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© Laura Vera Patier, 2018
© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2018
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ISBN: 978-84-330-3833-3

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Quisiera dedicar este libro a Aitor, por confiar en mí;
a Miguel, por su buena disposición para ayudarme;
a mi madre y a Mari Fe por hacer posible lo imposible
y cómo no, a todos los alumnos que habéis pasado
por mis talleres de memoria… vosotros habéis sido
mi mejor inspiración.

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INTRODUCCIÓN
“Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición” decía
Napoleón… y tenía razón, porque después de todo… ¿qué somos sin memoria?

La memoria es mucho más que una facultad mental, es algo que da sentido a nuestras
vidas, que define nuestra identidad, que aporta significado a nuestras experiencias del
pasado y perfila el horizonte de nuestro futuro, nos ayuda a pensar, a ser más eficientes,
a crecer, a aprender… ¿Puede haber algo más importante que todo esto?
La memoria es una capacidad compleja y prodigiosa a la vez, y tal vez no tomamos
conciencia de su inmenso valor hasta que empezamos a perderla.
Al igual que otras funciones cognitivas, la memoria es una facultad mental que sufre un
claro deterioro con el paso del tiempo y en algunos casos, puede incluso derivar hacia
patologías como el Alzheimer u otras demencias.
Desde luego, hay que diferenciar entre el olvido asociado al envejecimiento normal, de
la pérdida de memoria patológica. Pero además, debemos tener en cuenta que muchos de
nosotros sufrimos a diario fallos de memoria y despistes que pueden deberse a distintas
causas. Cuando atravesamos una etapa de estrés, cuando llevamos un estilo de vida
sedentario o simplemente cuando existen ciertas carencias vitamínicas en nuestra dieta,
somos más vulnerables a padecer estas “lagunas” en la memoria, independientemente de
nuestra edad.
En la primera parte del libro aportaremos claves que nos ayuden a comprender mejor
la memoria. Aclararemos conceptos básicos que nos ayuden a profundizar en el
conocimiento acerca de los elementos que la componen, su funcionamiento, etc. Cuanto
mejor comprendas los mecanismos implicados en tu memoria, mejor comprenderás lo
que te ocurre y esto te aportará importantes beneficios. Analizaremos también los hábitos
de vida más saludables para mantener y reforzar la memoria.
Y finalmente, en la segunda parte del libro te propongo una amplia variedad de
ejercicios prácticos que te ayudarán a mantener tu mente en forma.
Con todo ello, espero que des respuesta a algunas de tus preguntas y resuelvas dudas
acerca de tu memoria y sobre todo, llegues a la valiosa conclusión de que tú puedes
hacer muchas cosas para mantener y proteger tu memoria.
Antes de empezar hagamos una sencilla y rápida evaluación para ver cómo está tu
memoria. Lee atentamente las siguientes preguntas y responde con un SÍ o un NO.

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1. ¿Pones atención de forma consciente cada vez que debes aprender algo nuevo?
2. ¿Realizas habitualmente algún tipo de ejercicio físico y ejercicio mental (leer,
calcular mentalmente, etc.)?
3. ¿Te gusta probar y conocer actividades nuevas y diferentes?
4. Cuando quieres recordar el nombre de una persona ¿te fijas en su rostro? ¿Repites
el nombre y tratas de asociarlo con algo?
5. ¿Organizas de algún modo tu plan semanal, repasas mentalmente las tareas que
debes hacer cada día?
6. Cuando realizas alguna actividad ¿logras mantener la concentración?
7. ¿Descansas lo suficiente cuando duermes por la noche?
8. ¿Eres de los que piensan que es mejor llevar a cabo una tarea cada vez hasta
terminarla, en lugar de empezar con varias cosas a la vez?
Resultado: A mayor cantidad de síes, mejor memoria. Si has contestado SÍ a más de la
mitad de las preguntas, felicidades, porque adoptas hábitos que benefician a tu memoria.
Si has respondido SÍ a menos de la mitad de las preguntas, no te desanimes porque hay
mucho que puedes hacer por mejorar tu memoria.

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ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS SOBRE LA MEMORIA
Si hay una facultad de nuestra naturaleza
que puede considerarse maravillosa, esa es la memoria.
Jane Austen

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1.1. ¿Qué es la memoria?
La memoria es la función cerebral que nos permite registrar la información,
almacenarla y posteriormente recuperarla.
La memoria es la base de todas nuestras capacidades y funciones cognitivas. Sin
memoria, ninguna otra capacidad cognitiva tendría sentido.
Nuestro cerebro contiene millones de neuronas, que a su vez, se conectan entre sí,
dando lugar a un proceso denominado sinapsis. Cada vez que aprendemos algo nuevo,
cada vez que realizamos una actividad diferente, estamos creando nuevas conexiones
neuronales, nuevas sinapsis.
Este proceso es fundamental para el mantenimiento de un cerebro activo y sano.
El deterioro de nuestro cerebro se inicia sorprendentemente pronto ya que es a partir
de los 25 años cuando comienza la pérdida lenta pero progresiva de neuronas.
Sin embargo, a pesar de ello, la posibilidad de seguir estableciendo nuevas conexiones
neuronales no se detiene nunca. Esta es la razón por la que es tan importante mantener
unos hábitos de vida sanos y ejercitar nuestro cerebro para que continúe activo,
presentándole nuevos retos como, por ejemplo, aprender un nuevo idioma, tocar un
nuevo instrumento, apuntarse a clases de baile, de ganchillo o mejor… a un taller de
memoria.
Cuando todo es monótono, cuando apenas buscamos estímulos intelectuales, cuando
hacemos siempre las cosas de la misma manera… nuestro cerebro no necesita
esforzarse.
Por el contrario, cuando buscamos nuevos desafíos, cuando probamos nuevas
actividades, cuando probamos a hacer las cosas de una manera diferente… entonces, le
estamos presentando nuevos retos a nuestro cerebro, y para afrontar dichos retos,
nuestras neuronas harán nuevas conexiones. Es entonces cuando podemos decir que
estamos ejercitando nuestro cerebro.
Esta “gimnasia mental” dota a nuestro cerebro de una mayor plasticidad y le protege
del envejecimiento prematuro.

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1.2. ¿Puede mejorarse la memoria?
Sabemos que el paso del tiempo es enemigo de la memoria, y es probable que los
olvidos, despistes y fallos de memoria, se vayan sucediendo con más frecuencia a
medida que cumplimos años.
El cerebro envejece al igual que el resto de los órganos de nuestro cuerpo, y por lo
tanto algunas funciones mentales comienzan a deteriorarse. Sin embargo, en la gran
mayoría de los casos, esto no impide que la persona pueda hacer su vida normal.
Hay que decir, por supuesto, que si esos fallos de memoria que observamos son
repentinos, intensos, repetitivos… si van acompañados de cambios de humor, si
confundimos palabras, nos cuesta seguir el hilo de una conversación, si hacemos una
pregunta y a los pocos minutos volvemos a formularla… es decir, si observamos
síntomas que nos llamen la atención o nos preocupan tanto a nosotros como a las
personas que nos rodean, debemos acudir a nuestro médico de cabecera para que sea
este quien evalúe correctamente qué es lo que está sucediendo y podamos aclarar
nuestras dudas.
Pero como decimos, los fallos de memoria cobran inevitablemente más protagonismo
con la edad. A medida que los años van transcurriendo, empezamos a olvidar con más
frecuencia dónde pusimos las llaves, dónde dejamos las gafas o qué necesitábamos
comprar hoy…
Más adelante, estudiaremos esta clase de olvidos, su causa y la forma de reducirlos o
incluso evitarlos. Pero lo que debemos comprender es que la memoria no es una especie
de polvos mágicos que algunas personas lleven encima y otras no, la memoria no es algo
que se les reparta a unos pocos privilegiados… la memoria es una habilidad, y como
tal, puede entrenarse para su mantenimiento y mejora.
La mayoría de las personas, sin embargo, no se cuestionan esto y aceptan la memoria
que tienen como si esa fuera la memoria con la que han nacido y no hubiera nada más
que hacer. Y aunque haya otras muchas habilidades que a lo largo de nuestras vidas sí
nos ocupamos de mejorar, como el vocabulario, nuestra forma de escribir, cocinar o
bailar… no solemos pensar de la misma manera con respecto a la memoria, no solemos
pensar que esta sea una habilidad que podamos entrenar para mejorar… de hecho, se
podría decir incluso que ni siquiera nos “acordamos” de nuestra memoria.
No solemos acordamos de nuestra memoria hasta que empezamos a perderla. Es
entonces cuando de pronto se enciende la luz roja de alarma y empieza a asaltarnos la
preocupación y la incertidumbre mientras nos preguntamos qué podemos hacer para

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evitar la pérdida de memoria.
A pesar de que el paso del tiempo provoque cierto deterioro cognitivo, más acusado en
unas personas que en otras, no debemos pensar por ello que estemos inevitablemente
destinados a sufrir una pérdida importante de memoria.
Existen muchas cosas que podemos hacer para mantener y conservar nuestra memoria
en buen estado durante muchos años. A pesar del paso del tiempo, es posible llevar un
envejecimiento saludable si sabemos cómo cuidarnos.
Pensar de esta manera nos puede hacer asumir más responsabilidad en el cuidado de
nuestra memoria y adoptar así una actitud más proactiva.
Si pensamos que no hay nada que podamos hacer para mejorar nuestra memoria,
entonces no haremos esfuerzo alguno, y por tanto, no experimentaremos ningún cambio
positivo.
Así pues, pensemos en la memoria como una habilidad que podemos entrenar y
ejercitar y que el resultado de esta acción merecerá seguro la pena.

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1.3. Memoria y autoestima
Por otro lado, también debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y pensar que
no es posible recordarlo todo.
Pero, de hecho, ni siquiera es necesario.
Nuestra mente necesita olvidar algunas cosas para poder recordar otras.
Lo fundamental es que seamos capaces de recordar todo aquello que necesitemos y
que sea importante para nosotros.
Ser conscientes de nuestras limitaciones también es aceptar que en ocasiones,
olvidamos, nos equivocamos, nos cuesta recordar un nombre, pero nada de esto
debemos interpretarlo como un “desastre” ni como evidencia de la pésima memoria que
tenemos.
Pensar de esta manera a cerca de nosotros solo daña nuestra autoestima y merma la
confianza en nosotros mismos; además no resuelve absolutamente nada… es decir,
seguiremos olvidando dónde hemos puesto las llaves, seguiremos sin recordar ese
nombre y seguiremos una y otra vez criticándonos por ello.
Pero ¿qué podríamos hacer para no perder siempre las llaves?; por supuesto,
colocarlas siempre en el mismo sitio.
¿Y si comprásemos una pequeña bandeja y tuviésemos por norma dejar siempre ahí
las llaves? ¿Y si nos asegurásemos, cada vez que cambiamos de bolso, de sacar las llaves
y guardarlas en su sitio asignado…?
Probablemente si cumpliésemos a diario con estos sencillos rituales evitaríamos
muchos fallos de memoria.
En muchos casos los fallos de memoria tienen más que ver con despistes provocados
por la falta de atención o de orden más que por el hecho de tener una mala memoria o
ser un “desastre”.
Evitemos por tanto estas expresiones negativas referidas a nuestra persona y
empecemos a observar cómo hacemos las cosas y si podemos cambiar en algo para
mejorar.

Recuerda que la memoria es una habilidad y por lo tanto puede entrenarse y

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mejorarse.
Si presentas algún problema de memoria, la autocrítica o la culpa no te
aportarán nada positivo. En lugar de esto, es más útil detectar qué rutinas
están funcionando mal y qué podemos hacer para cambiarlas.

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LOS HÁBITOS DE VIDA. CÓMO INFLUYEN EN LA
MEMORIA
Los momentos preciosos no duraban eternamente.
Brote quería guardar todo eso en su memoria.
Muy pronto, solamente le quedarían los recuerdos…”.
Sun-mi Hwang

El estilo de vida es, sin duda, un factor clave que puede marcar la diferencia entre una
mente ágil y despierta y otra con frecuentes olvidos y despistes.
Un estilo de vida saludable, siguiendo una dieta equilibrada, evitando el estrés,
realizando algún tipo de actividad física moderada, durmiendo lo suficiente, etc.,
contribuye a la salud de todos nuestros órganos, incluido el cerebro.
En ocasiones no somos del todo conscientes de la repercusión que nuestro estilo de
vida y hábitos pueden tener sobre nuestra salud, y cuando somos conscientes de ello,
solemos pensar más bien en los efectos físicos y no mentales.
Por ejemplo, si tenemos algo de sobrepeso y el médico nos recomienda adelgazar,
pensamos en los beneficios físicos que nos puede aportar la pérdida de peso;
respiraremos mejor y nos cansaremos menos, nos encontraremos más ágiles, podremos
ponernos la ropa que nos gusta, nuestro corazón estará más sano y disfrutaremos en
general de una mejor salud.
Sin embargo, quizá sean menos los que conocen que la obesidad y un índice de masa
corporal alto está ligada a la disfunción en el hipocampo (el área cerebral que interviene
en la memoria y el proceso de aprendizaje) y el lóbulo frontal (la zona del cerebro que
interviene por ejemplo en aspectos como la resolución de problemas).
Los estudios concluyen que no es que la obesidad haga a las personas más olvidadizas
sino que la pérdida de la función cognitiva está relacionada con el sobrepeso.
Con respecto al tabaco, somos también bastante conscientes de los beneficios físicos
de abandonar este hábito, sin menospreciar los económicos… la presión arterial se
normaliza y mejora la circulación, los niveles de oxígeno en sangre se incrementan hasta
llegar a niveles normales, el riesgo de sufrir una cardiopatía se reduce a la mitad con
respecto a aquellas personas fumadoras, mejora el aspecto de dientes, encías y piel, y
también el aliento entre otras muchas cosas.

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Pero también se han realizado estudios en personas de edad media que han examinado
la relación entre el tabaco y las funciones cognitivas de memoria, razonamiento,
vocabulario y fluidez verbal.
Algunas conclusiones a las que se ha llegado son, que fumar en edades medias se
asocia a un déficit de memoria y a una disminución en la capacidad de razonamiento o
que las personas que dejaron de consumir tabaco años atrás acababan desarrollando un
menor deterioro de su memoria y su fluidez verbal no se veía tan perjudicada.
Este deterioro observado en los procesos de razonamiento, memoria y fluidez verbal
pueden deberse al efecto dañino que el tabaco tiene sobre los vasos sanguíneos del
cerebro.
Así pues, tengamos muy claro que nuestro estilo de vida puede estar cuidando o
perjudicando nuestro cuerpo pero también nuestra mente. Ambas cosas, son la cara y
cruz de una misma moneda. Cuerpo y mente mantienen un estrecho y profundo vínculo
imposible de romper.
Si cuidamos nuestro cuerpo cuidamos nuestra mente y si abandonamos hábitos
perjudiciales no solo estamos beneficiando a nuestro cuerpo sino también a nuestra
mente y a nuestra memoria.
De esta manera tenemos un poderoso motivo más para adoptar un estilo de vida sano.
Analicemos con más detalle algunos de los hábitos de vida más importantes.

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2.1. La alimentación. Dime qué comes y te diré cómo recuerdas
Nuestro cerebro consume el 20% de la energía de nuestro organismo. No es
exagerado, por lo tanto, afirmar que la alimentación tiene mucho que ver con nuestra
capacidad para memorizar.
La conexión entre neuronas funciona en base a sustancias químicas
(neurotransmisores) cuya misión es transmitir un mensaje de una neurona a otra. Estas
sustancias químicas las obtenemos a través de la alimentación.
Glucosa, proteínas y ácidos grasos, constituyen el combustible de nuestro cerebro.
Veamos más detenidamente qué tipo de sustancias, vitaminas y minerales protegen
mejor a nuestro cerebro de un envejecimiento prematuro y en qué alimentos podemos
encontrarlos.
En cuanto a las vitaminas, las vitaminas del grupo B forman un grupo de 8 vitaminas
relacionadas con el metabolismo celular. Son hidrosolubles por lo que se pueden perder
en el agua de cocción y en caso de tomarse en exceso se eliminan por la orina.
Son especialmente interesantes, ya que protegen del deterioro cognitivo, favorecen la
concentración y conservan la memoria.
Por ejemplo, la vitamina B1 cumple una importante labor en la conducción de los
impulsos nerviosos. La encontraríamos en alimentos como el hígado, el pescado, el pan
integral, la levadura de cerveza, el germen de trigo, leche y derivados.
Otra conocida vitamina, la B9 denominada también ácido fólico, es indispensable para
el sistema nervioso ya que afecta a su crecimiento y funcionamiento. Su deficiencia se
asocia entre otras cosas a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer;
encontramos esta vitamina en alimentos como las espinacas, verduras y legumbres,
espárragos, plátanos o limones.
La vitamina E, protege el sistema nervioso central, además de mantener “a raya” el
colesterol malo (el LDL). El control adecuado del colesterol es muy importante para la
salud de nuestro cerebro, puesto que un exceso de colesterol en sangre producirá
dificultades en la circulación de todos nuestros órganos, incluido el cerebro.
Además diversas investigaciones han mostrado que unos niveles adecuados de
vitamina E puede tener un efecto protector sobre la función mental; de hecho, el déficit
de esta vitamina se asocia a trastornos neurológicos debidos a una mala conducción de
los impulsos nerviosos.
Los alimentos que contienen vitamina E son principalmente de origen vegetal, sobre

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todo verduras de hoja verde como las espinacas o el brócoli, semillas como la soja, el
germen de trigo y la levadura de cerveza. También se encuentra en alimentos de origen
animal (la yema de huevo), aceites vegetales (de girasol, de oliva, de sésamo), algunos
frutos secos (nueces, almendras, avellanas).
Destacaremos dos minerales, magnesio y zinc.
El magnesio podemos encontrarlo en legumbres, arroz integral, verduras de hoja verde
y frutos secos.
Este mineral fortalece nuestra capacidad de atención.
El zinc es un mineral que podemos encontrar en alimentos como las legumbres, los
frutos secos o el marisco y es esencial para transferir correctamente la información entre
las neuronas.
No podemos dejar de hablar de uno de los nutrientes estrella, el omega 3. Los
llamados ácidos grasos omega 3 son un grupo de ácidos grasos poliinsaturados. Son
muchos los estudios que confirman que la ingesta de estos ácidos grasos tiene un efecto
protector sobre el deterioro cognitivo que empieza a experimentar nuestro cerebro a
partir de los 65 años.
El DHA, que es uno de los ácidos grasos incluidos en este grupo, tiene especial
protagonismo en la construcción del sistema nervioso central, facilita la conexión entre
neuronas y mejora la capacidad de aprendizaje y memoria.
Hay que tener en cuenta que los ácidos grasos omega 3 no pueden ser sintetizados por
nuestro organismo por lo que debemos incorporarlos a través de la dieta.
Podemos encontrar ácidos grasos omega 3 en verduras de hojas verdes, en algunas
semillas como las nueces, en cereales y en algunos aceites como el de soja o maíz.
El DHA está muy presente en pescados como el salmón, el atún o la sardina.
Si consumimos al menos tres raciones por semana de estos alimentos nos estamos
asegurando un buen aporte de estos ácidos grasos.
En cualquier caso, recordemos que una dieta variada en la que se consuman alimentos
de todo tipo nos asegura el aporte de distintas vitaminas, minerales, etc. y por tanto, es
garantía de salud.

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2.2. El sueño. Descansa bien para pensar mejor
Hoy en día, sabiendo lo que sabemos, resulta curioso recordar que hasta el siglo XIX
se creía que cuando dormíamos, el cerebro se “desconectaba”, se “apagaba” para poder
descansar.
Se creía por tanto que al despertar, el cerebro reanudaba su intensa actividad.
Fue aproximadamente a mediados del siglo XX cuando los científicos empezaron a
comprobar que este planteamiento se alejaba mucho de la realidad.
Actualmente, y gracias a diversos estudios, sabemos que el cerebro, de hecho, no solo
no anula su actividad mientras dormimos, sino que emplea las horas de sueño para
consolidar el aprendizaje y fijar en la memoria datos que ha ido registrando a lo largo del
día.
A pesar de que aún existen preguntas sin responder a cerca del papel específico del
sueño en la formación y almacenamiento de los recuerdos, la mayoría de las
investigaciones coinciden en afirmar que el sueño facilita la consolidación de estos.
El sistema de memoria sigue 3 etapas principales de procesamiento: adquisición o
registro, consolidación o almacenamiento y recuerdo o recuperación (etapas que
estudiaremos con detenimiento más adelante).
Pues bien, parece ser que la adquisición (fase en la que el cerebro recoge información
nueva) y el recuerdo (capacidad para acceder a esa información), se producen durante la
etapa de vigilia.
Sin embargo, las investigaciones sugieren que la consolidación, proceso por el cual el
recuerdo se vuelve estable, tiene lugar durante el sueño.
Parece que un período de sueño tras el aprendizaje, facilita la plasticidad neuronal y
fortalece las conexiones neuronales que forman nuestros recuerdos.
Y aunque no parece estar claro del todo cómo el sueño hace que esto sea posible,
muchos investigadores creen que las características específicas de las ondas cerebrales
durante las distintas etapas del sueño, se asociarían a distintos tipos de memoria.
Por ejemplo, un adecuado sueño en la fase REM, fase en la que la corteza cerebral
está muy activa, podría influir en la memoria a corto plazo. Mientras que la fase de
sueño que precede a la fase REM, y que es una fase de sueño profundo, ondas
cerebrales amplias y ritmo respiratorio lento, podría beneficiar a la memoria a largo
plazo.
Conocemos, por tanto, la importante influencia del sueño sobre la memoria, pero

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también es obvio que cuando no dormimos lo suficiente o nuestro sueño no es de
calidad, nuestro organismo se resiente, nos encontramos más cansados y sobre todo,
disminuye nuestra capacidad de atención y concentración, por lo que no es de extrañar
que suframos más despistes y olvidos.
¿Cómo podemos entonces favorecer nuestro descanso?
Si seguimos algunas recomendaciones sencillas, nos será más fácil alcanzar ese sueño
reparador tan codiciado.
Por supuesto, deberíamos eliminar el café o el té a horas avanzadas del día. Por la
mañana, una taza de café o de té, ayuda a activar nuestro organismo pero por la noche o
a última hora de la tarde, la cafeína y la teína presente en el caso del té, pueden tener un
efecto negativo sobre nuestra calidad de sueño.
Antes de acostarnos, en todo caso sería preferible tomar una infusión relajante. En el
mercado podemos encontrar gran cantidad de infusiones que llevan distintas mezclas de
plantas relajantes, como la valeriana, la tila o la pasiflora.
Si durante un período de tiempo nos sentimos más nerviosos de lo normal, podríamos
recurrir a concentrados de algunas de estas plantas, que aportan el extracto seco de su
raíz y quizá tengan un efecto de mayor intensidad en la inducción del sueño.
Lo ideal sería dejar pasar al menos dos horas entre la hora de la cena y el momento de
acostarnos. Y evitar cenas demasiado copiosas, puesto que el estómago tendría que hacer
un trabajo extra y no sería de extrañar que nos despertásemos durante la noche.
Si vamos a hacer ejercicio físico, es recomendable hacerlo por la mañana, pero no
siempre es posible. Si solo podemos hacer ejercicio físico a última hora de la tarde, nos
iría bien escoger una actividad física de bajo impacto y que no sea demasiado intensa
como por ejemplo caminar, pilates, yoga…
También es interesante que la estancia en la que duermes sea lo más cómoda posible,
que la sientas confortable… no utilizar en la cama el móvil, el ordenador o cualquier otro
dispositivo electrónico, ya que no solo pueden desvelarnos si los utilizamos sino que los
campos magnéticos que emiten pueden interferir en la calidad del sueño.
Si te gusta la aromaterapia, un truco para conciliar el sueño sería colocar un saquito de
lavanda bajo la almohada o incluso poner algunas gotitas de aceite esencial de esta flor.
En el siguiente apartado, que habla acerca del estrés, encontrarás algunos ejercicios
sencillos de relajación que puedes realizar antes de acostarte para aprender a relajarte y
poder conciliar mejor el sueño.

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2.3. El estrés. Cerebro estresado, recuerdo alterado
Estamos cocinando y mientras tanto revisamos los mensajes de nuestro móvil… nos
preguntamos dónde habremos dejado el bolso, cuando nuestro hijo además nos pregunta
algo y le intentamos responder antes de que nos demos cuenta de pronto que no hemos
controlado bien el tiempo de cocción del plato que cocinábamos.
Puede que a más de uno esta situación le resulte familiar.
Lo cierto es que a diario nuestro cerebro se encuentra bombardeado por una gran
cantidad de estímulos y de información que debe procesar. Citas a las que debemos
acudir, llamadas o tareas pendientes… a las que además en ocasiones se suman
discusiones y conflictos con el jefe, la pareja o los hijos.
En definitiva, nuestro cerebro acaba reaccionando de forma desproporcionada a los
estímulos que nos rodean.
Queremos llegar a todo pase lo que pase y sentimos que nos falta tiempo.
El problema no es que nos falte tiempo para hacer las cosas; el problema es que quizá
queremos hacer demasiadas cosas en poco tiempo. Y no nos engañemos, el tiempo es el
que es.
Lejos de bajar el ritmo y sosegar nuestras agendas, lo que hacemos es a veces buscar
un “chute” de energía para poder llegar a cumplir con todas las tareas que tenemos
planificadas.
El notable aumento en los últimos años de suplementos vitamínicos nos hace
reflexionar acerca de esto.
Sin embargo, el estrés en sí no es malo. Es una respuesta adaptativa de nuestro cuerpo
que se desencadena cuando tenemos que hacer frente a una situación de amenaza o
peligro.
Por ejemplo, tener cierto nivel de estrés cuando nos enfrentamos a un examen es no
solo normal sino también necesario. Frente a una prueba o examen, cierto grado de
ansiedad nos permite estar más activos y despiertos, en estado de alerta para afrontar con
determinación esa situación. ¿Podéis imaginar qué pasaría si nos presentásemos a un
examen excesivamente relajados?
El problema surge cuando el estrés se convierte en algo crónico y prolongado y
entonces nuestro cuerpo segrega constantemente hormonas como la adrenalina o el
cortisol, que permanecen en la sangre durante un largo período de tiempo.
En la actualidad, el estrés se ha convertido en una de las enfermedades más presentes

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en las sociedades occidentales. No hay más que ver cómo en los últimos años se ha
disparado el consumo de ansiolíticos y pastillas para dormir.
La mayoría de nosotros hemos oído hablar acerca de las consecuencias que puede
tener el estrés en nuestro organismo, pero por si acaso alguien aún no lo tiene claro del
todo, hagamos un breve repaso:
En primer lugar, hay que destacar los numerosos efectos físicos del estrés; uno de ellos
es la obesidad y el sobrepeso. En ocasiones, la ansiedad nos empuja a comer de forma
descontrolada. A menudo se busca satisfacer necesidades o carencias emocionales. Otras
veces, detrás también se esconden emociones mal gestionadas.
El estrés también provoca dolores de cabeza y migrañas cuyo origen no es físico sino
que es debido a la tensión acumulada; pérdida del cabello; problemas dermatológicos
como la aparición de acné o la agravación de algunas dermatitis; trastornos digestivos,
puesto que el sistema digestivo se altera y aumentan los ácidos estomacales, lo cual
provoca desde malas digestiones hasta úlceras, trastornos cardíacos puesto que la presión
arterial se acelera y provoca un mayor riesgo de sufrir cardiopatías… y tampoco
debemos olvidar otras consecuencias derivadas del estrés no menos preocupantes que las
anteriores como insomnio, depresión, falta de concentración, explosiones más o menos
habituales de genio, etc.
Podríamos alargar la lista de consecuencias derivadas del estrés pero con las que
hemos nombrado es suficiente para confirmar que el panorama no parece ser muy
halagüeño. Tomar la decisión de ponerle freno al estrés en nuestras vidas es sin duda el
mejor regalo que podemos hacerle a nuestra salud.
Lo primero que deberíamos hacer es aprender a parar.
Aparentemente esto puede sonar muy sencillo pero para muchas personas es algo
extremadamente difícil.
Cuando nuestro cuerpo y nuestra mente están acostumbrados a vivir deprisa puede
resultar complicado parar… parar y no hacer nada por un instante.
Inmersos en un ritmo de vida a menudo frenético, nos convertimos en esos ratoncitos
de jaula que montan en la rueda y dan vueltas dentro de ella empujando fuertemente con
sus patitas hasta que de pronto alcanzan tal velocidad que resulta complicado parar y
detenerse…
Para querer parar, necesitamos tomar conciencia de lo perjudicial que es el estrés y de
los innumerables beneficios que nos va a aportar vivir algo más relajados.
Además de aprender a relajarnos, conviene aprender a organizar mejor nuestra vida

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porque recordemos que el desorden y la falta de organización favorecen el estrés y
perjudican nuestra memoria.

Aprendiendo a organizarnos
Que nuestro entorno guarde cierto orden y nuestro tiempo esté correctamente
organizado favorece de algún modo el orden mental.
Vamos a destacar las distintas posibilidades que tenemos a nuestro alcance para
organizar de forma efectiva nuestro tiempo:

• Agenda semanal; una agenda nos permite planificar con orden y claridad las tareas a
lo largo de la semana, de manera que podemos tener una perspectiva general de todo
lo que tenemos que hacer. Es importante consultarla cada día y repasar mentalmente
las cosas que quedan pendientes.
• Calendario; podemos utilizar calendarios con algo de espacio en cada uno de los
días del mes de manera que sea posible hacer en esos espacios pequeñas
anotaciones. Deben ser anotaciones breves, una palabra clave a modo de
recordatorio es suficiente. Por ejemplo “médico” o “reunión”.
• Indicadores visuales; cambiar algo de sitio o colocar algo en un lugar visible y
estratégico actúa como señal que llama nuestra atención y nos dice que hay algo que
debemos recordar. Por ejemplo, si no queremos olvidar que tenemos que dejar
puesta la lavadora antes de irnos, podemos colocar el detergente en un lugar donde
seguro lo vamos a ver. Pueden hacer la misma función pizarras, tableros de corcho,
notas…
• Organización diaria; es interesante organizarse ya desde la mañana revisando lo que
tenemos que hacer a lo largo del día. Podemos anotar las cosas que debemos hacer
empezando por las cosas más prioritarias e ir tachando a medida que vayamos
cumpliéndolas.

Aprendiendo a relajarnos
Tener unas nociones básicas acerca de cómo podemos relajar nuestra mente y nuestro
cuerpo es algo que nos beneficiará mucho.
Como todo, es algo que requiere de práctica. No sirve de mucho si hacemos una
relajación solo cuando nos acordamos. Lo ideal sería establecer unos minutos al día, 5 o
10 serían suficientes, para practicar la relajación. Al acostarnos y antes de dormir puede
ser un buen momento, a no ser que tengamos demasiado sueño.

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Relajarse es dejar que las alas de la mente se posen con suavidad en lugar de volar sin
rumbo y a la desesperada.
Es al menos por un breve instante, no pensar demasiado, y no pensar tan rápido. Es
precisamente ralentizar la velocidad de nuestra respiración, de nuestro pulso… y también
de nuestros pensamientos.
Nuestro cuerpo y nuestra mente nos lo agradecerán, y nuestra memoria también se
verá muy beneficiada.
Sabemos que en un estado de estrés y ansiedad nuestra memoria funcionará peor, ya
que se verá afectado el registro (no estamos atentos) y el recuerdo.
Aprender a relajarse correctamente es fundamental para poder controlar el estrés y
disminuir la tensión emocional.
No es necesario conocer técnicas de relajación demasiado complicadas o largas. De
hecho, voy a enseñarte técnicas de relajación sencillas, pero muy eficaces.
Basta con dedicar unos minutos al día a la relajación para adquirir un mayor bienestar
físico y mental que favorecerá sin duda el aprendizaje, conseguirás progresivamente un
estado más profundo de calma y serenidad y cada vez que te enfrentes a una situación
estresante podrás relajarte más fácilmente.
Para empezar, uno de los elementos que tienes que aprender a controlar es la
respiración.
Cuando estamos nerviosos y estresados, nuestra respiración es rápida, superficial y
poco fluida. Nuestra sangre no se oxigena correctamente, y por tanto nuestro cerebro
tampoco.
Para poder relajarnos es necesario modificar esta forma de respirar, pero no podemos
hacerlo si no tomamos consciencia de ello.
Por esta razón, es importante que escuches a tu cuerpo: ¿Cómo respiras? ¿Cómo late
tu corazón? ¿Tienes temblores, sudoración…? Cuando empiezas a detectar estas señales
evidentes de estrés es cuando necesitas tomar las riendas de tu cuerpo y de tu mente.
Cuando necesites relajarte es importante que tengas en cuenta algunas condiciones
básicas, como por ejemplo que el lugar que elijas para hacer tu relajación sea cómodo,
que la temperatura sea agradable, alejado del ruido, suavemente iluminado y que lleves
ropa cómoda.
Veamos ahora algún ejercicio de respiración:
Respiración en tres tiempos; este es un ejercicio básico de respiración que consiste

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en realizarla en tres tiempos claramente marcados, la inspiración, la retención del aire y la
expiración.
Puedes realizar este ejercicio durante unos 5 minutos cada día.

1. Túmbate en lugar cómodo y empieza a tomar aire por la nariz lentamente en


aproximadamente 4 segundos.
2. Ahora debes retener el aire sin dejar que se escape durante otros 4 segundos.
3. Finalmente, sueltas muy despacio el aire por la boca de nuevo en algo más de 4
segundos.
Respiración en tres tiempos visualizando; este es un ejercicio muy similar al
anterior, con la diferencia de que aquí introducimos un pequeño cambio.
Realizamos la respiración en tres tiempos pero además mientras seguimos cada paso y
contamos mentalmente hasta 4, tratamos de visualizar los números a medida que vamos
contando.
Es como si en una pizarra mental cada vez que cuento el 1, imagino que lo escribo,
con el 2 lo mismo…y así sucesivamente.
El objetivo de este ejercicio es además de respirar adecuadamente, potenciar todo lo
posible nuestra concentración mental para que nuestra atención, al visualizar cada
número, esté puesta sola y exclusivamente en la respiración.
De esta manera, evitaremos distracciones mientras realizamos el ejercicio.
A continuación, te propongo distintos ejercicios de relajación:
Relajación rápida; para conseguir una disminución de la tensión en unos pocos
minutos, basta con que para empezar te centres en tu respiración y adoptes la respiración
en tres tiempos que hemos explicado anteriormente.
Al cabo de 1 o 2 minutos, deja que tu respiración fluya de forma natural, respirando de
forma suave aunque sin controlarla ni forzarla.
Toma conciencia de tus pensamientos en ese momento. Lo único que tienes que hacer
a partir de ahora es reconocer cada pensamiento y dejarlo ir… imaginando que cada uno
de tus pensamientos se posa sobre una nube y pasa muy lentamente frente a ti.
Mientras respiras, solo tienes que visualizar cómo llegan nubes que se van alejando
suavemente cargadas de pensamientos…
De lo que se trata es de no aferrarse a ningún pensamiento.
Si te esfuerzas en rechazar tus pensamientos, lo único que conseguirás es caer

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atrapado en una lucha interna y esto provocará mayor tensión y ansiedad.
Recuerda, solo tienes que reconocer tus pensamientos, dejar que crucen tu mente y a
continuación dejarlos ir…

Ejercicio de tensión-relajación; este ejercicio puede llevarte alrededor de 20 o 30


minutos.
Es importante que lo hagas con calma, tomándote tu tiempo. Iremos prestando
atención a distintas partes del cuerpo, para a continuación tensar y relajar cada una de
ellas.
Cada vez que tensemos apretaremos con fuerza la musculatura de la zona que
ordenemos; cuando relajemos, lo que haremos será aflojar esa misma musculatura.
El contraste de relajar inmediatamente después de haber sentido mucha tensión en esa
zona, produce una agradable sensación de bienestar y relajación.

1. Inicia el ejercicio realizando la respiración en tres tiempos durante 1 minuto


aproximadamente. Después, deja que tu respiración fluya con normalidad.
2. Ahora toma conciencia de los músculos que conforman tus pies. Lleva toda tu
atención a la planta de los pies, los dedos de los pies, el empeine y los tobillos.
Empieza a tensar progresivamente toda esa zona. Puedes hacerlo gradualmente
contando del 1 al 10. Cuando cuentes 5, tus pies experimentarán la mitad de la
tensión… y cuando llegues a 10 experimentarán el máximo de tensión (puedes
provocar tensión en los pies apretando los dedos y manteniendo girados y tensos los
tobillos). Luego, afloja y relaja tus pies.
3. Concéntrate en tus rodillas y añádeles tensión presionando la una contra la otra.
Siente también la tensión en los muslos. Cuenta hasta 10 presionando todo lo que
puedas, y a continuación suelta las rodillas, relaja las piernas.
4. Contrae ahora tu abdomen, siente la tensión mientras cuentas hasta 10… afloja y
relaja suavemente.
5. Contrae con fuerza tus glúteos y siente la tensión contando hasta 10… afloja y
relaja…
6. Ahora lleva tu atención a los hombros y ténsalos forzando la postura; esta es una
zona que acumula mucha rigidez. Siente el efecto de la tensión en tus hombros y
cuenta despacio hasta 10… cada vez más tensión… hasta que al final aflojas y
sueltas los hombros… dejando que vuelvan a su posición inicial… sintiendo la
agradable sensación de haber eliminado toda la tensión que había en ellos.

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7. Aprieta tus manos cerrando cada vez con más fuerza los puños mientras cuentas
hasta 10… para finalmente soltar y relajar las manos… dejando que se apoyen suave
y cómodamente sobre tus piernas…
8. Céntrate en los músculos de tu rostro. Tensa la boca cerrando con fuerza los labios,
cierra los ojos apretando con fuerza los párpados, mantén el ceño fruncido y siente
la tensión en tu rostro… cuenta hasta 10… y ve soltando y relajando despacio los
músculos faciales, deja la boca ligeramente entreabierta, mantén los ojos cerrados
con suavidad, libera la tensión de tu frente…
9. Siente la sensación de relajación y bienestar en todo el cuerpo… tómate unos
minutos para disfrutar de esa sensación y muy despacio ve moviendo el cuerpo y
abriendo los ojos.

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2.4. Ejercicio físico. “Mens sana in corpore sano”
Esta antigua y conocida frase escrita en el siglo I por un poeta romano encierra una
verdad que con el paso del tiempo no ha hecho sino reafirmarse con más fuerza si cabe.
Efectivamente, son muchos los argumentos científicos que hablan en favor del
ejercicio físico y de su beneficiosa influencia en la memoria.
Sabemos que el ejercicio físico contribuye a mejorar el sistema inmunitario, reduce el
riesgo de padecer algunas enfermedades como las cardiovasculares entre otras, protege
contra el estrés, regula el apetito, etc.
Pero además, el ejercicio practicado de forma moderada y regular es uno de los
hábitos que más puede beneficiarnos a nivel mental.
Uno de los principales motivos por los que se sabe que favorece nuestra memoria es,
porque gracias a él, aumenta la oxigenación de nuestro cerebro.
Cuando hacemos ejercicio, el corazón bombea más deprisa y la sangre (que es la
encargada de llevar oxígeno a los órganos de nuestro cuerpo) se distribuye mejor. Los
vasos sanguíneos se estimulan y penetran más profundamente en los tejidos del cuerpo.
El cerebro, que recibe una parte importante de la sangre bombeada por el corazón, se
nutre de ese oxígeno imprescindible para que las neuronas se regeneren y funcionen
correctamente.
Pero además del aporte de oxígeno, el cerebro también obtiene otro beneficio.
Investigaciones llevadas a cabo por la escuela de Medicina de la Universidad de
Dublín, y también neurocientíficos como Fernando G. Pinilla, de la Universidad de
California, han llegado a la siguiente conclusión: cuando hacemos ejercicio físico se
genera una molécula llamada BDNF.
En un principio, esta molécula se describió como un factor de crecimiento de las
neuronas, pero además de eso actúa como neurotransmisor, es decir, está relacionada
con la capacidad de crecimiento de algunas conexiones entre neuronas.
Cuando realizamos ejercicio físico de forma continuada, aumentan los niveles de
BDNF, y con ello, aumenta la capacidad de nuestro cerebro para adaptarse al entorno. Se
consigue una mayor plasticidad cerebral.
Si dejamos de hacer ejercicio, el BDNF decae, y con ello se reduciría nuestra
capacidad de aprendizaje y de memoria.
Sabemos, por lo tanto, que la práctica de ejercicio físico regular mejora nuestro
cerebro. Sobre todo si es un ejercicio aeróbico, porque entonces nuestro corazón

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bombeará sangre con más fuerza y el cerebro conseguirá una mayor oxigenación.
Clases de aerobic, taichí o cualquier otra disciplina en la que haya que seguir una
coreografía, son adecuadas porque trabajan la coordinación corporal, la capacidad de
atención y además al mismo tiempo hay que recordar determinadas secuencias de
movimientos, por lo que se estimula la memoria.
Ocurre algo parecido con el baile. Cada estilo de baile, ya sea salsa, tango, vals, etc.
sigue un patrón determinado de movimientos corporales y de pasos que uno debe
memorizar para poder seguirlo. Así que, cuando una persona está bailando, de alguna
manera también está estimulando su memoria.
Uno de los deportes más sencillos y que además no supone ningún coste económico es
caminar. Caminar puede resultar una actividad agradable tanto si lo hacemos solos como
si es en compañía.
Lo ideal sería caminar una hora diaria y hacerlo a un ritmo algo rápido, sin pararnos
demasiado, y cuidando de la respiración.
Si tienes fuerza de voluntad y dispones de una bicicleta estática en casa, retírale el
polvo acumulado y plantéate hacer sesiones de bicicleta de al menos unos 30 minutos
unas tres veces por semana.
El ejercicio sobre bicicleta estática no tiene por qué ser aburrido. Puedes pedalear
mientras ves tu programa de televisión favorito o mientras escuchas música.
Debes pensar que nunca es tarde para plantearse hacer algo de ejercicio. Lo
importante es elegir una actividad que te motive y empezar poco a poco.
Si ya ni recuerdas la última vez que saliste a caminar, el primer día haz una caminata
de unos 20 minutos y ve progresivamente aumentando el tiempo.
Es preferible ir construyendo el hábito de forma progresiva, disfrutando de los
beneficios, en lugar de empezar a un ritmo intenso y abandonar a las primeras de
cambio.

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2.5. Cuando tus neuronas se aburren
¿Eres de los que siempre desayunan a la misma hora? ¿Lo mismo? ¿Leyendo siempre
el periódico? ¿Haces cada día el mismo recorrido para ir a comprar el pan? Entre tus
actividades diarias favoritas ¿está la de hacer siempre cada tarde una sopa de letras? ¿O
ver tu serie favorita cada tarde?
Es verdad que la mayoría de nosotros seguimos a diario una serie de rutinas que nos
ayudan a seguir cierto orden y a regular nuestro cuerpo. Esto en sí no necesariamente es
malo. Lo que ocurre es que cuando este orden se sigue prácticamente todos los días a
rajatabla y se convierte en una rutina fija, entonces empezamos a funcionar de forma
automática y nuestro cerebro deja de esforzarse.
Que el cerebro deje de esforzarse implica que se acomoda y por lo tanto deja de crear
nuevas conexiones neuronales.
¿Pero existe algún modo de evitar caer en la trampa del sedentarismo? ¿Podemos
impedir que la rutina se adueñe de nuestras neuronas? Por supuesto que sí.
En realidad no necesitamos hacer grandes esfuerzos ni nada especial. Solo con
introducir pequeños cambios en nuestras rutinas diarias, lo que estamos haciendo es salir
de nuestra zona de confort, estamos presentándole a nuestro cerebro pequeños retos y
desafíos y le estamos forzando a estar alerta y a seguir estableciendo, por tanto, nuevas
conexiones neuronales.
Podemos introducir estos pequeños cambios de manera muy sencilla. Por ejemplo, si
somos diestros podríamos intentar escribir con la mano izquierda.
Si te resulta al principio difícil, que seguro lo será, empieza por escribir tu nombre,
después tu nombre y tu apellido, inténtalo en mayúscula y después en minúscula, escribe
los números del 1 al 10.
Además de escribir también podrías peinarte con la otra mano, comer durante unos
minutos con la otra mano o incluso colocarte el reloj en la muñeca opuesta a la que
utilices habitualmente.
Si cada día haces el mismo recorrido para ir a comprar el periódico por ejemplo, haz
un cambio de ruta y elige otros caminos para llegar al mismo sitio.
Cualquier aspecto de tu vida cotidiana que consigas modificar será suficiente para
lograr que tu cerebro se esfuerce y tus neuronas no se aburran.

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Recuerda que solo a ti te corresponde la responsabilidad de adoptar un estilo
de vida saludable y que hacerlo te aportará grandísimas ventajas tanto a
nivel físico como a nivel mental.

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TIPOS DE MEMORIA
Ya lo olvidé, me lo repito a mí misma, el único problema
es que me lo repito tantas veces que logro el efecto inverso.
Laura Restrepo

Comprender en profundidad la estructura y el funcionamiento de nuestra memoria es


algo complejo aún en nuestros días.
Son muchas las teorías que tratan de explicar el funcionamiento de la memoria.
Unas se centran en explicar su estructura, otras en los procesos que hay implicados en
ella. Se han estudiado también distintos tipos de memoria que no son sino aspectos
distintos de la memoria, que aunque funcionan de modo independiente, también forman
parte de un todo.
No existe una única teoría que explique por completo la memoria y su funcionamiento,
pero sí existen distintas aproximaciones que nos ayudan a comprenderla algo mejor.
Si tuviésemos que ofrecer una descripción simplificada de los distintos tipos de
memoria, podríamos decir que entendemos la memoria como un almacén con distintos
compartimentos, cada uno de ellos más o menos complejo.
Y para clasificar estos compartimentos de una manera sencilla, vamos a diferenciar
entre 3 tipos de memoria; la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo y la
memoria fotográfica o visual.
En la memoria a largo plazo encontraríamos también la memoria implícita y la
memoria procedimental.

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3.1. La memoria a corto plazo
Si ahora mismo yo te pidiera que memorizases el siguiente listado de letras y números:
A B 12 C 8 Z 9, leerías y repetirías dicho listado hasta que creyeras haberlo retenido lo
suficiente. Habrías almacenado esta información en tu memoria a corto plazo.
En este almacén de tu memoria, conservarías de forma activa este listado de números
y letras, de forma que estuviera disponible durante un corto período de tiempo. Sin
embargo, si no repitieras de vez en cuando el listado memorizado, acabarías por olvidarlo
definitivamente.
Así es como funciona la memoria a corto plazo. Y en realidad, funciona tal y como
necesitamos que lo haga.
Imagina lo caótico que sería para nosotros memorizar una gran cantidad de datos sin
importancia que acumulados a lo largo de los días, de las semanas y de los meses no
harían más que saturar nuestro sistema de memoria.
La memoria a corto plazo es importante porque nos ayuda a funcionar de forma
efectiva en el día a día, pero la mayoría de los datos acumulados en ella los vamos
olvidando porque en el fondo no los necesitamos.
No necesitamos recordar lo que comemos y cenamos cada día. De hecho, hacerlo
sería lo más parecido a una tortura. Y como nuestra memoria tiene que optimizar el
espacio reservado a los recuerdos, va desechando inevitablemente algunos de ellos.
No obstante, y como ya hemos mencionado, la memoria a corto plazo resulta de gran
utilidad en el desarrollo de tareas y actividades de nuestra vida cotidiana.
Por ejemplo, cuando aparcamos el coche en un aparcamiento, necesitamos memorizar
su ubicación exacta. Para ello, a menudo tomamos referencias que nos faciliten retener
esta información; por ejemplo, además del número de pasillo o fila, si cerca hay situada
alguna columna o si se encuentra cerca de la salida, etc.
Pero, después de recoger nuestro coche, ¿necesitaríamos guardar en nuestro almacén
de memoria esta información? La respuesta es no.
Esta información se ha guardado en el almacén de la memoria a corto plazo y nos ha
sido necesario retenerla durante un corto período de tiempo, pero pasado este tiempo ya
no la necesitamos y por lo tanto, nuestro cerebro se ocupará de borrarla de nuestra
memoria.
El contenido empieza a decaer con el transcurso del tiempo, pero si repetimos la
información, lo que conseguimos es volver a introducirla en este almacén de memoria y

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que pueda ser retenida por un período adicional de tiempo.
Aunque existen diversas teorías que tratan de explicar las razones por las que
olvidamos en este estadio de la memoria, parece clara la limitación en cuanto a su
capacidad de contenido, que es de aproximadamente unos 7 elementos aunque podrían
encontrarse variaciones.
La duración de tiempo que permanece almacenada la información en este almacén de
memoria a corto plazo es también limitada.
Por ejemplo, si las palabras son largas o si son fonéticamente similares, la cantidad de
palabras que podemos almacenar es menor; sin embargo, cuando las palabras nos
resultan familiares o cuando pertenecen a una misma categoría semántica, nuestro
recuerdo mejora.
Es decir, por ejemplo nos sería más sencillo memorizar una lista de frutas, en lugar de
memorizar nombres de frutas mezclados con otras palabras diferentes.
Por cierto, ¿recuerdas el listado de letras y números con el que empezábamos este
apartado? probablemente no, y no es que tengas una mala memoria sino que esto se debe
más bien a la fragilidad de tu memoria a corto plazo (ten en cuenta que primero has
registrado la lista y después has seguido leyendo por lo que te has distraído. Sin tiempo
suficiente para repetir varias veces la lista, lo normal es que la olvides).

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3.2. La memoria a largo plazo
Si la memoria a corto plazo se caracteriza por su limitada capacidad y por la escasa
perdurabilidad de su información almacenada, en el caso de la memoria a largo plazo
diríamos que se guarda más cantidad de información y además puede hacerse por un
período de tiempo más largo; de unos días hasta incluso décadas.
Aunque no se conocen del todo los mecanismos biológicos que subyacen a este tipo de
memoria, parece ser que se potencia la estructura de las conexiones neuronales y que
este suceso provoca el paso de los recuerdos temporales al almacén de recuerdos a largo
plazo.
Cuando la información almacenada en la memoria a corto plazo la consideramos
importante y hacemos más evocaciones de ella, cuando le damos un significado, la
relacionamos con información ya almacenada, entonces estamos haciendo posible el paso
de una memoria a otra.
La memoria a largo plazo puede dividirse en dos grandes grupos, que establecen
distintos tipos de memoria y que se almacenan en regiones cerebrales diferenciadas:

• Memoria explícita. En este nivel de memoria se incluyen la memoria episódica,


que se refiere a los “episodios” vividos, son los recuerdos relacionados con sucesos
específicos de nuestra vida… la primera vez que aprendí a montar en bicicleta,
aquella vez que me castigaron en la escuela, el día que me gradué… y la memoria
semántica, que tiene que ver con los conocimientos generales que tenemos sobre el
mundo; los conocimientos que tengamos sobre geografía, reglas gramaticales,
matemáticas o muchas otras cosas más… El hipocampo es una de las estructuras
implicadas en estas memorias.
• Memoria implícita o procedimental. Esta clase de memoria se refiere a la
habilidad para realizar movimientos como el de andar en bicicleta o utilizar
determinados objetos como escribir en ordenador o usar un robot de cocina. Este
tipo de información se codificaría en el cerebelo.
La memoria implícita o procedimental cobra gran importancia en el desarrollo de las
tareas cotidianas. ¿Alguna vez te has preguntado qué sucedería si cada vez que montas
en bicicleta tuvieses que aprender de nuevo a montar en ella? ¿O si tuvieses que aprender
a manejar el ordenador cada vez que quieres escribir en él?
Esta información ya está debidamente almacenada en nuestra memoria implícita de
modo que nuestro cerebro nos permite acceder a ella y utilizarla siempre que sea

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necesario.
Las emociones constituyen un factor determinante en el funcionamiento de la memoria
episódica.
Todos aquellos sucesos que tienen un impacto emocional intenso tanto positivo como
negativo, se graban con bastante nitidez en la memoria. Seguramente por ejemplo todos
recordemos detalles del día de nuestra boda con especial exactitud, como algún plato del
menú o alguna anécdota simpática con algún invitado y es muy probable que también
recordemos con intensidad instantes del momento en el que recibimos la noticia del
fallecimiento de algún ser querido, como por ejemplo qué estábamos haciendo en ese
preciso momento o quién nos acompañaba.
Pero las emociones pueden intervenir en nuestra memoria de otras maneras. Quizá
alguna vez te haya ocurrido que rememorando junto a alguien cercano un determinado
suceso vivido por ambos, de pronto hayáis encontrado puntos de discrepancia con
respecto a lo ocurrido… “Esto sucedió así…” “¡Estás equivocado! No es como tú lo
cuentas…” asegura el otro.
¿Cuál de los dos tiene razón? ¿Quién es más fiel a la realidad?
Las dos personas están en lo cierto. Pero por desgracia, esta situación no poco
habitual, suele ser en ocasiones fuente de discusión y conflicto porque cada una de esas
personas defiende su versión de lo sucedido, afirmando que es el otro el que está
equivocado.
Lo que sucede es, que cuando percibimos un determinado suceso no lo percibimos
exactamente de la misma manera que la otra persona, puesto que percibimos en base a
nuestra personalidad, nuestras experiencias vividas, nuestras expectativas o nuestro
estado anímico del momento.
Cada una de estas peculiaridades nos llevará a percibir unos detalles con más
intensidad que otros y esta percepción no tiene por qué coincidir con la de la otra
persona. Podría decirse que nuestra memoria es selectiva y que la mayoría de las veces,
percibimos de manera subjetiva.
Pongamos un ejemplo:
Quedamos con un amigo o amiga para ver una película en el cine. Supongamos que
ese día nuestro estado de ánimo es algo bajo.
Es muy probable que al ver la película, nosotros prestemos más atención a las escenas
dramáticas y a la música teñida de nostalgia. Después de ver ambos la misma película, la
impresión y percepción general de lo que hemos visto puede estar muy influenciada por

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nuestras emociones y por nuestra personalidad, que nos llevan siempre a hacer una
interpretación personal y subjetiva de aquello que percibimos.

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3.3. La memoria fotográfica
Supongamos que en una reunión de amigos te presentan a alguien a quien no conoces.
Intercambias unas divertidas palabras con esa persona y sigues interaccionando con tus
amigos.
Transcurren unos días y de pronto, en uno de tus agradables paseos matutinos alguien
irrumpe frente a ti saludándote con gesto amigable.
Muy al contrario, es posible que la expresión de tu cara sea más bien de desconcierto
al pensar que no recuerdas de quién se trata, ni dónde conociste a esa persona.
Esta escena suele ser más habitual de lo que podamos pensar y suele dejar en nosotros
un poso de frustración. Sabemos que conocemos a esa persona pero no podemos
recordar de quién se trata. Casi seguro, ni siquiera recordemos su nombre. Y por más
que nos esforcemos en recordar, todos nuestros intentos serán fallidos.
No tenemos una única memoria. De ahí que sea un error afirmar por ejemplo que
tengamos mala memoria (en general). Es posible que nos resulte relativamente fácil
memorizar números pero nos cuesta recordar quién es esa persona cuyo rostro nos
resulta tan familiar… o puede que seamos capaces de recordar con una exactitud
extraordinaria algunos sucesos de nuestro pasado y sin embargo, tengamos que hacer un
gran esfuerzo para recordar qué comimos ayer.
Se dice que las personas que tienen dificultades en memorizar los rostros o imágenes
en general, no poseen buena memoria fotográfica o visual.
Sin embargo, al igual que otros tipos de memoria, si la memoria fotográfica se entrena,
se puede experimentar una mejora notable.
Hay un factor crucial que determina que seamos capaces de retener información
visual, y ese factor no es otro más que la atención.
Cuando sentimos interés y hacemos un esfuerzo consciente en enfocar toda nuestra
atención a la imagen que pretendemos memorizar, tendremos más posibilidades de
recordar detalles de esa imagen.
En el caso del ejemplo anterior, si en medio de una fiesta o reunión nos presentan a
alguien pero no tenemos demasiado interés por conocer a esa persona o estamos
distraídos con otras cosas, entonces no prestaremos la suficiente atención, no nos
fijaremos detenidamente en las peculiaridades y características de su rostro y
probablemente tampoco hagamos un esfuerzo por recordar su nombre.
Por tanto, si entrenas tu atención, te resultará más sencillo recordar imágenes.

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Puedes entrenar tu memoria visual realizando a diario unos sencillos pero eficaces
ejercicios que te propongo a continuación y cuyo objetivo básico es el de mejorar tu
capacidad de concentración y observación.

• Cuando estés dando un paseo y de pronto pases cerca de un escaparate, puedes


detenerte uno o dos minutos y observar con atención la composición del escaparate,
qué hay en él, dónde está situado, colores, tamaños, detalles que te llamen la
atención… después, cerrando los ojos o dándote la vuelta trata de hacer un repaso
mental de lo que has visto, intentando recordar todo lo posible… vuelve a mirar y
comprueba tus aciertos.Elige un objeto cualquiera, puede ser un cuadro, un florero o
una estantería… míralo con mucha atención durante dos minutos reparando en todos
y cada uno de los detalles que lo componen… y como en el ejercicio anterior, date la
vuelta pero esta vez coge lápiz y papel y trata de dibujar lo más exactamente posible
el objeto elegido. No se trata de hacer un dibujo artístico, lo que nos importa es
incluir en el dibujo detalles importantes de él.
• Elige de nuevo un objeto o un lugar, o incluso un rostro… obsérvalo con
detenimiento durante unos 2 minutos y a continuación cierra los ojos y trata de
visualizarlo, como si lo proyectaras en una pantalla mental, tratando de recrearlo en
tu mente con el mayor detalle posible.

Recuerda que la memoria es un fenómeno muy complejo y que no tenemos


solo una memoria en general sino que existen distintos tipos de memoria.

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¿POR QUÉ OLVIDAMOS?
Solo sé que pasó por este mundo como una paloma fugitiva:
la olvidé sin quererlo, lentamente…
Nicanor Parra

Existen muchas razones por las que olvidamos, pero la razón principal es que lo
hacemos porque sencillamente no podemos recordarlo todo y tampoco es necesario
hacerlo.
No solo es que nuestra memoria tenga una capacidad limitada sino que también sería
terrible recordar todos los detalles de todos los sucesos que acontecen en nuestra vida.
¿Puedes imaginar por un instante cómo sería recordar con pelos y señales todas las
conversaciones que has mantenido con todas las personas que han formado parte de tu
vida?
¿Recordar todos y cada uno de los detalles decorativos de todos los lugares que
conoces y que has visitado? ¿Recordar todo lo estudiado en la escuela? lo útil y lo no tan
útil, fechas, citas que ya tuvieron lugar, nombres, números de teléfono y direcciones de
personas con las que ya ni siquiera sigues en contacto…
Desde luego, es preferible olvidar.
En el fondo la memoria nos hace un favor cuando envía al “desguace” la información
que ya no necesitamos recordar. En eso, casi todos nosotros estamos de acuerdo.
El problema surge cuando olvidamos información que nos es útil, información
importante para nosotros que necesitamos recordar.
Tenemos información almacenada en nuestra memoria pero no podemos acceder a
ella. No podemos recuperarla.
Para poder comprender esto mejor, deja que te explique con más detalle cómo
funciona la memoria.
Nuestro sistema de memoria consta básicamente de tres fases:

• Registro
• Almacenamiento
• Recuperación
El registro es la primera de las fases. Es evidente que para poder memorizar cualquier

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información, es indispensable que esa información sea registrada, es decir, la información
se nos presenta y nosotros accedemos a ella.
No podemos memorizar un texto que no hayamos leído, ni una canción que no
hayamos escuchado, eso es imposible.
En esta fase de registro hay un factor que resulta clave, la atención. Posteriores olvidos
se deben precisamente a que en esta fase la información no se ha registrado
adecuadamente, y que la información se registre adecuadamente o no se debe
principalmente a si hemos puesto suficiente atención o no.
Existen muchos olvidos relacionados con la falta de atención.
Veamos por ejemplo la siguiente situación:
Supongamos que nos encontramos cocinando una nueva receta de cocina. Es la
primera vez que la hacemos y hemos colocado frente a nosotros el libro de cocina, al que
recurrimos con la esperanza de que nos guíe en la elaboración de ese rico y apetitoso
plato… lo cierto es que en este momento, cocinar exige gran parte de nuestra atención;
de pronto, nuestra pareja irrumpe en la cocina y nos anuncia que esa misma mañana se
ha encontrado con una amiga nuestra a la que estamos intentando localizar para hablar
con ella. Nos dice que podemos llamarla esa misma tarde entre las 17:00 y las 19:00.
Al final de la jornada, nuestra pareja de pronto nos pregunta si hemos hablado ya con
nuestra amiga… primero, en nuestro semblante se dibuja una expresión de asombro y
después fruncimos el ceño por unos segundos tratando de recordar con insistencia la
supuesta información que nuestra pareja nos ha dado, pero todos nuestros esfuerzos son
en vano.
De hecho incluso dudando de la capacidad de memoria de nuestra pareja le
preguntamos: “¿estás seguro de que me lo dijiste?”
Por mucho que lo intentemos, será imposible acceder a esta información por una razón
muy simple: no la hemos registrado. La información que no se procesa ni se almacena
correctamente cuando se recibe hace que sea prácticamente imposible de recuperar.
En este caso, lo que ha sucedido es que nuestra atención ya estaba focalizada en una
actividad concreta, la receta de cocina y aunque muchos puedan pensar lo contrario, lo
cierto es que el funcionamiento de nuestro cerebro no nos permite focalizar la atención
en dos tareas distintas de forma simultánea.
Las investigaciones demuestran que el proceso es otro; lo que hacemos es saltar de
una cosa a otra de forma secuencial. Esta es la razón por la que a veces sentimos que
hemos perdido el hilo de lo que hacíamos antes y tengamos que empezar de nuevo.

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Prueba de ello, es también el significativo aumento en el número de accidentes al
volante registrados cuando se intenta realizar al mismo tiempo dos tareas diferentes como
conducir y hablar con el teléfono móvil.
Hay algunas personas que pueden ser más hábiles que otras en este proceso de pasar
de una tarea a otra, siendo capaces de centrar su atención en varias informaciones de una
en una, pero en cualquier caso, los estudios demuestran que en general prestar atención a
dos cosas de forma simultánea reduce la productividad y aumenta la probabilidad de que
cometamos errores.
Muy probablemente, si el protagonista de nuestro ejemplo hubiese dejado por un
instante lo que estaba haciendo en ese momento, que era cocinar, y se hubiese girado
hacia su pareja mirándole a los ojos mientras escuchaba con atención consciente…
entonces, habría recordado la información casi con total seguridad.
Hay distintas causas que provocan la falta de atención. No todos los estímulos ni toda
la información que llega a nuestros sentidos se procesa con la misma intensidad. No todo
nos motiva o nos interesa.
De alguna manera filtramos la información haciendo un proceso de selección de la
información que consideramos relevante y nuestra atención tiende a focalizarse en esa
dirección.
Pero también un ritmo de vida agitado y salpicado de estrés puede hacer que nos
resulte difícil centrarnos en una actividad.
La sobrecarga de estímulos, la multitarea… son aspectos que facilitan la distracción y
por tanto pueden perjudicar la atención.
También cuando realizamos tareas de modo rutinario, es relativamente sencillo que
perdamos la atención. Es como si nuestro cerebro encendiera el “piloto automático” y
entonces abandonara ese estado de alerta que nos permite ser conscientes de lo que
estamos haciendo.
Entonces… ¿cómo resolver esto? ¿Cómo evitar o reducir el olvido provocado en la
fase de registro? En efecto, la clave está en entrenar la atención. Esta es la razón por la
que decimos que la atención y la concentración juegan un papel tan importante en el
estado de nuestra memoria.
Nuestra capacidad de atención y concentración es algo que se puede y se debe
entrenar. En la parte práctica de este libro encontrarás un capítulo dirigido precisamente a
esto.
Yo añadiría que además de entrenar la atención, si queremos registrar correctamente la

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información, es conveniente que tengamos una voluntad de registrar la información que
se nos presenta, debemos darle importancia, debemos despertar nuestro interés hacia
aquello que pretendemos aprender, y esta debe ser una actitud plenamente consciente.
Esta actitud positiva va a ser sin duda nuestra aliada en esta fase de registro.
Ahora, entraríamos en la segunda fase conocida como fase de almacenamiento.
Supongamos que hemos registrado adecuadamente la información. ¿Sería suficiente
esto para poder recordarla más tarde? ¿Una buena dosis de atención nos garantizaría el
éxito?
La respuesta es no. Habríamos dado solo el primer paso y lo habríamos dado bien
pero necesitaríamos hacer algo más.
Todas las investigaciones confirman que casi siempre se produce un fuerte decaimiento
inicial de la memoria, seguido de una disminución más gradual a medida que pasa el
tiempo.
Es decir, el olvido es inicialmente rápido, después la velocidad del olvido empieza a
disminuir.
Fue el psicólogo alemán Ebbinghaus quien apuntó con sus estudios en esta dirección
investigando la curva del olvido, la cual mostraba que gran parte de la pérdida de
memoria se produce a las primeras horas después de la exposición inicial.
Así pues, parece claro que el paso del tiempo tiene un efecto negativo sobre la
capacidad de retención.
La fase llamada de almacenamiento resulta crucial para afianzar el recuerdo.
Es en esta fase en la que quizá debamos ser más activos a la hora de codificar la
información. El uso de diversas técnicas y estrategias como la asociación o la
visualización, que aprenderemos en el capítulo siguiente, nos serán de gran ayuda para
almacenar correctamente la información.
Cualquier estrategia de memoria que utilicemos en esta fase actuará a modo de
referencia para poder acceder más fácilmente al recuerdo.
Con cada estrategia manipulamos la información con el objetivo de poder acceder a
ella después. Cada vez que creamos una asociación por ejemplo, lo que estamos
haciendo es activar una valiosa pista que nos va a servir para llegar más fácilmente hasta
el recuerdo.
Como en el siguiente capítulo vamos a estudiar de forma detallada las distintas formas
de almacenamiento de la información para que las pongas en práctica, no me extenderé

47
más sobre este tema por el momento.
Y finalmente, después de haber registrado la información y haberla almacenado
adecuadamente llegaría la última fase, la fase de recuperación.
Si hemos registrado correctamente la información y hemos hecho algo para
almacenarla, tenemos bastantes posibilidades de recuperarla con éxito.
Pero ¿cómo funciona esta fase de la memoria? ¿De qué manera recuperamos la
información?
Los investigadores han organizado los mecanismos de recuperación en dos modelos
generales.
El primero de ellos se asemejaría a una biblioteca. Vamos a suponer que los recuerdos
se almacenan en nuestra cabeza igual que lo hacen los libros en una biblioteca.
Nuestra memoria se compondría de infinidad de estanterías repletas de libros,
recuerdos de sucesos pasados, imágenes, sensaciones, palabras, fechas, conocimientos,
olores y sabores.
Es tantísima la información almacenada que necesitamos una manera de controlar la
información nueva que entra y una manera de guardarla en su lugar correspondiente;
como los libros de una biblioteca, cada información es colocada en su lugar
correspondiente.
Si no ordenamos la información que hemos de almacenar, será muy difícil que
podamos recuperarla más tarde.
La recuperación empieza con una orden de búsqueda en las estanterías y la selección
de un volumen específico. Una vez hecha esta selección, el contenido almacenado en ese
volumen específico entra en nuestra mente consciente y recuperamos el recuerdo.
El otro modelo de recuperación de la información del que hablan los investigadores
consiste en reconstruir un recuerdo almacenado a partir de datos fragmentados.
Nuestro cerebro se basa en los datos que tiene de un suceso, como temperatura,
estímulos acústicos, imágenes, etc. para a partir de ahí hacer una recreación del suceso.
Ambos sistemas de recuperación de la información son válidos; que utilicemos uno u
otro dependerá no solo del tipo de información que busquemos sino sobre todo del
tiempo que haya pasado desde que se formó el recuerdo. Parece que cuando transcurren
unas horas o pocos días desde que se formó el recuerdo, el sistema de recuperación nos
permite reproducir más fielmente los detalles del recuerdo (modelo biblioteca).
Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, los detalles del recuerdo comienzan a

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difuminarse. Cuando transcurren meses o incluso años desde que se formó el recuerdo,
podemos confiar menos en que nuestra memoria sea capaz de recuperar detalles
específicos del suceso, el recuerdo se convierte en algo más general y abstracto.
A pesar de esta inevitable limitación, la memoria sí es capaz de conservar la esencia del
recuerdo, es decir el significado general que atribuimos a aquel suceso.
Así pues, la memoria falla cuando en una de estas tres fases no se ha procesado
correctamente la información. Lo más habitual es no poder recuperar la información. Y
no poder recuperar la información se debe a que o no se ha registrado bien previamente
o no se ha almacenado de forma adecuada.
Tendríamos que preguntarnos qué es lo que estamos haciendo mal. Tal vez cuando
debemos registrar la información solemos estar distraídos con otras cosas y ni siquiera
somos conscientes de ello, tal vez estemos cansados o poco motivados, o tengamos la
mala costumbre de hacer varias cosas al mismo tiempo.
Puede que registremos bien la información pero en el momento de almacenarla no
apliquemos estrategias efectivas; no repetimos la información, no la relacionamos con
conocimientos previos, no le damos un significado, no la asociamos…
Seguro que ahora tienes una idea más clara acerca de los aspectos en los que puedes
trabajar para mejorar.

Recuerda que olvidar es necesario. El problema surge cuando tenemos


dificultades para recordar cosas que necesitamos y son importantes para
nosotros.
Debemos reflexionar acerca de cómo registramos y almacenamos la
información. Seguro que eso nos da la clave para entender por qué nos
cuesta recordar.

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TIPOS HABITUALES DE OLVIDO
Siempre tengo problemas para recordar tres cosas:
rostros, nombres, y… no puedo recordar la tercera.
Fred Allen

Existen desde luego, muchos tipos de olvidos y son muchas las razones por las cuales
olvidamos. No obstante, señalaremos algunos de los olvidos más cotidianos con los que
es muy probable que muchos de los lectores de este libro se sientan identificados.
Hablaremos de estos olvidos y explicaremos a qué son debidos. Aportaremos sencillas
recomendaciones para poder prevenirlos o incluso evitarlos.

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5.1. “No sé dónde he puesto mis llaves…”
Me atrevería a decir sin miedo a equivocarme que todos hemos pronunciado esta frase
alguna vez.
Que tengamos problemas para recordar dónde hemos puesto las llaves no tiene que ver
tanto con un fallo de memoria sino más bien con una falta de orden y previsión.
Lo peor es tener que buscar las llaves en el último momento justo cuando vamos a
salir con prisas, porque el nivel de ansiedad se dispara y eso tampoco es que nos vaya a
ayudar a encontrarlas antes.
Si cada vez que entramos en casa dejamos las llaves donde nos parece, sin tener de
antemano un lugar ya asignado donde poder guardarlas, entonces es muy probable que
no recordemos dónde las hemos puesto. Puede que las dejemos cada vez en un sitio
diferente y además lo hagamos casi sin pensarlo y sin ser muy conscientes de lo que
estamos haciendo.
La misma situación puede darse no solo con las llaves, sino también con las gafas, con
el monedero o con el teléfono móvil. La solución a esto es bien sencilla.
Si esto te sucede con alguna de estas cosas, lo único que tienes que hacer es fijar un
lugar específico para guardarlas. Debe ser siempre el mismo lugar.
Si por ejemplo son las gafas lo que acostumbras a perder y siempre tienes problemas
para recordar dónde las has dejado, piensa que siempre las vas a guardar en su funda y
decide un lugar apropiado para ellas; podría ser en el cajón de la mesilla, o en una de las
estanterías de la sala (siempre la misma).
Cuando te las quites guárdalas de inmediato en ese lugar elegido. Esto es importante.
Si esperas un tiempo para guardarlas es muy posible que te distraigas o te pongas a hacer
otras cosas y entonces olvides hacerlo. Postergar las cosas no ayuda a nuestra memoria.

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5.2. “¿He desenchufado la plancha…?”
Ponte en situación. Has quedado con tus amigas para almorzar y te apetece ponerte
esa blusa tan favorecedora que tanto te gusta.
Está un poquito arrugada por lo que decides darle un planchazo rápido en el último
momento. De pronto consultas el reloj y te sobresaltas porque es más tarde de lo que
pensabas.
Retiras rápidamente la blusa y te vistes, terminas de retocarte y haces un repaso
mental rápido de lo que llevas en el bolso. Parece que lo llevas todo, no olvidas nada.
Tienes que darte prisa porque de lo contrario perderás el autobús y llegarás tarde.
Cuando ya te encuentras sentada en el autobús, vuelves a consultar la hora en tu reloj
y respiras aliviada. ¡Uf! No has perdido el autobús por los pelos.
De pronto, algo te saca súbitamente de tu momentáneo estado de calma. Tu pulso se
acelera repentinamente y te asalta una profunda inquietud. No recuerdas si has
desenchufado la plancha…
Esta situación es más habitual de lo que podría pensarse. Nos asalta la duda de si
hemos o no desenchufado la plancha, si hemos cerrado la puerta con llave, si hemos
apagado todas las luces, etc.
Este es un tipo de olvido muy relacionado con los automatismos. A lo largo del día
realizamos muchas actividades de forma automática. Son tareas que al vernos obligados
a hacer tantas veces, nuestro cerebro las hace activando el “piloto automático” porque
son tareas que nos resultan muy familiares y no necesitamos estar en situación de alerta.
Este es sin duda un mecanismo muy útil de adaptación que nos facilita mucho las
cosas en nuestra vida diaria. Sin embargo, el riesgo de actuar así es que muy a menudo
mientras cerramos la puerta con llave no somos plenamente conscientes de lo que
estamos haciendo. Podemos estar funcionando de forma automática y al mismo tiempo
estar pensando en otras cosas; dicho de otra manera, no estamos prestando atención.
Y ya sabemos lo que pasa cuando no prestamos atención, ¿verdad?
Existe un truco muy sencillo pero muy eficaz para evitar los olvidos relacionados con
acciones automáticas. Lo único que tenemos que hacer precisamente es dejar de hacer
las cosas de forma automática y ser plenamente conscientes de lo que estamos haciendo
en ese preciso instante.
Para ello, diremos lo que estamos haciendo en voz alta. Mientras desenchufamos la
plancha diremos “estoy desenchufando la plancha”… mientras cerramos la puerta con

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llaves diremos “estoy cerrando la puerta con llaves” y lo mismo con otras situaciones.
Decir las cosas en voz alta hace que seamos mucho más conscientes de lo que estamos
haciendo y evita que nos distraigamos con otras cosas.
Tengamos en cuenta que nuestro cerebro no puede concentrarse en dos tareas de
forma simultánea, por lo que si nos esforzamos por decir en voz alta lo que estamos
haciendo, no podemos estar al mismo tiempo pensando en otras cosas. Dejaremos de
actuar de forma automática y más tarde podremos recordar que lo hemos hecho.

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5.3. “Lo tengo en la punta de la lengua…”
Queremos nombrar un dato, un nombre o una fecha y somos incapaces de hacerlo; es
como tener la sensación de que está en la punta de la lengua, a punto de aflorar.
Sabemos que tenemos almacenada esa información pero de algún modo no podemos
acceder a ella.
Esto no quiere decir que hayamos olvidado esa información. Hay que distinguir por un
lado entre olvidar, es decir la información desaparece, y por otro la incapacidad para
recordar, lo cual significa que la información está almacenada pero somos incapaces de
recuperarla y llegar hasta ella.
Este fenómeno suele ser bastante frustrante. En general, solemos asumir mal el hecho
de tener la certeza de saber algo y no poder verbalizarlo.
Cuando nos ocurre, intentamos esforzarnos con empeño para que la información salga,
buscamos en nuestra mente referencias que nos lleven por el camino que nos pueda
conducir a ese nombre o a esa fecha que necesitamos recordar.
Sin embargo, cuanto más empeño ponemos en recordar, más bloqueados nos
sentimos. Sabemos que un alto nivel de estrés repercute negativamente en nuestra
memoria, por lo que cuando nos sucede esto de tener la información en la punta de la
lengua lo mejor que podemos hacer es “olvidarnos” del asunto y seguir con otras cosas.
La información que queremos acudirá a nosotros cuando menos lo esperemos y lo
hará porque habremos dejado de estresarnos.
En el fondo es así de sencillo y no necesitamos hacer mucho más. Pero también es
cierto que en determinadas situaciones, este fenómeno puede ponernos en serios
aprietos.
Por ejemplo, supongamos que vamos a ofrecer una charla a un público más o menos
numeroso. Como somos muy aplicados seguro que hemos preparado con suma
dedicación nuestro discurso.
Comenzamos nuestra exposición y aparentemente todo va bien hasta que de pronto en
un punto del discurso, nos detenemos… solo son unos segundos, pero nos parecen
eternos.
Queremos introducir una idea nueva antes de pasar al siguiente punto, pero nos hemos
quedado con la mente en blanco.
Sabemos que ese contenido está almacenado en nuestra memoria, lo hemos preparado
y repasado varias veces sin problema días antes. Y sin embargo, en ese cortísimo espacio

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de tiempo, somos incapaces de recordar nada.
Hay que decir que el miedo a hablar en público es un miedo muy frecuente que en
ocasiones provoca un alto nivel de estrés y puede generar problemas como este,
derivados del nerviosismo y la tensión del momento.
Como en el fenómeno de “tenerlo en la punta de la lengua” la peor opción de
respuesta es dejarnos llevar por la ansiedad y el temor.
Si nos empeñamos con todas nuestras fuerzas en recordar la idea que queremos
pronunciar, nuestra ansiedad y tensión serán muy evidentes en nuestro lenguaje corporal
aunque queramos disimularlo. Nuestra voz temblará, nuestras manos probablemente
suden y nuestros movimientos corporales y gestos serán rápidos y descontrolados,
nuestra expresión facial será de tensión y se notará que estamos perdiendo el control.
Nosotros percibiremos todas estas sensaciones fisiológicas y esto hará que se acentúe
aún más nuestro nivel de estrés.
En medio de este delicado panorama, desde mi punto de vista la opción mejor es
responder desde la naturalidad. Podríamos decir algo así como “iba a introducir ahora
otra idea pero no la recuerdo en este momento, seguro que después la recupero. De
momento, si os parece, vamos al pasar al siguiente punto, que promete ser muy
interesante…”.
Si además esta frase va acompañada de una franca sonrisa, seguro que salimos airosos
de la situación.
Estando ya más tranquilos, seguro que la idea de pronto irrumpe en nuestra mente.

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5.4. “¿A qué he venido a la cocina…?”
Son muchos los estímulos que nos rodean a diario. Y cuando estamos inmersos en una
tarea a veces es inevitable que de pronto podamos sufrir interrupciones que nos distraen
momentáneamente de lo que estamos haciendo. La llamada telefónica de un amigo, el
cartero que llama a nuestra puerta para entregarnos un correo, nuestro hijo que nos
reclama para que le ayudemos con los deberes…
Estas son interrupciones espontáneas e imprevisibles y lo que hacemos después es
reorientar de nuevo nuestra atención a la tarea que estábamos realizando.
Normalmente no suele suponer un problema retomar la actividad que estábamos
realizando antes de sufrir la interrupción. Solemos recordar bien lo que estábamos
haciendo, a no ser que la interrupción sea excesivamente larga y nos lleve a desconectar
mentalmente de lo que estábamos haciendo antes.
Otras veces somos nosotros mismos los que encontramos las distracciones que nos
impiden cumplir con nuestros objetivos.
Pongamos el siguiente ejemplo:
Estamos echando una última ojeada a una vieja revista de la que pensamos
deshacernos y hemos encontrado en ella un interesante artículo que quisiéramos
conservar, así que pensamos en buscar unas pequeñas tijeras que se encuentran en un
cajón de la cocina y recortar así el artículo.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia la cocina. Antes de dar tres pasos vemos sobre
la mesa el libro que acabamos de leer el día anterior y que aún no hemos devuelto a la
estantería, así que sin pensarlo dos veces cogemos el libro y nos acercamos a la
estantería para dejarlo allí… vaya… la verdad es que la estantería está repleta de libros.
Tal vez sea buena idea retirar alguno de ellos o hacer algunos cambios; a lo mejor
sería buena idea hacer algo de limpieza y despejar un poco esta estantería.
Con este pensamiento dominando nuestra mente por un breve instante, hacemos algún
movimiento rápido de libros en la estantería contemplando dubitativos el resultado.
De pronto, algo nos hace reaccionar y pensar que en realidad hay otra cosa que
tenemos la intención de hacer. Nos dirigimos con decisión a la cocina a buscar… ¿qué
era lo que venía a buscar…? ¿A qué he venido a la cocina…? Vaya… parece que lo he
olvidado. ¡Qué memoria la mía…! puede que pensemos.
Pero, este no es un problema de memoria, al contrario de lo que algunos puedan
pensar. Nos habíamos propuesto realizar una tarea, pero antes de llevarla a cabo nos
hemos distraído con otra cosa. De pronto se nos ocurre que antes podemos terminar algo

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que habíamos dejado a medias o de pronto recibimos una llamada. Sea lo que sea, algo
nos distrae de nuestra intención inicial y eso provoca el olvido.
En ocasiones basta con esperar unos minutos para que llegue a nuestra mente el
recuerdo de lo que pensábamos hacer. Regresar al punto de partida también ayuda.
Situarnos justo en el lugar en el que estábamos cuando se nos ocurrió hacer lo que
hemos olvidado puede provocar que el recuerdo aflore.
En cualquier caso, hay algo que es infalible en estos casos. Se trata de no postergar. En
el momento en el que se nos ocurre que queremos ir a buscar unas tijeras para recortar
algo, nos levantamos y sin más dilación vamos a buscarlas sin dejar que nada ni nadie
nos distraiga o interrumpa nuestra acción. Después, ya tendremos tiempo para continuar
con otras cosas o atender a otras personas.

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5.5. “No consigo recordar su nombre…”
Querer llamar a alguien por su nombre y no recordarlo es un tipo de olvido que
también genera cierta frustración. De hecho, hay personas que prosiguen la conversación
sin poder recordar el nombre de la persona que tienen en frente.
Pero simular que sabemos perfectamente cuál es el nombre de la otra persona, cuando
no es cierto, puede conducirnos a situaciones incómodas.
Imaginemos por un momento que estamos conversando con alguien sin recordar su
nombre y seguimos haciéndolo como si nada. Supongamos que el grupo de personas con
el que estábamos conversando, incluida la persona “sin nombre”, se desplazan a otra
zona y en ese desplazamiento a esa persona se le cae al suelo un objeto personal, la
cartera por ejemplo.
Para avisarle, lo más normal sería llamarle por su nombre para llamar así su atención.
Aunque hayamos recogido nosotros su cartera y nos acerquemos para devolvérsela,
llamar a la otra persona por su nombre en ese instante es algo que sale de nuestra boca
de manera instintiva y espontánea.
Recordar el nombre de alguien no solo es útil en situaciones como la descrita. Además,
repetir de vez en cuando el nombre de la otra persona cuando estamos manteniendo una
agradable conversación, genera un clima de cercanía y confianza en la comunicación.
Resulta muy agradable saber que la otra persona recuerda tu nombre, más aún si ha
pasado un tiempo desde que os visteis por última vez.
Recordar el nombre de una persona tiene mucho que ver con tener o no buena
memoria fotográfica.
Lo primero que tenemos que tener presente es que si cuando nos presentan a alguien
apenas nos fijamos en su rostro, será muy difícil que podamos asociar el rostro con el
nombre y recordarlo después.
Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es fijarnos en la cara de esa persona,
mirarla con cierto detenimiento aunque sin resultar “descarados”.
A continuación, busquemos alguna característica física de la persona que nos pueda
servir para crear una asociación o relación con el nombre.
Algunas veces, crear asociaciones con algunos nombres puede ser muy sencillo porque
ya contienen un significado claro como por ejemplo Rosa, Blanca, Marina, Estrella,
Margarita o Soledad.
Puede suceder también con ciertos apellidos como Herrero, Torres, Campos, Tejedor

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o Moreno.
Pero la mayoría de las veces encontramos nombres y sobre todo apellidos abstractos
sin unos significados claros y por tanto bastante más difíciles de memorizar. En estos
casos, lo que debemos hacer precisamente es tratar de darles un sentido tirando de
creatividad e imaginación.
Por ejemplo, Pérez podría sonar a pera, o Martínez podría recordarnos a martillo.
Pero como decíamos antes, fijarnos en las características físicas de esa persona
también puede ayudarnos. Por ejemplo, queremos memorizar que una chica se llama
Blanca y además puede ser que tenga una tez pálida o tenga el pelo lleno de canas; o tal
vez queramos memorizar el nombre de un chico que se llama Ángel, y nos llama la
atención su expresión angelical.
Recurrir a la imaginación es también un fantástico recurso para memorizar nombres. Si
queremos memorizar el nombre de Blanca podemos imaginarnos a esa persona vestida
con un largo y reluciente vestido blanco, y a Ángel podríamos imaginarlo vestido de
ángel con alas incluidas.
No solo no importa que las imágenes que creamos sean absurdas, es más… cuanto
más ridículas, exageradas y graciosas sean mucho mejor porque las memorizarás más
fácilmente.
Puede que con los ejemplos que he puesto sea suficiente para memorizar ambos
nombres, Blanca y Ángel, pero ¿qué me dices si además de imaginar a Blanca con su
hermoso vestido blanco la visualizamos colocándose en el pelo una bonita flor blanca a
juego con su vestido que además huele de maravilla? o ¿si imaginamos a Ángel vestido
como tal y agitando con firmeza pero con dulzura a la vez sus grandes alas mientras
asciende y desciende suavemente?
Pensemos que la imaginación no tiene límites, podemos dar rienda suelta a nuestra
creatividad y visualizar lo que queramos. Después de todo, esas imágenes son nuestras y
de utilidad para nosotros y no tenemos que compartirlas con nadie más si no lo
deseamos, así pues, ¿qué importancia tiene lo absurdas que puedan ser?
Otro importante paso que no debemos pasar por alto es uno muy sencillo pero eficaz:
repetir el nombre. Al margen de asociar o visualizar cualquier cosa con ese nombre,
tenemos que repetirlo.
Sobre todo al principio, para poder almacenar bien el nombre y evitar que lo olvidemos
a los diez minutos, lo repetiremos mentalmente y de forma seguida unas 5 o 6 veces.
Además, mientras conversamos con esa persona de vez en cuando repetiremos su

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nombre. “¿Lo recuerdas María? ¿Verdad que te lo comenté hace unos días?”. “¡Hasta
el próximo día, Ana!”.
Inmediatamente al llegar a casa podemos apuntar el nombre en una libreta, en la
agenda o en nuestro diario.
Al día siguiente, recordaremos a esa persona y repetiremos su nombre o lo leeremos
donde lo tenemos escrito.
La repetición es fundamental para fijar un nombre en la memoria. Si nos resulta muy
difícil o imposible establecer una asociación con el nombre que queremos memorizar,
utilizaremos la repetición como recurso principal.

Recuerda que este tipo de situaciones pueden sucederle a cualquiera y que


más que por un problema de memoria, esta clase de situaciones suelen estar
provocadas más bien por despistes o por falta de atención.

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63
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LAS TÉCNICAS DE
MEMORIA
La memoria es el tiempo que se pliega sobre sí mismo.
Recordar es desprenderse del presente.
Garth Stein

Emplear una mnemotécnica es hacer cosas que nos sirvan para ayudarnos a recordar
más y mejor.
Como explicábamos en capítulos anteriores, no es suficiente con registrar la
información. Tenemos que hacer algo con ella.
En ocasiones se organizan por todo el mundo campeonatos de memoria en los que
cientos de personas ponen a prueba su capacidad para almacenar datos. Los resultados
suelen ser realmente sorprendentes en algunos casos, en los que algunos son capaces de
memorizar mazos enteros de cartas dando el orden exacto de estas. Pero es más
sorprendente aún escuchar a algunas de ellos afirmar que en su vida cotidiana su
memoria es bastante normal o incluso reducida porque no suelen esforzarse para
almacenar datos en su memoria.
Sin embargo, cuando se encuentran en un campeonato de memoria realizan un trabajo
mental intenso para almacenar un sinfín de datos precisamente utilizando estrategias muy
variadas. Determinadas estrategias pueden funcionar mejor en unas personas que en
otras; o dependiendo del tipo de información que queramos memorizar nos puede ir
mejor emplear una estrategia específica.
En cualquier caso, lo que hacen estas personas ante la atónica mirada del público, no
es sino hacer ese “algo” con la información que registran.
Y eso es lo que vamos a estudiar a continuación. Veremos todas las cosas que
podemos hacer con la información que llega hasta nosotros para procesarla de manera
más eficaz.
Es posible que no logremos los resultados que alcanzan los ganadores en los
campeonatos de memoria pero lo que sí es seguro es que aplicando técnicas de
mnemotécnica mejoraremos nuestra capacidad para memorizar y almacenar datos.
Pero antes, demos un breve repaso a los principios básicos de las técnicas de memoria
que no son sino los pilares básicos sobre los que se sustenta nuestra capacidad para

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memorizar.

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6.1. La asociación
La asociación es una de las técnicas básicas más útiles para aumentar nuestra
capacidad de almacenar información.
Podemos asociar de muchas maneras. Podemos asociar con palabras, con imágenes,
con sensaciones o con cualquier otro elemento que se nos ocurra.
Resulta muy efectiva para poder memorizar y recordar nombres, lugares, fechas o
incluso grupos de palabras.
Existen diversas técnicas de memoria que veremos más adelante y que funcionan
gracias a la asociación, como por ejemplo el uso de frases o historias.
Cuando tenemos que memorizar un grupo de palabras que aparentemente no guardan
ningún tipo de relación entre ellas, puede que nos resulte algo tedioso y complicado.
Sin embargo, si asociamos estas palabras tratando de buscar una relación entre ellas
nos resultará mucho más fácil memorizarlas y recordarlas después.
Supongamos que queremos memorizar las siguientes palabras: famoso, demolición,
casa, estridente, reunión, día.
Podríamos asociar todas las palabras vinculándolas dentro de una breve historia. La
historia podría ser la siguiente:
“Se celebró en la casa una reunión de famosos, al día siguiente tuvo lugar la
demolición acompañada de un ruido estridente”.
Seguro que podemos recordar fácilmente esta breve historia y a partir de ella
accedemos a las palabras que queremos recordar.
La historia actúa como pista que nos conduce a la información requerida.
Las palabras del anterior ejemplo son relativamente fáciles de asociar, pero es verdad
que en ocasiones podemos encontrarnos con palabras que no presenten una asociación
tan clara.
Supongamos que queremos aprender los nombres de tres ríos situados en Lapurdi, en
el País Vasco. Los nombres de dichos ríos son Errobi, Zarrakaria y Atur. Es evidente que
en este caso la asociación puede presentar más dificultades que en el caso anterior.
Sin embargo, podemos asociar de muchas maneras ya que podemos asociar por
colores, por significado, por forma, incluso por sonido fonético como haríamos en este
caso. Si buscamos palabras que por su sonido nos recuerden a estos ríos y podamos
asociar de algún modo, entonces podríamos establecer una asociación.
Por ejemplo, Zarrakaria suena parecido a un nombre propio, Zakarías. Errobi nos

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puede recordar a la palabra robar y al pronunciar el nombre Aturri, me viene a la cabeza
la palabra atún.
Ya lo tenemos “Zacarías roba el atún” (Zarrakaria, Errobi, Aturri). Además, da la
oportuna casualidad de que estos ríos corresponden a la zona de Lapurdi y que en
euskera “ladrón” se dice “lapurra”.
Puede que al principio resulte algo complicado encontrar asociaciones pero solo es una
cuestión de práctica. Recuerda que cuanto más practiques con la asociación, más sencillo
te resultará. Con una buena dosis de imaginación podemos asociar casi cualquier palabra.

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6.2. El orden y la agrupación
Si te pidiera que en este momento memorizases la cifra 86529012… ¿cómo lo harías?
Si eres una persona que habitualmente hagas cálculos mentales y tengas cierta destreza
en el manejo de los números es posible que no hayas tenido ningún problema en
memorizarlo. Pero también es posible que muchos hayáis optado por la opción de
agrupar los números para poder memorizarlos mejor. Por ejemplo, agruparlos de dos en
dos: 86 52 90 12 o en este caso, hacer dos grupos de tres y uno de dos: 865 290 12.
En cualquiera de los dos casos, fraccionar la información y agruparla de esta manera
hace que sea más fácil memorizarla.
Nuestro cerebro agrupa de manera automática e instintiva la información en un intento
de simplificarla y facilitar su posterior registro.
Seguir un orden es algo también muy importante. A diario nos vemos rodeados e
invadidos por una gran cantidad de estímulos de todo tipo. Nuestro cerebro necesita
ordenar para poder procesar correctamente la información. ¿Recuerdas el ejemplo de la
biblioteca con todos sus libros ordenados en estanterías? Si no ordenásemos la
información, entonces, sería un caos.
Pensemos por un momento en la razón por la cual pedimos a un niño que recoja y
ordene sus juguetes e intentamos crear en él este hábito. Lo hacemos porque de otra
manera, cada vez que el niño quisiera jugar con un juguete específico, difícilmente
podría encontrarlo si no se hubiese recogido antes.
Ordenamos para poder encontrar después.
Gran parte de la información almacenada en nuestra memoria está ordenada, como por
ejemplo los meses del año, el alfabeto o los días de la semana. Cuando queremos
recordar y decir el alfabeto, por ejemplo, lo hacemos siguiendo un orden.
¿Serías capaz de decir el alfabeto al revés, empezando desde la “Z”? probablemente
tardarías más tiempo y te costaría más esfuerzo.
Cada vez que buscamos información almacenada en nuestra memoria también lo
hacemos siguiendo un orden. Si por ejemplo te pidiera que nombrases objetos que
podemos encontrar en una cocina, probablemente visualizarías tu propia cocina y harías
un repaso por zonas para encontrar esos objetos, de izquierda a derecha, de arriba abajo,
etc. es decir, seguirías un orden.
Organizamos por tanto no solo a la hora de registrar, sino también en el momento de
almacenar y de recuperar la información.

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La agrupación puede ser muy útil, por ejemplo, si lo que queremos es memorizar la
lista de la compra.
Veamos cómo hacerlo:
Normalmente, solemos hacer la lista de la compra de forma desorganizada, es decir,
vamos anotando las cosas que sobre la marcha vamos necesitando. El resultado de esto
es una lista con nombres de productos, que no necesariamente guardan relación entre sí.
Es una lista de palabras mezcladas.
Por ejemplo, fijémonos en la siguiente lista de la compra:
Naranjas, pan, café, manzanas, champú, mantequilla, detergente, galletas, lechuga,
desodorante, tomates, un ambientador.
Pretender almacenarla en nuestra memoria no haciendo nada más que repetirla puede
suponer un esfuerzo importante para algunas personas, un esfuerzo que además no
garantiza que después recordemos toda esa lista de palabras.
Una buena forma de memorizar esta lista de palabras sería agruparlas por categorías.
En el caso del ejemplo, las categorías podrían ser frutas-verduras, desayuno e higiene.
Reescribimos la lista de la siguiente manera:

Frutas y verduras: naranjas, manzanas, lechuga, tomates.


Desayuno: pan, café, mantequilla, galletas.
Higiene: champú, detergente, desodorante, ambientador.
Sabemos que son tres grupos o categorías y que dentro de cada una de ellas hay en
este caso cuatro elementos.
Si recordamos cuáles son los grupos, esto nos da la llave que abra la puerta a los
elementos que se encuentran en su interior.
Si pensamos en la categoría de “desayuno” cuando repitamos las palabras podemos
además imaginar frente a nosotros un sabroso trozo de pan que untamos con mantequilla
antes de tomar un sorbo de café caliente, después podemos imaginar que mordemos un
trozo de crujiente galleta.
Cuando hacemos esto, estamos no solo agrupando la información, estamos jugando
con la imagen mental, lo cual potenciará notablemente el resultado.
En definitiva, se trata no solo de repetir los datos que queremos memorizar sino
también de hacer algo con ellos para procesarlos y almacenarlos así de una manera
mucho más eficaz.

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6.3. La repetición
Repetimos para fijar el aprendizaje. Es necesario repetir la información que queremos
memorizar porque es una manera de reforzar el circuito neuronal tras el aprendizaje.
Cuando hablamos de los distintos tipos de memoria, explicamos que la memoria a
corto plazo no solo tiene una capacidad limitada en cuanto al contenido, sino que además
permanece allí durante un corto espacio de tiempo.
Si queremos que el recuerdo de esa información se fije y entre en la memoria a largo
plazo, una de las cosas que debemos hacer precisamente es repetir la información.
Si tenemos que comprar algunas cosas en el supermercado y no hemos escrito una
lista, podemos o bien repetir mentalmente varias veces las cosas que tenemos que
comprar y hasta que las compramos, momento en el cual dejamos de repetir, o bien
repetir pero elaborando al mismo tiempo la información que debemos aprender, es decir,
agrupándola, buscando la relación entre las palabras, visualizando, etc.
De esta manera, al elaborar el material, estamos trabajando a un nivel más profundo y
estamos haciendo posible que esa información pase por tanto a la memoria a largo plazo.
Pongamos el caso de un estudiante en período de pruebas y exámenes. No sirve de
mucho seguir un buen plan de estudio si en los días sucesivos no se repasa dicho
material.
El repaso es la repetición del material aprendido y es un paso que ningún estudiante
debería pasar por alto porque es una herramienta necesaria para consolidar el
aprendizaje.
Como método de estudio, después de la lectura atenta y comprensiva, el subrayado, la
elaboración de esquemas y resúmenes, incluimos el repaso.
Durante el repaso repetimos los esquemas realizados previamente desarrollándolos en
voz alta si es posible, reforzando y consolidando de esta manera todo lo aprendido.
Otra cosa muy distinta es estudiar solo “de memoria” repitiendo una y otra vez el
material que debemos aprender. Todos hemos estudiado de memoria repitiendo hasta la
saciedad cosas como las tablas de multiplicar o los ríos de España, etc. pero cuando nos
enfrentamos a una lección de historia o literatura, debemos además organizar toda la
información, comprenderla, darle un sentido, asociarla a contenidos ya almacenados,
subrayar ideas clave, estructurarla, etc. es decir, procesarla de manera más profunda.
Finalmente, llegará el momento de repasar toda esa información y repetirla para
consolidar todo lo que hemos aprendido.

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6.4. La visualización
Si tuvieras que acercarte al supermercado para hacer unas compras de última hora que
te han encargado y no tuvieras donde anotar las cosas que debes comprar, sería un buen
momento para poner a prueba tu memoria.
Supongamos que lo que tienes que comprar es café, champú, folios, galletas y
servilletas de papel. Para poder memorizar esta pequeña lista podríamos repetir estas
palabras durante un corto espacio de tiempo. Pero llegado el momento, ¿crees que
podrías recordar perfectamente todas esas cosas sin apenas pararte a pensar?
Es posible que sí, pero de todos modos podrías probar a hacer algo diferente y
comprobar los resultados.
Nuestro cerebro aprende y memoriza mejor a partir de imágenes más que a partir de
palabras, números o conceptos abstractos.
Podríamos crear una imagen mental que incluyera todos estos elementos. A ver qué te
parece la siguiente escena.
Acabas de lavar tu pelo con tu champú favorito, ¿recuerdas su olor?; enroscas tu pelo
en una toalla y te diriges a la cocina. Sobre la mesa has puesto unos folios porque quieres
escribir una carta a alguien, pero antes te sirves una taza de café, ¿puedes oler y paladear
su delicado aroma?; te sientas con la taza en las manos frente al papel. Sobre la mesa,
hay un bonito plato repleto de galletas, así que coges una de ellas y empiezas a
humedecerla en el café. Mientras disfrutas de este pequeño y placentero momento,
piensas en lo que vas a escribir, cuando de repente la taza se mueve accidentalmente y se
vierte un poco de café sobre el folio… rápidamente tomas una servilleta de papel y
retiras el líquido derramado.
En esta sencilla y breve escena hemos incluido todos los elementos de la pequeña lista;
el champú, el café, los folios, las galletas y las servilletas de papel. Pero además, los
hemos asociado dentro de una escena creada por nosotros mismos.
A nuestro cerebro le cuesta menos esfuerzo recurrir a una imagen mental, ya sea real o
imaginada, que a una lista de palabras que no deja de ser un conjunto de información
más abstracta y por tanto más difícil de registrar.
La ventaja que tiene el uso de la visualización es que en el fondo nuestra imaginación
no tiene límites y podemos recurrir a imágenes exageradas, cómicas o absurdas para que
llamen más nuestra atención.
Cuanto más nos provoque la imagen o más nos impacte, mejor se grabará en nuestra
mente.

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6.5. El significado
Memorizamos mejor cuando aquello que debemos memorizar tiene algún significado
para nosotros.
Cuando no comprendemos algo, cuando no le encontramos sentido, nos resulta muy
difícil aprenderlo y memorizarlo.
Seguramente todos podamos recordar alguna asignatura en nuestra etapa de
estudiantes que nos resultara especialmente difícil y esta percepción casi con total
seguridad se debía a que no comprendíamos bien alguno de los conceptos incluidos en
esa asignatura.
Pero seguro que también habría alguna otra asignatura en la que todo resultase más
fácil, como si no nos costase tanto esfuerzo estudiarla.
No es casualidad que a muchos de los que no les gustan las matemáticas, afirmen que
no las comprenden. Mientras que al contrario, los estudiantes con buenos resultados en
esta asignatura, comprenden la mecánica de los ejercicios y los ejecutan de forma
resuelta.
En el caso de los números, por ejemplo, hablábamos en puntos anteriores de la
importancia de fraccionar una cantidad de números que tengamos que memorizar. Pero
además de esto, si le damos un cierto significado a esa información agrupada, estamos
facilitando más aún la tarea.
Por ejemplo, si quisiéramos memorizar la siguiente secuencia de números 631842213,
¿cómo lo haríamos?
Primero fraccionaríamos esta secuencia por ejemplo en grupos de tres números.
Quedaría así: 631 842 213.
Para buscar un significado y si somos algo hábiles con las matemáticas podríamos
llegar a la conclusión siguiente: los dos primeros números de cada trío corresponden a un
número que resulta ser el doble del que tiene al lado, 6 es el doble de 3, 8 es el doble de
4 y 2 es el doble de 1. Los tres últimos números de cada grupo resultan ser tres números
consecutivos, el 1, el 2 y el 3.
Pero si no tenemos tiempo para buscar una pauta lógica que relacione los números o
no se nos ocurre, podríamos buscar otro significado para estos números. Es sencillo
memorizar que los últimos números de cada grupo son los tres números consecutivos, el
1, el 2 y el 3.
Nos quedarían los demás. ¿Qué se nos puede ocurrir? 63 es la edad de mi amiga, 84

72
mi número de portal, y 21 la edad de mi hijo.
Podemos agrupar prácticamente cualquier tipo de información, y existen muchas
formas de hacerlo ya sea por relación, por significado, por orden alfabético, por formas,
por colores, etc. y esto nos va a facilitar enormemente la tarea no solo de almacenar sino
también de recordar información posteriormente.

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6.6. El interés
¿Recuerdas cuáles eran las asignaturas en las que obtenías mejores resultados cuando
estabas estudiando? Casi con total seguridad, eran asignaturas que por su contenido de
algún modo atraían tu interés y curiosidad, y precisamente por esa razón tú ponías más
atención en esas clases que en otras.
No es por tanto de extrañar que tu resultado académico en esas asignaturas se
diferenciase del resultado obtenido en otras.
Cuando un tema nos entusiasma y despierta nuestro interés, es como si resultase más
sencillo aprender y memorizar datos, es como si no nos costase tanto esfuerzo.
Pero no siempre nos interesan las cosas que debemos aprender. Para un estudiante
siempre habrá signaturas que resulten más tediosas y con las que no se sienta tan
motivado. En este sentido, es importante comprender que la motivación es una cuestión
de actitud.
Si sabemos que es importante que nos encontremos motivados a la hora de aprender o
de estudiar, debemos reflexionar acerca de por qué queremos aprender o estudiar, cuál es
nuestro objetivo final.
De esta manera, podemos lograr despertar de nuevo la motivación en nosotros, y
recuerda que a mayor interés mayor atención y por tanto mejor memoria.

74
7

75
ALGUNAS TÉCNICAS DE MEMORIA

Las técnicas mnemónicas o mnemotécnicas son métodos que se utilizan para aumentar
la memoria y facilitar el recuerdo.
Todo lo que hagamos para que sea más sencilla la tarea de recordar es una técnica de
memoria, como por ejemplo dejar una señal en un lugar visible, pintarnos una señal con
bolígrafo en la mano o cambiarnos el reloj de muñeca.
Estos son métodos sencillos y conocidos que se han hecho populares y los utiliza
mucha gente.
Cada uno puede que emplee sus propios métodos para acordarse de las cosas. De
hecho, lo que sirve para una persona es posible que no sirva para otras.
Hay personas que por su capacidad para visualizar lo que están aprendiendo
memorizan mejor utilizando imágenes mentales o buscando asociar con imágenes.
Otros, sin embargo, buscan similitudes con palabras o hacen rimas para facilitar la
tarea de memorizar.
Sea como sea, parece claro que estos métodos nos ayudan no solo a aprender mejor
sino también a almacenar de manera más efectiva la información y por tanto también a
recuperarla de manera más eficiente, ya que estas técnicas conforman una serie de
excelentes pistas que nos guían a la hora de recuperar la información.
Veamos a continuación algunas de las técnicas que podemos utilizar.

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7.1. Construir frases o historias
Cuando lo que queremos es memorizar un conjunto de palabras en principio sin
aparente conexión entre sí, es posible que nos resulte algo complicado hacerlo.
Por ejemplo, supongamos que tenemos que aprendernos de memoria las siguientes
palabras:
Pablo, flor, París, rojo, Ana, mesa, vestido, sábado.
Lo que haremos será asociar verbalmente todas las palabras. Las encadenaremos
creando una breve historia, relato o cuento de manera que nos resultará así mucho más
fácil recordarlas.
Por ejemplo, una posible historia sería la siguiente:

Cuando el sábado llegaron a Madrid, Pablo y Ana se reunieron en una mesa para
cenar. Ella se puso el vestido rojo y él le regaló una flor.
A cada uno se le puede ocurrir una forma diferente de asociar las palabras por lo que la
distinta combinación de ellas puede crear historias muy diferentes entre sí. Eso no
importa. Lo importante es relacionar de la manera que se nos ocurra las palabras entre sí
para conectarlas y almacenarlas así en nuestra memoria de forma más sencilla.
Trataremos de recordar el inicio de la historia y en seguida sabremos continuar. Las
palabras saldrán solas.
Esta técnica es útil para aquellas personas que no son demasiado visuales y les cuesta
crear imágenes mentales. Para ellas puede ser más sencillo asociar palabras verbalmente
construyendo frases o historias breves que asociar palabras a través de imágenes.
No obstante, si lo deseamos podemos utilizar esta técnica en combinación con la
visualización. Construimos el relato y lo visualizamos con todo lujo de detalles.
Cuando combinamos más de una técnica lo que hacemos es potenciar el resultado.
Además recuerda que cuanto más exageres las imágenes, más absurdas, graciosas o
impactantes te parezcan, mejor las recordarás.

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7.2. La inicial
El método de la inicial es un método sencillo y bastante conocido frecuentemente
empleado por estudiantes. Suele utilizarse sobre todo para memorizar listas no demasiado
largas de palabras, autores, países, etc.
Consiste en crear una palabra a partir de la inicial de cada una de las palabras que
debemos aprender, aunque en ocasiones en lugar de utilizar la inicial de las palabras se
utiliza la primera sílaba de estas.
Supongamos que queremos memorizar todos los colores que conforman el arco iris.
Los colores son el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta.
Podríamos usar la primera letra de cada color y el resultado sería la siguiente palabra:
RanVava.
En general, la palabra no tendrá ningún sentido para nosotros ni para nadie, pero
resultará más sencillo memorizar esta palabra formada a partir de la inicial de cada
palabra que memorizar la lista completa de elementos.
Si no importa el orden en el que tengamos que memorizar los elementos de la lista,
podemos utilizar la inicial en el orden que deseemos o en el que nos permita crear una
palabra más sencilla.
En lugar de utilizar la inicial de cada elemento otra opción también puede ser utilizar la
primera sílaba de cada elemento.
En el caso de los colores del arco iris, empleando la primera sílaba de los colores, nos
quedaría algo así: RoNarAmaVerAViA.
Si además, y haciendo uso de nuestra creatividad e imaginación, podemos dar cierto
sentido si no a todo al menos a alguna de las partes, siempre será mucho más fácil de
memorizar.
Por ejemplo, imaginemos que Ronar y Via son dos personajes (masculino el primero y
femenino el segundo). Sí que tendría sentido la frase “Ronar ama (como sinónimo le
gusta, quiere…) ver a Via”.
Es evidente que resulta mucho más sencillo memorizar esta frase con cierto sentido en
lugar de memorizar toda la lista completa de colores en este caso.
Prueba a emplear esta técnica también para memorizar la lista de la compra o para
recordar tareas que debas hacer.
Puede que al principio te resulte algo difícil pero es porque no estamos acostumbrados
a usar este método en nuestra vida cotidiana. Anímate a probarlo y verás cómo funciona.

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7.3. Sistema de los lugares o “loci”
Este método consiste en asociar los elementos que queremos memorizar en unas
localizaciones físicas que habremos elegido previamente.
Lo primero que tenemos que hacer es elegir una serie de lugares o zonas que sigan un
orden claro que podamos recordar con facilidad. Por ejemplo, si pensamos en nuestra
casa, el orden de los lugares podría ser el siguiente:
Primero la puerta del portal, las escaleras, la puerta de entrada, el vestíbulo, la primera
habitación, la siguiente, el baño, la cocina, el salón…
Existen infinidad de posibilidades ya que podrías elegir también un recorrido cualquiera
que conozcas bien como por ejemplo el camino a tu lugar de trabajo, el camino a la casa
de tus padres o el camino hasta la panadería de tu barrio.
Lo importante es elegir un recorrido que conozcamos muy bien y buscar dentro de él
unas 10 o 12 ubicaciones, esto en función de la cantidad de palabras que debas aprender.
Una vez establecidas estas ubicaciones, lo que hay que hacer es colocar en cada uno
de estos lugares la información que queramos memorizar tratando de asociar el lugar con
la palabra.
Debemos intentar visualizar ambas cosas haciendo que incluso interactúen en nuestra
imaginación, incluso aunque sea de forma absurda.
Si te parece vamos a poner un ejemplo y para ello vamos a utilizar las mismas palabras
propuestas en el apartado anterior de construir frases o historias.
Las palabras eran (¿las recuerdas?) Pablo, flor, París, Ana, mesa, vestido y sábado.
Supongamos que el lugar elegido es el recorrido del interior de nuestra casa (a mí me
resulta el más sencillo de todos). Establecemos 7 lugares (puesto que debemos
memorizar 7 palabras) que serán los siguientes:
La puerta de entrada, el pasillo, una primera habitación, la segunda habitación, el
cuarto de baño, la cocina y la sala.
Así pues, las asociaciones que debemos hacer son las siguientes:

La puerta de entrada – Pablo


El pasillo – flor
La primera habitación – París
La segunda habitación – Ana
El cuarto de baño – mesa

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La cocina – vestido
La sala – sábado
A cada uno de nosotros se le puede ocurrir una forma de asociación diferente. La
asociación válida es la que se le ocurra a cada uno.
Unas posibles asociaciones podrían ser de la siguiente manera:
En la puerta de entrada aparece pegada la foto de un hombre y debajo está escrito su
nombre con letras grandes.
Abrimos la puerta y accedemos al pasillo y en él, sobre un mueble del recibidor hay
una flor grande y colorida… podemos incluso acercarnos a olerla.
En la primera habitación y sobre la cama aparece un enorme cuadro de la torre Eiffel,
justo debajo se puede leer París. Podemos imaginar cómo en la habitación además se
respira un aire parisino, la decoración nos recuerda a París.
En la segunda habitación y sobre una de las mesillas descansa una foto de Ana. Si
conocemos realmente a alguna Ana podemos ver su imagen en esa fotografía.
En el cuarto de baño nos encontramos con una mesa enorme que dificulta seriamente
el paso; nos lavamos las manos sentados en la mesa e inclinándonos de forma incómoda
hacia el lavabo.
Continuamos nuestro recorrido hasta la cocina y una vez allí vemos un bonito vestido
pero sucio… ¡uf! Quizá alguien haya cocinado con él puesto.
Y finalmente llegamos al último lugar que sería la sala. Allí hay un gran calendario con
el día de sábado señalado de forma muy intensa en color rojo.
Después de visualizar repetidas veces estas asociaciones, la parada en cada uno de
estos lugares nos traerá a la memoria la palabra asociada a él.

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7.4. Acordarse de los números
Para muchas personas el hecho de tener que memorizar una secuencia de números
puede suponer una tarea algo complicada, mientras que otras personas no lo encuentran
tan dificultoso.
Normalmente aquellos que están acostumbrados a manejar números de forma habitual
y que suelen hacer cálculos mentales con cierta frecuencia no encuentran demasiada
dificultad a la hora de memorizar una secuencia de números.
Tener cierta capacidad para memorizar números puede resultar muy útil, y no me
refiero solo a saberse de memoria el número del móvil o el número del DNI de uno
mismo, que serían dos informaciones básicas que todos debiéramos tener almacenadas
en nuestra memoria.
Es evidente que en la memoria de nuestro móvil podemos tener almacenados un sinfín
de números que seguro no sabemos de memoria. Tal vez tampoco sea útil ni necesario
memorizar una larga lista de números de teléfono que ya están almacenados y
sobrecargar así de forma innecesaria nuestra memoria.
Pero existen otras secuencias de números, como la clave que necesitamos para sacar
dinero con la tarjeta en el cajero o una clave de acceso a una página de internet, que
tenerlas correctamente almacenadas en nuestra memoria puede evitarnos momentos de
estrés.
Vamos a proponer una técnica para recordar números que puede funcionar muy bien
en casos como estos. Hay que tener en cuenta que en realidad, los números son
conceptos abstractos para nuestro cerebro y precisamente por esto a nuestro cerebro,
que constantemente está estructurando y buscándole un sentido a toda la información
que le llega, le resulta algo complicado memorizarlos.
Esta técnica lo que busca es precisamente otorgar un sentido, un significado concreto a
cada número de manera que así le facilitemos la tarea a nuestro cerebro.
Buscamos la imagen de un objeto específico que se asemeje en todo lo posible a la
forma de cada número.
Yo voy a proponerte las siguientes relaciones pero es posible que a ti se te ocurran
otras diferentes. Cada uno debe buscar su propia relación.

El 0 podría ser una pelota.


El 1 podría ser un bastón o un palo de golf.
El 2 podría ser un cisne o un pato.

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El 3 podría ser unas esposas abiertas o medio corazón.
El 4 podría ser un barco.
El 5 (este es más difícil) tal vez una silla de ruedas vista de perfil o una persona con
una barriga prominente.
El 6 podría ser una cereza con rabito.
El 7 podría ser un trampolín visto de perfil.
El 8 podría ser un reloj de arena o un muñeco de nieve.
El 9 podría ser un globo del que cuelga una cuerda.
Una vez establecidas las relaciones entre la forma del número y la imagen, lo que
tenemos que hacer es, en primer lugar, aprender bien estas semejanzas y por último
conseguir que interactúen unos objetos con otros, en función de la secuencia del número
que tengamos que memorizar.
Supongamos que queremos memorizar la siguiente clave: 7240.
Tenemos el 7 que es un trampolín y el 2 que es un pato. Imaginaremos al pato situado
en el borde del trampolín a punto de arrojarse al agua. De pronto algo llama la atención
del pato a lo lejos… es un barco (el 4) que navega lentamente portando en su interior una
pelota (el 0).
Ya tenemos la secuencia completa: 7240.
¿No resulta así más sencillo? Cuando queramos recordar los números, lo que nos
vendrá a la cabeza son estas imágenes, con las que por cierto podemos jugar
mentalmente para hacerlas lo más coloridas y vivas que sea posible, y a través de estas
imágenes accederemos automáticamente a los números.
Pruébalo tú mismo. ¿Qué se te ocurriría si tuvieras que memorizar la secuencia 4856?
Prueba con distintas combinaciones de números y verás cómo poco a poco te va
resultando más fácil. En realidad lo que puede costar más es tener clara la
correspondencia entre cada número y su objeto pero una vez que esas relaciones están
bien aprendidas, memorizar distintas combinaciones de números resulta fácil y divertido.

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EJERCICIOS PRÁCTICOS

Si has leído los capítulos anteriores, habrás comprendido mejor el funcionamiento de


la memoria, la importancia de adquirir unos hábitos de vida saludables, etc.
Pero ahora, llegamos a otro punto crucial, el del entrenamiento mental.
Si queremos cuidar de nuestro cerebro no solo debemos cuidar nuestro estilo de vida,
sino que también resulta imprescindible ejercitar nuestra mente. De lo contrario, sería
como tener una planta a la que solo regamos pero que nunca abonamos. No sería
suficiente.
El ejercicio mental hará posible que se puedan crear nuevas conexiones entre
neuronas, dará más plasticidad a nuestro cerebro, estimulará ambos hemisferios
cerebrales, ganaremos en concentración y agilidad mental y protegeremos a nuestra
mente del envejecimiento prematuro.
Debemos tener en cuenta, sin embargo, que la clave no es realizar los mismos
ejercicios mentales cada día, sino realizar ejercicios diferentes, novedosos, que vayan
aumentando progresivamente en cuanto a dificultad porque precisamente es así cómo
nuestro cerebro se pone en forma.
Es decir, si una persona afirma que entrena su cerebro haciendo todos los días una
sopa de letras, en realidad no está entrenando a su cerebro porque la sopa de letras es
una actividad ya conocida y que le resultará familiar, y por tanto la resolverá
probablemente sin demasiado esfuerzo.
Lo ideal, sería que pudiéramos variar todo lo posible nuestro repertorio de ejercicios.
Salgamos de nuestra zona de confort y atrevámonos a probar con actividades distintas,
leamos, hagamos sopas de letras y crucigramas, sudokus, escribamos un diario, o
mejor… apuntémonos a un taller de memoria. A mayor variedad, mayor esfuerzo y
trabajo mental.
En esta parte práctica, yo te propongo un amplio repertorio de ejercicios para entrenar
a tu cerebro. Es una muestra de los distintos tipos de ejercicios que puedes realizar
además de leer o hacer sopas de letras.
He dividido los ejercicios en tres categorías diferentes que entrenan aspectos
fundamentales de la memoria: la atención y concentración, el lenguaje y el cálculo.
También encontrarás ejercicios para practicar con la asociación, la visualización y la
creación de frases o historias.

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Encontrarás también un interesante apartado de ejercicios para entrenar tu agilidad
mental y trabajarla así como si estuvieses en un taller de memoria. Para realizar los
ejercicios de agilidad mental necesitarás un reloj o cronómetro de forma que puedas así
controlar el tiempo de respuesta.
Ten en cuenta que para la realización de muchos ejercicios, te será muy útil el uso de
las técnicas que hemos explicado en capítulos anteriores, tales como la asociación, la
división en grupos o categorías para memorizar listas de palabras, la invención de una o
varias frases, o historias para relacionar entre sí distintos elementos, o incluso la
visualización o representación mental de aquello que desees memorizar.
No necesitas seguir un orden preciso para realizar estos ejercicios pero una buena
manera de entrenar sería por ejemplo elegir cada día dos ejercicios de lenguaje, dos de
atención y dos de ejercicios variados.
Otra posibilidad sería elegir un ejercicio de lenguaje, uno de atención, uno de cálculo y
finalmente uno de agilidad mental.
Como ves, las opciones son muchas. Lo importante es comprometerse a ejercitar la
mente a diario, de la misma manera que todos los días salimos por ejemplo a caminar,
verás cómo con la práctica sostenida compruebas los beneficios.

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1. Ejercicios de lenguaje
El lenguaje nos sirve para comunicarnos con los demás y por tanto, para establecer
relaciones sociales.
Pero el lenguaje está también muy estrechamente ligado al pensamiento. No hay
pensamiento sin lenguaje, de la misma manera que el lenguaje no puede existir sin
pensamiento.
El lenguaje clarifica el pensamiento, lo expresa, lo sintetiza, pero además es un factor
de extraordinaria importancia en el proceso de aprendizaje y memoria puesto que ayuda
a ordenar las ideas y hace posible que podamos fijar conceptos.
A mayor riqueza de vocabulario, mayor facilidad para asociar palabras y conceptos,
algo que es de gran ayuda a la hora de almacenar información en nuestro cerebro. Por
esta razón, si queremos ejercitar nuestra memoria, necesitamos entrenar nuestro lenguaje
y reforzarlo, ya que es un pilar cognitivo básico para nuestra mente.
La experiencia nos ha demostrado que las personas que a lo largo de su vida conservan
una red social satisfactoria, mantienen contactos más o menos frecuentes con otras
personas, es decir hablan y se comunican con los demás, tienen más posibilidades de
prevenir el envejecimiento prematuro de su cerebro.
Así pues, cualquier tarea que tenga como objetivo básico estimular el lenguaje es muy
útil, desde la lectura, los crucigramas, sopas de letras o incluso escribir un diario. Yo te
propongo distintos ejercicios que trabajan el lenguaje de manera muy variada.
Recuerda que lo ideal es alternar el tipo de ejercicios que realizas. No se trata de hacer
a diario una sopa de letras. Sería mucho más recomendable por ejemplo, variar el estilo
de ejercicios y, por supuesto, leer todo lo a menudo que sea posible.

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1. Dadas las siguientes definiciones, trata de averiguar de qué palabras se trata.
(Hay una pista; la primera letra por la que empieza la palabra.)
1. Resentimiento arraigado y tenaz. O _____________
2. Quebradizo, que con facilidad se rompe. F _____________
3. Contar, referir lo sucedido. N _____________
4. Derramarse un líquido por encima de los bordes de un recipiente en el que no cabe.
R _____________
5. Retirado, distante, remoto. A _____________
6. Dicho de animales, fiero o feroz. B _____________

Comprueba tus respuestas:


Odio / Frágil / Narrar / Rebosar / Apartado / Bravo

90
91
2. Trata de formar el mayor número de palabras con las siguientes letras. Solo
puedes utilizar las letras que te doy a continuación. No puedes repetirlas.
Por ejemplo, algunas palabras podrían ser: asedio o cama.

AMCEIRSLTOAD
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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93
3. Las siguientes frases están desordenadas. Lee con atención y a continuación
escríbelas en el orden correcto.
1. semana/ volveré/ La/ nuevas/ mercado/ al/ próxima/ comprar/ para/ flores
2. teléfono/ terminando/ hacer/ de/ cuando/ comida/estaba/ la/ Ayer/el/ sonó
3. periódico/ no/ Si/ pongo/ puedo/ no/ leer/ gafas/ el/ me/las
4. Madrid/ si/ a/ ha/ ¿Sabes/ va/ tren/ ya/ pasado/ el/ que/?
5. recordar/ Es/ no/ muy/ atención/ nombre/ si/ difícil/ prestas/ un
1. ____________________________________________________
2. ____________________________________________________
3. ____________________________________________________
4. ____________________________________________________
5. ____________________________________________________

Comprueba tus respuestas:


La próxima semana volveré al mercado para comprar flores / Ayer sonó el
teléfono cuando estaba terminando de hacer la comida / si no me pongo las gafas
no puedo leer el periódico / ¿Sabes si ha pasado el tren que va a Madrid? / Es
muy difícil recordar un nombre si no prestas atención.

94
95
4. Señala la palabra de significado muy parecido o igual a la primera.
Por ejemplo:
Lamento: orden, mando, queja, rencor (En este caso, la palabra de muy parecido
significado a lamento sería “queja”)
• Fisura: soporte, hendidura, grosor, tamaño
• Parodia: caricatura, polémica, discusión, concurso
• Esclarecer: insistir, apremiar, aclarar, posibilitar
• Notificar: hablar, anotar, comunicar, decidir
• Desear: intentar, anhelar, conseguir, hacer

Tapa el ejercicio que acabas de hacer. ¿Serías capaz de recordar las 5 primeras
palabras?
__________________________________________________________

96
97
5. Escribe palabras con las letras de O - R - D - E - N - A - D - A
Por ejemplo: Ana, donar, nada…
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

98
99
6. Señala la palabra que signifique algo muy parecido o lo mismo que la que
está a la izquierda.
Ejemplo:
• Escuchar: hacer, poner, atender, aclarar, callar (En este caso, la palabra de muy
parecido significado a lamento sería “atender”).
• Tímido: Original, diferente, alegre, retraído, aislado
• Guap: Elegante, fino, simpático, moderno, atractivo
• Innecesario: Superfluo, ingrato, útil, importante, aburrido
• Calentar: Enfriar, templar, caldear, corregir, hornear
• Afectuoso: Simpático, agradecido, alegre, cariñoso, fiel
• Hábil: Ágil, mañoso, torpe, ordenado, listo

Comprueba tus respuestas:


tímido / retraído, guapo / atractivo, innecesario / superfluo, calentar / caldear,
afectuoso / cariñoso, hábil / mañoso.

Ahora, y tapando todo lo que has hecho en este ejercicio, ¿serías capaz de recordar y
escribir las 6 palabras que aparecían a la izquierda y la señalada de la derecha?
__________________________________________________________

100
101
7. Dadas las siguientes definiciones, averigua a qué palabras corresponden.
(Damos como pista la cantidad de letras que tiene cada palabra)
• Lugar sucio, inmundo _________
• Pobreza o falta de lo necesario para subsistir _________
• Despedir un cuerpo rayos de luz, calor u otra energía _________
• Intento, proyecto, estructura _________
• Porción de un alimento _________
• Declarar alguien voluntariamente sus actos, ideas o sentimientos verdaderos
_________
• Jefe de rebeldes, persona que está a la cabeza de un movimiento o grupo cultural,
político, etc. _________

Comprueba tus respuestas:


Cloaca / escasez / irradiar / plan / ración /confesar / cabecilla.

Si tapas la lista de palabras de este ejercicio ¿serías capaz de recordarlas?


__________________________________________________________

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8. A continuación encontrarás las frases de un párrafo desordenadas. Lee con
mucha atención y trata de reescribir el párrafo ordenado.
Después se pasa a una intervención más específica, / Sus efectos beneficiosos se
aprecian desde la primera sesión. / En el Shiatsu se inicia la sesión aplicando el masaje a
todo el cuerpo. / dependiendo de la gravedad del desequilibrio energético. / actuando
preferentemente sobre la zona dolorida. / El tratamiento puede comportar la desaparición
de los síntomas o la normalización de la situación, /

Ahora, tratando de darle el mayor sentido posible, vuelve a escribir el párrafo


ordenando sus frases.

__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

Comprueba tu respuesta:
El orden del párrafo sería el siguiente: En el Shiatsu se inicia la sesión aplicando
el masaje a todo el cuerpo. Después se pasa a una intervención más específica,
actuando preferentemente sobre la zona dolorida. Sus efectos beneficiosos se
aprecian desde la primera sesión. El tratamiento puede comportar la
desaparición de los síntomas o la normalización de la situación, dependiendo de
la gravedad del desequilibrio energético.

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9. Con las letras que te doy a continuación, forma al menos diez palabras de tres
letras. No puedes hacer palabras que tengan más de tres letras.
(Por ejemplo, una palabra podría ser “sal”)

AMELSDTOIP
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

106
107
10. A cada palabra le falta la última sílaba. Debes completarla teniendo en
cuenta que solo puedes utilizar 4 sílabas distintas en total.

TOMI _____________ HUE _____________

VAS ________________ BA ________________

PE __________________ TER ______________

GRI ________________ REC ______________

Comprueba tus respuestas:


Tomillo, vasta, peto, grillo, hueco, bata, terco, recto.

Ahora, tapando el ejercicio que acabas de hacer, ¿serías capaz de recordar las 8
palabras?
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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11. Te presento a continuación una serie de citas célebres, pero sus palabras
están desordenadas por lo que deberás darles orden y sentido.
• equivocarse / obra / puede / Quien / pero / equivocado / hace / quien / ya / no / está /
equivocado / nada (Santa Teresa de Ávila)
• ofensa / olvida / una / se / Nada / más / que / despacio / y / favor /más / rápido /
nada / que / un (Martin Luther King)
• humano / todo / primera / ser / La / obligación / es / de / feliz / ser, / segunda / feliz /
la / hacer / demás / es / a / los (Cantinflas)
1. __________________________________________________________
__________________________________________________________
2. __________________________________________________________
__________________________________________________________
3. __________________________________________________________
__________________________________________________________

Comprueba tus respuestas:


“Quien obra puede equivocarse, pero quien no hace nada ya está equivocado”.
(Sta. Teresa de Ávila)
“Nada se olvida más despacio que una ofensa, y nada más rápido que un favor”.
(Martin Luther King)
“La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda es hacer
felices a los demás”. (Cantinflas)

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12. En el siguiente ejercicio debes formar palabras. Puedes empezar por la letra
que quieras y debes moverte siempre por la letra contigua, ya sea la que está
arriba, justo la de abajo o la que está situada a la izquierda o derecha, o
cualquiera de las diagonales.
Por ejemplo, si empezásemos a partir de la letra M (situada en la parte superior
izquierda) luego podríamos bajar a la O (diagonal), seguir por la R (a la derecha), bajar
hasta la A (abajo) y bajar nuevamente hasta la L. Siempre la letra contigua.
Se puede retroceder y seguir cualquier dirección pero siempre hacia la letra contigua.
En el caso de la R y la L, pueden doblarse para formar RR y LL.

Ejemplos: Moral, duro, parar, cromo, coral…

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2. Ejercicios de atención-concentración
Como ya hemos explicado en anteriores capítulos, sin atención no hay memoria,
puesto que si no prestamos atención no podremos procesar bien la información en la fase
de registro.
En realidad, solo percibimos aquellas cosas hacia las que dirigimos nuestra atención
consciente, el resto pasa a un segundo plano.
Es como si filtrásemos los estímulos ambientales decidiendo cuáles tienen un contenido
relevante para nosotros y cuáles no.
En verdad, que pongamos más atención a determinadas tareas tiene mucho que ver
con la motivación e interés que sintamos hacia esas tareas.
Pero en ocasiones la falta de atención también puede tener que ver con una falta de
hábito. En según qué situaciones, la prisa, la pereza, la impaciencia o el desánimo pueden
también convertirse en enemigos de la atención.
Debemos tomar conciencia de lo importante que es prestar atención a la información
que se nos presenta, tomar el mando y dirigir nuestra atención a las cosas de forma
consciente.
En un taller de memoria se realizan gran variedad de ejercicios destinados a entrenar la
atención. Cuando ejercitamos de forma constante la atención y la concentración, lo que
hacemos es formar el hábito de detenernos por un momento y poner atención de forma
consciente en las tareas en lugar de responder con precipitación y sin fijarnos demasiado.
Además empieza a aumentar nuestra capacidad de mantener la atención durante un
período de tiempo algo mayor.
Todos los ejercicios que te presento a continuación tienen un denominador común.
Todos ellos requieren de un alto grado de concentración para ser resueltos. Además de
estos, son muy interesantes los ejercicios en los que hay que buscar diferencias o en los
que hay que buscar un objeto oculto porque nos obligan a mantener la atención hasta el
final del ejercicio.

115
116
1. Buscar grupos de dos números consecutivos que sumados den como resultado
5 o 6.

4 4 2 4 5 7 9 1 0 7 6 3 5 2 7 3 3 5

1 5 6 5 3 2 5 4 2 6 0 6 4 1 2 3 4 1

6 8 9 0 4 2 5 0 6 7 4 2 6 8 9 9 7 6

5 0 7 2 3 1 5 6 6 7 8 2 2 5 1 4 6 7

0 8 7 5 5 2 4 6 6 7 5 1 3 8 0 8 6 2

4 5 0 8 6 5 4 7 8 7 1 2 4 5 5 2 2 6

5 7 8 6 4 3 8 9 0 8 5 3 4 5 2 2 3 7

4 5 9 0 5 4 1 2 2 6 7 5 8 9 5 4 0 3

2 4 5 6 7 9 0 0 6 5 6 4 2 1 4 6 6 8

0 5 6 7 8 9 3 5 6 5 4 2 1 3 2 3 8 3

117
118
2. En el texto que sigue a continuación, tienes que tachar todas las veces que
veas la letra “T”
Finalmente, debes contarlas.

En el mundo existen alrededor de 260 especies de tortugas. Algunas de ellas son


terrestres, y otras viven en ríos, lagos y mares. Podemos encontrar tortugas en todos los
países cálidos y templados del mundo.
La tortuga Aligátor, es una de las mayores tortugas de agua dulce del mundo y puede
llegar a pesar hasta 100 kilos.
Para procurarse alimento, utiliza un método muy astuto; sobre su lengua tiene un
trocito de piel que es muy parecido a un gusano; la tortuga permanece inmóvil bajo el
agua con la boca completamente abierta, moviendo la lengua de un lado a otro.

119
120
3. Fíjate en la siguiente tabla. Cada vez que en un cuadro veas un círculo pon un
1 (puedes anotarlo dentro del recuadro) y cada vez que veas un cuadrado pon un
2.

A continuación, anota la suma de números que has obtenido en cada línea, y


finalmente el total de todo el ejercicio. (Solución: en la suma total debes obtener 40
puntos)

121
122
4. Busca los siguientes números:
1. Se repite tres veces.
2. Todos sus números son impares.
3. Su cifra es la mayor de todas.
4. Si sumamos todas sus cifras obtenemos como resultado el número 19.
5. Si sumamos todas sus cifras obtenemos como resultado el número 18.
6. Multiplicado este número por 2, el resultado sería 2716.
7. Se repite cuatro veces.

5680 1250 3741

7350 8962 1745

1250 2012 8795

8972 6271 7350

4356 1452 2068

3751 1250 7350

1250 7350 1358

Ahora y después de haber realizado el ejercicio, si tapases todos los números ¿serías
capaz de tapar y recordar alguno de ellos?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

123
124
5. Tacha todas las letras consonantes que encuentres a continuación, y
finalmente cuéntalas.

F P S L O Z I R H Z P S T A D Q K L

A L P B C Q S C C M D O L S Z N I O

L Z W W P L S O E A P C X S N Z Ñ I

P O L Z O I F L U G M B S D O U N W

N S M S L Z I F K E H O D X Ñ D A L

Ñ Z Z P S Ñ R Y B Q M F F I T Ñ K Y

U J H O I H A N A Z P A G J N U O C

Q W W D T U S S X H J K L Ñ O B N M

V C X Z S A A D F J T R E S Z Z S V

X C S E F T G F V M F N H B V F Z S

__________________________________________________________

125
126
6. En el texto que sigue a continuación, rodea con un círculo la letra “O” cada
vez que aparezca, y finalmente cuenta todas las que hayas encontrado.
Los beneficios que una sesión de masaje pueden proporcionar al organismo humano
son numerosos e incuestionables: reactiva el metabolismo y favorece la eliminación de
residuos corporales, alivia la tensión que afecta a los músculos y reordena trastornos de
funciones tan importantes como la respiración o la digestión…
Con la práctica regular de unas sencillas técnicas de movimientos, podemos ayudar a
nuestro cuerpo a mejorar su rendimiento.
Con el masaje podemos recuperar también la tranquilidad mental perdida por culpa del
estrés y de las preocupaciones diarias, tranquilidad necesaria para que nuestro cuerpo
funcione correctamente.
__________________________________________________________

127
128
7. Lee muy atentamente el siguiente texto como máximo 2 veces, después tápalo
y responde inmediatamente a las preguntas que encontrarás a continuación.
“El tomillo común es una planta pequeña y muy aromática con tendencia a crecer
como arbusto.
Pertenece a una gran familia y sus propiedades son innumerables. Las hojas pueden
ser verdes, grises, doradas o jaspeadas.
Dada su gran variedad las flores también aparecen en diversas tonalidades, desde el
blanco al lila pasando por toda la gama del rosa.
En cuanto a sus distintos usos, en la cocina se emplea para sazonar caldos, sopas,
pescado y marisco.
Desde el tiempo de los romanos ya se utilizaba para elaborar licores.
El tomillo es un poderoso antiséptico que estimula el sistema inmunológico y también
puede emplearse en inhalación para aliviar problemas respiratorios”.

• ¿Cómo suelen ser las hojas del tomillo? ¿Y las flores? describe todo lo que recuerdes.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• En la cocina ¿qué usos podemos darle?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• Se dice que ya los romanos utilizaban el tomillo; ¿recuerdas para qué?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• ¿Tiene algún uso medicinal? ¿Cuál?
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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8. Fíjate en el primer grupo de números y tacha el que esté repetido en la misma
línea. Puede estar repetido más de una vez

82325 ……… 82645 82365 82325 82315

65308 ……… 65803 65208 65300 65308

13457 ……… 13547 13647 13547 13457

91432 ……… 91432 91452 91342 91432

54816 ……… 54716 54186 54816 58716

72450 ……… 72540 72450 71450 72450

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9. Señala con un círculo cada vez que aparezca la letra S y subraya con una raya
cada vez que aparezca la letra Z.

F P S L O Z I R H Z P S T A D Q K L

A L P B C Q S C C M D O L S Z N I O

L Z W W P L S O E A P C X S N Z Ñ I

P O L Z O I F L U G M B S D O U N W

N S M S L Z I F K E H O D X Ñ D A L

Ñ Z Z P S Ñ R Y B Q M F F I T Ñ K Y

U J H O I H A N A Z P A G J N U O C

Q W W D T U S S X H J K L Ñ O B N M

V C X Z S A A D F J T R E S Z Z S V

X C S E F T G F V M F N H B V F Z S

133
134
10. En la siguiente tabla encontrarás distintos símbolos. Cuenta cada uno de
ellos y escribe el resultado.

135
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11. Observa atentamente las siguientes figuras durante 1 minuto. A continuación
responde a las preguntas que se formulen.

Si ya has pasado 1 minuto mirando con atención las figuras, ahora tápalas y responde:

• ¿Cuál es la figura que más se repite?


• ¿Y la que menos?
• ¿Hay alguna columna en la que solo haya cuadrados?
• ¿Y alguna en la que solo haya triángulos?
• ¿Podrías dibujar la primera fila? (la horizontal)
• ¿Y la fila central?

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139
3. Ejercicios de asociación
La asociación es uno de los principios básicos de la memoria y una herramienta muy
útil para facilitar el aprendizaje y la memorización de distintos contenidos.
Podemos asociar desde palabras hasta imágenes o incluso números, todo lo que
queramos.
Hay que tener en cuenta que una asociación puede funcionar para una persona pero no
para otra. Por esa razón, cada uno de nosotros debe crear sus propias asociaciones y
relaciones.
Es verdad que elaborar asociaciones no siempre resulta fácil; de hecho, hay personas a
las que esto les supone un esfuerzo considerable porque no se les ocurre nada. Asociar
tiene mucho que ver con la creatividad y con dejar volar nuestra imaginación. Pero por
otro lado, cuantas más asociaciones hagamos, más fácil nos resultará el proceso.
En los ejercicios que te propongo a continuación, deja volar tu imaginación y da rienda
suelta a tu creatividad para establecer relaciones o crear frases o historias.

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1. Lee con atención y memoriza el siguiente grupo de palabras. Para ello, pon en
práctica el uso de la técnica de las categorías o grupos. Una vez, hechos los grupos
(puedes escribirlos) tapa todas las palabras y anota aparte todas las que recuerdes.
Azul, rosquillas, alicates, martillo, bizcocho, esponja, colonia, tornillo, peine, sierra,
verde, amarillo, jabón, violeta, clavos, helado, rojo, bollo, flan, toalla.

Colores Bricolaje Dulces Higiene

Ahora tapa la lista y el recuadro anterior y anota todas las palabras que creas recordar.
No importa en qué orden las escribas. Había en total 20.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

142
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2. Escribe 2 o 3 frases diferentes que contengan las siguientes palabras.
Ventana / cristal / edificio
Ejemplo: “En aquel edificio limpian el cristal de la ventana”. “En la ventana de ese
edificio, el cristal está roto”. “En mi edificio han colocado cristales gruesos en las
ventanas”.

Abuela /perro / nieto


• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________

Revista / pasatiempo / gafas


• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
Collar / sofá / vecina
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
Fiesta / calle / gente
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________
• __________________________________________________________

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3. Recuerda las siguientes palabras. Puedes unirlas por parejas, por ejemplo
playa-conchas; o por tríos, pan-queso-jamón; o formando varias frases cortas o
incluso historias, “Ana llamó por teléfono a María y a Mercedes para ir a la playa
y coger conchas…”.

Teléfono Playa Ana

Mercedes Pan Queso

Conchas Amigas María

Agua Sol Jamón

• Escribe en este espacio las parejas, tríos, frases o historias que se te hayan
ocurrido.
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
• Ahora tapa la lista de palabras y el apartado anterior en el que has escrito las
parejas, frases, etc. y anota todas las palabras que recuerdes. Eran 12.
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________

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147
4. Memoriza la siguiente lista de la compra.
Después de separar las palabras por categorías, visualizarlas, construir frases o breves
historias, tapa las palabras y anota a continuación todas las que recuerdes.

Naranjas, galletas integrales, aceite de oliva, sardinillas en lata, lechuga, dos docenas de
huevos, zumo, leche desnatada, 2 paquetes de café, sal.
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________

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5. Memoriza las siguientes parejas:

Gato / Bola Armario / Caja

Llaves / Periódico Manzana / Pera

Revista / Gorro Carpeta / Móvil

Ahora, tapa la lista de parejas y trata de escribir la palabra que falte de cada pareja.

Llaves / ____________ Revista / ________

Carpeta / ________ Gato / ________

Manzana / ________ Armario / ________

Vuelve a tapar todas las palabras. ¿Serías capaz de recordar las seis parejas completas?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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151
6. Lee la siguiente lista de 20 objetos con atención.
Zapatilla, Árbol, Lechuga, Escalera, Globo, Cordón, Arbusto, Piso, Ensalada,
Chaqueta, Harina, Cesta, Pan, Campo, Levadura, Lavadora, Viento, Pantalón, Pierna,
Dinero.
Ahora asócialas escribiéndolas por parejas, por ejemplo árbol – arbusto.

Árbol – Arbusto _______ - _______

_______ - _______ _______ - _______

_______ - _______ _______ - _______

_______ - _______ _______ - _______

_______ - _______ _______ - _______

Ahora tapa la lista y escribe todas las palabras que recuerdes. El orden no importa.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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7. Escribe una breve historia (máximo 10 líneas) en la que se incluyan las 3
palabras propuestas en cada caso. Busca la manera de incluirlas con sentido
dentro de una misma historia.
• Sombrero / Espejo / Mujer
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• Gato / Mayordomo / Llave
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

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4. Ejercicios de cálculo mental
Ya hemos resaltado la importancia de realizar ejercicios variados. Mientras que los
ejercicios relacionados con el lenguaje estimulan el hemisferio derecho del cerebro, por
ejemplo los ejercicios de cálculo mental o lógica estarían ejercitando la parte izquierda de
nuestro cerebro.
Normalmente cuando sabemos que tenemos más destreza con los números, nos
sentimos más motivados para realizar tareas de cálculo que tareas que requieran el uso
del lenguaje y al revés, cuando los números no son nuestro fuerte solemos orientarnos a
actividades como la lectura o los crucigramas.
Sin embargo e independientemente de nuestras preferencias o destrezas, es importante
que realicemos tareas que estimulen nuestro lenguaje pero también otras que estén
relacionadas con el cálculo o la lógica, ya que de esta manera estaremos estimulando por
igual ambos hemisferios cerebrales.
A menudo, dejamos de hacer cálculo mental por pereza o desgana y recurrimos a
calculadoras para que nos den una respuesta rápida con resultado correcto.
Pero no siempre tenemos una calculadora a mano y además en algunas ocasiones
puede ser muy aconsejable hacer un cálculo mental rápido.
Por ejemplo, una manera muy sencilla y útil de ejercitar el cálculo mental en una
situación cotidiana es cada vez que nos acercamos a una tienda a comprar y pagamos. A
través de un cálculo mental rápido podemos comprobar si nos han devuelto bien o no los
cambios.
Convertir esto en hábito supone incorporar en nuestra rutina diaria la práctica del
cálculo mental y además quién sabe si esto también evita que perdamos algún euro que
otro…
Siempre que tengamos oportunidad hagamos cálculos mentales y juguemos con los
números. Tu mente lo agradecerá.

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1. Señala todos los grupos de tres cifras seguidas que sumen 10. Solo pueden ser
tres números seguidos, ni más ni menos.

4 4 2 4 5 7 9 1 0 7 0 3 5 2 7 3 3 5

1 5 6 5 3 2 5 4 2 6 0 6 4 1 2 3 4 1

6 8 9 0 4 2 5 0 6 7 4 2 6 8 9 9 7 6

5 0 7 2 1 1 5 6 6 7 8 2 0 5 1 4 6 7

0 8 7 5 5 0 4 6 6 7 5 1 3 6 0 8 6 2

4 5 0 8 6 5 4 7 8 7 1 2 4 5 5 2 2 6

5 7 8 6 4 0 8 9 0 8 5 3 4 3 2 2 3 7

4 5 9 0 5 4 1 2 2 6 7 5 8 9 5 4 0 3

2 4 4 6 7 9 0 0 6 5 6 4 2 1 4 6 6 8

0 5 6 7 8 9 3 5 6 5 4 2 1 3 2 5 8 3

159
160
2. Coloca los números de manera que el resultado de cada suma sea 100.
_____ + 23 + _____ = 100
_____ + 23 + _____ = 100
_____ + 23 + _____ = 100
_____ + 23 + _____ = 100
36 62 18 25 40 59 41 37 15 26

Comprueba tus respuestas:


18 + 23 + 59 = 100 / 40 + 23 + 37 =100
36 + 23 + 41 =100 / 15 + 23 + 62 =100.

161
162
3. Sigue la secuencia de cada número sumando 4 cada vez y hasta llegar al 100.
16 ___________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________ 100

Comprueba tus respuestas:


16, 20, 24, 28, 32, 36, 40, 44, 48, 52, 56, 60,
64, 68, 72, 76, 80, 84, 88, 92, 96, 100.

163
164
4. Responde a las siguientes preguntas de cálculo con la mayor rapidez posible.
Después podrás comprobar tus respuestas.
• Si vas a comprar con 10 euros y gastas 5,40 ¿Cuánto te devuelven?
• Si pagas con 10 euros y te devuelven 2,20 ¿Cuánto has gastado?
• ¿Cuántas monedas de 20 céntimos necesitas para pagar 1 euro?
• ¿Cuánto dinero tienes si dispones de un billete de 10 euros, una moneda de 2 euros,
2 monedas de 1 euro y 3 monedas de 20 céntimos?

Comprueba tus respuestas:


4,60 / 7,80 / 5 / 14,60

165
166
5. Completa mentalmente las siguientes operaciones anotando el signo que
corresponda en cada espacio en blanco (+ - x :) de manera que se cumpla el
resultado. Hazlo con la mayor rapidez posible y comprueba después tus
respuestas.
• 5 __ 10 __ 2 = 30
• 2 __ 8 __ 10 = 100
• 8 __ 3 __ 5 = 1
• 3 __ 9 __ 12 = 24
• 7 __ 2 __ 10 = 50
• 8 __ 4 __ 7 = 11

Comprueba tus respuestas:


(5 + 10 x 2= 30) / (2 + 8 x 10 = 100) / (8 - 3 : 5 = 1)
(3 + 9 + 12 = 24) / (7 - 2 x 10 = 50) / ( 8 - 4 + 7 = 11)

167
168
6. Descubre qué número continúa cada serie:
• 3, 5, 4, 6, 5, 7 …
• 8, 11, 7, 10, 6 …
• 10, 14, 13, 17, 16 …
• 25, 30, 28, 33, 31 …

Comprueba tus respuestas:


(3, 5, 4, 6, 5, 7, 6) / (8, 11, 7, 10, 6, 9)
(10, 14, 13, 17, 16, 20) / (25, 30, 28, 33, 31, 36)

169
170
7. Utilizando algunos de los siguientes números (1, 3, 4, 7, 8, 20 y 10) realiza las
operaciones que consideres necesarias para llegar al resultado propuesto. Puedes
sumar, restar o multiplicar.
Ejemplo: Resultado propuesto 208
20 x 10 + 1 + 7 = 208 / ___________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
Resultados a los que llegar:
43 / _____________________________________________________
__________________________________________________________
57 / _____________________________________________________
__________________________________________________________
100 / ____________________________________________________
__________________________________________________________
210 / ____________________________________________________
__________________________________________________________
1611 / ___________________________________________________
__________________________________________________________

171
172
8. Empezando desde el número 10 continúa la siguiente serie numérica (+1, +2,
+3, +4, +5… y así sucesivamente sumando cada vez +1 al resultado); es decir, a
partir del número 10 continuarías así: 10, 11, 13, 16…
Debes llegar hasta el número 200.

10 __________________________________________________________
__________________________________________________________ 200

173
174
175
5. Ejercicios de agilidad mental
La agilidad mental es una de las capacidades que más deterioro sufre con el paso de
los años. Mente y cuerpo se ralentizan.
Un niño es rápido en sus movimientos y su cuerpo es ágil y vigoroso. Con el paso de
los años, los movimientos del cuerpo se hacen más lentos, se pierde en flexibilidad y
agilidad, los reflejos disminuyen. Mentalmente sucede algo parecido. Sin embargo, la
agilidad mental puede mantenerse en un nivel más que aceptable si se entrena con
frecuencia.
Para realizar los siguientes ejercicios de agilidad mental te recomiendo que lo hagas
teniendo cerca algún reloj que te sirva como cronómetro puesto que es muy interesante
realizar este tipo de ejercicios con un tiempo cronometrado para que de esta manera nos
esforcemos en hacerlos con cierta rapidez mental. De esta manera irás mejorando tu
velocidad de respuesta.

176
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1. Piensa en el abecedario y el orden de las letras. En cada enunciado te pediré
una letra que deberás anotar en pocos segundos (máximo 10 segundos). Debes dar
la respuesta lo más rápido posible.
Ejemplo: “Después de la N…” la respuesta sería la Ñ
• Entre la O y la Q ____
• La quinta letra del abecedario ____
• Antes de la S ____
• Dos letras después de la G ____
• La penúltima letra del abecedario ____
• Antes de la M ____
• Después de la K ____
• Entre la U y la W ____
• Entre la E y la G ____

Comprueba tus respuestas:


P, E, R, I, Y, LL, L, V, F.

178
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2. Escribir en 1 minuto todas las palabras que empiecen por PA. Por ejemplo
pato, patada, etc. Debes escribir un mínimo de 15 palabras.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

180
181
3. Escribir en 1 minuto todas las palabras que se te ocurran que tengan 3 letras.
Por ejemplo, sal, pan, tos, etc. Debes escribir al menos de 10 a 15 palabras.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

182
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4. A continuación se presentan distintos enunciados que tienen que ver con
cálculos matemáticos sencillos.
Debes responder con un número a cada uno de ellos y hacerlo lo más rápidamente
posible.
Por ejemplo, 7 x 10 más 7… la respuesta sería 77.

• 30 menos 3 ____
• Su doble es 50 ____
• Le faltan 20 para llegar a 100 ____
• 3 veces 10 más 7 ____
• La mitad de 44 ____
• 38 más 77 ____
• Al resultado anterior le restamos 10 ____
• 10 x 10 y al resultado le divido 100 ____
• 90 menos 45 ____

Comprueba tus respuestas:


27, 25, 80, 37, 22, 115, 105, 1, 45.

184
185
5. Tienes 1 minuto para escribir los meses del año al revés. Empezamos por
diciembre…
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

186
187
6. Escribe todas las palabras que se te ocurran que tengan solo la vocal “a”.
Tiempo: 2 minutos.
Pueden tener una “a”, dos o más. Por ejemplo, pan, Sara…
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

188
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7. Te propongo una lista de 10 palabras. En unos segundos (no más de 1 minuto
por palabra) debes anotar a su lado un sinónimo, es decir, una palabra de
significado muy parecido.
• Abundante ____________
• Adquirir ______________
• Decir __________________
• Mitigar ________________
• Generar _______________
• Logro _________________
• Simple ________________
• Molestar ______________
• Jefe ___________________
• Utensilio ______________

Comprueba posibles respuestas:


Abundante – copioso / adquirir – comprar /
decir – expresar / mitigar – paliar / generar – ocasionar /
logro – éxito / simple – sencillo / molestar – incomodar /
jefe – superior / utensilio – instrumento.

190
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6. Ejercicios variados
A continuación te propongo una sección de ejercicios que entrenan aspectos diferentes.
En muchos de ellos practicamos al mismo tiempo por ejemplo atención y lenguaje o
comprensión de textos y memoria a corto plazo, etc.
Hemos destacado ya la importancia de variar el estilo de ejercicios.
Cuando una persona desea fortalecer los músculos de sus brazos, realiza ejercicios
específicos con pesas pero no siempre hace los mismos movimientos.
Un buen entrenador físico le recomendaría realizar distintas series de ejercicios con
pesas además de otras series diferentes de ejercicios en los que forzará toda la
musculatura del brazo.
Con nuestra mente sucede igual. No basta solo con leer, ni solo con hacer crucigramas
a diario. A mayor variedad, mayor beneficio.

193
194
1. Memorizar la siguiente lista de postres y responder después a las preguntas.
Flan, yogur, manzana, natillas, helado, macedonia, tarta de queso, arroz con leche,
tarta de manzana, compota.
Recuerda tapar la lista de palabras y responde a las siguientes preguntas.

• Escribe las tartas que aparecían en la lista.


__________________________________________________________
__________________________________________________________
• ¿Cuántos postres de fruta se han nombrado? ¿Cuáles?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• ¿Sabrías decir qué postre llevaba huevo en su elaboración?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• ¿Cuáles acaban con la letra “a”?
__________________________________________________________
__________________________________________________________
• ¿De qué sabor era el yogur?
__________________________________________________________
__________________________________________________________

195
196
2. Lee y trata de memorizar las palabras que aparecen en el siguiente recuadro.

Clima flauta música piscina alfombra


aviador guitarra editorial ventilador

Ahora te presento otro recuadro con palabras. Tapando el recuadro anterior, trata de
recordar cuántas palabras del primer recuadro aparecen. Señálalas.

Carta clima animal aspirador piscina alfombra editorial moto


reloj música ventilador casa arpa color cuaderno libro avión
guitarra piano bolso radio playa mesa vela

197
198
3. Memoriza estos números durante 1 minuto aproximadamente. A
continuación, tápalos y responde a las preguntas.
Bomberos 061
Policía 351
Hospital central 900 24 55 77
Información 901 22 22 22
Atención al cliente 1002
Averías 011
Tapa la anterior información y responde:
• ¿Cuántos números de teléfono tienen 3 cifras? ____________
• ¿A dónde estaría llamando si marco el 351? _______________
• ¿Existe algún número de cuatro cifras? ___________________
• ¿Cuál es el número del hospital central? __________________
• ¿Hay algún número que empiece por 902? _______________
• ¿Recuerdas algún número que solo tuviese cifras impares?
__________________________________________________________

199
200
4. Lee con atención el siguiente texto (máximo 2 veces). A continuación, tápalo y
responde a las preguntas acerca de él; tendrás que elegir entre distintas opciones de
respuesta.
“Los suplementos son productos que suelen contener grandes concentraciones de
nutrientes, que pueden ayudarte a proteger tu memoria, aunque siempre hay que
consultar con un especialista.
La levadura de cerveza. Aporta ácido fólico, fósforo, zinc y magnesio. Suele venderse
en copos, que pueden añadirse a ensaladas o yogures.
La lecitina de soja. Sus fosfolípidos contribuyen a un mejor funcionamiento de las
neuronas.
El germen de trigo. Rico en proteínas, hidratos de carbono y ácidos grasos esenciales,
se recomienda en períodos de cansancio mental”.
Responde ahora sin mirar el texto:
1. ¿Cómo se vende la levadura de cerveza?
__________________________________________________________
2. Elige la opción correcta. ¿Qué aporta la levadura de cerveza?

ácido fólico fósforo fósforo

fósforo calcio magnesio

hierro ácido fólico ácido fólico

magnesio zinc zinc

3. ¿Cuál de estos tres productos contribuye a un mejor funcionamiento de las


neuronas?
Levadura de cerveza / lecitina de soja / germen de trigo
4. ¿El germen de trigo contiene ácidos grasos esenciales?
__________________________________________________________
5. ¿Cuándo se recomienda?
__________________________________________________________
__________________________________________________________

201
__________________________________________________________

202
203
5. Memoriza el siguiente plan semanal:

Lunes Ir al supermercado

Martes Consulta con el médico

Miércoles Felicitar el cumpleaños de una amiga

Jueves Devolver los libros a la biblioteca

Viernes Cargar la tarjeta del autobús

Sábado Ir al cine

Domingo Comida familiar

Tapando toda la información anterior, responde:


• ¿Qué día de la semana tenemos consulta con el médico?
__________________________________________________________
• ¿Qué día tenemos que devolver los libros a la biblioteca?
__________________________________________________________
• ¿Qué hacemos el viernes?
__________________________________________________________
• ¿Y el miércoles?
__________________________________________________________
• ¿Hay algún día que tengamos que ir a la farmacia?
__________________________________________________________

204
205
6. Deletrea las siguientes palabras al revés. Después de leer la palabra, tápala
antes de deletrearla. Así lo harás mentalmente y no copiando y el esfuerzo mental
será mayor.
Ejemplo: S – O – L = L – O – S
• M – A – R = ________________
• P – A – N = ________________
• S – A – L = ________________
• V – E – R = ________________
• L – U – Z = ________________
• C – O – S – A = _____________
• L – U – N – A = _____________
• A – L – M – A = ____________
• C – A – R – O = ____________
• F – L – O – R = _____________

206
207
7. Aplicando alguna de las estrategias que conoces, memoriza la siguiente lista
de la compra.
1 kilo de arroz
Manzanas rojas
1 bote de mermelada de fresa
1 botella de suavizante
Mandarinas
Pimiento rojo
1 paquete de pan tostado
1 pollo troceado
Leche semidesnatada
Café
2 docenas de huevos
2 kilos de patatas
1 saco de cebollas
Ahora tapa la lista anterior y escribe todo lo que recuerdes.
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________
__________________________________________________________

208
209
8. Lee con mucha atención las siguientes instrucciones. Mientras lees trata de
visualizar lo que estás leyendo. Esto te ayudará a memorizar. A continuación, tapa
las instrucciones y dibuja lo que se pedía.
Dibuja un cuadrado y dentro del cuadrado un círculo. Divide ese círculo en cuatro
partes iguales. En cada una de las partes escribe el nombre de una ciudad, en otra un
color, en la tercera un nombre propio que empiece por la letra A, y la última anota un
número par.

210
211
9. Observa con atención el siguiente dibujo durante 1 minuto. A continuación
tápalo y vuelve a dibujarlo con la mayor precisión posible.

212
213
Bibliografía

Albaigès, Josep M. Ayudando a la memoria. Editorial Debolsillo


Enríquez, Susana Paz. Técnicas de memoria. Editorial Libsa.
O’Brien, Dominic. Aprender a recordar. Editorial Oniro.
Schacter, Daniel L. Los siete pecados de la memoria. Editorial Ariel.
Torreiglesias, Manuel. Gimnasia para la memoria. Editorial Espasa.

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OTROS LIBROS

Adquiera todos nuestros ebooks en


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215
Ilusión positiva
Una herramienta casi mágica para construir tu vida
Lecina Fernández
ISBN: 978-84-330-2936-2

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Ilusión positiva plantea cuestiones como ¿Qué es la ilusión? ¿Qué poder nos aporta?
¿Cómo encontrar la ilusión perdida? o ¿Cómo educar en ilusión?
La ilusión es una herramienta para el crecimiento personal y a lo largo de estas páginas se
descubrirá cómo desarrollar al máximo todo su potencial en la vida personal y en el
entorno educativo, sanitario y laboral.
Cada capítulo combina Reflexión y Práctica para que el lector juegue y experimente
construyendo sus propias ilusiones, individualmente o en grupo, ofreciéndole una nueva
forma de conocerse a sí mismo y de vivir en el mundo.
Ilusión positiva va dirigido a todas las personas que quieran aprender, entrenar y practicar
la ilusión de forma saludable y positiva. También a profesionales de la salud, educadores,
empresas y familias, como herramienta para ser más proactivos, para despertar la ilusión
y acompañarles en el proceso de crear futuro.
¡Bienvenidos a la aventura de explorar la ilusión!

216
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Quiero aprender a quererme con asertividad
Olga Castanyer
ISBN: 978-84-330-2954-6

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La Asertividad y la Autoestima están muy ligadas entre sí, no podrían existir la una sin la
otra: ¿cómo hacernos respetar si no nos respetamos antes a nosotros mismos? ¿Y cómo
respetarnos si no reclamamos a la vez el respeto de los demás?
Si queremos emprender el camino hacia un bienestar auténtico, conseguir el fin último de
todo ser humano, que es sentirse en paz y coherente consigo mismo, debemos tener en
cuenta estas dos dimensiones: querer y respetar.
La Autoestima nos proporciona cariño, respeto y confianza en nosotros mismos. No
buscamos sentirnos por encima ni por debajo de nadie: queremos sentir que somos
nosotros, emocionalmente independientes y con la seguridad de que nos cuidamos y
protegemos. La Asertividad nos proporciona herramientas para transmitir a nuestro
entorno esta coherencia y seguridad. Y tiene en cuenta en todo momento a los demás,
reclamando un respeto hacia nosotros, pero respetando y valorando a la vez a la otra
persona.
Este libro te ofrece herramientas para conseguir respetarte y hacerte respetar, a la vez
que respetas a los que te rodean.

218
219
Remonta tu vuelo
Más allá de la fibromialgia hacia una nueva vida
Fátima Gallastegui
ISBN: 978-84-330-2929-4

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Este libro va dirigido a todas aquellas personas que sufren dolor. También a las familias y
al entorno que comparten el día a día con los enfermos aquejados de dolor y al personal
médico que los atiende.
La fibromialgia es una de las enfermedades que más impacto tiene en la calidad de vida
del paciente y requiere del desarrollo de múltiples estrategias de afrontamiento, que son
propuestas y analizadas en este libro. Estos estilos de afrontamiento de la fibromialgia
son también extrapolables a otras enfermedades que cursan con dolor e indefensión y
que son consideradas incurables.
Con su testimonio como paciente y como doctora en psicología clínica, la autora aborda
la enfermedad desde una doble perspectiva.
Este libro constituye, por una parte, una puerta a la esperanza para todos aquellos
enfermos que no se han rendido ante el diagnóstico de la fibromialgia como enfermedad
crónica. Y, por otra, proporciona a médicos y especialistas una valiosa aportación
profesional para un mejor conocimiento de la enfermedad.

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Transformación emocional
Un viaje a través de la escritura terapéutica
Noelia Mendive
ISBN: 978-84-330-2899-0

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La escritura es el medio de comunicación más poderoso que ha creado el hombre. La


función epistémica, casi mágica, de la escritura, hace posible que a través de la misma se
generen ideas que antes de comenzar a escribir no existían. El simple hecho de escribir
aumenta la creatividad y nuestro nivel de pensamiento. Las respuestas a los problemas se
encuentran siempre dentro de uno mismo, aunque nos empeñamos en buscar las
soluciones en el exterior, la mayoría de las veces sin éxito alguno.
Este libro no profundiza en teorías, no reflexiona sobre las causas de nuestras
dificultades, simplemente pone remedio a las mismas. Se trata de un manual
especialmente práctico en el que, desde las primeras páginas, podrás ser tu propio
terapeuta, counselor o guía para aprender a conocer y disfrutar de tu mundo interior, y
hallar respuestas y soluciones a los dilemas a los que te enfrentas actualmente e incluso a
los que pertenecen a tu pasado y están aún por resolver.
Los ejercicios de este manual están pensados y creados para que cualquier persona
pueda realizarlos, sin restricciones de ningún tipo. Puede emplearse a nivel personal, para
uno mismo, o utilizarse por docentes y terapeutas en sus clases o sesiones.

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DIRECTORA : OLGA CASTANYER

1. Relatos para el crecimiento personal. CARLOS ALEMANY (ED.). (6ª ed.)


2. La asertividad: expresión de una sana autoestima. OLGA CASTANYER . (35ª ed.)
3. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad. A. GIMENO-BAYÓN. (5ª ed.)
4. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. ESPERANZA BORÚS . (5ª ed.)
5. ¿Qué es el narcisismo? J OSÉ LUIS T RECHERA. (2ª ed.)
6. Manual práctico de P.N.L. Programación neurolingüística. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (5ª ed.)
7. El cuerpo vivenciado y analizado. CARLOS ALEMANY Y VÍCTOR GARCÍA (eds.)
8. Manual de Terapia Infantil Gestáltica. LORET TA ZAIRA CORNEJO PAROLINI. (5ª ed.)
9. Viajes hacia uno mismo. Diario de un psicoterapeuta en la postmodernidad. FERNANDO J IMÉNEZ HERNÁNDEZ-
PINZÓN. (2ª ed.)
10. Cuerpo y Psicoanálisis. Por un psicoanálisis más activo. J EAN SARKISSOFF . (2ª ed.)
11. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. LUIS LÓPEZ-YARTO ELIZALDE. (7ª ed.)
12. El eneagrama de nuestras relaciones. MARIA-ANNE GALLEN - HANS NEIDHARDT . (5ª ed.)
13. ¿Por qué me culpabilizo tanto? Un análisis psicológico de los sentimientos de culpa. LUIS ZABALEGUI. (3ª
ed.)
14. La relación de ayuda: De Rogers a Carkhuff. BRUNO GIORDANI. (3ª ed.)
15. La fantasía como terapia de la personalidad. F. J IMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
16. La homosexualidad: un debate abierto. J AVIER GAFO (ed.). (4ª ed.)
17. Diario de un asombro. ANTONIO GARCÍA RUBIO. (3ª ed.)
18. Descubre tu perfil de personalidad en el eneagrama. DON RICHARD RISO. (6ª ed.)
19. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. T HOMAS HART .
20. Treinta palabras para la madurez. J OSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (12ª ed.)
21. Terapia Zen. DAVID BRAZIER . (2ª ed.)
22. Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental. GERALD MAY.
23. Aprender de Oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado. J UAN MASIÁ CLAVEL.
24. Pensamientos del caminante. M. SCOT T PECK.
25. Cuando el problema es la solución. Aproximación al enfoque estratégico. R. J. ÁLVAREZ. (2ª ed.)
26. Cómo llegar a ser un adulto. Manual sobre la integración psicológica y espiritual. DAVID RICHO. (3ª ed.)
27. El acompañante desconocido. De cómo lo masculino y lo femenino que hay en cada uno de nosotros afecta a
nuestras relaciones. J OHN A. SANFORD.
28. Vivir la propia muerte. STANLEY KELEMAN.
29. El ciclo de la vida: Una visión sistémica de la familia. ASCENSIÓN BELART - MARÍA FERRER . (3ª ed.)
30. Yo, limitado. Pistas para descubrir y comprender nuestras minusvalías. MIGUEL ÁNGEL CONESA FERRER .
31. Lograr buenas notas con apenas ansiedad. Guía básica para sobrevivir a los exámenes. KEVIN FLANAGAN.
32. Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cómo volverse verdaderamente rico. VERENA KAST .
33. Cuando el amor se encuentra con el miedo. DAVID RICHO. (3ª ed.)
34. Anhelos del corazón. Integración psicológica y espiritualidad. WILKIE AU - NOREEN CANNON. (2ª ed.)
35. Vivir y morir conscientemente. IOSU CABODEVILLA. (4ª ed.)
36. Para comprender la adicción al juego. MARÍA PRIETO URSÚA.
37. Psicoterapia psicodramática individual. T EODORO HERRANZ CAST ILLO.
38. El comer emocional. EDWARD ABRAMSON . (2ª ed.)
39. Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones interpersonales. J OHN AMODEO - KRIS WENT WORT H. (2ª
ed.)
40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
41. Valórate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO LARA.
42. Pensándolo bien… Guía práctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. ÁLVAREZ.
43. Límites, fronteras y relaciones. Cómo conocerse, protegerse y disfrutar de uno mismo. CHARLES L. WHIT FIELD.
44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. J OSÉ CARLOS BERMEJO.
45. Para que la vida te sorprenda. MAT ILDE DE T ORRES . (2ª ed.)

224
46. El Buda que siente y padece. Psicología budista sobre el carácter, la adversidad y la pasión. DAVID BRAZIER .
47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. J ORGE BARRACA.
48. Palabras para una vida con sentido. Mª. ÁNGELES NOBLEJAS . (2ª ed.)
49. Cómo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE.
50. Cómo no hacer el tonto por la vida. Puesta a punto práctica del altruismo. LUIS CENCILLO. (2ª ed.)
51. Emociones: Una guía interna. Cuáles sigo y cuáles no. LESLIE S. GREENBERG. (3ª ed.)
52. Éxito y fracaso. Cómo vivirlos con acierto. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
53. Desarrollo de la armonía interior. La construcción de una personalidad positiva. J UAN ANTONIO BERNAD.
54. Introducción al Role-Playing pedagógico. PABLO POBLACIÓN KNAPPE Y ELISA LÓPEZ BARBERÁ. (2ª ed.)
55. Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. LORET TA CORNEJO. (3ª ed.)
56. El guión de vida. J OSÉ LUIS MARTORELL. (2ª ed.)
57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
58. El niño que seguía la barca. Intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares. GIULIANA PRATA, MARIA
VIGNATO Y SUSANA BULLRICH.
59. Amor y traición. J OHN AMODEO .
60. El amor. Una visión somática. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.)
61. A la búsqueda de nuestro genio interior: Cómo cultivarlo y a dónde nos guía. KEVIN FLANAGAN. (2ª ed.)
62. A corazón abierto. Confesiones de un psicoterapeuta. F. J IMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
63. En vísperas de morir. Psicología, espiritualidad y crecimiento personal. IOSU CABODEVILLA.
64. ¿Por qué no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y EST ELA ORT EGA. (7ª ed.)
65. El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo. J OSÉ-VICENT E BONET , S.J. (3ª ed.)
66. Caminos sapienciales de Oriente. J UAN MASIÁ.
67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO. (9ª ed.)
68. El matrimonio como desafío. Destrezas para vivirlo en plenitud. KAT HLEEN R. FISCHER Y T HOMAS N. HART .
69. La posada de los peregrinos. Una aproximación al Arte de Vivir. ESPERANZA BORÚS .
70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Práctica de la sincronicidad mediante los cuentos. J EAN-
PASCAL DEBAILLEUL Y CAT HERINE FOURGEAU.
71. Psicoanálisis para educar mejor. FERNANDO J IMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberación. PEDRO MIGUEL LAMET .
73. En busca de la sonrisa perdida. La psicoterapia y la revelación del ser. J EAN SARKISSOFF .
74. La pareja y la comunicación. La importancia del diálogo para la plenitud y la longevidad de la pareja.
Casos y reflexiones. PAT RICE CUDICIO Y CAT HERINE CUDICIO.
75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO CARRERO. (2ª ed.)
76. Me comunico… Luego existo. Una historia de encuentros y desencuentros. J ESÚS DE LA GÁNDARA MART ÍN.
77. La nueva sofrología. Guía práctica para todos. CLAUDE IMBERT .
78. Cuando el silencio habla. MAT ILDE DE T ORRES VILLAGRÁ. (2ª ed.)
79. Atajos de sabiduría. CARLOS DÍAZ.
80. ¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza? Ensayo de una ética desde la psicología. RAMÓN ROSAL
CORT ÉS .
81. Más allá del individualismo. RAFAEL REDONDO.
82. La terapia centrada en la persona hoy. Nuevos avances en la teoría y en la práctica. DAVE MEARNS Y BRIAN
T HORNE.
83. La técnica de los movimientos oculares. La promesa potencial de un nuevo avance psicoterapéutico. FRED
FRIEDBERG. Introducción a la edición española por RAMIRO J. ÁLVAREZ
84. No seas tu peor enemigo… ¡…Cuando puedes ser tu mejor amigo! ANN-M. MC MAHON.
85. La memoria corporal. Bases teóricas de la diafreoterapia. LUZ CASASNOVAS SUSANNA. (2ª ed.)
86. Atrapando la felicidad con redes pequeñas. IGNACIO BERCIANO PÉREZ. Con la colaboración de IT ZIAR
BARRENENGOA. (2ª ed.)
87. C.G. Jung. Vida, obra y psicoterapia. M. PILAR QUIROGA MÉNDEZ.
88. Crecer en grupo. Una aproximación desde el enfoque centrado en la persona. T OMEU BARCELÓ. (2ª ed.)
89. Automanejo emocional. Pautas para la intervención cognitiva con grupos. ALEJANDRO BELLO GÓMEZ,
ANTONIO CREGO DÍAZ.
90. La magia de la metáfora. 77 relatos breves para educadores, formadores y pensadores. NICK OWEN.
91. Cómo volverse enfermo mental. J OSÉ LUÍS PIO ABREU .
92. Psicoterapia y espiritualidad. La integración de la dimensión espiritual en la práctica terapéutica. AGNETA
SCHREURS .

225
93. Fluir en la adversidad. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
94. La psicología del soltero: Entre el mito y la realidad. J UAN ANTONIO BERNAD.
95. Un corazón auténtico. Un camino de ocho tramos hacia un amor en la madurez. J OHN AMODEO (2ª ed.).
96. Luz, más luz. Lecciones de filosofía vital de un psiquiatra. BENITO PERAL. (2ª ed.)
97. Tratado de la insoportabilidad, la envidia y otras “virtudes” humanas. LUIS RAIMUNDO GUERRA. (2ª ed.)
98. Crecimiento personal: Aportaciones de Oriente y Occidente. MÓNICA RODRÍGUEZ-ZAFRA (Ed.).
99. El futuro se decide antes de nacer. La terapia de la vida intrauterina. CLAUDE IMBERT . (2ª ed.)
100. Cuando lo perfecto no es suficiente. Estrategias para hacer frente al perfeccionismo. MART IN M. ANTONY -
RICHARD P. SWINSON. (2ª ed.)
101. Los personajes en tu interior. Amigándote con tus emociones más profundas. J OY CLOUG.
102. La conquista del propio respeto. Manual de responsabilidad personal. T HOM RUT LEDGE.
103. El pico del Quetzal. Sencillas conversaciones para restablecer la esperanza en el futuro. MARGARET J.
WHEAT LEY.
104. Dominar las crisis de ansiedad. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, J ULIO C. MART ÍN. (10ª ed.)
105. El tiempo regalado. La madurez como desafío. IRENE EST RADA ENA.
106. Enseñar a convivir no es tan difícil. Para quienes no saben qué hacer con sus hijos, o con sus alumnos.
MANUEL SEGURA MORALES . (14ª ed.)
107. Encrucijada emocional. Miedo (ansiedad), tristeza (depresión), rabia (violencia), alegría (euforia).
KARMELO BIZKARRA. (4ª ed.)
108. Vencer la depresión. Técnicas psicológicas que te ayudarán. MARISA BOSQUED.
109. Cuando me encuentro con el capitán Garfio… (no) me engancho. La práctica en psicoterapia gestalt.
ÁNGELES MART ÍN Y CARMEN VÁZQUEZ.
110. La mente o la vida. Una aproximación a la Terapia de Aceptación y Compromiso. J ORGE BARRACA MAIRAL.
(2ª ed.)
111. ¡Deja de controlarme! Qué hacer cuando la persona a la que queremos ejerce un dominio excesivo sobre
nosotros. RICHARD J. ST ENACK.
112. Responde a tu llamada. Una guía para la realización de nuestro objetivo vital más profundo. J OHN P.
SCHUST ER .
113. Terapia meditativa. Un proceso de curación desde nuestro interior. MICHAEL L. EMMONS , PH.D. Y J ANET
EMMONS , M.S.
114. El espíritu de organizarse. Destrezas para encontrar el significado a sus tareas. P. KRISTAN.
115. Adelgazar: el esfuerzo posible. Un sistema gradual para superar la obesidad. A. CÓZAR .
116. Crecer en la crisis. Cómo recuperar el equilibrio perdido. ALEJANDRO ROCAMORA. (3ª ed.)
117. Rabia sana. Cómo ayudar a niños y adolescentes a manejar su rabia. BERNARD GOLDEN. (2ª ed.)
118. Manipuladores cotidianos. Manual de supervivencia. J UAN CARLOS VICENT E CASADO.
119. Manejar y superar el estrés. Cómo alcanzar una vida más equilibrada. ANN WILLIAMSON.
120. La integración de la terapia experiencial y la terapia breve. Un manual para terapeutas y consejeros. BALA
J AISON.
121. Este no es un libro de autoayuda. Tratado de la suerte, el amor y la felicidad. LUIS RAIMUNDO GUERRA.
122. Psiquiatría para el no iniciado. RAFA EUBA. (2ª ed.)
123. El poder curativo del ayuno. Recuperando un camino olvidado hacia la salud. KARMELO BIZKARRA. (3ª ed.)
124. Vivir lo que somos. Cuatro actitudes y un camino. ENRIQUE MART ÍNEZ LOZANO. (4ª ed.)
125. La espiritualidad en el final de la vida. Una inmersión en las fronteras de la ciencia. IOSU CABODEVILLA
ERASO. (2ª ed.)
126. Regreso a la conciencia. AMADO RAMÍREZ.
127. Las constelaciones familiares. En resonancia con la vida. PET ER BOURQUIN. (10ª ed.)
128. El libro del éxito para vagos. Descubra lo que realmente quiere y cómo conseguirlo sin estrés. T HOMAS
HOHENSEE.
129. Yo no valgo menos. Sugerencias cognitivo- humanistas para afrontar la culpa y la vergüenza. OLGA
CASTANYER . (3ª ed.)
130. Manual de Terapia Gestáltica aplicada a los adolescentes. LORET TA CORNEJO. (4ª ed.)
131. ¿Para qué sirve el cerebro? Manual para principiantes. Javier Tirapu. (2ª ed.)
132. Esos seres inquietos. Claves para combatir la ansiedad y las obsesiones. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
133. Dominar las obsesiones. Una guía para pacientes. PEDRO MORENO, J ULIO C. MART ÍN, J UAN GARCÍA Y ROSA
VIÑAS . (3ª ed.)
134. Cuidados musicales para cuidadores. Musicoterapia Autorrealizadora para el estrés asistencial. CONXA

226
T RALLERO FLIX Y J ORDI OLLER VALLEJO
135. Entre personas. Una mirada cuántica a nuestras relaciones humanas. T OMEU BARCELÓ
136. Superar las heridas. Alternativas sanas a lo que los demás nos hacen o dejan de hacer. WINDY DRYDEN
137. Manual de formación en trance profundo. Habilidades de hipnotización. IGOR LEDOCHOWSKI
138. Todo lo que aprendí de la paranoia. CAMILLE
139. Migraña. Una pesadilla cerebral. ART URO GOICOECHEA
140. Aprendiendo a morir. IGNACIO BERCIANO PÉREZ
141. La estrategia del oso polar. Cómo llevar adelante tu vida pese a las adversidades. HUBERT MORIT Z
142. Mi salud mental: Un camino práctico. EMILIO GARRIDO LANDÍVAR
143. Camino de liberación en los cuentos. En compañía de los animales. ANA MARÍA SCHLÜT ER RODÉS
144. ¡Estoy furioso! Aproveche la energía positiva de su ira. ANITA T IMPE
145. Herramientas de Coaching personal. FRANCISCO YUST E (2ª ed.)
146. Este libro es cosa de hombres. Una guía psicológica para el hombre de hoy. RAFA EUBA
147. Afronta tu depresión con psicoterapia interpersonal. Guía de autoayuda. J UAN GARCÍA SÁNCHEZ Y PEPA
PALAZÓN RODRÍGUEZ
148. El consejero pastoral. Manual de “relación de ayuda” para sacerdotes y agentes de pastoral. ENRIQUE
MONTALT ALCAYDE
149. Tristeza, miedo, cólera. Actuar sobre nuestras emociones. DRA. ST ÉPHANIE HAHUSSEAU
150. Vida emocionalmente inteligente. Estrategias para incrementar el coeficiente emocional. GEET U BHARWANEY
151. Cicatrices del corazón. Tras una pérdida significativa. ROSA Mª MART ÍNEZ GONZÁLEZ
152. Ojos que sí ven. “Soy bipolar” (Diez entrevistas). ANA GONZÁLEZ ISASI - ANÍBAL C. MALVAR
153. Reconcíliate con tu infancia. Cómo curar antiguas heridas. ULRIKE DAHM
154. Los trastornos de la alimentación. Guía práctica para cuidar de un ser querido. J ANET T REASURE - GRÁINNE
SMIT H - ANNA CRANE
155. Bullying entre adultos. Agresores y víctimas. PET ER RANDALL
156. Cómo ganarse a las personas. El arte de hacer contactos. BERND GÖRNER
157. Vencer a los enemigos del sueño. Guía práctica para conseguir dormir como siempre habíamos soñado.
CHARLES MORIN
158. Ganar perdiendo. Los procesos de duelo y las experiencias de pérdida: Muerte - Divorcio - Migración.
MIGDYRAI MART ÍN REYES
159. El arte de la terapia. Reflexiones sobre la sanación para terapeutas principiantes y veteranos. PET ER
BOURQUIN
160. El viaje al ahora. Una guía sencilla para llevar la atención plena a nuestro día a día. J ORGE BARRACA
MAIRAL
161. Cómo envejecer con dignidad y aprovechamiento. IGNACIO BERCIANO
162. Cuando un ser querido es bipolar. Ayuda y apoyo para usted y su pareja. CYNT HIA G. LAST
163. Todo lo que sucede importa. Cómo orientar en el laberinto de los sentimientos. FERNANDO ALBERCA DE
CAST RO (2ª ed.)
164. De cuentos y aliados. El cuento terapéutico. MARIANA FIKSLER
165. Soluciones para una vida sexual sana. Maneras sencillas de abordar y resolver los problemas sexuales
cotidianos. DRA. J ANET HALL
166. Encontrar las mejores soluciones mediante Focusing. A la escucha de lo sentido en el cuerpo. BERNADET T E
LAMBOY
167. Estrésese menos y viva más. Cómo la terapia de aceptación y compromiso puede ayudarle a vivir una vida
productiva y equilibrada. RICHARD BLONNA
168. Cómo superar el tabaco, el alcohol y las drogas. MIGUEL DEL NOGAL T OMÉ
169. La comunicación humana: una ventana abierta. CARLOS ALEMANY BRIZ
170. Comida para las emociones. Neuroalimentación para que el cerebro se sienta bien. SANDI KRST INIC
171. Aprender de la ansiedad. La sabiduria de las emociones. PEDRO MORENO
172. Cuidar al enfermo. Migajas de psicología. PEDRO MORENO
173. Yo te manejo, tú me manejas. El poder de las relaciones cotidianas. PABLO POBLACIÓN KNAPPE
174. Crisis, crecimiento y despertar. Claves y recursos para crecer en consciencia. ENRIQUE MART ÍNEZ LOZANO
175. Cuaderno de trabajo para el tratamiento corpomental del trastrono del trastorno de estrés postraumático
(TEPT). Programa para curar en 10 semanas las secuelas del trauma. STANLEY BLOCK Y CAROLYN BRYANT
BLOCK
176. El joven homosexual. Cómo comprenderle y ayudarle. J OSÉ IGNACIO BAILE AYENSA

227
177. Sal de tu mente, entra en tu vida. La nueva Terapia de Aceptación y Compromiso. ST EVEN HAYES
178. Palabras caballo. Fuerza vital para el día a día. DR . J UAN-MIGUEL FERNÁNDEZ-BALBOA BALAGUER
179. Fibromialgia, el reto se supera. Evidencias, experiencias y medios para el afrontamiento. BRUNO MOIOLI
180. Diseña tu vida. Atrévete a cambiar. DIANA SÁNCHEZ GONZÁLEZ Y MAR MEJÍAS GÓMEZ
181. Aprender psicología desde el cine. J OSÉ ANTONIO MOLINA Y MIGUEL DEL NOGAL
182. Un día de terapia. RAFAEL ROMERO RICO
183. No lo dejes para mañana. Guía para superar la postergación. PAMELA S. WIEGART Z, PH.D. Y LEVIN L. Y
GYOERKOE, PSY.D
184. Yo decido. La tecnología con alma. J OSÉ LUIS BIMBELA PEDROLA
185. Aplicaciones de la asertividad. OLGA CASTANYER
186. Manual práctico para el tratamiento de la timidez y la ansiedad social. Técnicas demostradas para la
superación gradual del miedo. M.M. ANTONY, PH .D Y R.P. SWINSON, MD.
187. A las alfombras felices no les gusta volar. Un libro de (auto) ayuda… a los demás. J AVIER VIDAL-QUADRAS .
188. Gastronomía para aprender a ser feliz. PsiCocina socioafectiva. A. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
189. Guía clínica de comunicación en oncología. Estrategias para mantener una buena relación durante la
trayectoria de la enfermedad. J UAN J OSÉ VALVERDE, MAMEN GÓMEZ COLLDEFORS Y AGUST ÍN NAVARRET E
MONTOYA
190. Ponga un psiquiatra en su vida. Manual para mejorar la salud mental en tiempos de crisis. J OSÉ CARLOS
FUERT ES ROCAÑÍN
191. La magia de la PNL al descubierto. BYRON LEWIS
192. Tunea tus emociones. J OSÉ MANUEL MONT ERO
193. La fuerza que tú llevas dentro. Diálogos clínicos. ANTONIO S. GÓMEZ
194. El origen de la infelicidad. REYES ADORNA CAST RO
195. El sentido de la vida es una vida con sentido. La resiliencia. ROCÍO RIVERO
196. Focusing desde el corazón y hacia el corazón. Una guía para la transformación personal. EDGARDO RIVEROS
AEDOS
197. Programa Somne. Terapia psicológica integral para el insomnio: guía para el terapeuta y el paciente.. ANA
MARÍA GONZÁLEZ PINTO • CARLOS J AVIER EGEA • SARA BARBEITO (COORDS .)
198. Poesía terapéutica. 194 ejercicios para hacer un poema cada día.. REYES ADORNA CAST RO Y J AIME COVARSÍ
CARBONERO
199. Abre tu consciencia. J OSÉ ANTONIO GONZÁLEZ SUÁREZ Y DAVID GONZÁLEZ PUJANA (2ª ed.)
200. Ya no tengo el alma en pena. ROSSE MACPHPHERSON
201. Ahora que he decidido luchar con esperanza. Guía para vencer el apetito.. J OSÉ LUIS LÓPEZ MORALES ,
ENRIQUE J AVIER GARCÉS DE LOS FAYOS RUIZ
202. El juego de la vida Mediterránea. MAURO GARCÍA T ORO
203. 16 Ideas para vivir de manera plena. Experiencias y reflexiones de un médico de familia. DANIEL FRANCISCO
SERRANO COLLANT ES
204. Transformación emocional. Un viaje a través de la escritura terapéutica. N. MENDIVE
205. Acompañar en el duelo. De la ausencia de significado al significado de la ausencia. MANUEL NEVADO, J OSÉ
GONZÁLEZ (2ª ed.)
206. Quiero aprender… a conocerme. OLGA CAÑIZARES , DOMINGO DELGADO
207. Quiero aprender cómo funciona mi cerebro emocional. IVÁN BALLEST EROS
208. Remonta tu vuelo. Más allá de la fibromialgia hacia una nueva vida. FÁT IMA GALLAST EGUI
209. Vivir con el trastorno límite de la personalidad. Una guía clínica para pacientes. ÁLVARO FRÍAS IBÁÑEZ
210. Quiero aprender a quererme con asertividad.. OLGA CASTANYER
211. Póker a la dieta. El juego para alcanzar tu peso ideal y mantenerlo de una forma natural y sencilla.
FEDERIKA T ROMBET TA

SERIE MAIOR
1. Anatomía Emocional. La estructura de la experiencia somática. LUCIANO SANDRIN. (9ª ed.)
2. La experiencia somática. Formación de un yo personal. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.)
3. Psicoanálisis y análisis corporal de la relación. ANDRÉ LAPIERRE.
4. Psicodrama. Teoría y práctica. J OSÉ AGUST ÍN RAMÍREZ. (3ª ed.)
5. 14 Aprendizajes vitales. CARLOS ALEMANY (ED.). (13ª ed.)

228
6. Psique y Soma. Terapia bioenergética. J OSÉ AGUST ÍN RAMÍREZ.
7. Crecer bebiendo del propio pozo. Taller de crecimiento personal. CARLOS RAFAEL CABARRÚS , S.J. (12ª ed.)
8. Las voces del cuerpo. Respiración, sonido y movimiento en el proceso terapéutico. CAROLYN J. BRADDOCK.
9. Para ser uno mismo. De la opacidad a la transparencia. J UAN MASIÁ CLAVEL
10. Vivencias desde el Enneagrama. MAIT E MELENDO. (3ª ed.)
11. Codependencia. La dependencia controladora. La dependencia sumisa. DOROT HY MAY.
12. Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes. Guía psico-histórico-espiritual. CARLOS RAFAEL
CABARRÚS . (5ª ed.)
13. Del ¡viva los novios! al ¡ya no te aguanto! Para el comienzo de una relación en pareja y una convivencia
más inteligente. EUSEBIO LÓPEZ. (2ª ED.)
14. La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal. J OSÉ MARÍA T ORO.
15. Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. CARLOS DOMÍNGUEZ MORANO. (2ª ed.)
16. Psicoterapia integradora humanista. Manual para el tratamiento de 33 problemas psicosensoriales,
cognitivos y emocionales. ANA GIMENO-BAYÓN Y RAMÓN ROSAL.
17. Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. EUGENE T. GENDLIN. (2ª ed.)
18. Cómo afrontar los desafíos de la vida. CHRIS L. KLEINKE.
19. El valor terapéutico del humor. ÁNGEL RZ. IDÍGORAS (Ed.). (3ª ed.)
20. Aumenta tu creatividad mental en ocho días. RON DALRYMPLE, PH.D., F.R.C.
21. El hombre, la razón y el instinto. J OSÉ Mª PORTA T OVAR .
22. Guía práctica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pistas para su liberación. BRUCE M. HYMAN Y
CHERRY PEDRICK.
23. La comunidad terapéutica y las adicciones. Teoría, modelo y método. GEORGE DE LEON.
24. El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas. WALEED A. SALAMEH Y WILLIAM F. FRY.
25. El manejo de la agresividad. Manual de tratamiento completo para profesionales. HOWARD KASSINOVE Y
RAYMOND CHIP T AFRAT E.
26. Agujeros negros de la mente. Claves de salud psíquica. J OSÉ L. T RECHERA.
27. Cuerpo, cultura y educación. J ORDI PLANELLA RIBERA.
28. Reír y aprender. 95 técnicas para emplear el humor en la formación. DONI T AMBLYN.
29. Manual práctico de psicoterapia gestalt. ÁNGELES MART ÍN. (8ª ed.)
30. Más magia de la metáfora. Relatos de sabiduría para aquellas personas que tengan a su cargo la tarea de
Liderar, Influenciar y Motivar. NICK OWEN
31. Pensar bien - Sentirse bien. Manual práctico de terapia cognitivo-conductual para niños y adolescentes.
PAUL STALLARD.
32. Ansiedad y sobreactivación. Guía práctica de entrenamiento en control respiratorio. PABLO RODRÍGUEZ
CORREA.
33. Amor y violencia. La dimensión afectiva del maltrato. PEPA HORNO GOICOECHEA. (2ª ed.)
34. El pretendido Síndrome de Alienación Parental. Un instrumento que perpetúa el maltrato y la violencia.
SONIA VACCARO - CONSUELO BAREA PAYUETA.
35. La víctima no es culpable. Las estrategias de la violencia. OLGA CASTANYER (Coord.); PEPA HORNO, ANTONIO
ESCUDERO E INÉS MONJAS .
36. El tratamiento de los problemas de drogas. Una guía para el terapeuta. MIGUEL DEL NOGAL. (2ª ed.)
37. Los sueños en psicoterapia gestalt. Teoría y práctica. ÁNGELES MART ÍN.
38. Medicina y terapia de la risa. Manual. RAMÓN MORA RIPOLL.
39. La dependencia del alcohol. Un camino de crecimiento. T HOMAS WALLENHORST .
40. El arte de saber alimentarte. Desde la ciencia de la nutrición al arte de la alimentación. KARMELO BIZKARRA.
41. Vivir con plena atención. De la aceptación a la presencia. VICENT E SIMÓN. (2ª ed.)
42. Empatía terapéutica. La compasión del sanador herido. J OSÉ CARLOS BERMEJO.
43. Más allá de la Empatía. Una Terapia de Contacto-en-la-Relación. RICHARD G. ERSKINE - J ANET P. MOURSUND
- REBECCA L. T RAUT MANN.
44. El oficio que habitamos. Testimonios y reflexiones de terapeutas gestálticas. ÁNGELES MART ÍN (ED.)
45. El amor vanidoso. Cómo fracasan las relaciones narcisistas. BÄRBEL WARDET ZKI
46. Diccionario de técnicas mentales. Las mejores técnicas de la A a la Z. CLAUDIA BENDER - MICHAEL DRAKSAL
47. Humanizar la asistencia sanitaria. Aproximación al concepto. J OSÉ CARLOS BERMEJO
48. Herramientas de coaching ejecutivo. FRANCISCO YUST E
49. La vocación y formación del psicólogo clínico. AQUILINO POLAINO-LORENT E Y GEMA PÉREZ ROJO (COORDS .)
50. Detrás de la pared. Una mirada multidisciplinar acerca de los niños, niñas y adolescentes expuestos a la

229
violencia de género. SOFÍA CZALBOWSKI (COORD.)
51. Hazte experto en inteligencia emocional. OLGA CAÑIZARES Y CARMEN GARCÍA DE LEANIZ (COORDINADORAS )
52. Counseling y cuidados paliativos. Esperanza Santos y José Carlos Bermejo (2ª ed.). ESPERANZA SANTOS Y
J OSÉ CARLOS BERMEJO
53. Eneagrama para terapeutas. CARMELA RUIZ DE LA ROSA
54. Habilidades esenciales del counseling. Guía práctica y de aplicación. S. MAGNUSON Y K. NOREM
55. Río, luego existo. Guía completa para curiosos, talleristas y dinamizadores de grupo. Risoterapia integrativa.
M. ROSA PARÉS Y J OSÉ MANUEL T ORRES
56. Fuerzas que sanan. Constelaciones sistémicas sobre enfermedad y salud. P. BOURQUIN (ED.)
57. Herramientas de coaching: una aplicación práctica. PACO YUST E PAUSA
58. Ilusión positiva. Una herramienta casi mágica para construir tu vida.. LECINA FERNÁNDEZ
59. Cuando nada tiene sentido. Reflexiones sobre el suicidio desde la logoterapia. A. ROCAMORA
60. Apego y psicopatología: la ansiedad y su origen. Conceptualización y tratamiento de las patologías
relacionadas con la ansiedad desde una perspectiva integradora.. MANUEL HERNÁNDEZ PACHECO

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Índice
Portada interior 2
Créditos 4
Introducción 6
1. Algunas nociones básicas sobre la memoria 9
1.1. ¿Qué es la memoria? 11
1.2. ¿Puede mejorarse la memoria? 12
1.3. Memoria y autoestima 14
2. Los hábitos de vida. Cómo influyen en la memoria 16
2.1. La alimentación. Dime qué comes y te diré cómo recuerdas 19
2.2. El sueño. Descansa bien para pensar mejor 21
2.3. El estrés. Cerebro estresado, recuerdo alterado 23
2.4. Ejercicio físico. “Mens sana in corpore sano” 30
2.5. Cuando tus neuronas se aburren 32
3. Tipos de memoria 34
3.1. La memoria a corto plazo 36
3.2. La memoria a largo plazo 38
3.3. La memoria fotográfica 41
4. ¿Por qué olvidamos? 43
5. Tipos habituales de olvido 51
5.1. “No sé dónde he puesto mis llaves…” 53
5.2. “¿He desenchufado la plancha…?” 54
5.3. “Lo tengo en la punta de la lengua…” 56
5.4. “¿A qué he venido a la cocina…?” 58
5.5. “No consigo recordar su nombre…” 60
6. Principios básicos de las técnicas de memoria 63
6.1. La asociación 66
6.2. El orden y la agrupación 68
6.3. La repetición 70
6.4. La visualización 71
6.5. El significado 72
6.6. El interés 74

231
7. Algunas técnicas de memoria 75
7.1. Construir frases o historias 77
7.2. La inicial 78
7.3. Sistema de los lugares o “loci” 79
7.4. Acordarse de los números 81
Ejercicios prácticos 83
1. Ejercicios de lenguaje 88
2. Ejercicios de atención-concentración 115
3. Ejercicios de asociación 140
4. Ejercicios de cálculo mental 157
5. Ejercicios de agilidad mental 176
6. Ejercicios variados 193
Otros libros 215
Ilusión positiva 216
Quiero aprender a quererme con asertividad 218
Remonta tu vuelo 220
Transformación emocional 222
Serendipity 224

232

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