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Equivalencia denotativa1
Tipos de correspondencia
Con relación a la categoría de la equivalencia denotativa a la ciencia de la traducción se le
plantea la tarea de describir las relaciones de equivalencia potencial entre pares de lenguas
e indicar qué factores de tipo textual determinan la selección de determinado equivalente en
cada caso concreto de traducción. El dominio central de la descripción de las relaciones de
equivalencia denotativa es el léxico (palabras y sintagmas) porque es allí donde las lenguas
son o bien tienen que ser más productivas (en especial en el aprovechamiento de
posibilidades de formación de palabras existentes o nuevas) para satisfacer las cambiantes
necesidades y finalidades comunicativas. Desde el punto de vista de la traducción hay que
partir de que en principio siempre se puede alcanzar la equivalencia denotativa mediante
procedimientos de traducción parafrástica, pero que a veces pueden resultar muy poco
económicos. “En principio” aquí significa “sin tener en cuenta otras categorías importantes
al traducir (la legibilidad y comprensibilidad, la adecuación al destinatario, los valores
connotativos y formal-estéticos del texto)”. En el dominio del léxico podemos distinguir
cinco tipos de correspondencia: uno-a-uno, uno-a-varios, varios-a-uno, uno-a-cero y
parcial.
1
Extraído de Werner Koller: Einführung in die Übersetzungswissenschaft. Heidelberg – Wiesbaden: Quelle &
Meyer. Orig. 1979; 4ª edición renovada, 1992, páginas 228-240. Traducción, selección y adaptación de
ejemplos: Roberto Bein para el seminario “Teorías de la traducción”, 2016.
Pueden surgir algunas dificultades cuando en la lengua meta aparecen variantes que
denotativamente son iguales, pero que no lo son connotativamente; por ejemplo,
ingl. car, cast. coche o auto o automóvil, o cast. sábado, alem. Samstag o
Sonnabend [diferencia meramente regional, diatópica].
5. La correspondencia parcial
Son los casos en que los campos semánticos no están segmentados de la misma manera.
“Mente” abarca algunos significados de “mind”, pero no todo el espectro. Tampoco se
trata de la diversificación. Por ejemplo, vemos en
Que “bruja” abarca el inglés “hag” cuando es fea y vieja, y puede no tener poderes
mágicos; en “witch”, en cambio, es más frecuente que se destaquen (en inglés) los
elementos de belleza, juventud y magia que en “bruja” en castellano, propiedades que
se confieren más al “hada” (aunque uno pueda quedar “embrujado por su belleza”). El
inglés “elf”, además, puede ser masculino o femenino. Y en algún contexto incluso es
posible que en lugar de “duende” haya que usar “gnomo”.
Un ejemplo clásico de las correspondencias parciales son las del espectro de colores, dado
que las distintas lenguas segmentan el espectro visible de diferentes maneras. Pero las
dificultades de traducción de la correspondencia parcial no deberían ser sobreestimadas ni
subestimadas. En el caso de los colores, por ejemplo, muchas lenguas ofrecen distintas
posibilidades de adjetivación adicional u otros recursos para expresar matices.