le deja exta-
que una loca velocidad no os azuce nunca35: un siado. Todo es encantador, divino, no le moles-
estilo tan rápido, que va aprisa haciendo rit- ta ninguna palabra; da pataditas de alegría, llo-
mos, indica menos espíritu que un poco de ra de ternura41; os colma por todas partes con
juicio. Prefiero un arroyo que discurre lenta- fastuosos elogios... No tiene nunca la verdad es-
mente sobre blanda arena en un prado lleno de te aire impetuoso.
flores, a un torrente desbordado que rueda, lle- 200 Un amigo juicioso, riguroso siempre, infle-
no no de guijos, con tempestuoso curso sobre un xible, no os deja nunca tranquilos con vuestras
terreno enfangado. Apresuraos lentamente y sin faltas: no perdona los pasajes descuidados, po-
desanimaros revisad vuestra obra veinte veces: ne en su lugar los versos descolocados, modera
pulidla y volvedla a pulir constantemente36; el énfasis ambicioso de las palabras; aquí choca
añadid algo esporádicamente y borrad frecuen- el sentido, allá es toda una frase. La construc-
temente. ción parece oscurecerse un poco por un término
Poca cosa es que chispeen algunos rasgos de equívoco: hay que aclararlo42... Así es como
agudeza, diseminados de vez en cuando, en una habla un auténtico amigo.
obra en la que hormiguean los errores. Es preci- Pero frecuentemente un autor intratable en
so que en ella cada cosa esté en su sitio; que se 210 cuanto a sus versos se cree interesado en prote-
correspondan el principio y el fin con la parte gerlos todos y de entrada se pone en el papel de
media37; que los fragmentos que han salido de ofendido. «La expresión de este verso, diréis, es
180 un arte delicioso no formen más que un todo de baja calidad. —¡Ah!, señor, os pido gracia
con diversas partes38, que el discurso, no apar- para ese verso, responderá primeramente.
tándose nunca del tema, no vaya a buscar de- —Esta palabra me parece fría; yo la suprimiría.
masiado lejos la palabra brillante. —¡Es el pasaje más hermoso! —No me gusta
¿Teméis por vuestros errores la censura este giro. —Todo el mundo lo admira»43. Así,
pública? Sed críticos severos con vosotros mis-
35 39
Scudéry decía siempre para disculparse de trabajar tan rápida- Horacio 420; 424-5.
mente, que tenía orden de acabar (B). 40
36
Horacio 433.
Horacio 291-4. 41
37
Horacio 428-30.
Horacio 152. 42
Horacio 445; 449.
38
Horacio 1-23. 43
Sobre este diálogo, véase Misántropo, II.2.

154 155
siempre insistente en nunca desdecirse, el que Pero frecuentemente un rimador acorralado
una palabra de su obra parezca molestaros es arroja despechado la flauta y el oboe en este es-
una razón para no borrarla. Sin embargo, cuan- tilo; y enloquecidamente rimbombante, en ins-
220 do se le oye, quiere la crítica; tenéis sobre sus piración indiscreta, adopta un tono épico en
versos un poder despótico... Pero todo ese bello medio de una égloga. Temeroso de escucharle,
discurso con que acaba de halagaros no es más Pan huye en los cañaverales; y las Ninfas se
que una astuta trampa para recitároslos. Inme- ocultan de espanto bajo las aguas. Otro, al
diatamente se aleja de vosotros; y, contento con contrario, abyecto en su lenguaje, hace hablar a
su Musa, se va a buscar a otro sitio a algún fa- sus pastores como se habla en la aldea45. Sus
tuo al que embauca; pues con frecuencia los en- versos sin agudeza y groseros, sin el menor
cuentra: así como nuestro siglo es fértil en auto- 20 atractivo, besan continuamente la tierra y rep-
res bobos, también lo es en admiradores necios; tan tristemente: diríase que Ronsard, en sus rús-
y, aparte de los que nos proporcionan la capital ticas flautas, viene aún a tararear sus idilios
y la provincia, hay en casa del duque y en la del góticos46, y a cambiar, sin respeto por el oído ni
príncipe. La obra más roma ha encontrado acti- el sonido, a Lycidas en Pierrot y a Filis en
vos partidarios siempre entre los cortesanos; y Toinon47.
230 finalmente, para terminar con un rasgo satírico, Es difícil el camino entre estos dos tipos de
un necio encuentra siempre a alguien más necio exceso. Para encontrarlo seguid a Teócrito y a
que le admira. Virgilio: que no abandonen vuestras manos sus
tiernos escritos, dictados por las Gracias y hoje-
ados día y noche48. Son los únicos que podrán
enseñaros en sus doctos versos, por medio de
CANTO II 30 qué arte un autor puede descender sin bajeza;
cantar Flora los campos, Pomona los huertos49;
animar a dos pastores a una lucha con flauta;
Del mismo modo que una pastora el día de alabar el dulce comienzo de los placeres del
fiesta más bello no carga su cabeza con sober- amor; cambiar a Narciso en flor, cubrir a Daf-
bios rubíes44 y, sin mezclar oro y brillo de nis de corteza; e incluso por medio de qué arte,
diamantes; coge en un campo cercano sus más en ocasiones la égloga hace al campo y a los
hermosos adornos: así, amable en su aire, pero
humilde en su estilo, debe brillar sin pompa un 45
Este comentario de Boileau es criticado por Víctor Hugo, que
elegante idilio. Su aspecto, simple e inocente, dice: «¿Es que entonces hay que hacerles hablar como se habla en la
no tiene nada de fastuoso y no le gusta el or- corte?»
4
gullo de un verso presuntuoso. Es preciso que 47
¿ Utilizado como sinónimo de «bárbaros, antiguos, groseros».
su dulzura deleite como un cosquilleo estimule, Ronsard cambiaba los nombres en sus Églogas, fueran éstos
y que nunca espante el oído con palabras altiso- griegos o no; así llamaba Henriot a Enrique II, Carlin a Carlos
10 nantes. IX...
4
» Horacio 268-9.
49
Se trata aquí de Ovidio, que ha cantado a Flora y Pomona, así
como a Narciso y a Dafnis. Cf. Metamorfosis III, 339-510, y I, 452-
44
Cita de dos versos de Ségrais. 567.

156 157
bosques dignos de un cónsul50. Tal es la fuerza carrera55, lleva a Aquiles ensangrentado a los
y la gracia de este poema. bordes del Simáis56, o hace doblegarse al Escaut
Con un tono un poco más alto, pero sin em- bajo el yugo de Luis". Otras veces, como una
bargo exenta de audacia, la lastimera elegía sa- abeja apasionada en su tarea, se va a despojar la
be gemir, los cabellos en desorden, sobre un ribera de flores: describe los festines, las danzas
40 ataúd, con largas prendas de luto. Describe la y las risas; celebra un beso tomado en los labios
alegría y la tristeza de los amantes, lisonjea, de Iris58, que se resiste blandamente y, por un
amenaza, irrita, tranquiliza a una amante51. 70 dulce capricho, a veces rehusa para que se le
Mas para expresar adecuadamente estos felices arrebate. Su estilo impetuoso con frecuencia
caprichos es poco ser poeta; hay que estar ena- avanza a la ventura: en ella un hermoso desor-
morado. den es un efecto del arte.
Odio a esos vanos autores, cuya musa violen- Dejemos de lado a esos rimadores medrosos,
tada, siempre fría y helada, me habla de sus cuyo espíritu flemático guarda un orden didác-
fuegos; que se afligen por arte y, apasionados tico en sus furores y que, pobres historiadores,
pero con sus sentidos atrofiados, se erigen en ¡seguirán el orden de los tiempos al cantar los
amorosos transidos para hacer rimas. Sus más notorios progresos de un héroe! No se atreven a
dulces transportes no son más que frases vanas: perder de vista un tema ni por un momento: pa-
50 no saben nunca más que cargarse de cadenas, ra tomar Dole tiene que haber caído Lille; y que
bendecir su martirio, adorar su prisión, y hacer su verso exacto, como Mézerai59, haya hecho
que se peleen razón y sentidos. Antaño no era 80 caer ya las murallas de Courtrai60. Apolo
en este tono ridículo en el que Amor dictaba los siempre se mostró con ellos avaro de su fuego.
versos con que suspiraba Tibulo52 o en el que, A este respecto se dice que un día este singu-
animando los dulces sones del tierno Ovidio, lar dios, queriendo exasperar a todos los rima-
daban las deliciosas lecciones de su arte. En la dores franceses, inventó las rigurosas leyes del
elegía el corazón es el único que tiene que soneto; quiso que en dos cuartetos, de medida
hablar. pareja, la rima, con dos sonidos, sonase en el
La oda, con más esplendor y no menos
energía, alzando su tono ambicioso hasta el 55
Horacio, Odas, 1.3-4.
60 cielo, mantiene en sus versos comercio con los 56 llíada, 2 1 .
dioses ". Abre la barrera a los atletas en Pisa54, 57
Se refiere a la campaña de Flandes de 1667-8.
canta a un polvoriento vencedor después de la 58
Nombre alegórico de una amante.
59
Eudes-Francois de Mézeray (Mézeray 1610-París, 1603); his-
50
toriador y secretario perpetuo de la Academia Francesa. Escribió
Cf. Virgilio Bucólicas 4.3. una Historia de Francia en tres volúmenes; publicada de 1643 a
51
Diccionario de la Academia de 1694 dice: «... de las mujeres 1651; en 1668 publicó un Resumen cronológico. Colbert, descon-
simplemente amadas por alguien sin idea de reciprocidad, pero tento de esta obra, suspendió la pensión real de 4.000 libras que
siempre con un amor honesto y legítimo.» hasta entonces se le había entregado. En 1672 se restableció la mi-
52
Expresión tomada de Tibulo mismo. Véase 1.4.35 y 1.7.11. tad de esta pensión. Mézeray precedió a Racine y Boileau en las
53
Horacio 83-5. funciones de historiógrafo.
54 60
En Elide; allí se celebraban Juegos Olímpicos. Virgilio, Geór- Los ejércitos del rey tomaron Lille y Combrai en 1667 y Dóle
gicas, 3.180. en 1668.

158 159
oído ocho veces; y que a continuación seis ver- deslumhrado por su falso atractivo, hacia este
sos, artísticamente colocados se repartiesen por nuevo cebo. Al excitar su audacia el favor del
el sentido en dos tercetos. Sobre todo, desterró público, su número inundó vehementemente el
90 de este poema la licencia; él mismo midió su nú- lio Parnaso. Primeramente se rodeó con él al
mero y su cadencia; prohibió que pudiese entrar madrigal; incluso el orgulloso soneto fue alcan-
en él un verso débil, y que una palabra ya utili- zado por él; la tragedia66 hizo con él sus más
zada se atreviese a aparecer en él de nuevo. Por queridas delicias, y con él adornó la elegía sus
otra parte, lo enriqueció con una belleza supre- dolorosos caprichos; un héroe en escena se pre-
ma: un soneto sin fallo vale por sí solo tanto co- ocupó de engalanarse con él y un amante, inca-
mo un largo poema. Pero en vano piensan lle- paz de rimar adecuada e ingeniosamente, no se
gar a ello mil autores, y esa persona única aún atrevió a suspirar nunca más: se vio a todos los
no se ha encontrado. Apenas en Gombau61, pastores en sus nuevas quejas, más atentos
Maynard62 y Malleville63, se pueden admirar incluso al final del verso que a sus amadas; cada
dos o tres entre mil; los restantes, tan poco palabra tuvo siempre dos rostros distintos; la
leídos como los de Pelletier 6 \ lo único que han 120 prosa lo recibió tan bien como el verso; el abo-
hecho ha sido dar un salto de la librería de gado en el palacio de Justicia sobrecargó con él
100 Sercy65 a la tienda de comestibles. Para encerrar su estilo, y el doctor en teología en su cátedra
su sentido en el límite prescrito la medida sembró con él el Evangelio67.
siempre es o demasiado larga o demasiado cor- Finalmente la razón ultrajada abrió los ojos,
ta. y lo expulsó para siempre de los discursos se-
El epigrama más libre en su modelado, inclu- rios; y, declarándolo infame en todos sus escri-
so en el más limitado, no es con frecuencia más tos, graciosamente le dejó que entrara en el
que una buena palabra ornamentada con dos ri- epigrama, con tal de que su agudeza, manifes-
mas. tándose oportunamente, dependiese del pensa-
Antaño, ignorados los extremos del verso por miento y no de la palabra. Así cesaron los de-
nuestros autores, fueron atraídos desde Italia a sórdenes de todos los sitios. En cualquier caso,
nuestros versos. El vulgar corrió ávidamente,
61
Jean Ogier de Gombauld (1570-1666), dejó una tragedia, una
pastoral, epigramas y sonetos. Había obtenido en 1610 una pensión 66
de 1.200 escudos y el título de gentilhombre de la cámara del rey La Silvia de Mairet (B). Mairet, nacido en Besancon en 1604 y
por un soneto a la muerte de Enrique IV. muerto en 1686, escribió esta tragedia a ¡os diecisiete años y fue un
62 gran éxito en París durante cuatro años.
Francois Maynard (1582-1646), autor de sonetos, epigramas, 67
odas y canciones, miembro de la Academia Francesa y del Consejo El padrecito Andrés, agustino (B). Este predicador, cuyo
de Estado. apellido era Boullanger, nació en París en 1578 y murió en 1657.
63 Predicó en las principales cátedras del reino durante cincuenta y
Claude de Malleville (1597-1647), autor de un célebre soneto
titulado La hermosa madrugadora. cinco años. Famosa es su comparación de cuatro doctores de la
64
Un poeta mediocre que hacía un soneto diario. Iglesia (San Agustín, San Ambrosio, San Jerónimo y San Gregorio
65
Librero de palacio (B). Charles de Sercy publicó antologías el Grande) con los cuatro reyes de la baraja. Es el último represen-
colectivas de pequeños poemas; estaba instalado en Palacio en la tante de la escuela de predicación llamada «enérgica» (Savonarola
Sala Dauphine. en Italia y Maillard y Menot en Francia).

160 161
11
130 en la corte quedaron los Turlupinos68, bromis- esta actitud: ya no se fue nunca más ni fatuo ni
tas insípidos, desgraciados burlones partidarios bobo impunemente; ¡y pobre de aquel nombre
anticuados de juegos de palabras groseros. que, fácil a la crítica, pudiese entrar en un verso
Ocurre a menudo que una Musa algo fina, al sin romper su medida!
pasar sobre una palabra juega, chancea y abusa Persio74, en sus versos oscuros, pero concisos
con éxito de un doble sentido; pero evitad un y apretados, trató de encerrar menos palabras
ridículo exceso sobre este punto y no vayáis a que sentido.
aguzar mordazmente siempre por la cola69 con Juvenal, educado en los gritos de la escuela,
una punta frivola un epigrama desmadrado. impulsó su mordiente hipérbole hasta el exceso.
140 Todo poema es brillante por su propia belle- Sus obras, completamente llenas de horribles
za. El rondó10, de origen galo, tiene la inge- 160 verdades, centellean, sin embargo, con sublimes
nuidad. La balada11, esclavizada a sus viejas bellezas: sea que, en un escrito llegado de
máximas, debe con frecuencia todo su esplen- Caprea 75 , rompa la estatua adorada de
dor al capricho de las rimas. El madrigal12, más Sejano76; sea que haga correr en el consejo a los
simple y más noble en su composición, respira senadores, pálidos aduladores de un tirano sus-
dulzura, ternura y amor. picaz, o que, llevando a su extremo la lujuria la-
El deseo de mostrarse y de no murmurar dio tina, venda a Mesalina77 a los mozos de cuerda
armas a la verdad del verso de la sátira. de Roma. Sus escritos, llenos de fuego, brillan
Lucilio73 fue el primero que se atrevió a ante nuestros ojos por todas partes.
mostrarla, ofreció el espejo a los vicios de los Régnier78, discípulo ingenioso de estos sabios
romanos, vengó a la virtud humilde de la ri- maestros, único que hay entre nosotros forma-
150 queza altanera y al hombre honesto del pelele no do sobre su modelo, tiene aún gracias nuevas en
que va en litera. Horacio mezcló su jovialidad a su viejo estilo. ¡Felices, si sus discursos, temidos
por el casto lector, no se resintieran de los luga-
68
res que frecuentaba el autor, y si, por el sonido
Gentes que hacían retruécanos y juegos de palabras en forma atrevido de sus rimas cínicas, no alarmase con
semejante al bufón Turlupin. Henri Legrand, llamado Turlupin frecuencia las orejas púdicas! El latín con sus
(1587-1637), formó, junto con Gros-Gillaume y Gaultier-Garguille,
el equipo de bromistas del Hotel de Bourgogne. palabras escandaliza la honestidad, pero el lec-
69
Desde el verso 102 se hace constantemente referencia a «poin- tor francés quiere ser respetado; la libertad del
te», que unas veces se refiere a la agudeza y el ingenio y otras al menor sentido impuro le ultraja, si el pudor de
extremo del verso. El Diccionario de Richelet (1680) dice de «poin- las palabras no suaviza la imagen. Quiero en la
te»: «Rencontre spirituelle», «bon mot», y dice que hay también
«pointes ingénieuses» como son aquellas en que terminan los
74
epigramas. Aulo Persio Flaco (34-62 d.C.) y Décimo Junio Juvenal (hacia
70
Breve poema con dos rimas; puede ser de 13 versos (llamado el 100 d.C.) eran famosos autores satíricos.
75
simple) o de 20 versos (llamado perfecto). Sátira 10 (B). Se refiere a los versos 71-2.
71 76
Poema de forma fija: tres estrofas iguales y una más corta (el Ministro de Tiberio. Se refiere a 10.61-2.
77
«envío»); cada parte termina en un estribillo. Sátira 4 (B). Versos 72-5. Mujer de Claudio.
72 78
Poema muy corto que expresa un pensamiento elegante y ga- Mathurin Régnier (Chartres, 1573-Rouen, 1613), autor muy
lante. admirado por Boileau. Se basa especialmente en Ovidio y Proper-
73
Muerto hacia el año 102 en Ñapóles. cio. Escribió dieciséis sátiras, epístolas, elegías, odas y epigramas.

162 163
180 sátira un espíritu de candor y evito a un descara- mañana en limpio seis improvisaciones82. Inclu-
do que predica el pudor. so es un milagro si en sus vagas furias, al impri-
De una agudeza de este poema tan rico en in- mir sus estúpidas fantasías, no se hace grabar en
genio, el francés, nacido hábil, hizo el vo- la portada de la antología, coronado de laure-
devil19, agradable e irrespetuoso, llevado por les, por la mano de Nanteuil83;
el canto pasa de boca en boca y se acrecienta al
pasar. En sus versos se despliega la libertad
francesa: este hijo del placer quiere nacer en las
alegrías. En cualquier caso no vayáis, guasones
peligrosos, a hacer a Dios tema de una broma CANTO III
terrible. Al final todos estos juegos, que preco-
190 niza el ateísmo, conducen al gracioso a la
Gréve80. Incluso en canciones hace falta buen No hay serpiente ni monstruo odioso que,
sentido y arte; sin embargo, se ha visto al vino y imitado por el arte, no pueda resultar grato a la
al azar inspirar a veces a una Musa grosera y vista; el artificio agradable de un delicado pin-
proporcionar, sin genio, una estrofa a Liniére81. cel hace del objeto más horrible uno amable.
Pero, por una vana dicha que os ha hecho ri- Así, para fascinarnos, la tragedia en medio del
mar, guardaos de que un estúpido orgullo no os llanto dio vida y lenguaje a los dolores de Edipo
haga ahumar. Con frecuencia el altivo autor de ensangrentado, expresó las inquietudes del
cualquier cancioncilla se arroga el derecho en el parricida Orestes y, por divertirnos, nos hizo
mismo instante de creerse poeta: ya no dormirá brotar lágrimas.
200 hasta que no haya hecho un soneto, pone cada Así pues, vosotros, que apasionados por un
10 hermoso fuego por el teatro, venís a él con verso
que suena bien a la oreja84 a disputar el premio,
¿queréis sobre la escena presentar obras sobre
79
Vaudeville: canción popular de tema satírico. Se ha discutido las que todo París en multitud aporte sus opi-
mucho sobre la etimología de esta palabra. Las dos más aceptadas
son: de vau-de-vire, canción báquica, que a su vez tomaba su 82
Los «impromptus» eran pequeñas obrillas compuestas teóri-
nombre de Val de Vire, en Normandía, porque había sido inventa- camente sobre la marcha y sin ningún tipo de preparación. Futiere,
da allí en el siglo XV por Olivier Basselin, y es allí donde se empezó en Le Román bougeois, dice que algunas personas llevaban una co-
a cantar. Según otra versión viene de voix de ville, aludiendo las lección de «impromptus de poche» para no estar nunca despreveni-
canciones que tradicionalmente circulaban entre el pueblo. dos.
80
Los versos 189-90 recuerdan el suplicio del autor de París 83
La moda entonces era que los autores pusiesen su retrato al
ridículo, Pierre Petit, que fue ahorcado y quemado en la plaza de principio de sus obras. Robert Nanteuil, nacido en Reims en 1623,
Gréve, bajo el ministerio Mazarino. El viento había hecho volar fue alumno de Philippe de Champaigne y obtuvo del rey en 1658 el
por la ventana de su habitación montones de canciones que la gente título de dibujante y grabador, así como una pensión de mil libras
recogió en la calle e hizo circular; por azar se supo que el autor era en 1659. Frecuentó el círculo de Charlotte Melson con los hermanos
Petit y eso le llevó a la muerte. En esa plaza se hacían las ejecu- Perrault. Murió en 1873.
ciones y también se iba a buscar trabajo. La palabra francesa gréve 8
<t El Diccionario de la Academia de 1694 dice de «pompeux»,
(«huelga»), viene del nombre de esta plaza. que es la palabra que aparece en el texto, «qui sonne bien á
81
Amigo de Boileau. l'oreille».

164 165
niones favorables, y que, constantemente, último. Pero nosotros, la razón compromete en
cuanto más vistas más bellas, sean pedidas de sus reglas, nosotros queremos que la acción se
nuevo otra vez al cabo de veinte años?85. Que administre con arte, que en un lugar, que en un
en todas vuestras palabras la pasión emociona- día, un solo hecho realizado mantenga lleno el
da vaya a buscar el corazón, lo enardezca y lo teatro hasta el final.
conmueva. Si el agradable furor de un hermoso Nunca ofrezcáis al espectador algo increíble89
movimiento con frecuencia no nos llena de un a veces lo verdadero puede no ser verosímil.
dulce terror, o no excita en nuestra alma una Una maravilla absurda no tiene atractivos para
20 piedad deliciosa, en vano presentáis una escena 50 mí: el espíritu no es conmovido por lo que no
hábil; vuestros fríos razonamientos no harán cree. Lo que no se debe ver de ninguna manera,
más que entibiar a un espectador siempre pere- que eso nos lo exponga una narración: los ojos,
zoso en su aplauso y que, justamente fatigado al verlo, captarían mejor la cosa, pero hay obje-
por los vanos esfuerzos de vuestra retórica, se tos que el arte sensato debe ofrecer al oído y re-
duerme u os critica86. El secreto es agradar ini- tirar a la vista90.
cialmente y conmover: inventad medios que Que el desorden, que crece de escena en esce-
puedan hacer que me interese. na, llegado a su punto culminante, se desenrede
Que desde el primer verso la acción prepara- sin esfuerzo. El espíritu no se sienta golpeado
da allane la entrada sin molestia del tema. Me vivamente más que cuando, en un tema rodeado
30 río de un actor que, lento en su expresión, no de intriga, la verdad de un secreto conocida re-
sabe inicialmente informarme de lo que quiere y 60 pentinamente lo cambia todo, le da a todo un
que, desenvolviendo mal una penosa intriga, aspecto imprevisto.
convierte una diversión en cansancio. Incluso La tragedia, informe y sin arte en su
preferiría que pronunciase87 su nombre y dijera: nacimiento91, no era más que un simple coro
«Soy Orestes, o bien, Agamenón», a que fuera, donde cada uno, bailando y entonando las ala-
por un montón de confusas maravillas a fatigar banzas del dios de las uvas, se esforzaba en
las orejas, sin decir nada al espíritu. El tema no atraer fértiles vendimias. Allí, el vino y la
es nunca explicado claramente lo bastante pron- alegría despertando los espíritus, un macho
to. cabrío era el premio del más hábil cantor92. Tes-
Que sea fijo y marcado el lugar de la esce- pis fue el primero que manchado con los posos
na. Un rimador sin peligro, más allá de los del vino, paseó por los pueblos93 esta locura fe-
40 Pirineos88, encierra en escena años en un día.
Allí, frecuentemente, el héroe de un espectáculo un pasaje del Quijote, traducido al francés en 1614 por C. Oudin y
sin arte, niño en el primer acto, es anciano en el F. de Rosset. En esta traducción, capítulo LVIII de la primera par-
te, se lee: «¿Qué mayor ineptitud puede haber... que hacer salir a
85
Horacio 190. un niflito de pañales en la primera escena del primer acto y en la se-
86
Horacio 105. gunda verle convertido en un hombre completamente barbudo?»
87 89
Hay ejemplos semejantes en Eurípides (B). Horacio 338.
88 90
En opinión de Claude Brossette (abogado de Lyon, al que Horacio 179-188.
91
Boileau autorizó para que hiciera una edición de sus obras con co- Horacio 202 ss.
92
mentarios. La edición apareció en 1716) este verso se refería a Lope Horacio 220.
93
de Vega. Los versos siguientes parece ser que estaban inspirados en Los pueblos del Ática (B). Cf. Horacio, 275-7.

166 167
liz, y cargando un carro con actores mal vesti- actores la máscara antigua98, únicamente el
70 dos, divirtió a los viandantes con un espectáculo violín ocupó el lugar del coro y de la música ".
nuevo. Esquilo introdujo los personajes en el Pronto el amor, fértil en tiernos sentimientos,
coro, vistió los rostros con una máscara mejor, se adueñó tanto del teatro como de las novelas.
hizo aparecer al actor calzado con borceguíes La descripción sensible de esta pasión es el ca-
sobre las tablas de un teatro levantado en mino más seguro para ir al corazón. Pintad,
público94. En fin, Sófocles, dando desarrollo a pues, a los héroes amorosos, lo permito, pero
su genio, acrecentó más la pompa, aumentó la no los convirtáis en pastores afectados: que
armonía, interesó al coro en toda la acción, pu- Aquiles ame de forma diferente que Tirsis y
lió la expresión de versos demasiado toscos, dio loo Fileno100, no convirtáis a Ciro en un Arta-
entre los griegos esa altura divina que nunca al- mente101; y que el amor, atacado frecuentemen-
canzó la debilidad latina95. te por los remordimientos, parezca una debili-
80 Aborrecido el teatro entre nuestros devotos dad y no una virtud.
antepasados fue un placer ignorado en Francia Evitad las mezquindades de los héroes de no-
largo tiempo % . Se dice que una tosca compañía vela: en cualquier caso, dad algunas debilidades
de peregrinos montó en París públicamente la a los grandes corazones. No gustará Aquiles
primera obra; y estúpidamente activa en su menos activo y dispuesto: me gusta en él verle
simplicidad representó por piedad a los santos, derramar lágrimas por una afrenta. El espíritu
a la Virgen y a Dios. El saber, disipando final- reconoce con placer lo natural de estos pe-
mente la ignorancia, hizo ver la devota impru- queños defectos señalados en su pintura. Que
dencia de este proyecto. Se expulsó a esos doc- se trace el espíritu en vuestros escritos sobre este
tores que predicaban sin misión; se vio renacer a lio modelo: que Agamenón sea orgulloso, sober-
90 Héctor, a Andrómaca, a Ilion97. Dejándose los bio, interesado102; que Eneas tenga por sus
dioses un respeto austero. Mantened el carácter
que es propio de cada uno. Estudiad las cos-
94
tumbres tanto de los siglos como de los países:
Horacio 278-80. los ambientes hacen con frecuencia los distintos
95
Véase Quintiliano 10.1 (B). Contrariamente a lo que dice humores 103.
Boileau en esta nota, Quintiliano alabó la Medea, de Ovidio, y co-
locó al Thyestes de Rufo Vario por encima de todas las obras
griegas (esta última tragedia se representó el año 29 a.C).
96 98
Boileau parece ignorar que el teatro era algo muy vivo en Esta máscara antigua se aplicaba al rostro del actor y repre-
Francia desde el siglo xn. En cuanto a la compañía mencionada a sentaba al personaje que estaba en escena (B).
99
continuación, se trata de la Cofradía de la Pasión, a la que Carlos No fue más que bajo Luis XIII cuando la tragedia comenzó a
IV concedió el 4 de diciembre de 1402 el privilegio de representar tomar una forma adecuada en Francia (B). Esther y Atalía mostra-
misterios en París. Véase Pratique du Théatre, del abate Aubignac, ron cuánto se ha perdido suprimiendo los coros y la música (B).
100
que dedica el capítulo VI del libro IV a la historia de esta Tirsis es un nombre tradicional para un héroe pastoril. Fileno
compañía. El 17 de noviembre de 1548 el Parlamento de París le re- es un pastor de la S//v«7 de Maret.
101
tiró su privilegio para los misterios. La compañía se disolvió en Ciro se oculta bajo tal nombre en la célebre novela de Mlle.
1676. Scudéry.
97 102
El sitio de Troya no fue el tema de ninguna tragedia de la épo- Horacio 120-3.
103
ca. Horacio 120-130.

168 169
Evitad, pues, el dar, como se hace en la cesario que en el dolor vosotros os humilléis "°.
Clelia l04, a la antigua Italia ni aire ni espíritu Para hacer brotar mis lágrimas es necesario que
franceses; y, haciendo nuestro retrato bajo lloréis'". Esas grandes palabras con las que el
nombres romanos, pintar a Catón galante y a actor llena su boca no salen de un corazón sen-
Bruto pisaverde. En una novela frivola todo se sible.
120 disculpa fácilmente; es suficiente que la ficción El teatro, fértil en críticos quisquillosos, es
divierta en su desarrollo; demasiado rigor en- entre nosotros un campo peligroso para darse a
tonces estaría fuera de lugar: pero la escena pide conocer. Un autor no hace en él fáciles conquis-
un buen sentido preciso. En ella lo que es natu- tas; siempre encuentra bocas dispuestas a sil-
ral quiere que se mantenga. barle. Cualquiera le puede tratar de fatuo e ig-
¿Inventáis la idea de un nuevo personaje? 105. 150 norante: es un derecho que se compra en la
Que se muestre concorde consigo mismo en to- puerta al entrar. Es necesario, para agradar,
do y que sea hasta el final como se le ha visto al que se repliegue de cien maneras; que unas veces
principio. se eleve y que otras se humille; que sea fecundo
Con frecuencia, sin pensar en eso, un escritor por todas partes en nobles sentimientos; que sea
que se ama a sí mismo forma todos sus héroes fácil, sólido, agradable, profundo; que constan-
semejantes a él mismo; todo tiene el humor gas- temente nos despierte con rasgos sorprendentes;
130 con en un autor gascón: Calprenéde 106 y Juba ,07 que pase en sus versos de maravilla en mara-
hablan en el mismo tono. La naturaleza es en villa; y que todo lo que dice, fácil de retener,
nosotros más distinta y más sabia; cada pasión nos deje un largo recuerdo de su obra. Así actúa
habla un lenguaje distinto 108: la cólera es sober- la tragedia, avanza y se desarrolla.
bia y requiere palabras altivas, el abatimiento se 160 De una forma mayor aún la poesía épica se
explica en términos menos orgullosos. Que Hé- mantiene, en la amplia narración de una larga
cuba desolada ante Troya en llamas no se ponga acción, por la fábula U2 y vive de ficción. Todo
a lanzar una ampulosa queja, ni describa sin mo- se utiliza en ella para encantarnos; todo toma
tivo en qué terrible país «por siete bocas el Euxi- un cuerpo, un alma, un espíritu, un rostro. Ca-
no reciba al Tañáis» 109. Todos estos pomposos da virtud se convierte en una divinidad: Miner-
140 amasijos de expresiones frivolas salen de un va es la prudencia y Venus la belleza; no son las
declamador enamorado de las palabras. Es ne- nubes las que producen el trueno, es Júpiter ar-
mado para horrorizar la tierra; una tormenta
terrible a los ojos de los marinos es Neptuno en-
104
En esta novela de Mlle. Scudéry aparece Catón, hecho impro- 170 fadado que regaña a las olas; eco ya no es un so-
bable, ya que hay cuatro siglos de diferencia entre la época de Ca- nido que en el aire resuena, es una Ninfa llorosa
tóny aquella en que se desarrolla la novela.
105
que se queja de Narciso " 3 . Así en este montón
Horacio 125-7.
106
Autor dramático y especialmente novelista (1610-1663).
107 110
Rey de Mauritania que aparece en Cleopatra, novela de La Horacio 95.
111
Calprenéde. Horacio 103-4.
108 112
Horacio 105-7. Con «fábulas», en estos versos, se entiende «fábulas de la an-
109
Verso de Séneca Troades 1. El Euxino es el Mar Rojo y el Ta- tigüedad pagana».
113
ñáis el río Don. Cf. Ovidio Metamorfosis III.

170 171
de nobles ficciones el poeta se regocija en mil in- héroe y con frecuencia equilibra la victoria con
venciones, adorna, eleva, embellece, aumenta Dios!
todas las cosas y encuentra bajo su mano flores 210 Tasso "6, se dirá, lo ha hecho con éxito. Yo
siempre abiertas. Que Eneas " 4 y sus navios, no quiero aquí, de ninguna manera, hacerle su
apartados por el viento, sean llevados por una proceso; pero, aunque nuestro siglo publica a su
tormenta hasta las costas africanas, es única- gloria, no hubiese ilustrado con sus libros a Ita-
mente una aventura ordinaria y común, un gol- lia si su sabio héroe, siempre en oración, no hu-
180 pe poco sorprendente de los rasgos de la fortuna. biese hecho más que vencer a Satanás; y si Re-
Pero que Juno, constante en su aversión, persiga naud, Argant, Tancredo y su amante no hu-
sobre las olas los restos de Ilion; que Eolo, ayu- bieran alegrado la tristeza de su tema.
dándola, expulsándolos de Italia, abra a los No es que yo apruebe, en un tema cristiano, a
vientos sublevados las prisiones de Eolia; que un autor enloquecidamente idólatra y
Neptuno, enfurecido, elevándose sobre el mar, pagano " 7 . Pero en una pintura profana y alegre
con una palabra calme las olas, ponga paz en el 220 es absurdo no atreverse a emplear las figuras de
aire, libere los barcos, los arranque de los la fábula, expulsar a los Tritones del imperio de
Sirtes " 5 , es eso lo que sorprende, extraña, las aguas, quitarle a Pan su flauta, a las Parcas
cautiva, interesa. Sin todos esos ornamentos el sus tijeras, impedir que Caronte, en la barca fa-
verso languidece, la poesía está muerta o se tal, no pase al monarca como al pastor: es alar-
190 arrastra sin vigor, el poeta no es más que un marse con un escrúpulo vano estúpidamente, y
orador tímido, que un frío historiador de una querer agradar a los lectores sin adorno. Pronto
insípida fábula. prohibirán pintar a la Prudencia, dar a Temis
Así pues, es muy vanamente como nuestros venda y balanza, presentar ante los ojos a la
defraudados autores, proscribiendo de sus ver- 230 guerra con frente de bronce, o al Tiempo que
sos estos adornos recibidos, piensan hacer ac- pasa con un reloj en la mano; y por todas partes
tuar a Dios, a sus santos y a sus profetas como a los discursos, como una idolatría, irán con su
esos dioses salidos del cerebro de los poetas; po- falso celo a expulsar a la alegoría. Dejemos que
nen a cada momento al lector en el infierno, no se aplauda por un piadoso error; pero, para no-
ofrecen nada más que Astarté, Belcebú, Luci- sotros, alejemos un terror vano y, fabulosos
fer... Los misterios terribles de la fe de un cris- cristianos, no vayamos, en nuestros sueños, a
200 tiano no son susceptibles de alegres ornatos. El hacer de un dios de verdad un dios de mentiras.
Evangelio no ofrece por todas partes al espíritu La fábula " 8 ofrece al espíritu mil placeres di-
más que penitencia que hay que hacer y mereci- versos; allí todos los nombres felices parecen
dos tormentos, y la mezcla culpable de vuestras nacidos para los versos, Ulises, Agamenón,
ficciones da aire de fábula incluso a sus verda- 240 Orestes, Idomeneo, Helena, París, Héctor,
des. ¡Y qué tema, en fin, para presentar ante los
ojos más que el diablo siempre gritando contra 116
Se refiere a Torcuato Tasso, autor por el que Boileau no sien-
los cielos, que quiere abatir la gloria de vuestro te ninguna simpatía. Renaud, el héroe de su obra Jerusalén liberada
es mencionado en el verso 215.
114 117
Virgilio Eneida 1.33-146. Ved a Ariosto (B).
115 118
Golfos en los que con frecuencia encallaban los barcos. Como en verso 162.

172 173
Eneas... ¡Oh el agradable proyecto de un igno- Que el principio sea sencillo y no tenga afec-
rante poeta, que entre tantos héroes va a elegir a 270 tación. No vayáis desde el principio, montados
Childebrand! " 9 . A veces el sonido duro o extra- en Pegaso m, a gritar a vuestros lectores con
ño de un solo nombre convierte a todo un po- voz de trueno: «Canta al vencedor de los vence-
ema en burlesco o bárbaro. dores de la tierra»124. ¿Qué producirá el autor,
¿Queréis agradar largo tiempo y no cansar tras todos estos grandes gritos? La montaña en
nunca? Elegid a un héroe propio a interesarme, su parto da a luz a un ratón125. ¡Oh!, cuánto
de notorio valor, magnífico por sus virtudes: más prefiero a este autor lleno de habilidad m
que en él todo aparezca heroico, incluso los de- que, sin hacer en un principio una promesa tan
fectos; que sus sorprendentes hazañas sean dig- elevada, me dice en un tono fácil, dulce, simple,
250 ñas de ser oídas; que sea como César, Alejandro armonioso: «Canta los combates, y a ese
o Luis, no como Polinices y su pérfido hombre piadoso que, desde las costas frigias lle-
hermano 12°: uno se aburre con las proezas de un 280 vado a Ausonia, llegó el primero a los campos
conquistador vulgar. de Lavinia»127, su musa al llegar no lo incendia
No ofrezcáis un tema demasiado cargado de todo, y no os promete más que un poco m para
incidentes. La sola cólera de Aquiles, aderezada dar mucho; pronto la veréis, mientras prodiga
con arte, llena abundantemente una Ilíada: con milagros, pronunciar los oráculos del destino de
frecuencia demasiada abundancia empobrece el los latinos, pintar los negros torrentes de la Esti-
tema. gia y del Aqueronte y a los Césares errantes ya
Sed rápidos y concisos en vuestras narra- en el Elíseo.
ciones; ricos y ampulosos en vuestras descrip- Amenizad vuestras obras con innumerables
ciones. Es ahí donde hay que desplegar la ele- figuras retóricas; que todo forme ante los ojos
260 gancia de los versos; no presentéis nunca en una riente imagen: se puede ser a la vez pompo-
ellos circunstancias bajas. No imitéis a ese 290 só y agradable; y yo odio a uno, sublime, que es
loco121 que, describiendo los mares y pintando, aburrido y pesado. Prefiero a Ariosto y sus fá-
en medio de sus olas entreabiertas, al Hebreo bulas cómicas que a esos autores, siempre fríos
salvado del yugo de sus injustos amos, pone, y melancólicos que, con su sombrío humor, se
para verlo pasar, a los pescados en las ven- creerían hacerse una afrenta si las gracias nunca
tanas 122; pinta al niñito que «va, salta, vuela les desarrugasen el ceño.
y alegre ofrece a su madre un guijarro que Se diría que para agradar, instruido por la na-
tiene». Es detener la mirada sobre objetos de- turaleza, Homero le ha sustraído a Venus su
masiado vanos. Dad a vuestra obra una exten- cinturón m. Su libro es un rico tesoro de placé-
sión adecuada.
119
Alude a Carel de Sainte-Garde, que había publicado en 1666 i s Horacio 136-9.
124
un poema heroico titulado Childebrand. Primer verso d e Alaríco, p o e m a de Scudéry.
125
120 Ved la Tebaida, de Estado (B). Se refiere a Eteocles. Horacio 139.
126
121
Saint Amant. Horacio 140-2.
127
122
Los pescados embelesados los miran pasar es un verso del Traducción aproximada del principio de la Eneida.
Moisés salvado; en los versos siguientes también se refiere a esa i 2 8 Horacio 143-4.
29
obra. ' Ilíada 14. 214 ss.

174 175
res: todo lo que ha tocado se convirtió en oro; tiene ninguna originalidad; Homero no entien-
todo en sus manos recibe una gracia nueva; por de nada de la noble ficción... Si se rebela el siglo
300 todas partes divierte, nunca cansa. Un feliz ca- contra esta sentencia, él llama primeramente a
lor anima sus discursos; nunca se desvía en ro- la posteridad, pero, mientras espera que aquí el
deos demasiado largos. Sin guardar un orden 330 buen sentido del retorno traiga sus obras triun-
metódico en sus versos, su tema se ordena y se fantes a la luz del día, en un montón en un al-
desarrolla por sí mismo; todo, sin hacer prepa- macén, ocultas a la luz, luchan tristemente los
rativos, está dispuesto en él fácilmente; cada versos y el polvo. Así pues, dejemos que se es-
verso, cada palabra, discurre en él hacia el fuercen entre ellos 135 en reposo, y sin desviarnos
desenlace l3°. Amad, pues, sus escritos, pero con sigamos nuestro propósito.
un amor sincero; saber disfrutar con ellos es sa- De los afortunados éxitos del espectáculo trá-
carle provecho. gico nació en Atenas la comedia antigua i36.
Un poema excelente, donde todo avanza y se Allí, el griego, que nació burlón, por medio de
310 continúa131, no es uno de estos trabajos que mil divertidos juegos, destiló el veneno de sus
son fruto de un capricho: necesita tiempo, 340 rasgos maldicientes. La sabiduría, el juicio, el
cuidados, y esta trabajosa obra nunca fue el honor fueron presa de los insolentes ataques de
aprendizaje de un estudiante. Pero con frecuen- una bufona alegría. Se vio a un poeta reconoci-
cia entre nosotros un poeta sin arte m, que en- do por el público enriquecerse a expensas de lá
cendió por casualidad en una ocasión un her- representación de la virtud; y a Sócrates en un
moso fuego, inflando su quimérico espíritu con coro de nubes 137, atraerse por sus virtudes los
un vano orgullo, toma en su mano con altanería silbidos de un montón vil de pueblo. Finalmen-
la trompeta heroica. Su Musa irregular, en sus te, se detuvo el discurrir de la licencia 138: el ma-
versos vagabundos133, no se eleva nunca más gistrado recurrió a las leyes y, obligando por ley
que a saltos y. botes, y su fuego, desprovisto de a los poetas a ser más sabios, prohibió decir
320 sentido y de cultura, se apaga a cada momento, nombres y mostrar rostros. El teatro perdió su
falto de alimento. Pero en vano el público, dis- 350 antiguo furor; la comedia aprendió a reír sin
puesto a despreciarlo, quiere desilusionarlo de acritud 139, sin hiél y sin veneno supo instruir y
su falso mérito; él mismo, aplaudiendo su esca- rectificar, resultó grata inocentemente en los
so ingenio, se da con sus manos el incienso que versos de Menandro 140. Cada uno, pintado con
se le niega; Virgilio comparado con él134 no arte en este nuevo espejo, se vio en él con pla-
cer, o creyó no verse: el avaro, entre los primé-
130
Horacio 148.
ros, rio con el retrato fiel de un avaro trazado
131
Horacio 408-18.
132
Se refiere en este verso y los siguientes a Des Marets de Saint 135
Dos adversarios; por un lado la obra de Des Marets y del otro
Sorlin. Cf. supra. los versos y el polvo.
133
Vagabundos aquí tiene el sentido de que no siguen ninguna 136
Horacio 281-2.
regla más que la del azar. 137
Se refiere a Nubes, de Aristófanes.
134 138
Se refiere a Des Marets de Saint Sorlin, que decía que «la Horacio 282-4.
Ilíada no era elevada», que «las ficciones de Homero estaban mal 139
Horacio 281-4.
reguladas», que «Virgilio tenía poca invención»... 140
Representante de la comedia Nueva.

176 177
frecuentemente sobre su modelo, y miles de ve- 390 le rehusa. No hagáis hablar a vuestros actores al
ces un fatuo expresado delicadamente descono- azar, a un viejo como a un joven, a un joven co-
ció el relato formado sobre él. mo a un viejo l43.
360 Así pues, que la naturaleza sea vuestro único Estudiad la corte y conoced la ciudad: tanto
estudio, vosotros autores que pretendéis los ho- la una como la otra son fértiles en modelos. Es
nores de lo cómico. Cualquiera ve bien al como Moliere, al ilustrar sus escritos, tal vez
hombre y, con espíritu profundo 14\ ha penetra- hubiera ganado las recompensas de su arte144,
do el fondo de tantos corazones profundos; el si, menos amigo del pueblo, en sus doctas pintu-
que sabe bien qué es un pródigo, un avaro, un ras, no hubiera frecuentemente sacado los de-
hombre honesto, un fatuo, un celoso, un extra- fectos de sus figuras abandonando lo agradable
vagante, puede presentarlos en una escena feliz y lo fino para representar lo grotesco, y sin ver-
y hacerles vivir, actuar y hablar ante nuestros güenza alió a Tabarin con Terencio 145. En ese
ojos. Presentad sus imágenes sinceras por todas saco ridículo en el que se rodea Scapin 146 no re-
partes; que cada uno allí esté pintado con los 400 conozco ya al autor del Misántropo. Lo cómi-
más vivos colores. La naturaleza, fecunda en co, enemigo de suspiros y llantos, no admite
370 extraños retratos, está señalada en cada alma trágicos dolores en sus versos 14 \ pero su
con diferentes rasgos; un gesto la descubre, empleo no es ir a deleitar en la calle al popu-
cualquier cosa la hace aparecer. Pero no cual- lacho con palabras sucias y bajas,48. Es necesa-
quier espíritu tiene ojos para conocerla. rio que sus autores bromeen noblemente; que su
El tiempo, que todo lo cambia, también cam- nudo bien formado se desate fácilmente; que la
bia nuestros humores142; cada edad tiene sus acción, caminando por donde la razón la guía,
placeres, su espíritu y sus costumbres. Un jo- no se pierda nunca en una escena vacía; que su
ven, siempre ardiente en sus caprichos, está dis- estilo humilde y dulce tenga un carácter elevado
puesto a recibir la impresión de sus vicios; es va- 410 a propósito; que sus discursos, por todas partes
no en sus discursos, inconstante en sus deseos, llenos de buenas palabras, estén llenos de pa-
reacio a la crítica y loco en los placeres. La edad siones delicadamente manejadas, y las escenas
viril, más madura, inspira un aire más sabio, se unidas siempre una a otra. Guardaos de brome-
380 mueve cerca de los grandes, se cuela, se prepa- ar a expensas del buen sentido149: nunca hay
ra, piensa mantenerse contra los golpes de suer- que apartarse de la naturaleza. Contemplad con
te, y en el presente mira el porvenir a lo lejos.
La triste vejez atesora constantemente; no guar- >« Horacio 156.
da para sí los tesoros que acumula; en todos los 144
¿Quién tendrá ese premio si no lo tiene Moliere? (Voltaire.)
145
proyectos camina con paso lento y helado; Cf. 1.86 y nota.
146
siempre se queja del presente y alaba el pasado; Un grabado de Callot muestra a Scapin llevando un abrigo
inepta para los placeres de los que abusa la ju- tan amplio que parece un saco. Parece ser que Moliere debía entrar
ventud, censura en ellos las dulzuras que la edad en escena con ese saco del que estaba rodeado y tras desplegarlo
debía hacer entrar en él a Géronte.
147
141
Horacio 89.
Horacio 312-8. 148
Horacio 89, 93, 94.
142
Este «cuadro de edades» es tradicional en las poéticas desde 149
Ved a Simón en la Andriana, de Terencio, y a Demeo en los
la de Aristóteles. Adelfoi (B).

178 179
qué aire en Terencio un padre reprende la ra: era un rico abate, loco por la arquitectura.
imprudencia de un amoroso hijo, y con qué aire El médico, inicialmente, parece nacido en este
éste, amante, escucha sus lecciones 15° y corre a arte, ya habla de construcciones como Man-
casa de su querida a olvidar estas canciones. No sart152: condena el aspecto de un salón que se
420 es un retrato, una imagen semejante, son un construye; señala otro lugar al oscuro vestíbulo,
amante, un hijo, un padre verdaderos. aprueba la escalera si se modela de otra
Me gusta en el teatro un autor agradable que, manera... Su amigo lo comprende y llama a un
sin desacreditarse ante los ojos de los espectado- albañil. El albañil viene, escucha, aprueba y se
res, agrada por la sola razón y nunca la ofende. 20 corrige. Finalmente, para abreviar tan gracioso
Pero en lo que se refiere a un tiparraco, que se prodigio, nuestro asesino renuncia a su arte
vale de groseros equívocos y que para divertirse inhumano; y en adelante, regla y escuadra en la
no tiene más que la suciedad, que se vaya si mano, dejando la sospechosa ciencia de Gale-
quiere, montado en dos caballetes, divirtiendo no, de mal médico se convierte en buen ar-
al Pont-Neuf con sus bromas, a representar sus quitecto.
mascaradas a los lacayos reunidos. Su ejemplo es para nosotros un precepto ex-
celente. Sed antes albañiles, si tenéis aptitud pa-
ra ello, obrero estimado en un arte necesario,
que escritor anodino y poeta banal1S3. Hay en
30 cualquier otro arte grados diferentes, se puede
CANTO IV con honor llenar las segundas filas; pero en el
peligroso arte de rimar y escribir no hay grados
del mediocre al peor; quien dice frío escritor di-
Antaño en Florencia vivía un médico 151 fan- ce autor detestable; Boyer154 es para el lector
farrón astuto, se dice, y célebre asesino. El solo igual a Pinchéne155. Y apenas se lee más a
causó largo tiempo la miseria pública: allí el hi- Rampale l56 y a Mesnardiére 157 que a
jo huérfano le pide un padre; aquí el hermano
llora al hermano envenenado. Uno muere vacío '52 D O S arquitectos de este nombre, Francois (1598-1666), que ha
de sangre, otro lleno de sen; el resfriado ante su dejado la Iglesia de Val-de-Gráce, y su sobrino Jules Hardouin
vista se cambia en pleuresía, y por medio de él la (1645-1708), autor de Les Invalides, el Grand Trianon y que termi-
jaqueca es pronto un delirio furioso. Finalmen- nó Versalles. Se refiere aquí a Francois, ya que su sobrino
te deja la ciudad, detestado por todas partes. Hardouin-Mansart no fue arquitecto del rey hasta 1675.
153
Horacio 368-373.
10 Un solo amigo que ha quedado entre todos, ya 154
Autor mediocre (B). El abate Claude Boyer (1618-1698),
muertos, lo lleva a su casa de soberbia estructu- abundante autor dramático, fue de los protegidos de Chapelet y
obtuvo una pensión desde 1664. Académico, sostuvo la causa de
150
Se refiere a Heautontimoroumenos, 1.2. Ch. Perrault y de los Modernos.
155
151
Se refiere al médico Claude Perrault, muerto en 1688, que Pinchesne es sobrino de Vicent Voiture, que era miembro de
abandonó la medicina y se dedicó a la arquitectura dirigiendo, entre la Academia Francesa y tenía una gran reputación (1598-1648).
156
otras obras, la columnada del Louvre. Parece ser que había tratado A Rampale le gustaban especialmente las literaturas italiana y
a Boileau como médico y le había curado mal, y de ahí los duros española, hecho que era suficiente para que Boileau lo despreciara.
ataques que éste le dirige. Tradujo varias obras de Juan Pérez de Montalbán bajo el título de

180 181
Magnon158, Du Souhait159, Corbin160 y La Escuchad, asiduos consultantes, a todo el
Morliére161. Un loco al menos hace reír y puede 50 mundo. Un fatuo a veces dice algo importante.
divertirnos, pero un escritor frío no sabe hacer Sin embargo, cualesquiera versos que os inspira
nada más que aburrir. Prefiero a Bergerac 162 y Apolo, no corráis a todas partes a leerlos inme-
40 su audacia burlesca que esos versos en que diatamente. Evitad imitar a ese furioso rima-
Motin163 languidece y nos hiela. dor l67 que, lector armonioso de sus vanos escri-
No os emborrachéis con elogios aduladores, tos, aborda recitándoselos a cualquiera que le
que a veces un montón de vanos admiradores os saluda 168 y persigue en la calle con sus versos a
da en esos reductos 164, dispuestos a maravillar- los transeúntes. No hay templo tan santo, respe-
se. Tal escrito recitado se mantuvo en la oreja tado por los ángeles, que sea un lugar seguro 169
que, cuando se muestra a la luz del día165, no 60 contra su Musa. Ya os lo he dicho, amad que se
sostiene la mirada penetrante de los ojos. Se co- os critique y, dóciles a la razón, corregid sin
noce la aventura trágica de cien autores: y murmurar.
Gombaut166 tan alabado permanece aún en la Pero no os rindáis desde el mismo momento
tienda. en que un idiota os reprende. Frecuentemente,
en su orgullo, un sutil ignorante por cosas que
Hechos y prodigios del Amor, que dedicó en 1644 a Gédéon Talle-
injustamente no le agradan combate toda una
mant. Sus Idilios aparecieron en 1648. obra, censura la noble osadía de los más hermo-
157
La Ménardiére (1610-1663) escribió una Poética. sos versos. Uno se esfuerza vanamente en refu-
158
Magnon compuso un poema muy largo titulado Enciclopedia tar sus vacíos razonamientos, su espíritu se
(B). Brossette ha dicho de Magnon: «Había hecho un poema titulado complace con sus falsos juicios, y su débil ra-
la Enciclopedia, que debía tener 300.000 versos. Mientras tra- zón, desprovista de claridad, piensa que nada le
bajaba en ese poema, decía a sus amigos que le preguntaban cuán- escapa a su escasa vista. Sus consejos son de te-
do lo terminaría: pronto estará hecho; no me faltan más que 70 mer, y si lo creéis, pensando evitar un escollo,
100.000 versos, y lo decía seriamente...» frecuentemente os ahogáis.
159
Du Souhait había hecho una traducción en prosa de la Ilíada
(B).
Elegid a un crítico sólido y sano no , al que
160
Corbin había traducido la Biblia palabra por palabra (B). conduzca la razón y alumbre la sabiduría, y cu-
Jacques Corbin era el padre del abogado Corbin, de que habla yo seguro lápiz vaya primeramente a buscar el
Boíleau en su Epístola II. Su traducción de la Biblia es de 1643. Mu- lugar que se siente más débil y que se quiere
rió en 1653. ocultar. El solo aclarará vuestras dudas
161
La Morliére, mal poeta (B). Brossette dice sobre Adrián de la ridiculas, levantará los escrúpulos de vuestro
Morliére: «Este autor es tan oscuro e ignorado, que M. Despreaux espíritu. Es él el que os dirá por medio de qué
no me ha podido decir sobre él ninguna particularidad.» feliz transporte a veces, en su marcha, un
162
Cyrano de Bergerac, autor de Viaje a la Luna (B). espíritu vigoroso, demasiado encerrado por el
163
Amigo de Mathurin Régnier; Pierre Motin era un poeta ga-
lante y satírico.
164 167
Diccionario de Furetiére de 1690. «Réduits»: «lugar en que se Se refiere a Charles Du Perrier, nacido en Aix a principios de
reúnen personas para divertirse». siglo y muerto en París en 1692.
165 168
Chapelain (B), del que la obra La Doncella era famosa antes Horacio 472-5 y 239-46.
169
de ser publicada. Recitó sus versos al autor, a su pesar, en una iglesia (B).
170
' « Cfr. 2.97. Horacio 445-9.

182 183
arte, se sale de las reglas prescritas, y del arte alumbrará con llama criminal. Amad, pues, la
80 mismo aprende a franquear los límites de esas virtud, alimentad con ella vuestra alma. En va-
reglas. Pero este crítico perfecto se encuentra no el espíritu está lleno de un noble vigor, el ver-
raramente: uno que juzga neciamente sobresale 110 so se resiente siempre de las bajezas del cora-
en rimar, otro que nunca ha distinguido a Virgi- zón.
lio de Lucano '7I se ha hecho distinguir en la Evitad especialmente, evitad esas bajas envi-
ciudad por sus versos. Autores, prestad aten- dias, frenesls malignos de espíritus vulgares. Un
ción a mis instrucciones. ¿Queréis que se amen escritor sublime no puede ser contagiado por
vuestras ricas ficciones? Que vuestra Musa, fér- ellas. Es un vicio que sigue a la mediocridad.
til en sabias lecciones, por todas partes una lo Este rival sombrío del mérito brillante conspira
90 sólido y lo útil a lo agradable l72. Un lector sabio constantemente contra él entre los grandes y,
rehuye una vana diversión y quiere aprovechar tratando en vano de alzarse sobre los pies, trata
su esparcimiento. de rebajarlo para igualarse a él. No descenda-
Que vuestras almas y vuestras costumbres, mos nunca a estas cobardes conspiraciones; no
pintadas en vuestras obras, no ofrezcan de vo- 120 vayamos al honor por medio de vergonzosas
sotros más que imágenes nobles. No puedo intrigas.
apreciar a esos peligrosos autores que en sus Que los versos no sean vuestro empleo eter-
versos, infames desertores del honor, no; cultivad vuestros amigos, sed hombres de
traicionando la virtud sobre un culpable papel, fe: poca cosa es ser agradable y encantador en
convierten al vicio en algo amable ante los ojos un libro, también hay que saber conversar y vi-
de sus lectores. vir.
Yo no soy, sin embargo, de esos tristes Trabajad por la gloria y que un sórdido bene-
espíritus que, expulsando al amor de todos los ficio no sea nunca el objeto de un escritor
castos escritos, quieren privar a la escena de tan ilustre. Yo sé que un espíritu noble puede, sin
100 rico ornamento, tratan de envenenadores a vergüenza y sin crimen, sacar un tributo
Rodrigo y a Jimena173... El amor menos hones- legítimo de su trabajo; pero yo no puedo sopor-
to, expresado castamente, no despierta en no- 130 tar a esos afamados autores que, cansados de
sotros ningún sentimiento vergonzoso. Didon se gloria y hambrientos de dinero, ponen a su
esfuerza vanamente en gemir y en mostrarme Apolo en las papeletas de empeño de un librero
sus encantos, compartiendo sus lágrimas conde- y convierten un arte divino en un oficio mer-
no su defecto. Un autor virtuoso, en sus versos cenario 174.
inocentes, no corrompe el corazón mientras ha- Antes de que la razón, explicándose por la
ce cosquillear los sentidos: su fuego no voz 175, hubiese instruido a los humanos, hu-
biese enseñado las leyes, todos los hombres
171 seguían a la tosca naturaleza, dispersados por
Alusión a Pierre Corneille. Marco Anneo Lucano (39-65 los bosques corrían al pasturaje. La fuerza ocu-
d.C). Su Farsalia no tiene en el lenguaje el vigor y la novedad de
Virgilio pero sí una riqueza y un colorido semejantes. paba el lugar del derecho y de la equidad; el cri-
172
Horacio 343-5. 174
173
Se refiere a Nicole que en 1666 había criticado la tragedia El De 137 a 172 ver Horacio 391-418.
175
Cid. Horacio 391 y 407.

184 185
men se ejercía impunemente. Pero finalmente, la vio erigir altares a su gloria en cien lugares. Pe-
140 habilidad armoniosa de la palabra suavizó la ru- ro finalmente, la indigencia, trayendo la bajeza,
deza de estas salvajes costumbres, reunió a los el Parnaso olvidó su nobleza primitiva; infec-
humanos esparcidos por los bosques, cerró las 170 tando los espíritus un vil amor de beneficio
ciudades con muros y murallas, asustó a los in- manchó todos los escritos de toscas mentiras y,
solentes con la amenaza del suplicio y puso a la por todas partes, pariendo mil obras frivolas,
débil inocencia al amparo de las leyes. Este or- traficó con los discursos y vendió las palabras.
den fue, se dice, el fruto de los primeros versos. No os corrompáis por un vicio tan bajo. Si el
De ahí han nacido esos ruidos esparcidos en el oro sólo tiene para vosotros invencibles atracti-
universo, que dicen que ante la música con la vos, evitad esos deliciosos lugares que rocía el
que Orfeo176 llenó los montes de Tracia, los Parnaso m: no es en sus orillas en donde habita
tigres relajados perdían su audacia; que a los la riqueza. A los más sabios autores, como a los
150 acordes de Anfión 177 se movían las piedras y se mayores guerreros, Apolo no promete más que
levantaban ordenadamente sobre los montes te- un nombre y laureles. «¡Pero cómo! ¡En la es-
banos. La armonía al nacer produjo estos mi- 180 casez una Musa hambrienta no puede, se dirá,
lagros. Luego el Cielo hizo hablar a los oráculos alimentarse de humo! ¡A un autor que, obliga-
en verso; del seno de un sacerdote, conmovido do por Una necesidad inoportuna, escucha por
por un divino horror, Apolo exhaló su furor a la noche gritar a sus entrañas en ayunas, le gus-
través de versos. Pronto, resucitando los héroes tan poco los dulces paseos del Helicón!180. ¡Ho-
de viejas edades, Homero el de las grandes ha- racio había saciado su sed cuando vio a las
zañas animó los espíritus. Hesíodo178, a su vez, Ménades181; y libre de la preocupación que in-
por medio de útiles lecciones, hizo que se apre- quieta a Colletet182, no espera el éxito de un so-
suraran las cosechas de los campos demasiado neto para cenar!»
perezosos. Señalada la sabiduría en mil escritas Es cierto: pero esta terrible desgracia rara-
160 formas, fue anunciada a los mortales con la mente entre nosotros aflige ál Parnaso. ¿Y qué
ayuda de los versos, y por todas partes sus pre- temer en este siglo, en el que siempre las bellas
ceptos vencedores de los espíritus, introducidos 190 artes sienten las miradas de un astro favorables,
por el oído, entraron en los corazones. Por tan- siglo en el que la sabia previsión de un ilustre
tos felices beneficios las reverenciadas Musas príncipe hace por todas partes que el mérito ig-
fueron honradas en Grecia con un justo incien- nore lá indigencia?
so; y su arte, atrayendo el culto de los mortales, Musas, dictad su gloria a todos vuestros ni-
ños de pecho; su nombre vale más para ellos
176 que todas vuestras lecciones. Que Corneille, re-
El mítico Orfeo, originario de Tracia. Se ignora en qué fecha
vivió. Las sectas órficas tuvieron su apogeo en torno al siglo vi a.C.
177 179
Anfión, hijo de Antíope y Zeus. Hérmes le regaló una lira y Torrente de Beocia que, consagrado a Apolo y a las Musas,
fue un maravilloso músico. Junto con su hermano Zeto fundó Te- inspiraba a los poetas.
180
bas, construyendo las murallas con ayuda de su música ya que las Cerca del monte Helicón estaba el valle de las Musas.
181
piedras le obedecían encantadas por sus sones. Las Ménades o Bacantes formaban el cortejo del dios Dioni-
178
Poeta griego del siglo vm a.C, aproximadamente. En su sio.
obra Trabajos y días da consejos sobre el cultivo de los campos. '«2 Guillaume Colletet, poeta (1598-1659);

186 187
avivando su audacia, sea aún el Corneille del Besancon192 aún humea bajo su roca destruida.
Cid y de Horacio; que Racine, pariendo nuevos ¿Dónde están esos grandes guerreros cuyas
milagros, forme a su imagen y semejanza todos uniones fatales debían oponer tantos diques a
los cuadros de sus héroes; que con su nombre, este trayecto? ¿Es huyendo aún como piensan
cantando por la boca de las mujeres hermosas, detenerlo, orgullosos del vergonzoso honor de
200 Benserade183 divierta por todas partes en las haber sabido evitarlo? ¡Cuántas murallas
callejuelas; que Segrais184, en la égloga, encante 220 destruidas! ¡Cuántas ciudades tomadas! ¡Cuán-
los bosques, que para él el epigrama185 afile sus tas cosechas de gloria acumuladas corriendo!
trazos. Pero, ¿qué feliz autor, en otra Eneida, Autores, para cantarlos redoblad vuestros éx-
llevará temblando a este Alcido186 a las orillas tasis: el tema no requiere esfuerzos vulgares.
del Rin? ¿Qué sabia lira, con el ruido de sus ha- En cuanto a mí, hasta hoy alimentado en la
zañas, hará caminar todavía los peñascos y los sátira, no oso manejar la trompeta y la lira; me
bosques; cantará al Bátavo187, perdido en la veréis, sin embargo, en este campo glorioso, al
tormenta, ahogándose a sí mismo para salir del menos animaros con la voz y con los ojos; ofre-
naufragio188; recitará los batallones enterrados ceros estas lecciones del comercio de Horacio
210 bajo Mastrich189, alumbrados por el sol en sus que mi Musa devolvió, joven aún, al Parnaso;
terribles asaltos? me veréis secundar vuestro ardor, caldear
Pero mientras yo hablo, una nueva gloria os 230 vuestros espíritus, y mostraros desde lejos la co-
llama hacia ese Vencedor rápido de los Alpes. rona y el premio. Pero también perdonad si, lle-
Ya Dóle y Salins190 se han sometido al yugo191; no de esta hermosa inquietud, observador fiel
de todos vuestros famosos pasos, a veces separo
el buen oro del falso, y ataco los defectos de los
183 autores toscos, crítico un poco fastidioso, pero
El poeta Isaac de Bensserade (Í612-1690). Cuando publicó
sus Metamorfosis de Ovidio en rondós, Boileaü lamentó haber
frecuentemente necesario, más inclinado a cen-
dicho en esta obra palabras favorables y se retractó en su sátira El surar que sabio en su buen hacer.
Equívoco.
184
Jean Regnault de Segrais (1624-1701). Su nombre lo utilizó >9* Cayó el 15 de mayo de 1674.
Madame de Lafayette para su segunda nóvela, Zaide, según nos
cuenta Voltaire en su Templo del gusto.
185
Cf. 2.103-4.
186
Otro nombre de Hércules.
187
Los holandeses.
188
En 1673 los holandeses para detener la invasión de los ejérci-
tos franceses habían abierto las esclusas y dejado que el agua inun-
dara el país.
189
El 29 de junio de 1673 Vauban tomó Maéstricht a pesar de la
tremenda resistencia de los sitiados.
190
Plazas del Franco-Condado tomadas en pleno invierno (B).
Nota inexacta; Dóle serindióel 6 de junio de 1674 y Salins el 22 del
mismo mes.
191
Se trata de la segunda conquista del Franco-Condado.

188 189
ÍNDICE
PRÓLOGO 9
ARISTÓTELES 57
HORACIO 121
BOILEAU 145

13
í

VOLÚMENES PUBLICADOS

BIBLIOTECA D E L A L I T E R A T U R A
Y E L P E N S A M I E N T O HISPÁNICOS

1. JUAN RODRÍGUEZ DE ALARCÓN: Tres comedias de


«enredo». Edición preparada por Joaquín de Entram-
basaguas y Peña.
2. PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN: La pródiga. Edición
preparada por Alberto Navarro González.
3. LOPE DE VEGA: Teatro. Edición preparada por José
María Diez Borque.
4. DOMINGO F. SARMIENTO: Facundo (Civilización y
barbarie). Edición preparada por Luis Ortega Ga-
lindo.
5. ALFONSO DE VALDÉS: Diálogo de las cosas ocurridas
en Roma. Edición preparada por José Luis Abellán
García.
6. JOSÉ MARTÍ: Antología. Edición preparada por An-
drés Sorel.
7. CADALSO: Cartas marruecas. Edición preparada por
Rogelio Reyes Cano.
8. BOLÍVAR: Discursos, proclamas y epistolario político.
Edición preparada por Mario H. Sánchez-Barba.
9. GARCILASO DE LA VEGA: Obra completa. Edición
preparada por Alfonso I. Sotelo Salas.
10. JORGE DE MONTEMAYOR: LOS siete libros de la Dia-
na. Edición preparada por Enrique Moreno Báez.
1.1. IRIARTE: Fábulas literarias. Edición preparada por
Sebastián de la Nuez Caballero.
12. CERVANTES: Novelas ejemplares (2 vols.). Edición
preparada por Mariano Baquero Goyanes.
13. JUAN DE MENA: Laberinto de Fortuna. Poemas me-
nores. Edición preparada por Miguel Ángel Pérez 33. QUINTANA: Selección poética. Edición preparada por
Priego. Rogelio Reyes Cano.
14. HUARTE DE SAN JUAN: Examen de ingenios para las 34. RAMÓN LLULL: Proverbios de Ramón. Edición pre-
ciencias. Edición preparada por Esteban Torre. parada por Sebastián García Palou.
15. FERNÁNDEZ DE LIZARDI: Periquillo Sarniento. Edi- 35. ANÓNIMO: Libro de Alexandre. Edición preparada
ción preparada por Luis Sainz de Medrano. por Jesús Cañas Murillo.
16. SAAVEDRA FAJARDO: Empresas políticas. Edición 36. ANTONIO EXIMENO: Del origen y reglas de la música.
preparada por Quintín Aldea Vaquero. Edición preparada por Francisco Otero.
17. ANDRÉS BELLO: Antología de discursos y escritos. 37. JUAN LUIS VIVES: Epistolario. Edición preparada por
Edición preparada por José María Vila Selma. José Jiménez Delgado.
18. FRANCISCO DE MIRANDA: Diario de viajes y escritos 38. PADRE ISLA: H." del famoso predicador Fray Gerun-
políticos. Edición preparada por M. Hernández Sán- dio de Campazas. Edición preparada por L. Fernán-
chez-Barba. dez Martín.
19. LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN: Teatro comple- 39. D I E G O D E TORRES VILLARROEL: Los desahuciados
to. Edición preparada por Manuel Fernández Nieto. del mundo y de la gloria. Edición preparada por Ma-
20. La picara Justina. Edición preparada por Antonio nuel María Pérez.
Rey Hazas. 40. JEHUDA HA-LEVI: Cuzary. Libro de grande sciencia
21. MIGUEL DE MOLINOS: Guía espiritual. Edición prepa- y mucha doctrina. Edición preparada por Jesús Imi-
rada por Santiago González Noriega. rizaldu.
22. ANÓNIMO: Lazarillo de Tormes, y J. DE LUNA: Se- 41. ANTONIO LIÑÁN Y VERDUGO: Guía y avisos de foras-
gunda parte del Lazarillo de Tormes. Edición prepa- teros que vienen a la corte. Edición preparada por Edi-
rada por Pedro M. Pinero Ramírez. sons Simons.
23. FERNANDO DE ROJAS: La Celestina. Edición fonoló- 42. FRANCISCO MARTÍNEZ MARINA: Teoría de las Cor-
gica de M. Criado de Val. tes. Edición preparada por J. M. Pérez-Prendes.
24. IBN HUDAYL: Gala de caballeros, blasón de paladi- 43. Cancionero de Garci Sánchez de Badajoz. Edición
nes. Edición preparada por María Jesús Viguera. preparada por Julia Castillo.
25. JOSÉ ZORRILLA: Teatro selecto. Edición preparada 44. Antología de Humanistas Españoles. Edición prepa-
por Joaquín de Entrambasaguas. rada por Ana Martínez Arancón.
26. INFANTE DON JUAN MANUEL: El conde Lucanor. Edi- 45. CARLOS DEL VALLE RODRÍGUEZ: La escuela hebrea
ción preparada por Antonio Martínez-Menchen. de Córdoba.
27. JUAN DE MONTALVO: Siete tratados. Réplica a un so- 46. CONCOLORCORVO: El lazarillo de ciegos caminantes.
fista seudocatólico. Edición preparada por José Luis Edición preparada por Antonio Lorente Medina.
Abellán. 47. EMILIA PARDO BAZÁN: La mujer española. Edición
28. MARIANO J. DE LARRA: Antología. Edición prepara- preparada por Leda Schiavo.
da por Armando López Salinas. 48. JUAN RODRÍGUEZ DEL PADRÓN: Obras Completas.
29. CALDERÓN DE LA BARCA: DOS tragedias. Edición Edición preparada por César Hernández Alonso.
preparada por José María Diez Borque. 49. Épica española medieval. Edición preparada por Ma-
30. DONOSO CORTÉS: Ensayo sobre el catolicismo, el li- nuel Alvar.
beralismo y el socialismo. Edición preparada por Jo- 50. La mentalidad maya. Edición preparada por José
sé Vila Selma. Vila Selma.
31. CAMPOMANES: Discurso sobre la educación popular 51. FERNÁNDEZ PÉREZ D E OLIVA: Diálogo de la digni-
de los artesanos y su fomento. Edición preparada por dad del hombre. Edición preparada por María Luisa
Francisco Aguilar Piñal. Cerrón Puga.
32. SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ: Selección. Edición pre- 52. JOSÉ DE ESPRONCEDA: Teatro completo. Edición pre-
parada por Luis Ortega Galindo. parada por Amando Labandeira.
53. FADRIOUE FURIÓ CERIOL: El concejo y consejeros del
príncipe. Edición preparada por Henri Méchoulan.
54. JUAN DE JAÚREGUI: Discurso poético. Edición pre-
parada por Melchora Romanos.
55. Textos de cronistas de Indias y poemas precolombi-
nos. Edición preparada por Roberto Godoy y Ángel
Olmo.
56. JUAN VCTORIO: El amor y el erotismo en la literatura
medieval.
57. JOSEF BEN M E I R ZABARRA: Libro de los entreteni-
mientos. Edición preparada por Marta Forteza Rey.
58. JUAN DE LA CUEVA: Fábulas mitológicas y épica bur-
lesca. Edición preparada por José Cebrián García.
BIBLIOTECA D E LA LITERATURA
Y EL PENSAMIENTO UNIVERSALES

1. NOVALIS: Himnos a la noche y Enrique de Ofterdin-


gen. Edición preparada por Eustaquio Barjau.
2. DIDEROT: Escritos filosóficos. Edición preparada por
Fernando Savater.
3. APOLONIO DE RODAS: El viaje de los argonautas. Edi-
ción preparada por Carlos García Gual.
4. BARUCH DE ESPINOSA: Ética. Edición preparada por
Vidal Peña García.
5. ARISTÓFANES: Las avispas. La paz. Las aves. Lisís-
trata. Edición preparada por Francisco Rodríguez
Adrados.
6. KIERKEGAARD: Temor y temblor. Edición preparada
por Vicente Simón Merchán.
7. CICERÓN: Tratado de deberes. Edición preparada por
José Santa Cruz Teijeiro.
8. Himnos Védicos. Edición preparada por Francisco
Villar Liébana.
9. LEONARDO DA VINCI: Tratado de pintura. Edición
preparada por Ángel González García.
10. GALILEO: Consideraciones y demostraciones matemá-
ticas sobre dos muevas ciencias. Introducción y notas
de Carlos Solís Santos. Traducción de Javier Sádaba
Garay.
11. HOMERO: Odisea. Edición preparada por José Luis
Calvo Martínez.
12. LUCIANO DE SAMOSATA: Diálogos de tendencia cíni-
ca. Edición preparada por F. García Yagüe.
13. VOLTAIRE: Cartas filosóficas. Edición preparada por 34. ANÓNIMO: Poema de Gilgamesh. Edición preparada
Fernando Savater. por F. Lara Peinado.
14. ARISTÓTELES: La Política. Edición preparada por 35. Poema babilónico de la creación. Edición preparada
Carlos García Gual. por F. Lara Peinado y Maximiliano García Cordero.
15. PROUDHON: El principio federativo. Edición prepara- 36. Sendebar. Libro de los engaños de las mujeres. Edi-
da por Juan Gómez Casas. ción preparada por José Fradejas Lebrero.
16. MOLIERE: Tres comedias. Edición preparada por 37. ARISTÓTELES, HORACIO y BOILEAU: Poéticas. Edi-
Francisco Javier Hernández. ción preparada por Aníbal González.
17. JOHANN GOTTLIEB FlCHTE: Discursos a la nación ale- 38. CHRÉTIENS DE TROYES: Erec y Enid. Edición prepa-
mana. Edición preparada por Luis A. Acosta y Ma- rada por Carlos Alvar.
ría Jesús Várela. 39. Calimaco y Crisorroe. Edición preparada por Carlos
18. L A O TSE-CHUANG T Z U : Dos grandes maestros del García Gual.
Taoísmo. Edición preparada por Carmelo Elorduy. 40. KALIDASA: Meghaduta. Edición preparada por F. Vi-
19. SÓFOCLES: Ayax, Las traquinias, Antígona, Edipo llar Liébana.
Rey. Edición preparada por José María Lucas de 41. A. ALCIATO: Emblemas. Edición preparada por
Dios. B. Daza Pinciano.
20. LEIBNIZ: Nuevos ensayos sobre el entendimiento hu- 42. JEAN RACINE: Teatro completo. Edición preparada
mano. Edición preparada por Javier Echevarría. por J. M. Azpitarte y Emilio Nañez.
21. GOTTHOLD EPHRAIM LESSING: Laocoonte. Edición
43. MARÍA DE FRANCIA: Lais. Edición preparada por
preparada por Eustaquio Barjau. Luis Alberto de Cuenca.
44. Mabinogion. Edición preparada por M.a Victoria
22. DAVID HUME: Tratado de la naturaleza humana. Edi- Cirlot.
ción preparada por Félix Duque. 45. GOTTFRIED VON STRASSBURG: Tristón e Isolda. Edi-
23. ANÓNIMO: Atma y Brahma. Edición preparada por ción preparada por Bernd Sietz.
F. R. Adrados y F. Villar Liébana. 46. GUILLERMO IX DUQUE DE AQUITANIA y JAUFRE R U -
24. P. B. SHELLEY: Adonais y otros poemas. Edición pre- DEL: Canciones completas. Edición preparada por
parada por Lorenzo Peraile. Luis Alberto de Cuenca y Miguel Ángel Elvira.
25. LUCANO: La Farsalia. Edición preparada por Sebas- 47. FUZULÍ: Leylá y Mecnün. Edición preparada por Sü-
tián Mariner. leyman Salom.
26. DEMOSTENES: Discursos escogidos. Edición prepara- 48. FERNANDO PESSOA: Antología de Alvaro de Campos.
da por Emilio Fernández Galiano. Edición preparada por J. A. Llardent.
27. Textos literarios hetitas. Edición preparada por Alber- 49. BENJAMÍN FRANKLIN: Autobiografía y otros escritos.
to Bernabé. Edición preparada por Luis López Guerra.
28. THOMAS HOBBES: Leviatán. Edición preparada por 50. IACOPPO SANNAZARO: Arcadia. Edición preparada
Carlos Moya y Antonio Escohotado. por Julio Martínez Mesanza.
29. JOHN WEBSTER: El diablo blanco. Edición prepara- 51. SNORRI STURLUSON: Textos mitológicos de las Eddas.
da por Fernando Villaverde. Edición preparada por Enrique Bernárdez.
30. El Corán. Edición preparada por Julio Cortés. 52. ANÓNIMO: Libro de los cambios. Edición preparada
31. ROBERT FLUDD: Escritos sobre música. Edición pre- por Carmelo Elorduy.
parada por Luis Robledo. 53. W. B. YEATS; J. M. SINGE; SEAN O ' C A S E Y : Teatro
32. ANÓNIMO: La Demanda del Santo Graal. Edición Irlandés. Edición preparada por Lorna J. Reynolds.
preparada por Carlos Alvar. 54. INMANUEL SWEDENBORG: Antología. Edición prepa-
33. LOCKE: Ensayo sobre el entendimiento humano. Edi- rada por Jesús Imirizaldu.
ción preparada por Sergio Rábade y Esmeralda 55. ANÓNIMO: Romancero chino. Edición preparada por
García. Carmelo Elorduy.
56. SNORRI STURLUSON: Saga de Egil Skallagrimsson.
Edición preparada por Enrique Bernárdez.
57. Pico DE LA MIRÁNDOLA: De la dignidad del hombre.
Edición preparada por Luis Martínez Gómez.
58. GEORGE ELIOT: Middlemarch. Edición preparada
por Cristina Quintana e Isabel Quintana.
59. PUBLIO OVIDIO NASÓN: Fastos. Edición preparada
por Manuel A. Marcos Casquero.
60. WILLIAM SHAKESPEARE: Sonetos. Edición preparada
por Luis Astrana Marín.
61. GEOFFREY DE MONMOUTH: Historia de los reyes de
Britanio. Edición preparada por Luis Alberto de
Cuenca.
or primera vez se presentan,
agrupadas en un volumen, las
tres poéticas más importantes
de las letras occidentales. La
redactada por Aristóteles en
el siglo IV antes de Cristo su-
pone el primer intento válido de sistematiza-
ción de los estudios literarios. La de Horaf-
cio, tres siglos posterior, se erigió en modelo
fundamenta! de todas las poéticas renacentis-
tas y neoclásicas, siendo el Art poétique de
Boiíeau su epígono más notable.
Los tres textos se ofrecen en traducción di-
recta de sus lenguas originales -griego, latín
y francés- y con un número reducido, pero
selecto, de notas y glosas explicativas.

Aníbal González Pérez es Profesor Titular


de Lengua y Literatura Griegas en la Facul-
tad de Filología de la Universidad Complu-
tense.

BIBLIOTECA DE LA LITERATURA
Y EL PENSAMIENTO UNIVERSALES

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